Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Barrios Altos 1820-1880 PDF
Barrios Altos 1820-1880 PDF
RESUMEN
Este artículo es un avance de un trabajo más amplio sobre una zona de Lima cono-
cida como los Barrios Altos. El autor se plantea reconstruir la trama demográfica,
social y económica de sus calles y familias, teniendo como material de trabajo la
documentación de los archivos de Lima.
I. INTRODUCCIÓN
Me interesa investigar los Barrios Altos como parte de Lima, no solo como una
cuantificación de sus habitantes, de sus calles, plazas, tiendas, chinganas o mercados,
sino sobre todo, reconstruir a partir de documentos, a las familias que vivieron en ese
espacio físico. Es a esta «gente» que queremos rescatarla del anonimato, que en
nuestra opinión, es la que le otorga personalidad a esta parte tan sentida de Lima.
Porque, no obstante el crecimiento poblacional y el cambio urbanístico de Lima a partir
de la segunda mitad del siglo XX, no puede concebirse a ésta, sin los Barrios Altos y,
pese a nuestros denodados esfuerzos de investigación bibliográfica, no se ha encontra-
do hasta la fecha, una publicación sobre los Barrios Altos en el período que nos hemos
propuesto investigar. Si tenemos que rectificarnos sobre esta aseveración, lo haremos
con mucha satisfacción académica.
Por supuesto que hay trabajos publicados donde se menciona a los Barrios Altos
como parte de Lima, en especial a fines de la Colonia, del siglo XIX y principios del siglo
XX, pero, de 1820 a 1880, salvo que me equivoque, no existe –reitero– ninguna publica-
ción. Este vacío bibliográfico tiene su explicación académica: la historia de las ciuda-
des en el Perú han estado al margen del interés de los historiadores. Por cierto que
existen descripciones de algunas ciudades como parte de autobiografías y son valiosas
para reconstruir la trama de sus calles, de las familias residentes en determinadas
décadas: como la de Jorge Basadre sobre Tacna; Luis E. Varcárcel, Cusco; Víctor A.
1 Carlos SAMBRICIO, ed. La historia urbana. Ayer 23-1996, Madrid, 1996, pp.11.
INVESTIGACIONES SOCIALES AÑO VIII N° 13, pp. 135-162 [UNMSM / IIHS, Lima, 2004] 135
Belaunde, Arequipa; Gálvez, Benvenuto, Portal sobre Lima; y algunas otras que son
memorias o testimonios de la «patria chica» de los autores; pero estas historias, en su
mayoría, solo han sido reconstruidas basándose en la memoria, al cariño e identifica-
ción y no con documentos. Esta investigación, en cambio, se propone unir la memoria,
la identificación y cariño con el barrio con la validez que surgen de los documentos
para reconstruir la historia de los Barrios Altos.
Al trabajo profesional en los archivos, es necesario complementarlo, en la medida de
lo posible, con un conocimiento físico del lugar que se investigará, y con la memoria
colectiva de las personas mayores. Haciendo uso de esta metodología de trabajo, estare-
mos en mejores condiciones académicas de lograr una mayor aproximación a la realidad
histórica de una ciudad o de una parte de ella. Desde hace algunos pocos años, sociólo-
gos, arquitectos, antropólogos y algunos historiadores vienen mostrando un mayor interés
en realizar estudios sobre Lima, por ejemplo, se hace referencia a la ubicación de los
Barrios Altos en la Colonia: «Con el damero colonial se traza un sector de Barrios Altos
que entonces formaba parte limítrofe de la ciudad en dirección este. Hoy, el sector
comprendido entre la Av. Abancay y el Jr. Paruro. La pertenencia al damero significó
para este sector estar ligado al poder colonial que emanaba de la Plaza Mayor.» (A.
Panfichi: p. 25). Más adelante destaca la importancia de esta parte de Lima en estos
términos: «(Los) Barrios Altos, al ser desde tiempos prehispánicos, un lugar de cruce de
diversos caminos hacia los Andes y punto de distribución de agua a través del río Huatica,
tenía uno de los adoratorios indígenas más importantes del valle de Lima.» (ídem: p. 32).
Por ello se explica la existencia de buen número de iglesias y monasterios en esta zona de
Lima: los monasterios de las Descalzas, Santa Clara, del Prado; los conventos de Santa
Clara, Mercedarias, del Prado; las iglesias del Carmen, Santa Ana, Mercedarias, Des-
calzas, Buena Muerte, Trinitarias, Cocharcas etc., que son parte indesligable de la perso-
nalidad y la característica de los Barrios Altos, y que permite a los barrioaltinos aún hoy,
recorrer las siete estaciones (iglesias) en el Jueves Santo sin salir de su entorno barrial.
Con respecto a la ubicación de los Barrios Altos a principios del siglo XX, un autor
lo hace así: «En el distrito V es decir en los Barrios Altos (entre la calle de Huanta y la
calle Conchucos y entre la Portada de Martinetti y la calle Junín), las casas eran
principalmente de adobe, solo la mitad tenía servicios de agua y desagüe y era una
zona bastante tugurizada, pues albergaba 50 habitantes por casa de vecindad» (Luis
Tejada: p.147). Esta realidad barrioaltina de 1908 debe haber llevado a que se escriba
en estos términos: «Barrios Altos era un distrito de población predominantemente
mestiza. Sus barrios mostraban también altos índices de mortalidad, tuberculosis y
fiebre tifoidea, así como uno de los mayores niveles de densidad por vecindades o
callejones.» (A. Del Águila: pp. 37-38). Como podrá apreciarse hasta el momento,
solo existen trabajos sobre Lima con algunas referencias a los Barrios Altos en un
período posterior a la de nuestra investigación (1820-1880). Y con relación a la ubica-
ción de los Barrios Altos al interior de Lima, en nuestra opinión, no es la que sentían
como su «territorio natural» los barrioaltinos en el siglo XX y hasta ahora.
II. DEMOGRAFÍA
Desde los inicios de la Colonia, la zona de Lima conocida como los Barrios Altos fue
uno de los lugares más densamente poblados debido a que por allí –las portadas de
Maravillas, Barbones y Cocharcas– transitaban todos aquellos que se dirigían al cen-
tro y sur del Perú. La provisión de alimentos que necesitaba la opulenta ciudad de
Lima colonial tuvo que pasar necesariamente por los Barrios Altos; de igual manera,
ya en el siglo XIX , el tránsito de los ejércitos para debelar los levantamientos, motines o
revoluciones de las ciudades del sur tuvo que haber sido visto por los barrioaltinos; las
carrozas fúnebres con destino al cementerio Presbítero Maestro pasó por sus calles;
los toros de lidia que venían de la hacienda Bujama, de propiedad de la familia Asín, en
el siglo XIX pasaron por los Barrios Altos. Por ello y por mucho más, se destaca la
importancia estratégica de esta zona de Lima. Como lugar obligado de tránsito de
personas con sus mercaderías con destino a Lima; tempranamente en sus casas,
tiendas, chinganas y callejones comenzaron a radicar provincianos, preferentemente
venidos de Yauyos, Huancayo, Huarochirí, aunque también de Ica, Ayacucho, Cusco,
etc. El intenso tráfico de personas y productos hizo que se construyeran en los lugares
aledaños a las portadas de Maravillas y Barbones, una serie de tambos que albergaron
a arrieros con sus recuas de mulas En agosto de 1819, doña Mariana Barbarán arren-
daba a don Eusebio Sánchez un tambo de su propiedad ubicado en la calle Maravillas
en 14 pesos mensuales con las siguientes características: «con su armazón de tablas,
mostrador de lo mismo clavado de firme en el suelo [...] Un patio accesorio con su
puerta grande a la calle y cuatro cuartos» 2 . También en el mismo año por esta calle
existía una «casa huerta y tambo situado a la salida de la Portada de Maravillas cono-
cida por Alzamora» de propiedad de doña Manuela Alzamora, que fue arrendada por
un plazo de nueve años al teniente coronel don Mariano Zubizarreta en 800 pesos
Una de las características más significativas del sector urbano de los Barrios Altos
fueron y aún son sus callejones. No puede concebirse una historia de los Barrios Altos
sin sus callejones, sin sus construcciones coloniales multifamiliares, verdaderos «pue-
blos» que albergaron a principios del siglo XX hasta doscientas familias, con sus caños
y duchas, patios interiores, capillas con sus santos, e incluso, tiendas de abarrotes en su
interior. Toda esta arquitectura urbana adquiere un cariño e identificación en la menta-
lidad y práctica de sus moradores, que incluso tienen nombres propios, adquieren una
personalidad e identidad que las hacen diferentes a sus congéneres: San José, el Ponce,
la Espada, el desaparecido callejón del Fondo, el Buque en camino de desaparecer, el
callejón del Alma y muchos otros. Algunos callejones toman el nombre de un santo
como San José y otros por su pequeñez y el número reducido de sus habitaciones,
carecen de nombre y solo se les conoce por la presencia de una antigua familia. Los
callejones barrioaltinos estuvieron y están formados por 15, 40, 100 o 150 habitaciones.
Generalmente constan de dos o tres cuartos; en el siglo XVIII, XIX y buena parte del
siglo XX carecían de servicios higiénicos al interior de las habitaciones. Otra de las
características de la mayoría de callejones es que, por muy modestos o pocas familias
1. Ubicación
En el colonial jirón Ancash, en la zona que iba a la Portada de Maravillas, en la
cuadra 10, se encuentra el monasterio de Mercedarias, que da su nombre a esta
calle. Aquí estuvo ubicado, desde fines del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX,
el «Callejón del Fondo». Últimamente hemos vuelto a transitar por la calle
Mercedarias, pero de manera rápida con destino al club «Los Buenos Amigos»,
que se encuentra en la esquina del jirón Maynas con Maravillas, de modo que la
visualización que tenía de esta cuadra era difusa. El 19 de julio de 1999 me propu-
se «ver» la calle Mercedarias con mayor detenimiento, y así lo hice. Ingresé esa
mañana por la calle Santa Clara, pasé frente a su iglesia, crucé el jirón Huánuco e
ingresé a la calle Mercedarias. ¿Qué vi y qué se ve? Lo siguiente: Ya casi no
quedan vestigios coloniales, en la vereda derecha hay solo un callejón que podría
3. Rentabilidad
Una de las razones, en mi opinión la más importante y decisiva, para la construcción de
los callejones del Fondo y Amberes por parte del monasterio de Mercedarias, fue que
su administración iba a producir una mayor renta. Las monjas de Mercedarias tienen
que haber llegado al convencimiento de que construir muchas habitaciones en un es-
pacio relativamente reducido y arrendarlos, les iba a rendir más dinero y, en ese senti-
do, no se equivocaron. Además, si el Callejón del Fondo fue construido a fines del siglo
XVIII y lo asociamos, como se ha escrito anteriormente, con un repunte de la economía
colonial y un aumento poblacional de Lima, el cuadro que se presentaba era la de una
mayor demanda de habitaciones, incentivo que tiene que haber provocado un auge en
la construcción de casas, tiendas y callejones. La ubicación del Callejón del Fondo en
la calle Mercedarias fue un factor decisivo para una demanda constante de sus habi-
taciones por ser, en buena parte de nuestro estudio de los Barrios Altos, un lugar de
tránsito obligado de Lima con el centro y sur del Perú. Por lo inédito del tema, cual es
demostrar la rentabilidad del Callejón del Fondo, vamos a usar el método comparativo
con otros ingresos que tuvo el monasterio de Mercedarias en el siglo XIX .
El cuadro precedente nos permite hacer algunas reflexiones. La suma de los cen-
sos nos dan 37,176 pesos, que colocados en tres haciendas de la costa central del Perú,
apenas redituaban para el monasterio de Mercedarias, 713 pesos 4 reales al año,
mientras que solo el Callejón del Fondo, asumiendo que estaba arrendado por 50 inqui-
linos, rendía 1,200 pesos al año, comparativamente significaba un 70% más pero con
una inversión menor de 20,000 pesos que es nuestro cálculo del precio del Callejón del
Fondo. Otro aspecto positivo en las rentas provenientes del Callejón del Fondo –exten-
1802 3 pesos
1832 3 pesos
1854 4 pesos
1859 5 pesos
1868 5 pesos
FUENTE: AAL. Monasterio de Mercedarias. Varios legajos y expedientes.
Si bien es cierto que el cobro de los alquileres de las habitaciones del Callejón del
Fondo se incrementaron durante el período de nuestra investigación, hay un hecho
social que bloquea su rentabilidad: la morosidad en el pago por parte de buen número
de sus inquilinos. Esto tiene su explicación porque la mayoría de ellos proviene de
sectores populares con bajos ingresos. ¿Es excesiva esta morosidad? No, la mayo-
ría arrastra una deuda en promedio de uno a dos meses y algunos deben de 4 a 8
meses. Esta morosidad endémica que atenta contra la rentabilidad del Callejón del
Fondo es más evidente entre 1830 y 1850 y tiende a disminuir bruscamente a partir
de 1860 hacia delante. Asimismo, otro hecho que atenta contra la rentabilidad del
Callejón del Fondo se da cuando el número de inquilinos disminuye, es decir, hay
habitaciones vacías, especialmente entre 1825 y 1840, período que coincide con el
desplazamiento de familias de los centros urbanos, entre ellos Lima, al campo. Esta
tendencia comienza a cambiar a partir de 1850 en que hay una fuerte demanda de
habitaciones en Lima, lo que se refleja en el Callejón del Fondo que tiene arrendadas
sus habitaciones en un promedio de 90% y aun 100%.
El incumplimiento en el pago de sus obligaciones contractuales de las personas o
instituciones, atentaba directamente la rentabilidad de las inversiones. Entre 1820 y
1845, el Perú atravesó una severa crisis económica debido a la guerra de la indepen-
dencia, a los conflictos entre los caudillos militares y a las guerras internacionales.
Estos hechos políticos internacionales se reflejaron en la caída brusca en los ingresos
de las personas e instituciones, que no les cumplir con el pago de arrendamientos e
intereses. Este cuadro de casi cesación de pagos se hizo más patético en el sector
rural. Así, por ejemplo, el monasterio de Mercedarias había invertido, en calidad de
censo, 6,157 pesos en la hacienda Andahuasi, de propiedad de la Orden de San
Agustín. Hasta 1822 los agustinos cumplieron con pagar los intereses por el dinero
recibido, pero a partir de 1823 ingresaron en una cesación de pagos hasta 1833,
Intereses (%) 3 2
Ingreso total (5,979) 1,764 975 3,240
Alquiler Callejones (100%) 28,8 16,7 54,5
*Haciendas
**Se incluyen casas y otros callejones.
FUENTE: AAL. Monasterio de Mercedarias. Legajo III: 120.
En los Barrios Altos del siglo XIX , no solo residieron los sectores populares,
sino también vivieron connotados personajes de la sociedad limeña de entonces.
Se han encontrado evidencias documentales de que en la calle Espalda de Santa
Clara vivió el importante político José María Quimper; por la calle del Carmen
Bajo tuvo su casa don José María Galdeano, abogado, prócer y emparentado con
la alta sociedad limeña; de igual manera, el arquitecto José Antadilla también vivió
en la calle Tigre. Asimismo, el migrante italiano inició desde los albores de nuestra
vida republicana su residencia en esta parte de Lima. Desde mediados del siglo
XIX, en los Barrios Altos viven Domingo Podestá, Juan Matellini, Jerónimo Lanatta,
José Pagano, Miguel Campodónico, Lázaro Solari, Juan Aseretto y muchos otros
BIBLIOGRAFÍA
BASADRE, Jorge
1968 Historia de la República del Perú. Editorial Universitaria
1975 La vida y la historia. Ensayos sobre personas, lugares y problemas. Banco Indus-
trial del Perú.
BROMLEY, Juan
1964 Las viejas calles de Lima. Boletín de la Municipalidad de Lima 1715-6, pp.157-9.
BROMLEY Y BARBAGELATA
1945 Evolución urbana de la ciudad de Lima. Concejo Provincial de Lima.
CUETO, Marcos
1989 La ciudad y las ratas: la peste bubónica en Lima y en la costa peruana a comienzos del
siglo XX. Histórica XV/1.
DÁVALOS A., VERA C., M ORETTI J., M ERELES C., D’A NGELES N., M ANZUR C., FERREYRA F.
1955 Remodelación de los Barrios Altos. Tesis Facultad de Arquitectura. UNI.
EGUIGUREN, Luis
1945 Las calles de Lima, propietarios y vecinos.
GÁLVEZ, José
1966 Nuestra pequeña historia. UNMSM.
IPIG
1995 Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas. 21
LAOS , Cipriano
1927 Lima la ciudad de los virreyes.
LUNA, Pablo
2003 «Conventos, monasterios y propiedad urbana en Lima, siglo XIX: el caso de la Buena
Muerte». En Investigaciones Sociales Nº 11, revista del Instituto de Investigaciones
Histórico Sociales, UNMSM.
M UÑOZ, Fanni
2001 Diversiones públicas en Lima 1890-1920. La experiencia de la modernidad. PUCP
Universidad del Pacífico.
PANFICHI-PORTOCARRERO
1998 Mundos interiores. Lima 1850-1950. Universidad del Pacífico, CIUP.
PORTAL, Ismael
1912 Lima de ayer y de hoy. Lima, Imprenta Comercial de Horacio La Rosa & Co.
RAMÓN, Gabriel
1999 La muralla y los callejones. Intervención urbana y proyecto político en Lima du-
rante la segunda mitad del siglo XIX. Sidea y Promperú.
VILLANUEVA L. y DONAYRE J.
1987 Canción criolla. Latina S. A. Lima.
ZANUTELLI, Manuel
1999 Felipe Pinglo a un siglo de distancia. Diario El Sol, 17 de julio de 1999.