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HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914
VICENTE BLASCO IBAÑEZ

HISTORIA
DE LA

GUERRA EUROPEA
DE 1914

ILUSTRADA CON MILLARES DE FOTOGRAFÍAS, DIBUJOS Y LÁMINAS

TOMO PRIMERO

PROMETEO
SOCIEDAD EDITORIAL
Qermanías, F S.— VALENCIA
ll^ól^v

BLASCO IBANEZ EN LA PLAZA DE UNA ALDEA DEL ARGONA BOMBARDEADA POR LOS ALEMANES
* I Fot. ,7. Francli)

ÍNDICE
Págs. Pásrs.

Introducción 9 XI. — Declaraciones de Inglaterra sobre paz. la


— La situación en Londres y París.
EL PRÓLOGO DEL DRAMA
— Movilización rusa. — Reclamación de
Alemania. — Vanas esperanzas de con-
I.
— El atentado de Serajevo 13 ciliación. — Las naciones se preparan
— Las reclamaciones de Austria. ... 19 la 57
— Losparabastidores
II.
guerra
III.
— La alarma en Europa 25 XII. del drama. Despachos
IV. — Negativa de Austria á una petición de de Guillermo II
y zar. —
el La conducta
Rusia. — Alarma en París. — La con- del kaiser. — Unanimidad francesa. — El
testación iiumilde de Servia. — Aus- ciudadano Hervé y la huelga general.
tria declara la guerra 27 — El caricaturista Hansi 65
V. — La hora grave. — Optimismos y pesimis- XIII. — Alemania declara el «estado de amena-
mos.— Las primeras manifestaciones. 54 za» en todo el Imperio. Un discurso
Vl-VII. — Los trabajos de diplomacia. ...
la 58 del emperador. —
«Ultimátum» alemán
Vil!. — El presidente Poincarc interrumpe su á Rusia y á Francia. ¡Es la guerra!

viaje. Alarma general. — Los antimi- Entusiasmo en Rusia. Serenidad de
litaristas de París 44 París 70
IX. — Austria declara guerra á Servia.
la . 47 XIV. — Asesinato de Jaurés 75
X. — Actitud de —
Rusia. Su movilización XV. — Los bancos de París. La moratoria. —
parcial.
— Inutilidad de las gestiones Orden de movilización general. El —
pacificadoras.
— Las naciones empie- gobierno habla á la nación.— La acti-
zan á arruinarse. — Llegada de Poin- tud del gobierno ingles.- Estado de la
caré á París 51 opinión en Inglaterra.

La prensa fran-
Págs. P4?s.

cesa y prensa alemana.


la La movi- — XIII. — La —
defensa de Bélgica. Alocución del
lización rusa. —
La última esperanza de rey.

Palabras de Guillermo II y de
paz desvanecida 82 su canciller. Falsas noticias acerca
de la situación de Francia. 194
EL ROMPIMIENTO XIV. — Los belgas y su rey 201
XV.— El 218
— Losgeneral
Joffre
El 2 de Agosto 92 XVI. responsables de la guerra. . 256
II. Primeras hostilidades. Los grandes su- XVII. — Los apologistas de la fuerza. . 252
cesos del día 99
III.-La violación del Luxemburgo 103 PUEBLOS Y MONARCAS
IV. -La unanimidad de Francia IIÜ
V. El entusiasmo de París. Los extranje- — I. -La raza prusiana 258
ros 116 II.
— Los
Hohenzollern 262
- Bismarck 274
Vi. La muchedumbre y la Estación del Este. 127 III. y la grandeza de Prusia.
vil. Continúan las hostilidades. Manifiesto IV. —
La guerra de 1870 y el Imperio de Ale-
del zar al pueblo ruso. —
La retirada mania 290
del embajador Schoen. Un artículo V. —
La política interior de Bismarck. Or- —
de Clemenceau 154 ganización del Imperio 515
VIII. Los trabajos pacificadores de Jorge V. VI. La política exterior de Bismarck. . . 524
Actitud de Inglaterra.— Maquiavelismos Vil. — La marina alemana 333
de la diplomacia alemana. Sus inten- VIII. — El ejército alemán 545
tos para «comprar» la neutralidad in- IX. — El espionaje alemán 374
X. - La juventud de Guillermo II 595
glesa 142
IX. -El 3 de Agosto en la Cámara de los XI.— Él 408
Comunes 147

XII. La— historia de Calígula en Alemania. . 440


X. -Sucesos del 4 de Agosto. — La firmeza XIII. — La Alemania que se ve y la que no
de Bélgica. Declaraciones de Sazo- se ve 452
nof en la Duma. Atropello de embaja- XIV. — El pangermanismo 465
dores en Berlín. Entusiasmo en Bru- XV. — El «brillante segundo» 491
selas y en París 156 XVI. — La Medicina y los dos emperadores. . 515
-Memorable sesión del Parlamento fran- XVII. Francia 518
cés 166 XVIII. — Rusia y el paneslavismo 548
XI. -Rompimiento de Inglaterra y Alemania. 182 XIX. —Servia y Montenegro 564
XII. -El pueblo inglés y la guerra 188 XX.— La guerra 578
ARTILLERÍA GRUESA ALEMANA. EL GIGANTESCO MORTERO UOWITZER, DE 21 CENTÍMETROS

INTRODUCCIÓN
hay en la historia de la humanidad guerra armas. Hasta hace pocos años los ejércitos se contaban

No alguna que pueda compararse con la presente.


Las grandes invasiones de los bárbaros que
por miles de hombres; hoy se calculan por millones.
Antes podían desarrollarse las guerras y durar años y
dieron ñn á la llamada Edad Antigua; las avalanchas años sin que por esto se paralizase la vida productora
galopantes de los hunos y de las hordas mongólicas; de los países beligerantes. Mientras en un lado de la
los choques europeos que por su duración recibieron nación peleaban los militares de oficio y una minoría
los títulos de Guerra de Cien Años y Guerra de Trein- de ciudadanos reclutada por la suerte, el resto del
ta Años; los avances arrolladores del turco hasta los país proseguía sus trabajos ordinarios, sin otra altera-
muros de Viena; las campañas de los reyes españoles ción que la de una lógica inquietud por el resultado
contra medio mundo; las conquistas napoleónicas que de la lucha. Muchas veces acababan las gentes por
durante quince años trajeron trastornado al conti- familiarizarse con esta situación anormal. Ahora la
nente; todos los hechos de la historia belicosa de los guerra paraliza por completo la vida económica, siendo
hombres, palidecen y se achican frente á la guerra esta catalepsia tanto más profunda cuanto más rica y
de 1914. vigorosa es la nación. Fábricas y talleres se cierran
Un día de esta guerra equivale, por sus pérdidas por falta de brazos; todos los hombres, desde los diez
en hombres y dinero, á un mes ó un año de las guerras y ocho años á los cincuenta, van al combate; los fe-

famosas de otros tiempos. Las grandes cabalgadas de rrocarriles no existen para el tráfico mercantil, pues

jinetes vándalos y hunos, exageradas por el terror de emplean todo su material en el transporte de comba-
los cronistas y los medios de subsistencia de aquellas tientes, armas y bestias; los puertos se convierten en
épocas, tal vez fueron menos importantes numérica- lagunas muertas, con archipiélagos de navios inmó-
mente que las cortinas de caballería que esparcen viles y silenciosos y rosarios de minas sumergidas que
como simples avanzadas los ejércitos del presente obstruyen sus bocas de acceso.
para ocultar sus movimientos. Las batallas duran meses y se extienden en un
Esta es la primera guerra que hacen los pueblos frente de centenares de kilómetros, abarcando los lí-
con ejércitos formados por el servicio obligatorio; el mites de varios Estados. Las vías férreas funcionan
primer choque de naciones enteras puestas sobre las incesantemente á espaldas de los ejércitos en lucha,
10 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

No menos espan-
to infunde el pen-
sar lo que esta gue-
rra significa para
la vida económica
de los pueblos.
Antes de que se
declarase, y antes
también de que na-
die pudiese sospe-
char su repentino
y absurdo estalli-
do, la situación
financiera del mun-
do civilizado no era
próspera. La gue-
rra balkánica ha-
bía trastornado el

organismo finan-
ciero internacio-
nal, que es de gran
delicadeza, como
toda máquina gran-
de y complicada.
La circulación de
valores entre las
naciones sufría
cierta parálisis. A
(Fot. liül)
CALLE DE AMBBRBS BOMBARDEADA I'OR LOS ALEMANES
esta situación esta-

transportando á enormes distancias los combatientes, cionaria había que añadir el trastorno en los negocios
según las imperiosas necesidades de la oportunidad de América, producido por las revoluciones mejica-
táctica. El mismo soldado que dispara su fusil entre nas y la crisis económica del Brasil y la l\(])ública

las fronteras de Alemania, Francia y Suiza, monta Argentina.


rápidamente en un vagón y va á disparar de nuevo á Los poderes financieros estaban buscando un re-
orillas del mar del Norte. El alemán que pelea en las medio para res-
trincheras de la Champaña, se ve tres días después tablecer la cir-
luchando en Polonia á orillas del Vístula. culación de va-
Nunca se han visto chocar y morir tantos hombres lores, cuando la

juntos en un terreno de operaciones tan vasto. gran guerra ha


venido á hacer
más penosa la
La mitad aproximadamente del género humano situación.
está en guerra en estos momentos directa ó indirec- Todos los cam-
tamente. De los 1.700 millones de seres que consti- bios internacio-
tuyen la población del globo, 8ri4 millones (entre me- nales aparecen
trópolis y colonias) se odian y gastan su dinero para dislocados; las
exterminarse. grandes Bolsas
¿Cuándo se conoció esto en la Historia?... están cerradas;
Quince millones de hombres están hoy sobre las los pagos entre
armas, y antes de pocos meses tal vez serán veinte. lasnaciones(aun
Con sólo que la guerra se prolongue un año, llegarán aquellas que se
á ser 25 ó 30 millones los combatientes: cifra mons- mantienen en la

truosa con la que jamás soñaron Aníbal, Alejandro y neutralidad) re-

Bonaparte. sultan difíciles,


La guerra de 1911 es la más estupenda y loca ma- si es que no es-
tanza que pudo imaginar el espíritu de destrucción tán suspendidos;
que de vez en cuando desorienta y enloquece á la el dinero se ha uno de los pórticos de la catedral
humanidad. ocultado* el oré- de rbims despi-és del bombardeo
(De L'lUiistiation)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 11

dito no existe. ¿Caánto va á costar


esta guerra monstruosa, desencade-
nada por el imperialismo?...
Paul Leroy-Beaulieu, el sabio eco-
nomista, en un discurso ante la Aca-
demia de Ciencias Morales y Políti-
cas de París, ha hecho el presupues-
to del actual conñicto.
«Basándonos — dice Leroy-Beau-
lieu — en
que el sostenimiento por
término medio de un soldado moder-
no, con sus armas y demás efectos,
representa un gasto diario de 12 fran-
cos á 1'2"50 por hombre, para las
cinco naciones participantes de la
guerra actual (Alemania, Austria,
Inglaterra, Rusia y Francia), y eva-
luando la duración de esta guerra
sólo en siete meses (que es lo que
duró la guerra de 1870-71), se llega á
un total aproximadamente de 3.5.000
millones.
»Pero hay que añadir á esta cifra
los gastos de otros pueblos compro-
metidos en la lucha (Bélgica, Ser-
via,Montenegro, Japóo) y de los Es-
tados neutros que han tenido que
movilizar sus tropas, gastos que re-
presentan en bloque de 3.000 á 4.000
millones; se llega de este modo á un
total de 38.000 ó 39.000 millones,
sólo para los gastos inmediatos de la

guerra. Pero una vez terminada ésta


sobrevendrá un período de transi-
ción, que puede durar cuando menos
dos meses, y que añadirá todavía
4.000 ó 5.000 millones á los gastos
efectivos del conflicto.»
Del mesurado cálculo de Leroy- CASA DE AMBERES DESTROZADA POR TN 0BÚ3 ALEMÁN
En el último piso un dormitorio en desorden con una cuna próxima á caer. En el primer piso
Beaulieur esulta que el sostenimiento un salón. En el piso bajo un café

de guerra actual costará de 45.000


la
á 50.000 millones, si es que sólo dura

siete meses.
Pero por desgracia, todo hace pre-
ver que durará algo más, ¿y quién
sabe hasta dónde puede aumentarse
esta cifra enorme de millones?...
La tenaz Inglaterra, que llega
siempre al último límite cuando su
cólera fría le hace adoptar una reso-
lución extrema, ha declarado que la
victoria será del pueblo que en medio
de la ruina universal pueda disponer
del último millón.
«El dinero— come dice el citado
economista — es sobre todo necesario
DESPUÉS DE LA BATALLA DEL MARNE. UN CAMPO SEMBRADO DE CADÁVERES al iniciarse la guerra para su pre-
(Fots. Rol)
12 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

paración, y al final para su liquidación. En principio, que empieza en 1914 y nadie sabe cuándo terminará.
resulta menos necesario durante el curso de ella para «La Historia es una resurrección», decía Micholet.
su sostenimiento.» En la presente Historia no
hay que resucitar nada.
Y como único consuelo en medio de este cuadro de Los hombres y los hechos están aún con vida ante
horrores económicos, Leroy-Beaulieu, al ocuparse del nosotros. No hemos de interrogar á muertos, forjando
tristeporvenir que nos aguarda, termina así: «Las hipótesis sobre su inmovilidad silenciosa y el brillo
sociedades modernas tienen tal fuerza de renovación enigmático de sus ojos empaüados. Los que nos rodean
y de progreso, que cada pueblo, haciendo un llama- están vivos ó son moribundos que aún pueden hablar
miento al conjunto de sus fuerzas nacionales, puede y dicen la verdad de los últimos momentos.
soportar el fardo de los gastos, con grandes sufrimien- Las ciudades incendiadas; las muchedumbres pa-
tos ciertamente, pero sin llegar á verse aplastado por cíficas en pavorosa fuga, dejando á sus
espaldas la
completo.» casa en escombros y los parientes fusilados; los mo-
numentos arquitectónicos que respetaron los siglos
Esta guerra europea es ya una guerra mundial. La bárbaros y acaban de ser suprimidos para siempre
gran batalla de razas que se desarrolla en el centro por el ojo y la mano de un artillero que se cree civili-
del viejo mundo
se ha esparcido fragmentaria por todo zado; todos los horrores de una guerra que puede lla-
el planeta. Los japoneses baten á los alemanes en las marse única, están ahí, á corta distancia de nosotros,
costas de la China; las tropas sud-africanas de los alia- como testimonios de deshonra, justificando el anate-
dos invaden las colonias germánicas; hombres de di- ma, el grito generoso de la indignación.
versas razas y colores, venidos de los lugares más Procuraremos ser imparciales en nuestro relato,
remotos de la tierra, dan su sangre en los campos de aunque jamás historia alguna, en sus deseos de im-
Europa á la gran cruzada contra el imperialismo; los parcialidad, ha llegado á librarse de las influencias
navios armados se persiguen por todos los mares del de la pasión. Somos hombres de nuestra época; vemos
globo; se agitan las aguas con las explosiones ocultas dolorosamente cómo en unas cuantas semanas se han
de los torpedos; suena el cañón á lo largo de las cos- suprimido varios siglos de trabajo y de progreso, y no
tas de América, en las soledades del Pacífico y entre podemos permanecer fríos é impasibles ante estas
los paradisíacos archipiélagos del mar de las Indias. maldades irreparables de la más desatentada de las
Las naciones tituladas neutrales pueden á duras ambiciones. La humanidad parece retroceder á la
penas mantenerse al margen del conflicto. En unas, la época de las cavernas. La ciencia, raptada y violada
tradición política y el entusiasmo del pueblo pugnan por el antiguo bárbaro, le sigue y le ayuda como una
por vencer la prudencia de los gobiernos, queriendo

esclava triste. ¿Van á morir también como mueren
pasar de la inercia actual á una actividad belicosa. los monumentos y los hombres — las más nobles aspi-
Otras, por su posición geográfica, atraerán segura- raciones de la humanidad?...
mente la invasión y el atropello de un imperialismo ¡Una guerra mundial, una guerra cuyo término
que no reconoce derecho ni respeta compromisos, y nadie conoce, cuando los hombres creían en la paz
para defender su más que nunca,
existencia ten- y guiados por la
drán que salir ciencia y el arte,
forzosamente de que, según Goe-
la neutralidad. the, no tienen
Nuevos com- patria, avanza-
batientes entra- ban hacia la ma-
rán en la lucha. yor perfección
Son muy conta- posible, hacia la
dos los pueblos ciudad futura
de Europa que soñada por este
lograrán vivir poeta generoso
aparte de esta y humano, del
conflagración que son nietos
mundial. espurios los in-
telectuales ale-
manes que ahora
Vamos á rela- glorifican lasha-
tar el desarrollo zañas bárbaras
y los horrores de del militarismo

unaguerramons de su país como


truosa entre to- algo divino!
das las guerras, FAMILIAS DE CAMPESINOS BELGAS QUK HUYEN ABANDONANDO SUS CASAS ANTE LA
APROXIMACIÓN DE LOS ALE.MANKS i,l'"ul. Rol)
VISTA GENERAL DE SElíAJEVO. CAPITAL DE LA BOSNIA

El prólogo del drama

situación semejante á la de Alsacia y Lorena. La ma-


yoría de sus habitantes son de raza eslava, servios
por su origen y sus afectos, y su deseo vehemente es
El atentado de Serajevo unirse á la Servia libre, vivir bajo el gobierno de Bel-
grado. Cuando estos dos territorios fueron emanci-
28 de Junio de 1914 la ciudad de Serajevo (1) pados por Europa de la dominación turca, lo lógico
un suceso que en el primer mo-
EL fué testigo de
mento no tuvo mayor importancia que cual-
hubiese sido permitir que se incorporasen espontá-
neamente á la nación constituida por sus hermanos

quiera de los numerosos atentados personales del fa- de raza y creencias religiosas.
natismo patriótico, pero que veinte días después sirvió Pero el Imperio austriaco ha sido insaciable en sus
de pretexto para iniciar la guerra europea. apetitos de anexión. Constantemente derrotado ea los
Serajevo es la capital de la Bosnia, vasto territorio campos de batalla desde hace más de un siglo, busca
que, en unión con la Herzegovina, quedó anexionado en las intrigas diplomáticas y los compromisos se-
al Imperio de Austria cuando ambos dejaron de perte- cretos un medio de adquirir nuevos territorios, con-
necer definitivamente á los turcos. solándose así de las victorias que nunca obtuvo. Su
Bosnia y Herzegovina viven hace tiempo en una fidelidad á la Triple Alianza la ha cobrado con cre-
ces, haciendo que Alemania le apoyase con su enorme
(1) Esta ciudad, que goza ahora de una celebridad mundial poder y sus amenazas cada vez que solicitaba una
& causa del atentado que dio pretexto á la guerra europea, es anexión. Nunca ha combatido en las guerras moder-
conocida con diversos nombres: Bosna Serai. Seraio, Seraievo. nas contra Turquía, y siempre á la hora del reparto
Sarajevo y Serajevo, procedentes todos del primitivo titulo de
seha llevado la mejor presa.
Sera'íque le dieron los turcos á causa del gran Serrallo ó pala-
cio que hizo construir Mahomed 11, y en torno del cual se ele-
Contra toda razón histórica y étnica se anexionó
varon ochenta mezquitas y numerosos bazares. á Bosnia y Herzegovina, pretendiendo hacerlas aus-
14 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

UNA VISTA DE BBI.CUADO


En el fondo el puente del ferrocarril que ponía en comunicación con Austria y que ahora está roto

triacas. Contra toda lógica quiso fundar recientemente mejores puestos bajo la protección del gobierno y
el pequeño reino de Albania, dando su corona á un haciendo una guerra sorda á los antiguos pobladores
principillo alemán, empresa que ha costado mucha de sangre eslava. Los croatas, gente violenta que
sangre y dinero para venir a terminar de un modo siempre dio el contingente más bravo á los ejércitos
grotesco. austriacos, habitan también la Bosnia, pretendiendo
Bosnia y Herzegovina sobrellevan con impaciencia oprimir á los de origen servio con un mal disimu-
la dominación austriaca, aprovechando todas las oca- lado apoyo de las autoridades. Austria, en vez de
siones para protestar contra ella. Su rebeldía sorda es unificar á sus pueblos bajo la igualdad de la paz,
semejante á la de los alsacianos y
loreneses, pero más violenta y ra-
dical en sus procedimientos de ac-
ción, por la diferencia de sangre y
de costumbres. Una sociedad cons-
piradora, la Narodna Obrana, pare-
cida en sus fines á la Liga de Pa-
triotas de Francia, une á los servios
de las provincias anexas con sus
hermanos de Belgrado, militares,
profesores, estudiantes, patriotas
entusiastas que sueñan con recons-
tituir la «Gran Servia» de otros si-
glos, dominadora de toda la Europa
oriental,y que casi se apoderó del
Imperio de Bizancio.
Estos servios anexionados al Im-
perio austriaco tienen otros moti-
vos, además de los de su origen,
para mostrarse hostiles al domina-
dor. Austria imita los procedimien-
tos alemanes en Alsacia, fomen-
tando una emigración de austriacos
á Bosnia y Herzegovina. Gentes de
los diversos Estados de su vasto

y descosido Imperio se trasladan


á estos territorios, ocupando los TIPOS DE ALDEANOS SERVIOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 15

PLAZA TERRASSIE, LA PRINCIPAL DB BELGRADO

procura separarlos fomentando los odios de raza, para dominador, organizando manifestaciones de lealtad y
sostener de este modo su autoridad central, caduca y adhesión al gobierno, pretendiendo hacer creer que
vacilante. no existe antagonismo entre el país y las autoridades,
Los austríacos trasplantados en Bosnia son se- que todo el pasado está en el olvido, que sólo unos
mejantes á los alemanes establecidos en Alsacia y cuantos locos sin importancia persisten en los anti-
Lorena. Bullen ruidosos y entusiastas al amparo del guos odios... hasta que un hecho ruidoso se encarga
de revelar el fuego oculto tras de
esta fachada alegre, las fuerzas hos-
tiles é irreductibles que siguen agi-
tándose en el misterio.

Otro núcleo de poblacióu impor-


tante existe en Bosnia y Herzegovi-
na como una raza aparte, pero pací-
poco afecto á las
fico, conciliador,
aventuras y los peligros, deseoso
de reposarse, en una tranquilidad
propicia á los negocios, de las perse-
cuciones sufridas en otros tiempos.
Son los judíos de origen hispánico;
los «españoles», como los llaman en
todo el Oriente de Europa; hebreos

expulsados de la península ibérica


que aún guardan en la sinagoga y
en la intimidad de sus viviendas,
como idioma del hogar, un caste-
llano anticuado.
En Serajevo son muchos miles.
Representan lo mejor del comercio,
exhibiendo en los rótulos de sus tien-
das apellidos españoles de rancio sa-
bor. Su cultura ha creado bibliote-

cas, en las que figuran los mejores


EL EMPBltADOl: DE AfSTHlA Y MC l'AMll.IA libros escritos en castellano. Ade-
Á SU izquierda Is duquesa de Hohenberg y su marido el archiduque Francisco Fernando, asesina- más, han fundado varios periódicos,
dos en Serajevo. Á su derecha el archiduque Carlos Francisco y su esposa Zita de Korbón y Parma,
actuales herederos de la corona (Kots. Külj que aparecen impresos en caracteres
16 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

hebreos, pero que están redactados en nuestra lengua. Rodolfo, el hijo del emperador, devoto y libertino
El «español» de Bosnia y Herzegovina, cuyos ma- al mismo
tiempo, apareció muerto una mañana: unos
yores recibieron asilo del turco en estas tierras cuando dicen que á manos de una amante celosa; otros afir-
fueron expulsados de la Península, permanece al mar- man que en
desorden de una orgía con ciertos ami-
el

gen de toda agitación política. Bastante quehacer gos. Un archiduque primo suyo se despojó de la dig-
tiene con defenderse de los ataques del antisemitismo, nidad principesca para tomar el nombre de .luán Orth
difundido en toda Austria por el apasionamiento reli- y lanzarse á vagar, como el «holandés errante» de la

gioso. leyenda, por todos los mares del globo, hasta perecer
Su placidez de buen comerciante sólo se altera con en una tormenta frente al cabo de Hornos. La curiosi-
una melancolía soñadora cuando habla de los <<anti- dad pública no ha querido creer en la muerte de este
guos que vinieron de allá», de la tierra que durante personaje novelesco, y todos los años hay alguien que
siglos fué una buena madre y luego los expulsó como cree reconocer á Juan Orth entre los aventureros que
bestias malignas. Y esta melancolía hace subir lágri- vagan por las tierras de la América del Sur. Otro
mas á sus ojos en la sinagoga cuando el rabino canta archiduque que pudo ser heredero de la corona renun-
con voz trémula, al recordar las glorias muertas de la ció á sus derechos para convertirse en el burgués Leo-
raza, las felicidades que no pueden volver: poldo Woelfling y casarse con una mujer de origen
Perdimos la bella
obscuro, llevando en Suiza una existencia modesta.
Sión;
Varios príncipes de la familia imperial austríaca viven
l)erdimos también España,
nido de consolación. esparcidos por Europa, en islas apartadas ó en conti-
nuos viajes sobre un yate, olvidándose de su nombre,
como si las glorias y honores de su nacimiento equi-
A fines del mes de .Junio el archiduque Francisco valiesen á una maldición.
Fernando, heredero del Imperio de Austria, fué á la Francisco Fernando, el menos complicado de toda
región de Ilidze para presenciar las maniobras de la familia, también tuvo en su vida una página nove-
montaña del ejército. Luego se reunió con su esposa, lesca: la de su matrimonio.
la duquesa de Hohenberg, y juntos entraron en Se- Al ser declarado heredero de la corona, las viejas
raje vo. archiduquesas de V^iena vieron para sus hijas una
Francisco Fernando era el segundo heredero del posibilidad de subir al trono, y todas lo asediaron que-
Imperio. El ambiente trágico que parece rodear al riendo hacer de él su yerno. La archiduquesa Isabel
viejo Francisco José, soberano de Austria, como una supo atraerlo á su residencia de Presburgo, esforzán-
atmósfera mortal, hizo de él un futuro emperador. dose durante meses y meses- por llamar su atención
Educado en (iratz por los jesuítas, y sin más aspira- sobre los encantos y méritos de sus seis hijas. I'q día
ciones que las de un archiduque preparado para un la vieja archiduquesa tembló de emoción
y esperanza
mando en los ejércitos, la muerte novelesca y miste- al ver que el heredero del Imperio contemplaba amo-
riosa del príncipe Rodolfo, hijo único del emperador, rosamente un pequeño retrato de mujer oculto en la
le sacó de la obscuridad, convirtiéndolo en heredero tapa del reloj. ¿Cuál de sus retoños sería el preferi-
de la corona. do?... Y cuando su curiosidad femenil pudo aprove-
Todos archiduques reunidos en torno del an-
los char un descuido para ver el retrato, encontró con
ciano Francisco .losé tienen en su historia algo de horror los rasgos fisonómicos de la condesa Sofía de
desequilibrio romántico, de complicación novelesca. Choteck, una señorita pobre, mezcla de institutriz y
Son una mezcla rara de fanáticos meticulosos y de dama de compañía de una de sus hijas.
héroes byronianos. La archiduquesa, indignada, echó á la calle á la
ambiciosa Choteck; Francisco Fernando protestó de
este atropello, abandonando igualmente la residencia
de su tía; la señorita pobre mantuvo á distancia á su
pretendiente ocultándose de él, pidiéndole en sus car-
tas que la olvidase, ya que por la diferencia de naci-
mientos era imposible un matrimonio entre ellos, y
estas resistencias sirvieron para excitar más aún la

pasión amorosa del archiduque, taciturno y escaso en


palabras. Los jesuítas, sus antiguos maestros, prote-
gían á la condesa Choteck, gran devota de ellos. En
vano el emperador, para vencer estos amores, envió
á su sobrino á viajar por una gran parte de la tierra.
La fidelidad del príncipe lo hacía volver siempre en
busca de esta mujer, la única de su vida, hasta que
y poderosas intercesiones vencieron al
al fin secretas

LLEGADA A ILIDZB DEL AUCHIDUQUE FRANCISCO FERNANDO emperador, haciéndole autorizar el casamiento cuando
EL 4 DE AGOSTO EN l^
UNA SESIÓII

DIbuio de ). Simonl, de «Lllluslralion» de Parfs

El 4 de Agosto se reunió la Camdrd francesa, al mismo tiempo que el Senado, para conocer el mensaje del presidente de la Repú-

blica y comunicación del iefc del gobierno, M. Viviani, en que se exponían los motivos que arrastraban á Francia, llevándola á la
la

guerra. Fué un espectáculo inolvidable. El amor á la patria y la confianza en sus destinos hacían latir los corazones. Una inmensa acia-
. CÁMARA FRANCESA
HISTÓRICA

lación acogió el discurso de M. Viviani. Todos los brazos se levantaron para ¡urar que defenderían hasta el líltimo extremo y por iodos

)s medios legítimos la causa de la patria, del progreso y de la civilización... «Hemos procedido sin lacha y procederemos sin miedo»,
roclamó M. Viviani. Y toda la Cámara, unánimemente, se asoció á estas palabras.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 17

ella tenía ya treinta y tres años. Este matrimonio sólo


fué morganático, según la declaración del gobierno
austríaco. ^vLa condesa Choteck— declararon los mi-
nistros —
no será considerada como archiduquesa, ni
sus hijos podrán ser archiduques.»
Una vez en la corte, la condesa supo avanzar
lenta y seguramente, con la ayuda de misteriosas in-
dicaciones, hacia la realización de sus ensueños. Sus
asiduidades cariñosas conquistaron el afecto del viejo
emperador. Una modestia risueña de pariente pobre
desarmó á las princesas hostiles. Poco á poco fué con-
siguiendo que la nombrasen princesa de Hohenberg;
luego duquesa del mismo título. Tomó lugar en los
desfiles de corte á continuación de las archiduquesas,
en algunas ceremonias pasó delante de ellas, y Gui-
llermo II, durante una visita á Berlín, la recibió con

todos los honores de una heredera del trono. Iba á rea-


lizar los ensueños de grandeza que habían alegrado
su ambiciosa juventud, cuando la muerte la sorpren-
dió á los cuarenta y seis años.
Su influencia había operado una gran transforma-
ción en el modo de ser de su marido. El silencioso ar-

chiduque, que de joven mostraba cierto desvío por sus


funciones de príncipe heredero, limitándose á repre-
sentar al emperador en los viajes y las ceremonias
penosas, comenzó á intervenir activamente en la polí-
tica del Imperio. Su carácter se mostró de pronto im-

pulsivo y un tanto brutal. Sintió vehementes ambicio-


nes de agrandar el territorio con ruidosas conquistas.
En sus actos y palabras revelaba un instintivo deseo
de imitar á Guillermo II. Él fué el
principal autor de
la anexión de Bosnia y Herzegovina y el sostenedor
del ridículo reino de Albania. Su esperanza, franca-
mente manifestada en muchas ocasiones, era hacer la
guerra á Rusia, aunque la conflagración se extendiese
por toda Europa. Esto le hizo dedicarse al perfeccio-
namiento del ejército austríaco, nombrando y desti-
tuyendo á su voluntad los ministros de la Guerra.
Un extremado fanatismo religioso le hizo chocar
con todos los que no participaban de sus creencias.
Sus mejores amigos eran los jesuítas. Todo el que no
era católico no existía para él en una nación como la
austriaca, donde son varias las razas y las religiones.
Se negó á tratar personalmente con algunos ministros
de Hungría porque eran protestantes é incrédulos. A
pesar de los compromisos de la Triple Alianza, odiaba
á Italiay algunas veces inició actos ostensibles contra
ella. Era en la vida privada un hombre sobrio y vir-

tuoso, buen padre de sus tres hijos y algo sometido á


la influencia de la esposa. Su tardío y desordenado
amor á la gloria, su exagerado sectarismo y el espí-
ritu de loca aventura que inspiraba muchos de sus

actos, le hicieron temible para unos y antipático para


otros. Sólo los militares favorecidos por él mostraban
cierto entusiasmo. Ni la corte ni el pueblo le amaron
nunca.
Por su voluntad hace tiempo que hubiera estallado
la guerra europea. En 1909, Francisco Fernando
quiso
18 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
días antes al gabinete austríaco sus sospechas de que
en Bosnia se tramaba algo contra la vida del archi-
duque, dando este aviso leal para que el interesado
adoptase las precauciones consiguientes.
Pero el archiduque, arrogante y duro, despreció
todas las indicaciones, diciendo que tenía sus motivos
especiales y secretos para no cambiar de itinerario,
motivos que sus allegados conocían igualmente, pero
que él no quería divulgar.
Cuando el automóvil pasaba ante la esquina de la
calle de Francisco José y la calle Rodolfo, un joven
de diez y ocho años, alumno de octavo curso en el
Instituto de Serajevo, llamado Gavrilo Prinzip, servio
de sangre, pero nacido en (írohoro (Bosnia), avanzó
Al. I'AI.ACIO DEL
al medio de la calle. Tampoco en este lugar había
I,(IS AUOIllDCQUHS DlRltlIUNllDNH .Mi:M('ll'IO
DKSPUÉS DEL PRIMER ATENTADO cordón de policías ni de soldados, no obstante las
grandes fuerzas desplegadas en todo el curso del iti-
elcarruaje del archiduque. La bomba pasó rozando al nerario.
heredero del trono, que instintivamente la repelió con Gavrilo Prinzip, á pesar de sus pocos años, era
un brazo. El proyectil fué á estallar detrás del vehí- muy conocido por la exaltación de sus ideas patrió-
culo, hiriendo ligeramente á los edecanes que iban en ticas. Además estaba expulsado de Bosnia desde tres
otro automóvil y á seis personas inmediatas. años antes. En 191:5 la policía había hecho salir del
El hombre que había lanzado la bomba era un país á este alumno de retórica, por la propaganda
tipógrafo llamado Cabrinovitch, servio de sangre, política que hacía en las escuelas. Prinzip llegó sin

pero nacido en Bosnia. Con un impulso violento se ningún obstáculo hasta el automóvil, y sacando del
abrió paso entre la muchedumbre y saltó al río,
que bolsillo una pistola browing, hizo dos disparos contra
estaba inmediato. Varios policías se arrojaron en el el archiduque, hiriéndole en las piernas y en el cuello.
agua tras de él, consiguiendo sujetarlo después de Francisco Fernando intentó incorporarse, pero rodó
una corta lucha. Una parte del público, indignada al fondo del carruaje expeliendo por el cuello y la boca

por el atentado, quiso matarle, y la policía tuvo que borbollones de sangre. Su esposa se precipitó sobre él
protegerlo. con un movimiento instintivo para cubrirlo con su
El archiduque y su esposa continuaron la marcha cuerpo, y fué en tal momento cuando Prinzip disparó
hasta palacio del Municipio, donde se había orga-
el por tercera vez, hiriendo á la duquesa en el bajo vien-
nizado una recepción en su honor. Cuando el alcalde tre. Esta cayó desvanecida en las rodillas de su ma-

comenzó á pronunciar el discurso de saludo, Fran- rido, que estaba igualmente sin conocimiento.
cisco Fernando le interrumpió con voz temblorosa por El automóvil se abrió paso entre la confusa mu-
la cólera. chedumbre, alborotada por el atentado, para llevar al

¿Para qué ese discurso?... Yo
he venido aquí únicamente á ver el
país, y me reciben con bombas. ¡Esto
es indigno!
Pero arrepentido de esta impulsiva
interrupción y del silencio embara-
zoso que produjo en torno de él, aña-
dió á los pocos momentos, dirigién-
dose al alcalde:
— Está bien; podéis continuar vues-
tro discurso.
El pobre discurso llegó á su fin, y
cuando el archiduque iba á reanu-
dar la marcha triunfal por las calles
de Serajevo, el alcalde le suplicó que
modificase su itinerario, yendo por
distinto camino que el fijado en el

programa hasta el Konak ó palacio


del Gobierno. Todos temían que se
repitiese el atentado. Es más; el go-
bierno de Servia había hecho saber DETENCIÓN DEL ESTUDIANTB PRINZIP DESPUÉS DEL ATENTADO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 19

Konak los dos heridos. Pero cuando los médicos lle-


garon al palacio del Gobierno, el archiduque y su es-
posa ya habían muerto.
La población de Serajevo quedó aterrada por ol
suceso en los primeros instantes. Luego, el odio que
inspira todo atentado personal y las pasiones políti-
cas y de raza que dividen á sus habitantes hicieron
explosión, buscando el medio de derramar nueva
sangre.
Los croatas intentaron saqueo de las casas y
el

los establecimientos de los servios. Algunos grupos


pasearon el retrato del emperador como un desagra
vio por el reciente crimen. Los servios se encerraron
en sus viviendas dispuestos á defenderse de los asal-
tantes. Las tropas tuvieron que patrullar por las calles

y colocar ametralladoras en varios puntos para impo-


ner el orden, evitando de este modo la matanza y el

incendio.
Y en Viena, el viejo emperador, que ve caer de un
modo trágico á todos cuantos le rodean su hermano —
Maximiliano fusilado en Méjico; su hijo Rodolfo muerto

LOS CROATAS RECORRIENDO LAS CALLES DE SERAJEVO


PARA ASALTAR LAS TIENDAS SERVIAS

en el misterio; su
esposa la emperatriz Elisabeth ase-
sinada en Ginebra; su sobrino y heredero Francisco
Fernando rematado á pistoletazos con su mujer en
una encrucijada de —
dijo con una expresión
calles ,

de espanto al conocerocurrido en Serajevo:


lo

¡Éste también!... ¡Todavía!... ¡Todavía!... ¡Eh mi'
existencia me toca verlo todo!

II

Las reclamaciones de Austria

Después de lo ocurrido en Serajevo, el Imperio


austro-húngaro tomó una actitud amenazadora ante
Servia.
El crimen de un escolar proporcionó al gobierno
de Viena la ocasión ansiada desde años antes para
infligir un rudo castigo al pequeño reino.
20 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

BL PÚBLICO ESPERANDO EN I-A CALLE PARA DESFILAR ANTE EL CATAFALCO BRIC.IDO EN LA CAPILLA
DEL PALACIO IMPERIAL DE VIBNA

por segunda vez en una derrota aplastante de esta lo mismo que los montenegrinos, lo que habían ga-
última, y sufrió una segunda decepción, intimamente nado á punta de bayoneta.
sus diplomáticos empujaron ocultamente á los alba- Ante esta presión irritante y continua de la gran
neses para la invasión del país servio, creyendo que, potencia hostil, so comprende la cólera de los servios,
extenuado por dos guerras, no podría resistir. Pero el estado de exaltación patriótica en que viven en

Servia repelió á los albaneses con una rapidez y una Belgrado, no sólo el pueblo y los estudiantes, sino
energía que jamás tuvieron los turcos al domeíiar a personas de una clase superior, como jefes del ejér-
este belicoso país. cito, magistrados, etc. Se comprende también el odio
Una nueva desilusión para Austria; un motivo de contra Austria que han manifestado siempre los pe-
cólera contra los actuales gobernantes de Servia, que,
aleccionados por su vida en las grandes capitales de
:#«

Europa cuando aún no habían recuperado el tro- -ij^V

no—, supieron organizar militarmente su pequeño


país.
La constante animosidad de Austria contra Servia
ha llegado al extremo de una injusticia irritante. El
Estado servio es, después de Suiza, el único de Europa
que no da al mar ni dispone de un-puerto. Todo su
comercio y lo que necesita para su vida pasa forzosa-
mente por Austria, que de este modo impide su cre-
cimiento y lo mantiene en humillante servidumbre.
Suiza no tiene acceso al mar, pero es por su situación
geográfica, lejana de toda ruta marítima. Además,
cuenta con los medios do comunicación que le pro-
porcionan los lagos de todas sus fronteras. Servia está
á corta distancia del Adriático, y sin embargo, por la
voluntad de Austria debe continuar siendo la única
nación de Europa sin salida libre. Todas sus agitacio-
nes y sus cóleras son por libertarse de este encierro
y llegar hasta la costa. Varias veces ha pedido á las
potencias que la saquen de la prisión en que la man-
tiene Austria. Se contentaría con un solo puerto en
el mar que tiene cercano; con una faja de diez kilóme-
tros de frente sobre el Adriático: la extensión de una
simple propiedad particular. Derramando en recientes
guerras la sangre de sus guerreros ha llegado hasta
aquél, apoderándose de un pedazo de costa del Adriá-
tico; pero intervino el gobierno austríaco con sus in-
ííuencias europeas, y otra vez los servios tuvieron
EL ARcninrQrE caulo.s francisco. nEREDERO de la corona
que retirarse á su cárcel del interior, abandonando. DE AtSTRIA. su MUJER, ZITA DE BORBÓN, Y SUS DOS HIJOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 21

riódicos servios, y la existencia de


sociedades secretas con sus procedi-
mientos violentos, último refugio de
los impacientes, que ven atropellado
su país contra toda equidad, porque
es pequeño y más débil que el opre-
sor. Hay en Historia explosiones
la
de cólera que llegan hasta el crimen,
y por esto no se pueden justificar;
pero que se comprenden perfecta-
mente.

El gobierno austríaco hizo abrir


una información sobre el atentado de
Seraje vo.
Esta información la llevó á su vo-
luntad, y bien sabido es lo que puede
hacer una policía guiada por un go-
bierno que tiene interés en encadenar
y dirigir hechos é inducciones hacia
un fin determinado.
Es indiscutible que el tipógrafo Ca-
brinovitch y el estudiante Prinzip per-
tenecían á una sociedad secreta y te-
nían por tanto cómplices en Servia.
Es indudable también que entre estos
cómplices figuran varios oficiales del
ejército servio pertenecientes á la
misma asociación. Pero esto es muy
distinto á suponer como la policía de
Viena, que fué el mismo gobierno de
Servia el que preparó el asesinato del el \ lEJO EMPERADOR DE AUSTRIA Y SU JOVEN HEREDERO

archiduque y su esposa. (Dibujo (le J. Simont, de L'Illiistratioii de Paris)

Inútil alegar que las autoridades de

Belgrado habían dado con anticipación la alarma de suceso, llevando adelante una averiguación secreta,
lo que se tramaba en Serajevo; inútil también querer forjando una verdadera novela folletinesca á capricho
demostrar que un gobierno no puede ser acusado de de detectives y agentes políticos, sin oir para nada
un delito sólo porque los autores de éste sean de su al gobierno de Servia ni permitirle intervenir en las
país. El gobierno austríaco quiso sacar partido del informaciones.
El 23 de Julio, casi un mes después del atentado
de Serajevo, cuando nuevos accidentes de la política
europea habían hecho olvidar en parte este suceso, el
gobierno austro-húngaro, bajo la forma de Nota «ver-
bal» leída por su representante diplomático en Bel-
grado, dirigió al gobierno de Servia una intimación

Este documento empieza con una historia del con-


ilictoentre ambas naciones. Recuerda que la anexión
de Bosnia y Herzegovina fué reconocida por Servia
en 31 de Marzo de 1909. Relata el atentado de Sera-
jevo, hace constar que éste aparece en las informa-
ciones de sus agentes como preparado en Belgrado, y
reclama de Servia la seguridad formal de que conde-
nará la propaganda peligrosa que se le señala, supri-
miéndola por todos los medios.
Luego la Nota continúa así, marcando los términos
LOS TRES niTKRPANOS DEL ARCniDÜQUR FRANCISCO FERNANDO de la respuesta que Austria exige de Servia, ó sea lo
22 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
A abrir una investigación judicial contra los cómplices
que debe hacer el gobierno servio para dar satisfac- G.°
del com[)lot de 28 de Junio que se encuentren en territorio ser-
ción completa al gabinete de Viena: vio. Tomarán parte en esta investigación funcionarios
delega-
dos del Gobierno austro-húngaro.
Para dar á su compromiso un carácter solomnc. el riobiorno ~.° A proceder urgentemente á la detención del comandante
real (ile Servia) mandará publicar en la primera i)áfíiiia del Voislav Zankositcli y del llamado Milán /igaiiovitch, empleado
Diario 0/icial cíe 2ü de .lulio las declaraciones siguientes: del Estado servio. eoiiipi-Diiietidos ambos en el proceso de Se-
«Kl Gobierno real servio condena la ])ro|>afíanda dirifíida ra j evo.

contra Austria-Hung-ria. es decir, los trabajos realizados para 8." A imiiedir con mediilas eficaces el concurso de las auto-
ridades servias en el contrabando de armas y explosivos á tra-
separar de la monarciuia austro-liúngara territorios (jnc le per-
tenecen, y lamenta además, muy sinceramente, las cojisecuen- vés de la frontera, y á licenciar y castigar severamente á los
cias funestas de esta labor criminal. funcionarios de servicio en la frontera, en .Scbabetz y Loznica,
»E1 liobicrno real servio lamenta (|ue oficiales 3' funciona- culpables de haber a\ udado á los autores del crimen de Sera-
rios servios hayan colaborado en esta propaganda, poniendo en jevo facilitándoles el paso de la frontera.
peligro las buenas relaciones de amistad y de vecindad á las 9," A dar explicaciones al Gobierno austro-húngaro sobre
que se había comprometido solemnemente el Gobierno real ser- los conceptos injustos vertidos por altos funcionarios servios
vio en sus declaraciones de 31 de Marzo de 1909. tanto en Servia como en el extranjero, los cuales se han ex-
»E1 (iobieruo servio, que des- presado, no obstante su carác-
aprueba y rechaza toda tentati- ter oficial, después del atentado
va de ingerencia en el destino de 28 de .lunio. en términos hos-
de los pueblos de cualquit!ra tiles hacia la monar(|nía austro-

parte de Austria-Hungría,
con- liúngara.
sidera como un deber advertir
10. A advertir inmediata-
del modo más categórico, á los
mente alGobieriKi austro hún-

oficiales y funcionarios y á toda garo ejecuciíhi de todas las


la
medidas coni|)reiididas en los
la población del reino, que en
artículos precedentes.
adelante procederá con la ma-
yor severidad contra las perso-
nas que se hicieran culpables de Aquí termina lo más in-
semejantes trabajos, y que em- teresante de las exigencias
pleará todas sus fuerzas en pre-
verlos
contenidas en la Nota, pero
y reprimirlos.»
Esta declaración será puesta todavía el gabinete de Vie-
en conocimiento del ejército na colocó al iinal un llama-
real i)i>r medio de una orden del
miento importante, pues
día de Su Majestad el rey de Ser-
via y pulilieada en el órgano oli- tiene un verdadero carác-
cial del ejército. ter de iilUnuitiiDi:

Además de estas exigen- Kl (iobieruo austro- húngaro


cias, el gobierno austro- espera la respuesta del Gobier-
no real servio, lo más tarde has-
húngaro formuló otras, aiin ta el sábado 2.") de este mes. á
más severas. Según ellas, las seis de la tarde.

el reino de Servia debía


comprometerse á lo si- Un plazo de 48 horas fué
todo lo que pudo conceder
guiente:
Austria para contestar á su
1." A suprimir cualquiera petición repleta de amena-
publicación que excite el odio y zas. Dos días nada más para
el desprecio hacia la monarquia
decidirse entre la paz y la
austro-húngara, y cuya tenden-
cia geni^ral se dirija contra la in-
guerra, para salvarse del
tegridad territorial de aquélla.
2.° A proceder inmediata- ALEJANDRO, PRÍNCIPE tlEREDBRO DE SERVIA peligro de una invasión,
mente á la disolución de la aso- publicando inmediatamen-
ciación denominada Narodna Obrana, confiscando todos sus te en D'mriu Oficial la más humillante de las cons-
el
medios de propaganda, y procediendo de la misma suerte con-
tricciones que se ha impuesto jamás á gobierno al-
tra las demás sociedades y asociaciones servias que se dedican
á combatir á Austria-Hungría, guno.
El Gobierno real servio adoptará las medidas necesarias alcance de las imposiciones
Hay que fijarse en el
para que las sociedades disueltas no ])uedan continuar su fun-
cionamiento con distinto nombre y forma. austríacas. Todo lo referente al esclarecimiento del

3." A eliminar iiunediatamente de la instrucción pública de crimen de Serajevo, aunque formulado en un tono
Servia, tanto en lo que se refiere al cuerpo de profesores como irritante de amenaza, podía aceptarlo el gobierno de
á los medios de instrucción, todo lo que sirva y pueda servir
para fomtiiitar la propaganda contra Austria- Hungría. Servia, deseoso del esclarecimiento de los hechos,
4." A alejar del sím-vícío militar y la administración en ge- para demostrar la inexactitud de las encubiertas acu-
neral á todos los oficiales y funcionarios culpables de propa-
saciones dirigidas contra él. Pero ¿y la exigencia de
ganda contra la monarquia austro-húngara, cuyos nombres y
hechos se reserva el Gobierno austro-húngaro por ahora para separar del servicio á todos los oficiales y funciona-
comunicarlos oportunamente al Gobierno real de Servia. rios civilesque se hubiesen expresado alguna vez en
5.° A aceptar la colaboración en Servia de los órganos del
contra de los gobernantes austro-húngaros, enemigos
Gobierno austro-húngaro para la supresión del movimiento
subversivo dirigido contra la integridad de la monarquía. constantes de la raza servia?... ¿Y la pretensión inau-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 23

dita de intervenir los delegados austriacos en la vida ante las potencias europeas, puso en conocimiento de
interior de Servia, constituyendo una especie de Inqui- éstas la Nota «verbal» dirigida al gobierno de Bel-
sición para perseguir á todos los que no se mostrasen grado, acompañándola de otro documento en el que
afectos al Imperio? intentaba explicar la actitud adoptada por el gabinete
Con la aceptación de las peticiones austríacas, todo de Viena.
de la Estos documentos fueron dirigidos á los gobiernos
lo mejor del pueblo servio quedaba á disposición
del Imperio. Jefes del ejército, magistrados, de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Rusia y
venganza
profesores, periodistas,
iban á ser perseguidos en su Turquía. Un detalle digno de tenerse en cuenta: Fran-
casa, no el atentado de Serajevo— pues esto cia fué la primera potencia que recibió las Notas de
propia por
es de lo que menos se acordaba ya el gabinete de Viena, y las recibió con una gran anticipación sobre
Viena— sino por lo que habían escrito ó habían ha-
,
las otras naciones. Los diplomáticos de la Triple

blado durante diez años en defensa de la raza eslava Alianza tenían prisa indudablemente en enterarla del

y en pro del engrandeci- conflicto, para saber cuál


mieoto de su patria. sería su actitud. Detrás de

A pesar de lo desmesu- Austria estaba Alemania,


radas que resultaban estas todavía oculta, pero dis-

exigencias, equivalentes puesta á mostrarse con ges-


casi á un suicidio nacional, tos de amenaza tan pronto

elgobierno de Belgrado las


como cualquiera potencia
intentase amparar á la pe-
aceptó casi por completo,
como se verá más adelante. queña Servia.
Servia deseaba la paz, El documento austríaco
aun á costa de su dignidad. adjunto á la copia de la
Quiso sacrificarse antes de Nota dirigida á Servia co-
menzaba recordando á las
que sus intereses de peque-
ña nación produjesen un potencias que el
gobierno
conflicto europeo. servio en 1909 había reco-

Quien no quiso la paz y nocido la anexión al Impe-


deseó el rompimiento y la rio de Bosnia y Herzego-

guerra desde la presenta- vina, y luego decía así:


ción de su Nota fué Aus-
Al día siguiente de este reco-
tria-Hungría. nocimiento. Servia ha empren-
Los hechos que relatamos dido una política encaminada á
á continuación lo demues- inspirar ideas subversivas á los
tran claramente. servios de la
monarquía austro-
El Imperio austríaco, húngara, preparando de e.ste
modo la separación de los terri-
eterno derrotado en todos torios austro-húngaros limítro-
los campos de batalla, se fes de Servia. Servia ha sido el

mostró desde el primer mo- hogar de una agitación crimi-


Tial. No tardaron á formarse so-
mento altivo, atropellador,
ciedades y agrupaciones que de
irreductible. Tenía enfrente
una manera franca ó clandesti-
á un pueblo valeroso, pero PEDRO I, REY DE SERVIA
na se han dedicado á promover
pequeño. Además, el Im- desórdenes en el territorio aus-
tro húngaro. Estas sociedades y agrupaciones cuentan con ge-
perio aliado, la fuerte Alemania, estaba á sus espaldas
nerales y diplomáticos entre sus miembros y hasta funciona-
para protegerle y aconsejarle.
rios del Estado y jueces; lo más saliente del mundo oficial y no
oficial de Servia.
El periodismo servio está por completo al servicio de esta
propaganda dirigida contra Austria-Hungría, y no pasa un día
III
sin que órganos de la prensa servia exciten á sus lectores al
los
odio y desprecio contra la monarquía vecina, y á atentados
al

dirigidos más ó menos abiertamente contra su seguridad y su


La alarma en Europa integridad. Un gran número de agentes sostienen por todos los
medios la agitación contra Austria-Hungría, corrompiendo á
la juventud en las provincias limítrofes.

Fuéjueves 23 de Julio cuando el gobierno aus-


el

tro-húngaro presentó á Servia una Nota amenazante. En la mañana del mismo viernes 24 de Julio, el
Al día siguiente (viernes 24 de Julio) el ministro embajador de Austria- Hungría en París, conde Szec-
de Negocios Extranjeros de Austria- Hungría, conde sen de Temerin, se apresuró á presentarse en el Mi-
Berchtold, por medio de los embajadores de su país nisterio de Negocios Extranjeros, dejando una co-
'i4 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

pia deambas Notas á de cada palabra caída


M. Bienvenu-Martin, en el silencio del des-
ministro accidental, pacho ministerial, el

pues el ministro titular valor representativo de


y presidente del Conse- cada línea para la tran-
jo de ministros, M. Re- quilidad de Europa,
ne Viviani, estaba fue- leyó su breve Nota. En
rSide Francia desde el ella el gobierno de Ber-
1(5 del citado mes, lín declara:

acompañando al presi-
dente de la
Hepública 1." Que cu .su
!i|)rii('l);i

en su viaje de visita l'diuloy en su Nota


l'orm;i la

á los soberanos de Ru- (liriffida por Austria á .Ser-


via.
sia, Noruega y Dina- 2.° Que espera que la
marca. discusión quedará locali-

Inesperadamente se zada simplemente entre


Viena y Helj^rado.
presentó por la tarde
en el mismo Ministerio Kl. (IKMCUAI l'ITMlv. ESTA 1)1
.IKl' 13 DM1,
3." Que si una tercera
DEL BJÉUClTiO SEKVIO ¡yoteiicia intentase interre-
el embajador de Ale- nir en la discusión, podría
mania, M. de Schoen. resultar de esto una tensión
Tambic^n éste tenía que hacer una comunicación po- ffrare entre los dos grupos de potencias que existen en Europa,
cas horas después que el representante austriaco.
M. Bienvenu-Martin lo recibió en presencia de Terminada la lectura se hizo un silencio penoso.
M. Felipe Berthelot, director adjunto de negocios po- Luego embajador y los dos franceses se saludaron
el
líticos y subsecretario accidental. Los dos diplomáti- fría y cortésmente al separarse. Sabían lo que repre-
cos franceses presintieron que algo de grave impor- sentaba esta Nota. Podían considerarse ya como ene-
tancia estaba próximo á salir de labios de su colega migos. El papel que Schoen guardaba en un bolsillo
alemán. La Triple Alianza iba á manifestar su verda- al retirarse equivalía á un deseo manifiesto de rompi-
dero pensamiento. Y el embajador Schoen, lentamen- miento. O una inmovilidad deshonrosa, ó la guerra.
te, con cierta tristeza, comprendiendo la importancia Iba á llegar para Europa el momento temido por

ARTILLERÍA SERVL\
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 25

(Kut. Kol)
UN ESCUADRÓN DE CABALLERÍA SERVIA

unos y ansiado por otros durante cuarenta y cuatro de la Nota amenazante á Belgrado, el plazo inaudito

años. de 48 horas para contestarla, la rapidez en comunicar


a
á Francia lo ocurrido con una amenaza de parte de
Este acto diplomático produjo estupefacción al ser Alemania, era un plan concertado de antemano por
conocido en París y luego en muchas capitales de los dos Imperios para intimidar á la alianza franco-

Europa. rusa ó infligirle la humillación de una huida, abando-


El imperíalismo germánico hablaba de pronto con nando ambas naciones á Servia en manos de Austria,
una clarídad brutal. O Rusia abandonaba á los ser- ó separándose Francia de Rusia, en cuyo caso ésta
vios, que son de su raza, dejando que Austría los tendría que batirse sola con la Triple Alianza.
aplastase con su superíorídad, ó Alemania, caso de no El texto de todas las Notas de Austria estaba re-
ser así, avanzaría en apoyo del Imperío aliado, pro- dactado por el conde Esteban Tisza, elprimer minis-
duciéndose como con- tro de Hungría, diplo-
secuencia la guerra eu- mático agresivo y rudo,
ropea. en estrecha relación
Y lo que hacía aún con el gabinete de Ber-
más trascendental di- lín y ganoso de imitar
cha actitud era que las glorias de su com-
Alemania se apresura- patriota Andrassy, co-
ba á notificar esto á la laborador de Bismarck
República francesa an- y uno de los fundadores
tes que á ningún otro de la Triple Alianza.
país, con la clara in- Los gobiernos de Aus-
tención de prevenirla triay Alemania apare-
del peligro que corría cían francamente uni-
manteniéndose aliada dos, pero no para una
de Rusia y dejando que solución conciliadora.
ésta interviniese en de- Deseaban valerse de
fensa de los servios. esta circunstancia, que
Resultaba visible que les parecía favorable,
todo el asunto austro- para imponer á las po-
EL GENERAL HOTZENDORF, JEFE DEL ESTADO MAYOR
servio, la presentación DEL EJÉRCITO AUSTRÍACO tencias adversarias
26 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de la justicia, mientras Austria es-


trangulaba á la pequeña Servia.
Se dijo además que Guillermo II,

aunque aprobaba el ulriniatum aus-


tríaco,no había conocido su texto en
elprimer momento y que al leerlo lo
juzgaba severo en demasía. Algunos
hasta esperaban que influyese bonda-
dosamente en el ánimo del emperador
de Austria, haciéndole aceptar una so-
lución pacífica.
¡Vanas ilusiones! El momento es-
cogido para el vltimatii m daba á sos-
pechar las verdaderas intenciones de
los dos Imperios. Todo se mostraba
favorable para ellos. Las potencias
adversas á su política dominadora se
veían en una situación difícil. En In-

glaterra la cuestión del Ulster amena-


zaba con una guerra civil casi inme-
diata. Un verdadero ejército de irlan-
deses protestantes, enemigos de sus
compatriotas católicos y autonomis-
i—Él tas, esperaba armado y disciplinado
el momento de sublevarse contra el
LA CUESTIÓN DEL ITLSTBR gobierno. En Rusia acababan de es-
Bendiciendo las banderas de losfregimicntos de voluntarios tallar huelgas imponentes y la crisis
obrera iba tomando el carácter de una
una humillación''mortal. Austria quería aprovechar el rebelión. El presidente de la República francesa y el
momento para librarse por siempre de la vecindad jefe del gobierno, ministro de Relaciones Exteriores,
molesta de Servia, suprimiéndola... Alemania acep- estaban navegando en el mar Báltico de vuelta de
taba igualmente la buena oportunidad, para que Rusia Rusia, lejos de su país y privados de iutervenir eficaz-
se cubriese de vergüenza abandonan-
do á un pueblo eslavo ó fuese á una
lucha armada, para la cual —
según
su creencia— ni ella ni su aliada Fran-
cia estaban en condiciones' de prepa-
ración.
o

A pesar de los deseos de rompi-


miento que animaban manifiestamen-
te á los gabinetes de Viena y Berlín,
muchos creyeron que durante las 48
horas concedidas por Austria ú Servia
las potencias de Europa conseguirían
resolver el conflicto pacíficamente.
Sir Edward Grey, con toda la au-
toridad que proporciona la represen-
tación diplomática del pueblo britá-
nico, estaba trabajando por alcanzar
una solución favorable, no sólo cerca
del gabinete de Viena, sino con el Im-

perio alemán, que había adoptado esta


cuestión como si fuese suya.
Nadie podía creer que Alemania
aceptase abiertamente la triste misión
de guardar arma en mano todas las
avenidas para impedir la intervenciún
LOS VOLUNTARIOS DEL ULSTER
HISTORIA DB LA GUERRA EUROPEA DE 1914 2?

mente en su dirección. Estas venta-


jas eran en gran parte previstas y
en otra parte fortuitas, debidas á la
casualidad; pero todas por igual ser-
vían á los intereses y las arrogan-
cias austro-germánicas.
Un deseo más vasto y no menos
generoso que el de vengar el asesi-
nato de Francisco Fernando impul-
saba á los dos Imperios. El inespe-
rado suceso de Serajevo les había
servido de pretexto inicial.
Unas semanas después la casuali-
dad volvía á trabajar en favor de la
Triple Alianza, poniendo á su alcance
las potencias del Triple Acuerdo en
una situación embarazosa, preocu-
padas de su vida interior y sin poder
atender libremente á los asuntos ex-
teriores: Inglaterra en los comienzos
de una guerra civil; Rusia con ame-
nazas de revolución; Francia casi
sin gobierno.

Llegaba para Alemania



cuando

menos podía sospecharlo la ansia-
da ocasión de abatir de un golpe (el
golpe rápido y fulminante de su tác-
tica militar) á las potencias adver-
sas, eterno obstáculo de sus ensue-
ños de dominio universal.
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA, M. POINCARE, CON EL ZAR
La reclamación de Viena á Bel- DE RUSIA, AL DESEMBARCAR EN PBTERHOF
grado no era mas que el primer epi-
sodio de algo más grande concebido
bajo la inspiración de las circunstancias y pronta- IV
mente ejecutado.
Raramente volvería á presentarse una ocasión tan Negativa de Austria á una petición de Rusia. Alar-

favorable para obligar á las naciones hostiles á humi- —
ma en París. La contestación humilde de Servia.
llarse ante la Triple Alianza y reconocer su superio- — Austria declara la guerra.
ridad.
Y intentaban resistirse á la humillación... ¡la
si Llegó el sábado 2.5 de Julio. A las seis de la tarde

guerra!... una guerra iniciada con rapidez, de seguro expiraba plazo de 48 horas exigido por Austria para
el

é inmediato triunfo sobre unos enemigos que, por el recibir la contestación del gobierno servio.

momento, estaban dispersos, sin preparación, ocupa- El telégrafo había hecho conocer en la noche ante-
dos en sus cuestiones internas. riorun intento de intervención de Rusia. El gobierno
Por esto la diplomacia de Viena á cara descubierta ruso, por medio de su embajador en Viena y del em-
y la de Berlín con sus ocultas inspiraciones sólo qui- bajador de Austria en San Petersburgo, rogó al gabi-
sieron conceder plazos de breves horas para respues- nete austríaco que prolongase por unos días el plazo
tas que exigen maduro examen. concedido á Servia, alegando la escasez de tiempo
Por esto trataron la suerte de los pueblos con la que representaban 48 horas para el estudio y res-
rapidez de una operación de Bolsa, disponiéndose puesta de las numerosas reclamaciones contenidas
para la guerra antes de conocer la suerte de las peti- en el ultiinatmii .

ciones austríacas, con el deliberado propósito de tener al comentar la petición


Los periódicos de Viena,
por inaceptable y ofensivo lo que pudiese contestar de Rusia, dijeron así, reflejando la voluntad de su
Servia. gobierno:
¡O la sumisión ó la guerra!... Pero á toda prisa; en
El gobierno austro-liúnt^aro ha rehusado acceder á la peti-
el curso de unas cuantas horas; antes de que las po-
ción (le Rusia de un nioiio tirme, pero cortés.
tencias contrarias hubiesen podido agruparse y po- Kl gobierno austro-húngaro se mantiene y se mantendrá en
nerse de acuerdo. el punto de vista siguiente: que el arreglo de sus cuestiones
28 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

antagonismo de razas. Debía presen-


ciar con indiferencia cómo sacrifica-
ban á uno de su sangre.

París empezó á alarmarse con es-


tas noticias.
Presintieron muchos que algo muy
grave iba á ocurrir para la paz de
Europa. El gobierno ruso no podía
tolerar fríamente que Servía fuese

atropellada y sacrificada, y una in-


tervención suya contra el Imperio
austríaco arrastraría á Francia como
aliada, y haría avanzar igualmente
^^^ por el lado opuesto al Imperio ale-
man, surgiendo la guerra inevita-
blemente.
S^W
IjliS
'
Muchos, con ün optimismo senti-

mental, se oponían á esta idea, como


si la guerra fuese algo monstruoso,

impropio de nuestros tiempos. Espe-


raban una mediación, á última hora,
de las potencias. Confiaban en los
consejos de Alemania á su aliada...
¡Todo menos la guerra!
En unas cuantas horas la amenaza
del conflicto europeo ganó la aten-
ción de París, haciendo pasar á se-
gundo término otro asunto que traía

preocupados ú los parisienses, y por


acción refleja á una gran parte del
mundo, pues sabido es la resonancia
mundial que adquieren todas las
ideas y sentimientos de la metrópoli
francesa.
Se estaba desarrollando on aque-
llos días la vista del proceso de ma-
dame Caillaux, autora de un aten-
EL DEFENSOR DE SEUVTA. El, ZAR DE UÜSIA, NICOLÁS II tado mortal contra el periodista Cal-
(I'ol. Meurisse)
mette, director de Le Finara, á raíz
con Servia constituye un asunto que no interesa á nadie mas de la campaña hecha por éste contra su esposo, el
que 6. Austria-Hungría y á Servia. La monarquía austro-liún- ministro Caillaux. El proceso había caldeado los áni-
gara está decidida desde el principio de la cuestión á mante-
nerse en este punto de vista, xean cuales sean las circunslan-
mos. Desde meses antes, la opinión aparecía dividida
cias. y (í rechazar loda lentalira de intervención. en Francia, según las opiniones políticas de unos y
otros.La discusión de un simple delito tomó, por la
La actitud de Austria era clara y firme. Conceder categoría de las personas que figuraban en él, la im-
un plazo más largo equivalía á dar tiempo á la diplo- portancia de una lucha de partidos. Las sesiones de la
macia europea para mezclarse en el asunto. Y de per- vista del proceso terminaban tumultuosamente fuera
mitir una intervención extranjera, tendría que mode- del Palacio de Justicia, cou luchas entre los opuestos
rar sus propósitos, aceptando las explicaciones de bandos, heridos y cargas de la policía.
Servia y una solución pacífica. No; el asunto intere- Esta efervescencia, que empezaba á recordar la
saba á los dos gobiernos únicamente. Debían dejar época tumultuosa del proceso Dreyfus é iba marcando
solos al Imperio enorme, de peso abrumador, y á la una separación entre avanzados y conservadores, fué
pequeña nación predestinada á la muerte. tal vez apreciada en Viena y Berlín como una demos-

Rusia, protectora natural de los pueblos eslavos, tración más del desconcierto en que vivía Francia y

no tenía por qué intervenir según el gobierno aus- su imposibilidad de defenderse por medio de una acción
tríaco — en este conflicto, originado realmente por un unánime.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 29

(0
30 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

longándola hasta fines de Agosto.


La impaciencia y la curiosidad
ansiaron durante toda la tarde que
sonasen las seis, hora en que termi-
naba el plazo marcado para la res-

puesta diplomática.
¿Qué diría Servia?
¿Qué haría Austria?
¿Era posible en estos tiempos una
guerra europea?...

Antes de las seis de la tarde el go-


bierno servio entregó su respuesta á
la Nota austríaca.

Es un documento digno de ser leí-


do y recordado —
á pesar de su ex-
tensión —
pues demuestra el espí-
,

ritu conciliador del gobierno servio


y su deseo de no servir de motivo á
una confiagración europea. Casi pue-
de decirse que es un documento hu-
milde. Servia admite las exigencias
del enemigo, se muestra dispuesta
á aceptar todas sus reclamaciones,

pasa por alto las amenazas, explica


su conducta.
Dice así la respuesta servia:

Kl Gobierno real servio lia recibido la


Nota del Gobierno real é imperial, fechada
en 10-23 del corriente (1), y tiene el con-
vencimiento de que su respuesta disipará
todos los equívocos que amenazasen rom-
per las buenas relaciones existentes entre
Austria-Huugria y el reino de Servia.
El Gobierno real servio no ignora las pro-
ANTES DE r,A GUERRA (Ful. lioli
testas que se han producido en la tribuna
GiiMlt'imo II y el rey de Inginlerrn en una calle de Londres. El kaiser lleva en la diestra el bastón de Asamblea nacional, asi como también
la
de feldmariscal
lasdeclaraciones y los actos de los repre-
sentantes responsables del Estado, protes-
Pero contra tales cálculos, el proceso Caillaux per- tas todasque fueron interrumpidas por la declaracitin del Cío-
bierno servio de 18 de Marzo de 1909 y que en ninguna otra
dió instantáneamente todo interés á las veinticuatro
ocasión se han renovado.
horas de haberse planteado la cuestión austro-servia. Gobierno ha de hacer constar
Desde entonces el real (lue,
En los bulevares se formaron grupos ansiosos de noti-
que se han sucedido en el Poder
ni por parte de los Ciobiernos
cias, í'rente á las redacciones de los grandes periódi- ni por la de sus periódicos, no ha habido ninguna tentativa
cos se apiñaba el gentío esperando la aparición de los para producir un cambio en el estado politice de la Bosnia y de
la Herzegovina.
telegramas en pizarras y transparentes. La inquietud Gobierno imperial en todo
Una sola reclamación formuló el
empezó á dominar á París. Todos los que se preocupan este tiempo respecto á un libro escolar, é inmediatamente tuvo
del equilibrio internacional pusieron su pensamiento como respuesta una entera satisfacción.
desde mediodía en lo que estaba ocurriendo en Viena En numerosas ocasiones ha dado Servia la prueba de su po-
lítica pacífica y moderada durante toda la crisis balkánica.
y Belgrado.
Gracias á Servia y á los sacriflcios ([ue hizo en pro de la paz eu-
Esta zozobra se reñejó en la Bolsa, donde se pro-
ropea, esta paz ha i)odido mantenerse. El Gobierno real servio
dujo un verdadero pánico al lanzarse á la venta enor-
no puede hacerse responsable de manifestaciones de carácter
mes cantidades de valores sin encontrar comprador. privado, como son propaganda de cier-
artículos de periódicos,
Todos los títulos sufrieron consecuencias de la
las tas sociedades, enmanifestaciones que se producen en to-
íin,
dos los países del mundo y que generalmente burlan siempre
baja general,. y hubo que pensar en la adopción de me-
didas enérgicas para que no ocurriese una catástrofe. la vigilancia olicial.

En este día se empezó á hablar de la necesidad de


(I) Esl;i doble fecli.i representa la diferencia entre el calendario niso,
suspender la liquidación de valores de fin de mes, pro- aduptadu en Si-rvia. y el i|no está en uso en la Europa occidental.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914
*^ f

Hay que recordar que el Gobierno real


servio, al discutir todas las cuestiones pen-
dientes entre Servia y Austria-Hungría, se
prestó siempre á complacerla en sus de-
seos. De este modo ha ayudado á resolver-
los siempre, con el propósito de contribuir
al mayor progreso de los pueblos vecinos.
Por todas estas razones, el Gobierno real
ha sido dolorosamente sorprendido por
ciertas afirmaciones,según las cuales va-
rias personas dependientes del reino' de
Servia han tomado parte en la preparación
del atentado de Serajevo.
El (iobieruo real esperaba que le invita-
sen á cooperar en las investigaciones con-
cernientes á todos los detalles que se refie-
ren á aquel crimen. El Gobierno probará
con actos que está dispuesto á proceder
contra las personas de que se ha hablado.
Deseoso de acceder al deseo del Gobierno
imperial y real, el Gobierno real servio está
dispuesto á llevar ante los tribunales de
justicia á cualquier subdito servio, sea cual
fuere su situación y su rango, cuya com-
plicidad en el crimen de Serajevo esté com-
probada.
El Gobierno servio se compromete, par-
ticularmente, á publicar en la primera pá-
>•"<" ^'e""=*«c)
gina del Diario ({ficial, con fecha de 13-26 ANTES DB LA (lUERRA
de Julio, la siguiente declaración: El kaiser dando la mano al general francés Pau en las üllimas maniobras militares
celebradas en Suiza
«El Gobierno real de Servia condena toda
propaganda dirigida contra Austria-Hun-
tender »E1 Gobierno real deplora sinceramente las consecuencias
gría, es decir, el conjunto de tendencias que pudieran
á la desmembración de los territorios que forman parte de Aus- terribles de esta actividad criminal.

tria-Hungría. »E1 Gobierno real lamenta que ciertos oficiales y funciona-


rios servios, según se desprende de lo que comunica el Gobier-
no imperial y real, hayan participado en dicha propaganda,
comprometiendo las relaciones que se había obligado á guardar
el Gobierno real en su declaración de 31 de Marzo de 1909.
»E1 Gobierno servio, que desaprueba y repudia toda idea de
intrusión en el destino de los habitantes de todas las regiones
de Austria-Hungría, considera como su deber advertir oficial-
mente á los oficiales y funcionarios y á toda la población del
reino, que en adelante procederá con todo rigor contra las per-
sonas que resulten culpables de semejantes actos y los repri-
mirá enérgicamente.
»Esta comunicación será puesta en conocimiento del ejér-
cito real por medio de una orden del día, publicada á nombre
de Su Majestad por el principe heredero Alejandro. Dicha co-
municación será impresa en el próximo número del Boletín
O/ciul del Ejército.»
Además, el Gobierno real servio ofrece someter en la pri-
mera sesión de la Shoupchtina (1) una enmienda á las leyes de
prensa, castigando los artículos que sean susceptibles de pro-
ducir sentimientos de odio contra la monarquía de Austria-
Hungría. Del mismo modo perseguirá todo lo que tienda contra
su integridad territorial:
1." El Gobierno real se compromete, con motivo de la revi-
sión de la Constitución que ha de efectuarse en breve, á intro-
ducir en el artículo 22 una enmienda que permita secuestrar
dichas pul)l¡cacioncs. lo que no es posible aliora, según los tér-

minos cat(;góricos del citado artículo, todavía en vigencia.


2.° El Gobierno imperial y real no ha ofrecido todavía al Go-
bierno real servio la prueba de que la sociedad Narodna Obrana
y las otras sociedades similares han cometido hasta el presente
actos criminales por medio do sus miembros. Á pesar de esto,
ol Gobierno real aceptará la petición del (iobieruo imperial j-

A>iTE.S DB I,A GTIKKUA


saludando zar de Kusia (I) Shoupchtina es el uombre del I'.-irl,imento servio.
|EI kaiser al
32 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

EL PRESIDENTE DE LA UEI'ÚULICA FRANCESA, 51. I'OINCAUÉ, CON EL I'IU^CU'E DE CALES, AL DESEMBARCAR EN INGLATERRA
(Fot. Rol)

realy disolverá la sociedad Narodna Ohrana y cualquiera otra El Gobierno real servio ha procedido, la noche misma de
1.°

que pueda promover aifitacióii contra Austria. la entrega de la Nota, á la prisión del comandante Voislav /,an-
El Gobierno real servio se obliga á eliminar iiniKMliata-
',i.° kositch. En cuanto á Milán Ziganovitcb, subdito de la monar-
meiite de instrucción pública de Servia todo lo iiue pue<la
la ((uia austro-húngara y (jue hasta el 2S de .lunio estaba emplea-
servir para fomentar la propaganda contra Austria-Hungría, do como aspirante en la dirección de ferrocarriles, no ha podido
cuando el Gobierno imperial y real le ofrezca los iiechos y las ser habido. Se ruega al Gobierno imperial y real que dé á cono-
pruebas de esta propaganda. cer en la forma acostumbrada, lo más pronto posible, las pre-
4.° El Gobierno real acepta también el alejar del servicio mi- sunciones de culpabilidad, así como las pruebas eventuales ile
litar á todos aquellos que la investigación judicial pruebe que culpabilidad recogidas hasta hoy en la investigación de Sera-
son culpables de actos dirigidos contra la integridad del terri- ievo. para los fines de los procedimientos ulteriores.
torio de la monaniuía austro-húngara, y confia en que el Go- 8.° El Gobierno servio reforzará y extenderá las medidas to-
bierno imperial y real le comunicará ulteriormente los nom- madas para impedir el contrabando de armas y de explosivos á
])res y los hechos de estos olieiales y funcionarios, á los fines través de la frontera. Asimismo ordenará en seguida una inves-
del procedimiento que del)e incoarse. tigación y castigará severamente á los funcionarios de la fron-
5.° El Gobierno que no se da una cuenta clara
real declara tera, en la línea Sehabae-Loznica. que faltaron á su deber de-
del sentido alcance de la demanda que hace el Gobierno
y el jando pasar á los autores del crimen de Serajevo.
imperial y real para que Servia se obligue á aceptar en su te. 9.' El Gobierno real dará con gusto toda clase de explicacio-
rritorio la colaboración de órganos del Gobierno imperial y real. nes sobre los conceptos que sus funcionarios, tanto en Servia
Pero declara igualmente que admitirá cualquiera colaboración como en el extranjero, hayan vertido en interviús después del
que responda á los principios del derecho internacional, al pro- atentado de .Serajevo. y que. según la afirmación del (iobierno
cedimiento criminal y á las buenas relaciones de vecindad. imperial y real, fueron hostiles para la monarquía de .Austria-
C.° El Gobierno real, como es lógico, cree de su deber abrir Hungría. Tan pronto como el Gobierno imperial y real le haya
una investigación contra todos aquellos que puedan hallarse comunicado los textos en cuestión, y tan pronto como haya
mezclados en el complot del 28 de .Tunio y que se encuentren en demostrado que las frases molestas fueron i)roferi(las realmente
el territoriodel reino, lín cuanto ala participación en este proce- por dichos funcionarios, el Gobierno de Servia procederá contra
dimiento de los delegados de las autoridades austro-húngaras, el ellos luego de recoger por su parte pruebas y convicciones.
Gobierno real no pueiie. aceptarla, porque esto significaría una 10. El Gobierno real servio comunicará al Gobierno imperial
violación de la Constitución y de la ley de procedimientos crimi- y real la ejecución de las medidas comprendidas en los extremos
nales. Sin embargo, eu casos concretos, podria darse comunica- precedentes, en lo que no haya sido hecho por la presente Nota.
ción de los resultados del proceso á los órganos austro-húngaros. Á medida que se vayan ejecutando las órdenes, si al Gobierno
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 33

imperial y real no satisface la presente


respuesta,el Gobierno real servio, consi-

derando que no es conveniente para el


interés común precipitar la solución de
este conflicto, está dispuesto como siem-
pre á aceptar un acuerdo pacifico, some-
tiendo la cuestión al tril)unal internacio-
nal de La Haya ó á las grandes potencias
que tomaron parte en la elaboración de
la declaración que el Gobierno servio hizo
en 18 31 de Marzo do 100!).
D

Como se ve, el gobierno servio


estaba dispuesto á aceptar todas las
reclamaciones de Austria, pasando
por la prueba durísima de desauto-
rizar y perseguir á los militares,
profesores y periodistas que se ha-
bían expresado en ciertas circuns-
tancias contra el Imperio opresor de
su país. Sólo á una petición opuso
una negativa firme: la de permitir
que jueces y policías austríacos en-
trasen en Servia á procesar y juz- RESBUVISTA SERVIO GUARDANDO UNA VIA FÉRREA (Fot. Rol)

gar á los naturales del país. ¿Qué


nación no se hubiese negado igualmente? Consentir na, y que así que lo hiciese daría una respuesta defi-
esto significa tanto como abdicar de la independencia nitiva sobre la cuestión.

y someterse á una verdadera conquista. Un Estado que Poco después, el ministro austríaco se presentó en
tiene tribunales, antes perecerá por la guerra que per- elMinisterio de Negocios Extranjeros, para declarar
mitirá que otro Estado le envíe jueces para que juz- que no encontrando satisfactoria la respuesta del go-
guen á sus subditos. bierno servio, se ausentaría en la misma noche de
El gobierno de Servia, después de conceder todo lo Belgrado con todo el personal de su legación. De los
posible, hasta tocar en los límites de la humillación archivos de ésta, así como de la protección de los
por no ser causa de un conflicto europeo, termina su subditos austro- húngaros en Servia, se encargaría el
documento sometiéndose al arbitraje de las potencias ministro de Alemania en dicho país. Fué inútil todo
ó del tribunal de La Haya, intento de explicaciones. El representante austríaco
á la sentencia de un tercero terminó diciendo que las relaciones diplomáticas de-
que estudie el asunto y dé bían considerarse enteramente rotas desde aquel mo-
con toda calma una solu- mento entre Servia y Austria-Hungría.
ción pacífica. A nadie extrañó en Belgrado esta conducta. Todos
Pero Imperio austríaco
el estaban convencidos de que, fuese cual fuese la res-
no tenía interés alguno en puesta de Servia, el Imperio austríaco deseaba llegar
resolver la cuestión bonda- al estado de guerra como única solución.

dosamente. Deseaba un pre- El gobierno servio estaba tan convencido de que


texto para invadir á Servia. todo cuanto hiciese sería inútil, que antes del rompi-
Y el Imperio alemán, oculto miento diplomático empezó á tomar sus precauciones
á sus espaldas, tampoco de defensa. El rompimiento fué á las seis de la tarde.
tenía interés en mantener A ordenado la movilización del ejército.
las tres, había
la paz europea, viendo en La corte y los ministros se apresuraron á abando-
las circunstancias presen- nar inmediatamente la capital, trasladándose á Kra-
tes un momento propicio guyevatz.
para la satisfacción de sus Belgrado está enclavado en la misma frontera de
ambiciones. Hungría, á orillas del río Save, en su confluencia
El ministro de Austria- con el Danubio. Las orillas fronterizas por los dos
Hungría en Belgrado, al re- lados de la ciudad pertenecen á Austria. Basta pasar
cibir el documento de res- el puente del ferrocarril para entrar en Servia; y la
puesta del gobierno servio, primera tierra servia que se pisa es la de los arra-
declaró que debía compa- bales de Belgrado. La nación empieza en las prime-
rarlocon las instrucciones ras bocacalles de su capital. De aquí la rapidez con
SOLDADO SERVIO Quc había recibido de Vie- que se retiraron los poderes directores de Servia
34 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

con todos BUS archi- á arrostraren compañía de Alemania las consecuen-


vos y tesorerías, para cias de su resolución. Es sobre esto en loque hay que
no ser objeto de uu y no sobre quiméricas esperanzas, que sólo
ba.'^aree,

golpe de mano del sirven para que tuda clase de debilidades disimulen el

enemigo. mayor tiempo posible el resultado de sus fracasos.


La guarnición de »E1 hecho de que el Triple Acuerdo, sin una diplo-
Belgrado buscó posi- macia firme, sin otras vistas comunes que las desús
ciones para defender miedos á plazo más ó menos corto, y sin otra política
los pasos del Save. que la de la parquedad y una exagerada prudencia,
I, a guerra entre así en la preparación de los armamentos como en las

Servia y Austria iba operaciones de las cancillerías, se ha dejado sorpren-


á empezar, como un der, permitiendo al enemigo buscar á su gusto el día
EL CONDE BEIirMITOI.U breve prólogo de la y la hora de la agresión, es un hecho indiscutible ya
Mlnlslro austríaco de Negocios Exiranicros la Historia.»
gran guerra europea. para
Frente á este pesimismo de Clemenceau y de otros
políticos que consideraban inevitable la guerra, la opi-
nión generiil siguió mostrándose optimista durante el
domingo 2() de Jdlio.
Los que hasta el día anterior se habían mirado
La hora grave. Oplimismos y pesimismos. hostilmente por las agitaciones del proceso Caillaux ó
Las primeras manifestaciones las divergencias de opinión política, empezaron á tra-
tarse con benevolencia á impulsos de un sentimiento
Se desarrollaron los sucesos con tanta rapidez, superior, olvidando los ultrajes recientes. «Vamos á
pasó Europa tan violentamente de la calma á la in- tener guerra.» «La guerra va á venir...» Pero todos,
quietud, que muchos, en su estupefacción, no quisie- al mencionar este peligro, lo liaeían con cierta duda.
ron aceptar aferrándose á la esperanza de
la realidad, Hablaban de la guerra como se habla de la muerte,
un posible arreglo surgido á última hora. con la sfguridad de que es algo inevitable, pero que
Era indiscutible que Austria amenazaba á Servia llegará no se sabe cuándo. La paz de Europa no es-
con una guerra; pero una guerra no se declara con taba comprometida aún irreparablemente. Tal vez la
sólo desearla. Existen los compromisos de las alian- diplomacia, que en tantas ocasiones había
salvado la
zas, y Alemania aún no había hablado. Antes bien, su tranquilidad continental, conseguiría elevar una vez
silencio lo interpretaban muchos como una muestra más barreras insalva-
de reprobación. La posibilidad de una guerra europea bles entre los dos ene-
no podía ser aceptada por los demás. La consideraban migos.
algo inverosímil, que todas las potencias tendrían Durante el domin-
buen cuidado de evitar. Seguramente que antes de go, el gobierno tran-
dispararse el primer tiro los diplomáticos encontrarían ces adoptó varias me-
un arreglo. didas de simple pre-
Algunos, más serenos y por lo mismo más
pesimis- (•aución. Los minif-
tas, veían claro en la situación. El hecho de avisar Ale- tros, faltos de la pre-
mania al gobierno francés, antes que á ningiio otro sencia del presidente
gobierno, que toda intervención en el asunto austro- de la República y del
servio produciría, según las palabras de su emba- jefe del gobierno, no
jador, «consecuencias incalculables», constituía una se reunieron por la
amenaza. mañana en el Minis-
Clemenceau, en su diario El Hombre Libre, dijo así: terio de Negocios Ex-
«Se puede discutir, ergotizar, construir castillos de tranjeros. Messimy,
hipótesis, buscar medios para enternecer á los enemi- ministro de la Guerra,
gos, acusar á unos y absolver á otros, censurar á Gui- conferenció cou el ge-

llermo II, al conde Borchtold, á los diablos del infier- neral Joffre, generalí-
no, á todos los que quieran, pero por encima de todo simo de los ejércitos,
ello existen dos hechos sin discusión posible: 1.° Eu- y el general Michel,
ropa se ha dejado sorprender en pleno descuido. gobernador militar de
2.° Austria, dando sólo cuarenta y ocho horas á Servia París. Todos los jefes

para aplastarse ante ella con ó sin resistencia militar, de cuerpo fueron lla-

ha hecho ver de un modo claro á todos los hombres mados á ocupar sus
que aún queden de buen sentido, que estaba decidida puestos. El ministro ^.j^ conde szkcsbn dk tembrin
á agrandar y exagerar este incidente á toda costa y de Marina, M. GaU- Embajador de Austria en París
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S5

thier, dictó órdeaes análogas. El de


Hacieuda, M. Noulens, trabajó todo
el día en sus oficiaas para poner en

movimiento extraordinario los or-


ganismos administrativos.
El prefecto de policía, M. Hen-
nion, reforzó los puestos de seguri-
dad y ordenó el servicio permanen-

te en todas las comisarías de París,


temiendo una manifestación de los

antimilitaristas y de los
enemigos
de la guerra, desorientados aún so-
bre el verdadero alcance de los su-
ceso?, creyendo de buena fe que el
conflicto próximo era obra exclu-
siva de los gobiernos y que podría
evitarse haciendo un llamamiento
a lasmasas obreras internaciona-
les amigas de la paz.

La actitud de Alemania era equí-


voca y obscura. Su embajador en
París se avistó varias veces con los
ministros franceses, manifestando
de viva voz que su gobierno desea-
ba la paz y que todos debían traba-
jar unidos para mantenerla.
¡Y á la misma hora que intentaba
adormecer al gobierno francés con
estos buenos propósitos, se estaba
efectuando en Alemania una movi-
lización oculta del ejército!...
Todos sus deseos de paz se limi-
taban á palabras, sin querer pasar
MOMENTO DECISIVO. LA NOTA DE ALEMANIA
á los hechos.Cuando las potencias
, . . El barón de Schcen , á M. Bienvenu-Marlin, ministro de
embajador de Alemania en París, leyendo
pedían a Alemania que innuyese en lusücia, encargado de carlera de «elaciones Exteriores en ausencia de M. Viviani. una Nota del
la
,, .
,
. gobierno alemán declarando que toda intervención en el asunto austro-servio producirla consecuencias
SU aliado de Viena dándole conseíos incalculables.. , „
.
•'
(De ¿7í/iif/rrt/i(//i de París)
de moderación con la certeza de que
serían escuchados, el gabinete de Berlín salía del paso el Un viaje en yate por las cos-
principio del conflicto.
añrmando que el asunto era únicamente de Austria y tas de Suecia había escamoteado su persona á todas
Servia, y él no tenía por qué mezclarse. En cambio las gestiones pacíficas. Tal vez fué una casualidad
indicaba que para mantener la paz lo que debían ha- fatal.Pero más verosímil parece que este viaje opor-
cer las potencias era influir cerca del gabinete de San tuno fué emprendido al prepararse el conflicto austro-
Petersburgo, aconsejándole que permaneciese quieto servio con la Nota impulsiva de Austria, conocida y
é indiferente ante el cocflicto. aprobada de antemano por el gobierno de Berlín. Al
Si le proponían una acción doble y común sobre estar ausente Guillermo II, se evitaba una interven-
Rusia y sobre Austria al mismo tiempo para hacerlas ción directa en el asunto. De alcanzar éste una so-
llegar aun acuerdo, el gobierno alemán volvía á excu- lución á gusto de los dos Imperios, podría aparecer
sarse manifestando que nada tenía que decir á su alia- oportunamente para gozarse en la humillación de las
da. Y después de negarse de este modo á toda gestión potencias adversas y ofrecerse una vez más á la pú-
amistosa, seguía hablando de sus buenos deseos en blica admiracióa como el gran mediador de las solu-

pro de la concordia europea. clones pacificas. En el caso de sobrevenir el rompí-


La posibilidad de la guerra ó de la paz dependía miento, le sería fácil mostrarse limpio de toda culpa
de Guillermo II. Si éste aconsejaba á Austria que no en este gran conflicto, diciendo que la guerra había
se mostrase tan arrogante, valida del apoyo alemán, surgido inevitablemente durante su ausencia,
el gabinete de Viena se tornaría conciliador. Pero el La prueba de que, aun permaneciendo invisible,
la da
kaiser nada podía decir, porque estaba invisible desde influyó como siempre en la dirección de su país,
36 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

agredidos, y el atentado de Serajevo proporcionó la


ocasión ansiada. Después, los dos gobiernos compli-
caron sus consecuencias diplomáticas, evitando toda
intervención para que no fuese solucionado pacífica-
mente.
Alemania, país autoritario que ha declinado todo
pensamiento en su emperador, quería la guerra y la
esperaba impaciente, porque tales eran las miras de
su soberano (1). 1)3 haber deseado éste la paz, Alema-
nia habría sido pacifista. ¿A qué, pues, la hipocresía
de presentarse ante el mundo como un buen apóstol
que se ve incitado, contra su voluntad, á hacer la
guerra? ¿Por qué no confesar brutalmente el deseo de
que se cumpla la orguliosa profecía del himno amado
de los alemanes, Dculsehland ¡Ihcr alies (Alemania
sobre todos; Alemania sohre el mundo)? ¿Por qué no
formular claramente la monstruosa aspiración que late
en el alma germánica de dominar Europa entera y que
todos los pueblos sean feudatarios de Berlín?...
Apenas en la noche del 25 de Julio circuló por
Viena la noticia de que el gobierno no aceptaba las
excusas de Servia y había declarado rotas las rela-
ciones diplomáticas, la muchedumbre prorrumpió en

(1 I
MiK'lios extranjeros residentes en Alcm.inia antes do la opuerra
lian deilaradn cómo
pueblo alemán la deseó apenas se hubo iniciado
el
el cómo fueron movilizadas sordamente las
eonflieto austro-servio, y
tropas con diversos pretextos, mientras sus diplomáticos sefjruian h.a-
blando de paz.
r.OS nos ALIADOS Vo puedo servir i<rualmcnte de testiíjo contra las liipócritas afir-
BL KAISER, GUILLERMO II maciones de los alemanes, que adoptan el papel simpático do agredi-
dos, fingiendo que han declarado la guerra contra su voluntad, por
defender únicamente su territorio de peligros imaginarios.
el hecho de que desde el 20 de Julio comenzaron á la El 29 de Julio, tres dí.as antes de declararse esta guerra, desembar-
sordina en todo el Imperio alemán los preparativos de qué en Francia. Venía de Buenos Aires en un trasatlántico alemán.
La mayor parte de los pasajeros pertenecían á dicha nacionalidad. Al
guerra. o
transmitir el telégrafo sin hilos las noticias del iilliiiuitm» de Austria

Otra demostración de que los dos aliados deseaban y el rompimiento con Servia, hubo á bordo grandes explosiones do
entusiasmo. «¡La guerra!... ¡.-\1 fin llega la guerra!-', clam.aban alboro-
esta guerra y la tenían preparada desde mucho antes, zados los alemanes, celebr.indo este suceso con brindis y champaña.
esperando una ocasión propicia, la proporcionaron los No vcnian-cn el buque' grandes personajes que pudiesen revelar
secretos diplomáticos, pero sí ricos comerci.antes do Hamburgo, abo-
mismos pueblos sometidos á ellos.
gados, rentistas, gentes pertenecientes á una clase acomodada y culta,
¡Mentirosas é inútiles todas las afirmaciones de que puede reflejar el sentimiento dominante do su nación. .Muchos eran
Guillermo II y Francisco José para presentarse como militaros do los cuerpos de reserva del ejército alemán, y mostraban
gran entusiasmo al pensar que iban á hacer la guerra. Los españoles
amigos de la paz, que se han visto impulsados á la — no sé por qué— inspiramos cierto interés y confianza á los alemanes.
guerra por las malas artes de sus enemigos! \'en en nosotros algo así como unos aliados. Y yo, al distinguirme mu-
Durante luengos aüos de militarismo dominador, chos de ellos con sus confidencias belicosas, mostré cierta estrañeza.

ambos soberanos — especialmente el de Alemania — —


¿Qué va á ganar Alemania con esta guerra? les decía — —
Mejor es .

que viva en paz. Gracias á ella extiende su navegación, se va apode-


han educado á sus subditos en la esperanza de la gue- rando del comercio del mundo, es respetada en las ciencias y en las
rra, como único medio de conseguir la grandeza na- artes. Con una guerra se expone á perderlo lodo.
Pero los belicosos germanos, salidos de su placidez, ropolian estas
cional. El alma de sus pueblos ha sido semejante á
razones.
esos almacenes de materias explosivas en los que basta — No; guerra á todo trancol lin .Memania todos pen-
la guerra... ¡la

el roce de un insecto, un simple cambio de tempera- samos mismo. Xocositamos una «iicrra pra ciitiva como dicen
lo ,

nuestros periódicos. Francia crece demasiado; Rusia agranda su po-


tura, el choque más insignificante, para que se pro- derlo militar; Inglaterra nos irrita con su superioridad. .Si continuamos
duzca el cataclismo. viviendo cuatro ó cinco años pacificamente, nuestros enemigos resul-
El Imperio alemán, educado para la guerra y vien- tarán temibles y Alemania no podrá serla primera nación del mundo.
.\hora es tiempo aiin para aplastarlos á todos. Hay que aprovechar
do en ella la concreción de sus proyectos mundiales,
eso de .Servia, que forzosamente hará saltar á Rusia... ¡Que no se arre-
ha estado sufriendo años y aüos, porque cierto pudor
gle el conflicto!... ¡Que venga la guerra!... ¡.Acabemos de una vez!
á que se ven obligados muchas veces los gobiernos, Este fué el verdadero pensamiento de los alemanes, el que pudi-
mos conocer en momentos de espontaneidad brutal y franca todos los
por soberbios que sean, no le permitía marchar bru-
que los tratamos antes do que estallase la guerra, antes de que su em-
talmente al planteamiento de sus proyectos belicosos.
perador, para impresionar á los Estados Unidos, adoptase la actitud
Había que preparar una oportunidad para fingirse de víctima forzada á defenderse.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 37

aclamaciones á su emperador Francisco José y á Gui-


llermo II. Se organizaron numerosas manifestaciones
patrióticas, con fogosos discursos
en pro de la guerra.
Esto nada tiene de extraordinario en la capital de
uno de los dos países mezclados en el conflicto. Es una
consecuencia inevitable de la exaltación patriótica.
Pero horas después, en la tarde del domingo, el
no
pueblo de Bsrlín, de la capital de una nación que
tiene por qué intervenir en el conflicto y que desea la

paz, según declaraciones de sus diplomáticos, repro-


duce las manifestaciones de Viena, y sus procesiones

patrióticas por las calles no son un alarde


de simpatía
hacia un Estado aliado y de execración para Servia,
de la que apenas si hacen memoria, sino un franco
deseo de hostilidad contra Rusia, á la que llaman los
germanos «nuestro enemigo hereditario».
El pueblo alemán, metódico y disciplinado, que se
mueve siempre dentro de los límites marcados por la
policía,recorre las calles de Berlín dando vivas á la

guerra. Una manifestación de 100.000 personas, lle-


vando á su frente los retratos de Gaillermo II
y Fran-
cisco José, aclama á los dos emperadores y desfila
ante las embajadas. Al frente de la de Rusia dan gri-
tos hostiles. El entusiasmo popular se desborda ante

palacio de la Cancillería alemana y


el la embajada
de Austria. Frente á la embajada de Inglaterra no se
muestran menos expansivos: «¡Viva la Gran Bi-etaña!»
Los ingleses no van á oponerse á las conquistas de la
Alemania guerrera. Además esto lo piensan todos — LOS DOS ALIADOS

con silencioso orgullo—, aunque quisiera, como otras EL EMPERADOR DE AUSTRIA, FRANCISCO JOSÉ

veces, no podría hacerlo. Bastante tiene con evitar el

Patria amada, no tengas miedo;


peligro de sus desgarramientos interiores.
Ante la embajada de Francia, el patriótico cortejo la guardia es Hel y segura,
la guardia á 1(j
largo del Rhin.
guarda silencio. Pero á continuación, la columna de
¿Qué importa que mi corazón se desgarre con muerte?
manifestantes entona como una amenaza su himno la

Die Wacht am Rhein (La guardia del Rhia): ¡Oh Rhin! tú no serás nunca francés.
La Alemania es rica en sangre de héroes,
Un llamamiento resuena como el eco de un trueno, como tu curso es rico en aguas.
como un retintín de armas, como el ruido de las olas: Patriaamada, no tengas miedo;
«Hacia Rhin, hacia el Rhin, hacia el Rhin alemán.
el la guardia es flel y segura,
¿Quién quiere ser el centinela del río?» la guardia á lo largo del Rhin.

Los viejos recuerdan la guerra franco- prusiana


de 1870 con sus rápidos triunfos. ¡Otra vez la victo-
ria aguardará á Alemania para el aplastamiento defi-
nitivo de los velchcs del Sena!
La muchedumbre habla de la movilización: una
movilización que aún no ha sido declarada oficial-
mente, pero que reúne á los hombres por medio del
llamamiento individual.
Y el Lokal Anzcigcr, diario berlinés, órgano oficio-
so del gobierno, dice al comentar los acontecimien-
tos:«No se sabe aún si Austria invadirá inmediata-
mente el Es posible que adopte otras
territorio servio.

medidas; pero aunque las hostilidades no han sido


entabladas todavía, hay que preguntarse si su bri-
llo trágico no va á iluminar á toda Europa. Nosotros
MANIFESTACIÓN BN BERLÍN
pensamos qae es mejor un jin terrihie que un terror
Los manifestantes llevando al frente los retratos de los emperadores sin fin.»
Guillermo II y Francisco José
38 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Este terror, hábilmente explotado por el gobier-


no y sugerido al pueblo alemán, era el terror á Uu- VI
íia, laamenaza que representa el Imperio moscovita
para los planes de grandeza mundial del Imperio ger- Los trabajos de la diplomacia
mánico.
Y alemanes desearon aprovechar desde el pri-
los El lunes 27 de Julio fué el día de las gestiones
mer momento esta ocasión para hacer la guerra á la diplomáticas. Todas las potencias trabajaron activa-
odiada Rusia. mente cerca do Alemania y Austria por evitar la
En París también hubo manifestaciones. Hasta una guerra.
hora avanzada de noche, los bulevares estuvieron
la Inglaterra é Italia, obrando en común, buscaron
animados. Varias columnas de manifestantes cortaron una conciliación que modifícaselos propósitos belico-
elgentío, revelando con su actitud contradictoria la sos del Imperio austríaco. El gobierno inglés propuso
persistencia de las divisiones nacionales. Unos canta- á Alemania, Francia é Italia entablar una gestión me-
ban la Marsclleftu, otros la laternacional. De un lado diadora entre Austria y Rusia, gestión que tomaría la
salían aclamaciones: «¡Viva el ejército!» De otro, gri- forma de una conferencia diplomática.
tos de protesta: «¡Abajo la guerra!» La policía resta- Sir Edward Grey, ministro de Relaciones Exterio-
bleció el orden dando varias cargas y arrestando á los res de laGran Bretaña (Secretario de Estado del Fo-
manifestantes más ruidosos. Algunos de éstos resul- relgn Office), contestando á varias preguntas en la
taron ser de nacionalidad alemana. Cámara de los Comunes, hizo en l;i tarde del lunes la
Frente á la embajada do Austria-Hungría, varios declaración siguiente, resumen de sus trabajos hasta
manifestantes quemaron una pequeña bandera con los entonces:
colores austriacos. Todos eran de raza eslava, servios
y tcheques residentes en París. La policía no encontró lie recibido el último viornes. del enilinjailor de Aiistria-
ningún francés entre ellos. Hiingria, la Nota esta potencia comiiiiieaá todas las poten-
que
El gobierno hizo saber al embajador austríaco en cias, y que después ha sido publicada por los periódicos. Esta
Nota contiene el texto do las reclamaciones austriacas dirigi-
Francia, y al gabinete de Austria por medio de su das á Servia. Luego vi, en la larde del mismo dia. á los emba-
embajador en Viena, el vivo disgusto que le había jadores de las diversas potencias y les dije que en tanto que el
causado este incidente de escasa importancia. contlicto concerniese solamente á Austria y Servia no se per-

LA EMBAJADA DB AUoTRIA BN PARlS GUARDADA POR LA POLICÍA (Fot. Meurisse)


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 39^

PABlS. LOS TCHEQUES, ENEMIGOS DB AUSTRIA, HACIBKDO UNA MANIFESTACIÓN ANTE EL MONUMENTO DE LA REPÚBLICA
(Kot. Meurisse)

mitiría Inglaterra, bajo ningún pretexto, intervenir en aquél; contrar un acuerdo razonable. No hay que olvidarse de que sí
pero que si las relaciones entre Austria y Rusia adquirían ma- la cuestión deja de estar limitada entre Austriay Servia,
aqué-
yor tirantez, lapaz de Europa se vería en peligro, lo que nos llaenglobará entonces á todas las potencias y no dejará de
interesaría entonces á todos. terminarse con la más grande de las catástrofes que Europa
Yo ignoraba en aquel momento la posición que iba á tomar habrá visto nunca. Nadie podrá prever entonces hasta dónde
Rusia en este conflicto, pero me pareció— y sigo pensando asi — llegarán los límites de este conflicto, cuyas consecuencias di-
que si Rusia tomaba una parte activa, el sólo medio para salvar rectas é indirectas serían incalculables.
la paz de Europa era que las cuatro potencias
que no están di-
rectamente interesadas en la cuestión servia, á saber: Alema- Algunos diputados preguntaron á Sir Edward Grey
nia, Francia, Italia y Gran Bretaña, hiciesen esfuerzos simul- sobre la actitud de Alemania. Todos deseaban cono-
táneos cerca de los gobiernos austríaco .y ruso para encaminar- cerla. El Imperio alemán era el único que podía ami-
los á suspender por el momento toda acción militar, mientras
norar rápidamente el conflicto, de ser ciertos bus de-
que las potencias mencionadas buscan una solución que los
seos de paz. Y el ministro contestó:
ponga de acuerdo.
Cuando yo proponía esto, supe de pronto la ruptura de re-
laciones diplomáticas entre Austria y Servia. En vista de esto,
Tengo mis razones para pensar que el gobierno alemán es
favorable en principio á la idea de una mediación entre Aus-
pregunté inmediatamente á los gobiernos francés, alemán é
italiano sí accederían áque sus embajadores se reuniesen
tria-Hungría y Rusia. En cuanto á ajusfar este principio al me-
aquí dio que yo he propuesto, o sea á la conferencia, no he recibido
en conferencia. Por otra parte, ordené á nuestros embajadores
hasta ahora una contestación del gobierno alemán.
cerca de esas mismas potencias que los representantes france-
ses, alemanes é italianos en Víena, San Petersburgo y Belgrado
informasen á estos gobiernos de la conferencia propuesta, in-
Italia y Francia se adhirieron inmediatamente á la

vitándoles á cesar en toda acción ulterior á la espera del resul- proposición de Inglaterra en favor de una conferencia
tado de dicha conferencia. diplomática que solucionara el conflicto.
Las respuestas á estas proposiciones no me han llegado aún
Alemania siguió demorando su respuesta.
completamente. Los periódicos franceses, que empezaban á ver
En una crisis tangrave como la que estamos atravesando, claro en esta conducta equívoca del gobierno alemán,
los esfuerzosde una sola potencia en favor de la paz resultarían
vanos. El tiempo de que yo podía disponer era tan corto, juzgaron inciertas las probabilidades de éxito de dicba
(|ue
tuve que asumir la responsabilidad de formular una proposi- conferencia.
ción sin presentir si seria acogida favorablemente. M. Pichón, el ilustre diplomático francés, resumía
Yo creo que mí proposición puede proporcionar una baso, de este modo la situación en un artículo de Le Petit
sobre la cual el grupo de las potencias mencionadas podrá en- Journal:
40 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El gobierno ruso había hecho todo lo posible por
aminorar el oocflicto, prestándcse á todas las solacio-
Des que no fuesen vejatorias para su dignidad de pro-
tector natural de las pequeñas naciones eslavas.
Desde el primer momento, una opinión firme de
resistencia á las pretensiones de Austria se había ma-
nifestado en San l'etersburgo. El v.ltimali'iu amena-
zador de Viena á los servios indignó á los grandes
diarios rusos. La Novoié Vréima, decía así:

Servia podría enviará Austria un ultimátum idéntico al que


ella ha rciñbido. ((ucjániiose ilc amenazas contra la intepridad de
su territorio. Austria ha liahlado siempre claramente de aplas-
tar á Servia. Exifíir á los servios que renuncien á su ensueño
de unidad de la raza servia equivale á exigirles que renuncien

á ellosmismos. El ultimátum austro-húngaro es inaceptable,


lo mismo en un plazo de cuarenta y ocho horas que do cuarenta

y ocho dias ó cnarenta y ocho meses. El gobierno que lo acejv


tase no seria gobierno cuarenta y ocho horas después.
En cuanto á Rusia, no se ha \ isto sorprendida por esta con-
ducta de Austria, y contesta á ella, no solo con palabras, sino
con actos. Servia no quedará abandonada. Los promotores de
esa guerra tendrán que vérselas, «no solamente con Servia,
sino con liusia también». Nuestro país desea la paz; pero si la
guerra debe estallar, esa guerra no encontrará una Rusia divi-
dida como en los tiempos de la guerra japonesa. Toda la nación
rusa, desde las esferas oficiales hasta lo último del pueblo, se
lanzará al combate.
jugar este juego formidable, ¡que intente
Si Austria quiere
el ensayo! La actitud del gobierno ruso es digna de la nación.
Todos sabemos que Rusia no faltará á sus tradiciones históri-
cas, aunque intenten intimidarla con grandes amenazas.
SIR EDWAKD GREY
Ministro de delaciones Exteriores de la Gran Bretaña

Si se interroga álos representantes de .Memania, no vacilan


en afirmar que todo propósito de guerra está alejado de su pen-
samiento. Y para afirmar esto, ofrecen como testimonio su pre-
ocupación de & local iza ría», de dejarla subsistir nada más entre
Austria y Servia. Pero «localizada» ó no, siempre es una gue-
rra, y ¿quién se puede creer bastante poderoso para limitarla,
en una Europa donde todas las potencias están ligadas entre sí,
encadenatlas por tratados, convenciones y compromisos que
excluyen la hipótesis de un aislamiento?
Para evitar una guerra yeneral, hay ante todo que evitar
una guerra localizada. Esto es lo que no quieren reconocer en
Berlín. A la hora en que hablaba ayer Sir Edward Grey propo-
niendo un arreglo diplomático por las potencias, la respuesta
de Alemania no había llegado aún á Londres... Y el tiempo mar-
cha... el tiempo nos apremia... y cada hora que transcurre
aumenta la turbación y la inquietud, creando nuevas dificul-
tades.
Yo comprendo que gobierno alemán proponga interven-
el

ciones cerca de Rusia calmar las justas inquietudes y des-


jiara
confianzas de los eslavos. Pero al propio tiempo— y esto es lo
incomprensible— se niega á las mismas intervenciones en Aus-
tria, que es de donde ha partido el golpe que provoca las m-^i

quietudes rusas. ¿Cómo seguir á Alemania en tal conducta?,?


¿Cómo ver el peligro nada más que cu San Petersburgo, donde
todo se muestra resueltamente, dignamente y meritoriamente
pacifico, y no suponerlo siquiera en Viena, que es
de donde
puede venirnos la guerra en estas circunstancias?
Que se realice cuanto antes la intervención pacificadora,
pero que sea en los lugares donde esta intervención resulta ne-
cesaria y puede ser decisiva. Que se busquen todos los medios
de acuerdo y de transacción. ¿Quién puede desearlos más que
nosotros? Pero que se hagan estas gestiones como las propone
Inglaterra y con el concurso de todos. En esto sólo está la salud.
JOROS CLBMBNCBAU, DIRECTOR DE *EL HOMBRE LIBRE:»
Dibuio de A. C. Michael. de -The lllustraled l.ondon NewS'

Acometiendo en mass
i
i ALEMANA

acueste lo que cueste


P^'n-^,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 41

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AUSTRIA Y SERVIA. SEIS CONTRA UNO


Gráfico comparativo de ia desproporción de fuerzas entre Austria y el pequeño reino de Servia. Siendo el eiército austríaco de 2.000.000 de hombres
y el de Servia de ;H7.00(I, vienen aproximadamente á representar seis contra uno

Bl Correo de San Petcrsburgo decía así, el 24 de ciones de Austria, sin que Rusia pudiera ayudarla por
Julio: el estado de debilidad y desconcierto que siguió á los

fracasos de la guerra con el Japón.


El iiUimaium austro-ln;iiigaro atrepellando á Servia prueba
Pero á pesar de estas manifestaciones de la opinión
que Austria quiere la guerra con Rusia ó que ya no considera á
Rusia como una gran potencia. Francia y Rusia han hecho de- pública, que llegaban á aconsejar una movilización
masiados sacriticios para el sostenimiento de la paz, y lea es im- inmediata sobre la frontera austríaca como respuesta
posible continuar haciéndolos con detrimento de su dignidad. al ultimátum, el gobierno ruso se sostuvo varios días
Hay que tener en cuenta que por estos sacrificios Rusia no hizo en una conducta prudente.
todo su deber en favor de Servia cuando la guerra balkánica,
Por su consejo, el gobierno servio hizo todas las
pues en cierto modo la dejó abandonada ante Austria. Si Rusia
concesiones posibles á la Nota austríaca y aceptó casi
persistiese en esta conducta, llegaría para ella igualmente el
turno de la humillación. todas sus exigencias. Rusia buscaba que el conflicto
La sola respuesta al ultimátum digna de Rusia sería orde- se limitase —como se hace siempre en tiempos ordina-
nar la movilización sobre la frontera austríaca.
rios —á una discusión jurídica y administrativa entre
dos Estados independientes.
La Gaceta de la Bolsa, de San Petersburgo, 24 de
Pero estas disposiciones conciliadoras tuvieron que
Julio:
desvanecerse desde el momento en que el más fuerte
Austria se engalla si cree que su vlttmatum de ahora va á de los dos litigantes, ó sea Austria, no quería discutir,
alcanzar el mismo resultado que el de 1009, cuando Rusia, ago- sino dominar. Era visible que el gabinete de Viena no
tada momentáneamente, no pudo sostener á Servía ante el buscaba una solución, sino un pretexto para herir la
atropello austríaco de entonces.
independencia de Servia; un conflicto político ante el
La Rusia de ahora no podrá tolerar un atentado contra Ser-
cual ninguna potencia de Europa podía permanecer
via y su independencia.
indiferente, y menos Rusia, unida á la víctima por el
El periodismo de San Petersburgo reflejaba los ver- parentesco de la sangre y de la historia.

daderos sentimientos de la nación rusa. Era general


el deseo, desde el primer instante del conflicto, de

sostener á los servios, tanto más cuanto que en años El gobierno ruso hizo todo lo que supo y pudo
anteriores había tenido que acatar Servia las imposi- hasta el último momento para sostener la paz europea.
42 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Su conducta contrasta con la agresividad austria- que pueda imponernos el porvenir, más se tiene el deber de
esforzarse por encontrar acomodos, siempre que la dignidad
ca, y más aún con la acción tortuosa y enigmática de
quedo en ellos á salvo.
Alemania en los primeros días del conñicto. Sir Edward Grey ha lanzado la idea de una conferencia. Se
Austria no se hubiera atrevido á atrepellar á Ser- liaMa de una mediación directa do Inglaterra. Todas
taml)¡(''ii

via, sabiondo como sabía que Rusia estaba detrás de his formas de intervención serán buenas, siempre que se juz-
este pequeño pueblo, ni menos hubiese osado expo- guen aceptables por todos. Pero, francamente, no es para insiú-
rar mucho entusiasmo esa indicación que nos llega de Viena
nerse á las represalias rusas, de no tener desde el pri-
como una muestra de sus buenos sentimientos, y según la cual
mer momento la certeza de que su aliada Alemania
Austria se dará por satisfecha si Servia se decide á aceptar todo
aprobaba su conducta, viendo en ésta una ocasión su ultimátum— a\n reservas de ninguna clase—, y si además
para la guerra deseada. paga una indemnización de 2II0 millones, á titulo compensati-
Los provocadores do las hostilidades no eran los vo, por los gastos de la movilizaeiiin austríaca. ¿Puede desarro-
llarse una conversación que se inicia con tales exigencias?...
exaltados que en las calles de Viena daban vivas á su
Si me preguntáis qué pienso del éxito de las gestiones di-

plomáticas entabladas, os diré que, para contestar, habría que


tener la cabeza l)ajo el casco de Guillermo II. Cuando su emba-
jador M. de Sclioen ofrece su apoj'O á nuestro ministro M. Bien-
venn-Martin para buscar una transacción, tengo miedo de que
el diplomático alemán se esté burlando de nosotros algo pesa-
damente. La idea de que nosotros invitemos á Kusia á tener
calma es de lo más divertida. M. liienvenu-Martin ha eoiitestado
oportunamente que mejor seria (|ue Alemania dirigiese á Viena
estos consejos de prudencia que desea para los demás.
Si Guillermo II— por propia inspiración y sin necesidad de

seguir las indicaciones de nuestro excelente ministro de Justi-


cia, encargado momentáneamente de los Negocios Extranje-
ros—quiere decir á Viena la [¡ahibra necesaria, tengo la certeza
deque los tragaservios que tanto alborotan en Budapest se cal-
marán inmediatamente.

Pero Guillermo II no hizo nunca públicamente la


más leve indicación para calmar á Austria.
Eq Berlín, el gobierno seguía manifestando que iba
á adaptar su conducta á la de Viena únicamente. En
cuanto á una intervención amistosa de las potencias,
Alemania estaba dispuesta á aceptarla, .sie/t/jirc que
aiUes en iodos sks punios. A esto
lieiia la aceptase
añadía Alemania que iodo ensai/o de pesar sobre Vie-
na ó de hacer pesar indirectamenie por otra potencia
sobre ella seria considerado por el gobierno alemán
como una intervenciún tpte no podría tolerar.
No era posible manifestar con más claridad su
deseo de impedir toda solución pacífica. Alemania se
negaba á moverse por iniciativa propia en favor del
arreglo amistoso. Haría lo que hiciese Austria. Y al
MANIFESTACIÓN EN BERLÍN ANTB LA ESTATUA DB UISMAKCK mismo tiempo amenazaba con su cólera á la potencia
que intentase pesar sobre las decisiones del Imperio
emperador, pidiendo la inmediata invasión de Servia. austríaco. Luicamente lo parecían aceptables y pru-
El verdadero autor era el gobierno alemán, que habla- dentes las gestiones para que Rusia permaneciese
ba de paz y se negaba á dar consejos á Austria para el quieta y en silencio, abandonando á la pequeña Ser-
mantenimiento de esa misma paz, dejando en un si- via á su triste destino. Aparte de esto, prohibición á
lencio fatal que se complicasen los sucesos. las potencias de emprender otras gestiones, so pena
Y mientras tanto, la muchedumbre de Berlín, ávida de incurrir en su cólera.
de grandeza militar, pero que ningún interés directo La Gaceta de Colonia, órgano oficioso del ministe-
tenía en lo de Servia, iba á hacer manifestaciones ante rio alemán, resumía así la conducta de éste:
la estatua de Bismarck, con el sombrero en la mano,
La actitud de Alemania depende del modo como serán aco-
cantando Vacht am Rhcin.
el
gidas en Viena las proposiciones (jue se le hagan para llegar á
Clemenceau, con su vigoroso y franco estilo, re-
un arreglo.
sumía la situación el 21 de Julio: De esta actitud, adoptada desde el principio por Alemania,
se desprende necesariamente una conclusión, y ésta es que en
En las gestiones conciliatorias, la diplomacia del Triple Berlín se acogerá con gusto toda mediación que fiaya sido acep-
Acuerdo no ahorrará esfuerzo alguno. Cuando más firme se tada antes por Anslria-Hmi¡/ria.
tiene el corazón para aceptar todas las resoluciones enérgicas Equivaldría á uo conocer el verdadero carácter de tal actitud
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 43

EL KAISER BN BEKLIN Fnt. Kul,

El emperador Guillermo II, á las puertas de su palacio, rodeado de generales é individuos de su familia

pensar que el gobierno alemán puede prestarse eventualmente Su canciller, Bethmann-Hollweg, que estaba ve-
á imponerá Austria una mediación que ésta puede no desear, ó raneando en Hoheofinov, había corrido á Berlín tres
actuar de acuerdo con una tercera potencia para imponérsela.

En Rusia veían claramente, lo mismo que en Fran-


cia é Inglaterra, el poder maléfico de Alemania oculto
detrás de Austria, inspirando sus actos y oponiéndose
abiertamente á que nadie influyese sobre ella para ha-
cerla cambiar de actitud.
La Noüoié Vrémia, de San Petersburgo, decía el

mismo 27 de Julio:

Dos palabras del emperador de Alemania serían suficientes


para llamar á Austria al orden. Alemania no ignora que el ata-
que austríaco contra Servía forzosamente ha de traer como con-
secuencia una guerra con Rusia, y á continuación una guerra
europea. Un océano de sangre y de fuego puede invadir á Euro-
pa á causa de las exigencias absurdas de esos falsarios (1) aus-
tríacos.
La responsabilidad moral de esta catástrofe recaería por en-
tero sobre Alemania y su jefe. Si el Destino lo exige, Rusia re-
cogerá el guante y sabrá defender el honor y el derecho.
Rusia no busca nada; Austria y sus inspiradores tienen aún
tiempo para reflexionar y renunciar al temerario desafío que
dirigen á la muerte. Apoyada en sus l'uerz.as personales, segura
de su alianza con Francia y de sus amistades internacionales,
Rusia aguarda con calma.

El emperador Guillermo, hacia el cual se volvían


Europa como úoica esperanza, des-
los ojos de toda
embarcó el mismo día 27 en Kiel, interrumpiendo su
viaje por Suecia.

(1) Alude á las invenciones y falsificaciones de papeles de la poli-


cía austríaca intentando probar que el gobierno de Servia había pre- Bl. VIAJO DB M. POINCARÉ A RUSIA
parado el atentado de Serajevo. Yate «Alexandrla», en que navegaron el zar y el presidente de Francia
44 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
fundamente no poder llevar personalmente el saludo de Fran-
cia á la valerosanación dinamarquesa.
Ruego á Su Majestad y á Su Majestad la reina que admitan
mis excusas sinceras y tristes, y crean que tendré un gran
placer en venir á Copenhague tan pronto como las circunstan-
cias lo permitan.

Raimundo Poincaré

A Su Majestad el rey de Xnruega, en Cristian ¡a:


Llamado á Francia i)rec¡pitadamente por la gravedad de los
acontecimientos, no pueiio, con gran pesar mío, detenerme en
Cristiania para saludar á Su Majestad y á Su Majestad la reina,
y para ofrecer al pueblo de Noruega los saludos de mi país.
Ruego á Sus Majestades que acepten mis excusas, y crean
que será pira mi una felicidad el realizar esta visita tan pronto
como lo permitan los acontecimientos.

M. P0IN3AKE Y EL Z\R DESEMBARCANDO BN RUSIA Raimundo Poincabb

(lías antes, al iniciarse el conflicto, para ponerse en Cuarenta y ocho horas después llegó el presidente
comunicación con M. Jagow, ministro de Relaciones á Francia, desembarcando en Dunkerque.
Exteriores, y M. Zimmerman, el secretario y princi- Su viaje á Rusia había alarmado á la prensa ale-
pal consejero de dicho ministerio. mana, por las grandes revistas militares á que dio
A las tres de la tarde, Guillermo II
llegó á su pala- pretexto. El Imperio moscovita quiso exhibir ante el
cio de Potsdam. jefe de la nación aliada susmedios de guerra, consi-
El príncipe imperial, partidario de la guerra é ídolo derablemente aumentados y modernizados desde poco
de los pangermanistas más fanáticos, así como de to- tiempo antes. La Rusia militar, aleccionada por los
dos los militares, hasta el punto de inspirar inquietu- fracasos de la guerra japonesa, había dedicado los
des á su padre, iba á llegar por la noche de Zoppot á últimos años á la reforma y engrandecimiento de su
Berlín. ejército.
El kaiser tuvo una conferencia con el canciller, Pero junto coa estos alardes de fuerza, acababan
que le dio cuenta de los trabajos diplomáticos. de desarrollarse otros sucesos que habían perturbado
Luego conversó largamente con el jefe del Estado elviaje de Poincaré, dando á los enemigos de la alian-
Mayor general de los ejércitos de tierra y el jefe del za franco-rusa uua gran satisfacción.
Estado Mayor de la marina. Grandes huelgas obreras estallaron en las princi-
Así terminó el 27 de Julio, «el día de la diplo- pales ciudades del Imperio al llegar el presidente de
macia». la República francesa. Los cosacos de la escolta
pre-
sidencial habían tenido que abrir paso al carruaje de
Poincaré entre enormes masas de obreros revoluciona-
VIH
rios que,con pretexto de saludar al ilustre huésped,
daban gritos de protesta contra el gobierno ruso. La
El presidente Poincarc interrumpe su viaic— Alarma multitud tremolaba la bandera francesa, pero recogi-

generaL Los antimilifaristas de París

Otros sucesos importantes ocurrieron el mismo


día 27.
El presidente Poincaré, que navegaba en el Bálti-
co, de vuelta de Rusia, para visitar á los reyes de Di-
namarca y Suecia, tuvo que interrumpir el viaje en
vista de los acontecimientos.
Djsde el acorazado Francia envió, por telégrafo
sin hilos, los dos despachos siguientes: *

A Sil Majestad el rey de Dinamarca, en Copenhague:

La gravedad de los acontecimientos me impone el ineludi-


ble deber de regresar directamente á Francia, donde reclama
mi presencia el Consejo de ministros, intérprete de la opinión
públicp.
Siento mucho verme obligado á dejar para miSs adelante la
visitaque había prometido hacer hoy mismo á Su Majestad, y RL MINISTRO F.IANCÉ'i DB RGLVCIONaS BXTBRIORUS, M. VIVtAKI,
que hasta última hora habla creído posible. Siento tambiéa pro- Y BL DB RUSIA, M. SA80N0F
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 45

poincaré e» rusia
La revista mililar de Krasnoie-Selo en honor del presidente de la República francesa

da de modo que sólo quedaba visible el color rojo, em- bres importantes de negocios los que se lamentaron
blema de revolución. de que el conflicto pudiera solucionarse, evitándose
Estas manifestaciones fueron tal vez una de las la guerra.
causas que impulsaron á Alemania á creer en la opor- En Inglaterra hubo una alarma bursátil, que no
tunidad de una guerra. llegó al pánico, pero causó apreciables daños.
La temida Rusia aparecía dividida por lá revolu- La gravedad de los acontecimientos en Irlanda
ción. En caso de entablarse las hostilidades, no po-
el traía preocupados y divididos los ánimos en toda la
dría acudir á la defensa de sus fronteras, ocupada ante
todo en sofocar sus divisiones intestinas.
Alemania se engañó en esto, lo mismo que al apre-
ciar el estado de ánimo de los franceses y luego el de
Inglaterra.

Desde que Austria presentó su ultimátum á los


servios, la posibilidad deuna guerra fué esparciendo
la alarma en todo el mundo financiero.
Los diversos mercados de valores empezaron á con-
moverse desde el día 24.
En Viena, un falso rumor de la sumisión completa
de los servios provocó en la Bolsa un alza considera-
ble; pero en Berlín— como si los financieros alemanes
estuviesen más enterados de lo que iba á ocurrir — todo
se mantuvo en una profunda frialdad.
Es más; según declaraciones de los periódicos, un
alto personaje financiero de Berlín se expresó en esta
forma:
— ¡Qué lástima si los servios se someten y se pierde
laocasión de una guerra! Hay que acabar de una vez
con esta situación insegura. Nosotros deseamos una
acción inmediata y decisiva, sean cuales sean las con-
secuencias.
En los períodos difíciles son siempre los altos finan-
cieros los que lanzan afirmaciones optimistas, espe-
ranzas de paz, para que la normalidad se restablezca
y no sufran los intereses de su país. En Berlín, por el M. POINCARÉ BM LA TIENDA IMPERIAL DG KRASNOIG SBLO
contrario, fueron desde el primer momento los hom- SALUDANDO A LA ZARINA
46 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Gran Bretaña desde mucho antes, y por esto las cues- Eu la noche del 27, numerosos grupos sindicalis-
tiones internacionales habían quedado relegadas ase- tas, antimilitaristas, revolucionarios y anarquistas,
gundo término. El 'ultimátum austríaco, surgiendo de obedeciendo una orden, bajaron al centro de París
pronto como una amenaza contra la paz do Europa, desde Montmartre, Belleville y los arrabales del Norte
produjo ua efecto de sorpresa, que se tradujo el 'JO en y el Oeste. Su propósito era protestar contra la gue-
una baja general de valores en la Bolsa de Londres. rra, como si estuviese en las facultades del gobierno
Hasta los consolidados y las acciones de ferrocarriles, de República el evitarla.
la

que son valores de reposo, sufrieron una depreciación Frente á ellos, otros grupos de patriotas organiza-
notable. ron contramanifestaciones. En el Bulevar, unos grita-
Ya hablamos de la efervescencia que se produjo en ban: («"¡Abajo la guerra!^> Otros: «¡Viva el ejército!»
la Bolsa de París desde las primeras noticias del con- Algunos unían las dos aclamaciones, vitoreando al

flicto, efervescencia que llegó á un período inquietante ejército francés, pero dando mueras á la guerra.
en el último sábado. Al re- Hubo golpes y choques
anudarse el lunes á medio- entre unos manifestantes
día las operaciones, surgió y otros, hasta que intervi-
un incidente violento. no prefecto Hennioncon
el

Un
especulador extran- numerosas fuerzas de po-
jero, llamado Rosenberg, licía, repeliendo á los gru-
de nacionalidad austría- pos hostiles, recogiendo
ca, se había distinguido los heridosy verificando
en los últimos días por numerosas detenciones.
su rabioso juego á la baja Los adversarios de la
y otras maniobras condu- guerra se retiraron hacia
centes á la desvaloriza los bulevares exteriores
ción de la renta francesa. cantando la Internacio-
Al abrirse la Bolsa, algu- nal, y allí sostuvieron nue-
nos que estaban ya algo vos choques con la poli-
irritados por las risas sar- cía. Varios agentes resul-
dónicas del austriaco, le taron heridos, así como
oyeron ciertas palabras muchos manifestantes.
despectivas para los fran- ¡Abajo la guerra!^^ El
'

ceses. grito no podía ser más jus-


Se elevó entonces un to y generoso. Pero no ha-
tumulto enorme. Miles de bía por qué gritar esto á
voces pidieron que Rosen- Francia. La República no
berg fuera expulsado in- quería la guerra. Tuvo
mediatamente del edificio. que aceptarla, pero no la
Algunos extranjeros in- deseó ni por un momento.
tentaron defenderle. Hubo Cuando se puso en guar-

empujones y algunas bo- dia por medio de la movi-


EN LA noLSA DE PAP.lS
fetadas. El austriaco arro- El público pidiendo la expulsión del bolsista austríaco M. Rosenberg lización, aún dudaba que
gante fué acorralado en (Dibujo do León F¡uirot, ile /.'/llustnilionj las amenazas de guerra se
la casilla donde hacía sus convirtiesen en realida.
negocios. El comisario de policía de la Bolsa tuvo que des. Creyó en una paz posible, hasta mucho después
intervenir para proteger su vida. Dos mil bolsistas que los destacamentos de huíanos habían violado sus
siguieron reclamando á gritos su expulsión, y tal ca- fronteras.
rácter tomó su protesta, que al fin llegó el prefecto de «¡Abajo la guerra!» Este noble grito del socia-
policía con numerosos agentes. Cuando, al fin, el ba- lismo sólo podía ser oportuno y eficaz lanzado en
jista austriaco salió de la Bolsa para siempre, la mu- Berlín.
chedumbre financiera, contenida por la policía, acom- Y los socialistas alemanes, corrompidos por el mi-
pañó su expulsión entonando la Áíarsellesa. litarismo prusiano, como todas las clases del Imperio,
La inquietud causada por el estado financiero y no abrieron la boca para protestar.
las malas noticias se propagó á toda Francia. El pú- Todavía á estas horas no han hecho un gesto que
blico fué afluyendo á los Bancos y las
Cajas de Aho- los separe del inmenso rebaño germánico, belicoso,
rros para retirar sus fondos. En Berlín, Viena, Buda- entusiasta del emperador y su autocracia militar, dis-
pest, Bruselas y Barcelona se decidió cerrar la Bolsa, puesto á oprimir los pueblos de Europa como lo desean
para evitar de este modo, momentáneamente, el apuro los pangermanistas, para mayor gloria de «la más
de las liquidaciones de fia de mes. grande Alemania».
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 47

Animado mi Gobierno del mismo espíritu de moderación,


XI cuando hace dos años estaba Servia en lucha con el Imperio
turco, se limitó á garantizar las condiciones vitales, las más
importantes de mi monarquía.
Austria declara la guerra á Servia Gracias á esta actitud. Servía pudo llegar á la realización
del fin que se perseguía con dicha guerra.
La esperanza de que el reino de Servia sabría agradecer la
Al día siguiente, martes 28 de Julio, á mediodía,
longanimidad y el amor á la paz de mí Gobierno manteniendo
elgobierno austro-húngaro envió á Servia la notifica- sus promesas, no se ha realizado.
ción oficial de la guerra en la siguiente forma: El odio contra mí y mi familia es cada vez más violento
y
más fuerte. La tendencia de Servia á desprender por medio de
No habiendo respondido el Gobierno real de Servia de un la violencia territorios que no quieren separarse de Austria-
modo satisfactorio & la Nota r4ue le fué entreg-ada por el minis- Hungría se acusa cada vez más visible.
tro de Austria-Hungría en Belgrado con fecha de '¿S de Julio Mi Gobierno ha emprendido inútilmente una última tentati-
de 1914, el Gobierno Imperial y real se ve en la necesidad de va para conseguir que Servia cambie de política, pero este reino
buscar por sí mismo la salvaguardia de sus derechos é intereses ha desechado las reivindicaciones moderadas de mi Gobierno
y de recurrir para este efecto rehusando cumplir su deber.
á la fuerza de las armas. Aus- Después de esto me veo obli-
tria-Hungría se considera des- gado á crearme por la fuerza
de este momento en estado de de las armas las garantías in-
guerra con Servia. dispensables que deben ase-
m ministro de Negocios Extran- gurar á mí Estado la calma en
ieros de Austria- fivngríaj el interior y la paz permanen-
Conde Bbrchtold te en el exterior.
Yo tomo sobro mí, en esta
Al mismo tiempo el em- hora grave, todo el peso do mi
perador Francisco José di- decisión y la responsabilidad
en que incurro ante el Todo-
rigió á los diversos pue-
blos de su Imperio el si- poderoso. Lo he excusado todo
y estudiado todo. Con toda
guiente Manifiesto, redac- conciencia me lanzo en la vía
tado por el conde Sturgkh, que me señala mi deber.
presidente de su Consejo Tengo confianza en mis poc-
de ministros: ilios, que en el curso de tantas
tempestades se han agrujiado
Ischl, 28 de Julio siempre alrededor de mi tro-
no. Tengo confianza en el ejér-
A mis pueblos:
cito de Austria-Hungría, que
Fué mi más grande deseo
está animado por sentimien-
consag'rar los años que me tos de bravura y abnegación,
sean concedidos todavía por la
y tengo confianza también en
gracia de Dios á la obra de la el Todopoderoso, que dará la
paz y á preservar á mis pue- victoria á mis armas.
blos de los graves sacrificios y
Francisco José
las cargas de la guerra.
La Providencia lo ha dis- Stürgkh
puesto de otro modo.
Los manejos de un adversa- Este documento sirvió
rio lleno de odio me obligan,

para defender el honor de mi para demostrar franca-


M. ROSBNBBRG SALIENDO DB LA BOLSA DE PARÍS mente qué era lo que ha-
monarquía, para proteger su
autoridad y su poderío, para bían deseado desde el pri-

garantizar su posición actual, á empuñar la espada, luego de mer momento los dos Imperios aliados. La guerra era
largos años de paz. la finalidad de toda la acción iniciada por Austria con
El reino de Servia, con una ingratitud llena de olvido, ese
motivo de lo de Sarajevo.
reino que desde el principio de su independencia hasta los úl-
timos tiempos fué favorecido y protegido por mis antecesores Alemania venía hablando desde mucho antes, por
y por mí, se ha comprometido desde hace años en una serie do medio de sus periódicos, de la conveniencia de «una
hostilidades contra Austria-Hungría.
guerra preventiva», para quebrantar á las demás po-
Cuando, después de treinta años de trabajos en favor de una tencias de Europa, que se desarrollaban de un modo
paz bendita, extendí yo mis poderes soberanos sobre la Bosnia alarmante. Austria, con su ultimátum, proporcionaba
y la Herzegovina, esta decisión de mi parte provocó en el reino

de Servia cuyos derechos no quedaban violados por esto de inesperadamente el motivo para provocar á Rusia, la
ninguna manera — una explosión inmensa de pasiones y un cual, en virtud de su alianza, arrastraría tras de ella
odio de los más prol'undos. á la República francesa.
En esta época, mi Gobierno hizo uso del hermoso privilegio El Imperio alemán, que podía haber retenido opor-
del más fuerte, y, en su indulgencia y dulzura extremadas, no
tunamente á su aliado con sólo una palabra, no la dijo
exigió de Servia mas que la disminución del efectivo de su
nunca. Su inercia y su silencio dieron á entender cuál
ejército en pie de guerra y la promesa de que en lo porvenir
seguiría siempre una orientación de paz y de amistad. era su voluntad. Deseaba aprovechar esta ocasión
48 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

MANIFESTACIÓN BN PAUtS CONTRA LA GUERRA ll*'"»- K"'

El prefecto de policía de París, M. Hciinion, vigilando en el Bulevar durante la manifestación de los antimilitaristas contra la'guerra

para la deseada «guerra preventiva». Todas sus afir- Entonces se vio que Austria no había hecho nada
maciones, jamás seguidas de un acto en favor de la sin consultar antes á su poderoso aliado. Así era de

paz, fueron irritantes falsedades. presumir, teniendo en cuenta el carácter dominador


Mentira también el apartamiento del kaiser de los de Guillermo II. Todo cuanto el gabinete de Viena
negocios políticos y su viaje á Suecia antes de que el había realizado contra Servia, desde el ultiniaium á
ultimátum austriaco produjese la alarma general. Co- la ruptura de hostilidades, era con previo conoci-
media torpe y grosera la ignorancia fingida por Gui- miento y aceptación del gobierno de Berlín.
llermo II y su gobierno acerca de las intenciones de
Austria. La conducta del emperador germánico y sus
ministros parecía obscura á todos á fines de Julio, en
los días anteriores á la guerra. Su incoherencia des-
orientaba á los hombres de carácter recto y buena
voluntad, que no sabían qué pensar ante tantas con-
tradicciones.
Alemania hablaba de paz, y todos sus actos eran
contrarios á ella. Rehuía las proposiciones diplomáti-
cas conducentes á un arreglo, calificándolas de peli-
grosas. Se negaba á una mediación cerca de Austria,
que era la que había declarado la guerra, y proponía
una actuación en Rusia, que deseaba la paz. La di-
plomacia de Berlín y Viena hablaba de una cuestión
servia, pero su deseo era agrandarla, convirtiéndola
en cuestión eslava.
Al ocurrir, días después, el rompimiento entre In-
glaterra y Alemania, quedaron al descubierto muchos
secretos diplomáticos, revelados francamente por el
gobierno británico para que el mundo pudiese apre- PARlS. ARRESTO DE VN MANIFESTANTE CONTRA LA GUERRA
ciar la falsía de los gobernantes alemanes.
(Fot. Rol)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 40

MANIFBSTACIÓN BN PARlS CONTRA LA GUHRRA (Fot. Rol)

La policía cerrando el paso en el Bulevar á los manifeslantes contra la guerra

El embajador de la Gran Bretaña en Viena, Sir austriaco con su conducta ante las víctimas. Los ofi-

Mauricio Bunsen, pudo averiguar el 3U de Julio que ciales del ejército austriaco, protegidos del archidu-
Alemania y Austria habían marchado de acuerdo des- que Francisco Fernando, tal vez lloraron por agradeci-
de el primer momento para provocar á Rusia, atacan- miento el triste fin de su generalísimo. La muchedum-

do á Servia. bre,que abomina instintivamente de todo asesinato y


Guillermo II y sus ministros fingieron siempre no además odiaba á Servia con una aversión tradicional
haber conocido el ultimátum de Austria hasta el mo- de raza, manifestó ruidosamente su protesta contra el
mento en que ésta lo comunicó á las potencias. Es ateütado, más por cólera patriótica que por verdadero
más: se afirmó por algunos diplomáticos alemanes que sentimiento. El gobierno austriaco, que había de to-
al kaiser le parecía extremado este documento, que mar pretexto de este asesinato para turbar la paz del
de conocerlo antes de su publicación habría pedido mundo, se mostró mezquino y frío al i^endir los últi-
algunas modificaciones. mos honores á las dos víctimas de Serajevo, alegando

Todo mentira. El kaiser según los informes del ridiculas etiquetas de la corte que debían olvidarse

embajador inglés en Viena, Sir Bunsen conoció el


— en un caso de sincero dolor.
texto del ultimátum mucho antes de que el gobierno El 4 de Julio, los cadáveres del archiduque Fran-
de Austria-Hungría lo enviase á Servia. El embajador cisco Fernando y su esposa la duquesa de Ilohenberg
de Alemania en Viena telegrafió el texto por entero á fueron enterrados en el panteón de Arbstetten, des-
su emperador Gíñllermo II. Éste lo aprobó, y sólo pués de una corta ceremonia, bajo una lluvia to-

entonces el Imperio austríaco, seguro del apoyo de su rrencial.


aliado, se decidió á iniciar sus provocaciones contra Ni los archiduques de la familia reinante ni los

Servia, que en realidad eran contra Rusia. dignatarios de la corte y altos mandos del ejército
El mismo embajador de Alemania en Viena comu- asistieron á la ceremonia. El no ser de raza real la
nicó todo esto á Sir Bunsen confidencialmente, cuando duquesa de Hohenberg sirvió de pretexto para justifi-
aún creían en Berlín que Inglaterra iba á mantenerse car esta frialdad.
al margen del conflicto. Ya hemos visto el Manifiesto del viejo emperador
Otra demostración de que atentado de Serajevo
el Francisco José. No hay en él mas que alusiones á la
no fué mas que un pretexto para turbar el equilibrio ingratitud de Servia, que correspondió siempre con
y la paz de Europa, la proporcionó el|[mismo Imperio un odio explícito á las bondades del Imperio austriaco.
50 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Estas bondades consistieron en obstáculos más ó me- Únicamente el joven Princip se la-
servios de Bosnia.
nos encubiertos para impedir su desarrollo y en una mentó de haber dado muerte á la duquesa, por ser una
oposición descarada á todos sus intentos de extenderse mujer, asegurando que había hecho esto contra su
hasta el mar. voluntad.
La lista de las íiir/ ¡-ataúdes servias no puede ser Y sin embargo, los jueces austríacos sólo senten-
más grotesca á injusta. Servia fué ingrata porque osó ciaron á veinte años de reclusión á estos delincuen-

protestar en nombre de sus intereses nacionales al ver tes confesos.En cambio condenaron á muerte á unos
cuantos desconocidos residentes en Servia que no po-
que Austria, rasgando el tratado de Berlín, se apro
dían sufrir el
piaba de Bosnia tranquilamente. castigo.
Otra de sus ingratitudes consistió en tener que Hasta en la sentencia de este delito, causa inicial
abandonar, cuando estaba victoriosa, la salida al del conflicto europeo, se buscó hacer creer que el
Adriático que se había conquistado, humillándose una único asesino del archiduque fué el gobierno de Ser-
vez más ante la arbitrarie- via, y para ello nada encon-
dad de Austria. traron mejor que mostrar
La tercera ingratitud fué con los autores materiales
no agradecer al Imperio del hecho una clemencia
austríaco su magnánima pocas veces vista en los
generosidad al no clavarle dominios austríacos.
un puñal en la espalda
mientras estaba en guerra,
contentándose con azuzar La declaración de guerra
á los búlgaros para que in- de Austria á Servía produjo
vadiesen su territorio. en Europa una alarma jus-
Aparte de estas falsas tificada, ])ero sin destruir
lamentaciones, anciano
el completamente la confian-
emperador apenas habla en za de los optimistas.
su Manifiesto de la catás- Parecía tan absurda é
trofe de Serajevo, motivo inverosímil una guerra eu-
inicial del conñicto. La ropea, que aun después de
muerte del sobrino sólo la haberse iniciado con el ata-
recuerda fríamente, como que austríaco dudaban los
un argumento político, sin más de su continuación,
nada que suponga emoción esperando en el último ins-
y tristeza. tante una mediación prodi-
Otras preocupaciones giosa.
más positivas dominaban el La guerra se había de-
ánimo de Francisco José; clarado; iban á hablar las
en primer término, la de armas de un momento á
aplastar á la pequeña Ser otro.

vía,haciéndola responsable No obstante, Inglaterra


de su propia ruina. seguía trabajando para con-
En todo lo concerniente JORGB V seguir una mediación, y
al crimen de Serajevo, el Rey de Inglaterra Francia é Italia estaban al
gobierno austríaco proce- lado de ella.
dió con un marcado interés político, sin acordarse Aunque comenzasen las hostilidades, no había por
para nada de la estricta justicia. qué desesperar de un arreglo. Rusia, contemporiza-
Cuando tres meses después del crimen, á mediados dora y amiga de la paz, declaraba no considerar como
de Octubre, se verificó la vista del proceso, la con- casux hcIH la entrada de los austríacos en Servia, y
ducta de los jueces austríacos, obedientes al gobier- se mantenía tranquila, confiando en los esfuerzos de
no, fué un motivo de estupefacción para el mundo la diplomacia.
entero. Bélgica, como si conociera secretamente el pen-
El tipógrafo Cabrínovitch, que arrojó la bomba, y samiento de los vecinos y adivinase el porvenir, se
el estudiante Gavrilo Princip, autor de las dos muer-
apresuró á tomar precauciones para el mantenimiento
tes, no negaron sus actos. Antes bien, con la arrogan- de su neutralidad. Su gobierno procedió á la movili-
cia de los delincuentes políticos que desean morir zación de una parte del ejército el 28 de .lulio, po-
por
su causa, afirmaron una vez más su satisfacción por niendo en píe de guerra 100.000 hombres y preparán-
haber suprimido al archiduque Francisco Fernando, dolo todo para una movilización general si los sucesos
considerado por ellos como el mayor enemigo de los se agravaban.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 51

El reino de Montenegro también había ordenado mujeres y obreros se mantuvo en completa calma,
la movilización. La muchedumbre hizo manifesta- aguardando tranquilamente que les llegase su vez;
clones en Cetina en favor de una acción común con pero como eran tantos, sólo una minoría consiguió
Servia. retirar sus depósitos.
Los demás pasaron el día entero, de la madrugada
á la noche, esperando el turno de entrada, sin conse-
En París no se alteró la calma de las gentes; una guir al fin sus propósitos.
calma que obedecía principalmente al deseo de no for- En todas las calles se formaron grupos que habla-
zar el desarrollo de los acontecimientos cometiendo ban de la posibilidad de la guerra, pero sin que nadie
una imprudencia. mostrase alarma ni inquietud.
La amenaza de una guerra europea ocupaba todos Todos creían próxima la orden de movilización,
los ánimos. Sólo se hablaba de esto. Los demás suce- Uq fatalismo heroico comenzaba á enardecerles.

sos, aun los más recientes,


— Si la guerra es inevi-
habían pasado de pronto á table — decían — ,
iremos á
último término. la guerra.
El proceso contra mada- Desde este día se notó
ma Caillaux, que una se- una gran actividad en los
mana antes traía dividido almacenes de artículos mi-
á París, provocando casi litares, en los de calzado
una revolución con mani- y en las sastrerías de uni-
festaciones y contramani- formes.
festaciones en las calles, Los oficiales de la reser-
apenas si se recordaba va y del ejército territorial
ahora como un asunto re- hicieron sus últimos prepa-
moto. rativos para estar prontos
El mismo día 28 absolvió á un llamamiento.
el jurado á Mad. Caillaux, Pero aún no se conside-
sin que los partidarios de raba la guerra como inevi-
ésta mostrasen satisfac- table.
ción ni los enemigos re- Se hablaba de ella ale-
anudasen sus protestas. La gremente. ¡Tantas veces
absolución se acogió con se había anunciado como
una completa indiferencia. próxima, sin que al fin lle-

Los franceses tenían asun- gase!...


tos más importantes de qué Y mientras tanto, M. de
ocuparse y que llenaban Sch(Bn, el embajador de
su pensamiento completa- Alemania, seguía visitan-
mente. do á M. Bienvenu-Martin
En los establecimientos en el Ministerio de Nego-
de crédito fué engrosando cios Extranjeros para ha-
la muchedumbre que acu- blar de una paz posible.
día para retirar sus depó-
M. RAIMUNDO POI.XCARB
sitos.
Presidente de la República francesa
Ante la casa central del
Banco de Francia se aglomeraron también los que de- X
seaban cambiar moneda. El miedo álos acontecimien-
tos hizo que todos pensasen en procurarse oro dando Actitud de Rusia. — Su movilización parcial.— Inutili-
billetes. dad de las gestiones pacificadoras.— Las naciones

Algunas tiendas importantes de alimentos se ne- empiezan á arruinarse. —


Llegada de Poincarc á
garon á cambiar billetes, exigiendo los pagos en mo- París.
neda, y esto produjo en el público la consiguiente
alarma. Para que en aquellos comercios admitieran El miércoles 29 de Julio, á la una y media de la
un billete era preciso comprar géneros por un valor madrugada, se inició la guerra en Servia.
equivalente al 20 por lOU. La guarnición de Belgrado hizo saltar el gran
Desde mañana se apiñó la muche-
las siete de la
puente que une á esta capital con Semlin, la inmediata
dumbre en Caja de Ahorros de París para reclamar
la ciudad austríaca. La explosión no llegó á destruir el
sus depósitos, formando una fila enorme ante las ver- puente por completo, pero cortó la vía férrea, imposi-
jas, bajo la vigilancia de la policía. Esta masa de bilitando el paso de los trenes enemigos.
EN PREVISIÓN DE LA GUERRA. -LA MUCHEDUMBRE ANTE EL BANCO DE FRANCIA

FRENTE A LA CASA CENTRAL DEL BANCO DE FRANCIA

AQUARDAI^DO PARA BMTRAR BN SL BANCO


Y LA CAJA DE AHORROS DE PARÍS AGUARDANDO TURNO PARA RETIRAR SUS FONDOS

<s;^j:^;Ms:fWjmt::.

-Vii-m'
'liH2Lr'"Mfc

ESPERANDO QUE SB ABRA LA PUERTA DE LA CAJA DB AHORROS

FORMANDO FILA EN LA CAJA DB AHORROS (Fots. Meurisse)


54 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

f 1 *¿ri
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 55

tre San Petersburgo y Viena á pro-


pósito del conflicto austro-servio.
Rusia no se opuso á esta solución.
Estaba dispuesta á entenderse di-
rectamente con Austria. El gabi-
nete de Viena se negó de nuevo,
repitiendo que el asunto era úni-
camente entre Austria-Hungría y
Servia.
Entonces los embajadores en Vie-
na decidieron pedir insistentemente
al gobierno de Alemania
que usase
de toda su influencia para que Aus-
tria-Hungría admitiese un cambio
de ideas con el gabinete de San Pe-
tersburgo. Esto no obligaría al go-
bierno austríaco á nada, ni era con-
trario á su dignidad. Tal vez al
hablar directamente las dos poten-
cias acabarían por entenderse.
Pero el gabiuete de Berlín mostró
ante estas proposiciones una acti- ASPECTO DE UNA CALLE DE BELGRADO AL PROCLAMARSE LA MOVILIZACIÓN
tud reservada. (Kot. Rui)

El embajador de Alemania en
Viena asistía á todaslas reuniones de sus compañeros Inglaterra, que ya dudaba del éxito de sus gestio-
los embajadores de Inglaterra, Francia, Rusia é Italia. nes para mantener la paz, puso en movimiento sus
Aprobaba sus opiniones y prometía ayudarles en favor flotas,como medida previsora.
de la paz, una paz que era el más ferviente deseo de La escuadra del Mediterráneo recibió la orden de
su emperador y su gobierno. concentrarse en Malta. La primera escuadra del Océa-
Y tal vez reiría en su interior, sabiendo de ante- no, compuesta de dreadnougMs, á las órdenes del al-
mano que ni el emperador ni sus ministros habían de mirante Galleghan, salió de Portland durante la ma-
hacer nada por esta paz; antes bien, la impedirían, drugada con rumbo desconocido.
oponiendo su inercia y su silencio como obstáculos En Alemania continuaron los preparativos de mo-
insuperables á las iniciativas conciliadoras. vilización, hechos sordamente.
La certeza de que el soberano de Alemania podía Francia, en vista de los sucesos, empezó á con-
solucionarlo todo con sólo una palabra no era una opi- centraren las
guarniciones las tropas destacadas, lla-
nión de las grandes potencias úoicamente. Los países mando además á los oficiales y soldados del ejército
neutrales como Suiza creían lo mismo. Le Jot'riial de activo que estaban gozando de licencia.
Geni-ve (Ginebra) resumía de este modo la situación
Bélgica cenvocó á las tres clases militares de 1912,
en la mañana del 29 de Julio: 1911 y 1910, desistiendo definitivamente de las ma-
niobras que tenía proyectadas. Además, las fortifica-
Ungesto del emperador Guillermo II calmaría á su aliada.
Este gesto lo espera con angustia toda Europa. Alemania está
ciones de Liejay de Namur fueron puestas en pie de
en plena prosperidad, en pleno crecimiento. Desborda de la guerra.
fuerza que le dan dentro de ella un gobierno formidablemente El rey de Bélgica y sus ministros empezaron á pre-
armado y fuera de ella un prestigio intacto. Su monarca, inter-
parar una nueva concentración para añadir 100.000
viniendo bondadosamente cerca de su aliado, merecerla, ade-
hombres más al ejército nacional, compuesto ya de
más del gran imperio que posee, la gratitud de todos los pue-
otros tantos.
blos. Esta gratitud aumentarla su poder, dándole un nuevo bri-
llo. En esta mediación no habría
que hacer ningún sacriticio
En Alemania hubo el 29 de Julio un pánico gene-

doloroso, y tal vez desarmaría las animosidades nacionales, que ral frente á lasCajas de Ahorros. La muchedumbre de
obligan á toda Europa á vivir en una perpetua alarma. Berlín y de las principales ciudades, alarmada por los
Alemania se ha extrañado muchas veces de inspirar menos
afecto y confianza que respeto y temor. Ha sonado
preparativos belicosos que venían haciéndose desde
para ella la una semana
hora de adquirir ese afecto y confianza, sin que por ello antes, creyó en la proximidad de la gue-
pierda
el respeto y el temor que inspira. rra,que hasta entonces había sido considerada como
algo problemático, y sintió miedo por la suerte de sus
El Imperio alemán prefirió seguir infundiendo te-
depósitos.
mor por medio de una «guerra preventiva» á conquis- Desde las cinco de la mañana, el público fué aglo-
tar pacíficamente el afecto merándose ante las puertas de aquellos establecimien-
y la confianza que jamás
supo inspirar al mundo. tos, á pesar de que las oficinas se abrían á las nueve.
56 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

HABITANTES DB BELGRADO ACAMPADOS AL AIRE LIBRE AL SER BOMBARDEADA LA CIUDAD POR LOS AUSTRÍACOS
(Fot Rol)

La tan deseada «guerra preventiva» produjo una na- en Francia. Los grupos reaccionarios y los de ideas
alemán al verla tan pró-
tural inquietud en el pueblo avanzadas se unieron instintivamente para tributar
xima. este homenaje al más alto representante de la Repií-

Algunos grupos socialistas intentaron protestar blica francesa.


contra la guerra, como sus compañeros de otros países, Desde la estación al palacio del Elíseo el entu-
pero estas demostraciones no tuvieron importancia. siasmo popular siguió al presidente, como si en esta

La gran masa socialista alemana de la que hablare- hora grave quisiera infundirle con sus aplausos y ví-
mos más adelante — vive ahora sometida al Imperio y tores nuevas fuerzas para el cumplimiento de sus de-
al militarismo, como todas las clases de la nación. beres supremos.
La Gaceta de la Cric, órgano de los conservadores En las primeras horas de la tarde, el jefe del go-
alemanes, dijo con tono despectivo al comentar tales bierno, M. Viviani, tuvo una conferencia con el em-
intentos: bajador alemán, M. de Schoen, en el Ministerio de
Negocios Extranjeros. Después llegó el embajador de
Hoy, más aún que ayer, creemos que l;is demostraciones so-
cialistas carecen de valor y de resiiltiido iiráctico. Pero pueden Rusia, M. Isvolsky, y los dos diplomáticos, alemán y
inducirá los extranjeros á un grave error, poríiue no saben la ruso, mantuvieron una larga conversación en presen-
escasa influencia que tienen entre nosotros las vociferaciones cia del ministro francés.
socialistas. Por la noche, París se mantuvo en calma. La mu-
n
chedumbre discurrió por los bulevares, ansiosa de no-
Poco después de mediodía llegaron á París el pre- ticias, pero sin hacer manifestaciones.
sidente Poincaré y ol jefe del gobierno, Viviani,que La preocupación más inmediata la ocasionaba el
habían desembarcado por la mañana en Dunkerque. dinero. Las dificultades para el cambio de moneda
Al bajar del tren en la estación del Norte, la mu- molestaban al público.
chedumbre prorrumpió en aclamaciones á Francia, á El oro había desaparecido por completo desde al-
la República y á Poincaré. El presidente
acogió con gunos días antes, recogido y guardado previsoramen-
graves saludos esta manifestación patriótica. te por los establecimientos de crédito y los particula-
Empezaba á diseñarse desde este momento la una- res ricos. La plata empezaba á escasear igualmen-
nimidad de opinión que el peligro nacional iba á crear te. Todos sentían la necesidad de que el Banco de
HISTORIA DR LA GUERRA PLIROPEA DE 1914 57

LA MULTITUD EN HEKLLN ACLIÜIENDO Á LA t'AJA DE AH0RR08 PARA RETIRAR SU DINERO (Fot. Meui isse)

Francia pusiese en circulación billetes de cinco y de de paz, acompañados de una sonrisa de seguridad
veinte francos. viril y de un
relampagueo de ojos que dan á entender
El estado de espíritu de los franceses era excelente. que el alma francesa no ha degenerado.»
Nadie deseaba la guerra; todos querían evitarla, pero
nadie la temía, aceptándola de antemano, si es que se XI
presentaba, como algo fatal é inevitable.
«Las manifestaciones del pueblo de Berlín — decía Declaraciones de Inglaterra sobre la paz. La situa- —

Clemenceau contra Rusia y contra Francia, que no ción en Londres y París. —
Movilización rusa. Re- —
han hecho un solo gesto de amenaza hasta ahora, de- —
clamación de Alemania. Vanas esperanzas de con-
muestran cuál es el estado de espíritu del kaiser y de ciliación. — Las naciones se preparan para la guerra.
todo su pueblo. ¡Cuan distinto el estado de espíritu
de nuestros conciudadanos! Yo solo veo en torno mío El jueves 3U de Julio, al abrirse la sesión de la
hombres tranquilos y resueltos. No oigo mas que deseos Cámara de los Comunes, el gobierno inglés creyó ne-
cesario hacer algunas de-
claraciones en vista de la
situación europea.
Mr. Asquitli, presidente
del Consejo de Ministros,
liabló de este modo:

Nos reunimos lio.v en una.'^

eoniliciüncs de gravedad ([ue


lio pueden encontrarse otras

análogas en toda nuestra exis-


tencia política.
l.a paz y la guerra de Euro-
pa parecen como equilibradas
eu una balanza, y esto signi-
flca para nosotros los riesgos
de una eatá.-itrofe cuyas pro-
porciones y consecuencias es
I'AUIS. EL l'KEyíUKNTE l'UI.NC'ARÉ SALl DANDO Á LA .MUC 1 lEDI .M IIUH EN LA ESTACHkN DEL NURTE iniii()sil)le (|ue calculciniis.

7
£8 VICENTE ISLASCO IBANh:Z
Sirnlu inurlii) im pcpiliT aniuiciará
la Cámara (|ue la siliiaeión de liov no
lia disininuiclo en gravedad al eoni-
m 3 7 7 14 209
pai-arla con de ayer. Contiiiiianios
la

mii'.stra olira á lin de lograr lo íinicu

BANOUE <le FRANGE i|iu' nos interesa, el sosteniniicntn de


la paz en Europa, y para e.sto se^^ui-

iiios en e.slreelio contaeto con todas las

CINQ linteneias. No hemos tropezado liasta


ahora con ning-iina dificultad cerca

FRANCS de dichas potencias, pero nos ha sido


imposible establecer una acciim diplo-

úiwiíi Criiittfíl. mática conciliadora, tal como la lia-
C.6r«13.C. liiamiis el luiii'S.
propuesto
/ >0

La iiriiuera |)ro|io.siciiui i\r\

ministro Grey en favor ilc nna


conferencia diplomática no ha-
bía obtenido éxito. Ahora sus

esperanzas so basaban en los


trabajos para conseguir una c(ui-
HL M'liVO llll.I.V.rií I)K CINCO laiA.NC'OS
versación directa entre Anslria
y Hnsia.
En hisciiTiinstiUicias prcscnlcsixlc iiii.-i
iin|Mii-l,iiiri,i iMpitMl 1 ondrcs miraba con cierta indiferencia esta sitaa-
li;ini lo.s i iit('n'sos( lelilí mulo entero (jiu' iiuestrnii;iis.(|ueii(i tiene ciún lio creyendo cu el absurdo de una guerra enro-
,

iin.'i rehieic'm direeta en este eoiillieto, |)iieila liablar con el jires-


(le lina uacithi en que es absoluta la nnaniíiiiilail de tíidos. pea. Lo único que le preocupaba un poco era el reilejo
tiyiu
]iro(l ucido
en los uegocios ¡lor la alarma general.

Luego, sil" Edwanl (¡rey tomó la ]ialiilira juira decir !• •]n París el malestar ecouómico fué también en
ron fiicrta tristeza: este día la, preocupación dominanto. La Caja de .Mió-

la. Mi'cimni Mimn aniií va. hanco oií iuamia i:si'huam>o ti uno cara i-a.\iiuak iui-Lkiiís ni'ots. Mcurisse)
Historia de la guerra europea de i914 69

ri'os, para, ronjurar una


quiebra jior la g-ran
anuencia de depositan-
tes que acudían á recla-
mar sus economías, tuvo
que suprimir los reem-
bolsos. Sus restituciones
fueron limitadas á r)ü
francos por quincena.
La crisis monetaria
resultaba insufrible. La
moneda metálica liabía

desaparecido de la cir-
culación instantánea-
mente. Más de aU.OÜd
personas se ag-lomeraron
por la mañana en el Ban-
co de Francia ]iara cam-
biar billetes por metáli-
co. El gran cstaldcci-
miento tuvo que nu>vi-
lizar para este servicio Kr. NIKMJ im.I.lMK 1)H VHlM'lí l<RA.N('US

gran parte de sus em-


pleados, improvisaudo despachos de cambio en los pa- el Banco, de acuerdo con el gobierno, decidió poner en
tiosy corredores de su ediñcio central, pero aun con circulación los billetes de cinco y de veinte francos.
esto resultó imposil)le atender al público, cada vez Todos los intereses de descuento l'uerou aumeu-
uiás numeroso. Para remedinr la escasez de moneda, tados cu los grandes Bancos. La Cámara de Agentes

U.N DETALLE DE LA MUCHEDUMBaE DESEOSA DE ADQUIKItt lULLETES DE CI.NCü Y DE VELNTE 1•RA^•C0S ('''o'*- Mcurise»)
60 Vicente bLasco íbañez

UN PATIO UKL H,VNCO DK FUANCIA (.'UN DUSl'ACUUS IMI'MUVISAUOS l'AKA KL UAMIÜU UE lULLKTES

(le liolsa declaró la necesidad de establecei' una mora- (le gobiernos rusos y de un gobierno liu laudes.
í'2

toria general para las operaciones bursátiles, prorro- Los cosacos libres de los territorios di 1 Don,
4."

g'ando hasta tiues del próximo Agosto la liijuidación de Kouban, de Terek, de Astrakán, de Oren lurg y
de Julio. del Ural.
El gobierno francés tomó precauciones militares
á fin de asegurar las vías do comunicación. Las esta-
ciones de ferrocarril de toda Francia, así como los
puentes, túneles y encrucijadas, (juedaron ocupados
]iiir
las tropas.
Hn periódico de París
fué secuestrado por la pidi-
ria ])ürhaber dicho que los ministros habían estado
reunidos gran parte de la noche en el palacio del
Klíseo, bajo la presidencia de Poincaré. En esta re-
unión se había acordado llamar á las armas á cuatro
resei,"vas. El ministerio del Interior desmintió la no-
ticia.
A pesar de esta tendencia del gobierno encaminada
ú disminuir la importancia de la situación, todos se
daban cuenta de su gravedad. Los ministros, desde
la llegada de Poincaré, se reunían diariamente varias
veces.
o

Rusia decretó en este (ha su movilización á liu de


completar las medidas previsoras que había toma(h>.
cubriendo la frontera de Austria.
El ukase del zar llamaba á banderas:
1." Los reservistas de '2'A gobiernos y de 71 distri-
tos pertenecientes á otros 14 gobiernos.
5Í." Otro número de reservistas procedentes de nue-
ve distritos de cuatro gobiernos. UNA Ol'ICINA DE CAMinO INSTALADA POR El. DANCO DK l'KA.NCIA
;i° Los reservistas de la Armada de 04 distritos EN VISTA DK I. A ORAN AFLUENCIA DK PÚBLICO (FoU. MeurUs*)
Historia de la üljerra europea de 1914

EL CA.MHIO DE Bll.LKTEtí E.\ EL ÜANCU DE FUA.N(1A

5." Uii núcleo de oficiales de reserva, médicos, culos y correajes necesarios ]iara las citadas fuerzas.
veterinarios, etc. la Armada fueron promovidos cu
Los cadetes de
Además, por nkase imperial se requisaron en
el masa al grado de oficiales.
los gobiernos de la movilización los caballos, vehi- En Sau Pctersburgo y otras capitales rusas las
manifestaciones patrióticas eran continuas é ini])o-
nentes por su número.
El pueblo ruso, dividido hasta poco antes por las
divergencias políticas y los antiguos odios de raza,
mostraba su entusiasmo con uua absoluta unanimi-
dad. Los revolucionarios, enemigos del Imperio, toma-
ban parte en estos actos patrióticos. La consideración
de que Rusia defendía á un pueblo débil y pequeño
como Servia, hizo que hasta los enemigos más irre-
ductibles se uniesen al goljieriio ajirobando su con-
ducta. Los días tristes de la guerra ruso-japonesa,
alterados por la discordia, estaban muy lejos para
todos.
El embajador de Alemania en San Pctersburgo so

presentó á M. Sauzanof, ministro de Kelaciones Ex-


teriores, ])ara preguntar si eran ciertas las medidas
de movilizaci('>n, dando á entender que en caso alir-
mativo el Imperio alem;in pnicedería ;i una muviliza-

cióo análoga.
Alemania (jucría sal)er:
]." Cuál era el objeto de la movilización en Husia.
J." Si esta movilización era dirigida contra Aus-
tria.

•i." Si Rusia estal)a dispuesta á ordenar ijue cesase


(^sta movili/.acii'in.

El gobierno alema u pidió á Rusia que contestase


AUyUníIK.NUO lill.I.ETliS XUKViiS DE CINCO Y DE VKINTli
FRANCOS l*"o'8- Meurisat.)
lo antes posible á estas preguntas, que tenían
el carác-
62 VICENTE BLASCO IBAÑE2

tcr de un nUimatum. El niinisti'o Sauzanot' i'o.sj)nnili(i todavía las tropas sobre las armas, si es que Alemania
que esta movilización no iba dirigida en modo alyuno realizaba su movilización.
contra Alemania, pues no se desarrollaba en sus fron- Inglaterra, tenaz en sus gestiones, era la última
toras y sólo era parcial. En cuanto á dar órdenes para esperanza de los que ai'in conñal)an en un arreglo que
suspenderla, ya no era posible. conjurase la guerra. El ex ministro Piclion, ilustre
La gestión amenazante de Alemania (lal)a á enten- diplomático, resumía de este modo los sucesos en Le
der su propósito inmediato de recurrir á la guerra. No PcUl Journal:
había querido intervenir hasta entonces entre Rusia y
Ni) es posible (l(>cir— como nñniian on la capital de Alema-
Austria á (in de llegar á un acuerdo, l'ero ahora daba
nia~(|MO el liiaiitciiiliiicnto de la Jiaz ji'eiicral depemle de Hnsia.
señales de vida ])ara amenazar al lunterio ruso si con-
Esta. atirniaciíHi es nii soIíshki. liiieamenti' sena verdail si la
tinuaba su movilización contra los austríacos. jiruvocación partido de San l'e1crslinri;-o. Tern esta
linliiesi'

Persistiendo Inglaterra en sus propósitos concilia- [iruvocación ha iiai-tidíj ile otro ni;; ir. \' preeisaimade en ese
I

liiii'ar es donde la inter\eiie¡(iii


dores, aún gestionó en este
a leí na lia
puede ser (Jiimipotenle.
día cerca del gabinete de
\ci'dad es (pie el ^idliiiTUo
l,a
Berlín para sostener la paz.
aleiiKiii resulta eii estos iiioiiii'U-
Sir Edwui'd (¡rey renuncia- tos id II 11 ico seüor de l;i
p:i/.
o de
ba á sus iniciativas anterio- la jiaierra.

res y pedía á Alemania (|U(' Aun adliiitieudo ipir no acep-


te el eneari^arse de rontiaier íi
manifestase bajo qué forma
su aliado el Imperio de Austria
juzgaba preferible una in- \ uo ipiiera ejel-eer liili-
ijiie
tervención amistosa en el ^ama iircsióa sobre él. siempre
conñicto. El gobierno de ((uedará el recurso de una in-
Herlín no contestó. El mi- tervención de tres 1) ciiatñ) po-
tencias cerca de los i^obienios
nistr<i inglés, eonvenculo
más interesados en la crisis.
al lin de (jue no consegui-
Ksta iuterveiudiiii es la ipie
ría en su obra pacífica el ha
Iiii^'laterra iiroiiiiesto. la ipie

a])oyo de laM'il/iclut.sfiy/isS/' nosotros hemos apox'ado. la.


ipie
— como llaman en lenguaje Italia aceptó inmediatamente \-
la i|ue Alemania ha rehusado.
diplomático al gabinete de
Berlín —
concentró sus es-
,
Hay que
Esta solución se impone.
insistir una ve/, ni;is.

(,>ue
fuerz(js para convencer al forma sise
miiditii|iieiisu ((iiiere

BalJiíhii:, ó sea el gabinete jiara dar toda hi satisfacciíju po-

de Viena. sible á las objeciones alemanas.


Pero ((ue se insista en ella; (pie
\ iielvaii á reaniidarsíí las neg-o-
ciaidoues.
El gobierno francés no
se hizo ilusiones sobre la
una paz Clcmenceau, en su pe-
posibilidad de al

enterarse del nlfimatu/n riódico El Iloiiúiff L\hi-<\


se mostraba menos con-
dirigido á Rusia por el go-
bierno de Alemania. iiado, dudando (jue se acej)-
tase la solución projíuesta:
La guerra era inevitable EL REY DK liliLGIUA, ALHEKTO I
*
y había que tomar precau-
(dones. Se abstuvo hasta el liltimo momento de dar Todos los países (dvilizados saben de di'iude viene la ag're-

sióii.
la orden de movilización, poro adoptó todas las me-
Todos los países civilizados saben de qué parte proceden las
didas compatibles con un estado normal. Las tropas
intervenciones diidomátieas en favor de la yx/. y de qué parte
llamadas de «cobertura» fueron concentradas en las resistencias.
diversos puntos de la frontera. •^50.000 hombres Todo el niuudo ha visto ipii' el emperador alemán se inter-
del ejército activo formaron una muralla para im- imso desde el primer dia para imi^cdir (pie Kiisia. protectora
natm-al de los pueblos eslavos, interviniesr' en fa\iir de Serxia.
pedir una invasión repentina. Mientras tanto, á sus
amenazada de un aplastamiento.
espaldas podían realizarse tranquilamente los prepa- En cnanto líiisia ha resuelto movilizar una parte \\\\\\ ]>e-
rativos de defensa. Los depósitos de municiones y ví-
queña de sus tropas jiara tomar Icti'itimas ¡ireca liciones i i

veres se completaron con vertiginosa rapidez. Las respuesta á la movilización austríaca, (iuillermo II se ha apre-
vías férreas quedaron expeditas para una próxima surado á deidarar al zar (pie si tiene aiiihuda de prexeuirse
Itl,

movilización. será preciso (pie jior ello arda Europa entera.

El níy de Bélgica tuvo frecuentes entrevistas con


sus ministros y el jefe del Estado Mayor general del
ejército. Sus acuerdos se encaminaron á reforzar más
lllbTOK'lA Dü LA GUERRA EUROPEA DE 1911 65

ii;u'i(in en Kusia es i'iioriiii'; yii i)articipn de ella. I'ru.sii-iito ((iio


iiMiy pronto no poilró ri'sistir á las presione.'? (jiic la opiíium
XII
ejerce sobre mí. y me veré obligado á tomar medidas que |)ro-
vocarán la

dram^. — Despachos
g-uerra.
Los bastidores del de Guiller- Para evitar que representaría una guerra euro-
la desg-racia

mo i!
y el zar.— La conducta del kaiser. — Llnanimi- pea, te ruego, en nombre de nuestra antigua amistail. que ba-
dad francesa. — El ciudadano Hervé y huelga ge- iu gas todo lo posible para impedir (pie tu aliado vaya demasiado
nera!. — El caricaturista Hansi.
lejos.
Ni'oi.Ás

se agitaba la diplomacia buscando una


j\lii'iitra.s
El mismo día, ú las seis y media de la tardi', tele-
suluciúu al conflicto, dos altos personajes, en cuyas
grafió (iuillernii) II:
manos estaba depositada la suerte de Europa, so po-
nían en couiuuicacióu á impulsos del peligro. Ilc reeibid' I tu telegrama. Comparto tu deseo de mantener
El emperador de Alema- la paz. Sin embargo, yo no piie-

nia el tic líusia cruzaron ilo considerar la guerra austro-


y |

varios telegramas intere- húngara como una guerra ver-


gonzosa, porque Austria-Hun-
santes. El parentesco y la
gria sabe por experiencia (pie
amistad les hicieron tratar las promesas de Servia, cuando
este asunto con cierta con- no están consignadas sobre el

como un papel, nada valen. Según mi en-


fianza, pleito de
tender, la acción austro-húnga-
familia. Fue un aparte en-
ra debe ser considerada como
tre bastidores, mientras so- una tentativa para lograr que
bre el escenario europeo se- esta vez las promesas servias se
guían actuando las canci- cumplan. Me sostengo lirme-
llerías á la vi.sta de todos. mente en esta opinión al ver
(jue el Gabinete austro-húngaro
Elde Julio por la no-
'JS
se ha comprometido á no buscar
che, Guillermo II, que aca- ninguna conquista territorial.
baba de regresar á su Im- Creo qu(í un acuerdo directo
entre tu Gobierno y Viena es
perio, dirigió el siguiente
posible y deseable; un acuerdo
despacho á su primo el em-
(¡ne, como ya te he dicho, aj»)-
perador de Kusia:
yaria mi Gobierno con todas sus
fuerzas. Naturalmente, las me-
I
una gran inquietud me
(111
didas militares podrían ser con-
entero de la ini]iresi(Jn que el ; / sideradas como una amenaza
nllimattuii austro-búngaro ba y / por Austria-Hungría, y podrían
prodneido en tu Imperio. La í Mt .•' prüV(jcar la desgracia que nos-
" " '
otros tenemos interés en impe-
agitación sin escrúpulos que
desde liace años se desarrolla dir, haciendo imposible la mi-

en Servia, ha determinado el sión mediadora (pie yo me he


asesinato de Francisco Fernan- apresurado á asumir en vista do
do. Los servios están dominados tu llamamiento á mi amistad y

aún por el espíritu ()ue los im- mi a\'ii(la.

I)ulsó al asesinato de s>i lícy y


Geil.LKli.MO
de su Keina. Indudablemente
con vendrás coinnigo en que nos- LA UKINA HE UELGICA. Horas después, á la una
(Fot. Kol)

otros dos, asi como los demás la madrugaila, nuevo de


soberanos, tenemos interés en ipie todos los (pie resulten res-
despacho del (Muperador de Alemania, siu aguardar
ponsables de este crimen horrible no queden en la impunidail. la respuesta de Rusia:
I'orotr.i parte comprendo (;uán dificil es para ti \- tu (iobier-
110 ir contra la opinión pública de tu jiais. (iracias á la ainislad
que desde hace mucho tiempo me une estrechamente con Immu Mí embajador ba recibido
el encargo de señalará tu fiobier-

cisco .losé. des|iliegip sol)re .\ustria-Hungría toda mi inlluencía no los peligros graves consecuencias de una movilización.
\- las

l>ara empujarla á (pie se entienda franca y pa -ilicamentí^ con Como le decía ayer en mi último telegrama, Austria Huiigria
Kusia. líspcro ardientemente que tú ayudarás mis esfuerzos, no moviliza contra Servia mas que una parte de su ejército. Si
para alej.ir las dilicnltades qiu; existen en la actualidad. ahora, como (!S cierto, tú movilizas contra Au.stria-Hungria. la
Tu afectuoso primo. misión (pie me conflaste resulta difícil, si es que no imiiosible.
(ii n.i.iíUMo 1.a dílieultad de la deci3i(jn que hay ipie tomar reposa ahora
sobre tus hombres. A tí te corresponde la respoiLsabilidad de
El '>') (le .lulio. á las diez de la mañana, rcspiuulio la guerra o de la paz.
Nicolás II al
cmperailor alrni;in: GtlLLEIlMO

Me alegro de saber que has regresado á Aleni.-inía en estos


momentos graves. Te suplico viv.um-nle (pie me a\iides. fna Este telegrama .se cruzó con el siguiente del em-
guerra vergonz(jsa ha sido declarada á un país débil. La indig- perador de Rusia, ijue era en respuesta del anterior.
64 VICENTE BI ASCO IBAÑEZ

THOl'AS yiiRVIAS SALIENDO I'AKA LA (itíKURA (Fot. Rol)

NicnJás 11 íi (liiilli'niti) 11 tiiuiado. l'erii ahora recibo noticias ciertas sobre tus prcparali-
vos belicosos en mis fronteras. La responsabilidad de la seguri-
80 (lo .lulin. de tanlc.
dad de mi Imperio me obliga á tomar contra-medidas defensivas.
1 l:i

Ag'iMdrzco ('onlhilinontc tu pronta rcv-ipucstn. Est:i noclio He hecho todos los esfuerzos en favor del mantenimiento de
enviare''á Tatisclicfcon instrucciones. Las uicdiilas militares No caerá sobre mí la responsabilidad de la desgracia que
la paz.

actuales cstal)an acordadas desde hace cinco dias aproxiniada- amenaza al mundo civilizado. En este momento tú dispones
nicntc. para defendernos de los austríacos. Espero de todo co- aún de la posibilidad de ciinjurarla. Nadie amenaza el honor y
razón que estas medidas no van á impedir tus funciones de me- la fuerza de líusia. que podría haber esperado el resultado de
diador, de las cuales espero muclio. Tenemos necesidad do tu mis esfuerzos.
presión sobre Austria-Hungría, para que ésta ipiiera entenderse La amistad por ti y por -tu jiais (iiie juré ante el lecho lU^
con nosotros. muerte de mi abuelo la he considerado siempre como algo sa-
Nicolás grado, y he sido flel á Rusia en sus momentos más difíciles, es-
pecialmente cuando la guerra ultima. Hoy la paz europea sólo
Cuando el zar recibió el último dcspaclio de Gui- puede ser salvada por ti, suspendiendo Rusia los preparativos
lloi'ino II, (juc so habia cruzado (!un el le con- militares que amenazan á Alemania y Austria-Hungria.
sujo,
testo: tillLLEU.MO

Te do\' las gracias cordialniente piir tu nii'diaci('in. que lince

esperar una solución iiaciñca. Es verdaderamente imposil>lo La conducta del emperador alemán se revida cla-
suspender nuestros preparativos militares, que resultan nece- ramente en estos telegramas.
sarios después de la movilización austríaca. Nosotros no desea-
Promete iníUiir con el emperador de Austria, pero
mos una guerra, y mientras duren las negociaciones con Aus-
á condiciiin de (jue Rusia detenga su movilización,
triapara llegar á un acuerdo, mis trojias no tomarán ning'uua
actitud hostil. Yo te doy solemnemente mi palabi-a. niicütras el Imperio austríaco, movilizado ya, ataca
Teng'o conrtanz;! eu Dios y espero mucho dr tu uicíliacinn á la débil Servia, que es justamente lo que Nicolás II
en Viena para el bien dt; nuestro pais de la pax. de Europa. creer además en la sinceridad
.y
quería impedir. ¿Cómo
Cordialinente tu agradecido
de tales mediaciones cuando todo lo hecho por Austria
Nicolás
era con previo aviso y consulta al gobierno alemán,
El mismo día á media noche (¡uillernio II ti'le;4'i'ati'i no atreviéndose á avanzar un paso sin su aprobación
lo sio'uieute, con gran asombro del zar y su o-obierno: y la seguridad de su apoyo?
Cuando Nicolás II insiste en la necesidad indiscu-
Mientras mi mediacicbi, asumida según tu deseo entre tu
Gobierno y el (¡obierno vienes, estaba en plena actividad, tus
tible deque Rusia tome medidas militares para preca-
verse de los austríacos, pero empeña solemnemente
tropas han sido movilizadas contra mi aliado Austria-Hungría,
lo (pie ha liedlo mi acción casi ilusoria. Sin embargo, la he eoii- su palabra de que las tropas rusas no se moverán
Dibulo de M. Colon Woodvlllc, de «The lllustraled Loiidon News»

Los huíanos batidos por la caballería y las ametrall4r


RA ALEMANES

i|»ras inglesas en un pueblo de la frontera de Francia


HISTORIA DI-: I.\ GUERRA ELIROPEN DE l^ll 65

mientras duren las nofj:;üciacio-


nes con Austria, Guillermo II
no sabe qué decir pava sostener
su equívoco, y sale del paso
atropcllaudo sus anteriores
promesas, con pretexto de que
la movilización rusa, segi'in si'H
noticias, va dirigida ahora con-
tra las fronteras de Alemania.
Esto era completamente
falso.
En la presente guerra lo más
asombroso no son los cañones
enormes ni las masas de com-
batientes, monstruosas por su
número y su mortaldad: lo
inaudito, lo que jamás se vio

en la Historia ni aun en los
tiom])os de mayores felonías
— ,

es el continuo atentado contra


la verdad, una prontitud para
mentir que desconcierta por lo
audaz y revela el desarreglo de
un pensamiento trastornado.
Para romper con Rusia hubo
IN VOLr.NTAUIO SKKVIO Ulí DOCE ANOS (Fot. Kol)
que inventar que ésta hacia
preparativos militares contra
Alemania, preparativos que nadie pudo ver. texto fué que unos aviadores franceses habían volado

Luego, para justificar la inmediata invasión de sobre ciertas ciudades alemanas, arrojando bombas.

Bélgica, Guillermo II aseguró que Francia é Inglate- Y los vecinos de dichas ciudades debieron pregun-
rra querían invadirla igualmente, y por eso Alema- tarse cómo su emperador insigne tenía noticia de ta-
ñía se adelantaba á estas dos naciones. Fué en vano les atentados, cuando ellos nada habían vistii.
que Alberto I, el principal interesado, afirmase que Algo más que una mórbida tendencia á la iucxac-
Francia é Inglaterra le habían ofrecido garantías titud y la falsedad revela esta conducta.

para el respeto de su neutralidad. Una vez notificado Guillermo 11, en su último telegrama al zar, hace
el absurdo embuste, Alemania realizó la invasión, responsable á éste de la gran desgracia qiie amenaza
sin sentir la necesidad de más sólidos argumentos. al mundo civilizado: <,<Tú eres el único que puede

Al declarar la guerra á Francia, su principal pre- salvar la paz de Europa. >>


V\\ día después, las continuas gestiones
del gobierno británico cerca de la corte de
Viena consiguen ablandar al gobierno de
Austria, que se aparta un poco de las suges-
tiones de su poderoso aliado, y accede al fin
á tratar directamente con Rusia, sin duda

por una incjuietud de liltima Iiora aute las


consecuencias de la coufiagracióu eur(»pea.
Austria y Rusia van á entablar una ne-
gociación. Las potencias amigas de la paz
asistirán como buenas consejeras. Segura-
mente van á entenderse los dos adversarios,
<_ terminando con un mutuo acuerdo las hos-
tilidades cu Servia.
La ]>az será un hecho en breves días. Se
restablecerá la normalidad europea, no
siendo ya posible la «guerra preventiva»
para cortar el desarrollo de las naciones
odiadas.
En gráfico puede verse por qué mollvo Uusla. protectora natural de los pueblos
amigo de
estií
eslavos, salió en defensa de Servia, hermana &uya de raza
El soberano de Berlín, ^<el la
8
66 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

las iiimi'diaciniics dr la aldea francesa di' Xurcs, ií mi


cuarto de kilómetro de la frontera, lu aduanero les
hizo saber ijue estaban en territorio de Francia, y los
dos alemanes contestaron groseramente; pero hu-
le

bieron de retroceder en vista de la actitud de los ha-


bitantes. La gendarmería y un pelotón de cazadores
á caballo ocuparon la aldea para impedir una nueva
violación de territorio.
Fl pidigro nacional alinuó detinitivaiiiente en
Francia la unanimidad de opiniones que se había
esbozado al iniciarse el conñicto. Los diversos jjarti-
dos olvidaron sus querellas, para no pensar mas que
en la salvación de Francia. «¡La patria está en peli-
gro!» Esta frase, que evocaba el recuerdo glorioso de
la primera Revolución, sirvió para el agriipamiento
de los franceses. Todos quisieron imitar el ejcnijilo de
los patriotas de 17'>"J.

Un motivo de inijuietud i)ara las clases conserva-


doras y para los indiferentes, era la conducta que
podrían adoptar los socialistas, sindicalistas y demás
revolucionarios.
En todos los congresos internacionales, los socia-
listashabían hablado de ])rovocar una huelga gene-
ral en Europa si se iniciaba la guerra, diticultando
de este modo la acción belicosa de los gobiernos. La
señal do esta huelga debía partir necesariamente de
Francia, por ser la nación que marcha al frente de
las aspiraciones revolucionarias. Los representantes
del socialismo alemán habían mostrado en todos los
KL URAN DUQUE NICOLÁS (l'ot. Rol)

Generalísimo de los ciérdtos rusos

paz», ve un esto una aniouaza, c inesperadamente,


cuando todas las potencias sienten después do una
semaiKi de angustia la casi seguridad do una buena
solución... ¡declara la guerra á Kusia!
V en el curso de esta guerra, Guillermo II aíirnia

siempre une su país ha sido atacado y (|ue todn cuanto


hace es \)ov la necesidad de derendcrse.
El juicio más sólido y tranquilo se altera y con-
funde ante tantos absurdos ó incoherencias.

Francia dudn dr la posibilidad de la paz á partir

del no de Julio. Kl gol)ierno recibía noticias de los

preparativos belicosos de Alemania.


Desde el día 25 habían sido arniaihis las ])Iazas
fuertes de la frontera alemana limítrofe con Francia,
concentrándose varios cuerpos de ejíu-cito al Este dt;
Metz y de Thiouville. Del lado francés las tropas de
cobertura habían ocupado las avanzadas.
La proximidad de ambos ejércitos dio lugar á al-
gunas violaciones de frontera por parte de los alema-
nes. Varias patrullas se internaron por error en terri-
torio francés.
El día :3ü por la tarde ocurrió el primer incidente
cerca de Luneville. Dos suboüciales alemanes de ca-
ballería, al hacer un reconocimiento, llegaron hasta LAS l-UONTERAS RUSO-GERMAHICAS
HlStORlA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1^11 67

Coagi'eSoá una visible ambigüedad al tratar este pun-


to. Era indudable que en el caso de surgir la gue-
rra sus esfuerzos para impedirla no representarían

gran cosa. Desde que se inició el conflicto austro-


servio, los socialistas alemanes no hicieron ninguna
manifestación enérgica para combatir las amenazas
do guerra. Su diario el Vorwavrts, de Berlín, protesto
contra el carácter amenazador y ofensivo de la Nota
de Austria contra Servia... pero nada más. La oposi-
ción de los socialistas germánicos no iba á ir más
allá de una campaña de artículos de
periódico. Inútil
esperar que las masas obreras circulasen por las calles
de Berlín protestando contra una política belicosa. No
era un secreto ]íara los socialistas de otras naciones
que gran parte de los directores del socialismo ale-
mán, en fuerza de rozarse en el Parlamento con los
conservadores y militaristas, se habían aficionado á
la influencia política
y estaban á las órdenes del go-
bierno, disimulando sus abdicaciones con una oposi-
ción fingida é ineficaz.
Jaurés, espíritu generoso enemigo de la guerra,
creyó hasta el último momento en las virtudes de sus
correligionarios del otro lado del Khin, esperando que
el proletariado
europeo lograría evitar el conflicto.
¥a\ su diario LHumanitd del 31 de Julio decía así
elgran apóstol del socialismo, cuando sólo le queda-
ban unas horas de vida:

Todo
lo que veo á la lioni presente en esta obscuridíid g-ene-
EL GUNEllAL SulKUlILINOF
que nuestros e;uiun';id;is los soeüdistns de Aleniaui.-i li;iu
ral, (ís
Ministro de la Guerra ruso
l)rotestado vig-oros.imeiite en uu artículo del Vorn-aerls contni
el carácter amenazador y ofeusivo de la Nota austríaca.

Que los socialistas de todos los países redoblen sus esfuer- de las amenazas de una huelga general, que segura-
zos para aclarar la opinión y oponer su solidaridad á la (^spau- mente se desarrollaría sólo en Francia, significaba
to.sa catástrofe (pie ameuaza al mundo.
entregar la nacióu á merced del enemigo. Pero Her-
vé, que es en realidad un buen francés, con todas las
Generoso consejo gran orador, propio de su
el del virtudes y ligerezas de carácter de su pueblo, y
alma buena; pero los cama.i'adas
alemanes, empon- cuyas afirmaciones contra la patria, el ejército y la
zoñados por el espíritu ambicioso de su país, pensa- bandera no fueron en el fondo mas que exabruptos
ban en la grandeza alemana, con su Imperio triun- literarios, prestó á la nación el 30 de .lulio el pri-
fante, antes que en la libertad y los intereses del mero de sus servicios, publicando en La Gi'i'rra Social
proletariado universal. un manifiesto que se titulaba ^^El patriotismo revolu'
Otro personaje del socialismo francés, viendo cla- c ion ario».
ramente los peligros que Alemania hacía correr á su El ciudadano Hervé terminaba así, (huido por con-
país, se apresuró á tranquilizar la opinión, temerosa jurado el peligro de la huelga general:
de la actitud de los revolucionarios. Fué Gustavo
Ni un solo socialista, ni un solo sindicalista reiunicia á rea-
Hervé, el famoso profesor antimilitarista, odiado por
lizar uu día— cuando todos los puel>los cstt'ii ¡¡routos para uua
los patriotas á causa de sus atrevimientos de
lenguaje acciíju CDUcertada y simultánea — su amenaza de sublevar al
contra las glorias militares de Francia. iinsmo tiempo en toda Europa el proletariado contra el linrnir
Hervé es un universitario amigo de la paradoja, de las carnicíirías internacionales.
Ni uno solo de ellos reniega del pensamiento gcncniso de
que dedicó su pluma, ágil y desenfrenada. condja- \\

tir el militarismo. Sus


salvar á líuropa del deshonor y la ruina, levantando un día
campañas le llevaron á la cár- —cuando en t(jdos los países est(' jireparado el i)ueblo— contra
cel varias veces, sobrellevando con
arrogancia todas la,
guerra amenazante el conjunto de las fuerzas ¡¡roletarias de
las persecuciones. El entusiasmo de las masas obre- todo el mundo civilizado.
ras le acompañó por las calles en manifestaciones y jl'cro el día de esa acci(5n concei-tada \ shnidtánea no lia

llegado ano desgraciadamente!


huelgas.
l'or esto, \iendo con claridad (pie en los momentos actuales
Las gentes tranquilas temían lo que pudiesen in-
una Inielga general, que resultaría indudablemente unilateral.
tentar los jefes revolucionarios, y especialmente Her- Iiecba S()lo por Francia, entregaría, nuestra frontera y el país
vé, por su acometividad entusiástica. El cumplimiento entero al Estado Mayor alemán, el partido socialista renuncia.
68 VICENTE BLASCO IBANEZ

con el corazón lleno de amargura, á hacer uso de un arma for-


país, había enviado al coronel del regimiento de Sa-
jada para defender la paz en peligro, i)or miedo á herir con ella
verne el siguiente telegrama de felicitación, lacónico
al mismo tiempo á la patria en peligro.
y brutal: «Muy bien. (íolpee duro.»
Kl incidente de Savcrne demostró la irritante do-
minación que ejerce en Alemania el militar sobre el
La actitud de Alemania hizo recordar duraüte estos paisano, la servidumbre vergonzosa que sufren los
días varios iucideutes ocuiTidos en el país enemigo, verdaderos naturales de las provincias anexionadas, ó
(jiie mosti'al);ui el espíritu hostil de los germanos con- si'an losalsacianos do origen fVanc('S. y el ndin inex-
tra Francia. tinguible de todo alemán contra Francia.
Los periódicos de París hicieron memoria de los También se recordaban en París las campañas con-
incideutes de Saverue, población de Alsacia, acaeci- tra la legión extranjera de ÚVica, campañas realiza-
dos un año antes con motivo de las arrogancias del das en Berlín ])or medio de
prensa, el libro y iiasta
la

joven teniente Von Forstner. Kste oficial, al instruir el teatro, describiendo este cuerpo militar como una

DIllIJOS IIK UANSI

Un lenlentc. Varios tipos de píingcrrnonthlas en Alsacia

unos reclutas alsacianos, los había insultado por su institución infernal en la que sufrcMi los inilividuos
origen francés. El vecindario se alborotó contra tales tormentos inauditos.
injurias, y entonces los militares alemanes, hacien- La campaña obedecía á un sentimiento de liostiÜ-
do causa común con su insolente compañero, maltra- dad contra todo lo francés; pero al mismo tiempo se
taron á la población civil de Savcrne. El suceso iia- buscó con ella conjurar un peligro nacional.
bía tenido uua resonancia mundial. El gobierno de Gran i)arte d(í los soldados de la legión extranjera
Berlín, para poder afirmar á las naciones que Alsa- de Francia son alemanes. Este cuerpo valeroso, que
cia no vivía bajo un régimen aplastante, hizo com- tantas proezas ha realizado en las campañas de Áfri-
parecer ante un consejo de guerra á Von Forstner y ca, se nutre con desertores de todos los países. Y como
sus compañeros, acusados de atrepellar, no sólo á Alemania trata duramente á sus soldados, hasta el

simples particulares, sino á las autoridades civiles de punto de que el suicidio


por desesperación representa
Saverne. una verdadera epidemia para su ejército, son miles
El consejo de guerra los absolvió, dejando impunes los alemanes que han abandonado las filas pasando
sus atrevimientos. Hay que tener en cuenta que al la frontera francesa para engancharse en una Icgióu
ocurrir los sucesos el heredero do la corona de Alema- donde los oficiales no golpean á los hombres y éstos
nia, el kronpriutz adorado por los militaristas de su no desfallecen de hambre. Algunas veces las desercio-
HISTORIA De la guerra europea de 1914 69

nes hau sido en masa, presentándose por


grupos los soldados alemanes para soli-
citar en la frontera su envío á las tropas
de ÁíViea.
Fué inútil que los mismos germanos
que sirven en la legión extranjera es-
cribiesen á los periódicos atestiguando
el buen trato v las consideraciones mi-

litares que gozan los individuos de dicho

cuerpo, iguales en todo á los demás sol-

dados franceses. Las buenas gentes de


ultra -Rliin siguieron creyendo en los
tormentos inquisitoriales de Francia. Lo
habían afirmado los periódicos alema-
nes, y Alemania es el único pueblo del
mundo que dice la verdad.
Otro suceso más reciente, ocurrido
el9 de Julio, era evocado en París: la
condena de Hausi, el caricaturista alsa-
ciauo.
Hansi es nú maestro de escuela de
Alsacia, notable como dibujante y como
escritor satírico.
Entusiasta de las tradiciones france-
sas de su país, é irritado como la mayo-
ría de suscompatriotas por la invasión
de alemanes establecida en la tierra al-
saciana, ha empleado su lápiz y su plu-
ma en trazar los rasgos más grotescos
de la impertinencia y la pedantería con
que estos intrusos pretenden germanizar
á las provincias anexionadas, sin con-

seguir grandes resultados después de


LA CONDENA DE IlANSI
cuarenta y cuatro años.
El tribunal de Leipzig juzgando el proceso conira Hansi por su libro «Mon Villagc»
Los tipos caricaturescos creados por
(Dil)ujo de M. Bomiiard, CLviado especiai ile la lllustriüion, de Paria)
Hansi representando al profesor alemán
y su compañera, al educador, al gen-
darme y otras especies invasoras que Berlín envió á ofensas á los gendarmes y á los pedagogos de Alsacia-
Alsacia, son ya populares en el mundo. Lorena.
El maestro-artista, arrostrando persecuciones, vi- El 9 de .Julio compareció el artista ante el Tribu-
vió en su país, cerca de su padre, educando niños y nal del Imperio en Leipzig, y fué condenado á un año
publicando libros, hasta que en 1914 su propaganda de prisión. Al terminar la audiencia, Hausi, ayudado
lehizo ser acusado por la policía por algunos compatriotas, pudo
alemana como reo de alta trai- escaparse, refugiándose en Fran-
ción. . cia. Con esto salvó su vida. El
Su libro Mita
VlUagr, relato año de prisión representaba para
literario y gráfico de la vida de (•1 la muerte. Al estallar la
gue-
una aldea alsaciana, fué el ob- rra un mes después, quedando
jeto de la denuncia. Le persi- suprimidas las garantías ordina-
guieron en realidad por sus elo- rias, los alemanes lo hubiesen

gios á Francia, por sus afirma- fusilado, como fusilaron á otros


ciones de que el alma alsaciana, alsacianos poco afectos al Im-
á pesar de los trabajos alemanes, perio.
continúa siendo francesa. Pero Cuando se rompieron las hos-
como era impivudente hacer pú- tilidades, Hansi vistió el capote
blico el verdadero fundamento del soldado francés, incorporán-
de la acusación, ésta se limitó HANSI EN EL DANI'O UE LOS ACUSADOS dose á las primeras tropas que
á pedir el castigo de Hansi por (le M. Bompaid)
entraron en Alsacia, y tuvo la
(Dibujo
70 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

satisfacción de ct)iitoiii])lar sobre la alilt-a descrita cu La primera Iluta inglesa seguía cruzando el uuir

su libro la baudera tricolor tantas veces evocada del Norte en espera de órdenes.
él. La mala situación económica hizo que Londres y
por
Nueva York cerrasen sus Bolsas á imitación ile París

y otras capitales, quedando suspendida la vida ñnan-


XIII
(Mcra internacional.

Alemania declara el «estado de amenaza» en iodo el En París el gobierno pasó el día en sesíi'ni perma-
Imperio.— Un discurso del emperador. «Ullima- — nente, ocujiándosc de la segiu'idad de las fronteras. A
tum» alemán á Rusia y á Francia.— ¡Es la guerra! — petición del ministro de Hacienda se acordn una ])i'ó-
Entusiasmo en Rusia.— Serenidad de París. rroga de los documentos comerciales vcnci(hjs liasta
el:{I do
Agosto.
El vicriKiS :!1 dr .Iiilio aiiiiH'iitai'on los síiilunias Llegaban continuas iiutieías de las autoridades de
anunciadores ilo la ios movimientos del ijército
la frontiíra anuiiciaiidi)
guerra europea.
Austríacos y ser- alemán y sus (h'smaniís, á pesar de (¡ne no se había
vios siguieron com- declarado aiin la guerra y el gobierin) imperial se
batiendo en las orillas abstenía de toda declaración hostil.
del Save y el Danu- Las avanzadas alemanas, compuestas de tropas
bio. La prensa vienosa numerosas, marchaban por el mismo límite fronterizo,
hizo circular, desde el y muchos jinetes se introdujeron como por equivoca-
primer uiouieuto de ción en territorio francés. Las comunicaciones tele-

grálicius y telefónicas entre los dos países habían


las iiostilidades, que sido
el ejército austríaco, cortadas. Los caminos estaban obstruíilos en la misma

después do un terriide tVontcra con barricadas hechas por los soldados ale-
bombardeo, se liabía ntanes, y éstos impedían vi paso á los vianchintes.
iiecho dueño de Bel- Numerosos automóviles, pertenecientes á particulares

grado. La noticia era que aprovechaban el verano para viajar, fueron con-
falsa. Los servios con- fiscados, sin que los oficiales germánicos prestasen
tinuaron defendiendo atención á la cualidad do extranjeros que alegaban
su capital y rechazan- sus dueños.
do todos los ataques Igualmente estaban cortadas las vías tV'rreas ale-
de los invasores. Estos manas en las cercanías de la frontera, y sus troclias
bombardeaban Bel- defendidas con artillería.
grado incesantemen- Cuatro locomotoras pertenecientes á la compañía
te, pero desde la ribe- francesa do Ferrocarriles del Este fueron detenidas
ra opuesta que sirve ])or losalemanes en la primera estaciiui, im])osibili-
(1(! limite al territo- tando su regreso á Francia.
rio liúngaro, valién- Por la tarde un automóvil procedente de Alemania
dose de los monitores con varios individuos sin uniforme, se aproximó al
y de las baterías de túnel de Clialifert, cerca del límite franco-alemán. El
IIaNSI. SOl.l),\l>() KlíANCHS
tierra, pero sin atre- automóvil contenia varias cajas de dinamita. El cen-
Esto fotografía, remitida por Mansl é uno
de sus omiffos de París, ilcva un aulónrafo verse á asaltar la ori- tinela IVaucés, al ver que estos desconocidos intenta-
del artista alsaclano que dice: «Le plou-piou lla enemiga. l)an descargar sus cajas junto al túnel, hizo fuego y
mai flceié», ei soldadilio mal liilvanado.
El Imperio austría- el aiitoniiivil huyó.
co ordenó la movilización general de sus ejércitos. VA trán.<ito euti'c Francia y Alemania había sido

Bélgica continuaba sus preparativos nulitares, co- cortado completamente, á pesar do que ambas nacio-
uocíendo ya las intenciones del Imperio alemán. Sii nes estaban en una situación normal.
rey, Alberto I, decretó la uiovilización de todo el país, El embajador Schoen seguía en París haltlando de
enviando además columnas importantes de tropas para los buenos deseos de Alemania en favor de la paz.
guardar los ríos Mosa y Sambre. Auncjue uadie podía creer en tales palabras, un
Hulanda, aunque no sentía los mismos temores relampagueo de esperanza iluminó á últiiua hora la
del Estado vecino, procedió también á movilizar su in(|uebrantable tenacidad de los optimistas y las som-
ejército. brías dudas de los incrédulos. Esta esperanza podía
Los alemanes en la mañana de este día ocuparon aceptarse porque no venía de Berlín. Las agencias
elpuente sobre el Mosela, que sirve de límite entre el telegráficas dieron la noticia de que, por obra de las
ducado independiente de Luxemburgo y el Imperio gestiones de Sir Edward Grey, los gobiernos de Aus-
germánico. El puente fué obstruido con alambrados, tria y Rusia iban á entablar una conversación diplo-
detrás do los cuales se levantaron algunas barricadas mática. Era el primer paso, ansiado desde una semana
de carretas. antes, para llegar á un aiuienlo.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 71

¡Aún podía salvarse la

paz!...
Pero Guillenno II vo-
laba para cortar con un
gesto brutal este inten-
to do transacción de su
aliado.
D

El emperador de Ale-
mania, en virtud del ar-
tículo ñS de la Constitu-
ción del Imperio, decretó
el estado de guerra, lla-
mado «estado de ame-
naza» (Á'/'ict/sffeff hr: i's-
t((ii(¡). Este decreto era
aplicable á todos los Es-
tados alemanes, menos
á Baviera. una ordenan-
za particular, semejante
en todo al decreto, inclu-
yó igualmente al reino
bávaro en el «estado de
amenaza», que equivale
al estado de sitio.
Todos los ferrocarriles Jrf,ri,f FWAWCI A I
j.i, d.i ALgMAHI»
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Slvl>(onrl I
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y demás medios de co- pnn EOD f^
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as e.'^ ingenieros
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sometidos á la autoridad B^ArliWiapif!


C«C"Nsa,
-i.
e'-í'Arnlkrá

militar, así como los pe-


=9 C- Acreslaiion
I

—.C2SAmclrallsd.ras
liAfrosfacion
>-f
..— S!5í^viacion ;
~- S^Aviacion
«tf Baterías tasü Baterías
riódicos y las vías infor-
mativas. I.AS TRIII'AS nE COHERTIRA EN' FRANCIA Y ALEMANIA
El «estado de amena- Emplazamiento de los distintos cuerpos, balerías, servicio de aviación, etc., hasta la víspera de la ruptura de hostilidades
za» aislaba Imperio al
del resto del mundo, y á su amparo podían tomarse dad se hallaba muy concurrida. La gente se apiñaba
todas las medidas militares en el secreto más absoluto. comentando la noticia de la reciente «declaración de
Equivalía á ordenar la movilización general sin ne- amenaza».
cesidad de decretarla, ganando un tiempo precioso El emperador iba en un automóvil con el uniforme
sobre los enemigos, que no so decidían á hacer lo de los guardias de corps, seguido de su hermano el
mismo por el escrúpulo de ser los primeros en decla- principe Enrique, almirante de la Armada, del kron-
rarse contra la paz. printz y otros individuos de la familia imperial.
Francia, que no sentía deseo alguno de hacer la La muchedumbre, al reconocer al kaiser, rompió el

guerra y aguardó hasta el último momento las solu- cordón de policías y rodeó el automóvil que ocupaba
clones pacíficas, no había ordenado aún la movili- con la emperatriz, tributando á ambos grandes ova-
zación. ciónos. Guillermo II agradeció estos vítores con gra-
Alemania, por medio de su decreto constitucio- ves saludos que demostraban su preocupación,
nal, podía prepararse secretamente para la guerra. El automóvil del kronprintz despertó un cntusias-
ganaado sobro la República una ventaja de un día ó mo aún mayor, marcándose con esto las diversas pe-
dos. Esto era solamente para la movilización de las pularidades del padre y del hijo,
reservas, pues sus fuerzas activas las había preparado Cuando todo el cortejo imperial hul)0 pasado por
desde el principio del conHicto austro-servio, mien- el centro de Berlín, excitando el entusiasmo público.
tras alardeaba de sus intenciones pacíficas. y los automóviles desaparecieron tras las verjas del
palacio, una mucliedumbro se aglomeró en las inme-
diaciones.
Á las tres do la tarde Guillermo II, acompañado Todos podían ver al kaiser y oír su palabra. Gui-
de su esposa, so trasladó de Postdam al palacio real II tiene acostumbrado ú su
llermo pueblo á los rega-
de Berlín. Al atravesar el célebre Uiifcr dni L'nulcii los do su oratnria. Kii tnda circunstancia interesante

(la Avenida de los Tilos), esta vía principal de la ciu- sale al balcón para dirigirlo un discurso.
VICENTE BLASCO IRANEZ

Di'spui's de tales palabras no caljía ya duda


alguna sobre la próxima guerra.
En vano la (irán Bretaña había ablandado la
resistencia del Imperio austríaco y éste y Rusia
se disponían á tratar un posible acuerdo. El kai-
ser lo atrepellaba todo para que no so le esca-

])ase la ocasión de la deseada «guerra preven-


tiva». Los acontecimientos iban á sucedersc con
una raj)idi'Z vertiginosa.
Los embajadores de Alemania en San Peters-
burgo y en I'arís presentaron al mismo tiempo
al gobierno ruso y al gobierno francés dos vlfi-
jiKtl niiis de (iuíllernm 11.

En el dirigido á Rusia pedía á ésta que cesase


su nmvilizacií'm, por ir dirigida contra la segu-
ridad de Alemania —
lo que era falso dándole — ,

para ello un ti-rmino de doce horas.


En el i'ltiíjiah'iii á Francia exigía le dijese
(jue si en el caso de uua guerra de Alemania
con Rusia la República francesa permanecería
neutral, y daba un pl-.izo de diez y c^cho horas
para contestar.
La respuesta á esta inesperada y brutal inti-

mación la sabia de antemano el emjx'rador. .Solo


era posible una: la guerra.
M. Stephen Pichón, ex ministro de Negocios
Extranjeros, llamado muchas veces por el go-
bierno francés particularmente á sus consejos,
resumió la situación en este artículo, aparecido
en la uuiñana sio-uiente:

L:i sucrtí! está cc'liadii. Vivimos i'ii l;i


vis|)('r;i de l;i

iiucrr;!. Todas las potcueia.s si' hallan sobre las anna.s.


Austria ha movilizado: Hiisia, rcsiiondicndo á esta ini-
ciativa, ha movilizado á su ve/: Alemania moviliza: Fran-
puede mcno.s que hacer lo mismo.
cia lio
Hasta última hora hemos ((uerido esperar, contra toda
K[. KALSUIt. JOVHN
es])eran/,a. Hemos (juerido creer (pie encontrariamos en
(Fot. llcucisse)

los alemanes un deseo de paz. respondiendo al nuestro.

A las seis se mostró el oinpcrudoi', y iil verle la luu- Hemos buscado todos los procediunentos d<' i'onciliaci('in.
cliccluiul)i'e arrojii eii alto sus Nos líenlos asociado á tfldos los ¡¡roycctos i|ue i)odiau impe-
gorras y pañuelos.
dir á las fjraiides naciones llamadas civilizadas el arrojarse niias
El süborano. con una voz fuerte que pudo oírse cla-
contra otras. Dechiramos nuestro fracaso.
ramente en toda la plaza, dijo lo siguiente: Las comunicaciones sucesivas liechas á nuestro (íobieruo
«Es esto un día sombrío para Alemania, (^(iiieren ¡iiir el embajador de Alemania
en Francia no pernütian duda
obligarnos ú tomar la espada. Sí á última hora mis alguna sobre los iiensannentos ocultos de su ]iais. Personal-
esfuerzos no consiguen atraer ;i nuestros adversarios mente. ^L de Schoen es un hombre de carácter conciliador.
Pero las instrucciones que estaba oncarg-ado de cumplir no per-
á cnteuderse con nosotros para el mantenimiento de
mitían intervención al^inuia á sus sinitimientos personales.
la paz, yo espero, cou la d(! Dios,
ayuda que maneja- Obedeciendo las (¡rdenes (|ue le daban desde Herlin. no ha
remos la espada de tal modo, que cuando la lucha ter- cesado de imiiedir. activa ó i)asiv;unente. ])or el aplazamiento,
mine podremos volver á enfundarla con honor. la tortuosidad ó la inercia, todas las proposiciones mediadoras

>íUna guerra exigirá de nosotros enormes sacrificios cu favor de la paz. La dechiraciou que hizo ayer á nuestro (io-
hierno no permite ya ninfri'ui equivoco. Es la j;-uerra y no otra
de bienes y cxístcucias; pero nosotros enseñaremos á
cosa lo (|ue (luiere el (¡obierno alemán.
nuestros enemigos lo que cuesta provocar á Alemania. Alemania demanda á Husia que desmovilice en el plazo de
«Mientras tanto, yo os entrego en las nuinos de doce horas, y anuncia que en caso contrario efectuará su pro-
Dios. Id á las iglesias, arrodillaos auto Dios movilización.
y pedidle ¡lia
Alemania pide á Francia (|ne le comuniípie qué es lo (pie
que ayude á nuestro valiente ejército.»
hará en presencia de la movilización rusa.
Guillermo II, como de costumbre en sus discursos
É insiste por saberlo hoy mismo, y en términos tales, que
y escritos, metía al «buen Dios» de consocio en sus debemos esperar de un momento á otro que retire su emba-
empresas. jador.
HISTORIA PE lA QUERRÁ F;U!?OPEA DE 1914 7d

KI. KAISlili l)lHI(ilKM>il I.\ l'Al.AlilíA AI. IMKIII.D


74 VICENTE BLASCO IBANEZ

No queda otra cosa (jue haft-r sino prepararse al gran en- nación, .sin diierencia de regiones, se levanta
'l'oda la
cuentro que después de tantos años se esfuerzan por evitar los
para defender la tierra natal.
(iobieruü du la
representantes de Francia en el extranjero y el »En las calles se presencian escenas conmovedo-
República.
ras. Los desconocidos se saludan, se abrazan, se es-
Francia será digna de su pas:idoydesu historia. Derrotada
en 1811 á consecuencia de lalt;is que es inútil reconlar. resultará trechan las manos... El espectáculo resulta indescrip-
victoriosa en 1!I14. M. de Moltke había señalado un ¡¡lazo de cin- tible. >,»

cuenta años para la g-ernianización de Alsacia. Van tnuiscurri- En l'arís el ])atriotismo se mantuvo en una calma
dos cuarenta y tres, y la gennauización no ha avanzado nada.
La profecía del grande hombre de guerra no se ha realizado.
digna, resuelta, pero silenciosa.
\ nosotros nos corresponde ahora, ya que nos fuerzan, el tomar
La multitud recordaba las explosiones de entu-
el desíiuite qw debemos á nuestros infortunados compatriotas siasmo de 1S7U que iiabian precedido á la derrota.
de las riberas del Rhin. El grito ^'¡Á Berlín!/^ lanzado por los policías secre-
Nadie dirá que lo hemos buscado. Sabcums lo i|ne esto cos- tos de Napoleón 111, era recordado por los viejos con
tará á Europa. Si. como todo lo hace prever, la guerra estalla,
no seremos nosotros los (|ue habremos incurrido en la terril)le amargura.
Nada de vociferaciones y de entusiasmo cstí-rü.
responsabilidad de sumir á l-luropii en el fuego y la s-,iiign\
La ruidosa y expansiva Francia, aleccionada por la
desgracia, permanecía en una actitud grave.
En líusia la orden de movilización g-encral y las Además, la República estaba dispuesta á aceptar
amenazas de Alemania provocaron grandes manifes- valerosamente la guerra, pero no la deseaba. Hasta
taciones de entusiasmo patriótico. el último momento esperó una oportunidad, una cir-

El vecindario de San Petersburgo discurrió por cunstancia favorable, por insignificante que fuese,
las calles con banderas y músicas hasta las tres de la para torcer el curso de los sucesos hacia el manteni-
madrugada. Ante las embajadas de Francia é Inglate- miento de la paz.
rra y la legación de Servia so sucedieron las manifes- Todos los franceses, hasta los menos rcfiexivos, se
taciones, 'cantando el himno ruso y los liimnos de los daban cuenta de lo que significaba una guerra euro-
indicados países. pea. ¡Qué de sacrificios irreparables, aunque se consi-
Los veteranos condecorados con la cruz de San guiera la victoria!...
Jorge marchaban al frente de los manifestantes. Mu- Á las diez de la noche del 31 los bulevares esta-
chos oficiales servios, al partir para su país á fin de ban repletos de muchedumbre. Frente á las redaccio-
incorporarse al ejército, fueron objeto de inmensas nes de los grandes periódicos se aglomeraban los
ovaciones. grupos ansiosos de noticias, comentando los diversos
«El Imperio ruso — decía la G'H'etd de San Pcteis- y vagos despachos que aparecían en transparentes y
Ivrgo
— siente el empuje de un irresistible entusiasmo, pizarras.
como nunca se ha visto, y el deseo unánime de repe- «¿Será la paz?... ¿Será la guerra?...»
ler el espectro de la invasión alemana. De pronto numerosos pelotones de Guardia Repu-
»Todas las huelgas han cesado como por encanto. blicana, armados de fusiles, cortaron el gentío, yendo
á colocarse estratégicamente
en diversos puntos de los bule-
vares. Patrullas de jinetes re-
corrieron lentamente el espa-
cio entre la Magdalena y la
Bastilla ])ara impedir un largo
estacionamiento de los grupos.
i;>.euadras de agentes de poli-
cía cm])ujaron suavemente al

])úblico para alejarlo de las


inmediaciones de Le Matin y
otros periódicos, y que no ])u-
dicse leer las noticias (¡ue apa-
recían en sus fachadas.
La muchedumbre luibía aco-

gido la aparición de los prime-


ros soldados gritando: « \\\\s. el

ejército.'»,pero luego guardó


un silencio que revelaba in-
quietud. Algo grave ocurría.
Una noticia importante cuya
publicación deseaba retardar
INSTKVCCIÓN DE VOLUNTAEIOS ALEMANES EN IIEKLÍN \Vvl. Hol) el gobierno. Las precauciones
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 75

LA JJK.'HKliL.MHKlí AME LE llATIN» (Fot. Rol)

lie la aiituriJad al sacar tanta fiierza armada á la vía rena, hacían recordar á los colosos de las leyendas,
pública, eran las mismas que en días de agitación que dedican su vigor á la defensa de las causas justas
popnlar, cuando se teme un motín. y en los cuales la fuerza va unida á la bondaii.
De pronto circuló de grupo en grnpo la esperada Jaurés era un profesor de filosofía que por sus es-
noticia: tudios y su amor ú los humildes acabó abandonando
— ¡Han matado á Jaurés! ¡Acaban do asesinarlo! lacátedra y sus trabajos literarios para lanzarse á la
Y sordo murmullo que se elevó de esta masa
el defensa del socialismo. Pertenecía á una familia ilus-
negra de cien mil personas, aglomerada bajo los faros tre de soldados del mar. Su tío, el glorioso almirante
eléctricos del bulevar, reflejaba la extrañeza de todos. Jaurés, fué el defensor de París en de 1870. Su
el sitio

¡Asesinado Jaurés!... ¿Por qué?... ¡Matar al primer hermano, contraalmirante Jaurés, es hoy en la ma-
el
orador de Francia, al tribuno do las clases trabajado- rina francesaun jefe muy acreditado por sus estudios.
ras, en momentos de angustia para la nación, cuando Jaurés nació en Tolosa; su alma de meridional es-
más necesaria podía ser su palabra para infundir en- taba preparada á todas las sensaciones de la bondad y
tusiasmo!... del arte. Pudo un gran poeta, pero sus entusiasmos
ser
La inoportunidad y la incolierencia de este criiuen, humanitarios impulsaron al estudio de la filosofía
le
realizado por un francés imi)écil que al convertirse en y la sociología. En realidad lo fué. Muchos de sus di.s-
asesino creía salvar á su patria, sumió á todos en un cursos resultan verdaderas odas, sobrias de forma,
silencio de estupefacción j de angustia. pero de una poesía viril. Temía los galopes de su ima-
ginación, procuraba contener las exuberancias de su
XIV palabra maravillosa, quería sor conciso y hasta aus-
tero,no dando entrada en sus peroraciones mas que
á contadísimas inuigenes para no incurrir en la ba-
Asesinato de Jaurés
rroca abundancia .de los oradores meridionales. Pero
Sus amigos le llamabanbuen gigante». No era
<a'.l aun así, ¡qué de frases poéticas en sus discursos, su-
de alta estatura, pero sus hombros robustos, su rostro periores ú la gran mayoría de las que circulan envuel-
espacioso, su amplia barba, su sonrisa plácida y se- tas en rimas!...
76 VICENTE BLASCO IBANEZ

la muerte de los gobiernos de la República, con su

apoyo ó su oposición. Muchos de los que se formaron


á su lado fueron ministrosy lo son ahora. Jaurés reía
cuando hablaba alguien de la posibilidad de que él
le

lo fuese también. Nunca pensó que pudiera ser go-


bernante en tiempos de tranquilidad. Era el tribuno,
el apóstol de una doctrina generosa, que amaba la pro-
paganda y el combate de ideas más que las dulzuras
del poder, l'nicamente, de no morir asesinado, habría
sido ministro del Gobierno do Defensa Nacional, que
reunió todas las opiniones republicanas de Francia,
como lo fueron sus compañeros, los socialistas Julio
Guesde y Marcelo Sembat.
Esto hombre, que pudo inñuir más que nadie en los
destinos do una nación poderosa y rica como Fran-
cia, vivía sin embargo con una modesta sencillez, tra-

bajando incesantemente. La mañana la dedicaba á los


correligionarios, recibiendo las visitas de comisiones
y de simples particulares que buscaban el apoyo de
lapalabra del tribuno; la tarde la pasaba en la Cámara
de diputados; la noche en la redacción de Huma' L
SU diario amado, que apenas si podía sostenerse
iiifé,

administrativamente por no admitir los anuncios y


las subvenciones con que las grandes empresas finan-
cieras intentaban ganarse iudirectameute la gratitud
de su director.
El único momento del día en que Jaurés gozaba de
JUAN JAniKS
libertad y descanso era entre la sesión de la Cámara y
los trabajos de redacción.
Las divergencias de opinión aflojaban un poco sus
Este revolucionario y este socialista, acusado mu- relaciones con la familia. Jauré'S había contraído ma-
chas veces por los conservadores franceses de enemigo trimonio y constituido un hogar cuando era un pro-
de la patria, supo esculpir en unas cuantas frases la fesor del porvenir, un «burgués», destinado por su
síntesis del amor á la patria como no lo lia hecho nin- talento y sus amistades á las más altas posiciones.
lanzarse en la política revolucionaria, se
guno de nuestros contemporáneos, como sólo hubiera Luego, al

podido hacerlo Víctor Hugo. produjo cierto enfriamiento entre el socialista y los
Hablando á los socialistas de sus deberes naciona- suyos. Además, la familia era fervorosa creyente, y
les, dijo asi: veía con disgusto su propaganda librepensadora.
«Vosotros estáis unidos á esta tierra por vuestro Las más de las noches comía Jaurés en el café del
pasado y vuestro porvenir; por vuestros recuerdos y Croissant, situado en la esquina formada por las calles
vuestras esperanzas; por la inmovilidad délas tumbas de Montniartre y del Croissant; un establecimiento
y por el temblor de las cunas.» modesto, pero que era preferido por estar inmediato á
la redacción de LHiouanité.
La calle del Croissant es la calle de los periódicos.
.laurés era la
primera jiersonalidad de la política Á excepción de los grandes diarios de París, que tie-
francesa. En la Cámara de diputados ninguna pala- nen ediñcio propio, todas las publicaciones de segundo
bra tuvo más autoridad que la su^'a. Este prestigio orden, especialmente los periódicos políticos, vienen
no lo debió solamente á su elocuencia. La rectitud de instalando por tradición sus redacciones en la calle
nna vida pura le hizo ser respetado, aun por los reac- del Croissant, ó sea de la Media Luna. Varias casas
cionarios más
intransigentes. Además, su carácter editoriales se hallan establecidas en este barrio. Sobre

generoso esparcía en torno de él un ambiente de sim- el mismo cah' del Croissant están las oficinas del edi-

patía irresistible. tor de Le Joiuuuil des Voi/aí/rs y otras publicaciones


La pureza de su conducta no iba acompañada de de aventuras.
repelentes austeridades. Jauréá era de carácter alegre; Este barrio, (jue parece oler á tinta de imprenta y
un buen meridional amigo de la risay que gustaba del á papel mojado, tiene su vecindario t'spccial. La estre-
trato franco y familiar. cha calle del Croissant se halla casi siempre obstruida
Jefe de un grupo parlamentario compuesto de más por grupos de vendedores de periódicos que esperan,
de ciento cincuenta diputados, podía decidir la vida ó gritando impacientes, la salida de una hoja nueva.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191. 1 11

Por las acoras transoaiTca los ti|)ógTatos coa largas Kl cate era su salón, su casino; represen-
piiijre
blusas y una luontora de papel en la eal)eza. Pasan taba hora nunlia de intimidad y plácidij descanso,
y
can-etones cargados de resmas de periódicos rcciéti rodeado de amigos de varias nacionalidades. Todos los
impresos. Llegan á pie ó eu vehículo de alquiler, apre- que deseábamos iuiblar á Jaurés sabíamos que el lugar
surados y con aire misterioso, los noticieros que aca- mejor para abordarlo era el cale del Croissant, á la
ban de cazar algo sensacional. Mujeres mal pergeña- hora de la comida.
das y con un bonete de papel impreso sobre la cabo- Se i)resentaba á las ocho de la noche de vuelta de
llera miran á lo alto, como si con la vista pretendiesen la Cámara, sudoroso aún por sus agitaciones orato-

acelerar la salida de los periódicos. Algunas redac- rias, vibrando cu su i)alabra las emociones recien-
ciones están en un quinto piso. tes de la tribuna, repartiendo apretones de uiano y
'Lodo este mundo estaba acostumbrado á ver dia- palabras cariñosas, entusiasta, satisfecho, couñado,

LA CALl.K UKL IROISSANT (fot. Muuri.ssu)

Vendedores de periódicos esperando la salida de una hoja extraordinaria anie la imprenta de un diario

riaraente áMonsieur Jaavés, cuando llegal)a al café como un escolar que acaba de salir victorioso de un
del Croissant, con la levita suelta, el pantalón con examen.
arrugas, el sombrero de copa alta opaco y mal pei- ¡Simpático grande hombre! ¡Gigante incansable y
nado: el tipopersonaje parlamentario ijue diísea
(lid bueno!...La gran aventura de su vida laboriosa, de-
guardar un aspecto decoroso, annqn(% ¡ireocupado y dicada por entero á la defensa cíe una idea, había sido
distraído, no cuida de la ropa. un viaje, dos años ante?, á la América del Sur. Lla-
Para los de la calle del Croissant, el gran orador mailo por los socialistas de Buenos Aires, atravesó el
de Francia, el arbitro de la vida política, era uno d,' Atlántico jiara esparcir la buena nueva en una serie
la casa, uno del oficio. de conferencias. Los capitalistas argentinos admira-
— Ahí va el director de L'IJiniiaailé — decían impre- ron la dulzura couvinconte con que sabía expouer
sores y vendedores, como si esto valiese más que el unas doctrinas opuestas á sus intereses. La masa cu-
ser diputado poderoso y gran orador. riosa se asombró de que el famoso tribuno Juan Jau-
Otrosle llamaban
simplemente -el (nudadaiin Ti ri's fuese uu señor de aspecto fi-anco y alegre, capaz
«el compañero Jaurés». lie conversar eu medio de la callo con cualquiera, y
IB VICENTE BLASCO IBAÑEZ

que cu pleno verano il)a con larga levita parlamen- Jauri's desde el primer momento del conllicto. Era un
tariay sombrero do paja. decidido ¡¡artidario de la paz; había trabajado siem-
El «burguesismo» bondadoso y modesto de esto pre [)or disuadir á Francia de las aventuras militares,
grau artista revolucionario, incapaz de petulancias y y únicamente, en liltimo extremo, podía aceptar la

orgullo, había llamado siempre la atención de sus de- guerra lielensiva para la salvación de la patria.
tractores. Por algún tiempo creyó que el socialismo interna-
Cuando obtuvo los primeros triunfos oratorios y cional podría resolver el conflicto. Poseía el idioma
la opinión empezó á fijarse en el diputado Jaurés, los germi'inico. y en 1905 lo invitaron los socialistas ale-
periodistas do París lo describieron con cierto rego- manes á dar varias conferencias de propaganda en
cijo como un universitario de gustos domésticos que Berlín y otras capitales alemanas,
pei'O el gobierno
iba por las mañanas al mercado con un bolso ile red, se opuso, prohibiendo á Jaurés el paso por la frontera,
lo mismo que los burgueses amigos de la tradición, á (iuülermo II y el canciller Von Hülnw juzgaban más
comprar las provisiones para la familia. temible el socialismo de los franceses que el socialis-
o mo alemán, obediente siempre al Imperio, después de
La posibilidail de una guerra europea indignó á un simulacro de oposición. Jaurés mostraba gran con-
fianza en las promesas de sus co-

rreligionarios de ultra-Rhin. Él
ini])ediría que Francia adoptase
una política belicosa, dejándose
arrastrar por sus compromisos de
alianza. Que los compañeros de
Alemania hiciesen lo mismo, opo-
niéndose a la guerra, y Europa
se salvaría. Pero transcurrió el

tiempo sin que los socialistas nle-


manes hiciesen nada digno de
uiención en tal sentido.
En la noche del ;U de Julio lle-
gó Jaurés al cafe del Croissant
más tarde que de costumbre. Eran
las nueve. Había estado mucho

tiempo eu el ministerio de Nego-


cios Extranjeros, ansioso por co-
nocer las últimas noticias de los
gabinetes de Europa j deseando
hablar con los individuos del go-
bierno para recomendarles la paz,
!a paz á todo trance. El ministro

estaba en el Elíseo, y cu vista de


lahora avanzada, Jaur('s se retin')
luego de hablar largamente cou
M. Abel Ferry, el subsecretario
del ministerio.
Al llegar al café iban con él su
compañero de redacción Renau-
del y el diputado socialista Re-
noult, liennano d(d ministro de
Traljajos Públicos. Los tres se
sentaron juntos á coiuer.
Jaurés estaba fatigado por la
larga espera en el ministerio y
sudoi'oso á causa del calor propio
de una noche de Julio. Por esto
ocupó cu el diván un lugar junto
á laventana, de espaldas á ella,
buscando el esca.so fresco de la
calle. Una simple cortina casi
jAuuis li.N i:n iulevau de pakís (Fot. Rol)
transparente cubría la ventana
HISTORIA DE LA Glll;IJL>A ELli:OPI2A D\í 19H 79

para evitar l;i ouriusiihul de los


trauseuntes.
Mientras coiuia con ajiresura-
niicuto iba cxpouicüdo á sus coui-

])añeros lo que pensaba dceir al


día siguiente qv\L' IlumanHí'-. Tenía

prisa cu subir á la redacción para


consignar sus Ojjiniones sobre el
conflicto y el resultado de su visita
al niiuisterio.

Nuevos amigos fueron acudien-


do ansiosos de noticias, tomando
asiento como de costumbre en tor-
no de la mesa; entre ellos el ad-
ministrador de UHiniíonilé y un
correligionario familiar de Jaurés,
M. Poissou, acompañado de su es-
posa.
Eran las nueve y uiedia. Jaurés,
LA l'líUl'Ai;.\M)A SOCIALISTA EN ALli.MANIA
que iba ya á retirarse para subir á Jaurés á Guillermo U y á Bülow, que lecierran la frontera: «No es necesario que yo va\a;
su despacho, felicitó á la señora de me baslfl con el reclamo y la propaganda que me hacéis con vuestra conducta.*
Poussou por su buen aspecto, y ésta (Caricatura ilil Weekhlani, voor Nederland, de Amsterdain, 1905)

le mostró un retrato que le habían


hecho días autes. Tendía la mano el orador para to- contra la ley de tres años. Yo he hecho una gran ac-
marlo, cuaudo eu el mismo instante se levantó uu ción desembarazando á la patria de un traidor.
extremo de la cortina que estaba detrás de él. Apare- Sus palabras, su gesto, su mirada, todo revelo
ció una mano empuñando un revólver. La boca del desde el primer momento al demente ansioso de noto-

cañón se apoyó eu la nuca de Jaurés. Fué esto tan riedad.Además, las averiguaciones judiciales hicieron
rápido, que no dio tiempo para lanzar un grito de saber que su madre había muerto en un manicomio,
alarma á los que estaban enfrente de él, avisándole víctima de monomanía religiosa.
el peligro. Mientras tanto, el orador, ignorando lo que Los excesos de una prensa- extremada en sus afir-
pasaba á su espalda, sonreía cortésmente mirando maciones habían empujado al asesinato á este hombre
el retrato. Sonaron dos estampidos y Jaurés se des- de cerebro débil. Para ciertos periódicos franceses de
plomó pesadamente, sin un grito, de bruces sobre la ideas conservadoras, que creen tener el monopolio del
mesa. Tenía abierta una herida enorme eu la base del amor á la nación, todos los que piensan de uu modo
cráneo. El hueso había estallado dejando el cerebelo distinto al de ellos son traidores á la patria.
al descubierto. Jaurés, como los demás socialistas y muchos re-
Mientras unos contertulios, aturdidos por el suceso, publicanos, se había mostrado enemigo de la ley que
se agrupaban junto al cuerpo, sacudido por los ester- aumentaba la duración del servicio militar, pasando
tores de la agonía, otros se lanzaron fuera del café, éste de dos años á tres. Para sostener sus ideas sobre
deteniendo á los pocos pasos al asesiuo, (juc aún tenía el problema militar, había publicado un libro. El ejer-
el arma en la mano. cito del socialismo, con la colaboración anónima del
Era uu joven llamado Raúl Villin, estudiante de capitán (ierard, un oficial socialista que luego se dis-
prehistoria en la Escuela del Louvre. Eu los bolsillos tinguió mucho en el curso de la guerra. Jaurés propo-
le encontraron uu segundo revólver cargado. Los nía en su libro que en vez de aumentar las tropas per-
transeúntes, al enterarse de su crimen, quisieron lin- manentes se creasen mayores reservas, más cuadros
charlo, y los esfuerzos de la policía no pudieron evitar de oficiales, para movilizar con éxito y rapidez la na-
varios golpes que ensangrentaron su rostro. Los mis- ción entera en caso de peligro.
mos amigos de Jaurés defendieron su vida, metiéndolo Como ocurre en muchas discusiones tempestuosas
en un automóvil para arrel)atarlo de las mauos de la que conmueven á todo uu pueblo, !a experiencia se
muchedumbre indignada. encargó de demostrar que ambos bandos tenían razón
El primer interrogatorio en la comisaría de policía en sus proposiciones, encaminadas igualmente á la
dio á entender inmediatamente que el asesino era de defensa de la patria. La ley de tres años, aprobada al
una mentalidad anormal. Al principio se negó á iden- fin, sirvió para (¡ue Francia, en los primeros momen-
tificarsu persona, manteuií'udose en un silencio ac- tos, tuviese en las fronteras un ejército mayor, á cuyo
tivo. Luego, para justificar su crimen, dijo con petu- amparo pudo movilizarse el país tranquilamente. El
lancia, como si acabase de salvar á su país: ])]an Jaurt-s. de sor ])uesto en práctica, hubiese
lie

Jaurés lia traicionado á Francia cou su campaña permitido á los treinta dias tener sobre las armas
80 VICRNTE B'.ASCO IBAÑEZ

KL CAMC IIIIMIH VVK ASKSINAUO .IAi;i!KS (Fot. liolt

La cruz blanca tndtca la ventana junto á la cual estaba sentado cuando desde la acera el asesino le disparó en la nuca

cuatro millüüos de hombres bien preparados en vez dacciones de determinados periódicos. Todos jiensa-
de dos y medio. ban en lo que ocurriría á la mañana siguiente, cuando
¡Y el pobre ilnniinado, niczela di; loco y de imbé- la noticia del asesinato fuese conocida en los barrios
cil,con la sugestión de lecturas calumniosas, creyó obreros. Iba á sobrevenir la revolucii'm, la guerra civil
salvar á su patria matando al «traidor», al homlire ansiosa de venganza, precisamente en el momento que
la patria los necesitaba á todos y el
ilustre y bueno! enemigo anuMia-
Su acto t"iu' tan absurdo, (pie en el primer momento zaba la frontera.

nadie pudo imaginar (¡ue lo hubiese realizado un fran- Un redactor de L' IIi'uKinilé se asonni á una ven-
cés. La muchedumbre creyó de buena le que el ase- tana de la redacción para hablar al pueblo recomen-
sino era alemán, considerando este crimen como una dándole la calma. Lits diputados socialistas fueron
maniobra luibil para provocar una revolución, intro- acudiendo al enterarse del suceso.cuerpo de .lau- !•'!

duciendo la discordia entre los franceses. ros estaba aún tendido en el diván del
cafi", agitado
Kn realidad un enemig'o de Francia no podía dis- por los liltimos estremecimientos. Sus amigos, con la
currir contra ella nada mejor que el atentado de este cabeza descubierta, lloralian.
denKinte. Cuando el cadáver, oculto en un furgón y escol-
Pero un patriotismo sincero supo conjurar el peli- tado por jinetes de la Guardia Ke|)ublicana, fui' tras-
gro con actos de abnegación. Los principales socia- ladado á la casa de Passy, donde Jaurés había tenido
listas franceses, al descubrirse ante el cadáver de la su domicilio, los socialistas más jiopularcs arengaron
victima, pensaron en la concordia nacional y no en á las nuisas, recordando la gravedad de la hora, la
la venganza. amenaza de la guerra que pesaba sobre todos, la
necesidad de mantenerse unidos ¡¡ara hacer frente al

peligro.
Una muchedumbre amenazante invadió la calle Gustavo llervé dio la consigna á los revolucio-
del Croissant y las inmediatas: «¡Viva Jaurés! ¡Abajo narios.
la guerra! ¡A muerte el asesino!» Los cafés y otros es- — Yo conocía bien á .Taurés dijo

Si su cadá- — .

tablecimientos cerraron sus jiuertas. Las gentes tran- ver pudiese hablar on estos momentos, sé lo que
quilas se escondieron. Muclios grupos empezaron á diría: «Amigos míos: no penséis en mí; pTjnsad en la
hablar de una venganza inmediata asaltando las re- patria.»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 61

En la niisnia iiofhe el gobierno hizo lijar profusa- marcha se pronuneiaroa muchos discursos sobre una
mente en todo París la siguiente alocución: tribuna, cerca de la casa mortuoria, en la esquina for-
mada por la calle de la Pompe y la avenida Henri
Ciudaihiiios: Martin. Hablaron el jefe del gobierno, Viviani, los di-

Til Mboiniuablc atinitado acaba de conirtcrsc. M. Jaurés. el putados socialistas Sembat, Vaillant y Bracke, el di-
^raii orador, fíloria de la tribuna fiinu-csa. ha sido cobardc- putado belga Camilo Huysmans y Jonhaux, secretario
nicnti' asesinado. de las asociaciones revolucionarias de trabajadores. El
Vil me descubro personalmente ^• en nombre de mi.s cole^-as discurso de este obrero fué el más emocionante. Jon-
ante esa tumba, tan inesperadamente abierta, del repul)lieano haux explicó por qué los trabajadores amaban y ad-
socialista (jue luchó por tantas nol)les cansas y qui' en i'stns
miraban á Jaurés:
ha sostenido por el interés de la paz, con la auto-
(lias difíciles

ridad de su prestigia, la acción patriótica del Gol)ierno.


Va\ las yraves circunstancias (¡ue la jiatria, está .-itravesaiido. ¿Qué decir cuando se abra e >ta tumlni entre millares de tum-
el (iol)iernocuenta con el pa- bas i)róximas á abrirse? ¿Qué
triotismo de la clase obrera decir en nuestro inmenso do-
para <iuc conserve la calma y
no aumente las emociones pú-
lilicas con una ag-itación ((ue
1 Humanité JOURNÜL SOCtñLISTE
lor?... Jaurés era nuestro pen-

samiento, nuestra doctrina \i-


viente. En su imag-en. en su
PATIENCE Accalmie dans le Aíorc? '^'SSOCWUSTtS ¿q Bataille en Pologne
sumiría la capital en el des- i

recuento. Ijuscaremos nues-


¡

'

SUR LE fBDNT
CONFIANCE
orden. tras fuerzas para el porvenir.
El asesino está detenido y Algunos han creído ((iie nos-
será castigado. Que todos ten- otros éramos adversarios de
gan confianza en la ley, y de- Jaurés. ¡Cómo se eriuivocan!...
mos todos, en estos graves pe- Es verdad que entre nosotros
ligros,un ejemplo de sangre y él han existido alguna diver-
fria y de unión. gencias de táctica. Pero estas
Por el Consejo de Ministros. divergencias eran como sí di-
M ¡>irsiden(c del Consejo: jéramos á flor de alma. Su ac-
Rene Yiviam ción y la nuestra se completa-
l),-in. Su acción intelectual iMi-

Cuatro días después gendraba nuestra acción viril.


fueron las exequias pú- ( 'on él es con (|uien hemos co-
blicas del tribuno. Fran- mulgado siempre.
Jaurés ha sido el reconlor-
cia estaba ya en plena tante de nuestra apasionada
guerra. Miles y miles de acción por la \y,\/.. No es falta
amigos de .Jaurés se halla- su\a ni nuestra que la paz no
ban fuera de París, vis- haya triunfado. La esperába-
tiendo el uniforme mili- mos, y es la guerra hi qvie sur-

tar, defendiendo á la pa- ge. Antes de marchar hacia la

tria en la frontera. Toda gran carnicería, en uoml)red(í


los trabajadores (jue h;ni ]iarti-
lajuventud socialista ha- do y en nombre de los ([ue van
bía pasado del taller al á partir, de los cuales yo soy

campamento, lo mismo l/lio. grito delante de este fére-

tro todo nuestro odio contra el


que los demás franceses.
El obrero partidario de la imperialismo salvaje i|ue h.i
provocado el horrible crimen.
paz y de la humanidad se VACSIMIL DE «L IIIMANrrE»
Jaurés: tu recuerdo impi're-
convertía en soldado con El periódico fundado por el gran orador socialista eedero nos guiará en la lucha
el mayor entusiasmo. terrible que vamos á atrave.
Á Ese recuerdo liríUará ante nosotros como una antorcha (pie
pesar de estas ausencias, el entierro de Jaurés
sar.

fué una manifestación imponente. La Francia repu- ninguna tormenta podrá extinguir. Y yo proclamo altamente,
antes de ni:n'char al combate, nuestra fe en la Internacional,
blicana, no obstante las graves preocupaciones del nuestra resolución de conquistar en franca lucha todas las
momento, acudió á escoltar su féretro. liljertades ])ara dárselas á los otros.
Fué el 4 de Agosto p5r la mañana cuando una
enorme muchedumbre con banderas y grandes coro-
Gustavo Hervé, aldespedir al maestro en un sen-
nas acompañó el cadáver del gran orador desde las
tido artículo de La. Guerra Social titulado «Adiós,
alturas de Passy al ferrocarril que lo había de llevar Jaurés», decía así:

al Sur de Francia, á la amada tierra natal. .laurés; ha sillo jiara vos una felicidad no asi.stir al derrum-
Por la tarde se desarrolló en la Cámara de dipu- liamiento momentáneo de nuestro hermoso ensueño de paz
uni\ersaL )s h.ibéís ichj antes de verá Europa sumida hasta el
tados la memorable sesión del 4 de Agosto, que rela-
(

cuello rii un mar de sangre y zambulléndose en la barbarie.


taremos oportunamente, y en la cual sólo faltó la pa- I'rní lanii'utii qur haxáís jiartido sin poder contemplar cómo
labra de Jaurés. nuestra raza, nerviosa, entusiasta é idealista, lia acejitado el
Antes de que el cortejo fúnebre emprendiese la cumplimiento de su doloroso deber.
lU
82 VlCüNTE BLASCO IBAÑEZ

Hft 'i^l^^H
HISTORIA DE LA GUERRA ELIROREA DE 1914 83

ENTIEURO DE JALEES. LA.S COKONAS

personal cad ;i día (le paya, siendo oblig-acióu suya justificar Art. 2." I.a prolong-aeión del plazo antes marcado se apli-
i>sto. prt'seut: nido las uiíminas de los empleados en sus esta- cará ig'iialmente al reembolso de bonos y contratos de seguros,
llll'cililit'Uto.S. de capitalización y de ahorro á término fijo, ó estipidados como
reemboisables á vuluntad del titular
o del portador.
Art. 3.°" l,as dis])osiciones del pre-
sente decreto son aplicaljles á Arge-
lia ^ Túnez.

El decreto de moratoria pro-


dujo hondo efecto eu el país. Mu-
chas personas de buena po-sicióa
social quedaron momentánea-
mente coa escasos medios de
existencia al retener los Bancos
su dinero. Fué una medida arbi-
traria y violenta, pero al mismo
tiempo prudente y oportuna.
La alarma general había he-
dió anuir las gentes á los es-
tablecimientos de crédito. To-
dos querían retirar sus depó-
sitos.De no cortar el gobierno
laavalancha de acreedores, mu-
chos Bancos respetables hubie-
sen quebrado, no pudiendo lia-
cer frente de un golpe á todas
LAS BANDERAS DE LOS (ÍUCLLOá SOCIALLSTaS KN EL ENTIERRO DE JAÜHÉS
sus obligaciones.
(Futs. Rol)
81 VICENTE [ÍLA5CO lliAÑE¿

M. \ iviaiii al embajador de Alemania que,


anunció
de acuerdo con Presidente de la República y todos
el

los ministros, acababa de deeidir la movilización ge-


neral de Francia.
Era una respuesta al iin])erii) alemán, ijue el día
anterior había decidido su movilización.
— La actitud de vuestro gobierno dijo Viviani al —
enibaja(h)r

ha dictado la nuestra. Estamos obligados
á tomar precauciones igu:iles á las ijue vosotros to-
máis. Nuestras disposiciones paeílicas son las mismas.
Queremos la paz, y la mejor prueba que podemos ofre-
cer en apoyo de nuestro pacitismo es que á la hora
presente el Parlamento francés no ha sido convocado
aún, y constitucionalmonte estamos obligados á re-
unirlo cuando nuestras inteneioiu's sean hostiles.
\'i\¡aiii. insistiendo en la demustraeiíin di' (jue
Francia no hacía mas tjue ponerse en guardia para su
defensa,y que hasta el último momento allanaba el
camino para la paz, añadió:
—Otra prueba es que, para evitar incidentes (|ue
podían ocurrir en la frontera al estar muy próximos
iVanceses y alemanes, hemos dach) órdenes á nuestras
tnipas pava ijue s(> niautengun á ocho kiliunetros de
la fronter.i,dejándola al descul)¡erto. Por esta precau-
ción prudente estamos expuestos á una violación del
territorio, y no creo que haya potencia alguna capaz
de proceder de este modo. En cambio, las tropas ale-
manas están amasadas al pie mismo de los postes
fronterizos que marcan los límites franco-alemanes.
\l. Ul.W: IVIANI \V''l. Mrurissc)
\
De este modo, si un incidente se produce, será obra
Presidente del Conscio y ministro de Negocios Exlranleros
indiscutible de las fuerzas alemanas.
de Francia
El embajador Sciioen se retiró para dar cuenta á
El público acabr» por conforiiKirsi' ron esta (I¡s])o- su gobierno de la movilización francesa, y todavía al
sición, recouücieado su (i])ortuiiiiIail cu vista de las despedirse mostraba cierta confianza, como si espe-
circunstancias. rase ser portador en breve de una buena solución.
La murlu'dunibn! París so mostró serena ant( —Hasta luego — dijo estrechando la mano del jefe
el peligro. Nadie temía la guerra. Mnipezalian las ma- del gobierno.
sas á sentir el ostrerniK-imiento de entusiasmo que El Consejo de ministros tomó el acuerdo de la mo-
])reccde á las grandes explosiones belicosas. vilización á las cuatro de la tarde, en vista de las no-
— Puesto que el enemigo la quiere, sea — decían ticias que recibía de la frontera, donde aumentaban
todos. por momentos las tropas alemanas.
Pero se abstenían de hacer manifestaciones, te- Como era imprudente perder tiempo, mientras im-
miendo que éstas pudiesen turbar un posible arreglo. primían eldecreto do movilización se dio la noticia á
Esperaban las palabras de los gobernantes. Sabían que París fijando un ]}íi\)c\
manuscrito en todas las otici-
éstos se hallat)an reunidos á todas horas liaeiendo los correos de la capital.
iias tic

últimos esfuerzos en favor de la paz. L'na simple cuartilla de papel pegada con obleas y
Eq la mañana del 1." de Agosto todavía M. de con unas cuantas líneas escritas á toda prisa, puso en
Schoen, el embajador de Alemania, fué al ministerio conmoción á París y una hora después á toda Francia.
de Negocios Extranjeros para liablar con M. Mviaiii
de un acuerdo posible.
— Se entrevé un pequeño resplandor de esperanza
—dijo el diplomático alemán al salir del ministerio—.
Hay que trabajar para que esta esperanza se agramh'.
Los que estaban enterados de la conducta tortuosa
observada por el gobierno alemán en los días anterio-
res, sonreían tristemente.
Por la tarde volvió M. de Schoen al mi.iisterio
para
tener una segunda conferencia con el jefe del
gobierno.
lllStORlA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 85

rie agolpó la goute ante estos aiumcios, iiisigiiili-

cantes por su forma. Muchos, al leer las breves líneas,


lanzaban un suspiro de satisfacción, como el cjue sale
para siempre de uu estado angustioso.
Í[RI n ARiE OE iti
—¡Al tiü!— decían —
Ya sabemos á qué atenernos.
.

Es la guerra.
Los hombres se mostraban sus libretas de reser-
vistas, señalando los diversos puntos de Francia
á

que debían acudir para incorporarse á sus regimien-


f /\ M
tos. Las mujeres ponían el gesto gravo, arrostrando la
noticia con una resignación heroica. Nadie quería la

guerra: ¡pero qué hacer si los enemigos


ban en provocarla!...
se empeña-

Por la noche el verdadero anuncio de la moviliza-


%mmmmk
ción fué ñjado en las esquinas de París y enviado a
to la Francia. Decía así: íiranntke í Aoúi ISI-t
\a' pri*mi*'r j"iir <i*' !•» omliilis.ilioM vi"* le

EJERCITO ÜE TIERRA V EJÉRCITO DE MAR T...1I |-VniK«l. í.mtui. Bill ..lilia.HÍ-ll* l<ill«iiir.^ *t...l -•.,. ).
i». ,í.t|.
yu,< .-,... U

;!£..riir .I.S ImU. ..l>nr m\ |.r.-i.,ji..,..


.1.1 rASCicou: DE MOILUUnaV ,™:,.r..r.......

TOV« LE» BOMBES .... |.r., ...- -.,-. 1.- I>. .,. ..
ORDEN >,„M .... i'nt
I.
|...-. .1..

(jkRMfl DE TC9SI coi.o»i«i.»s


u^f^„ u,Tac3í=í
..
DE .MOVII.r/AClÓN GENERA!, \ i, j
SESVICU AUXIUAIACS.
Por (locrctú del Presiilciite de hi Rcpúblie.i. l:i moviliziieión 2* i i"»R»££ K MtB j cu..,,.., i., rascarr» sutammi» ..t u. *».ic»x^5
i. li. tSAZIKE.
de los ejércitos de tierra y de m;ir {(ued:! urdeniuhi. asi cüino
la re(|uis;i de animales, veliieuliis \- ariieses iieeesariüs para el

cmiipleinellto de diclios ejéreitos.

Kl l'RIMKR DÍA DE LA ,M0 VILIZAI'KKN ES EL DOMINGO 2 DE #


Agosto de 1914.
Tildo francés sometido á las oblifí-aeioiies militares debe obe- LA OHllEN DE MOVILIZACIÓN FIJADA ÜN LAS KSí^l INAS
bajo pena de ser castigado con el rig-or de las leyes, á las
dcci'i-. DE PARÍS
prescripciones del rncuhrno de uiovil'unciihi (páginas
de color
de su libreta).
Son llamados por la presente orden todos los bomlires (|iie Francia, que siempre demostró su voluntad pacífi-
no estén bajo lianderas y que pertenezcan: ca, que en días trágicos dio á Europa consejos de uio-
1." Al ejército de tierra, comprendiendo á las trojias colonia- deración y un vivo ejemplo de cordura multiplicando
les y ó los bombres de servicios auxiliares:
sus esfuerzos por mantener la paz del mundo, se ha
2.° Al ejército de mar, comprendiendo á los inscriiitos ma-
rítimos y á los armeros de la Marina. preparado sin embargo á todas las eventualitlades, y
Las autoridades civiles y militares son responsables de la empieza á tomar las precauciones indispensables para
ejecnci(Hi del presente decreto. laguarda de su territorio.
El jiiinistrn de ía Querrá El uriiiislrd de Marina Pero nuestras leyes no permiten realizar comple-
a
tamente estos preparativos sin un decreto de movili-
En la misma noche, el Presidente de la República zación.
y sus ministros acordaron dirigirse á la nación ha- Cuidadoso de su responsabilidad, y comprendiendo
ciendo el siguiente llamamiento: que faltaría á un deber sagrado si dejase las cosas sin

resolver, el Cobieruo acaba de lanzar el decreto que


A LA NAC1(')N FRANCESA
imponen las circunstancias.
Desde hace pocos días el estado de Europa se ha La movilización no es la guerra. Al contrario, en
agravado considerablemente, ú pesar de los esfuerzos los momentos presentes aparece como el mejor medio
de la diplomacia. de asegurar una paz con honor.
El horizonte se ha ennegrecido. Tenaz en su ardiente deseo de encontrar una solu-
En la hora presente la mayor parte de las nacio- ciiui pacífica á la crisis, el Gobierno, al abrigo de
nes han movilizado sus fuerzas. Hasta los países pro- estas precauciones necesarias, continuará sus esfuer-

tegidos por la neutralidad han creído necesario tomar zos diplomáticos y todavía espera conseguir un (\vito.
esta medida á título de protec;ñ(ni. El Gobierno cuenta con la sangre fría de esta noble
Potencias cuyas leyes militares y constitucionales nación, para que no se deje arrastrar por emociones
no se asemejan á las nuestras, han comenzado y pro- injustificadas. Cuenta también con el patriotismo
de
seguido, sin necesitar de un decreto de movilización, todos los franceses, y sabe que no hay uno solo que no
unos preparativos que en realidad equivalen á la esté pronto á cumplir su deber.
misma movilización y que representan su ejecución En esta hora ya no hay partidos. No hay mas que
antiripaila. la Francia eterna, la Francia pacífica y resuelta, la
H6 VICENTE BLASCO IRAÑEZ

patria del derecho y de la justicia, uuiíla ])ür cutero Así hubiese sido. De manifestar Inglaterra en esta
cu la calma, la vigilancia y la dignidad. Jiora grave su firme voluntad de ponerse al lado de
El Preside ¡lie de la Reju'thlkn. Francia, seguramente que el Imperio alemán liubiese
lÍAIMIJiNDO l'OINCAnÉ rectificado sus pro¡)ósitos belicosos. Se mostró arro-

gante y atropellador porque hasta el último momento


Por i'l PrcsidcutL' do l;i
llopúljlicu:
creyó que sólo tendría enfrente á Kusia y Francia. El,
Renk \i\i\Ni, presidente del Consejo y ministñi de Xei/orios con su aliada Austria, se bastaba para combatir á los
Extranjeros: Bienviínu-Mauti.v,, ministro de Justicia: Mal\ v. dos enemigos. Su diplomacia estaba segura de que la
m iiiistro del /nterior;yovL'ESS, ministro de Hacien.da:}<l\¡Sí^iM\ ,

(irán Bretaña, ocurriese lo que ocurriese, se manten-


ministro de la Guerra: Gauthier, ministro de Marina: Ar(TA-
(íNEua. ministro de Tnstrncciún Púhlica: Rene Renoult, minis- dría apartada de la lucha.
tro de Trabajos PúhUr.os: Thomson, ministro de Comercio y de Al hablar ú tiempo el gobierno de Londres, como
Correos ij Teléíjra fos:VB.\isMiXio\)s\\i'>,ministrnde Af/ricidliira :
lo solicitaba Poincan'', no hubiese surgido la gm'rra,
Haynauu, ministro de Colonias: Couyha. ministro del Trabajo. al menos en l'JI L Fué un silencio lamentable.
AiiEL Fkuuy, subsecretario de Estado en los Negocios Ex-
Pero desde el punto de vista hay que reco-
tranjeros: Laura 1NE. subsecretario de Eslado en la Gncrra: inglo's
.IaCu^iieh. subsecretario de Estado en el Interior: Dai.imieií. nocer que el ministerio británico no ](udo obrar de
subsecretario de Estado en las Bellas Artes: otro modo. La Gran Bretaña es un
A.TAM, subsecretario de Estado en la Marina de libertad, donde la opinión ])n-
]iaís
mercante.
blica tiene una fuerza su])erior á la
El tuno del manifiesto era firme y did gobierno. Los ministros no forman
rCALITí ^rUATil^iTS

conciliador á la vez. Francia tomaba ni dirigen la 0])inión; es ('sta la ijue

las armas en vista del peligro para no dieta su conducta.


ser sorprendida, y al mismo tiempo A la Nation Francjaise Y el pueblo ingh's no quería la
continuaba sus gestiones en iavor de guerra. Fué necesario que ocurriese
la paz. el inaudito atropello de Bélgica, para

Hasta el último momento buscó un que la tiran Bretaña reconociera la

arreglo. Sonaban ya los primeros tiros necesidad de una ])ronta y enérgica


en la frontera, y todavía el gobierno defensa. En los días anteriores á este

de París acariciaba la esperanza de atentado, gran ])arte del pueblo bri-

que sus enemigos, en un tardío reliim- tánico fué enenn'go de una interven-

pago de cordura, mantuviesen la paz ción armada en Europa. Los conser-


del mundo. vadores proclamaban la paz á todo
trance; los irlandeses atendían á sus
El presideute Poiucaré, hábil diplo- luchas interiores más que á la polí-
mático tjue tanto se distinguió en
sus tica exterior; gran parte de la opinión
EL LLAMAMIENTO Á LA NACIÓN
tiempos de ministro desempeñando la miraba á Francia con interés, pero
cartera de Negocios Extranjeros, hizo su simpatía no llegaba hasta la aeej)-
gestiones particulares eu esta hora suprema para con- tacióu de una guerra por"sostenerla. Un sentimiento
seguir la paz. En su palacio del Elíseo tuvo varias de egoísmo inspiraba la política general. Además, cmi-
eutrevistas con el embajador de Inglaterra, comuni- nentes personalidades de las ciencias y la literatura
candóle manifestaciones de carácter confidencial para liabían publicado en Londresun manifiesto contra la
qne las transmitiese á su gobierno. guerra, como si bastase un documento para evitarla.
Inglaterra era amiga de Francia y marchaba de Las asociaciones de trabajo también se mostraban
acuerdo con ella: pero esta amistad no tenía el carác- enemigas de una intervención en el continente. El
ter de alianza defensiva para uu caso de guerra. instinto de conservación y una cortedad de vista para
Poiucaré invitó al gobierno británico, por medio apreciar los sucesos inspiraban al pueblo inglés su
de su embajador, á que hiciese una manifestación ter- erróneo retraimiento.
minante en bien, no sólo de Francia, sino de la trau- De uo efectuar los alemanes la invasión de Bél-
quilidad del mundo. gica, la Gran Bretaña se habría mantenido inmóvil.

Si la Gran Bretaña afirma que está con nosotros dejando á Francia sin ayuda. Pero esta inmovilidad
—dijo el Presidente de la República al diplomático á todo trance engañó al golúerno alemán, interpre-
inglés— si da á entender á Alemania que en caso de
,
tándola como una muestra de indiferencia ó de miedo.
guerra contaremos con su apoyo franco y decidido, el Podía atreverse á todo sin temer su intervención. Y
gobierno de Berlín modificará indudablemente su con- se lanzó locamente á invadir el territorio belga, acto

ductay el peligro quedará conjurado. El Imperio ale- que representaba un atropello á los tratados garan-
mán quiere la guerra porque está convencido de que tizados por la (irán Bretaña j una amenaza futura
la (irán Bretaña se mantendrá al margen del con- para la integridad de ('sta.
flicto. Que diga una palabra de amenaza el gabinete Los ministros do Inglaterra tenían indudablemen-
de Londres, y triunfará la paz. te una visión más exacta de los heclios. Adivinaban
IIISTOlíIA DE LA GUIík^lJA líUk'OPEA DE 1914 87

lo (|ue iba á ocurrii-, considerando la guerra como


inevitable. Pero no podían acelerar el curso de los
aeonteciuiientos. Tenían que vivir á la espera de un
atentado que cambiase la opinión de su país, demos-
trándole la necesidad de defenderse junto con las po-
tencias amigas.
Fué lamentable que Inglaterra no pudiese hablar
á tiempo. La amenaza de sus gobernantes hubiese
evitado los horrores y saerilicios de una guerra inme-
diata. Pero sólo habría signiíicado un aplazamiento
de unos pocos años, y ¡quién sabe si de unos pocos
meses! Alemania, más ó menos pronto, hubiera insis-
tido en sus belicosos propósitos para realizar su en-
sueño de dominación mundial. Una fatalidad se opuso
á esta manifestación diplomática, que habría salvado
al mundo por algún tiempo. Un conglomerado de fuer-
zas ocultas y
malencas hicie- "


'5
-

:X SE .

ron inevitable el

choque desde el
primer día del
conflicto.
D

En Fraucia la
unanimidad de
la opinión cal-
deó el entusias-
mo popular.
Los partidos
revolucionarios,
(|uc muchos ha-
bían mirado co-
mo un peligro,
fueron los que
más ruidosa-
mente afirma-
ron su adliesión
á la patria.
Creían los timoratos en una protesta ruidosa de los so-
cialistas y antimilitaristas contra la guerra. El mismo
gobierno alemán conñaba en las perturbaciones revolu-
cionarias, viendo en ellas una de sus garantías de éxito.
—Va á reproducirse el movimiento de la Commiinc
— decían los miedosos y los pesimistas —
El pueblo
.

de París se sublevará, colocando á los tkífensores do


la frontera entre dos enemigos: enfrente el invasor; á
sus espaldas la guerra civil.
Pero los revolucionarios fueron los primeros en
esparcir la tranquilidad con generosas afirmaciones.
Gustavo Hervé, en su periódico Lk Guerra Social,
habló así á la nación y á sus defensores:
«Diremos una vez más, para que lo repitan á los
soldados y á los oficiales que allá lejos, descansando
sobre las armas, forman nuestras tropas de cobertura,
que pueden velar en la frontera sin ninguna preocu-
pación de lo que pueda ocurrir detrás de ellos. Nadie
los disparará por la espalda mientras hacen frente á
la casta militar prusiana: ¡nadie!
£8 VlCtiNTE BLASCO lliANEZ

proiiias del hombre en to-


dos los paises. hemos tr.i-
liajado. con una voluntad
inca usa lile, por orji'an izar

e implantar .siilidameute
entre nosotros un réjiá-
liiiMi de democniei.'i i|iie
jiiiede establecer el orden
i'ii l;i iiaei(jn
por nieilio de
la libertad, 'reiiianios la

esiieranza de i|iie esta la-


bor tenaz nos conserva ri;i.
entre los demás pueblos,
el sitio al (|Ue tenemos
(lereebii. se;.;ain demues-
tra nnestni historia.
He esta obra ha\" que
apartaren presente mo-
el

mento las dixcrsas ajire-


eiaciones de los parliilos.
.Sean cuales sean l<is ver-
L\ CAUICATIUA Y LA ULERRA El zarpazo de la guerra yronzosos desfrarroues de
(Dd Dailf/ Exprets, ile Londres) nuestro pasado, el pelij;-ro
esiiiuN' yrave en esta hora

cu \' eon un misino


l'uiíiKis xi'iii'idos, (lcsiii('iiil)r;ul()s y iipln.stmlns 1H~(I. \'ic- decisiva. imimlso todos los franceses, venpin
timiisdc un;i s:iiij|iTÍ;i h;ist;i 1,-is últiiii;is ilotas, hciiKis ]ini(MinHlii de donde venyan \ \a\ ,111 adonde vayan, (b'ben preseiitarsi^ en
resucitar liicfi'o, y desde haee eiiareuta años, unas veces liieii. las fronteras, unidos de corazón y de alma, fundidos en una sola

otras \i'ces nial, veiiiniiis \i\ieiidi). Pero esta liiisin;i \ ida e.S voluntad de suprema euerfi-ia. En esto, en esto solamente re-
side la fuerza moral cine puede hacernos superiores á todo.
Cuando el pais.p-raciasá nuestros esfuerzos, liabrá reeolirado
la librc!
i)osesióii de su personalidad, entonces reanudaremos
nuestras luchas, ((iie honran ai pensamiento francés, pues re-
\clan nuestra l)usca apasionada de un ide.il ennoblecedor de la
hiimanid.ad. V esto lo haremos en distintas eondieiones ijue an-
tes, pues el saeritieio de nosotros \' de los nuestros lial)rá iiiar-

tilleadoy reforjado de tal modo el alma francesa, (pie >a no (Hié-


rrenlos dividimos mas (pie en distintos grupos de amigos. Esto
podrá ser mañana, .\hora ha\- (jue afrontar el peligro de hin-.
Ho\' no ])iieden existir dos franceses (pie se odien. Ya es

El kaisbr.— ¡Ku«ra obstáculosl


(Del Star, de Montreal, CanadA)

nuestro criiiK-u á los ojo.s de los aiitigruos vencedores, ((ue se


iina-i-inaban liaber acabado con nosotros para siempre.
Menos de cuatro años desi)uós de la paz de l'raiietort. el
lionibre ([iie se coiisideralia el amo de Europa inteuti) rematar-
nos. I,o hubiese hecho con la inaA'or saufiTc Irla— como su su-
cesor lo realiza con los servios—, si Uusia é Iul;1,i térra no hu-
biesen intervenido. '
»ti'
J
El mundo civilizado debe reconocer \ confesar ((ue durante
estos cuarenta años hemos sido en el continente europeo un AusTKiA- Cuando loma esa actilud, alguien le ayuda
instrumento de paz. En medio de los errores y las faltas qw son (Del Punch, de Loudres)
LA NOCHE EN L

Dibulo de A horcallcr, de •Th< lllusiralcd London NtHs>

Después de la batalla, los reflectores alemanes ex


TRINCHERAS

lan el campo para cañonear las líneas inglesas


HISTORIA DE LA GLlí'RRA PLIROPEA DE 1914 50

ticiiipri fie que conozcn-


iiKis 1,1
;il('íí-rí;i de amar-
nos. Di' aiiianios, iiorqiic
lo más ji-raiulc é imperioso
para nosotros, en el pre-
sente momento, es el de-
lirr de alestig'iuir ante los
hond)res qne no hemos
defi'enerado. qne somos
iji'\iales á nnestros pa-
dres. A-
((ne nuestros hijos
no tendrán que bajarlos
t)jos cuando se les hablí'
de nosotros.
Nuesiras faltas, en^'ll
inútil re|)arto i)erteueee
á la Historia, no pueden
prodneir en niu'stro co-
razón nnts qne un fer-
vii'iiti' deseo de coronar-
La mano del kaiser prendiendo fuego á la mecha (Del Pittsburgh rost)
las eou tales virtudes cí-
vicas y militares, que
acabe por descubrirse en ellas un elemento de f^-randeza. M sin un gesto, ox'cndo por encima de los Vosgos la voz de la

recriminaciones, ni frases g-randilocuenti^s. ni [iromesas de patria torturada!


morir. Basta de palabras. Veng-an actos; actos reflexivos, de Del otro lado del Khin.una naciíjn g-randey fuerte, que tiene
prudencia ordenada y de acción sin retroceso. derecho á pero que no tiene derecho á destruir en Europa
vivir,
En cinco ocasiones diferentes, desde que vimos los soldados toda vida independiente, lleva su delirio de grandezas hasta no
alemanes en Paris. el orden de Europa ha sido turl)ado delibe- querer tolerar ((ue Francia levante la cabeza cuando habla. En-
radamente por la amenaza de la espnda germánica, sin que la loquecido jior el deseo de hegemonía, el emperador alemán, que
más ligera amenaza de nuestra ¡larte justiflcase esta conducta.
V.n todas ellas hemos sido dueños de nuestros nervios,
y cuando
el honor nos ha aconsejado la resistencia, hemos
cumplido este
ileber con la sencillez de hombres cuyo corazón late animado

por la sangre de una gran raza. Hoy, ¿(|ué quieren de nos-


otros?...Vivíamos en paz. Atentos únicamente á la organi-
zación de n\iestra defensa, nada hemos hecho (|ue pueda re-
velar el más leve propósito de tomar la ofeiisi\a. ¡Y cuántas
veces, sin embarg-o. inmovilizados por la imposibilidad de
avanzar, hemos tenido que permanecer asi. sin una palabra.

La Guerra. — Ya que nada lengo que hacer en Mélico,


vamos á barrer Europa
iDol Pliilailelphia Kccoril)

arrastra sus pueblos coi\ los ojos cerrados á unas aventuras de


las cuales nadie ¡¡nede calcular extensión, asesta un golpe
la

niortal, eonm rn tiemi)o de las invasiones bárliaras. á todo lo

que coiistitu.se el orgullo de los pueblos civilizados.


Ese emperador (imvrcar(i//ar con Francia, \ahnismo tiempo
con Inglaterra y Kusia. ignorando que no se araba fácilmente
con la vida de los puelilos que nose pueden suprimir ni asimilar.

Apo\ado en un incoherente amontonanúento de razas ene-


migas, ([ue el cetro de Vieua apenas si consigue mantener en
obediencia, el kaiser pretende hacer chocar las dos nntades do
Europa, para trono ensangrentado sobre las ruinas
erig-ir sii
más altas (|ue el mundo hal)rá contemplado nunca.
La Mubbtb— ¡Hlios míos, yo os bendigo!
(Del Posl-Uispach) Jorge CLEMKNCKAr
90 VICENTE BLASCO IBANCZ

Otro pcviúdicu francés, nacionalista y catúlieo, El fácil que iba á realizarse en breve plazo. La entrada

Eco de París, decía lo siguiente al apreciar las ma- de las tropas alemanas en París era asunto para ellos
niobras diplomáticas de Berlín: de quince ó veinte días.
El Nutional Zñlxuig, diario nacionalista de Berlín,
l{i'sillt;i ili' tiidi] lii Iii'iiiiis .\lriiiMiii:i
((lie iirrscnciiiilii i|iir decía en un artículo violento:
pniviicn rri;iiiit'nti' la iná.-* jí'IMihIc catástroír que si.' ha visto cu
Esta frialdad bastaría para di'iiKistrar
«No sabemos hasta dónde llegará la suerte (jue la
la liistoria del iiiunili).
ha prciiarado en todos sus detalles, si nosotros los fran- Providencia reserva á Alemania, |)ero es seguro que
que la

ceses no tuviéranid-i adenrás otras pruebas. \-¡endo c('iuio se Francia tendrá que sangrar su bolsillo para recobrar
obstina desde hace diiv. días en pro\ocariios al eond)ate. con su libertad algo más que lo sangró hace cuarenta y
jiretexto de la dil'erencia austro-servia, de la cual no liay (|uien cuatro ailos. No serán 5.000 millones lo que deberá
jiueda definir (daraniente los niiseral)les motivos.
Pronto sabremos lo i|Me ese crimen delie costar á la ra/.i pagar por su rescate. Ahora tendrá (]iic darnos 30.000
millones.»
g-ermániea. Pero desde este momento liaremos (|ue con.ste una
afirmaciiin. La Deiitsclii' Kiilliir. esa «civilización alemana» d(í V más adelante añadía el articulista del diario

.INFANXEKl.'L KUSA (rot.;Meuri.ssc)

lacual los discipulos de liismarck \' di' Multke se mui'str.in tan


gubernamental, permitiéndose una impiedad que con-
orgadlosos. acaba di' juzg-arsi' á sí misma. trasta con el entusiasmo que han mostrado por Alema-
La liefi'cmouí-i española, la hegemonía franeesi. la lii'a-emo-
nia ing-lesa han dejado como recuerdos de su inUneneia euro-
nia muchos católicos de los países neutrales:

pea monumt>ntos imperecederos i'u las Mrt 's. i'u las en La Santa Madre de Dios, qvc está ex Loin-des,
las instituciones públicas, en el deseu\ol\ imii'ntn d •
li'tras,

l;is nacio- tendrá nincho tpie hacer si es qee pretende ella qne—
nalidades. La hegemonía alemana nu se ha caracterizado, esi)e- es —
tan milagrosa cnrar todos los huesos qnc nues-
cialmeut;' desde hace cuarenta y cuatro años, mas qui' por el tros soldados ran á romperles á las ¡lolres f/entes
monstruoso sistema de arniam 'utos á todo trance. Después de
del ot ro lado de los J'o.si/os-.
nueve años de inci'santes alarmas y augaistias crecientes, toda
su cultura da por resultado una inmi'usamatanza. »¡Pobre Francia! Aún es tiempo para ella de cam-
Que \a\an los alemanes á l),-italla con esti maldiciiiu
l:i l)iarde conducta. Dentro de algunas horas será tarde.
sobre su frente. Y entonces va á sentir durante muchas generaciones
los golpes que recibirá.»
En Berlín, el tono de los periódicos fué soez é inso-
lente.Su gobierno no había declarado aún la guerra
á Francia,y sin embargo todos ellos bablaron de la En Rusia, el ukasc del zar ordenando la moviliza-
conquista del territorio francés como de una empresa ción general puso en pie á todo el Imperio.
HlStOtílA DÉ LA GLlERlíA EUROPEA DE 19M 01

E]. ZAU Y LOS SOLDAUUS (Fol. Rol)

Soldados rusos á la hora de la plegarla rodeando al zar, que llene en la mano una Imagen santa

üesde las seis de la uiaüaiia del 1." de Agosto, las propósito de guardar la neutralidad duiMute las hos-
oficinas de movilización empezaron su trabajo. Mu- tilidades, armándose para hacerla respetar. El Con-
chedumbres considerables do reservistas llegaban á sejo Federal de Suiza hizo lo mismo, convocando
ellasen compañía de sus mujeres ó sus padres. Se las Cámaras para el día con objeto de nombrar
'.i

mostraban alegres, sin que alterase su entusiasmo un comandante en jefe del ejército. Otras naciones de
una sola nota discordante. Europa se prepararon para deciarar igualmente su
La protesta revolucionaria de otros tiempos había neutralidad ;inte una guerra que consideraban inevi-
enmudecido. Todos los rusos aparecieron agrupados table.

por el fervor patriótico. Una noticia circuló como último rcdampagueo de


El vecindario de San Petersburgo y de las princi- esperanza en las primeras horas de la tarde. Rusia
pales capitales aclamó á los reservistas, saludándolos hacía una concesión importante para el mantenimien-
desde los balcones y ventanas. En las calles los tran- to de la paz, á ruegos de la Gran Bretaña. El zar
seúntes les estrechaban la mano; las mujeres los be- había aceptado una redacción propuesta ¡lor (d go-
saban. bierno inglés, y Austria, por su parte, se mostraba
La opinión de las masas ubreras se mostró con dispuesta á admitir igualmente la fórmula del minis-
iguales entusiasmos. Todos habían olvidado las huel- tro británico.

gas de quince días antes. Los que quedaban en las Pero antes de que circulase esta noticia ya había
fábricas para seguir el trabajo acompañaron por las intervenido Alemania, presentando á Rusia y á Fran-
calles á sus camaradas llamados al servi- cia el uUiínattijii de que hablamos.
cio militar. Á las siete y media de la tarde del 1." de
Las manifestaciones patrióticas fueron Agosto, endjajador de Alemania en San
el

continuas, aclamando al emperador y á Petersburgo, en nombre de su gobierno, en-


Kusia. Estas manifestaciones no cometie- tregó al ministro do Negocios E.Ktranjeros
ron ningún acto de hostilidad contra las la declaración de guerra.

personas de los alemanes residentes en Ku- Italia, que formaba parte de la Triple
sia.Se limitaron á destruir las estatuas y Alianza, permaneció á la expectativa des-
emblrnias (jue simbolizaban al liii[)rrii) ciic- ]m('s (U" haber intervenido en todas las ges-
tiones de paz.
Oticiüsamente decdaro el gobierno de
Ualia que ni por el espíritu ni por la letra
Todavía el 1." de Agosto, cuando se es- del tratado fundamental de la Triple Alian-
taban armando los ejércitos de casi toda za estaba obligado á prestar ayuda á los

Europa, hizo la diplomacia el último es- Imperios de Alemania y Austria.


fuerzo ])or conseguir la paz. La alianza era sólo defensiva, y en
Los gobiernos de Dinamarca, Suecia este conflicto alemanes y austríacos apa-
v Norue"-;! declararon en d ritailo día su l!\ UHSKUVISTA lU So recían indiscutiblemi^nte como a^jresores.
I N líKtilMlKNTU Dli 1.N1''ANTKK1A KUANCE8A A l'UNrü HE MAUCHAK

EL ROMPIMIENTO
con una celeridad vertiginosa. Cada liora ti'ajo cou
ella un suceso de resonancia.
Comenzó el día con un gran movimiento en las
El 2 de Agosto vías f(''rreas y demás medios de comunicación. La au-
toridad militarse posesionó de las estaciones de ferro-
Kn este día terniiaó matc- carril de toda Francia. Los trenes fueron dedicados al

mobiijsation i'iíilincüto la paz de Europa. transporte de las tropas, cesando por la noche el mo-
Un minuto desput'S do vimiento de viajeros particulares, así como el tráfico
las dore de la noclie, ó sea de mercancías.
gí;ní;rai.e
al iniciarse el día '2, empe- Durante la tarde anterior una inmensa muclieiiain-
Li- M'ur. lili ^t \ii |»Ml.- .1 In
zaron en toda Francia los bre asaltó las estaciones para salir de París, aprove-
rtiiftiilo^Miiii itf SI •» JnliiiliiUIri-o

t|n. I,. \|..l.i|tv.ltMM l..'ii.'>iilt 4-I


trabajos de la movilización chando los últimos trenes. En la del muelle de Ursa}'
general. los carruajes, llenos do viajeros y maletas, se aglome-
I •
|)i. .>•> |»(ir <(• r.i u>..l>l-

IKllh -I IIX.' ;IM IMlMIII. !•.'


Los liombrcs acudieron raron por ambos lados del Sena hasta la plaza de la
'J \«)*iMi|)Wi<hi<iil A nilMitM».
en masa al llamamiento. Se Concordia. Sólo en dicha estación se recaudó durante
liabía calen lado al empe- el día medio millón de francos, como importe de bille-

zar la movilización una tes y equipajes facturados.


merma en los ciHitin<;'iMites Los numerosos extranjeros que viven liabitnal-
LA .MOVILIZACI(')N
tie un
diez por ciento, por mente en París huyeron ante la proximidad de las
Bando de unn de las alcaldías de
París anunciando la movilización enfermos, ausentes y deser- hostilidades. Los alemanes y austríacos residentes en
tores. la capital francesa, que erau centenares de miles,
La movilización duró veinte días. Cuando hnl)o procuraron ausentarse antes de la declaración de
terminado, so vio que no Hoyaba á uno por ciento el guerra.
número de los que faltaban á la. patriótica llamada. A pesar de esta huida general quedaron muchos
Jamás pueblo alguno dio un ejemplo tan rápido y en París, por no Iialicr encontrado lugar cu los trenes
unánime en el cumplimiento del deber. ó no considerar inmediato el ])eligro.
El 2 de Agosto se sucedieron los acouteciuiieutos El gobierno tuvo (jue preocuparse de la situación
HISTOIÍIA DK I.A GUERRA fiÜROPGA DIÍ I9l4 03

interior á causa de la presencia de


esta masa de extranjeros, entre los
cuales se ocultaban muchos espías.
Una serie de decretos dictados el
"

día 1. ordenaron que nadie sacase


de París objetos que pudieran ser-
vir para la defensa de la capital j
su aprovisionamiento. Quedó pro-
exportación de leche, pa-
liibida la
tatas y otros comestibles; se avisó
al comercio que suspendiese todo
transporte de mercancías durante
las primeras jornadas de la movili-

zación, se publicaron las siguien- y


tes disposiciones, relativas ú los ex-

tranjeros:

Tdilijs los extranjeros, sin (listiiicióii de


iKii'ioiuLlidad.
puedeuabaiuloiüU'elcaiuiio
atrincherado de París antes de que ternii
ne el primer día de la movilización (2 <li'
Ag'osto), ó sea antes de las 12 de la noche.
Dentro del limite de asientos disiioiii-
bles .V pag-ando su billete, podrán hacer

uso de un cierto número de trenes comer-


cialesque circularán hasta el ñn del pri-
mer dia (lela movilización (media noche).
A su salida deberán justificar sn iden-
tidad ante el comisario especial de la es-

tación.
Niiig-uno podrá servir.se de antomóvrles
para emprender el viaje.
Los extranjeros (¡ne quieran ([nedarso
en Francia podrán hacerlo y escoger la
residencia que les couveug-a. pero con las
restricciones siguientes:
1." Los alemanes y austríacos no ¡lo-
drán residir en ningnna plaza fuerte ni en
los departamentos (¿ue se expresan á con-

£L AMANECER DEL PKI.MKK DlA. DE LA MOVILIZACIÓN EN LA CAMPIÑA FRANCESA


El gallo, emblema de Francia, saludando á los reservistas

appeí i
(Dibujo de L. Sabattici', de la lUusiration, de París)

DD mmi IHFÍL timiacirní: Norte. Aisne. f'haml)er^. (¡renoble. (iap, T)ig'ne y Niza. Tampoco iiodrán
A LA POPULATIOM Ardenas. Mame. Mosa . establecerse en las i)laza,s ruert.es de Laon. La Fi^re. Ueims,
Menrthe y Mosela. .\ub(\ Langres, Besanzón. Dijoii. L\ón. Tolón. Marsella. Brest. Cher-
' Parisirns
.\lto-Marne. Vosg-os. Alto- bnrgo, el Havre. Bolonia. Calais y l)iinker(|iie.
•• >«. t™. V. IVaur^. itaj.ral nalitlrr ...
I Irmn rp^rrttr^ fmur «- smaprr aulnnr da Saona. l)oul)s. .Inra. Ain. Al llegar á las localidades donde ((iiieran residir, todos los
•l.l M..il..r I* Irilituu- lMll[iulaa ir 1^ Ir.
Alta-Sal)oya.Sal)o\-a.Altos- extranjeros, sin r/i»/ i lición de nacional it/ad, deberán presentarse!
.\lpes, Bajos-Alpes. Alpes- al comisario de policía, ó en ausencia de éste al alcalde, con sus

rhcf.
Maritimos. Var. Bocas del documentos de identidad para hacer una declaración de residen-
.

Ir hffA^xnds
t. .

i Mt.'ll »H'>.r«|..d. .nr d


Hódaiio. Pirineos Orienta- cía. Todos ellos se ajustarán estrictamente á las disiiosiciones
i ..v i afmdd. faU
'p,H I ^J> ..«]( IriHd d.' InBI'- 1. p..]HlliMHM>.
II
lni|M.n> qi*- I. ..ilut'- trwtr%f,' ,\iat* le njirll. n ^^
les. .Vrieg-e. ,\ltos-Pirineos. relativas á los extranjeros (jui' residen en el interior de Francia.
II n.«,...iU>< I», iw I ..n-ll ll.wl.lp»l dr .r .«Wltarr Bajos-Pirineos. Estas disposiciones se ('(tmimicarán por mi^dio de anuncios.
2." Los (|ne perti'iH'Zcan DespiK's del primer dia de la movilización ningún extranjero
I Kllrn.m dr l'^rn 11 írt* I«i< IVffWf «rrc^itr |i.h. ,nr
d.. -«•r. uilli .di. «!.«» uu,.» r.mill.-. -^r^my^i .
á otras potencias ipn' no podrá salir (le iMMiicia por las fronteras de tierra ó marítimas
I .del |r«l.i irn|i |irr.ua..T dr !
ibIIImt.- pjirl.lrd«r
qu. di luí d. BL-Hd.* d.- ynfifitrtrt IVyf.d,t «.rr ,.rd.f«n sean Alem.-inia y .Austria- sin lle\ar un pasaporle liruiado por un (¡refeeto.
I Jtr. . r<m<
Hungría, deberán íljar su
residencia detrásde
DlSlHJSIClONES .SOlUfE LOS EXTUANJEltOS (^lE NO HAYAN SALIDO
la linea
DK París el primer día de la movilizackln
•DniEM niTKouanD ((lleva (le l)unken(iieáL¡la.
\'aleiicieiines Aiilnoye,
. 1.' Todos los extranjeros, sin distinci(in de edad ni de sexo.
Hirson, Liart. 'liarlex illr.
(
licrtenecieuteS á las i)otencias .Memania \' .Austria-Hungría.
LA .MOVILIZACIÓN \'erilini. Toul, Mpinal. liel tehili-:iii (|ui' salir de la zona comprendida en el perímetro del

Llamamiento del Conselo municipal t'ort. Montbeliard. I'onlar (•ampo atrincherado de París.
de Parts lier. IJoii rg-. .\ m berieii. El segundo día de la movilización deberán presentarse al
^4 VICENTE BLASCO IBANEZ

iitpveLifue ra«Nc«i» nrPuitLt«t/c riij(NCAisr

PREFECTURE- DE PÓLICE
PKEfECTUKC nt rOLICE Prítetlure i^ Dtperíeíneni de la Seifie

1^ -í' *n Vi».-
/'#»/**
AVIS A LA POPULATION
Aux Parisiens,'
l.'«V|lfl|¿ .IMt.l*Í1«l|.- «"^ UfiuJ.. 1*'—

F.li l'iilíloii ili' 11. lili •lrsli''¡(i-.lr l'lVtrl


«*.. t».k lir» tJt«^ t> ittf<n**i^n th* • CrV ^U
(If l*i>llo(* )• <ti-<liililli< l|il'l) ruvflllr !<'s
I**» ii.Jir In'i^li-- «•"•" !'» ' ^.(.1 ....-(. .>>.«

llPIlllt i\r liitlHKiiiiN <lr l*ili*í-. 4'( <•- lii


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i I. uf., ,<.
iiiniunri'Mi
l^iliU<'i:>' *i riiivlil IrrliH'S rt H lu'ilivs
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t.Mt- 1 <

ttlIxJ-h^lK.
lili -.••li'.

I .r>^ -tliilioiiv ilit ^li''ro|t«t1lliilll si'i-oiil fr, 4t^ g*»>. +-f '. . w '^•_< anuí •H^Lunf* uh/a*IA\ 4 <>,Wir>'«. -
,/.

(friiift-s II 1.1 inr-im- lii-ilrr. l

üMii j ^mm m t n» ^.
^ nfMAtl* Mi\ ii«»*m|K 4' fii. .«i .1-.

m DELANNEY.

LA MOVILI/ACION
O(ro3 diversos decretos y bandos que se lÜaron en las esquinas de París durante los primeros días de la iiiovlll/aclón

coiiiisMriii ilr piilifi;! ilrl distrito ciiii sus dinMinirntdS ilc iili'ii- 'rmlii el (|iie coiit i'a\ cn^^'a las disposiciones anteriores será
tiihiil \ydn h.-K'cr cdiist;!!' su si1u;ici(')u. arrestad(j. l..-is .-lutoi-idades cixiles y militai-es Nclaniíi por su
Kutrc l(is (lilis .")."
y l(i.° ilc l;i niii\ il¡/..-iri(')n scrsui tiMiispiirt;!- cumplimiento.
diis iH)r vi;i l'érre.-i ii lus puiit(is de rcl'ui;-i(i provisdi'io situiulos cu
Se adoptaron e.stas (lisposicioiics jntva cvikir el os-
el Oeste dt; Frnuci;i. donde se ]) re pan irá todoloiieeesiirio p;ir;i su
pioiiaje, (jno era luio de los graiuli'S peligros
ilel iim-
¡ilojamieiito y aliinentiieióu y se les dará tral)!ijo si es neecsario.
Niiiji-uiio de i'llos podrá lle\:ir un ei|ui|i,-ije de más de 30 kilos. luento.
.Más;idelaute ])i>(lráu KI carácter liberal y confiado de las aiit()rida<les
solicitar su traslado á francesas había dejado establecerse en el ¡¡ais á nu-
flCPUBLIOUt. fRANC <iS£ iiua frontera neutra
nierosüs ag'entes del eneniio-o. (jue desile años antes
para salir ile I''rancia.
1: Mía 'i.
'

I, os lon.'ueses y
estudiaban los medios de defensa para comunicarlos
\r M 4 1 i)M aisaeiaiios no naturali- al Estado Mayor de Berlín.
zados como fraucesi^s Los mismos diarios alemanes lian confesado cjue
tendrán' (|iie ])resen- su país tuvo más de 100. OOU espías en Francia, espías
tarse iiiMialnií'nti' ante
HIIMMF.S de IAIUIFÍ ÍÜItlilTORUli: de ambos sexos, pertenecientes á todas las clases so-
el comisario durante
iiK.sKiivi: iit ik Mm u;itiiii(iiiiAi.i; el se;;-nudn ilia de la
ciales.
o
ino\ ili/.aciiHi.
MISE EN SURSIS O'APPEL
Serán ciiusiderad.-is otro decreto dio el gobierini tVane('s para a.^cizurar
PAífiONS í] OUVÍrS BOULñNG[RS comn lilires sin eonili-
la tranijuilidad interior. En tmla f'raiieia t'u(''
¡¡rocla-
cioiii's:
mado el estado de sitio en la siguiente forma:
II I l.ns familias es
talilecidas desde hace .\rticulo 1." KI estado de sitio ([ueda proidamado en los

tiempo en el ¡¡ais \ di' S() departamentos franceses, el territorio de Helforl \" los tres
las cuales se conozcan (lei)artameiitos de Arg'elia.
perfectamente lus ori- Art. 2." KI estado de sitio se mantendni durante toihi l;i

;^-eues y sentimientos ^tierra.


franceses. Art. :{." Los ministros del Interior, de .lusticia. de (inerra ^
l/J Las familias en (pie un indi\ iduo al menos se aliste en la
leji'iiMi extranjera antesde(|ue terniineel2."diade movilización.

Será considerada como alemana toda familia de .alsacianosy VIULE OE parís


loreiieses en que algniio do sus individuos aliandone l''raneia
para nliedecer la orden de movilizaciíjn alemana.
Mairie dü VIIP Arrond
Los extranjeros (|ne pertenezcan á otras ¡xitencias ipie no
:i.'

sean .\leniania.-\- ,-Vnstria-Hniijrria deberán presentarse durante


DÉUVRANCE DE BONS OE LAIT
el:}. "0 4. "diadela movilización en la comisaria de
policía del dis- 1 1 lAii%mun*-A- •* h*!'

trito con sus documentos de identidad para probar su situación.


••I — ni «^ ^i> il •>('. |.».^ -,
• HMIi^
Todos ello?, después de este acto, ((uedarán autorizados para
'. 1^ «.«t^ir^ «, u.
couservar su domicilio, entrefíándoseles un iiermiso de resi-
dencia. Ning-uno podrá salir del recinto del campo atrinche-
rado sin un pasaporte i|ii(> irá lirmado por el comisario de poli- r H, MARECHAL ,

1 OLROSTL !
>
eia de su distrito.
HISTORIA DE LA GUERIM ELIROI E\ DE 1914 95

ÁFFÍCHES^^-MIT^-^^

KmKi:j,m CLASSEítl!
PCU.
'

ur.s (;!iEv.vi;\ -^B "•*"'>'-

LA JILfHEDUMBKE LEYENDO LOS BANDOS T DECRETOS REFERENTES Á LA MOVILIZACIÓN (Fot. Kol)

de Mariiin, qnecbíu cnc.-ir^-ndos. cada uno i'ii ln que le concier- inadmisible la hipótesis de que el gobierno de Pru-
ne., de la ejecupión del presente decreto.
sia, que había reconocido con su firma la neutralidad
é independencia de Bélgica, respetándola escrupulo-
El Consejo de ministros decidió reunir las Cáma- samente durante la guerra franco-alemana de 1S70,
ras el martes 4 de Agosto para (jue so enterasen de se atreviese ahora á faltar cínicamente á sus com-
las comunicaciones del gobierno sobre los sucesos promisos.
actuales. —Sin embargo — declaró el jefe del gobierno bel-
Casi todos los parlamentos de Europa, que esta- ga

nosotros queremos estar á la altura de nuestras
,

ban en vacaciones por ser verano, iban á reunirse obligaciones. El rey tomará el mando superior de las
también. El gobierno alemán convocaba al Reichstag tropas, secundado por el general Sellier de Moran-
para el mismo día 4. Como este cuerpo legislativo no ville, jefe del Estado Mayor. Las Cámaras van á reunir-
tiene voz en las decisiones de la guerra y la paz, su se. Bélgica se halla en estado de guerra. La guardia
reunión era únicamente para recibir la noticia de la cívica será convocada, para que preste el servicio de
guerra, acordada por el emperador y el Consejo Fede- guarnición en las poblaciones cuyas tropas hayan
ral do Alemania,
y para votar los créditos militares. marchado á incorporarse al ejército.
En Rusia iba á reunirse la Duma. En Bélgica es- Inglaterra, protectora de Bélgica, hizo una ])re-
taban convocadas las Cámaras para el día gunta á
siguiente los gobiernos alenuin y francés para saber si
3 de Agosto. ambos países respetarían en sus operaciones de gue-
rra la neutralidad del territorio belga.
Era bien sabido por el gobierno belga que el Esta- El gabinete de Berlín no dio contestación.
do Mayor alemán preparaba algo contra la integridad Francia se apresuró á declarar que respetaría es-
de su territorio. En la frontera limítrofe de Bélgica y
crupulosamente la neutralidad del país vecino con
Alemania se amasaban las tropas imperiales en mayor arreglo á sus deberes de potencia civilizada, cumpli-
número tal vez que en la frontera de Francia. dora de sus compromisos.
El barón de Bracqueville, presidente del M. Klobukowsky, ministro de Francia en Bruse-
Consejo
de ministros, declaró en Bruselas su convicción de las, visitó áM. Davignon, ministro de Negocios Ex-
que el territorio
belga no sería violado. Resultaba tranjeros, para hacer constar que el gobierno de la
96 VlCftNTE 13LASCO l!;ANI-"7

.MAMl-Kf^TACllIN LlE KNTLSIAS.MU lí.N SAN l'lí lURSUUKÍiO CON MOTIVO DK LA liriílUiA (Küt. Ron

líopública iVunocsa, rcpiticiuli» una voz más sus an- deras, se destacaban sobre esta ma.sa enorme de ca-
teriores (leolaraf'iones, respetaría la neutralidad del bezas.
territorio I)elfj;'a en el easo de un cunflicto internaeio- Los diarios rusos mostraron A mismo entusiasmo
nal. Solamente en de qu(! esta neutralidad
la hipótesis en sus artículos.
no fuese respetada por otra nacióu, el gol)ierno fran- La Xoroic ]'rriii¡(i de San Petensburgo:
cés examinaría (jué medidas debía adoptar en interés Va cnutra las
;i rcalizarsi' el ataí|Ui' ilr las f riliiis iz-cnnáiiii-as
de su propia defensa. triliiiH i'.sla\as. AliMiiaiiia acaba ilc doularar la j;aii'rra ;i U'iisia.
D
V\\ ji'i^aiitc iiiarcha contra otro ^•ifi-anto.

VA entusiasmo aumentó en San I'etersburgo el 2 de Detrás (le nosotros <'stá todo el mundo eslavo. (|ne defende-
remos eon nuestro cuerpo ante el avance ile la l'rusia armada.
conocer la muchedumliro la declaración de
Aj;'osto, al
Todos los alemanes desean la ruina de K'usia \' de los pue-
guerra lanzada por Alemania. lilos eslavos.
El zar, en su calidad de generalísimo y de jefe su- Ksta jiMierra no es una fruerra santa ni una i;-uerra ¡lolitiea.

premo de la religión ortodoxa, lanzó en las primeras Es la lucha de. dos razas.
horas la siguiente proclama á los ejércitos rusos de ¡Valor, ])ueblo ruso, en esta hora LiTaiKlel \as á delender
á toda la le-jión de n:ieion;didades eslavas, aplastadas bajo la
mar y tierra:
presión t;-ermánica hace sig-lo.s.
«Con calma y dignidad, Rusia, nuestra gran pa-
tria, ha acogido la noticia de la declaración de guerra. La PdJühra Confc/iiporduco, periódico radical, re-
»Que ella se muestre serena y digna hasta el tinal. conoció los esfuerzos heclios por el zar para mantener
»Yo declaro solemnemente que no liar(' la ])az la paz:
hasta que el último soldado enemigo haya salido de
Ante el munilo entero y ante nuestra ¡iropii conciencia de-
nuestro territorio. Me dirijo á todos vosotros, repre-
claramos ([ue los rusos no son los aiiTcsores.
sentantes de mis queridas tropas de la Guardia y de Nosotros nos delendemos. Defendemos el honor de nuestro
la circunscripción de San Petersburgo, y en vuestras país, la vida y los l)ienes de h)s rusos.

personas á todo mi ejército reunido, unánime y fuerte Todos los ciudadanos, luiidos jior un mismo seutiunento.
como un muro, para daros mi bendición cu esta obra llenos de fe en la victoria \' la leiritimidad de una caiisa justa,

de la guerra. >> cnm|ilinin su del)er en el punto (|Ue se les desit;-ne,

Por la tarde a])arecieron en el gran balc(in de


Kl Kopo'ika de San Petersburgo:
palacio el zar y la zarina, mientras los grandes du-
Nuestro corazón no ha de traicionarnos al vernos enfrente
ques y los dignatarios de la corte ocupaban las ven-
de las l)ayonetas alemanas. Con toda nuestra fuerza nacional
tanas.
las repeleremos.
La muche<lumbre hizo á los soberanos una ovación El pueblo ruso, convencido de la justicia de la obra que
delirante. Los retratos de Nicolás, rodeados de ban- emprende, y conscientemente orgulloso de la grandeza de esta
HISTORIA DE I. A GLIERR\ EUROPEA DE 1914 97

El. ZAR ÜEVISTANDO A LAS TROPAS (Fot. Meurisse)

ludia. lli'VMi-á i'n alto su liauílrní hasta clavarla sobre las ruinas de un deber eou los amig-os \- üanado también por el instinto
del ^(niiauisnio niilitarist;i. de la defensa personal. No jiueile jiermanecer en actitud pa-
D
siva, contemplando con los lira/.os cruzados á sus amigos, (|ue
do Inglaterra caldearon su
Lo.s pi'iucipalos diarios se hallan en peligro de destrucciini. porque si la fortuna de las

tono en vista de los sucesos. La carhiia egoísta obser- armas fuese desfavorable á éstos, cuyos intereses marchan d(^
acuerdo con los nuestros, entonces todo el mundo sabe que Ir
vada en los primeros días del conflicto fué desapare-
Inraria el Inrno (Ir si'r ilrslri'irld á hi (fran BretaJia en una
ciendo á impulsos de una inquietud creciente, moti-
scgudda ijiivri-u. y nadie ¡erunldria el hricn para salvarla.
vada por los atrevimientos de Alemania. En este momento lo que interesa más á los ingleses no es
á la opinión inglesa que todo la paz— por mucho que la amemos—, sino la ley de la conser-
Empezó comprender
vaciiMi personal, que es común á toda la humanidad, fna
cuanto luciese Imperio alemán contra Francia sig-
el
nificada desprestigio y debilitamiento para Inglaterra. guerra contra nuestros anúgos poiulrá realmente nuestra se-
guridad en tanto peligro como la suya.
Un trastorno en el equilibrio europeo redundaría cu Sobriamente, pero con resolución, desempeñaremos nui'stro
daño del poder británico. papel, si es preciso, en ese encuentro sin ¡¡n^cedentes. Y si nos
Sir Edward Grey había sintetizado esto eii breves vemos obligados á- intervenir, el país entero. 6 sea todo el Im-
palabras. perio británico, no economizará sacrificio alguno par-iV-.salir
— El gran error de Inglaterra dijo

cuyas conse-
— ,
victorioso de una lucha que poilria amenazar nuestra existen-
cia na<'ioual.
cuencias tocamos ahora, luó permanecer indiferente
en 1S70. El Shíinhiril apreciaba :*un una clarividencia aná-
Muchos conservadores persistían en sus propósitos loga l;i necesidad de (h'leiidcrse en (]Ue se hallalja In-
de no intervenir, dejando correr los sucesos del con- glaterra:
tinente. Su conducta era semejante á la de ciertas aves
Hoy esperan con angustiosa in((uietud la señal de la guerra
que, al a[)r(j\imarse idpeligro, ocultan la cabeza bají) d(pscientos inillonesde per.-'onas, y se pregunt.au si en el último
el ala, creyendo que se libran de él no viéndolo. niinutii no [mdrá triunfar l.a raziin. l)esgraeiailaniente \\'\ ha\-
Sin embargo, el Times, órganij mesurado y ]irii- ninguna espenuiza de que asi sea.
dente de la burguesía inglesa, al ver próximo el rom- Tna pronta decisión del (iobierno de Su Majest.ad podri.a t.al
vez con.servar l;i paz. Si esto no es posible, no hay entonces otro
]>imiento de las hostilidades, dijo así:
recurso (jue esperar los primeros n'sultados de la guerra.
En aún no (IcscspcranidS complotainfiitr
esta hora tarilia Los ingleses opinan ((ue la (¡rau Urctaña debe mantenerse
de poder evitar la suprema catástrofe. Pero si ésta lleya. la al lado de Francia, lo quií signllica imi las circunstancias actua-

política que en último caso d(íbe adoptar la Gran Bretaña es les estar al lado de Rusia, l.a decisi()n que más arriba reclama-
clara y evidente. mos del (iol)ierno es que anuiu'ie en téruúnos precisos que está
Nuestro país tirará de la es]Kida eou la repuirnaneia más ex- al lado de Francia, y que respondiendo á la movilización de
trema y sin animosidad algaina, solamenti' [lor el cunipliinieuti) Alemania \a á orilenar la movilización de l;i marina ing'lesa,
\i
9S VICENTE BLASCO IBAÑEZ

l;i movilización del ejército territorinl y el oiivio ;il cnntiiH'utc


Algunos diarios, al mismo ticuipo ijuc declaraban
un cuerpo expedicioiKirio. lis el luiieo medio de d;ir un su eu resumen de todas las
porvenir, hicieron
(le fe el el
ii
poyo efectivo á Fnincin, pues el cuerpo expedieiounrio del)e á
falsedades empleadas ]ior los enemigos para llegar
encontrarse cu linea con el ejército francés <lescle que se ini-
la guerra.
cien las operaciones, so pena de llejrar demasiado tarde.
VA iluslre dipldmáticn M. l'irhi'm fué r\ (jue sinte-

La petición del Stinuhird era la iiiisnia cjue el pre- tizó de un modo más ciin¡¡)leto y convincente las ma-
sidente Poiacaré había hecho al gobierno inglés por las artes y tortuo.sos proc-edimientos de la diplomacia
medio del embajador en París. alemana:
Perogabinete británico no se atrevía aiin á
el
I más tarde, se purdan cciutar Ins orígenes de la irní'-
'niindo.
mostrarse resueltamente apoyando á Krancia. rra (pie Alemaina aeal)a de desencadenaren iMU'oiia. lialir;i(ine
Los periódicos tenían una opinión. La gran masa hacer un esl'uery.o para ci r en tanta duplicidad \' tantos ma-

no tenía ninguna ni nmstraha interí's ])iir


el conllictu. (piia\ eiisnios. lla.v (|ue lialier sido tcstijíos de todas estas falsc-

m, m HLICO DE I.llNnUKS CLI.MENTANDO LAS l'UIMKKAS NOTICIAS liKI.ACIUN ADAS CON LA (_U LlíliA

Alia no veía lo peligroso que era para la dndi's para poder aei'iitar (lue son [«isililes en nuestra éjjoca y
integridad
de su patria. en nuestro estado de civilización.
D l'iir una serie de rinliii.sniílds trnliltirus. el g-oliierno del em-

perador Guillermo ha em|)ujado á los i)uehlos á de;i-üllarse,


El 2 de Agosto la ])rensa de París salud() la movi- cuando no deseaban mas (lue vivir en pa/. y trabajar iior el
lizacióny el peligro nacioual con palabras de ferv(}- bien de la humanidad.
roso entusiasmo. hecho por la complicidad alemana
lüiibnsrnda. el ulliiiiatniíi
y austríaca, enviado á Servia en una forma ]iremeditada-
y
Este entusiasmo vibrante no fuó mas (jue un reñejo
niente inaceptable, por su carácter injurioso.
del que se había desbordado durante la noche anterior
Eínhimnula. las protestas dul/.onas del g-obierno alemán, cu-
por las calles de la capital y que se prolongó en la yos representantes juraron siempre ([ue no haljia en el mundo
mañana del domingo. potencia más interesada (|iie la suya eiifruardarla paz de Kuropa.
La muchedumbre, reservada y prudente hasta poco Einhosradtt, la invitaciiín que Alemania nos dirigi(j para

antes por miedo á estorbar las negociaciones del go- (|ue nos uniésemos á ella y juntos interviniésemos cerca del
{robierno de San Petersburfi-o. mientras ¡(ue por otra parte se
bierno, se lanzó á las manifestaciones patrióticas con ncii-aba á inttuir con su aliado de Viena. Los hilos de esta co-
verdadero frenesí. media eran demasiado visibles, ."^u linalid.ad era comi)rometer-
HISTORIA DE LA GUERRA ELlROPEA'DE 1914 99

llii.'í en lilla actitud l'alsa auti' líiisia. iiiirslra ainin-a \' aliada.
i'ii di'ti'iiiii'iitii iiiu'stni y sin más ntilidad (|iii' lialicr sci-n ¡dn a

nncsti'iis ad\i'i'sariiis.

lúiihiisriiilii, las espei'as iiiteniiiiialilcs del g-iil>iei'no lU^ lier-


liii para hacer fracasar los pnn'cctns de iiiediaeiiin di^ IiiLila-

terra y ¡lara impedir ((iie se realizasiMi -tiim;iiidii el aspecto de



protegerlas las ciin\ crsacienes directas iMitre Austria \ líiisia.

Se sabe yn. de un iiKiihi iiuludalile. (pie Alemania es la i(ne á


última hora, ha obliii'ado al (ioliieriio de Vieiia á ri'idiazar la for-
mula de ccuiciliaciiin, que ^'a Contaba coa el asentimiento de
líiisia y de franida.
Iü/ihiisciiil(i ,
la nota conminatoria transmitiiia por M. de
Si-hoen, con la cual se nos ]ioiiia en el caso de renunidar á nues-
tra amistad con Kusia deminciando el tratado franco-ruso, (i de
deidararuos prontos á entraren campaña al lado did emperador
Nicolás. Esto último con (d Illali^;alo proposito lie liaca'rnos apa-
recer á los ojos de Iiifi'laterra como los \crdadi'ros autores ibd
eonllieto eiiro]ieo.
lüiihiisrudu, la declaraci(Ju de g'iierra á Kusia en el mismo
momento i[ue se continuaban las iiegoídaídones con iiii.n
es|ie-
raiiza de soliudón pacilica.
Eiiihiisniíld . la .apertura de las liostilidailes coiitiM nosotros,
en nuestra fronti'ra. antes de i|Ue ha,\M ocurrido el rompimiento
diplomático con el cual se nos amenaza desde hace tres dias.
sin Ueii'ar á formularlo y sin dejar \wy esto de violar en muchas

¡lartes nuestro territorio.


Kiiihnxcddd id p ISO de las tropas alemanas \ miiuieioues de
.

liueriM por el tei'ritorio de iin pais— (d l.ii\embiir_;o — iMiX'a neii-


tralidail ha ji'arantizado l'rusia lo mismo (pie nosotros.
Puede decirse ipie ho_\ el la'didjre o-dp,. ili>, l;i falsitieaidon

ilid li'lriiraina hecha, por Bismarck. ha siilo sobrepa-


de En/.s,
sailo. l'rusia para atacarnos cu bSln «(iie la gaierra. hii-
esperi'i
bii'se sido declarada. Se limitii. ]i:ira haciada ine\ italilc. á ein-
ple.ir proia'dimientos di- falsitie.aeioii ipie l.a Historia \ la con- Hl. I.IMIN INail.lóS. ;.llUU.Mnill (i DHSPIERTO?
cienid.a humana han ealilicailo liaia' tiempo. (Del The Iluslamler)
.Ahora ma(|uin.ación alemana resulta m.-is (idiosa. Kntre
la

las m.anioliras eriuiinales de 1S~() _\- l,is de lid existe toda la I


rra se vieron otros actos contra el derecho de gentes
dil'eriMKda (pie separa (d genio de liisnnind^ de la medioeridad
y las prácticas militan-es todavía más inauditos.
raliiosi y saUaje de sus sucesores.
En las primeras horas de la mañana del '2 de Agosto
llegaron á París noticias de la frontera anunciando el

avance de los alemanes.


Penetraron por varios puntos, sin encontrar nin-

Primeras hostilidades. — Los grandes sucesos


gún obstáculo inmediato, pues, como ya se dijo, el
gobierno para evitar incidentes, había hecho
franci'S,
del día retroceder sus tropas de cobertura á ocho kihjmetros
de la frontera.
La gU(M'ra ilc l'Jil omjjozú uo una lornia iiuiioa Las patrullas de caballeí ía alciuana avanzaron unos
vista. cinco kilómetros nuis allá de la línea divisoria.
Tiidus lo.s
pueblos, i:'u la.s diversas edades de la His- Un grupo de huíanos intentíJ apoderarse de la
toria, hau considerado (|uc la guerra tiene sus prác- aduana de Petit-Croix, en el territorio de Belfort. (|uc
ticas,su cortesía, como las flemas relaciones luuua- estaba guardada por un destacamento de infantería.
nas, y faltar á ellas es un motivo de deshonra. Jamás Al hacer fuego los alemanes, los franceses contesta-
entraron cu lucha dos naciones sin avisarse previa- ron, entablándose un combate (jue (lió por resultado
mente próximas hostilidades con una dechiracii'm
las la retirada de los invasores, dejando sobre el campo
formal ó con la retirada de sus representantes. Hasta varios muertos y ])risiiuieros.
his tribus salvajes, cuando desean combatirse, !o anun- Cerca de .louclieray, una patrulla de caballería in-
cian antes por medio de emisarios. vasora tro|)ezó con un grupo de soldados franceses.
Alemania im¡)lanti) un procediinií'utii niie\'o en El oficial alem;in mati) (h; un tiro de revólver uno ;i

1911. Sus tropas invadieron r\ territorio de Francia de éstos, y á su vez un compañero del caído lo nuito
cuando aún no había hecho ningnuia (hiclaración de á él, huyendo á todo galope el resto de los jinetes.
o'uerra al gobierno francés y su embajador estaba to- Otro grupo de franceses, registrando los bosques
davía en París. en los alrededores de Belfort. hizo prisioneros á dos
Nunca se había visto iniciarse una campafia de huíanos (jue habían pasado la frontera como explora-
tal mudo. Hien es verdad i|ni' en id ciu'so de esta o'ue- dores.
100 VICENTR IM.ASCO IBAÑE2

las balasalemanas y francesas, soldados de ambas na-


cionalidades estaban muertos á aíjuellas horas en la
frontera, y el embajador germánico [)('rmane(na tran-
quilamente en París, como si los tiempos fuesen de
paz y ambas ])(itoncias viviesen en las mojoros rela-
ciones.
Su situacii'in era violenta. Todos se pregiiutaban
el significado de esta conducta inexplicable.
^I. de Schoen obedeció indudablemente .-'i las mali-
cias del gabinete de Borlin al retrasar su salida de
l'.-ii'ís. l'T
gobiernii alenifiii necesitaba una justilieaeiou
do su guerra contra Francia. Los múltiplos y repro-
Ijables medios que empleó para ello demuestran la

intran(|uilidad de su conciencia, la escasa convicción


(lo ser creíilo por el mundo cuando alirnuise ijuc había

emprendido la guerra contra su voluntad, el deseo do


|ir(iv(icar un incidente diplonnitico para poder decir

qu(! Aloniaiiiu era la agredida y im la agrosiu'a.

El embajador permaneció en París todo el tiempo

que le fué posible después de iniciadas las hostilida-


des. Modificando sus costumbres, procuró exhibirse
en busca de un atropello, aunque escogiendo los sitios
M. DV. SCIIUKN de exhibición para que el atentado contra su pm-sona
Embajador de Alemania en Purls no resultase demasiado grave.
Va\ plouo conflicto fué á comer en uno di' los círcu-
l'ii
])elüt('Hi ;ilem;íii del ó." re¿^imi('iito cío cazadoros los más aristocráticos de París, esperando sin duda un
(lo caballería llegó ca su avance hasta el ]nicblo do insulto de los socios. Éstos, con un tacto y una digni-
Siiarce, cerca de Bclíürt. El alcalde estaba hacierulü dad unánimes, se limitaron á retirarse, dejándolo solo
cu a(]uel inoiucnto la rcijuisa de los caballos destina- en (d comedor.
dos al ejercito IVaucós. Los invasores se apoderaron de l'',l
palacio do la oml)ajada. en la rué do Lulo, tiene
ellos, y haciendo prisioneros á varios hombres de la un ani]ilio jardín. El end)ajador, contra su costumbre,
localidad, los obligaron ú condui'ir los caballos hasta en vez do pasear por id. paseó solo por la oalle. á la
el otro lado de la frontera. hora en que el ontnsiasnio patriótico se desbordaba
Por llegó á París la noticia de qao lus
la tarde por todo París dando mueras á Alemania y á Guiller-
alrnianos habían violado la nontrulidail del Gran Du- niu II. Poro nadie se fijó en este señor, que paseaba
cado do Luxoniiiurgii. ]io(di(i
(juo roiatarenios más ade- su calle de un extremo á otro, como un vecino impa-
lanto. ciente que aguarda algo. Los únicos que le conocían
o
eran los ])olicías secretos, encargados ])or el ministro
En este mismo día, «d end)ajad(ir M. de Schoen vol- del lutoriur do velar jior su seguridad y (juo no le per-
vió á visitar á M. Viviani en el ministerio de Nego- dieron de vista, siguióndido en todas sus evoluciones.
cios E.vtranjoros. Todos creían que esta visita ora La provisión y la habilidad del gobierno francés
])ara roclauíar sus pasaportes y salir do Francia. l)os- supieron desbaratar esta mai|uinacióu alemana y otras
))U(''S
de lo ocurrido oii la frontera no ora jiosible oti'a muchas encaminadas al hallazgo dé un pretexto que
conducta. modificase su actitud agresora. Schoen, quedándose
Sin embargo, el dijdonuitico ali-iu;ín habló vaga- en París, no sabía cómo justificar su salida, ni su go-
mente de !a situación, repitiendo una vez más que su bierno encontraba un medio digno para lu doídaraoiun
gobierno no quería la guerra, y se retiró sin decir de guíM-ra.
nada sobre su próxima marcha. La Cdhduefa ilipliuiüitioa do Austria fué' tan ab-
El gobierno frano('s había ordenado á M. .IuIíd surda comn la d'd luipeiáo aliado. VA onil)ajad(>r aus-
Camliou, su embajador en IJerlín, (juo pidiese sus pa- tríaco permaneció en París hasta que el gobierno fran-
saportes al gobierno alemán y saliese de Alemania cés tu\ o que uuinifestarle que se marchase, con ruda
coa todo el personal de la embajada, en vista de que franqueza.
las hostilidades empezaban en la frontera. Los archi- Con Rusia aiin fué más escandaloso el proceder
vos de la embajada debían ser conliados al embajador diplomático del Imperio austríaco. El era el verdadero
do los Estados Unidos, que se encargaría igualmente culpable de la guerra, al menos aparentemente. Su
de la protección de los franceses. negativa á entenderse con Husia había agravado el
En cambio, M. de Schoen no manifestaba ninguna conllicto; y sin emliargo, despuí's (juo su aliado (d Im-
intención de retirarse á su país. Se iiabíau cruzado ya perio germánico iiubo doclara<lo la guerra al Imperio
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 101

ruso, toilavía el cmbajailoi' austriacij siguió en San

Pctersburg-o, sostoiiiemlii las ivlacionos diplomáticas


entre ambos países.
ílsta pondiicta extraña obedecía, como hemos di-

cho, al deseo de pudiT hiigirse agredidos ante la o])i-

nión del mund(.i, manteniendo sus representaciones


diplomáticas en liis países atacados, á la espera de un
incidente personal, l'ei'o tambií'n obeilccía una astu- i'i.

cia diplonuUica, ó más exactamente, á una artinuiña


do leguleyo.
El tratado de la Triple Alianza obligaba á Italia á
marchar uni(hi cnn Alemania y Ansti'ia, pero sola-
mente en caso de agresiiín manifiesta de otra ])oten-
cia, y para una guerra defensiva.
Nadie hai>ía agredido :i los dos Inii)erios; ellos eran
los (jue coulhigrución eurojiea. Pero los
provocaban la

verdaderos representantes de la Triple se desesperaban


de ser dos nada más, á pesar de su título.
.\1. JCl.KJ ca.misdn
(iuilb'rmo 11 había contado siempre con el apoyo
Embalador de Francia en Berlín
de Italia para la dominación del iSIeditcrráneo y para
distraer una gran parte del ejército francés, obligán-
dob.) á defemler la iVontcra de los Alpes. La Triiile Alianza línií-amentc la obligaban á tomar las armas
Alianza necesitaba aparecer como agredida para obli- en el caso de una gue'rra dií defcnisa. Italia tenía la
gar á Italia al cumplimiento de sus compromisos. Su convicción de que la guerra iniciada por Austria en
deseo era que Francia fuese la primera en declarar la Servia,y apoyada por Alemania en Rusia, era una
guerra. ¡Conu) si esto bastase para convencer guerra ofensiva y so consideraba por lo mismo desli-
á la

opinión italiana, que sabía de qué parte provenía gada do sus promesas.
la

agresión, y á su gobierno, que había intervenido


sin El mismo día el marqués Aq l^nspoli, encargado de
éxito en las gestiones de paz!... negocios del gobierno italiano en París, visitó á nnju-
Italia cortó resueltamente estos manejos, encami- sieur \'iv!ani para notiticarlc la ncutralilad de su
nados á arrastrarla adonde no quería ir. naci(íii.

El marqués de San (líuliano, ministro de Nego-


cios Extranjeros, hizo saber el mismo día '2 al emba-

jador de Alemania en Roma que Italia permanecería A las siete de la tarde, el mini.stro de Alemania cu
conu) país neutral, jtaes sus compromisos con la Tri])le Bruselas entregó al gobierno belga un ultlii/aftini de
su [¡ais. En él decía el gobierno alemán '^itc se hidiia

'/-•
enterado — así, sin más detalles ni ¡¡ruebas — de que im-
portantes masas francesas se estaban reuniendo en la
frontera de Bélgica con el propósito de invadirla por
Givet y Namur ])ara marchar luego sobre Alemania,
y que él se consideraba en la obligación de tomar sus

medidas defensivas, para lo cual rogaba al gobierno


belga que le hiciese saber, trufes de his siefe (Je la

maJiana ó sea en un plazo do doce horas si estaba — ,

dispuesto ú facilitarle sus operaciones dejamk) atrave-


sar las tropas alemanas por el territorio belga.
El gobierno de Bruselas contestó mostrando su ex-
trañeza ante la afirmación, sin prueba alguna, de que
Francia intentaba invadir su territorio. El gobierno
francés le había dado toda clase de seguridadtís de
que respetaría su neutralidad. En cambio, Alemania
aún no había contestado á la pregunta del gobierno
á dar
inglés, que deseaba saber si estaba dispuesta
iguales garantías que la República ¡lara el respeto de
,«¿^55^ la integridad territorial de Bélgica.

El kmseh.- ¡Socorre! ¡Socorro! Contestaba además el gobierno de Bruselas que


Italia. -No enllcndo el alemán. conocía demasiado v\ sentimiento de su digni-
Béla'ií'a

(Del (¡azetU-Timee, Pittsbiirgh)


dad y de sus intereses ])ara ])oder acceder asemejante
102 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
K" caso, las relaciones de amistad i|uc imhmi á los dos
y nJiusuba dccididaiuoiitij el iaciütar las
t:il
iiitiiiiacióu,
'''^^'"1"^ rrsultaráu más estivehas y ,lura1)les.
operaciones alemanas, proti'stando do toda viulacidii
do su territorio.
La nación belga estaba resuelta, por todos los nio- Iniitil comentar (d tono y los fines de este docu-

dios que tuviese á su alcance, ú defender su nentrali- monto inaudito. Nunca si' ha visto tanto cinismo y
dad, garantizada por tratajios que llevai)an la firma tanta soberbia en el atropello de un ])ueblo.
de Prusia. El motivo ("undumental dtd atontado no podía ser
Para una apreciación exacta de esto atropidlo. he nuis falso. Ali'uiania. para justifirar la invasimí (!e

aquí los textos oficiales del docununito ali'ncin y la Bélgica, Indjla en el docnmento deque le consta p(U-
rcsi)ucsta belga en toda su integridad: silgaras» (puí los tVanceses están reuidondo
< noticias

fnerzas importantes cu la frontera belga para inva-


El froliicnu) alemán ha r.'cibido noticias Sí'fi'uras según las dirla.
cuales las fuerzas francesas tienen la intencii'in de ni ireliru' solire Francia no tenía en esta frontera mas ijue lasguar-
el Mosa por (iivet y Naniur. listas noticias no ilej.in iluila alizuna
inciones ordinarias, y aun éstas disminuidas consi-
sobrí' las intenciones ile Francia de nnirchar contr.i Alemania
líl Gobierno imperial alemán nii puede
dcraldemente, ])uos todas sus tropas disponibles his
[lor el territorio ))elg-a.
menos de creer ([Ue Bélgica, á pesar de su buena voluntad, no amasó en el Este, ó sea en la tVontí.'ra de Alemania.
está en situación de repider i)or si misma un avaiu-e francés Precisamente el empeño de los alemanes de inva-
de esta importa nida. dir á Fraiiída ])or
Esto repres.'ut.i. con la frontera belga se
certeza suliidcnte. tuia.
basaba en la falla
annmaza dirigida con-
tra Alemani.a. y es un de precauciones de
(hdier imperiosn de la defensa francesa
conservaidon para Ale- ])or esto lado de su
mania pre\ cnir (d ata- territorio. Címfian-
que did enenngo. do en
101 (ioljieruii alemán
el respeto de
lament;n-ia nniy \ i\a- la neutralidail bel-

mentequi' Hélgica un- ga, garantizada por


rasecomo un acto de todas las potencias,
hostilidad eonti-a ella
Francia no poseía
el hecho ilc (|
ue las
en esta frontera
nu'didas de los enemi-
gos de Alemania obli-
una fortificación
guen á ésta á violar. mod.ernaninn cam-
l)or su parte, el terri- [lamcnto de media-
torio l)elga. A lili dr
nil
inqiortancia.
disipartoda coufiisiou.
Por oso cuando
el (iobierno alemán -MAUINOS INGLESES DISPARANDO INA AMliTHAI.l.ADOIt A
decda|-a lo siguiente: hubo de defenderse
1." Alemania uo se de la invasión "or-
pnipone ningún acto de hostilidail contra Bélgica, si Bélgica nnínica este lado. SUS tro])as. reunidas con re-
|)or
consiente, durante la guerra que \n á iniciarsi', en tomar una
traso, tuvieron qrio batirse en retirada hasta el cora-
actitud de ui'utralidad benevolente respecto á Alemania. El
zón del país, no pudiendo rehacerse y tomar la ofen-
(iobierno alemán, por su jiarte, s" comprometí', en id momento
de la paz. á garantizar cmi su ajun o el reino belga ^' sus jiose- siva mas que al tocar en su retroceso las orillas del
sioiies en toda su extensiiin. Marne.
'¿." Alemania se compromete, liajo la condiciiin enunciada. ¿Dónde estaban los cuerpos franceses de invasión
á evacuar el territorio lielga asi que la \y,v/. h:i\a sido lieclia. de que hablaba el i'Itimaf ¡ini alemán?... Es iniítil in-
:i." Si Bélgica observa una actitud amistusa. Alemania está
sistir contra las falsedades de dicho documento, obi'a
pronta, de acuerdo con Itis autoridade-; del (Iobierno belga, á
maestra de la mentii-a insolente ijue inspiro todos los
comprar con dniero contante todn lo que será necesario para
sus tropas y á indenini/arla ]ior todos los pierjnicios que pro- actos de la diplomacia alemaiui.
duzcan en Bélgdca. El gobierno do Bélgica dio su resimesta á Alema-
4.° Si Bélgica se conduer de un nioilo lio.stil con las tropas nia en la mañana did :} en la siguiente forma:
alemanas y opone parlicularmeute diflcultades á su avance.
¡lor una oiiosiídiiu de las fortificaciones did Mosa ó por la des- Por su Nota de 2 de Agosto de l'.ll-l. el Inbieruo alem;in nos
(

trucciüu de caminos, ferrocarriles, túneles ú otras obras péi- buce saber que, según noticias si'guras que ha recibido, las
blicas, .•Memauia se verá obligada á considerar á Bélgica como fuerzas francesas tienen la iiitemáou de nnindiar sobre el Mosa
enemiga. pm- (;i\ct \' Naninr. \ que Bélgaca, á pesar de su liiieua miIiiii-
Rn tal caso, Alemania no se coni|iriimi'terá á i'cspetar el reino lad. no se ludia en el caso de repeler sin recibir socorro el
belga, dejaudii la reglaineutiición ulterior de las relaciones en- avance de las tropas francesas.
tre ambos Estados á la suerte de las armas. El (iobierno alemán se considera per esto en la obligaeii'm
El (Tobierno alemán tiene
la justificada esperanza de que mi de iirexenir este ataque \' violar el territorio belga. Sobre estas
será asi. (iolderno belg\i sabrá tomar Indas las medidas
y que id condiciones pnqioue .\lemania al (iobierno del Bey adoptar
necesarhis jiara evitar (pie ocurra este choi|ue. con ella una actitud amistosa. \- se eomjiromete en el momento
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 103

lie l;i
[i.iz ;i Ll.ilMntiz.ir l.i ¡iitcLíl'iil.ni ilrl rciii(i,\ ilr sus pi iliii la oi'ilrii i\r inovili/.ariúii
|nilil¡caiiiciito gfíioral,
lii'S i'ii tmhi sil cxtriisiciu.
va
cuaiili) silhabían disparado sus Cusilrs cii la íVon-
1.1 Not:i iiñiuli' i(iii' si Üil^ii-.i "I"'""' avniícr
npdiH' dilii-iiltudt's al ^'vniiiv
^
.
".l';•"»^'";'^^'lconsidi'-
^^,j,,^
•'
1,;^ luilaaos asaltaban las aldeas IVanecsas.
do las tropas alriiianas. Ali'iiKiiua
,
se vera obligada a , ,, ,

l'n'tou.ha lloniostl'ar COll ostü, una VOZ lUas, SU C(3I1-


rarla ron luMi.i-a. dojando la nrl^mictari.m ulterior do las .

ivlarionos oiitro los dos listados ¡I la siierto do las armas. diciull de agTe'didí). Doscaba liaoor vci' quc cl Impcvio
Ksta Nota lia iH-ovooado 011 ol (¡oliiorno del li'i'.v iin.i iirol'iinil.i ali'iuáu i'ra el últiaio en prepararse para la guerra,
iutonoionos qiio atriliii\o;i
y (lolorosa ostiipi'í'aooión. l.as despiu's de K'usia, después Kraueia.
oll.i (l.'í

I-ranoia i'slaii oii oontradiorioi, ooi, las dooiaraoioiios lorniali^s


.y ^y movilización Había eilipeza-lo neultailicntc
1(110 nos lian sido lii'ohas ol I ." do Au'osln ou iioinliro do! ( ¡o-
el '2'>do .Iiilid. cuando to la la Miirupa vivía en ])az!...
bioruo do la líopublioa.
loilas l.is soguridados qiio nos ha
Y antes del '27), antes de ijiu' Austria presentase á
Aparto do oslo, si oo:itr,i
dado l''raiioia. ost I .atontase oontr.i niiostra ¡iitou-ridad \iolanilo Servia su nota amenazadora, en ios altos círculos ale-
nnostro territorio. lii'lLi'iea sahria oinnplir sos deberos ioteíaia manes l;i g'uerra era va cosa decidida. Todos los linan-
oitnialos su ejército oiioiiib-i;i ;il invasor la ni;is viyoro.sa ro-
y cieros (' industriales ijue torman la aristocracia del
sistonoia. Los tratados di' ls:!í), ooiiliiau.ados ¡mr los tratados
de 1810. consagran la indepemleocia y la nentr.ilidad de 1! 1- negocio en Alemania y rodean al kaiser como con-
gica. b.ijo la g.ir.intia de to is l.is potouoias. \ esii,_'oialmoiito
I sejeros y colaboradores, conocían la proximidad del
del Gobierno de S. M. cd ro.v do l'rusia. conriicto.

Hélgdca so lia uiostiMdo siempre liid á sus ol)lig;ic¡oiios in- Desde mediailos de Julio, las eumpafiías alemanas
teriiaeiouales. en ni- de seguros maríti-
pilo n do sus il elii'res
mos, esparcidas en
con un espíritu de leal
todo ol mundo, se
iiiip.a l'o ia 1 ida d y iio

ahorrando estuor/.o al- negaron á admitir


guno pan inantoiier \' nuevas opcracio-
hacer respetar su neu-
ui's.sabiendoloijuc
tralidad.
iba á ocurrir en los
El atontado contra
mai'os. Los Bancos
su ¡ndopendeiiei.i. euii
ol

(i
cpio li' ,imeiia/.a e|
o lii oi'iio a !• 111 a nI .
|1 ® ^.WM Ék del país se mostra-
iMii
parcos y reser-
constituiría iin.i il.i
vados en su tra-
grante violación del
bajo.
doroclio di' giaiti's.
Estallan en el se-
Ningún inti'ri's es-
creto de lo que pen-
tratégico puedo Justi-
ficar la violación del sabiisu monarca,
ilei'ocdio. llamado durante
Si el (iubioriio bolg.i
muchos años Gui-
aceptase las jiroposi-
eioiio.s ((lie lo han sido llermo «cl Paciñ-
MAIUNOS IN-lil.ESlíS COX LOS r.WONHS DV. DliSlí.MUAKC'O
notiHc.adas jior Aloiiia- cador».
nia. sacritic.aria id ho-
nor de sil iiaidon. faltindoal mismo tioiniio á sus deberes con
toda Knroii:i.
111
é'onsciente del ¡i.-iiiel quo desdo hace ochenta años dosom-

peña Bélgica en la ci\-ilizaciiiu del mundo, esto (ioliiorno se


resiste á creer que la indiqieiid-iioia belga sido
pueda ser ooii- La violación de Liixemburíío
servada á cambio do la \ lolaidon de su neutr.didad.
Si este atroiiello se eonsuniaso. el iobiíaaio belg'a está lirme- (
Kl ducado de i.uxeníburgo es un Estado iiidcpon-
mente decifjlidü á roindor jior los medios (| no estén ;i su lea neo .i
dioute desde IHliT.
todo atontado contra su derecho.
Durante Eilad Media perteneció á los cundes de
la.

Couu) consecuencia did iill ¡ukiI n m alemán, liigla- Namur, guerrearon incesantemente con los du-
ijue
terra salió de su actitud expectante. iju 's de Hravante por su engrandecimiento, hasta con-
A las siete de la noche había sido entrega lo id vertirlo en ducado. Después pasó á poder de la casa
referido documento al gobierno belga. A las ocho y de Hnrgoi'in y de ésta á la casa de Austria. Al ser de
media id Almirantazgo inglés lanzó la orden de mo- la dinastía austríaca fué de España, (]ne tuvo allí
vilizacióu de todos los hondjres de reserva de la Ar- por largos años una guariiicii'ui y realizó importantes
mada menores de ó.") años. Los reservistas marítimos eunstracciones.
debían acudir ininodialamente á sus puertos de con- Una parte del ducado se anexionó á la mouanjuía
centración. francesa ])or cesión de España, consignada en el tra-
A media noche la Ilota inglesa so reunió en la en- tado de los Pirineos, y es la (jue ahora se llama Ln-
trada del mar del Norte. francra. Por la paz de Utrecht el Luxem-
.rciuburf/o
Un detalle de la hi|)ocresía alemana, que casi re- burgo volvió á los Austrias de la ca.sa de Habsburgo,
sulta grotesco. En este día 2, el gobierno de Alemania y con los Países Bajos austríacos formó parte del
1C4 VICENTE BLASCO IB\ÑEZ

nuevo iTpai'fii did país. Tmla la jiartc occi-


dental del Luxemburgo, habitada por walo-
ncs, formó una provincia, incor]iorándosc
á Bé'lgica. El rosto, con la capital, volvió á
piidi'r
di' llnlaiida, prru cntraiidn en la Con-
fi'dci'acii'in germánica Uanuida del Sur.
(^•nrdaron así tros !,uxoniburgos: el franci's,
ijiii'
(hitaba del siglo WIl. r\ belga, y el

¡icijuoño ducado de Luxeniljurgo, con vitla


imlepondionto, ])cro sometido á la Confede-
ración germánica é indirectamente á Pru-
sia, i|Uo toiiíu 011 su iVirlalr/.a mi iiiíoli'o (U;

tropas coiisidorablr.
Al disidvorsc on J.SIW) la ('niifodoraciún

g"rni;iiiica delSur pnr la drn'ota do Aus-


tria en Sadowa. ol ducado (juotló en una

piisición anormal. No formaba ¡larto de la


iiuíiva (Junfoderacii'm ali'iiiaiia dol Norte,

dirigiila por la l'nisia triiuifanto, y sin em-


bargo las tropas prusianas continuaban
ocupando su fortaleza.
El gobioriiii francés se inquietó por esto,
coniii si ])rosiiitiose laguerra qui> ii)a á es-
tallar cuatro años dospUí'S. El Luxoniburgo
representaba una valiosa posición estraté-
gica, por los caminos (juo alluyou á id y
por sus obras de fortiiicaciih).
El gran Carnot había diclio (juo la ciuilail
de l.ii.vemburgo era la plaza más fuerte de
toda Europa después de (übraltar. El an-
tiguo castillo de los primitivos duques ha-
bía sido li'vantado en una meseta rocosa
al pie dé la cual se extendió la ciudad. Los
duminadores sucesivos fueron agrandando
esta fortaleza con nuevas construcciones,
ó tallando y ahuecando las rocas. Los es-

.MüVIl.I/Allll.N lili l.A AH.MAUA INGLliSA (Fot. Mcurisíicl pañoles hicieron importantes obras de for-

tificación, de las que aiin quedan restos;


Marineros despidiéndose de sus familias
luego los austriacos. y rmalmenti^ los iVau-
coses y los prusianos. El sistema do N'aulian
liii|ii'r¡ii ^•(riiiáiiicu ilo ciituiu'c.s. Las tropaíá IVaucesas convirtió el castillo de Luxemburgo en la plaza más
do hi lícvuluciüii lo concjuisturon on 17Ü5, y desde fuerte del corazón de Europa.
este año hasta primera caída de Napoleón, en IHl 1,
la Las gestiones dr Francia para recobrar ol ilucado
fig'iiró como provincia de Francia. El Congreso de comprando sus derechos al rey do Holanda ]U'ovoca-
Viena, al hacer el nuevo reparto de Europa, lo adju- ron una conferencia diplmnática reunida en Londres.
dicó á Holanda, siguiendo en esto la misma suerte de En ella si' lirmó el tratado de 1'2 do Mayo d(! IS(i7, por

Bélgica. En sublevarse los belgas contra la


\h:]{), al elcual quedaba reconocida la indo|)oniioiicia jiolítica
dominación holandesa y conseguir su independencia, de Luxemburgo, con el título do (¡ran Ducado. El rey
los habitantes de Luxeniburgo so unieron con entu- de Prusia figuró entre los Hrmantes del tratada, cdiii-
siasmo á este movimiento. Sólo la ciudad de Luxem- ])romotiéndose á retirar inmediatamente sus tro])as do
burgo, cajiital del ducado, con su temible castillo y la fortaleza do Luxemburgo.
i'uortcuiente g-uarnecida, se mantuvo fiel á la domina- Como la existencia de esta fortaleza era el principal
ción holandesa. Todo el resto del país se incorporó al motivo de los deseos de anexión de las naciones vecinas,
nuevo reino belga, nacido del movimiento revolucio- el tratado de Londres consignó que debía precederse á
nario do IHSO. su desmautelamionto. Así se hizo. Hoy los antiguos ba-
Esta situación fué prolongándose durante nueve luartes están convertidos en paseos floridos. La hiedra
años, hasta que en 1S89 pudo realizarse por mutuo y otras ])lantas trejiadoras cubren con Tin grueso manto
acuerdo, entre Bélgica y Holanda, reconciliadas, un do hojas los arruinados murallones (juo aiin conservan
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE

m
1914 105


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1-1^
106 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

vestigios de los escudos de armas de Espaüa y do mán, la industriaalemana, las compañías de ferroca-
Austria. rriles con residencia en Berlín, han invadido el país,
Un puente moderno, de atrevida y graciosa cons- no dejando espacio para los naturales de él ni para las
trucción, puente Adolfo, une la meseta en la que
el empresas de las otras naciones limítrofes.
estuvo la antigua fortaleza y está actualmente el pa- — —
¡Qué calamidad los alemanes! dicen los pacíficos
lacio ducal con la estación de ferrocarril, que es el habitantes de antiguo origen luxemburgués Viven — .

edificio más importante de la ciudad. aquí como si estuviesen en su casa. Lo poseen todo: el
Si Luxemburgo tuvo valor en otros tiempos como gran comercio, las fábricas, los bancos, los ferroca-

plaza fuerte, lo tiene ahora como lugar estratégico. rriles.Nosotros intentamos defendernos con nuestro
Cuatro vías férreas de gran movimiento afluyen á la trabajo, ¡pero qué podemos hacer contra esta corrien-
ciudad, haciéndola servir de intermediaria entre Fran- te!... Somos un país de agricultores y de pequeños

cia, Bélgica y el Imperio alemán. propietarios. Los capitales alemanes afluyen aquí y
nos sumergen. Compran todo lo que está en venta;
subvencionan toda clase de empresas, siempre que
Los prusianos abandonaron el Luxemburgo contra tengan alemanes al frente; se apoderan de nuestras
su voluntad y con visible despecho, por cumplir el minas para explotarlas con las ventajas que propor-
cionan los capitales enor-
mes.
Los habitantes del Lu-
xemburgo liablan dos idio-
mas: el alemán y el fran-
cés. Los alemanes preten-
den que son de su raza, que
forman parte de su pueblo,
y por lo mismo sólo deben
usar el idioma germánico.
Por una protesta instin-
tiva, los luxemburgueses
emplean con preferencia el
francés, se valen en sus
transacciones comerciales
(le la moneda de Francia,
y en los escaparates de sus
librerías figuran los libros

y revistas de París en ma-


yor cantidad que las publi-
caciones de Berlín.
VISTA GBNBRAL DB LUXBMBURGO El idioma francés no
les recuerda únicamente á
tratado de Londres. Pero al retirar su último soldado Francia. Es la lengua de otros vecinos con los que
comenzaron una segunda invasión, la económica, abu- vivieron hace ochenta y cuatro años, luchando jun-
sando de la modestia de recursos en que viven los tos por la libertad: la lengua de los belgas, que han

hijos del país. formado una patria mucho más extensa que la suya,
Los luxemburgueses sólo son agricultores. Ade- pero igualmente amenazada en su independencia por
más, la propiedad del suelo se halla muy repartida, la soberbia de los alemanes.
lo que asegura un mediano bienestar á todos y hace

que no conozcan la verdadera pobreza, pero al mismo


tiempo impide la formación de grandes capitales que El sábado 1.° de Agosto, á las siete de la tarde,
son necesarios para las explotaciones modernas. tres automóviles llenos de soldados germánicos, pro-
Alemania procedió malignamente, como es cos- cedentes de Wemperhardt, se detuvieron ante la esta-
tumbre en su diplomacia, al incluir al Luxemburgo ción luxemburguesa de Tres Vírgenes, en la línea del
en el Zollvercin ó unión aduanera germánica, con ferrocarril de Lieja á Luxemburgo.

pretexto de proteger su vida económica. Un oficial, revólver en mano, entró en la oficina


El Gran Ducado es libre políticamente, pero sólo telegráfica, manifestando al jefe que iba á ocupar mi-
de nombre. Unido por los lazos económicos á este ve- litarmente la estación. Hubo un violento altercado
cino poderoso, sufre su influencia á todas horas, se entre el oficial y el empleado del ferrocarril. Este úl-
siente ahogado, absorbido, vaciado, como un molusco timo, en el curso de la disputa, se apoderó del apa-
entre las garras de un pulpo enorme. El comercio ale- rato telegráfico y lo inutilizó arrojándolo al suelo
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 107

para que no pudiesen servirse de él los inva-


sores. Eldestacamento se apoderó de la esta-
ción, expulsando al jefe.
Por la noche, el gobierno de Luxemburgo,
enterado del suceso, dirigió al ministro de Ne-
gocios Extranjeros de Alemania una. enérgica
protesta por esta violación de territorio.
En las la mañana del 2 de
primeras horas de
Agosto recibió aviso gobierno de que otra
el
invasión se estaba realizando por el ferrocarril
que va de Luxemburgo a Tréveris. Cuarenta y
un automóviles llenos de oficiales alemanes y
escoltados por un escuadrón de huíanos pasaron
la frontera, entrando en el territorio luxembur-
gués, al mismo tiempo que avanzaban por la
línea férrea tres trenes blindados con dos regi-
mientos de infantería. RUINAS DE LAS ANTIGUAS FORTIFICACIONES

El comandante Van Dyck, jefe del cuerpo


de voluntarios de Luxemburgo, salió al encuentro de La joven duquesa, llorando de cólera, tuvo que retro-
los invasores llevando por escrito una ceder obedeciendo los ruegos de sus allegados.
protesta del
gobierno. El jefe de las fuerzas alemanas, coronel Poco después de las nueve se presentó en el pala-
Von Baerensprung, leyó la protesta y dio recibo de cio el coronel Von Baerensprung, siendo recibido
por
ella, declarando que sus órdenes eran de seguir ade- M. Paul Eyschen, ministro de Estado y presidente del
lante, aunque tuviese que emplear ¡a fuerza. gobierno de Luxemburgo.
Antes de cuarenta y un automóviles
las nueve, los El jefe alemán manifestó que sus órdenes eran de
de oficiales penetraron en la ciudad de Luxemburgo ocupar la ciudad, apoderándose de las líneas férreas,
por el arrabal de Clausen, al mismo tiempo que echa- así como del servicio de correos
y telégrafos.
ban pie á tierra en la estación los soldados del primer Fué inútil que el ministro alegase la neutralidad
tren blindado. del Luxemburgo establecida en el tratado de Londres
La gran duquesa de Luxemburgo, María Adelaida, de 1867, y que estaba garantizada por el reino de Pru-
joven soberana de veinte años, se indignó ante el sia, así como por Francia, Austria, Inglaterra, Italia,

atropello, intentando una protesta de femenil heroís- Rusia, Bélgica y Holanda. Este tratado dice así:
mo. Al ver la capital invadida por los prusianos, salió
del palacio en su automóvil é hizo que éste se atrave- Art. 2." El Gran Ducado de Luxemburgo formará en ade-
sase en el puente Adolfo, creyendo que su presencia lante un Estado perpetuamente neutral bajo la garantía de los
contendría el avance de los enemigos. gobiernos de Francia, Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia.
Tendrá la obligación de observar igualmente esta neutralidad
Al llegar el primer grupo de alemanes el oficial
con todos los demás Estados.
trató á la soberana como á una simple particular, or- Las altas potencias contratantes se comprometen á respetar
denando imperiosamente que dejase libre el paso. Ma- el principio de neutralidad estipulado en el
presente artículo.
ría Adelaida quiso protestar alegando sus derechos,
y
el oficial por toda respuesta la
apuntó con su revólver. El coronel alemán, después de oir la protesta del
gobierno, se limitó á responder que él cumplía
las órdenes desu soberano.
M. Eyschen envió entonces la siguiente co-
municación á M. Viviani como ministro de Ne-
gocios Extranjeros de Francia:

Tengo honor de poner en conocimiento de Vues-


el
tra Excelencia los hechos siguientes:
El domingo 2 de Agosto, en las primeras horas de la
mañana, las tropas alemanas han penetrado en el terri-
torio luxemburgués por los puentes do
_ -
tX Wasserbillig y
de Kcmich, dirigiéndose especialmente hacia el Sur
del país yhacia la ciudad de
•-.-.i^íflft Luxemburgo, capital del
Gran Ducado.
Cierto número de treues blindados, con
tropas y
municiones, han avanzado por la vía del ferrocarril de
Wasserbillig á Luxemburgo, y se anuncia la próxima
llegada de muchos más.
*"
! ;.'
'• :.: •;

KL l'UKNTE ADOLFO Estos hechos son maniflestamentecótítcarios 4 lit


108 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

ban explotadas por empresas alemanas, dando á en-


tender con esto que eran de pertenencia del Imperio
alemán, el cual podía disponer libremente de lo suyo.
La contestación de Von Jagow á la protesta del
gobierno luxemburgués fué más digna aún de la diplo-
macia alemana.
Días antes, los espías prusianos, que abundaban en
el
Luxemburgo, habían lanzado en los diarios de Berlíu
la noticia de que 050 ciclistas militares franceses ibau
á invadir el territorio del Oran Ducado. AL Eyschen
hizo desmentir esta noticia en el mismo Herlín. Nadie
había visto en la frontera del Luxemburgo tales ciclis-
tas. A los dos días nueva invención de los espías del

gobierno alemán, publicada igualmente por los perió-


dicos berlineses. Varios cuerpos de ejército franceses
habían invadido el ducado del Luxemburgo, incen-
diando la capital por los cuatro costados, devastando
los campos, destruyendo las vías férreas.
Y
antes de que el jefe del gobierno luxemburgués
pudiese rectificar tales mentiras, que impresionaban
la credulidad alemana, haciéndola indignarse contra
la maldad francesa, las tropas del emperador invadie-
ron el Gran Ducado.
El telegrama de Von Jagow, ministro de Negocios
Extranjeros, decía así:

Con gran pesar nuestro, las medidas militares que hemos


tomado resultaban indispensables, por lial)er recibido noticias
seguras según las cuales numerosas tropas francesas están en
EL PALAOIO DUCAL DB LUX8MBUBG0
marcha para invadir el Luxemburgo. Era forzoso que adoptá-
semos esas medidas para la protección de nuestro ejército y la
neutralidad del Gran Ducado, garantizada por el tratado de seguridad de las lineas de ferrocarril. Un acto de hostilidad
Londres de 1867. contra el Luxemburgo amigo no entra en nuestra intenciones.
El Gobierno luxemburgu('>s no ha dejado de protestar enér- Desgraciadamente, en vista de lo inminente del peligro,
gicamente contra esta agresión ante los representantes de nos ha sido imposible, por falta de tiempo, el entablar las ne-
S. M. el emperador de Alemania en el Luxemburgo. gociaciones necesarias con el Gobierno luxemburgués antes
Una protesta igual va á ser transmitida al secretario de Es- del envió de las tropas.
tado de los Negocios Extranjeros en Berlín.
Luxemburgo 2 de Agosto.
que no era cierto tal avance de fuer-
Inútil es decir
Eyschen
zas francesas sobre el Luxemburgo, y que el gobier-
MiHi»tTO de Estado
y presidente del Gobierno no de Francia, atento únicamente á defender su fron-
tera, y manteniendo las tropas á ocho kilómetros de
La gran duquesa dirigió este telegrama al empe- ésta para evitar incidentes, lo que menos pensaba era
rador de Alemania: en la invasión del Gran Ducado. Precisamente el

Mi país está ocupado en estos momentos por las tropas ale-


manas. Mi Gobierno ha protestado acto seguido ante las auto-
ridades competentes, pidiendo explicaciones sobre esta ocu-
pación. Buego á V. M. que acelere estas explicaciones de su
Gobierno y defienda loa derechos del Gran Ducado.
Marí^ Adelaida

El emperador no contestó, pero á las tres de li


tarde, Von Buch, ministro de Alemania en el Luxem-
burgo, presentó al jefe del gobierno un telegrama de
Bethmann-Hollweg, canciller del Imperio. En él

pretendía justificar ocurrido, diciendo que no


lo

amenazaba peligro alguno á la integridad del Lu-


xemburgo, pues la operación se había limitado á ocu-
par las vías férreas para defenderlas de una invasión
francesa. El canciller añadía que dichas lineas esta- BL PFAFFBNTUAL, BAREIÜ EXTEBIOE DE LUXKilBUEQO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 109

deseo de los gobernantes franceses era soste-


nerse á la defensiva, para que se viese clara-
mente quién era el agresor.
Pero la diplomacia alemana había encon-
trado un argumento para justificar sus atrope-
llos, lo mismo en el Luxemburgo que en Bél-

gica. «Sabemos por noticias ciertas... que el

ejército francés avanza.» Y basándose en estas


noticias, de origen desconocido, cuya certeza
no se tomaba el trabajo de demostrar, atentó
contra los derechos de ambos pueblos, porque
así le convenía.
Los cuerpos 8.° y 9." del ejército prusiano
invadieron en pocas horas el Luxemburgo como
una avalancha.
El comandante en jefe del 9.° cuerpo, ge-
neral Von Tschepe, lanzó una proclama á los
luxemburgueses, tan llena de falsedades como
las comunicaciones de la diplomacia de Berlín,
hablando de la invasión del Ducado por los
franceses como de un suceso indiscutible. Y esto
lo decía con asombrosa serenidad á los habitan-
tes de un pequeño Estado que sólo tiene 2.500
kilómetros cuadrados de extensión, donde todo
se sabe á las pocas horas y donde nadie había
visto ni la sombra de un soldado francés. He
aquí este documento extraordinario:

Todos los esfuerzos enormes hechos por S. M. el em-


perador de Alemania para conservar la paz han fraca-
enemigo obliga á Alemania á tirar de la espa-
sado. El
da.Habiendo violado Francia la neutralidad del Lu-
xemburgo— hecho sobre el cual nadie puede tener la
menor duda—, ha comenzado sus hostilidades en el
suelo luxemburgués contra las tropas alemanas. En
vista de esta necesidad urgente. Su Majestad ha orde-
nado á las tropas alemanas, y en primera linea al
LA GRAN DUQUESA MARÍA, SOBERANA DEL DUCADO DE LUXBMBUROO
8.° cuerpo de ejército, la entrada en el Luxemburgo.
(Fot. Rol)
La ocupación del Luxemburgo no tiene más objeto
que abrir el camino á las operaciones futuras. Esta ocupación 3.' Que las tropas alemanas están acostumbradas á una dis-
se realiza con la promesa formal:
ciplina severa.
1." Que sólo será pasajera. 4.* Que todo lo que tomen será pagado con dinero contante.
2.' Que la libertad personal y los bienes de los luxembur- Confio en el sentimiento de justicia del pueblo luxembur-
gueses serán respetados. gués, que seguramente estará convencido de que el emperador
sólo ha ordenado la entrada de las tropas en el Luxemburgo
cediendo á la última necesidad y forzado á ello por la violación
de la neutralidad luxemburguesa llevada á cabo por Francia.
Repitiendo las mencionadas garantías, espero que el pue-
blo luxemburgués y su Gobierno evitarán el agravar la mi-
sión de las tropas alemanas.
Firmado: Tulf Von Tscheps Und "Wbidenbach, ^««íraZ
comandante en Jefe del 9.' cuerpo de ejército prusiano.

En este documento no había otra verdad para el


pueblo luxemburgués que la sombría y breve ame-
naza contenida en el último párrafo. Todo lo anterior
era digno por su falsedad de provocar la indigna-
ción ó el asombro. El general hablaba de «las viola-
ciones del territorio por los franceses», de las «hos-
tilidades iniciadas por Francia en el Luxemburgo»,
LA NUBVA ESTACIÓN DE FERROCARRIL á un pueblo que hasta horas antes había vivido en
m VIGENTE BLASCO [BAÑEZ

respetaba los tratados garantizados por su firma.


La estrategia alemana, con toda su soberbia,
no quiso intentar la invasión por el único punto
legítimo, ó sea por su frontera. En ella hubiese
tenido que chocar con toda la Francia armada que
la esperaba de frente, en leal combate. Prefirió

deslizarse por los pasadizos de dos pueblos débiles


para tomar al enemigo por la espalda, teniendo que
atrepellar para esto el derecho de gentes, la inde-
pendencia do las naciones y desconocer la propia
firma estampada al pie de los documentos diplo-
máticos.
El
Luxemburgo siguió ocupado por los alema-
LUXEMBUnOO. AVENIDA DK LA ESTACIÓN
nes.Una modesta indemnización, dada después de
algún tiempo por el gobierno de Berlín como una
limosna, pretendió resarcir al país de este atropello
absoluta tranquilidad, sin ver más invasión que la de y delas largas molestias sufridas por los habitantes
los soldados alemanes ni otras violaciones de territo- con el continuo paso de tropas.

rio que las efectuadas por tastos. El pequeño Estado no por esto se sometió al inva-
Una avalancha de tropas cayó sobre el pequeño sor. La duquesa mantuvo su protesta. Tres meses des-

Estado en menos de veinticuatro horas. El país tuvo pués de la invasión, al inaugurar en Noviembre las
que mantener 60.000 hombres con sus escasos recur- sesiones del Parlamento, la valerosa María Adelaida,
sos, y bien pronto los habitantes sufrieron los tormen- completamente á merced de la ocupación de los pru-
tos de la escasez. sianos, y sin más apoyo que el cariño de un pueblo
, El primer diario del país, La Independencia Lu- que admira, leyó su discurso del trono en francés;
la

xemlurgiiesa, describió el aspecto de esta ocupación: repitió la protesta contra el atropello, hizo una lla-
mada á las potencias signatarias de Londres para el
Cuando Luxemburgo despertó el domingo por la mañana, sostenimiento de sus derechos, y saludó el heroísmo
la ciudad estaba llena de uniformes alemanes. Durante todo el de sus.vecinos, Bélgica y Francia.
día, oficiales y soldados han circulado incesantemente á pie, á
caballo, en bicicletas, en motocicletas, en automóvil. En las
encrucijadas de las calles no se ve desde entonces mas que el
brillo de las bayonetas. En la ciudad baja han instalado un
IV
cuerpo de guardia. Fuera de ella no hay camino ni sendero
que no esté guardado. Los ferrocarriles se hallan ocupados mi-
litarmente y en las estaciones hay guarnición. La autoridad La unanimidad de Francia
militar es la que dirige el movimiento de trenes. Todas las
«ficinas de correos aparecen ocupadas por el ejército alemán.
La noche del domingo fué lúgubre. Después de la infante- Por primera vez en su historia ofreció la nación
ría, que había llegado por la mañana y. por la tarde, y después francesa un espectáculo de completa unanimidad.
de la caballería, que permaneció en las afueras, acantonachi en Toda ella foruió un cuerpo inmenso con una sola alma;
Mersch, y de la que sólo vimos estafetas en las calles de la ciu-
dad, llegó la artillería y con ella las cocinas ambulantes y los y esta alma fué la iuijuebrantablo voluntad do cum-

furgones. En plena obscuridad, los' gritos de mando, las ruedas pli^ su deber, la fría resolucióu de morir antes que ser
de hierro volteando sobre el adoquinado, las patadas de los derrotada en una guerra que no liabía provocado.
caballos, tenían rirucho de siniestro. Y por largo tiempo, du-
rante la noche, continuaron las idas y venidas de las tropas,
íniscandü espacios lil)res para acampíir.
Por la mañana se supo (luc la artillería gruesa habla pasado
en número considerable, y que las tropas, conforme iban lle-
gando, tomaban el camino de Arlon.

Lo que buscó el Estado Mayor alemán en Luxem-


burgo y en Bélgica al invadir estos territorios, fué
atacar á los franceses alevosamente.-
Francia tenía bien fortificada y guardada su froji-
tera del Este, ó sea la de Alemania, esperando el
ataque franco de una nación que militarmente se con-
más fuerte entre todas. Etí sus fronteras del
sidérala
Luxemburgo y de Bélgica no tomó nunca precaucio-
nes defensivas. Hubiesen significado éstas un aten-
tado á la neutralidad de los dos países, y Francia LOS VIADUCTOS DE LUXEMBURGO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 111

Jamás ea sus luchas


de los tiempos modernos
entró en línea la nación
en masa. Siempre hubo
en Francia minorías con-
trarias á la guerra, esta-
dos de opinión hostiles á
los gobiernos, que en-
torpecieron sus opera-
ciones militares y hasta
algunas veces los empu-
jaron al desastre.
Durante las épicas
campañas de la primera
República, mientras los
ejércitos harapientos y
gloriosos vencían á me-
dia Europa cantando la

Marsellesa, otros france-


ses, á espaldas de ellos,
peleaban contra su pro-
pio país, en la Veudée y
los departamentos del
Sur. Napoleón, vencedor
de las naciones, se veía
amenazado dentro de
Francia por las conspi-
raciones monárquicas y LA VIOLACIÓN DBL LUXIiMBUUGO Y DE HELGICA

republicanas. En la gue- Plano de la Invasión alemana, con las lineas de ferrocarriles construidas anles y después de 1909

rra franco-germánica de
1870, las divergencias políticas aceleraron la caída de por entusiasmo, en bien de la patria, mientras en los
Napoleón III
y fulminante del enemigo. Re-
el triunfo Imperios se obedece por servilismo ó por la presión
tirándose sobre París con su ejército batido, pero de una férrea disciplina; muchas v<3ces sin saber por
todavía fuerte, el emperador hubiera prolongado la qué se obedece: por falta de voluntad, por miedo al
resistencia nacional. Pero la nación era hostil al Im- castigo.
perio, y aguardaba una derrota para caer sobre él. En el último tercio de Julio, diez días antes del
«Una retirada sobre París será la revolución», tele- —
2 de Agosto verdadera fecha inicial de la confiagra-
grafiaba la emperatriz Eugenia á su esposo. Y éste, ción europea —
nadie hubiese adivinado la proximi-
,

para salvar el trono de su hijo, erró con su ejército dad del movimiento unánime que había de agrupar á
por el Norte de Francia, sin saber adonde ir ai qué todos los franceses en un solo bloque. Bullían los an-
hacer, hasta meterse en la ratonera de Sedán. tagonismos y odios de opinión provocados por el pro-
Nada de esto ocurrió en 1914. Por acuerdo ins- ceso Caillaux. Empezaba á iniciarse una divergencia
tintivo, y sin que mediasen preparaciones ni dis-
cursos, todos los franceses se agruparon en torno
del gobierno. «La República es Francia. ¡Viva la

República!» Los reaccionarios, que soñaban con la


imposible restauración de una monarquía ó la crea-
ción de una dictadura, ofrecieron sus servicios al
gobierno republicano,y lo mismo hicieron todos los
católicos,que se mostraban agraviados por las leyes
de separación. Hasta los religiosos expulsados de
Francia volvieron á ella para tomar las armas, dán-
dose por comprendidos en los llamamientos de mo-
vilización.
El presidente Poincaré y sus ministros fueron
obedecidos tan ciegamente como el kaiser y sus
consejeros. Pero con la diferencia de que el fran-
cés es libre, y abdicó su libertad espontáneamente, , UNA PLAZA DE LUXEMBURaO
113 VICENTE BLASCO IBANEZ

nacioD&I semejante á la del asunto Dre^^fus. Los ca- La prueba de esto fué que casi nadie se acordó en
melots du roi, vanguardia belicosa de los partidos Francia de Napoleón y de sus guerras invasoras, vien-
reaccionarios, y los grupos socialistas se daban de do en ellas algo semejante á la obra de Alemania,
palos en el bulevar. Las masas obreras, á impulsos de pero con la aureola del genio militar que ésta no tuvo
un idealismo generoso é infructífero, creían evitar la nunca en su organización metódica y brutal. Todos
monstruosidad de un choque europeo celebrando mí- evocaron las guerras defensivas de la primera Repú-
tines y organizando manifestaciones contra la guerra. blica, las victorias de Valmy y Jemmapes, los genera-
Los partidarios del pasado tradicional cantaban la les de modestia republicana Hoche, Marceau, Bruñe,

Marsellesa un absurdo —
y los revolucionarios con-
,
Desaix.
testaban entonando la Internacional y pidiendo que La guerra de 1914 fué considerada como una cala-

se abrazasen todos los hombres de la tierra otro ab- midad inevitable, á la que había que hacer frente para
surdo mientras existan emperadores guerreros y na- defender la libertad y por instinto de conservación.
ciones armadas que les obedezcan, dispuestas á agre- El viejo revolucionario Vaillant, diputado socialis-
dir sin importarles tay antiguo com-
el motivo. Com-
batiente de la
De pronto la or- mune, gritó en un
den de moviliza- mitin de la sala
ción, la amenaza Wagram:
ineludible de la — Somos parti-
guerra. Un momen- darios de la paz,
to de estupor y de pero ante la agre-
silencio, un mo- sión del imperialis-
mento nada más; y mo todos los socia-
acto seguido todos listas cumpliremos
los franceses pare- nuestro deber.
cieron abrazarse Un periódico re-
mentalmente, di- volucionario. La
ciendo lo mismo, Batalla Sindica-
olvidando lo pasa- lista, decía así:

do de un modo tan
Alemania quiere la
absoluto, que las
guerra. Que las olas de
palabras lanzadas sangre que van á co-
el día anterior se- rrer sobre los campos
de Europa caigan so-
mejaron que se ha-
bre la cabeza de Gui-
bían proferido á
llermo II y del pan-
una distancia de
germanismo.
cincuenta años. Es-
ta unanimidad ins- Los antimilita-
tantánea, milagro- ristas más feroces,
sa, no fué obra de anarquistas, socia-
GUSTAVO HKEVE
los conductores de (Fot. de H. Tonrto, París) listas y otros ene-
masas ni de los fa- migos del patriotis-
bricantes de opinión. Los hombres de prestigio no tu- mo estrecho de miras, se ofrecieron como soldados ó
vieron tiempo para hablar. Fué el pueblo francés, la corrieron para obedecer al llamamiento de moviliza-
democracia inteligente, que, siguiendo los impulsos de ción. Ni uno de ellos, al vestir el capote de soldado,
BU corazón, impuso la fraternidad á los de arriba. creyó abdicar de sus ideas.
Las masas revolucionarias, que eran temidas por —
Hemos pasado el tiempo proclamando la verdad
el recuerdo de la Commune, dieron el buen
ejemplo.
— dijeron algunos tristemente

pero los hombres
;

Ya hemos dicho cuál fué su conducta al ocurrir el ase- quieren vivir apartados de ella y debemos amoldarnos
sinato de Jaurés. La «Francia roja», la de los ideales á las exigencias del momento. Pelearemos y matare-
cosmopolitas y antimilitaristas, se mostró tan resuelta mos, ya que después de tanta civilización hay que re-
y belicosa como los adoradores del ejército, que soña- ñiry matar, como las fieras, para mantener una fami-
ban largos años con la «revancha». lialibre y un hogar tranquilo... Buscábamos la ver-
Esta guerra no había sido provocada, como otras, dad creyendo estar entre hombres, y de pronto un
por la ambición militar ó la vanidad del país. Era mazazo en la espalda nos avisa que aún vivimos entre
una guerra forzosa, de defensa y conservación, como bestias prehistóricas.
las que habían sostenido los voluntarios republicanos ¡La verdad!... Nada tan hermoso, pero tiene alas
en 1792. y va siempre por las alturas. En cambio su enemiga
ENCÜENTH<

Dibulo de Georges Scoll, de la «Illuslrotlon- de Pnrls

Dos soldados franceses guiando un automóvil, baten á una patrulla de h


NOCTURNO

mos que intentaron sorprenderles en medio de las sombras de la noche


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 113

la realidad se arrastra

por el suelo. Nada im-


porta que la verdad sea
lo justo y lo indiscuti-
ble.La realidad, ilógica,
absurda y criminal casi
siempre, vive entre los
hombres y es lo único
que éstos vea de cerca.
o

Gustavo Hervé, el te-

rrible profesorque había


pasado varios años de su
vida en distintas cárce-
les por la violencia de
sus campañas contra el
militarismo y los gobier-
nos conservadores, se
vio de pronto rodeado de
la estimación unánime.
Su nombre producía
días antes un escalofrío
de horror en las gentes
de buena posición social Del periódico de Hervé ¡ALEUANIA imperial!

y un movimiento de có- (La Guerra Social, París 12 de Agosto de 1914)

lera en los círculos mi-


litares y patrióticos. Había pedido la destrucción de ruidosas tenían más de literarias que de sinceras. Eran
todos los monumentos que recuerdan la epopeya napo- apostrofes retóricos de un profesor de Historia metido
leónica; había aconsejado que enterrasen en el estiér- á revolucionario, pero habían servido para dar al nom-
col la bandera tricolor, por haber servido de signo de bre de Hervé una celebridad de horror en los salones
guerra contra muchos pueblos. Estas exageraciones y en banderas de los regimientos.
los cuartos de
De pronto, ver la patria en peligro, el escritor
al
socialista fué el primero en lanzar el grito «¡Á las
armas!» Había que defender, no sólo la patria, sino la
libertad del mundo; vencer á la Alemania imperialista

para instalar la República en la tierra alemana; rea-


lizar una serie de generosos ensueños humanitarios;

pero á sangre y fuego, como los soldados republicanos


de 1793, que fueron difundiendo la revolución por toda
Europa con las puntas de sus bayonetas. Esta propa-
ganda dantoniana caldeó el entusiasmo de las masas
obreras. Pero Hervé quiso predicar con el ejemplo, y
el 2 de Agosto, estando París en plena agitación pa-
triótica, se presentó en el Ministerio de la Guerra para
entregar personalmente la siguiente carta:

Señor muiistro:
Cuando yo tenía veinte años me libré del servicio militar,
porque era el único sostén de mi familia, alegando además mi
extremada miopía.
Á pesar de esta miopía y de mis cuarenta y tres años, me
siento perfectamente cai)az de hacer una campaña.
Como Francia en la guerra que va á estallar ha hecho, según
mi parecer, todo lo posible y lo imposible por impedir la catás-
trofe, yo os ruego que me incorporéis, como favor especial, al
primer regimiento de infantería que parta para la frontera.
Después de haberme expulsado de la Universidad, de ha-
KL SOMBRERO DE NAPOLEÓN Y KL KAISER berme excluido del Colegio de Abogados y de haberme conde-
-iBres muy pequeño para él,amigo mlol... nado á más de once años de presidio con el pretexto de que era
(La Guerra Social, París 8 d« Agosto de 1914) enemigo del patriotismo— cuando todo mi crimen y el de mi
114 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

partido consistió en prevenir de lejos y querer evitar la catás-


trofede hoy—, estimaréis, como estoy seguro de ello, que la
República me debe esta brillante reparación.
¡Viva Francia;... simplemente.
Os ruegxj que recibáis, señor ministro, la seguridad de mi
absoluta adhesión á la Bepública.
Gcstavo Hbrvk

El gobierno aceptó los servicios del revolucionario,


ordenándole que permaneciese en París. Debía servir
á su patria con la pluma, difundiendo el entusiasmo
en las masas populares. Su periódico La Guerra Social
era un semanario de vida precaria. Hizo un llama-
miento al público para convertirlo en diario, iniciando
una suscripción con el objeto de atender á los prime-
ros gastos, y en unas cuantas horas recaudó miles de
francos. Esta suscripción pudo llamarse prodigiosa,
no sólo por sus resultados pecuniarios, sino por los
USA^ ESTACIÓN DE FEaKOCAK&IL GL'AaDADA UILXTAEMS>TB
nombres que figuraron en sus listas. Devotas señoras
de conciencia asustadiza, oficialidades enteras de re-
gimientos antes de salir para el campo de operacio- bre — . En estos momentos habría dicho palabras muy
nes, hombres del gran mundo, esgrimidores célebres hermosas para aumentar el entusiasmo de la nación.
que despreciaban poco antes al escritor enemigo de Hemos perdido el Gambetta de esta guerra.
las armas, enviaron públicamente sus cotizaciones á Los revolucionarios evocaban el recuerdo de Paul
La Guerra Social, para que continuara publicándose Dérouléde, el bardo de la revancha el antiguo com- .

todas las mañanas. batiente de 1870, que durante cuarenta y cuatro años
Ganoso de no herir susceptibilidades de su nuevo había recordado con sus cálidas frases de agitador y
público, Hervé pensó en modificar el título del perió- de poeta el peligro de la invasión y la necesidad de
dico, bautizándolo simplemente La Guerra. Pero al prepararse para rechazarla.

ñn no realizó el cambio. <.<Bien está así dijo á los Dérouléie había muerto meses antes de que esta-
lectores —Nuestra guerra es una guerra sociaí. ya
. llase esta guerra que tanto deseaba para que su país

que vamos á destruir la casta militar prusiana, liber- recobrase las provincias cautivas Alsacia y Lorena.
tando al pueblo germánico contra su voluntad. -> Casi moribundo asistió á la conmemoración de los
Esta misión patriótica de los conservadores y los muertos de 1870, dirigiendo la palabra por última vez
revolucionarios la agradecieron los últimos usando de á sus entusiastas amigos de la <<Liga de Patriotas».
un lenguaje mesurado con sus antiguos enemigos. En Agosto de 1914 todos recordaban al poeta de la
Unos y otros reconocieron los méritos de los hombres «revancha», y hasta lo.s revolucionarios que le habían
célebres que habían luchado en el campo de enfrente. combatido jwr su política militar y dictatorial evoca-
— ¡Qué —
desgracia la pérdida de Jaurés! decían los ron sus versos vibrantes y ruidosos como un toque de
mismos que quince días antes abominaban de su nom- clarín:
En atañí.' Taní pit pour gui iombe/
La morí u'etí rien: virt la íomie
qvatíd le pagt e% sorí ritaní.
B* atañí!

Gustavo Hervé, al comentar esta una-


nimidad absoluta de los que poco antes
se combatían encarnizadamente, dijo así
en una síntesis elevada y generosa:

El Buen
Dios, la Bepública, la Francmasone-
ría, el Socialismo, todo es en el fondo la misma
cosa. Son ptalabras distintas, mediante las cua-
les unos y otros, los hombres buenos de todas
las clases sociales y de todos los partidos, es-
presamos nuestra sed de justicia, de verdad, de
belleza y de amor.
Esta es la gran lección que nos proporciona
.alentador espectáculo de iin«nimiH«H que
Francia se ofrece á sí misma desde el principio
de la horrible guerra.
LA MCLTITUU ACLAICAMX) A LOS SOLDADOS QCZ VAX Á EaTISSB Nos batíamos por ¡palabras. Todas las almas
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 115

escogidas que comulgan en el amor á Francia y la adoración toriales», soldados movilizados de edad madura que
de sus hijos que están sobre las armas, sienten en el fondo el
por sus años fueron dedicados á este servicio, mien-
mismo idealismo de justicia social y paz internacional.
tras los jóvenes del ejército activo partían en los tre-
Es preciso que cuando la guerra se termine continúen del
mismo modo, comprendiéndose y amándose. nes para la guerra. Á estos soldados, que en los pri-
meros días fueron sedentarios, pero que después se
batieron como los demás, sólo les entregó el gobierno
La Francia conservadora y religiosa fué igual- su armamento al iniciarse la movilización. Los uni-
mente digna de admiración por su patriotismo y su formes los recibieron después. Y los territoriales guar-
desinterés. daron las estaciones y vías férreas, unos con blusa,
No dudó un momento en obedecer á los gobernan- otros con traje de caza y algunos vistiendo chaqué ó
tes republicanos, que consideraba antes como enemi- levita. Un kepis rojo, algo usado, fué su único distin-

gos. Aclamó al generalísimo .loffre, sabiendo que era tivo militar.


un hombre de ideas radicales completamente opuesto Muchas veces, entre esta tropa multicolor y abiga-
á sus doctrinas. Marchó á los campos de batalla unida rrada se vio un soldado negro. Junto á la vía, guar-
á la masa popular, que le dando su integridad, pasea-
había inspirado siempre mie- ba haciendo centinela el cura
do ó repulsión. del inmediato pueblo. Su so-
Ni una sola resistencia se tana estaba cruzada por el
notó en esta Francia hostil cinturón cargado de cartu-
á la República y que tanto chos; sus manos blancas se
había hecho inútilmente por apoyaban en la boca del fu-
entorpecer su vida. sil; la fina bayoneta del Lebel
Al circular la orden de mo- cortaba con una línea pun-
vilización, curas y semina- tiaguda y firme el borde de
ristas la obedecieron, aban- su sombrero de teja. Había
donando la sotana por el ca- acudido, como sus conveci-
pote y cubriéndose la tonsura nos, al llamamiento nacio-
con el kepis. Todos los reli- nal, y en la espera del uni-
giosos expulsados de Fran- forme azul y rojo conservaba
cia que estaban en edad para las vestiduras de su minis-
tomar las armas llegaron terio. Montaba la guardia
puntualmente del extranjero como todos, y al terminar
días después, para incorpo- ésta iba á descansar en la es-
rarse á sus regimientos. Ca- tación leyendo el breviario,
puchinos, franciscanos y mientras los «camaradas»
hasta jesuítas fueron á las entonaban cantos patrióticos.
fronteras de Francia con el
fusil en la mano para luchar PAUL DEROULEDE
y vivir en
amigable compa- El catolicismo francés in-
ñerismo con los «enmaradas» tervino desde el primer mo-
que poco antes cantaban la Internacional y daban mento en el entusiasmo popular. Las iglesias de París
el grito de «¡Abajo el solideo!» perdieron su ambiente de recogimiento. En el mundo
— La República nos expulsó

dijeron muchos de religioso se comentó la actitud de Pío X, firme y
ellos — , pero la República es Francia, y volvemos al resuelta en favor de la paz. Según se dijo, el viejo
verla en peligro.
emperador de Austria, valiéndose de su inñujo como
La Oroix, diario católico que se había distinguido soberano de una gran potencia católica, intentó deci-
por su ferocidad contra los gobiernos republicanos, dir al Papa á que suscribiera un documento en el que
rivalizó en entusiasmo patriótico con La Guerra So- reconociese indirectamente que el Imperio austríaco
cial. Ella relató cómo los frailes franceses residentes no era culpable de la guerra y sólo la había aceptado
en Jerusalén, al enterarse de que había estallado la por razones de dignidad.
guerra, emprendieron la marcha á pie desde la ciudad — Yo únicamente firmo para la paz — dijo el pontí-
santa al puerto de Jaffa, por miedo á que el ferrocarril, fice,negándose á esta pretensión.
propiedad de los alemanes, no los llevase á tiempo al El choque europeo preocupó de tal modo á Pío X
lugar del embarque. desde el primer instante, que su débil salud de anciano
En los primeros días de la movilización, los que apareció visiblemente quebrantada.
circulaban por los ferrocarriles de Francia contem- — ¡Ay, esta guerra!
—exclamaba —
Esta guerra aca-
.

plaron un espectáculo extraordinario. bará por matarme.


Las vías férreas estaban guardadas por los «terri- El 2 de Agosto publicó una exhortación á todo el
116 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

rrumpidos por la muchedumbre, que rompió á aplau-


dir en plena iglesia, sin hacer caso de los llamamien-
tos al orden.

Rugían los órganos bajo las bóvedas sagradas, y


guiados por su ritmo cantaban los creyentes sus cóle-
ras ante la injustificada agresión, sus esperanzas ea
el triunfo.

Las voces trémulas y lacrimosas de la madre, la


hija y la hermana, se armonizaban con los acentos
graves del joven que iba á partir á la mañana siguien-
te, del viejo que revolvía en su pensamiento resolu-
ciones heroicas, no sabiendo si le traicionarían sus
fuerzas, del hombre tranquilo y pacífico hasta en-
tonces, que sentía despertar y revolverse en su inte-
rior, con el sedimento de pasadas edades, un deseo de
REVISTA. 0K VESTUARIO ANTES DE PARTIR exterminio.
El catolicismo francés cantaba ante los altares:
mundo católico, manifestando su dolor y su miedo al
ver á Europa arrastrada por la tempestad de la guerra Rends la Alsace á sa gloire,
cambie ses voetix nouveawx,
y amenazada de inmensas matanzas. /ais qiCun renl de vicluire
«Nuestro corazón se desgarra con el más vivo do-
sou/Je dans nos drapeaux.
lor al considerar en peligro la salud y la vida de tan-
toshombres y tantos pueblos que Nos amamos extre- Y en los templos del culto calvinista, en las sina-
madamente.» gogas, en las logias, en todos los lugares dedicados
El Papa pidió á los católicos que elevasen sus almas á una creencia, todos los franceses expresaban los
hacia Cristo, «el único que puede ayudarnos; Cristo, mismos anhelos.
príncipe de la paz y mediador todopoderoso de los
hombres ante Dios». Al final invitó al clero de todo el
mundo católico á hacer en las parroquias rogativas

públicas para obtener que Dios alejase la guerra, ins-


pirando en la hora suprema á los directores de las — Los exíranjeros
naciones pensamientos de paz y no de aflicción ge- El entusiasmo de París.
neral.
En las parroquias de Francia los sacerdotes ex- La fisonomía de París se transformó completamen-
hortaron á los hombres ú que cumpliesen sus de- te el "2 de
Agosto. Casi todos los medios de comunica-
beres con la patria, y aconsejaron á las mujeres fe ción quedaron suprimidos. Las líneas de tranvías, de
en el porvenir y resig-
nación ante el presente.
Monseñor Amette, el

cardenal-arzobispo de
París, pareció multipli-
carse en los primeros
días de la movilización,
como uno de aquellos
monjes entusiastas que
predicaban las Cruza-
das. Su elocuencia tri-

bunicia resonó bajo las


bóvedas de la Magdale-
na, de Notre Dame des
Victoires, del Sacre Coeur
de Montmartre. Fué de
un templo á otro, como
un Dantón católico, po-
niendo en pie el entu-
siasmo del pueblo cre-
yente. Algunos de sus KL ARZOBISPO DB PARÍS
sermones fueron inte- Monseñor Amette exhortando A los ñeles desde una de las puertas del templo de Nuestra Señora
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 117

autobús y de muchos ramales del ferrocarril subterrá- Esta falta de vehículos estaba compensaba por la
neo dejaron de funcionar por haber sido comprendido extraordinaria animación en las calles, llenas de mu-
su personal en la movilización. Sólo circularon ca- chedumbre. En las cercanías de las estaciones de fe-

TOnO FRANCÉS EN SU PUE-ÍTO


Las vías farreas guardadas por los veteranos

(Dibujo do Georgea Scott, de la Illustration, de París)

rruajes de alquiler cuyos caballos estaban extenua- rrocarril, especialmente la del Este, por donde salían
dos. Los automóviles de punto corrían á toda veloci- las tropas hacia la frontera, era imposible avanzar.
dad llenos de oficiales ó reservistas que se dirigían á Una masa compacta de miles y miles de cabezas se
las estaciones para tomar el tren é extendiéndose por las
incorporarse á sus aglomeraba contra las verjas,

regimientos. calles inmediatas.


118 VICENTE BLASCO IBANEZ

MANIFESTACIÓN DB LA LIC¡.\ DE PATRIOTAS Y SOCIKDADES ALSACIANAS ANIB LA ESTATUA UB BSTaASBUBQO


EN LA PLAZA DK LA CONCOEDIA (Fot. Rol)

Numerosas manifestaciones cantando Z^/ Marftellr- nia y Guillermo II. quisieron dar á su indignación una
sa recorrieron incesantemente los bulevares hasta la forma más contundente, asaltando las tiendas y los
plaza de la República, saludando con sus banderas y restaurants cuyos dueños eran alemanes y austríacos.
sus vítores el monumento á la República que se le- En algunos casos bastó la vaga creencia de que po-
vanta en el centro. Otras manifestaciones se encami- dían pertenecer á dichas nacionalidades. Así fueron
naron á la plaza de la Concordia para saludar la esta- asaltados y saqueados los laboratorios y depósitos de
tua de Estrasburgo, símbolo de las dos provincias la Sociedad de Lecherías Maggi, la gran pastelería
cautivas del enemigo. Appenrodt, el café Vienes y otras cervecerías y al-
Una procesión cívica, formada por asociaciones de macenes del bulevar.
alsacianos y loreneses, visitó esta estatua para des- Estos desmanes, producto de un entusiasmo exce-
pojarla de los crespones fúnebres y otros signos de sivo, sólo ocurrieron en la uoclie del 2 de Agosto. La
duelo que la habían cubierto durante cuarenta años policía intervino desde la mañana siguiente para evi-
como señal de protesta. La muchedumbre patriótica, tar nuevos atropellos, y muchos de los asaltantes fue-
en la que figuraron muchas mujeres y niñas con el
vestido tradicional de Alsacia, aclamó la desaparición m^ 7^^"^-
de los tristes adornos. Coronas de flores y grandes ra-
mos cubrieron la arrogante íigura de Estrasburgo. So-
bre sus hombros de piedra quedó depositada una ban- rCa Jarra íte it fe
dera tricolor suelta al viento. Llegaba para los alsacia-
nos y loreneses la hora ansiada durante tantos años.
En los cafés y los restaurants el público aplaudió
á los oñciales y soldados que abandonaban apresura-
damente sus mesas para dirigirse á las estaciones. La
mayor parte de los establecimientos estaban cerrados,
con carteles manuscritos en sus puertas indicando -^-;
que el dueño ó los dependientes habían marchado á la
guerra.
Por la noche el entusiasmo fué tomando una forma
J
LOS ANUNUIOS DE LAS TIENDAS FRANCESAS
agresiva. Cartel patriótico avisando la reapertura de una tienda
Ciertos grupos, cansados de gritar contra Alema- después de la victoria
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 119

ron conducidos ante los tribu-


nales, que los castigaron con
dureza.

En la explosión del entu-


siasmo patriótico de París se
demostró una vez más el afec-
to que casi todos los pueblos
civilizados sienten por la na-
ción francesa. Un poeta ha
dicho en un exceso de lirismo
patriótico:«Todo hombre tie-
ne dos patrias: la suya y des-
pués Francia.» Esto no será

poetas

exacto como ocurre con casi
todas las afirmaciones de los

pero no por esto deja
de ser verdad.
,
IB
Hay muchos que no se
acuerdan en tiempos norma-
les de que Francia existe; hay
otros que la detestan viendo
en ella la patria de la más Una tienda lujosa de los grandes bulevares cerrada por haberse marchado á la guerra
temible de las revoluciones; el dueño y los dependientes

pero una gran parte de la


humanidad justifica las pala-
bras del poeta interesándose por todo lo que ocurre á ven algo semejante á una segunda patria en la nación
orillas del Sena. francesa, que engendra todas las nuevas aspiraciones
Desde hace dos siglos los hombres de pensamiento de la humanidad ó las estampilla y propaga por el
mundo aunque no hayan surgido de su seno. Una
idea, nazca donde nazca, no adquiere valor mundial
hasta que pasa por París y éste se encarga de difun-
dirla.Un libro sólo puede saltar de nación en nación
cuando lo vierten al francés, lengua á la que acuden
todas las lenguas, idioma de innumerables avenidas,
en el que se encuentran los diversos traductores como
en una encrucijada.
La moda intelectual varía con iguales caprichos,
inexplicablesy nerviosos, que las modas femeninas.
Hay que cambiar de hechuras para que los modistos
del pensamiento no permanezcan inactivos sobre los

patrones triunfantes.
El mundo se fatiga de creer mucho tiempo lo mis-
mo, y supremacía de Francia sufre por esto oscila-
la
ciones y eclipses. Una temporada, el modo de pensar
dominante es inglés, otra es alemán, luego es ruso,
y á todas las naciones les llega su cuarto de hora
de universalidad. Pero el péndulo incansable con-
tinúa su vaivén de izquierda á derecha, pasando
siempre por el punto medio, y si alguna vez queda
inmóvil es sobre él. Digamos que este punto medio es
Francia.
Lo mismo para los entusiasmos que para los odios,
París resulta el centro de la atención universal. Desde

principios del siglo XVIII todos hablan de él para


admirarlo ó maldecirlo.
Cartel con dos banderltas pintadas, anunciando que el dueño
es francés y que está en el ejército
(Fota. Meorisse)
120 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

oeSPUÉS DB LA MANIFESTACIÓN CONTRA LAS TIENDAS ALEMANAS V AUSTRÍACAS DE LOS BULEVARES


UNA TIKNDA ALEMANA SAQUEADA CBRTKCBBÍA Al FMANA PHÓXIMA Á LA KSTaCIÓ.N DEL NORTB

LA CELEBRE PASTBLBELA APPENBODT, APEDREADA POB LOS MANIFESTANTES

UNA PUBKTA DBL CAFE VTBNES JOYERÍA ALEMANA, EN CUTO RÓTULO APaRBCB ABBANCADA
LA INDICACIÓN DB SER PROTEBDORA DB LA CORTE DB AUSTRIA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 121

TIBNDAS ALBMANáS_DBL BULBTAB, ASALTADAS

HEIDT

UNA CBBVBCHEÍA ALEMANA

BL LABOEA.TORIO CBNTBAL DE LA3 LECHBhlAS MAíjGI UNA SXJCCBSAL DB LAS LBCHBRIaS UAQOI
(Fots. MeorUse)
IS
122 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

(Fut. MouriBse)
BL ENTUSIASMO POH FHANOIA
Desflle de una manifestación con banderas por las calles de París

El entusiasmo internacional que inspira París se el pelo cortado, ellos con luengas melenas. En sus
reveló en las primeras noches de Agosto, cuando los ojos hay una expresión de iluminamiento, de ensueño
bulevares estaban repletos de rumoroso gentío en es- humanitario; en sus puños, contracciones enérgicas
pera do noticias. Las tintas de la bandera tricolor que hacen recordar á los apóstoles del nihilismo arro-
aleteaban bajo los faros eléctricos. Los cafés, desbor- jando la bomba.
dantes do muchedumbre, lanzaban por las bocas in- — —
Nuestros amigos los rusos dicen los franceses.
flamadas de sus puertas y ventanales el rugido armó- A éstos los miran como gentes de casa. Son los
nico de las canciones patrióticas... De pronto abríase aliados. Todos cantan la Marsellesa, y algunos dan
la muchedumbre en el centro del bulevar, entre aplau- vivas á Nicolás II, al que odiaban hace poco.
sos y vivas. Una nueva bandera pasa bajo los focos de luz como
—Es Europa que pasa— decían muchos, quitándose una mancha de sangre. Un grupo juvenil marcha á
los sombreros. continuación; un grupo que no lanza aclamaciones,
Toda Europa — menos Alemania y Austria — se mos- que camina silencioso, con la cabeza descubierta.
tró en aquellas noches representada por una juven- «¡Los ingleses!» Son muchachos altos, desgarbados.
tud generosa, que saludó con gritos de adhesión á la Algunos compañeros, gracias á
se elevan sobre los
Francia en peligro. Los estudiantes extranjeros que su cuello semejante de la jirafa. No se fijan en la
al

viven en el Barrio Latino, los trabajadores de diversas muchedumbre que les abre paso, alineándose en las
nacionalidades que perfeccionan sus conocimientos en aceras. Miran á lo alto ó clavan sus ojos en el pabe-
los talleres franceses, los ancianos que se refugiaron llón nacional, como si en su fondo escarlata colum-
en la playa hospitalaria de París como náufragos de brasen algo que sólo es visible para ellos. Su mutismo
guerras y revoluciones, las mujeres que estudian para impresiona á los curiosos. Las muchachas revoltosas
volver luego á su tierra, todos los huéspedes de la del bulevar que aclaman á los otros manifestantes y
ciudad mundial desfilaron por sus principales arterias les envían besos parecen intimidadas en presencia
en patriótica y fraccionada procesión. do estos jóvenes, graves é infantiles, dependientes de
Ondean las banderas blancas y amarillas, con tienda, mecánicos, comisionistas, á los que da el en-
águilas negras en el centro, sobre un grupo de bone- tusiasmo un aire de pastores evangélicos. Su silencio
tes de astrakán y largas levitas que tienen cartuche- se rompe y entonan un canto austero y pausado, un
ras en los pechos. Tras de estos uniformes de cosaco canto de iglesia que días antes habría hecho reir en
avanza una multitud compuesta de hombres y mu- pleno bulevar, pero que ahora esparce un escalofrío
jeres del Norte, rojizos, de nariz achatada, ellas con de emoción.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 128

Es la fuerza que pasa; la fuerza reflexiva y tenaz el bélicoinstrumento que durante cuarenta y cuatro
de un gran pueblo. laglaterra aúu no había abierto la años ha permanecido mudo. Junto á ellos redoblan en
boca. No se sabía en las primeras noches de Agosto sus cajas nuevas algunos muchachos, pequeños y ani-
cuál podía ser su actitud con Francia. Muchos temían mosos, como los tamborcillos de la Revolución. ¡Fuer-
que no fuese más allá de una neutralidad amable... za, pequeños! ¡Dichosos los que no perezcan en la
Pero los muchachos cantan con los místicos ojos per- próxima batalla y puedan ver el gran día de la liber-
didos en lejanas visiones, mientras sus pies, unos pies tad!... Los viejos redoblaron á muerte; sus nietos redo-

británicos, enérgicos, dominadores, incapaces de re- blarán á gloria.


troceder cuando se afirman con resolución, golpean Y detrás de este grupo de extranjeros, que es un
marcialmente el asfalto. Entre estos dependientes que pedazo de Francia, van pasando otros y otros. Brilla
ganan unas docenas de francos por semana, marchan la constelación de la bandera norteamericana sobre
varios gentlcmen con el macferland sobre el traje de su septagrama rojo y blanco. Desfilan numerosos gru-
ceremonia y el clac de seda mate en la cabeza. pos semejantes á los de los ingleses en su aspecto ex-
Acaban de salir de un restaurant de lujo; se alojan terior,pero más ruidosos, más vivaces, interrumpien-
en hoteles de los Campos Elíseos, donde pagan tres ó do sus cánticos con estruendosos ¡burras!, llevando del
cuatro libras por día. Encontraron la manifestación brazo mujeres altas, de gimnástica esbeltez, con gran-
de sus modestos compatriotas, y se unieron á ella, ira- des sombreros y vistosos trajes, rubias fuertes que
pasibles, correctos, con la serenidad del inglés, que lucen la sana dentadura en incansable sonrisa y ele-
en los momentos supremos olvida toda diferencia y no van sobre su cabeza la diestra ensortijada con dos
conoce el gran tormento que martiriza á los latinos: banderitas: la de su país y la de Francia.
el ridículo. Pasan los manifestantes de diversos Estados bal-
Luego avanza un porta-estandarte, con gorro rojo kánicos, hombres de nariz aquilina y ojos inquietos
y almidonado faldellín de bailarina, seguido de mu- de ave de rapiña; los escandinavos, blancos y rojos,
chos hombres que tienen ojos de brasa y la tez aceitu- de una carnosa limpieza que parece oler á agua co-
nada. «¡Viva Grecia!» Corre la gente para contem- que son pocos y revelan en su re-
rriente; los suizos,
plar de cerca unas banderas francesas, bajo las cuales servado aspecto la prudencia helvética, ganosa á la
tiemblan como negras mariposas los grandes lazos de vez de hacer constar una demostración simpática y
seda del peinado alsaciano. Todos saludan á los com- de mantenerse en cuerda neutralidad.
patriotas de las provincias esclavizadas. Suena un Un grupo numeroso avanza sin bandera. Dos bas-
redoble incesante de tambores. Viejos que ostentan en tones sostienen un lienzo escrito, que suple la falta de
el pecho la medalla de 1870 golpean con los palillos pabellón: «Los hebreos amigos de Francia.» Y desfilan
el antiguo parche de los combates heroicos é inútiles. patriarcas de barba canosa y largo gabán negro, que

LOS VOLUNTABIOS NOBTBAMBaiCANOS (Fot. Meurisso)


124 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LOS MANlFaSTAINTlSS UON LAS BANDKKAS EN LA PLAZA DK LA Ól'BRA


(Apunte del natural, publicado por la Illuttration, de l'aris)

tienen en su entrecejo algo de los antiguos profetas; El verde acuático de la bandera italiana se riza á
obesos tenderos cuyo pacífico exterior parece sacudido impulsos de la brisa nocturna, bajo las lunas eléctri-
por una ráfaga belicosa; jóvenes de pelo rizado en cas del bulevar. ¡Cantos... gritos! Una alegría musi-
apretados bucles, nariz pesada y color enfermizo, que
gritan y manotean con el entusiasmo de un pueblo
eternamente perseguido ante una tierra de libertad.
Para llevar al frente una enseña nacional tendrían
que reunir los colores de todos los pueblos de Europa
y América. Su bandera es la tradición religiosa y ét-
nica, que los mantiene agrupados á través do la His-
toria. Es también para muchos de ellos la lengua y
los apellidos de una patria de persecuciones que aban-
donaron hace centenares do años y perdura en su me-
moria como un cuento maravilloso escuchado en la
niñez. Álvarez, nacido en Constantinopla, da el brazo
á Flores, natural de Amsterdam; Pinto, de Salónica,
fraterniza con Carrión, de Serajevo. Y todos, impul-
sados por soplo de la guerra á escoger un país de
el

simpatía, una patria de amor, aclaman á Francia,


cuna de las revoluciones igualitarias, legisladora de
ladignidad humana. Un furor impulsivo semejante al
de los antiguos Macabeos galvaniza á esta raza, en-
corvada luengos siglos por la timidez. Fot Uol)
L03 VOLUNTA EI03 RUSOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 125

DESFILE DE VOLUNTARIOS EXTRANJEROS ANTE EL MONUMENTO DE LA REPÚBLICA (Fot. Rol)

cal y heroica que recuerda los


concertantes finales de las
óperas, llena la ancha calle.
Hermosos ancianos de barba
fluvial, que tal vez son mo-
delos de pintor, avanzan con

orgullo de triunfadores, lu-


ciendo sus blusas rojas deste-
ñidas por los años, sus kepis
mugrientos del mismo color,
restos haraposos de la postre-
ra y generosa aventura gari-
l)aldina de 1870. «¡Giuseppe!.. .

¡Glnseppr !...)> La imagen del


más portentoso de los guerre-
ros modernos, cuyas hazañas,
casi inverosímiles por lo au-
daces, recuerdan las del Cid,
pasa por las memorias. Todos
ven la barba blanca y el pecho
purpúreo del «gran patriarca
armado del latinismo», su
acartonada y sonriente an-
cianidad dejándose izar á lo (Fot Mcuri.'-.sel
LAS BANDBttAS NORTBAMBaiCANAS
126 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

alto de un caballo para inlligir á los prusianos la nada do los Inválidos miles y miles de extranjeros de-
única derrota que sufrieron. seosos de dar su sangre á Francia. Los de alguna
Se aleja el ordenado coro de tenores heroicos, y un edad y los enfermizos protestaban con los ojos húme-
formidable empujón conmueve al público del bulevar, dos de cólera al verse rechazados. Unos cuarenta mil
como si avanzase en la sombra una carga de jinetes de Europa y América fueron admitidos.
barriéndolo todo... Alegría arrolladora; vítores acom- Los ingleses y norte americanos llamaron la aten-
pañados de codazos y pisotones; palabras gruesas que ción por su aspecto físico y su disciplina en el acto
infunden entusiasmo y provocan el rubor; desorden del alistamiento. La larga espera impuesta por el go-
exuberante y fraternal. Una bandera roja y amarilla bierno la aprovecharon aprendiendo los ejercicios mi-
ondea sobre esta avalancha, que hace retroceder á los litares bajo la dirección de antiguos combatientes de
curiosos hasta las paredes. Son los españoles y los mar y tierra retirados en París ó de los oficiales adictos
hispanoamericanos. La manifestación se ha formado á sus Embajadas. Se presentaron á inscribirse en co-
en los establecimientos alegres de Moutmartre. Bohe- rrecta formación. No hubo mas que darles el fusil y
mios franceses y de diversas nacionalidades, melenu- cambiar por un uniforme sus trajes de corte elegante.
dos que hacen versos ó proyectan eternamente cua- Los italianos triunfaron por el número. Unos vein-
dros y esta- te mil 66 ofre-
tuas en los ca- cieron en toda
fés nocturnos, Francia, y ú
se incorporan pesar de las
por instintiva muchas ex-
comunidad de clusiones, for-
gustos á esta maron varios
muchedum- cuerpos en Di-
bre, en la que jón y otros de-
figuran tantas pósitos.
mujeres como Como perso-
hombres. Las najes sensa-
paseantes del cionales que
bulevar, que se presentan
han presen- en el momen-

ciado inmóvi- to más culmi-


les el desfile nante de un
do las otras drama, apa-
manifestacio- recieron de
nes, se intro- pronto en Pa-
ducen en las rís los nietos
filas de ésta, de Garibaldi.
buscando un Estos descen-
BXTEANJEROa DOMICILIADOS BN UN BARRIO POPULAR DE PARÍS ESPERANDO TURNO
brazo en que dientes del
PARA INSCRIBIESB COMO VOLUNTARIOS EN LA COMISARÍA DK POLICÍA
apoyarse. (Fot. Rol)
héroe han pe-
Y la desor- leado por la

denada procesión se aleja, conmoviéndolo todo con libertad de varios pueblos cu Europa y América. El
su ruidoso entusiasmo. De su seno surgen voces caste- mayor, José Garibaldi, es general de brigada del ejér-
llanas de un léxico incopiable, abominando del kaiser, cito griego. Los hermanos menores ganaron también
reclamando sus cosas más íntimas. sus grados de capitán en la guerra de los helenos con-

tra los turcos.


Su aparición ante los voluntarios y sus familias
La simpatía internacional por Francia no se limitó fué euiocionaiito. Algunas italianas arrugadas y octo-
á estas manifestaciones. Veinte días después, cuando genarias se arrodillaron besándoles las manos con un
elgobierno de la República quiso admitir voluntarios fervor religioso. ¡Los nietos de Garibaldi! ¡Los descen-
extranjeros para su ejército, unos cien mil hombres dientes del Mesías libertador que atravesó su aldea
de esta clase se presentaron en toda Francia ante los cuando ellas eran niñas, y al (jue designaba la devo-

consejos llamados de revisión. Éstos se mostraron ción patriótica de las gentes sencillas con el nombre
muy escrupulosos en el examen y admisión de los vo- Los viejos garibaldinos emigrados
dCíSfeíi Giuseppe!...
luntarios.La Hepública tenía combatientes de sobra en París hicieron esfuerzos para contener su emoción
para su defensa, y sólo aceptó los jóvenes y de buena al ver convertidos en soldados vigorosos á los chiqui-
salud. tines que en otro tiempo rodeaban á su general.
En París desfilaron durante un mes por la Expla- El mayor de los nietos, arrancándose del uniforme
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 127

la insignia de la Legión de Honor, la agitó como una


enseña de gloria.
VI

Italianos: que cada uno de vosotros llegue á mere-
cer esta recompensa. Acordaos de vuestros padres, que
vencieron en Dijón siguiendo la blusa roja de mi abuelo. La muchedumbre y la estación del Este
El joven Garibaldi fué nombrado coronel por el
gobierno de la República, tomando el mando de dos Lo que mayor inquietud produjo en los habitantes
batallones de compatriotas. de París al iniciarse la guerra, no fué el miedo á
Los voluntarios españoles é hispano-americanos los peligros y horrores que ésta trae consigo, sino
formaron un regimiento numeroso, que se organizó y la escasez de moneda y la desaparición total del cré-

ejercitó en Bayona, saliendo después para la línea de dito.

fuego. Muchos, con el individualismo propio de la Ya dijimos que los Bancos, en virtud de la morato-
raza, se incorporaron aisladamente á los regimientos ria,se negaron á devolver los depósitos y no quisieron
franceses.En las tropas procedentes de Afíioa figura- pagar las cartas de crédito, letras, etc. Una ruina ins-
ron en gran número nuestros compatriotas. La emi- tantánea, fulminante, inesperada, para las gentes de
gración espa- todas las na-
ñola que vive ciones que vi-
en los tres de- ven en París
partamentos gastando los
de Argelia productos de
proporcionó sus tierras y
una cantidad de sus capita-
considerable les, que fruc-
de volunta- tifican en los
riosa los bata- pueblos más
llones de tira- apartados del
dores argeli- globo.
nos. Durante ¡Qué de no-
la guerra fué velas desarro-
cosa corrien- lladas en las
te oir expre- piezas de esos
sarse en espa- hoteles pala-
ñol á muchos ees, cuarteles
soldados de lujosos en los
fez rojo y am- que se amal-
plios calzo- gaman los ri-
nes. Estos cos de toda la
cuerpos lla- LOS ITALIANOS ACUDIENDO Á INSCRIBIESE COMO VOLUNTARIOS tierra! ¡Qué
mados de tur- de lágrimas é
cos fueron en inquietudes
todos los combates las tropas más temidas del enemi- en los imponentes caserones inmediatos al Arco de la
go, por sus ataques impetuosos. Estrella, donde establecen sus errabundos lares las
Francia tuvo voluntarios en sus filas de la mayo- familias acomodadas en cosmopolita mezcolanza, tro-
ría de las nacionalidades desde el primer momento pezándose como vecinos en la misma escalera un ga-
de la guerra. Pudo constituir regimientos enteros de nadero argentino, un azucarero de Cuba, un salitrero
hombres que no eran franceses y sin embargo querían de Chile, un minero de Siberia y un antiguo coloni-
morir por Francia. zador de Australia ó Nueva Zelandia!...
De Alemania y de Austria nadie supo que pudieran La pobreza repentina, casi la miseria; como si en
constituir una sola compañía compuesta de extran- unas cuantas horas se hubiese cambiado el régimen
jeros. Sólo el entusiasmo de una causa justa puede social, triunfando la más absoluta de las revolucio-
arrastrar á los hombres á ofrecer su existencia por uu nes y desapareciendo para siempre los privilegios del
país en el que no nacieron. dinero. Hubo millonarios que fueron al Banco, en su
El ejército austríaco, por el contrario, tuvo que automóvil, con diez ó quince francos por todo capital.
ordenar al principio de la guerra numerosos fusila- Iban á sacar dinero de sus cuentas corrientes, y al
mientos y otros castigos duros, para impedir la insu- encontrarse con la negativa del empleado, quedaron
bordinación de muchos batallones procedentes de los estupefactos por la sorpresa, como si presenciasen un
diversos é inarmónicos Estados que constituyen su fenómeno absurdo que desorganizaba todo el ritmo de
Imperio enfermizo y próximo á disgregarse. la vida. ¡Tener dinero en grandes cantidades, cente-»
128 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LA. MUCHEDUMBRE EN LA ESTACIÓN DEL ESTE

nares de miles de francos, y no contar con otra reali- porvenir todavía remoto, cuando el dinero desaparezca
dad que las monedas que por olvido permanecen en el ó pierda todo su valor y los poderosos del mundo se
fondo de los bolsillos! encuentren de pronto con que no tienen otro capital
— —
¿Qué hacer? se preguntaban unos á otros. que sus brazos y su cerebro!
El mundo se presentaba de pronto envuelto en bru-
mas, como si algo fúnebre pasase ante el sol. ¿Cómo pa-
gar á los criados, al chuuffcnr, á la cocinera? Y por en- Otro apuro del vecindario parisién fué la falta re-
cima de estas obligaciones, la necesidad más inmedia- pentina de moneda, de que hablamos en capítulos
ta y dolorosa: «¿Cómo podrían comer al día siguiente?» anteriores. El oro había desaparecido en veinticua-
Por fortuna, todo se arregla en este mundo, unas tro horas. Lo guardaban los Bancos, lo guardaban las
veces bien, las más de ellas

mal, pero nada queda sin su


correspondiente solución. Los
ricos faltos de dinero apelaron
al procedimiento de los po-
bres: el préstamo, la petición
al amigo, el ruego fervoroso
para conseguir unos cuantos
francos. Luego los Bancos en-
tregaron hasta el veinte por
ciento de los depósitos, y mu-
chos gobiernos hicieron ade-
lantos á sus subditos para que
pudieran realizar el viaje de
regreso.
¡Adiós, París! Los ricos son-
rieron después recordando sus

apuros; ocharon á broma sus


inquietudes, como algo gra-
ciosoé interesante, perojquién
sabesi presenciaron por algu-

nos días un anticipo del más


(Fots. Meurisse)
.
grande de los conflictos en un ALRBOKDOBES DE LA ESTACIÓN DEL ESTE
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA PE 1914 129

7-
13J VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LA BSTACIÓN DEL KSTB EN El. MOMENTO EN QUE SÓLO PODÍAN ENTRAR LOS KESBRVISTAS (Fot. Meiii'isse)

grandes casas de comercio enterrado en sus cuevas, y tomar un carruaje para el que no se había proveído
su ocultamiento produjo un trastorno enorme. de moneda menuda. Los más vivieron á crédito en su
Imposible vivir sin las facilidades del cambio. barrio, donde eran conocidos, enseñando un billete
Hubo gentes en París que casi murieron de hambre que nadie quería poseer. La dueña del resfavrant, al
con un billete de cien francos en el bolsillo. La des- verlo, prefería dar su comida á crédito, y así en los
aparición de la pieza de oro de veinte francos y de la demás establecimientos. Ya cobrarían cuando el bi-
pieza de plata de cinco hizo que todos los estableci- llete pudiera ser cambiado.
mientos se negasen á aceptar los billetes, prefiriendo Y fué un verdadero acontecimiento que desconges-
no hacer ventas á tener que realizar un cambio. Im- tionó muchos pechos el anuncio del Banco de Francia
posible comer, comprar un cigarro, entrar en un café, poniendo en circulación los nuevos billetes de veinte
y de cinco francos, pedazos
de papel que restablecieron
en París el cambio corriente
y la normalidad de la vida.
Durante una semana la mu-
chedumbre se agolpó ante las
puertas de las sucursales del
Banco, como un pueblo fa-
mélico que pretende asaltar
los almacenes de víveres. La
Guardia Republicana, fusil en
mano, tuvo que mantener el
orden. Y estas masas que un
recién llegado hubiese creído
ansiosas de saqueo, llevaban
en los bolsillos buena canti-
dad de billetes de Banco. Las
economías del pueblo de París,
el más ahorrativo y acumula-
dor de la tierra, se aglomera-
LA ESTACIÓN DBL ESTB BN LOS PRIMEROS DÍAS DE LA MOVILIZACIÓN ron al asalto del gran estable-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 131

PARTIDA DE LOS VOLUNTARIOS INGLESES Y NORTEAMERICANOS

cimiento de crédito, para desmenuzarse y multipli- ver cómo desaparecían en su interior otras muche-
carse al cambiar de forma, convirtiendo en cinco dumbres de contornos geométricos, uniformemente
fracciones el billete de cien francos cuidadosamente vestidas, con relampagueos de acero y acompaña-
guardado en el fondo de una caja de jabones ó disi- miento cadencioso de choques metálicos.
mulado entre los cepillos y trapos para limpiar las Los frontones del edificio parecían las múltiples
botas. testas de una bestia angulosa y cornuda; sus medios
o
puntos de cristal, que brillaban al sol como bocas
otras muchedumbres se amontonaron diariamente ígneas, tragaron y tragaron la gente lo mismo que los
en diversos puntos de París. La más grande fué la que monstruos del culto molokeo. ¡Lo que devoró en un
extendió su masa de cabezas en torno de la Estación mes esta construcción, rodeada de muchedumbres
del Este, desbordando sus ten-
táculos por las calles inme-
diatas.
Durante un mes su nombre
estuvo en todas las bocas: ¡La
«Gare de TEst»! ¡La «estación
como la llamaron
histórica»,
muchos!... Fué semejante á
un estrecho túnel por el cual
intentase pasar todo un río,
con grandes choques y rebu-
llimientos contra sus paredes.
La Francia armada, la Fran-
cia viril, se lanzó por esta sa-
lida de París hacia los campos
de batalla de la frontera.
La Estación del Este era en
tiempos normales una de las
menos concurridas de París.
Como lugar de partida para
Alemania, bien se comprende
que no atrajese muchos viaje-
ros.Ahora afluyeron á sus al-
rededores las muchedumbres
UN ORUPO DE VOLUNTARIOS NORTEAMERICANOS PASANDO ANTE LA OPBRA
inquietas y abigarradas para CAMINO DE LA ESTACIÓN (l'"ot3. Mcurisse)
132 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LOS BELGAS RBSIDBNTBS BN PARÍS PARTIENDO COMO VOLUNTARIOS PARA DEFENDER SÜ NACIÓN. UN VOLUNTARIO
LOS ARENGA FRENTE A LA ESTACIÓN DH SAINT-LAZARE

día j noche como un templo de ritos 'permanentes, y líos; hombres con el pecho forrado de acero y cabe-
en cuyo interior humeaba la hulla formando lácteas lleras de crines pendientes del casco,como paladines
vedijas, se alineaban con sonoro estrépito centenares de remotas edades; cajas enormes que servían de
de cajones montados sobre ruedas, y bramaban las jaulas á los cóndores de la moderna aeronáutica; pro-
locomotoras con el curvo vientre henchido de vapor! cesiones interminables de cañones estrechos y lar-
A través de sus verjas pasaron miles y miles de caba- gos, pintados de gris, protegidos por mamparas metá-
licas, más semejantes á ins-
trumentos astronómicos que
á bocas de muerte; masas y
masas de kepis rojos, enfun-
dados de azul, moviéndose
con el ritmo de la marcha,
dejando adivinar debajo de
ellos los capotes con las hal-
das abrochadas atrás, el pan-
talón escarlata, los zapatos
claveteados. Erizadas en su
parte superior filas de fusiles:
unos negros y escuetos for-
mando lúgubres cañaverales;
otros rematados por las bayo-
netas, que parecían espigas
luminosas; y sobre estos cam-
pos movibles de mieses de
acero, las banderas que on-
deaban como pájaros de co-
lores, el cuerpo blanco, una
ala azul, la otra roja, una cor-
bata deslumbrante en el cue-
llo y en lo alto el pico de oro,
el hierro de la lanza que apun-
ÜN CARRO MILITAR DESCARGANDO OBJETOS PARA EL EJÉRCITO
BN LA ESTACIÓN DEL BSTB iFots. Meurisse) ta á las nubes.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 133

Cuando el grueso de las tro-

pas estaba ya en los campos


de batalla, no por esto cesó la
animación en torno de ella.
Día y noche los hombres de
combate entraron y entraron
en la «estación histórica» suel-
tos ó por grupos. Eran reser-
vistas sin uniformeque mar-
chaban á incorporarse á sus
regimientos, oficiales rezaga-
dos que habían estado traba-
jando en la movilización, pe-
lotones en armas que iban á
llenar los grandes claros que
abre la muerte en las guerras
modernas.
La muchedumbre, aglome-
rada contra las verjas y en
perpetua disputa afectuosa
con los policías encargados de
mantener libre el paso, salu- UN GRUPO DE RESERVISTAS QUE MARCHA A LA ESTACIÓN DEL ESTE
daba á los que se iban y los CANTANDO «LA MARSELLESA»
acompañaba con los ojos al
atravesar el gran patio de la estación, hasta que se vestidas con elegancia pregonaban la venta de esca-
perdían tras de las mamparas de cristales. Voceaban rapelas tricolores y otros adornos patrióticos, seguían
los vendedores las últimas ediciones de los periódicos, pasando por el patio solitario, para ser tragadas por
y la masa obscura moteándose de puntos blancos,
iba las puertas de la estación, gentes y más gentes que
hojas de papel impreso leídas ávidamente. Una buena iban á la guerra.
noticia: «¡Viva Francia!...» Un despacho confuso que Un joven subteniente de la reserva, con el saco á
hacía presentir un descalabro y una retirada. ¡No im- la espalda, avanza acompañado por su padre hasta
porta! Había que sostenerse de todos modos. Los rusos donde le permite la policía. El viejo, enjuto de cuerpo,
se encargarían de avanzar á espaldas del enemigo... con una cinta militar en la solapa, se yergue ponien-
Y mientras disputaban los grupos y ciertas muchachas do un gesto fosco. Quiere mostrarse fiero, inhumano,
para ocultar su emoción.
— ¡Adiós, muchacho! Pór-
tate bien.
—Adiós, padre.
No se dan la mano: no se
miran. El oficial sonríe auto-
máticamente.
Unos reservistas avanzan
cantando, bromeando, con
una alegría de buenos cama-
radas que han bebido un trago
en el cercano café; pero mien-
tras ríen y gritan, uno de ellos

oprime con la diestra la mano


arrugada de una mujercita
que marcha á su lado, ergui-
da y con los ojos secos: la ma-
dre, que ha querido acompa-
ñar á su mocetón hasta el úl-
timo momento.
Otros llegan sueltos, despe-
gados de sus camaradas, pero
no por esto van solos. El fusil
RESBRVISTAS QUE VAN A LA ESTACIÓN DEL ESTE (Fot. Meurisse)
cuelga de uno de sus hombros.
134 VICENTE BLASCO IBANEZ

gobierno y las buenas almas cuidarán de su suerte.


Y el hombre bromea mirando á su mujer en las
inmediaciones del talle algo deforme: saluda al ciuda-
dano próximo á venir, y que seguramente nacerá en
plena victoria.
Un beso á la compañera, un cariñoso repelón á la
prole, y se une con los camaradas... Nada de lágrimas.
¡Coraje! ¡\'iva Francia!
recomendaciones son oídas. Nadie llora. Pero
S;is
cuando el último pantalón rojo desaparece, muchas
manos se agarran convulsas á los hierros de la verja,
muchas cabezas se ocultan bajo el brazo con un ester-
tor angustioso. El padre se mete en un café y busca
la banqueta más honda, el rincón más obscuro, para
ocultar su emoción.
Una vieja mira hacia donde ella creeque está el
Este, y agita los brazos enjutos con una furia homi-
cida:
— ¡Ah, bandido!... ¡Bandido!
Y conla imaginación vuelve á ver lo que tantas
veces ha contemplado en las páginas ilustradas de los
periódicos: unos bigotes de insolente y marcial albo-
rotamiento, una boca de dientes de lobo que ríe... ríe,
como debieron reír los hombres de la época de las
cavernas.

Vil

Continúan las hosUlidadcs.— Manifiesto del zar al pue-


blo ruso.— La retirada del embajador Schoen. — Un
artículo de Clcmcnceau.

UN OFICIAL DE I-A RESERVA DESPIDIÉNDOSE DB SU PADRE Los actos de hostilidad en la frontera continuaron
EN LA ESTACIÓN el día3 por parte de los alemanes, á pesar de que el
embajador Schoen seguía en París, sin declarar rotas
la espalda sufre la pesada joroba de la mochila, las las relaciones.

piernas rojas salen y se ocultan entre las alas recogi- Varios destacamentos de huíanos merodearon en
das del capote, la pipa humea bajo la visera del kepis.
Y delante de él caminan unos cuantos pequeüuelos,
alineados por orden de estatura, que vuelven la cabeza
para mirar al padre, súbitamente engrandecido á sus
ojos por estos arreos militares. A su lado marcha la
compañera, afable y sumisa lo mismo que en las pri-
meras semanas de sus relaciones, sintiendo confusa
mente en su alma simple una Üorescencia renovada
de amor, una primavera extemporánea, nacida al
contacto del peligro. Este obrero de París, que hace
un mes cantaba La Internacional pidiendo la desapari-
ción de los ejércitos y la fraternidad de todos los seres
humanos, va ahora en busca de la muerte por defen-
der á 8u país; y la mujer Hora, pero lo admira.
El amor y la conmiseración por su hombre la
hacen insistir hasta el último momento en sus cui-
dados y recomendaciones. Ha puesto en la mochila
sus mejores pañuelos, los pocos víveres que tenía
en casa, todo el dinero. No debe inquietarse por ella
RESERVISTAS DIRIOIÉNDOSB A LA ESTACIÓN DEL ESTE
y los hijos: ya saldrán del paso como puedan. El (Fots. Meurisse)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 135

UNA MADRE ACOMPAÑABA SU HIJO CAMINO DB LA ESTACIÓN AGARRÁNDOLE LA MANO [Fot. Meiirisse)

el territorio francés,siendo perseguidos por algunos lo. Sus soldados huyeron, dejando otro muerto sobre
pelotones de caballería. Los prisioneros alemanes he- el campo. El cuerpo del oficial alemán fué recogido
chos en Joncheray el día anterior fueron conducidos por los suyos durante la noche, sin que los franceses
á Belfort, siendo enterrado el teniente que los man- se opusieran al cumplimiento de esta función piadosa.
daba, muerto por un soldado francés. Un escuadrón El teniente de dragones que inauguraba la guerra
de dragones hizo los honores fúnebres á este enemigo, con una victoria fué condecorado.
el primero que caía en la guerra. Una columna alemana procedente del Luxemburgo
A mediodía un destacamento de ciclistas del 17.° intentó penetrar en Francia á cuatro kilómetros de
de infantería alemán pasó la frontera, penetrando en Longwy. Los fuertes de la plaza la cañonearon, cor-
el pueblo de Moncel. <,<Pust! Postf», gritaban los ci- tándola el paso.Un regimiento de caballería enemiga
clistas. Y al llegar á la casa de Correos se apoderaron entró por Cirey, á 39 kilómetros de Luneville, ocu-
de la recaudación, robaron un saco de corresponden- pando por unos instantes el pueblo de Bertrambois, á
cia y rompieron los aparatos telegráficos. Después dos kilómetros de la frontera, pero volvió riendas al
asaltaron la estación del ferrocarril, pero como no avanzar un regimiento francés.
encontraron nada que llevarse y temían avanzar más En Montreux-Vieux una compañía de ciclistas ale-

por estar acampadas las tropas francesas cerca de manes atacó puesto fronterizo, ocupado por veinte
el

allí, volvieron á repasar la frontera. aduaneros franceses. listos se defendieron, resultando


Por la tarde un pelotón de caballería alemana del combate varios heridos de ambas partes.
llegó al pueblo de Remareville, á ocho kilómetros del Cerca de Belfort, en Saint-ÍTaye, algunos destaca-
límite fronterizo, cerca de los destacamentos france- mentos de huíanos se presentaron en las granjas, exi-
ses. Unos cuantos dragones mandados por un teniente giendo que les entregasen caballos y ganados.
salieron al encuentro de los invasores, entablándose Un aeroplano alemán voló sobre Luneville, dejan-
un combate. El oficial francés mató de un sablazo al do caer tres bombas, que sólo causaron desperfectos
jefe de los huíanos, el cual quedó abandonado en el sue- en los edificios.
1 :;c> VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Y el embajador de Alemania todavía estaba en bras, á un hermano de Alejandro Samain. Este quiso
París á las horas en que ocurrían tales sucesos. interponerse, y el sargento le dio un puñetazo en el
rostro, esgrimiendo luego su sable. Entonces un ami-
go perteneciente á la sociedad gimnástica disparó su
De Alsacia llegaron noticias revelando otros atro- revólver, matando al sargento. Fué tan público el he-

pellos. Los alsacianos que


más se habían significado cho y tan convincentes resultaron las declaraciones
tuvieron que huir para no ser de los testigos, que los jueces germánicos hubieron de
por su amor á Francia
víctimas del estado de guerra declarado en su paíg. absolver á los tres patriotas, por haber obrado en de-
El abate Wetterlé, diputado del Reichstag, debió su fensa propia.
salvación á la fuga, pues, indudablemente, de caer en La autoridad militar de Metz tuvo desde entonces
poder de los alemanes, hubiese
sido fusilado, ú pesar á Alejandro Samain inscrito á la cabeza de su lista

de su investidura parla- de peligrosos. Apenas la


mentaria. guerra se inició, su primer
Tin patriota de Lorena, acto de defensa fué supri-
mir al joven y entusiasta
eljoven Alejandro Samain,
tuvo menos suerte. Llegó patriota. a
la noticia de que los alema-
nes lo habían prendido en Una reconstitución del

Metz, fusilándolo tras de gabinete se verificó en


un consejo de guerra su- Francia el día 3. El minis-
marísimo. tro de Marina, M. Gauthier,

Alejandro Samain era un que estaba enfermo, pidió


ser relevado, no sintiéndo-
patriota ardiente que man-
tenía en la tierra lorenesa se con fuerzas bastantes
el culto de Francia. Con para afrontar la situación.
otros camaradas había fun- M. Augagneur, hombre de
dado en Metz, su ciudad reconocida energía, pasó á
natal, una sociedad gim- este ministerio, cediendo la
nástica titulada la «Lorena cartera de Instrucción pú-
blica á M. Alberto Sarraut,
Esportiva». El uniforme de
estos jóvenes tenía cierta gobernador de las posesio-
semejanza con el del ejér- nes francesas de Indo-Chi-
cito francés. Las autorida- na, que estaba con licencia
des alemanas persiguieron en París.
en varias ocasiones á la so- El presidente del gobier-
ciedad y á Samain, que era no, M. Viviani, para man-
su presidente. tenerse con más desemba-
En 8 de Enero de 1911 razo en el cumplimiento de
la «Lorena Esportiva» dio sus funciones, pasó á la
un concierto, al que sólo cartera de Negocios Ex-
asistieron los socios con sus KL ABATE WBTTBRLE [Vo\.. Meurisse)
tranjeros, que venía des-
familias. En mitad de la empeñando M. Doumergue.
fiesta entró elcomisario de policía alemán, exigiendo Los subsecretarios de Estado, Jacquier y Abel Fe-
su
que cesara la música, porque tocaba piezas france- rry, presentaron sus dimisiones alegando que por
sas. El presidente hizo salir al comisario por tratarse edad debían partir como soldados á los puestos que
do una fiesta en privado, y esta salida la saludó la les señalaba la orden de movilización. El gobierno se
música con los acordes de la marcha francesa Sfím- negó á admitir sus renuncias, conservándolos en sus
Irc-et-Meune. Alejandro Samain fué encarcelado á cargos, pero les dio licencia para que se incorpora-
consecuencia del incidente, pero los tribunales ale- sen á sus regimientos.
manes sobreseyeron la causa para evitar un escán- En Rusia el gobierno hizo saber que el gran duque
dalo internacional, sin perder por esto de vista al Nicolás Nicolaievitch había sido nombrado generalí-
joven patriota. Algún tiempo después lo condenaron simo de todas las fuerzas armadas del Imperio.
á seis semanas de prisión por el delito de propaganda En el mismo día 3 el zar dirigió el siguiente ma-
antigermanista. nifiesto al pueblo ruso:
Los militares de la guarnición le tenían odio por
Por la gracia de Dios, Nos, Nicolás II, Emperador y autócrata
la franqueza con que expresaba sus simpatías á Fran-
de todas las Rusias, rey de Polonia, Gran Duque de Finlandia,
cia. En Diciembre del mismo año, un sargento ale-
etcétera, etc., á todos nuestros fieles subditos hacemos saber:
mán insultó en plena calle, con las más soeces pala- La Rusia, pariente de fe y de sangre de todos los pueblos
^^í:- •-.,
Dibuio de Ceorges Scoll, de •L'lllusirolion- de Parfs

LOS PRM
LA BATALLA

ONEROS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 137

eslavos y flel á sus tradiciones históricas, no lia mirado jamás Después de esta Nota la situación de Schoen era
su suerte con ojos de indiferencia.
ya insostenible. A las cinco y tres cuartos de la tarde
Pero especialmente en los últimos dias, los sentimientos fra- se presentó en el Ministerio de Negocios Extranjeros,
ternales del pueblo ruso por los eslavos se han despertado con
siendo recibido por M. Viviani en presencia de M. de
una perfecta unanimidad y una fuerza extraordinaria al ver
cómo Austria ha dirigido á Servia reclamaciones que resulta- Margerie, director político de dicho ministerio.
ban inaceptables para un Estado independiente. El diplomático alemán mostró una marcada emo-
Habiendo despreciado la respuesta pacifica y condescen- ción, en la que entraban por mucho el embarazo por
diente del Gobierno servio, y rechazado la intervención bené- su conducta equívoca y la vergüenza por lo que le ha-
vola de Rusia, el Gobierno austrohúngaro ha precedido á una
bían encargado manifestar al gobierno francés. Con
agresión armada bombardeando á Belgrado, ciudad abierta.
una voz algo temblona, M. de Schoen, en vez de dar
Obligados á tomar las necesarias precauciones por la situa-
ción creada por este hecho. Nos hemos ordenado poner nuestro explicaciones por los atentados de los alemanes en la
ejército y nuestra armada en pie de guerra, sin dejar por ello que su gobierno le ordenaba que protes-
frontera, dijo
de realizar toda clase de esfuerzos para tase del hecho de que algunos
obtener una solución pacífica en las aviadores franceses habían vo-
negociaciones entabladas, pues la san- lado sobre Bélgica. Añadió que
gre y los bienes de nuestros subditos
nos son muy preciosos.
otros aviadores, también de
Cuando ya estábamos con Austria Francia, habían volado sobre el
en amigables tratos, Alemania, aliada territorioalemán arrojando bom-
de Austria, contrariamente á las espe- bas en las inmediaciones de Nu-
ranzas que nos inspiraba nuestra bue-
remberg, hechos que constituían
na vecindad secular, y sin tener en
una agresión contra Alemania y
cuenta nuestra palabra y las seguri-
dades de que nuestros preparativos no una violación del territorio del
tendían á ningún fin que le fuese hos- Imperio.
til, ha comenzado por reclamar la su-
Luego, turbado aún más por
presión inmediata de dichas medidas
de precaución.
el profundo silencio con que
eran escuchadas sus palabras,
Habiendo recibido de parte nuestra
una digna negativa, Alemania ha de- leyó una Nota que era la decla-
clarado súbitamente la guerra á Rusia. ración de guerra á Francia en
Hoy no es sólo la protección del pa- nombre de Alemania.
riente injustamente ofendido lo que El texto de esta declaración
hay que asegurar; es también el ho- dice así:
nor, la dignidad, la integridad de Ru-
sia y su puesto entre las grandes po- «Señor Presidente de la
tencias lo que debemos defender.
Creemos firmemente que nuestros República:
fieles subditos acudirán con devoción »Las autoridades administra-
y unanimidad á la defensa de la tie-
tivasy militares alemanas han
rra rusa.
hecho constar cierto número de
Que la discordia interior sea olvida-
ALEJANDRO SAMAIN actos característicos de hostili-
da en esta hora amenazante y de rudas
pruebas. Que la unidad del Zar con su dad cometidos sobre el territorio

pueblo resulte más estrecha aún, y que Rusia, levantándose alemán por aviadores militares franceses. Varios de
como un solo hombre, rechace el insolente ataque del enemigo estos últimos han violado manifiestamente la neutra-
con una fe profunda en la justicia de nuestra obra y una abierta
lidad de Bélgica, volando sobre el territorio de di-
esperanza en la Providencia todopoderosa.
Llamamos con nuestras plegarias la bendición de Dios sobre cho país. Uno de ellos ha intentado destruir varias
la santa Rusia y sus tropas valerosas. construcciones cerca de Wesel; otros han sido vis-
tos sobre la región de Eiffel; otro ha arrojado bom-
Este llamamiento del zar al pueblo ruso, en su bas sobre la vía de ferrocarril cerca de Carlsruhe y
doble carácter de soberano temporal y pontífice de la Nuremberg.
religión, fué acogido con gran entusiasmo en todo el »Tengo el encargo 'y el honor de hacer saber á
Imperio. Vuestra Excelencia que en vista de estas agresiones
o
el Imperio alemán se considera en estado de guerra
Al enterarse el gobierno francés de los incidentes con Francia por la agresión de esta última potencia.
ocurridos en la frontera, envió una Nota al embajador »Tengo al mismo tiempo el honor de hacer saber á
de Alemania, M. de Schoen, cuya conducta resultaba Vuestra Excelencia que las autoridades alemanas re-
cada vez más inexplicable al permanecer en París tendrán los buques mercantes franceses en los puer-
después de estos atentados. En dicho documento el tos alemanes, pero los dejarán en libertad si dentro
gobierno señalaba los hechos ocurridos y la respon- de cuarenta y ocho horas queda asegurada la recipro-
sabilidad de Alemania al tolerarlos, pidiendo una ex- cidad completa.
plicación inmediata al embajador. »Habiendo terminado mi misión diplomática, sólo
138 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El presidente del Consejo, hablando cada vez con
más energía, recordó al embajador alemán que el go-
bierno de la República había dado orden á sus tropas
de mantenerse á diez kilómetros de la frontera para
evitar incidentes, y que los destacamentos alemanes
habían franqueado esta zona penetrando hasta once
kilómetros en territorio francés, hechos que probaban
con exceso que la agresión liabía partido de Alemania
y no de Francia.
Schoen, no sabiendo qué contestar, habló para jus-
tificarse de un hecho de orden personal. Dijo que al
dirigirse al ministerio acababa de ser injuriado por
dos individuos que habían subido al estribo de su au-
tomóvil. En esto falseaba también los hechos este di-
plomático. El incidente se reducía en verdad á que un
chófer del servicio público, al cruzarse con el auto-
móvil del embajador, había gritado: «Todos los ale-
manes son unos c...» Al ser conducido por la policía
á la comisaría del barrio, declaró que tres días antes,
regresando de Alemania, le habían embargado los ale-
manes su automóvil en Metz, teniendo que hacer á pie
una marcha de 2.") kilómetros para llegar á una esta-
ción, donde habían vuelto á detenerle como espía por
ser francés, despojándolo de su dinero y teniéndolo
en un calabozo durante veinticuatro horas sin ali-
mento alguno. Después de estos hechos su exaspera-
ción era comprensible.
El jefe del gobierno concedió el valor que merecía
LOS NUEVOS MINISTROS FRANCESES lá esta queja de Schoen, recordándole discretamente
M. AÜGAÜNHUR, MINISTRO DE MARINA (Fot. Rui) continuos paseos por la rué de Lille el domingo
jsus
(anterior, «como si buscase un incidente».
me resta pedir á Vuestra Excelencia que quiera dar- Al fin el embajador de Alemania, extremadamente
me mis pasaportes y adoptar las medidas que juz- turbado, terminó la entrevista lamentándose de no
gue mi regreso á Alemania con
útiles para asegurar haber podido conseguir el mantenimiento de las rela-
todo personal de la Embajada, así como el per-
el ciones pacíficas entre su país y Francia. Él mismo
sonal de la Legación de Baviera y del Consulado ge- declaró, con una franqueza que en aquellos momentos
neral de Alemania en París.
«Recibid, señor Presidente, el testimonio de
mi más alta consideración.
»Firmado, Schoen»

El silencio con que fué acogida esta increí-


ble declaración era de asombro, en vista de la
cínica tranquilidad con que el gobierno alemán
hablaba de imaginarios atentados para ungirse
agredido, cuando desde cuarenta y ocho horas
antes había violado por diversos puntos el terri-
*
torio francés.
M. Viviani protestó con gravedad y fírmeza,
declarando que todos los hechos alegados por el
embajador eran enteramente falsos y sin prueba
alguna. Jamás ningún aviador francés había vo-
lado sobre Bélgica y Alemania ui
arrojado bom-
bas. En cambio, el gobierno de la
República pro-
testaba con pruebas claras é indiscutibles de
la violación del territorio francés
por destaca-
mentos alemanes y de la muerte de un cabo de COCHE-SALÓN DEL TREN ESKT.CIAL BN QUE REGRESÓ A SU l'AlS
su ejército. EL EMBAJADOR ALEMÁN M. DE SCHOEN
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 139

resultaba trágica, la imposibilidad de continuar en su


puesto después de todo lo que había dicho y hecho,
pues su situación en París resultaba personalmente
insostenible.
M. Viviani y M. de Margerie acompañaron al em-
bajador hasta la entrada del ministerio. M. de Schoen
los saludó varias veces, sin poder disimular una in-
tensa emoción, y se marchó á la Embajada para hacer
los preparativos de viaje y salir aquella misma noche.
A las nueve y media un auto de color sombrío,
conducido por un chófer sin escarapela, entró en el
patio del Ministerio de Negocios Extranjeros, dete-
niéndose ante la escalinata de honor. Los empleados
ministeriales creyeron que el vehículo conducía un
prisionero de importancia. Descendió de él un agente
de policía vestido de uniforme, y á continuación un
«paisano» coa chaqué negro y sombrero blando de
fieltro. En el momento de echar pie á tierra, M. de
Shoen —
pues era éste á quien acompañaba el policía

lanzó á través de sus anteojos montados en oro una
mirada circular reveladora de inquietud. Llegaba para
recoger sus pasaportes con un agente de policía en-
cargado de su seguridad. Un cuarto de hora después
salió del ministerio con los citados documentos, y al

dirigirse á su automóvil se tropezó con M. Viviani,


que salía también. El alemán se descubrió, iniciando
con la cabeza y las manos un gesto de desaliento y
de pena. Viviani contestó á su saludo fríamente y si-
guió adelante, rehuyendo este intento de inútil y en- M. ALBERTO SAURADT (Fot. Meurisse)

gañadora conversación. Ministro de Instrucción pública


Las relaciones diplomáticas entre Alemania y Fran-
cia quedaban rotas definitivamente. rial expresivamente, pero sin decir una palabra en
El embajador Schoen salió de Francia con todas
y como ano-
vista de su frialdad. Se mostraba triste
las atenciones debidas á su alto rango, sin que nada nadado por el tomaban los sucesos.
giro que
faltase á su comodidad y seguridad personales. En la Pronto veremos de qué manera el gobierno ale-
estación del Bosque de Boulogne le esperaba un tren mán hizo salir de Berlín á M. Julio Cambon, emba-
especial para él y las ochenta personas de su sé- jador de la Repiiblica Francesa.
quito diplomá-
tico. Un coche-
salón, que el go- Clemenceau en Fl Homlve Libre hizo un resumen
bierno alemán brillante de la situación, demostrando la doblez del
tardó un mes en gobierno germánico y excitando al pueblo francés á
devolver, lo con- una resistencia heroica.
dujo á la fronte- He aquí el artículo:
ra. En la esta-
ción le espera- ANTES DE LA SEÑAL
ba M. William
Martin, director Lo que se ve hoy no se vio nunca. Por varias partes los ejér-
del protocolo, el citosalemanes están en marcha sobre nuestras fronteras. Las
cual atendió á tropas enemigas se han alineado junto á los mismos postes
fronterizos, mientras las nuestras están retenidas prudente-
todos los deta-
mente á diez kilómetros para que no se comprometan en una
llespara que el acción hasta que las agresiones alemanas sean bien palpables.
viaje resultase Para provocarnos y hacernos abandonar esta cuerda actitud,
cómodo y segu- pequeiTos destacamentos enemigos penetran en nuestro terri-
ro. Schoen es- torio, abaten los postes telegráficos, arrancan los rieles, se
apoderan del material de ferrocarril y de los caballos de la re-
trechó la mano
quisa, aprisionan los conscriptos, matan soldados, avanzan á
LA CAMA DBL COCHB-S ALÓN T?N Qri? VIAJÓ
^ ®^*'® '"^^ÍO- más de diez kilómetros en el interior del país, atrepellan á los
M. DB SCHOEN u&tío miuistc- habitantes y cometen, en una palabra, todos los actos ordina-
140 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

nos de los bandidos de carretera, con la esperanza de que nos- discutirla cuestión seriamente después de esto? El kaiser de-
otros responderemos emprendiendo una acción militar, que les clara la guerra á Rusia y viola la neutralidad de Luxemburgo

permitirá atribuirnos mentirosamente el papel de agresores. y de Bélgica para marchar contra nosotros.
No puede saberse basta dónde llega la mezcla de vil liipo- A pesar de sus embajadores, así en San Petersburgo
ello,

cresía y brutalidad salvaje de estas bestias de presa.El mani- como en París, permanecen en sus puestos para desorientar de
fiesto de Guillermo II es la vergüenza de las vergüenzas. Por este modo á las potencias y hacerlas creer que la suprema rup-
todos sus órganos, por todos sus agentes, hasta por periodistas tura aím no es un hecho consumado. Las más simples leyes
de Francia, nos ha gritado muchas veces que no quiere la gue- del honorcondenan tales astucias de mala ley. Estas criaturas
rra, sin que jamás se le haya podido arrancar una palabra ó un infelices sóloconocen las frases groseras para manifestar su
acto en favor de la paz. Ayer todavía, su embajador en París, pesada alegría ó las invocaciones á un Dios de bandolerismo
que no podía explicar por qué guardaba su puesto permane- cuando se reúnen en tropas armadas.
ciendo entre nosotros mientras que los ejércitos de su amo nos Por esto Guillermo II se dirige á su pueblo desde el balcón
de su palacio para decirle que «¡/entes envidio-
obligan <•« una justa defensa», y que él
íflí» le
va á demostrar á sus enemigos lo que cuesta
«provocar á Alemania». De ser otro el que tu-
viese este lenguaje imprudente, lo creeríamos
un loco, porque es imposible citar ni un acto
i\e provocacim ni una palabra que pueda ins-

pirar á cualquiera la necesidad de la defensa.


Pero tratándose de un jefe de piratería que
quiere arrojar sus hordas sobre Erancia, como
sus remotos abuelos se precipitaron sobre
Roma para la realización de grandes empre-
sas do pillaje coronadas do una alegría estú-
pida de dominación liomicida, estas palabras
no signilican mas que la fórmula germánica
de iniciar una guerra en la que podrán satis-
facerse todos los apetitos de una piedad sal-
vaje, que se atreve á tomar el Dios del Evan-
gelio como cómplice del crimen más grande
contra la humanidad que se conoce en la His-
toria. Este emperador recomienda á sus hom-
bres que entren en las iglesias para obtener
del Dios de bondad abundantes rajiiñas en su
eni[)resa guerrera. Cuando se tiene la concien-
cia fabricada de un modo tal que este pensa-
miento no llega á sublevarla, hay que esperar
de su inhumanidad toda clase de atentados.
El estado de cosas consagrado por el tratado
(le Francfort no podía durar más, desde el mo-

mento que la ambición de Bismarcky la sol)er-


bia de Guillermo II sólo consiguieron hacer
de él un instrumento de hegemonía, por el
cual han condenado á Europa, bajo la amena-
za de sus cañones, á la política de los superar-
inamentos. El dia en que Alemania había de
conducirnos con una voluntad premeditada á
la crisis suprema, acaba de llegar más pronto
de lo que yo creía; pero ha llegado. Cuando yo
— IBDBNOS DtAS, SEÑOR CUKa! lo anunciaba, cuando j'o criticaba la loca pro-
Los soldados que van á la guerra saludan al cura del Inmediato pueblo que guarda digalidad de hombres y riquezas en las con-
la vía como territorial movilizado
quistas de vanidad colonial, me contestaron
(Hii i:i revistn católica he Pclerxn, de París) muchas veces que abusaba de mis profecías
sobre el peligro alemán. Hace poco tiempo me
hacen guerra, decía así á uno de mis amigos: «Repetid á todo
la lo repitieron á propósito del tratado alemán sobre Marruecos,
el mundo que nosotros no queremos la guerra. Nuestra desgra- contra el cual fui yo el único en votar. Me guardaré de recri-
cia consisteeu no saber qué es lo que quiere Austria, á la que minaciones contra nadie, pero todavía ayer, cuando me decían
estamos unidos indisolublemente, como vosotros á Husia. Pero que algunos de nuestros hombres políticos, los más famosos, se
nosotros no queremos la guerra, y haremos todo lo que sea po- obstinaban en anunciar que Alemania no nos haría la guerra,
sible por impedirla.» yo no podia contener un sentimiento de tristeza viendo con qué
¿A estas palabras qué actos han respondido?... La declara- sistemática imprevisión somos gobernados muchas veces. Pero
ción de guerra á Rusia porque so ha tomado la libertad de con- hay que olvidarlo todo en esta hora para reunimos en torno
testar con una movilización sobre las fronteras austríacas á la del gobierno y hacer frente al invasor.
movilización del otro lado de la frontera. La declaración de gue- En la enorme partida que se inicia no
es la suerte de Fran-
rra á Rusia en elmismo momento que Austria aceptaba la pro- cia solamente, ni la de Rusia, ni la de Inglaterra lo que hay
posición mediadora de sir Edward Grej', ó sea en el momento que considerar. No. Es el destino de toda la civilización euro-
preciso en que iba á desaparecer el conflicto que nos habían pea lo que va á resolverse por la suerte de las armas, el mante-
presentado como única causa de los preparativos de guerra. nimiento de una hermosa diversidad de cultura con el respeto
¿Dónde está el provocador? ¿Dónde está el agresor? ¿Quién osará de la independencia de los pueblos ó la execrable tentativa de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 141

una unidad de germanización mecánica, bajo un talón de Liie- engendrar la victoria. Inglaterra se ha lanzado á la conquista
rro. Por esto nuestra causa resulta la do todas las naciones, la económica del mundo, y ha sabido crearse con su labor, su au-
de todos los gobiernos que no separan el sentimiento de la dig- dacia y su obstinación, que nada ha logrado quebrantar, un
nidad nacional del concepto de una vida común segúu las lí- inmenso Imperio que la enorgullece á ella así como á la civili-
neas directoras de las tradiciones de nacionalidad. Muchos se zación. Hoy tira noblemente de la espada por la dignidad y la
callarán é intentarán ocultar sus temblores internos, pensando independencia de los pueblos de Europa. Entra con nosotros
que van á ver egqistamente, con los brazos cruzados, cómo los en la noble epopeya; enemiga de la hegemonía de Napoleón,
soldados de Francia caen en los campos de batalla, donde se enemiga de la hegemonía de Bismarck, amiga de la Francia
juega con la vida de la nacionalidad francesa, la vida también moderna, que no pide otra cosa á Europa que un equilibrio de
de los pequeños pueblos, capaces por flaqueza de corazón de mantiene neutral, pero no creo equivocar-
libertades. Italia se
sucumbir sin haber combatido. Pero nosotros, que enviamos me prediciendo que este gran espectáculo iluminará el alma

Curas católicos Pastor protestante Un rabino

LOS SACERDOTES EN EL BJÉBCITO FRANCÉS


Al circularla orden de movilización respondieron unánimes los sacerdotes franceses de todas las religiones, los cuales, olvidando sus diferencias, se

apresuraron á acudir baio la bandera de la patria, inscribiéndose como confesores y como auxiliares aquellos que por su edad no fueron llamados á lilas

nuestros hijos al sangriento choque, nosotros que nos vemos del pueblo italiano, que algunos gobiernos miopes pusieron
traidoramente amenazados hasta en las más profundas raices locamente al servicio del germanismo contra todo lo que nos
de nuestra vida, estamos resueltos á salvar todo lo que pueda queda de latinidad.
ser salvado de nuestros gloriosos aportes á la civilización uni- He aquí que Rusia es la primera que llega al oir el estam-
versal, respecto á los cuales nuestra más alta ambición es aña- pido del cañón; Rusia, que parecía ayer todavía el último asilo
dirles otros nuevos. en Europa del despotismo asiático; Rusia, que por la iniciativa
Defendiéndonos, somos los campeones de la causa de todos. de sus últimos zares se ha abierto á la libertad, y por un incom-
Si en el pasado cometimos grandes torpezas que ofendieron á parable movimiento intelectual se ha colocado en la primera
Europa, grandes desgracias también nos lo han hecho expiar fila de la cultura; Rusia, magníflco puente de idealismo y de

después. Vamos á marchar con Inglaterra, que en las edades de libertad, por el que pasan las actividades despertadas de Asia,
hierro concibió la ambición de dominarnos. Cien años de gue- trayéndonos con un renacimiento de fuerza nuevos cuadros de
rra necesitamos para conquistar la independencia de nuestro energía. Esto es lo que temen los feudales alemanes, que con-

suelo, y cuando los hombres quedaron deshechos fué una mu- servan al pueblo bajo la alta presión de su burocracia. Nada les
jer, una pobre campesina lorenesa, de corazón simple y grande, da tanto miedo como un cambio de la disciplina intelectual,
la que pronunció las palabras y realizó los actos que habían de que podría destruir el gran resorte de su gobierno: la obedien-
142 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

cía. Por esto Rusia, Francia é Inglaterra proporcionarán á los manezcau neutrales en el conflicto austroservio? Yo creo que
alemanes— aun á despecho de su voluntad— una liberación del vuestra intervención sería del más alto valor.
pensamiento. El hermano de Guillermo II añadía que ahora más
Los soldados alemanes los encontraron nuestros padres mu-
chas veces, antes de 1870, sobre campos de batalla en los que que nunca Alemania é Inglaterra debían trabajar jun-
la fortuna no fué propicia á aquéllos las más de las veces. Ma-
tas para impedir el desastre continental y que el em-
ñana el gran libro de cuentas va á abrirse de nuevo. Tendre- perador de Alemania era extremadamente sincero en
mos que oponer nuestra resistencia aun colosal esfuerzo sobre todas sus gestiones favorables á la paz.
todos los frentes á la vez. El choque será terrible. Pero los hom-
El rey Jorge respondió el mismo 30 de Julio al
bres de Alemania serán recibidos como deben serlo por los sol-
dados franceses. príncipe Enrique:
Jorge Clembncbau (iracias por vuestro telegrama. Muy satisfecho de los esfuer-
zos de (iuillermo para entenderse con
VIH Nicolás en favor del mantenimiento de
la paz.Tengo el más vivo deseo de que
Los trabajos pacificadores de Jor- una calamidad terrible como seria la
ge V.— Actitud de Inglaterra. guerra europea pueda evitarse. Mi Go-
— Maquiavelismos de la diplo-
bierno hace todo lo que puede para que

macia alemana. — Sus


Rusia y Francia suspendan sus movi-
intentos
mientos de tropas, siempre que Aus-
para «comprar» la neutralidad tria,en cambio, se contente con ocu-
inglesa. par Belgrado y el territorio servio in-
mediato como garantía de un arreglo
Inglaterra no podía permanecer ulterior que satisfaga sus reclamacio-
más tiempo al margen del con- nes, mientras los otros países deten-
drán simultáneamente sus preparati-
flicto europeo, limitándose ;'i su
vos de guerra.
papel de mediadora, deseosa de Tengo la convicción de que Guiller-
asegurar la paz. Su rey, Jorge V, mo se valdrá de su influencia sobre
había creído del caso intervenir Austria para lograr que acepte esta pro-
con su inñuencia personal, po- posición. Este es el mejor medio de de-
mostrar que Alemania é Inglaterra tra-
niéndose en relación con las cor-
bajan juntas para impedir loque sería
tes de San Petersburgo y Berlín una catástrofe internacional. Os mego
para conseguir un arreglo. que aseguréis á Guillermo que yo hago
A fines de Julio dirigió un men- y seguiré haciendo todo lo que pueda
saje privado á Guillermo II, ro- por conservar la paz de Europa.

gándole que hiciese toda clase de Jorge


esfuerzos para impedir que Aus-
tria insistiera en su conducta im- Al día siguiente, .'U de Julio, el

prudente y provocadora. A dicho emperador de Alemania telegrafió


mensaje contestó el :30 de Julio desde Postdam al rey de Inglate-
telegráficamente el príncipe En- rra diciendo
que las proposiciones
rique de Prusia, almirante de la de Jorge V estaban de acuerdo
EL EMBAJADOn DE ALEMANIA EN LONDRES
marina alemana y hermano del El príncipe Lichnowsky saliendo del Forcign Office con sus propias ideas, pero que
despnés de entrevislarse con Mr. Grey en aquel momento acababa de re-
emperador. Este príncipe, des-
pués de anunciar que había en- cibir la noticia de que Nicolás II

tregado á su hermano el mensaje del rey de Inglate- movilizaba su ejército y su armada. <\No ha esperado
rra, continuaba así: «Guillermo, que está muy fasti- —
—añadía Guillermo II los resultados de la mediación
diado por lo que ocurre, hace todo lo posible para que yo estaba realizando, y además me deja sin noti-
marchar de acuerdo con Nicolás, trabajando por en- cias. Me traslado á Berlín para afirmar la seguridad
contrar una solución pacífica.» Después el príncipe de mis fronteras del Este, donde importantísimas fuer-
Enrique hablaba en su telegrama de los grandes pre- zas rusas han tomado posición, ^>

parativos militares que se estaban haciendo en Rusia Esto no era verdad, como ya dijimos en otra parte,
y Francia, y de los cuales tenían noticias seguras pero el kaiser necesitaba fingir una agresión de Rusia
en Berlín. Luego declaraba tranquilamente, partici- contra el territorio alemán para justificar de este modo
pando de la misma hipocresía que mostró el gobierno ladeclaración de guerra que tenía preparada.
alemán en la preparación de la guerra: Jorge V contestó al día siguiente, 1 .° de Agosto, que
había telegrafiado al zar rogándole que hiciese todo
Nosotros aún no hemos hecho preparativos militares, pero lo posible para evitar el rompimiento de relaciones.
nos veremos obligados á ellos si nuestros vecinos insisten en
Este día la diplomacia alemana inició uno
mismo
los suyos, y de esto resultaría una
guerra europea. Si vos de-
seáis real y sinceramente impedir esta espantosa catástrofe,
de los maquiavelismos que le son familiares para com-
¿puedo yo proponeros que os valgáis de vuestra influencia prometer al gobierno inglés, poniéndolo en mala si-
sobre Francia y también sobre Rusia para obtener que per- tuación ante Francia. El príncipe Lichnowsky, emba-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 143

jador de Alemania ea Londres, envió el telegrama El rey Jorge V se apresuró á contestar á Gui-
siguiente á Berlín, dirigido al canciller Bethmann- llermo II:

Hüllweg: Como respuesta á vuestro telegrama que acabo de recibir,


Sir Edward Grey acaba de llamarme al teléfono,ha y rae creo necesario deciros que so ha producido indudablemente
preguntado si tengo poderes para declarar que nosotros no una mala inteligencia á propósito de una sugestión que hizo
atacaríamos á Francia si Francia permaneciese neutral en una sir Edward Grey al principe Lichnowsky en el curso de una
guerra germanorusa. Yo he dicho que me atrevía á asumir la conversación amigable en la que discutían ambos cómo un
responsabilidad de esta declaración. conflicto armado entre Alemania y Francia podría retardarse
LlCHNOWSKY hasta que se hubiese encontrado un medio de poner de acuerdo
á Austria-Hungría y á Rusia.
Como se verá más adelante, esta demanda de sir Edward Grey verá mañana mismo á primera hora al
Sir
Elward Grey no era cierta. El embajador de Alema- prín(-ipe Lichnowsky para determinar bien que ha habido una
nia había falseado el sentido de una conversación por mala inteligencia de parte de este último.
JOROB
teléfono, y enviaba este telegrama para dar pretexto
á su gobierno de tratar descaradamente con Inglate- Al día siguiente, 2 de Agosto, el ministro inglés
rra sobre la conveniencia de que Fran- se avistó con elembajador alemán
cia abandonase á Rusia. Afirmándose para poner las cosas en claro y esta-
en dicho telegrama, el emperador de blecer el verdadero alcance de sus pa-
Alemania envió inmediatamente al labras, y el príncipe Lichnowsky tele-
rey de Inglaterra este despacho ver- grafió al canciller Bethmann-Hollweg
daderamente extraordinario: la explicación siguiente:

Acabo de comunicación de vues-


recibir la Las sugestiones de sir Edward Grey, ba-
tro Gobierno, en la que se me ofrece la neu- sadas sobre el deseo de guardar la neutrali-
tralidad de Francia bajo la garantía de la dad por parte de Inglaterra, fueron hechas
Gran Bretaña. A este ofrecimiento va unida sin un acuerdo anterior con Francia y aban-
una pregunta, para saber si con esta condi- donadas luego como fútiles.
ción Alemania no atacará á Francia. Por ra-
zones técnicas, mi movilización, que ha sido
Esta explicación tampoco era verí-
ordenada hoy á mediodía sobre los dos fren-
tes. Este y Oeste, debe seguir cumpliéndo-
daba á entender, para que
dica, pues
se, según los preparativos j'a comenzados. quedase en buena postura la diploma-
No pueden darse contraórdenes inmedia- cia alemana, que sir Edward Grey
tamente, y vuestro telegrama llega, por des- había hecho realmente la proposición
gracia, demasiado tarde. Pero si Francia
SlR BDWARD GOSCHBN, EMBAJADOR deshonrosa para Francia, desistiendo
ofrece su neutralidad, que deberá ser garan-
tizada por el ejército y la flota ingleses, yo DH INGLATERRA BN BERLÍN de ella únicamente por faltarle el
me abstendré de atacar á Francia y emplearé asentimiento del gobierno de París.
mis tropas en otro sitio. Deseo que Francia no muestre nervio- Sir Edward Grey no hizo nunca esta proposición
sidad alguna. Las tropas que están junto á su frontera quedan
indigna. Lo que él dijo fué que la Gran Bretaña podría
detenidas en este momento, por órdenes telegráficas y telefó-
obtener la neutralidad de Francia si Alemania por su
nicas, para que no continúen su avance más allá de la frontera
francesa. parte consentía en permanecer neutral igualmente en
Guillermo el caso de mía guerra avstrorusa. Esto significaba
un deseo de aminorar la guerra, ya que era inevita-
Al mismo tiempo el canciller alemán Bethmann-
ble, circunscribiéndola á un extremo de Europa, entre
Hollweg telegrafiaba al embajador en Londres, prín- Rusia
y Austria únicamente, y librando de la catás-
cipe Lichnowsky, en contestación á su despacho: trofe á las demás naciones. El emperador alemán,

Alemania está pronta á aceptar las proposiciones inglesas juzgando indudablemente por su propia política, in-
siInglaterra garantiza con sus fuerzas militares y navales la terpretaba esto como un ofrecimiento de la Gran
neutralidad de Francia en el conflicto rusoalemán. La movili- Bretaña á contener é inmovilizar á la nación france-
zación alemana se ha efectuado hoy como respuesta á las pro- haciendo que faltase á sus compromisos, mientras
sa,
vocaciones rusas y antes de la llegada de las proposiciones in-
Alemania podría atacar á Rusia cómodamente con la
glesas. Por consecuencia, nuestra concentración en la frontera
totalidad de sus fuerzas.
francesa no puede ser modificada.
Sin embargo, garantizamos que de ahora al lunes 3 de Agos- Una vez más la diplomacia germánica mostraba
to á las siete de la tarde, la frontera francesa no será franqueada sus innobles procedimientos, semejantes á los de 1870,
si el asentimiento de Inglaterra nos
llega dentro de ese plazo. cuando Bismarck, para acelerar una guerra que pa-
Bethmann-Hollweg recía próxima á ser conjurada, falsificó el famoso te-
legrama de Ems, alabándose luego de este acto, que
Estos telegramas debieron producir gran extra- cuando lo comete un particular cae bajo el dominio
ñeza en el gabinete de Londres. Eran respuestas á pro- del Código penal.
posiciones deshonrosas para Francia que nadie había
hecho.
Uí VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tante — decía Mariana — . Esto
no puede durar más. ¿Cuándo
nos casamos?
Nadie en Alemania creía
posible este matrimonio.
Pero á pesar de ello el ga-
binete de Berlín insistía en
sus trabajos para deshacer el
Triple Acuerdo, procurando
establecer la desconfianza y
la desarmonía entre sus com-
ponentes.
Tres fueron las maquina-
ciones iniciadas por el canci-
ller Bethmann-Holhveg y su
ministro Von Jagow por me-
dio de los embajadores alema-
nes en París y Londres.
La primera consistió en las
sugestiones de Schoen al go-
bierno francés para que ejer-
ciese presión en San Peters-
LOS VOLUNTARIOS NOhTEAMBUICANOS HN LA ESTACIÓN UE SAINT-LAZARE
(Fiit.
burgo, aconsejando una acti-
Mcurisso)
tud sumisa á Rusia, mientras
El gabinete de Berlín llevaba muchos días traba- Alemania no se comprometía á hacer lo mismo con
jando para adormecer gobierno inglés y que éste
al Austria. Esta conducta, de ser aceptada por Francia,

permaneciese ajeno al conñicto, dejando trabajar li- habría ofendido indudablemente al gobierno ruso. Era
bremente á la rapacidad alemana. ilógico que un aliado aconsejase al otro la humilla-
Nadie en Alemania daba un valor decisivo á las ción y la derrota. Equivalía esto á una manifestación
relaciones entre Francia 6 Inglaterra. El llamado Tri- de amistad insegura y egoísta por parte de la Repú-

ple Acuerdo era puramente verbal y moral; una inte- blica, que habría añejado los lazos de alianza. El go-

ligencia diplomática entre Londres y París, pero sin bierno francés se negó á toda intervención en Rusia

participar de los compromisos de alianza defensiva y que no fuese acompañada de una intervención de Ale-
ofensiva que unían á Francia con Rusia. mania en Austria. Primer fracaso del maquiavelismo
Los alemanes no esperaban que la Gran Bretaüa alemán.
se comprometiese en una gue-
rra por sostener á Francia.
Sus gestiones en favor de ésta
no iban á pasar de simples ac-
tos de diplomacia. La opinión

germánica llegaba hasta la

burla, al comentar las espe-


ranzas de los franceses en el
apoyo inglés.
Un periódico satírico de
Berlín, el Kladdcradatch, pu-
blicó poco tiempo antes de la

guerra una caricatura muy


celebrada, interpretando esto
sentimiento general. Mariana
(nombre popular de la Repú-
blica Francesa) se dirigía en
ella con acrimonia á John
BuU pueblo inglés), que la
(el
miraba indiferente, teniendo
la pipa en la boca y las ma-
nos en los bolsillos.
—Ya hemos galanteado bas- EMBARQUE DE VOLUNTARIOS EXTRANJEROS EN LOS ALREDEDORES DE PARÍS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 145

La tercera intentona del gabinete

germánico fué la declaración del prín-


cipe Lichnowsky, embajador en Lon-
dres, de la que ya hemos hablado,
declaración que denunciaba —
por
mala inteligencia ó por mala inten-
ción del embajador alemán —
un pro-
pósito en el gobierno inglés de atar
las manos de Francia para que no

ayudase á Rusia. El rey de Inglate-


rra y sir Edward Grey se apresura-
ron á poner en claro este grave error,
que los colocaba en mala situación
ante Francia, y restablecieron enér-
gicamente la verdad. Tercero y úl-
timo fracaso de Bethmann-Holhveg,
que no logró desbaratar el Triple
Acuerdo.
Entre estas dos intentonas hubo
otra, la segunda, de la que aún no TREN MILITAR EN UNA BSTACION. LOS VAGONES DE CARGA VAN ADORNADOS
hemos hecho mención, y que iba en- DB FLORES, ASÍ COMO LOS KEPIS DE LOS SOLDADOS
caminada al mismo fin, el de aislar á
cada una de las tres potencias para combatirlas mejor política de la Gran Bretaña, cree indudable que ésta no con-
sentiría en mantenerse aparte, dejando que aplastasen á Fran-
por separado, una tras de otra.
cia en el conflicto que puede ocurrir. Esta finalidad, según él,
no es lade Alemania. Si la neutralidad de la Gran Bretaña
quedase asegurada, su Gobierno recibiría por parte del Go-
El 29 de Julio, sir E. Goschen, embajador de la Gran bierno imperial todas las seguridades de que no persigue nin-
Bretaña, telegrafió lo siguiente á sir Edward Grey: gún fin de apropiación territorial á costa de Francia, supo-
niendo que la guerra que puede estallar se resolviese en favor
He un aviso para avistarme esta noche con el Can-
recibido de Alemania.
ciller.Su Excelencia acababa de llegar de Postdam. Yo he hecho entonces una pregunta á Su Excelencia res-
Me ha dicho que si Rusia ataca á Austria teme que resulte pecto á las colonias francesas, y me ha contestado que en punto
inevitable una conflagración europea, dadas las obligaciones á ellas no podía comprometerse dando las mismas seguridades.
que impone á Alemania su alianza con Austria, y á pesar de En lo que se refiere á Holanda, Su Excelencia me ha dicho
los esfuerzos que no cesa de realizar en favor de la paz. que si los adversarios de Alemania respetan la integridad de
Después de decir esto continuó la conversación, ofrecién- los Países Bajos, Alemania está pronta á asegurar al Gobierno
dome una fuerte prenda á fin de conquistarse la neutralidad inglés que ella hará lo mismo.
británica. Me dijo que, según la concepción que él tiene de la En cuauto á las operaciones que Alemania se podrá ver obli-
gada á emprender en Bélgica, dependen de
lo que hará Francia. Después de la guerra
la integridad de Bélgica sería respetada,
siempre que este país no hubiese tomado
posiciones contra Alemania.
Al terminar Su Excelencia me declaró
que desde el día que había sido nombrado
Canciller su finalidad era, como vos lo sa-
béis, llegar á un acuerdo con Inglaterra. Él
espera que sus seguridades podrán servir
de base á esta inteligencia, que es su más
ferviente deseo. Su proyecto consiste en un
acuerdo general de neutralidad entre Ale-
mania é Inglaterra, y aunque todavía es

pronto para discutir los detalles, la seguri-


dad dada ahora por nuestro Gobierno de
una neutralidad británica en el conflicto

que puede provocar la crisis actual serviría


para ir preparando la realización de su de-
seo en lo futuro.
Habiendo solicitado Su Excelencia mi
opinión en lo que concierne á la manera
como vos podéis considerar esta demanda,
le he dicho que á mi entender no era proba-

DN TREN MILITAR SALIENDO PARA LA GUERRA BN LOS PRIMEROS DÍAS ble que en las circunstancias actuales estu-
DE MOVILIZACIÓN vieseis dispuesto á comprometeros en nada,
18
146 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

pues el Gobierno inglés desea conservar en el conflicto que nos Berlín no se descorazonó, insistiendo de nuevo en sus
amenaza una entera libertad de acción.
GOSCUBN proposiciones.
Otra vez Bethmann-Holhveg llamó á sir E. Gos-
Alemania buscaba la neutralidad inglesa para que chen para hacerle más proposiciones. Necesitaba la
dejase abandonada á Francia, y la quería comprar neutralidad de Inglaterra y estaba dispuesto á conce-
ofreciendo á la Gran Bretaña una alianza futura. Se der lo que ésta pidiese. (Como el que desea comprar
reservaba todavía el Canciller los detalles de esta y pregunta el precio.) El Canciller llegó hasta decir
alianza, ó sea lo que iría ganando el gobierno britá- que si Inglaterra permanecía neutral mientras ellos
nico. Tal vez dicha ganancia consistía en el reparto hacían la guerra á los franceses, el gobierno alemán
de las colonias francesas, que eran la continua pre- estaba dispuesto á respetar, después de la victoria, no
ocupación del kaiser, su Canciller y el partido pan- sólo la integridad del territorio de Francia, sino tam-

germanista. hi(^n sus colonias.


La respuesta de sir Edward Grey no se hizo espe- Las promesas le costaban poco á este discípulo
rar; una respuesta en la que á través del frío estilo di- de Bismarck, que como otros diplomáticos alemanes
plomático se nota la indignación causada por estas han heredado de él, no el talento, sino sus procedi-
proposiciones de bandidaje internacional, con las que mientos recusables, que procuran imitar, admirándo-
Bethmann- los como ras-
Hollweg pre- gos de genio.
tendía com- Lo importan-
prar al gobier- te era que In-
no inglés. glaterra per-
He aquí la maneciese neu-
contestación tral, para de
al embajador este modo ir
Goschen: batiendo por
La proposición separado y con
alemana, desde toda seguridad
á las poten-
el punto de vista
material, es in- cias del Triple
aceptable. Aun- Acuerdo. Este
que á Francia, en inhábil imita-
caso de derrota,
no le
dor del Canci-
quitasen
nada de su terri- ller de Hierro
torio europeo, po-
creyó poder se-
dría q uedar aplas- ducir al gobier-
tada hasta el pun-
no inglés con
to de perder su
posición de gran proposiciones
EL PARLAMENTO DH LONDRES VISTO DESDE EL TÁMESIS
potencia y verse de rapiña y re-
sometida á se- parto, ó enga-
guir la política alemana. Aparte de esto, desde el punto de vista ñarle valiéndose de la promesa de futuros respetos
moral, sería una vergüenza para nosotros hacer ese ajuste de
para después de la victoria.
negociantes con Alemania á costa de Francia; vergüenza de la
Edward Grey tenía una noción exacta del va-
Sir
que no se limpiaría jamás el buen nombre de la Gran Bretaña.
El Canciller nos pide en buenas cuentas que vendamos lor moral de Bethmann-Hollweg y su política. Este

igualmente todas las obligaciones 6 intereses que podemos hombre era el que dos días después dijo que un tra-
tener enel mantenimiento de la neutralidad de Bélgica. Nos- tado que lleva la propia firma no es mas que un pedazo
otrostampoco podemos acoger esa insinuación, que significa
una venta.
de pcpcl, el respeto de la neutralidad una simple pa-
Una vez dicho esto, es inútil entrar á examinar si la pers- labra, y que en la vida hay que atrepellar compromi-
pectiva de una convención general de neutralidad para el por- sos y leyes cuando resulta conveniente para los pro-
venir entre Alemania é Inglaterra ofrecería ventajas positivas pios intereses.
y suficientes para resarcirnos del acto de ligarnos ahora las El embajador sir E. Goschen respondió á las repe-
manos, que es lo que desea el Gobierno alemán. Nosotros de- tidas proposiciones del Canciller
bemos mantener nuestra entera libertad do obrar según nos
que tenía órdenes
de su gobierno para rechazar definitivamente toda
loaconsejen las circunstancias, en el caso de un desenvolvi-
miento desfiívorable y lamentable de la crisis presente, tal petición de neutralidad, y que Inglaterra, en el pró-
como el Canciller lo prevé. ximo conflicto, deseaba mantenerse con las manos
libres para obrar según le aconsejasen las circuns-
A
pesar del tono digno de esta respuesta, inspi- tancias.
rada en el firmo propósito de no faltar al honor y los De este modo terminaron los trabajos de Beth-
compromisos de la Gran Bretaña, la diplomacia de mann-Holhveg para separar á Inglaterra de Francia.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 147

los periódicos ingleses titularon después Inglaterra <í.

IX
por la civilización contra la larharie germánicay>:

El 5 de Agosto en la Cámara LA SITUACIÓN


de los Comunes
La semana última declaré aquí que trabajábamos
La sesión del 3 de Agosto de la Cámara de los Co- por la paz; no solamente por la paz de nuestro país,
munes tuvo una importancia inmensa para la suerte sino por mantener la paz de toda Europa. Hoy, aun-
de Europa. que los acontecimientos han marchado con tanta ra-
El gobierno inglés, vacilante hasta este día, du- pidez que resulta difícil pronunciarse con seguridad
dando entre sus deseos de paz y las brutales exigen- sobre el estado preciso de la situación, bien puede de-
cias de la realidad, creyó cirse que la paz de Europa
llegado el momento de afir- es imposible mantenerla.
mar su conducta, marcan- Rusia y Alemania se han
do un rumbo á la opinión declarado la guerra...
nacional. Y la opinión lo
siguió, desvaneciéndose
to- (En el momento que de-
das las divisiones políticas cía esto sir Edward Grey
que hasta poco antes ha- aún no había llegado á
bían puesto en peligro la Londres la noticia de la

unidad del pueblo inglés. declaración de guerra de


El reducido y antiguo sa- Alemania á Francia. El
lón de la Cámara popular ministro de Negocios Ex-

inglesa, donde celebran


sus tranjeros dijo á continua-
sesiones los representantes ción que iba á exponer á
del más poderoso de los la Cámara la situación de
pueblos, ofreció en la tarde Inglaterra en la presente
del 3 el aspecto de siem- crisis, para que la Asam-
Los diputados ocupan- blea pudiese decidir con
pre.
do sus bancos con fami- pleno conocimiento de cau-
liar negligencia; muchos sa. Después de recordar los

con el sombrero puesto y esfuerzos incesantes de In-


los pies apoyados en el res- glaterra para el manteni-
paldo de enfrente. Los mi- miento de la paz en los
nistros, en torno de su líltimos años, y especial-
mesa, casi confundidos con mente en el curso de la cri-

los diputados. Nadie hu- sisbalkánica, sir Edward


biese dicho que iba á deci- Grey añadió que, desgra-
dirse el porvenir de logia- ciadamente en el caso ac-
térra y el equilibrio euro- tual, estos esfuerzos habían
peo. Pero una agitación en sido vanos por la falta de
las tribunas y cierta emo- tiempo y especialmente por
ción en el rostro de los la existenciaen ciertos lu-
diputados anunciaban la gares de una manifiesta
espera de un gran suceso. voluntad á precipitar los
Jamás sonaron tantos aplausos y gritos de entu- acontecimientos, con riesgo de la paz. El ministro
siasmo en el Parlamento inglés como en esta tarde. abordó después de esto el interesante tema de las
La guerra europea de 1U14 ha cambiado radical- obligaciones británicas y ios acuerdos escritos.)
mente los caracteres tradicionales de muchos pue-
blos. El francés, antes bullicioso y exuberante, se LAS OBLIGACIONES DE INGLATERRA
mostró en los campos de batalla tranquilo, impasible
y calculador. El inglés, siempre flemático, glacial é Yo deseo — siguió diciendo sir Edward Grey tra- —
incapaz de revelar en su rostro las impresiones inte- tar esta cuestión desde punto de vista del honor
el

riores, apareció de pronto entusiasta hasta la impul- británico (Aplausos frenéticos) y de las obligaciones
sividad, crédulo generosamente y aficionado á las ma- británicas. (Nuevos aplausos.)
nifestaciones ruidosas. En primer lugar, hablemos de nuestro tratado y
Se levantó sir Edward Grey, y en medio de un nuestras obligaciones. Existen en Europa dos grupos
silencio imponente pronunció un gran discurso, que diplomáticos: la Triple Alianza y lo que se ha conve-
148 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

nido en llamar el Triple Acuerdo. El Triple Acuerdo cambio previo de opiniones y de conocimiento de fuer-
no es una alianza: es simplemente un grupo diplo- zas entre los expertos militares y navales de ambos
mático. La Cámara se acordará seguramente de que países.»
en 1908 hubo una crisis, una crisis balkánica, provo- Esta objeción era de peso, hay que reconocerlo, y
cada por la anexión de Bosnia y Herzegovina. fué el origen de las entrevistas que realizaron después
El ministro de Negocios Extranjeros de Rusia vino los expertos militares y navales de ambas partes.

á Londres para conferenciar conmigo, y lo declaré Pero por anticipado se especificó claramente que lo
con toda franqueza que como se trataba de una crisis que se conviniese entre dichos expertos ingleses y
balkánica, yo consideraba que la opinión pública de franceses no nos ligaba en nada para el porvenir
nuestro país no nos autorizaría para dar otra cosa que y nos dejaba en libertad para decir si debíamos ó
el apoyo diplomático. Nosotros no hemos dado nada no debíamos dar nuestro apoyo cuando llegase el
mas que esto, ni hemos momento de la decisión.
prometido mas que esto.

Igualmente, en la crisis ac-


EL ACUERDO ESCRITO
tual, hasta el día de ayer,
DE 1912

nosotros no hemos ofrecido


Estas conversaciones en-
otra cosa que nuestro apo-
tre los expertos se realiza-
yo diplomático. ron en 1912. La cuestión
Para hacer comprender fué sometida á un examen
bien á la Cámara este asun- del Gabinete, y decidimos
to do obligaciones, debo re-
que era necesario tener un
montarme hasta la crisis
acuerdo escrito en forma
marroquí de 1906. Era en precisa. Este acuerdo debía
laépoca de la conferencia revestir la forma de una
de Algeciras. Me pidieron carta sin carácter oficial.
entonces que determinase Las conversaciones de los
si en el caso de una guerra
expertos ingleses y fran-
entre Francia y Alemania ceses no ligaban en nada
nosotros daríamos nuestro á los dos Gobiernos. El 22
apoyo armado á Francia. de Noviembre de 1912 es-
Yo declaré que nada po- cribí la carta que voy á
día prometer mientras el leer á la Cámara, dirigida
apoyo unánime de toda la al embajador de Francia.
nación no me autorizase. Y
añadí que en mi opinión, si Foreign Office
laguerra era impuesta por Londres 22 Noviembre 1912
Alemania á Francia con
Mi querido embajador:
motivo de la cuestión de

Marruecos cuestión que
líii diferentes ocasiones, du-

ninte los últimos años, los Esta-


acababa de ser resuelta por dos Mayores militares y navales
un acuerdo diplomático — ,
de I'raneia y la (iran Bretaña
indudablemente la
han cambiado sus opiniones so-
opinión
bre el porvenir. Siempre se ha
pública de Inglaterra se RL TRONO DKL RBY EN EL PARLAMBNTO tenido en cuenta que este cam-
declararía en favor de bio de opiniones no limitaba de
Francia. No hice entonces ning-ún modo la libertad de los
dos Gobiernos, para deci<lir en el porvenir si debían prestar ó
ninguna promesa ni dije mas que esto, y en tales tér-
no. el uno al otro, el apoyo de sus fuerzas armadas.
minos me expresé ante los embajadores de Francia y
Alemania. Por ambas partes hemos admitido que estas conversaciones
entre técnicos no son ni deben ser consideradas como un com-
Esta situación fué aceptada por el gobierno fran-
in-oniiso que obliga al uno ó al otro Gobierno á obrar en nna
cés, que la declaró muy razonable en tal momento, y eventualidad que aún no ha surg-ido hasta ahora y que tal vez
su embajador me dijo así: no surja nunca. Tanto es así, que, por ejemplo, el reparto de
«Si vos consideráis posible que la opinión pública fuerzas navales francesas 6 inglesas no reposa á la hora actual
una sobre ningún compromiso de cooperación en caso de guerra.
inglesa, en el caso de crisis surgida imprevista-
mente, pueda aprobar el que proporcionéis vuestro Vos, sin embargo, habéis hecho constar que si uno ú otro
concurso armado á Francia, este concurso que os es de dos Gobiernos tuviese graves razones para temer el ata-
los

que de una tercera potencia, sería eseucialísimo para el poder


imposible prometer por anticipado, no podréis darlo saber si en el caso que ocurriese este ataque podría contar con
eficazmente, aunque tal sea vuestra voluntad, cuando la asistencia militar del otro Gobierno.
surja la ocasión oportuna, si antes no ha habido un Estoy de acuerdo con vos para reconocer quo si un Gobierno
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 149

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'5.
150 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tiene serias razones para temer un ataque de una tercera po- agresión de una tercera potencia, bien sea cualquier suceso
tencia, sin provocación de su parte, ó para creer que la paz ge- amenazador para la paz general, examinaría inmediatamente
neral se encuentra amenazada, debe examinar con el otro Go- con el otro si los dos deben obrar de concierto para prevenir la
bierno si los dos Gobiernos deben obrar de acuerdo para impe- agresión ó mantener la paz. En este caso los dos Gobiernos de-
dir la agresión y para asegurar el mantenimiento de la paz, y liberarían sobre las medidas que pueden adoptar en común, y
en caso buscar las disposiciones que deben tomar en común.
tal siestas medidas exigiesen una acción, tomarían en considera-
Si estas disposiciones exigiesen una acción militar, los planes ción los planes de sus Estados Mayores, decidiendo el empleo
hechos por los Estados Mayores generales serían tomatlos en que debían dar á estos planes.
consideración, y los dos Gobiernos decidirían el empleo que Sinceramente de vos,
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debían darles.
Sinceramente de vos,
E. (¡REY —
Lord Charles Bhuesfurd. ¿Cuál es la fecha del
acuerdo anterior á esas cartas?
A esta carta mía contestó el embajador de Francia SiR Edavard Grey. —
12 de Noviembre de 1912.
con la siírniente: Esta es la base de la actitud del Gobierno en la crisis

LA (¡AMARA UE LOS LOliBS

Londres 23 Noviembre 1912 actual. Creo que después de esto resulta perfectamen-
te inteligible la actitud de
Querido sir Edward: Inglaterra.

En vuestra carta fechada ayer 22 de Noviembre me recor-


dáis que durante los últimos años las autoridades militares EL CONFLICTO ACTUAL
y
navales de Francia y Gran Bretaña se han concertado de tiempo
en tiempo, y que se consideró siempre que estas consultas no (El ministro declara que la crisis presente no tiene
restringían la libertad de cada Gobierno para decidir en lo fu- por punto de partida ningún hecho respecto al cual
turo si se prestarían el uno al otro el apoyo de las fuerzas ar-
haya existido acuerdo alguno entre Francia y la Gran
madas. También se convino que por una y otra parte estas
Bretaña. Su motivo inicial es el conflicto entre Aus-
consultas entre especialistas no debían ser consideradas como
tria y Servia. Luego continúa:)
compromisos cerrados, obligando á nuestros Gobiernos á obrar
en determinados casos. Yo os hice observar
que si el uno ó el
otro de los dos Gobiernos tenía
graves razones para temer un Puedo decir con la más absoluta seguridad que
ataque no provocado por parte de una tercera potencia, seria
esencial el saber si podría contar con la asistencia armada del
ningún Gobierno ni país alguno ha manifestado menos
deseos de verse complicado en la guerra entre Austria
otro Gobierno.
Vuestra carta responde á esta observación, y yo
estoy auto-
y Servia que el Gobierno francés y la nación france-
rizado para declarar que, en el caso de sa. Si ellos se ven comprometidos en el actual con-
que uno de nuestros dos
Gobiernos tuviera un motivo grave para presumir bien sea la flicto, es á consecuencia de las obligaciones de su ho-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 151

ñor y de una alianza precisa que tienen con Rusia. guridad: el sentimiento de que nada debe temer de
Pero esta obligación de honor no puede ser aplicada nosotros. Por esto no se ha cuidado de la defensa de
á nosotros con la misma fuerza. dichas costas, confiándolas á nuestra lealtad.
Nosotros no formamos parte de la alianza franco- Mi impresión personal es que si una flota extran-
rusa. Nosotros ni siquiera conocemos los términos de jera, actuando en una guerra que Francia no ha bus-
esta alianza. cado, penetra en la Mancha para bombardear y des-
La situación es bien clara en lo que concierne á truir las partes no defendidas de la costa francesa,
la cuestión de honor. ¿Cuál es, entonces, nuestra posi- nosotros no podemos permanecer inmóviles. (Aplau-
ción en tales condiciones? sos frenéticos y frolongados.)
Nosotros hemos mantenido durante' largos años En presencia de lo que ocurriría ante nuestros
amistosas relaciones con Francia. (Aplausos.) ojos, no podríamos mantenernos con los brazos cru-
Me acuerdo perfectamente de los sentimientos de zados, sin hacer nada. Esta impresión mía creo que
esta Asamblea y también de mi propio sentimiento es la del país por entero. ( A plausos prolongados.)

LA CÁMARA DB LOS COMUNES

cuando el último Gobierno concluyó este concierto Pero yo deseo examinar la cuestión desde el punto
con Francia; me acuerdo de la impresión reconfor- de vista de los intereses británicos, y desde este pun-
tante que nos dio á todos el hecho de que dos nacio- to de vista quiero justificar lo que voy á decir á la
nes separadas en el pasado por diferencias que pare- Cámara.
cían perpetuas hubiesen resuelto estas diferencias. Si nosotros nos callamos en este momento y per-
(Aplausos.) manecemos inactivos, ¿qué hará Francia con su flota
¿Hasta qué punto esta amistad implica obligacio- en el Mediterráneo, sus costas del Norte y del Oeste
nes?... Esto la Cámara debe decirlo. absolutamente sin defensa, á merced de una flota
La nación francesa tiene actualmente su flota en alemana que penetre en la Mancha?...
el Mediterráneo. Las costas septentrionales y occi- Debemos acordarnos de que estamos frente á una
dentales de Francia están por esto absolutamente sin guerra de vida ó muerte.
defensa. Con la permanencia de la flota francesa en Supongamos que la flota francesa sea retirada del
el Mediterráneo la situación es muy diferente de como Mediterráneo. Estamos en presencia de una conflagra-
lo era antes. ción europea. ¿Es posible formarse una idea exacta
Eq que concierne á Francia, la amistad que se
lo de las consecuencias de dicho acto?
establecióy que se ha engrandecido luego entre los
dos países ha dado á Francia un sentimiento de se-
152 VICENTE BLASCO 1I3ANEZ

LA GUBRRA BNTRB AUSTRIA Y SERVIA


Habitantes de Belgrado viendo funcionar los reflectores auslriacos que desde Semlin iluminan el puente internacional
(Dibuju du Koekkoek, de Ihc Uluslrated LoitáOH Ncies)

NEUTRALIDAD IMPOSIBLE el mar del Norte para emprender un ataque contra


las costas ó el comercio marítimo de Francia, la flota
Hagamos la suposición por un instante de que de- inglesa le dará toda la protección (full protection)áe
seamos observar una actitud de neutralidad. Supon- que pueda disponer. ( Violentos aplausos.) Esta segu-

gamos que la nota francesa se retira del Mediterráneo ridad estaba sometida, como es natural, á la aproba-
para defender sus costas del Atlántico. Supongamos ción del Parlamento, y no debe ser considerada como
que los acontecimientos hacen necesario, para los in- obligando al Gobierno á entrar en acción mas que en
tereses británicos, nuestra intervención en la guerra. el caso que la agresión se produzca.

Supongamos que Italia no se mantiene en la neutrali- Por esto mis palabras no constituyen en modo al-
dad que acaba de declarar, reconociendo que esta es guno una declaración de guerra de nuestra parte ai
una guerra agresiva (Aplausos) y que la Triple Alian- implican una acción ofensiva de nuestra parte; pero
za es una alianza defensiva. deben ser consideradas como algo que nos compromete
Supongamos que Italia modifica su actitud de neu- d tomar la ofensiva si las circunstancias asi lo erigen.
tralidad, precisamente en el momento que nosotros Me consta que el Gobierno alemán está dispuesto
nos veremos forzados á combatir por la defensa de los — nosotros queremos comprometernos á guardar la
si

intereses británicos. ¿Cuál sería entonces la situación neutralidad —


á comprometerse por su parte á que la
del Mediterráneo? La libertad de comercio en esa re- nota alemana no ataque la costa Norte de Francia. Sólo
gión de Europa es de un interés vital. ¿Cuál sería la he sabido esto minutos antes de que empezase la sesión
situación si nos veíamos obligados á mantener una de la Cámara. Pero esto constituye un compromiso
flota en el Mediterráneo? ¿Qué de riesgos correrían estrecho que hay que someter á un grave examen.
los intereses británicos por el hecho de nuestra neu- Además, otras consideraciones mucho más graves,
tralidad?... Francia tiene el derecho de saber, y de y cuya importancia aumenta de hora en hora, retie-
saber inmediatamente (Violentos aplausos), cuál será nen nuestra atención.
nuestra actitud...
Y yo he hecho al embajador de Francia la decla- LA NEUTRALIDAD DE BÉLGICA
ración siguiente:
— Estoy autorizado para dar la seguridad de que si Quiero hablar de la cuestión de la neutralidad de
una flota alemana penetra en la Mancha ó atraviesa Bélgica. (Aplausos.) ¿Cuál es nuestra situación en lo
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1Q1 4 153

que respecta á Bélgica? El factor principal es el tra-

tado de 1839.

iSir Edward Grey expone que esta cuestión do

Bélgica ha preocupado mucho al gobierno en el curso


de la semana anterior, haciendo traliajos por mante-
ner la neutralidad belga, tan importante para la vida
de Inglaterra. Luego continúa:)

Yo sé que esta cuestión representa el factor domi-


nante de nuestra política. (Aplausos.) Por esto tele-
grafié en términos idénticos á París y Berlín, decla-
rando que era esencial para nosotros el saber si los
dos Gobiernos, francés y alemán, se hallan dispuestos
á la aceptación de un compromiso de respetar la neu-
tralidad belga. (Aplausos.)
He aquí la respuesta del Gobierno francés:

El Gobierno francés está resuelto á respetar la neutralidad de


Bélgica, y únicamente si otra potencia violase esa neutralidad se
consideraría Francia en el caso de obrar de distinto modo.

He aquí la respuesta del Gobierno alemán;

El secretario de Estado en los Negocios Extranjeros se ve en


laimposibilidad de dar una respuesta antes de haber cocsultadu
con el Emperador y el Canciller.

Esta respuesta, como ve la Cámara, no dice nada. EL AKClllDr(H'U rEUBKHO. I. ENERALISIMO DE LOS
BJÉRLITOS austríacos Rol)
Luego, extraoficialmente, el ministro alemán de Nego-
irot.

cios Extranjeros ha dado á entender á nuestro emba-


jador Sir Edward Goschen que dudaba de poder con- de campaña alemán. (Risas. Exclamaciones de ex-
testarnos jamás sobre este punto, pues toda respuesta trañeza.)
de su parte, si llegaba el caso de una guerra, equi- En vista de esto telegrafié á nuestro representante
valdría á la divulgación de una gran parte del plan en Bruselas y al Gobierno belga, y recibí la con-
testación siguiente
de nuestro emba-
jador: «El minis-
tro de Negocios
Extranjeros de Bél-
gica ha agradeci-
do mucho mí co-
municación, y ha
contestado á ella
que Bélgica hará
todo cuanto le sea
posible para man-
tener su neutrali-
dad. Me ruega que
añada que el Go-
bierno belga se
cree en situación
para defender la
neutralidad de su
país en el caso de
un ataque contra
ella.» (Aplausos.)
.MONITORES austríacos «IB HoMBARUBAHON A HBLORADO
154 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

podremos después de la guerra hacer uso de nuestra


EL «ULTIMÁTUM. ALEMÁN A BÉLGICA fuerza material para evitar ó para deshacer todo lo
que se haya producido en el curso de ella ni para im-
Poco antes de llegar yo á la Cámara he recibido pedir que la totalidad de la Europa occidental caiga

la noticia de que el rey de los belgas había enviado biijo ladominación de una sola potencia. Por el con-
directamente un telegrama al rey Jorge. Este despa- trarío, creo que si nos mantuviésemos impasibles
cho dice asi: nuestra situación moral después de la guerra seria
«Acordándome de las numerosas pruebas de amis- mucho peor que si tomamos parte en ella.
tad de Vuestra iMajestad y de vuestro predecesor, y de Debo declarar á la Cámara t[ue aun no hemos con-
la actitud amigable de Inglaterra en 1870, así como traído ningún compromiso en lo que concierne al en-
de la nueva prenda de amistad que acaba de darme, vió de un cuerpo expedicionario al continente. Pero

dirijo un supremo lla- la movilización de la


mamiento á la inter- flota está terminada.
vención diplomática i. a movilización del
de Vuestra Jlajestad ejército se continúa.
para salvar la inte- (Aplausos prolonga-
gridad de Bélgica. » dos de la oposición
(La lectura de ente parlamentaria.)
telegrama es acogida Aparte de esto no
con grandes aplausos.) hemos aceptado nin-
Pero la interven- gún otro compromiso,
ción diplomática re porque reconocemos
sulta ineficaz en estos i|ue son enormes
momentos. Ya la rea nuestras responsabili-
lizamos en la semana dades en la India y
última. ¿De qué pue en otras partes del
de servir ahora esa Imperio británico. Es
intervención? Inglate- preciso que sepamos
rra tiene un interés siempre adunde va-
vital en la indepen- mos.
dencia de Bélgica. Si Mientras tanto yo
esta independencia liago conocer á la Cá-
desapareciese, la in- mara hasta dónde he-
dependencia de Ho- mos ido. Nos queda
landa desaparecería un medio de mante-
igualmente. La Cá- nernos fuera del con-
mara debe conside- liicto. Para eso será
rar que los intereses necesario que procla-
británicos se verían memos nuestra neu-
en peligro si perma- tralidad integral. Y
neciésemos impasi- eso no lo queremos.
bles en una crisis de (Aplausos frenéticos.)
tanta trascendencia. SIR BDW.\1<D (iUKY
Sí no adoptamos la

(Aplausos.) linea de conducta que


Ninguno de vosotros puede imaginar que si una acabo de indicar, teniendo en cuenta los deberes que
gran potencia se mantuviese al margen de la guerra nos impone el tratado de neutralidad de Bélgica, la
que se prepara, podría exigir el respeto de sus intere- situación del Mediterráneo y las consecuencias que
ses luego de pasada la guerra. tendría para nosotros mismos y para Francia nuestra
Si llegan á confirmarse las informaciones recibidas inacción, si nosotros declaramos que tales considera-
por el Gobierno respecto á lo que ocurre en Bélgica, ciones importan poco, yo creo que obrando asi sacri-
entonces Gobierno inglés se considerará en la obliga-
el ficaremos nuestro respeto, nuestro nombre, nuestra
ción de hacer toda clase de esfuerzos para impedir las reputación, y que no por esto nos libraríamos de las
consecuencias que resultarían de los hechos anunciados. m;'isgraves consecuencias económicas.
Viéndonos envueltos en una guerra no vanius á Juzgo haber dicho bastante para demostrar que de-
sufrir más que si nos mantenemos al margen de ella. bemos estar prontos... (Aplausos prolongados.) Y de-
Que nosotros participemos ó no participemos en la cíalo que estamos prontos... (Nuevos aplausos que se
guerra, el comercio extranjero va á quedar interrum- prolongan durante un minuto.) Estamos prontos á
pido de todos modos. Si nos mantenemos apartados, no arrostrar todas las consecuencias que puedan pro-
HISTORIA DE LA QUERRÁ EUROPEA DE 1914 155

venir do la ax-ritud que hemos adoptado. Estamos derechos de las naciones. Aceptar la proposición de
prontos á ocupar nuestro puesto y á cumplir nuestro Alemania seria para ella sacrificar el honor de la na-
deber. ción. (Aplausos.) Bélgica está firmemente resuelta á

repeler la agresión por todos los medios posibles.


(LsL sesión se suspende después de este discurso, (Aplausos.)
cuyo final fué saludado con interminables aplausos. Yo puedo añadir que el Gobierno de 8u Ma-
sólo
Los diversos g;rupos del Parlamento se mostraron de jestad ha tomado en muy grave consideración el in-
acuerdo con el gobierno. Los irlandeses de uno y otro forme que acaba de recibir. Y por el momento no ne-
bando, cuyas divisiones habían puesto en peligro hasta cesito decir más.
D
pocos días antes la paz y la unidad de Inglaterra, se
mostraron unidos, rivalizando en patriotismo. Á las El discurso de Sir Edward Grey, en su primera
siete de la noche so reanudó la sesión. \' Sir Ldward parte, podía resumirse con estas dos conclusiones:

M. Grey. M. Cíeorge. M. Asqiiith ^l. OhnrcliíII.

I,A SESIÓN DHL 3 DB AGOSTO BN LA CÁMAKA DB LOS COMUNES


Str Edward Grey declarü solemnemente que la flota inglesa garantizará las costas de Francia y que la Gran Bretaña mantendrá la neutralidad belga

^Ilillujo de S. Begg, <le la Illustration, de Paris)

Grey hizo la siguiente declaraciÓD complementaria: i


1. La flota inglesa garantizará á Francia contra
la flota alemana.
Acabo de recibir informes que no poseía cuando 2." Inglaterra, solicitada por el rey de Bélgica,
he hecho mi declaración de esta tarde. Estos informes se pronuncia fuertemente por el mantenimiento de la
los he recibido de la Legación de Bélgica en Londres neutralidad belga.
después de suspenderse la sesión. Esto era mucho para Inglaterra, en la cual una
Ayer á las siete de la noche el Gobierno alemán parte de la opinión se mostraba contraria á interve-
ha presentado á Bélgica una Nota amenazante, propo- nir en el conflicto, y muy
poco para Francia, que ne-
niéndole paso de sus tropas por el territorio belga,
el cesitaba de una ayuda más extensa y
positiva. Pero
prometiendo el mantenimiento de la independencia la audacia alemana, al decidir la invasión de Bélgi-
del país á la conclusión de la paz, y amenazando que ca, impulsó ii la guerra á todos los ingleses, venciendo
en caso de negativa tratará á los belgas como enemi- las últimas resistencias. El alemán, dueño de Bélgica,

gos. (Gritos de sorpresa y de protesta.) Un plazo de era el mayor de los peligros para la Gran Bretaña.
doce horas ha sido fijado para la respuesta. La Cámara de los Comunes votó por unanimidad
Bélgica ha respondido que este atentado contra su un crédito defensivo de 1.250 millones (50 millones de
neutralidad representa una violación flagrante de los libras) solicitado por el gobierno.
156 VICENTE BLASCO IBANEZ

filtre Inglaterra y Alemania. Ll Goeben y ol Bren


lau, que estaban refugiados on un puerto italiano, se
hicieron á la mar para no ser embotellados dentro de
éste. salida fué heroica. ;Iban á morir! Los jefes y
.*>ii

oficiales habían bajado á tierra para depositar sus


testamentos y enviar sus joyas á las familias como
ultimo recuerdo. Las tripulaciones cantaron el himno
alemán al alejarse de tierra... Y apenas estuvieron en
el mar libre á la vista de los ingleses, el Goeben y el

Breslau, aprovechando la superioridad de su marcha,


huyeron á todo vapor refugiándose en los Dardanelos
y luego en el Bosforo. Allí fueron rebautizados con
iiiiinlirf's turcos, pasando á poder del gobierno oto-
mano.
Esta fué la historia alemana de las dos fuertes uni-
dades navales que el almirantazgo germánico man-
tenía en el Mediterráneo. Ambos acorazados, de in-
discutible valía por su velocidad y su armamento
moderno, debían unirse, según los planes de la Tri-
ple Alianza, con la armada italiana y la austríaca,
presentando batalla á la armada francesa, para bom-
liaidear luego Marsella y Tolón, mientras el ejército
italiano atacaba la línea de los Alpes.
Pero Italia no quiso seguir á sus antiguos aliados

EL "GOBBKN*
en esta guerra de provocación, la escuadra austríaca
no se atrevió ií moverse del Norte del Adriático, y los
El leader irlandés Redmond manifestó al gobierno buques ingleses en unas cuantas horas limpiaron de
que podia retirar todas sus tropas de Irlanda para em- enemigos el Mediterráneo.
plearlas fuera del pais. «Orangistas y nacionalistas
— dijo

defenderemos nuestras costas.»
En la frontera de Alsacia apenas si hubo choques
el día 4, á pesar de la declaración de guerra. Algunas

X patrullas de infantería y caballería alemanas pasaron


realizando agresiones contra los
el limite divisorio,

Sucesos —
Agosto. La firmeza de Bélgica.
del 4 de — puestos de aduaneros y las estaciones de ferrocarril,
Declaraciones de Sazonof en la Duma. ^Atropello pero huyeron á la aproximación de las fuerzas fran-
de embajadores en Berlín. — Entusiasmo en Bruse- cesas.

las y en París. En París el ministerio de la Guerra dio un decreto

La primera hostilidad importante de Alemania


después de su declaración de guerra á Francia fué
lina agresión marítima. Los acorazados germánicos
Goeben y Breslau, que estaban cu el Jlediterráneo,
bombardearon en la madrugada del 4 Bona y Filipc-
ville, puertos de las costas de Argel, abiertos y sin de-
fensa. Los dos buques lanzaron un centenar de olni-
ses, que produjeron algún daño en las construcciones

y una sola victima.


Luego se retiraron, refugiándose en un puerto it.i-
liano. Las hazañas guerreras de estos dos buques fue
i'on tan cortas como vergonzosas para la bandera

germánica que ondeaba en sus topes. Se redujeron al


bombardeo de dos puertos indefensos y ii una fuga,
ii
pesar de que el Goeben gozaba de gran fama en Ale-
mania como construcción naval de última novedad.
Unos acorazados ingleses de la división de Malta,
al enterarse delbombardeo, salieron en su persecu-
ción un dia después, al quedar declarada la guerra DAÑOS lArSAÜDS EN lÜINA I-Olí BI, BOMBARDEO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 157

ostahlecieudo un régimen especini


para la Prensa, con objeto de impe
dir los informes del espionaje. Este
decreto estaba concebido en los tér-
minos sifiuientes:

Queda prohibido publicar ninguna noticia


relativa k los sucesos de la guerra, moviliza-
ción, movimientos, embarques, transportes
de tropas, composición de los ejércitos, efec-
que no haya sido facilitada por
tivos, etc.,
la oficina la Prensa organizada por el
de
ministerio de la Guerra.
Tres veces por día el ministerio comuiii
cara estas noticias á los periódicos.
Los directores de las diversas publicacio- EL »U1!ESI,.\I-.

nes diarias ó periódicas harán constar, por


una declaración escrita, los días y las horas de su publicacióu
producirse. Pero si nos obligan á impedir la invasión
regular. Todas las ediciones especiales quedan prohibidas, así
de nuestro suelo, el deber nos encontrará armados y
como los anuncios á gritos ó fijados en la vía pública.
Deberán además remitir al ministerio de la Guerra (oficina de
decididos á los más grandes sacrificios.
la Prensa las pruebas definitivas de cada número tan pronto como
1
»La juventud se ha puesto ya de pie para defender
la última página haya sido compuesta. la patria en peligro, l^ua sola obligación se impone á
El diario ó la publicación, después del envío de esta prueba, nuestras voluntades: la de mantener una resistencia
podrá proceder á su tiraje y á la venta sin ninguna otra formali-
dad. Pero se expondrá á una recogida inmediata si al examinar
tenaz, con valor y con unión.
«Nuestra bravura nacional queda demostrada por
las que ha publicado una noticia militar cualquie-
pruebas se ve
ra que no haya sido comunicada por las oficinas de este minis- nuestra irreprochable movilización y por la gran can-
terio. tidad de alistamientos voluntarios. El momento pre-
Mbssimy sente exige actos. Yo
he reunido para que las
os
Cámaras puedan asociarse al heroico impulso del
país. Vosotros sabréis tomar todas las medidas que
A las diez de la mañana se reunió en Bruselas la aconseja la urgencia presente. Todos estáis decididos
Cámara de Diputados. La sesión era extraordinaria, y á mantener intacto el patrimonio sagrado de vuestros
asistió a ella el rey con la reina y sus tres hijos. antecesores. Nadie faltará á su deber.
Alberto I, en medio de un silencio impresionante, «Nuestro ejército está á la altura de su misión. El
pronunció este discurso: (jobierno y yo tenemos plena confianza en él. El Go-
«Nunca, después de 1830, hora más grave que la bierno sabe las responsabilidades que le esperan y las
presente ha sonado para Bélgica. La fuerza de nues- asumirá hasta el final, para defender el bien supremo
tro derecho y lo necesario que es para Europa el del país. Si el extranjero viola nuestro territorio en-
que
gocemos de una existencia autónoma, nos hace espe- contrará á todoslos belgas agrupados en torno de su
rar aún que los acontecimientos temidos no lleguen á soberano, que no ha de traicionar nunca su juramento
constitucional.
"Tengo fe en nuestros destinos. Un país que sabe
defenderse se impone al respeto de todos y no perece
nunca. Dios será con nosotros. >

Este discurso fué saludado con ruidosas aclama-


ciones. Luego la Cámara belga votó un crédito de 200
millones para las necesidades de la defensa nacional.
El gobierno, que iba á asumir la responsabilidad
de una defensa aventurada y heroica, necesitaba jun-
líir en su seno todas las voluntades y todas las opinio-
nes del país. Por esto el mismo rey rogó al jefe del

gran orador Emilio Vandervelde,


p.irtido socialista, el
que aceptase un puesto en el gabinete, entregándole
l;i cartera de ministro de
Negocios Extranjeros.
El gobierno, formado por hombi-es enérgicos de
todos los partidos, proclamó inmediatamente el estado
de sitio en las provincias de Limburgo, Lieja, Namur
y el Luxemburgo belga.

LIE LOS AUORAZADO.S ALEMANES


158 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

L.a Dmiiii, «jiio ha en Europa. Ni nosotros, ni Francia, ni Inglaterra,


liiii sido convocada podemos consentirlo.
(MI San Petersburso "Á pesar de esto, Rusia, Francia é Inglaterra han
poi' el gobierno ruso, intentado todo lo que era posible para el manteni-
oyó las explicaciones miento de la paz. ;.Qué era lo que nosotros pedíamos?
(le .\1.
Sazonof, minis- Estábamos dispuestos á aceptar cualquier arreglo con
1 1() de Negocios Ex- el (iabincte de Viena con una sola condición: que no

iranjerus. Esto puso se atentase en nada contra la soberanía y la indepen-


fii claro el origen de dencia de Servia.
la guerra impuesta á «Desde el primer momento hemos expuesto fran-
líusia por la soberbia camente esta actitud nuestra al Gobierno de Alema-
;ii(>mana. nia, y está fuera de toda duda que si el Gabinete de
«Con plena concien- Berlín hubiese deseado la paz le habría bastado una
cia del deber inmen- sola palabra para detener su aliado, como lo hizo
;i

so que le incumbe durante la crisis balkánica. Perú en realidad Alema-


dijo el ministro Sa nia, qLie no cesaba de ¡itirmai', con palat)ras nada

M. MHSSIMV. MIM.--rRll HE I. A
zonof -
y absorbido más, su deseo de iiiHuir en Yiena, rehusó una tras
i.rnKiíA Ki{;\Ni i-:s por el trabajo de su otra todas las proposiciones que le fueron hechas,
desenvolvimiento in- valiéndose para esto de objeciones sin fundamento.
terior, el Imperio ruso no ha cesado de dar pruebas "Mientras nos esforzábamos por conseguir una
de su sincero deseo de paz. Inicamente por este solución pacífica, Belgrado fué bombardeado, y Eu-

deseo, que tantas veces nos ha


hecho transigir y ceder, lia pi>
dido escapar Europa en 1912 y
en 19i;3 del peligro de una con
ttagración general. No es, pues.
Rusia la que amenazaba la paz
del mundo. .lamas ha liuscado
ella defender su dignidad con
hi amenaza de las armas ni

pisoteando el amor propio y el

derecho de los dél)iles.


«Mientras nosotros sostenía-
mos la paz á costa de dolorosos
saoriñcios, ¿cuál era al mismo
tiempo la labor á que se de-
dicaba el Imperio de Austria-
Hungría? Su trabajo consistió
en sembrar la discordia en los
Balkanes. Eué él quien con- |;L KKV IiK r.Kl.ail'A DtltmiKNDO.SB al parlamento RNTUK las ACLA.MACIONB.S
venció ;i
Hulgaria para que se riR LA MICiníOlMIiUK
arrojase contra sus antiguos
aliados en 1912, lo que nos valió la segunda guerra ropa se encontró en presencia de una agresión reali-
búlgara. zada. ^Qué le quedaba á Rusia por hacer después de
«Desgarrado ese Imperio por hondas divisiones este hecho amenazante? Proceder á la movilización.
intestinas y previendo tal vez un reparto de sus te- »En estas condiciones no podíamos abstenernos de
rritorios á la muerte de Francisco .José, ha conside- adoptar las más elementales medidas de precaución,
rado preciso para galvanizar su vida hacer alarde de tanto más cuanto que Austria había ya movilizado
que aun le queda la fuerza de otros tiempos. Y para la mitad de su ejército. .\1 mismo tiempo que se orde-

esto ha escogido como víctima á Servia. naba nuestra movilización, S. M. el Emperador dio
»No ignoráis vosotros en qué condiciones se lanzó su palabra al Emperador de Alemania de que Rusia
el ultimátum
al Calnnete de Belgrado. Sometiéndose no recurriría á las armas mientras quedase la más
Servia á sus exigencias se reconocía como vasalla de pequeña esperanza de conseguir un arreglo pacífico.
Austria. No mostrar nosotros interés en esta cuestión «Estas palabras de moderación no fueron escucha-
hubiese eíjuivalido al abandono de nuestro deber se- das. .Uemanía ha declarado la guerra, primero á nos-
cular de defensores de los pueblos balkánicos. Era al otros, después á nuestra aliada Francia. Y luego, con
mismo tiempo admitir que la voluntad de Austria, menosprecio de todos los compromisos solemnes que
apoyada ocultamente por Alemania, imponía la ley había contraído de acuerdo con otros países como
iÜiSTÜRIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 159

garantizadora de la neutralidad del Liixemburi!,'o y de


laneutralidad de Bélgica, Alemania pisotea sus com-
promisos y viola su propia palabra. »

El ministro Sazonof terminó asi:


«Nosotros no queremos admitir el yugo de Alema-
nia y de su aliada, y combatiremos contra las dos por
algo grande y de general interés: por libertar á Eu-
ropa de un peligro. Rusia, al aceptar esta guerra, no
busca una gloria vana. »

La muchedumbre patriótica de Berlín observó una


conducta salvaje con los representantes de las poten-
cias que Alemania había impulsado á la guerra.
Ya hemos visto de qué modo fué tratado en Paris
el embajador Schoen, á pesar de su conducta equivoca

y de los esfuerzos que hizo á última hora para ser I. A UUMA


objeto de una agresión personal que justificase el rom-
pimiento de relaciones. El gobierno francés cuidó de dad ([ue es respetada hasta por los puel)los más
la persona del embajador, corrigiendo sus impruden- atrasados.
cias voluntarias con la incesante protección de la po- Ll einl'Kijador de Francia, M. .lulio Camboii, se libró
licía. Al partir Schoen organizó su viaje con toda de estos ati'opello.s personales, pero tuvo que sufrir
clase de comodidades para él y su séquito, poniendo con su personal una larga serie de molestias y humi-
el gobierno á su disposición un tren especial. llaciones. El .3 de Agosto por la noche recibió sus pa-
En Berlin no sólo fueron tratados con desprecio los saportes del goliierno alenuin, pero tuvo que esperar
representantes diplonicáticos, sino que vieron en peli- veinticuatro horas para hacer entrega de sus archivos
gro su existencia y la del personal desús oficinas. al embajador de España, que se encargó de todo el
La salida del embajador de Rusia dio lugar á esce- material de la embajada, así como de la protección
nas repugnantes. Una masa de energúmenos patrióti- de los franceses residentes en Alemania.
cos asaltó los carruajes en los que se dirigían ;i tomar M. .Julio ('ambón es una de las personalidades más
el tren el embajador y sus secretarios. La policía ape- eminentes de la diplomacia. Él y M. Paul Cambon,
nas si se esforzó por defender á estos viajeros, pro- embajador en Londres, han prestado á Francia im-
tegidos por la inmunidad diplomática. Los manifes- portantes servicios. Mientras el uno trabajó en Ingla-
tantes escupieron en la cara á las esposas de los diplo- terra incesantemente hasta, conseguir la. inteligencia
máticos rusos, y golpearon con los bastones á algunos franco-británica, el otro Cambon luchó durante varios
de éstos, ensangrentándolos. Hay que hacer constar años en el terreno hostil de la diplomacia alemana

que en esta muchedumbre hostil no figuraban gentes por mantener el prestigio y la seguridad de Francia.
Eran señores bien vestidos los que se mos-
del pueblo. Guillermo II mostró en repetidas ocasiones el alto
traban más furiosos; algunos de ellos ostentando con- aprecio en que tenia la personalidad del embajador
decoraciones. Estu- ('ambón, visitándolo muchas veces en el palacio de
diantes y periodistas la embajada, k pesar del respeto que merecía esta
componían el resto de personalidad, y de las consideraciones que son debi-
la manifestación. To- das al representante de un país mientras permanece
dos pertenecían á la en su puesto, el gobierno alemiin trató á M. (l'ambon
clase que habla con con dureza. Durante las veinticuatro horas que per-
orgullo de la «cultura maneció en Berlín, las autoridades alemanas pro
alemana», y quiere curaron molestarle, demostrando en ello cierta delec-
imponerla al resto del tación. iMientras en París M. de Schoen había podido
mundo que vive, se- vivir con entera libertad, M. Cambon y el personal de
uiiii ellos, en un esta- la embajada francesa, encerrados en su domicilio como

do de civilización in- si fuesen prisioneros, recibieron la orden de no encar-

íerior. Su noble <


Kul- gar sus comidas más que en restaurants cuyos dueños
lur» empezó por de- fuesen alemanes. En esta situación humillante mon-
iiiiistrarse en esta sieur Cambon tuvo que pedir al ministerio de Nego-
í^uerra atropellando cios Extranjero? que se dignase intervenir para que
,i
nmjeres y hombres el dueño de un hotel ((uisiera emiarle comida para él

M. SAZONOF, MiNisTuo DE NEGÓ- indetcnsos, protegi- y sus colaboradores. Todos los establecimientos de
dos EXTRANJEROS RUSO dos por una inmuni- Berlín se negaban á servir á los diplomáticos frai>
160 VICENTE BLASCO IBANEZ

ceses, como si esto fuese un crimen de lesa patria. Numerosas manifestaciones recorrieron las calles
El itinerario del viaje dio también motivo á las vio- de Bruselas dando vivas á Francia y cantando La Mar-
lencias alemanas. M. Camben quería volverá su país sellesa. Otros grupos lanzaron gritos contra Alemania
por el camino más corto, ó sea por Holanda y Bélgica. é hicieron alardes de hostilidad ante los estableci-
Pero en la noche del 4 lo hicieron partir con veintisiete mientos y viviendas de los alemanes. Estos eran muy
personas de su séquito por la via de Dinamarca, lo numerosos en el territorio belga. La emigración ger-
que representaba un rodeo enorme. Además el tren mánica, como si obedeciese á una orden superior, lia-
hizo un viaje lento y dificultoso, empleando veinticiia l)iii invadido en los últimos años las ciudades de Bi'd-

tro horas para llegar á Kiel. En muchas estaciones gica. IJi Amberes dominaba gran parte
del comer-
varios soldados alemanes, revólver en mano, guarda cío. Todos alemanes establecidos se dedicaban al
los
ban las puertas del vagón, prohibiendo con amenazas espionaje, como se vio claramente después. Jinchos,
de muerte que los franceses hablasen entre ellos. empleando el procedimiento de la naturalización re-
Al llegar á la última estación .ilcuKiiiri, el olicial comendado por el gobierno alemán, se habían hecho
prusiano encargado de acom- ciudadanos belgas, ocupan-
pañar la comitiva hasta l;t ilü puestos jiúblicos y figuran-
frontera exigió á M. Caml)oii lid como oficiales de la mili
el pago de .'?..")0() marcos, que lia llamada 'iuaidía Cívica.
era el precio del viaje, aíir L'n soldado francés que
mando que si no entregaba (staba de paso en Bruselas
esta cantidad se opondría .1 fué llevado en triunfo por

que pasasen la frontera da l.i muchedumbre. Las damas


nesa. embajador se asom
I]l liclgas ostentaban escarape-
bró de que no le hubiesen pe las con los colores naciona-

dido este dinero al salir de lesy los de Francia. Todos


Berlín, y ofreció un cheque hacían votos por que la veci-
sobre un gran banco alemán. na República se defendiese
El oficial rehusó el cheque y enérgicamente de la inva-
31. Cambon tuvo que resig sión alemana, afirmando
narse á hacer una colecta en que Bélgica estaba dispuesta
tre sus compañeros de viaje, á perecer antes de consen-
(pie pudiei'on reunii' en me tir el paso de las tropas ene-
tálico unos -1.000 francos, en migas.
fregándolos. De este modo Dos dirigibles alemanes,
compraron su libertad y pu volando sobre Bruselas en la
dieron atravesar la frontera, mañana del 4, excitaron aun
donde les esperaba un tren más la indignación general.

especial y lujoso preparado Este pueblo, el más tranquilo


por el gobierno de Dinamai- y laborioso de Europa, no
ca y que los trasladó inme pudo contener su cólera al
diatamente á Copenhague. verse tan injustamente agre-
Asi procedió el gobierno .M. JILIO LAMBÓN dido.

alemán, mientras en París Varios grupos, con una in-


dedicaban un coche-salón al viaje de M. de Schoen, dignación perfectamente explicable, atacaron algunos
vehículo que tardó mucho en ser devuelto á Francia. establecimientos alemanes é insultaron á los subditos
Más adelante veremos cómo salió de Berlín el em- germánicos en las calles.
bajador de Inglaterra. .-\1 mismo
tiempo en París la muchedumbre seguía
o
con entusiasmo el desarrollo de la movilización. La
I
El ultimátum del golñerno alemán á
Bélgica pro- vida de la ciudad parecía haberse concentrado en la
dujo en Bruselas una explosión de cólera. El entusias- estación del Este. Todos marchaban hacia ella; unos
mo patriótico se esparció por las calles en ruidosa ma- para incorporarse al ejército: otros para despedir á
nifestación. Nadie tuvo en cuenta el
enorme poder de los que partían.
Alemania y la pequenez de la nación belga. Todos En calles apenas se encontraban vehículos.
las
vieron únicamente la monstruosidad del atropello. La Todos medios populares de comunicación estaban
los
conciencia nacional se sublevó con heroica unanimi- suprimidos por falta de personal. Por el centro de las
dad. Hasta el elemento llamenco de Bélgica, que había avenidas pasaban los regimientos, los escuadrones, ó
mostrado siempre cierta aversión contra Francia, grupos de muchachos y mujeres llevando al frente la
olvidó sus preocupaciones para unirse al grito de pro- bandera tricolor y cantando La Marsellem.
testa que lanzaba todo el pais. Un auto de alquiler, corriendo á toda velocidad.
í^íi'i'
LA IN\

Dibuio de Andrí Dcvambcr, de la •lllustrallon> de París.

Retirada de los alemanes p


RUSA

los por los ejércitos rusos


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 161

atropello á un tr;uiseuiite que iba de prisa. Por fortu-


na éste salió indemne de entre las ruedas, y se lanzó
contra el chauffeur insultándolo, asi como el público
aglomerado por aquel incidente.
— —
Tengo mucha prisa dijo el conductor excusán-

dose Voj' á entregar el auto. Salgo dentro de dos
.

horas para la frontera.


— —
Yo también contestó su victima con súbita tran-
quilidad.
Y los dos hombres, que en otra ocasión se hubie-
sen golpeado, acabaron por abrazarse. «Camarada,
¡viva Francia!»
En un vagón del ferrocarril metropolitano, lleno
de gentío, cuatro jóvenes elegantes abandonaron sus
asientos al ver subir cuatro soldados con las botas y
los-unifonnes llenos de polvo. Los soldados vacilaron,
no atreviéndose, por galantería, á aceptar el ofreci-
miento.
— —
Sentaos insistieron las damas—. Hoy son las
mujeres las que deben ceder el sitio á los hombres.
Los soldados acabaron por aceptar.
— —
Gracias, señoras dijo uno de ellos Bien lo — .

necesitábamos. Estamos marchando desde esta ma-


ñana para llegar á tiempo á la estación del Este.
En durante muchos
la estación se desarrollaron
días escenas conmovedoras y se pronunciaron frases
de popular sinceridad que demostraban el estado del
alma francesa.
Una madre besaba por última vez á su hijo, sober-
bio coracero que hacia esfuerzos por distraerla y evi-
tar sus lágrimas.
— Adiós, mamá. ¿Qué quieres que te traiga de
Berlín?
—Tu piel intacta, hijo mío. No deseo otra cosa. En
Prusia todo que hay es bisutería mala.
lo
Un tren iba á partir con un regimiento de infante-
ría. El jefe de la estación le dijo al coronel:
162 VICENTE BLASCO iBANEZ

do3 ellos son terribles, y sufriremos luuclio al conducir del desquite. Esta hora ha llegado al ñn. Hela aquí.
los automóviles militares. ¡Alsacianas, hermanas mías! ¿Vais á permanecer sin
El chauffeur se veía ya corriendo por el territorio hacer nada? Propongo que al cuerpo de voluntarios
de enemigos con una buena fe inocente y heroica.
los alsacianos y loreneses se una otro cuerpo de enfer-
Los alsacianos y loreneses residentes en París se meras formado por nosotras. Iremos á nuestra tierra
reunieron en un café del bulevar. Eran más de tres para libertar á nuestras madres y hermanas y cuidar
rail, hombres y mujeres. El presidente de la reunión, nuestros heridos.
M. Eugenio Kuentzmann, originario de Estrasliurgo, A los sones de la Marcha Lorenesa los asistentes
aconsejó á sus compatriotas que formasen un cuerpo á la reunión fueron á inscribirse como voluntarios en
de voluntarios. grupos de diez. Las mujeres se inscribieron igual-
-Es la Francia dijo—, nuestra patria verdadoni, mente.
Antes de partir, el presidente, con voz cortada por
la emoción, dijo á sus compatriotas:

Au Peuple Belge! Alsacianos y loreneses: Francia cuenta con nos-


otros. ¡.Juremos morir por ella!

Cí a ii5i' les íroupts Allumamlís se voiant forctes d«


Hombres y mujeres levantaron la diestra diciendo
l
lilus granel rejret quB

francliir la fiuntice de la
Etlglque. Elles agissenl sous la contrainic dunc necessite in- con sencillez:
eyi'alile li nEutraliU da la Belgique ayant (tc U¡í vioiéo par des ofTiciers francais qui.

¡Lo juramos I

travení aulúmobile en
sous un deguisciTen!. aicnt le territoire belge en pour pioetrcr Todos lloraban al ver llegada la hora, después de
Aí'ent^gn'^.
tantos años de espera.
ncore muía dtviitr tu tomhl enire den
Oeljtj! Cttl sslrj pliu «rm iésip iju'il j ail
Á estas muestras de entusiasmo se unieron las de
(«•(.a ^ eiaieil tm ¡ts^t i prisent. jidis
níme siliíi. Scuitnei (oin du {lorieui pir d:
los revolucionarios.
Viitti-'x n iUmi 'íi srat; ^i(iBaiid:s qgi onl
nolhbiK a fondo- ú (!:a::iir
Lodcptndancs el la

(i! «;«
.Juan Longuet, nieto de Carlos Marx, el fundador
|)i»i«frní pjlfi».

Maí il iiQus faiil le che-Tiin libre. Des deblí uctioiis de de tiiiinels, de voies del socialismo alemán, dijo asi:
|¡oiU3.

imiti d«ro(!t élre regardées ctirume dís adióos hostil«s. Stlyts, wus avez a choisir. «Si Francia es invadida, ¿cómo los socialistas no
serán los primeros en defender la Francia de la Revo-
Jf-sperd
DD,-,c
p lArniSe aliemande de !a Meuse ne sera pas coiuralnle de ion
lución y de la democracia, la Francia de la Enciclo-
CGniiiaiwe. Un cheniin libre celui voiilail notis c'est ¡out ce
pour attaijiter qui attaquer,
pedia, de 1793, de 1848, la Francia de Pressensé y de
que
-mí désirciis.
•laurés?»
Ja iam du o^i^isn^iics f ormelles á la prpulation belgd qu'elle
Marcel Sembat dijo á sus correligionarios:
r'aura ii5n a sccffrir des tiorreurs de la guerre; que nous payerons en instáis obligados á hacer la guerra por la viola-
or
'

faudra prendre du nos soldats se


tsiuiíriayé les vitres qu'il pays; que ción de los territorios neutrales y por la agresión de la
'

citülsurs amis d'un peuple pour lequel nous éprouvans la plus liaute estime.
[íiüiilrei'orit i^s
Alemania imperial. Vais á batiros en defensa de la
;
la
plus yraivje syaipEttiia. cultura francesa y de la libertad de los pueblos. Cuan-

C'csi de votre sagesse et d'un paf Hotlsma —
do seáis vencedores porque la victoria os aguarda — ,

btor comprEs qu'il dépend d'évSter á votrs os negaréis á violar el derecho de los otros.»
pays les» horroum üg la guet^-re.
Miguel Almereida, director de Le Bonet Rouge:
Le General Commandant en Chef l'Amée de la Meuse «Socialistas, hermanos mios, relegad por el mo-
von Emmich. mento nuestra Internacional y nuestra bandera roja.
Nuestro canto debe ser en adelante La MarseUesa y
PROCLAMA DB VÜN BíMMICH AL PUEBLO BELGA nuestra bandera los tres colores. Como en 1793, la
Esta procinma fué dlslribufda á mano por los primeros linetes alemanes bandera en sus pliegues y el himno en sus estrofas,
(húsares de la Muerte y hulanosi que penetraron el 1 de Agosto en Bélgica con
dirección á Licia. De ella sólo quedan unos pocos ejemplares guardados por llevan el alma de los pueblos libres.»
los belgas, pues los alemanes han procurado luego hacerla desaparecer, bus- a
cándola por todo el país. Este documento es de gran valor, ya que sirve para
demostrar la campaña de mentiras realizada por los alemanes, y prueba ade-
más lo premeditado de una invasión, preparada desde mucho tiempo antes, Alemania, con arreglo á sus procedimientos arbi-
hasta el punto de tener impresa una proclama en grandes cantidades para re- trarios, invadió Bélgica sin declaración de guerra. En
partirla asi que franqueasen la frontera.
la noche del 3 al 4 de Agosto las primeras fuerzas

alemanas atravesaron la frontera belga, desde Aix-la-


la que vamos á defender. Partamos alegremente, por-
Chapellc á Recht.
que dentro de pocos días los que hemos vivido refu- El general Von Emmich, jefe del ejército alemán
giados en París tendremos el consuelo de encontrar- del Mosa, que mandaba las tropas invasoras, lanzó
nos con nuestros hermanos de Alsacia, que el enemigo
la siguiente proclama al entrar en Bélgica:
está armando contra nosotros. Las armas alemanas
que ponen en sus manos se volverán contra Prusia. AL PUEBLO BELGA
Una señora habló después.
—Nuestros hijos- dijo con voz temblorosa — han Con gran pesar mío laa tropas alemanas se han visto obliga-
das á franquear la frontera de Bélgica. Obran bajo la presión de
sido esclavizados por Alemania. Hemos esperado du- una necesidad inevitable, pues la neutralidad de Bélgica lia sido
rante cuarenta años, tascando nuestro freno, la liora ya violada por oficiales franceses, que disfrazados han atravesa-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1Q14 163

fZrtoA vn

KL ARTÍCULO DEL TRATADO DE NEUTRALIDAD DE BÉLGICA

lio ftiitornóvil el territorio belga, para penetrar en Alemania.


en Como garantía de su independencia, contaba con
¡Belgasl Nuestro más ferviente deseo es evitar
un conflicto el tratado de neutralidad firmado en Londres el 19 de
entre dos pueblos que han sido amigos hasta el presente y que en
Abril de 1839. Este tratado estipulaba textualmente
otro tiempo fueron aliados. Acordaos del glorioso dia de Water-
alemanes contribuyeron á fundar y
en su artículo 7.":
lóo, en que los ejércitos
establecer la independencia y la prosperidad de vuestro pais. «Bélgica formará un Estado independiente y per-
Necesitamos el camino libre. Las destrucciones de puentes, petuamente neutral. Deberá observar esta misma neu-
túneles y vias férreas serán consideradas por nosotros como tralidad con todos los demás Estados.»
actos hostiles. Belgas: podéis elegir.
El tratado de Londres iba garantizado por las fir-
Yo espero que el ejército alemán del Mosa no se verá obliga-
do á combatiros. El camino libre para atacar á los que nos quie-
mas de Austria, Francia, Gran Bretaña, Rusia y Pru-
ren atacar es todo lo que deseamos nosotros. sia. Pero ya hemos visto el poco respeto que inspiraba
Yo garantizo formalmente que la población belga no tendrá á la diplomacia prusiana la firma de su Estado.
que sufrir en nada los horrores de la guerra; que pagaiemos en En 1906 un general belga anunció la invasión ale-
oro los víveres que necesitemos, y que nuestros soldados proce-
mana con ocho años de anticipación. El estudio mi-
derán como los mejores amigos de un pueblo por el cual sentimos
nosotros la más alta estima y la más grande simpatía.
De vuestra prudencia y de vuestro patriotismo bien entenJi
do, depende el evitar á vuestro país loa horrores de la guerra.

El general coma ndante en jefe del ejército del Jíobo .

VON Emmich

que esta proclama fué una demos-


Inútil es decir
tración más de germánica. Era falso que
la hipocresía
unos oficiales franceses liubiesen pasado disfrazados
la frontera belga. Además este pretexto para inva-
dir á un pueblo resultaba tristemente ridiculo. ¿Qué

peligro podía correr Alemania aunque esto hulñcsc


sido ciertoV
La invasión de Bélgica era un hecho previsto des-
de años antes por los belgas, que desconfiaban de Ale-
mania y seguían con atención sus preparativos. Al-
berto I, después de una entrevista con el kaiser en
Berlín, habia regresado á su pais mostrando una gran
desconfianza acerca de la amistad de sus vecinos. A
esto se debió (^ue el reino de los belgas reconociese
la necesidad de modificar la organización de sus me-
dios de defensa, considerándolos insuficientes para
proteger su neutralidad. Este país, dedicado á la in-
dustria y poco afecto á las glorias militares, procedió
al engrandecimiento de su ejército, con la certeza de LAS I-IlíMAS DEL TRATAHI)
Por pnr Bélgica, Silva Van der W'íyer; por Aus-
Palmcrsloii
que alguna vez tendría que defenderse de la ambición Injflfllerrs. ;

tria, Seneft; por ¡'rancia. Scbastianl: p.ir Prusia BUiow, y por Rusia,
,

alemana. Pozzo di borgo.


164 VICENTE BLASCO IBANEZ

El Estado Mayor alemán si-

guió creyendo en la imposibi-


lidad de una invasión por la
frontera francesa, enorme-
mente fortificada, y buscó el
paso por Bélgica, atropellan-
dü todos sus compromisos na-
cionales.
Estas revelaciones del ge-
neral belga, asi como los tra-

bajos de los alemanes en su


frontera, pusieron en guar-
dia á Bélgica. Los diversos
ferrocarriles germánicos que
atluían á la frontera y los
enormes campos militares es-
tablecidos en Aix-la-Chapelle
y -Malmedy obligaron al go-
liierno de Bruselas en los últi-
mos años á acelerar sus pre-
parativos militares. Gracias
;i ellos pudo Bélgica asombrar
I'Ul.MBKOS dIaS DK i. a .MCi\ ILIZACIÓN al mundo con una resistencia

LIn suboficial de la reserva, hata del automóvil con su mujer para entrar en un almacén de objetos mi que nadie esperaba.
litares y hacer sus últimas compras. En la mano lleva la pequeña maleta de ollcial llamada •cantina (Jreyeron los alemanes que
(Fot. MeuríAfle) la invasión de Bélgica era
una empresa de cuarenta y
litar publicado por dicho general en un diario de ocho horas, y que iban á llegar sin ningún obstáculo
Jkuselaa produjo la alarma. Demostral)a en él que in- hasta, la frontera francesa del Norte, casi desprovista
dudablemente Alemania, al tener una guerra con de fortificaciones.
Francia, procurai'ia atacarla por el punto más fácil, La pequeña nación fué como David, y asestó una
ó sea por Bélgica, aunque para esto hubiese de atro- pedi-ada certera al Golíath germánico.
pellar la neutralidad. Dio en apoyo de esto numero-
sas pruebas, siendo una de las más convincentes el
extracto de una carta dirigida á Bismarck en 1870
por el viejo emperador ííuillermo I, abuelo del empe-
rador actual. En esta carta, desconocida hasta enton-
ces, Guillermo I hablaba á su Canciller de los gran-
des trabajos de defensa realizados por Francia para
cubrir su frontera del peligro de una invasión en oí
caso de una segunda guerra franco-prusiana.

«La frontera francesa decia el emperador está —
cerrada casi herméticamente desde Suizii hasta Bél-
gica. Esta linea continua de fortalezas y de fuertes,
aunque consiguiéramos atravesarla, liaría imposible
el envió de todo
lefuerzo, y estorbaría enormemente
el empleo estratégico de nuestras fuerzas.

Aunque resultáramos victoriosos en los comba-
tes,nos sería imposible proseguir nuestros éxitos
como en 1870, porque nos veríamos obligados inme-
diatamente á sitiar esta cintura de campos atrinche-
rados, y antes de que llegásemos á tomar algunos
fuertes, el ejército derrotado tendría tiempo para re-
hacerse detriis de esta linea, tomando fuerzas para un
nuevo encuentro. Y si por desgracia los alemanes son
derrotados en el primer choque, la orilla izquierda
del Rhiti quedará perdida y tendremos
que retirarnos
al otro lado del rio.» soi.DAnn Ki(ANri:s nK inkantickia eos s\- KyUIPO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 165

ULTIMO DETALLE DEL EQUIPO MILITAR


Entrega de la medalla de ideniidad á liis movilizados en uno de los cuarteles de París

(Dibuio de Luciano Joñas, de la •Illiistralion» de Parts)


166 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

pp.nn. ;.No siontp pmor.ión pet« jefe joven, á quien


impone el destino r-omo el más pesfido fardo ese poder
que tantos otros recibieron como un juguete agrada-
bleV... Leo con una voz que no quiere esforzar el men-

saje del presidente de la República. 8u tono es calmo-


so. Pero sin embargo, por dos veces "M. Viviani se ve

obligado ¡i enjugar el vaho que cubre los cristales de


sus lentes.»
El relato oficial de la sesión dice más que todas las
descripciones, pues revela la fuerza del espíritu na-
cional en este gr.n-e momento.

La sesión empezó á las tres de la tarde.


El presidente de la .M. Paul Deschanel,
Cámara,
ocupó su sillón, mientras los diputados corrían apre-
suradamente á sus sitios, llenando todo el hemiciclo.
Las tribunas estaban repletas. Fuera de la Cámara
1,A lAMAKA IJK DI J-irTA DOS DE FUANCIA había miles de personas. Un silencio imponente pesa-
ba sobre el salón de sesiones.
Seiscientos diputados fijaban sus ojos en Descha-
nel, esperando su palabra. Un secretario leyó el de-
X creto del presidente de la República ordenando la re-
unión de las Cámaras, y luego Deschanel se puso de
Memorable sesión del Parlaineiito francés
pie, diciendo lo siguiente:

(Jomo ya dijimos, el gobierno Irancés convocó las


DISCURSO DEL PRESIDENTE DESCHANEL
Cámaras en sesión extraordinaria el 4 de Agosto.
Diputados y senadores acudieron al llamamiento con
un silencio grave y una dignidad austera, sabiendo En los graves acontecimientos que atraviesa Fran-
que la urgencia del momento imponía actos y no pa- cia, una horrible desgracia nos ha herido á todos. .lau-
labras. ros... (Todos los diputados se ponen de pie) .lauros ha

Todos so daban cuenta de la importancia de sus sido asesinado por un demente á la hora misma en que
decisiones. Los socialistas estaban anonadados aún volvía de intentar un esfuerzo supremo en favor de la

por pérdida de .laurés. El mismo día por la mañana


la ]>ii7, y de la unión nacional. Una elocuencia magnifica,

se habia verificado su entierro. Su asiento fué el único una gran potencia para ol trabajo y una cultura ex-
que permaneció vacio durante la famosa sesión. De- traordinaria; un corazón generoso dedicado por entero
trás de él estaba llarcelo Sembat con el rostro cris- y á la fraternidad humana, al que
á la justicia social

pado por la emoción, como un discípulo ante la turaba sus mismos contradictores sólo le podían reprochar
del maestro. Vaillant Renaudel, (iroussíer, todos los una cosa: sustituir en sus impulsos hacia el porvenir
revolucionarios amigos de la paz, que dias antes cla-
maban contra la guerra, ocupaban sus puestos para

aceptar una guerra inevitable, impuesta por la sober


l)ia del
enemigo, y aplaudieron las declaraciones gu-
bernamentales al mismo tiempo que los diputados más
reaccionarios.
Deschanel, el presidente de la Cámara, tuvo en

ciertos momentos que suspender su vibrante discurso.


La emoción anudó su garganta: las lágrimas velaron
su voz.
«He aqui — dice un cronista de esta sesión memora
ble —á M. Viviani, que avanza para subir á la tribu-
na. Este hombre, todavía joven, lleva sobre sus es-
paldas la responsabilidad del poder en un momento
supremo. Sin embargo, no parece aplastado por el
peso. Bajo su frente sólida y dura los ojos permanecen
en calma. Su mandíbula parece avanzar. El rostro,
tallado rudamente, expi-esa la energía que todos de- LA TRIBIXA DE LA CÁMARA
HiSTODiA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 167

la dura realidad que nos oprime con las más nobles Antes de que una declaración de guerra nos haya
esperanzas; he aqui lo que un crimen odioso nos ha sido dirigida, y antestambién de que el embajador
arrebatado. (Vicos aplausos en todos los bancos.) de Alemania pidiese sus pasaportes, nuestro territorio
El dolor de su familia y de sus amigos es nuestro ha sido violado. El Imperio de Alemania no hizo
dolor. Los que tantas veces discutieron sus ¡deas, ad- ayer noche más que dar tardíamente su nombre ver-
mirando su fuerza intelectual, reconocían, á pesar de dadero á un estado que de hecho habia creado mucho
todo, lo mucho que debíamos en nuestras controversias antes.
á este cerebro grande y luminoso. Sus adversarios Desde hace más de cuarenta años, ios franceses,
sienten tanto dolor como sus amigos, y se inclinan con con un sincero amor á la paz, han repelido al fondo
tristeza delante de esta tribuna, que está de duelo... de su corazón el deseo de legitimas reparaciones. (Viva
¡Pero qué digo! ¿Acaso quedan aún adversarios? No: aprobación.)
ya no hay más que franceses... (Aclamarionei prolon- Francia ha dado al mundo el ejemplo de una gran
gadas y unánimes que interrumpen o! orador por al- nación, que elevándose sobre el desastre por la vo-
gún tiempo), franceses que luntad, la paciencia y el
desde hace cuarenta y cua- trabajo, no ha usado de su
tro años han hecho por la fuerza renovada y rejuve-
causa de la paz todos los necida más que en interés
sacriñcios (Vivos aplausos) del progreso y por el bien
y que hoy están prontos ;i de la humanidad. (Aplausos
todos los sacrificios por la unánimes.)
más santa de las causas: la Después que el ultimá-
salud de la civilización tum de xVustria abrió una
(Nuevos aplausos en todos crisis amenazante para Eu-
los bancos), la libertad de ropa entera, Francia se ha
Francia y la libertad de Eu- limitado á seguir y reco-
ropa. (Aclamaciones pro- mendar, por todos lados,
longadas y unánimes. Gri- una política de prudencia,
tos de *¡Viva Franciah) de cordura y de modera-
Del féretro de ese hom- ción.

bre, que pereció mártir de Nadie puede imputarle


sus ideas, surge un pensa- un acto, un gesto, una pala-
miento de unión: de sus la- bra, que no haya sido de
bios helados surge un gri- paz y de conciliación. (Nue-
to de esperanza. Mantener vos aplausos.)
esta unión, realizar esta es- Eln esta hora de los pri-
peranza por la patria, por meros combates tiene el de-
la justicia, por la concien- recho de hacerse justicia á
cia humana (Nuevos a plan si misma, afirmando so-
sos), ¿no es el más digno ho- lemnemente que hasta el
menaje que todos nosotros ultimo momento ha realiza-
podemos rendirleV (Toda la do esfuerzos supremos para
Cámara aplaude frenética- impedir la guerra que aca-
mente. Las tribunas se ba de estallar, y de la cual
unen á esta manifestación. l'AUL DBSCHANBL
el Imperio de Alemania so-
Suenan repetidos gritos de portará ante la Historia la
«¿Viva Francia!'^ Los diputados acuerdan por unani- abrumadora responsabilidad. (Aplausos prolongados.)
midad que el discurso de Deschanel sea
fijado oficial- Precisamente cuando nuestros aliados y nosotros
mente en todos los pueblos de la República.) manifestábamos la esperanza de que continuasen pa-
cificamente las negociaciones entabladas bajo los aus-
Al subir á la tribuna M. Viviani, presidente del
picios del Gabinete de Londres, el Imperio alemán ha
Consejo de Ministros, es saludado con una larga ova-
declarado súbitamente la guerra ;i Rusia. Después ha
ción. Antes de pronunciar su discurso, Viviani dio
invadido el territorio del Luxemburgo, ha insultado
lectura al siguiente
de un modo ulti-ajante á la noble nación belga, nues-
tra vecina y nuestra amiga (Aplausos redoblados), y
MENSAIE DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
ha intentado sorprendei-nos traidoramente en plena
Francia acaba de ser objeto de una agresión bru- conversación diplomática. Nuevos aplausos.)
(

tal y premeditada, que es un insolente desafio al de- Pero Friincia velaba. Tan previsora como pacifica,
recho de gentes. ella se habia preparado. Y nuestros enemigos van á
168 VICENTE BLASCO IBANEZ

encontrar en su camino nuestras valientes tropas de denado la guerra europea y obligado á la Francia,
cobertura ( Vivog aplauso8), que están en su puesto de pacifica y fuerte, á defender su frontera contra una
batalla y á cuyo abrigo se acabará metódicamente la agresión insólita, subrayada por una odiosa injusticia.
movilización de nuestras fuerzas nacionales. (Muy bien, muy bien.)
Nuestro hermoso y valeroso ejército, que Francia Esta agresión, que nada puede excusar y que ha
acompaña hoy con su pensamiento maternal, se ha comenzado mucho antes de que nos fuese notificada
puesto de pie, vibrante de entusiasmo (¡Si! ¡Si! jBra ninguna declaración de guerra, es el último acto de un
vol), para defender el iionor de la bandera y el suelo plan cuyo origen y fines quiero revelar ante nuestra
de la patria. (Viva aprobación.) democracia y ante la opinión civilizada. (Muy bien.)
El Presidente de la Kcpública, intérprete de la (^orao consecuencia del crimen abominable (jue
unanimidad del pais (Muy bien, mu;/ bien), expresa á costó la vida al archiduque heredero de Austria-Hun-
nuestras tropas de tierra y do mar la admiración y la gría y á la ducjuesa de Hohenberg, varias dificulta-
confianza de todos los franceses. (Repetidos aplaunog.) des surgieron entre el Gabinete de Viena y el Gabine-
Estrechamente unida por un mismo sentimiento, la le de iielgrado.
nación seguirá mostrando la misma serenidad de que La mayor parte de las potencias sólo estaban in-
ha dado una prueba cotidiana desde formadas de esto oficiosamente,
elprincipio de la crisis. Sabrá con- hasta el viernes 24 de Julio, fecha
:%
ciliar como siempre losmás gene- en la que los embajadores de Aus-
rosos impulsos y los ardores más tria-Hungría les remitieron una cir-
entusiastas, con esa calma firme cular que la prensa ha publicado.
que es el signo de las energías dura-
.

iiSSAGE .: Esta circular tenía por objeto la


bles y la mejor garantía de la vic- explicación y justificación de un ul
toria. (Aprobación.)
riii:si{)í;vr»E ü HínniííHií \ timatum dirigido en la noche ante-
En la guerra que ahora empieza, rior al Gobierno de Servia por el

Francia tendrá á favor suyo el Dere- ministro de Austria-Hungría en Bel-


cho, del cual los pueblos, lo mismo grado.
que no pueden im-
los individuos, Dicho ultimátum, después de afir-
punemente desconocer la eterna po- mar hi complicidad de numerosos
tencia moral. súl)ditos y asociaciones de Servia
Francia será defendida heroica- en el crimen de Serajevo, insinua-
mente por todos sus hijos, cuya ba que las autoridades oficiales ser-
unión sagrada frente al enemigo vias habían participado también en
..^.-...-,-:..! -r-'T-.-v .I^iV..'?
nadie podrá romper (Muy bien, bra- r ft»t.»i» : J«r el atentado. La Nota exigi;i para el
_ — • s

vo), y que hoy aparecen fraternal- sábado '25 de Julio, á las seis de la
mente unidos en una misma, fe pa- á
tarde, una respuesta de Servia.
triótica y una misma indignación Las satisfacciones exigidas, ó al
MENSA.IE IIKL PRESIDENTE DE LA
contra el agresor. menos gran parte de ellas, atenta-
UBi-lIlLICA
Francia es fielmente secundada ban indiscutiblemente contra los
por su aliada Rusia (Aplausos) y se derechos de un Estado soberano.
ve sostenida por la leal amistad de Inglaterra. (Aplau- Pero á pesar de su carácter excesivo, Servia, el '26 de
sos prolongados.) Julio, se sometió á ellas casi sin reserva alguna.
Ya en estos momentos vienen hacia ella de todos A esta sumisión, que representaba para Austria un
los puntos del mundo civilizado las simpatías y los gran éxito y para la paz europea una garantía, con-
deseos de triunfo, porque ella representa hoy, una vez tribuyeron desde la primera liora los consejos que
más ante el universo, la Libertad, la Justicia y la Francia, Rusia y la (íran Bretaña dirigieron al Go-
Razón. bierno de Belgrado.
Arriba los corazones, y ¡viva Francia! (Una ova- Estos consejos eran de gran valor, si se tiene en
ción inmensa de toda la asamblea, puesta de pie, salu- cuenta que las exigencias austro-húngaras habían sido
da el final del mensaje. Cuando se restablece el silencio ocultadas á las cancillerías del Triple Acuerdo, y que
y cesan las aclamaciones, M. Viciani pide la palabra en las tres semanas anteriores el Gobierno austro-
para hablar en nombre del Gobierno.) húngaro les dio repetidas veces la seguridad de que
sus reivindicaciones serian en extremo moderadas.
I31SCURSO DE M. RENE VIVÍAN! Asi, pues, con un justo asombro, los Gabinetes
de Paris, San Petersburgo y Londres se enteraron el
Señores: El embajadoi' de Alemania ha salido ayer •Jt) de Julio de
que el ministro de Austria en Belgrado,
de Paris, después de notificarnos el estado de guerra. después de un examen de la respuesta servia por sólo
El Gobierno debe al Parlamento un relato verídico breves mintitos, la declaró inaceptable rompiéndolas
de los hechos que en menos de diez días han desenca- relaciones diplomáticas.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 169

¡NO SE PASA!

«Francia será defendida heroicamente por lodos sus hijos, cuya unión sagrada frente al enemigo nadie podrá romper.»
{Del Mensaje Presidencial)

Dibiiio de Georges Scolt, de la «lliustralion' de Parts


170 VICENTE BLASCO IBANEZ

guerra, y en un programa sistemá-


tico que tenia por objeto la servi-
dumbre de Servia.
De este modo se encontraba com-
prometido, no solamente la indepen-
dencia de un pueblo valeroso, sino
el equilibrio de los Balkanes, inscrito

en el tratado do Bucarest de 1913 y

consagrado por la adhesión moral de


todas las grandes potencias.
Á pesar de esto, obedeciendo á la
sugestión del Gobierno británico, dis-
puesto siempre del modo más Arme
almantenimiento de la paz europea,
las negociaciones conciliadoras se
prosiguieron, ó más exactamente, las

potencias del Triple Acuerdo inten-


taron proseguirlas.
De este deseo común surgió la pro-
posición de una actuación de cuatro
potencias, Inglaterra, Francia, Ale-
LA. SALA DE SESIONES DK LA CÁMARA FRANCESA mania é Italia, que asegurarían á
Austria todas las satisfacciones legi-
Esta estupefacción se agravó aun míis por el beclio timas, resolviendo con equidad el conflicto.
de que el viernes 24 el embajador de Alemania en El miércoles 29 el Gobierno ruso, viendo el persis-
París vino á leer al ministro francés de Negocios Ex- tente fracaso de todas sus tentativas pacificadoras, y
tranjeros una Nota veibal afirmando que el conflicto en presencia de la movilización y la declaración de
austro-servio debía quedar localizado, sin interven- guerra austríacas, temió que Servia fuese aplastada
ción de las grandes potencias, pues de no ser así militarmente, y decidió á título preventivo la movili-
habría que temer «consecuencias incalculables». zación de las tropas de cuatro de sus distritos milita-
Una gestión análoga hizo Alemania al dia siguien- res, en orden de formaciones escalonadas á lo largo
te, sábado 2."), en Londres y San Petersburgo. de la frontera austro-húngara únicamente.
Creo inútil, Señores, llamar vuestra atención sobre Haciendo esto tuvo la precaución de avisar al
el contrast(> que existe entre los términos amenazado- Gobierno alemán que esta era una medida limitada
res empleados por el embiíjador de Alemania en París solamente á Austria, para precaverse de ella, y que
y los sentimientos de conciliación que habían demos- en modo alguno iba dirigida contra Alemania.
trado las potencias del Triple Acuerdo dando al Go- En una conversación con el embajador de Rusia en
bierno de Servia consejos para que fuese sumiso. Berlín, el ministro alemán de Negocios Extranjeros
A pesar del carácter anormal de esta gestión ale- no hizo ninguna resistencia á reconocer la verdad do
mana, nosotros, de acuerdo con nuestros aliados y tales manifestaciones.
nuestros amigos, iniciamos inmediatamente una ac- Jlientras tanto, todo lo que intentaba la Gran Bre-
ción conciliatoria invitando al (Gobierno alemán para taña con adhesión de Rusia y el apoyo de Francia
la

que se uniese á nuestras gestiones. para establecer el contacto entre Austria y Servia,
Desde el primer momento tuvimos la triste convic- bajo el patronato moral de Europa, tropezaba en Ber-
ción de que nuestras disposiciones y nuestros esfuer- lín con una resistencia preconcebida, de la cual los
zos no iban á obtener en Berlín eco alguno. despachos diplomáticos proporcionan una prueba evi-
Alemania no sólo se mostraba reacia á dar á Aus- dente.
tria-Hungría los consejos amigables que su situa- Era esta una situación insostenible que hacía pre-
ción le autorizaba á formular, sino que desde el pri- sentir de un modo claro la existencia en Berlín de
mer dia, y más aún en los días siguientes, pareció ciertos planes. Algunas horas más tarde, estas hipó-
interponerse entre el gabinete de Viena y las propo- tesis y estos temores debían trans/ormarse en hechos
siciones de transacción formuladas por las otras po- ciertos.
tencias. La actitud negativa de Alemania se convirtió trein-
El martes 28 de Julio, Austria-Hungría declaró la ta j' después en iniciativas justamente alar-
seis horas
guerra á Servia. Esta declaración de guerra agravan- mantes. El 31 de Julio, Alemania, proclamando el es-
do cuarenta y ocho horas después el estado de cosas tado de guerra, cortaba las comunicaciones entre ella
creado por la ruptura de relaciones diplomáticas, per- y el resto de Europa, y de este modo conseguía una
mitía creer en una voluntad reflexiva, deseosa de la entera libertad para proseguir contra Francia, en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 171

un secreto absoluto, sus pre-


parativos militares, que como
habéis visto no tenían justifica-
ción alguna.
Desde muchos dias antes, y
en condiciones dificiles de ex-
plicar, Alemania había pre-
parado elpaso de su ejército
del pie de paz al pie de guerra.
El 25 de Julio por la mañana,
ó sea antes de que expirase el

plazo marcado á Servia para


contestar el ultimátum austria-
co, Alemania había acuartela-
do ya sus guarniciones de Alsa-
cia y Lorena. El mismo día ha-
bía puesto en estado de arma-
mento todas sus fortificaciones
próximas á la frontera. El 26
había ordenado á los ferrocarri- UNA SESIÓN DB LA CÁMARA
les alemanes las medidas pre-

paratorias de hx concentración de fuerzas. El 27 había ordenado la movilización general de sus ejércitos y


efectuado sus requisas y colocado en sus sitios las tro- exigiendo que detuviese dicha movilización en el plazo
pas de cobertura. El 28 había comenzado los llama- de doce horas.
mientos individuales de reservistas, aproximando ;i pjSta exigencia, tanto más ofensiva en su forma si

la frontera loscuerpos alejados. se tiene en cuenta que algunas horas antes el empe-
Todas estas medidas, ejecutadas con un método rador NicolásII, en un arranque de confianza espon-

implacable, ¿podían permitir dudas sobre las inten- tánea, había pedido al emperador de Alemania su
ciones de Alemania?... mediación, se produjo en el preciso momento que el
Esta era la situación, cuando el 31 de .Julio por la (lobierno ruso, á la demanda de Inglaterra y con co-
noche el Gobierno alemán, que desde el 24 no había nocimiento de Alemania, aceptaba una fórmula capaz
participado con ningún acto positivo en los esfuerzos de preparar un arreglo amigable del confiicto austro-
conciliadores del Triple Acuerdo, dirigió al Gobierno servio y de las dificultades austro-rusas, suspendién-
ruso un ultimátum con el pretexto de que Rusia había dose simultáneamente por arabas partes las ope-
raciones y preparativos militares.
Imi el mismo día la gestión hostil de

Alemania respecto á Rusia se doblaba


con una serie de actos francamente
hostiles contra Francia: ruptura de
comunicaciones cortando los caminos,
vías férreas, telégrafos y teléfonos;
captura de locomotoras francesas al
llegar á la frontera, colocación de
ametralladoras en medio de las vías
cortadas y concentración de tropas en
dicha frontera.
Desde este momento ya no pudimos
creer en la sinceridad de las declara-
ciones pacíficas que el representante
de Alemania continuaba prodigándo-
nos. (Movimiento en la Cámara.)
Sabíamos nosotros que al abrigo del
estado de guerra proclamado en Ale-
mania ésta realizaba su movilización,
'reñíamos noticias ciertas de que seis
clases de reservistas habían sido lla-

madas á las armas y que los transpor-


SALUN DB CONFERENCIAS tes de concentración se proseguían.
PRIMEROS DÍAS DE LA MOVILIZACIÓN EN PARÍS.

REQUISA DE AÜTOMOVIl KS DE I.U.IO (Fot Rol)

>--MB¿¿¿¿*-'iiittífflr£3&t¿-ja<¿i

KBtjriSA DE CAMIONES AUTOMÓVILES PARA BL EJÉRCITO. EN SK(iUNDO TÉRMINO SE VEN ALGUNO.S


L>E LOS PRINCIPALES DIARIOS DE PARÍS (Fot. Meuri.sse)
REQUISA DE AUTOMÓVILES, BICICLETAS Y MOTOCICLETAS

REQUISA JlE AUTOMÓVILES EN LA EXPLANADA DE LOS INVÁLIDOS

REQUISA DE BICICLETAS

(Fots. Meurisso)
KBQUISA DB MOTOCICLETAS
174 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

trasladando ala frontera cuerpos de ejercito que guar- el "2 de Agosto por la noche
Gobierno belga un ulti-
al
necían puntos muy distantes. matum, invitándole á en Bélgica las opera-
facilitar
Á medida que estos acontecimientos se desarrolla- ciones militares de los alemanes contra Francia, con
ban, nuestro Gobierno, atento y vigilante, tomaba de el mentiroso pretexto de que su neutralidad estaba

dia en día y hasta de hora en hora las medidas de sal- amenazada por nosotros. lU (iobierno belga se negó á
vaguardia aconsejadas por la situación. Hasta que el esta pretensión declarando que estaba resuelto á defen-
1." de Agosto acordamos nosotros la movilización ge- der enérgicamente su neutralidad, respetada siempre
neral de nuestros ejércitos de tierra y mar. por Francia y garantizada por los tratados, particu
La misma noche, á las siete y media, Alemania, lamiente por el i-ey de Prusia. (Aplausos prolongados.)
sin teneren cuenta la aceptación del gabinete de Después de esto. Señores, las agresiones contra
San Petersburgo de la proposición inglesa que he nosotros se han renovado^ multiplicado y acentuado.

EL RKOIMIBNTO ANTBS DE PAKTlli. 1.08 HAU1Í.S UM Fl .SILB.S HAN SIDO ADOKNADÜS tO.N Fc.llKKS POU LAS .SRNOIíAS

mencionado antes, declaraba la guerra á Rusia. Nuestra frontera ha, sido violada en más do quince
Al dia siguiente, domingo 2 de Agosto, sin mira lugares. Se han hecho nunicM-osos disparos contra
mientes á la extrema moderación demostrada por nuestros soldados y nuestros adu;in(>ros. Ha habido
Francia, en contradicci()n con las declaraciones paci- varios muertos y heridos. Ayer un aviador alemán
licas del embajador de Alemania en París, y con me- lanzó tres bombas sobre Luneville.
nosprecio de todas las reglas del dereclio internacio- El embiíjador de .Memaiiia, á quien comunicamos
nal, las tropas alemanas franquearon nuestra frontera estos hcciios —asi como á todas las grandes poten-
por tres puntos diferentes. cias —
no ha podido desmentirlos y sólo dijo que los
,

Casi al mismo tiempo, violando el tratado de 18G7, lamentaba. Ayer por la tarde vino á verme para pe-
que garantizó Prusia con su firma sobre la neutralidad dirme los pasaportes y notifícarnos el estado de gue-
del Luxemburgo, otras tropas alemanas invadieron el rra, funilamentándolo, contra toda verdad, en actos
territorio del Gran Ducado, motivando una protesta iiostiles cometidos por aviadores franceses en territo-
del Gobierno luxemburgués. rio alemán, sobre la región de Eiffel y sobre el ferro-
En fin, la neutralidad de Bélgica también fué ame- carril de Carlsruhe á Xuremberg. He aquí el docu-
nazada. El ministro de Alemania en Bruselas entregó mento que me entregó:
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 175

(M. Vioiani da lectura á la carta del embajador Desde 1912 han verificado varias entrevistas los
Schoen, que ya copiamos en otro lugar.) Estados Mayores inglés y francés. Estas entrevistas
Inútil es, Señores, que insista sobre lo absurdo de dieron por consecuencia un cambio de cartas entre
estos pretextos (¡Muy bien!) que se htin querido pre- Sir Edward Grey y M. Paul Cambon. El ministro in-
sentar como vei'daderos atentados. En ningún mo- glés de Relaciones Exteriores dio ayer lectura de ellas
mento un aviador francés ha penetrado en Bélgica. en la Cámara de los Comunes, y de acuerdo con el
Ningún aviador francés ha cometido en Baviera ni en Gobierno británico voy á tener el honor de leeros estos
otra parte de Alemania actos de hostilidad. La opi- dos documentos.
nión europea ha juzgado ya como lo merecen estas (M. Viviani lee las dos cartas que ya hemos publi-
invenciones miserables. (Unánimes aplmisos.) cado al reseñar la sesión dpi Parlamento inglés.)
Contra este ataque que viola todas las leyes de En la Cámara de los Comunes el ministro de Nego-

KBSBRVISTAS ESPERANDO UN TREN PARA MARCHAR A LA GUERRA

equidad y todas las reglas del derecho público, hemos cios Extranjeros habló de Francia, entre los aplausos
tomado ya las disposiciones necesarias. Su ejecución de los diputados, en términos elogiosos y caballeres-
se continúa con un método riguroso y una absoluta cos, y su lenguaje ha resonado profundamente en todos
serenidad. los corazones franceses. (Aplausos unánimes.)
La movilización del ejército ruso se prosigue igual- En nombre del Gobierno de la República creo ne-
mente con una energía inquebrantable y un entusias- cesario dar las gracias desde lo alto de esta tribuna al
mo sin restricción. (Grandes aplausos. Todos los dipu- Gobierno inglés por la cordialidad de sus palabras, y
tados se ponen de pie.) el Parlamento francés seguramente se asociará á esta
El ejército belga, movilizado hasta 250.000 hom- manifestación. (Aplausos prolongados.)
bres, se dispone á defender con magnifico ardor la El ministro inglés de Negocios Extranjeros ha
neutralidad y la independencia de su pais. (Nuevos hecho especialmente esta declaración:
aplausos.) «En el caso de que la escuadra alemana franquea-
La rtota inglesa ha sido movilizada por entero, y se el Estrecho, ó remontase el mar del Norte para
acaba de darse la orden para movilizar el ejército de doblar las islas Británicas con el fin de atacar las
tierra. (Se repite la ovación ) costas francesas, la marina de guerra francesa ó in-
176 VICENTE tíLASCO IBANEZ

de reparación pacifica, de emancipación y de digni-


dad, consagrada definitivamente en 1904 y 1907 por
el concurso genial del rey Eduardo VII de Inglaterra

y del Gobierno de la Corona, es lo que el Imperio ale-


mán quiere destruir hoy por un audaz golpe de fuerza.
{Vivos aplausos.)
Alemania nada nos puede reprochar.
Nosotros hemos hecho en favor de la paz un sacri-

precedentes, aguantando en silencio durante


ficio sin

cuarenta y cuatro años la herida abierta por ella en


nuestro costado. (Vivos aplausos.)
liemos hecho otros sacrificios en todos los debates
(juedesde 1904 ha provocado sistemáticamente la di-
plomacia imperial, lo mismo en la cuestión de ]\larrue-
ros que en otras cuestiones, principalmente en 1905,
r.iOC), l'.H)8 y 1911.

T;nnl>icn Rusia ha dado pruebas de una gran mo-


delación, lo mismo en los acontecimientos de 191)8 que
en la actualidad.
Esta moderación la observó igualmente Rusia y el

Triple Acuerdo con ella, cuando en la crisis oriental


de 1912 Austria y Alemania formularon, unas veces
contra Servia y otras contra Grecia, exigencias que
RESBKVllSTAS DiHKl lliNIlOSE A l.A BhTAClON eran muy discutibles, como lo han probado después
(Fot. Rüll los acontecimientos.
Inútiles sacrificios, transacciones estériles, vanos
quietar á la marina mercante, la escuadra inglesa in- esfuerzos, pues hoy, en pleno trabajo de conciliación,
tervendrá para dar á la marina francesa toda su pro- nuestros aliados y nosotros nos vemos atacados por
tección, de suerte que á partir de este momento Ingla- sorpresa. (Aplausos.)
terra y Alemania quedarán en estado de guerra.» Nadie puede creer de buena fe que somos nosotros
(Aphiu><o-s prolongados.) los agresores. En vano intentan nuestros enemigos
En este momento la Hota inglesa cubre nuestras turbar los principios sagrados del derecho y la li-

costas del Norte y del Oeste para impedir una agre- bertad que ri-
sión alemana. gen á las na-
Señores, he aqui los hechos. Yo creo que en su ri- ciones lo mis-
guroso encadenamiento bastan para justificar los ac- mo que á los
tos del Gobierno de la República. Quiero, sin embar- individuos.
go, deducir de este relato una conclusión, dando su Italia, con la
verdadero sentido á la agresión incalificable de que es clara concien-
victima Francia. cia del genio
Los vencedores de 1870 han intentado en diversas latino, nos ha
ocasiones, como vosotros sabéis muy bien, repetirlos notificado que

golpes que nos asestaron en aquella fecha. En 1875 quiere guar-


una nueva guerra preparada por ellos con
propó- el dar la neutra-
sito de rematar á la Francia derrotada, sólo pudo im- lidad. (Los di-

pedirse gracias á la intervención de dos potencias, que putados se le-

más tarde debían unirse ;i nosotros con fuertes lazos vantan para
de amistad (Aplausos unánimes), por la intervención saludar li Ita-

de llusia y de la Gran Bretaña. (Todos los diputados lia con gran-


se levantan y aplauden largamente.) des aplausos )
Desde entonces República Francesa, por la res-
la Esta deci-
tauración de sus fuerzas nacionales y la conclusión de sión ha des-
acuerdos diplomáticos cumplidos fielmente, ha conse- pertado en to-
guido librarse del yugo que Bismarck hizo pesar sobre da Francia el
Europa en plena paz. eco de la ale- para Ai>RovrsioNAR al, ejército
Francia ha restablecido el equilibrio europeo, ga- gria mas sin- interior deun autobús púlilico de París del que han

i-antía de la libertad y la dignidad de cada pueblo. PPr*l Yo ínter- desaparecido los bancos, emplazándose en el techo
grandes ganchos á lln de colsrar las reses sacriflca-
Yo no vacilo en declarar, Señores, que esta obra preté el Seuti- das para aprovisionar de carne al elércilo.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 177

miento nacional haciendo pre-


sente al encargado de Nego-
cios de Italia cuan profunda-
mente nos felicitábamos de
que las dos hermanas latinas,
que tienen el mismo origen,
el mismo ideal y un pasado
de gloria común, no se consi-
deren opuestas. f^wei^osa/JÍaM-
808.)
Lo que hoy se ataca. Seño-

res, y yo lo declaro altamen-


te,es la independencia, la dig-
nidad y la seguridad que el
Triple Acuerdo ha reconquis-
tado al restablecer el equili-
brio europeo en servicio de la
paz. Los ai:tohu.s dm parís
Lo que hoy se ataca son las Uno de los autobús de Parfs utilizado para transportar carne con destino al ejército. Las vidriera»
libertades de Europa, de las han sido sustituidas con telas metálicas

cuales Francia, sus aliiidos y


miento quiera tomar parte al lado de esta última en
el conflicto entre los dos paises. (Gran ovación.)
Un pueblo libre y fuerte que sostiene una idea se-
cular y se une por entero para la salvaguardia de su
existencia; una democracia que ha sabido disciplinar
sus esfuerzos militares y no vaciló el año anterior en
agravar su peso para responder dignamente á los
armíimentos vecinos; una nación armada, luchando por
su vida propia y por la independencia de Europa; he
aqui el espectáculo que vamos á ofrecer á los testigos
de esta lucha formidable, que se prepara desde hace
algunos días con la más metódica calma.
Hemos procedido sin tacha y procederemos sin
miedo. (Todo8 los diputados se levantan, prorrumpien-
do en aclamaciones.)
Francia ha probado muchas veces, en condiciones
menos favorables, que es el más temible de los adver-
BN LAS BSTAOIONBS DB FERROCARRIL sarios cuando se bate, como en el caso presente, por
Carritos para el transporte de mercancías al ser requisados los vehículos y por el derecho.
la libertad
que prestaban este servicio
Al someter nuestros actos á vosotros. Señores, que
sus amigos, asumen con
orgullo la defensa. (Vivos
aplauso8.)
Estas libertades vamos
á defenderlas, porque es-
tán en peligro. Todo lo
demás sólo es un pre-
texto.

Francia, injustamente
provocada, no quería la
guerra. Lo ha hecho todo
por conjurarla. Pero ya
que se la imponen, ella se
defenderá contra Alema-
nia y contra toda potencia
que no habiendo hecho
conocer aún su pensa- Bancos, persianas y demás útiles arrancados de los autobús al transformarlos en carros de transporte

22
178 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

(Los diputados se levantan y aplauden. El presi-


dente de la Cámara, M. Deschanel, dice á continua-
ción:)

Interpretaré los deseos do todos los miembros de la


Cámara, dirigiendo á la Skoupchtina la expresión de
nuestromás vivo reconocimiento, y asegurando una
vez más á la valerosa y heroica nación servia y á sus
representantes, las simpatías profundas y el cons-
tante afecto de la República Francesa. (Unánimes
aplausos.)

Después de esto el presidente del Consejo mani-


festóque debia retirarse por algún tiempo para ir al
Senado á dar lectura del Mensaje del Presidente de la
República y repetir las declaraciones del gobierno.
Durante su ausencia la Cámara fué aprobando una
serie de decretos presentados por los ministros para
atender á las necesidades de la defensa nacional.

En el Senado M. Viviani dio lectura á loa mencio-


nados documentos, cuyos pasajes más salientes fueron
acogidos con grandes aplausos.
Después el presidente del Senado, M. Antonin Du-
bost, dijo así:

Señores: El Senado ha escuchado la comunicación


del Gobierno, dándose cuenta de toda su gravedad, y
la aprueba resueltamente. (Vivos aplausos.)
La hora presente no es propicia á las palabras,
sino á los actos.(¡Muy bien!)
BL PATIO UE.NTUAl. DB LOS INVÁLIDOS CON ALGUNOS DB LOS
Los votos que vais á emitir son actos, los últimos
AUTOMÓVILES DB LA REQUISA
con los cuales durante cuarenta años os habéis esfor-
sois nuestros jueces, contamos, para sobrellevar el peso zado por colocar ú Francia y á su ejército en condi-
de nuestra grave responsabilidad, con el apoyo de una ciones de repeler al invasor y asegurar la integridad
conciencia sin remordimientos y la certidumbre de del territorio. (Nuevos aplausos.)
Vosotros habéis cumplido vuestro deber; el ejérci-
que hemos cumplido nuestro deber.
ó más bien dicho, la nación armada (Muy bien), va
(El presidente del Consejo es saludado al terminar to,

su discurso por una ovación prolongada. Muchos dipu- á cumplir el suyo, y fiel á sus aliados combatirá al
tados pasan ante él, estrechándole la mano.)
lado de ellos por las causas más santas: las neutrali-

Después el presidente de la Cámara dio lectura al


siguiente telegrama de la Skoupchtina, designación
nacional del Parlamento de Servia. El telegrama esta-
ba fechado en Nisch, nueva capital de Servia después
de la evacuación de Belgrado por el gobierno:
«En nombre de la Skoupchtina nacional, reunida
en Nisch y como resultado de una resolución votada
por unanimidad, tengo el honor de transmitiros, rogán
doos que lo comuniquéis á la Cámara de Diputados, el
saludo inás caluroso de la Skoupchtina servia. El pue
blo servio ha sentido siempre las más vivas simpatías
y el más profundo respeto por la gran nación france-
sa, y en este momento histórico, todos en Servia ad-
quirimos nuevas fuerzas al pensar que nos encontra-
mos al lado de Francia para la defensa del derecho y
la justicia.
RESERVISTAS SALUDANDO DKSDB UNO DB LOS VAGONES
^El presidente, NlCOLITCH» DB UN TREN MILITAR
HISTORIA DE LA GUEPRA EUROPEA DE 1914 179

dades violadas, la frontera invadida, la independen- y del derecho! ¡Viva Francia nuestra madre! ¡Viva la
cia de la patria. (Aplausos repetidos.) República! ¡Viva Alsacia y Lorena!
¡Vivan por siempre Francia y la República! (Los a

senadores, puestos de pie, aclaman d la República y al El entusiasmo del Parlamento ffancés se transmi-
ejército francés.) tió á todo el pais. El espíritu heroico de los conven-
a
cionales de 1792 había pasado como un soplo de fuego
Á de la noche, una vez aprobados por
las siete por esta sesión memorable.
ambas Cámaras los decretos propuestos por el minis- Le Temps dijo asi:

tro de Hacienda para los gastos de la guerra, se re-


anudó la sesión en la Cámara de Diputados. Napoleón hace un siglo tenia detrás de él veinte años de vic-
torias. Guillermo II sólo tiene las de su abuelo y las que ganó
M. Viviaai ocupó la tribuna, pronunciando este
Bismarck, al cual destituyó para inaugurar su reinado. Napoleón
discurso: tenia en su última lucha, á pesar de todas sus faltas, el apoyo de
la nación atacada. Guillermo II no podrá nunca justificar esta
Señores: La Cámara y el Senado van á cerrar sus incalificable agresión, arrancada por su hijo á su voluntad vac:-.
sesiones. lante.

Á pesar de esto puede decirse que la Cámara man- En uno y otro caso, á pesar de las grandes diferencias que exi;-
tiene su sesión abierta, pues
guardará su cohesión con un
Gobierno que no es un Gobier-
no de partido, sino un Gobier
no de defensa nacional.
Mi agradecimiento á la Cá-
mara por el reconfortante es-
pectáculo que acaba de dar al

pais.
Jamás ha sido más verdadera
esta ficción constitucional, que
supone á cada diputado, no sü1>i
representante de su circuns-
cripción, sino representante de
í^rancia entera.
Yo saludo á Francia en la
masa de todos los partidos con-
fundidos hoy en la religión de
la patria.
Saludo á nuestra juventud,
que marcha hacia la frontera
con la frente alta y el corazón
valeroso.
(Fc.t Mourisse)
Saludo á Francia, que lleva CKUl'OS DB CURIOSOS EN I,A ESTACIÓN OBL ESTE

en una mano, incapaz de tem


ten en ventaja nuestra, se afirma la misma ley. Napoleón había
blar, la bandera que abriga nuestras esperanzas.
violado la libertad de los pueblos y la independencia de los Esta-
Elevémonos á la altura de los gloriosos recuerdos
dos. Alemania del mismo modo ha pretendido imponer su fuerza
de nuestra historia. ¡Seamos hombres! Pongámonos
á las naciones que quieren vivir por ellas mismas y para ellas
todos de pie aclamando á la Francia inmortal. (Los mismas. El castigo vendrá mañana, lo mismo que vino hace cien
diputados se levantan dando vioas á Francia y á la años.

República. M. Paul Deschanel toma á su vez la pa- Napoleón hizo contra él la alianza de todos Esta alianza se

labra:) repetirá ahora contra Alemania. Inglaterra, después del bloqueo


continental, ganó eu las llanuras de Bélgica la batalla de los pue-
blos contra el tirano de Europa. Inglaterra ahora, por su adhe-
Los representantes de la nación, de los cuales un sión á nosotros, consagra otra vez la unión europea contra la
gran número va á partir para luchar bajo nuestras nueva tiranía. ¿Quién puede saber si será mañana la llanura de
banderas y repeler esta agresión monstruosa, se aso Waterlóo teatro del mismo duelo?
cian al Gobierno y ofrecen á la Francia armada, que Todos los dominadores han conocido este retorno de la fortu-

na: Carlos V, Luis XIV, Federico II y Napoleón. Alemania, ce-


se ha levantado por una causa justa, su admiración,
diendo á la fatalidad, viene á intentar la misma prueba. Por
su sacrificio siempre pronto y la confianza que tienen
grande que resulte su poderío militar, tendrá la misma suerte.
en su valor indomable. En su discurso M. Viviani ha planteado el problema sobre su
¡Que nuestros ejércitos de tierra y de mar se man- base eterna. Francia y sus aliados combaten por el derecho de
tengan siempre firmes para la salud de la civilización todos contra el despotismo de uno solo. Nosotros hicimos la Re-
REQUISA DE CABALLOS EN PARÍS DURANTE

EXAMINANDO CABALLOS DB REQUISA

COMISIÓN MILITAR INSCltl «IBN l>0 l.dS CABALLOS DE PEljUlSA RKlillSA VK CABALLOS EN I-NO DB LOS ARRABALES DB PARls

REQUISA DE CABALLOS KN LAS CALLBS DK PARÍS (Kuts. Meurisse)


LOS PRIMEROS DÍAS DE LA MOVILIZACIÓN

CABALLOS REQUISADOS EN UN BÜLEVAK DE PAhíS (Fot. Uol)

SOLDADOS CONDUCIENDO CAliALLOS DE REQUISA REQUISA DE CABALLOS EN LOS ARRABALES


(Fot. MeurisiiR) i Fot. Rol)

COMISIÓN DE REQUISA .MATRICULANDO CABALLO.S EN UN BULEVAR (Fot. Rol)


I8é </lCBNTE BLASCO 1BAÑE2
cer. Y paru esto tenemos necesidad de todos
los brazos. El más débil alcanzará su parte de
gloria. En la vida de los pueblos hay siempre
una llora que hace pasar sobre los hombres un
inii'acáii de epopeya.»
Este entusiasmo heroico de Francia fué aun
más digno do admiración si se tiene en cuenta
que en tal momento se encontraba sola y próxi-
ma al adversario, no contando con otro apoyo
que el de Rusia, lejano y tardio, pues el im-

perio moscovita necesitaba muchísimo tiempo


p.ira terminar su movilización y tener reunidas
tildas sus fuerzas.

Inglaterra hasta este momento sólo habia


prometido el apoyo de su flota para que las

costas francesas fuesen respetadas por el ene-


migo, pero sin comprometerse á una acción
ofensiva.
Fué la imprudencia de Alemania la que, in-
vadiendo de Bélgica, provocó una
el territorio
intervención inglesa, acelerando la alianza
M. VIVIAM MN LA CA.MAltA DE DIPUTADOS ofensiva de Francia y la Gran Bretaña.

volaoión por conquistar la igualdad de loa individuos. Hoy hace-


mos la guerra por la igualdad de los pueblos. XI
El que no haya asistido á esta sesión incomparable no sabrá
nunca qué extensión puede alcanzar en la conciencia luminosa
de la finalidad nacional la unión de los espíritus y los corazones. Rompimiento de Inglaterra y Alemania
El gobierno de la Hepi'iblica, afirmando la gran tradición de lo.s
derechos del hombre, que tienen por fin los derechos de las na-
Kl gobierno inglés, en vista de lo que ocurría en
ciones, ha oido el grito de Francia entera respondiendo á su lla-

mamiento. Bélgica, dirigió á Alemania un ultimátum exigiendo


que en lo concerniente á la neutralidad del territorio
Clemenceau, que hasta pocos días antes estaba en belga diese las mismas seguridades que había dado
abierta hostilidad con el gobierno y el presidente de Francia. El ultimátum marcaba un plazo para la con-
la República, no ocultó el entusiasmo que le
habia inspirado la patriótica sesión.
— —
«¿Contra quién es exclamó esta subleva-
ción de todos, esta revuelta de conciencias hu-
manas, esta insurrección de ideas? Contra un
germanismo delirante de megalomanía que pre
tende realizar lo que Alejandro, César y Na-

poleón no pudieron cumplir: imponer al mundo,


que quiere ser libre, la hegemonía del hieiro.
Esto ya no es de nuestro tiempo; los hombies
han sufrido demasiado para querer aceptarlo.
La idea moderna es la del dereciio para cad.i
uno, y nuestra victoria no puede significar opie
sión ni aun para aquellos que combaten contra

nosotros, porque el germanismo ha conquistado


su puesto en el mundo, lo mismo que los otriis

pueblos, y si nosotros combatimos las preten


siones de la tiranía no es para imitarlas.
»Y ahora ¡á las armas! ¡Todos! Yo he visto
llorar á muchos porque no van á tomar parte
en los primeros encuentros. El turno
llegará
para todos. No habrá un solo hijo de nuestro
suelo que no tome parte en la enorme lucha.
KIKOT. MINl.STRODE HACIENDA. Á SU ORKGCHA, M. DELCASSÉ,
Morir no significa nada. Lo que importa es ven- MINISTRO DH NBCiOCIOS BXTRANJBROS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 185

DESCHANBL (X) AL SALIR DH LA MBMURABLB SESIÓN DEL (Fot. Meurisse)


M. 4 DE AGOSTO

testación. Ésta debía darla el gobierno alemán antes cias. Á la una de la madrugada el vecindario ocupa-
de media noche. ba todavía las calles, como si estuviera en pleno día.
Ante las palabras evasivas y los subterfugios del Una inmensa muchedumbre llenaba Trafalgar-Square
gabinete de Berlín, Sir Edward Goschen, embajador y'Wliitehall,donde están situados los ministerios. Ante
de Inglaterra en Alemania, se presentó en la Wile- el IVar Office, ó sea el ministerio de la Guerra, esta
hemstrase á media noche en punto, para pedir sus muchedumbre entonaba cantos patrióticos y daba
pasaportes y declarar que la Gran Bretaña estaba «burras» al gobierno.
desde este momento en guerra con Alemania. Al circular la noticia de que la guerra había sido
En Londres el Foreing Office publicó el siguiente declarada á Alemania, el entusiasmo fué delirante,
aviso: contrastando con la habitual reserva del pueblo inglés.
«En razón de haber rehusado Alemania sumaria- Los grupos de manifestantes agitaban miles de ban-
mente la demanda presentada por el Gobierno britá- deras británicas y cantaban el himno nacional.
nico para obtener seguridades de que la neutralidad Una muchedumbre se dirigió al palacio Bucl<in-
belga sería respetada, el embajador británico en Ber- gham, residencia de los reyes. Éstos, con toda su fami-
línha recibido sus pasaportes, y el Gobierno británico lia, se mostraron en un balcón siendo ruidosamente
ha declarado al Gobierno alemán que el estado de gue- ovacionados. El público se arrebataba las ediciones de
rra existe entre la Gran Bretaña y Alemania á partir los periódicos con las últimas noticias. Los automóvi-
del 4 de Agosto á las once de la noche.» les y cabs avanzaban lentamente en este mar de cabe-
La población de Londres, que habitualmente se zas, iluminados con farolillos venecianos y empave-
acuesta temprano, veló esta noche en espera de noti- sados con las banderas francesa é inglesa.
184 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Loa militares que circulaban entre el gentío eran anunciando la entrada de las tropas alemanas en el

objeto de grandes aplausos. Los vivas á Francia sona- territorio belga.


ban incesantemente cuando la muchedumbre dejaba <iSir Edicard Grey á Sir E. Gauchen, embajador de
de cantar el himno nacional y La Marsellena.
Gran Bretaña en Bei'lin.
Las primeras noticias de la preparación de guerra
entusiasmaban á la muchedumbre patriótica. "Foreing Office, I
Agosto 1914.
El almirante Sir John JcUicoe, uno de los mejores «Acallamos de saber que Alemania ha dirigido una
marinos de Inglaterra, acababa de ser nombrado co- Nota al ministro de Negocios Extranjeros belga decla-
mandante en jefe de la flota. El almirante Maden era rando que el Gobierno alemán se ve ol)ligado á poner
el jefe de Estado Mayor. en ejecución, por medio de las armas, las medidas que
El rey había remitido al almirante Jellicoe el si- considera indispensables.
guiente mensaje: «Igualmente recibimos informes de que el territo-
«En este grave momento de nuestra historia nacio- rio belga ha sido viulado en (iemmerich.

MANIFESTACIÓN BN L0NDRB8 CON MOTIVO DB LA QITBRRA

nal os envío á vos, y por vuestra mediación á los ofi- "En estas condiciones, y teniendo en cuenta que
cialesy las tripulaciones de la flota, cuyo mando ha- Alemania se ha negado á darnos, respecto á la neu-
béis tomado, la seguridad de mi confianza en que tralidad de Bélgica, las mismas seguridades que nos
todos vosotros haréis revivir y renovaréis las anti- dio Francia la semana última, en respuesta á nuestra
guas glorias de la marina real, mostrando una vez demanda dirigida simultáneamente á Berlín y París,
más que constituye el verdadero escudo de la Gran nos vemos precisados á reproducir dicha demanda y
Bretaña y su Imperio en las horas de prueba. á exigir una respuesta satisfactoria, así como á mi
telegrama de esta mañana (1, respuesta que deberá
«.Jorge R. I.» (1)
ser recibida aquí hoy mismo antes de media noche. Si
el (Gobierno alemán no contesta, pediréis vuestros pa-

saportes y declaréis que el Gobierno de Su Majestad


El rompimiento de Inglaterra y Alemania lo decidió
se ve obligado á tomar toilas las medidas que estén en
el siguiente telegrama, dirigido por Sir Edward Grey
al embajador de la Gran Bretaña en lierlín apenas
El telegrama anterior á que se refiere Sir Edward Grey habfa sido
recibió el Foreing Office un despacho de Bruselas (1)
enviado por él horas antes al embajador británico en BerHn, para que
recordase al gobierno alemán la convención firmada en Londres, garantí
(1) Estss iniciales, que añaden igualmente A eua firmas otros empera zando la neutralidad de Bélgica, y que llevaba al pie la firma de Alema-
dores, signitlcan />'c.c /«iperaíor
("rey y emperador), üuillorrao II escri- nia. En él pedía al gobierno alemán una declaración inmediata de que
be I. II.,ó sea Imperator Sex. respetaría dicha neutralidad.
LA INFANT

Dibulo de Ceorges Scott. de la •niuslratlon> dr Pan»

Carga á la bayoneta
RANCESA

ido "La Marsellesa,,


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 185

su mano para mantener la neutralidad de Bélgica y — Necesitábamos — dijo — penetrar


en Francia por
elrespeto de un tratado que Alemania ha suscrito lo la vía más rápida y más que es el territorio de
fácil,
mismo que nosotros.» Bélgica, para llevar un gran avance de tiempo sobre
El embajador Sir E. Goschen, obedeciendo esta nuestros adversarios y asestarles un golpe decisivo,
orden enérgica, se avistó con el gobierno alemán. sorprendiéndolos antes de que terminen su moviliza-
El relato de sus entrevistas y del rompimiento ñnal ción y completen sus preparativos militares.
es la página más interesante y dramática de toda la Como Sir Goschen manifestase una extrañeza
historia anterior á la guerra. Este relato demues- muda ante estos procedimientos confesados con tal
tra también la ausencia de escrúpulos que caracteri- franqueza, el ministro alemán continuó:
za desde los tiem- — Es para nos-
otros un asunto de
pos de Bismarck
á ciertos procedi- vida ó muerte, pues
mientos alemanes. de efectuar la inva-
Sir E. Goschen dio sión más al Sur, ó

cuenta de todo lo sea por la frontera


ocurrido el día 4 en alemana- francesa,
un largo telegrama donde son pocos los
al gabinete de Lon- caminos y podero-
dres. Pero este te- sas las fortalezas,

legrama no llegó habríamos tropeza-


nunca á su destino. do seguramente con
El gobierno ale- una resistencia for-
mán, violando la midable, perdiendo
inmunidad diplo- mucho tiempo. Esta
mática, lo intercep- pérdida de tiempo
tó. Sólo cuatro días hubiera represen-
después, el 8 de tadootro tanto tiem-
Agosto, al volver á po ganado por los
Londres, pudo Sir rusos para hacer
Goschen dar cuen- marchar sus tropas
ta por escrito al sobre la frontera de
Foreing Office de Alemania. El triun-
todo lo ocurrido. fo en la baraja de

Su relato cierto, Alemania es obrar


verídico y que na- con rapidez, así
die pudo desmentir, como el triunfo en
parece un capitulo la baraja de Rusia
de novela. está representado
por sus reservas
inagotables de sol-
En las primeras dados.
horas de la tarde Sir Goschen lla-

del -i de Agosto, el mó la atención del

embajador británi- ministro alemán so-


co, cumpliendo las bre la gravedad del
ALMIUANTB SIR JOHN B. JBLLICOB
órdenes de Sir Ed- hecho consumado
ward Grey en su en Bélgica, que ha-
primer telegrama, visitó en el Wilhelmstrase al minis- cia insostenible la situación, y le pidió que viese si
tro alemán de Negocios Extranjeros, Herr Von .Jagow, todavía era tiempo de retroceder, evitando de este
notificándole la intimación de su gobierno para que modo consecuencias deplorables.
respetase la neutralidad de Bélgica. — Por las razones que os he dado — contestó Jagow —
Von Jagow contestó inmediatamente que lamen- el gobierno alemán acepta lo que ya está realizado y
taba mucho tener que decir «No», pues las tropas ale- no dará un solo paso atrás.
manas estaban ya dentro de Bélgica. Por la mañana la El embajador de Inglaterra se despidió, y al regre-
neutralidad belga había sido violada y el gobierno ale- sar á su domicilio y recibir el segundo despacho de
mán no podía retroceder. Después habló mucho para Sir Edward Grey ordenándole la retirada si no conse-
demostrar al diplomático inglés las razones que había guía una respuesta satisfactoria, volvió al ministerio
tenido el gobierno imperial para adoptar dicha medida. de Negocios Extranjeros.
186 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Eran las siete de la tarde. Von Jagow se enteró guerra nadie tiene en cuenta; por un «pedazo de pa-
del ultimátum inglés, exigiendo al gobierno imperial pel», pues un tratado no es otra cosa, la Gran Bretaña
que diese antes de media noche la seguridad de que va á hacer la guerra á una nación que está emparen-
no continuaría la violación de la neutralidad belga, tada con ella y que siempre ha deseado ser su amiga.
ordenando á sus tropas la suspensión del avance. A Todos mis esfuerzos para afirmar esta amistad van á
esto contestó que con gran pesar suyo no podía dar á ser inútiles después de esta última y terrible medida.
Sir Goschen otra respuesta que la que había dado La política de aproximación anglo-germánica á que
horas antes, ó sea que la seguridad del Imperio hacía me había dedicado, como sabéis muy bien, desde que
absolutamente necesaria la marcha de las tropas ale- llegué al poder, va á desplomarse lo mismo que un
manas á través de Bélgica. de naipes.
castillo

El embajador británico insistió en las terribles Excitado por sus propias palabras, Bethmann-
consecuencias de esta actitud y en lo breve del plazo, Hollweg añadió con verdadero furor:
asegurando que esperaría hasta el último minuto para
— Lo que vais á hacer con nosotros es inconcebible.
Resulta lo mismo que herir por la espalda á un hom-
que el gobierno imperial pudiese reflexionar y diese
una respuesta satisfactoria antes de media noche. bre mientras defiende su vida luchando con dos asal-
— Aunque plazo fuese de veinticuatro horas
el tantes. La Gran Bretaña será responsable de todos
— dijo Von Jagow — aunque fuese de cuarenta y ocho,
,
los acontecimientos terribles que van á sobrevenir.
aunque fuese de mucho más tiempo, Sir Goschen protestó firmemente
nuestra respuesta sería la misma. Ya contra estas afirmaciones.
no podemos volver atrás. Lo hecho — Del mismo modo que, según me
está hecho. ha dicho el ministro Herr Von Jagow,
- — En ese caso — contestó Sir Gos- Alemania, por sus razones estratégi-

chen con firmeza sólo me resta pedir cas, considera como un asunto de
mis pasaportes y retirarme, como me «vida ó muerte» avanzar sus tropas
lo ordena mi gobierno. á través de Bélgica, violando su neu-

Von Jagow prorrumpió en lamenta- tralidad, la Gran Bretaña considera
ciones, afirmando que se venía abajo también que es un asunto de «vida ó
toda su política y la de su jefe el can- muerte» para su historia y para su
cillerBethmann-Hollweg, política que honor reconocer la firma que puso en
consistía en estrechar la amistad con un tratado y cumplir su compromiso
la Gran Bretaña para de este modo solemne de defender la neutralidad de
llegar alguna vez á ser amigos de Bélgica en el caso de un ataque. Los
Francia. pueblos deben cumplir sus pactos. Sí
El embajador británico contestó que la Gran Bretaña no obrase así en este

lamentaba igualmente lo que iba á HBRR VON JAGOW, MINISTRO ALEMÁN momento, ¿qué confianza podrían ins-
ocurrir, pero que el gobierno inglés, DB NBaocios BXTRANJBR08 pirar los compromisos que en adelante
respetuoso siempre con sus compro- suscribiese?
misos é incapaz de negar su firma puesta al pie de un El canciller le interrumpió con indignación:
tratado, no podía proceder de otro modo ante el atro-

¿Y á qué precio vais á sostener ese pacto? ¿El
pello que sufría Bélgica. gobierno británico ha pensado lo que le va á costar
Sir Goschen dio fin á la entrevista manifestando ese respeto de la palabra «neutralidad», que no es
su deseo de ver al canciller. Quería despedirse de él, más que una palabra vana?
con la esperanza tal vez de que á última hora modifi- —
Debo manifestar á Su Excelencia contestó el —
case su conducta. Von Jagow le rogó que hiciese esta —
embajador que el miedo á las consecuencias no debe
visita inmediatamente, creyendo á su vez que las pa- nunca considei'arse como una excusa para desconocer
labras del jefe del gobierno podrían influir en el ánimo el cumplimiento de los compromisos solemnes del

del embajador. honor.


Cuando éste se presentó en el despacho de Beth- Al llegar á este punto de su relato, dice Sir Gos-
mann-Holhveg, el canciller estaba enterado de todo y chen: «El canciller estaba en un estado tal de excita-
parecía sentir una gran emoción. El antiguo profesor ción, era tan evidente su cólera por la noticia de nues-
llamado por Guillermo 11 á gobernar Alemania, lanzó tra actitud y parecía tan poco dispuesto á entender
una arenga al diplomático inglés que duró más de razones, que me abstuve de emplear nuevos argu-
veinte minutos, acompañándola de furiosos paseos y mentos, lo que hubiese equivalido á echar petróleo
desordenados movimientos. El embajador británico le sobre el fuego.»
escuchó con una calma impasible. Cuando el embajador iba á retirarse, dijo Beth-
— —
La conducta del gobierno inglés dijo en substan- mann-Hollweg:
cia el canciller —
es terrible en extremo. Por una pa- — Este golpe que la Gran Bretaña asesta á nuestro
labra, «neutralidad», una palabra que en tiempos de país, uniéndose á sus enemigos, es aun más lamenta-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 187

ble si se tiene en cuenta que hasta hace poco yo y mi no imperial le será imposible dar esas seguridades ni
gobierno hemos trabajado con Inglaterra y apoyado esta misma noche ni ninguna otra noche.
sus esfuerzos para mantener la paz entre Austria y Después que se marchó Zimmewmann, el diario
Rusia. Berliner Tageblatt lanzó á la circulación una hoja ex-
Este apoyo no era cierto, y Sir Goschen lo sabia traordinaria anunciando que la Gran Bretaña acaba-
perfectamente. Pero á impulsos de la cortesía diplo- ba de declarar la guerra al Imperio germánico. El re-
mática, se limitó á contestar con tono glacial: sultado inmediato de esta hoja fué la acumulación de

Por esto es más trágico ver á dos naciones caer una muchedumbre ante la embajada de Inglaterra.
en guardia, precisamente en el momento en que sus Este gentío se mostró muy excitado por la noticia y
relaciones parecían más cordiales y amistosas que lo en actitud hostil, atrepellando á los escasos agentes
habían sido después de algunos años. Pero por des- de policía que el gobierno había apostado en las inme-
gracia, no obstante los grandes esfuerzos de la Gran diaciones del edificio. El embajador y su personal per-
Bretaña para impedir la guerra entre Rusia y Austria, manecieron en actitud impasible mientras la muche-
la guerra ha estallado, colocando á mi país y Alema- dumbre se limitó á entonar himnos patrióticos y dar
nia frente á frente, en una posición que nos es impo- mueras á Inglaterra. Pero al poco rato su animosidad
sible esquivar, deseando como deseamos cumplir nues- fué acentuándose, rompiendo á pedradas los cristales
tros compromisos. Nadie lo lamenta más que yo. de las ventanas é intentando forzar las puertas. Va-
Y Sir Goscheu, después de esta en- rias piedras llegaron hasta el salón

trevista, violenta y penosa, se retiró donde estaba Sir Goschen con algunos
á su embajada, redactando para el visitantes. El embajador de los Esta-

Foreing Office una exacta reseña tele- dos Unidos, que iba á encargarse de
gráfica que, como ya dijimos, no llegó los archivos de la embajada inglesa y
nunca á su destino. Esto nada tenía de la protección de sus subditos, atra-
de extraordinario en un país cuyo pri- vesó las masas hostiles sin hacer caso
mer gobernante acababa de declarar de sus silbidos y amenazas.
que una simple
la «neutralidad» es Las autoridades de Berlín, prontas
palabra, y un tratado con sus compro- siempre á reprimir con mano dura el
misos solemnes «un pedazo de papel». más insignificante desorden popular,
A las nueve y media de la noche se se mantuvieron invisibles, hasta que
presentó en la embajada de Inglaterra Sir Goschen telefoneó al ministerio
Von Zimniewmann, subsecretario del de Negocios Extranjeros manifestan-
ministerio de Negocios Extranjeros, do lo que ocurría ante su domicilio.
para visitar á Sir Goschen. Después Entonces un escuadrón de agentes
de manifestarle su profundo senti- montados acudió con prontitud, lim-
miento al ver las relaciones oficiales BARÓN VON BBTHMANN-HOLLWBG, piando de manifestantes los alrededo-
y personales entre ellos dos próximas CANCILLER DBL IMPERIO ALEMÁN res de la embajada.
á suspenderse, preguntó incidental- Von Jagow llegó poco después para
raente y sin dar importancia á su demanda si la peti- dar excusas embajador, diciendo que la conducta
al
ción de pasaportes que había formulado el embajador de sus compatriotas le hacia sentir una vergüenza
equivalía á una declaración de guerra. Von Zimmew- para la cual no encontraba palabras suficientes.
mann llegaba enviado por sus superiores para sondear — Este suceso es una mancha imborrable para la
todo el alcance de la actitud inglesa. —
reputación de Berlín dijo repetidas veces.
Sir Goschen contestó que una persona de tanta Añadió que la hoja volante había circulado sin
autoridad como el profesor Zimmewmann en materia autorización ni conocimiento del gobierno, pues él y
de derecho internacional, debía saber mejor que él lo el canciller habííin acordado guardar la noticia de la

que ocurre en tales circunstancias. declaración de guerra de la Gran Bretaña hasta el día
— —
Sin embargo añadió el embajador inglés—, se siguiente, tomando mientras tanto precauciones para
han visto ejemplos numerosos de ruptura de relacio- evitar desórdenes y atropellos.
nes diplomáticas sin que se haya producido la guerra. — —
Es esa «peste» de Tageblatt dijo textualmente —
Pero el caso actual no es como éstos. Según las ins- que se ha apoderado de la noticia no sé cómo, trastor-
trucciones de mi gobierno, de las que he dejado un nando nuestros cálculos. Estas gentes no comprenden
resumen escrito á Herr Von .Jagow, la Gran Bretaña que en las explosiones de entusiasmo patriótico debe
espera una respuesta afirmando el respeto á la neutra- haber cierto pudor.
lidad belga antes de media noche, y si esta respuesta El ministro se retiró después de lamentar una vez
no es satisfactoria, se verá forzada á tomar todas las más que Sir Goschen se llevase una triste impresión
medidas á que le obligan sus compromisos. del modo de ser del pueblo berlinés.
— — —
Entonces dijo Zimmewmann vuestra retirada En las primeras horas de la mañana del día si-

equivale á una declaración de guerra, pues al gobier- guiente, 5 de Agosto, el embajador recibió la visita de
188 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

uno de los ayudantes de campo de Guillermo II. Este por el orgullo del propio valer, el kaiser y sus conse-

mensajero imperial repitió textualmente las palabras jeros esperaron hasta el último momento que Inglate-
que le había encargado su soberano. rra, ocupada en sus divisiones intestinas, pasaría por
— — —
El emperador dijo me encarga manifestar á todo y lo consentiría todo, limitándose cuando más á
Vuestra Excelencia que lamenta los acontecimientos una protesta diplomática, pero sin resolución para

de ayer noche, pero que os diga al mismo tiempo que acudir á las armas.
estos acontecimientos podrán daros una idea de lo que
piensa su pueblo respecto al acto realizado por la Gran XII
Bretaña uniéndose á otras naciones contra sus anti-
guos aliados de Waterlóo. Su Majestad el emperador El pueblo inglés y la guerra
os ruega igualmente digáis á vuestro rey que hasta
ahora ha estado orgulloso de sus títulos de feldmaris- Sólo un inglés puede comprender la lenta y labo-
cal británico y de almirante británico, pero que en riosa evolución que se verifica en el espíritu del pue-
vista de lo ocurrido se ve en la blo británico antes de desarro-

obligación de despojarse de es- llar una idea y aceptarla. Tal


tos títulos inmediatamente. vez es esto una consecuencia de
En su relato al Foreing Office, la situación geográfica de la
dice así Sir Goschen: «Deseo aña- Oran Bretaña; una característi-
dir que este mensaje tuvo un ca de los pueblos insulares que
tono de dura acerbidad por la viven al margen de la vida con-
manera como fué pronunciado tinental.

por el ayudante. » En el continente la opinión


Guillermo II, que siente un res- está más esparcida y es más rá-
peto fetichista por las condeco- pida en sus vibraciones. Las
raciones, y especialmente por los ideas, las simpatías, los odios,

uniformes, de los que posee varios saltan con más facilidad de unos

centenares, tanto alemanes como juieblos á otros, pues á pesar de


extranjeros, descargó su cólera sus divisiones políticas, viven en
en que le recordaban su anti-
los permanente contacto. En las islas
gua amistad con Inglaterra. la vida es más concentrada, más
Furioso por la actitud de la intensa, pues el Océano, no obs-
Gran Bretaña, noble y lógica, tante la facilidad de las comuni-

pero que no había podido sos-


él caciones modernas, resulta un
pechar ni suponer, pateó en un obstáculo que transmite con re-
arranque de cólera, según con traso los latidos de la actividad
taron los periódicos, los uni- .SIR BDWARD QOSCUKN, BMBAJADOlí DK INCILA- exterior.
formes y condecoraciones in- TKRlíA BN BERLÍN Tal vez por esto la prensa in-
gleses, y algún tiempo después glesa se muestra más activa y
los envió á Londres como símbolo de su enemistad. apasionada que la de otros países cuando llega una
Sir Goschen estuvo en Berlín haciendo sus pre- circunstancia excepcional, y sus hombres políticos
parativos de viaje hasta la madrugada del 6, en la eminentes descienden á la plaza pública y emplean
que salió hacia la estación escoltado por caballería, en sus propagandas los mismos procedimientos de un
mientras el personal de la embajada seguía el mismo director de circo. Necesitan mover ruido, apelar al
camino por callejuelas desiertas en automóviles de reclamo comercial, exagerar sus afirmaciones y peli-
alquiler. Gracias á estas precauciones, los diplomáti- gros, para vencer la indiferencia de un pueblo que,
cos británicos pudieron librarse de los malos tratos preocupado por sus negocios particulares, presta es-
que habían sufrido sus colegas rusos y franceses. En casa atención á las cosas públicas. Pero aun con tales
todas las estaciones, hasta llegar á la frontera holan- excitaciones, la opinión inglesa sólo se conmueve poco
desa, encontraron muchedumbres patrióticas y grose- á poco, y tarda meses en aceptar ideas que en el con-
ras que los insultaron, pero de lejos, librándose de sus tinente se han abierto paso en breve tiempo.
continuos intentos de agresión gracias á la presencia Inglaterra, aislada por el mar, conoce sus intere-
de un coronel de la Guardia encargado de su custodia. ses, pero como dice un autor, «tarda mucho en tener
Asi terminaron las relaciones entre Inglaterra y de ellos una percepción exacta».
Alemania. La guerra con Alemania la aceptó el pueblo inglés,
La sorpresa
sufrida por el gobierno de Berlín de- pero viéndola bajo otro ángulo que sus aliados. Ante
muestra la ceguedad de su soberbia, que le hizo creer todo, el inglés de capacidad mediana conoce poco las
en una actitud sumisa de la Gran Bretaña. cosas del continente y no se preocupa de ellas. Los
Engañados por la torpeza de sus diplomáticos y políticos, los periodistas, los marinos, los militares.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 189

siguen con atención los sucesos de Europa. El comer- miento por la política de Eduardo VII, entró á formar
ciante, el industrial, el agricultor, piensan en los nego- parte del Acuerdo Cordial con Francia, y luego del
cios y se confían por completo á la dirección de sus Triple Acuerdo, los ingleses dejaron hacer á su go-
gobernantes, en los que tienen una fe absoluta. «Los bierno como espectadores desinteresados.
asuntos del continente sólo interesan al Foreing Offi- Desde años antes sentían por Francia una sincera
ce», piensan la gran mayoría de los ingleses. Y siguen cordialidad. Rusia les inspiraba cierta desconfianza,
dedicándose en cuerpo y en espíritu á sus asuntos in- pero la gran masa del pueblo inglés no sentía inquie-
dividuales. Cuatro quintas partes del pueblo británico tud alguna por los excesos de lenguaje del emperador
vieron llegar la guerra sin saber cómo se había pre- de Alemania, á pesar de los comentarios de los perió-
parado ni conocer en realidad sus motivos. dicos de Londres. En vano publicaban éstos artículos
Es verdad que este y más artículos sobre la
pueblo tiene una política amenaza que represen-
continental que viene taban para Inglaterra
manteniéndose inmuta- los proyectos ambiciosos
ble desde el siglo XIV: del kaiser.
la de mantener en las «El británico
costas europeas que es- —dice pueblo
el mencionado
tán frente á las suyas profesor
— en su tran-
,

diversos pequeños Esta- quila confianza, no com-


dos á los que apoya con prendía por qué el kaiser
su amistad, y que son decía necedades respec-
para Inglaterra pueblos to á su «porvenir sobre

tapones interpuestos en- el mar». Pensaba única-


tre ella y las grandes mente en que tendría que
potencias de la Europa gastar todos los años 50
central. millones de libras ester-
«Esta política dice — linas para el aumento de
un profesor inglés ha — su marina, hasta que el
sido la idea fija en el tal kaiser llegase á des-

pensamiento de todos los cubrir que la Gran Bre-


hombres de Estado bri- taña estaba dispuesta á
tánicos durante varios si- seguir reinando sobre las
glos; así es que parece olas (rule the toaves). A
inexplicable cómo Berlín nadie se le había ocurri-
violó la neutralidad de do nunca, ni remotamen-
Bélgica sin prever que te, la posibilidad de una
esto traería como conse- expedición inglesa en
cuencia la intervención Europa para combatir á
inglesa. Por otra parte, los alemanes.»
dicha política ha sido
siempre de felices resul- HACIENDO HISTORIA
tados, especialmentedes- SI kaiser felicita al canciller por su futuro discurso en atri-
Con esta opinión indi-
el Relchslag
pués de 1816 y de la caí- buyendo á la Gran Bretaña la responsabilidad de la guerra ferente é incapaz de pre-
da de Napoleón, época (De The Bystander)
ocuparse de los asuntos
en la que el pueblo bri- continentales, tuvo que
tánico se preocupó más de los asuntos continentales.» luchar Sir Edward (írey durante el mes de.Iulio. Podía
Después los ingleses volvieron los ojos á su vida haberla ilustrado revelando las aspiraciones de los
interior, sin que les preocupasen más allá de su archi- alemanes á la dominación continental que él conocía
piélago otras tierras que las de sus colonias. Durante perfectamente: podía haber hecho públicas las tenta-
muchos años el Canadá, Australia, la India y Egipto tivas realizadas por Alemania en 1911 para obtener
han estado más cerca de Londres que París ó Berlín. la neutralidad inglesa y realizar sin obstáculo sus
La nación británica dejó los asuntos europeos en ma- planes. Pero el ministro inglés quería la paz, creyó
nos de Sir Edward (irey, y antes de éste en manos de en la posibilidad de conseguirla hasta los últimos mo-
sus antecesores, con tanta confianza como indiferen- mentos, y estas revelaciones, molestas para Alema-
cia. El Foreing Office sabría defender el honor de In- nia, hubiesen dificultado una solución pacífica, hacien-
glaterra y la paz, que es tan necesaria ])ara el trabajo do surgir además graves disidencias en el partido
y los negocios. liberal gobernante. La paz era el interés supremo
Cuando Inglaterra, abandonando su soberbio aisla- de la Gran Bretaña, imperio mundial, heterogéneo é
190 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

inorgánico, compuesto de los pueblos más diversos. y significaba un peligro nacional. «Inglaterra es una
Sir Edward Grey, convencerse de que eran im-
al nación desde hace tantos siglos, que los ingleses con-
posibles sus ilusiones de paz por la nefasta influencia ciben difícilmente lo que la palabra nación signifi-
de Alemania, que deseaba la guerra, se encontró con ca, ó mejor aún, lo que puede ser la desaparición de
otro hecho no menos desconsolador. Tampoco podía una nación.» El ejemplo de Bélgica les hizo ver cla-
dar una ayuda eficaz á los amigos del Triple Acuerdo ramente la importancia y la posibilidad de tal peligro.
en la lucha que les amenazaba. La democrática In- Desde este momento todos apoyaron á Sir Grey,
glaterra es un país sometido al Imperio de la opinión aceptando la guerra como ineludible.
pública. Los gobiernos nada pueden hacer, como ya Ésta aun tuvo adversarios. Se fundaron ligas para
dijimos, si no cuentan con ella, y en este asunto la que el Triple Acuerdo no pasase á ser una alianza
opinión se mostraba inocente é ignorante. Todos que- ofensiva, limitándose Inglaterra á apoyar navalmente
rían la paz, como si bastase desearla unilateralmente á Francia nada más. Los cuáqueros idealistas, que con-
para poder mantenerla. Hasta sideran censurable toda guerra
entre los políticos fluctuaban las por justa que sea y disponen de
opiniones respecto á Alemania, cierta influencia social por sus

y algunos ministros participaban puras costumbres, también in-


de tal indecisión. La mayoría del tentaron oponerse al gobierno, y
partido liberal dudaba que los con ellos muchos directores de
gobernantes alemanes fuesen tan las asociaciones de trabajadores,
malvados (wicked) que desearan que buscan el afirmar su intelec-
aplastar á Francia para siem- tualidíid sosteniendo causas im-

pre, estableciendo su hegemonía populares. Es indudable que estos


europea. De haberse convencido grupos hubiesen acabado por
de estos malos designios, es in- crear al ministerio una corriente
dudable que por honor nacional adversa de opinión aun después
habrían acudido en auxilio de de iniciada la guerra, dificultan-
Francia mucho antes de que lo do su proseguimiento. El pueblo
hicieron, pero aun asi, siempre la había aceptado como un mal
habrían quedado dudas para mu- necesario, sin gran entusiasmo
chos de ellos, entablando discu- y sin saber ciertamente lo que
siones de las que se habría apro- podía representar. «La máquina
vechado Alemania. de la guerra estaba en movi-
La cuestión de la neutralidad miento, pero tenía poco vapor.»
de Bélgica, surgiendo inespera- La lucha gigantesca en el con-
damente, resultó decisiva para tinente representaba para el pue-
la opinión inglesa. Este fué el blo inglés «un gran retraso en la
gran error del gobierno alemán. cosecha ya madura de reformas
Por una conveniencia de táctica sociales largamente cultivada, y
militar se atrajo la enemistad una orientación completamente
MR. A.SQUITH, JBFB DHL GOBIERNO INOLÉS
de Inglaterra, cambiando los tér- nueva del espíritu público, que
minos de una lucha que consi- había estado ocupado desde 1902,
deraba rápida y de éxito seguro. El ministerio inglés no de cuestiones políticas, sino de reformas industria-
ya no vaciló, y Sir Grey supo aprovechar la oportuni- les y económicas que constituían la vida intra- nacio-
dad para apoderarse de la opinión, revelando la con- nal». De seguro que la oposición naciente, á pesar de
ducta amenazadora de Alemania y planteando el pro- estar formada por minorías insignificantes, hubiese
blema en la sesión de la Cámara de los Comunes que acabado por constituir un peligro hablando al egoísmo
ya hemos relatado. del pueblo de lo mucho que les iba á hacer perder la
Desde este momento la oposición enmudeció, y todo guerra. La ignorancia de las masas y el carácter ex-
el país comenzó á preocuparse de los manejos alema- tremadamente pacifista de la democracia inglesa, se
nes. Fué en vano que el 2 de Agosto los partidarios prestaban á la propaganda y al éxito.
de la paz á todo trance celebrasen un mitin contra la Pero de pronto dos factores decisivos hicieron en-
guerra en Trafalgar-Square. Nadie escuchó sus dis- mudecer todos los intentos de oposición, afirmando la
cursos. En cambio el público se arrebataba las últi- influencia del gobierno y la persistencia en la lucha.
mas ediciones de los periódicos para tener noticias de Estos dos factores fueron la bárbara conducta de los
Bélgica. El maravilloso instinto de las democracias, alemanes en Bélgica, de la que hablaremos oportuna-
que nunca ha faltado al pueblo británico en los mo- mente, y la actitud de entusiasmo patriótico de las
mentos críticos, comenzó á funcionar. La violación de lejanas colonias, especialmente de la India.
Bélgica era un atentado contra el honor de Inglaterra,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 191

Contemplando la miseria de loa fugitivos belgas, entusiasmo la lucha y ofreciendo hombres y dinero en
oyendo sus relatos de horrores, se convenció el pueblo abundancia para el sostenimiento de la metrópoli.
inglés de la justiciay la necesidad de la guerra. Estos Los subditos británicos de distinta sangre hicieron
ejemplos vivos causaron en su espirita, positivo y ver con esta conducta su opinión de que Inglaterra
lento á la comprensión, más honda huella que todos representaba para el mundo algo mejor que Alemania,
los artículos de los periódicos. y el pueblo inglés, para no verse en un estado de in-
Los refugiados belgas fueron repartidos por toda ferioridad, procuró sobrepujarlos en entusiasmo.
Inglaterra, hasta las aldeas más pobres y lejanas. No o

hubo quien no contemplase de cerca su miseria y su De este modo, lentamente, se fué elevando por
desgracia. Ante ellos «se despertó la madre que dor- gradaciones la opinión pública, hasta llegar á la con-
mita en el corazón de todo inglés», sentimiento de clusión de la necesidad de un aplastamiento de Ale-

MR. ASQUITH ACLAMADO POR LOS DIPUTADOS DESPUÉS DE LA DBCLARACHIN DE GUERRA A ALEMANIA

compasión reservado para la vida interior, y que rara manía. Lo difícil, tratándose del pueblo inglés, es
vez despiertan en él las impresiones exteriores. conseguir que acepte una idea. Una vez la adopta,
La cólera se unió á la ternura, y todos los ingleses acoplándola á un sólido sentimiento incapaz de rápi-
proclamaron á coro desde entonces que la guerra no das variaciones, no la olvida ni duda de ella, hasta
debía cesar hasta que Alemania diese una reparación llegar á su exacta realización.
completa á Bélgica. Esta reparación debía ser positi-
— Alemania debe pagar el mal que ha causado en
va, tal como entiende el pueblo británico las compen-

Bélgica y en el Norte de Francia piensa el inglés
— .

saciones: una indemnización de muchos millones, pa- Es de justicia que el que causa daños los indemnice.
gada por un fuerte tributo anual durante largos años. Alemania no pagará mientras no aplasten su soberbia.
En vista de los crímenes de la invasión alemana, ¡Vamos á aplastar á los alemanes!
nadie pensó más en la paz. Su imaginación, que trabaja lentamente, no puede
Las colonias convencieron igualmente al pueblo de concebir otro final del confiicto. Su resolución fué ha-
que su causa valía la pena de hacer sacrificios. Los ciéndose cada vez más fuerte durante el curso de la
ingleses de la clase popular muestran cierto desprecio guerra. Los ataques de los submarinos alemanes y la
hacia las colonias que no se gobiernan por sí mismas. profusión de minas en el mar del Norte, con grave
Las consideran órganos inferiores y secundarios del daño del comercio, aumentaron su coraje. Las brava-
Imperio británico. Y he aquí que la más importante de tas alemanas y el anuncio de que una escuadra aérea
ellas, la India, poblada por gentes de otra raza, daba de zeppelines podía bombardear Londres, despertaron
una lección de patriotismo á los ingleses acogiendo con su furor.
192 VICENTE BLASCO IBANEZ

y para mantener el valor se vigila á si mismo, impo-


niéndose una alegría ruidosa, una indiferencia heroica
que no deja transpirar las emociones internas.

«Foresto nuestros soldados dice un autor inglés —
m;irchan á la batalla cantando, no himnos solemnes,
sino frivolas canciones de music-hall. Y sin embargo,
en el fondo de su pensamiento tienen la idea de que
van ;i morir por una gran causa. Pero no quieren
darse por enterados, y siguen su camino hacia la
muerte con una alegría de niños.»
El pueblo inglés tardó mucho en aceptar la guerra.
I'ero los mismos que se oponían á su declaración fue-
i'on luego sus más firmes sostenedores.
Cuando la Gran Bretaña
se compromete en una
obra tiene que terminarla. Y el pueblo inglés, pasa-
das las primeras vacilaciones, quiso ser un martillo
poderoso, golpeando incansablemente sobre el yunque
de Europa, hasta conseguir el aplastamiento de la

Inglaterra no necesita hacer grandes preparativos


ruando la guerra es en el Océano. Basta una orden
del Almirantazgo para que á las veinticuatro horas
LORD ROBBRTS el pabellón británico pasee amenazante por todos los
mares del globo.
El carácter inglés necesita ser sacudido para que Pero eaque se refiere á su ejército de tierra, ha
lo
dé frutos. En los momentos críticos, la situación de sido siempre lenta y hasta imprevisora. Sólo tiene las
este pueblo así como se hace más difícil aumenta su tropas necesarias para sus necesidades interiores y la
tenacidad... y su buen humor. defensa de sus colonias. La tradición democrática del
En tiempo normal el inglés es taciturno y grave. país se opone al establecimiento del servicio militar
Cuando se ve en peligro canta y muestra una incons- obligatorio, á pesar de la propaganda que hizo en
ciencia casi infantil. Quiere conservar su serenidad, favor de éste el glorioso veterano Lord Roberts, y que

LORD ROBBRTS Y LORD KITCIIKNKR BN EL .MINISTERIO DE LA GUERRA


(Dibujo de The lUustrated War A'ews
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 193

continuaron realizando otros generales. El ejér-


cito inglés se nutre únicamente de voluntarios.
Este enganche basta en tiempos de paz, y ha sido
suficiente para sostener las guerras coloniales.
Aparte de esto, el pueblo británico, que cuida
escrupulosamente de que su nota no decaiga y
da animosamente para su aumento todo lo que
el solicita, presta poca atención al des-
gobierno
arrollo del ejército de tierra.
Tiene un axioma que todos repiten: «Nosotros
organizamos la guerra mientras la hacemos.» In-
lue-
glaterra declara abiertas las hostilidades, y
go, al abrigo de la flota y de su situación insular,
va reclutando voluntarios y reforzando tranqui-
lamente los cuadros de su ejército.
Este procedimiento es peligroso, pero le ha re-
sultado bien en todas sus guerras desde los tiem-
pos de Napoleón. Las prolonga mucho, haciéndo-
las comenzar con derrotas las más de las veces,

para conseguir indefectiblemente una victoria


final cuando se halla en posesión de todas sus

fuerzas, lentamente reunidas. Y como Inglaterra


es pais de tradiciones, el pueblo no ha querido

aceptar ningún cambio en un sistema garanti-


zado por el triunfo. Además el ciudadano britá-
nico, celoso de su libertad, siente una irresistible
aversión por todo servicio obligatorio.
En esta guerra adivinó la opinión que las cir-
cunstancias eran distintas y había que proceder
con mayor rapidez.
Inglaterra en tiempo de paz sigue distinguien-
do con los honores de la popularidad á sus almi-
rantes y soldados de mar, que forman las verda- LORD KITCHBNER REVISTANDO LAS TROPAS (Fot. Rol)

deras tropas activas. Al ejército de tierra lo olvi-


da; y sus generales, los héroes de la defensa colonial, que la Gran Bretaña se ha visto en nuestra época
viven como en una situación de reemplazo. Pero ape- comprometida en una guerra difícil, la opinión pú-
nas ha surgido una guerra, los nombres de Lord Ro- blica ha formulado la misma exigencia como un su-

berts, de Lord Kitchener, de French y otros han vuel- premo remedio: «Que vaya Lord Kitchener al War
to á la memoria del pueblo. Office.»
Al romperse las hostilidades con Alemania los ge- Este héroe de las guerras de África es un organi-
nerales célebres de Inglaterra tornaron al primer pla- zador duro é incansable que conoce los recursos de la
no de la popularidad. patria y sabe extraer sus fuerzas, regimentándolas
El instinto de la opinión se adelantó á las decisio- con rapidez.
nes del gobierno. Todos adivinaron qué hombres iban Obediente á la voluntad de sus conciudadanos, fué
á dirigir las fuerzas terrestres del pais. tranquilamente á tomar posesión del Wa?' Office como
Con Lord Roberts no podia contar el ejército britá- en otras ocasiones criticas. Su papel es ser ministro
nico. El glorioso veterano teoía más de ochenta años, de la Guerra en la hora del peligro.
y poco tiempo después, en el mes de Noviembre, cuan- Al entrar en el ministerio y recorrer sus salones,
do en un arranque de senil energía pasó á Francia preguntó á un ayudante:
para visitar en el campo de batalla á sus antiguos
— ^,No hay aquí una cama?
compañeros de armas, murió casi repentinamente de
—No, milord.
una dolencia ocasionada por esta fatiga incompatible — Está bien. Que traigan una inmediatamente.
con su edad. Y se instaló como un soldado para trabajar noche
El general French, más joven y de historia no me- y dia.
nos gloriosa, fué el caudillo indicado para dirigir la — Que me traigan veinte telegrafistas
— ordenó al

expedición continental en auxilio de Francia. poco rato.


Lord Kitchener era el ministro indiscutible de la Pasaron dos horas sin que llegasen estos emplea-
Guerra. Todo el país reclamó su concurso. ¡Siempre dos. La dirección de Telégrafos tenía que cumplir
194 VICENTE BLASCO IBANEZ

varios requisitos reglamentarios de los que complican cío. Pero su certeza fatal sobre la duración de la
la vida de las oficinas. Al enterarse del retraso, Lord lucha se trocaba en victorioso optimismo al hablar de
Kitchener dijo simplemente por teléfono: su término. La causa de los aliados sería la triunfan-
— Que estén aqui antes de diez minutos, ó iré yo en te.En las guerras modernas vence indefectiblemente
persona á traerlos. elque puede mantenerse en píe un cuarto de hora
Su voluntad imperiosa, sobria en palabras y férrea más, y la Gran Bretaña, dirigida por él, se sostendría
en la acción, se impuso inmediatamente, conmovien- al lado de sus aliados hasta el último hombre, como
do la pasividad y la rutina de las costumbres britá- los cuadros de la infantería escocesa en Waterloo, y
nicas. híista gastar el último millón.
Organizó el cuerpo expedicionario, enviando á Los habitantes de Londres encuentran muchas ve-
ces en las inmediaciones del ]Var Office
un elegante «gentleman» que marcha
solo con dirección á este ministerio.
Es Lord Kitchener, el organizador y
mantenedor de las tuerzas inglesas, el
hombre que enardece con sus lacónicos
llamamientos á la juventud nacional, y
puesto en contacto con las colonias ex-
trae soldados de todos los rincones del
mundo.
'omo todos los ottciales ingleses, Lord
(

Kitchener sólo viste su brillante unifor-


me en los actos militares. Fuera de ello,
prefiere el chaqué de corte elegante, el
sombrero de copa de numerosos reflejos,
el traje de la vida civil que iguala á to-
dos los ciudadanos notables de la demo-
cracia inglesa, solemne, digna y ento-
nada: lores, generales, almirantes,
miembros del Parlamento y altos comer-
ciantes de la City.

La defensa de Bélgica. — Alocución del


rey.— Palabras de Guillermo II y de su
canciller. — Falsas noticias acerca de
la situación de Francia.

Al realizar los alemanes la invasión


de llélgica, elrey Alberto 1 creyó llegado
el momento de abandonar Bruselas, po-
LORD KITCUBNER, MINISTRO 1>E LA (lUEUUA IN11LK.«, EN THAJE DB PAISANO niéndose al frente de sus tropas. El so-
(Fot. Rol)
berano de este pequeño reino no quiso
seguir viviendo en su palacio, lejos de los
Francia más hombres que había prometido y con ima combates y pronunciando arengas como (iuillermo IL
rapidez que nadie esperaba. Primer ciudiidano de un estado democrático, deseó ser
— —
Antes de la primavera próxima afirmó Ingla- — igualmente su primer soldado.
terra tendrá en el continente un millón de hombres. En la mañana del 6 de Agosto el rey de Bélgica
Y siguió trabajando con un tesón silencioso é in- lanzó la siguiente proclama:
cansable, diciendo á todos la verdad, revelando los
defectos de la organización inglesa, negándose á hala- AL EJÉRCITO DE LA NACIÓN
gar ios optimismos generales que creían en una guerra
corta. Soldados: Sin la menor provocación de nuestra
No; la guerra iba á ser larga, larguísima. Lord parte, un vecino orgulloso de su fuerza ha desgarrado
Kitchener, al decretar el enganche de voluntarios, los tratados que llevaban su firma, violando después
fijó un plazo de tres años para la duración del servi- el territorio de nuestros padres.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 195

Porque hemos sido dignos de nosotros mismos, por- Los ingenieros belgas habían hecho saltar varios
que nos hemos negado á un delito contra el honor, este puentes y túneles el día 3, dificultando asi el avance
vecino nos ataca. Pero el mundo entero se maravilla del enemigo. Además demolieron muchos edificios en
de nuestra actitud leal. Que su respeto y su estima los alrededores de Lieja que dificultaban el tiro de los
nos reconforten en estos momentos supremos. fuertes. En la cindadela fué instalada una estación de
Viendo amenazada su independencia, la nación se telegrafía sin hilos.
ha estremecido y sus hijos han saltado á la frontera. El vecindario de Lieja se mostró animoso y entu-
Valerosos soldados de una causa justa: yo tengo con- siasta desde los primeros momentos, ayudando á la
ñanza en vosotros y os saludo en nombre de Bélgica. guarnición en los trabajos de defensa.
Vuestros conciudadanos se sienten orgullosos de Las tropas alemanas, que pensaban llegar á Lieja
vosotros.
Triunfaréis, porque sois la fuerza pues-
ta al servicio del derecho.
César dijo de vuestros antecesores: «De
todos los pueblos de las Galias, los bel-
gas son los más bravos.»
Gloria á vosotros, soldados del pueblo
belga.
Ante enemigo acordaos que com-
el

y por vuestros ho-


batía por la libertad

gares amenazados.
Acordaos, flamencos, de la batalla de
las Espuelas de Oro, y vosotros, walones
de Lieja, que ocupáis en este momento
el sitio de honor, acordaos también de
los seiscientosfranchimonteses (1).
Soldados: Salgo inmediatamente de
Bruselas para ponerme al frente de vos-
otros.

Firmado en el palacio de Bniselax el 5 de


Agosto de 1914.

Alberto

Los primeros choques con los alema-


nes resultaron favorables á los belgas.
La invasión germánica se prosiguió
metódicamente á partir del día 5 en las
primeras horas de la mañana. Tres fuer-
tes columnas precedidas de pelotones de
huíanos y lanceros franquearon la fron-
tera por (jemenick, Henri-Chapelle y
Dolhain. Una de estas columnas remontó
LOS BNBMIGOS DE BÉLGICA
hacia Visé, deteniéndose en la ribera
Soldados alemanes con ametralladoras ante el monumento conmemorativo
derecha del Mosa. Los belgas situados en del 75 aniversario de la independencia belga
la otra orilla defendieron el paso del rio,
(Dibujo de M. Fovestier, según apunte facilitado por el profesor de la Universi-
destruyendo con su artillería un puente dad de Lieja M. Paul Hameling, publicado por The lUuetrated Lonrion Newa.)

que intentaron establecer los alemanes.


Mientras tanto la caballería belga tuvo numerosos sin obstáculo alguno, tuvieron que batirse, como ya
choques con la caballería de las avanzadas enemigas, hemos dicho, con las fuerzas del país apenas pusieron
saliendo victoriosa de estos encuentros y apresando el pie en Bélgica.
numerosos huíanos. Un parlamentario enemigo se presentó en Lieja

(1) La «batalla de las Espuelas de Oro> es uno de los hechos más glo- laantigua Lieja cuando esta república estaba sitiada en 1468 por Carlos
riosos de Bélgica en la Edad Media. Los municipios belgas, que eran ver- elTemerario, duque de Borgoña, y el terrible Luis XI, rey de Francia.
daderas repúblicas democráticas, combatieron unidas el feudalismo con En la noche del 'M) de Octubre, los franchimonteses salieron calladamente
sus milicias populares, matando tantos caballeros, que recogieron en sacos de la ciudad con el intento de apoderarse de los dos soberanos en medio
sus espuelas de oro, lo que dio un nombre popular á esta victoria. de sus tropas, y poco faltó para que los matasen. Sorprendidos en esta
Los «seiscientos franchimonte3e8> fueron otros tantos montañeses del operación por todo el ejército enemigo, los montañeses se defendieron sin
distrito de Franchimonte, en el Mosa, que contribuyeron á la defensa de querer retirarse, hasta que no quedó uno.
196 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
i'umerosas invocaciones á Dios, al
que trata con cierta familiaridad, y
declarar á Europa entera la pureza
de su alma.
Esta fué la forma de su proclama:

Alemanes:

Me veo forzado á tirar de la espada para


repeler un ataque completamente injustifi-
cado, y con toda la fuerza de que dispone
Alemania hacer la guerra por la defensa del
Imperio y de nuestra existencia nacional.
He hecho todos mis esfuerzos desde el

principio demi reinado para preservar á la


nación alemana de la guerra y para maute-
ner la paz.

Por lo mismo en el caso actual he conside-


rado que era para mi un deber de conciencia
hacer todo lo posible por evitar la guerra;
pero mis esfuerzos han resultado vanos.
Tengo pura mi conciencia y estoy convenci-
do de de nuestra causa. Duros sa-
la justicia

crificiosde hombres y de dinero serán exigi-


dos á la nación alemana para esta defensa
de la patria que nos impone el reto del ene-
migo, pero yo sé que mi pueblo me sostendrá
lealmente, unánimemente, resueltamente,
VISTA DE LIBJA días sombríos sostuvo á mi
como en los

abuelo, que ahora reposa en Dios.


Habiendo aprendido desde mi juventud á poner mi confianza
pidiendo al general Leman, gobernador de la plaza,
en Dios padre, creo necesario en estos dias solemnes inclinarme
la rendición de ésta.
delante de el implorando su gracia. Hago un llamamiento á mi
El heroico Leman, que pocos dias después había
pueblo para que se una á mí en una plegaria común y observe
de asombrar al mundo con su desesperada resistencia, la jornada del 5 de Agosto como un día extraordinario de ple-
contestó que el ejército belga sólo cedería el paso des- garias generales, reuniéndose en todas las iglesias del Im-

pués de ser aniquilado. perio para pedir á Dios que esté con nosotros y bendiga nuestras
armas.
El general dirigió la siguiente proclama á los ha-
Después del servicio divino cada uno podrá volver á sus ocu-
bitantes de la provincia:
paciones.
Guillermo L R.
Habitantes del país de Lieja:
Es inútil llamar la atención sobre el tono y las
La gran Alemania invade nuestro territorio después de un ul-

iimaium que constituye un ultraje. afirmaciones de este documento. Alemania, según


La pequeña Bélgica ha recogido valerosamente el guante. (Guillermo 11, se veía provocada á la guerra y sólo ti-
El ejército va á cumplir su deber. raba de decía
la espada por defenderse. ¡Y esto lo
La población de Lieja cumplirá también el suyo.
Tengo la seguridad de que dará un ejemplo de calma y de res-

peto á las leyes. Su ardiente patriotismo responde de ello.


¡Viva el Rey, comandante en jefe del ejército!
¡Viva Bélgica!
El teniente general gobernador general de Lieja,

Leman

Iba á empezar el duelo desigual y heroico, el en-


cuentro nunca visto entre el mayor imperio militar y
una de las naciones más pequeñas de Europa.

Mientras tanto Guillermo TI, que según confiesan


sus admiradores no puede estar mucho tiempo en si-
lencio y utiliza todas las oportunidades para redactar
manifiestos, pronunciar discursos ó actuar de sacer-
dote, recitando plegarias y sermones, creyó llegado
el momento de hablar otra vez á su pueblo.
Sintió además la necesidad de dirigir una de sus GRÁFICO DEL AVANCE ALEMÁN CONTRA LIEJA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 197

cuarenta y ocho horas después de haber roto los tra-


bajos conciliadores de la diplomacia de Europa decla-
rando la guerra á Rusia!
El -i de Agosto, ó sea el mismo dia en que se re-
unieron en memorables sesiones el Parlamento francés
y el Parlamento belga, y en que la Gran Bretaña rom-

pió sus relaciones con Alemania, se reunió igualmente


el Reichstag en presencia del emperador, para enterar-
se de la declaración de guerra á Rusia y Francia y
votar los créditos necesarios para su sostenimiento.
(¡uillermo II en su discurso del trono habló de los
esfuerzos hechos por Alemania durante la crisis bal-
kánica para mantener la paz. «El abismo parecía
cerrado —
dijo

cuando el asesinato del archiduque
,

Francisco Fernando vino á abrirlo de nuevo. Austria,


obligada á tomar medidas de seguridad, encontró la
oposición de Rusia, y los preparativos de esta última
obligaron á Alemania á declarar la guerra. En cuanto
á Francia no sentimos sorpresa alguna al verla al
La situación actual es el resultado
lado de su aliada.
de la animosidad y la envidia que se nota desde hace
años contra el próspero desenvolvimiento del Imperio
alemán.»
Después de leido el discurso del trono, (Guillermo II
aprovechó la ocasión para expansionar su fiebre ora-
toria añadiendo lo siguiente:
«Fieles al ejemplo de nuestros padres, graves y
nobles, humildes ante Dios y valerosos ante el enemi-
go, nos confiamos nosotros al Todopoderoso para que
nos asista en nuestra obra de defensa y sea favorable EL GENERAL LEMAN. HEROICO DEFENSOR DE LIBJA

á nuestras armas.
«Vosotros habréis leido. Señores, lo que yo dije á El canciller dio lectura á continuación de los do-
mi pueblo desde un balcón de mi palacio. Lo mismo cumentos diplomáticos que formaron el Libro Blanco
repito aquí. Yo no conozco partidos; yo no conozco alemán, documentos incompletos y arreglados ma-
más que alemanes. (Aplausos frenéticos.) Y como signo quiavélicamente, como se demostró luego, para hacer
de vuestra voluntad de permanecer unidos, sin distin- creer al mundo que Alemania era la agredida.
ción de partidos, de situaciones sociales ó de confesio- Después de esta lectura continuó hablando Beth-
nes religiosas, para seguirme á todas partes, aunque mann-Holhveg, para justificar la violencia inesperada
sea á la derrota y la muerte, invito á los jefes de par- con que el Imperio lo había atropellado todo, decla-
tido á que se acerquen á mí y me lo prometan estre- rando la guerra á Rusia y Francia.
chando mi mano. >
«^.Debíamos aguardar pacientemente el momento
El canciller Bethmann-Hollweg fué más sincero, escogido por las potencias que nos oprimen para
pues su situación de gobernante no le permitía des- prender fuego á ln pólvoraY (Vivos aplausos.) Hubiese
figurar los hechos con la misma facilidad. Además, en sido criminal exponer Alemania á este peligro. (Aplau-
aquel momento la Gran Bretaña aun no había decla- sos unánimes. Gritos de <a¡No! ¡Noh)
rado la guerra á Alemania (suceso que ocurrió horas «Nuestras tropas han guardado al principio una
después), y el canciller, en su discurso, procuró excu- actitud defensiva. Esta es la verdad. Nosotros nos ha-
sar los atropellos cometidos poniendo su pensamiento llamos en un estado de legitima defensa, y podemos
en Inglaterra, mientras iba hablando con la absurda hacerlo todo porque la necesidad so reconoce ley.
esperanza de poderla convencer. Nuestras tropas han ocupado el Luxem burgo, y tal
— —
«Una desgracia espantosa dijo amenaza á Euro- vez en este momento ocupan toda Bélgica. (Violentos
pa. Desde hace cuarenta y cuatro años gozamos los aplausos. Gritos de entusiasmo.) Reconozco que esto ES
beneficios de la paz, por cuyo mantenimiento que- CONTRARIO AL DERECHO DE GENTES, pero nosotros Sa-
ríamos seguir trabajando. Desde el Emperador al más bíamos que Francia estaba pronta á un ataque á tra-
joven soldado, todos habían hecho el voto de no tirar vés del territorio belga, y un ataque á nuestra ala
de la espada más que por una causa justa. (Vivos sobre el Rhin inferior podía habernos sido fatal. Por
aplausos.) Rusia ha prendido fuego á la antorcha in- esto nos hemos visto obligados Á pasar por encima
cendiaria. »
(Aplausos frenéticos.) DE las protestas DE LUXEMBURÜO Y DE BÉLGICA, QUE
198 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Vista la actitud amenazante tomada por Rusia en el conflicto
SON JUSTIFICADAS. Pero nosotros repararemos esta
cuando hayamos conseguido nuestro fin. (Vivos que ha surgido entre la monarquía austro-húngara y Servia, y en
falta
vista también de que á consecuencia de este conflicto Rusia — se-
aplausos.) Cuando se está amenazado como nosotros —
gún una comunicación del Gabinete de Berlin ha creído conve-
loestamos, y cuando se combate como nosotros por el niente abrir las hostilidades contra Alemania y que ésta se en-
bien supremo, se sale del taso como se puede.» cuentra en estado de guerra con dicha potencia, Austria-Hungría
se considera igualmente en estado de guerra con Rusia.
(Aplausos frenéticos.)
Jíimás en la Historia gobernante alguno ni aun —
los déspotas más irrespetuosos de las leyes se ha — Este documento tan corto contiene una falsedad
expresado como este canciller germánico. Reconoció enorme, como ya lo habrá notado el lector. En él se
en su discurso que los actos realizados por las tropas pretende que es Rusia la que ha declarado la gue-
de su país eran contrarios al derecho de gentes, que rra á Alemania, afirmación desmentida por el mismo
las protestasde los Estados invadidos resultaban jus- gobierno de Berlín. La política de los dos imperios
tificadas,pero que una vez en lucha todo está permi- aliados les hizo buscar en los primeros días de la gue-
tido y hay que salir del paso como se puede. rra el presentarse como víctimas obligadas á la de-
lloras des- fensa, torturan-
pués, en su en- do para esto la
trevista noctur- verdad y el buen

na con el emba- sentido con un


jador de Ingla- esfuerzo inútil.
o
ya he-
terra, tjue
mos relatado, Todos los go-
completaba su biernos de Euro-
doctrina afir- pa y América de-
mando que la clararon su neu-
«neutralidad» es tralidad. Tur-
una simple pala- quía, que tam-
bra, y un trata- bién se declaró
do solemne entre neutral, pero en
naciones no me- cuyo gobierno
rece más valor ejercían honda
que el de un «pe- presión las intri-

dazo de píipel». gas alemanas,


anunció, conpre-
El 5 de Agosto texto de asegu-
se decidió Aus- rar la neutrali-
tria-Hungria á dad, su propósito
declarar la gue- BL KAISER BN EL RBICHSTAO de cerrar á la
rra á Rusia. Sien- navegación el

do Imperio austríaco autor visible de la conflagra-


el estrecho de los Dardanelos y el Bosforo.
ción europea, mostró sin embargo cierta pereza en En la frontera franco-germánica continuaron los
aceptar la lucha provocada por él voluntariamente, ó combates entre las avanzadas de ambos ejércitos, lle-
por instigaciones de Alemania, su aliada. Sólo cinco vando la mejor parte la caballería francesa, que batió
días después que el gobierno alemán hubo declarado y persiguió á varios destacamentos de dragones ale-
la guerra á Rusia, se decidió á imitar esta conducta. manes y de huíanos, matando á varios y haciendo
Con Francia su procedimiento aun fué más extra- numerosos prisioneros.
ño. Transcurrieron días y días sin que el embajador No era aquí donde iba á desarrollarse la ofensiva
de Austria se moviese de París. Las tropas austríacas del enemigo. La invasión había tomado el camino de
estaban ya en Alsacia ayudando á los alemanes, sin Bélgica.
que Imperio austríaco hiciese declaración diplomá-
el El primer choque importante de la guerra fué el
tica de hostilidad. Y así hubiese continuado esta si- mismo día 5 en los alrededores de Lieja. El ejército
tuación inaudita de no cortarla el gobierno francés, belga comenzó en este dia su carrera de heroísmo. Las
entregando sus pasaportes al embajador antes de que tropas del general Leman repelieron todos los ataques
los pidiese. alemanes, sosteniendo una verdadera batalla en cam-
La declaración de guerra presentada el día 5 en San po raso, sin buscar el abrigo de las fortificaciones.
Petersburgo por el representante austríaco decía así: El ataque germánico fué brusco y violento entre

Por orden de su Gobierno, el que suscribe, embajador de Aus-


el ríoVesdre y el Mosa, pero un contraataque lo re-
tria-Hungría, tiene el honor de notificar á Su Excelencia el mi- chazó, persiguiendo los belgas á varios cuerpos ene-
nistro de Negocios Extranjeros de Rusia lo que sigue: migos hasta la misma frontera.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA ÜE 1914 199

Las tropas de Leman recogieron en las lineas ale- Apenas se inició la guerra, todas las calamidades
manas más de 600 heridos. que puede sufrir un pueblo cayeron sobre Francia, en
Esta primera derrota y la intervención del paisa- menos de una semana, para regocijo de las gacetas
naje en la lucha para defender su pais exasperaron á germánicas, que comentaban con una serenidad im-
los invasores. Además sus jefes tenían orden de ate- perturbable los grandes desastres de la República
rrar á la población belga, ya que se negaba á dejar- enemiga. El Presidente Poincaré dimitió unas veces y
les paso franco. Y empezaron los fusilamientos, los otras fué asesinado. Los revolucionarios de París pro-

robos, los incendios de poblaciones, las matanzas de clamaron la Commune, haciendo arder la capital por

mujeres, niños y ancianos, los asesinatos de sacerdo- loscuatro costados. Los i-egimientos franceses se su-
tes porque se mantenían al lado de los defensores del blevaban contra sus oficiales, á impulsos de la propa-
pais, todos los crímenes de la invasión de Bélgica, de ganda antimilitarista. Tres cuartas partes de la na-

BL REICHSTAG

losque hablaremos oportunamente, y que levantaron ción francesa realizaban manifestaciones contra la
en las naciones civilizadas de Europa y América un guerra.
clamoreo de indignación, arrebatando al Imperio ale- Y estos diarios germánicos, que repetían impertur-
mán las pocas simpatías que aun conservaba entre bables las estupendas invenciones de Wolff, tenían
las gentes de sentimientos generosos. buen cuidado en ocultar los únicos hechos monstruo-
sos reales y positivos que estaban ocurriendo en aque-
llos momentos: el fusilamiento por los alemanes de

Uno de procedimientos que empleó con más te-


los numerosos alsacianos y loreneses tomados como rehe-
matanza efectuada en vecindario belga de
patriotismo alemán para enardecer á sus
nacidad el nes; la el

soldados, haciéndoles creer que la guerra resultaría Visé por los invasores.
fácil y rápida, fué la difusión de falsas noticias sobre Le Temps decía así:
el estado de los enemigos. La agencia Wolff, centro
Alemania había creído que podría romper la resistencia de un
alemán de informaciones periodísticas, se encargó
pueblo pequeño con su primer esfuerzo. Y desde ayer las
heroicas
principalmente de este trabajo, adquiriendo una cele- tropas belgas, ante las cuales se inclina el respeto
de Francia,
bridad grotesca en todo el mundo por sus inverosími- hacen frente al ejército alemán, que no ha podido, á pesar de su
les relatos. número, obtener ninguna ventaja. - '
300 VKESTE ENLASOO BAÍeZ

:.3s aek :

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aJeauna pan eaarde-


eer á EOB oédnlos s(¿-
dadoB deseiibia la re-
Tf^oeióii anárqmea de
París T las lucha:
saogñeotas entre los
franceses, Qeaaa-
eeao poldieaba las si-
goifti tes líneas:

3MT DB wiinir^ ÍF»'- £:•-

El ilustre diplomático S. Pichón escribió de este


:' rn el Petit Jommal, comentando la aberración
-presentaba la guerra:

ae asa tioft i

-3

kM ki^.
HISTORIA DE LA GUERRA EUIÍOPEA DE 1914 201

cuartaa partes de Europa? ¿No es la aproximacióu de la justicia


— de esa justicia iurnaaente de la que hablaba Gambetta— esa
sublevación de la conciencia nacional que suscita contra los pro- XIV
vocadores de la matanza una coalición de todos los pueblos en
lucha por el etnancipauíiento ó por la existencia?
La camarilla militar alemana ha calculado muy mal las conse-
Los belgas y su rey
cuencias de su golpe. Contaba con atravesar Bélgica al paso de
parada, lo mismo que si estuviese en la Avenida de los Tilos de
Bismarok, que como todos los aficionados á hacer
Berlín, destilando al son de sus pítanos bajo los ojos benevolen- definiciones se equivocaba muchas
veces, dijo del sol-
tes de la Inglaterra candida; contaba con arrojarse después sobre
dado belga: «Es un gran capote que no tiene nada
nuestra frontera desguarnecida, tragarse de un solo bocado nues-
tro ejército sorprendido en plena movilización, y entrar á los
dentro.»

pocos días en París para divertirse y llenarse los bolsillos.


De vivir el famoso canciller hasta el tiempo pre-
¡Esperanza desvanecida! Bélgica é Inglaterra se han subleva sento, tal vez habría modificado su opinión. El soldado

LOS RBVKS DB BÉLGICA BN VBRSALI.B8 (Fot. Rol)

En primer término la reina de Bélgica apoyada en el brazo de M. Fallieres, que era entonces presidente de la Repübllca. Detrás el rey Alberto
dando el brazo á Madame Fallieres

do. Francia, que según nuestros enemigos estaba desgarrada por mecánico, moviéndose como un autómata con la gan
las disensiones civiles,en plena decadencia moral y material, ó
ze parade, era el guerrero perfecto para él. Debajo
incapaz de unidad y energía, se ha levantado como un solo hom-
del «gran capote» no supo adivinar que latia un cora-
bre, ha corrido á su frontera con un entusiasmo que recuerda el
de los grandes días de 1792, y se prepara para actos de gloria y zón entusiasta capaz do emprender espontáneamente
de heroísmo iguales i, los de las más hermosas épocas de su his- lo que el soldado prusiano sólo puede realizar á im-
toria.
pulsos de la disciplina y del miedo A sus oficiales.
Este espectáculo desorienta y asombra á nuestros enemigos.
Lo mismo que Bismarck se engañaron los innu-
Al mismo tiempo los exaspera y los enloquece. Y esto es causa,
merables espías alemanes establecidos en Bélgica.
en gran parte, de los actos estupendamente monstruosos que co-
meten á diario. Para ellos, acostumbrados á la organización mecánica
No sin motivo habla todo el mundo de la aberración alemana. de su militarismo, el ejército belga era una especie de
¿Cómo calificar de otro modo la locura que arrastra al imperialis- milicia ciudadana, buena cuando más para reprimir
mo germánico hacia la sima en la que desaparecieron antes que un motín y correr en una batalla á campo raso. El
él las tiranías más célebres y las glorias militares más ilustres?
Guillermo II estaba harto de la calificación que se daba á s[ mis- corazón, la dignidad del hombre libre, eran para ellos
mo de Emperador pacífico. Ahora desea pasar á la posteridad con factores insignificantes. Y esta especie de miliciano
la misma gloria de Erostrato; una gloria que tenga por pedestal democrático, bonachón y sonriente, dio á Alemania
la monstruosidad de las ruinas. una sorpresa mortal y trastornó todos sus planes al
salir á la defensa de su patria invadida.
El espionaje alemán fué el más temible enemigo
as
202 VICENTE BLASCO IBANEZ

gresar al pueblo fué en busca del diputado para ha-


cerle una consulta. El alemán no sabía leer. El cónsul
le habla dado un pequeño cuaderno, encargándole que
llenase los espacios en blanco, y el pobre, al olvidar
un consejo del di-
las instrucciones recibidas, solicitó

putado. Este tomó el cuaderno, experimentando una


legitima sorpresa al leer la introducción preliminar,
que era un verdadero manual de espionaje. Se enume-
raban en él todos los informes que el ciudadano ale-
mán poseedor del cuaderno debía ir anotando; en las
ciudades la cifra de la guarnición, el número de los
regimientos, el nombre de los coroneles, los recursos
del municipio, el nombre del burgomaestre y del con-
cejalencargado de la recaudación, etc.; en los pueblos
pequeños el cálculo de las principales fortunas, la
clase y cifra de las cosechas, el noniiire también del
burgomaestre y otros detalles. Una vez lleno el cua-
derno con estos datos, debía ser remitido al cónsul,
que se encargaría de proporcionar otro.
El diputado se apresuró á comunicar su descubri-
miento al gobierno, y éste abrió una información dis-
creta que le fué revelando cómo todos los subditos
alemanes domiciliados en Bélgica habían recibido
igualmente dicho cuaderno y la mayor parte seguían
escrupulosamente las instrucciones recibidas, escri-
biendo los informes que podían recoger. En todo con-
sulado alemán había un funcionario encargado de se-
leccionar tales informes, remitiendo á Berlín los que
ofrecían algún interés. Cuando el observador demos-
ALBERTO I, CUANDO FUÉ DBOLARADO RHY
traba perspicacia y clarividencia, se le recompensaba
con una gratificación de alguna importancia para ex-
con que tuvo que luchar Bélgica en su heroica resis- citar su celo en el trabajo. Si seguía prestando buenos

tencia. Durante treinta años esta invasión pacifica é servicios, se le ponía en comunicación directa con la
incesante de los alemanes fué preparando la soñada organización central del espionaje, situada en Bruse-

anexión. «Serviles dice un escritor belga —
supieron,
las, señalándole un sueldo todos los meses para que

ganarse á las autoridades, adulándolas. En Amberes continuase su cosecha de informes útiles.


todo el alto comercio era suyo. Sus familias daban el La mayoría del pueblo belga sólo se enteró á últi-
tono á la buena sociedad. Los periódicos estaban á sus ma hora, poco antes de la invasión, del trabajo á que
órdenes. Los grandes burgueses consideraban un ho- se dedicaban en su mayor parte los .'500. CXX) alemanes

nor enviar sus hijos á la escuela alemana. Sólo el residentes en el país. Su furor y su indignación fueron

pueblo, con su buen instinto, odiaba á estos invasores grandes ante esta conducta desleal.
pacíficos. Deutsche luin (piojo alemán) era el insulto

lian abusado de nuestra confianza -dijeron -.

que lanzaba todo ñamenco apenas tenia la más leve Han correspondido con ingratitud á nuestra cordial
disputa con un boche.* hospitalidiid. Nos han engañado como si fuésemos
Durante el sitio de Amberes la autoridad militar niños.

e.xpulsó á los comerciantes alemanes, que eran nume-


rosísimos. Pero después de esta orden todavía queda-
ron en la ciudad más de ocho mil: unos que habían El rey era en toda Bélgica el más enterado de los

adoptado la ciudadanía belga para servir mejor á su manejos de los alemanes.


país; otros naturalizados como subditos de los Estados En su último viaje á Berlín, una conversación con
Unidos y haciendo valer orgullosamente su falsa lui- elkaiser y el conde de Moltke, de la que hablaremos
ción al idad para ser respetados. más adelante, le hizo sospechar los malos propósitos
Un diputado de Lieja reveló poco tiempo antes de del Imperiogermánico acerca de la neutralidad belga.
la guerra de qué modo ejercía el gobierno de Berlín el Desde entonces vivió en guardia, procurando limitar
espionaje hasta en las más pequeñas poblaciones de y dificultar la invasión p;icifica del país por la emi-
Bélgica. En su distrito electoral vivía más de diez gración alemana. El carácter generoso de Alberto I
años un carretero de origen alemán, completamente no podía suponer que la deslealtad germánica llegase
iletrado.Un dia lo llamó su cónsul en Lieja, y al re- hasta donde llegó, apoderándose de su país sin otro
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 203

derecho que el de la fuerza; pero por vía de precau-


ción se opuso desde entonces á la instalación en Bél-
gica de nuevas empresas alemanas y á las adquisi-
ciones de su industria y su comercio.
En Septiembre de 1812 la «Kosmos Linie», gran
sociedad de navegación de Hamburgo, quiso apode-
rarse del puerto de Zeebrugge, cerca de Ostende, ó sea
el puerto de Brujas, adquiriendo todas las acciones
de la «Compañía de instalaciones marítimas de Bru-
jas». Su propósito era establecer una cabeza de linea
en este punto con grandes instalaciones de doks y di-
ques de carena; una especie de Alemania en pequeño,
frente á la costa inglesa, que permitiría intervenir
más adelante al gobierno de Berlín con el pretexto de
defender los intereses creados por su marina mer-
cante.
El rey se opuso á este manejo, prohibiendo á la
compañía de Brujas que vendiese sus acciones á la
«Kosmos» de Hamburgo. Los principales accionistas
belgas declararon entonces:
— Nuestro rey desconfia de los alemanes, y por esto
no admite el negocio propuesto por los del «Kosmos».
Alberto I no pudo hacer en bien del país todo lo
que le aconsejaba su desconfianza. En Bélgica es un
precepto constitucional que el «Rey reina y no go-
bierna», y él era demasiado respetuoso de la Constitu-
ción para extralimitarse en sus funciones. Pero sin
atreverse á señalar con franqueza cuál era el enemigo
LA REINA DE BÉLGICA
que veía en lontananza, se dedicó desde el principio
de su reinado á una seria reorganización de la defen-
sa del país. En todos sus discursos al Parlamento in- durante treinta años, se había negado por motivos de
sistióen la necesidad de aumentar los medios defen- orden electoral á todo gasto militar extraordinario,
sivos de Bélgica. Todo estaba en ella por hacer. El consintiendo cuando miis algunas reformas parciales
partido conservador ó católico que ocupó el gobierno que sirvieron para engañar al país, haciéndole creer
que disponía de medios de defensa
considerables cuando en realidad
eran anticuados é insuficientes. Sola-
mente el rey se daba cuenta de la
situación y hacía esfuerzos por ase-
gurar el porvenir. Gracias á sus con-
tinuas solicitudes al Parlamento, éste
acabó por votar una ley autorizando
considerables gastos para poner á
la nación en perfecto estado de de-
fensa. Pero la guerra temida por Al-
berto I estalló mucho antes de que
estos planes defensivos hubieran po-
dido realizarse.
Amberes, por ejemplo, figuraba
como una plaza inexpugnable. Lo
era realmente hace veinte años. Lo
hubiese sido dentro de algún tiempo
al realizarse el plan ideado por Al-
berto L Pero cuando los sitiadores
alemanes llegaron ante esta plaza,
casi todos sus cañones eran aún de
losantiguos modelos de Krupp y se
BL RBY DB BÉLGICA REVISTANDO SUS TROPAS cargaban con pólvora negra. Casi
204 VICENTE BLASCO IBANEZ

todos los fuertes de la orilla izquierda no tenían ni la los belgas suplieron con su valor y su tenacidad la
mitad de su armamento. La guerra sorprendió á Bél- falta de organización.
gica cuando estaba esperando la recepción de valiosos Unos grupos armados que llevaban el nombre de

armamentos que había encargado á la casa Krupp, regimientos consiguieron en Lieja, á las órdenes del
merced á las intrigas que emplea ésta para la con- valeroso general Leman, detener por algún tiempo el
quista de nuevos trabajos. Debía entregar Krupp á impulso arrollador de las masas teutónicas, haciendo
los belgas numerosos cañones de fortaleza del más fracasar por completo el primer plan estratégico de
reciente modelo. Como adelanto había recibido diez los alemanes y matando prusianos en una cantidad
y seis millones. Pero procuró demorar el trabajo, y al tres veces superior á su propio número.
estallar la guerra Cuarenta mil bel-
se quedó con el di- gas equipados de
nero, sin entregar cualquier modo y
las armas. armados al azar
La heroica resis- con las defectuosas
tencia del pueblo existencias de sus
belga es más admi- arsenales, lograron
rable si se tiene en mantener durante
cuenta la escasa dos meses ciento
preparación de su cincuenta mil ale-
ejército. Era algo manes en las inme-
informe, exuberan- diaciones de Am-
te de fuerza y en- beres.

tusiasmo, pero que La alegría no fal-


apenas empezaba á tó un solo momento
tomar forma. La á este pueblo ani-
infantería de línea, moso en medio de
los lanceros, los ar- su desgracia, la

ignoraban
tilleros, mayor que se ha
completamente la conocido en los
guerra. Muchos je- tiempos modernos.
fes habían escogí- La inmensa fuerza
do la carrera mili- del enemigo y sus
tar porque ésta re- monstruosas má-
presentaba en Bél- quinas de guerra
gica el estado más fueron para los bel-
tranquilo á que po- gas un motivo de
día dedicarse un burla. Rieron igual-
buen padre de fa- mente del teatral
milia. El país no uniforme de los hú-
había tenido nunca sares de la Muerte,
guerra ni espera- álos cuales sus lan-
ba tenerla. Los ofi- ceros dejaron ten-
ciales iban al cuar- didos en el campo
tel como á una ofi- en todos los en-
cina. BL REY DE UÉHIICA BN MEDIO DE sus SOLDADOS cuentros.
El rey Alberto se (De la Itluatration. de París) Y mientras tanto
dedicó á purificar rey exponía su
el
su ejército, dando el retiro á los elementos tradicio- persona con una prodigalidad heroica, en continuo
nales é inútiles y refrescando los cuadros con oficiales contacto con sus tropas, disparando el fusil como un
jóvenes. También hizo volver al servicio á los viejos simple soldado, examinándolo todo con un golpe de
de reconocida competencia. Uno de sus primeros actos vista rápido y sagaz, apreciando quiénes eran los más
fué pedir al general Jungbluth, su antiguo instructor valientes y los más capaces para conferirles nuevos
militar, que saliese del retiro á que le habían conde- grados sobre el mismo campo de batalla.
nado sus años, volviendo á la actividad. Se le vio en todas partes, como si tuviese el don
Pero la guerra estalló antes de que diesen resul- de la ubicuidad. Unas veces vestido de chauffeur y
tado estas medidas, metódicamente organizadas, y guiando él mismo su auto, atravesó las líneas alema-
que exigían algún tiempo. nas, para apreciar directamente la situación del ene-
Entusiasmados por la actividad heroica del rey, migo. Otras trabajó como simple artillero bajo los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 205

obuses del enemigo en las baterías de Amberes, ó em- ¡El rey! Todos se pusieron de pie con un repentino
I miró los vasos de champagne, miró
puñó la pala y removió la tierra endurecida para dar silencio. Alberto

ejemplo á sus hombres. Estuvo siempre en la linea de después á los hombres, levantó los hombros con expre-
sión de desprecio y se alejó sin decir una palabra.
fuego para verlo y vigilarlo todo. Los belgas, que le
amaban, sintieron por él una veneración supersticio- Desde este momento los oficiales ya no celebraron
sa: lo mismo que los veteranos de la Guardia imperial más fiestas en la «Taberna de Londres».
sentían hace un siglo por Napoleón. Un pelotón de infantería hacía fuego á la caída de
Todos cumplieron su deber, no sólo por entusiasmo, la tarde en las inmediaciones de Amberes al abrigo
sino porque esperaban que de pronto surgiese á sus de una barricada de sacos de tierra. Uno de los solda-

espaldas, con una dos contó después

vigilancia pater- cómo un oficial sin


nal, el heroico rey
armas presenciaba
que estaba en to- el combate, con los

das partes y lo veía brazos cruzados,


todo. contemplando la li-
Una noche los nea del enemigo á
de la guar-
oficiales través de sus len-
nición de Ainberes tes, con ojos vagos

estaban reunidos y soñadores, cual


en la «Taberna de si estuviese pensan-

Londres», famoso do en otra cosa. De


restaurant de dicha pronto el soldado

ciudad, convertido vio caer, lanzando


en círculo militar. un grito de muerte,
Bebían champagne al compañero que

en compañía de al- disparaba junto á


él. Era un cuñado
gunos aviadores y
oficiales ingleses. suyo. Lo atendió
Estos belgas, dis- por unos instantes,
puestos á morir, se pero al convencer-
divertían con la in- se de que había
consciencia del sol- muerto volvió á
dado antes de que ocupar su puesto,
llegue su última haciendo fuego con-
hora. Mientras tan- tra el enemigo. Un
to,en las fortifica- nuevo combatiente
ciones de Amberes ocupó el espacio li-
la batalla era terri- bre y siguió dispa-
ble,tomando en las rando. Era el ofi-
una forma
tinieblas cial, que acababa
macabra. Los ca- de recoger el fusil
ñones alemanes y la cartuchera del
bombardeaban un muerto. Su aven-
cementerio próxi- tajada estatura so-
mo á la ciudad. La EL REY DE BÉLGICA BATIÉNDOSE EN UNA BARRICADA bresalía por enci-
tierraremovidapor ma de la barrica-
el estallido de los da. Los soldados le
obuses expulsaba la inerte población que había guar- hicieron recomendaciones de prudencia para que se
dado en su seno hasta entonces. Saltaban las cubiertas mantuviese á cubierto, hasta que en la penumbra del
de los féretros: los cadáveres, levantados por el viento crepúsculo pudieron reconocerlo con asombro. Este
de los proyectiles como si resucitasen á una vida efí- teniente era Alberto L
mera y fantástica, volvían á caer adoptando posturas
terribles y grotescas.
De pronto entró en el círculo militar un simple El gran escritor belga Mauricio Mseterlinck habló
teniente de infantería, que se mantuvo en la puerta con un entusiasmo lírico de este rey heroico, digno
contemplando fijamente el regocijo ruidoso de los ofi- de su pueblo.
ciales. Su alta estatura le hizo ser reconocido inme- — —
«De todos los héroes dijo de esta enorme guerra,
diatamente, á pesar de la modestia de sus galones. que sobrevivirá en la memoria de los hombres, uno de
206 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

unos gestos que es imposible imaginar más inaltera-


liles y más bellos. Gracias á él el acto estalla
y se man-
tiene sin retoques, sin desfallecimientos, sin grietas;
la linea heroica es limpia, derecha, magnifica, como
la de las Termopilas, indefinidamente prolongada.
»Pero lo que él ha sufrido, lo que él sufre cada día,
solamente pueden comprenderlo los que han gozado
iiéroe, el más
la felicidad de tratar de cerca á este

sensible y el más dulce de los hombres, discreto, si-


lencioso, no vibrando más que interiormente, de una
timidez deliciosa y desconcertante, y que ama á su
pueblo, no como un padre ama á sus hijos, sino como
un liijo ama á una madre adorada. De todo su querido
reino, ([ue era su orgullo y su alegría, su
mansión de
hogar de confianza y de amor, sólo le
felicidad, su
quedan unas cuantas poblaciones intactas, que ame-
naza á cada momento el invasor más repugnante que
la tierra lia soportado.
»Las otras ciudades, tan alegres y hermosas, tan
risueñas y tranquilas, tan felices de vivir sin ofender
nadie, joyas de la corona de la paz, modelos de una
;'i

existencia familiar, derecha y clara, residencias de


la actividad leal y concienzuda, de la franqueza cor-
dialy siempre sonriente, de la hospitalidad sin frases,
de las manos siempre tendidas, de los corazones siem-
pre abiertos, todas esas ciudades acaban de morir. No
queda de ellas piedra sobre piedra, y hasta su campi-
ña, de verdes siempre tiernos, las más bellas
una de
EL REY DR BKLOICA del mundo, no es más (|ue un campo de horror. Han
perecido tesoros que figuraban entre los más nobles y
losmás puros, uno de los que no se sabrá nunca cómo conmovedores de la humanidad; lian desaparecido
amar bastante, es indudablemente el joven y gran testimonios que nadie podrá reemplazar. I.a mitad de
rey de mi pequeña patria. Fué en la hora decisiva el una nación, más unida que ninguna otra á sus anti-
hombre providencial, hombre que esperaban todos
el guas y simples costumbres y á sus liumildes hogares,
los corazones. Supo encarnar en una belleza sublime va errante en estos momentos por los caminos de
la profunda voluntad de su pueblo. Fué la concre- Europa. Millares de inocentes han sido acuchilla-
ción de toda Bélgica, revelándose á si misma y á dos, y casi todo lo que resta de tal pueblo está con-
los demás. Tuvo la admirable suerte de tomar y dar denado á la miseria v al hambre.
conciencia en el instante más trágico y más

contuso, cuando las mejores conciencias pier-


den su seguridad. Si él no hubiese estado en
su puesto, las cosas no hubiesen ocurrido del
mismo modo y la Historia habría perdido una
de sus páginas más nobles y hermosas. Indu-
dablemente, Bélgica habría sido leal y fiel á su
palabra, y el gobierno que intentase resistirse
á esto habría sido barrido irremisiblemente por
la indignación de un pueblo que jamás en su
historia ha sido traicionado. Pero de no estar
el rey es indudable que se hubiese producido ^ t/ >y//*tj/'j/*'.

cierta confusión, asi como las indecisiones que ^/, /í.

son inevitables en una muchedumbre aturdida


QÁtfA////f
por los sucesos. Está fuera de duda que ha-
brían surgido las palabrerías inútiles, las fal- \ ')f'^.^^ '/«*« --'

sas maniobras, los errores legítimos, pero irre-


parables, y sobre todo, no se habrían dicho las
l'.NA POSTAL PARA BL RUY ALBERTO
palabras necesarias, precisas, firmes, ni se ha-
Postal que ha sido remitida con los sellos de las naciones aliadas y esta dirección:
le
brían hecho en la hora que eran necesarios <Á Su Majestad Alberto I. valeroso rey de la sublime Bélgica»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 207

«Pero lo que sobrevive sólo tiene un alma que se


ha refugiado en el alma grande de su rey. Ni un mur-
mullo, ni un reproche. Ayer una ciudad de treinta mil
habitantes recibe del heroico monarca la orden de
abandonar sus casas blancas, sus iglesias, sus plazas
seculares donde la vida se desarrollaba laboriosa y
bondadosa. Los treinta mil habitantes, mujeres, niños
y ancianos, se hunden en la noche para buscar un
asilo inciertoen la ciudad vecina, casi tan amenazada
como la suya,y que mañana indudablemente tendrá
que huir á su vez, sin saber adonde, porque la patria
es tan pequeña que en seguida se alcanza el limite de
su territorio y no se encuentra abrigo alguno. No im-
porta; todos obedecen en silencio; todos aprueban y
bendicen al soberano. Ha hecho lo que habia que ha-

cer, loque todos hubieran hecho al encontrarse en su


lugar. Y si todos sufren lo que ningún pueblo ha
sufrido desde las invasiones feroces de los primeros

siglos, saben que él sufre más aún que todos juntos,


porque en su persona convergen y resuenan todos
los dolores agrandados. A nadie se le ocurre que

pudo proceder de otro modo, salvándolos con el


sacrificio del honor. Nadie quiere hacer la separación
entre el deber y el destino. El deber, con todas sus
espantosas consecuencias, les parece tan inevitable
como una fuerza de la Naturaleza contra la cual nadie
intenta luchar considerándola invencible. Es un ejem-
plo de heroísmo colectivo, anónimo, ingenuo y casi
inconsciente, que iguala y en algunos momentos sobre- LA REINA DB BÉLGICA
pasa los ejemplos más altos que nos proporcionan la
leyenda y la Historia. Después de los grandes márti- moria de hombres, se ha hecho el sacrificio de la
los

res, nadie ha- vida con con tal abnegación, con seme-
tal ardor,

bia muerto jante entusiasmo, y que las inmortales virtudes que


con tanta sen- ponen de pie y salvan á las avanzadas de la humani-
cillezpor una dad no mostraron nunca más empuje, poder y ju-
simple idea. ventud.»
»Si entre las

angustias que
nos rodean se Su familia no lo educó para monarca. La corona
puede hablar de Bélgica estaba destinada á otro. Él era el segundón
de otra cosa modesto y estudioso, condenado á la más difícil de las
que de lágri- situaciones en que puede verse un hombre inteligente:
mas y lutos, ser demasiado para imitar la vida ordinaria de los

hay que ad- demás; ser muy poco en el mundo donde lo colocó el

mirar como nacimiento.


un magnifico De seguir sus gustos hubiese sido ingeniero. Le
consuelo el es- atrajo siempre la labor de las minas, con sus peligros
pectáculo de mortales. No siendo príncipe, habría emigrado á los
heroísmo in- Estados Unidos para crearse una fortuna, como mu-
esperado que chos compañeros de su adolescencia á los que trató en
súbitamente las escuelas de Bélgica.
nos asalta por Pero intervino la muerte inesperadamente, y el se-
todas partes. gundón pasó á ser heredero de la corona y luego rey.
Puede afir- Muchos parecen nacer con el firme propósito de
marse que en llegar á héroes. Desde la infancia asaltan los primeros
ningún tiem- sitios;luego estudian sus gestos y sus palabras; adop-
UNA ESPADA DE HONOR , ,

po, desde que tan posturas teatrales; emprenden mil cosas ala vez;
Puno de la espada de honor que por suscripción po-
pular regala el pueblo de París ai rey de Bélgica existe Ja me- buscan en toda ocasión asombrar á las gentes; quema-
208 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de la palabra empeñada, el respeto de los


propios derechos; todas las virtudes modes-
tas y sólidas de las gentes de bien.
Plegándose á las exigencias del fuerte
hubiese sido feliz. Es cierto que esta felici-
dad la habría pagado con la deshonra, pero
iliay tantos deshonrados triunfantes!... Ale-
mania, agradecida á su obediencia, le
hubiera sostenido siempre. Tranquilidad,
abundancia, protección: la vida sumisa y
bien cebada del animal doméstico que re-
conoce un dueño. Pero á estas ventajas po-
sitivas que hubiesen tentado á los más,

prefirió los viejos idealismos en los que aun


creen unos pocos: el honor, la libertad, el
odio al atropello, la independencia de su
patria.
Y el minero de afición que cuando se
pone el uniforme militar tiene hermoso as-
pecto por la esbeltez de su figura, pero que
vistiendo de paisano aparece «en su ver-
dadero carácter», como un ingeniero belga
estudioso y miope, tuvo que hacer la gue-
rra para defender la integridad de su pue-
blo; y la hizo como no la harían muchos
BÉLGICA Á LOS ALIADOS, LEVANTÁNDOSE DE LA CAMILLA profesionales.
—¿Piedad? ¿Cuidados?... No, amigos míos. ¡Un fusil! ¡Cartuchosl Toda la nación estuvo al lado del rey
(Dibujo de 11. A. Ihols, en el libro L' Heroique Belgiqw) democrático. Lo que m;'is asombró en el
heroísmo de los belgas fué su unanimidad
riiin medio mundo si esto pudiese dar nuevo brillo á alhablar del monarca, del compañero de armas bue-
su gloria neroniana; y sin embargo, no consiguen sus no y valeroso.
propósitos. Pueden llegar, en fuerza de locuras, A in- Lo han per-
^
fundir miedo, pero nunca amor ni admiración. dido todo: pa-
Este joven rey, que no había pensado jamás en tria, hogar, hi-
deslumbrar á nadie, que no conocía las actitudes es- jos. No tienen
cénicas, que deseaba vivir en una paz laboriosa con un palmo de
su pueblo de tierra propia en
trabajadores y laque descan-
siguió una exis- sar los pies.
tencia recta, tí- Vagan fugiti-
mida y larga á vos por Euro-
la vez, como las pa, con una pa-
lineas de su tria en el pen-

cuerpo, fué un samiento que


héroe, sin an- ya no existe en
siarlo ni bus- la realidad. Su
carlo; el héroe situación es
más generoso y comparable á EL ESFUERZO DE BÉLGICA
simpático de su la del pueblo (De Providence Jntírnat)
época. judio.
El resorte de No: es mucho peor. Los judíos, faltos de nación,
su heroísmo no conservan la familia, y los belgas, en su infortunio,
fué el amor á la hasta han perdido esto. Durante las retiradas en éxodo
gloria ni las de Bruselas á Amberes, de Amberes á Ostende y de
ambiciones de Ostende adonde les fué posible, los grupos familiares
conquista, sino se disgregaron para siempre bajo el estallar de los
La LiBURTAD. A BíiLGiCA.— Tu heroísmo será
recompensado y lu desgracia vengada el deber, el obuses, en el desorden de las fugas nocturnas y el di-
(Del Punch, de Londres) cumplimiento verso rumbo de los buques cargados de muchedumbre.
EL HOLC

Dibulo de K. M. Poyancu, de la •lllustration> de Pans.

Bélgica, horrorizada y amenazante, se ycrgue sohn


AÜSTO

sus ruinas y entre sus muertos clamando venganza


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 209

El padre fué conducido á Francia, la madre murió,


una hija escribió luego desde Inglaterra, otros no pa-
raron hasta América; el resto de la familia desapare-
ció para siempre.
Muchos de estos belgas eran socialistas y trabaja-
ban antes contra el gobierno de su pais. Sentados lue-
go en un muelle ó en una estación de ferrocarril sobre
el montón de trapos que constituía toda su fortuna,

relataron con una serenidad estoica la tragedia de su


patria, y cuando les preguntaban por su rey, respon-
dían con grave admiración:
— ¡Ah! ¡Nuestro Alberto!... Es un héroe. Es el rey
caballero.
Este es su verdadero titulo: el rey caballero. Ni un
solo belga ha
"^
intentado cen-
surar su con-
ducta. A nadie
se le ocurrió
qwi podía ha-
ber evitado las
desgracias de
sus subditos,
envileciéndose
con una sumi-
sión cobarde. ¡BRAVO, bélgica!
El heroísmo belga cerrando el paso al invasor alemán
Resistió en de-
(Del Punch, de Londres)
fensa de la li-

bertad de su de Flandes, al frente de un puñado de bravos, para


pueblo, del de- que viese el mundo cómo lucha un hombre pacífico
recho, del ho- convertido en guerrero por las exigencias del honor,
nor. Bien hecho cómo puede morir el primer ciudadano de un país
está. Muchos democrático en defensa de su dignidad.
de sus conciu-
dadanos per-
dieron la vida. Alberto I es, según la expresión de uno de sus mi-
¿QUIÉN IBA A SOSPECHAR QfB ESTE
CHISME ESTABA CARGADO? Él vive porque hombre más delicado, más escrupuloso y
nistros, el
(De The Opinión, de Londres) la muerte no más prudente de todo su reino. Sufre mucho y nadie
quiso su perso- adivina, detrás de su gravedad habitual, lo intenso de
na. Manejó como simple cañones de Ambe-
artillero los sus penas.
res,bajo una lluvia de metralla. Tomó el fusil de un sol- Al iniciarse la guerra, las decisiones que había de
dado para hacer fuego en las trincheras de la infantería. adoptar le sumieron en dolorosa turbación. Temía

Los belgas perdieron sus casas; él perdió su reino. equivocarse y que su pueblo sintiese las consecuen-
No recordéis como modelos caballeres-
cos á aquellos reyes sin corona de la Edad
Media, vagabundos y desgraciados, que
la poesía y el drama han hecho interesan-
tes. Nuestra época de vulgar positivismo
tiene figuras más románticas.
Alberto Sin-Tierra vale más que todos
los monarcas del mismo sobrenombre que
nos ofrece la Historia. Éstos perdieron su
corona por luchas de familia ó ambiciones
de conquista. El rey caballero se vio sin
reino por no haber tolerado los atropellos
del fuerte. Y con la noble tristeza del héroe
vencido que sabe que la razón va con él, OPORTUNA INTERVENCIÓN DE LA VALEROSA BÉLGICA
se mantuvo en un pedazo insigaificante (Del Puch)
210 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de la Europa aliada. Él quebrantó la catapulta inva-


sora en Lieja, dando tiempo á la resistencia de Fran-
cia, á la movilización de Rusia y á la intervención de
la Gran Bretaña. De no alzarse este olistáculo inespe-

rado, la guerra habria terminado tal vez en pocas se-


manas con el triunfo general del Imperio germánico.
Dio su pueblo y su persona; lo perdió todo en este
suicidio heroico; ¡pero quién sabe lo que salvó!... Al-
gún día podrá apreciarse.

El viejo poeta Emilio Verhaeren, glorioso patriar-


ca de la literatura belga, escribió lo siguiente sobre
Alberto I y su animosa
compañera:
«Los que le conocieron antes de subir al trono no
dudaron de él, pero se preguntaban en qué forma iba
á revelarse. Pertenece á una raza de reyes que sólo
se desarrollan en edad madura. El primor rey de Bél-

gica, Leopoldo I, únicamente alcanzó su renombre de


arbitro europeo á los cincuenta años. Leopoldo II fué
mantenido como en tutela por sus grandes ministros
Rogier y Frere-Orbán, y tuvo que sacudir esta tutela
antes de ser el que abrió á la civilizacióa el África
tenebrosa, haciendo, digámoslo asi, el regalo de un
nuevo continente al mundo. El segundo rey de los bel-
gas fué, como el primero, vacilante y monótono en
los comienzos de su reinado. ¿Cómo iba á
despertar
el tercero?...

«Cuando aun era principe, Alberto I sólo se ocupó


LA FAMILIA REAL PB HKLGICA

cias. El más pequeño olvido era para él un crimen


imperdonable.

—Yo no soy un estratega dijo á Broqueville, el
presidente de su Consejo de Ministros

No me han .

educado para esto. Sabré batirme como cualquiera;


¡pero mandar un ejército!...
Y Uroqucville contestó:
— No hay necesidad de que seáis un estratega. Los
otros reyes tampoco lo son. Keunid vuestro Estado

Mayor, escuchad á los oficiales, y luego podéis resol-


ver lo que mejor os parezca. La guerra es un arte;
pero también es un asunto de sentido común.
El general .loffre, al conocer esta respuesta del
ministro belga, dio su aprobiición de técnico.
— La mayor parte de los oficiales de Estado Mayor
— dijo el ilustre caudillo francés — tienen ideas pre-
concebidas y por pertenecer á determinada es-
fijas,
cuela. Es este un peligro que se debe evitar. El que
decide no debe pertenecer á ninguna escuela. Algunos
personajes civiles resultan excelentes ministros de la
Guerra, precisamente porque no tienen escuela, lo que
hace que la linea de su horizonte mental resulte más
amplia. Los hay de ellos que podrían ser buenos es-
trategas. La guerra no es en el fondo más (jue lo que
dice Broqueville: «un asunto de sentido común».
El rey caballero supo pelear como general impro- EL POBTA VBRUAERBN
visado, y sus resistencias heroicas fueron la salvación (Grabado <ie Vivert, tlel libro L'Heroique Belgiqut)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 211

de cuestiones sociales y cuestiones militares. Hablaba


de sus estudios con cierta reserva, pero su interlocu-
tor no tardaba en darse cuenta de que nada en él
licibía sido aprendido á la ligera. Indudablemente, de

seguir la paz habria realizado con su gobierno atrevi-


das reformas económicas y democráticas. En esto an-
daba cuando de pronto estalló la guerra.
»No olvidaré nunca el 4 de Agosto de liil4, cuando
le vi entrar en el Parlamento y salir después de haber

comulgado con toda la nación en víspera de nuestra


Pascua sangrienta... Porque, efectivamente, fué nues-
tra Pascua. íbamos á resucitar. Acababan de decla-
rarnos la guerra. La angustia aparecía por todos la-
dos. En la frontera un inmenso aluvión de hombres en
armas amenazaba nuestros viejos fuertes de Lieja.
Éramos el pequeño número en presencia de la multi-
tud; de ningún modo podíamos esperar el triunfo:
nuestra gloria consistía en resistir. Hicimos simple-
mente nuestro deber, y haciéndolo nos renovamos de
un solo golpe. La altivez, el ardor, el heroísmo, el
sacrificio, todo lo que nuestro bienestar materitil,
nuestros negocios prósperos y nuestra riqueza pesada
nos habían impedido descubrir en nuestras almas,
apareció de pronto é hizo de la pequeña Bélgica un
gran pueblo.
»La patria no había sido para una gran parte de
nosotros más que un pretexto para discursos oficiales

LA RBINA DB BÉLGICA CON SUS HIJOS

y cantatas públicas. No éramos patrioteros. Muchos,


tal vez los mejores, se lamentaban de pertenecer á
una porción de suelo tan reducida. Unos hubieran
querido nacer franceses, otros ingleses: algunos que
eran flamenquistas rabiosos deseaban hacerse alema-
nes. Después todas estas veleidades han desaparecido.
Todos somos belgas y nada más. Y lo somos tenaz-
mente, hasta la muerte. Tenemos fe en nuestro país
como los creyentes la tienen en el cielo.
» Nuestro tercer
rey encarna esta resurrección. El
ha sido el símbolo. Únicamente él, entre todos los re-
yes y emperadores comprometidos en la guerra pre-
sente, se ha mezclado con las tropas, ha compartido
con ellas el peligro y la gloria, ha vivido en las trin-
cheras, ha disparado, ha comido y fumado lo que fu-
man y comen sus soldados. Él ha sido el valor reposa-
do, la resistencia encarnizada, la fuerza obscura y pro-
funda. Ha sido también algo más. Ante sus generales
y oficiales se ha mostrado algunas veces como un tác-
ticoperspicaz y hábil, imponiéndoles sus ideas, y luego
seha visto que estas ideas eran felices y eficaces. A
medida que los acontecimientos sombríos y crueles se
iban desarrollando, se encontraban en él virtudes más
profundas y cualidades más raras. La guerra parecía
haber sido hecha para que este hombre se descubriese
LOS IIIJO.S DEL RBY DB BÉLGICA
á sí mismo. Si Leopoldo I había sido un diplomático y
El principe heredero de Bélgica y su hermano paseando por las calles
de Bruselas el día de la marcha de la familia real á Amberes Leopoldo II un colonizador, Alberto I era un soldado.
212 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

KL REY DB BÉLGICA BN INA TRINCHERA COMPARTIENDO LA SUBRTB DB SOS SOLDADOS (De lii liluMtratiou. (1« París)

Lo es tanto como Guillermo II lo es poco. Desde el mas de los dos reyes no pueden resultar míís diversas.
principio de la guerra se vio claramente. Las procla- Guillermo II es el retórico místico, el hombre de la
postura literaria, que se siente con
más iniciativas para asombrar al pú-
blico que para combatir. Alberto I
no ha dicho más que palabras sim-
ples y sinceras. Ha hablado de tomar
el fusil con sus manos para correr

contra el enemigo, y asi lo ha hecho.


Xunca ha llamado al ciclo en su auxi-
lio. Nunca ha mentido. Jamás se ha

considerado como un avisado de Dios


ni como un favorecido por la Vir-

i;en. Al invocar á la Providencia lo


ha hecho con naturalidad, pero lian-
do al mismo tiempo en su valor y en
su brazo.
»K1 no se complace en la existen-
cia decorativa de las cortes. Tam-
poco se prepara entradas teatrales
en las ciudades, ni quiere imitar á
Lohengrin erguido sobre la proa de
L08 RBVBS DB BÉLGICA Y DE INGLATERRA Y EL PRInCIPB DB GALES, BN FUBNBS un vatch. Hace sobre la tierra el me-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 219

ñor ruido posible; es económico en


palabras y gestos; no quiere ser un
tenor imperial ni un payaso coro-
nado.
»Su presencia no tiene nada de
intimidante. Antes al contrario, es
élquien duda tímidamente cuando
alguien se le aproxima. Con un
franco apretón de mano da la bien-
venida al que llega. Su conversa-
ción es lenta, pero así que se pro-
longa elevándose sobre la vulgari-
dad inevitable de una primera en-
trevista, se muestra nutrida y bien
cuidada. El rey tiene grandes cono-
cimientos literarios. Aunque no es
poeta, cita con frecuencia ciertas
estrofas que ha guardado en la me-
moria después de sus lecturas. El
movimiento artístico de Bélgica
tiene en él un admirador entusias-
ta.Fué el primero de nuestros reyes
que habló de él como signo de gran-
deza nacional en sus discursos de
la corona.
»E1 pueblo ama á Alberto I por-
que es «un mozo valiente». Jamás
un rey manco alcanzaría populari-
dad entre nosotros. Es preciso que
el que reina pueda manejar un man-

doble antiguo. Alberto I es sano,


alto, poderoso. Encarna la idea
que
los flamencos y los valones tienen
de la belleza. Jamás la separan de
la fuerza. Todos ellos saben que si ENTREVISTA DEL REV DE BÉLGICA CON El, REY DE INGLATERRA, BN MOST
es preciso el rey será un firme y (De The llhtstrated Lontíon Xetcs)

HL RBY DB BÉLGICA IMPONIBNOO EN FURNES LA CRUZ DB LEOPOLDO Á LA BANDERA DEL T." HBOIMIBNTO DB INFANTERÍA
SI 4 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 215

de hacerle una visita. Su pala-


cio, en el cual tres días después
iba á entrar el enemigo como un
vencedor, habia sido transfor-
mado parcialmente en hospital.
Antes de partir quiso hacer una
última visita á los soldados. A
pesar de lo grave del momento,
se mostró tranquila, impertur-
bable. Ninguna lamentación sa-
lió de su boca. Y después de esta

suprema visita partió para lo


desconocido, con toda su fe.
»La Historia acogerá amoro-
samente á tal rey y tal reina.
Tal vez esta pareja entrará al-
gún día en la leyenda. Los som-
bríos historiadores teutones ne-
garán en vano la belleza de sus

gestos y sus actos. La unánime


admiración y el unánime respeto
de su pueblo formarán un cortejo
detrás de los dos á través de los
siglos. Tienen en favor suyo la

juventud, la claridad, el sufri-


miento, el valor invencible de
sus almas. Son grandes por ellos
mismos, lo que representa algo
mejor que ser «kolossal» por el
esfuerzo de los demás.»

Un periodista inglés contó en


Noviembre su encuentro con Al-
berto I en la pequeña fracción de
Flandes que después de la ren-
dición de Amberes sostuvo izada EL ASESINATO
la bandera de Bélgica. Fué á la (Alegoría de la iuvasióii de Bélgica, por Allard Lolivier, de L' Heroique lie.hjique)

caída de la tarde, en la plaza prin-


cipal de Furnes, frente al palacio
del Municipio, construcción de ca-
lada piedra, con gran torre de ar-
mónicas campanas, como todos los
edificios antiguos del país.
La plaza está desierta. A lo le-

jos suena el cañón. La gran ba-


talla de Flandes, la más sangrien-
ta de la Historia, una carnicería
donde cayeron L50.000 hombres,
se está desarrollando á pocos kiló-
metros.
De pronto una ventana
se abre
del palacio. Un
brazo azul con ga-
lones de oro se acoda en el alféi-
zar, y sobre su mano viene á apo-
yarse una cara pálida, demacra-
LOS REYES DB liÉLGICA BN LA INTIMIDAD da, con lentes; una cara que res-
La reina Isabel cuidando la educación musical de su hiio Leopoldo, el principe heredero pira melancolía, ensueño y cansan-
216 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

cío. El inglés la Suenan los tambores como si redoblasen solos; lan-


reconoce: «Es zan las trompetas, con la dorada boca en alto, el ala-
el rey.» Se exa- rido de sus cobres; los soldados presentan sus fusiles;
minan un mo- los oficiales agitan los kepis en la punta de los sables;

mento, y luego «¡Viva el rey caballero!» El regimiento, con las


elhéroe vuelve compañiiis diezmadas, sucio y heroico, saluda por es-
á dejar su mira- pontáneo impulso al héroe más grande de su época.
da flotante en La muchedumbre armada, falta de su banda de mii-
el vacío. Des- sica, pues los músicos se han convertido en camilleros,
cansa. Aprove- entona La Marsellesa; entona La Brabanzona. Y el
cha un momen- brazo azul galoneado de oro se mueve con noble len-
to para aspirar titud, mientras dos lágrimas de emoción empañan los
el aire con de- lentes.

licia, ver el cie-


lo, contemplar
la puesta del Se aleja el regimiento. La plaza vuelve
á quedar
sol. solitaria. Alberto Sin-Tierra sigue en
ventana, des- la
Hace sema- cansando, soñando. El cielo se tiñe de rojo detrás de
nas que su exis- las negras y puntiagudas siluetas de los tejados
tenciaesde con- belgas.
tinua activi- va á morir. Llega la noche,
El sol se oculta, el día

dad, sin día ni y con ella la sombra, las horas de incertidumbre, las
noche. Duerme horas de desesperación... Y después de la noche lucirá
donde puede; otra vez el dia, con un nuevo sol.

aparece donde
menos le espe-
ran. Abando-
na el combate
para ir á re-

unirse en una
encrucijada de
caminos, en
una playa, en
unaj;ranja,cou
su ánimos a
compañera, la
reina heroica
KL REY ALBBRTO EN TRAJB DE CAMPANA que, luego de
depositar sus
tres hijos en
Londres, lo ha sef;uido á los campos de muerte.

Suena un rumor de muchedumbre en una calle


próxima. Entra en la plaza un regimiento francés que
vuelve de las trincheras; un regimiento hermosamente
sucio, feo hasta la sublimidad, con los capotes desco-
loridos, el barro á las rodillas, los rostros hirsutos,
las manos negruzcas. Unos arrastran las piernas al

marchar, envueltas en vendajes de ocasión, otros


llevan bajo el kepis trapos blancos con manchas roji-
zas. Es la jauría guerrera que vuelve de la caza del

hombre, rezumando sudor y sangre, con los colmillos


babosos de rabia. Nada queda del regimiento de las
grandes paradas.
Los soldados miran á lo alto, reconocen los lentes,
LO INCONQUISTABLE
el rostro alargado de noble palidez, y sin que suene
una orden, sin que el coronel haya hecho un gesto, el El kaiser. — ^'a ves. lo has perdido todo.

regimiento entero se detiene. Hasta los caballos imi- El bev Alberto.— ;Mi espíritu, nol

tan instintivamente la inmovilidad de los hombres. (Del Piitirt, de Londres)


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 217

EL ÉXODO DE LOS REYES DE BÉLGICA


Paseo que aun les pertenece, y donde
solitario del rey Alberto y la reina Isabel á lo largo de la playa, lo último el porllado
heroísmo de sus tropas y de los ejércitos aliados ha detenido la invasión alemana
(Dibujo de J. Simont, de la tlllustration» de París, según fotografía de M. Savage Landor)
218 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

(Fot. Kol)

XV ingeniero Sulkosky, notable constructor de los


tria; el
extensos ferrocarriles de líusia, y el ingeniero Can-
net, director de la fábrica de cañones del Creusot é
El general Joffre inventor de las piezas de artillería que llevan su nom-
bre. Un hispano-amerícano, el ingeniero de Jlontevi-
La guerra
reveló dos grandes personalidades des- deo don Felipe Victoria, fué también de esta promo-
conocidas. Una fué Alberto I; otra el general Joffre. ción, guardando en su poder como recuerdos de la
El nombre de éste apenas había sonado fuera de juventud dos fotografías de 1868 que representan al
los circuios militares. Al ponerse en movimiento el joven Joffre con todos sus compañeros, cuando vivía
ejército francés, como una inmensa fuerza anónima, en la pensión Haraut de París.
el mundo
quiso conocer la inteligencia que lo guiaba, La guerra de 1870 sorprendió á Joffre en la Escue-
experimentando cierta estrañeza ante su apellido des- la Politécnica, siendo habilitado, como sus camaradas
conocido. de estudios, para tomar parte en atiuélla, con el grado
—¿Quién es Joffre? —preguntaron las gentes, no de teniente. Al sobrevenir la paz figuró en la comi-
sólo en el extranjero, sino en París. sión de ingenieros militares encargada de organizar
El general no había sido hombre político y huía de las nuevas defensas de París, y con arreglo á sus pla-
toda exhibición, llevando una existencia de aisla- nes fueron creadas las fortificaciones del sector de
miento, dedicada por completo al estudio. Enghien.
Los que le habían conocido de estudiante recorda- Cuando el mariscal Mac-^lahón, presidente de la
ban su juventud, seria y laboriosa. Era un muchacho República, visitó dichas fortiíicaciones rodeado de su
silencioso y dulce. A los diez y siete años entraba por Estado Mayor, hizo llamar al teniente Joffre, silencio-
su excelente prepíiración como alumno de la Politéc- so lo saludó con estas palabras:
—y Recibid misy felicitaciones,
modesto,
nica, hecho poco común en los anales de la Escuela. capitán.
Su curso de preparación tuvo estudiantes notables Capitán á años y sobre el campo de
los veintidós

que se preparaban para la mencionada Escuela y la sus trabajos, era un ascenso glorioso.
de Saint-Cyr. Compañeros suyos fueron el general Todos sus camaradas le apodaron desde los prime-
Picquart, soldado ilustradísimo que tanta fama adqui- ros años «Joffre el Taciturno», y con este nombre llegó
rió en el proceso Dreyfus y luego como ministro de la á las primeras categorías del ejército. Habla poco.
Guerra; el general Soutzó, que habia de desempeñar Sus palabras son lacónicas y precisas. Este meridio-
largos años la cartera de la Guerra en Grecia, su pa- nal, al revés de sus compatriotas, exuberantes de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 219

gestos y verbosidad, pródigos en vi-


braciones exterioi'es, lleva una vida 'íf'^^'-M-H
interior de recogimiento mental, de

pensamiento concentrado.
Después de su triunfo de Enghien
lo enviaron á la frontera del Este,

donde el gobierno francés aceleraba


las defensas nacionales ante el peli-

gro de una nueva invasión alemana.


Joffre organizó las fortificaciones de
Pontarlier.
— Muy interesante mi trabajo — de-
cía á sus amigos — . es que
r^.Pero
únicamente sirvo para hacer fortifi-

caciones? Yo
quiero mandar tropas.
El ingeniero tardó mucho tiempo
en ver realizados sus deseos de hombre de guerra.
Después de Pontarlier lo enviaron al Tonkin para
construir nuevas fortificaciones y hasta simples cuar-
teles.
Por fortuna estaba allí el almirante Courbet, jefe
heroico que sabia conocer el mérito de sus hombres.
El capitán Joffre llamó su atención desde los primeros
meses, y arrancándolo á sus obscuras y poco gloriosas
funciones de ingeniero colonial, le dio el mando de
una columna, enviándole á ganar batallas.
Joffre, espada en mano, figuró entre los jefes más
avanzados y audaces, saliendo vencedor de todos los
encuentros. Fué á Formosa con Courbet, y bajo el
fuego del enemigo organizó la defensa de la isla. Luego
lo enviaron á Madagascar, donde construyó las forti-

ficaciones de Diego Suárez, que figuran como una ma-


ravilla en su género. De alli partió para el Dahomey,
donde hizo la guerra á las órdenes del coronel Bonnier.
Este fué muerto en un encuentro, quedando deshechas
sus fuerzas, pero Joffre, que mandaba la retaguardia,
en vez de retroceder siguió su avance con un hábil
movimiento, siendo el primero que penetró en Tom-
boctú, «la ciudad del misterio», situada en el corazón
de África.
Después de esta brillante operación lo llamaron á
220 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Rivesaltes es una pequeña ciudad del Ko-
sellón (.Cataluña francesa un amontonamiento -;

de casas en torno de una antigua torre sarra-


cena, circundado de murallas que baña el to-
rrentoso río llamado el Agley. Todos los veci-
nos de Rivesaltes conocen al general Joffre y
alaban su carácter y su corazón, diciendo en
un catalán casi semejante al de la vecina
España: «/J.v com lo vi del tieu endref, com lo
moscat de Rivesaltex; fortalesa y parfum embo-
iirafs de dolror.^ (Es como el vino de su pais,
como el moscatel de Rivesaltes: fuerza y perfu-
me envueltos en dulzura.)
Su padre fué un tonelero que tuvo catorce
hijos, y de ellos sólo quedan dos: un hermano
VIST* DB RIVESALTES
de Joffre que es recaudador de contribuciones
y una hermana que reside en Rivesaltes.
cesos, con una frialdiid protocolaria. A la hora del Los vecinos del pueblo amigos de su familia
café se desataron las lenguas alemanas. Un personaje recuerdan sonriendo la causa de que el estudioso
del pais, francófobo como toda
la burguesía alemana, Joffre sólo alcanzase elnúmero 14 al ingresar en la
entabló conversación con diputado francés, era-
el Escuela Politécnica, no obstante ser el aspirante más
peñándose en demostrarle la seguridad que tenia fuerte en matemáticas. Nunca pudo aprender el ale-
Alemania de vencer á Francia en unas pocas se- mán. Su clara inteligencia se resistió á tal estudio,
manas. hasta que años adelante, siendo general, dominó este
— Sé bien que el soldado francés vale por dos solda- idioma por un esfuerzo de voluntad.
dos alemanes — dijo
el personaje germánico Si; lo
— . En sus viajes al pais natal, José Joffre, unas veces
reconozco. Pero vosotros no tenéis disciplina ni gene- comandante, otras coronel, fraternizaba con los cora-
rales. pañeros de la niñez, gentes rústicas que escuchaban
El francés, que liabia permanecido silencioso re- sus relatos en catalán describiéndoles las campañas
huyendo laconversación, fué caldeándose al oiresto. en Asia y África. Otras veces toraalia asiento entre su
— ¡Nosotros no tenemos disciplina! exclamó — Es — .
padre y sus tíos á la puerta de la vieja casa, para jugar
cierto; nosotros no tenemos vuestra disciplina. La con ellos á «la raanilla», su diversión favorita. En el
hemos reemplazado con el amor de los oficiales por curso de una de estas partidas de naipes, el coronel
los soldados y de soldados por los oficia-
los

les, gracias al cual los oficiales harán pasar á


los soldados, si es necesario, por el agujero de
VILLE DE RIVESALTES
una aguja... ¡Nosotros notenemos generales! Y "^fNÍTS.CUrlHTtlta

vosotros ¿los tenéis? ¿En qué guerras han es-


tado"? ¿Dónde han hecho sus pruebas? Su mérito
está aún por ver, después de cuarenta años de
A %^xo«k/x C'r t
paz. Son una incógnita, ni más ni menos que
1 I

NAn<4AHC>^
los nuestros.
«~v
Calló un momento el diputado, y luego
añadió:
— Además, nosotros tenemos á .Toffre.

El personaje alemán hizo un gesto de ex- WfK^ lrq«H iBFa«*^«>vl*


'i^^k^iá^
trañeza. •^ naik. tf^*'
'

'Vf *•
—¿Joffre? Por primera vez oigo ese nombre. 5 f r^r^v^ srn\ |
.n»li « •«••

0^
Era verdad. Una enorme mayoría de los 'M
franceses se encontraba en el mismo caso.
— —
No importa contestó el diputado Guar- — .
UA*H^
Pf^ ^ S'

dad el nombre de Joffre en la memoria. Algún sd-^G


-«i

día oiréis hablar de él.

V^AM'ClM ' ¿Crf


í^». ..<ír..
fd.

ÍV*f htfnll .«oten*»' •«•'H*r# Ur MfriM |ir>rv

Joffre casi es español.


Nació en Kivesaltes. población inmediata á
Perpiñán, cerca de la frontera española. PARTIDA DK BAUTISMO DB JOFFRE
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 221

Joffre aconsejó á su padre que abriese unas trincheras


oblicuas en sucampo de Rompas para facilitar el curso
constante de las aguas é impedir las inundaciones de
primavera.
—Yo no sé de agricultura— dijo— pero sé algo de
,

trincheras. Es mi oficio.
Joffre no podia adivinar en aquel momento toda
la verdad de esta afirmación.
Cuando volvió á Rivesaltes con las estrellas de
sintieron intimi-
general, sus amigos de la escuela se
dados. ¡Un general! Ninguno osaba á tutearle, pero
Joffre se ofendió por este respeto, y todos tuvieron

que restablecer la antigua familiaridad. Á lo único que


no se atreven sus convecinos, á pesar del tuteo y del
trato franco, es á hacerle una recomendación en fa-
vor de una persona. Su ceño se frunce inmediata-
mente. Él ha hecho su carrera solo, desde su humilde
nacimiento, sin influencias de familia ni de amistad,
por su trabajo, su constancia y su energía. Que
le

imiten... Esto
es lo que con-
testa con bre-
ves palabras.
Los amigos
recuerdan una
aventura de su JOFFUE
CASA BN IJIB NAUJll
vida ocurrida
en Rivesaltes, Ea Rivesaltes, como en toda aquella comarca, la

pocos años des- verdadera lengua, la de la intimidad, la del trato fa-

pués de la gue- miliar, es la catalana. El francés sólo se


usa como
rra de 1870. El idioma de la escuela.
capitán Joffre, El generalísimo .loffre habla el catalán lo mismo
en sus excur- que el francés, y se sirve de él en sus conversaciones
siones por el con los amigos de la infancia. Es, además, un verda-
país natiil, qui- dero catalán
so examinar de por su carácter
cerca las forti- reposado, cal-
ficaciones de culador y sere-
Prat de Holló. no. Aun lo es
Un centinela, más en su esti-
viéndolo rubio lo. En sus car-
ALUMNO DE LA POLITÉCNICA (.17 AÑOSJ
y con cierto tas y procla-
aire militar, lo tomó por un espía alemán y lo llevó mas dice lo que

prisionero al cuerpo de guardia. El futuro generalísi- quiere decir;


mo se dejó conducir, y al comparecer ante el jefe de ni una palabra
la guardia dijo en un catalán que nada tenia de tudes- más.
co, mientras entreabría su paleto mostrando la blusa Gran aficio-

militar que llevaba debajo: «Son un alemany de Rive- nado á los estu

saltes, que té tres galons sobre la matelote.' (Soy un ale- dios literarios
mán de Rivesaltes, que tiene tres galones en la blusa.) y sociales, ha
La pequeña ciudad del Rosellón admira á Joffre vivido en ínti-
más aún que por sus méritos, por su sencillez de ca- ma confrater-
rácter y su modestia. Es el grande hombre sencillo, nidad con los
calmoso y firme, que en el campo de batalla inspira á hombres más
sus soldados una familiaridad afectuosa y respetuosa avanzados de
al mismo tiempo, que los impulsa á los mayores he- la República.
roísmos para poder decir después: Uno de sus me- jp-fb db batallón bn 188'.)


Hoy el abuelo está contento de nosotros. jores amigos es (Fots, de la Itlustration do París)
222 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

generalísimo por su fría serenidad y su pericia de or-


ganizador y estratega, llegan á decir en sus tertulias,
como una e.xcusa:
— .loffre es un sabio, y todos los sabios son algo in-

crédulos.
Esta tolerancia general, que anima y une á los
en un diálogo
fi'anceses, la sintetizó (iustavo Ilervé
interesante.
Iba á partir para la guerra un regimiento de vo-
luntarios extranjeros, la mayor parte de ellos emi-
grados políticos. Era en pleno invierno, y Hervé diri-
gió al público un llamamiento elocuente para que
hiciese donativos de mantas y ropas de abrigo desti-
nadas á estos voluntarios que iban á arrostrar con un
simple capote el frió de las trincheras.
Veinticuatro horas después había que cargar en
varios camiones los fardos de ropas amontonados en
la redacción de La Guerra Social.
Una señora anciana y aristocrática, vestida con
sencillez, de las que sólo abandonan su viejo caserón
para ir á la iglesia inmediata, visitó al revoluciona-

rio, entregándole personalmente gran cantidad de


prendas.
— ¿Sabe usted á qué gente va á servir su regalo?
— dijo Hervé conmovido por el patriótico apresura-
miento de la dama y ganoso á la vez de asustarla con
su espíritu paradójico y burlón —
Esos voluntarios son
.

unos terribles pecadores. Los años de presidio á que


KL GENERALÍSIMO Y MADAMH JOFl'RB están sentenciiidos en sus países suman muchos siglos.
Algunos fueron condenados á muerte. Son nihilistas
Clemenceau. Los republicanos radicales y los socia- huidos de Rusia; revolucionarios catalanes de «la se-
listas nada pueden temer de este general, aunque le mana sangrienta», socialistas italianos condenados
sonría la suerte como á los grandes caudillos ambi- por los consejos de guerra; gentes sin Dios ni ley.
ciosos. En el caso de buscarle un ascendiente, habría Y la buena señora en vez de asustarse juntaba las
que fijarse en Washington ó en lloche: de ningún manos y sonreía con arrobamiento.
modo en Napoleón. Es un soldado republicano que, — ¡Qué valientes deben ser!— dijo — . Hombres de
terminada la guerra, volverá á su vida silenciosa de éstos necesitamos ahora.
estudio. Así pensaron desde el principio de la guerra las
Fué una suerte para Francia que este hombre mo- clases más
retrógradas. El peligro común produjo es-
desto permaneciese en la sombra, entre su familia y pontáneamente una tolerancia general nunca vista en
sus libros, hasta la hora en que resultó necesaria su la historia francesa.

aparición. Al intervenir antes en la política, siendo .loffre, que en otros tiempos, á pesar de sus méritos.
diputado, senador ó ministro de la Guerra, su presti-
gio hubiese sufrido rudos golpes de los partidos reac-
cionarios, como le ocurrió al general Picquart. y no
habría podido ser aclamado como una esperanza por
todos los franceses, unidos en el peligro y olvidados
de sus antiguos odios.
Joffre es un racionalista, un librepensador, y sus
ideas sobre la evolución social no son monos avanza-
das. Pero los conservadores han venido á saber esto
en plena época de tolerancia, cuando todos los fran-
ceses son hermanos y los periódicos de París publican
que en el Consejo Supremo de Defensa el secretario
de las federaciones socialistas de trabajadores y el
arzobispo de París se estrechan la mano al empezar
la sesión y se sientan juntos.
Muchas damas realistas y devotas que admiran al LÁ CASA DBL OBNBRAL JOFFRE EN RIVBSALTES
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 223

hubiese sido atacado por los


compatriotas enemigos de sus
ideas, obtuvo una confianza
unánime, como jamás la cono-
ció caudillo alguno.
El general, por su parte,
ha mostrado siempre en el
ejercicio de sus funciones una
noble imparcialidad, una ca-
rencia absoluta de apasiona-
miento. Para él sólo existen
franceses y un solo partido:
el de la defensa de la patria.
Cuando ocurrió el fracaso de
Charleroi y tuvo que declarar-
se en retirada, no por defec-
tos de su táctica, sino por ha-
ber sido mal secundado por
ciertos generales, castigó á
éstos con una dureza silen- LOS QHNBUALB» JOFFRB, CASTBLNAU Y PAU
ciosa é inflexible. Todos ellos
quedaron separados de sus puestos. Algunos eran En cambio distinguió con una fraternal confianza
amigos antiguos de .Joffre y gozaban de cierta signifi- á los generales Pau y Castelnau, que son de lo más
cación política por sus ideas avanzadas. De nada les opuesto á él en punto á ideas políticas y religiosas.
valieron estas afinidades con el generalísimo. Él úni- Pau es un viejo creyente, y Castelnau un devoto que
camente reconoce soldados buenos y malos, y los con- casi llega al fanatismo. Siempre que este último des-
sidera según sus méritos. cansa unos días en algún lugar donde hay iglesia,
aprovecha la ocasión para cuidarse de sus negocios
espirituales, confesando y comulgando. Pero los dos
son valerosos soldados y hábiles tácticos que secun-
dan fielmente sus planes, y esto basta para que .Joffre
sienta por ellos un afectuoso compañerismo, dejando
á un lado las diferencias de criterio que pueden sepa-
rarlos en la vida civil.
Otra gran figura militar que se desarrolló al lado
de Joffre como admirable segundo fué el general Foch,
uno de los obreros de la victoria del Marne y el
principal sostenedor del gran choque de la batalla de
Flandes. Es un soldado modesto y sabio como su jefe,
y lo mismo que él, casi desconocido al iniciarse la
guerra. Antes del mes de Agosto todo lo que se sabia
de él era que había escrito un iutei'esante libro téc-
nico, titulado El combate, y que gozaba de gran auto-
ridad entre los militares del Estado Mayor por sus con-
diciones de táctico.
En torno de Joffre, maestro lacónico y clarividen-
te, se formó antes de la guerra una verdadera escuela
de militares, relativamente jóvenes, que trabajaron
en silencio por su patria, como una comunidad de
ascetas. Gran parte de ellos formaron el Estado Mayor
que le siguió luego en sus operaciones.
Estos discípulos escucharon con un fervor religioso
las enseñanzas del grande hombre.
— —
«Para estar prontos decía Joffre hay que orien-
tar por adelantado, con tenacidad y método, todos los
recursos del país, toda la inteligencia de sus hijos,
toda su energía moral, hacia un fin único: la victoria.
JOPPRB CON BL GENERAL FOCH Es preciso haberlo organizado todo y previsto todo.
224 VICENTE BLASCO IBANEZ

r -
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA ÜE 1914 225

Eq sus explicaciones de maestro, dijo rauclias ve- peciales de nuestra raza; una magnifica potencia de
ces: trabajo, un buen sentido inalterable y un gusto pro-

No son los generales en jefe los que ganarán en fundo por la economía, que le hace ser avaro de la
adelante las batallas. Son los coroneles y tal vez los sangre de sus hombres. Posee igualmente la claridad
capitanes. Los combates van á desarrollarse en un del espíritu francés, la bondad de la vida francesa y la
frente de 400 ó 600 kilómetros, y en tan enorme ex- fe del alma francesa en los destinos de su país. Tiene,

tensión la voluntad de un solo hombre ejerce poca in- en una palabra, todo lo que hay de bueno y de supe-
fluencia...No puede adoptar las combinaciones rápi- rior en la inteligencia y en el pensamiento de nuestro
das inspiradas por el momento, ni valerse de astucias pueblo. Y por esto nosotros, que somos sus subordina-
aconsejadas por las circunstancias... El papel del ge- dos, sus combatientes, le hemos dado otro epíteto que
neral en jefe habrá casi terminado desde el momento resume mejor los méritos de su persona, llamándolo
que conduzca las tropas á un punto y sitúe en linea «nuestro .Joffre». Resulta «nuestro» porque está con
de batalla todos los ejér-
citos que deben tomar
parte en ella. El papel
de los coroneles y de los
capitanes empezará tan
pronto como se hayan
hecho los primeros dis-
paros. Ellos decidirán la
suerte de la lucha. Las
tropas vencedoras serán
aquellas que puedan sos
tenerse más tiempo, que
tengan más constancia,
más energía y sientan
mayor fe en el éxito
final.

Esto lo repetía .loffre


cuando algún personaje
extranjero iba á visitar-
leen su gabinete de tra-
bajo del Consejo Supe-
rior de Guerra, estable-
cido en el palacio de los
Inválidos. Un periodista
en este re-
le visitó EN CAMPAÑA, MIRANDO CON BL GENERAL CASTBLNAU EL PAISG DE UN AEROPLANO
que
tiro de estratega estu- (Fot. Rol)

dioso, dijo asi al recor-


dar su entrevista: «Veo aún en la penumbra del ga- nosotros, vive cerca de nosotros y es lo que todos
binete al hombre, con su mirada azul y límpida; oigo nosotros queremos que sea...
todavía su voz lenta y de tono grave. Nunca mirada »No vayáis á creer que ha ganado el cariño de sus
alguna leyó con tanta claridad en el porvenir; jamás hombres porque nos consiente y nos tolera todo. Los
ninguna voz formuló una profecía que alcanzase tan corazones de los soldados como los taludes de las trin-
exacta realización.» cheras, no se conquistan transigiendo y cediendo.
o
No; él no nos consiente nada ni nos pasa nada. Rudo
Un escritor combatiente en la guerra, al describir con él mismo, tiene derecho á mostrarse rudo con los
á este jefe estudioso, grave y sencillo, dice así: demás. La disciplina no ha tenido nunca guardián
«Nuestro país, que se enorgullece de haber tenido más intratable.
losmás grandes capitanes de la Historia, no tuvo nunca >Un ejemplo... Nosotros no somos como los enemi-
figura más pura que la de Joffre. Á propósito de él se gos de enfrente, saqueadores de castillos y destroza-
ha evocado la imagen de Fabio, al cual los legiona- dores de cadáveres. Sentimos respeto por los muertos
rios romanos dieron el sobrenombre de Cuntactor «el que hemos tendido á nuestros pies. Igualmente respe-
contemporizador». Pero Joffre es más y mejor que taremos las propiedades alemanas el día cercano en
Fabio. Ciertamente que por su simplicidad y su mo- que vayamos á visitarlas. No haremos rodar tras de
destia recuerda á los primeros jefes de Roma, cuando nosotros filas de carretas para llevarnos la ropa blan-

la República brillaba con su esplendor más austero y ca de los burgueses de Munich ó la vajilla de las
radiante. Pero tiene además todas las cualidades es- casas de Dusseldorf. Sin embargo, cuando al llegar la
226 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

noche, después de una ruda batalla, nos inclinábamos


sobre el terreno del combate, había una cosa, una
sola, que nos impulsaba á encorvarnos para recoger-
la. Los cascos en punta tentaban nuestro deseo, vien-
do en ellos un emblema del enemigo, de su brutalidad
y su barbarie, que podíamos llevarnos como testimo-
nio de victoria.
»Jolfre lo supo, é inmediatamente lanzó una prohi-
bición absoluta, conce-
bida en términos de la
más extremada severi-
dad, y afeando además
nuestra conducta. Todos
los soldados dijeron lo

mismo: «Está bien; pues-


to que Jof fre nos lo prohi-

be, indudablemente co-


metíamos una acción in-
noble.» Ahora los fran-
ceses pasan junto á los
cascos en punta, espar-
cidos en caminos y fosos,
sin mirarlos siquiera.
«Otro ejemplo... Es un
poco más difícil de ex-
plicar. Pero no impor-
ta. Vosotros compren-
deréis... Cuando se ha
vivido en las trincheras
días y días, cuando se
ha cumplido el rudo tra-
bajo noches y noches,
cuando se ha luchado
bien, se ha velado, se ha
marchado incesante-
mente y se ha removido
la tierra chira y helada,
se sueña con las perso-
nas que amamos, las
cuales viven en la casa
como abandonadas, llo-

rando y acordándose de
nosotros. Se piensa en
lo dulce que sería sentir
en torno del cuello los
brazos de la mujer que
se dejó para ir á la gue-
rra. Entonces se aprovecha el rápido pasaje por un

pueblo donde hay una pequeña administración de co-


rreos, se telegrafía, se escribe y se hace venir por
una hora la esposa ó la amiga fiel, cuyo beso se con-
serva cálido en el corazón durante semanas enteras.
Nosotros podemos ser héroes, ¡conformes! pero nadie
de nosotros aspira á la santidad del asceta.
»Esto tampoco lo admite .loffre. Él nos aprecia
mucho, pero no aprecia á nuestras mujeres, y nos ha
hecho saber que nos castigará con el mayor rigor si
buscamos la compañía de ellas. Á pesar de esta du-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 227

El generalísimo francés es una especie de gigante el general aparece en una puerta, vestido simplemen-
Atlas sobre cuyas espaldas robustas descansa el peso te de paisano, nada más que con su reflexivo silencio,
de toda la nación. Caudillo de una democracia, su con la expresión abroquelada de su mutismo, con la

responsabilidad es mucho más grande que la de los inexpresión voluntaria de su mirada, antes de que
generales alemanes. Éstos, con ganarse el afecto de
abra la boca y precise la acogida de sus ojos de un
su emperador, no necesitan de otros apoyos. Joffre

azul pálido abiertos y luminosos de franqueza, pero
debe corresponder á la confianza de todo un pueblo. que se cierran interiormente para no dejar escapar
Los enemigos pueden intentar locuras, derrochar nada de lo que han visto... —
en todos estos signos
,

vidas, extermi- especiales se


nar en una ma- adivina la pre-
niobra audaz sencia de una
centenares de gran fuerza acu-
miles de hom- mulada. Joffre
bres. Su pais, so- parece exhalar
metido á la tira- en torno de él la

nía militarista, superioridad de


no sabe nunca una gran prepa-
la verdad, y si ración. Y es dig-
la sabe se queja no de mencio-
en silencio, sin narse cómo se
atreverse á ha- comunica la con-
cer pública su fianzay seguri-
dad que da este
protesta. El ge-
neral republica- hombre poco co-

no no sólo piensa municativo y de


en la victoria, voz algo apaga-
sino que procura da, breve, pen-
obtenerla con sativa y dulce.
una gran econo- Se adivina al es-

mía de vidas, cucharle su de-


seo de hablar lo
para que su país,
democrático y li- menos posible y
bre, sienta el sa-
con la menor
crificio lo menos cantidad de vo-
posible.
cablos. La pala-
Cuando se bra no es su ejer-
piensa en esto, cicio. Se sirve
se ve más gran- de ella como con
de la figura de pena, con la so-
Joffre. briedad de una
El notable es- concesión. Pare-
critor Henri I^a- ce es timar lamuy
vedan dijo del poco y abomina
generalísimo de la verbosidad
francés: y de los elogios
«Lo he visto BL generalísimo orales. Jamás
solamente en dos persona alguna
rápidas entrevistas, que aun hice yo más cortas ga- se ha escuchado menos al hablar. En cambio, ¡cómo
noso de economizar el sagrado tiempo á este trabaja- escucha á los otros! ¡Cómo los mira mientras hablan!
dor, que es un Creso de la reflexión, para el cual un Á pesar de su aspecto atentivo, se adivina en él un
minuto representa el «comprimido» de una hora. Fué perpetuo trabajo de pensamiento, siguiendo
con la
pocos meses antes de la guerra y he guardado un re- imaginación lejanos caminos, rumiando combinacio-
de hom-
cuerdo que no olvidaré. Esta hermosa, prudente y nes, atacando problemas, alineando columnas
grave figura, resultó con arreglo al retrato mental bres y de cifras, cautivado por necesidades profundas
que yo me había imaginado mucho antes. que le obligan al silencio. Y de aquí ese hermoso y
tiene el
»Es grande, robusto, sólido, ancho de espaldas, y rígido sobrenombre de «el Taciturno», que
acoge al visitante con una calma y una frialdad pací- valor histórico de un titulo de nobleza. Hasta ahora
fica que imponen instintivamente el respeto. Cuando Joffre pasó su vida callándose.
228 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

francesa, arriba y aba-


jo, se supo que había en
alguna parte, en un rin-
cón misterioso y bien
guardado, xin hombre
que trabajaba, un hom-
bre que estaba reali-
zando una obra indis-
pensable, gigantesca,
nacional, y que este
hombre era precisa-
inenteel que en «caso de
guerra», ó sea muy tar-
de... dentro de años...
tal vez nunca. .. tendría
el mando supremo de
nuestrosejércítos, sería
el generalísimo. Esto

era todo lo que se sa-


bia, pero resultaba su-
ficiente para diseñar el

principio de una her-


mosa aureola. Por esto
JOFFRB EN SU MBSA DB TRAÜAJU (Fot Meurisse)
cuando en una noche
de verano, de golpe,
«Mientras nosotros charlábamos, crédulos y lige- sin preparación alguna, la guerra estalló en el mundo,

ros, mientras seguíamos los impulsos de nuestras ne- .loffre fué popular, viéndose investido, en un impulso

cesidades interesadas ó de nuestros placeres y nos


debilitábamos en querellas y luchas fratricidas, él, que
ha sido el Preparador, no decia palabra y trabajaba en
la penumbra santa ygris del estudio, inaccesible, ira-
penetrable, mudo, sin que nadie pudiese saber cierta-
mente dónde se escondía la reclusión voluntaria de
este benedictino de los ejércitos, modesto é incompa-
rable servidor de Francia. Más allá de los técnicos y
del personal competente de la gran máquina de gue-
rra que él dirige, más allá de sus allegados inmedia-
tos y profesionales— los únicos que podían juzgarla
capital importancia de los servicios que estaba pres-
tando —
el general, á pesar de su alta situación y de
,

su carrera brillante, no era célebre con arreglo á sus


méritos. Enclaustrado como en un Vaticano en los
deberes austeros de una existencia casi monástica, se
le había visto muy poco en las grandes fiestas de Pa-

rís, en las ceremonias oficiales y en las grandes para-


das donde exhiben los jefes sus uniformes vistosos. La
muchedumbre, que se entusiasma fácilmente con un
general y de rostro satisfecho, apenas si había
feliz

prestado atención á este estratega oculto. Su nombre


simple, claro y poco refractario á la memoria, no fué
conocido de pronto, con una popularidad fulgurante.
Sin embargo, tampoco era ignorado por completo. En
los años anteriores á la
guerra, este nombre empezó
á circular como un magnifico rumor. Lentamente al
principio y luego con rapidez, se amasó, se propagó,
y contribuyó aun más á agrandarlo el manifiesto deseo
de mantenerle lejos de toda popularidad ruidosa que
mostraba el mismo interesado. En toda la sociedad DE) ORAN UNIFOR.MB
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DR 1914 229

espontáneo, de la con-
fianzay el amor de to-
dos los franceses.
«Luego, con una su-
premacía espléndida de
agilidad y de firmeza,
y en unas condiciones
que no se habían pre-
sentado nunca desde
que los hombres em-
pezaron á batirse en la
tierra, Joffre hace tren-
te al enemigo, desga-
rrándolo, desmenuzán-
dolo, royéndolo, ce-
diéndole paso única-
el
mente en retiradas pa
sajeras para hacerlo re-
troceder después en
desorden y conducirlo
allí donde cree que es

el mejor terreno para


alcanzar verdaderas
BN BL FRENTE
ventajas. Nadie duda
de él. Su inmutable
serenidad se comunica al país. Todos creen con in- dillo, que hará á su hora lo que sea necesario sin
destructible fe en el esfuerzo de bronce de este cau- oscilaciones y sin límites.

»Hay que representárselo tal como es y tal como


ha sido, palideciendodurante años sobre las mesas de
trabajo, ennegreciendo por centenares y por miles los
papeles de cálculo, poseyendo como nadie la topogra-
fía de Francia y Alemania, conociendo á fondo la ana-

tomía de los eternos campos de batalla, como un mé-


dico para el cual el organismo humano no tiene secre-
tos, habiendo alcanzado la ciencia del jugador de

ajedrez que al sentarse ante el tablero sabe indiscu-


tiblemente que ha de ganar la partida. El solitario de
existencia aislada y labor prodigiosa es ahora el ge-
neralísimo de vida múltiple, hirviente y épica, sin
abandonar por esto los rigores de la regla y el méto-
do, ni lanzarse á las aventuras impulsivas de la auda-
cia,pues en todos los momentos conserva la sangre
fríay es dueño de sus actos. Su ubicuidad confunde
al observador. Aparece en los sitios más diversos.

Aquí monta en un caballo fuerte y enorme como lo


hubiese necesitado üu Guesclin, y reconoce las posi-
ciones del enemigo, llegando entre las balas hasta los
límites de un bosque. Más allá, en una habitación ce-
rrada, le rodean sus oficiales respetuosos y de pie,
mientras él se inclina sobre el mapa, al eco de los ca-
ñonazos, con el teléfono en una oreja... A la cuarta
velocidad de su auto sale y desaparece en el horizon-
te de un camino, conquistado ayer por orden suya, y
á los dos lados de la ruta los muertos, que aun están
sobre tierra, parecen presentarle las armas que toda-
vía no han soltado. Otras veces atraviesa una sala de
CON UNO DE LOS GENERALES EN LA LINEA DB FUEGO ambulancia, dirigiendo al paso á los mutilados irreme-
(Fots. Meurisse) diablesuna de esas palabras simples y tonificantes
230 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

como un pequeño alfiler-bandera clavado en la


carta celeste del mañana.
«Solamente un hombre que posee esta alma
serena y sublime para el cumplimiento del de-
ber, puede lanzar sin miedo á ser desobedecido,
con una autoridad pura y tranquila, las pala-
bras definitivas que dijo .loffre la víspera de la
batalla del Marne: Hoy hay que hacerse matar
cada uno en su sitio, antes que retroceder un
paso. La salvación de Francia depende de esto. •

Durante la guerra, .loffre ha ido de un punto


á otro de la extensa linea de batalla, desplazan-
do su cuartel general según las necesidades tác-
ticas. Siempre fué un misterio el lugar de su
residencia. En vano los aviadores enemigos se
esforzaron por encontrar el alojamiento del ge-
neral con el propósito de arrojar sobre él sus
B\ UNA ESCUELA DONDB HA ESTABLBCIDO Si: DESPACHO UB CAMPANA
bombas. Nadie sabia dónde estaba el caudillo,

pero desde su retiro lo veía todo, lo dirigía todo,

que caen sobre su fiebre con la frescura de una cruz y se presentaba repentinamente alli donde resultaba
sobre una herida... (» sueña sentado en cualquiera necesaria su presencia.
granja abandonada y de vidrios rotos, rodeado de
gallinas que corretean entre sus piernas, ó de un perro
r
perdido que husmea sus botas. Ó salta á un tren y
va de un punto de Francia á otro, salvando en poco
tiempo distancias de centenares de kilómetros. O se
presenta en Paris nada más que por una hora, y
vuelve á partir iiacia el frente de batalla, que es para -
.1
lirofi-ision
él un imán.
I
cX-V-O-Cx^j^
vA>..-'"*A iiiiliUUri-
II cJfViUí
«Pensad en el empleo vertiginoso de sus días, en tixcni

su despertar, en su trabajo, en la tensión de su cere-


bro, en sus energías nerviosas, domadas y concentra-
ÍJtir~sur-.\ubr, If
das en un solo fin, en la Rama de su voluntad igual é
inextinguible; pensad en lo que es para él el breve
sueño ocupado y cortado, durante el cual se opera la *l'^- "
cristalización del ataque y se precisa el sentido del
«movimiento». Hay que preguntarse de qué argama-
sa, de qué inalterable cemento armado está hecha su
idea y su firme resolución: sobre qué plataforma debe BOLETA DK ALOJAMIENTO DEL IIBNERALISIMO
reposar la artillería gruesa de la confian/a que arras-
tra á todas partes con él, sea cual sea el camino, y Su retiro nada tenia de misterioso, .loffre, con los

que nunca tiene que desengancharse ni se queda ciento cincuenta oficiales técnicos que forman su Es-
atrás. Para conseguir sus fines necesita abstraerse de tado Mayor, se instalaba en cualquier puel)lo inme-
todo lo que no tiene relación con ellos. Jamás mira las diato á las líneas de combate. Este gran estudioso, al
cosas de abajo, ni siquiera las que están al lado. Para escoger su alojamiento en una población, siente pre-
ser vencedor se cubre con una coraza de indiferencia, ferencia por la escuela. Los edificios escolares de las
y no ve ni oye lo que podría estorbar la marcha ó las provincias invadidas sirvieron para las oficinas mó-
evoluciones del gran proyecto. Por esto se muestra viles del cuartel general. Los oficiales de ingenieros,
ajeno en apariencia á las emociones que llenan de de artillería, de administración, instalaban con rapi-
tristeza y de horror á otros hombres, hasta los más dez en las aulas sus mesas portátiles, sus legajos, sus
duros. Se muestra insensible á las ciudades que se de- mapas, ocupando los bancos y pupitres de los mucha-

rrumban, á las catedrales que se inflaman, á los crí- chos, .loffre se reservaba la pieza más grande, á la
menes y los incendios, á todo lo que subleva la vista, que venían á terminar, formando apretado cable, los
martiriza el alma y desconcierta á la razón. Por enci- mil hilos telefónicos y telegráficos que ponen en comu-
ma de la terrible nube roja, sus ojos siguen la estrella nicación con el cerebro directivo kis trincheras, las ba-
que se inclina ya hacia las fronteras del porvenir, terías y las poblaciones de un frente de 6CX) kilómetros.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 351

El generalísimo, paseándose por la pieza


adornada con abecedarios y mapas elementa-
les ó sentándose en el sillón del maestro, dirige
las batallas más grandes y extensas que ha
conocido la Historia.
Hay que darse cuenta de la enormidad de
la obra que pesa sobre este hombre silencioso
y tranquilo. Millones de hombres que se bus-
can, chocan y vuelven á hundirse en el suelo;
liatallas entabladas en una línea de leguas y

leguas que hay que seguir hora por hora sin


perder un solo incidente de los mil que surgen
en toda su extensión: reforzar los puntos débi-
les, desguarnecer los que cuentan con un con-

tingente superfluo, escojer el momento para


el empujón decisivo del avance. Y junto con
rx ALOJAMIENTO DE JOFERB
estas exigencias tácticas, preocuparse del avi- Finca en que se aloió el generalísimo días antes de la batalla del Mame. En esta
tuallamiento de municiones y víveres para un misma casa se hospedó en 18U el emperador Federico Guillermo 111

ejército inmenso, dirigir la marcha de los con-


voyes, reforzar las concentraciones de artillería. Una tranquilidad que duerme .loffre todas las noches.
fiebre silenciosa y creadora reina en la escuela de Esta gran fuerza indomable, equilibrada y disci-
sol á y se prolonga en las horas de la noche,
sol, plinada, se mantiene firme y vibrante por la facili-
sin descanso, sin debilidades, uniforme y tenaz. Y el dad con que encuentra su descanso.
cerebro director, el generalísimo que todos los días —
Lo que conserva intacto á nuestro Joffre ha —
repite la misma obra, no parece sufrir el menor dicho un coronel de su Estado Mayor es que puede —
cansancio. Los oficiales se anonadan con el trabajo, dormir como un niño, no importa en dónde ni en qué
sienten agotarse sus fuerzas; el general los envía en momento, allí donde tiene unos minutos libre de ocu-
misión á París, á Burdeos, al frente, para que las paciones, donde se desarrolla la pausa de un entreac-
rudas sensaciones del viaje restauren sus fuerzas y to, en la tarde, en la noche... Inútil es decir que los
tonifiquen sus nervios. Él continúa impasible y tran- que vamos con él nos esforzamos por mantener la
quilo, como si la fatiga no pudiese morder en su exulce- tranquilidad de este sueño corto, cuidando de que un
rante robustez de «viñador catalán», como le llama rugido de auto ó un toque de cornetas no le despierte. . .

el novelista Rene Maizeroy. Y todas las noches, á las nueve aproximadamente, se


Su trabajo metódico está sostenido por una exce- acuesta, con el sueño de plomo de un obrero que ha
lente higiene moral y corporal. De píe con el alba, pasado sus diez y ocho horas al lado de la máquina...
empieza su labor á las seis de la mañana y no cesa ¡El kaiser pagaría lo que le pidiesen por dormir como
de trabajar hasta las diez de la noche. Á esta hora se duerme .Joffre!...

acuesta y duerme, aunque á pocos kilómetros se esté Un


chauffeur parisién de los que prestan servicio
desarrollando una gran batalla. en los automóviles del ejército, describió de este modo

El gran Conde —
dice uno de sus colaborado- al generalísimo, hablando con unos soldados que no
res — no durmió en la víspera de Rocroy con más le habían visto nunca:
— Camaradas: os lo voy á señalar en dos
golpes, y lo reconoceréis en seguida. Es
redondo como una manzana, fresco como
una rosa y con unos cilindros que nunca
se interrumpen.

Un redactor de L' Uluíitration lo visitó


en su cuartel general, establecido momen-
táneamente en la escuela de Romilly.
«Una docena de autos que se renuevan
incesantemente forman fila ante el edificio.
Al final de esta hilera una gran limusina
ostentando un estandarte tricolor atado
ion una cinta bla^nca de franjas dora-
EL GEXERAL JOFFRE E^ I.OS VOSlídS
das. Es el vehículo especial del genera-
Á lo lelos, entre la bruma, desfila un batallón de cazadores alpinos lísimo.»
232 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
En las dependencias del piso bajo están las diver- de centenares de kilómetros. Y nada indica este pro-
sas oficinas, y frente á cada puerta, al pie de las esca- digioso movimiento, aparte del vaivén regular de los
leras, en los corredores, los gendarmes que escoltan el edecanes que parten para el frente ó para Burdeos y
cuartel general y cumplen su consigna de mantenerlo París, llevando el pensamiento del (.-omandante en
aislado. Bajo su protección, que aleja á los importu- jefe...Se contempla con aire pensativo todos los hili-
nos y cierra el paso á los curiosos, los ciento cincuen- llos de cobre, lazos de unión misteriosos que de todas
ta oficiales que trabajan á las órdenes de .loffre cola- partes convergen á esta escuela: lincas tendidas de
boran en su obra. telégrafo y teléfono. El destino de las patrias, con su
«Por gi-andes divisiones fijadas en tiempos de paz, consumo sangriento de vidas humanas, las poblacio-
y con iguíil método que en el más silencioso rainiste- nes rojas por el incendio, el tronar de los cañones, el

JOFKRB DANDO INSTRUOCIONBS A UN GBNBRAL (Fot. Meurisse)

rio, seprosiguen las operaciones de tiempos de gue- crepitamiento de la fusilería, la guerra en una pala-
rra. Las
oficinas de organización, de informes, de bra, la resumen estos hilos en cifras abstractas, en
operaciones militares, de ferrocarriles y de comunica- sílabas desnudas de sonido y de color, en fórmulas sin
ciones, tienencada una su colmena marcada. Ningu- emoción. Y únicamente puede ser asi. ¿Si tantos miles
na confusión; antes al contrario, un orden y una con- de noticias llegasen á un tiempo con la emoción dra-
tinuidad en el orden que dan la impresión de una mática de una terrible realidad, qué cerebro, por sóli-

fuerza segura de ella misma. Los rostros respiran do que fuese, podría resistirlas?»
energía, buen humor y esa especie de serenidad que El generalísimo está arriba en el salón principal
es el signo de la confianza en si propio y de la seguri- de la escuela, una pieza con tres ventanas (jue dan al
dad en el porvenir. patio. El piso es de madera blanca, las paredes están
«Nadie hubiese supuesto nunca que á esta tranqui- pintadas con cal y conservan aún muchos de sus ador-
la escuela llegaría condensado el inmenso rumor, el nos escolares. Todo el mueblaje consiste en un inmenso
tumulto del gigantesco combate sobre la tierra de Bél- tablero montado sobre cabelletes y cubierto de mapas
gica y la tierra de Francia. Millones de hombres se y papeles, varias sillas de paja, numerosas tablas que
entrechocan; cuatro naciones se pelean en un campo sirven de biblioteca, y en las que se amontonan más
JÍI'WÍF
TRÁGICO EPISODIO DE H

Dibujo de M R. Cslon Woodvlllc, de <The lllusiralcd London News»

La infantería francesa y la guardia prusiana luchando por la poas


quedando al fin en p
BATALLA DEL MARNE

ion del castillo de Mondement, cuatro veces tomado y perdido,


er de los franceses
r,;i^í>l
-o'ft IV

v^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 233

papeles y mapas, y el teléfono, el compañero insepa- do que forjar la herramienta y luego enseñar su ma-
i-able de Joffre, que pasa el día pegado á él como si nejo.A los jefes inseguros han sucedido otros que go-
fuese una nueva parte de su cuerpo. zan de plena seguridad. Actualmente el temple de la
«El general está derecho con un sencillo uniforme, herramienta es tal, que en vano muerde en ella el
sin condecoraciones ni galones. Tiende al visitante su ataque alemán.»
ancha mano bien íibierta. Es grande y fuerte. Toda su Al oir hablar de las victorias rusas y de la posibi-
persona, de estatura maciza, revela una potencia cal- lidad de que el enemigo, para reforzar el frente del
mosa y reflexiva, una firmeza lenta y robusta. Lo que Este, bebilitase sus fuerzas en el Oeste, el generalisi-
llama en él la atención desde el primer momento, im- nio dijo con tranquilidad.

presionando al visitante, es la cabeza. Una cabeza — No tengo ningún interés en que desguarnezcan su

BL GBNHRALiSlMO EXAMINANDO UN AEROPLANO

gruesa, un rostro de sólida osamenta, en el cual el linea frente á nosotros. Así los rusos avanzarán más
bigote blanco se encrespa bajo una sonrisa bondadosa aprisa. De que están enfrente de mi yo me encargo.
los

y fina. La barba, que abandonada empieza á crecer —


«¿Fanfarronería? dice el cronista

No. Concien-
.

sobre las mejillas y el mentón saliente, da á este ros- cia profunda de una situación que se domina. Este
tro un sedoso reflejo de nieve. La frente tiene hermo- hombre es el mismo que al día siguiente de la batalla
sos planos que acusan voluntad, y los ojos miran rec- del Marne contestaba á las felicitaciones de uno de
tamente; unos ojos puros, de vivo azul, que parecen sus oficiales con palabras dignas de la grandeza ro-
reflejar el cielo de un alma serena. No se ve uno sin mana.
emoción en presencia de este hombre que lleva con »— —
¿Os dais cuenta, general le dijo aquél

de que ,

tanta quietud la responsabilidad de tantas vidas y acabáis de ganar la batalla más grande de todos los
encarna con una dignidad tan simple la gloria militar siglos?
francesa: veinte siglos de historia. «Este cumplimiento, que algunos juzgaron exage-
Con una voz reposada y de escaso timbre, el ge- rado á primera vista, era sin embargo una imagen
neral va espresando su certidumbre de la victoria; exacta de la realidad.
una certidumbre matemática. Primeramente ha teni- »La batalla del Marne, prodigioso golpe de parada
234 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

En 1870 los generales pru-


sianos y el mismo Estado Ma-
yor imperial hicieron la cam-
paña de Francia con una vida
sobria hasta el momento del
triunfo. En cambio Napo-
león 111 marchó á la derrota
llevando tras de él una trojia
de cocineros y varios furgo-
nes cargados de vajilla de pla-
ta y ricos víveres.
La situación se ha inverti-
do en 1914. El kaiser visita el
teatro de la guerra llevando
como tienda de campaña un
hotel desmontable. Varios co-
clies automóviles trasladan
sus cocinas y su despensa con
poderoso frigorífico. Hasta le

acompaña en sus viajes un


vagón cinematográfico desti-
nado á repetir y perpetuar sus
menores acciones. Sus hijos,
LOS AlTOiMUVILES DEL G BNBRALISl.MO V DE SUS AYUDANTES BN LA ENTRADA DE UN BOSQUE sus parientes, sus generales,
disponen de lujos semejantes.
Cuando pueden hacer una
que contuvo la más formidable de las invasiones bár- buena comida, sus soldados se visten con libreas
baras, reversiraiento completo del destino de dos pue- multicolores para servir á la mesa como si fuesen

blos, no fué únicamente la reintegración de Francia lacayos de los palacios de Herlin.


en su herencia épica, sino un cambio brusco de direc- Joffre vive como un soldado. En sus largas excur-
ción en la historia de Europa. El mundo, que contem- siones por el frente de batalla, hace detener el automó-

plaba ansioso cómo caia el águila negra sobre la alon- vil en una granja abandonada ó al borde de un cami-
dra gala, pudo respirar. El águila recibe
en los ojos un picotazo inesperado, va-
cila, retrocede. Su prestigio ha termina-
do; la pesadilla del pangermanismo so
berano se desvanece. En adelante Euro-
pa ya no tiene miedo.

»Y he aqui sin hablar de los millo
nea de combatientes y de los más san-
grientos medios de destrucción que j;i
más hubo amontonado el hombre— poi-
qué era exacto este cumplimiento: «Aca-
báis de ganar la batalla más grande de
todos los siglos.»
El general Joffre reflexionó un ino
mentó, y luego dijo con su voz tranquil.! :

— Lo que acabo de ganar, y asi lo es


pero, es un próximo reposo en mi casita
de los Pirineos Orientales.
El héroe se retrató á si mismo con
estas palabras.

Una vida simple, frugal, casi ascéti


ca, es la de este caudillo que manda los
ejércitos más numerosos que se conocen
en la Historia y dispone de todas las BL GENERALÍSIMO ALMORZANDO DE PIE, SIRVIÉNDOLE DB MESA UNOS TRONCOS,
riquezas de Francia. MIENTRAS CONVERSA CON VARIOS OFICIALES
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 235

no. Un ayudante coloca el cesto de víveres en la hier- sus bocamangas, reconocen el mentón vigoroso y el
ba ó sobre una mesa improvisada. Comen de pie, bigote blanco bajo un kepis enfundado de azul, como
sirviéndose de sus manos, con apresuramiento, como el de un simple soldado. ¡El generalísimo!

el que tiene cosas más urgentes á que atender, y reanu- Es Joffre que, al fijarse en los periodistas, adivi-
dan la marcha una vez aplacada el hambre. nando su nacionalidad, los saluda al pasar cortes-
Unos periodistas ingleses se refugiaron una noche mente:
de tempestad en una taberna de un pueblecillo de — Buenas noches, gentlemen.
Flandes, cerca de Ypres, donde se estaba desarrollan- Luego entra con sus compañeros en la sala reser-

do la gran batalla. vada. Gran movi-


La dueña, grue- miento en la coci-
sa Hamenca, á pe- na.La dueña corre
sar de la mala no- presurosa de un
che y de la escasez lado á otro entre el

de parroquianos, frufrú de la seda

parecía muy ata- venerable y el tin-

reada. Se había tineo de la cadena


puesto un traje de de oro. Del humo
seda negro: el traje de los fogones em-
de su boda remota. piezan á despren-
Sobre el pecho ro- derse tenues nube-
busto lucía su me- cillas que envuel-
jor joya,una cade- ven en suculento
na de oro con me- nimbo los grandes
dallón, que única- platos y las mo-
mente salía á luz zas flamencas que
en las grandes fies- los llevan al co-
tas. A pesar de es- medor.
tos adornos, entra- Al poco rato apa-
ba frecuentemente rece ante los in-

en la cocina con la gleses la tabernera,


agitación de un tra- desolada, trágica,
bajo extraordina- que hace esfuerzos
rio. Luego entre- para no llorar de
abría la puerta de despecho. ¡Ella que
la sala cercana, de- había puesto en ac-
jando ver una mesa tívidad todos sus
de blancos mante- conocimientos cu-
les, con brillante linarios y los de sus

cristalería; lo me- vecinas, rebuscan-


jor de la casa y de do en la pobreza
las viviendas veci- del país el mejor
nas, reunido en ho- pavo, las más sa-
nor de unos convi- brosasconservas!...
dados que no llega- Al sentarse á la
ban. mesa el general, ha
En vano interro- FRUOAL DESAYUNO DEL GENERALÍSIMO EN UNA GKANJA apartado distraída-
garon los
ingleses mente los platos de
á la tabernera acerca de la calidad de los huéspedes dulce, las flores, todos los adornos, sacando unos pa-
que estaba esperando. La hacendosa matrona se lle- peles de un bolsillo. Y allí está con la cabeza baja,
vaba un dedo á la boca imponiendo silencio, y sonreía interrumpiendo su examen para hacer breves pre-
con orgullo. Un gran personaje de paso en la región guntas á los compañeros, que comen con gran apetito,
iba á honrar su establecimiento. Y no decía más... pero discretamente.
¿Sería el rey de Bélgica? .loffrc ha hablado una sola vez á la dueña del es-

La bocina de un auto suena en la puerta. Se abre tablecimiento, para saludarla cortésmente é indicarle
la cancela de cristales y entra un militar, grande, vi- su menú, con una sonrisa fina que impone respeto lo

goroso, con otros que le siguen respetuosamente. Al mismo que una orden.
despojarse de su gabán impermeable, sacudiendo el Una tortilla nada más y un vaso de agua.
agua, los ingleses ven las tres estrellas minúsculas de
256 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

producido en Alemania, la aprovecha el Gobierno Im-


perial para insistir en la necesidad absoluta del au-
XVI
mento de sus fuerzas militares. Sus proyectos apare-
cen de este modo como una respuesta á los nuestros.
Los responsables de la guerra Esto es contrario á la verdad, pues el inmenso y nue-
vo esfuerzo militar que la Francia acepta ahora, no
Puede iiñrmarse rotundamente que la guerra de es más que una consecuencia de las iniciativas de
1914 fué obra del imp<3no germánico. Precisando más Alemania.
la responsabilidad, diremos que el verdadero culpable »Las autoridades imperiales no cesan de exaltar el
fué el partido militarista alemán, ó sea el pangerma- sentimiento patriótico. El emperador se complace en
nismo. hacer memoria pública todos los días de los liechos de
üespués de las publicaciones de documentos y tele- 1813. Anoche una retreta militar harecorrido las calles
gramas hechas por los gobiernos de Inglaterra, Ale- de Berlín y se han pronunciado discursos comparan-
mania, Kusia y Bélgica, la aparición en el mes de Di- do la situación presente con la de hace un siglo. Este
ciembre del «Libro Amarillo», editado por el gobierno caldeamiento de la opinión repercutirá indudable-
de Francia, vino mente en las dis-
á demostrar una cusiones que se
vez más y á ra- entablarán den-
tificar quiénes tro de un mes
eran los únicos cuando se abra
responsables de el Keichstag, y
la guerra. me temo que el

En Marzo de (":incillcrseverá

1913, el embaja- obligado en su


dor de Francia discurso á hacer
en Berlín, M. .lu alusión á las re-
lio Cambon, se- laciones de Fran-
ñaló á su gobier cia y Alemania.
no la campaña Había que espe-
extraordinaria rar que exalta-

que se hacía en sen el sentimien-

Alemania para to patriótico de


conmemorar el la nación en el

1813, año de la momento que


victoria de Pru- van á pedirle
sia sobre
MANIFESTACIÓN EN BERLÍN EN FAVOR DB LA GUERRA nuevos sacrifi-
Napo-
león. Esta cam- cios, pero es abu-
paña era animada y dirigida por el mismo gobierno sar de la comparación histórica el encontrar seme-
alemán, que procuraba excitar de este modo los sen- janzas entre el tiempo presente y 1813. Si el movi-
timientos patrióticos, con objeto de que el país acep- miento que hace un siglo empujó al pueblo alemán
tase los grandes sacrificios exigidos por los proyectos contra aquel hombre de genio el emperador Napoleón)
de nuevos aumentos del ejército. que aspiraba á la dominación universal pudiese encon-

«A pesar dice el embajador Cambon en su pri- trar hoy algo equivalente, es en Francia donde ha-
mer informe de 1013 — del afectado patriotismo con bría que buscarlo, pues el pueblo francés no hace más
que aceptan las clases ricas de Alemania el nuevo sa- que defenderse de la dominación de la fuerza.
crificio que se les pide, no por ello dejan de estar en »De todos modos resulta indiscutible que el estado
el fondo muy descontentas, especialmente en el mun- de opinión en los dos países da á la situación presente
do de los negocios, y piensan que una contribución un carácter de gravedad.»
forzosa impuesta en plena paz, crea para el porvenir Este informe del embajador Cambon iba acompa-
un temible precedente... Pero el Imperio, aumentando ñado de otro informe del teniente coronel Serret, agre-
la fuerza del ejército alemán, quiere no dejar nada gado militar de la embajada de Francia en Berlín, do-
imprevisto para en caso de que estalle una crisis. cumento del que entresacamos las revelaciones más
»Las innovaciones militares de Alemania han pro- importantes:
ducido un hecho que ella no esperaba: la proposición «El movimiento patriótico que se manifiesta en
del Gobiern ) de la República restableciendo el servi- Francia —
la adopción del servicio de tres años ,
ha —
cio militar de tres años, y la resolución viril con que producido en los altos círculos de Alemania una ver-
esta propuesta ha sido acogida en toda Francia. La dadera cólera.»
impresión de asombro que nuestra ley de tres años ha Esta cólera era perfectamente explicable. Alema-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 237

nia, al aumentar su ejército á costa de considerables á abdicar y demuestra, como dijo Renán, su poder eter-
sacrificios,pretendía ser la primera potencia militar no de renovamiento y de resurrección. De aquí el des-
de Europa, con una enorme superioridad sobi-e los pue- pecho alemán.
blos vecinos, para aplastarlos en tres ó cuatro sema- »E1 Gobierno Imperial invoca para justificar sus
nas cuando lo creyese oportuno. Francia, mediante la planes la situación general de Europa y habla del pe-
ley de tres años, aumentaba sus fuerzas para equili- ligro eslavo. Otro es su enemigo. Guiándome por mis
brarse lo más posible con su temible vecina, y esta observaciones, puedo decir que la opinión me parece
precaución legitima, encaminada á la defensa de su indiferente al peligro eslavo, y sin embargo, acepta

vida, encolerizaba á los alemanes, que veían inutiliza- con grandes ánimos las cargas enormes que significan
dos en parte sus costosos esfuerzos. las dos leyes militares consecutivas de 1912 y 191B.

«Desde hace algún tiempo continúa el informe del »E1 10 de Marzo último, centenario de la organiza-

agregado militar se encuentran en Alemania muchas ción del levantamiento en masa alemán contra nos-

gentes que declaran los proyectos militares de Fran- otros, una multitud enorme se ha aglomerado ante el
cia extraordinarios é injustos. En un salón un miem- palacio imperial, á pesar del aguacero, para presen-
bro del Reichstag, que no es un energúmeno, hablan- ciar la revista, y en el centro de Tiergarten ante las
do del servicio estatuas de la

de tres años en reinaLuisa y


Francia ha lle- Federico Gui-
gado á decir: «Es llermo III, ro-

una provocación deadas de mon-


que nosotros no tones de flores.

podemos tole- » Estos aniver-


rar.» Los más sarios, que re-

moderados, tan cuerdan la lucha


to militares como contra Francia,
civiles, sostie- van á repetirse
nen corriente- durante todo el

mente la tesis de año. En el próxi-


que Francia, con mo año 1914 se
sus cuarenta mi- celebrará el cen-
llones de almas, tenario de la pri-
no tiene derecho mera campaña
para rivalizar de Francia y de
de este modo con la primera en-
Alemania. trada de los pru-
LOS MANIFESTANTE.? FRBNTE AL PALACIO IMPERIAL sianos en París.
»En resumen:
están furiosos y »En resumen:
su cólera es de despecho. Sienten rabia al ver que, á si alemana no señala francamente
la opinión pública

pesar del esfuerzo enorme hecho por ellos en el año á Francia con el dedo, como lo hacen la Gaceta de
anterior y continuado y agrandado en el año presente, Francfort y algunos periódicos más, piensa sin em-
no podrán esta vez dejar atrás á Francia en una in- bargo en nosotros á todas horas. Todos dicen que con
ferioridad defensiva. nuestros 40 millones de habitantes ocupamos un es-
"Dejarnos atrás definitivamente y á merced de su pacio demasiado grande debajo del sol.
fuerza, ya que no queremos ir con ella, es el hecho »Los alemanes desean la paz y no cesan de pro-
cuya realización persigue Alemania.» clamarlo. El emperador también la quiere, más que
El teniente coronel Serret explica después el pro- nadie. Pero ellos no entienden la paz en el sentido de
grama militar alemán para mantenerse siempre con concesiones mutuas y de equilibrio de los armamen-
una enorme superioridad sobre Francia, aumentando tos. Su paz es la de la humillación ajena. Quieren que
sus fuerzas, asi como ésta aumentaba las suyas, al lea teman, y para ello están haciendo todos los sacri-
ponerse en guardia ante el peligro. La precaución ficios necesarios. Si en cualquiera ocasión consideran

francesa irritó á los alemanes, que consideraban á la herido su orgullo patriótico, la confianza que tiene el
República como «una nación secundaria». país en la superioridad de su ejército favorecerá una

«En este momento continúa él agregado fran- explosión de cólera nacional, ante cuya cólera resulta-
cés — cuando la segunda y más formidable parte del
,
ría impotente la moderación del gobierno del Imperio.
programa militar alemán iba á realizarse y á adquirir «Hasta ahora no se demuestra en nada esta mode-
sus fuerzas una superioridad definitiva que nos obli- ración, pues el gobierno hace lo que puede por infla-
garía á pasar por la humillación ó el aplastamiento, mar el sentimiento nacional celebrando ruidosamente
he aquí que Francia, con su ley de tres años, se niega todos los aniversarios de 1813.
236 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

»Sea cual sea el pretexto que pueda alegar maña- tendría para el Imperio una influencia incalculable,
na Alemania para justiñcar una conñagración euro- se encuentra en todos los proyectos militares elabora-

pea, está fuera de toda duda que sus primeros golpes dos por el gran Estado Mayor el objetivo de una ofen-
decisivos los dirigirá contra Francia.^ siva fulminante contra Francia.
»En realidad el Gobierno Imperial quiere colocarse
en situación de hacer frente á todas las eventualida-
Así hablaba desde Berlín el agregado militar fran- des posibles. Es del lado de Francia donde el peligro
cés en Marzo de 1913, diez y seis meses antes de que le parece más grande. La Gaceta de Colonia lo ha
estallase la guerra. dicho en un articulo odioso y violento, del cual la
El marino Faramond, agregado naval de la emba- WUhelmstrasse ha desautorizado la forma más que el

jada de Francia en Alemania, envió á su gobierno, fondo. Pero debemos vivir convencidos de que la opi-
también en Marzo de 1913, otro informe no menos in- nión hostil manifestada por dicho periódico es á la
teresante en el que anuncia con notable clarividencia hora presente la de la inmensa mayoría del pueblo
muchos sucesos que se han realizado con exactitud en alemán.
el año siguiente. «Celebrando ruidosamente el centenario de su gue-
«La nueva ley militar alemana — dice Faramond — rra de Independencia, el Gobierno quiere convencer
coloca los cuerpos de ejército inmediatos á nuestra al pueblo de que Fi-ancia es hoy, como hace cien años,
frontera en un estado especial, que es casi el estado la enemiga hei-editaria.»
de pie de guerra, para de este modo poder atacarnos El agregado naval hizo en su informe las mismas
bruscamente, con fuerzas muy superiores á las nues- revelaciones (jue el agregado militar sobre las nuevas
tras, el mismo dia de la apertura de las hostilidades. fuerzas alemanas, añadiendo que el material de gue-
Esto significa para el Gobierno germánico una necesi- rra iba á ser aumentado en la cifra enorme de 1.250
dad imperiosa de obtener el éxito desde el comienzo millones de marcos.
de la guerra. < —
Es posible dice— que gran parte del material
»Las condiciones en que el emperador alem;ln cuya adquisición autoriza la nueva ley esté fabricado
emprendería hoy una lucha con Francia, no son ni ya á, estas horas. Los secretos militares se guardan
con mucho las mismas que hace cuarenta años. Al muy bien aquí y es extremadamente difícil seguir los
empezar la guen-a de 1870, el Estado Mayor alemán movimientos del personal y del material.
había previsto la posibilidad de una ofensiva victo- «En Alemania, cuando se toma una decisión mili-
riosa de los franceses, y Moltke, sospechando que nos- tar legalmente, ha sido ya ejecutada muchas veces
otros podríamos llegar cuando más hasta Maguncia, con anterioridad. Con una organización militar per-
dijo á su soberano: «Aquí tropezarán y no podrán se- fecta y una opinión pública que se deja dominar dócil-
guir adelante.» Guillermo II no puede admitir en sus mente por los llamamientos belicosos de la Liga Mili-
cálculos una retirada, ni suponerla siquiera, á pesar tar y la Liga Naval, el puebloalemán es á estas horas
de que el soldado aloman no es ahora como el de hace un vecino peligroso.
cuarenta años, un hombre simple, religioso y pronto »Si el servicio de tres años es aplicado inmediata-
á morir por una orden de su rey. Teniendo en cuenta mente en Francia, las condiciones serán menos des-
los cuatro millones de votos alcanzados por los socia- iguales en el año próximo. Los efectivos alemanes
listas en las últimas elecciones y que el derecho de resultarán siempre de un modo sensible más conside-
votar sólo se adquiere en Alemania á los 25 años, hay rables que los nuestros, pero el llamamiento de Alema-
que suponer que el ejército activo, compuesto de jó- nia á todos sus contingentes disponibles no permitirá
venes de 20 á 25 años, tendrá en sus filas una propor- la selección y llevará á las filas del ejército elemen-
ción seria de socialistas. tos de segundo orden y hasta unidades poco deseables.
«Indudablemente seria una locura creer que los El valor moral del ejército activo perderá mucho.
socialistas alemanes van á levantar las culatas en alemanes han querido romper el equilibrio de
y>Los
alto el dia que Francia y Alemania vengan á las ma- los dos campos en que está dividida Europa con un
nos, pero será en extremo importante para el Gobier- gran esfuerzo supremo, más allá del cual no pueden
no alemán hacerles creer por una parte que nosotros intentar otro.
somos los agresores y por otra que pueden tener plena «No creían que Francia fuese capaz de hacer un
confianza en los que van á mandarles y en los resul- sacrificio semejante.La adopción de nuestro servicio
tados. de tres años hace fracasar sus cálculos.»
»A1 verificarse la última jura de la bandera por
los reclutas de la Guardia en Postdam, rae llamó mu-
cho la atención oir que el emperador tomaba como En Abril de 1913 M. Etienne, ministro de la Gue-
tema de su discurso á los nuevos soldados el deber de rra en Francia, comunicó á M. Jonnart, ministro de
mostrarse más valeroso y más disciplinado en la mala Negocios Extranjeros, la copia de un informe oficial y
fortuna que en la buena. secreto circulado en Alemania y que había podido
"Sin duda porque una primera derrota alemana procurarse.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 239

Este informe alemán consta de dos partes: la pri- nando sobre los adversarios la responsabilidad de la
mera de generalidades y la segunda de orden técnico, agresión.
precisando detalladamente, una por una, las medidas

('Nuestra nueva ley militar sigue diciendo el in-
que habla que tomar en la próxima guerra, conside-

forme secreto no es más que una extensión de la
rada por Alemania como un suceso indudable. obra educativa militar del pueblo alemán. Nuestros
En primera parte del documento, el gobierno
la antecesores hicieron en 1813 mayores sacrificios.
gerra;ínico daba ;i entender su deseo de haber provo- Nuestro deber sagrado es aguzar la espada que nos
cado la guerra años antes, con motivo de la Conferen- han puesto en la mano y tenerla pronta, no sólo para
cia de Algeciras, en la que fué derrotada Alemania defendernos, sino para herir al enemigo. Hay que hacer
diplomáticamente, por haber apoyado Inglaterra y penetrar en el pueblo la idea de que nuestros armamen-
Rusia á Francia. tos son una respuesta á
los armamentos franceses y á

«Pero nuestra flota dice el documento alemán — su política. que acostumbrarlo á que piense que
Hay
no era en aquel momento suficientemente fuerte. Ade- una guerra ofensiva por nuestra parte es una necesi-
más, Austria-Hungría estaba obligada entonces á in- dad para combatir las provocaciones del adversario.
movilizar sus fuerzas contra Servia é Italia. Después Para esto hay que obrar con prudencia, evitando que
de este conflicto nos dedicamos á reforzar la defensa surjan recelos ó se produzcan crisis, que podrían per-
de nuestras costas contra Inglaterra, aumentando judicar nuestra vida económica Hay que conducir las
además nuestra marina.» cosas de tal modo, que bajo la pesada
Al realizar Francia la conquista de impresión de los armamentos podero-
Marruecos, provocó Alemania el inci- sos, de los sacrificios considerables y
dente de Agadir, que también se re- de una situación política tirante, el
solvió diplomáticamente, por la acti- pueblo alemán considere el desenca-
tud de Inglaterra apoyando á la Re- denamiento de la guerra como una so-

pública. lución libertadora, pensando en que


«En esta época — dice el documento luego vendrán décadas de paz y una
alemán — los
progresos del ejército prosperidad igual á la que hubo des-
francés, el renacimiento moral de la pués de 1!^70. Hay que preparar la
nación, el avance técnico que habia guerra desde el punto de vista finan-
tomado en el dominio de la aviación y ciero. En esto hay mucho que hacer.
en el de las ametralladoras, hicieron Debe evitarse el despertar la descon-
un ataque contra los franceses menos fianza de nuestros hombres de nego-
fácil que en el período anterior. Ade- cios, y piíra ello será preciso no ocul-
más, había que temer un ataque de la tarles algunas cosas.
flota inglesa.» »No hay que inquietarse por la suer-
Por esto tuvo que desistir Alema- ->i- etiennb te de nuestras colonias. El resultado
nia por segunda vez de hacer la gue- final de nuestra lucha en Europa ase-
rra á Francia, pero se dedicó á aumentar enorme- gurará su suerte. Por el contrario, será necesario
mente sus fuerzas, esperando aprovechar con éxito suscitar revueltas en el Norte de África y en Rusia,
una tercera oportunidad. Es un medio de absorber las fuerzas del adversario.

«Estamos preparando la opinión continúa el in- Resulta absolutamente preciso que nos pongamos en

forme para dar un gran refuerzo al ejército activo, relación, por medio de órganos bien escogidos, con las
que asegurará á Alemania una paz honorable y la gentes influyentes de Egipto, Túnez, Argel y Marruecos,
posibilidad de garantizar como le conviene su influen- para preparar las medidas necesarias en caso de gue-
cia en los destinos del mundo. rra europea. Queda entendido que al estallar la gue-
»Ni las ridiculas vociferaciones en favor de «la rra serán reconocidos abiertamente estos aliados
revancha» de los patrioteros franceses, ni el rechina- secretos y se les asegurará, para la conclusión de la
miento de dientes de los ingleses, ni los gestos des- paz, la conservación de las ventajas conquistadas. Se
ordenados de los eslavos, conseguirán apartarnos de pueden realizar estos deseos. Un primer ensayo inten-
nuestro fin, que es el de fortalecer y extender el tado hace algunos años, nos procuró el contacto de-
Deutschthum (el poder alemán) en el mundo entero. seado. Por desgracia no se consolidaron suficiente-
»Los franceses pueden armarse todo lo que quie- mente las relaciones obtenidas. De cualquier modo
ran. Lo que no pueden de un día á otro es aumentar hay que volver á hacer preparativos de este género,
su población.» para conseguir rápidamente el término de la cam-
La segunda parte del documento secreto es aun paña.
más interesante, pues revela los manejos del gobierno «Las sublevaciones provocadas en tiempo de gue-
alemán para preparar cautelosamente la guerra, ha- rra por nuestros agentes políticos exigen ser prepa-
ciéndola aparecer á los ojos del país como algo inevi- radas cuidadosamente en lo que se refiere á los medios
table, y para declararla fingiéndose agredido, decli- materiales. Estas sublevaciones en las colonias de los
240 VICENTE BLASCO IBANEZ

enemigos deben estallar acompañadas simultánea- que se preparen y estén prontos á acudir al llama-
mente por la destrucción de todos los medios de comu- miento, á fin de que con tiempo puedan hacer todos
nicación. Deben tener una cabeza dirigente, que se sus preparativos. Es una especie de «¡en guardia!»
puede encontrar entre los jefes de prestigio religiosos general, y se necesita el increíble espíritu de sumi-
ó políticos. La escuela
egipcia es apta particularmen- sión, disciplina y secreto que existe en este país,
te para esto, pues reúne cada vez más á todos los para que tal disposición pueda cumplirse y se man-
intelectuales del mundo musulmán. tenga callada. Si una advertencia semejante se lan-
»Sea como sea, debemos ser fuertes para poder zase en Francia, el país se conmoverla y la prensa
aplastar con sólo un empujón á nuestros enemigos del entera publicaría el relato al día siguiente.
Este y del Oeste. En la próxima guerra europea será «Esta advertencia fué lanzada en 1911, durante el

preciso que los pequeños Estados *e vean oliliguclos d curso de las negociaciones que yo seguía por lo de
seguirno» ó tiean dvmintidos Sus ejércitos y sus plazas Marruecos.
fuertes pueden ser rápidamente vencidos ó neutrali- "Ahora ha sido lanzada de nuevo, hace una doce-
zados, que será tal vez el caso de Bélgica y de Ho-
lo na de días, ó sea en el momento de la tensión austro-

landa, á íin de impedir á nuestro enemigo del Oeste el albancsa. Lo sé por diferentes conductos; especial-
acceso á un territorio que podría servirle de base de mente por oficiales de la reserva que se lo han reve-
operaciones contra nuestro flanco.» lado á amigos suyos, en la más estricta intimidad.
El documento, luego de decidir de este modo la Estos señores habían tomado las medidas necesarias
suerte de Bélgica, hace otras consideraciones para el para asegurar á sus familias, antes de partir, los me-
caso probable de que Dinamarca se prestase á secun- dios de existencia durante un año.
dar á Inglaterra. Después vuelve á ocuparse de Bél- »La decisión que ha hecho adoptar esta medida
gica, dando disposiciones para preparar la invasión preparatoria de la movilización, responde á las ideas
de este puetilo, t;il como se verificó, poco más ó me- del gran Estado Mayor general. Sobre este punto
nos, en l'Ji4. puedo repetir lo que ha dicho en un circulo alemán el
El plan iniciador de la guerra estaba condensado general Moltke, que es considerado aqui como el jefe

en breves palabras: «Un ultimátum, acorto plazo, que más distinguido del ejército.
debe ser seguido inmediatamente do una invasión, »E1 pensamiento del Estado Mayor alemán es obrar

permitirá justificar nuestra conducta desde el punto por sorpresa. Hay que dejar á un lado
— ha dicho el

de vista del derecho de gentes. > —


general Moltke todos los lugares comunes sobre la
Luego resume todo el espíritu del informe en este responsabilidad del agresor. Cuando la guerra sea ne-
párrafo final: cesaria hay que hacerla, poniendo todas las probabili-
«Tales son deberes que incumben á nuestro
los dades de éxito de nuestra parte. El éxito es lo que jus-
tifica la guerra. Alemania no puede ni debe dejar
ejército y que exigen un efectivo aumentado. Si el á
enemigo nos ataca ó si nosotros queremos domarlo, Rusia el tiempo necesario para que movilice. Si le de-
debemos hacer como nuestros hermanos de hace cien jamos tiempo nos veremos obligados á mantener en la
años. El águila elevará su vuelo, asirá al enemigo frontera del Este tantas fuerzas, que nos encontrare-
con sus garras aceradas, y lo dejará inofensivo. Cuan- mos en el Oeste en una situación igual ó inferior á la
do llegue este momento nos acordaremos de que las de Francia. Fara evitar esto hay que prevenir á nues-
provincias del antiguo imperio alemán, condado de tro principal adversario, asi que las probabilidades de
Borgoña y una hermosa parte de la Lorena, están guerra sean nueve contra diez, y empezar ésta sin otra
aún en manos del enemigo, y que miles de hermanos espera, para aplastar brutalmente toda resistencia.
alemanes de las provincias bálticas gimen bajo el »He aqui exactamente el estado de espíritu de los
yugo eslavo. Es una cuestión nacional devolver á circuios militares, que responde exactamente al esta-
Alemania lo que poseyó en otros tiempos. >
do de espíritu de los círculos políticos. Así hablaban
En Mayo de 1913 la cuestión albanesa provocó una y pensaban los alemanes entre ellos hace quince dias.
crisis grave que puso en peligro la paz de Europa. El »Hay que guardar de esta aventura la lección que
embajador Cambon reveló al gobierno francés en un encierran los hechos mencionados. Estas gentes no
informe de (i de Mayo sus temores que acal)aban de temen la guerra; aceptan plenamente su posibilidad,
ser conjurados y las inquietudes que le inspiraba el y toman en consecuencia sus medidas. Quieren estar
porvenir en vista de la actitud del gobierno de Berlin. siempre prontos. »
«La que acabamos de atravesar decia Cam-
crisis — M. Allize, ministro diplomático de la República en
bon— ha muy seria. Aqui ha llegado á conside-
sido el reino de Baviera, se expresa del siguiente modo
rarse el peligro de la guerra como inminente. el 10 de Julio al describir la opinión de este Estado
»La movilización alemana no se limita al llama- del imperio germánico:
miento de los reservistas al cuartel. Existe en Alema- muchos para qué van á servir
Aquí se preguntan
<

nia una medida anterior y preparatoria que no existe losnuevos armamentos. Reconociendo que nadie ame-
entre nosotros, y que consiste en prevenir individual- naza á Alemania, consideran que la diplomacia ale-
mente á los oficiales y los hombres de la reserva para mana dispone desde hace tiempo de sobradas fuerzas
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 241

y de alianzas poderosas para defender sus intereses.


Se cree aqui que la Cancillería imperial es incapaz en
el porvenir, asi como lo ha sido en el pasado, de adop-

tar una política exterior activa y conseguir en este


terreno éxitos que justifiquen los grandes sacrificios

que se imponen á la nación.


»Este estado de espíritu es tanto más inquietante
cuanto que el (Tobierno Imperial se ve actualmente
sostenido por la opinión pública, que le acompañará
en toda empi'esa que acometa vigorosamente, aun á
riesgo de un conflicto. La posibilidad de la guerra á
la cual los sucesos de Oriente han acostumbrado los

espíritus desde hace dos años, aparece á todos, no como


una catástrofe lejana, sino como una solución á las di-
ficultades políticas y económicas, que se irán agra-
vando. y>

En 30 de Julio de 1913, el ministro de Negocios


Extranjeros de
Francia, M. Pi-
chón, recibió
una Nota de Ber-
lín que resumía
todos los infor-
mes de los agen-
tes diplomáticos

y consulares
franceses sobre
el estado de la
opinión política
de Alemania.
La mayoría
del país, influen-
ciada por el par-
tido «pangerma-
nista», quería la
guerra. Algunos Estados alemanes deseaban la paz,
por egoísmo ó por instinto, pero sólo representaban
fuerzas débiles y pasivas ante el contagio general
de la fiebre belicosa. Los mismos diputados socialistas,
que eran 110 en el Reichstag, se dejaban arrastrar
por esta corriente, viendo que el grueso de las tropas
obreras se unía al coro de entusiasmo ó de cólera de
los patrioteros.
Por haber intentado oponerse á esta corriente be-
licosa, elEmperador se veía discutido y el Canciller
era impopular.
El fracaso de la política nacional en el asunto de
Marruecos y el renacimiento de Francia, que losalema-
nes se habían acostumbrado á despreciar ciegamente,
eran hechos que encolerizaban á la muchedumbre,
sugestionada por los directores del pangermanismo.
«8e habla muchas veces del partido militar ale-
mán — dice el citado informe — . La expresión es in-
exacta. El mismo
error significa decir que Alemania
es el país de la supremacía del poder militar y Fran-
cia el país de la supremacía del poder civil. Lo que
existe, en Alemania es un estado de espíritu digno de
242 VICENTE BLASCO IBANEZ

»La gran burguesía y la nobleza son belicosas por Asi fué la conducta de Alemania en 1914. Pero
razones de orden social. Temen la democratización I'Yancia tuvo serenidad para impedir este maquiave-
del país y ven con horror los avances del socialismo lismo del Imperio, deseoso de desempeñar el papel de
alemán. La guerra seria para ellos una solución capaz agredido que se dettendc.
de devolverles la tranquilidad por algunos años. Los
grandes industriales creen que sus diñcultiides con los
obreros proceden de Francia, hogar revolucionario El informe del embajador Camben al gobierno
de donde surgen las ideas de emancipación. Sin Fran- francés en 22 de Noviembre de r.ii3, demuestra los

cia, la industria alemana viviría tranquila, según avances del partido de la guerra alemán y la supedi-
ellos. tación del kaiser á sus impulsos.
"Además, de cañones y de placas
los fabricantes Dice así M. Cambon en este documento importante:
de acero, los poderosos comerciantes (|ue necesitan «Tengo por un conducto seguro el relato de una
nuevos mercados, y los banqueros que especulan conversación que el Emperador ha sostenido con el Rey
sobre la edad de oro que puede venir después de una de los Belgas en presencia del jefe del Estado Slayor,
enorme indemnización de guerra, piensan que la gue- general Von Moltke, hace unos quince días; conversa-
rra será un hermoso negocio. ción que, según parece, ha impresionado al rey Al-
La Universidad, exceptuando á unos cuantos es- berto. No me sorprendo de esta impresión, pues es se-
píritus distinguidos, desarrolla una ideología guerre- mejante á la que tengo yo desde hace algún tiempo. La
ra. Los economistas demuestran á golpe de estadís- hostilidad contra nosotros se acentúa, y el Emperador
tica la necesidad para Alemania de poseer un impe- ha cesado de ser partidario de la paz.
rio colonial y comercial (|ue dé salida á su industria. • El rey Alberto pensal)a hasta ahora, como todo el
Hay sociólogos fanáticos ((ue van más lejos. «La paz mundo, que Guillermo II, cuya influencia personal se
— —
armada dicen es un fardo pesadísimo para las na- había ejercitado muchas veces en el mantenimiento
ciones, impide el mejoramiento de la suerte de las de la paz, estaba siempre en el mismo estado de espí-
masas y favorece el avance del socialismo. Francia, ritu. Esta vez el rey Alberto lo ha visto completamen-
al obstinarse en querer «la revancha», impide nues- te cambiado. El emperador de Alemania ya no es á
tro desarme. Es preciso de un golpe reducirla á la im- sus ojos el campeón de la paz contra las tendencias
potencia, durante un siglo. Este es el medio más rápi- belicosas de ciertos partidos alemanes, (iuillermo II
do de resolver la cuestión social.» piensa ya que la guerra con Francia es inevitable, y
•Historiadores, ñlósofos, publicistas políticos y que habrá que ir á ella un dia ú otro. Está convenci-
otros apologistas de la deutsche kultur (cultura alema- do, naturalmente, de la superioridad aplastante del
na) quieren imponer al mundo una manera de sentir ejército alemán y de su éxito indiscutible.
y de pensar que sea específicamente alemana. Todos Von Moltke habló en laentrevistaexac-
>E1 general
ellos quieren contiuístar la supremacía intelectual tamente como su soberano. También declaró él <|ue la
(lue, según coníiesan los más lúcidos, conserva toda- guerra era necesaria é inevitable, pero aun se mostró
vía Francia. Es este principio el que alimenta la fran- más seguro del éxito que el Emperador.
cofobia do los pangermanistas y otras asociaciones. » —
Esta vez —dijo al rey de Bélgica hay que aca-—
>Los partidarios de la guerra por rencor y por re- bar con Francia para siempre, y Vuestra Majestad no
sentimiento resultan los más peligrosos. La mayoría dudará del entusiasmo irresistible que al declararse la
de ellos son diplomáticos. La diplomacia alemana ha guerra va á empujar por entero al pueblo alemán.
ido de fracaso en fracaso en los últimos tiempos. Los El rey Alberto protestó diciendo que era disfra-
más furibundos son los que después de l'JOó se han mez- zar las intenciones del Gobierno francés el interpretar-
clado en todas las negociaciones entre Francia y Ale- las de tal suerte, y que era igualmente una equivoca-
mania. Por despecho profesional amontonan argu- ción sobre los sentimientos de la nación francesa el
mentos hostiles y los esparcen en la prensa. Necesi- juzgarla por las manifestaciones de algunos espíritus
tan una «revancha» para consolarse, pues creen haber exaltados ó de intrigantes sin conciencia.
sido engañados. Durante la discusión de la ley mi- >E1 Emperador y su jefe de Estado ]\Iayor persis-

litar, uno de estos diplomáticos belicosos decía así: tieron, á pesar de esto, en su manera de ver las cosas.
«Alemania sólo podrá conversar seriamente con Fran- »En curso de esta conversación, el Emperador
el
cia cuando tenga todos sus hombres sobre las armas. » se mostró cansado y de genio irritable. A medida que
»;.Cómo se entablará esta conversación, ó sea la los años pesan .sobre Guillermo II, las tradiciones de

guerra?... Es una opinión muy generalizada en los familia, los sentimientos retrógrados de su Corte y sobre
circuios pangermanistas que Alemania no declarará la todo la impaciencia de los militares, van ejerciendo ma-
guerra, dado su sistema de alianzas defensivas. Pero yor poder sobre su espíritu. Tal vez siente celos ante la
cuando llegue el momento oportuno, Alemania sabrá popularidad adquirida por su hijo, el cual adula las
obligar á Francia á ser la primera en el ataque. Para pasiones de los pangermanistas y encuentra que la si-
esto la ofenderá si resulta preciso. Es la tradición pru- tuación del Imperio en el mundo no está de acuerdo con
siana.» 8u poder. Tal vez la réplica de Francia al último
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S43

aumento del ejército alemán, cuyo objeto era establecer ro de Austria, seguido del ultimátum austríaco á
sin duda alguna la superioridad germánica, ha influi- Servia.
o
do algo en esta amargura, pues digan lo que digan,
Alemania ya no puede ir /«(}•< lejos en sus preparativos ;.Quién sabe qué misterio de política tortuosa se
militares. oculta detrás del atentado de SerajevoV
»Haj' que preguntarse cuál es la verdadera finali- La actitud de Austria en este asunto nunca fué
dad de esta conversación. Bien puede ser que el obje- clara. Declaró la guerra á Servia por vengar la
tivo de Guillermo II y su jefe de Estado Mayor fuese muerte del archidu(|ue, pretendiendo hacer responsa-
impresionar al Rey de los Belgas, preparándolo para ble de ésta al gobierno servio. Pero una revelación

que no oponga resistencia en el caso de que se pro- del gobierno italiano en el mes de Diciembre ha hecho
duzca un conflicto entre ellos y nosotros. Igualmente ver que la animosidad austríaca contra Servía y sus
podría ser que quisieran que Bélgica fuese menos hos- deseos de conquistarla eran antiguos, y que la muerte
til á ciertas ambiciones que se han despertado aquí del archiduque no significó para ella más que un pre-

respecto al Congo belga Pero esta hipótesis no con- texto rápidamente aprovechado.
cuerda con la presencia y la intervención del general En la Cámara italiana el señor Giolitti demostró
Von Moltke. con documentos oficiales que los dos imperios, austría-
»De todos modos, el emperador Guillermo es menos co y alemán, no sólo han provocado la presente gue-
dueño de sus impresiones que se cree rra y son responsables de la agresión,

generalmente. Yo he visto, más de sino tiue la tenían muy premeditada é


una vez, con qué facilidad deja esca- intentaron iniciarla un año antes.
par fondo de su pensamiento. Sea
el El II de Agosto de 1913 el gobierno
cual sea el objeto de la conversación austríaco dirigió un telegrama al go-
que me ha sido comunicada, no por bierno de Italia, avisándole su pro-
esto la confidencia deja de tener el pósito de provocar una guerra con
más grave carácter. Está en relación Servia. Era en el momento que los
indudable con la situación general. representantes de Servia, Grecia y
«Hay que tener muy en cuenta el Bulgaria se ponían de acuerdo en Bu-
hecho completamente nuevo de que el carest. El imperio austríaco quería
Emperador se familiariza con un orden hacer la guerra,dando hipócritamen-
de ideas que le repugnaba antes, y co- te á su provocación una apariencia
piando una de sus locuciones favori- defensiva. De este modo pensaba obli-

tas, repetiré que nosotros debemos gar á Italia á que le prestase su ayu-
tener seca nuestra pólvora.* da con arreglo á lo consignado en las
bases de la Triple Alianza, que espe-
GENERAL MIII.TKE cificaban la mutua ayuda, el casus
La despedida de los dos soberanos federis,para defenderse. El jefe del
en esta conferencia, de la que sólo había tenido noti- gobierno italiano, Giolitti, y el ministro de Xegocios
cias incompletas el embajador francés, marcó para Extranjeros, marqués de San Giuliano, se negaron
siempre la situación del rey de Bélgica. á tal pretensión, declarando que lo que proyectaba
— —
Ocurra lo que ocurra dijo Guillermo II acor-— ,
Austria era un ataque y no una defensa, y por lo
daos de que pertenecéis á la casa de Coburgo. mismo Italia no aceptaba el casus federis. En vista
^Si; pero también pertenezco á la casa de Orleans de la negativa. Austria permaneció ([uieta. y Alema-
— contestó Alberto I —
y por encima de todos mis
,
nía pareció no haberse enterado de los deseos de su
orígenes me acordaré siempre de que soy belga. aliada. Pero queda establecido de un modo indiscuti-
Más adelante diremos á impulsos de ([ué sugestio- ble, por los documentos del gobierno italiano, que
nes se verificó la evolución observada por el embaja- en 1913 Austria, y por consiguiente Alemania pues la—
dor francés en la persona del kaiser, que hasta enton- una no se mueve sin el asentimiento de la otra in- — ,

ces había aspirado á la gloria de «soberano de la tentaron la misma agresión á Servia, que fué repetida
paz». un año después, dando origen á la guerra.
En esta situación, cuando el emperador dejaba que Este dato importantísimo, proporcionado por las
las infiuencias militaristas ejerciesen más presión tardías revelaciones del gobierno de Italia y las cir-
sobre su espíritu, cuando el partido de la guerra hacía cunstancias complicadas y misteriosas que rodearon
una propaganda tenaz sobre las masas alemanas ([ue, el atentado de Serajevo, dan lugar á muchas hipóte-
según Bernstein, eran de instintos pa-
el socialista sis, algunas de ellas poco favorables á Austria, que
cíficos, pero marcharían cual un solo hombre si sabían necesitaba á toda costa un pretexto para sus fines
excitarlas», se produjo como un cataclismo providen- agresivos.
cial para los belicosos deseos de los pangermanistas El inesperado viaje del archiduque heredero á Bos-
el atentado de Serajevo contra el archiduque herede- nia, donde era impopular y estaba latente la protesta
344 VICENTE BLASCO IBANEZ

ocasión favorable procuró matar, ó


una fatalidad que guió su mano en
este juego peligroso, convirtió la
comedia policíaca en verdadera
tragedia.
Sea esto cierto ó no lo sea, el
atentado de Serajevo sirvió á Aus-
triay Alemania de excelente oca-
sión para replantear sus proyectos
belicosos. Circunstancia digna de
mencionarse. El imperio austríaco
mantuvo esta vez al gobierno de
Italia fuera del complot. Recorda-
ba su negativa de 1913. y dispuesto
á atropellar á Servia con un violen-
to ultimátum, no creyó conveniente
consultar al gabinete de Koma, pues
sabia de antemano (|ue éste iba á
MANIFESTACIÓN DEL PUEBLO SEIiVÍO ANTE LA LECACION liRITANICA DE BELGRADO
responder, como el año anterior,
que por tratarse de una agresión y
de los eslavos, fué acogido por muchos con inquietud. no de una defensa no había motivo para el casus fe-
Era indudable que ocurriría algo violento. El gobier- deris.
no de Servia dio aviso previsoramente al de Austria La conducta de Italia es la demostración más clara
de la posibilidad de un complot contra la vida del ar- y concluyente de que Alemania y Austria son los au-
chiduque. Los (jue cometieron el crimen no eran ciu- tores de la guerra y los responsables de sus males. De
dadanos de Servia, sino subditos de Austria, persegui- ser los agredidos, como han pretendido hacerlo creer
dos por su policía, arrojados del territorio, y que pu- á sus mismos pueblos y á la opinión de las naciones
dieron volver á él sin ser descubiertos. Además hay neutras, habrían exigido de Italia
el cumplimiento de

que tener en cuenta algunos detalles del drama. El loscompromisos de la Triple Alianza, que la obliga-
alcalde de Serajevo, después del primer atentado, ban á apoyar á los dos Imperios en el caso de una
ruega al archiduque que cambie de itinerario, sin que guerra de defensa. La colaboración de Italia era im-
éste le obedezca, dando á entender que tiene sus ra- portantísima y tal vez decisiva para la suerte de Ale-
zones para hacerlo así. Las calles, guardadas mili-
tarmente, conservan ciertos espacios libres de vigi-
lancia, y en ellos precisamente se producen los dos f
atentados. Y sobre todo esto, el hecho final, la sen-
tencia inverosímil de los autores del delito, que con-
victos y confesos son condenados solamente á presi-
dio, mientras para justificar tal lenidad se condena á
la horca á varios desconocidos que no tomaron parte
en el hecho.
Loa que conocen los procedimientos de la policía
austríaca, sus buenas relaciones con los delincuentes,
á los que emplea muchas veces como colaboradores,
han insinuado la posibilidad de un atentado fingido,
que á última hora fué verdadero por la impulsividad
juvenil y el fanatismo político de Prinzip, uno de los
encargados de la ejecución.
Según esta hipótesis, no desprovista de fundamen-
to, la policía austríaca quiso hacer pasar al archidu-
que heredero por un doble atentado sin consecuencias
— lo que no es nuevo en la historia secreta de las mo-

narquías
—para después hacer responsable á Servia
,

del hecho. El archiduque iba á salir con mayor pres-


tigio y popularidad de este suceso, hábilmente prepa-
rado. El gobierno austríaco tendría con ello el motivo
que le hacia falta para atacar á Servia. Pero el exce-
sivo entusiasmo del estudiante bosníaco, que al ver la
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 245

mania y Austria en la presente lucha. Con el apoyo peria su silencio declarando la guerra á los rusos y
italiano podían sostener su poderío en el Mediterrá- aprovechando la ocasión para caer sobre Francia. Ni
neo, causando además grave daño á Francia, obliga- en Viena ni en Berlín creía nadie que la Gran Breta-
da á distraer una parte de sus ejércitos en la defensa ña se aventurase en una guerra europea.
de los Alpes. De la conducta de Italia y de los documentos di-
La situación de los dos imperios no fué tan desaho- plomáticos leídos en su Cámara de diputados, resulta
gada desde el primer momento que les permitiese re- que Alemania y Austria no han hecho más que reali-
nunciar á la colaboración de un aliado importante. zar en l!tl4 la guerra que ya habían intentado en 191.3,
Basta ver cómo buscaron después el apoyo de la deca- provocándola con el primer pretexto que les pareció
dente Turquía, dando una importancia exagerada á su oportuno, seguras de que la victoria, que da siempre
adhesión, la única que han podido conseguir en todo la razón al más fuerte, se encargaría de justificar su
el mundo. El apoyo de Italia, aparte de su valor ma- conducta. Existe otro testimonio irrecusable «jue prue-
terial, resultaba impor- ba la responsabilidad del

tantísimo, pues hubiese imperio germánico, ver-


servido para hacer ver á dadero autor de la guerra,
la opinión de un modo in- y este testimonio lo pro-
discutible que la Triple porciona un alemán cé-
Alianza era la agredida y lebre.

que sus tres componentes Maximiliano Harden es


se consideraban en estado el más popular é influyen-
de legitima defensa. te de los periodistas ale-
Pero los dos imperios, manes. Su pluma temible
al iniciar la agresión de ha causado grandes es-

Servia, ni siquiera inten- tragos en la vida interior


taron hacer valer el tra- del Imperio. Todos recuer-
tado de la Triple Alianza dan su escandalosa cam-
para que Italia los siguie- paña contra los amigos
se. Tenían plena concien- más allegados del kaiser,
cia de la injusticia de su á los que acusó de homo-
empresa. Sabían que el sexualidad, arrostrando
gobierno italiano iba á ne- por esto un proceso ruido-
garse públicamente, de- so que hizo más grande
nunciando de un modo su prestigio. Harden, que
palpable su carácter de es judio, tiene la combati-
provocadores y agresores. vidad y el apasionamien-
Por esto ni siquiera comu- to de su raza. Su estilo
nicaron con anterioridad corrosivo, que no recono-
sus gestiones diplomáti- ce conveniencias sociales,
cas al gabinete de Roma, le hace temible. Es una
INA AMBILANCFA SERVIA
como debe hacerse entre especie de jabalí de la
aliados. Éste sólo se en- literatura que salta por
teró de lo que ocurría al mismo tiempo que las demás encima de los prejuicios más arraigados, dando col-

potencias. millazos á las ideas universalmente aceptadas. Este


Cuando el marqués de San Giuliano intervino oñ- hombre recibió las confidencias de Bismarck en los
ciosamente en nombre de Italia para mantener la paz últimos años de su vida y está á sueldo de los grandes
junto con Sir Edward <irey, dando consejos de mode- navieros de Hamburgo, de los banqueros de Berlín, de
ración á Austria, ésta ni siquiera intentó fingirse los poderosos industriales que forman en Alemania la

agredida ó provocada como en el año anterior. Los aristocracia del dinero y desean implantar el poderío
dos imperios aliados estaban seguros de sus fuerzas y germánico en toda la tierra.
creían bastarse para conseguir la victoria, lo que dio llarden, como muchos escritores de la Alemania
á los gobernantes de Viena una ruda libertad de len- del presente, sólo cree en la fuerza. El derecho no es
guaje. Esta vez Austria no quiso ensayar siquiera para él más que una consecuencia de esta fuerza, una
ante gobierno italiano la comedia de fingirse agre-
el palabra vana que iinicamente sirve para consuelo de
dida. Sólo habló de las seguridades de éxito en favor los débiles. El que puede golpear duro y seguido tiene
de su empresa. Su respuesta al ministro italiano fué siempre razón. Y este escritor de franqueza brutal,
que Rusia no estaba preparada para una acción mili- que es verdadero representante del sentimiento ger-
el

tar, y que si á pesar de su mala situación insistía en mánico contemporáneo, se irritó al ver cómo el jefe
intervenir á favor de Servia, entonces Alemania rom- del gobierno, los personajes de la Universidad y mu-
846 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

chos periodistas apelaban á la opinión pública, que- "Alemania no hace esta guerra por castigar cul-
riendo demostrar con soüsmas y falsedades que Ale pables ni por libertar pueblos oprimidos, descan-
mania no quería la guerra y únicamente había toma- sando después con la conciencia satisfecha de esta
do las armas para defenderse, viéndose obligada, con magnanimidad desinteresada. Hace la guerra por-
harto dolor, á tener que atrepellar la neutralidad de que es fuerte y su fuerza le da derecho á ocupar en
los pequeños. el mundo el primer lugar, invadiéndolo todo con su
—pueblos —
¿Para qué tales comedias? preguntó indignado actividad.
Harden en su periódico Zukurtft. «España, los Países Bajos, Francia é Inglaterra se

«Veamos continuó diciendo —
¿Alemania es fuer-
.
apoderaron á su hora de los territorios más fértiles
te?... Sí. ¿Entonces qué nos cantáis en vuestras justi- del mundo, colonizándolos. La hora de Alemania sue-

ficaciones, profesores con antiparras y teólogos en na ahora, y como es más fuerte que todas las nacio-
zapatillas? ¿Es que acaso el derecho existe? ¿Es que nes, va á tomar su puesto de potencia directora del
las nobles ideas de que mundo, izando sobre to-
habláis tanto valen cual- dos los pueblos su bandera
quiera cosa? Un solo prin- de tempestad.
cipio vale en el mundo, «Debemos reírnos de
uno solo, que resume y esas torpes justificaciones
contiene todos los otros: ante la opinión de los
la Fuerza. Hablad en otros pueblos. ¿Qué tribu-
nombre de ella nada más, nal podrá juzgarnos cuan-
y dejaos de niñerías. La do seamos vencedores?»
Fuerza: he aquí la única
palabra que suena bien y
con claridad, he aquí lo La actitud de Beth-
único que tiene estilo y mann-Holhveg y sus mi-
gallardía. La Fuerza: un nistros fué cambiando en

puñetazo dado á tiempo, el curso de la guerra.


y todo queda bien arre- Al iniciarse las hostili-
glado.» dades, el Canciller con-
Luego este publicista, fesó en el Reichstag, el 4
íntimo amigo del kron- de Agosto, que la viola-
printz, el cual le secundó ción del territorio de Bél-
públicamente en la cam- gica constituía «un aten-
paña contra los favoritos tado al derecho de gen-
de su padre, y que ade- tes». Pero Alemania iba á
más es confidente de las vencer; todos los germa-
más altas personalidades nos, desde el kaiser al úl-
del Imperio, terminaba timo menestral, estaban
con las siguientes afirma- BÉLGICA DBTBNIBNDO AL GIOANTH GERMANO seguros del triunfo; y el
ciones: 'Caricatura de Le Mot. ile París)
que vence
— según la teo-
«Renunciemos á nues- ría alemana de Harden —
tros miserables esfuerzos para excusar la acción de no tiene que dar cuenta de su conducta anterior á
Alemania; cesemos de lanzar injurias despreciables ningún tribunal. Posee la santa Fuerza, que es lo
sobre el enemigo. No es cierto que nos hayamos lan- único que vale. Nada cuesta reconocer los daños co-
zado contra nuestra voluntad en esta aventura gigan- metidos, cuando no se puede tener ninguna sanción.
tesca.Nadie nos ha impuesto la guerra por sorpresa. Se sale del paso afirmando que «la necesidad no re-
La hemos preparado, la hemos deseado; es más, debía- conoce ley», (jue «cada uno hace lo que puede para
mos desearla. Nosotros no tenemos por qué compare- defenderse», que un tratado solemne es un pedazo
<

cer ante el tribunal de Europa ni ante ningún tribu- de papel y que ya se repararán oportunamente los

nal. No reconocemos semejante jurisdicción. Somos perjuicios causados.


los agresores, y no hay por qué ocultarlo. Tenemos Al mes de iniciada la guerra, comenzó á flaquear
derecho á agredir, porque representamos el santo la fe hasta entonces inconmovible de los directores
principio de la Fuerza. del pueblo alemán. Los sucesos militares eran muy
«Nuestra fuerza creará una ley nueva en Europa. distintos en la realidad de como los había preparado
Es Alemania la que puede pegar, y el que pega tiene elEstado Mayor en sus proyectos. Alemania creyó en
siempre razón. Cuando nuestro país, gracias á su ge- una campaña rápida, fulgurante, aplastadora contra
nio, habrá conquistado nuevos dominios, los sacerdotes Francia, para volar inmediatamente á las fronteras
de todas las religiones ensalzarán la guerra bendita. de Rusia, aniquilando á este otro aliado. Dos días bas-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 247

taban para atravesar Bélgica; tres semanas para des- Ciegos por la propia infatuación y el desprecio á
hacer el ejército francés y entrar victoriosos en París; los adversarios, habían descontado para su éxito el
El kaiser había invitado á los íntimos de su séquito á desfallecimiento de Rusia y la indiferencia de Ingla-
un banquete en un restaurant famoso de los buleva- terra. El único
enemigo digno de inspirar algún cuida-
res, á fines de Agosto. do era pero á éste pensaban abatirlo fácil-
el francés,

Bélgica opuso al invasor una resistencia tenaz, re- mente desplomando de un golpe sobre Francia toda
trasando y desbaratando sus planes. Los guerreros la catarata de su fuerza. Estas ilusiones se disiparon

germánicos se convencieron, á costa de grandes ma- cruelmente desde el principio de la campaña, y Beth-
tanzas en sus filas, de que Francia, «nación decadente, raann-HoUweg, á pesar de sus primeras confesiones,
nación podrida», según las afirmaciones de los maes- de la contriidicción entre sus palabras de un día y las
tros en las escuelas y los jefes en los cuarteles, tenía palabras de otro, de la conducta de Italia que proba-
un soldado heroico en cada uno de sus hijos, y la gue- ba quién era el agresor, sin que Alemania se atrevie-
rra iba á ser terrible, larga, de un resultado fatal. se á desmentirla, quiso seguir engañando al pueblo
El gobierno cambió entonces de tono. A las prime- alemán, manteniéndolo en su optimismo patriótico y
ras brutalidades, arrogantes y francas de presunto su falso papel de agredido, para lo cual declaró trági-
vencedor, suce- camente desde
dieron la argu- la tribuna del
cia del leguleyo Reichstag que
para demostrar los que han des-

que la razón es- encadenado esta


taba de su par- guerra «llevarán
te, y la pedan- ante Dios y ante
tesca argumen- los hombres la
tación universi- responsabilidad
taria. El imperio de la catásfrofe
germánico tuvo que lia caído so-
empeño en hacer bre el mundo».
creer que liabia Asi es. Pero el
sido atacado. Su mundo hace días
propaganda, di- que tiene vista
rigida á las na- y fallada la cau-
ciones neutras, sa de la guerra
intentó al mismo y sabe á quién
tiempo persua- deber exigir la
dir á los propios NA COMIDA BNFBIA responsabilidad.
I
IJUB SK
alemanes. Para Alude i la comida que había encargado el kaiser para su entrada en París el 24 de Agosto Betlimann-HoU-
sacarles el dine- (l'otital otros que
popular de París) weg y
ro con nuevas están por enci-
contribuciones destinadas al aumento de las fuerzas ma de él serán los llamados á comparecer cuando
militares, les habían hecho creer que Alemania iba á llegue la hora de la justicia. La fuerza es grande
ser atacada. Después, para excitar su entusiasmo, les cuando va acompañada del derecho. Cuando marcha
hicieron ver que la guerra sería fácil y rápida, con un sola, queriendo engendrar el derecho, que es superior
cuantioso botín del que todos recibirían su parte. Lue- á ella, acaba por tropezar y derrumbarse en su ce-
go, cuando á los cuatro meses de guerra las pérdidas guera colérica. Existe un tribunal superior á la fuerza,
de Alemania subieron á más de un millón de hombres, aunque el brutal llarden ignore su existencia.
el gobierno redobló sus esfuerzos para demostrar que
la catástrofe había sido inevitable y los enemigos
eran los provocadores. ;.Qué haría el pueblo alemán si Los primeros fracasos de Alemania la obligaron
llegaba á enterarse de que esta guerra, terrible equi- á revolverse iracunda en torno de ella, buscando un
vocación que ponía en peligro la prosperidad de cua- responsal)le á quien echar la culpa. Era natural que
renta años, había sido preparada y provocada volun- este responsable fuese Francia, á cuyo esfuerzo ines-
tariamente por sus gobernantes? ;.Qué pensaría de perado debía sus contrariedades. Pero la República
una diplomacia que no había sabido conocer el esta- Francesa, objeto hasta el día anterior de sus despre-
do moral de los pueblos adversarios, describiéndolos cios y odios, recibió de pronto el homenaje de sus ha-
como divididos y moribundos? ¿Qué de unos generales lagos y alabanzas. De nación «podrida y decadente»
(|uehabían forzado el estallido de la guerra, creyén- pasó á ser de pronto «un pueblo digno de respeto»,
dola de éxito seguro, y habían tropezado desde los tributando elogios Alemania al valor de sus hijos y
primeros días con el fracaso de sus planes?... reconociendo que eran casi tan héroes como sus pro-
248 VICENTE BLASCO IBANEZ

'V.Hubiese obrado Inglaterra cuerdamente dice —
permaneciendo aislada por sistema del resto de Euro-
pa y eludiendo los compromisos que pudiesen arras-
trarla á una guerra continental? Aun quedan en Ingla-
terra algunos que creen en esta política de «esplén-
dido aislamiento». Pero están equivocados: primero,
pori|ue esta política es imposible: segundo, porque hu-
biese sido una traición á los ideales que defiende In-
glaterra y una renuncia á todo lo que hace digna la
vida de los seres que hablan la lengua inglesa en todo
el mundo.
«Esa política de aislamiento era imposible por una
razón, á salier: porque Alemania estaba enérgica-
mente resuelta á atacar al imperio británico cuando
le conviniese. Ni la palabra «aislamiento», ni la idea

que ésta implica, hubiesen merecido el más pequeño


LOS VOLUNTARIOS INGLESES AL SALIR DE PAKIS respeto de Alemania, sirviendo únicamente para apo-
derarse de Inglaterra con más facilidad. (,^.uien dude
pios soldados. Al mismo tiempo que el despecho le de esto, que lea las doctrinas del alemán Treitschke
arrancaba tales elogios, creyó, con su habitual torpe- ó la vulgarización de estas doctrinas en el libro del

za, que éstos podrían servirle para a.justar una paz general Bernhardi, Alemania y la guerra próxima, y
especial con Francia, separándola de sus aliados. tendrá que renunciar á la idea de que el imperio bri-
Todo su odio se concentró en Inglaterra, la pérfida —
tánico y el imperio germánico inspirado por las doc-
Gran líretaña, haciéndola responsable de lo ocurrido, trinas de Treitschke — pueden coexistir en este pla-
como si fuese la única autora de la guerra. Los perio- neta...
distas alemanes casi han afirmado que el gobierno "¡Esperad! Había un medio de que ambos imperios
de Londres es el que preparó astutamente la guerra, se entendiesen y fuesen amigos durante un siglo poco
arrastrando á la inocente Francia. más ó menos. Este medio era que Inglaterra hubiese
A cerebros alemanes se les escapa toda idea,
los admitido con Alemania un arreglo de piratería, para
todo sentimiento que no esté basado en algo material, repartirse entre los dos el mundo. Inglaterra podía
en una ganancia inmediata ó un negocio á próximo haber dicho:
plazo. Fste pueblo, que en otro tiempo tuvo grandes » —
Déjame poseer tranquilamenle mis dominios de

poetas cuando no conocía el imperialismo y luchaba ultramar, y yo te ayudaré á absorber todas las colo-
por su propia existencia

no puede comprender hoy
,
nias que las demás naciones poseen fuera de Europa
que se pelee por el honor, por la palabra empeñada, y que son enormes, especialmente las de Francia.
por el res])eto de los compromisos. El inglés era para También te ayudaré á desafiar la doctrina de Monroe,
muchos un ser prosaico, calculador, materialista, y para que realices tu ensueño fundando otra Alemania
sin embargo se ha lanzado á la guerra caballeresca- en la América del Sur, donde existen grupos alemanes
mente por impedir el atropello de la pequeña Bél- I

Brasil, Argentina, Chile i.

gica. El alemán, considerado por muchos



diremos la »Si nosotros hubiésemos sido «políticos realistas»

causa más adelante como un ser poético, desintere-
sado, romántico, desea apoderarse del mundo entero
por medio de la fuerza, convirtiéndolo en un cuartel
y un taller, regimentándolo con arreglo á su concep-
ción de una vida automática.
Inglaterra no quiso tolerar, por un sentimiento de
honor, el atropello de Bélgica, y esto bastó para que
Alemania la considerase como su mayor enemiga.

Ayudó aquélla á Francia contra un enemigo que re-


sultaba común, y como esta ayuda quitó al imperio
germánico la última probabilidad de victoria, de aquí
que redoble sus acusaciones haciendo responsable á
Inglaterra de la duración de una lucha que nadie más
que él provocó.
La conducta de la Gran Bretaña, noble para los
demás y conveniente para su propia conservación, la
ha resumido brillantemente el escritor inglés William
Archer: LOS VOLUNTARIOS ITALIANOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 249

en sentido bismarckiano, podiamoa haber aceptado


el suprima politicamente la existencia de Francia, está
esta innoble alianza. Como todo el mundo sabe, el luchando por la libertad del resto del mundo.
Canciller alemán hizo insinuaciones al embajador de «Además, si Inglaterra hubiese permanecido á un
nuestro gobierno (1) que iban claramente encamina- lado, dejando que el imperio alemán devorase en dos
das en el sentido de una alianza de piratería... Pero bocados á Bélgica y Francia, ¿duda alguien que ella
aunque hubiésemos aceptado indignamente este plan hubiese recibido el tercer mordisco? Enriquecida Ale-

para la distribución del planeta, no se hubiese evita- mania con lasenormes indemnizaciones que hubiese
do el rompimiento entre las dos naciones. Únicamen- cobrado después de su victoria, y aumentada su for-
te 86habría aplazado el crujido final, inevitable. Un tuna con la explotación de las enormes colonias fran-
imperio que cree, como el de Alemania, que la guerra cesas que habrían pasado á ser suyas, hubiese dedi-
de agresión es indispensable para su salud espiritual, cado seguramente lo mejor de su inmenso botín á la
no puede conformarse á la larga con disfrutar en com- construcción de una armada que despojase á Ingla-

pañía de otro el dominio del mundo. Lo desea por terra do esa libertad de los mares sobre la que des-
entero para él. cansa toda su existencia.
«Llegamos con esto á la irreconciliable diferencia «Y una vez conseguido esto, ^por qué razón habría
de ideales, que es la raiz de esta de respetar la hegemonía de los
guerra y su verdadero motivo. Estados Unidos en el continente
«Alemania cree por lo menos — americano y en el Pacífico? Guar-

asi lo suponen los políticos, los sol- dar este respeto y mantenerse en
dados y los profesores que han defi- paz, equivaldría á una triste de-

nido su política que es la nación gradación de su ideal. Treitschke,
más grande y privilegiada de la el gran profeta de la supremacía
Historia, y que Dios le ha confiado alemana, ha dicho: «Dios hará que
el solemne deber de dignificar el la guerra se repita siempre, como

mundo, imponiéndole por la fuerza un medicamento purgante para la


de las armas la cultura alemana y raza humana.»
el benéfico genio alemán. «Cuando Alemania hubiese do-
»Oomo un incidente desean mer- mado y vencido á toda Europa, se
cados para sus industrias y para vería obligada á buscar antagonis-
su sobrante de población. Pero sus tas en los otros continentes. Sólo

profesores y sus intelectuales de dudaría para decidir si el puño


todas clases son probablemente cubierto de hierro debía caer antes
sinceros al decir que lo que ellos sobre los Estados Unidos, la China
desean vindicar en primer término, ó el Japón.
á fuerza de cañonazos, es la supre- muy lejos de toda proba-
"Está
macía intelectual y espiritual de su liilidadque Alemania pueda impo-
pueblo. ner su yugo á Francia ó á Rusia.
»Esto parece exagerado y cari- LOS VOLUNTARIOS SUECOS Pero supongamos que así fuese. En
caturesco á los que no somos ale- tal caso Inglaterra sería la victima

manes, y hasta lo juzgaríamos inverosímil de no inmediata; y desaparecida Inglaterra, les tocaría el


haber tantos libros, periódicos y discursos que afirman turno á los reinos escandinavos. Por otra parte, el
tal doctrina, como resumen de las ideas dominantes Océano Atlántico se convertirla en una expresión
de la casta que gobierna el imperio germánico. geográfica, dejando de ser una realidad política, y la
»Las clases distinguidas de Alemania no sienten única esperanza de defensa de los Estados Unidos
lamás mínima falsa modestia al declararse por sí residiría en el servicio militar obligatorio para todo
mismas como una reunión de superhombres destina- el mundo y en el mantenimiento de una armada gigan-
dos por Dios á gobernar el mundo, imponiéndose por tesca.
medio de la fuerza. Bernhardi y otros autores famo- »Yo creo, sin embargo, heréticamente, que el pro-
sos en Alemania Sus deseos, apoyados
asi lo afirman. feta Treitschke y sus apóstoles Bernhardi y demás
en una gran potencia militar, constituyen desde hace intelectuales alemanes no han penetrado del todo en
años una intolerable amenaza para todas las naciones los designios de Dios y que es posible que la humani-
(lue no gustan de rendir vasallaje político, intelectual dad esté destinada en este mundo para otra cosa
y espiritual á Alemania. distinta ([ue matarse en cantidad de millones y millo-
«Por esto cree la Gran Bretaña que, al mezclarse nes hasta el fin de los tiempos, sometiendo á feroces
en la guerra para impedir que el imperio germánico torturas espeluznantes niños y mujeres, como en la

invasión de Bélgica.
(1) Véase el relato de la conferencia del Canciller alemán y el ciuba
«Creo además que Inglaterra se opondrá impía-
jador inglés, en el capítulo sobre el rompimiento do relaciones entre Ale-

mania é Inglaterra. mente, mientras le quede un hombre, á que el ideal


31
250 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

alemán se imponga sobre el planeta. Tal vez éste que- guerrilleros de nuestra lucha por la independencia en
de empapado en sangre, pero indudablemente sentirá 1808 fueron «bandidos», así como los guerrilleros de
todos los pueblos (jue han tenido que pelear
agradecimiento.» por la
o libertad. Bandidos también los defensores de
Zaragoza
Los horrores cometidos por los alemanes al inva- y de Gerona y todos los hombres de la tierra que sin
dir á Bélgica provocaron un grito de indignación en ser soldados de profesión osaron defender su ciudad
el mundo civilizado. El hecho de la violación de su natal, sus familias y sus casas ante
una invasión que
neutralidad despertó una protesta en todos los paises no habían provocado. Bandidos los campesinos tirole-
ses que guerrearon en sus montañas con las
libres. tropas de
El gobierno alemán, sin otra simpatía en Europa Napoleón y que el pueblo alemán venera justamente
que la de su aliado el imperio austríaco, dedicó toda como héroes.
su propaganda al pueblo de los Estados Unidos, para Los gobernantes de Berlín y sus gaceteros de
ganarse su adhesión. Y de la gran república de la cámara pretendieron convencer al mundo de que los
América del Norte, de sus universidades, de sus gran- belgas sufrían un castigo merecido. Para vivir en paz
des periódicos, de sus estadistas más célebres, vinie- no tenían más que tolerar, como el pobre Luxembur-
ron á ella las protestas más enérgicas. El expresidente go, que los alemanes ocupasen su país. Así hubiesen
Roosevelt, el millonario filántropo Carneghie y otros podido éstos sorprender traidoraraente á los vecinos,
potentados norte-americanos (|ue eran amigos particu- (juedándose en Bélgica durante todo el tiempo de la
lares de Guillermo II y hasta poco antes de la guerra guerra, guarneciendo sus fortalezas, empleando sus
figuraban como partidarios de Alemania, manifesta- ferrocarriles y puertos, consumiendo los recursos del
ron públicamente su protesta contra el imperio ger- país, trastornando su existencia.
mánico, denunciándolo á la execración universal por Como era de esperar, el mundo no aceptó estas
sus atentados contra la libertad de los pueblos y el explicaciones extravagantes de la neutralidad, y el
derecho de gentes. gobierno de Berlín apeló entonces, como suprema
A pesar de que Harden niega la existencia de un justificación, á una de sus falsificaciones.
tribunal que pueda juzgar á Alemania, el emperador Bélgica era merecedora de lo que le ocurría, por-
y sus ministros se mostraron alarmados por estas que ella misma había roto años antes su neutralidad,
manifestaciones de la opinión, haciendo esfuerzos por ajustando una alianza ofensiva y defensiva con Ingla-
retener con sofísticos argumentos las simpatías que terra.
abandonaban á su causa. AI ocupar los alemanes los ministerios de Bruse-
El gobierno germánico pretendió explicar los las, descubrieron un documento importantísimo según
horrores cometidos por sus tropas en Bélgica, dicien- ellos: el texto de la citada alianza, que sus principales

do que eran una consecuencia del furor de los solda- gacetas se apresuraron á publicar, pero truncado,
dos al verse atacados por los vecinos de los pueblos. falsificado, suprimiendo sus notas, para darle mayor
Estos campesinos, que defendían con la escopeta alcance.
de caza, ó simplemente con la horquilla ó la hoz, la En la patria de Bismarck, que se alabó toda su
integridad de sus domicilios y la virtud de sus muje- vida de haber falsificado en 1870 el telegrama de Ems,
res, desafiando con tan primitivos medios la poderosa para decidir á su rey y á Prusía entera á la guerra
organización alemana y su artillería enorme, eran contra Francia, estos procedimientos... patrióticos
«bandidos», según los gobernantes de Berlín. Con arre- nada tienen de extraordinarios. Deutschland uber alies
glo á la doctrina alemana, únicamente tienen derecho (Alemania sobre todos). Y ciertos admiradores de la
á defender su país los militares profesionales que grandeza germánica, que con un optimismo á toda
encuentran en ello un medio de vida y los que obliga- prueba hasta creen en la veracidad de la agencia
toriamente visten un uniforme. Inútil es demostrar lo Wolff, se apresuraron á lanzar la noticia de tal des-
absurdo de esta teoría, digna de un cerebro germáni- cubrimiento en varios paises, denunciando al mundo
co. El padre que mata por guardar á su hija, el labrie- la maldad británica, que desde 1906 se había enten-

go que defiende su casa, todos los que viven tranqui- dido con Bélgica.
los, sin provocar á nadie, y al ver sus hogares en Fué esto una nueva muestra del modo de pensar
peligro no se entregan como bestias de matadero é de los alemanes y del concepto despreciable que tie-
intentan resistirse, «son bandidos». En cambio, el que nen de la mentalidad de los pueblos que no son ger-
invade un país tranqnilo que se creía amparado por mánicos, creyéndolos de una simplicidad capaz de
una neutraliddd garantizada por la firma de Prusía, admitir los mayores absurdos, siempre que procedan
el que incendia pueblos, fusila de Berlín.
mujeres, niños y curas,
y roba cuanto encuentra, es un héroe, porque viste Existía un acuerdo — no una alianza — ,
un acuerdo
uniforme y puede permitirse la destrucción de todo puramente defensivo entre Inglaterra y Bélgica, y
un pueblo con el pretexto más ó menos justificado de este acuerdo era verbal y tácito, pues ni siquiera fué
que le han hecho fuego desde una ventana. consignado en un documento oficial y solemne.
Según la mentalidad del militarismo alemán, los Inglaterra se había declarado en todas ocasiones,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 251

franca y abiertamente, la primera garantizadora de y el general contestó que Bélgica estaba dispuesta á
laindependencia de Bélgica. ¿Y cómo podía ser cierta repeler un ataque á su neutralidad, viniese de donde
y eficaz esta garantía, si el gobierno inglés no se cui- viniese: en Lieja contra Alemania, en Namur contra
daba de conocer los medios de defensa de Bélgica, po- Francia y en Amberes contra Inglaterra.
niéndolos en relación con sus propios medios para in- El general Ducarne dirigió luego un informe al
tervenir en caso de peligro? ministerio de la Guerra acerca de sus conferencias
Las relaciones entre Inglaterra y Bélgica, pura- con el coronel inglés, y en este documento, que han
mente defensivas, no eran un secreto para nadie. Da- querido explotar los alemanes, insiste por dos veces
taban de la fundación del reino belga, en 1830. Bis- en el hecho de que todo lo hablado es sobre la base
marck conocía perfectamente dichos acuerdos, y por de que «el envío de un auxilio inglés sólo debe efec-
esto en la guerra de 1870 se guardó muy bien de vio- tuarse cuando el territorio belga se vea en peligro
lar el territorio belga, sabiendo que esto le acarrearía de ser violado». En el documento hay una nota mar-
un choque con la Gran Bre- ginal del ministro belga pre-
taña. Los soldados de Jloltke cisando igualmente que «la
pasaron muchas veces en sus entrada de los ingleses en
evoluciones junto á la fron- Bélgica sólo se efectuará
tera de Bélgica. Les hubiese después de una violación de
convenido franquearla, por la neutralidad belga por los
facilitar esto su acción con- alemanes». Pero las gacetas
siderablemente, pero cuida- germánicas, al publicar este
ron de no cometer tal aten- informe como un descubri-
tado, para mantener asi la miento luminoso, tuvieron
neutralidad de Inglaterra. buen cuidado de falsificar su
El nieto de Guillermo I y sentido, borrando las aclara-
los diplomáticos que se creen ciones del ministro.
herederos del genio de Bis- Los periódicos servidores
marck han sido menos hiíbí- de la Cancillería alemana
les y prudentes. El kaiser añadieron que Inglaterra es-
actual no recuerda para taba dispuesta antes de la
nada la divisa de su abuelo: guerra á desembarcar sus
Erst wagen, dann icagen. tropas en Bélgica, aunque
I
Primero sospesar y luego ésta no solicitase su auxilio.
atreverse.! 8u habilidad ha Para esto se fundaron en otro
consistido en atreverse á documento, relatando una
todo, sin prever las conse- segunda entrevista en 1912
cuencias, atrayéndose la an- entre el nuevo agregado in-
tipatía de casi todos los glés, coronel Bridges, y el
pueblos. jefe del Estado Mayor belga,
El documento famoso, del BL HONOR O LA VIDA
general .lungbluth. Estos re-
que han querido hacer los (Caricatura del cülelirc artista holaniU'S Luis Kaeuiackors) anudaron la conversación
alemanes una justificación mantenida seis años antes
de su conducta en Bélgica, es simplemente un relato por sus predecesores, lo que demuestra que entre In-
de las entrevistas, en 1906, del coronel Barhardiston, glaterra y Bélgica no existía una convención formal y
escrita, como tampoco la hubo después. Todo se
agregado militar de Inglaterra en la legación de Bru- limitó

selas,y el general Ducarne, jefe de Estado Mayor del á unas entrevistas de militares, en las que hablaban
ejército belga. éstos para cambiar opiniones, pero sin que sus pala-
El coronel inglés quiso saber si Bélgica estaba en bras obligasen á sus gobiernos.
disposición para defenderse en el caso de que un ene- El coronel Bridges, por exceso de celo, dijo que,
migo intentara violar su neutralidad. (Como se ve, ya segvín su opinión, Bélgica no poseía bastantes
medios
temían entonces los ingleses la agresión de Alemania, i
para defender su neutralidad, y que en caso de peli-
El general contestó que su país podía movilizar en gro gobierno británico tendría que desembarcar
el

aquel momento 180.000 hombres en cuatro días. tropas, aunque los belgas no solicitasen su apoyo.
Después de haber recibido estas indicaciones, el Á esto contestó el general .Tungbluth con energía:
coronel declaró (|ue en el caso de que Alemania violase — Vosotros sólo podréis desembarcar en Bélgica con
la neutralidad de Bélgica, el ejército ingh's desembar- nuestro consentimiento.
carla lOO.OOO hombres en su territorio para sostener la No hubo más. Pero los alemanes han dado á las

independencia. Luego insistió para saber si estaban palabras de un simple coronel, agregado diplomático,
los belgas prontos á rechazar una invasión alemana. la importancia de una declaración ministerial, afir-
252 VICENTE BLASCO IBAÑE2

mando que Inglaterra estaba dispuesta á desembarcar y que por respeto á la solemnidad de sus compromi-
tropas en Bélgica, atropellando su neutralidad, aun- sos y á la libertad de Bélgica no se atrevió á interve-

que los belgas no lo hubiesen solicitado. nir antes de que se realizase el atentado.
Pero así como publicaron los documentos encon-

trados en Bruselas— falsificándolos para hacer creer
que Inglaterra estaba dispuesta de todos modos á vio-
lar la neutralidad de Bélgica, debieron publicar igual- Con la incoherencia del que no afirma su conducta
mente la carta de Sir Edward Grey, que representa en las sólidas bases de la verdad inconmovible, los
algo más que las palabras sin consecuencia de un directores del pueblo germánico cambiaron cada se-
agregado militar en una conversación privada; carta mana el sentido de sus afirmaciones.
escrita en 1012, que compromete solemnemente al go- Mientras el gobierno hablaba al mundo de una
bierno británico al respeto de la neutralidad belga. Alemania obligada á defenderse contra su volun-
He aquí la carta de Sir Edward tad, los periodistas y los ge-
Grey, dirigida al ministro inglés nerales ensalzaban la guerra
en Bélgica: como institución divina y única
salud de los pueblos germá-
Foreing Office, Abril 1912. nicos.
Hablando hoy con ministro belga
el Por entre medio de estas in-
le he dicho oficiosameote que había lle-
coherencias respiraba y salía á
gado á mi conocimiento cierta alarma
luz la verdad, la única verdad
causada en Bélgica á propósito de la
posibilidad de una violación de la neu- alemana, el pensamiento incul-
tralidad belga por Inglaterra. Aüadí cado en todos los cerebros ger-
que no creía que esta alarma fuese de mánicos desde hace cincuenta
procedencia inglesa.
El ministro belga me informó de que
años; pensamiento que cultiva
ciertos rumores de procedencia ingle-
el maestro en la escuela prima-
sa, pero que él no podia precisar, ha-
ria y luego desarrollan y afirman
bían circulado respecto & un desembar- periódicos, universidades y cuar-
co de tropas nuestras en Bélgica á fiu teles.
de adelantarse al paso posible de tropas
La guerra era precisa para
alemanas, á través de este pais, con
dirección k Francia. que las aspiraciones alemanas
Yo le he dicho que podía tener la cer- se cumpliesen.
teza, y podía afirmarlo eu todas par- «Seremos vencedores —
tes, que el Gobierno actual no violaría Guillermo II á sus tropas — dijo
.Es
jamás el primero la neutralidad belga, lo seamos. Un nuevo
preciso que
y que no creo que ningún Grobierno
que pueda sucedemos se atreva á tomar imperio, más magnifico que to-
esta iniciativa, que la opinión pública dos los que la tierra ha conoci-
de Inglaterra no aprobaría jamás. Lo va á elevarse: el imperio
do,
único que habíamos considerado y la —
POSTAL POPULAR ITALIANA RBPRBSBNTANDO romano-alemán, que gobernará
cuestión resultaba muy embarazosa —
era lo que seria deseable y necesario
LA AMBICIÓN IMPERIAL al mundo entero. Y el mundo
será feliz. »
que hiciésemos nosotros, por ser uno
de los garantizadores de la neutralidad belga, siesta neutralidad
era violada por una potencia cualquiera.
Si nosotros, por ejemplo, fuésemos los primeros en violar la
XVII
neutralidad y desembarcar tropas en Bélgica, esto equivaldría á
dar derecho á Alemania para que hiciese lo mismo. Lo que nos-
otros deseamos en el presente caso para Bélgica, asi como para
Los apologistas de la fuerza
cualquier otro pais neutral, es que su neutralidad sea respetada,
y por esto mientras dicha neutralidad no la viole ninguna otra
potencia nos abstendremos formalmente de enviar tropa alguna á Al iniciarse la presente guerra, el profesorado de
su territorio.
la célebre Universidad de Oxford dijo eu un mani-
Firmado, Grey.
fiesto:
«La guerra con Alemania que actualmente sostie-
En resumen: documentos encontrados por los
los ne la Gran Bretaña, es en el fondo una guerra entre
alemanes en Bruselas, y cuyo sentido ha desnaturali- dos principios: el de la razón de Estado y el del dere-
zado la prensa germánica, truncándolos y omitiendo cho. De estas dos naciones, una (Alemania) pretende
loque no convenía á sus fines, sólo sirven para probar obrar aparte y por encima del derecho público de
una cosa: que Inglaterra tenía razón para alarmarse Europa, para conseguir la salud de su propio Estado;
seriamente ante la sospecha de que Alemania podía la otra (Inglaterra) seha puesto de pie para defender
violar la neutralidad belga, como así lo hizo después, el derecho público europeo. La una considera las con-
HISTORIA DE LA ÜUEIÍRA EUROPEA DE 1914 255

venciones internacionales á cuyo pie lia puesto su La consecuencia positiva es la gloriñcación de la


fírnaa, como simples pedazos de papel cuando oponen guerra.
un obstáculo al salus populi; la otra considera que el Con arreglo á la primera, el lema de toda nación
mantenimiento de los compromisos es un deber grave ha de ser: Salus populi suprema lex. La salud del Es-
é ineludible.» tado debe arrollar y desconocer todo derecho interna-
La nueva doctrina alemana fué enseñada por el cional que no sea conveniente. Debe faltarse á los
profesor Treitschke, energúmeno patriótico al que compromisos de ayer si es que estorban al día siguien-
consideran los germanos como el gran historiador na- te. La soberanía absoluta
del Estado resulta necesaria
cional. para que poder de éste sea absoluto, y dicha sobe-
el

Sus conferencias dadas en Berlin sobre «La política ranía absoluta no puede aceptar el yugo de ninguna
alemana de 1875 á 1895», obligación. I^os tratados in-

fueron como el evangelio ternacionales no deben li-

de la actual generación mitar el poder del Estado


germánica. En ellas apren de una manera absoluta.
dieron los alemanes la con- Esta limitación se la impo-
cepción del Estado que ne el Estado á si mismo, y
ahora sostienen. por lo tanto puede interpre
«El Estado— dijoTreitsch- tarla como mejor le parez-
ke — es el punto más emi- ca y durante el tiempo que
nente á que puede llegar la quiera. «Es ridiculo dice

sociedad humana. Más —
Treistchke querer que un
arriba del Estado no existe Estado entre en competen-
nada en la historia del cia con otros Estados para
mundo.» mismo camino con
seguir el
Para este profesor es in- un catecismo en la mano.»
útil hablar de «la sociedad Estas ideas del profesor,
del género humano» y del que iban formando una filo-

«derecho internacional», sofía de la fuerza, se aco-

que están por encima de las plaban al sentimiento do-


conveniencias del Estado. minante en las altas clases
Él desconoce estas entida- de Alemania. Representa-
des; no admite siquiera ha- ban algo asi como una más-
blar de ellas; no existen. cara científica, confeccio-
Para él no hay más que una nada oportunamente para
realidad verdadera é indis- cubrir los sentimientos de
cutible: el Estado:y este Es- ambición y de orgullo del
tado ha de ser rigurosamen- pueblo germánico. Un pú-
te nacional, y todo ntt poder blico numeroso y escogido
debe hasame en ¡a Fuerza. de oficiales, funcionarios y
La fuerza del Estado es, periodistas, siguió las con-
según Treitschke, el «vehí- EL KAISER TOCANDO SU INSTRUMENTO FAVORITO ferencias de Treitschke du-
culo de la civilización >. Y (Piinrfi. do Lomires) rante años. Luego un dis-
por consecuencia, la espa- cípulo, el general \'on Ber-
da del Estado alemán es preciosa y digna de \enera- nhardi, amplificó y popularizó esta filosofía en su fa-
ción, porque el Estado, gracias á esta espada, puede moso libro publicado en 1911: Alemania y la próxima
extender por el mundo entero la civilización germá- guerra.
nica. Del mérito de esta civilización no hay que ha- Para el general Bernhardi no existe derecho inter-
blar. Para Treitschke y todos los nacionalistas ale- nacional: «Cada nación —dice — desarrolla su concep-
manes, es indiscutible que la civilización alemana ción particular de este derecho. Nadie puedo decir que
representa el más alto grado á que pueden llegar los una nación posee mejor derecho que otra. Ninguna
individuos y las naciones. nación que se respete querrá sacrificar la concepción
üos consecuencias se desprenden de esta filosofía especial de su derecho á ninguna regla internacional.
de la fuerza: la una negativa y la otra positiva. Si se prestase á este sacrificio renunciaría á sus idea-
La consecuencia negativa tiende á repudiar todo les más elevados.»
carácter de finalidad inconmovible en las obligacio- Treitschke había dicho que los compromisos que
nes internacionales. Los compromisos entre pueblos acepta un Estado sólo debe respetarlos mientras du-
no son sagrados ni se deben respetar cuando este res- ren las mismas condiciones en las cuales se hizo la
peto representa un obstáculo. aceptación. Y como las condiciones de los pueblos
254 VICENTE BLASCO IBAÑE2

cambian con tanta rapidez como las de los individuos, debe ser una fuerza para defenderse, debe ser igual-
de aquí que estos compromisos pueden desconocerse mente un Estado guerrero que sepa preservarse de
en un plazo de pocos años ó tal vez de meses. «la terrible enfermedad de la paz». Si el Estado no

Bernhardi sostiene igual teoría en su libro, y la —


combate y el Estado modelo es el alemán —
el indivi-,

aplica á Bélgica en 1912, como si conociese por dualismo con sus mezquindades triunfará sobre el or-
adelantado lo que iba á ocurrir dos años después ganismo social, y el heroísmo desaparecerá del mun-
do. De aquí que Alemania no debe dejar que transcu-
y quisiera preparar el camino, demostrando que
Prusia podía atropellar á los belgas sin menoscabo rran varios años sin hacer la guerra.

para su honor por la firma que había puesto al pie del Sosteniendo la doctrina del maestro, dice Bernhar-
tratado de neutralidad. di: «El mantenimiento de la paz no puede, no debe ser

«Cuando se proclamó la neutralidad de Bélgica nunca el fin de la política.» La guerra, esa «medicina
— dice Bernhardi— nadie podía prever que algún día fuerte», esa «escuela del heroísmo», esa «fatal ley
iba á hacerse dueña en África de la rica y vasta re- biológica», la guerra, que «propaga la más hermosa
gión del Congo. Hoy cabe preguntarse si la adquisi- civilización, debe ser la ley de la humanidad».
ción de este territorio no es ipso fado una ruptura de He aquí la iiltima filosofía alemana, la postrera
su neutralidad, realizada por ella misma.» creación de un país que fué patria del tranquilo Kant
Razonando de este modo, un hombre puede faltar y ahora ha producido á Treitschke y Bernhardi, filó-
en la vida á todos sus compromisos, por sagrados y sofos de Estado Mayor.
firmes que sean. —
«Toda esta filosofía como dice la Universidad de
D —
Oxford no es más que barbarie con un barniz moral.
Esta filosofía de Treitschke y Bernhardi glorifica Barbarie porque quiere hacernos retroceder á los vie-
la guerra como algo santo; lo mismo la ofensiva que jos tiempos en que la fuerza era el único derecho.»
la defensiva. Un pueblo que se agranda tiene derecho á procu-
La divinización de la guerra es la consecuencia —
rarse nuevos territorios, «y en ese caso dice Ber-
inmediata de una doctrina en la que el Estado basta nhardi — la fuerza resulta el derecho supremo, y para
para todo y lo abarca todo. saber lo que es justo y lo que no lo es hay que apelar
El profesor Treitschke tomaba en sus conferencias al recurso de la guerra, que da siempre una solución
y en sus libros una exaltación de poeta al nombrar biológicamente justa».
«la (luerra», rodeando esta palabra de los más entu- Bernhardi se escandaliza de que haya quien sos-
siastas elogios. Nunca la menciona sin llamarla santa tenga «que una nación débil y pequeña tiene el mismo
ó divina «Es la fuerza más poderosa que forma las derecho á vivir que una nación grande y vigorosa >,
naciones», dice unas veces. «Es la política por exce- asi como en la vida humana existen de igual modo los

lencia», afirma en otros pasajes. Y prorrumpe en him- débiles y los fuertes, los contrahechos y los hermosos,
nos á «su santidad», á «su institución divina». los simples y los inteligentes. Su doctrina de ruda

«Dos funciones principales dice este profesor — barbarie se indigna ante este igualitarismo. Para él
incumben al Estado: hacer justicia y hacer la guerra. la libertad, el derecho, la solidaridad humana, no
Pero de estas dos funciones, la de la guerra es la fun- existen. Sólo venera «el idealismo político» y «el des-
ción política por excelencia y mucho más noble y ele- envolvimiento histórico», que conduce al menospre-
vada que la de administrar justicia.» cio de «la paz degradante», á la glorificación santa de
— —
«La guerra afirma en otro pasaje es la única la guerra, «vehículo de la más alta civilización».
medicina para una nación enferma. Cuando vivimos El historiador Mommsen, que como buen germano
sumidos en el individualismo egoísta de la paz, viene habló de propagar la civilización «á puñetazos», vio,
la guerra para hacernos sentir que somos solidarios sin embargo, un peligro para su país en la extremada
unos de otros. La majestad de la guerra consiste prin- divinización de la fuerza.
cipalmente en disolver el individualismo mezquino — —
«Tened cuidado dijo de que en este Estado, que
ante el gran pensamiento del Estado.» ha sido á la vez una potencia en armas y una poten-
«Sólo la guerra nos muestra con toda su realidad cia en inteligencia, no se desvanezca la inteligencia,
el organismo social á que pertenecemos... Es el idea- quedando nada más que un Estado puramente mi-
lismo político el que exige la guerra. » litar.»
Este profeta de la fuerza exclama: La Alemania temida por Mommsen hace años que
«¡Qué perversión de la moralidad representaria existe. Es la de la filosofía de la fuerza.
el que se suprimiese en el mundo el heroísmo
guerre-
ro!... Pero Dios proveerá para que la
guerra vuelva á
renacer siempre, como una medicina terrible de los ¡La fuerza!... ;.Qué es la fuerza? ¿Existe por sí
humanos.»
misma, como algo superior, ó es, por el contrario, un
De este modo, la idealización del Estado y de su simple derivado del derecho?
poder absoluto conduce en la doctrina de Treitschke El ilustre doctor Grasset, en un estudio sobre «La
á la idealización de la guerra. Puesto que el Estado demuestra con
ciencia, el derecho y la fuerza», clari-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S55

dad que el principio bismarckiano 'La fuerza es ante- Alemania representa la brutal divinización de la
rior al derecho» resulta completamente falso, y que fuerza y menosprecio del derecho.
el

es el derecho el que crea la fuerza. Por esto la lucha contra ella la titulan «guerra
«Si se da —
dice el citado profesor —á la palabra santa» muchos escritores.
fuerza en biología humana, el mismo sentido que se El célebre novelista inglés H. G. Wells, en el que
le da para los otros seres vivientes y para el universo se unen con amalgama feliz la imaginación del artis-
entero, resulta que el hombre es el más débil de todos ta y los vastos conocimientos del hombre de ciencia,
los animales, pues tiene menos medios de defensa bru- explica del siguiente modo el carácter y la finalidad
tal que todos ellos. Y como, sin embargo, en el uni- de la presente guerra:
verso, tomado en conjunto, es el hombre el más fuerte «La causa de una guerra y su finalidad no son ne-
que reina y domina, de ahí que no se comprende úni- cesariamente una misma cosa. La causa de la guerra
camente por el hecho de la fuerza brutal esta sobera- presente fué la invasión del Luxemburgo y de Bélgi-
nía sobre el mundo entero establecida científicamente ca. Nosotros declaramos la guerra porque estábamos

y que nadie puede negar. obligados á hacerla por un


«Esta superioridad indis- tratado, ya que habíamos
cutible del hombre sobre la contraído el compromiso de
Naturaleza prueba que el proteger la integridad de
hombre posee una fuerza dis- liélgica, desde que existe
tinta á la de la Naturaleza, como reino. Si los alemanes
y que esta fuerza está com- no hubiesen violado la ga-
puesta de otros elementos rantía que tenían acordada,
que la potencia brutal é inin- lo mismo (|ue nosotros, á la
teligente del ciclón ó el tem- neutralidad de los pequeños
blor de tierra. El toro, el Estados, seguramente que
elefante ó el león, lo mismo hoy no estariamosen guerra.
que el microbio, pueden ha- Las fortificaciones que Fran-
cer sufrir al hombre derro- cia tiene en su frontera de
tas pasajeras é individuales; Alsacia hubiesen bastado
pero el hombre posee contra para resistir á todo ataque,
ellos la fuerza que los sujeta sin necesidad de nuestra
y los dirige, las más de las ayuda. Nosotros no tenía-
veces para el mayor bien mos por este lado ni obliga-
del progreso indefinido de la ción ni interés. Nosotros sólo
humanidad. nos habíamos obligado con
»La fuerza del hombre UN PROFESOR EN LA CERVECERÍA Francia á protegerla por el
Bélgica me parece una monstruosidad política y su nacionalidad
reside por entero en su in- tiene cierta apariencia cómica
lado del mar, y los alemanes
teligencia, en su superiori- (Del Tt^legraaf, de Amsterdáu) se habían comprometido á
dad psíquica. Y esta supe- no atacarla por esta parte.
rioridad psíquica está formada por todo lo que consti- Es nuestro tratado belga y el ultraje inferido al pe-
tuye la nobleza del ser humano, su superioridad triun- queño Luxemburgo los que nos han precipitado en este
fante; principalmente por la facultad del progreso in- conflicto. Ninguna potencia hubiese en adelante res-
definido y la idea-ley de la moralidad y el derecho.» petado nuestra bandera ni aceptado nuestra palabra,
La conclusión de Grasset es lógica. Si en biología si nosotros no hubiésemos combatido.

general, ó sea entre los animales inferiores al hom- «Tal fué la causa inmediata de la guerra. Tenía-
bre, la fuerza crea el derecho, en biología humana, ó mos que combatir, porque nuestro honor y nuestra pa-
sea en la vida de los hombres, es, por el contrario, el labra nos obligaban.
derecho el que crea la fuerza. «Vamos ahora á la segunda parte, ó sea á la fina-
«Es esta la fuerza verdadera del hombre — conti- lidad de esta guerra. Nosotros no podemos limitarnos
núa profesor francés
el —
la que, inspirada por el de-
,
á hacer repasar la frontera belga á los alemanes y
recho, puede servirse de la ciencia para difundir las amonestarles para que no vuelvan á empezar. Esta-
grandes ideas de civilización y de progreso, que deben mos en guerra abierta con ese colosal Imperio milita-
acabar por vencer siempre. rista, después de haber buscado con todas nuestras
»Sin salir de la biología humana, que es una cien- fuerzas el vivir en paz desde que se levantó sobre las
cia positiva y experimental, puede afirmarse que en z'uinas del imperialismo francés en 1871. Esta guerra
la historia del hombre el éxito final y definitivo será, es una lucha á muerte. No nos queda otra solución que
á través de fluctuaciones é incidentes, para el que destruir ó ser destruidos. Nosotros nohemos buscado
posea la verdadera fuerza, ó sea la fuerza moral, la la guerra. Nosotros hemos hecho todo lo posible por
que pone la ciencia al servicio del derecho.» evitarla. Pero ya que nos hemos visto obligados á em-
256 VICENTE BLANCO IBANEZ

prenderla, tenemos el imperativo deber de no aceptar tuamente invocado como si fuese alemán — ,
Gott debe
ninguna solución que no sea definitiva. Esta guerra estar cansado también.
hace sentir su influencia en cada ciudadano y cada más grande de la Histo-
"Esta guerra es la guerra
hogar de los países comprometidos en la lucha. No es ria. Ya no
tampoco una guerra de naciones; es la
es
una guerra de soldados, es una guerra de pueblos. Es guerra de la Humanidad. Es una guerra que tiene por
una guerra cuyos resultados han de ser tan decisivos, último fin exorcisar la locura mundial y poner térmi-
que todo ciudadano de las naciones en lucha debe estar no á una era histórica.
enterado de lo que ha ocurrido. Ningún arreglo diplo- >Esta corrupción pública tiene su parte mercantil
mático debe concluirse que permita al imperialismo hipócrita y secreta. Al lado del kaiser est;i la casa
alemán ocultar su derrota á sus pueblos y empezar de Krupp, la segunda cabeza del Estado Mayor. En las
nuevo los preparativos belicosos. Debemos seguir la mismas gradas del trono se sientan los del trust de
lucha hasta (]ue nosotros no podíimos más, ó la nación los armamentos, bandidaje organizado que en su in-
alemana entera sepa que ha sido derrotada y (juede saciable sed de ganancias va minando por la base la
convencida de que no debe re- seguridad de toda civilización,
petir la guerra. compra y domina á la prensa,
«Combatimos contra Alema- inspira á la literatura nacional
nia, pero combatimos sin odio y corrompe las universidades.
contra el pueblo alemán. No 'Nos hemos enterado dema-
queremos atentar contra su li- siado tarde de que la humani-
bertad y su unidad, pero nece- dad ha cometido una locura
sitamos destruir su mal sistema estupenda permitiendo á em-
de gobierno y la corrupción, presas particulares el negociar
así mental como material, que con los preparativos de guerra.
ha invadido la imaginación ale- Con esto toda tran(|uilidad re-
mana, apoderándose de la vida sulta imposible.
de su pueblo. Queremos romper »La guerra presente es una
el imperialismo prusiano tan guerra de paz.
completamente como Alemania »Su finalidad es el desarme.
rompió en 1871 el imperialis- Otra finalidad suya es un arre-
mo podrido de Napoleón III. glo que acabe para siempre con
Tenemos que aprender en las losarmamentos.
faltas cometidas por esta vic- Todo soldado que combate
toria, para evitar un triunfo ahora contra Alemania es un
vengativo. cruzado contra la guerra.
»El imperiaJismo prusiano »Esta guerra, la más grande
es desde hace cuarenta años el bnsukño IMPElllAL de todas las guerras, no es una
una peste insufrible para el (Nebclgjjtiíti'r, guerra como las otras: es la
do Zui-icli)

mundo. última guerra.


» Ya no habrá más kaiser. Ya no habrá más
«Después de la derrota de Francia en 1871, esta Krupp.
peste ha ido en aumento, extendiendo su sombra sobre Estamos decididos á esta supresión. Hay que dar fin
Europa. Alemania ha predicado ante el universo in- á la locura.»
a
quieto una propaganda de fuerza brutal y de mate-
rialismo político. Ella se jacta de que «la sangre y Viviani, el presidente del gobierno francés, resu-
el hierro» son los cimientos de su unidad. Sus liom- mió el 22 de Diciembre ante la Cámara de diputados
bres de Estado, sus profesores, peiiueños, mez(]uinos y la responsiibilidad de Alemania, las falsedades con
agresivos, tjue han conducido á su país á la lucha que pretende librarse de esta responsabilidad y lo
actual, han propagado abiertamente una doctrina cíni- (|ue representa para el porvenir la derrota del impe-
ca y de un desprecio completo para todo lo que no sean rialismo.
los fines de un egoísmo patriótico, elevado al rango de El resurgimiento de Francia dijo ha turbado á
< — —
una religión. La brutalidad física y moral se ha apo- Alemania, embriagada por sus ensueños de victoria.
derado del espíritu alemán, y de Alemania ha pasado En los primeros días del conflicto negó el derecho,
al mundo entero. Me complacería poder decir que el ensalzó la fuerza, menospreció la Historia, y para
pensamiento inglés y el americano han escapado en- violar la neutralidad de 15élgica é invadir Francia
teramente á esta influencia nefasta... pero no puedo invocó la ley del interés. Luego su gobierno ha com-
decirlo. De todos modos, hoy sacudimos al fin tales prendido (|ue le era necesario contar con la opinión
trabas, y perseguimos esta falsificación inicua, para del mundo, y recientemente ha intentado una rehabi-
librar de ella al mundo. El mundo entero estaba fati- litación de su actitud, pretendiendo arrojar sobre los
gado y Gott (Dios) —ese Gott cuyo nombre es perpe- aliados la responsabilidad de la guerra. Pero por en-
V'r. ir.:--\^t{
UN CAMPO

Fotografía de Mr. Tiranly, de la .IIluslrallon> de París


I
Cadáveres abandonados por <1
E BATALLA

¡jército alemán en su retirada


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 257

cima de todas sus pesadas mentiras, que no engañan honor, ó lo que

ni á las credulidades más complacientes, la verdad es lo mismo, su


ha hecho su aparición. vida, Francia,
'>Todos los documentos publicados por las naciones de acuerdo con
interesadas, y hace pocos días el sensacional discurso sus aliadas, no
de uno de los más ilustres representantes de la noble depondrá las ar-

atestiguan la resolución adoptada desde mucho


Italia, mas hasta ven-
tiempo antes por nuestros enemigos de intentar un gar el honor ul-

golpe de fuerza. Si fuese necesario probar esto, un trajado, hasta


solo documento bastarla para esclarecer al mundo. soldarparasiem-
Cuando por gobierno británico todas
la sugestión del pre á la patria
las naciones que tenían interés en el conflicto fue- francesa las pro-
ron solicitadas para suspender sus preparativos mili- vincias que le
tares y establecer una negociación en Londres el 31 fueron arrebata
de .Julio de 1914, Francia y Rusia se adhirieron inme- das por la fuer-
diatamente al proyecto. La paz podía haberse salvado za, hasta restau-
hasta en esta hora suprema, de adherirse Alemania rar á la heroica
á tal iniciativa. Pero Alemania forzó y derrumbó la Bélgica en la
situación bruscamente, declarando la guerra á Rusia plenitud de su
el 1.'^ de Agosto y haciendo inevitable el llamamiento
BL SANSdN moderno
vida material y
á las armas. de su indepen- (De Tlie /lyatander)

»Si Alemania diplomáticamente mató la paz en su dencia política,


germen, es porque desde hace cuarenta años persigue rota por el militarismo prusiano, hasta poder recons-
sin descanso su ñn: aplastar á Francia, para de este truir sobre bases de justicia una Europa al fin rege-
modo poder conseguir la servidumbre del mundo. nerada.
»Todas las revelaciones han sido aportadas á Este plan de guerra y este plan de paz no están
este tribunal de la Historia, en el que no puede inspirados por presuntuosas esperanzas.
tomar asiento la corrupción. Y ya que á pesar de su «Debemos su certeza por entero á nuestro ejército
amor á la paz, Francia y sus aliadas se ven obliga- y á nuestra marina. Nosotros hemos demostrado al
das á hacer la guerra, la sostendrán hasta el último mundo que una democracia organizada puede servir
esfuerzo. por una acción vigorosa á los ideales de libertad y de
«Fiel á la firma que ha puesto al pie del tratado igualdad que constituyen su grandeza. Hemos demos-
del -i de Septiembre último, y que compromete su trado al mundo, como lo dijo su general en jefe que —
es á la vezun gran soldado y un noble ciudadano — ,

que «la República puede estar orgullosa del ejército


que ha preparado» Por eso en esta guerra impía han
.

podido mostrarse todas las virtudes de nuestra raza:


las (lue nos han reconocido siempre todos la inicia- —
tiva, el empuje, la bravura, la temeridad y las que
— ,

nos han negado muchos, la tenacidad, la paciencia, el


estoicismo. Saludemos á todos estos héroes. ¡Gloria
á los que han caído en el surco antes del triunfo y á
losque por este triunfo los vengarán mañana! Una
nación (jue suscita tales entusiasmos es imperece-
dera.
«Nada más grande apareció nunca ante los ojos de
los hombres. Contra la barbarie y el despotismo, con-
tra el sistema de provocaciones y amenazas que Alema-
nia llama paz, contra sistema de asesinatos y pilla-
el

jes colectivos que Alemania llama guerra, contra la


hegemonía insolente de una casta militar que ha desen-
cadenado esta calamidad mundial, Francia, emancipa-
dora y vengadora, sostenida por sus aliadas, se ha er-
guido cerrando el paso. He aquí nuestra misión, más
importante que nuestra propia vida. Mañana, en la
paz de la victoria, nos acordaremos con orgullo de
CARICATURA ALBMANA RBPRB.SBNTANDO HL .SUPUBSTO estos días trágicos, sintiéndonos más valientes y me-
TEMOR OB INOLATERRA jores.»
s>
:'="íVi-'=^-T

Pueblos y monarcas

tiernoWerther y sensible la rubia Gretchen. Había-


mos olvidado que las «querellas de alemán» son le-
La raza prusiana gendarias, y la estupefacción fué general cuando vimos
á estos germanos, reputados como gentes verídicas y
honestas, mentir con una serenidad que hubiese des-
1S70 alemana era objeto en Fran-
la ciencia concertado á Tartufo; invocando á «Dios todopodero-

EN un respeto casi rayano en la veneración.


cia de
<

No es que Alemania dice el profesor Ed-
so», como si este Dios fuese Mercurio; reírse de todos
los compromisos internacionales; colocar la fuerza por

mundo Perrier tuviese en su activo ningún descubri- encima del derecho sin perjuicio de parapetarse de-
miento genial, ni hubiese edificado una de esas teorías trás del derecho cuando les convenía; fusilar niños;

grandiosas que son gloria del espíritu humano. Pero rematar heridos; tirar sobre las ambulancias; acribi-
nos inspiraban cierta gratitud los sabios alemanes, de llar de obuses los hospitales, los monumentos artísti-
paciencia infatigable, que en el fondo de sus labora- cos incomparables, los establecimientos destinados á
torios forjan calmosamente los materiales que otros glorificar esa ciencia de la que ellos habían hecho su
se encargan de poner en circulación, y á cambio de divinidad, sin ocurrirseles nunca imitar la conducta
esta labor modesta y tenaz, les perdonábamos sus del francés Vaillant que, al verse obligado á bombar-
gafas de oro, sus barbas revueltas y los pliegues rígi- dear Roma, lo hizo de modo que ningún edificio nota-
dos de sus levitas. Por esta gratitud y por nuestro in- ble de la ciudad santa sufriese la menor rozadura.»
corregible espíritu de xenofilía
— admiración de todo lo El contraste entre la reputación científica de Ale-
extranjero
— hicimos una hermosa reputación á las
,
mania y sus actos de guerra asombró en 1870 al céle-
obras filosóficas del que llaman hoy el gran natura-
<
bre naturalista francés Armando de Quatrefages, au-
listade .lena», Ernesto Hiockel, sin darnos cuenta de tor denumerosos y notables trabajos sobrel las razas
que no son otra cosa que piedras desprendidas de los humanas. Este sabio ilustre, hombre imparcial, sin-
grandes edificios que construyeron Geoffroy Saint-Hi- cero y de rectas intenciones, se dedicó al estudio de
laire, Lamarck y Darwin, vueltas á unir con cemento tal fenómeno histórico, y el resultado de su observa-
facilitado por Augusto Comte y Spinoza. ción, desapasionada y científica, fué el célebre opús-
»A juzgar por estos hombres calmosos, solitarios, culo titulado La raza prusiana, que alcanzó gran éxito
patriarcales, poco afectos, en apariencia, á los bienes en 1871, y al que la guerra de 1914 da por segunda
de este mundo— exceptuando las pipas de porcelana y vez un carácter de novedad.
los vastos receptáculos de cerveza —
la nación alema-
,
Como dice un critico de esta obra del famoso di-
na debía ser la nación cuerda y pacifica por excelencia, rector del Museum, la pregunta que se hace Quatre-
tanto más cuanto que sabemos hasta qué punto fué fages como punto de partida de sus investigaciones
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 259

puede resumirse en las siguientes palabras: «¿Por qué superior, cuya evolución fué favorecida por el am-
causa el cordero alemán está ahora rabioso?» biente de Europa y la abundancia en dones de su
— —
«El cordero alemán continúa este critico no ha suelo.
estado nunca rabioso. Es que en su calidad de cordero «De estos arios —
continúa Quatrefages descien- —
se deja conducir á la matanza por carniceros que son den lospueblos civilizados de Europa, comprendiendo
de una raza distinta á la suya. »
en ellos á los germanos. En cambio, los descendientes
Esta raza, según Quatrefages, es la raza prusiana: directos de los hombres preliistóricos, que fueron su-
una raza de diverso origen que la raza alemana ó ger- plantados por los arios en la Europa del oentr y que
mánica, y casi enteramente distinta en todo. reciben de los antropologistas el nombre de Alofilos,
Quatrefages no emitía una opinión formada recien- constituyeron el fondo esencial de la raza prusiana.»
temente por un estudio de circunstancias. Durante mu- Los germanos, que eran arios puros, se esparcie-
chos años fué profesor en Estrasburgo, y su genio de ron poco á poco por el Norte, ganando la Escandina-
observación, del que dan gloriosa prueba grandes des- via é Inglaterra, así como la costa del Báltico, ocupa-
cubrimientos cientiflcos, estuvo en largo contacto con da por tribus cazadoras y prehistóricas de los
las
los puel)losgermánicos. alofilos.Pero otra rama de la raza aria, la de los es-

«Bajo el poder de la raza prusiana dice
— Ale-
, lavos, había precedido á la rama germánica en la in-
mania, orgullosa de su labor científica, pero sometida vasión de la tierra prusiana. Aunque germanos y es-
á una servidumbre política, ha venido á ser lo que es lavos resultasen de mayores aptitudes que los alofilos
actualmente: un instrumento del que se sirve un pue- por ser arios, no estaban, sin embargo, tan elevados
blo que guarda en el fondo del carácter todos los es- sobre la raza primitiva y más numerosa que pudie-
tigmas de la seraibarbarie, para dar satisfacción á sus sen resistir á la influencia de sus costumbres. De la
salvajes instintos.» mezcla de alofilos escandinavos y germanos salieron

«Entre los prusianos y los alemanes sigue expli- los godos, y del encuentro de los germanos y los esla-

cando Quatrefages existe la comunidad del lenguaje, vos en la cuenca del Oder nacieron los vándalos. Go-
pero esta comunidad no significa identidad de origen, dos y vándalos no han dejado en la historia fama al-
ó lo que es lo mismo, un signo de parentesco. El ven- guna de pacíficos y generosos.
cedor impone ordinariamente su lengua á los pueblos No había por qué esperar mejor resultado de los
vencidos, pero no cambia ni puede cambiar sus cere- eslavos y los alofilos que se mezclaron en la cuenca
bros ni sus corazones. La raza conquistada sigue for- del Vístula. Sus descendientes tuvieron que sostener
mando la mayoría. Si se trata de una raza inferior, su en un clima duro y una tierra ingrata numerosas lu-
pensamiento y sus sentimientos, ayudados por las in- chas contra diversos invasores. Esto hizo desarrollar-
ñuencias permanentes del ambiente, dominan poco á se todo lo que tenían como herencia, de astutos, ven-
poco á los conquistadores, que van descendiendo hasta gativos y crueles. Habían constituido una raza mixta
quedar á su nivel. En los tiempos presentes esto no con el título de Prusci ó Prutzi, lo que dio su nombre
ocurre asi absolutamente. Los grandes medios de civi- á la Prusia actual, (^tuatrefages vio en sus estudios el
lización de que disponen los colonizadores modernos, fondo bárbaro de los prusci, cazadores de mammuts,
en África por ejemplo, hacen que las poblaciones in- subsistiendo todavía en los prusianos modernos bajo
feriores se eleven gradualmente, en vez de degradar una aparente civilización. Por un maléfico concurso
á la raza dominadora. Pero en la antigüedad remota, de fatales circunstancias, los elementos que en otros
cuando eran menos apreciables las diferencias entre pueblos han servido para el progreso, sirvieron en éste
la barbarie y las civilizaciones nacientes, los conquis- para aportará la barbarie primitiva nuevos fermentos
tados, por suenorme mayoría y por las influencias del de odio y despecho.
D
medio, hicieron descender muchas veces á sus domi-
nadores.» En el año San Adalberto, arzobispo de Praga,
!)97,
a
acometió la empresa de convertir al cristianismo á los
Cuando en la Edad Media fué conquistada sucesi- prusci, que vivían en estado casi salvaje. Éstos res-
vamente por los eslavos y por los caballeros de la pondieron á su predicación asesinándolo. En 110(5 el
Orden Teutónica la región costera del Báltico, que monje iMaynard (|UÍ80 reanudar la obra de San .\dal-
había de formar siglos después el reino de Prusia, esta berto, pero como era un monje guerrero y conocía el
región estaba ocupada por una raza indígena, la de carácter de las gentes (|uc deseaba convertir, se pre-
los hombres prehistóricos, que se había conservado sentó seguido de soldados, levantó fortalezas é hizo
pura de toda mezcla, mientras el resto de Europa matanzas, hasta conseguir que lo nombrasen obispo
vivía ya en pleno avance civilizador. Esta raza de de los territorios cristianizados por él á golpes de
cazadores de mammuts, de bisontes y renos, se había hacha.
corrido hacia el Norte, siguiendo la retirada de los El belicoso prelado murió en un combate con los
animales que constituían su alímontaríón. En su re- bárbaros feligreses, y su sucesor Herloldo, obispo de
troceso había dejado el terreno libre á los arios, pro-
coraza, se preocupó más de las batallas que de los
cedentes de Asia, gentes dotadas de una mentalidad
dogmas, propagando espada en mano la religión de
260 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Cristo, hasta que pereció á manos también de estos Nantes, que expulsó de Francia á los calvinistas, el
diocesanos recalcitrantes. —
Gran Elector de Brandemburgo título que habían
Alberto de Asseiderne, designado como sucesor, —
adquirido los HohenzoUern se apresuró á ofrecer hos-
tuvo que predicar y organizar una cruzada antes de pitalidad en sus tierras, empobrecidas y despobladas
la toma de posesión de su obispado. Los prusci, por su por la guerra de Treinta Años, á estos protestantes
barbarie guerrera y su audacia de invasores, repre- franceses que eran sus correligionarios.
sentaban un continuo peligro para los pueblos vecinos. Los franceses, perseguidos por la intolerancia re-
El nuevo obispo reunió una ilota de veintitrés navios ligiosa, fueron elverdadero elemento civilizador de
con gran número de guerreros, y al frente de esta Prusia. Aportaron su inteligencia cultivada, sus indus-
cruzada entró á sangre y fuego en el país, apoderán- trias, sus estudios, y dieron á las clases superiores del
dose de él y fundando la ciudad de Riga. Para soste- país, en las cuales fueron admitidos inmediatamente,
ner su territorio y asegurar la defensa de sus costas, un barniz de educación. Procedentes de este éxodo
creó la orden de los Caballeros Porta-Paspada, com- fueron los generales y los funcionarios importantes de
puesta de nobles germánicos que habían llegado con apellido francés que luego han figurado en las más
él y á los que distribuyó las mejores tierras. Cristian, altas esfercas de la sociedad prusiana.
otro obispo de Prusia, sustituyó el título de esta orden Los emigrados no llevaron en su trasplante el amor
por el de «Milicia de Cristo»; pero en una batalla que á Francia. El rencor religioso, el odio por las persecu-
duró dos días, los prusci mataron á casi todos los ciones sufridas, se perpetuaron en ellos á través del
caballeros, pues únicamente lograron salvarse cinco. tiempo, como una tradición de cólera devota.
Para mantenerse Cristian en su sede, tuvo que implo- Quatrefages, que también era protestante, lo reco-
rar el auxilio de los caballeros de la Orden Teutónica, noce lealraente.
que se habían hecho famosos en Oriente durante las —
«Esta fusión de franceses y prusianos dice no —
Cruzadas. Así como Europa necesitaba á los Tem- nos creó simpatías en Prusia, sino todo lo contrario.
plarios y otras asociaciones religioso-militares para Puros ó mestizos, los descendientes de los fugitivos
impedir los avances de los infieles de Asia, necesitó por la revocación del edicto de Nantes son prusianos
igualmente el auxilio de los Caballeros Teutónicos de corazón y de sentimientos, lo mismo que sus com-
para vivir á cubierto de los prusci, más temibles por patriotas de antiguo origen. Lo probaron cuando las
su salvajismo que los mahometanos. invasiones de Napoleón. Lo han probado ahora il870)
Estos caballeros, que eran los más bárbaros entre al iniciarse la guerra actual, mostrando su rencor
todos los soldados del cristianismo, y dignos por su contra Francia. En los anatemas que la Prusia pie-
ferocidad del enemigo que iban á combatir, se apode- tista lanza contra la Francia católica, hay sin duda
raron de la Esthonia, la Livonia, la Curlandia, la alguna un eco lejano de nuestras antiguas guerras de
Samoecia, la Pomerelia y la Nueva-Marca, imponién- religión, y bien sabido es qué fuente inagotable de có-
dose á los prusci por sus actos de crueldad y por su len- lera y de odios han encontrado los hombres en una
guaje rudo, que aun hacía esperar peores violencias. doctrina que su fundador resumió en las siguientes
Entre estos conquistadores se encontraban los palabras: «Ama á tu prójimo como á ti mismo.»
llohenzollern, pobres hidalgos procedentes de un pe- » Los franceses
emigrados esparcieron en Prusia el
queño castillo próximo á la Selva Negra, y que busca- uso de nuestra lengua, que es aún familiar á muchos
ron en la Orden Teutónica el medio de librarse de la de sus descendientes, y por esto se encuentran en Ale-
miseria de su hogar. mania, lo mismo en la sociedad civil ([ue en las filas
La invasión de los Caballeros Teutónicos fué todo del ejército, tantos hombres que hablan el francés
lo que llegó de elemento germánico á Prusia, fundién- correctamente, sinel menor acento germánico. Estos
dose con la raza primitiva. alemanes han podido hacerse pasar por compatriotas
Esta orden militar, señora del pais, vivió en un nuestros sin esfuerzo alguno, deslizándose en todas
lujo superior al de los Templarios, desafiando á todos partes, sorprendiendo y traicionando lo que nos con-
los poderes monárquicos y religiosos. Su ortodoxia no venía tener oculto, propagando la indisciplina y la in-
era probada. Habían conquistado el país en nombre surrección.»
de Cristo, y sus Crandes-Maestres vivían paganamen-
te,con rudo boato, cuidándose únicamente de mante-
ner sujetos á los prusci. Al iniciarse la Reforma, el El hombre de la edad de piedra se ha mantenido
superior de la Orden Teutónica, Alberto de Hohenzo- vivo, Según Quatrefages, entre los prusianos, que son
Uern, inclinó á sus compañeros á adoptar las nuevas ahora los directores y dominadores de los demás Es-
creencias. Los HohenzoUern pasaron más tarde de la tados de Alemania poblados por arios.
iglesia de Lutero á la iglesia de Calvino, mientras el Á pesar del desarrollo realizado por las evolucio-
resto de Alemania seguía fiel á la doctrina luterana. nes del tiempo en la bóveda craneal de los prusianos,
La fe religiosa de los primitivos HolienzoUern nunca la base del cráneo de éstos refieja todavía el poder de
fué robusta. los apetitos, siendo igual que en la edad prehistórica.
En 1G85, después de la revocación del edicto de Según Quatrefages, el cráneo moderno que en este
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 261

punto recuerda más el cráneo del hombre fósil encon- res. Cuando más fríamente se examinan sus causas y
trado en la Chapelle-aux-Saints, es el del príncipe de sus medios de ejecución, más se siente el observador
Bismarck. arrastrado hacia los tiempos remotos...
— —
«Los elementos dice que han dado vida al nue- «Para los prusianos, la invasión de Francia HSTO)
vo tipo prusiano, no están enteramente fusionados. A ha sido una cruzada. La han predicado en un lenguaje
pesar de un barniz de civilización, tomado especial- que revela á cada momento una mezcolanza de misti-
mente de Francia, la raza prusiana se halla aún en cismo implacable y de ambiciones frenéticas: espíritu
su edad media. Esto explica sus odios y sobre todo igual al que animaba á los antiguos caballeros teutó-
sus violencias. >
nicos armados contra los sarracenos y los prusci. Em-
El eminente antropólogo, que era un hombre pujar á todo un pueblo contra otro, ;.qué es sino imi-
bondadoso, se apresura á explicarse sobre la dureza tar á los antiguos bárbaros que se arrojaban naciones
de esta alirmación: contra naciones, su-
«Un francés tiene cediéndose como olas,
j-pK^íptjv;:
derecho á no ser otra los unos sobre los
cosa que justo con una otros, contra la civili-
raza que desde hace zación romana y sos-
medio siglo se propo- teniendo terribles due-
ne el aplastamiento y los de vida ó muer-
la supresión de Fran- te?. . . A estos bárbaros
cia; que ha proclama- que hacen sobrevivir
do brutalmente esta la Prusia primitiva,

ambición; que la ha se ha entregado en


realizado por todos los cuerpo y alma la Ale-
medios á su alcance, mania sabia, que es
empleando procedi- la verdadera.»
mientos de los cuales l^uatrefages termi-
el mundo civilizado nó su estudio de La
debió pedirle cuenta. raza prusiana con pa-
Calumniados todos los labras proféticas:
días por periódicos á «Á pesar del triun-
sueldo y hasta por los fo, ¿puede creer el

documentos oficiales, pueblo alemán en las


tenemos derecho á frases cjue le dirigen

protestar, demostran- desde Berlín? ¿Puede


do que los franceses imaginarse que ha
no somos como nos inaugurado un reina-
pintan nuestros ene- do de justicia y de paz"?
migos, y que los pru- ¿No tiene sospecha al-
sianos están muy lejos guna de los formida-
de ser como ellos pre- bles problemas que
tenden.» ha contribuido á po-
Federico IT el Gran- QUATREFAGES ner de pie? Su misión
de, el personaje más con la Prusia está
eminente de Prusia, á pesar de su educación filo- fundada por el hierro y la sangre, cimentada sobre
sófica y de sus humanitarismos de librepensador, la guerra, coronada por la expoliación. ¿Cuánto tiem-
sentía renacer los instintos atávicos apenas empren- po podrá durar?...
día una guerra, realizando fríamente las mismas >>Los grandes y los pequeños Estados, halagados ó
crueldades de los antiguos prusci. Este monarca, que respetados hasta ahora por la Prusia. ¿se verán ata-
es la mayor gloría de los llohenzollern, al sitiar á cados en el porvenir á nombre del derecho histórico ó
Praga hizo llover sobre la célebre catedral de 8an de la lingulsticaf ¿Asistirá Kusia á este triunfo del
Vito, una de las obras más hermosas de la arquitec- pangermanismo sin levantar la voz?... El porvenir
tura gótica, 7.681 bombas, 15.810 balas de cañón y responderá. Tengo confianza en él. Cuando se trata de
12H proyectiles incendiarios, en el espacio de cinco pueblos es permitido creer en la intervención de la
días, arrasándola. El rey filósofo fué un precursor y Némesis divina.»
maestro de los destructores de monumentos en Lo- Esto lo escribió Quatrefages en 1870.
vaina y Heims. El porvenir ha contestado. Las predicciones del
"La guerra— dice Quatrefages —
tal como la com-
,
sabio antropologista empiezan á realizarse cuarenta
prende Prusia, presenta siempre los mismos caracte- y cuatro años después.
262 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
los grandes señores germánicos,

queriendo sobrepujarles por los


méritos guerreros ó por los estudios
literarios. La extraña mezcla que
se nota en ellos de ferocidad beli-
cosa y pretensiones oratorias hace
pensar en sus sucesores actuales.
Todos ellos tuvieron un sobrenom-
bre: el Elector Federico II, Diente
de Hierro; el Elector Alberto, el

Aquiles; .Tuan, Cicerón; Joaquín I,


el

el Néstor: Joaquín II, el Héctor. Los


HohenzoUern que no gobernaban
el Brandemburgo vivían en el terri-
torio de Prusia, formando parte de
la Orden Teutónica. Uno de ellos,

Alberto, consiguió en 1510 el alto


cargo de Gran Maestre. La Orden
se había olvidado de los motivos de
ANTIGUA RESIDENCIA DE I.OS I!T lidRAVES DE IIOIIBNZOLLERN EN rClREMBERG
su fundación y la milicia cristiana
no era ya más ijue una sociedad de
pequeños señores que vivían suntuosamente del pro-
II ducto de sus tierras. Alberto de Brandemburgo hizo
alirazar á sus caballeros el protestantismo, medio
oportuno de romper con las obligaciones espirituales
Los Hohcnzollcrn de la Orden y poder violentar las disposiciones tem-
porales. Una vez realizada la apostasía, convirtió el
En 1618la familia HohenzoUern, de la que proce- territorio de la Orden Teutónica en ducado de Prusia
den emperadores de la Alemania moderna, pudo
los para él y sus herederos. Este ducado acabó por pasar
realizar los ensueños de ambición que la hablan acom- á los HohenzoUern de Brandemburgo en KilS, cons-
pañado durante siglos uniendo una parte de Prusia tituyendo juntos ambos Estados el núcleo central de
al pequeño estado de Brandemburgo, gobernado por la futura Prusia. Durante un siglo los HohenzoUern
sus individuos con el titulo de Electores. ostentaron de «Electores de Brandemburgo y
el título
Sus remotos ascendientes fueron rudos burgraves, duques de Prusia», distinguiéndose entre ellos Federi-
cuya fortuna se aumentó ó decayó según los acciden- co Guillermo, llamado el Gran Elector, que dio asilo
tes de la guerra feudal. El viejo castillo de Zollern, en en 1685 á los calvinistas fugitivos de Francia. Con el
la Suabia, que les dio su nombre de HohenzoUern, era Gran Elector empezó la verdadera prosperidad de los
un pobre señorío para estos soldados ambiciosos que HohenzoUern.
se mezclaron en todas las peleas intestinas de Alema- Su hijo el Elector Federico III constituyó sus tie-
nia con el deseo de adquirir nuevos bienes. Por con- rras en reino, tomando el título de Federico I, después
quista, por alianzas matrimoniales ó por donaciones de sufrir las humillaciones que le impuso Austria. Al
de los emperadores germánicos, á los que ofrecían sus principio pensó en
servicios, fueron burgraves de Nuremberg y adquirie- dar á su nueva crea-
ron la ciudad de Baireuth con otras tierras. Al ñn, ción el nombre de
en 1415, el emperador Segismundo sacó definitiva- «Reino de los Vánda-
mente de la obscuridad á estos HohenzoUern, que á los», pero temió mo-
pesar de su pobreza se titulaban principes de Baireuth lestar con esto á la
y de Anspach, dando á uno de ellos la soberanía del vecina Suecia, que era
Electorado de Brandemburgo, Estado que gobernó con dueña de una gran
el título de Federico I.
parte de la Pomera-
Brandemburgo era un país obscuro, sin importan- nia, provinciaque ha-
cia alguna, y Berlín una aldea insignificante. l)íanocupado los ván-
Transcurrieron once generaciones antes que los dalos en otro tiempo.
modestos Electores ó Margraves de Brandemburgo El nombre de Prusia,
pudiesen realizar en 1701 la suprema ambición de la ducado unido al Bran-
familia, tomando el titulo de reyes. demburgo, prevaleció
Estos soberanos de Brandemburgo procuraron al bautizar el nuevo castillo patrimonial de los
durante los siglos XV y XVI hacerse un lugar entre reino. Pero también hohonzollern bn süabia
HISTOIÍIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 263

co <irande, guardaron siempre un mal recuerdo


II el

de reprochando públicamente su fausto ridículo,


él,
su prodigalidad ruinosa y las condiciones luimillantes
á que se vio sometido por Austria antes de obtener el
titulo de rey.
D

Federico Guillermo I dTl.'J/ fué el monarca más


«original» y de costumbres extraordinarias que ha
producido la familia de los HohenzoIIern. El desequi-
librio que se nota en su carácter, mezcla de buenas y
malas condiciones, parece haber revivido algunas
veces en sus descendientes.
Ante todo fué un hombre económico y «práctico».
Hijo de un rey dilapidador que había emjiobrecido al
país, su deseo dominante al subir al trono consistió
en hacer economías y aumentar la producción del
país.
Su mayor gloria fué haber dado la vida á Federico
el Grande y dejar repletas al morir las cajas del
Estado, con lo cual preparó las gloriosas empresas
de su sucesor.
Pero todo esto lo hizo á su modo, por los procedi-
mientos que le eran habituales, bastón en mano, apa-
leando á los subditos y á los hijos, sometiendo el país
á una disciplina de cuartel, lo mismo en las calles que
BL GRAN BLBCTOR en su palacio, reinando sobre Prusia como un cabo
de vara.
este título ofrecía un obstáculo al flamante soberano. Todas sus leyes tendieron á moralizar la nación,
No podía llamarse rey de Prusia porque no poseía la pero con una severidad draconiana. El criado que
l^rusia por entero. Una gran parte de ella pertenecía robaba una suma superior á tres francos, era condena-
á Rusia. Por esto Federico tomó el título de rey en do á muerte. La horca y el bastón fueron sus argumen-
Prusia, y así se llamaron sus herederos por algún tospara hacer trabajar á su pueblo y mantenerlo en
tiempo, hasta que lentamente fueron convirtiéndose una disciplina férrea. Gobernó paternalmente, pero
en reyes de Prusia. como entendía la paternidad, al uso antiguo de Roma,
El primer monarca prusiano fué un admirador con dereclio de vida y muerte sobre los hijos, y en su
de Luis XIV — que nunca se dignó reconocerlo como propia casa trataba á palos á la familia; de aquí que
rey
— , y quiso imitar el fausto del Rey Sol y las magni- se permitiese con sus subditos iguales correctivos.
ficencias de Versalles en su pobre y obscuro país. En- Los vecinos
grandeció Berlín, que era un mísero villorrio, levan- de Berlín tem-
tó palacios, trazó jardines con fuentes monumentales, blaban al en-

y por no ser menos que el gran monarca francés, con- contrar en la


virtió en favoritas á las esposas de sus ministros, sin callea Federi-
gusto alguno, sólo por copiar á su majestuoso modelo. co* ¡uillermol
De estas reformas, hechas locamente por el deseo de pobremente
llamar la atención, y que provocaban una sonrisa de vestido, con
lástima en las cortes grandes y ricas, la única digna las ropas raí-
de elogio fué la creación de una Academia de Cien- das y remen-
cias á estilo de las Academias de Francia, al frente dadas, pero
de la cual puso al sabio Léibnitz. Federico I, que con- siempre em-
cedía la importancia de negocios de Estado á las puñando el
cuestiones de etiqueta y las murmuraciones de la fuertebastón,
corte, se apresuró á crear una condecoración, como que era su
los otros reinos de Europa, fundando la »rden del ( verdadero ce-

Águila Negra. Sus subditos vivieron e.xtenuados por tro. La menor


las contribuciones que les impuso la prodigalidad falta de poli-
insaciable de este monarca, ansioso de deslumhrar á cía urbana le

Europa desde su pequeño y pobre Estado. ponía furioso,


Su hijo Federico C4uillermo I y su nieto Federi- trastornando pbdbrico i db prusia
264 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

tm^&^(¿^Mn

BERLÍN BN ITCKJ

el equilibrio de su carácter, pronto á la cólera. Á la Federico componía música y versos franceses, era
primera palabra levantaba el bastón, y hombres, un notable profesor de flauta, y estaba en correspon-
mujeres y niños tenían que sufrir la regia paliza. dencia con los filósofos y los literatos más célebres
8u economía, no menos feroz, llegaba hasta la de París, que enviaban sus últimas tragedias y
le
miseria y el ridículo. Con el bastón iba sondeando tratados históricos. El padre amaba la caza, los
muchas veces los montones de basura que los vecinos granaderos gigantescos, los teatros de muñecos y las
dejaban á las puertas de sus casas. El embajador de sesiones del Colegio Tabáquico con la cerveza á rau-
una gran nación le vio una vez desde sus ventanas dales.
mirar con inquietud en torno de él, y al convencerse Esta disparidad de gustos acababa casi siempre
de que no era observado, inclinarse sobre un montón por atraer sobre sus hijos los golpes del regio bastón.
de basura y extraer un paquete de alfileres olvidado, Algunas veces la cólera de Federico Guillermo I
guardándolo en un bolsillo. adoptaba unos procedimientos que serían increíbles
Su familia era la que peor se alimentaba en Ber- de no atestiguarlos sus contemporáneos. Cuando los
lín. El gran Federico y su interesante hermana con- hijos se mostraban alegres ante un manjar extraor-
taron en sus memorias las privaciones á que se vieron dinario en las parcas comidas de palacio, el rey se
sometidos en los primeros años, por la avaricia apresuraba á
paternal. Cuando el rey deseaba hacer una buena privarles de
comida, se presentaba de pronto en la casa de un este gusto, es-
subdito rico ó en la de algún embajador, invitándose cupiendo en
á la mesa sin consultar la voluntad del dueño. De sus platos.
este modo satisfacía sin gasto el apetito, mientras en El económi-
el palacio su familia engañaba el hambre á la luz de co déspota,
una bujía ante un solo plato, malo y escaso. que se trata-
Todo lujo había sido desterrado de su corte. Odia- ba á sí mis-
ba las ceremonias palaciegas y las costumbres diplo- mo con dure-
máticas. Cuando el déspota paternal estaba de buen za, evitando
humor y quería hacer un derroche, se reunía con sus todo gasto,
íntimos en una sala del palacio á la que llamaba el tenía sin em-
Colegio Tabáquico, y allí, en mangas de camisa, fuma- bargo una afi-
ban numerosas pipas, consumiendo la cerveza en ción dispen-
vasos enormes. diosa, que le
Lo que más le irritaba era la educación de sus hacíaincurrir
hijos,de gustos refinados y grandes entusiastas de la en grandes
cultura francesa. Su hija, la futura Margravina de despilfarros.
Baireuth, era letrada y música, mostrando en sus car- Amaba los
tas y sus conversaciones una delicadeza de artista. hombres de fbdbrico Guillermo i
HISTOUIA UE LA GUERRA EUROPEA DE 19i4 265

estatura enorme; queria juntar en su reino todos los cantidad de versos. Durante toda su vida, en medio de
gigantes del mundo; sentía una admiración irresistible lasmás absorbentes ocupaciones militares y políticas,
por los soldiidos aparatosos. Este monarca pobremen- conservó siempre esta afición á las letras francesasy á
te vestido é incapaz de costearse un traje nuevo, se sus representantes. Discípulo de los filósofos enciclope-
extasiaba ante todo lo que brilla y sirve de imponente distas, y especialmente de Voltaire, por el que mostró
é inútil adorno en un ejército. Los granaderos del rey siempre una admiración fervorosa, amaba á F"rancia
de Prusia fueron célebres en el mundo. Jamás hubo como una patria intelectual, diciendo que el titulo de
soldados de estatura tan enorme y vestidos de un francés significaba para él librepen-iadur. Un año an-
modo más teatral. Federico (Guillermo I no los empleó tes de subir al trono escribía á Voltaire: «Si la Provi-
en ninguna guerra, pues siempre vivió en paz, au- dencia fuese tan sabia como dicen, los Newton, los
mentando las existencias del tesoro nacional. Pero se Locke, los \'oltaire y otros sabios deberían ser los
recreaba en la contemplación de esta reserva de fuer- monarcas del universo. »
za, haciendo desttlar y maniobrar automáticamente Su padre, Federico Guillermo, enemigo de toda
unos regimientos compuestos de cultura intelectual y que se
hombres cuya estatura pasaba irritaba ante los gustos del jo
de dos metros. ven príncipe, hasta el punto de
No le bastaron para estas tro- abrumarlo con los peoi-es trata-
pas los gigantes de su pais. mientos, le obligó á una tentati-
Cuando tenia noticias de que en va de fuga, que fué castigada
un P'átado alemán, en Suiza ó en con el suplicio de uno de los que
Francia, habia un hombre nota- favorecieron este proyecto.
ble por su tamaño, el rey expe- Federico fué enviado por su
rimentaba una emoción de ena padre al ejército imperial que
morado. Cartas, ofrecimientos mandaba el
principe Eugenio, y
de dinero, emisarios para que volvió de esta campaña visible-
viniese á figurar entre los gra- mente disgustado de la carrera
naderos de Prusia. Algunas ve- de las armas. Quería ser un filó-
ces, si el gigante se negaba á solo: aborrecía la profesión de
tales proposiciones, el rey lo ha soldado. Su padre le casó contra
cia raptar como si fuese una bel- su voluntad con una princesa de
dad, incorporándolo ásuguardia. Brunswick, y esta unión jamás
Al morir en 1740, el estado fué cordial ni tranquila. Mien-
económico de Prusia era mejor tras vivió Federico Guillermo,
que nunca. No habia hecho nada elpríncipe se mantuvo retirado
grande durante su reinado, pero en el castillo de Rheinsberg, for-
si muchas cosas útiles. Su actua- mando una pequeña corte de sa-
ción no fué gloriosa, pero lo pre- bios y literatos y sosteniendo
PBDBRICO 11 EL (IKANDB
paró todo, amontonando econo- una nutrida correspondencia con
mías y organizando un ejército, loshombres más notables de la
para que su hijo engrandeciese Prusia y ocupase una época, especialmente con \'oltaire. En este periodo
alta posición en la Historia. produjo la más curiosa de sus obras, que revela una
opinión personal completamente distinta de las ideas
y procedimientos que sostuvo luego como rey. Fué
Federico II fué el más délos llohenzollern.
ilustre una refutación de El Principe, el famoso libro de Ma-
Durante su gobierno el pequeño reino de Prusia alcan- quiavelo. En este trabajo protestó enérgicamente con-
zó el rango de potencia europea, agrandándose con tra los principios despóticos, glorificados por el escri-
nuevos territorios y haciendo frente á una coalición tor florentino, trazando un retrato de lo que debía ser
de las naciones más poderosas, alarmadas por la au- un rey moderno, educado por la filosofía. Sus ilusiones
dacia militar y la tenacidad de su soberano. eran las mismas de Platón y muchos utopistas que
Este principe, que había de ser uno de los más consideraban posible la existencia de un rey filósofo.
grandes capitanes de la época moderna, mostró gran Voltaire, entusiasmado por este trabajo de su regio
aversión en su juventud por la carrera militar. Lo discípulo, lo publicó con el título de El Anti-Maquia-
habían educado preceptores franceses, y tanta afición velo en 1740, año en que Federico subió al trono de
mostró por la literatura, las ideas, las costumbres y Prusia. Este libro, que tantas esperanzas hizo conce-
las modas de Francia, que su rudo
padre le llamaba bir á los filósofos y escritores de la época fué consi-
siempre el petimetre. La lengua francesa fué su lengua derado luego por su autor como una calaverada de la
natural, escribiendo en ella libros de filosofía y de juventud. Federico II, que habia de hacer todo lo con-
historia, asi como casi todas sus cartas y una regular trario de lo preconizado en su obra, siendo un practi-
i3
266 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tán de imperturbable sereni-
dad que no se intimidó nunca
ante el número de los enemi-
gos y supo conseguir la vic-
toria con fuerzas inferiores.
A los dos años de ocupar el

trono había conquistado la Si-


lesia con la batalla de Mol-

witz, en la que desempeñó un


papel poco brillante, obligan-
do á María Teresa á cederle
este territorio, después de de-
rrotar las tropas austríacas
en Czaslau. En esta primera
parte de su vida guerrera fué
el aliado secreto de Francia,

y de acuerdo con la corte de


Bohemia
Versalles invadió la
y se apoderó de Praga, pero
PALACIO DB POSTDAM, RESIDENCIA DB l'EDBUICO BL GRANDE
fué derrotado y tuvo que re-
tirarse á la Silesia, donde
cante de las instrucciones de Maquiavelo, se es- en 1745 reparó sus pérdidas con las victorias brillan-
forzó años después por hacer desaparecer toda la tes de Friedberg, Sorr y Kesselsdorf. El tratado de
edición. Dresde con el gobierno austríaco le aseguró de nuevo
La muerte de su padre lo dejt) dueño de un Estado la Silesia y el condado de (ilatz. Después de esto
floreciente, con el tesoro repleto y un ejército selec- vivió diez años pacíficamente, el único período largo
cionado y numeroso que no se habia batido nunca. de tranquilidad que tuvo en su reinado. Su espíritu
A pesar de esta situación, la Prusia no gozaba de organizador lo aprovechó para implantar numerosas
ninguna inñuencia, y según las palabras de Federico, reformas, que desarrollaron extraordinariamente la
«tenia miis todavía de electorado que de reino». Ape- prosperidad de Prusia engrandecida. Fundó ciuda-
nas el discípulo de Voltaire hubo ocupado el trono, des, desecó pantanos, cultivó terrenos hasta enton-
mostró la inquietud y las ambiciones de un hombre de ces estériles, estableció fábHcas, creó bancosy pro-
acción, queriendo emplear en el engrandecimiento de mulgó leyes que, auncjue imperfectas, resultaban su-
Prusia las valiosas reservas de hombres y dinero periores á las que regían entonces en otros Estados,
amontonadas por su padre. Los ducados de Silesia pues consagraron la libertad de conciencia más ab-
tentaron su codicia, pretendiendo hacer valer ante soluta.
la corte de Austria sus derechos á poseerlos y ape- Este monarca reformador, por una contradicción
lando á las armas en vista de la negativa de María notable con las ideas filosóficas de que hacía gala, go-
Teresa. bernó siempre como un monarca absoluto, sin dar á
Así empezó su carrera de gran capitán, en la
que su pueblo otra intervención en los negocios públicos
no se sabe qué admirar más, si sus condiciones de es- que el pagar los impuestos y batirse en los campos de
tratega ó la buena suerte, que inesperadamente favo- batalla sin explicación alguna.
recía su salvación en los momentos más apurados y Durante los años de paz pudo realizar su proyecto
difíciles. Consiguió ruidosas victorias, sufrió grandes de una corte de sabios y literatos, del que tantas veces
reveses, hubo un momento en que se vio en guerra había hablado cuando sólo era príncipe, líeorganizó
con toda Europa y casi sin reino, pero su buena estre- la Academia de Berlín, llamando á ella los hombres

lla, sus astucias diplomáticas y sobre todo las disen- de ciencia más notables del extranjero. Invitó á vivir
siones de los enemigos, le sacaron del mal paso. Este en su palacio, como alegres camaradas, á varios es-
discípulo de los filósofos, que estudió el arte de la gue- critores célebres, y especialmente á Voltaire. Las
rra en los mismos campos de batalla, comenzó sus cenas del palacio de Postdam fueron famosas. El rey
glorias de conquistador con poca brillantez. En los filósofo y sus ilustres amigos hablaban de sobremesa

primeros combates experimentó grandes miedos, se- sobre toda clase de cuestiones literarias y políticas.
gún propia confesión, y una tendencia á la fuga que Al mismo tiempo, este cenáculo era de una libertad
apenas pudo resistir. Fueron sus generales los que de costumbres inaudita, permitiéndose bromas y or-
ganaron las primeras batallas. Pero el hábito del ganizando fiestas que es imposible narrar. Al fin \'ol-
combate y los esfuerzos de una voluntad enérgica taire y otros de los huéspedes se indispusieron con su
consiguieron dominar los nervios de esta naturaleza regio amigo. A pesar de que en las cenas de Postdam
de artista, y en adelante Federico II fué el gran capi- reinaba la más completa igualdad entre los convida-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 267

dos, ciertos escritores, pormás que hacían para iiala- riosos, Federico II estaba en una situación desespera-
gar no logrulian en ciertos momentos disimu-
al rey, da: los enemigos habían invadido sus territorios; Ber-
lar la superioridad de su inteligencia, y Federico, con lín se veía saqueado; el reino de Prusia iba á perecer,

fríos sarcasmos, les hacía recordar sus diferencias de cuando un cambio de soberano en Rusia rompió la
rango. La ruptura del rey con Voltaire tuvo la reso- coalición, favoreciendo la paz. Federico pudo salir de
nancia de un suceso europeo. Federico se vengó de su este conflicto con las grandes potencias de Europa,
ilustre amigo infligiéndole toda clase de pequeñas conservando definitivamente la Silesia, que había sido
molestias antes de que abandonase sus Estados, y el el objetivo de la primera de sus guerras, y gozando

célebre escritor le contestó hablando con venenosa una reputación europea de primer estratega de su
Años después, el gran
ironía de sus vicios secretos. tiempo. Los siete años de guerra habían empobrecido
monarca prusiano, que no podía vivir en mala inteli- su país, y tuvo ([ue dedicar el resto de la vida á
gencia con su ídolo, hizo toda clase de gestiones para reedificar las ciudades y pueblos destruidos, dando
restablecer la amistad, pero Voltaire, aunque reanudó un impulso enérgico á la agricultura y la industria.
su correspondencia con Federi- Todavía antes de su muerte
co, no quiso nunca volver á agrandó el territorio nacional,
Berlín. poniéndose de acuerdo con Aus-
La permanencia de estos tria y Rusia para realizar el
hombres notables en la capital primer reparto de Polonia, enor-
del reino prestó grandes servi- me injusticia que llevó adelan-
cios á la civilización de Prusia. te sin que sintiese el menor es-
La mayoría de los huéspedes crúpulo su alma de filósofo.
ilustres se compuso de france- Este hombre que había debuta-
ses, y francesa fué también la do como escritor combatiendo
cultura que impuso Federico á Maquiavelo, se mostró en sus
á las clases superiores de su actos diplomáticos como uno de
reino. sus más hábiles y aprovecha-
De 1756 á 1763 se desarrolló dos discípulos.
laguerra llamada de Siete Años, Todos los historiadores com-
elperíodo más brillante y peno- paran á Federico con Napoleón,
so de Federico IL Casi toda y algunos, como Michelet, lo
Europa se había coligado con- consideran superior, alegando
tra él, viendo un peligro en este que el general Bonaparte en-
monarca audaz y ambicioso contró al empezar sus campa-
que no sentía respeto alguno ñas un ejército entusiasmado
por la palabra empeñada ni por por los triunfos de la Revolu-
las firmas que ponía al pie de ción y preparado por Massena,
los tratados. Francia, Austria, lloche y otros vencedores, mien-
ESTATUA DB FEDERICO EL GRANDE EN BERLÍN
Sajonia y Rusia hicieron una tras que Federico tuvo que
alianza contra él. Fué una gue- crearlo todo al frente de un
rra semejante por su extensión á la de 1914 que ha ejército que no se había batido nunca, y se vio obliga-
provocado el descendiente de Federico II, pero con do á defenderse en un país sin fronteras determinadas.
una enorme diferencia en el número de las tropas y Lo más admirable en Federico II fué su poderosa
los medios de destrucción. voluntad, que le sostuvo así en las cosas militares
El monarca prusiano estuvo próximo muchas ve- como en las de la vida ordinaria. Este literato dice —
ces al aplastamiento final. Su actividad, su valor y su un historiador — este filósofo (pues en el fondo de su
,

genio le salvaron siempre en el último instante, pero natunileza no era otra cosa, quiso ser soldado y lo
también contribuyó de un modo notable á su salva- fué con toda convicción, porque aunque profesaba
ción la escasa valía de los generales que tuvo en- cierto deísmo volteriano, creyó siempre que el hom-
frente, muchos de ellos elegidos por las intrigas de bre sólo debe contar con su propio esfuerzo, sin espe-
corte y las favoritas de los reyes. En las diez y siete rar ningún auxilio sobrenatural. De aqui su tenacidad,
grandes batallas que tuvo que dar, se vio vencido las su energía, su prodigiosa fuerza para el trabajo y su
más de las veces, pero también consiguió ruidosos des- constancia en los reveses.»
quites cuando sus enemigos le creían aplastado, espe- El amor que sentía por Francia se mantuvo firme
cialmente en Rosbach, donde dispersó al ejército fran- entre los vaivenes de la política. El hombre más gran-
co-alemán mandado por Soubise, un general sostenido de de Prusia fué un francés de corazón. Hasta en la
la Pompadour, y en
por Leuthen, serie de maniobras época ([ue hacia la guerra contra ella no mostró ren-
admiradas por Napoleón, y que dio origen á todo un cor alguno. Después de la victoria de Rosbach hizo
sistema de estrategia. Á pesar de estos esfuerzos glo- recoger y cuidar con escrupulosidad á los heridos
268 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

franceses é invitó á su mesa á los oficiales prisioneros. éstos asustan á cualquiera y á mi edad no los juzgo
— Perdonad, —
señores, la escasez de comida dijo convenientes.»
alegremente
— , pero no os esperaba tan pronto y en Su capacidad para el trabajo fué tan enorme y
tanto número. monstruosa como sus buenas facultades y sus vicios.
Y volviéndose á los generales de su Estado Mayor, El historiador inglés Macaulay dijo de él con asom-
añadió: bro: «No contento con ser su primer ministro, Fede-
—No puedo acostumbrarme á mirar á los franceses rico acabó siendo su único ministro. No tuvo jamás
como enemigos. necesidad de un líichelieu ó un Mazarino, ni siquiera
No hubo en él nada de esa jactancia que es habi- de un Colbert, de un Louvois ó de un Torcy. Una es-
tual en los grandes personajes históricos. ÍMintió mu- pecie de pasión insaciable por el trabajo, una necesi-
cho en su vida y á su palabra en las negocia-
faltó dad de ordenarlo todo, de mezclarse en todo, de hacer
ciones diplomáticas; pero fué franco y veridico al sentir su poder, así como el desprecio profundo y la
relatar sus victorias y sus descalabros, lo que tampo- desconfianza que le inspiraban sus semejantes, le im-
co es común en hombres pidieron siempre el soli-
de su clase. De los triun- citar consejos, confiar
fos habló con sencillez y secretos importantes y
modestia, y al confesar delegar poderes. Los pri-
sus derrotas no preten- meros funcionarios del
dió excusarlas con forza- instado fueron bajo su
dos pretextos. Nunca di- gobierno simples depen-
simuló el número de sus dientes, á los cuales no
muertos y prisioneros, concedió mayor confian-

juzgando fríamente los za que la que gozan de


hechos de guerra, no ordinario los l)uenos ser-
como un capitán, sino vidores. Fué su propio te-

como un politico y un sorero, sugeneral en jefe,


pensador. Comparado su intendente de traba-
con los otros reyes de su jos públicos, su ministro
tiempo, monarcas de- de (!oraercio y de Justi-
cadentes, aparece más cia, su ministro del In-
grande y más original. terior y de Negocios Ex-
«De no ser rey dice Mi- — tranjeros, su director de

chelet siempre (jueda- caballería, su goberna-
ria como uno de los pri- dor de palacio, su cham-
meros hombres de su belán... No podía tolerar

siglo.» otra voluntad que la


Federico el Grande fué suya en el gobierno del
igualmente grande en HABITACIÓN DB VOLTAIRB BN BL PALACIO DE POSTDAM
Estado.No quiso admi-
sus vicios y su inmorali- tircomo colaboradores
dad privada. Los testi- más que simples em-
monios de contemporáneos lo describen como un
los pleados, con la inteligencia necesaria para traducir,
personaje amoral, falto de escrúpulos, sin respeto copiar, descifrar sus escritos hechos á toda prisa y
para las preocupaciones generales, viviendo al mar- dar una forma oficial á sus respuestas lacónicas. En
gen de todas las reglas que acatan los demás hom- punto á talentos naturales y á instrucción, sólo exigió
bres. Más allá de sus amores con bailarinas y come- de sus secretarios de gabinete lo que podían darle
diantas, exhibidos francamente, tuvo una historia se- una prensa litográfica ó una máquina de copiar.»
creta, cuya variada monstruosidad parece asustar Como veremos más adelante, esta actividad ab-
aún á los comentaristas más hostiles. Algunos han sorbente de Federico el Grande la han querido imitar
hablado intencionadamente del extraordinario afecto algunos de sus sucesores.
que sintió por su
hermana, la Margravina de Baireuth, Guillermo II pretende ahora dirigir el vasto impe-
y el entusiasmo adorativo que ésta mostró siempre rio alemán, como su antecesor gobernaba por si mis-

por él. mo el reino de Prusia. Pero existe entre los dos la


En
otro orden de aficiones sexuales, Voltaire, des- lamentable diferencia que separa la copia del ori-

pués del rompimiento con Federico II, se valió de una ginal.


ironia sutil para asestar rudos golpes á su antiguo D

amigo. Refiriéndose á los intentos del rey de Prusia Al morir Federico II en 1786 á consecuencia de
para reanudar la antigua amistad, dijo asi Voltaire: una hidropesía, como no tenía hijos le sucedió en el
«Me ha escrito ofreciéndome todos sus favores, pero trono un sobrino, que tomó el titulo de Federico Gui-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 269

llermo II. Encontró la nación repuesta de las pérdi- el imperio francés, pero la gran victoria de Austerlitz
das sufridas en las guerras anteriores, con el tesoro loimpulsó de nuevo á la prudencia, manteniéndose en
público repleto, el ejército en buen estado, y una paz buenas relaciones con Napoleón. Sin embargo, no era
con los vecinos que hacia de Prusia el arbitro de la posible vivir en paz con este conquistador, cuyas pre-
Europa central, l'ero el nuevo rey, como los llohen- tensiones resultaban insufribles, como las de todos los
zollern (lue vinieron después, no supo seguir las hue- hombres de guerra favorecidos por la suerte. En 1806
llas del gran Federico, derrochando en locas prodiga- Prusia acabó por declarar la guerra á Francia, siendo
lidades la fortuna de Prusia y comprometiendo á ésta esta lucha tan corta como ruinosa. En el espacio de
en guerras ruinosas, sin utilidad. Defensor fervoroso cinco días Napoleón derrotó á los prusianos en .lena
del absolutismo monárquico y alarmado por los pro- y entró victorioso en Berlín. Federico Guillermo III
gresos de la Revolución francesa, fué el principal se vio despojado de sus Estados y confinado en Memel.

organizador en IT'.H de la coalición de Pilnitz, hacien- Su esposa, la bella reina Luisa, mujer de grandes
do marchar su ejército contra los batallones de volun- energías, le acompañó en la desgracia, intercediendo
tarios organizados por personalmente con Na-
la Convención, que le poleón en aquel momento
infligieron la primera angustioso para que no
derrota en Valmy segui- los despojase por siom
da de otras muchas. Tres pre de la corona de Pru-
años después tuvo que sia. Pudieron conservar-

firmar en Basilea un tra- la gracias al zar Alejan-


tado de paz con la vic- dro I, que sostuvo sus
toriosa República fran- derechos al ajustarse en
cesa, abandonando á el año siguiente la paz
cambio de aquél la orilla de Tilsit. Federico Gui-
izquierda del Rhin. Esta llermo volvió á tomar
pérdida la compensó pro- posesión de una parte de
cediendo en compañía de su reino, pero á costa de
Rusia al reparto definiti- grandes humillaciones y
vo de Polonia, luego de de una contribución de
aplastar inicuamente la guerra, enorme para la
resistencia de los patrio- época, que le impuso Na-
tas polacos mandados poleón antes de retirar
por el heroico Kosciusco. las tropas francesas.
En de Prusia,
el interior Dos años después, en
el gobierno de Federico 180i', pudo regresar Fe-
Guillermo II no sólo fué derico Guillermo á Ber-
fatal para la hacienda lín, y sin dejarse abatir

pública, que contrajo BIBLIOTECA DB FEDERICO EL GRANDE por la desgracia, ayuda-


una deuda considerable. BN BL PALACIO DB POSTDAM do por dos hombres de
La libertad de pensa- alta capacidad, Stein y

miento, instaurada y favorecida por el gran Federico, Hardenberg, se dedicó á regeneración de Prusia,
la
sufrió numerosos ataques del nuevo monarca, que estableciendo leyes liberales y reorganizando radical-
asustado por los progresos de la Revolución francesa, mente la administración. La juventud de las universi-
estableció la censura y otras leyes retrógradas. dades y los profesores patriotas, como Fichte, ayuda-
En 1797 le sucedió su hijo mayor, tomando el titulo ron poderosamente á este renacimiento. Todos los
de Federico Guillermo 111. Siendo principe había mar- bienes eclesiásticos y de las órdenes religiosas fueron
chado con su padre al ejército del Rhin para hacer la vendidos, así como los pertenecientes al Estado.
guerra á la República, distinguiéndose por su valor, Con estas medidas el rey de Prusia consiguió
pero al ocupar el trono quiso vivir en paz, respetando restablecer el bienestar de su país, fortaleciendo el
el tratado de Basilea. Suprimió muchas de las leyes ejército con una juventud entusiasta. A pesar de esto
reaccionarias del anterior reinado, asi como la cen- tuvo que plegarse por mucho tiempo á las exigencias
sura, y se propuso trabajar únicamente por la pros- todopoderosas de Napoleón, que pesaba entonces sobre
peridad interna de I'rusia. Las convulsiones á que se la libertad y la dignidad de los pueblos con el mismo
vio sometida Europa en aquel entonces por la ambi- despotismo insufrible que ha mostrado Prusia un siglo
ción del imperialismo napoleónico, no le permitieron después.
mantenerse en una situación tranquila. Alejandro I, l'ara vivir en paz, Federico Guillermo tuvo que
emperador de Rusia, personalmente á Berlín para
fué aceptar en 1812 un tratado de alianza defensiva y
hacerle entrar en la tercera coalición europea contra ofensiva ajustado en París con Napoleón. En virtud de
270 VICENTE BLASCO IBANEZ

este compromiso, habiendo estallado poco después la célebre por su belleza y su energía. De esta esposa,

guerra entre Francia y Rusia, el monarca prusiano que murió en 1810 sin presenciar la regeneración de
tuvo que enviar al emperador 30.000 hombres, manda- la Prusia vencida, tuvo Federico Guillermo siete hijos,

dos por el general York, que figuraron en el llamado siendo los dos primeros Federico Guillermo IV, que le
«(irán Ejército». Al ocurrir la famosa retirada de sucedió en el trono, y Guillermo 1, que habia de ser
el fundador del moderno imperio alemán.
Rusia, las tropas prusianas abandonaron á Napoleón,
uniéndose á los rusos. Llegaba para Federico Guiller-
mo la hora de la venganza. Su pueblo iba á resarcirse
de las humillaciones que le habia hecho sufrir el im- Estos dos hijos de Federico Guillermo y de la reina

perialismo francés, atropellador y arbitrario como Luisa guardaron siempi-e una triste impresión de su
todos los imperialismos. El rey de Prusia se unió á la niñez, transcurrida en las horas más difíciles para su
coalición formada contra Napoleón por todos los mo- familia y su patria. Habían presenciado, al adquirir el
narcas de Europa y que dirigía el zar Alejandro I. El uso de su razón, los llantos desesperados de la hermo-

pueblo acogió con grandes transportes de alegría la


sa reina y las preocupaciones taciturnas del rey bajo
declaración de guerra á Bonaparte. Toda la juventud las exigencias é imposiciones de Napoleón. De aquí
tomó las armas. El poeta guerrero que los dos príncipes sintiesen desde
Ka^rner y otros escritores románticos los primeros años un odio instintivo
habían infundido al pueblo prusiano contra Francia, y más especialmente
un entusiasmo patriótico que tenia contra las ideas proclamadas por la
algo de místico. Las tropas de l'rusia Revolución, considerando á Bonapar-
mandadas por lUilcher contribuyeron te como un producto de ésta.

á la primera caída de Napoleón en la Federico Guillermo IV, al subir al


batalla de Leipzig y á su segunda trono en 1840, era considerado como
y definitiva ruina en la batalla de el monarca más culto de su época.

Waterlóo. Teniendo diez y siete años había ser-


Después del triunfo, viendo Federi- vido en las últimas campañas del ejér-
co Guillermo asegurada para siempre cito prusiano contra Napoleón, y al
su corona, hizo celebrar en Berlín el sobrevenir la paz pudo dedicarse al
jubileo de los llohenzollern, que go- ejercicio de las bellas artes, por las
bernaban 400 años el
Brandemburgo, que sentía un gusto irresistible, dis-
núcleo de la Prusia moderna. Solem- tinguiéndose como dibujante y escul-
nizó además su victoria dictando nu- tor.
merosas disposiciones para el fomento Esta afición á las artes, sus rela-
FBDBBIOO CriLLERMO II
del país y reglamentando las dificul- ciones con los grandes artistas y la
tades que habían surgido entre las demencia que obscureció sus últimos
iglesias protestantes y la iglesia católica. Pero fué años, dan á Federico Guillermo una gran semejanza
ingrato con el pueblo, que al luchar por la integridad con sus parientes, los reyes de la casa de Baviera,
de la patria creyó hacerlo también por la libertad que muchos de los cuales fueron artistas como él y murie-
Federico (¡uillermo le habia prometido solemnemente ron de la misma enfermedad.
en 1815, al volver Napoleón á Francia desde la isla Tenía cuarenta y cinco años cuando ocupó el trono,
de Elba, resucitando el peligro de su imperialismo. y sus primeros actos hicieron concebir grandes espe-
Federico Guillermo quiso conservar su poder de mo- ranzas á la Prusia liberal. Dio una amnistía á todos
narca absoluto y se negó á cumplir la promesa de los políticos que vivían fuera del reino por las perse-
una Constitución y un sistema representativo para su cuciones reaccionarias que habia ordenado su padre,
pueblo. añadiendo á esto una relativa libertad de la prensa.
Reinó largos años en paz, hasta 1840, fecha de su En su gobierno figuraron hombres notables del libera-
muerte, y en este período su acto más importante fué lismo. Profesores perseguidos por ser de ideas revolu-
el establecimiento de la asociación aduanera de los
cionarias, volvieron á ocupar sus cátedras en las uni-
Estados alemanes, conocida con el nombre de ZoUve- versidades.
rin, que tan famosa se hizo después. Esta asociación Dos años después convocó en Berlín todas las die-
estableció un vinculo de intereses entre los pueblos tas de provincia para que formasen una sola asamblea,
germánicos, convirtiéndose en un arma política que tratando en común los asuntos del pais, lo que no se
esgrimió Prusia para adquirir un ascendiente consi- había visto hastaentonces, pues el despotismo, temien-
derable sobre el resto de Alemania. do la expresión del sentimiento general, sólo permitía
Federico Guillermo III, soldado valeroso y de re- que las dietas se reuniesen por separado con poderes
gular inteligencia, compartió ante el patriotismo de restringidos y locales. El país mostró entusiasmo y
su país, la simpatía por sus desgracias y la gloria de agradecimiento ante esta asamblea reunida en Berlín,
sus triunfos, con la reina Luisa, animosa compañera. que daba á la nación un carácter semi-constitucional.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 271

Pero estos intentos de liberalismo encontraron una mación de la segunda República. El movimiento de
poderosa resistencia en la reina Elisabet, franca- París repercutió en Prusia. El pueblo se levantó vigo-
mente reaccionaria, y que liguraha al frente de los rosamente ante la monarquía, cortando las calles de
absolutistas de Prusia. Federico (Tuillermo, á seme- Berlín con barricadas y batiéndose contra las tropas
janza de su padre, vivió dominado por su esposa. Uno reales. Del 17 al 19 de Marzo, en tres jornadas san-

y otro fueron hombres valerosos y de reconocida inte- grientas, los cañones abrieron grandes claros en la
ligencia, pero sin voluntad ante sus mujeres y some- muchedumbre revolucionaria, pero ésta se embra-
tiéndose á exigencias políticas de éstas en el interior veció cada vez más, preflriendo morir á declararse
del hogar. Segura de su imperio sobre el monarca, la vencida.
reina Elisabet obligó á los ministros á abandonar sus Federico Guillermo se dio cuenta por primera vez
carteras ó someterse á su dirección. Ella, a su vez, de que esta revolución, de la que se burlaban sus con-
como católica, estaba dirigida y sostenida por los sejeros, no era un juego infantil, y repeliendo la tutela
jesuítas, que se exhibían francamente al lado de su aisladora en que le mantenía la reina, bajó á la calle,
regia protectora. La libertad de enseñanza fué restrin- solo, sin guardias, fraternizando con los revoluciona-

gida considerablemente, la prensa se vio objeto de ríos, anunciándoles su propósito de cambiar de minis-
persecuciones, y los hombres nota- tros, reconociendo la legitimidad de
bles que el rey habia llamado á su sus reclamaciones. Sus promesas de
consejo se apartaron de él, sabiendo dar una Constitución con la respon-
de antemano que su ruina era segura sabilidad de los ministros y el esta-
si no obedecían las órdenes de la reina. blecimiento de la unidad alemana,
El débil Federico (Guillermo dejó apaciguaron los ánimos é hicieron
que poco á poco apartasen de su lado cesar el combate. De vuelta á su pa-
á los hombres de mayor confianza. La lacio, llamó á respetables personajes
camarilla reaccionaria le presentaba del liberalismo para que formasen el

pruebas apócrifas para convencerle nuevo gobierno, é hizo salir de Berlín


de la inñdelidad de éstos. Influenciado las tropas que habían ametrallado al

por la reina y sus consejeros, dio su pueblo.


adhesión a medidas ilegitimas y vio- Esta iniciativa entusiasmó á Her-
lentas que exasperaron al país. lín,y nunca fué tan popular y amado
El liberalismo prusiano estaba Federico Guillermo como en aquellos
aguardando desde 1815 el cumpli- momentos. El pueblo, aglomerado
miento de la promesa de una Constitu- ante el palacio, le hacía salir al bal-
ción que le habían hecho sus reyes, y cón de hora en hora, tributándole in-
en vez de cumplir esta promesa, la FaDBRICO GUILLERMO III
mensas aclamaciones.
monarquía extremaba sus medidas Un incidente, iiue adquirió enorme
reaccionarias. pueblo, se lanzó
Desengañado ya el importancia, siendo comentado en toda Europa como
á conspirar para conseguir sus deseos. Antes de en- un simbolismo histórico, casi rompió la paz esta-
tregarse francamente á los trabajos revolucionarios, blecida.
los liberales pidieron al rey el establecimiento de El pueblo enterró con gran pompa el 22 de Marzo
un régimen popular con una representación nacional los cadáveres del doctor Weiss del polaco Malinski,
y
para vigilarlo y dirigirlo. La respuesta de la corte dos jefes revolucionarios muertos en las barricadas, y
fué encarcelar á los jefes de los grupos liberales. Al elfúnebre cortejo desfiló ante el palacio real. Al ver
mismo tiempo, en su política exterior, Prusia contri- cerradas las ventanas la muchedumbre se indignó,
buyó á la arbitrariedad y la violencia, ayudando al considerando esto como una muestra del desprecio
imperio austríaco, que se apoderó de Cracovia, supri- real. Temiendo una nueva revuelta, los reyes se mos-
miendo todo lo que sobrevivía del reino polaco como traron en un balcón: Federico (iuillermo con la cabe-
pueblo independiente. za cubierta, la reina Elisabet pálida de miedo, pero
Una
conspiración organizada contra el rey fué des- dejando adivinar en sus miradas un concentrado
cubierta, y el gobierno reaccionario llenó las prisio- rencor.
nes de culpables y de inocentes. El despotismo de la La muchedumbre les reservaba una humillación.
reina y sus partidarios se mostraba desdeñoso en es- Al fijarse bicornio que cubría la cabeza del rey,
en el
tas medidas represivas. Seguro del apoyo del ejército, estalló una protesta general. Debía descubrirse ante
no creía que el pueblo pudiese intentar nada impor- las víctimas de sus soldados. Federico Guillermo se
tante contra el poder real. Este desprecio exasperó descubrió, y la reina, no pudiendo soportar el espec-
aun más al pueblo que las persecuciones y los cas- táculo, cayó desmayada en el balcón.
tigos. El victorioso cortejo siguió su marcha, volviendo
En tal estado ocurrió en Francia la revolución Berlín á su vida tranquila. El pueblo se mostraba con-
de 184S, el destronamiento de Luis Felipe y la procla- fiado en el cumplimiento de las promesas reales. Todos
272 VICENTE 13LASCO IBANEZ

sus enemigos habían huido. Los consejeros de la reina Austria tenia la presidencia, lo que le hacia figurar
estaban lejos. El adversario más temible, el principe como director de la Confederación; pero en realidad
Guillermo, hermano del rey, que era la espada de la su influjo no era importante, ni deseaba fortalecer
reacción, había emigrado á Londres, sabiendo que su esta asociación, prefiriendo que continuase el fraccio-
presencia volvería á sublevar al pueblo. namiento y divergencia entre los numerosos Estados.
El futuro Guillermo fundador del Imperio ale-
I, La constitución de un imperio alemán que reno-
mán y gran héroe nacional, era en 1848 el personaje vase el antiguo poderío germánico fué el ensueño
más odiado en toda Prusia El pueblo le había dado el generoso de una mayoría de los representantes de la
apodo de Principe Metralla, porque en diversas oca- Dieta de Francfort. Pero bajo la influencia de las
siones manifestó su deseo de contestar á metrallazos ideas que esparció por toda Europa la revolución de
las peticiones en favor de una Constitución. En his París en 1848, querían un imperio liberal y democrá-
tres jornadas revolucionarias había animado y dirigi- tico, fijando sus ojos en Prusia, por desconfiar de la
do á las tropas que acuchillaban al vecindario de vieja y despótica Austria.
Berlín. Un año después de la revolución de Berlín, en
Transcurrió el tiempo, y la monarquía, con sus dé- Marzo de 1849, laDieta de Francfort eligió al rey de
biles reformas, engañó una vez más Prusia emperador de Alemania, ro-
la confianza pueril del pueblo. Los gándole que aceptase esta corona y
i-eíiceion arios se apoderaron de los unificase bajo su cetro los pueblos

negocios públicos, lentamente al prin- germánicos. La proposición era ten-


cipio, con arrogancia después. La tadora para los ambiciosos Hohenzo-
reina recobró su imperio sobre Fe- llern. >Sín embargo, Federico Gui-
derico Guillermo. El Principe Metra- llermo rehusó el titulo, recibiendo
llapudo volver del destierro sin nin- mal á la diputación que fué á ofre-

gún cuidado, para prestar su apoyo cérselo. La reina habia influido mu-
al despotismo. La aristocracia do- cho en esta decisión. Además se
minó en todos los consejos. La re- opuso enérgicamente el príncipe Gui-
forma más importante consistió en llermo, á pesar de que el imperio
crear una Cámara de Pares, lo que alemán era la ilusión más tenaz de
equivalía á una burla para el pueblo. su vida, como lo demostró después.
El ministerio Manteuffel cometió
toda clase de violencias y hasta de
crímenes para aterrar á los liberales. El futuro Guillermo I, emperador
Un acto de la Dieta reunida en de Alemania, no podía transigir con
FEDERICO GUILLERMO IV
Francfort, como representante de la nada que procediese del espíritu po-
Confederación Germánica, sirvió pular y los partidos liberales.
para demostrar el espíritu reaccionario de la corte de La educación puramente militar recibida en su
Prusia, más atenta á la conservación de su poder ab- niñez y los sucesos que presenció en los primeros
soluto que al engrandecimiento del país. años durante los infortunios sufridos por sus padres,
En 1815, luego de la caída de Bonaparte, los di- decidieron para siempre el carácter de su política, que
versos príncipes soberanos y las ciudades libres que tanto ha influido en la de sus sucesores.
se repartían el suelo de Alemania habían hecho una Cuando su hermano el rey reunió en 1847 los Esta-
Confederación para sostener en adelante la indepen- dos generales de Prusia, él tomó asiento en el grupo
dencia é inviolabilidad de sus Estados. Las invasiones reaccionario que se titulaba el «Partido de la Cruz».
y atropellos del imperialismo napoleónico los habían Ya hemos visto cómo la impopularidad obligó á expa-
aleccionado, demostrándoles la necesidad de corregir triarse al Principe Metralla. Al volver á Berlín sólo se
el fraccionamiento alemán con una común inteligen- dignó aparecer de tarde en tarde en la Cámara pru-
cia. La asamblea directora de esta Confederación siana. No obstante estar compuesta en su gran mayo-
Germánica se titulaba la Dieta de Francfort, por re- ría de elementos conservadores, la juzgaba demasia-
unií'se en ciertas épocas en la mencionada ciudad. do revolucionaria. En cambio fué el alma de los con-
El emperador de Austria y el rey de Prusia figura- sejos del rey, luchando enérgicamente desde el palacio
ban en la Confederación por sus posesiones que ha- con la naciente democracia prusiana, á la que aplastó
bían pertenecido al antiguo imperio germánico. El rey definitivamente diez y ocho años después, siguiendo
de Dinamarca entró también en ella como soberano los consejos de Bismarck, con la victoria militar de
del ducado de Ilolstein, y el rey de los Países Bajos Sadowa.
(Holanda) como dueño del Gran Ducado de Luxem- Cuando el triunfo momentáneo del pueblo impuso

burgo. Los numerosos reyes y príncipes alemanes, así Hohenzollern una Constitución en Diciem-
al fin á los
como los magistrados-presidentes de las ciudades li- bre de 1848, Guillermo vio en esto un insulto á la mo-
bres, formaban el resto de la asamblea. El imperio de narquía, aceptando como un desquite el encargo de ir
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 273

á pacificar con una intervención armada el ducado de En 184'J la voluntad de Prusia fué extinguir el

Badén, cuyo gobierno habían expulsado los revolucio- espíritu revolucionario alemán, y con tanto encono
narios. El Príncipe Metralla se vengó de las con- realizó su obra, que nunca ha vuelto á levantar la ca-
trariedades sufridas en Berlín castigando á los baden- beza. Una serie de catástrofes ensangrentaron Alema-
ses con una crueldad de la que guardaron larga me- nia. La Dieta de Francfort fué dísuelta y la Constitu-
moria. ción alemana suprimida por la fuerza militar. Los
Al ofrecer la Dieta de Francfort la corona impe- parlamentarios arrojados de Francfort se refugiaron
rial á su hermano, el principe fué el que manifestó en Stuttgart, pero también los buscó en este retiro la
una oposición más tenaz. Aceptar este ofrecimiento voluntad reaccionaria de Prusia y Austria, obligán-
significaba una guerra inmediata con Austria, pero dolos á disolverse. En el ducado de Badén y en el
esto no podía infiuir en las decisiones de Guillermo. reino de Sajonia los revolucionarios proclamaron la
Lo que él consideraba inaceptable era recibir el Impe- República. Ya hemos dicho cómo el futuro Guiller-
rio de manos del partido nacional alemán, que era al mo reprimió y castigó la insurrección hádense. En
I

mismo tiempo el partido de la revolución. Por esto no Dresde la naciente República fué atacada y vencida
vaciló en sacrificar á sus principios inflexibles de go- por las tropas prusianas, y sus organizadores sufrie-
bierno sus ambiciones personales y ron crueles castigos. En esta revolu-
las de su familia. Deseaba crear la ción de Dresde, figuraron al lado del
Alemania única, pero prefería una gobierno republicano el célebre agi-
espera incierta á la realidad inme- tador ruso Miguel Bakounine y Ri-
diata ofrecida por los revoluciona- cardo Wágner, maestro de capilla
rios.Antes que gobernar el país por de la corte de Dresde.
lavoluntad del mismo país, prefirió Al mismo tiempo que la monarquía
aconsejar la alianza con Austria de Prusia marchaba de acuerdo con
para aplastamiento del naciente
el el Imperio austríaco para combatir
espíritu revolucionario en los Esta- las aspiraciones populares, conspira-
dos alemanes. ba contra éste para anular su in-
Este hecho caracteriza toda la po- fluencia en el territorio alemán. Fe-
lítica de Guillermo. Como dice un derico Guillermo, aconsejado por su
autor, «jamás la Historia ha dado á ministro Radowitz, quiso formar en
conocer un partidario más firme y la Alemania del Norte, de acuerdo
más indomable del despotismo del con los reyes de Hanóver y Sajonia,
derecho divino». Guillermo, además, una Confederación Germánica en la
pertenecía á la secta de los pietis- que no entrase Austria, convocando
GUILLERMO I
tas, estableciendo entre su fe reli- para esto un parlamento en Erfurth.
giosa y su conducta como gobernante La reina Elisabet, traicionando á
una armonía absoluta. La intervención de Dios en su marido, hizo conocer estos manejos á la corte aus-
todos los sucesos humanos le parecía evidente. Las tríaca, que protestó enérgicamente amenazando con
medidas más enérgicas de su política implacable las la guerra. Federico Guillermo tuvo miedo y se avistó
creyó en todos los momentos inspiradas por la divini- con el emperador de Austria en Olmütz, sufriendo
dad. En cada uno de sus actos vio el cumplimiento de grandes humillaciones. El emperador insistió en sus
un decreto de la Providencia. Admiró su propia espada amenazas de una guerra inmediata si no se restable-
como un instrumento de Dios para la salud del mundo. cía la Confederación Germánica tal como estaba antes
Esta mentalidad y esta fe dura é implacable del de la disolución de la Dieta de Francfort, ó sea bajo
futuro emperador de Alemania, sirven de explicación la presidencia de Austria y sometiéndose Prusia á su
á muchos actos de su nieto Guillermo IL dirección.
Federico Guillermo volvió á su reino humillado y
vencido. Austria pudo ejercer sobre toda Alemania
El espíritu democrático sólo hizo en la historia de una preponderancia sin límites, estableciendo un sis-
Alemania una aparición rápida y única entre 1848 tema de persecuciones políticas que se hizo sentir
y 1849. La monarquía de Prusia por un lado y el Im- hasta en el interior de Prusia.
perio de Austria por otro, aplastaron la revolución. Desde este momento i'Vderico Guillermo quedó
Prusia hizo más. La política posterior de Guiller- anulado, debilidad mental, que se había revelado
."^u

mo I y de Bismarck, halagando los instintos belicosos desde poco antes, se agravó consideral)Iemente. La
y vanidad militar de los alemanes y distrayéndo-
la reina Elisabet supo valerse de esto para gobernar Pru-
los con empresas guerreras, impidió para siempre que sia con arreglo á sus caprichos políticos, ayudada por
persistiesen en sus aspiraciones revolucionarias, tole- elministro Manteuffel, representante de la reacción.
rando su servidumbre interior á cambio de la gloria Así transcurrieron varios años, teniendo que huir del
de conquistar y dominar á otros pueblos. país todos los hombres de ideas liberales. El rey vivía
94
274 VICENTE BLASCO IBANEZ

más compañía que la de los


recluido en su palacio, sin ción Germánica el desenvolvimiento de la defensa del
fieles amigos de que ocultaban al pueblo su
la reina, litoral.
mal incurable. En 1857 no fué ya posible disimular Cuando llegó el momento de coronarse rey, Gui-
por más tiempo
á Prusia que su monarca estaba de- llermo I, Parlamento prusiano, decla-
en su discurso al

mente, y hubo que dar un decreto nombrando al prin- ró que era monarca «por la voluntad solamente de

cipe Guillermo, hermano del rey, gobernador del Dios», dando á entender con esto el poco caso que ha-
pais, con el titulo de regente por un periodo de tres bla de hacer en adelante de una asamblea cuyos po-
meses. A la expiración de este plazo la regencia fué deres eran de procedencia menos elevada que los
prolongada por otros tres meses, después por seis, y suyos, pues provenían del pueblo.
luego indefinidamente, hasta que el desventurado Fe- La Cámara de representantes respondió á este reto
derico Guillermo murió en Enero de 1861 en el casti- nombrando presidente á Hagen, jefe de la oposición, y
llo de SansSouci, cerca de Postdam. negándose á votar los
presupuestos presentados por el
La reina Elisabet y sus ministros conspiraron gobierno. El ministerio tuvo que dimitir, y Guillermo I
contra el regente, pero éste, á pesar de sus firmes dio un decreto inmediatamente disolviendo la Cámara.
convicciones en favor del despotismo, hizo lo que Iba á empezar el combate entre la Prusia demo-
monarcas
todos los crática y este rey
cuando se ven en tenaz, convencido
peligro, halagando firmemente de su
al país con medidas derecho divino y
de momentáneo li- refractario á admi-
beralismo. Al ser tir el derecho del

declarado regente pueblo.


perpetuo, su pri- Cinco años duró
mer acto fué desti- la lucha, y al fin
tuir el ministerio triunfó el absolu-
Manteuffel, susti- tismo monárquico,
tuyéndolo con un valiéndose del en-
gobierno menos tusiasmo patrióti-
odioso. co que despiertan
Por primera vez siempre las empre-
en su vida gozaba sas guerreras cuan-
Guillermo de una do van acompaña-
sombra de popu- das del triunfo y la
CASTILLO DE SCHOKNHAÜSEN, DONDE NACIÓ BISMARCK
laridad. Pero esto conquista. Un hom-
no parecía entu- bre realizó este pro-
siasmarle, ni le impulsó á llevar más lejos sus expe- digio monstruoso, colocando la fuerza sobre el derecho,
riencias de monarca liberal. Al ocupar el trono defini- haciendo que todo un pueblo olvidase su propia libertad
tivamente en 1861, por la muerte de su hermano, con- con la alegría feroz de poder gravitar sobre la libertad
tinuó por algún tiempo esta comedia de libertad que de otros pueblos; un hombre que sustituyó los gene-
habla empezado como regente. Se atrajo á los parti- rosos ideales políticos de la democracia con las venta-
dos avanzados con una amnistía en favor de todos los jas inmediatas y tangibles de la prosperidad material.
reos políticos. Halagó al mismo tiempo los instintos Guillermo I, que de continuar solo su lucha contra
de dando un manifiesto lleno de insinua-
los patriotas, las aspiraciones democráticas tal vez habría sido venci
ciones belicosas y procediendo con gran actividad al do, viendo sus ensueños de grandeza incapaces de rea-
desenvolvimiento y reorganización del ejército y las lizarse por el desacuerdo creciente entre ély su pueblo,
instituciones militares. También se ocupó seriamente encontró oportunaraentelaayuda necesaria y decisiva.
de la creación de la marina prusiana, que hasta en- Iba á entrar en escena el verdadero fundador del
tonces no habla existido, aprovechando para ello una Imperio alemán.
de las adquisiciones hechas por su antecesor Federico
Guillermo. Durante el reinado de éste, Prusia se ha- III
bla aumentado en 1851 con el pequeño ducado de
Hohenzollern y un pedazo de terreno adquirido en el Bismarck y la grandeza de Prusia
borde del mar del Norte, en 1853, para el estableci-
miento de un puerto militar. Prusia poseía al fin un En 1832 los estudiantes de la universidad de Got-
puerto, pero no contaba con un solo buque, y Guiller- tinga vieron llegar á un nuevo compañero, grande,
mo I, previendo lo que le reservaba la «Providen- forzudo, de carácter desigual y fantástico, que á los
cia», se preocupó desde el primer instante de la crea- pocos días se había distinguido por sus numerosas ex-
ción de una marina, aconsejando á la Confedera- travagancias.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 275

Este estudiante se llamaba Otto Eduardo Leopol- Después que se marchó el estudiante, iba á olvi-

do de Bismarck. Había nacido en 1815 en la vasta darse zapatero de tal visita, cuando un muchacho
el

llanura de arena del antiguo Branderaburgo, cubierta se detuvo ante la puerta de la tienda gritando con voz
de sombríos bosques de pinos y helada ))or duros y lúgubre:
largos inviernos. Era un hidalgo campesino, un «jun"
— ¡Desgraciado! No olvides las botas del señor de
quer», como los llaman en Prusia, y tenía por aseen' Bismarck.
dientes una serie de rudos jinetes de cabeza dura, Y de hora en hora se fué repitiendo el aviso, siem-
grandes cazadores y grandes bebedores. Uno de ellos pre con voz sepulcral y con iguales palabras. Estos
había sido excomulgado por fundar una escuela laica mensajeros los enviaba Bismarck para recordar al
en tiempos que la educación era el privilegio de los artesano su promesa. Cuando á las diez de la noche
monasterios. Otro, que desempeñó altos cargos políti- cerró la tienda con el propósito de acostarse, sonó en

cos, hizo grabar en su tumba esta simple inscripción: la calle un gran estrépito. Eran los ladridos de los pe-
Nicolaus de Bismarck, miles. Para la familia, el título rros feroces de Bismarck y la voz del estudiante, que
de militar era el más honorífico. Todos habían sido decía con el tono de una aparición de ultratumba:
soldados y famosos caballistas, pero se distinguieron — ¡Zapatero de mi alma! Tu vida está amenazada.
al mismo tiempo por una astucia más grande aún que ¡Piensa en tu familia!
su audacia, acompañando la dureza del puño El zapatero pasó toda la noche ocupado
de hierro con una gran habilidad para los en las botas del señor de Bismarck, dejando
negocios. incumplidos los encargos de otros clientes de
Otto de Bismarck había heredado estas mayor importancia, y el estudiante pudo ir

facultades de sus antecesores considerable- al baile calzado nuevo, asombrando á


con el

mente aumentadas, lo que comunicó á su ju- sus amigos, que habían dudado de que pu-
ventud una exuberancia atropelladora y un diese conseguirlo.

espíritu indomable. En la universidad de Berlín su vida fué


Los estudiantes de Gottinga, grandes be- igualmentede ruido y disipación. Nunca asis-
bedores y grandes duelistas, que martiriza- tió á las clases. Ni siquiera escuchó las lec-

ban á los burgueses con sus farsas terribles, ciones de derecho del ilustre Savigni. Pasa-
se vieron sobrepasados inmediatamente por ba el día ó la noche en las tabernas de estu-
este junquer de diez y siete años venido di- diantes, bebiendo, fumando y batiéndose á
rectamente de su castillo de Schoenhausen. sable. En los nueve meses de un curso uni-
Varias extravagancias ruidosas le hicieron SILUETA DB BIS- versitario tuvo veintiocho duelos. Bien es
MARCK CUANDO
ser llamado á los pocos días por el rector verdad que los duelos entre estudiantes ale-
BRA BSTUDIANTB
para sufrir una reprimenda, y el joven Bis- manes no son mortales, pues todos los golpes
marck compareció ante el severo tribunal van dirigidos únicamente contra el rostro.
universitario vestido grotescamente, con la pipa en Pero en los veintiocho encuentros Bismarck tocó casi
la boca y acompañado de un par do dogos feroces que siempre á sus adversarios y sólo recibió una herida,
enseñaban los babeantes colmillos libres de bozal. El cuya cicatriz se mantuvo visible en uno de sus carri-
futuro sostenedor del orden guardó toda su vida en el llos. Su buena suerte en el juego de las armas le infun-

fondo del carácter esta insolencia estudiantil, refrac- dió un confianza insolente.
taria á las imposiciones de la autoridad. Como bebedor no fueron menores sus proezas, dis-
Una de sus bromas feroces quedó por muchos años tinguiéndose entre la turba universitaria, una de cu-
en la memoria de los habitantes de Gottinga. Invitado yas hazañas corrientes es absorber de un solo golpe, á
á un baile, al que habían de asistir las señoritas más la voz de mando, un litro de cerveza. Bismarck conser-

elegantes de la población, Bismarck encargó al pri- vó toda su vida esta sed de estudiante. Siendo prínci-
mer zapatero de Gottinga un par de botas altas de pe del Imperio, Gran Canciller y arbitro de los desti-
charol, como las que todavía usan los estudiantes ale- nos de Europa, le acompañaron, lo mismo en la gue-
manes cuando visten el uniforme tradicional. Eran rra que en la paz, y así en el palacio como en el
muchos los encargos que había recibido el zapatero, y campamento, la pipa siempre encendida y el vaso
el joven Otto se enteró la víspera de la fiesta, por las siempre lleno. Después de beber cerveza tomaba
burlas de sus amigos, de que el industrial no pensaba coñac para «cocer» la cerveza en el estómago. Luego,
cumplirle su promesa. para «cocer» á su vez el coñac, volvía á tomar cer-
Acompañado del par de dogos se presentó en la veza. Y así continuaba bebiendo, sin que estos líqui-
zapatería, y dijo al dueño con extremada amabilidad: dos produjesen la menor alteración en su cabeza sóli-
— Señor, ¿ve usted estos perros? Pues bien; le juro da, pues más bien parecían excitar sus facultades.
que mañana mismo por la noche lo despedazarán en Cansado de ser estudiante de derecho entró en 18.38
quinientos mil pedazos si no me entrega mis botas. como subteniente en los coraceros de la Guardia,
Y los dogos rugían sordamente mirando al zapa- pero este gran apologista de la disciplina, que sometió
tero, como si apoyasen las palabras de su amo. á su país á un régimen de cuartel y preconizó para los
276 VICENTE BLASCO IBANEZ

demás pueblos el mismo procedimiento, no pudo sopor- Sólo entonces sonrió con un suspiro de desahogo, mur-
tar nunca la supeditación militar. Le gustaba ser sol- murando: «Ahora me siento mejor.»
dado: pero soldado para mandar, no para obedecer. Toda su vida el antiguo hidalgo del campo gustó
Lo mismo puede decirse de su política, basada en un de aprovechar las cortas temporadas que le dejaban
orden duro y férreo. El orden lo creia bueno para los libres las funciones de gobernante para correr á sus
demás. Él fué particularmente el carácter más sober- dominios de Varzin, donde podía satisfacer su necesi-
bio, díscolo é ingobernable de su época. Hasta sus
dad de aire libre y de espacio, practicando sincera-
mismos reyes, á los que sirvió con tanto éxito y gloria, mente la vida rústica. Vigilaba los trabajos agrícolas,
tuvieron que sufrir sus insolencias y genialidades. examinaba los bosques marcando los árboles que de-
La carrera militar del joven )tto fué corta. Un dia
( bían cortarse, ponía en ejercicio sus potentes músculos
el teniente de coraceros tuvo que visitar al ministro partiendo leña ó dando galopes furiosos que le lleva-
de la (xuerra, que le hizo sufrir una larga espera. ban como un jinete fantástico á través de matorrales
Cuando el ministro lo recibió pidiéndole que formu- y barrancos. La caza y la natación fueron sus gran-
lase su petición, Bismarck dijo simplemente: des placeres. Durante cincuenta años persiguió el
—He venido para pedir al ministro una corta licen- ciervo, el gamo, el oso, el zorro y el lobo. Siempre
cia.Pero durante las dos horas de antesala he reflexio- que pudo se sumergió en las aguas de los ríos, los la-
nado y vengo á ofrecer mi dimisión. gos y el Océano. Anatolio France dijo de él: «El mar
Al ser gran personaje y tener más años, no por es la gran voluptuosidad de este gigante casto. «Sus
esto se calmó la impaciencia de su carácter atrope- fuerzas sólo buscaron expansión en los ejercicios vio-
llador. En 1863, cuando sostenía como jefe del gobier- lentos. El amor no tuvo jamás imperio sobre él, ni le
no sus batallas con la Cámara prusiana, el presidente hizo cometer locura alguna. Su ambición enorme y
tuvo que llamarlo al orden por sus palabras rudas, y dominante no dejaba espacio para otras pasiones. Su
él contestó con una insolencia glacial: lenguaje era cínico cuando estaba de buen humor,
— Como no tengo el honor de ser miembro de esta permitiéndose con las damas las mayores confianzas
asamblea; como no he hecho vuestro reglamento ni verbales. Pero sus deseos estaban concentrados ente-
he tomado parte en la elección de vuestro presidente, ramente en algo más importante que el amor, consi-
no estoy sometido á las reglas disciplinarias de la Cá- derado por él como una niñería, y mostró siempre á
mara, ni el presidente posee derecho alguno sobre mi. su esposa una rara fidelidad que en los asuntos del
El poder del señor presidente tiene por limite el sitio hogar llegó muchas veces hasta la supeditación.
que yo ocupo en este banco. No reconozco otra auto- Su máquina animal, asi como era de una fuerza
ridad superior á la mía que la de Su Majestad el rey... prodigiosa, tenía una capacidad y unas exigencias
Yo hablo aquí en virtud, no de vuestro reglamento, poco comunes. Ya hemos hablado de sus proezas de
sino de la autoridad que el rey me ha conferido y del bebedor. Cerveza, vino de (Jhampaña, vino de Borgo-
artículo de la Constitución que ordena que los minis- ña, vino de Burdeos, todo le deleitaba igualmente al
tros en todos los momentos puedan obtener la palabra penetrar por su garganta. Una vez asombró á los co-
si la piden y ser escuchados. raceros de Brandemburgo apurando de un solo golpe
Los murmullos hostiles de la asamblea protesta- la copa de honor del regimiento, que contenía una bo-
ron de estas palabras soberbias, pero Bismarck los tella entera de champan. Otra vez, yendo de caza,
dominó gritando con violencia: apuró de un solo trago todo el vino contenido en un
— Vosotros no tenéis el derecho de interrumpirme. cuerno enorme de ciervo. Al hacer una visita á Bur-
Su carácter de estudiante batallador y amigo de deos en 1862, escribió á su familia con entusiasmo:
querellas, le acompañó hasta el interior del Parla- «He bebido Lafitte, Pichón, Mouton, Latour, Margot,
mento, contestando á los diputados más respetables Saint-Julien, Brame, Laroze, Armaillac y otros vinos.
con bravatas de espadachín. En 1865, molestado por Hace mucho calor. Gozamos de treinta grados á la som-
un discurso del sabio Virchow, una de las mayores bra y cincuenta y cinco al sol, pero yo no pienso en
glorias científicas de Alemania, le propuso en plena esto cuando tengo buen vino dentro del cuerpo.»
sesión el darse unas estocadas á la salida. Virchow, Su capacidad gastronómica no era menor. Durante
hombre de laboratorio, contestó que sus electores le la campaña de 1870 en Francia, el ejército prusiano
habían enviado á la Cámara para otras cosas. sufrió algunas privaciones, que se hicieron extensivas
En plena vejez, su carácter no podía dominar á los generales y los personajes del cuartel real. Pero
jamás estos accesos de violencia. El emperador Gui- la mesa de Bismarck estuvo siempre bien abastecida
llermo I era el único amo que él reconocía, y sin em- de sus manjares favoritos: empanadas de ave, cuar-
bargo, la menor oposición de éste á sus palabras basta- tos de jabalí y pechugas de ganso ahumado.
ba para provocar su cólera furiosa. En una de las — —
En mi familia decía con orgullo ante estas vi-
entrevistas, al salir del despacho del emperador, tiró tuallas — todos hemos sido grandes comedores. Si quie-
de la puerta con tal furia, que el agarrador quedó roto ren que trabaje con éxito, es preciso que esté bien
en su mano. Después lo arrojó en el salón vecino con- mantenido. Yo no puedo hacer una buena paz si no
tra una rica ánfora de porcelana, que se hizo pedazos. me dan bien de comer y bien de beber.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 277

Pero en la familia Bismarck la astucia era tan no- ban las tropas prusianas Bismarck entretenía sus
table como la fuerza,y este hombre supo ocultar sus ocios de diplomático sin empleo leyendo las novelas

apetitos ó dominarlos, cuando lo consideraba útil. El folletinescas de Ponson du Terraíl.

juego fué la gran pasión de su juventud, pero asi que De todas las artes fué la música la de su mayor
contrajo matrimonio se abstuvo de tocar una baraja. predilección. Desde joven adoró á Beethoven y fué de
«Ser jugador no es conveniente para un padre de fa- los primeros que aceptaron en Prusia las obras de
milia», dijo para explicar este cambio en sus gustos, Wágner. Guillermo I, poco afecto á la música y que

yin embargo volvió á jugar por astucia, viendo en el sólo admitía las melodías fáciles de las óperas italia-

juego un medio de mentir á los que le rodeaban. nas, bostezaba, luchando con el sueño, cada vez que
— —
En el verano de 186.") contaba Bismarck á sus por un deber patriótico tenía que asistir á las repre-
Íntimos —mientras negocia-
,
sentaciones wagnerianas.Su
ba la convención de (lalstein canciller, en cambio, favore-
con el diplomático austríaco ció en distintas ocasiones á

Blome, me dediqué á jugar este artista revolucionario,


al quinze con una locura aunque prefería á los maes-
aparente de muchacho, que tros alemanes de la genera-
dejó estupefacta á la galería. ción anterior.
Esto tuvo su malicia. Blome Esta afición musical le
había oído decir sin duda hizo emplear muchas veces
que el juego del quinze pro- en sus discursos imágenes
porciona la mejor ocasión sacadas de los poemas de las
para conocer la verdadera óperas germánicas. En 1848,
naturaleza de un hombre, y cuando hacía sus primeras
quiso experimentarlo conmi- armas de diputado en la Cá-
go. Puedes ir enterándote, mara prusiana, se opuso
compañero, decía yo para enérgicamente como orador
mis adentros. Y jugué como de la reacción á que Federi-
un aturdido, perdiendo vo- co (iuillermo IV aceptase la
luntariamente algunos cen corona de emperador que le
tenares de talers, que podía ofrecían los liberales de la
haber reclamado después al Dieta de Francfort. El ar-
tesoro de Prusia, como gas- doroso junquer, que soñaba
tados en el servicio de Su con la fundación del imperio
Majestad. Con esto desorien- germánico lo mismo que su
té á Blome, y le hice seguir futuro soberano Guillermo I,
una falsa pista. Me tomó por protestó sin embargo de que
un aturdido, abandonó su el rey de Prusia pudiese
reserva, se confió á mi y BISMARCK CON UNIFORMO DE JEFE DE ESCUADRÓN aceptarla nueva corona, por
conseguí de él todo lo que DE LA LANDWEUR el carácter político de los que

quise. hacían el ofrecimiento.


También su potencia para el trabajo fué maravi- «Es el radicalismo — dijo Bismarck — el que ofrece
llosa, hasta el punto de ser comparada con la de Na- al rey este regalo. Tarde ó temprano, el radicalismo
poleón. En medio de los graves asuntos de Estado, en- se levantará ante el rey reclamando su recompensa,
contraba siempre tiempo para leer. Poseía á fondo las y mostrando el emblema del águila sobre la bandera
obras de Shakespeare y Goethe, y tenía un conoci- imperial, le dirá: «^^.Pensabas acaso que el águila iba
míenio profundo de la historia universal. En sus mo- á ser un don gratuito?»
mentos de mayor preocupación, intentaba distraerse Estas palabras eran exactamente las que pronun-
con la lectura de novelas, abundantes en aventuras y cia el diablo disfrazado de cazador en la ópera de
peripecias, que cautivasen su interés sin obligarle á Weber, Freyschiitz, cuando reclama á Max su alma
reflexionar. En vísperas de la batalla de Sadowa, á cambio de haberle proporcionado las balas encan-
hecho decisivo para su porvenir, pues iba á jugarse tadas.
en él la carrera y la vida, visitó el campo de Sichrow, Como orador fué rudo, pero original y sabroso,
donde se había dado una batalla preliminar y que es- abundando en su elocuencia las imágenes pintorescas
taba cubierto de cadáveres de militares, caballos des- y unas expresiones características, de las que sólo él
panzurrados, armones y piezas de artillería rotas. Al era capaz. Hablando de un sincero debate mantenido
volver á su alojamiento escribió á su esposa: «Envía- en la Cámara prusiana, dijo desde el banco ministe-
me inmediatamente una pistola de arzón y una nove- rial: «Estamos haciendo política en calzoncillos de

la francesa.» En la campaña de 1870, mientras lucha- baño.» Alabando al socialista Lassalle, cuyo talento
278 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

le placía mucho, lo describió con esta frase: «Era un liado», forjando como cualquiera otro su novela de lo
hombre que hubiese querido tenerlo como vecino en ideal.
el campo.» De otro socialista elocuente y de una du- «Dicen que es un triste, y yo le felicito por ello.
reza tenaz, dijo así: «Es una estatua de fuente que Desprecia á los hombres, y sin embargo, su enemis-
chorrea frases.» tad le aflige mucho. «He sido odiado por los más y
Su filosofía particular atrajo el sutil examen de amado de muy pocos», dijo en 1866. «No hay hombre
Anatolio France, que escribió lo siguiente: más detestado que yo en Europa, desde el Garona
«Se ha dicho que este espíritu fuerte profesaba la hasta el Neva», exclamó en 1874. Sabe que en la mis-
misma fe religiosa de la multitud, y hasta que mez- ma Prusia hubiese sido maldecido de no quedar sus
claba en ella supersticiones antiguas y groseras, como planes afirmados por la victoria. «Si somos vencidos
por ejemplo, considerar de un carácter funesto cier-
— dijo la víspera de Sadowa

las comadres de Berlín
,

y ciertas fechas.
tos días van á lapidarme con sus
Bismarck protestó siem- trapos de cocina moja-
pre de esta afirmación. dos.»
«Me sentaré dijo á — — «Para colmo de tris-
una mesa de trece con- hombre de ac-
teza, este
vidados siempre que me ción que ha realizado
guste, y me ocupo de los tantas obras no descu-
negocios más importan- bre, por más que refle-
tes el viernes ó el 13 de xiona, las razones de la
cada mes, si es necesa- acción en este mundo;
rio.» En esto era un es- no encuentra siquiera un
píritu Pero por
libre. sentido posible á la vida.
otro lado confesaba ha- «¡C^ue se cumpla la vo-
ber sentido un terror su- luntad de Dios! escri- —
persticioso cuando el rey bió en 1856 —
Todo aquí
.

le otorgó el título de con- abajo no es más que una


de. Es una antigua creen- cuestión de tiempo. Las
cia en Pomerania que razas y los individuos,
todas las familias que lademencia y la cordu-
reciben este título se ra, lapaz y la guerra,
extinguen prontamente. van y vienen como las
« Podría citar diez ó doce
olas, mientras el mar en
— dijo Bismarck mucho su fondo permanece in-
después
—Hice todo lo
. móvil. ¡No hay sobre la
que pude para evitar más que hipocre-
tierra
dicho título, pero al fin síay engaño! Que esta
LA PESADILLA DE BISMARCK
tuve que someterme y máscara de carne que
(De un ditiiijo de ift época, por el célebre
todavía no estoy libre de caricaturista francés Honorato Daumíerj
nos disfraza sea arran-
inquietud.» cada por la fiebre ó por
«Parece que esto no era una simple broma. Dicen una bala más ó menos tarde, y entonces se verá
también que una vez vio fantasmas en un viejo casti- que entre un prusiano y un austríaco que se odian
llo de Brandemburgo. En cuanto á su creencia en hay tal semejanza, que es difícil distinguir á uno de
Dios, parece muy profunda. La fe cristiana ha arran- otro.»
cado á este soberbio acentos de gran humildad: «Yo «Veinte años más tarde, en una hora íntima y so-
— —
soy ha escrito públicamente uno de los muchos pe- lemne, sintió subir á su corazón el remordimiento y
cadores á los que falta la gloria de Dios. Sin embargo el horror por la propia obra. Fué en Varzin. El día

espero, lo mismo quellos, que Dios en su gracia no empezaba á extinguirse. El príncipe de Bismarck es-
me querrá arrebatar el bastón de una fe humilde, con taba, según su costumbre luego de comer, sentado ante
ayuda del cual buscaré mi camino en medio de las lachimenea, en el gran salón donde se yergue la esta-
dudas y los peligros de la situación que ocupo.» No tua de Rauch, La Victoria distribuyendo coronas. Des-
siento la tentación de sospechar extremadamente de pués de un largo silencio, durante el cual lanzaba
la sinceridad y el sentimiento que revelan estas pala- de vez en cuando pinas secas en el fuego, siguiendo
bras piadosas. Bien considerado, no resulta extraordi- con la mirada fija su seco crepitamiento, Bismarck
nario que Bismarck sea un espíritu religioso, pues empezó á lamentarse de que su actividad política
une á una imaginación exuberante un desprecio ins- le hubiese valido muy pocas satisfacciones y escaso
tintivo por las ciencias naturales y positivas. En todas número de amigos. Nadie le amaba por lo que había
las ocasiones ha consultado «la Biblia y el Cielo estre- hecho. Sus enormes trabajos no habían producido la
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 279

felicidad de nadie: ni de él mismo, ni de su familia. simples reflejos de los movimientos de otros países
»Uno de oyentes intentó consolarle, diciendo
los que aman la libertad y la necesitan para su existencia.
que habla hecho la felicidad de una gran nación. El pueblo alemán, falto de iniciativas, desea verse
» —
Sí; ;.pero á costa de cuántas desgracias? con- — agrupado y mandado dentro de los moldes de una es-
testó Bismarck —
Sin mí se hubiesen evitado tres
. trecha disciplina. Su revolución de 18i8-que no ha
grandes guerras; no habrían perecido más de cien mil —
repetido después fué una simple imitación de las
hombres; padres, madres, hermanos, hermanas y viu- revoluciones que en la misma fecha agitaron á Euro-
das no se verían sumidos en el duelo. Yo he arreglado pa. Este pueblo-rebaño siente un respeto instintivo
ya esto con mi creador; pero repito que de todas mis ante las jerarquías políticas y sociales, considerándo-
obras no he recogido ninguna alegría. las necesarias.
«Nunca el señor de Bismarck se mostró tan gran- Bismarck, que sabía esto, pudo desafiar insolente-
de como en esta hora mente en todas las oca-
crepuscular.» siones la indignación del
pueblo como nunca lo ha
hecho gobernante algu-
Hasta la edad de trein- no, riendo con risa bru-
ta y dos años permane- tal cuando alguien ha-
ció en sus tierras, lle- blaba de la posibilidad
vando laexistencia de un de una protesta revolu-
señor feudal. La muerte cionaria. El era el único
de su padre le había he- que podía ofrecer al país
cho retirarse á su domi- la solución política que
nio de Schoenhausen reclamaban sus gustos,
para dirigir los trabajos el régimen de cuartel, la

agrícolas. En la soledad vida de guerra y de con-


se dedicó al estudio de quista.
la historia y los idiomas. Ya hemosdicho cómo
Pero esta vida de Cin- se opuso en la Cámara
cinato no convenia á su á que la monarquía pru-
temperamento ardiente, siana aceptase la corona
deseoso de acción. Figu- imperial que le ofrecían
ró como representante los demócratas déla Die-
en la Dieta provincial ta de Francfort. No po-
de la Sajonia prusiana, día admitir el ofreci-
y al reunir Federico Gui- miento por estar basado
llermo IV, en 1847, todas en la soberanía del pue-
las dietas en Berlín, for- blo y reconocer el su-
mando la primera Cá- ESTATUA DB BISMARCK EN BfflRLIN FRENTE AL REICHSTACt
fragio iniversal; pero al
mara, el joven diputado mismo tiempo afirmó las
Bismarck se distinguió desde
las primeras sesiones por ideas que debían caracterizar más tarde su política.
elardor con que sostuvo las doctrinas reaccionarias En 1848 una unión alemana había de absorber nece-
más extremadas. El junquer orador fué el campeón sariamente al reino de Prusia, interior en importan-
del viejo partido feudal, saturado de orgullo, de pre- cia á los otros Estados germánicos reunidos. El ideal
tensiones y de odio contra el derecho popular. En de Bismarck era que Prusia aumentase su fuerza y su
medio de las interrupciones y sarcasmos de los li- poder absoluto para colocarse á la cabeza de Alema-
berales, expuso teorías del más exagerado absolutis nia con una jefatura indiscutible, luego de haber
mo, sosteniendo que el rey era soberano por la gracia aplastado á los revolucionarios y haber impuesto su
de Dios, dueño de un poder sin límites, y que el Esta- autoridad al grupo germánico por la razón ó por la
do debía conservar un carácter religioso, oponiéndose fuerza.
por esto á la emancipación política de los judíos. Este hombre, cuyas vehemencias reaccionarias
Durante la revolución de ISiS, cuando todos los reac- comprometieron muchas veces el principio monár-
cionarios se disimulaban prudentemente, él continuó quico defendido con sobrado ardor, entró en la diplo-
su batalla parlamentaria contra la causa popular con macia en 18."j1, siendo destinado á la legación de Pru-
iguales energías. sia ante la Dieta de Francfort con el cargo de primer
La gran fuerza política de Bismarck fué conocer secretario. Dos meses después era ministro plenipo-
mejor que nadie el verdadero carácter del pueblo pru- tenciario, y ocupó este puesto durante ocho años, dis-
siano. Sabía que era refractario á toda revolución. tinguiéndose por la habilidad con que supo atraer
Sus revueltas é insurrecciones no pasaban de ser hacia su país las simpatías de los pueblos germánicos
280 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

y por su hostilidad declarada contra Austria. No con- estas palabras memorables que revelaban toda su po-
tento con los manejos diplomáticos, se improvisó pe- lítica futura: «No es con discursos parlamentarios ni

riodista, publicando en los diarios satíricos de Berlín con votos de mayorías, sino por el hierro y por el
artículos sarcásticos contra el gobierno de Viena. fuego como resolveremos las grandes cuestiones de
Fué tan violenta y tan franca esta campaña, que el nuestro tiempo.»
gobierno de Prusia tuvo que relevarle del puesto de En vez de valerse de justas y prudentes concesiones
Francfort enviándolo de ministro á San Petersburgo. para conseguir un acuerdo con la mayoría de la Cáma-
Tres años después, en ra y unabenevolencia
1862, pasó á ser minis- ^ ^^ de la oposición, Bis-
tro en Paris, ajustan- marck, que desdeña-
do un tratado de co- ba la libertad y la le-
mercio entre Francia galidad y estaba con-
y el Zollverein ale- vencido de que el pue-
mán, representado blo prusiano no era
por Prusia. capaz de repetir sus
En este momento protestas revolucio-
había llegado á su narias, entabló una
período álgido la lu- lucha brutal con los
cha entre el Parla- diputados, con los pe-
mento prusiano y el riódicos, con todas las
rey Guillermo I. Aun- fuerzas liberales del
queéstefigurahacomo país. La Cámara per-
monarca constitucio- sistía en oponerse á

nal, seguía los mis la aprobación del pre-


mos procedimientos supuesto, por los gas-
del absolutismo. El tos considérateles que
rey quería introducir había incluido elrey
grandes y costosas re- para el aumento de
formas en el ejército, las tropas. Bismarck,
chocando con la opo- en vista de esto, quiso
sición de la Cámara, quitar á los represen-
que se resistía siste- tantes del país el de-
máticamente á todo recho de reglamentar
gasto nuevo. Los mi- dicho presupuesto,
nisterios eran derro- desarrollando la ex-
tados por el Parla- traña teoría de que el

mento, y cuando el gobierno puede hacer


rey lo disolvía, las los gastos anticipada-
nuevas elecciones au- mente y luego de rea-
mentaban el número lizados la Cámara sólo
de la oposición. En tal debe discutir si son
conflicto Gruillerrao I justos ó no lo son.
se acordó del hombre Esta doctrina audaz
que por sus antece- que restablecía los
dentes, su vehemen- procedimientos del
BISMARCK EN 18G6 (Grabado de la época)
cia y su energía era absolutismo, levantó
el másindicado para como era natural
realizar sus proyectos. Bismarck fué llamado de Paris grandes protestas. La Cámara votó una proposición
á Berlín para reemplazar al príncipe de Hohenlohe declarando que el gobierno violaba los preceptos cons-
como jefe del gobierno y ministro de Negocios Ex- titucionales, pero Bismarck no hizo caso alguno del
tranjeros. voto y aceptó la lucha con la más absoluta tranquili-
Llegaba al fin para el junquer elocuente y ardoro- dad. Mientras gritaban diputados y periódicos, él con-
so el momento que tanto había deseado. Iba á reali- tinuó activamente, de acuerdo con el rey, la reorgani-
zar su plan de engrandecer á Prusia por todos los zación del ejército, que debía ser el principal ejecutor
medios y establecer su hegemonía sobre una Alema- de sus grandes proyectos. Todas las resistencias in-
nia restaurada, colocando para esto el gobierno per- tentadas por el país las acogió con altivo desdén ó
sonal sobreel gobierno parlamentario. Seis días des- crueles burlas.
pués de haber tomado el poder, dijo en plena Cámara Bismarck fué en muchas ocasiones amigo entu-
LA BATALL>Í

Dibujo de J. Simoiit, de la •Illustralion- de París

Las masas alemanas retrocediendo antcid


íe flandes

fuego de los cañones franceses de 75


jir.t;
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 281

siasta de Rusia.Su permanencia en San Petersburgo


y semejanza entre sus doctrinas políticas y el sis-
la
tema de gobierno del zarismo en aquella época, le
hicieron mostrar una irresistible predilección por el
imperio moscovita. Amaba á Rusia tanto como des-
preciaba á Austria. Por esto, en 1863, al estallar en
Polonia la insurrección patriótica contra la tiranía
rusa, Bisraarck ayudó descaradamente al gobierno de
San Petersburgo para el aplastamiento de la revolu-
ción polaca, simpática á toda Europa, sin importarle
que su conducta fuese objeto de una reprobación ge-
neral. Francia é Inglaterra protestaron vivamente al

ver cómo Prusia faltaba á su neutralidad. Pero el


gobernante prusiano tenia la certeza de que estas
reclamaciones no podían llegar hasta el extremo de
una intervención armada, y las hizo frente, contes-
tando con notas soberbias que representaron una hu-
millación diplomática para los gabinetes inglés y
francés.
Mientras tanto continuaba la lucha entre la Cá- ORÍGBNBS DBL MILITARISMO PRUSIANO
mara prusiana y el arrogante Bismarck. Al contestar El 1.^'' regimiento de infantería prusiana en 1866

á una interpelación sobre el conflicto diplomático mo-


tivado por su ayuda á Rusia, el jefe del gobierno dijo al rey suplicándole que destituyese á Bismarck y sus
insolentemente: «Yo haré la guerra si la juzgo útil, ministros, por ser contrarios á la Constitución y á los
con el asentimiento ó sin el asentimiento de los repre- deseos del pueblo. El gobierno declaró ilegales estas
sentantes parlamentarios.» En la sesión del 11 de manifestaciones, y el rey decretó la disolución defini-
Mayo, después de un vivo altercado entre el presidente tiva de la Cámara. Las nuevas elecciones enviaron
de la Cámara y el general Roon, ministro de la Gue- al Parlamento un número más considerable aún de
rra, que era un buen discípulo de Bismarck en diputados liberales, como era natural dada la exci-
punto á despreciar al Parlamento, la Cámara aprobó, tación del país. Desde las primeras sesiones mani-
por 239 votos contra 61, una petición al rey para que festaron su hostilidad contra el gobierno, protestando
retirase sus carteras á los ministros, considerándoles del voto de la Cámara de los Señores que había pues-
incompatibles con la representación nacional. La to en vigor el presupuesto real en toda su integridad,
respuesta de Guillermo I fué ratificar su confianza á sin atender á las reformas de la Cámara anterior.
unos ministros que tan fielmente secundaban sus pla- La situación de Bismarck era difícil. Tenía enfren-
nes y cerrar te á los diputados, los periódicos, las masas popula-
las sesiones del res y la burguesía liberal. Se veía en el mismo estado
Parlamento. que el ministro francés Polignac en vísperas de la

Quedaba la revolución de 1830. Pero esto no parecía despertar en


prensa como el enérgico junquer la menor inquietud. Cuando le ha-
sostenedora de blaban de una revolución posible, contestaba con una
la protesta ge- risa tan franca y comunicativa que su interlocutor
neral, pero Bis- acababa por reír igualmente. Estaba convencido de la
marck la per- paciencia sin límites del pueblo prusiano, de su ten-
siguió suspen- dencia á la supeditación, de sus admiraciones instin-
diendo la pu- tivas ante todo lo que representa fuerza y atropello.
blicaciónde nu- Para mantenerse en el poder contaba Bismarck con
merosos perió- la adhesión del ejército, aumentado considerablemen-
dicos y proce- te, y con la ayuda de una guerra que exaltase el pa-
sando á sus di- triotismo del país, concentrando su atención en la
rectores. gloria de los triunfos exteriores, mientras olvidaba su
Los tribuna- situación interna. En Noviembre de 1863 se presentó
les absolvieron la ocasión deseada.
á los periodis- El advenimiento al trono de Dinamarca del nuevo
tas, y todos los rey Cristian IX puso á la orden del día en los Estados
municipios de germánicos la cuestión de loa ducados de Sleawig y
Prusia envia- Holstein, cuestión que, gracias á Bismarck, tuvo las
soLDADO PRUSIANO EN 1866 ron peticiones más graves é inesperadas consecuencias. En virtud
VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de un tratado firmado en Londres en 1852 por los go- en los documentos solemnes. El grande hombre pru-
biernos de Austria y de Prusia, bajo la inspiración del siano, en sus discusiones preparatorias con el gobier-
gobierno ruso, estos ducados habían sido unidos á la no de Dinamarca y la Dieta de Francfort, acabó por
monarquía de Dinamarca, reconociendo á Cristian declarar con una franqueza brutal que «las cuestiones
como su rey futuro. La Dieta de Francfort no quiso políticas no eran cuestiones de derecho, sino de fuer-
admitir este tratado, invocando una ley de 1650 que za», y que Prusia, potencia europea, no iba á dejarse
daba á la unión de los citados ducados un carácter guiar por la mayoría de votos de la Dieta, compuesta
puramente personal y estableciendo que en el caso de de pequeños Estados.
extinguirse la descendencia masculina de los reyes El 1." de Febrero de 1864 el ejército austro-pru-
de Dinamarca— como ocurrió al morir Federico VII siano franqueó el Eider, invadiendo el ducado de
en 1863 y sucederle Cristian IX, su pariente — estos
, Slewig. Esta guerra inicua y corta, en la que Dina-
ducados debían pasar al duque de Augustenbourg. Las marca nada pudo hacer contra dos enemigos podero-
pretensiones de la Dieta de Francfort fueron puestas sos, dio por resultado la pérdida para ella, no sola-
en práctica al subir Cristian IX al trono de Dinamar- mente del Holstein y el Lauenburgo, que eran de
ca. La Dieta, que era una representación de los ins- origen germánico, sino del Slewig por entero, com-
tintos de nacionalidad y engrandecimiento que se ha- prendiendo la parte del país de pura raza dinamar-
bían apoderado de Alemania, reivindicó especialmente quesa. Una vez terminada la expedición, todos espe-
el ducado de Holstein como territorio que formaba raron su resultado práctico. Austria y Prusia habían
parte del grupo germánico y ordenó el 7 de Diciem- tomado las armas, según dijeron, para asegurar la in-
bre la ocupación federal, encargando de realizarla á dependencia de los ducados. Pero después del triunfo
las tropas sajonas y hanoverianas. no hablaron más de la independencia de dichos pue-
Bismarck vio llegado el momento de mezclarse en blos. Podían haber atendido igualmente las peticiones
el asunto. Su plan fué tan simple como atrevido: re- de la Dieta de Francfort, sostenedora de los derechos
constituir la Alemania del Norte, hacer que Austria del duque de Augustemburgo sobre estos territorios,
proclamase el estado de sitio en Galitzia, alarmando pero los vencedores ni siquiera las tomaron en consi-
á Rusia, que se preocupó de su propia seguridad sin deración. La doctrina de Bismarck era franca y con-
prestar atención á lo que ocurría en Dinamarca, y cisa.Se habían apoderado de los ducados por el dere-
proceder resueltamente á la expoliación de este último cho de la fuerza, y debían guardarlos en virtud del
reino. El ministro de Guillermo I ejecutó el plan con la mismo derecho.
audacia y la felicidad que le acompañaron en todas sus Comenzó entonces un espectáculo nunca visto en
empresas. Nada podía temer de Inglaterra, que en aquel la Historia. Austria y Prusia hablan marchado de per-
momento seguía una política contraria á toda interven- fecto acuerdo mientras se trató de expoliar en común,
ción por las armas. En cuanto á Francia, no osaba pero llegada la hora del reparto se pelearon ante el
acometer una acción europea sin el concurso británico. botín, lo mismo que se pelean los salteadores al lado
El gobernante prusiano, con una astucia maquia- del camino después de una empresa afortunada. Con
vélica, hizo entrar en sus proyectos á Austria, con- la convención de Galstein en 1865, verdadero acto de
venciéndola de que la ocasión era propicia para filibusterismo político, Austria y Prusia llegaron á un
demostrar que sentía gran interés por los asuntos ger- acuerdo preliminar. En este trabajo se manifestó más
mánicos. El plan de Bismarck, encaminado á apode- que en ningún otro la astucia diplomática de Bis-
rarse de los dos ducados sin derecho alguno y sin más marck, que fingiéndose un aturdido supo engañar á
apoyo que el de la fuerza, suponía un verdadero robo. los representantes de Austria. Primeramente se quedó
La conciencia de Guillermo I y de algunos represen- con el Slewig y luego con el Lauenburgo, que le fue-
tantes del partido feudal de Prusia pareció sublevarse ron abandonados por su cómplice, tras deshonrosos
ante la enormidad del atentado. Pero el ministro supo regateos, mediante una indemnización de 139 francos
disipar tales escrúpulos, demostrando á estos parti- por cabeza de habitante. Pero cuando Bismarck quiso
darios de la tradición que Dinamarca era un centro apoderarse igualmente del Holstein, la diplomacia
de agitaciones democráticas y convenía anularlo por austríaca se opuso con indignación. El gobernante
medio de la guerra. De las protestas de la opinión prusiano deseaba todo el botín, tratando con menos-
popular no se preocupó para nada. Una guerra fácil precio al cómplice que le había servido para disimu-
y victoriosa haría olvidar su política de compresión lar su atentado. Por primera vez vieron claramente

interior, imponiendo silencio á la prensa de Berlín y en Viena que la anexión de los ducados á Prusia
á la Cámara de diputados. no era más que un anuncio de la absorción de los de-
Existía el tratado de Londres, firmado por Prusia más Estados germánicos, y que el plan de Bismarck
y Austria, reconociendo la legitimidad con que Cris- se encaminaba á anular la influencia austríaca en
tian IX poseía los dos ducados. Pero un tratado era una Alemania futura dirigida por Guillermo I. Bis-
obstáculo insignificante para un hombre como Bis- marck, seguro de su fuerza, ya no fingió más y acep-
marck, fundador de la doctrina alemana, que cuando tó francamente la cuestión con Austria, guardándose
lo considera conveniente, sólo ve «un pedazo de papel» los ducados.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 285

Podia disponer de un ejército sólidamente organi- supremo de todas las fuerzas de tierra y mar de la
zado. El rey Guillermo se asustaba en el primer mo- Alemania reconstituida, y la creación de un Parla-
mento ante la audacia de sus concepciones, pero al mento nacional que sustituyese á la Dieta. Lo más
fin las admitía, convencido por su enérgica fe en los notal)le de este proyecto fué que el Parlamento ale-
destinos de Prusia. La guerra de los ducados habia mán debía ser designado por sufragio universal, siste-
servido para revelar á un gran estratega, el general ma del que tanto se había burlado Bismarck cuando
Moltke, y á un hábil organizador, el general Roon. prusianos lo solicitaban para su país.
los liberales

Apoyado en estos dos hombres que eran sus brazos, Este proyecto representaba una provocación á los
y seguro de la aprobación de Guillermo I, tras del Estados alemanes y al imperio austríaco, seguida
cual se ocultaba para que pudiese figurar como la indudablemente de la guerra. Las potencias neutrales
única inteligencia directora, Bismarck se atrevió á intervinieron para evitarla, proponiendo la reunión
todo. Iba áreanudar la obra de de un congreso diplomático,
Federico II, á constituir por la pero el gabinete de Viena, tor-
fuerza militar un nuevo reino pe y confiado en su fuerza, se
de Prusia, homogéneo y de as- negó á todo arreglo, secundan-
piraciones belicosas que domi- do con su ceguera los proyec-
nase á Alemania entera, humi- tos de Bismarck. Este dirigió
llando y empequeñeciendo entonces un ultimátum á la
para siempre al imperio aus- Dieta de Francfort para que
tríaco. aceptase el proyecto de nueva
Los primeros meses de ISlílí (
onfederación, declarando su
losempleó Bismarck en com- negativa como un casus belli.
pletar los preparativos milita- La Dieta respondió á tal ame-
res con sus dos colaboradores naza con la oposición que era
Moltke y Roon. Un suceso ines- de esperar, y dos días después,
perado casi anuló instantánea- el 16 de .Junio, entraron en gue-

mente los planes audaces del rra las tropas prusianas, apo-
gobernante prusiano, sirviendo derándose de Leipzig.
al mismo tiempo para demos- La campaña fué tan breve
trar la buena suerte que le como decisiva. El ejército de
acompañó siempre en los peli- Prusia avanzó con una rapidez
gros. Un revolucionario llama- y una seguridad casi mecáni-
do Blind, furioso por el despre- cas, ejecutando el plan ideado
cio con que atropellaba Bis- mucho antes por el general
marck las aspiraciones popu- Moltke.En veinte dias Austria
lares, le disparó á quemarropa se vio derrotada allí donde in-
MOLTKB
cuatro tiros de revólver. Los tentó oponerse á los enemigos,
que presenciaron el atentado hasta que el 3 de .Tullo su ejér-
dieron por muerto al ministro, al ver que recibía cito quedó definitivamente aplastado en la sangrienta
todas las balas en pecho. Pero éstas quedaron amor-
el batalla de Sadowa.
tiguadas en el espeso forro de su gabán, y Bismarck Este dia fué el más tremendo y decisivo en toda la
sóloexperimentó el susto consiguiente. existencia de Bismarck. Había iniciado la guerra
Antes de atacar al imperio austríaco contrajo una contra los sentimientos de ¡uillermo I, poco dispuesto
i

alianza con Italia, deseosa de completar su unidad, á una lucha con el imperio austríaco, teniendo que
expulsando definitivamente del suelo patrio á los aus- asumir todas las responsabilidades de su plan audaz.
tríacos que todavía ocupaban Venecia. La alianza Detrás de él estaba Prusia entera que le aborrecía y
con Italia le proporcionó indirectamente la benevo- deseaba un fracaso de su política para sacrificarlo.
lencia del imperio francés, que años antes habia ayu- Moltke, Roon y los demás hombres de guerra consti-
dado á los italianos á la reconquista de Lombardía, tuían su único apoyo. Si el ejército quedaba derrota-
derrotando las tropas austríacas en Magenta y Solfe- do, Bismarck podía dar por terminada su carrera y
rino. hasta su vida. Hubo un momento en la batalla de
Cuando Bismarck hubo terminado sus preparati- Sadowa en que pareció que la suerte iba á decidirse
vos militares y diplomáticos, dio principio á las hosti- por los austríacos. Según cuentan, el futuro canciller
lidades, enviando á la Dieta de Francfort un proyecto presenció el combate desde una altura con mirada
de reforma de la Confederación Germánica. En él pro- ansiosa, pie á tierra, las riendas de su caballo pasa-
ponía la disolución inmediata de dicha Confederación das por un brazo, y oprimiendo en la diestra una pis-
en su forma actual, la expulsión de Austria, que ocu- tola, tal vez la misma que días antes había pedido á
paba la presidencia, la entrega á Prusia del mando la condesa de Bismarck junto con una novela fran-
264 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Al firmarse en 26 de Julio de 1866 la
paz de Nikolsburgo con el imperio aus-
tríaco, que iba á quedar excluido para
siempre de la Confederación Germánica,
el victorioso Bismarck se dedicó á nor-
malizar la vida interior de Prusia. La vic-
toria le había dado un enorme prestigio.
La oposición liberal, la prensa, las masas
democráticas, todos los que le habían
combatido, oponiéndose á sus demasías,
enmudecieron. ¿Cómo afrontar el entu-
siasmo patriótico que rodeaba á este triun-
fador después de la audaz aventura de
Sadowa? Bismarck tomó el titulo de Can-
ciller y la nueva Cámara prusiana el de

Reichstag. Uno de los primeros actos del


naciente Reichstag fué aprobar como úti-
lesy patrióticas todas las medidas anti-
constitucionales y violentas empleadas
ENTRADA DK LOS PKUSIANOS EN LEIPZIG por Bismarck en los últimos cuatro años.
(Gi'abado de la éj)Oca) Al quedar vencedora Prusia sobre
todos los Estados de Alemania, el Canci-
cesa. Su resolución era firme. Si las tropas prusianas ller se dedicó al engrandecimiento del territorio na-

continuaban el retroceso iniciado, un tiro de pistola cional, castigando con rudeza á los Estados germá-
se unirla al estrépito de cañones y fusiles, y Bismarck nicos que se habían declarado en favor de Austria. La
habria dejado de existir. paz de Nikolsburgo consagraba la existencia de una
Pero los prusianos acabaron por triunfar en Sa- nueva Confederación más pequeña, pero más firme
dowa, gracias al fusil de aguja, que era el último in- que la regida por la disuelta Dieta de Francfort. Esta
vento de aquella época, y les dio una irresistible supe- Confederación, llamada de la Alemania del Norte,
rioridad sobre el enemigo. Dos días después los aus- abarcó, como lo indica su nombre, todos los Estados
tríacos abandonaron Venecia, y el 22 de Julio, sin alemanes situados más arriba de la linea del Mein.
atreverse á intentar una segunda batalla, aceptaron Abajo del Mein se creó la Confederación de la Ale-
el armisticio propuesto por Francia y los prelimina- mania del Sur, formada por Baviera y otros Estados
res de paz. Esta paz tenia una condición sine qua que se habían mostrado contrarios á Prusia en la
non impuesta por Bismarck, que después de la hora reciente guerra. El diplomático Bismarck transigió
mortal pasada en Sadowa se mostró más arrogante con ellos, adivinando que más adelante podría atraer-
que nunca. Austria debía aceptar su expulsión de la losá sus planes. Reconoció sin resistencia la Confe-
Confederación Germánica. Sólo sobre esta base era deración del Sur, y antes de terminar el año había
posible la paz. firmado tratados de paz y de alianza ofensiva y de-
La corte de Viena abdicó para siempre su influen- fensiva con dichos Estados, los cuales aceptaron que
cia en los Estados de Alemania. Llegaba para Bis- en caso de guerra el mando de sus ejércitos sería
marck la realización de sus ensueños: el reino de confiado al rey de Prusia.
Prusia director de los destinos germánicos. En la Alemania del Norte su política fué distinta,
Después de este primer éxito, Alemania, unificada castigando con mano dura á todos los países que ha-
y modelada en el troquel prusiano, podría imponer bían seguido á la Alemania del Sur por mantener los
su influencia al resto de Europa. acuerdos de la Dieta de Francfort. Dichos Estados
fueron anexionados á Prusia, decretando Bismarck el
destronamiento de sus reyes, duques y electores. De
Al romper Bismarck con la Dieta de Francfort, tales atropellos el más censurable fué el realizado en
una parte considerable de Alemania se mantuvo en el reino de Hanóver. El rey de este país, Jorge V, que

torno de ésta, oponiéndose al atropello intentado por había nacido ciego, quedó destronado por el delito de
Prusia, y como consecuencia al lado de Austria. ser á sus compromisos con la Dieta. La familia
fiel

Los reinos de Baviera, Wurtenberg, Sajonia, Ha- real de Hanóver se vio despojada, no sólo de su reino,
nóver, Nassau, los dos Hesse y Francfort, se pronun- sino de sus bienes particulares, quedando reducida á
ciaron en favor de la Dieta. Prusia sólo tuvo á su lado vivir en el destierro en la mayor pobreza. Bismarck
las ciudades libres de Brema, Hamburgo y Lubeck, la persiguió con su saña, asi como al elector de Ilesse,

Mecklemburgo, Oldemburgo y los principados sa- igualmente despojado de sus bienes, é hizo aprobar
jones. por el Reichstag la doble expoliación, como si fuese
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1^14 SSS

BATALLA DB SADOWA

una medida patriótica. Los habitantes de los países mente contra Francia, único enemigo que veía Bis-
alemanes anexionados á Prusia intentaron oponerse marck para el engrandecimiento de Prusia. Todas sus
al atropello con protestas y motines, pero Bismarck medidas de gobernante y sus gestiones diplomáticas
los redujo férreamente á la obediencia. fueron encaminadas á preparar una guerra con el
Veintidós Estados alemanes, de una importancia Imperio francés, arrebatándole las simpatías de las
más ó menos considerable, constituyeron con Prusia otras potencias para aislarlo y asestarle oportuna-
la Confederación del Norte que Bismarck se dedicó á mente el golpe decisivo.
organizar durante el año 1867. Además, la Confede- La jactancia y la torpeza de los gobiernos de Na-
ración del Sur, como ya hemos dicho, habia puesto poleón III facilitaron considerablemente estos planes.
sus tropas, para el caso de guerra, á las órdenes del Europa estaba fatigada de la supremacía continental
rey Guillermo. Un Parlamento aduanero que englo- ejercida por el Imperio francés. Éste, por su parte,
baba los intereses económicos de ambas confedera- como todos los gobiernos basados en la fuerza, abusa-
ciones sirvió al Canciller para ir dando realidad á su ba del poder militar, creyéndolo más fuerte de lo que
plan de una Alemania única. era en realidad.
Esta organización formidable se dirigía especial- El gobernante prusiano pudo juguetear como un
felino con el imperialismo francés antes
de devorarlo. El embajador de Napo-
león III en Berlín era el conde de Bene-
dctti, diplomático de vista corta que no
supo adivinar los verdaderos propósitos
de Bismarck ni hizo ver á su país la im-
portancia militar de Prusia.
Después de la catástrofe de 1870, Be-
nedetti intentó justificar su fracaso di-
plomático afirmando que oportunamen-
te había dado la voz de alarma á su

emperador. De ser esto verdad resulta


que Napoleón fué aun más torpe y con-
fiado que su representante.
El astuto Bismarck, para realizar
tranquilamente sus preparativos de gue-
rra y los engrandecimientos del terri-
torio prusiano sin alarma ni protesta
BBRLiN. LAS BANDERAS TO.MADAS A LOS AUSTRÍACOS
de Francia, habia encontrado el medio
(Grabados de la época)
266 VICENTE BLASCO IBAÑÉ2

de distraer á Benedetti y su soberano hablando vaga- esto dio una solución diplomática al asunto, aceptando
mente de una inteligencia posible entre ambas nacio- que en la conferencia de Londres se declarase al
nes para que Napoleón se apoderase de Bélgica. Como Luxemburgo territorio neutral, desmantelando sus for-
el Imperio, desacreditado é impopular, necesitaba el Esta era la conducta del supuesto amigo
tificaciones.

prestigio de nuevas conquistas para mantener su exis- que un año antes había halagado la complicidad del
tencia frente al descontento del país y las protestas Imperio sugiriéndole la posibilidad de la anexión de
del republicanismo. Napoleón III y su embajador ca- Bélgica. No ya este reino importante, sino ni un pe-
yeron fácilmente en esta trampa de la diplomacia queño ducado permitía Bismarck que viniese á agran-
prusiana. Benedetti y Bismarck hablaron muchas dar el territorio francés. Un año antes, cuando Prusia
veces del futuro reparto de Bélgica, sugerido diabó- estaba en lucha con Austria, había sido conveniente
licamente por el Canciller. El embajador francés fué halagar á Napoleón con mentidas esperanzas para
tan confiado, que llegó á entregar á Bismarck prue- mantenerlo al margen de la lucha. Ahora que el reino
bas escritas de este propósito de su emperador. Dichos prusiano era fuerte y estaba en paz con Europa podía
papeles, comunicados por el Canci- mostrar francamente sus sentimien-
ller algobierno de Inglaterra, hicie- tos poco benévolos para Francia.
ron enfriarse las relaciones amisto- El emperador, después de esta bru-
sas entre la Gran Bretaña y Fran- tal demostración, volvió á su apática

cia.Esta fué la causa principal de y confiada somnolencia, mientras


que el gobierno de Londres contem- Bismarck continuaba en silencio su
plase impasible la desastrosa guerra obra enorme. Para que los Hohenzo-
de 1870 y la ruina del Imperio. En llern fuesen, según el deseo de Fe-

aquel entonces, lo mismo que en la derico el Grande, los primeros mo-


actualidad, Inglaterra consideró la narcas de Europa, era preciso ven-
independencia de Bélgica como algo cer á Francia, desmembrarla y ha-
sagrado é intangible. Se separó del cerla descender á un segundo rango.
Imperio francés porque habia pen- La actividad de Bismarck, secunda-
sado atentar contra ella. Bismarck da por la aprobación de Guillermo I
tuvo buen cuidado en mostrarse de y el tecnicismo de Moltke y Roon,
un escrupuloso respeto para la inte- preparó la Alemania hasta en sus
gridad de Bélgica durante la guerra menores detalles como la más formi-
con Francia. Sabia que era el medio dable máquina de guerra conocida
mejor para que la Gran Bretaña híxsta entonces.

permaneciese tranquila. «Todo estaba pronto en Prusia


En 1868 se debilitó visiblemente BBNBDBTTI
— diceun historiador francés lo— ,

la política prusiana dirigida contra mismo los hombres que las cosas.
Francia. Bismarck estaba enfermo Nada estaba preparado en Francia.
y tuvo que retirarse por algún tiempo de los nego- Aquí, entre las manos del emperador, aventurero
cios públicos. Una dolencia nerviosa producida por el siniestro que se había hecho dueño violentamente del
exceso de trabajo y de emociones le mantuvo por al- país, todo estaba dislocado, empequeñecido y corrom-
gunos meses lejos del gobierno, pero antes de termi- pido. La imprevisión y la impericia que dirigían los
nar el año, el coloso incansable volvió á comparecer negocios públicos, la ausencia de hombres superiores
ante el Reichstag, reanudando con los mismos impul- en el gobierno, la desorganización del ejército, la de-
sos de la juventud su política arrolladura. cadencia moral producida por veinte años de despotis-
Todas sus medidas iban encaminadas contra el mo, todo concurría en caso de conflicto á precipitar-
Imperio francés, siendo extraordinario que Napo- nos en una catástrofe. El gobierno prusiano sabía todo
y sus hombres, cegados por la soberbia de un
león III esto, y sólo esperaba una ocasión favorable para en-
poder que creían invencible, no adivinasen la tor- tablar la lucha.»
menta que se formaba contra ellos al otro lado del Esta ocasión, deseada por Bismarck durante más
Rhin. de un año, ó sea después de visitar París en 1869 con
Hubo un momento en que el emperador francés pretexto de la Exposición Universal y ver de cerca
pudo ver el peligro con toda claridad. Apenas intentó el estado de Francia, se la proporcionó inesperada-
en 1867 adquirir el ducado de Luxemburgo que le mente el pueblo que menos relación tenía con Prusia
cedía el rey de Holanda, el Canciller se alzó ante él y menos motivos para influir en las cuestiones del
oponiéndose enérgicamente á dicha anexión. La gue- centro del continente: España.
rra entre Francia y Prusia estuvo próxima á estallar Después de la revolución española de 1868, que
tres años antes de 1870. Pero Bismarck consideró á destronó á la dinastía borbónica en la persona de Isa-
última hora que su país no estaba completamente pre- bel II, los directores de este movimiento nacional,
parado para la lucha y que era mejor esperar. Por generales y políticos prestigiosos, en vez de procla-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 287

mar República como era lógico, persistieron en el


la Francia de no inmiscuirse «en los asuntos interiores
mantenimiento de la forma monárquica, pero con una de una grande y noble nación en pleno ejercicio de su
dinastía nueva, para lo cual fueron sus representan- soberanía», añadió con arrogancia en medio de los
tes mendigando un rey por todas
las cortes de Europa. aplausos entusiastas de los diputados bonapartistas:
Uno de los candidatos
corona de España fué
;i la «Nosotros no creemos que el respeto á los derechos
el principe alemán Leopoldo de HohenzoUern, parien- de un pueblo vecino nos obligue á sufrir que una po-
te de Guillermo I y simple comandante de infantería tencia extranjera, colocando á uno de sus príncipes
de la Guardia prusiana. Para sostener esta candida- en el trono de (darlos V, desarregle en perjuicio nues-
tura, el general Prim, jefe del gobierno español y tro el equilibrio actual de las fuerzas de Europa y

enemigo personal de Napoleón por lo mucho que


III ponga en peligro los intereses y el honor de Francia.
le había perseguido éste en sus tiempos de conspira- «Tenemos la firme esperanza de que no llegará á
dor, se puso de acuerdo con Bismarck, que encontró realizarse esta eventualidad. Para impedirla contamos
en este asunto una doble ventaja para sus planes. Si á la vez con la cordura del pueblo alemán y la amis-
el HohenzoUern se sentaba en el tro- tad del pueblo español. Si no fuese
no de España, el Imperio francés así, fortalecidos por vuestro apoyo
quedaría en un aislamiento comple- y de la nación sabremos cumplir
el

to, rodeado de enemigos por todas nuestro deber sin dudas ni vacila-
partes. De fracasar la candidatura, ciones.»
era casi seguro que estas negocia- Los diputados de la oposición se
ciones diplomáticas, al ser conoci- escandalizaron ante este lenguaje
das por Francia, darían pretexto á audaz. «¿Es que queréis la guerra?»,
la guerra que deseaba el canciller gritó M. Crémieux. El presidente del
prusiano. Á fines de Junio de 1870, Consejo, Emilio OUivier, republica-
el acuerdo entre Prim y Bismarck no de la víspera que había reconoci-
fué completo, después de largas ne- do el imperio y deseaba merecer la

gociaciones. El embajador de Fran- confianza de la corte extremando su


cia en Madrid telegrafió el 3 de Julio política, dijo que ansiaba la paz,
al duque de Gramont, ministro de pero añadió: «Si algún día considera-
Negocios Extranjeros en París, que mos que la guerra resulta inevita-
la candidatura de HohenzoUern al ble, la emprenderemos sin vacilar.»
trono de España era y de éxito
cierta Los detalles de esta sesión parla-
indiscutible. El general Prim en per- mentaria causaron en Berlín gran
^.iJíA.
sona le había manifestado su firme cólera, viéndose en ellos una pro-
voluntad de hacer friunfar dicha so- vocación á Prusia. Bismarck, fin-
BL DUQUE DE GRAMONT
lución, pues no encontraba otro can- giéndose igualmente indignado, ex-
didato aceptable en ningún país. perimentó sin duda una gran alegría
La noticia puso en alarma al gobierno imperial. interior.Llegaba la guerra tan deseada por él. Los
El embajador de Francia en Berlín pidió explicacio- mismos enemigos se encargaban de provocarla con sus
nes á la Cancillería prusiana, pero Bismarck se había imprudencias, dando á Prusia el simpático papel de
ausentado y su reemplazante, M. de Thile, contestó de nación agredida. A la fanfarronería del Parlamento
un modo evasivo que el gobierno prusiano ignoraba francés y su ciega confianza, se unieron las irritantes
esta gestión y no tenía por qué mezclarse en ella ni exigencias de la diplomacia napoleónica, que preten-
aceptaba responsabilidad alguna, por tratarse de un dió humillar á la corte de Prusia creyéndola débil y
asunto personal. Únicamente Guillermo I podía inter- temerosa.
venir en el asunto, no como rey de Prusia, sino como El embajador Benedetti visitó al rey Guillermo en
jefe de la familia HohenzoUern. la estación balnearia de Ems, para pedirle que obli-
La distinción sutil entre la corona de Prusia y la gase al príncipe de HohenzoUern á desistir de su can-
familia HohenzoUern, ideada sin duda por Bismarck, didatura al trono de España. El monarca contestó in-
fué la norma constante de la diplomacia alemana en sistiendo en su doctrina de que como rey de Prusia no
este contiicto. tenía por qué mezclarse en un asunto que era pura-
La posibilidad de un rey prusiano en el trono de la mente de familia, y como jefe de la casa HohenzoUern
vecina España produjo gran efervescencia en la po- loúnico que podía hacer era hablar con el candidato
lítica francesa. El gobierno, en vez de aminorar la Leopoldo y su padre, Antonio de HohenzoUern, que
agitación, la aumentó el día 5 de Julio en la Cámara había preparado y dirigido la negociación con Es-
de diputados con las declaraciones del duque de Gra- paña.
mont, jactanciosas hasta la fanfarronería. El ministro El gobierno de Paría no se dio por satisfecho con
de.Negocios Extranjeros, después de hacer constar sus esta respuesta é insistió enérgicamente, demostrando
simpatías por la nación española y la voluntad de que no temía un rompimiento, pues más bien parecía
288 VICENTE BLASCO IBANEZ

buscarlo. Napoleón IIIy sus ministros procedían como tortuosas informaciones secretas para que persistiesen
siignorasen que Prusia y los demás Estados alemanes en sus demandas imprudentes.
estaban poderosamente armados, deseando entrar en El acto de Guillermo I produjo en Francia gran
campaña inmediatamente. El gabinete de París había indignación. El imperio se consideró ofendido. Por su
recibido desde mucho antes numerosos informes sobre parte Bismarck aceleró el rompimiento, valiéndose
estos preparativos, pero una imprudencia irresistible de procedimientos reprobables que él consideraba de
lo arrastraba á la perdición. uso legal siempre que sirviesen á sus planes.
Siguiendo sus órdenes, el embajador Benedetti vol- Mientras Benedetti, «el corso irascible» como le
vió el 11 de .Julio á Ems para tener una nueva entre- llamaba Bismarck, se había trasladado á Ems para
vista con el rey de Prusia, insistiendo en la renuncia tratar directamente con Guillermo I, el Canciller se
del principe Leopoldo. Guillermo contestó que no mantenía oculto en sus tierras de Varzin. Fué un pro-
sabia siquiera dónde estaba el príncipe en aquellos cedimiento diplomático semejante al que siguió la
momentos, pero esperaba recibir noticias suyas Cancilleríaalemana en 1914, durante el mes de .Julio,
aquella misma noche. cuando el embajador de la Gran Bre-
Al día siguiente se supo que el taña trabajaba por el mantenimien-
príncipe Antonio, padre del preten- to de la paz. La ausencia del Canci-
diente, había telegrafiado á Madrid ller y las palabras ambiguas de los
la renuncia de su hijo. Con esto des- sustitutos no permitieron ningún
aparecía la causa del conflicto. En arreglo definitivo.
Berlín todos dieron el asunto por ter- lUsmarck desde Varzin estaba en
minado, y en París recobraron su comunicación telegráfica con Ems,
tranquilidad los que eran ajenos á aconsejando á su rey. Además tenía
los intereses delimperio y no creían junto á éste á un consejero intimo
necesario una guerra para su exis- de la Cancillería, el literato Abeken,
tencia. Pero quedábanlos cortesanos hombre de grandes estudios estéticos
y ministros de Napoleón III, deseo- y filológicos, que había puesto al
sos de' no perder la ocasión para servicio de Bismarck su estilo aco-
realzar con la gloria de una cam- modaticio y su carácter sumiso.
paña victoriosa la popularidad de- Oculto en Varzin, trabajó el Can-
creciente del imperio; quedaban ciller para que no pudiese sobreve-
Moltke, Roon y todos los generales nirun arreglo y el asunto del trono
y oficiales prusianos, ansiosos de de España produjese la guerra. Al
experimentar en un choque con los ver que Benedetti se trasladaba á
franceses la fuerza del gran or-
BL MARISCAL LBBtEUP
Ems para ponerse en contacto direc-
ganismo belicoso que habían crea- to con Guillermo I, él se dirigió á
do; y sobre todos ellos quedaba Bis- Berlín, esperando con sus consocios
marck, genio diabólico que supo impedir el restable- Moltke y Roon el ansiado desenlace.
cimiento de una calma contraria á sus planes. La im- Cuando el rey, á instigaciones de su Canciller que
prudencia del gobierno francés continuó viniendo en le aconsejaba una gran energía, é irritado por las pre-
su ayuda. tensiones de Benedetti, se negó finalmente á recibirle,
El 13 de .lulio, Benedetti se presentó por la mañana Abeken, por encargo del monarca, puso un telegrama
al rey (Tuillermo para manifestar que si el príncipe confidencial á Bismarck dándole cuenta de todo lo
Leopoldo reanudaba sus gestiones de candidato, el go- ocurrido.
bierno francés consideraría esto como una ofensa. El Este documento fué el famoso «despacho de Ems»,
rey contestó que después de la renuncia no había mo- célebre en la historia de la diplomacia. Guillermo I,
tivo para hablar más del asunto. Por la tarde volvió al releerlo antes de que lo enviasen al telégrafo, dijo
á la carga el embajador con una torpeza irritante para á Abeken:
exigir que Prusia diese garantías de que el candidato
— Esta vez creo que Bismarck quedará contento de
Hohenzollern no pensaba insistir en sus pretensiones. nosotros.
Irritado Guillermo I por tal insistencia, se negó á re- Sin embargo, el telegrama era de un estilo débil y
cibir al embajador, manifestándole por medio de un no podía contentar al Canciller. El rey se limitaba á
ayudante que tendría una gran satisfacción en hablar darle cuenta de lo ocurrido entre él y Benedetti y de
con él de asuntos particulares, pero que no podía darle su negativa á recibirlo en adelante para tratar de la
audiencia para tratar de un asunto que había quedado candidatura Hohenzollern. Luego dejaba «á la volun-
ya resuelto por la mañana. Esta grave resolución del tad de Bismarck» el callar este suceso ó el darlo á
soberano fué obra del astuto Bismarck, que al mismo conocer á la diplomacia y la prensa con una publici-

tiempo que aconsejaba al rey los procedimientos enér- dad que hiciese irreparable el rompimiento. Guiller-
gicos mantenía la desconfianza de los franceses con mo sentía miedo á última hora ante las consecuencias
HISTORIA DR LA GUERRA EUROPEA DE 191) 289

de estus manejos ocultos de su Canciller, y no se atre- dieron confianza á la nación afirmando que estos pesi-
vía á adoptar una resolución. mismos no eran más que murmuraciones interesadas
Bismarek estaba comiendo en Berlín con Moltkc y de los republicanos. Thiers se vio insultado en la
Koon cuando recibió telegrama. Los tres esperaban
el (íámara, al oponerse á la guerra con palabras profé-
con la ansiedad del entusiasmo las noticias de Ems ticas que anunciaban la próxima catástrofe. Su voz
creyéndolas belicosas. Al leer el telegrama, el viejo autorizada se perdió entre los gritos de protesta de
Moltke quedó desalentado. Una senilidad repentina los diputados imperiales, que se habían repartido
descompuso su rostro y enfrió sus energías. La gloria como un botín durante veinte años la prosperidad de
se le escapaba de entre las manos. Iba á resultar Francia.
inútil toda su vida dedicada á la fabricación de una Nimca se había visto un gobierno tan ciego y jac-
herramienta de guerra como nunca se había cono- tancioso, marchando á la ruina con la sonrisa en los
cido. El rey Guillermo no quería la lucha y echaba labios y la seguridad de la victoria en todos sus gestos.
pie atrás en el momento decisivo. Su colega Roon Resulta incomprensible la seguridad con que mintió el

mostró igual desaliento. régimen imperial en estos momen-


Pero el terrible coloso, después de tos. Los ministros —
y especialmente
breve reflexión, sonrió diabólica- —
Napoleón III sabían con certeza
mente ante la tristeza de sus amigos. que los alemanes gozaban de una
- Todo va bien —
les dijo —
seguid,
formidable superioridad en el arma-
comiendo con tranquilidad. mento, la organización y el número
Le bastó pasar unos minutos en de combatientes. Cuando un raes des-
su despacho, pluma en mano, ante pués, en 4 de Septiembre, cayó el
el famoso telegrama. Borró pala- Imperio quedando proclamada la Re-
bras, para modificar de este modo el pública, los gobernantes populares,
sentido del texto, é interpretando al examinar los papeles archivados
como una orden ineludible la consul- en el palacio de las TuUerías, en-
ta que le hacía su rey sobre la con- contraron numerosos informes que
veniencia de dar á conocer el tele- demostraban cómo el emperador es-
grama ó guardarlo secreto, lo lanzó taba enterado de los enormes prepa-
inmediatamente á la publicidad. Des- rativos de Alemania. ¡Y sin embar-
pués de esto era irreparable el rom- go, el Imperio buscaba la guerra, la
pimiento entre Francia y Prusia, y provocaba, como si fuese un autó-
por consiguiente la guerra. mata movido por los ocultos tirones
Algún tiempo después, el socialis- de Bismarek!... Se iba á cumplir la
ta Liebknecht y otros fueron condu- emilio ollivier suerte fatal de todo régimen basado
cidos á la cárcel por acusar á Bis- en la fuerza y el atropello. La orgu
marek de falsificación. Pero el falsario se enorgulle- llosa jactancia de los imperios militares los arrastra
cía de su triste hazaña que había empujado al país irresistiblemente á la muerte, aunque estén dirigidos
á una guerra victoriosa. por genio de un Napoleón I.
el
El entusiasmo del elemento militar demostró á las En
los pasillos de la Cámara, el mariscal Leboeuf,

pocas horas que el Canciller había interpretado con ministro de la Guerra, decía con suficiencia á los di-
su falsificación el espíritu belicoso de la corte prusia- putados, atusándose el bigote:
na. La noticia de los efectos del telegrama real mo- — No temáis nada. Todo está preparadt) en nues-
dificado por Bismarek. llegó á Ems en el momento tro ejército. Nada falta: ni el último botón de una
que (4uíllermo I con su séquito se disponía á volver polaina.
á Berlín. El jefe del gobierno, Emilio Ollivier. decía con
— ¡Es la guerra! — exclamó el príncipe heredero. una seguridad de caudillo victorioso refiriéndose al
Y todos los generales y oficiales de la regia com- ejército prusiano: «Soplaremos sobre él y caerá.» Y
pañía repitieron con gozoso entusiasmo: «¡Es la gue- los diputados bonapartistas sonreían y aplaudían. Iba
rra! ¡Al fin llega la guerra!» á ser una guerra corta y victoriosa.
En París no fué menor la exaltación ante una gue- Esta demencia gigantesca únicamente puede ex-
rra que todos los imperialistas consideraban de éxito plicarse por la confianza que un imperio militar, fa-
seguro. Napoleón 111, «genio invencible» según sus vorecido al principio por la fortuna, pone siempre
aduladores cortesanos, iba á aplastar á Prusia con en la suerte de las armas, creyendo ([ue será eterna-
gran facilidad, asi como años antes había derrotado á mente favorable. Además el bonapartismo necesitaba
los austríacos en los campos de Lombardía. En vano una guerra como un medicamento, para restaurar su
hablaban los observadores imparciales del desorden salud vacilante.
que había creado el imperio de Francia y de la falta La emperatriz Eugenia era la que mostraba ma-
de medios para la defensa. Los bonapartistas infun- yor energía, violentando los sucesos con la iraprevi-
3ti
290 VICENTE BLASCO IBANEZ

sión propia de una mujer de capacidad vulgar cuan- da bonapartista, no habían hecho preparativo alguno,
do se mezcla en los asuntos de Estado. mirando sin inquietud la enorme máquina de guerra
— Esta guerra
— decía — es mi guerra. La necesito: montada al otro lado del Rhin por un gobernante que
me hace falta. había de decir con bárbaro orgullo: «La fuerza es su-
Paul de Cassagnac, el primer escritor del bonapar perior al derecho.»
tismo, dijo después de la catástrofe con ingenua fran- El hombre que conocía mejor que todos los france-
queza: «Para nosotros la guerra era inevitable por los ses la verdadera situación de Francia era Bísmarck.
intereses de Francia y por las necesidades de la di- —
Tenía á su servicio un espionaje audaz del que ha-
nastía." blaremos más adelante — que elevó á la categoría de
,

En las últimas palabras se encierra el verdadero una institución política. Estaba enterado de que el
motivo de esta carrera efectivo del ejército fran-
loca hacia la catástro- cés, á pesar de las bra-
fe á que se vio impulsa- vatas bonapartístas, era
da Francia por el Impe- casi irrisorio; que el ré-
rio. Napoleón III y su gimen imperial había
esposa querían conser- corrompido á los genera-
var intacto el trono para les, extinguiendo el sen-
su hijo; la República, timiento del deber en los
quese imaginaban muer- oficiales: que la inten-
ta para siempre después dencia se mantenía des-
del asesinato nacional organizada y desprovis-
del 2 de Diciembre, vol- ta de recursos; que loa
vía álevantarse como un arsenales estaban casi
espectro que anunciaba vacíos, y si el patriotis-
venganza, y únicamente mo del pueblo desperta-
una guerra podía afirmar ba en Francia á la hora
el régimen en peligro. de la invasión, podría
El antiguo aventurero hacer muy poco por fal-
llegado á emperador sen- ta de preparación mili-
tía cierto misticismo al tar. El gobierno impe-
considerar su ascensión rial, que únicamente se
prodigiosa. Tenia fe en ocupaba de la política y
su buena estrella por los tenia miedo á las masas
éxitos conseguidos hasta populares por ser repu-
entonces, y se lanzó en blicanas, había desar-
la aventura, creyendo mado la Guardia Nficio-

que á última hoi'a ven- nal desde años antes.


dría en su auxilio una cir- El desprecio del Can-
cunstancia inesperada. ciller por los gobernan-
El principal colabora- tes del Imperio era enor-
dor de los planes auda- me. Los había tratado y
ces de Bísmarck fué in- reconocido en sus viajes
BL EMPERADOR NAPOLKOX III
voluntariamente Napo- á Francia, dándose cuen-
león III. En el gran dra- ta de su inepcia, sólo
ma de 1870 todos trabajaron sin quererlo para la crea- comparable con su infatuación. El mérito del em-
ción de los organismos más opuestos á sus propios perador lo había apreciado al primer golpe de vis-
ideales. El emperador Napoleón facilitó el nacimiento ta, al conferenciar con él en Vichy en 1S()6. Sus apa-
del Imperio alemán. Bísmarck contribuyó, sin desear- riencias taciturnas hacían creer á muchos en un
lo, al triunfo definitivo de la República en Francia. gran talento reconcentrado, que vivía una existencia
interior de grandes ideas. Bísmarck se dio cuenta
de que este silencio sólo ocultaba una incapacidad
IV aparatosa.
Con tales enemigos, el Maquíavelo prusiano no
La guerra de 1870 y el Imperio de Alemania creyó nunca necesaria una gran habilidad diplomáti-
ca. Los procedimientos más groseros le bastaron para
La incuria del segundo Imperio napoleónico había hacerlos caer en la trampa de su política, poniendo
puesto á Francia á merced del invasor. Sus represen- del lado suyo las apariencias del derecho.
tantes, confiados en el prestigio de la victoriosa leyen-
—Jamás— decía Bísmarck al coronel Stoffel, agre-
HISTORIA DE LA GUERR;^ EUROPEA DE 1914 291

gado militar de Francia en Berlín — desearemos nos- pruebas sorprendentes nuestros enemigos y de la cual
otros una guerra con los franceses. Para que esta nuestros generales y ministros no tenían ni siquiera
guerra fuese un hecho, sería necesario que vinierais sospecha. El menor pliegue del terreno, un sendero
vosotros á disparar vuestros fusiles contra Prusia á insignificante, un árbol, figuraban exactamente en la
quemarropa. carta, así como las aldeas, los molinos y las granjas.
Y el terrible gigante reía bondadosamente, como De este modo nada pudo escapar á las ásperas requi-
sifuese un apóstol de la paz. Lo que él no decía era sas de los prusianos, al mismo tiempo que estos cono-
que gracias á sus manejos los políticos mediocres del cimientos precisos facilitaban singularmente sus mo-
bonapartismo se encargarían imprudentemente de vimientos tácticos.»
hacer estos disparos, dando á Prusia la simpatía que Al empezar las hostilidades, el ejército francés se
acompaña siempre al componía de un total de
agredido. 240.000 hombres escasa-
Al iniciarse la guerra, mente. El ejército ale-
los militares franceses y mán entró en campaña
la crédula opinión popu- con 4.50.000 hombres, y
lar se mostraron confia- esta cifra fué elevándo-
dos en el mérito del fusil se rápidamente hasta
chassepot, superior al llagará 1.3.")0.G00 com-
fusil de aguja de los ale- batientes. En presencia
manes. Á esto se limita- de tan enorme superiori-
ban las ventajas fran- dad numérica, era una
cesas. En lo demás su precaución militar ele-
inferioridad era lamen- mental el no esparcir las
table. Todo les faltaba: fuerzas francesas, man-
cartuchos, municiones teniéndolas unidas para
de todas clases, medios oponer una masa com-
de transporte, víveres, pacta á los empujes del
hornos de campaña. En enemigo. Pero Napo-
cuanto á la artillería, león III, que nunca fué
era inferior á la alema- un estratega, que no
na tanto en el número tuvo de su glorioso ante-
como en el alcance. El cesor más que el nombre,

gobierno había podido y que se hallaba en ple-


adquirir dos años antes na decadencia al em-
cañones iguales á los prender la campaña, dio
de Krupp, pero Napo- la medida de su talento
león III, antiguo oficial militar esparciendo las
de artillería, los bahía fuerzas en una línea de
rehusíido soñando con centenares de kilóme-
algo mejor, sin querer tros, desde Thionville
aceptar nada definitivo, hasta el Hhin, de modo
hasta que le sorprendió los prusianos pudie-
que
la guerra. LA EMPERATRIZ EUGENIA
ron ir
destruyendo por
En la campaña de 1870 separado los diversos
losfranceses se batieron siempre en una proporción
cuerpos del ejército francés, uno tras otro, con todo
de uno contra tres, y en ciertos combates de uno con-
desahogo. Además, y esto fué lo más triste, cuando
tra cinco ó seis.
Nunca, en toda su historia, se vio por casualidad uno de los generales del Imperio se ha-
Francia menos preparada para la defensa. Bismarck llaba en situación de socorrer el cuerpo de ejército de
y ]\Ioltke, que estaban bien enterados de todo por el un compañero cercado por los alemanes, se mantenía
espionaje á su servicio, tenían prisa en dar el gol- inmóvil en sus posiciones. Estos caudillos, que habían
pe, antes de que el Imperio pensase en una reorgani- llevado en las Tullerías una existencia de cortesanos,
zación. llena de intrigas y de celos, se odiaban ocultamente,
«Mientras nuestros generales — dice un escritor buscando cada uno el propio éxito y la derrota del
francés— no tenían siíjuiera mapas del paísdonde se compañero, sin pensar para nada en la suerte del país.
desarrollaba la campaña, el último de los soldados El ejército francés se componía de ocho cuerpos,
prusianos guardaba en su mochila un indicador del mandados respectivamente por Jlac-Mahon, Frossard,
terreno, marcado escrupulosamente. Este fué el se- Bazaine, Ladmirault, Failly, Canrobert, Bourbaki y
creto de la ciencia geográfica de
que dieron tantas Douay.
292 VICENTE BLASCO 1BAÑE2

Los ocho cuerpos ñaña del 2 de Agos-


estaban en su puesto to, en presencia del
el 20 de Julio, y sólo emperador y de su
el 28 partió el em- hijo Luís, príncipe
perador de Saint- imperial.No había
Cloud para Metz.con en Sarrebruck más
objeto de tomar el que un batallón de
mandosupremo, dan- infantería prusiana
do el ejemplo de duda con tres escuadrones
y vacilación que si- de caballería y al-
guieron todos sus ge- gunos cañones. El
nerales. Este mando combate duró dos
supremo del empera- horas, apoderándose
dor no era más que los franceses del
una comedia políti- pueblo después de
ca.Napoleón estaba una viva resistencia
enfermo de muerte, de los alemanes, (jue
todos reconocían su al fin tuvieron que
impotencia para la huir.
MAC-MAHON dirección de la gue- Este combate, que FRCSSAKD

rra, pero debía mos- era un incidente de


trarse al frente de sus tropas con gestos de héroe, ya escasa importancia en una guerra moderna, fué pre-
que la guerra había sido buscada únicamente para sentado en París como una victoria imperial, digna
sostener el prestigio vacilante del Imperio. Tal situa- del primer Napoleón. Los periódicos bonapartistas
ción sirvió para que los generales extremasen aun publicaron emocionados un despacho de Napoleón III
más sus odios y sus envidias, queriendo cada uno ser á su esposa, en el que decía así: «Luis, nuestro hijo,
el verdadero jefe que lo dirigiera todo oculto detrás acaba de recibir el bautismo de fuego mostrando una
del emperador decadente que marchaba como un au- admirable serenidad... Las balas y las bombas caían
tómata, sin saber adonde ni por qué. á nuestros pies. Luís ha conservado una bala que
Frente á los ocho ejércitos franceses, los alema- cayó cerca de él. Muchos soldados lloraban al verle

nes, que tenían una enorme superioridad numérica, tan sereno.»


se formaron solamente en tres ejércitos: el El pueblo de París, burlón y enemigo del Imperio,
primero
mandado por el viejo general Steinmetz, elsegundo apodó desde entonces al príncipe imperial el niño de
por el príncipe
Federico-Carlos, y el tercero por el ¡a bala, riendo de los grandes extremos de admira-

príncipe real Federico de Prusia, hijo mayor de Gui- ción de los bonapartistas, que después del ataque de
llermo I. Un cuarto ejército á las órdenes del duque —
Sarrebruck mezquina acción de guerra en la que
de Mecklemburgo se quedó en Alemania para prote- sólo habían perdido los enemigos dos oficiales y 70
ger las costas, pues se decía que la armada francesa —
soldados declaraban con énfasis ridiculo á Napo-
anclada en Cherbur- león III y su hijo
go iba á operar en el «dignos del gran
Báltico. Pero la inac- nombre que Ueva-
ción de esta flotaper- bíin».
mitió poco después Pronto pusieron
al ejército de Meck- término los alema-
lemburgo unirse á nes á estas grotescas
las tres masas que fanfarronadas. El
habían invadido ejército francés es-
Francia. taba compuesto de
El 30 de .lulio, Na- valerosos soldados.
poleón III decidió to- Los mismos enemi-
mar la ofensiva en gos reconocieron sus
Alsacia y Lorena, magníficas condicio-
dando la orden al nes de combatientes.
general Frossard de En todos los encuen-
franquear el río Sa- tros fueron más con-
rre, apoderándose de siderables las pérdi-
Sarrebruck. El ata- das de los prusianos
LADMiRAiTLT que fué en la ma- que las de los fran- failly
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 293

ceses. Pero nunca se había visto un ejército peor diri-


gido. Muchas veces no hubo ni siquiera una mala
dirección. Las tropas se movian al azar, combatiendo
con un furor inútil el obstíículo que las encerraba y
oprimía. Los generales cambiaban de táctica á cada
momento ó permanecían inactivos, confiándose á la
fatalidad. Cuando en un arranque de heroica desespe-
ración los soldados franceses hacían retroceder al
enemigo, siempre les faltaba el refuerzo que consoli-
dase su conquista.
El o de Agosto la división Douay, al avanzar has-
ta Wissemburgo, se encontró aislada por culpa de
Mac-Mahon, que la había hecho ir sola hacia adelante
para enmascarar sus propios movimientos, creyendo
que los enemigos no estaban tan próximos. Una ava-
lancha de fuerzas aplastantes cayó sobre la división
francesa. Sus soldados se batieron uno contra ocho, y
el general Douay, abandonado por su jefe, tuvo que

improvisar la defen-
sa bajo el fuego del
enemigo. Un regi-
miento de «turcos»,
con el valor propio
de las tropas de Áfri-
ca, repelió al enemi-
go, apoderándose de
muchos cañones,
pero tuvo que reple-
garse abrumado por
la superioridad de
las fuerzas alema-
nas, cada vez más
numerosas al con-
centrarse en este
punto. El general
Douay cayó herido
de muerte, y su su-
cesor, el general Pe-
llo, tuvo que aban-
donar Wissemburgo
á los prusianos, abriéndose paso entre los enemigos
sin perder más que un cañón y 300 prisioneros.
El combate de Wissemburgo sirvió para demos-
trar el valor de los soldados y oficiales franceses y la
impericia desús altos directores, (¡uillermo I se la-
mentó de las grandes pérdidas que le había costado la
victoria, consolándose de ellas por las grandes venta-
jas que representaba la toma de Wissemburgo. Los
ejércitos prusianos penetraron en Alsacia, apoderán-
dose de los caminos de Estrasburgo y de Metz. Después
de esta primera victoria pudo verse claramente cuál
iba á ser el carácter de una guerra que los bonapar-

tistashablan titulado «la campaña del Rhin» y de


pronto se convertía en «la campaña de Francia». Iba
á empezar la invasión.
En veinticuatro horas, los franceses sufrieron dos
golpes irreparables. El t; de Agosto, dos días des-
pués de la sorpresa de Wissemburgo, el ejército pru-
294 VICENTE BLASCO IBANEZ
HISTORIA DE LA ÜUEiíWA EUROPEA DE 1914 296

influyendo en las decisiones del mando supremo, des-


orientando al Estado Mayor, que daba órdenes y con-
traórdenes, sin sostener decididamente una opinión
determinada. Al fin Mac-Mahon y su regio huésped
sucumbieron á las exigencias de la corte, y en vez de
mantenerse en Chalons cubriendo á París, empren-
dieron un avance por las Ardenas, sin saber con cer-
teza cuál era su objetivo, marchando ciegamente hacia
eldesastre final. Rodeado y empujado por las masas
prusianas, este ejército, tan valeroso como infeliz, fui'
á caer finalmente en la ratonera de Sedán, quedando
prisionero enmasa con el emperador.
La jornada de Sedán dejó á Francia sin ejército.
No quedalian más tropas que las de Metz, aisladas de
la nación por un estrecho bloqueo que Bazaine no
queria romper.
Esta gran catástrofe provocó la explosión popular
retardada por Eugenia y sus consejeros durante algu-
nos días. Al conocerse en París la vergüenza de Se-
dán el pueblo se sublevó, invadiendo la Cámara de
diputados. La emperatriz tuvo (|ue huir y la Hepúbli-
ca fué proclamada el 4 de Septiembre, constituyéndo-
se un Gobierno provisional con los diputados republi-
canos de París.
Cuarenta y cinco días de guerra habían bastado
para la destrucción de todo el ejército de Francia, la
muerte definitiva del Imperio y la instauración de la
República para siempre.

Después de la jornada de Sedán se creyó por un


momento que la guerra iba á cesar, (iuillermo I había
declarado solemnemente al iniciarse la campaña que
ésta iba dirigida solamente contra Napoleón y no con-
tra Francia; pero pronto desecharon los optimistas
tales ilusiones. Se mostró con ruda crudeza el pensa-
miento de Bismarck, deseoso de aplastar á ]->ancia
para que no pudiera
1^ ' .'.
oponerse al engran-
decimiento alemán,
dominador de Eu-
ropa.
Continuó la gue-

rra,y el Gobierno de
la República hizo
cuanto pudo para
sostener una lucha
(lue resultaba impo-
sible después de los
desastres provoca-
dos por el Imperio.
El deseo de salvar
cuando menos el ho-
nor nacional impulsó
á los gobernantes
populares á una lu-
cha desesperada en
la que todos recono-
296 VICENTE BLASCO IBANE2

GAMBBTTA SALIRNDO DE I'AKIS EN l'N IILOIiO ((;niI);Mlo (le la época)

fin por la gran superioridad numérica


gobierno republicano. Los 200.000 alemanes que al infructuosas al
mando del príncipe Federico-Carlos habían estado en- del enemigo y de su material de guerra, así como por
tretenidos en el bloqueo de Metz, pudieron al quedar
libres marchar hacia el Loire, aplastando con su fuer-

za superior esta última resistencia, que iba creciendo


de un modo inquietante para los invasores.
Gambetta, después de luchar con la imprevisión
sincera ó la jactancia inútil de algunos generales, ha-
bía encontrado un servidor apreciable de la defensa
patriótica en el general Chanzy, que demostró exce-
lentes condiciones de mando é hi/,o cuanto podía ha-
cer un buen estratega en esta situación desesperada y
con tropas de reciente improvisación. Varias veces
intentó romper las lineas enemigas pasando el Loire
para en auxilio de París. En algunas ocasiones con-
ir

siguió la victoria, especialmente el 9 de Octubre en la


batalla de Coulmiers, cuyos resultados brillantes obli-
garon á los alemanes á evacuar Orleáns y las posicio-
nes que ocupaban en sus alrededores, dejando '2.000
prisioneros en poder de los franceses. Esta victoria,
que era la primera de las tropas de Francia, produjo
gran impresión en toda Europa, y especialmente en
los alemanes, acostumbrados á triunfar siempre.
El gran esfuerzo de las tropas mandadas por el
principe Federico- Carlos imposibilitó al ejército del
Loire de continuar sus avances victoriosos para soco-
rrer á París. Chanzy obtuvo nuevos éxitos en varios
encuentros, así como los generales Bourbaki y Martín
des Fallieres, pero todas sus operaciones resultaron LKON GAMBBTTA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 297

la impericia ómala suerte del general Trochu, gober- ta compo-


nador de París, que nunca secundó á tiempo las ope- nerse de
raciones de los ejércitos que venian en su auxilio. 40.00ühom
Chanzy se vio batido y tuvo que retroceder hacia el bres y 90
Sur. Bourbaki, que le sucedió en el mando, empren- piezas de
dió en el Este una serie de operaciones bien ideadas artillería.

y acometidas vigorosamente para salvar la plaza de Deacueido


Belfort, que todavía resistía á los enemigos, pero to- con Bour-
das ellas fracasaron baki sostu-
por insuficiencia de voGaríbal-
los medios de comu- dí en Dijon
nicación, hasta que, un ataque
desesperado por la que duró
fatalidad, que pare- tres días y
cía salirle al paso en fué de los
sus empresas mejor más san-
combinadas, se sui- grientos de
cidó en Pontarlier el 1.a campa-
26 de Enero. ña. El ene-
Otro general que migo tuvo
no había nacido en que retro-
Francia obtuvo al- ceder con GAIUBALDI
gunos éxitos ruido- grandes
sos combatiendo á pérdidas, y
los alemanes en los las tropas jóvenes de Garibaldi conquistaron una de
departamentos del las dos banderas alemanas, trofeos únicos que pu-
Este. Fué Garibaldi, dieron alcanzar los franceses en toda la guerra.
que al proclamarse Un
general que desplegó notables talentos milita-
GENERAL FAIDHBRBE
la Repúblícaen Fran- res y administrativos fué Faidherbe, que había susti-
cia había corrido en tuido á Bourbaki en Normandía al pasar éste al ejér-
su auxilio al frente de unos 3.000 voluntarios italia- cito del Loire. El general Faidherbe consiguió con un
nos, españoles y de otras nacionalidades. El héroe pequeño ejército algunas victorias, siendo la más no-
olvidó que poco antes tenía que combatir en su suelo table la de Bapaume. Además resistió heroicamen-
natal con las tropas
francesas encargadas
de defender la monar-
quía del Papa. Una
bala de chassepot fran-
cés le había herido, de-
jándole lisiado para
siempre, cuando avan-
zaba al frente de sus
«blusas rojas» para
conquistar la Roma
pontificia. Pero esto ha-
bía sido la obra del Im-
perio de Napoleón III,
no del pueblo francés,
y al ver proclamada la
República, el anciano
héroe del latinismo em-
prendió su última aven-
tura ofreciendo su es-
pada y sus hombres al

gobierno republicano.
Gambetta le dio el man-
do de una división que
fué aumentándose bas- BATALLA DB BAPAUMB (De Dua cstamiia de la época
ST
298 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

teen San tra Napoleón y no contra Francia, los ministros repu-


Quintín, blicanos creyeron posible un arreglo honroso después
frente á to- de la caída del Imperio.
do el pri- El encargado de esta gestión fué el célebre abo-
mer ejérci- gado Julio Favre, vicepresidente del gobierno de la
to prusia- Defensa Nacional y ministro de Negocios Extran-
no. Á pesar jeros.
de las enor- París se mantenía libre aún en dicha fecha. Los
mes fuer- invasores no habían llegado á establecer por com-
zas que le pleto el cerco de la capital. Se cruzaron varios tele-
acosabany gramas entre Favre y Bismarck, conviniendo el lugar
de los rigo- de una entrevista. El ministro francés fué al encuen-
res del in- tro del diplomático enemigo, y los dos se reunieron en
vierno, ex- el castillode Ferriéres, propiedad del banquero Roths-
tremados child, artística mansióu situada en el departamento
hasta una de Sena y Marne.
temperatu- La entrevista de Ferriéres tuvo la importancia de
ra de 20 ba- un gran hecho histórico, marcándose en ella por pri-
jo O, Faid- mera vez, de un modo preciso, el infortunio que espe-
herbe supo raba á Francia y el implacable deseo de exterminio
JULIO FAVKB hacer fren- disimulado hasta entonces por Bismarck.
te, sin en- Julio Favre hizo el relato años después de esta en-
tregarse ni ser derrotado, hasta que le sorprendió la trevista en un libro, resumen de todos los trabajos del
noticia del armisticio precursor de la paz que el go- gobierno de la Defensa Nacional. El retrato que traza
bierno francés, trasladado á Burdeos, había ajustado de Bismarck es interesante y exacto.
con el enemigo por medio de Julio Favre, su ministro «Aun tengo ante mis ojos— dice el ilustre francés —
de Negocios Extranjeros. todos los incidentes de esta escena, y especialmente
Gambetta quería prolongar la resistencia cre- la imagen de mi temible interlocutor, que desempe-
yendo en la posibilidad de una victoria final con- ñaba el mejor papel y al que abordaba yo por primera
seguida á fuerza de tesón y con el auxilio del tiem- vez. Aunque tenía aproximadamente en aquel enton-

po. Sus compañeros no creyeron prudente llevar á ces 58 años, el conde de Bismarck parecía gozar de
un límite extremo los sacrificios de la nación. París, la plenitud de su vigor. Su alta estatura, su cabeza po-
famélico y agobiado por los rigores de un invierno derosa, su rostro fuertemente acentuado, le daban un
cruel, sólo podía prolongar
su resistencia con mucha di-
ficultad.
Iba á entrar otra vez en es-
cena el verdadero autor de
todo lo ocurrido, el conde de
Bismarck, que mientras Molt-
ke y sus generales prepara-
ban y ejecutaban las opera-
ciones militares permanecía
inactivo esperando la hora
decisiva de la cosecha.
Llegaba la paz, y con ella
la obra definitiva de su diplo-
macia brutal y arrolladora.

El 18 de Septiembre, pocos
días después de haber sido
proclamada la República, el
nuevo gobierno francés inten-
tó ponerse en comunicación
con el invasor. Como Guiller-
mo había afirmado solemne-
I
mente que la guerra era con- (Cuadro de Meissouier)
LA DBFBNÍJA DH PARtS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 299

aspecto imponente y duro, pero atenuado al mismo Este retrato de Bismarck lo hizo Favre después
tiempo por una simplicidad natural que en ocasiones de la paz definitiva, cuando él y el Canciller habían
llegaba á la bondad. Me recibió mostrándose cortés y llegado á un último acuerdo; pero la primera entre-
grave, sin afectación alguna. Asi que entablamos la vista en el castillo de Ferriéres fué dolorosa y terrible
conversación tomó un aire bondadoso y comunicativo, para el plenipotenciario de Francia.
conservándolo hasta las iiltimas palabras. Indudable- Favre esperaba que una vez suprimido el
.lulio

mente Bisraarck me consideró como un negociador Imperio podría conseguirse la paz mediante una in-
indigno demedirme con él, pero tuvo la cortesía de demnización pecuniaria á los vencedores por sus gas-
no dármelo á entender y hasta se mostró interesado tos militares. El mismo Favre, dos días después de pro-
por mi sinceridad. clamada la República, creyendo que Francia, recién
»Yo por mi parte desde las primeras palabras me salida de la nefasta influencia del Imperio, era capaz
di cuenta de la gran de realizar al ampa-
limpieza de sus ideas, ro de la nueva liber-
del vigor de su buen tad iguales milagros
sentido y de la origi- que en 1792, había
nalidad de su talento. lanzado en una circu-
También resultaba no- lar de estilo vibrante
table su carencia de esta heroica afirma-
pretensión y de orgu- ción: «No cederemos
llo. Le juzgué desde el al enemigo ni una pul-
primer momento como gada de nuestro terri-
un hombre político, torio ni una piedra de

superior á todo lo que nuestras fortalezas.»


se puede imaginar, no Al avistarse con Bis-
apreciando más que marck en Ferriéres,
las cosas reales, ocu- lo primero que le dijo
pado en buscar so- el estadista alemán
luciones positivas y fué que de acuerdo
prácticas c indiferen- con su augusto amo
te para toda idea que sólo consentiría la ne-
no condujese á un gociación de la paz
punto de vista útil. sobre la base de una
Después le he vuelto cesión de teritorio.
á encontrar muchas «Como yo insistiese
veces tratando juntos — dice Julio Favre —
numerosas cuestiones sobre el alcance y
de detalle, y siempre condiciones de tal ce-
lo he visto igual. El ENTREVISTA DB JULIO PAVRE CON BISMARCK sión, Bismarck con-
poder considerable (Dibujo lio la
testó rotundamente
época)
que ejerce no le infun- que la seguridad de su
de orgullo ni le proporciona ilusión, pero se cuida de país le exigía el quedarse con todos los territorios que
conservarlo y no oculta los grandes sacrificios que le sirviesen para garantizarla. Varias veces repitió: «Es-
cuesta el mantenerse en su alto puesto. Convencidísi- trasburgo es la llave de mi casa y debo tenerla en mi
mo de su mérito personal, desea continuar aplicán- poder.» Le invité á que fuese todavía más explícito,
dolo á la obra que ha hecho triunfar prodigiosamen- y me dijo que los dos departamentos del Alto-Rhin y
te, y si para esto se ve obligado á ir mucho más lejos Bajo-Rhín, asi como una parte del ]\Iosela, con Metz,
de lo que desea, se resigna con cierto fatalismo. A Chateau-Salíns y Soissons, le eran indispensables para
pesar de su serenidad es impresionable y nervioso y la seguridad de su país y no podía renunciar á ellos.»
muchas veces no puede contener los ímpetus de su El plenipotenciario republicano protestó contra
carácter. Yo he visto en él repulsiones c indulgencias estas condiciones deshonrosas, añadiendo que única-
que no puedo explicarme. Habla oído hablar mucho mente el pueblo francés era competente para tratar
de sus excesos de habilidad y sus facilidades para el sobre una cesión de territorio, lo que hacia necesaria
disimulo. Conmigo ha sido de una franqueza casi bru- la reunión de una Asamblea Nacional que discutiese

tal, pero nunca me ha engañado. Me ha ofendido mu- la fórmula de paz. La elección y reunión de dicha
chas veces, provocando mi indignación por sus exi- Asamblea exigía un armisticio. Bismarck se negó en
gencias y durezas, pero asi en las cosas grandes como el primer momento á acordar la suspensión de hosti-
en las pequeñas le he encontrado siempre recto y lidades, pero después de haber consultado con el rey
puntual.» (iuillermo declaró en una segunda entrevista que ea-
300 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

dividuos del Gobierno


que residían en París
sufriendo la presión in-
mediata de un pueblo
excitado por la inutili-
dad de sus esfuerzos, la
impericia de sus gene-
rales y las miserias de
un largo sitio, decidie-
ron tratar de nuevo con
elenemigo. Un consejo
de generales había de-
clarado que la resisten-
cia de la capital era ya

imposible. Julio Favre


recibió de sus colegas
la cruel misión de diri-

girse á Versalles, en
cuyo palacio se habia
instalado Guillermo I,
Crémieux E. Picaril Julio Favrc Trochu Doriaii Julio bimou Maguiu
General Fió Almirautc Flouriehon Gambetta para negociar la entre-
ga de París. Dos días
GOBIERNO DB DBFBQNSA NACIONAL
el 28de Enero,
después,
Francia entera, poseí-
taba dispuesto á firmar el armisticio siempre que le da de un inmenso estupor, y el gobierno de resisten-
entregasen como garantía las plazas de Estrasburgo, cia organizado por Gambetta, que aun creía posible
Toul y Falsburgo. Además, si la Asamblea se reunía la victoria, se enteraban de la caj)itulación de París,
en París debía ser entregado á los prusianos un fuerte firmada por Favre y Bismarck. En esta capitulación
que con su artillería dominase á la ciudad: el de quedaba convenido un armisticio de 21 días para con-
Mont-Valerlen ú otro semejante. Ante exigencias tan vocar las elecciones de una Asamblea Nacional, que
enormes, toda discusión se verificarían el 8 de Fe-
resultaba imposible. «Yo brero. Todos los fuertes

no podía más dice Julio debían quedar en poder
Favre — y hubo momen-
,
de los alemanes y una con-
tos en que temí caer al tribución de guerra de
suelo desfallecido. Oculté 200 millones sería pagada
algunas veces el rostro por el vecindario á los 16
para devorar las lágrimas dias del armisticio. Los

que me ahogaban, y ex- regimientos de línea y los


cusándome por esta debi- batallones de móviles que
lidad involuntaria, medes formaban la guarnición,
pedí del Canciller.» quedaban prisioneros de
Después de esta entre- guerra. Todo lo que Favre
vista, el gobierno de la pudo conseguir fué que la
Defensa Nacional, irrita- Guardia Nacional conser-
do por las inadmisibles vase sus armas para el
proposiciones, continuó la mantenimiento del orden.
guerra. Eáta concesión de Bis-
Ya hemos visto cómo se marck ocultaba tal vez un
desarrolló ésta, entre maligno deseo de compli-
heroísmos infructíferos, car el infortunio de Fran-
torpezas é inexperiencias, cia, teniendo en cuenta el
producto del desarreglo estado de justa irritación
general en que vivía en que vivía el pueblo de
Francia después de la ca- París. Favre, que casi
tástrofe provocada por el admitió como un lenitivo
Imperio. á la crueldad de la ca-
lA A.SAMBLBA NACIONAL PB BliRDEOS
Á fines de Enero, los in- (Gialmrlo do la época) pitulación este manteni-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 201

miento de la Guardia
Nacional sobre las ar-
mas, tuvo que deplorar-
lo amargamente meses

después, «pidiendo per-


dón á Dios y á los hom-
bres» por tal iniciativa.
La Guardia Nacional
fué la que proclamó la
Commune y sus trági-
cas escenas de deses-
peración.
La Asamblea se re-
unió en Burdeos el 13
de Febrero, y luego de
entregar el gobierno
nacioníil en manos de
los representantes del

país los poderes de que


había dispuesto Favre,
ÜNO DE LOS BASTIONES DE PARÍS DURANTE EL SITIO
se trasladó á Versalles
(Cuadro de Guiaud y Laporte)
para negociar una pro-
longación del armisticio que resultaba necesaria. ees, como intimidado por el carácter implacable que
Thíers, nombrado jefe del poder ejecutivo por la Asam- infundían á su obra los altos ejecutores inmediatos
blea, mantuvo á Favre en el ministerio de Negocios áél.
Extranjeros para que siguiese negociando la paz. Moltke y su Estado llayor eran de una crueldad
A pesar de la victoria completa de los alemanes, fría y ciega, que sublevaba muchas veces á este gran
las pretensiones de Bismarck fueron aminorándose en impulsivo de genial veleidosidad. Durante el sitio de
comparación con las que había expuesto durante la París creyó en muchas ocasiones que las tropas alema-
entrevista de Ferriéres. Las tropas victoriosas expe- nas iban demasiado lejos al bloquear completamente
rimentaban las consecuencias de una ruda campaña. la capital y someter sus habitantes á los tormentos del
Comenzaban á cebarse en ellas las enfermedades. Por —
hambre. «Me temo decía al rev Guillermo un desen- —
otra parte la resistencia de los ejércitos organizados
por Gambelta amenazaba con prolongar la guerra en
el Sur de Francia, lejos de las bases de operaciones

de los invasores.
El 26 de Febrero Thiers y Favre llegaron á un
acuerdo con Bismarck firmando las condiciones pre-
liminares de la paz. Éstas resultaban duras, creando
entre ambas naciones un odio inextinguible que con el
curso del tiempo había de originar fatalmente una
nueva guerra. Por este convenio Francia se veía obli-
gada á ceder á Prusia los departamentos del Alto-
Rhin y Bajo-Rhin, ó sea las provincias de Alsacia y
Lorena. Además debía satisfacer una indemnización
de G.OOO millones de francos, permaneciendo las tropas
alemanas en su territorio hasta el pago completo de
tan enorme cantidad.
Favre fué el encargado de reglamentar todos los
detalles necesarios para el tratado definitivo, prolon-
gándose esta discusión, delicada y laboriosa por las
continuas exigencias de los vencedores, hasta el 10 de
Mayo de 1871, fecha del famoso tratado susciito en
Francfort que abrió una herida incurable en la digni-
dad nacional de Francia.
a

A
pesar de la dureza con que el Canciller llevaba á KI, ARMISTICIO
cabo la realización de sus planes, fluctuó muchas ve- (Caricatura de la época, por Daomier)
302 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

BL FUBRTB DB VANVBS AL DlA. SIGÜIBNTB DEL ARMISTICIO

lace que va á sobrepasar en furores y desastres lo No hay que


creer por esto que el Canciller defen-
que nos cuentan los historiadores de la toma de Je- dió procedimientos humanitarios. Preconizaba,
los
rusalén. Muchos centenares de miles de habitantes como sus colegas, las ventajas de una guerra impla-
pueden perecer en los horrores del hambre ó en un cable, diciendo que no era por fría crueldad, sino por
vasto incendio, y Vuestra Majestad será responsable terminarla cuanto antes, aminorando de tal modo sus
ante la Historia de esta gran catástrofe.» Bismarck horrores. En lo que difería radicalmente de los gene-
daba á entender con tales palabras su perfecto cono- rales alemanes, y especialmente de Guillermo I, era en
cimiento del estado de espíritu del pueblo de París y el odio á Francia. El rey y muchos principes, protes-

lo que era capaz de hacer en su desesperación. La tantes, fanáticos, pietistas de cruel religiosidad, de-
debilidad del gobierno al entregar la capital ines- seaban el exterminio completo del pueblo francés, in-

peradamente, evitó esta catástrofe heroica, pero me- ventor de novedades revolucionarias. Había que des-
ses después la guerra civil exterminadora y los in- truir á París, «ciudad del pecado: Babilonia impura».
cendios y matanzas de la Commune demostraron la Bismarck se opuso á este odio, reconociendo la nece-
certeza de los vaticinios de Bismarck. sidad de que subsistiese el pueblo francés y no viendo
en la guerra otro resultado positivo que
el de conquistar garantías para la tran-
quilidad futura de Alemania.
«Yo admito— decía Bismarck la ne-—
cesidad de humillar á Francia, de dis-
minuir sus recursos y sobre todo de que
nos garanticemos sólidamente contra sus
futuras agresiones y contra su interven-
ción en nuestros asuntos interiores; pero
no creo que pueda sernos útil el arruinar-
la, empujando su pueblo á la desespera-
ción. Esta guerra debe tener un final, y
cuando este final llegue, nos veremos
obligados á adoptar un modus vivendi
con el pueblo francés, para hacer el co-
mercio con él y restablecer un sinnúmero
de relaciones que son indispensables en
la vida de las naciones civilizadas y que
ahora están rotas temporalmente por la
guerra.
»Es preciso que tomemos París, é in-
DL PÜBRTB DB ISSY AL PIRMAR8B BL ARMISTICIO dudablemente lo tomaremos; pero una
(Fots, (le la época) vcz obtenido cstc triuufo, hay que hacer
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 «)3

la paz cuanto antes, y


si es posible con unas
condiciones que parez-
can justas y aceptables
al mundo civilizado.
Nosotros no debemos
extraer una ventaja ilí-
cita de nuestra fuerza

superior, convirtiendo
un castigo merecido en
una venganza sin mi-
sericordia. Reconozco
que debemos reembol-
sarnos de nuestros gas-
tos de guerra hasta el
último céntimo, pero
arruinar á Francia no
me parece que sea el
medio más edecuado
para recobrar nuestro
dinero. Que nuestros
éxitos no nos cieguen. ENTRADA DE LOS PKIMBROS CONVOYES DE viVHRBS BN PARÍS DESPUÉS DEL ARMISTICIO
Nosotros no podemos
anexionarnos á Francia, ni tenemos el derecho de pro- apoderado de París debemos ayudarlos para que sur-
ceder contra ella más allá de cierto límite. Arregle- jan de su mala situación, en vez de abandonarlos
mos nuestros asuntos con Francia de manera que, du- como quieren algunos para que cada vez se hundan
rante un largo período, podamos ocuparnos única- más en el fango. De este modo saldremos de la lucha
mente de nuestra organización interior. Acabemos con un verdadero honor y un engrandecimiento de
con presente estado de cosas, que es molesto y ter-
el gloria. Ninguna nación nos señalará con el dedo como
minará por ser insoportable. Las guerras largas no merecedores de reproche.»
están en armonía con el carácter alemán y con nues- Estas ideas juiciosas de Bismarck facilitaron las
tro sistema militar. Procuremos no empobrecer exa- negociaciones de paz en Versalles con Thiers y Favre.
geradamente á los demás, para que no caigan sobre El Canciller se mostró menos exigente que en Ferrié-
nosotros idénticos males con un carácter incurable. res, pero á pesar de esto sólo concedió la paz, como
Los franceses han sufrido terriblemente en sus intere- ya hemos dicho, á cambio de dos provincias y de
ses materiales y en su prestigio. Cuando nos hayamos 6.000 millones.

BL MBRCADO OBNTBAL DB PARÍS AL LLBOAK LOS PRIHBROS TlVBRBS (Grabados de la ¿poca)


«M VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Partidario ferviente del sistema monárquico, la logo, el Canciller se hizo llamar por un oficial con pre-
caída de Napoleón III le produjo una gran tristeza. texto de asuntos urgentes, dejando al soberano francés
Su deseo hubiese sido mantener al emperador en el con los generales del Estado Mayor alemán, para que
trono, después de haberlo humillado con la derrota. éstos pudieran imponerle sus duras exigencias de ven-

Según él, la paz debía haberse hecho al día siguiente cedores. Con esto buscaba no hacerse antipático al
de Sedán, y juzgó como «imbécil» á Napoleón III por- emperador caido, conservando su buena amistad para
que no quiso entregarse á su dirección luego del de- un arreglo futuro. Al mismo tiempo mantenía relacio-
sastre. Él le hubiera devuelto los dos ejércitos france- nes con los emisarios de la emperatriz. Pero la pro-
ses que cayeron prisioneros, para que con su apoyo clamación de la República en 4 de Septiembre, la
asegurase la vida del Imperio empequeñecido y derro- adhesión de toda Francia al gobierno de la Defensa
tado, sometiendo á los revolucionarios de París. Na- Nacional y el entusiasmo popular por la continuación
poleón, escarmentado tras del desastre, y sostenido en de la guerra, así como la resistencia de París, anula-
el tronopor el apoyo alemán contra la opinión repu- ron sus planes en favor del sostenimiento del Imperio.
blicana del país, representaba la sumisión completa Bismarck, como todos los hombres de acción pode-
de Francia. Muerto el Imperio podían triunfar dos rosa y vida intensa, mostró numerosas contradiccio-
nes en sus actos y sus pensamien-
tos. Defendió la suerte de Francia
contra los bárbaros ilustrados del
Estado Mayor que soñaban con el
arrasamiento y la muerte de toda
una nación, lo mismo que en los
tiempos de Atila. Reconoció los
grandes servicios prestados por el
pueblo francés á la causa de la ci-
vilización, envidiando muchas de
sus condiciones y deseándolas para
su país; pero al mismo tiempo emi-
tió lasexpresiones más injustas y
crueles sobre su valor moral. Fran-
cia era, según él, «una nación de
ceros, un rebaño de millones de ca-
fres obedientes». Otras veces decía:
«Rascad el francés y encontraréis
al turco.» El Canciller, antiguo par-
tidario del absolutismo, que había
NAPOLEÓN III PRISIONERO EN EL CASTILLO DB WILHEMSHOHE mantenido á su país en servil obe-
diencia y deseaba sostener el trono
formas de gobierno: la monarquía de los Borbones, de Napoleón, echaba en cara á los franceses, como
que por afirmar su popularidad procuraría organizar un defecto irremediable, la paciencia con que habían
una guerra de «revancha», ó la República, que según aguantado durante veinte años el régimen imperial.
las ideas del Canciller, iba á representar un foco de Su odio á Francia y su entusiasmo por la superio-
contagio revolucionario en mitad de Europa. ridad germánica, pretendía tomar cierto carácter cien-
Por esto cuando el emperador después de la catás- tífico inventando una teoría histórica falsa y apara-

trofe de Sedán se entregó prisionero, avanzando por tosa, semejante á las que en nuestros días han lanzado
el camino solitario de Djnchery sin más acompaña- los profesores y tratadistas militares de Alemania,
miento que el de algunos oficiales que mostraban una para justificar laguerra de 1914 y la soñada domina-
trágica gravedad, el Canciller salió á su encuentro, ción de su país sobre el mundo entero.
tratándolo con las mismas consideraciones de respeto Según Bismarck, los germanos eran la aristocracia
que había tributado al visitarlo en su palacio de las
le enérgica de la humanidad y los celtas de una molicie
Tullerias. A caballo, con el vistoso uniforme de gala femenina que los condenaba fatalmente á ser esclavos
de los coraceros blancos, y al frente de un escuadrón de los otros. Francia había sido fuerte mientras vivió
de este cuerpo distinguido, escoltó al emperador tri- bajo el régimen feudal y absolutista, que era de esen-
butándole todos los honores de una majestad que de- cia germánica. Luego con la Revolución habían triun-
seaba conservar. Luego, cuando Napoleón en su alo- fado los celtas sobre el elemento germánico, y elpue-
jamiento momentáneo tuvo que discutir con los repre- blo francés no era más que un polvo de hombres, sin
sentantes del rey de Prusia las condiciones de su cohesión alguna, tumultuoso y que al menor soplo se
rendición, que iban á ser muy crueles, Bismarck pro- levantaba en torbellinos malsanos y revolucionarios
curó no estar presente. Apenas había empezado el diá- para volver á caer inerte pasada la tormenta.
EN UN TEA

Mientras los fieles se entregan á sus oraciones, los solJíi


LO BELGA

IH

í
»s descansan después de haberse batido con el invasor
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 305

lA UBIíOICA CARGA DE I.OS C0UACBR08 FRANCESES BN LA BATALLA DB REZONVILLE


(Ciiailro de Morot. Museo del Luxomburgo)

Esta teoría, falsa y gratuita en sus consecuencias, ses, sistemáticamente, aunque perteneciesen al ejér-
y que además Haqueaba por su base al no ser todos cito regular.
los alemanes germanos ni todos los franceses cel- Se valió de la mentira y la calumnia contra el
tas, la habían propalado en el mundo los periódicos enemigo, siguiendo en esto la tradición prusiana del
al servicio de Bismarck, pretendiendo dar un carác- escéptico Federico II, que han empleado también en
ter científico á la guerra de crueldades realizada en la guerra presente los periodistas y generales de la
Francia. Alemania de 1914.
Otra contradicción de este genio bárbaro se mos- Según Bismarck, los franceses habían usado en
tró en sus sentimientos y apreciaciones ante los ho- la batalla de Wcerth balas explosivas y los proyec-
rrores de la lucha. Unas veces sentía vibrar su sensi- tiles de las ametralladoras estaban cubiertos de un

bilidad ante el doloroso espectáculo de los campos de barniz venenoso.


batalla. En otras ocasiones mostraba una dura indife- Los médicos sonrieron ante las apreciaciones del
rencia, más terrible que la de los
militares profesionales. Durante la
campaña de Francia, los peligros
de que se vio amenazado excitaron
su carácter irascible. La duración
de la guerra iba más allá de sus
cálculos. Además, en el anochecer
del 18 de Agosto, después de la
derrota prusiana de Gravelotte, se
vio próximo á caer prisionero de la
infantería francesa mientras abre-
vaba su caballo, y este recuerdo se
mantuvo vivo siempre, lastimando
su orgullo. También sus hijos ha-
blan escapado milagrosamente con
vida de una carga mortífera en la
batalla de Rezonville.
En ciertos momentos mostró una
crueldad diabólica, declarando que
los alemanes hacían demasiados

prisioneros y que no había por qué Fl'.SlLAMlBNTl) DE lATRlOTAS FRANCBSBS BN IfSTU


dar cuartel á los soldados france- (Cuadro de Baader)
S8
306 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Canciller, pero no por esto dejaron de ser propala- deo de la capital. La corte prusiana, influenciada por
das, con la mayor seriedad, por los periódicos á sus la reina, y todo el Estado Mayor, se resistieron duran-

órdenes. te algún tiempo. Esta resistencia enfrió momentánea-


La resistencia armada de la población civil exci- mente las antiguas relaciones amistosas de Moltke y
taba su cólera hasta el paroxismo. Este gran patriota Bismarck. Moltke dudaba de poder incendiar eficaz-
alemán sólo admitía que los hombres pudiesen com- mente el inmenso París. El Canciller se enfureció
batir por su país vistiendo uniforme. El voluntario ante sus razonamientos técnicos, pues deseaba en los
y el guerrillero provocaban su indignación y su ansia momentos de cólera «extirpar del suelo á la ciudad fa-
de exterminio, cual si fuesen bestias feroces. En toda bricante de revoluciones».
la guerra de 1870, el enemigo más odioso para él y En ciertos días era místico como su augusto amo,
para Moltke fué Garibal- dando á sus actos más crue-
di. Este caudillo popular les y sus deseos más furi-
que se permitía hacer la bundos una unción religio-
guerra y medirse con ellos sa. La guerra contra Fran-
sin ser un profesional, re- cia era según él «un juicio
presentaba un absurdo irri- de Dios», y los triunfos
tante. Su más ferviente estratégicos de Moltke los
deseo fué poder fusilarlo aceptaba como bondades
para que no tuviese imita- del Señor «que había que
dores. agradecer humildemente,
Al entrar Bismarck en pues quería legitimar con
Bazeilles después de la vic- ellas la victoria».
toria de Sedán, lanzó bro- En las cartas á su es-
mas atroces sobre el «olor posa dándole cuenta de los
de cebollas fritas» que sa- progresos alemanes, inter-
lía de las casas incendia- calaba párrafos de la Bi-
das, donde se carbonizaban blia y piadosos versos de
los cadáveres de muchos los hermanos moravos.
habitantes del pueblo des- Por su parte, la condesa
pués de ser fusilados. de Bismarck le contestaba
En el sitio de algunas po- desde los dominios de Var-
blaciones censuró á deter- zin con citas de salmos y
minados generales porque otras frases escogidas en
cesaban de bombardearlas los pasajes más duros y

apenas habían izado ban- crueles de los libros sa-


dera blanca. grados.
Los francotiradores fran- Había que arrasar «á
ceses hostilizaban al ene- Babilonia, la ciudad del pe-
migo, lo mismo que los cado». Babilonia era París.
BISMARCK BN 1870
guerrilleros alemanes lo Después de Sedán, la con-
habían hecho en 1813 con- desa encontró este gran
(Retrato del célebre piutor alemán Leubach, amigo iutimo del Cauciller)

tra Napoleón. El Canciller acontecimiento anunciado


reconocía la semejanza de los procedimientos; su pa- en la Biblia: «Los malvados serán confundidos.»
dre, Fernando de Bismarck, se había distinguido como De pronto con radical contradicción,
el Canciller,

organizador de cuerpos francos en la mencionada se expresaba, como ya hemos


visto, con un lenguaje
campaña, y sin embargo sentía una furiosa indigna- juicioso y favorable á Francia.
ción cuando los prisioneros de carácter civil no eran
fusilados en el acto.
Elogiaba públicamente á las tropas de Baviera La naciente República sólo merecía su desdén, tra-
por ser propensas á la matanza de los prisioneros. tando á sus representantes con una ironía cruel. .Ju-
Cuando encontraba en un camino un grupo de cauti- lio Favre era el tipo perfecto de los oradores parla-

vos, el terrible personaje salía de su majestuoso silen- mentarios que excitaban su odio y con los que había
cio para dirigirles crueles arengas: «Sois unos asesi- tenido que luchar rudamente en la Cámara prusiana.
nos. Vais á ser ahorcados inmediatamente.» La elocuencia patética y austera del tribuno francés
Durante el sitio de París quiso que las tropas tira- atrajo su pesada burla.
sen sobre los famélicos que salían de la ciudad para Bismarck, después de las entrevistas de Ferriéres,
extraer de bajo de la nieve las patatas abandonadas se rió del justo dolor de este patriota que no había
en los campos. El fué el primero en pedir el bombar- podido contener sus lágrimas y su desfallecimiento al
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 307

enterarse por primera vez de las tremendas exigen- financieras, quedó indeciso y vacilante por largo
cias de los vencedores. Según decía el Canciller ásus tiempo para determinar una cifra posible. Consultó á
Íntimos, valiéndose de una exageración de mal gusto, varios financieros judíos de Berlín, y éstos, después
Favre se había presentado ante él con la cara pintada de un estudio rápido de los establecimientos bancarios
de blanco y verde para simular el dolor patriótico. Al de París, le aconsejaron la mencionada cantidad, pero
tratar de nuevo con el ministro francés en Versalles, afirmando que se necesitaría un buen número de años
se divirtió felicitándole por haber engrosado durante para poder reuniría y entregarla.
— —
«Es sin duda dijo la carne de caballo.» Y
el sitio. Ue todos los políticos franceses el que inspiró ma-
después de esta burla poco noble de la misera alimen- yor confianza á Bismarck para este trabajo de reco-
tación de los defensores de París, se dedicó á descon- lección de fondos fué Thiers. El Canciller le dio toda
certar al elocuente tribuno, clase de facilidades para
que era un hombre grave su obra.
é ingenuo, entablando con- Al proclamarse la Com-
versaciones de carácter mi- mune separándose París
litar para darsegusto deel del gobierno de Thiers,
que se embrollase, confun- proporcionó á éste un ejér-
diendo las nociones más cito contra la revolución,

simples de contra-escarpa, entregándole todas las tro-


bastión, rebellín, etc. pas francesas prisioneras
Otras veces le daba con- en Alemania.
sejos meñstofélicos sobre (!on esto aseguraba el
la mejor manera de gober- pago de la indemnización,
nar á París, sometiendo á se daba el placer de con-
los elementos anárquicos. templar cómo se extermi-
«Provocad un motín por naban los franceses en una
medio de vuestros agentes lucha feroz, más terrible
— decia — , aprovechando aún que la guerra recien-
que todavía tenéis un ejér- te, y contribuía además á
cito y aplastad á los revol- la extinción del foco de
tosos.» ideas revolucionarias la-
Estas paradojas del im- tente en París,
ponente personaje, expues- La trágica aventura de
tas con un humorismo de laCommune, en la que in-
estudiante, sorprendían al Huyeron ocultamente los
austero abogado, poco dis- manejos de Bismarck, asi

puesto á la broma, descon- como la sangrienta repre-

certándolo, mientras el gi- sión de Thiers y el movi-


gante reía interiormente. miento reaccionario que so-
Cuando Thiers pudo unir- brevino luego, como una
se á Favre en las negocia- th iRs consecuencia lógica retra-
ciones de Versalles, cambió saron efectivamente por
la situación.Bismarck se puso en guardia ante este toda una generación el desarrollo democrático de
meridional práctico y sereno, apreciando desde his Francia, temido por el Canciller.
primeras palabras su ágil inteligencia y su cortés y Si éste no intervino directamente en el drama de
tortuoso escepticismo. Además, Thiers era un histo- la Commune, haciendo avanzar las tropas alemanas
riador cuyos libros había saboreado Bismarck, un contra las barricadas de París, fué porque los insu-
artístico fabricante de la leyenda napoleónica, y el rrectos, en medio de su desesperación y sus errores,
Canciller mostró con él cierta coquetería para ga- se mostraron siempre de una notable probidad en todo
narse su afecto, por lo que pudiera escribir en lo fu- lo referente al dinero, respetando y guardando los
turo. valiosos depósitos del Banco de Francia y otros esta-
Una consideración de orden material unió además blecimientos financieros, üe permitirse la más peque-
á los dos hombres, imponiendo á Bismarck un firme ña iniciativa en la disposición de la fortuna pública,
sentimiento de respeto. Francia debía pagar como in- Bismarck habría intervenido inmediatamente, consi-
demnización la enorme cantidad de (Í.OOO millones, y derando en peligro los tesoros que se amasaban para
esta suma sólo podía reuniríaun gobierno sólidamente ser entregados á su país.
sostenido. Thiers, contra todos los cálculos, pudo acelerar la
Al tener que exigir una indemnización á los ven- entrega de la indemnización haciéndola efectiva en
cidos, Bismarck, que no se sentía fuerte en cuestiones un plazo menos largo que el supuesto por los financie-
308 VICENTE BLASCO IBANEZ

mania y Francia y para la paz y


el equilibrio de Europa fué la ane-

xión de las dos provincias, Alsacia


y Lorena.
Los 6.000 millones representa-
ban un costoso sacrificio de la for-
tuna francesa, pero podían ser olvi-
dados por las nuevas generaciones
que no habían tenido que contri-
buir al desembolso. Lo que resultó
intolerable, creando un verdadero
abismo entre los dos paises, fué la
anexión de las dos dichas provin-
cias, equivalente á una herida siem-
pre abierta en la dignidad nacional.
Alemania, engrandecida por su
ruidosa victoria, no necesitaba nue-
vos territorios. El desmembramien-
to de Francia apareció como un
duro capricho de triunfador deseo-
so de recordar á todas horas á los
vencidos su derrota y au inferiori-
dad.
La prueba de que este desmem-
bramiento representaba un gran
error para lo futuro la dieron los
hombres más notables de Alemania
en aquella época y el mismo Bis-
PROCLAMACIÓN DE LA COMJICNB
marck, que se excusó inmediata-
mente de ser el autor del hecho.
roa alemanes. En tres años quedaron pagados los 6.000 El Canciller reconocía como una grave falta haber
millones, y las tropas invasoras fueron abandonando reclamado Metz y la Lorena, que eran franceaea por
el territorio así como el gobierno de Berlín recibió las su historia. En cuanto á la Alsacia y su capital Es-
remesas. A los pocos días de haberse entregado la úl- trasburgo tampoco se mostraba satisfecho de que pa-
tima cantidad y transpuesto la nueva frontera fran- sasen á ser de Alemania, á pesar de que los profesores
cesa el último soldado alemán, Thiers cayó del poder, de su país ensalzaban este acto como una justa reivin-
cumplida ya la misión que le había valido el
apoyo de Bismarck.
Los 6.000 millonea atravesaron Alemania
como una de esas inundaciones impetuosas y
momentáneas que lo arrollan y lo conmueven
todo sin dejar rastro de su paso á las pocas ho-
ras. El colosal aporte de dinero más bien sir-
vió para desmoralizar y empobrecer al país,
comprometiéndolo años después en una criaia
aguda.
Fné semejante al oro de América que duran-
te tres siglos atravesó España como un torrente

venenoso, sumiéndola en mortal decadencia.


Pero Bismarck y su pueblo, después de su-
frir los efectos intoxicantes de una fortuna re-

pentina, supieron reponerse y aalir de la cri-


sis, creando con las iniciativas económicas una
nueva y sólida grandeza.

El error más irreparable del tratado de BARRICADAS BN LA PLAZA DEL HOTBL DB VILLB
Francfort para las futuras relaciones de Ale- (Grabailos Je la época)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 309

INCENDIO DB LAS TULLBBIAS

dicación por considerar á sus habitantes de raza ger- dos, á guisa de castigo. «Voy — me repetía incesante-
mánica. mente — á ejercer la justicia de Dios.» Y yo acabé por
Á mediados de Agosto de 1871, poco después de contestarle: «Vale más que Su Majestad deje á Dios
haberse firmado el tratado de Francfort, Bismarck ejercer su justicia por sí mismo, tranquilamente.»

decía en ]5erlin al encargado de negocios de Francia: Desde el primer momento se dio cuenta Bismarck
— No me hago ilusiones sobre el porvenir. Resulta del peligro que representaba esta anexión de las dos

ilógicohaberos tomado Metz, que es francés; pero ne- provincias para la paz del Imperio. .lamas olvidaría
cesidades imperiosas nos han obligado á guardarlo. Francia su derrota después de este desmembramien-
El Estado Mayor ha declarado: «lletz es una fortaleza to. Seria inútil cuanto se hiciese en el porvenir para

en la cual podemos meter cien mil hombres», y por restablecer las buenas relaciones entre ambos pue-
esto hemos tenido que quedarnos con ella. Lo mismo blos. Los mejores propósitos se desvanecerían al vol-

puede decirse de toda la Alsacia y toda la Lorena. Es ver la vista á las dos provincias esclavizadas, testi-
una falta que hemos cometido al apoderarnos de las monio viviente de un desastre inolvidable.
dos provincias, si es que la paz debe ser durable. Para El célebre compositor Ricardo Wágner, panegi-
nosotros estas provincias serán una
dificultad.
El Canciller dio á entender luego
en diversas ocasiones que la ane-
xión era obra del emperador Gui-
llermo y del Estado IMayor y que él
se había opuesto sin éxito alguno.
Guillermo I, protestante fanático
que creía interpretar en todos sus
actos la voluntad de Dios y como
hombre no tuvo otro defecto que
cierta afición á los placeres de la
bebida, mostraba un carácter im-
placable y cruelmente frió en el
momento de la victoria.
Bismarck hizo público cómo des-
pués de Sadowa tuvo que recomen-
darle bondad y tolerancia con el
imperio austríaco y los príncipes
alemanes que se habían declarado
contra Prusia. «Mi gracioso amo
—dijo —
había decidido
el (Canciller

quitar un pedazo de territorio á RKOS COMUNISTA.S BN RL, CAMI'AMHINTO DB VBR.SALLE.S


cada uno de los príncipes derrota- (Grabados de la época)
310 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

peor y más imbécil de los crímenes. Con la alegría en


el corazón, lo mismo que una bestia y abusando des-
caradamente de la fuerza, ha quitado á Francia Es-
trasburgo y Metz. ¡Por cuántos siglos ha abierto un
abismo entre dos naciones que se necesitan mutua-
mente y que se acostumbrarán á odiarse, en vez de
tenderse las manos para trabajar juntas por el pro-
greso de la humanidad!...
Otro artista célebre de Alemania, el pintor Len-
bach, que fué amigo intimo del Canciller é hizo su me-
jor retrato, protestó al enterarse de estas palabras
del poeta-único. Lenbach se preciaba de conocer
como nadie los pensamientos y propósitos de su pode-
roso amigo.
— Wágner se engaña
— dijo el pintor
— ;
Bismarck
no quiso nunca la anexión de la Lorena y la Alsacia
al Imperio germánico. Es Moltke quien la ha exigido
en nombre de los intereses militares. Bismarck se re-
sistió á la anexión mientras pudo, pero al fin tuvo que
ceder ante la voluntad del emperador Guillermo, que
era partidario igualmente de ella. Esta es la verdad.
PRUSIA V LA ANEXIÓN DB ALSACIA Así debió ser. El gran ministro era demasiado cla-
{Caricatura de la época, por Cliam) rividente en los negocios de Estado para no darse cuen-
ta de que con esta anexión, verdaderamente innecesa-
rista de la gloria alemana, hasta justificar sus mayo- ría, elnuevo Imperio alemán se creaba un enemigo
res excesos, no pudo sin embargo ocultar el desagra- implacable, preparando una guerra en el porvenir,
do que le produjo esta anexión. Pero el victorioso Estado Mayor tal vez preconizó
— Bismarck— dijo Wágner — acaba de cometer el el desmembramiento de Francia por este mismo mo-

ASAMBLEA NACIONAL FRANCESA PAlíA RATIFICAR EL TRATADO DK PAZ {Graliado de la época)


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191-1 311

tivo. —
«La guerra según la frase célebre de

Mirabeau es la primera industria de los pru-
sianos.» Los generales de Alemania pensaban
volver á caer dentro de breves años sobre la
rica Francia. Era para ellos como una vaca
lechera de pródigas ubres. Había que dejar
que se robusteciese en la calma de la paz para
ordeñarla otra vez antes de que pudiera de-
fenderse. Al apreciar Moltke la importancia es-
tratégica de Estrasburgo y Metz, habia dicho:
«Son dos pistolas apuntadas á las sienes de
Francia y que la mantienen á merced del Im-
perio.»
La soberbia de los triunfadores pudo más
que la previsión de Bisraarck. La guerra que-
dó latente en Europa por no haber prevalecí
do las opiniones del Canciller.
Austria, atropellada y derrotada en Sa-
dowa, pudo olvidar y aliarse con su anti-
guo vencedor. La prudencia de Bismarck.
que evitó en ISGij las desmembraciones de
territorio con que quería castigar (Tuiiler-
mo I al enemigo, hicieron posible una alian
za futura.
En Francia no triunfaron estos procedi-
mientos humanos, y la paz sólo fué una tre-
gua deshonrosa para el vencido; un largo pa-
réntesis que habia de terminar forzosamente
con una nueva guerra.

De toda la campaña de Francia lo más


ILUMINACIONBS EN BERLÍN CON MOTIVO DEL TRATADO PRELIMINAR
trascendental para la obra de Bismarck fué
DE LA PAZ (Gralwdo (le la época)
la creación del Imperio germánico.
Diez días antes de la rendición de París, el 18 de bárbaro y romántico que recordó el entronizamiento
Knero de 1871, el viejo rey (Tuillermo fué proclamado de los antiguos caudillos paseados sobre el escudo por
emperador de Alemania en el palacio de Versalles, sus guerreros.
donde se había establecido el cuartel general del ejér- Bismarck, Moltke y Roon, organizadores de pri-
cito sitiador. mera hora, que habían emprendido muchos años
Se hizo la unidad germánica tal como la habia antes desde una posición modesta el trabajo colo-
soñado el Canciller, no por obra del sufragio univer- sal de la unidad alemana, sólo podían haber ima-

sal, en un parlamento de abogados y periodistas, sino ginado como una ilusión imposible este escenario
entre el estrépito de las armas, al eco de los cañona- histórico donde se desarrollaba el último acto de su

zos, ante una gran ciudad sitiada y por la aclamación obra.


de los jefes de las tribus germánicas, con un aparato La proclamación del emperador se verificó en la
famosa (¡alería de los Espejos. Sus
pisos de madera brillante, sus pa-
redes de mármol haliían reflejado
los vistosos trajes de la corte de
Luis XIV y
los uniformes dorados
de mariscales de Napoleón.
los
Ahora sus grandes espejos dupli-
caban el brillo de las corazas y
condecoraciones de los jefes de las
tribus germánicas, tantas veces
derrotadas por los dos soberanos
franceses. Reyes, principes y feld-
PLUMA CON QUE FIRMO BISMARCK KL TRATADO DE FRANCFORT mariscales se erguían en esta hora
3.12 VICENTE BLASCO IBANEZ

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VBRSAL.LES. CUARTEL GBNBRAL DB GUILLERMO I (Grabjiflo de la época)

prodigiosa con el orgullo del desquite histórico; ho- hablan arrastrado las huecas faldas de las beldades
llando con sus altas botas el pavimento por el que se versallescas; apoyando en la empuñadura del sable
la ruda mano fatigada por una venganza cruel de
secular origen.
Un altar había sido elevado á un extremo de la

galería, y después del oficio divino Guillermo I decla-


ró que el rey de Babiera, Luis II, le habla pedido «en
nombre de todos los

principes y de las
ciudades libres de
Alemania» que acep-
tase la dignidad im-
perial para él y sus
sucesores, demanda
que había aceptado
después de largas
vacilaciones.
Por orden suya
Bismarck leyó á con-
tinuación una pro-
clama dirigida al
pueblo alemán. Ter-
minada la lectura
el gran duque de
Badén lanzó un viva
á Guillermo I,
Deuts-

MOLTKB EN VBRSALLBS che Kaiser, y todos


(Dibujo de la época) los principes y dig- el general roon
HISTORIA DE LA üUEfilftA EUROPEA DE 1914 313

PR0CLAJ14CION DBL EMPERADOR DE ALEMANIA EN VER8ALLES


(Dibujo do la época)

natarios contestaron á la aclamación, dándose con Al resistirse á ser emperador decía el monarca á
esto fin á la ceremonia, que en realidad fué algo fría, su Canciller:
Visto á una distancia de cuarenta y cuatro años, —¿Qué queréis que haga yo de ese diploma de
después de haberse solidificado el Imperio germánico comandante hon orario?...
y conseguido una enorme impor- —
Vuestra Majestad contesta- —
tancia material, parece que Gui- —
ba el gran ministro no va á ser
llermo I debió aceptar con apre- eternamente presidente. Hay en
suramiento y gratitud este honor este título de presidente una abs-
supremo. Sin embargo no fué así. tracción. La palabra "Empera-
El viejo monarca no quería ser dor» posee, al contrario, una gran
proclamado emperador, y nece- fuerza, un impulso poderoso.
sitó Bismarck de toda su infiuen- Al fin triunfó Bismarck. El en-
cia y de no pocos enfados para tendía á su modo el Imperio ger-
decidirlo á que aceptase dicha mánico. El nuevo emperador iba
dignidad. á disponer, gracias á sus trabajos,
Guillermo I amaba más su titu- de una fuerza efectiva y concreta.
lo simple de rey de Prusia, que
Dirigiría con mano férrea los di-
le conferia el cargo de presi- versos Estados germánicos en vez
dente de la Confederación Germá- de dejarse arrastrary dominar por
nica. ellos, como lea había ocurrido á
Los antiguos emperadores de casi todos los emperadores anti-
Alemania no habían sido más que guos. Con objeto de alcanzar tal
comandantes de las fuerzas confe- resultado, había hecho Bismarck
deradas en tiempo de guerra, pro- el mayor de los sacrificios, abdi-
porcionándoles su título durante cando de las ideas de toda su vida
la paz más disgustos que satisfac- para aceptar un Keichstag creado
ciones. BISMAKCK por el sufragio universal.
314 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

para mayor gloria de Prusia, dando á entender que en


el momento decisivo se negarían á tomar las armas.
Esta presunta resistencia creadora de grandes espe-
ranzas en Francia la suprimió Bismarck arrastrando
á la guerra con habilidades ó amenazas á todos los
Estados del Sur. Luego, al conseguir la victoria y pre-
tender coronarla proclamando el Imperio, había tro-
pezado con iguales resistencias. Deseaba que fuese el
rey de Baviera el que tomase la iniciativa, por figurar
dicho reino como más poderoso de todos los del
el

Sur. Pero Luis soberano artista y clemente, ha


II, el
bia dudado mucho antes de aceptar. Sólo cuando el
Canciller le amenazó con transferir el encargo al rey
de Sajonia pudo decidirse el monarca de Baviera á
ser el autor de la proposición.
Bismarck leyó su proclama con gesto duro y voz
sacudida por la cólera. En aquellos momentos estaba
furioso contra el rey, que se negaba á aceptar sus
consejos; contra el príncipe heredero, romántico y
valeroso kronprintz, que tenía un ideal germánico dis-
tinto del suyo; contra todos los soberanos alemanes,

que se oponían á sus planes sistemáticamente, sin-

tiendo envidia ó recelo.


Todos estaban febriles por el orgullo de un triunfo
LUIS II DB BAVIEKA
vertiginoso y fulminante. Hasta el rostro arrugado de
Moltke tenia á través de su frialdad una expresión de
La proclamación de su rey como emperador de vieja hechicera contenta. Únicamente conservaban su
Alemania, frente á la capital enemiga próxima á ren- calma el nuevo emperador, hombre sin imaginación,
dirse y en el palacio más célebre de "Europa, fué el incapaz de sorprenderse ante los favores del desti-
hecho mas culminante y glorioso de la existencia del no, pues se creía un favorito de la dignidad, y el
Canciller. Á pesar de esto, el 18 de Enero de 1871 re- férreo Canciller, que no se dejó embriagar nunca
sultó un mal día para Bismarck. Momentos antes de
por la confianza y miró al porvenir como un marino
la proclamación se habla peleado con Guillermo I.
Fué una de tantas disputas en las cuales el Can-
ciller se enfurecía hasta la locura chocando con la
resistencia del monarca, influenciado por los favori-
tos del Estado Mayor ó por la reina y sus damas; pe-
nosas entrevistas de las que salia rompiendo agarra-
dores de puerta ó haciendo añicos los adornos de las
chimeneas.
El nuevo emperador ocupó en la ceremonia un alto
trono, teniendo á ambos lados á los autores de su glo-
ria, Bismarck y Moltke, que se apoyaban en sus sa-
bles. El rey mostraba en su cara maciza un orgullo
místico. Nada podía asombrarle por grande que fue-
se. Dios estaba con él, guiando sus menores actos.
Moltke se mostraba impasible, sin que la menor emo-
ción contrajese las arrugas de su rostro de vieja Parca.
Bismarck, todavía colérico, parecía un dogo feroz,
mirando con hostilidad y desprecio á la brillante tropa
de reyes y príncipes que se agolpaba ante el trono
del nuevo emperador.
El solo podía saber lo que había costado llegar á
la constitución del Imperio.
Los soberanos de la Alemania del
Sur se mostraban
meses antes enemigos de con Francia. Al-
la guerra

gunos, como el rey de Baviera, no halúan disimulado


su hostilidad hacia una empresa que iba á acometerse BL KRONPRINTZ FBDBRICO GUILLHRMO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 315

que explora la noche, temiendo que surjan escollos


inesperados.
V
Mientras vivieron los dos viejos, se mostraron de
perfecto acuerdo en la apreciación del porvenir de
La política interior de Bismarck. — Organiza-
Alemania. Tal vez fue este el único punto en el que no ción del Imperio.
conocieron divergencias ni mantuvieron discusiones.
Ambos sustentaban la idea que habia inspirado la La más urgente preocupación del (Canciller después
restauración del Imperio, la unidad alemana y su de la victoria, fué la reforma financiera del Imperio.
preponderancia continental, sin ([uerer ir más allá, El torrente de los 6.000 millones pasó, como ya d¡-

guardándola en toda su fuerza, asi


como las virtudes que ayudaron
poderosamente á los favores de la
fortuna.
Prusia habia podido atreverse á
las mayores audacias para realizar
sus ideales; pero una vez cumpli-
dos éstos, debía contentarse con su
buena suerte, evitando nuevas
aventuras que comprometieran
todo lo adquirido.
— Estamos saturados de éxito —
decia Bismarck.
—¿Quién soy yo?— exclamaba el

viejo emperador al final de una co-


mida, con mística unción —
¿Quién .

soy yo, miserable pecador, para


merecer tan extraordinarios favo-
res del cielo?...
Los dos hombres, después de
constituido el Imperio, querían que
fuese éste como «una roca de bron-
ce» levantándose en medio de Eu-
ropa, que lo contemplaría sometida
desde abajo; pero sin caer sobre
nadie con propósitos de aplasta-
miento, guardando una inmovilidad
majestuosa.
Tal vez por esto se opuso el Ciin-
ciller á la anexión de Alsacia y
Lorena: imprudencia militar que
habia de comprometer en lo futuro
la paz del Imperio.
Varias veces el ministro impe- GUILLHIRMO I, ICMPEIíADOR DE AT.FMANI.\

tuoso, propenso á las fanfarrona-


das, pareció dispuesto ácomprometer esta tranquili- jiraos,por Alemania rápidamente, dejando al gobier-
dad amenazando á Francia y otras naciones. Pero no tan polire como años antes. Un presupuesto ex-
tales arrebatos nunca fueron seguidos de hechos, ni traordinario los consumió en breve plazo. Hubo que
produjeron la guerra. Eran simples genialidades bis- construir nuevas líneas férreas, dar cuantiosas pen-
marckianas para asustar á los adversarios. siones á las familias de los que habían perecido en la
El Canciller triunfante repetía con frecuencia un guerra, transformar el sistema monetario, renovar
refrán de la antigua Alemania: «Para vivir hay que las fortalezas y el material de combate. Además, en
dejar vivir á los otros. » previsión de un futuro conflicto que Bismarck juzga-
Lo mismo pensaba el viejo emperador. Pero su l)a posible por las duras exigencias del tratado de
nieto Guillermo II piensa de distinto modo. La vida, Francfort, se dedicaron muchos millones á la creación
según y según la Alemania moldeada á su imagen,
él de un Tesoro de Guerra que fué guardado en la forta-
sólo es aceptable y gloriosa ocupando el mundo entero leza de Spandau. Todos estos gastos devoraron en
y aplastando á los otros pueblos. poco tiempo la cuantiosa indemniz;ición francesa.
El nuevo gobierno imperial, á pesar de sus triun-
316 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

s
"'I^^^^^H
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 317

bía obstinado en seguir hasta la vpjey. una vida igual erudicióu financiera, lo orientó en la legislación com-
á la de los tiempos de estudiante, abusando feroz- parada de los impuestos. Con esta araajgana, Bis-
mente de su vigorosa constitución. Se levantaba á las marck pudo crear, no un sistema económico, sino un
once de la mañana, entregándose inmediatamente á simple plan en el que concillaba los intereses del fisco,

sus ocupaciones, sin tiempo para tomar el más ligero la prosperidad de la nación y las aspiraciones de loa
desayuno, queriendo resarcirse cuanto antes de su re- partidos, divididos en agrarios é industriales. Los con-
traso. Luego eran las entrevistas diplomáticas, las servadores, junquers reaccionarios y grandes terra-
comunicaciones al emperador, los consejos de minis- tenientes, pedían protección para la agricultura, como
tros, las sesiones del Reichstag, trabajos oratorios y si fuese la única fuente de riqueza del país. Loa bur-

sedentarios que minaban su salud. Llegaba hambrien- gueses de las ciudades y de los puertos eran sostene-
to á la noche, con un apetito de lobo, y su organismo dores de la industria, viendo en ella y en el comercio
gigantesco tomaba el desquite haciendo unas comidas la futura grandeza de Alemania.
pantagruélicas. Su estómago era un abismo. Luego, El plan económico de lUsmarck estaba basado en
hasta hora avanzada
de la noche, recibía á
sus tertulianos íntimos
y á muchos parlamen-
tarios,cuyos designios
quería escrutar vaso
en mano, con maliciosa
camaradería Todas sus.

discusiones nocturnas
eran con acompaña-
miento de ensaladas de
langosta y enormes
cantidades de cerveza.
Cuando sólo había va-
ciado su amplio vaso
con adornos heráldi-
cos unas doce veces
en la noche, el ("anci-
11er se iba á la cama
satisfecho de su mode-
ración. De aquí el in-
somnio nervioso, las
frecuentes indigestio- FRANCIA CLAMANDO VENOANZA

nes y una hinchazón de (Estampa ¡loimiar después do la guerra de IS70)

las venas, tan doloro-

sa, que en muchas ocasiones no le permitía mantener- dos ideas capitales: la conversión de Alemania al pro-
se de pie. En sus dominios de Varzin y Friedrichsruhe, teccionismo y un sistema de impuestos indirectos que
la vida regular é higiénica y el movimiento de sus ca- tendiese al monopolio del Estado. Bismarck tuvo que
balgadas para inspeccionar granjas y bosques resta- sostener una de las mayores batallas de su vida para
blecían su salud. que el Reichstag aceptase su plan. Los conservado-
La grande obrarealizada por él le había fatigado res, por una extraña contradicción, eran tradicional-
moralmente, apagando su entusiasmo. ¿Quehacer des- mente libre-cambistas, lo mismo que el Canciller lo

pués del triunfo del Imperio y la victoria sobre Fran- habla sido en otra época. Odiaban el proteccionismo,
cia que resultase digno de él? En su pintoresco len- como señores del campo, porque la industria los pri-
guaje de cazador, declaraba estar fatigado de «la vaba de brazos, atrayendo los labriegos á sus fábri-
caza menuda de los éxitos parlamentarios'. Quería cas con el incentivo de jornales superiores: y el
cobrar un animal grande», perseguir la caza mayor
<

proteccionismo ha sido inventado para defender las


como en otros tiempos: pero la pieza no se presenta- industrias nacientes. La industria alemana que podía
ba. En de su retiro campestre, él mismo
la soledad apoyar al canciller estaba en 1878 en una situación
hizo levantar esta caza mayor, ya que no se ofrecía deplorable á causa de las tarifas libre-cambistas, que
voluntariamente, dedicándose á numerosas lecturas no le permitían competir con la producción de Fran-
de economía política. Dos colaboradores, Varnbüler y cia é Inglaterra.
Adolfo Wágner, le ayudaron en tal estudio con su re- Luchaban enconadamente agricultores é indus-
conocida competencia: el primero inclinó al Canciller triales,cuando el Canciller volvió á la vida pública
á la doctrina proteccionista, y Wágner, de amplia después de su enfermedad meditativa en Varzin. La
318 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

situación era ruinosa y exigía un remedio inmediato. activos y de pensamientos originales. Cuando encon-
La miseria agraria resultaba tan aguda como la traba un consejero valioso, pero de mal carácter, el
Al mismo tiempo que pasaban por
crisis industrial. férreo Canciller se doblaba ante él, olvidando su
Alemania los 6.000 millones de la indemnización, se tradicional brusquedad, para no verse privado de
vendían judicialmente por año 10.000 propiedades esta colaboración.
agrícolas por ruina de sus dueños. El sistema del Todas las iniciativas de su época, partiesen de
libre-cambio privaba al Imperio de recursos, arrui- donde partiesen, recibieron su marca, aun aquellas
nando al mismo tiempo á los particulares, liismarck que procedían de sus adversarios. Todo lo encaminó
quiso levantar la fortuna pública protegiendo á la vez á la mayor gloria del Imperio y á la concepción que
los intereses de los individuos. A los conservadores se había formado del sistema monárquico.
agrarios los convenció, apelando á su patriotismo,
con la demostración de que el sistema antiguo sólo
servía para favorecer á la agricultura rusa. Los Al dar una Constitución al Imperio, Bismarck sos-
industriales, especialmente losque tuvo el sistema federal, decisión que
representaban regiones mineras, parece inexplicable, teniendo en
apoyaron con entusiasmo los planes cuenta el carácter de su política
de Bismarck. uniflcadora y autoritaria. Después
La gran riqueza metalúrgica de de la ruidosa victoria sobre los fran-
Alemania, asi como su enorme pro- ceses, le hubiese sido fácil convertir
ducción azucarera, datan realmente Alemania en un Estado unitario,
de la reforma económica del Canci- suprimiendo con más ó menos rapi-
ller. Esta, con su proteccionismo, dez los diversos reinos, principados
favoreció el desarrollo de las inicia y municipios libres que entraron en
ti vas del país. la Confederación conservando su au-
Además nacionalizó los ferroca- tonomía. La enorme popularidad
rriles, viendo en esta reforma un proporcionada por la guerra y la li-
interés político tan grande como el bre disposición de una fuerza aplas-
económico, y creó varias contribu- tante, le permitían realizar la uni-
ciones indirectas de enorme rendi- dad nacional de este modo absoluto.
miento, sometiendo á impuestos los Pero el Canciller, en todo lo refe-
artículos de mayor consumo. rente á la vida interior de Alemania,
El Imperio alemán, que era pobre, fué siempre un junquer particula-
dispuso repentinamente de grandes rista y amigo de la tradición. Le
DBLBRICK
ingresos gracias á la reforma admi- pareció sin duda un sacrilegio histó-
nistrativa. Al mismo tiempo la in- rico atentar visiblemente contra las

dustria, el comercio y la agricultura, entraron en una diversas autonomías germánicas, aunque en reali-
nueva era de desahogo y progreso. dad las mantuvo bajo su tutela. Una consideración
Es realmente asombrosa la labor realizada por de orden político le impulsó igualmente á mantener

Bismarck después de la victoria del Imperio, para este respeto. Los Estados alemanes del Sur mostra-
consolidarlo y engrandecerlo interiormente. Hubo que ban aspiraciones democráticas, y en una Alemania
crear por entero una marina, reformar el ejército te- completamente unificada hubiesen acabado por con-
niendo en cuenta las experiencias de la guerra recien- taminar á la Prusia feudal y reaccionaria, l'astante
te, rejuvenecer una administración tradicional y ruti sacrificio había hecho aceptando el sufragio univer-

naria, inventar recursos ideando todo un plan finan- sal para las elecciones del Reichstag, con objeto de
ciero é imponerlo á las resistencias del país, redactar atraer á los sudistas.
nuevos códigos é improvisar una poderosa industria Á impulsos de sus ideas particulares, el imperialis-
para que Alemania pudiera sostenerse victoriosa, cos- ta Bismarck en vez de extender la competencia legis-
teando sus enormes medios de defensa. Un verdadero lativa del Imperio procuró limitarla á lo que era in-
ejército de especialistas se dedicó á esta obra colosal. dispensable para la marcha de los asuntos comunes,
No fué Bismarck quien lo hizo todo. Los técnicos conservando en cuanto le fué posible los derechos de
y los profesores del Imperio realizaron gran parte del lossoberanos. El célebre ministro procuró que la dig-
milagro con sus estudios metódicos y tenaces. Pero nidad de emperador no perjudicase los derechos y
aun limitada de este modo la iniciativa de Bismarck, prerrogativas del rey de Prusia, estableciendo una
su obra siempre resulta enorme. No lo inventó todo, valla infranqueable entre ambas coronas, á pesar de
pero favoreció y apoyó las iniciativas útiles, sabiendo que las dos pertenecían al mismo soberano. Su entu-
escoger los ayudantes más aptos y prestándose al siasmo por la nueva Alemania imperial no le hizo ol-
apoyo de las ideas nuevas. Como en él fué siempre vidar sus intereses de gobernante prusiano. Quería
vigorosa la iniciativa, gustó mucho de los hombres conservar intacto el sistema político de Prusia, abso-
HlüTOmA DE LA GUERRA EUROPEA UÉ 1914 319

lutismo mitigado apenas por una ficción constitucio- republicana. Son los Senados de las tres ciudades li-

nal. La Cámara
prusiana, donde los conservadores bres. Brema, llamburgo y Lubeck.
están siempre en mayoría gracias al sistema de elec- La dirección de la Alemania confederada incumbe
ción empleado, no es más que un cuerpo obediente al Consejo Federal, llamado I>undesrath, en cuyo or-

que aprueba los actos del gobierno. Los socialistas, ganismo están representados todos los soberanos, asi
que desde hace muchos años tienen una numerosa re- como los Senados de las tres ciudades anseáticas.
presentación en el Keichstag, sólo en 1903 consiguie- Cada Estado envía sus delegados ó plenipotenciarios
ron hacer entrar su primer diputado en la Cámara de al Bundesrath con arreglo al número prescrito por la
Prusia. Constitución. Prusia tiene diez y siete, Baviera seis,
Por otra parte, Guillermo I, tan particularista y Sajonia cuatro, Wurtemberg, Badén y Ilesse tres, y
tradicional como su Canciller, era enemigo igual- los demás Estados uno solamente.
mente del unitarismo. Ya hemos dicho cómo se resis- De los 58 miembros del 'onsejo Federal señalados
(

tióá aceptar la dignidad imperial. Prefería continuar por la Constitución de 1871, debían corresponder á
simplemente de rey de Prusia, presi- Prusia la mitad más dos, teniendo
diendo la Confederación como el pri- en cuenta su extensión territorial y
mero entre sus iguales (primus inter- el número de sus habitantes: pero el

paresj, por creer que de este modo Canciller se mostró desinteresado,


viviría Alemania con más tranquili- renunciando á los treinta y un pues-
dad, sin celos ni hostilidades entre tos para contentarse con los diez y
sus diversos soberanos. seis marcados en la ley federal. Este

«El rey de Prusia dice Wetter- desinterés sólo fué aparente. El em-
lé —lo mismo que su primer minis-
, perador cuenta para las decisiones
tro, estaba obsesionado por el temor con una mayoría completa, pues le
á las revoluciones. Se acordaba de siguen con militar disciplina todos
la fuga ridicula de su tío y de las los representantes de los principa-
humillaciones de su hermano ante dos y ducados minúsculos: Mecklem-
los amotinados berlineses en 1848, burgo, Brunswick, Oldenburgo, Sa-
y con su sentido práctico de Hohen- jonia-Meiningen, Sajonia -Altembur-
zollern pensó que sería más fácil á go, SajoniaCoburgo-Gotha, Anhalt,
los socialistas abatir una sola cabeza Schwarzenburgo, Waldeck, Reuss,
de soberano que hacer caer veinti- Schaumburgo y Lippe, así como los
dós. Según su opinión, los tronos ale- de las tres repúblicas anseáticas.
manes debían subsistir apoyándose Únicamente los representantes de
unos en otros. VARNBULBR
los grandes Estados del Sur, reinos
»E1 hecho resulta paradójico; pero de Sajonia, Baviera y Wurtemberg
fué realmente Bismarck, sostenido con energía por y gran ducado de Badén, se atreven ligeramente á
Guillermo I, quien se negó á suprimir las fronteras enunciar una opinión propia y á tomar la palabra en
interiores en este Imperio creado por él. Sabia, por el seno del Consejo Federal: pero retroceden apenas
otra parte, que en esta reunión de Estados, á la que sus expresiones pueden causar la más leve molestia
conservaba su carácter claramente federativo, el al emperador. Los grandes duques de Badén se mues-
reino de Prusia, cuya población sobrepasa numérica- tran por tradición más prusianos que el mismo rey
mente á la de los demás países alemanes reunidos, de Prusia.
llegaría de todos modos á establecer su dominación, El reparto de la representación en el líundesrath
y le parecía preferible no exponer sus habitantes á es arbitrario. El número de representantes resulta
fusionarse con otras razas, que por ser de costum- caprichoso. Hamburgo, con su vecindario de más de
bres políticas más libres y atrayentes podían imponer- un millón de habitantes, tiene un solo miembro en el
las á la patria de la disciplina rígida y la obedien- Consejo Federal, lo mismo que el principado de Lippe
cia pasiva.» que sólo cuenta con una población de 46.000 almas.
En 1871 se proclamó la Constitución del Imperio Bismarck, que contra su costumbre se mostró des-
alemán, obra de Bismarck, y que es la que rige ac- interesado y pródigo en representaciones al constituir
tualmente. el Consejo para deslumhrar de este modo á los diversos
En virtud de ella, el rey de Prusia preside por de- Estados, supo asegurar para siempre la preponderan-
recho propio la Confederación Germánica. Es el jefe cia de Prusia. La cuarta pjirte de los votos del Bun-
del poder ejecutivo dentro de los limites marcados desrath pueden en cualquier momento declarar la
por la Constitución, pero dicho poder ejecutivo perte- caducidad de sus acuerdos. Los votos de Prusia repre-
nece al conjunto de los 25 gobiernos confederados. sentan esta cuarta parte, y pueden oponer su veto á
Entre estos gobiernos de reyes, príncipes y duques, las decisiones del Consejo que no les plazcan. Esta
existen tres que tienen desde muy antiguo la forma precaución la adoptó Bismarck por si en lo futuro in-
320 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

delegación que les permite ejercer


indirectamente sus poderes sobera-
nos. El rey de Prusia es durante las
sesiones un confederado igual á los
otros, pero ocupa la presidencia y
es el jefe del poder ejecutivo.
El mismo procedimiento se em-
plea cuando el Bundesrath tiene
que sancionar las leyes votadas
porel Reichstag. El emperador las

promulga declarando que han sido


del agrado de los gobiernos de la
Confederación. En el Parlamento
el Canciller no habla nunca de la

persona del emperador como factor


legislativo, sino de los gobiernos
confederados, ó sea del Bundesrath,
del cual es el representante y órga-
no ante el Parlamento.
A pesar de esta modestia aparen-
ce de las funciones imperiales, son
LOS CENTINELAS DB LA FRONTERA enormes las prerrogativas que la
(Después de 1870) Constitución redactada por Bis-
De un lado Francia arruinada por el desastre. Al otro lado de la frontera Alsacia y Lorena cautivas mark concede al emperador. Éste
(Cuadro de E. Chaperou) nombra sin consulta los embaja-
dores, los cónsules, los funcionarios
tentaban algunos representantes hacer oposición pero ; de las administraciones centrales; es el jefe supremo
como los consejeros se muestran sumisos en todos los de los ejércitos de tierra y mar; declara la guerra y
asuntos á la voluntad de Prusia, ésta rara vez hace firma los tratados de paz.
uso de tal prerrogativa. Además los prusianos pueden El emperador Guillermo, así como su hijo Fede-
evitar una oposición posible no presentando al Con- rico 111, durante su corto y doloroso reinado cum-
sejo Federal las leyes que les inspiran desagrado, ya plieron fielmente las prescripciones de la Constitu-
que esta presentación sólo puede ser hecha por el pre- ción, manteniéndose modestamente en su rango de
sidente del Consejo Federal, ó
sea por el rey de Prusia.
El Bundesrath no tiene,
como se ve, las atribuciones
de un Parlamento. Sus miem-
bros no se permiten una opi-
nión propia, pues votan por
mandato imperativo de sus
gobiernos, ó más bien dicho,
de los jefes de Estado que re-
presentan, los cuales les im-
ponen su pensamiento. Cuan-
do el Canciller del Imperio
tiene que presentar un pro-
yecto de ley al Consejo Fede-
ral, loenvia antes á los mi-
nisterios de los diversos Esta-
dos para que lo examinen y
remitan instrucciones á los
plenipotenciarios de sus paí-
ses. De esto resulta que son
los príncipes y los Senados de
las ciudades libres los
que vo- EL RBCITBRDO
tan efectivamente en Bun- el La madre alsaciana cose una escarapela francesa en la camisa del hilo que va á ser soldado alemán
desrath, valiéndose de una (Cuadro do Albert Bettami)
HISTORIA ÜE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 321

presidentes del Bundesrath, sin poner en exageradií que el Canciller del Imperio sea al mismo tiempo

evidencia sus personas. Guillermo II, maniático imi- presidente del Consejo de Ministros de Prusia. Esto
tador del absolutismo aparatoso de Luis XIV, ha in- origina una serie de conflictos de conciencia y de
troducido un abuso del que protestaron al principio atribuciones. Por ejemplo, líethmannllolhveg tuvo
muchos alemanes. Continuamente dice mi ejército, mi que declararse un día ante el líeichstag partidario
marina. Este uso abusivo ha acabado por prevalecer, convencido del sufragio universal, y al día siguiente
y los alemanes, en su entusiasmo imperialista, al ha- combatirlo con furia en la Cámara prusiana, que se
blar de los buques de la (Iota los llaman «los navios de niega sistemáticamente á la aceptación de este siste-
8u Majestad». Sin embargo el ejército, y especial- ma electivo.
mente la marina, aunque sometidos al mando supremo »Dos almas deben habitar al mismo tiempo el

del rey de Prusia, son propiedad colectiva de todos los interior del Canciller. El primer funcionario del Impe-
Estados alemanes. rio se ve obligado á cambiar constantemente de librea,
Bismarck estableció en el Consejo Federal una según habla á los diputados de todo el Imperio ó á los
comisión de negocios extranjeros compuesta de los seis diputados de la monarquía de l'rusia. Con frecuencia
Estados princi- tiene que soste-

pales. Toda la ner en el líeichs-

política exterior tag proyectos


del Imperio de- que ha combati-
bería hacerla el do antes en el
Canciller de seno del Consejo
acuerdo con esta Federal como
comisión. plenipotenciario
Pero después prusiano. Es esta
que Bismarck una situación in-
fué expulsado verosímil que no
del poder por la tiene equivalen-
te en ningún otro
orgullosa ingra-
titud de Guiller- pais, pero el ca-
mo II, esta co- rácter germáni-
misión dejó de co ama las com-

funcionar, re- plicaciones y se


nunciando con acomoda á ellas

su inercia á sus fácilmente. '

prerrogativas
constituciona-
les. Tan olvida-
BL AL.SAC1ANO OBLIGADO A SBR SOLDADO ALEMÁN
Bismarck, que
das las tuvo du- (Cuadro de A. Bottamucr)
como ya dijimos
rante muchos apreciaba y res-
años, que cuando á petición del barón de Hertling, petaba particularismo alemán, dejó casi intacta en
el

presidente del gobierno de l'aviera, fué convocada de la Constitución de 1871 la soberanía de los Estados.
nuevo hace un año, en 1913, los periódicos conser- El Imperio sólo puede legislar sobre los intereses
vadores prusianos protestaron violentamente, viendo federales que son restringidos. Los diversos Estados
en esta resurrección constitucional un atentado á los hacen sus leyes fiscales, escolares y religiosas, dife-
privilegios de la absorbente Prusia. rentes unas de otras. Tienen además sus administra-

«Con frecuencia dice Wetterlé— se dan cuenta ciones particulares desempeñadas por funcionarios
los alemanes de que Bismarck cortó la Constitución del pais. Los jefes de los Estados nombran sus minis-
de 1871 á la medida de su estatura de gigante. Este tros y convocan sus Parlamentos.
traje demasiado ancho debia flotar necesariamente kSusConstituciones ofrecen igualmente una gran
en torno de los éticos maniquíes que le han sucedido. variedad. Prusia sigue eligiendo sus diputados por el
Ni Caprivi, el militar disciplinado, ni Ilohenlohc, el rancio procedimiento del sufragio restringido de cla-
diplomático cazurro, ni el brillante pero versátil ses, dividido en dos grados y con papeleta abierta, lo
Bulow, cuya única habilidad consistió en evolucio- que asegura el triunfo de los reaccionarios é impide la

nar entre un soberano caprichoso y un parlamento representación de la clase popular. Baviera tiene el
que no sabía contener, ni Bethmann-IIollweg, que es sufragio universal; Wurtemberg un régimen mixto;
á la vez un rígido burócrata y un filósofo escéptico, Sajonia emplea un sistema complicado, para comba-
han podido nunca hacer frente á las obligaciones tir elavance democrático. En Mecklemburgo existe
múltiples y aplastantes de su cargo. todavía la representación por clases. En todos los Es-
»La tradición exige desde los tiempos de Bismarck tados, el Senado ó «Cámara Alta» está compuesto de
322 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
las competencias de los Esta-
dos particulares y del Im-
perio.
Cada Estado alemán tiene
un Parlamento particular. El
Reichstag es el Parlamento
del Imperio. Su carácter na-
cional no le da ninguna supe-
rioridad sobre los otros ni sus
decisiones pueden influir en
las de los Estados particula-
res, pues tanto el uno como
los otros están delimitados en
sus acciones por la Cunstitu-
ción de 187 1. El Reichstag
legisla únicamente sobre los
asuntos federales que son de
la competencia del Imperio,
y los Parlamentos de los Esta-
dos sobre todo lo referente á
su vida nacional. Como dice
KL RBICHSTAG un autor, «las Cámaras de los
Estados son los baluartes del
miembros por derecho propio y de «señores» nombra- particularismo, y el Reichstag el baluarte del unitaris-

dos directamente por el soberano. Seria necesario un mo». Numerosos han sido los conflictos entre uno y
volumen entero para señalar los derechos respectivos otros, pero siempre triunfaron los Estados particula-
y múltiples de la corona y de la representación na- ristas sobre el Reichstag. Esto se explica por el hecho
cional en los diversos Estados de Alemania. de que durante los treinta primeros años de vida cons-
La legislación religiosa ofrece iguales variaciones, titucional formaban una gran mayoría en el Reichs-

que también exigirían un larguísimo estudio. Baviera tag los representantes que al mismo tiempo eran dipu-
es católica y vive bajo el régimen de un Concordato. tados en las Cámaras de sus países de origen.
Prusia, Wurtemberg y líaden son protestantes, pero Asi como el Canciller es al mismo tiempo jefe del
están en tácitas relaciones con la Santa Sede. En Sa- gobierno imperial y presidente del Consejo de Minis-
jonia la familia real es católica y la gran mayoría tros de Prusia, los políticos alemanes pueden ser á la
del país protestante. Los sajones católicos no tienen vez diputados del Reichstag y diputados en la Cámara
el derecho de ejercer públicamente su culto, que es particular de su país. Estos diputados de doble man-
al mismo tiempo el de sus reyes. En Mecklemburgo dato, en todos los conflictos que surgen entre las le-
los católicos sólo pueden practicar su religión con gislaturas de los Estados y el Reichstag se acuerdan
permiso del ministro protestante de la localidad. del viejo proverbio alemán: «La camisa está más
Los programas escolares han ido aproximándose cerca del cuerpo que el traje», y defienden los intere-
en los diversos Estados, pero sin llegar á una unifica- ses del Estado á que pertenecen antes que los de la
ción completa. Los estudiantes de un país cuyos cen-
tros de enseñanza son de severa rigidez, van á exa-
minarse á otro país de profesores benévolos y fáciles.
En algunos Estados se consideran insuficientes los
títulos adquiridos en las Universidades de otros países
de Alemania. Un abogado de Baviera, por ejemplo,
se abre paso con dificultad en la administración pru-
siana, aun después de hacerse ciudadano de Prusia.
El Bundesrath ha procurado unificar la legislación
criminal y civil de los Estados, pero todavía quedan
en pie muchas divergencias tradicionales, especial-
mente en los asuntos civiles. Mientras en Baviera los
delitos de prensa quedan sometidos al jurado, en el
resto de Alemania entienden de ellos los tribunales
ordinarios. Los procedimientos resultan de una com-
plicación formidable, y frecuentemente los legistas GALERÍA DEL REICHSTAG CON LOS ESCUDOS DB LA CONFE-
. más experimentados se embrollan al querer delimitar DERACIÓN GERMÁNICA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 323

federación. El portantes que


espíritu particu- fueron aproba-
larista ha sido das por el voto
uno de los más de siete diputa-
temibles obstá- dos.
culos con que LaCancilleria
han tropezado puso término al
los cancilleres, espectáculo no
teniendo que ha- previsto por Bis-
cer grandes es- marck, estable-
fuerzos de habi- ciendo en 1903
lidad para con- que los diputa-
seguir que los dos del Reichs-
diputados del tagcobrasenuna
Reichstag voten indemnización.
las leyes fisca- Esta fué y es
les cuando éstas aún de una nota-
comprometen el ble mediocridad.

equilibrio finan- Los diputados


ciero de los Es- dellmperio pue-
tados. den recibir al
Además, el año 3.000 mar-
PUERTA LL&MADA DB BAVIKRA alemán es de un cos (3.750 fran- IRONTON CON LOS ATRIBUTOS IMPERIALES
carácter intra- cos), sueldo igual
table cuando hay de por medio consideraciones mone- al de un empleado alemán de clase secundaria.
tarias. Elcargo de diputado en los Estados particu Para cobrarlo íntegro necesitan asistir á las sesio-
lares era antes más productivo que el de diputado nes desde que el presidente las declara abiertas é
al Reichstag. En los Parlamentos de los Estados co- intervenir en todas las votaciones.
braban sus individuos una Una disciplina prusiana
dieta por sesión, que varia- pesa sobre ellos, si es que
ba de nueve á quince mar- desean cobrar la indemni-
cos. En cambio las funciones zación. Todo diputado que
de individuo del Reichstag llega con unos minutos de
eran completamente gra- retraso, deja de percibir su
tuitas. dieta y es castigado con una
Bismarck, al organizar multa de 20 marcos. Ade-
el Parlamento imperial, ha- más el gobierno organizó el
bía creído demasiado en el reparto de las dietas con ta-
desinterés de sus compatrio- les combinaciones aritméti-
tas. Como las sesiones parla- cas, que todo diputado per-
mentarias se verificaban en teneciente á dos Parlamen-
la misma época de Noviem- toscobra fatalmente una in-
bre á Junio) y la mayoría demnización inferior á la
de los elegidos pertenecían que percibiría pertenecien-
al mismo tiempo al Parla- do á uno sólo.
mento de su país y al Reichs- (ir acias á esta z-e forma
tag, éste apenas veía fre- pudo conseguir el gobierno
cuentado su salón de sesio- del Imperio que las sesiones
nes. del Reichstagestuviesencon-
Al tener que escoger los curridas.
diputados de doble manda- En otro lugar diremos el
to, preferían el Parhi men- modo automático como fun-
tó que pagaba. De los tres- ciona éste, el carácter fingi-
cientos ochenta y dos dipu- do y estéril de la oposición
tados del Imperio, sólo cin- que se manifiesta en su seno
cuenta ó sesenta, residen- y la escasa influencia que
tes en Berlín, asistían á las ejerce en los destinos del
sesiones. Hubo leves im- LA COLUMNA DK LA VICTORIA IRBNTE AL RRICH.STAO país.
324 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

ban sus gestos é intentaban penetrar en el misterio


de su pensamiento. La paz del continente dependía
de él.
Esta desmesurada grandeza sirvió para que el
Canciller se engañase en la apreciación de los verda-
deros sentimientos de las potencias. Inglaterra, Kusia
y Austria habían asistido impasibles al aplastamiento
de Francia. La fanfarronería militar del segundo Im-
perio napoleónico se había hecho temible á todas las
naciones y desearon su desaparición. La única poten-
cia que pudo haberla sostenido era la Gran Bretaña,
pero le volvió la espalda al enterarse por el maquia-
velismo de Bismarck de que Napoleón III había soña-
do con anexionarse á Bélgica, país que estaba desde
su formación garantizado por el gobierno inglés.
El silencio de las potencias lo interpretó Bismarck
como una adhesión á su política. No se dio cuenta de
que la rápida y victoriosa constitución del Imperio
alemán debía inspirar recelos y poner en guardia
á las naciones
amenazadas
por esta guerra
enorme.
BL FINAL DB UNA LKYSNDA
Hace más de
(Caricatura de la riioca, por Aucourt)
un siglo que
Europa sigue
VI una política de
equilibrio, ten-
La poli'fica exterior de Bismarck diendo instinti-
vamente á la

Después de la victoria sobre Francia, Bismarck destrucción de


fué el hombre más importante de Europa y el arbitro toda potencia
de la política internacional. Todas las naciones espia- preponderante
que intenta so-
breponerse y
dominar á las
otras. Inglate-

rra, unas veces


por voluntad y
(Caricatura de la cpoca, pr)r Dainnii'
otras por com-
promisos tradicionales, figura á la cabeza de este
movimiento regulador. El napoleonismo del primer
Bonaparte lo destruyó con su acción directa: el na-
poleonismo del tercer Bonaparte fue arruinado ful-
minantemente por su tolerancia impasible, y ahora
marcha contra un napoleonismo sin el genio de Na-
poleón, representado por las soberbias aspiraciones
de Guillermo II.
Después del triunfo de la política de Bismarck, los
gobiernos europeos se dieron cuenta del gran error
que habían cometido al permitir el aplastamiento de
Francia. Deslumhrados por el aparatoso militarismo
de un Napoleón III, que creía disponer de la fuerza
sin poseerla, habían dejado que se constituyese sobre
sus ruinas la fuerza verdadera y temible del Imperio
EL REMBDIO
alemán. Por esto aprovecharon la primera ocasión
-¡Un mal rCgimen áe dicr años! Esa es toda vuestra enfermedad, de la que
podréis curaros en seguida con una buena constitución para hacer entender á Bismarck que no debía contar
(Caricatura de la época, por Cham) más con su indiferencia y su silencio.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 325

La República francesa, á continuación del desas-


tre militar y los horrores de una lucha civil, se dedicó
á reconstituir su vida interna y á organizar de nuevo
sus medios do defensa con una tenacidad y una ener-
gía nunca vistas en pueblo alguno. Esta voluntad
firmísima de los vencidos de volver á ser lo que ha-
bían sido antes de su desgracia, inquietó al Canciller.
En la corte de Prusia eran muchos los que deseaban
una segunda guerra con Francia para anularla defini-
tivamente. Mostraban cierta indignación, como si
hubiesen sido objeto de un engaño al ajustar la paz.
La facilidad con que Francia había pagado los G.OOO
millones, restableciendo sin cansancio su riqueza pú-
blica, les hacia pensar en la posibilidad de exigir una
indemnización triple ó cuádruple. Una nueva guerra
con Francia antes de que hubiese restaurado sus me-
dios de defensa era empresa facilísima. Con una cam-

paña de dos ó tres semanas el ejército alemán volve-


ría á ser dueño de París, recogiendo una cosecha de
muchos miles
de millones
.^-Lj_ para remediar
la crisis econó-
BL HABITO NO HACE AL MONJB
mica que su fria (Caricatura de la época, por Faustin)
elImperio des-
pués de la pri- autor, «en el incidente de 1875 se encuentra el rudi-
mera indemni- mento de los hechos que debían reproducirse con ma-

zación. yores consecuencias en li)14».


liismarck, Bismarck, despechado por la conducta de Gorts-
impulsado por chakow, dijo á éste, casi en los mismos términos que
el sentimiento empleó Bethmann-HoUweg con el embajador de In-
dominante en glaterra en 1914: «No es un proceder de buena amis-
su país y por tad saltar de improviso y por detrás sobre un
amigo
sus odios poli- confiado.» También en su indignación acusó á la di-

ticos excitados plomacia inglesa de haber procedido con duplici-


al ver que una
república cre-
cía y se conso-
ILUSIONB.S Y RreCrBRDOS
(Caricatura de la c'poca. por Aranda)
lidaba en el
centro de Euro-
pa, intentó en 1875 asestar un segundogolpe áFrancia.
Pero
Europa estaba
ahora despierta. No era posi-
ble repetir lo que dijo un
diplomático en 1870 al pre-
senciar la invasión de Francia la soberbia de los
y
alemanes: «;.Dónde está Europa, que no la veo?»
Apenas P.ísmarck inició su amenaza en Mayo
de 1875, tuvo que retroceder
bajo la presión de Rusia
é Inglaterra.

Gortschakow, Oanciller del zar Alejandro II, se ir-


guió ante el coloso alemán en el momento que inten-
taba herir por segunda vez á
Francia, dándole á
entender enérgicamente que en esta ocasión no reali-
zaría su atentado con la misma El Panci-
impunidad.
11er alemán tuvo que desistir del ataque, refunfuñando
furioso al chocar con este obstáculo.
Gortschacow,
después de tal éxito, pudo enviar á todos los gabine-
tes de Europa su famoso 1ST¿
telegrama declarando el in-
cidente terminado y la paz Francia inaugura el nuevo año
asegurada. Como dice un
(Caricatura do la ¿iioca, por Daumier)
326 VICENTE BLASCO ÍBAÑEZ

na sin tener en cuenta


la realidad, ó sea que
existen dos Alemanias:
una, la del Norte, con
lacara vuelta hacia los
mares septentrionales;
otra, la del Sur, con la
cara vuelta hacia los
mares meridionales; la
una protestante, la otra
católica.Y tal vez hay
que distinguir todavía
una tercera Alemania
central y continental,
que vive con embarazo
entre las otras dos.»
Los éxitos políticos y
de conquista no llegaban
á atenuar estas divisio-
nes de Alemania, favore-
cidas por las diferencias
MONUMENTO A GUILLERMO I BN BBRLIN como de
geográficas, asi
raza y de religión. La
dad, al impedir que Alemania castigase á Francia. obra de Bismarck sólo podía mantenerse uniendo su
Á partir de este incidente, el Canciller se dio cuen- suerte á la de Austria-Hungría. El Canciller se dio
ta de que Rusia é Inglaterra no estaban á disposición cuenta de ello, así como del peligro de una futura in-
de sus combinaciones políticas como se había imagi- teligencia entre Francia y el Imperio austríaco, sí es
nado, y que era posible que algún día se uniesen á que dejaba á éste en libertad. Las naciones vencidas
Francia, cuya desmembración habían contemplado in en Sadowa y en Sedán podían ponerse de acuerdo,
diferentes. Bismarck tuvo el presentimiento de lo que asociándose para un desquite común.
había de ocurrir en 1914, mucho después de su muerte. El Canciller buscó por todos loa medios una inteli-
Desde elmencionado suceso la Cancillería ale- gencia con Austria. Para conseguirla tuvo que pro-
mana empezó á mostrar una gran inquietud en sus meter á ésta grandes ventajas que la hiciesen olvidar
determinaciones. Bismarck da á entender en sus «Me- su expulsión de la Confederación Germánica. Bis-
morias» que las coaliciones posibles entre las poten- marck no podía ofrecer al gobierno austríaco nin-
cias constituyeron su pesadilla. El, que en sus prime- guno de los territorios que había poseído y pertene-
ros tiempos de ministro se había señalado como amigo cían ahora á Alemania, pero le señaló una expansión
de Rusia ayudándola á sofocar la insurrección de Po- posible al otro lado
lonia, se mostró á partir del incidente de 1875 de un del Danubio á costa
anti-eslavismo rabioso, hasta el punto de perder la de los pueblos balká-
clarividencia que había caracterizado hasta entonces nicos, asegurándole
su política. su fuerte apoyo.
Otra consideración de orden diplomático le hizo El consejo de Bis-
ser hostil al Imperio ruso. Alemania, á pesar de su marck, que impulsó
unificación triunfante, necesitaba la amistad y la á los austríacos ha-
alianza del Imperio austríaco. La fidelidad de la Ale- cia Oriente, fué á
mania del Sur no era muy segura, aun después de la una distancia de
victoria de 1870, como no lo es todavía en los momen- treinta y ocho años
tos actuales. La política alemana no podía ser exclu- el motivo inicial de
sivamente prusiana, y para dirigir á los Estados del la guerra de 1914.
Sur necesitaba vivir de perfecto acuerdo con la polí- Alemania, para
tica austro húngara. «Resultará siempre —dice Hano- mantenerse en se-

taux que la ansiedad suprema de la Alemania del guridad, ligaba su
Norte es la fidelidad de la Alemania del Sur. Á pesar suerte á la de Aus-
de que Alemania desea ser una, no lo es en los mo- tria-Hungría.
mentos actuales. La tesis de las nacionalidades y la Los intereses de
fraseología romántica de mediados del siglo XIX, Rusia y Austria eran
ae han engañado en esto. Cantaron la unidad alema- antagónicos y forzó- bbaconfibld
HISTORIA DE LA GUERR;^ EUROPEA DE 1914 327

sámente debían producir á la larga un rompimiento


entre Rusia y Alemania al marchar ésta unida con el
Imperio austríaco.
Rusia, cuya política tenía como objetiv^o tradicio- ^^^^^^^H^^^^^^vr^JV'
'
^^^^^^K
nal Constantinopla y los üalkaues, tropezó con Ale-
mania al ir ésta á remolque de su nuevo aliado. En
de 1876 la diplomacia de San Petersburgo y la
.lulio

de Viena celebríiron la entrevista de Reichstadt, re-


partiendo la península de los Balkanes en dos zonas
sometidas á la influencia rusa y á la influencia aus-
tro húngara. Rusia se reservó la protección de las

poblaciones eslavas situadas al oricLte de la penín-


sula, abandonando en cierto modo al Imperio aus-
tríaco los territorios occidentales. Dos años después
de este arreglo, en 1878, Rusia declaró la guerra á
Turquía con motivo del patronato que intentaba ejer-
cer en favor de los pueblos eslavos de los Balkanes.
Los triunfos fueron laboriosos, y cuando á costa de
enormes pérdidas de sangre venció á los turcos, lle-
gando su vanguardia al pueblo de San Stefano, en las
afueras de Constantinopla, se vio detenida por Aus-
tria y Alemania, que se levantaron ante ella en vista
de sus progresos, y por la Gran Bretaña, temerosa de
que la llave del Bosforo cayese en sus manos.
Para reglamentar el tratado de San Stefano ajus-
tado entre Rusia y Turquía, las grandes potencias eu-
ropeas se reunieron en Berlín bajo la presidencia de
Bismarck, que había sido agraciado con el título de
príncipe.
El congreso de Berlín fué una especie de tribunal
europeo, y el príncipe de Bismarck pudo darse la or-

gullosa satisfacción de humillar ante él al Imperio


ruso y á su Canciller Cortschakow, que cuatro años
antes había detenido su golpe contra Francia. Rusia,
acosada por todas las potencias, y especialmente por
Inglaterra, que veía un peligro en la influencia esla-
va, tuvo que renunciar al tratado de San Stefano,
dando por inútiles
sus victorias y sa-
crificios. Su firma
autorizó el tratado
de Berlín, amañado
por todas las poten-
cias adversas bajo
la sugestión de Bis-
marck.
Este tratado de
P>erlín, suscrito en
1879 para regla-
mentar definitiva-
mente, según sus fir-
mantes, la cuestión
de Oriente, reconsti-
tuyó y galvanizó la
Turquía, próxima á
morir, oponiéndola
á Rusia, y devolvió
GOKTscuAKow al yugo del sultán
526 VICENTE BLASCO IBANEZ

BL CONQRBSO DE BERLÍN (Cuadro de Wei'uer)

Primer término: Karoly. (iortscliakow. Disraeli. AiHlrassy. Bismarck. Schouvalow. Bulow. Melu-met-Ali-PacliA.
Segundo: Waddiugtou. Radoivitz. Corti. Oulnil. Saiut-Vallior. Desprez. Carathéodory-Pacliá. f>adoulaIi-I3ey.
Tercero; Aymerlé. Launay. Hoheulohe. Do Muuy. Oddo Russell. Salisbury.
Cuarto: El piutor Weruer. Herbert de Bismarck. Dr. Busch.

sintieron ligados por los sombríos intereses de la com- búlgara: es este un honor que seguramente no espera-
plicidad. Los dos pueblos servios eran el regalo que ban los búlgaros. Declaro, como plenipotenciario ale-
hacia Alemania al Imperio austríaco á cambio de la mán, que sientopoco interés por tales detalles.
muy
alianza. Austria,comprometida por el presente, debía Hemos decidido que existirá un principado en Bulga-
seguir á su poderoso amigo, pues le era necesaria su ria, pero aun no sabemos si vamos á encontrar un
protección. príncipe para el principado. También creo inútil ma-
Tal vez el príncipe de Bismarck no tuvo una idea chacar tanto para saber cómo será la Constitución que
exacta de las consecuencias de este acto. En la última laborarán los nobles búlgaros y sobre la cual tengo
parte de su vida mostró una ignorancia incomprensi- hecha mi opinión
ble en dos cuestiones importantes: la de la expansión por adelantado.
colonial alemana y la de los Balkanes. Cuando todos Otro día según —
en su país deseaban la adquisición de lejanos territo- un testigo presen-
rios para dar salida al exceso de habitantes y de pro- cial —al leer un ar-

ductos, él despreciaba las conquistas coloniales, cre- tículo del tratado de

yendo que no merecían el menor esfuerzo. El porvenir San Stefano en el


de los pueblos balkánicos le inspiró un desprecio igual. que se enumeraban
En varias ocasiones dijo que toda la cuestión de Orien- las diversaspobla-
te valía menos que huesos de un granadero de la
los ciones no búlgaras
Pomerania. Durante el Congreso de Berlín se burló que debían ser ga-
con despectivo regocijo de los pueblos balkánicos, que rantizadas en el uso
años después habían de ser la causa inicial de la gue- de sus derechos po-
rra más grande que ha conocido la humanidad. líticos, el nombre de
Las discusiones del Congreso sobre la suerte de los Koutzo-Valacos
estos pueblos impacientaban como si estuviese
le llamó su atención.
oyendo cosas pueriles. Al ver que se prolongaba el — ¡Koutzo-Valacos!
debate sobre el modo de constituirse Bulgaria, el — exclamó riendo— .

Canciller no pudo contener su impaciencia, y ex- He aquí un nombre


clamó: que merece ser bo-
— Hace dos días que estamos discutiendo la cuestión rrado por lo raro. bl conde db bbust
EL ESFÜERZ

Fot. de M. Tchcrnof. de la <Illusiralian> de París

El viejo rey Pedro I presenciando desde una altura el heroísmo con que las
DE SERVIA

1
d)as servias rechazan á los austríacos, reconquistando el territorio invadido
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 329

Y pasó el lápiz sobre él.


Al oir que el plenipotenciario in-
glés Salisbury pedía que se asignase
una sesión del Congreso para tratar
lo que él llamaba la cuestión arme-

nia, Bismarck no pudo contener su


disgusto: «¡Todavía una!», exclamó.
Los plenipotenciarios otomanos y
rusos emprendieron una discusión
sobre el nombre de los Lazos. Lord
Salisbury quiso intervenir en ella,
pero el Canciller alemíin le interrum-
pió conexagerada é irónica cortesía.
— Milord — dijo — yo no dudo que
,

los Lazos formen parte de las intere-


santísimas poblaciones orientales;
solamente me pregunto sí realmente
valen la pena de que les consagre-
mos nuestro tiempo, sobre todo ahora
que se aproximan los rigores de la
canícula.
Para el príncipe de Bismarck la
cuestión oriental era una cuestión
exótica, y la trataba con el mismo
desprecio y ligereza que en una con-
ferencia diplomática poco importan-
te se trata de la suerte de unas tri-
bus negras del interior del África.
Según él, los pueblos balkánicos sólo
debían interesar á Europa por lo que
pudiesen influir en las relaciones en-
tre las potencias. Eran pueblos «si-
tuados fuera del circulo de la civiliza- BISMAHCK, CANCILLER DEL IMPERIO
ción europea y sin porvenir alguno» .

Si Bismarck hubiese tenido mayor clarividencia tria-Hungría, que era de origen sajón, se resistió á
en esta parte de su vida, tratando con menor despre- las sugestiones del gobernante alemán. Era partidario
cio y ligereza la suerte y la dignidad de los pueblos de una política -con las manos libres», ó sea de «una
balkánicos, Europa colaboración activa y pacífica para el bien y la pros-
se habría evitado peridad de los dos imperios», pero sin nada que signifi-
grandes males. case alianza de guerra. Beust, por dignidad profesio-
nal, queria imitar á Gortschakow haciendo frente «al
otro Canciller», que era como designaba á Bismarck.
La consecuencia Pero éste, que se había batido con enemigos más temi-
inmediata del Con- bles, necesitó de pocos esfuerzos para darle un sucesor.
greso de Berlín fué Los políticos húngaros son por tradición rivales de los
la constitución de la austríacos, y el ministro húngaro Andrassy se puso á
Triple Alianza, que las órdenes de Bismarck con la condición de que éste

empezó por ser do- lo elevase al gobierno diplomático de la monarquía


ble al ajustarse úni- austro-húngara.
camente entre Ale- El Canciller alemán preparó una entrevista de
manía y Austria. Guillermo I y Francisco José en Salzburgo. En la con-
El príncipe de Bis- versación de los emperadores, el vencido de Sadowa
marck no encontró entregó la suerte de su Imperio en manos del terrible
grandes facilidades Canciller que le había arrojado violentamente de la
aliniciar dicha alian- Confederación Germánica. El conde de Beust, caído en
za. El condedeBeust, desgracia, tuvo que ceder su puesto al húngaro An-
ministro de Negocios drassy, hechura de Bismarck. Este hizo un viaje á
ANDRASSY Extranjeros de Aus- Viena, concertando los preliminares del tratado, y
11
xo VICENTE BLASCO IBAÑEZ

No podrá ser comunicado á


una tercera potencia sin pre-
vio conocimiento de las dos
partes, después de un acuerdo
especial entre ellas.
En vista de lasdisposiciones
manifestadas por el empera-
dor Alejandro en la entrevis-
ta de Alexandrowo, las dos
partes contratantes abrigan
la esperanza de que los pre-

parativos de Rusia no resul-


tarán en realidad amenazan-
tes para ellas; por esta razón
no hay actualmente motivo
alguno para hacerle conocer
este documento.
Pero si contra toda previ-
sión esta esperanza resultase
vana, las dos partes contra-
tantes reconocerán como un
CUARTO DH TRABAJO DB BISMAKCK (Grabado de la época)
deber de lealtad el informar,
al menos confidencialmente,
el 7 de Octubre de 187*.) ae firmó el documento origi- al emperador Alejandro, que considerarán como diri-
nal de la que luego se llamó Triple Alianza y al prin- gido contra las dos todo ataque dirigido contra una
cipio fué una inteligencia ofensiva y defensiva úni- de ellas.
camente entre Alemania y el
Imperio austro-húngaro. En fe de lo cual, los plenipotenciarios firman con
El tratado de la Triple Alianza se mantuvo secreto mano propia este tratado y lo legalizan con sus sellos.
algunos años, hasta que fué publicado por primera vez
el 3 de Febrero de 1888. Dice así: Firmado, Andrassy.
Príncipe Enrique vii Rbüss.
Articulo primero. Si contrariamente á lo que se
debe esperar y contrariamente al deseo sincero de las Hecho en Viena el 7 de Octubre de 1819.
dos altas partes contratantes, uno de los dos Estados
fuese atacado por Rusia, las dos altas partes contra- Bismarck pensaba en Francia más que en Rusia
tantes quedan obligadas á prestarse un reciproco al establecer la Triple Alianza.
socorro con la totalidad del poder militar de su Impe- Sentía animosidad hacia el pueblo ruso y sus go-
rio, y como consecuencia, á no ajustar la paz más bernantes, viendo en éstos un perpetuo obstáculo
que juntamente y de acuerdo. para su políti-
Art. 2.° Si una de las dos altas partes contratan- ca. «Á los es-
tes fuese atacada por otra potencia (que no sea Rusia), lavos—decía — i :'
..^r^it'^^^mi
la otra alta parte contratante se compromete por el hay que estre-

presente documento, no solamente á no sostener al llarles la cabe-

agresor contra su alta aliada, sino cuando menos á za contra un


observar una neutralidad benévola con la parte con- muro.» Y el
tratante. Sin embargo, si en el caso precitado la po- principal moti-
tencia atacante estuviese apoyada por Rusia, bien vo de su odio
bajo la forma de cooperación activa, bien por medidas era el presenti-
militares que amenazasen á la potencia atacada, en- miento de que
tonces la obligación de asistencia recíproca con todas Rusia despega-
las fuerzas militares, obligación estipulada en el arti- da para siem-
culo primero de este tratado, entrará inmediatamente pre del Imperio
en vigor y las operaciones de guerra de las dos altas po- alemán, acaba-
tencias contratantes serán conducidas en esta circuns- ría en su apar-
tancia conjuntamente hasta la conclusión de la paz. tamiento por
Art. 3." Este tratado, por razón de su carácter pa- buscarla amis-
cíficoy por evitar toda falsa interpretación, será tad deFrancia.
mantenido en secreto por las dos altas partea con- «Contra una
tratantes. alianza franco- bismarck con su perro favorito
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 331

rusa —
dijo el Canciller considerándola posible la — ,
el protectorado francés,
respuesta indispensable es una alianza austro-alema- cuando ellos aspiraban
na.» Esta inteligencia entre los dos imperios ger- á difundir la influencia
mánicos representaba la seguridad de su obra. «Si italiana en la costa de

Alemania sabe mantenerse unida escribió en una África.

carta al rey de Baviera y sus ejércitos son bien Bismarck supo explo-
dirigidos, no tiene por qué desesperarse ante una coali- tar los disgustos pasados
ción posible de Rusia y Francia. Sin embargo, esta y presentes entre las dos
coalición no dejaría de se)- un suceso molesto, que naciones, hermanas de
nuestra política debe evitar en lo que sea posible.» civilización, hasta con-
Además, Bismarck en aquel entonces contaba con el seguir separarlas por
apoyo de Inglaterra por estar Alemania aliada con largos años. Sólo un
Austria. Este apoyo probable tranquilizaba al Canci- hombre como él podía
ller. De todas las potencias era la Gran Bretaña la dar realidad á los ma-
que le infundía mayores respetos y miramientos. yores absurdos históri-
Temía su enemistad y siempre hizo de esta adhesión cos. Había hecho una
la base de sus vastas combinaciones; conducta pru- alianza con el Imperio
dente que en 1914 no supo imitar su sucesor en la expoliado por él en Di-
cancillería. namarca y vencido en
El texto del tratado entre los dos imperios iba diri- Sadowa. Después de esto
gido contra Rusia, aludiendo de paso á una tercera po- bien podía conseguir la
tencia (Francia que en el porvenir podía aliarse con
), aproximación amistosa
los rusos. Bismarck no consideró de suficiente fuerza de Austria é Italia, que
la alianza austro-alemana. El Imperio aliado tenía á se miraban con inquie-
sus puertas un enemigo histórico, Italia, que aun guar- tud y odio.
daba el resquemor de la cruel dominación austríaca. Los italianos veían
El pueblo italiano, á causa de su latinismo, podía sen- una amenaza continua
tirse atraído por Francia, constituyendo un peligro en emperador Fran-
el
BISMARCK EN EL CAMPO
para Imperio austríaco.
el cisco .losé, que no podía
Italia, organizada recientemente y con todos los olvidar sus fracasos en la península, y especialmente
entusiasmos de la juventud, podía ser un adversario la pérdida de Venecia. Era conocida la afirmación de
peligroso por su situación geográfica y su odio tradi- un diplomático austríaco al hablar de su emperador:
cional al tudesco. Bismarck se dedicó á restablecer «Si le abriesen el corazón dijo
— —
encontrarían escri-
,

las relaciones entre Italia y Austria, explotando para ta en él una palabra: Venecia.» Aparte de la amenaza
esto los rencores italianos, todavía vivos, contra la po- austríaca, Italia, que se mantenía en guerra con el
líticade Napoleón III. Los patriotas de la península Vaticano después de la ocupación de Roma, temió al
no podían olvidar que el emperador francés había sos- maquiavelismo de Bismarck. Éste, en ciertos momen-
tenido hasta el tos, para atraerse á los italianos, los amenazaba con
T último momen- tomar bajo su protección la causa del poder temporal
to el poder tem- del Pontificado. El cinismo con que el Canciller pro-
poral del Papa, testante anunciaba su propósito de proteger la causa
dándole el apo- de los papas para sus fines diplomáticos, motivó en
yo de un cuer- gran parte la adhesión de Italia á su política. Ade-
po de ejército más, el ministro Crispí, que era omnipotente en aque-
establecido en lla época, sentía cierta predisposición contra Fran-
Roma. Al triun- cia, desde sus antiguos tiempos de revolucionario, á
far en Francia causa de la conducta observada por Napoleón. Para
la República, que Bismarck no imítase á éste sosteniendo la causa
los liberales papal, el gobierno italiano obedeció á todas sus su-
italianos que gestiones.
podían sentir El 27 de Octubre de 1881 el rey Humberto, acom-
por ella una pañado de presidente de su Consejo, y de
Crispi,
ciertasímpatia Mancini, ministro de Negocios Extranjeros, fué á
política, ex- Viena. Bismarck se había trasladado á dicha capital
perimentaron desde Berlín. En aquella entrevista pudo terminar el
una nueva de- Canciller la tela de araña que envolvía á Francia en
cepción al ver sus fronteras continentales.
BISMARCK KN SU MESA DE DESPACHO á Túnez bajo Pocos meses después, en 1SS2, quedó suscrito en
532 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Viena el tratado entre Alemania, Austria é Italia, ba mantenerse en buenas relaciones, evitando todo
tratado que completó el de 1879, afirmando la llama- riesgo de guerra.
da Triple Alianza. A impulsos de su deseo ideó la más complicada é
Su texto se ha mantenido siempre en secreto, pero hipócrita de las combinaciones diplomáticas. Había
se sabe que es distinto al del primitivo tratado entre hecho la alianza con Austria para ponerse á cubierto
Alemania y Austria, ya que sólo tiene un fin pura- de las amenazas de Rusia, y luego de esto buscó po-
mente defensivo, comprometiéndose los tres contra- nerse en relación con el Imperio ruso, ajustando una
tantes á una mutua ayuda en el caso de ser agredidos, alianza secreta. Austria tardó mucho tiempo en ente-
sin tratar para nada de una acción ofensiva. rarse de los manejos ocultos de su aliado.
Con la Triple Alianza, la diplomacia alemana se El Canciller, al mismo tiempo que pretendía con
consideró dueña de Europa. La República francesa esta maniobra diplomática evitar el último peligro
vivirla en adelante entre enemigos. Rusia quedaba que amenazaba á su país, quiso impedir que Rusia,
confinada á un extremo del continente. Inglaterra se- amenazada á su vez por la Triple Alianza, concediese
guiría en su «soberbio aislamiento», pero Bismarck su amistad á la República francesa. La familia impe-
rial rusa era objeto en
aquel entonces de fre-
cuentes atentados por
parte de los nihilistas,
y Bismarck explotó ta-
les sucesosdemostran-
do á la corte de San
Petersburgo que eran
producto de la propa-
ganda revolucionaria
de Francia. En 1884
obtuvo del gobierno
ruso la firma de un tra-
tado secreto, en virtud
del cual Alemania y
Rusia se comprometían
reciprocamente á la
neutralidad amistosa
en el caso de que una
de ellas fuese atacada
por una tercera poten-
cia.
BISMARCK Y BL KAISBR, ENTONCES KRONPRINTZ GUILLERMO
Esta política comple-
ja y tortuosa la bautizó
esperaba contar con su aprobación ó cuando menos Bismarck con el titulo de «política de contraseguro».
con su indiferencia. Sus enemigos, al enterarse vagamente de ella, le ata-
El tratado de la Triple Alianza se ajustó por cinco caron en el Reichstag, demostrando que el sistema de
años. Luego fué renovándose en 1887, 1891, 1898, seguros y contraseguros llevado á la diplomacia no
1904, 1909 y 1913. Italia, que sólo había aceptado podía inspirar confianza á ninguna potencia, pues
prudentemente una obligación defensiva, pudo man- cada una de éstas tendría derecho á preguntarse cuál
tenerse neutral en 1914, declarando con esto la cul- de los dos tratados, el del seguro ó el del contraseguro,
pabilidad ofensiva de sus aliados, promovedores de la prevalecería en el momento crítico. Pero tales tortuo-
presente guerra. Además sólo había accedido á las sidades eran muy del gusto de la diplomacia alemana,
diversas renovaciones del tratado después de ver que insistió en ellas.
satisfechas las exigencias con que acompañaba cada Rusia, comprendiendo el engaño de esta situación
nueva prueba de adhesión. equívoca, que representaba una ventaja positiva para
Alemania y una carencia de seguridad para ella, se
negó á renovar el tratado, cuya duración era de tres
La seguridad de Alianza no fué bastante
la Triple años.
para Bismarck. Deseaba el mantenimiento de la paz El famoso Canciller no pudo continuar su política
á todo trance para el tranquilo desarrollo de Alema- preponderante sobre Europa. Ocurrió lo que menos
nia. Sus amenazas belicosas eran únicamente para el podía imaginarse. El Imperio juzgó innecesarios sus
pueblo francés, por creerlo debilitado y querer impe- servicios.
dir su reconstitución. Con las demás potencias desea- Había muerto Guillermo I, «su viejo amo». El
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 333

Moltke Bismarck Kroupriutz Guillermo

MUBRTB DB GUILLERMO I

kronprintz, valeroso y noble soldado de las guerras VII


con Austria y Francia, ocupó el trono con el nombre
de Federico 111, pero herido de muerte y sólo por po- La marina alemana
cos meses.
Un joven emprendedor y absorbente, ansioso de Vencedora Alemania en sus guerras continentales,
mezclarse en todo y disponerlo todo, quedó al frente necesidad de poseer una fiota.
sintió la
de Alemania, chocando desde los Á la hora en que el ejército
primeros momentos con el glorio- triunfador en Sadowa y Sedán era
so Canciller, que estaba acostum- el primero de Europa, Alemania

brado al respeto y la simpatía de figuraba como la última nación en


sus soberanos. Ilabia servido al cuanto íí poder marítimo. Esta
abuelo y al padre con leal fideli- carencia de buques de guerra la
dad, pero al mismo tiempo con sintió en 1870, al iniciar la cam-
cierto compañerismo, consideran- paña de Francia. Una parte de
do el Imperio como una obra co- su ejército tuvo que inmovilizarse
mún que en cierto modo le perte- en las costas, que no contaban
necía. El nieto quiso tratarlo lo para su defensa con un sólo navio
mismo que á un viejo intendente, importante. La mala dirección del
respetable por sus años y servi- Imperio francés y el desorden de
cios, pero de clase inferior. sus operaciones libraron á los
Guillermo puso en la calle á
II puertos alemanes de un ataque de
Bismarck, haciéndole salir de la la marina francesa, acompañado
cancillería, en la que había es- de graves daños.
perado envejecer hasta que le sor- Este peligro, que podía repetir-
prendiese la muerte. aUILLBRMO I RN SU LBCHO DB MDBRTE se, obligó á la nación vencedora
334 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

corbeta de vela
La Amazona, de
12 cañones, que
era el orgullo de
los burgueses de
Berlín, y unas
cuantas lanchas
cañoneras movi-
das á remo. Esta
era toda su mari-
na cuando en 1864
emprendióla gue-
rra contra Dina-
marca para arre-
batarle los duca-
dos de Schleswig

LA ISLA DE HBLIGOLAND y Holstein.


Bismarck cre-
yó necesario im-
á preocuparse de la creación de una marina, inician- provisar una flota para defender las costas de una
do Bismarck los primeros trabajos, que fueron con- agresión posible de Dinamarca, que disponía de fuer-
tinuados por Guillermo II con una rapidez y un éxito zas marítimas, y con fondos de la Dieta de Francfort
verdaderamente asombrosos. fueron compradas á toda prisa dos fragatas de vela
Hoy la marina alemana es, por la fuerza de que en Londres y una en los Estados Unidos, que vinieron
dispone, la segunda de Europa. Como fué la última de á unirse con La Amazona y la media docena de ca-
todas en su creación y desarrollo, no tuvo que luchar ñoneras á remo. Como Prusia no tenía marinos, tri-
como las otras con las dificultades embarazosas de un puló estos buques con aventureros de diversas nacio-
material antiguo, tradiciones conservadoras y ruti- nalidades enganchados en los puertos del Báltico. El
nas profesionales. Ha podido estudiar en las expe- mando supremo de la primera escuadra prusiana hubo
i'ienciasde sus vecinos, aprovechando de un golpe que conferirlo á un capitán mercante natural de Gre-
todo lo que los otros adquirieron á costa de largos cia. Esco ocurrió hace cincuenta años en el país que

años y vacilantes ensayos. posee ahora una flota enorme.


Desde sus primeros tiempos comprendió Prusia la Inglaterra, que ocupaba la isla de Heligoland, de-
necesidad de una defensa naval. En el siglo XVII, el claró que trataría á estos buques y á sus tripulacio-
Gran Elector se preocupó de la marina, á pesar de su nes poco recomendables como si fuesen piratas, y la
pobreza de soberano modesto, construyendo una fraga- escuadra bismarckiana fracasó lamentablemente. Al
ta de 40 cañones. Federico el Grande deseó la conquis- terminar la guerra, el personal marítimo de ocasión
ta de Dánzig, por ver en este puerto la base de un futu- fué licenciado, y los buques de la llamada flota de
ro poder marítimo. Pero no bastaba á los monarcas Francfort se vendieron en pública subasta.
de Prusia desear una flota. Les faltaban las costas y Después de la victoria, la política del Canciller fué
los puertos. Su litoral era bajo, arenoso y con los es- proporcionando á Prusia riberas y puertos, sin los
tuarios cerrados por barras. Dinamarca se oponía á cuales no era posible la existencia de una marina de
su acceso al mar. Las repúblicas de Lubeck y Ham- guerra. Pasaron á ser suyas la doble costa del Hols-
burgo y el reino
de Hanóver, que
poseían casi todas
las costas de Ale-

mania, se nega-
ban á una alianza
con Prusia te-
miendo por su in-
dependencia.
Al iniciarse la

política de Bis-
marck, el gobier-
no prusiano sólo
tenía un buque in-
significante: la RADA DD EIBL CON LOS ACORAZADOS MODBRNOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 325

BL GRAN SALÓN DKL RATAUS DB BRBMA CON LOS MODBLOS DB LOS ANTIGUOS BARCOS

tein y todas las de Hanóver, con lo cual todo el lito- alemana del Norte aprobó rápidamente, á instigacio-
ral de Alemania, desde Holanda á Rusia, quedó en nes del Canciller, un proyecto para la organización de
manos del gobierno prusiano. De esta ribera extensa la flota durante un período de diez años (1867-1877).
lo más apreciable fué la magnifica bahia de Kiel, base Esta organización se realizó sin perder tiempo,
del poder naval alemán. Dos centros marítimos im- acaparando los buques que estaban á la venta en el

portantes tuvo Prusia á su disposición como núcleos extranjero. La primera compra la hizo Bismarck...
de la marina futura: Wilhelmshaven (puerto Guiller- ¡en Francia! adquiriendo el acorazado Federico-Car-
mo) en el mar del Norte y Kiel en el mar Báltico. los, construido en los arsenales del Sena. Dos buques
Además, por la convención de Gastein con el gobier- semejantes, el Principe imperial y el Kiel, fueron
no austríaco, Prusia adquirió el derecho de abrir un comprados en Inglaterra. Además, en 1869 Guillermo I
canal á través del Holstein inauguró solemnemente el
de un mar á otro. Este fué puerto de Jade en el mar
el provecho marítimo de la del Norte, bautizándolo con

guerra contra Dinamarca, su nombre: Wilhelmshaven


realizada únicamente con (puerto Guillermo. Está si-
ejércitos de tierra. tuado sobre el golfo .lade,
Al conseguir Bismarck en un terreno que Federico
después de Sadowa la adhe- (iuillermoIVcompró en 1854
sión de los Estados del Sur al ducado de Olderaburgo por
iniciando la futura confe- millón y medio de francos,
deración imperial, su gobier- previendo lo que podía re-
no pudo ocuparse seriamen- presentar en lo futuro. Na-
te en la creación de una poleón I había tenido el pro-
marina. Desde 18(57 el ("an- yecto de establecer en Jade
empezó á preparar,
ciller una estación naval.
como ya dijimos, su guerra Al estallar la guerra con
contra el Imperio francés. Francia, la flota alemana se
Éste disponía de una flota componía de 3 fragatas aco-
temible para la seguridad de razadas, '2 monitores, 9 cor-
las costas prusianas. El Par- betas y 22 lanchas cañone-
lamento de la Confederación BL ARSENAL DB DANZIQ ras. Los puertos de Wil-
336 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

TALLERES DE LA CASA KRUPP


Construcción de una doble torre blindada

helmshaven y Kiel, fortificados recientemente, eran maneció inactiva. Los rápidos desastres de tierra firme
sus abrigos. Esta marina no hizo nada durante la gue- y desorganización del gobierno imperial paralizaron
la
rra. La flota francesa, cuyo ataque era esperado, per- la ofensiva de las escuadras de Francia. No disponían
de un ejército de desembarco; toda su acción, después
de salvar grandes dificultades, sólo podía limitarse
á cañonear desde lejos las costas alemanas. Por esto
desistieron de un ataque y la naciente marina ger-
mánica salió de la
guerra sin pérdidas y sin gloria,
pero aprovechando ampliamente el buen resultado de
la lucha para su desarrollo y progreso, como había
ocurrido después de las campañas contra Dinamarca
y Austria.
El nuevo Imperio concentró sus esfuerzos para con-
seguir una marina nueva. En 1872 fué creado el Al-
mirantazgo, y en el año siguiente, fecha memorable
para la flota alemana, el príncipe de Bismarck hizo
adoptar por el Reichstag un plan de renovación com-
pleta que abarcó á la vez la defensa fija de las costas
y la defensa móvil, ó sea las fortificaciones y los bu-

ques. La obra debía realizarse en el término de diez


años 18731883). Todas las energías de Alemania con-
1

vergieron en este trabajo.


El nuevo Imperio se dio cuenta del gran peligro
en que habían estado sus costas durante la guerra re-
ciente y los graves daños que podía haberle inferido
la flotaenemiga guiada por una buena dirección. Una
parte considerable de los millones entregados por
Francia fué dedicada á los trabajos de la marina. La
industria particular creó astilleros en los puertos del
PARA LA ARMADA mar del Norte y del Báltico, y al poco tiempo botaba
Fundición de planchas de blindaje en la Casa Krupp al agua cañoneros, corbetas y avisos. En 1874, ó sea
HISTORIA ÜE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 337

un año después, el arsenal de


Kiel lanzó su primera fragata
acorazada, Federico el Gran-
de. Las fábricas de metalur-
gia alemana se dedicaron á la
producción de placas de acero
para los acorazados. La casa
Krupp, que hasta entonces
sólo había fabricado cañones
con destino á las guerras de
tierra firme, adquirió el polí- BL «KAISBR', DRBADNOUGHT CON CORAZA DE ACERO KRUPP
gono de Meppel para las ex-
periencias de cañones de costa y de escuadra, dando nombre canal de Kiel, que pone en comunicación el
á la artillería de marina más poder y precisión. Los Báltico con el mardel Norte. En 1887 ÍTuillermo I, que
talleres de maquinaria se dedicaron á producir los se había preocupado mucho de la obra de este canal,
enormes motores que animan los buques modernos. puso solemnemente la primera piedra de la esclusa de
En pocos años la industria alemana se bastó para Holtenau, obra que aseguraba la solidez del pasaje
atender á todas las necesidades de su marina sin ne- marítimo. En este día el viejo emperador pudo con-
cesitar más del auxilio extranjero. templar con sus propios ojos la flota alemana forman-
do en el horizonte un semicírculo
coronado de penachos de humo.
Tenía á sus órdenes 13 acorazados,
14 cruceros, 10 corbetas, 8 fraga-
tas, 5 cruceros menores, 7 avisos,
5 cañoneros, 10 buques-escuelas y
96 torpederos, con un personal de
17.000 hombres.
Guillermo I y su Canciller debie-
ron acordarse en dicho momento,
con orgullo y regocijo tiúunfante,
de los veleros de ocasión que ha-
bían formado la grotesca flota de

Francfort, así como del capitán


griego improvisado almirante por
Bismarck y sus tripulaciones de
aventureros tratados por Inglate-
rra como piratas. Veinticuatro años
EL ORBADMOUOBT «FRIEDRIOH DBR aR0SSB> habían bastado para realizar la
portentosa transformación. Los
La defensa de las costas se desarrolló con la mis- dos viejos podían sentirse satisfechos de sus trabajos
ma rapidez que la defensa móvil. Todos los puertos y su buena suerte.
importantes, así como las desembocaduras de los ríos, Al revistar el emperador las fuerzas de desem-
fueron fortificados poderosamente, asegurando los in- barco en la fiesta de Kiel (3 de Junio de 1887 vio 1,

tervalos con baterías costeras unidas por una vía avanzar una figura conocida al frente de un ba-
férrea en comunicación con los ferrocarriles del inte- tallón de infantería de marina. Era su nieto Guiller-
rior. La invención del torpedo fué adoptada por el Al- mo, hijo mayor del príncipe heredero, que mostraba
mirantazgo alemán cuando
éste era desempeñado por Ca-
privi, general de ejército, que-
dando defendidas por un sis-
tema submarino las entradas
de los puertos y estuarios y
los estrechos entre las islas y
la tierra firme.
Otra parte de los millones
de la indemnización fué dedi-
cada á la apertura del Canal
de los jios Imares, por otro BL DRBADNOUGHT «PRINZ RBGBNT LUITPOLD»
3? 8 VICENTE BLASCO 1BAÑE2

soberano, indica claramente el ob-

jeto que se propuso: moldear en el


troquel de la disciplina de las tro-
pas de tierra el personal de la flota
naciente, desde los oficiales á los
marineros y trabajadores de arse-
nal, manteniéndolos firmemente en
sus estrecheces y aplicando á los
establecimientos marítimos recien-
temente creados las reglas simples

y positivas de la administración
del ejército. »

BL, «MOLTKa>

gran entusiasmo por todos los asuntos de la flota.


Al año siguiente 1,1888) falleció el viejo emperador;
le sucedía su hijo, Federico III, para morir tres me-
ses después, y ocupaba el trono con el nombre de Gui-
llermo II el joven marino de afición que había desfi-
lado ante su abuelo en la revista de Kiel.

Por grandes que sean las fuerzas productoras de


un país, le es difícil crear de golpe una marina de
guerra. Alemania, gracias á su industria, pudo impro-
visar en breve tiempo los arsenales, las fábricas de

BL ACORAZADO «WITTBLSBACH»

Este personal, disciplinado mecánicamente y de


férrea obediencia, mostró al principio una lamentable
torpeza. Apenas salía al mar, la desgracia flotaba
tras deél. Sus desventuras marítimas hicieron recor-

dar muchas veces los primeros tiempos de la escuadra


prusiana, cuando figuraban en sus tripulaciones los
cocheros de Berlín que habían incurrido en faltas de
policía.
Al estallar la guerra ruso-turca, cuatro acorazados
alemanes fueron enviados al Mediterráneo para que
figurasen al lado de las escuadras francesa é inglesa
é hiciesen constar que el Imperio disponía de una ma-
BL ACORAZADO «PRBUSSBN»

corazas, máquinas y cañones, lanzando al mar todos


los años nuevos buques. Pero le faltaba el personal.
Sólo después de largos años de ejercicios pudo tener
una marina experta.
Los primeros educadores de la flota alemana fue-
ron generales del ejército de tierra. Roon, famoso por
su talento organizador, desempeñó por mucho tiempo
la cartera de Marina al mismo tiempo que la de
Guerra. Después se ocupó de la dirección de la flota
el general Stosch, intendente de los ejércitos alema-
nes y jefe de Estado Mayor durante la guerra con
Francia. Luego fué el general Caprivi el encargado L 'fi ImTlf^^'^
de amaestrar el personal de marina. «La clase de
educadores — dice un autor militar — escogida por el BL CRUCBKO «VON DBR TANN»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 339

riña. Dos de estos acorazados tu-


vieron que retirarse ai poco tiempo
con graves averías á causa de sus
maniobras torpes, y el tercero, lla-
mado Grosser Kurfurst, fué echado
á pique en pleno día por su compa-
ñero, pereciendo 2t)it hombres de
la tripulación. Un
buque-escuela
alemán naufragó por un descuido
de máquina estando anclado dentro
del puerto de Málaga, pereciendo
la mayor parte de su tripulación y
RL CRCCBRO «SBIDLITZ»

cia. Pero gobierno de Berlín, deseoso de que su país


el

figurase como una potencia colonial ya que disponía


de una flota, se contentó con recoger lo que sus riva-
les le habían dejado, intentando de
paso apoderarse
de las posesiones de otros pueblos que consideraba

'M débiles. Sus buques impusieron el


mán á los territorios de Togo,
protectorado ale-

i#^^^* \
'''
-
la costa occidental de África.
el mismo año 1881
Cameron y Damara, en
También ocuparon en
algunos puertos de la Nueva Gui-
nea y del archipiélago oceánico, bautizado con el
nombre de Bisraarck. En el año siguiente cinco cruce-
ros alemanes obligaron al sultán de Zanzíbar, bajo la

EL ACORAZADO <•
ITILDBBRAND»

sus alumnos. Sin embargo, la tenacidad y la disci-


plina acabaron por vencer. En fuerza de ejercicios,
evoluciones y maniobras, la nota germánica adquirió
un personal experto. Al mismo tiempo el gran des-
arrollo de la navegación mercante de
Hamburgo y
Brema pudo proporcionar á los pocos años una mari-
nería práctica.
Alemania, al poseer una ttota, quiso emplear su
poder ofensivo lanzándose á la adquisición de colonias
en 1884. Llegaba tarde al reparto mundial. Los mejo-
res lugares en los países sin dueño los habían
ocupa-
do otras potencias, especialmente Inglaterra y Fran-
L. 1
HL «HOHBNZOLLBRN»

amenaza de sus cañones, á la renuncia de sus dere-


chos sobre una parte de la costa oriental de África.
En Oceania se apoderó la escuadra
germánica de
los archipiélagos de Samoa, Fidji y Marshall. Poco
después, con el ansia de nuevos territorios, Alemania
plantó su bandera en las islas Carolinas, que pertene-
cían á España desde el siglo glorioso de sus descubri-
mientos, coronados por el primero de los viajes alre-
dedor de la tierra.
El pueblo español, irritado por el despojo, protestó
ruidosamente, arrastrando la bandera y los escudos
de Alemania en ]\Iadríd y otras ciudades. Pareció in-
evitable un choque entre las dos naciones, pero Bis-
BL ACORAZADO «POSÓN» marek supo evitarlo, dando al incidente un giro diplo-
340 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
demostrado siempre de un
modo apasionado y con ma-
nifestaciones muchas veces
excesivas su vivo interés por
la marina. Puede decirse que
la considera como un asunto
personal. Por su propia ini-
ciativa estudia las fuerzas
de sus rivales, cuenta las su-
yas, traza los cuadros com-
parativos para aclarar la
opinión del Parlamento, ha-
bla á los diputados para re-
ducirlos, y no hay esfuerzo
que repugne á su amor pro-
pio. Su vigor y su tenacidad
recuerdan la conducta de su
abuelo, cuando á pesar de
la oposición parlamentaria
muchas veces renovada,
persistió por encima de ella
en la reorganización y des-
arrollo del ejército.»
Lo primero que hizo Gui-
BL KAISER DIRIQIBNDO UNA MANIOBRA
llermo II al ocuparse de la
marina fué descargar al Al-
mático y sometiendo su resolución al arbitraje del mirantazgo de las complicaciones de la administra-
papa León XIIl. Las islas Carolinas volvieron á ser ción de la armada, confiándolas á un ministro espe-
españolas, adqui- cial. Caprivi fué

riéndolas años des- relevado del man-


pués por compra el do de la flota, que-
gobierno alemán á dando al frente de
raíz de la pérdida ésta por primera
del archipiélago de vez un hombre de
Filipinas, que hizo mar, el vicealmi-
insostenibles é in- rante Monts, reem-
útiles las demás po- plazado más tarde
sesiones de España por el almirante
en Oceanía. Von Der Goltz.
La política colo- SUBMARINO AI.BMAN La febril activi-
nial alemana del dad del joven em-
tiempo de Bismarck no realizó más adquisiciones. perador se comunicó á la marina. Una división de seis
Pero éstas fueron como buques bloqueaba Zan-
un anuncio de la Weit zíbar. Otra fué á Ocea-

politik (Política mun- nía para bombardear


dial)que habia de pre- Upolu. La flota germá-
ponderar bajo 'iuiller- nica navegó por los
mo n. mares del extremo
Oriente, afrontando al
Quisoéstedesde prin- .Tapón y obligando al
cipios de su reino ser Imperio chino á ceder
Emperador del mar, Kiao-Tcheou, inmedia-
triunfando en él con los tamente fortificado.
mismos éxitos que ha- El plan de Guiller
bía obtenido su abuelo rao II fué extender por
en las empresas de tie- todos los mares los bu-
rra firme. «Guillermo II ques mercantes de su
LIMPIANDO UNA AMWTRALLADORA — dice un autor ha — país; poseer una mari- baldeo db cubierta
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 341

na de guerra poderosa que hiciese respe-


tar el pabellón alemán: establecer factorías
en las costas lejanas, y al abrigo de los
intereses comerciales acabar conquistando
nuevos territorios.
La defensa del litoral de Alemania le

preocupó tanto como las expediciones le-


janas. Esta defensa obtuvo dos progresos
enormes en los primeros tiempos de Guiller-
mo II: la anexión de Heligoland y la aper-
tura definitiva del canal de Kiel.
La idea de un canal entre los dos mares
que evitase á los navios el largo y difícil
rodeo por los estrechos de Dinamarca era
de origen antiguo. Las repúblicas anseáti-
cas de Lubeck y Hamburgo habían realiza-
do en parte tal idea durante el siglo XV,
ZAFARRANCHO DB COMBATE
valiéndose de los ríos y de canales suple-
mentarios para el paso de sus buques de
escaso calado. Wallenstein en el siglo XVII intentó Esta isla pertenecía á Dinamarca, pero estaba en
la apertura de un canal para la armada imperial, de manos de los ingleses, que por necesidades de la gue-
la que era almirante. En el siglo XIX Dinamarca rra contra Napoleón la habían ocupado en 1807, olvi-
había abierto este paso del mar del Norte á la rada dándose luego de devolverla á sus dueños. Situada á
de Kiel, sosteniendo su utilización á pesar del obs- la vista de las costas alemanas á cinco ó seis horas
táculo que oponían los movimientos de tierras. Fe- de Hamburgo, domina el golfo de .lade y la desembo-
derico VII de Dinamarca proyectó construir otro cadura del Elba. Los embates del mar han arruinado
canal en mejor sitio y más cómodo y seguro: pero fué muchos de sus contrafuertes y desmoronado sus tie-

Alemania la que rras, dejando des-


después de la gue- unida la roca árida
rra victoriosa de y resistente. «He-
los ducados se apro- ligoland
— dice el

vechó del plan, rea- geógrafo Reclús



lizándolo. Los tra- no es más que un
bajos, que fueron peñón: pero un pe-
inaugurados, como peñón soberbio cu-
ya dijimos, en 1887 yas estrias de pie-
por Guillermo I, se dra multicolor, casi
concluyeron en .Ju- horizontales y di-

nio de 1895. Gui- TORPEDERO versamente escul-


llermo II en el mes pidas por las Uu-
de Junio de dicho año procedió ala apertura solemne vías, el viento, el sol y el aire salino, brillan con
del Canal de los dos tintes verde, negruzco
mares en presencia de ó rojo de gran esplen-
53 acorazados extran- dor.» Mientras la isla
jeros y 21 de la marina fué de Inglaterra no
alemana. Todos los cen- tuvo más que un pueblo
tros principales de ad- de pilotos y pescadores
ministración y ense- de origen frisón que
ñanza de la nota fueron aun conservaban la ori-
establecidos en Kiel. ginalidad de sus trajes
La adquisición de la y antiguas costumbres.
isla de Heligoland, lla- Una escalera abierta
mada igualmente el en la roca y un ascen-
«Peñón de Heligoland» sor comunican las du-

por su lejana semejan- nas de la isla con la


za con (iibraltar, fué meseta llamada Ober-
PINTANDO DE GKis ""» adquisición impor- land, que está cubierta SALIENDO A LA CUBIERTA
Los cAÑoNBs tante para Alemania. de alguna vegetación y DE UN TORPEDERO
342 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
acerca del valor estratégico
de la isla. Unos veían en ella
el baluarte de la Alemania
del Norte. Otros, teniendo en
cuenta el alcance de la arti-
llería, negaban importancia á
la adquisición, demostrando
la imposibilidad de impedir el

paso de los navios entre He-


ligoland y la costa. Como ocu-
rre en todas las discusiones,
la verdad se encontraba en
un prudente término medio,
entre el denigraraiento y el
elogio exagerado.
El gobierno alemán fortifi-

có la isla haciendo de ella un


COSTA OCCIDENTAL DE HELIGOLAND
peñón casi inexpugnable. Su
poderosa artillería no puede
tiene una altura de 57 metros. Toda la isla ocupa una impedir el paso de una flota enemiga resuelta á ir
superficie de 55 hectáreas, y sus habitantes son dos adelante á costa de grandes sacrificios, pero sirve
mil. para mantenerla á cierta distancia. Además es una
Heligoland, en manos de Inglaterra, representaba base de acción para los torpederos, un centro de apro-
para Alemania mantener un centinela extranjero den- visionamiento
tro de su casa. Los ingleses no habían hecho grandes para la escua-
gastos en la fortificación de la isla, pero desde lo alto dra y un punto
de su meseta podian observar cómodamente las costas avanzado para
fronterizas, contando los buques apenas salidos del las señales.

puerto y pudiendo dar útiles indicaciones al enemigo Los ingleses


en caso de guerra. que vendieron
Guillermo II, obedeciendo á la opinión popular y hace veinticua-
á su propio orgullo, quiso adquirir á toda costa el pe- tro años, por
ñón de Heligoland. Inglaterra acabó por acceder á avidez colo-
esta cesión en Julio de 1890, pero la hizo pagar cara. nial, la casi ol-
El Imperio alemán tuvo que dar á los ingleses una vidada isla de

parte del Damaraland en el oriente de África y todos Heligoland, re-


sus derechos sobre las costas de Zanzíbar. conocen ahora,
Bismarck, que ya había roto con Guillermo II y algunas veces,
vegetaba forzosamente en el retiro de sus tierras, se laimprudencia
indignó contra Caprivi, su reemplazante en la canci- de tal acto...
llería.
— Dar tanto á cambio de Heligoland dijo —
de- — ,
La anertura escalera y ascensor db heligoland
muestra más imaginación que razón. del canal de
En toda Alemania se entablaron vivas polémicas Kiel completó la defensa de las costas alemanas po-
niéndolas al abrigo de una sorpresa ó de un bloqueo.
Todos los puntos favorables á un desembarco fueron
cubiertos con fortalezas ó baterías, unidos entre sí
por una via férrea que se extiende desde la frontera
de Holanda á la de Rusia.La dirección general de la
defensa costera situada en Altona, comunica direc-
tamente con Berlín por medio de un telégrafo sub-
terráneo. El personal de marina está encargado
de las principales fortificaciones de la costa, y úni-
camente la artillería de plaza sirve las baterías se-
cundarias.
En 1895 terminóel período defensivo, preocupán-

dose en adelante gobierno alemán de aumentar la


el
ACADEMIA DE MARINA DE KIBL potencia ofensiva de la flota. Al trazar Guillermo II
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 54a

el nuevo programa de la marina en su


discurso de Kiel, dijo así:
«El ataque es superior á la defensa, y
por esto la tiota alemana debe tomar en
todas las guerras una vigorosa ofensiva. »
El emperador parece haber olvidado
tales palabras en la presente guerra. La
tlota alemana, creada según él para la

ofensiva, permanece oculta en los puer-


tos, rehuyendo todo combate formal con
los buques ingleses, y únicamente intenta

operaciones fáciles y aisladas contra na-


vios de comercio y poblaciones indefensas.
Guillermo II y sus ministros hicieron
á partir de 1894 una larga y tenaz cam-
paña para el aumento de la marina de
guerra. Ésta carecía de unidades de com-
V
bate. Repetidamente el Canciller, princi-
VISTA DE KIKL
pe de Hohenlohe, el almirante Ilollmann
y el barón Marshall, pidieron al Reichstag
que aprobase el programa de nuevas construcciones donos de las oportunidades que se nos presentan. Xo
ideado por el emperador, (luillermo II se agitó como debemos perder un instante.»
Estas palabras revelaron el verdadero pen-
samiento de Guillermo 11 y sus consejeros al
trabajar por el aumento de la tiota. No era ésta,
como se había dicho al principio, para impedir
el bloqueo de las costas alemanas y el hambre

consiguiente de su población, ni para proteger


las colonias existentes. 8u verdadera finalidad
era la conquista, y esta conquista no estaba
limitada á las adquisiciones de obscuros archi-
piélagos oceánicos y costas de África de proble-
mático valor, sino que concentraba sus deseos
en la América del Sur, soñando con apoderarse
de algunos Estados de origen español.
Guiller-
mo II no
perdonó
esfuerzo
ni seduc-
FLOTILLA DE SUBMARINOS BN KIBL
ción para
conquis-
un simple particular, llamando uno por uno á todos tar los votos de
los diputados influyentes, y formando estadísticas y un parlamento
cuadros comparativos de las marinas rivales, que reacio á las em-
enviaba al Parlamento. A pesar de tales esfuerzos, el presas maríti-
Reichstag en 1897 rehusó una gran parte de los crédi- mas. Halagó con
tos solicitados, no obstante que la escuadra alemana, toda clase de
llegando al extremo Oriente, había ocupado la provin- consideraciones
cia china de Kiao-Tcheou para demostrar la utilidad personales á los
de una gran marina de guerra. diputados de la
«La dislocación del Imperio otomano habían— Polonia prusia-
dicho los portavoces del emperador —
el aislamien-
, na; concedió al
to del Imperio chino y la inestabilidad de muchas centro parlamen
repúblicas de la América del Sur, nos ofrecen pre- tario católico to-
ciosas ocasiones de agrandamiento que debemos dos sus deseos: BL KAl.SKR. EL MINISTRO DE MARINA
aprovechar. Nos hace falta una Ilota para que au- buscó atraerse AL.M1KANTB YON TIRPITZ
mente el número de las colonias alemanas, valién- á los socialistas Y BL ALMIRANTE VON HOLZBNDORP
344 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

BL CANAL DB KIBL

que habían sido duramente perseguidos en tiempos de varias compañías de navegación de Hamburgo y
Bismarck. Las gestiones del soberano habían de dar Brema.
forzosamente un resultado magnífico, teniendo en El torpedo de fabricación alemana es uno de los
cuenta el carácter alemán, sensible á toda considera- mejores. La industria del país realizó grandes pro-
ción venida de lo alto y que considera como el mayor gresos en el blindaje de los buques. Fué el ingeniero
de los honores la inefable felicidad de una sonrisa ó francés Dupuy de Lome el que ideó hace medio siglo
un apretón de manos del emperador. elproteger los flancos de los navios con placas de hie-
El Keichstag, que conservaba cierta tendencia á la rro,pasando por una maravilla la fragata Gloria,
oposición después de las batallas más ruidosas que primer buque acorazado.
eficaces sostenidas contra Bismarck, se entregó por Desde entonces el blindaje y el cañón han reali-
completo á la dirección de Guillermo II. En 1898 votó zado grandes y alternativos progresos para vencerse
todo lo que solicitaba el gobierno imperial, acordando el uno al otro. El hierro fué sustituido por el acero y

513 millones para la construcción de nuevos buques. cada potencia marítima empleó un blindaje especial.
Después de atreverse el Parlamento á tales gastos, Alemania usa en sus buques las corazas fabricadas
las demandas del emperador para el en-
grandecimiento de la flota se han repeti-
do en diversas ocasiones. Alemania lleva
invertidos más de 3.000 millones en la
constitución de su marina. El Keichstag,
á impulsos del entusiasmo pangermanis-
ta, ha autorizado todas las propuestas del
gobierno para el desarrollo incesante de
la flota. Diez millones acordados por un
voto especial se dedicaron á la fortifica-
ción de la colonia de Kiao-Tcheou, que
en 1914 fué tomada por los japoneses.
El Imperio ha llegado á constituir va-
rias escuadras, compuesta cada una de
ocho acorazados de linea, con una canti-
dad enorme de cruceros de varias cate-
gorías, torpederos y submarinos. Además,
en clase de cruceros auxiliares cuenta
con numerosos y rápidos buques de las BL PUERTO DE TORPEDEROS EN BL CANAL DB KIBL
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 345

por Krupp, de acero endurecido, en el que entran


como componentes cromo, carbono, cobre,
níquel,
manganeso, fósforo, azufre y arena.
Estas placas durante mucho tiempo han roto en
los ensayos el proyectil sin que lograse éste penetrar
en ellas. Pero el cañón, con sus incesantes progresos,
dice siempre la última palabra, y en casi todos los
combates navales de la presente guerra los acoraza-
dos germánicos protegidos por el forro de Krupp, re-
putado como invencible, han sido echados á pique por
la artillería inglesa.

VIII

OBRAS OB BMSANCHAMIBNTO DBL CANAL


El ejército alemán

para las comidas de la corte, y pro-


las coles agrias
El verdadero fundador del ejército alemán fué Fe- hibía á su cocinero probar las salsas, porque esta
derico Cluillermo I, el llamado rey-sargento, padre de operación podía disminuir la parte de los convidados.
Federico el Grande. Su avaricia feroz no le impedía embriagarse diaria-
Al hablar de la dinastía de los HohenzoUern diji- mente y comer «hasta reventar». Su monomanía
económica pesaba únicamente sobre las gentes pró-
ximas á él. De este modo llegó en veintiocho años de
reinado á conseguir un vientre de más de dos metros
de circunferencia y á guardar en las bodegas de su
palacio de Berlín 20 millones de thalers encerrados
en toneles, tesoro que permitió á su heredero Federi-
co el Grande revolucionar á Europa con incesantes
guerras.»
Pero como dice Paul de Saint- Víctor al hablar de
Guillermo el Gordo en su libro Bárbaros y bandidos,
«todo avaro tiene su vicio y toda caja su grieta». Este
rey de Prusia sentía, como ya dijimos, una irresisti-
ble afición por los granaderos gigantescos, y á pesar
de su avaricia
no reparaba en
UNO DB LOS PUBNTES FORTIFICADOS SOBRB BL CANAL au-
para
fFT'gastos
mentar los re-
mos algo de las manías y extravagancias de
este regio gimientos de su
personaje que se dedicó á coleccionar gigantes, en- Guardia con un
ganchándolos ó robándolos en todos los pueblos de fenómeno nue-
Europa, para constituir la primera formación del vo de tal clase.
ejército prusiano. «Pagaba sete-
El interesante historiador G. Lenotre lo describe cientos thalers
así: «Guillermo el Gordo —
toda Europa lo designaba sin regateo al-

con este apodo era de una avaricia inaudita. Sus —
guno dice un
embajadores, tan andrajosos como los lacayos de Har- autor— por un
pagón, eran motivo de risa en las cortes extranjeras. hombre de 5
Su representante en Holanda se había visto reducido pies y 10 pul-
algunas veces á la mendicidad, saliendo á la puerta gadas, asi como
de su palacio de La Haya para presentar el sombrero mil escudos por
á los transeúntes. Guillermo el Gordo economizó en un hombre de
todo: en las pelucas, que juzgaba demasiado costosas;
()pies.I\lás allá
en su ropero, que se componía de un solo traje; en la de esta medida
alimentación de su mujer y sus hijos, que rondaban, suprodigalidad
llorando de hambre, por las galerías de Postdam. se convertía en acorazado aprovisionándosb db carbón
Regateaba con sus subditos los huevos, el queso y demencia, lie bn alta mar
43
316 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LA ESCIADRA ALEMANA

gando á dar 32.000 libras por un italiano enorme, lla- todos los disfracesy á todas las astucias, exploró el
mado Andrea Capra, que su embajador en Inglaterra mundo entero para proporcionar á Guillermo soldados
había descubierto en las calles de Londres.» nunca vistos. En sus rebuscas llegaron hasta los ba-
El más curioso de sus negocios fué el que hizo con zares de Alepo y del Cairo. Esta gigantomanía fué
el Elector de Sajonia, que poseía en su ejército cinco organizada lo mismo que una caza. Tener seis pies de
ó seis soldados de tal clase. El Elector, gran aficiona- estatura en tiempos del rey Guillermo constituía un
do á las artes, propuso á Guillermo el Gordo la entre-
ga de sus colosos á cambio de diversos objetos esco-
gidos á su gusto en los museos de Berlín. El monarca
prusiano aceptó con entusiasmo la proposición, entre-
gando una serie de medallas antiguas, tres estatuas
de Priapo, Diana y Momo y un bronce florentino de
la mejor época figurando San Jorge á caballo, á cam-
bio del lote de gana-
panes, y todavía el
avaro Guillermo cre-
yó haber hecho un
magnífico negocio.
Paul de Saint-Víc-
tor, en su elocuente BANDDRAS DB LA MARINA ALEMANA
estudio sobre las ex
tra vagancias de este peligro: tres pulgadas más y el hombre podía consi-
maniático coronado, derarse perdido. Fuese quien fuese, campesino ó no-
fundador del ejército ble, obrero ó sacerdote, magnate ó mujick, pasaba al
de Prusia, describe estado de pieza de montería del rey de Prusia, sintién-
pintorescamente las dose perseguido por una jauría invisible. Rodeado de
cacerías humanas á cerca, seguido paso á paso, iba tropezando de trampa
que se dedicó para en emboscada, hasta el momento en que la persecu-
reclutar sus tropas. ción incesante conseguía atraparlo en los linderos de
« Una banda de a gen- un bosque, si es que no lo arrancaba de su propio
tes prusianos hablan- lecho. Los agentes de Guillermo agarrotaban al fenó-
do todas las lenguas, meno, empaquetándolo con cadenas y cuerdas, y lo
conociendo los pasos metían á viva fuerza en la caja de un vehículo que
BL KAISER BN LAS ÚLTIMAS ^^ todas las frontC" tenía rejas y cerrojos lo mismo que una mazmorra.
MANIOBRAS NAVALE.S Tas, acostumbradosá El sombrío carruaje partía al galope de sus caballos,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 347

llevándose al Un polaco de
sígante para más de 6 pies
desembalarlo ;i era espiado en
la puerta de un su país por los
cuartel, y po- agentes prusia-
cos días des- nos, y advertí-
pués un grana do del peligro
dero desmesu- los despistaba

rado, engran- con astucias de


decido todavía ciervo viejo.
por un plumero Nunca se atre-
enorme, figura- vía á pasar la
ba en la parada frontera, á pe-
de Postdam.» sar de vivir en
Un sacerdo- sus inmediacio-
te italiano, el nes, ni dormía
abate Bastianí, dos noches se-
fué raptado de guidas bajo el
este modo, á mismo techo.
causa de su es- 8u mujer esta-
tatura enorme, ba próxima á
QüILLHRMO, CONSTRCCTOK NA\AL en el momento dar á luz y los LOS PROTBCTOS NAVALES BN BL RBICHSTAG
-Mientras no termine este acorazado no quiero reclutadores Los DIPUTADOS.— No nos deiará salir hasta que
que decía misa
ocuparme de otra cosa hayamos vaciado nuestros hoisillos
en una ermita adivinaron que
(CariCütura del Xebdsptdfér) (Caricatura del Moonshiiie)
del Tirol. Un con este moti-
embajador, Mr. de Bentrieder, enviado extraordina- vo el hombre no abandonaría su casa. Una noche
rio del emperador de Austria ante el rey de Ingla- la asaltaron, violentando las puertas, y al encontrar
al hombre en el lecho conj'ugal comenzaron á agarro-
tarlo. En la obscuridad juntaron, por equivocación,
las piernas del gigante con una pierna de la mujer,

y al tirar de él arrastrándolo fuera de la pieza, se


llevaron al mismo tiempo á la desgraciada esposa,
que á impulsos del miedo empezó á sentir los dolores
del parto. Los agentes, sin prestar atención á sus la-
mentos de agonía, la desligaron, huyendo con su presa.

LA FLOTA ALEMANA
MicHEL (encarnación del pueblo alemán).— Sir, os he oído llamar á
esa flota t^vuestra» flota, cuando es la mía.
El kaiser al canciller bUlow.— ¿Quién es este inoportuno?
El canciller.— Un desgraciado que sufre delirio de grandezas.
(Caricatura del Weekblad voor Nederlaml)

térra, atravesaba un día, solo y á píe. las calles de


Alberstadt por haberse roto su carruaje en la entrada
de la población. Un oficial prusiano, al admirar su
robustez, y su alta estatura, lo juz.nó buena presa para
su rey, obligándolo sin atender explicaciones á en-
trar en el cuerpo de guardia, donde el diplomático se
vio enfundado inmediatamente en un capote militar.
La oportuna llegada del personal de su séquito que
venía tras de él, pudo librarlo de este reclutamiento BL «NASSAU», Tiro DB LOS I,TIMl)S DRB^DNOUQHTS
1

repentino. ALBMANK.S
349 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

La colección de gigantea re un terror doméstico, al mismo


unida por el rey-sargento nunca tiempo que provocaba la risa de
conoció la guerra. Guillermo ves- Europa, regocijada por las ma-
tíasuntuosamente á sus colosos, nías del criador de titanes. Gra-
complaciéndose en hacerlos des- ciosas anécdotas circularon por
tílar é infligirles terribles palizas las cortes europeas.
á la menor falta. Este fundador Al pasear una mañana el rey-
del ejército de Prusia fué al mis- sargento por los alrededores de
mo tiempo el primer autor de la Postdam, encontró á una joven
disciplina prusiana, perfeccio- campesina, grande y robusta,
nada luego por Federico II. Él que se dirigía á la población con
inventó la carrera de baquetas y unos cestos de verduras. Guiller-
diversas penas corporales, asi mo escribió rápidamente un pa-
como la marcha teatral elevan- pel, detuvo á la muchacha sin
do la pierna á un tiempo y otras que ésta lo reconociese, y le rogó
innovaciones que dieron á los que al llegar á Postdam entre-
soldados una rigidez mecánica. gase el billete al comandante de
Cabo de la guardia
BL HJÉRCITO PRÜSrANO Pero jamás se le ocurrió exponer la plaza. La fresca labriega
EN BL SIGLO XVIII
en una batalla aceptó el mensaje sin enterarse de
Oflclal de la guardia del rey
la vida de estos su contenido por no saber leer. Como
gigantes que tan caros le costaban. esta comisión le hacía perder tiem-
Una campaña por corta que fuese po, se desembarazó del billete con-
podía envejecer sus uniformes y de- tiándolo, con la limosna de unos cén-
teriorar sus armas, peligro que ponía timos, á una pobre vieja, arrugada y
en furor al monarca avaro. coja, que pedía limosna á la puerta
«Guillermo tenia otra idea dice — de la Iglesia de la Guarnición en
Lenotre —
Soñaba con multiplicar
. Postdam. La mendiga, á toda veloci-
sus granaderos de C pies y 6 pulga- dad de sus muletas, llevó la carta al
das, trasplantados al suelo de Prusia comandante de la plaza. Éste, al
de todos los climas del mundo. En su abrirla y terminar su lectura, con-
cerebro de borracho consideraba que templó á la mensajera con aire de
un ejército de 100.000 jayanes como asombro y estupefacción. El escrito
los que había conseguido reunir, cons- decía así: «Orden de acoplar inme-
tituiría un admirable é invencible Bandera prusiana del reinado de Federico 1 1
diatamente
mujer portadora de
la
instrumento de rapiñas y conquistas. tambor del primer
estas líneas con el
Después de la recluta de gigantes se dedicó á la regimiento de mi Guardia. » No cabía duda sobre la au-
reproducción de gigantes.» tenticidad de la orden, pues llevaba la firma Wilhelm
Guillermo no tenía bastante rex. La disciplina de Prusia encarece la obediencia
dinero para reunir el ejército pasiva como la primera de las virtudes militares. El
colosal que había ima- comandante no dudó
ginado, ni existían en en obedecer: el tam-
el mundo bastantes bor mayor también
hombres como él los obedeció, dando prue-
deseaba. Por esto bas de una sumisión
pensó en poner las re- heroica... Y la orden
laciones sexuales al del rey fué cumplida.
servicio de su plan. Estas experiencias
Los reclutadores de extravagantes para
gigantes se dedica- elmejoramiento de la
ron, por orden suya, raza, no dieron al
á cazar en el reino to- maniático monarca el
das las mujeres gran- resultado ((ue desea-
des y de varonil as- ba. «Guillermo el
pecto, llevándolas por (íordo dice Leno-—
fuerza á los cuarteles tre —
esperaba una
para unirlas con los raza gigantesca y
^ , -, granaderos. Esta or- sólo obtuvo una raza
Oranadero del 1.'^'^
regí-
miento del rey den suscító cn Prusía Artillero dC SimplCS prUSÍanOS. Húsar
HISTORIA DE LA QUERRÁ EUROPEA DE 1914 349

Sin embargo, no por esto dejó de más absoluta disciplina. La cuar-


ser el creador de un ejército de ta parte de este ejército se com-
autómatas, conducido á golpes ponía de extranjeros.
como las antiguas cuerdas de Federico el <Trande, tercer rey
forzados. Hay un tipo de rey de de Prusia, lo convirtió en un po-
Prusia grabado fuertemente en deroso instrumento deconi|UÍsta,
la imaginación de Europa: el de aumentando su número hasta
un cabo de vara con corona y 200.000 hombres. Va dijimos
traje raido, duro y brutal, rígi- cómo este táctico de primer or-
do y avaro, tomando lo que en- den entró en guerra contra me-
cuentra á manos llenas, amando dia Europa, desconcertando con
á sus territorios como un paisa- golpes imprevistos los cálculos
no ama á su tierra; que se acues- de sus enemigos. Batido muchas
ta conservando sus botas en un veces, pero siempre incansable,
lecho de campaña, se levanta encontró en sus propias derrotas
á las cuatro de la mañana, re- la base de nuevas victorias. Des-

Granadero á caballo
cita su salmo, va á la revista y pués de una guerra incesante Oflclal de caballerfa
abru- dejó á
ma á palos á sus soldados SU país en próspera situa-
por la menor falta á la dis- ción y con un gran aumen-
ciplina. Este tipo general to en el número de sus ha-
fué Guillermo el Gordo el bitantes.
primero que lo marcó con El reino de Prusia, enor-
su grosera efigie. Después gullecido por las glorias de
se ha reproducido en mu- Federico, seadormeció, cre-
chos de sus sucesores, que yéndose á cubierto de todo
demostraron su mismo ca- peligro después del ruidoso
poralismo feroz, su beate- triunfo de líosbach. Napo-
ría cruel y su barbarie de león lo despertó cruelmente
vándalo. La borrachera de en ISOti, infligiéndole la
un Federico Guillermo I, el terrible derrota de .lena, en
cinismo reconocido de un la que perecieron gran par-
Federico II y la demencia te de sus organismos mili-
furiosa de un Federico Gui- Los castigos en el ejército prusiano
tares, faltando muy poco
llermo IV, constituyen un (De uu grabado de la época, por Chodowieelii)
para que pereciese igual-
atavismo temible. Se com mente la independencia del
prende que Mirabeau, que vio de cerca los orígenes de país. Los franceses entraron en Berlín apoderándose
la fuerza prusiana y siguió los principios de esta mo- de todas las plazas fuertes, y
narquía militar, juzgase que de tal árbol sólo podían los prusianos mostraron ante
nacer frutos veneno- el vencedor un mie-

sos, añadiendo iiue se do y un servilismo


pudrirían antes de que acabó por in-
([ue llegasen á su ma- dignar al mismo
durez.» Napoleón y sus ge
nerales.
Al morir el rey-sar- El rey, (|ue hu-
gento [ue había he- yendo de este de-
cho evolucionar á sus sastre nacional se
soldados, garrote en había refugiado en
mano, lo mismo i(ue Konigsberg, pudo
los peones de un da- al fin conquistar la
mero, su hijo Federi- clemencia del inva-
co II se encontró al sor y volver á su
frente de un ejército capital. El territo-
de 100.000 hombres rio de Prusia se re-

([ue no se había bati- dujo en una mitad


do nunca, pero esta- por el tratado de
Oficial de dragones ba acostumbrado á la Mosquetero Tilsit, y el ejército Granadero de la guardia real
350 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Este ejército se vengó del desastre de Jena, con-


tribuyendo á las victorias de Leipzig y Watterlóo;
pero después de tales éxitos, al sobrevenir la paz
europea y debilitarse la excitación del peligro, vol-
vieron á decaer las fuerzas militares del país.
En 18G1 ocupó el trono Guillermo I. Había visto
de cerca el desastre nacional, la resurrección de Pru-
sia seguida del decaimiento de su entusiasmo, y toda
su voluntad la concentró en el deseo de que la nación
volviese á ser una potencia militar. Por medio de su
ministro de la Guerra, el general Roon, intentó la re-
forma del ejército, tropezando con la oposición del
Parlamento, que le rehusaba los créditos necesarios.
En vista de ello puso el gobierno en manos del conde
de Bismarck, y ya hemos visto los procedimientos
ilegales y violentos de que se valió éste para agran-
dar las fuerzas del ejército llevándolo con sus auda-
cias á una serie de aventuras tan atrevidas como
felices.

Después del momento crítico de Sadowa termina-


do por una victoria, gracias al fusil de aguja, primera
arma de tiro rápido inventada por un armero francés,
el parisién Pauly, el reino de Prusia adquirió algu-

nos millones de subditos y numerosos aliados. El sis-


tema militar prusiano se extendió á toda la Alemania
confederada. Los pueblos germánicos quedaron mol-
deados y uniformados á partir de 18()7 con arreglo á
los deseos de Bismarck, Moltke y Roon. El casco pru-
EL KAISER CON BL TRAJE QUE CARACTERIZO siano cubrió la cabeza de todo soldado alemán. Una
Á FEDERICO EL GRANDE
pequeña escarapela sirvió apenas para recordar á los
soldados su país de origen.
quedó limitado á 42.000 hombres. A pesar de su es- Esta organización anterior á 1870, se hizo todavía
caso número fué, sin embargo, el supremo recurso de más fuerte después de la victoria sobre Francia. Al
Federico Guillermo III. Siguiendo la inspiración de realizar los alemanes su movilización completa con-
Scharnhorst, que no era prusiano, convirtió el pe- tra el Imperio francés, quedaron en pie de guerra

queño ejército en un organismo puramente de la na- 1.200.000 hombres con 255.000 caballos: cifra enorme
ción, suprimiendo el alista- no conocida hasta entonces.
miento extranjero, contingente El régimen militar impuesto
principal desde el tiempo de por el gobierno de Prusia á la
Guillermo el (¡ordo. Todo pru ('onfederación alemana fué el
siano fué soldado de los diez y mismo ([ue subsiste actualmen-
ocho á los veintiséis años. te bajo el Imperio. El empera-
Como Napoleón con sus du- dor es Oberfeldherr, ó sea
el

ras exigencias de vencedor ha- jefe supremo y directo del ejér-


bía impuesto estrechos límites cito alemán. Éste se compone
á la fuerza numérica del ejérci de cuatro ejércitos particulares
to activo, el rey de Prusia, des- (|uedependen de los ministerios
pués de instruir á los soldados, de la Guerra de los países don-
los enviaba á sus hogares, re de han sido reclutados: ejérci-
emplazándolos con nuevos re- to de Prusia, ejército de Sajo-
clutas. De este modo el ejército nia, ejército de Wurtemburgo
prusiano, que sólo debía cons- y ejército de Baviera.
tar de 42.000 hombres, tuvo El ejército bávaro, (jue cons-
prontos 132.000 soldados bien ta de tres cuerpos numerados
instruidos cuando llegó el mo- aparte, es el único (jue conser-
mento de unirse á la coalición llHfHttifiH va una autonomía completa.
europea para derribar á Na- Baviera tiene la obligación de
poleón. MONUMENTO A KBDBRICO III BN COLONIA mantener sus organismos mili-
i-llSTORlA DE LA üUEkWA cURUPÉA uii 1914 551

tares en absoluta corporados á él di-


conformidad con los rectamente los con-
del Imperio, pero to- tingentes de los prin-
dos sus oficiales son cipadosdeSchwartz-
educados por ella burgo-Rudolstadt,
misma y nombrados Schwartzburgo-Son
por su rey. Conserva derhausen, Schaum-
también sus inspec- burgo-Lippe, Lippe
tores particulares y Detniold y Waldeck,
un Estado Mayor ge- así como de las tres
neral que actúa con ciudades libres de
independencia y se Brema, Lubeck y
limita á enviar unos Hamburgo. Además
cuantos oficiales al forman cuerpos de
Estado Mayor de tropas especiales los
Berlin para mante- soldados de los gran-
ner el acuerdo entre des ducados de lles-
ambos organismos. se-Darmstadt, Meck-
S52 VICENTE BLASCO iSANEZ

partir de los veinte años, en el curso de los dos años


sucesivos. El ejército, además del contingente fijado
anualmente, toma un nueve por ciento de los reclutas
para suplir las faltas que puedan producirse, mante-
niendo los cuerpos de tropa en su estado completo y
muchas veces con mayor número de individuos que el
marcado en el presupuesto. El enorme excedente de
reclutas que resta inactivo en tiempo de paz, así
como los sostenes de familia y los hombres que son
ineptos momentáneamente para el servicio, forman la
erzatzreserve, ó sea reserva de reclutamiento, á la que
quedan afectos durante doce años y medio, sometién-
dose á la instrucción militar en ciertos períodos.
Los que pueden presentar certificados de estudio y
se hallan en situación para reembolsar al Estado el
costo de su manutención, uniforme y armas, se titulan
HL KAISBR KN BL BKBNTBNARIO DB PRUSIA «voluntarios de un año». Reciben en los cuerpos una
Á esto debemos nuestra grandeza instrucción especial y se les prepara para las funcio-
(Caricatura de I.¿ Fígaro) nes de oficiales de la reserva. Una última categoría
comprende á los maestros de escuela y los alumnos
El servicio militar en tiempo ordinario se compone de las escuelas normales. Éstos sólo hacen un año
de dos períodos. Á partir de los veinte años cumplidos
hasta el 31 de Marzo del año en que cumple treinta y
nueve, todo subdito alemán está obligado al servi-
cio efectivo (dinstpflichtig) y \o realiza, áel siguiente
,

modo: Permanece en el ejército activo durante tres


años si es de caballería ó de artillería montada; dos
años si es de infantería, de artillería de campaña ó de
á pie, de ingenieros ó de tropas de comunicación; un
año si pertenece á la administración militar. Luego
pasa á la reserva, á la que pertenece durante cinco
años y medio, cuatro años y medio ó seis años y me-
dio, según el cuerpo en que ha servido. Finalmente se
incorpora á la landwehr de primer llamamiento, donde
permanece hasta los treinta y nueve años. La segunda
parte de su servicio la cumple en el landsturm, dividi-
do en dos categorías: la primera, compuesta de todos CUARTELES DB INFANTERÍA BN KARLSRÜHB
los hombres de diez y siete á treinta y nueve años que

por causas especiales no han sido comprendidos en de servicio, pasando inmediatamente á la reserva.
los servicios mencionados; la segunda, de todos los Mientras los hombres están en la reserva pueden
hombres de treinta y nueve á cuarenta y cinco años. ser convocados por dos períodos de 28 días para tomar
La incorporación al ejército activo se verifica, á parte eu las maniobras de otoño. Cuando pertenecen
á la landwehr de primer llamamiento pue-
den ser llamados por dos periodos de 14
días, pero generalmente sólo los convo-
can por un solo periodo. En la landwehr
de segundo llamamiento nunca son con-
vocados los individuos en tiempo de paz.
La landaturm significa el levantamiento
en masa del país y únicamente tiene apli-
cación en los instantes más difíciles de
una guerra.
Todas estas reglas no se cumplen de un
modo absoluto. Los recursos considera-
bles del reclutamiento, cada vez mayores

por el rápido aumento de la población de


Alemania, han permitido en tiempo de
BL KAISBR DIRIGIENDO UNAS MANIOBRAS paz el ahorrar sacrificios al elemento ci-
LA GUERR

Dibulo de J. Slmont, de la •llluslrarion» de París

Los cosacos cargando i


EN POLONIA

*"v. w
-^-j*:-
1
>•• V-

V
^

[jitra una batería alemana


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 353

vil, incorporando únicamente al ejército activo los

jóvenes de reconocida aptitud para el servicio de las


armas.
En el ejército alemán los cuerpos de tropa llevan
un número de orden dentro de la serie general á que
pertenecen; después, con mucha frecuencia, el nom-
bre del Estado ó la provincia de que proceden, y si
son muchos cuerpos del mismo origen, un segundo
número los clasifica en esta sub-serie. Además, algu-
nos regimientos se añaden un nombre propio, que es
elde su jefe honorario, personaje histórico ó miem-
bro de las familias reinantes. Ciertos regimientos de
infantería se titulan por tradición granaderos ó fu-
sileros, aunque en realidad son iguales á los otros,
diferenciándose únicamente por algunos detalles del
uniforme.
El ejército alemán hasta el principio de la pre-
sente guerra se compuso de 8 inspecciones de ejér-
cito, 25 cuerpos de ejército de dos divisiones cada
uno, una división suelta de caballería, la de la Guar-
dia Imperial, y 2.") inspecciones de ¡andicehr. Cuenta
LA B.STATOA GIBRRBRA DHL KAISER EN BL PUBNTB
con 217 regimientos de infantería, todos con 3 bata- DB COLONIA
llones de 4 compañías, y 18 batallones de cazadores.

esperanzas, ha resultado como arma de campaña in-


ferior al 75 francés. Además tiene la artillería ale-
mana obuseros de 105 y obuseros pesados de 150, ca-
ñones largos de 105, 130 y 150, morteros de 210; y en
fin, los famosos morteros de 420, de manejo embara-

zoso, pero que una vez emplazados producen terribles


efectos, como seha visto en el asedio de las fortifica-
ciones de Bélgica y algunas del Norte de Francia.

Al surgir la guerra de 1914 el Imperio alemán


poseía el organismo de guerra más grande que ha co-
nocido la Historia.
Su ejército merecía el título de formidable por su
número, su organización, su disciplina férrea, las
Cuartel db artillería bn lkipzig cualidades de sus generales y oficiales y su unidad de
doctrina. El efectivo de sus fuerzas en tiempo de paz
loque da un total de 669 batallones, con un efectivo se elevó, á consecuencias de la ley de 3 de Julio
cada uno de 1.050 hombres después de la movi-
lización. La caballería consta de 110 regimien-
tos, con un total de oiT escuadrones. Además
tiene 100 regimientos de artillería de campaña,
25 de artillería á pie, 35 batallones de ingenie-
ros y 25 batallones llamados de tren.
Todas las tropas poseen ametralladoras del
sistema Maxim, que hacen 860 disparos por mi-
nuto. La infantería tiene 269 compañías de
ametralladoras y 1 1 la caballería.
El arma de la infantería es el fusil Maiisser,
modelo de 1898, de un calibre de 7 milímetros,
empleando el cartucho bala S.
La artillería de campaña usa cañones de 77
milímetros de tiro rápido y con mamparas metá-
licas para la protección de sus sirvientes. Este
LOS ABANDBKADUS DB DIEZ V OCHO RBOIMIKNTOS DB8FILAND0
cañón, en el que fundaban los alemanes grandes ANTB EL KAISER
354 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

i A.i,. *

UNA BATBRIA ALEMANA

de 1913, á 900.000 hombres, cifra que no había alcan-


zado potencia alguna en tiempo ordinario.
La disciplina rigurosa del cuartel transforma in-
mediatamente al recluta alemán en una especie de
autómata, acostumbrándolo á la obediencia pasiva,
fijándolo para siempre en el lugar que le ha sido de-
signado, sin que sea capaz de obedecer á un impulso
propio, pues se entrega en absoluto á la dirección de
los jefes. Por costumbre y por tradición siente una
confianza ciega en sus oficiales; la disciplina con sus
castigos le inspira un respeto absoluto. «Este respe-
to— dice un autor militar —,
en lo que se refiere al em-
perador, toma el carácter de un verdadero culto, aun
entre los elementos tachados de socialistas, asi que
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 355

ponerse en contacto con los soldados, con-


fiando esta función á los suboficiales.
El soldado alemán ve siempre de lejos
al oficial, considerándolo como un semi
dios inabordable. No oye de él más pala-
bras que órdenes breves ó terribles insul-
tos, ni conoce otro contacto que el de su
puño cerrado pródigo en golpes.
Hay que reconocer que los cuadros de
oficiales y suboficiales son lo mejor del

ejército alemán, pues proporcionan á la


masa de sus elementos de combate la soli-
dez de un esqueleto de acero. Sin embar-
go, la clase de los oficiales ofrece muchos
defectos. Cuando un oficial noble no ha
pasado por la Escuela de Guerra, resulta
de una cultura profesional en extremo
mediocre. Su educación en la escuela de
cadetes durante la segunda infancia y la
HÚSARBS DE LA MUERTE
temporada reglamentaria en un regimien-
to á los 18 años, apenas equivalen á los
estudios simplemente preparatorios que hacen los ción brutal, serian incapaces de salir del paso por sus
alumnos en otros paises antes de ser admitidos en la propios medios, y por esto los conserva mientras le es
Academia militar. posible en formación cerrada. El ejército alemán ataca
El oficial de tropa alemán conoce el mecanismo de siempre en masas profundas, porque no puede atacar
su oficio á fuerza de practicarlo, pero carece de espí- de otro modo, teniendo en cuenta la «mecanización»
ritu de iniciativa é ignora la razón científica de la del espíritu de los simples soldados.»
mayor parte de los actos que realiza. En lo que se Los oficiales alemanes están divididos socialraente
distingue notablemente es en el mantenimiento de sus en dos clases: el oficial llamado de corte y el simple
privilegios de casta y en el cuidado escrupuloso de su oficial de tropa procedente de familias poco conoci-

porte. «Educado en el respeto fetichista del uniforme das, que vegeta durante la paz en el tedio de las guar-
— dice —
un autor y en el orgullo de la clase á que niciones de provincia.
pertenece, está persuadido de que el liombre empieza El oficial de corte es el que se pavonea en Berlín,
en el sub-teniente, y todo el que no viste uniforme re- elegante y vanidoso, con un brazalete de oro en la mu-
sulta indigno de su consideración. El oficial alemán es ñeca y un cepillo de plata en el bolsillo para encres-
bravo, pero generalmente no posee ninguna otra cuali-
dad militar. Hace que sus hombres avancen en el cam-
po de batalla manteniéndolos siempre al alcance de su
mano por no tener confianza en su firmeza y su tena-
cidad. Da espontáneamente ejemplos de audacia y de
disciplina, pero no sabe inspirar á las tropas someti-
das á sus órdenes esc amor ardiente por la patria que
dispensa al su-
perior del em-
pleo de medios
violentos y en-
vilecedores so-
bre sus hom-
bres. Es el pri-
mero en dudar
del valor indi-
vidual y aisla-
do del comba-
tiente alemán.
Sabe que sus
subordinados,
al verse libres
UN CBNTINBLA DB LAS AVANZADAS dC UUa dirSC" INFAMTBRtA ALEMANA
356 VICENTE BLASCO ÍBANEZ

BERLÍN, PLAZA DB POSTDAM Y CALLE DB LEIPZIG

parse el bigote. Su sonrisa es una merced que prodiga mantener elhonor de su apellido, ó por convicciones
á muy pocos; el recibir su mano representa un gran religiosas, practican una especie de ascetismo, sin
honor. Es un superviviente del mundo feudal,
orgulloso de sus títulos nobiliarios, y que con-
cede á los otros oficiales una benevolencia des-
deñosa. Las más de las veces su noble origen
es sinónimo de pobreza, y al ver el lujo en que
viven sus camaradas procedentes de la burgue-
sía, hijos de grandes industriales y comercian-
tes, siente el ansia de las riquezas y las busca
por medio del matrimonio. Para encontrar una
heredera de gran dote sostiene una vida lujosa,
en desarmonía con sus medios, valiéndose del
apoyo de la usura, del juego ó de otros expe-
dientes más vergonzosos. Con frecuencia, bri-
llantes oficiales conocidos en la corte y de ape-
llidos ilustres hansido protagonistas de escán-
dalos y delitos juzgados por los tribunales de
Berlín.Algunos han tenido que apelar al suici- PLAZA DB LOS GENDARMES
dio.Muchos, descalificados para siempre, re-
nunciaron á su posición y su nombre, y vagan por el dejarse tentar por los esplendores de la corte y el
mundo como aventureros. Los hay también que por lujo ruidoso de los oficiales de la Guardia. Para con-
servar intacta la herencia de honor que les
legaron sus ascendientes, y para que no se
trasluzca su pobreza, viven recluidos en su
alojamiento con feroz economía; comen mal y
reservan sus tristes ahorros para lo superfiuo,
ó sea para no desempeñar un papel ridiculo en
las suscripciones iniciadas por los compañeros
de cuerpo ó los frecuentes banquetes de despe-
dida ó bienvenida con que se obsequia á aqué-
llos por costumbre.

Guillermo II se ha indignado muchas veces


nnte el lujo de los oficiales, «que los afemina y
los deprava», acusando á éstos de descuidar
sus deberes,como no lo hicieron sus ascendien-
tes.Pero al mismo tiempo el emperador, con
su carácter versátil y su afición á la pompa
LA UNIVERSIDAD del Imperio, favorece tales derroches, reser-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 357

vando su simpatía á los vividores frenéticos

siempre que al mismo tiempo cumplan puntual-


mente sus obligaciones.
Muy pocos de los oficiales de corte son de
alguna inteligencia. «El encanto personal de
estos hermosos soldados —
dice Ch. Bonnel'on al
describir la vida alemana -se desvanece tan
pronto como abren la boca. Les he oido varias
veces hablar con una entonación nasal durante
mucho tiempo, sin decir otra cosa que vulgari-

dades, en las que se repetía incesantemente la


palabra «kolossal», á la que dan una significa-
ción misteriosa y profunda. Hasta los mejores
de ellos, los más leales, los más viriles, losmás
patriotas, parecen unos niños grandes mima-
dos por su pueblo: niños cuyo cerebro no ha
tenido tiempo para moldearse en las costum-
MÜSBO NACIONAL
bres y las ideas modernas.
»En tiempos de guerra reconozco que se
mostrarán valerosos y puntuales, sabiendo arrastrar desarrollo cerebral de un adolescente de catorce años
á sus hombres y cargar rudamente á la cabeza de sus — me dijoun alemán, que le conoce bien, el día en
que este principe hizo manifestaciones públi-
cas contra Inglaterra —
y lo malo es que ya
,

tiene treinta.» Valiente y mediocre, el oficial


de corte que hace su carrera por el cotillón
y por la sonrisa, sabe obedecer, pero no sabe
mandar.»
La segunda clase de oficiales que constitu-
ye una mayoría enorme, pues pertenecen á ella
todos los que no son ricos ó carecen de un ape-
llido ilustre, se designa generalmente con el
nombre de «oficiales de guarnición». Se ha
dicho de ella mucho malo, describiendo sus vi-
cios, sus intrigas, su aburrimiento de malignas
formas, sus aberraciones sexuales, su hipocre-
sía y falta de verdadero compañerismo: y los

que han trazado este cuadro sombrío no son


MlSEiO FEDERICO extranjeros, son alemanes y pertenecen al

ejército.
regimientos, lo mismo que barones feudales. Hasta los Desde que el teniente Bilse publicó su ruidosa no-
que parecen más quebrantados por una existen-
cia de orgias, conservarán la bravura que surge
del sentimiento del lionor. Serán tal vez magní-
ficos sableadores. Pero que una resolución di-
fícil ó delicada se imponga, que sea necesario

adoptar una iniciativa grave, y desde aqui me


parece oir á muchos de ellos balbucear con voz
nasal y pedantesca una serie de órdenes con-
fusas. Mientras la máquina montada escrupu-
losamente por el Estado Mayor funcionará sin
obstáculos, el oficial de corte será en ella una
rueda útil. Pero si se rompe la máquina ó si se
detiene, no sabrá inventar nada, ni improvisar,
ni suplir.
"El kronprintz (hijo mayor de Guillermo II

es el primero de los oficiales de corte en Ale-

mania; el más gracioso, el más seductor y tal


vez el menos inteligente de todos. «Tiene el CALLB DKI. BMPBRADOK aUILLBRMO
358 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

polvo y el barniz superficial de un

compañerismo reglamentario, toda


clase de odios, ridiculeces y vicios.
Son rudos, malevolentes, agriados, y
como no tienen ocupaciones ni sien-
ten ambiciones intelectuales que les
permitan ocupar su tedio con la lec-
tura, dedican el tiempo á las intri-
gas y á la satisfacción de las pasio-
nes más viles, arrebatándose mu-
tuamente el honor, las esposas y el
dinero, con otras perversiones más
inconfesables.
Tal vez estas descripciones de la
vida de guarnición en Alemania no
sean rigurosamente exactas, por con-
vertir la excepción en regla general.
Pero resulta indiscutible que los oficia-
les, á causa de su organización en cas-
ta aparte, son objeto de una intíuencia
deprimente y corrosiva, (¿uieren vivir
aislados del país que los mantiene,
para de este modo hacerse temer, sus-
tentando su privilegios de casta. Al
mismo tiempo viven lejos de las tro-
pas, con las que sólo entran en con-
tacto á la hora de las maniobras, de-
jando que el suboficial se cuide de
los soldados y los dirija. En los países
anexionados á viva fuerza, Alsacia-
Lorena y Polonia prusiana, el pueblo
se aparta de ellos con patriótica aver
sión. En el resto de Alemania son
ellos los
que se aislan, constituyendo
una casta cerrada que, semejante á
BL KKONPHINTZ (Fot Rol)
las dinastías monárquicas, huye del
rejuvenecimiento que aportan los con-
vela Pequeña guarnición (1 muchos oficiales con afi-
1,
tactos exteriores. Se confinan en sus clubs ó casinos
ciones literarias se dedicaron á revelar en forma no- de cuerpo, comen y hablan siempre entre ellos y no
velesca las miserias y las villanías de la vida militar ven ni comprenden nada que se halle al margen del
alemana. Este nuevo género literario fué semejante mundo «Dentro de la patria, que aman apa-
militar.
á la explosión de una cloaca. El emperador tuvo que sionadamente, viven como extranjeros ó como ciegos,
intervenir, prohibiendo á sus oficiales, bajo severas hipnotizados por la importancia de su misión, prisio-
penas, la producción de nuevos volúmenes, y
los autoresde los ya publicados quedaron ex-
cluidos del ejército.
Procesos no menos escandalosos revela-
ron las miserias de la vida de guarnición. De
creer á los autores del pais, cada una de las
pequeñas ciudades germánicas, tranquilas y
patriarcales, que parecen el santuario de las
virtudes domésticas, oculta la realidad de una
Babilonia desenfrenada ó de una Sodoma re-
pugnante. Los oficiales sin ocupación que
arrastran sable por sus calles, disimulan
el

bajo el uniforme correcto, sin una mota de

(1) Publicada por esta Casa Editorial. DBSFILB DH UN RBQIMIBNTO DB INFANTBRIA


HISTORIA DB LA GUERRA EUROPEA DE i9l4 359

ñeros de un medio cada vez más pequeño y recogido.»


El vendaval de la guerra, abatiendo sus escrúpu-
los de casta y haciéndolos vivir á todas horas con sus

soldados, los pone en contacto con el pueblo en la hora


del peligro. Esta unión del oficial orgulloso y de la

masa despreciada puede mantenerse y dar sus frutos


cuando va seguida de una victoria fulminante y com-
pleta desde el primer choque, que es lo que ha ocu-
rrido en todas las guerras anteriores de Alemania.
Pero si surge un fracaso, si la guerra se prolonga in-
definidamente, las debilidades y los defectos remon
tan á la superficie. El oficial de guarnición— como
dice un autor— es capaz de conseguir una victoria,
pero no tiene capacidad para soportar y remediar una
derrota. Por esto el Imperio alemán cifra todas sus LA INFANTERÍA KN LAS MANIOBRAS

esperanzas en el oficial de Estado Mayor.


extensión de los caminos y vias férreas de que puede
disponer (marchar de la posibilidad de concentrar
:

Los 260 oficialesaproximadamente que constitu- con facilidad y rapidez fuerzas considerables en un
yen el Estado Mayor, representan terreno que sea conveniente (combatir «La mejor i.

una notable selección por sus es- —


estrategia dice Clausewitz

consiste siempre en ser
tudios militares, su preparación el más fuerte en un punto decisivo. Por esto la pri-

para la guerra y su unidad de mera y más importante de que se impone


las reglas
doctrina. El oráculo del mili- al general en jefe es mantener sus fuerzas en masa.»
tarismo prusiano es siempre Estos dos grandes principios que sirven de base á
Clausewitz, general de la épo- la doctrina de Clausewitz, «conservar sus fuerzas en
ca de las guerras napoleóni masa y ser el más fuerte en el punto decisivo», los
cas y famoso escritor. Des- observó literalmente el mariscal Moltke en la guerra
pués de haberse visto de 1870.
envuelto en la derrota La doctrina de Clausewitz no es original, pues re-
del ejército pru- cuerda fundamentalmente la de Napoleón I. Su base
es francesa, y el tratadista prusiano ha elevado sobre
ella todo un sistema, con el reposado método del ca-
rácter alemán y un prolijo estudio de los detalles.
Los oficiales del Estado Mayor, hombres incansa-
bles muchos de ellos, trabajan diez horas todos los
MORTERO ALEMÁN días. No reconocen en su cuerpo divergencias de doc-
trina ni variedades de opinión. Su evangelio militar
siano en 1806 y quedar por algún tiempo prisionero es el sistema de Clausewitz practicado y ampliado
de los franceses, colaboró con el ministro Scharnhorst por Moltke. Este sistema puede resumirse en los tres
para reorganizar las fuerzas del país, preparando de puntos siguientes:
este modo desquite de 1814 contra Napoleón. Al
el Antes de. la acción, envolver el frente del ejército

llegar la paz definitiva fué director de la Escue-


la de Guerra de Berlín hasta 1831, año de su
muerte. Desempeñando este cargo escribió los
tratados militares que le han proporcionado la

celebridad.
Clausewitz, contra la opinión de los autores
de su época, que limitaban en 100.000 hombres
cuanto más la cifra de un ejército bien maneja-
do, fué el primero en establecer que sólo la am-
plitud del teatro de operaciones puede marcar
el límite de los efectivos sometidos á una misma
dirección. «Vivir, marchar y combatir» fué la
síntesis de la doctrina de Clausewitz. La impor-
NO SB l'UUDB BSCKIHIK
tancia de los ejércitos depende de la riqueza del
Caricatura del «Klkcrikl» aludiendo á que el kaiser ata las manos á sus
terreno donde deben moverse y de los aprovi-
oficiales para que no escriban, cuondo dcblon amordazarle á til para que
sionamientos que pueden juntar (vivir de la ;
no hablase Inoportunamente.
360 VICENTE BLASCO 1BAÑE2

PALACIO IMPERIAL DB BBRLIN

alemán en una cortina de caballería, siempre en mo- Luego las experiencias de la práctica han modifi-
vimiento, que moleste y desoriente al enemigo, ocul- cado en parte sistema. Los ejércitos creados para
el
tándole las evoluciones de las tropas alemanas. la ofensiva han tenido que enterrarse, abriendo trin-
Durante la acción, emplear la táctica tan preconi- cheras que son verdaderas poblaciones subterráneas.
zada por los alemanes, de la ofensiva á toda costa, sin Los progresos de la aviación han inutilizado casi por
reparar en las pérdidas, y cueste lo que cueste. La tác- completo la primera parte del sistema, pues los obser-
tica consiste casi siempre en servirse del centro como vadores aéreos pueden reconocer fácilmente los mo-
punto fijo de apoyo, y avanzar las dos alas, á modo vimientos del enemigo más allá de la cortina de ca-
de tentáculos, para que desborden al enemigo y se ballería que los encubre.
cierren sobre él, oprimiéndolo en un circulo de hierro. El Estado Mayor alemán ha producido excelentes
Después de la acción, generales, pero ninguno
quebrantar y desmorali- de ellos dispone de la au-
zar al enemigo en retira toridad victoriosa de un
da con ataques de caba- Tal vez infiuye en
]\[oltke.
llería en grandes masas y esto la excesiva compe-
mantener al mismo tiem- tencia de Guillermo II,
po la cohesión entre los que sabe de todo y se
diferentes cuerpos de ejér- mezcla en todo. El viejo
cito alemanes por medio (luíllermo I se limitó á
de la telegrafía sin hilos ser un soldiido, asistiendo
y del teléfono. personalmente á las ope-
Estas han sido, en resu- raciones de guerra de
men, las enseñanzas del su ejército y exponiendo
EstadoMayoralemán has- su Vida cuando lo consi-
ta poco antes de iniciarse deraba preciso. Pero con
la guerra en 1914. BIBLIOTECA NACIONAL una noción exacta de sus
HISTORIA DE LA ÜUEWftA tiURUPEA DE Í914 361

LA AVENIDA DE LOS TILOS (UNTBR DER LINDEN)

capacidades estratégicas, dejó siempre la dirección co á las cargas furiosas y teatrales. Su placer es galo-
de las operaciones á Moltke y otros generales. par á la cabeza de una masa de caballería, con la es-
Guillermo II, orador, músico, predicador, poeta, pada desnuda, lo mismo que un burgrave de la Edad
pintor y cómico, considera como un delito de lesa Media, como si no hubiesen sido inventados el fusil
majestad que los alemanes duden de sus condiciones de repetición, la ametralladora y el cañón de tiro rá-
de estratega. pido. Para él la guerra tiene el encanto literario de
— —
Es un buen coronel decían del emperador antes una poesía caballeresca. Ve en ella el gesto teatral,
de la guerra sus amigos Íntimos —
Tiene ojo y auto-
. el uniforme brillante, el penacho, la embriaguez del
ridad para conducir un regimiento. Sería también un humo y de la gloria.
buen comandante de acorazado, porque siente gusto Hace quince años, en unas maniobras, Guillermo IT,
por la marina y compren- poniéndose al frente de
de la mecánica. Pero ¡Dios ocho regimientos de ca-
nos libre de que se le ocu- ballería, cargó con estré-
rra la idea de ser el pri- pito infernal contra una
mer general del Imperio! colina fortificada y ocupa-
Esta idea se le ha ocu- f<p»Pi iüfi lnn<» 'a>i j«Wi»Trwii»!
^i >-
da por numerosas fuerzas
rrido á (' uillermo como
II, de infantería. Como éstas
era de esperar, no obstan tiraban con pólvora sola,
te haber demostrado en el kaiser, glorioso, se
apo-
todas las maniobras de su deró de la altura con la
ejército, durante varios mayor facilidad.

años, una incapacidad no- Acudió el viejo maris-


toria. cal Vonllaeseler, uno de
El emperador, lo mismo los veteranos de la Prusia

que su hijo el kronprintz, que por su


triunfadora,
es un aficionado románti- KBLKVO 0B LA GUARDIA ES LA l'UBKTA DE ISKANDBNBURGO reconocida competencia
i6
362 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

era de las maniobras,


el arbitro que haber asistido
— dice el abate
y ver al emperador enrojeci-
al Wetterlé, ex-diputado del Reichs-
do y jadeante por la carga, res- —
tag á los ejercicios de desarti-
pirando orgullo y alegría, dejó culación que son necesarios para
oir desdeñosamente su senten- que los reclutas del campo apren-
cia: dan impecablemente el paso de
— En tiempo de paz puede ha- parada á la prusiana, para darse
cerse eso sin dificultad. En una cuenta de la escrupulosidad me-
acción de guerra resulta más di- ticulosa (lue pone el suboficial
fícil,pues no habría quedado en el cumplimiento de sus debe-
intacto un solo hombre de los res profesionales. ¡Y qué preci-
ocho regimientos. sión la que obtiene en los movi-
El emperador no perdonó ja- mientos de conjunto, con sus
más estas palabras, y el glorio- rugidos, sus injurias y los gol-
BL KAISER CON LOS so veterano tuvo que pedir su pes que reparte! Se enronquece, De húsar
DISTINTOS UNIFORMÉIS retiro. se agita, suda á mares, hasta
MILITARES
Individuos notables del Estado que en toda la escuadra las piernas, los brazos, los
De guardia de Corps
Mayor alemán han manifestado torsos, las nucas j' los fusiles quedan alineados como
repetidas veces, en momentos de indiscreción, el con- á cordel, á pesar del movimiento de la marcha. La
cepto que les merece la sabiduría estratégica de su obediencia pasiva, el automatismo absoluto, he aquí
soberano. lo que exige del sol-
— En una batalla dado sometido á su
— han dicho — dirigi- educación, hasta que
da por el emperador, consigue embrutecer-
no quedaría nadie lo completamente.
para enterrar á los »Han causado sor-
muertos. presa las pérdidas
enormes sufridas por
Los sub-oficiales el ejército alemán des-

constituyen la clase de el principio de las

más apreciable del hostilidades (1914);


ejército alemán, se- pérdidas ocasionadas
gún la opinión de to- por la tenacidad en
dos los técnicos ex- no abandonar las for-
tranjeros que lo han maciones en masa. Y
De granadero estudiado de cerca. De huiano sin
embargo, tenien- De general
Estos subalternos, que do en cuenta los pro-
llevan muchos años de servicios y envejecen en los cedimientos de educación de los soldados alemanes,
cuarteles, son los que instruyen á los soldados y los esta táctica es justa y oportuna. El suboficial no ha
moldean en la rígida disciplina. Cuando llega la gue- hecho nada para desarrollar en sus hombres el es-
rra, ellos son losque con su audacia y el terror que píritu de iniciativa. Antes al contrario, se ha dedica-
inspiran á sus hombres los hacen avanzar, á costa de do á destruirlo. Está seguro de obtener el máximo de
horribles carnicerías. resultado siempre que pueda
Representan en el ejército el ejercitar una acción directa so-
espíritu de tradición, la rutina bre estos autómatas que tienen
del oficio. Son de un porte mili- la costumbre de dejarse condu-
tar impecable y conservan á los cir como un vil rebaño. Descon-
soldados á merced de su puño de fia con razón de gentes que sa-

hierro, moviéndolos lo mismo ben dirigirse ellas mismas.»


que autómatas. El suboficial no puede alcan-
El oficial, como ya hemos di- zar los grados superiores, y al
cho, vive lejos de los soldados, llegar á sargento mayor ve cor-
que sólo lo ven raramente. El tada su carrera. Los tenientes
sargento, en cambio, los tiene á jóvenes que necesitan los con-
todas horas bajo su mirada au- sejos de su experiencia lo tratan
toritaria, siempre amenazante y con cierta consideración, pero
de mal humor, distribuyendo en general existe un obstáculo
De almirante pródigamente los castigos. «Hay inabordable entre los subalter- De dragón de la guardia
(Caricaturas de Carac d'Ache)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 363

BL KAISBR EN LAS MANIOBRAS DD OTOÑO

nos y la sagrada casta de los oficiales. El duro sar- Con la tropa ordinaria, compuesta de campesinos,
gento so consuela de su humillación sometiendo á los obreros y empleados pobres, el sub-oficial desahoga
soldados á las torturas de su mal humor. El Imperio la cólera amasada por los desprecios (|ue llegan de lo
le promete, para cuando sea viejo y abandone el ser- alto y las enojosas tareas de su grado. Estos subalter-
vicio, la compensa- nos, endurecidos por la tradición y animados por la
ción de un empleo se- impunidad, discurren las torturas más disparatadas
cundario en las ofici- contra sus hombres. Las injurias groseras y los gol-
nas civiles. Mientras pes son incidentes ordinarios y sin importancia. Por
permanece en el regi- una falta insignificante ó por capricho, les hacen
miento goza de un guardar posturas violentas durante varias lloras, hasta
sueldo suficiente y que caen desmayados. Otras veces les escupen den-
puede casarse. Ade- tro de la boca, les hacen limpiar el suelo con la len-
más los soldados, es-

pecialmente los reclu-


tas, para evitar las
consecuencias de su
enemistad le hacen
frecuentes regalos,
imponiéndose para
esto grandes privacio-
nes. Cuando sus fa-
milias les envían em-
UN POKSTO DB OBSBRVACION
butidos y otras delika-
tesse.i, entregan una
gran parte al sargento, pues en la virtuosa Alemania
la propina puede todo.
lo

El ingreso más importante para el sub-oficial lo


representa el «voluntario de un año », hijo casi siem-
pre de una familia burguesa, que llega con el porta-
monedas repleto y se entera de los gustos y aficiones
del sargento. Cuando se muestra generoso obtiene
todos los permisos y se ve libre de todas las faenas
penosas. 8i se decide á regalar un piano á la «señora
sargenta», su año de servicio transcurre en una cal-
ma paradisiaca, sin incidente alguno. De aiiui (jue á
muchos voluntarios les cuesten los doce meses de per-
manencia en el cuartel de 6.000 á 10.000 marcos. nr. KAISBR A CABALLO DIRIOIRNDO TNAS MANIOBRAS
364 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

^mmmi^^^^^^^m''] pi'onto á abatir al primero que


^^F^S^^^^H dé señales de debilidad.
Este sistema de violencias
lia obligado á muchos oficiales
á cambiar de regimiento al
iniciarse la guerra, temiendo
lo que pudieran hacer sus
hombres, á pesar de una edu-
cación embrutecedora, al ver-
se en campo libre y con car-
tuchos de bala. Los sub-oficia-
les, que no pueden realizar
con igual facilidad estas per
mutas, han caído muchas ve-
ces bajo un proyectil que les
ha entrado por la espalda.
El sargento alemán, cuando
LA aUARDIA. IMPERIAL CON UNIFORME DB GALA
no emplea el palo por miedo
á las consecuencias, discurre
gua Ó les obligan á beberse el contenido de un recep- los castigos más grotescos y envilecedores. Al hom-
táculo infecto. bre sometido á su cólera le dice en presencia de toda
Con mucha frecuencia los periódicos democráticos la compañía:
y los diputados socialistas del Reichstag han denun- — Tú eres un cochino. ¿Qué eres tú?... Responde.
ciado á los sub-oficiales como autores de verdaderos Y como el buen militar alemán no debe permitirse
crímenes. Soldados que han muerto en el hospital á una opinión contraria á la del superior, el pobre repi-
consecuencia de heridas declaradas casuales, ó han te humildemente:

({uedado inútiles para siempre, fueron víctimas en — Yo soy un cochino... Yo soy un cochino.
realidad de la furia homicida de un sub-ofícial. En la o

mayor parte de los casos tales delitos han quedado La obediencia servil, la humillación ante el supe-
sin castigo. La victima, á impulsos del terror, no ha rior, se extienden como algo precioso y fundamental
querido hablar, y los testigos presenciales, por miedo desde las últimas filas á los puestos más elevados del
al sub-oflcial, han mentido y jurado en falso. La obe- ejército. El soldado teme los golpes del sargento; éste
diencia pasiva y el respeto al superior son obstáculos se encoge medroso ante la altivez de los oficiales; los
infranqueables con los que tropiezan los consejos de oficiales viven encasillados en diversas categorías de

guerra que de buena fe quieren esclarecer los hechos. nacimiento y de fortuna, humillándose unos á otros,
En una ocasión el tribunal militar se vio obligado á y los brillantes generales del Estado Mayor se esfuer-
infligir graves penas á una serie de testigos que ha- zan por conservar á costa de adulaciones el afecto del
bían jurado en falso para afírmar la inocencia de su soberano.
sargento, demostrándose poco después que éste era Generalmente la profesión de oficial sólo es acce-
autor de las numerosas heri-
das de uno de sus hombres.
El oficial no ve nunca las
penas degradantes y sangrien-
tas que el subalterno impone
á la tropa. La injuria, el palo,
el golpe y la sangre, forman
parte de una tradición glorio-
sa y respetable que proviene
del gran Federico y su padre
elrey-sargento. Impedir esto
equivale para ellos á falsear
los cimientos del ejército. El

oficial, cuando lo considera


necesario, emplea idénticos
medios. En tiempo de guerra
no marcha á la cabeza de sus
hombres, sino detrás de ellos,
con el revólver en la mano, SBRVICIO TBLBFONIOO DB CAMPANA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 19l4 365

sible en Alemania al que dis-


pone de cierta fortuna. Los
sueldos sólo bastan para cu-
brir una mitad de los gastos.
Por esto el gobierno exige que
todo candidato á la carrera
militar pruebe antes que su
familia se halla en estado de
darle una pensión supletoria
todos los meses.
Tres cosas debe probar el
joven alemán que aspira á ser
oficial y vestir «el traje del

rey», como dicen en Pruaia.


Primeramente debe presentar
un certificado de sus estudios
en el Liceo, que equivalen á
nuestro bachillerato. Este tes- EEi KAISER Y SUS HIJOS

timonio de cultura científica


es el de menos importancia. Después debe probar, á sus futuros compañeros, que forman una especie de
como ya hemos dicho, que su familia puede darle una tribunal. 8i lo desechan por motivos individuales ó de
pensión. Con esto entra en clase de aspirante en un familia, su carrera está terminada y sus estudios re-

regimiento escogido por él, y cuyo coronel se digna sultan inútiles. Si el regimiento lo acepta envía el
admitirlo. Durante cinco meses vive como un simple acta de la votación al emperador, .'-^ólo después de
soldado, á no ser que proceda de la Escuela de cade- esta tercera prueba el soberano le concede el nom-
tes, en cuyo caso es nombrado inmediatamente sub- bramiento de oficial. Cuandocandidato procede de
el

oficial. Después de los cinco meses, si tiene buenas la clase selekfa, ó sea de la Escuela de cadetes, en la
notas recibe el titulo de fahenrich, ó sea porta-espada, que reciben su educación los hijos de militares y altos
y pasa á la Escuela de Guerra, donde en ocho meses funcionarios, no necesita pasar por la formalidad del
nada más le enseñan los elementos de táctica militar, voto de los compañeros, y recibe el nombramiento
topografía, fortificaciones, condiciones generales del directo del emperador.
servicio, código militar y administración del ejército. Si los aspirantes á oficiales pertenecen á la aristo-
Lo único que con predilección le inculca esta ense- cracia, solicitan la admisión en los mismos regimien-
ñanza es el espíritu militar, insistiendo especialmente tos donde sirvieron sus padres y sus abuelos y que co-
en las reglas de relación entre los oficiales y las ideas nocen de antiguo su nombre. Los regimientos de la
del honor y del deber. Cuando sale de la Escuela de Guardia son los más buscados, porque tienen su resi-
Guerra vuelve al regimiento, y el coronel lo presenta dencia en Berlín y ofrecen ocasiones de aproximarse
al emperador y los mariscales.
Todo individuo de la aris-
tocracia prusiana cree nece-
sario pasar la juventud en el
ejército activo, aunque des-
pués, al casarse ó al heredar
la fortuna paternal, abandone
el regimiento, figurando en la
reserva. La altiva clase de los
junquera ó señorea del campo,
llamados por los franceses
hoberati.v, proporciona los ofi-
ciales de corte y de los regi-
mientos escogidos. Estos hidal-
gos orgullosos, que dominan
socialmente la vida de Prusia
y han extendido su influencia
á toda Alemania, viven en
general con dificultad del pro-
ducto de sus tierras, agobia-
UNA QRAN PARADA dos de deudas, envidiándose
366 VICENTE BLASCO ÍBANEZ

;-s*«5*-. ;:'M!

LAS MANIOBRAS
El campo de Tempelhof, á las puertas de Berlín, donde pueden evolucionar 20.000 hombres

entre ellos y guardando el mismo espíritu de la época alemanes. Los hijos del rey de Prusía son tenientes
feudal. El único porvenir de sus hijos es el ejército, en el I."'' regimiento de la Guardia, de guarnición en
que reserva todos sus honores y favores á la clase Postdam, que sólo se compone de oficiales nobles.
aristocrática. En algunos regimientos cuya oficialidad procede
La burguesía enriquecida tiene como primera as- de las ricas provincias del Rhin, los hijos de los opu-
piración el casar á sus hijas con estos nobles arruina- lentos industriales se confunden con los de los propie-
dos, llenos de galones y penachos. El oficial lo es todo tarios aristócratas. Ciertos cuerpos en los (|ue predo-
en vida alemana. En las ceremonias oficíales el te-
la minan los herederos de los grandes fabricantes son
niente marcha delante de las autoridades civiles más objeto de burla por parte de los oficiales nobles. El
altas. En el acto de la apertura del Reichstag todo 7." de huíanos está compuesto de oficiales de dicha

diputado que tiene un uniforme de la reserva se lo procedencia, y en Berlín dicen al hablar de él: «Cada
pone, aunque esto dé un porte ridículo á su desbor- uno de sus tenientes representa diez chimeneas que
dante persona. El mismo Bismarck, que sólo había echan humo.»
sido militar por unos meses en su juventud, procu- Como el oficial debe escoger su regimiento, some-
raba presentarse siempre con uniforme de general tiéndose á la aprobación de los compañeros, ([ue pue-
para no tener el aire de un simple abogado ante los den admitirlo ó desecharlo, ciertos cuerpos mantienen
individuos del Parlamento.
Los tenientes de origen noble represen-
tan el 30 por 100 de la oficialidad alema
na. A igual clase pertenecen el 40 por 100
de los coroneles, el 50 por 100 de los ge-
nerales de brigada y el 70 por 100 de los
generales de división. De los generales en
jefe no hay uno solo que no sea noble. Von
Kluck, que procede de una familia humil-
de del campo, no pudo alcanzar los últi-
mos grados hasta que el emperador le
concedió un título de nobleza.
Todos los mayorazgos de la aristocracia
prusiana entran en la caballería de la
Guardia, donde sirven al lado de los hijos
y parientes de los pequeños soberanos BL KAISBR COK SU BSTADO MAYOR BN LAS MANIOBRAS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 367

un espíritu rabiosamente exclusivista, dando entrada Guillermo II, veleidoso é incoherente, clama mu-
solamente á los de reconocida nobleza. El emperador, chas veces contra los gastos exagerados de sus oficia-
para hacerse simpático á la burguesía, dispuso que les; pero á continuación se hace invitar por ellos á

en algunos regimientos de su Guardia pudiese ingre- sus comidas de cuerpo, lo (jue les obliga á cuantiosos
sar un número determinado de oficiales sin título no- desembolsos, ó reforma sus uniformes con una fre-
biliario. Los militares de corte llamaron desdeñosa- cuencia desesperante. El emperador artista ha cam-
mente á estos oficiales de la Concesión Schuitze, lo tjue biado durante su reinado los modelos de los unifor-
equivale en nuestra lengua á «concesión de los Pérez mes ocho veces más que sus predecesores durante
ó los López». Al poco tiempo éstos se retiraron volun- 60 años.
tariamente de los cuerpos de la Guardia, descorazona- En los cuerpos que no son de oficialidad noble, los
dos al verse solos entre sus orgullosos camaradas. gastos resultan igualmente exorbitantes. A ningún
En los regimientos de artillería é ingenieros la oficial le basta la renta de 200 marcos al mes con que

instrucción de los oficiales es muy superior á la de debe contar además de su sueldo. De aquí las deudas,
los (|ue pertenecen á otras armas. Sin embargo, el los expedientes complicados para adquirir dinero, las

prestigio, el res- luchas entre ca-


peto y la gloria maradas, los de-
son para la ca- safios y los sui-

ballería, donde cidios.

figuran los ofi-


ciales más aris-

tocráticos, vis- El suicidio es


tosos é ignoran- un accidente or-

tes. Dentro de la dinario en el


caballería exis- alemán.
ejército
ten gradaciones Algunos años ha
de considera- llegado á tomar
ción, figurando proporciones
á la cabeza los alarmantes.
regimientos ca- El oficial se
ros. Para ser ofi- suicida cuando
cial de los cora- por asuntos de
ceros de la Guar- dinero se ve com-
dia hay que dis- prometido en
poner de una algo vergonzoso
renta mínima de y teme el juicio
BL PASO DE UN RIO
20.000 marcos al inexorable de
Soldados de caballería y de infantería atravesando un río en una barca, llevando de las riendas
año, sin la cual á los caballos que van á nado sus compañeros
resulta imposi- de cuerpo. Pero
ble alternar con los compañeros de cuerpo. Los hú- es especialmente en la clase de tropa donde el suici-

sares, los huíanos y los dragones de la Guardia exigen dio produce mayores estragos.

gastos semejantes. Como regla general, un teniente Ya hemos dicho de qué modo brutal tratan los sub-
de los cuerpos escogidos destina el sueldo para el oficiales á los reclutas.

pago de sus botas, y á veces no le basta. — Hay que educarlos como á los caballos — dicen los
Todos deben poseer varios uniformes y cas-
ellos sargentos alemanes

No hay que permitir á las bes-
.

cos, en flamante estado, para las paradas y bailes de tias ni á los hombres que tomen malas costumbres.
la corte. Además tienen que corresponder á nume- Y consecuentes con esta doctrina, añaden á las
rosas invitaciones y festejar con banquetes á los ca- penas corporales que hemos descrito otras no menos
maradas que ingresan en el cuerpo, (lue se van de él terribles, obligando á los soldados á trotar horas ente-
ó (jue están de paso. Sólo pueden entrar en los restau- ras hasta (|ue caen exánimes; á descender en camisa
rants lujosos y ocupar en los teatros asientos de pre- durante las noches de invierno al patio del cuartel
ferencia. Les está prohibido subir en los ómnibus y cubierto de nieve; á hacer el ejercicio ante una es-
viajar en los trenes en una clase inferior. (Juando dan tufa, al rojo blanco, hasta que se desploman medio
propinas, éstas son superiores á las de los paisanos, asfixiados.
para marcar con tal generosidad la diferencia de ca- Muchos no ven otro recurso para librarse de estos
tegorías. Tan cuantiosos y
crecientes son sus gastos, tormentos que tomar el fusil en el armero, colocarse
que el rey de Prusia, sobre su fortuna particular, sirve el cañón en la boca y oprimir el gatillo con un pie.

pensiones secretas á los oficiales de la nobleza reco- Los (jue están en las guarniciones inmediatas á la
nocidamente pobres. frontera apelan á la deserción.
366 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
los extranjeros, pero muchos oficiales opinan que debe
suprimirse esta gimnástica, humillante y ridicula.»
El pueblo alemán, educado por el militarismo, ape-
nas si se conmueve ante las brutalidades de la ense-
ñanza en el cuartel. Acepta la insolencia del oficial y
siente una veneración casi religiosa ante su uniforme.
Este sentimiento domina á todos los otros en el alma
alemana contemporánea. La nación es más militaris-
ta aún que el militar. Escuelas y Universidades pro-
pagan el respeto y la admiración al ejército, basando
la grandeza de Alemania en la fuerza de las armas.
El profesor germánico, pacifico hombre de estudios,
de vida sedentaria, se muestra tan belicoso y amigo
de la violencia como el teniente más irrefiexivo. Los
alumnos en las escuelas tienen que cuadrarse lo mis-
mo que los reclutas cada vez (jue el maestro les dirige
la palabra. Los burgueses, después que realizan una

pequeña fortuna, buscan casar á sus hijas con oficia-


les de carrera y conseguir que sus hijos sean oficiales
de la reserva. Todos aspiran á poseer un uniforme ó
una insignia militar.
— Vivimos en un siglo de oficiales de reserva — dijo
un dia el socialista Bebel en el Reichstag.
Y los que no pueden ser de la reserva se inscriben
en las sociedades para el fomento de la Marina y del
Ejército, ó figuran en los belicosos clubs del partido
LA PRIM81RA LECCIÓN IjBL PASO DE GANSO
(Caricatura del Sketch)
pargermanista.
La masa popular siente igualmente entusiasmo
El ejército alemán es de todos los ejércitos el que por las organizaciones de guerra.
conoce con más frecuencia la fuga de sus soldados. El socialismo alemán, materialista y positivo, que
De cada 100 deserciones que ocurren en Europa, 6 co- desconoce los ideales generosos de sus camaradas de
rresponden al ejército francés, 15 al italiano, 17 al otros países, acepta con el mismo entusiasmo que los
austro-húngaro y 62 al alemán. burgueses la servidumbre militar. Sus periódicos y
Casi todas las violencias que sufren los reclutas sus oradores se han quejado en muchas ocasiones de
son motivadas por la dificultad que muestran en apren- las demasías de los oficiales, pero en el fondo, la masa
der el famoso paso de parada inventado por el rey- popular que los sigue participa del fetichismo guerre-

sargento y que el vulgo designa con el burlesco nom- ro del resto del
bre de «paso de ganso», pues imita la marcha de este país. Los obre-
animal tan amado por los alemanes. «Este paso dice — ros se acuerdan
Iluret al describir la vida militar de Alemania con- — con placer del
siste en que los soldados, en vez de marchar simple- regimiento y sin
mente como lo hacemos todos, proyectan enérgica- amargura de las
mente la pierna, derecha y rígida, todo lo que pueden violencias sufri-
hacia adelante, con busto estirado, los brazos pe-
el das en el cuar-
gados al cuerpo, y la dejan caer después, siempre tel. Por orgullo
tendida, golpeando el suelo con la mayor fuerza po- nacionalista ad-
sible, mientras avanzan en linea, como autómatas miran á sus an-
grotescos. Los soldados alemanes toman este paso en tiguos oficiales,
loa desfiles ó simplemente en la calle cada vez que teniéndolos por
van con el fusil y encuentran á un oficial. Este espec- superiores á los
táculo produce una impresión penosa. El hombre visto de otros países.
de tal modo no tiene nada de humano y resulta in- Kecibieron de
conscientemente su propia caricatura. Hay en esta ellos injurias y
marcha una especie de degradación que repugna á golpes, pero esto
nuestra sensibilidad de seres libres. Tal ejercicio sólo no tiene impor-
podia ser inventado por un déspota brutal que consi- tancia en la vida ^^ KAISER QUIBRH IMPONER Á LA CIVI-
deró los hombres como máquinas de obediencia. Los deunalemánque lización bl paso db ganso
alemanes no comprenden la impresión que sentimos desde los prime- (Caricatura del Dailij Vhronicle)
HISTORIA DE LA GUCkRA íiUíiOPííh í-tí 19M ¿69

TALLERES DK MONTAJE Y TORNflADO DB CANONBS KN LA CASA KKUPP

ros años se acostumbra á los castigos de la escuela. Tres generaciones de Krupp han realizado esta
Su fotografía con uniforme la guardan en su casa en obra industrial, conocida en el mundo entero. El fun-
lugar preferente, como un título de gloria. dador de la dinastía, Federico Krupp, nacido en 1787,
Sólo así se comprende la conducta del socialismo fué un humilde cuchillero que estableció un pequeño
germánico en la presente guerra. Según muchos ofi- taller en 1810, con sólo cuatro trabajadores, dedicán-

ciales, el recluta socialista es el que mejor se pliega á dose al estudio de la fundición del acero. En 1812
la disciplina del cuartel. tuvo un hijo, Alfredo, que resultó el verdadero autor
Llega preparado por la disciplina de su parti- de la fortuna y el renombre de la familia. Al morir el
do, que tiene una organización estrecha y una di- padre en 1826, Alfredo Krupp, que sólo tenia 14 años,
rección férrea, iguales á las del ejército.

El Estado alemán posee numerosas ma-


nufacturas de armas. En Spandau (Prusia)
se fabrican cañones, proyectiles, pólvo-
ras y cartuchos: en Ingolstandt 'Baviera),
Siegburgo y Dresde, proyectiles; en
Erfurt, Amberg y Solingen, armas blan-
cas; en Suhl y Sommerda, revólvers. La
fábrica de Lowen (Berlín) produce pól-
voras.
Pero estas manufacturas oficiales pier-
den su importancia al ser comparadas con
un establecimiento particular, el de la
casa Krupp, que instaló primeramente
sus talleres en Essen, cerca de Duseldorf,
y ha ido ensanchando su acción con nue-
vas y gigantescas fábricas. TORNO PARA LA CONSTRUCCIÓN DB TORRES BLINDADAS
370 VICENTE BLASCO ÍBAÑEZ
un peso de 106.000 kilos.
El taller de cuatro
obreros dirigido por el
fundador de la casa, se
había convertido un siglo
después en una ciudad
industrial, con 58.000
empleados divididos de
este modo: 53.000 fundi-
dores y mineros y 5.000
ingenieros y oficinistas.
Teniendo en cuenta que
muchos de ellos son casa-
dos, resulta que '250.000
personas viven de los sa-
larios de la casa Krupp.
Este enorme estable-
cimiento posee en Essen
las principales fundicio-
nes de acero y valiosas
minas de carbón. Tiene
TALLBRB8 MECÁNICOS DB LA CASA KRUPP además enKheinhausen,
en Magdeburgo y en
heredó junto con el modesto taller el secreto de la Annen fundiciones de acero y altos hornos y en la
fundición del acero, que Federico había encontrado bahía de Kiel los astilleros «Germania». La principal

después de largos y penosos ensayos. fuerza productora está concentrada en los talleres de
El joven dedicó su vida entera á la práctica y des- Essen, que ocupan unas -100 hectáreas; 20.000 caba-
envolvimiento del secreto, ensanchando sus trabajos y llos de vapor mueven 4.50 máquinas y ÜO martillos-
sus talleres con una audacia afortunada. A no ser por pilones de un peso de 50.000 á 100.000 kilogramos.
el decidido apoyo que le prestaron los bancos alema- Hay además 1.500 hornos y 1.600 máquinas de mol-
nes y el gobierno de Prusia, Alfredo Krupp se habria dear, pulir, etc. Un ferrocarril rodea la extensa fá-
brica y penetra por vías secundarias en los princi-
pales talleres, llevando sus férreos productos á la
estación de Borbeck en la gran línea de Colonia. Cien
locomotoras pertenecientes á la casa Krupp y más de
un millar de vagones aseguran el servicio.
Essen es una ciudad de hollín y de humo donde
suena durante el día un ruido ensordecedor. Julio
Verne la tomó como modelo para una de sus últi-

mas novelas.
Alfredo Krupp,
llamado el «rey
de los caño-
nes», tuvo la
suerte de en-
contrar en las
MONTAJE DK TORRKS BLINDADAS cercanías de su
fábrica unas
declarado en quiebra muchas veces. En 1847 tenía 100 minas de car-
obreros á sus órdenes, y expuso su primer cañón de bón que dan el
acero fundido para proyectiles de tres libras. En la combustible
Exposición de Londres de 1861, presentó un bloque más propio
de acero fundido de 2.000 kilos, lo que resultaba para la meta-
prodigioso para la industria de entonces. Diez años lurgia de to-
después empleaba 2.000 obreros y podía exhibir un da Alemania.
bloque de 62.000 kilos. En 1902 llegó á fundir un Ademáslacasa
bloque de 80.000 kilos y exhibió una placa de blin- Krupp ha ad-
daje, la más grande que se ha laminado nunca, con ({uirido gran- alfrbdo krupp
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 371

des yacimientos de mi-


neral en diversas regio-
nes de Alemania y hasta
en España. Fabrica ca-
ñones de todas clases y
calibres, siendo este pro-
ducto la especialidad del
establecimiento, que le
ha proporcionado un re-
nombre universal. En
ciertos momentos sus ta-
lleres han llegado á fa-
bricar á la vez 150 ca-
ñones, algunos de ellos
de 13.000 kilogramos de
peso, que cuestan 100.000
francos la pieza. Ade-
más produce placas de
blindaje, ruedas de va-
gones y muchos útiles
para la industria.
Existen en Europacen- CIZALLA RLKUTRICA PARA CORTAR PLANCHAS DK BLINDAJE
tros productores más
grandes importantes, pero son obríis del esfuerzo y
é generosa casa acude á la amplia satisfacción de todas
el capital de sociedades anónimas. Essen pertenece á sus necesidades y procura evitar el aburrimiento de
la familia Krupp en su mayor parte, y por esto figura una larga permanencia en Essen enviándolos á sus
á la cabeza de los establecimientos que dependen de expensas á dar un paseo por París y Londres.
una sola persona. Alfredo Krupp, el verdadero autor de la prosperi-
El edificio más hermoso de Essen es un hotel con dad del establecimiento, murió en 1887, sucediéndole
salones de ostentoso confort y risueños jardines, que su hijo Federico, último de la dinastía. Fué éste un
hacen de él un poético oasis en medio del ambiente hombre de gustos tran(|UÍlos y poco aficionado á la
ensordecedor y sombrío de la ciudad industrial. En
este hotel no se admiten viajeros, pues lo reserva
Krupp para los representantes y comisionados de las
naciones tiue le encargan material de guerra. El hotel
está siempre lleno, y militares de naciones diversas
y á veces enemigas viven juntos en un gran lujo pa-
gado por la casa Krupp mientras se fabrican los ca-
ñones cuya fundición deben vigilar. Turcos, búlgaros,
servios, chi-
nos, japoneses
y americanos
de las repúbli-
cas latinas son
los huéspedes
habituales del
Hotel Krupp. UNA SBCCIÓN DR MÁQUINAS
Algunos per-
manecen en industria. Sus estudios preferidos eran la geología y
Essen dos años la zoología. Amaba la Naturaleza y sentía horror
ó más esperan- ante el cíelo sombrío de Essen, sus nubes de humo
do que termine y su estrépito ensordecedor. Por esto pasó casi toda
la fabricación su vida bajo el cíelo de Italia, en las islas risueñas
encargada por del golfo de Ñapóles, habitadas en otros tiempos por
sus paises y los Cesares de la decadencia romana. Los socialistas

quedeben acep- de Berlín dijeron de él (¡ue participaba de los mismos


tar ellos como gustos antinaturales de estos personajes monstruosos,
FEDERICO KRUPP tócnlcos. La y á semejanza de Tiberio vivía en la isla de Capri
372 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

FUNDICIÓN DB BLOQUES DB AOBRO BN L4 CASA KRDPP

con una corte de efebos. Estas denuncias amargaron zaeión económica de sus talleres para dar una parti-
los postreros dias del último de los Krupp, acelerando cipación directa á los obreros. Pero los rumores es-
su muerte. Muchos de sus amigos han intentado de- candalosos é infames sobre su condusta acabaron por
mostrar la falsedad de tales acusaciones. De todos sumirlo en la misantropía, huyendo del trato de las
modos, Federico Krupp era una especie de sabio, que gentes.
por sus gustos sencillos pareció retroceder á los orí- La importancia de la casa Krupp disminuyó du-
genes modestos de su familia. Mostró ideas sociales rante periodo de su apática dirección; pero aun así,
el

muy avanzadas, soñando con reconstituir la organi- á la hora de su muerte el producto neto del estableci-
miento representaba una renta anual de
12 millones de marcos: un millón por mes.
La gran habilidad de su padre Alfredo
Krupp fué rodearse de ingenieros de méri-
to, tanto alemanes como extranjeros, bri-
llante cuerpo de técnicos autor de la im-
portancia de la casa y que todavía la sos-
tiene. Con la muerte de Federico se ha

extinguido la descendencia directa de los


Krupp. Éste dejó dos hijas, Berta y Bár-
bara, poseedoras de la mayor parte de
las acciones del famoso establecimiento.
El matrimonio de las dos jóvenes casi
ha revestido la importancia de un nego-
cio de Estado, interviniendo directamen-
te Guillermo II en la designación de los

esposos.
El emperador — según las murmuracio-
EL MARTILLO-PILON nes de muchos — posee una parte de las
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 373

LAMINADOR DB PLANCHAS DB BLINDAJB

acciones de la casa Krupp, lo que le hace sentir un acaban de obtener un honor extraordinario con mo-
interés personal por la buena marcha de sus negocios. tivo de la fabricación de sus morteros de 420. Una
Hace pocos años, al descubrirse que dicho estableci- Universidad alemana ha manifestado su entusiasmo
miento sobornaba á los militares alemanes en las re- por dicha obra, confiriendo al marido de Berta, ca-
mesas de armas, se produjo grande escándalo, y el beza visible de la firma Krupp, el titulo de ¡doctor
prestigio de Guillermo II sufrió algo con esto. Algu- en Derecho!
nos acusados declararon haber aceptado las propinas, La sabia Alemania es un pais de iniciativas ex-
sin escrúpulo alguno, por creerlas procedentes del travagantes cuando desea glorificar la fuerza.
emperador, accionista de la casa.
Un interés nacional hizo que los alema-
nes se preocupasen del matrimonio de las
dos princesas del acero. Había que casar-
las con buenos patriotas, entusiastas del
Imperio, para que el gran establecimiento
no pasase á manos de extranjeros.
El emperador designó á dos liombres
de su corte como maridos de las hijas de
Krupp y poseedores de sus enormes for-
tunas. La mayor, Berta, que es la más
popular, se casó con el barón de Bohlen-
Halback, que ha tomado la dirección del
establecimiento. Pero éste ya no parece
animado por el espiritu emprendedor y
audaz de Alfredo, el «rey de los cañones»,
y según se dice, empieza á mostrar cierta
decadencia.
Sin embargo, las fundiciones de Krupp TALLER DB PERFORADO
374 VICENTE BLASCO IBANEZ
— ¡Ese Subise valeroso é imprevisor! — decía Fede-
IX — Tiene veinte cocineros y un solo espía. Yo
rico .

tengo doscientos espías y un solo cocinero.


Desde los tiempos del Gran Capitán prusiano, el
El espionaje alemán
espionaje de los alemanes ha progresado tanto ó más
que las piezas de artillería. Hoy el kaiser no tiene
Tiene tanta importancia el espionaje en la organi- doscientos espías, ni doscientos mil; son millones, son
zación defensiva y ofensiva del Imperio alemán, que toda Alemania, pues no hay en ella un solo individuo
muchos lo titulan la «sexta arma», colocándolo mili- que no esté dispuesto por impulso natural á cumplir
tarmente á continuación de las cuatro armas que esta triste función. Repitiendo la conocida frase sobre
constituyen un ejército y de la (juinta, de origen re- el ruso que lleva un cosaco dentro de él, puede decir-

ciente, que es la aviación. se del buen germano.


La «sexta arma» representa para sus individuos — Rascad al alemán y encontraréis el espía.
Es indiscutible que muchos
no lo son. Un país no puede
ni necesita dedicar todos sus
habitantes al espionaje. Ade-
más, no siempre se ofrece la
oportunidad de averiguar se-
cretos para transmitirlos á
las autoridades nacionales.
Pero que el azar haga saber
á un alemán en tierra extran-
jera algo que considera im-
portante para su país, y conti-
nuará las averiguaciones has-
ta entregar el secreto á su
gobierno
Todos los alemanes no son
espías; pero en cada alemán
hay un espía duerme, y
([ue
sólo necesita la ocasión
para
despertar y ponerse al tra-
bajo.
Es algo que está en su carác-
ter fundamentalmente; una
tendencia que surge en él ape-
BL BSPIOMAJB ALBHÁK BN FRANCIA
nas tiene uso de razón, y per-
dura á través de las diferen-
una profesión honorable. Tiene sus héroes glorificados cias educativas y de estado social.

por el entusiasmo patriótico. Su organizador fué el Hay que decir en su honor ([ue el espionaje no lo
célebre policía Stieber, del que hablaremos más ade- considera como una función deshonrosa. Le inculca-
lante, personaje de malos antecedentes, que casi llegó ron hace dos siglos que este es un modo de servir á la
á conseguir la gloria de un Bismarck ó de un Moltke. patria tan noble y digno como empuñar las armas, y
Esta popularidad del polizonte organizador del es- se lanza á ser espía con igual entusiasmo que si em-
pionaje, se explica teniendo en cuenta el carácter prendiese el camino de la gloria.

prusiano, dispuesto por instinto á la vigilancia y la Cada agrupación étnica tiene su moral, su alma,
delación. sus escrúpulos. Nosotros, los llamados latinos, lleva-
El espionaje de los alemanes es algo tradicional y mos el fardo de una porción de preocupaciones y deli-
mismo nivel que los actos
figura en su historia casi al cadezas espirituales que no conocen los buenos ger-
heroicos de sus guerreros. manos, y sí alguna vez tropiezan con ellas, provocan

Federico II se burló siempre con su frío escepti- su risa como algo arcaico é inútil.
cismo de la caballerosidad y confianza de los maris- Nosotros creemos en el honor sin interés alguno,
cales franceses, grandes señores empolvados, perfu- en el honor generoso que impone sacrificios, creemos
mados y heroicos, que llevaban á los campamentos en el carácter sagrado de la palabra empeñada, en el
las costumbres palaciegas de Versalles. El mariscal de derecho á la libertad y á la independencia (|ue tiene el
Subise, protegido de la Pompadour, le hizo reir mu- débil lo mismo (jue el fuerte, enlanecesidadde quesub-
chas veces en el curso de la guerra de los Siete Años. sistan debajo del sol los pequeños pueblos así como los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 375

grandes, del mismo modo (jue en la vida humana res- cias y embos-
piran igualmente los iletrados y los inteligentes, los cadas. Es el de
feos y los hermosos, los ricos y los pobres. Tenemos el los militares.
sentimiento de la mesura, de la armenia, del equili- El soldado debe
brio, facultad que aun no poseen ciertos países recién obediencia á
salidos de la barbarie, que todo lo ven con retinas de sus superiores,
brutal exageración: «Kolossal, Kolossal.» Sabemos y si éstos le or-
que hasta las ideas más santas deben estar limitadas denan una ave-
por las exigencias del honor y de la propia dignidad. riguación en
Amamos la patria, estamos dispuestos á dar por país enemigo,
ella «vida y hacienda», como pundonoroso alcalde
el la cumplirá in-
del drama de Calderón; pero nos reservamos la inte- mediatamente
gridad y pureza del honor, «que es patrimonio del por honor pro-
alma... y el alma sólo es de Dios». fesional. Todos
Tomaríamos un fusil para defender nuestra tierra, los ejércitos del

aunque la lucha anunciase un seguro fracaso; pero mundo impo-


nos indignaríamos si alguien nos propusiese servirla nen tal servi-
como espías, oficio bajo cio.

y degradante. Todoslospue-
Alemania piensa de blos en guerra
distinto modo. Su psico- tienen igual
logía es otra, y satisfecha mente espías
de ella quisiera impo- civiles, pero
nerla á los demás pue- son individuos UN VIAJERO BLKGANTE BN LOS BaLBVARBS
blos, que considera co- de la más baja ÜB PARÍS
rrompidos por los refina- especie moral, La sombra revela que es un espía alemán

mientos de una vieja que no hacen


civilización. La moral gala de sus trabajos, antes bien, los disimulan como
alemana (no la de la algo vergonzoso.
Alemania de Kant, sino Alemania es el único pais del mundo donde el es
la del Imperio de Gui- pionaje se aprecia como una gloria, como un servi-
llermo II) considera que cio patriótico semejante al servicio militar obligato-
las cosas más respeta- rio, pero más extenso, pues comprende á mujeres y
DNA CRIADA DE HOTBL bles para nosotros no son niños.

Espía alemana que registra el equi-


más que «palabras», que Antes de que en la guerra actual el Imperio de
paje de los viajeros un tratado es un «peda- Alemania atrepellase á Bélgica con su inaudita inva-
zo de papel', un jura- sión, todos los alemanes residentes en el reino belga,
mento empeñado una obligación momentánea que que eran centenares de miles, recibieron de sus cón-
puede dejar de cumplirse si asi conviene, y el ejer- sules un cuestionario secreto para que lo llenasen,
cicio del espionaje la mejor ocupación de un buen revelando las
patriota. particularida-
Príncipes de casas reinantes de Alemania se ala- des de los pue-
ban de haber hecho viajes á los países vecinos, abu- blos en que vi-
sando de su hospitalidad, sólo por averiguar secretos. vían.
Damas germánicas de alta posición aprovechan todos Los espías
los medios, hasta el del amor, para adquirir noti- obligatorios di-
cias que interesan á su país. cen lo que sa-
El ejemplo viene de arriba en este pueblo regi- ben y lo que
mentado con arreglo á una férrea gradación de castas. pueden ver, que
¿Qué no harán, si se ofrece ocasión, el tendero en- muchas veces
riquecido, la burguesa ansiosa de distinciones, el no es gran co-
pequeño comerciante, el comisionista, todos los que sa. Los espías
desean imitar á las clases superiores y ven un medio «de carrera»,
de ennoblecimiento en el trabajo del espía? los ilustrados

que se mueven UN MOZO DB CAFl,


en un plano su-
Espía alemán escuchando las conversaciones
Existe un espionaje obligatorio del que nada pue- perior, reciben
de los mliilares

de decirse mientras perdure la guerra con sus astu- (Del folleto fraiici's «Cñnio estaba
la ayuda de la orgauizado ol espiouajo alemáu>j
376 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

BL BSPIONAJB ALEMÁN PREPARANDO LOS TRABAJOS DB LA ARTrLLBEÍA (Fot. Meurisse)

Casa de un espía alemán en la Panne (Bélgica), sobre una plataforma de cemento que pudiese servir de emplazamiento á un cañón
de gran calibre, una vez derribada la casa. Para destruirla se necesitaron más de cinco cariuchos de dinamita

industria y el comercio de su país establecidos en el En otros lugares Franz y Fritz habían acabado
extranjero. por ser de la tierra casándose en el pueblo y cambian-
La guerra actual ha revelado en muchos pueblos de do de nacionalidad. Hasta se ha dado el caso de que
Bélgica y Francia la solidez y arraigo del espionaje. llegaron á concejales en su segunda patria, aspirando
Al entrar las columnas alemanas
en una población, sus jefes estaban
tan enterados como la autoridad
municipal de todos sus recursos.
Era inútil negar la existencia de
caballos, víveres y dinero. El inva-
sor sabia dónde estaba cada cosa^
como si tuviese un inventario en
la mano. Luego los notables del
pueblo, al recibir el cariñoso salu-
do de un alemán uniformado, lo
reconocían con asombro. Era mon-
sieur Fritz ó monsieur Franz, un

ingeniero que había vivido años


enteros en la población, trabajan-
do en una fábrica; un tendero de
bisutería barata, ó un simple ren-
tista establecido en tierra extran-

jera porque el clima le era más


grato que el de su país. Todos bue-
nas personas, que hacían reír con
la simplicidad de sus cuentos
y chis-
tes, mientras se enteraban inocen- Clialet elegante construido por los espías alemanes en las inmediaciones de una forliflcación fran-
temente de las particularidades de cesa. El chalet está sobre una sólida plataforma de cemento. Cuando estalla la guerra y avanzan
los Invasores, éstos destruyen la casa y encuentran lista la plataforma para la colocación de
la región. los grandes morteros, que exigen un fuerte basamento.
EN Bl

Dibujo de Federico Villiers, de «The llluslraled London News»

Un convoy de municiones para los aliados, avanzairii


,GICA

b hacia Iprés bajo el fuego de la artillería alemana


HISTORIA DE LA GUtiíiUA EUROPEA DE 1914 377

RUINAS DB LA CASA DBL BSPÍA ALBMÁN VISTAS DBSDB BL OTRO LADO (Fot. Meurisse)

al primer puesto municipal. Desaparecidos poco antes vino su verdadero objeto. Para destruir algunos de
de la invasión, volvieron al frente de ella, «ilustran- estos hoteles se necesitaron varios cartuchos de dina-
do» con sus conocimientos á los jefes de las tropas y mita, y aun así quedaron en pie sus miradores.
procediendo con una bondad felinesca contra sus an- En el teatro de la guerra el espionaje alemán se
tiguos convecinos. vale de los más arriesgados disfraces. La cercanía de
Los industriales alemanes que ocultos tras del y su inmovilidad en unas batallas
las líneas de fuego
misterio de la sociedad anónima establecieron indus- que duran meses, permiten á los habitantes del país,
trias en Bélgica y Francia, se cuidaron siempre de más ó menos escasos, hacer vida común con los que
instalar sus fábricas en puntos estratégicos, indicados pelean.
de antemano por el Estado Mayor de Berlín. Las pla- Una batería francesa dirige sus disparos contra
taformas de cemento construidas para sus máquinas losenemigos, hábilmente disimulada. Los cañones ale-
han servido luego para los cañones de sitio. manes, por más que cambian su puntería, no pueden
Otros espías levantaron hoteles particulares en las encontrarla. De pronto los artilleros ven aproximarse
inmediaciones de las plazas fuertes. Nada indicaba un pastor con un rebaño de ovejas, ó un labriego que
exteriormente la solidez de baluarte de estas cons- guia dos caballos enganchados al arado. ¡Bucólica
trucciones lujosas y en apariencia frágiles. Muchas aparición que conmueve á los hombres endurecidos
han sido derribadas por la autoridad militar, que adi- por la tarea de matar!... Es la vida que recobra su
ritmo á pesar de la guerra; el tra-
bajo (lue renace desafiando los pe-
ligros.La aparición de este valero-
so soldado de la agricultura casi
hace asomar lágrimas. Los que tie-
nen algunas letras recuerdan el
campesino de La Débücle, descrito
por Zola, que sigue arando indi-
ferente su campo en medio de la
batalla de Sedán.
El pastor ó el labriego se detiene
unos instantes enfrente mismo de
BL MORTERO BMPLAZADO SOBRB LA PLATAFORMA la batería. Los cañones enemigos
(Dilmjos del folleto fraucés «Cómo estaba organizado el cspiouaje alemán») callan, como si les emocionase
378 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

orador de club durante los sucesos


de 1848, predicando las doctrinas
socialistas. Al mismo tiempo esta-
ba al servicio de la policía como
«agente provocador», haciendo
abortar todos los trabajos revolu-
cionarios con sus actos de insen-
satez y denunciando á los que cons-
piraban contra la monarquía. Pe-
día en los clubs el exterminio de la
familia real y se avistaba secreta-
mente con Federico Guillermo IV,
el monarca predispuesto á la de-

mencia, que sentía cierta predilec-


ción por este siniestro y desprecia-
ble personaje.
Ansioso de crearse una posición,
Stieber apeló á la más infame de
las traiciones. Estaba en amores
con la hija de un rico fabricante
llamado Schoeffel, y como el her-
mano de ella se oponía á sus planes
matrimoniales, el polizonte se des-
embarazó de él fingiendo un com-
plot contra la monarquía. Schoeffel,
que era de ideas avanzadas, tomó
parte con sus obreros en una inten-
tona revolucionaria preparada en
SOSPECHOSOS EXPULSADOS DE FRANCIA
Silesia por el mismo Stieber. Éste,

después de comprometer al fabri-


igualmente esta aparición respetable del trabajo. La cante, lo denunció á la policía. Schoeffel fué con-
figura del héroe con su acompañamiento de bestias denado al encierro en una fortaleza, y el agente pro-
se destaca visiblemente sobre el horizonte. Luego se vocador se casó con su hermana.
aleja con la soñolienta lentitud de los hombres del Los candidos revolucionarios de Berlín tardaron
campo, y apenas desaparece, una lluvia de obuses mucho tiempo en enterarse del verdadero carácter de
cae certeramente sobre los fran-
ceses. El enemigo sabe ahora
adonde apunta. La noble apari-
ción le sirvió para descubrir la
batería enmascarada.
Franceses é ingleses han aca-
bado por enterarse de lo que
significan tales apariciones, te-
niendo que fusilar á varios pas-
tores y labriegos. Al compare-
cer éstos ante el consejo de gue-
rra,quedó probado que eran ale-
manes, de los muchos que ron-
dan á espaldas de los aliados es-
perando una oportunidad para
entrar en funciones.

Stieber, el organizador del es- .-¿<i*^

pionaje alemán, comenzó su vida


más repugnan- PBNBTRACIÓN PACÍFICA
pública con las
Los espfas alemanes que vivían en Francia preparando la yran visita: taberneros,
tea hazañas. Era un abogado
cultivadores, cocineros, apaches y lacayos
obscuro de Berlin y figuró como (Dibujo de Ricardo Flores. ¡Ilocheg!. pubiicaciún íle París)
HISTORIA DE LA üUERftA EUROPEA DE 1914 379

este abogado tivo al princi-


ruidoso y enre- pe Carlos.
dador, que era » — Este no
el ([ue gritaba pasa el tiempo
másfuerteype- en la bodega
dia resolucio- — decía el mo-
nes más atro- narca.
ces desde la tri- » — No, ma-
buna del club jestad— contes-
establecido en taba Stieber — .

lainmensasala Pero necesito


de «Las tres menos tiempo
Águilas». En para contar las
todos sus dis- bajadas á la
PRISIONEROS ALEMANES cursos virulen- bodega de su El soldado francés.— Espera que me orien-
—¡Buenos días, macstrol no conozco estos caminos.
tos, el misera- Alteza Adal- te;
—¿Maestro? El prisionero alemAn. — Vote servirá de gula.
-¡«KolossaU!... ¿No me reconoce? Soy Wil- ble personaje berto, que para He vivido aquí diez años.
hetm su antiguo dependiente que se
Ptistel, lla-

maba Leoncio Boirot. reclamaba la seguir á su Al-


abolición del teza el principe Carlos en sus diversas y múltiples...
ejército permanente... y de la policía secreta. alcobas.»
Después de la revolución, Stieber se dedicó en ab- Esta policía doméstica de intrigas y vicios pala-
soluto al servicio familiar de Federico Guillermo IV. ciegos resultaba estrecha para Stieber, y en 1854
Este monarca, tío-abuelo del actual emperador, cuya consiguió autorización del rey para extender su ser-
debilidad mental empezaba á manifestarse en aque- vicio secreto al exterior, viajando por Austria y
llos años, gustaba de enterarse hora por hora de la Francia, los dos países que años después habían de
vida íntima de sus hermanos, asi del duro (ruillermo, ser atacados por Prusia. El gran espía comenzó sus
«el principe Metralla», futuro emperador, como de trabajos de información en el suelo francés diez y seis
los otros. Stieber atendió á la satisfacción del placer años antes de la guerra. Tan interesantes fueron
real con una maestría extraordinaria. Nada escapaba aquéllos, que el Parlamento prusiano votó un crédito
á sus averiguaciones. Un ministro prusiano decía de de 80.000 thalers (305.000 francos) «para asegurar
él: «Todo en Stieber es de policía: hasta el nombre.» al Estado los beneficios de una información útil».
Stieber significa en alemán «rebuscador». La primera expedición de Stieber sirvió de funda-

«Todas las mañanas dice Paul Lanoir en su libro mento á los trabajos de espionaje que prepararon años

El espionaje alemán Stieber se presentaba al rey después las campañas coronadas por los triunfos de
con varios pliegos cerrados que contenían una rela- Sadowa j' Sedán.
ción de lo que habían hecho el día anterior cada uno Mientras Prusia fué gobernada por el ministerio
de los príncipes. En lo relativo al príncipe Adalberto, reaccionario de Manteuf fel, los asuntos de Stieberraar-
las noticias del confidente eran breves. Su Alteza se charon bien; pero al ocupar el gobierno el príncipe de
había retirado muy pronto á sus habitaciones en la Hohenlohe (.padre del candidato al trono de España
noche anterior para trabajar á puerta cerrada. Luego, que sirvió de pretexto á la guerra de 1870), el policía

por la mañana, se vio privado


el ayudante ha- de recursos.
bía ido en bus- Los liberales
ca del médico, de Prusia eran
y al salir éste enemígosdelos
de la alcoba trabajos poli-
principesca de- cíacos, y el
cía á un ami- nuevo gobier-
go: «¡Pero este no quería evi-
puerco se em- tarse la impo-
borracha todas pularidad de
las noches! >
su predecesor,
El rey guar-
» a ficionadoá va-
daba la nota en lerse de los es-

— Va un bolsillo de birros. Stieber,


hemos
visto lo que sabes hacer: Incen- — ¿Dices que tegusta mucho Francia''
diar y destruir casas. ¿Qué eras cuando resi- su uniforme y al verse sin - ¡Ya lo creol ¡Como que me he pasado en
días en Praiicia?
abría el se ella más de veinte años!
—Agente de una compañía de seguros con-
segun- ocupación,
^Caricaturas de Henriot. «lo
tra Incendios. do pliego rela- puso al servi- la Ztliistratíou de París )
380 VICENTE BLASCO IBANEZ

cío de Rusia, que lo ocupó en perseguir á los revolu- ligroso y tenaz preparador de invasiones que se ha
cionarios polacos. Además la corte de tían Petersbur- conocido.

go le confirió el encargo de vigilar á una princesa Durante dos años, de 1864 á 1866, el polizonte re-
célebre por sus imprudencias amorosas, y el policía corrió laBohemia colocando sus espías como jalones
se dio tan buena maña, que al poco tiempo había com- en el camino que había de seguir el eji-rcito prusiano
prometido con sus averiguaciones á la princesa y de Berlín á Praga y Sadowa, volviendo por la Mora-
todos sus amantes, al principe y todos sus amigos, via. Experto en astucias y disfraces, fué de pueblo en
teniéndolos á su disposición, por miedo á las revela- pueblo y de feria en feria ejerciendo las profesiones
ciones escandalosas. de fotógrafo, saltimbanqui, vendedor de figurillas de
Cuando Bismarck fué nombrado primer ministro yeso, objetos religiosos y estampas pornográficas.
de Prusia, Stieber regresó á Berlín, viendo en el enér- Durante estos dos años de vida errante estudió el
terreno y sus pobladores, estableciendo los
agentes á su servicio. Algunas veces este tra-
bajo le puso en peligro de perder la vida. En
una posada de Bohemia donde se había pre-
sentado como vendedor de pañuelos vistosos,
algunos de los parroquianos que bebían en el
comedor reconocieron al verle sentado ante
lo
la chimenea, con aire de distracción, pero pres-
tando oído atento á todas las conversacio-
nes.
— ¡Es Stieber, el antiguo jefe de la policía
prusiana!...
Su impopularidad había llegado hasta los
países austríacos, y bastó que sonase su nom-
bre para que al momento todos los bohemios
reunidos en la posada cayesen sobre el falso
vendedor, dándole una terrible paliza. La pre-
sencia del burgomaestre le salvó la vida, y
en un estado lamentable fué conducido al día
siguiente hasta la frontera.
Bismarck apreciaba mucho los informes re-
cogidos por Stieber, y cuando en Junio de 1866
declaró la guerra al Imperio austríaco, hizo
llamar al policía, que estaba reponiendo su
salud en un establecimiento á orillas del Rhin,
dándole el título de «jefe de la policía de cam-
paña» é incorporándolo al ejército.
BN BUSCA DB UN ESPÍA
El rey Guillermo mostró cierta extrañeza
al firmar su nombramiento.

gíco estadista el amo deseado. Un escritor venal al



Majestad dijo
— el ministro — ,
Stieber es el «rey
servicio del gobierno, el director de la Gaceta de la de los espías».
Alemania del Norte, conocido con el apodo de «el gran Todos los jefes prusianos que tomaron parte en la
campana de Bohemia, lo mismo Guillermo I
reptil», hizo la presentación. Bismarck conocía los rápida
servicios secretos prestados en Rusia por Stieber, que el malhumorado Moltke y los demás generales,

y lo consideró necesario para la política agresiva manifestaron públicamente su admiración por los
que pensaba realizar. Pero al mismo tiempo se dio trabajos preparatorios de Stieber. Los periódicos de la
cuenta de que la opinión del país se sublevaría al —
época incluso los periódicos franceses que no podían
ver á Stieber en un cargo público, pues el anti- —
adivinar el porvenir hablaron con asombro de los
guo jefe de la policía de Berlín gozaba en Prusia importantes servicios que un solo hombre había pres-
de una terrible impopularidad, especialmente entre tado á todo un ejército. Por primera vez se revelaba
los liberales. Por esta razón Bismarck le dio una el espionaje en una forma pública y casi gloriosa.
misión secreta enviándole á ejercer el espionaje en Stieber había recorrido con varios meses de anticipa-
Austria. ción el teatro de la guerra, estudiándolo en todos sus
El ministro y el polizonte se comprendieron y se detalles, apreciando los puntos estratégicos, estable-
completaron. Una íntima colaboración unió á estos ciendo en el país espías, á los que llamaba «inteli-

dos hombres hasta el momento de su muerte. Bis- gencias» y que permanecían en su sitio para salir
marck fué un invasor de pueblos, y Stieber el más pe- oportunamente al encuentro de los invasores.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 381

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-1
382 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

naje, se mostró menos violento, desean-


do que los liberales y demócratas olvi-
dasen sus antiguas felonías. Los periódi-
cos alabaron los altos hechos del in-
comparable policía» presentándolo como
un héroe patriótico. Los prusianos, ad-
miradores instintivos del espionaje, co-
menzaron á sentir entusiasmo por este
hombre que diez años antes se dedicaba
á fingir conspiraciones y á descubrir y
publicar secretos de familia.
Stieber, que se había unido lo más
posible á su protector Bismark y cono-
cía sus planes futuros, propuso á éste,
en Septiembre de 1860, un gran proyecto
SOLDADOS FRANCESES PERSIGUIENDO Á UN BSHÍA de organización del espionaje en Fran-
cia. «Este servicio — dijo el policía al
En cada población donde prusiano de-
el ejército Canciller — debe hacerse sobre las mismas bases que
bía hacer alto, estos agentes habían marcado con un elde la campaña de Bohemia, pero con más método,
signo misterioso las casas que podían servir de aloja- más prudencia y mayor amplitud.» Para esto pidió
miento á los generales y su Estado Mayor. Un falso á su amo carta blanca en lo referente á los gastos,
campesino con blusa y zuecos, que era uno de los hom- y IMsmarck hizo que el Ueichstag votase en el presu-
bres de Stieber hábilmente disfrazado, marchaba al puesto una partida de 1.300.000 francos «destinado á
frente de las tropas invasoras. Antes de entrar en la asegurar al Estado un servicio útil de informaciones».
población se hacía atar las manos por los soldados de Abandonando Stieber temporalmente los asuntos
la vanguardia y éstos aparentaban llevarlo preso, de la policía interior de Prusia, se dirigió á Francia
entre insultos, amenazas y aparatosos golpes. De este con dos de sus acólitos, el polaco Zerniki y el háden-
modo pasar ante las casas iba
el fingido prisionero al se Kaltenbach, que le secundaron en sus trabajes
dando sus indicaciones al jefe de la vanguardia y preparatorios de la campaña de 1870.
marcaba el carácter y opiniones de los principales Esta vez el espía prusiano no fué disfrazado de va-
habitantes, así como los depósitos de víveres y fo- gabundo lo mismo que en Bohemia, pues viajó como
rrajes. un rico personaje, con sus dos ayudantes que hacían
^loltke, sobrio en elogios y siempre taciturno, no oficio de secretarios. Otros agentes les seguían á dis-

pudo ocultar su satisfacción ante la puntualidad y el tancia, siendo portadores del equipaje
y documentos,
método con que los espías facilitaban sus informes. especialmente de una maleta famosa que guardaba
Al atravesar Braunn, capital de la ]\Ioravia, el céle- una gran colección de pelucas y barbas postizas em-
bre estratega rompió su mutismo para decir á Bis- pleadas por el jefe en sus continuos disfraces.
marck: Quedaban en Francia muchos espías establecidos

Si es el joven Stieber el que ha organizado esto, por Stieber en su primer viaje, y el célebre policía
hay que confesar que lo ha hecho bien, muy bien. hizo restable-
Fíl joven Stieber tenia en aquel entonces cuarenta cer la comuni-
y ocho años. cación entre
Guillermo I quiso expresar personalmente su re- ellos, aumen-
conocimiento á este hombre, y conservándolo en las tando su núme-
funciones de jefe de la policía de campaña, le confirió ro. El espio-
al mismo tiempo el titulo de gobernador de la capital naje prusiano
de la Moravia. El antiguo esbirro despreciado por contaba con
toda Prusia, y cuyo trato evitaban muchos oficiales, 1.850 indivi-
obtuvo con dicho nombramiento los honores y la au- duos en los 15
toridad de un jefe de cuerpo de ejército. departamentos
Al volver los prusianos victoriosos á Berlín, Stie- de Francia que
ber no quedó olvidado en la distribución de empleos, iban á ser ob-
cruces y recompensas. El rey le dio el título de jetode la inva-
Geheim Ruth (Consejero íntimo) y el puesto de direc- sión. Estos es-
tor de la alta policía del Estado. El triunfo de Sado- pias, organiza-
wa convirtió en ministro al vagabundo de los cami- dos militar-
nos de Bohemia. Este rápido cambio transformó la mente, obede- espías detenidos en el norte
personalidad del polizonte Al verse hecho un perso- cían á un jefe de frangía
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 383

por departamento. Cuatro inspectores regionales re- pías en los departamentos franceses del Este llegó á
cogían sus informes en continuos viajes para entre- ser de 11. 000, abarcando los campos, las casas de la
gárselos á Stieber, que hacia de ellos un resumen des- burguesía, los establecimientos públicos de las ciuda-
tinado á Bismarck. des y los alrededores de los cuarteles. Además de es-
En cuatro viajes circulares, de 18(5l) á 1869, el po- tos espías de puesto fijo, Stieber organizó un cuerpo de
licía aumentó considerablemente las fuerzas del es- policía secreta compuesto de '20.000 hombres que ha-
pionaje. Á petición suya el gobierno prusiano le fué bía de esparcirse cuando llegase la guerra en todos
enviando los siguientes refuerzos: los caminos de Francia que conducían á París, repi-
Cinco mil cultivadores alemanes, horticultores, vi- tiendo la misma táctica empleada en Bohemia.
ticultores ó simples labriegos, que estaban destinados Cuando el rey de Prusia hizo un viaje á París en
al espionaje en los campos. Stieber anunció que estos 1867 con motivo de la primera Exposición Universal,
obreros agrícolas serían bien recibidos en Francia, Stieber figuró públicamente en la regia comitiva. Las
«pues los labradores prusianos gozaban la reputación fiestas eran en honor del emperador de Rusia y del
de ser activos } sumisos; pero había que observar rey Guillermo. Este último llevaba con él á sus dos
una gran prudencia en su envío, haciéndoles empren- gloriosos colaboradores, Moltke y Bismarck. El Canci-
der el viaje uno á uno, ó cuando más dos á dos». ller invitó á Stieber para que con toda la importancia

BL BSPIONAJB ALBMÁN EN BÉLQIGA


Espías detenidos en una playa de Bélgica y conducidos á Ipres donde serán iuzgados

Nueve mil domésticas, viudas ó solteras con prefe- de un personaje se pusiera en contacto con la impre-
rencia, para servir en los cafés, restaurants, cervece- visora policía francesa.
rías y hoteles. El gran espía llegó á París el 5 de Junio en el tren
Doscientas criadas de buen aspecto y cierta ins- real,formando parte del séquito prusiano, y pocos
trucción para ser colocadas en las casas de oficiales, minutos después se enteraba por uno de sus hombres
abogados, magistrados y médicos, que las recibirían de que los emigrados polacos residentes en la capital
fácilmente, ya que sin gasto alguno podían enseñar el francesa habían tramado el asesinato del emperador
alemán á sus hijos. de Rusia. El mismo Stieber, hábilmente disfrazado,
Setecientos sub-oflciales retirados, que su ayudan- asistió á una reunión de los conspiradores. El y Bis-
teZerniki se comprometía á colocar como viajantes marck deliberaron sobre la conveniencia de impedir ó
en casas de comercio y fábricas francesas, pudiendo tolerar el atentado. No les convenía que muriese el zar
servir, en sus viajes comerciales
sin gasto alguno, Alejandro II, pero era oportuno para la política de
como intermediarios entre los espías de puesto fijo. Prusia que el soberano ruso fuese objeto de un aten-
Cuarenta y seis prusianas «jóvenes y hermosas», tado en l'aris. Esto le enemistaría con Francia, por
que según Zerniki debían servir como alegres criadas no haber sabido el gobierno cuidar de su seguridad.
en las cantinas de las guarniciones francesas del Este. Además la opinión republicana de París haría alguna

«Escogiéndolas bien decía este espía en su peti- manifestación en favor de los polacos.

ción tendremos excelentes indicadoras que nos darán Al día siguiente, 6 de Junio, Bolislas Berezowski,
útiles informes cada vez que vaya á visitarlas uno de un joven revolucionario de buena fe que se había
nuestros hombres, fingiendo que es de su familia. >
ofrecido á sus compañeros para matar al soberano de
Con esta nueva organización el número de los es- Rusia, fué á situarse en los Campos Elíseos por don-
984 VICENTB BLASCO 11BAÑE2

de había de pasar el imperial cortejo. Berezowski es- Cuando el 31 de Julio de 1870 salió de Berlín
taba en la primera fila de curiosos, rodeado de un el primer tren de invasión ocupado por Moltke y el
grupo de conspiradores. Tres de éstos, «sus mejores gran cuartel general, Stieber iba en él con dos de
amigos», eran agentes de Stieber que estaban á ambos sus ayudantes, Zerniki y Kaltenbach. Su misión
lados de él y á sus espaldas. Al pasar el primer ca- era dirigir el funcionamiento de los espías estable-
rruaje con Napoleón III y Alejandro II, Berezowski cidos en Francia y reclutar otros sobre el terreno,
sacó el revólver é hizo fuego por tres veces contra el provocando la traición por todas partes.
soberano ruso. In- Treinta y cinco
dudablemente lo mil espías de na-
hubiese matado, cionalidad ger-
pues el polaco mánica y diverso
avanzó resuelta sexo estaban alas
mente, disparan- órdenes de Stie-
do el último tiro ber, que actuaba
casi á quemarro- como el general
pa. Pero al hacer en jefe de una
los dos primeros nueva arma. Por
disparos, «sus ín- primera vez en la
timos amigos» lo historia de las
empujaron imper- guerras se vio el
ceptiblemente, espionaje honra-
desviando su pun- do públicamente,
tería, y en el ter- organizado con
cero uno de los un método cientí-

agentes de Stie- fico y puesto al


ber tuvo que dar- servicio directo y
le un puñetazo en constante del ejér-
el brazo tendido cito combatiente.

para impedir la El antiguo es-


muerte del zar, birro doméstico
que era segura. de la corte de
Estos mismos Prusia estaba or-
agentes, ñngien gulloso de su gran-
do gran indigna- deza. Él mismo
ción, cubrieron cuenta en sus Me-
con sus cuerpos al morias con qué
polaco para que altivez hablaba á
no lo linchase la los oficíales de
muchedumbre in- Moltke.
dignada. Bismarck, que
Berezowski ha- iba entre los in-
bía querido ven- vasores con todo
LOS SIGNOS DBL B8PI0NAJB ALBMAN KN BL CAMPO
gar á Polonia, su
OFICIALES FRANCESES DESCIFRANDO LOS lEROGLÍFlCOS DE LOS ESPÍAS ALEMANES
el personal del
patria, oprimida ministerio de Ne-
Desde los comienzos de la guerra llamó la atención el gran número de extraños dibujos trazados en
por el zarismo, y los muros de las viviendas campestres de Francia. Después de varias observaciones se acabó por gocios Extranje-
descubrir que se trataba de un sistema completo de comunicaciones secretas inventado por los espías
gran parte de la alemanes. Se concreta en este caso á la dirección en que aparece dibulada la vaca y la posición de la ros, formando un
opinión francesa cola y las orejas. He aquí algunas explicaciones de las figuras: 1. Enemigos á los dos lados del cami- Estado Mayor di-
no.— 2. Camino débilmente defendido.— 3, 5 y 8. Reconoced con aeroplano.— 4 y 10. El enemigo descan-
se manifestó en plomático, convi-
sa.-6 y 7. Enemigo en acción. -9. Enemigo en el fondo del valle. (pg L'Europe anti-Prussienne)
favor de él. El ju- dó á Stieber á co-
rado acordó al polaco varias circunstancias atenuan- mer en uno de sus alojamientos franceses. El Canci-
tes, molestando su veredicto profundamente á Ale- ller, de trabajo por el momento y en espera de
falto
jandro II. Esto es lo que buscaban Bismarck y Stieber una victoria indudable, vivía fraternalmente con sus
al no impedir el atentado, procurando al mismo tiempo subalternos. Él mismo hacía el café después de las
salvar la vida del emperador de Rusia. Napoleón III, comidas y circulaba en torno de la mesa para llenar
que contaba con la alianza del zar, se vio separado las tazas, acogiendo con una satisfacción pueril los
de éste para siempre por el acto de Berezowski. Stie- elogios á la habilidad con que sabía confeccionar este
ber quedó satisfecho de su maniobra policíaca, tra- brevaje.
mada y realizada en pleno París. Un oficial del gran Estado Mayor, al comentar los
HISTORIA DE LA ÜUEKRA eUWUPEA DE 1914 3Í5

triunfos obtenidos, dijo con orgullo: «Nuestro ejército Hizo todavía más, pues reunió ÍKOOO espías de los
es invencible.» que habían trabajado en los departamentos invadidos
Stieber se levantó respondiendo al oficial:
furioso, y que estaban ahora sin ocupación. Esta masa de
— Decid nuestros ejércitos.
El ejército combatiente Ícente con trajes civiles se formó el 5 de Octubre ante
del cual sois los jefes llega detrás de vosotros. Kn el palacio de Versalles lanzando entusiastas vivas al
cambio hace muchos meses que el ntio ocupa las po- llegar el rey Guillermo y su hijo el príncipe Fritz.
siciones de que se ha apoderado en silencio y en las Todos participaron de la ovación, Bismarck, Moltke,
cuales sin un fu- Roon y el mismo
sil, sin ruido al- Stieber. Los
que
guno, cumple ignoraban tales
una misión cuyo maquinaciones
peligro y cuya no podían expli-
importancia ni carse cómo una
vosotros ni el ge- masa popular
neral en jefe po- aclamaba con
drán discutir. entusiasmo ásus
«El Canciller invasores. Stie-
— dice Stieber ber lanzó tele-
en sus Memo- gramas á la
rias—, que esta- prensa del mun-
ba en aquel mo- do entero afir-
mento con la ca- mando que la
fetera en la ma- mucliedumbre
no derecha, dio francesa había
la vuelta en tor- saludado con sus
no de la mesa ¡hurras! al rey
para venir has- de Prusia en las
ta mí, y sin de- calles de Versa-
cir una palabra lles.

fijó sus ojos en El policía con


los mios, me ten- sus ayudantes se
dió bien abierta estableció en un
su mano izquier- hotel del bule-
da,que yo estre- var du líoi, y de
ché fuertemente este centro de
con mis dos ma- espionaje par-
nos. >
tieron los emi-
Este fuémo-el sarios secretos
mento culminan- que propalaban
te en la carrera el pánico en los
del gran esbirro. departamentos
Bismarck lo aco- y se entendían
gía en público, UNA PATRULLA INGLESA PBRSIGUIBNDO A ÜN BSPIA ALEMÁN (jrB UTILIZABA con los agentes
como colabora- SU TBLÉQRAFO DB CAMPAÑA ocultosdentro
dor, reconocien- (Dibujo (le II. W. Koekkoek, de The IHnstrated London News) de París.
do sus servicios. Cuando .lulio
Los estrategas de Moltke aceptaban en silencio los Favre llegó á Versalles en el mes de Enero de 1871
alardes de su pretendida superioridad. como representante del gobierno de la Defensa Na-
Cuando á principios de Septiembre rey Guiller-
el cional para tratar con el Canciller, éste lo alojó
mo con su Estado Mayor y Bismarck con su séquito en la casa del bulevar du Koi. Favre no llegó á
diplomático se establecieron en Reims, iStieber envió sospechar que estaba instalado en el centro del es-
á Versalles á su teniente Zerniki para que preparase pionaje alemán, y que debajo de su dormitorio fun-
la entrada del soberano en esta última ciudad. cionaban las oficinas de la policía de campaña. Un
Zerniki, burlando á las autoridades francesas, ayuda de cámara algo viejo y de aspecto torpe, le
realizó todos los trabajos preparatorios para que al sirvió con humildad durante su permanencia en Ver-
llegar los prusianos á Versalles estuviesen prontos salles. Este criado le despertaba por las mañanas, le
los acuartelamientos de las tropas y ios alojamientos servía el desayuno, cepillaba sus ropas. Sólo mucho

de los personajes. tiempo después supo Julio Favre que el ayuda de cá-
386 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El gobierno alemán dedicó '20 millones por año


á los gastos de espionaje, que sólo habían ascen-
dido hasta entonces á 1.300.000 flancos.
Un diputado del Reichstag peiteneciente al
grupo del «centro católico» que se lamentaba de
la enormidad de dichos gastos, recibió esta res-

puesta de Stieber:
— ¿De qué os quejáis:'... Es una excelente colo-
cación del dinero, pues producirá el mil por uno

cuando hagamos otra vez la guerra á Francia.


Stieber exigió la supresión absoluta del ele-
mento militar en el servicio del espionaje. Éste
sólo debía serdesempeñado por elementos civiles,
sometidos á la dirección central establecida en
Berlín. El número de inspecciones generales ó sub-
direcciones quedaba reducido á tres, establecién-
dose dos en Lausana y Ginebra para vi,i;¡lar los
departamentos del Este de Francia al amparo de
la neutralidad suiza, y la tercera en Bruselas,

para extender el espionaje por toda Bélgica en-


globando en sus trabajos los departamentos fran-
ceses del Norte.
El personal fué aumentado considerablemen-
te. Se nombraron 25.000 agentes de puesto /¡jo en-
cargados de recoger noticias y consignarlas en
informes secretos. Estos agentes, según su impor-
tancia y habilidad, debían entenderse con el jefe
de la región ó directamente con las inspeccio-
LOS qUINGB DBPARTáMBNTOS DB FRANCIA BN LOS QUB INSTALO nes generales. Al principio los espías eran todos
8TIBBDR SU BSPIONAJB ANTBS DB 1870 de origen alemán, pero como esto daba cierta
facilidad al contraespionaje francés para des-
mará era el mismo Stieber, ministro de policía de cubrirlos, Stieber juzgó prudente reemplazar un gran
Prusia y solemne personaje, que no había querido número (más de 10.000) por suizos y belgas. De
ceder á sus subordinados el honor de registrar los bol- este modo, cuando las autoridades francesas llega-
sillos del tribuno, leer sus papeles y espiar todos sus ban á sospechar de algún pequeño comerciante en
actos. vista de sus
o
manejos, los
Después de la guerra, Stieber volvió á Berlín car- mismos veci-
gado de honores, de oro y de cruces. Durante cuatro nos salían can-
años permaneció inactivo, pues la nueva Alemania, didamente en
orguUosa de sus victorias, no creía en la posibilidad sudefensa, afir-
de otra guerra. mando que no
Cuando en 1875 Bísmarck quiso consumar el aplas- era alemán,
tamiento de Francia tropezando inmediatamente con sino ciudadano
la oposición y la amenaza de Rusia, el Imperio germá- suizo ó belga.
nico pensó en la preparación de una futura campaña Un cuerpo de
franco-alemana. revisores vo-
Stieber reanudó sus trabajos en Marzo de 1876, lantes vigilaba
sometiendo al Canciller un proyecto de reorganiza- á estos agen-
ción de los servicios de espionaje. tes, transmi-
Este proyecto se llevó á la práctica con arreglo á tiéndoles las
sus indicaciones, organizándose el espionaje alemán instrucciones
tal como ha venido funcionando hasta 1914. Inútil es centrales y re-
decir que el servicio fué agrandado enormemente cibiendo sus in- 1870 !9 4-
hasta el punto de convertirse en «kolossal», como lormes. A par- comparación bntrb bl espionaje db la
todas las obras de la Alemania moderna. El espionaje tir de 1906, primura v segunda uuerra franco-
de 1870 resultaba ínfimo comparado con el que reor- como el gobier- albmana.
n , .
I Del folleto francés «Cuino estaba
ganizó Stieber cinco años después. no Trances ejer- orgaulzado el espíonajo alemán»)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 387

^-'^¡i^^
'ii >^< DciMirt."* evacuados al antro-

<^»^- '^^ < Cl "ASO Bar los primeros 500 millones.

Depart.o' evacuadosal entre-


gar 2.000 millones.
" "
'y-iAr'"--'- "'•*^\ '"^ "^'-*

Territorios cedidos á Ale-


mania.

DEPARTAMENTOS DB FRANCIA INVADIDOS POR LOS ALEMANES KN ISTn V PARTE OH TERRITORIO (J'TK SB CEDIÓ Á ALEMANIA

ció una gran vigilancia en el servicio de correos para adquirirla por generosidades oportunas, siendo útiles
sorprender la correspondencia de los espias, estos á los centros, grupos y sociedades de todas clases, en
viajantes circularon incesantemente por las líneas de cuyo interior trabajan. Esto les da una fuerte situa-
ferrocarril, recogiendo directamente la corresponden- ción moral y hace que en la localidad donde viven
cia de manos de los agentes que sallan á las estacio- sean bien recibidos y bien vistos por todos sus conve-
nes para dársela en propia mano.
Los inspectores regionales que aseguraban la mar-
cha del servicio, obedecían á los subdirectores de las
tres circunscripciones mencionadas, y éstos, á su vez,

dependían del director general, que relacionaba y cen-


tralizaba los informes remitiéndolos al Estado j\Iaj'or.
Nunca se ha podido conocer la cifra exacta del
personal dedicado al espionaje: pero debe ser enor-
me á juzgar por los gastos: tal vez triple ó cuádru-
w '^1?5l^.
ple que en 1870.
Este personal ha sido reclutado en las diversas
clases sociales, lo que le permite extender sus inves-
tigaciones á todas las esferas. Los más de los espías
establecen pequeños comercios que casi siempre les
proporcionan pérdidas, pero la dirección de Berlín se
encarga de equilibrar su presupuesto y atiende á su
manutención.
El gobierno alemán, á pesar de su interés en dar
á este servicio un carácter secreto, ha hablado mu-
chas veces de él públicamente. ]\I. Putkammer, mi-
nistro alemán del Interior, dijo en plena Cámara al

pedir nuevos fondos para el servicio de espionaje:


«No hay que perder de vista que nuestros agen-
tes deben en todas ocasiones, al moverse en su centro
TN KSpH PRISIASO DKSClTltlBKTO V PBHSBOmüO POR LAS
de acción, inspirar confianza é imponerla por los sig-
caí LB8 UE pahIs f;n I8TÜ
nos exteriores de su vida burguesa. Deben también (Grabado de la época)
388 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Lebel, un espía de la clase popular


enganchado como obrero en los ta-
lleresde Saint-Etienne, fué el que
robó la primera arma para enviar-
la á Berlín.Al mismo tiempo los
agentes de Stieber pertenecientes
al gran mundo, y algunos de los
cuales gozaban de cierto renombre
como pintores, escultores ó litera-
tos, penetraban en los grandes sa-
lones de París conversando con los
hombres políticos y explotando la
intimidad de las damas que podían
conocer sus secretos.
Los más numerosos son los que
pudiéramos llamar de la clase me-
FUSILAMIENTO DK UN KSPIA dia, que ocupan una situación ho-
norable y mediocre, pudiendo tra-
cinos, pudiendo de tal modo proporcionarnos valiosos bajar sin atraer las sospechas. Son los que abren pe-
informes. queños comercios, agencias de colocaciones, hoteles,
'Aunque reconozco que es oportuno limitar en tiendas de comestibles, bazares, etc. La policía fran-
cuanto sea posible la cifra de los gastos exteriores cesa, que durante muchos años ha seguido la pista de
de nuestros agentes, resulta sin embargo preciso sus trabajos, sólo ha conseguido descubrir y castigar
darles la regularidad absoluta de que las insuficien- una ínfima parte. De los 30.000 espías de tal clase
cias del comercio á que se dedican para justificar su que han trabajado en Francia á partir de 1875, las
vida en la localidad, serán remediadas siempre por autoridades sólo han podido detener en fiagrante de-
nosotros con fondos del capitulo de gastos generales.» lito dos ó tres cada año.

Todas las clases han sido invadidas por el espio- Su salario lo reciben directamente de manos de los
naje alemán. Resulta infinita la variedad de las per- agentes viajeros, que son muchas veces damas ele-
sonas que trabajan en él y durante largos años han gantes y de alegres costumbres. Otras veces reciben
vivido en Francia laborando á todas horas contra la la mensualidad por correo, en cartas redactadas de

seguridad del país: obreros colocados en los arsenales un modo convencional que aluden á una deuda anti-
y fábricas de armas, labriegos instalados en las regio- gua ó á una parte de beneficios en un negocio (1).
nes fortificadas, criadas de cervecería y de taberna Además se valen en ciertos momentos, para entender-
en contacto con el personal de las guarniciones, via-
(1) He aquí el modelo de una carta enviada por la subdirección de
caminos y los
jeros con aire de artista estudiando los espionaje establecida en Lnusana á uno de los agentes en Francia y que
fué sorprendida por la policía francesa:
campos, aventureras con aspecto de grandes señoras,
<Mi querido Jorge:
burguesas novelescas deseosas de ganar dinero, gran-
des damas auténticas buscando por medio de las sub- «Te envío con esta carta los intereses de la cantidad que tuviste á bien
prestarme.
venciones alemanas sostener una vida de acuerdo con >Siempre estaremos agradecidos al gran favor que nos hiciste ayu-
dándonos con tu préstamo.
su gran nombre, oficiales arrojados del ejército, finan- >Lo3 negocios no marchan mal, y tal vez en el año próximo podre-
mos aumentar un poco tu parte de beneficios.
cieros en ruina, institutrices, niñeras, mozos de café, >Asl lo deseamos nosotros y espero que tú lo reconocerás.
> Escríbenos con más frecuencia dando noticias tuyas con extensión.
gerentes de hotel, aventureros ostentosos de obscuro >Te engañas al no tener confianza en niie.itro tío Carlos. Ks uim buena
origen, y grandes señores extranjeros. Estos nobles jiersona y debes tener en él una confianza absoluta.
>Aqul por el momento todo va bien. El invierno ha sido como siem-
personajes venidos á menos que sirven á Alemania pre, muy rudo, pero nosotros hemos salido bien de él.
en el gran mundo, le cuestan á la dirección de Berlín >Mi marido y los niños se unen á mí para enviarte un abrazo, lo mis-
mo que Carlota, Carlos y Federico
cerca de un millón de francos por año. Como dice un jTu hermana que tanto te quiere. ..>
autor francés, «el espía alemán se encuentra en Fran- He aquí la interpretanún que el e.ipía da al te.rto de esta rarta ron arre
fjln al efitilo ronretiido
cia bajo todas las máscaras, lo mismo bajo la blusa — Os envío vuestra mensualidad del mes pasado.
Primer párrafo.
del vagabundo miserable que bajo el frac del elegan- Segundo párrafo. — Vuestras informaciones del mes pasado son bas
tante aceptables.
te que asiste asiduamente á las recepciones de los Tercer párrafo. — En
general vuestro servicio no resulta malo, y si
continúa siendo así, creo que en la próxima inspección podremos aumen
ministerios. Penetran en todos partes y nadie descon- taros un poco el sueldo.
fia del jornalero, iletrado en apariencia, que trabaja

Cuarto párrafo. Pero aunque proporcionáis notas útiles, éstas son
poco numerosas. Hay que trabajar con más frecuencia y enviarnos ma-
junto á nuestras fortificaciones, ó del hombre cono- yor cantidad de notas.

Quinto párrafo. Cesad de vigilar á Carlos, pues tenemos acerca de él
cido y honorable que se alaba de sus amistades pre- lo que necesitábamos.

ciosas y de sus infiuencias omnipotentes». Sexto párrafo.— Ya sabéis que el jefe (el invierno) es hombre difícil
de contentar. Sin embargo, nos hemos librado de la última inspección sin
Todos han contribuido por igual á los servicios del disminuciones en los sueldos
Séptimo párrafo— Debéis seguir en relaciones continuas con vuestros
espionaje. (Cuando los franceses inventaron el fusil tres corresponsales, Carlota, Carlos y Federico.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 389

se entre ellos, de jerogliticos, alfa-


betos secretos, botellas, fotogra-
fías, etc.
Algunos espías alemanes son la-

drones de gran habilidad manual.


Una parte de sus hazañas ha sido
revelada por el aventurero Windel,
ex-teniente del regimiento 15." de
infantería prusiana, que estuvo al
servicio de la dirección de Berlín é
incurrió en el desagrado de Guiller-
mo n
al mostrai'se demasiado inte

ligente y franco en la averiguación


de un escándalo palaciego.
Windel, para sincerarse y moles-
tar á su antiguo emperador, publi-
có un libro titulado Confesiones de
un espía. En él cuenta cómo se apo-
deró en 189t) del nuevo plan de SOLUADOS FRANCHSBS CBRCANDO UNA CASA DONDHI SB HA ESCONDIDO UN ESPlA

movilización trazado por el minis-


terio de la Guerra francés. El y otro espía alemán Uno de los más importantes servicios del espionaje
siguieron á un capitán de Estado Jlayor que salió del alemán consiste en dar informes especiales sobre la
ministerio llevando los documentos en una cartera de persona y los méritos de todos los oficiales franceses
mano para entregarlos al comandante general de una de alguna significación, tanto del ejército de tierra
de las regiones del Este. Al llegar el capitán á la es- como de la marina. Quince mil espías de puesto fijo,
tación del ferrocarril, confió por unos momentos la llamados «buzones de correspondencia» en razón de
preciosa cartera al jefe de la estación. Poco después sus funciones, se dedican á comunicar todos los chis-
sonó el teléfono, y en el breve instante que empleó el mes que circulan en las ciudades con guarnición y
jefe para ir hasta él abandonando su mesa, Windel en los grandes puertos.
penetró en la oficina y se apoderó de la cartera, en- El Estado Mayor de Berlín ha formado durante
tregándola á su camarada. años un archivo enorme en el que figuran los infor-
Ciertosespías que son hábiles chauffeurs en- mes particulares sobre los méritos, defectos, secretos
traron servicio de generales franceses, conten-
al de familia, situación financiera, etc., de toda perso-
tándose con ínfimos sueldos. De este modo pudie- nalidad del ejército francés que merece alguna aten-
ron acompañarlos en sus visitas á fortificaciones y ción. En este archivo, creado pacientemente por el

campos atrincherados, sin inspirar desconfianza y espionaje, figuran todos los generales con mando ac-
enterándose de cuanto decían. tivo, de la reserva ó asimilados: todos los oficiales que
salen de las escuelas militares con los primeros nú-
meros de su promoci('in; todos los directores, profeso-
res, jefes ó subjefes de las escuelas militares y de las
manufacturas de armas, material y municiones; todos
los oficiales de Estado Mayor y ayudantes de órdenes:
todos los oficiales y asimilados que prestan sus serví
cios en los ministerios y Estados Mayores de la Guerra

y la Marina; todos los oficiales y asimilados cuya si-


tuación pecuniaria es angustiosa ó que llevan una
vida de desarreglo. En un palabra, todos los milita-
res franceses que resultan temibles para Alemania
por sus méritos ó su patriotismo y los que por su mala
vida pueden prestarse á la seducción de los espías
femeninos ó á las tentaciones del soborno, figuran en
e3te registro, cuidadosamente clasificados, con su nú-
mero de orden, y los archiveros del listado Mayor
tienen al día sus fichas, añadiendo las indicaciones
recientes.
a

B3Pl4 alrmAn disfrazado DD NIIDRIZA Una fuerza nueva se ofreció á la actividad de


(Diliiijii (le The Qrapliic) Stieber. Las huelgas obreras fueron un excelente au-
390 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

preparación fué indudalilemente


menos intensa y hábil. Además
el gobierno francés, alarmado
por los trabajos del espionaje
alemán y servido por su pro-
pio contra-espionaje, pudo des-
baratar una gran parte de tales
maquinaciones. Á pesar de ello
los agentes de Alemania inten-
taron impedir la movilización
francesa en 1914; pero se descu-
brieron á tiempo sus trabajos
para el descarrilamiento de los
trenes y la voladura de los
puentes.
Al relatar las operaciones de
la presente guerra volveremos á

ocuparnos de los trabajos del es-

pionaje alemán en Bélgica, Ru-


sia, Francia, Inglaterra y otros
países, asi como de los procedi-
mientos extraordinarios de que
se ha valido para favorecer las

operaciones de sus ejércitos.


Stieber murió en Berlín en 1892
á la edad de 74 años. Su protec-
tor Bismarck había perdido la
confianza imperial y vivía re-
tirado en sus tierras. Nuevos
hombres figuraban al frente del
Imperio, creados y apoyados por
LA INVASIÓN CON DISFRAZ PREOBDIBNDO A LA INVASIÓN CON CASCO el joven emperador Guillermo II.
Espías alemanes establecidos en París: Financieros, lacayos, turistas, mozos de almacén, revendedores Cubierto de honores y conde-
y mozos de café. La sombra revela su verdadera personalidad
coraciones, pero algo olvidado,
el antiguo policía se extinguió
xiliar de sus trabajos de espionaje. El «agente provo- lentamente, como un venerable patriarca. Y sin em-
cador» de 1848, que había vociferado un falso socia- bargo, su vida no había sido más que un largo crimen,
lismo en los clubs de Berlín para servir á la monar- un crimen incesante y continuo, realizado con frío
quía, se dedicó en sus últimos años, abrumado por los menosprecio de las leyes naturales y escritas. El
éxitos y los honores, á lo que él llamaba la «huelgui- gran espía fué un hombre destinado desde su juven-
cultura». tud al presidio, y tal vez á la horca: pero Bismarck
Sus agentes se introdujeron en las sociedades obre- hizo de él un instrumento de patriotismo, explotando
ras, excitando traidoramente á los trabajadores en su sombrío talento de malvado, y casi alcanzó los
sus conflictos con el gobierno francés y envenenando honores de un héroe.
y complicando las cuestiones más sencillas. Esto nada tiene de extraordinario en Alemania,
Stieber había podido apreciar en 1870 la gran im- donde el espionaje, desde los tiempos de Federico II,

portancia que el ferrocarril tiene en la guerra moder- es considerado como un honor, lo mismo (jue la trai-
na, y se dedicó á colocar sus espías en el personal de ción, siempre que sirvan á los propíos intereses. En
las líneas ferroviarias de Francia. Fingiéndose suizos 1741, Federico el Grande, modelo glorioso de todos
ó alsacianos, miles de alemanes llegaron á entrar los alemanes, traicionaba á sus aliados y escribía
como maquinistas y empleados en las diversas com- luego á sus ministros: «Cuando hay alguna ventaja en
pañías francesas. Por fortuna esta maniobra temible ser honrados, seámoslo. Pero cuando por el contrario
llamó la atención pública y el gobierno evitó el peli- se impone la necesidad de la superchería, seamos ca-
gro haciendo una depuración en el personal. nallas tranquilamente.»
Otro trabajo de Stieber consistió en organizar la Stieber no consignó nunca sobre el papel la orga-
destrucción de gran parte del material y obras de las nización del espionaje, ni dio á sus agentes estatutos
líneas férreas para el momento de la declaración de ó reglamentos escritos para que se ajustasen á ellos.
guerra. Después de la muerte de Stieber, su diabólica Conocía los peligros de la escritura y evitaba el uso
HISTORIA DE LA üUERfM EUROPEA UB 1914 391

de papeles, temiendo que los enemigos se enterasen


de sus planes al arrestar á uno de sus agentes. El ser-
vicio de espionaje lo había concebido sobre un plan
que guardó siempre en secreto. Después de su muerte
la máquina siguió funcionando automáticamente sobre
las bases establecidas, y nadie se ha permitido tocarla
ni reformarla por miedo á un desarreglo, que resulta-
ría fatal en ausencia del autor, limitándose á reem-

plazar los órganos así como se han ido gastando ó


desapareciendo.
Sólo una modificación ha hecho Alemania en la
obra de Stieber para darla mayor amplitud. El famo-
so espía no mostró gran aprecio por los auxilios de la
prensa, tal vez por un rencor instintivo hacia los es-
critores desde la época en que los periódicos de Ber-
lín atacaban duramente al esbirro despreciable de la
corte.
Poco antes de su muerte el Canciller Caprivi in-
corporó al servicio de espionaje el servicio de «pren-
sa extranjera», pidiendo al Reichstag que votase una
respetable cantidad «destinada á las publicaciones
extranjeras que fuesen útiles á la política del Im-
perio».
Desde entonces Alemania ha gastado millones
para subvencionar en diversos países periódicos y es-
critores, encargados de sostener la política de Alema-
BL rascAOOR espía
Este alemán de aspecto pacifico que parece pescar en la campiña francesa,
nia. Así se explican ciertas campañas.
tiene al extremo del hilo un plomo en vez de anzuelo, y mide de tal ma-
El presupuesto destinado al espionaje quedó di- nera la profundidad del río para conocer los lugares que son v'adeables.

vidido en dos secciones á partir del gobierno de


Caprivi: para el espionaje propiamente dicho, y para El Imperio germánico no ha ejercido únicamente
el mantenimiento de periodistas y escritores extran- su espionaje en las naciones ¡lue considera hostiles á
jeros que se prestan á alquilar su pluma en defensa su política. Como es el pueblo más soberbio de la tie-
de la ambición alemíina. rra, se cree destinado á la futura dominación del pla-
neta, y extiende por todo él
los tentáculos de su policía,

adquiriendo previsoramente
los informes necesarios
para
una conquista posible.
Los pangermanistas, en
ciertos momentos de entusias-

mo, titularon á Guillermo II


«emperador del mundo». Ale-
mania, á impulsos de sus so-
berbias ilusiones, ha pensado
muclias veces en la posibili-
dad de vencer á los Estados

Unidos después de haber so-
metido á las potencias de Eu-
ropa
— , apoderándosedeAmé-
ríca entera.
Este ensueño parecerá ab-
surdo á muchos: pero lo absur-
do con su enormidad tienta
á un pueblo cuya expresión
BL BSPIOMAJB POR MEDIO DB LAS BGTBLLAS
favorita es la palabra <ko-
Los espías dcian abandonadas varias botellas, como por descuido, sobre una mesa. La altura del
lossal».
liquido en cada una de ellas representa una letra. Para leer le hastaal espía que llega aplicar una
escala graduada que representa un alfabeto. Las botellas del presente grabado dicen: Parla, La prueba de que Alema-
(Dibujos ilol folleto fiauccs «Cómo estaba organizado el eípiouajo alemáu») nia se prepara para el do-
392 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

minio del mundo y utiliza con este objeto el espio- La personalidad de estos alemanes, que á la vez
naje voluntario de sus naturales esparcidos en los son brasileños, argentinos, chilenos, mejicano?, etcé-
diversos continentes, la dieron hace tres años sus le- tera, recuerda la del murciélago de la fábula, traidor

gisladores al votar una ley que no tiene ningún otro y mentiroso, que podía decir: «Yo soy pájaro: he aquí
pais. mis alas», y poco después: «Yo soy ratón: mirad mis
El secretario de Estado, Delbruck, presentó al dientes.»

Keichstag en Febrero de 101-2 un proyecto de ley Gracias á la ley üelbruck, agente alemán ve
el

conservando á los alemanes su nacionalidad, aun- ante él un camino Puede jurar fideli-
sin obstáculos.

que se hubiesen declarado subditos de otros Estados. dad á mil intereses diversos y contradictorios; puede
Dicha ley, votada por el Parlamento germánico, fué cambiar de patria cada año si lo considera preciso.

BSPÍAS DBTBNIDCS BN HL NOHTB DB FRANCIA Y CONDUCIDOS Á LA GBNDABMBRÍA DB UN PDBBLO

hecha especialmente, como dijo el barón Hichtoffen Su verdadero país, que es Alemania, no se enfadará
«para favorecer el desarrollo de la in-
al discutirla, por ello.
fluencia alemana en las Repúblicas latinas de Amé- En muchas Repúblicas de América se elogia la
rica». facilidad de adaptación de los alemanes residentes en
Con arreglo á la ley Delbruck, el alemán puede re- ellas.

negar de su nacionalidad y adoptar la de la tierra en


— Son
distintos á los alemanes de Europa— dicen
que vive, sin que por esto se ofenda Alemania. En el las buenas gentes —
Ni orgullo patriótico ni altivez
.

momento que al renegado le convenga, podrá hacer de raza. Al poco tiempo de vivir entre nosotros adop-
valer su primera condición de alemán, pues ésta no tan nuestra nacionalidad. Piensan quedarse en la
la pierde aunque reconozca otra bandera. tierra para siempre. Son entre los extranjeros los
Y el subdito del kaiser, bajo el disfraz de la nacio- más asimilables.
nalidad que ha escogido, puede ocupar cargos públi- No conocen el futuro peligro. No saben que
cos en el país de adopción, puede intervenir en su es único europeo que está autorizado por su
el
vida política y preparar el advenimiento de «la más patria para hacer creer que la abandona. No sos-
grande Alemania» con que sueñan todos los de su pechan que estos alemanes establecidos en unos
raza. Deutschland iiber alies (Alemania sobre el pueblos que fingen querer, proceden del mismo
mundo), cantan los germanos en sus momentos de modo que los espías de Stieber en la campaña de
entusiasmo. Bohemia, cuando se prestaban á ir atados como
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 393

enemigos y á recibir golpes, pura facilitar, sin in- rrado en un calabozo por la más leve falta, y priva-
fundir sospechas, sus informes ii la vanguardia in- do de toda ternura, hasta el punto de que un gentil-
vasora. hombre amigo suyo fué decapitado en su presencia
Todo cuanto hacen y todo cuanto dicen en su nue- por el feroz rey-sargento, sólo por haber mostrado
va patria es falso. Aunque vivan años y más años cierta piedad ante los infortunios del joven principe.
en el seno de una nacionalidad escogida voluntaria- Las mujeres de la familia no alcanzaron mayores mi-
mente, siempre son alemanes, y el Imperio germáni- ramientos. La hermana de Federico, la futura mar-
co, convencido de que hagan lo que hagan están tra- graviua de Bayrcuth, se acordó toda su vida del
bajando por él, les conserva su puesto en el suelo asombro experimentado por ella, cuando tenía seis
originario. años de edad, al vei'se acariciada y besada por su

DRAGONES FRANCESES CONDUCIENDO PRISIONERO A UN ESI'IA

(Uitmjo de Gcorgcs Scott, de la lllHStratiou. de Paiisl

madre, que venia de un largo viaje. El estupor de la


X pequeña ante este suceso extraordinario fué tan enor-
me, que le produjo una hemorragia poniendo su vida
en peligro. Fué la única vez en toda su infancia que
La juventud de Guillermo II
conoció los besos maternales. Y hay que hacer cons-
tar que esto ocurrió en ausencia del rey-sargento,
En la familia de los HohenzoUern es una tradición pues de estar presente habría interrumpido á basto-
que lospadres traten duramente á sus hijos, y los nazos la cariñosa expansión.
hijos aborrezcan á los padres esperando con ansiedad «Estas costumbres salvajes se remontan á los pri-
el momento de su muerte. meros Hohenzollcrn, á Federico Diente de hierro, que
«Los príncipes jóvenes de esta dinastía dice el — á mediados del siglo XV arrastró por Alemania su mi-

historiador G. Lenotre han sido educados siempre á seria de señor feudal, pobre y ambicioso. La tradi-
latigazos. Todo el mundo sabe

por haberlo contado ción fué respetada por todos sus descendientes, y este
elmismo interesado prolijamente — cómo fué dirigido empleo de cadenas, golpes é invectivas, se perpetuó
en su infancia el que había de ser más tarde Federico de generación en generación, como un perfecto siste-
elGrande: golpeado á cada momento, expuesto al frío ma educativo. Poco antes de la Revolución francesa,
durante las noches invernales, abrumado por toda un noble de Francia, en una visita á la corte de Pru-
clase de castigos, alimentado insuficientemente, ence- sia, quedó asombrado al ver al heredero del trono, que
i9
394 VICENTE BLASCO IBANEZ

tenía 40 años, tratado lo mismo que un niño indócil, En 1859 la situación de la rama de los Hohenzo-
habitando como castigo la casa de un cervecero y te- llern, que ocupa actualmente trono de Alemania,
el

niendo que pedir permiso al rey cada vez que desea- no era brillante ni correspondía á sus ambiciones. El
ba salir por la noche.» rey de Prusia era Federico Guillermo IV, y su her-
Tal sistema dio por resultado que cada nueva mano «el Príncipe Metralla», odiado por gran parte
generación de la ilustre familia detestó invariable- del país, sólo figuraba como príncipe heredero por no
mente á sus ascendientes inmediatos, deseando su tener hijos el matrimonio reinante. Un nacimiento
muerte, maldiciéndolos á sus espaldas, blasfemando, tardío podía torcer los destinos de la familia.
lanzándose en la oposición tan lejos como les era po- El viejo Guillermo aspiraba á la corona, llevando

sible, mientras que cada soberano desconfiaba de su tras de éluna descendencia numerosa para que here-
hijo, el principe heredero, guardándose de él como de dase su fortuna. Tenía varios hijos. El mayor, Fritz,
un enemigo peligroso. Puede afirmarse, con la Historia se había casado con la princesa Victoria, hija de la
en la mano, que el amor filial fué un sentimiento com- reina de Inglaterra,, y de este matrimonio nació el 27
pletamente desco- de Enero de 1859
nocido por los prin- un niño, que fué
cipes de Hohenzo- bautizado con el
llern desde los prin- mismo nombre de
cipios de la familia su abuelo: Guiller-
hasta los primeros mo. Era el empe-
años del siglo XIX. rador actual, Gui-
Haj' que ser jus- llermo II.
tos y recordar las El «Principe Me-
cosas buenas lo tralla» tuvo nietos
mismo que las ma- cuando todavía es-
las. Si la victoria talla al píe del tro-

embriaga á los pru- no, aguardando el


sianos hasta hacer momento de subir
de ellos los hom- á él, V sin una se-
bres más arrogan- guridad completa
tes é insoportables de éxito. Los libe-
del mundo, una rales le odiaban; su
buena derrota les hermano Federico
aprovecha maravi- Guillermo IV, de-
llosamente para su mente furioso, pa-
salud moral, pues recía obstinarse en
hace de ellos los EL PIÍINCIPE FEDERICO EN SI' DB.SPACHO vivir; la reina y su
seres más amables camarilla reaccio-
y acomodativos. Después del desastre de Jena la fa- naría trabajaban incesantemente, con el apoyo de
milia real de Prusia, errante y sin cortesanos, se vio Austria, para impedir que el viejo Guillermo here-
forzada á vivir en una intimidad insólita. La bella dase la corona.
reina Luisa aprovechó esta desgracia para introducir La familia de éste vivía con gran modestia. El
un poco de ternura en su hogar, educando como ma- príncipe Fritz soportaba la existencia mediocre de un
dre amorosa á sus hijos, que guardaron toda su vida hijo de pretendiente, considerando su porvenir in-
un hondo agradecimiento por este hecho extraordina- cierto y obscuro. En tal situación vino á la vida el
rio. El que habla de ser primer emperador de Ale- futuro Guillermo II, hijo de un príncipe pobre que á
mania, «el viejo Guillermo» sentía agolparse las
,
su vez era hijo de un pretendiente impopular.
lágrimas á sus ojos cuando ochenta años después ha- El viejo Guillermo se fingió liberal durante unos
blaba de su querida mamá, á cuya memoria rendía meses para gobernar á Prusia como regente y asegu-
un culto religioso. rar su ascensión al trono. Luego, cuando mostró como
Pero esto resultó una excepción en la historia de monarca su verdadero carácter reaccionario, la opor-
los Hohenzollern. Cuando Guillermo I fué padre, vol- tuna aparición de Bismarck pudo librarle de la revo-
vió á las antiguas tradiciones, tratando duramente á lución y del destronamiento.
su heredero, el principe Fritz, que sólo por 99 días ha- El príncipe Fritz, excelente soldado, de carácter
bía de ocupar el trono imperial, con el nombre de Fe- bondadoso, dio un esplendor de generosidad caballe-
derico IIL Su sucesor fué Guillermo II, el cual, según resca y romántica á las empresas de violencia acon-
la costumbre de la familia, esperó con impaciencia sejadas por el Canciller y admitidas por su padre. En
el auxilio de la la guerra con el Imperio austríaco, él fué el que con
muerte, quejándose del destino, que
prolongaba por unas semanas la vida de su padre. su oportuna llegada decidió el éxito de la batalla de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 395

Sadowa, que erii al principio una derrota para l;is parecía destinado á todas las glorias y todas las feli-
tropas prusianas. En la campaña de Francia, el kron- cidades. Era natural que en un país donde el absolu-
printz Federico se mostró como el general más huma- tista Guillermo, el áspero Moltke y el atrabiliario

no, demostrando una simpatia en favor de los france- Bismarck habían acabado por ser admirados, el prín-
ses y de su civilización que le acarreó graves dis- cipe bueno y caballeresco gozase de un prestigio in-
gustos con su padre y la visible antipatia de Bismarck menso. Sin embargo, su vida fué triste; la impopula-
y de Moltke. ridad exten-
Este prínci- dió en torno
pe, por su edu- de él un am-
cación, sus biente glacial
gustos y su y se vio aisla-
carácter, no do entre la in-

podia enten- diferencia de


derse con los su padre y la
hombres fé- antipatía de
rreos y de fría su primogéni-
crueldad en- to Influyó
.

tre los cuales mucho en esto


le había colo- la animosidad
cado el des- de Bismarck,
tino. que veía un
Guillermo I
peligro en el
era partidario kronprintz,
del despotis- rebelde á sus
mo y en todos consejos y opi-
sus actos se nando en to-
creía inspira- dos los asun-
do por Dios. tos de un mo-
El príncipe do distinto al
Fritz alardea- suyo.
ba de liberal, El príncipe
sonando con Fritz se man-
la constitu- tuvo como un
ción de una ser de distin-
Alemania de- ta raza en me-
mocrática en <lio (le la Pru-
la que el em- sia férrea,
perador sería conquistado-
una especie ra y brutal.
de mandata- Sus éxitos de
rio republica- soldado fue-
no. Valeroso ron obscure-
combatiente cidos por la
en la guerra, aversión que
mostraba al inspiraban
llegar la paz sus ideas libo-
su predilec- lales .Vdemás
ción por la contribuyó al
vida civil y BL rRÍN( TPE FEDERICO
menosprecio
los encantos palaciego su
del arte. Sus camaradas ínfimos eran los escritoresy matrimonio con la hija de la reina \'ictoria. Amaba a
los artistas de Alemani.i. l'ii novelista, (iustavo Frey- su mujer con un entusiasmo romántico que forzosa-
tag, le acompañe') comn si'ci'ctario. Wágner figuiab;i mente habia de producir extrañeza en los hogares pro-
entre sus amigos, y al estrenarse El ocaso de los Dio- saicos de Berlín. Pocos príncipes han arrastrado una
ses, el krnniuintz le cedió uno de sus caballos de gue- existencia tan miserable como los padres de Guiller-
rra para que sirviese de corcel á la Walkiria. mo II. El compañerismo íntimo y cordial que unía á
De figura arrogante, sonrisa dulce y sedosa barba los dos esposos fué motivo en la corte de Prusía de sos-
de oro, este príncipe hermoso, semejante á Lohengrin, peciías y recelos, como si representase un crimen.
3% VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Durante
la guerra de 1870, los grandes servicios que ha-
el kronprintz, que sentía la bía prestado á su país en los
necesidad de mantenerse en campos de batalla. El público
contacto espiritual con su pasaba indiferente en el mu-
amada compañera, cuyo re- seo de los recuerdos gloriosos
trato le acompañaba á todas ante el bastón hecho por el

partes, le escribió diariamen- principe con una rama de un


te largas cartas relatando los iírbol de Sadowa, como re-

incidentes de la campaña. L;i cuerdo de la gran victoria de


princesa Victoria enviaba co Prusia, obra de su interven-
pia de estas cartas á su madre ción decisiva; ante un obús
la reina de Inglaterra, que en que había pasado junto á su
algunas ocasiones las comuni- cabeza en una de las batallas
có á sus ministros, llegando de Francia; ante todos los re-
de este modo á conocimiento cuerdos de su actuación de
de la emperatriz Eugenia. Esto soldado heroico. Su mujer aun
bastó para que Bismarck, que era más impopular. Las gen-
odiaba al kronprintz, viese en tesde la corte la designaban
su correspondencia amorosa con el apodo de ¡a inglesa, lo

«una traición premeditada», mismo que un siglo antes los


atreviéndose á acusar de es- cortesanos de Francia Uama-
pionaje al heredero de la co- l)an la austríaca á María An-
rona. EL KAISER .SOBKE LAS RODILLAS DE SU ABUELO tonieta. Durante veinte años
El viejo Guillermo, aconse- GUILLERMO I había empleado su talento y
jado por su Canciller, miró su bondad en favorecer la li-
con desconfianza á su hijo, hasta el punto de apar- teratura y las artes, establecer asilos y otras institu-
tarlo poco á poco de los negocios públicos. Al final ciones caritativas y propagar «ideas misericordiosas
se celebraron los consejos de gobierno sin que asis- y dulces en un pueblo sobre el que había de reinar y
tiese íá ellos el principe Fritz, para que ignorase los que juzgaba bárbaro todavía». Las mujeres ale-
ella
secretos de Estado. Esta situación no tardó en ha- manas no perdonaban á la extranjera que hubiese
cerse pública, y los cortesanos, con su habitual cobar- (¡uerido regenerarlas social y domésticamente, pre-
día, fueron alejándose del principe en desgracia. Bis- tendiendo que disfrutasen de nuevo respetos y dere-
marck, que detestaba á la princesa Federico por su chos, siendo algo más que unas administradoras de
independencia y su sensibilidad, no temió expresar- sus casas y unas siervas de sus hombres. Al enterarse
se públicamente contra el kronprintz, al que llamaba de que era mal mirada en la corte, todas ellas pro-
irónicamente «el marido sumiso. En realidad lo que curaron imitar al omnipotente Canciller, tratando con
le indignaba en él no era su estrecha unión con la menosprecio á la. inglei<a.
princesa britá- El matrimonio principesco comenzó á vivir aislado,
nica, sino su sin más acompañamiento que el de una servidumbre
carácter gene- escogida por sus enemigos y que los espiaba de acuer-
roso y el libe- do con Bismarck. El kronprintz, excluido sistemática-
ralismo de sus mente de toda intervención en los asuntos públicos,
ideas. vivió inactivo, enuna soledad melancólica y lángui-
Al constituir- da. Pasaba largas temporadas encerrado en el palacio
se el Imperio, de Monbijou, una de las construcciones de Federico el
Fritz y su es- ÍTrande. Sus tristes ocios los entretenía clasificando
posa cayeron, los documentos y los objetos de un museo consagrado
como dice un á la historia de su familia, colocando etiquetas en los
historiador, manuscritos, armaduras y jarrones. La princesa Vic-
o en el último toria le acompañó siempre en su aislamiento, altivo

grado de inuti- y triste.


lidad é impo- Sólo tenían los dos esposos una esperanza y un
pularidad». Na- consuelo. El objeto de sus ilusiones era Guillermo, el
die en toda Pru- hijo mayor, muchacho que hacía concebir grandes es-
sia manifesta- peranzas á sus padres por la viveza de su carácter y
ba el más pe- un ferviente deseo de saberlo todo y hablar de todo.
queño recono- La princesa Federico quiso que su primogénito se li-
i;l KAisKii cimiento por l)rase del moldeamiento de una educación á la prusia-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 397

na. El kronprintz por su parte alemanas. Se verificaba en él


era enemigo del sistema de una rápida transformación.
enseñanza puramente militar Durante su permanencia en
que recibían siempre los vas- el gimnasio de Cassel había
tagos de la familia Hohenzo- sentido la beneficiosa influen-
Uern. El mismo, rompiendo cia de su preceptor y acompa-
con las tradiciones de la di- ñante, el doctor Hinzpeter,
nastía, había figurado como hombre dulce y de ideas de-
simple estudiante en una Uni- mocráticas, que quería hacer
versidad, siguiendo una ca- de él un soberano del pueblo.
rrera literaria. Los primeros Cuando CTuillermo pasó á la
preceptores del pequeño Gui- Universidad renana teniendo
llermo fueron escogidos escru- 18 años, su carácter se fué
pulosamente por sus padres, transformando hasta conver-
y cuando tuvo diez años, el tirse en un verdadero Hohen-

kronprintz lo envió á una es- zollern. Su abuelo lo había


cuela pública, encargando á hecho sub-teniente del 1.®'' re-
los maestros que lo tratasen gimiento de la Guardia, el
lo mismo que al hijo de un mismo en que sirvió su padre
simple burgués. El príncipe teniendo igual edad. Vistien-
Fritz había sido el primer Ho- do el uniforme y con la espa-
henzollern estudiante de Uni- da al costado, asistió á las
versidad: su hijo Guillermo EI, KAISER EN BRAZOS DE SU MADIÍR lecciones universitarias. Un
fué el primer Hohenzollei'n I.A PRINCESA VICTORIA ayudante reemplazaba al an-
alumno de una escuela públi- tiguo preceptor. Irguiendo la
ca. El viejo emperador •abeza con orgullo, fué aspirando á pleno pulmón los
desaprobó esta innovación,
contraria á las tradiciones de su raza. Bismarck se elogios y adulaciones que le dedicalian sus compañe-
opuso enérgicamente, viendo en ella un atentado al ros del regimiento y del mundo universitario. «El as-
prestigio de la monarquía. Pero el padre mantuvo con pecto brillante del campo de maniobras dice un bió-

firmeza su sistema educativo, así como la madre, que grafo de la juventud de Guillermo II

la disciplina
,

era partidaria del método inglés y quería hacer de su nbsoluta, el sentimiento del poder de su familia ins-
hijoun principe generoso y democrático. pirado por la vista de las líneas soberbias y ondulan-
Guando (luíllermo tuvo 15 años lo enviaron con su tes de hombres, de las murallas de bayonetas y de
hermano Enrique, que tenía 12, á que continuase su los movimientos de una exactitud geométrica come
educación en el gimnasio de Cassel, haciendo los es- los de una poderosa máquina, fascinaron su imagina-
tudios correspondientes á nuestro bachillerato. El fu- cíón.» El joven príncipe, menospreciando los estudios
turo emperador se mostró como un escolar distraído universitarios, se lanzó á los trabajos militares con
y
poco estudioso. Su hermano obtuvo siempre mejores un ardor febril,
notas que Los alumnos del gimnasio de Cassel
él. Fueron borran
prestaron poca atención á este compañero de sangre deseen su ima
real. Era poco comunicativo
y parecía desorientado y ginación los re 1

triste en su nueva existencia. Además su familia no i-iicrdos de la


le daba dinero y de todos los alumnos era el tran
peor ves- infancia,
tido, loque produjo el alejamiento de los pequeños quila al lado de
Á
burgueses alemanes.
los
la tendencia democrática de

padres se unieron las preocupaciones económicas


de la corte prusiana. Una tradición de la familia Ho-
sus padres. Co
menzó a consi-
derar como una
á
henzoUern que data de sus tiempos de miseria, exige época ingrata
que los príncipes jóvenes usen sus trajes hasta el li- los ires años
mite más extremado, ostentando uiuis prendas raídas pasados en un
y remendadas que humillarian al hijo do un obrero. viejo castillo
Después de tres años de estudios preparatorios, de los alrede-
Guillermo se inscribió en la Universidad de I?onn, dores de Cas
llevando la vida alegre y ruidosa de los demás estu- sel, con el de
diantes. Bebió en las cervecerías lo mismo mocrático pre
que sus
compañeros, tomó parte en los grotescos duelos esco- ceptor Hinzpe-
lares, conoció las aventuras ligeras con el elemento ter, (jue pre-
femenino que pulula en torno de las Universidades paraba las lee-
398 VICENTE BLASCO IBANEZ

HJ^HH
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1911 399

de los cuales estaba ex-


cluido el principe Fritz,
heredero de la corona.
Todas las semanas hacia
una larga visita á su
abuelo para recibir «una
lección de gobierno».
Sus entrevistas con Bis-
niarck eran más fre-

cuentes, y en ellas el
Canciller enseñaba á su
regio discípulo el arte de
guiar á los pueblos «con
mano fuerte». De su pa-
dre nada tenia que apren-
der y no lo consultaba
jamás, mostrando en sus
visitas alhogar paterno
un respeto frió y cortés.
El principe Federico
y su esposa, cada vez
más tristes, no podían EL DI ELO
ocultar su amarga de-
cepción al verle figurar~lentre^sus enemigos. Los dos había procurado ser amable y conciliador con los Es-
esposos se refugiaron en una intimidad dolorosa. El tados germánicos, comenzó á mostrarse autoritario
kronprintz, convencido de que no conseguiría el afec- al sentirse definitivamente afirmado en su trono. El
to de este hijo ambicioso, desistió de toda gestión para espíritu de los antiguos HohenzoUern revivió en él,
reconquistarlo. La madre, cegada por la predilección y como su Canciller no necesitaba de grandes exci-
que sentía hacia él, insistió hasta el último momento. taciones para adoptar una política dominadora, la

Con una tenacidad heroica luchó contra toda clase de


influencias para sustraer á Guillermo del temible ata-
vismo; pero al hn tuvo que reconocer la inutilidad de
sus esfuerzos y renunciar á sus ensueños de que fuese
un monarca pacífico y democrático, á semejanza de
los reyes de Inglaterra, que hubiese podido asegurar
la tranquilidad del mundo.
D

Los sucesos públicos de Alemanin influyeron igual-


mente en el
cambio de ca-
^^^^^^^^^^^^^^^^K?^^'^?.?^ rácter del jo-
ven Guillermo.
Después del
primer delirio
de entusiasmo
por el triunfo
sobre Francia,
los pueblos ger-
mánicos empe-
zaron á ocu-
parse con aten-
rión de su poli-
tica interna.
El emperador-
rey, que duran-
te los primeros
CT«AND.,.SB LAS HBUn.A.S ..KS,.r,>
'"'^«^ ^^ ^'^ "'""
uBL DUELO (l'^d alemana
400 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

obispos fueron desterrados ó encarcelados, las escue-


las católicas quedaron cerradas, muchos profesores
se vieron arrojados de las Universidades, y numero-
sas provincias privadas de sus sacerdotes. Todo el
Imperio se agitó violentamente á impulsos de la agi-
tación religiosa y de las recriminaciones que se lan-
zaban protestantes y católicos.
El desorden en que se vio sumido el Imperio du-
rante elperíodo de la Kulturliampf sirvió para que
se desarrollase en Alemania una doctrina que resulta-
ba extraña y nueva en este país disciplinado. Era el
socialismo revolucionario. Guillermo y su Canciller
hicieron alto en su «cacería de curas» —
como decía Bis-
marck — asustados por la aparición del espectro rojo.
,

El Canciller transigió súbitamente con los católicos,


para dedicarse á la persecución de los socialistas, in-
tentando por medio de disposiciones violentas arran-
car del suelo alem;in esta germinación inesperada.
Los por la brutalidad de las
socialistas, irritados
persecuciones, apelaron al regicidio. En Junio de 1878,
el socialista Nobiling, desde una ventana
superior de
la cervecería de los Tres Cuervos» situada en la Ave-
<
,

nida de los Tilos de Berlín, hizo dos disparos de perdi-


gones gruesos, hiriendo en la cabeza y en los hom-
bros al anciano emperador, acribillando su casco y
oblig¿lndolo á permanecer seis meses en cama con
agudos dolores.
El kronprintz Federico tomó posesión del poder
EL MAESTRO Y BL DISCÍPULO como regente del Imperio, de J^nio á Diciembre de
Bismarck, maestro político del nuevo ícaro Guillermo, dándole
conscios para que no pierda las alas
1878, y en estos seis meses de mando fué cuando el
(Caricatura del Punch, de Londres joven Guillermo se manifestó públicamente como ene-
migo de la i^olitica de su padre.
católicos alemanes habían trabajado lo mismo que los Acababa de ser elegido Papa León XIII, y el re-
protestantes para la constitución del Imperio. gente Federico entabló con él una correspondencia,
Bismarck, que deseaba suprimir las últimas in- para solucionar las querellas religiosas que traían di-
fluencias de Austria, se hizo eco del espíritu protes- vididos y revueltos á los Estados de Alemania. Las

tante, atacando á los católicos, éstos, á impulsos de


y cartas escritas en Berlín fueron un modelo de dulzu-
un sentimiento de defensa, detestaron públicamente la ra, ñrmeza y prudencia gubernamental. Bismarck se
doctrina prusiana. La consecuencia de todo esto fué aprovechó de ellas más tarde para restablecer defini-
la Kulturkampf ,
entablándose una lucha religiosa tivamente la paz religiosa, pero los junquers reaccio-
entre el Canciller y los católicos alemanes. Algunos narios que formaban su partido las censuraron mucho
en el momento de ser escritas, presentándolas como
una humillación para la Alemania protestante.
El príncipe Guillermo se unió con publicidad á to-
dos los que ci'iticaban á su padre el regente. Hacia
gala de ser un fervoroso partidario de Bismarck, un
firme defensor del derecho divino, de la supremacía
protestante, de todas las doctrinas del absolutismo
prusiano. Las más altas personalidades del Imperio
ayudaban con su conducta esta actitud del hijo contra
elpadre. Bismarck se expresó particularmente con
violentas invectivas contra el principe Fritz, acusán-
dolo de comprometer la religión protestante y la se-
guridad del Imperio. El viejo Guillermo se quejaba,
desde el lecho donde le retenían sus heridas, de la
JUNTOS conducta liberal y tolerante de su hijo, afirmando que
Trinquemos y hagamos locuras representaba una amenaza para las prerrogativas
tCaricatura del XebelspiUterj de Zurich) personales de los HohenzoUern.
EL INTERI)

Dibujo de Georges Scott. de la «illu.stration* üe l^ans

Un oficial alemán prisionero comparece ante


GATOHIO

oficiales intérpretes que van á interrogarle


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 401

Otro acto liberal del regente abrió un abismo to-

davía mayor entre él y los círculos reaccionarios fre-

cuentados por su hijo.


El kronprintz consideró que siendo Alemania un
Imperio formado por hombres de diversas razas y re-
ligiones, el soberano debía mostrarse tolerante y aten-
to de igual modo con todas las creencias y todos los
hombres que quisieran poner sus facultades al servi-
cio del Estado. El doctor Friedberg era uno de los

jurisconsultos más eminentes de Alemania, y llevaba


muchos años ocupando un puesto importante en el
ministerio de Justicia. Había escrito tratados famosos
de Derecho Penal, pero no obstante sus méritos se
mantenía en segundo término por dos razones: profe-
saba ideas liberales y era judío.
A los pocos días de ocupar la regencia el príncipe
Federico, asombró y escandalizó á la aristocracia de
Berlín nombrando á Friedberg ministro de Justicia.
Era la primera vez que en Prusia llegaba un judío á
desempeñar un ministerio. Guillermo II, que en los
tiempos actuales es

gran protector de los


banqueros de origen
hebraico y tiene como
amigo íntimo y escu-
chado consejero al
israelita Ballin, orga-
nizador de las compa- EL E.\'i:U.\IBKAMIE\T<)
Bismarck sonríe ante la ambición de su discípulo
ñías navieras de Ham-
(Caricatura del líumoristtcké, de Praga)
burgo, se unió en 1878
á los que protestaron gún parece, no manifestó por su parte un interés bien
contra este acto libe- marcado en favor de la princesa designada. La opi-
ral de su padre. nión de su abuelo le interesaba m;ís que la persona de
LA. EVOLUCIÓN DE LOS MOSTACHOS El movimiento de
El de Guillermo representa un águila
nobleza y las clases
la
Imperial

(Caricatura del Life, do


conservadoras contra
Kueva l'orkj
los judíos apasionó á
casi toda Alemania, distrayendo la atención de la lu-
cha entre católicos y protestantes y uniendo á unos y
otros contra los hebreos. Bismarck se mantuvo aparte
de la agitación antisemita, á pesar de que era dirigi-
da por los grupos de junquer afectos á él. En la obra
que perseguía de unifícación alemana, el auxilio de
los banqueros judíos le era necesario. Además sentía
cierta gratitud al recordar lo mucho que le iiabian

ayudado en sus empresas de conquista. Esta actitud


influyó en su discípulo el impetuoso Guillermo, el
cual, siguiendo. indudablemente los consejos del maes-
tro, se abstuvo repentinamente de apoyar los clamores
antisemitas de sus amigos.
Cuando el viejo emperador volvió á encargarse
del poder, él y su primer ministro decidieron el casa-
miento del amado discípulo, escogiendo para que fuese
su esposa á una princesa amable y robusta de la di-
nastía de Schleswig-Holstein, destronada por los dos
viejos. El emperador sólo consultó por pura fórmula
lavoluntad de los padres de Guillermo. Éstos sabían Bismarck. "No te excites Inútilmente; va te procuraré yo un gallo
de veras, gallo Trances
que era inútil toda observación. El mismo novio, se-
el

(Caricatura do Le TribouletJ
60
402 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Lns nodrizas vistien-


do el pintoresco traje de
Spreewald eran cada
vez más nuineíosas en
la residencia, pues casi
todos los años el princi-
pe Guillermo ijroporcio-
n;iba á la dinastía de
IlohenzoUern un nuevo
heredero masculino.
En 1887, Guillermo,
que tenia 28 años, era
comandante de un l^ata-
llón de la Guardia y pa-
dre de cuatro robustos
muchachos.
La familia vivia con
cierta estrechez. El vie-
joGuillermo, que no pe-
Pfiíizcssín Aui|u.ste Victoria. friu caba de pródigo, había
tirídricli Williek,
señalado á su nieto una
renta anual de 40.000
EL KAISER Y LA PRINCESA AUGUSTA VICTORIA DE SCHLBSWIG-HOLSTEIN EL DÍA DE SU BODA marcos, cantidad exigua
para un principe, que le
SU futuní esposa. El matrimonio se realizó en Febrero obligaba á seguir un régimen de estricta economía.
de 1881, instalando Guillermo su residencia personal La escasez de dinero favoreció la continuación en este
en el Palacio de Miírmol de Postdam. Su vida ordi- hogar del régimen educativo de los Hohenzollern,
naria continuó lo mismo que antes del matrimonio. duro y misero.
Trabajó laboriosamente en su educación militar, cui- El príncipe Guillermo al ocuparse de la educación
dando al mismo tiempo con un talento de actor de de cuatro hijos que tenia en 1887, se expresaba de
los

mantenerse y afirmai-se en su posición de ídolo de los este modo, como un económico administrador:
elementos de la Alemania moderna. —Es conveniente tener sólo hijos, pues cuando se
La juventud germánica de la aristocracia y la tiene una hija ésta ocasiona muchas preocupaciones
clase media era más absolutista y violenta que lo y gastos. Hay que tomar una institutriz, una dama
habían sido sus padres. Lx idolatría de Blsmarck y «más ó menos de honor» y sostener un aparato com-
los triunfos de 1870 influyeron en su educación. Los plicado. Cuando se tienen muchachos se les viste del
guerreros de las campanas de Austria y Francia eran mismo modo, de uniforme. Se toma una pieza de paño,
considerados por estos jóvenes como demasiado libe- se corta en la misma casa y todos quedan listos.
rales y tolerantes. Poco antes de morir el viejo
emperador, al visi-
Alemania estaba destinada á dominar el mundo. tarle su nieto Guillermo el primer día del año, hizo
Y esta juventud dura y ambiciosa hablaba del prin- vestir á los cuatro hijos que tenia en aquella época

cipe Guillermo como de un jefe que dirigiría su ge- con uniforme de artilleros. En las mangas del mayor
neración (cuando le llegase la hora de ser empera- (el kronprintz actual, que tenía poco más de cinco
dor) hacia la realidad de tales ensueños.

Durante seis años de vida conyugal se


mantuvo tranquilo, siguiendo los diversos
grados de su educación militar. En la resi-
dencia de Postdam tenía una tertulia de
oficiales amigos que se reunían en su bi-
blioteca para beber y fumar, hablando de
cuestiones militares, de incidentes de caza
ó de anécdotas algo libres, sin abordar
nunca los temas serios. En esta bibliote-
ca el mueble más importante era el que
contenía los cigarros. Los libros ocupaban
un lugar menos visible. EL PALACIO DE MARMOL
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 403

años) cosió dos galones do lana, de cabo. La banda ral, y durante un año se esperó que la enfermedad no
infantil fué conducida por su padre ante el viejo mo- fuese tan grave como se habia creído al principio,
narca, y desfiló en torno de su sillón lo mismo que en fundando grandes esperanzas en la intervención de
una parada, marcando «paso de ganso», levantan-
el ilustres módicos y famosos charlatanes. El principe
do la pierna rígida todo lo que era posible. El octoge- Fritz había sido elevado por la simpatía universal al
nario Guillermo lloró de gozo ante el espectáculo. Su rango de héroe de la civilización. Los pueblos de Eu-
raza y su dinastía iban ;i perpetuarse con arreglo á la ropa deseaban la seguridad de su vida para que fuese
tradición de los Hohenzollern. emperador y humanizase á la férrea Alemania, dejan-
A pesar de los entusiasmos y esperanzas que ins- do de ser ésta un peligro universal.
piraba el joven C4uillermo como «príncipe providen- En el seno de la familia Hohenzollern nadie se

EL MATRIMONIO DEL KAISER EN LA CAPILLA DEL PALACIO IMPERIAL DB UBRLIn (Grabjido de la época)

en 1887 no era halagtleña para sus


cial», su situación hacía ilusiones sobre la posibilidad de combatir la do-
ambiciones. Las vidas de dos hombres le separaban lencia. El viejo Guillermo, que estaba próximo á la
del trono. El abuelo, aunque por ley natural no podia muerte, compadecía al kronprintz, sintiendo renacer
subsistir largos años, se mostraba robusto y entero. en su interior las ternuras de sus primeros años de
En cuanto al kronprintz, que llevaba una existencia padre. «Mi pobre Fritz», gemía el anciano al recibir
higiénica y metódica, todos esperaban que viviría noticias deEms, donde estaba en cura su hijo creyen-
muclio. Do repente una noticia de origen misterioso do no tener otra enfermedad que una afección á los
cambió la situación. Alguien murmuró al oído de Gui- bronquios.
llermo, en Marzo de dicho año, un aviso que se man- El principe Guillernio debió sentirse agitado por
tuvo secreto por algún tiempo, y que indudablemente sus pensamientos contradictorios. De un lado la com-
produjo en el heredero un hondo trastorno en el que pasión hacia, un padre que había sido dulce y toleran-
entraron por partes iguales el estremecimiento de la te para él, de otro la inevitable satisfacción de verse
ambición y el amor filial tardíamente despertado. El próximo á ascender á un trono que semanas antes
principe Fritz estaba enfermo de un cáncer en la gar- una esperanza i'emota de su madurez.
sólo ora

ganta. Cuando el kronprintz volvió de Ems á Berlín sabia


La terrible noticia fué conocida por el mundo en- de un modo indudable que su enfermedad era de cán-
tero algunas semanas después. La emoción fué gene- cer y que podia morir antea de un año. Como todos
4M VirP-NTE BLASCO IRAÑEZ

kronpríntz. Este eon su mujer y sus hijas salió para


Londres el 11 de .Junio como representante de Alema-
nía en dicha solemnidad. Sólo había de volver al año
siguiente á Berlín para coronarse emperador. Estuvo
tres meses en Inglaterra, pasó una corta temporada
en austríaco y fué á instalarse definitivamen-
el Tirol
te en San Remo, ocupando la villa Zirio. El día de la

llegada fuei'on tan graves los síntomas de su enferme-


dad, que hubo que llamar por telégrafo al doctor
Mackenzie. Éste á su vez, después de examinar al
enfermo, consideró grave la situación, haciendo venir
de Berlín al príncipe Guillermo.
Toda Europa concentró su atención en la villa de
San Remo. La curiosidad pública sometió al enfermo
y á sus acompañantes á una vigilancia inquisitorial.
Los periodistas de todas las naciones establecieron
un cordón de espionaje en torno de la villa Zirio,
sobornando á los criados y los proveedores de la casa.
Continuó la lucha entre los médicos ingleses y alema-
nes, tomando sus divergencias de opinión un carác-
ter político. Las acusaciones más insidiosas é infa-
mantes eran lanzadas por cada uno de los bandos
contra los adversarios. Los alemanes deploraban
amargamente el sistema empleado por los doctores
Howell y Mackenzie para la curación del enfermo.
Los ingleses, por su parte, daban á entender que los
BISMAnCK Y GUILLERMO I

El vlelo emperador abraza á su Canciller médicos alemanes tenían interés en acelerar la muer-
al felicitarle por su cumpIeaBos
te del principe, para que le heredase su hijo Guiller-
los hombres de un temperamento nervioso y expansi- mo del que eran partidarios. Se habló con ruda fran-
vo, sufría accesos de profunda melancolía aun en tiem- queza de la posibilidad de un asesinato perpetrado
po ordinario. Al volver de Ems en Abril de 1887, se fríamente por medio de la ciencia. Se insinuaron acu-
mostró decaído y sin esperanza alguna. Por ley natu- saciones contra el joven Guillermo, dando á entender
ral iba á suceder dentro de poco á un padre octogena- que su ambición predominaba sobre la piedad filial. En
rio, pero la muerte salía á su encuentro cortándole este período, el futuro emperador de Alemania moti-
el camino. Todas las cualidades que embellecen la vó terribles comentarios en varías naciones de Euro-
vida masculina, valor, imaginación, hermosura viril, pa, y especialmente en Inglaterra.
talento, le habían acompañado en su paso por la Duríinte el invierno de 1887-1888, el mundo pudo
tierra; y sin embargo, sólo había conocido la tristeza, presenciar la agonía paralela de dos emperadores
la ingratitud y el descorazonamiento. Su destino re- alemanes. El octogenario Guillermo había llegado al
cordaba la fatalidad que sigue las huellas de muchos
héroes de la tragedia antigua.
La esposa del príncipe, por una predisposición na-
tural en favor de todo lo inglés y por desconfianza
hacia los alemanes, hizo llamar al doctor Mackenzie,
uno de los más célebres doctores de Londres.
En torno del enfermo se entabló una lucha entre
el inglés y sus colegas germánicos. Mackenzie prac-
ticó una operación en la
garganta del enfermo, y los
médicos de Berlín lo acusaron de haber operado en la
parte sana. Mientras tanto el viejo Guillermo, su
nieto y el Canciller, creyeron oportuno alejar al en-
fermo para impedir la agitación pública. Berlín era
una confusa Babel de chismes, cuentos y falsas noti-
cias con motivo de la enfermedad del
príncipe, mar-
cándose una violenta enemistad entre alemanes é in-
gleses.
La celebración del jubileo de la reina de Inglate- ALREDEUOHES PEÍ, PALACIO AL CIRCULAR LA NOTICIA DEL
rra ofreció una ocasión excelente para el viaje del FALLECIMIENTO DEL EMPERADOR
HISTORIA DE I. A GIJRRRA EUROPEA DE 1014 405

MUERTE DEL EMPERADOR GUILLERMO

final de su larga vida y se extinguía lentamente en al viejo emperador en su lecho de muerte. El joven
Berlin, mientras su hijo jadeaba con mortal ronquera Guillermo, que había pasado el invierno entre Berlin
en un risueño paisaje de la costa italiana. La cuestión y San Remo presenciando la decadencia final de los
era saber de los dos, Guillermo el viejo ó Fede-
cuiil dos ascendientes, asistió á los últimos momentos de
rico en toda la fuerza de su madurez, se extinguiría su abuelo. El viejo, al morir, le habló como si fuese

antes. «Alemania dice un cronista de la época re- — su heredero inmediato, haciéndole recomendaciones
tuvo su aliento para seguir el desenlace incierto de directas sobre el gobierno del Estado y de la familia
esta tragedia, y la cristiandad entera concentró su HohenzoUern.
atención sobre los dos HohenzoUern espirantes.» El Como el emperador conocía el carácter de su nieto,
mes de Marzo, que es duro en Alemania, con sus leaconsejó una sumisión y una paciencia afectuosas
grandes vientos que barren las últimas nieves, tendió durante el reinado de su padre, que sería corto. Bis-
marck prometió á su ilustre amo mantenerse en la
Cancillería á pesar de todo en el próximo y breve
reinado, á no ser que el heredero lo despidiese franca-
mente. La última exhortación del viejo Guillermo en
los murmullos de la agonía fué para recomendar á su
nieto que se mantuviese siempre en buenas relacio-
ui'S con el Imperio de Rusia.
Guillermo I murió el 9 de Marzo de 1S8S. Al día
siguiente í'ederíco, su mujer y sus hijas abandona-
ron San Romo, dirigiéndose á Berlin en un tren espe-
cial que llegó en la noche del 11. Este largo trayecto fué
s.ilvado con una rapidez desconocida hasta entonces
(MI los ferrocarriles de Europa. El nuevo soberano mo-

ribundo llegaba del país del sol, bajo las tormentas


úo nieve de Marzo, para desempeñar su rápido papel
de emperador fantasma. «El marido de la inglesa»
iba ii reinar durante 99 días sobre una corte que le
TRASLACIÓN DEL CAnAVBK DBL KMi'EllADOR A LA CATBDRAL había detestado, teniendo por colaborador al ministro

(Grabados de la época) de su padre, que era su mayor enemigo. Además, ha-


¿106 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El escritor norteamericano Harold Fre-


dcric, que fué uno de sus primeros pane-
giristas cuando ocupó el trono imperial,
dice sin embargo al describir el corto
reinado de Federico III: «El mundo ha
hablado mucho de la conducta desnatura-
lizada que observó Guillermo con su ma-
dre, de su actitud dura en presencia de
los terribles sufrimientos de su padre, de
su simpatía hacia los que invectivaban
con más violencia al doctor Mackenzie.
Se han contado muclias anécdotas sobre
su conducta poco filial en San Remo y
sobre su deseo impaciente de arrancar
de las manos de su padre las riendas
del poder. En Agosto de 1889, la A^^i-m-
v&lle Revue insinuó en un articulo que
los que rodeaban al enfermo imperial
temblaban cuando veían entrar á Gui-
FEDERICO III EN EL PARQUE DBl. PALACIO DE CHARLOTTBNBURGO llermo en la habitación de su padre, por
miedo á que le exigiese bruscamente el
bía de ver todos los días á los médicos alemanes, acu- establecimiento de una regencia.»
sados por lina parte de la opinión europea de querer En realidad, Guillermo empezaba á encontrar algo
acelerar el término de su existencia. Un hijo impa- largos los dias del reinado de su padre. Bismarck,
ciente rondaba en torno de él, pensando á todas horas más sereno y previsor, tuvo que aconsejarle pruden-
en su próximo advenimiento al trono. cia para que no amargase los últimos momentos del
El emperador Federico III se instaló en el palacio soberano exigiéndole la transmisión del mando. Una
de Charlottenburgo, preparado á toda prisa para re- petición de este género hubiese provocado la cólera
cibir al enfermo. Después de dar una proclama titu- de Federico III, que anonadado y sin voz quiso ser
lada «A mi pueblo», tuvo varias conferencias con su rey hasta su última hora.
hijo Guillermo y con Bismarck. Estas entrevistas fue- El 15 de Junio de 1888, á la caída de una tarde obs-
ron secretas, pero se supo que muchas veces quedaron cura y lluviosa, la gran bandera amarilla que ondeaba
cortadas por agrias y tempestuosas discusiones. sobre el palacio de Postdam se arrió para anunciar
La salud general de Federico se sostenía en estos que el octavo rey de Prusia había cesado de existir.
dias. Todavía le era posible hablar, aunque con voz Llegaba para el principe Guillermo el momento
ronca y penosa. El caballeresco emperador, conven- deseado. Los ayudantes corrieron de un lado á otro.
cido de su próximo fin, contempló la llegada de la Las tropas colocadas en el parque y en el interior del
muerte con una calma intrépida, em-
pleando los pocos días que le restaban en
la llberalización de Alemania. Por des-

gracia la falta de tiempo y la terrible do-


lencia no le permitieron hacer grandes
cosas. Hasta los últimos momentos dedicó
una atención y una regularidad sorpren-
dentes á todos sus deberes de jefe de Es-
tado. Lo mismo en Charlottenburgo que
más tarde en Postdam, dedicó dos horas
por día, á pesar de sentirse moribundo, á
las audiencias de ministros y altos fun-
cionarios. La parte más considerable de
tiempo la pasaba en su biblioteca, estu-
diando los documentos de Estado y escri-
biendo sus memorias.
La historia melancólica de estos 99 dias
de reinado nos muestra al principe Gui-
llermo «expuesto en plena luz, sobre las I
gradas del trono, pero silencioso y casi
siempre inmóvil». BL PUBLICO LEYENDO EL ÚLTIMO PARTB DE LA ENFERMEDAD DE FEDERICO Ul
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 407

palacio formaron en batalla, situando


destacamentos en cada nna de las puer-
tas. Un cordón de hierro aisló del resto
del mundo el Friedrichskron, nombre con
que habia sido bautizada la residencia
del emperador difunto.
Guillermo II, tercer emperador de Ale-
mania y noveno rey de Piusia, se cuidó
ante todo de hacer sentir su autoridad ;i

los miembros de la familia. Su madre la

emperatriz quedó arrestada en sus habi-


taciones en compañia de sus hijas, pues á
un arresto equivalió la orden formulada
brutalmente por los ayudantes del nuevo
emperador para que no se moviesen de
las piezas que ocupaban.
Mientras tanto Guillermo, sin cuidarse
del cadáver de su padre, todavía caliente,
se dedicó al registro de los muebles del
difunto, buscando toda su corresponden- LA CÁMARA MORTUORIA DE FEDERICO III

cia y papeles íntimos.


Después de tales actos de piedad filial, tomó asien- paró la noble serie de poetas en la que Goethe ocupa
to para redactar sus proclamas á la Marina y al Ejér- elprimer lugar y Wágner no es el último, resultaba
cito. monstruoso que un joven elevado al rango de sobera-
o
no no viese otra cosa digna de atención que las co-
«Durante los tres dias que transcurrieron entre la lumnas de tropas y las máquinas de guerra.»

muerte y el entierro de Federico dice Harold Frede- El contenido de las dos proclamas surgiendo de las
ric, no obstante ser un escritor marcadamente favora- prensas casi al mismo tiempo que la noticia de la
ble á Guillermo II — el mundo no vio ni oyó de su su-
,
muerte del emperador, correspondió á la precipita-
cesor otras cosas que las dos proclamas al Ejército y ción con que habían sido redactadas y lanzadas al
la Marina. La cosa fué realmente extraña. Equivalió público.
á un bofetón asestado á la cultura del siglo XIX, la Guillermo hacia en ellas un largo elogio de su
actitud de este joven que recibía el pesado encargo de abuelo, sólo dedicaba á su padre un débil recuerdo, y
gobernar un Imperio rico en progresos civilizadores, glorificaba los hechos de armas y las hazañas de sus
é inauguraba su actuación del modo más bárbaro. En antepasados más lejanos diciendo á las tropas: «Xos
un pais donde nació el arte de la imprenta, en esa pertenecemos el uno al otro, yo y el ejército. Hemos
Alemania donde trabajó Dúrero, donde Léssing pre- sido creados el uno para el otro, y permaneceremos
firme é inseparablemente unidos, asi le
plazca á Dios darnos la calma ó la tor-
menta.»
Como dice el autor ya citado, «el mili-
tarismo triunfante resonaba en cada linea
de las proclamas. El mundo oyó á este
joven que se glorificaba de ser el Señor
de la guerra, con un sentimiento que fué
modificándose según la distancia, en di-
versas gradaciones. Los más próximos
llevaron la mano á la empuñadura de la
espada; los más lejanos sonrieron desde-
ñosamente; pero todos, vecinos ó lejanos,
adivinaron unánimemente que los dias de
amenaza y de violencia iban á amanecer
en Alemania».
Europa miró con cierta inquietud el en-
tronizamiento de este emperador joven,
abundante en palabras y gestos, como un
actor, que se complacía en sembrar la
lUralmdus de la época)
BL ENTIERRO alarma y el miedo, y mostraba por sus
408 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

SUS palabras y bus gestos, convergía


eu otro individuo, el imperial actor, con
una acción ruidosa, procuraba acapa-
rar de nuevo la atención de los espec-
tadores.
Tan familiarizada llegó á estar la cu-
liosidad pública con este personaje, que
hasta creyó innecesario emplear su nom-
bre. Bastó decir El para que todos
adivinasen al soberano incansable, de
fíima mundial, aspectos proteicos y am-
liiciones infinitas, que se ha levantado
todas las mañanas durante un cuarto de
siglo con
el propósito de hacer hablar
de su persona á la humanidad entera y
procurarse «una buena prensa», lo mis-
mo que un artista que cultiva su renom-
bre y teme las injurias del olvido.
Desconcierta su personalidad por lo
EL KAISEK LEYENDO SU PRIMER DISCURSO EN EL RBICH8TAG compleja y contradictoria. Pueden de-
(üiabado de la época) cirse de él, á un mismo tiempo, elogios

y censuras, pues como todos los hom-


ejércitos un entusiasmo pueril, semejante al de un bres faltos de equilibrio, ha realizado en un mismo día
niño que posee numerosos juguetes. Al sentimiento los gestos más contradictorios y pronunciado las pa-
de inquietud vino á unirse la aversión producida por labras más antagónicas. Unas veces se expresa como
su conducta con los padres. Todos comentaban su un burgrave de la Edad Media y otras hace gala de
dura impaciencia ante la enfermedad de Federico, su la mentalidad extremadamente moderna de un ciuda-

arrogancia desnaturalizada con la madre en los pri- dano de los Estados Unidos. En ciertos períodos quiso
meros días de viudez, la tranquilidad con que apenas ser el «Señor de la guerra», el apóstol de la fuerza,
subido al trono había suprimido de un plumazo lo amenazando al mundo, como si hubiese desaparecido
poco de bueno y de liberal que pudo realizar su pre- de él todo vestigio del derecho. Á continuación fué el
decesor en tres meses de torturas y de reinado. evangelista de la paz, manifestando públicamente su
«El mal hijo» fué el titulo con que le designaron
todas las cortes de Europa. Como Guillermo se dedicó
á viajar apenas se vio emperador, creyendo recoger
en todas partes simpatías unánimes, los ecos de la
reprobación general fueron saludando sus pasos. El
príncipe de Gales se marchó de Viena por no encon-
trarse con este sobrino antipático que había amar-
gado la existencia de su hermana. El heredero de la
corona de Rusia atravesó Berlín dos veces sin avi-
sarle su paso y sin querer descender del vagón.
El Papa aun lo juzgó con mayor severidad. Cuan-
do el nuevo César alemán le impuso brutalmente su
visita, León XIII, fino observador de los hombres, lo
apreció al primer golpe de vista.
Hablando con sus íntimos días después, dijo el
Pontífice con una clarividencia profética:
— Es un joven petulante y vano, cuyo reinado ter-
minará con grandes desastres.

XI

El

Durante veinticinco años consiguió Guillermo II


queel mundo entero se preocupase de él á todas horas. EL OKSTO TERUIBLE
Cuando, la opinión universal, fatigada de comentar (Caricatura ile Le Cri de. Paria)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 409

adhesión á todos los que trabajan por la concordia


humana.
Hay que reconocer que su actividad incansable y
un tanto loca contribuyó poderosamente al enorme
desarrollo de su pais. Pero hay que aceptar igual-
mente que esta actividad desordenada é imprudente
ha conducido al Imperio alemán á ocupar una situa-
ción odiosa en el mundo, viéndose aislado de todos los
pueblos por el recelo y la antipatía que inspiran sus
actos.
a

Cuando Guillermo II subió al trono, muchos obser-


vadores juiciosos adivinaron que no tardarla en pro-
ducirse un rompimiento entre el nuevo emperador y
el omnipotente Bismarck. Las más cariñosas relacio-

nes unían al viejo maestro y al discípulo. Su reciente


colaboración con-
tra la política de
Federico III los
habla juntado, to-
davía más, con un
afecto de cóm-
plices.
El Canciller es- EL MOUEKNO GüLLIVBR
taba acostumbra- (Caricatura del /'»», de Londres)
do á considerar el

Imperio de Ale- comparecer ante pueblo alemán. Rudo y falto de


el
mania como algo tacto, en muchas circunstancias desu vida el Canci-
propio de la fa- ller mostró, sin embargo, ciertos miramientos con el
milia Bismarck, viejo monarca, para no herir su amor propio. Duran-
comanditaria de te diez y ocho años se abstuvo de asistir á las funcio-
Hohen-
la familia nes de la Ópera cuando estaba presente Guillermo I,
zoUern. Los em- por temor de que
peradores eran los las ovaciones po-
socios capitalis- pulares con que
-¡HE AQUÍ UN emperador! tas, que recibían era saludado pu-
(Caricatura del Life, de Nueva Turk) diesen herir la
honores, ganan-
cias: los Bismarck sensibilidad de su
los socios industriales, que por un derecho indiscuti- regio patrón.
ble debían poseer eternamente la dirección de la em- El gran minis-
presa. Nunca al viejo Guillermo se le había ocurrido tro que guardaba
prescindir de los servicios del famoso Canciller. Cuan- entre sus manos
do su duro carácter de soldado le hacía discutir y cho- toda la autoridad
car con el terrible colaborador, bastaba que éste de Alemania, co-
lanzase la palabra «dimisión» para que al momento menzó á sentir la
se restablecieran las relaciones amistosas, francas, más humana de
lealesy simples. las la
pasiones,
Los dos viejos se amaban recíprocamente: sentían ambición pater-
una mutua gratitud por lo que se habían ayudado en nal, descando fun-
sus respectivas carreras. El diplomático había encon- dar una dinastía
trado en el rey de Prusia un amo que tenía fe en su que heredase su
talento, siguiéndolo á través de las aventuras más enorme poderío.
audaces. Guillermo, por su parte, de pobre rey de LosHohenzollern
Prusia había llegado á convertirse en el primer sobe- al sucederse en el
rano de Europa, gracias á los esfuerzos de su colabo- trono, encontra-
rador. Jamás se le ocurrió sentir envidias ni recelos rían siempre una
al ver que Bismarck resultaba más famoso que él y grada más abajo .^^ soy yo!
era objeto de mayores homenajes de entusiasmo al _ .a los
Bismarck, (Caricatura dol .iYf6eI»j)a:íer, de Zurich)
&l
410 VICENTE BLASCO ÍBAÑEZ

sus eternos cancilleres. El viejo Guillermo I había joven emperador, por inconsciencia (pues no es creí-
visto en su nieto el sucesor deseado. Bismarck con- ble que llegase á tanto su deslealtad filial), se prestó
taba con su hijo mayor Heriberto, en el que parecían á toda clase de venganzas contra la memoria de su
reproducirse algunas de sus facultades, especialmen- padre. No sólo fueron suprimidas las iniciativas libe-
te la rudeza de carácter, la libertad de maneras y rales de Federico III. Su viuda quedó relegada en una
una gran fuerza para el trabajo. Este joven robusto, especie de destierro con el título de emperatriz Fede-
gran aficionado á los placeres y de una audacia des- rico, y que habían recibido ün
los edificios públicos

concertante, tenía diez años más que Guillermo II, título defueron rebautizados.
él

pero se había educado en compañía de él, con igual Federico III quiso morir en el palacio de Postdam,
intimidad que los hijos de dos consocios unidos por donde habían vivido él y su esposa y nacido todos sus
los negocios comunes. .
hijos. Erallamado Palacio Nuevo, levantado por
el

La esposa de Guillermo II detestó á Bismarck á Federico Grande; construcción célebre á causa de


el

causa de su hijo. El conde Heriberto fué el compa- su gran cúpula, que obtuvo en el siglo XVIII una fama
ñero de aventuras de Guillermo, el que le acompañó igual á la de la Torre Eiffel en nuestros tiempos. Esta
antes de su matrimonio y años fama no obedecía á razones in-
después en las fáciles aventuras dusti'iales ni científicas. Tuvo por
de la vida nocturna de Berlín. única base las tres figuras fe-
El poder enorme que el prínci- meninas que sostienen sobre la
pe de Bismarck había ejercido cúpula una enorme corona real,
sobre el viejo Guillermo iba á y que representan un insulto en
parecer poca cosa comparado con bronce lanzado por Federico el
la autoridad que creía haberse Grande á las tres mujeres más

asegurado sobre el nieto con su poderosas de su época. Las tres


apoyo y sus lecciones. Sería el figuras desnudas tienen los mis-
Canciller del Imperio hasta el úl- mos rostros de la zarina Elisabeth
timo instante de su vida. Luego de Rusia, la emperatriz María
su hijo Heriberto disfrutaría en el Teresa de Austria y la marquesa
siglo XXde la misma omnipoten- de Pompadó'ur, amante del rey de
ciagozada por él en la segunda Francia, cada una de ellas con
mitad del siglo XIX. del dorso vuel-
las esfericidades
Con el advenimiento de Guiller- • tas hacia su país natal. El famoso
rao II al trono, el poderío de los rey de Prusia quiso vengarse con
Bismarck llegó á los limites más esta ironía grosera de las tres
LA NUEVA ÁGUILA ALEMANA
extremados. Alemania era suya. mujeres que lo habían lanzado en
(Caricatura del Life, de Nueva York
El Canciller empezó á manifestar la guerra de los Siete Años. El
las decadencias de la vejez. Con- espléndido edificio, rodeado de los
servaba el talento de siempre para los grandes nego- viejos bosques de su parque, es la residencia más
cios, pero el largo ejercicio de un poder absoluto había hermosa de Prusia, y por esto la amaba el román-
desarrollado los defectos de su carácter, dejando al tico Fritz, padre de Guillei-mo II. Quince días antes
descubierto las más pequeñas y despreciables pasio- de su muerte díó un decreto ordenando que el Palacio
nes. El primer diplomático de Europa descendía á —
Nuevo que no merecía este título por tener más de
preocuparse de las intrigas y murmuraciones de la —
un siglo de existencia se llamase en adelante Frie-
corte. Un mezquino espíritu de venganza influía mu- drichskron (Corona de Federico), en honor del gran
chas veces en sus decisiones. Él y su hijo, durante el rey prusiano. Uno de los primeros actos de Guiller-
corto reinado de Federico III, habían tenido que sufrir mo II fué suprimir este nombre, volviendo á llamarle
desdenes de los liberales amigos del emperador enfer- Palacio Nuevo, á pesar de su vejez.
mo, que ocuparon momentáneamente el primer lugar. Con resoluciones menos pueriles demostraron él y
Al sucederle Guillermo II, la vanidad herida de los Bismarck su dureza contra el difunto emperador. Al-
dos quiso vengarse de tales afrentas, y se valieron gunos amigos de Federico III publicaron fragmentos
del nuevo emperador como de un instrumento para de las memorias escritas por éste y fueron persegui-
el castigo de sus adversarios. dos y encarcelados como reos de alta traición, com-
Guillermo II, dominado por el entusiasmo activo pareciendo ante el tribunal imperial de Leipzig, que
y ruidoso que despertó en él su nueva situación, nece- á pesar de las exigencias de Bismarck, tuvo que ab-
sitaba de Bismarck y su hijo. Todo el tiempo lo em- solverlos. En cambio el joven emperador y su Can-
pleaba en satisfacer sus dos aficiones predilectas, la ciller protegieron visiblemente á los amigos infieles
oratoria y los viajes, pronunciando discursos, incohe- é ingratos del emperador difunto. El judío Friedberg,
rentes las más de las veces, que sumían á Europa en que con gran escándalo de los conservadores prusia-
justa confusión, ó visitando las principales cortes. El nos había sido nombrado rainisti'o por Federico III en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 411

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412 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

un sentimiento á otro. En
público tributaba gran-
des muestras de respeto
y admiración al Canci-
ller,pero en ciertos mo-
mentos parecía reflexio-
nar, afirmando con tono
sombrío de amenaza:
—No hay en este país
más que un solo amo, y
ese amo soy yo.
8u mania oratoria le
hizo revelar en algunas
ocasiones el verdadero
fondo de su pensamien-
to. Los que le conocían

bien, adivinarojí que la

imagen de Bismarck co-


menzaba á vivir fija
como una obsesión pe-
nosa en el fondo de su
memoria. La autoridad
del antiguo maestro pe-
TTNO DE LOS ÚLTIMOS TiltUNFOS PAULA MEXTAKIOS DE BI.'íMARCK saba sobre sus nervios
Los diputados, y entre ellos el general Moltke, le felicitan después de uno de sus discursos en el Relchstag de un modo irresistible.
((¡rallado dtí la época)
Cuando se mostraba pen-
su época de regente, y el escritor Gustavo Freytag, sativo y ceñudo, sus íntimos se preguntaban si esta
su compañero y secretario, dieron el repugnante es- preocupación era por negocios de Estado ó por la
los

pectáculo de ponerse al servicio de Guillermo y su tutela gloriosa éirresistible de Bismarck.


ministro para ennegrecer la memoria del antiguo Al pronunciar uno de sus muchos discursos en un
protector, publicando supuestas revelaciones hechas banquete organiztido por la Dieta de Braudemburgo, el
en la intimidad. regio orador, que una vez que toma la palabra no sabe
P2ste proceder demostró una vez más el verdadero hasta dónde puede ir, despertíindo la inquietud ó la
carácter de los prusianos, que sólo conocen la amis- desesperación de sus ministros, alzó sin querer una
tad y la lealtad cuando proporcionan un resultado punta del velo que ocultaba su pensamiento. Su dis-
positivo, y se hallan prontos á servir á un nuevo amo curso poético y dulzón se hizo de pronto agresivo.
é insultar al antiguo si les aporta algún provecho. Un Hablaba de un reciente viaje por el mar, de sus re-
alto funcionario.de Berlín se expresó así al comentar flexiones nocturnas sobre el puente del navio, de su
la conducta de Freytag y Friedberg:

Cuando dos hombres ilustrados proceden de tal
modo contra la memoria de su protector, nada tiene
de extraordinario que se nos considere á los prusia-
nos en el extranjero como una manada de lobos pron-
h#^^

tos á devorar á todo compañero que cae.

Guillermo II siguió mostrando el entusiasmo de


siempre por el viejo Canciller y la misma amistad de
los primeros años por su hijo Heriberto. En su ince-
sante actividad el inquieto emperador iba personal-
mente de buena mañana á sorprender al uno ó al otro
en el lecho, entablando largas y amistosas pláticas.
Nunea.el Canciller se había considerado tan fuerte.
Y sin eiirbargo, en la corte de Prusia eran cada vez
más numerosos los que se expresaban abiertamente
contra él, considerando próxima su desgracia. Conta-
BISMARCK V LA POLÍTICA DE GUILLERMO
ban con el carácter desequilibrado y vehemente del
—En un año me ha complicado el mapa de Alemania
joveft-empeméor-y-éispuesto á pasar con facilidad de (Caricatura del Fíyaro, de Vieua)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 413

conversación con la inmensidad estrellada del cielo,


,

que le hacia sentir en el alma «un celo ardiente por


gobernar con misericordia y justicia, bajo la mirada
de la Providencia divina, y para el bien de todo su
pueblo». De pronto se detuvo como si acabara de cor
tarse esta fuente de retórica, fácil y agradable. Ijaii-
zó en tornó de él una mirada amenazadora y dijo con
voz fosca:
los que me quieran ayudar á cumplir mis
—Todos
grandes deberes serán bien recibidos; pero los que
se opongan á mis deseos, pueden ponerse en guardia,

porque pienso hacerlos pedazos.


Los oyentes quedaron espantados por la inespera-
da amenaza. Los repórters no se atrevieron á trans-
cribir tales palabras en sus periódicos, creyéndolas
una torpeza de orador que no sabía cómo continuar
su discurso. Pero ÍTuillermo las restableció por su pro-
pia mano en el relato publicado por el diario ottcial.
Estas amenazas produjeron en toda Alemania una
impresión penosa. La mayoría creyó que iban dirigi-
das á los socialistas en particular y á todos los que en
elReichstag pretendían hacer oposición. Los que es-
taban enterados de los secretos de la corte sonrieron
misteriosamente. Unas semanas después el Canciller
de hierro tenía que abandonar el poder para siempre.
Era Bismarck el que Guillermo II quería hacer pe-
dazos.

Á
nuevo Imperio nuevos servidores. Guillermo BISíIARCK EN LA ÉPOCA DR SU RUPTURA CON EL EMPERADOU
sentía la ansiedad innovadora del hombre moderno
que se apresura á cambiar las maquinarias y los pro- contra Bismarck, y la conspiración era apoyada por
cedimientos venerables que hicieron la fortuna de sus todas las mujeres de la familia imperial. La empera-
ascendientes. triz Federico animaba los trabajos con su antiguo odio
El viejo Moltke, silencioso, enfurruñado y poco contra el Canciller. Su nuera, la emperatriz actual,

amigo de exhibiciones, se dio cuenta inmediatamente á impulso de los celos, sentía igual predisposición
de su inutilidad junto á este soberano joven, ávido de contra los Bismarck, acusando á Heriberto de corrup-
novedades. Bastó una in- tor de su marido. Hasta
directa de Guillermo á sus la valetudinaria empera-
muchos años cargados de triz,esposa del viejo Gui-
gloria, para que presenta- llermo, próxima á la tum-
se la dimisión de jefe del ba, aprobaba la guerra
Estado Mayor, basándoLi contra el ministro de su
en que «su edad no le per- nieto. El cariicter piadoso
mitía ya montar á caba- y sencillo do la anciana
llo». El soberano se apre- había abominado siempre
suró á admitirla con acom- de las violencias de Bis-
pañamiento de grandes marck y de su genio bár-
honores para el héroe ale- li;iro.

mán. Su sucesor fué el ge- Ll Canciller se daba


neral Waldersee, favorito cuenta del gran trabajo
del nuevo emperador. de destrucción que se rea-
Waldersee, casado con lizaba en torno de él, mi-
una rica norte-america- nando sordamente su in-
na, daba grandes fiestas menso poderío. Moltke y
en Berlín, ;i las que asis- todos los compañeros de
tía lo mejor de la aristo- la época gloriosa se ha-
En DIÓOBNBS BISMARCK AI, NTTRVO ALEJANDRO, GUILLERMO II
cracia. sus salones se bían retirado. Hombres
- No me quites el sol
trabajaba francamente (Cnricftturn dol Punch, de Lontíres) nuevos v ambiciosos asal-
414 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

cierto empeño en hacer ver que rehuía la amistad de


Guillermo II. El heredero de la corona pasó dos veces,
por Berlín como un simple particular.
El joven emperador, ofendido por estos desdenes,
volvió la espalda á Rusia, dedicándose á ganar la
amistad de Inglaterra. Esta conducta representaba
una gran derrota para Bismarck, poco afecto á la
(irán Bretaña y partidario de las relaciones con Rusia.
Le era más difícil á Guillermo conquistar el afecto
de la familia real de Londres que la de San Peters-
burgo, pues aquélla había sido ofendida directa y par-
ticularmente por su ingratitud filial. Pero contaba
para conseguir la reconciliación con un apoyo pode-
roso, el de su madre, pronta á olvidar todos los insul-
tos pasados por el gran amor que le inspiraba su pri-
mogénito.
La emperatriz Federico se esforzó por conseguir
que su madre la reina Victoria olvidase la mala con-
ducta de su nieto. También quiso que su hermano el
príncipe de Gales diese la mano á este sobrino del
que había dicho: «Lo es todo, menos un gentlemen.y
Guillermo II consiguió su ardiente deseo de reali-
zar un viaje á Inglaterra para poder lucir con pueril
orgullo sus primeros acorazados ante la enorme flota
británica. En está visita la abuela indulgente le hizo
el regalo más grandioso con que podía soñar este
ALEJANDKO III DE RUSIA
joven monarca, aficionado como un actor á los unifor-
taban mes y las condecoraciones. La reina Victoria le nom-
primeros lugares, sin tener para él otro res-
los
bró almirante honorario de la marina inglesa. Él á su
peto que el que infunde un recuerdo histórico, y hasta
vez, como muestra de gratitud, dio el título de coro-
pretendían indicarle con su oposición fría y cortés la
nel de uno de sus regimientos de dragones á la vene-
conveniencia y oportunidad de una retirada á tiem-
po.En el Reichstag muchos grupos políticos intenta-
ban combatirle á nombre del emperador, establecien-
do una diferencia entre su personalidad y la de su
nuevo amo.
La política extranjera vino á complicar su situa-
ción.Bismarck era partidario de las buenas relaciones
con Rusia, y por esto después de constituir la Triple
Alianza había hecho su tratado secreto de «contrase-
guro» con la corte de San Petersburgo. Tal vez á insti-
gación suya el viejo Guillermo había recomendado á
su nieto en el lecho de muerte, como último consejo, la
estrecha amistad con Imperio de Rusia. La primera
el

visita de Guillermo II emperador fué para sus parien-


tes de la corte de San Petersburgo. No aguardó una
invitación ni que hubiese cesado el luto que aun lle-
vaba dicha corte por la muerte de su padre. La visi-
ta fué penosa y fatal. El zar Alejandro III, gigante
tranquilo y parco en palabras, experimentó una anti-
patía irresistible hacia este joven petulante, ruidoso
y entrometido, que hablaba de todo con suficiencia y
daba consejos á sus mayores. Además en la corte de
Rusia, como en las otras cortes de Europa, era re-
ciente la animosidad contra Guillermo por la conduc-
ta desnaturalizada que había observado con sus

padres. EL KAISER EN LONDRES


Transcurrió mucho tiempo sin que el zar le devol- -iHasta la vista, querida abuela!
viese la visita. La familia imperial de Rusia tuvo {Caricatura ilel Punch, de Londres)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 415

rabie señora, que por su obesidad y sus años necesita-


ba apoyarse en un bastón.
Una simpatía sin limites por Inglaterra y sus es-
plendores se declaró desde entonces en el emperador,
de impresiones fáciles y cambiantes. Quiso imitar el
lujo y las sólidas comodidades de la más rica nación
del mundo. Se sintió avergonzado de la severidad es-
partana con que el viejo Guillermo habia organizado
la corte de Prusia, é hizo que el Reichstag aumentase
en varios millones la lista civil.
El zar le. devolvió su visita en Berlin de un n^odo
frío y ceremonioso, y Guillermo á su vez volvió á Ru-

sia para íisistir á las maniobras. Pero la recomenda-


ción de su abuelo quedaba olvidada. Su amistad era
para los ingleses, y en adelante afectó hablar el ale-
mán con un marcado acento británico. Entre los in-
numerables uniformes que figuran en sus roperos, el
que le inspiró más orgullo fué el de almirante inglés,
aprovechando el más leve pretexto para ostentarlo.
Durante el viaje á Atenas en Octubre de 1889
para asistir al matrimonio de su hermana con el prín-
cipe real de Grecia, se mostró tan orgulloso de este EL ENVANECIMIENTO
titulo, que al navegar por las aguas del mar Egeo izó Guillermo U, escribe; «El Estado soy yo»
en su yaeht el pabellón de almirante inglés. Una es- (Caricatura dol Humoristické, de Praga)
cuadra británica había ido á Grecia para tomar parte
en los reales festejos, y Guillermo, tomando en serio su obligándolos por cortesía á incesantes trabajos. Can-
nombramiento honorífico, se dedicó á inspeccionar los sados de este celo infantil que trataba á la escuadra
buques como si fuesen suyos, sorprendiendo á las tri- como si fuese un juguete, los oficiales ingleses protes-

pulaciones en plena noche con visitas inesperadas, taron en una queja dirigida al Almirantazgo de Lon-
revistándolas, dirigiendo discursos á los oficiales y dres. «Es hora de que cese este juego dijeron
—Si — .

quiere contentarse con lucir el uniforme, muy bien.


Pero nosotros no lo hemos nombrado almirante para
que nos moleste y nos aturda de este modo.»

La intimidad de Bisraarck y Guillermo continuó á


pesar de las divergencias visibles entre el emperador
y su ministro. Aquél, cada vez más poseído de su im-
portancia como arbitro de Europa y ansioso de gober-
nar personalmente, no podía sufrir el tono de superio-
ridad con que su antiguo maestro pretendía guiarle.
Un pretexto cualquiera iba á motivar el rompimiento
inevitable.
El 15 de Marzo de 1890, el emperador se presentó á
las diez de la mañana en el ministerio de Negocios
Extranjeros, donde residía Bismarck. Guillermo II,
que parecía de mal humor, le reprochó sus entrevis-
tas particulares con los jefes de grupo del Parlamento.
El Canciller, extrañando el tono del soberano, contes-

tó con altivez:

Yo no puedo admitir ninguna vigilancia en raia
relaciones con los diputados, ni reconozco á nadie el
derecho de intervenir cu mi casa ordenando qué visi-
tas debo aceptar.

¿Ni aun en el caso que yo os hable como sobe-

rano? preguntó Guillermo cada vez más irritado.
DESPRECIANDO LA SOMBRA DE NAPOLEÓN — —
Ni aun en ese caso repuso el Canciller Las — .

(Caricatura de La Jlepublique lUxiítréej órdenes de Vuestra Majestad no pueden ir más allá


416 VICENTE BLASCO IBANEZ

de la puerta del salón de la princesa de Bismarek. trascendencia de tal el omnipotente Bismarek


medida,
Por cumplir una promesa hecha al emperador Gui- se vio acogido con lasmismas palabras que un impor-
llermo I en el momento de su muerte, he permaneci- tuno vulgar: «Su Majestad ha salido.» Al volver al
do y permaneceré al servicio de su nieto. Si resulto ministerio tropezó de nuevo con el inexorable ayu-
importuno, estoy pronto á retirarme. dante encargado de recoger su dimisión. Sólo enton-
El que se retiró fué el emperador haciendo un ges- ces, trémulo de rabia, se decidió á escribir su senten-
to afirmativo. Bismarek, una vez pasada la primera cia de muerte política, que fué seguida algunos días
emoción de este choque, recobró su tranquilidad ha- después por la dimisión de su hijo Heriberto.
bitual. La amenaza de la dimisión era un procedi- Los últimos momentos políticos del Canciller resul-
miento que había usado muchas veces con el primer taron crueles y equivalieron á una espiación. En vano

BL, GBNBRAL MOLTKB EN' SU DESPACHO DEL ESTADO MAYOR ALEMÁN ANTES DB PRESENTAR SU DIMISIÓN
(Grabado de la época)

emperador, consiguiendo aterrarlo y someterlo. Con miró en torno de él: no encontró un amigo ni un apo-
el nieto iba á ocurrir lo mismo. El joven emperador, yo. Con el ansia de conservar el poder, hasta imploró
al serenarse, reconocería la imposibilidad de gober- el auxilio de las damas de la familia real con las que
nar en ausencia de su antiguo maestro. El Imperio había vivido siempre enemistado.
alemán no podía concebirse sin la presencia de Bis- La anciana emperatriz había muerto pocos días
marek. antes. Bismarek pasó por la humillación de mendigar
Dos ó tres horas después un ayudante del empera- el apoyo de la emperatriz Federico, «la inglesa» tan
dor se presentó en el ministerio para reclamar en desacreditada por él; pero ésta no pudo ó no quiso
nombre del soberano la dimisión ofrecida. Bismarek, auxiliarle en las venticuatro horas de angustia que
trémulo de cólera y de sorpresa, dio una respuesta pasó el Canciller, perseguido por el siniestro ayudan-
vaga. Transcurridos algunos minutos, el ayudante te que le reclamaba la dimisión.
volvió á presentarse para repetir su demanda. El Su tiempo había terminado. El grande hombre no
Canciller balbuceó que le había faltado el tiempo para tenía sitio en la nueva Alemania de Guillermo II. La
redactar la dimisión, afirmando que iría á llevarla en muchedumbre lo adoraba como una personificación de
persona al emperador al día siguiente. Cuando se pre- las glorias patrias; pero él había moldeado el pueblo
sentó en el palacio resuelto á emplear toda su elo- alemán con su mano férrea, infundiéndole un respeto
cuencia para que Guillermo II reflexionase sobre la religioso por sus emperiidores, y al surgir un coutíic-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 417

to entre el monarca joven y el ministro ilustre, el pue-


blo debía aceptar ciegamente la regia decisión.
Su caída vergonzosa y cruel resultó lógica. Bis-
PIiFTWnMM35
marck recolectó con arreglo á la siembra que había
hecho durante su vida. Los personajes oficiales, el

ejército, las clases ricas, le volvieron la espalda en


la hora de la desgracia ó procuraron morderle con la

ingratitud prusiana, semejante á la de los lobos. «No


había perdonado nada —
dice un autor para hacer

depender toda autoridad y todo progreso de la perfi-
dia más profunda y de los cálculos del interés perso-
nal. Había repelido todos los ideales y todas las aspi-
raciones generosas del dominio de una política prác-
tica, apellidada con justicia política bismarckiana.
Había acostumbrado sistemáticamente el espíritu ale-
mán á sufrir la ley de la fuerza y de la astucia, á
ver aplastados sin misericordia los hombres de los
partidos de oposición, á usar sin remordimientos el
escándalo y la calumnia como armas políticas. El
espíritu oficial, formado en su propio molde, endure-
cido por las ejecuciones y acostumbrado á ver cómo
eran arrojados desde lo alto de la roca de bronce de
la cancillería loshombres eminentes, contempló sin
lástima y sin emoción la caída prodigiosa de Bis-
marck.»
En la hora del infortunio hasta sus empleados más
íntimos se volvieron contra él. Este protector de Stie-

ber y organizador del espionaje se dio cuenta repenti-


namente de que sus allegados lo espiaban á él. Bülow, BISMARCK BN DESGRACIA
su protegido, su hombre de confianza, se apoderaba de El emperador.— ¡Este niño se ha hecho verdaderamente insoportable!

sus secretos por medio de la princesa de Bismarck. (Le Figaioj

Los empleados de su gabinete lo vigilaron hasta el úl-


timo momento, y el canciller, antes de salir del minis- se dirigió á la estación de Lehrte para trasladarse á
terio,para salvar sus papeles más importantes tuvo su retiro de Friedrichsruh. El pueblo de Berlín acu-
que ocultarlos entre las páginas de un atlas de geo- dió á despedirle, saludándolo con inmensas ovacio-
grafía que guardó bajo el brazo. nes. La muchedumbre humilde fué la única que le
El 29 de Marzo, vistiendo el uniforme de coracero, demostró gratitud en medio de su desgracia, recor-
dando los grandes servicios que había prestado al
país. Pero Bismarck, que despreciaba al pueblo, lo
había convertido en un rebaño obediente, incapaz de
rebeldía ante los reyes y de imponer su voluntad en
los negocios públicos.
A las masas que lo aclamaban y le arrojaban flo-
res, les gritócon un rugido de orguUosa cólera:
— Volveré, amigos míos. El emperador me encon-
trará en su camino.
La amenaza del viejo glorioso y decadente no se
cumplió nunca. Tal vez estas palabras hóIo fueron el
eco de una esperanza tenaz, creyendo el canciller que
Guillermo II no podría prescindir de sus servicios y se
vería obligado á buscarlo, lo que tampoco ocurrió.
Días después, en su retiro de Friedrichsruh, decía
Bismarck con tono sarcástico:
— He visto tres reyes como quien dice en cueros, y
puedo asegurar que ninguno de estos tres señores me
— ¡BORUBMOS A F.STB HOMIlREl ha enseñado nada realmente hermoso.
El kaiser haciendo desaparecer la figura de Bismarck del cuadro
La única venganza que pudo permitirse el terrible
de los fundadores del Imperio
solitario, reducido á la impotencia, fué la redacción
( Weekblaú, vaor NcdcHand, du Amsterdam)
418 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

LA PRIVANZA Y LA CAÍDA DE BISMARCK


El gran Bismarck y el pequeño Guillermo El kaiser, humildemente. — ¿Se puede?
( Hvmoristické Listy, de Praga)

venenosa de sus Memorias, que se publicaron después todo empezaron á inquietar á Europa cuando el joven
de su muerte.
o
emperador quedó expuesto en plena luz ante la curio-
sidad universal.
Si Guillermo II experimentó cierta indecisión al Los ingleses fueron los primeros que se fijaron en
verse solo á la cabeza del Imperio, el aplauso de sus él.La Contemporary Review publicó en 1892 un artí-
cortesanos y la satisfacción con que una gran parte culo sin firma titulado «Guillermo», que obtuvo gran
de Alemania saludó la caída de Bismarck le infundie- resonancia, pues fué el primer retrato exacto que apa-
ron orgullo y confianza para seguir adelante. reció del regio personaje.
El Imperio, según él, no debía tener mas que uu «Mucho antes de que subiese al trono— decía la re-
solo amo: el emperador. El vista inglesa — príncipe
,
el

canciller sería en adelante Guillermo empezó á ser por


un simple edecán para trans- su carácter el objeto de una
mitir sus voluntades á la curiosidad excepcional, á la
nación y hacer frente en el que se unió en muchos ob-
Reichstag á los grupos polí- servadores una viva simpa-
ticos, que fingían una oposi- tía. Surgieron de diversos

ción tan falsa y artificial lados voces más ó menos


como el parlamentarismo autorizadas, poniéndose de
germánico. acuerdo para prometer al
El hombre escogido para futuro soberano un gran por-
canciller fué el general Ca- venir. Pero al mismo tiempo
privi,por reunir las condi- otras personas, que habían
ciones de pasividad y sumi- tenido ocasión de conocerlo
sión que deseaba Guillermo. durante su permanencia en
Caprivi había conquistado la Universidad de Bonn,
las simpatías del emperador murmuraban que era un jo-
á causa de la humildad or- ven de poco corazón, de una
denancista y la prontitud vanidad sin límites y pre-
con que se plegaba á todas dispuesto hasta un grado
sus indicaciones, pasando de anormal á la falta de mira-
un puesto á otro para des- mientos con el prójimo. A
empeñar las funciones más esto añadían que las buenas
diversas. cualidades que pudiese tener
El carácter bizarro de el príncipeGuillermo que-
Guillermo II, su actividad darían obscurecidas fatal-
inquietante, la suficiencia mente por su estado per-
EL KAISER Y CAPRIVI
con que hablaba de todo y manente de inquietud y mo-
—¡Toma en premio á tus discursos, mi canciller!
el deseoí de mezclarse en vilidad.
(Humoristische Bltptter, de Viena)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 410

BiSMAUCK.— Le dejé un circo y va á transformarlo Sobre la herida de Bismarck, derrotado y cafdo en tierra,
en una «ménagcric» aplica Guillermo II su mandato pidiéndole la dimisión

(he Fií/iiro)
(KebflSjHiltrr, de X.uricl))

»Ua alto funcionario encargado de enseñar al no ha leído un libro. Puede afirmarse que desde hace
joven príncipe los elementos prácticos de la adminis- años toda lectura ha sido materialmente imposible
tración, Von Achenbach, interrogado sobre la opi- para él, porque ni una sola hora de su tiempo dejó de
nión que le merecía su antiguo discípulo, respondió: ser absorbida por las partidas de caza, paseos en
«Mi opinión puedo resumirla en dos palabras: mi yate, viajes en ferrocarriles, banquetes, bautizos, ca-
antiguo discípulo es el tipo acabado del hombre mo- samientos, funerales, maniobras de ejército y otras
derno.» Con lo cual el venerable profesor estaba muy manifestaciones públicas del mismo género.
lejos de querer hacer un elogio. La calificación de »De todo esto resulta un prestigio suficiente para
«hombre moderno» significaba esencialmente para él dar tema á un sinnúmero de artículos de reportaje.
un espíritu puramente su- Es justamente el prestigio
perficial, sediento de noto- que se necesita para excitar
riedad ruidosa; uno de esos la admiración del entusiasta
espíritus de los que Carlyle 3i. V- -^--p viajero de los Estados Uni-
dice así: (<0s recomiendo que dos, que después de ser ad-
os mantengáis siempre lejos mitido á la mesa del em-
de su camino. No hay me- perador durante las manio-
dio de que sigan nunca los bras de otoño, puede escribir
senderos tranquilos; no hay á su familia que un nuevo
medio de que vivan satisfe- Federico el Grande ha veni-
chos si todos los ojos no es- do al mundo. Si las personas
tán fijos en su persona, si no de esta clase tuviesen la
los admiran, si no se publi- costumbre de reflexionar ó
can muchos artículos sobre simplemente de escuchar,
el menor de sus actos.» habrían comprendido que
»Los recursos intelectua- talentos de tal género, que
les del emperador Guiller- hablan de todo sin leer nada
mo consisten, especialmen- (salvo en el caso único de
te,en un don de apoderarse Napoleón), son casi siempre
con prontitud del aspecto ex- el signo infalible de un es-

terior de un gran número píritu superficial.


de cosas. Por esto se nota »El producto más censura-
en é\ un afectado alarde de ble de esta mezcla de vani-
especialidad y competencia dad y superficialidad que
en materia de literatura, constituye el fondo del carác-
cuestiones militares y nava- ter del emperador Guiller-
les,diplomacia, etc., á pesar BISMARCK EN LA OPOSICIÓN mo es una extraña megalo-
de que se sabe con seguri- El antiguo canciller dimitido lanza piedras contra los proyectos manía que se desarrolla en
del kaiser y Caprivi
dad que hace mucho tiempo él hasta un punto increíble.
( Wterkblad voor NcderlaitdJ
420 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Esta megalomanía em- tidas veces que las ambiciones marítimas de Gui-

pieza á inquietar la par- llermo acabarían por hacerle perder las simpatías
te más seria de la opi- británicas.
nión alemana. Muchos La falta de respeto con que algunos hombres nota-
temen que conduzca al bles han juzgado al actual emperador después de ser-
emperador á cualquiera virlo, demuestra el verdadero concepto que se forman
resolución irreparable, de sus facultades y méritos en una intimidad donde
con la falta de tacto que no son posibles las mismas simulaciones con que en-
le es habitual. Tienen gaña al público.

miedo de que Guillermo, El canciller príncipe de Bülow reconoció los de-


con su vanidad enfer- fectos de su augusto amo y especialmente su megalo-
miza, al convencerse de manía. Á un periodista inglés que hablaba del carác-
que las empresas pacífi- ter amenazante de los preparativos navales de Gui-
cas no pueden propor- llermo, le contestó Bülow en lt)08:

cionarle la inmortalidad — Creed que la única ambición verdadera de mi


prematura que desea, se emperador es poder ostentar sus navios de guerra
abandone enteramente ante las narices de su
á su irritabilidad nervio- tío el rey Eduardo.

sa, lanzándose, irreflexi-


vo y ciego, en los peli-
gros de la guerra.» Por haber nacido Gui-
EL KAISER
El exacto retrato de llermo en una época de
De feldmariscal
la Contemporarij Re- grandes periódicos y po-
view, de un asombroso espíritu profético, anunció con derosos medios de infor-
veintidós años de anticipación la gran locura de 1914, mación, ha hecho ha-
que ha sumido al mundo en el dolor. blar más de sus actos y
Cuando se publicó el artículo produjo gran sensa- dado motivo á mayor
ción en toda Europa. Guillermo II
y sus entusiastas número de volúmenes
lo atribuyeron al príncipe de Bismarck ó á alguno que un Alejandro, un Cé-
de sus partidarios, y un escritor inglés fué á Frie- sar ó un Bonaparte.
drichsruh para conocer la opinión del antiguo can- En su organismo físi-

ciller. Bismarck, que ignoraba su publicación, lo leyó co se encuentra la mis-


repetidas veces con un asombro sincero, y al fin dijo ma falsa exterioridad, la
en voz baja á su visitante: misma simulación que

Que mi opinión quede entre nosotros, pues no en su personalidad inte-
deseo historias con el lectual. Los que ven al

emperador. El hombre emperador en una cere-


que ha escrito esto, sea monia aparatosa, reci-
De general
quien sea, conoce bien ben la impresión de un
lo que dice, pues no hay hombre de gran estatura, con el rostro severo y pen-
una sola palabra en sativoy un porte de mayor distinción que el de los
cuanto afirma que no otros soberanos de Europa. Lleva sus innumerables
resulte verdad. uniformes con altivez y comunica á su rostro una dig-
Desde su retiro el anti- nidad majestuosa, mezcla de energía y reserva, que
guo canciller seguía con impresiona á los espectadores. Esta es su fisonomía
mirada atenta la políti- oficial, la que el público conoce y que el emperador
ca de Guillermo, lamen- repite hábilmente en las revistas, en las ceremonias
tando sus errores como civiles ó cuando pasa por las calles simplemente en
alemán y regocijándose carruaje. En el arte de saber adoptar posturas de
de ellos por un espíritu soberano no hay rey que le iguale, ni actor que le
de venganza. Tenía la supere.
certeza de que el joven Cuida de tal modo de vigilar y sostener la unifor-
emperador acabaría por midad de su aspecto, que cuando se coloca ante la
con sus des-
facilitar máquina de un fotógrafo exige de éste que le presen-
Ru-
aciertos la unión de te los clisés antes de lanzar las pruebas á la publici-
sia con Francia. En dad, y el emperador los retoca con su propia mano,
cuanto á Inglaterra, el modificando los estragos de los años y las incorrec-
De cazador de la Guardia Canciller aauncíó repe- ciones de una postura descuidada. En esto ejercita el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 421

talento de pintor que le han supuesto admiradores y vigorosa comadre — me


cortesanos. miraban con espanto,
En vida privada, cuando la ausencia de ceremo-
la pero yo seguí dando de
nial lomuestra tal como es, da la impresión do un firme, y con tanto é.tito,
hombre de mediana estatura, el gesto amable, y una que cuando los cañones
propensión á reír vulgarmente coa una carcajada de- que anunciaban el naci-
masiado ruidosa. Casi siempre pretiere mostrarse á miento del príncipe hu-
caballo ó en carruaje, pues se da cuenta de que mar- bieron hecho el último
chando á pie renuncia á gran parte de su majestad. disparo, un débil grito
Este «Señor de la guerra», que ama los cascos re- salió de la boca del pe-
matados por un águila de oro, las brillantes corazas, queño. Gracias á mí, el
los mantos esplendorosos, el retintín del sable y las príncipe se había sal-
espuelas, y adopta apenas se ve contemplado la acti- vado.
tud de un héroe de los Nibelungos, es un enfermo de Solamente después de
nacimiento y hace muchos años que sufre la tortura varios días se dio cuen-
de tener que vigilarse á todas horas para disimular en ta la familia de que el

público losj defectos de pequeño había nacido


su constitución. estropeado. Ocupados en
Cuando nació, enl859, devolverle la vida, no
su madre sólo tenía diez habían pensado en exa-
y ocho años y era débil minar sus miembros. El
De dragón
y nerviosa, sintiendo príncipe Fritz presentó
gran pavor ante las con- su hijo á la familia y á la corte, sin que nadie se
secuencias de un primer diese cuenta de esta desgracia. Al notar días después
alumbramiento. A las que no movía el brazo izquierdo, vieron los médicos
preocupaciones del mie- que tenía separada la juntura del codo, y además di-
do físico vino á unirse la cho brazo estaba mal conformado. Toda la parte iz-
grave cuestión política. quierda de su cuerpo aparecía afectada de una gran
Hacía veinte años que debilidad que ha persistido siempre.
en la corte de Prusia no Los íntimos de Guillermo II saben que aunque su
ocurría un nacimiento paso es vivo y ágil, la pierna izquierda flaquea, ape-
real, y todos deseaban nas deja de esforzarse el emperador por mantener su
que el hijo de la prin- buen aspecto. Además, su oreja izquierda está enfer-
cesa inglesa fuese un ma y le hace sufrir agudos dolores.
varón, ya que el rey Fe- Guillermo mantiene generalmente el brazo iz-
derico Guillermo IV, que quierdo contra su cuer-
acababa de ser declara- po, dejando la mano,
do demente, no tenía que no es deforme, pero
De almirante
descendencia directa. sí pequeña y débil, re-

Guillermo vino al mundo sin el ceremonial que posar sobre su pecho.


otros príncipes, como el hijo de un simple burgués. Otras veces la apoya en
Dos médicos de la corte cuidaban á la enferma; pero la espada ó en la cadera
en Alemania los doctores consideraban como una fun- cuando va á caballo. Los
ción indigna de su importancia recibir á los recién dedos de la mano estro-
nacidos en sus manos, y una simple comadrona de peada no están entera-
Berlín, Fraulein Stahl, se ocupó de ayudar la salida mente paralizados, y
al mundo del joven príncipe. La madre, en el acto del aunque la parte alta del
alumbramiento, estuvo próxima á morir, y los médicos hueso radio se ajusta
y la comadrona, ocupados en reanimarla, olvidaron al mal con los extremos del
recién nacido por algún tiempo. Al volver á su lado húmero, no por esto el
lo encontraron inmóvil y silencioso, hasta el punto de miembro cuelga inerte.
creer que había nacido muerto. La Stahl, mujer ruda Puede sostener con la
y animosa, acostumbrada á proceder con energía en mano izquierda las rien-
sus operaciones, dio al diablo la etiqueta, y con un das, pero en realidad
trapo mojado comenzó á golpear al recién nacido, si- dirige su caballo con la
guiendo un viejo uso alemán, para provocar una re- mano derecha ó con las
acción. rodillas.
—Los médicos y los cortesanos — contó después la En cuanto á los Caba- De la Guardia imperial
422 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

en vestirse y descansa sobre su pierna izquierda para


meter laj[derecha en el pantalón, pierde el equilibrio
y hay que estar atento para sostenerle.
La mano derecha es gruesa y ruda según afirma —

una dama de su corte y de un contacto desagrada-
ble. «Cuando fui presentada á Guillermo, que no era
entonces mas que príncipe imperial dice la dama — — ,

un cortesano me advirtió dé la manera brusca con


que acostumbraba á estrechar la mano. A pesar de la
advertencia, no pude retener un ligero grito por el
dolor de la exagerada presión.»
El mal crónico de la oreja ha persistido incesante-
mente, sin que los médicos puedan determinar el ca-
rácter de la afección. Muchos creen en un cáncer,
terrible enfermedad
que parece heredi-
taria en los Hohen-
zollern. Este dolor,

que se agrava con


el frío y la hume-
dad, influye induda-
blemente en el ca-
rácter de Guillermo,
nervioso, excitable
y agitado. Un hom-
bre que sufre casi
todos los días de un
dolor agudo y per-
LA manía oratoria
sistente cerca del
Ensayando un discurso ante el espejo
(Le Cri ríe París)
cerebro, no puede
conservar un domi-
nio absoluto sobre su
líosque usa, todos soq hábilmente amaestrados por humor y sus faculta-

domadores especiales: verdaderos caballos de circo, des. De ahí que una


NINGUNA DESPEDIDA
que obedecen á la voz más que al freno y á las es- gran parte de la in- SIN SU DISCURSO
creíble actividad — Partid,
puelas. De este modo, el emperador, ayudado por su
fí-
golondrinas, pero no olvidéis
"

sica de Guillermo de- que sois alemanas y cumplid con vuestro


incontestable talento para todo lo que significa apara- deber.
to teatral, puede ofrecer una figura imponente en las penda de esta afec- ( lítniíoristisr.he Bhctter, de Vieiia)

ceremonias públicas y los actos militares. ción. Con frecuencia


Tres lacayos encargados de su vestuario, siempre pasa las noches en claro, nervioso, colérico, buscando
prontos á todas horas para vestirlo, desnudarlo y vol- inútilmente la tranquilidad reconfortante del sueño.
verlo á vestir —
pues el em-
Mientras el mundo duerme,
él vela, con la
perador cambia de uniforme imaginación
muchas veces al día — ,
tie- excitada, la sensibilidad vi-
nen que proceder con gran brante de dolor, y en estas
cuidado á causa de su enfer- vigilias aprecia las cosas y
medad. Uno de los ayudas agrupa las ideas, con la de-
de cámara, al retirarse del formación propia de las ho-
ras nocturnas. Tiene en la
servicio, decía así:
— Lo que nos cansaba más cabecera de su cama lápices
no era que el emperador y cuadernos de notas, y tra-
cambiase de uniforme cinco baja para distraer su dolor
ó seis veces por día, sino el y facilitar la llegada del sue-

miedo á lastimar su mano ño. Inútil es decir la des-


enferma. Este miedo nos orientación de las ideas na-
hacía ser muchas veces tími- cidas en tales momentos. Al-
KL EXORDIO
dos y torpes. Además, cuan- gunas veces, para librarse
—¡Silencio, que va á hablaros vuestro emperadorl
do Su Majestad tiene prisa del suplicio físico, salta de
/¿»<;r í'ioA, (le Vienii)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 423

la cama, sale del palacio en plena noche y se presenta


inesperadamente en un cuartel, dando la voz de alar-
ma para que el regimiento se movilice en unos cuan-
tos minutos y salga al campo antes de que apunte el
alba, entreteniéndose el emperador con sus mudas evo-
luciones. En todas las épocas del año Guillermo está
de pie á las cinco de la mañana.
Un aparato especial para limpiar la oreja enferma
acompaña á Guillermo en sus viajes. Él mismo se cura,
pero cuando está en palacio prefiere la mano hábil de
la emperatriz, que sabe extraer con suavidad los resi-
duos de la inñamación del órgano enfermo.
Su manía ambulatoria obedece tal vez á esta do-
lencia del oído. La continua movilidad le distrae,
haciéndole olvidar
el dolor físico. La
vida en ferrocarril
ha sido para él una
especie de remedio,
y por esto vaga
errante de un lado
á otro de Alemania.
Los vagones del tren
imperial fueron por
mucho tiempo su re-
sidencia preferida.
Algunas veces huía
de sus habitaciones
del palacio de Pots-
dam para ir á dor-
mir en el tren que
estaba inmóvil en la
estación con la lo-
comotora apagada.
Los empleados te-
nían que suspender
el tránsito de los trenes de carga y hacer avanzar con

precauciones los de viajeros para que no turbasen


con su estrépito el sueño del emperador. Cien emplea-
dos se ocupaban en esta función extraordinaria, y el
movimiento de una vía fé-
rrea importante quedaba sus-
pendido hasta que desperta-
ba Guillermo.
Las más pequeñas causas
inñuyen en la suerte de la
humanidad cuando se halla
bajo la influencia del poder
concentrado en un solo hom-
bre. Bien sabida es la im-
portancia histórica de la fís-
tula que afligió á Luis XIV.
Voltaire habla de la atonía
intestinal de Grómwell para
explicar su política sombría.
La oreja enferma y doliente
del César alemán y sus lar-

gas vigilias pobladas de pen-


424 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

cretos, y nunca sobre- variedad de trajes para las cacerías, los viajes en
pasaron los límites de yate y otros sports. No hay uniforme que haya de-
una afición literaria por jado de emplear para retratarse, y miles de fotografías
el pasado romántico de en posturas diferentes y trajes diversos adornan sus
su país. habitaciones, que son verdaderas capillas de un culto
El hijo los ha extre- egolátrico.
mado hasta los límites El propietario de este ropero enorme y extrava-
de lo grotesco. Federico gante necesita numerosas piezas para encerrar sus
amó la pompa externa tesoros bordados y multicolores, así como su inmensa
con un gusto de artista, variedad de sombreros, botas y guantes. Tres vastos
escogiendo los trajes y salones están ocupados por el guardarropa, y los la-
los muebles lo mismoque cayos encargados de vestir al emperador hacen su
un pintor. Guillermo se servicio desde el amanecer hasta bien entrada la no-
entusiasma con los co- che, pues en todo momento puede sentir la fantasía

y las
lorines, los galones de cambiar de traje.
plumas, mostrando un Guillermo, gran admirador de Federico el Grande,
apetito insaciable por la tiene también uniformes
variedad, como si la vida de la época de este rey,
fuese una representación y ha aprovechado mas-
de teatro. caradas y bailes para
En la misma Alema- vestirse como su remoto
EL KAISER
De nia, gentes que le ad- ascendiente el Gran
general español
miran han reído secreta- Elector. Lo único que
mente al comentar lo que le ocurrió en uno de sus no ha imitado de Fe-
viajes. Varias maletas faltas de dirección fueron á derico II es su descuido

parar á una aduana, y al abrirlas los empleados que- y su indiferencia en ma-


daron perplejos, viendo un sinnúmero de prendas de teria de indumentaria.
vestir de brillantes colores con gran profusión de galo- Cuando murió el Gran
nes y bordados. Uno de los funcionarios salió del paso Capitán prusiano, todo
inscribiendo gravemente en el libro de registro: «Efec- su ropero, incluyendo los
tos de un comediante...» Las maletas extraviadas per- calzones y las botas que
tenecían al emperador, que había salido de viaje con había llevado en la ba-
una pequeña parte de su colección de uniformes nacio- talla de Rosbach, fué
nales y extranjeros. vendido á un israelita
Estos uniformes constituyen un verdadero museo. por 300 thalers.
Para dar idea de su enor- El lujo de Guillermo
midad bastará decir que es puramente militar.
Guillermo posee un uni- Sabe que el uniforme De general auslriaco
forme de diario y otro realza su figura, pres-
de gala por cada uno de tándole un aspecto majestuoso. Sus fieros bigotes y
los 300 regimientos de su paso marcial sólo sirven para darle un aspecto de
infantería, artillería y viajante de comercio las raras veces que viste el traje
caballería del reino de civil. Este traje le hace más pequeño y no oculta,

Prus'ia. Además tiene como el uniforme, sus defectos físicos.


el inquieto emperador, que ansia
iguales uniformes de las Sin embargo,
tropas que forman los ocupar primer puesto en toda clase de manifesta-
el

contingentes bávaros, ciones, intentó por una temporada competir con su


wurtemburgueses y sa- tío Eduardo Vil —
entonces príncipe de Gales—, que
jones. Aparte de éstos gozaba de una celebridad universal por su elegancia
posee uniformes de los sobria y discreta.

regimientos austriacos, En un viaje del príncipe inglés á Berlín, Guillermo


ingleses, italianos, ru- le fué mostrando con cierto orgullo más de un cente-

sos, españoles, rumanos, nar de trajes confeccionados con géneros alemanes y


suizos, turcos, etc., que por sastres del país. El príncipe de Gales contempló
lehan nombrado coronel impasible la exhibición, y al final dijo fríamente:
honorario.Su manía sun- —
No hay una sola prenda que esté bien cortada y
¿uaria le ha hecho in- sea digna de un gentlcman. Además, aunque estuvie-
De coronel ruso de infanicrta Ventar además una gran sen bien hechas, tú no sabrías llevarlas.
EN 1

Dibuio de H. W. Koekkock, de .The lllusirated London News»

La infantería francesa batiéndose entre las ruinas del puefa


GONA

Louppy-le-Chateau, del que logró rechazar á los alemanes


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 425

Y para consolar al sobrino, añadió con su nema del dios del mar en la
británica: mitología escandinava.
— Sólo te sienta bien el uniforme. Tú eres un gue- Todos los buenos alema-
rrero de la antigüedad que tal vez ha nacido tarde. nes entusiastas del em-
perador creyeron opor-
tuno aprender el himno,
La manifestación más saliente del carácter de extasiándose ante sus
Guillermo es una gran facilidad para hacerlo todo, bellezas, sólo compara-
apropiándose las ideas ajenas. Su pensamiento reposa bles con las de Beetho-
en una contradicción fundamental. Cree, como un mo- ven y Wágner.
narca de la Edad Media, en su derecho divino, y al Las hermanas de Gui-
mismo tiempo siente las más modernas preocupacio- llermo, que ríen á cara
nes comerciales. Quiere serlo todo: general, almiran- descubierta de sus talen-
te, diplomático, teólogo, predicador, orador de banque- tos artísticos, mostraron
tes, sportsman, autor dramático, comerciante, mú- un regocijo demasiado
sico, pintor, libretista, director de escena, crítico de ruidoso anteel éxito mu-

arte, padre de familia, sical de su augusto her-


marido modelo á pesar — mano, especialmente la
de sus numerosas dis- princesa Carlota de Mei-
tracciones lloradas por ningen, que es de toda
la emperatriz —
y en to-,
la familia la que tiene De dragón inglés
dos los actos de esta ac- la lengua más fácil.
tividad incesante ve una La maliciosa princesa no podía creer en la pater-
ocasión para dar salida nidad del himno por estar bien enterada de que el
á su furia oratoria, pro- emperador, no obstante haberse retratado ante un
nunciando discursos que piano y llevar un instrumento de esta clase en mu-
al principio despertaban chos de sus viajes, sólo es capaz de teclear con un
un eco mundial por su solo dedo. Las averiguaciones de la princesa Carlota
incoherencia ó sus ame- acabaron por descubrir que el himno era de tres au-
nazas, pero luego, por tores: Guillermo había proporcionado, como siempre,
su frecuencia, han que- la «idea*, y sus íntimos amigos y ayudantes, Moltke
dado reducidos á simples eljoven y Eulemburg, se habían encargado de escri-
incidentes de la vida or- bir lamúsica, entrando además en la colaboración un
dinaria. cuarto autor, el maestro Becker, de Berlín, que or-
Cada época de su vida questó la obra, recibiendo en recompensa una cruz.
estámarcada por un de- Las indiscreciones de
seo dominante. Cuando las hermanas del empe-
De coronel de húsares húngaros no ha podido distraerse rador y de otras damas
con los viajes ó las re- de la corte fueron descu-
vistas militares, ha deseado ser un gran músico, un briendo á los diversos
gran pintor ó un gran poeta. En todas estas aficiones colaboradores de Gui-
artísticas no hay mas que una hábil simulación, sos- llermo 11. El profesor
tenida por el elogio de los cortesanos y el irresistible Knackfus, de Cassel, y
respeto que sienten los alemanes por todo lo que pro- el pintor Karl Sal tzmann,
cede de sus monarcas. Guillermo, cuando escribe, ne- de Berlín, han hecho sus
cesita de colaboradores, lo mismo que cuando pre- paisajes y marinas; el

para sus discursos. Su talento de pintor es ilusorio, capellán de la corte,


pues no ha pintado nunca. Todos sus trabajos en dicho B'rommel, ha escrito mu-
arte sehan limitado á sugerir el ^argumento» de un chos de los sermones que
cuadro á algún artista mediocre protegido suyo, que el emperador declama
se encarga de interpretarlo sobre el lienzo. fogosamente sobre la cu-
Su habilidad de músico, que es tenida por muchos bierta de su yate, y en
como indiscutible, representa igualmente otra simu- general los oficiales de
lación. Bien conocida es la notoriedad que obtuvo en su cuarto militar le ayu-
Alemania hace años el famoso Himno d E'/ir, com- dan en la
preparación
puesto por el emperador. Empezaba éste á preocupar- de los discursos beli-
se de la reorganización de la flota, y creyó oportuno cosos.
inaugurar sus trabajos escribiendo un himno en honor Estas colaboraciones De almirante danés
426 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
unos manuscritos de Federico el Grande. El
célebre escritor francés quedó encantado de la
ilustración del emperador y del profundo cono-
cimiento que tenía de sus obras.
Según las revelaciones de un cortesano in-
discreto, unos meses antes Guillermo II igno-
raba la existencia de Julio Simón y jamás
había abierto ninguno de sus libros.
Poseído de la importancia divina que le co-
munica su corona, el emperador no quiere re-
conocer los obstáculos de lo imposible ni las
confusiones del ridículo. Las influencias ances-
trales, al revelarse en él, le hacen incurrir al-

gunas veces en las mismas extravagancias de


su antecesor el rey-sargento. Al ser presentado
en la corte un noble del campo que estaba
arruinado y solicitaba una colocación, Gui-
MÚSICO Y PINTOR
llermo II admiró su enorme estatura: «Será
El kaiser, ferviente pianisla. Cada nota es un soldado — dijo — un magnífico capitán de mi Guardia.»
(CaricHtura du Canuí d'Ache, publicada eu Zt Fiíjaru, de Paris)
Los cortesanos rieron, creyendo en una broma
imperial, pero el pacífico gigante fué nombra-
para simular un talento artístico no son nuevas en do capitán acto seguido, á pesar de su falta de ins-
Hohenzollern, que ha tenido varios indivi-
la familia trucción militar.
duos deseosos de aparecer como pintores, músicos y Las grandes contradicciones de su vida dividen
poetas incomparables. ésta en tres períodos. En sus primeros años de empe-
Los entusiastas de Guillermo recuerdan muchas
II rador amenazó á Europa como un dios implacable de
veces el talento de pintor que poseía su remoto ascen- la guerra. Fué soberano belicoso que había anun-
el

diente Federico Guillermo I. Pero algunos autores, al ciado su advenimiento al trono con dos proclamas al

hablar de este segundo rey de Prusia, dan á entender Ejército y la Marina, olvidando al pueblo alemán, que
que era un astuto comerciante que se hacía confec- únicamente oyó su palabra algunos días después. La
cionar por artistas pobres una gran variedad de cua-
dros de todos géneros y tamaños, para firmarlos im- l/íT^

pudentemente, vendiéndolos después á un precio


enorme á los admiradores y los curiosos.
Además, Guillermo II, que desea intervenir en
todos los asuntos de Alemania, ha organizado su vida
de tal modo que le falta tiempo materialmente para
poder dedicarse á ningún trabajo literario ó artístico.
Sujeto á una agitación perpetua, le repugna estar
sentado. Algunas veces, cuando le vence la fatiga,
descansa en el brazo de un sillón ó en el borde de las
mesas, y balanceando una pierna habla y habla, pues
su verdadero placer consiste en ser escuchado.
Tampoco dispone de tiempo para leer un libro. Por
las noches, cuando está en vela por el dolor de la

oreja, su estado no le permite el placer de la lectura,


y cuando se halla en calma necesita aprovecharla en-

tregándose al sueño reparador. Todo lo sabe de oídas,


pues después de sus estudios en el liceo de Cassel y la
Universidad de Bonn, no ha tenido tiempo ni tranqui-
lidad para dedicarse á los libros. Pero
hay que reco-
nocer en emperador una inteligencia ágil para la
el

asimilación, y una excelente memoria, que engañan


al que le escucha por primera vez, haciéndole creer
en sus vastísimos conocimientos.
Cuando Julio Simón fué á Berlín para asistir á un
congresocientífico, el emperador lo recibió con gran- EL KAISER COLABORANDO CON BL MAESTRO LBONCA VALLO
des muestras de admiración y le hizo el regalo de de Turin)
(Pasi¡uiito,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 427

nación quedó organizada para el ataque y las poten-


cias europeas vivieron en continua alarma.

Luego el inquieto emperador cambió de ideas, pro-


nunciando discurso sobre discurso acerca de los be-
neficios de la paz, dando á todas sus afirmaciones un
tono idílico, como si fuese el buen pastor de la huma-
nidad. «La paz soy yo», dijo en repetidas ocasiones.
Y aunque esta afirmación era desmentida frecuente-
mente con amenazas de agresión, el mundo, predis-
puesto á creer todo lo que favorece su tranquilidad,
vivió confiado en la palabra imperial.
El tercer período es reciente. En 191.3 el embaja-
dor Cambon dio la alarma al notar el cambio que se
verificaba en el «emperador de la paz». Volvía á ser
el monarca sombrío y amenazador de los primeros

tiempos de su reinado. La guerra estaba próxima.


Algunos autores, al comentar las incoherencias del
carácter de Guillermo, transcriben unos párrafos de
una obra clásica sobre las enfermedades del espíritu.
Este tratado médico dice así:
«El enfermo se siente con un poder mental ilimi-
tado; manifiesta una suprema confianza en sí mismo;
sus actos le hacen asemejarse á una persona medio
intoxicada. No hay en él mas que pretensiones vani-
dosas y proyectos audaces. No puede negarse que al-
gunas veces manifiesta una intuición viva en extremo.
Puede hacer brillar una elocuencia de circunstancias; — HE AQUÍ UNA NUBE QDB VA A OBSCURECERME
pero sus ideas carecen de ilación, y al día siguiente EL CIELO DE ITALIA

pondrá esta misma elocueacia al servicio de una cau-


Alude al viaie de M. Loubet, entonces presidente de la República
francesa
sa contraria. El ( Pusquino, de Turin)
deseo de colocar-
se por encima de de los microbios y los peligros del contagio obsesio-
todos, domina á nan á este personaje, que gusta de aparecer con gran
sus palabras y sus aparato militar en fotografías y periódicos como un
actos. Se ve en héroe que no conoció nunca el miedo.
él una constante Cuando alguno de sus allegados cae enfermo de
preocupación de una dolencia que él juzga contagiosa, abandona in-
exhibirse, á la vez mediatamente el edificio en que esto ocurre y se nie-

que de asombrar ga á volver á ocuparlo en mucho tiempo. Estando en


al universo, del el Palacio de Mármol de Potsdam, bastó que en la fa-
cual cree ser el milia de uno de sus servidores ocurriese un caso de
centro. Todos los para que Guillermo huyese á Berlín sin espe-
difteria,
sucesos le pare- rar á la emperatrizy sus hijos, que le pidieron algu-
cen dirigidos con- nas horas para hacer los preparativos de viaje.
tra su persona, y En las emperador se
recepciones palaciegas, el
de aquí una ma- aparta muchas veces bruscamente de persona con la
nía «persecuto- quien conversa, dejándola estupefacta y confusa. Es
ria».
o
que su interlocutor acaba de manifestar imprudente-
mente que su hijo, su hija, un tío ó un criado sufren
La idea exage- la escarlatina ó una simple congestión en la garganta.
rada que tiene Apenas oye hablar de enfermedades, tuerce el gesto y
(ruillermo de su se aleja á toda prisa. En un baile de la corte, el em-
preciosa misión perador, que conversaba galantemente con una her-
en el mundo, le mosa dama de Berlín, le volvió de pronto la espalda
hace vivir eu per- con visible enfado. La beldad había cometido la lige-
-PINTAR SOLDADOS. NO TIENE OTRO
petuo temor de las reza de hablar de uno de sus hijos que estaba enfer-
, , , „,
OBJBTO LA PINTURA enfermedades. El mo. «¿Cómo os atrev(Ms, en tal caso, á venir á mi
(L'.UsU-tlea.,!,e„n-eJ POde"" miStCrioSO casa?», dijo secamente Guillermo con ojos amenazan-
428 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

tes, como si acabase de descubrir una falta de respeto dadanía y de situaciones adquiridas. Después de 1898
á su persona. el número de procesos de esta clase ha adquirido
pro-
El culto exagerado á la importancia de su indivi- porciones fantásticas. Cada ciudad y cada pueblo
dualidad se manifiesta igualmente en las persecucio- tiene sus sospechosos y sus víctimas. El régimen de la
nes que exige á sus ministros contra todo el que se delación ha llegado á un desarrollo enorme. Los do-

permite comentar su persona ó sus actos. Inútil es mésticos despedidos de las casas emplean frecuente-
decir lo que se presta este soberano con sus preten- monte este sistema para vengarse de sus antiguos

siones, sus manías y su culto egolátrico á la burla ó amos. Como los crímenes de lesa majestad sólo
pres-
simplemente crítica de las personas sensatas. criben á los cinco años, se desarrollan con frecuencia
Guillermo admite como crimen de lesa majestad procesos insensatos gracias al celo monárquico de los
el más insignifi- criados despe-
cante comenta- didos ó de anti-
rio sobre su per- guos camaradas
sona semidivina queal romper
ó la de los favo- laamistad se
ritos de su séqui- acuerdan de
to. Los tribuna- pronto de ofen-
les alemanes, en- sas proferidas
sanchando arbi- contra el empe-

trariamente el rador algunos


texto del Código años antes. Se
penal, castigan adivina con esto
duramente, no lodulcequedebe
sólo las opinio- ser la vida ale-
nes emitidas por mana y la de-
la prensa ó ma- gradación inevi-
nifestadas en pú- table de sus cos-
blico, sino igual- tumbres. Un pro-
mente los co- fesor de la Uni-
mentarios desfa- versidad de Ber-
vorables al em- lín, al pasar por
perador que se París me contó
formulan en la hace tiempo la
intimidad. aventura ocurri-
Guillermoem- da á una de las
perador consti- damas más res-
tucional es in- petables de la
tangible, indis- capital, que fué
cutible, perse- encarcelada du-
guidor y venga- rante algunos
tivo, lo mismo meses por haber
que un autócra- hablado de un
taque no se hu- modo irrespetuo-
biese dado la BL KAISER EN CARRUAJE, DURANTE UNA CEREMONIA DE CORTE
so de la multi-
pena de fingir plicidad de los
una Constitución. El pueblo alemán, que nunca se ha talentos ofrecidos por el kaiser á la admiración de su
distinguido por su amor á la libertad, vive una exis- pueblo.»
tencia de esclavo en lo que se refiere al derecho de No creer en el mérito de Guillermo 11 como pintor,
crítica de los actos gubernamentales. músico, orador ó poeta y manifestarlo en la intimi-
El filósofo Juan Finot ha descrito la vida de Ale- dad, es un motivo para ir á la cárcel si es que un cria-
mania amenaza de Guillermo II, que en toda
bajo la do infiel óun espía cercano denuncia las palabras á
opinión un poco independiente ve un manejo revolu- la policía.
cionario ó un crimen de lesa majestad. Los periódicos de toda Europa contaron hace años
«Entre 1888 y 1898— dice Finot—, ó sea durante la aventura de un inglés detenido en Berlín como reo
la primera década del reinado del kaiser, los tribuna- de lesa majestad. Hablando con un vecino de mesa
les infligieron al
pueblo alemán 1.120 años de pri- en el célebre Café Baüer, el inglés dijo en su idioma,
sión por los crímenes de Majestaetsheleidigung, sin al comentar los actos de Guillermo, especialmente
contar las pérdidas de privilegios, de derechos de ciu- sus pretensiones artísticas y su aparato teatral: «Es
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 429

preciso que el emperador esté realmente loco, para pertado en el kaiser en ciertas ocasiones
mayores cóle-
hacer tales cosas.» El vecino de mesa, que era un ras que un conflicto europeo.
espía, lo denunció á los agentes que estaban en la Guillermo, que perdona las muertes en duelo y
puerta del café, y éstos detuvieron al siibdito bri- muchos delitos comunes, no ha querido nunca firmar
tánico, conduciéndolo al puesto de policía más in- un indulto por un crimen de lesa majestad. Una es-
mediato. tadística alemana establece que hasta el año 1912 los
—Yo he hablado de un emperador que está loco tribunales de Prusia habían distribuido 12.600 años
— dijo inglés al comparecer ante el comisario
el — . de prisión entre individuos francamente irrespetuo-
Pero me refería al emperador de Rusia. sos con el emperador ó acusados sin pruebas, é in-
A lo que contestó el buen policía alemán con tor- justamente condenados. Muchos de tales delitos de
pe indignación: lesa majestad
— Eso es una resultan simple-
excusa. Usted ha mente ridículos.
hablado de un La esposa de un
monarca que propietario de la
está loco, y no Pomerania fué
puede ser otro condenada áseis
que nuestro em- meses de prisión
perador. por haber dicho
«Cualquiera que el empera-
nota indepen- dor, con todo su
diente — dice Fi- poder, no conse-
not — que apare- guiría besar uno
ce en la prensa de sus pies. El
respectoála con- directordeunpe-
ducta de Guiller- riódico de Bres-
mo es denuncia- lau fué condena-
da y castigada do á siete meses
inmediatamente de cárcel por co-
por los tribuna- mentar laafición
les. Las bromas pueril á los pla-
más inofensivas ceres de la caza
y pueriles de los que manifiestan
caricaturistas el emperador y

prusianos no en- su corte. En Sep-


cuentran excusa tiembre de 1897,
ante una magis- una pobre maes-
tratura servil y tra de piano de
ávida de avan- Berlín se vio sen-
ce en su carre- tenciada á tres
ra. El director meses de prisión
de un periódico por haber dicho
deBerlín fuécon- en 1893, ó sea
BL KAISER A CABALLO, EN UNAS MANIOBRAS
denado á varios cuatro años an-
meses de prisión tes, que el Him-
por haber puesto en caricatura unas palabras del kai- no d Ef/ir «era una tontería musicab). La desgraciada
ser. Este había dicho: «Nadie una
puede ser un buen sol- pianista dirigió petición á la emperatriz para
dado si no es un buen cristiano.» Y el
dibujo persegui- obtener pero la soberana no se atrevió á
el indulto;
do representaba simplemente á Federico el Grande, entregar el memorial á su marido por miedo á una de
Napoleón y otros guerreros ilustres, que nada tuvieron sus explosiones de mal humor, y encargó de la cari-
de creyentes, leyendo en el otro mundo el discurso del tativa misión á Levetzow, antiguo presidente del
kaiser y riéndose entre ellos.» Reichstag.
Enprensa alemana los únicos periódicos satíri-
la
Apenas Levetzow empezó á exponer este caso
cos que osan comentar con cierto atrevimiento los inaudito á Guillermo
II, le interrumpió el emperador
actos imperiales son los de los Estados que disfrutan bruscamente:
de una completa autonomía, especialmente el reino de — ¡Creéis que las leyes contra los delitos de lesa
Baviera, donde los delitos de imprenta quedan some- majestad son demasiado severasl Me asombra vues-
tidos al jurado. El Simplicissimus, de Munich, ha des- tra pretensión. Justamente la frecuencia con que hay
430 VICENTE BLASCO IBANEZ

pos estaban mandadas por el emperador en persona.



¡El emperador!

exclamó furioso el campesino — .

Yo reclamo lo que es mío, y el emperador puede be-


sarme el...

Este labriego, llamado Fucks, fué arrestado inme-


diatamente por un insulto que debió estremecer de
asombro é indignación á los jueces alemanes. Juzgado
inmediatamente, lo enviaron á la cárcel por nueve
meses, después de negarle toda indemnización por
sus cosechas. El emperador, al enterarse del horrible
delito, juzgó débil la sentencia, diciendo como si se
lamentase de una injusticia:
—A individuos de esta especie los descuartizaban
PARTIDARIO DE LA PAZ en otro tiempo.
La bandera universal de la paz, dibujada por el kaiser Yo he conocido á una distinguida señora de una
fPasijuino, lie Turui) república sudamericana que tuvo que salir de ^Berlín
apresuradamente, temiendo verse sentenciada por cri-
que perseguir tales crímenes, demuestra, por el con- men de lesa majestad. Al examinar en una calle el
retrato de Guillermo 11 con un capote blanco, dijo
trario,que las sentencias son demasiado ligeras. Si
se castigasen con la merecida dureza las gentes que confidencialmente á los que iban con ella que el em-
osan atacar al ungido del Señor, sentirían miedo perador parecía llevar una camisa sobre el uniforme.
y se callarían. Cuando yo encuentre el hombre que Un agente que entendía el español la denunció inme-
me hace falta para la cancillería, le ordenaré que pre- diatamente, y á las pocas horas la dama tuvo que
sente un proyecto de ley agravando las penas. salir de Berlín en vista de que la policía la iba bus-

El Himno á Egir fué una verdadera calamidad pú- cando de hotel en hotel.
a
blica por las numerosas condenas á que dio motivo.
De 1894 á 1890, los tribunales distribuyeron 311 años Este «ungido del Señor», que tiene la mentalidad
y siete meses de prisión, con 9.000 marcos de multas, de un soberano de la Edad Media, ha asombrado al
entro distintos individuos que habían osado criticar mundo con las más estupendas afirmaciones, como si
la composición musical de Guillermo. pretendiese hacerlo retroceder diez ó doce siglos.
de las sentencias más extravagantes por de-
Una Su famoso discurso de Potsdam á los reclutas de
litode lesa majestad fué la impuesta á una criadita la Guardia imperial en el acto de jurar la bandera
de diez y seis años, condenada á nueve días de cárcel quedará como un monumento de insensatez despóti-
por haber dicho públicamente que le gustaría dormir ca. Fué en días de agitación popular, cuando los so-
con el emperador. cialistas alemanes realizaban una activa campaña.
la sentencia, dijo delante de
Al enterarse éste de Descansando la mano inútil en la empuñadura del
laemperatriz y de su corte, con tranquila petulancia: sabley moviendo la otra con ademanes tribunicios,

Esa pequeña me habrá visto probablemente man- dijo así á los reclutas:
dando mis tropas en las maniobras sobre el Rhin. El «Acordaos siempre
diablo me lleve puedo censurará la tal criadita. Su
si de que el ejército ale-
falta de educación no le ha permitido expresar de otro mán debe estar pron-
modo el afecto por mi persona. to á combatir á los
Y
por primera y última vez en su vida indultó á enemigos que surjan
esta terrible delincuente. entre nosotros, pues
Algunos crímenes de majestad le han irritado
lesa son tan temibles como
hasta el paroxismo, haciéndole desear los tiempos de los que tenemos al

los primeros Hohenzollern, cuando empleaban éstos otro lado de las fron-
contra los subditos ciertos aparatos de tortura que teras. Hoy la incredu-
aún se conservan en los museos como testimonios de lidad y el descontento
horror. avanzan en nuestro
Un labriego de la Pomerania vio sus cosechas pi- país de un modo nun-
soteadas y perdidas por los soldados que invadieron ca visto. Vosotros sois
sus campos durante unas maniobras dirigidas por el mis soldados y me per-
emperador. El campesino puso pleito pidiendo una tenecéis en cuerpo y
indemnización, y lo perdió. Al intentar un recurso alma. Habéis jurado
de alzada, los jueces quisieron disuadirlo, manifes- obedecerme en todo y
™°« ^"'^ '-^ ^^^
j , ,• . .
—He aquí mis guardianes de la paz. AI
tando que era un honor para haber sufrido tales
él debéis seguir mis man- ^^^ ,^ ,„^„, ,„ ,,„,„,„
pérdidas, ya que las tropas que arrasaron sus cam- datos sin murmurar. (Cln-onisiie Am«sn,iteJ
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 431

A partir de hoy sólo tenéis un enemigo: el que lo sea


de mi persona. —
Y si un día yo os ordeno Dios no lo

quiera que tiréis sobre vuestra propia familia, sobre
vuestros padres, sobre vuestros hermanos, debéis obe-
decerme sin murmurar, como en todas las órdenes que
yo os dé. Debéis cumplir vuestro deber sin escuchar
la voz de vuestro corazón... Y después de esto, id en
busca de vuestras nuevas obligaciones.»
Las incoherencias del carácter de Guillermo se
revelan especialmente al tratar asuntos de dinero.
Ama la riqueza y admira á los que saben conquistarla
en proporciones enormes, como lo prueban los exage-
rados extremos de amistad con que ha recibido en
Berlín á los grandes millonarios de los Estados Uni-
dos. Sus entusiasmos de «hombre moderno» — que re-
sultan otra incoherencia al lado de sus pretensiones

de monarca por derecho divino le han arrastrado á
mezclarse en empresas industriales y especulaciones
de terrenos. Según han dicho muchas veces los perió-
dicos, Guillermo es un accionista importante de las fá-
bricas de Krupp, de las sociedades de navegación de

Hamburgo y de otras empresas alemanas. Además le


suponen grandes adquisiciones de tierras en diversos
Estados de América. Sus viajes á los países de Orien-
te y á Marruecos tuvieron un marcado fin comercial,
actuando en ellos como el primer comisionista de
Alemania. Un autor satírico ha dicho que en su ropero
inmenso sólo falta un uniforme, al que tiene indiscuti-
LOS DOS RIVALES
ble derecho: el casquete y las alas de Mercurio.
La paloma de la paz y el águila de los millones del presupuesto de guerra
Pero á pesar de su entusiasmo por las grandes f Punch, de Londres)

empresas industriales, de su afición al comercio y su


amor á los millonarios, el emperador es de una incons- sar una temporada en Londres al lado de la reina
ciencia infantil en asuntos de dinero. Ignora el valor Victoria.
exacto de las cantidades. Unas veces muestra una — ¡Pero ese viaje va á costarles horriblemente
avaricia que llega á ser pueril; en otras ocasiones caro!— exclamó emperador — ¡Es asunto de diez
el .

derrocha las sumas con una prodigalidad que asusta marcos diarios por cabeza cuando menos!
á sus ministros. Casi Y el kaiser insistió

siempre su instinto de repetidas veces sobre


economía se despierta la enormidad de este
contra los demás, mien- gasto, sin reparar en
trasguarda para él las el mudo asombro de

amplitudes dilapida- sus cortesanos.


doras. Cuando el príncipe
Los coleccionistas de Meiningen se hubo
de anécdotas de la cor- enterado de tales pala-
te alemana han pu- bras, se limitó á decir:
blicado algunas mues- — Mi gran cuñado
tras de esta incons- me toma por uno de
ciencia en asuntos de sus guardabosques, así
dinero. como tomaba á Bis-
Almorzando en su marck por el primero
palacio de Berlín, en de sus limpiabotas.
Febrero de 1892, Gui- Al día siguiente de
llermo se escandalizó su asombro por los
al saber que su herma- diez marcos diarios,
na Carlota con su ma- Guillermo enseñó en
¡VIVA LA haz;
rido, el príncipe de la mesa los planos de
—La paz, gracias á Dios, no quiere decir todavía desarme.
Meiningen iban á pa- (Caricatura de Caran d'Acbc, publicada en ¿e Fígaro)
una reforma general
432 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

del palacio de Ber- y el sable en la cadera. Además, estos combatientes

lín, con toda clase deben preocuparse de no dar por descuido un golpe al
.¡ffjS^
de obras exteriores emperador, fingiendo al ñn una derrota que entu-
y demolición de las siasma al amo.
D
casas vecinas para
aislarlo del tráfico y Una institutriz inglesa, miss Ana Topham, que
el ruido de las calles. estuvo diez años encargada de la educación de la hija

¡Pero eso va á única de Guillermo 11, ha trazado un notable retrato
costar mucho! ex- — de éste en el libro que publicó, Recuerdos de la corte
clamaron la empera- del liaiser.
triz y otros indivi- No hay en tal obra el menor vestigio de malevo-
duos de la familia — . lencia ni resentimiento. Miss Topham, bien tratada
ft DORE RAS
por su discípula y por sus padres, muestra hacia
Es obra de veinte éstos
millones. una gratitud respetuosa. Además, en la época que se
r FüSlttEF^ftS
I RFiX 1[ lOUOTEMPi
— Poco más ó me- publicó los ingleses miraban con simpatía al empera-
ViVI^JL


nos repuso el kai- dor de Alemania. Pero á pesar de los elogios que ins-
ser frunciendo el pira Guillermo 11 á
LA ARENGA DEL KAISBR ceño, como si le ofen- la institutriz, ciertas
(Caricatura do la Itcvve Enrijclnpeiliijnc)
diese la objeción — . anécdotas conteni-
El gasto importa das en el libro reve-
lan las «originalida-
poco cuando se trata de evitarme molestias.
Enamorado de su persona, tiene que ser forzosa- des» del kaiser en
mente el primero en todo género de actividades. Cuan- la intimidad y sus

do caza, sus compañeros procuran que cobre el mayor alardes de compe-


número de piezas. En los ejercicios militares ya he- tencia universal.
mos dicho de qué modo dirige á los regimientos y qué «En 1892— cuenta
riesgos arrostran los generales que intentan
restable- la —
inglesa la músi-
cer la verdad. Durante unas maniobras del ejército ca de la Guardia im-
ruso quiso mostrar al zar Alejandro 111 sus prodigio- perial había venido
sos talentos de estratega ordenando un movimiento á tocar una tarde
audaz. Pocos instantes después una patrulla rusa del en el palacio de Pots-
bando contrario le hacía prisionero, y el zar se vio en dam, y como la llu-

la precisión de guardar á su lado al inquieto huésped via no la dejaba per-


hasta el final de los ejercicios. manecer en la terra-

Enfermo crónico y afligido por un raquitismo he- za, se instaló en el

reditario, habla de su vigor jactanciosamente, como «Gran salón de Már-


si fuese un atleta. Después que hace esgrima con sus mol», donde estaba
ayudantes, dice fan- reunida la corte para
farronamente á la escucharla. EL KAISER CON EL TRAJE
DE FEDERICO II
emperatriz y las da- >;Por algún tiempo
mas de su corte: «Me el emperador per-
habría gustado que maneció de pie frente á los músicos, marcando el
hubieseis visto ámis compás con la cabeza y con un pie, mientras detrás
ayudantes de campo de él mi discípula y el príncipe Joaquín, á una dis-
jadeantes y no pu- tancia de pocos pasos, imitaban el ejemplo de su pa-
diendo respirar des- dre, moviéndose los tres al mismo tiempo como moni-
pués de media hora gotes á los que tirasen del hilillo.
de esgrima, mien- »E1 director de la banda seguía marcando grave-
tras que yo estaba mente el compás, cuando de pronto el emperador
tan fresco como si llamó á un ayudante, que le trajo una batuta de mar-
saliese del baño.» fil. Y he aquí que el kaiser empieza á dirigir la pieza

Pero el kaiser omite en competencia con el director de la banda, mientras


decir que él hace es- los dos principitos, al lado de él, hacían todo lo posi-

grima vestido ligera- ble por imitarle.


mente, mientras sus »Los instrumentistas parecieron en el primer mo-
ayudantes tienen mento algo sorprendidos de tener que seguir á la vez
que batirse con el el compás de cuatro directores; pero transcurridos

COMO ELECTOR DE BRANDBBURGo uuiforme abrochado algunos minutos, tomaron su partido, que consistió en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 433

tener fijos sus ojos en el papel, sin atender á la cuá- con el temor
druple dirección, y así pudieron llegar sin grandes de no estar
tropiezos al final de la pieza.» prontos para
Nunca encontraba el kaiser á la institatriz que no unllamamien
sintiese el deseo de asombrarla con la universalidad to inesperado
de sus conocimientos. ó para un tra-
— ¿Creerá usted, miss — le dijo una vez — , que nin- bajo imposi-
guno de los ministros de Inglaterra es capaz de acor- ble de pre-
darse del número exacto de los buques de su marina? ver.»
Yo los conozco todos de memoria, y los ministros in- El miedo
gleses no los conocen. del kaiser á
Y con esto, el almirante honorario de la flota bri- las enferme-
tánica se consideraba superior al gobierno de Lon- dades, de que
dres. ya hemos ha-
«Es una mezcla de superficialidad y de vanidad >, blado, hace
dice miss Topham, no obstante el respeto que siente aún más an-
por el emperador. gustiosa la
Al hacer el juicio final de su carácter, la autora, vida de los
como si se librase repentinamente de los convencio- que le rodean.
EL KAISER CON EL KRONPRINZ, EN 1888
nalismos palaciegos, resume del siguiente modo sus «Es increíble
observaciones de diez años: — dice la au-
«El emperador está profundamente persuadido de tora—el terror que dolencia contagiosa
le inspira la

la superioridad de su inteligencia, y alardea de ver más insignificante. Un


simple resfriado deben ocul-
más lejos que el resto de los hombres. Cegado por la tarlo los empleados de las diversas residencias im-
diversidad vistosa y puramente exterior de sus cono- periales, so pena de recibir la orden de alejarse. Cuan-
cimientos, no quiere admitir sobre ningún asunto otra do una de las personas de la corte presenta síntomas
opinión que la suya. Tiene una memoria notable para algo inquietantes, es el emperador el que se aleja á
los hechos, pero está pronto á sacar de todos ellos úni- todo correr, arrastrando en su fuga á los príncipes y
camente las conclusiones que halaguen sus gustos per- servidores. ¡De cuántos éxodos loces guardo memoria!
sonales. Jamás se toma tiempo para reflexionar sobre ¡Qué de fugas atropelladas para escapar á la escarla-
una cuestión, ni para pesar las consecuencias de sus tina ó la influenza! Una vez acababa de instalarse la
actos y palabras. A esto hay familia imperial en el Palacio
que añadir que el kaiser no to- Nuevo de Potsdam, cuando el
lera cerca de élningún espíritu kaiser se enteró de que el hijo
superior, pues teme su influen- de un portero, que vivía en el
cia. Los servidores laboriosos otro extremo del edificio, pare-
y adictos acaban por alejarse cíaenfermo de sarampión. In-
de él. Ningún hombre de ima- mediatamente se fué con toda
ginación original, de concep- la corte, precipitadamente, al
ción espontánea, de ideas nue- Palacio de Mármol, que se en-
vas, puede aproximarse al contraba desamueblado en di-
kaiser sin que éste sienta la cha estación. Sólo á las diez
irritación de los celos al poco de la noche empezaron á llegar
tiempo.» las camas, y tuvimos que dor-
A estos defectos imperiales mir todos como en un campa-
añade la observadora <<una fal- ^/V ^
mentó.»
ta absoluta de intimidad», has- Las conversaciones de Gui-
I
ta el punto de que en el interior > Ilermo II con la institutriz para
de su hogar, (íuillermo II se anonadarla bajo la avalancha
observa y se pavonea como en de sus universales conocimien-
una representación de teatro. tos parecen iluminar los más
«A toda costa — sigue dicien- recónditos escondrijos de su
do —es preciso que excite los carácter. Entre estas confiden-
nervios de cuantos le rodean, cias, la más curiosa es la que
que haga abrumador el servicio revela las preocupaciones «es-
de sus domésticos y hasta de téticas» del kaiser.
sus secretarios, los cuales vi- — ¡Qué suerte tuvo Inglate-
ven en una alarma continua. BL KRONPRINZ A LOS SHIS AÑOS rra — dijo una vez — al no reci-
434 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

*!' r
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 435

en una situación intermedia y prudente, pasó de


un salto al extremo opuesto, dedicándose desde
entonces á tributar exageradas muestras de ad-
miración á la poderosa República de la América
del Norte.
a

Desde primeros años de su Imperio, Gui-


los
llermo excitó la curiosidad de Ernesto Renán.
El filósofo, que contemplaba con bondadosa
tolerancia el desfile de la vida, encontrando cu-
riosas é interesantes todas sus manifestaciones,
deseó saber en qué podría parar esta personali-

NO SB RBCrBE
Oretchen.— Señor, el amo no está en casa. Asf me encarga que se lo diga.
(Morniíig Leader, de Londres)

arrollo, y si este desenvolvimiento asombraría al mundo


por su grandeza heroica ó por su trivialidad.
Renán murió sin haber cumplido su deseo, no sabiendo
con certeza si el personaje era un desequilibrado genial ca-
paz de acciones inmortales, ó un desequilibrado vulgar cuya
morbosidad iba á resultar temible por la alta posición en
que le había colocado el nacimiento.
Un
notable observador, el novelista portugués Era de
Queiroz, que vivía en París y siguió atentamente los pri-
meros años del joven emperador, publicó en 1891 un estu-
dio acerca de él, que puede llamarse profetice. Lo siguió en
sus múltiples transformaciones que asombraban al mundo,
dejándolo perplejo. Para Eca de Queiroz el kaiser era «un
dilettante de la actividad», un perpetuo agitado, un tócalo-
todo, tanto más peligroso cuanto que disponía de un poder
personal inmenso, y estaba convencido de que Dios sólo
existía para estar á su disposición lo mismo que un con-
socio.
«Se cree el íntimo amigo y el aliado de Dios — dijo Era

EL KAISER Y EL TÍO SAM


El kaisrr.— Con este cambio demostramos nuestras mutuas
simpatías.
El tío Sam.— Pero sólo es agradable por un momento, pues
esta... cosa me pesa horriblemente sobre la cabeza.
I WcekhlaiJ roor Nedevlani)

dad inquieta, ruidosa, contradictoria y anhelante


de ocuparlo todo y disponerlo todo.
— Sentiría morir —
afirmaba el gran pensa-
dor—sin haber asistido al desenvolvimiento final
de este monarca joven.
Hubo desdeel primer momento en la
enigmá-
ticay contradictoria persona del kaiser el ger-
men de muchos hombres, como en la figura
medio demente y medio filosófica del príncipe
Hamlet. El problema era saber qué individuali- UNA DUDA TERRIBLE
dad predominaría sobre las otras en el momento El kt^iser, cuando la guerra hispanonorleamericana:

el inquieto
—¿Á quién felicitaré primero?
que emperador llegase á su pleno des- ( WeelMarl roor Nedcrland)
436 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de Queiroz — . de soldados, ó si viviera contenido por una opinión


Es como Moisés pública activa é influyente como la de Inglaterra,
en el Sinaí, su Guillermo II se limitaría á ser como muchos otros
coofideate y su emperadores de la Historia: una curiosa figura por la
inspirado. Gui- movilidad de su fantasía y la ilusión de su porvenir
llermo II es sim- mesiánico. Pero, por desgracia, se encuentra colocado
plemente Moi- en el centro de Europa, con centenares de legiones
sés II. La certe- disciplinadas y un pueblo de individuos obedientes y
za y la costum- amaestrados como reclutas, y Guillermo II resulta por
bre de esta alian- esto el más peligroso de los soberanos, pues su dile-
za se han fijado tantismo de-
de tal modo en seará paladear
él, que al hablar alguna vez la

de Dios lo trata forma más se-

de iguala igual, ductora de au-


como si fuese toridad que un
uno de sus alia- soberano puede
dos Francisco conocer: lague-
José de Austria rra y sus glo-
ó Humberto de rias.

Italia. Al prin- »Algún día, LA FIRMA DEL KAISER


EL KAISER, DE PAISANO cipio pronunció la Europa se
respetuosamen- despertará en-
te el del señor de los cielos, pero recientemen-
nombre tre elclamoreo del choque de los ejércitos, solamente
te, alarengar á sus vasallos de la Marca de Brande- porque en el alma de este gran dilettante el deseo
de ardiente de conocer la guerra, de divertirse con la
burgo, calificó á Dios familiarmente con el título
«mi viejo aliado». He aquí que Guillermo y Dios for- guerra, será más fuerte que la razón, que los conse-
man una sociedad mercantil, de responsabilidad limi- jos ó que la piedad por la suerte de sus pueblos. «Os
tada, para el gobierno del universo. Poco á poco tal

conduciré muy pronto dijo á sus fieles subditos de
vez desaparecerá Dios del rótulo del establecimiento, Brandeburgo
—á espléndidos y gloriosos destinos.»
como un simple asociado, que no aportó al negocio ¿Qué destinos pueden ser estos? Batallas en las que
mas que el capital, luz, tierra y hombre, y que en la indudablemente deben triunfar las águilas germáni-
cas. Guillermo II no siente la menor duda sobre el
paz del infinito vive sin trabajar, dejando á Guillermo
la administración absoluta del gran negocio terrestre. éxito final. Semejante á muchos pequeños soberanos,
Entonces tendremos simplemente una fórmula de Gui- tiene por aliado al rey supremo del cielo y de la tierra,
llermo y Compañía. Guillermo, con plenos poderes, di- que combatirá en las filas de la landwehr como en los
rigirá todas las empresas humanas. «Compañía» será tiempos antiguos Minerva, armada de su lanza, com-
la forma vaga y condescen-
diente en la que quedará com-
prendido el ser infinito, bajo
cuyos ojos son tan poca cosa
el kaiser y su férrea Alema-

nia, como el gorrión que en


estos momentos está piando
sobre mi techo.
»Un inmenso é insaciable
deseo de gozar y experimen-
tar todas las formas de la ac-

tividad, con la firme convic-


ción de que Dios garantiza el
éxito final de sus empresas,

explica la conducta del mis-


terioso emperador. Si gober-
nase un Imperio al otro extre-
mo del Asia, si no poseyese
en la fortaleza de Spandau un
tesoro de guerra para equipar

y mantener varios millones EL KAISER EN SU YATE «HOUENZOLLBRN»


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 437

batía por las falanges griegas


contra los bárbaros.
»¡La certidumbre' de ¡jla
alianza divina!... En verdad,
nada puede dar á un hombre
tanta fuerza como esta fe:
hasta lo convierte en un ser
casi divino. Pero por otro lado,
¿á qué peligros no lo expone?
Nada puede hacer la caída de
un hombre más desastrosa
que la prueba aportada por la
brutal realidad de los hechos
de que dicha certidumbre era
simplemente la quimera de
una loca infatuación. Enton-
ces se verá, según la palabra
de la Biblia, «precipitado des-
de las alturas del cielo». Hubo
en otros tiempos un pueblo EL KAISER EN EL CAMPO

que también se proclamó ele-


gido de Dios: pero no tardó en demostrarse que Dios des que en otros países están repartidas entre diver-
no le había elegido ni preferido sobre los otros, en sos cuerpos del Estado. Él solo juzga y ejecuta, por-
vista del desdén con que lo abandonó en su desgra- que á él solo, y no á sus ministros, ni á su Consejo, ni

cia. Y este pueblo fué perseguido con un furor impla- á su Parlamento, ha transmitido Dios, el dios de los
cable, dispersado á través del mundo, apedreado, HohenzoUern, su inspiración trascendental. Desde
estabulado en las sórdidas juderías, y sus casas y el momento en que se considera infalible, es preciso

sus tumbas fueron marcadas lo mismo que la moneda que sea invencible. Si algún día sufre un desastre,
falsa. Alemania, por disciplinada que sea, reconocerá que la
»Guillermo II corre el mismo peligro. Toma atre- alianza tan alabada de su emperador con Dios no era
vidamente sobre su persona todas las responsabilida- mas que la impostura de un astuto déspota, y no
habrá entonces bastantes piedras de la Lorena á la
Pomerania para lapidar á este Moisés falsificado.
Guillermo II jue-
ga contra el Des-
tino el terrible
«dado de hierro»
de que hablaba lllilhdni
Bismarck. Si ga-
na, tendrá altares
dentro y fuera de
sus fronteras, lo
mismo que Au-
gusto; si pierde, TARJETA DEL KAISER
le espera el des-

tierro, el tradicional destierro en Inglaterra, último


recurso de los monarcas desgraciados, el mismo
destierro ignominioso con que él amenaza severa-
mente á todo el que se atreve á negar su carácter
infalible. Ernesto Renán tiene razón. No hay espec-
táculo más atrayente en este período del siglo que
asistir aldesenvolvimiento final de la personalidad
de Guillermo.
»De aquí á algunos años— ¡ojalá sean lentos y nu-

merosos! este joven ardiente, seductor, imaginativo,

SÍNTOMA DE PAZ
y que tal vez llegue á ser heroico, podrá lo mismo
El kaiser revista la Guardia vestido de paisano presidir los destinos de Europa en la majestuosa cal-
(Caricatura de Caran il'Aclie, pulilicadn por í.c Fígaro)
ma de su palacio de Berlín, que encontrarse en el
438 VICENTE BLASCO IBANEZ

que es incapaz de resistir, y en ocasiones este


impulso resulta generoso. Las más de las veces
es fatal y tiene que arrepentirse de él al poco

tiempo. Hay mucho de neurastenia en su con-


ducta. Lo mismo que todos los neurasténicos, el
emperador muestra hasta en sus actos más des-
equilibrados cierta lógica; una lógica que pode-
mos llamar al revés... Cuando lo censuran, por

ejemplo, á causa de una decisión artística, el


emperador pasa inmediatamente una revista mi-
litar.Gritan contra él: pinta un cuadro. Lo silban:
hace una ópera. Se quejan de su gobierno: se dis-
fraza de musulmán y se va en peregrinación á
Tierra Santa. Se burlan de sus excentricidades
en un periódico ilustrado: exige inmediatamente
que sea descubierto en el término de veinticua-
LAS MUTACIONES DEL KAISBli tro horas el remedio de la tuberculosis... Este

(Leipttffer Wolíszcitu "ff)


es el hombae del que depende la seguridad de
un gran Imperio y la de Europa entera.»
Hotel Metropole de Londres sacando tristemente de Este hombre contradictorio, con sus impulsos irre-
su maleta de emigrado la doble corona rota de Prusia flexivos, que,como dice Mirbeau, resultan algunas
y de Alemania.» veces generosos, consiguió por algún tiempo impo-
Esto escribió Eca de Queiroz en 1891 con una cla- nerse á la atención pública con el carácter de héroe
rividencia profética. La Historia, á veintitrés años de simpático. Hubo un momento en que hasta llegó á ser
distancia, ha confirmado en días trágicos su juicio popular en Francia. Comenzaba á verse en él una es-
sobre el personaje y sus predicciones sobre el porve- pecie de Lohengrin moderno, defensor de los débiles
nir.La gran partida del «dado de hierro» entre el y enemigo de los soberbios; un Don Quijote joven,
enigmático y místico emperador y el Destino obscuro
y amenazante sólo ha empezado á jugarse en 1914.
Han transcurrido largos años sin que llegara á tomar
forma el hervidero de diversas y contradictorias per-
sonalidades en el interior de este príncipe Hamlet. La
personalidad final y definitiva ha salido á luz. El héroe
beneficioso para la humanidad que algunos esperaron
no ha quedado en pie el soberano peli-
existe. Sólo

groso para la tranquilidad del mundo, el que muchos


saludaron al principio lo mismo que á Tito, con el
título de «delicia del género humano», y resulta en la
realidad su enemigo implacable.

De todos que han estudiado


los escritores célebres
la personalidadcambiante y fugitiva de Guillermo no

hay uno solo exceptuando, como es natural, á los ale-

manes que crea en el equilibrio de sus facultades.
Octavio Mirbeau, gran observador de los defectos
humanos, estudió á Guillermo II como un personaje
novelesco en una de sus obras.
«El público se imagina— dice Mirbeau que las —
excentricidades de Guillermo son largamente medita-
das por él y que calcula y dosifica fríamente su afecto
teatral para impresionar mejor la imaginación de sus
subditos y de los otros pueblos. Es un error... No pre-
tendo negar que haga uso algunas veces de sus facul-
tades de cómico para exagerar su importancia. En
esto es un hombre como muchos otros. Pero aseguro
que es menos comediante de lo que generalmente se PACIFICADOR. — PROTECTOR DEL COMERCIO. — GENERALÍSIMO
cree, pues obedece siempre á un impulso momentáneo (¿f Fígaro)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 439

vigoroso y coa enormes ejércitos para la san-


ción de sus altas justicias; una encarnación
de la lealtad y de los sentimientos elevados.
El mundo, años antes de 1U14, empezó á olvi-
darse del Guillermo II de los primeros tiem-
pos de su reinado, del auténtico, arrogante y
amenazador, que parecía encarnar el genio de
la guerra.
El filósofo Juan Fiuot, en un vigoroso es-
tudio publicado al romperse las hostilidades,
dijo así después de comentar las simpatías que
había inspirado Guillermo como «emperador
de la paz»: «La incoherencia de sus palabras
grandilocuentes y de sus gestos de actor ofre-
cía, sin embargo, un carácter ¡inquietante. Sus
frecuentes discursos se contradecían, lo mis-
mo que sus simpatías y sus gustos. Aunque
sus bigotes erguidos dan á su rostro un aire
de decisión y energía, sus ojos vagos que de pronto
quedan fijos con una inmovilidad desconcertante so-
bre el interlocutor, su charla con frecuencia insípida
y casi siempre nerviosa, y la rapidez con que cambia
de tema, de conversación, turbaban profundamente á
todos los que mantenían un diálogo con él. Cuando
se llegaba á ver al hombre detrás del soberano, pare-
cía poco normal, si es que no se le apreciaba como
totalmente desequilibrado. Un embajador al que Gui-
llermo no había conseguido engañar con sus preten-
siones de demiurgo, me dijo un día que le recordaba
á los arlequines venecianos que inauguran solemne-
mente los fiestas populares de Venecia.
»En cierto momento se pensó en publicar como
documento científico una colección de discursos de
Guillermo II. La contradicción y la incoherencia fla-
grantes de estos discursos eran para impresionar pro-
fundamente á los especialistas en enfermedades men-
tales... En dicho momento me encontraba yo de paso
en Turín. En una de mis conversaciones con César
Lombroso, éste me comunicó sus opiniones sobre el
emperador alemán. Para el célebre fundador de la an-

X
OTTl
440 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

influencia fa- un hombre del siglo XX, como un burgrave del siglo X.
tal del empe- Su moral privada y su moral pública han sido descon-
rador y de su certantes. Este caballero supremo de la virtud, co-
camarilla. La mete actos dudosos y reprensibles. Su penacho, su
nación por su Dios y su sable no le han servido para enmascarar
fuerza íntima ante el mundo la fragilidad de su conciencia y la ver-

ha podido so- satilidad inquietante de su cerebro.»

portar los ex- En la misma Alemania hubo hombres que, á pesar


cesos de ar- de la ceguera consciente de la opinión de su país,
mamento y supieron adivinar el verdadero carácter del empe-
todas las lo- rador.

curas, inclu- Durante los primeros años del reinado de Guiller-


so la locura mo II, las gentes sensatas de Alemania llegaron á

de su grande- dudar en ciertos momentos de la integridad de las


za. Pero al facultades del soberano. Pero la pesadez del régimen
final el genio imperial y la gran prosperidad económica del país,
maléfico ha que impulsó á los ciudadanos á una vida egoísta, ha-
sido el más ciéndoles olvidar los asuntos políticos, cortaron ruda-

BL KAISER CON BL UNIFORME DE GUARDIA


fuerte . La mente estas
DH.CORPS grandeza de preocupacio-
Alemaniafun- nes de la opi-
dada sobre una megalomanía mórbida y dirigida con- nión.
*
tra la sociabilidad del mundo civilizado, va á desva- Sin embar-
necerse y disiparse. go la persona-
»Todo se pudría en torno de este emperador en- lidad de Gui-
fermo. Las viejas virtudes alemanas, la integridad y llermo II fué
la independencia de sus jueces, la moralidad y el de- irreverente-
coro tradicionales de sus habitantes, desaparecían con mente discu-
rapidez. De vez en cuando ciertos procesos escanda-
tida por los
losos revelaban esta podredumbre, como las peque- alemanes en
ñas manchas que se ven en las frutas de lozano as- 1894, con mo-
pecto corroídas por dentro. A semejanza de su señor, tivo de un pe-
la sólida Alemania de otros tiempos ha venido á ser queño libro
inestable é inconsecuente. Su comercio y su indus- escrito por un
tria, que son de lo más modernos, se apoyan sobre profesor de
un régimen político que es viejo de una decena de Historia'de
siglos. La brutalidad y la supremacía de su militaris-
Munich. Esta
mo anonadan la dignidad y paralizan la vida de las obra, del doc- g¿[DE HULANO
clases labo- tor Ludwig
riosas, que Quidde, se titulaba Galígüla (Estudio de %ma loctira
constituyen imperial).
la riqueza y
el genio de
XII
Alemania.
Detrás de una
fachada bri- La historia de Calígula en Alemania
llante todo se
desploma. Alemania sostiene en Roma una Escuela de Arqueo-
»E1 empe- logía, semejante á la Escuela de Atenas que el go-
rador ha mo- bierno francés mantiene en Grecia. En este centro de
vido el timón Roma varios estudiantes escogidos se perfeccionan en
á un lado y á el conocimiento de la antigüedad y la aplicación del
otro, como un método histórico.
marino inde- Entre los trabajos personales surgidos de dicha
ciso que no Escuela, ninguno tan inesperado y ruidoso como el
sabe qué reso- estudio sobre Calígula, publicado en 1894 por el doc-
lución tomar. tor Ludwig Quidde en el periódico literario Die Qe-
DB CORACERO BLANCO Tan pronto es sellschaft.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 441

A primera vista nada distinguía á esta obra de esta monografía sugiere la idea de reemplazar el nom-

cualquiera otra de las publicadas por los antiguos pea- bre del «joven emperador» Calígula, ascendido al trono
sionistas de Roma. Era en verdad menos larga y me- á los veinticuatro años y asesinado á los veintiocho,
nos confusa que los productos ordinarios de la erudi- por el del soberano alemán que en IHHH asumió á la
ción germánica. Pero bien considerada no podía resul- edad de veintinueve años la pesada sucesión de Gui-
tar de mayor extensión, pues el reinado de Calígula fué llermo I y de su hijo Federico III, llamado «el Noble».
muy corto (del año ¡^7 al 41), y además sólo han lle- Cuando el autor pasa después al análisis del carác-
gado hasta nosotros muy
pocos datos, ciertos y preci- ter de Calígula y á la exposición de sus actos, la ana-
sos, sobre la citada época. Por otra parte, la brevedad logia aún resulta más chocante y asombrosa. Hay que
delopúsculoestá decir ante todo,
compensada con noblemente, que
una abundante nadie puede en-
y concienzuda contrar en Gui-
documentación, llermo II mu-
hasta el punto chos de los de-
de que en el im- fectos y los vi-
preso alemán las cios que condu-
veinte páginas jeron al César
de texto llevan romano, de cri-
138 referencias men en crimen,
de Dion Casio, hasta la demen-
Josefo, Filón, Pli- cia furiosa,
y le
nio,Séneca,Sue- hicieron caer
tonio y Tácito. finalmente bajo
Fué un verda- los golpes de un
dero capítulo de asesino. Pero de-
Historia lo que jando á un lado
escribió Quidde, la crueldad y el

y en esto no cabe sadismo de Calí-


engaño. gula, resulta no-
Pero desde las table la seme-
primeras líneas janza entre los
el lector se sien- dos emperadores
tedominado por que surge de la
la duda, y se obra de Quidde.
pregunta si el Además, cuando
texto que tiene se publicó ésta,
ante los ojos no en 1894, nadie
se reñere á un
podía adivinar
personaje distin- la guerra de 1914
toy más moder- con sus matan-
no que el abo- zas de millones
minable sucesor de hombres, sus
de Tiberio. Una incendios, sus
LA RISA DBL KAISER
semejanza ex- violaciones, sus
traordinaria, un arrasamientos
paralelismo vigoroso se establece entre «el viejo em- de provincias enteras, que hacen pesar sobre su ver-
perador» Tiberio y cierto inolvidable «glorioso abue- dadero autor una responsabilidad mucho más grande
lo»; entre Germánico, el príncipe soldado y
filósofo, que la del César romano. Los crímenes de este de-
arrebatado prematuramente al amor de su pueblo, y mente parecen amortiguarse al ser comparados con
el emperador Federico III, de corta vida como los horrores de la catástrofe actual.
rey,
padre del actual Guillermo II; entre «la orgullosa Cuando se publicó monografía de Calígula eran
la

Agripina» y la
emperatriz Victoria; entre el omnipo- muchos en Alemania que experimentaban cierta
los
tente ministro Macronio, caído en desgracia desde el
inquietud ante el nuevo emperador, joven, impulsivo,
principio del nuevo reinado, y el canciller Bismarck; ardiente, autoritario y gran aficionado á los alardes
entre los tristes antecedentes hereditarios de
Calígula guerreros. Hablaba de su misión divina, amenazando
y la locura de Federico Guillermo IV, tío-abuelo de al mundo con guardar siempre «la pólvora seca y la
Guillermo II; de tal modo, que el primer capítulo de mismo tiempo
espada bien afilada», y al iba prepa-
442 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

rendóse una personalidad, para ofrecerse á la pública espiritual del que tanto se le asemejaba en sus co-
admiración, años adelante, como príncipe de la paz mienzos.
universal. Empezaban á marcarse en su existencia Alemania lanzó una exclamación de sorpresa al
ordinaria ciertas «originalidades» que en un particu- enterarse del trabajo de Quidde. Todos creyeron reco-
lar pueden ser simplemente ridiculas, pero en el so- nocer á Guillermo II en el retrato de Calígula, y vie-
berano de una nación grande resultan peligrosas; la ron en el historiador á un foliculario político. El efecto
afición al comediantismo, un deseo enorme de hacerse producido en el público alemán fué semejante al que
admirar en todas las esferas de la actividad, una pre- causó en Francia en 1865 el folleto de Rogeard, Pro-
tensión inaguantable á la oratoria elocuente; el gusto pos de Labienus, que por medio de una evocación de la
del fausto, de los deslumbradores espectáculos milita- historia romana hizo el retrato exacto y cruel de Na-

res, de los cortejos con gran pompa, de los uniformes poleón III. El escándalo que produjo la obra de Quidde
multicolores cambiados á cada instante; la pasión de en su país fué tan grande, que se pensó en perseguir
los viajes, del mar, de los yates lujosos, de los casti- al autor por delito de lesa majestad. Pero esto habría

llos, de las construcciones colosales y de mal gusto. representado una gran torpeza, y las autoridades tu-
vieron que desistir. ¡Un estudio de
Historia perseguido como si fuese
un folleto político! Tal medida sólo
hubiese servido para dar á la obra
una celebridad universal. Aun así
bastó la simple amenaza de proce-
so, para que la atención de toda
Alemania se fijase en este trabajo

que se había deslizado inadvertido


entre los artículos de una revista.
La prensa se dedicó á analizarlo y
comentarlo; luego fué impreso en
volumen y hubo que hacer enormes
tiradas, para satisfacer la curiosi-
dad pública. El doctor Quidde ganó
más dinero con este pequeño estu-
dio, sin buscarlo ni desearlo, que
con todos los libros de su vida cien-
tífica.

Si el autor no fué perseguido pú-


BBRLIN. CALLB DE FBDERICO
blicamente, no por esto se libró de
sufrir las consecuencias de su peli-
Además de esto, la agitación nerviosa, la facilidad grosa gloria. Desempeñaba como sustituto una cáte-
para cambiar de rumbo, la tendencia á acometer de dra en la Universidad de Munich, y jamás pudo con-

improviso las empresas más contradictorias, la con- seguir el nombramiento de profesor. Quedó inscrito
vicción de manejar el poder por derecho divino, ó sea para siempre en el registro de los desafectos, y toda
sin limite alguno, de ser el confidente y el represen- empresa en la que figuró su nombre fué considerada
tante de Dios en la tierra; y como consecuencia, el como subversiva.
absolutismo, la voluntad de hacerlo todo por sus pro- Sin embargo, no era culpa suya que el público,
pios medios, la ingratitud con los mejores servidores ante el retrato exacto de Calígula, hecho con arreglo

del Estado, la aversión á los espíritus independientes, á los textos antiguos, encontrase este retrato seme-
la selección caprichosa é ilógica de los hombres para jante al de otro personaje. Si para hacer comprender
encargarlos de las más altas funciones. mejor el carácter del protagonista de su obra empleó
Estos rasgos del soberano alemán los encontró con ejemplos modernos, nunca se valió del recuerdo de los
sorpresa el lector en la compilación hecha por Quidde Hohenzollern, exceptuando el caso de Federico Gui-
de los autores antiguos que flagelaron á Calígula. In- llermo IV, un demente auténtico. Si al hablar de
dudablemente la figura de este último contenía dos ó Luis II de Baviera dice que fué en Alemania «provi-
tres personalidades distintas, que acabaron por con- sionalmente» el último representante de la serie de
vertir al simple maniático en un demente sanguina- imitadores ridículos de Luis XIV, ^sto no implica que
verdadero azote de su época. Pero las divergencias
rio, el imitador próximo deba ser precisamente el actual
entre ambas figuras eran de fácil apreciación. Ade- rey de Prusia. Además, en sus conclusiones evitó
más la locura de Calígula se fué declarando gradual- Quidde con prudencia toda aplicación al presente, de-
mente, y muchos se preguntaron por esto con inquie- clarando que en nuestros días «no es factible la posi-
tud cuál sería, al transcurrir algunos años, el estado bilidad de un reinado que se parezca al de Calígula».
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE I9l4 443

Pero á pesar de esta prudencia,


surgen por sí solas
las alusiones
ante el lector, sin
que Quidde haya
hecho nada por sugerirlas ó sub
rajarlas. ¿Cóaao iban á perdonar
los entusiastas del imperialismo
alemán á este historiador que enun-
cia y demuestra tranquilamente
que la locura cesarista es un pro-
ducto lógico de la degeneración
moral de los pueblos que tienen sen-
timientos monárquicos ó de las cla-
ses superiores que rodean á los re-

yes? Después de tal afirmación, el


doctor Qaidde quedaba condenado
para siempre por todos los alema-
nes conservadores entusiastas del
Imperio y de sus glorias guerreras.
El historiador se ha consolado
BERLÍN. AVENIDA DE LOS TILOS, BSQÜINA A FRIEDRICHSTRAS8B
fácilmente y no sin ironía, consa-
grando su gran capacidad de tra-
bajo y su elocuencia incisiva al sostenimiento de las Baviera, donde defiende una política favorable á la
ideas que más necesitan de ser propagadas en su país. democracia, á la paz y al desarme de las naciones.
Aunque el doctor Quidde es originario de la Alemania He aquí su famoso opúsculo, traducido por primera
del Norte, figura como diputado en el Parlamento de vez al español:

CALÍGULA
Estudio de un caso de locura cesarista en Roma, por Ludwiq Quidde

I tuaciones, las a legres ocurrencias con que clase de suposiciones adversas ó favora-
sabia conquistar las voluntades, tenían bles. Según las noticias llegadas hasta
Cayo César, conocido bajo el solirenom- cautivados á ciudadanos y legionarios. nosotros, se alababa el temple de este jo-
bre Calígula— de Cáliga, nombre del
(le Indudablemente, mientras vivió el vie- ven, que había sabido ser dueño de sí
zapato de los soldados romanos , era — jo emperador, á pesar de algunas funcio- mismo en circunstancias tan difíciles; se
muy joven, pues aún no había llegado á nes importantes que fueron confiadas
le temían quizá sus caprichos, su tendencia
la e<lad viril, cuando de improviso se vio á Germánico, siempre se le tuvo apartado á abusar de tan enorme poder, la acción
convertido en soberano. A raiz de su ele- de los principales asuntos de la política de sus ideas no maduras, y se citaban
vación, los tiempos eran sombríos é in- interna, no obstante su poder y su volun- toda clase de manifestaciones de una
quietantes y su familia liabia sido objeto tad para el trabajo. Pero si hubiese lle- brutalidad precoz. Pero la opinión domi-
de extraños destinos. gado á dirigir los negocios, se habrían nante era que sn juv<Mitud se dejaría ga-
Su padre. Germánico, liabia sucumbido podido esperar do él días más libres, más nar fácilmente por las influencias exte-
en la flor de
edad, lejos del pais natal,
la felices y la supresión del peso agobiante riores, y se esperaba que comenzase por

bajo los golpes de una suerte cruel. En- que aplastaba al Imperio entero. Así, liacer más fuerte aún la autoridad de Ma-
tre el pueblo se hablaba mucho de las cir- pues, la esperanza de toda unageneración cronio, el omnipotente prefecto de su
cunstancias misteriosas de su muerte. No descendió á la tumba con Germánico. guardia, pues todo el mundo lo creía es-
se tcmia emitir las más graves acusacio- Un reflejo de la poi)ularidad de este fa- pecialmente agradecido á este personaje.
nes, y sospecha alcanzaba basta los ín-
la vorito del pueblo se proyectó eu su hijo. Pero ocurrió, como en la mayor parte
timos del viejo emperador. Éste, sin embargo, le asemejaba muy de los casos, todo lo contrario de lo que
Con Germánico había desaparecido el poco, pues más bien se parecía á su ma- se podía esperar. La desgracia del hom-
favorito del pueblo: ningún otro miem- dre, apasionada y orguUosa, que había bre do Estado que ocupaba el poder so-
bro de la familia imperial aU;anzó un.i po- dificultado muchas veces la situación de brevino rápidamente; su influencia fué
pularidad semejante. Había sabido ga- su esposo, muy misma. El
delicada por sí anulada por completo, y el emperador
narse; la confianza de los soldados durante viejo emperador, que perseguía con sus empuñó las riendas del gobierno, eri-
diversas campañas, eu las que compartió sospechas y con su odio á la esposa y los giéndose en señor absoluto. El pueblo lo
con el simple legionario las tribulaciones otros hijos do Germánico, pareció mostrar aclamó, pues este cambio de régimen era
de la guerra, y en los países germánicos, cierta inclinación por Calígula, quizá pre- presentado en todas las esferas como una
en la región del Rhin, se repetía mucho cisamente por ver en él el reverso de su liberación. Parecía que fueíc á comenzar
su nombre. Pero el pueblo sólo veía en él padre, que le había sido poco simpático. una era de reformas, abriendo camino á
al héroe guerrero: había sido popular, en Al llegar al poder, el joven emperador las ideas liberales.
la mejor acepción de la palabra. Su vida era todavía un personaje desconocido y Así se iniciaron llenos de promesas los
de familia, el número de sus hijos, sus misterioso para todos. principios del reinado de Calignla. hijo
modales sencillos y democráticos, su be- En el transcurso de los años anteiiores de Germánico, prematuramente desapa-
névola igualdad de humor en todas las si- se habían propalado acerca de él toda recido, y de Agripinu, el cual sucedió eu
444 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

elaúo 37 á su tío-abuelo. Tiberio, sumien- ponder una era de reformas sociales, ó deseo de realizar el bien, sino la ambición

do al mundo en el asombro con sus pri- por lo menos una concepción más demo- de que lo admirasen por haberse mostra-
meros actos. crática de las cuestiones económicas. do propicio á las reivindicaciones popula-
Ya hemos que Macronio, general
visto Pero desde los comienzos de Caligula, res y poder ofrecerse como un grande
de los pretorianos, que había sido el últi- y mientras éste era aclamado por un pue- hombre ante la posteridad. La caracterís-
mo y poderoso ministro de Tiberio, y al blo pronto al entusiasmo, los observado- tica constante de sus decisiones era una

cual Caligula debía el trono, fué preteri- res atentos no pudieron menos de sentir precipitación nerviosa, que le inducía á
ir corriendo sin tregua de uu trabajo á
do, según todas las apariencias, desde el grandes recelos.

principio del reinado. En vista de ello cre- otro, obrando con saltos bruscos y á me-
II
yeron muchos que este acto de emanci- nudo contradictorios. A esto se añadía
pación del joven emperador iba á traer Lo que elevaba á Caligula algunas ve- una tendencia eminentemente peligrosa
un cambio completo de los principios de ces por encima de sí mismo era la per- de querer hacerlo todo por sí mismo.
gobierno. Algunas
La desgracia de
reivindicaciones Macronio debe con-
antiguas de los ele- siderarse sobre todo
mentos liberales desdeestepuntode
fueron realizadas vista. Parece que
his relaciones entre
por el joven sobera-
no. Ante todo se estos dos hombres
concedió más liber nose rompieron por
tad á la vida políti- completo, ó al me
ca. Caligula apa- nos para siempre,
rentaba querer to- pues Macronio se
mar en serio el res- encontró á veces
en condiciones de
peto de ciertas for-
mas constituciona- aconsejar al joven
lesque habían caí- emperador, reco-
do en desuso bajo mendándole mode-
Tiberio. Fingió racióny prudencia.
conceder más in- Estos consejos no
fluencia á la opi- dieron otro resulta-
nión pública en la do que excitar la
elaboración del pre- cólera del empera-
dor, que se revol-
supuesto y en los
vió furioso contra
gastos militares; la
libertad electoral ély su familia. La
pareció revivir en ingratitud hacía
los comicios del Macronio fué una
de las principales
pueblo; se tomaron
medidas contra los causas que rebaja-
delatores, cuyos ron la popularidad
excesos eran com- de Caligula.
Pronto hubo oca-
parables á los de los
sión de advertirque
agentes políticos
de provocación de ladespedidadeesie
nuestra época, cu- hombre, el más in-
rándose así tanto la dicado para dirigir
vida pública como los asuntos del go-

la privada de una bierno, tenía por


de sus llagas más causa más el carác-
ter de Caligula que
graves. Los escri-
tos de Labieno, de laoposición que pu-
BL KAISER CON EL REY DK. INGLATERRA diese existir entre
Cremucio Cordus y
de Casio Severo, él y el emperador.
que habían sido prohibidos como peligro- cepción embriagadora de su poder, la idea La Historia no menciona á ningún hom-
sos para la nación, fueron autorizados de encontrarse ascendido repentinamen- bre de mérito que obtuviese bajo el rei-
otra vez. Algunos presos políticos se vie- te al primer puesto, el deseo de hacer algo nado de Caligula una influencia positiva.
ron amnistiados, las persecuciones por grande, y sobre todo, la necesidad de bri- Elemperador no podía tolerar á su lado
lesa majestad quedaron suspendidas, y llar en la historia del mundo. Al verse ninguna fuerza independiente. Quería
ser su propio ministro, y ni esto le basta-
se abolieron las lej^es que castigaban este emperador, en esta transformación extra-
crimen con penas severas. Además, los ordinaria de su vida experimentaba la ba, pues no había ningún dominio en el

impuestos aplastantes que pesaban pre ambición de señalarse por algo que en el que no pretendiera manifestar personal-
cisamente sobre la vida cotidiana de las fondo era extraño á su modo de ser: el mente su superioridad, Pero para desem-
masas populares fueron suprimidos, y las y el amor al bien público, Al
liberalismo peñar tantos y tan diversos papeles ha-
clases más pobres se vieron aliviadas con mismo tiempo se revelaban en él peligro- cían falta á sus limitadas facultades— aun
las distribuciones de trigo, sin hablar de sos rasgos de carácter. Estaba desprovis- antes de la degeneración final— conoci-
los juegos, á los que Caligula dio un gran to de ese sólido cimiento constituido por mientos é inteligencia, calma é imperio
desarrollo, con arreglo á la fórmula anti- una concepción de la vida, adquirida y sobre sí mismo.
gua panem et circenses. Parecía que á desarrollada.,, en las luchas intimas. El Pasado algún tiempo fué todavía peor.
este aumento de libertad debía corres- resorte principal de sus actos no era el Su autoritarismo sin contemplaciones.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 445

sus inesperadas veleidades reformadoras, ideas del desgraciado que realmente cree estaba ya decaída, ofreció abundante-
las súbitas y crueles desgracias sufridas en Las exigencias de la etiqueta, y
ellas. mente las mejores condiciones para el

por altos personajes, pudieron ser consi- más aún, la diligencia servil con que la desenvolvimiento de la locura cesarista.
deradas por las masas como manifestacio- avaloran todos los que se apiñan en torno Calígula vivía además bajo la influencia
nes de la pujante naturaleza de su sobera- del amo, infunden á éste la idea de que de una doble y desagradable herencia fí-
no. Pero los espíritus reflexivos vieron er- es un ser encumbrado por la misma Na- sica. (Recuérdese á .lulia, á su liijo Cayo

guirse detrás de ellas un espectro espanto- turaleza sobre el nivel de todos los hom- y los últimos años de Tiberio, tío abuelo
so: el de la locura. bres. Las observaciones que puede hacer de Calígula.) El hecho de que llegase al
en torno de él, entre los personajes de su poder tan joven debía facilitar un favora.
III
corte, le producen la impresión do que ble desarrollo de todos los gérmenes que
Se acostumbra á hablar de la locura ce- más allá de su ¡¡orsona no existe mas (|ue existían en él. La desproporción brutal
sarista como de una forma particular de una turba vulgar y despreciable. Pero si entre su alta situación y sus cualidades
enajenación men- íntimas obraban
tal, ül lector tal vez como un veneno en
conocerá la escena su carácter juve-
la Verlorene Hmíds- nil, prtidispuesto

chrifl, Gustavo
(ie desde el nacimien-
Freytag, en la que to á todos los ex-
un profesor, poco cesos.
versado en las men- Sin embargo, Ca-
tiras sociales, reve- lígula sólo cayó en
lainocentemente á la locura propia-
un principe la en- mente dicha á cau-
fermedad mental sa de una grave en-
que padece este úl- fermedad, de la que
timo, citándole á se repuso, para su
Tácito. Las mani- desgracia y la de su
festaciones carac- pueblo. Pero según
terísticas de la lo- todas las probabili-
cura cesarista son dades, puede decir-
manía de grande- se que esta enfer-
zas llevada hasta la medad no hizo mas
deificación de si
que precipitar la
mismo; desprecio evolución fatal,
de toda barrera le- pues la predisposi-

gal y de todos los ción á la locura era


derechos del próji- 3'a visible mucho
mo; crueldad ab- antes, y los factores
surda, brutal
y sin nocivos exteriores
motivos, todo lo que debían favore-
que se encuentra cerla iban unidos á
también en otros la situación de todo
dementes. La dife- emperador en la
rencia enorme con- Roma de entonces.
sisteen que la si-
tuación prominen-
IV
te de un monarca
proporciona á los El caso de locura
gérmenes de estas cesarista que nos
propensiones un te- ofrece Calígula es
rreno sumamente completamente tí-

favorable, permi- pico. Casi todos los


EL KAISBR CON EL RBV DE DINAMARCA
tiéndoles alcanzar síntomas que se en-
un desarrollo que cuentran aislada-
seria irrealizable en cualquier otro suje- ocurre además que no sólo la corte, sino la mente en otros soberanos sereúnen en
to. De este modo los locos cesaristas masa del pueblo está corrompida; si cual-
pue- él, y al comparar sus comienzos, sanos en
den realizar actos monstruosos de una quiera cosa que intente el soberano no apariencia, con la progresión espantosa-
enormidad sin precedentes. encuentra ninguna resistencia franca y mente rápida que le condujo á los peores
La locura cesarista es el producto de viril; si la oposición cuando se arriesga á excesos, podemos representarnos la evo-
unas circunstancias que sólo pueden pro- emprender una campaña hace constar te- lución de la enfermedad.
ducirse por la degeneración moral de los merosamente que no ataca ni á su perso- Un fenómeno, que no es necesariamen-
pueblos que tienen convicciones monár- na ni á sus ideas, y por último, si esa in- te morboso en sí mismo si no va unido á
quicas, ó cuando menos de las clases su- teligencia corrompida que inventó el cri- los otros síntomas, denoto en Calígula la

periores que constituyen el acompaña- men de lesa majestad y que ve un acto temprana locura de grandezas. Fué la
miento inmediato del soberano. condenable en el hecho de rehusar la ve- pasión desmesurada por el fausto y el
La sensación de su poder sin límites neración al soberano, acaba por entrar en despilfarro. Es este un rasgo común á
hace olvidar á un emperador todas las la legislación y en la jurisprudencia, no casi todos los príncipes que han perdido
barreras colocadas por las leyes. La teo- hay sino admirarse de que un monarca tan de vista los limites de su situación, desde
ría que funda este poder en un derecho absoluto permanezca en su sano juicio. los déspotas de Oriente y ciertos Papas
diviuo altera do uu modo desastroso las Así, pues, la vida pública de Ruma, que antiguos hasta Luis XIII y Luis XIV de
446 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Francia, así como sus imitadores alema- simultáneamente conducciones de agua las grandezas y las pompas; me reñero á
nes, cuya serie tiene provisionalmente y construcciones de circos, verdadera- su sed de triunfos miniares.
por último representante célebre al des- mente enormes, y se propuso abrir rápi- En esta afición lo odioso y lo ridiculo se
graciado rey Luis II de Baviera. Al cabo damente, á través del istmo de Corinto, dan la mano estrechamente. Si es cierto
de poco tiempo no sólo gastó Calígula el un canal del que se había hablado mucho que la ambición y el placer de la pompa
tesoro considerable que había ahorrado el anteriormente. A esta pasión de edificar guerrera pueden llegar á las consecuen-
iba unida una sorprendente manía de cias más espantosas, á verdaderas degolli-
viejo emperador, sino que tuvo que recu-
rrir á medios poco dignos para acrecen- destrucción. Obras dignas de ser conser- nas de pueblos, con igual facilidad origi-
tar los ingresos y pagar las deudas. Se vadas fueron echadas á tierra ó sufrieron nan lo grotesco y lo pueril cuando la horri-
restablecieron los impuestos que acaba- transformaciones por motivos pueriles. ble realidad es reemplazada por la ficción.
ban de suprimirse; se crearon otros nue- Generalmente, lo que se edificaba tenía En Calígula se observa sobre todo esta
vos, entre los cuales los había muy exor- el reflejo de unas ideas completamente segunda forma del mal. Las circunstan-
l)itantes y de un carácter vergonzoso; se extravagantes. Cuanto más imposible é ciasno eran propicias á las guerras y á
abusó de la justicia para procurar al Te- insensata era una empresa, más atraía á sus triunfos. Las fronteras estaban paci-
soro multas y, fortunas confiscadas, y se Calígula. En la orilla del golfo de Ñapó- ficadas y Roma había renunciado á exten-
terminó por proclamar el principio de les se encuentran las ruinas de un mue- der más su Imperio. La demencia verda-
que los bienes de los vasallos debenjestar lle romano que se llama «puente de Ca- deramente cesarista que empujaba á Ca-
á disposición del principe. lígula», en memoria de la empresa fan- lígula á brillar igualmente en el dominio
La pasión de Calígula por el fausto y tástica con que quiso realizar, no lejos de guerrero tuvo que manifestarse forzosa-
el derroche se manifestó en los dominios allí, una idea extravagante. mente en majiiobras ridiculas k inveiicio-
nes teatrales. Hizo una porción de cosas
análogas á su cortejo triunfal en la bahía
de Baies. Sólo citaremos aquí dos ejem-
plos de los más típicos.
Una vez decidió visitarel ejército acam-
pado junto al Rbin. Todo se puso en mo-
vimiento precipitadamente.
Así que llegó el emperador, señalóse su
presencia por una severa disciplina, des-
usada hasta entonces, especinlmente en
lo que se refiere á la oficialidad. Los des-
graciados jefes que en esta movilización
inesperada no se presentaron pronto en
los sitios de concentración tuvieron que
sufrir su cólera. Al mismo tiempo, nun-

que Calígula se ofendi.-i cuando alguien


le recordaba su juventud, q\iiso rejuve-
necer al ejército y jubiló á un gran nú-
mero de centuriones, declarando que eran
demasiado viejos ó achacosos. I'roceilió
además contra otros por haber cometido
abusos en su gestión administrativa. Es-
tas medidas rudas atemorizaron á mu-
BERLÍN. PLAZA DB POSTDAM chos, como si denotasen una energía ex-
traordinaria, pero suscitaron igualmente,
más diversos: en las fiestas, en los festi- Hizo tenderen bahía de Bales un gi-
la según sabemos por Suetonio. un gran
nes, en los regalos, en los trajes, en su gantesco puente de embarcaciones, so- descontento, y algunas de ellas fueron
morada y en todo su tren de vida, parti- portando una verdadera carretera orlada consideradas por los observadores impar-
cularmente en la instalación de sus pala- de hosterías y con canalizaciones de agua ciales como fanfarronadas ridiculas, so-
ciosy quintas y en los yates imperiales, dulce. Revestido de la pretendida arma- bre todo cuando vieron la gran importan-
equipados con un lujo insensato; pero por dura de Alejandro el Grande, condujo por cia que les atribuía.
encima de todo en gigantescos edijicios y este puente sus tropas hasta Bales, lan- Hizo por ejemplo ejecutar una manio-
proyectos de obras públicas. zándolas sobre la apacible ciudad como bra al otro lado del Rbin. Soldados de su
Este es un rasgo característico de la para tomarla por asalto. Al otro día orga- Guardia é hijos de varios príncipes que
exaltación de las ideas en algunos sobe- nizó sobre el puente un gran cortejo se encontraban en rehenes fueron obliga-
ranos, como acabamos de mostrarlo con triunfal, con trajes suntuosos, un gran dos á disfrazarse de guerreros germanos
varios ejemplos. En lo que concierne á los botín y prisioneros fingidos. Por último, y tomar posición cerca del río. Mientras
Césares se concibe fácilmente esta locura festejó personalmente, con pomposos dis- estaba en la mesa el emperador, las avan-
cuando se recuerda su sed de gloria y su cursos y ruidosas fiestas, esta empresa zadas le enviaron una advertencia de que
deseo de brillar ante la posteridad. gloriosa, que representaba, según sus el enemigo se hallaba cerca, é inmedia-
desmesurado de los proyec-
El carácter propias palabras, «muchas fatigas venci- tamente se obtuvo una brillante victo-
tosde Calígula 3' la corta duración de su das y el Océano domado». ria sobre este enemigo fingido, que se
reinado fueron causa de que una serie dejó hacer prisionero. Los soldados de la
de sus construcciones quedasen sin ter- Guardia, preparados convenientemente,
minar. Esta empresa, que fué eélebre, arroja así como los pobres jóvenes germanos,
En Roma aún muestran en el Pala-
se una luz brutal sobre la inclinación extra- debieron representar el papel de cautivos.
tino los cimientos del puente de Calígu- vagante de Calígula por el fausto y el de- Este modo de jugar á los soldados era
la, con el que quiso unir el palacio impe- rroche. Pero también señala una tenden- una ridicula farsa, que suscitaba las risas
rial, por encima del Foro, con el Capito- cia en extremo particular de los princi- de todo el mundo.
lio, santuario de la ciudad. Emprendió pes que sienten la pasión enfermiza de Más grotesca fué aún la empresa de Ca-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 447

lígula contra la Gran Bretaña, pues la


terminó encargando á sus soldados que
recogiesen conchas á lo largo de la cos-
ta, fístaseran el botín que debía simboli-
zar los trofeos de la guerra.

VI
En esta expedición contra la Gran Bre-
taña, así como en la aventura de Baies,
intervino la obsesión de la conquista del
Océano.
emperador mostraba por el
El joven
mar una predilección extraordinaria. Era
uiia inclinación plausible en si, |)ero que
en él se convirtió en niania, como otras
muchas inclinaciones. Ya hemos mencio-
nado la fastuosa instalación de sus yates.
Varios autores refieren que realizó trave-
sías más ó menos largas y que se com-
placía ante esplendor de las tormentas.
el

Esta pasión debió ser muy molesta para


sus familiares, pues parece que les obli-
BBKLiN. PALACIO IMPERIAL DE ESPALDAS SOURB EL RIO SPRE
gaba despiadadamente á compartirla con
él. El desventurado Silano, habiéndose

quedado en tierra un dia de tempestad, diosas como dioses. Insistiremos luego en


cayó en desgracia por este miedo al ma- este rasgo con motivo de otros. Una no-
reo, ya que el emperador, enfurecido por che quiso que admirasen su habilidad de
ciegas sospechas, atribuyó su ausencia á danzarín, é hizo levantar de la cama á los
otras causas. senadores para l)ailar delante de ellos. Se
VII dice además que osó mostrarse como lu-
Las bélicas diversiones de Calígula, su chador en un circo, según hizo más tarde
monomanía por la disciplina, sus cortejos Nerón, y luego Commodo, en calidad de
triunfales, denotan la propensión á ser gladiador, es decir, en un papel que aca-
comedíanle, que es característica en el rreaba entonces á los que lo desempeña-
cuadro patológico de la locura de los Cé- ban el ser excluidos ile la sociedad.
sares. Dos elementos contribuyen á dar este
En punto á comediante, no se conten- carácter de histrionismo á la locura cesa-
taba con las comedias militares. Cuentan rista. Primero, una imaginación enfermi-
los autoresque sentía una pasión desen- za, la persistencia en el hombre maduro
frenada por el teatro y el circo, y que im- de la tendencia que induce al niño á iden-
pulsado por ella llegó á pisar el escena- tificarcon el mundo real las creaciones
rio. Ellos nos refieren el extraño gusto de su fantasía. En ningún sitio se pueden
que tenía por los trajes llamativos, que encontrar condiciones tan favorables á
cambiaba constantemente, y cómo estas dicha persistencia como en la corte de un
mascaradas le llevaron hasta complacerse einperailor, donde la naturalidady la sen-
enrepresentardiversasdivinidades, tanto cillez quedan desterradas por tantas fie-

__ 1 1 .M
448 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mente todo prestigio bajo su desdén y influencia disolvente ejerció este carác-
VIII sus sarcasmos; cómo acabó por envilecer ter en toda la administración del Estado.
Por la insistencia con que se compla- á los hombres respetables, obligándoles Los autores de segundo orden apenas nos
cía en repetir esta máxima, se ve que el á actuar de gladiadores— lo que se rela- dan á conocer el rasgo de extremada lo-
uso de la violencia le procuraba un pla- ciona también con su gusto por el derra- cura que, según se dice, inspiró á Cali-
cer, siendo como la dominante, como el mamiento de sangre—, á correr detrás de gula el deseo de conceder á su caballo la
leitmotiv de su práctica gubernamental su carro, á servirle en la mesa, á besarle dignidad consular. Hemos, pues, de re-
y determinando su actitud en tudas las los pies,pues el besar la mano se consi- constituiraproximadamente las etapas
circunstancias de la vida pública. deraba entonces más bien como un honor que prepararon este escarnio tan inaudi-
Aun liaciendo abstracción de toda que como un signo de inferioridad. Se to. Pero fácilmente se concibe de qué
crueldad propiamente dicha, un rasgo complacía en ridiculizar las antiguas tra- modo el desdén hacia toda competencia y
común á todos los Césares, con- diciones de las familias aristocráticas, ro- hacia toda autoridad fundada en el ta-
típico,
sisteen que, lo mis- lento puede desen-
rao que Calígula, po- volverse hasta tal
nen su mayor cuida- punto, partiendo de
do en hacer sentir á iniciativas apenas
cada uno su poderío. perceptibles en sus
Nada los irrita tanto principios.
como tropezar con Sólo dos hechos de
un limite de este po- esta serie han llega-
der, y para ellos el do hasta nosotros.
medio más seguro En primer término,
de conjurar toda re- Calígula se propuso
sistencia de los sub- abolir la práctica de
ditos es difundir el la jurisprudencia,
miedo y el terror. extirpando la clase
Por esto prodigan de los juristas. Si
como Calígula las puede sostenerse en
bravatas, y profie- el presente, no sin

ren, con variantes un poco de razón,


innumerables, la que la existencia de
amenaza de que ha- una jurisprudencia
rán sentirácadauno de profesionales se
elpeso de su cólera. opone á la esencia
Asi se ve á cada ins- del derecho vivo, no
tante en la historia por esto dejaba de
de la Roma imperial ser esta idea en las

y también pueden condiciones de la vi-


citarse muchos da romana de aque-
ejemplos en la his- llaépoca una idea
toria de otros pue- profundamente ce-
blos. Hasta tempe- sarista. El otro inci-

ramentos de Césa- dente se refiere al

res tan geniales ejército. Según pa-


como Napoleón no rece, cierto número
están libres do este de gladiadores fue-
defecto. ¡Dichoso el ron nombrados di-

pueblo que, obliga- rectamente, y por


do por las circuns- puro cai)riclio. ofi-
tancias á soportar ta- ciales de la e.'colta
les tiranos, sólo su- real.
fre las amenazas y BL KAISER BN LAS MANIOBRAS El emperador dis-

no los actos, como tribuyó los grados


los realizó Calígula! Esta violencia del deándolas de gentes de la más baja con- militares entre los empleados de admi-
soberano no alcanza tanto á las masas po- dición. Cocheros, gladiadores, cómicos y nistración, los cuestores y recaudadores
pulares como & las clases superiores de toda clase de vagabundos, constituían, de impuestos, y á su vez nombró á viejos
la sociedad, á las familias aristocráticas según se cuenta, su compañía habitual, soldados para altos empleos de la admi-
y á los altos funcionarios. Al principio mientras los hombres más dignos eran nistración civil. Envió á sabios juriscon-
sólo se hace sentir ligeramente con la repelidos. (Todavía un rasgo que se nota sultos de gran celebridad adquirida en el
falta de toda clase de consideraciones á con frecuencia en la historia de los sobe- foro á los sitios más peligrosos de la fron-

las personas; pero esto no esmas que un ranos enfermos.) tera para que negociasen en los países
comienzo sin importancia. Luego el so- Es cierto que Calígula en su vida pú- extranjeros, y colocó á consejeros ínti-

berano llega á sentir un cínico placer en blica propiamente dicha se condujo de mos, ya gotosos, al frente de sus danza-
rebajar cuanto intenta permanecer inde- igual modo con los representantes de la Nunca podremos bosquejar exacta-
rines.
pendiente de su poderío. administración civil y del ejército. mente un cuadro de tan loco desorden,
En lo que concierne á Calígula, sabido Precisamente por esto resulta lamenta- de tan violento contraste entre las apti-
es con qué odio persiguió á toda superio- ble que esté truncada la obra de Tácito tudes y el empleo que se hacía de ellas,
dad, especialmente á los hombres que se en lo que se refiere al advenimiento de así como de los ultrajes á la sana razón,
distinguían por sus señalados servicios; Calígula. Tácito, con su arte incompara- coronados al final con la idea de erigir un
cómo se esforzó eu aplastar sistemática- ble, nos habría mostrado de seguro qué caballo á la dignidad consular.
LA GUERR

Dibujo de H. W. Koekkoek. sesún dafos de M. Villicrs. de The llluslraled London News»

Batidos por las tropas aliadas, los alemanes retroceden, abaí


BÉLGICA

ndo los cañones en las lagunas formadas por la inundación


í;.c LID -«..v

' ^

ní?iní5-.ti,.s»ill(;
HISTORIA DÉ LA GUERRA EUROPEA DE 1914 449

IX
El pueblo y todas las clases de la socie-

dad formaban una masa servil, entreraeií-


clada de una manera violenta, escarne-
cida y pisoteada, por encima de la cual
creia destacarse el emperador con una
majestad divina, inaccesible, capaz de
permanecer intacta y solemne hasta
cuando hacia una cabriola en el circo.
Esto resulta esencial en dicha clase de
Césares; creen en el derecho de su perso-
na, se imaginan tener ima misión extra-
ordinaria, sienten la convicción de que
están en relaciones particulares con la
Divinidad, se consideran los elegidas por
ella, y Jhialmente exigen para sí mismos
un cxdto ditino.
Tal pretensión parece constituir ol pa-

roxismo de la demencia ces;irista; pero


muchos soberanos á quienes no se podría
considerar completamente locos han te-
nido ideas que se aproximaban mucho á LLEliAÜA DEL KAI.SBR A LA ESTACIÓN DE SAN HIPÓLITO (ALSACIA)
ésta. Por ejemplo, el rey de Prusia Fede-
ricoGuillermo IV. antes de volverse com- pletos nos imposibilita de seguir toda la el personaje que representan; durante
pletamente loco, se movió en un circulo evoluci.ón del mal. Sus imperceptibles co- ciertos momentos do éxtasis se imaginan
de ideas místicas de tal naturaleza. Real- mienzos no nos han sido transmitidos. formar un solo individuo con él; y por
mente—y en esto reside la base vergon- Las ideas de Calígula pudieron ser in- último, cuando ya se ha pronunciado la
zosa y lamentable de toda la existencia fluenciadas por el hecho de que siendo enfermedad mental, creen definitivamen-
de los Césares locos— estas divagaciones todavía muy joven fué nombrado augur te que son ídéntii'os. Cuando el rey Luis
son á menudo favorecidas del modo más y gran sacerdote. Podemos, en efecto, ad- de Baviera. vestido de Lobengrin, reco-
[«'ligroso por el estado de opinión de las mitir que con tales títulos celebró perso- rría su lago artificial en un esquife tirado
masas, y sobre todo de las clases directo- nalmente las ceremonias del culto y cier- por un cisne, tuvo momentos en que la
ras, en los pueblos impregnados de arrai- tas visiones fantásticas se unieran en su distinción entreel ensueño y la realidad

gadas convicciones monárquicas. Sin espíritu al ejercicio de tales funciones. quedó abolida en su interior. Tal vez lo
esto, ¿cómo hubiera sido posible divini- Pero lo que resulta mucho más impor- (jue nosotros mismos experimentamos
zar nunca á Alejandro y á César?... tante y signiñcativo es que gustase de cuando un objeto nos produce una emo-
Sin embargo, es evidente en lo que se presentarse con traje de dios y de diosa. ción de arte no es mas que una ilusión
refiere á Calígula que no fué por una au- Ya hemos indicado la tendencia his- que por obra de nuestras sobreexcitacio-
daz explotación de las simpatías popula- triónica que se maniflesta con estos dis- nes recae, no sobre dicho objeto, sino so-
res ni por cálculo político por lo que re- fraces. Nos resta señalar ahora de qué bre nuestra propia ])ersona. ¡(Jnánto más
clamó el rango de un dios, sino por locu- modo el actor Imperial terminó por iden- grande es todavía el efecto producido
ra patente y caracterizada, por creencia tificarse en tales juegos con la divinidad cuando al intervenir la presencia de tes-
en su propia divinidad, ó cuando menos que representaba. tigos y de un pueblo numeroso se siente
por una tendencia á asumir la represen- En los hombres dotados de una imagi- eldeseo de causar impresión en ellos, la
tación de esta divinidad. na(;ión enfermiza, las fronteras entre las necesidad de mantener i)or medios exte-
Se ve esto en la manera con que juega, aparii'ucías y la realidad se borran con riores constantemente reforzados la más
por decirlo así, con dicha idea. Al llegar una prontitud extraordinaria. Emi)lrzan inverosímil de las ficciones! ¿Quién no ha
áeste punto, la falta de docmnentos com- por creer que tienen algo de común con conocido á algunos hombres que acaba-
ron por imaginarse que hablan sido ó
liabían ejecutado aquello que hicieron
creer antes á losdemás y después acaba-
ron por creerlo ellos mismos?
La aspiración de Calígula á la divini-
dad se basó en una f;irsa extravagante,
sin que por esto debamos creer que qui-
so aumentar la ignominia del culto que
imponía á sus subditos, convirtiéndolo
en una mofa. La prueba es que se nom-
bró á si mismo gran sacerdote de su pro-
pio culto. En fin. si hizo de su caballo su
colega en divinidad, no fué este el único
acto de insensatez que le inspiró el amor
á los caballos.

X
Los contemporáneos de Calígula lo te-
nían por un verdadero loco, y no se con-
cebiría que un historiador moderno vaci-
REVISTANDO LAS TROPAS KN UNAS MANlUilKAS lase en confirmar tal juicio. Es evidente
460 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

punto de dar al mundo un ejemplo formi-


dable de los extremos á que podia condu-
cirle su locura. Se estaba disponiendo á

castigar en masa á este pueblo rebelde


con el hierro y el fuego cuando le sor-
prendió la muerte.
Pero aun sin tener en cuenta esta acu-
mulación de todos los síntomas de la lo-
cura cesarista, la tendencia natural de
Calígula á los excesos y á la carnicería
era bastante para producir los efectos más
terribles. En los primeros tienijios que
sucedieron ásu proclamación, parece que
se impuso alguua mesura; pero luego
preponderaron en él sus inclinaciones
naturales, y como disponía del poder más
absoluto, aflojó la brida á sus pasiones,
sacrificando á su apetito sexual innume-
rables mujeres y doncellas.
Al mismo tiempo empezó á dar libre
curso á su afición al homicidio y á los su-
plicios, en condiciones realmente espan-
BERLÍN. EL NUEVO MUSEO tosas, siendo inducido muchas veces por
razones de orden económico. No sólo los
que su naturaleza se trastornó de un niofio cer en atormentar á los demás, revestía autores modernos, sino también su con-
progresivo partiendo de una predisposi- formas mucho peores. Esto fué desde su temporáneo Séneca, describen el placer
ción congenital. juventud. Nunca dejó de asistir á los su- bestial que experimentaba en presencia
Sin estar completamente desprovistos plicios y á las ejecuciones. de las ejecuciones y la crueldad con que
de antecedentes acerca de su constitución Uníase á esto una inclinación al liber- atormentaba á los supervivientes.
física, sabemos sin embargo muy poco tinaje. Aún era un mozuelo y ya se con- Cierto número de anécdotas han llega-
sobre ella. Cuando vivió al lado de Tibe- taban de él cosas horribles. Después, do hasta nosotros, mostrándonos que la
rio, á los veinte años de edad, era de una cuando vivió al lado de Tiberio, frecuen- necesidad de matar sentida por Calígula
estatura elevada. Las señas particulares taba disfrazado todos los lugares del vi- debe ser Considerada en él como un sni-
niás sorprendentes fueron sus piernas cio, entregándose á los excesos sexuales toma de locura. No podia, por ejemplo,
díilgadas, su vientre voluminoso, una flso y á la bebida. besar el cuello de su esposa ó de su aman-
noniía de expresión inquietante, las sie- cuadro del furor cesarista se com-
El te sin pensar que bastaría una orden suya

nes y los ojos hundidos, la frente espa- pletacuando se incluye en él la afición al para que fuese cortado este hermoso cue-
ciosa y sombría. Era además epiléptico y libertinaje, la alegría de derramar sangre
llo. En medio de una alegre orgia se
I)ropenso á terribles insomnios. y el goce ante el espectáculo de crueles echaba á reír ante la idea de que con un
La inquietud y la affitación producidas suplicios. Es por otra parte un hecho muy gesto suyo podia hacer caer la cabeza de
los dos Cónsules sentados á su lado. To-
pur estos últimos males, la cuntradicción conocido en psiquiatría que las inclina-
y lo imprevisto de sus impresiones é ciones sexuales enfermizas se acompañan dos conocen su deseo de que el pueblo
ideas, han sido descritas con exacta reali- á menudo con la enfermiza afición á lo romano no tuviese mas que una cabeza,
dad por Dion Casio. He aquí unos rasgos horrible, á la efusión de sangre y á los tor- ¡Jara poder decapitarlo de un solo goli)e.
de nerviosidad, que por sí mismos no son mentos. La relación que existe entre es- Ideas de esta naturaleza y otras peores,
necesariamente mórbidos, pero relacio- tos dos órdenes de manifestaciones y la qua no sólo revelaban simples instintos
nados con otros que conocemos resultan locura cesarista es fácil de concebir en
mucho más Tan pronto
significativos. conjunto, incluso para el profano, aun
buscaba el tumulto de multitud, como
la cuando el análisis del fenómeno plantea
la soledad; emprendía un viaje, y á su re- diferentes problemas al especialista. Las
greso apenas se le reconocía, por haberse ventajas exteriores de la alta situación de
dejado crecer la barba y el cabello, contra un príncipe bastan para lanzar á éste en
la costumbre de la época. Los aduladores una licencia precoz, según lo demuestra
y los hombres sinceros le irritaban y le lavida de innumerables hijos de sobera-
agradaban al mismo tiempo. Tan pronto nos de todas las dinastías. Si á esto se
se dejaba decir las verdades más duras añade el concepto cesarista de la omnipo-
por gentes do baja estofa, como castigaba tencia imperial y el de la nulidad de todo
con la pena de muerte cualquiera insig- otro derecho, y si estos factores se refuer-
nificancia. Nadie sabía loque debía decir zan con una herencia de varias genera-
ó hacer en su presencia. Congraciarse con ciones, nada podrá ciertamente limitar su
él, era cuestión de suerte y no de talento. acción.
Las ideas más absurdas afluían á su cere- La locura cesarista se manifiesta bajo la
bro, y aun cuando fuesen relativamente forma más perfecta cuando la sed de san-
inofensivas, siempre contenían una parte gre, la crueldad y la depravación se po-
de maldad. Por ejemplo el caso de un ofi- nen al servicio de una idea de deificación
cial que habiendo incurrido en su de si mismo. Cuando los judíos— los úni-
desgra-
cia fué enviado nada menos que á la Mau- cos, á lo que parece, entre los pueblos de
ritania, viaje penoso, para que llevase al aquella época
— rehusaron elevar en su
rey Plotemeo una carta en blanco. templo la estatua de Calígula y adorarla,
Pero por lo general, su maldad, su pla- el emperador, según se cuenta, estuvo á XJN VALLE DB ALEMANIA KN LA SELVA NBGKA
HISTORIA DE LA GUBRRA EUROPEA DE 1^14 451

sanguinarios, sino también su gusto de


combinar los suplicios más crueles y re-
finados, se tradujeron en una multitud
de actos espantosos que á menudo acom-
pañaba Caligula de cínicas bromas. Los
son demasiado horribles para que
iletiiUes
insistamos en ellos.
En uua palabra, sembró el terror en
Roma; pero Roma no se atrevía á .sacudir
elyugo de este demente, cuyo furor la
ensangrentalia. El Senado no o.só destro-
narlo y nombrar una regencia. No quedó
descartado por un acto de la vida política,
y fué necesaria para acabar con él una
conspiración, que halló su instrumento
complaciente en Casio Quereas, uno de
los jefes de su guardia, al que había ofen-
dido gravemente.
Tal era el grado de envilecimiento de
Roma en el momento que los bárbaros,
en la fuerza de su juventud, amenazaban
seriamente sus fronteras.
Si desde el puerto tranquilo en que vi-
BERLÍN. LA CALLB DE FBDERICO Y LA AVENIDA DB LOS TILOS
vimos seguros actualmente echamos una
mirada hacia atrás, podemos decir que
hoy, aunque los apetitos materiales y el todo régimen análogo al cesarismo y al rida debida á la pluma de algún escritor
lujo de las clases superiores lian subido reinado de la locura cesarista es irreali- romano acerca del cesarismo de su tiem-
hasta un nivel comparable al do la Roma zable en las circunstancias actuales. Üe po. Y sin embargo, sólo hemos expuesto la
imperial, hemos realizado, sin embargo, tal modo irrealizable, que el presente verdad liistórica. completamente desnu-
un notable progreso político— que ha exi- cuadro parecerá una invención poco dig- da, tal como la presentan los conocimien-
gido más de diez y ocho siglos—, pues na de fe, ó si se quiere una sátira exage- tos actuales sobre las fuentes de origen.

A pesar de las prudentes manifestaciones de Quid- y sermones, derrochando el dinero en un lujo vistoso
de para que el público no intentase comparar los tiem- y muchas veces ridículo, gustando de la vida del tea-
pos actuales con los de la Roma antigua, y su visible tro, hasta el punto de ejercer en algunas obras las
deseo de abstenerse de toda alusión moderna, los lec- funciones de director de escena, queriendo alcanzar
tores establecieron instintivamente, como ya hemos la gloria como músico, poeta, pintor y escultor, dando

dicho, un parangón entre el emperador romano y el por gracia los grados militares á gentes sio otro mé-
emperador de Alemania en 1894. rito que el de la estatura, confiriendo á capricho em-
El historiador bávaro, repitiendo y juntando las pleos cuyas funciones no estaban en relación con las
afirmaciones de los autores antiguos, habla de un Ca- facultades del agraciado y manifestándose en toda
ligula ingrato con Macronio, poseído del delirio de ocasión firmemente convencido de ser el portavoz de

grandezas, incapaz de tolerar á su lado ningún ca- laDivinidad, el aliado del cielo, el íntimo amigo y el
rácter independiente, amigo del fausto, de las farsas consocio de Dios.
militares, de los yates lujosos, obsesionado por la Roma había sido un enfermo heredita-
El César de
manía del Océano, aficionado á la oratoria, á cambiar rio, cuyas dolencias espirituales se agravaron en el
de trajes, á las exhibiciones con gran pompa, á la vida ejercicio de un poder absoluto, hasta tomar una for-
del circoy el trato con gladiadores y comediantes, á ma monstruosa. El emperador presente era también
convertir en capitanes á simples particulares, á tras- un enfermo, y sus dolencias le comunicaban, como
tornar leyes y costumbres, dando á cada uno el em- al otro, una actividad incesante y nerviosa, una mo-

pleo masen desarmonía con sus facultades, añadiendo vilidad temible que podía influir en la suerte del
á estas manifestaciones la loca convicción de Estado.
represen-
tar á la Divinidad. Los dos empleaban las mismas frases como regla
Los alemanes tenían ante su vista un emperador de vida: <\Sólo debe haber una voluntad: la mía.>> <\Que
ingrato con el primer hombre de su apoca, al que debía me aborrezcan, con tal de que me teman.»
gran parte de su fortuna, inclinado á rodearse de po- El público sintió asombro ante esta semejanza
líticos mediocres para que le sirviesen como simples asombrosa, repetida por el espíritu cesarista y á una
edecanes, interviniendo en todo y diciendo la palabra distancia de veinte siglos.
definitiva como si fuese el primer talento de su época; De aquí el sordo y poderoso éxito de la obra de
gran aficionado á las maniobras y á los buques, ob- Qiiidde. El miedo y la obediencia evitaron que se ha-
sesionado por la conquista de los océanos, aprove- blase de ella en Alemania públicamente. Pero el libro
chando la más pequeOa ocasión para lanzar discursos circuló coa profusión, alcanzando ediciones enormes.
'46^ VICENTE BLASCO IBAÑE2

narios improvisados, se revela el


desacuerdo completo, chillón y gro-
tesco entre el antiguo carácter, que
continúa siendo grosero, y el es-
fuerzo intentado para renegar de
los modestos orígenes. «
Este mismo desacuerdo se nota
en el aspecto del país, que también
ofrece igual dualidad. Aún existo
la Alemania de las leyendas, «el

país de las baladas, de los Heder,


de la música sentimental, de Gret-
chen y la Loreley^>; la tierra del
vago misticismo, de la filosofía ne-
bulosa y de los castillos encantados
del Rhin y la Turingia. Pero jun-
to á esta Alemania ensalzada por
Mad. Staél, y que hizo las delicias
de los románticos, vive la Alema-
ESCALINATA DEL PARQUFl DEL CASTILLO DE SANS-SOUCI
nia casi reciente «cubierta de fá-
bricas, erizada de chimeneas, ne-
gra de hollín, feroz para la ganancia», con sus indus-
trias de piratas que lo imitan todo y lo falsifican todo:
XIII
una Alemania productora que sueña con la servidum-
bre económica del mundo entero, que está organizada
La Alemania que se ve y la que no se ve lo mismo que un ejército, y cuyos directores, atentos
con sonrisa servil á los encargos del cliente, tienen
«Existen realmente dos Alemanias — dice el abate el alma de los antiguos burgraves, su misma feroci-
Wetterlé, antiguo diputado del Reichstag
— : la
que dad conquistadora, y desean una guerra victoriosa
ve el viajero apresuradamente con el Btedeker en la para el saqueo y destrucción de las industrias de los
mano, y que por ser toda de fachada produce una im- otros países, y que sólo quede en pie la producción

presión de falsa grandeza en los observadores super- germánica.


ficiales, y la Alemania que ha crecido demasiado apri- Igual dualidad se nota en la Alemania intelectual.
sa, enloquecida por ambiciones y apetitos desmesu- Existe una Alemania «absorbida en el estudio de los
rados, que no ha sabido adaptar sus costumbres é textos antiguos, de las lenguas desaparecidas, de to-
instituciones á su riqueza y su renombre cada vez más dos los grandes problemas científicos», que tiene algo
grandes, y en la cual, como en las casas de los millo- de las misteriosas apariencias de la antigua alquimia,
y á la cual la imaginación fértil de
los extranjeros presta un decorado
escénico «de viejos infolios, alam-
biques de reriejos verdosos y cornu-
das redomas». Al lado de ella existe
otra Alemania intelectual, menos
desinteresada, más positiva é influ-
yente, que se abriga en las Univer-
sidades como si fuesen cuarteles, y
está compuesta de profesores endu-
recidos por el orgullo, que admiran
al militarismo y glorifican la gue-
rra como de origen divino.
Esta clase de sabios alemanes ya
existía en tiempo de Federico el
Grande. El escéptico monarca supo
apreciar sus servicios. Cuando al-
guien le objetó que no tenía dere-
cho para invadir la Silesia, el as-
tuto caudillo repuso sonriendo:
liORLÍN. LA PLAZA DR liLÜUHE — Lo primero es tomarla. Dee-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1^1 4 453

pues no me faltarán unos cuantos


profesores de Derecho que se en-
carguen de demostrar científica-
mente que la Silesia me pertenecía.
Un título de Excelencia, una con-
decoración basta para modificar las
opiniones de estos sabios, que --ro-
ban y desfiguran todos los descu-
brimientos hechos fuera de Alema-
nia, falsifican la Historia, persiguen
desenfrenadamente las distinciones

honoríficas,ponen sus conocimien-


tos al servicio del mejor postor,y
predican la guerra y la carnicería
para asegurar á la ciencia germá-
nica una superioridad incontrasta-
ble y única, que no puede conse-

guir por su propio mérito».


El error fundamental de muchos
JARDINES DBL CASTILLO DB SANS SOUCI, DB POTSDAM
que admiran á Alemania de buena
fe consiste en que sólo alcanzan á
ver la cara simpática y grandiosa de este país de faz El pueblo alemán posee una cualidad incontesta-
doble. Además, confunden el progreso material de la ble: lade ser el mejor dispuesto para la disciplina y
Alemania reciente con sus instituciones políticas, an- la organización. A esto debe su rápido crecimiento

tiguas y bárbaras, creyendo que el adelanto moderno económico. Posee en cambio un defecto enorme: la
se debe á una
política guerrera inspirada en las haza- falta de tacto y de mesura, que hace incompatible su

ñas y las violencias de hace diez siglos. grandeza con la tranquilidad del mundo.
La Alemania moderna, como dice un autor, «ha Inglaterra ha llegado en su desarrollo á mayores
corrido vertiginosamente en breves años el camino alturas que Alemania. Pero su enorme y sólida pros-
del progreso, sin hacer alto, como los otros pueblos, peridad se desenvolvió en el curso de ciento veinte
para reponer sus fuerzas; de lo que resulta que en años, sin constituir un peligro para la existencia de
poco tiempo ha llegado al término, ó sea á la decaden- los otros pueblos.

cia, sin pasar por la madurez». Alemania casi ha realizado los mismos progresos
Esta Alemania doble es complicada y contradicto- en menos de cuarenta años; pero vertiginosamente, y
ria. Sas antítesis desconcertantes explican el entu- con la firme creencia de que el militarismo y la guerra
siasmo que sienten algunos por ella y la alarma y el son el origen y el sostén de su prosperidad. Todo co-
recelo que infunde á los más. En la mentalidad de su merciante alemán, aunque parezca desear la paz.

pueblo se entremezclan constante-


mente «la barbarie nativa y los
refinamientos de una civilización
conquistada con demasiada rapi-
dez; las virtudes burguesas de los
antiguos germanos y las prácticas
de un modernismo corrompido; las
rudas prácticas del absolutismo mi-
litar y las agitaciones de una de-

mocracia naciente; el orgullo de la


unidad nacional reconquistada y
los sobresaltos del particularismo
de los Estados que agonizan; el tra-
dicional espíritu de economía y un
rabioso deseo de placeres y de ga-
nancia; el sentimentalismo do otras
épocas y la grosería de los instin-
tos desencadenados; el estudio pa-
ciente y modesto y un deseo enfer-
mizo de figurar y lucir á la cabeza
del mundo». BHRLlN. EL BANCO DB ALEMANIA
454 VICENTE BLASCO IBANEZ

relación directa entre los principios


de la Revolución y los descubri-
mientos científicos del siglo XIX.»
La mentalidad de los alemanes ha
sido semejante á la de los pueblos

que bendicen á sus gobiernos los


años en que las cosechas son bue-
nas, como si hubiesen podido or-
denar su abundancia. El patriotis-
mo ha clavado profundamente en
sus cerebros la falsa idea de que
los triunfos de 1870 son la causa
inicial de los triunfos industriales

y comerciales que se desarrollaron


hasta 1914.
Ya dijimos al hablar de la obra
de Bismarck cómo la victoria sobre
Francia y la enorme indemnización

EL MUNICIPIO DE HAMBURGO pagada por ésta sirvieron para em-


pobrecer al naciente Imperio ale-
mán. Su situación fué casi igual á
que favorece al comercio, desea en realidad la gue- lade la vieja y gloriosa España, que nunca se vio tan
rra. Es para él sinónimo de victoria y está convencido pobre como en los tiempos que recibía los galeones
de que con ella sus negocios se agrandarán conside- de América cargados de oro. Los miles de millones
rablemente. pagados por Francia sirvieron para costear muchas
la gran equivocación de la Alemania
Esta ha sido obras públicas, pero la influencia de este dinero re-
ricay productora. Esta la causa de que su desarrollo sultó funesta desde el punto de vista económico. La

vertiginoso que en otro país no hubiese inspirado in- ganancia fácil de la guerra desarrolló lo que los ale-

quietudes sea considerado por todo el mundo como manes llamaron la schwindelperiode, ó sea el período
una amenaza. del vértigo financiero, de las empresas de moralidad
dudosa, del iilibusterismo en los negocios. En los siete
Al apreciar los orígenes de la prosperidad del loa- ú ocho aüos que siguieron á la victoria, la industria
perio alemán, la opinión, tanto en Alemania como alemana no ningún adelanto; antes bien, su
realizó
fuera de ella, incurre en un error fundamental. Como estacionamiento marcó una tendencia al retroceso, y

dicha prosperidad coincidió con la guerra de 1870, el el Imperio triunfante por las armas tuvo que com-

vulgo cree de buena fe que procede de las victorias prar en el exterior todas las manufacturas que ne-
de Moltke, hasta el punto de que los comerciantes y cesitaba para su existencia. Un economista alemán
los industriales, que debían temer
la guerra, la desean como la mejor
de las protecciones para el fomento
de sus negocios.
La guerra francoprusiana nada
tuvo que ver con la prosperidad
del pueblo alemán. Se ha exagera-
do mucho la influencia de los suce-
sos políticos en el desenvolvimien-
to económico é intelectual de las
naciones. «Esto es — dice el econo-
mista Avenel — como se atribu-
si

yese al emperador Segismundo


una influencia en la invención de
la imprenta porque se realizó bajo
su reinado; como si los ingleses
atribuyeran á Jorge III y á la
guerra de los Siete Años las pri-
meras máquinas de vapor que se
construyeron en su tiempo; como
si los franceses estableciesen una drbsde. el ministerio de hacienda
HlSrORlA UE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 455

decía en 1875: «Es uaa felicidad que Francia nu nos de acelerar el progreso económico de Alemania lo re-

haya dado mas que cinco mil millones. Si llega á tardó, paralizando la evolución natural que había se-
darnos diez, á estas horas tendríamos que tender guido hasta entonces, tomando como modelos á In-
nuestros sombreros en los caminos pidiendo limos- glaterra y Francia.
na.» El número de casas de comercio arruinadas y Las leyes proteccionistas de Bismarck fueron el

de propiedades agrícolas vendidas judicialmente fué verdadero principio de la Alemania productora y co-
enorme. mercial que empezó á desarrollarse en 1870 y ha lle-
La entrada brusca de una monstruosa cantidad de gado á su mayor prosperidad en l'J14. Pero estas dis-
dinero provocó una extraordinaria hinchazón de los posiciones legislativas hubieran resultado simples
precios y un aumento temporal de las importaciones, pedazos de papel á no poseer el suelo alemán valio-
fcinque esto respondiese al aumento del comercio ni sas riquezas que el espíritu metódico y disciplinado
á una mayor capacidad consumidora del país. Bajo la de sus habitantes puso en explotación, y á no haber

UN LAGO DE LA SELVA NEGRA

lluvia de millones franceses que caía sobre Alemania, sobrevenido oportunamente un gran descubrimiento
la industria alemana fué quebrando y cerrando sus práctico de la ciencia.
talleres, mientras la masa obrera conocía la miseria Hace un siglo que vivimos en la era del vapor, y
por falta de trabajo. En el invierno de 1876 el número las naciones verdaderamente grandes y poderosas son
de trabajadores sin ocupación fué tan enorme, que el las que poseen el carbón. Inglaterra domina comer-
Estado tuvo que establecer talleres por su cuenta y cialmente al mundo hace cien años, no porque ven-
los municipios socorrieron á los indigentes, organi- ciese á Napoleón en Waterloo, sino porque guarda en
zando sopas populares. La oleada de dinero francés sus grandes depósitos carboníferos el alimento indis-
sirvió para qne la industria encontrase los capitales pensable para la vida moderna. La grandeza de su
que le eran necesarios con mayor dificultad y más industria manufacturera, el dominio de los mares,
caros que antes de la guerra. El interés del descuento ejercido por su inmensa flota mercante y sostenido
subió á G por 100 en la victoriosa Alemania, mientras por su poderosa flota de guerra, todo depende del car-
en París se mantenía al 3 por 100, como siempre. bón que extrae de su suelo.
Al presentar Bismarck sus proyectos de ley pro- Alemania posee igualmente una gran riqueza car-
teccionistas en 1879, declaró ante el Reichstag que bonífera, y á esto y no á la victoria de Sedán debió
Alemania, después de su triunfo, «estaba sangrando, el desarrollo iniciado en 1í^79. Pero este desarrollo no

próxima á morir», y que si la situación se prolongaba podía basarse únicamente en el comercio del carbón
su ruina era segura. El éxito guerrero de 1870, ea vez para revenderlo á los otros países. Necesitaba utili-
456 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

zarlo ella misma en su produccióa maoufacturera. La otros países. Inglaterra, patria exclusiva del hierro
suerte vino á favorecerla con ua graa descubrimiento hasta entonces, tuvo una poderosa rival.
metalúrgico, que pasó casi inadvertido, y se produjo Alemania, que en 1880 sólo producía millón y me-
justamente en 1879, cuando los negocios alemanes es- dio de toneladas de hierro, fué desarrollando rápida-
taban más próximos á la ruina. mente su actividad, hasta producir 14 millones de to-

Alemania, rica en excelente carbón, tiene mucho neladas en 1913. El desarrollo de la industria meta-
hierro eu la cuenca del Rhin y otros lugares, pero lúrgica fué acompañado, como era natural, por un
este hierro resultaba mediocre por su abundancia de aumento de explotación de las minas carboníferas. El
fósforo, que lo hacía quebradizo. Era imposible utili- combustible precioso para la producción del acero

VISTA GENERAL DB BERLÍN

zarlo para la fundición de acero. De pronto un inglés encontró nuevos empleos en las innumerables máqui-
se encargó, sin saberlo, de hacer la fortuna de Ale- nas de vapor que se fabricaron con dicho acero. Las
mania. ricas minas de Silesia, que en 1880 sólo producían
Thomas Gilchrist, pobre dependiente de un nota- anualmente T):} millones de toneladas de combustible,
rio de Londres, que seguía por afición los cursos pú- en 1913 llegaron á exportar 256 millones de toneladas
blicos de metalurgia, encontró un día la fórmula prác- para las necesidades de la industria nacional. Queda
tica que en vano habían buscado grandes sabios
los demostrado con esto que ni la guerra de 1870 ni el

para la desfosforación del hierro. Con el invento de militarismo de los Hohenzollern influyeron para nada
Thomas podía transformarse el hierro en acero, aun- en el renacimiento y desarrollo de la producción de
que tuviese gran cantidad de fósforo, sin que estallase Alemania. Esta debe mayor gratitud— aunque procura
el «convertidor» que efectuaba la operación. Gracias olvidarlo— al inglés Thomas, obscuro inventor, que á
al subdito británico se verificó un beneficioso trastor- Guillermo I y sus colaboradores Bismarok y Moltke.
no en la industria metalúrgica de Alemania, por dis- De no realizar su descubrimiento el pobre escribiente
poner ésta de mayores cantidades de mineral que los de Londres, Alemania habría tenido que limitarse á
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 457

vender carbón modestamente, sin poder crear su gran Nada de esto tiene relación con la guerra. La Gran
industria metalúrgica. Bretaña, que después de su lucha con Napoleón ha
Pero no fué únicamente la producción de buen pasado cerca do un siglo sin sostener campañas de
acero y de combustible barato lo que favoreció la evo- importancia, dedicándose en absoluto á las empresas
lución económica de los alemanes. A este factor im comerciales é industriales, aumentó su población in-
portante se unieron muchos otros, sin que ni uno sular en las mismas proporciones que Alemania,
siquiera procediese de las conquistas de 1870. Otro En 1815 los habitantes de las Islas Británicas no
factor fué el considerable aumento de población ex- pasaban de 15 millones, en 1870 eran 32 millones, y
perimentado por Alemania y que facilitó á la indus- actualmente 45 millones y medio. Para crecer de este
tria una mano de obra abundante y barata. En 1815 modo no ha tenido Inglaterra necesidad de militaris-
Alemania tenía mo ni de ganar
23 millones de batallas. Le ha
habitantes y era bastado con ex-
inferior á Fran- traer mucho car-

cia, que contaba bón y construir


con 27. En 1845 muchas fábri-
los dos países te- cas.
nían la misma Otro factor im-
población: 34 mi- portante del des-
llones. En 1870 arrollo comer-
Alemania había cial de Alemania
sobrepasado á ha sido el carác-
su vecina, pues ter germánico.
tenía 40 millo- El alemán es te-
nes frente á los mible cuando se
37 millones de bate en rebaño
Francia. y ha sido prepa-
Sería ridículo rado con un en-
atribuir ala gue- venenamiento
rra un creci- mental de pa-
miento de pobla- trióticas false-
ción. Las bata- dades. General-
llas únicamente mente, si actúa
sirven para su- suelto es humil-

primir vidas hu- de y muchas ve-

manas, y no es ces servil, pues


fácil demostrar se dobla con fa-

que una victoria cilidad á todas


guerrera sirve las exigencias.

para hacer pro- Este carácter es


líficas á las mu- una manifesta-
jeres estériles, ción de la Ale-

dándolas mu- mania antitética


chos hijos. Más BL KAISER CON LA EMPERATRIZ, LA PRINCESA VICTORIA LUISA Y SUS NIETOS y doble de la (jue

bien puede afir- hablamos antes,


marse que la paz y el trabajo aumentan la población compuesta de toda clase de sentimientos contradic-
de un Estado. La gran natalidad en Alemania cerca — torios. El alemán, que es humilde y arrogante al

de dos millones por año data de la época en que em- mismo tiempo, segiin sean las circunstancias en que
pezó á desarrollarse su industria y el país no sostuvo vive, ha favorecido con esta facilidad de adaptación
guerras. «Para tener mucha población

dice Ave- el desarrollo comercial de su país. Su obrero es menos
nel —
es preciso generalmente tener mucho trabajo pretencioso y más disciplinado que el de los otros pue-
que darle. La industria es
única que distribuye tra-
la blos. El industrial, el comerciante y el comisionista

bajo, y la población que aumenta bajo su iofluencia carecen de ideas propias, plagian los inventos de los
favorece á su vez á la industria con el precio bajo de demás países, se amoldan á todas las exigencias del
la mano de obra.» Es indiscutible que los pueblos in- cliente y dedican su actividad á la venta de los más
dustriales ven engrosar su población con más rapidez diversos productos, ofreciendo al mismo tiempo una
que los pueblos puramente agricultores. La fábrica docena de pañuelos, una biblioteca ó una locomotora,
ocupa más brazos que la granja. Estas condiciones de amabilidad obsequiosa y
458 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
su ejército y su marina, ni del recuerdo de Sedán.
La derrota militar de Alemania no influirá para
nada en su comercio. Puede desaparecer la dinastía
de Guillermo lí, puede desinflarse para siempre el or-

gullo pangermanista, sin que por esto deje el comer-


ciante alemán de colocar sus mercancías en el mundo
entero, siempre que las ofrezca con un tanto por
ciento de rebaja en comparación con las de los otros
países.
La Alemania de los tiempos presentes, con sus
grandes fábricas, sus minas, sus almacenes y su enor-
me marina mercante, no es el producto de la guerra y
del militarismo. Más bien parece la resurrección de
un pasado germánico, el renacimiento del Hansa de
la Edad Media, del espíritu de las repúblicas anseáti-
cas que monopolizaron el comercio y la navegación
de la Europa del Norte durante largos siglos. Los te-
soros del subsuelo, los descubrimientos de la ciencia
práctica, realizados muchas veces por extranjeros, y
elcarácter tenaz, acomodaticio y humilde de ios inter-
mediarios son los que han realizado la rápida trans-
formación económica del país.
Un factor que debe tenerse en cuenta igualmente
para explicar este vertiginoso desarrollo comercial,
es la facilidad en el pago que la industria alemana
ha ofrecido á sus consumidores. En ningún país del
mundo realiza la industria mayor cantidad de nego-
cios con menos dinero, gracias á los Bancos, que abren
UN DESFILADERO DE SAJONIA al industrial amplios créditos.
Las facilidades á que se han prestado las institu-
adaptación humilde se compaginan mal con el mili- ciones bancarias dieron al productor y al comerciante
tarismo y la insolencia guerrera. Las victorias de alemán el medio de ofrecer á su clientela de los dos
Alemania tampoco han influido en el desarrollo mun- hemisferios plazos más largos para el pago de las mer-
dial de su comercio. «Si los alemanes— dice un autor cancías que ningún otro país. De tal modo conquista-
ya citado — hubiesen corrido los dos hemisferios para ron los mercados lejanos.
ofrecer sus servicios con aire
terrible y un sable bajo del
brazo, los hubiesen puesto en
la puerta en todas partes. Si
sus viajantes, para colocar los
productos, hubiesen contado
únicamente con la enorme
fuerza del ejército germánico,
no habrían conseguido vender
cien pares de botas.»
Su éxito comercial lo deben
á la tenacidad con que se apli-
caron á imitar y falsificar los
buenos modelos, produciendo
el artículo barato, gracias á
la enorme ventaja que les pro-
porciona la mano de obra
económica y el bajo precio
de sus motores y combusti-
bles. De este modo han podi-
do conquistar el mundo de
los pequeños consumidores,
sin necesidad del auxilio de MAGUNCIA. FUENTE DEL CAMINO DE HIERRO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE l9l4 459

Como se ve, este procedimieato tampoco


tiene relación con las empresas guerreras y los
éxitos del militarismo.
El deseo alemán de marchar rápidamente
en sus empresas comerciales, su voluntad de
imitar el vertiginoso crecimiento de los Esta-
dos Unidos y conseguir en treinta años lo mis-
mo que le ha costado á Inglaterra ciento veinte
de lento y seguro desarrollo, han producido un
tremendo desequilibrio. Los productores de Ale-
mania trabajan muchas veces por trabajar, por
extender su influencia, sin tener en cuenta la

ganancia.
Detrás de una fachada de cifras imponen-
tes se oculta las más de las veces un provecho
casi insignificante y en desproporción con el
esfuerzo. Muchas industrias, en vez de emplear
el dinero en sus transacciones, cambian entre
ellas las notas de pedido como si fuesen mone-
da. Casas de primer orden tienen que aceptar
como pago primeras materias que no necesi-
tan para sus establecimientos. El exceso de EL UlllN EN SOUNECK
producción obliga á todos á colocar sus artícu-
los sea como sea. Detenerse en la vertiginosa marcha cluyen en ella lo que pueden ganar sus tropas á punta
equivale á una ruina. Los negocios son cada vez más de bayoneta, ó sea las indemnizaciones que exige la
activos y numerosos y al mismo tiempo más difíciles victoria. ¡Error! El dinero de la guerra parece maldi-

y de menos ganancia. to, pues sirve para el empobrecimiento del que vence,
Alemania, como algunos pueblos de América que ya que le obliga á enormes gastos para sostener la su-
se han desarrollado demasiado aprisa, necesita de dos premacía adquirida.
factores para consolidar su grandeza todavía frágil: Los 5.Ü00 millones pagados por P'rancia no sir-
el tiempo y la paz. Y estos dos factores no los puede vieron de nada al desarrollo industrial del Imperio.
proporcionar la guerra ni un militarismo que forzosa- En cambio, Alemania, temerosa del desquite de los
mente debe tender á la gloria de los campos de ba- vencidos, ha tenido que sostener durante cuarenta
talla. años enormes armamentos. El cobro de los 5.000 mi-
Algunos, al ocuparse de la riqueza de un país, in- llones le ha costado la monstruosa cifra de (iO.OOO mi-
llones, invertidos en gastos
militares, durante el período
indicado.
El más violento contraste
de la doble Alemania de nues-
tro tiempo reside en el anta-
gonismo entre su vida polí-
ticay su vida económica. Un
ensueño de dominación mun-
dial por las armas, una aspi-
ración gastada de puro vieja,
que fué la de Alejandro, la de
los Césares romanos, la de
Carlos V, el Gran Mogol, el
(IránTurco y Napoleón, se ha
apoderado poco á poco de este
pueblo que en otro orden de
manifestaciones, ó sea en las
comerciales é industriales,

quiere mostrarse innovador y


moderno. Los alemanes de las
grandes fábricas y los gran-

MUNICIPIO DE BRBMA des puertos, que se apellidan


460 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

ther repartiendo entre sus hermanos las rebanadas de


un pan enorme.
Existen aún hogares alemanes á uso antiguo; se
encuentran en la burguesía y la clase popular estas
mujeres sentimentales, púdicas y hacendosas. Pero la
Alemania de la victoria y de la riqueza, la de 1870 y
la que nació en 1879, han producido otros tipos.
Berlín es hoy la ciudad más inmoral del mundo.
Esto lo saben todos los que han vivido en ella. Su in-
moralidad no tiene siquiera como excusa el barniz de
ligereza y alegría que en los países latinos. El vicio
toma una forma abultada é irritante, como todas las
manifestaciones de la Alemania moderna. En ningún
país desciende tan hondo la «mujer que cae», ni caen
tantas todos los días. La carne femenil humillada ni
siquiera se atreve á pedir dinero. Se entrega por una
comida, por unos vasos de cerveza.
La alemana burguesa que sigue las buenas tradi-
ciones es una mujer de hogar, una excelente dueña
de casa, que sacrifica el aseo de su persona para que
eldomicilio conyugal resplandezca bajo un fregado y
un barrido minuciosos. Si alguna vez huele á sebo
nativo, es porque no tiene tiempo para acordarse de
ella,ocupada en sacudir el polvo de los muebles, fre-
gotear los pisos, sacar brillo á las piezas metálicas y
lustre á las botas, apilar en los armarios el lienzo
fuerte de rígido planchado, y sobre todo cuidar de la
cocina para que el marido, el jefe de la casa, el Herr,
EL MUNICIPIO DB COLONIA
no proteste. Su amor toma las formas de la servidum-
bre, como en los tiempos de la vida de tribu, cuando
á 8Í mismos «los yanquis de el guerrero no tenía otra ocupación que cuidar de su
Europa» y van á la caza
de toda clase de descubrimientos, tienen una menta- lanza y traer la caza para el diario alimento, mien-
lidad medioeval para la política y el derecho. Viven tras la hembra cargaba con los fardos pesados, partía
aún en el régimen antiguo en un Estado gótico que la leña, iba por
agua, soplaba el fuego y recibía, al
les parece el modelo perfecto de gobierno, soñando menor descuido, dos garrotazos amorosos que saca-
con extenderlo á todo el globo. «Esto prueba
— dice ban sangre.
Avenel— cómo el mundo político es más retardatario Cada pueblo es como quisieron que fuese sus as-
que el mundo económico, ó marcha á la zaga de éste.» cendientes.

«la
La moral resulta también doble en
Alemania que se ve y la que no
se ve».
Para muchos es este país el que
mejor guarda las tradiciones de la
familia y las virtudes domésticas.
^
Las heroínas de su literatura han
creado un tipo de mujer alemana
universalmente aceptado; mezcla de
sentimentalismo poético y de talento
práctico para el gobierno de la casa.
La alemana de ojos azules, rubias
crenchas y sólidas formas, suspira,
mira al cielo, devuelve los besos con
infantil rubor y es una verdadera no-
tabilidad OQ recetas de cocina y lim-

pieza de los muebles. Esta es la ale-


mana tipo, la Margarita de Fausto
hilando la rueca; la Carlota de Wer-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 461

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462 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Hermann y Dorotea, la novela idílica de Goethe, al día. El fuego se alumbra únicamente para la ali-
admirada por todos los alemanes, consiste simple- mentación del dueño del hogar, venerado demiurgo
mente en las pruebas y las humillaciones que un hom- que recibe en ofrenda el sagrado biftec. La mujer y
bre hace sufrir á su amada antes de que se digne la chiquillería peliblanca se nutren económicamente

aceptarla en su gracia. El ensueño de amor del buen con los productos de la tocinería nacional, sinfonía
germano, su poético ideal, es encontrar una mujer que gastronómica en la que el leitmotiv del cerdo toma las
se levante de la cama dos horas antes que él. ¡Oir más baratas y diversas variaciones. La prole contem-
adormecido, entre las tibias sábanas, los gritos de la pla con una devoción algo envidiosa el crujido molar
esposa á la sirvienta y el roce de plumeros y esco- del dios padre. La mujer acoge con una sonrisa de in-
bas en las piezas inmediatas, donde penetra el frío de mensa dicha el elogio á sus talentos de cocinera ó

VISTA DE NUREMBBKG

la mañana! ¡'Qué placer de voluptuoso egoísmo!... tiembla ante un fruncimiento de cejas de la marital
Luego, la buena compañera, á la que se declaró en autoridad. En la cervecería, el hombre amontona pla-
una noche de luna después de un lied de Schúbert, y tillosobre platillo, mientras la esposa le admira resig
que aceptó su amor dejando caer la cabeza en uno de nada. Las dulzuras inefables de este mundo, las deli-
sus hombros para darle un beso poético de respuesta, katessen dignas de los dioses, la cerveza negra, la col
le expresa una vez más su pasión ideal llevándole el en vinagre y las salchichas sazonadas con productos
chocolate ó el café á la cama; contemplando con sus de droguería son para los hombres que ganan el di-
ojos do miosotis, húmedos por buen
la gratitud, el nero y sostienen las familias numerosas, base de la
apetito con que traga el guerrero doméstico... Y en grandeza imperial.
un rapto de pasión le pone los calcetines y las zapa- Esta mujer trabajadora y disciplinada tiene sus
alegrías. Habla durante horas enteras del servicio de
tillas.

La limpieza de la casa ocupa su espíritu mientras las criadasy del precio de los artículos comestibles
permanece á solas. No hace cocina mas que una vez con las Frmí y Fraulein de su amistad; se afana por
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 463

adquirir un talle de un metro cincuenta, medida pa- la cantidad su modo de vivir, haciendo recaer las es-

triótica que,según Guillermo II, debe tenerla cintura caseces sobre su persona, cargando con todas las mi-
de una buena alemana; coloca como suprema coque- serias, para que el marido, el ser superior, no sufra.
tería un cuellecito de blonda sobre sus vestidos, cada ¡Muy hermoso para el hombre egoísta, para el auto-
vez más amplios, y vela por la salud del Imperio, ritario,que desea ser temido antes que amado!... Pero
las noches falta saber qué opinión tienen las mujeres sobre esto,
aprovechando los regresos conyugales en
faustas que la espesa cerveza no se agria tomando la si es que piensan en ello alguna vez.

forma de querellas restauradas y por el contrario se Tal modo de entender el matrimonio tiene sus in-
muestra galante y emprendedora cual si fuese vino convenientes en momentos difíciles, cuando el hombre
francés. se ve fuera de
Los sabios de su casa en una
ultra -Rhin, que situación peno-
sa al volver á
apoyan con de- y
mostraciones de aquélla sólo pue-
confusa ciencia de e ncontrar

todo lo que con- como apoyo la-


viene á su na- mentaciones y
ción, han decre- lágrimas. El ser
tado que la mu- pasivo habitua-
alemana debe do á la discipli-
jer
miedo obe-
producir un mí- na, al
nimum de cinco diente, no puede
de pronto discu-
hijos para que
la patria sea rrir con éxito,»

grande y triun- tener iniciati-


fadora. Desde vas, dar conse-
este número en jos.
adelante todos Muchas ale-
los que ella quie- manas se van
ra. Y la Frau saliendo de este

patriota limpia
molde tradicio-

la casa, sirve nal y envidian á


humildemente á las mujeres de
su hombre, vive otros países.
en un nirvana Piensan en su
de virtudes so- juventud, en los
ñolientas y expe- Heder de amor,
lenuevos alema- los claros de lu-

nes como una na, el ramillete


ametralladora de florecillas
vital... Bcutsch- azules, el paseo
land líber alies, nocturno entre
canta con entu- los tilos, apoya-

siasmo, húme- VIEJAS CASAS DB COLONIA da la cabeza en


dos los ojos. elhombro ama-
«Alemania sobre todos.» Y como para que el pueblo do, mientras contempla el avance de las dos sombras
alemán se monte sobre los demás pueblos de la tierra juntas, todo el aparato poético y dulzón del
sentimen-
es necesario que mueran alemanes á centenares de talismo germánico, y al comparar este pasado con la
al de
miles en gloriosos avances de carnicería, la plácida y prosa servil y monótona de un hogar semejante
virtuosa germana sigue haciendo funcionar patrióti- lasantiguas hordas guerreras, protestan... de la única
camente su maternidad de repetición. manera que puede protestar una mujer descontenta
Sería injusto no reconocer las condiciones pasivas de su suerte y ansiosa de novedades.
de esta hembra disciplinada y humildemente amoro- Sienten la irresistible atracción de lo desconocido
sa. Para el hombre que se contente con una cuidadora al verse en contacto con gentes de otros países. Se

metódica del hogar, obediente y sin voluntad, con presentan como pobres víctimas del exagerado con-
una buena madre prolífica, conservando intactos sus sumo de cerveza, filtro de olvidos y fracasos.
derechos omnipotentes de esposo á estilo primitivo,
ella es la mujer deseada. Recibe^ el dinero y aju8ta[á
464 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
carácter escandaloso y soez de una
orgía de soldados hambrientos en un
palacio recién conquistado.
No hablemos de la moralidad ale-
mana comparándola con la morali-
dad francesa. Es una materia esca-
brosa, difícil para ser tratada con
la pluma. Sólo puede hablarse de
esto en voz bajay entre amigos. Yo
conozco París; yo conozco Berlín.
Muchas cosas que ya no existen en
la capital francesa florecen en la

alemana, agrandadas por la nove-


dad y el perfeccionamiento. Berlín
tiene todo lo que tuvo París en tiem-
pos de Napoleón lll, pero más en
grande, más monstruoso, con arre-
glo á la palabra que sirve de guía á
los alemanes en todas sus empresas:
PUERTO DB HAMBÜRGO Kolossal.
Además, puede exhibir ante el

El carácter de este libro no nos permite insistir en mundo escándalos nuevos, inmoralidades inéditas,
ciertos detalles. Sólo podemos hacer constar que la corrupciones como jamás las han conocido los pobres
Alemania virtuosa, guardadora de las tradiciones de franceses, ciudadanos de una democracia rutinaria
familia, es casi un recuerdo al lado de la Alemania que todavía dedican á la mujer sus galanterías y ho-
moderna, enriquecida y ansiosa de divertirse, que menajes.
bulle en Berlín y en las ciudades marítimas. No hay que olvidar las denuncias ruidosas del
El Imperio alemán, de vertiginosos progresos, «lle- periodista Maximiliano Barden, de Berlín; el pro-
gado á la decadencia sin pasar por la madurez», co- ceso de Elemberg y otros nobles germánicos, amigos
noce ya los mismos refinamientos de la decrepitud íntimos del kaiser, que comían y dormían con él;
romana. Guillermo II, á pesar de sus discursos y ser- bravos guerreros todos ellos, férreos paladines, tan
mones en loor de las virtudes germánicas, ha visto enemigos de afeminarse con el trato mujeril, que
durante su reinado lo mismo que vieron los Césares todos sus afectos y ternuras los guardaban para los
de la Roma corrompida. hombres.
¡La moralidad alemana!... ¡No hablemos de la mo- Cuarenta mil ciudadanos alemanes entregados á
ralidad de los pueblos! Es inútil. Tanto ella- como la la más vil y odiosa de las aberraciones intentaron ha
inmoralidad ioñuyen muy poco en los triunfos gue- pocos años dirigir una petición al Reichstag para que
rreros. Si únicamente
fuesen victoriosos los
pueblos morales, Ale-
mania, en la presente
lucha, no habría avan-
zado ni un paso.
En estos tiempos de
lujo y riqueza única-
mente son morales las
naciones arrinconadas
y pobres. La victoria
incita á los pueblos á

gozar de todas las sen-


sualidades. Y si esta
victoria no es un pro-
ducto histórico de larga
elaboración, sino algo
repentino y fulminan-
te como en Alemania,
las alegrías y diversio-
nes del país toman el CONFLUENCIA DEL RHIN Y DDL NAHE BN BINGEN
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 465

borrase de las leyes la persecución de su vicio, per- man. Y todo el

mitiéndoles ejercitarlo públicamente. país repite sa-


Esta es una de las muchas cosas que oculta la tisfecho V con-
Alemania que no se ve tras de la Alemania que se ve, vencido esta
aparatosa é imponente. La virtud de otros tiempos ya afirmación or-
no es más que una muestra de su fachada. gullosa.
Se comprende el grito con que el áspero Maximi- Guillermo II,
liano Harden saludó en sus polémicas ruidosas al Ber- con sus brava-
lín actual, á la ciudad agrandada y embellecida por tas oratorias,
Guillermo II... «¡Sodoma!» contribuyó en
los primeros
años de su rei-

nado al fomen-
XIV
to del panger-
manismo. Aun
El pangermanismo en los tiempos
en que su ene-
EL KAlSlfiK IIABLA.NDO A LAS NACI0N88
El inmenso orgullo del pueblo alemán después de mistad con Bis-
(Do Ui'.eiigpienel)
la victoria de 1870, encontró su expresión en el par- marck era más
tido pangermanista. «Esta polvareda de pequeños viva, gustó de repetir en sus arengas la orgullosa
— —
pueblos dice Paul Vprgnet que durante siglos y frase del Canciller: «Nosotros los alemanes sólo teme-
siglos se habia acos- mos á Dios en la tierra y á nadie más.»
tumbrado á sufrir Un autor ha compilado las frases principales de
pasivamente la ley losnumerosos y contradictorios discursos que Guiller-
del vencedor extran- mo II ha dirigido al pueblo alemán durante su largo

jero, y que después reinado, y en este resumen oratorio se encuentran


de .lena reía de las las afirmaciones siguientes, que jamás emperador
desgracias del rey alguno osó formular y que seguramente asombrarán
de Prusia y se agol- á las generaciones venideras:
paba servilmente «Tenemos ante nosotros un gran porvenir de con-
para contemplar el quistas, y yo os conduciré á brillantes días de gloria.»
paso de Napoleón y «Nosotros los alemanes somos la sal de la tierra.»
los simpáticos fran- «Lo que el Gran Elector no hizo más que indicar
cesen, sintió un in- y comenzar, nosotros, que poseemos una gran patria
menso orgullo impe- alemana unida, lo haremos ahora más en grande.»
rialista al verse «No hay en el mundo más que el pueblo alemán
GuiLLERMO. — No habrá más que un solo
pastor y un solo ganado.
constituida como para defender, cultivar y desarrollar las grandes
(HuiHüristické Listy, de Pragal una nación formida- ideas.»
ble por el milagro de «El Imperio alemán es ya un Imperio mundial.»
la victoria.»Los profetas románticos del patriotismo «Nada se puede decidir en el mundo sin Alemania
en 1813, Kcerner, Fichte, Schlegel y otros, sentirían y emperador alemán.»
sin el
asombro ante el enorme pedestal de vanidad que sirv^e «Nuestro pueblo alemán será el bloque de granito
de base á la Alemania moderna. sobre el cual podrá terminar Dios la edificación de
El orgullo militar y la divinización de la fuerza su obra de civilización del mundo. Así se cumplirán
son los fundamentos del nuevo patriotismo alemán, laspalabras del poeta que afirmó que el mundo sólo
que no se limita á la defensa y el sostenimiento de la podrá salvarse un día gracias al carácter alemán.»
nación, pues sueña con some-
ter y dirigir á las demás na-
ciones.
«Somos un pueblo de amos»,
han dicho los belicosos profe-
sores de las universidades
alemanas, los generales reti-
rados que presiden las seccio-
nes del partido pangermanis-
ta, los grandes industriales
ansiosos de convertir el mun-
Alemania.- ¡Mis producios son mi presllglol
do entero en un mercado ale- (i-« Fígaro, tle Pttri»)

&8
466 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
— -¡fjPueden Teñir todos contra nosotros! Estamos ponde bajo el sol, ya que nadie nos lo cederá volunta-
prontos para rechazarlos y aniquilarlos.» riamente... Hasta el fin del mundo pertenecerá siem-
«Tengamos la pólvora seca y la espada bien afila- pre á la espada la decisión suprema de todas las cues-
da. Reunamos nuestras fuerzas y rechacemos á los tiones.

pesimistas. ¡Hurra por el pueblo alemán en armas!» »Si el pueblo alemán por entero se resuelve á
El soberano que habló así, se titulaba al mismo arriesgar alegremente sus bienes y su vida, triunfare-
tiempo, con su inconsciencia característica, «Guiller- mos de todos, aunque el mundo esté lleno de diablos.
mo el Pacifico», y decía comentando la actitud de su Y si llegase para nosotros la hora de una gran des-
nación: «Creo que en toda Alemania sólo yo y mí gracia, siempre, como ha dicho Emanuel Geibel, uno
Canciller deseamos la paz.» ¿Cómo el pueblo alemán de los poetas que han cantado al nuevo Imperio ale-
no iba á mostrarse belicoso y ver en la guerra el mán, aunque no nos quedase nada, nos quedaría nues-
tra espada.

Y ai nada nos quedase entonces,


nos quedarla siempre una espada
que con sus golpes furiosos y potentes
repelería el asalto del extranjero.
La batalla será siempre el juicio

que decida la vida ó la muerte;


y si la miseria no puede romper el hierro,
el hierro en cambio corta la miseria.»

Este himno á la espada del heredero imperial fué


saludado por una inmensa y alegre aclamación de
toda, Alemania. Únicamente los socialistas y algunos
radicales dejaron de unirse á la felicitación nacional
que provocó esta obra literaria del kronprintz... ¡Y
todavía un año después, ó sea en 1914, ha querido
Alemania hacer creer que no deseaba la guerra y que
la habían provocado sus enemigos!
Un periódico de Berlín de los más importantes co-
mentó de este modo el himno bélico del hijo de Gui-
llermo II:

«El kronprintz ha hablado como debe hacerlo un


futuro emperador, y esperamos que las fuerzas mora-
les é intelectuales del principe heredero llegarán á
una completa madurez sin que las turbe ninguna in-
rtuencia extraña. No hay que temer esto, pues sabe-
mos cuan arraigadas están las nobles convicciones
del kronprintz.»
La «Liga militar» y todas las asociaciones pan-
germanistas se reunieron en asamblea para dirigir un
El, KRONPRINTZ V SU HIJO PRIMOGÉNITO
telegrama de felicitación al kronprintz. Su himno á la
espada era una simple imitación de la literatura pa-
Único medio de engrandecimiento, después de las ternal, pues diez y ocho años antes Guillermo II ha-
inauditas arrogancias de su soberanoy... bía regalado una espada á Bísmarck con motivo de
Entre üuillermo II y su hijo el actual kronpríntz. su 80." aniversario, acompañando el presente con es-
se lia declarado en los últimos años una aguda riva- tas palabras: «No encuentro mejor regalo para Vues-

lidad, buscando cada uno sobrepasar al otro en punto tra Excelencia que una espada, el arma de los ger-
á -manifestaciones belicosas, para captarse las simpa- manos, que es el símbolo del instrumento que mi
tías de las masas pangermanistas. El kronprintz, que abuelo y vos habéis forjado, afilado y llevado con
según muchos alemanes tiene la mentalidad de los gloria,y del potente período de construcción nacional
quince años después de haber cumplido los treinta, se cuyos cimientos están amasados con sangre y acero.
dedicó hace poco tiempo á la literatura pangerma- Es una arma que no engaña jamás y que empuñada
nísta colaborando en un libro titulado La Alemania por los reyes y los príncipes sirve para mantener la
sobre las armas, que obtuvo en 1913 un éxito ruidoso. unidad de la patria en el interior y su triunfo en el
El heredero del trono escribía así, un año antes de la exterior. »

presente guerra: Pero la Alemania pangermanísta, ansiosa de no-


«Solamente apoyados en nuestra buena espada vedad y ebria de orgullo, prefería la literatura gue-
alemana podremos conquistar el sitio que nos corres- rrera del hijo á la del padre. A partir de 1913 el kron-
HISTORIA DE LA GUFRRA RUROPRA DE 1914 467

printz, inspirado por su v;\-

marilla militar y sostenido


por las masas del panger
manismo, se atrevió á todo,
haciendo frente á su padre
con ostensible espíritu de opo-
sición, repitiendo en nombra'
del patriotismo la misma con
ducta que el kaiser actual h;i
l)ia observado con su padi''

Federico III.

Un mes después de la pu-


blicación de la Alemania sobre
las ai-mas, el kronprintz hizo

suspender en Berlín las re-


presentaciones de un drama
en verso de Gerardo Ilaupt-
mann titulado 1813, por consi-
derar que esta obra, evoca-
dora del antiguo patriotismo
LOS ESTUDIANTES DE UBRLIN OVACIONANDO AI. KRONPRINTZ
alemán, no era bastante mili-
tarista. En su audacia llegó
hasta á aplaudir ostensiblemente, desde la tribuna de un sub-teniente; invadiendo las Universidades, los
imperial del Reíchstag, á los oradores que atacaban talleres y los campos: poniendo en manos de los niños
á Inglaterra y la política equilibrista de Bethmann- manuales escolares inspirados por el más monstruoso
Hollweg. En la sesión de 25 de Abril de 1913, el orgullo. «Alemania

dice uno de estos manuales de
socialista Liebknecht, único diputado de su partido —
uso corriente en las escuelas tiene la misión históri-
que no se ha dejado arrollar por la avalancha pan- ca de rejuvenecer, por medio de la difusión de la san-
germanista, provocó un gran tumulto al denunciar al gre germánica, á todos los miembros de la vieja Euro-
kronprintz como «jefe de una camarilla belicosa que pa, que están ya casi secos.»

comprometía paz del mundo».


la Esta propaganda, esparcida desde la escuela de
El partido pangermanista en unos cuantos años se primeras letras á la Universidad, del taller al cuartel
ha apoderado de Alemania, atemorizando al empera- y de la granja al palacio, ha acabado por crear un
dor, que llegó á pensar en la posibilidad de un destro- pueblo de un orgullo sin limites, una nación megaló-
namiento; halagando las ambiciones del príncipe he- mana, tanto más peligrosa cuanto que es la mejor ar-
redero, que procede en todo con la ligera arrogancia mada. La fuerza alemana, la ciencia alemana, la
industria alemana, todo lo ale-
niíin, debe ser forzosamente

superior y triunfar en el mun-


do, anonadando las manifes-
taciones de los otros pueblos.
Las fanfarronas afirmaciones
del himno nacional se han
convertido, gracias al panger-
manismo, en verdades indis
cutibles para todo alemán de
nuestros dias. ¡Deutschlaml!
¡Deutschland tiber alies in der
Weltl «¡Alemania! ¡Alemania
sobre todo en el mundo!» Y
el ciudadano sale de la escue-
la y entra en la vida, infatúa
do por una orgullosa educa-
ción, convencido de que Ale-
mania debe ejercer la hege-
monía mundial y renovar una
Europa envejecida y próxima
OEKAKDO IIAUÍ'TMAXX. EN COCHE. ACOMPAÑADO DE DOS BSTfDlANTRS á perecer, que únicamente
468 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

de sus más decididos partidarios. «Hay que desarro-


potencia alemana— decía esta publicación con
llar la —
todas sus consecuencias... Hay que ser hábiles,
hay
que desenvolverse progresivamente y con cautela,
hasta el momento en que nuestras baterías puedan
desenmascararse sin peligro alguno. Entonces Euro-
pa se encontrará en presencia de una situación pre-
parada hasta en sus menores detalles, y contra la
cual será impotente.»
En 1875 el kronprintz Guillermo aconsejó á su
íntimo amigo el doctor Hasse que se afiliase á una pe-
queña sociedad, «La unión colonial», que predicaba
sin éxito alguno la necesidad de una
expansión ger-
mánica en África y Asia. Bismarck, omnipotente en
aquel entonces, era contrario, como ya dijimos, á las
empresas coloniales. Esta pequeña asociación, falta
de importancia en sus orígenes, proporcionó el estado

¿^.,.%^rr\;^^ mayor de la futura Liga Pangerraanista, de la que el


doctor Hasse llegó á ser presidente.
, "ííSBií'W^^ Cuando Guillermo II, en 1891, tomó posesión del
í i-,
islote de Helígoland, cedido por
Inglaterra á cambio
de los territorios alemanes del África oriental, esta
abdicación de las ambiciones coloniales, así como las
promesas pacifistas del emperador, provocaron una
EL KRONPRINTZ violenta oposición contra la política de Caprivi, que
(Caricatura do Scm, en Le Mot de Parie) fué aprovechada por la Liga Pangermanista. En un
manifiesto proclamó la Liga la necesidad «de afirmar
de los la conciencia del pueblo alemán
puede salvarse poniéndose bajo la dirección y buscar, tanto en el
interior como en el exterior de las fronteras, amor
alemanes, por su voluntad ó por la fuerza. el
de todas las tribus alemanas».
La verdadera importancia de la Liga Pangerma-

El partido pangermanista empezóla vivir oficial- nista data de 1894, cuando figuró á su cabeza como
mente en 1891, poco después que Guillermo II despi- presidente el doctor Hasse, antiguo amigo de Guiller-
dió á Bismarck, inaugurando una política personal. mo II, catedrático y diputado de Leipzig. «Queremos
Todos los adictos al antiguo Canciller entraron en este
— dijo entonces la Liga

implantar en la masa del
partido, viendo en su organización un medio para
com- pueblo alemán la firme convicción de que el desarro-
batir la política pacifista de Caprivi llo'de Alemania está muy lejos de

inspirada por el emperador. El mis- haber terminado con los éxitos de


mo Bismarck aceptó ostensiblemen- 1870. El Imperio alemán es hoy un
te el título de miembro honorario. Imperio mundial. Pero las conse-
En realidad el pangermanismo, cuencias que resultan de esto no
que había de amargar muchas ve- han sido deducidas aún. Por encima
ces la existencia de Guillermo II, del interés del Estado se hallan los
resulta obra de éste. Cuando sólo intereses de la nación. Más sagra-
era heredero de la corona y cons- do que el amor á debe ser
la patria

piraba contra su padre el príncipe el amor á la nación madre.»


Fritz, él fué el primer iniciador de Todo esto quería decir que el
las mismas doctrinas que le ha «amor á la nación madre» debía
opuesto luego el pangermanismo manifestarse en el interior de Ale-
siempre que intentó seguir una po- manía por la asimilación enérgica
lítica de paz. Por una ironía histó- y brutal de los elementos refracta-
rica, elemperador, esclavo del pan- lios que existen en ella: los alsa-

germanismo, fué su primer funda- cianos y loreneses, los dinamarque


dor. En los últimos años de Guiller- ses de los ducados anexionados y
mo I circuló profusamente por Ale- los habitantes de la Polonia prusia-
mania un folleto titulado Un impe- na. Fuera de Alemania había que
rio alemán universal. Este folleto LA VOlíACIDAD PANfiBRMAMisTA buscar el aumento de relaciones con
era obra del principe Guillermo y (L'Aiino)
los alemanes que habitan Austria,
HISTORIA OF. 1 A GUERRA EUROPEA DE f914 469

Suiza, Bélgica, etc., pues la Liga consideraba como


pertenecientes á Alemania todos los pueblos que pro-
ceden más ó menos remotamente de las antiguas tri-
bus germánicas. Primeramente habia que atraerse la
voluntad de las personas estableciendo fraternales
relaciones por medio del origen étnico. Más adelante
el Imperio aprovecharía una oportunidad para apo-
derarse de los territorios.

La Liga Pangermanistu lia perseguido la realiza-


ción de suprograma con un método y una tenacidad
admirables. Su dirección ha estado confiada siempre
á un comité de seis personas de diversas clases socia-
les que podían servir técnicamente á los fines de la
asociación. Poco antes de la guerra figuraban en él
un abogado, tres militares, un pastor protestante y
un armador. En torno de esta dirección central tra-
baja un comité ejecutivo de veinte personas, que es á
modo de un estado mayor, compuesto de profesores,
de propietarios de grandes periódicos, y especial-
mente de editores que lanzan libros para las escuelas,
folletos para la masa popular y Atlas de geografía
BI. KKONPRINTZ
pangermanista.
(Caricaturn de Eiiward Gilio, en The Taller)
Para no crearse obstáculos con las diferencias de
raza y de culto, en un país cuyos habitantes están di- vididos por los orígenes étnicos y la fe religiosa, el
pangermanismo ha tenido la habilidad
de mantenerse aparte de tales cuestio-
nes, creando un sinnúmero de grupos
de base estrecha que llevan una exis-
tencia aparte, pero en realidad obede-
cen como simples secciones de su orga-
nización. Unas sociedades patrióticas
son antisemitas ó anticatólicas; otras
están formadas por fervorosos creyen-
tes de dichos cultos; pero todas trabajan

por igual en la consecución de los fines


del pangermanismo. De este modo los
amigos de «la más grande Alemania»
pueden sin detrimento de sus creencias
afiliarse á la asociación que les parece
más favorable. Además, existen socie-
dades para trabajo patriótico; para la
el

publicación de obras patrióticas; para


la pureza de la lengua alemana, supri-
miendo las palabras de origen extran-

jero; para la extensión de la coloniza-


ción alemana y para el fomento de la

Hota; esta última con 334.000 socios y


un ingreso anual de más de medio mi-
llón de marcos. Las sociedades de ve-
teranos que eran anteriores al movi-
miento pangermanista, se unieron tam-
bién á este partido.
Puede afirmarse que la Liga, por me-
dio de sus innumerables filiales y grupos

El. KRONPRINT7, COMPARBCIKXUO ANTB KL JITRADO DB LA.S NACIONES dependientes, se ha apoderado de toda
I
/'/!• UiuHing l'oít, (le Londres) Alemania. El partido socialista fué el
470 VICENTE BLASCO IBANEZ

único que se mantuvo distanciado de esta propaganda maniatas lian atacado rauclias veces á ÍTuillermo II,
de expansión territorial por la guerra y la conquista, sinque éste, que ve un crimen de lesa majestad en la
Pero más adelante veremos como también los socia- menor critica á su persona, osase castigar á tan po-
listas, por espíritu germánico ó por miedo
á perder derosos enemigos.
su prestigio sobre las masas, han acabado por some- Bien conocida es la intluencia que ejerce en Ale-
terse á la política de la Liga. mania una simple revista semanal, la Zukunft, «El
La prensa de importancia pasó rápidamente á ma- Porvenir», escrita por el judio Maximiliano Harden,

nos del pangermanismo. Cada vez que Guillermo II cuyo verdadero apellido es Wittkowsky.
Harden es la primera pluma del
pangermanismo, y ningún escritor
alemán ha dicho cosas tan crueles
conti-a Guillermo II ni le ha puesto
como él en situaciones tan vergon-
zosas. Este periodista, discípulo fer-
viente de Bismarck, tiene á sus es-
paldas ricos y poderosos amigos, ju-
díos como él: Alberto Ballin, el céle-
bre organizador de las compañías de
navegación de Hamburgo, designa-
do popularmente con el titulo de «el
amigo del kaiser»; Emilio Rathenau,
«el rey de la electricidad», y Carlos

Fürstenberg, director de un gran


Banco. Además cuenta con el apoyo
del kronprintz, que le ha inspirado
muchos artículos, y de la poderosa
Liga Pangermanista.
En todo el mundo se recuerda la
escandalosa campaña realizada por
Harden hace pocos años contra
Eulemburgo y otros amigos del em-
perador, á los que acusó de homo-
sexualismo. Lo que menos interesa-
ba á Harden era la inmoralidad de
dichos personajes. El rudo periodis-
ta sabe á qué atenerse en lo referen-
te á los gustos de su país. Para él
Berlín es la capital sucesora de So-
doma.
Lo que él buscó con su escanda-
losa campaña fué anular al principe
Felipe de Eulemburgo y á otros per-
sonajes de la camarilla del empera-
BL CANON DB LA «KTILTT'R» dor, gentes inmorales, pero de opi-
• Dicen de Berlín: Amslerdán 2 de Noviembre. niones progresivas y tolerantes, que
aconsejaban á Guillermo II una poli-
La Universidad de Bonn, el (jran cenfro de la cultura germánica, ha conferido el título honorífico
de doctor á M. Krupp y á M. Rausenbeger, su colaborador, por la construcción del mortero de 420.»
tica de paz. Para suprimir esta in-
(Dibujo de Ricardo Flores, de Boches, publicación de Parisl
fluencia, el célebre periodista del
ha intentado persistir en una política pacifista, los pangermanismo realizó su campaña contra los favori-
grandes periódicos de Alemania, obedeciendo las ór- tos del emperador, poniendo á éste en una situación
denes de la Liga, lo han atacado duramente. difícily equivoca, pues fueron muchos los que llega-
Los pangermanistas observaron en estas circuns- ron á sospechar si participaba de las mismas aberra-
tancias una conducta semejante á la de los antiguos ciones que sus íntimos amigos y favoritos.
reaccionarios de la vieja España y de otras naciones Guillermo II, con todo su orgullo de «ungido del
que eran más «realistas que el rey», y por defender Señor», aguantó este chaparrón de escándalos sin
I
los principios monárquicos desacreditaban y atrepe- atreverse á ordenar nuevas persecuciones contra el
llaban á los monarcas. periodista. Sabia que detrás de Harden estaban los
Para mayor gloria del Imperio alemán, los panger- hombres ilustres del pangermanismo, los grandes ban-

4
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 471

(jueros, los grandes armadores, todos amigos suyos y


á la cabeza su propio hijo.
El emperador, capaz de ordenar las más crueles

persecuciones contra un periódico de ideas avanza-


das, no sólo tuvo que sufrir impasible kis criticas y
los ataques de los grandes diarios pangermanlstas,
sino que buscó su adhesión y aceptó sus consejos. Gui-
llermo II es un gran lector de periódicos, y aprove-
cha todas las ocasiones para condecorar á los redac-
tores de la prensa pangermanista. Sus hijos buscan
igualmente apoyo de las hojas conservadoras y pa-
el

trioteras. kronprintz está en continua relación con


í]l

los periódicos conservadores más difundidos, y su her-


mano el principe Joaquín, mientras hacia sus estu-
dios en la Universidad de Estrasburgo, proporcionó
informes á los periódicos de Alsacia para sus campa-
ñas de germanización.
El kaiser siempre que está en contacto con un pe-
i'iodista intenta «inspirarle» un artículo, como ha

inspirado cuadros y obras musicales.


«Los hombres de Estado de Alemania dice iróni- —

camente un autor han hecho grandes progresos en
el manejo de la fuerza de la prensa desde los tiempos
de Bisniarck. El canciller de hierro se limitaba á sub-
vencionar á sus reptiles para que silbasen bajo sus
órdenes. Los sucesores han ido más allá, pues silban BL CANCILLER CAl'lllVI
ellos mismos.»
D
Guillermo II, que acixbaba de hacer grandes demos-
En todas sus luchas con el pangermanismo, Gui- traciones de amistad á Inglaterra con motivo de la ad-
llermo II ha acabado por ceder, siguiendo sus impul- quisición de Heligoland. El canciller Caprivi estorba-
sos como un autómata. ba á los pangermanlstas por su espíritu conciliador y
Creada la Liga para combatir la política pacifista, moderado. En vano se plegó á los deseos de éstos, au-
cada intento del gobierno en favor de la paz sirvió mentando las fuerzas militares con la ley de 18i;t3. Un
para aumentar su acometividad y robustecer sus fuer- año después el kaiser tuvo que exigir su dimisión y
zas. El emperador, todopoderoso en apariencia, ha cambiar de canciller para dar gusto á la poderosa
tenido que plegarse en todas las cuestiones á la vo- Liga.
luntad de los pangermanistas. Desde entonces los pangermanlstas, con sus insi-
-
Ya hemos dicho cómo la Liga conquistó gran parte nuaciones ó sus amenazas, dirigieron la marcha del
de la opinión popular en 1892, al ponerse enfrente de emperador y sus cancilleres. En 1895 reclamó la Liga
el establecimiento de una estación naval en
(Jhina, y dos años después la marina alemana
tomó posesión de Kiao-Tcheou. Desde 1896
venían los pangermanistas exigiendo en ma-
World nifiestos y folletos que la actividad alemana
HOSTiLlTY se esparciese por el Asia Menor, y Guiller-
mo II emprendió en 1898, por darles satisfac-
ción, su romántico y aparatoso viaje ;i .lerusa-
lén. A partir de 1895, la Liga preconizaba la

adquisición de los restos de las colonias españo-


las en Oceanía, y en 1899 el gobierno imperial

consiguió del gobierno español la cesión de las


('arolinas y otros archipiélagos del Pacifico.
A pesar do la prontitud con que el empera-
dor y sus ministros obedecían las exigencias
del pangermanismo, éste se mostraba irritado
de vez en cuando por creer que sus sugestiones
KL BNiSUENO Y ML DESPERTAR
no eran acogidas con rapidez. En 1898 el doc-
Dominio dvl mundo. Hostlllddd mundial
( luicatuia iugiesai tor Ilassc, prcsídcnte de la Liga, lanzó contra
472 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

su antiguo amigo el emperador el primer ataque direc- ni su sucesor Hohenlohe, que se limitaba á suscribir
to, acusándolo de indiferencia ante los intereses patrió-
las decisiones del amo, dejando á su capricho toda la
ticos.Estos choques los olvidaba pronto Guillermo II, dirección política, resultaban los verdaderos respon-

por serle necesario el apoyo de los pangermanistas sables. El verdadero canciller del emperador era el

para hacer triunfar sus planes marítimos. Gracias á mismo emperador, y contra su persona debían diri-
aquéllos pudo ver aprobada en 1897 su ley de aumen- girse las censuras.
tode la flota. Guillermo II se asustó ante un golpe tan directo,
Al fin el soberbio emperador acabó por irritarse acogido con aplauso por gran parte de la nación, y
contra la tutela de estos terribles patriotas, que no le juzgó peligroso continuar la lucha, resignándose á
dejaban descansar, y en 1902 quiso hacerles ver que escuchar favorablemente todas las excitaciones de

BL BMHBKADOR GUILLERMO EXPLICANDO SUS PROYECTOS POLÍTICOS (Grabado de la época)

era el verdadero amo, aboliendo el régimen de dicta- lospangermanistas. Éstos habían fijado sus ojos desde
dura que imperaba en Alsacia-Lorena. mucho antes en el moribundo imperio de Marruecos.
La Liga Pangermanista aceptó el reto, y en el Un folleto de Class, titulado El Marruecos del Oeste
congreso celebrado en Eisenach lanzó por boca de debe ser alemán, concentró en esta parte de África el
su presidente Hasse una última advertencia al kaiser ansia de nuevos territorios sentida por los alemanes.
emancipado. El nuevo presidente de la Liga, llamado Guillermo II, para congraciarse con la Liga, después
Class, inauguró sus funciones con un escrito que ob- de grandes dudas y muchas precauciones oratorias,
tuvo gran resonancia en Alemania, haciendo el resu- emprendió un viaje á Tánger que puso en alarma á
men de la política de Guillermo II. En este resumen, toda Europa. Después para dar satisfacción á los
el pangermanismo, sin apreciar para uada las con- pangermanistas, que odiaban á M. Delcassé á causa
cesiones que le había hecho el emperador, declaró de su habilidad diplomática, exigió al gobierno fran-
responsable á la dirección suprema del Imperio de «la cés la retirada del ilustre ministro de Negocios Ex-
pérdida de prestigio que había sufrido Alemania desde tranjeros.
la época de Bismarck». El escrito ofrecía la innova- Los esfuerzos de Guillermo II en el asunto de Ma-
ción de despreciar á los cancilleres para combatir di- rruecos no fueron recompensados por la gratitud de
rectamente á Guillermo II. Ni Caprivi, que había los pangermanistas. Como la Conferencia de Algeciras
mostrado siempre la obediencia pasiva de un militar, dio un resultado contrario al que ellos esperaban,
LA INVASIÓiC

Dibujo ds A. C. Michael, según datos de M. Vllllers. de «The lUustrated London News»

La guardia prusiana es rechazada por la infantería ingiesza


OE BÉLGICA

1 intentar un supremo esfuerzo para apoderarse de Ipres


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 473

viéndose la diplomacia alemana completamente sola parlamentario que prestaba su apoj'O á la política
en sus gestiones, la Liga, que necesitaba vengar en personal del kaiser.
alguien su fracaso, atacó al emperador acusándolo de Empezó una lucha á muerte, verdaderamente curio-
blandura en las negociaciones, de olvido de los inte- sa y extraordinaria, entre una asociación compuesta
reses patrióticos y de miedo á Inglaterra, que se habia de monárquicos y su legitimo monarca; entre una liga
mostrado decidida sostenedora de Francia. Uno de imperialista y su emperador. Unos y otro deseaban por
los diputados más notables del pangermanismo, el igual el prestigio y la grandeza de Alemania, pero
conde de Reventlow, lanzó un folleto ruidoso titulado existia una profunda distinción entre la Liga, franca-
Guillermo II y los bizantinos. En esta publicación, el mente belicosa, y el kaiser, que buscaba en aquel en-
kaiser y sus amigos íntimos «los bizantinos» fueron tonces la supremacía de su país por medio de la paz.

CENTENARIO DHL EMPERADOR GUILLBRMO I BN ALEMANIA

atacados duramente. Irritado Guillermo por tal ingra- Guillermo II, combatido por sus amigos de otros
titud, lanzó en un discurso pronunciado en Breslau tiempos y por las mismas doctrinas que habia fuiniu-
violentos apostrofes contra los pangermanistas, á los lado en su juventud, debía sucumbir forzosamente.

que llamó los pesimistas. «El mundo dijo el empera- En su misma familia se ocultaban sus más enconados

dor pertenecí á los que viven, y los que viven tie- adversarios. Siguiendo la tradición de los Hohenzo-
nen siempre razón. Yo no quiero pesimistas á mi Uern, su hijo mayor, el principe imperial, atizaba
lado. El que no me quiera secundar que se vaya y ocultamente la campaña de los pangermanistas.
que busque lejos de aquí una patria mejor.» El kronprintz es un enemigo declarado de su pa-
121 discurso, en vez de intimidar á los pangerma- dre, como este á su vez lo fué de Federico III. La
nistas, sirvió para excitar sus sarcasmos. Algunos mania oratoria de Guillermo y sus pretensiones de
de ellos, empleando el seudónimo de «Un pesimista», artista, sirven de tema á las burlas de su primogéni-
ratificaron los ataques del conde de Reventlow. La to. Cada vez que un personaje célebre ha visitado la

campaña fué tan violenta, que Guillermo II se vio en corte de Berlín, el kronprintz le ha hecho la misma
la necesidad de disolver el Reichstag. Las nuevas pregunta con fría mal¡gnid;id: «¿Cree usted que papá
elecciones no privaron de fuerza al pangermanismo y tiene tanto talento como él se imagina?» Y estas pa-
únicamente sirvieron para disolver la situación pre- labras las acompaña con una sonrisa de conmisera-
ponderante del Centro católico del Reichstag, grupo ción, como si dudase del equilibrio mental de su padre.
474 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
En un viaje lin, culpables de haberse reído de su Himno á Egir,
que hizo por los En Octubre de 1908 el llegó á sus
pangermanísmo
mares de Orien- mayores audacias, asestando un golpe mortal á este
te, como sus emperador que se creía omnipotente. El «ungido del
co m pañeros Señor», quebrantado por el escandaloso asunto de sus
discutiesen so- amigos los bizantinos, vio desplomarse aun más su
bre el puente prestigio de monarca. Los tormentos que le hizo su-
del navio el frir la opinión pangermanista durante unos días fue-
nombre de una ron tan grandes, que la prensa llamó á este corto
hermosa estre- período la «semana negra de Guillermo».
lla que acaba- La semana negra comenzó con la publicación en
ba de apare- el Daily Telegraph de Londres de una interviú de
cer, el príncipe Guillermo II. Este se expresó con su acostumbrada
imperial dijo ligereza y su oratoria excesiva, formulai\do sobre la
irónicamente: política exterior graves apreciaciones que advirtie-
—No se can- ron á Inglaterra de la hostilidad de una gran parte
sen ustedes. Es del pueblo alemán. Nada tenían de extraordinario
11^^%?^
una nueva con- tales declaraciones, pues con frecuencia se había ex-
decoración que presado el kaiser en igual sentido. Además los pan-
papá le ha con- germanistas, en sus alardes patrióticos, se mostraban
LA NUEVA DANZA MACABRA cedido á Dios. tan impruden-
(Caricatura del artista italiano Alberto Martiui) La campaña tes como el em-
de 1908 contra perador, em-
Guillermo II fué implacable. Primeramente los pan- pleando un len-
de guaje todavía
germanistas, valiéndose de la pluma corrosiva
Harden, deshonraron á los favoritos de Guillermo
con más rudo.
revelaciones de una inmoralidad sensacional. De este La Liga apro-
modo consiguieron aislarlo, obligándole á despedir á vechó la oca-

los más íntimos amigos. sión para ha-


Su autoridad estaba minada, pues algunos meses cer pagar á
antes las exigencias pangermanistas le habían hecho Guillermo II
suscribir una reforma del Código penal endulzando sus intentos de
las prescripciones referentes al crimen de lesa majes- independencia,
tad. Ya no podía castigar á sus enemigos políticos y dio la señal
con la misma saña que á las pobres pianistas de Ber- del ataque con-
tra la política LA AMBICIÓN PANGERMANISTA
personal del -jNo me basto con la cruz de hierro. Necesito
toda la tierra!
líaiser, viéndo- (The Daily Graphic)
se secundada
por todos los partidos y por el país entero, que estaba
harto de las genialidades vanidosas del monarca.
Abandonado por los pangermanistas, no encontró éste
un solo hombre que lo defendiese. Cuando el Reichs-
tag en sus sesiones de 10 y 11 de Noviembre discutió
la interviú del Daily Telegraph, ni un diputado tomó
la palabra para defender al emperador. Todos los par-
tidos cayeron sobre él, tratándolo como á un niño im-

prudente, merecedor de correctivo.


El canciller Bülow tampoco defendió al kaiser,
apresurándose á formular excusas en nombre de éste
y á prometer que no daría más motivos de queja. «En
adelante— dijo— tanto en público como en las conver-
,

saciones privadas, Guillermo II se impondrá la reser-


va indispensable para la continuación de la política
alemana y la autoridad de la corona.» Por si esto no

BL MICROBIO TEUTÓNICO parecía suficiente, el emperador publicó el 17 de No-


Anillsts de una goto
viembre una nota oficial adhiriéndose á los compro-
de>angre
(II Fttchittto, (le Turíu)
misos formulados por su canciller. La victoria de los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 476

pesimistas no podía ser más grande. Guillermo, aban-


donado hasta por su primer ministro, renunciaba al
derecho de contestar á sus encarnizados censores.
El pangerraanismo triunfante exigió el botín de su
victoria, y Biilow, al día siguiente de la «semana ne-
gra», hizo votar los proyectos de ley presentados por
la Liga contra los polacos y los dinamarqueses sub-
ditos de Alemania. Además se inauguró en Alsacia y
Lorena una política de germanización á todo trance,
que hizo olvidar con sus durezas las medidas conci-
liadoras intentadas por el emperador.
La prensa pangermanista, ensoberbecida por el
triunfo, exigió una nueva intervención de Alemania
en el asunto de Marruecos. Bülow se negó á servir
como un autómata los deseos políticos de la Liga, y
fué reemplazado por el canciller actual Bethmann-
HoUweg, entrando en el ministerio de Negocios Extran-
jeros Kiderlen-Waechter, antiguo protegido y discí-
pulo de Bismarck.
El gobierno, impulsado por los pangermanistas,
dio en Marruecos el ruidoso golpe de Agadir con el
envío de la corbeta Panther, lo que equivalió á una
amenaza para Francia. Guillermo, «el emperador de KL CANCILI.EK BÜLOW
la paz», sometido definitivamente á la Liga, hizo co-
rrer á Europa el riesgo de una guerra franco- alema- cíéndolo responsable del fracaso. Algunos periódicos
na. Esta guerra se evitó gracias á la habilidad de la lo apodaron «el valeroso poltrón», y su hijo, el prín-

diplomacia francesa y á la intervención decidida de cipe heredero, manifestó públicamente su desagrado


Inglaterra. Los pangermanistas, furiosos al ver que contrael emperador porque había rehuido la guerra.
se les escapaba definitivamente la adquisición de Ma- Desde 1912 Guillermo II no hizo más que marchar
rruecos, volvieron á ensañarse con Guillermo II, ha- ciegamente bajo el impulso vigoroso de los panger-
manistas, operándose en él la gran transformación
que el embajador de Francia en Berlín anunció opor-
tunamente á su gobierno. «El emperador de la paz»
llegó á temer un destronamiento. Tuvo miedo á ios
manejos de su heredero y á la opinión belicosa del
país, y para conservar su corona pasó sin transición
á ser el emperador de la guerra.
El pangermanismo consideraba insuficientes los
armamentos del país para la lucha con Francia y
Rusia, y era preciso con Inglaterra. Por sus insti-
si

gaciones presentó el gobierno en 1912 las nuevas leyes

militares, y el ejército en pie de paz fué elevado á la


enorme suma de 1.200.000 hombres.
Después de esto la guerra europea pareció inevi-
table;una guerra preparada y provocada de larga
fecha por los pangermanistas.
Tal vez Guillermo II deseó sinceramente la paz
durante varios años; tal vez su cambio de política no
fué obra únicamente de la incoherencia de su carác-
ter, y se vio obligado á realizarlo bajo la presión
de
la citada Liga. Pero esto no disminuye su responsabi-
lidad. El partido pangermanista fué obra suya. Él
lo inició, fomentando sus primeras manifestaciones,
creando la doctrina de la dominación universal, que
luego han esgrimido como una arma contra él los pa-
triotas belicosos, cada vez que el buen sentido ó el

OUTLLBRMO II EN MARRUECOS instinto de conservación le ha hecho vacilar ante


(Punch, de Londres) Europa, dispuesta á defenderse.
476 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

halagado á las masas


obreras en sus aspira-
ciones igualitarias. Las
publicaciones satíricas
del pangermanismo ha-
cen objeto de sus burlas
al «Serenisimus»,que es
en Alemania el tipo del
soberano de pequeño Es-
tado, principe imbécil
que pretende ocultar su
nulidad exigiendo gran-
des muestras de respeto.
Con estas audacias de
lenguaje y con sus críti-
cas atrevidas contra el
emperador, la prensa
pangermanísta consi-
guió apoderarse de las
clases populares, que
buscaban la lectura de
tales hojas «porque de-
cían la verdad». De este
BL PADRE ETBKNO SEGÚN LOS PANGBRMANISTAS (Dibujo de Roubille) modo el público, que úni-
camente deseaba reír
Muchos se asombrarán al ver que el pangermanis- con las caricaturas contra los pequeños príncipes ó
mo, que no es más que un partido entre los varios que las censuras á lascostumbres del kaiser, ha acabado
existen en Alemania, ha llegado á apoderarse de toda por aceptar poco á poco todas las afirmaciones de la
la nación, comprometiéndola en las empresas más doctrina pangermanísta.
temerarias. Parece natural que un partido belicoso, Los socialistas desde hace años han observado en
militaristay compuesto en gran parte de elementos Alemania una conducta doble. De vez en cuando sus
conservadores, haya tenido que tropezar, no con la diputados provocaban una tormenta parlamentaria
oposición de un emperador, sino con la resistencia de en el Reichstag, censurando la política personal del
las masas democráticas. emperador ó las palabras de su canciller. Pero esto
Pero en Alemania no existe el partido democrá- sólo era una
tico. comedia para
Esta afirmación será acogida tal vez con extrañe- halagar á las
za, pues bien sabido es que Alemania cuenta con un masas del par-
partido socialista enorme y de una organización per- tido y sostener
fecta. su entusiasmo.
Pero el socialismo alemán es distinto al de los otros La prensa
pueblos, y aunque prospera como organización eco- pangermanísta
nómica, hace años que no existe como fuerza política. comentó mu-
El pangermanismo, partido de reacción política, chas veces con
se apoya precisamente en las masas democráticas. ironía la con-
Una originalidad de la psicología del pueblo alemán. ducta de los di-
De no haberse plegado Guillermo II á las exigencias putados socia-
de los pangermanistas, éstos, en su cólera, habrían listas. Los «pu-

llegado hasta una revolución: pero una revolución al ros» del parti-
revés, en favor del retroceso, contra un emperador do, los intran-
que no era bastante emperador. El rey de Prusia y sigentes, exi-
todos los soberanos confederados de Alemania hace gían á sus re-
años que están convencidos de que su destronamiento presentantes
sería inevitable al ponerse enfrente del
pangerma- una política
nismo. honrada con
Los periódicos de la Liga mostraron en diversas arreglo á los
,DiüS ESTÁ CON nosotros!
ocasiones una insolencia antimonárquica contra los ideales socia- Un dios que lleva escopeta
pequeños soberanos alemanes, y sus sarcasmos han listas. Una mu- (Caricatura italiana)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 477

CUATRO GENERACIONES DE REVÉS


478 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

jer, Rosa Lu- En 1913 los socialistas llegaron á ser 110 en el


xemburgo, figu- Reichstag, pero su oposición resultó una miserable
ra á la cabeza comedia, que hizo reir muchas veces á los mismos
del elemento enemigos. Esta conducta la han observado igualmen-
generoso y des- te en Agosto de 1914, al declanxrse la
guerra, acep-
interesado, sos- tando todas las pretensiones del militarismo.
ten iendo las De estos 110 diputados sumisos al gobierno impe-
tradiciones re- rial como buenos servidores, sólo hay que exceptuar
volucionarias á Liebknecht el joven, que siguiendo el ejemplo de su
de los
primeros padre protestó contra el aumento de las fuerzas mili-
tiempos del so- tares y luego contra la oportunidad de la guerra, ha-
cialismo ale- ciendo responsable de sus horrores á la política del
mán. «Par a pangermanismo.
evitarse los ra- La conducta del grupo parlamentario socialista
yos de esta Juno en 1913 fué extremadamente ridicula. Hablaron tea-
del socialismo tralmente sus diputados contra la proposición de au-
— dijo un perió- mentos en el ejército, y luego votaron los créditos ne-
dico pangerma- cesarios para que dicho aumento se costease.
nista — los di-
,
Un representante pangermanista dijo irónicamen-
nBBKNBCHT putados dcl te al comentar la puerilidad de este doble
juego: «Pro-
partido provo- curar los fondos necesarios para la compra de una
can escándalos en las sesiones del Reichstag, bailan- mercancía equivale igualmente á procurarse la mer-
do una especie de danza guerrera con imprecaciones cancía.» Los socialistas, después de oponerse al au-
salvajes, llamamientos al orden del presidente y otros mento de los contingentes militares, se encargaron de
accesorios. Pero luego en las comisiones se mues- demostrar al gobierno la falta de seriedad de su opo-
tran como unos excelentes muchachos, marchando de sición, apresurándose á conceder el dinero necesario
acuerdo en todo con el canciller.» para el sostenimiento de aquéllos.
Están muy lejanos para el socialismo alemán los Bethmann-HoUweg y el ministro de la Guerra des-
tiempos en que Bebel y Liebknecht (padre) se hacían de lo alto de la tribuna procuraron hacer resaltar el
condenar á 18 meses de fortaleza por haber protes- triunfo del pangermanismo, congratulándose de la «ac-
tado enérgicamente contra la anexión de Alsacia- titud patriótica»de los diputados socialistas. Estos
Lorena. habían advertido secretamente al gobierno que no
La decadencia moral del socialismo alemán se ha hiciese caso de las «extravagancias» que tendrían
extremado en razón del aumento de sus adherentes y que decir sus oradores para dar gusto á los intransi-
la importancia de su organización. En 1887 el grupo gentes del partido, así como de los manifiestos franco-
socialista del Reichstag constituía una minoría irri- alemanes contra los armamentos, que iban á suscri-
soria, y sin embargo amargó la vida de Bismarck, bir para dar gusto á los socialistas de Francia.

oponiéndose de un modo irre-


ductible á la aprobación de
aumentos militares.
— ¡Ni un hombre más ni un

céntimo más! dijeron los so-
cialistas de entonces.
Y Bismarck se vio obliga-
do á disolver el Parlamento
para hacer callar á la oposi-
ción.
En 1893 el socialismo sólo
había llegado á tener 40 di-
putados, pero éstos lucharon
con tanto vigor contra las pri-
meras exigencias de la Liga
Pangermanista, que hicieron
necesaria una nueva disolu-
ción del Reichstag para que
aquélla pudiese obtener un
aumento en los créditos mili-
tares. UN MITIN SOCIALISTA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 479

Esta conducta fué tan irritante que algunos perió- todos los actos
dicos imparciales y ajenos al socialismo no vacilaron del gobierno
en calificarla de «lamentable comedia». Como dice un imperial y con-
autor, «sólo puede explicarse esto de dos modos: sentir todas las
ó los

dirigentes del socialismo en Alemania han sido gana- agresiones con-


dos por las ideas imperialistas, ó convencidos de que tra los demás
estas ideas se han apoderado de las masas populares pueblos.
no se atreven á combatirlas de frente y se dejan Sus represen-
arrastrar por el pangermanismo para mantener su tantes en el
situación política». Keichstag han
Los viejos socialistas de todo el mundo hace tiem- sido denuncia-

po que se dieron cuenta de la gran transformación, en dos muchas ve-


sentido reaccionario, sufrida por los directores del so- ces por los so-
cialismo alemán. «Se han aburguesado y constituyen c i a 1 i s t a s de
un partido político igual á los otros», afirman algunas otros países,
revistas importantes del marxismo. Las palabras re- como simples
volucionarias que entusiasmaron á la anterior gene- politicastros,
ración resultan incomprensibles para los nuevos so- iguales á los
cialistas alemanes. «La generación joven dijo un — de los partidos
diputado en el congreso del partido celebrado en Jena conservadores, BEBBL

en 1913 se nos escapa de entre las manos porque no hinchados de
quiere oír hablar de antimilitarismo.» satisfacción y de orgullo porque el emperador aprecia
La joven Alemania, preparada mentalmente por su apoyo y el Canciller les agradece con una sonrisa
los pangermanistas desde la escuela de primeras le- ó un apretón de manos su firme adhesión á la política

tras, ama la guerra y la conquista y desea la gran- militarista.


G
deza de su nación por medio de las armas. Los direc-
tores del socialismo, para no perder la adhesión de las La inmensa mayoría de las universidades y los in-

masas, han modificado su doctrina, despojílndola de telectuales de Alemania, es afecta al pangermanis-


sus afirmaciones más simpáticas, ó sea de la aspira- mo. El maestro de escuela en las primeras gradas de
ción á la paz universal y la fraternidad entre los hom- la educación y el «Herr Doctor» y el «Herr Professor»
bres. Todo cuanto tiene la doctrina socialista de idea- en los peldaños superiores, pi-eparan y moldean á su
lismo moral y que entusiasmó románticamente á las modo el espíritu de la juventud.
anteriores generaciones, ha sido suprimido por el so Bismarck dijo brutalmente que «la fuerza está por
cialismo de Alemania. Las aspiraciones de éste son encima del derecho». El profesorado germánico ha
materiales, egoístas é inmediatas. Busca solamente modificado esta expresión, suavizándola hipócrita-
un aumento en el bienestar de sus asociados, y á cam- mente, dándole un aspecto científico. «La fuerza crea
bio de conseguirlo se muestra dispuesto á aprobar el derecho», y en todas las cátedras de Alemania los

profesores desarrollan dicho


tema, inculcando á la juven-
tud la necesidad de ser fuer-
tes y de triunfar, con la cer-
teza de que la victoria santifi-
ca los mayores atropellos é
infunde la respetabilidad del
derecho á las más locas auda-
cias. Para el intelectual ale-
in;in el vencido no tiene dere-
cho alguno y debe ser impla-
lablemente sacrificado. Ale-
mania dominará á todo el
niimdo por ser la nación más
fuerte, y al desarrollo y con-
solidación de su fuerza diri-
gen todas sus energías los
pangermanistas universita-
rios.Sus enseñanzas son un
himno continuo á la energía,
ORADOR SOCIALl!<TA HABLANDO AL PUEBLO la actividad, la fuerza y la
480 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El orgullo de los pangermanistas, como ocurre en


todos los partidos de violencia, ha ido más allá de lo
que pretendieron sus fundadores. Desearon éstos es-
tablecer únicamente la dominación sobre los paises de
origen alemán que no forman parte de Alemania. Tal
propósito,aunque amenazador para la tranquilidad
de Europa, era razonable. Pero los más ardientes
pangermanistas, empujados por la vanidad, han avan-
zado de conclusión en conclusión hasta proclamar
que el pueblo alemán es «el pueblo elegido», el ver-
dadero pueblo de Dios, designado desde el principio
del mundo para regenerar á la humanidad.
Estos energúmenos, para probar sus conclusiones,
exaltan con loca confianza la superioridad de su na-
ción y los gloriosos dones que la ha prodigado el cie-
lo. Alemania es el pueblo según ellos más puro y de

virtuosas costumbres. Su gusto es infalible y delicado


en todo. Nadie como los alemanes cultiva el ideal.
Sus artistas son siempre de genio. Ninguno de sus
sabios puede equivocarse. Todas estas afirmaciones,
de un orgullo tan insensato que provoca la risa, es-
tán consignadas en el libro Los fundamentos del *«-
glo XIX, cuya publicación y difusión favoreció el em-
perador.
La nación no se compone únicamen-
te — según estosprivilegiada —
propagandistas de los pueblos de Eu-
UN «HERR PROFBSSOK» CON SU TOGA TRADICIONAL ropa que hablan más ó menos correctamente el ale-
mán. Existen otros paises que deberían hablar el
violencia, preconizadas como las únicas virtudes que alemán y se obstinan en no hablarlo; grave error que
pueden sostener á una nación moderna. remediarán las armas del Imperio algún dia, obligan-
El culto de la fuerza para estos alemanes intelec- do por la fuerza á estos refractarios á que no menos-
tuales no es únicamente la práctica de la potencia precien sus tradiciones. Según estos pangermanistas
militar. Recomiendan igualmente el infundir á la cien- próximos á la demencia, son alemanes y deben per-
cia una atrevida impetuosidad para que sirva de au- tenecer á la Alemania del porvenir los suecos, los
xiliar en la obra nacional. Todo lo subordinan á las noruegos, los dinamarqueses, los holandeses, los in-
empresas del pangermanismo; al triunfo de «la más gleses, los belgas, los rusos de Curlandia, los húnga-
grande Alemania». La ciencia universitaria debe ser ros y los polacos. La Bohemia debe ser alemana. La
una colaboradora del Estado
Mayor alemán. El arte debe
ser utilizado para imponer al
mundo el gusto alemán. La

música es igualmente una po-


tencia que debe difundir uni-
versalmente la sensibilidad
germánica.
Las jóvenes generaciones
de Alemania han surgido de
las universidades convencidas
de que la raza germánica debe
dominar al mundo. Al ser des-
pués oficiales del ejército, di-
putados ó grandes represen-
tantes de la industria, pusie-
ron en práctica las enseñan-
zas del pangermanismo, arras-
trando su pais á la guerra por
la dominación universal.

PR0FB30RBS ALEMANES BN BL CLAUSTRO DB UNA UNIVERSIDAD


HISTOÍÍIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 481

Lombardia y todo Norte de Italia pertenecen tam-


el

bién históricamente al Imperio alemán. Servia y


Croacia figuran igualmente, á pesar de su indiscu-
tible origen eslavo, como poblaciones germ;inicas.
Casi todo el Norte de Francia debe hablar alemán,
aunque se obstina lamentablemente en conservar su
inferioridad gala, y al Imperio pertenecerán algún
dia el Flandes francés, la Champaña, el Franco-Con-
dado y la Borgoña.
Este ridiculo tejido de locuras, fabricado con prue-
bas históricas, falsas ó pueriles, es la obra de eru-
ditos ilustres, de catedráticos de Leipzig, Munich
y Berlin que figuran como pensadores de renom-
bre. Algunos van más lejos aún en su carrera de

absurdos, y á fuerza de hipótesis, de torturar etimo-


logías y falsificar textos, han llegado á persuadir á
las crédulas y orgullosos masas pangermanistas de

que todos los grandes hombres que honran á la huma-


nidad fueron de origen alemán y pertenecen á la gran
familia alemana, habiéndose ignorado esto hasta nues-
tros días porque la envidia que los hombres del Sur
sienten contra las tribus germánicas embrolló la ver-
dadera historia.
La demencia pangermanista da un titulo de nacio-
nalidad alemana á todas las grandes figuras univer-
sales de la ciencia, del arte ó de las religiones, hala-
BOLAS DE JABÓN
gando de tal modo á las diversas y disparatadas Las ilusiones del kaiser
clases que seamalgaman en el seno de su partido. (London Opinión)
Dante era alemán: no hay más que estudiar su retra-
to,según los citados autores, para convencerse de su
origen germánico. San Francisco de Asis también era
alemán. ¿CJino explicar de otro modo su fervor hu-
manitario y su poéti'-a bond;id, que son virtudes pu-
ramente gerra micas? Pascal era alemán y Montaigne
también, pues únicamente puede concebirse asi su
notable inteligencia.
Un «Herr Professor» llamado Ludwig Woltmann
ha publicado una obra extensa y paciente para de-
mostrar que todop, absolutamente todos los grandes
artistas del Renacimiento italiano procedieron igual-
mente de familias germánicas. Benvenuto Cellini era
de origen alemán, y para convencerse de ello basta
decir que tenia la barba rubia, tirando á roja. La pro-
cedencia alemana de Miguel Ángel Buonarotti aun es
más fácil de probar. El apellido Buonarotti es un deri-
vado de Bohn-Rdttn, lo (iiie denuncia su origen sajón.
Lo mismo ocui're con Leonardo de Viiici. Este Viiu-i
es una falsificación italiana: «^u verdadero apellido,
según los pangermanistas, era Wincke. El origen ale-
mán de líafacl es indiscutible, y únicamente 1>'S ene-
migos del Imperio germánico pueden ponerlo en duda.
El apellido de Rafael, Sanx.io ó Santi, corresponde
indiscutiblemente al de Sandt, muy generalizado en
Alemania. Además, el gran pintor de las Madonas
tuvo un rostro noble, la barba rubia «y sus ojos eran
el espejo de una hermosa alma», condiciones «lue seria
LA voz DE DIOS
-Va que pretendes ser mi aliado, respeta mis moradas injusto y erróneo ir á buscar fuera de la raza ger-
(l'uck, de Kueva York) mánica.
482 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
toda la Alemania estu-
diosa «como palabras de
Evangelio», ayudando á
su éxito el verlas apoya-
das y propagadas por
Guillermo IL Las revis-
tas más serias y anti-

guas del profesorado, así


como las publicaciones
más difundidas de la li-
teratura alemana, ana-
lizaron los libros extra-
vagantes de Woltmann
y de Reimer con la mis-
JULIUS KAISER GENERAL HÉRCULES JOHANNA VON ARKSTBIN WILIIELM hCHAKHSPEAR
ma
gravedad que dedi-
Julio César, Hércules, Juana de Arco y Shakespeare, que con otras grandes figuras han sido reclamadas por el panger-
manismo, atribuyéndoles origen alemán
can á las obras científi-
(Punch, de Loudres)
cas de primer orden. En
Los grandes hombres de la humanidad no han las bibliotecas más severas é inabordables de Alema-
bastado á la ambición anexionista de estos dementes nia figuran estos dos libros. El kaiser ha favorecido
del patriotismo. Han querido dar á su doctrina un su publicación y facilitado con su dinero las edicio-
carácter divino, y el doctor Reimer, en una obra vo- nes abundantes. El pangermanismo, que desea man-
luminosa titulada Una Alemania pangcmanista, ha tener al pueblo alemán «peligrosamente enfermo, in-
hecho algo más que todos sus colegas. Reimer prueba solentemente vanidoso é hinchado de un orgullo terri-
de un modo concluyente que Jesucristo fué alemán. ble», ha visto en tales obras y otras de su misma clase
«Si Cristo no es de origen teutón —
argumenta dicho elmedio de acrecentar su influencia en las masas. El
autor —
habría que considerarlo como un simple mito;
, emperador megalómano también tiene interés en ati-
pero como nuestro Salvador ha existido, y esto nadie zar el fuego de la orgullosa demencia alemana, hacien-
puede ponerlo en duda, de aquí que hay que recono- do creer al pueblo que la Providencia lo ha creado
cerlo como alemán.» Además la tradición afirma que para que sea
fué rubio, prueba concluyente de germanismo que el dispensador
únicamente pueden desconocer los espíritus obtusos ó de toda civili-
frivolos de la Europa del Sur. El erudito doctor rema- zación, el ins-
cha su demostración con el apoyo de la etimología trumento del
— que no se engaña nunca

analizando el nombre de
,
cíelo y que sus
Jesús. La primera para él una altera-
sílaba, Jex, es enemigos son
ción de la sílaba Gvr. La segunda sílaba, ux, es una los enemigos de
terminación latina de todas las palabras masculinas Dios.
D
y equivale en idioma germánico á man De lo que re-
sulta indiscutiblemente que Jesús quiere decir Ger- Los profeso-
mán, ó sea germano. ¿Quién, después de esto, podrá res del panger-
negar que Jesu- manismo que
cristo fué ale- se apoyan en
mán?... una metódica
El lector, falsificación de El pangermanismo apoderándose del mundo
asombrado por la historia, (Caricatura de Maitrejeau)

la inmensidad para hacer


de tales extra- creer que gran parte del mundo corresponde á Ale-
vagancias, tal mania, han apelado igualmente á la etnología para
vez las crea demostrar la superioridad de las razas indo-germáni-
producto de cas, que son rubias, sobre las razas que no son indo-
unos simples germánicas ni rubias.

locos, sin nin- Lo más extraordinario es que esta nueva manifes-


gún prestigio tación seudo-cientifica de la soberbia alemana, está
en su país. Se basada en las teorías de un francés, el conde Aquiles
equivoca. Es- de Gobineau.
Un pangermanlsta humillado verse prisionero
al
tas divagacio- Éste, que fué un diplomático de talento paradojal,
de dos bárbaros Ignorantes de su alta <kullur> nes han sido vivió largos años en el extranjero y escribió muchos
(The Daily Qraphic, de Loudros) acogidas por libros, sin conseguir la celebridad en su país. Hostil á
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 483

la Francia moderna y democrática, que concede los dades germánicas el carácter de un culto religioso.
primeros puestos por el sufragio popular y no por los Los profesores se asociaron formando escuela en tor-
privilegios del nacimiento, el conde de Gobineau
em- no de la obra de este francés que al morir parecía
pleó sus largos ocios diplomáticos escribiendo obras algo asombrado é inquieto por su inesperada gloria
literarias científicas que cayeron al poco tiempo en al otro lado del Rhin. Las sociedades de estudios «go-
y
el olvido. bíneauescos» comentaron, profundizaron y retorcie-
El más voluminoso desus libros, un tratado sobre ron las doctrinas del maestro, dando el carácter de
La denigunldctd de las razas humanas, pasó inadverti- una verdad científica é indiscutible á la superior no-
do en Francia y obtuvo al otro lado del Rhin un
éxito inmenso, aceptándolo los alemanes como
una especie de Evangelio. Ricardo VVágner, gnin
amigo de Gobineau, fué de los que más contribu-
yeron á la difusión de sus teorías. El diplomáti-
co, retirado en una provincia de su país á fines
del imperio de Napoleón III, se vio elevado por
los profesores de Alemania á las alturas de la
mayor celebridad. Este francés, sin darse cuen-
ta y sin desearlo, había halagado la soberbia
alemana, dando una base falsa, pero de aparien-
cia científica, á su orgullo y sus anhelos de do-
minación.
Ya en tiempos anteriores algunos nobles fran-
ceses de alta cultura, deseosos de sostener sus
privilegios de nacimiento, dándoles un barniz
científico, habían escrito libros para demostrar
la superioridad de la sangre azul de los francos,
dominadores y aristocráticos, sobre la sangre
roja de la muchedumbre de galos-romanos. Pero
esta tesis era ya vieja en la época de Gobineau.
La ciencia ha demostrado que la sangre es roja
para todo el mundo, y que una sangre que se
vuelve azul corta el desarrollo de la vida. El
aristocrático y melancólico Gobineau tuvo que
renunciar al argumento del color de la sangre,
pero descubrió otro de mayor novedad, el del
color de los cabellos, que es menos discutible,
pues nadie puede negar que existen en el mundo
hombres morenos y hombres rubios. Toda la doc-
trina de Gobineau, expuesta con la difusión
amada por los alemanes, se basa en el siguiente
silogismo: «Los hombres rubios han nacido para
mandar á los hombres morenos. La prueba es

que los germanos que eran rubios conquistaron


á la Galia romana.» Shakespeare. dramaturgo alemán, frecuentemente traducido en Inglaterra
Como dice P. Mille, lo que se calló Gobineau, (The Byítander)

pero se lee entre líneas en toda su obra, es esta


conclusión egoísta: «Yo desciendo de los hombres ru- bleza de la raza alemana sobre todos los pueblos del
bios; luego debéis darme el lugar que me correspon- mundo.
de.» Gobineau no parecía muy seguro de la solidez Hace muchos años que no existe la Alemania poé-
de sus teorías, pero era un escritor que ansiaba apo- tica y sentimental descrita por Míid. Stael; la Ale-
derarse de la atención pública, esquiva hasta enton- mania virtuosa y pensadora que el entusiasta Miche-
ces con él, asombrándola con toda clase de paradojas let ofrecía como modelo á Europa. La Alemania del
audaces. Francia, que sabe distinguir, no hizo gran presente, orguUosa de sus victorias, que todo lo ve
caso de las exageraciones del escritor, pero los ale- grande, colosal, y sin despojarse de su armadura de la
manes las aceptaron como sí fuesen oro puro, tanto Edad Media quiere imitar la vida juvenil y vertigi-
más cuanto que halagaban su pretensión á la supe- nosa de Estados Unidos, es muy distinta á la Ale-
los
rioridad sobre el resto del mundo. mania del pacifista Kant, del sereno y humano Goethe,
El entusiasmo por Gobineau tomó en las universi- del republicano Beethoven.
484 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

confratei-nidad existe entre el oficial y el profesor.


El cuarto de banderas y el laboratorio
abrigan las
mismas aspiraciones.
El sabio alemán, hombre pacifico en su vida
prác-
tica, que encamina todas sus energías á la conquista
de un titulo de Excelencia, muestra teóricamente
desde su pacifico retiro la ferocidad implacable de un
bárbaro de las antiguas invasiones. Al ver al gallar-
do teniente de la Guardia ó al escuchar las
arengas
belicosas que vocaliza el kaiser como un tenor heroi-
co, el alma de este sabio, que es tierna y guerrera á
la vez, siente el deslumbramiento amoroso, el mismo
éxtasis simple que arrastra en los paseos á la nodriza
ó la criada hacia el hombre de
tropa con vistoso uni-
forme.
Mientras los descendientes de Federico II sueñan
con apoderarse de Europa entera valiéndose del mis-
mo procedimiento que empleó aquél para enseñorear-
se de la Silesia, los respetables profesores de Alema-
nia falsifican anticipadamente los derechos
que han
de servir para justificar tales conquistas. Con este fin
han retocado y completado la doctrina de Gobineau,
produciendo una teoria monstruosa y pueril que pre-
tende demostrar cómo la humanidad entera debe ser
gobernada por
el soberano de
Prusia.
EL KlíONPlilMTZ Y SU HIJO BO PKÍNCll'K
Los germa-
OUILLBKMI) FBDBKICO
nos son, según
Los pangermanistas reniegan su pasado intelec- ellos, la aristo-
tual y pacifico, ya que sólo lo recuerdan como una cracia de la hu-
justificación engañosa del presente ó como un titulo manidad. Dis-
de orgullo, sin intento alguno de reanudar sus tradi- frutan de este
ciones. Ahora Alemania es simplemente un pueblo de titulo de supre-
hombres de acción, envanecidos por su rápido triunfo, ma nobleza,
hambrientos de riquezas y de goces, convencidos de porque proce-
que la prosperidad material es el único fin del
progreso den directa-
humano, sostenedores de una civilización que se basa mente de los
en el bienestar automático, ansiosos de imponer su antiguos arios.
propio molde á Los ingleses EL CASCO GERMÁNICO APLASTANDO
todas las na- también eran Á LA PALOMA DE LA PAZ
ciones. arios, según los (Life, de Niiev» York)
«Alemania es profesores ale-
la sal de la tie- manes. No podian negarles este origen, ya que según
rra.» «La hu- Gobineau el ario tenia el cabello rubio y los ojos
manidad se sal- azules.
va ni haciéndo- Pero los subditos británicos desde hace unos me-
se alemana.» Y ses, ó seadesde que se pusieron enfrente de la políti-
el militarismo ca de Guillermo II y su canciller Bethmann-Hollweg,
se ve apoyado j'a no son arios. Perdieron todos sus derechos y no
por estas afir- merecen la más pequeña parte en el futuro reparto
maciones y del mundo. Son traidores á su origen, y por culpa de
otras semejan- Sir Edward Grey caerá sobre ellos la maldición de
tes que surgen sus remotos abuelos los arios, que nadie sabe cómo
de las universi- fueron y cuyas tumbas nadie sabe dónde están.
dades de más La ciencia que no es alemana se atreve á decir
bü cituz Dü HiKiiuo ^llii "6l Rhin. que es una puerilidad hablar de razas como de algo
(New York Tribune) Una estrecha determinado é intangible; que no existen razas puras;
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 485

A LA CONQUISTA DEL MUNDO (Mucha, de Vaisovia)

que después de tantos siglos de historia conocida, cada una raza pura y originaria, ó si son una de tantas
pueblo es un conjunto de diversas sangres y orígenes, denominaciones inventadas por la ciencia para encua-
y que la misma nacionali- drar sus teorías. Unos han
dad alemana, formada al tenido á bien imaginárselos
azar de las conquistas, está rubios y grandes; otros, con
compuesta de diversos ele- igual derecho, los han des-
mentos étnicos. Los prusia- crito morenos y de mediana
nos, directores de los desti- estatura.
nos de Alemania, resultan, Los profesores alemanes
por su origen, más eslavos convierten al ario ya que —
que germanos. No todos ellos éste no puede quejai'se y se
son rubios ni tienen los ojos presta á todo— en un perfec-
azules, y en cambio las gen- to alemán, y en nombre de
tes de este aspecto abundan la superioridad aria justifi-
en los pueblos del Sur. El can las aspiraciones germá-
cráneo del ario era, según nicas al dominio del mundo.
los investigadores, muy des- Elmundo debe ser goberna-
arrollado y saliente en su do porlos más nobles; y los
parte posterior, y el buen más nobles son ellos.

alemán, por la grotesca con- Europa se halla dividida,


figuración de la cápsula ósea según los pangermanistas,
que contiene el tesoro de sus en dos enormes agrupacio-
orgullos y sus locas esperan- nes étnicas. Al Norte, el ario,
zas, ha merecido de muchos ó sea el alemán, el señor que

pueblos el apodo de «cabeza reclama su herencia, «la


cuadrada». sal de la tierra», rubio,
Además — y esto es muy blanco, con ojos azules. Al
importante — nadie
,
sabe Sur, el homo mediterraneus,
con certeza cómo fueron los BL MENSAJERO DE I>A GUERRA
moreno, inquieto, mentiroso
arios; nadie puede probar si
La Muertb al Obrero.— DcIü eso y toma el fusil. Tu trabajo, — pues sólo el alemán cono-
realmente existieron como
para mi, no representa nada.
(Maoriland Worker de WelUugton)
ce la verdad —
de gran ra-
,
486 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

pidez para la comprensión, de una inteligencia Biem- dero ario. En cambio, el traidor Hagen, que acaba
pre pronta al invento y con un exagerado amor á la con él, los sórdidos nibelungos, los enanos malignos,
libertad; defectos todos ellos que le hacen ser algo in- toda la caterva ruin, enemiga de la nobleza y el he-
dependiente é ingobernable. En resumen: una mala roísmo, son morenos y de cabello negro: todos repre-
persona. sentantes del homo mediterraneus, que deberá ser
Este homo mediterraneus es el que desde Grecia y suprimido ó esclavizado cuando el mundo se salve,
desde Roma mundo. Á este tipo inferior,
civilizó al dejándose gobernar por los alemanes.
llamado á desaparecer por una sentencia del profeso- El sabio prusiano que colabora con el Estado Ma-
rado germánico, pertene- yor dispone de algo más
cemos todos nosotros los que los orígenes étnicos
llamados latinos. para afirmar el derecho
La pueril división do de Alemania sobre los
razas de los alemanes con pueblos de Europa. Apela
su acompañamiento de á la Historia y declara
virtudes y defectos, com- tierra alemana todo país
pletamente gratuitos, es hollado por las tribus ger-
visible en la más genera- mánicas invasoras, aun-
lizada de las produccio- que hayan transcurrido
nes del arte germánico desde entonces decenas de
contemporáneo. Wágner, siglos.
amigo y admirador de Go- Ya hemos dicho cómo
bineau, se dejó influen- el pangermanismo recla-
ciar por las teorías de éste ma por suyas Bélgica, Ho-
en sus obras de poeta-mú- landa y muchas provin-
sico. cias de Francia. Si sus
Sigfrido resulta el héroe teorías adquiriesen un es-

representativo de la mo- tado de realidad, la Ger-


derna Alemania. Recuer- mania, victoriosa, con la
da á Guillermo II, á pesar historia en la mano lo
de sus brazos robustos. mismo que una ganzúa,
Es un tócalotodo exube- irá forzando las puertas
rante, jactan-
hablador, de todos los pueblos. Sí
cioso, incoherente, sober- sus guerreros pudieran
bio, como hijo de los dio- apoderarse de Francia en-
ses, y que se cree capaz tera, sus profesores se en-
de las empresas más in- cargarían de probar des-
verosímiles. Olvida la fe pués que Francia había
jurada con fácil ingrati- sido alemana siempre.
tud y salta rápidamente Con igual facilidad demos-
de un sentimiento á otro. trarían que Italia es ale-
No dice que guarda «la mana por los emperadores
pólvora seca», porque en germánicosque en la Edad
QUERIENDO ESCALAR EL PEDESTAL DE LOS GRANDBS Media extendieron su po-
tiempos del Walhalla no
CONQUISTADORES DEL MUNDO derío á la Sicilia.
la había, pero canta la
(Mofiern Life)
gloria de «la espada bien Hasta los habitantes de
afilada», como si fuese un la Península Ibérica, es-

orador de grandes maniobras ó de cubierta de yatch. pañoles y portugueses, quedaríamos comprendidos en


Su suficiencia no reconoce limites, y al percibir la voz sus reivindicaciones históricas cuando nos llegase la
del ruiseñor entre los murmullos de la selva, corta hora. Los burgraves de la universidad evocarían el
una flauta en las cañas y pretende imitar torpemente recuerdo de los godos, fundadores de la monarquía
la melodía de la Naturaleza. Del mismo modo el Sig- española. Igualmente harían memoria de los vánda-
frido de nuestra época, hastiado de pronunciar aren- los que de las arenosas llanuras de Prusia vinieron á
gas y dar su nombre á cuadros ajenos, se sintió atraí- civilizarAndalucía con la antorcha y con la espada,
do por de la gloria artística, y cortando
los gorjeos lo mismo que sus descendientes acaban de civilizar á
una en un cañón de fusil, lanzó al viento el
flauta... Bélgica. Y como la mayor parte de América fué des-
Himno á Egir, música divina de la que nadie pudo cubierta y civilizada por españoles y portugueses, el
reírse sin incurrir en el delito de lesa majestad. vencedor alemán, en nombre de una Iberia alemana
Sigfrido, el héroe inconsciente, es rubio: un verda- hace quince siglos por la invasión de los godos y los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 487

vándalos, haría valer sus derechos sobre el Nuevo consiste en ser algún día subdito de Guillermo II, al

Mundo, desde los Estados meridionales de la Repúbli- que llama el profesor Lasson de Berlín «Delicias del
ca Norte -Americana que fueron españoles hasta la género humano».
Tierra de Fuego.
Esto es absurdo: no lo negamos. Pero todo absurdo El homo mediterraneus que tiene un concepto espe-
,

es colosal, y lo colosal atrae con fuerza irresistible á cial de la dignidad, no quiere plegarse á la disciplina
la mentalidad germánica. Más absurdo resulta que en automática preconizada por los alemanes como el me-
nuestra época, de rápidas comunicaciones y medios jor modelo de existencia. Su noción del ridículo una —
de información unlversalizados, noventa y tres inte- noción propia de los pueblos inferiores, que no cono-
lectuales de Alemania, muchos de ellos eminentes y

ce la superioridad germánica le impide avanzar en
la vida marcando el paso y extendiendo rígida la
que gozaban de general respeto, hayan mentido como
bellacos, pierna, eo-
pretendien Bi mo en «la
do engañar marcha del
al mundo ganso» in-

en un ma- ventad a
nifiesto del por el rey-
que habla- sargento.
remos opor Pero á
tunamen- pesa r d e
te, y en el
estos gra-

que repiten ves defec-


como una tos, el hom-
cantinela: bre more-
«No es ver- no, ruido-
dad que ha- so, indivi-

yamos des- dualista y


truido pue- poco gober-
blos en Bél- nable, ha
gica.» «No
hecho algo
es verdad digno de
que asesi- mención
nemos á las desde que
» la Historia
gentes.
«Creednos empezó á
en nombre consignar
sus hechos.
.deKant,de
Goethe y LA «KULTÜR» BN ACCIÓN
Esparcido
de Beetho- en las mil
La Universidad de Lovalna entregando al kaiser el diploma del doctorado de honor («lionoris causa»)
ven», á la por su tesis sobre el derecho de los pueblos islas del
misma ho- (Dibujo de Albert Uuhn, de Ifotenkraker, de Amstordáu)
fondo del
ra en que Mediterrá-
llameaban las ciudades bajo la pastilla incendiaria del neo, fué barquero de desconocido, argonauta del
lo

laboratorio de Berlín, se desmoronaban las universi- misterio, pastor de las montañas perfumadas entre
dades, corrían las multitudes locas de terror huyendo enjambres de rumorosas abejas, comerciante en los
de las furias diabólicas regimentadas y disciplinadas puertos, donde al mismo tiempo que las mercancías
á la prusiana, y caían acribillados por el plomo los se cambiaban los poemas de los rapsodas. Sobrio y
«bandidos» belgas y franceses que osaron defender sus entusiasta, alimentado con pescado seco, un poco de
casas y la honra de sus mujeres. miel y torrentes de sol, pensó y soñó como ningún otro
Para el conquistador alemán lo primero es tomar, pueblo de la tierra. El mundo, después de tres rail
siguiendo el cínico consejo de Federico II. Tras de sus años, admira su obra más que la de los imperios de
pasos llega el sabio, y extendiendo mapas y apuntes monstruoso poder.
sobre la cureña del 420, demuestra, con un método Estos hombres mediterráneos dieron forma al pa-
rectilíneo y la testarudez de un buey que abre el sur- triotismo en Maratón y Salamina; cristalizaron el sen-

co, cómo toda la tierra conquistada pertenecía antes timiento de la belleza en las columnatas de las acró-
á los alemanes, cómo les corresponden otras y otras polis y los blancos frontones reflejados por el espejo
adquisiciones hasta que el globo entero sea suyo, y verde del mar; encendieron el fuego divino de la poe-
cómo la mayor felicidad para un hombre del siglo XX sía, de las artes y del pensamiento filosófico;
divini-
488 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

zaron su propia existencia dando á los dioses la forma Alemania es el titulado La idea alemana en el mundo,
humana. Su imaginación pobló las ondas de sirenas, de P. Rohrbach.
los ríos de ninfas, los bosques de faunos errantes y Según este autor, que da á sus teorías de domina-
velludos que hicieron sonar en sus rústicas flautas la ción cierto barniz científlco, el engrandecimiento del
santa alegría de vivir. Imperio de Alemania no es sólo una exigencia del au-
Otros hombres morenos, atormentados por la pre- mento de población y de las necesidades económicas,
ocupación del más allá de la muerte, soñaron también sino una necesidad histórica, impuesta por el pro-
en las orillas mediterráneas, elaborando diversas con- greso.
cepciones del misterio de ultratumba, así como los Las pequeñas nacionalidades son según Rohrbach
griegos habían construido su serena obra para glorití- un obstáculo para el desenvolvimiento de la humani-
car la terrenal existencia. dad. Su conservación no
Todas las religiones que tiene valor alguno, y hay
hoy dirigen y aconsejan al que buscar el suprimirlas
mundo civilizado, surgie- de cualquier modo, facili-
ron de la orilla que bate el tando así el libre desenvol-
mar azul después de haber- vimiento de la civilización.
se deslizado por las tortuo- Se comprende que esta
sidades de los archipiéla- teoría seudo-científlca, que
gos griegos. halaga los sentimientos be-
El germano hinchado de licosos y conquistadores,
orgullo,que se considera haya sido aceptada con
único en el mundo, si es gran entusiasmo por el pan-
creyente

cristiano ó ju- germanismo.
dío —
tiene que repetir lo Rohrbach en su obra in-
que hace miles de años pen- vitó hace algunos años á
saron dos agrupaciones de los holandeses, los belgas,
hombres surgidas del suelo los suizos y los austríacos
árido de Judea. Si es incré- de lengua germánica, á con-
dulo, todas sus audacias in- fundirse en el seno del cen-
telectuales no pueden ir tro cultural de la civiliza-
más allá de lo que explo- ción alemana. «Lo mismo
raron mentalmente otros que lospequeños Estados
hombres paseando por los — dice el autor pangerma-
pórticos de Atenas. Sí adora —
nista no pueden construir
á las artes tiene que sufrir una flota de dreadnovghts
la remota y viva influen- modernos porque los gastos
cia de una estética inmor- de uno sólo arruinarían su
tal, y cuando intenta salirse presupuesto, se hallan tam-
de ella por un anhelo impul- bién imposibilitados para
sivo de originalidad, pro- BL PANCtBRMANISTA qubrien DO MBTBRSB A LOS PUEBLOS producir una civilización
duce grande, lo mons-
lo PEQUEÑOS EN EL BOLSILLO completa desde la raíz hasta
truoso, sinónimo de fealdad la alta copa, pues esto exi-
(De Telegraaf, de Amsterdáu)
ó ridiculez. ge una base más amplia.»
Hasta en la guerra, que es según el alemán la más Este argumento, que repiten los pangermanistas
divina de las manifestaciones humíxnas, sufre éste la para demostrar el beneficio civilizador de una Alema-
humillante superioridad de las gentes del Sur, menos- nia enorme en la que se confundirían todos los pueblos
preciadas por él. Su héroe Federico fué gran capitán del Norte, es completamente falso. La civilización de
en una época que no produjo un solo capitán media- los pueblos nada tiene que ver con la extensión de su
no. Su Moltke, glorioso obrero de la estrategia, metó- territorio. Grandes y poderosos imperios hah sido
dico y paciente, adaptó y ajustó las enseñanzas ante- centros de barbarie, y Estados pequeños han cum-
riores, sin originalidad personal. En cambio el des- plido su misión civilizadora con éxito más durable é
preciable hombre moreno ha dado al mundo los dos intenso que las grandes naciones. Hay además en la
artistasmás portentosos de la guerra, salidos ambos Historia pueblos que en su modestia territorial sirvie-
de dos islas del Mediterráneo: el balear Aníbal y el ron intensamente á la civilización y al engrandecerse
corso Napoleón. luego por la conquista cayeron en la decadencia.
D

Á esta teoría del pangermanismo partido que por
Uno de los libros del pangermanismo que ha ob- vivir bajo la dirección de profesores apela con fre-
tenido mayor éxito en los círculos intelectuales de —
cuencia á los ejemplos clásicoB puede oponerse el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 489

consejo de Aristóteles á sus compatriotas: «Haced do raciones del Imperio. Como si presintiese los atenta-
modo que el número de los ciudadanos en cada Estado dos que éste había de cometer contra la verdadera
no exceda de 10.000; asi podnin reunirse en la plaza civilización, lo denunció en sus últimos escritos.
pública y tratar directamente sus asuntos.» Federico Nietzsche afirmó siempre que él «repre-
Muchos al hablar del pangermanismo }• su política sentaba una casualidad entre los alemanes», dando á
violenta y dura recuerdan tá Nietzsche, como si el cé- entender con esto la divergencia radical existente
lebre filósofo influyese directamente en la Alemania entre su pensamiento j' el del Imperio.
contemporánea y fuera el verdadero inspirador de su He aquí algunas de sus opiniones sobre la Alema-
conducta. Todos los extranjeros que han estudiado de nia contemporánea que muchos consideran como obra
cerca la Alemania de los últimos años y sus ideales suya.
«prácticos» niegan que haya existido esta influencia «Los alemanes, esos retardatarios por excelencia
filosófica. Paul Vergnet dice en el curso de la Historia,
«Nietzsche ya no está de
asi: son hoy el pueblo más atra-
moda en las universidades sado de Europa en lo que se
alemanas, ni tampoco ningún refiere á la verdadera civi-
En clase de idea-
otro filósofo. lización.»
lismo los intelectuales ale- «Definición de un germa-
manes sólo reconocen aliora no: una obediencia con pier-
el idealismo del Estado.» nas largas. Jamás se ha obe-
No se puede juzgar á decido mejor en Alemania
Nietzsche por sus obras ais- que en el momento presente,
ladas, y hay que tener en y esto es digno de un siglo
cuenta las diversas fechas que la posteridad llamará
de su publicación para se- algún día con lástima «El
guir las evoluciones de su siglo clásico de la guerra».
pensamiento. Este filósofo, «Un nuevo animal devas-
que en realidad era un poeta ta las viñas del espíritu ale-
dedicado á la filosofía — como mán. Es el gusano del Impe-
su antiguo amigo VVágner rio, el célebre Rhinoxera,
fué un poeta dedicado á la más temible que la filoxera. »

música — , reflejó con una en- «Admito que esta especie


fermiza sensibilidad los mo- de entreacto de poderío ale-
vimientos de su país y de su mán, que da una fisonomía
época. Contagiado por el en- especial al estado presente
tusiasmo de los alemanes en de Europa, puede prestar su
1870, al verse victoriosos so- apoyo al arte de Alemania y
bre Francia, á la que luibían ayudarle á adquirir una glo-
temido siempre, Nietzsche ría pasajera. Lo que no ad-

quiso conocer la guerra de mito es que el Imperio le


cerca y respirar el hedor de asegure un porvenir. Loa
los campos de batalla, alis- NIBTZSCHB alemanes no tienen porve-
tándose como enfermero vo- nir.»
luntario. Pero su alma se sació pronto de estas im- «Nunca fueron psicólogos los alemanes. Dan las
presiones, experimentando una legítima inquietud al gracias por todo y comprenden pocas cosas.»
ver cómo se formaba el bloque monstruoso de la Ale- «Entre los alemanes la claridad es una objeción y
mania unificada y dirigida por Prusía. la lógica una refutación. Actualmente son los únicos
Del mismo modo que frente al arte sublime, pero que toman en serio la Idea, ó sea algo que es obscuro,
obscuro, de Wágner, glorificó la música clara y atra- incierto y misterioso.»
yente de los países latinos, Nietzsche, en sus últimos «Yo he dado á este pueblo los libros más profun-
tiempos, asustado por la Alemania de Bismarck, evo- dos que posee, y tengo mis razones para creer que no
có como modelo diguo de imitación las antiguas repú- ha entendido ni una sola palabra.»
blicas griegas, las virtudes de los pequeños pueblos «Alemania ha perdido su voz en el concierto euro-
libres,donde los derechos de la conciencia individual peo y no existe en ella más que una patriotamanla.
no son aplastados por la soberanía del Estado. El espíritu alemán es una contradicción.»
Nadie ha dicho contra la Alemania de nuestros «¿a Gacela de la Alemania del Norte, en la que
días lo que este filósofo alemán en los últimos años de toman nuestros intelectuales su vocabulario y sus
su existencia, cuando viú desfiguradas sus doctrinas y itleas, ve en los franceses unos bárbaros. Yo veo el
falsificados sus ensueños, para servir mejor las aspi- continente negro, ó sea el país donde hay esclavos ne-
490 VICENTE BLASCO IBANEZ

cesitados de de la conveniencia, sabrá romper el círculo en el que

emancipación, pretenden encerrarla, y aplastará á los miembros de


limítrofe de los la coalición que estén más al alcance de su mano.
alemanes del «Nadie puede decir cuándo vendrá este día memo-
Norte.» rable, pero todo el mundo en Alemania tiene el pre-
«Para nos- sentimiento de que no está lejos. La flota inglesa
otros los filóso- podrá destruir á la flota alemana y arruinar nuestro
fos, los alema- comercio exterior, pero nadie conseguirá impedir que
nes no tienen el ejército alemán huelle el suelo de Francia desde
dedos. Sus ma- París á Lyón, desde la Mancha al Mediterráneo. Al
nos son patas.» final de esta guerra victoriosa, Alemania, además de
« A la Alema- percibir una indemnización considerable, tomará po-
nia de hoy na- sesión para siempre de las provincias del Norte de
da le importa Francia, abriéndose una nueva salida al mar por Ca-
perder el es- laisy por Boulogne. Además, Bélgica y el Luxemburgo
píritu á cam- serán anexionados al Imperio germánico. La costa
LA MANO DEL PANGEKMANISMO bio de que el desde Boulogne á Amberes en poder de Alemania será
(Wereld-Wee) Imperio sub- de la supremacía marítima inglesa.
el principio del fin

sista.» »La federación de la Alemania del Norte nació de


" — ¿Qué gritos de dolor son esos? la guerra entre Alemania y Austria. El Imperio ale-
» — Son los gritos que lanza un corazón alemán. mán ha nacido de la guerra entre Alemania y Fran-
» —¿Qué manera es esa de desgarrar los corazones? cia. La «más grande Alemania», ó sea la del porve-
» — Es una manera especialmente alemana.» nir, nacerá de la guerra entre Alemania y la Gran

Nietzsclie, en diversas ocasiones de su vida, se in- Bretaña.»


dignó contra los pangermanistas cuando éstos preten- Esto escribió en 1907 — siete años antes de la gue-

dían demostrar la superioridad de los alemanes sobre rra actual — un consejero íntimo de Guillermo II. ¡Y la
los franceses. Criticó, como muchos escritores de Pa- Alemania del pangermanismo en 1911: ha hablado de
rís, los defectos de la Francia de su época, pero de- su amor á la paz, queriendo presentarse ante el mun-
fendiócomo muy pocos el espíritu francés claro y ar- do como sorprendida inesperadamente por la guerra
monioso, así como su tendencia siempre liberal, frente y obligada fatalmente á defenderse!
á las obscuridades monstruosas de Alemania.

Los procedimientos bárbaros empleados por Ale-


El pangermanismo, en sus ensueños, llegó á las mania con el propósito de intimidar á los pueblos no
mayores audacias años antes de la guerra. Su mega- son una novedad asombrosa para los que conocen la
lomanía despertó las sospechas de todas las naciones violencia seudo-cientifica de los escritores y pensado-
de Europa. Ninguna pudo confiar tranquilamente en res del pangermanismo.
el porvenir, aunque el gobierno alemán le diera prue- Reimer, en las grotescas afirmaciones consignadas
bas de amistad. en su libro Una Alemania pangermanista, del que ha-
En 1907, cuando el emperíidor de Alemania pare- blamos antes, llega á soñar con la supresión metódica
cía en mejores relaciones con Inglaterra, un conse- de todas las razas del mundo que no son de origen
jero de Guillermo II, el profesor Rodolfo Martin, pu- germánico, para que dejen de paralizar el progreso
blicó un libro contra la Gran Bretaña y contra toda de la primera de las razas, que es la alemana. En el
Europa, en el que consignó los ensueños de la mega- futuro Imperio germánico, agrandado por una con-
lomanía teutónica. quista sin misericordia, los pueblos no germanos serán

«Alemania dijo este profesor pangerraanista — condenados á la esterilidad. Por un resto de senti-
no necesita preparar la incorporación á ella de las miento humanitario, este buen apóstol del pangerma-
provincias rusas del Báltico ni de la Polonia rusa. nismo consiente en endulzar la pena de todos nosotros
Tampoco necesita preparar el protectorado alemán los parias de la futura sociedad alemana, dándonos

sobre la Turquía de Europa y de Asia ni anexionarse buenos salarios y retiros para la vejez, pero con la
Holanda y Bélgica. Todos estos cambios se producirán condición severa y formal de no reproducirnos.
necexañn mente dentro de algunos años. ¡Es la fatali- La ferocidad de que han dado prueba los genera-
dad! Nadie tiene fuerza suficiente para detener el les invasores de Bélgica no es de su invención, pues
curso de los sucesos é impedir que Alemania cumpla refleja los sentimientos del pangermanismo y refleja
sus destinos. La política inglesa busca reunir á las en la realidad las palabras que ha lanzado muchas
potencias en una coalición contra Alemania. Pero veces Guillermo II.

cuando Alemania reconocerá que este esfuerzo inten- En 1900 el kaiser, al despedir á las tropas que
tado para rodearla de enemigos ha pasado los límites partían á la China bajo el mando de Waldersee para
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 491

castigar á los boser insurreccionados, dijo asi en un


arranque de oratoria insensata:
— ¡Nada de perdón! ¡Nada de prisioneros! Haced lo
que queráis, ¡oh soldados alemanes! de aquellos que
caigan en vuestras manos. Lo mismo que hace mil
años los hunos mandados por su Etzel conquistaron
un renombre que todavía hace terrible su recuerdo,
nuestra Alemania sabrá mostrarse en China tan vio-
lenta, que jamás un chino se atreverá en el porvenir
á mirar á un alemán cara á cara.
Guillermo II es un gran admirador de Etzel, hasta
el punto de haber dado su nombre á su hijo predilecto.

Etzel es el nombre alemán de Atila.

XV
El «brillante segundo»

La vieja dinastía de los Habsburgo, de aristocráti-


ca antigüedad, mira con cierto desdén á los Hohenzo-
llern, que fueron hasta hace dos siglos unos feudata-
rios del Imperio de Austria.
En Viena muchos personajes enemi-
la corte de
LOS DOS EMPERADORES
gos de novedades no han llegado aún á aceptar la
Francisco José.— jCuánto celebro que vuestro abuelo no me despo-
importancia de estos HohenzoUern, burgraves ambi- jase de todo mi reino en 1866!
El kaiser.— En
ciosos que empezaron su carrera como humildes mar- lal caso no os podría abrazar como lo hago ahora.

queses delBrandemburgo, consiguieron al fin, á fuerza ( W'eekbla.l vood Neederland, de Amsterdáu)

de humillaciones, la modesta corona de reyes en Pru-


sia, y han acabado por ser emperadores de Alemania. estos advenedizos de rápida fortuna, y sólo con gran-
Francisco José desprecia tal vez secretamente á des esfuerzos puede tolerar á su actual aliado el kaiser.
Con el viejo Guillermo I se entendía mejor, á pesar
de la derrota de Sadowa. El nieto petulante, soberbio
y omnisciente, irrita los nervios de Francisco José.
Pero los manejos de Bisraarck, la política dominante
de los húngaros y las convenieneiíis de Austria, de-
seosa de nuevos territorios para borrar el recuerdo de
los pasados fracasos, acabaron por hacer del viejo

emperador el aliado de los monarcas de Alemania.


Guillermo II, con su habitual falta de tacto y su
irresistible deseo de exhibirse en el primer sitio, ha
herido varias veces la susceptibilidad del viejo Habs-
burgo, tratándolo como á un simple lugarteniente. En
la presente guerra, siempre que habla el kaiser de
Francisco José le llama «mi brillante segundo». Los
antiguos marqueses de Brandemburgo, que tantas
veces hubieron de humillarse ante la corte de Viena
para avanzar un peldaño en su tenaz ascensión, se
estremecerían de orgullo si pudieran ver á su des-
cendiente tratar con esta desdeñosa superioridad al
último representante de una dinastía que gobernó el
Imperio alemán durante siglos.

El escudo de armas de Francisco José lleva esta


El KAtsER.— Primo Francisco José, ponte el uniforme
V tuguemos á los soldados. inscripción en gruesos caracteres: Recta tueri. La
i l'unch. de Loudres) divisa latina no puede ser más falsa. «Defender el
492 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

derecho» es. una acción que Francisco José, no realizó determinadas, divididas á su vez en numerosas deri-
nunca en su largo reinado. vaciones, lo que da un total de más de veinte grupos
Durante medio siglo el viejo emperador ha vivido étnicos con vida separada y propia.

egoistamente, sin más preocupación que mantener su La aspiración de los emperadores de Austria ha
autoridad y fundir en un solo cuerpo los varios y consistido siempre en reunir estos elementos hetero-

disparatados elementos que forman su monarquía. géneos bajo una misma bandera, proyecto que puede
Cuando esta unión no ha sido posible, Francisco .José calificarse de insensato, pues ha fracasado siempre.

y sus ministros han excitado las rivalidades de raza José II lo intentó sin éxito alguno por la resistencia

y de historia entre los diversosgrupos étnicos del Im- pasiva de estos elementos heteróclitos. Al sobrevenir
perio, para sostenerlos
de este modo más sumisos al las guerras de Napoleón, las diversas razas del
Impe-
poder central. rio olvidaron sus enemis-
El Imperio de Austria tades hereditarias para
es una ficción política, unirse ante el enemigo
pues no existe como na- común, haciendo frente al
cionalidad sólida y dura- invasor. Pero esta concor-
ble. Sólo hay un empera- dia nacional terminó con
dor, un anciano respetado el peligro. Al restablecer-
por sus infortunios políti- se la paz se despertó otra
cos y por sus desgracias vez antagonismo de ra-
el

particulares, en torno del zas, y bajo el imperio de


cual se mantienen, apa- Fernando, tío y antecesor
rentemente unidos, varios del actual Francisco José,

pueblos dispuestos de las aspiraciones separa-


larga fecha á disgregarse tistas volvieron á mani-
asi que ocurra la muerte festarse con violencia.
del soberano. Francisco .losé subió al
El austríaco no existe trono imperial á los diez
en realidad. Es una fic- y ocho años por abdica-
ción de la geografía polí- ción de su tío el empera-
tica, lo mismo que el Im- dor. Fué en 18-18. La re-

perio. El mapa étnico del volución republicana de


país demuestra de un París había repercutido
modo indiscutible la va- en toda Europa. Los estu-
nidad de la monarquía diantes y los burgueses
austríaca, que no sólo de Viena se sublevaron
quiere vivir, sino que pre- contra la política absolu-
tende ensanchar sus do- tista del emperador Fer-
minios. Al Oeste se en- nando y de su ministro el

cuentran los territorios famoso Metternich.


montañosos del Tirol, po- La madre de Francisco
blados por campesinos que José, la archiduquesa So-
SER PROCLAMAnO EMPERADOR
son alemanes; al Norte, PlíANClSCO JOSÉ AI,
fía, mujer de grandes am-
laBohemia, la Silesia y la biciones y escasos escrú-
Moravia, países industriales y mineros, habitados por pulos, no quiso esperar la muerte de su cuñado para
los tcheques; al Mediodía, las fértiles regiones ocupa- que su hijo el príncipe heredero ocupase el trono. Sus
das por italianos, slovenos, croatas y servios, y al manejos y sus intrigas favorecieron el triunfo de la
Este, la dilatada llanura de Hungría, cuyos habitan- revolución, á pesar de que ella era francamente reac-
tes son magyares, y la Galitzia, con su población de cionaria, acelerando la caída del emperador y de Met-
ruthenos. En el centro está la verdadera Austria, el ternich.Los revolucionarios de Viena lucharon en las
dominio hereditario de los Habsburgo, las provincias barricadas con un éxito que resultó después tan in-
llamadas la Baja y la Alta-Austria y el Salzburgo. fructuoso como el alcanzado por los de Berlín. Creye-
Pero la población de estas regiones del centro es ex- ron combatir por el triunfo de la libertad y de la
clusivamente alemana. ¿Dónde está, pues, el austría- Constitución, y sólo consiguieron arrojar á un Habs-
co?... El austríaco no existe, ni ha existido nunca, burgo del trono para sustituirlo con otro más joven.
más que como subdito político. De las jornadas revolucionarias de 1848, que tanta
Examinando los tipos principales de la aglomera- sangre costaron á loa vieneses, no surgió otra cosa
ción antropológica que representa el Imperio de Fran- que el reinado de Francisco José, tan prolongado como
cisco José, se descubren ocho razas diversas y bien estéril.
HISTORIA DE LA GLIERIM EUROPEA DE 1914 493

Dos grandes cuestionos agit;il)an el Imperio en


1848: la de las aspiraciones liberales, generalizadas
en todo el pais, y la tendencia separatista sentida

por los diversos grupos étnicos y (¡ue los impulsalia á


la disgregación. El emperador Fernando y Mettei'nielí,
dedicados ii combatir el liberalismo, que juzgaban el
peligro más temible, hablan olvidado la cuestión «na
cional», no queriendo ver la tendencia separatista de
sus diversos pueblos. La archidu<iuesa Sofía por su
parle, ¡i pesar de ser centralista, liabia fomentado el
separatismo para crear obstáculos al emperador .\
su
ministro.
Francisco .losé, elevado al Imperio por la triunfa-
dora muchedumbre en armas, tuvo que mostrarse en
los primeros meses de su reinado como un monarca

liberal, á pesar de que su educación palaciega, las


ideas de su madre y su attción á las mili- VISTA OBXKKV! SCim NÜHIJNN. CrXA DE I.OS IlAMSBURÍiO
empresas
tares, hacían deun partidario del sistema absolu-
él

tista. Con su inconsciencia juvenil hizo grandes pro- pendiente. Un tribuno de gran elocuencia, adorado
mesas de libertad política y dejó que Austria se orga- por las masas á causa de su probidad, el abogado
nizase con arreglo al nuevo régimen, aprobando la Luis Kossuth, se puso al frente de este movimiento.
Constitución de 1849 votada por las Cámaras. Le Kossuth era republicano, participando de las ideas
era necesario este liberalismo para mantener la adhe- generosas y del entusiasmo un tanto candoroso de los
sión de Austria en su empresa contra la sublevada revolucionarios de 1848. La República de Hungría
Hungría. quedó proclamada y Kossuth fué su presidente.
Como una consecuencia del movimiento revolu- Los belicosos húngaros, incansables jinetes y hom-
cionario de 1848, había resurgido la «cuestión nacio- bres de armas por tradición, formaron un valioso
nal» de un modo alarmante para la integridad del ejército. El entusiasmo fué tan grande, que un gran
Imperio. Los húngaros se sublevaron en Budapest, lo número de mujeres vistieron el uniforme militar,
mismo <iue los burgueses de Viena, en favor de la agregándose á las tropas de la joven Repúl)lica. El
libertad política. Pero la libertad trae como conse- ejército húngaro derrotó á los austríacos en varios
cuencia inevitable una reivindicación de la indepen- combates, y la situación se hizo tan angustiosa para
dencia en los pueblos (jue tienen una historia propia el nuevo emperador de Austria, que éste tuvo que im-

y un pasado particular. Hungría se acordó de los plorar el auxilio de Rusia. Un ejército de 200.00(3 ru-
tierapos en (|ue había sido un reino glorioso é inde- sos invadió Hungría. A pesar de este refuerzo enor-

me, la guerra continuó con


diferentes alternativas, per-
diendo y recobrando los repu-
blicanos las principales pla-
zas del pais.
La traición aceleró el tér-
mino de una guerra que iba il

ser larga y de indecisos resul-


tados. Kossuth, el Iglesias re-

pul)iicano de Hungría, probo


y confiadj, mostró la inexpe-
riencia de todos los hombres
de palabra cuando el azar his-
tórico los convierte en hom-
bres de acción. El dictador,
al quedar herido el general

.Moga, primer general en jefe


de las tropas húngaras, con-
tirió este mando á Gorgey, un

antiguo teniente austriaco que


I*"railclBco .losé Arcll. Maxíiiiiliaini Arcll. Carlota Arcll. I.iiis Víctor .\rcli. Carlos Luis se habia adherido á los revo-
Klií>al)(lth Oull sus hijns líoiinlfo y (¡isfla A Sofía, nmili' Jo^c I-'raiicísco Carlos
i'cli. (le l''raiiciisco .\rcli.
lucionarios. Este aventurero
I, A KA.MII.IA RKAL AC-STUIACA EN 1860 ambicioso, al ver la República
494 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

húngai'a aislada de Europa y sin eco alguno los elo- minación austríaca. Pero el viejo general Radetzky
cuentes llamamientos que enviaba Kossuth á las po- venció á Carlos Alberto en Custozza, Mortara y No-
tencias protestando de la violación del territorio, se vara, sofocando por mucho tiempo las justas aspira-
puso de acuerdo secretamente con los invasores. El ciones de Italia, ansiosa de independencia. Durante
general en jefe ruso y Francisco José le ofrecieron diez años una parte de la Italia del Norte, dividida en
una suma considerable como premio de su traición. provincias austríacas, tuvo que seguir sufriendo el
GOrgey, para marchar contra el enemigo, exigió yugo del gobierno de Víena.
que Kossuth se retirase, transmitiéndole la dirección Después de estas victorias Francisco José pudo
de la República. El generoso tribuno, creyendo salvar dedicarse á la práctica de las ideas que le eran gra-
;i su
patria, aceptó las pretensiones de Górgey refu- tas, inaugurando un sistema francamente reacciona-
giándose en Turquía. rio. El monarca entronizado por los revolucionarios
Antes de partir, Kossuth enterró con sus propias de 1848 renovó el
régimen absolutista y centralizíidor
manos la corona del antiguo reino húngaro, la famosa de Metternich, revocando la Constitución de 1849 y
corona de San Esteban, en los alrededores de Orsova, aboliendo las antiguas dietas en los diversos Esta-
pueblo inmediato á Ja frontera dos del Imperio. Su propósito,
turca. Cuando la descubrieron francamente declarado, fué
algún tiempo después, la pe- fundir á viva fuerza las dife-
queña cruz que remata la coro- rentes naciones del Imperio
na apareció inclinada á un lado. para que formasen un solo or-
Desde entonces las armas de ganismo.
Hungría llevan la corona de Austria-Hungría posee 11 mi-
San Esteban con la cruz torci- llones de alemanes, 9 millones
da á la izquierda. de húngaros y 22 millones de
'

Al verse Gorgey dueño de la polacos, tcheques, slovenos, et-


situación se entendió con el ge- cétera. Representaba un error
neral en jefe del ejército ruso, enorme, propio del absolutis-
entregándole en Vilagos todas mo, querer fundir en el crisol
las fuerzas militares de la Re- de una misma raza todos estos
pública húngara: 11 generales, elementos antagónicos. Trans-
1.426 oficiales, 30.800 hom- currieron para el Imperio los

bres, 144 cañones, 8.000 caba- llamados «años de hierro», que


llos y 60 banderas. El traidor fiH>ron anos de abrumadora ti-
pudo abandonar el país sin ser ranía. Los húngaros, especial-
inquietado por los rusos ni por mente, sufrieron una terrible
los austríacos. El joven empe-
opresión, viéndose tratados por
rador Francisco José entró en los austríacos como un país ene-
escena después de esta victoria i.ri.s Ki.ssiTii
raigo. Hasta
lengua nacio-
la
decisiva preparada por sus nal fué perseguida,
aprecián-
aliados. «El castigo de Hungría fué terrible —
dice un dose el uso del idioma húngaro como una muestra de
historiador— Veinticinco generales húngaros fueron
. traición.
ahorcados, los miembros del gobierno de la República Una guerra desgraciada régimen de
dio fin á este
fueron ahorcados, los miembros del comité de defensa violencia. Los anhelos de en pro de su libertad
Italia
fueron ahorcados, millares de ciudadanos húngaros se vieron apoyados por Napoleón III. En 1859 estalló
fueron ahorcados. Hungría, durante muchas semanas, la guerra entre Austria y el reino de Cerdeña, auxi-
conservó el aspecto aterrador de un inmenso cadalso. liado éste por los ejércitos de Francia, que dii-igió
Francisco José, al azar, indultó á algunos de los prisio- personalmente Napoleón. Francisco José, soldado des-
neros. Hay que reconocer que tuvo buena mano, es- de sus primeros años, tomó el mando de las tropas
pecialmente al conceder el indulto al conde Julio An- austríacas y se batió con gran valor, poniendo en pe-
drassy, que fué más adelante presidente del Consejo ligro su existencia repetidas veces; pero fué derrotado
de ministros de Hungría y ministro de Negocios Ex- en Magenta y Solferino y perdió para siempre la
tranjeros del Imperio, y al que debió Francisco José Lombardía. Desde entonces la desgracia ha acompa-
la constitución de la Triple Alianza.» ñado tenazmente á los soldados austríacos en todas
Otro movimiento separatista se inició como conse- sus empresas. Allá donde va Austria la derrota mar-
cuencia de la revolución de 1848 en las provincias cha tras de sus pasos. La pérdida de la Lombardía
italianas, anexionadas al Imperio austríaco. La Lom- produjo en todo el Imperio una repercusión inquie-
bardía y Venecia, auxiliadas por el rey de Cerdeña tante.Fernando, el emperador destronado, decía iró-
Carlos Alberto, padre de Víctor Manuel, el futuro crea- nicamente:
dor de la unidad italiana, se sublevaron contra la do- — Para sufrir derrotas y perder provincias no valia
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 4?5

t,'íSj,»ca»i¿«Mi."

BATALLA DE MAGENTA (Cuadro de Yvon, 'Museo de Versalles)

la pena de haberme destronado. Eso lo sé hacer yo minada rápidamente por desastre de Sadowa. Fran-
el
tan bien como mi sobrino. nuevas provincias á sus ven-
cisco José tuvo que ceder
Queriendo restablecer la tranquilidad interior, cedores y devolver Venecia á Italia que, apoyada por
Francisco José tuvo que renunciar al régimen abso- Napoleón III, se aprovechó de esta situación crítica.
lutista, prometiendo una nueva Constitución á sus El Imperio alemán al Norte y la unidad italiana al Sur
pueblos, que fué proclamada en 1861. Tres años des- empezaban á formarse á costa del Imperio austriaco.
pués ocurrió la guerra de los ducados de Schleswig- La guerra reciente reveló á Francisco José un
Holstein, ayu- nuevo peli-
dando Fran- gro. Los hún-
cisco José á garos, oprimi-
Bismarck en dos, vieron
esta empresa con simpatía
de piratería. el avance de
Ya hemos di- los prusianos,
cho cómo Aus- y era induda-
triay Prusia ble que de
se enemista- prolongarse
ron á la hora la guerra ha-
del reparto brían acalla-
por haberse do por hacer
reservado el causa común
terrible can- con los inva-
ciller de Pru- sores. El em-
sia todo el bo- perador reco-
t n
i
Surgió
. noció al fin
como conse- que el princi-
cuencia una pio centralis-
guerra austro- LO.S Al'STHIAtO.S HVTIDOS ES EL l'lKNTIi DE MAdENTA ta nO pOdía
prusiana, ter- (Dibujo de (i.l^t«vo üori- aplicarsc á su
496 VICENTE BLASCO IBANEZ

V
'

i,
^^

BATALLA DE SOLFHBINO (Cuadro de Yvou, Museu de Versalles)

monai'quia, laltu de homogeneidad, compuesta de pie- mor momento de entusiasmo por su autonomía, han
zas y de pequeños fragmentos. buscado agrandar ésta, hasta los limites de una casi
Francisco .fosé aceptó el ser coronado como rey independencia. Los demás pueblos del Imperio se
de Hungría, reconociendo la vida autonómica de este muestran irritados por el régimen de favor que han
país. En 1867 se verificó la ceremonia en la catedral conseguido los húngaros, y los celos y la envidia au-
de Budapest, formulando Francisco .losé el juramento mentan sus justas aspiraciones á una autonomía se-
que habían esperado los húngaros durante veinte mejante.
años. El nuevo rey de Hungría firmó un compromiso Los tcheques, los bohemios, los polacos y los habi-
reglamentando los derechos y las relaciones entre los tantes de (ialitzia, reclaman para ellos los mismos
dos países que flerechos y los
en adelante mismos pri-
h a b i n ii dc vilegios que
constituir su Francisco
doble Impe- .loS(' acordó á
rio. ioshúngaros.
Esta resolu- Ya que se co-
ción tardía no ronó rey de
hizo más que Hungría, de-
acallar mo be coronarse
men t ;i n e a ígua mente1

mente las as- como rey de


piraciones se- Bohemia y
paratistas d(> rey de Galit-
los diversos zia. Habiendo
grupos del dado á Hun-
Imperio. Los gría un parla-
húngaros, una mento y un go-
vez transcu- NAl'OLEUN [II Y riiANCIfil'O .losi; AL HKMA1Í.SH: LA i'Az bierno apar-
rrido el prí- (Giabailu de la épucii) tC, debe aUtO-
LA INVASIÓN

Dibujo de P. Catón Vood\ iUe, de .The llluslraled London News.

Tropas belgas combatiendo con los


DE BÉLGICA

|>manes en la entrada de un pueblo


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 497

BL EMPERADOK FllANCISCO JOSÉ LA EMPERATRIZ BLl.SABETH


(Retratos de Wiiiteiiíalter)

rizar igualmente un parlamento y un goliierno para pueblos que consideran suyos, por la raza y por la

lostcheques y los polacos. Hace más de cuarenta años historia. El pangermanísmo aspira á la posesión de

que esta lucha persiste y se todas las provincias austría-


agrava. Al principio de su cas pobladas por alemanes.
monarquía, Francisco Josi' Los descendientes de Fede-
tal vez hubiese solucionado rico el Grande miran como
el conflicto, siendo franca- que su
pi'opios los territorios
mente un monarca liberal. audaz abuelo no llegó á arre-
El ejercicio de los derechos liatar á alaría Teresa, la he-

para todos,
políticos, iguales redera de Carlos VI. Por
hubiera aproximado á los di- otro lado el paneslavismo se
versos pueblos del Imperio. atrae á los tcheques, los po-
Pero" las aspiraciones cen lacos y los servios de Aus-
tralizadoras y absolutistas tria, encareciendo la necesi-
del emperador, que mantu- dad de una confederación de
vieron durante veinte años ;i todos los eslavos del Este de
los diversos pueblos bajo uii:i Europa. A estas dos influen-
férrea opresión, sólo han sei' cias hay que añadir la del
vido para hacer más agudo irredentismo» italiano, que
y vehemente el sentimiento ansia libertar á sus herma-
nacionalista. nos de Trieste y Trente, súb-
Desde hace tiempo el Im- forzosos de Austria.
ilitos

perio de Austria es á modo La persona de Francisco


de un campo de batalla, so .losé —
soberano respetado en
bre el cual luchan moral fuerza de sufrir desgracias,
mente los vecinos poderosos, ,pues el recuerdo de sus in-
queriendo apoderarse de los LA P1UNCB.SA BI.ISABBTH EN LA ÉPOCA DB SU IlODA fortunios personales le da un
«i
498 VICENTE BLASCO 1BAÑE2

do encontrar el medio de suprimir las demarcaciones

establecidas entre los diferentes pueblos de su Impe-


rio, los cuales sólo tenían de común una sed ardiente
de libertad y de progreso. La hipocresía de la madre
del soberano, la ambición de su familia y su ambi-
ción propia, lo han impulsado á valerse de unas na-
cionalidades para sujetar á otras. Hoy, gracias á esta
política, todas están reñidas entre ellas y además
indispuestas con su soberano.»

Una fatalidad semejante á la que persigue á los


héroes de la tragedia griega acompañó tenazmente
la existencia de Francisco José. Todos los que le ro-
dean mueren dramáticamente. Los individuos de su
familia perecen de un modo violento. Las desgracias
más novelescíxs é inesperadas van en busca de ellos.
Y como sirviendo de contraste, Francisco .losé se
mantiene sano y fuerte, en medio de esta tempestad
de infortunios, de derrotas políticas y militares, de
trágicas escenas, habiendo llegado á una extremada
vejez. Lo que sus cortesanos y el vulgo consideran
resignación cristiana, no es más que egoísmo y falta
de sensibilidad. El anciano emperador, como un árbol
resquebrajado y quemado, pero tenazmente adherido
al suelo, se alza con triste aislíimiento sobre los restos
de los Habsburgo, semejantes á un bosque talado por
la tormenta. En su palacio de Viena y en los inmen-
LA EMPERATRIZ ELISABETH CON TUAJB
DE LA CORTE HÚNGARA sos parques que rodean sus numerosos castillos, vaga
como una sombra entre las sombras de su pasado. To-
prestigio superior á sus merecimientos
— es lo único dos los que le amaron ó sufrieron por él, han desapa-
que une á los diversos pueblos de la monarquía aus- recido.

tro-húngara y los mantiene aglomerados. La muerte Su esposa, la gentil emperatriz Elisabeth, fué una
de este hombre, que parece retardar el destino, equi- de las mujeres más hermosas é inteligentes de su
valdrá seguramente á un golpe anonadador, rom- época. Casada por amor con el joven soberano de 1848,
piendo en numerosos fragmentos su doble monarquía. marido acabaron con la pasión
las infidelidades del
«Durante siglos
— dice Weindel — los Habsburgo idílica iniciada al encontrarse
los dos en un castillo
han constituido pedazo á pedazo un gran Imperio. de Baviera. La emperatriz, convencida de que era
Durante siglos imposible modi-
los Habsburgo ficar el carác-
han mostrado la terde su esposo
ambición de sol- apartándolo de
d;ir estos peda- las aventuras
zos heteróclitos, amorosas, se ale-
formando una jó de él, vivien-
masa fuerte y do gran parte
co m pac t a, . A 1 de su vida fuera
principio de una de Austria. Fué
nueva era, Fran- la emperatriz
cisco José here- i' r r ante, e m -

dó esta misión. prendiendo lar-


De comprender- gas excursiones
la bien tal vez ii bordo de su
hubiese llegado yatch ó estable-
á realizarla. En ciéndose en las
las ideas demo- risueñas isl|as
cráticas y socia- del Mediterrá-
les habría podi- ULTIMA VISITA DEL EMPERADOR Y LA EMPERATRIZ A BUDAPEST neo. La poesía.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191 1 499

l.-i im'isii'a y los viajes fueron su luiieo foiisiiolo.

Había dado un liijo únifo al Inipei-io,


para asogu
rar la sucesión nion;írquica. adcni.is de una hija, la
princesa (üsela, y después de cumplir de este modo
sus deberes de hembra real, se dedicó á vivir para
ella, arrastrando su melancolia por los hijeares más
hermosos de Europa. En Corfú, ante el mar eterna-
mente azul, construyó un edificio, el Aquileon, osten-
toso capricho de artista que costó muchos millones,
elevando en los jardines un altar á ÍMirique Heine. su
poeta preferido. El Aquileon, después de su muerte,
fué comprado por Guillermo II, que vivió en él algu-
nas temporadas.
La triste Elisabeth interrumpió varias veces su
existencia errante para volver al lado de su esposo
siempre que las necesidades de la pompa monárquica
exigían su presencia en Viena. Una simple y tranqui-
la amistad la mantenía unida con el padre de su hijo.
Francisco José, respetándola mucho, no dejó por esto
de seguir su vida amorosa con las damas de la corte
de Viena, que veían en su emperador el tipo perfecto
del hombre galante. La misma emperatriz, convencida

EL ILTIMO PASEO DEL EMPERADOR Y L.A EMPERATRIZ


EN EL BALNEARIO DB NAÜHEIM

dama de honor para tomar el vaporcito (jue la había


de conducir á Jlontreux, un anarquista llamado Luc-
i-hení la hirió por la espalda con una lezna de zapa-
tero afilada, partiéndole el corazón. Elisabeth murió
dulcemente en la cubierta del buque, sin darse cuenta
de que moría. El autor del atentado, joven vanidoso
que ansiaba la notoriedad, creyó haber librado al
mundo de un tirano temible al asesinar á esta pobre
mujer. No sabía que su víctima consideraba como la
EL «AQl-ir.EON», PALACIO DH LA EMPERATRIZ mayor de las desgracias haber sido emperatriz.
EN LA I.SLA DE CORFÚ Este final trágico no fué una novedad en la histo-
ria de Francisco José. Todos los suyos morían de
de que el carácter de su marido era incurable en pun- muerte violenta. La desgracia había empezado á ma-
to á infidelidades, cuidó de evitar
que se comprome-
tiese en arriesgadas aventuras, presentándole,
según
se cuenta, varias damas que pudiéramos llamar de
«todo reposo». Ella fué la que le hizo conocer á la
actriz Catalina Schratt, que ha sido la
pasión más
constante del emperador.
Elisabeth, dedicada á la música y á los versos, se
sintió atraída igualmente por el estudio de los fibisofos

pesimistas y de los pensadores revolucionarios. Esta


mujer infeliz, que no encontraba á la vida encanto
alguno, que no había intervenido nunca en la política
de su nación y vagaba de pueblo en puel)lo, siem
pre en continuo movimiento, como si huyese de su
propia tristeza, pereció victima de un exaltado italia-
no ansioso de notoriedad. En Septiembre de
1898,
estando de paso en Ginebra, cuando se dirigía al em-
barcadero sin más acompañamiento que (>1 de una PBRISTILO DEL «AQUILBON»
800 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

PALACIO I.MPERIAL DE VIBNA

nifestarse en la familia con el fusilamiento de su her-


mano Maximiliano.
La política de
Napoleón III y las sugestiones de
los reaccionarios de Méjico, unidos al alto clero de
dicho país, que deseaba recobrar sus cuantiosos bie-
nes estableciendo la forma monárquica, arrancaron á
Maximiliano de su tranquila existencia en el castillo
de Miramar, para llevarlo á América como soberano.
Se entabló una lucha entre los elementos republica-
nos de Méjico y el flamante emperador, sostenido por
las tropas de Napoleón III y por los conservadores
del pais. Napoleón acabó por retirar sus soldados á

instigaciones de los Estados Unidos, asi como al prin


cipio de la guerra mejicana se habían retirado las
fuerzas inglesas de desembarco y las tropas españo-
las mandadas por el general Prim.
Al quedar Maximiliano sin apoyo europeo, sola-
mente con las fuerzas de sus partidarios mejicanos,
todos temieron por su vida. Su esposa la archiduquesa
Carlota, que desde Méjico había regresado á Austria,
le escribió desesperadamente para que volviese,
y el
emperador pareció decidido á obedecerla. Pero los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 601

lachero y rui- eó al uso (le la

doso en sus pa- morfina. Una


siones, ('iisado neurasten a i

con la princesa ano nadadora


Estefania, hija se había apo-
de Leopoldo II, derado de él, y
rey de los bel- para combatir-
gas, reanudó la apelaba al
poco después abuso del al-
de su matrimo- cohol emplean-
nio la misma do además de
vida de soltero la morfina el
á la cabeza de éter y otros in-
un grupo de jó- toxicantes.
venes nobles Los dos últi-

(lue le acom- mos años de su


pañaban en sus vida fueron una
escapadas noc- serie de abyec-
turnas. Guiller- tas orgías. El
mo II figuró principe here-
muchas veces dero sintió
en esta alegre CARLOTA. EMPESATRIZ DE MKJICO
HAXIMILIANO, BMPKRADOR DE MÉJICO gran predilec-
banda cuando ción por los ti- (Retratos do Wintcihalter)

sólo era hijo del heredero del trono alemán. pos esencial-
Rodolfo aparecía como un verdadero descendiente mente víeneses, y de éstos los más populares son los
de vieja familia real, empobrecido físicamente por los cocheros que guían los carruajes de alquiler. El co-
incesantes cruzamientos de personas de la misma san- chero vienes goza de una popularidad semejante á la
gre. Débil y enfermizo, á pesar del régimen militar del torero en España, el cómico en Francia ó el boxea-
á que le había sometido la educación paterna, se dedi- dor en Inglaterra. Son cantores, instrumentistas, ím-

FUSILAMIENTO DEL EMPERADOR MAXIMILIANO V DE LOS GENERALES MIRAMÓN Y MBjU.


(Cuadro de Eduardo Mauet)
502 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

EL PARLAMENTO AI'STRIAOO

provisadores de versos cómicos, y sobre todo grandes una pasión, apartó á Rodolfo moment;iueamente de
maestros en el arte de silbar la «tirolesa». Rodolfo, sus orgías populares. A su amistad por el cochero
acompañado de cocheros, de nobles personajes y de Bratfisch, grotesco y gracioso personaje que le acom-
mujeres públicas, corria de noche los restaurants del pañaba en sus empresas nocturnas, sucedió como
Prater de Viena, fraternizando con la gente alegre. afecto dominante la vehemencia amorosa inspirada

«Muchas noches dice un cronista de los Habsbur- por la baronesa María Vetschera, joven que á su gran

go los árboles del Prater vieron entre sus troncos hermosura unía el exótico encanto y la corrupción de
venerables locas zarabandas de príncipes, de nobles las mujeres de- Oriente. La madre de la Vetschera,
señores, de cocheros de fiacre y de mujercillas de la viuda de un diplomático austríaco, era hija de un
calle, evolucionando todos en trajes m¿is que primiti- financiero griego llamado Baltazzi, que había hecho
vos bajo la dirección del archiduque Rodolfo. Las gen-
tes de esta banda, después de terminar su baile, en-
traban titubeando en los restaurants para inundar el SSfi^ ^J^ffl
viejo piano con oleíidas de champagne, cuando ya no
podían beber más.»
Estas oi-gías repugnantes se repetían varias veces
por semana, acabando de trastornar la débil consti-
tución de Rodolfo. Era en vano que la dulce empera-
triz Elisabeth, durante las cortas
temporadas que pa
saba en Viena, intentase modificar la conducta de su
hijo y restablecer sus relaciones matrimoniales con la

archiduquesa Estefanía. El aturdido principe, que era


adorado por su madre, la consolaba con unas caricias,
volviendo á reanudar inmediatamente su loca exis-
tencia.
Un amor material, (luo lomó las proporciones de LA CÁMARA DE DIPITADOS DE m'DAPB.ST
HISTORIA DE LA GUERPA EUROPEA DE 1914 503

en Coiistantinopla una fortuna de "25 millones. Ansio lin provocó una nueva cuestión con otro gran duque

sas de representación social, la madre y la hija se de Rusia, y hubo que darle á entender que su conduc-
trasladaron de Constantinopla á Vieiia, consiguiendo ta afligía mucho al moribundo emperador Federico,
entrar en los salones de una aristocracia que os la para que desistiese de sus originalidades. Elkronprintz
in;is cerrada de toda Kuropa. Rodolfo se sintió atraído Guillermo, á instigaciones de Francisco .losé, escríliií)
por oriental de Maria Vetschera, y la fami-
la ij-racia una carta cariñosa á Rodolfo para que cambiase de
lia de ésta- su madre y sus hermanos los banqueros vida: pero el archiduque, enlo(|uecido por el alcohol,
Baltazzi- vieron en tal pasión un medio de realizar la morfina y los excesos amorosos, le contestó con in-
sus ensueños de ad- solencia, cesando
venedizos .iinhicio- toda relación con
sos. este amigo de la in-
Rodolfo, aiiotado fancia que sólo tenia
por todos los exce- cinco meses menos
sos, podia resultar ([ue él.
un juguete dócil en La vida en las ha-
tre las manos de una liitaciones que ocu-
joven hermosa, inte- p.ilian los archidu-
ligente y experta on (pies herederos fué
las cosas del amor. uii vei-dadero infier-
El príncipe vivía pú- no. En varias ocasio-
blicamente desunido nes el principe abo-
con su esposa Este- fetea públicamente
fanía. ¿Quién sabe á su esposa Estefa-
si la nieta del equí- nía, teniendo que
voco banquero de intervenir la ser-
Gonstantínopla po- \idunibre ])alacie-
dría ostentar sol)re g,i.l'n (li.i el papa
su frente alguna vez León XIII recibió
la pesada corona del una carta de Rodol-
Imperio? fo llevada personal-
A las pocas sema- mente por un men-
nas toda Viena sabía sajero, en la cual so-
que la ^'etschera era licitaba la interven-
la amante del prín ción pontilical para
eipe heredero. Este, romper un matrimo-
á pesar de la situa- nio que le era odioso.
ción social de la fa- El principe deseaba
milia de su amada, ademiis que intervi-
procedió lo mismo niese el Papa para
que en sus aventu- que su padre el em-
ras de bajo vuc^lo. perador aceptase el
sin delicadeza algu- divorcio y le permi-
na, haciendo gala de tiera contraer un se-
su buena suerte. Ja- gundo matrimonio.
más ninguna de sus RETHATO DKL EMPKRADOR. PINTADO PARA LA BOL.SA DB VJENA León XIII, algo
pasiones había con- POR BL CKLEBRE ARTI.STA MICHALBK asombrado por el
movido de tal modo tono y las peticiones
sus nervios. A
pesar de que sólo tenía treinta años, de arzobispo de Viena, y este
la carta, se la remitió al
el nuevo amor tomó en él una forma senil, llegando á sencillo varón, sin ninguna habilidad diplomática,
constituir una especie de locura que le mantuvo en pidió una audiencia al emperador presenüindole la
perpetua irritabilidad, cometiendo toda clase de ex- carta de Rodolfo.
centricidades. Francisco José, que había tolerado hasta entonces
En el curso de unas maiiíoliras efectuadas en Pru- con resignada tristeza la mala vida del principe, como
sia rifiócon el gran duque N'ladímiro, que representa- padre no exento de reproche, creyó llegado el mo-
ba á su padre el zar Alejandro III, y quiso batirse con mento de proceder con energía. Hizo llamar al here-
él, teniendo que intervenir el viejo emperador Gui- dero, y en el misterio de su gabiuete se desarrolló una
llermo y su hijo el príncipe Eritz para evitar el es- escena violenta de la que sólo fueron testigos el pre-
cándalo. Durante los funerales de (Guillermo I en Ber- sidente del Consejo de ministros, el ministro de Negó-
504 VICENTE BLASCO IBANEZ

ción con su amante. Rodolfo, después de dar su pala-


bra como príncipe y como soldado, había escrito á la
interesada, enfurecido tal vez por su resolución, pero
dispuesto á mantenerla.
Minutos después que la Vetschera recibió la carta
salióde su casa, dirigiéndose á la estación del Medio-
día para tomar un tren que la condujese á Mayerling.
Al pasar por las calles céntricas de Viena se apeó en
una tienda de cuchillería, comprando una navaja de
afeitar que hizo que afilasen escrupulosamente. Con
esta adquisición tomó el tren, descendiendo en los al-

rededores de Mayerling. En el camino del pabellón de


caza encontró el carruaje de Bratfisch que conducía
á Rodolfo. Subió á él, y juntos llegaron á Mayerling,
avisando el príncipe á su padre por medio de un tele-
grama para que no lo esperasen en palacio, donde por

la noche se celebraba un banquete oficial.


Cuando llegaron á Mayerling el príncipe de Co-
burgo y el conde de Hoyos, los dos amantes parecían
tranquilos. Rodolfo no hizo la anunciada «comunica-
ción grave» á sus dos compañeros. La velada trans-
currió, como era de costumbre, entre los cuatro ínti-
mos. Bajo la mirada impasible de la Vetschera, los
tres hombres absorbieron tanto champagne y bebidas
alcohólicas como
BL PRÍNCIPE RODOLFO Á LOS QUINCE AÑOS les fué posible. A
según las
las diez,
cios Extranjeros y el cardenal-arzobispo de Viena. La declaraciones de
voz irritada de Francisco José llegó en varias ocasio- los criados, Ro-
nes hasta las piezas inmediatas, á través de los espe- dolfo se retiró á su
sos cortinajes. Después de una larga hora salió Ro- dormitorio soste-
dolfo pálido, con las facciones desencajadas, las ma- nido por su aman-
nos temblorosas y titubeando como un ebrio. Pasó te, pues estaba
mucho tiempo tendido en un diván de su gabinete de completamente
trabajo, y por la tarde se dirigió en el carruaje de ebrio.Los cuatro
Bratfisch, su cochero de confianza, al retiro de Ma- habían convenido
yerling, pabellón de caza situado entre bosques, donde en que al día si-
se refugiaba en todos los malos momentos de su vida guiente, á las seis
azarosa. Antes de partir había enviado una carta á de la mañana,
la Vetschera, hablando sin duda de su entrevista con saldrían de caza.
el emperador. También envió otra carta á sus amigos Rodolfo corrió el

y compañeros de placer, el cerrojo del dormi-


principe Felipe de Coburgo torio —ó tal vez LA ARCHIDUQUESA E.STEFANÍA

y el conde de Hoyos, rogán- fué su compañe-


doles que vinieran á bus- ra —contra la costumbre observada generalmente
,

carle en Mayerling, pues en Mayerling. Aquí empieza el misterio de la muerte


tenía que comunicarles una del príncipe heredero.

grave decisión. A las cinco y media de la mañana, Loschek, el


Esta decisión era induda- ayuda de cámara de Rodolfo, llamó repetidas veces á
blemente su ruptura con la puerta. Silencio. Durante la noche Loschek había
Jlaria VetscJiera. El em- oído un tiro de escopeta, sin inquietarse por tal dis-
perador, atrepellando con paro, pues lo atribuyó á un guardabosque. En vista
grandes arrebatos de có- del silencio de su amo avisó al príncipe de Coburgo y
lera la debilitada protesta al conde de Hoyos, los cuales, después de inútiles lla-
de su había hecho
hijo, le mamientos, hicieron saltar la cerradura de la puerta
prometer, en presencia de penetrando en el dormitorio. Un horrible espectáculo
los tres solemnes testigos, surgió ante sus ojos. La hermosa Vetschera yacía en
EiL oooHBRo BRATFISCH quc abandonaría .toda rela- el lecho estrangulada. Rodolfo tenia el cráneo roto
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 305

por un disparo de arma de fuego. Además, en el bajo en Viena, mutiló


vientre presentaba una horrible herida, una atroz de un modo horri-
mutilación, que había inundado de sangre la cama y ble al desgracia-
el suelo. do archiduque.
Nunca se conocerá con todos sus detalles lo ocu- Loco de dolor, Ro-
rrido en Jilayerling. Los dos compañeros del principe dolfo se arrojó so-
callaron siempre por respeto á la dignidad imperial. bre su amante,
Los individuos de la servidumbre recibieron fuertes estrangulándola.
recompensas por su silencio y fueron esparcidos con Luego tomó su es-
-v^aliosos empleos en los puntos mas extremos del Im- copeta de caza, y
perio. El médico que atestiguó la defunción del prín- echando una gota
cipe, honrado profesor de la facultad de Viena, se de agua sobre la
negó á suscribir una declaración afirmando que la carga para darle
muerte era debida á un accidente de caza, y la fami- un efecto más ful-
lia realdel más católico de los imperios tuvo que minante, se intro
pasar por la vergüenza del suicidio de uno de los dujo luego los ca-
suyos. ñones en la boca,
Se fantaseó mucho, y se fantasea todavía, sobre haciendo saltar LA BARONESA VETSCHERA
el misterioso fin de golpe su cere-
del archiduque bro y su cápsula craneal.» La hipótesis del suicidio
Rodolfo. Unos atri- realizado fríamente no puede admitirse. Los morfinó-
buyeron su muer- manos no encuentran jamás en ellos la fuerza nece-
te aun duelo; otros saria para suicidarse, y únicamente pueden atentar

supusieron una contra su vida bajo el imperio de una emoción ex-


orgia sangrienta, traordinaria.
en la que los com- La emperatriz Elisabeth estaba en Viena al ocu-
rrir este suceso trágico. Ella fué la primera
pañeros del prín- que reci-
bió la noticia, cuando el conde de Hoyos se
cipe lo mataron á presentó
golpes, indigna-
en palacio trémulo de emoción y no sabiendo cómo
dos por su bruta- empezar. Ella fué la que entró en el despacho de
lidad contra la su esposo para comunicíirle el terrible suceso. Los
Vetschera. La ló- dos esposos se vieron solos, cara á cara, lo que no

gica de los hechos había ocurrido en muchos años. «Cuando una hora
y la declaración más tai-de el conde de Hoyos fué llamado ante los

del cuchillero, que soberanos para completar sus explicaciones, encon-


reconoció en el ca- tró á la emperatriz blanca, de una blancura de már-
ÚLTIMO RETRATO DEL PRÍNCIPE
RODOLFO dáver de la Vets- mol, pero tranquila y digna, teniendo entre sus manos
chera á la mujer la mano del emperador. El pobre hombre, enveje-

que le había comprado una navaja de afeitar, expli- cido diez años en una hora, se hundía en su sillón,
can todo lo ocurrido on el trágico dormitorio de lla- con los ojos enrojecidos y el rostro inundado de lá-
yerlíng. Al quedar solos en él, la Vetschera, que tenia grimas, interrumpiendo con profundos sollozos y gri-
á su amante bajo el dominio de sus gracias y sus sor- tos desesperados el relato del testigo.»

tilegios sensuales, lo hizo caer como siempre en los


delirios de un amor complicado. El desorden particu-
lar que ofrecía la cama cuando entraron los testigos,
es una prueba de esto.
Rodolfo, que sufría de insomnios, se despertó á
altas horas de lanoche atormentado por la idea de
haber faltado á la palabra de caballero y de soldado
dada á su padre. Indignado contra si mismo y contra
su amante, declaró á ésta que todo había terminado
entre ellos y que no se verían más. Insensible á las
caricias de la amante, que pretendía retenerlo, Rodolfo
empezó á vestirse. «Entonces la Vetschera— dice un
cronista de este drama— se dio cuenta de que había
perdido la partida para siempre, y con un gesto que
quiso hacer pasar por una última caricia, la cruel
hija de Oriente, valiéndose de la navaja comprada MAYEltU.NCl,
es
S06 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El cadáver de Ma- bres,que aunque algo libres, resultaban menos diso-


ría Vetschera fué lle- lutasque las de los otros. Su carácter independiente y
vado de noche y en sus ideas liberales le hicieron chocar muchas veces
secreto hasta Tries- con su tío el emperador, acabando por presentar la
te, donde lo embar- dimisión del grado de general que había alcanzado á
caron para Venecia. los veintisiete años. Igualmente renunció á la digni-
Desde esta ciudad la dad de archiduque con todos sus derechos y rentas,
baronesa de Vets- tomando el nombre burgués de Juan Orth del titulo
chera dio parte á de un castillo propiedad de su madre.
sus relaciones de la Retirado en Hamburgo se dedicó á los estudios ma-
«muerte repentina» rítimos, y después de adquirir por examen el título de
de su hija. capitán de altura, compró un buque de vela bautizán-
Francisco José dolo con el titulo de Santa Margarita, en honor de
quedó largo tiempo una hermosa actriz, Margarita Stuebel, que era su
anonadado por esta amante.
tragedia que ensom- En Octubre de 1889 Juan Orth se embarcó con la
brecía su vejez. El Stuebel en el Santa Maigirita, emprendiendo una na-
Imperio había per- vegación de placer á Buenos Aires. Desde este puerto
dido su heredero di- hizo vela de nuevo con rumbo al Pacífico, tocando en
recto. La corona iba Valparaíso. Al zarpar por tercera vez alejándose de
á ser ahora para sus las costas de Chile, nada se volvió á saber de Juan
sobrinos, que le su- Orth y de su compañera. Es indudable que el Santa
cederían como él ha- Margarita, al doblar el cabo de Hornos, se perdió en
bía sucedido á su tío una de las tempestades que son frecuentes en aquel
el emperador Fer- mar peligroso.
nando. Juan Orth, héroe novelesco, no ha podido morir
para muchos. La curiosidad pública se lo ha represen-
Ya hemos dicho tado durante muchos años fingiendo un naufragio para
JUAN oRTH que la muerte trá- ocultar mejor su personalidad, y llevando una exis-
gica acompaña co- tencia de señor del campo en una estancia de la Re-
mo una fatalidad á los Habsburgo. pública Argentina. Algunos han creído reconocer á
El archiduque Albrecht, tío del emperador y ge- Juan Orth en cada uno de los av^entureros europeos de
neral duro que con sus crueldades provocó en Viena existencia novelesca que vagan por la América del
la revolución de 1848, no tenía más que una hija, de Sur. El silencio de la actriz Stuebel, y el no haber re-
salud delicada, con cierta predisposición á las dolen- cibido noticia alguna la madre de Juan Orth, á la que
cias pulmonares. Esta archiduquesa era gran aficio- éste amaba mucho, prueban que el romántico archi-
nada al cigarrillo, ocultándose de todos para poder duque pereció realmente hace muchos años en los
fumar, con grave perjuicio de sus vías respiratorias. mares australes.
Fumando en una noche de verano asomada á un bal- La desgracia ha perseguido igualmente á los que
cón del palacio de Schoenbrunn, se vio sorprendida están emparentados con Francisco José. Una herma-
por la presencia de su severo padre, que se p;xseaba na de su esposa, que vivía lejos de Viena, pereció que-
La archiduquesa ocultó el cigarrillo
por los jardines. mada en París, en el incendio del «Bazar de la Ca-
apresuradamente en su peinador de gasas y blondas. ridad».
Momentos después estaba envuelta en llamas y corría En la familia de los Habs-
desesperadamente por las galerías del palacio, avi- burgo, cuando las desgra-
vándose el fuego con el ímpetu de la carrera. Cuando cias no toman un carácter
al fin pudieron despojarla de las ardientes cenizas de trágico, revisten las for-
las batistas las blondas, la pobre archiduquesa apa-
y mas risibles de una come-
reció cubierta de llagas horribles. Para adormecer dia regocijada. Una sobri-
sus dolores la sumergieron en una banadera llena de na de Francisco José, la
aceite, llevándola de este modo á Viena, donde pere- reina Luisa de Sajonia,
ció días después á pesar de la asistencia de los pri- huyó de Dresde, como todos
meros médicos. saben, con el preceptor de
Un primo del emperador, el archiduque José, mu- sus hijos, llamado Girón, y
rióde un tiro de fusil en una partida de caza. luego se casó con el músico
El archiduque Juan, de la rama de Toscana, fué Toselli. Otro sobrino, her-
de todos los sobrinos de Francisco José el más reco- mano de la misma princesa
mendable, por su afición al estudio y por sus costum- Luisa, renunció á su titulo EL ARCHIPUQCB CARLOS LUIS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 567

de archiduque para huir con una cantante mediocre, pentido de su conducta, volvió á llamarlo á Viena y
llevando una existencia burguesa en los alrededores lo hizo general.

de Lucerna. En Viena sus extravagancias de libertino aun fue-


Cerca de Francisco José, en su propia corte, indi- ron más ruidosas. Una noche, después de emborra-
viduos de su familia le han amargado repetidas ve- charse con varios oficiales en el café Sacher, que es
ces la existencia con toda clase de escándalos y vicios. de los más concurridos de la capital, se empeñó en
El archiduque Carlos Luis, su tercer hermano, le llevar á su palacio á toda la banda de amigos beodos,

proporcionó grandes disgustos por sus aventuras amo- haciéndolos entrar en el dormitorio de su esposa, la
rosas. Este Carlos Luis fué, como dice un cronista, «el archiduquesa Maria Josefa, no se sabe con qué fin. En
Barba-Azul» de la familia. Se casó tres veces, y como la puerta de la alcoba un viejo criado se interpuso,

si nobastase su furor matrimonial, dio mucho que


le declarando á su amo que únicamente lograría pasar
hablar en Vicna por su galantería, que ejercitaba adelante matándolo á él. El archiduque tiró del sable,
habitualmente en las calles. y sólo la intervención de uno de los oficiales, menos
El archiduque Othon Francisco, hijo de éste y so- ebrio que los demás, pudo impedir el crimen.
brino del emperador, sobrepasó considerablemente á Los escándalos de Othon fueron tan grandes que
su padre, distinguiéndose entre todos los individuos un diputado habló de ellos en el Parlamento al discu-
de la familia tirse la lista

de Habsbur- civil. Cuaren-


go, tan abun-
ta y ocho ho-
dante en prin- ras después,
al volver el
cipes liberti-
nos. Siendo diputado por
coronel de un la noche á su

regimiento de casa, lo asal-


dragones en ta ron unos

Enns, se dedi- hombres en-


caba por las mascarados,
noches, con dándole tan
varios oficia- terrible pali-

les,á organi- za que hubo


zar terribles de permane-
orgias en los cer en el le-
cafés. Como cho durante
el dueño de varias sema-
uno de estos nas.
establecimien Otra haza-
BL BMPBRADOU REVISTANDO A LOS GUARDABOSQUES EN SCHCENBRtJNN ña del archi-
tos se negase á
abrir la puer- duque Othon
ta por ser hora avanzada, el archiduque Othon, con en 1904 fué origen de una molestia diplomática. Es-
un grupo de oficiales, rompió á tiros los vidrios de las tando en un gabinete particular del café Sacher, el
ventanas y procedió al incendio del edificio. Cuando archiduque, que llevaba varias horas bebiendo, sintió
á las voces de auxilio del cafetero y su familia llegó tanto calor que se despojó de todas sus ropas, conser-
un destacamento de dragones, se encontraron éstos vando únicamente el casco en la cabeza y sobre la
con que los asaltantes que iban á llevarse prisioneros carne el cinturón con su sable. Una dama, menos ves-
eran su coronel y los más nobles oficiales del regi- tida aún que el alegre Ochon, abrió la puerta, empu-
miento. jando rudamente al archiduque, el cual, con las pier-
Otra vez, al tropezar el archiduque con un entie- nas enredadas en el sable, vino á caer en medio del
rro en un camino, hizo la apuesta de saltar á caballo comedor. Al intentar levantarse apareció en el extre-
por encima del ataúd. Los cuatro labriegos que lleva- mo del pasadizo el embajador de Inglaterra con su
ban el féretro, asustados por el jinete que se les ve- esposa y sus dos hijas, las cuales quedaron espanta-
nia encima, abandonaron al muerto en el suelo hu- das ante semejante visión. El escándalo fué tan enor-
yendo despavoridos, así como el clero y los demás me que hubo que arreglarlo por la via diplom;itica.
individuos del fúnebre cortejo. Esta vez la corte se su- Pero de todos los individuos de la f.imilia imperial
blevó ante la calaverada archiducal. El devoto empe- el que se ha distinguido más por la Índole especiali-

rador, herido en sus sentimientos religiosos, llamó á sima de sus costumbres es el archiduque Luis Víctor,
su sobrino, é indignado por esta conducta sacrilega le un viejo que parece llegar en su trauíiuilo impiuior á
dio un bofetón en presencia de los cortesanos, en- los últimos limites de la inconsciencia. Las aventuras
viándolo luego desterrado. Pero al poco tiempo, arre- del archiduque Luis Víctor son difíciles de narrar,
508 VICENTE BLASCO IBANEZ

como no sea con el auxi- Habsburgo y el orgullo feroz del Imperio. Para evitar

lio del latín, lengua que el descrédito dictó leyes contra la prensa; pero como

emplean muchos autores sí la fatalidad quisiera divertirse con él, cada una de

para los relatos escabro- estas medidas preventivas fué seguida de un nuevo
sos. escándalo de sus parientes.
Weindel, al ocuparse Soberano católico y de gustos absolutistas, conven-
de la vida de los Habsbur- cido de que es un representante de Dios en la tierra,

go contemporáneos, dice jamás consintió el más leve atentado contra lo que él


asi: «Existe en Viena una llama ostentosamente las «leyes de la casa de Habs-
cusa de bafios muy elegan- burgo». El tiempo pasa, las generaciones evolucio-
te llamada Centrolbad. El nan, las costumbres se modifican y el viejo empera-
archiduque Luis Víctor la dor, rodeado de nietos y biznietos, ve con tristeza
frecuentaba asiduamente, disminuido su poder por gentes que ya no creen en
encontrándose en ella con la tradición, y se siente sin fuerzas para sostener la

BL ARCHIDUQUE LUIS VÍCTOR varios jóvenes, lectores lucha. De todos sus privilegios tradicionales, el que
asiduos de las obras poé- mantuvo siempre con más empeño fué el de escoger
ticas de Osear Wilde, poeta preferido del archiduque. las esposas y los esposos para los individuos de su fa-

Éste conversaba con los fervientes de un culto que milia, no tolerando alianzas con personas de sangre
era el suyo, y sus conversaciones se terminaban con inferior ó con príncipes que no fuesen católicos.
frecuencia del modo más intimo. Pero ocurrió que un A partir de 1890, el anciano monarca ha tenido que
dia del año de 1903 el archiduque se equivocó al diri- asistir al derrumbamiento de todas sus ideas tradicio-
girse á una persona que no admiraba nada á este nales. Una de sus nietas, hija de la archiduquesa Gi-

poeta inglés tan especial. Luis Víctor insistió, sin sela y Leopoldo duque de Baviera, se presentó un día

embargo, y el indicado señor, que no gustaba sin duda en sus salones del Hofburg, ó palacio real, pidiéndo-
de verse contrariado en sus opiniones literarias, ad- le una entrevista particular. El abuelo empezó á escu-
ministró un soberbio par de bofetones al archiduque, charla con sonrisa bondadosa, esperando la confiden-
demasiado insinuante. Todos los antiwildistas, poseí- cia de un amor por algún príncipe ó monarca digno
dos de gran furor, aprovecharon la oportunidad para de los Habsburgo; pero quedó espantado al saber que
administrar al hermano del emperador una corrección su nieta Elisabeth quería casarse con un simple te-
tan dura, que los criados de la casa de baños tuvieron niente de caballería de Baviera. Además el teniente
que transportarlo á su domicilio medio desmayado. ¡era protestante!
»E1 emperador, que según parece no ama tampoco Resultaba tan absurda la petición, que el empe-
este género de discusiones literarias, señaló á su herma- rador creyó por un momento en una broma de su nie-
no como residencia el pequeño pueblo de Meran, en el ta, pero su naciente sonrisa volvió á extinguirse al

Tirol, donde Luis Víctor no tiene ocasiones frecuentes escuchar las nuevas revelaciones de la pequeña ar-
para hablar de tal clase de poesía con los aficionados. » chiduquesa. Había que casarla cuanto antes, para
El horror trágico y el libertinaje escandaloso han justificar ciertos descuidos que ya no tenían remedio.
rondado en torno de Francis-
co José durante medio siglo,
arrancándole lágrimas ó ha-
ciéndole proferir gritos de in-
dignación, pero sin alterar por
mucho tiempo una serenidad
egoísta que es tal vez el secre-
to de su larga vida.

Francisco José, firme de-


fensor de los principios tradi-
cionales, ha querido hacerlos
respetar por los demás, aun-
que él los menosprecia bas-
tante en su vida intima.
Más que los dramas y las
tristezas de su casa, sintió los
escándalos de los individuos de
su familia, porque esto aten-
taba contra el prestigio de los KL BMPBRADOR FRANCISCO JOSÉ EN LA FIESTA DB LOS NIÑOS BN VIBNA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 íW)

BL EMPERADOR Y I.OS ARCHIDUQUES EN UNA PROCESIÓN POR LAS CALLES DE VIBNA

Si el abuelo retardaba su consentimiento, surgiría el za reciente, y poseedor de una gran fortuna. Francis-
escándalo. Y el severo Francisco José, tan intransi- co José quiso resistirse á esta unión, considerando una
gente en el cumplimiento de las «leyes de la casa de verdadera vergüenza que su nuera fuese la esposa de
Habsburgo», tuvo que ceder, vencido por las lágrimas uno de sus chambelanes. Pero el amor venció de nue-
de su nieta. Esta se casó con el teniente, y por prime- vo á las tradiciones, y Francisco José tuvo que acep-
ra vez hubo en la familia un matrimonio feliz y sin tar el desigual enlace.
historia, yendo á ocultar su dicha burguesa en un cas Años adelante, fué su nietamás amada, la archi-
tillo de la Moravia.
duquesa Elisabeth, hija única de Rodolfo y Estefanía,
Después de esta primera abdicación, Francisco la que le proporcionó un nuevo disgusto siguiendo el
José, que fué siempre de una amable ligereza para ejemplo de su madre. La princesa Elisabeth era la
las pasiones sin consecuencia,
pero de una severidad hija de su único hijo, la descendiente directa de su
intransigente para el matri- sangre, la que él amaba
monio, se sintió empujado más y trataba con mayor
^^^^_^ y dominado por la podero- confianza, deseando casar-
sa inundación de amor que lacon un rey poderoso. Y
O^Hj^^^^^^ '^.
ha ido subiendo en torno de su más intima descendien-
^^^^^^^^^^
Paso á paso tuvo que te se casó con un simple
^^^B^^l^r
^^
él.

fT retroceder ante su familia, oficial de caballería, trasla-

sacrificando los tradiciona- dándose á Praga, donde su


les principios. marido estaba de guarni- ^"^
La archiduquesa Estefa- ción.

nía, viuda de Rodolfo, se El amor con su falta de


presentó igualmente á Fran- respeto á las tradiciones
cisco José, para hacerle sa- ha perseguido al ceremo-
ber que deseaba casarse nioso Francisco José en el
con un chambelán de su último periodo de su exis-
corte, el conde Lonyay, no- tencia. Al morir Rodolfo y
LA ARCHIDUQUESA GISELA ble húngaro, pero de noble- tener que escoger un here- lbopoldü db bavibba
510 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

dero, el emperador se fijó en su sobrino Francisco mado por el consentimiento que el emperador habia
Fernando, el mismo que fué victima en 1914 del aten- dado finalmente á su antigua nuera. Pero Francisco
tado de Serajevo. Con arreglo á las leyes de los Habs- José, aunque parecía acostumbrarse á los matrimonios
burgo, correspondía la corona al hermano del em- desiguales, acogió con una rotunda negativa la preten-
perador y padre del citado archiduque, ó sea á Car- sión de su heredero. El viejo monarca podía transigir
los Luis, el viejo erótico llamado «el Barba- Azul» de con los deseos amorosos de los individuos de su fami-
la familia. Pero Francisco José creyó más conveniente lia que no estaban destinados á reinar. Pero Francis-
designar á uno de sus hijos. El mayor era Othon, el co Fernando iba á ser emperador á la muerte de su
terrible«salta-ataúdes» que tantos disgustos había tío, y la corona imperial no podía ostentarla una obs-
dado emperador. Por esto prefirió á su segundo
al cura condesa de provincias. A su resistencia por or-
hermano, Francisco Fernando, de costumbres tranqui- gullo de familia, iba unida una consideración política.
La Constitución de Austria exige que el heredero
del trono se case con una princesa de sangre real
para que ésta sea emperatriz. Cuando la madre care-
ce de esta condición, los hijos no pueden heredar el
Imperio. En cambio la Constitución húngara reconoce
como reina á la mujer del rey de Hungría, sea cual
sea su origen, y los hijos, por el hecho de su naci-
miento, son herederos indiscutibles del trono. Casán-
dose Francisco Fernando con la condesa Choteck, ésta
ceñiría en el porvenir la corona de Hungría, pero no
la de Austria, y sus hijos subirían al trono húngaro
contemplando como inaccesible el trono austríaco.
Equivalía esto á la seguridad de una secesión futura
y definitiva de los dos países del Imperio, peligro que
no podía admitir el emperador.
Pero la condesa Choteck contaba con un apoyo po-
deroso, tanto en sus amores con el archiduque como
en su lucha contra los principios tradicionales del
viejo emperador: los jesuítas. Se ha exagerado tal vez
la importancia y el poder de esta orden religiosa en
algunas naciones de Europa, pero en Austria y en Es-
paña, las dos monarquías católicas por excelencia,
el jesuitismo conserva todavía gran influencia en la
vida palaciega. Estos protectores de la Choteck, ac-
tuando hábilmente sobre el ánimo de Francisco José,
consiguieron vencer sus escrúpulos de gran señor y
su orgullo de jefe de los Habsburgo.
El emperador aceptó al fin el matrimonio morga-
FRANCISCO JOSÉ, CON SU.S NIETOS nático de su heredero con la condesa Choteck, después
que el Parlamento húngaro hubo aprobado la renuncia
las y que dedicaba cierta atención á los asuntos de de la corona de Hungría que hizo Francisco Fernando
Estado. para sus hijos futuros.
También el amor, con su tendencia á las alianzas Ya dijimos cuál fué la conducta política de este
obscuras y los conflictos novelescos, le salió al en- matrimonio, que estaba destinado á ocupar el trono
cuentro al designar á este heredero, que parecía sumi- imperial. La condesa Choteck, que al principio perma-
so y de gustos vulgares. neció modestamente en segundo término, fué poco á
Cuando Francisco José hablaba á su sucesor de la poco apoderándose del viejo emperador, de ideas va-
necesidad de un pronto matrimonio para asegurar al cilantes. Este octogenario, que fué en otros tiempos
trono de Austria-Hungría una nueva línea de herede- ferozmente testarudo, parece fatigado de luchar y
ros, Francisco Fernando rehuía la conversación. Esta acepta los pensamientos de los demás. Es indudable
conducta resultaba extraña, pues no se le conocía al que de no ocurrir la tragedia de Serajevo la condesa
archiduque ningún amor secreto que se opusiera á su Choteck habría acabado por lograr una reforma de las
matrimonio. Todos ignoraban sus relaciones con la leyes dinásticas, subiendo al trono como legítima em-
condesa Choteck, de las que ya hablamos al relatar la peratriz.
tragedia de Serajevo. Los elementos reaccionarios del Imperio miraban
Cuando Estefanía, la viuda de Rodolfo, se casó con con simpatía á esta pareja principesca que en toda
el chambelán, el archiduque ae decidió á hablar, ani- ocasión hacia gala de sus principios ultra-clericales.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 511

Francisco Fernando, de limitada mentalidad y duro


carácter, se dejaba dirigir por su mujer, más ambi-
ciosa é inteligente. Ésta por su parte obedecía las ins-
piraciones del clero, y especialmente de los jesuítas,
que esperaban tomar la dirección absoluta de los
asuntos del Imperio asi que el principe heredero su-

biese al trono. Ella fué la que impulsó á su marido á


aceptar el titulo de Protector de la liga «Katholis-
cher-Schülverein», liga de las escuelas católicas, fun-
15
dada por los jesuítas como un contrapeso á la liga
«Deutscher-Schülverein», encargada de crear escue-
lasalemanas liberales y defender del clericalismo la
ley escolar, votada por el parlamento. Gracias á la
Choteck se vio por primera vez á un principe heredero
mezclarse en los asuntos políticos y combatir una ley
votada por las cámaras y firmada por el emperador.
La conducta de Francisco Fernando fué indecisa y
contradictoria. Su afición á la milicia, su vanidad que
le hacia considerarse como un gran capitán, y sus de-
seos de una guerra para poner de relieve los méritos
que él mismo se suponía, lo empujaban del lado de
Alemania, sometiéndolo á la influencia de Guiller-
mo II. Al mismo tiempo, sus ideas clericales y su pa-
triotismo de austríaco, alarmado por la propaganda
pangermanista, le colocaban frente á la Alemania
protestante y avasalladora. Además, influía en él la
nacionalidad de su esposa, tcheque de nacimiento, y
al sostener las reivindicaciones de los tcheques se ene-
mistó con el partido que representaba en Austria la
tendencia alemana.
Pero por encima de estas fluctuaciones la idea do-
minante en él era la guerra; una guerra contra Rusia y
contra media Europa si era preciso, para levantar el de-
512 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

lo condujo al desastre de Sado-wa. Bismarck se encar- humanidad ha sufrido una de sus mayores catás-
gó de demostrarle que la política de imperios como el trofes.

suyo debe sostenerse por el hierro y por el fuego y no Tal es la obra de Francisco José. ¡Recta tueril
o
por envejecidos artificios de cancilleria.
Como soberano católico fué desleal con Pío IX, al Este emperador de ochenta y cinco años se ve solo
al final de su vida, como si nunca hubiese tenido una
que no dio nunca el auxilio que hacían concebir sus
promesas. Enemigo de los prusianos, engañó igual- familia, como si hubiese atravesado la existencia
mente á Napoleón III en 1870, negándole á última acorazado en más duro egoísmo. Y sin embargo,
el

hora el concurso que le había hecho esperar lógica- ningún hombre puede sentir como él la pesadez del
mente, como una venganza de Sadowa. pasado. ¡Qué de tempestades han sacudido su casa!
.
Obligado á entrar en la Triple Alianza por la fé- ¡Qué de escándalos la han ensuciado! ¡Qué de dramas
rrea presión de Bismarck y han cubierto sus pisos de
teniendo por compañera á sangre!
Italia,molestó y persiguió Henri de eindel traza
cuanto pudo á los habitantes un vigoroso cuadro del final
de sus provincias de origen de esta vida que se empeña
italiano. en subsistir; de los últimos
En el congreso de Berlín años de un soberano que vi-
supo engañar á los rusos vió más que nadie, ha debi-
vencedores y á los turcos do sufrir más que nadie, y
vencidos, haciendo que la antes de bajar á la turaba se
diplomacia alemana, á cam- despide del mundo provo-
bio de su alianza, le entre- cando el más horroroso con-
gase el protectorado de Bos- fiícto que presenciaron los
nia y Herzegovina, sin ha- siglos.
ber hecho nada, sin haber «Llegado al trono dice

disparado un tiro. Treinta y Weíndel— como soberano
,

dos años después se burló de absoluto de un Imperio in-


Europa entera, anexionán- menso, que abarca todo el
dose para siempre dichos te- centro de Europa, se vio
rritorios, que por su volun- arrancar por la guerra sus
tad querían unirse á Servia, más hermosas provincias, y
y se atrevió á esta cínica él, que en otros tiempos hu-
resolución porque su aliado biese preferido abdicar an-
el Imperio alemán le guar- tes que ceder la más peque-
daba las espaldas. ña partícula de sus poderes,
Durante la guerra balká- se ve reducido al estado de
nica, haciendo gala de un monarca constitucional, sin
falso desinterés, trabajó autoridad para su persona y
ocultamente para que los Es- esperanza para su here-
sin
BL EMPERADOR A CABALLO
tados balkánicos se exter- Llegado al matrimo-
dero...
minasen entre ellos, reco- nio por el camino del amor,
giendo cómodamente sus restos después de la catás- él mismo destruyó con sus manos la felicidad de su
trofe. Bajo su inspiración los búlgaros se arrojaron existencia. Todo ha caído en ruinas en torno de él, y
contra los servios, y al ver salir vencedora á Ser- en los campos donde germinaba la semilla de la fami-
via de esta emboscada, su despecho fué tan grande lia la muerte ha segado furiosamente con los golpes

que estuvo próximo á declararle la guerra. trágicos é imprevistos de su guadaña implacable.


El inventó, para complicar más la política euro- Mujer, hijos, hermano, todos han caido. Sólo las
pea, el grotesco reino de Albania. malas hierbas han quedado de pie, y él permanece
El preparó el complot de 1914 contra los servios, inmensamente solo, en los grandes salones, severos y
tomando pretexto del suceso de Serajevo para no fríos, del solemne Hofburg.
aceptar ningún arreglo pacífico; y este complot dio «Sin embargo vive y no parece que el dolor haya
por resultado la lucha actual, sumiendo á casi toda dejado en su persona huellas muy profundas. De los
Europa en los horrores de la barbarie guerrera. escombros enormes de su vida ha sabido extraer los
La trágica fatalidad que parece acompañar á este materiales necesarios para la construcción de un re-
hombre en su vida de familia atrayendo la ruina y la fugio que puede abrigar su egoísmo profundo, la se-
muerte sobre los que le rodean, le ha seguido igual- quedad de su corazón, la estrechez de su espíritu.
mente en su vida de gobernante. Gracias á él la Lleva gallardamente sus ochenta y cinco años, y de-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 513

jando aparte sus de epilepsia enfermedad do


crisis — Á pesar de que Francisco José posee una de las
los Habsburgo —
que cada vez son más frecuentes y
, bodegas más famosas do Europa por la antigüedad y
le hacen espumear, con los ojos vidriosos, golpeando exquisitez de sus vinos, es sobrio eu la bebida y acom-
con las piernas, la cabeza ó los brazos lo que se en- paña su pantagruélica nutrición regando los alimen-
cuentra cerca de él, no parece sentir de un modo tos con algunos vasos de cerveza. Hace todas sus co-
abrumador el peso de sus infortunios... Fastuoso en midas en una hermosa vajilla de plata, que os para
otros tiempos, se ha creado ahora una pequeña exis- él ordinaria y de uso vulgar comparada con el famoso
tencia burguesa y plácida; una vida de viejo célibe servicio de oro usado en tiempos de la emperatriz

que descubre una felicidad inmensa en el solo hecho Elisabeth, una de cuyas piezas solamente, el centro
de existir.» de mesa, vale IGO.OOO francos. En el vasto comedor,
El antiguo caballero galante de la corte de Viena, donde los servidores son más numerosos que los co-
que conoció los goces del mensales y donde jamás la
amor y de la riqueza como mesa ha sido adornada con

nadie, ha tenido que renun- flores desde la muoite de la

ciar á casi todos los place emperatriz, el viejo empera-


res y únicamente le es posi- dor se complace en evocar
ble una sensualidad: la de la ante su único invitado los
boca. Como este es su único tiempos suntuosos de las
placer, abusa de él de un grandes comidas de gala,
modo portentoso. Lo que con sus vistosos uniformes y
come en un solo día Francis- los hermosos escotes de las

co José resultarla suficien- damas. ¡Todo terminado!...


te para varias personas. Se Terminados igualmente
acuesta pronto y se levanta sus antiguos placeres favori-
antes del amanecer. Entre tos, la caza, la equitación
cuatro y cinco de la madru- y los ejercicios militares.
gada su ayuda de cámara le Hace unos años, todavía se
sirve el primer desayuno, dejaba izar á lo alto de un
confortable y copioso. El corcel amaestrado y pacifico,

emperador se pasea por su como si fuese un fantasma


gabinete, lee cartas, y á las del brillante jinete de otros
ocho le sirven un segundo tiempos, revistando sus tro-
almuerzo, compuesto de un pas para darse el placer por
potaje, un asado, legumbres, unos instantes de ser solda-
numerosos entremeses y do, con vana ilusión de su
gran variedad de postres. fuerza. Ahora ya no le per-
Llega su secretario particu- miten este momentáneo con-
lar, procede con él al despa- suelo.Todo lo que le gusta-
cho de la correspondencia, ba ha sido prohibido. Le
le

y al mediodía un tercer al- gustaba fumar á todas horas


"'' emperador con inif ORMB DB HÚSAR BúNGARc
muerzo, compuesto de igua- y„Qg eigarros austríacos, ne-
les platos que el segundo. gros y largos, llamados «Vir-
Por la tarde se pasea por el parque del Hofburg ó de ginia», y los médicos, temiendo por el funcionamiento
Schoenbrunn, según sea la instalación de la corte, á regular de su corazón, le obligan á fumar unos ciga-
pie ó en carruaje, pues hace j'a muchos años que no rros pequeños y ligeros llamados «trabucos», que él
puede montar á caballo, lo que era su diversión fa- encuentra insípidos.
vorita. De cuatro á cinco de la tarde es la comida, «Entre las cosas— dice Weindel —que él amó y que
compuesta invariablemente de sois platos fuertes. Un ahora no puede gustar, la dominante, l.i que está por
solo convidado le acompaña, que algunas veces es un encima de todo... es el amor. ¡Ha llovido algo desde
alto funcionario de la corte y casi siempre un general que la sociedad de Viena no se ocupa de las amantes
ayudante. El emperador se sirve con abundancia de de Francisco José! El Don Juan de otros tiempos que
cada plato y casi siempre repite. A las ocho de la coleccionaba corazones de hermosas, ha desaparecido
noche quinta comida, compuesta de fiambres, embuti- hace muchos años. Del brillante jinete infiel y atrevi-
dos y té, y á las nueve el emperador va en busca de su do,no queda más que un anciano burgués que se satis-
lecho para reparar sus fuerzas quebrantadas por tanto face con el compañerismo de una vieja amiga, y que
trabajo. Uno de sus biógrafos dice: «Si muere algún hace decir á los maldicientes de Viena con una sonrisa
dia — lo que es posible á de su furiosa resisten- burlona cuando hablan en su presencia de los éxitos
cia — nadie podrá decir pesar
, que ha muerto de hambre.» pasados del emperador: «¡Ah! ¡El señor Schratc!»
5M VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Los vieneses apodan «elseñor 8ciiratt» á este Te- dor sus píes, enfriados por la estación y por los años.
norio de otros tiempos, burlándose de su fidelidad Los dos hablan un momento de cosas vagas y grises,
amistosa á una antigua amante. y se sientan á la mesa, uno frente al otro, cuidando
Catalina Schratt, la más eminente de las actrices la vieja artista de que su amigo, cada vez más glotón

del teati'o austríaco, fué, como ya dijimos, una de las y menos razonable, no coma demasiado de sus platos
vivas pasiones del emperador durante su alegre ma- favoritos, dándose una indigestión, lo que le ocurre
durez. Esta artista inteligente, fina y bondadosa, que con frecuencia. Termina la comida en una intimidad
tuvo amistad al mismo tiempo con la emperatriz Eli- simple y dulce, y mientras Francisco José fuma su
sabeth, ha sabido conservar el afecto de Francisco «trabuco», que sigue no gustándole, el timbre de la
José muchos años después de híiberse extinguido el puerta suena por dos veces.
amor. —
»Son los compañeros de tarok especie de whist
El viejo soberano, cuando vive solo en su palacio, austríaco — que llegan para hacer la partida del «co-
,

necesita ver á la antigua comedianta, y va á buscar- ronel». Estos antiguos amigos de Catalina son siem-
la en su casita simple y tranquila. Cuando no están pre los mismos: M. Palmer, director del «Banco de
en el Ilofburg las archiduquesas, hijas ó nietas, con los países austríacos», y otro banquero igualmente
sus batallones de niños, el emperador octogenario rico, pero judio de nacimiento y de religión.
pasa la velada en casa de «Madame Katharina». Fran- »E1 emperador católico y el banquero judío hacen
cisco José no se oculta, ni muy buenas migas— lo
tiene ahora por qué ocul- que indignaba á la devo-
tarse el pobre viejo, pues ta condesa Choteck y— ,

sus visitas no pueden ser los cuatro jugadores de

más inocentes. Durante tai-ok se sienten unidos


su época pecaminosa, por una amistad que na-
cuando la Schratt en ple- da puede turbar.»
na belleza era la primera Una noche que Fran-
iictriz del Burg-Theater, cisco. osé había olvidado
I

tampoco se ocultó, é iba su estuche de cigarros en


á visitarla públicamen- el Ilofburg, buscándolo

te, ocupando una carro- inútilmente en todos los


za de la corte y vistiendo l>olsillos de su uniforme,
el uniforme de coronel la Scliratt lo sacó de apu-
que lleva diariamente. ros yendo á su dormito-
Con el mismo uniforme rio y volviendo con una
de coronel, y ocupando CAPir.r.A SUBTERRÁNEA DE LA IGLESIA DB LOS CAPUCHINOS caja de habanos magní-
un carruaje igual, va DONDE ESTÁ BL PANTEÓN DB LOS HABSBURGO ficos. El emperador dudó

ahora siempre que puede unos momentos al ente-


á pasar la velada con su antigua amiga. Las criadas rarse de que los cigarros eran del banquero Palmer, y
de la actriz le llaman simplemente el «coronel», así que Catalina los guardaba en su cuarto de dormir.
como los maliciosos le apodan el «señor Schratt». Pero entre gentes de su edad no son ya posibles las

«Varías veces por semana dice Weindel se in- — rivalidades, y tomando un habano dijo con tono de

vita á comer, teniendo cuidado pues es un amigo y broma:

no el emperador el que llega de dejar su corona y su —
¡El dinero que debe ganar ese hombre para ofre-
cetro en el perchero del recibimiento. Gusta de discu- cerse cigarros tan caros!
tir las pequeñas cosas domésticas, encontrando en — —
«Aquella noche continúa Weindel la partida de
esto su último placer, y trata gravemente del menú tarok fué igual á la de las otras noches: cada uno se
con la cocinera, que recibe de él espléndidas propi- guardó sus ganancias, unas cuantas piezas de plata,
nas. La «señora Schratt», que fué una reina majes- y á las nueve menos cuarto exactamente llegó la ca-

tuosa á la luz de las baterías escénicas como el «se- rroza de la corte, y Catalina Schratt, que vela por la
ñor Schratt» fué un emperador fastuoso bajo las lám- salud de su viejo camarada, lo condujo hasta la puer-
paras de los salones del Ilofburg

se ocupa con so-
, ta, sin concederle un minuto más. Frecuentemente
licitud de las comodidades de su antiguo enamorado. «el señor Schratt», entre las nueve menos cuarto y
Los dos recuerdan con su cariño senil á Filemon y las nueve en punto, hace á píe el pequeño trayecto

liancis; pero Filemon y Baucis convertidos en peque- entre la casita bui'guesa de su vieja amante y las ha-
ños burgueses de provincia. bitaciones solemnes y frías del Hofburg. Aunque el
»En invierno, cuando llega Francisco José lo en- trayecto es corto ofrece una especie de revista dolo-
cuentra todo organizado para su comodidad. El me- rosa de la vida del emperador. El carruaje pasa ante
jor sillón es para él, y además Catalina en persona el convento de los Capuciiínos, donde está el panteón

prepara un braserillo, sobre el cual coloca el empera- de los Habsburgo. Allí duermen para siempre su her-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191-1 51&

iiuiuo t'usiladu, su hijo el suicidn, su mujer ¡isesiiuidii... enlermedades nerviosas, publicó á principios de la
Mcás allii laiglesia de los Agustinos, donde se casó él, guerra, en una revista científica de Lausana, un es-
donde se casó Rodolfo... tudio fisio-psicológico sobre los dos emperadores ger-

"¿Pero «el señor Scliratt» se acuerda alguna vez mánicos. Este estudio, que obtuvo gran resonancia,
de estas cosas?» fué comentado por el venerable doctor A. Froment, de
Y así, entre una antigua comedianta y dos ban- JIontreux (Suiza médico de celebridad universal al
i,

queros judíos, acaba su vida Francisco Josi-, mientras que van á buscar en su retiro enfermos de todos los
todo cruje y se derrumba en torno de él. países.
¡Y este pacífico burgués, que come cinco veces al El estudio de Neipp, titulado Los responsables, y

día, va por la noche de tertulia á la casa de su anti-


los comentarios que le dedicó Froment, establecen
gua amante y juega al tarok con los amigos de ésta, que por una singular ironía del destino, si los dos so-
es el que ha aplicado la me- beranos, conductores de hom-
cha, provocando el incen- bres, son responsables polí-
dio europeo! Por su fatal tica y socialmente de las
iniciativa millones y millo- catástrofes que han hecho
nes de hombres chocan y se caer sobre la tierra, en cam-
matan desde las fronteras de ^^f bio, examinados medical-
Persia al paso de Calais y ^f^ mente, debe considerárseles
los navios gigantescos bajan casi como irresponsables.
destrozados á los abismos Ambos emperadores pre-
del mar. sentan, cada uno en lo que
;Y todo esto ha podido ha- le concierne, un caso médi-
cerlo el «señor Schratt», el co muy característico. Los
convidado de Catalina, un dos factores esenciales de la

viejo de ochenta y cinco responsabilidad moral son:


años, que ha preparado la la sensibilidad y la volun-
matanza de tres ó cuatro tad. En Francisco .Tose la

millones de hombres jóve- sensibilidad y la voluntad


nesl puede decirse en cierto modo-
Antes de abandonar la que no existen. En Guiller-
vida se ha despedido de ella mo II existen, pero con un
con un llamamiento á la absoluto desarreglo.
muerte universal, lúgubre
servidora que nunca deja de
acudir á la voz de los em- «De los dos casos — dicen
peradores. Neipp y Froment
— ,
el de
Tal vez no supo lo que Francisco .losé es el más
hizo... Pero asi ha sido. claro y simple. El empera-
El mundo vivía en paz. dor austríaco tiene una salud
sin poder sospechar nada física perfecta y admira-
malo de unas patillas blan- UAT.\LINA SCHKATT blemente equilibrada, que
cas que brillaban entre una desafia á los años. Pero su

lámpara burguesa y una baraja de tarok en el come- sistema nervioso y sensitivo es de una visible inferio-
dor de una comedianta retirada. ridad. Además, Francisco José ha dado siempre prue-
¡Fatales ironías de la Historia! bas de que sus facultades intelectuales se hallan por
debajo del término medio.
»Se notan en él— dicen los citados doctores— los

XVI signos aparentes de esta inferioridad: frente depri-


mida, masa encefálica de un volumen inferior al nor-
mal y las paredes del cráneo de un grosor excesivo.
La Medicina y los dos emperadores «Francisco José parece no haber comprendido ja-
más ni sentido nada de lo que ocurría en torno de él.
La presente guerra, que tan inmensas responsabi- Las catástrofes más espantosas han caído sobre su
lidades impone á sus autores, ha hecho que la ciencia Imperio y su familia: se ha visto mezclado en los más
médica fije su atención en Francisco José y Gui- sombríos dramas públicos y domésticos, en los cuales
llermo II. lo trágico se confundía con lo innoble; ha visto á los

El doctor Neipp, ilustre presidente de la «Sociedad suyos desaparecer en torno de él, arrastrados por el
suiza de medicina y cirujía» y gran especialista en torbellino de los vicios ó anonadados bajo ios golpes
516 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

del fanatismo político; y sin embargo, ha mostrado menos de un nivel medio. Si el nacimiento hubiese
en todos estos sucesos el aire «ausente», distraído, de hecho de un simple huberau del Brandemburgo ó de
él

un hombre al que nada puede hacer perder la calma la Pomerania, habría llegado á ser un buen coronel ó
de sus fáciles digestiones.» un inteligente funcionario. Desgraciadamente el am-
En la guerra se condujo valerosamente, con un biente en que vivió desde sus primei-os años fué fatal
gesto también de distracción, con un valor incons- para el desenvolvimiento de su inteligencia, así como
ciente, como si preocupado de su propia persona no para sus condiciones morales.
tuviese voluntad ni sensibilidad para apreciar los «Su infancia y su juventud se desenvolvieron en la
peligros exte- embriaguez de
riores. los triunfos pru-
El diagnósti- sianos de 1866
co del estado y 1870, que le
actual del em- trastornaron la
perador de Aus- cabeza. El or-
tria —
según el gullo teutónico
doctor Neipp — se ha elevado
establece un re- en Guillermo II
blandecimien- á la potencia
to progresivo cúbica, al mis-
de la materia mo tiempo que
cerebral. «Si no degeneraba su
ocurre un brus- voluntad, has
co desenlace, ta el punto de
debido á una no poder refre-
congestión pul- nar las mani-
monar que hay festaciones in-
quetemersiem- decentes de
pre en un viejo una ambición
— dice el doc- exacerbada.
tor Froment — , Hay que re-
Francisco José cordar la acti-
vegetará toda- tud escandalo-
vía algunos sa de Guiller-
años en la sere- mo cuando sólo
nidad de una era kronprintz,
inconsciencia junto al lecho
que no puede de su padre
turbar el inevi-
agonizante.
table y defini- »A su orgullo
tivo desmem- de raza ha ve-
bramiento de nido á unirse
su Imperio. Y una vanidad
así acabará pueril, siempre
tranquilamen- FRANCISCO JOSÉ despierta, que
te sus días, en le hace buscar
la imbecilidad los éxitos fáci-

senil, ósea la chochez. Traduciendo en lenguaje fa- lesy le proporciona muchas veces fracasos ruidosos;
miliar las consideraciones médicas del doctor Neipp, vanidad que se satisface con una sucesión trepidante
puede decirse que el trono de los Habsburgo acabará de primeros papeles que ansia desempeñar. De aquí
por convertirse en un sillón agujereado.» sus actitudes teatrales, sus bruscos cambios de con-
ducta, sus ambiciones, que no son más que envidias,
sus proyectos acompañados de vacilación, y sobre
El caso de Guillermo II ofrece mayores complica- todo la manía del traje, del uniforme que hacía son-
ciones. El doctor Neipp declara desde el principio reír á Eduardo VII, asombrado de tanta incoherencia,
que el emperador de Alemania está infinitamente me- y le hacía dar á su sobrino el apodo de mono sabio.*
jor dotado en punto á facultades intelectuales que su
compañero austríaco.
Eu Guillermo II la inteligencia nativa fué cuando Los doctores Neipp y Froment, por un sentimiento
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 SI 7

de equidad, reconocen que Guillermo II no es res- que le hace sufrir de un modo cruel, y disimula mal
de su rencor contra la suerte bajo una sonrisa que más
ponsable verdaderamente del estado patológico
sus facultades intelectuales, pues dicho estado se bien parece una crispación. A estas exasperaciones
debe en gran parte á una deplorable salud física, ocultas y concentradas hay que atribuir sus acce-
de la cual hay que buscar las causas en la herencia sos sucesivos de actividad frenética y de abatimien-
to, su feroz mania
de jugar con el fuego, que ha
paterna.
«Todos recuerdan— dicen los indicados doctores — acabado por inflamar la formidable hoguera ante
la misteriosa enfermedad de la laringe que mató á la que se asombra hoy su verbosa impotencia.»

Federico III. ^
¿Fué cáncer ó
fué sífilis? Esta El doctor
última hipóte- Neipp resume
sis, aunque la las opiniones
discreción pro- de su estudio
fesional de los declarando
médicos que que, según su
cuidaron al pa- opinión, Fran-
dre de Guiller- cisco .José es
mo II no per- un abúlico com-
mite el afirmar- pleto, ó sea un
la de un modo hombre que ca-
absoluto, es sin rece de volun-

embargo la tad. Igualmen-


más probable. te establece en

Múltiples resul- él una ausencia


tan en el empe- completa de
rador de Ale- sensibilidad,
mania los sig- que le ha hecho
nos exteriores pasar por las
de esta degra- mayores emo-
dación física ciones sin sen-
tirlas. En loque
congenital: un
brazo atrofiado se refiere al
y casi impropio emperador de
para todo ser- Alemania resu-

vicio, un hin- me sus conclu-


chamiento de siones de este
las articulacio- modo: «Guiller-
nes, un abceso mo .II es un
frío en la oreja veleidoso su-
interna acom- pera gitado, cu-
pañado de rezu- yo diagnóstico,
mamientos he- según toda ve-
diondos.
EL KAISBB
rosimilitud,
«Guillermo II puede estable-
(Dibajo de E. Forbee, eu «1 Thé Sketch, de Londres) ccrSC aSÍ:
siente muchas sifilí-

veces horribles tico terciario


dolores de cabeza, y la ansiedad insómnica es muy que marcha hacia la parálisis general; candidato in-
frecuente en él. Además el emperador de Alema- termitente á la lipemania ó locura triste y á la lo-
nia sufro —
una pododysodie del griego podo», pie, y cura furiosa.»
duKodia, mal olor— ó sea una transpiración
,
fétida Tal vez se equivoquen estos hombres de ciencia
de las extremidades inferiores, pequeña enfermedad y otros que como el doctor Gabanes se han mostrado
muy generalizada en el Brandemburgo y la Prusia todavía más severos en sus juicios sobre la salud físi-
oriental, y que es hereditaria entre los Hohcnzo- ca y moral de los dos emperadores germánicos.
llern. Pero enfermos ó sanos, obrando por inconscien-
«Todos estos defectos no son evidentemente muy cia ó con entera razón, tienen ante el presente y el

propicios á los bellos gestos y las nobles actitudes. porvenir la responsabilidad de una inmensa catás-
Guillermo II se da cuenta de ello perfectamente, lo trofe.
ñl8 VICENTE BLASCO IRAÑEZ

i'llas el medio do asegurar el porvenir con una


gran
expansión territorial y de rehacer su prestigio en el
presente merced á las hazañas de sus soldados y sus
marinos en las tierras lejanas.
Julio Ferry fué el iniciador de la expansión coló
llevándola adelante á pesar de la vigorosa oposi-
nial,
ción de algunos grupos políticos. Sus sucesores en el
gobierno han continuado esta política durante treinta
años. Gracias á ella la República pudo reparar los
desprestigios del antiguo régimen, ocupando de nuevo
un lugar importante entre las potencias europeas. Con
un gasto* escaso de hombres y dinero, formó en Asia
y en África uno de los más vastos dominios coloniales
que ha conocido la Historia.
Estas empresas sirvieron para mantener en Fran-
cia el espíritu militar, cuya conservación le era nece-
saria frente á la amenaza germánica, y para constituir
una clase de jefes y oficiales, prácticos y aguerri-
dos, que pelearon continuamente, mientras sus ene-
migos tradicionales de Europa no conocían otras cam-
pañas que las maniobras de tiempos de paz. Además
Francia, que tiene ante Alemania la inferioridad nu-
mérica de su población, pudo crear con sus expedicio-
nes lejanas las «tropas coloniales», compuestas de
elementos indígenas que han dado un resultado exce-
lente en la presente guerra. El musulmán de Arge-
lia y de Marruecos y el negro del centro de África
se han convertido bajo la dirección de los oficiales
franceses en combatientes hábiles y disciplinados,
que aman con un cariño fetichista la bandera trico-
.MAlilSCAT, MAC-MAHON, PRESir)ENTB DE LA RErÚBWCA FRANCESA lor y luchan dignamente al lado de los soldados de la

metrópoli.
La expansión colonial empezó por la conquista
XVII de Túnez y el establecimiento de un protectorado
francés sobre este reino que afirmó para siempre la
tranquilidad de la Argelia. Luego fué la ocupación
Francia del Tonkín, dirigida por el heroico almirante Courbet,
y que sirvió de escuela de guerra á los viejos genera-
Después de la derrota de 1870, Francia aplicó to- les de la actualidad — Joffre entre ellos — , que eran
das sus energías á su reconstitución interior y al res- entonces simples ca-
tablecimiento de las grandes pérdidas que había su- pitanes.
frido. Después Francia
Vivió en paz con Alemania; pero según la elo- fué estableciéndose
cuente frase de Viviani, bien sabido es que la paz en el Congo, Mada-
alemana consiste en «una serie de provocaciones y gascar, Indo -China
humillaciones». Ya hemos dicho cómo en 1875 Bis- y el Noroeste africa-
marck, que se mostraba irritado por el renacimiento no. ]\luchas de estas
de Francia y los prodigios de su gran fuerza de reno- conquistas no eran
vación, intentó asestarla un nuevo golpe, más terri- de un aprovecha-
ble que el anterior, y cómo la intervención oportuna miento comercial in-
de Rusia y la Gran Bretaña evitó la guerra. mediato, pero ofre-
Francia, bajo las presidencias del mariscal Mac- cían á las armas
]\Iahon y de Grevy, empezó á reconstituir sus fuerzas francesas una in-
militares y navales, empleándolas luego en la expan- mensa reserva de
sión colonial. Habiendo decrecido la influencia de hombres para los
Francia en Europa á causa del gran desastre provo- conflictos de Euro-
cado por el imperialismo napoleónico, la joven Repú- pa. Como dijo un mi-
blica se dedicó á las empresas coloniales, viendo en nistro francés, «las JCLIO FERKY
HISTORIA DE l.A CiUKUUA Elll^OPEA DE WI1 &I.9

otnis naciones iban á África en busca de oro, mien-


tras que Francia buscaba soldados».
Esta política de expansión colonial á todo trance
puso muchas veces á la República en grave peligro de
romper con Inglaterra, pues los exploradores de am-
bos países chocaron en el interior de África al tomar
posesión de los territorios descubiertos. De 1885
á 1900, Francia y la Gran Bretaña parecieron correr
una desaforada carrera en el continente negro, ansio-
sa cada una de galopar con más rapidez que su rival,
para tomar posesión de mayor cantidad de territo-
rios.El movimiento paralelo y hostil no se realizó sin
rudos encuentros. El incidente de Fachoda entre los
ingleses y el comandante Marchand casi provocó la

guerra. Pero la diplomacia francesa, hábil y concilia-


dora, logró solucionar este conflicto y otros semejan-
tes, saliendo la República del peligroso periodo con la
posesión indiscutida de todo el Norte de África, el
Congo y Madagascar, además de las colonias de Asia

y Oceanía.
La cuestión de Marruecos sirvió para que Inglate-
rra y Francia, antiguas rivales en África, se aproxi-
masen definitivamente, sintiéndose unidas por una
simpatía que el tiempo y la agresión alemana han
acabado por convertir en una alianza.
Gracias á la política internacional y colonial se-
guida durante treinta años por todos los gobiernos de
la República con una plausible unidad de miras, Fran-
cia vio agrandado su territorio y aumentado el núme-
ro de sus habitantes en unas proporciones enormes y
con una solidez inalterable, como no lo consiguió Na- JULIO GREVV. TBRCUI! PRESIDENTE PE LA HEPÚBLICA FRANCEÍSA

poleón con sus gloriosas y estériles conquistas. Gra-


cias también á la diplomacia de la República, monar- 1870 resultará un Juego de niños comparada con la
cas poderosos de Europa, sostenedores hasta poco del porvenir, en la que aplastaremos definitivamente
antes de las ideas tradicionales, buscaron la alianza á los franceses.»
de la democracia francesa. En 1887, un incidente ocurrido en la frontera
franco-alemana y preparado indudablemente por el
gobierno de Berlín, casi provocó la guerra deseada
En varias ocasiones, después de 1875, intentó Ale- por el Imperio germánico. El 20 de Abril, M. Schnae-
mania provocar una belé, comisario de policía francesa en Pagny-sur-
guerra con Francia. Moselle, fué invitado :\ pasar la frontera por el comi-
Bismarcií habló sario de policía alemana de Xovéant, llamado Gautsch,
en el Reichstag de para conferenciar solire un asunto del servicio. Ape-
la posibilidad de esta nas pasó más allá del poste fronterizo, Sehnaebelé
guerra, cada vez que se vio atacado por unos agentes alemanes que le
laoposición le nega- aguardaban ocultos á un lado del camino y que inten-
ba su apoyo para el taron hacerle prisionero. El comisario francés se de-
voto de nuevos cré- fendió, repeliendo á sus agresores y volviendo á pa-
ditos militares. «Si sar la linca fronteriza. Pero los policías alemanes le
lina nueva, gueri'a persiguieron hasta el otro lado de la frontera, apode-
i'stalhi entre Alema- rándose de él en territorio francés, y luego lo arras-
nia y Francia — dijo traron hasta el lado alemán, conduciéndolo entre gen-
el Canciller — , pro- darmes á la prisión de Metz.
curaremos anonadar Este atentado produjo gran impresión en Francia
Francia de tal mo-
.'i
por lo arbitrario y audaz, viendo todos un anuncio de
do ([Ue en nuichos laguerra inevitable. La Bolsa bajó considerablemen-
liños no piu'dii mo- tey las sociedades patrióticas se agitaron con beli-
ni, Ai.MiRANTB couRBBT vorsc. La giicrra, de cosa indignación.
5£0 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

La diplomacia del ejército por considerarlo defectuoso. Las antiguas


francesa procedió órdenes habían sido suprimidas y las nuevas no esta-
(.'011 gran rapidez y ban distribuidas aún. Una invasión en tales momen-
liabilidad, reuniendo tosrepresentaba para Francia la sorpresa, el desor
los testimonios ne- den y toda clase de confusiones. Por fortuna, al día
cesarios para demos- siguiente la Cámara derrotó al ministerio y Boulan-
trar la injusticia del ger tuvo que abandonar la cartera de la Guerra, que-
atentado. Entre los dando Bismarck sin el pretexto que debía justificar su
papeles del despa- brusco ataque.
cho de Schnaebelé se Continuó la política agresiva de Alemania contra
encontró la carta del Francia, aun en los momentos más difíciles y compli-
alemán Gautsch, ro- cados de su vida interior. Durante el corto reinado de
gando á aquél que Federico que sólo duró 99 días, un incidente ocu-
III,
fuese á visitarle rrido en Belfort con un grupo de estudiantes alema-
«para tratar del em- nes dio pretexto al gobierno de Berlín para dictar
EL C'OMISAKIO SCHNABBBLÉ
plazamiento de un brutales medidas contra los habitantes de Alsacia-
poste fronterizo». Lorena y los viajeros franceses que circulaban por
Además varios labriegos que habían presenciado el Alemania.
hecho declararon que «Schnaebelé, atacado en el El gran error de la anexión de Alsacia-Lorena ha
alemán había sido arrestado en el terri-
territorio , hecho permanente durante cuarenta años la tirantez
torio francés». de relaciones y el peligro de guerra entre Francia y
El ministro de Negocios Extranjeros, M. Flourens, el Imperio alemán. No es fácil absorber á un
pueblo
dirigió á Berlín una reclamación enérgica protestando y cambiar completamente sus costumbres y tradicio-
de la forma del arresto y de la violación del territoiio nes; sobre todo cuando este pueblo tiene un decidido
francés. La nota iba acompañada de testimonios que empeño en no dejarse modificar.
no permitían duda alguna. Alsacia y Lorena, con sus dos millones de habitan-
Francia, convencida de su derecho, se mostró en tes, se resistieron á la preponderancia germánica des-
este asunto fírme y digna. Toda la opinión de de los primeros años de su anexión. Resulta inútil que
Europa
estuvo á su lado. Bismarck intentó inútilmente des- el gobierno de Berlín haya enviado á estas dos pro-

orientarla, queriendo demostrar por medio de sus pe- vincias una gran emigración alemana. Las familias
riódicos «reptiles» que Schnaebelé era el jefe del es- germánicas que se establecen en el país favorecidas
pionaje francés en Alsacia-Lorena. La actitud de las
cancillerías europeas le hizo retroceder, y una sema-
na después puso en libertad á Schnaebelé «por vicio
de forma», aunque para disimular lo arbitrario de su
proceder siguió sosteniendo mentirosamente que el
comisario francés «había sido arrestado en territorio
alemán».
En el mismo año 1887, Alemania intentó de nuevo
atacar á Francia. Era ministro de la Guerra el famoso
general Boulanger, considerado por his asociaciones
patrióticas de París como el «hombre de la revancha».
Boulanger había construido grandes aglomeraciones
de barracas cerca de la frontera para el alojamiento de
las fuerzas militares;Bismarck interpretó esto como
una provocación, y quiso declarar la guerra á Fran-
cia repentinamente, invadiéndola en unos cuantos
días para deshacer y anonadar toda la reconstitución
de fuerzas militares que venia efectuando. Un perso-
naje de Alsacia supo por un diputado del Reichstag
elpropósito del Canciller, é hizo un viaje á París para
revelarlo á los principales políticos, entre ellos á Julio
Ferry y Clemenceau. También pudo avistarse con el
mismo general Boulanger, que al recibir la noticia de
que Alemania se estaba preparando para entrar in-
mediatamente en campaña, lanzó una exclamación
KL AliRESTO DE feCHNAEBELÉ
de angustia. Precisamente pocos días antes había
A. Lug:ar de la fronlera alemana donde fué asaUado M. Schnaebelé.
cambiado por completo el sistema de movilización B. Lugar de la fronlera francesa donde fu¿ detenido.
EN EL ñl

Dibujo de Paderlco Vllllers, de <Thc lllustraled London News

Explosión de una trinchera alct;


ENTE

liana minada por los franceses


i
xa w^^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S21

por el gobierno, y que al reproducirse prolíflcaraente


representan toda una generación nacida en tierra al-
sHciana ó lorenesa, sólo sirven para engañar ó des-
orientar á la opinión europea, pretendiendo hacerla
^
creer que los habitantes de las provincias anexiona-
das han olvidado el pasado, están contentos con su
suerte y aman Imperio alemán. Detrás de esta
al
masa de emigrados, que es como un coro pagado para
cantar las excelencias de Alemania, existe el verda-
dero pais, los antiguos alsacianos y loreneses, el pue-
blo que fué francés, que se ha visto obligado á viva
fuerza á ser alemán y quiere volver á Francia.
Estas dos provincias, cuando eran francesas, die-
ron á las epopeyas de la Revolución y del primer Im-
perio un gran número de héroes. De Alsacia ó de Lo-
rena fueron los famosos generales Kléber, Keller-
mann, Lefevre, Ney, Lassalle, Rapp y muchos otros.
En Alsacia nació el más patriótico de los himnos fran-
ceses, puesRouget de Lisie compuso su canto de guerra
una noche en casa de Dietrich, alcalde de Estrasbur-
go. La MarseUesa, llamada así por una injusticia po-
pular, debió titularse La Estrashurguesa.
Los hijos de Alsacia y Lorena han tomado siempre
las armas con entusiasmo para defender á Francia.
La conducta actual de los habitantes de las dos pro-
vincias demuestra elocuentemente su antipatía á Ale-
mania en lo que se refiere al servicio militar. Du-
rante los cuarenta y cuatro años de anexión, todos los
alsacianos y loreneses que pudieron pasar la fronte-
ra han ido á alistarse en el ejército francés. Todas
las familiasque por su posición social podían trasla-
darse á Francia, lo han hecho sin vacilar. Únicamen-
te han servido en el ejército alemán, haciendo un es-
fuerzo y con visible repugnancia, los que tenían inte-
reses fijos en el pais y les era imposible abandonarlos,
522 VICENTE BLASCO IBANEZ

gua de los vencedores, que


desconocían y siguen desco-
nociendo. La enseñanza del
francés fué suprimida en to-
das las escuelas. Muchos alsa-
cianos y loreneses sufrieron
la imposición de fuertes mul-
tas ó se vieron encerrados en
la cárcel por haber hablado
en francés públicamente.
Los tres colores de la ban-
dera francesa fueron perse-
guidos con no menos encono
en las muestras de las tiendas
y en las fachadas do las casas
particulares. Los viejos alsa-
cianos que habían servido en
el ejército francés sufrieron
persecuciones por usar la con-
decoración que habían con-
(¡uistado en las guerras de
Crimea ó de Italia. En los

«LA .MABSBLI,ESA». (}UB DEBKl TITULARSE «LA ESTR ASBIRCUBSAi cementerios fueron arranca-
fué improvisada en casa de Dictricli, alcaide de Estrasburgo, una noche de 1792 das todas las lápidas é ins-
(Dibujo de Ilausi, en Les Aúnales) cripciones en francés, toleran-
do únicamente las redactadas
Francia. Como dice el poeta alsaciano iliiizelin, «des- en idioma germánico. Las sepulturas de los soldados
de el día siguiente de la anexión Alemania impuso
á los hijos y los hermanos de los vencidos el más
rudo servicio militar obligatorio; lanzó sobre todo el
pais una horda famélica de funcionarios germánicos;
expulsó á los naturales con cualquier pretexto y mu-
chas veces sin pretexto; estableció, para responder á
los votos enemigos que elegían diputados indepen-
dientes, el odioso régimen de los pasaportes; rascó en
las esquinas de las calles los nombres franceses; prohi-
bió las inscripciones francesas en los rótulos de las
tiendas y hasta en las tumbas; colocó todos los ciuda-
danos bajo el régimen político de la delación».
Eran Las
inútiles las protestas de las victimas.
autoridades contestaban á ellas: «Alemania no ha
prometido nada á los alsacianos y loreneses y nada
les debe.» Poco tiempo después de la anexión uno de
los diarios de Bismarck exclamaba con ironía profé-
tica: «Os tengo lástima, pobres alsacianos y loreneses,

que vais á vivir bajo un régimen policíaco.»


Desde 1872 la lengua alemana fué declarada de
uso obligatorio; pero exceptuando á las poblaciones
donde el cincuenta por ciento de los habitantes ha-
blase el francés. Las autoridades se encargaron de
atropellar al poco tiempo esta distinción consignada
en una ley, pues exigieron que todos, absolutamente
todos los habitantes de las provincias anexionadas
hablasen alemán.
Por efecto de tales disposiciones, pueblos situados
junto á la frontera de Francia, donde no había tres
LAS I'RIMBRA.S ELKCCIONKS KN ALSACIA (ISST)
individuos que conociesen el idioma germánico, se
Colegio electoral en una escuela
vieron obligados á emplear en su vida pública la len- ((¡rabrtilo (lo in época)
IIISTOIÍIA DE l.A GUFJÍRA EUROPEA DE I9M 523

franceses en los antiguos campos do batalla sólo fuo


ron respetadas cuando exhibían lápidas y coronas
con inscripciones alemanas. El pensamiento francés,
así como los libros impresos en Taris, l'ueron perse-

guidos en ambos territorios.


Inútil es decir que en un pais sometido á semejante
tiranía no era posible más prensa que la alemana.
Los raros periódicos que pretendieron sostener los
derechos de los naturales fueron objeto en ciertos
momentos de grandes persecuciones.
El alsaciano, que es de una ironía fría ó ingeniosa,
encontró un medio para combatir á los enemigos: la
caricatura. Alsacia ha producido dos caricaturistas
patriotas que gozan de una fama universal. El uno es
H. Waltz, que empezó como maestro de escuela en
Cohiaar y ha hecho célebre su seudónimo de Ilansi.
El otro es Zislin, natural de Mulhouse, que resulta
verdaderamente notable, no solamente por sus dibu-
jos, sino por la mordacidad de las inscripciones que
pone al pie de ellos.
Los incidentes de Saverne en Noviembre de 1913
demostraron que aun estaba latente, como en los pri-
meros años de la anexión, la animosidad entre los
vencidos y los vencedores. Un teniente de la guarni-
ción de Saverne, un jovenzuelo llamado Von P'orst-
ner, tipo completo del señorito alemán dedicado á la
carrera de las armas, hablando á los soldados de su
compañía trató á los alsacianos de «granujas» y dijo (Fot. .Meurisse)

que deseaba ensuciarse en la bandera francesa. Al-


gunos vecinos de Saverne protestaron contra tales nías, se lanzasen á la calle, arrestando y golpeando á
ignominias, riéndose de los oficiales que desde mucho los transeúntes. Los soldados, con los fusiles cargados,
antes resultaban insufribles por su altanería. Esto se desplegaron en líneas de tiradores, persiguiendo
bastó para que los oficiales, al frente de sus corapa- ;i
mujeres y niños. Hasta los jueces del tribunal de

/"MX

K.\ TIBMPOS I)K LA l'Itl.M BHA HBI'l HI.ICA


Los franccse.s ocupando el Rhln. Un nlflo alemán contempla al granadero de la IJopúhlica

(Dilmjo de Ilnií'.i, en Les Annnlft)


524 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

tirar al aire.» Al día siguiente el coronel y el general


i'ecibieron un telegrama del kronprintz felicitándolos

por tales manifestaciones. El teniente quedó absuelto


y el coronel fué nombrado por el emperador para un

puesto honorífico en la Guardia imperial.


La opinión europea mostró asombro ante esta con-
ducta, que justificaba y glorificaba la tiranía del
sable. Pero en Alemania el fanatismo pangermanísta

aprobó todas las medidas. El ministro de la Guerra,


en pleno Reichstag, se expresó así: «Haremos todo ¡o
que sea necesario para extirpar de Alsacia-Lorena el
espíritu antigermánico de la población.» Un periódico
pangermanísta declaró: «Alemania lleva adherido á
ellaun cuerpo que está putrefacto: Francia. Ya es
hora de operar la amputación.»
Los profesores del partido pangermanísta, con su
patriótica ferocidad, recomendaron á los oficiales que
matasen sin miedo para hacer respetar -la levita que

LA OUBRRA Á LOS RÓTULOS


FRANCESES

Saverne se vieron arrestados al salir de su audiencia.


Niños de cinco años fueron llevados á la cárcel; va-
rios aprendices recibieron golpes por haber sonreído
ante los oficiales. El heroico Von Forstner, promo-
vedor de todo lo ocurrido, cargó al frente de su com-
pañía contra un aprendiz de zapatero que estaba cojo,
partiéndole valerosamente la cabeza de un sablazo.
Cuando el tribunal de Estrasbui-go juzgó lo ocurri-
do en Saverne, el coronel del regimiento hizo la de- HEROICA TOMA DK l'NA BANDERA FRANCB.SA
fensa de su teniente, asumiendo la responsabilidad de
y golpes y afirmando que «sentía
todos los arrestos les daba el rey, el honor de la corona y el prestigio
mucho no haber derramado más sangre». El general del Imperio alemán». Estos hombres de la Universi-
del distrito afirmó por su parte: «Estoy cansado ya de dad recomendaron igualmente á los hombres de armas
el menosprecio á las tres P: la Prensa, la
Plebe y el Parlamento.

Todas las revistas del pangermanismo


mostraron en esta ocasión el verdadero
pensamiento dominante en el país. Un
profesor de Jena, el doctor Rein, dijo que
la moral y la política son dos cosas dis-
tintas «y que en la política hay que olvi-
dar las leyes de la moral y tener por úni-
co fin el aumentar la potencia del Estado
por todos los medios». El mismo doctor
sostuvo que los alemanes, por ser la raza
superior, deben tratarse entre ellos de un
modo leal y humano; pero que con las
otras razas deben pi'oceder siempre que
les convenga «sin ninguna clase de mira-

mientos, atropellándolas, si resulta nece-


sario, con cinismo». Este doctor Rein es,
LA BSCCBLA EN ALSACIA entre todos los profesores alemanes, el
vara en In mano castiga á los discípulos, menos al hilo del gen-
que ha resumido con mayor claridad los
El maestro alemán con la
darme. La educación consiste en cantar himnos alemanes. Los pequertos alsaclanos se
burlan del maestro y del hilo del gendarme. Otros dibulan soldados franceses. verdaderos sentimientos de la Alemania
(Dltiujos de Hauyí, eu Leg Aiiittileg) contemporánea.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 525

El general Keim, pre-


sidente de la Liga Mi-
litar, aplaudió también
los atropellos de Saver
ne, extrañándose de
que los alsacianos no
hubiesen emigrado ya
todos á Francia. «De-
ben abandonar su pues-

to—dijo á los Schwoht
<

alemanes!, más dig


los
nos de su hermoso pais
que estos Welcheg, que
sólo tienen de alemán
el nombre, y que no

aman ni amarán nunca


á Alemania, pues son
bastardos de sangre
francesa.»
DOS OPI.N'IONE.S

El alemAn.— No olvides nunca, muchacho, que fué El alsaciano. No olvides, hijo mío. que el trábalo
y el sudor de nuestros padres
han fertilizado este
por la sangre, el hierro y el fuego como nuestros
El pangermanismo padres conquistaron este país. Nos pertenece por suelo y que es el hierro del arado el que lo con-
la fuerza y lo guardaremos. quistó. Por eso nos pertenece.
universitario, que jus-
tittca la soñada domi-
nación del mundo por Alemania con razones históri- teraria. Dedican á Víctor Hugo unas cuantas lineas,
de
cas de su cosecha, ha hecho gran propaganda en Alsa- y en cambio capítulos enteros á cualquier escritor
último orden que fué de sangre germánica y mostró
un patriotismo furioso.
Según estos doctores, Francia debe toda su gran-
deza á Alemania. 8u mismo nombre, aunque está la-
tinizado, es alemán. Frankreich , y denuncia
cómo fué
civilizada por los antiguos francos de origen gcrmá-

MiCHEL ;personiflcaclón del pueblo alemán) contemplando á Alsacia


y Lorena prisioneras.
— Estos pelaros son ingratos, l.es he dora-
do la iaula... y no quieren cantar.

cia-Lorena para apartar á la juventud de sus simpa-


tías por Francia, esforzándose en la demostración de
la inferioridad mental de este pais.
Sus libros de texto son inspirados por un espíritu
nacionalista que llega al más ridiculo exclusivismo.
Descartes, inventor del método al que tanto deben
Kant y todos los filósofos alemanes, apenas es men-
cionado. Esta preterición audaz nada tiene de extra-
ordinaria. Hace poco tiempo, al reunirse los sabios
alemanes en Jena para glorificar á Hasckel, hablaron

de la microbiología ciencia según ellos de orígiMí
^&^rt^B^4^^

alemán sin nombrar para nada n Pasteur. ALSACIA VIBNDO CABR LA.S HO.IAS
Los doctores del pangermanismo muestran la mis- Las holas tienen lo forma de cascoe prusianos
ma exclusividad grotesca en sus textos de historia li- (Dibujos de ZIbUu, eu Leí Annaleí)
526 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

(Miaifiil.i iiJios estas enseñanzas, faltas de sentido co-


mún, en y liceos de his provincias ane-
las escuelas

xionadas, añadiendo á su odio contra Francia el me-


nosprecio los otros pueblos de Europa. Sus tratados
;\

de geografía y de historia atacan por igual á los que


no tienen sangre alemana. El ruso según ellos es una
bestia maligna, el tcheque un salvaje al que hay que
tratar á bastonazos, el inglés y el norte-americano
unos borrachos hipócritas y crueles, el italiano y el
español hombres ligeros, malignos y perezosos, que
p;iianada bueno sirven. S(ilo el alemán es grande y
ha llegado á una altura que ningún otro hombre po-
drá alcanzar. Kn los libros de texto se lee lo siguien-
te: Alemania ha nacido para regenerar el mundo é

imponerle sus leyes. El pueblo alemán es el verdade-


ro pueblo de Dios. >

Ya
liablamos del espionaje imperial y de la infil
tración realizada por Alemania en los demás países,
gracias á su movimiento emigratorio. Jlás de 10 mi-
llones de alemanes se han esparcido por el mundo,
sirviendo los intereses de su pais en las tierras que
habitan. Su importancia es grande en los Estados
Unidos y en las repúblicas de la América del Sur. En
Europa su infiltración se ha extendido por Rusia,

EN AI.SACIA DOS liAZAS OOMTINUAN VIVIENUO SEI'A 1! A 1 1 AM WNTB. Bélgica, Holanda. Suiza y Francia.
SIN MRZOL.AHSB NUNCA. En Rusia, cada ve/, que se desarrolla una intriga
política, fatal para el país, los patriotas rusos mur-
ilico. Tínicamente pudieron librarse los habitantes muran: «lUiscad el alemán.» En muchos territorios
primitivos del suelo francés de su natural salvajismo, rusos cercanos á la frontera, los emigrantes alema-
gracias á estos germanos que se dignaron ocuparse nes constituyeron poblaciones que eran verdaderas
de Francia fué señora del universo durante los
ellos. fortalezas. En la presente guerra, las tropas rusas
tiempos en que la nobleza rubia de sangro alemana han tenido tomar por asalto muchas granjas de
<[ne
dominó á los indígenas de cabellos negros las teo- — su pais, que eran propiciad de colonos alemanes. Las
rías de Gobineau —
Pero después que las guerras de
.
ligas pangermanistaa de .\lemania tenían millares de
religión y la revolución de 1789 hicieron desaparecer adherentes en Rusia. En la corte del mismo zar ha
del suelo francés á todos los hombres altos y rubios existido un partido alenrán que era importante.
de origen germ;inico, Francia ha degenerado de un Bien conocida es la influencia fatal de la emigra-
modo lamentable. Desde que el germanismo entró en ción germánica en Bélgica. Amberes era desde hace
la historia, todos los pueblos de cabellos negi-os se han años un puerto casi alemán. En 1898, los comercian-
quedado atrás. tes germánicos de Amberes, á los postres de un ban-
Y los profesores alemanes han propalado durante quete en honor de su marina, brindaron públicamente

j;i. SBXOU GENDARME Y SIT FAMILIA


El domingo, después de mediodía, se reúne para salir á paseo toda la familia Gendarme. A ia cabeza el señor Gendarme y su esposa, que enipuia
la cuna con los dos últimos vastagos. Detrás las señoritas Irmenlruda.
Hildegarda, Elsa v Huida y los señores Whilelme y Sigfrido, que disfrutan
de becas en el colegio (pagadas por Alsacia). Después Karlchen. con su torta en la mano, siempre engullendo, y Hanschen con su eterno delantal
de hule. Este córtelo imponente desfila balo el ant¡<>uo árbol de la Libertad, é instantáneamente los páiaros cesan de cantar.

tDibujüs de Hansi, eu Lea Anuales)


III.SIOUIA Dli LA ÜUülíl^A EUIÍOPKA IJlí 1911 b2/

BL ACUILA ALEMANA CUBRIENDO CON SU SOMBRA A ALSACIA

por la anexión de Bélgicu al Imperio alemán». en sus banquetes: «Suiza es una provincia alemana',
Durante muchos años han circulado en Bélgica ma- con gran protesta de los naturales del pais.
nuales y mapas de editores alemanes en los que apa- En Francia la emigración de ultra-Rhin liabia ad-
recían Bélgica y Suiza incorporadas al Imperio ger- quirido gran importancia en los últimos años. Sólo
mánico. en París y sus alrededores existían 200.000 alemanes.
Lo mismo ha ocurrido en Holanda, donde los pan- Además esta infiltración se había extendido mucho
germanistas mostraron varias veces descaradamente en los depai'tamentos. llegando á crear numerosas
sus pretensiones de anexión. asociaciones con fines económicos ó recreativos que
La república helvética es uno de los principales
objetos de la codicia alemana. Una gran parte de la
Suiza habla alemán, }' los pangermanistas quieren
suprimir la otra parte que habla francés, asegurando
con su aplomo seudo-cientifico que esto obedece á un
error histórico. Según ellos deben modificarse los
nombres de la Suiza francesa y llamar á Lausana
Lonanen, á Montreux Muchtern, á Ginebra Oeuf, ale-
manizando del mismo modo los nombres de las demás
poblaciones.
Como la indus-
tria de la relo-
jería atrae y
ocupaáungran
número de in-
dividuos que
al)andonan el
cultivo del sue
lo. una emigra-
ción de colonos
alemanes ha ALSACIA V SUS GUARDIANES. «UB SON DOS DIARIOS
PANGBRMANISTAS
ocupado los
(DiltuJDs (le llaurji, eu Les AniuiUsJ
campos en la
Suiza francesa,
exigiendo de servían al mismo tiempo para trabajos de penetra-
los gobiernos ción y espionaje.
del pais escue- Muchos de estos alemanes establecidos en Fran-
las de idioma cia se hacían pasar por alsaciauos ó loreneses, á cau-
germánico. Al- sa de haber nacido en alguna población de las pro-
«Y LA ALE.MA.NIA SEIÍA SIE.MPUIO BL E
l'l
»Un0S üan"'er- vincias anexionadas. Boro sus padres eran alemanes,
BLO DE LOS SEXOlíE.S DE LA TIERRA» •

Cita del drama • Goltfried von SIrassburi; .. es


ma instas han
i. i

pertenecientes á la emigración germánica caida como


, .

crito por el kaiser en colaboración con Lienhard liCgaUO a (iCCir


,
una nube de langosta sobre dichas provincias, y los
628 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

tales alsacianos arrogancia:


resultaban «de «Mientras yo vi-

contrabando», va, nadie se atre-


como dicen los verá á atentar
verdaderos hijos contra el terri-
de Alsacia y Lo- torio de Marrue-
rena. En algu- cos ni la autori-
nos barrios de dad del sultán. >

Paris, especial- El viaje tea-


mente en torno tral á Tánger
del Palais Royal produjo una im-
y de la rué de presión enorme
Hauteville, la en Europa. El
aglomeración de gabinete fran-
alemanes resul- cés, presidido
taba enorme, por Rouvier,
LOS DOS COMERCIANTES manteniendo para evitarse las II. Primera amistad en una cervecería,
— Vo me llamo Siefske.
1. El tendero de Parfs jacques Bonhomme, restaurants y reclamaciones
sale para Berlín.
cervecerías en de Alemania y el choque que buscaba ésta, pasó por
las que comían y bebíiin á estilo de su país, abusando la humillación de separar á su ministro de Negocios
de la libertad que reconoce la República, con toda Extranjeros M. Delcassé, que por su patriotismo y su
clase de canciones patrióticas, molestas para Francia. habilidad diplomática inspiraba un odio particularí-
Esta emigración de tenderos, rapaces y astutos, simo al gabinete de Berlín.
al mismo tiempo que contribuía al espionaje alemán, Contra la esperanza de los pangermanistas, el
causaba graves daños á los comerciantes modestos de asunto de Marruecos acabó en la conferencia diplo-
Paris y á los industriales de pequeño taller, que veían mática reunida en Algeciras, y no con una guerra
sus productos depreciados por la absorbente «came- como era su deseo. La intervención de la Gran Bre-
lotte» germánica. taña pudo realizar este cambio inesperado. Las deci-
a
siones de la conferencia y la situación de Alemania,
Desde 1905 Alemania no cesó de provocar á Fran siempre aislada en el curso de las entrevistas, des-
cía, buscando un pretexto para la guerra. pertó de nuevo la cólera del pangermanismo.
Guillermo II, que no parecía muy dispuesto á tal En 1908 Alemania pudo encontrar un nuevo pretex-
aventura, y gustaba de ser admirado como «empera- to de guerra en Marruecos, con motivo del asunto de los
dor de la paz», tuvo que seguir las órdenes del parti- desertores de Casablanca. El gobierno alemán man-
do pangerraanista, enojado con él y que le había he- tenía agentes en dicho punto que hacían propaganda
cho varias advertencias amenazantes de 1902 á 1904. anti-francesa entre las tropas de la República y favo-
El empei'ador, para desarmar á estos energúmenos recían las deserciones. Los agentes fueron arrestados
que pedían la ocupación de Marruecos, salió inespe- por las autoridades francesas, y esto bastó para que
radamente para Tánger en Marzo de 1905. El mo- el partido militar alemán proclamase la necesidad de
mento le pareció una guerra y el

TTni
^' ^ jr
*"^'^-'^ •
T7n
^ oportuno para
una provoca-
gobierno del can-
ciller Bülow se
e i ó n , aunque mostrase ame-
ésta diese lugar
á la guerra. Ru-
sia acababa de
nazante. Pero
Clemenceau,
que gobernaba
#^
sufrir grandes á Francia en
derrotas terres- aquel momento,
tres y navales en supo hacer fren-
la lucha con el te al peligro con
•Tapón, y no se su tranquila
hallaba con fuer- energía, llevan-
zas para soco- do después el
rrer á su aliada asunto de Casa-
Francia. Una blanca ante el
vez llegado á tribunal de la

«Estos berlineses son realmente encan- Tánger Guiller- Haya. Este or-
111. IV. Hasta la vista, amigo Siefske. Le es-
tadores. > mo II, dijo con ganismo ínter- p„o en Paris.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 529

uacional recono- de Servia, cuan-


ció en todo el do el presidente
derecho de Fran- Poincaró, acom-
cia y la legitimi- pañado de Vi-
dad de su con- viani, presiden-
ducta. te del Consejo,
Poco después estaban en Ru-
se desarrolló la sia visitando al
«sema-
terrible zar.
na negra» de El incidente de
Guillermo, serie Agadir fué solu-
de suplicios y cionado por la di-
humillaciones plomacia. Fran-
que el panger- cia compró la
manismo, ofen- paz y la conti-
dido por el em- nuación de su
Slefske en Parfs... «Es asombrosa VI. Seis semanas después. «Estoy escri-
perador, le hizo
V.
obra en Marrue- biendo á mi familia para que venga.»
esta tierra."
sufrir con moti- cos, cediendo á
vo de su extravagante interviú contra Inglaterra. El Alemania una parte del Congo francés.
kaiser sólo se salvó de este tormento prometiendo Los pangermanistas se mostraron enfurecidos por
por boca de Bülow que «no baria más declaraciones esta solución. Ellos querían la guerra. Además se con-

personales». sideraban engañados por el gabinete de París, que á


Para congraciarse con los pangermanistas y hacer cambio de la ocupación definitiva de Marruecos les
olvidar la humillación sufrida, Guillermo intentó una habia dado «una miserable tierra de negros, déla que
nueva agresión contra Francia. Bülow habia sido sus- no sabían qué hacer y en la que reinaba la enferme-
tituido en la cancillería por Bethraann-HoUweg, más dad del sueño».
dúctil y sumiso á la voluntad imperial. En 1911 Gui- Para consolarse de la ocasión perdida y afirmar
llermo envió á las aguas de Marruecos la corbeta de su deseo cada vez mtis vehemente de una guerra con
guerra Panther, que se mantuvo con aire de amena- Francia, los pangermanistas celebraron en el mismo
za y provocación ante el puerto de Agadir, oponién- año un congreso en Hanóver, aprobando con grandes
dose á que continuase la expansión francesa. aclamaciones de entusiasmo la siguiente proposición:

Este golpe inesperado fué semejante al de 1914. «Alemania reivindica como de su pertenencia toda la
M. Jules Camben, embajador de Francia en Berlín, Suiza, el Franco-Condado, lo que le queda á Francia
no tenía instrucciones de su gobierno, pues éste se de la Lorena, el Flandes francés, el Artois, la Bélgi-
hallaba ausente del país. M. Fallieres, presidente de ca y la Holanda.»
la República, y M. Caillaux, presidente del Consejo de Poco antes de eetallar la guerra de 1914 el pan-
ministros, habían salido para la Haya en una visita
germanismo, considerándola esta vez próxima é in-
oficialá la soberana de Holanda. Fué poco más ó me- evitable, hizo la siguiente declaración:
«Alemania
nos el mismo procedimiento de sorpresa empleado tiene el deber de apoderarse de todo el territorio fran-
tres años después, en 1914, con motivo de la cuestión cés considere necesario para asegurar definitiva-
que

i-

wm^-
:teSí jflf5Uf¿ BOwHonní
««I iCi' S li '«n;
BMlllfü Ti "Alá „ ,. ."t..
gv^'^w...-:.

Vlll. lUn ano después!... El'alcmín con toda la clientela de


VII. «iMI famlllal>
lacques Bonhomme. La tienda del francés cerrada por quiebra.
(Ulatortota del caricaturista alsaclano ZlsUu)
530 .VICENTE BLASCO JBAÑEZ

mente su tranquilidad, y no debe vacilar en hacev el no habían hecho ningún preparativo para ella y que
vacio en las tierras que ocupe, para entregarlas á los eran sus enemigos los que les atacaban inesperada-
colonos alemanes.» mente!
a
Como una preparación para esta guerra, la Liga
Pangermanista, de acuerdo con el gobierno, celebró, Hay que reconocer en Guillermo II un deseo vehe-
como ya dijimos, con gran aparato, en Octubre de 1913, mente de entrar en amistad con Francia, deseo que
el centenario de la batalla de Leipzig. .Jín estas fies- se manifestó repetidas veces durante su reinado.
tas el presidente de la Liga dijo asi: «Probemos cuan- A su vanidad de hombre teatral le dolía mucho no
to antesque aun existe un ideal para nuestro pueblo. poder visitar París como los otros soberanos de Euro-
La jornada de Versalles, en la que se constituyó el pa, buscando un nuevo y más sonoro escenario para
Imperio alemán, no fué sus palabras y gestos.
el término de su desarro- Además, Guillermo II, no
llo, sino una etapa nada obstante sus alardes de
más. Fué el principio de germanismo, siente una
una agrupación de todos oculta admiración por los
los alemanes de la Euro- franceses, y quiso asociar
pa central, que debe ha- el país dispensador de
cerse más amplia con una gloria á sus locos ensue-
unidad que le permitirá ños de dominación uni-
resistir á todas las tem- versal.
pestades. Dad un jefe á
— ¡Las cosas que liaría-
la generación actual y se mos marchando juntos
mostrará digna de sus pa- Francia y yo! — dijo en
dres. Este jefe lo esperan varias ocasiones al hablar
millones de alemanes. Con con personajes amigos de
toda nuestra alma ansia- esta nación.
mos un jefe que nos haga Aprovechó todas las
olvidar las miserias del ocasiones favorables para
tiempo presente. Nuestra ponerse en contacto con
bastante poderosa
flota es los franceses. No ocurría
para que Inglaterra la un hecho doloroso en
tema. Nuestro ejército se Francia sin que el kaiser
halla de nuevo á la altura enviase un telegrama de
de su misión. ¡Y nosotros condolencia y simpatía.
nos vemos obligados á se- Los pangermanistas y las
guir una política de renun- gentes de su corte le ata-
ciamientos!... El apetito caron en muchas ocasio-
de nuevos territorios ca- nes porque contribuyó con
racteriza nuestra época y largueza á toda suscrip-
debe ser satisfecho. Tra- ción iniciada en Francia,
bajemos para que este mien¡tras se mostraba
apetito, que es instintivo BL ORAN DUQUE NICOLÁS DB RUSIA parsimonioso con las sus-
en las masas, inspire tam- cripciones alemanas. Los
bién á nuestros gobernantes, y que éstos proporcionen artistas de París, al ir á ios teatros de Berlín, eran
al pueblo los nuevos territorios llamados á su palco por el emperador, que los invita-
que le son necesarios
para su existencia y su salud. ba luego á palacio, esforzándose por deslumhrarlos
Muchos pangermanistas dieron forma práctica á con sus alardes de cultura francesa. Los grandes mú-
estas aspiraciones.Alemania debía hacer la guerra á sicos de Francia, los pintores, los escritores, al pasar
Francia cuanto antes, y una vez vencida— pues la por Alemania, eran objeto de toda clase de galante-
victoria era asunto de unas pocas semanas —
arran- rías y hasta de adulaciones de parte del soberano.
carle la rica cuenca de Briey, después todo su imperio En sus excursiones veraniegas por los mares de Sue-
colonial, y para explotar los nuevos territorios exi- cia y Noruega, el buque imperial procuraba encon-
girle una indemnización de 30.000 millones. «Alema- trarse con los yatchs de los millonarios franceses, y
nia — decían— debe apoderarse de todo lo que es ale- Guillermo pasaba á bordo de ellos como un huésped
mán por su historia y extenderse de golpe hasta el alegre y simpático, sin ningún orgullo, hablando de sus
Adriático, rehaciendo el imperio de Carlomagno.» vehementes deseos de ser amigo de Francia, rogándo-
\Y meses después los alemanes han pretendido lesque hiciesen saber á sus compatriotas estos senti-
hacer creer al mundo que no deseaban la guerra, que mientos cordiales y su esperanza de que algún día se-
HISTORIA DE LA CitJERRA 'EUROPEA DE 1914 551

riaii todos unos franceses y alcnianos, olvidando el extendiese su poderío en el Extremo Oriente, con la

pasado. certeza de que iba á sufrir un ruidoso fracaso.


La frialdíid y la indiferencia de Francia acaba- Alemania, al ver á la República Francesa sin apo-
ron por irritar el carácter versátil del emperador, yo por algún tiempo, repitió sus provocaciones con
haciéndole incurrir en furiosos resentimientos. una testarudez y una falta de razón verdaderamente

¡Esa Francia!

exclamaba Llevo años — . ten- germánicas. Y el gobierno francés, por amor á la paz,
diéndole mi mano de amigo, y finge no verme. tuvo que ceder en todas las cuestiones, realizando los
Lo mismo estas exageradas muestras de afecto, más crueles sacrificios. En Marruecos, por ejemplo,
como el despecho al no verlas contestadas, demues- hubo de indemnizar á los aventureros alemanes que
tran la mentalidad especial del emperador y su sober- conspiraban descaradamente contra las autoridades
bia inconsciencia. Creía francesas y se fingían vic-
éste que Francia iba á timas cuando aquéllas in-
acoger con apresuramien- tentaban perseguirlos. El
to y con orgullo sus avan- gobierno de Francia, para
ces amistosos, olvidando no extremar sus cuestio-
todo lo pasado. Cuando nes con Alemania y ter-
en sus conversaciones con minar pacíficamente los
franceses éstos indicaban incidentes, se vio obliga-
discretamente á CTuiller- do más de una vez á des-
mo que para que existiese tituir á excelentes funcio-
una verdadera amistad narios, cuyo único delito
era preciso devolver antes consistía en haber inter-
todo lo arrebatado, la pretado fielmente sus de-
frente del kaiser se ensom- beres.
brecía y sus ojos brillaban
con una expresión de ex- En Mayo de 1890 hizo
trañeza, como si escucha- un viaje á Paris el gran
se algo inaudito. ;.DevoI- duque Nicolás, generalísi-
ver Alsacia y Lorena á mo de los ejércitos rusos
los franceses?... Esto le y vencedor de Plewna.
parecía absurdo: ni él ni Dos meses antes Bismarck
su pueblo podrían acep- había sido destituido por
tarlo jamás. Gilillermo II, iniciándose
Pero luego, con descon- en Alemania una nueva
certante tenacidad, per- política. El tratad-o de
sistía en sus pi'opósitos de «contra-seguro», que liga-
establecer una relación ba secretamente á los ga-
amistosa entre él y Fran- binetes de Berlín y San
cia, sin base alguna, de- Petcrsburgo como un con-
jando en pie todos los atro- trapeso de la Triple Alian-
pellos del pasado, sin más za, había llegado á su tér-
garantías ni alicientes SADI CARNOT mino sin que ambas par-
que
sus locas ilusiones sobre Cuarto presidente de la República Francesa tes contratantes pensasen
el (Dibujo del artista frnucís Altiert Anlall)en renovarlo. La Alema-
porvenir.
Y al ver que Francia nia de Guillermo II, libre
acogía con indiferencia ó desdén estos esfuerzos— se- de la tutela del férreo Canciller, seguía una política
mejantes á los del cómico que desea nuevos públicos distinta á la de este personaje, volviendo la espalda
para que le admiren—, el veleidoso
y despechado Gui- ii Rusia.
llermo la tachaba de ingratitud. El presidente de la República era en aquel enton-
Cada una de sus decepciones fué acompaflada de ces Sadi Carnot, noble y melancólica figura, carácter
una nueva furia contra Francia y de provocaciones firme y leal, que dedicó su actividad silenciosa á la
para arrastrarla á la guerra. reconstitución de las fuerzas militares. Su colabora-
Los gobiernos franceses no han dicho ni han podi- dor y presidente del Consejo de ministros era Freyci-
do decir lo quo los ha costado mantener la paz á par- net, el compañero de Gambetta en los días trágicos
tir de 1005, ó sea desde que Rusia sufrió su de 1870, el ingeniero de la defensa nacional, el res-
gran des-
calabro en la lucha con el Japón. Para privar á Fran- taurador del orden en el ejército, que había organiza-
cia de los auxilios de su aliada, Guillermo II do estratégicamente los ferrocarriles y creado el cuer-
y sus
ministros sugirieron i Rusia la conveniencia de que po de Estado Jlayor. Freycinet, al ocupar el gobierno,
VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El agregado naval francés en San Petersburgo fué


avisado confidencialmente de que una visita de la
flota de la República á los puertos de Rusia sería

objeto de grandes demostraciones de simpatía.


En Julio de 1891 una escuadra francesa mandada
por el almirante Gervais salió de Cherburgo para el

Báltico, siendo acogida en Cronstadt con indescripti-


bles manifestaciones de entusiasmo. La Marsellena,
himno de la Revolución, sonó por primera vez en los
buques y los palacios del autócrata de Rusia. El zar
Alejandro III la escuchó de pie, con la cabeza des-
cubierta, como un homenaje á la República Fran-
cesa.
Cuando la escuadra del almirante Gervais zarpó
de Cronstadt después de una serie de ruidosas fiestas,
se detuvo en Portsraouth para hacer constar que la
naciente alianza franco-rusa no era hostil á Ingla-
terra.
En 1892 una escuadra rusa mandada por el al-
mirante Avellán devolvió la visita, y sus oficiales y
tripulaciones fueron objeto en París de una ovación
continua. Europa se conmovió con estas manifesta-
ciones de amistad, interpretadas por las dos mari-
nas. Después de veinte años de política alemana,
triunfadora y aplastante, el mundo empezó á respi-
rar con cierto desahogo.

CASIMIR-PERIBR
Quinto presidente de la República Francesa. (Sóldl ocupó
seis meses ia presidencia)

se reservó la cartera de la Guerra. Al lado de él,


como experto ministro de Negocios Extranjeros, tra-

bajaba un colaborador importante, M. Alejandro Ri-


bot, el actual y venerable ministro de Hacienda.
El gran duque Nicolás pidió una entrevista á Frey-
cinet, enterándose en el curso de ella con gran proli-
jidad del estado del ejército francés. El generalísimo
ruso no ocultó su satisfacción al convencerse de los
grandes adelantos realizados por la República en sus
medios defensivos; adelantos que se hablan iniciado
bajo la presidencia de Grevy, siendo fomentados luego
por Carnet y sus ministros.
— Si yo tuviese poder para ello— dijo el gran du-
que
— los dos ejércitos, el francés y ruso, no forma-
,
el
rían más que uno tiempo de guerra. Es indu-
sólo en
dable que esto impediría la guerra, pues no creo que
ninguna potencia se atreviese á hacer frente á Fran
cia y Rusia unidas.
Estas palabras fueron el primer anuncio de la
futura alianza franco-rusa.
Una demostración
pública vino á afirmar poco des-
pués amistad naciente. El zar deseó hacer públicos
la
sus sentimientos en favor de Francia, después de
haber conferenciado con su hermano el generalísimo.
HI5TOK1A DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 535

Mientras tanto los gabinetes de París y de San Pe-


tersburgo trabajaban activamente para dar una for-
ma práctica á la aproximación internacional. El pri-
mer tratado de alianza franco-rusa quedó suscrito
el 27 de Agosto de 1891, limitándose á unas bases pa-
cificas y defensivas. La diplomacia sólo podía ajus-
tar una inteligencia platónica. Quedaba á cargo de
los militares de ambos países el dar forma prácti-
ca á esta aproximación. Los dos Estados Mayores se
pusieron en contacto para el conocimiento de sus res-
pectivas fuerzas, y en 1892 el general Boisdeffre, en-
viado á San Petersburgo como jefe del Estado Mayor
francés, firmó un tratado definitivo de alianza, que
fué ratificado luego en París por el ministerio que pre-
sidía Casimir-Perier.
En los años sucesivos la alianza franco-rusa se
fué estrechando y se hizo pública con numerosas ma-
nifestaciones. El presidente de la República, Félix

Faure, realizó un viaje á Rusia, y el zar Nicolás II,


que había sucedido á su padre Alejandro III conti-
nuando fielmente su política, devolvió la visita en Pa-
rís. Los dos jefes de Estado, en sus brindis de los ban-

quetes oficiales, hicieron saber al mundo que sus na-


ciones eran «amigas y aliadas».
La alianza ha permanecido inalterable y cordial
durante veinte años, saliendo incólume de las crisis

FÉLIX FAUUB
Sexto presidente de la Uepúblicd Francesa

más graves y de las tentaciones más fuertes: ejemplo


de duración poco común en la historia de la diploma-
cia. Un sentimiento superior al de las convenien-
cias políticas del momento ha mantenido la estrecha
unión del antiguo Imperio despótico, que al fin entró
en la vida constitucional, y de la República democrá-
tica, inspiradora de ideas revolucionarias. Este senti-
miento ha sido la convicción del gran peligro con que
la hegemonía germánica amenazaba la suerte del
mundo.
Francia, á pesar de los fracasos de Rusia en el
Extremo Oriente y de los movimientos revoluciona-
ríos contra el Imperio absoluto del zarismo, que fue-
ron mirados con simpatía por el pueblo francés, se
mantuvo fiel á la alianza. Sus presidentes Loubet,
P^illiéres y Poincaré, han considerado como un deber

urgente, al encargarse de su honrosa función, el visi-


uir al aliado de San Petersburgo. El capital francés
liahecho enormes préstamos á Rusia para el desarro-
llode sus obras públicas y la reconstitución de sus
fuerzas militares.
La alianza franco-rusa fué el núcleo viviente en
torno del cual se aglomeró y tomó forma la protesta
europea contra la hegemonía alemana. Gracias á
vKot. MbUri«ao.>
ALBJ ANDRÓ KIBOT esta alianza, tres reyes, representantes del priacipio
534 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

^Fot9. Ilenri Manuel. París)


EMILIO LOUBBT ARMANDO FALLIERES
Séptimo presidente de la República Francesa Octavo presidente de la República Francesa

monárquico, figuran hoy como fieles y entusiastas mocrátieo á los preparativos militares, hay que re-
aliados de la República Fran- conocer que la República
cesa, hija de la Revolución. Francesa lleva realizado un
esfuerzo gigantesco. En al-

gunos períodos, por efecto


Durante cuarenta años de sus luchas políticas y del
Francia ha tenido que vigi- antagonismo entre los mili-
lar constantemente los ade- taristas y los partidarios de
lantos militares de Alema- la paz, que consideraban ino-

nia, procurando colocarse á centemente muy lejano todo


su nivel para no correr el peligro de guerra, Francia
peligro de la inferioridad. quedó muy á la zaga de su
Las dos naciones han sido enemiga. Pero al darse cuen-
semejantes en todo este tiem- ta del peligro, con un repen-

po á dos caballos veloces, tino y enérgico impulso reco-

que corren y corren con el bró en poco tiempo la distan-


deseo de dejar atrás á su cia perdida.
rival. En 1892, ó sea cuando se
En los últimos años Ale- inició la alianza franco-rusa,
mania sobrepasó en mucho los efectivos del ejército per-
á la nación francesa; pero manente eran casi idénticos
teniendo en cuenta la dife- en las dos naciones rivales.
rencia de población y el es- Francia tenia un ejército de
píritu político de un Impe- -180.000hombres y Alema-
rio, que es siempre más fa- Desde enton-
nia de 485.000.
;Kot. Meurlsse)
vorable que un Estado de- millerand ces las fuerzas de ambos
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 bdb

Nicolás II, emperador de Uusin JorRC V, rey de Inglaterra Alberto I. rey de Bélgica

LOS TRES MONARCAS ALIADOS DE LA REPÚBLICA FRANCESA


5d6 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

países fueron aumentándose, pero con la diferencia Se creó el cargo de generalísimo ó presidente del

que lógicamente debía marcarse á causa de su di- Consejo Superior de Guerra para que interviniese di-
versa densidad de población. En 1900 Francia tenía rectamente en la preparación del ejército que había
516.000 hombres y Alemania 585.000, de lo que resul- de mandar cuando se rompiesen las hostilidades. Jof-
taba una superioridad para el ejército alemán de 70.000 fre entró en escena modestamente, sin ser conocido
hombres. Á partir de esta fecha comenzó la progre- por el gran público, dedicándose en silencio á la pre-
sión del ejército activo en ambos países, hasta llegar paración de la defensa nacional. Todo se fué organi-
á unas proporciones nunca vistas en la Historia. Las zando para que la República pudiera pasar de la paz
nuevas leyes militares aceptadas por Alemania en á la guerra, sin desorden, sin confusión, sin sacudidas
1913 obligaron á Francia á votar la llamada «ley de violentas, encontrando preparadas las cosas hasta en
tres años», al- sus menores de-
canzando los talles. Antes de
ejércitos de los abandonar Mi-
dos países la si- llerand el minis-
guiente impor- terio, en 1912,
tancia numéri- obtuvo del Par-
ca, verdadera- lamento un sub-
mente monstruo- sidio extraordi-
sa en tiempo de nario de 600 mi-
paz: Francia, llones para com-
780.000 hom- pletar el mate-
bres; Alemania, rial de guerra.
900.000. El ejér- Al ser conoci-
cito francés apa- do en Febrero de
reció con una 1913 el progra-
inferioridad de ma de nuevas le-
120.000 hom- yes militares de
bres, que aun- Alemania, au-
que resulta im- mentando el
portante desde efectivo de sus
el punto de vis- fuerzas perma-
ta militar, no es nentes hasta
considerable si 900.000 hom-
se tienen en bres, los gober-
cuenta los 61 mi- nantes de Fran-
llones de habi- cia se alarmaron
tantes de Alema- con harto moti-
m a n i a y los vo, pues su país,
39.600.000 de basándose en la
PROGRESIÓN DB LOS EJÉRCITOS ACTIVOS FRANCÉS Y ALEMÁN
Francia. Ade- ley de 1905, sólo
En 1892 el élérclto francés era casi igual al alemán. En 1900 resultaba Inferior en 70.000 hombres.
más el ejército En 1913, después de las nuevas leyes militares de Alemania, el eUrcIto alemán tenia 120.000 más que podía tener nor-
de Francia, á pesar de haber votado apresuradamente las Cámaras francesas el servicio de tres malmente sobre
permanente de el

aflos, poniéndolo en vigor. De no haberse lomado esta disposición, el desequilibrio entre ambas
Francia podía fuerzas hubiese sido considerable, corriendo Francia un peligro mortal. las armas de
disponer como Hay que advertir, sin embargo, que la diferencia entre ambos eiércitos no resulta tan enorme si se 600.000 a 600.000
tiene en cuenta que la República Francesa disponía además de su9 tropas coloniales, que no tienen
fuerzas auxilia- hombres.
equivalente en Alemania.
res de las tropas El nuevo pre-
argelinas, marroquíes y coloniales, frente á Alema- sidente de la República, M. Poincaré, se mostró parti-
nia,que no posee elementos equivalentes. dario de una reforma de la ley, ampliando á tres
El error irreparable y fatal para la suerte de años el servicio en el ejército activo, único medio de
Francia hubiese sido no aceptar la «ley de tres años». aumentai'lo en 200.000 hombres. De este modo la
Contra ella hicieron propaganda muchos hombres de República, con un ejército activo de 700.000 á 800.000
buena fe que no se daban cuenta de las verdaderas hombres, «podría contemplar el porvenir, sin temblo-
intenciones de Alemania, creyendo puerilmente en la res de miedo».
continuación de la paz. Empezó la campaña política en favor de la ley de
Por fortuna Francia tenía al frente de su gobierno tres años. Como dijo un gran diario inglés, «jamás
hombres organizadores y de espíritu práctico. El paso una democracia libre dio tan espléndido ejemplo».
de Millerand por el ministerio de la Guerra fué alta- El presidente Poincaré, en su Mensaje dirigido
mente beneficioso para la organización del ejército. á las Cámaras el 20 de Febrero de 1913, explicó
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 537

de este modo la urgencia de la reforma en cuestión: misión parlamentaria del ejército con algunas refor-
«La paz no se decreta nunca por la voluntad de mas oportunas de Joseph Reinach y otros individuos,
un solo pueblo, y el adagio que nos leg'aron los latinos, inspiradas en necesidades del momento.
Si quieres la paz prepárate para la guerra, jamás ha La ley de tres años fué objeto de grandes discu-
sido tan verdadero como en el presente. Un pueblo siones en la Cámara, defendiéndola Le Hérissé, pre-
sólo puede ser hoy eficazmente pacifico estando siem- sidente de la comisión; Paté, que era el ponente; Jo-

pre pronto para hacer la guerra... Una Francia dis- seph Reinach, Montebello y otros diputados. Todos
minuida, una Francia expuesta por su culpa ;i retos hicieron presente, asi como Barthoux, que Francia

y á humillaciones, no sería Francia. Equivaldría á estaba amenazada por un «ataque brusco» de Alema-
cometer un crimen contra la civilización dejar que nia, y que si no existia un ejército fuerte de cobertura,
nuestro pais decayese en la concentración de la de-

medio de tantas naciones fensa nacional tendría que


que desarrollan sus fuer- hacerse á cien kilómetros
zas militares.» déla frontera, abandonan-
Era ministro de la Gue- do á los enemigos una
rra en el gabinete presidi- gran parte del territorio.

do por Briand, M. Etienne, El proyecto fué comba-

antiguo amigo de Gam- tido por muchos persona-


betta, que había mostrado jes parlamentarios. To-
siempre gran entusiasmo dos los representantes de
por el engrandecimiento Francia eran igualmente
de la defensa francesa. patriotas y deseaban au-
Etienne presentó á las Cá- mentar los medios de de-
maras un proyecto «para fensa: pero sus opiniones
modificar la ley de 21 de resultaban contradicto-
Marzo de 1906 en lo refe- rias al apreciar la forma
rente á la duración del con que debía organizar-
servicio en el ejército ac- se esta defensa. Unos en
tivo». Pero mientras la vez de tres años creían
comisión del ejército estu- suficiente un periodo de
diaba este proyecto, una treinta meses; otros, como
batalla parlamentaria .Taurés, optaban por el

hizo caer al gabinete sistema de milicias, que


Briand, sustituyéndolo un podía proporcionar á la
nuevo gobierno presidido defensa nacional mayor
por Barthoux. número de hombres. Cle-
Este nuevo gobierno menceau, León Bourgeois
tuvo como su fin más im- y otros personajes del par-
tido radical se declararon
portante hacer votar la
ley de tres años, subordi- partidarios del servicio de
nando á ello toda su polí- tres años. Al fin la ley,
RAIMÜNDO POINCARÉ
tica. Lo mismo Barthoux con diferentes modifica-
Noveno presidente de la República Francesa
en el terreno parlamen- ciones, fué votada el 19
(Fot. Ilcnri Manuel. París)

tario, que el presidente de Julio de 1913 por la


Poincaré por medio de entrevistas particulares con Cámara de diputados, y el T de Agosto por el Se-
los jefes de partido y con personajes ilustres que ha- nado.
bían combatido su candidatura á la presidencia, tra- El efectivo permanente del ejército quedó aumen-
bajaron tenazmente por hacer adoptar la ley. Bar- tado de estemodo en 220.000 hombres, representando
thoux, que estaba enterado de los preparativos de en su conjunto alrededor de 800.000 combatientes.
Alemania, ordenó bajo su responsabilidad una me- Esta fuerza puso á Francia al abrigo de un ataque
dida extrema, conservando en las filas á los soldados brusco, permitiendo que las reservas del pais se re-
que con arreglo á la antigua ley debían ser licencia- uniesen á sus espaldas, adquiriendo la necesaria ho-
dos en Octubre de 1913. Esta medida, si se quiere an- mogeneidad.
tilegal, semejante á las que adoptaban los hombres La mejor prueba de lo oportuna que resultaba
de la Convención basándose en la «s.alud pública», fué dicha ley, la dio Alemania al acogerla con grandes
aprobada en la Cámara por una gran mayoría y con- muestras de irritación. Las revelaciones de la diplo-
tribuyó meses después á la salvación de P^rancia. macia francesa en Berlín contenidas en el «Libro
El proyecto del gobierno fué modificado por la co- Amarillo», del que ya hablamos, consignan la cólera
538 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

«^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 539

eran tales, que los dos sirvientes de límetros, dejándola en su forma ac-
la pieza podían permanecer durante tual.
el tiro ocupando sus asientos en la La historia de la fabricación de los
cureña. El cañón de 75 acababa de primeros cañones de este tipo resulta
nacer, «realizando todos los deseos igualmente interesante. No bastaba
que hubiese podido formular el arti- poseer el modelo del invento: había
llero más exigente». que conseguir que lo adoptase el go-
Mientras el comandante Deport tra- bierno, y sobre todo que el parla-
bajaba día y noche en su invento, el mento proporcionase los fondos ne-
ministerio de la Guerra francés creia cesarios para su fabricación. Al mis-
que la fábrica Krupp multiplicaba en mo tiempo era conveniente ocultar al
secreto la pieza inventada por Plauss- enemigo la existencia de esta arma
ner. La realidad era muy distinta, y extraordinaria.
un falso informe proporcionado al ge- El general Deloye, que había suce-
neral Mathieu había servido para la dido á Mathieu en la Dirección de
creación del 75. encargó de llevar ade-
.Vrtillería, se
Era verdad que el ingeniero Hauss Deloye, dotado de
lante esta obra.
ner había inventado un cañón y que CORONEL DEPORT una gran habilidad para conseguir
se hacian ensayos de él en los tallei'es sus fines, se dio cuenta de que era
de Krupp, en Essen. Pero estos ensayos habían fra- necesario despistar á los curiosos y á los enemigos
casado desde el primer momento, por defectos de la para conservar en secreto el nuevo material. Por una
pieza ó por estar mal serie de torpes ingenui-

dirigidos, intencionada- dades, de indiscreciones


mente. Según Haussner, bien preparadas y de
la casa Krupp estaba in- misteriosos fingimientos
teresada en hacer fra- hizo creer á todos, y es-
casar una invención que pecialmente á los espías
resultaba contraria á sus alemanes, siempre bien
tradiciones y anulaba enterados, que la futura
todo su material existen- artillería francesa debía
te. El ingeniero, despe- tener por base un cañón
chado por su fracaso, se que estaba estudiando el
fué á buscar fortuna en capitán Ducrós, al mis-
la América del Sur, y mo tiempo que Deport
la casa Krupp, tal vez inventaba su 75. El go-
por apego á la rutina, bierno alemán se lanzó
GENERAL DELOYB dejó que la artillería en esta falsa pista, indi- OEN'BUAL .SAI\TR-ULA1KB DBVILLK
francesa tomase un cada por sus espías, y
gran avance sobre la de su país. en 1896 los artilleros alemanes exhibieron con or-
El comandante mala suerte que
Deport tuvo la gullo un nuevo cañón de tiro acelerado semejante
parece acompañar á todos los inven- al de Ducrós.
tores. tflcial de mérito, pero desco-
( El general Deloye, con su inteli-
nocido durante muchos años, el re- gente socarroneria, dejó que canta-
nombre para él cuando ya era
llegó sen victoria y que fabricaran en
viejo. Como premio por su invención, abundancia su nuevo cañón, para
fué ascendido á teniente coronel, pero que después les resultase difícil vol-
su edad no le permitía llegar á los ver sobre sus pasos. Convencido del
altos grados del ejércitoy pidió el re- gran servicio que prestaba á Fran-
tiro, pasando ádirigir los talleres cia, se atrevió á construir una gran
particulares de la fundición de ("há- parte del nuevo material sin crédito
tillon Commcntry. En este puesto. alguno, sin otro auxilio que el de al-
que ocupa actualmente, inventó un gunos individuos de la comisión par-
nuevo cañón de montaña, usado igual lamentaria, á los que hizo partícipes
mente por el ejército francés. del secreto y que cometieron noble-

Después que el teniente coronel De- mente varias irregularidades admi-


nistrativas con el fin de adquirir los
port se retiró del servicio, Sainte-
(,'laire Deville y Rimailho añadieron fondos necesarios, sin que el país co-
nuevos detalles á la pieza de 75 mi- CORONEL KIMAII.IIU nociese su destino. Todas estas per-
540 VICENTE BLASCO IBAÑEZ 1

^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 541

PONIENDO EN B4TBR1A UN CAÑÓN DE 75 (Fot. Rol)

él debemos la reconstitución de nuestra artilleria.» En 1912, antes de ser aceptada la ley «de tres
Francia fuese realmente una nación agresiva,
Si años», el ejército francés permanente estaba com-
"ansiosa de vengarse puesto de 30.000 oficia-
de Alemania, hubiera les y 630.000 hombres

aprovechado en 1897 de tropas metropolita-


el invento de este ca- nas, y 4.130 oficiales
ñón, que le daba una y 87.000 hombres de
superioridad aplastan- tropas coloniales.
te sobre el enemigo. Las fuerzas movili-
Sus fuerzas milita- zables en caso de gue-
res eran en aquel en- rra ascendían á cuatro
tonces tan numerosas millones y medio de
como las de Alemania, iiombres.
y además tenia el 75, Todo este ejército
que con su misteriosa permanente estaba di-
novedad hubiese barri- vidido en 163 regi-
do rápidamente toda mientos de infantería
la artilleria anticuada de linea, compuesto
de Krupp. cada uno de 3 batallo-
Pero la República nes con 4 compañías;
Francesa ama la paz. 30 batallones de caza-
Fn toda su vida no lia dores á pie de á H com-
liecho miís (|ue prepa-
]Kiñías; 4 regimientos
rarse para la defensa, de zuavos, compuesto
viéndose obligada ¡i cada uno de a batallo-
mantenerse en guar nes con 4 compañías;
dia ante las provoca- 4 regimientos de tira-
ciones de un enemigo dores argelinos, que
vanidoso é insolente. DKSCANSANDO .IUNIO AI, tenían de 3 á fl bata-
AltTrLM?IIO.S AR.MIIN DK MINICIONES
DB ITN OAÑDN nB 75 Kot. Meurisse) llones, y 2 regimientos
542 VICENTE BLASCO IBANEZ

(Fot. Rol)
infantería l'RANCESA BN UN CAMPO DK LA CHAMPAÑA

extranjeros con un número variable de batallones de con un número variable de batallones, según los re-
á 4 compañías. Cada uno de los regimientos contaba cursos del reclutamiento regional, 7 batallones de ca-
con 2 ó 3 secciones de ametralladoras. zadores territoriales y 12 batallones de zuavos.
En caso de movilización, se añadían á estos cuer- La caballería constaba de 12 regimientos de cora-
pos activos 145 regimientos territoriales de infantería, ceros, 32 de dragones, 23 de cazadores, 14 de húsa-
res, 6 de cazadores de
África y 4 de spahis:
en total 91 regimientos,

compuesto cada uno de


4 escuadrones activos
y un escuadrón de de-
pósito, exceptuando los

regimientos de spahis,
que cuentan con 5 es-
cuadrones activos. Las
brigadns de caballería
tienen secciones de
ametralladoras monta-
das sobre ruedas.
La infantería está
armada con el fusil Le-

bel de repetición, cali-


l)re de 8 milímetros,

con depósito contenien-


do 8 cartuchos. La ca-
ballería usa una cara-
bina del mismo mode-
lo, y además sable y
lanza.
UN PBLOTÓN DE DRAGONES FUANCE8KS BN LA ENTRADA DR UN PUEBLO La artillería cora-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191-1 543

(Fot. Rol)
DRAGONES MANEJANDO UNA AMETRALLADORA

prendía 62 regimientos de campaña compuesto cada mos las rápidas raoditícaciones hechas por los fran-
uno de ellos de 3 ó 4 grupos, subdivididos en 3 ba- ceses en su artillería pesada á última hora, con una
terías de á 4 piezas, ó sea un total de 034 baterías asombrosa facilidad de adaptación.
montadas. Además 16 baterías á caballo; 21 baterías El ejército permanente tenía además 8 regimien-
de artillería pesada; 2 regimientos de artillería de tos de ingenieros divididos en pontoneros, aeronautas,
montaña compuestos
de 18 baterías, y 11 re-
gimientos de artillería
á pie comprendiendo
57 baterías de plaza y
32 de costa.
Ya hemos dicho que
de campa-
la artillería
ña dispuso desde 1897
del famoso cañón cali-
bre 7B, que recula so-
bre la cureña con fre-
no hidráulico, y está
defendido por una mam-
para de acero cromati-
zado. La artillería pe-
sada tenia el cañón de
120 corto y el 165 con
freno hidráulico y re-

percutor neumático,
que es el llamado Ri-
mailho, del nombre de
su inventor. AI hablar
de los incidentes de la
(Fot. Meuriase)
guerra, mencionare- SAI,1I>A DB rN DIKIOIBI.B KKANCKS
544 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

UNA. SECCIÓN DB (_:AZADORBS ALPINOS EN LOS VOSGOS (Kot- Rol)

telegrafistas, radiotelegrafistas y ferrocarrileros. Á de artillería colonial en Francia y 4 de la misma cla-


todas estas fuerzas había que añadir la Administra- se en las colonias.
ción militar, compuesta de 20 batallones, cada uno El territorio francés estaba dividido en tiempo de
de 8 compañias; los cuerpos de secretarios de Estado paz en dos gobiernos militares, el de París y el de
Mayor, guarda-almacenes, obreros de los talleres mi- Lyón, con 21 regiones de cuerpo de ejército.
litares y de Sanidad
militar; 27 legiones de
gendarmería; una le-
gión de Guardia repu-
blicana y un regimien-
to de zapadores -bom-
beros.
Las tropas colonia-
les se componían de
16 regimientos de in-
fantería colonial, situa-
dos 12 en Francia, 2 en
Túnez, uno en Cochin-
china y uno en China;
un regimiento de tira-
dores anamitas; 4 re-
gimientos de tiradores
tonkineses; 4 regimien-
tos de á 8 batallones
cada uno de tiradores
negros del Senegal; 3
regimientos de tirado-
res malgaches; 2 escua-
drones de spahis sene-
(Fot MeiirisHe)
galeses; 3 regimientos NAVB BLINDADA DE UN DIRIGIBLE MILITAR FRANCÉS
EN LA LINE

DU>ujo de hederico üe Hdcnen. de <The IDustratcd London Nsws*

La caballería inglesa desalojando de ui


DE FUEGO

lis posiciones á la infantería alemana


K-r
HISTORIA DE LA GUKRRA EUROPEA DE 1914 845

TROPAS DE AKKICA DKSEM BAROANDO EN MARSELLA

La «ley de los tres años» modiHcó todo este sistema formado nuevos cuerpos, y el ejército francés consta
aldar á las fuerzas permanentes de Francia un au- hoy de 5 millones de hombres aproximadamente.
mento de 200.000 hombres. Además, en el curso de la
guerra las fuerzas territoriales se lian aguerrido, con-
fundiéndose con las del ejército permanente. Se han La marina francesa ha conservado su antigua im-
portancia. No se nota
decadencia en el valor
de su material ni en la
pericia de sus hombres;
pero ha progresado
poco, dejándose sobre-
pasar por las marinas
de otros países que
hace medio siglo esta-
ban muy por debajo de
ella.

Después de 1870
Francia se ha mostra-
do incierta y vacilante
en su política naval,
teniendo en cierto modo
sus razones para no se-
guir una conducta rec-
tilínea. Á consecuencia
de sus expansiones co-
que la ponían
loniales,
en continuo conflicto
con los exploradores
ingleses de África, te-
TIRADORES SBNEOALICS (Kots. Rol) ¡^j¿ durante algunos
546 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

EL ACORAZADO «líOUVBT» BL «DESSAIX», CRUCERO ACORAZADO

años la posiliilidad de una guerra naval con la Gran ña, con sus escuadras enormes, de la dominación de
Bretaña. Esto le hizo organizar sus fuerzas maríti- los mares.
mas con un fin puramente defensivo, limitándose á Viendo la República aseguradas sus costas del
la fortificación de sus puertos y sus costas, á la cons- Atlántico por la marina inglesa, y teniendo que afir-
trucción de numerosas es- mar sus comunicaciones
cuadrillas de torpederos y con África para el trasla-
submarinos para proteger do de las tropas de Arge-
la Mancha, y á la cons- lia, concentró todas sus
titución en el Mediterrá- escuadras en Tolón, en-
neo de una escuadra de cargándose de hacer la
grandes cruceros que guerra en el Jlediterrá-
mantuviese sus comuni- neo, con el auxilio de las
caciones con las colonias estaciones navales de Gi-
de África. braltar y :\íalta.

Cuando Guillermo II se Fríxncia, por exceso de


lanzó audazmente á la estudio al elaborar su
conquista de los mares plan de nuevas construc-
siendo un peligro para In- ciones navales, derrochó
glaterra, ésta se aproximó el tiempo y sufrió deplo-
á Francia, y las dos nacio- BL ACORAZADO «PATRIE» rables retrasos, perdien-
nes llegaron al «Acuerdo do
el segundo lugar que

cordial»,combinando para lo futuro su acción co- ocupaba entre marítimas.


las potencias
mi'A en la tierra y en el mar. Francia, con arreglo Á pesar de esto todavía i-epresenta en el mar
á este acuerdo, debía concentrar todas sus fuerzas ea una fuerza considerable, pues cuenta con 25 acora-
la guerra continental, encargándose la Gran Breta- zados, 19 cruceros acorazados, 9 cruceros protegi-

EL CRUCERO «LA GLOIKB» El, ACORAZADO «LIBERTE"


HISTOIÍIA l)P. I A GURRIM RUKOPKA 1)H \^\4 547

«I, AMIRAl, TREdNAKT», CKICEIU) A COlíA/.ADO KL ACORAZADO «SUPFREN»

dos, 83 destroyers, 118 torpederos y 72 submarinos. la única que no ha permitido saborear en paz su
le

Algunos de sus buques son de viejo modelo y lle- triunfo, presentándose siempre en sus ensueños de
van veinte años de existencia, pero posee dos dread- ambición como una temible amenaza.
noughts, el Jean Bart y el Courbet, y seis acorazados La vanidad Ini hecho que los alemanes desprecia-
casi de igual valor, el Vol- sen á Francia en ciertos

taire, el Condorcet, el momentos, como si fuese


Danton, elMirabeau, el un enemigo mediocre.
Diderot y el Vergniaud. Pero pronto modificaban
Además la guerra ha su opinión, volviendo á

sorprendido á la marina his antiguas preocupa-


francesa cuando estaba ciones.
terminando en sus astille- En 1879 el viejo empe-
ros varios acorazados de rador (¡uillermo no se ha-
indiscutible valia. cía ilusión alguna sobre
el resultado definitivo de

sus victorias francesas de


La República Francesa seis años antes, y escribia
sufrió retrasos y equivo- lo siguiente á Bismarck:
caciones en la organiza- «Si tenemos otra guerra

ción de sus medios defen- EL ACORAZADO «MARSEI LLAISB» con Francia, yo no parti-

sivos, pero á pesar de cipo de la opinión del feld-


esto hay que admirarla por la prontitud con que ha mariscal Moltke, que cree nuestras fuerzas suficien-
sabido remediar sus defectos y encontrar nuevos re- tes para poder entablar esta nueva guerra sin el auxi-
cursos. lio de aliados. Nos encontramos ahora en presencia
Es la única nación que ha preocupado á Alemania, de un e.i<^rcito francés completamente distinto del

KI. CRl'CEliO •.TAIIREOUIBBRRY» El, CRIIOEKO «jri.tOS FHIIUV'


548 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

XVIIl

Rusia y el paneslavismo

De todas las naciones europeas, Rusia fué la últi-


ma que salió de la obscuridad, poniéndose en relación
con los demás pueblos.
Llevaba América dos siglos de existencia cono-
cida, habían navegado los españoles toda la redon-
dez del planeta, abriendo nuevos horizontes á la
actividad humana, y todavía era Rusia un misterio

BL «MAS.SBNA» ROOBADO DE LOS CRirCBROS DB LA BSCIADUA

de 1870, pues nadie puede negar los progresos que lle-


van hechos los franceses desde esa época.»
Los gobiernos de la República han sabido dar á
Francia una fuerza temible, por la potencia de su
grado de su preparación militar y la
ejército, el alto
rapidez de su movilización.
El soldado francés es indiscutiblemente superior al
alemán. La más alta personalidad del militarismo pru-
siano, Federico el Grande, lo reconoció siempre. «¡Las
cosas que haría yo si mandase á soldados
franceses!»,
dijo este monarca en sus momentos más difíciles.
(iuillermo II admira igualmente al francés por
SUHMAlilNO «VENDIÓ.MIAIRB»

para el mundo. Las naciones de Europa, hasta el si-

glo XVIII, sólo conocieron el reino de Polonia. Más


allá de este pueblo eslavo existía la noche histórica,
el misterio, una nación bárbara designada con el
nombre incierto de Jloscovia.
Fué Pedro el Grande, con su vigorosjt actividad,
el que hizo saber que existia un Imperio ruso. Este
monarca se lanzó á viajar por Europa como un comi-
sionista de su país, estudiando de cerca los pueblos

superiores para llevar á l^usia los productos de la ci-


vilización.

Después de él, Catalina II y su corte se preocu-

OONTRATORI'WDEKO

SU espíritu despierto, propenso á hi iniciativa y al


entusiasmo, pero no creyó nunca que pudiese cons- t
tituir un verdadero ejército, á causa de sus ideas po-
líticas.
— La democracia es con la disciplina
— ha declarado kaiserincompatible
el con su pedantesca suficiencia.
Guillermo II ignora que hay una disciplina supe-
rior á la prusiana, más perfecta, más firme, capaz de
milagrosos resultados.
Es la disciplina voluntaria, nacida del consenti-
miento, que hace vivir á jefes y soldados como si fue-
sen hermanos, estrechamente unidos por el entusias-
mo de un ideal común. OONTHATORPBDBRO «ARBALETB»
HISTORIA DF- lA GUERRA EUROPEA DF. 1Q14 S49

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550 VICENTE BLASCO IliANEZ

paron de activar las relaciones intelectuales con Eu- alemana, y los alemanes tienen un empeño especial
ropa. Francia dominaba al mundo en el siglo XVIII, en desfigurar y falsificar todo lo del Imperio ruso.
merced á los refinamientos de su cultura, y San Pe-
tersburgo adoptó la lengua francesa, asi como las
costumbres y la cortesía de los monarcas de Versa- «El formidable amasamiento de diferentes
lles.Desde esta época fué de tradición en las familias — dice E. Taris — que se ha fundido pueblos
hoy en una fuerte
de la nobleza rusa emplear el francés como lengua unidad política con el nombre de Rusia, llegó más
de la intimidad. tarde que ninguna otra nación europea á adquirir una
El uso del idioma y la imitación de las costumbres posición de equilibrio.»
francesas prepararon á los rusos de clase superior, En varias manifestaciones de su vida, Rusia se
desde hace siglo y medio, para la amistad con Fran- llalla al mismo nivel que los pueblos europeos al salir

cia. Hasta en las guerras que sostuvieron rusos y de la Edad Media. Si se exceptúan los ferrocarriles,
franceses en 1812 y en la que son obra del gobier-
campaña de Crimea, se no, el pueblo ruso, por sus
trataron ambos con cierta virtudes, sus defectos, sus
estimación. Por esto tal costumbres, sus medios de
vez ha sido posible una comunicación y su mane-
alianza política y finan- ra de existir, vive aún en
ciera entre las dos nacio- el siglo XVI.
nes, basada no solamente kSu evolución histórica
en el acuerdo de los go resultó lenta, y explica
bienios, sino que también las aspiraciones del panes-
en la reciproca simpatía lavismo. La cuna de la
de los pueblos. El mundo nación rusa fué Kiew, se-
ha contemplado un espec- ñalándose en dicha re-
táculo casi inverosímil en gión, por primera vez en
esta unión estrecha y cor- la Historia, la presencia
dial del más absoluto de de los eslavos. Las tribus
los imperios europeos con primitivas de esta raza se
la República de ideales dividieron en tres agrupa-
más revolucionarios. ciones. Unos marciiaron
El capital francés ha hacia el Oeste, formando
colaborado poderosamen- elgrupo de los lusacienos
te en el renacimiento eco- y tcheques de una parte,
nómico de la Rusia mo- y los pueblos búlgaros,
derna. 20.(X)0 millones de servios, croatas, slovacos
han sido colo-
oro francés y slovenos de otra. Una
cados en Rusia durante segunda agrupación esla-
los últimos veinte años, va emigró hacia el Norte
bajo la forma de emprés- y el Este, ocupando las
titos de Estado ó de em- tierras hasta los bordes
presas industriales. La so- BL GRANDE del Báltico y el Océano
lidaridad financiera une Glacial, ó sea gran parte
hoy á Rusia y Francia tanto como los intereses de la de la Rusia del presente. El tercer grupo se mantuvo
política internacional. en el mismo suelo, que aparece como la cuna de la
Las dos naciones representan dos mundos absolu- raza eslava, y formó la nación polaca.
tamente distintos. Rusia ha estudiado ávidamente á Durante largos siglos las tribus eslavas, desunidas
Francia para copiar su civilización. Francia y el entre ellas, vivieron bajo el yugo de los pueblos veci-
resto de Europa conocen defectuosamente el inmenso nos, belicososy conquistadores. En 8132 el pirata nor-
Imperio, ó no lo conocen en absoluto. El mundo dedi- mando Rurik se apoderó de Novgorod, fundando el
cado á los negocios empieza á enterarse de las enor- primer reino ruso. El nombre de este aventurero de
mes riquezas que duermen en las entrañas de su sue- los mares sirvió según parece para bautizar á la Ru-
lo. El mundo intelectual se Las tribus del reino de Rurik se titularon
equivoca casi siempre al sia actual.
juzgar la vida interior de Rusia y sus confusas fer- Russ, que en idioma finlandés significa «remero».
mentaciones, de las que ha de surgir seguramente un Un sucesor de Rurik llamado Oleg transportó á
gran pueblo. Kiew la capital de su reino. Años después Olga la
Muchas de las ideas generales sobre Rusia han Santa introdujo en 957 la religión ortodoxa entre los
llegado hasta nosotros transmitidas por la opinión rusos, entrando éstos en relaciones con la Grecia bi-
mSTOL'IA \)íi LA GUERRA EUROPEA DE 1914 551

unas veces por la guerra y otras por las


zaiitiiut, cionarios y ensanchó las fronteras rusas del lado del
transacciones de la paz. ('áucaso. Sus armas protegieron contrii Turquía á los
La conversión de ios eslavos al cristianismo orto- rumanos, los servios y los griegos, descendiendo vic-
doxo según algunos autores, el verdadero motivo
es, toriosamente hasta Adrianópolis. La intervención de
de que Rusia, extraña al catolicismo y al uso de la Inglaterra evitó que se apoderase de toda la Turquía.

lengua latina que fué hasta los tiempos modernos el Luego la Gran Bretaña y Francia hicieron contra él
lazo de unión de todos los intelectuales —
haya per-,
la guerra de Crimea, que arruinó su poder naval en
manecido tantos siglos separada de la verdadera Eu- el mar Negro. El autócrata ruso murió del disgusto
ropa y aislada de la civilización occidental. que leprodujo esta derrota. De todos los zares fué el
Otro reino eslavo fué establecido por los búlgaros
.
más enemigo de la libertad política. Á las crueles
en las orillas del Volga: pero en el siglo XIII quedó persecuciones que hizo sufrir á los rusos de ideas

anitjuilado por la invasión de los tártaros. Estos, á avanzadas, hubo que agregar su campaña contra los
las órdenes del célebre revolucionarios polacos y
Gengis-Khan, lo arrolla- la ayuda que prestó á
ron todo, poniendo en pe- Francisco .José en 1849
ligro la vida civilizada de para el aplastamiento de
Europa. La bárbara inva- la República húngara.

sión se extendió por la Alejandro II continuó


Rusia meridional hasta la inidición civilizadora
los Cárpatos,
quedando el de Pedro Grande, mo-
el

país durante dos siglos dernizando á Rusia con


como un pueblo vasíiUo un gran desarrollo de los
delImperio mongol. Al ferrocarriles y demás vias
mismo tiempo las tribus de comunicación. Mejoró
rusas del Aborte eran so- lahacienda pública, reor-
metidas á servidumbre
la ganizó la justicia y supri-

por una invasión de sue- mió la servidumbre en los


cos y de germanos. campos, liecho el más glo-
Los rusos que pudieron 1 ioso de su vida. La ex-
sobrevivir libremente á liansión rusa en Asia reci-
estas derrotas se concen- bió un vigoroso impulso,
traron en el interior, ha- llegando hasta los últimos
ciendo de IMoscou la ca- limites del viejo continen-
pital de su monarquía. te, ó sea hasta las costas
En 1,380 Dimitri Donskoi del Pacifico, con la ane-
venció á los tártaros defi- xión de todos los principa-
nitivamente en Koulico- dos musulmanes del otro
vo, emancipando á Rusia. lado del mar Caspio. En
Sus sucesores engrande- 1877 venció á los turcos,
cieron el pais poco á poco llegando sus tropas á los
en todas direcciones, pero arrabales de Constantino-
sin poder llegar nunca á catalina ii
pla. Esta victoria aseguró
las costas. La actual di- la autonomía de la Bul-
nastía de los Romanof comenzó en KilB con ^liguel garia y independencia de Rumania y JIoutenegro.
la

Romanof, iniciador de la obra de estabilidad política. Además engrandeció la Rusia con los territorios tur-
A partir de Pedro el Grande se aceleró el progreso cos de Transcaucasia.
de Rusia. Este monarca, duro y progresivo, fundó á Su sucesor, Alejandro 111, cambió la orientación
Petrograd (llamada por los alemanes San Petersbur- de la política exterior. Hasta entonces Rusia había
go) y realizó la aspiración más vehemente del pais. marchado unida con Pnisia y .\ustria. sin grandes
que deseaba llegar al mar. Su conquista de las pro provechos y con crueles engaños. Las victorias sobre
vincias bálticas puso á Rusia en contiicto con P^uropa. Turquía sólo habían servido para que los aliados de
Catalina II desmembró el reino de Polonia y conquistó Rusia se aprovechasen astutamente de ellas adqui-
la actual ribera rusa del mar Negro. Alejandro 1 riendo nuevos territorios sin disparar un tiro, como lo
triunfó sobre Napoleón y fué por algunos años el ;ir- hizo Austria al quedarse con Bosnia y Herzegovina.
bitro de Europa. Bajo su reinado las sociedades secre- Alejandro 111 rompió con sus antiguos aliados, en-
tas, iníhienciadas por ol ejemplo de la Revolución trando en franca inteligencia con la República Fran-
francesa, empezaron á conspirar contra el Imperio cesa.
absoluto. Nicolás 1 reprimió duramente á los revolu- Su hijo Nicolás II continuó esta política, pero man-
552 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

teniéndose al mismo tiempo en buena amistad con nia rusa ha hecho un esfuerzo tan considerable y por-
Alemania. Las maquiavélicas sugestiones del gabine- tentoso como el de las regiones más laboriosas de
te de Berlin lo empujaron á una expansión en el Extre- Alemania. Rusia dispone de grandes yacimientos de
mo Oriente, hasta que chocó con el Imperio japonés. hierro y de carbón, y fabrica ella misma todas las
Una guerra desgraciada fué la consecuencia de este máquinas y demás productos metalúrgicos necesarios
encuentro, al mismo tiempo que en el interior se pro- para su vida.
D
movía una gran revolución de protesta social y polí-
tica. Por algunos meses los enemigos de Rusia creye- Hablemos del paneslavismo.
ron que Imperio moscovita iba á disgregarse. Ale-
el Rusia tiene en su interior algunos pueblos que no
mania mal disimulado regocijo esta crisis
siguió con son eslavos, pero en cambio numerosas poblaciones
enorme, que podía privar á Francia de su aliada. Pero eslavas de su misma sangre y que forman parte de
la habilidad de algunos hom-
bres políticos logró conjuríir el
conflicto, resolviéndose éste
definitivamente con la adop-
ción del régimen constitucio-
nal que hizo desaparecer el

antiguo absolutismo.
Rusia no sólo ha reorgani-
zado con rapidez sus fuerzas
militares aumentándolas con-
siderablemente. Sus progre-
sos en el terreno económico
son enormes, hasta el punto
de hacer de ella una nación
rica y poderosa.
Bien conocida es la impor-
tancia de Rusia como produc-
tora de cereales. Su vida ha
sido siempre agrícola. «Por
cada 1.000 habitantes, se cuen-
tan 850 campesinos, 107 bur-
gueses, 2.3 cosacos, 15 nobles
y o sacerdotes.» Solamente
un 1.3 y medio por ciento de
los rusos habitan las ciuda-
des. Todas las cuestiones in-
teresantes de la vida interna
del Imperio fueron cuestiones
agrarias. El gobierno intervi-
no en varias ocasiones con
un espíritu socialista para fa-
cilitar á los campesinos la
posesión de la tierra, y esto
ha favorecido el desarrollo
productor en los últimos años,
contribuyendo á calmar las LA QUIMERA DEL PANGERMANISMO
regiones más agitadas por la COMO .-^BRÍA KUKOFA OKSl'L'ÉS DB l'NA VICTORIA AUSTRO-ALEMANA
revolución de 1905. Los cerea-
P.\ paníjermanismo ha trastornado desde hace años, con sus proyectos de loca ambición, el mapa de
les que exporta Rusia al resto
Europa y el de África.
de Europa representan miles En Europa, la Alemania vencedora de Prancia debfa anexionarse el Kranco-Condado, Borgoña, Champaña.
Lorena, Flandes francés, el Artois, Picardía v Normandia. Su marina debía poseer todo el litoral, de Dun-
de millones anualmente. kerque á Chcrburgo, frente á Inglaterra. Además, para tener acceso al Mediterráneo, Alemania se anexionarla
El poder económico de Ru- una ancha faia del suelo francés, desde Besanzón á la costa Sur. convirtiendo el puerto de Tolón en un apos-
tadero de su Hola.
sia no reside únicamente en Suiza pasaría á ser de Alemania. Bélgica, Holanda y Dinamarca quedarían anexionadas á ella Igualmente,
la En el por considerarlas naciones de origen alemán que estorban con su independencia el dominio absoluto del Báltico
agricultura. Oeste,
y el Mar del Norte. También se anexionaría el Imperio alemán varias provincias rusas lindantes con la Prusla
el Centro y el Sur, existen oriental, y una mitad de Polonia con su antigua capital Varsovia.
Austria, á cambio de su alianza, habla de recibir la otra mitad de la Polonia rusa y toda la totalidad de
grandes explotaciones meta-
Servia, Montenegro y Albania. También recobraría á Véncela, recibiendo Italia como compensación el antiguo
lúrgicas. En 15 años la Polo- territorio de Niza. En el bolín colonial de África correspondería al Imperio austríaco todo Túnez, El Medite-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 553

su pasado, viven más allá de las fronteras del Im- un mundo espiritual de sentimientos y de ideas, y ha
perio.
tomado forma una tendencia política con el título de
Una aspiración lógica de Rusia al verse poderosa, paneslavismo.
fué reunir á estos pueblos en un mismo organismo poli- No hay que confundir el paneslavismo y el panger-

tico, ó de no ser posible, emanciparlos, para que goza-


manismo. Los nombres se parecen, pero las tenden-
sen una vida de independencia. Por su parte, los pue- cias son completamente diversas. Existe la misma di-
blos eslavos que viven fuera de Rusia se han dado ferencia entre uno y otro que la que separa el egoísmo,
cuenta de que ésta es la única que puede defenderlos del desinterés; el atropello, del derecho; la conquista,
de la dominación extranjera, tomándolos bajo su po- de la libertad.
derosa protección. El pangermanismo sueña con anexionarse á viva
Como consecuencia de esto se ha desarrollado todo fuerza naciones que se constituyeron libremente, que
llevan siglos de existencia
iparte y que no quieren ser
_j) \\io alemanas. Una comunidad de
idioma y lejanos recuerdos
históricos le bastan para de-
sear y justificar tales violen-
cias.
El paneslavismo aspira á la
libertad de todos los eslavos

que viven fuera de Rusia, no


para agregarlos al Imperio,
sino para que se constituyan
en Estados independientes,
con una vida digna. En virtud
de tan noble ideal, Rusia com-
batió á Turquia emancipando
;í los servios, los
búlgaros y
los montenegrinos, que son de
su raza, y también á los ru-
manos, que pertenecen á la
latinidad. Estos pueblos, gra-
cias á Rusia, se constituyeron
en Estados libres. Ahora el
paneslavismo desea continuar
su obra, emancipando á los
demás pueblos eslavos que vi-

ven oprimidos por Austria y


por Alemania.
Como se ve, el pangerma-
nismo y paneslavismo re-
el

presentan dos tendencias com-


pletamente opuestas.
Las aspiraciones panesla-
vistas, liberales y generosas,
surgieron hace tiempo en el
LA QUIMERA DEL PANGERMANISMO seno de las nacionalidades es-
CÓMO SBRÍA áfrica DBSPUÉS de una VICTOUIA AUSTRO-ALEMANA lavas, cruelmente oprimidas.
En el siglo XVII el sacerdo-
rráneo quedarla convertido en un lago alemán. Para asegurarse Alemania su posesión, se quedarla con las
te croata Krijaristch predicó
Baleares, la Córcega, la Cerdefla y Chipre. España, guardadora nominal del Estrecho, estarla balo su aepen-
dencla. (Los pangermanistas apenas si se han ocupado ligeramente de España, como si les pareciese Innece- esta doctrina, y en el siglo XIX
sario contar con su voluntad, ó no pudieran Imaginarse la más pequeña resistencia de parle suya.)
En África, la Alemania vencedora se crearla un imperio colosal, apoderándose de Argelia, Marruecos.
el poeta slovaco-tcheque Ro-
África occidental francesa, Congofrancés Angola portuguesa, colonias Inglesas de la costa de Oro
y belga, difundiéndola
llar la prohijó,
y de Nigeria, la isla de Madagascar y el África oriental portuguesa. Esto por el momento. Años adelante la
dominación alemana se extenderla por el Norte y por el Sur, royendo poco á poco el África Inglesa, desde las por todo el mundo eslavo, en
bocas del Nilo á la costa oriental, así como Ias posesiones sud-africanas. el que produjo inmenso eco.
En Asia, las colonias francesas del Tonkin y la Indo-China lamblt'n pasarían á poder de los alemanes.
Hay que imaginarse la tris-
Una vez realizada en Europa y África la gran quimera de la vanidad germánica, el triunfador Imperio
hubiese puesto sus oios en las dos Américas, empezando la alcmanización del Nuevo Mundo con el apoyo tevida de los pueblos eslavos,
de las numerosas colonias y de subditos que tiene en él, y que son á modo de vanguardias del pangerma-
nlsmo dominador.
sometidos durante varios si-
554 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

glos á los turcos y los austríacos. Toda Europa se agitó autoridades austríacas los tratan lo mismo que á un
á principios del siglo XIX con revolucionarias con- pueblo conquistado. De ser verdad que todas líis razas
vulsiones, por conseguir la libertad. Sólo estos pue- tienen en el Imperio iguales derechos, la monarquía
blos siguieron en la miseria de la esclavitud, volvien- dualista tendría que convertirse en triplista, y asi
do sus ojos cargados de esperanza hacia el Imperio como existe un reino de Austria y un reino de Hun-
ruso, unido á ellos por el parentesco étnico. gría, debería crearse un tercer reino de los eslavos,
Á impulsos del sentimiento paneslavista, al hacer con su Parlamento y su vida autonómica. El Imperio
la guerra á, Turquía el Imperio ruso en 1828, no se se ha negado siempre á esta solución, prefiriendo su
limitó á asegurar la independencia helénica, pues se régimen centralista, dominador y desigual, que coloca
atribuyó además el protectorado de la Moldavia y la á los eslavos en una inferioridad envilecedora.
Valakía. En 1853 obligó á Turquía, vencedora de La importancia del elemento eslavo en Austria es
Montenegro, á satisfacer las aspiraciones de este prin- considerable, y está representado por los siguientes
cipado vencido. En 1877 emprendió su guerra contra pueblos: polacos, rutenos, servios, croatas, slovacos,
los turcos, lle- ' —
slovenos v tche-
a
gando vencedor ques.
á las puertas de Los polacos de
Constantinopla, Galítzia, por so-
para obtener la lidaridad con sus
independencia hermanos de Ru-
completa de los sia, que eran
rumanos y la au- maltratados por
tonomía de Bul- el zarismo, mos-

garia. traron hasta ha-


El paneslavis- ce poco una gran
mo ha cumplido adhesión al go-
su generosa mi- bierno de Viena.
sión en lo que se Pero desde que
refiere pue-
cá los el régimen ruso
blos eslavos so- se fué suavizan-
metidos á Tur- do en Varsovia,
quía. En 1912 al mismo tiempo
todos los pueblos que el gobierno
de esta raza que de Guillermo II
ocupan los Bal- extremaba sus
kanes, se eman- crueles medidas
ciparon definiti- con los polacos
vamente de la del gran ducado
dominación tur- de Posen some-
ca. Pero al mis- tidos á Alema-
mo tiempo que LAS RAZAS DE AUSTBJA-HUNGRÍA nia estos pola-
ocurría este gran cos austríacos
hecho histórico, el Imperio austríaco complicaba la cambiaron el objetivo de su hostilidad, mostrándose
situación, anexionándose definitivamente la Bosnia y enemigos del germanismo.
la Herzegovina. Los rutenos de Galítzia han reclamado muchas
Austria-Hungría, que tiene bajo servidumbre for- veces su autonomía dentro del federalismo imperial,
zosa 15 millones de eslavos, al aprovechar la guerra sin poder conseguir la mils pequeña paTte de sus pre-
de los Balkanes para anexionarse á los bosniacos y tensiones.
losherzego vinos, se puso en evidencia como un eterno Los slovenos, los servios y los croatas tienen que
obstáculo para los deseos y esperanzas del panesla- luchar en sus territorios con la presión de los alema-
vismo. Este gesto fatal inició la guerra europea del nes de nacionalidad austríaca, que los oprimen por el
presente. Norte, y de los italianos austríacos, más ricos que
El gobierno austríaco alega que la situación de los ellos y sin ninguna relación étnica, que huyen de su
eslavos existentes en su Imperio es muy distinta á la contacto por el Sur. Todos estos eslavos son pobres
de los que vivían bajo la dominación turca. La cons- agricultores ó habitantes de las montañas, obligados
titución de la monarquía dualista acuerda una igual- á trabajar rudamente para mantener su vida, y las
dad de derechos á los diferentes pueblos del Imperio; preocupaciones económicas no les permiten concen-
pero esto sólo existe en teoría. Los eslavos son consi- tríirsus energías en una finalidad política. Las auto-
derados en la realidad como una raza inferior, y las ridades persiguen sistemáticamente á todos los esla-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 555

VOS que se preocupan de la suer- el derecho de hablar y de escrr


te de su raza, complicándolos bir oficialmente en lengua bohe-
en procesos monstruosos y ri- mia. Hasta aquí llegaron en sus
diculos. El eslavo, sea cual sea avances, sin poder conseguir
su mérito personal, se ve priva- nunca una autonomía igual á la
do de intervención en la vida de los
húngaros.
pública. En alíj'unas poblaciones La protesta contra el germa-
donde el vecindario está forma- nismo late en el fondo del pue-
do de un por ciento de ale-
~) blo tcheque. Regimientos forma-
manes y un 95 por cientade es- dos con hombres de esta raza se
lavos, los cargos de la justicia han sublevado varias veces con-
municipal son proveídos sistemá- que se mostra-
tra los oficiales
ticamente con candidatos de la ban enemigos del eslavismo. Al
exigua minoría germánica, ex- iniciarse la presente guerra, Aus-
cluyendo á la enorme mayoría. tria, como medida preventiva,
Como era de esperar, estos tuvo que fusilar á numerosos sol-
pueblos, ansiosos de respeto y dados tcheques. Batallones en-
libertad, han teros se habían
~" ~~
UN ESLAVO celebrado con insurrecciona- TIPO DB MCJBR ESLAVA
DE LA BOSNIA gran entusias- do matando á DE LA BOSNIA
mo los triunfos sus oficiales.
de la Servia independiente, viendo Rusia, que representa todas las
en el heroico esfuerzo de los herma- aspiraciones del paneslavismo, no
nos de raza una esperanza de futura ha pensado jamás en anexionar es-

emancipación. Los servios someti- tos pueblos á su Imperio. Desea que


dos á Austria no ocultan sus deseos constituyan naciones independien-
de ser anexionados á la Sei'via inde- tes, como los eslavos de los Balka-

pendiente, contribuyendo tal actitud nes, ó que se unan en una confedera-


á las persecuciones que les hacen ción, sacudiendo para siempre el
sufrir las autoridades austríacas, á yugo de Austria. Además, gran par-
los atentíidos personales con que se te de estos eslavos no son ortodoxos,

vengan los oprimidos y á la animosi- y las diferencias religiosas tal vez


dad implacable de los gobernantes amortiguasen las simpatías de raza
de Viena y Budapest contra los de ^^ que los impulsan hacia Rusia. El za-
Belgrado, odio que dio pretexto á la r^
rismo, que desea la libertad de los
guerra actual. jA pueblos eslavos, no ha pensado nun-
-,

Los tcheques habitantes del cua- ca en su anexión. Este desinterés no


drilátero de la antigua Bohemia, son ESLAVA DE LA HERZEGOVINA es de ahora. En 18G7 escribía la Ga-
los eslavos que han obtenido ma- ceta de Moscou: «No es la adquisi-
yores concesiones del régimen centralizador de Viena. ción, la opresión y la anexión
de las nacionalidades
Después de la derrota de Sadowa, los tcheques em- eslavas de Austria lo que desea Rusia, sino por el con-
prendieron una enérgica cam- trarío, la existencia, tan in-
paña para obtener su autono- dependiente como sea posible,
mía. Así como los húngaros de dichas naciones.»
consiguieron al fin que fuese
respetado y constituido como Rusia es un Imperio enor-
un pueblo aparte el antiguo me por la extensión del suelo
reino de San Esteban, los tche- y el número de sus habitan-
ques desde 1868 reivindican tes, y como consecuencia na-
los derechos históricos del an- tural su ejército resulta un
tiguo reino de San Venceslao, organismo formidable.
formado de tres territorios: la Con arreglo á los cálculos
Bohemia propiamente dicha, ordinarios, basados en el apro-
la Moravia y la Silesia. Des- vechamiento de una décima
1 ^^ pués de una larga lucha, estos parte de la población, Rusia
eslavos obtuvieron en 1882 la en último extremo puede lle-
(iAlTERO ESLAVODB LA creación de una Universidad gar á poner en pie de guerra POLACO DB LA
FRONTERA austríaca tcheque en Praga, y en 1897 IG millones de hombres. FRONTBRA austríaca
556 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

dragones, 2 de huíanos, 2 de húsa-


res, 3 de cosacos y 1 de cosacos de
la escolta delemperador. La caba-
lleríade linea se compone de 21 re-
gimientos de dragones, 17 de huía-
nos, 18 de húsares y 1 de tártaí'os
de Crimea. Los cosacos forman 50
regimientos, llamados de primer
turno. Esto da un total para la ca-
ballería de 122 regimientos con
739 escuadrones ó Sufnias en tiem-
po de guerra. Después que son lla-
mados los cosacos de segundo y ter-
cer turno, la caballería rusa puede
llegar á más de 1.500 escuadrones.
La artillería de campaña y la de
montaña están repartidas en 59 bri-
gadas, comprendiendo cada una
dos grupos de 3 baterías con 8 pie-
zas por batería. La artillería mon-
tada comprende una brigada de la
DISTRIBUCIÓN DE LAS RAZAS EN EUROPA Guardia con 6 baterías, 12 grupos
La etnologfa de Europa es muy variada. Además los pueblos se han mezclado mucho con los compuesto cada uno de 2 baterías,
accidentes históricos, y en realidad no existen razas bien caracterizadas y con vida aparte. Pero
8 grupos de artillería cosaca y 8 ba-
se distinguen los pueblos por su tipo originario, por su lengua y sobre todo por su educación y
su mentalidad. De este modo pueden apreciarse tres agrupaciones principales: terías de artillería de montaña á
Los greco-latinos (franceses, belgas-waiones, italianos, españoles, portugueses! rumanos y
caballo. La artillería pesada tiene
griegos): 110 millones de hombres.
Los germanos, muy diseminados (alemanes, austríacos, holandeses, flamencos): 160 millones. 35 grupos, formado cada uno de 2
Los eslavos (rusos, rutenos, búlgaros, polacos, tchcqucs, slovacos, slovcnos, croatas y ser-
baterías de morteros, 1 batería in-
vios): 200 millones.
Los ingleses forman aparte como anglo-celtas. dependiente en Siberia y 7 grupos
de cañones pesados de á 3 baterías
Su ejército en tiempo de paz se componia aproxi cada uno. Esto da un total de 449 baterías de cam-
madamente de un millón y medio de soldados, dividi paña con 3.592 piezas, 51 baterías de montaña, 30 ba-
do en la siguiente forma: 1." Las
tropas activas propiamente dichas:
la Guardia imperial, los cuerpos de

granaderos, 25 cuerpos de ejército


en Europa, 3 cuerpos en el Cáucaso
y 8 en Asia.2.° Las tropas cosacas.
3." La gendarmería, que depende
del ministerio del Interior. 4." Los

aduaneros, que dependen del minis-


terio de Hacienda, pero forman
verdaderos organismos militares.
La infantería rusa comprende: la
Guardia imperial, compuesta de
12 regimientos de granaderos, 1 re-
gimiento de guardias de corps y
4 regimientos de tiradores. La in-
fantería de linp.a, compuesta de
16 regimientos de granaderos, 208
regimientos de linea, 106 regimien-
tos de tiradores y 6 batallones de
cosacos de Kouban. Total, 355 re-
gimientos, formados por 1.288 ba-
tallones. LAS LENGUAS DE EUROPA
La caballería comprende la Guar- El reparto de lenguas en Europa está en relación natural con el reparto de razas. Su variedad
dia imperial con 14 regimientos: puede agruparse en tres unidades. Grupo greco-latino, germánico y eslavo.
El grupo greco -latino ocupa las riberas septentrionales del Mediterráneo. El germánico se
1 de guardias, 3 de coraceros, 2 de extiende por la Europa central. El eslavo ocupa la Europa oriental.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 557

terias de á caballo pertenecientes


al ejército, 39 baterías de los cosa-

cos, 71 bateríasde morteros y 21 de


cañones gruesos. La artillería pesa-
da utiliza cañones de 153, obuseros
de 120 y 150 y morteros de 200.
Los aduaneros, organizados mi-
litarmente, forman 35 brigadas en
Europa y en Siberia, 5 brigadas en
el Cáucaso, 3 en Mandchuria y 2 en

el Turkestán. Estos cuerpos son en

gran parte montados y hasta tie-


nen artillería y personal ferrocarri-
lero, como si formasen un ejército
aparte.
El arma de ingenieros está re-
presentada por 39 batallones de za-
padores de á 4 compañías, una de
las cuales es de telegrafistas; 11 ba-
tallones de pontoneros, 17 batallo-
nes de ferrocarrileros, 18 compa-
ñías de aeronautas, 7 compañías LAS RELIGIONES DE EUROPA
de telegrafía sin hilo y 1 compa- Las diferencias de raza y de lengua van acompañadas de la diferencia de religiones. Los pue-

blos latinos son, por lo general, católicos-romanos. Además practican, en parte, esta religión los
ñía de instructores de automovi-
flamencos, suiros, austríacos, alemanes, polacos, tcheques, rutenos, croatas, esclavones, húnga-
lismo. ros é irlandeses. En total, 162 millones.
Los pueblos de raza germánica son en su mayor parte «protestantes». Profesan también esta
El reclutamiento de este ejército
religión los finlandeses y los estonianos. Total, 81 millones.
enorme lo ha realizado Rusia anual- La religión -ortodoxa», ó sea la griega, es profesada por los eslavos, los rumanos y los grie-
gos. 90 millones.
mente, sin obstáculo alguno, pues El mahometismo está representado por los turcos y los tártaros. 7 millones.
las reservas de hombres de que dis- Los Israelitas diseminados en toda Europa representan una cifra de 6 millones.

pone el país resultan inagotables.


Todos los años el número de reclutas ha excedido enviados á sus casas centenares de miles. La abun-
considerablemente al de soldados necesarios, siendo dancia de hombres permite á las comisiones el proce-
der con una gran escrupulosidad en
la selección de los reclutas, admi-
De O á 16
|1_^.^ tiendo únicamente los más ágiles y
^^ De 20 á 40V..^' robustos.
De 41 á 71 Desde 1905, la duración del ser-
i vicio activo fué de tres años en la
WM De 10 á 100
infantería y la artillería de cam-
^ Más de 100
paña, y cuatro años en la caballe-

ría, la artillería montada y las tro-

pas especiales. Después de cumplir


el período activo, el ruso pasa á
la reserva, en la que permanece

quince años. Luego figura durante


cuatro años en la milicia, y á los
cuarenta v tres años se ve libre de
obligaciones militares.
El reclutamiento es nacional, sin
distinción de razas y de religiones.
Los polacos, judíos, lettones, litua-
nios, estonianos, alemanes, tárta-
ros, etc., que forman parte del Im-

DE.N.SIDAD DE POBLACIÓN EN LO.S DIVBR.SO.S ESTADOS DE EUROI'.V


perio moscovita, entran á servir en
el ejército lo mismo que los rusos
La densidad resulla escasa en Rusia (24 habitantes por kilómetro cuadrado media en Fran-
;

cia (73 habltantcsi y en Auslrla-Hungrla (76i; fuerte en Alemania 120i, llalla (1211, Inglaterra (U4i, y
. puros y figuran confundidos en las
muy fuerte en Bélgica i254i. Los pangermanistas alegan la densidad de la población de Alemania mismas unidades. Los cosacos son
y la abundancia de nacimientos como razones que lustlflcan sus anhelos de conquista, para esta-
blecer en las nuevas tierras i los alemanes sobrantes. los únicos que forman cuerpos á par-
558 v/ICENTE BLASCO IBAÑEZ
Al iniciarse la presente guerra
todos los jefes de campamento cosa-
co enviaron telegramas al zar Nico-
lás II, poco más ó menos del si-

guiente estilo:
«Padrecito: tengo cien caballos
y mando á cien hombres. Lláma-
me.»
Las tropas cosacas han forma-
do en la presente guerra las siguien-
tes unidades: 12 batallones de in-

fantería, 623 escuadrones y 26 ba-


terías.
El armamento del ejército ruso
es bueno. La infíintería usa un fusil
de calibre de 7 milímetros con car-
gador de 5 cartuchos. La caballería
lleva sable y carabina con bayone-
ta. Los cosacos emplean la lanza
UN ESCUADRÓN L>B CABALIEKIA RUSA como arma predilecta. La artillería
de campaña utiliza un cañón de tiro
te. Esta igualdad militar asegura la rapidez de la rápido, de calibre 76 milímetros. Esta pieza, según
movilización y ha servido para hacer mayor la homo- dicen los técnicos, es algo pesada, pero representa
geneidad del ejército. un considerable progreso sobre la artillería de la gue-
El Estado Mayor ruso preparó la organización mi- rra de Mandchuria. Tanto la infantería como la caba-
litar del pais de modo que pudiese hacer frente á una llería estándotadas de buenas ametralladoras: 4 por
invasión extranjera, en los primeros momentos, sola- regimiento ó por batallón independiente y 6 por regi-
mente con sus tropas activas. Desde 1909 vino adop- miento de caballería.
tando la precaución de retardar el licénciamiento de Todos los adelantos de la ciencia que resultan de
los soldados que habían cumplido su servicio hasta aplicación militar han sido adoptados por los cuerpos
que los nuevos contingentes terminasen su periodo de técnicos del ejército ruso. Los fracasos de la guerra
instrucción. con el Japón modificaron considerablemente la men-
Los cosacos constituyen un elemento militar, inde- talidad de sus bravos é imprevisores oficiales, que todo
pendiente de las otras fuerzas. En tiempo de paz son lo confiaban al valor y á la habilidad en el manejo

70.000 sobre las armas; en período de guerra 200.000 del sable. Hoy este ejército es uno de los mejor pro-
aproximadamente. veídos en material de exploración y de comunicación:
La población cosaca vive en el Imperio ruso como telégrafos, teléfonos, señales ópticas, proyectores, etc.
un Estado especial que goza de cier-
tos privilegios á cambio de sus ser-
vicios particulares. El cosaco es sol-
dado desde los 20 años á los 47. A
partir de 1909 ha sido modificada su
organización tradicionaL Pasa un año
en el contingente sometido á prepa-
ración; 4 años en los famosos regi-
mientos cosacos, de una bravura y
una fidelidad á toda prueba; 8 años
gozando de licencia temporal, 6 en
la reserva y 10 en la milicia. El cosa-
co aporta á sus expensas el caballo y
el equipo, recibiendo del Estado Lis
armas únicamente.
En caso de guerra los cosacos se
presentan por lo general antes de que
les toque el turno de ser llamados. Su
adhesión al emperador reviste la mis-
ma forma familiar que en los tiempos
de la vida de tribu. ARTILLEROS SIBERIANOS CON INA AMETRALLADORA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE \9\A 559

El fnxcaso favorece casi siempre la apreciación


errónea, y este ejército, después de sus derrotas en
el Extremo Oriente, ha sido tratado con un desprecio

injusto.
Grandes fueron sus faltas en la guerra ruso-japo
nesa, pero la responsabilidad de ellas incumbe más ;i
los gobernantes de Rusia, organizadores del ejército,

que á los hombres que se batieron en sus ftlas. El sol-


dado ruso peleó con el mismo valor de siempre. Sus
jefes y oficiales hicieron cuanto era posible. Tuvieron
contra ellos el alejamiento enorme de la base de avi-
tuallamiento, la escasez de comunicaciones, las ven-
tajas geográficas del enemigo, que hacia la guerra en
la misma puerta desu casa; los defectos de una orga-
nización anticuada, la vetustez de un material no re-
AUTOMÓVILES MILITARES RUSOS
novado en muchos años, é inferior en todo al de los
adversarios.
El soldado ruso ción, empezaba en aquel momento á sentir la influen-
carece, indudable- cia de los refuerzos que penosamente habían podido
mente, del arrebato ser transportados al otro extremo del ferrocarril tran-
entusiasta y la ini- siberiano. Todo hacía presentir una nueva campaña,
ciativa de los de en la que parecía seguro que batirían á los japoneses.
otros paises; pero es Pero el enemigo más temible de Rusia estaba en su
disciplinado y obe- propia casa, y era la revolución. El gobierno tuvo
diente como ningu- miedo á las agitaciones populares que rugían en torno
no, sigue á sus jefes de él y estallaron pocos meses después, y para hacer
sin vacilación y po- frente á tal peligro, se apresuró á concertar la paz,
see una resistencia de cualquier modo, sacrificando al ejército.
físicaasombrosa, ca- Hay que reconocer, sin embargo, que los oficiales
paz de arrostrar to- rusos de la guerra contra el Japón eran en su mayor
das las privaciones
parte de una visible inferioridad intelectual, debién-
y todos los rigores de dose esto á que las clases ilustradas de Rusia desde-
la Naturaleza. Su ñaban entrar en el ejército. Después de los fracasos
instrucción en tiem- de Asia, al proceder el gobierno ruso á una reforma
po de paz es dura. completa de las fuerzas militares,ha procurado faci-
Durante el invierno, litar el ingreso en la oficialidad á las clases inteli-
GRASADBRO DE LA GUARDIA
VETERANA cuando todo lo cubre gentes, suprimiendo
la nieve, vive en sus los obstáculos de la
cuarteles, dedicado á los ejercicios, ó asiste á la es- tradición.
cuela. El ejército es en Rusia un organismo edu- Los oficiales ru-
cativo. Dos terceras partes de los reclutas llegan sos provenían ex-
completamente iletrados á las filas, y salen de ellas clusivamente, hasta
con alguna educación intelectual. A partir del 15 de hace pocos años, de
Mayo, todo el ejército abandona los cuarteles y vive la nobleza rural ó
á campo raso durante cinco meses, llevando una exis- de las familias de
tencia de campaña que endurece á los soldados y militares y funcio-
permite la instrucción en grandes unidades, como en narios. Después de
plena guerra. recibir una educa-
A consecuencia de los desastres en la Jlandchuria, ción más brillante
la opinión de Europa tuvo en un deplorable concepto que útil en los cole-
á los oficiales rusos. Muchos de los reproches dirigi- gios aristocráticos,
dos contra ellos fueron injustos. Las derrotas de la pasaban á las escue-
guerra ruso-japonesa se debieron en gran parte á la las militares, don-
falta de entusiasmo que mostró Rusia por esta lucha, de los métodos de
inexplicable y lejana. La paz, poco honrosa y pre- enseñanza tenían
cipitada, no la provocaron realmente los desastres por base la memo-
militares. El ejército ruso, que había aprendido mu- ria antes que la in-
^,^^.J^^^ ,. ^,^,,1,0^ „g ^^
cho sobre el terreno y modificado sus medios de ac- teligencia. Termi- guardia imperial
560 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

nada esta preparación ingresaban en un regimien- rioridad en proporción con lo inmenso del territorio.
to. Si el oficial procedia de uua familia influyente, En 1912 la longitud de las lineas explotadas era
entraba en la Guardia ó en el Estado Mayor, que era de 64.000 verstas ila versta tiene 1.067 metrosi.
á modo de una casta aparte. Si no conseguía este pri- Mientras que Francia posee 9 kilómetros de via férrea
vilegio, vegetaba toda su vida en los grados inferiores, por cada 1.000 metros cuadrados de territorio, Ingla-
I
sin esperanza alguna. Un sueldo misero y una exis- terra 12, Alemania 11, Austria 6 y medio y Bélgi-
tencia olvidada en remotas guarniciones era todo su ca 28, Rusia no tiene más que 1 kilómetro y 100 me-
porvenir, mien- tros en sus pro-
tras que los pri- vincias de Eu-
vilegiados de la ropa.
Guardia ó del El plan de los
Estado Mayor ferrocarriles ru-
llegaban á ge- sos es muy sim-
nerales á los 40 ple. Su centro
años. está en Moscou,
En el nuevo y las grandes li-
ejército de Ru- neas forman co-
sia, reorganiza- mo una estrella
do profundamen- alrededor de la
te á partir de metrópoli, con
1908, han des- dirección á Pe-
aparecido consi- trograd, Arcán-
derablemente es- gel, Varsovia,
tas diferencias Odesa, Crimea,
de casta. Las es- el Don, el
Volga
cuelas militares y el Ural. Esta
dan una ense- estructura, en
ñanza moderna su conjunto, ha
y todos los gra- servido perfec-
dos son accesi- tamente para las
bles á las gentes necesidades eco-
de origen obscu- nómicas y políti-
ro, con arreglo cas de Rusia. En
á sus méritos. la frontera occi-
Muchos gene- dental los ferro-
rales á estilo an- carriles rusos re-
tiguo que soste- sultan de una vi-
nían las tradi- sible inferiori-
ciones pernicio- dad ante los fe-
sas han sido de- rrocarriles ale-
clarados en si- manes y austría-
tuación de reti- cos.
ro. Muchos ofi- Varias lineas
ciales de origen férreas se ex-
BL GENERAL SOCKUOMLINOF. 5USISTRO DE LA GUERRA RUSO
democrático que tienden en tor-
iDibajo de L. Sabatier, de la Uluttration de París)
se distinguieron no de Varsovia,
en campaña de Mandchuria ocupan ahora altos
la pero están muy espaciadas y no tienen ramificaciones
puestos del ejército. El EstadoMayor está formado en capilares que permitan cómodamente, á un mismo
gran parte por los militares progresivos que con más tiempo, desembarcar y avituallar tropas á lo largo
ardor combatieron la antigua organización. de este frente. Faltan, igualmente, lineas laterales
El general Soukhomlinof, ministro de la Guerra, que permitan transportar fuerzas importantes de im
activo y tenaz, ha mejorado en pocos años el sistema punto á otro de la frontera polaca, para las manio-
de movilización y la instrucción de las tropas, trans- bras que exige la guerra moderna.
formando á la vez el funcionamiento del Estado Ma- En los defectos y la escasez de los ferrocarriles
yor, seleccionando el personal encargado del mando y del frente occidental, hay que buscar la causa de la
procediendo á una renovación completa del material. lentitud con que Rusia efectúa sus avances en la pre-
o sente guerra contra alemanes y austríacos.
La red de ferrocarriles rusos acusa una gran infe- Entre la frontera y el Vístula, el sistema de co-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 561

municaciones destinado á favorecer la concentración considerablemente .las vias férreas en los terrenos
de los ejércitos parece atrofiado. Este vacio no es fronterizos á Rusia. De este modo pudo suplir la es-
efecto de la imprevisión, pues el Estado Jlayor ruso lo casez de fuerzas con una gran movilidad. En Prusia
ha creado voluntariamente. Hay que tener en cuenta y en Silesia la red de ferrocarriles es muy densa, «Se-
la configuración peligrosa de esta frontera occidental. mejante al camino de ronda de ima fortaleza dice —
La Polonia rusa avanza lo mismo que un promontorio un autor — una primera linea se extiende por toda
.

en el mar, entre la Polonia prusiana y Austria. La la frontera ruso-alemana, á diez ó veinte kilómetros
Prusia y la Ga- del limite divi-
litzia la envuel- sorio. De esta
ve n con las linea, cada 40
provincias bál- ó 50 kilómetros
ticas y con los salen unas li-

Cárpatos. La neas secunda-


ofensiva de sus rias que avan-
enemigos debia zan hasta el

intentar lógi- mismo limite


camente desde internacional.
el primer mo- Detrás de esta
mento de la cintura férrea
guerra un ata- se extienden
que concéntri- otros caminos
co y brusco so- de ronda que
bre Lotz y Var- forman una
sovia. Para evi- verdadera red
tar este peli- de vias, con
gro, verdadera- mallas tan es-
mente temible trechas que se
en los primeros prestan á todas
meses de con- las combina-
centración, Ru ciones y dan
sia procuró de- un rendimien-
jar dicha parte to extraordina-
del pais con po- rio.» Con gran
cas lineas fé- facilidad pue-
rreas. Esta me- de Alemania
dida preventi- transportar rá-
va fué lógica, pidamente so-
pero al mismo bre un punto
tiempo ha con- de la frontera,
tribuido á difi- soldados, mu-
cultar y retar- niciones y vi-
dar muchas ve- veres. Puede
ces los avances igualmente in-
de las tropas vadir por todas
rusas. partes la lla-
En cambio nura polaca,
Alemania, para encajonada en-
no verse obli- r^^'/ J tre la Prusia y
gada á mante- la Galitzia, y
ner en su frente L03 FERROCARBILBS KCSOS rodeada en tres
oriental gran- cuartas partes
Las cllneas srruesas) y las «lineas dobles- representan las \-1as de ferrocatTlI. Las «lineas del^a-
des ejércitos y das> son los principales caminos de Polonia v Rusia. La linea de «cnicecllas» marca el contorno de por los enemi-
la frontera rusa. Como se ve. esta frontera de la Polonia rusa avanza como un promontorio entre
poder dedicar Alemania y Austria, prestándose á ser Invadida por muchos sillos h la vez. y envuelta por los enemigos.
gos.
elgrueso de sus Los ferrocarriles rusos son escasos, haciendo difícil y lenta la marcha de los ei^rdtos. Pero al Ninguna de-
mismo tiempo obstaculizan los avances de los Invasores.
tropas á las En cambio los ferrocarriles alemanes y austríacos son muy densos en las reglones fronterizas, lo
fensanatural,
operaciones que ha permitido i las tropas de los dos Imperios una rápida movilidad, aglomerando en un punto montañas ni
contra Fran- dado fuerzas siempre superiores á las de los rusos. Pero á pesar de estas veníalas no han podido
un
rios, ofrecen
apoderarse de Varsovla. que como se ve en este mapa, es el centro de todas las vías fírreas de Po-
cia, multiplicó lonia y tiene una Importancia enorme para los invasores. punto de apoyo
10
562 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

a la defensa rusa. Por esto el Estado Mayor de Petro- vacío creado voluntariamente en la frontera occiden-
grad, siguiendo sus tradiciones de la época de Na- tal, pudo avanzar, pasados algunos meses, con una
poleón, juzgó que el mejor medio de defender el país lentitud segura.
.era evitar todo lo que pudiese dar facilidades al avan- En esta frontera occidental tiene Rusia algunas
ce del enemigo. Con pocos caminos y con menos fortalezas de gran valor, que son: Kovno, en la con-
ferrocarriles aún, los ejércitos invasores se encon- fluencia del Niemen y el Vilia; Novo-Georgiesk, en la
trarian rápidamente privados de su avituallamiento, confluencia del Narewa y el Vístula, cubriendo el ac-
efectuando los ceso á Varsovia,
avances con una y Brest-Lítovsk
dificultad favo- sobre el Bug,
rable á los ru- que defiende á
sos. Estos, al Polonia por la
terminar su mo- parte de (íalit-
vilización y con- zia. Las ciuda-
centración, po- des importantes
drían avanzar á como Varsovia,
su vez por el te- Ivangorod y
rreno abandona- otras, están for-
do, con lentitud, tificadas, pero
pero seguramen- su valor de pla-
te, hasta llegar zas fuertes es
á las fronteras poco considera-
ble ante los me-
Por tales ra- dios ofensivos de
zones Estado
el la guerra mo-
Mayor ruso re- derna.
a
formó en 1910 la
situación de sus La marina ru-
tropas, dejando sa estaba reor-
en la frontera ganizándose al
occidental sólo estallar la pre-
las necesarias sente guerra.
para una pri- Después de
mera defensa y la desgraciada
concentrando al
campaña contra
otro lado del Vis- elJapón, la flota
tula las grandes fué objeto de
unidades. las mismas re-
Esta disposi- formas que el
ción explica los Pero las
ejército.
primeros éxitos defensas maríti-
obtenidos por mas exigen más
Von Hindera- tiempo para su
UN ESCUADRÓN DH¡ COSACOS
bourg en sus (Dibujo de Georges Scott, de la Illustration. de París) reorganización
operaciones con- que las terres-
tra Rusia. Las victorias en la frontera se tres. El gobierno había empezado á construir dos po-
debieron,
más que á sus talentos estratégicos, á la ciencia de los derosas escuadras en el Báltico y en el mar Negro. El
ingenieros alemanes que habían construido la red de plan de renovación marítima debía efectuarse en un
ferrocarriles. Gracias al rápido y abundante sistema plazo de veinte años, dando á Rusia 24 acorazados y
de comunicaciones, el general alemán pudo mover un número aun mayor de buques secundarios. La gue-
sus fuerzas fácilmente, concentrándolas en un como hemos dicho, sobrevino cuando este plan
punto rra,
dado, siempre con mayor densidad numérica que la empezaba á realizarse.
del enemigo. Pero cuando avanzó en Polonia sin el
Hoy la marina rusa tiene cuatro dreadnoughts, el
auxilio de los ferrocarriles alemanes
y sus tropas tu- Poltawa, el Petropolowk, el Sepastopol y el Hangest,
vieron que marchar á pie, el avance fué de 23.000 toneladas cada uno, y cierto número de
seguido de
ía retirada y el fracaso.
cruceros, torpederos, etc., en el Báltico y el mar
En cambio Rusia, concentrando sus enormes fuer- Negro.
zas, venidas de lejos, al amparo de la soledad y el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 563

EL EMPERADOR DE RUSIA Y EL GRAN DUQUE HEREDERO ENTRE LOS OUCiALES


DEL REGIMIENTO DE LA GUARDIA
S64 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

TIPOS SERVIOS

quistador y colonizador de Rumania; los búlgaros son


XIX losherederos de las guarniciones eslavas y las tribus
de igual raza atraídas por ellas; los servios y los croa-
tas recuerdan con su origen étnico la invasión eslava
Servia y Montenegro
procedente de Galitzia; los albaneses proceden de la
mezcla del eslavo y del turco con el elemento autóc-
Los pueblos que ocupan actualmente la península tono.
de Balkanes son como fragmentos de la gran ruina
los Siempre ha existido en los Balkanes una rivalidad
del Imperio romano. originaria entre el búlgaro y el servio-croata. La ne-
Para sobrevivir éste en la época de decadencia cesidad de luchar contra el turco opresor y contra el
tuvo que reforzar sus ejércitos con legiones de merce- griego, dueño de las salidas al mar, unió á estos dos
narios bárbaros, y las tribus eslavas entraron á su elementos muchas veces. Luego, al no sentir las ne-
servicio. cesidades que les impulsaban á coligarse, se comba-
Tanto en las tropas de la antigua Roma, como en tieron en repetidas ocasiones.
las del Imperio bizantino, figuraron en gran número Los búlgaros alcanzaron un temible poderío en la
lossoldados eslavos. El ejemplo de éstos y la espe- Edad Media. Su gran conquistador fué Krum, héroe
ranza de mejor suerte hizo que tribus enteras fran- del siglo IX. En su guerra con los bizantinos venció
queasen el Danubio, estableciéndose en la tierra bal- y mató al emperador Nicéforo, en 811. Como símbolo
kánica. de su triunfo, Krum hizo una
Al mismo tiempo ciertas agru- copa del cráneo del emperador
paciones eslavas más emprende- de Bízancio. Luego bloqueó á
doras y belicosas, saliendo de la Constantinopla, y la ciudad iba
Galitzia, atravesaron Hungría y á caer en sus manos cuando,
sólo se detuvieron en su avance afortunadamente para los sitia-
al tropezar con los pobladores dos, el caudillo búlgaro encon-
autóctonos de la Albania, llama- tró la muerte. Los sucesores de
dos skipetars. Krum se convirtieron á la reli-
Los historiadores dividen el gión ortodoxa. Las predicacio-
origen de las actuales poblacio- nes de los misioneros eslas'os
nes balkánicas en ia siguiente endulzaron un poco las bárbaras
forma. Los griegos son los des- costumbres de los monarcas búl-
cendientes de los antiguos bizan- garos. Asi empezó la civilización
tinos; los rumanos proceden de entre los eslavos del Oriente
las guarniciones latinas que es- balkánico.
tablecieron en su país los em- Los servios-croatas, que son
peradores de Roma, especial- los eslavos del Occidente, em-
MÜJBR SERVIA mente mujer servia
el español Trajano, con- pezaron su existencia nacional
HISTORIA OE LA GUERRA EUROPEA DE IQM f65

dedicándose al ramente la ha-

pastoreo, sin bría realizado,


pensar en era- cambiando los

presas guerre- destinos de Eu-


ras, l.a religión ropa. Con el

cristiana con- triunfo del zar

tribuyó, lo mis- servio, el Im-


mo que en Bul- perio de Bizan-
garia, á su vi- cio, enérgica-
da civilizada: mente rejuve-
pero los ser- necido, habría
vios-croatas se rechazado á los
dividieron en turcos, consti-
dos agrupacio- tuyéndose una
nes confesiona- gran potencia
les: los que vi- eslava en Orien
vían bajo la in- te, unificada y
SBIIVIA DB LA BOSNIA fluencia de Bi- fuertecomo un SBRVIA DK I. A II KKZi;i;()Vl N A

zancio fueron baluarte con-


ortodoxos y los que ocupaban las proximidades del tra el islamismo. Pero en 1355, cuando Esteban Uour-
Adriático abrazaron el catolicismo, obedeciendo á chan sitiaba á Constantinopla con grandes fuerzas
Roma. Esta confederación de tribus pastoriles tuvo que hacían seguro su triunfo, murió repentinamente,
que hacerse guerrera por la necesidad de mantenerse y todas las aspiraciones servias á la dominación bal-
á la defensiva durante los revueltos tiempos medioeva- kánica se disolvieron instantáneamente con la des-
les. En el siglo XIV Servia llegó á obtener una gran aparición del célebre personaje.
importancia militar. El poder de los búlgaros habia Durante la Edad Media, las guerras de los Balkanes
decaído; su reino vivia dieron lugar á que el
en pleno desorden. El Imperio ruso llevase
Imperio de Bizancio es- sus armas á estos terri-
taba arruinado. Los torios. Unas veces los
turcos avanzaban ya emperadores de (Cons-
en sus fronteras, arre- tantinopla imploraron
batándole territorios y su auxilio para que los

preparando el formida- defendiese de los pue-


ble empuje que había blos balkánicos: otras
-»Y 'f
veces fueron éstos
de hacerles dueños de t^xnKt^ los

Constantinopla. que solicitaron su alian-


Servia en 1331 pro za, marchando juntos
dujo un héroe, el vale- contra las tropas bizan-
roso rey Esteban Dour- tinas. En otras ocasio-

chan, que pareció des- nes fueron los húnga-


tinado á ser el dueño ros los que intervinie-
de los Balkanes, exten- ron en los conflictos
diendo su dominación balkánicos, ó las tro-
hasta la decadente Bi- pas y escuadras de la
zancio. El personaje República de Venecia.
servio, encontrando in- Como se ve, la cues-
suficiente el título de tión de los Balkanes,
Kral que llevaban por
,
motivo de la presente
tradición los jefes de guerra, es muy antigua
las tribus, se
proclamó y ya se mezclaron en
Zar, preparando des ella hace siglos, lo mis-

pues la conquista de mo que ahora, búlga-


toda la península balká- ros, servios, rusos, aus-
nica. Impuso su alian- tríacos, italianos y do-
za á los búlgaros para minadores de Constan-
que le ayudasen en la tinopla.
gran empresa, y segu- UN OUBRRERO UE LA INDEPENDENCIA SERVIA La conquista turca,
566 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

ron sus sangui- nacional de es-


narias opresio- ta lucha sin
nes, mantuvo cuartel con los
á los pueblos genízaros de
balkiínicos en Turquía fué un
un silencio de pastor, Jorge
muerte. Pero el Petrovich, apo-
siglo XIX, que dado Karageor-
fué el de las gevitch (Jorge
revoluciones y el Negro). Al
el de las nacio- frente de unas
nalidades, des- bandas de mon-
pertó á la pe- tañeses em-
nínsula, reani- prendió la lu-
mando los anti- cha de guerri-
guos entusias- llas contra los
mos patrióti- turcos. Estos
cos. acabaron por
Los servios, vencerle, pero
EL liEV MII>ANO EN acordándose de
1ST<) en 1815 otro LA REINA NATALIA
Esteban Dour- jefe popular,
chan, acabaron por vencer á sus tiranos de Constan- un molinero llamado Miloch, de la familia de los
tinopla. Pero al mismo tiempo han Obrenovitch, reanudó la pelea. Así
resucitado en los Balkanes las tradi- nacieron las dos dinastías rivales de
cionales querellas entre las dos agru- Servia, que durante muchos años han
paciones eslavas: servios y búlgaros. venido disputándose el trono. En 1880
La agrupación eslava occidental, ó el gobierno turco concedió á los ser-

sea la de los servios, forma en reali- vios una completa autonomía inte-
dad una sola familia con los croatas. rior, entregando el gobierno á la
.Sus diferencias no son étnicas, sino familia Obrenovitch. Doce años des-
religiosas. Los servios profesan la pués la Skoupchtina ó asamblea na-
religión ortodoxa y los croatas ge- cional confirió el poder á los Kara-
neralmente son católicos. Los prime- georgevitch en la persona de un hijo
ros emplean alfabeto cirílico, casi
el de Jorge el Negro. Servia fué progre-
igual al alfabeto ruso, y los segundos sando lentamente. Aunque sus habi-
usan el alfabeto latino. tantes, desde los primeros años de
Juntos servios y croatas constitu- autonomía, desearon ardientemente
yen actualmente un total de !• millo- constituir un gran pueblo, tropeza-
nes. De ellos 2 millones y medio for- KARAGE<IROB\ ITI H ron con un obstáculo fatal, el mismo
man la Servia independiente, que ade- que les ha impulsado en nuestros
más ha visto acrecentarse su población con L300.000 días á la guerra: la falta do salida al mar.
habitantes después Turquía, que con-
de la última guerra tinuaba ejerciendo
balkánica. Los de- una dominación po-
más servios y croa- líticasobre Servia, y
tas viven sometidos era poco afecta á los
á Austria en Bosnia- K ar a ge o r ge v tch i ,

Herzegovina y al hizo abandonar á


reino húngaro en va- éstos el gobierno en
rias de sus provin- 1868, sustituyéndo-
cias. loscon los Obreno-
vitch.
Á principios del Miguel Obreno-
siglo XIX se inició vitch fué asesinado
el movimiento de en 18t)8. Su pri-
Servia en favor de mo Milano Obreno-
su independencia. vitch IV, que tenía
MiLocH El primer héroe 1-i años al ocurrir EL- PRINCIPE MIGUEL
IllSlOUlA DE LA ÜUEWRA EUROPEA DE 1914 567

tal suceso, fué Milano, ene-


proclamado mistado con
príncipe, em- Bulgaria, que
pezando á ejer- era objeto de
cer el gobierno todos los favo-
en 1872. res de Rusia,
M i 1 a n o li a- se lanzó contra
sido un perso- este pueblo ve-

naje de nuestra cino en 1881),


época. Todos con la misma
conocen sus es- a u d a cía que
cándalos, sus habla mostra-
aventuras de do diez años an-
bajo vuelo, la tes al atacar á
existencia de los turcos, pero
vividor sin es- esta vez la
crúpulos que suerte le resul-
llevó en Servia tó adversa, y
ocupando el fué derrotado
EL REv ALBjANDiío trouo, y quc en Pirot y Slí- LA KEINA DKAUA
arrastró luego vinitza. Ene-
en París, como rey dimisionario, mientras su espo- mistado para siempre con Rusia, se entregó por com-
pleto á la dirección de Austria, y ésta
pudo considerar á Servia como un pueblo
vasallo.
Los errores políticos de Milano, su ser-
vilismo con Austria, su vida escandalosa
y sus violencias, le hicieron impopular,
hasta el punto de que, temiendo una revo-
lución, abdicó la corona en su pobre hijo
.VIejandro, trasladándose á París para
llevar una existencia alegre con los millo-
nes que se hacía enviar de Servia. El rey
Alejandro, mozo inexperto, sin voluntad
y de escasas facultades mentales, obede-
cía en todo á su padre, que seguía gober-
nando desde los restaurants nocturnos de
París y otros sitios aun menos respeta-
bles. La única vez que Alejandro resistió
á ^Milano desobedeciéndolo, fué para ca-
sarse con una dama de honor de su madre
la reina
PALACIO DDNDE I'IKRON ASESINADOS LOS REYES DE SKKVIA Natalia:
una viu-
sa Natalia y su hijo Alejandro gobernaban el reino. da de clase burgue-
La audacia de la juventud le hizo cometer en ISTli sa llamada Draga
un acto que produjo la guerra ruso-turca. A la cabe- Machín, mujer am-
za de su pequeño y heroico pueblo se lanzó contra biciosa, muy supe-
los turcos, y esto dio pretexto para que Turquía y rior en años al jo-
Rusia cruzasen sus armas por la cuestión balkánica. ven rey, y que con
Cuando después de la guerra se reunió el Congreso de siguió trastornarle
Berlín, Milano se dejó sacrificar por Austria. Ilabia el seso, cumpliendo
iniciado la guerra para defender á los servios de Bos- sus ensueños de ceñir
nia y Herzegovina sublevados contra los turcos, y una corona. Poco
estos territorios quedaron bajo el protectorado de Vie- después ocurrió la
na. Los austríacos, como premio á su docilidad, lo gran tragedia que
autorizaron en 1882 para que tomase el titulo de rey, venia preparándose alejandro KARAaKOKaEviTcii
ya que Servia era independiente por completo. desde los tiempos de padre de pedro i
568 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Milano. El país estaba cansado de la rapacidad y el aliado, quiso ejercer una poderosa influencia en los
cinismo de éste, de la estolidez de su hijo, y no podía Balkanes, buscando en ellos una compensación á las
tolerar la descarada ambición de la nueva reina. El pérdidas de territorios que había sufrido durante la
conflicto se resolvió de un modo oriental, con arre- segunda mitad del siglo XIX. Siguiendo esta política
glo á las violentas tradiciones de Servia. Los parti-
se anexionó definitivamente Bosnia y Herzegovina.

darios de los Karageorgevitch aprovecharon el des- Bulgaria y Rumania se mostraron sometidas á su in-
contento del pueblo para acabar con la dinastía. IJn fluencia. Servia fué la única que le hizo frente, soste-

grupo de oficia- niendo la causa


les, en 1903, pe- del paneslavis-
netró una noche mo, y de aquí el
en el Konak ó odio con que el

palacio real ase- gobierno aus-


sinando á Ale- tríaco la persi-

jandro y á Dra- guió en todos los


ga. Luego las momentos.
tropas procla- La diplomacia
maron á la di- de Víena buscó
nastía rival de desde el adveni-
losObrenovitch, miento de Pe-
subiendo al tro- dro I la ruina de
no el 15 de Junio este pueblo pe-
Pedro I Kara- queño y valero-
georgevitch, que so, oponiéndose
había vivido como un obstá-
hasta entonces culo insuperable
emigrado en á sus avances y
Francia y Suiza. haciendo estéri-
Esta revolu- les casi todas
ción provocó un sus victorias.
cambio comple- Mientras pelea-
to y radical en ban con los tur-
la política exte- cos en la última
rior de Servia. guerra balkáni-
El nuevo rey era ca, Austria es-
partidario deci- tuvo próxima á
dido de Rusia, atacar á los ser-
así como sus an- víos traidora-
tecesores lo ha- mente por la es-
bían sido de Aus- palda. Armó á
tria. Graves di- los búlgaros con-

sentimientos sur tra Servia con la

gieron entre Ru- esperanza de


sia y Bulgaria, que la anonada-
y esto hizo que sen. Se opuso
(Fot. Rol)
PBDRO DB SKR\1A
I
el gobierno de siempre á que
Petrograd se vol- los servios se
viese del lado de los servios. Bulgaria, que debía su abrieran una salida al mar. En 1913 intentó Viena
independencia á los rusos, encontraba pesada su in- declarar la guerra al gobierno de Belgrado, de acuer-
fluencia, evolucionando con manifiesta ingratitud ha- do con la Triple Alianza, desistiendo únicamente por
cia los imperios germánicos. El primer soberano de la negativa de Italia. En 1914 se aprovechó del asesi-
Bulgaria, Alejandro de Battenberg, se emancipó de nato de Serajevo para cumplir sus belicosas intencio-
la tutela rusa, pero fué destronado por una revolu- nes. En las épocas de paz ha intentado las más duras
ción.Su sucesor, el príncipe Fernando de Sajonia- y bárbaras medidas contra Servia, que vive aislada
Coburgo, que es el actual zar de Bulgaria, siguió á en el centro de Europa, sin puertos y á merced de los

continuación una política oscilante, apoyándose al- vecinos. El gobierno de Víena le hizo una guerra eco-
ternativamente en Rusia ó en Alemania y Austria, nómica para matarla de hambre, impidiendo la salida
para conseguir sus fines de engrandecimiento. de los cerdos, que es la principal riqueza del pastoreo
El Imperio de Austria, con el apoyo de su fuerte del país, y los servios tuvieron que ingeniarse para
[Xbuio de Norman Wllklnson, de <The Mtuslraled London News»

Un destróyer inglés con una hábil maniobra se salv


:ligoland

del torpedo que le ha lanzado un submarino alemán


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 869

exportar sus reses por Salónica ó por Antiviiri. La


anexión definitiva de Bosnia y Herzegovina, territo-
rios que eran la esperanza de un futuro engrandeci-
miento de Servia, hizo aun más extremada la tirantez
entre el enorme y absorbente Imperio y el pequeño y
sufrido país.
Perseguidos y atropellados, los servios se unieron
cada vez más al Imperio ruso, protector tradicional

de los pueblos eslavos.

El actual rey, Pedro I, vivía en una casa de los


alrededores de Ginebra cuando ocurrió la tragedia
del Konak, y los revolucionarios que habían dado
muerte á Alejandro y á Draga lo llamaron para que
ocupase el trono de Servia. Hasta entonces el último
representante de la dinastía de los Karageorgevitch
había esperado pacientemente la ruina de sus enemi-
gos los Obrenovitch.
Desde su retiro demostró no sentir gran interés
por las cosas de Servia, pero acechaba la ocasión para
salir de este destierro. Unas veces le había vigilado
la policía internacional, por miedo á que conspirase
con sus partidarios contra la dinastía reinante en
Servia; otras veces la misma policía tuvo que prote-
gerle de los partidarios de los Obrenovitch, que pre-
paraban atentados contra su existencia.
Pedro I hizo sus estudios en París, entrando en la
escuela militar de Saint-Cyr, donde obtuvo el grado
PEDRO DE SERVIA AL SALIR DE LA CATEDRAL DE BELGRADO
de teniente. Realizó una campaña en Argelia como DESPUÉS DE LA CORONACIÓN
oficial francés, y al ocurrir la guerra de 1870 peleó en
el ejército del Loire con el grado de jefe de batallón heroico oficial, tuvo que pasar por el doloroso trance
bajo las órdenes del general Aurelle de Paladines. Los de permanecer en absoluta inactividad cuando su pue-
prusianos le hicieron tres veces prisionero, y otras blo se vio comprometido en guerras difíciles.
tantas logró escaparse, con una audacia y un valor Servia tomó parte en el gran duelo balkánico,
que llamaron la atención de sus atacando á Turquia con el cora-
jefes.El general Bourbaki pre- je de siempre. Los servios al-
mió sus servicios condecorán- canzaron grandes victorias so-
dolo sobre el campo de batalla. bre los turcos, especialmente la
El monarca servio ha guar- de Kumanovo, que resultó de-
dado siempre un gran amor cisiva.Después tuvieron que
para el país por el que se batió emprender contra los búlgaros,
en su juventud. Al ser elevado apoyados por Grecia, una se-
al trono llamó á su palacio, gunda gueri'a, rápida, pero do-
para que pasasen una tempora- lorosa, que se finalizó victorio-
da con él, á varios jefes fran- samente con la gigantesca ba-
ceses que habían sido sus com- tallade Bregalnitza. En estas
pañeros en Saint-Cyr. Después, dos guerras el rey Pedro no
en un viaje á París, visitó pro- pudo conducir en persona sus
fundamente emocionado la aca- valerosos ejércitos. Los acha-
demia en la que había hecho ques de la edad y su salud
sus estudios militares. quebrantada por las aventuras
— Acordaos siempre
— dijo á de una vida de acción le retu-
sus antiguos camaradas — de vieron en Belgrado, teniendo
Kara, de vuestro amigo Kara. que confiar el mando de las tro-
Yo no seré nunca para vosotros pas al general Putnick y á sus
el rey de Servia, sino un viejo mismo
hijos, los príncipes, lo
compañero de promoción. que en la guerra actuaf. La fal-
Este monarca, que fué un CASA DE GINBBKA BN QUH VIVIÓ PEDRO I ta de salud le obligó igualmen-
71
570 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

OFICIALES Y SUBOFICIALES DB CABALLBIilA DBL EJERCITO SERVIO

te á despojarse en parte de sus funciones de monar- recho entusiasmaron á los servios, que sienten un gran
ca, depositando el poder real en su hijo Alejandro, cariño por Gyoka,como le llaman familiarmente.
que es el heredero del Privado el príncipe Jor-
trono. ge del trono, ha sobrelle-
El príncipe Jorge, su vado alegremente su des-
hijo mayor, era el here- gracia tomando parte en
dero natural, pero á con- todas las guerras y arros-
secuencia de ciertas aven- trando los peligros con
turas de orden particular una loca temeridad, pro-
tuvo que ceder sus dere- pia de su carácter impe-
chos al hermano segundo. tuoso y arrebatado. El
Alejandro, el actual prín- príncipe heredero es aho-
cipe heredero, no se dedi- ra el verdadero rey de
có á la carrera de las ar- kServia,pues el anciano
mas como Jorge. En San Pedro I vive recluido á
Petersburgo, donde hizo causa de sus enfermeda-
sus estudios, siguió con des. Únicamente en los
preferencia los cursos de momentos más peligrosos
la facultad de Derecho, de la presente guerra, el

aspirando á ser algún día viejo monarca, dominan-


el primer jurisconsulto de do sus dolores físicos, fué
su país. Pero las calave- campo de batalla para
iil

radas de su hermano pri- ¡mimar con su presencia


mogénito le abrieron el ií los soldados, sentado en
camino del trono, y como una y arrostrando
silla
príncipe heredero tuvo impávidamente el fuego
que improvisarse soldado, del enemigo.
tomando parte en la lucha
contra los turcos y des-
pués contra los búlgaros. Servia tiene una litera-
El valor y la reflexión del tura épica como pocos
antiguo estudiante de De- BL PUINOIPB .lORGB DB SBRVIA pueblos de Europa.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 571

Después de la Ilíada, los monumentos


más célebres de la poesía heroica popu-
lar son los romances del Cid y los cantos
servios sobre las hazañas de sus paladi-
nes medioevales. El Cid servio es Marko
Kraliovitch, personaje histórico que vivió
en el siglo XIV y por su valor y las aven-
turas de su reinado se convirtió en héroe
de leyenda. No solamente luchó con los
hombres, pues fué á pelear con las Wilas
de los bosques, hadas maléficas y temibles
que sallan á su encuentro montadas en
ciervos y llevando una serpiente en la
mano á guisa de lanza.
Los cantos heroicos de Servia entusias-
maron á Lamartine cuando visitó este
país hace muchos años, en su viaje á
Oriente.
«La historia del pueblo servio dice el—
gran

poeta francés está escrita en ver-
sos populares, como todas las historias

primeras de los pueblos heroicos. Estos


cantos del entusiasmo nacional, surgidos
de los campos de batalla, repetidos de fila
en fila por los combatientes y llevados
luego á las aldeas al finalizar la campa-
ña, se conservan, por tradición. El cura
ó el maestro de escuela los consignan

por escrito. Una músicasimple, pero vi-


brante, como corazón de los soldados ó
el
como la voz del padre de familia que salu- 'IVÍi '-i-'

da de lejos el humo de la techumbre que


(Kol. Rui)
BL PRÍNCIPE ALEJANDRO DB SERVIA
cobija á sus hijos, acompaña siempre á
estos versos. Son la liistoria popular de
la nación. El niño eslavo aprende á leer en los reía- tos de las hazañas de sus padres, y el nombre de los
libertadores de Servia se imprime de este modo
en sus primeros recuerdos. Un pueblo que se
nutre con esta lactancia poética no puede nunca
ser esclavo.
»Yo he encontrado muchas veces en medio
de sus bosques vírgenes, ó en sus barrancos
profundos donde no se podían suponer otros
habitantes que las bestias feroces, grupos de
muchachos y de muchachas que caminaban
juntos, cantando estos aires nacionales, que
nuestros intérpretes nos traducían en pocas pa-
labras. Estos grupos de jóvenes interrumpían
un momento sus cantos para saludarnos y se-
guir con la mirada nuestro desfile. Luego, cuan-
do habíamos desaparecido, reanudaban su mar-
cha y sus canciones, y las bóvedas sombrías
de las encinas seculares, las rocas que bor-
dean los torrentes, temblaban y resonaban lar-

go tiempo, con la vibración de las notas lar-


gas y los monótonos estribillos.
» — —
¿Qué dicenV pregunté una vez al dra-
gomán, que comprendía su lengua.
EL PRÍNCII'B ALEJANDRO SALIENDO DB UNA AMBITLANCIA » — Hospedar — me contestó — ,
dicen cosas
DE LA CRUZ ROJA
572 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
bellotas de las encinas de
Schumadia, porque cada uno
de estos árboles es un verda-
dero servio!»
» — ¿Y qué quieren decir con
eso?
I » —
Hospodar, quieren decir
que durante la guerra los ser-
vios encontraron un baluarte
detrás del tronco de estas en-
cinas. Sus bosques fueron y
fr ir
'frj I son aún sus fortalezas. Cada

WlMlJ uno de estos árboles es para


ellos un compañero de com-

))ate,y por esto los aman


í ^«é1 íéÉL j ''US! como si fuesen hermanos.

Cuando el príncipe Milok, que


nos gobierna actualmente,
hizo cortar tantos árboles para
trazar á través de los bosques
:.>ifc-:~ el largo camino que segui-
mos, los viejos servios lo mal-
dijeron públicamente. «Echar
PALACIO KBAL DE BELGRADO abajo las encinas decían es
— —
lo mismo que matar hom-
tan simples que no vale la pena el repetirlas á un brep En Servia los árboles y los hombres son ami-
Franco.
» — —
Pero en fin insistí — traducidme las palabras
,

que cantan en este momento. Servia antes de la guerra de los Balkanes tenia
» —Hospedar, dicen asi: «¡Que Dios bendiga las una superficie de 48.300 kilómetros cuadrados, con
aguas del Morawa, porque ellas han ahogado á los una población de 2.960.000 habitantes. Su victoria
enemigos de los servios! ¡Que Dios multiplique las sobre Turquía y después sobre Bulgaria le propor-

BBLORADO EN LA GUILLA DBKKCUA DF.L SAVB, BN CUYA UTKA OKILLA SB EXTIENDE


LA FRONTERA AUSTRÍACA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 573

cioaaron nuevos territorios. El tratado de Bucarest le


dio 35.000 kilómetros cuadrados con 1.290.000 habi-
tantes. El reino de Servia tiene, pues, actualmente
83.800 kilómetros cuadrados y 4.240.000 habitantes.
Los tervios est;in sometidos al servicio militar
obligatorio, de los 17 á los 50 años. La duración del
servicio activo en tiempo de paz es de 18 meses, pero
todos los habitantes pasan sin excepción por las filas.
Servia puede poner sobre las armas 400.000 com-
batientes, pero contra lo que ocurre en esta clase de
Cíilculos, el número de individuos sobre las armas ha
sido mayor que el supuesto por las estadísticas al es-

tallar la guerra.
En su lucha contra Turquía, Servia movilizó 160

PEDRO I DE SERVIA A CABALLO

y primero muy semejante al 75 francés. Los mor-


el

teros y obuseros han sido fabricados igualmente por


la industria francesa. Su cuerpo de ingenieros se com-

pone de batallones de pontoneros, telegrafistas y fe-


rrocarrileros.
Q

El principado de Montenegro, aunque más peque-


ño y pobre que el reino de Servia, tiene sobre éste la

KBGIMIBNTO DE INFANTERÍA SEIIVIA

mil hombres. Después de los éxitos de esta campaña,


doblado.
el efectivo del ejército fué
Es inútil ensalzar el vigor, el entusiasmo y la
tenacidad de este pueblo, que en dos años ha sos-
tenido tres guerras, saliendo siempre victorioso, y
que luego ha hecho frente á los dos imperios germá-
nicos, repeliendo la invasión de las tropas austro-
alemanas.
La infantería servia está armada con el fusil de re-
petición sistema Mauser; los batallones de la reserva
usan fusiles de modelos m;is antiguos. La caballería
va armada con carabina Mauser y sable corvo. La
compone de artillería de campaña, de
artillería se
montaña y de fortaleza. Sus cañones de campaña y
de montaña son de tiro rápido, fabricados en Francia, caballería servia
574 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

constituyendo una pequeña nación.


Durante dos siglos, de 1687 á 1851,
el principado de Montenegro tuvo
por soberanos ;i sus obispos, todos
los cuales pertenecieron á la fami-
lia Niegosch. Fué una monarquía
eclesiástica, en la que pasó el poder
de tío á sobrino, siendo la mitra á
modo de una diadema principesca.
A mediados del siglo XIX reinó el
último príncipe-obispo, llamado Pe-
dro Petrovich Niegosch, iiue al
mismo tiempo que soberano ecle-
siástico fué un excelente poeta.
Este hizo laico el principado en
18.")1, reconociendo como sucesor á
su sobrino Danilo, que no era sa-
cerdote. El primer príncipe laico
fué reemplazado en 18(10 jsor uno
de sus sobrinos, que es el actual
rey Nicolás I, llamado Nikita en la
lengua del pais.
Nicolás I, que se educó en Fran-
cia, se ha mantenido fiel á la amis
tad con Rusia. Esta amistad con los
zares empezó en tiempo de Pedro
el Grande.
Montenegro es la representación
FRONTERAS DB AUSTRIA, SERVIA V MONTENEGRO del eslavismo en las orillas del
Adriático. Pero al mismo tiempo
ventaja de estar situado junto ;l las aguas del mar su situación geográfica frente á Italia ha hecho que
Adriático. Nicolás I busque la amistad de ésta, como en otros
Como lo indica su nombre, es un pais muy monta- tiempos los principes de Montenegro buscaron el
ñoso. Dos cordilleras forman este pequeño Estado: la
una llamada en la lengua del pais Tcherna Gora (la
]\lontaña Negra), que se extiende á lo largo del mar,
y la otra que se eleva en el interior. Entre ambas ca-
denas de montañas existe el valle de Zenta, paralelo á,
la costa, que forma todo el territorio aprovechable de

Montenegro. Estas cordilleras sirvieron para aislar il

los raontenegrinos del resto del continente, protegién-


dolos contra el avance de los turcos. El mar los ponía
en contacto con la república de Venecia, que los pro-
tegió muchas veces.
nombre de Montenegro es de origen español y
El
no italiano, como creen algunos. .Junto al principado
de Montenegro quedan poblaciones marítimas que os-
tentan igualmente un nombre español, como San Ju;in
de Medua y otras. Los capitanes de Carlos V y Feli
pe II guerrearon en estas costas, construyendo fuertes
y fundando pueblos.
Cuando en 1389 los turcos invadieron el Imperio
servio, apoderándose de él por varios siglos, los habi-
tantes del valle del Zenta, que era una provincia do
dicho Imperio, continuaron la lucha contra los inva-
sores en el caos de sus :\Iontañas
Negras, desoladas
y abruptas. Jamás pudieron los turcos dominar á los
montenegrinos, que se mantuvieron independientes, UN PRÍNCIPE OBISPO ESLAVO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 575

apoyo de la re-

pública de Ve-
necia. El hábil
Nicolás consi-
guió en 1896
casar á su hija
laprincesa Ele-
í
na con el prin-
cipe de Ñapó-
les,heredero
de la corona
italiana. Hoy
mo-
la hija del
narca pastor
de la Montaña
Negra es la
leina de Italia.
De este modo
Nicolás com-
LA PKINCESA ELENA DE MONTENEGRO pletó y consoli-
dólaobradesus
ascendientes, colocándose entre dos grandes proteccio-
nes: de un lado Rusia, sostenedora de los eslavos; del
otro la renaciente Italia, cuyo monarca es su yerno.
Los montenegrinos, con su audaz príncipe al fren-
te, han osado los mayores atrevimientos para agran-
dar su influencia política y su territorio. En 1S7I) ori-
ginaron la insurrección de Bosnia, que fué causa un
año después de la guerra ruso-turca.
Las decisiones del Congreso de Berlín no podían
satisfacer al príncipe Nicolás. Tuvo que acoger en si-
lencio las órdenes de las grandes potencias, pero guar-
dó en su alma la firme decisión de deshacer en un mo-
mento oportuno todo lo que establecieron en la citada

reunión diplomática Bismarck y los gobernantes de


Viena.
Nicolás I trabajó incesantemente por establecer
576 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

ARTJLLEHIA MONTBNEGRINA INSTRUCCIÓN DE RECLUTAS MONTENEGRINOS

que para evitar un conflicto aceptaroi las exigen- á sus órdenes. En Agosto de 191B intentó el aplasta-
cias austriacas. Hubo miento de Servia y su
que enviar una flota in- pequeña aliada eslava
ternacional para que del Adriático. La acti-
el valeroso y testaru- tud de Italia impidió
do rey de Montenegro tal atentado.

aceptase el abandono Cuando en Junio de


de Scutari y la crea- 1914 pudo Austria sa-
ción del efimero y gro- ciar su rencor atacan-
tesco reino de Alba- do á Servia con pre-
nia. texto del suceso de Se-
Se vio entonces que, ra je vo, los raontenegri
más ó menos pronto, nos aceptaron la pro-
la política absorbente vocación lo mismo que
de Austria y sus atro- si fuera dirigida con-

pellos balkánicos pro- tra ellos y se colocaron


vocarían una nueva intrépidamente al lado
guerra. El gobierno de Servia, empuñando
austríaco ansiaba cas- las armas para vencer
tigar á Servia y á Montenegro porque no se plegaban al austríaco, su eterno enemigo, ó perecer como pueblo.

INFANTERÍA MONTBNBGRINA SOLDADOS MONTBNBGKINOS BN EL MONTE DB LOVOBN


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 577

UN CUARTEL DB CBTINGA AMTIVARI

En Agosto de 1910, al tomar el titulo de reino el


principado de Montenegro, tenia éste una población
de 285.000 habitantes, de los cuales 14.000 eran mu-
sulmanes.
Las guerras balkánicas y las ventajas que le reco-
noció el tratado de paz de Bucarest doblaron su exten-
sión territorial y el nú-
mero de sus habitantes.
Actualmente se calcu-
la su población total en
500.000 habitantes. Los
montenegrinos son sol-
dados de los 18 á los 6"2
años, lo que hace que to- ^^^^F'
dos los hombres del país
estén sobre las armas.
Únicamente algunos
musulmanes, por pre-
caución política, están
exentos del servicio mi-
litar.

Todos los domingos los


habitantes de Montene-
gro se dedican á los ejer-
cicios de tiro, y hasta las

mujeres y los niños to-


man parte en la fiesta.

Puede decirse que la na-


ción entera vive sobre
las armas, y desde el
rey al último montene-
grino válido, todos son
soldados.
El ejército activo se
compone de 50.000 hom-
bres, pero hay además
algunos batallones de
reserva.
La infantería usa el
578 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Al inquieto emperador le pesaba en ciertos mo-
mentos llevar tantos años á la defensiva. Se hacia
XX
viejo, y él, que se preocupa tanto de la fama, no
podía tolerar que su nombre se transmitiese á la pos-
La guerra teridad como el de un monarca burgués y pacífico,
dedicado en absoluto al desarrollo comercial é indus-
Vamos á empezar el relato de la guerra europea trial de su pueblo. ¿Para qué, entonces, los marciales

de 1914. bigotes, el casco de plata y el manto blanco de Lohen-


Este conflicto casi mundial es indiscutiblemente grin, con que su efigie pasaría á la Historia':'
Tarde ó
la obra de Guillermo II y del pangermanismo. El Im- temprano, Alemania, educada por el orgullo panger-
perio alemán, que se manista y ansiosa de
habia preparado en si- dominación universal,
lencio durante veinti- intentaría el esfuerzo
cinco años para reali- Mejor era
definitivo.
zar sus monstruosas que este esfuerzo lo
ambiciones, creyó lle- realizase él mismo,
gado el momento fa- atribuyéndose la in-
vorable en Julio de mensa gloria que po-
1914, y que si deja- día corresponder á su
ba pasar esta opor- sucesor.
tunidad no volvería á Durante muchos años
ofrecérsele otra seme- se mostró pacífico por-

jante. que sabía que Alema-


Fácil es imaginarse nia no era todavía bas-
el estado de ánimo de tante poderosa para
Guillermo II, después conseguir lo que él lla-

de lo que hemos dicho maba «sus destinos le-

en otro lugar sobre su gítimos». Pero en 1914


carácter y sus aspira- todo lo vio bien pre-
ciones. Las exigencias parado para hacer
insolentes del panger- frente á sus enemigos
manismo que llegaron de Europa y á las po-
á amenazarle con la tencias que pudieran
posibilidad de un des- unirse á ellos. Si deja-
tronamiento, y los ce- ba pasar esta ocasión,
los que le inspiró la ¿Alemania guardaría
popularidad de su here- siempre en lo futuro
dero entre los milita- su enorme superiori-
res y las asociaciones dad sobre los adver-
patrióticas, le decidie- sarios?...
ron á abandonar su po- La más clara de-
lítica pacifica. Es in- mostración de la res-
dudable que hx posibi- ponsabilidad de la pre-
GBRMANIA
lidad de la guerra ha- sente guerra la propor-
Estdtua en bronce conmemorativa de la unidad del Imperio alemán
bía halagado muchas ciona el cuidado con
veces su veleidosa imaginación y sus aficiones teatra- que cada pueblo se preparó para la lucha.
lespor el heroísmo aparatoso. Francia únicamente tenía organizadas sus fuerzas
Guillermo II ha creído siempre que su abuelo, al con un fin defensivo. Jamás hubiese iniciado la gue-
que recuerda en todas ocasiones, murió sin haber aca- rra por su propia voluntad. Sa gobierno y gran parte
bado su obra. El antiguo Imperio germánico renació de la opinión pública eran enemigos de empresas
en la persona de Guillermo I, pero éste no tuvo tiem- temerarias.
po para realizar por completo sus aspiraciones tradi- Rusia estaba mal preparada para una lucha, que
cionales. Fué hermoso para Alemania que el viejo talvez creía inevitable, pero que consideraba como
soberano se hiciese proclamar emperador en Versa- un suceso todavía remoto.
lles; pero esto no parecía suficiente ni definitivo á Inglaterra ha tenido que improvisar todas sus
Guillermo II. En sus ensueños de ambición se consi- fuerzas terrestres después de empezada esta guerra
deraba obligado á hacer por su parte algo que le que no queríala opinión británica y que únicamente
igualase con el glorioso ascendiente. aceptó como resultado de la invíisión de Bélgica.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 579

Alemania, en cambio, venia preparándose desde decadencia, debilitado por las querellas interiores y
hace veinticinco años, y á partir de 1912 estaba corrompido hasta la médula por la sensualidad de sus
resuelta á aprovechar la primera circunstancia favo- costumbres. Los gobiernos franceses, según la opinión
rable. El atentado de Serajevo— suceso que puso en- alemana, se preocupaban más de combatir el espíritu
frente de Francia y de Rusia el orgullo dominador militar de una parte del pais que de organizar el
de Alemania y su acólito el Imperio austríaco —
fué ejército. El presidente de la República no tenia nin-

rápidamente aprovechado. Todas las actuaciones di- gún prestigio; los oficiales vallan muy poco; el ejér-
Viena y Berlín fueron cito carecía de genei-ales de mérito y de un plan de
plomáticas de los gabinetes de
hipócritas fingimientos. Los
dos imperios germánicos campaña. Apenas surgiese la guerra. Marruecos, la
estaban resueltamente decididos en favor de la gue- Indo-China y otras colonias francesas se sublevarían
rra. Sólo la humilla- contra la metrópoli. Á
ción de Rusia y de esto había que añadir

Francia habrían podi- las revelaciones sensa-

do evitarla. Y aun este cionales que el mes de


remedio hubiese sido Mayo había hecho el

momentáneo, pues una senador Ilumbert, de-


vez resuelto el conflic- nunciando los descui-
to con el anonadamien- dos y deficiencias de
to de Servia, Alema- la preparación militar
nia lo habría reprodu- francesa. La decaden-
cido otra vez, cia de la República era
ya que
según las palabras de indiscutible para los
Guillermo II «siempre alemanes.
se encuentra un buen La diplomacia or-

pretexto para justifi- gullosa, torpe y sobra-


damente confiada del
Imperio germánico,
Nunca como en el agrandó los defectos
verano de 1914 vio Ale- franceses, dando un
mania mejor prepara- carácter general á mu-
das las cosas para ven- chas deficiencias par-
cer á los enemigos y ciales. Además, Ale-
realizar sus ambicio- mania, lenta y metó-
nes. dica en sus reformas,
no tenia en cuenta la
Francia, que era su
adversario más temí- rapidez y el espíritu
ble por su espíritu mi- inventivo de Francia

litar, la potencia de para remediar con


su ejército y la rapi- prontitud sus errores.
dez de su moviliza- Reconocían los alema-

ción, se hallaba en un nes las ventajas que


momento de visible representaba para la
inferioridad. Sus go- defensa francesa la ley
bernantes estaban de BSTATUA GUERRERA DEL KAISEK EN COLONIA de tres años que la Re-
viaje, lejos del terri- pública acababa de
torio nacional. Las luchas políticas tenían desde años adoptar, pero esta medida significabamuy poco para
antes dividida á su población. Un gran número de fran- el orgullo germánico, que había cuidado y preparado

ceses, demasiado confiados y que no creían en la posi- su ejército durante muchos años.
bilidad de la guerra, eran antimilitaristas, acogiendo En resumen, el Imperio alemán tenía la certeza
con burlona sonrisa los ideales patrióticos de «revan- absoluta de que le bastaba arrojar todo su ejército
cha» como algo anacrónico. sobre Francia para vencerla y anonadarla en cuatro
El pueblo francés, dueño de un suelo fértil, posee- semanas.
dor de una gran riqueza y habituado á todas las deli- Rusia era temible por sus enormes reservas de
cias del bienestar, no podía comprender las ventajas hombres, pero nada podría hacer si Alemania caía
de la guerra, y por lo mismo se imaginaba que los sobre ella antes de que hubiese terminado su lenta
demás pueblos eran partícipes de los mismos senti- movilización. Además, estaba corroída interiormente
por las luchas sociales y políticas. Las huelgas
mientos. Además, el pangermanismo, con su orgullo obre-

exclusivista, describía á Francia como un pueblo en ras estaban agitando revolucionariamente sus capi-
580 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

tales más importantes. La visita del presidente Poin- útil para Alemania. Los franceses tendrían que dis-
caré había servido de pretexto para grandes pertur- traer varios cuerpos de ejército en el Sur para hacer
baciones en la capital. frente á los italianos, y de este modo los alemanes

Tampoco había que temer una intervención enér- podrían retirar de Francia una parte de sus tropas
gica de Inglaterra. Bastante tenía la Gran Bretaña de invasión para enviarlas á la frontera rusa.
con preocuparse de la cuestión irlandesa, que había Del lado de Oriente no amenazaba ningún peli-
llegado al período álgido. Este conflicto, que ponía en gro. Grecia, Montenegro y Servia simpatizaban con
peligro su integridad nacional, no le dejaría tiempo Rusia y Francia, pero frente á estos pueblos podían
ni fuerzas para intervenir en los asuntos de Europa. colocar los austro-alemanes como un obstáculo á
Además, nadie creía en Alemania que Inglaterra Turquía y Bulgaria, que neutralizarían la actua-

pudiese transportar con rapidez un cuerpo de tropas ción de aquéllos en los Balkanes.

Rusia
170 millones

Alemania
bl millones Austria
52 millones
Inglaterra
Francia 45 millones
.50 600.000

Bélgica
7.600.000

Servia
4.200.000

POBLACIÓN DH LAS NACIONBS BELIGERANTES

al continente. En Berlín, diarios y profesores afirma- En cuanto á las demás naciones de Europa podía
ron que los ingleses estaban en decadencia, que sus contar Alemania, si no con su benevolencia, al menos
pretensiones á la dominación de los mares no eran con su resignación pasiva y miedosa, fuese cual fuese
más que un ensueño, y que había llegado la hora de la violencia de su conducta. En el Norte tal vez lo-

imponerles una cruel realidad. Si la Gran Bretaña grase excitar á Suecia contra el Imperio ruso. A las
intervenía en la guerra, sus colonias se sublevarían, primeras derrotas de los rusos, los suecos intentarían
inmovilizando una gran parte de su ejército. apoderarse de Finlandia, que es para su raza una
La actitud de Italia tampoco les inspiraba ninguna especie de Alsacia-Lorena.
duda. Todos en Berlín presentían que en el primer Al hacer el balance moral de Europa, los alema-
momento de la guerra tal vez se negase, por pruden- nes sólo veían dos adversarios: Francia y Rusia. Con-
cia, á marchar con los dos imperios de la Triple tra ellos podían emplear sus enormes fuerzas, las de
Alianza; pero así que los alemanes lograsen la pri- Austria y tal vez las de Italia. La situación política
mera victoria, se apresuraría á atacar á Francia por interior de las dos potencias enemigas era singular-
la frontera de los Alpes, para conseguir de este modo mente crítica por sus luchas civiles y sus conflictos
su parte en el botín. económicos.
Este auxilio de última hora iba á resultar muy Ningún momento podía resultar mejor escogido
HISTORIA DE LA GUKIíRA EUROPEA DE 1914 581

que el presente para emprender la pelea decisiva. Y atentado futuro contra las «leyes de familia». La po-
Alemania, que en varias ocasiones había vacilado al sibilidad de que una advenediza ciñese la corona de
ir á tirar de su espada, no dudó en 1914,
aproveclian- Teresa, provocaba su indignación.
j\Iaria
do como pretexto el asesinato de Francisco Fernando. Ninguno de los dos emperadores sintió profunda-
Hay que hacer constar que tanto el emperador de mente la muerte del archiduque. Pero el atentado de
Alemania como el de Austria no experimentaron un Serajevo les pareció un pretexto para la guerra, que
i;ran dolor por la muerte del archiduque, (iuillermo II, podía impresionar favorablemente á una parte de la
que ama las ceremonias de resonancia y las actitu- opinión.
D
des teatrales, no fué á Viena para asistir al entierro,
y se embarcó como todos los años para hacer su na- El Estado Mayor alemán había establecido desde
vegación veraniega por las costas del Norte. Fran- mucho antes su plan de guerra, con el m(''rodo y

KFBCTIVO DB SUS EJÉRCITOS

cisco .José dispuso el entierro con una parquedad la minuciosidad que emplea en todos sus trabajos.
inexplicable, privando de los honores fúnebres de la Las condiciones estratégicas de Francia y de Ru-
corte al archiduque y su esposa. sia eran completamente diferentes. Francia, por su
El kaiser no simpatizaba mucho en los últimos reducida superticie, su población densa y su valiosa
tiempos con el heredero del Imperio austríaco, por red de ferrocarriles, podía movilizar sus tropas rápi-
rivalidad profesional, pues éste pretendía ser tan ex- damente, en 'J ó 10 días. Rusia, con su inmensa ex-
perto como él en cuestiones militares. Además, casi tensión territorial, sus poblaciones diseminadas y su
lo consideraba como un enemigo futuro, por haberse escasez de vías férreas, que ya hemos mencionado,
opuesto decididamente á la expansión de la influen- sólo podía efectuar la movilización con mucha len-
cia alemana en Austria. El viejo emperador tampoco titud.

quería bien á su sobrino y menos á su esposa inorga- Era imposible que Alemania tomase á la vez la
nática. Sabía que el archiduque deseaba la guerra ofensiva contra los dos adversarios. Siguiendo su
para adquirir el prestigio del vencedor, y gracias á doctrina, esta ofensiva debía sor rápida, fulminante,
sus triunfos imponer como emperatriz á su mujer, que con el máximum de sus fuerzas concentradas contra
estaba excluida del trono por la ley. El ceremonioso uno de los dos adversarios, el más importante, mien-
Francisco José no podía tolerar con paciencia este tras se conservaba á la defensiva frente al otro ene-
582 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

migo con el mínimum de sus recursos. El principal Según los estrategas germánicos, no eran precisos
adversario era Francia, y el Estado Mayor alemán más de treinta dias para obtener en el suelo francés

preparó las cosas para caer primeramente sobre este un resultado decisivo, si es que realizaban la inva-
pais. sión atrevidamente y con celeridad arrojando una
Una campaña en Francia podria ser rápida y de- masa aplastante de tropas.
cisiva. En Rusia no era lógico esperar lo mismo, por- Mucho antes de la guerra, una Memoria militar
que los rusos, aprovechándose de la configuración de alemana decia asi: «Si avanzamos rápida y profunda-
mente al invadirla tierra fran-
cesa, el amor propio nacional
no permitirá á los jefes mili-
tares el esperar la entrada en
línea de Rusia, porque la ex-
tensión del territorio que ten-
C voten ra drían que abandonarnos sin
combatir seria tal, que la opi-
nión pública se mostraría in-
dignada. Por el poder de su
ejércitoy por el grado de su
preparación para la guerra,
Francia no es solamente nues-
tro enemigo más peligroso,
sino el que puede estar pre-
parado con más rapidez, y
debemos tener la certeza de
que nos hará frente sin pér-
dida de tiempo. Además, la
enormidad de los efectivos
de los dos ejércitos, el ale-
mán y el francés, su estre-
cha concentración, las dificul-
tades del avituallamiento y
de la dirección de las dos ma-
sas movilizadas, todo empu-
jará de ambos lados á una
decisión rápida. Puede afir-

marse, sin miedo á error, que


en la segunda semana de la
guerra se producirá un gran
choque. Este choque, que in-
dudablemente nos será favo-
rable, obligará á Inglaterra,
á España (!) y tal vez á Rusia
á volver á envainar la espada

*<.-«
que tendrán medio desenvai-
nada. Esta misma victoria
nos asegurará indiscutible-
mente la cooperación activa
LA FRONTERA PRANCO-ALBMANA de Italia.
»Es verosímil que habiendo
su pais, retrocederían hacia el interior, evitando un comprometido Francia todas sus fuerzas disponibles
choque decisivo en espera del resultado de las opera- en la primera batalla, se verá incapacitada de prolon-
ciones emprendidas contra Francia. gar por más tiempo la lucha, aceptando las condicio-
Toda la atención del Estado Mayor alemán se con- nes que nosotros queramos imponerle. Si rehusa nues-
centró por estas consideraciones en la frontera fran- tras proposiciones, unos cuantos centenares de miles
cesa. Además, Rusia necesitaba mucho de hombres de nuestros cuerpos de reserva, operan-
tiempo para
movilizar sus fuerzas, y esto concedía á los alemanes do de acuerdo con los ejércitos italianos, bastarán
un plazo de un mes cuando menos para dedicarse para guardar los terrenos conquistados en Francia;
con toda tranquilidad al aplastamiento de Francia. y esto ocurrirá aunque España é Inglaterra ayuden
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 58.5

á Fríincia. El grueso de nuestras fuerzas podrá ser Como se ve, los estrategas alemanes no reconocían
llevado entonces al encuentro de los ejércitos rusos, grandes neccsidíides de tiempo para aplastar á Fran-
gracias á nuestro admirable sistema de ferrocarriles. cia, La realidad se encargó de demostrar la incerti-

8i ocurre que, mientras estamos ocupados en obtener dumbre de unos cálculos preparados con tanto método
una decisión rápida más allá de nuestra frontera occi- y tanta minuciosidad en los detalles.
dental, los rusos
—que parece completamente im-
lo o

probable hubiesen terminado sus preparativos é in- La invasión de la República Francesa, que debía
vadido laPrusia oriental y una
parte de la Silesia, nada se ha-
bría perdido por esto definiti-
vamente, siempre que nuestro
ejército defensivo no hubiese
sido derrotado, que nuestras

plazas fuertes se defendiesen


y que el enemigo quedase con-
tenido por la linea del Oder.
»En resumen, Francia es
nuestro adversario principal.
Su desastre inmediato acla-
raría inmediatamente el hori-
zonte politico. Su aplasta-
miento rápido nos daría una
completa libertad para aglo-
merar el total de nuestras
fuerzas activas contra Rusia
y acabar con esta potencia
en la proximidad de nuestra
frontera, ó en la línea Bres-
lau-Danzig, ó en la del Oder,
si es que había conseguido
avanzar hasta ellas. Las an-
teriores consideraciones nos
aconsejan consagrar á la ofen-
siva inmediata contra Fran-
cia la casi totalilad de nues-
tras fuerzas activas para ase-
gurarnos en el teatro occiden-
tal una incontestable superio-
ridad de medios. Los cuerpos
activos deberán ir seguidos á
corta distancia por el mayor
número posible de cuerpos de
reserva que asegurarán la
custodia de los territorios con-
quistados en el caso de que
nuestras proposiciones de paz
sean rechazadas, y podrán al
mismo tiempo bloquear las for- UN INMENSO EJÉRCITO BN l'N PAÍS INMENSO

talezas enemigas que queden Este gráfico Indica la situación de los distintos cuerpos del ejército ruso y las enormes distancias que
han de recorrer para su concentración. Las lineas dobles marcan las principales vfas férreas; las lineas sen-
detrás de nuestro frente. Ante cillas los ferrocarriles secundarios.
Rusia bastará dejar en el pri-

mer momento un mínimum de cuerpos activos refor- ser según el Estado Mayor alemán el primer acto de
zados por cuerpos de reserva en número suficiente, la guerra, ofreció un obstáculo insuperable para la ra-
con el objeto de hacernos ganar el tiempo que nece- pidez fulminante del ataque. Después de los duros fra-
sitamos para acabar con Francia. Este tiempo necesa- casos de 1.S70, Francia no había tenido otro pensa-
rio es de cuatro semanas cuando más, comprendiendo miento que protegerse de una invasión futura, y para
en tal plazo el transporte por ferrocarril de las fuer- ello cubrió su frontera con Alemania, levantando una
zas vencedoras en el Oeste á las fronteras del Este.» apretada fila de fortalezas.
584 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

El general Seré de Riviére, encargado de trazar Moltke murió algunos meses antes de la conclusión
la línea defensiva de la frontera,
construyó dos siste- de la alianza franco-rusa, suceso que forzosamente
mas fortificados: el del Mosa, que va de Verdún á había de cambiar todos los planes del Estado Mayor
Toul, y el del Mosela, que se extiende de Epinal á alemán. Hasta entonces el Imperio germánico sólo
Belfort. Esta formidable barrera de fortificaciones había tenido que preocuparse de Francia, pero ahora
sólo deja dos estrechos corredores de entrada: uno en se veía en uaa posición peligrosa, entre sus dos veci-
la parte de Luxemburgo y otro del lado de Suiza. nos del Elste y del Oeste. De aquí sus lentos y concien-
En la época que se realizaron estas construccio- zudos estudios para la formación de un nuevo plan
nes, el viejo Moltke imperaba como maestro abso- que ha venido á ponerse en práctica en 1914.
luto sobre el ejército alemán, y era enemigo declara- Como ya hemos dicho, Alemania sólo consideró á

PLAN DE GUERRA DE ALEMANIA CONTRA FRANCIA Y RUSIA


LOS FERROCARRILES ALEMANES Y AUSTRÍACOS

El presente plano demuestra cómo el Estado Mayor alemán preparó los ferrocarriles de su país y de Austria á partir de 1895, para poder trasladar
sus efércilos con rapidez de las fronteras de Bélgica y Francia á las de Rusia y viceversa, empleándolos en los dos frentes de la guerra. El plano
demuestra igualmente cómo Austria habla entrado en esta combinación á larga fecha de su aliado, uniendo sus lineas á las de Alemania para poder
enviar sus fuerzas contra la frontera francesa. Gracias á este sistema de comunicaciones, Alemania ha podido mover sus ejércitos, empleándolos indis-
tintamente según sus necesidades en el frente occidental ó el oriental. Tan asombrosa preparación contrasta con los resultados obtenidos, que dcbic
ron ser más considerables desde el primer momento.

do de las fortificaciones y los campos atrincherados. Rusia como un enemigo temible si le dejaba tiempo

«La historia de las fortificaciones decía se confun- — para efectuar la movilización de su ejército, dispersa-
de con la de las capitulaciones.» Para él sólo tenía do en una extensión inmensa y mal servido por vías
importancia el poder concentrar con rapidez los ejér- insuficientes. Esta movilización debía ser lenta, é
citos en la frontera, y para esto, mientras los france igualmente lenta su concentración. Alemania, en vis-
ses se dedicaban á construir su barrera de fuertes, ta de esto, se decidió á poner en práctica el mismo
Moltke se cuidó, hasta el fin de su vida, de perfeccio- método que había empleado muchas veces con éxito
nar y desarrollar la red de vías férreas que conducía Napoleón: concentrar todas las fuerzas contra uno de
del centro de Alemania á la Alsacia-Lorena. los enemigos para aplastarlo definitivamente, y tras-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 685

ladarse rápidamente al encuentro del otro, para rape- La cadena de fortificaciones francesas era un obs-
tir la misma operación. El Estado Mayor de Berlín lo táeulo formidable para este plan. Imposible realizar la

preparó todo para que la masa de sus fuerzas dirigida campaña con rapidez ni asestar un golpe decisivo á los
contra Francia venciese á ésta en pocos dias, diri- enemigos en dos ó tres semanas. Entrando en Francia
giéndose luego contra el frente oriental. El plan era por la frontera alemana, las columnas invasoras iban

MAPA MILITAR DB FRANCIA

acertado y casi seguro, siempre que la primera ofen- á tropezar con estas formidables barreras, demasiado
siva no tropezase con obstáculos que la hiciesen per- poderosas para ser tomadas por asalto en poco tiempo.
der tiempo. El menor retardo podía echar abajo toda Además, era difi'cil y peligroso el evitarlas pasando

la combinación, poniendo en grave peligro al ejérci- por los estrechos desfiladeros que el general Riviórc
to alemán, que en vez de acometer se vería acometido había dejado sin obras defensivas. Sólo realizando un
y cercado por dos adversarios, teniendo que combatir movimiento por los países neutros, el Luxemburgo y

al mismo tiempo en ambas fronteras. Bélgica, podían los alemanes evitar este obstáculo.
586 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

/y; aR Konigsber.q
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4llens(ein
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Berlín
Hannover
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'10 Magduburcfo Varsovia

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« '~Z Wurtburqo
París
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'"i""'-' 1
O R 1.

J a21 Cuerpos prusianos, salones, etc.

^ 15a3B Cuerpos bávaros


G Guardia prusiana
^=^s=^^ Pe(?ión fortifícada francesa

s u zA ^
I ;
\3

LA PREMEDITACIÓN UONTKA BELUICA

Este mapa, en el que se marca la situación de los diversos cuerpos de ejército alemanes en tiempo d^ paz, demuestra que la invasión de Bélgica
estaba premeditada desde hace muchos años por el Estado Mayor de Berlín.
Una flecha, partiendo de París, atraviesa la frontera franco-alemana por su extremo Norte y penetra por toda Alemania hasta Rusia. Los números
indican los cuerpos de eiércilo alemanes. Como verá el lector, debe jo de la flecha, ó sea enfrente de la frontera con Francia, el Imperio alemán sólo
tenía establecidos ocho cuerpos; 15, 16, 21, 14, 2 B, 13, 3 B y B. En cambio encima de la flecha, ó sea donde no había otra frontera que la de Bélgica y
1

Holanda, el Estado Mayor fué estableciendo los cuerpos 7, S, 9, U, 18, 10, -I, 19, 12 etc., todo el eiércilo alemán, que gracias al sistema de ferrocarri-
les pudo ser concentrado en poco tiempo sobre el límite belga, como una masa aplastante. Las dos pequeñas líneas onduladas entre Verdún y Toul

y entre Epinal y Belforl, marcan las dos regiones fortificadas de Francia.

Otra consideración dificultaba el ataque alemíín de 1870 fué reducida por el tratado de Francfort
por la frontera más aún que estos diques fortificados. unos cincuenta kilómetros. En un frente tan estrecho
Faltaba espacio en dicho lugar píira que Alemania los invasores se hubiesen visto obligados á escalonar-
pudiese mover sus inmensos efectivos militares. En se en masas profundas y de escaso frente, y la gue-
1870 la frontera era mayor, pues comprendía desde rra se habría convertido en un gigantesco y largo
el Mosela hasta el Rhin, y sin embargo no había ofre- choque de meses y meses, dando tiempo á que Rusia
cido espacio suficiente para el despliegue estratégico terminase sus preparativos y atacara á Prusia por la
del ejército alemán, que en aquel entonces sólo consta- parte oriental.
ba de 16 cuerpos. En las inmediaciones del Sarre, el El Estado Mayor de Berlín basaba precisamente
ejército mandado por el general Steinmetz tuvo que todos sus cálculos en la rapidez fulminante del primer
invadir, para poder avanzar, la zona de marcha del ataque para conseguir cuanto antes una solución, y
ejército del principe Federico Carlos, y éste se irritó por esto desistió de toda ofensiva por su frontera na-
hasta el punto de ordenar á uno de sus generales de tural, buscando la invasión de Francia á través de
división que limpiase si era necesario á la bayoneta Bélgica y del Luxemburgo.
los caminos que le había atribuido el Estado Mayor Como se ve, el gobierno alemán, por consideracio-
y que obstruía el otro
cuerpo prusiano. nes de conveniencia militar, tenia decidida desde
Inútil es decir los obstáculos con que hubiese tro- hace muchos años la viohición de la neutralidad de
pezado actualmente el ejército alemán invadiendo á estos dos pueblos. El emplazamiento que dio en tiem-
Francia por su limite fronterizo. El número de sus po de paz á sus diferentes ejércitos demuestra clara-
cuerpos de ejército se ha cuadruplicado, y la frontera mente que el plan de invasión estaba resuelto de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 587

larga fecha. Sólo ocho de sus cuerpos de


ejército estaban situados al nivel de la l,mpirfhim\ p vONMOLTKE
frontera francesa, que es donde lógica-
Btnienheim O
\ "^
\^/
vuniTlULIHt \

mente podia suponerse una necesidad de- F°P0DBIELSKIlít:i;t:


\

Wr^^ OEji^NSECHY
fensiva. El resto de sus fuerzas, ó sea diez Ltutahem

de ejército, fueron empla-


siete cuerpos
F 'GHERTZOGVONBAOENlíSo^a/í^rWdS'íS^''" „.,
y
zados desde hace añop más al Norte, jimto
á las fronteras de Bélgica ó del Luxem- F
BlSMARCK3{C¿,^
Koen:gsf)offeni

burgo, países pequeños de los que no po Acheohf.mo [¡kbotshiJ

dia temer Alemania ningún ataque. F 'Kronprinz VOÑ „


La razón de tal emplazamiento era HinaeibtnenO
^jíC'Sachse
0¿,nyo/ift£Ví)

que desde dichos puntos resultaba ini'is


corto el camino á París y sin ningún in- o
F vonderTann
conveniente natural. Los únicos obstácu- Crsfftnmdtn

los militares con que podía tropezar eran CeiSBoIshtim •:<sF


Wer
la resistencia de Bélgica acto inverosí- — feaerihnm
SCHWAfíTZHOFF
mil en el que jamás llegó á pensar Alema-

nia y tres plazas fuertes: Lieja y Namur
en Bélgica y Maubeuge en Francia, aisla-
CAMPO ATRINCHERADO DE BSTRASBÜRGO
das, sin ningún vínculo entre ellas, fáci-
les de reducir ó de aislar sin grandes es-
fuerzos. Estos eran todos los inconvenientes que ofre- pruelia de (jue este crimen contra el derecho interna-
cía el camino á París siguiendo las cuencas fáciles y cional fué discurrido y preparado hace veintiún años,
ricas del llosa y del Oise. la proporciona la conducta observada por el Estado
Existía un gran obstáculo, pero de orden moral: y llayor. En tiempos del viejo ]Moltke, Alemania se de-
obstáculos de esta clase son de escasa consideración dicó durante veinte años á perfeccionar los ferroca-

para la ñlosofía guerrera de alemanes. Tendrían los rrilesde Alsacia-Lorena y las lineas adyacentes, pues
que violar la neutralidad y independencia de los la este era el camino para la invasión proyectada. A
dos pueblos. El canciller imperial se encargó de jus- partir de 1893, el Estado Mayor procedió á la renova-
tificar y legalizar los actos del Estado Mayor, decla- Renana que con-
ción de las vías férreas de la Prusia
rando que «la necesidad no reconoce ley» y que un ducen á revelando con esto su
la frontera de Bélgica,
tratado de neutralidad no es más que un «pedazo de intención de concentrar en el Norte el grueso de sus
papel» que carece de valor ante las exigencias estra- tropas, que hasta entonces había permanecido cerca
tégicas. de la frontera francesa. Es más: rompiendo con la
Desde 1893, la alta dirección del ejército alemán tradición de ]\Ioltke, que era partidario de la ofensiva

pensó en la invasión de Bélgica y del Luxemburgo, y enemigo de las fortilicaciones, el Estado Mayor se
tal como la ha realizado en la presente guerra. La dedicó á fortificar Alsacia y Lorena creando los cam-
pos atrincherados de I^Ietz-Tliionville y de
Priyez Chifleville
Estrasburgo -Molsheim, así como los re-
-ü.fe Yes
•?y cintos fortificados de Neuf-Brisach y de
LOTHRINGEN Barbe Istoin.Estas obras permitían á los ale-
JV^^a^P <rF S
manes el mantenerse en Alsacia-Lorena á
[ennschen
la defensiva con pocas fuerzas, enviando

^rA^ENSUBÉ^F Ma^teuffel
las tropas economizadas á aumentar la
X
p LeiPZIgV
Í^F FRJ0^kR4-J>F ZaSTROW CourcfUfi gran masa que operaría en Bélgica.
]^
" F Kaiser METZ F Maizery Tales preparativos llamaron forzosa-
mente la atención de las autoridades mi-
o jJtF^VONGOEBEN QPange
-^- ^^ Mercy-les-Metz litares de Bruselas y de París. Nadie dudó
Reion\filie
* íK-r.-^.
TL AY PRINZ AUGUST •^-^.^ Ooom,npf„//e de que los alemanes habían fijado sus ojos
RY en los caminos de Bélgica para la futura
F.KRONPR.Nf^WüRÍEMBERG
r^..
^
VFTGrÁfHAESELER oo;:Í^<^^FJSAN , . ^ invasión: pero hubo ciertas divergencias
Dornotl
al apreciar la amplitud de este movimien-
i? S)Blaise/
<r/ ouNY ^,^;^x.^
to ofensivo.

- Los militares belgas vieron con más


^mayjlle F^WagnerO''"" „. V
Oflfdr/ei///es O
Goin
rt
'-'
Bechu V
^ claridad el peligro que los franceses, tal

vez por hallarse más próximos á él. Los


.

Otorrj/ OLuppy
Oso/eine
generales Brialmont y Déjardin manifes-
CAMPO ATRINCHERADO DB MBTZ taron desde Bruselas su opinión de que
588 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

Colonia
\
Mac
\WOLAN0A
,

f^o Aix-la-Chapelle
«*?"
8res«tas íá^cy
Verviers ?* _,Tréveris
e ^-Wa-,^
^)íuy \
Thioo^fh

Charlero'i^

c; HirsOn O ^ouzíers

/?eWe/
Bar-le-Duc-

LAS FRONTERAS DEL LUXEMBURGO Y BÉLG


Eneste gráfico pueden apreciarse, sin ningún esfuerzo, tas lineas fronterizas de las naciones neutrales violadas por el ejército alemán
su avance contra Francia. Véase lunto al portillo de Belfort y muy cerca de Suiza el pueblecillo de Joncherey, donde fué muerto uno de
se produjo una escaramuza. Más lejos Thi(
primeros soldados franceses; á la otra extremidad de los Vosgos aparece Cirey. donde también

Alemania cubriría con su oLa invasora toda la exten- Toda la doctrina militar alemana descansa sobre
sión de Bélgica, pasando por el Norte del Mosa. un principio: la rapidez aplastante de la primera ac-
En Francia todos los escritores militares, especial- ción, imprevista por el enemigo y fulminante como
mente los generales Langlois y Bonnal, estimaron por el rayo. «La doctrina es excelente

dice un comen-
el contrario que Alemania efectuaría su principal tarista — pero no basta imaginarla: hay que llevarla
,

ataque por la frontera de Lorena y simplemente un á la práctica con éxito.» Alemania lo había pensado
ala de au ejército entrarla por el Sur de Bélgica para todo, lo había preparado todo, y creía haberlo previsto
llegar más pronto á Francia, pero sin tocar siquiera todo. Pero surgió un incidente que jamás había figu-
la linea Lieja-Namur. rado en sus cálculos, la resistencia belga, y todo su

Contribuyó á este error la convicción de los fran- plan se tambaleó, falseado en su base.
ceses de que ellos serian los que tomasen la ofensiva La guerra en el siglo XX es algo complejo que
contra Alemania al iniciarse la guerra. Francia no difiere en muchas cosas radicalmente de todas las
deseaba violar la neutralidad belga, y como el grueso guerras del pasado. Es una guerra de masas, de na-
de sus fuerzas atacaría á Alsacia y Lorena, los alema- ciones armadas, que necesita enormes espacios y re-
nes tendrían que contestar á tal ataque desarrollán- cursos que hubiesen asustado á los antiguos estrate-
es un
dose la guerra en la frontera franco-alemana. vSi los gas. El mismo Napoleón, que históricamente
invasores penetraban en los territorios del Sur de caudillo moderno, tal vez quedase desconcertado y
Bélgica, sería únicamente para buscar mayores faci- perplejo ante las luchas actuales.
lidades en el desenvolvimiento de sus fuerzas. La guerra moderna pone en juego todas las fuer-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 f89

S6LWA NEGRA

^•Sr-op -o
£7)j.
<* J«*I

(Plano de L. Triiuiuiür, de de París)


3LADAS POR LOS EJÉRCITOS ALEMANES la Illiulraíion.

¡lie,Remisch, Wasserbilig, Trois-Vieríjes, por donde fué invadido el I.uxemburgo. Por último, al Este del Oran Ducado, el territorio beiRa vio-
ido por el invasor en su marcha sobre Líela. Claramente se expone en este plano el obietivo alemán de forzar el Mosa para poder extenderse
ipidamente por un lado hacia Laon y por el otro hacia más allá del Sambrc y de Maubeu^e, á fin de converger en dos direcciones sobre París.

zas vivas de una nación, pues llama á las armas á tualmente el herido puede ser curado sobre el mismo
todos los hombres obligatoriamente. Es además una campo de batalla, lo ([ue representa un gran progreso
guerra combinada, en la que las fuerzas marítimas comparado con el sistema seguido en otras batallas,
tienen tanta importancia como las terrestres. Hay relativamente modernas, donde el caído tenia que
que contar además los grandes progresos realizados esperar días enteros y sufrir penosos viajes antes de
en los últimos años en materia de armamentos y los ser visitado por el médico.
enormes gastos que éstos representan. En tiempos de Federico
el Grande y de Napoleón I
Sin embargo, forzoso es reconocer que los grandes lasgrandes batallas producían una pérdida en hom-
progresos realizados en el arte de matar no ¡uimentan bres de 20 iV 25 por 100. Con los armamentos moder-
considerablemente el número de las victimas. Las nos este porcentaje no pasa del 15 por 100 en muchos
cifras de muertos y de heridos son enormes porque combates. La proporción de muertos y heridos no lia
los efectivos que toman parte en la guerra moderna variado mucho, y continúa siendo de un muerto por
son enormes igualmente; pero el porcentaje de victi- cada cinco heridos. En la curación de los heridos el
mas es casi igual al de las antiguas guerras, á pesar progreso es indiscutible. Sólo un 25 por 100 cuando
del considerable aumento del valor balístico. más sucumbe de sus heridas, otro 25 queda inútil y
Con todos sus horrores, guerra moderna es me-
la el 50 por 100 puede volver al frente de la guerra en

nos temible para el herido que las guerras antiguas, un plazo más ó menos corto.
á causa de los adelantos realizados por la Sanidad La igualdad de pérdidas entre las guerras anti-
militar y los métodos antisépticos de curación. Ac- guas y las modernas es realmente extraordinaria, ai
590 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

se tiene emjuenta" elenorme número de disparos que »Es preciso que todo el material (armamento, mu-
hacen combatientes en las luchas actuales. En las
los niciones, herramientas, víveres, etc.) de que tiene
gueiTas de Napoleón, los soldados de la Guardia con- necesidad el ejército se mantenga siempre completo,
sumían 25 cartuchos por combate cuando más. Kn la en perfecto estado de conservación, é incesantemen-
te transformado para que se beneficie con los progre-
guerra de 1870 los soldados alemanes gastaron 65 car-
tuchos por hombre, y los franceses, en algunos com- sos de la industria y de la ciencia. Es preciso tam-

bates, hasta GO cartuchos. En la guerra ruso-japonesa bién que esté almacenado en puntos escogidos conve-
el consumo medio por hombre y por día de combate nientemente, y que pueda ser renovado por medio
fué de 50 cartuchos en los japoneses y 35 en los rusos. de nuevas fabricaciones contratadas preventivamen-
Esta cifra no corresponde por igual á todos los solda- te. Hay querepartir todos los hombres válidos en
dos. Hubo rusos que no tuvieron ocasión de disparar grupos, en unidades colectivas de diferentes cla-
el fusil en toda la campaña. En cambio algunos cuer- ses, que serán los elementos constitutivos de las

pos de primera línea consumieron de 300 á 400 car- agrupaciones superiores. Estas últimas deben estar
tuchos diarios por cada hombre. organizadas y articuladas de modo que den á la
Durante las guerras de Napoleón el alcance eficaz masa el máximum de fuerza y de movilidad.
de los fusiles no »Hay que to-

pasaba de 150 mar las más mi-


metros, y había nuciosas y las
que disparar más seguras dis-

3.000 balas, ó posiciones para


sea 70 kilos de que la orden de
plomOj para ha- llamamiento á
cer caer á un las armas lle-

combatiente ene gue instantánea-


migo. Los efec- mente á todos
tos mortales del los interesados;

fuego no resul- para que cada


tan hoy mayo- uno sepa adonde
res, á pesar de debe ir y cómo
lo mucho que ha llegará á dicho
aumentado el al- punto; para que
cance de las ar- encuentre en él

mas. Los fusiles sus jefes, sus ar-


modernos resul- mas y sus efec-
tan eficaces á tos todo pronto;
más de 1.000 me- para que las uni-
tros, y sin em- dades, así que
CONVOY FKANCBS PARA BL ACARREO DB AGUA POTABLE CON DESTINO AL FRENTE
bargo, se calcu- estén constitui-
(Fot. Rol)
lan como nece- das, sean trans-
sarios 3.300 cartuchos, que pesan 7-1: kilos, para poder portadas rápidamente á los lugares de concentración
matar á un enemigo. Como se ve, el peso de los pro- con su correspondiente material. Toda la red de ca-
yectiles empleados para tumbar á un hombre es su- minos, ferrocarriles y canales, debe ser utilizada de
perior muchas veces
al peso que tiene este hombre. modo que dé su rendimiento máximo. Esta red de co-
La guerra moderna, con todas sus complejidades, municaciones debe haber sido estudiada organizada
,

exige una preparación más minuciosa que las guerras y provista de material para dicha concentración. La
de otros tiempos. Puede decirse que la preparación es menor torpeza en su funcionamiento podría causar la
una de las principales garantías del éxito. El general pérdida del país. Esta operación importantísima de la
Joffre, en la asamblea general celebrada en 1913 por movilización no debe ser turbada por el enemigo en
los antiguos alumnos de la Escuela Politécnica, dijo ningún momento y en ningún punto, y para esto es
asi: «Hay que estar preparado. Hay que haber orien- preciso que las tropas de cobertura sean preparadas
tado con tiempo, metódica y tenazmente, todos los especialmente y transportadas á la frontera con ra-
recursos del país, toda la inteligencia de sus hijos, pidez.
toda su energía moral hacia un fin único: la victoria. »Es preciso que las masas concentradas estén bien
Hay que haberlo organizado todo y previsto todo. provistas de víveres, municiones y material de toda
Una vez comenzadas las hostilidades, las improvisa- clase, y que este material, transportado del interior
ciones son difíciles. Lo que falte entonces faltará del país al frente, llegue sin retardo á cada grupo,
definitivamente, y el menor vacío en la preparación sea cual seael lugar adonde le hayan conducido las

puede causar un desastre. operaciones militares. Es preciso que los heridos y


HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 591

UN TREN SANITARIO FRANCÉS PARA íil. TRANSPORTE DE HERIDOS


En el centro; Vista de con(unto del tren. -Arriba; Dependencias \ counn.- Abalo; Dcparlamcnlo
del médico mayor
con oclio comas
y del farmacéutico mayor.— Interior de uno de los vagones
(Oo la lUuitration, de Paria)
592 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

los enfermos sean recogidos, atendidos y trasladados nes no abarcan todo el teatro de la guerra, pues se
á hospitales del interior, donde se acabará su cura- limitan únicamente al campo de
batalla y sus alrede-
ción. Debe existir en nuestra red de medios comuni- dores. Su fin es inmediato y directo. Consiste en des-
cativos un movimiento incesante, cuyo funcionamien- truir la potencia combativa del enemigo para obtener

to será tan vital para la nación como lo es la circu- un resultado final: la victoria y la paz. Las dificulta-
lación de la sangre para el cuerpo humano.» des de la estrategia no han cesado de aumentar desde
Francia, á pesar de ciertos descuidos y errores, es- hace un siglo, á medida que ha ido creciendo la fuer-
taba bien preparada para la defensa gracias á .Joffre za numérica de los ejércitos.
y al Estado Mayor. Todo cuanto el generalísimo anun- El teatro de la guerra comprende todos los sitios
ciaba en su discurso como necesario, estuvo pronto donde las fuerzas militares de las naciones en lucha
en el primer momento de la declaración de guerra. pueden entrar en contacto, y se divide en tantos teatros
Funcionaron sin obstáculo y sin retardo los medios de operaciones como ejércitos existen con una acción
de comunicación, y la Francia armada pudo movili- distinta. Cuando varios ejércitos operan en combina-
zarse en menos tiempo del que se había previsto, ción, cada uno llama á su terreno sector de operaciones.
burlando asi las ilusiones de Alemania, que espera- —
«La mejor estrategia dijo Clausewitz, el oráculo
ba sorprenderla militar de los
mucho antes de alemanes con- —
haber termina- siste en ser siem-
do sus prepara- pre el más fuer-
tivos. te de un modo
La decisión es general, y espe-
tan importante cialmente en el

en la guerra mo- punto decisivo.


derna como la La primera re-
preparación. gla que se im-
«La guerra — di- pone á todo ge-
ce un tratadista neral en jefe es
militar — es la lu- tener sus fuer-
cha de dos vo- zas en masa. No
luntades, en la debe distraer de
cual cada adver- esta masa más
sario intenta im- que aquellas tro-

poner la suya al pas que sean


enemigo.» Esta indispensables
decisión se pro- para la satisfac-
duce por el cho- ción de una nece-
que enorme de sidad urgente.»
CAMION PRANCKS PARA CONDUCIR HBRIDOS A LA.S AMBULANCIAS DEL INTERIOR
las grandes ba- Los alemanes
(Fot. Rol)
tallas. Pero las se han manteni-
grandes batallas son precedidas en los cuarteles ge- do fieles á esta doctrina de Clausewitz, que preconiza
nerales de los ejércitos por batallas de la inteligen- el empleo de las grandes masas, como en los tiempos
cia, cuyo resultado es de gran importancia para las de las guerras napoleónicas.
batallas de combatientes que se desarrollan después Muchos tratadistas militares contemporáneos se
en la realidad. habían imaginado que á consecuencia del progreso en
La perfección de las maniobras y su justa aplica- los armamentos y su mayor alcance destructivo, no
ción sobre el campo del combate, han proporcionado se verían sobre los campos de batalla más que filas
siempre y proporcionan todavía el resultado de la muy espaciadas de tiradores que avanzarían arras-
victoria. Cuando la estrategia, que es el arte de condu- trándose, casi invisibles, de abrigo en abrigo, bajo
cir las tropas hasta el campo de
batalla, coloca á los las ráfagas mortales de la defensa. La táctica alema-
ejércitos frente á frente, la táctica, ó sea el arte de na ha desvanecido esta ilusión. La guerra moderna

emplear las tropas sobre el mismo campo, es la que continúa siendo, como las antiguas, una guerra de
hace triunfar, siempre que el valor de dichas tropas masas, á pesar de los cañones de gran alcance, de los
ayude á la realización de las combinaciones del Esta- fusiles de repetición y de las ametralladoras. Los
do Mayor. En una palabra: el estratega prepara la ejércitos se baten aún á golpe de hombres, se anona-
victoria y el táctico es el que la consigue. dan enviándose proyectiles humanos y toman por
La estrategia es toda ella de concepción, y abraza asalto las posiciones como en los tiempos antiguos.
por entero el teatro de la guerra. La táctica es á la Los alemanes emplearon en todas sus batallas el sis-
vez de concepción y de ejecución, pero sus actuacio- tema de formaciones compactas, y siguen empleándo-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 593

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a
ID
594 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

vechamieuto de las con-


diciones del terreno.
Una sorpresa de la
guerra moderna ha sido
el desmesurado empleo
del sistema de trin-
cheras. Cuando todos
creian que los ejércitos
ib;in á batirse más que
nunca en campo libre,
empleando sus medios
perfeccionados de des-
trucción, se les ha visto
ocultarse debajo del
suelo, emprendiendo
una guerra sorda, lar-
ga y tenaz. Los medios
ofensivos de otros si-
glos, la bomba de ma-
no, los líquidos incen-
diarios, la mina, han
vuelto á estar en uso.
Fueron los japone-
ses los que en la cam-

UNA TRINCHERA FRANCESA DBCORADA POR LOS SOLDADOS paña de Mandchuria


emplearon el sistema
de trincheras y forti-
lo,á pesar de que les cuesta una pérdida monstruosa ficaciones subterráneas, imitado ahora por los euro-
de hombres. peos.
El número inmenso de combatientes que componen Otra novedad de la presente guerra es la demos-
ahora los ejércitos obliga á extender el frente de ba tración absoluta de la ineficacia de las grandes forti-
talla sobre centenares
y centenares de kiló-

metros, que hace más


lo

complicada y difícil la
dirección del general
en jefe. Este debe or-
ganizar sus maniobras
sin someter su vohiii-
tad á la del enemigo.
La experiencia lia de-
mostrado que gene-los
rales que basan sus
maniobras sobre las
intenciones probables
del enemigo son derro-
tados casi siempre. El
general moderno debo
establecer su plan de
ataque sin preocuparse
de los proyectos del ad-
versario y estudiar úni-
camente éstos para obs-
taculizarlos é impedir
su realización, gracias
á un reparto hábil de
las tropas sobre el fren-
te y á un oportuno apro- ENTRADA DB UNA TRINCHERA FRANCESA EN LA ARGONA (Fots. Meurisse)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 595

ficaciones. Las bate


rias de cemento arma-
do con cúpulas acoraza-
das quedan destruidas
en poco tiempo bajo el
fuego aplastante de los
monstruosos cañones
de sitio.

Las más sólidas obras


de fortiñcación son aho-
ra las trincheras, que
pueden recomponerse
fácilmente cuando las
destruyen los cañones
enemigos.
La única defensa efi-
caz de una plaza con-
siste en tener alrededor
de ella un valeroso ejér-
cito que con sus conti-
nuos combates la «dé
aire», manteniendo ale-

jados á los que inten-


tan sitiarla.
Los descubrimientos
TRINCHERA ALEMANA TOMADA POR LAS TROPAS FRANCESAS EN VARREDDES (Fot. Rol)
cientificos más recien-
tes aplicados á la gue-

rra, como son la aviación y la navegación subma- blaremos extensamente al relatar las operaciones,
riña, han modificado considerablemente las condi- o
clones de la lucha en la tierra y en el mar. Pero La guerra hace triunfar momentáneamente la
sobre la actuación de aeroplanos y submarinos ha- fuerza sobre el derecho. En los tiempos bárbaros no
se reconocía ningún li-
mite al ejercicio de la
fuerza. Luego, al civi-
lizarse los pueblos, la
razón y la humanidad
fueron dulcificando po-
co á poco las costum-
bres antiguas.
Los alemanes de la
Alemania contemporá-
nea, que se considera
el pueblo más culto y
civilizado de la Histo-
ria, han tenido el triste
honor de restaurar la
guerra con todos los ho-
rrores y el salvajismo
de los tiempos pasados.
Nada tiene esto de
extraordinario si se re-
cuerda la profunda in-
moralidad de casi todos
los jurisconsultos, his-

toriadores, filósofos y
hombres de Estado, que
han contribuido en Ale-
OFICIAL FRANCÉS OBSBRVANDO AL ENEMIGO DESDE UNA TRINCHERA ^Fot. Meuri886) mania á la formación
596 VICENTE BLASCO IBAÑEZ

del ideal imperialista y á la constitución del panger- la paz eternamente.» Esta es la moral de los grandes
raanisrao. Todos ellos, como lo hace notar el filósofo juristas de la nación alemana. Hay que resignarse
Fouillée, se gozan en poner en oposición la teoría indi- ante el hecho consumado, aunque sea injusto; hay que
vidualista del derecho germánico y la idea socialista sentir el respeto místico, la veneración de la fuerza
de los pueblos latinos. Excluyen de la formación del bruta, cuando el triunfo está del lado de ella. De este
derecho toda finalidad superior y toda intervención modo la paz será eterna, la paz del esclavo que no se
del libre ejercicio de las facultades humanas. El dere- atreve á revelarse contra el déspota. Fundando los
cho, según ellos, es el hijo de la fuerza, y tiene su derechos del hombre y de las naciones sobre la fuerza
origen en el poder del individuo, sin límite alguno que y no sobre el derecho, se justifican todos los arma-
lo coarte. El Estado debe reconocer como su misión mentos, todas las violencias, todos los odios, y se abre
principal el obligar á las masas á que respeten los un porvenir sin límites á la guerra. Los intelectuales

INEFICACIA DE LAS GRANDES FORTIFICACIONES


DBSTROZOS BN UN FUERTE DB MAUBEUGK

privilegios conquistados á viva fuerza por los que prusianos que divinizan actualmente la fuerza y pre-

están arriba. «Esto equivale dice un autor á hacer— dican la sumisión ante el fuerte, olvidan que hace un
de la injusticia, de la opi'esión y del bandolerismo la siglo su pueblo fué tiranizado por un super-hombre
base de las sociedades humanas.» más grandioso que los que ellos exaltan ahora, que
Un profesor alemán, Ikering, en un discurso pro- se llamaba Napoleón. Entonces Prusia no creyó en la
nunciado en 1876 para celebrar el aniversario del em- santidad del poder que reposa en la fuerza, y defen-
perador Guillermo, dijo así: «Todo derecho existente dió su derecho á la vida independiente.
y en vigor, sea como sea, es un hijo de la Historia, y Como dice un autor, «los alemanes llegados algo
debemos inclinarnos con un sentimiento de veneración tarde al banquete de la civilización estaban todavía
ante toda fuerza que ha vencido, producto misterioso liipnotizados por los bárbaros esplendores de la fuer-
de las fuerzas y las leyes morales que presiden y do- za cuando se constituyeron en nacionalidad. La gloria
minan los estallidos más salvajes de la guerra. La po- de Napoleón los deslumhró y los deslumhra todavía».
tencia del vencedor; he aquí lo único que crea el dere- Después de haber maldecido á su vencedor y haberse
cho y lo determina. Reconociendo y acatando este desembarazado de él, sólo sueñan con imitarlo. Lejos

principio es como la guerra podrá tener fin y reinar de sacar de la guerra y de sus horrores la única conse-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 597

cuencia lógica, ó sea que representa una locura huma- los siglos remotos. Los escritores militares de Alema-
na, los filósofos alemanes, á pesar de las enseñanzas nia proclaman descaradamente la guerra de extermi-
de la epopeya napoleónica, la califican de divina. nio, la destrucción y el asesinato. Podríamos trans-
Hégel, cuya influencia fué grande en Alemania, cribir numerosas citas extraídas de las obras de dichos
dice que la guerra es la afirmación más alta que un nada más, por
escritores, pero nos limitaremos á dos
Estado puede dar de su soberanía. En nada como en no repetir la misma idea bárbara manifestada con
el«realismo de la guerra» llega el Estado á su supre- diversas palabras.
ma idealidad. La vida y las propiedades de los ciuda- — —
«La guerra escribe Clausewitz no conoce más
danos se encuentran subordinadas á la conservación que un medio: la fuerza. No debe aceptar otro me-
de la «substancia común», que es el Estado. dio que la destrucción, las heridas, la muerte; y este
Como el Estado representa la fuerza, puede y debe empleo de la fuerza brutal es de regla absoluta. El

ANTE EL PROGRESO DE LA ARTILLERÍA


UN FOBRTE DB BÉLOICA DESTROZADO POR LOS QRANDBS CAÑONES DE SITIO

usar de la fuerza para mantenerse y engrandecerse. derecho de gentes, del que tienen la boca llena to-
Hégel se burla de los tratados de paz de larga dura- dos los abogados, no puede imponer á la finalidad y al
ción y considera que deben ser provisorios. «La razón derecho de la guerra más que restricciones insigni-
de Estado los firmó, y la razón de Estado puede rom- ficantes, ómejor dicho, nulas... En la guerra toda idea
perlos cuando quiera.» En cada momento de la Histo- de filantropía es un error, un absurdo pernicioso... La
ria un pueblo dominador representa una fase del des- violencia, la brutalidad del combate, no deben reco-
envolvimiento de la ¡dea sólo por el hecho de haber nocer ninguna especie de limites.»
triunfado. Con este derecho gobernaron al mundo los El mariscal Bronsart von Shellendorf, ministro de

imperios orientales, después Crecía y luego Ruma. la Guerra de Prusía, dijo asi: «Si los pueblos civiliza-

Ahora, según Hégel, le ha llegado el turno á la raza dos no arrancan la cabellera á los vencidos, no degüe-
germánica de dominar al mundo. llan á los prisioneros, no destruyen las ciudades y las
«Todo lo que es real es racional», dice Hégel. Y aldeas, no incendian las granjas y no lo devastan todo
tales palabras significan la divinización del hecho á su paso, no es por humanidad, sino porque resulta
consumado, la justificación de todos los crímenes y preferible exigir indemnizaciones al vencido y anexio-
todas las infamias que figuran en la Historia desde narse los territorios ricos para que sigan produciendo. »
598 VICENTE BLASCO IBANEZ

Este mariscal prusiano no presentía que el Estado hace la guerra por defender á su patria, pero deja en-
Mayor de su país podía considerar útil y oportuno tender en sus palabras la tristeza que le infunde esta
aterrar con toda clase de crímenes á los pueblos que cruel necesidad, impuesta por la barbarie siempre vi-
se resisten, como lo ha hecho en Bélgica y en el Nor- gilante de los enemigos.
te de Francia. En guerra el soldado ale-
la presente «Pueden deplorarse — dice el generalísimo fran-
mán usa del derecho que tiene, según Shellendorf, cés — esas horas trágicas en las que la sangre corre á

para asesinar al enemigo y destruirlo todo: derecho oleadas, en las que el fuego, el hierro, las fatigas y las

del que no había querido hacer uso antes por una con- enfermedades destruyen miles de vidas liumanas. Pero
sideración egoísta. Las ciudades incendiadas de Bél- deplorando las desgracias, no se las evita.
gica, los pueblos destruidos de Francia, los seres in- »Los pueblos están sometidos á los mismos móvi-
defensos martirizados y fusilados, demuestran cómo les físicos que los hombres. La exaltación los trans-

el guerrero germánico ha creído necesario hacer uso forma, la pasión los domina, el interés los divide, un
de su derecho. largo pasado gravita sobre ellos. Los pueblos, en los
«Sólo con sangre —
continúa el mariscal Shellen- largos periodos de calma y de cordura, pueden tener

dorf es como deben escribirse las cosas de la guerra. el sincero deseo, la firme voluntad de renunciar al uso
Declaro que la próxima guerra será algo atroz y nun- de la fuerza contra sus vecinos, de evitar los conflic-
ca visto. Entre Alemania y Francia sólo es posible un tos con ellos, y si estos conflictos se producen, resol-
duelo á muerte. «Ser ó no ser», este es el problema verlos pacíficamente. Pero de pronto surge un inci-
que se planteará en la próxima guerra, y sólo podrá dente inesperado... la tormentase amontona, las bue-
ser resuelto por la ruina definitiva de uno de los dos nas relaciones se olvidan y todos corren á las armas.
antagonistas.» ¡Ay de aquellos que han caído en la trampa de las
Como
contraste, cerremos este volumen con unas generosas ilusiones! ¡Ay de aquellos que no están pre-
palabras del general Joffre, soldado republicano que parados y prontos para defenderse!»

FIN DEL TOMO PRIMERO


UNivERsrry oF illinoi9-urb*na

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