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Juez Explica Aplicación de Normas Vigentes en

Accidentes de Tránsito

Nuevamente nuestras pistas son escenario de accidentes de tránsito que dejan dolor en los
hogares de las víctimas. Camiones y buses que atropellan a transeúntes y huyen, maquinas no
autorizadas para circular en vías y provocan muertes, conductores en estado de ebriedad que
estrellan sus vehículos acabando con vidas, e innumerables circunstancias en las que el alcohol
y la imprudencia temeraria trastocan la vida de nuestras comunidades son el cuadro recurrente.
Sin embargo estos hechos con graves consecuencias son sancionados por la justicia. Sobre el
particular, el juez de Investigación Preparatoria, Luis Alejandro Pérez León, ofreció una
entrevista con el fin de ilustrar a la ciudadanía sobre este tipo de hechos.

PARA LA VÍA CIVIL

El magistrado empezó explicando casuísticas desde hechos menores. “Cuando se produce un


accidente de tránsito, por decir el choque de dos vehículos motorizados y los daños solo son
materiales, generalmente se llega a un acuerdo verbal y se resuelve en forma instantánea. Se
arregla. Esto si no hay ningún tipo de lesiones o muerte. Estamos hablando estrictamente de
daños materiales que se producen entre los vehículos. En su mayoría estos incidentes se
arreglan bajo acuerdo directo de las partes. Si no hay ese arreglo, entonces ya tienen que
acudir al órgano jurisdiccional, que corresponde a los juzgados de paz, que es la vía civil donde
se determina quién fue el responsable, el monto indemnizatorio y se puedan resarcir los
daños. Aquí no interviene el Ministerio Público, ni interviene el Juez Penal”. El juez continuó:
“Ahora, cuando existen lesiones, con o sin intervención de los vehículos, tenemos que ver que
determinar si las lesiones son culposas. Son simples cuando el médico decreta atención
facultativa y descanso médico entre 15 y 30 días. Si las lesiones son leves y si no hay un
agravante, esto se resuelve en instancia privada. Procede interponer querella ante el juzgado
unipersonal. Aquí tampoco interviene el Ministerio Público”.

INTERVIENE EL ESTADO

Pérez León explico, “cuando las lesiones tienen carácter de grave, o sea mayor a 30 días u
otras condiciones establecidas en el Art. 121 del Código Procesal Penal como en las que se
pone en peligro inminente la vida de la víctima, o se mutila un miembro o parte principal del
cuerpo que lo hacen impropio para su función, o si se deriva en una persona con incapacidad
para el trabajo, invalidez, anomalía síquica permanente o queda desfiguración grave y
permanente, y otras claramente descritas en el CPP. Aquí, ya interviene el Ministerio Público.
Obviamente, también cuando el resultado es la muerte del agraviado”. Advirtió que tanto en el
caso de lesiones leves o graves, “pueden existir circunstancias que pueden agravar la
responsabilidad y en consecuencia la pena del causante. Conducir en estado de ebriedad o
infringir las reglas de tránsito, agrava la pena, Por ello el Art. 124 que se refiere a las lesiones,
sanciona con pena no menor de 1 año y no mayor de tres, si las lesiones son producto de la
inobservancia de las reglas de ocupación, profesión o industria. La pena alcanza los 4 años si
son varias las víctimas de un mismo hecho. La condición de quien provocó el accidente se
agrava aún más, de 4 a 6 años e inhabilitación, si la lesión se comete con un vehículo
motorizado o arma de fuego estando el agente bajo los efectos de alcohol, drogas, toxinas o
sustancias sicotrópicas”. En el caso de la conducción de vehículos en estado de ebriedad,
añadió el magistrado, “tenemos que precisar que si se trata de un vehículo particular, se
permite alcohol de 0.5 gr/l y si es un vehículo de transporte público, pasajeros, mercancías o
carga en general, es 0.25 gr/l permitido. Por encima de esos niveles, la situación es agravante,
4 años como mínimo y 6 años como máximo. La misma pena agravante se da si el accidente
ocurre por la inobservancia de las reglas de tránsito”.

ALCOHOL Y MALA CONDUCCIÓN

Según la experiencia y estadística que registra en su haber el magistrado, ha sido una


constante que la mayor cantidad de accidentes que han llegado a su despacho han sido por
casos provocados por el alcohol y la imprudencia al conducir. “En casos de homicidios
culposos, los de accidente de tránsito en mayor numero son por inobservancia de reglas de
tránsito o por conducción en estado de ebriedad. Esa es la mayor cantidad. En el caso de los
accidentes por inobservancia de reglas de transito, la mayoría son por conducir vehículos a
velocidades mayores a la permitida. Podemos hablar de un centro poblado, vías de
evitamiento que cruzan centros poblados. Allí generalmente los vehículos recorren con
velocidades sobre los 80 o 100 km/h. Eso está prohibido. Siempre se tiene en cuenta la
velocidad de acuerdo al tipo de vía. Esta circunstancia genera una pena entre 4 y 8 años,
similar a lesiones agravadas, pero aquí aumenta porque es por accidente. En estos casos es
imperativa la intervención del Ministerio Público”. Sobre los plazos de investigación y proceso,
el juez señaló que, “es igual que un proceso común. El mismo plazo de investigación. Es de vital
importancia la pericia técnica que realiza la Policía especializada en tránsito. Estas pericias
demoran, porque si no se podría llevar incluso hasta en un proceso inmediato. En esas pericias,
se interviene al causante del accidente en forma inmediata. Lo que sí se está pidiendo son
prisiones preventivas a los causantes. Acá en las audiencias de proceso inmediato, se puede
llegar a un resarcimiento. Si hay un acuerdo en cuanto a la reparación civil, se da penas
suspendidas. En caso que ha habido un acuerdo con la parte agraviada, se da una pena
suspendida, generalmente de 4 años por 3”.

LA FUGA COMO DELITO ADICIONAL

En los casos en que quien ocasiona lesiones graves o muerte y fuga del la escena del accidente,
el Estado se suma como parte agraviada. Explica Pérez León, “hasta aquí solo se asume como
agraviada la persona. Pero hay otras circunstancias en las que el Estado resulta agraviado.
Cuando el causante huye del lugar del accidente de tránsito. Entonces allí ya está cometiendo
dos delitos. Uno es el homicidio o lesiones agravadas y el hecho de huir o escaparse constituye
un delito autónomo. Esto está previsto en el Art. 408 del Código Penal. En este caso resulta
también agraviado el Estado. Si el causante huye del lugar para sustraerse para su
identificación, para eludir las comprobaciones necesarias, o se aleja por razones atendibles
pero no da cuenta a la autoridad, será reprimido con pena privativa no menor de seis meses ni
mayor de 4 años. Esto es cuando huye y deja lesiones graves o muerte. No solo cuando el
causante huye con el vehículo sino también cuando el conductor desaparece luego de
provocar lesiones o muertes, dejando el vehículo en el lugar. En este Juzgado ya se tuvo casos.
Uno de un señor que salía de un palo verde en Cruce El Milagro, atropella, ocasiona muerte,
huye y esconde el vehículo. Allí vemos que se dan los dos delitos. También el caso de un
ómnibus que en la Panamericana arrolló a un indigente. Se ubicó al bus en Paiján. En lima se
dio un caso de una persona que provocó una muerte y ahora está en el extranjero, también se
dan los dos delitos”.

EL RESARCIMIENTO
Luego de los penosos resultados de un accidente, el resarcimiento económico es apena una
compensación material para un hecho irreparable. Sin embargo es lo único que queda. El
magistrado concluyó, “así está previsto en la norma, el resarcimiento económico. Es libre. Las
partes pueden acordar. A veces son familiares o vecinos, porque no necesariamente es un
desconocido. Si estoy conduciendo en estado de ebriedad y llevo dos pasajeros, vecinos o
familiares, en consenso surge un resarcimiento menor. No hay un tope mínimo ni máximo.
Aquí, en este juzgado, hemos visto resarcimientos desde 10 mil hasta 60 mil Nuevos Soles. Ya
es el acuerdo de las partes”. Cabe señalar que a pesar de llegarse a un resarcimiento
económico, un proceso penal por muerte por accidente igual puede dejar al causante un
antecedente, una sentencia. “El autor recibe una sentencia. Aunque también se puede llegar a
un principio de oportunidad. Una negociación entre las partes para el resarcimiento. Se llega a
un monto resarcitorio, que obviamente tendría que ser mayor al de una terminación
anticipada”.

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