Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
INFORME
CASO CUSCUL PIVARAL VS GUATEMALA
ESTADO
SOBRE LOS HECHOS DEL CASO:
Tanto en mayo y junio del 2002, distintas organizaciones que representan a las personas
que viven con VIH/SIDA y el Procurador de los Derechos Humanos, respectivamente,
enviaron comunicaciones dirigidas al Presidente de Guatemala, las cuales sostenían que
un número limita de personas recibía tratamiento antirretroviral, sin obtener respuesta del
Presidente. En consecuencia, el 26 de julio de 2002, los demandantes interponen recurso
ante la Corte de Constitucionalidad, en la cual reclamaron que la República de Guatemala
ha vulnerado diversos derechos como a la protección de la persona, a la vida, de petición,
a la salud; alegando que dichas violaciones devienen de que el Estado no les prestaba
ningún tipo de asistencia social que contrarreste la gravedad de su condición como
personas que viven con el VIH/SIDA.
Finalmente, el 23 de agosto de 2018, la Corte emite sentencia sobre el Caso Cuscul Pivaral
y otros vs. Guatemala; decidiéndose que Guatemala es responsable por la violación del
derecho a la vida, salud, a la prohibición de discriminación en relación con la obligación de
garantizar el derecho a la salud, a la integridad personal, principio de progresividad, a las
garantías judiciales y protección judicial, a la garantía del plazo razonable, entre otros
derechos.
SOBRE LA ADMISIBILIDAD:
A continuación, se analizará el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad de la
demanda.
a. Agotamiento de los recursos internos
Las presuntas víctimas no interpusieron ni agotaron los recursos de la jurisdicción
interna. De este modo, no hicieron uso de los artículos 70 y 71 previstos en la Ley de
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez
El artículo 46 (1) (b)2 de la Convención establece que la petición debe ser presentada dentro
del plazo de seis meses a partir de la fecha en que el presunto lesionado en sus derechos
haya sido notificado de la decisión definitiva. En tal sentido siendo que consideramos que
los peticionarios no cumplieron con el agotamiento de la vía interna, no se podría hablar
acerca de un plazo para presentación de la petición. Ya que nunca se dió una decisión
definitiva real por parte del Estado. Toda vez que el recurso de Amparo no agotaba la vía
interna.
En el presente caso no existe ni ha sido resuelto el mismo asunto por otro mecanismo
contencioso a nivel internacional. Ni siquiera se han agotado de forma adecuada y debida
los recursos internos.
SOBRE LA COMPETENCIA:
a. Competencia personal3
En relación con protección de la norma, consideramos lo siguiente:
Por un lado, las personas afectadas se encuentran protegidas por la norma en tanto que
los Estados parte se encuentran en la obligación de respetar los derechos de toda persona.
En tal sentido, no se constituye la situación hipotética de derecho que suponen las normas
de la Convención para el debido tratamiento o el amparo de los casos de vulneración de
Derechos Humanos reconocidos en la misma. Además, si bien los peticionarios son una
organización no gubernamental reconocida, pues se encontraban representados por la
doctora Cristina Calderón, la Asociación de Salud Integral (ASI) y el Centro por la Justicia
y el Derecho Internacional (CEJIL), y en tal sentido se encuentran facultados para presentar
dicha petición.
Por otro lado, el Estado demandado se encuentra obligado por la norma al reconocimiento
de los derechos humanos de toda persona sin discriminación alguna. Toda vez que es parte
del tratado (Pacto de San José)4. En tal sentido, cuenta con normas y procedimientos
internos debidamente establecidos para el correcto tratamiento de dichos casos de
vulneración, conforme a los deberes y obligaciones que el Pacto señala. Sin embargo, los
peticionarios no hicieron uso de los mismos. Motivo por el cual, el Estado no pudo solucionar
la controversia en jurisdicción interna como debió tratarse.
b. Competencia material5
c. Competencia de lugar
Consideramos que según los hechos alegados en el presente caso, se puede desprender
que las personas involucradas sí se encontraban bajo jurisdicción del Estado de
Guatemala7, en conformidad a las siguientes razones.
En primer lugar, los hechos ocurridos se presentaron en el país de Guatemala. Ante esta
situación es obligación del Estado realizar todas las acciones necesarias a efectos de que
las personas accedan a los derechos, lo cual se genera a través de la implementación de
legislación, políticas públicas y de la institucionalidad misma del Estado. Ante esta situación
el Estado se encargó de tomar medidas positivas en relación con la protección de la vida y
la salud de personas vulnerables, como son las personas viviendo con VIH/SIDA. Así, el
Estado tuvo la obligación de garantizar la creación de las condiciones que se requieran para
que no se produzcan violaciones de ese derecho inalienable y, en particular, el deber de
impedir que sus agentes atenten contra el mismo.
En segundo lugar, el Estado como encargado de evitar que terceros puedan vulneren los
derechos reconocidos en su jurisdicción, mediante mecanismos de prevención que
imponen sanciones a quienes atenten contra estos derechos o mecanismos judiciales
adecuados para exigir el respeto a los derechos.
5 Artículo 26 de la CADH
Artículo 8, 13 y 19 del Protocolo Adicional A La Convención Americana Sobre Derechos Humanos
En Materia De Derechos Económicos, Sociales Y Culturales "Protocolo De San Salvador".
6 Reconoce el derecho a la vida, salud, a la prohibición de discriminación, a la integridad personal,
La Constitución Política de la República de Guatemala de 1985 señala en sus artículos 93. 94, 95 y
100 la protección del Estado a la Salud y su obligación a los ciudadanos para velar por esta.
Artículo 35. De la atención de las personas del Decreto 27-2000.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez
d. Competencia temporal
Por lo cual, el Tribunal de la Corte no puede ser competente para supervisar y pronunciarse,
de manera específica, sobre derechos que no se encuentran bajo la protección expresa y
directa de la CADH, sino que se encuentran meramente contenidos dentro de estos
derechos.
a. Derecho a la salud
Interpretación literal
De una interpretación literal del texto del artículo 26 es posible afirmar que se refiere
precisamente al deber de los Estados de lograr la efectividad de los “derechos” que sea
posible derivar de la Carta de la OEA9.
Interpretación sistemática
De conformidad con la Convención de Viena, los tratados deben interpretarse “de buena
fe conforme al sentido corriente que haya que atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin” (énfasis nuestro)
Resulta relevante señalar que, si bien puede darse una interpretación pro homine en
beneficio del individuo, ello no significa que no exista un límite. El límite en este caso son
los recursos en relación con la efectividad y la progresividad. Con ello no queremos generar
contradicción con el artículo 29 de la Convención10, puesto que este también debe
interpretarse de buena fe, en el contexto de ésta teniendo en cuenta su objeto y fin.
Por otro lado, el artículo 19 del Protocolo de San Salvador no le reconoce los medios de
protección ante la Corte. Es decir, no tiene la calidad de justiciable.
Por todo ello, concluimos que el derecho a la salud en base a ambas interpretaciones debe
ser reconocido y garantizado bajo los límites de progresiva efectividad a lo largo del tiempo,
lo cual fue cumplido por las políticas públicas de Guatemala a favor del derecho en mención.
“1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente.”
“1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral.”
Por un lado, la Comisión alegó la responsabilidad del Estado por la violación al derecho a
la vida, pues trece presuntas víctimas habrían fallecido debido a enfermedades oportunistas
como consecuencia de la falta de atención integral, incluida la falta de acceso a
medicamentos antirretrovirales y las pruebas necesarias para monitorear la evolución de la
infección, además de otros componentes de la atención integral.
limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con
las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte
uno de dichos Estados; c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o
que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y d) excluir o limitar el efecto
que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos
internacionales de la misma naturaleza.
11 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3: La índole de
las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto), 14 de diciembre de 1990,
U.N. Doc. E/1991/23, párr. 9.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez
Por otro lado, la Comisión alegó responsabilidad por la violación al derecho a la integridad
personal por los sufrimientos que vivieron las presuntas víctimas, por el detrimento de la
salud física y psicológica que habrían sufrido las mismas, con motivo del tratamiento médico
inadecuado. Inclusive dentro de este apartado se encuentra vinculado el derecho a la
integridad personal de los familiares de las víctimas fallecidas y sobrevivientes12, los cuales
han sido presuntamente vulnerados por parte del Estado, ya que los familiares de las
víctimas pueden verse afectados por la violación a su integridad psíquica y moral.
Con relación al derecho a la vida, es preciso mencionar que para alegar la responsabilidad
internacional del Estado en casos de muerte en el contexto se debe demostrar que exista
un nexo causal entre el acto acreditado y el daño sufrido por las presuntas víctimas, sucesos
que no han sido debidamente probados.
Ante este escenario, los demandantes alegan la vulneración de sus garantías judiciales y
su derecho a la protección judicial ante la Corte.
CONCLUSIÓN: