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El documento resume las ideas del sociólogo polaco Zygmunt Bauman sobre la "modernidad líquida". Bauman contrasta la modernidad sólida con la postmodernidad líquida, caracterizada por el cambio constante, la inestabilidad y la ausencia de compromisos a largo plazo. También analiza los retos que plantea esta época líquida para la educación, como que el conocimiento solo se valora para usos inmediatos y que los cambios sociales son impredecibles.
El documento resume las ideas del sociólogo polaco Zygmunt Bauman sobre la "modernidad líquida". Bauman contrasta la modernidad sólida con la postmodernidad líquida, caracterizada por el cambio constante, la inestabilidad y la ausencia de compromisos a largo plazo. También analiza los retos que plantea esta época líquida para la educación, como que el conocimiento solo se valora para usos inmediatos y que los cambios sociales son impredecibles.
El documento resume las ideas del sociólogo polaco Zygmunt Bauman sobre la "modernidad líquida". Bauman contrasta la modernidad sólida con la postmodernidad líquida, caracterizada por el cambio constante, la inestabilidad y la ausencia de compromisos a largo plazo. También analiza los retos que plantea esta época líquida para la educación, como que el conocimiento solo se valora para usos inmediatos y que los cambios sociales son impredecibles.
Nace 19 de noviembre 1925 y muere en 9 enero 2017 con 92 años. Sociólogo polaco. Exiliado del nazismo, sufre persecuciones. Obras: Los retos de la educación en la modernidad líquida. El amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Vidas desperdiciadas. Ética postmoderna. Vida de consumo. ¿Qué es la modernidad líquida? Bauman tiene una postura física y química estudia el estado de la materia: los sólidos (no se amolda tiene límites claros y rígidos, sus partículas no están en movimiento, están en cohesión, es estable) y los líquidos (no conservan la forma, tienen movimiento, sus átomos se encuentran más separados, modifica su estado, inestabilidad). Ve la modernidad como la solidez, y la postmodernidad como el estado líquido. Características de la modernidad líquida: Lo aplica al trabajo, podemos llegar a tener hasta 11 trabajos. A la profesión: una persona tiene varios trabajos en su vida. Consumismo, se compra y se tira. La emancipación del hombre. (libertad sin restricciones????). El conocimiento es cambiante, los vínculos, los lazos, las relaciones. Época de lo efímero. Miedo al intercambio social=Mixofobia. Individualismo. El síndrome de la impaciencia: el tiempo como fastidio, abominable, intolerable, una violación a los derechos humanos, toda espera es un estigma de inferioridad. Esperar como algo intolerable. Acceso a los atajos. Capacidad o aptitud entre el deseo y la satisfacción, sin demora. Filtrar los contenidos. Inestabilidad-Incertidumbre. No se piensa en un trabajo para toda la vida. El compromiso qué es???? Comprometerse con algo más sólido y duradero. En la modernidad líquida no hay compromisos a largo plazo. En la modernidad tiempo es dinero, es importante. El síndrome de la impaciencia muestra lo contrario el tiempo es un ladrón, una pérdida, una carencia de oportunidades. La educación como un producto y no como un proceso. La educación debería ser para toda la vida. El graduado aprende todo sobre las técnicas, aptitudes y valores. Se corta el pastel del conocimiento en porciones. El conocimiento es enorme y su esfuerzo no debe detenerse a lo largo de toda la vida. Para terminar un reto interesante que plantea Bauman para los docentes del siglo XXI: “Aún debemos aprender el arte de vivir en un mundo sobre saturado de información. Y también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo”. Bauman y los retos de la educación superior en la “modernidad líquida” A l planificar acciones y diseñar estrategias en la educación superior siempre se habla de identificar retos. Generalmente éstos se señalan de manera muy puntual, entre más concisa mejor. El producto resultante es una lista de elementos obvios y a veces repetitivos. Además, por requerimiento del proceso, éstos deben plantearse de tal manera que admitan un rastreo cuantitativo de la solución que seguidamente se les ha de proponer. El formato en el que se realizan estas reflexiones no permite que pensemos de manera profunda y crítica sobre los . Muchos elementos de la retos que se nos presentan realidad se han convertido en sentido común y no se cuestionan. No se habla de la fuente de la mayoría de los supuestos retos. Como resultado, los verdaderos problemas muchas veces quedan escondidos y, presionados por ver resultados concretos, pocas veces nos ocupamos de los esfuerzos invisibles y no cuantificables, o de cuestionar Desde las ciencias abiertamente el sistema vigente. sociales han surgido importantes reflexiones sobre el impacto que han tenido en las universidades las nuevas formas de administrar la educación superior, que nos empujan hacia el tipo de análisis plano y superficial que señalo. Estas reflexiones críticas provienen principalmente de académicos de Estados Unidos y el Reino Unido, países pioneros en las tendencias gerenciales que ahora arrasan en el mundo entero. La ventaja de estos académicos es que pueden echar mano de una visión retrospectiva amplia. Según Bauman, en estos tiempos se nos vende la inestabilidad de manera romántica y se nos enseña que la inconsistencia es la estrategia correcta y ‘razonable’ a seguir. Buaman señala que el conocimiento no queda exento del consumismo de hoy. Para él, la educación superior enfrenta dos retos principales: 1. Que la sociedad aprecia el conocimiento sólo si responde a un uso inmediato y 2. Que el cambio en la sociedad es errático e impredecible, por lo que resulta aparente para las personas que lo que les funciona hoy no funcionará mañana. Estos retos que Bauman identifica pesan sobre nosotros y han empujado a la universidad hacia una agitada carrera por responder y adaptarse que no nos permite detenernos a pensar. No se critican estas ideas, simplemente se asume que los ataques a las universidades son acertados, que hay que responder dando gusto al mercado y a los medios, y que hay que hablar de las universidades como si éstas fueran corporaciones que deben complacer a sus consumidores. Así surge, por ejemplo, el enfoque en conocimientos de tipo “saber hacer”. Los nuevos profesionales deben dominar técnicas, procedimientos o herramientas, más que conocimientos teóricos o premisas fundamentales de una disciplina. Resulta evidente que enfrentarse a estas tendencias para responder a los retos que Bauman ha señalado, y cuestionar el sentido común que se ha generado, requiere de una especial valentía por parte de las personas que trabajamos en las universidades. Quizás por el momento no veamos la alternativa, sin embargo, vale la pena irla pensando.
Nota: leer el texto del síndrome de la impaciencia.