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Objetivo

El objetivo del presente trabajo práctico consiste en la articulación teórica del ejercicio
profesional del Psicólogo en la República Argentina, enmarcado tanto en el aspecto jurídico-
legal como en lo que respecta a los códigos de ética vigentes para tal campo.

Para ello, se llevará a cabo una breve reseña del caso del Lic. Jorge Corsi, articulándolo
posteriormente con las implicancias judiciales, las faltas a los códigos de ética, las
repercusiones del caso y su correspondiente conclusión.

Presentación del Caso

El licenciado en Psicología Jorge Corsi era considerado una eminencia dentro de la


comunidad terapéutica y académica a nivel nacional e internacional, en especial a lo que se
refiere al estudio de la violencia familiar y el Maltrato infantil. Había escrito cinco libros: Violencia
Familiar; Violencia masculina en la pareja; Maltrato y Abuso en el ámbito doméstico; Violencias
Sociales; y Psicoterapia integrativa multidimensional, además de haber ocupado los más
prestigiosos cargos en lo que respecta a su campo.

En la madrugada del 23 de julio de 2007, la Policía se dirigió al domicilio de Corsi con


una orden de detención y allanamiento, dado que pesaba sobre él y sus allegados la causa de:
"Haber llevado a cabo -entre los meses de febrero y mayo de 2007- la realización mediante
engaño de distintas prácticas sexuales idóneas para desviar de tal modo el libre crecimiento
psíquico-sexual de un menor -por entonces de 13 años e identificado como NGD- con la
finalidad de satisfacer en definitiva deseos sexuales propios y ajenos". Asimismo contemplaba
que: "En perjuicio del menor se desarrollaron una serie de hechos que incluían episodios de
actos sexuales forzados, tocamientos en las partes pudendas, exhibición de material
pornográfico con contenido pedófilo y consumo de drogas".

Según las diligencias de la Policía Federal, la organización tenía a dos jóvenes que
recorrían los cibercafé de CABA poniendo especial atención en los adolescentes que allí
estuvieran navegando en sitios pornográficos. Después los invitaban a su casa donde accedían
a material pornográfico y, más tarde, terminaban teniendo relaciones homosexuales entre ellos
para ver la reacción del menor. Posteriormente, llevaban a otros sitios al menor donde se hacía
presente Corsi.

Quienes participaban en las reuniones eran hombres de entre 40 y 50 años. En las


reuniones se tomaban fotografías y videos que después se subían a Internet. Los adolescentes,
además, recibían regalos como “celulares, relojes, cámaras fotográficas”.

Según la denuncia, Corsi era el organizador de fiestas sexuales con menores, y una
especie de cabecilla y hombre de consulta de sus cómplices, debido a sus conocimientos
profesionales sobre el comportamiento de los niños y adolescentes. Los delitos de los que fue
acusado fueron los de: corrupción de menores, abuso deshonesto y estupro. Sin embargo, a
través de un carta a los medios cuando estaba detenido, Corsi negó haber cometido los hechos

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que se le atribuían y denunció el encarnizamiento mediático en su contra en donde ya se lo
había sentenciado.

El 13 de enero de 2009 la cámara le otorgó la libertad condicional bajo caución de


100.000 pesos. Tras el pago de la fianza, quedó libre a la espera del juicio a realizarse a fines
del 2009. Finalmente el 28 de febrero de 2012, el psicólogo Jorge Corsi, reconoció su culpa y
fue condenado ingresando a prisión donde cumplió la pena de tres años de prisión efectiva tras
haber acordado un juicio sin debate oral a cambio de confesar su delito. Sus cómplices fueron
condenados por 11 años al tener antecedentes de abuso sexual de menores.

Principios Éticos y Códigos Vigentes

Principialismo de Tom Beauchamp y James Childress

Respecto del principio de beneficencia, que implica todas las formas de acción
profesional que buscan beneficiar a otras personas, Corsi construyó, bajo una fachada de
prestigio profesional, una imagen benefactora tanto en el ámbito académico como en distintos
círculos sociales. Sin embargo, esta imagen tenía como finalidad velar el beneficio personal
último del psicólogo que se limitaba a la satisfacción de prácticas de manipulación, abuso y
sometimiento de menores de edad.

En cuanto al principio de no maleficencia, que enfatiza en la obligación de no infligir


daño ni poner en riesgo a otras personas, en el caso Corsi puede observarse el daño desde dos
vertientes; daño desde el plano físico -sustentado en la confirmación de abuso sexual- y daño
desde lo emocional-explícito en la manipulación psicológica de los menores de edad implicados.

En relación al principio de autonomía, que refiere a la capacidad que tiene cada cual de
darse a sí mismo sus propias normas, procurando construir la propia vida a partir de ellas, se
observa una afectación en el principio de autonomía de los menores implicados debido a la falta
de simetría. Esta desigualdad manifiesta entre ambas partes categorizaba las acciones como
abusivas, entre los mismos y la red de pedofilia que comandaba Corsi, aunque este último
planteaba la existencia de consentimiento previo en la realización de las actividades.

Por último y en torno al principio de justicia, que representa la contribución de cada


profesión en pos de mejorar la sociedad, los aportes, libros, artículos, test y ejercicio de la
docencia del Licenciado Corsi, al campo de la psicología en lo general y de la Violencia Familiar
desde lo particular fueron en primer lugar suspendidos y posteriormente retirados de
circulación. Cabe destacar respecto de este principio el incumplimiento por parte de Corsi de
sus obligaciones y el abuso de sus derechos como profesional, amparándose en estos últimos
para justificar practicas penadas por las leyes de corrupción de menores, abuso deshonesto,
estupro y pedofilia.

Código Fepra (Federación de Psicólogos de la República Argentina)

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En lo que refiere al código de Fepra y a partir del análisis del caso, puede observarse
desde la constitución misma del preámbulo, el faltante o la violación sistemática a lo que el
mismo promueve. En el mismo, se podría marcar que respecto del sentimiento de solidaridad el
profesional no puede avalar o encubrir errores, faltas éticas, crímenes o contravenciones
penales practicadas por otros psicólogos en la prestación de sus servicios profesionales. Desde
la perspectiva del AFAMSE es lo que sucedería con los distintos colegas que colaboraron tanto
en investigaciones como en obras realizadas por Jorge Corsi.

En cuanto a la declaración de principios del código se observa la violación del respeto


por los derechos y la dignidad de las personas, ya que a partir de la comisión de delitos
sexuales por parte de Corsi se ven vulnerados los derechos a la intimidad, privacidad,
autonomía y el bienestar de sus víctimas.

En lo referente a las normas deontológicas del código se observa una afectación entre la
relación de la profesión y la comunidad ya que el accionar de Corsi fue oprobioso, faltando el
honor a la profesión, prestando su servicio profesional de forma negligente en perjuicio de
terceros afectando la integridad psíquica y física de estas personas.

En tanto a la divulgación de la práctica debe destacarse y condenarse el accionar


violatorio del código a partir de declaraciones públicas engañosas, fraudulentas y realizadas sin
ningún tipo de precaución ni basamento practico. Corsi planteo como defensa frente a un medio
de comunicación masivo previo a su juicio que “hay una especie de satanización absoluta de la
sexualidad adolescente, y que hay una serie de estudios en torno a una exageración en
considerar patológica la manifestación de sexualidad en la niñez y en la adolescencia y que si
estamos evolucionando hacia la despatologización de cosas que antes considerábamos
patológicas, podría ser que esto también ocurra con la sexualidad infantil y adolescente”.

Por último la comprobación judicial de la comisión de promoción de corrupción de


menores conlleva a atravesar los límites del ejercicio profesional de la psicología, desestimando
e ignorando la responsabilidad tanto social como profesional, ajustando las acciones en
beneficio personal en detrimento del bienestar general.

Código de Ética APA (American Psychological Association)

Los Principios Éticos de los Psicólogos y el Código de Conducta de la APA (en adelante Código
de Ética) constan de una Introducción, un Preámbulo, cinco Principios Generales (A-E) y
Normas Éticas específicas. Si bien el Preámbulo y los Principios Generales no son en sí
mismos reglas obligatorias, deberían ser considerados por los psicólogos al establecer cursos
éticos de acción. Las Normas Éticas establecen reglas obligatorias de conducta profesional. Los
psicólogos y estudiantes, sean o no miembros de la APA, deberían saber que el Código de Ética
puede ser aplicado por las juntas de psicología de los estados, los tribunales u otros
organismos públicos.

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Caso Corsi y Principios generales de la APA

Principio A: Beneficencia y no maleficencia: reside en esforzarse por hacer bien con


quienes interactúan profesionalmente y asumen la responsabilidad de no hacer daño, así como
salvaguardar el bienestar y derechos de aquellos. Como se nombró anteriormente, Corsi
construyó, bajo una fachada de prestigio profesional, una imagen benefactora tanto en el
ámbito académico como en distintos círculos sociales con una finalidad de beneficio personal
último del psicólogo que se limitaba a la satisfacción de prácticas de manipulación, abuso y
sometimiento de menores de edad. En cuanto al principio de no maleficencia Corsi causaba
daño desde el plano físico -sustentado en la confirmación de abuso sexual- y daño desde lo
emocional- explícito en la manipulación psicológica de los menores de edad implicados.

Principio B: Fidelidad y responsabilidad: el mismo consiste en ser conscientes de sus


responsabilidades profesionales y científicas con la sociedad y las comunidades específicas
donde interactúan. Claramente, Corsi no fue consciente de las mismas, causando un daño en
la sociedad restringido a aquellos niños abusados. Por otro lado, el principio consiste en aceptar
la adecuada responsabilidad por sus acciones y procurar manejar los conflictos de intereses
que puedan llevar a explotación o daño. Corsi claramente no solo llevaba acabo de manera no
ética su responsabilidad, sino que no la aceptaba alegando la defensa ya antes nombrada ´´
hay una especie de satanización absoluta de la sexualidad adolescente…´´

Principio C: Integridad: Los psicólogos buscan promover la exactitud, honestidad y


veracidad en la ciencia, docencia, y práctica de la psicología. En estas actividades, los
psicólogos no roban, ni engañan, ni se involucran en fraude, subterfugio, o tergiversación
intencional de hechos. Corsi violó este principio de una forma resaltada, al no cumplir con la
honestidad en su práctica, e involucrándose en estas actividades que implicaban un engaño a
menores.

Principio D: Justicia: los psicólogos reconocen que la imparcialidad y la justicia permiten


que todas las personas accedan y se beneficien de los aportes de la psicología. En este caso
Corsi no solo causaba daño con sus aportes de la psicología siendo el ´´consejero´´ del grupo
en cuanto a cómo llegar a los niños desde esta disciplina, sino que además realizó prácticas
injustas.

Caso Corsi y normas éticas de la APA

Por otro lado, en cuanto a las normas éticas, encontramos dos reglas obligatorias de
conducta profesional obligatorias, que no fueron cumplidas por el acusado.

o 1.01. Mal uso del trabajo de los psicólogos: si los psicólogos toman conocimiento
de un uso incorrecto o de una tergiversación de su trabajo, proceden de manera
razonable para corregirlo o minimizarlo. Corsi no solo tergiversó su profesión en
psicología utilizándola como un instrumento en la asociación que abusaba de
menores, sino también como fundamento para realizar estos abusos, declarando que

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´´ hay una serie de estudios en torno a una exageración en considerar patológica la
manifestación de sexualidad en la niñez y en la adolescencia´´
o 3.02 Acoso sexual: Los psicólogos no se involucran en situaciones de acoso sexual.
El acoso sexual consiste en abordajes sexuales, insinuaciones físicas o una conducta
ya sea verbal o no verbal de naturaleza sexual, vinculada con las actividades o roles
del psicólogo como tal, y que (1) no es bien recibida, es ofensiva o crea un ambiente
hostil de trabajo o de estudio y el psicólogo lo sabe o fue informado de ello, o (2) es
suficientemente grave o intensa para resultar abusiva para cualquier persona
razonable en ese contexto. En este caso, se trata del punto 2. Por otro lado, el acoso
sexual consistía conductas verbales y no verbales al interceptarlos en los cibers,
insinuaciones al hacerles presenciar cómo miembros de esta asociación mantenían
relaciones homosexuales entre sí, y en abordajes sexuales cuando luego de cierta
cantidad de encuentros, los menores participaban en estos comportamientos.

Declaración Universal de Principios Éticos para Psicólogas y Psicólogos

Implicancias Judiciales conforme las leyes vigentes

Ley 23.277 Ejercicio Profesional de la Psicología Nacional

Se exigía que se cancelara la matrícula profesional donde la tuviera otorgada basándose en la


Ley 23277 de Ejercicio Profesional de la Psicología en su Título III, art. 6 explicita: “que no
podrán ejercer la profesión: los condenados por delitos contra las personas, el honor, la libertad,
la salud pública o la fe pública, hasta el transcurso de un tiempo igual al de la condena, que en
ningún caso podrá ser menor de dos años”

Ley 10.306 Ejercicio Profesional de la Psicología Pcia. de Buenos Aires

Ley 26.061 Protección derechos NNYA

Código Penal de la Nación

Reacciones y conclusiones del Caso

En lo que respecta a la respuesta de las distintas entidades, cabe mencionar la


suspensión y posterior expulsión a los cargos de profesor titular de Psicoterapias Breves en la
Facultad de Humanidades de la Universidad de Palermo; supervisor general del Centro Integral
de Salud Psicológica y presidencia de la Asociación Argentina de Prevención de la Violencia

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Familiar. Asimismo le fue revocado el cargo de Director de la carrera de especialización en
Violencia Familiar del área de Posgrado de la UBA que dirigía desde 1989.

En tanto que La Asociación de psicólogos de Buenos aires se manifestó a través de sus


Lic. Carlos Reinaldo Miranda-director del departamento de práctica pericial- solicito a Colegios,
Asociaciones Profesionales, Universidades, ONG de defensa de DDHH, en especial de la niñez,
que se pronunciaran públicamente sobre el tema y, de acuerdo a sus estatutos y códigos de
ética que correspondiera.

En su justificación, Corsi dio una entrevista al diario Perfil en el año 2009, donde
manifestó que “la pedofilia no es delito”; que “haber incorporado amigos de distintas etapas
generacionales le resultaba muy estimulante y le enriquecía”, que “no le parecía en absoluto
sospechoso que las personas tuvieran amigos de distintas edades, e incluso que José de San
Martín fue un pedófilo porque cuando conoció a Remedios de Escalada ella tenía 13 años y él,
cerca de 40”. Posteriormente, afirmó que “hay una especie de satanización absoluta de la
sexualidad adolescente y que hay una serie de estudios en torno a una exageración en
considerar patológica la manifestación de sexualidad en la niñez y en la adolescencia y que si
estamos evolucionando hacia la despatologización de cosas que antes considerábamos
patológicas, podría ser que esto también ocurra con la sexualidad infantil y adolescente”.

Corsi fue evaluado y tratado por diversos especialistas a lo largo de su encierro. Un fallo
de la Cámara Federal de Casación Penal de diciembre de 2013 contiene opiniones dispares.
"Aunque no medie reconocimiento ni arrepentimiento es consciente del efecto que podría tener
una recaída en su accionar", aseguró un informe.

El consenso general de la psiquiatría y psicología moderna es que un pedófilo es


básicamente irrecuperable. "No hay evidencia científica de recuperación de abusadores
sexuales, por lo que es de esperar que así como corruptos condenados no pueden acceder a
puestos del Estado, profesionales de la salud condenados no puedan atender a pacientes, pues
hay un alto nivel de riesgo por ser el abusador básicamente manipulador y ejercer un perverso
poder", razonó Enrique Stola al ser consultado por Página/12 luego de que Corsi saliera de
Ezeiza en 2014.

En la pericia psicológica realizada durante el proceso de juicio se determinó que: “Corsi


presenta un trastorno de personalidad, con afectación desviada en la esfera psicosexual, que
se registra un nivel de autocrítica laxo y superficial, y que las características de personalidad
descriptas conforman un funcionamiento estable y cimentado, cuya posibilidad de cambio a
nivel estructural es mínimo, lo que permite señalar que no se descartaría la reiteración de
conductas como las que dieron lugar a loa presente causa.”

El psicólogo fue puesto en libertad el 29 de agosto de 2014 tras cumplir su condena


abandonando, según manifestó, la actividad referida al campo de la psicología.

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Referencias

https://www.perfil.com/noticias/contenidos/2009/02/08/noticia_0007.phtml

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