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AVERÍAS

Según Ripert el término avería, indica en general todo daño o pérdida que pueda
sobrevenir en el curso de una expedición marítima. Alude también a los gastos de
carácter excepcional o anormal realizados durante ella, con la finalidad de
salvarla. Por consiguiente, quedan al margen de este concepto todos aquellos
desembolsos o gastos comunes a toda aventura marítima, como, por ejemplo, los
de pilotaje, derechos de puerto, remolque, etc.

CLASIFICACIÓN DE LAS AVERÍAS


Las averías pueden ser clasificadas en averías gruesas o comunes y averías
comunes o particulares.
Averías particulares Se encuentran fundadas en el principio del Derecho Común,
el cual afirma que "las cosas perecen o se deterioran para su dueño" (res perit
domino). (Arts. 584 y 586 del Código Civil Argentino)
Aplicado este principio al Derecho Marítimo se deduce que el cargador soportará
sin repetición el deterioro o pérdida de su mercadería; el armador, las averías que
menoscaben su embarcación. En estos casos, cuando el importe de la avería es
soportado por el dueño de la cosa que ocasionó el gasto o recibió el daño, la vería
se llama simple o particular.
Avería gruesa La regla A de las “Reglas de York-Amberes” dispone que: “Existe
un acto de avería gruesa cuando se ha efectuado o contraído, intencional y
razonablemente, algún sacrificio o gasto extraordinario para la seguridad común,
con el objeto de preservar de un peligro a los bienes comprometidos en una
expedición marítima.” Para que se configure una avería común o gruesa, es
necesaria, pues, la concurrencia de los siguientes elementos:
1) Acto voluntario y razonable del capitán:
2) Un estado de necesidad: La avería común supone una situación de peligro que
la motiva.
3) Seguridad común y obtención de un resultado útil: El acto de avería requiere
que sea realizado para la “seguridad común” (de todos los intereses puestos en la
aventura marítimo). Y para que se proceda a la contribución por avería común,
será además necesario que el sacrificio haya logrado ese resultado útil: sustraer
del peligro común los intereses empeñados en la aventura marítima.
4) debe haber responsabilidad del gasto o sacrifico realizado: que ante la situación
de peligro las consecuencias de las ordenes del capitán, no deben ser mas
gravosas que las del peligro que se requiere evitar.

ANTECEDENTES HISTORICOS
La Avería Gruesa es quizás la más antigua de las instituciones vinculadas con el
Transporte Marítimo. Nació naturalmente con el incremento del comercio por
agua.
Para hallar sus orígenes habría que trasladarse muchos años atrás, con el
principio elaborado por los griegos de Rhodia (año 900 AC), luego el Derecho Civil
Romano, las ordenanzas de Luis XIV, las “Glasgow Resolutions” hasta que en el
año 1877 se aprobaron en Amberes las Reglas de York, modificadas en 1890 en
Liverpool y alcanzando rápida aceptación internacional. Vinieron luego las
versiones de las

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Reglas York Amberes 1924, 1950 (Amsterdam), 1974 (Hamburgo, sin duda la
mejorversión), luego las del 1994 (Sydney) y hasta las últimas del
2004(Vancouver).
Las Reglas no reemplazan unas a otras, son optativas siendo válida su aplicación
cuando las partes así lo convienen. Actualmente, en la mayoría de los documentos
de transporte, se establece la aplicación de las YAR 1994. Las YAR 2004, de muy
pobre confección tienen muy poca aceptación en el mercado internacional.

ACTO DE AVERÍA Y CONTRIBUCIÓN DE AVERÍA


El acto de avería y la contribución de avería responden a dos momentos de
diversa naturaleza y fundamentación.
El acto de avería se verifica dentro de la esfera de acción pública del capitán del
buque; es un acto que éste dispone como delegado de la autoridad pública en
cuanto como tal debe proveer todo lo conducente a al salvación de las personas y
de la carga. De ahí que dicho capitán esté obligado legalmente a
realizar cualquier sacrificio o gasto razonable si ellos son idóneos para dar
seguridad a la aventura marítima en peligro, aunque hubiere recibido de su
armador orden en contrario.
La contribución de avería consiste en que todos los interesados en la expedición
náutica contribuyan en los gastos o sacrificios extraordinarios realizados. La
contribución es posterior al acto de avería, y más aun, es la consecuencia jurídica
y económica del acto de avería... para que exista contribución es presupuesto que
haya un acto de avería, pero, por el contrario puede haber acto de avería sin que
posteriormente haya contribución ya que las partes pueden haber pactado que no
se reclamarían nada en concepto de contribución de averías. La obligación de
contribuir en los casos de avería gruesa puede resultar de la ley o de la
convención de las partes.

REGULACIÓN CONVENCIONAL DE LA AVERÍA GRUESA


Si bien la mayoría de las legislaciones contienen normas reguladoras de las
averías gruesas, ellas son de carácter supletorio ya que generalmente se deja
librada a las partes la celebración de los acuerdos sobre dicha institución.
En la práctica se acostumbra convenir la aplicación de un conjunto de normas
uniformes conocidas internacionalmente con el nombre de Reglas de York-
Amberes, que se incorporan a las pólizas de fletamento o a los conocimientos de
embarque.
El art. 403 de la LN establece que “los actos y contribuciones en concepto de
avería común se rigen, salvo convención especial de las partes, por las Reglas de
York-Amberes, texto de 1.950”. (Las últimas son del 2004)

LAS REGLAS DE YORK-AMBERES


Las Reglas de York-Amberes fueron evolucionando progresivamente hasta las
actuales de 2004. Las Reglas de York-Amberes 1.950 constan de una Regla de
Interpretación, siete reglas designadas con letras (reglas alfabéticas) de la A a la
G, y veintitrés reglas numéricas (I a XXIII). En 1.994 se incorporó la
reglaParamount) y hasta las últimas del 2004 (Vancouver).

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Estas son normas especialmente aplicadas para casos de averías gruesas y su
determinación está sujeta a una serie de reglas:
1º.Reglas Alfabéticas: Se establecen 7 reglas nombradas de la a la g, que son
principios generales y preceden a las numéricas que, a su vez, establecen casos
concretos de averías gruesas.
a) REGLA A: El concepto de avería gruesa, con los siguientes elementos
constitutivos:
1. La voluntariedad o intención en el hecho, consistente en un gasto
extraordinario.
2. La existencia de un peligro cierto y actual.
3. La razonabilidad del gasto o sacrificio, de suerte que el remedio no sea peor
que la enfermedad.
4. La seguridad común como objetivo final del acto.
b) REGLA B: Principio de contribución: los sacrificios y gastos realizados en las
condiciones señaladas serán soportados por los diversos intereses vinculados a la
expedición, es decir, tradicionalmente, por el buque, la carga y el flete. (aun
remolque).
c) REGLA C: Daños solo se considerarán y liquidarán como avería gruesa los
daños, pérdidas o gastos, que sean consecuencia directa del acto de avería
gruesa. Excluye, por ende, las llamadas consecuencias indirectas (perjuicios
consiguientes a la prolongación del viaje y a la pérdida de mercado.
d) REGLA D: Objeto cuando el acontecimiento que ha motivado el sacrificio o el
gasto extraordinario fue consecuencia de culpa de una de las partes
comprometidas en la aventura, procederá igualmente la contribución, sin perjuicio
de las acciones que pudieran corresponder contra el responsable. Si los gastos y
sacrificios su origen en un hecho culposo del capitán (ej: varadura por error
náutico), la carga deberá contribuir a sufragarlos, sin perjuicio de accionar luego
contra el responsable.
e) REGLA E: Onus probandi: consagra un principio procesal referido a la carga de
la prueba u onus probandi: pone a cargo de quien afirma que una perdida o gasto
constituye avería gruesa, acreditar tal circunstancia.
f) REGLA F: Principio de los gastos sustitutivos: gastos que serán reputados y
liquidados como avería gruesa, pero sólo hasta la concurrencia del monto del
gasto de la avería gruesa que realmente se evitó o se suplantó por aquel.
g) REGLA G: Liquidación de la avería gruesa se practicará en lo referente tanto a
la estimación de las pérdidas como a la de la contribución, sobre la base de los
valores en el momento y lugar donde concluye la aventura marítima

Averías Motivadas por la Culpa


Muy discutida es la cuestión de saber si pueden admitirse como averías Gruesas
todas aquellas que tiene su causa en la falta cometida por el Capitán, por la
tripulación o por el vicio propio del navío o la carga. En principio, el acto voluntario
del Capitán. Como avería común, no debe tener otra causa que la fuerza mayor o
el caso fortuito. Así por ejemplo, no será avería común la echazón realizada
porque la sobrecarga en la cubierta, dificulta las maniobras y aumenta el peligro
de la navegación. El motivo radica en que la echazón en este caso tiene por causa
la imprudencia del Capitán al sobrecargar la embarcación.

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Según Las Reglas de York-Amberes de 1974 la Regla D contiene el siguiente
texto:
"Los derechos a obtener la contribución en avería gruesa no serán afectados
aunque el acontecimiento que dio lugar al sacrificio o gasto pueda haberse debido
a la falta de una de las partes en la aventura; pero esto no perjudicará a las
acciones o defensas que puedan ejercitarse contra dicha parte en razón de tal
falta"
Interpretando dicha regla entendemos, que una situación de peligro originada en la
culpa de alguno de los consortes vinculados en la aventura marítima, no afecta el
carácter de avería gruesa que habrían de tener los sacrificios o gastos
extraordinarios incurridos para la seguridad común. Desde luego que la parte
incursa en tal culpa no podría, ella misma, invocar esta regla en su beneficio
(salvo una excepción incorporada al contrato que la vinculara con las otras partes
y, por cierto en el supuesto que tal estipulación fuera válida en derecho); el
fundamento de dicha regla radica en que si el responsable por su culpa o como
dueño de la mercadería con vicio propio es quien sufre la medida tomada,
consistente en el sacrificio del bien de su propiedad, no sería jurídico acordarle
derecho o acción alguna contra los demás expedicionarios inocentes, para obligar
a estos a contribuir en un perjuicio imputable exclusivamente a quien lo sufre.

Daños y gastos admitidos como avería gruesa


Solamente son reembolsados aquellos daños, pérdidas o gastos que sean
consecuencia directa del acto de avería gruesa. Las pérdidas o daños sufridos por
el, buque o el cargamento, a consecuencia de retraso, y las pérdidas indirectas,
tales como la demora y pérdida de mercado, no serán admitidos en avería gruesa.
Corresponde a la parte reclamante en avería gruesa el aporte de pruebas para
demostrar que las pérdidas o los gastos reclamados son correctamente admisibles
en avería gruesa.
Los derechos a obtener la contribución en avería gruesa no serán afectados
aunque el acontecimiento que dio lugar al sacrificio o gasto pueda haberse debido
a la falta de una de las partes en la aventura.

Avería daño:
Son averías-daño, no sólo los daños materiales extraordinarios que ocurran al
buque o carga (destrucción, pérdida o menoscabo de los efectos), sino también
las depreciaciones sufridas por las mercaderías que no pudieron llegar a destino o
que regresaron al punto de partida, que no hubieran ocurrido en una navegación
normal.

Echazón: La echazón es el sacrificio de mercaderías, consistente en arrojarlas por


encima de la borda, para aligerar el buque a fin de salvarlo del peligro. En algunas
legislaciones se contempla el echazón de cosas que pertenezcan a la carga, al
buque o a la tripulación. En la regla I de York Amberes se hace referencia solo a,
el echazón de carga, pero se puede admitir el echazón de otros efectos por
aplicación de concepto genérico de la regla A.
La regla I admite el echazón de carga siempre que la carga haya sido transportada
de conformidad a los usos reconocidos en el comercio. Esto significa que queda

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excluido el echazón de carga sobre cubierta, salvo que esa forma de estiba sea
habitual.
Regla II. -Daño causado por echazón y sacrificio para la seguridad común
El daño causado a un buque y a su cargamento, o a cualquiera de ellos, por o a
consecuencia de un sacrificio hecho para la seguridad común, así como por el
agua que penetre por las escotillas abiertas, o por cualquier otra abertura
practicada con el objeto de efectuar una echazón para la seguridad común, serán
admitidos como avería gruesa.

Extinción de incendio
La regla III admite como avería gruesa los daños causados al buque y a la carga o
a uno de ellos, por el agua u otro procedimiento utilizado para extinguir un
incendio a bordo. Pero no se admitirá compensación por daños causados a partes
del buque y de la carga a granel o a bultos individuales de la carga que hubieran
sido afectados por el fuego.
Los daños causados por varar o barrenar el buque para extinguir un incendio
también se considera avería gruesa.

Varada voluntaria
La regla V establece que se liquidará como avería gruesa todo daño sufrido a
consecuencia de haberse varado intencionalmente el buque por razones de
seguridad común, como así también los daños sufridos para reflotar el buque
varado.
La regla comentada excluye del régimen de la avería gruesa, los daños o
pérdidas derivados de varadura cuando, de no adoptarse esa medida, el buque
hubiera sido inevitablemente arrojado sobre la costa o sobre las rocas.

Daños por reflotamiento


La regla VII El daño que se causa a cualquier máquina o caldera de un buque que
se encuentre embarrancado y en situación de peligro, con el fin de reflotarlo, se
admitirá en avería gruesa, siempre que se demuestre que aquél proviene de un
acto realmente intencional de reflotar el buque, para la seguridad común, a riesgo
de sufrir tal daño, pero cuando un buque esté a flote ninguna pérdida o daño por el
funcionamiento de los elementos de propulsión y calderas será, bajo concepto
alguno, admitido como avería gruesa.

Efectos utilizados como combustible


En la regla IX, los objetos y artículos de consumo del buque, o uno de ellos, que
hubiera sido necesario quemar como combustible para la seguridad común, en
caso de peligro, se admitirán en la avería gruesa cuando, y solamente cuando, el
buque hubiera tenido un amplio aprovisionamiento de combustible, pero la
cantidad estimada de combustible que se hubiera consumido, calculada al precio
corriente en el ultimo puerto de partida del buque y en la fecha de esta, se incluirá
en la masa acreedora de la avería gruesa.

Pérdida del flete

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La pérdida de flete resultante de una pérdida o daño del cargamento será admitida
en avería gruesa, tanto si es causada por un acto de avería gruesa, como si la
pérdida o daño del cargamento se bonifica en igual forma.
Del importe del flete bruto perdido se deducirán los gastos en que el titular del
mismo habría incurrido para ganarlo, pero que no ha incurrido por causa del
sacrificio.

Averías gastos
Arribada forzosa:
Se dice que el buque hace una arribada forzosa cuando entra por necesidad en
algún puerto o lugar distinto de los previstos en un contrato o por la costumbre.
Las causas de la arribada forzosa pueden ser, accidentes, falta de provisiones, y
en general, cualquier circunstancia que para la seguridad común hagan necesaria
la arribada.
Según la regla X cuando un buque hubiera entrado a un puerto o lugar de arribada
forzosa o hubiera vuelto a su puerto de carga, a consecuencia de un accidente,
sacrificio u otra circunstancia extraordinaria que haga necesaria esa medida par la
seguridad común, los gastos de entrada a tal puerto o lugar se consideraran
avería gruesa y cuando haya vuelto a partir con toda o parte de su carga primitiva,
os gastos de salida de tal puerto o lugar, que hayan sido consecuencias de tales
entradas o salidas, se considerarán así mismo averías gruesas.
Estas mismas reglas se aplican para el caso de que haya que llevar el buque a
otro puerto o lugar de raíz de que las reparaciones no puedan realizarse en el
puerto o lugar de arribada forzosa.

Gastos de Asistencia y Salvamento


Los gastos de asistencia son extraordinarios. Se admiten como avería gruesa
porque suponen la existencia de un peligro que amenaza a la aventura, y se
realizan para la salvación de la misma. Así, por ejemplo, constituyen, avería
común los gastos de asistencia prestada a una embarcación que por accidente ha
perdido el gobierno de su dirección.
Sin embargo, es discutible la admisión como avería gruesa de los gastos
efectuados para salvar el buque y la carga, ya abandonados en el mar. Pues el
abandono del buque significa la renuncia a la salvación de la aventura.
El salvamento es efectuado generalmente por terceros o gestores de negocios o
por la autoridades locales, no por el Capitán.
Se realiza el salvamento, no en atención del interés común, sino atendiendo
separadamente a los intereses particulares de los distintos propietarios y
aseguradores.
Los gastos de salvamento son avería simples que no deben distribuirse entre los
diferentes interesados de la expedición como averías gruesas; pero cada uno de
los propietarios de las mercaderías salvadas debe participar proporcionalmente en
los gastos de la parte de trabajos comunes de salvamento.
Esto es lo que dicen las Reglas de York-Amberes sobre la temática.
"Regla VI. – Remuneración por asistencia y salvamento
Los gastos en que hayan incurrido las partes comprometidas en la aventura a
causa de una asistencia o salvamento mediante contrato u otra forma, serán

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admitidos en avería gruesa en la medida en que dichas operaciones tengan por
objeto preservar de un peligro a los bienes comprometidos en una expedición
marítima."

Salarios y manutención de la tripulación


La regla XI considera acto de avería gruesa los salarios y manutención del
capitán, oficiales y tripulación que se hubieren pagado razonablemente y el
combustible y provisiones consumidos durante la prolongación del viaje, originada
por el hecho de que un buque entre en un puerto o lugar e arribada forzosa, o
vuelva a su puerto o lugar de carga, cuando los gastos de entradas a ese puerto o
lugar se consideren de arribada forzosa conforme a la regla X. también se
consideran de avería gruesa los salarios y manutención del capitán, oficiales y
tripulantes razonablemente incurridos durante el período extraordinario de
detención.

Gastos sustituidos
La expresión gastos sustitutivos, se emplea para significar ciertos gastos que
aunque carecen, por sí mismos del carácter propio de la avería gruesa se liquidan
como tal, en el caso en que esos gastos han servido para economizar una parte
de desembolsos mayores.
Regla F.
Cualquier gasto extraordinario incurrido en sustitución de otro que hubiera sido
bonificado en avería gruesa, será considerado como avería gruesa y así admitido,
sin tener en cuenta lo ahorrado, si lo hubiera, a otros intereses, pero solamente
hasta el importe del gasto de avería gruesa así evitado.
En general puede formularse el principio de que, siempre que en virtud de una
medida arbitrada en el interés común, uno de los interesados haya producido una
economía de gastos que normalmente debieron soportarse, los costos de esa
medida deben ser tenidos en cuenta en el reglamento de la avería común.
De acuerdo a la Regla F, no se necesita autorización alguna o convenio entre
los interesados para proceder a este gasto beneficioso para la mancomunidad
marítima.

Compromiso de avería
Art. 404. - Cuando se haya producido un acto de avería común, el consignatario
de mercaderías que deba contribuir a su pago, está obligado, antes de que le sean
entregados, a firmar un compromiso de avería y a efectuar un depósito en dinero u
otorgar una fianza a satisfacción del transportador o de sus representantes, para
responder al pago de la respectiva contribución. En el compromiso, el
consignatario puede formular todas las reservas que crea oportunas.
A falta de depósito o de otorgamiento de la fianza, el transportador o sus
representantes pueden solicitar, con el testimonio de la protesta otorgada por el
capitán o agente marítimo, el embargo de la mercadería.
Por lo general el depósito en dinero a que se refiere la disposición, es
reemplazado por la garantía otorgada por los aseguradores de la carga, ya que
ellos en realidad son los que habrán de intervenir en la liquidación de la avería.

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El compromiso de avería es un documento firmado por el consignatario y en el
cual este se obliga a cumplir aquellos que los liquidadores designados en el
documento establezcan.

Liquidación
La ley de navegación en su Art. 405. - Todos los contribuyentes están obligados a
remitir al liquidador de averías designado, con la menor dilación posible, la
documentación que justifique el valor de la mercadería respectiva, de acuerdo con
lo establecido en la Regla XVII y concordantes de York-Amberes, texto de 1950.
En caso de no hacerlo, responden por los daños y perjuicios emergentes de su
omisión y el liquidador o los interesados pueden accionar judicialmente a ese
efecto
Art. 406. - Quien se considere acreedor por un acto de avería común, debe
obtener el reconocimiento extrajudicial o judicial de la liquidación para el cobro de
la contribución.
En el juicio correspondiente puede discutirse tanto la causa como el monto de la
contribución. La liquidación reconocida por las partes interesadas en forma
expresa o por decisión judicial, otorga acción ejecutiva a los beneficiarios.
De esta norma se extraen 2 principios muy importantes:
a- en el juicio correspondiente se puede discutir tanto la causa como el monto
de la contribución.
b- Luego de que la liquidación haya sido reconocida expresamente por las
partes o por decisión judicial, se abre la vía ejecutiva a favor de los beneficiarios.
La liquidación es el procedimiento o conjunto de operaciones que tiene por
objeto evaluar la avería, estimar los valores llamados a contribuir y determinar la
contribución de avería que cada uno debe efectuar.
La liquidación es realizada por el liquidador de averías, puede tratarse de una
persona física o de una entidad, pero en ambos casos debe tratarse de personas
con mucha experiencia, es decir de expertos en la materia.

Por lo general la liquidación comienza con una exposición de los hechos que
motivaron el acto de avería y su calificación, luego se determinan 2 masas: la
masa acreedora (suma de los valores que deben ser indemnizados) y la masa
deudora (valores que deben contribuirse). Luego se fija un porcentaje de
contribución.
La masa acreedora: esta formada por todos los daños, sacrificios o gastos que
deben indemnizarse. Quedan comprendidos por ej: daños al buque, costo de
reparaciones, mercaderías destruidas o deterioradas, flete perdido, todo gasto
extraordinario realizado a consecuencia de la avería común.
La masa deudora o contribuyente: esta formad por todos los bienes salvados que
integran la masa acreedora. Esta constituida entonces por el buque, la carga y el
flete (salvo que fuese a todo evento)
La cuota de contribución resultante se aplica sobre el valor de cada uno de los
intereses contribuyentes.

Prueba

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La regla E consagra un principio procesal referido a la carga de la prueba u onus
probandi. La solución que establece es de derecho común, pues pone a cargo de
quien afirma que una pérdida o gasto constituye avería gruesa, acreditar tal
circunstancia.

Ley aplicable
La ley de navegación inspirada en las reglas del tratado de Montevideo soluciona
a través de los arts. 607 y 608, los conflictos de leyes que se puedan presentar:
a- ley de la nacionalidad del buque: (ley del pabellón) La ley de la nacionalidad del
buque determina la naturaleza de la avería, y en la avería común, los elementos,
formalidades y la obligación de contribuir; (conf art 607).
Art. 608 - Las averías particulares relativas al buque se rigen por la ley de su
nacionalidad.
b- ley local: Art 607 La ley del estado en cuyo puerto se practican, rige la
liquidación y prorrateo de la avería común.
c- ley del lugar de ejecución del contrato: Art 608 Las referentes a los efectos
embarcados, se rigen por la ley aplicable a su respectivo contrato de fletamento o
de transporte.

Averías particulares Se encuentran fundadas en el principio del Derecho Común,


el cual afirma que "las cosas perecen o se deterioran para su dueño" (res perit
domino). (Arts. 584 y 586 del Código Civil Argentino)
Aplicado este principio al Derecho Marítimo se deduce que el cargador soportará
sin repetición el deterioro o pérdida de su mercadería; el armador, las averías que
menoscaben su embarcación. En estos casos, cuando el importe de la avería es
soportado por el dueño de la cosa que ocasionó el gasto o recibió el daño, la vería
se llama simple o particular.

Competencia de los tribunales nacionales.


Art. 615 - Son competentes los tribunales nacionales para entender en los juicios
derivados de averías comunes, cuando la aventura finalice o la liquidación y
prorrateo se realicen en puerto argentino. Es nula toda cláusula que atribuya
competencia a los tribunales de otro estado. Salvo…
Art. 621 - Producido un hecho generador de una causa cuyo conocimiento
corresponda a los tribunales nacionales, los residentes en el país pueden
convenir, con posterioridad al mismo, someterlo a juicio de árbitros o de tribunales
extranjeros, si así les resultare conveniente.

Normas procesales sobre avería gruesa


Falta de compromiso de avería gruesa
Art. 580 - En el caso de que no se haya firmado un compromiso de avería gruesa,
cualquier interesado puede deducir demanda para obtener el cobro de las
respectivas contribuciones, dentro del plazo establecido en el art. 407, primer
párrafo. La demanda debe ser notificada, en ese caso, al transportador o al buque
y a tres (3) de los consignatarios de efectos de mayor valor.
Los restantes destinatarios serán citados mediante edictos que se publicarán
durante tres (3) días en el Boletín Oficial y en un diario de la localidad.

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Reconocido o establecido el carácter de avería gruesa, la liquidación se hace por
peritos liquidadores designados a propuesta de las partes, o de oficio, si éstas no
formulan la respectiva propuesta.
Impugnación del compromiso de avería gruesa practicada la liquidación
Art. 581 - Si se firmó un compromiso de avería y realizada la liquidación, ésta es
impugnada o no reconocida expresamente por las partes cualquier interesado
puede pedir, dentro del plazo de prescripción de cuatro (4) años previsto en el art.
407, su reconocimiento judicial o la realización de una nueva, citando a los
interesados al transportador a los demás consignatarios o a sus fiadores, según el
caso para que hagan valer sus derechos en cuanto a la procedencia de la
contribución o a su monto.
Si a criterio del juez es excesivo el número de consignatarios, la demanda se
notificará al transportador o al buque y a tres (3) de los consignatarios por mayor
monto, y los restantes serán citados por edictos en la misma forma señalada en el
artículo precedente.
Falta de liquidación
Art. 582 - En el caso de que, habiéndose firmado un compromiso, no se haya
practicado la liquidación, cualquier interesado puede accionar judicialmente dentro
del plazo de prescripción de cuatro (4) años del artículo 407 en la forma prevista
en el artículo precedente y con la salvedad que aquél establece.
La sentencia que recaiga en este juicio, como en los indicados en los dos artículos
anteriores, tiene el valor de cosa juzgada con respecto a todos los interesados en
la avería gruesa.

Prescripción
Art. 407. - Las acciones derivadas de la avería común prescriben por el transcurso
de un (1) año, contado a partir de la conclusión de la descarga en el puerto en que
terminó la expedición o la aventura que motivó la contribución.
Cuando se haya firmado un compromiso de avería, la prescripción se opera al
cabo de cuatro (4) años contados desde la fecha de su firma. Si alguna de las
partes interesadas acciona judicialmente, y la parte que obtuvo la firma del
compromiso pide fundamentalmente la concesión de un plazo, el juez lo fijará de
acuerdo con el compromiso y las circunstancias del caso, considerándose
suspendido el término de prescripción, que volverá a correr al vencimiento del
plazo acordado.
La acción ejecutiva prevista en el artículo anterior prescribe al año, contado desde
el reconocimiento efectuado por las partes o por decisión judicial.

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