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Enfermedades Infecciosas de Los Ovinos
Enfermedades Infecciosas de Los Ovinos
Introducción
Una vez abordadas las enfermedades neonatales de los pequeños rumiantes describimos a
continuación, en una trilogía, los procesos patológicos de mayor relevancia en los animales
adultos. Para ello dividiremos en tres grandes grupos o artículos dichos procesos: En un primer
grupo hemos incluido aquellas enfermedades infecciosas más frecuentes según su etiología; en
segundo lugar estudiaremos los procesos patológicos relacionados con la nutrición y/o
carenciales así como los de origen parasitario; finalmente, abordaremos aquellos procesos
infecciosos encuadrados en el síndrome de mortalidad perinatal y en el síndrome mamitis-
agalaxia.
De este modo estructuramos este grupo de enfermedades según su etiología (tabla 1).
Revisaremos los aspectos patológicos de las enfermedades de origen bacteriano (enterotoxemia
tipo D, carbunco sintomático, edema maligno, hepatitis necrosante, tétanos, carbunco
bacteridiano, listeriosis, linfoadenitis caseosa, pasterelosis, pedero, dermatofilosis, tuberculosis,
paratuberculosis y pleuronemonía contagiosa), de origen vírico (maedi-visna, adenomatosis
pulmonar, artritis-encefalitis-caprina, tumor nasal enzoótico, louping-ill y enfermedad de
Aujeszky) y de origen micótico (dermatofitosis y micosis sistémicas). El scrapie será abordado
aparte como uno de los procesos conocidos como "encefalopatías espongiformes transmisibles"
o enfermedades producidas por priones.
Las enterotoxemias son toxiinfecciones de origen entérico que afectan fundamentalmente a los
rumiantes debido a la acción de toxinas elaboradas por Clostridium perfringens. Cursan de forma
aguda dando lugar a altas tasas de mortalidad. La necesidad de un factor predisponente
(principalmente de tipo alimentario) les confiere un carácter no contagioso.
Las formas sobreagudas de basquilla cursan de forma apopléctica (duración 4-6 horas),
mostrando los animales signos de timpanismo. La evolución aguda es la más frecuente y
comienza con un síndrome febril intenso que consta de hipertermia y obnubilación. Inicialmente
existe meteorismo y después diarrea. Los animales caen al suelo y adoptan posturas de decúbitos
laterales y opistótonos (cuello rígido y hacia atrás). La dificultad respiratoria es manifiesta
observando exudados serohemorrágicos por ollares. En los estadios finales son frecuentes los
signos nerviosos como pataleos y masticación en vacío. Estos signos preceden a la muerte que
ocurre a las 12-24 horas de iniciado el proceso. Pueden asimismo presentarse formas subagudas
de la enfermedad que corresponden a enteritis leves donde la acción toxémica es baja y la
sintomatología poco apreciable o nula. Los animales se recuperan a los 3-4 días.
En el examen postmorten de los animales destaca la rápida putrefacción del cadáver, congestión
de las mucosas, presencia de exudados hemorrágicos en cavidades, congestión pulmonar
acompañada por abundante espuma en tráquea y bronquios (fig. 1), hemorragias peri- y
epicárdicas, hepatomegalia con degeneración y vesícula biliar repleta. Pero lo más característico,
es la pérdida de consistencia de los riñones (riñón pulposo) (fig. 2); en el tracto digestivo, destaca
el timpanismo de los preestómagos, una abomasitis hemorrágica y una enteritis hemorrágica
principalmente localizada en los tramos finales de intestino delgado y primeros de grueso,
apareciendo los ganglios mesentéricos edematosos e hipertróficos.
Carbunco Sintomático
Clínicamente el primer signo es la fiebre así como la rigidez de movimientos y las cojeras.
Posteriormente se observan inflamaciones dolorosas y crepitantes en diversas masas musculares
(pelvis y muslo sobre todo). Al cabo de unas horas estas zonas se enfrían y pierden sensibilidad.
La piel aparece apergaminada y seca, y al tiempo se instaura la hipotermia que precede a la
muerte. El curso o evolución no va más allá de los 2 días. El músculo afectado adquiere un tono
rojo oscuro a negro, de aspecto esponjoso y seco, y además, crepita al corte (enfisema). El olor a
butírico recuerda al de la mantequilla rancia y la putrefacción es rapidísima.
Edema Maligno
Enfermedad infecciosa, no contagiosa, que afecta principalmente a los rumiantes y que produce
inflamación edematosa de los tejidos subcutáneos. La evolución suele ser aguda y mortal.
La piel que recubre la lesión puede aparecer gangrenosa existiendo edema subcutáneo. El edema
es de carácter serohemorrágico y gelatinoso. El músculo afectado presenta un color rojizo oscuro
a negruzco y también pueden detectarse burbujas de gas.
Hepatitis Necrosante
Enfermedad infecciosa, no contagiosa, que provoca una toxemia sobreaguda causada por
Clostridium novyi tipo B, microorganismo telúrico y saprofito intestinal. Afecta principalmente a
rumiantes y ocasionalmente al cerdo. Al igual que la afección anterior es compatible la
implicación de otros clostridios patógenos en este proceso.
La aparición de brotes de enfermedad en los rebaños suele coincidir con parasitosis hepáticas
debidas a trematodos (fasciola, dicrocoelium). Los esporos, de localización intestinal, llegan al
hígado y ante situaciones patológicas como la necrosis producida por la migración de
trematodos, ocurre la germinación hacia formas bacterianas y posterior elaboración de toxinas.
Tétanos
El tétanos es una vulneroinfección de origen telúrico, carácter esporádico y evolución aguda y
mortal, causada por Clostridium tetani. Afecta con mayor frecuencia a los équidos y en menor
medida a otros herbívoros (rumiantes). Ocasionalmente puede afectar a perros, gatos y cerdos, y
por supuesto al hombre.
La infección se produce al contaminarse heridas superficiales con espinas, material oxidado y/o
en algunas prácticas zootécnicas equipos quirúrgicos que se encuentren insuficientemente
esterilizados. Las infecciones tetánicas también se pueden adquirir vía umbilical (tétanos
neonatorum). En las heridas se producen fenómenos de necrosis tisular y abundan las bacterias
secundarias que fijan el oxígeno (anaerobiosis). En estas condiciones los esporos germinan y
liberan toxinas (neurotoxinas de naturaleza proteica). Estas toxinas son transportadas por los
nervios motores hasta la médula espinal donde interfieren la liberación de neurotransmisores
responsables de la contracción. El resultado es la contracción espasmódica de los músculos
(contracción tetánica).
Fig. 3. Tétanos. Contracciones musculares de las Fig. 4. Listeriosis. Parálisis completa de las
extremidades. extremidades
Carbunco Bacteridiano
(Otras denominaciones: Antrax, bacera, pústula maligna).
Desde un punto de vista clínico se distinguen tres formas: sobreaguda, aguda y subaguda. En las
formas sobreagudas (más frecuentes en pequeños rumiantes especialmente en los ovinos),
aparecen todos los signos característicos de la enfermedad aguda pero en un corto período de
tiempo estimado en 4-6 horas (apoplejía carbuncosa). El síndrome febril es manifiesto y junto a
éste, se observan convulsiones, exudados sanguinolentos que salen por todas las aberturas
naturales y mucosas de aspecto cianótico. En las formas agudas el cuadro clínico evoluciona en
24-48 horas y se caracteriza por: hipertermia, anorexia, obnubilación, cese de la rumia, mucosas
cianóticas, hematuria, estreñimiento/diarrea, edemas (intermaxilar, esternal y genital), paresia y
convulsiones terminales que conducen a la muerte.
La forma subaguda se presenta de manera similar a la anterior pero con signos más leves y
prolongados. También pueden aparecer formas localizadas en otras especies (angina carbuncosa
del cerdo o glosoantrax del ganado vacuno).
Las lesiones macroscópicas sin ser patognomónicas son muy significativas. Ante la sospecha de
la enfermedad está contraindicado el realizar necropsias, éstas sólo deberán realizarse
garantizando las medidas de seguridad para evitar el contagio y la diseminación de los esporos.
Listeriosis
(Otras denominaciones: enfermedad del torneo, enf. del ensilaje)
Debido a su gran capacidad de resistencia ambiental, las listerias se encuentran muy difundidas
en la naturaleza. Además, se multiplican y desarrollan en una amplia variedad de sustratos y en
amplios rangos de pH (5-9) y temperaturas (0-40ºC). Su carácter de zoonosis alimentaria
adquiere cada vez más importancia al ser microorganismos "psicrófilos" que crecen bien a
temperaturas de refrigeración (0-4ºC).
Las listerias pueden multiplicarse en materias vegetales sobre todo en ensilados con altos rangos
de pH (5'6-9'6). La alteración del proceso de fermentación va a ser un factor de riesgo para la
multiplicación de listerias, fundamentalmente cuando el silo no está bien prensado o el material a
ensilar se recolecta húmedo. Parece que la presentación "estacional" de la enfermedad está
asociada con el consumo de ensilado en mal estado, lo que suele coincidir con la época más fría
del año.
La forma clínica que predomina en los pequeños rumiantes es la nerviosa. Esta forma o
"neurolisteriosis", evoluciona en la mayoría de los casos como una meningoencefalomielitis. Los
síntomas se deben a la acción paralítica de la listeria a nivel de los pares craneales V, VII, VIII y
XII (nervios trigémino, facial, hipogloso y vestibular-coclear respectivamente). Debido a esta
acción patógena los animales muestran trastornos óculomotores, de la masticación y un síndrome
vestibular (enf. del torneo). Entre los síntomas destacamos: sialorrea, orejas y párpados caídos,
disfagias, parálisis lingual, movimientos circulares y torsión cérvico-cefálica (opistótonos).
Algunas manifestaciones clínicas de presentación posterior incluyen signos cerebelosos (ataxia y
parálisis progresiva) (fig. 4) y signos córtico-cerebrales en estadios finales que constan de crisis
excitativas convulsivas así como fases depresivas.
A nivel lesional sólo son destacables los cambios histopatológicos. Estos consisten en una
meningoencefalitis purulenta con áreas de necrosis, degeneración neuronal e infiltrado
inflamatorio constituido, en un primer momento, por células mononucleares, y posteriormente
por neutrófilos.
Macroscópicamente los nódulos linfáticos afectados están aumentados de tamaño con focos de
necrosis o bien, se presentan como colecciones de material purulento amarillo-verdoso envuelto
en una cápsula fibrosa. Con el crecimiento de la lesión se van a producir sucesivos procesos de
necrosis y calcificación lo que le confiere un aspecto conocido como "ganglio en cebolla" que
identifica patognomónicamente a la enfermedad (fig. 6).
Pasterelosis
Estos cuadros, pueden afectar tanto a animales jóvenes como a adultos. El estudio postmorten de
los cadáveres revela lesiones de neumonía fibrinosa en distintas fases patogénicas (congestión,
hepatización roja, hepatización gris y consolidación pulmonar). En las fases crónicas de
pasterelosis es frecuente observar lesiones de pleuroneumonía fibrinosa.
Pedero
El Pedero es un proceso infeccioso específico de los pequeños rumiantes, aunque también puede
afectar al ganado vacuno, debido a la acción sinérgica de dos especies bacterianas,
Fusobacterium necrophorum y Dichelobacter nodosus, que actúan como factores
desencadenantes de la enfermedad la cual suele tender en la mayoría de las ocasiones a la
cronicidad.
Dermatofilosis
1.- cefálica: con lesiones costrosas más o menos abundantes de pequeño tamaño en orejas y
hocico.
2.- lana apelmazada (lumpy wool): generalizada, frecuentemente pruriginosa y con pérdida
abundante de lana.
3.- afección generalizada leve: costras de tono amarillento en la base de las fibras.
Tuberculosis
La Tuberculosis (TBC) es una enfermedad infecciosa de curso crónico que afecta al hombre y a
los animales domésticos y salvajes, ocasionada por bacterias del género Mycobacterium.
Clínicamente se muestra muy variable en función de las lesiones producidas que suelen ser de
carácter granulomatoso.
En los pequeños rumiantes (principalmente las cabras) la TBC se caracteriza por una evolución
rápida que evoluciona a una fase de generalización con diseminación linfohematógena, pudiendo
eliminar gran cantidad de material infectivo (tos, esputos, heces) al medio ambiente en sus
formas abiertas. Clínicamente la TBC es un proceso de tipo crónico con un período de
incubación que oscila entre semanas o meses. En los rebaños tuberculosos se encuentran
animales afectados de todas las edades. La TBC caprina, cursa con adelgazamiento crónico y
progresivo y mortalidad variable. El pelo es hirsuto y la producción láctea disminuye
considerablemente. Las alteraciones respiratorias no son constantes y se presentan en las fases
finales de la enfermedad.
Los nódulos o granulomas son de tipo proliferativo-exudativo y están formados por amplias
zonas de caseificación rodeadas por tejido de granulación. Estos nódulos contienen macrófagos,
células epitelioides, células gigantes, linfocitos y una banda de tejido conectivo (granuloma
tuberculoso).
Paratuberculosis
La importancia de esta enfermedad radica en las pérdidas económicas que conlleva en los
rebaños de pequeños y grandes rumiantes, debidas principalmente a sacrificios, disminuciones de
la producción, trastornos reproductivos y mayor incidencia de infestaciones parasitarias.
En los pequeños rumiantes (ovejas y cabras) la enfermedad se presenta entre el primer y el tercer
año de vida. La lenta diseminación de la infección y el prolongado período de incubación, hacen
que la aparición de casos clínicos sea esporádica. El adelgazamiento progresivo o caquexia se
produce a pesar de mantener el apetito. En todas las especies es un signo constante que se hace
más evidente en la musculatura de la grupa (enf. caquectizante crónica o enf. de la cabra seca).
También es común la deshidratación y la pérdida del pelo o lana. La diarrea en los pequeños
rumiantes no es frecuente, al contrario de lo que ocurre en los bovinos. Son característicos los
edemas en papada, párpados, labios y ubres en fases terminales de la enfermedad. La evolución
es muy variable oscilando entre semanas o incluso meses, en los que los animales llegan a
debilitarse hasta la muerte, sin embargo se han descrito casos de curación espontánea.
Fig. 11. Paratuberculosis. Serosa intestinal Fig. 12. Paratuberculosis. Dilatación de vasos
edematosa y ganglios ileocecales tumefactos. linfáticos mesentéricos.
Los micoplasmas son bacterias cuya característica morfológica más destacada es la ausencia de
pared celular. Son saprofitos de las mucosas y en muchas ocasiones actúan como patógenos
oportunistas. Están implicados en multitud de procesos infecciosos destacando la agalaxia
contagiosa y la pleuroneumonía contagiosa (PCC). Ambos procesos afectan al ganado caprino.
La PCC es una enfermedad altamente contagiosa causada por Mycoplasma capricolum subsp.
capripneumoniae que se caracteriza por inducir un síndrome respiratorio que consta de disnea,
tos y descargas nasales. La enfermedad causa importantes reducciones económicas en las áreas
endémicas.
La enfermedad ingresa en los colectivos libres o indemnes a través de animales portadores sanos
o animales enfermos. El microorganismo se elimina vía aerógena y en mayor medida por la
orina, la leche y las secreciones vaginales. El proceso clínico comienza con fiebre alta (42ºC),
seguida de tos, disnea y descarga nasal. En los casos sobreagudos se produce la muerte a los 3-5
días de iniciado el proceso. A nivel lesional se observa una pleuronemonía fibrinosa adquiriendo
el pulmón un aspecto marmóreo (fig. 13). Además es frecuente la presencia de gran cantidad de
exudado en cavidad torácica.
Fig. 13. PCC. Pleuroneumonía fibrinosa y Fig. 14. APO. Áreas parenquimatosas de
aspecto marmóreo del pulmón. consistencia firme y color blanquecino.
Maedi-Visna
El virus causante del Maedi-Visna pertenece a la familia de los retrovirus subfamilia lentivirinae.
Estas "virosis lentas" son procesos infecciosos caracterizados por un largo período de incubación
que evolucionan progresivamente y suelen tener carácter mortal.
Los términos Maedi y Visna son palabras de origen islandés que significan fatiga y
adelgazamiento. Fue en este país donde se describió por vez primera la infección en 1993 a partir
de 20 sementales importados de raza karakul. Clínicamente la enfermedad se caracteriza por
disnea, aunque también determina formas clínicas nerviosas, mamíticas y articulares, siendo
frecuente que en un rebaño distintos animales desarrollen las diferentes formas clínicas.
La forma nerviosa (visna o encefalomielitis crónica) se presenta también en animales adultos (>
2 años). Al comienzo de la fase clínica las ovejas muestran retrasos en el rebaño y ligera
incoordinación de movimientos. La incoordinación y debilidad afectan principalmente a las patas
traseras, pudiendo apreciarse como los animales dejan una de las pezuñas traseras flexionada sin
poder extenderla plenamente. A medida que el proceso avanza se aprecia una disminución
progresiva de peso. La debilidad evoluciona hacia parálisis de las extremidades posteriores (fig.
15). Con el tiempo sobreviene la parálisis total o tetraplejia y los animales permanecen postrados
hasta que mueren.
La encefalitis crónica o visna debe diferenciarse de aquellos otros cuadros nerviosos propios del
ganado ovino como la cenurosis, la listeriosis, el louping-ill y el scrapie.
La forma mamaria es conocida por los ganaderos como "ubres duras" y afecta a las ovejas a
partir de 1-2 años de vida sobre todo en los momentos que rodean al parto. Las ubres aparecen
tumefactas y endurecidas (sin nodulaciones). Aunque la leche presenta un aspecto normal, la
producción llega a anularse (agalaxia) en los casos más graves. Las ovejas no mueren a
consecuencia de estas mamitis. La forma articular o artritis crónica es hoy por hoy la menos
frecuente. Se manifiesta principalmente por una hinchazón de las articulaciones carpianas
(rodillas) que afecta a los adultos produciendo cojeras. El proceso es crónico y en sí no es mortal
aunque los animales manifiestan un deterioro de la condición corporal y un descenso productivo,
que nos lleva a aconsejar su eliminación.
Fig. 15. Maedi-Visna (Forma nerviosa). Fig. 16. Tumor nasal enzoótico.
Parálisis de extremidades posteriores (de Adenocarcinoma de las glándulas mucosas de la
Monografía de divulgación, SIMA/ CSIC) cavidad nasal (ganado caprino).
Artritis-Encefalitis Caprina
Al igual que en el caso anterior la Artritis-Encefalitis caprina (AEC) está producida por un
retrovirus. Esta enfermedad de largo período de incubación, evolución lenta y progresiva y
desenlace fatal, afecta a cabras adultas produciendo cuadros de carácter artrítico crónicos aunque
también es posible la aparición de cuadros pulmonares y mamarios similares al Maedi-Visna. En
los chivos jóvenes puede presentarse un cuadro de tipo nervioso.
Las pérdidas económicas que conlleva esta enfermedad vírica se deben a las disminuciones en la
producción (leche, carne), al desvieje precoz de animales y a la mayor sensibilidad a padecer
otras enfermedades.
Nuestro país vecino Francia, es responsable de difundir la infección en España merced a las
exportaciones de caprino lechero seleccionado, fundamentalmente a partir de razas Saanen y
Alpina. En España la enfermedad fue descrita por primera vez en un rebaño de cabras de raza
Alpina ubicado en la provincia de Alava.
Es una neoplasia de las glándulas serosas de la mucosa nasal de carácter unilateral. Su etiología
no está totalmente esclarecida pero parece probable su origen retroviral. La enfermedad puede
afectar tanto a los ovinos como a los caprinos.
Louping-ill
Enfermedad infecciosa vírica producida por un flavivirus que afecta sobre todo a los ovinos,
transmitida por garrapatas (Ixodes ricinus). Clínicamente cursa con un síndrome febril intenso
acompañado de signos de tipo nervioso. La enfermedad, limitada al Reino Unido, ha atravesado
barreras geográficas y se ha descrito en varios países de Europa incluido España.
Fig. 17. Aujeszky. Lesión de automutilación en Fig. 18. Aspergyllus spp. Tinción azul
áreas costales provocada por el intenso prurito. lactofenol
Dermatofitosis (Tiñas).
En los pequeños rumiantes las dermatosis están causadas fundamentalmente por Trichophyton
verrucosum, a veces por T. mentagrophytes, y ocasionalmente por Microsporum canis. Estos
hongos se desarrollan en la capa córnea superficial de la piel.
La tricofitosis ocurre con mayor frecuencia en época invernal cuando se estabulan los animales.
Los establos calientes, húmedos y oscuros son un entorno ideal para el desarrollo y proliferación
fúngica. La enfermedad puede afectar al hombre (zoonosis), fundamentalmente a ganaderos,
ordeñadores, veterinarios así como a personal de mataderos.
La infección micótica en ovejas y cabras da lugar a lesiones en toda la anatomía pero sobre todo
alrededor de la boca, ojos, orejas y extremo distal de las extremidades. La primera fase de la
infección se caracteriza por un espesamiento e inflamación de la piel. El cuadro clínico de la tiña
consiste en la aparición de costras circulares y calvas parecidas al asbesto que no producen picor.
En la fase de regresión, una vez que se han desprendido las costras, el pelo o lana crece de nuevo
en la zona descolorida.
Micosis Sistémicas
Diferentes especies de los géneros Candida, Aspergyllus y Mucor, han sido consideradas como
agentes causales de infecciones sistémicas de los pequeños rumiantes. Estos hongos se
encuentran habitualmente en el medio ambiente por lo que van a necesitar de la concurrencia de
factores (como es la pobre defensa inmunitaria de los animales) para que se establezca la
infección micótica, siendo las principales puertas de entrada el aparato respiratorio y el tracto
digestivo.
Las infecciones pulmonares suelen estar producidas por especies del género Aspergyllus (fig.
18), y suelen ser consecuencia de la exposición de los animales a una alta concentración de
esporas. Las infecciones del tracto digestivo suelen estar asociadas a infección fúngica por
Candida o Mucor, y para que se desarrolle la enfermedad, van a requerir de diversos factores
predisponentes: procesos de acidosis ruminal (normalmente por exceso de grano en la dieta),
terapias antibióticas y/o de corticoides prolongadas, alteraciones metabólicas, estrés, etcétera.
Las formas respiratorias suelen cursar con una sintomatología inespecífica (apatía, pérdida de
peso, fiebre, disnea, y en ocasiones toses). En el examen postmorten los pulmones aparecen
congestivos y en ellos pueden distinguirse, en la mayoría de las ocasiones, pequeños nódulos de
color grisáceo.
En las afecciones del tracto digestivo, los animales también pueden presentar una clínica
inespecífica. Entre los signos más llamativos citaremos diarrea, melena, fiebre y/o apatía. En el
examen postmorten las lesiones se localizan principalmente en los preestómagos y abomaso y
consisten en úlceras de diferente tamaño normalmente rodeadas por un halo rojizo y acompañado
de un engrosamiento de la pared, por lo que en ocasiones son visibles desde la serosa (fig. 19).
Scrapie.
(Otras denominaciones: prúrigo lumbar, tembladera ovina).
El scrapie es una enfermedad propia del ganado ovino y caprino adulto producida por un prión y
caracterizada por un curso clínico lento, progresivo y mortal, que está precedido de síntomas
nerviosos y pruriginosos. Es endémica en Gran Bretaña, y en España fue denunciada en el año
1987.
Los priones son agentes no convencionales de naturaleza proteica (fibrillas asociadas visibles
sólo al microscopio electrónico) y que no poseen ácido nucleico. El supuesto agente, presenta
una disposición espacial anómala (isoforma) de una proteína normal asociada a la membrana
celular, la cual se expresa en determinadas células sobre todo en las neuronas.
Las lesiones al igual que en la BSE o "enfermedad de las vacas locas", se centran en el SNC a
nivel microscópico y están representadas por una degeneración vacuolar de las neuronas y
espongiosis, principalmente en la sustancia gris y con un patrón bilateral.