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ACTUALIZACIÓN BIBLIOGRÁFICA

Los médicos del Ejército de los Andes


Desde los inicios de la Gobernación de Cuyo por el General San
Martín hasta la batalla de Chacabuco

Profesor Dr Abel Luis Agüero

En el mes de abril de 1814 San Martín entregó el en todo el territorio provincial. Debe agregarse a
mando del Ejército del Norte y se retiró a Córdoba. ello que, dado el estado de convulsión de las gue-
Había comprobado en el terreno las dificultades de rras de la Independencia, era de absoluta necesi-
vencer a las tropas españolas por el frente del Alto dad recabar asimismo la opinión política de cada
Perú. Una solución alternativa podría ser la de ata- médico, para confiar o no en ellos. Aparecía así
car a los peninsulares haciendo base en Chile, don- una infausta situación, y dice al respecto Francis-
de ya existía un foco de sublevación criolla, y desde co Cignoli:
allí emprender la lucha avanzando hacia el Perú. “Los médicos que ejercían en la Provincia de
Para llevar a cabo ese plan, solicitó y obtuvo del Cuyo en los albores del gobierno patrio habían sido
Director Supremo Gervasio de Posadas el nombra- los menos decididos a favor del movimiento eman-
miento de Gobernador Intendente de la Provincia cipador y casi todos los que llegaron a actuar en
de Cuyo, el 10 de agosto de 1814. servicios oficiales estuvieron presos o confinados
Uno de los primeros obstáculos fue el hecho de con anterioridad por sus actuaciones dudosas”.1
que poco después, el 2 de octubre de 1814, los chile- Entre los galenos que se desempeñaban en Cuyo
nos fueron derrotados en Rancagua y los fugitivos el mismo autor2 menciona a los siguientes:
debieron refugiarse en Mendoza divididos en dos • Juan Antonio Martínez: catalogado como par-
facciones, dirigidas una por los hermanos Carrera, tidario de los realistas y castigado con impues-
y otra por Bernardo O´Higgins. tos extraordinarios. En todo momento intentó
Pero además de los contrastes militares, y la dejar en claro que no era un fanático peligroso
carencia de un ejército al cual debía crear casi de y que aspiraba a seguir trabajando en su profe-
la nada, San Martín era responsable del gobierno sión. En 1811 fue cirujano del Hospital de San
civil de Cuyo y debía formar un equipo de colabo- Antonio regenteado por los frailes Betlemitas
radores adecuado para cubrir ambas necesidades. (vide infra), y pese a ser español fue cirujano de
En esta ponencia nos ocuparemos con exclusividad la Legión Cívica, y ofreció sus servicios al go-
de los médicos y otro personal de salud que se des- bierno al año siguiente, manifestando su adhe-
empeñaron junto al Gran Capitán, dejando otros sión a la causa de Mayo. En 1815 fue designado
aspectos de la sanidad en las autorizadas manos cirujano de la Ciudad de Mendoza, pero San
de los demás conferenciantes que integran este es- Martín nunca confió en su sinceridad, por lo
trado. que en 1816 indicó fuera trasladado a La Rio-
Al llegar a Cuyo, San Martín debe haber toma- ja. Hay documentación que prueba su retorno a
do razón de los médicos que se desempeñaban en Cuyo desde 1822.
Mendoza y San Juan, pues era público y notorio • José Ignacio Pintos, que se desempeñaba en el
que en San Luis no se contaba con ningún galeno puesto de protomédico pero que tampoco mere-
ció la confianza del Libertador.
• José María Gómez, cirujano que vino prisionero
de Chile y fue confinado en Mendoza. En octu-
bre de 1817 prestó juramento a la causa ameri-
Correspondencia. Dr Abel Luis Agüero cana, por lo cual fue liberado de su pena pero
Correo electrónico: abelluisaguero@gmail.com no recibió el aprecio de San Martín.

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• Antonio Martel de la Peña (también llamado Así fue como llegó a Mendoza, precedido de una
de la Sena o de la Pena en otros documentos), fama de buen médico práctico, pero de desafecto a
quien al igual que el anterior provenía de Chile la causa americana.8 Su posterior actuación, tanto
pero había combatido y prestado servicios sani- como médico en el cuidado de San Martín cuanto
tarios en la División Auxiliar de Marcos Balcar- como cirujano del ejército, al que acompañó hasta
ce enviada al país trasandino en 1813. Un año la toma de Lima, justifican la afirmación de José
después, y recomendado por Marcos Balcarce, Pacífico Otero cuando cita la frase de Barros Ara-
solicitó al Directorio carta de ciudadanía argen- na: “El doctor Zapata era un patriota sincero”.9
tina, la cual le fue acordada. Cabe pensar entonces, coincidiendo con Barros
A esta lista Julio C. Ortiz Guevara3 agrega los Arana, que el pasajero españolismo de Zapata se
nombres de Juan Ignacio García, quien en 1846 debió más que nada a una reacción a las humilla-
fue gobernador interino de Mendoza, y otro grupo ciones a las que lo estaba sometiendo José Miguel
integrado por Guillermo Collisberry (que llegó a Carrera.
atender a San Martín), Aman Rawson, Juan Qui- Una vez en posesión del cargo de Gobernador
lles y Juan Parvis, quienes pasaron por la zona en- Intendente, San Martín debió abocarse a tomar
tre 1817 y 1818, asentándose algunos de ellos en medidas sanitarias para prevenir daños en la salud
la región, posteriormente a los hechos sanmarti- de sus gobernados. En el ámbito civil se destacaron
nianos. medidas como:
Finalmente San Martín extendió su confianza a El nombramiento de Juan Isidro Zapata y Ana-
un único médico de los que residían en Mendoza, cleto García Castellanos como propagadores de la
el Dr. Juan Isidro Zapata. Así pues, se verá actuar a vacuna según lo dispuesto por el Cabildo de Men-
este médico, a veces en compañía de algún otro, en doza, con el adiestramiento de vacunadores, cuya
casi todas las acciones iniciales tomadas en lo refe- función recayó en ocho frailes voluntarios quienes
rente a la sanidad civil y/o militar de Cuyo. debían además llevar una lista de vacunados. Poco
Los orígenes y la formación médica de Zapa- después los religiosos dominicos se dispersaron con
ta siguen aún siendo discutidos. Como es sabido, la misión de cubrir con la vacuna toda el área de
en las primeras décadas del siglo XIX, subsistía la Cuyo en forma obligatoria.
antigua división que separaba a los médicos de los Desde la segunda invasión inglesa la hidrofobia
cirujanos. Desde la Edad Media los nobles no ejer- se había extendido por el Río de la Plata hasta lle-
cían tareas manuales, y los médicos, recibidos de gar a las provincias del interior. Para combatirla,
tales después de estudios universitarios en latín, no San Martín ordenó por un bando de diciembre de
practicaban por sí mismos la cirugía si no que la 1814 la prohibición de tener perros sueltos en la vía
delegaban (como tarea de villanos) en los barbe- pública y el sacrificio de los que vagaran sin dueño
ros cirujanos. De allí que algunos de los galenos ya por las calles.
mencionados se presentaran como cirujanos y no En 1815 había en Cuyo un Hospital Betlemítico
como doctores. (de San Antonio) en Mendoza y otro, el Hospital de
Zapata era según Mitre “un empírico de Lima, San Juan de Dios, en San Juan. San Luis no tenía
hombre de color que lo asistió [a San Martín] en to- hospitales y, peor aún, ningún médico estaba radi-
das sus campañas”:4 Por el contrario otros autores 5 cado en su jurisdicción. Una de las primeras medi-
lo consideran de origen chileno y recibido en Lima, das al respecto fue la creación de dos juntas hospi-
posiblemente en el Real Colegio de Medicina y Ci- talarias en Mendoza y San Juan para supervisar los
rugía de San Fernando.6 San Martín, en sus notas gastos y administrar los establecimientos.
oficiales presentaba a Zapata como “…el profesor Como al mismo tiempo el proyecto del Liberta-
de medicina y cirugía Juan Isidro Zapata”. dor consistía en organizar un ejército, se crearon
Otro de los enigmas que se presentaron en ese los hospitales militares en Mendoza y en San Juan.
momento fue el de si la adhesión de Zapata a la En esta última localidad se enviaron a los betlemi-
causa americana era sincera o figurada. En efecto, tas Agustín de la Torre, Toribio Luque y Juan de Dia-
según menciona Cignoli,7 Zapata prestó servicios nas para ayudar al Dr. Mariano Videla, o Vilela,
desde 1810 en el batallón de granaderos chileno como también figura en otros documentos. En 1816
en su lucha por la causa americana. En 1813 fue se incorporó al Hospital de San Juan el cirujano
confinado por Carrera, acusado de propagar ideas Juan Blanco, que a su vez se encargaba de suminis-
contrarias a la libertad del país. Desde su presidio trar los medicamentos que recetaba, pues el hospi-
intervino en un levantamiento realista, abortado tal carecía de botica.
el cual fue condenado a muerte y luego indultado. Como complemento de los hospitales se hizo

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funcionar dos establecimientos antivenéreos en los En ese mismo año se embarcó al servicio de la ar-
cuarteles de artillería y de granaderos. mada para reforzar la ocupación de Buenos Aires
En esta pobreza de profesionales se destacaba por las tropas inglesas, y ante el fracaso recaló al
el problema de San Luis, huérfana de todo servi- año siguiente en Río de Janeiro. Allí fue reclutado
cio sanitario. Menciona Cignoli10 que el 29 de junio muy probablemente como espía de la corona bri-
de 1816 San Martín solicitó al gobierno un médico tánica y enviado a Buenos Aires con la excusa de
para San Luis. Ese pedido pasó entonces a conside- una exploración minera. Sin embargo, al llegar a
ración del Instituto Médico Militar, institución ofi- Montevideo (todavía en poder de España) fue de-
cial que, suprimido el Tribunal del Protomedicato, tenido y se le encontraron comprometedoras cartas
reunía las funciones de enseñanza de la medicina, acerca de la intención de coronar a la princesa Car-
control de las profesiones de la salud y militari- lota como reina en el Plata. Por esa causa fue con-
zaba a los profesionales según las necesidades de denado a la pena de muerte, pero enviado a Buenos
las guerras independentistas, y cuyo director era Aires para ser juzgado por el virrey Cisneros. La
Cosme Mariano Argerich. Pero los pocos médicos Revolución de Mayo fue la causa de su salvación y
disponibles o estaban enfermos o ya habían reali- de su puesta en libertad, gracias a las gestiones del
zado numerosas campañas; por ese motivo solo se vocal Castelli que había sido su abogado defensor.
encontró para esa comisión a un extranjero: el ita- Enrolado en la causa americana, actuó como
liano Valerio Arditi, que fue enviado a Cuyo. médico de la expedición al Alto Perú y como se-
De estos hechos resulta que los primeros reclu- cretario del comisario político de esta, el cual era
tas tal vez fueron examinados por los Dres. Zapata el propio Castelli. A su vuelta, y como los médicos
y Martel de la Peña en Mendoza, quienes separaron eran profesionales que estudiaban química más
a los inútiles para el servicio por diferentes causas. que los abogados o los teólogos, se le encargó la di-
Pero ante esta precariedad San Martín hacía no- rección de la fábrica de armamentos de Córdoba
tar al Directorio que tenía graves dificultades para con el grado de Tte. Cnel. de Artillería y se le otorgó
organizar un cuerpo de sanidad para su ejército, la que posiblemente sea primera carta de ciudada-
pues solamente figuraban como galenos el Dr. Za- nía del país.13 La fábrica se destruyó en la explosión
pata y el italiano Arditi, que en agosto de 1816 esta- del 10 de abril de 1815, y Paroissien tuvo que tras-
ba todavía en camino a Cuyo. Desde Buenos Aires ladarse a Buenos Aires. Es allí donde se lo destina
Argerich informó al Director Supremo Juan Martín como Cirujano Mayor del Ejército de los Andes.
de Pueyrredón que solamente disponía de dos pro- Llegado a su destino, Paroissien captó rápida-
fesionales, los cirujanos Benito Fernández y Cesá- mente el vínculo que unía a San Martín con Zapa-
reo Martínez Niño. Estos fueron inmediatamente ta, y sin intentar nada en contra buscó y obtuvo la
puestos en camino a Cuyo. En el mismo informe Ar- colaboración del otro médico, al que propuso como
gerich aconsejaba buscar otros médicos en Córdo- segundo jefe y al que nunca disputó el hecho de
ba y a “varios cirujanos ingleses” que podían ser de que Zapata fuera médico de cabecera del Gran Ca-
confianza por sus ideales. Respecto de los cirujanos pitán. Es de recordar que de los varios males del ge-
Fernández y Martínez Niño sus incorporaciones, neral el vómito de sangre era el más impresionante.
según dicen Elissalde y Tucilo, no fueron hechas.11 Tuvo su primera hematemesis en Tucumán en abril
Se sabe que el primero de ellos estaba de vuelta en de 1814, donde lo atendió el médico norteamerica-
Buenos Aires en octubre de 1822.12 no Colisberry quien volvería a hacerlo cuatro años
En este estado de la situación, el 24 de septiem- después en Mendoza.
bre de 1816 el Superior Gobierno emitió los despa- En enero de 1817 Paroissien elevó la propues-
chos de Cirujano Mayor del Ejército de los Andes ta de integración de los cuadros de la Sanidad del
al Dr. y Tte. Cnel. de Artillería Diego Paroissien. Ejército, que revelaba la carencia del recurso hu-
La importancia de la figura de Paroissien merece mano. En efecto, de quince integrantes solamen-
un esbozo biográfico algo más detenido, pues él en te tres tenían estudios completos. Los demás eran
primer lugar, y Zapata como un excelente comple- cinco Betlemitas (que por la vocación de su orden
mento, fueron los dos personajes sobre los que se a la atención de enfermos tenían cierta práctica) y
vertebró la Sanidad del Ejército de los Andes. siete civiles. Entre estos civiles cinco eran llamados
Nació James Paroissien (conocido en el Río de la “practicantes” (¿empíricos tal vez?) y dos pseudo
Plata como Diego) en Inglaterra en 1783, descen- boticarios. Para todos ellos San Martín y Paroissien
diente de una familia hugonote francesa exiliada pedían grado militar, pues la tropa estaba acos-
en Gran Bretaña por razones religiosas. En 1806 se tumbrada a obedecer a oficiales pero no a simples
doctoró en Medicina en la Universidad de Londres. civiles vestidos de paisanos. Sin embargo, el go-

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bierno solamente mantuvo el grado de Tte. Coronel con un sueldo de 15 pesos mensuales, al igual que
para Paroissien, el de Capitán para Zapata y el de a Fray Toribio Luque, de quien se comenta que ya
Teniente Primero para el cirujano Ángel Candia. tenía grado de alférez pero no sueldo.16 Con igual
Respecto de este último lo único que he podido ave- grado militar pero con sueldo de 20 pesos eran
riguar es que su nombre figuraba en la lista de la propuestos José M. Molina, Rodrigo Sosa, Juan Bri-
Fuerza Cívica de los Pardos de Mendoza en 1812.14 sueño, José Gómez y Juan M. Porro (o Potro). Fray
El resto de la dotación estaba compuesto por los Antonio de San Alberto y el boticario José Mendoza
Practicantes: fueron propuestos como tenientes con una remune-
• José Manuel Molina, Rodrigo Sosa, Juan Brisue- ración de 25 y 30 pesos respectivamente. El segundo
ño, José Gómez, Juan Manuel Potro. boticario Blas Tello sería alférez y se le asignarían
En tanto que los frailes eran los siguientes: 20 pesos mensuales. En la nota de denegación de
• Fray Antonio de San Alberto, Fray José María de grados militares del gobierno es importante desta-
Jesús, Fray Agustín de la Torre, Fray Pedro del car que respecto de los sueldos se destaca que a es-
Carmen, Fray Toribio Luque. tos civiles que acompañarían a las tropas: “…sería
En cuanto a los boticarios eran: mejor nombrarlos como en clase de comisión …y al
• José María Mendoza, José Blas Tello. fin de la campaña podían los que gustasen volver
Este puñado de hombres darían abasto, según a sus casas recibiendo de mano del General en Xefe
los cálculos de San Martín, Paroissien y Zapata, (sic) el premio de sus servicios sin estar agregados
para atender las contingencias de salud de un ejér- al Exército (sic)…”.17
cito que debía cruzar los Andes y combatir luego Vale decir que no cobrarían por sus servicios y
de escalar la montaña, y que contaría con un total que al finalizar la campaña el general en jefe de-
de 5423 hombres entre combatientes y servicios de bería recompensarlos con los míseros fondos que le
apoyo de combate.15 quedaran en la caja militar. Tal vez esto no supu-
Volviendo al relato biográfico de Paroissien, siera un terrible inconveniente para los religiosos,
debe mencionarse brevemente la magnífica pre- pero sí lo era para los laicos que deberían prever la
paración sanitaria para el cruce, ya mencionada manutención de sus familias. Es posible que pese
por las distinguidas personalidades que me acom- a todo, los miembros de la sanidad cobraran algo,
pañan, y que redujo en gran parte las bajas que pues según el Reglamento del Ejército del año 1813
en otro caso hubieran sido mayores. Luego de Cha- y otras disposiciones posteriores se contemplaba un
cabuco fue nombrado Cirujano Mayor del ejército estipendio para el cirujano.18
chileno. Asistió a O’Higgins con su herida en Can- Finalmente debe agregarse una condición más
cha Rayada y fue ascendido a Coronel por su valor a la labor del Cuerpo de Sanidad. Faltaban en ese
en Maipú. entonces muchas décadas hasta llegar a los acuer-
Acompañó a San Martín al Perú, donde alcanzó dos de Ginebra que establecieron la neutralidad
el grado de brigadier y junto a García del Río fue de los médicos y sus colaboradores en el campo de
enviado a Europa para tratar acerca del reconoci- batalla. Eso significaba que el médico era entonces
miento de la independencia americana, y tal vez considerado personal combatiente y era lícito he-
tentar a un príncipe para ocupar el trono del Perú. rirlo o matarlo, aún cuando estuviera prestando
No habiendo logrado sus propósitos, Paroissien se socorro a los heridos propios o del enemigo. Hon-
quedó en Europa donde recibió a San Martín luego radamente, ante estas condiciones cabe destacar
de su renuncia al mando. aún más el compromiso y la entrega de los compo-
De vuelta al Perú se puso a las órdenes de Bo- nentes del Cuerpo de Sanidad de los Andes. Ellos
lívar hasta finalizar la guerra. Luego actuó como marcharon a la guerra sin que hubiera constancia
funcionario en empresas mineras hasta probar de ningún reclamo o una queja en sus filas.
suerte con un emprendimiento propio que lo llevó A lo largo de esta ponencia se ha mencionado
a la quiebra. En un viaje marítimo a Valparaíso fa- en repetidas ocasiones a los frailes de la Orden de
lleció muy joven a los 44 años. Nuestra Señora de Betlem, y dada la importancia
En párrafos anteriores se ha mencionado la de los servicios por ellos prestados es conveniente
composición del Cuerpo de Sanidad y los petitorios que se les dedique un párrafo.19
respecto de los grados militares a acordarse a los Los betlemitas o bethlemitas, llamados po-
mismos. Cabe señalar que junto con el grado res- pularmente Belermos o Barbones a causa de sus
pectivo se agregaba el sueldo correspondiente. Así largas barbas, eran en ese tiempo la única orden
a los frailes José María de Jesús, Agustín de la Torre monástica genuinamente americana. Su fundador
y Pedro del Carmen se los proponía como alféreces fue Pedro de San José de Betancurt o Bethencourt,

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natural de Tenerife y descendiente de un virrey de más de contar con otro fijo en Mendoza. Los cálcu-
las Canarias. Nacido en 1629, Pedro de San José los de Paroissien hacían prever un 5% de enfermos
vivió en esas islas hasta los 31 años, cuando se entre las tropas y los auxiliares por lo cual viajaban
trasladó a Guatemala. Allí comenzó estudios con también seis carpas de campaña aprovisionadas
los jesuitas y abrió una escuela para niños pobres. para su atención. Además del personal de salud ya
El desamparo de los indigentes lo conmovió hasta mencionado pertenecían a la sanidad un número
el extremo de abandonar sus intereses y fundar un importante de auxiliares: 20 sirvientes, 6 cabos de
establecimiento médico llamado “Nuestra Señora sala, 2 rancheros, y 4 sirvientes extras, tomados de
de Bethlem” y junto con varios discípulos fundó la las milicias de San Luis. 21 El grueso de estos pertre-
Congregación Bethlemita de los Hermanos Hospi- chos se supone que pasaron por Los Patos, en tanto
talarios, dedicada al servicio de los enfermos. Los que la división de Las Heras recibió los servicios de
frailes eran hermanos legos y no sacerdotes, entre algún personal médico y un botiquín de emergen-
ellos había algunos pocos médicos, otros eran fle- cia. Paroissien acompañó a San Martín en el cruce
botomistas, boticarios o enfermeros, y para todos por Los Patos, en tanto que con Las Heras prestaron
era obligatorio el estudio de la botánica. Extendi- servicio en el cruce José Manuel Molina y Fray José
dos por toda América, los primeros barbones arri- Toribio Luque.
baron a Mendoza en 1763. El 12 de febrero de 1817 se produjo la batalla
No he podido hallar ningún documento que in- de Chacabuco, durante la cual el personal militar
dique si los betlemitas enrolados en el Ejército de los tuvo prohibido retirar a los heridos que no pudie-
Andes tenían algún estudio, pero es de suponer que ran valerse por sí mismos ya que, decía el bando de
algunos lo tendrían por los siguientes indicios: Fray San Martín, cada herido necesitaría de cuatro ayu-
Toribio Luque tenía antes de enrolarse en el Ejér- dantes y no era el ejército tan numeroso como para
cito título de asistente de cirujano y Fray Antonio debilitarse de esa forma. Pero una vez terminada
de San Alberto era poseedor del título de asistente la acción, los necesitados de asistencia fueron inter-
del Cirujano Mayor. Entre los civiles enrolados, el nados en el Hospital de San Borja bajo los cuidados
boticario Mendoza tenía previamente el título de del Dr. Zapata y de Fray Antonio de San Alberto.
Primer Boticario del Ejército pero sin partida para Acerca de los cirujanos de las columnas auxi-
su sueldo. liares se han podido obtener algunos datos del
Una vez producidas las altas del personal de Sa- contingente de Cabot (División Sanjuanina). Actuó
nidad se siguieron agregando otros profesionales. allí el cirujano irlandés (así lo califica su jefe) Juan
En 1817 (luego de que el ejército pasa los Andes) Blanco que mereció ser recomendado por Cabot. Ya
se incorporaron el médico Juan Green y el cirujano en el mes de abril de 1817 el mismo Cabot admitió
Francisco Ramiro. En 1818 se envió otro cirujano a sus órdenes al cirujano Jorge Edwards de origen
para la dotación del hospital de campaña llamado inglés y que venía a reemplazar la vacante dejada
Pedro Morán. por Blanco.
Como es sabido, el paso de los Andes fue ini- A lo largo de la campaña de Chile fueron re-
ciado a mediados de enero de 1817 por medio de gresando a Mendoza los religiosos y empíricos que
dos columnas principales y cuatro destacamentos componían el Cuerpo de Sanidad. Ya en nuestra
destinados a confundir al enemigo. Las divisio- patria el gobierno de Cuyo recompensó en lo que
nes principales eran la de Uspallata junto con el pudo sus servicios. La única excepción fue la de Fray
parque de artillería al mando de Las Heras, y la Antonio de San Alberto. Este religioso aparece ya
de Los Patos con las divisiones al mando de Soler y como enfermero en el Ejército de la Banda Oriental
O’Higgins con los cuales iba San Martín. En tanto en el año de 1812. Garzón Maceda 22 lo ubica como
las columnas menores eran hacia el norte del grue- director del Hospital San Roque de Córdoba en
so del ejército la del coronel Bautista Cabot por el 1815. Posteriormente se lo encuentra en Mendoza y
paso de Guana y la de los coroneles Zelada y Dávila de allí parte con el Ejército de los Andes. Continuó
que desde La Rioja pasarían por el paso de Come toda la campaña de Chile y luego embarcó con San
Caballos. Por el sur marchaba el coronel chileno Martín al Perú. En 1823 fue médico de cámara de
Ramón Freire por El Planchón y el comandante José Bolívar y asistió a la batalla de Ayacucho.
Lemos por El Portillo. De todos los otros empíricos y frailes casi nada
El aspecto sanitario del cruce fue minuciosa- más se sabe, se desvanecieron en la historia con
mente planeado. Cada cuerpo tenía a su disposi- la misma modestia con que habían actuado en la
ción un cirujano que acompañaba su trayecto y en campaña de Los Andes, llevándose con ellos el re-
el bagaje se contaba con un hospital volante ade- cuerdo de sus hazañas.

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Bibliografía 10. Cignoli F. Opus cit; págs. 197-198.


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2. Cignoli F. Opus cit.; págs. 202 y ss. 13. Cignoli F. Opus cit; pág. 276.
3. Aznárez EP. La medicina en Mendoza de 1810 a 1825. 14. Cignoli F. Opus cit; pág. 261.
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