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Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

INFORME
CASO CUSCUL PIVARAL VS GUATEMALA
ESTADO
SOBRE LOS HECHOS DEL CASO:

La Republica de Guatemala ha adoptado diversas medidas normativas y políticas para


garantizar y respetar los derechos de las personas diagnosticas con VIH/SIDA tales como
la Ley General para el Combate del Virus de Inmunodeficiencia Humana “VIH” y del
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida “SIDA” y de la promoción, protección y defensa
de los Derechos Humanos, ante el VIH/SIDA y su Reglamento, la Política Pública respecto
de la Prevención de las Infecciones de Trasmisión Sexual -ITS- y del Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida –SIDA, Plan Estratégico Nacional para la Prevención,
Atención y Control de ITS, VIH y SIDA para el periodo 2006-2010, entre otras, asimismo ha
ratificado instrumentos internacionales para proteger, garantizar y respetar los derechos de
las personas con VIH/SIDA.

La controversia se encuentra relacionada a la presunta violación de diversos derechos y


principios establecidos y protegidos en la Convención (afectación al derecho a la salud, el
impacto que la atención médica en la integridad personal y la vida, principio de no
discriminación, principio de progresividad, entre otros), en perjuicio de 49 supuestas
víctimas que fueron diagnosticadas con VIH/SIDA entre 1992 y 2003; de las cuales han
fallecido ocho de las supuestas víctimas como consecuencia de enfermedades conocidas
como “oportunistas”.

Tanto en mayo y junio del 2002, distintas organizaciones que representan a las personas
que viven con VIH/SIDA y el Procurador de los Derechos Humanos, respectivamente,
enviaron comunicaciones dirigidas al Presidente de Guatemala, las cuales sostenían que
un número limita de personas recibía tratamiento antirretroviral, sin obtener respuesta del
Presidente. En consecuencia, el 26 de julio de 2002, los demandantes interponen recurso
ante la Corte de Constitucionalidad, en la cual reclamaron que la República de Guatemala
ha vulnerado diversos derechos como a la protección de la persona, a la vida, de petición,
a la salud; alegando que dichas violaciones devienen de que el Estado no les prestaba
ningún tipo de asistencia social que contrarreste la gravedad de su condición como
personas que viven con el VIH/SIDA.

En consecuencia, el 20 de agosto de 2002, el Presidente Constitucional de la República de


Guatemala se reunió con los representantes de los accionantes. En dicha reunión se acordó
y aceptó la transferencia de una partida extraordinaria de quinientos mil quetzales (Q.
500,000.00) para atender el tratamiento de las personas con VIH/SIDA necesitadas, en
tanto se tomaba una política seria y comprometida del Estado con respecto a la situación
futura de los accionantes. Siendo así, el 10 de octubre de 2002, la Dirección General de
Regulación, Vigilancia y Control de la Salud envió una comunicación a la Corte de
Constitucionalidad, a través de la cual se informó sobre la reunión anteriormente
mencionada.

Mediante escrito del 29 de octubre de 2002, los demandantes solicitaron a la Corte de


Constitucionalidad pronunciarse sobre la presunta existencia de violación a los derechos
humanos, solicitaron que se declarara con lugar la acción de amparo y ordenara al Estado
dictar políticas públicas que garanticen el derecho difuso de la vida a las personas que viven
con VIH/SIDA y la distribución de medicamentos antirretrovirales sin discriminación alguna,
en los centros hospitalarios y de salud del país.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

Con fecha de 29 de enero de 2003, la Corte de Constitucionalidad declaró improcedente la


acción de los demandantes contra la República de Guatemala; dado que la reclamación de
los accionantes cesó el 2 de septiembre de 2002, fecha en la que se efectuó la transferencia
de una partida extraordinaria de quinientos mil quetzales (Q. 500,000.00) para atender el
tratamiento de las personas con VIH/SIDA necesitadas, según el acuerdo efectuado en la
reunión de fecha 20 de agosto de 2002.

Posteriormente, el 26 de agosto de 2003, la Comisión recibió una petición presentada por


los demandantes contra la República de Guatemala. Además, el 7 de marzo de 2005 la
Comisión aprobó el Informe de Admisibilidad No. 32/05, petición 642/2003. El 13 de abril
de 2016 la Comisión emitió el Informe de Fondo No. 2/16, en la cual, entre otros asuntos,
concluyó que Guatemala es responsable por la violación a los derechos establecidos en la
Convención, en perjuicio de las presuntas víctimas.

El 2 de diciembre de 2016 la Comisión sometió a la jurisdicción de la Corte Interamericana


la totalidad de los hechos y supuestas violaciones de derechos humanos reseñadas en el
Informe de Fondo. Asimismo, la Comisión solicitó a la Corte que concluya y declare la
responsabilidad internacional de Guatemala por la violación a los derechos indicados en las
conclusiones del Informe de Fondo; así como que ordene al Estado de Guatemala
determinadas medidas de reparación.

De modo que, el 27 de enero 2017, la Republica de Guatemala y los representantes de los


accionantes son notificados con el documento de sometimiento del caso a la Corte
Interamericana. Por lo que, el 30 de marzo de 2017, los representantes de los accionantes
remitieron su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas. Siendo así, el 3 de julio de 2017,
Guatemala interpuso una excepción preliminar por falta de agotamiento de los recursos
internos y se opuso a las violaciones alegadas.

Mediante la Resolución de 8 de febrero de 2018, entre otros asuntos, el Presidente de la


Corte convocó a las partes y a la Comisión a una audiencia pública que fue celebrada
durante el 122° Período Ordinario de Sesiones de la Corte. En dicha audiencia se recibieron
las declaraciones de dos presuntas víctimas y un perito propuesto por los representantes,
así como las observaciones y alegatos finales orales de la Comisión, los representantes y
el Estado, respectivamente. Posteriormente, se presentaron diversos escritos de alegatos
y medios probatorios de ambas partes.

Finalmente, el 23 de agosto de 2018, la Corte emite sentencia sobre el Caso Cuscul Pivaral
y otros vs. Guatemala; decidiéndose que Guatemala es responsable por la violación del
derecho a la vida, salud, a la prohibición de discriminación en relación con la obligación de
garantizar el derecho a la salud, a la integridad personal, principio de progresividad, a las
garantías judiciales y protección judicial, a la garantía del plazo razonable, entre otros
derechos.

SOBRE LA ADMISIBILIDAD:
A continuación, se analizará el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad de la
demanda.
a. Agotamiento de los recursos internos
Las presuntas víctimas no interpusieron ni agotaron los recursos de la jurisdicción
interna. De este modo, no hicieron uso de los artículos 70 y 71 previstos en la Ley de
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

Amparo1, exhibición personal y de constitucionalidad, los cuales eran adecuados y


efectivos. Así, existían remedios procesales que facultaba a las presuntas víctimas a
interponer una aclaración o ampliación de la sentencia de amparo.
De este modo una aclaración o ampliación de lo solicitado por la contraparte sería lo más
adecuado y efectivo al poder considerar la contraparte que puede existir cierta oscuridad
en lo que decide, es decir, o se puede entender en más de una forma o no se puede
entender en ninguna, y así poder el Estado tener la carga de proporcionar una protección
judicial efectiva a las presuntas víctimas. Se entiende a estos recursos como adecuados y
efectivos en virtud de que de ser actuados se brindaría una respuesta estatal a fin de que
se pueda garantizar sus derechos por la vía judicial interna.
El Estado manifiesta su preocupación ante la imposibilidad de acceso a tratamiento por
parte de los enfermos de SIDA y reitera que el Gobierno provee tratamientos gratuitos en
la medida de sus posibilidades. Agrega su apoyo a las iniciativas de la sociedad civil
destinadas a establecer un presupuesto para el cumplimiento de políticas de Estado en
relación a la Ley vigente. Así mismo, se resalta que el Estado atendió de forma célere el
caso.
Por otro lado, cuando, agotada, la vía correspondiente, subsiste la amenaza, restricción o
violación de un derecho, pues las víctimas tenían abierto el recurso de casación para
plantear las violaciones perpetradas y sobre las cuales podía reclamar un pronunciamiento
fundado en la ley. Sin embargo, al no haber acudido al recurso legalmente establecido
denota que no ha cumplido con el principio de definitividad, según la norma de Guatemala.
A Nivel Internacional: ARTÍCULO 46.1.a de la Convención Americana dispone que, para
que sea admisible una denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de
conformidad con el artículo 44 de la Convención, es necesario que se hayan intentado y
agotado los recursos internos conforme a los principios del derecho internacional
generalmente reconocidos. Lo cual, en el presente caso, no se ha dado.
b. Plazo de presentación

El artículo 46 (1) (b)2 de la Convención establece que la petición debe ser presentada dentro
del plazo de seis meses a partir de la fecha en que el presunto lesionado en sus derechos
haya sido notificado de la decisión definitiva. En tal sentido siendo que consideramos que
los peticionarios no cumplieron con el agotamiento de la vía interna, no se podría hablar
acerca de un plazo para presentación de la petición. Ya que nunca se dió una decisión
definitiva real por parte del Estado. Toda vez que el recurso de Amparo no agotaba la vía
interna.

c. Duplicación de procedimientos y cosa juzgada internacionales

En el presente caso no existe ni ha sido resuelto el mismo asunto por otro mecanismo
contencioso a nivel internacional. Ni siquiera se han agotado de forma adecuada y debida
los recursos internos.

1 Ley de Amparo, exhibición personal y de constitucionalidad


- ARTÍCULO 70. Interposición. Cuando los conceptos de un auto o de una sentencia, sean
obscuros, ambiguos o contradictorios, podrá pedirse que se aclaren.
- ARTÍCULO 71. Trámite y resolución. La aclaración y ampliación, deberán pedirse dentro de
las veinticuatro horas siguientes de notificado el auto o la sentencia, y el tribunal deberá
resolverlos sin más trámite dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
2 Artículo 46: 1. Para que una petición o comunicación presentada conforme a los artículos 44 ó 45

sea admitida por la Comisión, se requerirá: (…)


b) que sea presentada dentro del plazo de seis meses, a partir de la fecha en que el presunto
lesionado en sus derechos haya sido notificado de la decisión definitiva. (El énfasis es nuestro)
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

d. Presuntos derechos vulnerados

En el presente caso, los demandantes reclamaron que la República de Guatemala ha


vulnerado en los hechos denunciados los siguientes derechos, que configuran la violación
de varias disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos tales como:
el derecho a la vida (artículo 4), el derecho a la integridad personal (artículo 5), garantías
judiciales (artículo 8), derecho a la igual protección ante la ley (artículo 24), derecho a la
protección judicial (artículo 25), derecho al desarrollo progresivo de los derechos
económicos, sociales y culturales (artículo 26), en concordancia con la obligación de
respetar los derechos del artículo 1(1) de la Convención Americana, alegando que dichas
violaciones devienen de que el Estado no les prestaba ningún tipo de asistencia social que
contrarreste la gravedad de su condición como personas que viven con el VIH/SIDA.

Sin embargo, sostenemos que la supuesta vulneración de derechos no configuraría como


una vulneración a la CADH, en tanto que la CADH protege derechos económicos, sociales,
de educación, ciencia y cultura de una forma especial al brindarles acción; determinando
que dichos derechos se fundamentan en otros derechos como vida, salud, integridad, entre
otros, más no se encuentran protegidos por la CADH. Por lo tanto, de determinarse que
efectivamente fueron vulnerados los derechos que los demandantes alegan, estos no
constituyen una vulneración a la CADH.

SOBRE LA COMPETENCIA:

a. Competencia personal3
En relación con protección de la norma, consideramos lo siguiente:

Por un lado, las personas afectadas se encuentran protegidas por la norma en tanto que
los Estados parte se encuentran en la obligación de respetar los derechos de toda persona.
En tal sentido, no se constituye la situación hipotética de derecho que suponen las normas
de la Convención para el debido tratamiento o el amparo de los casos de vulneración de
Derechos Humanos reconocidos en la misma. Además, si bien los peticionarios son una
organización no gubernamental reconocida, pues se encontraban representados por la
doctora Cristina Calderón, la Asociación de Salud Integral (ASI) y el Centro por la Justicia
y el Derecho Internacional (CEJIL), y en tal sentido se encuentran facultados para presentar
dicha petición.

Por otro lado, el Estado demandado se encuentra obligado por la norma al reconocimiento
de los derechos humanos de toda persona sin discriminación alguna. Toda vez que es parte
del tratado (Pacto de San José)4. En tal sentido, cuenta con normas y procedimientos
internos debidamente establecidos para el correcto tratamiento de dichos casos de
vulneración, conforme a los deberes y obligaciones que el Pacto señala. Sin embargo, los
peticionarios no hicieron uso de los mismos. Motivo por el cual, el Estado no pudo solucionar
la controversia en jurisdicción interna como debió tratarse.

3Artículos 1, 2, 44 y 46 inc 1. lit. a) de la CADH.


4 El Gobierno de la República de Guatemala, ratifica la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, suscrita en San José de Costa Rica, el 22 de noviembre de 1969, haciendo reserva sobre
el artículo 4, inciso 4, de la misma.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

b. Competencia material5

En base al Protocolo de la Convención Americana6-DESC- los únicos derechos económicos


sociales y culturales autónomos y reconocidos que pueden ser llevados a la Comisión son
el derecho a la educación y a la libertad sindical. El derecho a la salud no es un derecho
autónomo reconocido por parte de la Corte Americana de los Derechos Humanos.
Solamente el derecho a la salud es un derecho reconocido, mas no tiene acción efectiva
por parte de la Comisión. Según el Protocolo antes mencionado, expresamente señala en
su artículo 19 que como medida de protección los derechos antes mencionados,
excluyendo el derecho a la salud- el cual es solo reconocido como derecho- estos dos
derechos podrían ser llevados a la Comisión Americana de Derechos Humanos para su
tutela.

c. Competencia de lugar

Consideramos que según los hechos alegados en el presente caso, se puede desprender
que las personas involucradas sí se encontraban bajo jurisdicción del Estado de
Guatemala7, en conformidad a las siguientes razones.

En primer lugar, los hechos ocurridos se presentaron en el país de Guatemala. Ante esta
situación es obligación del Estado realizar todas las acciones necesarias a efectos de que
las personas accedan a los derechos, lo cual se genera a través de la implementación de
legislación, políticas públicas y de la institucionalidad misma del Estado. Ante esta situación
el Estado se encargó de tomar medidas positivas en relación con la protección de la vida y
la salud de personas vulnerables, como son las personas viviendo con VIH/SIDA. Así, el
Estado tuvo la obligación de garantizar la creación de las condiciones que se requieran para
que no se produzcan violaciones de ese derecho inalienable y, en particular, el deber de
impedir que sus agentes atenten contra el mismo.

En segundo lugar, el Estado como encargado de evitar que terceros puedan vulneren los
derechos reconocidos en su jurisdicción, mediante mecanismos de prevención que
imponen sanciones a quienes atenten contra estos derechos o mecanismos judiciales
adecuados para exigir el respeto a los derechos.

En tercer lugar, el Estado y su deber de garantía del derecho a la salud, a la integridad y a


la vida, los cuales se encuentran consagrados en los artículos 26, 5 y 4 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos. Convención del cual fue parte desde 1978 y cuya
competencia contenciosa la reconoce en 1987. Ello debido a que los hechos manifestados
habrían ocurrido mientras se encontraba en vigor la Convención Americana con el Estado
en cuanto a la obligación de respetar y garantizar los derechos protegidos en la misma.

5 Artículo 26 de la CADH
Artículo 8, 13 y 19 del Protocolo Adicional A La Convención Americana Sobre Derechos Humanos
En Materia De Derechos Económicos, Sociales Y Culturales "Protocolo De San Salvador".
6 Reconoce el derecho a la vida, salud, a la prohibición de discriminación, a la integridad personal,

principio de progresividad, protección a la familia, a las garantías judiciales y protección judicial, a la


garantía del plazo razonable, entre otros derechos.
7 Artículo 1.1 de la CADH:

La Constitución Política de la República de Guatemala de 1985 señala en sus artículos 93. 94, 95 y
100 la protección del Estado a la Salud y su obligación a los ciudadanos para velar por esta.
Artículo 35. De la atención de las personas del Decreto 27-2000.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

Finalmente, es preciso mencionar que el Estado ha manifestado su preocupación ante la


imposibilidad de acceso a tratamiento por parte de los enfermos de SIDA y ha reiterado que
el Gobierno provee tratamientos gratuitos en la medida de sus posibilidades. Además, ha
señalado su apoyo a las iniciativas de la sociedad civil, quienes son las destinadas a
establecer un presupuesto para el cumplimiento de políticas de Estado en relación con la
Ley vigente. De este modo, el Estado pide se tome nota de las medidas impulsadas en
dirección a satisfacer la solicitud de la Comisión en cuanto a la aplicación de medidas
cautelares, y se deje constancia de su cumplimento. Así, el Estado guatemalteco se
comprometió a respetar y garantizar los derechos consagrados en la Convención
Americana respecto a personas individuales como presuntas víctimas.

d. Competencia temporal

La República de Guatemala ratificó la Convención Americana sobre Derechos Humanos


(CADH) el 25 de mayo de 1978; siendo que, el 9 de marzo de 1987, se reconoció la
competencia de la Corte como instancia internacional para conocer casos contenciosos. En
consecuencia, Guatemala se encuentra obligado a reconocer y proteger los derechos
establecidos en la CADH; pudiendo ser los mismos judicializados en instancia internacional,
una vez agotada la vía jurisdiccional interna.

Al respecto, la CADH protege derechos económicos, sociales y de educación, ciencia y


cultura contenidas en la Carta de la OEA. En ese sentido, se encuentra manifiesta la tutela
jurisdiccional internacional de los derechos económicos, sociales y de educación, ciencia y
cultura, de manera explícita y directa. La CADH solo determina la relación con otros
derechos como el derecho a la vida, salud, integridad, entre otros; mas éstos no se
encuentran protegidos por la CADH.

Por lo cual, el Tribunal de la Corte no puede ser competente para supervisar y pronunciarse,
de manera específica, sobre derechos que no se encuentran bajo la protección expresa y
directa de la CADH, sino que se encuentran meramente contenidos dentro de estos
derechos.

SOBRE EL ANÁLISIS DE FONDO:

a. Derecho a la salud

(i) Contenido del derecho


En primer lugar, la Declaración Americana reconoce en su Artículo XI que “toda persona
tiene el derecho a que su salud sea preservada por medidas sanitarias y sociales, relativas
a (…) la asistencia médica, correspondientes al nivel que permitan los recursos públicos
y los de la comunidad” (énfasis nuestro). Del mismo modo, el artículo 10.1 del Protocolo
de San Salvador establece lo siguiente: “[t]oda persona tiene derecho a la salud,
entendida como el disfrute del más alto nivel de bienestar físico, mental y social. Con el fin
de hacer efectivo el derecho a la salud los Estados partes se comprometen a reconocer la
salud como un bien público y particularmente a adoptar las siguientes medidas para
garantizar este derecho: a. la atención primaria de la salud, entendiendo como tal la
asistencia sanitaria esencial puesta al alcance de todos los individuos y familiares de la
comunidad. (Negritas nuestras)
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

En esa línea, es importante resaltar lo señalado en la OBSERVACIÓN N°148 que dota de


las características de: disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad al derecho de la
salud. Todo ello orientado y optimizado con respecto al nivel de desarrollo del Estado Parte.
De todo ello, podemos concluir que el contenido del derecho es al disfrute del más alto nivel
de salud posible, entendido dicho derecho como un bien público.

(ii) Interpretación del derecho

 Interpretación literal

El artículo 26 de la Convención, señala lo siguiente:

“Los Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno


como mediante la cooperación internacional, especialmente económica y técnica,
para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se
derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y
cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos,
reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos
disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados.” (Énfasis nuestro).

De una interpretación literal del texto del artículo 26 es posible afirmar que se refiere
precisamente al deber de los Estados de lograr la efectividad de los “derechos” que sea
posible derivar de la Carta de la OEA9.

 Interpretación sistemática

De conformidad con la Convención de Viena, los tratados deben interpretarse “de buena
fe conforme al sentido corriente que haya que atribuirse a los términos del tratado en el
contexto de estos y teniendo en cuenta su objeto y fin” (énfasis nuestro)

Resulta relevante señalar que, si bien puede darse una interpretación pro homine en
beneficio del individuo, ello no significa que no exista un límite. El límite en este caso son
los recursos en relación con la efectividad y la progresividad. Con ello no queremos generar
contradicción con el artículo 29 de la Convención10, puesto que este también debe
interpretarse de buena fe, en el contexto de ésta teniendo en cuenta su objeto y fin.

8 a) Disponibilidad.: Cada Estado Parte deberá contar con un número suficiente de


establecimientos, bienes y servicios públicos de salud y centros de atención de la salud, así como
de programas. La naturaleza precisa de los establecimientos, bienes y servicios dependerá de
diversos factores, en particular el nivel de desarrollo del Estado Parte. (…). (El resaltado es nuestro).
9 El artículo 34.i de la Carta de la OEA establece: “[l]os Estados miembros convienen en que la

igualdad de oportunidades, la eliminación de la pobreza crítica y la distribución equitativa de la


riqueza y del ingreso, así como la plena participación de sus pueblos en las decisiones relativas a su
propio desarrollo, son, entre otros, objetivos básicos del desarrollo integral. Para lograrlos, convienen
asimismo en dedicar sus máximos esfuerzos a la consecución de las siguientes metas básicas:
[…] i) Defensa del potencial humano mediante la extensión y aplicación de los modernos
conocimientos de la ciencia médica.
10 Artículo 29.- Normas de Interpretación
Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a) permitir
a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y
libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella; b)
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

En ese sentido, el Comité estableció que el concepto de “progresiva efectividad” constituye


un reconocimiento de que la efectividad de dichos derechos se logrará con el paso del
tiempo. Sin embargo también señaló que: el hecho de que la efectividad a lo largo del
tiempo, o en otras palabras progresivamente, se prevea en relación con el Pacto no se ha
de interpretar equivocadamente como que priva a la obligación de todo contenido
significativo. Por una parte, se requiere un dispositivo de flexibilidad necesaria que refleje
las realidades del mundo real y las dificultades que implica para cada país el asegurar la
plena efectividad de los derechos económicos, sociales y culturales11. (Énfasis nuestro)

Por otro lado, el artículo 19 del Protocolo de San Salvador no le reconoce los medios de
protección ante la Corte. Es decir, no tiene la calidad de justiciable.

Por todo ello, concluimos que el derecho a la salud en base a ambas interpretaciones debe
ser reconocido y garantizado bajo los límites de progresiva efectividad a lo largo del tiempo,
lo cual fue cumplido por las políticas públicas de Guatemala a favor del derecho en mención.

b. Derecho a la vida e integridad personal

El derecho a la vida, establecido en el artículo 4.1 de la Convención Americana, dispone


que:

“1. Toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción. Nadie
puede ser privado de la vida arbitrariamente.”

Asimismo, el derecho a la integridad personal vinculado tanto a lo individual como al


derecho que tenían las familias de las presuntas víctimas, recogido en el artículo 5.1 de la
Convención Americana, señala lo siguiente:

“1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y
moral.”

(i) Consideraciones sobre el derecho a la vida e integridad personal de las


demandantes

Por un lado, la Comisión alegó la responsabilidad del Estado por la violación al derecho a
la vida, pues trece presuntas víctimas habrían fallecido debido a enfermedades oportunistas
como consecuencia de la falta de atención integral, incluida la falta de acceso a
medicamentos antirretrovirales y las pruebas necesarias para monitorear la evolución de la
infección, además de otros componentes de la atención integral.

limitar el goce y ejercicio de cualquier derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con
las leyes de cualquiera de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte
uno de dichos Estados; c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o
que se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y d) excluir o limitar el efecto
que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y otros actos
internacionales de la misma naturaleza.
11 Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General No. 3: La índole de

las obligaciones de los Estados Partes (párrafo 1 del artículo 2 del Pacto), 14 de diciembre de 1990,
U.N. Doc. E/1991/23, párr. 9.
Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

Por otro lado, la Comisión alegó responsabilidad por la violación al derecho a la integridad
personal por los sufrimientos que vivieron las presuntas víctimas, por el detrimento de la
salud física y psicológica que habrían sufrido las mismas, con motivo del tratamiento médico
inadecuado. Inclusive dentro de este apartado se encuentra vinculado el derecho a la
integridad personal de los familiares de las víctimas fallecidas y sobrevivientes12, los cuales
han sido presuntamente vulnerados por parte del Estado, ya que los familiares de las
víctimas pueden verse afectados por la violación a su integridad psíquica y moral.

Con relación al derecho a la vida, es preciso mencionar que para alegar la responsabilidad
internacional del Estado en casos de muerte en el contexto se debe demostrar que exista
un nexo causal entre el acto acreditado y el daño sufrido por las presuntas víctimas, sucesos
que no han sido debidamente probados.

(ii) Consideraciones sobre el derecho integridad personal de los familiares

Por su parte el derecho a la integridad personal de los familiares se ha considerado violado


en tanto se vincula con el derecho a la integridad psíquica y moral de los familiares de las
víctimas con motivo del sufrimiento adicional que éstos han padecido como producto de las
circunstancias particulares correspondientes a las violaciones perpetradas contra sus seres
queridos y a causa de las actuaciones u omisiones de las autoridades estatales frente a los
hechos. Ante dicha situación consideramos que no se debería tener en cuenta ello porque
no existe un listado idóneo y adecuado de los familiares de las presuntas víctimas que
consideran afectados. Así, solo se ha otorgado un litado, en el cual incluyeron a personas
que no poseían un vínculo inmediato con las presuntas víctimas, como amigos/as, tíos/as,
sobrinos/as y parejas, o no mostraban con exactitud los apellidos de algunos familiares o
seres queridos, el cual se vio reflejado al no coincidir con el de las presuntas víctimas, lo
cual ha genera inseguridad ante dichos hechos presentados.

De este modo, y como forma de prevención de las posibles vulneraciones de derechos


como el de la vida e integridad personal como consecuencia de una prestación inadecuada
de posibles servicios de salud, el Estado ha tomado distintas acciones generales en relación
con las personas con VIH/SIDA, tales como i) el Plan Estratégico Nacional para la
Prevención, Atención y Control de Infecciones de Transmisión Sexual, VIH y SIDA 2011-
2015; ii) la emisión del Acuerdo Ministerial No. 472-2012 de 13 de agosto de 2012 mediante
el cual se aseguraría el abastecimiento del medicamente Lopinavir/Ritonavir para pacientes
del Programa Nacional de Prevención y Control de Infecciones de Transmisión Sexual, VIH
y SIDA (Programa Nacional); y iii) la emisión del Acuerdo Ministerial No. 871-2012 de 26 de
septiembre de 2012 a través del cual se habría aprobado el marco de cooperación entre
países para el abastecimiento y acceso de antirretrovirales que utilice el Programa
Nacional.

c. Garantías judiciales y derecho a la protección judicial

Tal como se ha señalado anteriormente, el 26 de julio del 2002, los demandantes


interpusieron una demanda de amparo contra la República de Guatemala ante la Corte de
Constitucionalidad, a través de la cual alegaron que el Estado ha vulnerado diversos
derechos. Dicha demanda fue declarada improcedente, dado que había cesado la conducta
reclamada.

12 Artículo 5 de la Convención Americana de Derechos Humanos.


Elaborado por: Lesly Castro, Renato Daroitthy y Alessandra Ramírez

Ante este escenario, los demandantes alegan la vulneración de sus garantías judiciales y
su derecho a la protección judicial ante la Corte.

A continuación, a través de un breve análisis, se determinará que el Estado de Guatemala


no vulnero las garantías judiciales y el derecho a la protección judicial de los demandantes:

(i) Análisis de idoneidad y efectividad

Sostenemos que la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, efectivamente, cumplió con


este requisito contenido en el artículo 25.1 de la Convención. En este sentido, la decisión
de la Corte de Constitucionalidad, a partir de los hechos y los medios probatorios del caso
motivó su decisión y determinó que la conducta que los demandantes reclamaban en su
demanda de amparo había sido satisfecha por el Estado. Por lo cual, se concluye que dicha
decisión fue idónea y efectiva para el caso en concreto.

(ii) Análisis sobre e plazo razonable para emitir pronunciamiento

Sostenemos que el Estado de Guatemala no ha violado el requisito de plazo razonable


contenido en el artículo 8.1 de la Convención, dado que se constata que la Corte de
Constitucionalidad emitió su pronunciamiento en el breve lapso de 6 meses desde la
interposición de la demanda. Asimismo, el Estado ha cumplido con los siguientes
elementos:

 Complejidad del asunto:


En el presente caso, se constata la presencia de diversos sujetos procesales, la
complejidad de la prueba y el contexto en el que se desarrolla el proceso. Así, la
Corte de Guatemala debía analizar cada caso de los diversos accionantes que
vivían con VIH/SIDA.
 Actividad procesal del interesado: se constata el impulso del proceso.
 Conducta de las autoridades judiciales: No existen registros que obstaculización
de la acción de amparo ni inactividad procesal o actos de dilatación del proceso,
por lo que se ampararon sus derechos procesales
 Existencia de afectación generada en la situación jurídica de la persona
involucrada en el proceso: No se constata una afectación directa a los
accionantes dentro del plazo de 6 meses en el que se emitió el pronunciamiento.

Como se puede verificar, no se ha vulnerado el plazo razonable al haberse cumplido con


todos sus requisitos, siendo así el Estado de Guatemala no prolongó indebidamente el
proceso.

CONCLUSIÓN:

Por los argumentos expuestos en el presente informe, consideramos que el Estado de


Guatemala no es responsable por la violación de los derechos a la salud, vida e integridad
personal y garantías judiciales y protección judicial, establecidos en la Convención
Americana.

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