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Procesal Organico
Procesal Organico
DERECHO PROCESAL
ORGÁNICO
TERCERA EDICIÓN
REVISADA Y ACTUALIZADA
DERECHO PROCESAL ORGANICO
© HÉCTOR OBERG YÁÑEZ
MACARENA MANSO VILLALÓN
Has llegado a los umbrales de un apartado de la ciencia jurídica -uno de los tantos- que te permitirá
conocer las formas para lograr lo que crees que existe en este mundo: justicia. No eres un necio ni un
nefelibata, lo aprenderás por la razón o la fuerza, te agrade o no, y sólo así comprenderás lo que es esta
disciplina a la cual te incorporas en este momento, y que te traerá a la prosaica realidad de nuestro
mundo jurídico. Empero, puedo decirte que te entregues al destino, confía que todo será para mejor,
aunque no seas hoy capaz de entenderlo. Siéntate, respira y entrégate. Reposa, descansa, medita. Luego
actúa, si es preciso, y así podrás continuar en este camino que has elegido hasta el fin de tu vida,
siempre acompañado de una forma, que está representada ahora en este llamado derecho procesal, y
cuyas primeras nociones quedan a tu disposición con estos apuntes. Aprovéchalos.
La primera cuestión que en el estudio de esta disciplina se debe abordar es el relativo a su concepto.
En un primer intento podríamos conceptuar al derecho procesal como la disciplina jurídica que tiene por
objeto el estudio del proceso, y no cualquier proceso, sino aquel que se desenvuelve ante los jueces.
Pero esta noción, por su simplismo, obliga a buscar definiciones más comprensivas del contenido de
esta rama.
La doctrina chilena ha propuesto algunas definiciones, así el profesor Jaime Galté decía que es "El
derecho que se ocupa de las formas más o menos solemnes con que se proponen, discuten y resuelven
las cuestiones que se someten a los tribunales".
Por su parte, el profesor Pereira Anabalón lo define como "la ciencia jurídica cuyo objeto es el
estudio sistemático de las normas, principios e instituciones que regulan el ejercicio del poder
jurisdiccional del Estado
Como se aprecia, el derecho procesal suele definirse como "el conjunto de normas que regulan el
proceso", o bien "la ciencia jurídica que atiende al estudio del proceso", pero, a pesar de estas
definiciones, que centran toda la disciplina en torno al proceso, la doctrina ha sido consciente de que el
derecho procesal no es el derecho del proceso, dado que éste no es ni el único ni el más importante
contenido del mismo, sino que se integra, además, por las nociones de jurisdicción y acción.
2 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
En efecto, aparte de la noción de proceso, el derecho procesal se integra por otros conceptos
indispensables para precisar el objeto de la disciplina.
En primer lugar debe mencionarse el concepto de jurisdicción. Ello, porque de todos los procesos y
procedimientos regulados por el ordenamiento, sólo deben ser objeto del derecho procesal aquellos a
través de los cuales actúa la jurisdicción.
Por otra parte, junto a los conceptos de proceso y de jurisdicción, el derecho procesal también
estudia la acción.
En consecuencia, una primera aproximación al concepto de derecho procesal podría consistir en que
es aquel que regula la jurisdicción, la acción y el proceso.
En cuanto a su denominación, si bien la expresión derecho procesal es la que parece prevalecer en la
doctrina y en la legislación, no puede ignorarse que esta disciplina ha tenido y tiene otras
denominaciones:
1. Hasta el siglo XVIII, en los países de cultura latina su contenido era el de simple práctica, de ahí
que a los libros sobre la materia se les denominaba "Práctica Judicial".
2. En el siglo XIX la voz "procedimiento" sustituye a la "práctica" y el método de la exégesis se
utiliza para describir el proceso civil y examinar el alcance de sus disposiciones.
3. A comienzos del siglo XX se abre camino entre los países de formación latina una concepción
sistemática y coherente del derecho procesal que se inicia fundamentalmente con Chiovenda, quien
propone denominar a esta rama del derecho con el nombre de "Derecho Procesal", la que no ha estado
exenta de críticas, pues se dice que la voz "procesal" estaría indicando que el objeto materia de estudio
de la asignatura sería el proceso, con lo que se excluiría todo lo referente a la organización de los
Tribunales, sus atribuciones y competencia.
4. La voz "Derecho Judicial", es otra denominación que no ha prosperado porque corrientemente se
refiere a la organización judicial, esto es, a la parte orgánica de este derecho, omitiendo la funcional, la
del proceso.
5. La doctrina española ha introducido la denominación "Derecho Jurisdiccional", que parece ser la
denominación que más base científica tiene para oponerse a la de Derecho Procesal.
Sin embargo, a pesar de que gran parte de la doctrina está consciente de que el concepto
fundamental de la disciplina es la jurisdicción, ha preferido mantener el tradicional vocablo de "Derecho
Procesal"
La expresión derecho está tomada en el sentido que le corresponde como rama autónoma de las
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ciencias de la cultura. La consideración de que el derecho procesal civil o penal era un apéndice de otras
disciplinas como el derecho privado o el penal, está completamente superada, y representa una visión
arcaica y desfasada del movimiento científico procesal.
En cuanto a la locución procesal, dice relación con el objeto estudiado: el proceso.
En cuanto al contenido de la disciplina, su núcleo está contenido por la función jurisdiccional, la que
se ejerce por el tribunal de justicia, formado por jueces y por otros funcionarios que colaboran con él.
A su turno, la jurisdicción no se ejercita de manera irrestricta, sino dentro de los límites que fijan
una esfera de atribuciones al tribunal, límites denominados competencia.
Además los jueces, salvo excepciones, no ejercen la jurisdicción por propia iniciativa sino por
petición de las partes, luego se verá que el derecho de las partes para requerir de los jueces el ejercicio
de la jurisdicción se denomina "acción", que al deducirse provoca el nacimiento y desenvolvimiento del
proceso.
Este proceso supone la existencia de un conflicto jurídico, y frente a él, el juez debe examinar si las
pretensiones de las partes se ajustan a derecho, lo que se logra a través de una serie de actos procesales.
Todos estos actos se ordenan en fases que constituyen el procedimiento.
Se suele decir que el derecho procesal comprende dos órdenes de materias:
1. El estudio del órgano jurisdiccional, sus atribuciones y competencia. En este caso se suele hablar
de derecho procesal orgánico.
2. El estudio del procedimiento, vale decir, la manera cómo el órgano jurisdiccional y las partes
deben desempeñar su misión. En este segundo caso se habla de derecho procesal funcional, el que a su
vez es posible clasificarlo en dos grandes ramas: derecho procesal civil y derecho procesal penal.
Ello sin perjuicio de encontrar en otras ramas del derecho aspectos de orden procesal, así hay un
derecho procesal laboral, administrativo, tributario etc.
Cabe mencionar que a la idea de proceso se ha llegado por confrontación con las otras soluciones
posibles para dirimir conflictos de intereses de relevancia jurídica.
En efecto no se concibe la existencia de una sociedad sin que en ella se den infinitas colisiones entre
los intereses de las personas, pues las normas jurídicas que rigen la vida social, por su naturaleza, son
susceptibles de ser infringidas.
Producido el quebrantamiento de la norma jurídica, debe arbitrarse la solución que haga cesar el
conflicto, y en este caso hay al menos tres soluciones posibles:
1. La autotutela o autodefensa: Ella consiste "en la reacción directa y personal de quien se hace
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justicia por sí mismo". Se caracteriza por que uno de los sujetos en conflicto intenta solucionarlo por
medio de su acción directa, en lugar de servirse de la acción dirigida hacia el Estado a través del
proceso.
En general este medio de solución de conflictos está prohibido por el derecho, y sólo
excepcionalmente se permite la autotutela, como en el caso del derecho legal de retención o en el caso
de la legítima defensa del artículo 10 N° 4 del Código Penal.
2. La autocomposición: Ella consiste "en ¡a sumisión o renuncia total o parcial de los derechos de
una parte a favor de la otra".
Se dice que la sumisión total es la renuncia o la remisión de la deuda y que la sumisión parcial sería
la transacción, la conciliación y el avenimiento.
Además, esta autocomposición puede ser unilateral o bilateral.
Es unilateral cuando las concesiones provengan de una de las partes en conflicto. Así ocurre en el
desistimiento, el allanamiento y la renuncia.
Será bilateral, en cambio, cuando las concesiones provienen de ambas partes, como en la
transacción, el avenimiento y la conciliación.
En la autocomposición es posible la intervención de un tercero, pero en definitiva el conflicto se
resuelve por obra de las partes y no del tercero, quien en el mejor de los casos se limita a proponer una
solución, no a imponerla, pues se encuentra en un estado de interpartes.
Las maneras en que el tercero puede intervenir son:
Espontáneamente, en cuyo caso nos encontramos ante la mediación y en ella las partes no se
comprometen a aceptar la solución, reservándose su ulterior libertad de acción.
En forma provocada, cuando es llamado por las partes y en este caso las partes se comprometen a
aceptar la solución impuesta por el tercero.
Como se aprecia, la autocomposición en cualquiera de sus formas es una manera directa y uni o
bilateral de poner fin a un conflicto y es un medio pacífico. Por ello se nos presenta como la forma más
natural de solución de controversias. Sin embargo tiene dos limitantes que la transforman en un medio
poco eficiente:
1. Existe un gran número de conflictos en que hay un interés social comprometido, que va más allá
del que tienen las partes involucradas. En estos casos, la propia normativa impide que los sujetos en
conflictos le pongan fin por mutuo acuerdo.
2. Es escasa la probabilidad de que una vez que surge el conflicto, las voluntades que se alejaron al
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Se dice que el procedimiento es el conjunto de formalidades específicas a que deben someterse tanto
los tribunales como las personas que concurren ante ellos planteando pretensiones procesales. Con este
término se alude a las normas de desarrollo del proceso, o si se quiere, a la tramitación de cada proceso.
Este concepto responde a una consideración meramente formal o externa de la actividad procesal.
Por expediente, podría decirse que es la materialidad del proceso, ya que consiste en el conjunto de
escritos, documentos y actuaciones de toda clase que se presentan o verifican en el proceso y que se
ordenan cronológicamente.
1. Es de Derecho Público: Este derecho es esencialmente público porque regula relaciones entre un
órgano del Estado que se halla en una situación de supremacía que está investido de una potestad
jurídica pública y otras personas que se hallan sujetos a una potestad en una relación de subordinación.
Consiguientemente:
a) Las normas procesales son de orden público y por investir esta naturaleza las partes no pueden
derogarlas por un simple acuerdo de voluntades.
b) Aún más, estas normas de índole procesal prevalecen en cada país sobre el Derecho de un país
extranjero.
Esto no impide que el C.P.C. acepte la renuncia de ciertos derechos
o permita la modificación de los supuestos de hecho de la norma. Por ejemplo, el actor puede desistirse
de su demanda; las partes pueden someter el asunto a arbitraje sustrayéndolo de la justicia ordinaria o,
como se ha visto, pueden avenir en el juicio.
2. Es instrumental: en oposición a material, por cuanto la observancia del derecho procesal no es un
fin en sí mismo, sino que es un medio, un instrumento, para observar el derecho material.
En otros términos, el derecho procesal no da las soluciones concretas del conflicto de intereses, sino
el mecanismo o la fórmula para llegar a la composición del mismo.
3. Es un derecho formal: En oposición al sustancial, porque al decir de Calamandrei el derecho
procesal "no regula directamente el goce de los bienes de la vida, sino las formas de las actividades que
se deben realizar para obtener del Estado la garantía de aquel goce".
4. Es autónomo: Lo es porque tiene un régimen jurídico propio. El derecho procesal está
desvinculado del derecho material, tiene sus propias normas y su doctrina exclusiva. Así, el mandato
procesal es distinto del civil, al igual que la nulidad.
A esta autonomía se llegó luego de una evolución de las antiguas concepciones privatistas del
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derecho procesal que le negaban independencia frente al derecho sustancial. Hoy en día nadie niega la
autonomía del derecho procesal frente a la legislación civil, pues su contenido y su objeto son
totalmente distintos.
Con todo, no puede establecerse un divorcio absoluto entre el derecho civil y el procesal, sino que,
por el contrario, existe una interrelación entre ambas ramas, como lo hay entre todas las disciplinas
jurídicas, en razón del carácter complejo del fenómeno jurídico.
En todo caso, no es la ubicación de una norma en un determinado código la atributiva de su
naturaleza; en los códigos procesales pueden encontrarse normas materiales-sustantivas como también
es posible encontrar normas procesales en los códigos de fondo.
En suma, es posible distinguir el derecho sustancial o de fondo que es aquel que define los derechos
subjetivos y el derecho procesal, que regula la forma de la actividad jurisdiccional. El primero indica la
materia, en tanto que el segundo señala la forma.
3. Clasificaciones.
Se distingue entre el derecho procesal orgánico, que es aquel que comprende las normas referentes a
la Organización y Atribuciones de los órganos jurisdiccionales y el derecho procesal funcional, que se
refiere a las normas relativas a conducta que las partes y el órgano jurisdiccional deben cumplir en la
sustanciación del proceso.
Las primeras se contienen en el Código Orgánico de Tribunales y en leyes complementarias y, las
segundas, en los códigos de procedimiento civil y de procedimiento penal.
Existe el derecho procesal civil, cuyo contenido está compuesto por normas de derecho privado,
fundamentalmente, el Código Civil y el de
Comercio; a su vez el derecho procesal penal tiene como leyes de fondo las de carácter penal,
fundamentalmente el Código Penal.
En fin, existe un derecho procesal laboral, de menores, militar, etc.
Como se ha dicho, esta distinción mira al contenido de las leyes del fondo, pues el derecho procesal
se presenta como una disciplina única y lo único que varía, además de la ley sustantiva, son los
procedimientos, la forma cómo se desenvuelve el proceso.
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Son fuentes del Derecho Procesal, entendidas en un sentido amplio, todo medio que sirve para
establecer, interpretar o aplicar la norma procesal.
Son las siguientes:
- Ley procesal, que es la fuente directa e inmediata del derecho procesal.
Entre las fuentes indirectas destacan:
- La doctrina de los tratadistas.
- La costumbre.
- La jurisprudencia.
- El derecho histórico y la legislación comparada.
- Los autos acordados.
La ley procesal es la norma procesal por excelencia. Esta ley en su forma es igual a las demás leyes
y sólo se diferencia de ella por su contenido, por su misión jurisdiccional.
En consecuencia, habrá leyes procesales orgánicas y funcionales en la medida que se refiera a la
organización de los tribunales, sus atribuciones y competencia o bien establezca las normas de
procedimiento a las cuales deben someterse tanto los tribunales como las personas que actúan en el
proceso.
Las características de la ley procesal son las mismas del Derecho procesal, es decir, es de Derecho
público, formal, instrumental y autónoma o independiente con respecto a la ley material.
4.1.1. Clasificación de la ley procesal:
a) Por su objeto:
- Orgánica
- Funcional
b) Por la relación material que regula o tutela:
- Procesal civil
- Procesal laboral
- Procesal penal
- De justicia militar
- De policía local
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c) Por su extensión:
- Común: comprende una amplia gama de relaciones jurídicas, como las del proceso civil que no
sólo son comunes porque abarcan relaciones civiles y comerciales, sino porque son fuente supletoria a
todos los demás ordenamientos procesales, inclusive del proceso penal.
- Especial: Aquella que recibe aplicación sólo cuando la relación jurídico material comprometida en
el proceso tiene una determinada naturaleza, como las del proceso laboral o de menores que sólo rigen
para aquellas relaciones que tengan ese carácter.
Evidentemente, lo que interesa para calificar una ley procesal es su contenido, su materia, no su
ubicación en determinado código.
Las leyes procesales se expresan preferentemente:
1. En leyes ordinarias o normativas.
2. En los Códigos Procesales.
3. Decretos con fuerza de ley.
4. Autos acordados.
Pero la ley procesal no sólo tiene estas manifestaciones, también es posible encontrar ciertos
preceptos de índole procesal en la propia Constitución Política del Estado.
En efecto, como estatuto fundamental del Estado, la Constitución contempla normas de distintas
clases que constituyen principios rectores del ordenamiento jurídico; entre estas normas no podían faltar
aquellas referidas al derecho procesal, como aquellas relativas al Poder Judicial.
Entre estas disposiciones se reconoce la función jurisdiccional, la jerarquía de la Corte Suprema y
ciertos principios básicos de la organización judicial como la independencia, la legalidad, la
responsabilidad y la inamovilidad.
Además, la Constitución Política en el artículo 19 N° 3 asegura "la igual protección de la ley en el
ejercicio de los derechos". Esta protección que no es más que una consecuencia del principio de
igualdad ante la ley que se establece en el artículo 19 N° 2 inciso 2o.
Si se proyecta esta igualdad al campo del proceso ella se traduce en importantes consecuencias como
son: que el juez debe decidir el conflicto sin atender a diferencias de clase, de fortuna, de cultura, de
raza, de ideología, etc.
También consagra el derecho a la defensa jurídica y es así como el artículo 19 N° 3 inciso 2°
establece que toda persona tiene derecho a la defensa jurídica en la forma que la ley señala y que nadie
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puede coartar ese Derecho; además, la ley arbitrará los medios para otorgar asesoramiento y defensa
jurídica a quienes no puedan procurárselos por sí mismos (artículo 19 N° 3 inciso 3o).
De igual manera, se contempla en la Carta Fundamental el derecho al debido proceso legal, esto es,
nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el tribunal que señalare la ley y que se
hallare establecido por ésta con anterioridad a la perpetración del hecho (artículo
o
19 N° 3 inciso 4 ), además toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un
procedimiento y una investigación racionales y justas (artículo 19 N° 3 inciso 5o).
Finalmente, se reglamenta en forma separada y especial las leyes procesales que se refieren a la
libertad personal y al proceso penal.
a) En este orden de ideas, la ley no puede presumir de derecho la responsabilidad penal (artículo 19
N° 3 inciso 6o).
b) Además, nadie puede ser detenido, sino en virtud de orden de autoridad competente (artículo 19
N° 7 letra c).
Se reglamentan, por último, acciones dirigidas a activar una función conexa a la jurisdiccional que
es la conservadora, la que por su origen histórico tiende a proteger y tutelar los derechos fundamentales
de los individuos y que comúnmente se les denomina Recurso de Protección y Recurso de Amparo,
referidos en los artículos 20 y 21 respectivamente.
Las normas de interpretación del Código Civil contenidas entre los artículos 19 al 24 rigen para las
normas procesales; además de las reglas de especialidad (artículos 4 o y 13) y los llamados adagios
jurídicos.
Agreguemos que para la mejor interpretación de la ley procesal deben consagrarse en los Códigos de
Procedimiento Civil los principios formativos de éstos, para guiar al juez en la labor de aclarar los
puntos oscuros o dudosos de la norma y para presentarle el orden sistemático de las ideas que inspiran
las leyes.
Se habla de integración cuando existen lagunas en el ordenamiento jurídico, es decir, cuando falta
una norma expresa que regule determinada situación.
En el derecho penal no existe el problema de las lagunas, pues sin ley no hay delito ni pena;
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Este capítulo aborda los problemas que suscita la ley procesal en cuanto a su vigencia o eficacia
respecto del tiempo, espacio y de las personas.
Se presenta el problema cuando sobre la misma materia procesal se dicta una nueva ley que deroga
total o parcial, expresa o tácitamente, la ley anterior.
El principio general es el efecto inmediato, o sea que la ley procesal rige los hechos, actos y
situaciones jurídicas realizadas después de su entrada en vigor. Así lo establece el artículo 9o del Código
Civil.
A su vez, la regla sentada por los artículos 6o y 7o C.C. explica que la ley rige desde su publicación
en el Diario Oficial hasta el día de su derogación o modificación a menos que en sí misma se establezca
otra norma al respecto.
Luego, para comprender la aplicación de la ley procesal en el tiempo hay que distinguir entre los
procesos terminados, los no iniciados y los pendientes.
En el primer caso, no hay problema porque los efectos del proceso regidos por la ley antigua, son
intangibles; el efecto de irrevocabilidad e inimpugnabilidad que involucra la Cosa Juzgada no pueden
ser alterados por una ley posterior.
En el segundo, esto es el proceso no iniciado, se rige, por la nueva ley que se aplica "in actum".
Es en el tercer caso, el de los procesos pendientes, el que plantea problemas.
El principio que fluye de los artículos 22 y 24 de la L.E.R. es que las leyes procesales rigen "in
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1. La doctrina de los tratadistas: Es la ciencia del Derecho Procesal. No es fuente directa, pero en
nuestro derecho ha sido fuente indirecta de innegable importancia.
Es gracias a los estudios e investigaciones de la Doctrina Procesal desde 1856 hasta la fecha, que el
Derecho Procesal ha adquirido la autonomía, independencia y base científica que exhibe actualmente.
2. La costumbre: Es conocido que en nuestro derecho la costumbre no es propiamente una fuente
independiente de derecho, porque sólo tiene valor cuando la ley se refiere a ella (artículo 2º del Código
Civil).
Estrechamente vinculados a la costumbre, sin ser sinónimos, pueden citarse los usos y las prácticas
procesales, que son muy frecuentes y sirven para interpretar y proyectar materialmente la norma
procesal.
La omisión de los usos y prácticas no constituye infracción de ley.
3. La jurisprudencia: El juez está obligado a fallar, por el llamado principio de inexcusabilidad del
artículo 10 inciso 2o del C.O.T.
La resolución uniforme y constante de una determinada cuestión jurídica crea la jurisprudencia que
no es sino un conjunto de precedentes reiterados en que los tribunales superiores de justicia hacen
aplicación en casos concretos sometidos a su juzgamiento de los preceptos decisorios y ordenatorios de
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los litigios.
No constituyen jurisprudencia, sino un simple precedente, aquellas resoluciones aisladas sobre
determinadas materias litigiosas por alta que sea la investidura del tribunal que la emite. Se dice que
tampoco la constituirían los fallos de los tribunales inferiores por la jerarquía que ocupan ellos dentro de
la organización judicial por la cual sus fallos están expuestos a ser modificados por el superior
jerárquico a través de los recursos procesales.
4. El derecho histórico y la legislación comparada: Las fuentes históricas si bien interesan más a la
Historia del derecho, no es menos cierto que como antecedentes de las normas procesales son fuentes
jurídicas.
Gracias a él es posible comprender el por qué de las instituciones vigentes, el grado de evolución
que ha experimentado esta disciplina contribuyendo de esta forma a la correcta interpretación e
inteligencia del Derecho nacional vigente.
La legislación comparada, que comprende el derecho extranjero, también sirve de ayuda para
entender e interpretar las normas procesales. Ello porque el fenómeno jurídico es en sí universal.
Especialmente debe considerarse la legislación española que ha servido de base a nuestro
ordenamiento procesal.
5. Los autos acordados: Los tribunales superiores tienen como facultades anexas a la jurisdicción las
llamadas facultades económicas que les permiten dictar ciertas disposiciones de carácter general y que
se denominan autos acordados que son acuerdos de carácter judicial que contienen normas permanentes,
generales y obligatorias. Son dictados para el mejor cumplimiento de las normas procesales y del
servicio judicial. Tienden a llenar vacíos en la reglamentación o corregir prácticas viciosas. En todo
caso están subordinados a la ley.
Hay autos acordados relativos a la forma que deben revestir las sentencias definitivas, el que
reglamenta el recurso de amparo, de inaplicabilidad, el de queja, etc.
• Clasificación de autos acordados:
- En cuanto al órgano que los dicta, emanan de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones.
Los autos acordados de las Cortes de Apelaciones tienen aplicación dentro del respectivo territorio
jurisdiccional.
- En cuanto a su origen, hay casos en que es la ley la que delega esta facultad en la Corte Suprema,
en cambio, los otros emanan directamente de esta facultad conexa denominada económica de los
tribunales superiores.
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La importancia radica en que los primeros sólo pueden ser derogados por ley, en tanto que los
segundos pueden ser modificados o revocados por los mismos tribunales y se dictan cuando lo estimen
oportuno.
- Atendiendo a su extensión, los hay aquellos denominados internos, que se refieren a las funciones
judiciales y a su cumplimiento, y los externos que afectan también a terceros y que especialmente
reglamentan materias de procedimiento de ciertos recursos, como los de Amparo y Protección.
- En cuanto a sus efectos, los autos acordados son normas, son reglas de conducta obligatorias para
todos los destinatarios.
Si es legislativo sólo se puede modificar o derogar mediante una ley.
Si es judicial, los afectados podrán solicitar de la misma autoridad que lo dictó, que lo modifique o
derogue. Sin perjuicio de que el propio tribunal de oficio lo haga o el Tribunal Constitucional así lo
determine.
5. La jurisdicción.
Para iniciar el estudio de la jurisdicción, es menester hacer un alcance sobre quién es el detentador
de ella. Nos referimos con esto al juez.
En este sentido, se dice que el juez, cuando es llamado a resolver un litigio, desarrolla una actividad
que le es típica, dotada de características propias y fines especiales la que es distinta a otro tipo de
actividades ejercidas por otros profesionales. Esa actividad propia, típica de los jueces, se llama
jurisdicción. Ella pertenece a los jueces organizados dentro del poder judicial, que la ejercen dentro de
un marco de independencia e imparcialidad. Pero un juez no puede intervenir en forma ilimitada en
todas las materias posibles, surgiendo de este modo una limitación a su jurisdicción. Se trata de la
competencia. Ella permite que el juez, en definitiva, tenga jurisdicción para cierto tipo de casos.
Ahora bien, entendiendo de alguna manera quién es el detentador de la jurisdicción, veamos qué es
lo que por ella se entiende. La voz jurisdicción deriva de la locución latina iurisdictio, que significa
acción de decir o mostrar el Derecho.
No obstante ello, este vocablo tiene varias acepciones en el lenguaje legal e incluso en el común. En
efecto, se le emplea como sinónimo de "ámbito territorial", también se la refiere como sinónimo de
"competencia", además hay quienes la designan como "Poder o Potestad". Finalmente se la considera
como "Función", como la actividad con que el Estado provee a la realización de la regla jurídica, y esto
es en esencia la función jurisdiccional. Con todo, es menester hacer dos aclaraciones:
a) No toda función jurisdiccional corresponde al poder judicial, pues existen autoridades que son
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también llamadas por el legislador a resolver ciertas situaciones y los otros poderes en estas actuaciones
también realizan funciones jurisdiccionales.
Normalmente la función jurisdiccional le va a corresponder a los órganos del poder judicial. Por eso
doctrinariamente se habla de la jurisdicción judicial para separarla de aquellas otras que pueden ejercer
otros poderes del Estado.
b) No toda función del poder judicial es jurisdiccional. Normalmente lo es, porque es de su esencia
ejercerla, pero no siempre la realiza, por ej.: cuando designa a un funcionario o cuando intervienen en la
llamada jurisdicción voluntaria.
5.1. Concepto:
En cuanto a su concepto, cada autor define y defiende su propia concepción de lo que es y debe
entenderse por jurisdicción, pero tradicionalmente se ha enseñado la definición del profesor uruguayo
Eduardo Couture y que indica que la jurisdicción "Es la función pública realizada por órganos
competentes del Estado, con las formas requeridas por la ley en virtud de la cual, por acto de juicio, se
determina el Derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus conflictos y controversias de relevancia
jurídica, mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada, eventualmente factibles de ejecución".
La jurisdicción es, para este autor, ante todo una función. No se trata solamente de un conjunto de
poderes o potestades, sino también de un conjunto de deberes
En efecto, la jurisdicción no es solamente una potestad, sino un deber correlativo a la prohibición
estatal de la autotutela, deber que se llama inexcusabilidad, consagrado en la C.P.R. artículo 76 inciso 2o
y en el C.O.T., artículo 10 inciso 2o.
Tanto es así, que la inobservancia de este deber por los jueces, los puede hacer responsables
criminalmente (artículos 79 inciso 1o C.P.R. y 224 N° 3 CP) e incluso, en su caso, políticamente
(artículo 83 N° 1 C.P.R.).
Luego, la jurisdicción es una función que se realiza mediante órganos competentes, que son los
tribunales de justicia, aun cuando habrá ocasiones en que la función jurisdiccional también pueda
corresponder a otros órganos del Estado.
Añade que se hace con las formas requeridas por la ley, es decir, se cumple mediante el proceso, o
sea, aquel instrumento que permite decidir conflictos de relevancia jurídica.
Agrega que es con el objetivo de dirimir sus controversias y conflictos. Ese conflicto se decide
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mediante decisiones con autoridad de cosa juzgada. Este es el objetivo perseguido por la jurisdicción.
Este efecto no pertenece ni a la función legislativa, ni a la ejecutiva ni menos a la administrativa. De ahí
que donde hay cosa juzgada hay jurisdicción y donde no existe cosa juzgada no existe función
jurisdiccional.
Dice, además, eventualmente factible de ejecución. En un juicio no sólo interesa ganar sino que el
vencido cumpla con la prestación a que ha sido condenado. Esto significa que la parte vencedora no
tiene obligación de hacer cumplir la sentencia de condena, pero sí está facultada esta parte para pedir el
cumplimiento cuando ella lo desee.
Nuestro sistema procesal considera entre sus disposiciones a la jurisdicción. Si bien es efectivo que
no la define ni le dedica títulos especiales, no es menos cierto que proporciona elementos
constitucionales y legales necesarios para que la doctrina construya el concepto de jurisdicción y precise
sus caracteres en nuestro derecho positivo.
1. La noción de jurisdicción se encuentra, en primer término, en la Constitución Política.
En efecto, los artículos 76 a 82 de la Constitución, ubicados en el capítulo VI, destinado al Poder
Judicial aluden a la jurisdicción; en particular el artículo 76 señala que "La facultad de conocer las
causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a
los tribunales que establece la ley".
Por su parte, el artículo 5o expresa que "La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su
ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y también por las
autoridades que esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo, ni individuo alguno puede
atribuirse su ejercicio ".
A estas disposiciones se agrega el artículo 19 N° 3 inciso 5o de la constitución que señala que "toda
sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción deberá fundarse en un procedimiento previo legalmente
tramitado. Corresponderá al legislador establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos".
Finalmente, el artículo 7o señala: "Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura
regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley".
Para dar forma y hacer operantes los principios contenidos en las citadas disposiciones, el artículo
77 dispone que una "Ley Orgánica Constitucional determinará la organización y atribuciones de los
tribunales que fueren necesarios para la cumplida y pronta administración de justicia en todo el
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territorio de la República".
La referida ley es el actual Código Orgánico de Tribunales y su legislación complementaria.
o
2. El C.O.T. en su artículo 1 señala que "la facultad de conocer las causas civiles y criminales, de
juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley".
Aparentemente es coincidente con la disposición del artículo 76 C.P.R., pero lo cierto es que ésta
resulta más amplia, pues incluye la expresión "resolverlas" que no es comprendida en el artículo 1o. Lo
dicho nos lleva a efectuar un examen de estas dos disposiciones legales.
• Análisis de los artículos 76 C.P.R. y 1o C.O.T.:
Dice el artículo 1o que es la facultad de conocer...; esta expresión que utiliza el legislador del C.O.T.
de facultad se critica porque se emplea para referirse a la atribución de los tribunales de administrar
justicia, dando a entender que esta actividad del Estado inviste una mera prerrogativa, para juzgar con
exclusividad las causas civiles y criminales.
La verdad es que esta jurisdicción no es una facultad, implica una obligación, un deber de
administrar justicia, por eso decimos que la jurisdicción es un poder-deber, que da forma a una función
paralela a la ejecutiva y legislativa.
En la primera parte el artículo 76 se expresa que es la facultad de conocer, empleando
prácticamente la misma redacción que el artículo 1o COT, pero puede apreciarse que con el alcance
constitucional del artículo 76 inciso 2o acerca de la inexcusabilidad, la facultad de que habla el inciso 1o
ha quedado transformada en un deber constitucional y así lo ha reconocido la jurisprudencia.
Este artículo 76 establece que la función jurisdiccional recae sobre causas civiles y criminales. Se
emplea la expresión causa, expresión sinónima de juicio, litigio o pleito y que debe ser entendida como
"la controversia jurídica actual entre partes sometida al conocimiento de un tribunal de justicia
• Elementos de una causa:
1. Existencia de una controversia de ORDEN JURÍDICO.
2. La controversia jurídica debe ser ACTUAL.
3. La controversia jurídica actual debe ser ENTRE PARTES.
4. La controversia actual entre partes, debe ser conocida por un tribunal de justicia, que la va a
resolver.
• Alcance a estos elementos:
1. Se requiere de la existencia de una "controversia de orden jurídico". La disputa entre dos o más
individuos debe tener una relevancia jurídica, debe versar sobre aspectos legales o sobre hechos de
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relevancia jurídica. Se dice que la jurisdicción tiene por objeto resolver conflictos jurídicos y no
aquellos de carácter religioso, morales o espirituales.
El propio artículo 5o C.O.T. señala que "a los tribunales que menciona les corresponde el
conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio de la República...".
2. Esta controversia será "actual" cuando versa sobre aspectos concretos y en la que exista un
Derecho comprometido y no meras expectativas. Los jueces no pueden hacer declaraciones abstractas o
de mera consulta.
Los órganos jurisdiccionales no están llamados a conocer y juzgar discusiones meramente
doctrinales o de orden académico, sino que es menester que haya un derecho comprometido.
3. Este litigo debe suscitarse "entre partes" que tengan intereses contrapuestos, puesto que si éstos
son armónicos no hay litigio. Luego, para que exista esta controversia deben existir a lo menos dos
partes. Cada parte puede ser una o más personas y esa persona que compone a cada parte puede ser
natural o jurídica.
Desde el punto de vista procesal, aquella parte que acciona, que pretende, recibe el nombre de
demandante o actor. Y aquella contra la cual se dirige la acción recibe el nombre de demandado.
Hay que tener en cuenta de que para que exista una causa no es necesario que las partes
comparezcan efectivamente ante el tribunal, puede seguirse ese juicio en ausencia de una de ellas. Si se
da esto, se dice que el juicio se sigue en rebeldía, pero este hecho no significa que vaya a existir una
sola parte, siempre serán dos partes.
4. El "tribunal" no puede faltar. Este tribunal puede ser ordinario, especial o arbitral.
Por último, en cuanto al contenido de la función jurisdiccional el artículo 76 lo extiende al
conocimiento, a la resolución y al cumplimiento de lo juzgado, tanto de las causas civiles como
criminales, debiendo entender la expresión causa civil, en un sentido amplio como contrario a
criminales.
5. EXECUTIO.
1. NOTIO: Es el derecho a conocer de una cuestión litigiosa determinada. Lo normal es que un juez
nunca puede actuar de oficio, de propia iniciativa, salvo casos excepcionales. El juez en virtud de este
poder sólo obra a requerimiento de las partes, éstas impulsan al juez, y éste obrará en la medida que sea
competente.
2. VOCATIO: Es la facultad o carga que tienen las partes para comparecer al juicio dentro de un cierto
término o plazo que recibe la denominación de término de emplazamiento, en cuya virtud el demandado
que es legalmente emplazado y que no comparece, posibilita que el juicio pueda seguirse en rebeldía, en
su ausencia.
3. COERTIO: Quiere decir que es posible emplear la fuerza para el cumplimiento de las resoluciones
judiciales, que se dictan dentro del proceso y que permiten el desarrollo del procedimiento.
Este empleo de la fuerza, y la posibilidad de utilizarla, puede recaer tanto sobre las cosas como sobre
las personas.
Esta coercibilidad, como posibilidad de coacción, es característica común a todas las normas
jurídicas.
4. IUDICIUM: En este poder se resume la actividad jurisdiccional, porque es la facultad de dictar
sentencia poniendo término a la litis con carácter definitivo, es decir, con efecto de cosa juzgada.
El juez no puede dejar de resolver una contienda por insuficiencia, oscuridad o silencio de la ley. El
siempre debe fallar, aplicando la ley si es clara, interpretándola si es oscura e integrándola si ésta falta.
En la sentencia el juez no puede aplicar el principio de "non liquet", no fallar el asunto, que equivale a
decir "no queda claro", cuyos orígenes se remontan a los tiempos del jurado en Roma (artículos 76
C.P.R. y 10 C.O.T.)
A su vez, al fallar no puede hacerlo fuera de los límites propuestos por las partes en la demanda y en
la contestación, si el juez falla más allá de ellos, incurre en un vicio susceptible de anular el fallo que ha
dictado. Este vicio se llama "ultrapetita".
Ese juez también en la sentencia puede incurrir en el vicio de omitir puntos litigiosos, en esa
situación ese vicio recibe el nombre de "citrapetita".
Asimismo el juez al fallar puede decidir sobre una cosa distinta de la pedida por las partes, en cuyo
caso incurre en el vicio de "extrapetita".
1. EXECUTIO: Se refiere al imperio que tienen los tribunales para lograr la ejecución de sus
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resoluciones, mediante el auxilio de la fuerza pública. Lo normal es que el mismo juez que dictó la
resolución en primera o en única instancia, sea el competente para conocer del cumplimiento de esa
resolución.
Esta facultad recibe el nombre de imperio y para hacer cumplir sus resoluciones, los tribunales
pueden requerir directamente el auxilio de la fuerza pública, así lo establece el artículo 11 C.O.T. y 76
inciso 3o C.P.R.
Las autoridades requeridas por los tribunales para el cumplimiento de sus resoluciones, deben
prestar su auxilio sin que le corresponda calificar el fundamento con que se lo pide, ni la legalidad o
justicia de la resolución que se trata de ejecutar. Si la autoridad se niega a proporcionar este auxilio que
se le solicita, comete delito de denegación de auxilio, sancionado en el artículo 253 C.P.
5.5.Características de la jurisdicción:
Considerada desde el punto de vista de la función que el juez desarrolla al ejercerla, declara el
Derecho tanto el juez civil como el juez penal, porque a través de un mecanismo complejo, materializan
mediante su actuación, aquellas normas abstractas al caso específico, particular, que está sometido a su
decisión.
Todos los jueces tienen jurisdicción, si no la tuviesen no serían jueces.
5. Es inderogable: La jurisdicción en cuanto es una emanación de la soberanía, es inderogable. De
ahí que sea nulo por ilicitud de objeto el hecho de que alguien decida someter un determinado litigio a
la jurisdicción de tribunales extranjeros (artículos 1462 C.C.; 5o C.P.R.)
6. Es indelegable: Como la soberanía radica en la nación, que delega su ejercicio en las autoridades
establecidas por la Constitución y las leyes, se trata de materias de Derecho público y de orden público,
en las cuales sólo puede hacerse aquello que está expresamente permitido.
No existiendo norma expresa en nuestro sistema jurídico que permita delegar el ejercicio de la
soberanía, no cabe sino concluir que ésta es indelegable.
No cabe confundir esta característica con aquella que permite que la competencia de los tribunales
nacionales pueda ser delegada por estos tribunales en tribunales extranjeros, para la práctica de determi-
nados actos, lo que es perfectamente lícito, porque cuando un tribunal delega su competencia, no está
delegando jurisdicción.
7. Es irrenunciable: Para comprender esta característica, digamos que se es juez porque se tiene
jurisdicción y se tiene jurisdicción porque se es juez. En consecuencia, renunciar a la jurisdicción
importaría renunciar a ser juez, para abstenerse de juzgar un caso concreto. Ello no es posible e
importaría incurrir en el delito de denegación de administrar justicia.
Esta característica tiene su aplicación práctica en la regla de la inexcusabilidad.
8. Es improrrogable: Prorrogar la jurisdicción significaría transferir el ser juez a otro. No la
posibilidad de juzgar, sino transferir su calidad de tal, lo que no puede hacerse.
Pero no se vaya a confundir esta característica con la prórroga de competencia, que sí es admisible.
9. La territorialidad: El ejercicio de la jurisdicción está ligado a la idea de territorio del Estado, toda
vez que la jurisdicción es atributo de la soberanía, su ejercicio sólo es posible dentro de los límites del
territorio nacional (artículo 14 C.C.; artículo 5o C.O.T., artículo 77 C.P.R.).
Pero esta característica tiene algunas excepciones como las situaciones previstas en el artículo 6o
C.O.T.
10. Está amparada por el imperio: Hemos dicho que se llama imperio la facultad de los tribunales
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para hacer ejecutar ellos mismos lo juzgado y para lograr este cumplimiento, agregamos que podía
requerirse directamente el auxilio de la fuerza pública, lo que está consagrado en el artículo 1 o y 11
COT. y 76 inciso 3o C.P.R.
11. Es de ejercicio eventual: La jurisdicción se pone en movimiento solamente cuando la función
legislativa resulta insuficiente para mantener la vigencia real del derecho. Es decir, si la ley es cumplida
naturalmente por todos, no se requiere de la actividad jurisdiccional, por lo que su ejercicio dependerá
de la eventual violación de una ley o de un derecho.
12. Jurisdicción y cosa juzgada: La jurisdicción produce un efecto jurídico que no se encuentra en
otra actividad del Estado, este efecto que le es inherente se denomina cosa juzgada.
La sentencia que emitan los tribunales de justicia produce el efecto de verdad indiscutible e
inamovible, una vez que ella se encuentra firme o ejecutoriada. Este efecto denominado cosa juzgada,
permite al vencedor obtener el cumplimiento de lo resuelto a través de la acción de cosa juzgada,
permite al vencido evitar que de nuevo se le enjuicie, lo que logra a través de la llamada excepción de
cosa juzgada. Luego, el efecto de cosa juzgada comprende dos formas: La acción y la excepción.
5.6.Límites de la jurisdicción:
La jurisdicción, aunque unitaria por su naturaleza, se ejerce dentro de ciertos límites en el tiempo y
en el espacio.
Entendemos, entonces, por límites de la jurisdicción:
1. El tiempo por el cual la poseen sus titulares y
2. El ámbito dentro del cual ellos la deben ejercer.
Estos límites de la jurisdicción en el orden temporal están constituidos por los "jueces perpetuos "
que constituyen la regla general, puesto que de acuerdo a lo previsto en el artículo 80 C.P.R.: "Los
jueces permanecerán en sus cargos durante su buen comportamiento"; y también está limitado por la de
los "jueces temporales", reducidos hoy en día a los jueces árbitros que normalmente duran dos años en
el ejercicio de sus funciones.
Constituye un límite temporal la disposición del inciso 2° del artículo 80 C.P.R. en cuanto señala
que los "jueces cesarán en sus funciones al cumplir 75 años de edad".
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 23
la diferencia que existe o puede existir entre el acto de jurisdicción, el acto administrativo y el acto
legislativo.
Sabemos que la actividad normativa del Estado se despliega a través de una trilogía que
jerárquicamente son la Constitución, la Ley y la Sentencia.
Si en un Estado ideal se dieran las circunstancias que hicieren posible determinar la naturaleza de los
actos que emanan de cada uno de los tres poderes, no habría problema en precisar la naturaleza de los
actos de cada uno de ellos; pero como no estamos en un Estado utópico, esa trilogía no tiene un modo
definido y claro.
Existen zonas que los tratadistas llaman "zonas grises" que son difíciles de clasificar en algunos de
estos tres poderes. Especialmente se dan estas dificultades cuando el distingo se refiere al carácter
jurisdiccional o administrativo de algunos actos jurídicos.
La doctrina tradicionalmente se basa en tres criterios fundamentales:
a) Criterio orgánico, conforme al cual todo aquello que emana del poder legislativo será legislación,
será administración aquello que proviene del ejecutivo y será jurisdicción toda aquella actividad
desplegada por el poder judicial.
Como hemos visto, este criterio no es exacto porque es frecuente que se atribuya una determinada
función a un órgano que por su naturaleza no está destinado a cumplir.
b) Criterio formal, en cuya virtud se atribuye determinada naturaleza jurídica a ciertos actos en razón
del carácter que tales actos aparentan exteriormente.
Criticable posición si se tiene en cuenta que se puede incurrir en errores al calificar un acto por estas
formalidades externas.
c) Criterio sustancial, basado en los efectos del acto, con prescindencia del órgano del cual emana así
como de las formas que pueda revestir.
Además podemos agregar dos criterios:
Uno que atiende al interés comprometido en una u otra actividad estatal. En efecto, es esencial que
la actividad del juez sea ajena al interés debatido en el proceso; la inversa ocurre con la actividad
administrativa porque las autoridades que la realizan defienden los intereses unilaterales del Estado.
Y otro criterio que señala que la característica distintiva del acto jurisdiccional es la Cosa Juzgada,
este efecto de irrevocabilidad perpetua del acto es ajena a otros quehaceres del Estado.
5.7.Clasificación de la jurisdicción:
La jurisdicción considerada desde un punto de vista general se presenta como una función cuyo
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 25
contenido es único.
Es decir, conceptualmente la jurisdicción es una y esa unidad emana de su naturaleza. La
jurisdicción no está dividida, ni puede clasificarse.
Sin embargo, considerada más en particular es susceptible de distinciones y especificaciones, por
ello es más propio hablar de manifestaciones de la Jurisdicción, que de clases de Jurisdicción.
Esta clasificación o distinción se hace atendiendo a la naturaleza del acto o del asunto en que se
ejerce ella, es decir, se clasifica considerando su contenido, así hablamos de una Jurisdicción según las
distintas ramas del Derecho. Tenemos una Jurisdicción civil, penal, administrativa, laboral, militar,
minera, constitucional.
Ahora bien, si nos limitamos únicamente a la jurisdicción civil es posible afirmar que su ejercicio
comprende las siguientes facultades o atribuciones:
o
1. Jurisdicción contenciosa (artículos 76 C.P.R. y 1 C.O.T.).
o
2. Jurisdicción no contenciosa, voluntaria o graciosa u honoraria (artículo 2 C.O.T.).
o
3. Jurisdicción conservadora, disciplinaria y económica (artículo 3 C.O.T).
No la define nuestro C.O.T, sino que el Libro IV del C.P.C. en su artículo 817, así como el artículo
2o C.O.T., se refieren a los asuntos judiciales no contenciosos.
Hablar de jurisdicción no contenciosa es adentrarse en un tema ampliamente debatido en el campo
del Derecho Procesal. Para la mayor parte de la doctrina la denominada jurisdicción voluntaria no es
jurisdicción ni es voluntaria.
En estos actos no hay partes en sentido estricto, sólo hay un peticionario; tampoco hay controversia,
porque si ésta apareciere el acto se transforma en contencioso.
Incluso la actuación del juez en estos actos difiere de su posición en materia jurisdiccional. Aquí el
juez no conoce más verdad que la que le dice la parte interesada.
26 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
6. La competencia.
No podemos comenzar el estudio de la competencia de los tribunales sin antes explicar, aunque en
forma breve, la relación que existe entre este concepto y el de la jurisdicción, ya estudiada, ello en razón
de que es imposible que la jurisdicción se ejerza por un único tribunal. Ante esta imposibilidad nace la
necesidad indispensable de distribuir la labor jurisdiccional entre varios jueces, surgiendo entonces la
competencia de que están dotados los órganos de la jurisdicción. En efecto, todo tribunal por ser tal
tiene jurisdicción, sin ella no se concibe, pero no todo tribunal tiene competencia para conocer de un
determinado negocio, luego la competencia nos indica cuáles son los asuntos específicos, particulares
de que va a conocer cada tribunal. Se dice que la jurisdicción es el todo, en cambio la competencia es la
parte, es decir, la cantidad, grado o medida de la jurisdicción que corresponde a cada tribunal.
para referirse a la jurisdicción, siendo más adecuado referirse a ella como una "función". En segundo
término resulta incompleta pues no sólo la ley coloca un asunto dentro de la esfera de las atribuciones
de un tribunal, sino que también pueden hacerlo las partes interesadas, a través de la prórroga de
competencia o también puede hacerlo otro tribunal, a través de lo que se conoce como competencia
delegada. Luego, se completa la noción del artículo 108 C.O.T indicando que: "La competencia es ¡a
facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios que la ley, las partes u otro
tribunal han colocado dentro de la esfera de sus atribuciones
- Competencia absoluta: es aquella que permite precisar la jerarquía del tribunal llamado por la ley
para conocer de un asunto determinado.
- Competencia relativa: es aquella que permite precisar qué tribunal, dentro de una determinada
jerarquía, es el competente para conocer de un asunto determinado.
La primera nos determina el género, en tanto que la segunda nos determina la especie.
• Paralelo entre competencia absoluta y relativa:
a) La competencia absoluta es la singularización del ejercicio jurisdiccional en razón de la jerarquía
de los tribunales.
La competencia relativa es la singularización del ejercicio de la jurisdicción por un tribunal preciso
de la jerarquía a que él pertenece.
b) La competencia absoluta se determina por los factores cuantía, materia y fuero.
La competencia relativa se determina por el factor territorio.
c) Las reglas de la competencia absoluta son de orden público, por ende, irrenunciables.
Las reglas de la competencia relativa son de orden privado y, en consecuencia, renunciables.
d) En la competencia absoluta el juez debe declarar de oficio su incompetencia, sin perjuicio que
ésta sea representada por las partes.
En la competencia relativa, la incompetencia debe declararse a petición de parte.
6.3. Elementos o factores de competencia:
En teoría no habría inconveniente en que un solo tribunal, en todo el territorio nacional, conociera y
juzgara toda clase de conflictos, cualquiera fuere su naturaleza o la calidad de los sujetos que en ellos
fueran parte, o su cuantía o el lugar en que se suscitaren. En tal hipótesis las ideas de jurisdicción y
competencia se identificarían.
Pero como ello es imposible en la vida práctica, se han creado distintas jerarquías de tribunales y
entre ellos se reparten las atribuciones de acuerdo a ciertos criterios, elementos o factores.
En primer término, la extensión territorial del Estado exige asignar a cada tribunal una determinada
superficie que se estime adecuada para el ejercicio de la jurisdicción. Hablamos del factor territorio.
En seguida, habrá de ser considerada la naturaleza de la materia, la clase de asunto sometido a la
decisión del tribunal, porque es necesario separar los asuntos civiles de los criminales y dentro de los
primeros distinguir los propiamente civiles de los laborales o de menores o de familia; y dentro de los
criminales separar los crímenes de los simples delitos o faltas. Nos referimos así al factor materia.
Por otra parte, los asuntos judiciales tienen una importancia variable según la cuantía de los mismos,
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 33
que en las causas civiles corresponde al valor de lo disputado, y en materia criminal viene dado por la
pena que la ley asigna al delito. Este es el factor cuantía.
Finalmente, la calidad o investidura de las partes del proceso es otro factor que influye en la
competencia, entregando el conocimiento del asunto a un tribunal de mayor jerarquía que el
naturalmente competente. Es lo que llamamos factor del fuero.
6.4.1. La cuantía:
En general, la cuantía no es un elemento que sirva para determinar la atribución del conocimiento de
un asunto concreto a un tribunal determinado. Ella tiene relevancia para determinar el procedimiento a
que se sujeta un asunto, así el procedimiento aplicable puede ser de mínima cuantía, de menor cuantía o
mayor cuantía y también importa para determinar si un asunto será conocido en primera o en única
instancia.
Según el artículo 115 C.O.T: "En los asuntos civiles, la cuantía de la materia se determina por el
valor de la cosa disputada. En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito lleva
consigo".
En materia penal no hay dificultad, pues se atiende a la pena que la ley asigna al delito. En cambio
en materia civil hay normas de carácter complementario que permiten fijar el valor de la cosa disputada:
L Casos en que la materia no es susceptible de apreciación pecuniaria o se trata de un asunto de
cuantía indeterminada. En estas situaciones se consideran como asuntos de mayor cuantía (artículos 130
y 131 C.O.T.
2. Juicios derivados del contrato de arriendo (artículo 125 C.O.T.):
34 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Esta disposición distingue entre juicios de desahucio o de restitución por un lado y los juicios de
reconvención, por otro.
Los primeros tienen por objeto poner término a un contrato de arriendo y recuperar la cosa
arrendada respectivamente, y en ellos la cuantía se determina por la renta convenida para cada período
de pago.
El juicio de reconvención de pago persigue poner término al contrato de arriendo por falta de pago
de la renta convenida y obtener, además, el pago de las rentas adeudadas, en él la cuantía se determina
por el monto de las rentas insolutas.
3. Caso en que son muchos los demandados (artículo 122 C.O.T.). En estos casos el total de la
cantidad debida fija la cuantía.
4. Caso en que se deducen varías acciones (artículo 121 C.O.T.). Se determina la cuantía por el
monto a que ascendieren todas las acciones entabladas.
5. Caso en que el demandado deduce reconvención (artículo 124 C.O.T).
La reconvención es la demanda que deduce el demandado en contra del demandante en su escrito
de contestación de la demanda.
Distingue dos situaciones:
a) Podemos decir que para determinar la competencia del tribunal se considera el monto de los
valores reclamados en la reconvención, separadamente de los que son materia de la demanda.
b) Para otros efectos la cuantía de la materia se determina por el monto a que asciende la acción
principal y la reconvención, reunidas.
6. Cuando se demanda el resto insoluto de una cantidad mayor (artículo 126 C.O.T). Se estará
únicamente al valor del resto insoluto.
7. Caso relativo al pago de pensiones periódicas (artículo 127 C.O.T.):
Distingue entre el derecho a pensiones futuras o bien de pensiones ya devengadas.
Si se trata de las primeras, éstas pueden comprender un tiempo determinado o no. Si comprenden un
tiempo determinado, se atiende al monto de todas ellas, y si no comprenden un tiempo determinado, se
fija por la suma de las pensiones en un año.
Si se trata del cobro de pensiones periódicas ya devengadas, la determinación de la cuantía se hace
en relación al monto a que todas ellas asciendan.
Por otra parte, el artículo 128 C.O.T. se refiere a ciertos hechos cuya ocurrencia no altera la cuantía
del asunto debatido, de tal manera que si el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 35
durante la instancia, no sufrirá alteración alguna la determinación que antes se hubiere hecho con
arreglo a la ley.
La misma idea reitera la disposición del artículo 129 C.O.T., esto es, tampoco sufrirá la
determinación alteración alguna en razón de lo que se deba por intereses o frutos devengados después
de la fecha de la demanda, ni de lo que se deba por costas o daños causados durante el juicio. De lo
dicho se desprende que el momento determinante de la cuantía en el juicio es aquel de la interposición
de la demanda.
6.4.2. La materia:
Se dice que la materia es "la naturaleza de asunto sometido al conocimiento del tribunal y en ciertos
casos el objeto o clase del mismo".
La importancia de este factor radica en que motiva la creación de tribunales, como los juzgados
civiles para asuntos civiles y comerciales; los de familia para dichas materias, los criminales para
conflictos penales; los juzgados del trabajo para las causas laborales, etc.
36 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Por otra parte permite que, dentro de una determinada jerarquía, un asunto particular quede
entregado a un tribunal específico, por ejemplo, los juicios de hacienda que son de conocimiento de un
juez de letras de comuna, asiento de Corte, cualquiera sea su cuantía (artículo 48 C.O.T.).
Este factor de competencia absoluta prevalece sobre el factor cuantía, así, por lo demás, se
evidencia de los artículos 130 y 131 C.O.T., que aluden a asuntos en que por la materia se reputan de
mayor cuantía.
6.4.3. El fuero:
Se le define como "la calidad o dignidad que tienen ciertas personas, en cuya virtud los asuntos en
que tienen interés no son conocidos por los tribunales que ordinariamente le corresponde conocer,
sino por uno superior".
Es el tercer factor de competencia absoluta y prevalece sobre la cuantía y la materia. Su fundamento
es garantizar la imparcialidad del juzgamiento, pues se estima que un tribunal de más alta jerarquía es
menos susceptible de las influencias que puede tener la persona aforada. Por eso no es correcto referirse
al aforado como la persona que "goza de fuero".
El fuero en materia civil tiene lugar en los siguientes supuestos:
- Artículo 45 N° 2 letra G, que se refiere a las personas que gozan del fuero menor (sólo para causas
civiles y de comercio), de ellas conoce un juez de letras en primera instancia.
- Artículo 50 N° 2 que se refiere a las personas que gozan de fuero mayor (aplicable sólo a causas
civiles) correspondiendo su conocimiento a un ministro de la Corte de Apelaciones respectiva según el
turno que ella fije.
Se diferencian uno y otro fuero:
1. En cuanto a las personas que comprende;
2. En cuanto al tribunal que conoce del litigio.
Con todo, en ciertas ocasiones el fuero no es considerado como elemento de competencia absoluta,
así lo indican los artículos 133 C.O.T. y 827 C.P.C.
• ¿Qué pasa si en un juicio algunas personas gozan de fuero y otras no?
En materia civil, si bien es cierto que no hay norma expresa que resuelva el problema, no lo es
menos que si aplicamos el principio de que en caso de conflicto de competencia, prima el tribunal de
jerarquía más alta, no queda más que concluir que será competente aquel que deba conocer del juicio en
razón del fuero de que gocen algunos.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 37
El único factor de esta competencia es el territorio y se define como "el lugar geográfico donde
sucede el evento que la ley considera para determinar la competencia
En definitiva, este elemento nos permitirá conocer qué tribunal específico dentro de la jerarquía
precisada por los factores de la competencia absoluta conocerá del asunto.
Para aplicar este factor debemos distinguir si se trata de materia civil o penal:
-
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 39
Una vez precisada la jerarquía, clase o categoría del tribunal que debe conocer de un asunto y
determinado el tribunal específico dentro de esa jerarquía, puede presentarse una nueva dificultad: que
40 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
existan dos o más jueces igualmente competentes en el lugar donde el juicio debe quedar radicado.
• ¿Cuál de ellos conoce del juicio?
Hay que distinguir:
1. Si en el lugar no hay Corte de Apelaciones
2. Si en el lugar hay Corte de Apelaciones
1. Si no hay Corte de Apelaciones: El artículo 175 C.O.T. indica que
"en las comunas o agrupación de comunas en donde haya más de un juez de letras, se dividirá el
ejercicio de la jurisdicción, estableciéndose un turno entre todos los jueces, salvo que la ley hubiere
cometido a uno de ellos el conocimiento de determinadas especies de causas.
Este turno se ejerce por semanas y comienza a desempeñarlo el tribunal más antiguo, y le siguen
los demás por orden de antigüedad”.
Cada juez debe conocer de todos los asuntos judiciales que se promuevan durante su turno, y
seguirá conociendo de ellos hasta su conclusión ".
Estas reglas del tumo no se aplican:
a) A los juzgados de garantía ni a los tribunales de juicio oral, que se rigen por normas especiales
(artículo 175 inciso final C.O.T.); por su parte, el artículo 15 C.O.T. sobre esta materia señala que "esta
distribución se hará de acuerdo a un procedimiento general y objetivo, que se deberá aprobar
anualmente por el comité de jueces del juzgado, a propuesta del juez presidente, o sólo por este
último, según corresponda".
b) A los asuntos que corresponda conocer a los tribunales de familia, pues a ellos se aplican, cuando
sea compatible, las normas del C.O.T., para los juzgados de garantía y los tribunales de juicio oral en lo
penal. Por otra parte, serán las Cortes de Apelaciones en cuyos territorios jurisdiccionales exista más de
un juzgado de familia, las que determinarán anualmente las normas que regirán la distribución de las
causas entre los juzgados (artículo 118 ley N° 19.968).
2. Si hay Corte de Apelaciones: A este respecto el artículo 176 C.O.T señala que en "los lugares de
asiento de Corte en que hubiera más de un juez de letras en lo civil, deberá presentarse en la
secretaría de la Corte toda demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba de conocer alguno
de dichos jueces, a fin de que se designe el juez a quien corresponda su conocimiento. Esta
designación se hará por el presidente del tribunal, previa cuenta dada por el secretario y asignando a
cada causa un número de orden según su naturaleza y dejando constancia de ella en un libro llevado
al efecto, que no puede ser examinado sin orden del tribunal".
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 41
no importaría incompetencia del tribunal. Luego, estas reglas del turno y de la distribución de causas no
son reglas de competencia.
La jurisprudencia ha resuelto que el tumo "no constituye propiamente una regla de competencia,
ya que los jueces a que se refiere son competentes en igual grado y tienen la misma jerarquía " y son
sólo una medida de orden y buen gobierno judicial. Es simplemente una base de distribución de trabajo
entre jueces que ejercen en la misma jurisdicción.
La aplicación de las reglas de competencia absoluta nos da la jerarquía del tribunal; las de la
competencia relativa, el tribunal territorialmente competente dentro de esa jerarquía y las reglas del
turno y la distribución el tribunal concreto, cuando en el territorio existen dos o más tribunales
competentes.
Una vez producida la singularización total y definitiva del órgano jurisdiccional, este tribunal se rige
por las llamadas reglas de competencia.
Estas reglas de competencia están tratadas entre los artículos 108 a 114 COT y como características
de ellas podemos citar:
1o Son generales, pues se aplican a todos los tribunales y a todos los asuntos, cualquiera sea su
naturaleza;
2o Son complementarias, pues aunque no integran la competencia absoluta ni relativa, las
complementan al fijar los límites del ejercicio jurisdiccional en concreto, y
3o Son funcionales, porque no se refieren ni al tribunal ni al juez, sino que a la función
jurisdiccional.
Son las siguientes:
- REGLA DE LA RADICACIÓN O FIJEZA (artículo 109).
- REGLA DEL GRADO O DE LA SUPERIORIDAD (artículo 110).
- REGLA DE LA EXTENSIÓN (artículo 111).
- REGLA DE LA PREVENCIÓN (artículo 112).
- REGLA DE LA EJECUCIÓN (artículos 113 y 114)
para conocer de un asunto que se encuentra en la esfera de sus atribuciones, cualquiera sean los hechos
posteriores que puedan modificar los elementos que se tuvieron en cuenta para determinar la
competencia del tribunal.
Tiene los siguientes supuestos previos:
a) Existencia de una actividad jurisdiccional
b) Que el tribunal sea competente
c) La intervención del tribunal debe ser con arreglo a derecho.
En qué momento se entiende radicada la causa:
En materia penal, la radicación se produce cuando el juez de garantía ordena diligencias en la causa
criminal.
En materia civil, desde que se notifica en forma legal al demandado de la demanda y su proveído.
Si el asunto se presenta ante un tribunal relativamente incompetente, la radicación se producirá una
vez contestada la demanda, sin que el demandado reclame de la incompetencia del tribunal. Aquí habrá
una prórroga de competencia que puede ser expresa o tácita.
El artículo 109 indica que la competencia no se altera por causa sobreviniente. Por ella deben
entenderse aquellos hechos que se producen después que el asunto ha quedado radicado ante tribunal
competente, como sería el caso de una persona que adquiere fuero después de radicado el asunto.
• Excepciones a la radicación:
1. La acumulación de autos: Por aplicación del principio de la economía procesal y para evitar
sentencias contradictorias, el C.P.C. en sus artículos 92 a 100 trata de la acumulación de autos cuya
procedencia la regula el 92 según el cual tendrá lugar siempre que se tramiten separadamente dos o más
procesos que deban constituir un solo juicio y terminar por una sola sentencia, para mantener la unidad
de la causa.
La excepción consiste en que dos o más procesos que se tramitan ante tribunales diferentes pasan a
ser conocidos por un solo tribunal. Si se trata de jueces de igual jerarquía el más nuevo se acumula al
más antiguo y si son de distinta se hará sobre aquel que esté sometido al tribunal superior.
2. El compromiso: El asunto que actualmente esté siendo conocido por un tribunal ordinario,
siempre que no sea de arbitraje prohibido, puede sustraerse del conocimiento del tribunal por las partes
mediante el contrato de compromiso, en cuya virtud el conocimiento del asunto se entrega a un juez
árbitro.
3. Las visitas: Se regulan en los artículos 553 y ss. del C.O.T. y según el artículo 555 tienen por
44 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
"Una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para conocer en primera
instancia de un determinado asunto, queda igualmente fijada la del tribunal superior que debe
conocer del mismo asunto en segunda instancia
La doble instancia es la regla general en nuestro ordenamiento, una vez determinada la competencia
del juez de primera instancia automáticamente queda determinada la competencia del tribunal de se-
gunda instancia. Además es la propia ley quien ha previsto de antemano qué tribunal va a conocer en
segunda instancia de un juicio entregado en la primera instancia a un determinado tribunal.
Tiene esta regla los siguientes supuestos:
1. Que el conocimiento de un asunto se encuentre radicado ante un tribunal de primera instancia y
2. Que proceda recurso de apelación contra la resolución de que se trata.
El tribunal que va a conocer del negocio en segunda instancia será siempre el superior jerárquico del
que ha conocido del asunto en primera, luego de esta regla se colige que no cabe la prórroga de
competencia en segunda instancia.
6.7.2. Principio de la extensión (artículo 111 C.O.T.):
"El tribunal que es competente para conocer de un asunto lo es igualmente para conocer de todas
las incidencias que en él se promuevan.
Lo es también para conocer de las cuestiones que se susciten por vía de reconvención o de
compensación, aunque el conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de
corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado”.
Esta regla permite precisar hasta dónde llega el ámbito del ejercicio de la jurisdicción por parte de
un determinado tribunal.
Este principio parte de la base de que en todo juicio es posible distinguir las cuestiones principales
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 45
que constituyen el fondo de la cuestión debatida y las cuestiones accesorias conocidas como incidentes,
consagrados en los artículos 82 y siguientes del C.P.C.
Según esta regla el juez competente para conocer de una cuestión principal lo es también para
conocer de las cuestiones accesorias que en el curso de ella se susciten. En este mismo sentido se dice
que quien puede lo más puede lo menos.
También tiene competencia este juez para conocer de la reconvención. Se entiende por tal, "la
demanda que puede deducir el demandado en contra del demandante, y lo hará en su escrito de
contestación de la demanda
Igual competencia le atribuye la ley para conocer de la compensación, esto es, de "aquel medio de
extinguir las obligaciones que opera cuando demandante y demandado son recíprocamente
acreedores y deudores a la vez de dos obligaciones, concurriendo los demás requisitos legales ”.
Agrega esta regla que el juez que conoce de un asunto tiene también competencia para conocer de
las reconvenciones y compensaciones, aun cuando estimadas por separado, su conocimiento hubiere de
corresponder a un tribunal inferior atendida su cuantía. Esta regla carece de aplicación práctica, pues se
han eliminado los jueces inferiores a los jueces de letras y no existen los jueces de menor cuantía.
o
6.7.3. Principio de la prevención o de la inexcusabilidad (artículos 112 C.O.T. y 76 inciso 2
C.P.E.):
"Siempre que según la ley fueren competentes para conocer de un mismo asunto dos o más
tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del conocimiento bajo el pretexto de haber otros
tribunales que puedan conocer del mismo asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento
excluye a los demás, los cuales cesan desde entonces de ser competentes
El hecho es que si hay dos o más tribunales igualmente competentes para conocer de un asunto, el
primero que entra a conocer de él (el que "previene") excluye a los demás. Y en el caso que se negare a
intervenir, bajo pretexto de que hay otros tribunales competentes, incurrirá en el delito de denegación de
justicia.
"La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hubieren pronunciado en
primera o en única instancia.
No obstante, la ejecución de las sentencias penales y de las medidas de seguridad previstas en la
ley procesal penal será de competencia del juzgado de garantía que hubiere intervenido en el
46 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
De acuerdo al artículo 181 "un tribunal que no es naturalmente competente para conocer de un
determinado asunto, puede llegar a serlo si para ello las partes, expresa o tácitamente, convienen en
prorrogarle la competencia para este negocio".
Luego, se puede decir que la prórroga de competencia es el acto por el cual las partes expresa o
tácitamente convienen en someter el conocimiento de un negocio a un tribunal relativamente
incompetente.
Esta prórroga de competencia es una facultad de las partes y no del tribunal; de ahí que el tribunal
incompetente no puede negarse a aceptarla. Rige en su integridad la inexcusabilidad.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 47
Esta prórroga se da únicamente respecto de la competencia relativa, que está determinada por el
factor territorio, luego el tribunal a quien se vaya a prorrogar la competencia debe ser competente a la
luz de los elementos de la materia, del fuero y de la cuantía. Sólo debe ser incompetente en razón del
territorio.
6.8.1. Requisitos:
Para que pueda operar esta prórroga de competencia deben cumplirse una serie de requisitos, ellos
son:
A) Debe mediar un convenio entre las partes, el que puede ser expreso o tácito.
El convenio expreso tiene lugar en el caso previsto en el artículo 186, es decir, cuando las partes
convienen en la prórroga, en el contrato mismo o en un acto posterior, designándose con toda precisión
el juez a quien se someten.
El convenio tácito está reglamentado en el artículo 187, el que hace distinción entre el demandante y
el demandado, para determinar cuándo hay convenio tácito.
Respecto del demandante habrá un convenio tácito cuando éste ocurra ante el juez, que no es
naturalmente competente, interponiendo su demanda.
Respecto del demandado habrá convenio tácito cuando éste se haya personado al juicio efectuando
cualquier gestión que no sea la de reclamar de la incompetencia del juez.
• ¿Qué sucede si el demandado no comparece al juicio y éste se sigue en su rebeldía?
Para unos, ha de entenderse que el demandado rebelde ha prorrogado tácitamente la competencia.
Para otros, este demandado rebelde no habría consentido en prorrogar la competencia, puesto que la
disposición requiere que ese demandado se apersone al juicio y que realice alguna gestión que no sea la
de reclamar de la incompetencia del juez, para entender que acepta la prórroga.
B) En cuanto a la capacidad de las partes para celebrar esta convención, el artículo 184 establece una
regla de carácter general: "Pueden prorrogar la competencia todas las personas que según la ley son
hábiles para comparecer en juicio, y por las que no son hábiles pueden prorrogar sus representantes
legales".
C) Debe tratarse de un asunto civil contencioso (artículo 182 C.O.T.).
Se excluyen de la prórroga los asuntos civiles no contenciosos y los asuntos criminales.
D) La prórroga opera sólo si se trata de tribunales de única o de primera instancia (artículo 182
C.O.T.).
E) Sólo procede respecto de tribunales ordinarios de igual jerarquía (artículo 182 C.O.T.).
48 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
6.9.Conflictos de competencia:
• Concepto: "Es la incidencia formulada por las partes a los tribunales o a las autoridades
políticas o administrativas, relacionada con su competencia para conocer de un negocio
determinado".
Estos conflictos pueden ser de dos tipos:
- Cuestiones de competencia.
- Contiendas de competencia.
Puede suceder que un asunto se lleve a un tribunal incompetente. Si el tribunal es incompetente
absolutamente va a declarar de oficio su incompetencia. Pero si el tribunal es relativamente
incompetente, es el demandado quien puede reclamar de esa incompetencia, y lo va a hacer a través de
una incidencia, con el objeto de impedir que ese tribunal conozca del asunto. Este reclamo que formula
la parte acerca de la incompetencia relativa de este tribunal recibe el nombre de cuestión de
competencia.
• Concepto: "Se entiende por tal la incidencia formulada por las partes acerca de la falta de
atribución del tribunal requerido para conocer de un negocio judicial".
Luego, esta cuestión de competencia se suscita entre los litigantes y el tribunal.
Estas cuestiones de competencia se rigen fundamentalmente por normas contenidas en el C.P.C.
Esta materia se puede reclamar de dos maneras:
a) Por declinatoria.
b) Por inhibitoria.
a) Cuando se reclama por vía declinatoria se solicita al tribunal que está conociendo del asunto que
se declare incompetente, indicándole cuál es el competente y pidiéndole que se abstenga del
conocimiento (artículo 101 C.P.C.).
La declinatoria se formula, por tanto, como excepción.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 49
b) Cuando se reclama por vía inhibitoria se intenta ante el tribunal que se estima competente,
pidiéndole que se dirija al que está conociendo del negocio para que se inhiba y le remita los
antecedentes al tribunal (artículo 102 inciso 1o C.P.C.).
La inhibitoria se formula, por tanto, como acción.
Los que optan por una de estas vías no pueden posteriormente abandonarlas ni tampoco ocurrir al
otro medio. No pueden tampoco usarse estos medios en forma simultánea.
Una vez formulada la incidencia por alguna de estas vías, si el juez la acepta no hay problema, pero
en el evento en que no acepte puede originar una contienda de competencia.
• Concepto: "Es aquel conflicto suscitado entre dos o más tribunales, o entre éstos y las
autoridades políticas o administrativas relacionadas con su competencia o incompetencia para el
conocimiento de un determinado asunto".
Estas contiendas de competencia pueden revestir dos formas, sea que se consideren competentes o
incompetentes para conocer de esa gestión o asunto. Así, tienen un sentido positivo cuando ambos
tribunales se estiman competentes para conocer el negocio de que se trate, y tienen un sentido negativo
cuando ambos tribunales se estiman incompetentes para conocer de una determinada gestión.
Estas contiendas de competencia son de diversas clases y pueden producirse entre:
1. Tribunales ordinarios.
2. Tribunales ordinarios y tribunales especiales; o entre tribunales especiales.
3. Tribunales de justicia y las autoridades políticas o administrativas.
4. Tribunales arbitrales entre sí.
5. Tribunales arbitrales y tribunales ordinarios o especiales.
6. Un juez del crimen o de letras con competencia criminal y un juez de garantía o un tribunal de
juicio oral en lo penal.
7. Un tribunal con competencia en lo penal y el ministerio público.
dirimir la contienda el juez superior del que previno en el conocimiento del asunto (artículo 190 inciso
3o).
Si se trata de tribunales de diversa jerarquía, es tribunal competente para dirimir la contienda el
superior de aquel que tenga la jerarquía más alta (artículo 190 inciso 2o).
2. Entre tribunales ordinarios y especiales o entre especiales (artículo 191 C.O.T.).
Si dependen de una misma Corte de Apelaciones es competente ésta.
Si dependen de distintas Cortes de Apelaciones resolverá la contienda la que sea superior jerárquico
del tribunal que haya prevenido en el conocimiento del asunto.
Si no pudieren aplicarse las reglas anteriores resolverá la contienda la Corte Suprema.
3. Entre Tribunales y Autoridades Político Administrativas (artículos 191 inciso 4o C.O.T. y 93 N°
12 y 53 N° 3 C.P.E.).
Es menester distinguir:
3.1. Si esa contienda se produce entre Autoridades Políticas o Administrativas y Tribunales
inferiores de Justicia, en cuyo caso resuelve la contienda el Tribunal Constitucional.
3.2. Si la contienda se promueve entre Autoridades Políticas o Administrativas y Tribunales
Superiores de Justicia es competente para conocer de esta contienda el Senado.
4. Entre Tribunales Arbitrales entre sí:
Para estos efectos los árbitros de cualquier clase o categoría tienen como superior jerárquico la
Corte de Apelaciones respectiva y será ésta quien deba resolver la contienda que se promueva entre
ellos.
5. Entre Tribunales Arbitrales y Ordinarios o Especiales:
Si se suscita una contienda entre tribunales ordinarios y tribunales arbitrales o entre éstos y
tribunales especiales hay que considerar para la resolución del conflicto que el superior jerárquico del
árbitro es la Corte de Apelaciones respectiva, y que en consecuencia de haber contienda deberán
aplicarse las reglas generales.
6. Las contiendas de competencia que se suscitaren entre un juez del crimen o de letras con
competencia criminal y un juez de garantía o un tribunal de juicio oral en lo penal, serán resueltas por la
Corte de Apelaciones que tuviere competencia sobre el respectivo territorio jurisdiccional.
Si no se puede aplicar esta regla resolverá la Corte Suprema.
7. Finalmente de ocurrir una contienda de competencia entre el ministerio público y juzgado del
crimen, será resuelta por el Tribunal Constitucional (artículos 191 inciso final C.O.T. y 93 N° 12
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 51
C.P.R.).
7. Órganos de la jurisdicción.
La Constitución Política del Estado, en su capítulo VI que lleva por epígrafe "Poder Judicial",
establece los mandamientos generales conforme a los cuales este Poder Judicial debe estar organizado, a
la vez que regula la actividad de sus miembros.
Así, entre sus artículos 76 y 82 se señala la integración de los tribunales, su organización y
atribuciones y se indican los requisitos, condiciones y forma de nombramiento de sus integrantes. Es el
C.O.T. el que regula en forma pormenorizada estas normas generales contenidas en la Carta
Fundamental.
La voluntad del Estado tendiente a la satisfacción colectiva de esta necesidad de justicia se
manifiesta a través de la creación de la Institución de los tribunales de justicia. Son estos tribunales de
justicia los que también reciben la denominación de órganos de la jurisdicción. A este respecto debe
tenerse presente que no debe confundirse el órgano, que es el tribunal, con las personas que en calidad
de funcionarios sirven a este órgano.
El tribunal es un órgano estatal cuya finalidad esencial es ejercer la jurisdicción. Decimos que es su
finalidad esencial y no única, porque los tribunales no sólo ejercen actos que importan un ejercicio de la
jurisdicción sino que desempeñan además otros actos no jurisdiccionales.
Podemos decir que son "aquellos órganos públicos cuya función consiste en resolver litigios con
eficacia de cosa juzgada y eventual posibilidad de ejecución, sin perjuicio de cumplir actos de otra
índole que las leyes que los organizan les puedan atribuir".
7.2. Clasificación:
7.2.1. Desde el punto de vista de las materias que conocen y quienes intervienen:
-Tribunales ordinarios.
- Tribunales especiales.
- Tribunales arbitrales.
1. Tribunales ordinarios:
Relacionando las disposiciones de los artículos 5o del C.O.T. y 76 de la C.P.E., el carácter de
ordinario de un tribunal deriva de dos elementos:
52 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
a) El encontrarse estos órganos jurisdiccionales regidos por la actual C.P.E. y por el C.O.T.;
b) Que estos tribunales estén dotados de una aptitud potencial y actual para conocer, juzgar y hacer
ejecutar lo resuelto, independientemente de las materias y de las personas que en ellos intervienen en
todos los asuntos que se promuevan en Chile.
A esta clase de tribunales corresponde el conocimiento pleno de los asuntos que se susciten en
nuestro país, aun cuando no exista un tribunal expresamente señalado por la ley para conocer de este
caso.
Estos tribunales ordinarios son por antonomasia los órganos jurisdiccionales en nuestro
ordenamiento jurídico y constituyen la regla general en nuestro país, y al decir del artículo 5o inciso 2o,
"Integran el Poder Judicial, como tribunales ordinarios de justicia, la Corte Suprema, las Cortes de
Apelaciones, los Presidentes y Ministros de Corte, los tribunales de juicio oral en lo penal, los juzgados
de letras y los juzgados de garantía”
2. Tribunales especiales:
Ellos se contemplan en el artículo 5o inciso 3o C.O.T, el cual prescribe que "Forman parte del
Poder Judicial, como tribunales especiales los Juzgados de Familia; los juzgados del Letras del
Trabajo, los juzgados de Cobranza Laboral y Previsional y los tribunales Militares en tiempo de paz,
los cuales se regirán en su organización y atribuciones por las disposiciones orgánicas
constitucionales contenidas en la ley N° 19.968, en el Código del Trabajo y en el Código de Justicia
Militar y sus leyes complementarias, respectivamente, rigiendo para ello las disposiciones de este
Código sólo cuando los cuerpos legales citados se remitan en forma expresa a él".
En la disposición legal citada, se agrega en el inciso 4o: "...los demás tribunales especiales se
regirán por las leyes que los establecen y reglamentan, sin perjuicio de quedar sujetos a las
disposiciones generales de este Código". En este entendido, existen tribunales especiales, además de
los señalados, pero que no forman parte del poder judicial.
• Elementos que permiten calificar como especial a un tribunal:
a) Una ley orgánica especial que los establezca y señale sus estatutos;
b) Es necesario que se trate de un litigio cuya solución debe encontrarse en leyes relativas a materias
especiales;
c) La circunstancia de que el tribunal no forme parte del Poder Judicial, a excepción de la norma
contenida en el inciso 3o del artículo 5o C.O.T.
3. Tribunales arbitrales:
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 53
Hace alusión a ellos el inciso final del artículo 5o del C.O.T., que señala "Los jueces árbitros se
regirán por el Título IX de este Código." Es en ese título donde se indica que los tribunales arbitrales
son aquellos servidos por jueces árbitros, y que se llama árbitro a "los jueces nombrados por las partes o
por la autoridad judicial en subsidio, para la resolución de un asunto litigioso" (artículo 222 C.O.T.).
• Diferencias entre tribunales ordinarios o especiales y los arbitrales:
Tanto los jueces que sirven a los tribunales ordinarios como a los especiales son funcionarios
públicos y su estatuto jurídico está contenido en leyes diversas, particularmente el C.O.T y el Estatuto
Administrativo, por lo que estos jueces están ligados al Estado a través de un conjunto de derechos y
obligaciones.
En cambio, los jueces árbitros, cualquiera sea su calidad, no son funcionarios públicos, carecen de
todo vínculo con el Estado, no perciben remuneración de éste y, de hecho, en su nombramiento escapan
a la regla general constituida por el sistema mixto, que permite al ejecutivo intervenir en su
nombramiento, toda vez que ellos son nombrados por las partes o por la autoridad judicial en subsidio.
Además tienen un carácter temporal, duran normalmente dos años en sus funciones.
-Tribunales unipersonales.
-Tribunales colegiados.
Unipersonal o monocrático es aquel tribunal en que el juez es una sola persona.
Colegiado es aquel formado por varias personas.
En nuestra organización tienen el carácter de unipersonal los Juzgados de Letras y son colegiados
los tribunales superiores: La Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones y los Tribunales del Juicio Oral
en lo Penal, que son colegiados inferiores.
El funcionario que se desempeña en un tribunal unipersonal se denomina juez y el que lo hace en un
tribunal colegiado ministro.
Los tribunales unipersonales presentan como ventaja el hecho de que el juez toma un conocimiento
personal del proceso, interviniendo en forma íntegra y directa en el mismo y, se dice, que la justicia
tiende a ser más rápida puesto que es una sola la persona que dicta las resoluciones. A la vez, presentan
el inconveniente que en ellos disminuye la posibilidad de acierto, la falta de discusión impide llegar con
facilidad al descubrimiento de la verdad y en ellos es más factible que florezca el arbitrio judicial.
Por otro lado, en los juzgados colegiados se promueve la discusión por lo que aseguran una mayor
posibilidad de acierto y ayudan, en fin, a contener el arbitrio judicial. Presentan como inconvenientes
54 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
que la responsabilidad de los jueces se diluye, pierde intensidad y por otro lado que los jueces no toman
conocimiento personal del asunto, sino por intermedio de otros funcionarios.
En nuestro sistema procesal existe un sistema mixto, puesto que los tribunales de primera o única
instancia son unipersonales con la excepción anotada, en tanto que el carácter colegiado lo asumen los
tribunales superiores.
- Tribunales de derecho.
- Tribunales de equidad.
Más que una clasificación de los tribunales, con estas denominaciones se atiende a las normas
materiales o de fondo que el tribunal respectivo aplicará para decidir el asunto litigioso.
El juez de derecho presupone un legislador, un ordenamiento y normas preestablecidas a las que
debe atenerse. El juez de equidad oficia de legislador y de juez al tiempo de decidir. Su decisión se basa
en su sentido de equidad generado con ocasión del caso específico que conoce.
7.2.4. Considerando la fase del procedimiento en que los jueces despliegan su actividad:
- Tribunales de instrucción.
- Tribunales sentenciadores.
Si el proceso se sujeta a una determinada reglamentación en su desarrollo, es posible concebir cómo
y por qué las dos grandes fases en que se divide pueden encomendarse a funcionarios distintos. Uno que
realiza todas las actuaciones preparatorias del juicio, la actividad probatoria, las investigaciones acerca
de la existencia del delito y otro que se ocupará de dictar la sentencia definitiva. Este es el
procedimiento que rige en materia procesal penal, el cual comenzó con la creación del Ministerio
Público y posteriores reformas al C.O.T. y C.P
- Tribunales inferiores.
- Tribunales superiores.
Esta clasificación emana de la C.P.E. y se deriva de la organización piramidal del Poder Judicial.
Tienen el carácter de tribunales superiores la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, la Corte
Naval y la Corte Marcial.
Los demás, los jueces de letras, son jueces inferiores, debiendo incluirse aquí a los T.O.P., pues
también son jueces inferiores.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 55
7.2.6. Según el tiempo que los jueces que sirven a los tribunales duran en sus funciones:
- Jueces perpetuos.
- Jueces temporales.
Perpetuos: Son aquellos jueces nombrados para ejercer su ministerio en forma indefinida.
Temporales: Aquellos cuya designación es por un plazo determinado.
La regla general es la existencia de jueces perpetuos, la excepción los jueces árbitros, quienes
normalmente duran dos años en sus funciones.
Estas bases fundamentales determinan la estructura del Poder Judicial, reglan el ejercicio de la
jurisdicción y le señalan a los magistrados las normas de acuerdo a las cuales deben actuar
ministerialmente.
Estos principios se encuentran en la Constitución Política de la República, y otros en el Código
Orgánico de Tribunales, y si bien no hay unanimidad en relación a cuántos son, puede decirse que los
principales son los siguientes:
- Independencia judicial.
- Inamovilidad.
- Responsabilidad.
- Legalidad.
56 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Territorialidad.
- Pasividad.
- Sedentariedad.
- Inavocabilidad.
- Publicidad.
- Gradualidad.
- Gratuidad.
Tiene su fundamento en los artículos 7o y 76 C.P.E.; en el artículo 12 C.O.T. y artículo 222 C. Penal.
Cuando se menciona la independencia del poder judicial, se alude a la independencia de la función
jurisdiccional en el sentido de que solamente puede ser ejercida por este poder del Estado.
Luego presenta un aspecto positivo, en el sentido de que el Poder Judicial es libre, soberano e
independiente de los demás poderes públicos; y otro negativo, en cuanto a que al Poder Judicial le está
terminantemente prohibido intervenir o mezclarse en las atribuciones de los demás poderes públicos.
Las declaraciones de independencia contenidas en los cuerpos legales mencionados significan,
aunque pueda parecer una paradoja, que los tribunales en el ejercicio de la potestad jurisdiccional y en
el cumplimiento de su función quedan sometidos única y exclusivamente a la ley. La independencia no
supone discrecionalidad ni que el juez quede sujeto sólo a su conciencia a la hora de ejercer su potestad.
Se es independiente para poder quedar sometido sólo a la ley.
Cuando se menciona la independencia del poder judicial, se alude a la independencia de la función
jurisdiccional en el sentido de que solamente puede ser ejercida por este poder del Estado, siéndole
exclusiva y excluyente.
Con todo, no basta la independencia funcional u objetiva para atender los requerimientos de justicia
de las personas. Es menester la independencia personal o subjetiva del juez, la imparcialidad del
funcionario, que es tanto o más relevante que la primera. Es posible que exista independencia funcional
y los jueces carezcan de imparcialidad o, a la inversa, que no exista y sin embargo los jueces sean
imparciales.
De todas formas, si la C.P.E. consagra la independencia funcional, lo hace con la finalidad que ella
contribuya a la imparcialidad de los jueces. La independencia funcional es instrumental a la
imparcialidad o independencia personal del juez.
Naturalmente, esta independencia no es absoluta, pues entre los distintos poderes existe una
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 57
interdependencia, así por ejemplo el poder ejecutivo interviene en el nombramiento de los magistrados,
y el Presidente de la República tiene la facultad del indulto o el poder judicial puede prescindir de la
aplicación de decretos y reglamentos del Presidente, cuando éstos son contrarios a la ley.
8.2. Inamovilidad:
Se encuentra en el artículo 80 inciso 1o C.P.E. y artículo 247 C.O.T., y puede decirse que "es el
derecho que asiste a los jueces para no ser separados o removidos de sus cargos, mientras conserven
el buen comportamiento exigido por la ley y la Constitución Política
El fundamento de este principio es garantizar realmente la independencia del juez en el ejercicio de
sus funciones, así se pretende evitar presiones o influencias, posibilitando que el juez falle sin temor
con apego de la ley.
Comprende este principio a los jueces letrados propietarios, interinos y suplentes por el tiempo que
han sido designados, y a los fiscales judiciales según el artículo 352 C.O.T.
No gozan de esta inamovilidad los funcionarios auxiliares y subalternos de la Administración de
Justicia, tales como: secretarios, archiveros, receptores, relatores, defensores públicos.
Naturalmente, hay casos en que los jueces pueden ser destituidos de sus cargos, con lo cual cesan en
su inamovilidad, ello por distintos motivos tales como:
a) Delitos cometidos por el juez.
b) Mal comportamiento de los jueces.
c) Formas, motivos o causales de orden constitucional.
Los delitos que pueden cometer los jueces son delitos comunes o bien delitos ministeriales.
Si se trata de delitos comunes significa que el juez comete un hecho delictual como puede hacerlo
cualquier particular, y la ley, frente a la comisión de estos delitos comunes (homicidio, robo y
violación, por ejemplo), los sanciona en los mismos términos que a cualquier ciudadano que los comete.
Si se trata de delitos ministeriales o que son cometidos por el juez en el ejercicio de sus funciones,
reciben el nombre genérico de prevaricación, contemplados en el artículo 223 y ss. del C.P., y artículo
79 C.P.R., en estos casos en cambio la responsabilidad de los jueces por este tipo de delito se persigue
por medio de una acción especial llamada "querella de capítulos", la que está tratada en los artículos
424 y ss. del Código Procesal Penal y que "tiene por objeto hacer efectiva la responsabilidad criminal
de los jueces, fiscales judiciales y fiscales del ministerio público, por actos que hubieren ejecutado en
58 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Otra forma por la cual también puede hacerse cesar esta inamovilidad se refiere al mal
comportamiento que puede tener un juez en el ejercicio de su función. El artículo 337 C.O.T. indica los
casos en que se presume de derecho que un juez no tiene buen comportamiento.
A su vez, hay distintos procedimientos para hacer cesar esta inamovilidad por mal comportamiento
del juez:
b . 1 ) Procedimiento Constitucional:
El artículo 80 inciso 3o C.P.E. al respecto indica que "la Corte Suprema por requerimiento del
Presidente de la República, a solicitud de parte interesada, o de oficio, podrá declarar que los jueces no
han tenido buen comportamiento y previo informe del inculpado y de la Corte de Apelaciones
respectiva, en su caso, acordar su remoción por la mayoría del total de sus componentes”.
b.2) Juicio político (artículos 52 N° 2 letra c), 53 N° 1 C.P.E. y 333 C.O.T.):
Este juicio político sólo se refiere a los magistrados de los tribunales superiores de justicia, así por lo
demás, lo indica el artículo 52 N° 2 letra c), al prescribir que "es atribución exclusiva de la cámara de
diputados: ...declarar si ha o no lugar las acusaciones que no menos de diez ni más de veinte de sus
miembros formulen en contra de ...los magistrados de los tribunales superiores de justicia..., por
notable abandono de sus deberes".
b.3) juicio de amovilidad (artículos 337, 338 y 339 C.O.T):
Tiene por objeto declarar que el juez no ha tenido el buen comportamiento exigido por la ley.
El artículo 337 se encarga de señalar los casos en que se presume de derecho que un juez no ha
tenido el buen comportamiento exigido por la ley. A su vez, el artículo 338 ordena a los Tribunales
Superiores instruir el proceso de amovilidad, ya sea que se proceda de oficio o a requisición del fiscal
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 59
Este principio es una aplicación del concepto o principio de responsabilidad general que afecta a los
funcionarios por los actos abusivos que cometen en el ejercicio de su autoridad y constituye una norma
básica del Derecho Público.
La responsabilidad judicial es aquella que nace con ocasión o motivo del desempeño de las
funciones de los jueces, sea por omisión de lo que deben hacer o por hacer lo que deben omitir,
transgrediendo con ello sus deberes ministeriales.
Aparece vinculado a los principios de independencia e inamovilidad, en cuanto es un factor de
60 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
b) Responsabilidad criminal
Sabemos que un juez puede cometer delitos comunes o ministeriales, y es a los primeros a los cuales
se alude al hablar de la responsabilidad criminal (artículos 13 y 324 C.O.T.).
c) Responsabilidad civil
Esta aparece de los artículos 325, 326 y 327 C.O.T. y deriva de los principios generales que imponen
la obligación de resarcir o reparar todo daño o perjuicio causado por el hecho ilícito (artículos 2314 y ss.
C.C.).
No obstante, para hacer efectiva las responsabilidades criminal y civil derivadas de delitos
ministeriales, la ley ha colocado limitaciones en su ejercicio, restricciones que tienden a evitar que los
jueces puedan ser víctimas de mala fe, de la torpeza, venganza o enemistad de los litigantes, las que se
contienen entre los artículos 328 a 331 del C.O.T.
d) Responsabilidad política
Es aquella que afecta a los tribunales superiores de justicia, cuando sus miembros incurren en
"notable abandono de sus deberes" (artículo
52 N° 2 letra c, C.P.E.).
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 61
8.4. La legalidad:
8.5. La territorialidad:
Este principio está consagrado en el artículo 7o C.O.T. y establece que "los tribunales sólo pueden
ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente
asignado
62 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
8.6. La pasividad:
De acuerdo con este principio de la pasividad, los tribunales no pueden ejercer su ministerio, sino a
petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculta para proceder de oficio.
Este principio también tiene excepciones:
a) La declaración de nulidad absoluta de un acto o contrato cuando aparezca de manifiesto en el acto
o contrato, puede y debe ser declarada de oficio por el tribunal (artículo 1683 C.C.).
b) La nulidad procesal que debe ser declarada de oficio o a petición de parte artículo 83 C.P.C. y las
facultades oficiosas para tomar medidas tendientes a corregir ciertos "vicios de procedimiento",
señaladas en el artículo 84 C.P.C.
c) Las medidas para mejor resolver, que el juez puede dictar en un proceso (artículo 159 C.P.C.).
d) La declaración de incompetencia absoluta, así como la derivada de la competencia relativa,
cuando la prórroga de competencia es improcedente.
d) Artículos 776 y 785 C.P.C. que permiten alas Cortes de Apelaciones y a la Corte Suprema anular
de oficio las sentencias en ciertas y determinadas condiciones (casación de oficio, ya sea en la forma, ya
sea en el fondo).
e) Reconocimiento de peritos: que puede decretar de oficio el tribunal de acuerdo con el artículo 412
C.P.C.
Este principio de pasividad comprende también a aquella limitación que afecta a los jueces en
cuanto ellos deben fallar conforme al mérito del proceso y no extender su fallo a los puntos que no le
han sido expresamente sometidos por las partes artículo 160 C.P.C.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 63
Importa la idea de fijeza, o sea, que los jueces deben administrar justicia en lugares y horas
determinados evitando de ese modo la existencia de tribunales ambulantes.
El estudio de este principio está ligado a las obligaciones de residencia y asistencia que pesan sobre
los magistrados judiciales.
En efecto, se establece la obligación que tienen los jueces de residir constantemente en la ciudad o
población donde tenga asiento el tribunal en que deban prestar sus servicios, es decir, los jueces tienen
un lugar fijo para el ejercicio de sus funciones, de ahí que a este principio se le conozca con el nombre
de obligación de residencia.
También implica este principio que los jueces deben asistir todos los días a su despacho y
permanecer en el desempeño de su cometido durante cuatro horas como mínimo si el despacho de las
causas se encuentra al día; y de cinco horas, a lo menos, si ese despacho está atrasado, materia regulada
por autos acordados de la Corte Suprema, que reglamenta la jornada de trabajo de ministros, relatores,
jueces y fiscales judiciales y por los artículos 312 y ss. C.O.T.
Sin embargo, si bien esta obligación de residencia y de asistencia diaria cesa durante los días
festivos, esto es, los días que la ley determina y el período de vacaciones desde el 1 ° de febrero hasta el
1er día hábil de marzo, ella subsiste durante estos días respecto de los jueces con "jurisdicción criminal",
laboral y de familia (artículo 313 inciso 2o C.O.T.), al tenor de lo dispuesto en el artículo 314 C.O.T.
Los jueces en lo civil deben, en todo caso, conocer de ciertos asuntos civiles respecto de los cuales no
operó este feriado o que sólo opera parcialmente.
o
8.8. La inavocabilidad (artículos 8 C.O.T. y 76 C.P.E.):
Los tribunales tienen prohibición de avocarse al conocimiento de un asunto pendiente ante otro
tribunal.
Avocarse significa entrar a conocer del negocio por propia iniciativa sin que las partes ejerciten
ningún recurso para llevarlo a su conocimiento.
Por excepción, la ley puede conferir en determinadas situaciones la posibilidad que un tribunal entre
a conocer, se avoque al conocimiento de un asunto pendiente ante otro tribunal, es el caso de lo indicado
en los artículos 560 y 561 C.O.T., en virtud de los cuales los tribunales superiores pueden decretar
visitas extraordinarias a los juzgados y pueden facultar a un Ministro visitador para que se avoque al
conocimiento de las causas que allí se encuentren pendientes.
64 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
La publicidad es la facultad que la ley le confiere a toda persona para imponerse de las actuaciones
judiciales aun cuando no sea litigante interesado en ello, a través de los medios que la misma ley
franquea.
Hablamos de publicidad activa cuando los actos procesales se realizan ante el público, y de
publicidad pasiva, cuando simplemente de los actos procesales se da cuenta al público.
La aplicación de este principio o base se entiende desde un doble punto de vista:
a) De los litigantes.
b) De los terceros.
La publicidad adquiere relevancia en cuanto a los terceros ajenos al juicio que no tienen interés
directo en este conflicto y no respecto de los litigantes, ya que éstos necesariamente deben imponerse de
las actuaciones y resoluciones que dicta el tribunal en la causa en que figuran como parte.
• Excepciones a la publicidad:
Por consideraciones de interés público o por la necesidad de mantener la reserva sobre algún litigio,
habida consideración a su naturaleza especial, el legislador ha consagrado ciertas excepciones a esta
base fundamental:
a) Acuerdos de los tribunales colegiados (artículo 81 C.O.T.).
b) Ciertas actuaciones del proceso penal, según el artículo 182 C.P.P.
c) Piezas del proceso que por motivos fundados se mandaren reservar fuera de él (artículo 34
C.P.C.).
d) Pliego de posiciones antes de que se preste la confesión (artículo 386 C.P.C.).
8.10. La gradualidad (artículo 188 C.O.T.):
Para lograr hacer efectivo este principio existe en Chile una organización jerárquica de los tribunales
de justicia. Así existen tribunales de primera instancia y de segunda instancia, siendo las Cortes de
Apelaciones los tribunales de segunda instancia por excelencia.
El fundamento de esta base se encuentra en el deseo de la ley de evitar resoluciones injustas o
arbitrarias, a la vez de satisfacer el anhelo de todo litigante de poder hacer revisar las resoluciones que
le causa un agravio.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 65
Por instancia debemos entender "el grado jurisdiccional que comprende el estudio de los puntos de
hecho y de derecho de un conflicto debatido ante un determinado tribunal".
Luego la instancia constituye un grado jurisdiccional y el tribunal de segunda instancia conociendo
del asunto fallado en primera instancia puede confirmar, revocar o modificar ese fallo de primera
instancia.
8.11. La gratuidad:
La administración de justicia en nuestro país es gratuita; pero en el sentido de que los litigantes no
tienen que remunerar al juez que va a decidir su conflicto. Estos jueces son funcionarios públicos que
paga el Estado.
Esta gratuidad hay que entenderla referida respecto de los jueces que conforman el Poder Judicial,
pues hay jueces árbitros a quienes las partes deben pagar sus honorarios una vez cumplido su cometido,
así como también deben pagar los derechos que correspondan a los auxiliares de la administración de
justicia, que por uno u otro motivo tengan injerencia en el litigio o gestión voluntaria. No obstante, es
posible que en ciertas situaciones la parte o interesado goce de absoluta gratuidad en todas las
actuaciones del litigio, esto se da cuando ese litigante interesado goza del privilegio de pobreza
(artículos 591 C.O.T. y 19 N° 3 C.P.E.).
En nuestro ordenamiento, los tribunales ordinarios, indicados en el artículo 5o inciso 2o C.O.T., son
de dos clases: permanentes y accidentales.
Los tribunales permanentes son: la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones, los Juzgados de
Letras, los Juzgados de Garantía y los Tribunales del Juicio Oral en lo Penal.
Los tribunales accidentales o de excepción son: un Ministro de Corte de Apelaciones, el Presidente
de la Corte de Apelaciones de Santiago; un Ministro de la Corte Suprema y el Presidente de la Corte
Suprema.
Fuentes legales: Las fuentes legales de los Juzgados de Letras las encontramos en el Título III del
C.O.T., o sea entre los artículos 27 al 48, ambos inclusive.
66 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
9.2.1. Definición:
9.2.2. Características:
a) Es un tribunal ordinario,
b) Es un tribunal unipersonal, bipersonal o pluripersonal,
c) Es un tribunal de derecho,
d) Es un tribunal de competencia común (en general),
e) Es un tribunal inferior,
f) Su territorio jurisdiccional está constituido por una comuna o agrupación de comunas,
g) Son servidos por jueces letrados,
h) El cargo de juez de letras tiene el carácter de perpetuo,
i) Son tribunales permanentes,
j) Son remunerados por el Estado,
k) Estos tribunales poseen un secretario permanente, si se trata de juzgados con competencia civil.
9.2.3. Organización:
- A la cabeza se encuentra el juez de letras quien tiene el tratamiento honorífico de "Su Señoría"
(SSa.) o " Usía" (US.)
- Este juez es nombrado por el Presidente de la República a propuesta en tema de la respectiva Corte
de Apelaciones (artículo 78 C.P.R.).
Esta clase de tribunal cuenta además con un secretario con carácter permanente que es nombrado de
igual manera que el juez, siempre que se trate de juzgados de letras con competencia civil, ya que si se
trata de juzgados de letras con competencia común, no cuentan con secretario (artículo 27 bis C.O.T.).
Las funciones que le competen a este secretario son las de autorizar las providencias, despachos y
actos emanados del juzgado y la de custodiar los procesos, documentos y papeles que se presenten al
tribunal ante el cual prestan sus servicios.
En los juzgados de letras de competencia común con dos jueces, las autorizaciones y custodia de
procesos y documentos o papeles corresponderán al jefe de la unidad administrativa que tenga a su
cargo la administración de causas en el respectivo juzgado.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 67
5. Cumplimiento, que desarrollará las gestiones necesarias para la adecuada y cabal ejecución de las
resoluciones judiciales y demás títulos ejecutivos de competencia de estos tribunales.
9.2.4. Clasificación:
tribunales se puede demandar al Fisco, pero si el fisco obra como demandante podrá ocurrir ante estos
tribunales o al del domicilio del demandado, cualquiera que sea la naturaleza de la acción deducida.
2. De los asuntos no contenciosos en que el fisco tenga interés.
9.2.6. Funcionamiento extraordinario de un Juzgado de Letras (artículos 47, 47 A, 47 B y 47 C
C.O.T.):
Al respecto, el artículo 47 del C.O.T. dice que tratándose de juzgados de letras que cuenten con un
juez y un secretario abogado, las Cortes de Apelaciones podrán ordenar que los jueces se aboquen de un
modo exclusivo a la tramitación de una o más causas determinadas, de competencia de su tribunal,
cuando hubiera retardo en el despacho de los asuntos sometidos al conocimiento del tribunal o cuando
el mejor servicio judicial lo exigiere.
Será la Corporación Administrativa del Poder Judicial la que informará anualmente a las Cortes de
Apelaciones y al Ministerio de Justicia respecto de la aplicación que hubiese tenido el sistema de
funcionamiento extraordinario y de las disponibilidades presupuestarias para el año siguiente.
Por otra parte, el artículo 47 A expresa que cuando se iniciare el funcionamiento extraordinario se
entenderá, para todos los efectos legales, que el juez falta a su despacho. En esa oportunidad el
secretario del mismo tribunal asumirá las demás funciones que le corresponden al juez titular, en calidad
de suplente, y por el solo ministerio de la ley.
Quien debiere cumplir las funciones del secretario del tribunal, de acuerdo a las reglas generales, las
llevará a efecto respecto del juez titular y de quien lo supliere o reemplazare.
Agrega el artículo 47 B que las atribuciones de las Cortes de Apelaciones previstas en el artículo 47
serán ejercidas por una sala integrada solamente por ministros titulares.
Finalmente, el artículo 47 C dispone que tratándose de los tribunales de juicio oral en lo penal, las
Cortes de Apelaciones podrán ejercer las potestades señaladas en el artículo 47, ordenando que uno o
más de los jueces del tribunal se aboquen en forma exclusiva al conocimiento de las infracciones de los
adolescentes a la ley penal, en calidad de jueces de garantía, cuando el mejor servicio judicial así lo
exigiere.
Las fuentes legales de los tribunales de excepción están constituidas por el Título IV del C.O.T.,
título que comprende los artículos 50, 51, 52 y 53, y que lleva por epígrafe "De los Presidentes y
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 71
a) Son accidentales: se constituyen una vez que se ha promovido el conflicto de que deben conocer.
b) Son tribunales unipersonales.
c) Son tribunales ordinarios.
d) Son servidos por jueces letrados.
e) Son tribunales de primera instancia por regla general.
f) Son tribunales de derecho.
g) Su territorio jurisdiccional es el mismo del tribunal colegiado del que forman parte.
h) Tienen un secretario que es el mismo del tribunal colegiado del que forman parte.
i) Tienen competencia especial, pues sólo conocen de los asuntos que la ley expresamente ha
sometido a su conocimiento.
9.3.3. Organización:
Existe un juez que forma parte de un tribunal colegiado permanente. La forma de designar a este
juez depende. En ciertos casos prima la regla del tumo (artículo 50 inciso 1 o); en otros el nombramiento
emana de la propia Corte (artículo 52 inciso 1o); y, en otros, el nombramiento es automático, pues va
unido al ejercicio del cargo de presidente del tribunal colegiado respectivo (artículos 51 y 53 C.O.T.).
Existe además un secretario que es el mismo que se desempeña en el tribunal colegiado del que
forma parte el juez.
En lo referente al personal de secretaría es el mismo que sirve al tribunal colegiado.
1. Ministro de Corte de Apelaciones (artículo 50 C.O.T.)
Conoce en primera instancia:
a) De las causas civiles en que sean parte o tengan interés las personas indicadas en el numeral 2o.
b) De las demandas civiles que se entablen contra los jueces de letras para hacer efectiva la
responsabilidad civil resultante del ejercicio de sus funciones ministeriales.
c) De los demás asuntos que otras leyes les encomienden.
2. Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago (artículo 51 C.O.T.):
Conoce en primera instancia:
72 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Están constituidas por el Título V del C.O.T., que comprende desde los artículos 54 al 92.
9.4.2. Definición:
Son tribunales colegiados que ejercen normalmente competencia de segunda instancia como
superiores jerárquicos de los Juzgados de Letras y cuyo territorio jurisdiccional es variable
comprendiendo, a veces, una o varias provincias y, en otras, una región o parte de ella.
9.4.3. Características:
9.4.4. Organización:
Estos tribunales tienen un Presidente, quien dura un año en sus funciones contado desde el 1o de
marzo de cada año. La presidencia es desempeñada por los miembros del tribunal turnándose cada uno
por orden de antigüedad en la categoría correspondiente del escalafón (artículo 57 C.O.T.).
Las funciones del presidente las señala el artículo 90 y en su ausencia hace sus veces el ministro más
antiguo de los que se hallaren reunidos en el tribunal (artículo 91 C.O.T.).
Por otra parte, aquellas Cortes que funcionen divididas en salas, el presidente de cada sala tendrá las
atribuciones que señala el artículo 92 del C.O.T.
En la organización de las Cortes de Apelaciones también existen los ministros quienes incluyendo a
su presidente, reciben el tratamiento honorífico de "Su Señoría Ilustrísima" o bien "Usía Ilustrísima".
74 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
9.4.6. Tramitación:
Está tratada en el artículo 70 y de acuerdo a esta norma corresponde, en aquellas Cortes que se
componen de más de una sala, a la primera.
Si se trata de providencias de mera sustanciación basta la firma de uno de los ministros y si se trata
de otra clase de resoluciones es necesaria la firma de todos los ministros.
Se entiende por providencias de mera sustanciación las que tienen por objeto dar curso progresivo a
los autos, sin decidir ni prejuzgar ninguna cuestión debatida entre partes.
Si una sala ya está conociendo de un asunto a ella le corresponde dictar las resoluciones de
76 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Las Cortes conocen de los asuntos en cuenta o previa vista de la causa (artículo 68 C.O.T.).
1. Conocimiento en cuenta: Es la información que se le da a la Corte en forma privada y sin
formalidad alguna, ya sea por su relator o por su secretario. En la práctica, la totalidad de la cuenta la
dan los relatores por ser los funcionarios que están en más íntimo contacto con el tribunal.
2. Previa vista de la causa: Es la información solemne que, a través de un conjunto de actuaciones,
se proporciona a la Corte por el relator acerca del asunto sometido a su decisión.
• Actuaciones que forman la previa vista de la causa:
- Decreto autos en relación y su notificación legal;
- Inclusión de la causa en tabla;
- Vista de la causa propiamente tal.
a) Decreto autos en relación: Si el asunto no debe observar una determinada tramitación, cuando
llega el expediente a la Corte se dicta una resolución ordenando traer "autos en relación", que se notifica
a las partes personalmente o por el estado diario.
b) Inclusión de la causa en tabla: La tabla es la lista de los asuntos que debe conocer la Corte o cada
una de sus salas durante la semana.
Esta tabla se debe formar el último día hábil de cada semana y lo hace el presidente del tribunal.
La tabla contiene los asuntos que verá el tribunal la semana siguiente y que se encuentren en estado
de relación. Se entiende por tal aquellos que hayan sido previamente revisados y certificados al efecto
por el relator, artículo 69 C.O.T.
• Menciones esenciales que debe contener la tabla (artículo 163 C.P.C.):
- Nombre de las partes, en la forma que aparezcan en la carátula del expediente;
- El día en que cada causa debe verse.
- El número de orden que le corresponda a cada causa.
- Si la Corte está dividida en salas deberá indicar a qué sala corresponde.
Además, existen menciones no esenciales, pero que se utilizan en la práctica:
- Nombre del relator;
- Se agrega una letra que indica la materia del asunto que va a conocer:
1. Si se trata de la apelación de un incidente o artículo. (A)
2. Si se trata de la apelación de una sentencia definitiva. (D)
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 77
Existe una competencia común a toda Corte y otra especial de la Corte de Apelaciones de Santiago.
Las Cortes de Apelaciones tienen competencia de única, de primera y segunda instancia y pueden
conocer en pleno o divididas en salas.
1. Causas civiles y laborales y actos no contenciosos de que conocieron en primera instancia los
jueces de letras de su territorio jurisdiccional o uno de sus ministros como tribunal unipersonal (artículo
63 N° 3 letra a).
2. Apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones de los jueces de garantía (artículo 63 N° 3
letra b)).
3. Apelaciones que se interpongan en contra de las sentencias dictadas por tribunales arbitrales de
derecho y mixtos, cuando de haberse tratado de un juicio ordinario, le hubiere correspondido conocer de
dichas apelaciones (artículo 239 C.O.T.)
4. De las apelaciones que se deduzcan en contra de las resoluciones dictadas por los Directores
Regionales de Impuestos Internos, en las reclamaciones tributarias regidas por el Código Tributario.
5. De las causas que hayan conocido en primera instancia los jueces de policía local, siempre que no
sean inapelables.
6. De las causas laborales de que hayan conocido en primera instancia los jueces del trabajo (artículo
63 N° 3 letra a)).
7. Conocen de las consultas de las sentencias civiles dictadas por los jueces de letras (artículo 63 N°
4 C.O.T.)
la causa se falle inmediatamente, en cuyo caso se extiende la sentencia, se firma por los ministros y se
notifica a las partes, sin embargo puede suceder que la causa quede en acuerdo.
• Los acuerdos:
Los acuerdos "son discusiones privadas del tribunal sobre el negocio que conocen, tendientes a
obtener el fallo o resolución de dicho asunto y que se otorga por medio de la valoración de los jueces
hasta obtener la mayoría legal".
Al tenor de lo dispuesto en el artículo 85, se entiende terminado el acuerdo cuando se obtiene
mayoría legal sobre la parte resolutiva del fallo y sobre un fundamento, a lo menos, en apoyo de cada
uno de los puntos que dicho fallo comprende.
Por otra parte, se entiende que hay mayoría legal cuando hay mayoría absoluta de los votos
conformes (artículo 72 C.O.T.).
Hace excepción a lo dicho lo indicado en el artículo 74 C.O.T.
• ¿Quiénes toman parte en estos acuerdos? (artículos 75 al 79 C.O.T.):
No pueden tomar parte en ningún acuerdo los que no hubieren concurrido como jueces a la vista del
negocio, artículo 75.
En el mismo sentido el artículo 76 establece que ningún acuerdo puede efectuarse sin que tomen
parte todos los que como jueces hubieren concurrido a la vista, salvo los casos de los artículos
siguientes.
Estos artículos siguientes indican que si antes del acuerdo falleciere, fuere destituido o suspendido
de sus funciones, trasladado o jubilado alguno de los jueces que concurrieron a la vista, se procederá a
ver de nuevo el negocio.
Si antes del acuerdo se imposibilitare por enfermedad alguno de los jueces que concurrieron a la
vista, se esperará hasta por treinta días su comparecencia al tribunal, y si transcurrido este término no
pudiera comparecer, se hará nueva vista. Podrá también, en este caso, verse de nuevo el asunto antes de
la expiración de los treinta días, si todas las partes convinieran en ello (artículos 77 y 78 C.O.T.).
Sin perjuicio de lo dispuesto en esos artículos, todos los jueces que hubieren asistido a la vista de
una causa quedan obligados a concurrir al fallo de la misma, aunque hayan cesado en sus funciones,
salvo que, a juicio del tribunal, se encuentren imposibilitados física o moralmente para intervenir en ella
(artículo 79 inciso 1o).
Finalmente, el artículo 80 prescribe que en los casos de los artículos 77, 78 y 79 no se verá de nuevo
la causa aunque deje de tomar parte en el acuerdo alguno o algunos de los que concurrieron a la vista,
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 81
siempre que el fallo sea acordado por el voto conforme de la mayoría del total de jueces que haya
intervenido en la vista de la causa.
• ¿Cómo se procede al acuerdo?
El C.O.T. da ciertas reglas:
1. El tribunal primero establece los hechos sobre que versa el juicio.
2. Debe examinar el derecho.
3. Debe proceder a aplicar el derecho a los hechos establecidos (artículo 83 C.O.T.).
En cuanto al orden en que votan los ministros, el artículo 84 C.O.T. señala que en los acuerdos de
los tribunales colegiados dará primero su voto el ministro menos antiguo, y continuarán los demás en
orden inverso al de su antigüedad.
El último voto será el del Presidente.
Puede suceder que luego de votar no se produzca acuerdo. Se produce entonces el fenómeno
procesal de la discordia de votos. Para su examen hay que distinguir si estamos en materia civil o penal.
En materia civil la solución la dan los artículos 86 y 87 C.O.T.
En materia penal la solución la da el artículo 74 C.O.T.
Terminado el acuerdo, se nombra un ministro que redacta la sentencia y aprobada la redacción se
firma por todos los ministros dejando constancia del ministro redactor.
Están constituidas por el Título VI del C.O.T., específicamente entre sus artículos 93 al 107.
9.5.2. Definición:
La Corte Suprema es un tribunal permanente, de carácter colegiado, que ejerce jurisdicción sobre
todo el territorio de la República y que tiene la superintendencia directiva, correccional y económica de
todos los tribunales a excepción del Tribunal Constitucional, Tribunal Calificador de Elecciones,
Tribunales Electorales Regionales y los Tribunales Militares en Tiempo de Guerra.
9.5.3. Características:
a) Es un Tribunal ordinario;
b) Es un tribunal permanente;
c) Es un tribunal de derecho;
d) Es un tribunal cuyos miembros son letrados;
82 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
9.5.4. Organización:
Tiene un Presidente que es nombrado por la propia Corte de entre sus miembros y que dura en sus
funciones dos años, no pudiendo ser reelegidos (artículo 93 C.O.T.)
Este presidente tiene las atribuciones fundamentales que le señala el artículo 105, sin perjuicio de las
otras normas que le pueden otorgar.
Además, el Presidente debe dar cuenta de las materias que indica el artículo 102 del C.O.T.
Los ministros tienen el tratamiento honorífico de excelentísimos y son 21. Estos ministros son
nombrados por el Presidente de la República a propuesta en quina por la propia Corte, con acuerdo del
Senado (artículo 78 C.P.R.).
De los miembros de la Corte Suprema, cinco de ellos deben ser abogados extraños a la
administración de justicia, tener a lo menos 15 años de título y haberse destacado en la actividad
profesional o universitaria, cumpliendo los demás requisitos de la Ley Orgánica respectiva.
Tiene un Fiscal Judicial, quien es el representante del Ministerio Público Judicial ante la Corte
Suprema y el jefe superior de este servicio, nombrado de la misma forma que los ministros. Cuenta con
un secretario que tiene las funciones comunes a esta clase de funcionarios, y tiene además un
prosecretario que subroga al secretario en caso de impedimento o licencia de aquél, cuenta también con
8 relatores, y por último está el personal de secretaría, formando parte de éste, además, cinco oficiales
auxiliares que prestan servicios como escribientes de los ministros (artículo 498 C.O.T.).
• Requisitos para ser ministro de la Corte Suprema (artículo 254 C.O.T.):
- Ser chileno.
- Tener título de abogado.
- Cumplir, tratándose de los miembros del escalafón primario, con los requisitos del artículo 283.
- Haber ejercido, tratándose de los miembros ajenos al poder judicial, por a lo menos 15 años la
profesión de abogado. En caso de tratarse de abogados que se hubieren retirado del poder judicial,
deberán haberlo hecho voluntariamente y con calificaciones para ser considerados en lista de méritos.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 83
Hay que distinguir entre la competencia que le corresponde al tribunal pleno y aquella que le
corresponde a las salas
Al pleno de la Corte Suprema le corresponde el conocimiento de los asuntos señalados en el artículo
96 C.O.T.
84 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
En cambio, conocen en sala de las causas referidas en el artículo 98 C.O.T., sin perjuicio de ello
conocen también en sala:
a) De las apelaciones contra los fallos dictados por una Corte de Apelaciones conociendo de un
Recurso de Queja (artículo 551 C.O.T.).
b) De las recusaciones de uno o más miembros de una Corte de Apelaciones (artículo 204 C.O.T.).
c) Contiendas de competencia entre las Cortes de Apelaciones o entre tribunales de igual jerarquía
(artículo 190 C.O.T.).
d) Contiendas de competencia que se susciten entre tribunales especiales o entre éstos y tribunales
arbitrales.
e) De las apelaciones que se deduzcan en contra del fallo dictado en un recurso de protección o de
amparo.
Debe tenerse presente que conforme lo señala el artículo 97, las sentencia que dicta la Corte
Suprema al fallar los recursos de casación de fondo y forma, de nulidad en materia penal, de queja, de
protección, de amparo y de revisión no son susceptibles de recurso alguno, salvo el de aclaración,
rectificación o enmienda del artículo 182 del C.P.C. Toda reposición o reconsideración es inadmisible y
será rechazada de plano por el Presidente de la Corte, salvo si se pide la reposición a que se refieren los
artículos 778, 781 y 782 del C.P.C.
En cuanto a las formalidades de la vista de las causas se observan los mismos trámites estudiados
con ocasión de las Cortes de Apelaciones. Una vez vista la causa ésta puede quedar en acuerdo y a estos
acuerdos se aplican las mismas normas sobre acuerdos de las Cortes de Apelaciones ya examinadas.
"Son aquellos que están constituidos por uno o más jueces, con competencia en un mismo
territorio jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente los asuntos sometidos a su
conocimiento".
Su finalidad primordial es asegurar y proteger los derechos de los intervinientes durante la
investigación criminal que realice el M.P.
Se trata, entonces, de un tribunal unipersonal de primera instancia, de composición múltiple,
compuesto por un número variable de jueces, cada uno de los cuales detenta la plenitud de las
potestades jurisdiccionales en forma independiente.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 85
9.6.2. Territorio:
El Juzgado de Garantía tiene su asiento en una comuna del territorio de la República, pero su
competencia puede extenderse a una agrupación de comunas, que en cada caso se van individualizando
(artículo 16 C.O.T.).
o
9.6.3. Competencia (artículo 14 inciso 2 C.O.T.):
Las disposiciones que se enuncian son también aplicables a los tribunales de juicio oral en lo penal
(TOP).
Estos juzgados se deberán organizar en unidades administrativas para cumplir en forma eficaz y
eficiente las siguientes funciones (artículo 25 C.O.T.):
1. Sala: Consistirá en la organización y asistencia a la realización de las audiencias. Entendemos esta
función como aquella que cumple el TOP para conocer de los asuntos que son de su competencia. Esta
llamada unidad administrativa no rige para los J.G., pues éstos por definición son unipersonales. De
manera que sólo se aplica a los TOP, ya que el artículo 17 establece que ellos funcionarán en una o más
86 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Desde luego, cada juzgado de garantía tendrá el número de jueces que contempla el artículo 15 del
C.O.T., que es variable, y que ejercerá sus funciones en la comuna o agrupación de comunas que esa
misma norma indica.
Empero, se introduce legalmente como algo novedoso la existencia de ciertos cuerpos plurales o
colegiados en este tipo de juzgado, y ellos son:
- El Comité de Jueces y
- El Presidente del Comité de Jueces.
9.6.5.1.Comité de Jueces:
El afán innovador del legislador ha titulado a una reunión de jueces con la palabra de Comité, que
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 87
nos recuerda más bien nociones empresariales o de políticas totalitarias, que nada tienen que ver con la
organización tribunalicia, pues en ésta se utilizan las palabras "sala" o "pleno" para referirse a la reunión
de jueces plurales. Si nos atenemos al diccionario de la Real Academia Española, por comité se entiende
a la "comisión de personas encargadas para un asunto", y comisión por su parte quiere significar
"conjunto de personas encargadas por una corporación o autoridad para entender en algún asunto".
Luego, acogiéndonos a esta última acepción, podrá decirse que el Comité de Jueces es el conjunto de
jueces de garantía o de los TOP encargados por la autoridad legislativa para entender de los asuntos que
se colocan dentro de la esfera de sus atribuciones, y que se indican en el artículo 23 C.O.T.
• ¿Cuál es la composición de este Comité?
Antes que todo hay que dejar en claro que este comité sólo existe en aquellos J.G. que estén
compuestos por tres o más jueces. De esta forma los Jueces de Letras que se citan en el artículo 3 o de la
ley N° 19.665, a los cuales se les anexa la calidad de juez de garantía, carecerán de este comité.
En lo que respecta a la composición es menester hacer un distingo. En efecto:
- Si el J.G. está compuesto por cinco jueces o menos, el comité se forma por todos ellos;
- Si el J.G. está compuesto por más de cinco jueces, para constituir el comité se procede cada dos
años a elegir, por mayoría, cinco jueces para tai función.
Ahora bien, los jueces miembros del comité eligen entre ellos a un presidente que dura dos años en
el cargo, pudiendo ser reelegido sólo por un nuevo período.
Si se ausenta alguno de los miembros del comité o queda vacante el cargo, por cualquier causa, es
reemplazado provisoria o definitivamente, según el caso, por el juez que obtuvo la más alta votación
después de la que resultaron electos, y si esto no es factible por el juez más antiguo que no integre el
comité.
Si quien falta es el presidente, su ausencia se suple por:
a) El juez más antiguo, si la ausencia o imposibilidad no excede los tres meses;
b) Si el impedimento excede de dicho plazo, se procede a una nueva elección para el cargo.
Los acuerdos en este comité se adoptan por mayoría de votos, y en caso de empate decide el juez
presidente (artículo 22 C.O.T.).
• Competencia del comité (artículo 23 C.O.T.)
En el ejercicio de sus atribuciones a este comité le corresponde:
1. Aprobar anualmente el procedimiento objetivo y general a que se refieren los artículos 15 y 17 en
su caso.
88 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
2. Designar al administrador del J.G. de la terna que presente el presidente del comité.
3. Calificar anualmente al administrador del juzgado.
4. Resolver sobre la remoción del administrador.
5. Designar al personal del juzgado, a propuesta en terna del administrador.
6. Conocer de la apelación interpuesta en contra de la resolución del administrador que remueve al
subadministrador, a los jefes de unidades o a los empleados del juzgado o tribunal.
7. Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que presente el presidente, para ser propuesto a
la Corporación Administrativa del Poder Judicial.
8. Conocer de las demás materias que le encomiende la ley.
Por último, en los juzgados de garantía en que se desempeñen uno o dos jueces, las atribuciones
indicadas en las letras b), c), d) y f) corresponderán al presidente de la Corte de Apelaciones respectiva.
A su vez, las atribuciones previstas en los literales a), e), g) y h) quedarán radicadas en el juez que
cumpla las funciones de juez presidente.
En aquellos J.G. en que hay un solo juez, éste tendrá las atribuciones de presidente, excepto las
contenidas en las letras a) y c); las signadas con las letras h) y j) las ejerce el juez ante el presidente de
la Corte de Apelaciones respectiva.
Ahora, si el JG está constituido por dos jueces, las facultades del presidente corresponderá ejercerlas
anualmente a cada uno de ellos, empezando por el más antiguo, y con las mismas excepciones mencio-
nadas precedentemente.
• Deber de asistencia:
Hay que tener presente que los jueces de garantía tienen la obligación de concurrir a su despacho por
44 horas semanales, y establecer un sistema de turno de modo tal que siempre se cuente con un juez de
garantía fuera del horario normal de atención de los tribunales (artículo 312 bis C.O.T.).
Por último, observando la organización del J.G., aparecen los administradores de tribunales con
competencia en lo criminal (artículo 389 A).
Éstos pueden definirse como un auxiliar de la administración de justicia encargados de organizar y
controlar la gestión administrativa de los TOP y de los J.G.
Es designado por el comité de jueces del respectivo tribunal a propuesta en terna del juez presidente.
El artículo 389 B y el artículo 389 G se encargan de especificar las materias que están en el ámbito
de sus atribuciones. Y en el cumplimiento de sus funciones se debe atener a las políticas generales de
selección de personal, de evaluación, de administración de recursos materiales y de personal, de diseño
y análisis de la información estadística y demás que dicte el Consejo de la Corporación Administrativa
del Poder Judicial en el ejercicio de las atribuciones que le son propias, y que se ajustarán a lo que
indica el artículo 506 N° 6 C.O.T.
Se le aplican, además, las disposiciones del Título XII del C.O.T, en la medida que no se opongan a
la naturaleza de sus funciones, artículo 389 E, que se refiere a "Disposiciones generales aplicables a los
auxiliares de la Administración de Justicia".
También se contienen los requisitos para ser administrador de un tribunal con competencia en lo
criminal, artículo 389 C; su designación artículo 389 D; su remoción, artículo 389 F.
Amén del administrador, se contempla en el organigrama de este J.G. a un subadministrador, a jefes
de unidades y personal de empleados, artículo 389 B letra F; personal que es nombrado por el comité de
jueces a su propuesta.
Además, el administrador evalúa a estos funcionarios que están a su cargo, y propone al presidente
su distribución. Puede también remover a este personal cuando son calificados en lista condicional, sin
90 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
perjuicio de lo indicado en el artículo 278 bis C.O.T. Ahora, si incurren en faltas graves al servicio
puede también removerlos, pero en esta situación deberá ceñirse al procedimiento que se regula en el
artículo 389 F incisos 3o y siguientes.
Naturalmente, estos administradores y subadministradores se les da ubicación en el Escalafón
Secundario, artículo 269 C.O.T., comoquiera que son auxiliares de la administración de justicia.
Hay también referencia al personal de empleados en el artículo 292, donde se alude a los encargados
de sala, administrativos 1o, 2o y 3o, ayudantes de audiencia, telefonistas y secretarias ejecutivas. Por su
parte, el artículo 6o de la ley 19.665 indica la planta de personal para cada J.G., que se establece de
acuerdo con el número de jueces que lo constituyen.
9.7. Tribunales de Juicio Oral en lo Penal (Título II artículos 17-21A-C.O.T.):
9.7.1. Concepto:
"Es un tribunal ordinario, de única instancia, de derecho compuesto por varios miembros que
administran justicia simultáneamente, y cuyo territorio jurisdiccional comprende una agrupación de
comunas" (artículo 17-21 C.O.T.).
9.7.2. Características:
Existen en el país un tribunal de juicio oral en lo penal con asiento en una determinada comuna,
pero que tiene una composición múltiple al variar el número de jueces que lo componen, y que van
desde el mínimo de tres jueces a un máximo de veintisiete jueces (artículo 21 C.O.T.).
Los TOP funcionarán en una o más salas integradas por tres de sus miembros, o con otros jueces en
calidad de alternos, con el solo propósito de subrogar a los miembros que están impedidos.
Cada sala es dirigida por un juez presidente, quien tendrá las atribuciones que indica el artículo 92 y
las demás que la ley procesal indique.
La composición de la o las salas se verificará mediante un sorteo anual que se realizará durante el
mes de enero de cada año.
En cuanto a la distribución de las causas entre las diversas salas se hará de acuerdo a un
procedimiento objetivo y general, que deberá ser anualmente aprobado por el comité de jueces del TOP,
a propuesta del juez presidente (artículo 24 letra c), correspondiéndole al administrador del TOP
distribuir las causas a las salas de acuerdo al procedimiento indicado (artículo 389 B letra e).
disposiciones especiales sobre el Sistema de Justicia Militar les encomiende (Ley N° 20.477, 30.12.10).
No opera a su respecto la regla del tumo contenida en el artículo 175 C.O.T.
Las decisiones de los jueces en estos tribunales se rigen por las reglas de los acuerdos de las Cortes
de Apelaciones contenidas en los artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del C.O.T., en la medida que no sean
contrarias a las normas de este párrafo 2o. Sólo podrán concurrir a las decisiones del tribunal los jueces
que hubieren asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral, y la decisión tiene que ser adoptada
por la mayoría de los miembros de la sala.
Cuando se produzca dispersión de votos en una decisión, tratándose de una sentencia condenatoria o
de la determinación de la pena, el juez que sostenga la opinión más desfavorable al condenado deberá
optar por algunas de las otras. Si hay desacuerdo de cual es la opinión que favorece más al imputado,
prevalecerá la que cuente con el voto del juez presidente de la sala (artículo 19).
En cuanto a la organización administrativa, lo que se dijo para los juzgados de garantía es aplicable
en estas materias.
Empero, respecto del TOP hay una particular regla, contenida en el artículo 21 A C.O.T. Se indica
allí que cuando sea necesario para facilitar la aplicación oportuna de la justicia penal, atendiendo a
criterios de distancia, acceso físico y dificultades de traslado de quienes intervienen en el proceso, estos
tribunales se van a constituir y funcionar en localidades situadas fuera de su lugar de asiento.
Obviamente que esta movilidad se entiende que lo es dentro de su respectivo territorio
jurisdiccional.
Con todo, el TOP no es libre para ejercer esta facultad. En efecto, el inciso 2° del artículo 21 A dispone
que será la Corte de Apelaciones respectiva la que va a determinar anualmente la periodicidad y forma
con que estos tribunales van a cumplir con este deber ambulatorio. Eso sí que la Corte puede disponer,
en cualquier momento, la constitución y funcionamiento del TOP en una localidad fuera de su asiento,
cuando lo aconseje la mejor atención de uno o más casos. Mas la propia Corte, a su vez, tiene una
limitación para adoptar tal acuerdo, ya que requiere un informe previo de la Corporación
Administrativa del Poder Judicial y de los presidentes de los comités de jueces de los TOP
correspondientes.
Se debe hacer presente que no se comprende el plural que se utiliza en este inciso 3o del artículo 21
A, para referirse a los "presidentes de los comités de jueces", cuando el artículo 22 C.O.T. expresa que
en este tipo de tribunal "habrá un comité de jueces" compuesto por "cinco jueces o menos", de entre los
cuales se elegirá "Al juez presidente". En consecuencia, sea que el TOP tenga el número mínimo de
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 93
miembros (3) o el máximo (27), siempre habrá un solo Presidente del respectivo Comité.
9.8.1. Concepto:
"Son aquellos servidos por jueces árbitros y se llaman árbitros los jueces nombrados por las partes
o por la autoridad judicial, en subsidio, para la resolución de un asunto litigioso".
- La ley.
a) Contrato de compromiso
"Es una convención por la cual las partes sustraen determinados asuntos litigiosos presentes o
futuros del conocimiento de la justicia ordinaria y la someten al fallo de uno o más árbitros que
designan".
El contrato de compromiso es solemne y debe constar por escrito, así lo indica el artículo 234
C.O.T., siendo elementos de la esencia de este contrato los siguientes:
- Nombre y apellido de las partes litigantes.
- Nombre y apellido del árbitro nombrado.
- El asunto sometido al juicio arbitral.
A su vez, son cláusulas de la naturaleza las facultades que se confieren al árbitro y el lugar y tiempo
en que éste debe desempeñar sus funciones.
Si las partes omiten indicar la calidad del árbitro, se entiende que es árbitro de derecho.
Si falta la designación del lugar se entiende que es el lugar en que se ha celebrado el contrato de
compromiso.
Si falta la designación del tiempo, se entiende que debe cumplirlo en el término de dos años,
94 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
b) La cláusula compromisoria
"Es la estipulación por la cual las partes de un contrato acuerdan someter a arbitraje la solución de
conflictos futuros o eventuales determinados".
La diferencia fundamental con el contrato de compromiso es que no está sometida en su validez a la
designación del árbitro, lo que no significa que las partes no puedan designarlo, si quieren. Su
naturaleza jurídica es la de un acto consensual.
Tanto en el compromiso como en la cláusula compromisoria está ausente la voluntad del árbitro, por
lo que el nombramiento que hagan o puedan hacer las partes es una mera proposición que el nombrado
puede
o no aceptar. Si se acepta, surge una nueva convención que se designa como pacto de compromisario.
9.8.2.2. La ley como fuente de arbitraje:
Lo es en todos aquellos casos en que obliga a someter determinados asuntos al conocimiento de los
árbitros, llamado arbitraje forzoso (artículo 227 C.O.T.).
• Calidad de los jueces árbitros.
A este respecto el artículo 223 distingue entre:
- Arbitros de derecho;
- Arbitros arbitradores o amigables componedores;
- Arbitros mixtos.
1. Arbitro de derecho: "Aquel que falla con arreglo a la ley y se somete tanto en la tramitación
como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva a las reglas establecidas para los jueces
ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida" (artículo 223 inciso 2o).
2. Arbitro arbitrador o amigable componedor: "Es aquel que falla obedeciendo a lo que su
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 95
Debe recordarse que este es un acto solemne, pues de acuerdo al artículo 234 debe constar por
escrito.
En cuanto a la calidad que puede revestir este juez árbitro nombrado por las partes, puede ser de
derecho, arbitrador o mixto.
Además, esta libertad de que gozan las partes para otorgar al árbitro las calidades que ellos estimen,
está limitada por la capacidad de las mismas.
En este sentido, para designar un árbitro de derecho, no hay exigencias especiales, pudiendo figurar
entre los interesados, incluso incapaces. Se estima que los intereses de éstos se encuentran
resguardados, atendidas las características de estos árbitros.
Para nombrar árbitros arbitradores se requiere que las partes sean mayores de edad y tengan la libre
administración de sus bienes, así lo dispone el artículo 224.
Igual exigencia rige respecto de los mixtos, pero hay que tener muy presente la regla del inciso
segundo del artículo 224, en el sentido que tratándose de ellos se permite que uno o más de los
interesados en el juicio sean incapaces.
1. Nombramiento del árbitro por la justicia: Procede cuando no hay acuerdo entre las partes respecto
de la persona que debe desempeñarse como árbitro.
Hay dos alternativas:
a) Las partes interesadas se encuentran vinculadas por la cláusula compromisoria.
b) Si se trata de un asunto de arbitraje forzoso.
El procedimiento de designación por la justicia es el mismo que la ley señala para el nombramiento
de peritos (artículo 232 C.O.T.).
Cuando las partes no están de acuerdo, el juez efectúa la designación, con las siguientes
limitaciones:
- No puede nombrar a ninguna de las dos primeras personas propuestas por las partes (artículo 232
inciso 2o C.O.T.).
- Debe nombrar a un solo arbitro a menos que las partes acuerden un número mayor.
- Debe respetarse en el nombramiento todas las condiciones establecidas por las partes, ya en la
cláusula compromisoria, ya en el comparendo al cual fueron citados.
2. Nombramiento del árbitro por el testador: El artículo 1324 C.C. lo permite tratándose del juicio de
partición. Dicho nombramiento lo puede efectuar en un instrumento público entre vivos o en el
testamento.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 97
3. Nombramiento por la ley: La ley no es aceptada por todos como fuente del arbitraje. Lo cierto es
que en nuestra legislación existen casos en que la ley señala el organismo llamado a actuar en calidad
de árbitro. Así sucede con la Superintendencia de Compañías de Seguros que, en ciertas ocasiones, debe
actuar como árbitro arbitrador. Con todo, se dice que en estos casos estamos en presencia de verdaderos
tribunales especiales con carácter permanente, creados por ley y con jurisdicción para resolver todos los
asuntos que las mismas leyes les señalan.
• La aceptación del cargo:
El árbitro que acepta el cargo debe declararlo así y jurará desempeñarlo con la debida fidelidad y en
el menor tiempo posible (artículo 236 C.O.T.).
La importancia de la aceptación es que sólo desde este momento existe la obligación de
desempeñarlo, sin embargo no basta la sola aceptación para entrar a desempeñar legalmente el cargo,
sino que es además necesario que el árbitro jure desempeñarlo con la debida fidelidad y en el menor
tiempo posible (artículo 236 C.O.T.).
La falta de juramento produce la nulidad de carácter procesal, la que debe hacerse valer dentro del
juicio y por los medios de la ley procesal.
Hay que tener presente que aceptación y juramento se complementan de modo que sin la
concurrencia del juramento se produce la inoperancia de la aceptación. Así se ha resuelto (RDJ, T. 56,
2a parte, secc. 2a, p. 110).
1. El juez.
2. El actuario.
El actuario es el ministro de fe del tribunal arbitral y su función es autorizar los actos y resoluciones
del juez, y al respecto es necesario formular ciertas precisiones:
a) Si se trata de un árbitro de derecho todas las actuaciones deben hacerse ante un ministro de fe
designado por el árbitro y si no lo hubiere podrá designarse en calidad de actuario a cualquier persona.
b) Si se trata de un juez partidor, las actuaciones deben ser autorizadas por un secretario de los
tribunales superiores de justicia, un notario o por un secretario de juzgado de letras.
c) En cuanto al árbitro arbitrador o el mixto, debe estarse en primer término a lo que acuerden las
partes, en su defecto el juez practicará las actuaciones solo o con la asistencia de un ministro de fe,
según lo estime conveniente (artículo 639 C.P.C.).
La sentencia definitiva que dictan necesariamente debe ser autorizada por un ministro de fe o por
98 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Expiran normalmente con la sentencia definitiva o antes en los casos de los artículos 240 y 241
C.O.T
1. Asuntos de arbitraje prohibido: Estas materias son aquellas que no pueden ser sometidas a
arbitraje, normalmente porque puede estar en ellas comprometido el interés general (artículos 229-230
C.O.T.).
2. Asuntos de arbitraje forzoso: Estas son cuestiones que necesariamente deben resolverse por
árbitros, sin perjuicio que los interesados puedan resolverlos por sí mismos de común acuerdo, cuando
todos tengan la libre disposición de sus bienes (artículo 227 inciso final).
Debe tenerse en cuenta que en caso de producirse un conflicto entre un asunto de arbitraje forzoso y
uno de arbitraje prohibido, predomina el primero.
3. Asuntos de arbitraje voluntario: Son aquellos que las partes pueden o no someter a arbitraje según
les parezca. Constituyen estas cuestiones la regla general.
Las partes cuando obran de común acuerdo pueden nombrar uno o más árbitros. Cuando nombran
más de un árbitro se habla de pluralidad de árbitros.
Pero las partes no sólo pueden nombrar a varios árbitros, sino que también pueden nombrar a un
tercer árbitro que dirima las discordias que pueden producirse entre los árbitros nombrados (artículo
233 C.O.T.). El tercer árbitro recibe el nombre de tercero en discordia.
Cuando los árbitros son dos o más, todos ellos deben concurrir al pronunciamiento de la sentencia
así como a cualquier otro acto de sustanciación del juicio, a menos que las partes acuerden otra cosa
(artículos 237 C.O.T. y 630 y 641 C.P.C.).
Si estos árbitros no se ponen de acuerdo, se reúne con ellos el tercero en discordia y la mayoría
pronunciará resolución conforme a las reglas relativas a los acuerdos de las Cortes de Apelaciones
(artículo 237 C.O.T.).
• Resolución de las discordias:
Para ello, hay que examinar la calidad con que ha sido designado el árbitro.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 99
a) Árbitro de derecho
b) Arbitro arbitrador
compromiso manifiestan que se reservan dicho recurso para ante otros árbitros del mismo carácter y
designan a las personas que deben desempeñarse como tribunal de segunda instancia (artículo 239
inciso 2° C.O.T.).
El recurso de casación en el fondo no procede jamás contra la sentencia de un árbitro arbitrador,
porque en este caso no hay infracción de ley.
También las partes mayores de edad y libre administradoras de sus bienes pueden renunciar al
recurso de casación en la forma. Sin embargo, la jurisprudencia ha estimado que aun cuando se hayan
renunciado todos los recursos, incluso el de casación en la forma, las partes pueden impugnar la
sentencia dictada, por un árbitro de derecho o arbitrador, a través del recurso de casación en la forma
por las causales de incompetencia y de ultrapetita.
9.9.1. Concepto:
"Juzgados de familia son aquellos que están constituidos por uno o más jueces, con competencia en
un mismo territorio jurisdiccional que actúan y resuelven unipersonalmente los asuntos sometidos a su
decisión" (artículo 3o).
La finalidad primordial es garantizar el interés superior del niño, niña y adolescente que se
encuentren en el territorio nacional, permitiéndoles el ejercicio y goce pleno y efectivo de sus derechos
y garantías. Estos son los principios rectores que el juez de familia debe tener siempre como
consideración principal en la resolución del asunto sometido a su conocimiento (artículo 16).
Para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser humano que no ha cumplido catorce
(14) años y, adolescente, desde los catorce (14) años hasta que cumpla los dieciocho (18) años de edad.
Se trata, entonces, de un tribunal especial unipersonal de primera instancia, de composición
múltiple, compuesto por un número variable de jueces, cada uno de los cuales detenta la plenitud de las
potestades jurisdiccionales en forma independiente (artículos 2o y 3o).
9.9.2. Territorio:
El juzgado de familia tiene su asiento en una comuna del territorio nacional, pero su competencia
puede extenderse a una agrupación de comunas, que la ley cuida de ir individualizando (artículo 4o).
Es del caso tener en cuenta que, conforme lo señala esta ley en el artículo 24, la competencia
territorial puede extenderse más allá de los límites de la comuna asiento del juzgado pertinente. En
efecto, los juzgados de familia que dependen de una misma Corte de Apelaciones pueden decretar
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 101
diligencias para cumplirse directamente en cualquier comuna ubicada dentro del territorio jurisdiccional
de dicha Corte.
Lo anotado precedentemente también se aplica a los juzgados dependiente de la Corte de
Apelaciones de Santiago, respecto de las actuaciones que deben practicarse en el territorio de la Corte
de Apelaciones de San Miguel, así como a los dependientes de esta última respecto de las actuaciones
que deban practicarse en el territorio jurisdiccional de la primera.
Se indica por el legislador que le corresponderá a estos jueces conocer y resolver las siguientes
materias:
- Las causas relativas al derecho de cuidado personal de los menores.
- Las causas relativas al derecho y el deber del padre o de la madre que no tenga el cuidado personal
del hijo, a mantener con éste una relación directa y regular;
- Las causas relativas al ejercicio, suspensión o pérdida de la patria potestad; a la emancipación y a
las autorizaciones a que se refieren los párrafos 2o y 3o del Título X del Libro I del Código Civil
(derecho legal al goce sobre los bienes de los hijos y de su administración; y de la representación legal
de los hijos, respectivamente);
- Las causas relativas al derecho de alimentos;
- Los disensos para contraer matrimonio;
- Las guardas, con excepción de aquellas relativas a pupilos mayores de edad y aquellas que digan
relación con la curaduría de la herencia yacente y sin perjuicio de lo establecido en el inciso 2o del
artículo 494 del Código Civil;
- La vida futura de los menores, en el caso del inciso 3o del artículo 234 del Código Civil;
- Todos los asuntos en que aparezcan menores gravemente vulnerados o amenazados en sus
derechos, respecto de los cuales se requiera adoptar una medida de protección conforme al artículo 30
de la Ley de Menores;
- Las acciones de filiación y todas aquellas que digan relación con la constitución o modificación
del estado civil de las personas.
- Todos los asuntos en que se impute la comisión de cualquier falta a adolescentes mayores de
catorce y menores de dieciséis años de edad, y las que se imputen a adolescentes mayores de dieciséis y
menores de dieciocho años, que no se encuentren contempladas en el inciso tercero del artículo 1o de la
ley N° 20.084.
102 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Tratándose de hechos punibles cometidos por un niño o niña, el juez de familia procederá de
acuerdo a lo prescrito en el artículo 102 N.
- La autorización para la salida de menores del país, en los casos en que corresponda de acuerdo con
la ley;
- Las causas relativas al maltrato de menores de acuerdo con lo dispuesto en el inciso 2 o del artículo
62 de la ley N° 16.618;
- Los procedimientos previos a la adopción, de que trata el Título II de la ley N° 19.620;
- El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la ley N° 19.620;
- Los siguientes asuntos que se susciten entre cónyuges, relativos al régimen patrimonial del
matrimonio y los bienes familiares:
- Separación judicial de bienes;
- Las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares y la constitución de derechos de
usufructo, uso o habitación sobre los mismos;
- Las acciones de separación, nulidad y divorcio reguladas en la Ley de Matrimonio Civil;
- Los actos de violencia intrafamiliar;
- Toda otra cuestión personal derivada de las relaciones de familia.
9.9.4. Organización administrativa de los juzgados de familia (artículo 2o):
Estos juzgados se organizan en unidades administrativas para el cumplimiento eficaz y eficiente de
las siguientes funciones:
1. Sala, que consistirá en la organización y asistencia a la realización de las audiencias.
Predicamento que está de acuerdo con el procedimiento oral que se realiza ante estos órganos
jurisdiccionales, que además es concentrado y desformalizado, y que está reconocido expresamente en
los artículos 9o y 10 de la ley entre otros.
2. Atención de público, destinada a otorgar una adecuada atención, orientación e información al
público que concurra al juzgado, especialmente a los menores, y manejar la correspondencia del
tribunal.
3. Servicios, que reúne las labores de soporte técnico de la red computacional del juzgado, de la
contabilidad y de apoyo a la actividad administrativa, y la coordinación y abastecimiento de todas las
necesidades físicas y materiales para la realización de las audiencias.
4. Administración de causas, que consiste en desarrollar toda la labor relativa al manejo de causas y
registros de los procesos en el juzgado, incluidas las relativas a las notificaciones; al manejo de las
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 103
fechas y salas para las audiencias; al archivo judicial básico, al ingreso y al número de rol de las causas
nuevas; a la actualización diaria de la base de datos que contenga las causas del juzgado, y a las
estadísticas básicas del mismo.
Le corresponde a la Corporación Administrativa del Poder Judicial determinar las unidades
administrativas con que cada juzgado contará para el cumplimiento de sus funciones, lo que hará en la
ocasión que señala el inciso 2° del artículo 498 del C.O.T. (artículo 26 C.O.T.).
Empero, es preciso también considerar dentro de esta organización la existencia de otros órganos,
pues el artículo 118 de la ley hace aplicables a estos juzgados, en la medida que resulten compatibles,
las normas del Código Orgánico de Tribunales para los juzgados de garantía y los tribunales oral en lo
penal, en las siguientes materias:
1. Comité de jueces.
2. Juez Presidente.
3. Administradores de tribunales.
4. Organización administrativa de los juzgados.
• Subrogación:
Según indica el artículo 118 inciso 1o de la ley, en su parte final, en lo relativo a la subrogación de
los jueces, se aplicarán las normas de los juzgados de garantía, lo que significa que operarán las
disposiciones contenidas en los artículos 206 y siguientes del C.O.T., adaptándolas a los jueces
familiares.
Sobre la materia.1
Se regulan entre los artículos 194 a 205 del C.O.T. y también en el C.P.C., en sus artículos 113 y
siguientes.
10.1. Concepto:
"Son los medios que la ley establece a fin de que un juez o funcionario judicial no entre a conocer
de un determinado asunto judicial, no obstante ser competente, en razón de carecer de la imparcialidad
necesaria para intervenir en él".
1 Véase Héctor OBERG Y. y Gonzalo CORTEZ M., Juzgados de Familia, Organización y Procedimiento, Colección de Manuales
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Concepción.
104 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
10.2. Fundamento:
"Son verdaderas prohibiciones establecidas por ley, en cuya virtud los jueces no pueden conocer de
un determinado asunto". Estas implicancias constituyen normas de orden público y no son susceptibles
de ser renunciadas por las partes.
El juez que falla con manifiesta implicancia que le sea conocida y sin haberla hecho saber
previamente a las partes, comete un delito (artículo 224 N° 7 C.P.).
Según lo prescribe el artículo 200 C.O.T. la implicancia puede y debe ser declarada de oficio o a
petición de parte.
Las causales de implicancia se enumeran en el artículo 195 C.O.T.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 105
"Son los medios que la ley da a las partes para impedir que un juez entre a conocer de un
determinado asunto cuando carece de la imparcialidad necesaria para fallar".
Al estar establecidas en favor de las partes, son esencialmente renunciables.
Las causales de recusación las señala el artículo 196 C.O.T.
10.6. ¿Qué obligación pesa sobre los jueces que se consideren inhabilitados?
Si un juez se considera comprendido en alguna causal legal de implicancia, deberá hacerlo constar
en el proceso tan pronto tenga noticia de ello y declararse inhabilitado para continuar funcionando, o
pedir se haga esta declaración por el Tribunal de que forma parte (artículo 199 C.O.T.). Esta obligación
pesa por igual sobre los jueces de tribunales unipersonales como colegiados. No hay más diferencia que
mientras los primeros deben declarar su inhabilidad, los segundos deben solicitarlo al tribunal de que
forman parte.
Si el juez no quiere hacer esta declaración de oficio o ignora la causa constitutiva de la implicancia,
cualquiera de las partes podrá formular un incidente para lograr esta declaración.
Si se trata de una recusación, es necesario subdistinguir si la inhabilidad afecta a un juez de un
tribunal unipersonal o colegiado.
Si el juez de un tribunal unipersonal se considera comprendido en una causal de recusación deberá
hacerlo constar en el proceso tan pronto tenga noticia de ello, declarándose inhabilitado para seguir
funcionando. Pesa sobre estos jueces la doble obligación de dejar constancia en el proceso de la
inhabilidad que les afecta y declararse inhabilitados para seguir funcionando.
Esta regla tiene una excepción: aquella en que la causa de la recusación que afecta al juez es la de
106 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
ser parte o tener interés en el pleito una sociedad anónima de la que él sea accionista y que no se
encuentre en la situación del inciso 2o del artículo 196 N° 18 C.O.T., pues en tal evento el juez sólo
debe cumplir con la primera de las obligaciones reseñadas y no con la segunda (artículo 199 inciso 2o
C.O.T.).
En aquellos casos en que se hubiere dejado constancia de una causal de recusación, la parte a quien
según la presunción de ley afecta la falta de imparcialidad deberá alegar la inhabilidad correspondiente
dentro del plazo de 5 días contados desde que se notifique la declaración respectiva. Si así no lo hiciere
se entenderá renunciada la correspondiente causal de recusación. Durante este plazo el juez se
considerará inhabilitado para conocer de la causa y se estará a lo dispuesto en el artículo 121 del C.P.C.
(artículo 125 C.P.C.).
Puede suceder que el juez no cumpla con esta obligación, sea porque ignore las circunstancias
constitutivas de la causal, sea porque conociéndolas no desea hacerlo. En tal caso la parte a quien según
la presunción de ley afecta la falta de imparcialidad deberá alegar la inhabilidad a través del
correspondiente incidente (artículo 200 inciso 2o C.O.T.).
El juez de un tribunal colegiado que se considere comprendido en una causal de recusación sólo se
limita a dejar constancia en el proceso de la existencia de la causal de recusación, no pudiendo
declararse inhabilitado de oficio, sino que la parte interesada deberá solicitarlo (artículos 199 y 200
inciso 2o C.O.T.).
Pero en ambos casos las causales de recusación son esencialmente renunciables y se entienden
renunciadas tácitamente cuando la parte interesada no las hace valer dentro de los plazos señalados en
los artículos 114 y 125 C.P.C.
Las causales de implicancia y recusación son aplicables a los abogados integrantes de los tribunales
superiores, quienes pueden ser recusados sin expresión de causa por los abogados o procuradores de las
partes, por intermedio del relator y antes de la audiencia en que se vea la causa. Esta recusación está
sujeta a un impuesto especial, cuya cuantía varía según se trate de la Corte Suprema o una Corte de
Apelaciones (artículo 198 C.O.T.).
10.7.Recusación Amistosa:
Antes de pedir la recusación de un juez al tribunal que deba conocer del incidente, podrá el
recusante ocurrir al mismo recusado o al tribunal de que forma parte, exponiéndole la causa en que la
recusación se funda y pidiéndole la declare sin más trámite. Rechazada esta solicitud, podrá deducirse la
recusación ante el tribunal correspondiente (artículo 124 C.P.C.).
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 107
La regla es que su conocimiento corresponde al superior jerárquico del juez que se trata de
inhabilitar.
10.9.1. Excepciones:
Su fuente legal está contenida en el Título VIII C.O.T., entre los artículos 206 a 221.
108 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
11.1.Generalidades:
La función jurisdiccional no puede suspenderse ni cesar por impedimentos que afecten a las
personas que en calidad de jueces o de funcionarios auxiliares sirvan en los tribunales de justicia. De
esta forma si dichos funcionarios están impedidos de ejercer las funciones deben ser reemplazados por
otros que estén libres de tales circunstancias.
Con este objeto el legislador en distintos cuerpos legales contempla una serie de normas
encaminadas a señalar a las personas y la forma en que debe procederse en tales casos, constituyendo
ellas las reglas de subrogación e integración. Hay dos formas legales de sustituir a un juez impedido: la
subrogación y la integración.
11.2.La subrogación:
"Es el reemplazo automático que se efectúa por el solo ministerio de la ley de un juez o de un
tribunal colegiado superior que está impedido de ejercer sus funciones". El impedimento puede
obedecer a diversas causales:
1. Implicancia o recusación declarada.
2. Por fallecimiento.
3. Por suspensión de funciones.
4. Por expiración de funciones.
5. Por ausencia.
La forma y el tiempo de la subrogación será diferente según la causal que la motive. Así cuando
expiran en sus funciones, hay que designar otro magistrado, y en ese lapso opera la subrogación o un
interinato (artículo 214 C.O.T). En la ausencia, en cambio, durará el tiempo que dure ésta.
11.3.La integración:
"Es el reemplazo automático que se efectúa por el solo ministerio de la ley de uno o algunos de los
ministros de los tribunales colegiados superiores, que están impedidos para el desempeño de sus
funciones, cuando su ausencia prive al tribunal de quorum indispensable para su funcionamiento
Cualquier miembro de un tribunal colegiado superior puede estar impedido para actuar por alguna
de las causales generales que indicamos para la subrogación. El reemplazo del miembro inhabilitado se
denomina "integración", porque el reemplazante integra el tribunal, no lo sustituye como en la
"subrogación".
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 109
11.4.1. Diferencias:
Corte. La ley llama en primer lugar a los miembros no inhabilitados de otra sala.
5. En cuanto al concepto de ausencia:
a) En la subrogación se entiende que el juez está ausente no sólo cuando está impedido para toda la
tramitación de un asunto, sino también cuando lo está para determinadas diligencias del proceso. Así el
artículo 214 inciso 1o del C.O.T. establece que "para los efectos de la subrogación se entiende que falta
el juez si no hubiera llegado a la hora ordinaria de despacho o si no estuviere presente para evacuar
las diligencias que requieren su intervención personal, como son las audiencias de prueba, los remates,
los comparendos u otras semejantes".
En estos casos, la subrogación durará sólo el tiempo de la ausencia y el secretario debe dejar
constancia de ello en el proceso y dar cuenta mensual a la Corte de Apelaciones respectiva de estas
subrogaciones.
b) La ley no extiende esta noción de ausencia accidental para los efectos de integración.
6. En cuanto a la duración:
a) La subrogación dura exclusivamente el tiempo de ausencia del titular.
b) La integración se extiende hasta la sentencia definitiva, aun cuando el impedimento que afectaba
al ministro hubiere cesado. Así lo prescribe el artículo 79 del C.O.T.
7. En cuanto a la remuneración:
a) Los subrogantes en general no reciben remuneración especial por subrogar.
b) Los abogados integrantes sí la reciben. Los funcionarios judiciales que sean llamados a integrar
una Corte de Apelaciones no reciben remuneración de ninguna naturaleza por este concepto (artículo
221 inciso final C.O.T.).
11.4.2. Semejanzas:
1. En cuanto a la temporalidad:
-Ambos reemplazos son esencialmente temporales. Prolongándose la inasistencia, y no vacando el
cargo, hay que proceder a un nuevo nombramiento en calidad de suplente.
1. En cuanto a la fuente de que emanan:
- Ambas operan por el solo ministerio de la ley. Los subrogantes e integrantes entran a reemplazar al
juez impedido sin necesidad de nombramiento y en virtud del solo llamamiento que hace la ley.
No se les debe confundir, entonces, con los jueces suplentes, que sí requieren nombramiento del
Presidente de la República, por regla general.
2. En cuanto a la competencia:
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 111
11.5.¿Quiénes subrogan?
de cercanía. Para estos efectos, las Corte de Apelaciones fijarán cada dos años el orden de cercanía
territorial de los distintos juzgados de garantía considerando la facilidad y rapidez de las
comunicaciones entre sus lugares de asiento" (artículo 207 incisos 3o y 4o).
"Si no pudiere aplicarse ninguna de las reglas anteriores, actuará como subrogante un juez de
garantía, a falta de éste un juez de letras con competencia común o, en defecto de ambos, el secretario
letrado de este último, que dependan de la Corte de Apelaciones más cercana, aplicándose con este
objeto las reglas contenidas en los incisos segundo, tercero y cuarto del artículo 216” (artículo 208).
Debe advertirse que un juez de garantía sólo puede subrogar a otro juez de garantía, al decir del
artículo 209. No obstante esta regla, un juez de garantía puede llegar a subrogar a un juez oral en lo
penal, siempre que se den los siguientes supuestos:
1. Que la sala de un tribunal de juicio oral en lo penal no pudiera constituirse legalmente por falta de
jueces que la integren.
2. Que no pudiere subrogar un juez del mismo tribunal de juicio oral en lo penal.
3. Que tampoco pudiere subrogar un juez de otro tribunal de juicio oral en lo penal de jurisdicción de
la misma Corte de Apelaciones.
Sólo ante tales circunstancias un juez de un tribunal de juicio oral en lo penal puede ser subrogado
por un juez de garantía de la misma comuna o agrupación de comunas, siempre que NO hubiere
intervenido en la fase de investigación (artículos 209 y 210 C.O.T.).
Si con ocasión de la reglas recién señaladas, hubiere más de un juez que debiere subrogar al juez del
juzgado de garantía la subrogación se hará por orden de antigüedad, comenzando por el menos antiguo
(artículo 210 B C.O.T.).
11.5.2. Subrogación de un juez de un tribunal de juicio oral en lo penal (artículo 210 C.O.T,):
"La primera regla dada por este artículo es que subrogará un juez perteneciente al mismo tribunal
de juicio oral en lo penal.
A falta de éste, subrogará un juez de otro tribunal de juicio oral en lo penal de la jurisdicción de la
misma Corte de Apelaciones.
A falta de éste, la subrogación corresponderá a un juez de un juzgado de garantía de la misma
comuna o agrupación de comunas que no hubiere intervenido en la fase de investigación.
Si no es posible aplicar ninguna de las reglas precedentes actuará como subrogante un juez
perteneciente a algún tribunal de juicio oral en lo penal que dependa de la Corte de Apelaciones más
cercana o, a falta de éste, un juez de un juzgado de garantía de esa otra jurisdicción, rigiendo con tal
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 113
fin las reglas contenidas en los incisos segundo, tercero y cuarto del artículo 216.
Si no fuera posible aplicar ninguna de las mencionadas reglas, se aplica lo dispuesto en el artículo
213 o, si ello no resultare posible, se posterga la realización del juicio oral hasta la oportunidad más
próxima en que alguna de las reglas resultare aplicable
Debe quedar claro que los jueces pertenecientes a los tribunales de juicio oral en lo penal sólo
pueden subrogar a otros jueces de esos tribunales (artículo 210 A C.O.T.).
Si de aplicarse la normativa indicada resultare que hay más de un juez que deba subrogar al juez del
tribunal de juicio oral en lo penal, la subrogación se hará por orden de antigüedad, comenzando por el
menos antiguo (artículo 210 B C.O.T.).
De las subrogaciones que se produzcan se dejará testimonio por el jefe de la unidad administrativa
que tenga a su cargo la función de administración de causas, e informará mensualmente de ellas a la
Corte de Apelaciones (artículo 214 inciso final C.O.T.).
11.5.3. Subrogación de un juez de letras:
Habrá que distinguir si es juez de letras civil o con competencia común.
- Con competencia civil (artículos 211-214 C.O.T.):
La regla general la sienta el artículo 211: "En todos los casos en que el juez de letras falte o no
pueda conocer de determinados negocios, será subrogado por el secretario del tribunal siempre que
sea abogado".
Si falta este secretario hay que distinguir:
1. Que haya un solo juez de letras en la comuna o agrupación de comunas (artículo 213 C.O.T.).
"En este caso será subrogado por el defensor público, y si hubiere varios, por el más antiguo ".
"Si por inhabilidad, implicancia o recusación del defensor público éste no puede subrogar, será
subrogado por alguno de los abogados de una terna que para estos efectos anualmente forma la Corte
de Apelaciones respectiva ".
"No se puede ocurrir al segundo abogado de la terna sino por estar inhabilitado o faltar el
primero. Igual respecto del tercero".
"En defecto de la regla anterior, subrogará el secretario abogado del juzgado del territorio
jurisdiccional más inmediato, o sea, de aquel con cuya ciudad cabecera sean más fáciles y rápidas las
comunicaciones, aunque dependan de distintas Cortes de Apelaciones, pero sin alterar la jurisdicción
de la primitiva Corte, y a falta o impedimento de éste, la subrogación la hará el juez de dicho tribunal".
114 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
subrogada por ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago, llamados por su orden de antigüedad.
• ¿Quiénes la integran?
Las Cortes de Apelaciones o sus salas se integrarán, al decir del artículo 215 C.O.T., en la forma
siguiente:
1. Con los ministros no inhabilitados del mismo tribunal;
2. Con sus fiscales judiciales.
3. Con los abogados que anualmente se designan con este objeto.
El llamamiento de los integrantes se hará en el orden indicado y los abogados se llamarán por el
orden de su designación en la lista de su nombramiento.
Respecto de la integración de la Corte Suprema el Código da dos reglas al respecto:
I. Si son menos de la mayoría los jueces inhabilitados opera la regla del artículo 217 C.O.T., por lo
que se integra:
1) Con los ministros no inhabilitados del mismo tribunal.
2) Con el fiscal judicial.
3) Por los abogados integrantes que cada tres años designa el Presidente de la República, con este
fin.
II. Si la inhabilidad afecta a la mayoría de los miembros, se integra por los ministros de la Corte de
Apelaciones de Santiago, según orden de antigüedad (artículo 218 inciso 1º C.O.T.).
Por otra parte, las salas de las Cortes de Apelaciones así como las de la Corte Suprema, no podrán
funcionar con mayoría de abogados integrantes, tanto en su funcionamiento ordinario como
extraordinario (artículos 215 y 218 C.O.T.).
• Mecanismo para la designación de los abogados integrantes:
La regla la sienta el artículo 219 C.O.T., según el cual el Presidente de la República debe designar:
1. Corte Suprema: 12 abogados.
2. Corte de Apelaciones de Santiago: 15 abogados.
3. Corte de Apelaciones de Valparaíso, San Miguel y Concepción: 9 abogados.
4. Corte de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca, Temuco y Valdivia:
5 abogados.
5. Demás Corte de Apelaciones: 3 abogados.
La designación se hace previa formación por la Corte Suprema de las respectivas ternas.
La terna para abogados integrantes de las Cortes de Apelaciones se forma tomando los nombres de
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 117
una lista que en diciembre de cada año se remite a la Corte Suprema por las distintas Cortes de
Apelaciones.
En esta lista figuran los abogados que tienen residencia en la ciudad que sirve de asiento al tribunal
respectivo y que reúne las condiciones para ser designado ministro y que destaquen en la vida
profesional o universitaria.
Las ternas, sólo podrán incluir abogados que, además de cumplir con los requisitos indicados en los
N°s. 1 y 2 del artículo 253, tengan no menos de 12 años de ejercicio profesional o ex miembros del
escalafón primario del poder judicial, siempre y cuando hubiesen figurado los últimos 5 años en lista de
méritos.
Esta designación se hace en el mes de enero de cada año y duran un año.
En tanto la designación de abogados integrantes para la Corte Suprema, dura tres años y se realiza el
nombramiento en el mes de enero del trienio correspondiente.
Esas listas de las que la Corte Suprema va a extraer los nombres para formar las temas se componen
para:
1. Santiago: 75 nombres.
2. Valparaíso, San Miguel y Concepción: 45 nombres.
3. Arica, Antofagasta, La Serena, Rancagua, Talca, Temuco y Valdivia: 25 nombres.
4. Para las demás Cortes de Apelaciones: 15 nombres.
Para los abogados integrantes de la Corte Suprema los nombres se toman de una lista que en
diciembre del año que termine el trienio respectivo formará la misma Corte Suprema. Esa nómina la
integran 45 abogados que tengan su residencia en la ciudad de Santiago y que reúnan las condiciones
requeridas para ejercer los cargos de ministros, y que hayan destacado en la vida profesional o
universitaria.
Las ternas, para abogados integrantes de la Corte Suprema, sólo podrán incluir abogados que,
además de cumplir con los requisitos indicados en los N°s. 1 y 2 del artículo 254, tengan no menos de
15 años de ejercicio profesional o ex miembros que hayan pertenecido a la primera
o segunda categoría del Escalafón Primario del Poder Judicial, y siempre que de haber estado en la
segunda categoría hubiesen figurado durante los últimos cinco años en lista de méritos.
Si por cualquier causa alguno de los abogados designados para la Corte Suprema no pudiere
continuar en las funciones, el Presidente de la República podrá nombrar en su reemplazo por el resto del
período a uno de los componentes de las temas que formó la Corte Suprema en su oportunidad, o
118 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Según el artículo 520 C.O.T., "Los abogados son personas revestidas por la autoridad competente
de la facultad de defender ante los Tribunales de Justicia los derechos de las partes litigantes".
Tal definición es muy simple, pero al mismo tiempo resulta incompleta, pues la defensa ante los
tribunales de los derechos de los litigantes es sólo un aspecto -si bien importante- de la misión que
corresponde a los abogados cumplir en la sociedad.
Por ello es que es dable encontrar en la doctrina otras concepciones que proporcionan una visión
mucho más clara y amplia, y ajustada a la realidad, de la profesión de abogado.
Así, Juan J. Dupin dice que el abogado "es un hombre de bien, versado en la jurisprudencia y en el
arte de hablar bien, que concurre a la administración de justicia, ora ayudando con sus consejos a los
que han recurrido a él, ora defendiendo en juicio sus intereses, de viva voz o por escrito, ora
decidiendo por sí mismo las diferencias cuando las han sometido a su conocimiento
Para Jean Appleton, el abogado "es la persona que estando inscrita regularmente en un registro,
hace profesión de proporcionar informes y consultas sobre asuntos de orden jurídico o contencioso, y
de defensor ante la justicia, oralmente o por escrito, el honor, la vida y los intereses de quienes asiste o
bien representa, cuando ello procede
Completando el cuadro de algunas definiciones de abogado, citaremos, por último, la de Eduardo
Couture, para quien "es el profesional universitario que cumple un cometido social que consiste en el
asesoramiento en la materia jurídica, en la conciliación de los intereses opuestos y en el patrocinio y
defensa de las causas que le sean sometidas
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 119
residentes que hayan cursado la totalidad de sus estudios de derecho en Chile, podrán ejercer la
profesión de abogado. Lo anterior se entenderá sin perjuicio de lo que dispongan los tratados
internacionales vigentes.
Además, las defensas orales ante cualquier tribunal de la República sólo puede hacerse por un
abogado habilitado para el ejercicio de la profesión. Sin embargo, los postulantes que estén realizando
su práctica para obtener el título de abogado en las Corporaciones de Asistencia Judicial, pueden hacer
tales defensas ante las Cortes de Apelaciones y Marciales a favor de las personas patrocinadas por tales
entidades (artículo 527 C.O.T.).
La Fiscalía Judicial es aquel órgano auxiliar de la administración de justicia que tiene por misión
primordial representar ante los tribunales de justicia los intereses generales de la sociedad, emitir
dictámenes sobre puntos de derecho en causas civiles cuando así lo disponga la ley y, finalmente, dar su
opinión cuando se lo requieran los tribunales en las causas que estuvieren conociendo.
Dado que en nuestro país no existe en primera instancia, y sólo ejerce sus funciones ante los
tribunales superiores de justicia, puede darse respecto de ella el siguiente concepto:
"Es un órgano auxiliar de la administración de justicia cuya misión es dictaminar sobre puntos de
derecho en los procesos civiles y en todos los casos que la ley establece, e informar a la Corte de
Apelaciones y Corte Suprema cuando estos tribunales lo requieran, su opinión en las causas de que
conocieren sobre materias relacionadas con el respectivo proceso
En nuestro país la denominación original de Ministerio Público fue sustituida por la de "Fiscalía
Judicial" (artículo 11, ley N° 19.665, 9.03.00), para así diferenciarla del Ministerio Público, que se creó
y organizó por la ley N° 19.640, de 15.10.99, con ocasión de la reforma procesal penal.
12.2.1. Funciones:
carácter administrativo del Estado en que una ley requiera su intervención, tratándose en el Código
Orgánico de Tribunales solamente los judiciales (artículo 350 incisos 3o y 4o de dicho cuerpo legal),
reconociéndose así que la Fiscalía Judicial tiene funciones relacionadas ya con el Poder Judicial, ya con
el Poder Ejecutivo.
12.2.2. Modos de intervenir en la función judicial:
Por último, y en cuanto a su actuación, cabe citar la facultad que el artículo 361 otorga a la Fiscalía
Judicial, en el sentido de poder hacerse dar conocimiento de cualesquiera asuntos en que crean se hallan
comprometidos los intereses cuya defensa les ha confiado la ley.
12.2.3, Organización:
De acuerdo al artículo 350 del C.O.T., la Fiscalía Judicial es ejercida por el fiscal de la Corte
Suprema, que será el jefe del servicio, y por los fiscales de las Cortes de Apelaciones, todos los cuales
forman un escalafón jerárquico.
La Fiscalía Judicial se rige por el principio de unidad e indivisibilidad, pues los fiscales de las Cortes
de Apelaciones deben ceñirse a las instrucciones que les imparta el jefe del servicio para uniformar la
acción de la referida fiscalía (artículo 350, inciso 2o, del C.O.T.).
Corresponde al fiscal judicial de la Corte Suprema especialmente las funciones de vigilancia que
señala el artículo 353 C.O.T.
La Fiscalía Judicial se rige, asimismo, por el principio de la independencia, pues es independíente de
los Tribunales de Justicia en el ejercicio de sus funciones, actuando sólo de conformidad con sus
convicciones (artículo 360 del C.O.T.). La subrogación de la Fiscalía Judicial está tratada en el artículo
363 del C.O.T., y la responsabilidad criminal y civil, por las reglas del párrafo VIII, del Título X del
C.O.T.
12.3.1. Concepto:
Según el artículo 446 del C.O.T., "son conservadores los ministros de fe encargados de los registros
conservatorios de bienes raíces, de comercio, de minas, de accionistas de sociedades propiamente
mineras, de asociaciones de canalistas, de prenda agraria, de prenda industrial, de especial de prenda
y demás que les encomienden las leyes". Por consiguiente, son auxiliares de la administración de justicia
los que tienen la misión señalada.
Los registros públicos que llevan los conservadores están destinados, principalmente, a dar a conocer
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 123
a los terceros la situación jurídica de los bienes raíces y de ciertos y determinados muebles, anotándose
el dominio y los derechos reales y gravámenes que existen sobre ellos. Se inscriben todos los actos que
las leyes indican.
12.3.2. Funciones:
A los conservadores les corresponde practicar las inscripciones que ordenan las leyes en sus
respectivos registros y dar las copias y certificados que se les soliciten.
Los registros que deben llevar obedecen en su creación a diversas leyes y reglamentos de orden
sustantivo, y son las siguientes:
- Registro de Bienes Raíces, que se compone de cuatro libros:
• el Repertorio;
• el Registro de propiedad;
• el Registro de Hipotecas y Gravámenes, y
• el Registro de Interdicciones y Prohibiciones de Enajenar.
- Registro de Comercio;
- Registro de Minas;
- Registro de Asociaciones de Canalistas;
- Registro de Aguas;
- Registro de Accionistas de Sociedades propiamente mineras;
- Registro de Prenda Agraria;2
- Registro de Prenda Industrial;*
- Registro de Prenda Especial.1
Por último, digamos que en cuanto a funciones, atribuciones y obligaciones de los conservadores, el
artículo 452 del C.O.T. les hace aplicables las disposiciones que rigen para los notarios.
2 La Ley N° 20.190, de 5 de junio de 2007, crea e) registro de prendas sin desplazamiento, y lo entrega al Servicio del Registro Civil e
Identificación, publicándose el respectivo Reglamento en el Diario Oficial de 25 de octubre 2010. De esta suerte debe entenderse
modificado el art. 446 del C.O.T.
124 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
dación de copias y demás actos o diligencias que competan a sus respectivos registros.
Los interesados que concurran a esta oficina no requerirán directamente la intervención del
conservador que corresponda, sino la del conservador encargado del repertorio, quien repartirá sin
tardanza los trabajos que competan a las otras secciones del Registro Conservatorio. El mismo
conservador encargado del repertorio entregará al público los mencionados trabajos después de anotar
en el registro la correspondiente inscripción que se hubiere efectuado.
La guarda y custodia de los libros corresponde conjuntamente a los tres conservadores, quienes, a la
vez, podrán servirse de todos ellos y de los índices y documentos de las otras secciones en cuanto les
sean necesarios para la atención de la propia.
No obstante, para los efectos de las visitas judiciales, cada registro o sección se considerará como
oficio separado.
Las funciones y guardas de los libros y documentos que otras leyes encomienden a los
conservadores de bienes raíces, corresponderán en Santiago al conservador del registro de hipotecas.
Si alguno de estos conservadores faltare o se inhabilitare para el ejercicio de sus funciones, será
reemplazado por los otros conservadores según su orden de antigüedad.
12.3.4. Remuneración:
No reciben sueldo del Estado. Perciben derechos de los interesados conforme al respectivo arancel
(artículo 492 del C.O.T.).
Los defensores públicos son auxiliares de la administración de justicia, encargados de defender ante
los tribunales los derechos e intereses de los menores, de los incapaces, de los ausentes y de las obras
pías o de beneficencia. Incluso dicha defensa, como se verá, puede llegar hasta la persona misma de los
mencionados.
Tal misión se realiza en atención a su capacidad imperfecta o situación material, que les impide
defenderse por sí mismos.
Desde ya hay que dejar en claro que estos auxiliares nada tienen que ver con los llamados defensores
públicos integrantes de la Defensoría Penal Pública, que forman parte del proceso penal oral, y que
tienen su propia legislación. Desde luego, ellos no son auxiliares de la administración de justicia.
12.4.1. Funciones:
I. Una función dictaminadora mediante informes o vistas, dando a conocer su opinión o parecer en
asuntos que interesan a los incapaces, a los ausentes y a las obras pías o de beneficencia. Tal
intervención puede ser:
a) Obligatoria, en los casos a que se refiere el artículo 366 del C.O.T., comprendiendo asuntos
contenciosos y no contenciosos y
b) Facultativa, en los casos a que se refiere el artículo 369 del C.O.T., pudiendo ser oído por los
tribunales, siempre que éstos lo estimen conveniente, en los negocios que interesan a las ya indicadas
personas, además de las herencias yacentes y de los derechos de los que están por nacer.
II. Una función de representación judicial de los incapaces, de los ausentes y de las fundaciones de
beneficencia u obras pías, que no tengan guardador, procurador o representante legal, pudiendo actuar
como demandantes o demandados, y estando facultados para ejercitar las acciones ya contra el
representante legal de tales personas, ya contra otros (artículo 367, incisos 1o y 3o C.O.T.).
Su intervención en dichas situaciones puede ser:
a) Facultativa, por regla general y
b) Obligatoria, por excepción, en el caso del artículo 367, inciso 2o, del C.O.T. cuando el mandatario
de un ausente cuyo paradero se ignora, careciere de facultades para contestar nuevas demandas.
I. La misión de velar por el recto desempeño de las funciones de los guardadores de incapaces, de
los curadores de bienes, de los representantes legales, de las fundaciones de beneficencia y de los
encargados de la ejecución de obras pías (artículo 368 C.O.T.), pudiendo provocar la acción de la
justicia en beneficio de estas personas y obras.
Existe por lo menos un defensor público en el territorio jurisdiccional de cada juzgado de letras. En
las comunas de las provincias de Chacabuco y Santiago, con excepción de las comunas de San Joaquín,
La Granja, La Pintana, San Ramón, San Miguel, La Cisterna, Pedro Aguirre Cerda y Lo Espejo, habrá
dos defensores públicos que se turnarán mensualmente para el ejercicio de sus funciones (artículo 365
C.O.T.).
Los defensores públicos no están constituidos jerárquicamente, ya que sólo hay una clase de tales
funcionarios, sin relación de subordinación o dependencia entre ellos.
Actúan ante todos los tribunales de cualquier categoría dentro de su respectiva comuna o agrupación
de comunas.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 127
12.4.3. Remuneración:
Los relatores se rigen por las siguientes disposiciones del Código Orgánico de Tribunales, el párrafo
3o del Título XI, denominado "Los relatores", artículos 372 a 378, el Título XII, que trata de las
"Disposiciones generales aplicables a los auxiliares de la administración de justicia", artículos 458
a497; y las normas generales aplicables a los jueces y, principalmente, aquellas que dicen relación con
el Título X del Código Orgánico de Tribunales, titulado "De los magistrados y del nombramiento y
escalafón de los funcionarios judiciales".
12.5.1. Concepto:
Los relatores "son los auxiliares de la administración de justicia que tienen por misión esencial dar
a los Tribunales Colegiados superiores un conocimiento razonado y metódico de los asuntos sometidos
a su decisión".
12.5.2. Funciones:
- Dar cuenta diaria de las solicitudes que se presenten en calidad de urgentes, de las que no pudieren
ser despachadas por la sola indicación de la suma y de los negocios que la Corte mandare pasar a ellos
(artículo 372, N° 1, C.O.T.).
- Poner en conocimiento de las partes o sus abogados el nombre de las personas que integran el
tribunal, en el caso a que se refiere el artículo 166 del C. de P. Civil (artículo 372, N° 2, C.O.T.). En
este caso, se pone en conocimiento de las paites o sus abogados la integración extraordinaria de una sala
por el fiscal judicial o algún abogado integrante. Tal noticia se hará regularmente por el secretario del
tribunal en el acta de instalación, y por el relator, cuando ello ocurra después de comenzada la
audiencia. En tal evento el relator actúa como ministro de fe.
128 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Revisar los expedientes que se les entreguen y certificar que están en estado de relación (artículo
372 N° 3 C.O.T.).
Hacer relación de los procesos (artículo 372 N° 4, C.O.T.). Tal función constituye, como se ha
dicho, la misión esencial de los relatores: Según el artículo 374 del mismo cuerpo legal, las relaciones
deben hacerse de modo que la Corte quede completamente instruida del asunto sometido a su decisión,
dando fielmente razón de todos los documentos y circunstancias que puedan contribuir a aquel objeto.
Ahora bien, antes de efectuar la relación, los relatores deben cumplir con las siguientes obligaciones
previas:
1. Dar cuenta a la Corte de todo vicio u omisión sustancial que notaren en los procesos (artículo 373,
inciso 1o, C.O.T.), respecto de las causas del día o de la tabla, a fin de que el tribunal resuelva si ha de
llenarse previamente algún trámite (artículo 222, inciso 1o, del C. de P. Civil). La Corte ordena subsanar
el vicio u omisión sustancial, suspendiendo el decreto en relación;
2. Dar cuenta a la Corte de los abusos que pudieren dar mérito a que el tribunal ejerza las
atribuciones que le confieren los artículos 539 y 540 (artículo 373, inciso 1o, C.O.T.);
3. Dar cuenta de todas aquellas faltas o abusos que las leyes castigan con multas determinadas;
4. Anunciar en la tabla antes de comenzar la relación de las demás, las causas que se ordene tramitar,
las suspendidas y las que por cualquier motivo no hayan de verse. Siempre que sea posible se hará en
cualquier instante de la audiencia igual anuncio de las causas que no hayan de verse por falta de tiempo
(artículo 373, incisos 2° y 3o C.O.T.):
- Anotar el día de la vista de cada causa, los nombres de los jueces que hubieren concurrido a ella, si
no fuere despachada inmediatamente (artículo 372, N° 5, C.O.T.). En esta función, el relator actúa como
ministro de fe y
- Cotejar con los procesos los informes en derecho, y anotar bajo su firma la conformidad o
disconformidad que notaren entre el mérito de éstos y los hechos expuestos en aquéllos (artículo 372,
N° 6 del C.O.T.). En esta función, el relator también se desempeña como ministro de fe.
12.6.Los secretarios:
funciones, y
- Las normas del Título XII, del Código Orgánico de Tribunales, que trata de las "Disposiciones
Generales aplicables a los Auxiliares de la Administración de Justicia", artículos 458 a 497. Asimismo,
su Título XIII, que trata "De los empleados u oficiales de Secretaría".
12.6.1. Concepto:
El artículo 379 del C.O.T. define a los secretarios de las Cortes y Juzgados, diciendo que "son
ministros de fe pública encargados de autorizar, salvo las excepciones legales, todas las providencias,
despachos y actos emanados de aquellas autoridades, y de custodiar los procesos y todos los
documentos y papeles que sean presentados a la Corte o Juzgado en que cada uno de ellos debe prestar
sus servicios
De lo anterior se desprende que la misión esencial de tales auxiliares de la administración de justicia
es la de autorizar, salvo excepciones legales, las resoluciones y actos de los tribunales en que prestan
sus servicios, y de custodiar los procesos o expedientes y demás documentación que se presente a tales
órganos juzgadores. Completa, asimismo, dicha misión, su obligación en materia de notificaciones y
aquella que tienen de autorizar los poderes judiciales que se otorguen ante ellos.
12.6.2. Funciones:
C.O.T.).
Al autorizar las providencias o resoluciones, dan fe de la autenticidad de la firma del juez o jueces
que las dictan; al hacerlas saber a los interesados que acudan a su oficina a tomar conocimiento de ellas,
practican una notificación personal; al anotar en los procesos las notificaciones que hicieren, dejan
constancia en ellos en forma indubitable de las notificaciones que efectúan; y al practicar las
notificaciones por el estado diario, ejecutan la más común de las notificaciones de las resoluciones
judiciales.
- Dar conocimiento a cualquiera persona que le solicitare de los procesos que tengan archivados en
sus oficinas, y de todos los actos emanados de la Corte o Juzgado, salvo los casos en que el
procedimiento debe ser secreto en virtud de una disposición expresa de la ley (artículo 380, N° 3, del
C.O.T.). Esto es una manifestación del principio de la publicidad que informa a nuestro procedimiento,
el cual, como se sabe, tiene algunas excepciones.
- Guardar con el conveniente arreglo los procesos y demás papeles de su oficina, sujetándose a las
órdenes e instrucciones que la Corte o Juzgado respectivo les diere sobre el particular. Si en el
departamento hubiere archivero, le pasarán los procesos iniciados en su oficina y que estuvieren en
estado, dentro de seis meses de estar practicada la visita de que trata el artículo 564 (artículo 380, N° 4,
C.O.T.). De conformidad con lo expresado, los secretarios desempeñan las funciones de archiveros
donde tales auxiliares no existan;
- Autorizar los poderes judiciales que puedan otorgarse ante ellos (artículo 380, N° 5, del C.O.T.).
Al respecto, digamos que ésta representa una de las tres formas de constitución del mandato judicial que
señala el artículo 6o del C. de P. Civil, y
-Las demás que les impongan las leyes (artículo 380 N° 6 del C.O.T.). Ellas son muy variadas y
numerosas, por lo que no se estima del caso mencionarlas en esta oportunidad.
b) Funciones especiales:
- Funciones especiales de los secretarios de los juzgados de letras: Corresponde a los secretarios de
los juzgados de letras hacer al juez la relación de los incidentes, y hacer el despacho diario de mero
trámite, el que será revisado y firmado por el juez (artículos 381 C.O.T. y 33 C.P.C.).
- Funciones especiales de los secretarios de las Cortes de Apelaciones que consten de una sala:
En tales tribunales, los secretarios están obligados a hacer la relación de la tabla ordinaria durante
los días de la semana que acuerde el tribunal.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 131
- Llevar un registro foliado compuesto por copias escritas a máquina, autorizadas por el secretario,
de las sentencias definitivas que se dicten en los asuntos civiles contenciosos o de jurisdicción
voluntaria.
También se copiarán en dicho libro las sentencias interlocutorias que pongan término al juicio o
hagan imposible su continuación.
En los tribunales colegiados se formará el mismo registro señalado en los incisos precedentes.
Cada registro con no más de quinientas páginas se empastará anualmente (artículo 384 N° 1 C.O.T.);
- Llevar el registro de depósitos a que se refiere el artículo 517 (artículo 384, N° 2 C.O.T) y
- Llevar los demás registros que ordenen las leyes o el tribunal (artículo 384, N° 3, C.O.T.). Por
ejemplo, de ingreso, de receptores, de procuradores, de peritos, de egresos, etc.
- Deben llevar también un libro donde se estamparán, con la firma del juez, las resoluciones que
miren al régimen económico y disciplinario del juzgado (artículo 384, inciso final, C.O.T.).
12.6.3.2. Obligaciones especiales de los secretarios de los tribunales colegiados:
De conformidad con el artículo 389, del Código Orgánico de Tribunales, las funciones que se
encomiendan a los secretarios en el Título VI del Libro I del Código de Procedimiento Civil, podrán ser
desempeñadas bajo la responsabilidad de éstos, por el oficial primero de sus secretarías. Lo mismo
132 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Están regulados en el Título XI párrafo 10 del Código Orgánico de Tribunales, en el artículo 457.
Además se le aplican las disposiciones del Título XII del C.O.T., que versa sobre "Disposiciones
generales aplicables a los auxiliares de la administración de justicia", en lo que sea pertinente (artículos
458 a 497).
Se rigen, asimismo, por el Título I párrafo segundo, artículos 5o a 7o de la ley N° 19.968 de 30 de
agosto de 2004, que crea los Tribunales de Familia.
12.7.1. Concepto:
"Los consejos técnicos son organismos auxiliares de la administración de justicia que están
compuestos por ciertos y determinados profesionales en el número y con los requisitos que establece la
ley
Los aludidos requisitos para integrar el consejo técnico son:
1. Título profesional de una carrera que tenga al menos ocho semestres de duración, otorgado por
alguna universidad o instituto profesional del Estado o reconocido por éste.
2. Acreditar experiencia profesional y formación especializada en materia de familia e infancia de,
al menos, dos semestres de duración, impartidas por alguna de las instituciones mencionadas
precedentemente.
En cada juzgado de familia habrá un consejo técnico interdisciplinario integrado por profesionales
especializados en asuntos de familia e infancia.
12.7.2. Funciones:
Según la ley (artículo 457 C.O.T.) la función de estos consejos técnicos es la de asesorar individual
o colectivamente a los jueces con competencia en asuntos de familia, así como en el análisis y mayor
comprensión de los asuntos sometidos a su conocimiento en el ámbito de su especialidad.
En el ejercicio de sus funciones tendrán particularmente las siguientes atribuciones:
Asistir a las audiencias a que sean citados con el objetivo de emitir las opiniones técnicas que le
sean solicitadas, lo que está en armonía con lo dispuesto en el artículo 64 inciso 6o de la ley;
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 133
Asesorar al juez para la adecuada comparecencia y declaración del niño, niña o adolescente;
Evaluar la pertinencia de derivar a mediación o aconsejar conciliación entre las partes, y sugerir los
términos en que esta última pudiere llevarse a cabo, y
Asesorar al juez en todas las materias relacionadas con su especialidad.
12.7.3. Nombramiento:
Para los efectos del nombramiento de los miembros de los consejos técnicos, es preciso estarse a lo
que dispone el artículo 289 bis del C.O.T., y particularmente al inciso final de esta disposición que dice
"Tratándose de los miembros de los consejos técnicos, las ternas respectivas serán formadas por el juez
de letras con competencia de familias, por el juez de familia que cumpla funciones de juez presidente o
por el comité de jueces, según corresponda, y serán resueltas por el Presidente de la Corte de
Apelaciones respectiva
12.7.4. Subrogación:
Si un miembro del consejo técnico no puede intervenir en una determinada causa por implicancia o
recusación, o se imposibilitare para el ejercicio de su cargo, va a ser subrogado por los demás miembros
del consejo técnico del tribunal a que pertenezca, según el orden de sus nombramientos y la
especialidad requerida.
Ahora, si todos los miembros del consejo técnico de un tribunal se ven afectados por causales de
implicancia o recusación, el juez deberá nombrar un profesional que cumpla con los requisitos para
integrar un consejo técnico de cualquier servicio público, quien estará obligado a desempeñar el cargo.
Para determinar el número de miembros del consejo técnico hay que atender al número de jueces
que componen cada juzgado de familia, el cual varía desde juzgados con un juez hasta juzgados con
doce jueces.
De acuerdo con lo expresado, entonces, existen los siguientes componentes:
- Juzgados con un juez dos miembros del consejo técnico.
- Juzgados con dos jueces ...... dos miembros del consejo técnico
- Juzgados con tres jueces ..... tres miembros del consejo técnico
- Juzgados con cuatro jueces . cuatro miembros del consejo técnico;
- Juzgados con cinco jueces....cinco miembros del consejo técnico;
- Juzgados con seis jueces...... seis miembros del consejo técnico;
134 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Juzgados con siete jueces .... siete miembros del consejo técnico;
- Juzgados con ocho jueces .... ocho miembros del consejo técnico;
- Juzgados con nueve jueces .. nueve miembros del consejo técnico;
- Juzgados con diez jueces ..... diez miembros del consejo técnico;
- Juzgados con doce jueces .... doce miembros del consejo técnico;
A estos juzgados hay que añadir los juzgados de letras que se contemplan en el artículo 132 inciso
1o de la ley N° 19.968, y para los cuales se crea un cargo de miembro del consejo técnico (son setenta y
siete juzgados de letras en total), en cada uno de ellos.
Cuida de señalar esta ley (artículo 7o) que para el ingreso a los cargos de miembros de los consejos
técnicos que se crean, los asistentes sociales y sicólogos, que prestan actualmente servicio en juzgados
de letras de menores, en juzgados de letras, en Cortes de Apelaciones o en el programa de Violencia
Intrafamiliar adjunto a alguno de los tribunales citados, deberán ceñirse al procedimiento que establece
el referido artículo 7o en sus ocho numerandos.
12.7.6. Remuneración:
Los miembros del consejo técnico, como se ha dicho, forman parte de la planta de los juzgados de
familia, y según lo establece el artículo 116 N° 3 de la ley tendrán los grados de la Escala de Sueldos
Bases Mensuales del Poder Judicial correspondientes a los grados IX y X según se desempeñen en un
juzgado de familia o en un juzgado de letras, de ciudad asiento de Corte, capital de provincia y de
comunas o agrupación de comunas, respectivamente.
Las disposiciones que los rigen están en el Código Orgánico de Tribunales, en particular en el Título
XI, párrafo 11, artículo 457 bis.
Se le aplica, además, la normativa contenida en el Título XII del mismo código, cuyo epígrafe es
"Disposiciones generales aplicadas a los auxiliares de la administración de justicia", en lo pertinente, y
que comprenden los artículos 458 a 497.
12.8.1. Concepto:
Del texto del artículo 457 aparece que "los bibliotecarios son auxiliares de la administración de
justicia, siendo su misión la custodia, mantenimiento y atención de la biblioteca de la Corte en que
desempeñan su función
Agrega también la ley que les corresponde ejecutar aquellas otras actividades que le encomiende el
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 135
12.9.Los notarios:
12.9.1. Concepto:
Son numerosas las definiciones que de notario es posible encontrar tanto en la doctrina como en la
legislación.
Observándolas todas, vemos que tienen mucha similitud, lo que se explica si se tiene en
consideración la esencia del cargo de notario, que consiste en ser funcionario público autorizado por la
ley para dar fe.
Con razón, entonces, el C.O.T., en su artículo 399, define a los notarios en los términos siguientes:
"Son ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los instrumentos que
ante ellos se otorgaren, de dar a las partes interesadas los testimonios que pidieren, y de practicar las
demás diligencias que la ley les encomiende
12.9.2. Funciones:
Una vez protocolizado un documento sólo podrá ser desglosado del protocolo en virtud de decreto
judicial, artículo 418 C.O.T.
Con todo, los documentos en que se consignen actos o contratos con causa u objeto ilícitos, no
pueden protocolizarse, ni su protocolización producirá efecto alguno, salvo que lo pidan personas
distintas de los otorgantes o beneficiarios de ellos.
Debe tenerse en cuenta que la fecha de un instrumento privado se contará respecto de terceros desde
su anotación en el repertorio y se anota en este repertorio cuando se pide su protocolización, lo dicho es
sin perjuicio de lo que establece el artículo 1703 del Código Civil.
Hay ciertos documentos que una vez protocolizados se elevan a la categoría de instrumentos
públicos, y tales son (artículo 420 C.O.T.):
1. Los testamentos cerrados y abiertos en forma legal.
2. Los testamentos solemnes abiertos que se otorguen en hojas sueltas, siempre que hayan sido
protocolizados a más tardar dentro del primer día hábil siguiente al de su otorgamiento.
3. Los testamentos menos solemnes o privilegiados que no hayan sido autorizados por notario,
previo decreto del juez competente.
4. Las actas de oferta y de pago, y
5. Los instrumentos otorgados en el extranjero, las transcripciones y las traducciones efectuadas por
el intérprete oficial o los peritos nombrados al efecto por el juez competente y debidamente legalizados,
que sirvan para otorgar escrituras en Chile.
12.9.3. Organización:
Los notarios son auxiliares de la administración de justicia y forman parte del escalafón secundario,
constituyen la primera serie de él.
En cada comuna o agrupación de comunas que constituyan territorio jurisdiccional de jueces de
letras hay un notario por lo menos. Pueden establecerse más notarios por el Presidente de la República,
previo informe favorable de la Corte de Apelaciones respectiva. Los notarios ejercen sus funciones solo
dentro del territorio para que hubieren sido designados (artículo 400 del C.O.T.).
Asimismo, el Reglamento Consular faculta a los cónsules chilenos en el extranjero para intervenir
como ministros de fe en actos notariales y de estado civil otorgados por chilenos o extranjeros, siempre
que vayan a tener efecto en Chile y no se trate de la celebración de matrimonios.
138 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
12.9.4. Remuneración:
No reciben sueldo del Estado. Sólo perciben derechos conforme al respectivo arancel.
13. La acción.
Siguiendo la huella del derecho romano, la doctrina consideró tradicionalmente que la acción y el
derecho eran una misma cosa.
Este concepto de acción se caracterizaba, primero, por la vinculación de la acción al derecho
subjetivo privado y, segundo, por situar a la acción en el mismo plano de relación que el derecho
subjetivo privado. En este sentido se llegó a decir que la acción era el derecho en movimiento. Si la
acción se entendía de esa manera, al Derecho Procesal no le quedaba otra cosa que regular las formas
con arreglo a las cuales debía ejercitarse ese poder jurídico privado.
Esta propuesta que, quizá en el derecho romano era en cierto modo correcta, dejó de serlo en el
derecho moderno. De ahí que esta concepción se mantuvo en el derecho europeo hasta mediados del
siglo XIX y hasta principios del siglo XX en nuestro continente.
Las críticas se orientaron en una doble dirección:
a) La tutela jurisdiccional del derecho privado no quedaba explicada completa y correctamente con
la referencia a un derecho subjetivo lesionado, del que continuaba pretendiéndose su satisfacción por el
obligado, pero ahora por vía judicial.
b) Por otra parte, la referencia a un derecho subjetivo lesionado no permitía explicar la iniciación y
desarrollo de un proceso, cuando la sentencia no reconoce ese derecho. Es decir, cuando se trataba de
una demanda infundada. Es evidente que el ordenamiento atribuye el poder de provocar un proceso con
independencia de la existencia de un derecho.
Esta transformación conceptual deriva fundamentalmente de una discusión académica, de una
polémica suscitada entre dos juristas alemanes: Müther y Windscheid.
Esta discusión condujo a la formación del concepto procesal de la acción como acto provocatorio de
la jurisdicción, y sobre ella elaboraron diversas doctrinas sobre la naturaleza jurídica de la acción.
Lo verdaderamente importante de este nuevo concepto de acción fue que, más que un concepto
jurídico nuevo, constituyó la base de la autonomía de esta rama del derecho. Fue a partir de este
momento que el derecho procesal adquirió personalidad y se desprendió del viejo tronco del derecho
civil.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 139
Admitida la autonomía del concepto de la acción, la doctrina perdió unidad y comenzó a dividirse en
numerosas orientaciones.
Haciendo una apretada síntesis de los aspectos fundamentales sobre esta materia, pueden citarse las
siguientes teorías:
• La teoría monista, conocida también como teoría clásica o civilista de la acción.
• Las teorías dualistas, procesales o modernas de la acción, dentro de las cuales se observan tres
matices diversos:
- Teoría concreta.
- Teoría abstracta.
- Teoría abstracta atenuada.
Sostenían la identidad entre las concepciones de acción y derecho subjetivo, de manera que para sus
seguidores la acción no era más que el derecho subjetivo deducido en juicio.
Esta concepción está completamente superada.
Basta decir, para desestimar estas teorías, que no pueden explicar la existencia de derechos sin una
acción destinada a tutelarlos; ni tampoco el caso de las acciones infundadas. Tampoco son suficientes
para explicar el caso de las acciones posesorias, que están destinadas a proteger la posesión, que es un
hecho y no un derecho.
Ellas postulan que derecho subjetivo y acciones son cosas diferentes, ellas separan los conceptos de
140 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Las teorías que concibieron a la acción como un derecho a la tutela jurisdiccional concreta, partían
por postular que la acción era un derecho subjetivo público y, además, de un contenido distinto al
derecho subjetivo privado.
No se trataba simplemente de un derecho al proceso, sino a una tutela jurisdiccional favorable a su
titular, como también se dice, el derecho a que se preste por los órganos jurisdiccionales la tutela
jurisdiccional pretendida.
Estas teorías, que se llamaron concretas porque el objeto de la acción no era el proceso, sino la
obtención de una sentencia de contenido determinado y favorable a la parte, fueron objeto de una
persistente crítica: pues si se entiende de ese modo el derecho a la acción, la existencia de ese derecho
es dudosa hasta que se emita la sentencia de término.
Es decir, estas teorías siguieron sin dar explicación a la eficacia y validez del acto de iniciación
procesal, que existe con anterioridad y con independencia de la certidumbre del derecho.
Los códigos procesales latinoamericanos del siglo XIX formularon una definición de lo que debía
entenderse por acción en algunos de sus artículos, y que prácticamente coincidía con el concepto de los
romanistas.
Nuestro Código de Procedimiento Civil, en cambio, no siguió esta tendencia definitoria, no contiene
ninguna definición de lo que debe entenderse por acción.
Con todo, de su articulado puede deducirse que los redactores de nuestro Código de Procedimiento
Civil tuvieron presente la concepción de la acción como un elemento del derecho sustancial, vale decir,
participaron de la doctrina clásica de la acción. Así, en diversos artículos del Código de Procedimiento
Civil se puede observar que ese fue el sentido que le asignó la comisión redactora (artículos 17, 19, 21,
271, 290 C.P.C.).
13.5.Clasificaciones de la acción:
utilidad. Lo importante no es ya el derecho subjetivo, sino la clase de tutela jurisdiccional que se pide.
Luego, lo que sí es susceptible de clasificación son las pretensiones.
• Clases de pretensiones:
Pueden clasificarse atendiendo a su objeto o finalidad, entre pretensiones declarativas, ejecutivas y
precautorias o cautelares.
a) Pretensiones declarativas, se subclasifican en:
- Pretensiones declarativas puras: son aquellas cuya finalidad es obtener la simple declaración de un
derecho o de una situación jurídica discutida, por ejemplo obtener la declaración de nulidad de un
contrato.
- Pretensiones constitutivas: persiguen que mediante una sentencia se constituyan estados jurídicos
nuevos, modificando un estado jurídico existente, por ejemplo se pueden citar las acciones de divorcio,
de nulidad de matrimonio, de incapacidad para suceder, de división de la cosa común, etc.
- Pretensiones de condena: son aquellas por las cuales el actor pide que se imponga al demandado el
cumplimiento de una determinada prestación, por ejemplo pagar el precio o que se imponga al
demandado la obligación de restituir la cosa al ejercitar la acción reivindicatoría.
b) Pretensiones ejecutivas: que tienden a obtener el cumplimiento forzado de una obligación que
consta en un título ejecutivo o que lleva aparejada la ejecución, tienden a obtener coactivamente lo que
es debido o su equivalencia en dinero.
c) Pretensiones precautorias o cautelares: su finalidad es conseguir una resolución judicial de
carácter provisional que garantice la efectividad de la sentencia que recaiga en el juicio.
13.6. Ejercicio de la acción:
"Si la acción ejercida por alguna persona corresponde también a otra u otras personas
determinadas, podrán los demandados pedir que se ponga la demanda en conocimiento de las que no
hayan ocurrido a entablarla, quienes deberán expresar en el término de emplazamiento si se adhieren a
ella.
Si las dichas personas se adhieren a la demanda, se aplicará lo dispuesto en los artículos 12 y 13; si
declaran su resolución de no adherirse, caducará su derecho; y si nada dicen dentro del término legal,
les afectará el resultado del proceso, sin nueva citación. En este último caso podrán comparecer en
cualquier estado del juicio, pero respetando todo lo obrado con anterioridad".
Cuando una acción corresponde a varias personas y sólo una la ejercita, de acuerdo con este artículo,
el demandado tiene el derecho de pedir que la demanda sea puesta en conocimiento de los demás
titulares de la acción y que no la hayan ejercitado.
Notificados de la solicitud del demandado, estos terceros titulares de la acción, que no han
concurrido a entablarla, tienen el término de emplazamiento para adoptar alguna de las siguientes
actitudes:
a) Adherirse a la demanda: en cuyo caso pasan a asumir el rol procesal de demandantes, aplicándose
los artículos 12 y 13 C.P.C.
b) Declarar que no se adhieren: esa declaración produce el efecto de hacer caducar su derecho, y ya
no podrán demandar en el futuro.
c) Si nada dicen dentro de este término de emplazamiento: les va a afectar el resultado del juicio sin
nueva citación.
"Cuando alguna persona manifieste corresponderle un derecho del que no está gozando, todo aquel
a quien su jactancia pueda afectar, podrá pedir que se le obligue a deducir demanda dentro del plazo
de diez días, bajo apercibimiento, si no lo hace, de no ser oída después sobre aquel derecho. Este plazo
podrá ampliarse por el tribunal hasta treinta días, habiendo motivo fundado".
Se dice hay jactancia cuando una persona manifiesta corresponderle un derecho del cual no está
gozando, por ejemplo al afirmar que se es dueño de un fundo que no es propio.
Si nos atenemos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se entiende por
jactancia a la alabanza propia, desordenada y presuntuosa.
Según lo dispone el artículo 270 hay jactancia en los siguientes casos:
144 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
"Podrán solicitarse como medidas prejudiciales las precautorias de que trata el título V de este
libro, existiendo para ello motivos graves y calificados y concurriendo las circunstancias siguientes:
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 145
1. Que se determine el monto de los bienes sobre que deben recaer las medidas precautorias;
2. Que se rinda fianza u otra garantía suficiente, a juicio del tribunal, para responder por los
perjuicios que se originen y multas que se impongan
"Aceptada la solicitud, deberá el solicitante presentar su demanda en el término de diez días y pedir
que se mantengan las medidas decre- tudas. Este plazo podrá ampliarse hasta por treinta días por
motivos fundados".
13.6.4. Reserva de acciones y excepciones en el juicio ejecutivo (artículos 474 y 478 C.P.C.):
Al hablar que la acción debe ejercitarse con las formalidades que señala la ley nos estamos
refiriendo a que ese ejercicio debe realizarse a través de un vehículo, de una presentación que se hace al
tribunal, es decir mediante la demanda. En general, la demanda es el medio hábil para ejercer la acción,
siendo esta la forma de hacer valer el derecho que se reclama.
Bajo este epígrafe se estudia en realidad la pluralidad de pretensiones, porque la acción es una sola.
Con el objeto de disminuir los pleitos, conforme al principio de la economía procesal, la ley permite
la pluralidad de acciones, permite que se deduzcan conjuntamente varias acciones.
La ley en este artículo 17 C.P.C. no obliga a una persona a ejercitar todas las acciones, sino que
146 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Como se ha visto en el supuesto anterior, la acumulación es inicial, en cuanto ésta se produce desde
el primer acto del procedimiento.
Pero puede suceder que la acumulación se produzca después de iniciado el proceso y se dice que
aquí la acumulación es sobrevenida.
Esta clase de acumulación opera en los siguientes casos:
- Ampliación de la demanda, una vez que ésta ha sido notificada y antes de que sea contestada.
- El supuesto de la reconvención, que supone el ejercicio por el demandado de una pretensión
contra la persona que lo hizo comparecer al juicio, ante el mismo juez y procedimiento.
- La intervención de un tercero excluyente o independiente.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 147
• Efectos de la acumulación:
La acumulación, sea ésta inicial o sobrevenida, produce los mismos efectos:
a) Todas las pretensiones se discutirán en un mismo juicio. Existen aquí tantos procesos como
pretensiones, que deben ser substanciados en un único procedimiento.
b) Todas las pretensiones se resolverán en una única sentencia. Esta única sentencia contendrá, en
realidad, tantos pronunciamientos como pretensiones ejercitadas.
13.7.Extinción de la acción:
La única causal de extinción de la acción civil es la renuncia que realiza el interesado titular de la
acción.
La prescripción, que generalmente se menciona como causal de extinción, no opera en realidad
sobre la acción procesal, sino sobre el derecho material o sustancial.
Las acciones personalísimas, así como las relativas al estado civil de las personas, se extinguen por
la muerte del interesado, salvo que este haya comenzado a ejercitarlas.
Hay quienes estiman que también son medios exclusivamente procesales de extinción de la acción,
la sentencia y el desistimiento, pero en realidad son modos de extinción del proceso más que de la
acción.
En su sentido más amplio, excepción es todo medio de defensa que utiliza el demandado contra el
actor para oponerse a sus pretensiones jurídicas.
También podría decirse que la excepción es el poder jurídico del demandado de oponerse a la
pretensión que el actor ha deducido ante los tribunales.
Doctrinariamente estas excepciones se les conoce con el nombre de reacción, y tanto acción como
excepción aparecen como derechos paralelos, en oposición.
El proceso es el instrumento puesto por el ordenamiento jurídico para que la jurisdicción y sus
órganos realicen su función. Decimos que es un instrumento porque es el medio de que se vale la
función jurisdiccional del Estado para desarrollar su actividad.
El vocablo proceso tiene distintas acepciones:
- Se le suele emplear como sinónimo de juicio. Interpretación que no puede aceptarse pues es
errónea, ya que entre ambas nociones hay una relación de continente a contenido.
148 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Como equivalente a expediente judicial, a los papeles y escritos que consignan los actos judiciales
de las partes y de los órganos de la autoridad. Se refieren con esta idea a la materialidad del expediente.
Es en este último sentido que nuestro legislador procesal civil lo asimila en el artículo 29 C.P.C.
El estudio de la naturaleza jurídica del proceso civil consiste, ante todo, en determinar si este
fenómeno forma parte de alguna de las figuras conocidas del derecho o si por el contrario constituye por
sí solo una categoría especial. ¿Cuál es la naturaleza del vínculo que une a las partes y al juez?
Para dar respuesta a estas interrogantes la doctrina ha elaborado varias teorías, las que se pueden
agrupar básicamente en dos grandes clases:
- Teorías privatistas.
- Teorías publicistas.
14.2.1. Teorías privatistas:
Entre ellas se encuentran:
a) Las que consideran al proceso como un contrato.
b) Las que consideran al proceso como un cuasicontrato.
a) El proceso como contrato: En un momento intermedio entre la justicia privada y la atribución al
estado de la función jurisdiccional, los romanos basaron el proceso en el contrato de litis contestado.
Esta teoría fue criticada ya que se afirmó que el proceso era fundamentalmente un mecanismo
coactivo, siendo absurdo pensar que el demandado acudiera al proceso por haber llegado a un acuerdo
con el actor.
b) El proceso como un cuasicontrato: Superada la tesis contractual, el peso de la tradición privatista
fue tan fuerte que la doctrina mantuvo la litis contestado como figura fundamental.
El punto inicial fue que si el proceso no era un contrato, y sin embargo era fuente de obligaciones, el
proceso tenía que ser un cuasicontrato, pues era la única fuente de las obligaciones restante.
La inutilidad de esta concepción quedó pronto al descubierto. Había otra fuente de las obligaciones
que era la ley, y que es justamente la que explica los nexos y obligaciones existentes en el proceso.
c) Aquella que estima a la relación jurídica del proceso como una institución.
Esta teoría al igual que las demás publicistas tiene como rasgo común el que se apoya en la noción
de litis pendencia.
Iniciador de esta teoría fue Oscar Von Büllow, en su obra "La teoría de las excepciones procesales y
los presupuestos procesales", publicada en 1868.
Para este autor, lo importante no era ya el contrato, sino la relación jurídica pública. Así, el proceso
era una relación jurídica en cuanto varios sujetos, investidos de poderes determinados por la ley,
actuaban en vista de la obtención de un fin. Dichos sujetos, eran el actor, el demandado y el juez. Sus
poderes eran las facultades que les confería la ley para la realización del proceso. Su esfera de actuación
era la jurisdicción, y el fin perseguido, la solución del conflicto de interés.
Sobre lo que no existió coincidencia fue en la forma en que se ordenaron estos poderes y ligámenes.
De esa manera, para Kohler esta relación jurídica se producía únicamente entre el actor y el
demandado, como dos líneas paralelas. Era la teoría de la relación jurídico paralela.
Por otra parte, para Hellwig esta relación no podía expresarse en líneas paralelas, sino en forma de
ángulo, debiendo comprenderse como sujeto necesario de ella al juez, hacia quien se dirigían las partes.
No había un ligamen directo entre las partes, sino que éstas estaban unidas sólo a través del juez. Era la
teoría de la relación jurídico angular.
Finalmente, para Wach, la relación jurídica se traducía a lo largo del proceso en una serie de
derechos y obligaciones. Es decir, deberes recíprocos entre las partes, pero no sólo entre ellas, sino que
también entre las partes y el juez. Era la teoría de las relaciones jurídico triangulares.
La teoría de la relación jurídica fue objeto de críticas. Entre ellas, surgió la teoría de James
Goldschmidt, quien reemplazó la noción de la relación jurídica por la de situación jurídica, dando a
entender que situación jurídica es el conjunto de expectativas, posibilidades, cargas y liberaciones de
cargas de cada una de las partes en atención al resultado que espera (el actor) o teme (el demandado)
obtener en el proceso.
Para este autor, los lazos jurídicos que nacen entre las partes en el proceso no son relaciones
jurídicas, sino que derivan de una situación jurídica. Tampoco puede hablarse de derechos y de
obligaciones, porque el proceso funciona en base de categorías jurídicas nuevas, no del tradicional
150 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
binomio derecho-obligación. Surgieron, de esa manera, conceptos nuevos, específicos del derecho
procesal, como el riesgo, las expectativas, las posibilidades, las cargas, y la liberación de cargas.
Se agregó, por el autor, que en el proceso no hay derechos sino expectativas de una ventaja procesal
y tampoco hay obligaciones sino cargas.
Diferencias entre obligación y carga:
1. La obligación presupone que la parte contraria tiene un derecho a exigir, la carga, en cambio,
supone un imperativo en interés propio, no existiendo parte contraria que lo exija.
2. La carga es una facultad cuya no realización lleva aparejado un riesgo. En la obligación la
conducta es de realización necesaria, no es facultativa.
3. La obligación tutela un interés ajeno. La carga procesal en cambio, tutela el propio interés, así el
demandado al contestar la demanda lo hace en interés propio, no en beneficio del actor.
4. Las consecuencias que derivan de su inejecución son diversas. De la obligación insatisfecha surge
un derecho del acreedor. En cambio de la carga procesal insatisfecha no surge ningún derecho para otra
persona, sino que surge un perjuicio actual o posible, respecto del que no la cumplió.
Para esta teoría, en el proceso se da una correlación de derechos y deberes jurídicos, y por ende hay
más de una relación jurídica, de modo que no cabe hablar sólo de la relación jurídico-procesal. Esta
multiplicidad de relaciones jurídicas hay que reducirlas a una unidad superior. Tal unidad la
proporciona la institución, así lo explica en su obra Jaime Guasp.
Los dos elementos fundamentales de la institución son:
- La idea común y objetiva que es la realización del fin del proceso.
- Las voluntades particulares que se adhieren a aquella idea.
El juicio se desenvuelve a través de actos procesales, los que van encadenados unos a otros en un
orden armónico señalado por la ley, siendo el acto inicial del pleito la demanda y el acto procesal de
término la sentencia.
Es este conjunto de actos procesales mediante los cuales se desenvuelve la contienda, sea que
provengan del tribunal o de las partes, es lo que constituye el procedimiento.
De ahí que puede definirse como la "forma o modo en que se desarrolla la controversia a través de
los diversos trámites que la ley señala para cada caso, atendida la naturaleza de la acción deducida".
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 151
El contenido del proceso es el litigio, controversia, contienda o juicio y a través del proceso se
resuelve el litigio, se soluciona la controversia.
Concepto de juicio: "Es la controversia jurídica, actual, entre partes, y sometida al conocimiento de
un tribunal de justicia".
• Elementos del juicio.
a) Elementos constitutivos del juicio:
- Existencia de una controversia de orden jurídico.
- Que la controversia sea actual.
- Que la controversia se suscite entre partes.
- Que exista un tribunal que resuelva esa controversia.
b) Elementos de validez del juicio:
- Competencia del tribunal llamado a resolver la contienda.
- Capacidad de las partes litigantes para comparecer ante el tribunal.
- La observancia o cumplimiento de las formalidades prescritas por la ley para la validez de los
diversos actos que lo forman.
Tanto los elementos constitutivos del juicio como aquellos que son esenciales para su validez, así
como los requisitos legales para que la relación jurídica sea válida, se conocen en doctrina con el
nombre de presupuestos procesales. Luego, podría definirse los presupuestos procesales diciendo que
"son los requisitos que deben concurrir para que la relación jurídica procesal sea válida,
produciéndose todos los efectos legales".
Son principios del proceso, las ideas y reglas que constituyen puntos de partida para la
configuración normativa del proceso.
Existen principios conforme a los cuales el proceso siempre debe configurarse, de modo que sean
efectivos y respetados: son los denominados principios necesarios o simplemente principios del
proceso.
Otros, en cambio, constituyen criterios diferentes, que se consideran más adecuados a la realidad
jurídica y que responden a la libertad de configuración del legislador. Son los llamados principios del
procedimiento o principios técnico-jurídicos.
El valor de los principios no es sólo teórico, pues las repercusiones prácticas de los principios
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 153
por ninguna regla legal, y ni siquiera debe dar cuenta al fallar de los medios por los que se convenció.
La sana crítica es manifestación del correcto entendimiento humano, contingente y variable con
relación a la expresión del tiempo y lugar, pero estable y permanente en cuanto a los principios lógicos
en que debe fundarse la sentencia, ello al decir de Eduardo Couture.
2. Principio de la oralidad, y de la escritura: Es oral el proceso en que las alegaciones, la prueba y
las conclusiones se presentan al juez por regla general de viva voz.
Se entiende, según la doctrina, por oralidad del procedimiento el principio de que la resolución
judicial puede basarse sólo en el material procesal proferido oralmente.
Por el contrario, el principio de la escritura es aquel con arreglo al cual la resolución judicial ha de
basarse sólo en el material procesal manifestado por escrito en los autos. En otros términos, se está
frente al principio de la escrituración cuando la forma literal constituya el medio normal de
comunicación entre las partes y el juez.
Es difícil encontrar un sistema absolutamente oral y que no reserve alguna parte a la forma escrita, al
igual que no es fácil encontrar un sistema de escritura radical que en mayor o menor medida no admita
y regule actos realizados de viva voz. De manera entonces, que para saber si un proceso determinado
está informado por el principio de la oralidad o escritura hay que atender a la tendencia dominante en el
proceso de que se trata.
Sin duda que el sistema oral da una marcha más acelerada al proceso y evita así su retardo, pero
implantar un sistema exclusivamente oral requiere necesariamente proporcionar a la administración de
justicia los recursos económicos necesarios que le permitan disponer tanto de los medios humanos como
materiales que la oralidad presupone.
En doctrina se reconoce que las bondades y excelencias de la oralidad no derivan tanto de este
principio en sí mismo, sino que ellas son el resultado de la concurrencia de otros principios que se han
asociado al de la oralidad, y que son los de inmediación y de concentración. Estos dos principios,
inmediación y concentración, son connaturales al de la oralidad.
De ambos principios hay manifestaciones en nuestro sistema, así por ejemplo, el procedimiento
ordinario de mayor cuantía es esencialmente escrito, pero dentro de él hay una serie de actuaciones que
se realizan en forma oral, así los testigos declaran oralmente, declaración que se transcribe a un acta
suscrita por el declarante y el ministro de fe que concurrió a ella, igual cosa ocurre con la declaración
del absolvente.
156 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
deforma o desformalismo: De acuerdo con el principio del formalismo, las actuaciones procesales deben
acomodarse a las prescripciones que en cada caso determine el legislador.
En cambio el aformalismo se limita a mencionar los correspondientes actos procesales, dejando su
realización al buen criterio, a la experiencia profesional de los que intervienen en la administración de
justicia. Cuando la ley no señala un procedimiento especial para la realización de un acto, deben
reputarse admitidas todas aquellas formas que tienden a lograr los objetivos del mismo. En este sistema
del aformalismo se deja a las partes que acceden a un órgano jurisdiccional en libertad para dirigirse al
mismo en la forma que consideren más oportuna y persuasiva, sin necesidad de seguir un orden o modo
preestablecido.
Por otra parte se dice que el formalismo es indispensable y necesario, toda vez que sólo una forma
preestablecida evita el arbitrio judicial. Su ausencia determina la confusión, desorden e incertidumbre.
Lo que sí es susceptible de crítica es un formalismo excesivo, cuando la forma pierde su objetivo de
garantía procesal y se transforma en un obstáculo para el normal desenvolvimiento de la actividad
jurisdiccional.
La exageración de la forma conduce también a la incerteza, a la inseguridad, con grave daño político
para la comunidad que pierde la confianza en la justicia.
9. Principios de la fundabilidad y el de la infundabilidad: En toda contienda de trascendencia
jurídica no basta que las partes impetren la protección judicial y que el juez se limite a decidir; tanto las
unas como el otro deben exponer las razones o motivos que hacen atendible sus pretensiones o
decisiones.
Por eso el principio de la fundabilidad reviste una serie de manifestaciones, y desde el punto de vista
de los litigantes se traduce en la necesidad de que sus peticiones se asienten en una exposición de los
hechos y en una alegación de los motivos jurídicos que las justifiquen.
Así se establece, por ejemplo, en el artículo 254 N° 4 C.P.C. al decir que la demanda debe contener
una enumeración precisa y clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya.
Mirado desde el punto de vista del juez se requiere iguales fundamentos jurídicos respecto de su
sentencia, incluso no sólo de su sentencia sino también respecto de otras resoluciones menores. Así, el
artículo 170 N° 4 C.P.C. dice que las sentencias definitivas deben contener las consideraciones de hecho
o de derecho que sirven de fundamento a la sentencia.
Pero no sólo los sujetos principales y el juez deben someterse a este principio de la fundabilidad,
sino que él también se impone a otros personajes secundarios del proceso, como son los testigos y los
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 159
peritos. Los primeros deben dar razón de sus dichos, y los segundos sujetarse a las reglas de la ciencia,
arte u oficio conforme al cual emiten esa pericia.
Hay autores que estiman que el principio de la fundabilidad es más bien el de la motivilidad.
Entendiendo que se motiva cuando se invoca además de disposiciones legales, los razonamientos
lógicos que llevan a una solución.
4. Principios de la preclusión y el de la libertad o elasticidad: Según Eduardo Couture el principio
de la preclusión es aquel que importa la pérdida, extinción o consumación de una actividad procesal.
Chiovenda por su parte señala que el principio de la preclusión es aquel en que cada actividad
procesal destinada a una finalidad determinada, tiene establecido un período en el proceso, transcurrido
el cual la actividad no puede realizarse.
Agrega que según el principio opuesto, cualquier actividad puede realizarse en cualquiera de los
períodos procesales. Concluye diciendo que la preclusión es una institución general, que consiste en la
pérdida de una facultad procesal por haberse llegado a los límites fijados por la ley para el ejercicio de
esa facultad en el juicio o en una fase del juicio.
A través de la preclusión se produce el efecto que tiene una etapa procesal de clausurar la anterior, la
que permanece firme. El proceso luego puede avanzar pero no retroceder.
El impulso procesal carecería de objeto sin la preclusión, puesto que de no existir, los actos
procesales podrían repetirse y el proceso obviamente no progresaría. Tampoco la preclusión sería
suficiente por sí misma, porque no se pasa de una etapa procesal a otra mecánicamente, sino que se pasa
por efecto del impulso procesal.
Se habla de preclusión y de elasticidad como caracteres generales de un procedimiento, según si el
orden de procedencia de los distintos actos procesales está, o no prescrito de un modo preciso y rígido,
de manera que si el acto no se realiza en el momento o dentro de la fase prescrita, la parte pierde el
poder de realizarlo.
En cambio, a través del principio de la elasticidad se da a la parte que debe llevar a cabo tal acto, una
cierta libertad para escoger el momento más oportuno sin tener señalado plazos perentorios de
caducidad.
• Manifestaciones o motivos de la preclusión:
Las principales manifestaciones que puede asumir este principio son las siguientes:
A. El plazo: En efecto, el transcurso del tiempo sin haberlo aprovechado para cumplir con una
determinada actividad, precluye la oportunidad para llevar a efecto dicho acto en beneficio de la parte
160 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
proceso: Este principio lo define el tratadista argentino Podetti como el deber de ser veraces y proceder
de buena fe, de todos cuantos intervienen en el proceso, a fin de hacer posible el descubrimiento de la
verdad.
Según Eduardo Couture buena fe procesal es la calidad jurídica de la conducta legalmente exigida
de actuar en el proceso con probidad, con el sincero convencimiento de hallarse asistido de razón.
Persigue entonces este principio impedir los abusos de las partes que tengan por objeto dilatar u
oscurecer el proceso, desvirtuando de este modo sus fines característicos.
De allí que, aplicándose este principio, corresponde a todos los que intervienen en el desarrollo de
un litigio hacer primar la buena fe y la lealtad procesal en todos sus actos, tanto en las relaciones de los
litigantes entre sí, como en las de éstos con el órgano judicial.
Este principio no tiene oponente o contradictor. No hay legislación que sancione como principio
formativo la mala fe procesal, no obstante ello, nuestra legislación procesal en algunas disposiciones,
como acontece en los artículos 88y724 C.P.C. y en el artículo 600 C.O.T., hace referencia a la mala fe
procesal para sancionar conductas reñidas con la buena fe procesal, incluso llega a presumir en
determinados momentos que alguna conducta de una parte es de mala fe.
Antes de la dictación del Código de Procedimiento Civil en 1902, regía en Chile la legislación
española: el Fuero Juzgo, el Fuero Real, las Siete Partidas, el Ordenamiento de Alcalá, las Leyes de
Toro, la Nueva Recopilación, la Novísima Recopilación.
Con posterioridad a la independencia se dictaron diversas y numerosas leyes de procedimiento que
tratan de reemplazar a las existentes en ese instante. Se contienen en las diversas Constituciones
Políticas, en el Reglamento de Administración de Justicia de 1824, en los decretos con fuerza de ley de
1838 conocidos como Leyes Marianas debido a su autor Mariano Egaña. No obstante, esta proliferación
de leyes procesales lleva a una confusión y engorro en la aplicación e interpretación de las normas
vigentes en un momento dado, dificultando enormemente su estudio. Así, desde 1840 se designan por
parte del gobierno diversas comisiones para elaborar un proyecto de Código de Procedimiento Civil, las
que no fructificaron en su empeño por codificar las leyes procesales. Sólo el 28 de agosto de 1902 por la
ley N° 1.552 se aprueba el proyecto de C.P.C., el que empieza a regir desde el 1 de marzo de 1903.
15.2. Estructura o sistemática:
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 163
El Código de Procedimiento Civil está estructurado en 4 libros, 925 artículos y un título final.
- El Libro I, que comprende de los artículos 1o al 252, lleva por epígrafe "Disposiciones Comunes a
Todo Procedimiento".
- El Libro II, que se extiende de los artículos 253 al 433, lleva por epígrafe "Del Juicio Ordinario".
- El Libro III, que va de los artículos 434 al 816, lleva por epígrafe "De los Juicios Especiales".
- El Libro IV, que comprende los artículos 817 al 925, lleva por epígrafe "De los Actos Judiciales
no Contenciosos".
Cada uno de estos libros se divide a su vez en títulos, y algunos de éstos en párrafos.
Especial referencia merece el Libro II relativo al procedimiento ordinario de mayor cuantía, porque
el artículo 3o C.P.C. dispone que él es de aplicación general.
Existen también normas en el Libro IV, Título I, artículos 817 al 828 C.P.C. que también tienen un
carácter general, y por ende van a regir en forma supletoria a todos aquellos asuntos judiciales no
contenciosos particularmente no reglados por el legislador.
La idea aludida consiste en poder determinar frente a una causa civil que le corresponda conocer a
alguno de los tribunales contemplados en nuestra legislación, cuál es el procedimiento aplicable a esa
causa en nuestro código de enjuiciamiento.
En este caso hay que distinguir entre:
a) Asuntos contenciosos civiles.
b) Asuntos no contenciosos civiles.
a) Asuntos contenciosos civiles:
a. 1) Si la acción que se trata de intentar tiene un procedimiento contemplado en el Libro III, la causa
va a quedar sometida a la siguiente normativa:
- Se tramita conforme al procedimiento especial que trata el Libro III.
- Esas disposiciones del Libro III "De los Juicios Especiales" se va a complementar con las
disposiciones del Libro I.
- Se le van a aplicar las del Libro II, referentes al procedimiento ordinario, en la medida en que las
reglas del Libro III más las del Libro I fuesen insuficientes, porque el Libro II tiene un carácter
supletorio en virtud del artículo 3o C.P.C.
a. 2) Si la causa no tiene un procedimiento contemplado en el Libro III:
- Se aplica el procedimiento ordinario del Libro II, que es de aplicación general en razón de lo que
dispone el artículo 3o C.P.C.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 165
16.1. La partes:
Parte procesal es la persona o personas que interponen la pretensión ante el órgano jurisdiccional y
la persona o personas frente a las que se interpone. Naturalmente es indiferente que esas personas sean
físicas o jurídicas.
Este concepto de parte es estrictamente de orden procesal y la calidad de parte la da la titularidad
activa o pasiva de una pretensión.
Las partes que normalmente intervienen en un juicio son:
- El demandante y
- El demandado.
Amén de esas partes que reciben la denominación de principales o directas pueden intervenir otras
personas por tener un interés actual en el resultado del juicio, y que reciben el nombre de partes
indirectas o terceros. Los terceros son aquellas personas que sin ser partes directas en el juicio
166 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
La designación más general de las partes se hace bajo el apelativo de demandante y demandado. Sin
embargo, también se les conoce con otros nombres, según sea la naturaleza del juicio en que
intervengan o recurso que interpongan. Así, tratándose de un juicio ejecutivo se habla de ejecutante y
ejecutado. Pueden también denominarse apelante y apelado, según se interponga o sufra un recurso de
apelación. Por otra parte, en la casación el que la intentó es el recurrente y el sujeto pasivo pasa a lla-
marse recurrido. Finalmente en el recurso de queja el que interpone el recurso es el quejoso.
Demandante: "es la parte que pide el reconocimiento o la declaración de un derecho, o bien aquel
que formula una pretensión respecto de otra parte".
Demandado: "es la parte frente a quien se formula la pretensión, es aquel contra quien se pide algo
• Observaciones generales:
Una misma persona puede tener en un juicio la calidad de actora y demandada, lo que acontece en
caso de producirse la reconvención.
Debe tenerse en cuenta que el representante legal no es parte en el juicio cuando actúa haciendo uso
de la representación que reviste. En esa situación, obra en nombre del respectivo incapaz. El en sí no es
parte, la parte es su representado.
Tratándose de los actos judiciales no contenciosos no se habla de parte puesto que en dichos actos
nadie pide nada en contra de otra persona, pues no hay controversia, litigio o juicio. De ahí que el
solicitante o peticionario reciba el nombre de interesado. Tampoco se habla de causa o litigio, sino que
de gestión.
Cuando se habla de partes indirectas o terceros relativos, hay que excluir a los terceros
absolutamente indiferentes a la relación jurídico material deducida en el proceso. Estos terceros que no
tienen un interés en el resultado del pleito, son ajenos a la contienda y no son parte en ella. Tales son,
por ejemplo, los testigos y los peritos.
Las partes indirectas o terceros pueden ser a su vez:
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 167
- Coadyuvantes.
- Excluyentes.
- Independientes.
La relación procesal que se forma en todo juicio puede ser simple o múltiple. Será simple cuando
intervengan un demandante y un demandado y será múltiple cuando una parte o ambas están formadas
por varios demandantes, o por varios demandados, o por varios demandantes y demandados a la vez.
Cuando existe esta última situación se dice que hay pluralidad de partes.
Estas personas que litigan conjuntamente ya sea como demandante, ya sea como demandado se
llaman colitigantes o litis consortes y la institución o figura procesal recibe el nombre de litis consortio.
conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la ley ".
Por su parte la litis consortio es obligatoria o necesaria cuando la ley exige que las partes actúen
conjuntamente.
Así acontece en la situación prevista en el artículo 19 C.P.C., en que aparece la necesidad de esta
litis consortio necesaria u obligatoria cuando indica que "si son dos o más las partes que entablen una
demanda o gestión judicial y deducen las mismas acciones, deberán obrar todas conjuntamente,
constituyendo un sólo mandatario.
La misma regla se aplicará a los demandados cuando sean dos o más y opongan idénticas
excepciones o defensas".
16.2.2. Requisitos de la litis consortio:
Los requisitos para que tenga lugar esta litis consortio son básicamente:
- Pluralidad de partes.
- Unidad de procedimiento.
Este último requisito, tiene el carácter de esencial y surge del propio concepto de lo que se entiende
por litis consortio.
No debe confundirse esta litis consortio con la multiplicidad de procesos, pues si se da esa
multiplicidad de procesos podrá haber acumulación de autos, y no litis consortio. Luego, lo que
distingue a la litis consortio es la unidad de proceso a que alude el artículo 18 C.P.C. al hablar de en un
mismo juicio.
16.2.3. Casos en que tiene lugar la pluralidad de partes o litis consortio facultativa (artículo 18
C.P.C.):
1. Cuando se deduzca la misma acción: Por ejemplo, es el caso de varios comuneros que deducen
una acción reivindicatoría.
2. Cuando se deduzcan acciones que emanen directa e inmediatamente de un mismo hecho: Por
ejemplo, la acción de indemnización de daños ocasionados en un accidente a varias personas, o cuando
existan varías personas autoras del daño y una sola víctima.
3. Cuando se procede conjuntamente por muchos o contra muchos en los casos que autoriza la ley:
Por ejemplo se procede por muchos cuando varios herederos del acreedor difunto cobran la deuda por
sus respectivas cuotas. Se procede contra muchos en el caso del Fisco que demanda a los deudores
morosos en el cumplimiento de sus obligaciones tributarias.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 169
Debe tenerse en cuenta que esta litis consortio del artículo 18 C.P.C. tiene el carácter de facultativa,
puesto que utiliza el verbo poder y no el verbo deber.
16.2.4. Casos en que tiene lugar la litis consortio obligatoria (artículo 19 C.P.C.):
En esta situación que se contempla en el artículo 19, no sólo debe obrarse conjuntamente, sino que
además constituir un solo procurador o mandatario común.
Según esta disposición se requiere:
- Que existan varios demandantes y demandados.
- Que ellos obren conjuntamente.
- Que constituyan un solo proceso.
Cuando esos varios demandantes deducen una misma acción, o bien cuando se trata de aquellos
casos en que varios demandados oponen las mismas excepciones o defensas, esta figura del artículo 19
C.P.C., los obliga a designar un mandatario común, lo que se conoce como litigar por una sola cuerda.
Esta disposición tiene el carácter de obligatoria, ya que se indica que deberán obrar todos
conjuntamente.
Debe ser nombrado por acuerdo de las partes a quienes va a representar, artículo 12 C.P.C.
Ese nombramiento debe verificarse dentro de un término razonable que señala el tribunal, es por
ende un caso de plazo judicial.
Si por omisión de todas las partes o por falta de avenimiento entre ellas no se hace el nombramiento
dentro del término indicado en el artículo 12, este nombramiento lo hará el tribunal que conozca de la
causa, debiendo, en este caso, recaer en un procurador del número o en una de las partes que haya
concurrido. Si la omisión es de alguna o algunas de las partes, el nombramiento hecho por la otra u otras
valdrá respecto de todas (artículo 13 C.P.C.)
Verificado el nombramiento de procurador común por las partes o por el tribunal en subsidio, esa
designación puede revocarse por el acuerdo unánime de las partes o bien por el tribunal a petición de
alguna de esas partes, habiendo motivos que lo justifiquen.
Los procedimientos a que de lugar la revocación se siguen en cuaderno separado y no suspenden el
curso de la causa.
170 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
Producirá sus efectos esa revocación sólo una vez que se haya constituido el nuevo procurador
(artículo 14 C.P.C.).
16.2.4.3. Normas a que debe ceñirse el procurador común:
El procurador común debe someterse a las instrucciones y a la voluntad de las partes que representa,
y si ellas no están de acuerdo puede actuar por sí solo y como se lo aconseje la prudencia, pero teniendo
siempre en mira la más fiel y expedita ejecución del mandato (artículo 15 C.P.C.).
Si una de las partes que está representada por este procurador común no se conforma con el
procedimiento que él ha seguido, puede independiente o separadamente hacer las alegaciones y rendir
las pruebas que estime pertinente, eso sí que en esta actividad que él va a desempeñar no puede
entorpecer la marcha del juicio, y debe usar los mismos plazos concedidos al procurador común.
En su obrar la parte que no esté de acuerdo con el procurador común, puede solicitar el otorgamiento
de plazos o su ampliación, interponer recursos a que haya lugar tanto respecto de las resoluciones que
recaigan en las solicitudes que presente, como sobre cualquier otra sentencia definitiva o interlocutoria
(artículo 16 C.P.C.).
Todo hombre es persona y, por lo tanto, puede ser parte en el proceso desde su nacimiento hasta su
muerte. Luego, todas las personas tanto naturales como jurídicas, pueden ser parte en juicio,
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 171
comprendiendo no sólo a las que son plenamente capaces, sino también a las que son absoluta y
relativamente incapaces.
Como en el Código de Procedimiento Civil no hay regla alguna que regule la capacidad para ser
parte, es que en esta materia se aplican las normas que sobre capacidad se contienen en el Código Civil,
en el Código de Comercio, y en general en todas las leyes sustantivas materiales, y por ende se dice que
la capacidad para ser parte es correlativa a la capacidad de goce.
En efecto, la aptitud para realizar válidamente actos procesales, precisa de una capacidad superior,
de otro grado de capacidad, que se llama capacidad procesal o legitimatio ad procesum.
Esta capacidad procesal es la aptitud legal que se requiere para comparecer ante los tribunales de
justicia, o para actuar en juicio por sí mismo.
Poseen esta capacidad para comparecer en juicio todas aquellas personas que según la ley sustantiva
son capaces de ejercitar derechos por si mismo sin el ministerio o autorización de otras, es decir,
aquellas personas que tienen capacidad de ejercicio.
Las personas que carecen de capacidad procesal deben suplir su incapacidad de acuerdo a las normas
materiales que están contenidas en el Código Civil, Código de Comercio, o en la ley respectiva, lo que
implica que ellas deberán comparecer ante los tribunales por intermedio de sus representantes o
autorizados por ellos en el caso de los relativamente incapaces, o a través de sus representantes legales
en el caso de los absolutamente incapaces. Así cuando estos incapaces actúan por intermedio de sus
representantes se dice que están representados, y esa representación recibe el nombre de representación
legal, la que se va a regir por las normas del Código Civil.
16.3.3. Capacidad para pedir en juicio o ius postulandi o capacidad de postulación:
Para intervenir durante el proceso haciendo peticiones o solicitando diligencias se requiere de una
capacidad especial.
El carácter técnico jurídico del instrumento procesal y la materia de que se trata en el proceso, el
interés de las partes y del Estado en el correcto ejercicio de la potestad jurisdiccional, conduce por regla
general, a que los actos procesales no los puedan realizar las partes por sí solas, sino unos técnicos en
derecho que actúan por ellas. Luego, la capacidad de pedir es una capacidad especial, técnica, típica del
derecho procesal que se reglamenta en leyes procesales.
Las personas que carecen del ius postulandi necesitan buscar el ministerio de ciertas personas para
actuar en el proceso so pena que si así no lo hiciesen, declararse inadmisible o improcedente sus peti-
172 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
ciones.
Luego, suplen su incapacidad técnica con esta representación típica, especial llamada representación
procesal regulada en las leyes procesales. En ella, el representante se llama procurador, y el represen-
tado poderdante, y la fuente de la representación: poder o mandato judicial.
Gozan de esta capacidad de postulación las personas señaladas en el artículo 2o de la ley N° 18.120.
• Diferencias entre la representación legal y procesal
Entre la representación legal regulada en las leyes sustantivas, y la representación procesal hay
ciertas diferencias.
La representación legal:
- Tiene por fin permitir la comparecencia en un juicio.
- Sus normas están contenidas en el Código Civil, y en otras leyes de carácter sustantiva.
- Su fuente es la voluntad soberana de la ley.
En cambio la representación procesal que proviene del ius postulandi:
- Permite la actuación de ciertas personas en el proceso.
- Se rige por leyes procesales.
- Su fuente es el acto convencional denominado mandato judicial.
16.4.Los terceros:
16.4.1. Concepto:
En términos generales "son terceros las personas que sin ser partes directas en el juicio intervienen
en él una vez iniciado, por tener un interés actual en su resultado, sosteniendo posiciones armónicas o
contradictorias con las de los sujetos directos".
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 173
o
16.4.4.1. Terceros coadyuvantes (artículo 23 inciso 1 C.P.C.):
Concepto: "Son terceros coadyuvantes las personas que sin ser partes directas en el juicio
intervienen en él una vez iniciado, por tener interés actual en su resultado, sosteniendo posiciones
armónicas y concordantes con las de una de las partes directas".
Intervienen en un juicio con posterioridad a su inicio y se colocan en la misma posición procesal que
una de las partes directas, ya sea el demandante o el demandado. Obviamente apoyarán al demandante o
al demandado, a quien lo ligue un interés común y su intervención estará destinada a apoyar la posición
del que sostiene el derecho que él también hace suyo. De ahí que la ley equipara a este tercero
coadyuvante con la parte misma a quien coadyuva.
Este tipo de tercero constituye con la parte directa a la que apoya una sola identidad, por ende tienen
los mismos derechos que concede el artículo 16 C.P.C. a cada una de las partes representadas por un
procurador común.
• Alcances al artículo 23 inciso 1 °:
"Los que sin ser partes directas en el juicio, tengan interés actual en sus resultados, podrán en
cualquier estado de él intervenir como coadyuvantes, y tendrán en tal caso los mismos derechos que
concede el artículo 16 a cada una de las partes representadas por un procurador común, continuando
el juicio en el estado en que se encuentre
- Una que interviene el tercero, el juicio continúa en el estado que se encuentre al momento de la
intervención, así lo expresa el artículo 23 inciso 1o parte final C.P.C.
- Estos terceros coadyuvantes pueden intervenir en cualquier estado del juicio. Ello significa que el
tercero puede intervenir tanto en primera como en segunda instancia, e incluso ante la Corte Suprema si
ésta está conociendo del asunto por vía de casación.
- Punto discutido en cambio es si estos terceros coadyuvantes pueden apelar o recurrir de casación
respecto de una sentencia dictada en un juicio en que no han intervenido sino hasta el momento de su
dictación.
Hay quienes creen que la interposición de tales recursos es posible por este tercero, porque el juicio
subsiste mientras no esté firme la sentencia definitiva dictada.
Hay otros que afirman que esa intervención no es posible, porque el fallo dictado en esas
condiciones no les causaría un agravio, toda vez que esos terceros no han comparecido a la litis, luego
no pueden ser agraviados por el fallo.
La jurisprudencia al respecto es también contradictoria.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 175
-Estos terceros coadyuvantes una vez admitida su intervención deben obrar conjuntamente con la
parte a quien coadyuvan y por ende, deben constituir un sólo mandatario, un procurador común.
Ese procurador común tendrá que ser designado de común acuerdo o en su defecto por el tribunal,
según lo indican los artículos 12 y 13 del
C.P.C.
- Estos terceros coadyuvantes cuando intervienen en el juicio deben respetar todo lo obrado con
anterioridad.
- Cuando el tercero interviene debe hacerlo mediante una presentación escrita, esa presentación el
tribunal debe proveerla conforme a derecho, lo que significa darle una tramitación incidental, puesto
que la intervención del tercero es una cuestión accesoria al juicio.
Que él tribunal de una tramitación incidental a la presentación del tercero quiere decir que debe oír a
las partes directas. Estas partes directas formularán sus observaciones u objeciones para estimar
procedente o improcedente la intervención del tercero.
En esta tramitación incidental el tercero deber probar su interés para intervenir en el juicio.
Concepto: "Son terceros excluyentes aquellos que concurren al juicio reclamando un derecho
propio e incompatible con el que pretenden las partes principales".
Se le llama también opositor.
La situación jurídica de este tercero es diferente a la de ambas partes, ya que los intereses que él
invoca son contrarios a los de ambas partes directas.
Este tercero concurre al juicio con el fin de reclamar un derecho propio que se contrapone al de las
partes y, por ende, su intervención no se confunde con ninguna de las dos partes en el pleito, acciona
contra el demandante y demandado de la primitiva relación procesal.
La intervención de este tipo de tercero la admite el legislador con el fin de evitar dos juicios
sucesivos contra el demandante y el demandado, es decir, se admite por razones de economía procesal.
Se evita además posibles sentencias contradictorias sobre la misma materia.
• Alcances al artículo 22 C.P.C.
"Si durante la secuela del juicio se presenta alguien reclamando sobre la cosa litigada derechos
incompatibles con los de las otras partes, admitirá el tribunal sus gestiones en la forma establecida en
el artículo 16 y se entenderá que acepta todo lo obrado antes de su presentación, continuando el juicio
en el estado en que se encuentre ".
176 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Cuando interviene este tercero se entiende que acepta todo lo obrado con anterioridad a su
presentación, y continúa el juicio contra las partes directas en el estado en que se encuentre.
- Un segundo alcance alude al momento en que este tercero puede intervenir. El Código no señala
expresamente el momento en que puede intervenir este tercero, pero sí lo indica de modo implícito al
prescribir que "si durante la secuela del juicio", lo que significa que el tercero puede intervenir en
cualquier estado del juicio, en primera o segunda instancia, antes de que esté firme la sentencia de
término.
- La presentación que haga el tercero excluyente y por la cual solicita se le admita en esa calidad, se
va a tramitar en forma incidental. En ella va a tener que justificar el interés actual que invoca y calificar
la incompatibilidad de este derecho invocado con alguno de los derechos alegados por las partes
principales. Terminado el incidente y acreditado el interés y la incompatibilidad, puede admitirse la
intervención en el juicio de ese tercero excluyente.
- En cuanto a la forma en que continua el juicio una vez que se admite la solicitud del tercero surge
un problema a raíz de que el artículo 22 se remite al artículo 16 C.P.C.
Por esta remisión pareciera, a primera vista, que el tercero excluyente debe obrar conjuntamente con
alguna de las partes a través de un procurador común.
Pero, esta remisión debe entenderse en el sentido que el tercero no puede obrar conjuntamente con
ninguna de las partes principales debido a que su interés es contrario e incompatible a los de éstos.
Deber obrar separadamente, puesto que su interés es propio, contrapuesto al de las partes principales.
Dado lo anterior es que la referencia al artículo 16 debe entenderse hecha a aquella parte que señala
que "podrán separadamente hacer las alegaciones y rendir las pruebas que estimen conducentes, pero
sin entorpecer la marcha regular del juicio y usando de los mismos plazos concedidos al procurador
común ", y no a aquella parte de dicha disposición que alude a que las partes deben estar representadas
por un procurador común.
16.4.4.3. Terceros independientes, artículo 23 inciso final C.P.C.:
Concepto: "Son terceros independientes los que sostienen un interés propio, independiente y
autónomo del de las partes directas".
• Alcances al artículo 23 inciso final C.P.C.
"Si el interés invocado por el tercero es independiente del que corresponde en el juicio a las dos
partes, se observará lo dispuesto en el artículo anterior".
Los comentarios que merece este artículo 23 inciso final C.P.C. son similares a los indicados para
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 177
los terceros excluyentes, ya que el tercero independiente se encuentra en la misma situación procesal
que el excluyente.
17. La comparecencia.
La representación procesal está regulada en la ley N° 18.120, de 18 de mayo de 1982, sin perjuicio
de ello se encuentra también regulada por el artículo 4o C.P.C. que abre el Libro I título II, que lleva
como epígrafe "De la comparecencia en juicio".
No obstante que el legislador en este artículo habla de comparecer en juicio, en realidad se está
refiriendo al ius postulandi o capacidad para pedir en juicio, de realizar personalmente actos de
procedimiento.
Según este artículo 4o C.P.C., "toda persona que deba comparecer en juicio a su propio nombre o
como representante legal de otra, deberá hacerlo en la forma que determine la ley".
Y es la ley N° 18.120 la que determina esta forma. Este cuerpo legal tiene una norma especial que
establece que si no se tiene capacidad de pedir en juicio se debe actuar ante los tribunales por medio de
un procurador, representado por un mandatario judicial que reúna los requisitos que exije la ley.
Excepcionalmente nuestro legislador permite la comparecencia personal, bastando poseer la capacidad
procesal para pedir.
Pueden ser mandatarios o procurador judicial aquellas personas que según la ley N° 18.120 tienen
ius postulandi. Es el artículo 2o de la ley N° 18.120 el que se encarga de indicarlos:
1. Abogado habilitado para el ejercicio de la profesión: Se entiende por tal, aquel que no está
suspendido del ejercicio profesional, que no ha sido objeto de esta medida disciplinaria, o condenado
conforme al art. 40 del Código Penal3.
Además debe estar al día en el pago de la patente profesional. Esta es una obligación contenida en la
Ley de Municipalidades, y es una de las fuentes para formar su presupuesto.
La patente profesional tiene un valor variable, se cancela en dos cuotas semestrales (una que cubre el
lapso enero-julio, y la otra julio-enero).
En los distintos tribunales el secretario está en condiciones de requerir certificado de que se está al
día en el pago de la patente profesional.
2. Procurador del número: El procurador del número se consagra en el artículo 394 C.O.T. Son
auxiliares de la administración de justicia encargados de representar a las partes.
3. Estudiantes de derecho de tercero a quinto año: También tienen ius postulandi los estudiantes
actualmente inscritos en tercer, cuarto o quinto año de las Escuelas de Derecho de las Facultades de
Ciencias Jurídicas y Sociales de alguna de las universidades autorizadas.
4. Egresados de derecho: Los egresados de estas mismas facultades hasta tres años después de haber
rendido los exámenes correspondientes, gozan igualmente del ius postulandi.
5. Aquel que designe la Corporación de Asistencia Judicial: Se trata de una corporación de derecho
público encargada de velar para que puedan tener representación ante los tribunales de justicia y defensa
jurídica, las personas que carecen de los medios necesarios para contratar abogado.
Se logra este fin, principalmente, a través de la práctica de los egresados de derecho.
17.3.Excepción a la obligación de designar mandatario judicial:
Excepcionalmente no se requiere de representación a través de las personas señaladas, pudiéndose
por ende actuar personalmente:
- Cuando la ley exige la intervención personal de la parte.
- Tampoco se requiere la actuación de mandatario en aquellas comunas en que el número de
abogados en ejercicio sea inferior a cuatro, hecho que determina la Corte de Apelaciones
correspondiente (artículo 2o inciso 9o ley N° 18.120).
- Tampoco se precisa de mandatario judicial en los asuntos que conozcan determinados tribunales
señalados en el artículo 2o inciso 11, ley N° 18.120.
-Tampoco es necesaria la intervención de mandatario judicial en la solicitud de pedimento de minas
que se solicita ante el tribunal, sin perjuicio de cumplirse esta exigencia en los trámites posteriores a que
estas actuaciones den lugar (artículo 2o inciso 10, ley N° 18.120).
- Cuando el juez ha autorizado a la parte para que comparezca y actúe personalmente atendida la
naturaleza y cuantía del litigio, o las circunstancias que se hicieren valer. Ello sin perjuicio de exigir la
intervención de abogado si la corrección del procedimiento así lo aconsejare (artículo 2° inciso 3o ley
N° 18.120).
Por último, debe tenerse en consideración que en aquellas ciudades en que rija la obligación referida
y no existan entidades públicas o privadas que presten asistencia jurídica o judicial gratuita, las personas
notoriamente menesterosas a juicio del tribunal, serán representadas gratuitamente por el abogado de
turno (artículo 2o inciso final ley N° 18.120).
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 179
La ley no sólo impone a los litigantes la carga de conferir su representación a un procurador para
que actúe a su nombre, sino también les exige designar un abogado patrocinante en su primera
presentación. Así lo establece el artículo 1o de la ley N° 18.120.
Las personas con ius postulandi pueden representar en juicio, pero sólo una de ellas (abogado
habilitado para el ejercicio de la profesión) puede asumir el patrocinio ante cualquier tribunal de la
República.
18. El patrocinio.
18.1.Concepto:
Por patrocinio se entiende "el acto por el cual una persona encomienda a un abogado la defensa de
sus derechos en juicio " (artículo 528 C.O.T.).
La diferencia fundamental con el mandato judicial radica en que a través del patrocinio se
180 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
En algunas legislaciones se discute la naturaleza jurídica del patrocinio, es decir, de qué índole es
este vínculo que une al cliente con el abogado.
En nuestro país en cambio, no cabe traer a colación tal discusión pues el artículo 528 C.O.T. señala
que este patrocinio es un mandato, y que se halla sujeto a las reglas que el Código Civil establece para
dicho tipo de contratos.
Dentro de las diversas categorías de contratos es de orden consensual.
En cuanto a la forma de constituir este mandato, la ley procesal no reglamenta la forma de constituir
el patrocinio, sino se remite a las reglas que al respecto hay en el derecho civil para el mandato.
Únicamente para los efectos de constancia en autos y para el ejercicio de los derechos procesales en
relación a esta institución, se exige la obligación mencionada en el artículo 1o inciso 2o de la ley N°
18.120.
Esta exigencia de dejar constancia, no constituye el contrato de patrocinio, ni siquiera constituye su
aceptación, es un simple acto procesal que da a entender que el abogado ha celebrado el contrato de
patrocinio con su cliente, que lo ha aceptado y que asume desde esa constancia la defensa de los
derechos en juicio.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 181
La defensa, o sea el patrocinio, no origina ni significa por sí misma representación. La misión del
defensor, del patrocinante no es sustituir la persona del litigante o interesado, sino tener la dirección
superior del negocio judicial, esbozar las presentaciones, preparar las acciones y excepciones, adaptar o
acomodar el derecho al caso concreto que se disputa. En definitiva y como dice Carnelutti, el abogado
patrocinante es el técnico del derecho, mientras que el procurador o mandatario judicial es el técnico del
proceso.
No obstante lo dicho, según el artículo l°inciso 3o de la ley N° 18.120, "el abogado podrá tomar la
representación de su patrocinado en cualquiera de las actuaciones, gestiones o trámites de las diversas
instancias del juicio o asunto".
Expira por renuncia del abogado patrocinante cuando éste por su mera voluntad termina el vínculo
representativo.
Cuando el patrocinio termina por la renuncia del abogado patrocinante, éste debe ponerla en
conocimiento del patrocinado junto con el estado del negocio, y conserva su responsabilidad hasta que
haya transcurrido el término de emplazamiento contado desde la notificación de la renuncia, a menos
que se haya designado con antelación otro patrocinante (artículo 1o inciso 4o, ley N° 18.120).
Va a terminar por revocación cuando el poderdante pone término al patrocinio constituido por su
sola manifestación de voluntad.
Esa revocación puede ser:
- Expresa: cuando el mandante manifiesta de manera explícita su voluntad de poner término al
vínculo que lo liga con el patrocinante.
182 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
- Tácita: cuando provenga de la ejecución de ciertos actos que manifiestan de manera implícita la
voluntad para terminar el patrocinio.
18.5.3. Por fallecimiento del patrocinante:
Si la cesación del patrocinio se debe al fallecimiento del abogado patrocinante, el interesado debe
designar otro en su reemplazo en la primera presentación que hiciere, en la forma y bajo la sanción que
indica el inciso 2o de este artículo, artículo 1o inciso final de la ley N° 18.120.
El mandato judicial está regido por los artículos 6o y 7º C.P.C.; artículo 395 C.O.T. y por algunas
disposiciones del Código Civil.
En general el mandato es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios a
otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera.
La persona que confiere el encargo se llama comitente o mandante; y la que lo acepta apoderado o
procurador, y en general mandatario.
Si el mandato comprende uno o más negocios especialmente determinados se llama especial. Si se
da para todos los negocios del mandante es general, así lo dispone el artículo 2130 C.C.
Por su parte, el artículo 395 C.O.T. define desde un punto de vista procesal este mandato judicial
expresando que "es el acto por el cual una parte encomienda a un procurador la representación de sus
derechos en juicio".
De los conceptos señalados se desprende que el mandato judicial es un mandato especial, pues se
refiere a negocios judiciales.
A este mandato judicial se le aplican las reglas contenidas en el Código Civil, en cuanto no
aparezcan modificadas por el Código Orgánico de Tribunales, el Código de Procedimiento Civil o por la
ley N° 18.120.
A este mandato judicial se le llama también procuraduría o procúratela, y el mandatario recibe el
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 183
apelativo de procurador.
El mandato civil es consensual pues se perfecciona con el mero consentimiento de los contratantes
(artículo 2123 C.C.).
Él mandato judicial en cambio es solemne, su solemnidad consiste en que debe constar
necesariamente por escrito.
• Formas en que se constituye el mandato judicial:
El artículo 6o C.P.C., al respecto prescribe que "el que comparezca en juicio a nombre de otro, en
desempeño de un mandato o en ejercicio de un cargo que requiera especial nombramiento, deberá
exhibir el título que acredite su representación.
Para obrar como mandatario se considera poder suficiente:
a) El constituido por escritura pública otorgada ante notario;
b) El que conste de un acta extendida ante un juez de letras o ante un juez árbitro, y suscrita por
todos los otorgantes;
c) El que conste de una declaración escrita del mandante, autorizada por el secretario del tribunal
que esté conociendo de la causa ".
Claro está que lo indicado en el artículo 6o C.P.C., no son las únicas formas de constituir el mandato
judicial, así encontramos que éste también puede constituirse por un procurador común en la forma que
dispone este mismo código en el artículo 12 y siguientes.
Fuera del Código de Procedimiento Civil existe la forma señalada en el artículo 29 inciso 2o de la
ley N° 18.092 del 17 de enero de 1982 sobre letras de cambio, que expresa que el endosatario en
comisión de cobranza puede cobrar y percibir incluso judicialmente, y tiene todas las atribuciones
propias del mandatario judicial comprendiéndose en éstas aquellas que la ley señala como facultades
especiales o extraordinarias.
Por último, de acuerdo a lo previsto en el artículo 54 de la ley N° 19.718 que crea la defensoría
184 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
penal pública, "Se entenderá, por el solo ministerio de la ley, que el abogado designado tiene patrocinio
y poder suficiente para actuar en favor del beneficiario, en los términos que señala el inciso primero
del artículo 7° del Código de Procedimiento Civil, debiendo comparecer inmediatamente para
entrevistarse con él e iniciar su labor de defensa".
19.2.2. En cuanto a la libertad de las partes para elegir la persona del mandatario:
En el mandato civil, las partes tienen plena libertad para elegir al mandatario.
En cambio, en el mandato judicial las partes no tienen esta libertad en forma tan absoluta. Ello es así
porque esa designación debe necesariamente recaer en alguna de aquellas personas mencionadas en el
artículo 2o de la ley N° 18.120, esto es, en personas que posean el ius postulandi.
En cuanto a la forma en que se acredita tener el ius postulandi, en el caso del abogado se acredita a
través de su título profesional. Tratándose del procurador del número, lo hará mediante el Decreto
Supremo dictado por el Presidente de la República en que consta su nombramiento. En el caso del
mandatario designado por la Corporación de Asistencia Judicial, esa calidad se acredita mediante
certificado que expide la misma Corporación. Finalmente los estudiantes y egresados de derecho lo
hacen mediante la certificación que expide la autoridad universitaria pertinente.
• Incumplimiento de la obligación de designar mandatario judicial:
En caso que no se cumplan estas normas relativas a la constitución del mandato el artículo 2 o inciso
4o de la ley N° 18.120 establece que "si al tiempo de pronunciarse el tribunal sobre el mandato éste no
estuviere legalmente constituido, el tribunal se limitará a ordenar la debida constitución de aquél
dentro de un plazo máximo de tres días. Extinguido este plazo y sin otro trámite, se tendrá la solicitud
por no presentada para todos los efectos legales. Las resoluciones que se dicten sobre esta materia no
serán susceptibles de recurso alguno ".
De acuerdo a los artículos 2131 y 2132 C.C., el mandante en el mandato civil tiene plena libertad
para conferir las facultades que él estime convenientes al mandatario.
Para efectos del mandato judicial, en cambio, hay que distinguir dos clases de facultades:
- Aquellas facultades concedidas sin expresa mención, que son inherentes al mandato judicial. Ellas
son las facultades ordinarias, como por ejemplo se pueden citar las de deducir recursos, promover
incidentes y ofrecer pruebas.
-Aquellas facultades que para que puedan ser ejercidas por el mandatario es preciso que se le
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 185
Son aquellas que la ley confiere al procurador para desenvolver de manera continua y normal la
relación procesal sin que sea posible al poderdante regularlas a su voluntad.
• Características:
- Son legales, porque más que la voluntad del poderdante es la disposición de la ley quien las genera
y mantiene en el curso del negocio judicial.
- Son esenciales, porque existen aun contra la voluntad de los interesados, no se puede establecer en
el poder nada que tienda a su transformación o menoscabo.
- Son generales en lo que se refiere a los actos que supone para el representante, esos actos son
ilimitados, no taxativos, son tantos cuantos requieran las formalidades del negocio que se encomienda
al mandatario, sus únicos límites son las normas del respectivo procedimiento.
El artículo 1° inciso 1o C.P.C. se refiere a las facultades ordinarias, y de acuerdo a esta norma se
autoriza al procurador para tomar parte en el juicio, del mismo modo que podría hacerlo el poderdante,
interviniendo en todos los trámites e incidentes del juicio y en todas las cuestiones que por vía de
reconvención se promuevan, hasta la ejecución completa de la sentencia definitiva.
Este mandato judicial en lo que respecta a sus facultades ordinarias puede delegarse, y esa
delegación obliga al mandante a menos que éste haya negado esa facultad de delegar (artículo 7 o inciso
1o parte final).
Hay en este aspecto una diferencia entre el mandato civil y el judicial. Si bien en ambos se acepta el
principio de que el mandatario puede delegar su mandato, es lo cierto que en el mandato civil el
mandatario para efectuar tal actuación requiere autorización de su poderdante. En cambio en el mandato
judicial no se precisa esta autorización, el mandato puede delegarse obligando con ello al mandante, con
la única limitante de no poder hacerlo si se le niega esa facultad.
Respecto de la delegación del mandato judicial hay que considerar que el delegado no puede a su
vez delegar el mandato, no hay delegado de delegado. Si así se hiciere cabría sostener que el segundo
delegado carece de representación.
19.2.3.3. Limitación de las facultades ordinarias del mandato judicial:
Las facultades ordinarias no pueden limitarse, salvo la referida a la delegación del mandato.
186 HÉCTOR OBERG YÁÑEZ – MACARENA MANSO VILLALÓN
El mismo legislador se encarga de establecer que las cláusulas en que se nieguen o en que se limiten
las facultades ordinarias son nulas.
• Incidentes que se promuevan:
Las facultades ordinarias se extienden a todos los trámites e incidentes que se susciten en el curso
del juicio, así lo establece expresamente el artículo 7o inciso 1o C.P.C.
Esta expresión incidente que se usa por esta disposición, debe tomarse en sentido amplio como toda
cuestión accesoria a un juicio que requiera un pronunciamiento especial con o sin audiencia de las
partes.
El mandatario constituido en la causa principal puede perfectamente intervenir en lo que es
accesorio a un juicio.
Así por ejemplo, en el caso de las gestiones preparatorias de la vía ejecutiva en que el abogado o
procurador constituido en ellas está habilitado para ejecutar la demanda posterior en el caso que ella
prospere. Igual acontece en las tercerías que pueden generarse en el juicio ejecutivo, que también
pueden entenderse comprendidas en el mandato constituido en la ejecución.
o
19.2.4. Facultades extraordinarias (artículo 7º inciso 2 C.P.C.):
19.2.4.1. Características:
- Son convencionales, su origen no es la voluntad de la ley sino la de las partes contratantes quienes
las consagran en forma expresa al momento de otorgar el mandato. Por tal motivo pueden regularse en
la forma que se desee por las partes, e incluso suprimirse sin que por ello se altere la representación que
se constituye.
- Son accidentales al poder, no le pertenecen ni esencial ni naturalmente. Para su existencia se
requiere de una cláusula especial.
- Son especiales, están enumeradas en el artículo 7º inciso 2° C.P.C. Respecto a la enumeración que
indica el artículo 7º inciso 2o, hay
quienes piensan que esta enumeración tiene un carácter taxativo. Otros por el contrario estiman que no
es así ya que hay ciertos actos no comprendidos en esta enumeración y que requieren de una mención
especial, citan como ejemplo el caso de la novación.
DERECHO PROCESAL O RGÁNICO 187
- Son dispositivas, pues ellas en mayor o menor grado suponen el ejercicio de actos de esta índole.
Con este tipo de facultades el representante puede comprometer esencialmente los intereses de su repre-
sentado.
Se discute que significa el término sin mención expresa que usa el legislador. ¿Significa que estas
facultades deben enunciarse una por una por el poderdante, o por el contrario es suficiente una
referencia de orden general a ellas?
Tanto la doctrina como la jurisprudencia han entendido que se cumple este requisito de hacer
mención expresa de las facultades especiales cuando se utiliza por el poderdante la expresión genérica.
Como por ejemplo si el mandante señalara que otorga todas las facultades a que se refiere el artículo 1°
inciso 2o C.P.C.
Por el contrario si el mandante no quiere conferir todas o algunas de las facultades especiales que se
contemplan en la citada norma, debe expresar que las excluye.
19.2.5. Enumeración de las facultades especiales del mandato judicial:
expresa, porque el ejercicio de esta facultad importa extralimitación absoluta del mandato, pues
imposibilita para llevar a efecto el negocio que el poderdante encomienda al procurador.
No obstante la redacción del artículo 7o inciso 2o C.P.C. ha permitido a algunos autores concluir lo
contrario.
2. Aceptar la demanda contraria: La aceptación de la demanda tiene que ser expresa. Esta facultad es
inconciliable con la esencia misma del mandato. En el artículo 313 C.P.C. se reglamenta la aceptación
de la demanda en el juicio ordinario.
3. Absolver posiciones: Ésta consiste en llamar a confesar a un litigante sobre hechos personales del
mismo.
Esta facultad no impide que en un litigio pueda absolver posiciones el mandatario, aun cuando
carezca de esta facultad especial, sobre hechos personales del mismo, porque esta facultad
extraordinaria se refiere a confesar sobre hechos personales del mandante y no del mandatario, según lo
que prescribe el artículo 396 C.P.C.
4. Renunciar a los recursos o términos legales: No debe confundirse la renuncia de los recursos con
el desistimiento de los mismos.
Renunciar es la dejación o abandono del derecho que se tiene pero que aún no se ha ejercitado.
Por el contrario, se desiste de un recurso el que manifiesta su voluntad de abandonarlo después de
interponerlo.
Si un mandatario no interpone un recurso o deja de usar un término legal para hacer valer los
derechos de su mandante, no por eso habrá existido una renuncia a tales facultades, así lo dejó
establecido la historia fidedigna del establecimiento de esta disposición. La jurisprudencia se ha
encargado de mantener este criterio.
5. Transigir: La transacción es un cuasicontrato contemplado en los artículos 2446 y 2448 C.C., que
se encargan de repetir la norma del artículo 7o inciso 2o C.P.C.
Para que estemos frente a una transacción es menester que se den los siguientes elementos de
existencia:
- Debe haber una determinada relación jurídica incierta.
- Debe haber una intención de las partes de precaverla o de ponerle término, reemplazándola por
otra estable y cierta.
- Debe haber concesiones recíprocas que se den entre los contratantes.
6. Comprometer: Requiere también mención expresa la facultad de comprometer, vale decir, la
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El mandato judicial en principio termina por las mismas causales que el mandato civil, las que se
señalan en el artículo 2163 C.C. No obstante lo dicho, en esta enumeración de causales que motivan la
expiración del mandato civil hay ciertas modificaciones en lo que respecta al término del mandato
judicial. Así por ejemplo:
- El mandato judicial no termina por la muerte del mandante (artículos 396 y 529 C.O.T.).
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- las causales de expiración del mandato judicial no operan de pleno derecho, el mandato y por ende
el mandatario siguen invistiendo esa calidad en el juicio, aun cuando con el mérito de la ley sustantiva
haya dejado de serlo.
Va a mantener la calidad de mandatario judicial hasta el momento en que en el proceso haya
testimonio de haber expirado el mandato (artículo 10 inciso 1o C.P.C.).
- Si la expiración del mandato se debe a la renuncia del mandatario, éste está obligado a ponerla en
conocimiento del mandante junto con el estado del juicio.
Se entiende vigente el mandato hasta que transcurre el término de emplazamiento contado desde la
notificación de la renuncia al mandante.
De ahí que deba dejarse constancia en el proceso de la renuncia, de la notificación al mandante de la
misma y del estado del juicio.
Tratándose del mandato judicial, parte de la doctrina y la jurisprudencia han estimado que es
improcedente.
La razón de no aceptarlo es la discrepancia que puede presentarse en la actuación de varios
mandatarios, considerando la naturaleza del juicio que requiere de una sola mano.
La jurisprudencia sí permite que las partes en un juicio puedan ser defendidas por más de un
abogado patrocinante, considerando que esta pluralidad de patrocinantes no trae consigo los
inconvenientes de los mandatarios comunes, y no se opone a la economía procesal.
El Código admite la comparecencia al juicio de una persona que obre sin poder, en beneficio de
otra, con tal que ofrezca garantía de que el interesado aprobará lo que se haya obrado en su nombre, y a
esta persona se le llama gestor o agente oficioso.
Esta comparecencia oficiosa, cuyos orígenes se remontan al derecho romano, se conoce también
como comparecer con fianza de rato.
El gestor debe ofrecer una fianza o garantía llamada fianza de rato o de ratificación, que va a
garantizar que el interesado a cuyo nombre se comparece va ratificar lo que haga el agente oficioso o
gestor.
El tribunal, para aceptar la comparecencia, debe calificar las circunstancias del caso, la garantía
ofrecida y debe fijar un plazo para la ratificación del interesado.
Si el tribunal acepta esa garantía, debe fijar un plazo dentro del cual el ausente debe proceder a
ratificar todo lo obrado a su nombre.
Naturalmente que la persona por quien actúa no tiene la obligación de aceptar las intervenciones de
ese gestor o agente oficioso. Y, si el interesado no ratifica lo obrado dentro del plazo fijado por el
tribunal, todo ello queda sin valor y la garantía sirve para responder de los perjuicios causados a la otra
parte.
El agente oficioso debe ser persona capaz de comparecer ante el respectivo tribunal de acuerdo con
la ley N° 18.120 y si carece de ius postulandi, deberá hacerse representar en la forma legal.
Es una condición esencial que toda persona jurídica cuente con un representante legal y éste se
determina conforme a las leyes sustantivas que reglamentan la respectiva persona jurídica.
El C.P.C. regula especialmente lo relativo a la representación legal de las personas jurídicas y de los
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ausentes.
Según el artículo 8o representan legalmente a una persona jurídica:
- En el caso de las sociedades civiles o comerciales el gerente o administrador de ellas.
- En el caso de las corporaciones o fundaciones con personalidad jurídica: el presidente de ellas.
Estos representantes tienen las facultades generales del artículo 7o inciso 1o C.P.C., no obstante
cualquier limitación que se establezca en los estatutos o actas constitutivas de la sociedad o corporación.
Estos representantes deben obrar en juicio en los términos que establece la ley N° 18.120.
En cuanto a la representación de los ausentes la materia se regula en el artículo 11 C.P.C., teniendo
presente, para estos efectos, que ausente es la persona que ha abandonado el territorio de la República.
Para precisar los efectos del ausente en la comparecencia en juicio es menester distinguir entre:
- El caso en que haya motivo para temer que se ausente en breve tiempo del país.
- El caso de una persona que se ausentó del país.
1. En el primer caso, puede exigírsele a esa persona y en el carácter de medida prejudicial, que
constituya en el lugar donde va a entablarse el juicio un apoderado que la represente y que responda por
las costas y multas en que eventualmente pueda ser condenada, todo ello bajo el apercibimiento si no lo
hace de nombrársele un curador de bienes (artículos 284 y 285 C.P.C.).
2. En el segundo caso, hay que distinguir dos situaciones:
- Que haya dejado constituido un mandatario.
- Que no haya dejado constituido un mandatario.
2.1. Si dejó constituido mandatario, hay que volver a distinguir:
a) Si el mandatario está facultado para contestar demandas se notifica a ese mandatario y se sigue el
juicio con él (artículo 11 C.P.C.).
b) Si el mandatario no está facultado para contestar demandas, hay que hacer un subdistingo:
- Si el ausente tiene domicilio conocido se le debe notificar la demanda mediante un exhorto
internacional;
- Si el ausente no tiene domicilio conocido deberá asumir su representación el defensor de ausentes,
también llamado defensor público, de obras pías y de beneficencia.
2.2. Si el ausente no dejó constituido mandatario: También hay que distinguir entre:
a) Si se ignora su paradero se puede solicitar el nombramiento de un curador de bienes de acuerdo al
artículo 473 C.C. y 845 C.P.C.
b) Si se conoce el paradero del ausente, en cuyo caso debe notificársele la demanda mediante el
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correspondiente exhorto.
concepto de la ley sustantiva ponen término a la representación. Caso típico es el del padre cuando el
hijo llega a la mayoría de edad.
En materia procesal se precisa algo más que la simple ocurrencia de esos hechos para que cese la
representación procesal. Se requiere:
- Que el representado comparezca al juicio ya sea personalmente o a través de un mandatario.
- Que en el expediente conste que se haya notificado a ese representado la cesación de la
representación y el estado del juicio.
El representante está obligado a gestionar para que se practique esa notificación dentro del plazo que
el tribunal designe, bajo sanción de pagar una multa y de abonar los perjuicios que resulten.
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