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Si resumimos las culturas

prehispánicas de Venezuela
desde
los recolectores y cazadores muy
atrasados, hasta los agricultores
muy adelantados con una gran
variedad de características
culturales
y lingüísticas, los datos de la
salud en estos aborígenes son
obtenidas
de resúmenes y noticias
contenidas en los libros de los
Cronistas de
Indias, de los misioneros y de los
historiadores coloniales. Existe
una
disparidad cronológica que va
desde la obra escrita por Pedro
Mártir
de Angleria (1) en 1530 hasta
una de las ultimas, la de Fray
Antonio
Caulin (2) en 1779.
Exponente típico de nuestra
medicina indígena fue el Piache,
voz
chaima y tamanaca, con una
pluralidad de funciones: médico,
sacerdote,
adivino o hechicero, poseedores
de poderes de magia blanca o
negra.
Sus funciones médicas se
reducían a las chupadas, masajes,
soplos y
aplicación de estas según las
circunstancias y la gravedad de
los casos.
Acompañados estos de maracas,
fumadas de tabaco o la absorción
por
la nariz de los polvos de la planta
niopa (3), anoto o achiote (4).
Los salivas (5) practicaban la
circuncisión en los niños de 8
días
de nacido y de ambos sexos.
Sangrías, sajando las heridas y
después
cauterizándolas con fuego.
Reducción de fracturas o
composición de
las luxaciones.
Los primeros galenos llegaron en
verdad a principio del siglo
XVI, como parte integrante de
las expediciones militares.
Fue el caso del Maestre Bernal,
boticario italiano y el cirujano
362 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
español de nombre Alonso, este
último, lució habilidades
quirúrgicas
en el primer encuentro
sangriento con los indígenas de
Chichiriviche.
En el segundo viaje de Ojeda,
aparece el nombre del boticario
Diego
Montes de Oca.
A Vicente Yañez Pinzón lo
acompaña el médico y notable
geógrafo
Garci-Fernández.
En 1530, junto con la
expedición de Juan Alemán
(Juan
Seissenhoffer) llegó el físico
Hernán Pérez de la Muela,
aventurero
Este Pérez de la Muela viene a
ser el primer médico que se
radica en
Venezuela, los demás no se
quedaron.
médico y Juan Díaz de la Puerta,
cirujano mayor. Otras
expediciones,
se sabe trajeron médicos, pero
ningún historiador da los
nombres.
Fue hasta 1583 cuando un
cirujano de nombre don Miguel
Gerónimo se avecinda en
Caracas y que se dio por entero
al ejercicio
de su arte en la hermosa ciudad
del Ávila.
El comienzo de la medicina en
Venezuela resulta de una mezcla
de la empírica de los ritos del
Piache y las prácticas empíricas
de los
profesionales europeos. La
transculturización no absorbió
por completo
a los indígenas sino al contrario,
los conquistadores hubieron de
valerse
de “prestamos culturales”
tomados de los nativos
particularmente en
cuanto al punto de vista médico
y de allí el carácter mixto de
nuestra
medicina colonial en sus
orígenes. Por ejemplo el uso de
numerosas
sustancias vegetales, origen
animal y aun minerales
empleados y que
han persistido en nuestro pueblo,
como parte de esa medicina
folklórica.
Tal es el caso del primer mestizo
cultural venezolano, Francisco
la Sierra de Coro se perdió en
ella y llegando a un pueblo de
indios,
siendo cambiado de dueño y
vendido luego como esclavo a
una tribu
de piache, de manera que su
fama se extendió.
Otro curandero que adquirió aún
más fama fue don Diego de
Montes (6), madrileño, conocido
como “El Venerable”. Curo al
conquistador Hutten de una
herida en el tórax, valiéndose de
una
ingeniosa treta; reprodujo la
herida en un viejo indio y luego
en
la seguridad de no comprometer
víscera importante amplió la que
presentaba el alemán en la axila
y a la prostre lo curó. Primera
noticia
concreta de un acto quirúrgico, si
se quiere la primera vivisección
de
los tiempos de la colonia.
Ahora bien la ciencia y el
curanderismo andaban de la
mano,
sin omitir a las curanderas, al
estilo de la morisca, Leonor
Suarez “La
Fundimenta”, acompañante
obligada de las tropas, con fama
de sortílega,
curandera y confeccionadora de
aceites, medicinas, hechizos y
venenos.
Existió una dualidad médico-
farmacéutica importante. Los
boticarios preparaban las
medicina y las aplicaban por
falta de médicos
y la tardanza con que se abrieran
farmacias públicas, dualidad esta
que
tardó mucho tiempo en
romperse.
El hambre y las enfermedades
actuaron constantemente como
las peores trabas o vallas,
diezmando tropas enteras de
conquistadores,
con rancherías y núcleos
poblados, mermando el heroico
arrojo del
Federmann, Spira, Hutten (7)
sufrieron los embates de las
enfermedades.
Sin duda alguna los Capitanes de
los Belzares (8) fueron los más
castigados.
El cuadro patológico podemos
resumirlo en las siguientes
enfermedades: viruela,
sarampión, disentería, calenturas,
bubas, úlceras,
miasis y enfermedades
producidas por artrópodos.
La Sanidad militar de aquella
época descrita por Bernardo de
Vargas Machuca en su libro
Milicia y descripción de Indias
(9), de 1599,
patente en el uso de numerosas
sustancias vegetales americanas.
Párrafos
o no, tratamiento de llagas,
mordeduras de serpientes,
picaduras de
rayas y quemaduras. Los
conquistadores fueron audaces
precursores,
en carne india, de la medicina
experimental!!!.
Existieron en Venezuela
numerosos nosocomios, alguna
que
364 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
otra enfermería, por lo general
ubicadas en los hospicios o
anexas a
las propias iglesias.
Se ha podido establecer que en la
Isla de Cubagua, en 1532 existió
un hospital por lo tanto el
primero entre nosotros que
desapareció al
poco tiempo.
construido en Coro (Hospital de
San Clemente) a mediados del
siglo
XVI (± a 1533). Otro del que se
tiene dato, fue el que
corresponde
al construido por el clérigo Pedro
del Castillo hacia el año 1565, un
hospital bajo la advocación de
San Lázaro, de acuerdo a la
costumbre
de la época. En la capital larense
se construyó el Hospital de
Santiago
en 1565. De ninguno de ellos
queda vestigio alguno.
No obstante, se debe hacer
hincapié, que a pesar de la
condición
medieval de la medicina colonial
de las provincias se fundaron
otros
hospitales, a saber: el Hospital
Santa Ana en 1607 en
Maracaibo, el de
La Guaira (San Juan de Dios) en
1714, el San Lázaro de Caracas
en
1752, el de San Antonio de
Padua, Valencia 1775, el de San
Felipe en
1776, Guanare en 1778, Puerto
Cabello 1779, el de Cumaná en
1789,
Barinas 1793. Al cerrar el siglo
XVIII apenas se habían fundado
25
hospitales. Hospitales que
fueron regentados por
mayordomos y la
mayoría de las veces a cargo de
médicos y cirujanos romancistas.
En 1602, el Cabildo de Caracas
aprueba la construcción de un
hospital que tendrá como nombre
San Pablo (10) por estar al lado
de
la Iglesia de San Pablo, Se
encontraba en la zona Sur de la
ciudad,
cercano a la quebrada de
Caroata. Por el este limitaba con
el templo de
San Pablo y al oeste con el
hospicio y hospital de Caridad de
mujeres,
al norte con la plaza San Pablo y
al sur con varias casas de
vecinos.
En él se albergaban como lo
usual en esa época los enfermos
pobres.
En sus espacios llegó a contar
con varias salas, entre ellas la
sala de
enfermos comunes o también
llamados paisanos, la sala de
unciones,
el cuarto de éticos, y una sala
destinada para los enfermos de
viruelas,
también denominada sala de San
Joseph. La sala principal, estaba
41 varas de largo por 7 de ancho,
siendo empleada para albergar
hasta
44 camas en ella. El Hospital
San Pablo era exclusivo para
hombres,
y adquiere carácter cívico militar
para el siglo XVIII,
encontrándose
indistintamente enfermos civiles
y militares, construyéndose en
1751 una sala especial para los
últimos. Bajo la administración
del
mayordomo Gonzalo Quintana
Barreto (1759-1777) el hospital
aumentó
progresivamente su capacidad
para albergar enfermos, ya en
1770 el
número de camas era de 50,
llegando a un número aún mayor
con la
presencia de enfermos militares.
En 1691 se funda el Hospital
Nuestra Señora de la Caridad,
adjunto al Hospital San Pablo,
para el albergue de mujeres,
cumpliendo
la doble función de hospicio y
atención de enfermas, siendo el
primero
con estas funciones. Sus
funciones duraron hasta 1891
cuando las
enfermas fueron trasladadas al
recién inaugurado Hospital
Vargas.
la fundación del Hospital Real de
San Lázaro (11), como su
nombre
lo indica para albergar enfermos
leprosos. Estuvo situado al
principio
cerca de la Plaza de La
Candelaria (esquinas de San
Lázaro a Puente
Victoria). Este Hospital luego
fue trasladado al noreste de la
ciudad
(Sarria). Fue el primer hospital
con ordenanzas propias,
elaboradas
en 1760. Históricamente sería
ese uno de los primeros
proyectos de
reglamento hospitalario en
Venezuela.
La mayoría de los hospitales
estaban ubicados a la vera o
junto
o docente. Estuvo dominado por
el sentimiento de la caridad
cristiana,
por el más puro humanitarismo.
Privó en ellos más la tendencia al
de ellos más adelante (Hospital
San Pablo de Caracas) se instala
la
enseñanza universitaria de la
Medicina. La atención era
gratuita. Se
descartaban esclavos (sus dueños
debían de encargarse de ellos) y
habían en algunos salas por un
lado para blancos e indios y de
otro
lado para pardos y morenos
libres.
aparece como el primer Inspector
General de Hospitales en
Venezuela.
366 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
Fue en 1768 cuando se facultó al
Mayordomo del Hospital San
Pablo
para la realización de una
encuesta de tipo nacional, con
autorización
subsiguiente de formular las
medidas pertinentes en cuanto al
progreso
material, y uniformidad
administrativa de los mismos.
Real y Seminario de Santa Rosa
de Santa María de Lima de
Santiago
de Caracas, actividades que
comenzaron en 1725.
La creación de los estudios
médicos en Venezuela se le
deben
al mallorquín doctor Lorenzo
Campins y Ballester (13)
(1763),
comenzando la cátedra con
apenas 4 alumnos; fracasaron los
primeros
cursos y solo hasta después de
doce años, pudo ver el fruto de
sus
desvelos con el grado de dos de
sus discípulos, Francisco José
Molina
en 1775 y Rafael Córdoba Verde
en 1782. Siendo el sustituto de
Campins, Molina cuando este
enferma en 1783, en la
enseñanza de
la medicina, siendo este el
primer doctorado en Ciencias
Médicas de
a la vez catedrático de Prima
Medica y Protomédico.
Este falleció al poco tiempo y
fue sustituido por el caraqueño
Felipe Tamariz quien regento la
cátedra por 27 años, luego lo
sucedió
José Joaquín Hernández siendo
sustituido por quizás el más
eminente
médico venezolano el Doctor
José María Vargas.
En el período comprendido entre
1800 y 1810, marca el lapso
Medicatura de Ciudad (14),
organismo destinado a cubrir la
asistencia
médica pública (1802); su primer
médico fue el doctor José
Domingo
Díaz, quien ya era médico de
distintos nosocomios como el
San Lázaro
y el San Pablo.
Sus asignaciones comprendían:
1º la asistencia gratuita a los
pobres de solemnidad, a los
enfermos de la Casa de
Misericordia. 2º
autorización para entrar a las
casas donde se sospechare
enfermos
contagiosos. 3º actividades de
lucha epidemiológica. 4º
informes
periódicos trimestrales relativos
al estado de salubridad local y
5to
En este período, llegó a
Venezuela la expedición de
Balmis (15)
(1804) que marcó un hito en la
introducción de la Vacuna en
Venezuela.
Creación de la Junta Central de
la Vacuna, cuya labor no solo
fue simple
continuadora de la empresa de
Balmis, sino que logró superarse
y
realizar una estupenda labor,
tanto más admirable si se toma
en cuenta
el tiempo en el cual actuó y los
escasos recursos con que
contaba.
Durante la Guerra de
Independencia numerosos
hospitales
existentes, tanto en Caracas
como en el interior de la
Republica,
sirvieron de centros para
atención de heridos y enfermos
provenientes
de los campos de batalla.
Numerosos médicos
encontramos durante
la guerra, a saber: José Ángel de
Álamo, Francisco Ysnardi,
Manuel
Palacio Fajardo, José Luis
Cabrera, Vicente Salías, José
Rafael Villarreal,
Carlos Arvelo y muchos otros
más.
avitaminosis diezmaban a los
ejércitos. Existía un régimen de
sanidad
militar como consta en reportes
de nuestros generales. Es de
hacer
notar que el Libertador previo a
la Batalla de Carabobo introdujo
el uso
Algo más de 100 médicos entre
los venezolanos, españoles,
ingleses, franceses, alemán y
algunos neogranadinos;
practicantes,
participaron en la Guerra de
Independencia (17).
En junio de 1827 el Libertador
Simón Bolívar, en su condición
de Presidente de la Gran
Colombia emite el decreto de
creación de
otorgarle carácter de tribunal
para los asuntos profesionales y
de cuerpo
director de los estudios médicos
universitarios, el citado decreto
le
la “salubridad pública”.
Al analizar el periodo
comprendido entre 1830 y 1890,
encontramos
un desarrollo extremadamente
lento en cuanto a nuevos
hospitales. Al
principio eran alrededor de 20
los nosocomios, casi todos en
Caracas
y Maracaibo y algunas ciudades
como La Guaira, Valencia,
Puerto
Cabello, San Carlos, San Felipe,
El Tocuyo, Barquisimeto,
Carora,
368 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
Ospino, Trujillo, Guanare, Coro,
San Sebastián y Cumaná.
de Mujeres, el Hospital Militar,
Hospital Obra Pía Requena, y la
Clínica
de Niños Pobres (única para
atención de niños). En cuanto a
Maracaibo,
el Psiquiátrico y el Leprocomio.
Luego aparecen en Ciudad
Bolívar,
Calabozo, Carúpano y Villa de
Cura.
manera trágica, siendo de
manera algo exagerada: “Hasta
1888 los
hospitales de Caracas eran casas
inmundas, en donde se
hacinaban los
infelices que no tenían donde
morir. Eran lugares de depósitos
para
proveer los cementerios, pues,
todos estaban mal servidos en la
parte
facultativa, sin administración,
higiene, sin recursos de ninguna
especie,
Por iniciativa privada se
comenzó a construir el Hospital
Linares
(actual Cruz Roja venezolana)
para la atención de niños
entrando en
funcionamiento en 1893.
El renacimiento de la medicina
en Venezuela está marcado con
la
creación del Hospital Vargas de
Caracas. Correspondió al
Presidente
JP Rojas Paúl retomar el
desarrollo de la salubridad
pública. Esto no
fue un hecho aislado, sino parte
de un esfuerzo de desarrollo
integral
de la capacidad pública para la
atención de la salud, coherente
con los
las viejas concepciones de la
asistencia de enfermos, por una
pléyade
de jóvenes enviados por el
Gobierno y formados allí, entre
ellos Luis
Razetti, José Gregorio
Hernández, Pablo Acosta Ortiz,
Elías Rodríguez,
Elías Toro, Santos Aníbal
Dominici, Emilio Conde Flores
entre otros,
quienes transformaron la
enseñanza de la medicina, la
atención médica
y reintrodujeron la salubridad
pública como responsabilidad
del estado.
Nombrado por la Presidencia de
la Republica como Inspector
de Hospitales fue el Dr.
Laureano Villanueva quien
realizó extensos
trabajos de reforma de los
Hospitales de Caridad de mujeres
y de hombres
y así mismo el de Lazaros, el
Militar y el Manicomio,
redactando un
Reglamento para cada uno de
ellos. Se les proveyó de material
nuevo
y en algunos se instalaron las
Hermanas de la Caridad. Se crea
la
reglamentos etc., pero este
órgano duro muy poco tiempo.
Castro creó en 1899 la Dirección
de Higiene y Estadística
la inspección constante de
alimentos, carne y leche y la
vigilancia a
mercados y mataderos, envíos de
muestras de alimentos al
Laboratorio
de Bacteriología del Hospital
Vargas y publicación en la
Gaceta Médica
de Caracas de los datos
mensuales referentes a la
morbilidad en la
ciudad de Caracas” (19).
estancada a comienzos del siglo
XX, durante el periodo
presidencial
del General Gómez. La
iniciativa privada y la
preocupación social en
cuanto a hospitales y clínicas
privadas (Policlínicas Caracas,
Córdoba
y Razetti) continuó por así
decirlo, vigente. El número de
camas para
Ciudad Bolívar un hospital
modelo con escuela de
enfermería, bajo
la tutela de una junta
Administrativa, a cargo del Dr.
Félix R. Páez.
Nómina de Hospitales
construidos en los primero 35
años del
siglo XX (20) (sic):
Hospital “San Antonio” de
Altagracia de Orituco 1910
Hospital “Pedro Justo” de
Rubio, 1904
Hospital “San Antonio” de El
Tocuyo, 1906
Hospital Psiquiátrico de
Maracaibo, 1907
Leprocomio de Cabo Blanco,
Maiquetía, 1906
Hospital “San Antonio” de
Carora, 1902
Hospital “Acosta Ortiz” San
Fernando de Apure, 1918
Hospital “Antonio María
Pineda” Barquisimeto, 1918
Hospital “Egidio Montesinos”
El Tocuyo, 1919
Hospital y Clínica de Niños
Pobres, Maracaibo, 1919
370 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
Hospital “Santa Rosa”
Tumeremo, 1920
Hospital “Nuestra Señora de la
Paz” Valera, 1922
Hospital “San Antonio” Táriba,
1925
Hospital “Vargas” San
Cristóbal, 1927
Hospital “Caribbean” Mene
Grande, 1928
Hospital de la Cruz Roja
Cumaná, 1929
Hospital “Caribbean” de
Maracaibo, 1930
Instituto Pro infancia de
Maracaibo, 1932
Hospital “Simón Bolívar” Rio
Caribe, 1932
Hospital de Niños de
Barquisimeto, 1934
Hospital de Tucupita, 1934
Hospital “Los Andes” Mérida,
1935.
La creación en el recién
inaugurado Ministerio de
Sanidad y
Asistencia Social en 1936, de
una dependencia especial
encargada de
la política hospitalaria, con el
nombre de División de
Hospitales (más
tarde, Instituto de Hospitales)
donde se impuso el criterio de
una moderna
Con la construcción de nuevos
nosocomios, conforme se
evidencia, en
Caracas con el Sanatorio
Antituberculoso Simón Bolívar,
el Hospital
en el interior de la República, el
Hospital Miguel Oraá de
Guanare,
el Hospital Quirúrgico, la
Maternidad de Maracaibo y los
Hospitales
Centrales de las principales
capitales de la República. En
1935 el
número de hospitales era algo
más de 50 en todo el territorio
nacional.
Para 1962 existía toda una red
formada por 315 centros
hospitalarios
15 500 camas; 75 estadales con 3
334 camas y 278 administrados
por
diferentes entidades con 8 602
camas (20).
El largo período de predominio
de la salud pública como derecho
y responsabilidad estatal,
iniciado en 1936, cerrando en los
años 60,
control de enfermedades rurales,
ampliación de cobertura sobre
todo
rural, formación de talentos tanto
clínico como en salud pública, el
de los médicos sanitaristas al
integrar un brillante equipo,
liderados
por Tejera, Gabaldón, Oropeza,
Baldo, Fernández, Curiel entre
otros,
contribuyo a hacer habitable una
enorme porción del país, al
eliminar en
disminuir la tuberculosis,
controlar las enfermedades
infecciosas;
establecer la red hospitalaria en
el país y creando una
distribución
adecuada de agua potable y
servida, campañas de vacunación
infantil
masiva, contribuyeron a que esto
se lograra.
Aoun (21), expresa: en
Venezuela se realizó el V Censo
general
de la población en el año 1926,
siendo la misma de algo más de
tres
millones de habitantes, con una
expectativa de vida de 34 años y
en el
periodo transcurrido hasta los
momentos la población ha
crecido más
de nueve veces y la expectativa
de vida ha llegado a más de
74,39 años
para 2015 (22).
Otro factor a tomar en cuenta
fue la Tasa de Natalidad,
convencionalmente establecida
como el número de nacimientos
sobre
mil habitantes en un año
determinado, la Tasa de
Natalidad es más
bien baja en las sociedades de
mayor desarrollo. Para la época
era en
alrededor de los 35 por 1 000
habitantes.
La Tasa de Mortalidad General
era 16.3/1 000 nacidos vivos y
la Tasa de Mortalidad
Proporcional (por grupos etarios)
que divididos
en cuatro grupos así:
Grupo 1: Menos del 25 % ocurre
en mayores de 50 años
Grupo 2: Entre 25 y 49 % ocurre
en mayores de 50 años
Grupo 3: Entre 50 y 75 % ocurre
en mayores de 50 años
Grupo 4: Más de 75 % ocurre en
mayores de 50 años
Los valores de esta Tasa para
Venezuela fueron más bien
pobres
en el lapso que estamos
considerando. Así, por ejemplo,
entre 1938 y
1944 fueron inferiores a 25 %, lo
cual la mantuvo en el Grupo 1,
esto es
el nivel más bajo. Entre 1945 y
1950 superó el 25 %, quedando
ubicada
372 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
en el Grupo 2. En todo caso,
hubo escasa longevidad y
predominio de
defunciones a edades tempranas,
lo cual es perfectamente
coherente
con lo estimado a través de la
Expectativa de Vida al Nacer
(23) (sic).
La Tasa de Mortalidad Materna
por 100 000 nacidos vivos era
de 325,4. La Tasa de Mortalidad
infantil (muertes en menores de
un
la Neonatal 44,8 y Pos Natal 76.
En 1936 se creó la División de
Medicatura Rural del MSAS, al
principio estaba considerado un
médico por cada una de ellas,
pero
después cambió agregándose
más Medicaturas y más médicos
por cada
una de ellas. En 1938 eran 73 de
ellas y en 1954, 394 con 422
médicos.
En los años 50 del siglo XX el
sistema de salud se somete a
grandes retos, producto de las
campañas sanitarias exitosas,
transición
debido a la reducción de la
mortalidad general, aumento de
la tasa de
natalidad, esperanza de vida que
aumenta determino una
transición
epidemiológica compleja.
Predominaban entonces las
enfermedades
transmisibles que fueron
sustituidas por las no
transmisibles por lo
cual Gabaldón (24) insistió en
que se debían de estudiar los
factores de
riesgo, sus determinantes y
facilitadores de su aparición sin
abandonar
los programas de control y
atención de las enfermedades
transmisibles
y entre ellas las metaxénicas.
También otros problemas como
los
homicidios, suicidios y muertes
accidentales.
En los años 60 se vivió una difícil
situación económica; el Gobierno
tuvo que reducir el gasto
público y al MSAS le tocó
reducir el suyo en
en nuevas instalaciones para 3
229 camas, estaban en
construcción 15
hospitales generales y en
proyecto 10 más con 1 535
camas elevándose
a un total de 13 711.
Para ese momento Venezuela
estaba situada entre los primeros
países de América Latina como
de los más avanzados en calidad
y
cobertura de servicios médicos,
atendidos por los mejores
egresados
de los postgrados iniciados por JI
Baldó.
Estrecheces económicas en
desmedro de la salud del
venezolano,
con un gasto derivado para el
pago de personal, malas
administraciones de
los recursos llevaron a la
construcción de establecimientos
hospitalarios
Continuaron las estrecheces
económicas en los años 80 y 90.
La
población creció en forma
desmesurada, no acorde con la
construcción
de nuevos nosocomios,
superando así la oferta. Faltó
actualización,
reposición de equipos,
modernización de lo existente.
Se desarrollaron
planes Directores de
Arquitectura Hospitalaria y de
refacción de los
mismos, que no fueron tomados
en cuenta en los años siguientes.
Otros numerosos factores han
aparecido: el traslado de la
población rural hacia las
capitales de estado que crea un
gran
hacinamiento de personas pobres
en los llamados círculos
marginales
(cordones de miseria), cuna de
desajustes sociales severos de
graves
consecuencias; medidas como
eliminación de Divisiones de
control de
la Malaria y Saneamiento
Ambiental, y otras, conllevó a la
aparición
de enfermedades que se
encontraban ya controladas
como malari a,
difteria, disenterías. Aparición
de otras nuevas como el VIH
(1980),
Chicungunya, Zika, etc.
Los datos recopilados en 2007
indicaban un aproximado de 300
hospitales públicos y 457
hospitales privados, lucrativos y
no lucrativos.
La mayoría de los hospitales
públicos pertenecen al MPPS,
214. El IVSS
disponía de 33 hospitales. Las
Gobernaciones, Alcaldías,
Ministerio de
la Defensa, PDVSA y otros entes
públicos disponían de 53
hospitales.
El número de camas
arquitectónicas de los hospitales
para ese año fue
de 40 675. La Asociación
Venezolana de Clínicas y
Hospitales estimó
en mayo de 2011, que el número
de camas hospitalarias del sector
privado era cercano a las 2 300.
De estos, 90 % son hospitales
con
menor de 60 camas (25) (sic).
La distribución de los
Hospitales del MPPS (2007) era
como
sigue (25):
374 Díaz Bruzual A, López Loyo E.
La evolución histórica de la
cobertura de los Hospitales
públicos
OMS, la tasa de 30 camas por 10
000 habitantes era el promedio
para
América Latina (1964). En
países en desarrollo era superior
a los
40/10&000 hab. En Venezuela
esa tasa después de los años 60
ha venido
descendiendo en forma
dramática de tal manera que en
1996 era de
15/10&000 hab y para 2011 era
de 10,85/10 000 hab,
respectivamente.
En el mismo estudio de 2011
(26) observamos un descenso
notable
del número de días de
hospitalización, admisiones,
intervenciones
quirúrgicas y consultas externas.
Es interesante notar que en 1980
la población nacional era de
14 703 00 hab con una tasa
(camas) de 27/10 000 hab.
Mientras que
en 2011 con una población
estimada en 29 277 736, la tasa
se redujo
a 10,85/10 000 hab, con una
población duplicada se redujo
2,6 veces.
Haciendo un cálculo de
disponibilidad real de camas
hospitalarias
del sector público para 2011
faltarían 16 camas/ 10 000 hab
(46 831)
para que la situación se hubiere
acercado a la estimación
promedio.
De las 28 546 censadas en el año
2000 para el año 2010 eran 17
606
funcionales (27). Según el
informe unas camas no eran
utilizables por
Para el año 2011 las camas
hospitalarias del sector público
estaban distribuidas de la
siguiente manera: MPPS 19.026
(hospitales
adscritos), 6 312 en el IVSS, 2
700 al Instituto Nacional de
Servicios
Tipo Número Porcentaje Nº
camas
I 118 55 20-60
II 44 20 60-120
III 31 14 250-300
IV 21 10 > 300
Decreto nº 1798 del 20-1-1983
85 hospitales públicos tipo III y IV (MPPS, IVSS, FA,
Gobernaciones, Alcaldías)
Sociales (INAGER); 1 844 al
Ministerio de la defensa, 312 de
PDVSA
El número de intervenciones
quirúrgicas (271.571), en 2011,
disminuyeron 6 % con respecto
al año 2010, cuando se realizaron
289 810. Si se comparan con
2005 (344 075) el declive fue de
21 %.
Las consultas externas bajaron
de 7 467 915 cifra de 6 años
atrás, a
5 153&796 el año pasado, para
situarse en 5 008 920 en 2011, lo
que
851 498 ingresos, hubo un
descenso de 11% en relación con
200

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