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Título: Una aldea cercada de odio, poder y corrupción.

Subtitulo: Albedrío sin carpetovetónico


CARPETOVETÓNICO: Tanto los carpetanos como los vetones fueron pueblos que habitaban la
Península Ibérica durante la Edad de Hierro, antes de la llegada de los romanos. Los carpetanos eran
celtíberos que vivían en las actuales provincias de Guadalajara, Toledo, Madrid y Ciudad Real. Sus
vecinos vetones ocupaban el territorio de lo que hoy son Salamanca, Cáceres, Ávila, Zamora y
Toledo.
En el siglo II a. de C. ambos pueblos se unieron militarmente contra los romanos y los derrotaron en
dos ocasiones, firmaron una precaria paz con Tiberio Graco y acabaron sometidos en 153 a. de C. por
Escipión el Africano.
La presencia de los carpetanos y de los vetones en la Península desde tiempos tan antiguos ha hecho
que su alianza militar contra los romanos (carpetovetónica) se haya convertido en símbolo del
nacionalismo español a ultranza, aquel que rehúsa cualquier influjo extranjero. O también un
estereotipo que resume las virtudes y los defectos del carácter nacional español. En ambos casos, la
palabra se suele emplear con un cierto matiz despectivo.
¿CÓMO ERA RUANDA ANTES?
En un principio el territorio ruandés estaba habitado por los pigmeos de origen twa, que se dedicaban
especialmente a la caza. En el siglo XI, estos recibieron a los hutus, que se establecieron de forma
sedentaria y convivieron con ellos en paz. En el siglo XIV llegaron granjeros tutsis a la zona y pasaron
a formar parte de una sociedad constituida por twas y hutus.
¿CÓMO ERA RUANDA DURANTE DE LA COLONIZACIÓN?
Entre 1914 y 1916, los Tutsi ayudaron a los alemanes a resistir a las tropas belgas, pero finalmente,
éstas se quedan con el territorio. El poder colonial belga no cambia la situación; de hecho, se apoya
más que nunca en la “raza elegida”.
En noviembre de 1959 se producen disturbios y masacres por todo el país por la negación de los
belgas de realizarle una autopsia al rey Tutsi (Mutara III). Se da una revolución en la que los antiguos
privilegiados son ahora asesinados y perseguidos. El nuevo rey abandona el país y con él unos
200.000 Tutsi que se instalan en países vecinos. Bélgica impone un régimen militar e instala un
gobierno provisional presidido por Kayibanda. Es entonces cuando se marca el fin de la monarquía y
de la hegemonía Tutsi.
LOS LIMITES DE LA DESGRACIA DEL VOTO POPULAR
El rey Mutara III Rudahigwa, que había gobernado durante cerca de tres decenios, murió en 1959 y
los tutsis obtuvieron el poder. Esto contribuyó a una serie de rebeliones de los hutus, que demandaban
igualdad de derechos, en las cuales decenas de miles de tutsi perecieron. En 1961, con el apoyo de
los colonos belgas, la mayoría hutu tomó el control del gobierno, aboliendo la monarquía tutsi y
declarando la república de Ruanda.
La independencia de Ruanda no fue reconocida internacionalmente hasta el primero de julio de 1962,
cuando Ruanda y su vecino Burundi lograron formalmente su independencia.
Más de la mitad de los tutsis de Ruanda huyeron del país entre 1959 y 1964. El general Juvenal
Habyarimana, de la etnia hutu, tomó el poder en un golpe de estado en 1973 en medio de otro período
de conflicto étnico. Habyarimana logró triunfar en la guerra civil y permaneció como presidente; para
1978 promulgó una nueva constitución.
Habyarimana tenía un control absoluto sobre el país. Además de ser presidente del país, dirigía al
partido político hegemónico y era el jefe supremo de las fuerzas armadas. Gracias a este control fue
reelegido en 1983 y 1988.
En octubre de 1990 ruandeses exiliados, opositores al régimen de Habyarimana, organizados en el
Frente Patriótico Ruandés (FPR) y su brazo armado, el Ejército Patriótico Ruandés (APR, Armée
Patriotique Rwandaise), invadieron el país con el apoyo de Uganda, iniciando una guerra civil para
derrocar al régimen. Habyarimana fue flexible e inició una serie de reformas políticas que derivaron
en la redacción de una nueva constitución en 1991.
Pero desde 1991 el régimen de Habyarimana había incrementado la represión a la población en una
guerra de baja intensidad para acabar con la oposición tutsi, utilizando el racismo como eje, e
instigando y encubriendo las masacres masivas de dichas poblaciones.
MANIPULACION A LO ORSON WELLES
A finales del siglo XIX, los alemanes conquistaron el país. Tras la Primera Guerra Mundial la
Sociedad de Naciones entregó el territorio a los belgas y tras la Segunda Guerra Mundial la ONU con
ayuda belga pasaría a dominar el territorio. Los belgas agudizaron las diferencias de clase señalando
a un tutsi con menos de diez vacas como un hutu y consecuentemente imponiéndole trabajos forzados.
Hasta 1950 la educación estaba disponible solo para los tutsis.
El papel de la ONU se vuelve a un más complicado. Los medios la culpan de no haber dicho nada y
ésta se justificó diciendo que si no se llegaba a cierto número de muertos esto no podía ser considerado
genocidio. Por su parte la publicación de una noticia en Liberation, periódico francés, se usó por
primera vez la palabra genocidio, pero por las siguientes semanas esta palabra no volvió a ser utilizada
en los medios. Según una nota publicada en el New York Times “Ningún miembro de la ONU con
un ejército fuerte iba a estar dispuesto a arriesgar las vidas de las tropas con una historia de lucha
como la suya.

Aunque hoy en día la ONU acepta que el caso de Ruanda fue un total fracaso se pude notar con esto
que esta organización no actuó como nada mas que como otro actor político que por medio del
silenciamiento trató las cosas a su conveniencia de la misma forma que lo hicieron tanto los medios
nacionales como los internacionales.

¿QUIÉN ES QUIEN CUANDO HAY UNA AMENAZA?

El genocidio de Ruanda fue un intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno
hegemónico hutu de Ruanda entre el 7 de abril y el 15 de julio de 1994, en el que se asesinó
aproximadamente al 75 % de los tutsis, estimándose no menos de 800 000 personas asesinadas.2. Los
asesinatos masivos se iniciaron tras el atentado del 6 de abril de 1994 contra el presidente ruandés
Juvénal Habyarimana y al presidente burundés Cyprien Ntaryamira, ambos hutus, y que murieron
tras ser derribado el avión en el que viajaban por dos misiles.

La responsabilidad por ese ataque es controvertida, y la mayoría de las teorías proponen como
sospechosos al grupo rebelde tutsi del Frente Patriótico Ruandés (RPF) o los extremistas del "Poder
Hutu" que se oponían a la negociación con el RPF. En cualquier caso, inmediatamente los radicales
hutus se hicieron con el poder, asesinaron a la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y comenzó
la masacre, lo que resultó en el asesinato de cientos de miles de tutsis y hutus moderados en los
siguientes tres meses, hasta que el 15 de julio el RPF conquistó la capital Kigali, obligando al gobierno
hutu radical a huir del país en dirección a Zaire seguido de al menos dos millones de hutus
desplazados.

A través de la Estación de radio "Des Mille Collines", una estación privada, se difundía impunemente
la propaganda racista y genocida en contra de los tutsi. La radio en Ruanda tiene un papel central en
la comunicación, ante el pobre desarrollo de los periódicos y la escasa penetración de la televisión.
La Estación "Des Mille Collines" alentaba en su programación diaria a los hutus a asegurarse de que
los niños tutsis también fueran asesinados y a llenar las tumbas cavadas para enterrar a los tutsis. La
radio también inició una campaña en contra del FPR y de todos los partidos de oposición.

En abril de 1992 se integró un gabinete de transición multipartidista para gobernar el país. Las
medidas tomadas propiciaron la firma de un acuerdo de paz entre el gobierno de Habyarimana y los
rebeldes del FPR en Arusha (Tanzania), en agosto de 1993. Pero, la aplicación de este acuerdo fue
retrasada parcialmente por el presidente Juvénal Habyarimana, cuyos aliados extremistas de la
Coalición para la defensa de la República (CDR) no aceptaron los términos

POLITICA CERO A LA IZQUIERDA

Económicamente, durante la década de 2000, el país prosperó notablemente. El número de turistas y


el Índice de Desarrollo Humano crecieron rápidamente. Entre 2006 y 2011 la tasa de pobreza se
redujo de un 57 a un 45 por ciento, y las tasas de mortalidad infantil se redujeron de 180 por 1.000
nacidos vivos en 2000 a 111 por 1.000 en 2009. Persistentes esfuerzos de reforma económica y
política dieron a Ruanda algunos de los más bajos índices de corrupción en África, hasta el punto que
hoy día se considera casi desconocido el soborno. Los ingresos se han duplicado entre 1994 y 2012,
pero la electricidad sigue siendo escasa y costosa, y el transporte interno sigue siendo difícil. El estado
de derecho y los esfuerzos para eliminar la burocracia han generado un buen entorno para los de
negocios, por lo que los periodistas llaman a Ruanda el "Singapur de África".

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