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La neuropsicología infantil estudia las relaciones entre el comportamiento y el cerebro en desarrollo en niños, con el objetivo de aplicar este conocimiento para tratar las consecuencias de lesiones cerebrales durante la infancia. Surge en la década de 1960 y ha dado lugar a diversas especialidades. No es una versión reducida de la neuropsicología del adulto, por lo que se deben usar criterios específicos para estudiar las relaciones conducta-cerebro en los niños.
La neuropsicología infantil estudia las relaciones entre el comportamiento y el cerebro en desarrollo en niños, con el objetivo de aplicar este conocimiento para tratar las consecuencias de lesiones cerebrales durante la infancia. Surge en la década de 1960 y ha dado lugar a diversas especialidades. No es una versión reducida de la neuropsicología del adulto, por lo que se deben usar criterios específicos para estudiar las relaciones conducta-cerebro en los niños.
La neuropsicología infantil estudia las relaciones entre el comportamiento y el cerebro en desarrollo en niños, con el objetivo de aplicar este conocimiento para tratar las consecuencias de lesiones cerebrales durante la infancia. Surge en la década de 1960 y ha dado lugar a diversas especialidades. No es una versión reducida de la neuropsicología del adulto, por lo que se deben usar criterios específicos para estudiar las relaciones conducta-cerebro en los niños.
Para Portellano (2005). La Neuropsicología Infantil es una
neurociencia que estudia las relaciones entre la conducta y el cerebro en desarrollo, con el objetivo de aplicar los conocimientos científicos de dichas relaciones para tratar de corregir en la medida de lo posible las consecuencias derivadas de las lesiones cerebrales que se han producido a lo largo del período infantil (Aylward, 1997; Teeter, 1997).
Esta ciencia, también denominada Neuropsicología del Desarrollo,
surge a partir de los años sesenta del pasado siglo, como fruto de las aportaciones realizadas por diferentes especialidades como Neuropediatría, Psicología del desarrollo, Terapia física y ocupacional, Psicología clínica infantil, Psicología pediátrica y Psicología escolar. En su proceso de formación ha dado lugar a diversas especialidades: Neuropsicología clínica infantil, Neuropsicología pediátrica, Neuropsicología del Desarrollo temprano, Neuropsicología cognitiva infantil o Neuropsicología de la edad escolar (Reynolds, 1997; Goldstein & Reynolds, 1999). Como fruto del interés del interés suscitado, han ido apareciendo den el panorama internacional diversas publicaciones científicas especializadas en el tema: Child Neuropsychology y Developmental Neuropsychology. Sin embargo, el número de manuales que versan sobre Neuropsicología infantil todavía sigue siendo muy escaso.
La Neuropsicología infantil no es una versión miniaturizada de la
Neuropsicología del adulto, por lo que no se pueden estudiar las relaciones conducta-cerebro en la infancia con los mismos criterios, simplemente “rebajando” los niveles de exigencia, sino que se deben emplearse criterios específicos y diferenciados (Obruttz & Hyndt, 1986). Sin embargo, aunque se asume este importante factor diferencial, todavía persiste una excesiva tendencia a la sobregeneralización de los resultados obtenidos en el ámbito de la investigación neuropsicológica, equiparando el daño cerebral infantil al del adulto (Berembaum, 1998). .
Al igual que sucede en el ámbito de la Neuropsicología del adulto,
en la Neuropsicología infantil también existen diferentes tendencias con una orientación más preocupada por el estudio del sistema nervioso o bien por el del comportamiento, por lo que es necesaria una aproximación más integradora o psiconeurológica, siguiendo el modelo de unidades funcionales propuesto por Luria. Desgraciadamente también en la Neuropsicología infantil persiste una visión sesgada de las relaciones cerebro-conducta, predominando una concepción excesivamente neurologicista que en ocasiones pierde de vista que el único output posible del sistema nervioso es la conducta. Más recientemente el sesgo se viene produciendo desde aproximaciones de signo cognitivista radical que se despreocupan del procesamiento neural de la información, para centrarse casi en exclusiva en el estudio de los procesos cognitivos incurriendo en casos extremos una Neuropsicología infantil estática y descerebrada. Además, existen diferencias en la orientación dependiendo de cada país, y así, se comprueba que la corriente neuropsicológica infantil de orientación cognitiva tiene un desarrollo más sólido en países como Gran Bretaña e Italia mientras que en otros como Francia o España tiene un mayor peso el abordaje psiconeurológico inspirado en Luria.
La Neuropsicología del Desarrollo ha ido incrementando su
importancia por varias razones médicas y socioeducativas. En primer lugar, la mejoría en las condiciones asistenciales ha propiciado el incremento en .
la supervivencia de niños de riesgo biológico que anteriormente fallecían
al nacer o durante los primeros meses de vida, con la consiguiente aparición de nuevas poblaciones pediátricas anteriormente inexistentes. Dichas poblaciones, como los niños con muy bajo peso al nacer, tienen mayor riesgo de presentar alteraciones neurocognitivas. Por otra parte, la creciente escolarización de niñas y niños en edad pre-escolar incrementa el número de casos de disfunción cerebral que anteriormente pasaban desapercibidos hasta el inicio de la escolaridad obligatoria.
La introducción de la neuroimagen funcional permite obtener
importantes datos heurísticos, explorando al niño cuando realiza una determinada actividad mental de una forma fiable y no invasiva. Sin embargo, el problema de técnicas como la Tomografía por Emisión de Positrones o la Resonancia Magnética Funcional es su excesivo coste y las dificultades para su mantenimiento, por lo que el mayor éxito de su utilización se da en la investigación neuropsicológica más que en la evaluación convencional. Por otra parte, la excesiva artificiosidad y aparataje de las técnicas de neuroimagen todavía sigue constituyendo una limitación en su uso. No obstante, es previsible que el abaratamiento de las técnicas de neuroimagen facilite su utilización como sistema de evaluación neuropsicológica infantil en un futuro no muy lejano.
La creciente utilización de la informática abre enormes posibilidades
de aplicación en el tratamiento del daño cerebral infantil, dadas sus múltiples ventajas, ya que los niños tienen una mayor facilidad para su uso al estar normalmente más familiarizados que las personas de mayor edad. Los programas de rehabilitación mediante programas de software pueden ser de gran utilidad en la recuperación de trastornos de memoria, atención o funciones ejecutivas. Sin embargo, hay que señalar algunas limitaciones derivadas de la utilización de la informática en el ámbito del daño cerebral infantil, como su escasa capacidad de generalización o la falta de validación ecológica, al tiempo que la limitada capacidad para interactuar entre el terapeuta y el paciente. En un futuro la utilización de la .
informática en la rehabilitación del daño cerebral en niños y niñas no va a
entrar en colisión con la de otras técnicas más tradicionales de neurorrehabilitación, que permiten la existencia de una relación directa entre el niño y el terapeuta.
Referencia Bibliográfica
Portellano, J. A. (2005). Introducción a La Neuropsicología. Editorial