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EL REINTEGRO INQUILINARIO

El reintegro inquilinario es el derecho que tiene el arrendatario a que se le devuelva el pago de


sobre-alquiler del inmueble que ocupa, es tomando como base el canon máximo fijado por el
organismo competente; o las cantidades que haya pagado por alquiler de una vivienda
considerada por ese organismo como inhabitable. (Arts. 8 de la LRA y 15 del R.)

Este reintegro especial, contemplado tanto en la Ley respectiva,, como en su Reglamento, en


los diversos artículos que más adelante analizaremos, es una especie concreta derivada del
pago de lo indebido, que estudiamos en materia de obligaciones, específicamente previsto en
el artículo 1.178 del Código Civil “… Todo pago supone una deuda: lo que ha sido pagado sin
deberse está sujeto a repetición…”

La repetición no se admite respecto de las obligaciones naturales que se han pagado


espontáneamente.

En materia contractual, podemos decir que donde impera la libre contratación o la plena
autonomía de la voluntad, la doctrina tiene permitido que si entre las partes se media una
convención, no se puede hablar de pago de lo indebido, ya que estas se rigen por normas
expresas en cuanto a su ejecución o inejecución, su nulidad y resolución. Con respecto a este
punto, la jurisprudencia tiene consagrado que la acción de repetición no procede cuando el
pago ha tenido lugar en cumplimiento de una obligación, aun en la hipótesis de que la otra
parte no cumpla la obligación que le es inherente por falta de la condición de la causa falsa.

Ahora refiriéndonos a la contratación inquilinaría debemos tener presente que esa autonomía
de la voluntad de la cual son tan cuidadosos los doctrinarios del derecho común, está
plenamente intervenida, sobremanera en lo atinente a la fijación de los cánones arrendaticios.
Pues, para que estos tengan validez o legalidad, tienen que ser previamente fijados por el
Estado, a través de sus órganos competentes. Hasta el punto de existir prohibición legal
expresa para dar en arrendamiento un inmueble, no declarado exento de regulación, sin haber
cumplido con ese requisito insoslayable. Así lo dispone el artículo 4 de la ley de la materia
disponible claramente:

"... Los arrendadores o sub-arrendadores de los inmuebles a que se refiere el artículo 19 de


esta Ley, no podrán darlos en arrendamiento o sub-arrendamiento, en todo o en parte, hasta
tanto el organismo competente no haya hecho la fijación de los cánones, ni estipular o percibir
mayor cantidad que la fijada...”

Normativa que se repite con mayor acentuación en el artículo 62 del Reglamento respectivo
que prevé:

"...Salvo lo dispuesto en el artículo 19 de este Reglamento no pueden celebrarse contratos de


arrendamiento de inmuebles sujetos las disposiciones de la Ley, sin que la fijación del canon
máximo de arrendamiento haya sido hecha por la Dirección de Inquilinato o por el respectivo
Concejo Municipal, según el caso, o sin que la excepción haya sido declarada por la Dirección
de Inquilinato".

Es con fundamentos a estos dispositivos y el propio espíritu de los órganos que informan al
Derecho Inquilinario, que este instituto del reintegro inquilinario tiene plena vigencia.

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