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El Sexto
El Sexto
2. Género: narrativo
3. ESPECIE: Novela
4. ESCENARIO O lugar: Prisión de Lima
5. Epoca: Siglo XX
6. TEMA:
Igualdad de derecho Que Dębe Haber Entre las personalidades
7. PERSONAJES:
Principales
> Gabriel , el narrador-protagonista, es un joven estudiante, Serrano, artista,
idealista, apolítico.
> Alejandro Cámac , hombre maduro, alto, flaco, serrano, de origen campesino,
carpintero de Minas, sindicalista y comunista.
> Juan , joven, alto, blanco, arequipeño y aprista. Es la esperanza de su partido,
aunque el se define Como solista de el musculo Del Mismo, Otros Siendo los
cerebros.
> Francisco Estremadoyro, apodado «Pacasmayo» , Por Ser Natural del Puerto
de ese. nombre, situado en el Departamento de La Libertad, Donde Tenia para
un negocio de lanchas.
> Maraví , delincuente de alta peligrosidad, gordo, bajo y achinado.
> Puñalada , Es Un negro asesino y ladrón.
> Rosita , homosexual y travestido, quien purga Prisión por ladrón y asesino.
Secundarios
> Luis preso Político, natural de Cutervo en el Departamento de Cajamarca .
> Pedro , preso Político, viejo, limeño.
> «El Clavel» , homosexual muchacho de la ONU, de tez clara, Que es traido de
la calle y encerrado En Una celda de Donde el Puñalada y Su gente lo
prostituyen, cobrando A Cada Usuario Diez soles.
> «El Pianista » o «El Musico», Es Un preso Vago, quien Sufre de maltratos,
humillaciones y Violaciones De parte de Puñalada y Otros presos avezados, y
Termina por enloquecer.
8. RESUMEN:
EDITORIAL: HORIZONTE
AÑO DE PUBLICACIÓN. 1961
ANALISIS DE LA NOVELA:
Cuando tenía dos años y medio de edad, falleció su madre, víctima de cólicos hepáticos;
pasó entonces a vivir a la casa de su abuela paterna, Teresa Arellano, en la ciudad de
Andahuaylas. En 1915, su padre, al ser nombrado Juez de primera instancia de la
provincia de Lucanas (departamento de Ayacucho), se trasladó a dicha sede, donde
poco después se casó con una rica hacendada de San Juan de Lucanas, doña
Grimanesa Arangoitia Iturbi Viuda de Pacheco (1917).
El pequeño José María viajó entonces a Lucanas, para reunirse con su madrastra; el
viaje fue todo un acontecimiento para él, como lo recordaría siempre. La familia se
instaló en Puquio, la capital de la provincia. En 1919, tras la ascensión al poder de
Augusto B. Leguía, el padre, que era del partido contrario, fue removido de su cargo de
Juez y tuvo que tornar a su oficio de abogado litigante y viajero, con visitas esporádicas
a su familia.
Esta parte de la infancia de Arguedas estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo
con su madrastra y con su hermanastro Pablo Pacheco. Aquella sentía por su hijastro un
evidente desprecio, y en una ocasión lo mandó a convivir con los criados indígenas de la
hacienda.
Pasaron por Huamanga, Cuzco y Abancay. En ésta última ciudad ingresó, junto con su
hermano Arístides, como interno en el Colegio Miguel Grau de los Padres Mercedarios,
mientras su padre continuaba su vida itinerante. Dichas peripecias a través del sur del
Perú y su internado en el colegio abanquino serían evocadas después en su novela Los
ríos profundos. En 1925 sufrió un accidente que lo llevó a perder dos dedos de la mano
derecha.
A raíz del fallecimiento de su padre, ocurrido al año siguiente, se vio forzado a ganarse la
vida y entró a trabajar como auxiliar en la Administración de Correos. En 1933 publicó su
primer cuento: Warma kuyay. En 1935 publicó Agua, su primer libro de cuentos, que
obtuvo el segundo premio de la Revista Americana de Buenos Aires.
En 1936 fundó con Augusto Tamayo Vargas, Alberto Tauro del Pino y otros, la revista
Palabra, en cuyas páginas se ve reflejada la ideología propugnada por José Carlos
Mariátegui. En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la
visita del general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista.
Fue trasladado al penal “El Sexto” de Lima, donde permaneció 8 meses en prisión,
episodio que tiempo después evocó en la novela del mismo nombre. Poco después,
lograda ya su Licenciatura de Literatura en San Marcos, inició su carrera docente en el
Colegio Nacional Mateo Pumacahua de Sicuani, en el departamento de Cuzco, como
profesor de Castellano y Geografía (1939-1941). Allí, junto con sus alumnos, llevó a cabo
un trabajo de recopilación del folclor local.
Durante cinco años estuvo, según confesó, neutralizado para escribir. Se recuperó, pero
eventualmente tendría otras recaídas posteriores. En 1948, se le redujeron las horas de
clases y el sueldo de profesor que recibía en el Ministerio de Educación, bajo la
acusación de hacer propaganda comunista. Finalmente fue cesado (1949). Eran los días
de la dictadura de Manuel A. Odría. Sin embargo, continuó ejerciendo diversos cargos en
instituciones oficiales encargadas de conservar y promover la cultura. En marzo de 1947
fue nombrado Conservador General de Folklore del Ministerio de Educación, para luego
ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo
Ministerio (1950-1952). Llevó a cabo importantes iniciativas orientadas a estudiar la
cultura popular en todo el país. Por su gestión directa, Jacinto Palacios, el gran trovador
andino, grabó el primer disco de música andina en 1948. Los teatros Municipal y Segura
abrieron sus puertas al arte andino. Entre 1950 y 1953 dictó cursos de Etnología y
Quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones.
En 1953 fue nombrado Director del Instituto de Estudios Etnológicos del hoy Museo
Nacional de la Cultura Peruana, cargo en el que permaneció durante diez años;
simultáneamente dirigió la revista Folklore Americano (órgano del Comité
Interamericano de Folklore, del que era secretario). El cuento La muerte de los hermanos
Arango, que publicó en 1953, obtuvo el primer premio del Concurso Latinoamericano de
Cuento en México. En 1954 publicó la novela corta Diamantes y pedernales.
En 1958 publicó Los ríos profundos, novela autobiográfica, por la cual recibió en 1959 el
Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma. Esta novela ha sido
considerada como una obra maestra. Por entonces empezó a ejercer como catedrático
de Etnología en la Universidad de San Marcos (de 1958 a 1968).
De la misma disciplina fue también profesor en la Universidad Nacional Agraria La
Molina (de 1962 a 1969). En 1961 publicó su novela El Sexto, por la cual se le concedió,
por segunda vez, el Premio Nacional de Fomento a la Cultura Ricardo Palma (1962).
Dicha obra es un relato novelado de su experiencia carcelaria en el famoso penal situado
en el centro de Lima, clausurado en 1986. En 1962 editó su cuento La agonía de Rasu
Ñiti. Viajó en ese mismo año a Berlín Occidental (Alemania), donde se llevó a cabo el
primer coloquio de escritores iberoamericanos, organizado por la revista Humboldt. En
1963 fue nombrado Director de la Casa de la Cultura del Perú, donde llevó a cabo una
importante labor profesional; sin embargo, renunció al año siguiente, como gesto de
solidaridad para con el presidente de la Comisión Nacional de Cultura.
En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran consistencia
narrativa, en la que el escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos humanos que
conforman el Perú y a la vez los conflictos determinados por los cambios que origina en
las poblaciones andinas el progreso contemporáneo.
Ese mismo año le fue otorgado el premio “Inca Garcilaso de la Vega”, por haber sido
considerada su obra como una contribución al arte y a las letras del Perú. En esa
ocasión pronunció su famoso discurso: No soy un aculturado. Sin embargo, por esta
época sus angustias existenciales se agudizaron y surgió nuevamente la idea del
suicidio tal como lo atestigua su “Primer diario”, el cual insertará en su novela póstuma.
Finalmente renunció a su cargo en la Universidad Agraria y el 28 de noviembre de 1969
se encerró en su oficina y se disparó un tiro en la cabeza, a causa del cual murió,
después de pasar cinco días de penosa agonía (2 de diciembre de 1969). El día de su
entierro, tal como el escritor había pedido en su diario, un indio tocó el violín ante su
féretro y luego pronunció un breve discurso, en palabras que transmitieron el
sentimiento del pueblo indígena, que lamentó profundamente su partida.
OBRAS
NOVELAS Y CUENTOS
1935 - Agua. Los escoleros. Warma kuyay. Libro de cuentos. Segundo premio en el
concurso internacional promovido por la Revista Americana de Buenos Aires. Traducida
al ruso, alemán, francés e inglés por La Literatura Internacional, de Moscú. 1941 - Yawar
Fiesta. Novela. Revisada en 1958. 1953 - La muerte de los hermanos Arango. Cuento.
Primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuento en México. 1954 - Diamantes y
pedernales . Novela. 1958 - Los ríos profundos. Novela. Premio Nacional de Fomento a la
Cultura Ricardo Palma en 1959. Fue reeditada en 1978 por la Biblioteca Ayacucho de
Caracas con prólogo de Mario Vargas Llosa. 1961 - El Sexto. Novela. Premio Nacional de
Fomento a la Cultura Ricardo Palma en 1962. 1962 - La agonía de Rasu Ñiti. Cuento. 1964
- Todas las sangres. Novela. 1965 - El sueño del pongo. Cuento. 1967 - Amor mundo y
todos los cuentos. Libro de cuentos. 1971 - El zorro de arriba y el zorro de abajo. Novela
que dejó inconclusa y que fue publicada póstumamente. En sus páginas traza una
explicación de la crisis que lo llevó al suicidio. 1973 - Cuentos olvidados. Compilación
póstuma de cuentos. En 1983 la editorial Horizonte de Lima editó las obras completas de
José María Arguedas en cinco tomos, compilada por Sybila Arredondo de Arguedas.
POESÍA
Escritos primero en quechua, y luego traducidos al español por el mismo autor, los
poemas de Arguedas asumen concientemente la tradición de la poesía quechua, antigua
y moderna, convalidan la visión del mundo que la anima, revitalizando sus mitos
esenciales y condensan en un solo movimiento la protesta social y la reivindicación
cultural.
- Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru.
Himno-canción. 1966 - Oda al jet. 1969 - Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso
de Vietnam. 1972 – Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en versiones
quechua y española. Publicado póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas.
Estudios etnológicos, antropológicos y del folclore [editar]1938 - Canto kechwa. Con un
ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Edición
bilingüe preparada en la prisión. 1947 - Mitos, leyendas y cuentos peruanos. Recogidos
por los maestros del país y editados en colaboración con Francisco Izquierdo Ríos. 1949
- Canciones y cuentos del pueblo quechua. 1953 - Cuentos mágico-realistas y canciones
de fiestas tradicionales - Folclor del valle del Mantaro. 1956 - Puquio, una cultura en
proceso de cambio. 1957 - Estudio etnográfico de la feria de Huancayo. 1957 - Evolución
de las comunidades indígenas. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado en
1958. 1958 - El arte popular religioso y la cultura mestiza. 1961 - Cuentos mágico-
religiosos quechuas de Lucanamarca. 1966 - Poesía quechua. 1968 - Las comunidades
de España y del Perú. 1975 - Señores e indios - Acerca de la cultura quechua.
Compilación de Ángel Rama. 1976 - Formación de una cultura nacional indoamericana.
Compilación debida a Ángel Rama y cuyo título "busca interpretar... una preocupación
central de Arguedas". Bibliografía José Alberto Portugal, Las novelas de José María
Arguedas: Una incursión en lo inarticulado. (2007) Editorial Fondo PUCP. ISBN
9972428012 Elena Aibar Ray, Identidad y resistencia cultural en las obras de José María
Arguedas. (1992) Pontificia Universidad Católica del Perú. Antonio Cornejo Polar, Los
universos narrativos de José María Arguedas. (1997) Editorial Horizonte. Ciro A.
Sandoval and Sandra M. Boschetto-Sandoval (eds), Jose Maria Arguedas. (1998) Ohio
University Press. ISBN 0-89680-200-0 Sergio R. Franco, editor, José María Arguedas:
hacia una poética migrante. (2006) Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana.
ISBN 1-930744-22-6 Wilfredo Kapsoli (compliador), Zorros al fin del milenio: actas y
ensayos del seminario sobre la última novela de José María Arguedas. (2004)
Universidad Ricardo Palma/Centro de Investigación. ISBN 9972-885-75-5 Misha
Kokotovic, The colonial divide in Peruvian narrative: social conflict and transculturation.
(2005) Sussex Academic Press. ISBN 1-84519-029-7 Aymará de Llano, Pasión y agonía: la
escritura de José María de Arguedas. (2004) Centro de Estudios Literarios 'Antonio
Cornejo Polar'/Editorial Martin. ISBN 0-9747750-1-0 Amy Nauss Millay, Voices from the
fuente viva: the effect of orality in twentieth-century Spanish American narrative. (2005)
Bucknell University Press. ISBN 0-8387-5594-1 Melisa Moore, En las encrucijadas: Las
ciencias sociales y la novela en el Perú. (2003) Fondo Editorial Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. ISBN 9972-46-211-0 Melisa Moore, “Between two worlds: the
poetics of ethnographic representation in José Mara Arguedas' Las comunidades de
España y del Perú,” Bulletin of Spanish Studies 81, no. 2 (2004): 175-185. Alberto
Moreiras, The Exhaustion of Difference: the politics of Latin American cultural studies.
(2001) Duke University Press. ISBN 0-8223-2726-0 (cloth) 0822327244 (pbk.) Silverio
Muñoz, José María Arguedas y el mito de la salvación por la cultura. (1987) Editorial
Horizonte. Mario Vargas Llosa, La Utopia Arcaica: José Maria Arguedas y Las Ficciones
del Indigenismo. (1997) Fonode Cultura Económica. Thomas Ward, "Arguedas: su
alabanza del mestizo cultural", La resistencia cultural: la nación en el ensayo de las
Américas. (2004) Universidad Ricardo Palma/Editorial Universitaria. ISBN 9972-885-78-X
Elena Aibar Ray, Identidad y resistencia cultural en las obras de José María Arguedas.
(1992) Pontificia Universidad Católica del Perú. Ciro A. Sandoval and Sandra M.
Boschetto-Sandoval (eds), Jose Maria Arguedas. (1998) Ohio University Press. ISBN
0896802000 Sales Salvador, Dora (2004) Puentes sobre el mundo: Cultura, traducción y
forma literaria en las narrativas de transculturación de José María Arguedas y Vikram
Chandra. Nueva York/Bern/Frankfurt
El contexto social y político vivido es una época de crisis institucional del Estado
peruano, donde nuestro país se encontraba sumido en una grave inestabilidad, donde
imperaba un Estado Oligárquico, en el cual una minoría oprimía a las grandes mayorías.
Correspondiéndole también vivir aquel momento de cambio, de transformación; el
momento en el cual las Fuerzas armadas dirigidas por el General del ejército Peruano
Juan Velasco Alvarado decide poner fin a esta crisis a través de un golpe de estado al
Arquitecto Fernando Belaúnde en 1968 y decide implantar un gobierno de corte
nacionalista, basado en un capitalismo de Estado y buscando la democracia de
participación plena.
La crisis política que se desata por la supuesta pérdida de una página del contrato de la
International Petroleum Company con el Gobierno Peruano, lo que genera una ola de
indignación nacional y sirve de excusa para el golpe de estado de Juan Velasco
Alvarado el 3 de octubre de 1968. El "Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas"
(comandado por Velasco hasta el 29 de agosto de 1975 y luego por Francisco Morales
Bermúdez) emprende una ambiciosa reforma agraria, una masiva nacionalización de
empresas y toma medidas para fomentar una gran industria estatal. Confisca los medios
de prensa y hace gala de un agresivo discurso militarista y nacionalista. Pero los
problemas del reformismo militar evidencian pronto ineficiencia, endeudan al Estado y lo
lanzan a una aguda crisis económica.
Mismo que hasta esa década no era común en la doctrina de las Fuerzas Armadas del
Perú, que es tradicionalmente anti-militarista. Bajo la hipótesis de que una Guerra con
Chile se acercaba, el gobierno reacondicionó bases militares y adquirió entre 300 y 350
tanques T-55, entre 30 y 40 cazabombarderos Su-22, aprox. 500.000 fusiles Kalashnikov y
otros, de manera que el Perú pasó, en la década del 70, a ser la mayor potencia militar en
Sudamérica.
El gobierno del demócrata Guillermo Billinghurst y los dos del civilista José Pardo y
Barreda fueron probablemente los más notables. Los movimientos sociales se habían
organizado notablemente en esos años en el Perú. La lucha por la jornada de las ocho
horas laborales (cuyo marco legal había sido dado por Billinghurst), la fundación de los
partidos Comunista y Aprista y las poco conocidas revueltas campesinas en la sierra sur
del país (generada por los abusos de las grandes haciendas) generaron una activa vida
política. La creciente agitación social preparó el camino para la interrupción de la
democracia mediante un golpe de estado del ex civilista y ex ministro de hacienda
Augusto B. Leguía quien continuaría con la política económica de sus predecesores
aunque con marcados toques populistas.
El 28 de agosto de 1929 Tacna se reincorpora al Perú. Entre 1941 y 1942, Perú fue
agredido en su frontera norte por su vecino Ecuador. La agresión a Zarumilla originó la
guerra, que se extendió hasta una zona denominada Quebrada Seca, donde se inmoló el
héroe peruano Abelardo Quiñónez. Perú había formado una unidad de paracaidistas en
la zona e hizo uso de ella en el primer combate en el Hemisferio Sur donde intervinieron
tropas aerotransportadas, que produjo la toma de Puerto Bolívar el 31 de julio de 1941,
mes cuando cesaron las operaciones militares.
CONFLICTO MENOR.
Nacionalidad: Peruano
- Sexo: Masculino
Gabriel, la voz narrativa y personaje principal, en quien, por ser un serrano con altos
“ideales de justicia y libertad” (77) y “un estudiante sin partido” (31) se podría trazar una
continuidad con Ernesto de Los ríos profundos, en quien ya se percibía gran
sensibilidad social. De todas maneras, a pesar de estos deslumbramientos efímeros,
decidí seguir abocada a mi faena, a pesar de que en esta oportunidad la paga sea magra
y el esfuerzo más arduo.
La lluvia menuda, el cielo descolorido le recuerdan que la cárcel está en Lima; el ruido
de los automóviles, la torre de la iglesia cercana, no obstante su proximidad, le recortan
el espacio y lo insertan en el paisaje de la prisión, crucero principal de la ciudad
moderna. El Sexto, erguido y voluminoso, se le antoja un monstruo que tritura a sus
huéspedes impertubablemente. En diálogo con Cámac, su compañero de celda,
sindicalista minero, intuitivo y serrano como él, Gabriel aprende las más claras lecciones
sobre la cárcel y la vida. Cámac tenía un ojo enfermo que le supuraba sin pausa; pero
por el sano irradiaba una luz convincente, de tenaz rebeldía. La opacidad y el fulgor de
sus ojos impresionan a Gabriel y trasuntan la lucidez y el desvarío de las pláticas;
entretanto, el monstruo cosificado adquiere otra significación: en él se apretuja la
estructura humana y económica del Perú contemporáneo, sólo que, paradójicamente, el
sector popular ocupa el nivel más alto, cual si se hubiese invertido la pirámide.
- Nacionalidad Peruano
- Sexo Masculino
COMENTARIO FINAL
La novela el “Sexto” es en el Perú con lo duro que pueda sonar mi comentario sobre la
novela de Arguedas que “El Sexto” con todas las miserias que encierra en especial esa
degradación de los valores morales es sin duda, alguna un fiel reflejo de la sociedad
peruana actual a pesar que han pasado décadas desde su publicación; los elementos
literarios con los que se da vida a la novela aún mantienen plena vigencia; en efecto la
sociedad peruana es como esta famosa cárcel porque ahí se observan todas las miserias
humanas pero, del mismo modo también ahí se encuentran las semillas del cambio de la
sociedad en los llamados presos políticos que privados de su libertad por las dictaduras
están en la cárcel por su anhelo de cambiar el país.
De ahí que Arguedas señale que en el “Sexto” también encontró la generosidad por eso
digo que esta obra refleja la sociedad peruana con sus miserias pero también con sus
virtudes, con su depravación pero, también con su heroísmo, su altruismo.
Arguedas dibujo la realidad carcelaria para darnos a entender que el Perú como una
sociedad encontramos lo mejor y lo peor de la sociedad “El sexto” es una obra de
denuncia social y de reflejo de la sociedad es por ello que alcanza una importancia
sociológica e histórica. Así como su belleza literaria en resumidas cuentas es una
declaración de hartazgo con la sociedad injusta y un grito de libertad no solo de Gabriel
sino, de todo un país: la libertad que solo la justicia social puede lograr en el Perú.
INTRODUCCIÓN
José María Arguedas, poseía un estilo antiguo y su obra implica lo poético, lo social y cultural,
proponiendo nuevos enfoques en una Nación donde hay mucha diversidad pero a la vez hay
hostilidades y discriminaciones entre unos y otros. Tal vez, el mestizaje para Arguedas, estuvo
por encima de todo porque buscaba que haya una igualdad entre todas las gentes del Perú, y
que no exista esa desigualdad que hasta nuestros días permanece donde unos salen más
beneficiados que otros a costa del sacrificio de la mayoría.
Sabemos que José María Arguedas era una persona mestiza, que vivió en dos mundos
diferentes, pero siempre le dio mayor interés al mundo andino debido a que era el más
desvalorizado. Sus obras narrativas serían una apuesta por el diálogo.
José María Arguedas tuvo una mirada profunda a la literatura ya que en sus obras, plasma
todo sus sentimientos y todo lo que vivió en sus tiempos. Para él nuestro país el Perú engloba
una infinidad de culturas y lenguas. Inspirándose en ello con el propósito de cambiar al país a
través de la literatura.
Pues muchas personas no tenemos aún claro que todos somos iguales, que todos somos
peruanos, que tenemos un mismo pasado histórico y glorioso que marcó el destino de nuestro
país. Por ello nosotros debemos sentirnos orgullosos de ser peruanos y valorar lo
que tenemos. Por estos y otros motivos debemos valorar la importancia literaria de José María
Arguedas, y el presente ensayo fue elaborado con ese propósito.
FUNDAMENTOS
En la obra El Sexto, cuenta las experiencias de Gabriel durante su prisión en la conocida cárcel
limeña. La fetidez, el aspecto sombrío, el envilecimiento de la persona son las notas primeras
que diseñan la forma de la cárcel y su mundo cerrado. Gabriel ingresa en ella a causa de su
actividad como líder estudiantil: al hacerlo, tiene la impresión de haber penetrado en una
ciudad turbulenta y desconocida. Los personajes que encuentra (criminales, maleantes,
degenerados, presos políticos y estudiantes), su conducta, los hechos insólitos convertidos en
norma carcelaria, la estratificación del penal –especie de jaula rectangular dividida en tres pisos
horizontales– en donde se distribuyen, de abajo hacia arriba: vagos y asesinos, maleantes no
avezados, y detenidos políticos; la noche y la mañana contempladas desde la celda, todo esto,
por fin, en frente de Gabriel, y al mismo tiempo en su entorno, lo impele a buscar perspectivas
–íntimas y externas– para ordenar la secuencia de figuras disformes que lo cercan.
Esa realidad –que no es paisaje natural– cosificada en el volumen oscuro de la cárcel, lo incita
al recuerdo de la infancia serrana, bajo el sol brillante que fustiga el campo. La lluvia menuda,
el cielo descolorido le recuerdan que la cárcel está en Lima; el ruido de los automóviles, la torre
de la iglesia cercana, no obstante su proximidad, le recortan el espacio y lo insertan en el
paisaje de la prisión, crucero principal de la ciudad moderna. El Sexto, erguido y voluminoso, se
le asemeja un monstruo que tritura a sus huéspedes imperturbablemente. En diálogo con
Cámac, su compañero de celda, sindicalista minero, intuitivo y serrano como él, Gabriel
aprende las más claras lecciones sobre la cárcel y la vida. Cámac tenía un ojo enfermo que le
supuraba sin pausa; pero por el sano irradiaba una luz convincente, de tenaz rebeldía. La
opacidad y el fulgor de sus ojos impresionan a Gabriel y trasuntan la lucidez y el desvarío de
las pláticas; entretanto, el monstruo cosificado adquiere otra significación: en él se apretuja la
estructura humana y económica del Perú contemporáneo, sólo que, paradójicamente, el sector
popular ocupa el nivel más alto, cual si se hubiese invertido la pirámide social.
Gabriel ensambla su análisis con las desordenadas observaciones de Cámac, y reconoce que
le confieren razón al minero; mas, aparte el acuerdo conceptual, percibe que una fuerza
emotiva, lo aproxima a éste y otros hombres de distintos credos, y que en cambio lo separa del
frío sustento analítico que caracteriza a los dirigentes de los partidos organizados en el penal.
En la tabulación de las costumbres carcelarias, de la conducta de los reclusos, y de las
amistades y los odios, entra en juego un conjunto de apreciaciones y sentimientos
pertinazmente serranos. Las tres figuras capitales: Gabriel, Cámac, Juan, son de origen andino.
La intuición y el sentimiento, la reminiscencia y la furia despojada de doctrina, hermanan a
estos hombres en su percepción del país como secuencia de espacios (sierra-costa), y como
espacio con profundidad, en el prisma de base rectangular que es el Sexto y todo el Perú.
La vida carcelaria debería ser entonces una experiencia compartida, mas, puesto que en ella
se revelan igual que al microscopio los vicios y virtudes del país, Gabriel descubre que el suyo,
como el problema de los otros políticos, no es un caso personal, no es un caso de conciencia, y
sin embargo está anegado de individualismo. "La soledad no se goza; la soledad se sufre":
junto a la escoria humana, en El Sexto se hallan los seres más idealistas del país; sin embargo,
la discrepancia en las cuestiones prácticas aleja a los hombres más que las ideas, y lo que
distingue a la persona, –para Gabriel ¡intelectual!– no son las teorías, sino la conducta. Frente
al monstruo cosificado, los hombres se autodefinen y desunen, a pesar de haber comprendido
el secreto de la cárcel y de la sociedad.
Después de oír las opiniones de Cámac sobre el estado del Perú y el remedio de su crisis,
Gabriel comenta: "Aun en la cárcel me parecían temerarias esas palabras". "Tenía 23 meses
de secuestro en el penal y había recuperado allí el hábito de la libertad". No se había juzgado
con tan punzante amargura a nuestros regímenes dictatoriales; en ellos, la cárcel, negación de
la persona, disforme reflejo de la sociedad, le ofrece al hombre lo que la vida ciudadana le
arrebata: la libertad de comprender y de expresarse; le promete, en fin, el sueño de un nuevo
país. Y aunque sólo sea en el plano simbólico, esta realidad se desborda del prisma, y expande
e incorpora las secciones parciales del territorio en un nuevo "todo" ideal. Ese ideal habita en el
Sexto; en ese sentido uno de los reclusos dirá "Esta es nuestra casa…".
CONCLUSIÓN
Gabriel ingresa en ella a causa de su actividad como líder estudiantil: al hacerlo, tiene la
impresión de haber penetrado en una ciudad turbulenta y desconocida. Los personajes
que encuentra (criminales, maleantes, degenerados, presos políticos y estudiantes), su
conducta, los hechos insólitos convertidos en norma carcelaria, la estratificación del
penal.
Las tres figuras capitales: Gabriel, Cámac, Juan, son de origen andino. La intuición y el
sentimiento, la reminiscencia y la furia despojada de doctrina, hermanan a estos
hombres en su percepción del país como secuencia de espacios (sierra-costa), y como
espacio con profundidad, en el prisma de base rectangular que es el Sexto y todo el
Perú.
En El Sexto se hallan los seres más idealistas del país; sin embargo, la discrepancia en
las cuestiones prácticas aleja a los hombres más que las ideas, y lo que distingue a la
persona, –para Gabriel ¡intelectual!– no son las teorías, sino la conducta. Frente al
monstruo cosificado, los hombres se autodefinen y desunen, a pesar de haber
comprendido el secreto de la cárcel y de la sociedad.
Arguedas define a "El Sexto" como una escuela del vicio, pero a la vez como una escuela de
generosidad. Y es que en ese lugar el escritor encontró lo peor que la sociedad ha parido pero
a la vez la esperanza de quienes luchaban por cambiarla, sufriendo no solo la privación de la
libertad sino torturas y sufrimientos. Al margen de las menudas disputas doctrinarias que se
dan entre los presos políticos, existe ideales comunes que en determinados momentos
hermana a todos ellos: la lucha contra una dictadura totalitaria y el deseo por implantar en el
país la justicia social.