Está en la página 1de 16

UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLOGICAS

ASIGNATURA
PSICOLOGIA DEL DESARROLLO II

DOCENTE
PhD. LIANET ALONSO JIMÉNEZ

INTEGRANTES
ELIZABETH AGUIRRE LOOR
MARIELA BAILÓN MEDRANDA
DAMARIS CABRERA BALDEÓN
KERLLY GONZALEZ TIGRERO
ISRAEL MOGRO MORA
TAMIA ZAMBRANO FLORES

TEMA:
TRASTORNOS MENSTRUALES E INFERTILIDAD

CUARTO SEMESTRE

CICLO I 2019-2020

22 DE JULIO DE 2019
LA MENSTRUACCIÓN

Se denomina menstruación o periodo al sangrado mensual de la mujer al proceso fisiológico

por el que las mujeres expulsan periódicamente por la vagina un óvulo maduro no fecundado con

sangre y otras materias procedentes del útero. Durante la menstruación, el cuerpo femenino se libera

de las células de recubrimiento del útero. La sangre menstrual fluye de éste a través de una abertura

en el cuello uterino y abandona el cuerpo a través de la vagina (Anónimo, 2015).

Signos presentes durante el ciclo menstrual

Cuando las mujeres empiezan a familiarizarse con el periodo aprenden a distinguir,

aunque sea vagamente, los signos de cada fase del ciclo menstrual. Dependiendo de la etapa los

síntomas pueden variar:

En la fase de preovulación (días posteriores a la regla) se tiene la sensación de plenitud,

de energías renovadas y fuerza.

Durante la fase de ovulación (unas dos semanas después de la regla) es frecuente

experimentar un dolor punzante en un lado de la parte baja del vientre y un aumento de la

secreción vaginal o flujo.

La fase de postovulación (unos días antes de la regla) es la etapa más prolija en cambios

físicos y también psíquicos, hasta el punto de que algunas mujeres pueden sufrir el

denominado síndrome premenstrual, una serie de molestias que varían dependiendo de la mujer y

que suelen aparecer al empezar la menstruación.

TRASTORNO MENSTRUAL
El síndrome premenstrual (SPM) es un trastorno que produce malestar físico y tensión

emocional hasta dos semanas antes del periodo menstrual. Los síntomas pueden incluir fatiga,

jaquecas, hinchazón y dolor de los senos, hinchazón de manos o pies, inflamación abdominal,

nausea, cólicos, estreñimiento, antojos de comida, aumento de peso, ansiedad, depresión,

irritabilidad, oscilaciones del estado de ánimo, tendencia al llanto y dificultad para concentrarse

o recordar. Hasta 85% de las mujeres que menstrúan puede tener algunos síntomas, pero solo

entre 5 y 10% de ellas amerita un diagnóstico del síndrome premenstrual American College of

Obstetricians & Gynecologists (ACOG); Moline y Zendell (2000) citado en Papalia (2012). La

causa del síndrome premenstrual no se entiende del todo, pero parece ser una respuesta a los

aumentos mensuales normales de las hormonas femeninas estrógeno y progesterona Schmidt,

Nieman, Danaceau, Adams y Rubinow (1998) citado en Papalia (2012), así como a los niveles de

la hormona masculina testosterona y de serotonina, un químico del cerebro ACOG (2000) citado

en Papalia (2012). Fumar puede aumentar el riesgo de las mujeres de desarrollar el síndrome

premenstrual Bertone-Johnson, Hankinson, Johnson y Manson (2008) citado en Papalia (2012).

En ocasiones, los síntomas del síndrome premenstrual pueden ser aliviados o

minimizados por medio del ejercicio aeróbico, consumo frecuente de comidas pequeñas, una

dieta alta en carbohidratos complejos y baja en sal y cafeína, y rutinas regulares de sueño.

También pueden ayudar los complementos de calcio, magnesio y vitamina E. Los medicamentos

pueden aliviar síntomas específicos, por ejemplo, un diurético para la inflamación y el aumento

de peso ACOG (2000) citado en Papalia (2012). El síndrome premenstrual puede confundirse

con la dismenorrea (menstruación dolorosa o “cólicos”). Los cólicos suelen afectar a las mujeres

jóvenes, mientras que el síndrome premenstrual es más característico de las mujeres de 30 o más
años. Los trastornos menstruales son más comunes en los dos extremos de la vida fértil, antes de

los 20 años o después de los 40 años.

Síndrome premenstrual:

Como sujetos del estudio se incluyeron mujeres de 18-45 años del departamento que

acuden al centro de salud y al CSSR durante el periodo del 1 de noviembre de 2017 al 15 de

marzo de 2018. Se presentó como no diagnosticada un 97,8% de la muestra y tratada sólo con

fármacos analgésicos o nada un 62,2% (Folgado, Pérez, Guillén, & Planells, 2018).

Se estima que entre el 20% y el 40% de las mujeres tienen síntomas premenstruales

durante la fase lútea y alrededor de 5 al 8% sufren de síndrome premenstrual (SPM), llegando a

presentar síntomas incapacitantes (4,8%). La mayoría de estas mujeres también cumple los

criterios de trastorno disfórico premenstrual.

En Ecuador del 70% al 90% de mujeres en edad reproductiva padece por lo menos uno

de los síntomas de SPM, y por lo menos el ellos 3% al 10% de casos fue severo e incapacitante.

Algunas mujeres declaran su tensión afecta más diariamente a su familia, las relaciones

personales, la productividad de trabajo y actividades sociales. De las mujeres que presentan

SPM, del 3% al 8% cumplen con criterios

de severidad, el cual es conocido como

desorden disfórico premenstrual (DDPM),

qué causa deterioro funcional incapacitante

(Pila & Remache, 2011).

Un estudio realizado en la ciudad de Guayaquil encontró una incidencia de síntomas

premenstruales de 51.4% en jóvenes cuyas edades van de 14 a 22 años. Sólo un 9% de las


mujeres busca tratamiento para su problema. Entre el 50% y 80% de las mujeres de edad

reproductiva experimentan por lo menos unos síntomas premenstruales que varían de apacible a

severo. Un 18% de mujeres tienen el síndrome premenstrual severo y 3% a 8% califican para un

diagnóstico de DDPM causando deterioro funcional. Estudios epidemiológicos reflejan que hasta

un 80% de las mujeres en edad reproductiva experimentan alguna vez en su vida uno o varios de

los síntomas asociados al SPM.

De las 425 entrevistadas, varias han presentado varios síntomas en el síndrome

premenstrual, estos varían en intensidad y pueden presentarse más de un síntoma a la vez.

CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS MENSTRUALES

Menstruaciones dolorosas

Un tercio de las mujeres sufre dismenorrea o reglas muy dolorosas. El dolor es parecido

al de un retortijón, pero más intenso y puede llegar a acompañarse de náuseas, vómitos o mareos.

Es el médico quien determina el tratamiento más adecuado para cada caso. Algunos estudios

indican que la dismenorrea puede estar relacionada con un exceso de producción de


prostaglandinas. En determinados casos, las mujeres encuentran cierto alivio dándose un baño

caliente o con un masaje relajante en el abdomen en cuanto aparecen las primeras señales de

dolor (Anónimo, 2015).

La dismenorrea, es un dolor usualmente abdominal que puede aparecer al comienzo de la

menstruación, aunque también se asocia con otros síntomas como calambres en las piernas y a

veces por la intensidad del dolor a cuadros vágales asociados con mareos y vómito.

El dolor en la regla puede ser de origen primario presentándose al comienzo de los ciclos

menstruales, en la juventud, y tiende a durar toda la vida.

La dismenorrea secundaria comienza posteriormente, mujeres más mayores a lo largo de

la vida, y son secundarios a otros problemas o enfermedades del órgano reproductor femenino

como puede ser la enfermedad pélvica inflamatoria o la endometriosis. Parece que tienen más

tendencia a la dismenorrea las mujeres fumadoras, el beber alcohol durante la menstruación, el

exceso de peso, y el comienzo de las reglas (menarquia) muy precoz (antes de los 11 años).

Se calcula que la dismenorrea afecta hasta a 90% de las mujeres y que alrededor de 15%

experimenta síntomas severos que pueden afectar las responsabilidades educativas y

ocupacionales Mannix (2008) citado en Papalia (2012).

La dismenorrea es ocasionada por contracciones del útero iniciadas por la prostaglandina

(una sustancia similar a una hormona) y puede ser tratada con inhibidores de la prostaglandina,

como el ibuprofeno (Wang et aI., 2004). Se calcula que la dismenorrea afecta hasta a 90% de las

mujeres y que alrededor de 15% experimenta síntomas severos que pueden afectar las

responsabilidades educativas y ocupacionales (Mannix, 2008). Según las estadísticas, la sufren

entre el 30 y el 50% de las mujeres y suele ser hereditario. Suele producirse en mujeres de entre
17 y 25 años y es poco habitual en edades posteriores o tras haberse iniciado sexualmente o

tenidos hijos.

En Ecuador

Se diseñó un estudio descriptivo transversal, en jóvenes entre 17 y 27 años de edad, en el

Distrito Metropolitano de Quito en diciembre del 2010. La muestra fue de 1062. En la encuesta

se excluyó a las jóvenes con ausencia de menarquia al momento del estudio y a aquellas con

diagnóstico de patología ginecológica (García, 2011).

Se encontró una prevalencia de dismenorrea primaria del 77.9% de la población

estudiada, el 52.6% abandona sus actividades escolares debido al dolor. La dismenorrea fue

reportada como “leve” en 12.8%, “moderada” en 41.6% y “severa” en un 45.6% de las

estudiantes. Los síntomas más frecuentes identificados con el dolor menstrual fueron cambios de

humor (54.3%), distensión abdominal (46.4%), astenia (37%), cefalea (34.9%), sensación de

tristeza (34.2%), dolor en senos (29.9%), náusea (20.2%), mareo (15.4%), diarrea (4.7%), vómito

(4.2%) y lipotimia (4.2%). El 23% de las adolescentes con dismenorrea ha consultado a un

médico respecto al dolor y el 55.3% se automedican. Los fármacos más utilizados son AINES en

un 85.3%.

La dismenorrea primaria es una patología altamente prevalente en mujeres adolescentes y

una causa de ausentismo escolar. La padecen cerca del 50% de las mujeres, de las cuales un 55%

disminuye sus actividades diarias debido a la sintomatología. Afecta del 60 al 93% de las

adolescentes y comienza con el establecimiento de los ciclos ovulatorios regulares.3, 9 Se la

relaciona además con el ausentismo escolar y bajo rendimiento laboral. que oscila entre 11 a

45% por esta causa. De un 84% de jóvenes, un 42% la referían como severa, el 59% encontraban
limitada su actividad diaria y un 50% sus actividades deportivas. La endometriosis es la

alteración ginecológica más frecuentemente asociada a dismenorrea en pacientes jóvenes, siendo

un hallazgo común (70%) en mujeres con dolor pélvico refractario al manejo con analgésicos y

anticonceptivos.

El 56.3% de las adolescentes con dismenorrea utiliza fármacos para aliviar el dolor,

mientras que un 36.6% lo hace aplicando calor local en hipogastrio. Un 20% utiliza solamente

remedios caseros, dentro de los cuales encontramos entre las más frecuentes aguas de manzanilla

(31.5%), agua de higo (18.2%) y agua de orégano (17.6%).

Menstruaciones irregulares

No son muchas las mujeres que tienen un periodo “de libro”, es decir, de 28 días. De

hecho, muchas tienen ciclos menstruales de más o menos días, por lo que se considera normal la

oscilación entre los 21 y los 35. Cuando el ciclo supera las seis semanas de duración ya se
considera irregular, aunque no es preocupante en los primeros años de la menstruación, porque

pasa algún tiempo hasta que los ciclos se regulan. (Anónimo, 2015)

Dentro de las menstruaciones irregulares encontramos los trastornos de ritmo

(Endocrinología, 2010):

 Polimenorrea que consiste en el acortamiento del intervalo menstrual a menos de 21 días. El

mecanismo de su producción es variable. En la mayoría de los casos se encuentra acortada la

fase lútea, porque el cuerpo lúteo entra precozmente en regresión.

 Oligomenorrea que se define como menstruaciones poco frecuentes, ciclos menstruales que

duran más de 45 días debido a un alargamiento de la fase preovulatoria. Las menstruaciones

suelen aparecer cada 3 o 4 meses, aunque suelen ser normales en cuanto a cantidad y

duración. Puede presentarse en el periodo postmenárquico y en la premenopausia debido a

fluctuaciones ováricas. Puede deberse también a alteraciones endocrinas y trastornos

psíquicos.

Las causas de oligomenorrea son esencialmente las mismas que las de amenorrea

secundaria. Se destacan el retraso madurativo, el síndrome del ovario poliquístico, la privación

calórica y la hiperprolactinemia (Aguado, 2009).

 Retraso madurativo

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud, la duración media del primer ciclo

después de la menarquia es de 34 días, y el 38% de los ciclos superan los 40 días.

Alrededor del 10% de las adolescentes tienen ciclos mayores de 30 días en los 4 años

posteriores a la menarquia.
 Síndrome del ovario poliquístico (SOP)

Probablemente sea la causa más frecuente de oligomenorrea persistente en la

adolescencia. El SOP afecta al 4-7% de las mujeres en edad reproductiva.

 Privación calórica

La malnutrición y la pérdida de peso interfieren significativamente con la función

menstrual. Se considera necesario un IMC de al menos 19 kg/m2 para que se produzca la

menarquia, y el mantenimiento del ciclo ovulatorio requiere que el tejido adiposo

represente al menos el 22% del peso corporal. La amenorrea u oligomenorrea se observa

en el 6-79% de las adolescentes deportistas.

En Ecuador

El 20,93% de jóvenes con síndrome de ovario poliquístico (SOPQ), padecen de oligomenorrea.

 Amenorrea, que se refiere a la ausencia de menstruación: la primaria se presenta, cuando una

mujer ha cumplido 18 años y nunca ha tenido la menstruación está puede deberse a una

enfermedad del ovario, de la glándula pituitaria o del hipotálamo. A partir de esto se puede

evidenciar: estatura baja, genitales externos infantiles o genitales externos ambiguos con

clítoris crecido. Por otro lado, la amenorrea secundaria es la pérdida de la menstruación en un

periodo superior a 3 meses, una vez que el ciclo menstrual ya estaba establecido. Las causas

más comunes pueden ser un embarazo, la menopausia, alteraciones hormonales o emocionales

diversas, etc. Además, pueden estar acompañadas de síntomas de bochornos, obesidad y

aumento del vello.


(Cabrera & Guerrero, 2016)

De las 258 mujeres entrevistadas, la manifestación clínica con mayor porcentaje es la amenorrea

representada por un 31.4 % (n=81), seguido de la dismenorrea con un 24.4% (n=63).

Reglas muy abundantes

Algunas mujeres sufren periodos o reglas muy abundantes. Un sangrado excesivo no

tiene que significar que algo vaya mal, a veces se produce cuando se ha dejado de tomar la

píldora anticonceptiva, tras un parto o en mujeres próximas a la menopausia (Anónimo, 2015).

La menorragia y la metrorragia son dos de los trastornos menstruales más frecuentes que se suele

presentar, y suponen dos alteraciones del período menstrual con características diferentes.

 Hipermenorrea- menorragia, en el caso de la menorragia, también

denominada hipermenorrea, esta comprende un sangrado menstrual excesivo, bien sea en

cantidad o en duración, pero que está siempre vinculado al ciclo menstrual regular. Se
considera uno de los síntomas más frecuentes por los que se acude a consulta ginecológica y

no siempre es una señal de alguna patología orgánica o funcional.

 Metrorragia, comprende toda hemorragia uterina inusual, ajena al período de ovulación, que

se presenta sin periodicidad y que puede variar en cuanto a cantidad y duración. Puede ser

signo de patologías orgánicas, que dependen de daños en el tracto genital, o funcionales,

que generan hemorragias irregulares sin que existan inflamación, tumores ni embarazo (Hoyos,

2018).

De las 84 mujeres entrevistadas de Guayaquil, el 17, 10% presenta hipermenorrea o menorragia;

y metrorragia con 24, 14%. (Camacho, 2013)

Reglas con flujo escaso

Hipomenorrea, es un trastorno de cantidad ya que la menstruación presenta un flujo muy escaso

o es de muy corta duración (2 días o menos). La principal causa radica en el útero, ya que de él

dependen la duración y la cantidad del sangrado menstrual. Entonces si el útero es muy pequeño
de tamaño o reducido quirúrgicamente lo más probable es que se presente este trastorno. Otras

investigaciones creen que los factores psicológicos también pueden influir, aunque la evidencia

científica en este sentido es muy débil (Endocrinología, 2010).

Se aplicaron un total de 909 encuestas de las cuales se eliminaron 14.63% debido a que

no cumplieron con la totalidad de las respuestas del CGS (Cuestionario General de Salud de

Goldberg), resultando un total de 776 mujeres. La edad promedio fue de 23.0 ± 6.0 años, el

inicio de vida sexual en aquellas que tenían iniciada su práctica, fue a los 19.7± 3.6 años. La ED-

SM (Escala Diagnóstica de Sangrado Menstrual) mostró una distribución diagnóstica de 2.8%

para amenorrea e hipomenorrea (Morales-Carmona, Pimentel-Nieto, & Bustos-López, 2008).

Prevención

Dado que las causas son muy diferentes y en algunos casos desconocidas, no existe ningún

método que ayude a prevenir estos trastornos con seguridad (Anónimo, 2015).

Sin embargo, seguir estas pautas puede ayudar a reducir los síntomas:

 Alimentación: Llevar una dieta sana, rica en verduras y frutas, como la mediterránea.

Reducir el consumo de sal para evitar la hinchazón y comer un poco más de azúcar de lo

habitual, pues puede ayudar a regular el nivel de glucosa si te sientes falta de energía.

 Ejercicio: Practicar de forma regular deporte.

 Relajación: Evitar en lo que puedas situaciones estresantes. Aprender métodos de relajación.

También ayuda leer un buen libro o dar un paseo.

Tratamientos

El tratamiento variará en función del tipo de trastorno:


 Amenorrea: Se suelen recetar hormonas para inducir la menstruación.

 Ciclo menstrual prolongado o acortado: Pueden tomarse preparados hormonales para

regularlo, aunque en muchas ocasiones no se precisa de un tratamiento y se normaliza en la

siguiente menstruación.

 Regla intensa y prolongada: Se usan preparados hormonales o se trata de identificar la

causa. Esta puede ser un mioma, para lo que se precisa de una cirugía; una infección que se

puede solucionar por un raspado de útero o legrado; o en los casos más extremos, se extirpa el

endometrio o el útero por completo.

 Hipomenorrea o regla débil: No precisa de tratamiento.

 Regla irregular o metrorragia: Se suelen recetar preparados hormonales u otros métodos

dependiendo de la causa.

 Menstruación dolorosa o calambres (dismenorrea): Se recetan medicamentos

antiespasmódicos y analgésicos, así como realizar ejercicios terapéuticos y, en algunos casos,

se recomiendan ejercicios de relajación.

Algunos efectos psicológicos de los trastornos menstruales

 Depresión: por motivo de la ausencia o presencia excesiva de la menstruación que puede

estar vinculada con un embarazo (deseado o no), pensamientos negativos ante la

presencia de posibles enfermedades, posibilidades de infertilidad, entre otras.

 Fatiga: a causa de malestares físicos como los vómitos, mareos, náuseas, dolores de

cabeza y musculares que provocan


 Variaciones en el estado anímico: debido a los variados cambios hormonales que se dan

en cada trastorno que suelen ser irregulares, los cambios que se evidencia en el peso,

 Cambios o alteraciones: en las relaciones familiares, laborales y sociales

 Alteración en la realización de actividades: más presente en la dismenorrea debido a

los dolores intensos que provoca este trastorno.

Referencias

Aguado, J. G. (2009). Archivos. Recuperado el 19 de julio de 2019, de http://archivos.fapap.es/files/639-


559-RUTA/16dfcb552f916edcdc9b1e4b10e9e546.pdf

Anónimo. (26 de noviembre de 2015). Cuidateplus. Recuperado el 15 de julio de 2019, de


https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/ginecologicas/trastorno-menstruacion.html

Cabrera, V. N., & Guerrero, S. C. (2016). DSpace-Cuenca. Recuperado el 19 de julio de 2019, de


http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/25838/1/PROYECTO%20DE%20INVESTIGA
CI%C3%93N.pdf

Camacho, L. D. (2013). Repositorio- UCSG. Recuperado el 19 de julio de 2019, de


http://repositorio.ucsg.edu.ec/bitstream/3317/2088/1/T-UCSG-PRE-MED-199.pdf

Endocrinología, C. N. (2010). Sap. Recuperado el 15 de julio de 2019, de


https://www.sap.org.ar/docs/publicaciones/archivosarg/2010/v108n4a17.pdf

Folgado, L., Pérez, J. D., Guillén, P., & Planells, N. (septiembre de 2018). Enfermeria 21. Recuperado el 19
de julio de 2019, de
https://www.enfermeria21.com/revistas/matronas/articulo/139/prevalencia-del-sindrome-
disforico-premenstrual/

García, M. A. (2011). Repositorio. Recuperado el 19 de julio de 2019, de


http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/4801/TESIS%20FINAL%201.pdf?sequen
ce=3&isAllowed=y

Hoyos, M. (14 de mayo de 2018). La mente es maravillosa. Recuperado el 15 de julio de 2019, de


https://lamenteesmaravillosa.com/hipermenorrea-causas-y-tratamientos/

Morales-Carmona, F., Pimentel-Nieto, D., & Bustos-López, H. (2008). Medigraphic. Recuperado el 19 de


julio de 2019, de https://www.medigraphic.com/pdfs/revinvcli/nn-2008/nn086e.pdf

Papalia, D. (2012). Desarrollo Humano (10 ed.). México: McGRAW-HILL. Recuperado el 15 de julio de
2019

Pila, D. K., & Remache, D. H. (junio de 2011). DSpace. Recuperado el 19 de julio de 2019, de
http://www.dspace.uce.edu.ec/bitstream/25000/627/3/T-UCE-0006-24.pdf

También podría gustarte