Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
http://www.library.uiuc.edu/catalog/
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914
VICENTE BLASCO IBAÑEZ
HISTORIA
DE LA
GUERRA EUROPEA
DE 1914
TOMO PRIMERO
PROMETEO
SOCIEDAD EDITORIAL
Qermanías, F S.— VALENCIA
ll^ól^v
BLASCO IBANEZ EN LA PLAZA DE UNA ALDEA DEL ARGONA BOMBARDEADA POR LOS ALEMANES
* I Fot. ,7. Francli)
ÍNDICE
Págs. Pásrs.
INTRODUCCIÓN
hay en la historia de la humanidad guerra armas. Hasta hace pocos años los ejércitos se contaban
famosas de otros tiempos. Las grandes cabalgadas de rrocarriles no existen para el tráfico mercantil, pues
jinetes vándalos y hunos, exageradas por el terror de emplean todo su material en el transporte de comba-
los cronistas y los medios de subsistencia de aquellas tientes, armas y bestias; los puertos se convierten en
épocas, tal vez fueron menos importantes numérica- lagunas muertas, con archipiélagos de navios inmó-
mente que las cortinas de caballería que esparcen viles y silenciosos y rosarios de minas sumergidas que
como simples avanzadas los ejércitos del presente obstruyen sus bocas de acceso.
para ocultar sus movimientos. Las batallas duran meses y se extienden en un
Esta es la primera guerra que hacen los pueblos frente de centenares de kilómetros, abarcando los lí-
con ejércitos formados por el servicio obligatorio; el mites de varios Estados. Las vías férreas funcionan
primer choque de naciones enteras puestas sobre las incesantemente á espaldas de los ejércitos en lucha,
10 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
No menos espan-
to infunde el pen-
sar lo que esta gue-
rra significa para
la vida económica
de los pueblos.
Antes de que se
declarase, y antes
también de que na-
die pudiese sospe-
char su repentino
y absurdo estalli-
do, la situación
financiera del mun-
do civilizado no era
próspera. La gue-
rra balkánica ha-
bía trastornado el
organismo finan-
ciero internacio-
nal, que es de gran
delicadeza, como
toda máquina gran-
de y complicada.
La circulación de
valores entre las
naciones sufría
cierta parálisis. A
(Fot. liül)
CALLE DE AMBBRBS BOMBARDEADA I'OR LOS ALEMANES
esta situación esta-
transportando á enormes distancias los combatientes, cionaria había que añadir el trastorno en los negocios
según las imperiosas necesidades de la oportunidad de América, producido por las revoluciones mejica-
táctica. El mismo soldado que dispara su fusil entre nas y la crisis económica del Brasil y la l\(])ública
siete meses.
Pero por desgracia, todo hace pre-
ver que durará algo más, ¿y quién
sabe hasta dónde puede aumentarse
esta cifra enorme de millones?...
La tenaz Inglaterra, que llega
siempre al último límite cuando su
cólera fría le hace adoptar una reso-
lución extrema, ha declarado que la
victoria será del pueblo que en medio
de la ruina universal pueda disponer
del último millón.
«El dinero— come dice el citado
economista — es sobre todo necesario
DESPUÉS DE LA BATALLA DEL MARNE. UN CAMPO SEMBRADO DE CADÁVERES al iniciarse la guerra para su pre-
(Fots. Rol)
12 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
paración, y al final para su liquidación. En principio, que empieza en 1914 y nadie sabe cuándo terminará.
resulta menos necesario durante el curso de ella para «La Historia es una resurrección», decía Micholet.
su sostenimiento.» En la presente Historia no
hay que resucitar nada.
Y como único consuelo en medio de este cuadro de Los hombres y los hechos están aún con vida ante
horrores económicos, Leroy-Beaulieu, al ocuparse del nosotros. No hemos de interrogar á muertos, forjando
tristeporvenir que nos aguarda, termina así: «Las hipótesis sobre su inmovilidad silenciosa y el brillo
sociedades modernas tienen tal fuerza de renovación enigmático de sus ojos empaüados. Los que nos rodean
y de progreso, que cada pueblo, haciendo un llama- están vivos ó son moribundos que aún pueden hablar
miento al conjunto de sus fuerzas nacionales, puede y dicen la verdad de los últimos momentos.
soportar el fardo de los gastos, con grandes sufrimien- Las ciudades incendiadas; las muchedumbres pa-
tos ciertamente, pero sin llegar á verse aplastado por cíficas en pavorosa fuga, dejando á sus
espaldas la
completo.» casa en escombros y los parientes fusilados; los mo-
numentos arquitectónicos que respetaron los siglos
Esta guerra europea es ya una guerra mundial. La bárbaros y acaban de ser suprimidos para siempre
gran batalla de razas que se desarrolla en el centro por el ojo y la mano de un artillero que se cree civili-
del viejo mundo
se ha esparcido fragmentaria por todo zado; todos los horrores de una guerra que puede lla-
el planeta. Los japoneses baten á los alemanes en las marse única, están ahí, á corta distancia de nosotros,
costas de la China; las tropas sud-africanas de los alia- como testimonios de deshonra, justificando el anate-
dos invaden las colonias germánicas; hombres de di- ma, el grito generoso de la indignación.
versas razas y colores, venidos de los lugares más Procuraremos ser imparciales en nuestro relato,
remotos de la tierra, dan su sangre en los campos de aunque jamás historia alguna, en sus deseos de im-
Europa á la gran cruzada contra el imperialismo; los parcialidad, ha llegado á librarse de las influencias
navios armados se persiguen por todos los mares del de la pasión. Somos hombres de nuestra época; vemos
globo; se agitan las aguas con las explosiones ocultas dolorosamente cómo en unas cuantas semanas se han
de los torpedos; suena el cañón á lo largo de las cos- suprimido varios siglos de trabajo y de progreso, y no
tas de América, en las soledades del Pacífico y entre podemos permanecer fríos é impasibles ante estas
los paradisíacos archipiélagos del mar de las Indias. maldades irreparables de la más desatentada de las
Las naciones tituladas neutrales pueden á duras ambiciones. La humanidad parece retroceder á la
penas mantenerse al margen del conflicto. En unas, la época de las cavernas. La ciencia, raptada y violada
tradición política y el entusiasmo del pueblo pugnan por el antiguo bárbaro, le sigue y le ayuda como una
por vencer la prudencia de los gobiernos, queriendo
—
esclava triste. ¿Van á morir también como mueren
pasar de la inercia actual á una actividad belicosa. los monumentos y los hombres — las más nobles aspi-
Otras, por su posición geográfica, atraerán segura- raciones de la humanidad?...
mente la invasión y el atropello de un imperialismo ¡Una guerra mundial, una guerra cuyo término
que no reconoce derecho ni respeta compromisos, y nadie conoce, cuando los hombres creían en la paz
para defender su más que nunca,
existencia ten- y guiados por la
drán que salir ciencia y el arte,
forzosamente de que, según Goe-
la neutralidad. the, no tienen
Nuevos com- patria, avanza-
batientes entra- ban hacia la ma-
rán en la lucha. yor perfección
Son muy conta- posible, hacia la
dos los pueblos ciudad futura
de Europa que soñada por este
lograrán vivir poeta generoso
aparte de esta y humano, del
conflagración que son nietos
mundial. espurios los in-
telectuales ale-
manes que ahora
Vamos á rela- glorifican lasha-
tar el desarrollo zañas bárbaras
y los horrores de del militarismo
quiera de los numerosos atentados personales del fa- de raza y creencias religiosas.
natismo patriótico, pero que veinte días después sirvió Pero el Imperio austriaco ha sido insaciable en sus
de pretexto para iniciar la guerra europea. apetitos de anexión. Constantemente derrotado ea los
Serajevo es la capital de la Bosnia, vasto territorio campos de batalla desde hace más de un siglo, busca
que, en unión con la Herzegovina, quedó anexionado en las intrigas diplomáticas y los compromisos se-
al Imperio de Austria cuando ambos dejaron de perte- cretos un medio de adquirir nuevos territorios, con-
necer definitivamente á los turcos. solándose así de las victorias que nunca obtuvo. Su
Bosnia y Herzegovina viven hace tiempo en una fidelidad á la Triple Alianza la ha cobrado con cre-
ces, haciendo que Alemania le apoyase con su enorme
(1) Esta ciudad, que goza ahora de una celebridad mundial poder y sus amenazas cada vez que solicitaba una
& causa del atentado que dio pretexto á la guerra europea, es anexión. Nunca ha combatido en las guerras moder-
conocida con diversos nombres: Bosna Serai. Seraio, Seraievo. nas contra Turquía, y siempre á la hora del reparto
Sarajevo y Serajevo, procedentes todos del primitivo titulo de
seha llevado la mejor presa.
Sera'íque le dieron los turcos á causa del gran Serrallo ó pala-
cio que hizo construir Mahomed 11, y en torno del cual se ele-
Contra toda razón histórica y étnica se anexionó
varon ochenta mezquitas y numerosos bazares. á Bosnia y Herzegovina, pretendiendo hacerlas aus-
14 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
triacas. Contra toda lógica quiso fundar recientemente mejores puestos bajo la protección del gobierno y
el pequeño reino de Albania, dando su corona á un haciendo una guerra sorda á los antiguos pobladores
principillo alemán, empresa que ha costado mucha de sangre eslava. Los croatas, gente violenta que
sangre y dinero para venir a terminar de un modo siempre dio el contingente más bravo á los ejércitos
grotesco. austriacos, habitan también la Bosnia, pretendiendo
Bosnia y Herzegovina sobrellevan con impaciencia oprimir á los de origen servio con un mal disimu-
la dominación austriaca, aprovechando todas las oca- lado apoyo de las autoridades. Austria, en vez de
siones para protestar contra ella. Su rebeldía sorda es unificar á sus pueblos bajo la igualdad de la paz,
semejante á la de los alsacianos y
loreneses, pero más violenta y ra-
dical en sus procedimientos de ac-
ción, por la diferencia de sangre y
de costumbres. Una sociedad cons-
piradora, la Narodna Obrana, pare-
cida en sus fines á la Liga de Pa-
triotas de Francia, une á los servios
de las provincias anexas con sus
hermanos de Belgrado, militares,
profesores, estudiantes, patriotas
entusiastas que sueñan con recons-
tituir la «Gran Servia» de otros si-
glos, dominadora de toda la Europa
oriental,y que casi se apoderó del
Imperio de Bizancio.
Estos servios anexionados al Im-
perio austriaco tienen otros moti-
vos, además de los de su origen,
para mostrarse hostiles al domina-
dor. Austria imita los procedimien-
tos alemanes en Alsacia, fomen-
tando una emigración de austriacos
á Bosnia y Herzegovina. Gentes de
los diversos Estados de su vasto
procura separarlos fomentando los odios de raza, para dominador, organizando manifestaciones de lealtad y
sostener de este modo su autoridad central, caduca y adhesión al gobierno, pretendiendo hacer creer que
vacilante. no existe antagonismo entre el país y las autoridades,
Los austríacos trasplantados en Bosnia son se- que todo el pasado está en el olvido, que sólo unos
mejantes á los alemanes establecidos en Alsacia y cuantos locos sin importancia persisten en los anti-
Lorena. Bullen ruidosos y entusiastas al amparo del guos odios... hasta que un hecho ruidoso se encarga
de revelar el fuego oculto tras de
esta fachada alegre, las fuerzas hos-
tiles é irreductibles que siguen agi-
tándose en el misterio.
hebreos, pero que están redactados en nuestra lengua. Rodolfo, el hijo del emperador, devoto y libertino
El «español» de Bosnia y Herzegovina, cuyos ma- al mismo
tiempo, apareció muerto una mañana: unos
yores recibieron asilo del turco en estas tierras cuando dicen que á manos de una amante celosa; otros afir-
fueron expulsados de la Península, permanece al mar- man que en
desorden de una orgía con ciertos ami-
el
gen de toda agitación política. Bastante quehacer gos. Un archiduque primo suyo se despojó de la dig-
tiene con defenderse de los ataques del antisemitismo, nidad principesca para tomar el nombre de .luán Orth
difundido en toda Austria por el apasionamiento reli- y lanzarse á vagar, como el «holandés errante» de la
gioso. leyenda, por todos los mares del globo, hasta perecer
Su placidez de buen comerciante sólo se altera con en una tormenta frente al cabo de Hornos. La curiosi-
una melancolía soñadora cuando habla de los <<anti- dad pública no ha querido creer en la muerte de este
guos que vinieron de allá», de la tierra que durante personaje novelesco, y todos los años hay alguien que
siglos fué una buena madre y luego los expulsó como cree reconocer á Juan Orth entre los aventureros que
bestias malignas. Y esta melancolía hace subir lágri- vagan por las tierras de la América del Sur. Otro
mas á sus ojos en la sinagoga cuando el rabino canta archiduque que pudo ser heredero de la corona renun-
con voz trémula, al recordar las glorias muertas de la ció á sus derechos para convertirse en el burgués Leo-
raza, las felicidades que no pueden volver: poldo Woelfling y casarse con una mujer de origen
Perdimos la bella
obscuro, llevando en Suiza una existencia modesta.
Sión;
Varios príncipes de la familia imperial austríaca viven
l)erdimos también España,
nido de consolación. esparcidos por Europa, en islas apartadas ó en conti-
nuos viajes sobre un yate, olvidándose de su nombre,
como si las glorias y honores de su nacimiento equi-
A fines del mes de .Junio el archiduque Francisco valiesen á una maldición.
Fernando, heredero del Imperio de Austria, fué á la Francisco Fernando, el menos complicado de toda
región de Ilidze para presenciar las maniobras de la familia, también tuvo en su vida una página nove-
montaña del ejército. Luego se reunió con su esposa, lesca: la de su matrimonio.
la duquesa de Hohenberg, y juntos entraron en Se- Al ser declarado heredero de la corona, las viejas
raje vo. archiduquesas de V^iena vieron para sus hijas una
Francisco Fernando era el segundo heredero del posibilidad de subir al trono, y todas lo asediaron que-
Imperio. El ambiente trágico que parece rodear al riendo hacer de él su yerno. La archiduquesa Isabel
viejo Francisco José, soberano de Austria, como una supo atraerlo á su residencia de Presburgo, esforzán-
atmósfera mortal, hizo de él un futuro emperador. dose durante meses y meses- por llamar su atención
Educado en (iratz por los jesuítas, y sin más aspira- sobre los encantos y méritos de sus seis hijas. I'q día
ciones que las de un archiduque preparado para un la vieja archiduquesa tembló de emoción
y esperanza
mando en los ejércitos, la muerte novelesca y miste- al ver que el heredero del Imperio contemplaba amo-
riosa del príncipe Rodolfo, hijo único del emperador, rosamente un pequeño retrato de mujer oculto en la
le sacó de la obscuridad, convirtiéndolo en heredero tapa del reloj. ¿Cuál de sus retoños sería el preferi-
de la corona. do?... Y cuando su curiosidad femenil pudo aprove-
Todos archiduques reunidos en torno del an-
los char un descuido para ver el retrato, encontró con
ciano Francisco .losé tienen en su historia algo de horror los rasgos fisonómicos de la condesa Sofía de
desequilibrio romántico, de complicación novelesca. Choteck, una señorita pobre, mezcla de institutriz y
Son una mezcla rara de fanáticos meticulosos y de dama de compañía de una de sus hijas.
héroes byronianos. La archiduquesa, indignada, echó á la calle á la
ambiciosa Choteck; Francisco Fernando protestó de
este atropello, abandonando igualmente la residencia
de su tía; la señorita pobre mantuvo á distancia á su
pretendiente ocultándose de él, pidiéndole en sus car-
tas que la olvidase, ya que por la diferencia de naci-
mientos era imposible un matrimonio entre ellos, y
estas resistencias sirvieron para excitar más aún la
LLEGADA A ILIDZB DEL AUCHIDUQUE FRANCISCO FERNANDO emperador, haciéndole autorizar el casamiento cuando
EL 4 DE AGOSTO EN l^
UNA SESIÓII
El 4 de Agosto se reunió la Camdrd francesa, al mismo tiempo que el Senado, para conocer el mensaje del presidente de la Repú-
blica y comunicación del iefc del gobierno, M. Viviani, en que se exponían los motivos que arrastraban á Francia, llevándola á la
la
guerra. Fué un espectáculo inolvidable. El amor á la patria y la confianza en sus destinos hacían latir los corazones. Una inmensa acia-
. CÁMARA FRANCESA
HISTÓRICA
lación acogió el discurso de M. Viviani. Todos los brazos se levantaron para ¡urar que defenderían hasta el líltimo extremo y por iodos
)s medios legítimos la causa de la patria, del progreso y de la civilización... «Hemos procedido sin lacha y procederemos sin miedo»,
roclamó M. Viviani. Y toda la Cámara, unánimemente, se asoció á estas palabras.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 17
pero nacido en Bosnia. Con un impulso violento se ningún obstáculo hasta el automóvil, y sacando del
abrió paso entre la muchedumbre y saltó al río,
que bolsillo una pistola browing, hizo dos disparos contra
estaba inmediato. Varios policías se arrojaron en el el archiduque, hiriéndole en las piernas y en el cuello.
agua tras de él, consiguiendo sujetarlo después de Francisco Fernando intentó incorporarse, pero rodó
una corta lucha. Una parte del público, indignada al fondo del carruaje expeliendo por el cuello y la boca
por el atentado, quiso matarle, y la policía tuvo que borbollones de sangre. Su esposa se precipitó sobre él
protegerlo. con un movimiento instintivo para cubrirlo con su
El archiduque y su esposa continuaron la marcha cuerpo, y fué en tal momento cuando Prinzip disparó
hasta palacio del Municipio, donde se había orga-
el por tercera vez, hiriendo á la duquesa en el bajo vien-
nizado una recepción en su honor. Cuando el alcalde tre. Esta cayó desvanecida en las rodillas de su ma-
comenzó á pronunciar el discurso de saludo, Fran- rido, que estaba igualmente sin conocimiento.
cisco Fernando le interrumpió con voz temblorosa por El automóvil se abrió paso entre la confusa mu-
la cólera. chedumbre, alborotada por el atentado, para llevar al
—
¿Para qué ese discurso?... Yo
he venido aquí únicamente á ver el
país, y me reciben con bombas. ¡Esto
es indigno!
Pero arrepentido de esta impulsiva
interrupción y del silencio embara-
zoso que produjo en torno de él, aña-
dió á los pocos momentos, dirigién-
dose al alcalde:
— Está bien; podéis continuar vues-
tro discurso.
El pobre discurso llegó á su fin, y
cuando el archiduque iba á reanu-
dar la marcha triunfal por las calles
de Serajevo, el alcalde le suplicó que
modificase su itinerario, yendo por
distinto camino que el fijado en el
incendio.
Y en Viena, el viejo emperador, que ve caer de un
modo trágico á todos cuantos le rodean su hermano —
Maximiliano fusilado en Méjico; su hijo Rodolfo muerto
en el misterio; su
esposa la emperatriz Elisabeth ase-
sinada en Ginebra; su sobrino y heredero Francisco
Fernando rematado á pistoletazos con su mujer en
una encrucijada de —
dijo con una expresión
calles ,
II
BL PÚBLICO ESPERANDO EN I-A CALLE PARA DESFILAR ANTE EL CATAFALCO BRIC.IDO EN LA CAPILLA
DEL PALACIO IMPERIAL DE VIBNA
por segunda vez en una derrota aplastante de esta lo mismo que los montenegrinos, lo que habían ga-
última, y sufrió una segunda decepción, intimamente nado á punta de bayoneta.
sus diplomáticos empujaron ocultamente á los alba- Ante esta presión irritante y continua de la gran
neses para la invasión del país servio, creyendo que, potencia hostil, so comprende la cólera de los servios,
extenuado por dos guerras, no podría resistir. Pero el estado de exaltación patriótica en que viven en
Servia repelió á los albaneses con una rapidez y una Belgrado, no sólo el pueblo y los estudiantes, sino
energía que jamás tuvieron los turcos al domeíiar a personas de una clase superior, como jefes del ejér-
este belicoso país. cito, magistrados, etc. Se comprende también el odio
Una nueva desilusión para Austria; un motivo de contra Austria que han manifestado siempre los pe-
cólera contra los actuales gobernantes de Servia, que,
aleccionados por su vida en las grandes capitales de
:#«
—
Europa cuando aún no habían recuperado el tro- -ij^V
Belgrado habían dado con anticipación la alarma de suceso, llevando adelante una averiguación secreta,
lo que se tramaba en Serajevo; inútil también querer forjando una verdadera novela folletinesca á capricho
demostrar que un gobierno no puede ser acusado de de detectives y agentes políticos, sin oir para nada
un delito sólo porque los autores de éste sean de su al gobierno de Servia ni permitirle intervenir en las
país. El gobierno austríaco quiso sacar partido del informaciones.
El 23 de Julio, casi un mes después del atentado
de Serajevo, cuando nuevos accidentes de la política
europea habían hecho olvidar en parte este suceso, el
gobierno austro-húngaro, bajo la forma de Nota «ver-
bal» leída por su representante diplomático en Bel-
grado, dirigió al gobierno de Servia una intimación
contra Austria-Hung-ria. es decir, los trabajos realizados para 8." A imiiedir con mediilas eficaces el concurso de las auto-
ridades servias en el contrabando de armas y explosivos á tra-
separar de la monarciuia austro-liúngara territorios (jnc le per-
tenecen, y lamenta además, muy sinceramente, las cojisecuen- vés de la frontera, y á licenciar y castigar severamente á los
cias funestas de esta labor criminal. funcionarios de servicio en la frontera, en .Scbabetz y Loznica,
»E1 liobicrno real servio lamenta (|ue oficiales 3' funciona- culpables de haber a\ udado á los autores del crimen de Sera-
rios servios hayan colaborado en esta propaganda, poniendo en jevo facilitándoles el paso de la frontera.
peligro las buenas relaciones de amistad y de vecindad á las 9," A dar explicaciones al Gobierno austro-húngaro sobre
que se había comprometido solemnemente el Gobierno real ser- los conceptos injustos vertidos por altos funcionarios servios
vio en sus declaraciones de 31 de Marzo de 1909. tanto en Servia como en el extranjero, los cuales se han ex-
»E1 (iobieruo servio, que des- presado, no obstante su carác-
aprueba y rechaza toda tentati- ter oficial, después del atentado
va de ingerencia en el destino de 28 de .lunio. en términos hos-
de los pueblos de cualquit!ra tiles hacia la monar(|nía austro-
parte de Austria-Hungría,
con- liúngara.
sidera como un deber advertir
10. A advertir inmediata-
del modo más categórico, á los
mente alGobieriKi austro hún-
3." A eliminar iiunediatamente de la instrucción pública de crimen de Serajevo, aunque formulado en un tono
Servia, tanto en lo que se refiere al cuerpo de profesores como irritante de amenaza, podía aceptarlo el gobierno de
á los medios de instrucción, todo lo que sirva y pueda servir
para fomtiiitar la propaganda contra Austria- Hungría. Servia, deseoso del esclarecimiento de los hechos,
4." A alejar del sím-vícío militar y la administración en ge- para demostrar la inexactitud de las encubiertas acu-
neral á todos los oficiales y funcionarios culpables de propa-
saciones dirigidas contra él. Pero ¿y la exigencia de
ganda contra la monarquia austro-húngara, cuyos nombres y
hechos se reserva el Gobierno austro-húngaro por ahora para separar del servicio á todos los oficiales y funciona-
comunicarlos oportunamente al Gobierno real de Servia. rios civilesque se hubiesen expresado alguna vez en
5.° A aceptar la colaboración en Servia de los órganos del
contra de los gobernantes austro-húngaros, enemigos
Gobierno austro-húngaro para la supresión del movimiento
subversivo dirigido contra la integridad de la monarquía. constantes de la raza servia?... ¿Y la pretensión inau-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 23
dita de intervenir los delegados austriacos en la vida ante las potencias europeas, puso en conocimiento de
interior de Servia, constituyendo una especie de Inqui- éstas la Nota «verbal» dirigida al gobierno de Bel-
sición para perseguir á todos los que no se mostrasen grado, acompañándola de otro documento en el que
afectos al Imperio? intentaba explicar la actitud adoptada por el gabinete
Con la aceptación de las peticiones austríacas, todo de Viena.
de la Estos documentos fueron dirigidos á los gobiernos
lo mejor del pueblo servio quedaba á disposición
del Imperio. Jefes del ejército, magistrados, de Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, Rusia y
venganza
profesores, periodistas,
iban á ser perseguidos en su Turquía. Un detalle digno de tenerse en cuenta: Fran-
casa, no el atentado de Serajevo— pues esto cia fué la primera potencia que recibió las Notas de
propia por
es de lo que menos se acordaba ya el gabinete de Viena, y las recibió con una gran anticipación sobre
Viena— sino por lo que habían escrito ó habían ha-
,
las otras naciones. Los diplomáticos de la Triple
blado durante diez años en defensa de la raza eslava Alianza tenían prisa indudablemente en enterarla del
tro-húngaro presentó á Servia una Nota amenazante. En la mañana del mismo viernes 24 de Julio, el
Al día siguiente (viernes 24 de Julio) el ministro embajador de Austria- Hungría en París, conde Szec-
de Negocios Extranjeros de Austria- Hungría, conde sen de Temerin, se apresuró á presentarse en el Mi-
Berchtold, por medio de los embajadores de su país nisterio de Negocios Extranjeros, dejando una co-
'i4 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
acompañando al presi-
dente de la
Hepública 1." Que cu .su
!i|)rii('l);i
ARTILLERÍA SERVL\
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 25
(Kut. Kol)
UN ESCUADRÓN DE CABALLERÍA SERVIA
unos y ansiado por otros durante cuarenta y cuatro de la Nota amenazante á Belgrado, el plazo inaudito
guerra!... una guerra iniciada con rapidez, de seguro expiraba plazo de 48 horas exigido por Austria para
el
é inmediato triunfo sobre unos enemigos que, por el recibir la contestación del gobierno servio.
momento, estaban dispersos, sin preparación, ocupa- El telégrafo había hecho conocer en la noche ante-
dos en sus cuestiones internas. riorun intento de intervención de Rusia. El gobierno
Por esto la diplomacia de Viena á cara descubierta ruso, por medio de su embajador en Viena y del em-
y la de Berlín con sus ocultas inspiraciones sólo qui- bajador de Austria en San Petersburgo, rogó al gabi-
sieron conceder plazos de breves horas para respues- nete austríaco que prolongase por unos días el plazo
tas que exigen maduro examen. concedido á Servia, alegando la escasez de tiempo
Por esto trataron la suerte de los pueblos con la que representaban 48 horas para el estudio y res-
rapidez de una operación de Bolsa, disponiéndose puesta de las numerosas reclamaciones contenidas
para la guerra antes de conocer la suerte de las peti- en el ultiinatmii .
Rusia, protectora natural de los pueblos eslavos, tración más del desconcierto en que vivía Francia y
—
no tenía por qué intervenir según el gobierno aus- su imposibilidad de defenderse por medio de una acción
tríaco — en este conflicto, originado realmente por un unánime.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 29
(0
30 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
puesta diplomática.
¿Qué diría Servia?
¿Qué haría Austria?
¿Era posible en estos tiempos una
guerra europea?...
EL PRESIDENTE DE LA UEI'ÚULICA FRANCESA, 51. I'OINCAUÉ, CON EL I'IU^CU'E DE CALES, AL DESEMBARCAR EN INGLATERRA
(Fot. Rol)
realy disolverá la sociedad Narodna Ohrana y cualquiera otra El Gobierno real servio ha procedido, la noche misma de
1.°
que pueda promover aifitacióii contra Austria. la entrega de la Nota, á la prisión del comandante Voislav /,an-
El Gobierno real servio se obliga á eliminar iiniKMliata-
',i.° kositch. En cuanto á Milán Ziganovitcb, subdito de la monar-
meiite de instrucción pública de Servia todo lo iiue pue<la
la ((uia austro-húngara y (jue hasta el 2S de .lunio estaba emplea-
servir para fomentar la propaganda contra Austria-Hungría, do como aspirante en la dirección de ferrocarriles, no ha podido
cuando el Gobierno imperial y real le ofrezca los iiechos y las ser habido. Se ruega al Gobierno imperial y real que dé á cono-
pruebas de esta propaganda. cer en la forma acostumbrada, lo más pronto posible, las pre-
4.° El Gobierno real acepta también el alejar del servicio mi- sunciones de culpabilidad, así como las pruebas eventuales ile
litar á todos aquellos que la investigación judicial pruebe que culpabilidad recogidas hasta hoy en la investigación de Sera-
son culpables de actos dirigidos contra la integridad del terri- ievo. para los fines de los procedimientos ulteriores.
torio de la monaniuía austro-húngara, y confia en que el Go- 8.° El Gobierno servio reforzará y extenderá las medidas to-
bierno imperial y real le comunicará ulteriormente los nom- madas para impedir el contrabando de armas y de explosivos á
])res y los hechos de estos olieiales y funcionarios, á los fines través de la frontera. Asimismo ordenará en seguida una inves-
del procedimiento que del)e incoarse. tigación y castigará severamente á los funcionarios de la fron-
5.° El Gobierno que no se da una cuenta clara
real declara tera, en la línea Sehabae-Loznica. que faltaron á su deber de-
del sentido alcance de la demanda que hace el Gobierno
y el jando pasar á los autores del crimen de Serajevo.
imperial y real para que Servia se obligue á aceptar en su te. 9.' El Gobierno real dará con gusto toda clase de explicacio-
rritorio la colaboración de órganos del Gobierno imperial y real. nes sobre los conceptos que sus funcionarios, tanto en Servia
Pero declara igualmente que admitirá cualquiera colaboración como en el extranjero, hayan vertido en interviús después del
que responda á los principios del derecho internacional, al pro- atentado de .Serajevo. y que. según la afirmación del (iobierno
cedimiento criminal y á las buenas relaciones de vecindad. imperial y real, fueron hostiles para la monarquía de .Austria-
C.° El Gobierno real, como es lógico, cree de su deber abrir Hungría. Tan pronto como el Gobierno imperial y real le haya
una investigación contra todos aquellos que puedan hallarse comunicado los textos en cuestión, y tan pronto como haya
mezclados en el complot del 28 de .Tunio y que se encuentren en demostrado que las frases molestas fueron i)roferi(las realmente
el territoriodel reino, lín cuanto ala participación en este proce- por dichos funcionarios, el Gobierno de Servia procederá contra
dimiento de los delegados de las autoridades austro-húngaras, el ellos luego de recoger por su parte pruebas y convicciones.
Gobierno real no pueiie. aceptarla, porque esto significaría una 10. El Gobierno real servio comunicará al Gobierno imperial
violación de la Constitución y de la ley de procedimientos crimi- y real la ejecución de las medidas comprendidas en los extremos
nales. Sin embargo, eu casos concretos, podria darse comunica- precedentes, en lo que no haya sido hecho por la presente Nota.
ción de los resultados del proceso á los órganos austro-húngaros. Á medida que se vayan ejecutando las órdenes, si al Gobierno
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 33
y someterse á una verdadera conquista. Un Estado que Poco después, el ministro austríaco se presentó en
tiene tribunales, antes perecerá por la guerra que per- elMinisterio de Negocios Extranjeros, para declarar
mitirá que otro Estado le envíe jueces para que juz- que no encontrando satisfactoria la respuesta del go-
guen á sus subditos. bierno servio, se ausentaría en la misma noche de
El gobierno de Servia, después de conceder todo lo Belgrado con todo el personal de su legación. De los
posible, hasta tocar en los límites de la humillación archivos de ésta, así como de la protección de los
por no ser causa de un conflicto europeo, termina su subditos austro- húngaros en Servia, se encargaría el
documento sometiéndose al arbitraje de las potencias ministro de Alemania en dicho país. Fué inútil todo
ó del tribunal de La Haya, intento de explicaciones. El representante austríaco
á la sentencia de un tercero terminó diciendo que las relaciones diplomáticas de-
que estudie el asunto y dé bían considerarse enteramente rotas desde aquel mo-
con toda calma una solu- mento entre Servia y Austria-Hungría.
ción pacífica. A nadie extrañó en Belgrado esta conducta. Todos
Pero Imperio austríaco
el estaban convencidos de que, fuese cual fuese la res-
no tenía interés alguno en puesta de Servia, el Imperio austríaco deseaba llegar
resolver la cuestión bonda- al estado de guerra como única solución.
golpe de mano del sirven para que tuda clase de debilidades disimulen el
llermo II, al conde Borchtold, á los diablos del infier- neral Joffre, generalí-
no, á todos los que quieran, pero por encima de todo simo de los ejércitos,
ello existen dos hechos sin discusión posible: 1.° Eu- y el general Michel,
ropa se ha dejado sorprender en pleno descuido. gobernador militar de
2.° Austria, dando sólo cuarenta y ocho horas á Servia París. Todos los jefes
para aplastarse ante ella con ó sin resistencia militar, de cuerpo fueron lla-
ha hecho ver de un modo claro á todos los hombres mados á ocupar sus
que aún queden de buen sentido, que estaba decidida puestos. El ministro ^.j^ conde szkcsbn dk tembrin
á agrandar y exagerar este incidente á toda costa y de Marina, M. GaU- Embajador de Austria en París
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S5
antimilitaristas y de los
enemigos
de la guerra, desorientados aún so-
bre el verdadero alcance de los su-
ceso?, creyendo de buena fe que el
conflicto próximo era obra exclu-
siva de los gobiernos y que podría
evitarse haciendo un llamamiento
a lasmasas obreras internaciona-
les amigas de la paz.
(1 I
MiK'lios extranjeros residentes en Alcm.inia antes do la opuerra
lian deilaradn cómo
pueblo alemán la deseó apenas se hubo iniciado
el
el cómo fueron movilizadas sordamente las
eonflieto austro-servio, y
tropas con diversos pretextos, mientras sus diplomáticos sefjruian h.a-
blando de paz.
r.OS nos ALIADOS Vo puedo servir i<rualmcnte de testiíjo contra las liipócritas afir-
BL KAISER, GUILLERMO II maciones de los alemanes, que adoptan el papel simpático do agredi-
dos, fingiendo que han declarado la guerra contra su voluntad, por
defender únicamente su territorio de peligros imaginarios.
el hecho de que desde el 20 de Julio comenzaron á la El 29 de Julio, tres dí.as antes de declararse esta guerra, desembar-
sordina en todo el Imperio alemán los preparativos de qué en Francia. Venía de Buenos Aires en un trasatlántico alemán.
La mayor parte de los pasajeros pertenecían á dicha nacionalidad. Al
guerra. o
transmitir el telégrafo sin hilos las noticias del iilliiiuitm» de Austria
Otra demostración de que los dos aliados deseaban y el rompimiento con Servia, hubo á bordo grandes explosiones do
entusiasmo. «¡La guerra!... ¡.-\1 fin llega la guerra!-', clam.aban alboro-
esta guerra y la tenían preparada desde mucho antes, zados los alemanes, celebr.indo este suceso con brindis y champaña.
esperando una ocasión propicia, la proporcionaron los No vcnian-cn el buque' grandes personajes que pudiesen revelar
secretos diplomáticos, pero sí ricos comerci.antes do Hamburgo, abo-
mismos pueblos sometidos á ellos.
gados, rentistas, gentes pertenecientes á una clase acomodada y culta,
¡Mentirosas é inútiles todas las afirmaciones de que puede reflejar el sentimiento dominante do su nación. .Muchos eran
Guillermo II y Francisco José para presentarse como militaros do los cuerpos de reserva del ejército alemán, y mostraban
gran entusiasmo al pensar que iban á hacer la guerra. Los españoles
amigos de la paz, que se han visto impulsados á la — no sé por qué— inspiramos cierto interés y confianza á los alemanes.
guerra por las malas artes de sus enemigos! \'en en nosotros algo así como unos aliados. Y yo, al distinguirme mu-
Durante luengos aüos de militarismo dominador, chos de ellos con sus confidencias belicosas, mostré cierta estrañeza.
el roce de un insecto, un simple cambio de tempera- samos mismo. Xocositamos una «iicrra pra ciitiva como dicen
lo ,
con silencioso orgullo—, aunque quisiera, como otras EL EMPERADOR DE AUSTRIA, FRANCISCO JOSÉ
Die Wacht am Rhein (La guardia del Rhia): ¡Oh Rhin! tú no serás nunca francés.
La Alemania es rica en sangre de héroes,
Un llamamiento resuena como el eco de un trueno, como tu curso es rico en aguas.
como un retintín de armas, como el ruido de las olas: Patriaamada, no tengas miedo;
«Hacia Rhin, hacia el Rhin, hacia el Rhin alemán.
el la guardia es flel y segura,
¿Quién quiere ser el centinela del río?» la guardia á lo largo del Rhin.
PABlS. LOS TCHEQUES, ENEMIGOS DB AUSTRIA, HACIBKDO UNA MANIFESTACIÓN ANTE EL MONUMENTO DE LA REPÚBLICA
(Kot. Meurisse)
mitiría Inglaterra, bajo ningún pretexto, intervenir en aquél; contrar un acuerdo razonable. No hay que olvidarse de que sí
pero que si las relaciones entre Austria y Rusia adquirían ma- la cuestión deja de estar limitada entre Austriay Servia,
aqué-
yor tirantez, lapaz de Europa se vería en peligro, lo que nos llaenglobará entonces á todas las potencias y no dejará de
interesaría entonces á todos. terminarse con la más grande de las catástrofes que Europa
Yo ignoraba en aquel momento la posición que iba á tomar habrá visto nunca. Nadie podrá prever entonces hasta dónde
Rusia en este conflicto, pero me pareció— y sigo pensando asi — llegarán los límites de este conflicto, cuyas consecuencias di-
que si Rusia tomaba una parte activa, el sólo medio para salvar rectas é indirectas serían incalculables.
la paz de Europa era que las cuatro potencias
que no están di-
rectamente interesadas en la cuestión servia, á saber: Alema- Algunos diputados preguntaron á Sir Edward Grey
nia, Francia, Italia y Gran Bretaña, hiciesen esfuerzos simul- sobre la actitud de Alemania. Todos deseaban cono-
táneos cerca de los gobiernos austríaco .y ruso para encaminar- cerla. El Imperio alemán era el único que podía ami-
los á suspender por el momento toda acción militar, mientras
norar rápidamente el conflicto, de ser ciertos bus de-
que las potencias mencionadas buscan una solución que los
seos de paz. Y el ministro contestó:
ponga de acuerdo.
Cuando yo proponía esto, supe de pronto la ruptura de re-
laciones diplomáticas entre Austria y Servia. En vista de esto,
Tengo mis razones para pensar que el gobierno alemán es
favorable en principio á la idea de una mediación entre Aus-
pregunté inmediatamente á los gobiernos francés, alemán é
italiano sí accederían áque sus embajadores se reuniesen
tria-Hungría y Rusia. En cuanto á ajusfar este principio al me-
aquí dio que yo he propuesto, o sea á la conferencia, no he recibido
en conferencia. Por otra parte, ordené á nuestros embajadores
hasta ahora una contestación del gobierno alemán.
cerca de esas mismas potencias que los representantes france-
ses, alemanes é italianos en Víena, San Petersburgo y Belgrado
informasen á estos gobiernos de la conferencia propuesta, in-
Italia y Francia se adhirieron inmediatamente á la
vitándoles á cesar en toda acción ulterior á la espera del resul- proposición de Inglaterra en favor de una conferencia
tado de dicha conferencia. diplomática que solucionara el conflicto.
Las respuestas á estas proposiciones no me han llegado aún
Alemania siguió demorando su respuesta.
completamente. Los periódicos franceses, que empezaban á ver
En una crisis tangrave como la que estamos atravesando, claro en esta conducta equívoca del gobierno alemán,
los esfuerzosde una sola potencia en favor de la paz resultarían
vanos. El tiempo de que yo podía disponer era tan corto, juzgaron inciertas las probabilidades de éxito de dicba
(|ue
tuve que asumir la responsabilidad de formular una proposi- conferencia.
ción sin presentir si seria acogida favorablemente. M. Pichón, el ilustre diplomático francés, resumía
Yo creo que mí proposición puede proporcionar una baso, de este modo la situación en un artículo de Le Petit
sobre la cual el grupo de las potencias mencionadas podrá en- Journal:
40 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El gobierno ruso había hecho todo lo posible por
aminorar el oocflicto, prestándcse á todas las solacio-
Des que no fuesen vejatorias para su dignidad de pro-
tector natural de las pequeñas naciones eslavas.
Desde el primer momento, una opinión firme de
resistencia á las pretensiones de Austria se había ma-
nifestado en San l'etersburgo. El v.ltimali'iu amena-
zador de Viena á los servios indignó á los grandes
diarios rusos. La Novoié Vréima, decía así:
Acometiendo en mass
i
i ALEMANA
j^^UlZl**
^'A
^?.\^ \
^
TPhNS\UV/\M'\
-^ ^ ."N.
Bl Correo de San Petcrsburgo decía así, el 24 de ciones de Austria, sin que Rusia pudiera ayudarla por
Julio: el estado de debilidad y desconcierto que siguió á los
sostener á los servios, tanto más cuanto que en años El gobierno ruso hizo todo lo que supo y pudo
anteriores había tenido que acatar Servia las imposi- hasta el último momento para sostener la paz europea.
42 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Su conducta contrasta con la agresividad austria- que pueda imponernos el porvenir, más se tiene el deber de
esforzarse por encontrar acomodos, siempre que la dignidad
ca, y más aún con la acción tortuosa y enigmática de
quedo en ellos á salvo.
Alemania en los primeros días del conñicto. Sir Edward Grey ha lanzado la idea de una conferencia. Se
Austria no se hubiera atrevido á atrepellar á Ser- liaMa de una mediación directa do Inglaterra. Todas
taml)¡(''ii
via, sabiondo como sabía que Rusia estaba detrás de his formas de intervención serán buenas, siempre que se juz-
este pequeño pueblo, ni menos hubiese osado expo- guen aceptables por todos. Pero, francamente, no es para insiú-
rar mucho entusiasmo esa indicación que nos llega de Viena
nerse á las represalias rusas, de no tener desde el pri-
como una muestra de sus buenos sentimientos, y según la cual
mer momento la certeza de que su aliada Alemania
Austria se dará por satisfecha si Servia se decide á aceptar todo
aprobaba su conducta, viendo en ésta una ocasión su ultimátum— a\n reservas de ninguna clase—, y si además
para la guerra deseada. paga una indemnización de 2II0 millones, á titulo compensati-
Los provocadores do las hostilidades no eran los vo, por los gastos de la movilizaeiiin austríaca. ¿Puede desarro-
llarse una conversación que se inicia con tales exigencias?...
exaltados que en las calles de Viena daban vivas á su
Si me preguntáis qué pienso del éxito de las gestiones di-
El emperador Guillermo II, á las puertas de su palacio, rodeado de generales é individuos de su familia
pensar que el gobierno alemán puede prestarse eventualmente Su canciller, Bethmann-Hollweg, que estaba ve-
á imponerá Austria una mediación que ésta puede no desear, ó raneando en Hoheofinov, había corrido á Berlín tres
actuar de acuerdo con una tercera potencia para imponérsela.
mismo 27 de Julio:
Raimundo Poincaré
(lías antes, al iniciarse el conflicto, para ponerse en Cuarenta y ocho horas después llegó el presidente
comunicación con M. Jagow, ministro de Relaciones á Francia, desembarcando en Dunkerque.
Exteriores, y M. Zimmerman, el secretario y princi- Su viaje á Rusia había alarmado á la prensa ale-
pal consejero de dicho ministerio. mana, por las grandes revistas militares á que dio
A las tres de la tarde, Guillermo II
llegó á su pala- pretexto. El Imperio moscovita quiso exhibir ante el
cio de Potsdam. jefe de la nación aliada susmedios de guerra, consi-
El príncipe imperial, partidario de la guerra é ídolo derablemente aumentados y modernizados desde poco
de los pangermanistas más fanáticos, así como de to- tiempo antes. La Rusia militar, aleccionada por los
dos los militares, hasta el punto de inspirar inquietu- fracasos de la guerra japonesa, había dedicado los
des á su padre, iba á llegar por la noche de Zoppot á últimos años á la reforma y engrandecimiento de su
Berlín. ejército.
El kaiser tuvo una conferencia con el canciller, Pero junto coa estos alardes de fuerza, acababan
que le dio cuenta de los trabajos diplomáticos. de desarrollarse otros sucesos que habían perturbado
Luego conversó largamente con el jefe del Estado elviaje de Poincaré, dando á los enemigos de la alian-
Mayor general de los ejércitos de tierra y el jefe del za franco-rusa uua gran satisfacción.
Estado Mayor de la marina. Grandes huelgas obreras estallaron en las princi-
Así terminó el 27 de Julio, «el día de la diplo- pales ciudades del Imperio al llegar el presidente de
macia». la República francesa. Los cosacos de la escolta
pre-
sidencial habían tenido que abrir paso al carruaje de
Poincaré entre enormes masas de obreros revoluciona-
VIH
rios que,con pretexto de saludar al ilustre huésped,
daban gritos de protesta contra el gobierno ruso. La
El presidente Poincarc interrumpe su viaic— Alarma multitud tremolaba la bandera francesa, pero recogi-
—
generaL Los antimilifaristas de París
poincaré e» rusia
La revista mililar de Krasnoie-Selo en honor del presidente de la República francesa
da de modo que sólo quedaba visible el color rojo, em- bres importantes de negocios los que se lamentaron
blema de revolución. de que el conflicto pudiera solucionarse, evitándose
Estas manifestaciones fueron tal vez una de las la guerra.
causas que impulsaron á Alemania á creer en la opor- En Inglaterra hubo una alarma bursátil, que no
tunidad de una guerra. llegó al pánico, pero causó apreciables daños.
La temida Rusia aparecía dividida por lá revolu- La gravedad de los acontecimientos en Irlanda
ción. En caso de entablarse las hostilidades, no po-
el traía preocupados y divididos los ánimos en toda la
dría acudir á la defensa de sus fronteras, ocupada ante
todo en sofocar sus divisiones intestinas.
Alemania se engañó en esto, lo mismo que al apre-
ciar el estado de ánimo de los franceses y luego el de
Inglaterra.
Gran Bretaña desde mucho antes, y por esto las cues- Eu la noche del 27, numerosos grupos sindicalis-
tiones internacionales habían quedado relegadas ase- tas, antimilitaristas, revolucionarios y anarquistas,
gundo término. El 'ultimátum austríaco, surgiendo de obedeciendo una orden, bajaron al centro de París
pronto como una amenaza contra la paz do Europa, desde Montmartre, Belleville y los arrabales del Norte
produjo ua efecto de sorpresa, que se tradujo el 'JO en y el Oeste. Su propósito era protestar contra la gue-
una baja general de valores en la Bolsa de Londres. rra, como si estuviese en las facultades del gobierno
Hasta los consolidados y las acciones de ferrocarriles, de República el evitarla.
la
que son valores de reposo, sufrieron una depreciación Frente á ellos, otros grupos de patriotas organiza-
notable. ron contramanifestaciones. En el Bulevar, unos grita-
Ya hablamos de la efervescencia que se produjo en ban: («"¡Abajo la guerra!^> Otros: «¡Viva el ejército!»
la Bolsa de París desde las primeras noticias del con- Algunos unían las dos aclamaciones, vitoreando al
flicto, efervescencia que llegó á un período inquietante ejército francés, pero dando mueras á la guerra.
en el último sábado. Al re- Hubo golpes y choques
anudarse el lunes á medio- entre unos manifestantes
día las operaciones, surgió y otros, hasta que intervi-
un incidente violento. no prefecto Hennioncon
el
Un
especulador extran- numerosas fuerzas de po-
jero, llamado Rosenberg, licía, repeliendo á los gru-
de nacionalidad austría- pos hostiles, recogiendo
ca, se había distinguido los heridosy verificando
en los últimos días por numerosas detenciones.
su rabioso juego á la baja Los adversarios de la
y otras maniobras condu- guerra se retiraron hacia
centes á la desvaloriza los bulevares exteriores
ción de la renta francesa. cantando la Internacio-
Al abrirse la Bolsa, algu- nal, y allí sostuvieron nue-
nos que estaban ya algo vos choques con la poli-
irritados por las risas sar- cía. Varios agentes resul-
dónicas del austriaco, le taron heridos, así como
oyeron ciertas palabras muchos manifestantes.
despectivas para los fran- ¡Abajo la guerra!^^ El
'
garantizar su posición actual, á empuñar la espada, luego de mer momento los dos Imperios aliados. La guerra era
largos años de paz. la finalidad de toda la acción iniciada por Austria con
El reino de Servia, con una ingratitud llena de olvido, ese
motivo de lo de Sarajevo.
reino que desde el principio de su independencia hasta los úl-
timos tiempos fué favorecido y protegido por mis antecesores Alemania venía hablando desde mucho antes, por
y por mí, se ha comprometido desde hace años en una serie do medio de sus periódicos, de la conveniencia de «una
hostilidades contra Austria-Hungría.
guerra preventiva», para quebrantar á las demás po-
Cuando, después de treinta años de trabajos en favor de una tencias de Europa, que se desarrollaban de un modo
paz bendita, extendí yo mis poderes soberanos sobre la Bosnia alarmante. Austria, con su ultimátum, proporcionaba
y la Herzegovina, esta decisión de mi parte provocó en el reino
—
de Servia cuyos derechos no quedaban violados por esto de inesperadamente el motivo para provocar á Rusia, la
ninguna manera — una explosión inmensa de pasiones y un cual, en virtud de su alianza, arrastraría tras de ella
odio de los más prol'undos. á la República francesa.
En esta época, mi Gobierno hizo uso del hermoso privilegio El Imperio alemán, que podía haber retenido opor-
del más fuerte, y, en su indulgencia y dulzura extremadas, no
tunamente á su aliado con sólo una palabra, no la dijo
exigió de Servia mas que la disminución del efectivo de su
nunca. Su inercia y su silencio dieron á entender cuál
ejército en pie de guerra y la promesa de que en lo porvenir
seguiría siempre una orientación de paz y de amistad. era su voluntad. Deseaba aprovechar esta ocasión
48 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El prefecto de policía de París, M. Hciinion, vigilando en el Bulevar durante la manifestación de los antimilitaristas contra la'guerra
para la deseada «guerra preventiva». Todas sus afir- Entonces se vio que Austria no había hecho nada
maciones, jamás seguidas de un acto en favor de la sin consultar antes á su poderoso aliado. Así era de
El embajador de la Gran Bretaña en Viena, Sir austriaco con su conducta ante las víctimas. Los ofi-
Mauricio Bunsen, pudo averiguar el 3U de Julio que ciales del ejército austriaco, protegidos del archidu-
Alemania y Austria habían marchado de acuerdo des- que Francisco Fernando, tal vez lloraron por agradeci-
de el primer momento para provocar á Rusia, atacan- miento el triste fin de su generalísimo. La muchedum-
Servia, que en realidad eran contra Rusia. dignatarios de la corte y altos mandos del ejército
El mismo embajador de Alemania en Viena comu- asistieron á la ceremonia. El no ser de raza real la
nicó todo esto á Sir Bunsen confidencialmente, cuando duquesa de Hohenberg sirvió de pretexto para justifi-
aún creían en Berlín que Inglaterra iba á mantenerse car esta frialdad.
al margen del conflicto. Ya hemos visto el Manifiesto del viejo emperador
Otra demostración de que atentado de Serajevo
el Francisco José. No hay en él mas que alusiones á la
no fué mas que un pretexto para turbar el equilibrio ingratitud de Servia, que correspondió siempre con
y la paz de Europa, la proporcionó el|[mismo Imperio un odio explícito á las bondades del Imperio austriaco.
50 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Estas bondades consistieron en obstáculos más ó me- Únicamente el joven Princip se la-
servios de Bosnia.
nos encubiertos para impedir su desarrollo y en una mentó de haber dado muerte á la duquesa, por ser una
oposición descarada á todos sus intentos de extenderse mujer, asegurando que había hecho esto contra su
hasta el mar. voluntad.
La lista de las íiir/ ¡-ataúdes servias no puede ser Y sin embargo, los jueces austríacos sólo senten-
más grotesca á injusta. Servia fué ingrata porque osó ciaron á veinte años de reclusión á estos delincuen-
protestar en nombre de sus intereses nacionales al ver tes confesos.En cambio condenaron á muerte á unos
cuantos desconocidos residentes en Servia que no po-
que Austria, rasgando el tratado de Berlín, se apro
dían sufrir el
piaba de Bosnia tranquilamente. castigo.
Otra de sus ingratitudes consistió en tener que Hasta en la sentencia de este delito, causa inicial
abandonar, cuando estaba victoriosa, la salida al del conflicto europeo, se buscó hacer creer que el
Adriático que se había conquistado, humillándose una único asesino del archiduque fué el gobierno de Ser-
vez más ante la arbitrarie- via, y para ello nada encon-
dad de Austria. traron mejor que mostrar
La tercera ingratitud fué con los autores materiales
no agradecer al Imperio del hecho una clemencia
austríaco su magnánima pocas veces vista en los
generosidad al no clavarle dominios austríacos.
un puñal en la espalda
mientras estaba en guerra,
contentándose con azuzar La declaración de guerra
á los búlgaros para que in- de Austria á Servía produjo
vadiesen su territorio. en Europa una alarma jus-
Aparte de estas falsas tificada, ])ero sin destruir
lamentaciones, anciano
el completamente la confian-
emperador apenas habla en za de los optimistas.
su Manifiesto de la catás- Parecía tan absurda é
trofe de Serajevo, motivo inverosímil una guerra eu-
inicial del conñicto. La ropea, que aun después de
muerte del sobrino sólo la haberse iniciado con el ata-
recuerda fríamente, como que austríaco dudaban los
un argumento político, sin más de su continuación,
nada que suponga emoción esperando en el último ins-
y tristeza. tante una mediación prodi-
Otras preocupaciones giosa.
más positivas dominaban el La guerra se había de-
ánimo de Francisco José; clarado; iban á hablar las
en primer término, la de armas de un momento á
aplastar á la pequeña Ser otro.
El reino de Montenegro también había ordenado mujeres y obreros se mantuvo en completa calma,
la movilización. La muchedumbre hizo manifesta- aguardando tranquilamente que les llegase su vez;
clones en Cetina en favor de una acción común con pero como eran tantos, sólo una minoría consiguió
Servia. retirar sus depósitos.
Los demás pasaron el día entero, de la madrugada
á la noche, esperando el turno de entrada, sin conse-
En París no se alteró la calma de las gentes; una guir al fin sus propósitos.
calma que obedecía principalmente al deseo de no for- En todas las calles se formaron grupos que habla-
zar el desarrollo de los acontecimientos cometiendo ban de la posibilidad de la guerra, pero sin que nadie
una imprudencia. mostrase alarma ni inquietud.
La amenaza de una guerra europea ocupaba todos Todos creían próxima la orden de movilización,
los ánimos. Sólo se hablaba de esto. Los demás suce- Uq fatalismo heroico comenzaba á enardecerles.
<s;^j:^;Ms:fWjmt::.
-Vii-m'
'liH2Lr'"Mfc
f 1 *¿ri
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 55
El embajador de Alemania en
Viena asistía á todaslas reuniones de sus compañeros Inglaterra, que ya dudaba del éxito de sus gestio-
los embajadores de Inglaterra, Francia, Rusia é Italia. nes para mantener la paz, puso en movimiento sus
Aprobaba sus opiniones y prometía ayudarles en favor flotas,como medida previsora.
de la paz, una paz que era el más ferviente deseo de La escuadra del Mediterráneo recibió la orden de
su emperador y su gobierno. concentrarse en Malta. La primera escuadra del Océa-
Y tal vez reiría en su interior, sabiendo de ante- no, compuesta de dreadnougMs, á las órdenes del al-
mano que ni el emperador ni sus ministros habían de mirante Galleghan, salió de Portland durante la ma-
hacer nada por esta paz; antes bien, la impedirían, drugada con rumbo desconocido.
oponiendo su inercia y su silencio como obstáculos En Alemania continuaron los preparativos de mo-
insuperables á las iniciativas conciliadoras. vilización, hechos sordamente.
La certeza de que el soberano de Alemania podía Francia, en vista de los sucesos, empezó á con-
solucionarlo todo con sólo una palabra no era una opi- centraren las
guarniciones las tropas destacadas, lla-
nión de las grandes potencias úoicamente. Los países mando además á los oficiales y soldados del ejército
neutrales como Suiza creían lo mismo. Le Jot'riial de activo que estaban gozando de licencia.
Geni-ve (Ginebra) resumía de este modo la situación
Bélgica cenvocó á las tres clases militares de 1912,
en la mañana del 29 de Julio: 1911 y 1910, desistiendo definitivamente de las ma-
niobras que tenía proyectadas. Además, las fortifica-
Ungesto del emperador Guillermo II calmaría á su aliada.
Este gesto lo espera con angustia toda Europa. Alemania está
ciones de Liejay de Namur fueron puestas en pie de
en plena prosperidad, en pleno crecimiento. Desborda de la guerra.
fuerza que le dan dentro de ella un gobierno formidablemente El rey de Bélgica y sus ministros empezaron á pre-
armado y fuera de ella un prestigio intacto. Su monarca, inter-
parar una nueva concentración para añadir 100.000
viniendo bondadosamente cerca de su aliado, merecerla, ade-
hombres más al ejército nacional, compuesto ya de
más del gran imperio que posee, la gratitud de todos los pue-
otros tantos.
blos. Esta gratitud aumentarla su poder, dándole un nuevo bri-
llo. En esta mediación no habría
que hacer ningún sacriticio
En Alemania hubo el 29 de Julio un pánico gene-
doloroso, y tal vez desarmaría las animosidades nacionales, que ral frente á lasCajas de Ahorros. La muchedumbre de
obligan á toda Europa á vivir en una perpetua alarma. Berlín y de las principales ciudades, alarmada por los
Alemania se ha extrañado muchas veces de inspirar menos
afecto y confianza que respeto y temor. Ha sonado
preparativos belicosos que venían haciéndose desde
para ella la una semana
hora de adquirir ese afecto y confianza, sin que por ello antes, creyó en la proximidad de la gue-
pierda
el respeto y el temor que inspira. rra,que hasta entonces había sido considerada como
algo problemático, y sintió miedo por la suerte de sus
El Imperio alemán prefirió seguir infundiendo te-
depósitos.
mor por medio de una «guerra preventiva» á conquis- Desde las cinco de la mañana, el público fué aglo-
tar pacíficamente el afecto merándose ante las puertas de aquellos establecimien-
y la confianza que jamás
supo inspirar al mundo. tos, á pesar de que las oficinas se abrían á las nueve.
56 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
HABITANTES DB BELGRADO ACAMPADOS AL AIRE LIBRE AL SER BOMBARDEADA LA CIUDAD POR LOS AUSTRÍACOS
(Fot Rol)
La tan deseada «guerra preventiva» produjo una na- en Francia. Los grupos reaccionarios y los de ideas
alemán al verla tan pró-
tural inquietud en el pueblo avanzadas se unieron instintivamente para tributar
xima. este homenaje al más alto representante de la Repií-
LA MULTITUD EN HEKLLN ACLIÜIENDO Á LA t'AJA DE AH0RR08 PARA RETIRAR SU DINERO (Fot. Meui isse)
Francia pusiese en circulación billetes de cinco y de de paz, acompañados de una sonrisa de seguridad
veinte francos. viril y de un
relampagueo de ojos que dan á entender
El estado de espíritu de los franceses era excelente. que el alma francesa no ha degenerado.»
Nadie deseaba la guerra; todos querían evitarla, pero
nadie la temía, aceptándola de antemano, si es que se XI
presentaba, como algo fatal é inevitable.
«Las manifestaciones del pueblo de Berlín — decía Declaraciones de Inglaterra sobre la paz. La situa- —
—
Clemenceau contra Rusia y contra Francia, que no ción en Londres y París. —
Movilización rusa. Re- —
han hecho un solo gesto de amenaza hasta ahora, de- —
clamación de Alemania. Vanas esperanzas de con-
muestran cuál es el estado de espíritu del kaiser y de ciliación. — Las naciones se preparan para la guerra.
todo su pueblo. ¡Cuan distinto el estado de espíritu
de nuestros conciudadanos! Yo solo veo en torno mío El jueves 3U de Julio, al abrirse la sesión de la
hombres tranquilos y resueltos. No oigo mas que deseos Cámara de los Comunes, el gobierno inglés creyó ne-
cesario hacer algunas de-
claraciones en vista de la
situación europea.
Mr. Asquitli, presidente
del Consejo de Ministros,
liabló de este modo:
7
£8 VICENTE ISLASCO IBANh:Z
Sirnlu inurlii) im pcpiliT aniuiciará
la Cámara (|ue la siliiaeión de liov no
lia disininuiclo en gravedad al eoni-
m 3 7 7 14 209
pai-arla con de ayer. Contiiiiianios
la
Luego, sil" Edwanl (¡rey tomó la ]ialiilira juira decir !• •]n París el malestar ecouómico fué también en
ron fiicrta tristeza: este día la, preocupación dominanto. La Caja de .Mió-
la. Mi'cimni Mimn aniií va. hanco oií iuamia i:si'huam>o ti uno cara i-a.\iiuak iui-Lkiiís ni'ots. Mcurisse)
Historia de la guerra europea de i914 69
desaparecido de la cir-
culación instantánea-
mente. Más de aU.OÜd
personas se ag-lomeraron
por la mañana en el Ban-
co de Francia ]iara cam-
biar billetes por metáli-
co. El gran cstaldcci-
miento tuvo que nu>vi-
lizar para este servicio Kr. NIKMJ im.I.lMK 1)H VHlM'lí l<RA.N('US
U.N DETALLE DE LA MUCHEDUMBaE DESEOSA DE ADQUIKItt lULLETES DE CI.NCü Y DE VELNTE 1•RA^•C0S ('''o'*- Mcurise»)
60 Vicente bLasco íbañez
UN PATIO UKL H,VNCO DK FUANCIA (.'UN DUSl'ACUUS IMI'MUVISAUOS l'AKA KL UAMIÜU UE lULLKTES
(le liolsa declaró la necesidad de establecei' una mora- (le gobiernos rusos y de un gobierno liu laudes.
í'2
toria general para las operaciones bursátiles, prorro- Los cosacos libres de los territorios di 1 Don,
4."
g'ando hasta tiues del próximo Agosto la liijuidación de Kouban, de Terek, de Astrakán, de Oren lurg y
de Julio. del Ural.
El gobierno francés tomó precauciones militares
á fin de asegurar las vías do comunicación. Las esta-
ciones de ferrocarril de toda Francia, así como los
puentes, túneles y encrucijadas, (juedaron ocupados
]iiir
las tropas.
Hn periódico de París
fué secuestrado por la pidi-
ria ])ürhaber dicho que los ministros habían estado
reunidos gran parte de la noche en el palacio del
Klíseo, bajo la presidencia de Poincaré. En esta re-
unión se había acordado llamar á las armas á cuatro
resei,"vas. El ministerio del Interior desmintió la no-
ticia.
A pesar de esta tendencia del gobierno encaminada
ú disminuir la importancia de la situación, todos se
daban cuenta de su gravedad. Los ministros, desde
la llegada de Poincaré, se reunían diariamente varias
veces.
o
5." Uii núcleo de oficiales de reserva, médicos, culos y correajes necesarios ]iara las citadas fuerzas.
veterinarios, etc. la Armada fueron promovidos cu
Los cadetes de
Además, por nkase imperial se requisaron en
el masa al grado de oficiales.
los gobiernos de la movilización los caballos, vehi- En Sau Pctersburgo y otras capitales rusas las
manifestaciones patrióticas eran continuas é ini])o-
nentes por su número.
El pueblo ruso, dividido hasta poco antes por las
divergencias políticas y los antiguos odios de raza,
mostraba su entusiasmo con uua absoluta unanimi-
dad. Los revolucionarios, enemigos del Imperio, toma-
ban parte en estos actos patrióticos. La consideración
de que Rusia defendía á un pueblo débil y pequeño
como Servia, hizo que hasta los enemigos más irre-
ductibles se uniesen al goljieriio ajirobando su con-
ducta. Los días tristes de la guerra ruso-japonesa,
alterados por la discordia, estaban muy lejos para
todos.
El embajador de Alemania en San Pctersburgo so
cióo análoga.
Alemania (jucría sal)er:
]." Cuál era el objeto de la movilización en Husia.
J." Si esta movilización era dirigida contra Aus-
tria.
tcr de un nUimatum. El niinisti'o Sauzanot' i'o.sj)nnili(i todavía las tropas sobre las armas, si es que Alemania
que esta movilización no iba dirigida en modo alyuno realizaba su movilización.
contra Alemania, pues no se desarrollaba en sus fron- Inglaterra, tenaz en sus gestiones, era la última
toras y sólo era parcial. En cuanto á dar órdenes para esperanza de los que ai'in conñal)an en un arreglo que
suspenderla, ya no era posible. conjurase la guerra. El ex ministro Piclion, ilustre
La gestión amenazante de Alemania (lal)a á enten- diplomático, resumía de este modo los sucesos en Le
der su propósito inmediato de recurrir á la guerra. No PcUl Journal:
había querido intervenir hasta entonces entre Rusia y
Ni) es posible (l(>cir— como nñniian on la capital de Alema-
Austria á (in de llegar á un acuerdo, l'ero ahora daba
nia~(|MO el liiaiitciiiliiicnto de la Jiaz ji'eiicral depemle de Hnsia.
señales de vida ])ara amenazar al lunterio ruso si con-
Esta. atirniaciíHi es nii soIíshki. liiieamenti' sena verdail si la
tinuaba su movilización contra los austríacos. jiruvocación partido de San l'e1crslinri;-o. Tern esta
linliiesi'
Persistiendo Inglaterra en sus propósitos concilia- [iruvocación ha iiai-tidíj ile otro ni;; ir. \' preeisaimade en ese
I
(,>ue
fuerz(js para convencer al forma sise
miiditii|iieiisu ((iiiere
sióii.
la orden de movilización, poro adoptó todas las me-
Todos los países civilizados saben de qué parte proceden las
didas compatibles con un estado normal. Las tropas
intervenciones diidomátieas en favor de la yx/. y de qué parte
llamadas de «cobertura» fueron concentradas en las resistencias.
diversos puntos de la frontera. •^50.000 hombres Todo el niuudo ha visto ipii' el emperador alemán se inter-
del ejército activo formaron una muralla para im- imso desde el primer dia para imi^cdir (pie Kiisia. protectora
natm-al de los pueblos eslavos, interviniesr' en fa\iir de Serxia.
pedir una invasión repentina. Mientras tanto, á sus
amenazada de un aplastamiento.
espaldas podían realizarse tranquilamente los prepa- En cnanto líiisia ha resuelto movilizar una parte \\\\\\ ]>e-
rativos de defensa. Los depósitos de municiones y ví-
queña de sus tropas jiara tomar Icti'itimas ¡ireca liciones i i
veres se completaron con vertiginosa rapidez. Las respuesta á la movilización austríaca, (iuillermo II se ha apre-
vías férreas quedaron expeditas para una próxima surado á deidarar al zar (pie si tiene aiiihuda de prexeuirse
Itl,
dram^. — Despachos
g-uerra.
Los bastidores del de Guiller- Para evitar que representaría una guerra euro-
la desg-racia
mo i!
y el zar.— La conducta del kaiser. — Llnanimi- pea, te ruego, en nombre de nuestra antigua amistail. que ba-
dad francesa. — El ciudadano Hervé y huelga ge- iu gas todo lo posible para impedir (pie tu aliado vaya demasiado
nera!. — El caricaturista Hansi.
lejos.
Ni'oi.Ás
cisco .losé. des|iliegip sol)re .\ustria-Hungría toda mi inlluencía no los peligros graves consecuencias de una movilización.
\- las
l>ara empujarla á (pie se entienda franca y pa -ilicamentí^ con Como le decía ayer en mi último telegrama, Austria Huiigria
Kusia. líspcro ardientemente que tú ayudarás mis esfuerzos, no moviliza contra Servia mas que una parte de su ejército. Si
para alej.ir las dilicnltades qiu; existen en la actualidad. ahora, como (!S cierto, tú movilizas contra Au.stria-Hungria. la
Tu afectuoso primo. misión (pie me conflaste resulta difícil, si es que no imiiosible.
(ii n.i.iíUMo 1.a dílieultad de la deci3i(jn que hay ipie tomar reposa ahora
sobre tus hombres. A tí te corresponde la respoiLsabilidad de
El '>') (le .lulio. á las diez de la mañana, rcspiuulio la guerra o de la paz.
Nicolás II al
cmperailor alrni;in: GtlLLEIlMO
NicnJás 11 íi (liiilli'niti) 11 tiiuiado. l'erii ahora recibo noticias ciertas sobre tus prcparali-
vos belicosos en mis fronteras. La responsabilidad de la seguri-
80 (lo .lulin. de tanlc.
dad de mi Imperio me obliga á tomar contra-medidas defensivas.
1 l:i
Ag'iMdrzco ('onlhilinontc tu pronta rcv-ipucstn. Est:i noclio He hecho todos los esfuerzos en favor del mantenimiento de
enviare''á Tatisclicfcon instrucciones. Las uicdiilas militares No caerá sobre mí la responsabilidad de la desgracia que
la paz.
actuales cstal)an acordadas desde hace cinco dias aproxiniada- amenaza al mundo civilizado. En este momento tú dispones
nicntc. para defendernos de los austríacos. Espero de todo co- aún de la posibilidad de ciinjurarla. Nadie amenaza el honor y
razón que estas medidas no van á impedir tus funciones de me- la fuerza de líusia. que podría haber esperado el resultado de
diador, de las cuales espero muclio. Tenemos necesidad do tu mis esfuerzos.
presión sobre Austria-Hungría, para que ésta ipiiera entenderse La amistad por ti y por -tu jiais (iiie juré ante el lecho lU^
con nosotros. muerte de mi abuelo la he considerado siempre como algo sa-
Nicolás grado, y he sido flel á Rusia en sus momentos más difíciles, es-
pecialmente cuando la guerra ultima. Hoy la paz europea sólo
Cuando el zar recibió el último dcspaclio de Gui- puede ser salvada por ti, suspendiendo Rusia los preparativos
lloi'ino II, (juc so habia cruzado (!un el le con- militares que amenazan á Alemania y Austria-Hungria.
sujo,
testo: tillLLEU.MO
esperar una solución iiaciñca. Es verdaderamente imposil>lo La conducta del emperador alemán se revida cla-
suspender nuestros preparativos militares, que resultan nece- ramente en estos telegramas.
sarios después de la movilización austríaca. Nosotros no desea-
Promete iníUiir con el emperador de Austria, pero
mos una guerra, y mientras duren las negociaciones con Aus-
á condiciiin de (jue Rusia detenga su movilización,
triapara llegar á un acuerdo, mis trojias no tomarán ning'uua
actitud hostil. Yo te doy solemnemente mi palabi-a. niicütras el Imperio austríaco, movilizado ya, ataca
Teng'o conrtanz;! eu Dios y espero mucho dr tu uicíliacinn á la débil Servia, que es justamente lo que Nicolás II
en Viena para el bien dt; nuestro pais de la pax. de Europa. creer además en la sinceridad
.y
quería impedir. ¿Cómo
Cordialinente tu agradecido
de tales mediaciones cuando todo lo hecho por Austria
Nicolás
era con previo aviso y consulta al gobierno alemán,
El mismo día á media noche (¡uillernio II ti'le;4'i'ati'i no atreviéndose á avanzar un paso sin su aprobación
lo sio'uieute, con gran asombro del zar y su o-obierno: y la seguridad de su apoyo?
Cuando Nicolás II insiste en la necesidad indiscu-
Mientras mi mediacicbi, asumida según tu deseo entre tu
Gobierno y el (¡obierno vienes, estaba en plena actividad, tus
tible deque Rusia tome medidas militares para preca-
verse de los austríacos, pero empeña solemnemente
tropas han sido movilizadas contra mi aliado Austria-Hungría,
lo (pie ha liedlo mi acción casi ilusoria. Sin embargo, la he eoii- su palabra de que las tropas rusas no se moverán
Dibulo de M. Colon Woodvlllc, de «The lllustraled Loiidon News»
Luego, para justificar la inmediata invasión de sobre ciertas ciudades alemanas, arrojando bombas.
Bélgica, Guillermo II aseguró que Francia é Inglate- Y los vecinos de dichas ciudades debieron pregun-
rra querían invadirla igualmente, y por eso Alema- tarse cómo su emperador insigne tenía noticia de ta-
ñía se adelantaba á estas dos naciones. Fué en vano les atentados, cuando ellos nada habían vistii.
que Alberto I, el principal interesado, afirmase que Algo más que una mórbida tendencia á la iucxac-
Francia é Inglaterra le habían ofrecido garantías titud y la falsedad revela esta conducta.
para el respeto de su neutralidad. Una vez notificado Guillermo 11, en su último telegrama al zar, hace
el absurdo embuste, Alemania realizó la invasión, responsable á éste de la gran desgracia qiie amenaza
sin sentir la necesidad de más sólidos argumentos. al mundo civilizado: <,<Tú eres el único que puede
Todo
lo que veo á la lioni presente en esta obscuridíid g-ene-
EL GUNEllAL SulKUlILINOF
que nuestros e;uiun';id;is los soeüdistns de Aleniaui.-i li;iu
ral, (ís
Ministro de la Guerra ruso
l)rotestado vig-oros.imeiite en uu artículo del Vorn-aerls contni
el carácter amenazador y ofeusivo de la Nota austríaca.
Que los socialistas de todos los países redoblen sus esfuer- de las amenazas de una huelga general, que segura-
zos para aclarar la opinión y oponer su solidaridad á la (^spau- mente se desarrollaría sólo en Francia, significaba
to.sa catástrofe (pie ameuaza al mundo.
entregar la nacióu á merced del enemigo. Pero Her-
vé, que es en realidad un buen francés, con todas las
Generoso consejo gran orador, propio de su
el del virtudes y ligerezas de carácter de su pueblo, y
alma buena; pero los cama.i'adas
alemanes, empon- cuyas afirmaciones contra la patria, el ejército y la
zoñados por el espíritu ambicioso de su país, pensa- bandera no fueron en el fondo mas que exabruptos
ban en la grandeza alemana, con su Imperio triun- literarios, prestó á la nación el 30 de .lulio el pri-
fante, antes que en la libertad y los intereses del mero de sus servicios, publicando en La Gi'i'rra Social
proletariado universal. un manifiesto que se titulaba ^^El patriotismo revolu'
Otro personaje del socialismo francés, viendo cla- c ion ario».
ramente los peligros que Alemania hacía correr á su El ciudadano Hervé terminaba así, (huido por con-
país, se apresuró á tranquilizar la opinión, temerosa jurado el peligro de la huelga general:
de la actitud de los revolucionarios. Fué Gustavo
Ni un solo socialista, ni un solo sindicalista reiunicia á rea-
Hervé, el famoso profesor antimilitarista, odiado por
lizar uu día— cuando todos los puel>los cstt'ii ¡¡routos para uua
los patriotas á causa de sus atrevimientos de
lenguaje acciíju CDUcertada y simultánea — su amenaza de sublevar al
contra las glorias militares de Francia. iinsmo tiempo en toda Europa el proletariado contra el linrnir
Hervé es un universitario amigo de la paradoja, de las carnicíirías internacionales.
Ni uno solo de ellos reniega del pensamiento gcncniso de
que dedicó su pluma, ágil y desenfrenada. condja- \\
joven teniente Von Forstner. Kste oficial, al instruir el teatro, describiendo este cuerpo militar como una
unos reclutas alsacianos, los había insultado por su institución infernal en la que sufrcMi los inilividuos
origen francés. El vecindario se alborotó contra tales tormentos inauditos.
injurias, y entonces los militares alemanes, hacien- La campaña obedecía á un sentimiento de liostiÜ-
do causa común con su insolente compañero, maltra- dad contra todo lo francés; pero al mismo tiempo se
taron á la población civil de Savcrne. El suceso iia- buscó con ella conjurar un peligro nacional.
bía tenido uua resonancia mundial. El gobierno de Gran i)arte d(í los soldados de la legión extranjera
Berlín, para poder afirmar á las naciones que Alsa- de Francia son alemanes. Este cuerpo valeroso, que
cia no vivía bajo un régimen aplastante, hizo com- tantas proezas ha realizado en las campañas de Áfri-
parecer ante un consejo de guerra á Von Forstner y ca, se nutre con desertores de todos los países. Y como
sus compañeros, acusados de atrepellar, no sólo á Alemania trata duramente á sus soldados, hasta el
satisfacción de ct)iitoiii])lar sobre la alilt-a descrita cu La primera Iluta inglesa seguía cruzando el uuir
su libro la baudera tricolor tantas veces evocada del Norte en espera de órdenes.
él. La mala situación económica hizo que Londres y
por
Nueva York cerrasen sus Bolsas á imitación ile París
Alemania declara el «estado de amenaza» en iodo el En París el gobierno pasó el día en sesíi'ni perma-
Imperio.— Un discurso del emperador. «Ullima- — nente, ocujiándosc de la segiu'idad de las fronteras. A
tum» alemán á Rusia y á Francia.— ¡Es la guerra! — petición del ministro de Hacienda se acordn una ])i'ó-
Entusiasmo en Rusia.— Serenidad de París. rroga de los documentos comerciales vcnci(hjs liasta
el:{I do
Agosto.
El vicriKiS :!1 dr .Iiilio aiiiiH'iitai'on los síiilunias Llegaban continuas iiutieías de las autoridades de
anunciadores ilo la ios movimientos del ijército
la frontiíra anuiiciaiidi)
guerra europea.
Austríacos y ser- alemán y sus (h'smaniís, á pesar de (¡ne no se había
vios siguieron com- declarado aiin la guerra y el gobierin) imperial se
batiendo en las orillas abstenía de toda declaración hostil.
del Save y el Danu- Las avanzadas alemanas, compuestas de tropas
bio. La prensa vienosa numerosas, marchaban por el mismo límite fronterizo,
hizo circular, desde el y muchos jinetes se introdujeron como por equivoca-
primer uiouieuto de ción en territorio francés. Las comunicaciones tele-
después do un terriide tVontcra con barricadas hechas por los soldados ale-
bombardeo, se liabía ntanes, y éstos impedían vi paso á los vianchintes.
iiecho dueño de Bel- Numerosos automóviles, pertenecientes á particulares
grado. La noticia era que aprovechaban el verano para viajar, fueron con-
falsa. Los servios con- fiscados, sin que los oficiales germánicos prestasen
tinuaron defendiendo atención á la cualidad do extranjeros que alegaban
su capital y rechazan- sus dueños.
do todos los ataques Igualmente estaban cortadas las vías tV'rreas ale-
de los invasores. Estos manas en las cercanías de la frontera, y sus troclias
bombardeaban Bel- defendidas con artillería.
grado incesantemen- Cuatro locomotoras pertenecientes á la compañía
te, pero desde la ribe- francesa do Ferrocarriles del Este fueron detenidas
ra opuesta que sirve ])or losalemanes en la primera estaciiui, im])osibili-
(1(! limite al territo- tando su regreso á Francia.
rio liúngaro, valién- Por la tarde un automóvil procedente de Alemania
dose de los monitores con varios individuos sin uniforme, se aproximó al
y de las baterías de túnel de Clialifert, cerca del límite franco-alemán. El
IIaNSI. SOl.l),\l>() KlíANCHS
tierra, pero sin atre- automóvil contenia varias cajas de dinamita. El cen-
Esto fotografía, remitida por Mansl é uno
de sus omiffos de París, ilcva un aulónrafo verse á asaltar la ori- tinela IVaucés, al ver que estos desconocidos intenta-
del artista alsaclano que dice: «Le plou-piou lla enemiga. l)an descargar sus cajas junto al túnel, hizo fuego y
mai flceié», ei soldadilio mal liilvanado.
El Imperio austría- el aiitoniiivil huyó.
co ordenó la movilización general de sus ejércitos. VA trán.<ito euti'c Francia y Alemania había sido
Bélgica continuaba sus preparativos nulitares, co- cortado completamente, á pesar do que ambas nacio-
uocíendo ya las intenciones del Imperio alemán. Sii nes estaban en una situación normal.
rey, Alberto I, decretó la uiovilización de todo el país, El embajador Schoen seguía en París haltlando de
enviando además columnas importantes de tropas para los buenos deseos de Alemania en favor de la paz.
guardar los ríos Mosa y Sambre. Auncjue uadie podía creer en tales palabras, un
Hulanda, aunque no sentía los mismos temores relampagueo de esperanza iluminó á últiiua hora la
del Estado vecino, procedió también á movilizar su in(|uebrantable tenacidad de los optimistas y las som-
ejército. brías dudas de los incrédulos. Esta esperanza podía
Los alemanes en la mañana de este día ocuparon aceptarse porque no venía de Berlín. Las agencias
elpuente sobre el Mosela, que sirve de límite entre el telegráficas dieron la noticia de que, por obra de las
ducado independiente de Luxemburgo y el Imperio gestiones de Sir Edward Grey, los gobiernos de Aus-
germánico. El puente fué obstruido con alambrados, tria y Rusia iban á entablar una conversación diplo-
detrás do los cuales se levantaron algunas barricadas mática. Era el primer paso, ansiado desde una semana
de carretas. antes, para llegar á un aiuienlo.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 71
paz!...
Pero Guillenno II vo-
laba para cortar con un
gesto brutal este inten-
to do transacción de su
aliado.
D
El emperador de Ale-
mania, en virtud del ar-
tículo ñS de la Constitu-
ción del Imperio, decretó
el estado de guerra, lla-
mado «estado de ame-
naza» (Á'/'ict/sffeff hr: i's-
t((ii(¡). Este decreto era
aplicable á todos los Es-
tados alemanes, menos
á Baviera. una ordenan-
za particular, semejante
en todo al decreto, inclu-
yó igualmente al reino
bávaro en el «estado de
amenaza», que equivale
al estado de sitio.
Todos los ferrocarriles Jrf,ri,f FWAWCI A I
j.i, d.i ALgMAHI»
~
CuBf«»dC • "
Slvl>(onrl I
twcrp» d«
I¡>""'- UI»HIÍ»tS
lj"<ilo !
'^
y demás medios de co- pnn EOD f^
' '
^LS pTD
i
ssn'B'-^ Infanlerra oaa gíE
|„f¡|„(f,(3
municación quedaron
j
as e.'^ ingenieros
'
g^ü Ingenieros
las w
j
—.C2SAmclrallsd.ras
liAfrosfacion
>-f
..— S!5í^viacion ;
~- S^Aviacion
«tf Baterías tasü Baterías
riódicos y las vías infor-
mativas. I.AS TRIII'AS nE COHERTIRA EN' FRANCIA Y ALEMANIA
El «estado de amena- Emplazamiento de los distintos cuerpos, balerías, servicio de aviación, etc., hasta la víspera de la ruptura de hostilidades
za» aislaba Imperio al
del resto del mundo, y á su amparo podían tomarse dad se hallaba muy concurrida. La gente se apiñaba
todas las medidas militares en el secreto más absoluto. comentando la noticia de la reciente «declaración de
Equivalía á ordenar la movilización general sin ne- amenaza».
cesidad de decretarla, ganando un tiempo precioso El emperador iba en un automóvil con el uniforme
sobre los enemigos, que no so decidían á hacer lo de los guardias de corps, seguido de su hermano el
mismo por el escrúpulo de ser los primeros en decla- principe Enrique, almirante de la Armada, del kron-
rarse contra la paz. printz y otros individuos de la familia imperial.
Francia, que no sentía deseo alguno de hacer la La muchedumbre, al reconocer al kaiser, rompió el
guerra y aguardó hasta el último momento las solu- cordón de policías y rodeó el automóvil que ocupaba
clones pacíficas, no había ordenado aún la movili- con la emperatriz, tributando á ambos grandes ova-
zación. ciónos. Guillermo II agradeció estos vítores con gra-
Alemania, por medio de su decreto constitucio- ves saludos que demostraban su preocupación,
nal, podía prepararse secretamente para la guerra. El automóvil del kronprintz despertó un cntusias-
ganaado sobro la República una ventaja de un día ó mo aún mayor, marcándose con esto las diversas pe-
dos. Esto era solamente para la movilización de las pularidades del padre y del hijo,
reservas, pues sus fuerzas activas las había preparado Cuando todo el cortejo imperial hul)0 pasado por
desde el principio del conHicto austro-servio, mien- el centro de Berlín, excitando el entusiasmo público.
tras alardeaba de sus intenciones pacíficas. y los automóviles desaparecieron tras las verjas del
palacio, una mucliedumbro se aglomeró en las inme-
diaciones.
Á las tres do la tarde Guillermo II, acompañado Todos podían ver al kaiser y oír su palabra. Gui-
de su esposa, so trasladó de Postdam al palacio real II tiene acostumbrado ú su
llermo pueblo á los rega-
de Berlín. Al atravesar el célebre Uiifcr dni L'nulcii los do su oratnria. Kii tnda circunstancia interesante
(la Avenida de los Tilos), esta vía principal de la ciu- sale al balcón para dirigirlo un discurso.
VICENTE BLASCO IRANEZ
A las seis se mostró el oinpcrudoi', y iil verle la luu- Hemos buscado todos los procediunentos d<' i'onciliaci('in.
cliccluiul)i'e arrojii eii alto sus Nos líenlos asociado á tfldos los ¡¡roycctos i|ue i)odiau impe-
gorras y pañuelos.
dir á las fjraiides naciones llamadas civilizadas el arrojarse niias
El süborano. con una voz fuerte que pudo oírse cla-
contra otras. Dechiramos nuestro fracaso.
ramente en toda la plaza, dijo lo siguiente: Las comunicaciones sucesivas liechas á nuestro (íobieruo
«Es esto un día sombrío para Alemania, (^(iiieren ¡iiir el embajador de Alemania
en Francia no pernütian duda
obligarnos ú tomar la espada. Sí á última hora mis alguna sobre los iiensannentos ocultos de su ]iais. Personal-
esfuerzos no consiguen atraer ;i nuestros adversarios mente. ^L de Schoen es un hombre de carácter conciliador.
Pero las instrucciones que estaba oncarg-ado de cumplir no per-
á cnteuderse con nosotros para el mantenimiento de
mitían intervención al^inuia á sus sinitimientos personales.
la paz, yo espero, cou la d(! Dios,
ayuda que maneja- Obedeciendo las (¡rdenes (|ue le daban desde Herlin. no ha
remos la espada de tal modo, que cuando la lucha ter- cesado de imiiedir. activa ó i)asiv;unente. ])or el aplazamiento,
mine podremos volver á enfundarla con honor. la tortuosidad ó la inercia, todas las proposiciones mediadoras
>íUna guerra exigirá de nosotros enormes sacrificios cu favor de la paz. La dechiraciou que hizo ayer á nuestro (io-
hierno no permite ya ninfri'ui equivoco. Es la j;-uerra y no otra
de bienes y cxístcucias; pero nosotros enseñaremos á
cosa lo (|ue (luiere el (¡obierno alemán.
nuestros enemigos lo que cuesta provocar á Alemania. Alemania demanda á Husia que desmovilice en el plazo de
«Mientras tanto, yo os entrego en las nuinos de doce horas, y anuncia que en caso contrario efectuará su pro-
Dios. Id á las iglesias, arrodillaos auto Dios movilización.
y pedidle ¡lia
Alemania pide á Francia (|ne le comuniípie qué es lo (pie
que ayude á nuestro valiente ejército.»
hará en presencia de la movilización rusa.
Guillermo II, como de costumbre en sus discursos
É insiste por saberlo hoy mismo, y en términos tales, que
y escritos, metía al «buen Dios» de consocio en sus debemos esperar de un momento á otro que retire su emba-
empresas. jador.
HISTORIA PE lA QUERRÁ F;U!?OPEA DE 1914 7d
No queda otra cosa (jue haft-r sino prepararse al gran en- nación, .sin diierencia de regiones, se levanta
'l'oda la
cuentro que después de tantos años se esfuerzan por evitar los
para defender la tierra natal.
(iobieruü du la
representantes de Francia en el extranjero y el »En las calles se presencian escenas conmovedo-
República.
ras. Los desconocidos se saludan, se abrazan, se es-
Francia será digna de su pas:idoydesu historia. Derrotada
en 1811 á consecuencia de lalt;is que es inútil reconlar. resultará trechan las manos... El espectáculo resulta indescrip-
victoriosa en 1!I14. M. de Moltke había señalado un ¡¡lazo de cin- tible. >,»
cuenta años para la g-ernianización de Alsacia. Van tnuiscurri- En l'arís el ])atriotismo se mantuvo en una calma
dos cuarenta y tres, y la gennauización no ha avanzado nada.
La profecía del grande hombre de guerra no se ha realizado.
digna, resuelta, pero silenciosa.
\ nosotros nos corresponde ahora, ya que nos fuerzan, el tomar
La multitud recordaba las explosiones de entu-
el desíiuite qw debemos á nuestros infortunados compatriotas siasmo de 1S7U que iiabian precedido á la derrota.
de las riberas del Rhin. El grito ^'¡Á Berlín!/^ lanzado por los policías secre-
Nadie dirá que lo hemos buscado. Sabcums lo i|ne esto cos- tos de Napoleón 111, era recordado por los viejos con
tará á Europa. Si. como todo lo hace prever, la guerra estalla,
no seremos nosotros los (|ue habremos incurrido en la terril)le amargura.
Nada de vociferaciones y de entusiasmo cstí-rü.
responsabilidad de sumir á l-luropii en el fuego y la s-,iiign\
La ruidosa y expansiva Francia, aleccionada por la
desgracia, permanecía en una actitud grave.
En líusia la orden de movilización g-encral y las Además, la República estaba dispuesta á aceptar
amenazas de Alemania provocaron grandes manifes- valerosamente la guerra, pero no la deseaba. Hasta
taciones de entusiasmo patriótico. el último momento esperó una oportunidad, una cir-
El vecindario de San Petersburgo discurrió por cunstancia favorable, por insignificante que fuese,
las calles con banderas y músicas hasta las tres de la para torcer el curso de los sucesos hacia el manteni-
madrugada. Ante las embajadas de Francia é Inglate- miento de la paz.
rra y la legación de Servia so sucedieron las manifes- Todos los franceses, hasta los menos rcfiexivos, se
taciones, 'cantando el himno ruso y los liimnos de los daban cuenta de lo que significaba una guerra euro-
indicados países. pea. ¡Qué de sacrificios irreparables, aunque se consi-
Los veteranos condecorados con la cruz de San guiera la victoria!...
Jorge marchaban al frente de los manifestantes. Mu- Á las diez de la noche del 31 los bulevares esta-
chos oficiales servios, al partir para su país á fin de ban repletos de muchedumbre. Frente á las redaccio-
incorporarse al ejército, fueron objeto de inmensas nes de los grandes periódicos se aglomeraban los
ovaciones. grupos ansiosos de noticias, comentando los diversos
«El Imperio ruso — decía la G'H'etd de San Pcteis- y vagos despachos que aparecían en transparentes y
Ivrgo
— siente el empuje de un irresistible entusiasmo, pizarras.
como nunca se ha visto, y el deseo unánime de repe- «¿Será la paz?... ¿Será la guerra?...»
ler el espectro de la invasión alemana. De pronto numerosos pelotones de Guardia Repu-
»Todas las huelgas han cesado como por encanto. blicana, armados de fusiles, cortaron el gentío, yendo
á colocarse estratégicamente
en diversos puntos de los bule-
vares. Patrullas de jinetes re-
corrieron lentamente el espa-
cio entre la Magdalena y la
Bastilla ])ara impedir un largo
estacionamiento de los grupos.
i;>.euadras de agentes de poli-
cía cm])ujaron suavemente al
lie la aiituriJad al sacar tanta fiierza armada á la vía rena, hacían recordar á los colosos de las leyendas,
pública, eran las mismas que en días de agitación que dedican su vigor á la defensa de las causas justas
popnlar, cuando se teme un motín. y en los cuales la fuerza va unida á la bondaii.
De pronto circuló de grupo en grnpo la esperada Jaurés era un profesor de filosofía que por sus es-
noticia: tudios y su amor ú los humildes acabó abandonando
— ¡Han matado á Jaurés! ¡Acaban do asesinarlo! lacátedra y sus trabajos literarios para lanzarse á la
Y sordo murmullo que se elevó de esta masa
el defensa del socialismo. Pertenecía á una familia ilus-
negra de cien mil personas, aglomerada bajo los faros tre de soldados del mar. Su tío, el glorioso almirante
eléctricos del bulevar, reflejaba la extrañeza de todos. Jaurés, fué el defensor de París en de 1870. Su
el sitio
¡Asesinado Jaurés!... ¿Por qué?... ¡Matar al primer hermano, contraalmirante Jaurés, es hoy en la ma-
el
orador de Francia, al tribuno do las clases trabajado- rina francesaun jefe muy acreditado por sus estudios.
ras, en momentos de angustia para la nación, cuando Jaurés nació en Tolosa; su alma de meridional es-
más necesaria podía ser su palabra para infundir en- taba preparada á todas las sensaciones de la bondad y
tusiasmo!... del arte. Pudo un gran poeta, pero sus entusiasmos
ser
La inoportunidad y la incolierencia de este criiuen, humanitarios impulsaron al estudio de la filosofía
le
realizado por un francés imi)écil que al convertirse en y la sociología. En realidad lo fué. Muchos de sus di.s-
asesino creía salvar á su patria, sumió á todos en un cursos resultan verdaderas odas, sobrias de forma,
silencio de estupefacción j de angustia. pero de una poesía viril. Temía los galopes de su ima-
ginación, procuraba contener las exuberancias de su
XIV palabra maravillosa, quería sor conciso y hasta aus-
tero,no dando entrada en sus peroraciones mas que
á contadísimas inuigenes para no incurrir en la ba-
Asesinato de Jaurés
rroca abundancia .de los oradores meridionales. Pero
Sus amigos le llamabanbuen gigante». No era
<a'.l aun así, ¡qué de frases poéticas en sus discursos, su-
de alta estatura, pero sus hombros robustos, su rostro periores ú la gran mayoría de las que circulan envuel-
espacioso, su amplia barba, su sonrisa plácida y se- tas en rimas!...
76 VICENTE BLASCO IBANEZ
podido hacerlo Víctor Hugo. produjo cierto enfriamiento entre el socialista y los
Hablando á los socialistas de sus deberes naciona- suyos. Además, la familia era fervorosa creyente, y
les, dijo asi: veía con disgusto su propaganda librepensadora.
«Vosotros estáis unidos á esta tierra por vuestro Las más de las noches comía Jaurés en el café del
pasado y vuestro porvenir; por vuestros recuerdos y Croissant, situado en la esquina formada por las calles
vuestras esperanzas; por la inmovilidad délas tumbas de Montniartre y del Croissant; un establecimiento
y por el temblor de las cunas.» modesto, pero que era preferido por estar inmediato á
la redacción de LHiouanité.
La calle del Croissant es la calle de los periódicos.
.laurés era la
primera jiersonalidad de la política Á excepción de los grandes diarios de París, que tie-
francesa. En la Cámara de diputados ninguna pala- nen ediñcio propio, todas las publicaciones de segundo
bra tuvo más autoridad que la su^'a. Este prestigio orden, especialmente los periódicos políticos, vienen
no lo debió solamente á su elocuencia. La rectitud de instalando por tradición sus redacciones en la calle
nna vida pura le hizo ser respetado, aun por los reac- del Croissant, ó sea de la Media Luna. Varias casas
cionarios más
intransigentes. Además, su carácter editoriales se hallan establecidas en este barrio. Sobre
generoso esparcía en torno de él un ambiente de sim- el mismo cah' del Croissant están las oficinas del edi-
Por las acoras transoaiTca los ti|)ógTatos coa largas Kl cate era su salón, su casino; represen-
piiijre
blusas y una luontora de papel en la eal)eza. Pasan taba hora nunlia de intimidad y plácidij descanso,
y
can-etones cargados de resmas de periódicos rcciéti rodeado de amigos de varias nacionalidades. Todos los
impresos. Llegan á pie ó eu vehículo de alquiler, apre- que deseábamos iuiblar á Jaurés sabíamos que el lugar
surados y con aire misterioso, los noticieros que aca- mejor para abordarlo era el cale del Croissant, á la
ban de cazar algo sensacional. Mujeres mal pergeña- hora de la comida.
das y con un bonete de papel impreso sobre la cabo- Se i)resentaba á las ocho de la noche de vuelta de
llera miran á lo alto, como si con la vista pretendiesen la Cámara, sudoroso aún por sus agitaciones orato-
acelerar la salida de los periódicos. Algunas redac- rias, vibrando cu su i)alabra las emociones recien-
ciones están en un quinto piso. tes de la tribuna, repartiendo apretones de uiano y
'Lodo este mundo estaba acostumbrado á ver dia- palabras cariñosas, entusiasta, satisfecho, couñado,
Vendedores de periódicos esperando la salida de una hoja extraordinaria anie la imprenta de un diario
riaraente áMonsieur Jaavés, cuando llegal)a al café como un escolar que acaba de salir victorioso de un
del Croissant, con la levita suelta, el pantalón con examen.
arrugas, el sombrero de copa alta opaco y mal pei- ¡Simpático grande hombre! ¡Gigante incansable y
nado: el tipopersonaje parlamentario ijue diísea
(lid bueno!...La gran aventura de su vida laboriosa, de-
guardar un aspecto decoroso, annqn(% ¡ireocupado y dicada por entero á la defensa cíe una idea, había sido
distraído, no cuida de la ropa. un viaje, dos años ante?, á la América del Sur. Lla-
Para los de la calle del Croissant, el gran orador mailo por los socialistas de Buenos Aires, atravesó el
de Francia, el arbitro de la vida política, era uno d,' Atlántico jiara esparcir la buena nueva en una serie
la casa, uno del oficio. de conferencias. Los capitalistas argentinos admira-
— Ahí va el director de L'IJiniiaailé — decían impre- ron la dulzura couvinconte con que sabía expouer
sores y vendedores, como si esto valiese más que el unas doctrinas opuestas á sus intereses. La masa cu-
ser diputado poderoso y gran orador. riosa se asombró de que el famoso tribuno Juan Jau-
Otrosle llamaban
simplemente -el (nudadaiin Ti ri's fuese uu señor de aspecto fi-anco y alegre, capaz
«el compañero Jaurés». lie conversar eu medio de la callo con cualquiera, y
IB VICENTE BLASCO IBAÑEZ
que cu pleno verano il)a con larga levita parlamen- Jauri's desde el primer momento del conllicto. Era un
tariay sombrero do paja. decidido ¡¡artidario de la paz; había trabajado siem-
El «burguesismo» bondadoso y modesto de esto pre [)or disuadir á Francia de las aventuras militares,
grau artista revolucionario, incapaz de petulancias y y únicamente, en liltimo extremo, podía aceptar la
orgullo, había llamado siempre la atención de sus de- guerra lielensiva para la salvación de la patria.
tractores. Por algún tiempo creyó que el socialismo interna-
Cuando obtuvo los primeros triunfos oratorios y cional podría resolver el conflicto. Poseía el idioma
la opinión empezó á fijarse en el diputado Jaurés, los germi'inico. y en 1905 lo invitaron los socialistas ale-
periodistas do París lo describieron con cierto rego- manes á dar varias conferencias de propaganda en
cijo como un universitario de gustos domésticos que Berlín y otras capitales alemanas,
pei'O el gobierno
iba por las mañanas al mercado con un bolso ile red, se opuso, prohibiendo á Jaurés el paso por la frontera,
lo mismo que los burgueses amigos de la tradición, á (iuülermo II y el canciller Von Hülnw juzgaban más
comprar las provisiones para la familia. temible el socialismo de los franceses que el socialis-
o mo alemán, obediente siempre al Imperio, después de
La posibilidail de una guerra europea indignó á un simulacro de oposición. Jaurés mostraba gran con-
fianza en las promesas de sus co-
rreligionarios de ultra-Rhin. Él
ini])ediría que Francia adoptase
una política belicosa, dejándose
arrastrar por sus compromisos de
alianza. Que los compañeros de
Alemania hiciesen lo mismo, opo-
niéndose a la guerra, y Europa
se salvaría. Pero transcurrió el
cañón se apoyó eu la nuca de Jaurés. Fué esto tan riedad.Además, las averiguaciones judiciales hicieron
rápido, que no dio tiempo para lanzar un grito de saber que su madre había muerto en un manicomio,
alarma á los que estaban enfrente de él, avisándole víctima de monomanía religiosa.
el peligro. Mientras tanto, el orador, ignorando lo que Los excesos de una prensa- extremada en sus afir-
pasaba á su espalda, sonreía cortésmente mirando maciones habían empujado al asesinato á este hombre
el retrato. Sonaron dos estampidos y Jaurés se des- de cerebro débil. Para ciertos periódicos franceses de
plomó pesadamente, sin un grito, de bruces sobre la ideas conservadoras, que creen tener el monopolio del
mesa. Tenía abierta una herida enorme eu la base del amor á la nación, todos los que piensan de uu modo
cráneo. El hueso había estallado dejando el cerebelo distinto al de ellos son traidores á la patria.
al descubierto. Jaurés, como los demás socialistas y muchos re-
Mientras unos contertulios, aturdidos por el suceso, publicanos, se había mostrado enemigo de la ley que
se agrupaban junto al cuerpo, sacudido por los ester- aumentaba la duración del servicio militar, pasando
tores de la agonía, otros se lanzaron fuera del café, éste de dos años á tres. Para sostener sus ideas sobre
deteniendo á los pocos pasos al asesiuo, (juc aún tenía el problema militar, había publicado un libro. El ejer-
el arma en la mano. cito del socialismo, con la colaboración anónima del
Era uu joven llamado Raúl Villin, estudiante de capitán (ierard, un oficial socialista que luego se dis-
prehistoria en la Escuela del Louvre. Eu los bolsillos tinguió mucho en el curso de la guerra. Jaurés propo-
le encontraron uu segundo revólver cargado. Los nía en su libro que en vez de aumentar las tropas per-
transeúntes, al enterarse de su crimen, quisieron lin- manentes se creasen mayores reservas, más cuadros
charlo, y los esfuerzos de la policía no pudieron evitar de oficiales, para movilizar con éxito y rapidez la na-
varios golpes que ensangrentaron su rostro. Los mis- ción entera en caso de peligro.
mos amigos de Jaurés defendieron su vida, metiéndolo Como ocurre en muchas discusiones tempestuosas
en un automóvil para arrel)atarlo de las mauos de la que conmueven á todo uu pueblo, !a experiencia se
muchedumbre indignada. encargó de demostrar que ambos bandos tenían razón
El primer interrogatorio en la comisaría de policía en sus proposiciones, encaminadas igualmente á la
dio á entender inmediatamente que el asesino era de defensa de la patria. La ley de tres años, aprobada al
una mentalidad anormal. Al principio se negó á iden- fin, sirvió para (¡ue Francia, en los primeros momen-
tificarsu persona, manteuií'udose en un silencio ac- tos, tuviese en las fronteras un ejército mayor, á cuyo
tivo. Luego, para justificar su crimen, dijo con petu- amparo pudo movilizarse el país tranquilamente. El
lancia, como si acabase de salvar á su país: ])]an Jaurt-s. de sor ])uesto en práctica, hubiese
lie
—
Jaurés lia traicionado á Francia cou su campaña permitido á los treinta dias tener sobre las armas
80 VICRNTE B'.ASCO IBAÑEZ
La cruz blanca tndtca la ventana junto á la cual estaba sentado cuando desde la acera el asesino le disparó en la nuca
cuatro millüüos de hombres bien preparados en vez dacciones de determinados periódicos. Todos jiensa-
de dos y medio. ban en lo que ocurriría á la mañana siguiente, cuando
¡Y el pobre ilnniinado, niczela di; loco y de imbé- la noticia del asesinato fuese conocida en los barrios
cil,con la sugestión de lecturas calumniosas, creyó obreros. Iba á sobrevenir la revolucii'm, la guerra civil
salvar á su patria matando al «traidor», al homlire ansiosa de venganza, precisamente en el momento que
la patria los necesitaba á todos y el
ilustre y bueno! enemigo anuMia-
Su acto t"iu' tan absurdo, (pie en el primer momento zaba la frontera.
nadie pudo imaginar (¡ue lo hubiese realizado un fran- Un redactor de L' IIi'uKinilé se asonni á una ven-
cés. La muchedumbre creyó de buena le que el ase- tana de la redacción para hablar al pueblo recomen-
sino era alemán, considerando este crimen como una dándole la calma. Lits diputados socialistas fueron
maniobra luibil para provocar una revolución, intro- acudiendo al enterarse del suceso.cuerpo de .lau- !•'!
duciendo la discordia entre los franceses. ros estaba aún tendido en el diván del
cafi", agitado
Kn realidad un enemig'o de Francia no podía dis- por los liltimos estremecimientos. Sus amigos, con la
currir contra ella nada mejor que el atentado de este cabeza descubierta, lloralian.
denKinte. Cuando el cadáver, oculto en un furgón y escol-
Pero un patriotismo sincero supo conjurar el peli- tado por jinetes de la Guardia Ke|)ublicana, fui' tras-
gro con actos de abnegación. Los principales socia- ladado á la casa de Passy, donde Jaurés había tenido
listas franceses, al descubrirse ante el cadáver de la su domicilio, los socialistas más jiopularcs arengaron
victima, pensaron en la concordia nacional y no en á las nuisas, recordando la gravedad de la hora, la
la venganza. amenaza de la guerra que pesaba sobre todos, la
necesidad de mantenerse unidos ¡¡ara hacer frente al
peligro.
Una muchedumbre amenazante invadió la calle Gustavo llervé dio la consigna á los revolucio-
del Croissant y las inmediatas: «¡Viva Jaurés! ¡Abajo narios.
la guerra! ¡A muerte el asesino!» Los cafés y otros es- — Yo conocía bien á .Taurés dijo
—
Si su cadá- — .
tablecimientos cerraron sus jiuertas. Las gentes tran- ver pudiese hablar on estos momentos, sé lo que
quilas se escondieron. Muclios grupos empezaron á diría: «Amigos míos: no penséis en mí; pTjnsad en la
hablar de una venganza inmediata asaltando las re- patria.»
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 61
En la niisnia iiofhe el gobierno hizo lijar profusa- marcha se pronuneiaroa muchos discursos sobre una
mente en todo París la siguiente alocución: tribuna, cerca de la casa mortuoria, en la esquina for-
mada por la calle de la Pompe y la avenida Henri
Ciudaihiiios: Martin. Hablaron el jefe del gobierno, Viviani, los di-
Til Mboiniuablc atinitado acaba de conirtcrsc. M. Jaurés. el putados socialistas Sembat, Vaillant y Bracke, el di-
^raii orador, fíloria de la tribuna fiinu-csa. ha sido cobardc- putado belga Camilo Huysmans y Jonhaux, secretario
nicnti' asesinado. de las asociaciones revolucionarias de trabajadores. El
Vil me descubro personalmente ^• en nombre de mi.s cole^-as discurso de este obrero fué el más emocionante. Jon-
ante esa tumba, tan inesperadamente abierta, del repul)lieano haux explicó por qué los trabajadores amaban y ad-
socialista (jue luchó por tantas nol)les cansas y qui' en i'stns
miraban á Jaurés:
ha sostenido por el interés de la paz, con la auto-
(lias difíciles
'
SUR LE fBDNT
CONFIANCE
orden. tras fuerzas para el porvenir.
El asesino está detenido y Algunos han creído ((iie nos-
será castigado. Que todos ten- otros éramos adversarios de
gan confianza en la ley, y de- Jaurés. ¡Cómo se eriuivocan!...
mos todos, en estos graves pe- Es verdad que entre nosotros
ligros,un ejemplo de sangre y él han existido alguna diver-
fria y de unión. gencias de táctica. Pero estas
Por el Consejo de Ministros. divergencias eran como sí di-
M ¡>irsiden(c del Consejo: jéramos á flor de alma. Su ac-
Rene Yiviam ción y la nuestra se completa-
l),-in. Su acción intelectual iMi-
fué una manifestación imponente. La Francia repu- ninguna tormenta podrá extinguir. Y yo proclamo altamente,
antes de ni:n'char al combate, nuestra fe en la Internacional,
blicana, no obstante las graves preocupaciones del nuestra resolución de conquistar en franca lucha todas las
momento, acudió á escoltar su féretro. liljertades ])ara dárselas á los otros.
Fué el 4 de Agosto p5r la mañana cuando una
enorme muchedumbre con banderas y grandes coro-
Gustavo Hervé, aldespedir al maestro en un sen-
nas acompañó el cadáver del gran orador desde las
tido artículo de La. Guerra Social titulado «Adiós,
alturas de Passy al ferrocarril que lo había de llevar Jaurés», decía así:
al Sur de Francia, á la amada tierra natal. .laurés; ha sillo jiara vos una felicidad no asi.stir al derrum-
Por la tarde se desarrolló en la Cámara de dipu- liamiento momentáneo de nuestro hermoso ensueño de paz
uni\ersaL )s h.ibéís ichj antes de verá Europa sumida hasta el
tados la memorable sesión del 4 de Agosto, que rela-
(
Hft 'i^l^^H
HISTORIA DE LA GUERRA ELIROREA DE 1914 83
personal cad ;i día (le paya, siendo oblig-acióu suya justificar Art. 2." I.a prolong-aeión del plazo antes marcado se apli-
i>sto. prt'seut: nido las uiíminas de los empleados en sus esta- cará ig'iialmente al reembolso de bonos y contratos de seguros,
llll'cililit'Uto.S. de capitalización y de ahorro á término fijo, ó estipidados como
reemboisables á vuluntad del titular
o del portador.
Art. 3.°" l,as dis])osiciones del pre-
sente decreto son aplicaljles á Arge-
lia ^ Túnez.
últimos esfuerzos en favor de la paz. L'na simple cuartilla de papel pegada con obleas y
Eq la mañana del 1." de Agosto todavía M. de con unas cuantas líneas escritas á toda prisa, puso en
Schoen, el embajador de Alemania, fué al ministerio conmoción á París y una hora después á toda Francia.
de Negocios Extranjeros para liablar con M. Mviaiii
de un acuerdo posible.
— Se entrevé un pequeño resplandor de esperanza
—dijo el diplomático alemán al salir del ministerio—.
Hay que trabajar para que esta esperanza se agramh'.
Los que estaban enterados de la conducta tortuosa
observada por el gobierno alemán en los días anterio-
res, sonreían tristemente.
Por la tarde volvió M. de Schoen al mi.iisterio
para
tener una segunda conferencia con el jefe del
gobierno.
lllStORlA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 85
Es la guerra.
Los hombres se mostraban sus libretas de reser-
vistas, señalando los diversos puntos de Francia
á
EJERCITO ÜE TIERRA V EJÉRCITO DE MAR T...1I |-VniK«l. í.mtui. Bill ..lilia.HÍ-ll* l<ill«iiir.^ *t...l -•.,. ).
i». ,í.t|.
yu,< .-,... U
TOV« LE» BOMBES .... |.r., ...- -.,-. 1.- I>. .,. ..
ORDEN >,„M .... i'nt
I.
|...-. .1..
tegidos por la neutralidad han creído necesario tomar zos diplomáticos y todavía espera conseguir un (\vito.
esta medida á título de protec;ñ(ni. El Gobierno cuenta con la sangre fría de esta noble
Potencias cuyas leyes militares y constitucionales nación, para que no se deje arrastrar por emociones
no se asemejan á las nuestras, han comenzado y pro- injustificadas. Cuenta también con el patriotismo
de
seguido, sin necesitar de un decreto de movilización, todos los franceses, y sabe que no hay uno solo que no
unos preparativos que en realidad equivalen á la esté pronto á cumplir su deber.
misma movilización y que representan su ejecución En esta hora ya no hay partidos. No hay mas que
antiripaila. la Francia eterna, la Francia pacífica y resuelta, la
H6 VICENTE BLASCO IRAÑEZ
patria del derecho y de la justicia, uuiíla ])ür cutero Así hubiese sido. De manifestar Inglaterra en esta
cu la calma, la vigilancia y la dignidad. Jiora grave su firme voluntad de ponerse al lado de
El Preside ¡lie de la Reju'thlkn. Francia, seguramente que el Imperio alemán liubiese
lÍAIMIJiNDO l'OINCAnÉ rectificado sus pro¡)ósitos belicosos. Se mostró arro-
que sus enemigos, en un tardío reliim- tánico fué enenn'go de una interven-
ductay el peligro quedará conjurado. El Imperio ale- que representaba un atropello á los tratados garan-
mán quiere la guerra porque está convencido de que tizados por la (irán Bretaña j una amenaza futura
la (irán Bretaña se mantendrá al margen del con- para la integridad de ('sta.
flicto. Que diga una palabra de amenaza el gabinete Los ministros do Inglaterra tenían indudablemen-
de Londres, y triunfará la paz. te una visión más exacta de los heclios. Adivinaban
IIISTOlíIA DE LA GUIík^lJA líUk'OPEA DE 1914 87
•
'5
-
:X SE .
ron inevitable el
choque desde el
primer día del
conflicto.
D
En Fraucia la
unanimidad de
la opinión cal-
deó el entusias-
mo popular.
Los partidos
revolucionarios,
(|uc muchos ha-
bían mirado co-
mo un peligro,
fueron los que
más ruidosa-
mente afirma-
ron su adliesión
á la patria.
Creían los timoratos en una protesta ruidosa de los so-
cialistas y antimilitaristas contra la guerra. El mismo
gobierno alemán conñaba en las perturbaciones revolu-
cionarias, viendo en ellas una de sus garantías de éxito.
—Va á reproducirse el movimiento de la Commiinc
— decían los miedosos y los pesimistas —
El pueblo
.
e implantar .siilidameute
entre nosotros un réjiá-
liiiMi de democniei.'i i|iie
jiiiede establecer el orden
i'ii l;i iiaei(jn
por nieilio de
la libertad, 'reiiianios la
otras \i'ces nial, veiiiniiis \i\ieiidi). Pero esta liiisin;i \ ida e.S voluntad de suprema euerfi-ia. En esto, en esto solamente re-
side la fuerza moral cine puede hacernos superiores á todo.
Cuando el pais.p-raciasá nuestros esfuerzos, liabrá reeolirado
la librc!
i)osesióii de su personalidad, entonces reanudaremos
nuestras luchas, ((iie honran ai pensamiento francés, pues re-
\clan nuestra l)usca apasionada de un ide.il ennoblecedor de la
hiimanid.ad. V esto lo haremos en distintas eondieiones ijue an-
tes, pues el saeritieio de nosotros \' de los nuestros lial)rá iiiar-
Otro pcviúdicu francés, nacionalista y catúlieo, El fácil que iba á realizarse en breve plazo. La entrada
Eco de París, decía lo siguiente al apreciar las ma- de las tropas alemanas en París era asunto para ellos
niobras diplomáticas de Berlín: de quince ó veinte días.
El Nutional Zñlxuig, diario nacionalista de Berlín,
l{i'sillt;i ili' tiidi] lii Iii'iiiiis .\lriiiMiii:i
((lie iirrscnciiiilii i|iir decía en un artículo violento:
pniviicn rri;iiiit'nti' la iná.-* jí'IMihIc catástroír que si.' ha visto cu
Esta frialdad bastaría para di'iiKistrar
«No sabemos hasta dónde llegará la suerte (jue la
la liistoria del iiiunili).
ha prciiarado en todos sus detalles, si nosotros los fran- Providencia reserva á Alemania, |)ero es seguro que
que la
ceses no tuviéranid-i adenrás otras pruebas. \-¡endo c('iuio se Francia tendrá que sangrar su bolsillo para recobrar
obstina desde hace diiv. días en pro\ocariios al eond)ate. con su libertad algo más que lo sangró hace cuarenta y
jiretexto de la dil'erencia austro-servia, de la cual no liay (|uien cuatro ailos. No serán 5.000 millones lo que deberá
jiueda definir (daraniente los niiseral)les motivos.
Pronto sabremos lo i|Me ese crimen delie costar á la ra/.i pagar por su rescate. Ahora tendrá (]iic darnos 30.000
millones.»
g-ermániea. Pero desde este momento liaremos (|ue con.ste una
afirmaciiin. La Deiitsclii' Kiilliir. esa «civilización alemana» d(í V más adelante añadía el articulista del diario
pea monumt>ntos imperecederos i'u las Mrt 's. i'u las en La Santa Madre de Dios, qvc está ex Loin-des,
las instituciones públicas, en el deseu\ol\ imii'ntn d •
li'tras,
l;is nacio- tendrá nincho tpie hacer si es qee pretende ella qne—
nalidades. La hegemonía alemana nu se ha caracterizado, esi)e- es —
tan milagrosa cnrar todos los huesos qnc nues-
cialmeut;' desde hace cuarenta y cuatro años, mas qui' por el tros soldados ran á romperles á las ¡lolres f/entes
monstruoso sistema de arniam 'utos á todo trance. Después de
del ot ro lado de los J'o.si/os-.
nueve años de inci'santes alarmas y augaistias crecientes, toda
su cultura da por resultado una inmi'usamatanza. »¡Pobre Francia! Aún es tiempo para ella de cam-
Que \a\an los alemanes á l),-italla con esti maldiciiiu
l:i l)iarde conducta. Dentro de algunas horas será tarde.
sobre su frente. Y entonces va á sentir durante muchas generaciones
los golpes que recibirá.»
En Berlín, el tono de los periódicos fué soez é inso-
lente.Su gobierno no había declarado aún la guerra
á Francia,y sin embargo todos ellos bablaron de la En Rusia, el ukasc del zar ordenando la moviliza-
conquista del territorio francés como de una empresa ción general puso en pie á todo el Imperio.
HlStOtílA DÉ LA GLlERlíA EUROPEA DE 19M 01
Soldados rusos á la hora de la plegarla rodeando al zar, que llene en la mano una Imagen santa
üesde las seis de la uiaüaiia del 1." de Agosto, las propósito de guardar la neutralidad duiMute las hos-
oficinas de movilización empezaron su trabajo. Mu- tilidades, armándose para hacerla respetar. El Con-
chedumbres considerables do reservistas llegaban á sejo Federal de Suiza hizo lo mismo, convocando
ellasen compañía de sus mujeres ó sus padres. Se las Cámaras para el día con objeto de nombrar
'.i
mostraban alegres, sin que alterase su entusiasmo un comandante en jefe del ejército. Otras naciones de
una sola nota discordante. Europa se prepararon para deciarar igualmente su
La protesta revolucionaria de otros tiempos había neutralidad ;inte una guerra que consideraban inevi-
enmudecido. Todos los rusos aparecieron agrupados table.
gas de quince días antes. Los que quedaban en las Pero antes de que circulase esta noticia ya había
fábricas para seguir el trabajo acompañaron por las intervenido Alemania, presentando á Rusia y á Fran-
calles á sus camaradas llamados al servi- cia el uUiínattijii de que hablamos.
cio militar. Á las siete y media de la tarde del 1." de
Las manifestaciones patrióticas fueron Agosto, endjajador de Alemania en San
el
personas de los alemanes residentes en Ku- Italia, que formaba parte de la Triple
sia.Se limitaron á destruir las estatuas y Alianza, permaneció á la expectativa des-
emblrnias (jue simbolizaban al liii[)rrii) ciic- ]m('s (U" haber intervenido en todas las ges-
tiones de paz.
Oticiüsamente decdaro el gobierno de
Ualia que ni por el espíritu ni por la letra
Todavía el 1." de Agosto, cuando se es- del tratado fundamental de la Triple Alian-
taban armando los ejércitos de casi toda za estaba obligado á prestar ayuda á los
EL ROMPIMIENTO
con una celeridad vertiginosa. Cada liora ti'ajo cou
ella un suceso de resonancia.
Comenzó el día con un gran movimiento en las
El 2 de Agosto vías f(''rreas y demás medios de comunicación. La au-
toridad militarse posesionó de las estaciones de ferro-
Kn este día terniiaó matc- carril de toda Francia. Los trenes fueron dedicados al
mobiijsation i'iíilincüto la paz de Europa. transporte de las tropas, cesando por la noche el mo-
Un minuto desput'S do vimiento de viajeros particulares, así como el tráfico
las dore de la noclie, ó sea de mercancías.
gí;ní;rai.e
al iniciarse el día '2, empe- Durante la tarde anterior una inmensa muclieiiain-
Li- M'ur. lili ^t \ii |»Ml.- .1 In
zaron en toda Francia los bre asaltó las estaciones para salir de París, aprove-
rtiiftiilo^Miiii itf SI •» JnliiiliiUIri-o
tranjeros:
tación.
Niiig-uno podrá servir.se de antomóvrles
para emprender el viaje.
Los extranjeros (¡ne quieran ([nedarso
en Francia podrán hacerlo y escoger la
residencia que les couveug-a. pero con las
restricciones siguientes:
1." Los alemanes y austríacos no ¡lo-
drán residir en ningnna plaza fuerte ni en
los departamentos (¿ue se expresan á con-
appeí i
(Dibujo de L. Sabattici', de la lUusiration, de París)
DD mmi IHFÍL timiacirní: Norte. Aisne. f'haml)er^. (¡renoble. (iap, T)ig'ne y Niza. Tampoco iiodrán
A LA POPULATIOM Ardenas. Mame. Mosa . establecerse en las i)laza,s ruert.es de Laon. La Fi^re. Ueims,
Menrthe y Mosela. .\ub(\ Langres, Besanzón. Dijoii. L\ón. Tolón. Marsella. Brest. Cher-
' Parisirns
.\lto-Marne. Vosg-os. Alto- bnrgo, el Havre. Bolonia. Calais y l)iinker(|iie.
•• >«. t™. V. IVaur^. itaj.ral nalitlrr ...
I Irmn rp^rrttr^ fmur «- smaprr aulnnr da Saona. l)oul)s. .Inra. Ain. Al llegar á las localidades donde ((iiieran residir, todos los
•l.l M..il..r I* Irilituu- lMll[iulaa ir 1^ Ir.
Alta-Sal)oya.Sal)o\-a.Altos- extranjeros, sin r/i»/ i lición de nacional it/ad, deberán presentarse!
.\lpes, Bajos-Alpes. Alpes- al comisario de policía, ó en ausencia de éste al alcalde, con sus
rhcf.
Maritimos. Var. Bocas del documentos de identidad para hacer una declaración de residen-
.
Ir hffA^xnds
t. .
Llamamiento del Conselo municipal t'ort. Montbeliard. I'onlar (•ampo atrincherado de París.
de Parts lier. IJoii rg-. .\ m berieii. El segundo día de la movilización deberán presentarse al
^4 VICENTE BLASCO IBANEZ
PREFECTURE- DE PÓLICE
PKEfECTUKC nt rOLICE Prítetlure i^ Dtperíeíneni de la Seifie
1^ -í' *n Vi».-
/'#»/**
AVIS A LA POPULATION
Aux Parisiens,'
l.'«V|lfl|¿ .IMt.l*Í1«l|.- «"^ UfiuJ.. 1*'—
I)
t.Mt- 1 <
ttlIxJ-h^lK.
lili -.••li'.
I .r>^ -tliilioiiv ilit ^li''ro|t«t1lliilll si'i-oiil fr, 4t^ g*»>. +-f '. . w '^•_< anuí •H^Lunf* uh/a*IA\ 4 <>,Wir>'«. -
,/.
üMii j ^mm m t n» ^.
^ nfMAtl* Mi\ ii«»*m|K 4' fii. .«i .1-.
m DELANNEY.
LA MOVILI/ACION
O(ro3 diversos decretos y bandos que se lÜaron en las esquinas de París durante los primeros días de la iiiovlll/aclón
coiiiisMriii ilr piilifi;! ilrl distrito ciiii sus dinMinirntdS ilc iili'ii- 'rmlii el (|iie coiit i'a\ cn^^'a las disposiciones anteriores será
tiihiil \ydn h.-K'cr cdiist;!!' su si1u;ici(')u. arrestad(j. l..-is .-lutoi-idades cixiles y militai-es Nclaniíi por su
Kutrc l(is (lilis .")."
y l(i.° ilc l;i niii\ il¡/..-iri(')n scrsui tiMiispiirt;!- cumplimiento.
diis iH)r vi;i l'érre.-i ii lus puiit(is de rcl'ui;-i(i provisdi'io situiulos cu
Se adoptaron e.stas (lisposicioiics jntva cvikir el os-
el Oeste dt; Frnuci;i. donde se ]) re pan irá todoloiieeesiirio p;ir;i su
pioiiaje, (jno era luio de los graiuli'S peligros
ilel iim-
¡ilojamieiito y aliinentiieióu y se les dará tral)!ijo si es neecsario.
Niiiji-uiio de i'llos podrá lle\:ir un ei|ui|i,-ije de más de 30 kilos. luento.
.Más;idelaute ])i>(lráu KI carácter liberal y confiado de las aiit()rida<les
solicitar su traslado á francesas había dejado establecerse en el ¡¡ais á nu-
flCPUBLIOUt. fRANC <iS£ iiua frontera neutra
nierosüs ag'entes del eneniio-o. (jue desile años antes
para salir ile I''rancia.
1: Mía 'i.
'
I, os lon.'ueses y
estudiaban los medios de defensa para comunicarlos
\r M 4 1 i)M aisaeiaiios no naturali- al Estado Mayor de Berlín.
zados como fraucesi^s Los mismos diarios alemanes lian confesado cjue
tendrán' (|iie ])resen- su país tuvo más de 100. OOU espías en Francia, espías
tarse iiiMialnií'nti' ante
HIIMMF.S de IAIUIFÍ ÍÜItlilTORUli: de ambos sexos, pertenecientes á todas las clases so-
el comisario durante
iiK.sKiivi: iit ik Mm u;itiiii(iiiiAi.i; el se;;-nudn ilia de la
ciales.
o
ino\ ili/.aciiHi.
MISE EN SURSIS O'APPEL
Serán ciiusiderad.-is otro decreto dio el gobierini tVane('s para a.^cizurar
PAífiONS í] OUVÍrS BOULñNG[RS comn lilires sin eonili-
la tranijuilidad interior. En tmla f'raiieia t'u(''
¡¡rocla-
cioiii's:
mado el estado de sitio en la siguiente forma:
II I l.ns familias es
talilecidas desde hace .\rticulo 1." KI estado de sitio ([ueda proidamado en los
tiempo en el ¡¡ais \ di' S() departamentos franceses, el territorio de Helforl \" los tres
las cuales se conozcan (lei)artameiitos de Arg'elia.
perfectamente lus ori- Art. 2." KI estado de sitio se mantendni durante toihi l;i
1 OLROSTL !
>
eia de su distrito.
HISTORIA DE LA GUERIM ELIROI E\ DE 1914 95
ÁFFÍCHES^^-MIT^-^^
KmKi:j,m CLASSEítl!
PCU.
'
de Mariiin, qnecbíu cnc.-ir^-ndos. cada uno i'ii ln que le concier- inadmisible la hipótesis de que el gobierno de Pru-
ne., de la ejecupión del presente decreto.
sia, que había reconocido con su firma la neutralidad
é independencia de Bélgica, respetándola escrupulo-
El Consejo de ministros decidió reunir las Cáma- samente durante la guerra franco-alemana de 1S70,
ras el martes 4 de Agosto para (jue so enterasen de se atreviese ahora á faltar cínicamente á sus com-
las comunicaciones del gobierno sobre los sucesos promisos.
actuales. —Sin embargo — declaró el jefe del gobierno bel-
Casi todos los parlamentos de Europa, que esta- ga
—
nosotros queremos estar á la altura de nuestras
,
ban en vacaciones por ser verano, iban á reunirse obligaciones. El rey tomará el mando superior de las
también. El gobierno alemán convocaba al Reichstag tropas, secundado por el general Sellier de Moran-
para el mismo día 4. Como este cuerpo legislativo no ville, jefe del Estado Mayor. Las Cámaras van á reunir-
tiene voz en las decisiones de la guerra y la paz, su se. Bélgica se halla en estado de guerra. La guardia
reunión era únicamente para recibir la noticia de la cívica será convocada, para que preste el servicio de
guerra, acordada por el emperador y el Consejo Fede- guarnición en las poblaciones cuyas tropas hayan
ral do Alemania,
y para votar los créditos militares. marchado á incorporarse al ejército.
En Rusia iba á reunirse la Duma. En Bélgica es- Inglaterra, protectora de Bélgica, hizo una ])re-
taban convocadas las Cámaras para el día gunta á
siguiente los gobiernos alenuin y francés para saber si
3 de Agosto. ambos países respetarían en sus operaciones de gue-
rra la neutralidad del territorio belga.
Era bien sabido por el gobierno belga que el Esta- El gabinete de Berlín no dio contestación.
do Mayor alemán preparaba algo contra la integridad Francia se apresuró á declarar que respetaría es-
de su territorio. En la frontera limítrofe de Bélgica y
crupulosamente la neutralidad del país vecino con
Alemania se amasaban las tropas imperiales en mayor arreglo á sus deberes de potencia civilizada, cumpli-
número tal vez que en la frontera de Francia. dora de sus compromisos.
El barón de Bracqueville, presidente del M. Klobukowsky, ministro de Francia en Bruse-
Consejo
de ministros, declaró en Bruselas su convicción de las, visitó áM. Davignon, ministro de Negocios Ex-
que el territorio
belga no sería violado. Resultaba tranjeros, para hacer constar que el gobierno de la
96 VlCftNTE 13LASCO l!;ANI-"7
.MAMl-Kf^TACllIN LlE KNTLSIAS.MU lí.N SAN l'lí lURSUUKÍiO CON MOTIVO DK LA liriílUiA (Küt. Ron
líopública iVunocsa, rcpiticiuli» una voz más sus an- deras, se destacaban sobre esta ma.sa enorme de ca-
teriores (leolaraf'iones, respetaría la neutralidad del bezas.
territorio I)elfj;'a en el easo de un cunflicto internaeio- Los diarios rusos mostraron A mismo entusiasmo
nal. Solamente en de qu(! esta neutralidad
la hipótesis en sus artículos.
no fuese respetada por otra nacióu, el gol)ierno fran- La Xoroic ]'rriii¡(i de San Petensburgo:
cés examinaría (jué medidas debía adoptar en interés Va cnutra las
;i rcalizarsi' el ataí|Ui' ilr las f riliiis iz-cnnáiiii-as
de su propia defensa. triliiiH i'.sla\as. AliMiiaiiia acaba ilc doularar la j;aii'rra ;i U'iisia.
D
V\\ ji'i^aiitc iiiarcha contra otro ^•ifi-anto.
VA entusiasmo aumentó en San I'etersburgo el 2 de Detrás (le nosotros <'stá todo el mundo eslavo. (|ne defende-
remos eon nuestro cuerpo ante el avance ile la l'rusia armada.
conocer la muchedumliro la declaración de
Aj;'osto, al
Todos los alemanes desean la ruina de K'usia \' de los pue-
guerra lanzada por Alemania. lilos eslavos.
El zar, en su calidad de generalísimo y de jefe su- Ksta jiMierra no es una fruerra santa ni una i;-uerra ¡lolitiea.
premo de la religión ortodoxa, lanzó en las primeras Es la lucha de. dos razas.
horas la siguiente proclama á los ejércitos rusos de ¡Valor, ])ueblo ruso, en esta hora LiTaiKlel \as á delender
á toda la le-jión de n:ieion;didades eslavas, aplastadas bajo la
mar y tierra:
presión t;-ermánica hace sig-lo.s.
«Con calma y dignidad, Rusia, nuestra gran pa-
tria, ha acogido la noticia de la declaración de guerra. La PdJühra Confc/iiporduco, periódico radical, re-
»Que ella se muestre serena y digna hasta el tinal. conoció los esfuerzos heclios por el zar para mantener
»Yo declaro solemnemente que no liar(' la ])az la paz:
hasta que el último soldado enemigo haya salido de
Ante el munilo entero y ante nuestra ¡iropii conciencia de-
nuestro territorio. Me dirijo á todos vosotros, repre-
claramos ([ue los rusos no son los aiiTcsores.
sentantes de mis queridas tropas de la Guardia y de Nosotros nos delendemos. Defendemos el honor de nuestro
la circunscripción de San Petersburgo, y en vuestras país, la vida y los l)ienes de h)s rusos.
personas á todo mi ejército reunido, unánime y fuerte Todos los ciudadanos, luiidos jior un mismo seutiunento.
como un muro, para daros mi bendición cu esta obra llenos de fe en la victoria \' la leiritimidad de una caiisa justa,
ludia. lli'VMi-á i'n alto su liauílrní hasta clavarla sobre las ruinas de un deber eou los amig-os \- üanado también por el instinto
del ^(niiauisnio niilitarist;i. de la defensa personal. No jiueile jiermanecer en actitud pa-
D
siva, contemplando con los lira/.os cruzados á sus amigos, (|ue
do Inglaterra caldearon su
Lo.s pi'iucipalos diarios se hallan en peligro de destrucciini. porque si la fortuna de las
tono en vista de los sucesos. La carhiia egoísta obser- armas fuese desfavorable á éstos, cuyos intereses marchan d(^
acuerdo con los nuestros, entonces todo el mundo sabe que Ir
vada en los primeros días del conflicto fué desapare-
Inraria el Inrno (Ir si'r ilrslri'irld á hi (fran BretaJia en una
ciendo á impulsos de una inquietud creciente, moti-
scgudda ijiivri-u. y nadie ¡erunldria el hricn para salvarla.
vada por los atrevimientos de Alemania. En este momento lo que interesa más á los ingleses no es
á la opinión inglesa que todo la paz— por mucho que la amemos—, sino la ley de la conser-
Empezó comprender
vaciiMi personal, que es común á toda la humanidad, fna
cuanto luciese Imperio alemán contra Francia sig-
el
nificada desprestigio y debilitamiento para Inglaterra. guerra contra nuestros anúgos poiulrá realmente nuestra se-
guridad en tanto peligro como la suya.
Un trastorno en el equilibrio europeo redundaría cu Sobriamente, pero con resolución, desempeñaremos nui'stro
daño del poder británico. papel, si es preciso, en ese encuentro sin ¡¡n^cedentes. Y si nos
Sir Edward Grey había sintetizado esto eii breves vemos obligados á- intervenir, el país entero. 6 sea todo el Im-
palabras. perio británico, no economizará sacrificio alguno par-iV-.salir
— El gran error de Inglaterra dijo
—
cuyas conse-
— ,
victorioso de una lucha que poilria amenazar nuestra existen-
cia na<'ioual.
cuencias tocamos ahora, luó permanecer indiferente
en 1S70. El Shíinhiril apreciaba :*un una clarividencia aná-
Muchos conservadores persistían en sus propósitos loga l;i necesidad de (h'leiidcrse en (]Ue se hallalja In-
de no intervenir, dejando correr los sucesos del con- glaterra:
tinente. Su conducta era semejante á la de ciertas aves
Hoy esperan con angustiosa in((uietud la señal de la guerra
que, al a[)r(j\imarse idpeligro, ocultan la cabeza bají) d(pscientos inillonesde per.-'onas, y se pregunt.au si en el último
el ala, creyendo que se libran de él no viéndolo. niinutii no [mdrá triunfar l.a raziin. l)esgraeiailaniente \\'\ ha\-
Sin embargo, el Times, órganij mesurado y ]irii- ninguna espenuiza de que asi sea.
dente de la burguesía inglesa, al ver próximo el rom- Tna pronta decisión del (iobierno de Su Majest.ad podri.a t.al
vez con.servar l;i paz. Si esto no es posible, no hay entonces otro
]>imiento de las hostilidades, dijo así:
recurso (jue esperar los primeros n'sultados de la guerra.
En aún no (IcscspcranidS complotainfiitr
esta hora tarilia Los ingleses opinan ((ue la (¡rau Urctaña debe mantenerse
de poder evitar la suprema catástrofe. Pero si ésta lleya. la al lado de Francia, lo quií signllica imi las circunstancias actua-
política que en último caso d(íbe adoptar la Gran Bretaña es les estar al lado de Rusia, l.a decisi()n que más arriba reclama-
clara y evidente. mos del (iol)ierno es que anuiu'ie en téruúnos precisos que está
Nuestro país tirará de la es]Kida eou la repuirnaneia más ex- al lado de Francia, y que respondiendo á la movilización de
trema y sin animosidad algaina, solamenti' [lor el cunipliinieuti) Alemania \a á orilenar la movilización de l;i marina ing'lesa,
\i
9S VICENTE BLASCO IBAÑEZ
La petición del Stinuhird era la iiiisnia cjue el pre- tizó de un modo más ciin¡¡)leto y convincente las ma-
sidente Poiacaré había hecho al gobierno inglés por las artes y tortuo.sos proc-edimientos de la diplomacia
medio del embajador en París. alemana:
Perogabinete británico no se atrevía aiin á
el
I más tarde, se purdan cciutar Ins orígenes de la irní'-
'niindo.
mostrarse resueltamente apoyando á Krancia. rra (pie Alemaina aeal)a de desencadenaren iMU'oiia. lialir;i(ine
Los periódicos tenían una opinión. La gran masa hacer un esl'uery.o para ci r en tanta duplicidad \' tantos ma-
m, m HLICO DE I.llNnUKS CLI.MENTANDO LAS l'UIMKKAS NOTICIAS liKI.ACIUN ADAS CON LA (_U LlíliA
Alia no veía lo peligroso que era para la dndi's para poder aei'iitar (lue son [«isililes en nuestra éjjoca y
integridad
de su patria. en nuestro estado de civilización.
D l'iir una serie de rinliii.sniílds trnliltirus. el g-oliierno del em-
antes por miedo á estorbar las negociaciones del go- (|ue nos uniésemos á ella y juntos interviniésemos cerca del
{robierno de San Petersburfi-o. mientras ¡(ue por otra parte se
bierno, se lanzó á las manifestaciones patrióticas con ncii-aba á inttuir con su aliado de Viena. Los hilos de esta co-
verdadero frenesí. media eran demasiado visibles, ."^u linalid.ad era comi)rometer-
HISTORIA DE LA GUERRA ELlROPEA'DE 1914 99
llii.'í en lilla actitud l'alsa auti' líiisia. iiiirslra ainin-a \' aliada.
i'ii di'ti'iiiii'iitii iiiu'stni y sin más ntilidad (|iii' lialicr sci-n ¡dn a
nncsti'iis ad\i'i'sariiis.
1911. Sus tropas invadieron r\ territorio de Francia de éstos, y á su vez un compañero del caído lo nuito
cuando aún no había hecho ningnuia (hiclaración de á él, huyendo á todo galope el resto de los jinetes.
o'uerra al gobierno francés y su embajador estaba to- Otro grupo de franceses, registrando los bosques
davía en París. en los alrededores de Belfort. hizo prisioneros á dos
Nunca se había visto iniciarse una campafia de huíanos (jue habían pasado la frontera como explora-
tal mudo. Hien es verdad i|ni' en id ciu'so de esta o'ue- dores.
100 VICENTR IM.ASCO IBAÑE2
opinión italiana, que sabía de qué parte provenía gada do sus promesas.
la
jador de Alemania en Roma que Italia permanecería A las siete de la tarde, el mini.stro de Alemania cu
conu) país neutral, jtaes sus compromisos con la Tri])le Bruselas entregó al gobierno belga un ultlii/aftini de
su [¡ais. En él decía el gobierno alemán '^itc se hidiia
'/-•
enterado — así, sin más detalles ni ¡¡ruebas — de que im-
portantes masas francesas se estaban reuniendo en la
frontera de Bélgica con el propósito de invadirla por
Givet y Namur ])ara marchar luego sobre Alemania,
y que él se consideraba en la obligación de tomar sus
dios que tuviese á su alcance, ú defender su nentrali- monto inaudito. Nunca si' ha visto tanto cinismo y
dad, garantizada por tratajios que llevai)an la firma tanta soberbia en el atropello de un ])ueblo.
de Prusia. El motivo ("undumental dtd atontado no podía ser
Para una apreciación exacta de esto atropidlo. he nuis falso. Ali'uiania. para justifirar la invasimí (!e
aquí los textos oficiales del docununito ali'ncin y la Bélgica, Indjla en el docnmento deque le consta p(U-
rcsi)ucsta belga en toda su integridad: silgaras» (puí los tVanceses están reuidondo
< noticias
trucciüu de caminos, ferrocarriles, túneles ú otras obras péi- buce saber que, según noticias si'guras que ha recibido, las
blicas, .•Memauia se verá obligada á considerar á Bélgica como fuerzas francesas tienen la iiitemáou de nnindiar sobre el Mosa
enemiga. pm- (;i\ct \' Naninr. \ que Bélgaca, á pesar de su liiieua miIiiii-
Rn tal caso, Alemania no se coni|iriimi'terá á i'cspetar el reino lad. no se ludia en el caso de repeler sin recibir socorro el
belga, dejaudii la reglaineutiición ulterior de las relaciones en- avance de las tropas francesas.
tre ambos Estados á la suerte de las armas. El (iobierno alemán se considera per esto en la obligaeii'm
El (Tobierno alemán tiene
la justificada esperanza de que mi de iirexenir este ataque \' violar el territorio belga. Sobre estas
será asi. (iolderno belg\i sabrá tomar Indas las medidas
y que id condiciones pnqioue .\lemania al (iobierno del Bey adoptar
necesarhis jiara evitar (pie ocurra este choi|ue. con ella una actitud amistosa. \- se eomjiromete en el momento
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 103
lie l;i
[i.iz ;i Ll.ilMntiz.ir l.i ¡iitcLíl'iil.ni ilrl rciii(i,\ ilr sus pi iliii la oi'ilrii i\r inovili/.ariúii
|nilil¡caiiiciito gfíioral,
lii'S i'ii tmhi sil cxtriisiciu.
va
cuaiili) silhabían disparado sus Cusilrs cii la íVon-
1.1 Not:i iiñiuli' i(iii' si Üil^ii-.i "I"'""' avniícr
npdiH' dilii-iiltudt's al ^'vniiiv
^
.
".l';•"»^'";'^^'lconsidi'-
^^,j,,^
•'
1,;^ luilaaos asaltaban las aldeas IVanecsas.
do las tropas alriiianas. Ali'iiKiiua
,
se vera obligada a , ,, ,
ivlarionos oiitro los dos listados ¡I la siierto do las armas. diciull de agTe'didí). Doscaba liaoor vci' quc cl Impcvio
Ksta Nota lia iH-ovooado 011 ol (¡oliiorno del li'i'.v iin.i iirol'iinil.i ali'iuáu i'ra el últiaio en prepararse para la guerra,
iutonoionos qiio atriliii\o;i
y (lolorosa ostiipi'í'aooión. l.as despiu's de K'usia, después Kraueia.
oll.i (l.'í
Hélgdca so lia uiostiMdo siempre liid á sus ol)lig;ic¡oiios in- Desde mediailos de Julio, las eumpafiías alemanas
teriiaeiouales. en ni- de seguros maríti-
pilo n do sus il elii'res
mos, esparcidas en
con un espíritu de leal
todo ol mundo, se
iiiip.a l'o ia 1 ida d y iio
(i
cpio li' ,imeiia/.a e|
o lii oi'iio a !• 111 a nI .
|1 ® ^.WM Ék del país se mostra-
iMii
parcos y reser-
constituiría iin.i il.i
vados en su tra-
grante violación del
bajo.
doroclio di' giaiti's.
Estallan en el se-
Ningún inti'ri's es-
creto de lo que pen-
tratégico puedo Justi-
ficar la violación del sabiisu monarca,
ilei'ocdio. llamado durante
Si el (iubioriio bolg.i
muchos años Gui-
aceptase las jiroposi-
eioiio.s ((lie lo han sido llermo «cl Paciñ-
MAIUNOS IN-lil.ESlíS COX LOS r.WONHS DV. DliSlí.MUAKC'O
notiHc.adas jior Aloiiia- cador».
nia. sacritic.aria id ho-
nor de sil iiaidon. faltindoal mismo tioiniio á sus deberes con
toda Knroii:i.
111
é'onsciente del ¡i.-iiiel quo desdo hace ochenta años dosom-
Couu) consecuencia did iill ¡ukiI n m alemán, liigla- Namur, guerrearon incesantemente con los du-
ijue
terra salió de su actitud expectante. iju 's de Hravante por su engrandecimiento, hasta con-
A las siete de la noche había sido entrega lo id vertirlo en ducado. Después pasó á poder de la casa
referido documento al gobierno belga. A las ocho y de Hnrgoi'in y de ésta á la casa de Austria. Al ser de
media id Almirantazgo inglés lanzó la orden de mo- la dinastía austríaca fué de España, (]ne tuvo allí
vilizacióu de todos los hondjres de reserva de la Ar- por largos años una guariiicii'ui y realizó importantes
mada menores de ó.") años. Los reservistas marítimos eunstracciones.
debían acudir ininodialamente á sus puertos de con- Una parte del ducado se anexionó á la mouanjuía
centración. francesa ])or cesión de España, consignada en el tra-
A media noche la Ilota inglesa so reunió en la en- tado de los Pirineos, y es la (jue ahora se llama Ln-
trada del mar del Norte. francra. Por la paz de Utrecht el Luxem-
.rciuburf/o
Un detalle de la hi|)ocresía alemana, que casi re- burgo volvió á los Austrias de la ca.sa de Habsburgo,
sulta grotesco. En este día 2, el gobierno de Alemania y con los Países Bajos austríacos formó parte del
1C4 VICENTE BLASCO IB\ÑEZ
tropas coiisidorablr.
Al disidvorsc on J.SIW) la ('niifodoraciún
.MüVIl.I/Allll.N lili l.A AH.MAUA INGLliSA (Fot. Mcurisíicl pañoles hicieron importantes obras de for-
m
1914 105
—
(O V
-o
Ifí
<u
"
E
« "a?
l-
ac «5
¿! >
« —
i- 3
ID o*
O <y
« o
-g &
<
u
z
ce
03
«< O
1-
O o a
Ü- ^ o
10
. T3
U
-1 «0
tú
<
Q
a
O
ni i
1-1^
106 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
vestigios de los escudos de armas de Espaüa y do mán, la industriaalemana, las compañías de ferroca-
Austria. rriles con residencia en Berlín, han invadido el país,
Un puente moderno, de atrevida y graciosa cons- no dejando espacio para los naturales de él ni para las
trucción, puente Adolfo, une la meseta en la que
el empresas de las otras naciones limítrofes.
estuvo la antigua fortaleza y está actualmente el pa- — —
¡Qué calamidad los alemanes! dicen los pacíficos
lacio ducal con la estación de ferrocarril, que es el habitantes de antiguo origen luxemburgués Viven — .
edificio más importante de la ciudad. aquí como si estuviesen en su casa. Lo poseen todo: el
Si Luxemburgo tuvo valor en otros tiempos como gran comercio, las fábricas, los bancos, los ferroca-
plaza fuerte, lo tiene ahora como lugar estratégico. rriles.Nosotros intentamos defendernos con nuestro
Cuatro vías férreas de gran movimiento afluyen á la trabajo, ¡pero qué podemos hacer contra esta corrien-
ciudad, haciéndola servir de intermediaria entre Fran- te!... Somos un país de agricultores y de pequeños
cia, Bélgica y el Imperio alemán. propietarios. Los capitales alemanes afluyen aquí y
nos sumergen. Compran todo lo que está en venta;
subvencionan toda clase de empresas, siempre que
Los prusianos abandonaron el Luxemburgo contra tengan alemanes al frente; se apoderan de nuestras
su voluntad y con visible despecho, por cumplir el minas para explotarlas con las ventajas que propor-
cionan los capitales enor-
mes.
Los habitantes del Lu-
xemburgo liablan dos idio-
mas: el alemán y el fran-
cés. Los alemanes preten-
den que son de su raza, que
forman parte de su pueblo,
y por lo mismo sólo deben
usar el idioma germánico.
Por una protesta instin-
tiva, los luxemburgueses
emplean con preferencia el
francés, se valen en sus
transacciones comerciales
(le la moneda de Francia,
y en los escaparates de sus
librerías figuran los libros
hijos del país. formado una patria mucho más extensa que la suya,
Los luxemburgueses sólo son agricultores. Ade- pero igualmente amenazada en su independencia por
más, la propiedad del suelo se halla muy repartida, la soberbia de los alemanes.
lo que asegura un mediano bienestar á todos y hace
atropello, intentando una protesta de femenil heroís- Rusia, Bélgica y Holanda. Este tratado dice así:
mo. Al ver la capital invadida por los prusianos, salió
del palacio en su automóvil é hizo que éste se atrave- Art. 2." El Gran Ducado de Luxemburgo formará en ade-
sase en el puente Adolfo, creyendo que su presencia lante un Estado perpetuamente neutral bajo la garantía de los
contendría el avance de los enemigos. gobiernos de Francia, Austria, Gran Bretaña, Prusia y Rusia.
Tendrá la obligación de observar igualmente esta neutralidad
Al llegar el primer grupo de alemanes el oficial
con todos los demás Estados.
trató á la soberana como á una simple particular, or- Las altas potencias contratantes se comprometen á respetar
denando imperiosamente que dejase libre el paso. Ma- el principio de neutralidad estipulado en el
presente artículo.
ría Adelaida quiso protestar alegando sus derechos,
y
el oficial por toda respuesta la
apuntó con su revólver. El coronel alemán, después de oir la protesta del
gobierno, se limitó á responder que él cumplía
las órdenes desu soberano.
M. Eyschen envió entonces la siguiente co-
municación á M. Viviani como ministro de Ne-
gocios Extranjeros de Francia:
rio que las efectuadas por tastos. El pequeño Estado no por esto se sometió al inva-
Una avalancha de tropas cayó sobre el pequeño sor. La duquesa mantuvo su protesta. Tres meses des-
Estado en menos de veinticuatro horas. El país tuvo pués de la invasión, al inaugurar en Noviembre las
que mantener 60.000 hombres con sus escasos recur- sesiones del Parlamento, la valerosa María Adelaida,
sos, y bien pronto los habitantes sufrieron los tormen- completamente á merced de la ocupación de los pru-
tos de la escasez. sianos, y sin más apoyo que el cariño de un pueblo
, El primer diario del país, La Independencia Lu- que admira, leyó su discurso del trono en francés;
la
xemlurgiiesa, describió el aspecto de esta ocupación: repitió la protesta contra el atropello, hizo una lla-
mada á las potencias signatarias de Londres para el
Cuando Luxemburgo despertó el domingo por la mañana, sostenimiento de sus derechos, y saludó el heroísmo
la ciudad estaba llena de uniformes alemanes. Durante todo el de sus.vecinos, Bélgica y Francia.
día, oficiales y soldados han circulado incesantemente á pie, á
caballo, en bicicletas, en motocicletas, en automóvil. En las
encrucijadas de las calles no se ve desde entonces mas que el
brillo de las bayonetas. En la ciudad baja han instalado un
IV
cuerpo de guardia. Fuera de ella no hay camino ni sendero
que no esté guardado. Los ferrocarriles se hallan ocupados mi-
litarmente y en las estaciones hay guarnición. La autoridad La unanimidad de Francia
militar es la que dirige el movimiento de trenes. Todas las
«ficinas de correos aparecen ocupadas por el ejército alemán.
La noche del domingo fué lúgubre. Después de la infante- Por primera vez en su historia ofreció la nación
ría, que había llegado por la mañana y. por la tarde, y después francesa un espectáculo de completa unanimidad.
de la caballería, que permaneció en las afueras, acantonachi en Toda ella foruió un cuerpo inmenso con una sola alma;
Mersch, y de la que sólo vimos estafetas en las calles de la ciu-
dad, llegó la artillería y con ella las cocinas ambulantes y los y esta alma fué la iuijuebrantablo voluntad do cum-
furgones. En plena obscuridad, los' gritos de mando, las ruedas pli^ su deber, la fría resolucióu de morir antes que ser
de hierro volteando sobre el adoquinado, las patadas de los derrotada en una guerra que no liabía provocado.
caballos, tenían rirucho de siniestro. Y por largo tiempo, du-
rante la noche, continuaron las idas y venidas de las tropas,
íniscandü espacios lil)res para acampíir.
Por la mañana se supo (luc la artillería gruesa habla pasado
en número considerable, y que las tropas, conforme iban lle-
gando, tomaban el camino de Arlon.
republicanas. En la gue- Plano de la Invasión alemana, con las lineas de ferrocarriles construidas anles y después de 1909
rra franco-germánica de
1870, las divergencias políticas aceleraron la caída de por entusiasmo, en bien de la patria, mientras en los
Napoleón III
y fulminante del enemigo. Re-
el triunfo Imperios se obedece por servilismo ó por la presión
tirándose sobre París con su ejército batido, pero de una férrea disciplina; muchas v<3ces sin saber por
todavía fuerte, el emperador hubiera prolongado la qué se obedece: por falta de voluntad, por miedo al
resistencia nacional. Pero la nación era hostil al Im- castigo.
perio, y aguardaba una derrota para caer sobre él. En el último tercio de Julio, diez días antes del
«Una retirada sobre París será la revolución», tele- —
2 de Agosto verdadera fecha inicial de la confiagra-
grafiaba la emperatriz Eugenia á su esposo. Y éste, ción europea —
nadie hubiese adivinado la proximi-
,
para salvar el trono de su hijo, erró con su ejército dad del movimiento unánime que había de agrupar á
por el Norte de Francia, sin saber adonde ir ai qué todos los franceses en un solo bloque. Bullían los an-
hacer, hasta meterse en la ratonera de Sedán. tagonismos y odios de opinión provocados por el pro-
Nada de esto ocurrió en 1914. Por acuerdo ins- ceso Caillaux. Empezaba á iniciarse una divergencia
tintivo, y sin que mediasen preparaciones ni dis-
cursos, todos los franceses se agruparon en torno
del gobierno. «La República es Francia. ¡Viva la
nacioD&I semejante á la del asunto Dre^^fus. Los ca- La prueba de esto fué que casi nadie se acordó en
melots du roi, vanguardia belicosa de los partidos Francia de Napoleón y de sus guerras invasoras, vien-
reaccionarios, y los grupos socialistas se daban de do en ellas algo semejante á la obra de Alemania,
palos en el bulevar. Las masas obreras, á impulsos de pero con la aureola del genio militar que ésta no tuvo
un idealismo generoso é infructífero, creían evitar la nunca en su organización metódica y brutal. Todos
monstruosidad de un choque europeo celebrando mí- evocaron las guerras defensivas de la primera Repú-
tines y organizando manifestaciones contra la guerra. blica, las victorias de Valmy y Jemmapes, los genera-
Los partidarios del pasado tradicional cantaban la les de modestia republicana Hoche, Marceau, Bruñe,
—
Marsellesa un absurdo —
y los revolucionarios con-
,
Desaix.
testaban entonando la Internacional y pidiendo que La guerra de 1914 fué considerada como una cala-
—
se abrazasen todos los hombres de la tierra otro ab- midad inevitable, á la que había que hacer frente para
surdo mientras existan emperadores guerreros y na- defender la libertad y por instinto de conservación.
ciones armadas que les obedezcan, dispuestas á agre- El viejo revolucionario Vaillant, diputado socialis-
dir sin importarles tay antiguo com-
el motivo. Com-
batiente de la
De pronto la or- mune, gritó en un
den de moviliza- mitin de la sala
ción, la amenaza Wagram:
ineludible de la — Somos parti-
guerra. Un momen- darios de la paz,
to de estupor y de pero ante la agre-
silencio, un mo- sión del imperialis-
mento nada más; y mo todos los socia-
acto seguido todos listas cumpliremos
los franceses pare- nuestro deber.
cieron abrazarse Un periódico re-
mentalmente, di- volucionario. La
ciendo lo mismo, Batalla Sindica-
olvidando lo pasa- lista, decía así:
do de un modo tan
Alemania quiere la
absoluto, que las
guerra. Que las olas de
palabras lanzadas sangre que van á co-
el día anterior se- rrer sobre los campos
de Europa caigan so-
mejaron que se ha-
bre la cabeza de Gui-
bían proferido á
llermo II y del pan-
una distancia de
germanismo.
cincuenta años. Es-
ta unanimidad ins- Los antimilita-
tantánea, milagro- ristas más feroces,
sa, no fué obra de anarquistas, socia-
GUSTAVO HKEVE
los conductores de (Fot. de H. Tonrto, París) listas y otros ene-
masas ni de los fa- migos del patriotis-
bricantes de opinión. Los hombres de prestigio no tu- mo estrecho de miras, se ofrecieron como soldados ó
vieron tiempo para hablar. Fué el pueblo francés, la corrieron para obedecer al llamamiento de moviliza-
democracia inteligente, que, siguiendo los impulsos de ción. Ni uno de ellos, al vestir el capote de soldado,
BU corazón, impuso la fraternidad á los de arriba. creyó abdicar de sus ideas.
Las masas revolucionarias, que eran temidas por —
Hemos pasado el tiempo proclamando la verdad
el recuerdo de la Commune, dieron el buen
ejemplo.
— dijeron algunos tristemente
—
pero los hombres
;
Ya hemos dicho cuál fué su conducta al ocurrir el ase- quieren vivir apartados de ella y debemos amoldarnos
sinato de Jaurés. La «Francia roja», la de los ideales á las exigencias del momento. Pelearemos y matare-
cosmopolitas y antimilitaristas, se mostró tan resuelta mos, ya que después de tanta civilización hay que re-
y belicosa como los adoradores del ejército, que soña- ñiry matar, como las fieras, para mantener una fami-
ban largos años con la «revancha». lialibre y un hogar tranquilo... Buscábamos la ver-
Esta guerra no había sido provocada, como otras, dad creyendo estar entre hombres, y de pronto un
por la ambición militar ó la vanidad del país. Era mazazo en la espalda nos avisa que aún vivimos entre
una guerra forzosa, de defensa y conservación, como bestias prehistóricas.
las que habían sostenido los voluntarios republicanos ¡La verdad!... Nada tan hermoso, pero tiene alas
en 1792. y va siempre por las alturas. En cambio su enemiga
ENCÜENTH<
la realidad se arrastra
Señor muiistro:
Cuando yo tenía veinte años me libré del servicio militar,
porque era el único sostén de mi familia, alegando además mi
extremada miopía.
Á pesar de esta miopía y de mis cuarenta y tres años, me
siento perfectamente cai)az de hacer una campaña.
Como Francia en la guerra que va á estallar ha hecho, según
mi parecer, todo lo posible y lo imposible por impedir la catás-
trofe, yo os ruego que me incorporéis, como favor especial, al
primer regimiento de infantería que parta para la frontera.
Después de haberme expulsado de la Universidad, de ha-
KL SOMBRERO DE NAPOLEÓN Y KL KAISER berme excluido del Colegio de Abogados y de haberme conde-
-iBres muy pequeño para él,amigo mlol... nado á más de once años de presidio con el pretexto de que era
(La Guerra Social, París 8 d« Agosto de 1914) enemigo del patriotismo— cuando todo mi crimen y el de mi
114 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
todas las mañanas. batiente de 1870, que durante cuarenta y cuatro años
Ganoso de no herir susceptibilidades de su nuevo había recordado con sus cálidas frases de agitador y
público, Hervé pensó en modificar el título del perió- de poeta el peligro de la invasión y la necesidad de
dico, bautizándolo simplemente La Guerra. Pero al prepararse para rechazarla.
—
ñn no realizó el cambio. <.<Bien está así dijo á los Dérouléie había muerto meses antes de que esta-
lectores —Nuestra guerra es una guerra sociaí. ya
. llase esta guerra que tanto deseaba para que su país
que vamos á destruir la casta militar prusiana, liber- recobrase las provincias cautivas Alsacia y Lorena.
tando al pueblo germánico contra su voluntad. -> Casi moribundo asistió á la conmemoración de los
Esta misión patriótica de los conservadores y los muertos de 1870, dirigiendo la palabra por última vez
revolucionarios la agradecieron los últimos usando de á sus entusiastas amigos de la <<Liga de Patriotas».
un lenguaje mesurado con sus antiguos enemigos. En Agosto de 1914 todos recordaban al poeta de la
Unos y otros reconocieron los méritos de los hombres «revancha», y hasta lo.s revolucionarios que le habían
célebres que habían luchado en el campo de enfrente. combatido jwr su política militar y dictatorial evoca-
— ¡Qué —
desgracia la pérdida de Jaurés! decían los ron sus versos vibrantes y ruidosos como un toque de
mismos que quince días antes abominaban de su nom- clarín:
En atañí.' Taní pit pour gui iombe/
La morí u'etí rien: virt la íomie
qvatíd le pagt e% sorí ritaní.
B* atañí!
El Buen
Dios, la Bepública, la Francmasone-
ría, el Socialismo, todo es en el fondo la misma
cosa. Son ptalabras distintas, mediante las cua-
les unos y otros, los hombres buenos de todas
las clases sociales y de todos los partidos, es-
presamos nuestra sed de justicia, de verdad, de
belleza y de amor.
Esta es la gran lección que nos proporciona
.alentador espectáculo de iin«nimiH«H que
Francia se ofrece á sí misma desde el principio
de la horrible guerra.
LA MCLTITUU ACLAICAMX) A LOS SOLDADOS QCZ VAX Á EaTISSB Nos batíamos por ¡palabras. Todas las almas
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 115
escogidas que comulgan en el amor á Francia y la adoración toriales», soldados movilizados de edad madura que
de sus hijos que están sobre las armas, sienten en el fondo el
por sus años fueron dedicados á este servicio, mien-
mismo idealismo de justicia social y paz internacional.
tras los jóvenes del ejército activo partían en los tre-
Es preciso que cuando la guerra se termine continúen del
mismo modo, comprendiéndose y amándose. nes para la guerra. Á estos soldados, que en los pri-
meros días fueron sedentarios, pero que después se
batieron como los demás, sólo les entregó el gobierno
La Francia conservadora y religiosa fué igual- su armamento al iniciarse la movilización. Los uni-
mente digna de admiración por su patriotismo y su formes los recibieron después. Y los territoriales guar-
desinterés. daron las estaciones y vías férreas, unos con blusa,
No dudó un momento en obedecer á los gobernan- otros con traje de caza y algunos vistiendo chaqué ó
tes republicanos, que consideraba antes como enemi- levita. Un kepis rojo, algo usado, fué su único distin-
cardenal-arzobispo de
París, pareció multipli-
carse en los primeros
días de la movilización,
como uno de aquellos
monjes entusiastas que
predicaban las Cruza-
das. Su elocuencia tri-
autobús y de muchos ramales del ferrocarril subterrá- Esta falta de vehículos estaba compensaba por la
neo dejaron de funcionar por haber sido comprendido extraordinaria animación en las calles, llenas de mu-
su personal en la movilización. Sólo circularon ca- chedumbre. En las cercanías de las estaciones de fe-
rruajes de alquiler cuyos caballos estaban extenua- rrocarril, especialmente la del Este, por donde salían
dos. Los automóviles de punto corrían á toda veloci- las tropas hacia la frontera, era imposible avanzar.
dad llenos de oficiales ó reservistas que se dirigían á Una masa compacta de miles y miles de cabezas se
las estaciones para tomar el tren é extendiéndose por las
incorporarse á sus aglomeraba contra las verjas,
Numerosas manifestaciones cantando Z^/ Marftellr- nia y Guillermo II. quisieron dar á su indignación una
sa recorrieron incesantemente los bulevares hasta la forma más contundente, asaltando las tiendas y los
plaza de la República, saludando con sus banderas y restaurants cuyos dueños eran alemanes y austríacos.
sus vítores el monumento á la República que se le- En algunos casos bastó la vaga creencia de que po-
vanta en el centro. Otras manifestaciones se encami- dían pertenecer á dichas nacionalidades. Así fueron
naron á la plaza de la Concordia para saludar la esta- asaltados y saqueados los laboratorios y depósitos de
tua de Estrasburgo, símbolo de las dos provincias la Sociedad de Lecherías Maggi, la gran pastelería
cautivas del enemigo. Appenrodt, el café Vienes y otras cervecerías y al-
Una procesión cívica, formada por asociaciones de macenes del bulevar.
alsacianos y loreneses, visitó esta estatua para des- Estos desmanes, producto de un entusiasmo exce-
pojarla de los crespones fúnebres y otros signos de sivo, sólo ocurrieron en la uoclie del 2 de Agosto. La
duelo que la habían cubierto durante cuarenta años policía intervino desde la mañana siguiente para evi-
como señal de protesta. La muchedumbre patriótica, tar nuevos atropellos, y muchos de los asaltantes fue-
en la que figuraron muchas mujeres y niñas con el
vestido tradicional de Alsacia, aclamó la desaparición m^ 7^^"^-
de los tristes adornos. Coronas de flores y grandes ra-
mos cubrieron la arrogante íigura de Estrasburgo. So-
bre sus hombros de piedra quedó depositada una ban- rCa Jarra íte it fe
dera tricolor suelta al viento. Llegaba para los alsacia-
nos y loreneses la hora ansiada durante tantos años.
En los cafés y los restaurants el público aplaudió
á los oñciales y soldados que abandonaban apresura-
damente sus mesas para dirigirse á las estaciones. La
mayor parte de los establecimientos estaban cerrados,
con carteles manuscritos en sus puertas indicando -^-;
que el dueño ó los dependientes habían marchado á la
guerra.
Por la noche el entusiasmo fué tomando una forma
J
LOS ANUNUIOS DE LAS TIENDAS FRANCESAS
agresiva. Cartel patriótico avisando la reapertura de una tienda
Ciertos grupos, cansados de gritar contra Alema- después de la victoria
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 119
poetas
—
exacto como ocurre con casi
todas las afirmaciones de los
—
pero no por esto deja
de ser verdad.
,
IB
Hay muchos que no se
acuerdan en tiempos norma-
les de que Francia existe; hay
otros que la detestan viendo
en ella la patria de la más Una tienda lujosa de los grandes bulevares cerrada por haberse marchado á la guerra
temible de las revoluciones; el dueño y los dependientes
patrones triunfantes.
El mundo se fatiga de creer mucho tiempo lo mis-
mo, y supremacía de Francia sufre por esto oscila-
la
ciones y eclipses. Una temporada, el modo de pensar
dominante es inglés, otra es alemán, luego es ruso,
y á todas las naciones les llega su cuarto de hora
de universalidad. Pero el péndulo incansable con-
tinúa su vaivén de izquierda á derecha, pasando
siempre por el punto medio, y si alguna vez queda
inmóvil es sobre él. Digamos que este punto medio es
Francia.
Lo mismo para los entusiasmos que para los odios,
París resulta el centro de la atención universal. Desde
UNA PUBKTA DBL CAFE VTBNES JOYERÍA ALEMANA, EN CUTO RÓTULO APaRBCB ABBANCADA
LA INDICACIÓN DB SER PROTEBDORA DB LA CORTE DB AUSTRIA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 121
HEIDT
BL LABOEA.TORIO CBNTBAL DE LA3 LECHBhlAS MAíjGI UNA SXJCCBSAL DB LAS LBCHBRIaS UAQOI
(Fots. MeorUse)
IS
122 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
(Fut. MouriBse)
BL ENTUSIASMO POH FHANOIA
Desflle de una manifestación con banderas por las calles de París
El entusiasmo internacional que inspira París se el pelo cortado, ellos con luengas melenas. En sus
reveló en las primeras noches de Agosto, cuando los ojos hay una expresión de iluminamiento, de ensueño
bulevares estaban repletos de rumoroso gentío en es- humanitario; en sus puños, contracciones enérgicas
pera do noticias. Las tintas de la bandera tricolor que hacen recordar á los apóstoles del nihilismo arro-
aleteaban bajo los faros eléctricos. Los cafés, desbor- jando la bomba.
dantes do muchedumbre, lanzaban por las bocas in- — —
Nuestros amigos los rusos dicen los franceses.
flamadas de sus puertas y ventanales el rugido armó- A éstos los miran como gentes de casa. Son los
nico de las canciones patrióticas... De pronto abríase aliados. Todos cantan la Marsellesa, y algunos dan
la muchedumbre en el centro del bulevar, entre aplau- vivas á Nicolás II, al que odiaban hace poco.
sos y vivas. Una nueva bandera pasa bajo los focos de luz como
—Es Europa que pasa— decían muchos, quitándose una mancha de sangre. Un grupo juvenil marcha á
los sombreros. continuación; un grupo que no lanza aclamaciones,
Toda Europa — menos Alemania y Austria — se mos- que camina silencioso, con la cabeza descubierta.
tró en aquellas noches representada por una juven- «¡Los ingleses!» Son muchachos altos, desgarbados.
tud generosa, que saludó con gritos de adhesión á la Algunos compañeros, gracias á
se elevan sobre los
Francia en peligro. Los estudiantes extranjeros que su cuello semejante de la jirafa. No se fijan en la
al
viven en el Barrio Latino, los trabajadores de diversas muchedumbre que les abre paso, alineándose en las
nacionalidades que perfeccionan sus conocimientos en aceras. Miran á lo alto ó clavan sus ojos en el pabe-
los talleres franceses, los ancianos que se refugiaron llón nacional, como si en su fondo escarlata colum-
en la playa hospitalaria de París como náufragos de brasen algo que sólo es visible para ellos. Su mutismo
guerras y revoluciones, las mujeres que estudian para impresiona á los curiosos. Las muchachas revoltosas
volver luego á su tierra, todos los huéspedes de la del bulevar que aclaman á los otros manifestantes y
ciudad mundial desfilaron por sus principales arterias les envían besos parecen intimidadas en presencia
en patriótica y fraccionada procesión. do estos jóvenes, graves é infantiles, dependientes de
Ondean las banderas blancas y amarillas, con tienda, mecánicos, comisionistas, á los que da el en-
águilas negras en el centro, sobre un grupo de bone- tusiasmo un aire de pastores evangélicos. Su silencio
tes de astrakán y largas levitas que tienen cartuche- se rompe y entonan un canto austero y pausado, un
ras en los pechos. Tras de estos uniformes de cosaco canto de iglesia que días antes habría hecho reir en
avanza una multitud compuesta de hombres y mu- pleno bulevar, pero que ahora esparce un escalofrío
jeres del Norte, rojizos, de nariz achatada, ellas con de emoción.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 128
Es la fuerza que pasa; la fuerza reflexiva y tenaz el bélicoinstrumento que durante cuarenta y cuatro
de un gran pueblo. laglaterra aúu no había abierto la años ha permanecido mudo. Junto á ellos redoblan en
boca. No se sabía en las primeras noches de Agosto sus cajas nuevas algunos muchachos, pequeños y ani-
cuál podía ser su actitud con Francia. Muchos temían mosos, como los tamborcillos de la Revolución. ¡Fuer-
que no fuese más allá de una neutralidad amable... za, pequeños! ¡Dichosos los que no perezcan en la
Pero los muchachos cantan con los místicos ojos per- próxima batalla y puedan ver el gran día de la liber-
didos en lejanas visiones, mientras sus pies, unos pies tad!... Los viejos redoblaron á muerte; sus nietos redo-
tienen en su entrecejo algo de los antiguos profetas; El verde acuático de la bandera italiana se riza á
obesos tenderos cuyo pacífico exterior parece sacudido impulsos de la brisa nocturna, bajo las lunas eléctri-
por una ráfaga belicosa; jóvenes de pelo rizado en cas del bulevar. ¡Cantos... gritos! Una alegría musi-
apretados bucles, nariz pesada y color enfermizo, que
gritan y manotean con el entusiasmo de un pueblo
eternamente perseguido ante una tierra de libertad.
Para llevar al frente una enseña nacional tendrían
que reunir los colores de todos los pueblos de Europa
y América. Su bandera es la tradición religiosa y ét-
nica, que los mantiene agrupados á través do la His-
toria. Es también para muchos de ellos la lengua y
los apellidos de una patria de persecuciones que aban-
donaron hace centenares do años y perdura en su me-
moria como un cuento maravilloso escuchado en la
niñez. Álvarez, nacido en Constantinopla, da el brazo
á Flores, natural de Amsterdam; Pinto, de Salónica,
fraterniza con Carrión, de Serajevo. Y todos, impul-
sados por soplo de la guerra á escoger un país de
el
alto de un caballo para inlligir á los prusianos la nada do los Inválidos miles y miles de extranjeros de-
única derrota que sufrieron. seosos de dar su sangre á Francia. Los de alguna
Se aleja el ordenado coro de tenores heroicos, y un edad y los enfermizos protestaban con los ojos húme-
formidable empujón conmueve al público del bulevar, dos de cólera al verse rechazados. Unos cuarenta mil
como si avanzase en la sombra una carga de jinetes de Europa y América fueron admitidos.
barriéndolo todo... Alegría arrolladora; vítores acom- Los ingleses y norte americanos llamaron la aten-
pañados de codazos y pisotones; palabras gruesas que ción por su aspecto físico y su disciplina en el acto
infunden entusiasmo y provocan el rubor; desorden del alistamiento. La larga espera impuesta por el go-
exuberante y fraternal. Una bandera roja y amarilla bierno la aprovecharon aprendiendo los ejercicios mi-
ondea sobre esta avalancha, que hace retroceder á los litares bajo la dirección de antiguos combatientes de
curiosos hasta las paredes. Son los españoles y los mar y tierra retirados en París ó de los oficiales adictos
hispanoamericanos. La manifestación se ha formado á sus Embajadas. Se presentaron á inscribirse en co-
en los establecimientos alegres de Moutmartre. Bohe- rrecta formación. No hubo mas que darles el fusil y
mios franceses y de diversas nacionalidades, melenu- cambiar por un uniforme sus trajes de corte elegante.
dos que hacen versos ó proyectan eternamente cua- Los italianos triunfaron por el número. Unos vein-
dros y esta- te mil 66 ofre-
tuas en los ca- cieron en toda
fés nocturnos, Francia, y ú
se incorporan pesar de las
por instintiva muchas ex-
comunidad de clusiones, for-
gustos á esta maron varios
muchedum- cuerpos en Di-
bre, en la que jón y otros de-
figuran tantas pósitos.
mujeres como Como perso-
hombres. Las najes sensa-
paseantes del cionales que
bulevar, que se presentan
han presen- en el momen-
denada procesión se aleja, conmoviéndolo todo con libertad de varios pueblos cu Europa y América. El
su ruidoso entusiasmo. De su seno surgen voces caste- mayor, José Garibaldi, es general de brigada del ejér-
llanas de un léxico incopiable, abominando del kaiser, cito griego. Los hermanos menores ganaron también
reclamando sus cosas más íntimas. sus grados de capitán en la guerra de los helenos con-
consejos llamados de revisión. Éstos se mostraron ción patriótica de las gentes sencillas con el nombre
muy escrupulosos en el examen y admisión de los vo- Los viejos garibaldinos emigrados
dCíSfeíi Giuseppe!...
luntarios.La Hepública tenía combatientes de sobra en París hicieron esfuerzos para contener su emoción
para su defensa, y sólo aceptó los jóvenes y de buena al ver convertidos en soldados vigorosos á los chiqui-
salud. tines que en otro tiempo rodeaban á su general.
En París desfilaron durante un mes por la Expla- El mayor de los nietos, arrancándose del uniforme
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 127
fuego. Muchos, con el individualismo propio de la Ya dijimos que los Bancos, en virtud de la morato-
raza, se incorporaron aisladamente á los regimientos ria,se negaron á devolver los depósitos y no quisieron
franceses.En las tropas procedentes de Afíioa figura- pagar las cartas de crédito, letras, etc. Una ruina ins-
ron en gran número nuestros compatriotas. La emi- tantánea, fulminante, inesperada, para las gentes de
gración espa- todas las na-
ñola que vive ciones que vi-
en los tres de- ven en París
partamentos gastando los
de Argelia productos de
proporcionó sus tierras y
una cantidad de sus capita-
considerable les, que fruc-
de volunta- tifican en los
riosa los bata- pueblos más
llones de tira- apartados del
dores argeli- globo.
nos. Durante ¡Qué de no-
la guerra fué velas desarro-
cosa corrien- lladas en las
te oir expre- piezas de esos
sarse en espa- hoteles pala-
ñol á muchos ees, cuarteles
soldados de lujosos en los
fez rojo y am- que se amal-
plios calzo- gaman los ri-
nes. Estos cos de toda la
cuerpos lla- LOS ITALIANOS ACUDIENDO Á INSCRIBIESE COMO VOLUNTARIOS tierra! ¡Qué
mados de tur- de lágrimas é
cos fueron en inquietudes
todos los combates las tropas más temidas del enemi- en los imponentes caserones inmediatos al Arco de la
go, por sus ataques impetuosos. Estrella, donde establecen sus errabundos lares las
Francia tuvo voluntarios en sus filas de la mayo- familias acomodadas en cosmopolita mezcolanza, tro-
ría de las nacionalidades desde el primer momento pezándose como vecinos en la misma escalera un ga-
de la guerra. Pudo constituir regimientos enteros de nadero argentino, un azucarero de Cuba, un salitrero
hombres que no eran franceses y sin embargo querían de Chile, un minero de Siberia y un antiguo coloni-
morir por Francia. zador de Australia ó Nueva Zelandia!...
De Alemania y de Austria nadie supo que pudieran La pobreza repentina, casi la miseria; como si en
constituir una sola compañía compuesta de extran- unas cuantas horas se hubiese cambiado el régimen
jeros. Sólo el entusiasmo de una causa justa puede social, triunfando la más absoluta de las revolucio-
arrastrar á los hombres á ofrecer su existencia por uu nes y desapareciendo para siempre los privilegios del
país en el que no nacieron. dinero. Hubo millonarios que fueron al Banco, en su
El ejército austríaco, por el contrario, tuvo que automóvil, con diez ó quince francos por todo capital.
ordenar al principio de la guerra numerosos fusila- Iban á sacar dinero de sus cuentas corrientes, y al
mientos y otros castigos duros, para impedir la insu- encontrarse con la negativa del empleado, quedaron
bordinación de muchos batallones procedentes de los estupefactos por la sorpresa, como si presenciasen un
diversos é inarmónicos Estados que constituyen su fenómeno absurdo que desorganizaba todo el ritmo de
Imperio enfermizo y próximo á disgregarse. la vida. ¡Tener dinero en grandes cantidades, cente-»
128 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
nares de miles de francos, y no contar con otra reali- porvenir todavía remoto, cuando el dinero desaparezca
dad que las monedas que por olvido permanecen en el ó pierda todo su valor y los poderosos del mundo se
fondo de los bolsillos! encuentren de pronto con que no tienen otro capital
— —
¿Qué hacer? se preguntaban unos á otros. que sus brazos y su cerebro!
El mundo se presentaba de pronto envuelto en bru-
mas, como si algo fúnebre pasase ante el sol. ¿Cómo pa-
gar á los criados, al chuuffcnr, á la cocinera? Y por en- Otro apuro del vecindario parisién fué la falta re-
cima de estas obligaciones, la necesidad más inmedia- pentina de moneda, de que hablamos en capítulos
ta y dolorosa: «¿Cómo podrían comer al día siguiente?» anteriores. El oro había desaparecido en veinticua-
Por fortuna, todo se arregla en este mundo, unas tro horas. Lo guardaban los Bancos, lo guardaban las
veces bien, las más de ellas
7-
13J VICENTE BLASCO IBAÑEZ
LA BSTACIÓN DEL KSTB EN El. MOMENTO EN QUE SÓLO PODÍAN ENTRAR LOS KESBRVISTAS (Fot. Meiii'isse)
grandes casas de comercio enterrado en sus cuevas, y tomar un carruaje para el que no se había proveído
su ocultamiento produjo un trastorno enorme. de moneda menuda. Los más vivieron á crédito en su
Imposible vivir sin las facilidades del cambio. barrio, donde eran conocidos, enseñando un billete
Hubo gentes en París que casi murieron de hambre que nadie quería poseer. La dueña del resfavrant, al
con un billete de cien francos en el bolsillo. La des- verlo, prefería dar su comida á crédito, y así en los
aparición de la pieza de oro de veinte francos y de la demás establecimientos. Ya cobrarían cuando el bi-
pieza de plata de cinco hizo que todos los estableci- llete pudiera ser cambiado.
mientos se negasen á aceptar los billetes, prefiriendo Y fué un verdadero acontecimiento que desconges-
no hacer ventas á tener que realizar un cambio. Im- tionó muchos pechos el anuncio del Banco de Francia
posible comer, comprar un cigarro, entrar en un café, poniendo en circulación los nuevos billetes de veinte
y de cinco francos, pedazos
de papel que restablecieron
en París el cambio corriente
y la normalidad de la vida.
Durante una semana la mu-
chedumbre se agolpó ante las
puertas de las sucursales del
Banco, como un pueblo fa-
mélico que pretende asaltar
los almacenes de víveres. La
Guardia Republicana, fusil en
mano, tuvo que mantener el
orden. Y estas masas que un
recién llegado hubiese creído
ansiosas de saqueo, llevaban
en los bolsillos buena canti-
dad de billetes de Banco. Las
economías del pueblo de París,
el más ahorrativo y acumula-
dor de la tierra, se aglomera-
LA ESTACIÓN DBL ESTB BN LOS PRIMEROS DÍAS DE LA MOVILIZACIÓN ron al asalto del gran estable-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 131
cimiento de crédito, para desmenuzarse y multipli- ver cómo desaparecían en su interior otras muche-
carse al cambiar de forma, convirtiendo en cinco dumbres de contornos geométricos, uniformemente
fracciones el billete de cien francos cuidadosamente vestidas, con relampagueos de acero y acompaña-
guardado en el fondo de una caja de jabones ó disi- miento cadencioso de choques metálicos.
mulado entre los cepillos y trapos para limpiar las Los frontones del edificio parecían las múltiples
botas. testas de una bestia angulosa y cornuda; sus medios
o
puntos de cristal, que brillaban al sol como bocas
otras muchedumbres se amontonaron diariamente ígneas, tragaron y tragaron la gente lo mismo que los
en diversos puntos de París. La más grande fué la que monstruos del culto molokeo. ¡Lo que devoró en un
extendió su masa de cabezas en torno de la Estación mes esta construcción, rodeada de muchedumbres
del Este, desbordando sus ten-
táculos por las calles inme-
diatas.
Durante un mes su nombre
estuvo en todas las bocas: ¡La
«Gare de TEst»! ¡La «estación
como la llamaron
histórica»,
muchos!... Fué semejante á
un estrecho túnel por el cual
intentase pasar todo un río,
con grandes choques y rebu-
llimientos contra sus paredes.
La Francia armada, la Fran-
cia viril, se lanzó por esta sa-
lida de París hacia los campos
de batalla de la frontera.
La Estación del Este era en
tiempos normales una de las
menos concurridas de París.
Como lugar de partida para
Alemania, bien se comprende
que no atrajese muchos viaje-
ros.Ahora afluyeron á sus al-
rededores las muchedumbres
UN ORUPO DE VOLUNTARIOS NORTEAMERICANOS PASANDO ANTE LA OPBRA
inquietas y abigarradas para CAMINO DE LA ESTACIÓN (l'"ot3. Mcurisse)
132 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
LOS BELGAS RBSIDBNTBS BN PARÍS PARTIENDO COMO VOLUNTARIOS PARA DEFENDER SÜ NACIÓN. UN VOLUNTARIO
LOS ARENGA FRENTE A LA ESTACIÓN DH SAINT-LAZARE
día j noche como un templo de ritos 'permanentes, y líos; hombres con el pecho forrado de acero y cabe-
en cuyo interior humeaba la hulla formando lácteas lleras de crines pendientes del casco,como paladines
vedijas, se alineaban con sonoro estrépito centenares de remotas edades; cajas enormes que servían de
de cajones montados sobre ruedas, y bramaban las jaulas á los cóndores de la moderna aeronáutica; pro-
locomotoras con el curvo vientre henchido de vapor! cesiones interminables de cañones estrechos y lar-
A través de sus verjas pasaron miles y miles de caba- gos, pintados de gris, protegidos por mamparas metá-
licas, más semejantes á ins-
trumentos astronómicos que
á bocas de muerte; masas y
masas de kepis rojos, enfun-
dados de azul, moviéndose
con el ritmo de la marcha,
dejando adivinar debajo de
ellos los capotes con las hal-
das abrochadas atrás, el pan-
talón escarlata, los zapatos
claveteados. Erizadas en su
parte superior filas de fusiles:
unos negros y escuetos for-
mando lúgubres cañaverales;
otros rematados por las bayo-
netas, que parecían espigas
luminosas; y sobre estos cam-
pos movibles de mieses de
acero, las banderas que on-
deaban como pájaros de co-
lores, el cuerpo blanco, una
ala azul, la otra roja, una cor-
bata deslumbrante en el cue-
llo y en lo alto el pico de oro,
el hierro de la lanza que apun-
ÜN CARRO MILITAR DESCARGANDO OBJETOS PARA EL EJÉRCITO
BN LA ESTACIÓN DEL BSTB iFots. Meurisse) ta á las nubes.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 133
Vil
UN OFICIAL DE I-A RESERVA DESPIDIÉNDOSE DB SU PADRE Los actos de hostilidad en la frontera continuaron
EN LA ESTACIÓN el día3 por parte de los alemanes, á pesar de que el
embajador Schoen seguía en París, sin declarar rotas
la espalda sufre la pesada joroba de la mochila, las las relaciones.
piernas rojas salen y se ocultan entre las alas recogi- Varios destacamentos de huíanos merodearon en
das del capote, la pipa humea bajo la visera del kepis.
Y delante de él caminan unos cuantos pequeüuelos,
alineados por orden de estatura, que vuelven la cabeza
para mirar al padre, súbitamente engrandecido á sus
ojos por estos arreos militares. A su lado marcha la
compañera, afable y sumisa lo mismo que en las pri-
meras semanas de sus relaciones, sintiendo confusa
mente en su alma simple una Üorescencia renovada
de amor, una primavera extemporánea, nacida al
contacto del peligro. Este obrero de París, que hace
un mes cantaba La Internacional pidiendo la desapari-
ción de los ejércitos y la fraternidad de todos los seres
humanos, va ahora en busca de la muerte por defen-
der á 8u país; y la mujer Hora, pero lo admira.
El amor y la conmiseración por su hombre la
hacen insistir hasta el último momento en sus cui-
dados y recomendaciones. Ha puesto en la mochila
sus mejores pañuelos, los pocos víveres que tenía
en casa, todo el dinero. No debe inquietarse por ella
RESERVISTAS DIRIOIÉNDOSB A LA ESTACIÓN DEL ESTE
y los hijos: ya saldrán del paso como puedan. El (Fots. Meurisse)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 135
UNA MADRE ACOMPAÑABA SU HIJO CAMINO DB LA ESTACIÓN AGARRÁNDOLE LA MANO [Fot. Meiirisse)
el territorio francés,siendo perseguidos por algunos lo. Sus soldados huyeron, dejando otro muerto sobre
pelotones de caballería. Los prisioneros alemanes he- el campo. El cuerpo del oficial alemán fué recogido
chos en Joncheray el día anterior fueron conducidos por los suyos durante la noche, sin que los franceses
á Belfort, siendo enterrado el teniente que los man- se opusieran al cumplimiento de esta función piadosa.
daba, muerto por un soldado francés. Un escuadrón El teniente de dragones que inauguraba la guerra
de dragones hizo los honores fúnebres á este enemigo, con una victoria fué condecorado.
el primero que caía en la guerra. Una columna alemana procedente del Luxemburgo
A mediodía un destacamento de ciclistas del 17.° intentó penetrar en Francia á cuatro kilómetros de
de infantería alemán pasó la frontera, penetrando en Longwy. Los fuertes de la plaza la cañonearon, cor-
el pueblo de Moncel. <,<Pust! Postf», gritaban los ci- tándola el paso.Un regimiento de caballería enemiga
clistas. Y al llegar á la casa de Correos se apoderaron entró por Cirey, á 39 kilómetros de Luneville, ocu-
de la recaudación, robaron un saco de corresponden- pando por unos instantes el pueblo de Bertrambois, á
cia y rompieron los aparatos telegráficos. Después dos kilómetros de la frontera, pero volvió riendas al
asaltaron la estación del ferrocarril, pero como no avanzar un regimiento francés.
encontraron nada que llevarse y temían avanzar más En Montreux-Vieux una compañía de ciclistas ale-
por estar acampadas las tropas francesas cerca de manes atacó puesto fronterizo, ocupado por veinte
el
Y el embajador de Alemania todavía estaba en bras, á un hermano de Alejandro Samain. Este quiso
París á las horas en que ocurrían tales sucesos. interponerse, y el sargento le dio un puñetazo en el
rostro, esgrimiendo luego su sable. Entonces un ami-
go perteneciente á la sociedad gimnástica disparó su
De Alsacia llegaron noticias revelando otros atro- revólver, matando al sargento. Fué tan público el he-
LOS PRM
LA BATALLA
ONEROS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 137
eslavos y flel á sus tradiciones históricas, no lia mirado jamás Después de esta Nota la situación de Schoen era
su suerte con ojos de indiferencia.
ya insostenible. A las cinco y tres cuartos de la tarde
Pero especialmente en los últimos dias, los sentimientos fra- se presentó en el Ministerio de Negocios Extranjeros,
ternales del pueblo ruso por los eslavos se han despertado con
siendo recibido por M. Viviani en presencia de M. de
una perfecta unanimidad y una fuerza extraordinaria al ver
cómo Austria ha dirigido á Servia reclamaciones que resulta- Margerie, director político de dicho ministerio.
ban inaceptables para un Estado independiente. El diplomático alemán mostró una marcada emo-
Habiendo despreciado la respuesta pacifica y condescen- ción, en la que entraban por mucho el embarazo por
diente del Gobierno servio, y rechazado la intervención bené- su conducta equívoca y la vergüenza por lo que le ha-
vola de Rusia, el Gobierno austrohúngaro ha precedido á una
bían encargado manifestar al gobierno francés. Con
agresión armada bombardeando á Belgrado, ciudad abierta.
una voz algo temblona, M. de Schoen, en vez de dar
Obligados á tomar las necesarias precauciones por la situa-
ción creada por este hecho. Nos hemos ordenado poner nuestro explicaciones por los atentados de los alemanes en la
ejército y nuestra armada en pie de guerra, sin dejar por ello que su gobierno le ordenaba que protes-
frontera, dijo
de realizar toda clase de esfuerzos para tase del hecho de que algunos
obtener una solución pacífica en las aviadores franceses habían vo-
negociaciones entabladas, pues la san- lado sobre Bélgica. Añadió que
gre y los bienes de nuestros subditos
nos son muy preciosos.
otros aviadores, también de
Cuando ya estábamos con Austria Francia, habían volado sobre el
en amigables tratos, Alemania, aliada territorioalemán arrojando bom-
de Austria, contrariamente á las espe- bas en las inmediaciones de Nu-
ranzas que nos inspiraba nuestra bue-
remberg, hechos que constituían
na vecindad secular, y sin tener en
una agresión contra Alemania y
cuenta nuestra palabra y las seguri-
dades de que nuestros preparativos no una violación del territorio del
tendían á ningún fin que le fuese hos- Imperio.
til, ha comenzado por reclamar la su-
Luego, turbado aún más por
presión inmediata de dichas medidas
de precaución.
el profundo silencio con que
eran escuchadas sus palabras,
Habiendo recibido de parte nuestra
una digna negativa, Alemania ha de- leyó una Nota que era la decla-
clarado súbitamente la guerra á Rusia. ración de guerra á Francia en
Hoy no es sólo la protección del pa- nombre de Alemania.
riente injustamente ofendido lo que El texto de esta declaración
hay que asegurar; es también el ho- dice así:
nor, la dignidad, la integridad de Ru-
sia y su puesto entre las grandes po- «Señor Presidente de la
tencias lo que debemos defender.
Creemos firmemente que nuestros República:
fieles subditos acudirán con devoción »Las autoridades administra-
y unanimidad á la defensa de la tie-
tivasy militares alemanas han
rra rusa.
hecho constar cierto número de
Que la discordia interior sea olvida-
ALEJANDRO SAMAIN actos característicos de hostili-
da en esta hora amenazante y de rudas
pruebas. Que la unidad del Zar con su dad cometidos sobre el territorio
pueblo resulte más estrecha aún, y que Rusia, levantándose alemán por aviadores militares franceses. Varios de
como un solo hombre, rechace el insolente ataque del enemigo estos últimos han violado manifiestamente la neutra-
con una fe profunda en la justicia de nuestra obra y una abierta
lidad de Bélgica, volando sobre el territorio de di-
esperanza en la Providencia todopoderosa.
Llamamos con nuestras plegarias la bendición de Dios sobre cho país. Uno de ellos ha intentado destruir varias
la santa Rusia y sus tropas valerosas. construcciones cerca de Wesel; otros han sido vis-
tos sobre la región de Eiffel; otro ha arrojado bom-
Este llamamiento del zar al pueblo ruso, en su bas sobre la vía de ferrocarril cerca de Carlsruhe y
doble carácter de soberano temporal y pontífice de la Nuremberg.
religión, fué acogido con gran entusiasmo en todo el »Tengo el encargo 'y el honor de hacer saber á
Imperio. Vuestra Excelencia que en vista de estas agresiones
o
el Imperio alemán se considera en estado de guerra
Al enterarse el gobierno francés de los incidentes con Francia por la agresión de esta última potencia.
ocurridos en la frontera, envió una Nota al embajador »Tengo al mismo tiempo el honor de hacer saber á
de Alemania, M. de Schoen, cuya conducta resultaba Vuestra Excelencia que las autoridades alemanas re-
cada vez más inexplicable al permanecer en París tendrán los buques mercantes franceses en los puer-
después de estos atentados. En dicho documento el tos alemanes, pero los dejarán en libertad si dentro
gobierno señalaba los hechos ocurridos y la respon- de cuarenta y ocho horas queda asegurada la recipro-
sabilidad de Alemania al tolerarlos, pidiendo una ex- cidad completa.
plicación inmediata al embajador. »Habiendo terminado mi misión diplomática, sólo
138 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El presidente del Consejo, hablando cada vez con
más energía, recordó al embajador alemán que el go-
bierno de la República había dado orden á sus tropas
de mantenerse á diez kilómetros de la frontera para
evitar incidentes, y que los destacamentos alemanes
habían franqueado esta zona penetrando hasta once
kilómetros en territorio francés, hechos que probaban
con exceso que la agresión liabía partido de Alemania
y no de Francia.
Schoen, no sabiendo qué contestar, habló para jus-
tificarse de un hecho de orden personal. Dijo que al
dirigirse al ministerio acababa de ser injuriado por
dos individuos que habían subido al estribo de su au-
tomóvil. En esto falseaba también los hechos este di-
plomático. El incidente se reducía en verdad á que un
chófer del servicio público, al cruzarse con el auto-
móvil del embajador, había gritado: «Todos los ale-
manes son unos c...» Al ser conducido por la policía
á la comisaría del barrio, declaró que tres días antes,
regresando de Alemania, le habían embargado los ale-
manes su automóvil en Metz, teniendo que hacer á pie
una marcha de 2.") kilómetros para llegar á una esta-
ción, donde habían vuelto á detenerle como espía por
ser francés, despojándolo de su dinero y teniéndolo
en un calabozo durante veinticuatro horas sin ali-
mento alguno. Después de estos hechos su exaspera-
ción era comprensible.
El jefe del gobierno concedió el valor que merecía
LOS NUEVOS MINISTROS FRANCESES lá esta queja de Schoen, recordándole discretamente
M. AÜGAÜNHUR, MINISTRO DE MARINA (Fot. Rui) continuos paseos por la rué de Lille el domingo
jsus
(anterior, «como si buscase un incidente».
me resta pedir á Vuestra Excelencia que quiera dar- Al fin el embajador de Alemania, extremadamente
me mis pasaportes y adoptar las medidas que juz- turbado, terminó la entrevista lamentándose de no
gue mi regreso á Alemania con
útiles para asegurar haber podido conseguir el mantenimiento de las rela-
todo personal de la Embajada, así como el per-
el ciones pacíficas entre su país y Francia. Él mismo
sonal de la Legación de Baviera y del Consulado ge- declaró, con una franqueza que en aquellos momentos
neral de Alemania en París.
«Recibid, señor Presidente, el testimonio de
mi más alta consideración.
»Firmado, Schoen»
nos de los bandidos de carretera, con la esperanza de que nos- discutirla cuestión seriamente después de esto? El kaiser de-
otros responderemos emprendiendo una acción militar, que les clara la guerra á Rusia y viola la neutralidad de Luxemburgo
permitirá atribuirnos mentirosamente el papel de agresores. y de Bélgica para marchar contra nosotros.
No puede saberse basta dónde llega la mezcla de vil liipo- A pesar de sus embajadores, así en San Petersburgo
ello,
cresía y brutalidad salvaje de estas bestias de presa.El mani- como en París, permanecen en sus puestos para desorientar de
fiesto de Guillermo II es la vergüenza de las vergüenzas. Por este modo á las potencias y hacerlas creer que la suprema rup-
todos sus órganos, por todos sus agentes, hasta por periodistas tura aím no es un hecho consumado. Las más simples leyes
de Francia, nos ha gritado muchas veces que no quiere la gue- del honorcondenan tales astucias de mala ley. Estas criaturas
rra, sin que jamás se le haya podido arrancar una palabra ó un infelices sóloconocen las frases groseras para manifestar su
acto en favor de la paz. Ayer todavía, su embajador en París, pesada alegría ó las invocaciones á un Dios de bandolerismo
que no podía explicar por qué guardaba su puesto permane- cuando se reúnen en tropas armadas.
ciendo entre nosotros mientras que los ejércitos de su amo nos Por esto Guillermo II se dirige á su pueblo desde el balcón
de su palacio para decirle que «¡/entes envidio-
obligan <•« una justa defensa», y que él
íflí» le
va á demostrar á sus enemigos lo que cuesta
«provocar á Alemania». De ser otro el que tu-
viese este lenguaje imprudente, lo creeríamos
un loco, porque es imposible citar ni un acto
i\e provocacim ni una palabra que pueda ins-
una unidad de germanización mecánica, bajo un talón de Liie- engendrar la victoria. Inglaterra se ha lanzado á la conquista
rro. Por esto nuestra causa resulta la do todas las naciones, la económica del mundo, y ha sabido crearse con su labor, su au-
de todos los gobiernos que no separan el sentimiento de la dig- dacia y su obstinación, que nada ha logrado quebrantar, un
nidad nacional del concepto de una vida común segúu las lí- inmenso Imperio que la enorgullece á ella así como á la civili-
neas directoras de las tradiciones de nacionalidad. Muchos se zación. Hoy tira noblemente de la espada por la dignidad y la
callarán é intentarán ocultar sus temblores internos, pensando independencia de los pueblos de Europa. Entra con nosotros
que van á ver egqistamente, con los brazos cruzados, cómo los en la noble epopeya; enemiga de la hegemonía de Napoleón,
soldados de Francia caen en los campos de batalla, donde se enemiga de la hegemonía de Bismarck, amiga de la Francia
juega con la vida de la nacionalidad francesa, la vida también moderna, que no pide otra cosa á Europa que un equilibrio de
de los pequeños pueblos, capaces por flaqueza de corazón de mantiene neutral, pero no creo equivocar-
libertades. Italia se
sucumbir sin haber combatido. Pero nosotros, que enviamos me prediciendo que este gran espectáculo iluminará el alma
apresuraron á acudir baio la bandera de la patria, inscribiéndose como confesores y como auxiliares aquellos que por su edad no fueron llamados á lilas
nuestros hijos al sangriento choque, nosotros que nos vemos del pueblo italiano, que algunos gobiernos miopes pusieron
traidoramente amenazados hasta en las más profundas raices locamente al servicio del germanismo contra todo lo que nos
de nuestra vida, estamos resueltos á salvar todo lo que pueda queda de latinidad.
ser salvado de nuestros gloriosos aportes á la civilización uni- He aquí que Rusia es la primera que llega al oir el estam-
versal, respecto á los cuales nuestra más alta ambición es aña- pido del cañón; Rusia, que parecía ayer todavía el último asilo
dirles otros nuevos. en Europa del despotismo asiático; Rusia, que por la iniciativa
Defendiéndonos, somos los campeones de la causa de todos. de sus últimos zares se ha abierto á la libertad, y por un incom-
Si en el pasado cometimos grandes torpezas que ofendieron á parable movimiento intelectual se ha colocado en la primera
Europa, grandes desgracias también nos lo han hecho expiar fila de la cultura; Rusia, magníflco puente de idealismo y de
después. Vamos á marchar con Inglaterra, que en las edades de libertad, por el que pasan las actividades despertadas de Asia,
hierro concibió la ambición de dominarnos. Cien años de gue- trayéndonos con un renacimiento de fuerza nuevos cuadros de
rra necesitamos para conquistar la independencia de nuestro energía. Esto es lo que temen los feudales alemanes, que con-
suelo, y cuando los hombres quedaron deshechos fué una mu- servan al pueblo bajo la alta presión de su burocracia. Nada les
jer, una pobre campesina lorenesa, de corazón simple y grande, da tanto miedo como un cambio de la disciplina intelectual,
la que pronunció las palabras y realizó los actos que habían de que podría destruir el gran resorte de su gobierno: la obedien-
142 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
cía. Por esto Rusia, Francia é Inglaterra proporcionarán á los manezcau neutrales en el conflicto austroservio? Yo creo que
alemanes— aun á despecho de su voluntad— una liberación del vuestra intervención sería del más alto valor.
pensamiento. El hermano de Guillermo II añadía que ahora más
Los soldados alemanes los encontraron nuestros padres mu-
chas veces, antes de 1870, sobre campos de batalla en los que que nunca Alemania é Inglaterra debían trabajar jun-
la fortuna no fué propicia á aquéllos las más de las veces. Ma-
tas para impedir el desastre continental y que el em-
ñana el gran libro de cuentas va á abrirse de nuevo. Tendre- perador de Alemania era extremadamente sincero en
mos que oponer nuestra resistencia aun colosal esfuerzo sobre todas sus gestiones favorables á la paz.
todos los frentes á la vez. El choque será terrible. Pero los hom-
El rey Jorge respondió el mismo 30 de Julio al
bres de Alemania serán recibidos como deben serlo por los sol-
dados franceses. príncipe Enrique:
Jorge Clembncbau (iracias por vuestro telegrama. Muy satisfecho de los esfuer-
zos de (iuillermo para entenderse con
VIH Nicolás en favor del mantenimiento de
la paz.Tengo el más vivo deseo de que
Los trabajos pacificadores de Jor- una calamidad terrible como seria la
ge V.— Actitud de Inglaterra. guerra europea pueda evitarse. Mi Go-
— Maquiavelismos de la diplo-
bierno hace todo lo que puede para que
tregado á su hermano el mensaje del rey de Inglate- movilizaba su ejército y su armada. <\No ha esperado
rra, continuaba así: «Guillermo, que está muy fasti- —
—añadía Guillermo II los resultados de la mediación
diado por lo que ocurre, hace todo lo posible para que yo estaba realizando, y además me deja sin noti-
marchar de acuerdo con Nicolás, trabajando por en- cias. Me traslado á Berlín para afirmar la seguridad
contrar una solución pacífica.» Después el príncipe de mis fronteras del Este, donde importantísimas fuer-
Enrique hablaba en su telegrama de los grandes pre- zas rusas han tomado posición, ^>
parativos militares que se estaban haciendo en Rusia Esto no era verdad, como ya dijimos en otra parte,
y Francia, y de los cuales tenían noticias seguras pero el kaiser necesitaba fingir una agresión de Rusia
en Berlín. Luego declaraba tranquilamente, partici- contra el territorio alemán para justificar de este modo
pando de la misma hipocresía que mostró el gobierno ladeclaración de guerra que tenía preparada.
alemán en la preparación de la guerra: Jorge V contestó al día siguiente, 1 .° de Agosto, que
había telegrafiado al zar rogándole que hiciese todo
Nosotros aún no hemos hecho preparativos militares, pero lo posible para evitar el rompimiento de relaciones.
nos veremos obligados á ellos si nuestros vecinos insisten en
Este día la diplomacia alemana inició uno
mismo
los suyos, y de esto resultaría una
guerra europea. Si vos de-
seáis real y sinceramente impedir esta espantosa catástrofe,
de los maquiavelismos que le son familiares para com-
¿puedo yo proponeros que os valgáis de vuestra influencia prometer al gobierno inglés, poniéndolo en mala si-
sobre Francia y también sobre Rusia para obtener que per- tuación ante Francia. El príncipe Lichnowsky, emba-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 143
jador de Alemania ea Londres, envió el telegrama El rey Jorge V se apresuró á contestar á Gui-
siguiente á Berlín, dirigido al canciller Bethmann- llermo II:
Alemania está pronta á aceptar las proposiciones inglesas juzgando indudablemente por su propia política, in-
siInglaterra garantiza con sus fuerzas militares y navales la terpretaba esto como un ofrecimiento de la Gran
neutralidad de Francia en el conflicto rusoalemán. La movili- Bretaña á contener é inmovilizar á la nación france-
zación alemana se ha efectuado hoy como respuesta á las pro- haciendo que faltase á sus compromisos, mientras
sa,
vocaciones rusas y antes de la llegada de las proposiciones in-
Alemania podría atacar á Rusia cómodamente con la
glesas. Por consecuencia, nuestra concentración en la frontera
totalidad de sus fuerzas.
francesa no puede ser modificada.
Sin embargo, garantizamos que de ahora al lunes 3 de Agos- Una vez más la diplomacia germánica mostraba
to á las siete de la tarde, la frontera francesa no será franqueada sus innobles procedimientos, semejantes á los de 1870,
si el asentimiento de Inglaterra nos
llega dentro de ese plazo. cuando Bismarck, para acelerar una guerra que pa-
Bethmann-Hollweg recía próxima á ser conjurada, falsificó el famoso te-
legrama de Ems, alabándose luego de este acto, que
Estos telegramas debieron producir gran extra- cuando lo comete un particular cae bajo el dominio
ñeza en el gabinete de Londres. Eran respuestas á pro- del Código penal.
posiciones deshonrosas para Francia que nadie había
hecho.
Uí VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tante — decía Mariana — . Esto
no puede durar más. ¿Cuándo
nos casamos?
Nadie en Alemania creía
posible este matrimonio.
Pero á pesar de ello el ga-
binete de Berlín insistía en
sus trabajos para deshacer el
Triple Acuerdo, procurando
establecer la desconfianza y
la desarmonía entre sus com-
ponentes.
Tres fueron las maquina-
ciones iniciadas por el canci-
ller Bethmann-Holhveg y su
ministro Von Jagow por me-
dio de los embajadores alema-
nes en París y Londres.
La primera consistió en las
sugestiones de Schoen al go-
bierno francés para que ejer-
ciese presión en San Peters-
LOS VOLUNTARIOS NOhTEAMBUICANOS HN LA ESTACIÓN UE SAINT-LAZARE
(Fiit.
burgo, aconsejando una acti-
Mcurisso)
tud sumisa á Rusia, mientras
El gabinete de Berlín llevaba muchos días traba- Alemania no se comprometía á hacer lo mismo con
jando para adormecer gobierno inglés y que éste
al Austria. Esta conducta, de ser aceptada por Francia,
permaneciese ajeno al conñicto, dejando trabajar li- habría ofendido indudablemente al gobierno ruso. Era
bremente á la rapacidad alemana. ilógico que un aliado aconsejase al otro la humilla-
Nadie en Alemania daba un valor decisivo á las ción y la derrota. Equivalía esto á una manifestación
relaciones entre Francia 6 Inglaterra. El llamado Tri- de amistad insegura y egoísta por parte de la Repú-
ple Acuerdo era puramente verbal y moral; una inte- blica, que habría añejado los lazos de alianza. El go-
ligencia diplomática entre Londres y París, pero sin bierno francés se negó á toda intervención en Rusia
participar de los compromisos de alianza defensiva y que no fuese acompañada de una intervención de Ale-
ofensiva que unían á Francia con Rusia. mania en Austria. Primer fracaso del maquiavelismo
Los alemanes no esperaban que la Gran Bretaüa alemán.
se comprometiese en una gue-
rra por sostener á Francia.
Sus gestiones en favor de ésta
no iban á pasar de simples ac-
tos de diplomacia. La opinión
DN TREN MILITAR SALIENDO PARA LA GUERRA BN LOS PRIMEROS DÍAS ble que en las circunstancias actuales estu-
DE MOVILIZACIÓN vieseis dispuesto á comprometeros en nada,
18
146 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
pues el Gobierno inglés desea conservar en el conflicto que nos Berlín no se descorazonó, insistiendo de nuevo en sus
amenaza una entera libertad de acción.
GOSCUBN proposiciones.
Otra vez Bethmann-Holhveg llamó á sir E. Gos-
Alemania buscaba la neutralidad inglesa para que chen para hacerle más proposiciones. Necesitaba la
dejase abandonada á Francia, y la quería comprar neutralidad de Inglaterra y estaba dispuesto á conce-
ofreciendo á la Gran Bretaña una alianza futura. Se der lo que ésta pidiese. (Como el que desea comprar
reservaba todavía el Canciller los detalles de esta y pregunta el precio.) El Canciller llegó hasta decir
alianza, ó sea lo que iría ganando el gobierno britá- que si Inglaterra permanecía neutral mientras ellos
nico. Tal vez dicha ganancia consistía en el reparto hacían la guerra á los franceses, el gobierno alemán
de las colonias francesas, que eran la continua pre- estaba dispuesto á respetar, después de la victoria, no
ocupación del kaiser, su Canciller y el partido pan- sólo la integridad del territorio de Francia, sino tam-
igualmente todas las obligaciones 6 intereses que podemos hombre era el que dos días después dijo que un tra-
tener enel mantenimiento de la neutralidad de Bélgica. Nos- tado que lleva la propia firma no es mas que un pedazo
otrostampoco podemos acoger esa insinuación, que significa
una venta.
de pcpcl, el respeto de la neutralidad una simple pa-
Una vez dicho esto, es inútil entrar á examinar si la pers- labra, y que en la vida hay que atrepellar compromi-
pectiva de una convención general de neutralidad para el por- sos y leyes cuando resulta conveniente para los pro-
venir entre Alemania é Inglaterra ofrecería ventajas positivas pios intereses.
y suficientes para resarcirnos del acto de ligarnos ahora las El embajador sir E. Goschen respondió á las repe-
manos, que es lo que desea el Gobierno alemán. Nosotros de- tidas proposiciones del Canciller
bemos mantener nuestra entera libertad do obrar según nos
que tenía órdenes
de su gobierno para rechazar definitivamente toda
loaconsejen las circunstancias, en el caso de un desenvolvi-
miento desfiívorable y lamentable de la crisis presente, tal petición de neutralidad, y que Inglaterra, en el pró-
como el Canciller lo prevé. ximo conflicto, deseaba mantenerse con las manos
libres para obrar según le aconsejasen las circuns-
A
pesar del tono digno de esta respuesta, inspi- tancias.
rada en el firmo propósito de no faltar al honor y los De este modo terminaron los trabajos de Beth-
compromisos de la Gran Bretaña, la diplomacia de mann-Holhveg para separar á Inglaterra de Francia.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 147
IX
por la civilización contra la larharie germánicay>:
riores, apareció de pronto entusiasta hasta la impul- británico (Aplausos frenéticos) y de las obligaciones
sividad, crédulo generosamente y aficionado á las ma- británicas. (Nuevos aplausos.)
nifestaciones ruidosas. En primer lugar, hablemos de nuestro tratado y
Se levantó sir Edward Grey, y en medio de un nuestras obligaciones. Existen en Europa dos grupos
silencio imponente pronunció un gran discurso, que diplomáticos: la Triple Alianza y lo que se ha conve-
148 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
nido en llamar el Triple Acuerdo. El Triple Acuerdo cambio previo de opiniones y de conocimiento de fuer-
no es una alianza: es simplemente un grupo diplo- zas entre los expertos militares y navales de ambos
mático. La Cámara se acordará seguramente de que países.»
en 1908 hubo una crisis, una crisis balkánica, provo- Esta objeción era de peso, hay que reconocerlo, y
cada por la anexión de Bosnia y Herzegovina. fué el origen de las entrevistas que realizaron después
El ministro de Negocios Extranjeros de Rusia vino los expertos militares y navales de ambas partes.
á Londres para conferenciar conmigo, y lo declaré Pero por anticipado se especificó claramente que lo
con toda franqueza que como se trataba de una crisis que se conviniese entre dichos expertos ingleses y
balkánica, yo consideraba que la opinión pública de franceses no nos ligaba en nada para el porvenir
nuestro país no nos autorizaría para dar otra cosa que y nos dejaba en libertad para decir si debíamos ó
el apoyo diplomático. Nosotros no hemos dado nada no debíamos dar nuestro apoyo cuando llegase el
mas que esto, ni hemos momento de la decisión.
prometido mas que esto.
o Z
c
tí) "O
ti
<n <n Z
^< ^
2 « -S
ce
< ^
Ü oo o «
í:^ fc;
-a ¡o
z fO (O .
<"
ID 'to '5
H j3 ja o,
O UE E
(U
•=
o
cO
ID
O
z
<
ce
O 3 U
< 2 =>. .
j
tD
O
(O
tü
f- I»
z ~ (O c
< •o <u
2:
z
ID ^
c
(O 2 o
OJ c u
Cí
D. « -3
ID
C£
(O
O
_j
z
o
u •- o
m -a
« -o
•a E
t. «
c ,
Z
O
— 10
E3
Cí
O
ü_
_i
O 4)
T3 "O
z 5 <n
>- = F
u
Cí
O u _
8¿'
fO
« E
>.^
>,
"
O^
S E
•o tí
'5.
150 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tiene serias razones para temer un ataque de una tercera po- agresión de una tercera potencia, bien sea cualquier suceso
tencia, sin provocación de su parte, ó para creer que la paz ge- amenazador para la paz general, examinaría inmediatamente
neral se encuentra amenazada, debe examinar con el otro Go- con el otro si los dos deben obrar de concierto para prevenir la
bierno si los dos Gobiernos deben obrar de acuerdo para impe- agresión ó mantener la paz. En este caso los dos Gobiernos de-
dir la agresión y para asegurar el mantenimiento de la paz, y liberarían sobre las medidas que pueden adoptar en común, y
en caso buscar las disposiciones que deben tomar en común.
tal siestas medidas exigiesen una acción, tomarían en considera-
Si estas disposiciones exigiesen una acción militar, los planes ción los planes de sus Estados Mayores, decidiendo el empleo
hechos por los Estados Mayores generales serían tomatlos en que debían dar á estos planes.
consideración, y los dos Gobiernos decidirían el empleo que Sinceramente de vos,
p_ ^^^^^^
debían darles.
Sinceramente de vos,
E. (¡REY —
Lord Charles Bhuesfurd. ¿Cuál es la fecha del
acuerdo anterior á esas cartas?
A esta carta mía contestó el embajador de Francia SiR Edavard Grey. —
12 de Noviembre de 1912.
con la siírniente: Esta es la base de la actitud del Gobierno en la crisis
Londres 23 Noviembre 1912 actual. Creo que después de esto resulta perfectamen-
te inteligible la actitud de
Querido sir Edward: Inglaterra.
ñor y de una alianza precisa que tienen con Rusia. guridad: el sentimiento de que nada debe temer de
Pero esta obligación de honor no puede ser aplicada nosotros. Por esto no se ha cuidado de la defensa de
á nosotros con la misma fuerza. dichas costas, confiándolas á nuestra lealtad.
Nosotros no formamos parte de la alianza franco- Mi impresión personal es que si una flota extran-
rusa. Nosotros ni siquiera conocemos los términos de jera, actuando en una guerra que Francia no ha bus-
esta alianza. cado, penetra en la Mancha para bombardear y des-
La situación es bien clara en lo que concierne á truir las partes no defendidas de la costa francesa,
la cuestión de honor. ¿Cuál es, entonces, nuestra posi- nosotros no podemos permanecer inmóviles. (Aplau-
ción en tales condiciones? sos frenéticos y frolongados.)
Nosotros hemos mantenido durante' largos años En presencia de lo que ocurriría ante nuestros
amistosas relaciones con Francia. (Aplausos.) ojos, no podríamos mantenernos con los brazos cru-
Me acuerdo perfectamente de los sentimientos de zados, sin hacer nada. Esta impresión mía creo que
esta Asamblea y también de mi propio sentimiento es la del país por entero. ( A plausos prolongados.)
cuando el último Gobierno concluyó este concierto Pero yo deseo examinar la cuestión desde el punto
con Francia; me acuerdo de la impresión reconfor- de vista de los intereses británicos, y desde este pun-
tante que nos dio á todos el hecho de que dos nacio- to de vista quiero justificar lo que voy á decir á la
nes separadas en el pasado por diferencias que pare- Cámara.
cían perpetuas hubiesen resuelto estas diferencias. Si nosotros nos callamos en este momento y per-
(Aplausos.) manecemos inactivos, ¿qué hará Francia con su flota
¿Hasta qué punto esta amistad implica obligacio- en el Mediterráneo, sus costas del Norte y del Oeste
nes?... Esto la Cámara debe decirlo. absolutamente sin defensa, á merced de una flota
La nación francesa tiene actualmente su flota en alemana que penetre en la Mancha?...
el Mediterráneo. Las costas septentrionales y occi- Debemos acordarnos de que estamos frente á una
dentales de Francia están por esto absolutamente sin guerra de vida ó muerte.
defensa. Con la permanencia de la flota francesa en Supongamos que la flota francesa sea retirada del
el Mediterráneo la situación es muy diferente de como Mediterráneo. Estamos en presencia de una conflagra-
lo era antes. ción europea. ¿Es posible formarse una idea exacta
Eq que concierne á Francia, la amistad que se
lo de las consecuencias de dicho acto?
establecióy que se ha engrandecido luego entre los
dos países ha dado á Francia un sentimiento de se-
152 VICENTE BLASCO 1I3ANEZ
gamos que la nota francesa se retira del Mediterráneo ridad estaba sometida, como es natural, á la aproba-
para defender sus costas del Atlántico. Supongamos ción del Parlamento, y no debe ser considerada como
que los acontecimientos hacen necesario, para los in- obligando al Gobierno á entrar en acción mas que en
tereses británicos, nuestra intervención en la guerra. el caso que la agresión se produzca.
Supongamos que Italia no se mantiene en la neutrali- Por esto mis palabras no constituyen en modo al-
dad que acaba de declarar, reconociendo que esta es guno una declaración de guerra de nuestra parte ai
una guerra agresiva (Aplausos) y que la Triple Alian- implican una acción ofensiva de nuestra parte; pero
za es una alianza defensiva. deben ser consideradas como algo que nos compromete
Supongamos que Italia modifica su actitud de neu- d tomar la ofensiva si las circunstancias asi lo erigen.
tralidad, precisamente en el momento que nosotros Me consta que el Gobierno alemán está dispuesto
nos veremos forzados á combatir por la defensa de los — nosotros queremos comprometernos á guardar la
si
tado de 1839.
Esta respuesta, como ve la Cámara, no dice nada. EL AKClllDr(H'U rEUBKHO. I. ENERALISIMO DE LOS
BJÉRLITOS austríacos Rol)
Luego, extraoficialmente, el ministro alemán de Nego-
irot.
la noticia de que el rey de los belgas había enviado biijo ladominación de una sola potencia. Por el con-
directamente un telegrama al rey Jorge. Este despa- trarío, creo que si nos mantuviésemos impasibles
cho dice asi: nuestra situación moral después de la guerra seria
«Acordándome de las numerosas pruebas de amis- mucho peor que si tomamos parte en ella.
tad de Vuestra iMajestad y de vuestro predecesor, y de Debo declarar á la Cámara t[ue aun no hemos con-
la actitud amigable de Inglaterra en 1870, así como traído ningún compromiso en lo que concierne al en-
de la nueva prenda de amistad que acaba de darme, vió de un cuerpo expedicionario al continente. Pero
venir do la ax-ritud que hemos adoptado. Estamos derechos de las naciones. Aceptar la proposición de
prontos á ocupar nuestro puesto y á cumplir nuestro Alemania seria para ella sacrificar el honor de la na-
deber. ción. (Aplausos.) Bélgica está firmemente resuelta á
gos. (Gritos de sorpresa y de protesta.) Un plazo de era el mayor de los peligros para la Gran Bretaña.
doce horas ha sido fijado para la respuesta. La Cámara de los Comunes votó por unanimidad
Bélgica ha respondido que este atentado contra su un crédito defensivo de 1.250 millones (50 millones de
neutralidad representa una violación flagrante de los libras) solicitado por el gobierno.
156 VICENTE BLASCO IBANEZ
EL "GOBBKN*
en esta guerra de provocación, la escuadra austríaca
no se atrevió ií moverse del Norte del Adriático, y los
El leader irlandés Redmond manifestó al gobierno buques ingleses en unas cuantas horas limpiaron de
que podia retirar todas sus tropas de Irlanda para em- enemigos el Mediterráneo.
plearlas fuera del pais. «Orangistas y nacionalistas
— dijo
—
defenderemos nuestras costas.»
En la frontera de Alsacia apenas si hubo choques
el día 4, á pesar de la declaración de guerra. Algunas
Sucesos —
Agosto. La firmeza de Bélgica.
del 4 de — puestos de aduaneros y las estaciones de ferrocarril,
Declaraciones de Sazonof en la Duma. ^Atropello pero huyeron á la aproximación de las fuerzas fran-
de embajadores en Berlín. — Entusiasmo en Bruse- cesas.
M. MHSSIMV. MIM.--rRll HE I. A
zonof -
y absorbido más, su deseo de iiiHuir en Yiena, rehusó una tras
i.rnKiíA Ki{;\Ni i-:s por el trabajo de su otra todas las proposiciones que le fueron hechas,
desenvolvimiento in- valiéndose para esto de objeciones sin fundamento.
terior, el Imperio ruso no ha cesado de dar pruebas "Mientras nos esforzábamos por conseguir una
de su sincero deseo de paz. Inicamente por este solución pacífica, Belgrado fué bombardeado, y Eu-
esto ha escogido como víctima á Servia. naba nuestra movilización, S. M. el Emperador dio
»No ignoráis vosotros en qué condiciones se lanzó su palabra al Emperador de Alemania de que Rusia
el ultimátum
al Calnnete de Belgrado. Sometiéndose no recurriría á las armas mientras quedase la más
Servia á sus exigencias se reconocía como vasalla de pequeña esperanza de conseguir un arreglo pacífico.
Austria. No mostrar nosotros interés en esta cuestión «Estas palabras de moderación no fueron escucha-
hubiese eíjuivalido al abandono de nuestro deber se- das. .Uemanía ha declarado la guerra, primero á nos-
cular de defensores de los pueblos balkánicos. Era al otros, después á nuestra aliada Francia. Y luego, con
mismo tiempo admitir que la voluntad de Austria, menosprecio de todos los compromisos solemnes que
apoyada ocultamente por Alemania, imponía la ley había contraído de acuerdo con otros países como
iÜiSTÜRIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 159
que en esta muchedumbre hostil no figuraban gentes por mantener el prestigio y la seguridad de Francia.
Eran señores bien vestidos los que se mos-
del pueblo. Guillermo II mostró en repetidas ocasiones el alto
traban más furiosos; algunos de ellos ostentando con- aprecio en que tenia la personalidad del embajador
decoraciones. Estu- ('ambón, visitándolo muchas veces en el palacio de
diantes y periodistas la embajada, k pesar del respeto que merecía esta
componían el resto de personalidad, y de las consideraciones que son debi-
la manifestación. To- das al representante de un país mientras permanece
dos pertenecían á la en su puesto, el gobierno alemiin trató á M. (l'ambon
clase que habla con con dureza. Durante las veinticuatro horas que per-
orgullo de la «cultura maneció en Berlín, las autoridades alemanas pro
alemana», y quiere curaron molestarle, demostrando en ello cierta delec-
imponerla al resto del tación. iMientras en París M. de Schoen había podido
mundo que vive, se- vivir con entera libertad, M. Cambon y el personal de
uiiii ellos, en un esta- la embajada francesa, encerrados en su domicilio como
M. SAZONOF, MiNisTuo DE NEGÓ- indetcnsos, protegi- y sus colaboradores. Todos los establecimientos de
dos EXTRANJEROS RUSO dos por una inmuni- Berlín se negaban á servir á los diplomáticos frai>
160 VICENTE BLASCO IBANEZ
ceses, como si esto fuese un crimen de lesa patria. Numerosas manifestaciones recorrieron las calles
El itinerario del viaje dio también motivo á las vio- de Bruselas dando vivas á Francia y cantando La Mar-
lencias alemanas. M. Camben quería volverá su país sellesa. Otros grupos lanzaron gritos contra Alemania
por el camino más corto, ó sea por Holanda y Bélgica. é hicieron alardes de hostilidad ante los estableci-
Pero en la noche del 4 lo hicieron partir con veintisiete mientos y viviendas de los alemanes. Estos eran muy
personas de su séquito por la via de Dinamarca, lo numerosos en el territorio belga. La emigración ger-
que representaba un rodeo enorme. Además el tren mánica, como si obedeciese á una orden superior, lia-
hizo un viaje lento y dificultoso, empleando veinticiia l)iii invadido en los últimos años las ciudades de Bi'd-
tro horas para llegar á Kiel. En muchas estaciones gica. IJi Amberes dominaba gran parte
del comer-
varios soldados alemanes, revólver en mano, guarda cío. Todos alemanes establecidos se dedicaban al
los
ban las puertas del vagón, prohibiendo con amenazas espionaje, como se vio claramente después. Jinchos,
de muerte que los franceses hablasen entre ellos. empleando el procedimiento de la naturalización re-
Al llegar á la última estación .ilcuKiiiri, el olicial comendado por el gobierno alemán, se habían hecho
prusiano encargado de acom- ciudadanos belgas, ocupan-
pañar la comitiva hasta l;t ilü puestos jiúblicos y figuran-
frontera exigió á M. Caml)oii lid como oficiales de la mili
el pago de .'?..")0() marcos, que lia llamada 'iuaidía Cívica.
era el precio del viaje, aíir L'n soldado francés que
mando que si no entregaba (staba de paso en Bruselas
esta cantidad se opondría .1 fué llevado en triunfo por
do3 ellos son terribles, y sufriremos luuclio al conducir del desquite. Esta hora ha llegado al ñn. Hela aquí.
los automóviles militares. ¡Alsacianas, hermanas mías! ¿Vais á permanecer sin
El chauffeur se veía ya corriendo por el territorio hacer nada? Propongo que al cuerpo de voluntarios
de enemigos con una buena fe inocente y heroica.
los alsacianos y loreneses se una otro cuerpo de enfer-
Los alsacianos y loreneses residentes en París se meras formado por nosotras. Iremos á nuestra tierra
reunieron en un café del bulevar. Eran más de tres para libertar á nuestras madres y hermanas y cuidar
rail, hombres y mujeres. El presidente de la reunión, nuestros heridos.
M. Eugenio Kuentzmann, originario de Estrasliurgo, A los sones de la Marcha Lorenesa los asistentes
aconsejó á sus compatriotas que formasen un cuerpo á la reunión fueron á inscribirse como voluntarios en
de voluntarios. grupos de diez. Las mujeres se inscribieron igual-
-Es la Francia dijo—, nuestra patria verdadoni, mente.
Antes de partir, el presidente, con voz cortada por
la emoción, dijo á sus compatriotas:
francliir la fiuntice de la
Etlglque. Elles agissenl sous la contrainic dunc necessite in- con sencillez:
eyi'alile li nEutraliU da la Belgique ayant (tc U¡í vioiéo par des ofTiciers francais qui.
—
¡Lo juramos I
travení aulúmobile en
sous un deguisciTen!. aicnt le territoire belge en pour pioetrcr Todos lloraban al ver llegada la hora, después de
Aí'ent^gn'^.
tantos años de espera.
ncore muía dtviitr tu tomhl enire den
Oeljtj! Cttl sslrj pliu «rm iésip iju'il j ail
Á estas muestras de entusiasmo se unieron las de
(«•(.a ^ eiaieil tm ¡ts^t i prisent. jidis
níme siliíi. Scuitnei (oin du {lorieui pir d:
los revolucionarios.
Viitti-'x n iUmi 'íi srat; ^i(iBaiid:s qgi onl
nolhbiK a fondo- ú (!:a::iir
Lodcptndancs el la
(i! «;«
.Juan Longuet, nieto de Carlos Marx, el fundador
|)i»i«frní pjlfi».
Maí il iiQus faiil le che-Tiin libre. Des deblí uctioiis de de tiiiinels, de voies del socialismo alemán, dijo asi:
|¡oiU3.
imiti d«ro(!t élre regardées ctirume dís adióos hostil«s. Stlyts, wus avez a choisir. «Si Francia es invadida, ¿cómo los socialistas no
serán los primeros en defender la Francia de la Revo-
Jf-sperd
DD,-,c
p lArniSe aliemande de !a Meuse ne sera pas coiuralnle de ion
lución y de la democracia, la Francia de la Enciclo-
CGniiiaiwe. Un cheniin libre celui voiilail notis c'est ¡out ce
pour attaijiter qui attaquer,
pedia, de 1793, de 1848, la Francia de Pressensé y de
que
-mí désirciis.
•laurés?»
Ja iam du o^i^isn^iics f ormelles á la prpulation belgd qu'elle
Marcel Sembat dijo á sus correligionarios:
r'aura ii5n a sccffrir des tiorreurs de la guerre; que nous payerons en instáis obligados á hacer la guerra por la viola-
or
'
citülsurs amis d'un peuple pour lequel nous éprouvans la plus liaute estime.
[íiüiilrei'orit i^s
Alemania imperial. Vais á batiros en defensa de la
;
la
plus yraivje syaipEttiia. cultura francesa y de la libertad de los pueblos. Cuan-
•
C'csi de votre sagesse et d'un paf Hotlsma —
do seáis vencedores porque la victoria os aguarda — ,
btor comprEs qu'il dépend d'évSter á votrs os negaréis á violar el derecho de los otros.»
pays les» horroum üg la guet^-re.
Miguel Almereida, director de Le Bonet Rouge:
Le General Commandant en Chef l'Amée de la Meuse «Socialistas, hermanos mios, relegad por el mo-
von Emmich. mento nuestra Internacional y nuestra bandera roja.
Nuestro canto debe ser en adelante La MarseUesa y
PROCLAMA DB VÜN BíMMICH AL PUEBLO BELGA nuestra bandera los tres colores. Como en 1793, la
Esta procinma fué dlslribufda á mano por los primeros linetes alemanes bandera en sus pliegues y el himno en sus estrofas,
(húsares de la Muerte y hulanosi que penetraron el 1 de Agosto en Bélgica con
dirección á Licia. De ella sólo quedan unos pocos ejemplares guardados por llevan el alma de los pueblos libres.»
los belgas, pues los alemanes han procurado luego hacerla desaparecer, bus- a
cándola por todo el país. Este documento es de gran valor, ya que sirve para
demostrar la campaña de mentiras realizada por los alemanes, y prueba ade-
más lo premeditado de una invasión, preparada desde mucho tiempo antes, Alemania, con arreglo á sus procedimientos arbi-
hasta el punto de tener impresa una proclama en grandes cantidades para re- trarios, invadió Bélgica sin declaración de guerra. En
partirla asi que franqueasen la frontera.
la noche del 3 al 4 de Agosto las primeras fuerzas
fZrtoA vn
VON Emmich
tria, Seneft; por ¡'rancia. Scbastianl: p.ir Prusia BUiow, y por Rusia,
,
LIn suboficial de la reserva, hata del automóvil con su mujer para entrar en un almacén de objetos mi que nadie esperaba.
litares y hacer sus últimas compras. En la mano lleva la pequeña maleta de ollcial llamada •cantina (Jreyeron los alemanes que
(Fot. MeuríAfle) la invasión de Bélgica era
una empresa de cuarenta y
litar publicado por dicho general en un diario de ocho horas, y que iban á llegar sin ningún obstáculo
Jkuselaa produjo la alarma. Demostral)a en él que in- hasta, la frontera francesa del Norte, casi desprovista
dudablemente Alemania, al tener una guerra con de fortificaciones.
Francia, procurai'ia atacarla por el punto más fácil, La pequeña nación fué como David, y asestó una
ó sea por Bélgica, aunque para esto hubiese de atro- pedi-ada certera al Golíath germánico.
pellar la neutralidad. Dio en apoyo de esto numero-
sas pruebas, siendo una de las más convincentes el
extracto de una carta dirigida á Bismarck en 1870
por el viejo emperador ííuillermo I, abuelo del empe-
rador actual. En esta carta, desconocida hasta enton-
ces, Guillermo I hablaba á su Canciller de los gran-
des trabajos de defensa realizados por Francia para
cubrir su frontera del peligro de una invasión en oí
caso de una segunda guerra franco-prusiana.
—
«La frontera francesa decia el emperador está —
cerrada casi herméticamente desde Suizii hasta Bél-
gica. Esta linea continua de fortalezas y de fuertes,
aunque consiguiéramos atravesarla, liaría imposible
el envió de todo
lefuerzo, y estorbaría enormemente
el empleo estratégico de nuestras fuerzas.
•
Aunque resultáramos victoriosos en los comba-
tes,nos sería imposible proseguir nuestros éxitos
como en 1870, porque nos veríamos obligados inme-
diatamente á sitiar esta cintura de campos atrinche-
rados, y antes de que llegásemos á tomar algunos
fuertes, el ejército derrotado tendría tiempo para re-
hacerse detriis de esta linea, tomando fuerzas para un
nuevo encuentro. Y si por desgracia los alemanes son
derrotados en el primer choque, la orilla izquierda
del Rhiti quedará perdida y tendremos
que retirarnos
al otro lado del rio.» soi.DAnn Ki(ANri:s nK inkantickia eos s\- KyUIPO
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 165
Todos so daban cuenta de la importancia de sus sido asesinado por un demente á la hora misma en que
decisiones. Los socialistas estaban anonadados aún volvía de intentar un esfuerzo supremo en favor de la
se habia verificado su entierro. Su asiento fué el único una gran potencia para ol trabajo y una cultura ex-
que permaneció vacio durante la famosa sesión. De- traordinaria; un corazón generoso dedicado por entero
trás de él estaba llarcelo Sembat con el rostro cris- y á la fraternidad humana, al que
á la justicia social
pado por la emoción, como un discípulo ante la turaba sus mismos contradictores sólo le podían reprochar
del maestro. Vaillant Renaudel, (iroussíer, todos los una cosa: sustituir en sus impulsos hacia el porvenir
revolucionarios amigos de la paz, que dias antes cla-
maban contra la guerra, ocupaban sus puestos para
la dura realidad que nos oprime con las más nobles Antes de que una declaración de guerra nos haya
esperanzas; he aqui lo que un crimen odioso nos ha sido dirigida, y antestambién de que el embajador
arrebatado. (Vicos aplausos en todos los bancos.) de Alemania pidiese sus pasaportes, nuestro territorio
El dolor de su familia y de sus amigos es nuestro ha sido violado. El Imperio de Alemania no hizo
dolor. Los que tantas veces discutieron sus ¡deas, ad- ayer noche más que dar tardíamente su nombre ver-
mirando su fuerza intelectual, reconocían, á pesar de dadero á un estado que de hecho habia creado mucho
todo, lo mucho que debíamos en nuestras controversias antes.
á este cerebro grande y luminoso. Sus adversarios Desde hace más de cuarenta años, ios franceses,
sienten tanto dolor como sus amigos, y se inclinan con con un sincero amor á la paz, han repelido al fondo
tristeza delante de esta tribuna, que está de duelo... de su corazón el deseo de legitimas reparaciones. (Viva
¡Pero qué digo! ¿Acaso quedan aún adversarios? No: aprobación.)
ya no hay más que franceses... (Aclamarionei prolon- Francia ha dado al mundo el ejemplo de una gran
gadas y unánimes que interrumpen o! orador por al- nación, que elevándose sobre el desastre por la vo-
gún tiempo), franceses que luntad, la paciencia y el
desde hace cuarenta y cua- trabajo, no ha usado de su
tro años han hecho por la fuerza renovada y rejuve-
causa de la paz todos los necida más que en interés
sacriñcios (Vivos aplausos) del progreso y por el bien
y que hoy están prontos ;i de la humanidad. (Aplausos
todos los sacrificios por la unánimes.)
más santa de las causas: la Después que el ultimá-
salud de la civilización tum de xVustria abrió una
(Nuevos aplausos en todos crisis amenazante para Eu-
los bancos), la libertad de ropa entera, Francia se ha
Francia y la libertad de Eu- limitado á seguir y reco-
ropa. (Aclamaciones pro- mendar, por todos lados,
longadas y unánimes. Gri- una política de prudencia,
tos de *¡Viva Franciah) de cordura y de modera-
Del féretro de ese hom- ción.
tal y premeditada, que es un insolente desafio al de- Pero Friincia velaba. Tan previsora como pacifica,
recho de gentes. ella se habia preparado. Y nuestros enemigos van á
168 VICENTE BLASCO IBANEZ
encontrar en su camino nuestras valientes tropas de denado la guerra europea y obligado á la Francia,
cobertura ( Vivog aplauso8), que están en su puesto de pacifica y fuerte, á defender su frontera contra una
batalla y á cuyo abrigo se acabará metódicamente la agresión insólita, subrayada por una odiosa injusticia.
movilización de nuestras fuerzas nacionales. (Muy bien, muy bien.)
Nuestro hermoso y valeroso ejército, que Francia Esta agresión, que nada puede excusar y que ha
acompaña hoy con su pensamiento maternal, se ha comenzado mucho antes de que nos fuese notificada
puesto de pie, vibrante de entusiasmo (¡Si! ¡Si! jBra ninguna declaración de guerra, es el último acto de un
vol), para defender el iionor de la bandera y el suelo plan cuyo origen y fines quiero revelar ante nuestra
de la patria. (Viva aprobación.) democracia y ante la opinión civilizada. (Muy bien.)
El Presidente de la Kcpública, intérprete de la (^orao consecuencia del crimen abominable (jue
unanimidad del pais (Muy bien, mu;/ bien), expresa á costó la vida al archiduque heredero de Austria-Hun-
nuestras tropas de tierra y do mar la admiración y la gría y á la ducjuesa de Hohenberg, varias dificulta-
confianza de todos los franceses. (Repetidos aplaunog.) des surgieron entre el Gabinete de Viena y el Gabine-
Estrechamente unida por un mismo sentimiento, la le de iielgrado.
nación seguirá mostrando la misma serenidad de que La mayor parte de las potencias sólo estaban in-
ha dado una prueba cotidiana desde formadas de esto oficiosamente,
elprincipio de la crisis. Sabrá con- hasta el viernes 24 de Julio, fecha
:%
ciliar como siempre losmás gene- en la que los embajadores de Aus-
rosos impulsos y los ardores más tria-Hungría les remitieron una cir-
entusiastas, con esa calma firme cular que la prensa ha publicado.
que es el signo de las energías dura-
.
vo), y que hoy aparecen fraternal- sábado '25 de Julio, á las seis de la
mente unidos en una misma, fe pa- á
tarde, una respuesta de Servia.
triótica y una misma indignación Las satisfacciones exigidas, ó al
MENSA.IE IIKL PRESIDENTE DE LA
contra el agresor. menos gran parte de ellas, atenta-
UBi-lIlLICA
Francia es fielmente secundada ban indiscutiblemente contra los
por su aliada Rusia (Aplausos) y se derechos de un Estado soberano.
ve sostenida por la leal amistad de Inglaterra. (Aplau- Pero á pesar de su carácter excesivo, Servia, el '26 de
sos prolongados.) Julio, se sometió á ellas casi sin reserva alguna.
Ya en estos momentos vienen hacia ella de todos A esta sumisión, que representaba para Austria un
los puntos del mundo civilizado las simpatías y los gran éxito y para la paz europea una garantía, con-
deseos de triunfo, porque ella representa hoy, una vez tribuyeron desde la primera liora los consejos que
más ante el universo, la Libertad, la Justicia y la Francia, Rusia y la (íran Bretaña dirigieron al Go-
Razón. bierno de Belgrado.
Arriba los corazones, y ¡viva Francia! (Una ova- Estos consejos eran de gran valor, si se tiene en
ción inmensa de toda la asamblea, puesta de pie, salu- cuenta que las exigencias austro-húngaras habían sido
da el final del mensaje. Cuando se restablece el silencio ocultadas á las cancillerías del Triple Acuerdo, y que
y cesan las aclamaciones, M. Viciani pide la palabra en las tres semanas anteriores el Gobierno austro-
para hablar en nombre del Gobierno.) húngaro les dio repetidas veces la seguridad de que
sus reivindicaciones serian en extremo moderadas.
I31SCURSO DE M. RENE VIVÍAN! Asi, pues, con un justo asombro, los Gabinetes
de Paris, San Petersburgo y Londres se enteraron el
Señores: El embajadoi' de Alemania ha salido ayer •Jt) de Julio de
que el ministro de Austria en Belgrado,
de Paris, después de notificarnos el estado de guerra. después de un examen de la respuesta servia por sólo
El Gobierno debe al Parlamento un relato verídico breves mintitos, la declaró inaceptable rompiéndolas
de los hechos que en menos de diez días han desenca- relaciones diplomáticas.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 169
¡NO SE PASA!
«Francia será defendida heroicamente por lodos sus hijos, cuya unión sagrada frente al enemigo nadie podrá romper.»
{Del Mensaje Presidencial)
que se uniese á nuestras gestiones. para establecer el contacto entre Austria y Servia,
Desde el primer momento tuvimos la triste convic- bajo el patronato moral de Europa, tropezaba en Ber-
ción de que nuestras disposiciones y nuestros esfuer- lín con una resistencia preconcebida, de la cual los
zos no iban á obtener en Berlín eco alguno. despachos diplomáticos proporcionan una prueba evi-
Alemania no sólo se mostraba reacia á dar á Aus- dente.
tria-Hungría los consejos amigables que su situa- Era esta una situación insostenible que hacía pre-
ción le autorizaba á formular, sino que desde el pri- sentir de un modo claro la existencia en Berlín de
mer dia, y más aún en los días siguientes, pareció ciertos planes. Algunas horas más tarde, estas hipó-
interponerse entre el gabinete de Viena y las propo- tesis y estos temores debían trans/ormarse en hechos
siciones de transacción formuladas por las otras po- ciertos.
tencias. La actitud negativa de Alemania se convirtió trein-
El martes 28 de Julio, Austria-Hungría declaró la ta j' después en iniciativas justamente alar-
seis horas
guerra á Servia. Esta declaración de guerra agravan- mantes. El 31 de Julio, Alemania, proclamando el es-
do cuarenta y ocho horas después el estado de cosas tado de guerra, cortaba las comunicaciones entre ella
creado por la ruptura de relaciones diplomáticas, per- y el resto de Europa, y de este modo conseguía una
mitía creer en una voluntad reflexiva, deseosa de la entera libertad para proseguir contra Francia, en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 171
la frontera loscuerpos alejados. se tiene en cuenta que algunas horas antes el empe-
Todas estas medidas, ejecutadas con un método rador NicolásII, en un arranque de confianza espon-
implacable, ¿podían permitir dudas sobre las inten- tánea, había pedido al emperador de Alemania su
ciones de Alemania?... mediación, se produjo en el preciso momento que el
Esta era la situación, cuando el 31 de .Julio por la (lobierno ruso, á la demanda de Inglaterra y con co-
noche el Gobierno alemán, que desde el 24 no había nocimiento de Alemania, aceptaba una fórmula capaz
participado con ningún acto positivo en los esfuerzos de preparar un arreglo amigable del confiicto austro-
conciliadores del Triple Acuerdo, dirigió al Gobierno servio y de las dificultades austro-rusas, suspendién-
ruso un ultimátum con el pretexto de que Rusia había dose simultáneamente por arabas partes las ope-
raciones y preparativos militares.
Imi el mismo día la gestión hostil de
>--MB¿¿¿¿*-'iiittífflr£3&t¿-ja<¿i
REQUISA DE BICICLETAS
(Fots. Meurisso)
KBQUISA DB MOTOCICLETAS
174 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
trasladando ala frontera cuerpos de ejercito que guar- el "2 de Agosto por la noche
Gobierno belga un ulti-
al
necían puntos muy distantes. matum, invitándole á en Bélgica las opera-
facilitar
Á medida que estos acontecimientos se desarrolla- ciones militares de los alemanes contra Francia, con
ban, nuestro Gobierno, atento y vigilante, tomaba de el mentiroso pretexto de que su neutralidad estaba
dia en día y hasta de hora en hora las medidas de sal- amenazada por nosotros. lU (iobierno belga se negó á
vaguardia aconsejadas por la situación. Hasta que el esta pretensión declarando que estaba resuelto á defen-
1." de Agosto acordamos nosotros la movilización ge- der enérgicamente su neutralidad, respetada siempre
neral de nuestros ejércitos de tierra y mar. por Francia y garantizada por los tratados, particu
La misma noche, á las siete y media, Alemania, lamiente por el i-ey de Prusia. (Aplausos prolongados.)
sin teneren cuenta la aceptación del gabinete de Después de esto. Señores, las agresiones contra
San Petersburgo de la proposición inglesa que he nosotros se han renovado^ multiplicado y acentuado.
EL RKOIMIBNTO ANTBS DE PAKTlli. 1.08 HAU1Í.S UM Fl .SILB.S HAN SIDO ADOKNADÜS tO.N Fc.llKKS POU LAS .SRNOIíAS
mencionado antes, declaraba la guerra á Rusia. Nuestra frontera ha, sido violada en más do quince
Al dia siguiente, domingo 2 de Agosto, sin mira lugares. Se han hecho nunicM-osos disparos contra
mientes á la extrema moderación demostrada por nuestros soldados y nuestros adu;in(>ros. Ha habido
Francia, en contradicci()n con las declaraciones paci- varios muertos y heridos. Ayer un aviador alemán
licas del embajador de Alemania en París, y con me- lanzó tres bombas sobre Luneville.
nosprecio de todas las reglas del dereclio internacio- El embiíjador de .Memaiiia, á quien comunicamos
nal, las tropas alemanas franquearon nuestra frontera estos hcciios —asi como á todas las grandes poten-
por tres puntos diferentes. cias —
no ha podido desmentirlos y sólo dijo que los
,
Casi al mismo tiempo, violando el tratado de 18G7, lamentaba. Ayer por la tarde vino á verme para pe-
que garantizó Prusia con su firma sobre la neutralidad dirme los pasaportes y notifícarnos el estado de gue-
del Luxemburgo, otras tropas alemanas invadieron el rra, funilamentándolo, contra toda verdad, en actos
territorio del Gran Ducado, motivando una protesta iiostiles cometidos por aviadores franceses en territo-
del Gobierno luxemburgués. rio alemán, sobre la región de Eiffel y sobre el ferro-
En fin, la neutralidad de Bélgica también fué ame- carril de Carlsruhe á Xuremberg. He aquí el docu-
nazada. El ministro de Alemania en Bruselas entregó mento que me entregó:
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 175
(M. Vioiani da lectura á la carta del embajador Desde 1912 han verificado varias entrevistas los
Schoen, que ya copiamos en otro lugar.) Estados Mayores inglés y francés. Estas entrevistas
Inútil es, Señores, que insista sobre lo absurdo de dieron por consecuencia un cambio de cartas entre
estos pretextos (¡Muy bien!) que se htin querido pre- Sir Edward Grey y M. Paul Cambon. El ministro in-
sentar como vei'daderos atentados. En ningún mo- glés de Relaciones Exteriores dio ayer lectura de ellas
mento un aviador francés ha penetrado en Bélgica. en la Cámara de los Comunes, y de acuerdo con el
Ningún aviador francés ha cometido en Baviera ni en Gobierno británico voy á tener el honor de leeros estos
otra parte de Alemania actos de hostilidad. La opi- dos documentos.
nión europea ha juzgado ya como lo merecen estas (M. Viviani lee las dos cartas que ya hemos publi-
invenciones miserables. (Unánimes aplmisos.) cado al reseñar la sesión dpi Parlamento inglés.)
Contra este ataque que viola todas las leyes de En la Cámara de los Comunes el ministro de Nego-
equidad y todas las reglas del derecho público, hemos cios Extranjeros habló de Francia, entre los aplausos
tomado ya las disposiciones necesarias. Su ejecución de los diputados, en términos elogiosos y caballeres-
se continúa con un método riguroso y una absoluta cos, y su lenguaje ha resonado profundamente en todos
serenidad. los corazones franceses. (Aplausos unánimes.)
La movilización del ejército ruso se prosigue igual- En nombre del Gobierno de la República creo ne-
mente con una energía inquebrantable y un entusias- cesario dar las gracias desde lo alto de esta tribuna al
mo sin restricción. (Grandes aplausos. Todos los dipu- Gobierno inglés por la cordialidad de sus palabras, y
tados se ponen de pie.) el Parlamento francés seguramente se asociará á esta
El ejército belga, movilizado hasta 250.000 hom- manifestación. (Aplausos prolongados.)
bres, se dispone á defender con magnifico ardor la El ministro inglés de Negocios Extranjeros ha
neutralidad y la independencia de su pais. (Nuevos hecho especialmente esta declaración:
aplausos.) «En el caso de que la escuadra alemana franquea-
La rtota inglesa ha sido movilizada por entero, y se el Estrecho, ó remontase el mar del Norte para
acaba de darse la orden para movilizar el ejército de doblar las islas Británicas con el fin de atacar las
tierra. (Se repite la ovación ) costas francesas, la marina de guerra francesa ó in-
176 VICENTE tíLASCO IBANEZ
costas del Norte y del Oeste para impedir una agre- bertad que ri-
sión alemana. gen á las na-
Señores, he aqui los hechos. Yo creo que en su ri- ciones lo mis-
guroso encadenamiento bastan para justificar los ac- mo que á los
tos del Gobierno de la República. Quiero, sin embar- individuos.
go, deducir de este relato una conclusión, dando su Italia, con la
verdadero sentido á la agresión incalificable de que es clara concien-
victima Francia. cia del genio
Los vencedores de 1870 han intentado en diversas latino, nos ha
ocasiones, como vosotros sabéis muy bien, repetirlos notificado que
más tarde debían unirse ;i nosotros con fuertes lazos vantan para
de amistad (Aplausos unánimes), por la intervención saludar li Ita-
i-antía de la libertad y la dignidad de cada pueblo. PPr*l Yo ínter- desaparecido los bancos, emplazándose en el techo
grandes ganchos á lln de colsrar las reses sacriflca-
Yo no vacilo en declarar, Señores, que esta obra preté el Seuti- das para aprovisionar de carne al elércilo.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 177
Francia, injustamente
provocada, no quería la
guerra. Lo ha hecho todo
por conjurarla. Pero ya
que se la imponen, ella se
defenderá contra Alema-
nia y contra toda potencia
que no habiendo hecho
conocer aún su pensa- Bancos, persianas y demás útiles arrancados de los autobús al transformarlos en carros de transporte
22
178 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
su discurso por una ovación prolongada. Muchos dipu- á cumplir el suyo, y fiel á sus aliados combatirá al
tados pasan ante él, estrechándole la mano.)
lado de ellos por las causas más santas: las neutrali-
dades violadas, la frontera invadida, la independen- y del derecho! ¡Viva Francia nuestra madre! ¡Viva la
cia de la patria. (Aplausos repetidos.) República! ¡Viva Alsacia y Lorena!
¡Vivan por siempre Francia y la República! (Los a
senadores, puestos de pie, aclaman d la República y al El entusiasmo del Parlamento ffancés se transmi-
ejército francés.) tió á todo el pais. El espíritu heroico de los conven-
a
cionales de 1792 había pasado como un soplo de fuego
Á de la noche, una vez aprobados por
las siete por esta sesión memorable.
ambas Cámaras los decretos propuestos por el minis- Le Temps dijo asi:
Á pesar de esto puede decirse que la Cámara man- En uno y otro caso, á pesar de las grandes diferencias que exi;-
tiene su sesión abierta, pues
guardará su cohesión con un
Gobierno que no es un Gobier-
no de partido, sino un Gobier
no de defensa nacional.
Mi agradecimiento á la Cá-
mara por el reconfortante es-
pectáculo que acaba de dar al
pais.
Jamás ha sido más verdadera
esta ficción constitucional, que
supone á cada diputado, no sü1>i
representante de su circuns-
cripción, sino representante de
í^rancia entera.
Yo saludo á Francia en la
masa de todos los partidos con-
fundidos hoy en la religión de
la patria.
Saludo á nuestra juventud,
que marcha hacia la frontera
con la frente alta y el corazón
valeroso.
(Fc.t Mourisse)
Saludo á Francia, que lleva CKUl'OS DB CURIOSOS EN I,A ESTACIÓN OBL ESTE
República. M. Paul Deschanel toma á su vez la pa- Napoleón hizo contra él la alianza de todos Esta alianza se
COMISIÓN MILITAR INSCltl «IBN l>0 l.dS CABALLOS DE PEljUlSA RKlillSA VK CABALLOS EN I-NO DB LOS ARRABALES DB PARls
testación. Ésta debía darla el gobierno alemán antes cias. Á la una de la madrugada el vecindario ocupa-
de media noche. ba todavía las calles, como si estuviera en pleno día.
Ante las palabras evasivas y los subterfugios del Una inmensa muchedumbre llenaba Trafalgar-Square
gabinete de Berlín, Sir Edward Goschen, embajador y'Wliitehall,donde están situados los ministerios. Ante
de Inglaterra en Alemania, se presentó en la Wile- el IVar Office, ó sea el ministerio de la Guerra, esta
hemstrase á media noche en punto, para pedir sus muchedumbre entonaba cantos patrióticos y daba
pasaportes y declarar que la Gran Bretaña estaba «burras» al gobierno.
desde este momento en guerra con Alemania. Al circular la noticia de que la guerra había sido
En Londres el Foreing Office publicó el siguiente declarada á Alemania, el entusiasmo fué delirante,
aviso: contrastando con la habitual reserva del pueblo inglés.
«En razón de haber rehusado Alemania sumaria- Los grupos de manifestantes agitaban miles de ban-
mente la demanda presentada por el Gobierno britá- deras británicas y cantaban el himno nacional.
nico para obtener seguridades de que la neutralidad Una muchedumbre se dirigió al palacio Bucl<in-
belga sería respetada, el embajador británico en Ber- gham, residencia de los reyes. Éstos, con toda su fami-
línha recibido sus pasaportes, y el Gobierno británico lia, se mostraron en un balcón siendo ruidosamente
ha declarado al Gobierno alemán que el estado de gue- ovacionados. El público se arrebataba las ediciones de
rra existe entre la Gran Bretaña y Alemania á partir los periódicos con las últimas noticias. Los automóvi-
del 4 de Agosto á las once de la noche.» les y cabs avanzaban lentamente en este mar de cabe-
La población de Londres, que habitualmente se zas, iluminados con farolillos venecianos y empave-
acuesta temprano, veló esta noche en espera de noti- sados con las banderas francesa é inglesa.
184 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Loa militares que circulaban entre el gentío eran anunciando la entrada de las tropas alemanas en el
nal os envío á vos, y por vuestra mediación á los ofi- "En estas condiciones, y teniendo en cuenta que
cialesy las tripulaciones de la flota, cuyo mando ha- Alemania se ha negado á darnos, respecto á la neu-
béis tomado, la seguridad de mi confianza en que tralidad de Bélgica, las mismas seguridades que nos
todos vosotros haréis revivir y renovaréis las anti- dio Francia la semana última, en respuesta á nuestra
guas glorias de la marina real, mostrando una vez demanda dirigida simultáneamente á Berlín y París,
más que constituye el verdadero escudo de la Gran nos vemos precisados á reproducir dicha demanda y
Bretaña y su Imperio en las horas de prueba. á exigir una respuesta satisfactoria, así como á mi
telegrama de esta mañana (1, respuesta que deberá
«.Jorge R. I.» (1)
ser recibida aquí hoy mismo antes de media noche. Si
el (Gobierno alemán no contesta, pediréis vuestros pa-
Carga á la bayoneta
RANCESA
El embajador británico insistió en las terribles Excitado por sus propias palabras, Bethmann-
consecuencias de esta actitud y en lo breve del plazo, Hollweg añadió con verdadero furor:
asegurando que esperaría hasta el último minuto para
— Lo que vais á hacer con nosotros es inconcebible.
Resulta lo mismo que herir por la espalda á un hom-
que el gobierno imperial pudiese reflexionar y diese
una respuesta satisfactoria antes de media noche. bre mientras defiende su vida luchando con dos asal-
— Aunque plazo fuese de veinticuatro horas
el tantes. La Gran Bretaña será responsable de todos
— dijo Von Jagow — aunque fuese de cuarenta y ocho,
,
los acontecimientos terribles que van á sobrevenir.
aunque fuese de mucho más tiempo, Sir Goschen protestó firmemente
nuestra respuesta sería la misma. Ya contra estas afirmaciones.
no podemos volver atrás. Lo hecho — Del mismo modo que, según me
está hecho. ha dicho el ministro Herr Von Jagow,
- — En ese caso — contestó Sir Gos- Alemania, por sus razones estratégi-
—
chen con firmeza sólo me resta pedir cas, considera como un asunto de
mis pasaportes y retirarme, como me «vida ó muerte» avanzar sus tropas
lo ordena mi gobierno. á través de Bélgica, violando su neu-
•
Von Jagow prorrumpió en lamenta- tralidad, la Gran Bretaña considera
ciones, afirmando que se venía abajo también que es un asunto de «vida ó
toda su política y la de su jefe el can- muerte» para su historia y para su
cillerBethmann-Hollweg, política que honor reconocer la firma que puso en
consistía en estrechar la amistad con un tratado y cumplir su compromiso
la Gran Bretaña para de este modo solemne de defender la neutralidad de
llegar alguna vez á ser amigos de Bélgica en el caso de un ataque. Los
Francia. pueblos deben cumplir sus pactos. Sí
El embajador británico contestó que la Gran Bretaña no obrase así en este
lamentaba igualmente lo que iba á HBRR VON JAGOW, MINISTRO ALEMÁN momento, ¿qué confianza podrían ins-
ocurrir, pero que el gobierno inglés, DB NBaocios BXTRANJBR08 pirar los compromisos que en adelante
respetuoso siempre con sus compro- suscribiese?
misos é incapaz de negar su firma puesta al pie de un El canciller le interrumpió con indignación:
tratado, no podía proceder de otro modo ante el atro-
—
¿Y á qué precio vais á sostener ese pacto? ¿El
pello que sufría Bélgica. gobierno británico ha pensado lo que le va á costar
Sir Goschen dio fin á la entrevista manifestando ese respeto de la palabra «neutralidad», que no es
su deseo de ver al canciller. Quería despedirse de él, más que una palabra vana?
con la esperanza tal vez de que á última hora modifi- —
Debo manifestar á Su Excelencia contestó el —
case su conducta. Von Jagow le rogó que hiciese esta —
embajador que el miedo á las consecuencias no debe
visita inmediatamente, creyendo á su vez que las pa- nunca considei'arse como una excusa para desconocer
labras del jefe del gobierno podrían influir en el ánimo el cumplimiento de los compromisos solemnes del
ble si se tiene en cuenta que hasta hace poco yo y mi no imperial le será imposible dar esas seguridades ni
gobierno hemos trabajado con Inglaterra y apoyado esta misma noche ni ninguna otra noche.
sus esfuerzos para mantener la paz entre Austria y Después que se marchó Zimmewmann, el diario
Rusia. Berliner Tageblatt lanzó á la circulación una hoja ex-
Este apoyo no era cierto, y Sir Goschen lo sabia traordinaria anunciando que la Gran Bretaña acaba-
perfectamente. Pero á impulsos de la cortesía diplo- ba de declarar la guerra al Imperio germánico. El re-
mática, se limitó á contestar con tono glacial: sultado inmediato de esta hoja fué la acumulación de
—
Por esto es más trágico ver á dos naciones caer una muchedumbre ante la embajada de Inglaterra.
en guardia, precisamente en el momento en que sus Este gentío se mostró muy excitado por la noticia y
relaciones parecían más cordiales y amistosas que lo en actitud hostil, atrepellando á los escasos agentes
habían sido después de algunos años. Pero por des- de policía que el gobierno había apostado en las inme-
gracia, no obstante los grandes esfuerzos de la Gran diaciones del edificio. El embajador y su personal per-
Bretaña para impedir la guerra entre Rusia y Austria, manecieron en actitud impasible mientras la muche-
la guerra ha estallado, colocando á mi país y Alema- dumbre se limitó á entonar himnos patrióticos y dar
nia frente á frente, en una posición que nos es impo- mueras á Inglaterra. Pero al poco rato su animosidad
sible esquivar, deseando como deseamos cumplir nues- fué acentuándose, rompiendo á pedradas los cristales
tros compromisos. Nadie lo lamenta más que yo. de las ventanas é intentando forzar las puertas. Va-
Y Sir Goscheu, después de esta en- rias piedras llegaron hasta el salón
trevista, violenta y penosa, se retiró donde estaba Sir Goschen con algunos
á su embajada, redactando para el visitantes. El embajador de los Esta-
Foreing Office una exacta reseña tele- dos Unidos, que iba á encargarse de
gráfica que, como ya dijimos, no llegó los archivos de la embajada inglesa y
nunca á su destino. Esto nada tenía de la protección de sus subditos, atra-
de extraordinario en un país cuyo pri- vesó las masas hostiles sin hacer caso
mer gobernante acababa de declarar de sus silbidos y amenazas.
que una simple
la «neutralidad» es Las autoridades de Berlín, prontas
palabra, y un tratado con sus compro- siempre á reprimir con mano dura el
misos solemnes «un pedazo de papel». más insignificante desorden popular,
A las nueve y media de la noche se se mantuvieron invisibles, hasta que
presentó en la embajada de Inglaterra Sir Goschen telefoneó al ministerio
Von Zimniewmann, subsecretario del de Negocios Extranjeros manifestan-
ministerio de Negocios Extranjeros, do lo que ocurría ante su domicilio.
para visitar á Sir Goschen. Después Entonces un escuadrón de agentes
de manifestarle su profundo senti- montados acudió con prontitud, lim-
miento al ver las relaciones oficiales BARÓN VON BBTHMANN-HOLLWBG, piando de manifestantes los alrededo-
y personales entre ellos dos próximas CANCILLER DBL IMPERIO ALEMÁN res de la embajada.
á suspenderse, preguntó incidental- Von Jagow llegó poco después para
raente y sin dar importancia á su demanda si la peti- dar excusas embajador, diciendo que la conducta
al
ción de pasaportes que había formulado el embajador de sus compatriotas le hacia sentir una vergüenza
equivalía á una declaración de guerra. Von Zimmew- para la cual no encontraba palabras suficientes.
mann llegaba enviado por sus superiores para sondear — Este suceso es una mancha imborrable para la
todo el alcance de la actitud inglesa. —
reputación de Berlín dijo repetidas veces.
Sir Goschen contestó que una persona de tanta Añadió que la hoja volante había circulado sin
autoridad como el profesor Zimmewmann en materia autorización ni conocimiento del gobierno, pues él y
de derecho internacional, debía saber mejor que él lo el canciller habííin acordado guardar la noticia de la
que ocurre en tales circunstancias. declaración de guerra de la Gran Bretaña hasta el día
— —
Sin embargo añadió el embajador inglés—, se siguiente, tomando mientras tanto precauciones para
han visto ejemplos numerosos de ruptura de relacio- evitar desórdenes y atropellos.
nes diplomáticas sin que se haya producido la guerra. — —
Es esa «peste» de Tageblatt dijo textualmente —
Pero el caso actual no es como éstos. Según las ins- que se ha apoderado de la noticia no sé cómo, trastor-
trucciones de mi gobierno, de las que he dejado un nando nuestros cálculos. Estas gentes no comprenden
resumen escrito á Herr Von .Jagow, la Gran Bretaña que en las explosiones de entusiasmo patriótico debe
espera una respuesta afirmando el respeto á la neutra- haber cierto pudor.
lidad belga antes de media noche, y si esta respuesta El ministro se retiró después de lamentar una vez
no es satisfactoria, se verá forzada á tomar todas las más que Sir Goschen se llevase una triste impresión
medidas á que le obligan sus compromisos. del modo de ser del pueblo berlinés.
— — —
Entonces dijo Zimmewmann vuestra retirada En las primeras horas de la mañana del día si-
equivale á una declaración de guerra, pues al gobier- guiente, 5 de Agosto, el embajador recibió la visita de
188 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
uno de los ayudantes de campo de Guillermo II. Este por el orgullo del propio valer, el kaiser y sus conse-
mensajero imperial repitió textualmente las palabras jeros esperaron hasta el último momento que Inglate-
que le había encargado su soberano. rra, ocupada en sus divisiones intestinas, pasaría por
— — —
El emperador dijo me encarga manifestar á todo y lo consentiría todo, limitándose cuando más á
Vuestra Excelencia que lamenta los acontecimientos una protesta diplomática, pero sin resolución para
de ayer noche, pero que os diga al mismo tiempo que acudir á las armas.
estos acontecimientos podrán daros una idea de lo que
piensa su pueblo respecto al acto realizado por la Gran XII
Bretaña uniéndose á otras naciones contra sus anti-
guos aliados de Waterlóo. Su Majestad el emperador El pueblo inglés y la guerra
os ruega igualmente digáis á vuestro rey que hasta
ahora ha estado orgulloso de sus títulos de feldmaris- Sólo un inglés puede comprender la lenta y labo-
cal británico y de almirante británico, pero que en riosa evolución que se verifica en el espíritu del pue-
vista de lo ocurrido se ve en la blo británico antes de desarro-
uniformes, de los que posee varios saltan con más facilidad de unos
siguen con atención los sucesos de Europa. El comer- miento por la política de Eduardo VII, entró á formar
ciante, el industrial, el agricultor, piensan en los nego- parte del Acuerdo Cordial con Francia, y luego del
cios y se confían por completo á la dirección de sus Triple Acuerdo, los ingleses dejaron hacer á su go-
gobernantes, en los que tienen una fe absoluta. «Los bierno como espectadores desinteresados.
asuntos del continente sólo interesan al Foreing Offi- Desde años antes sentían por Francia una sincera
ce», piensan la gran mayoría de los ingleses. Y siguen cordialidad. Rusia les inspiraba cierta desconfianza,
dedicándose en cuerpo y en espíritu á sus asuntos in- pero la gran masa del pueblo inglés no sentía inquie-
dividuales. Cuatro quintas partes del pueblo británico tud alguna por los excesos de lenguaje del emperador
vieron llegar la guerra sin saber cómo se había pre- de Alemania, á pesar de los comentarios de los perió-
parado ni conocer en realidad sus motivos. dicos de Londres. En vano publicaban éstos artículos
Es verdad que este y más artículos sobre la
pueblo tiene una política amenaza que represen-
continental que viene taban para Inglaterra
manteniéndose inmuta- los proyectos ambiciosos
ble desde el siglo XIV: del kaiser.
la de mantener en las «El británico
costas europeas que es- —dice pueblo
el mencionado
tán frente á las suyas profesor
— en su tran-
,
inorgánico, compuesto de los pueblos más diversos. y significaba un peligro nacional. «Inglaterra es una
Sir Edward Grey, convencerse de que eran im-
al nación desde hace tantos siglos, que los ingleses con-
posibles sus ilusiones de paz por la nefasta influencia ciben difícilmente lo que la palabra nación signifi-
de Alemania, que deseaba la guerra, se encontró con ca, ó mejor aún, lo que puede ser la desaparición de
otro hecho no menos desconsolador. Tampoco podía una nación.» El ejemplo de Bélgica les hizo ver cla-
dar una ayuda eficaz á los amigos del Triple Acuerdo ramente la importancia y la posibilidad de tal peligro.
en la lucha que les amenazaba. La democrática In- Desde este momento todos apoyaron á Sir Grey,
glaterra es un país sometido al Imperio de la opinión aceptando la guerra como ineludible.
pública. Los gobiernos nada pueden hacer, como ya Ésta aun tuvo adversarios. Se fundaron ligas para
dijimos, si no cuentan con ella, y en este asunto la que el Triple Acuerdo no pasase á ser una alianza
opinión se mostraba inocente é ignorante. Todos que- ofensiva, limitándose Inglaterra á apoyar navalmente
rían la paz, como si bastase desearla unilateralmente á Francia nada más. Los cuáqueros idealistas, que con-
para poder mantenerla. Hasta sideran censurable toda guerra
entre los políticos fluctuaban las por justa que sea y disponen de
opiniones respecto á Alemania, cierta influencia social por sus
Contemplando la miseria de loa fugitivos belgas, entusiasmo la lucha y ofreciendo hombres y dinero en
oyendo sus relatos de horrores, se convenció el pueblo abundancia para el sostenimiento de la metrópoli.
inglés de la justiciay la necesidad de la guerra. Estos Los subditos británicos de distinta sangre hicieron
ejemplos vivos causaron en su espirita, positivo y ver con esta conducta su opinión de que Inglaterra
lento á la comprensión, más honda huella que todos representaba para el mundo algo mejor que Alemania,
los artículos de los periódicos. y el pueblo inglés, para no verse en un estado de in-
Los refugiados belgas fueron repartidos por toda ferioridad, procuró sobrepujarlos en entusiasmo.
Inglaterra, hasta las aldeas más pobres y lejanas. No o
hubo quien no contemplase de cerca su miseria y su De este modo, lentamente, se fué elevando por
desgracia. Ante ellos «se despertó la madre que dor- gradaciones la opinión pública, hasta llegar á la con-
mita en el corazón de todo inglés», sentimiento de clusión de la necesidad de un aplastamiento de Ale-
MR. ASQUITH ACLAMADO POR LOS DIPUTADOS DESPUÉS DE LA DBCLARACHIN DE GUERRA A ALEMANIA
compasión reservado para la vida interior, y que rara manía. Lo difícil, tratándose del pueblo inglés, es
vez despiertan en él las impresiones exteriores. conseguir que acepte una idea. Una vez la adopta,
La cólera se unió á la ternura, y todos los ingleses acoplándola á un sólido sentimiento incapaz de rápi-
proclamaron á coro desde entonces que la guerra no das variaciones, no la olvida ni duda de ella, hasta
debía cesar hasta que Alemania diese una reparación llegar á su exacta realización.
completa á Bélgica. Esta reparación debía ser positi-
— Alemania debe pagar el mal que ha causado en
va, tal como entiende el pueblo británico las compen-
—
Bélgica y en el Norte de Francia piensa el inglés
— .
saciones: una indemnización de muchos millones, pa- Es de justicia que el que causa daños los indemnice.
gada por un fuerte tributo anual durante largos años. Alemania no pagará mientras no aplasten su soberbia.
En vista de los crímenes de la invasión alemana, ¡Vamos á aplastar á los alemanes!
nadie pensó más en la paz. Su imaginación, que trabaja lentamente, no puede
Las colonias convencieron igualmente al pueblo de concebir otro final del confiicto. Su resolución fué ha-
que su causa valía la pena de hacer sacrificios. Los ciéndose cada vez más fuerte durante el curso de la
ingleses de la clase popular muestran cierto desprecio guerra. Los ataques de los submarinos alemanes y la
hacia las colonias que no se gobiernan por sí mismas. profusión de minas en el mar del Norte, con grave
Las consideran órganos inferiores y secundarios del daño del comercio, aumentaron su coraje. Las brava-
Imperio británico. Y he aquí que la más importante de tas alemanas y el anuncio de que una escuadra aérea
ellas, la India, poblada por gentes de otra raza, daba de zeppelines podía bombardear Londres, despertaron
una lección de patriotismo á los ingleses acogiendo con su furor.
192 VICENTE BLASCO IBANEZ
berts, de Lord Kitchener, de French y otros han vuel- premo remedio: «Que vaya Lord Kitchener al War
to á la memoria del pueblo. Office.»
Al romperse las hostilidades con Alemania los ge- Este héroe de las guerras de África es un organi-
nerales célebres de Inglaterra tornaron al primer pla- zador duro é incansable que conoce los recursos de la
no de la popularidad. patria y sabe extraer sus fuerzas, regimentándolas
El instinto de la opinión se adelantó á las decisio- con rapidez.
nes del gobierno. Todos adivinaron qué hombres iban Obediente á la voluntad de sus conciudadanos, fué
á dirigir las fuerzas terrestres del pais. tranquilamente á tomar posesión del Wa?' Office como
Con Lord Roberts no podia contar el ejército britá- en otras ocasiones criticas. Su papel es ser ministro
nico. El glorioso veterano teoía más de ochenta años, de la Guerra en la hora del peligro.
y poco tiempo después, en el mes de Noviembre, cuan- Al entrar en el ministerio y recorrer sus salones,
do en un arranque de senil energía pasó á Francia preguntó á un ayudante:
para visitar en el campo de batalla á sus antiguos
— ^,No hay aquí una cama?
compañeros de armas, murió casi repentinamente de
—No, milord.
una dolencia ocasionada por esta fatiga incompatible — Está bien. Que traigan una inmediatamente.
con su edad. Y se instaló como un soldado para trabajar noche
El general French, más joven y de historia no me- y dia.
nos gloriosa, fué el caudillo indicado para dirigir la — Que me traigan veinte telegrafistas
— ordenó al
varios requisitos reglamentarios de los que complican cío. Pero su certeza fatal sobre la duración de la
la vida de las oficinas. Al enterarse del retraso, Lord lucha se trocaba en victorioso optimismo al hablar de
Kitchener dijo simplemente por teléfono: su término. La causa de los aliados sería la triunfan-
— Que estén aqui antes de diez minutos, ó iré yo en te.En las guerras modernas vence indefectiblemente
persona á traerlos. elque puede mantenerse en píe un cuarto de hora
Su voluntad imperiosa, sobria en palabras y férrea más, y la Gran Bretaña, dirigida por él, se sostendría
en la acción, se impuso inmediatamente, conmovien- al lado de sus aliados hasta el último hombre, como
do la pasividad y la rutina de las costumbres britá- los cuadros de la infantería escocesa en Waterloo, y
nicas. híista gastar el último millón.
Organizó el cuerpo expedicionario, enviando á Los habitantes de Londres encuentran muchas ve-
ces en las inmediaciones del ]Var Office
un elegante «gentleman» que marcha
solo con dirección á este ministerio.
Es Lord Kitchener, el organizador y
mantenedor de las tuerzas inglesas, el
hombre que enardece con sus lacónicos
llamamientos á la juventud nacional, y
puesto en contacto con las colonias ex-
trae soldados de todos los rincones del
mundo.
'omo todos los ottciales ingleses, Lord
(
Porque hemos sido dignos de nosotros mismos, por- Los ingenieros belgas habían hecho saltar varios
que nos hemos negado á un delito contra el honor, este puentes y túneles el día 3, dificultando asi el avance
vecino nos ataca. Pero el mundo entero se maravilla del enemigo. Además demolieron muchos edificios en
de nuestra actitud leal. Que su respeto y su estima los alrededores de Lieja que dificultaban el tiro de los
nos reconforten en estos momentos supremos. fuertes. En la cindadela fué instalada una estación de
Viendo amenazada su independencia, la nación se telegrafía sin hilos.
ha estremecido y sus hijos han saltado á la frontera. El vecindario de Lieja se mostró animoso y entu-
Valerosos soldados de una causa justa: yo tengo con- siasta desde los primeros momentos, ayudando á la
ñanza en vosotros y os saludo en nombre de Bélgica. guarnición en los trabajos de defensa.
Vuestros conciudadanos se sienten orgullosos de Las tropas alemanas, que pensaban llegar á Lieja
vosotros.
Triunfaréis, porque sois la fuerza pues-
ta al servicio del derecho.
César dijo de vuestros antecesores: «De
todos los pueblos de las Galias, los bel-
gas son los más bravos.»
Gloria á vosotros, soldados del pueblo
belga.
Ante enemigo acordaos que com-
el
gares amenazados.
Acordaos, flamencos, de la batalla de
las Espuelas de Oro, y vosotros, walones
de Lieja, que ocupáis en este momento
el sitio de honor, acordaos también de
los seiscientosfranchimonteses (1).
Soldados: Salgo inmediatamente de
Bruselas para ponerme al frente de vos-
otros.
Alberto
(1) La «batalla de las Espuelas de Oro> es uno de los hechos más glo- laantigua Lieja cuando esta república estaba sitiada en 1468 por Carlos
riosos de Bélgica en la Edad Media. Los municipios belgas, que eran ver- elTemerario, duque de Borgoña, y el terrible Luis XI, rey de Francia.
daderas repúblicas democráticas, combatieron unidas el feudalismo con En la noche del 'M) de Octubre, los franchimonteses salieron calladamente
sus milicias populares, matando tantos caballeros, que recogieron en sacos de la ciudad con el intento de apoderarse de los dos soberanos en medio
sus espuelas de oro, lo que dio un nombre popular á esta victoria. de sus tropas, y poco faltó para que los matasen. Sorprendidos en esta
Los «seiscientos franchimonte3e8> fueron otros tantos montañeses del operación por todo el ejército enemigo, los montañeses se defendieron sin
distrito de Franchimonte, en el Mosa, que contribuyeron á la defensa de querer retirarse, hasta que no quedó uno.
196 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
i'umerosas invocaciones á Dios, al
que trata con cierta familiaridad, y
declarar á Europa entera la pureza
de su alma.
Esta fué la forma de su proclama:
Alemanes:
pués de ser aniquilado. perio para pedir á Dios que esté con nosotros y bendiga nuestras
armas.
El general dirigió la siguiente proclama á los ha-
Después del servicio divino cada uno podrá volver á sus ocu-
bitantes de la provincia:
paciones.
Guillermo L R.
Habitantes del país de Lieja:
Es inútil llamar la atención sobre el tono y las
La gran Alemania invade nuestro territorio después de un ul-
Leman
á nuestras armas.
«Vosotros habréis leido. Señores, lo que yo dije á El canciller dio lectura á continuación de los do-
mi pueblo desde un balcón de mi palacio. Lo mismo cumentos diplomáticos que formaron el Libro Blanco
repito aquí. Yo no conozco partidos; yo no conozco alemán, documentos incompletos y arreglados ma-
más que alemanes. (Aplausos frenéticos.) Y como signo quiavélicamente, como se demostró luego, para hacer
de vuestra voluntad de permanecer unidos, sin distin- creer al mundo que Alemania era la agredida.
ción de partidos, de situaciones sociales ó de confesio- Después de esta lectura continuó hablando Beth-
nes religiosas, para seguirme á todas partes, aunque mann-Holhveg, para justificar la violencia inesperada
sea á la derrota y la muerte, invito á los jefes de par- con que el Imperio lo había atropellado todo, decla-
tido á que se acerquen á mí y me lo prometan estre- rando la guerra á Rusia y Francia.
chando mi mano. >
«^.Debíamos aguardar pacientemente el momento
El canciller Bethmann-Hollweg fué más sincero, escogido por las potencias que nos oprimen para
pues su situación de gobernante no le permitía des- prender fuego á ln pólvoraY (Vivos aplausos.) Hubiese
figurar los hechos con la misma facilidad. Además, en sido criminal exponer Alemania á este peligro. (Aplau-
aquel momento la Gran Bretaña aun no había decla- sos unánimes. Gritos de <a¡No! ¡Noh)
rado la guerra á Alemania (suceso que ocurrió horas «Nuestras tropas han guardado al principio una
después), y el canciller, en su discurso, procuró excu- actitud defensiva. Esta es la verdad. Nosotros nos ha-
sar los atropellos cometidos poniendo su pensamiento llamos en un estado de legitima defensa, y podemos
en Inglaterra, mientras iba hablando con la absurda hacerlo todo porque la necesidad so reconoce ley.
esperanza de poderla convencer. Nuestras tropas han ocupado el Luxem burgo, y tal
— —
«Una desgracia espantosa dijo amenaza á Euro- vez en este momento ocupan toda Bélgica. (Violentos
pa. Desde hace cuarenta y cuatro años gozamos los aplausos. Gritos de entusiasmo.) Reconozco que esto ES
beneficios de la paz, por cuyo mantenimiento que- CONTRARIO AL DERECHO DE GENTES, pero nosotros Sa-
ríamos seguir trabajando. Desde el Emperador al más bíamos que Francia estaba pronta á un ataque á tra-
joven soldado, todos habían hecho el voto de no tirar vés del territorio belga, y un ataque á nuestra ala
de la espada más que por una causa justa. (Vivos sobre el Rhin inferior podía habernos sido fatal. Por
aplausos.) Rusia ha prendido fuego á la antorcha in- esto nos hemos visto obligados Á pasar por encima
cendiaria. »
(Aplausos frenéticos.) DE las protestas DE LUXEMBURÜO Y DE BÉLGICA, QUE
198 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Vista la actitud amenazante tomada por Rusia en el conflicto
SON JUSTIFICADAS. Pero nosotros repararemos esta
cuando hayamos conseguido nuestro fin. (Vivos que ha surgido entre la monarquía austro-húngara y Servia, y en
falta
vista también de que á consecuencia de este conflicto Rusia — se-
aplausos.) Cuando se está amenazado como nosotros —
gún una comunicación del Gabinete de Berlin ha creído conve-
loestamos, y cuando se combate como nosotros por el niente abrir las hostilidades contra Alemania y que ésta se en-
bien supremo, se sale del taso como se puede.» cuentra en estado de guerra con dicha potencia, Austria-Hungría
se considera igualmente en estado de guerra con Rusia.
(Aplausos frenéticos.)
Jíimás en la Historia gobernante alguno ni aun —
los déspotas más irrespetuosos de las leyes se ha — Este documento tan corto contiene una falsedad
expresado como este canciller germánico. Reconoció enorme, como ya lo habrá notado el lector. En él se
en su discurso que los actos realizados por las tropas pretende que es Rusia la que ha declarado la gue-
de su país eran contrarios al derecho de gentes, que rra á Alemania, afirmación desmentida por el mismo
las protestasde los Estados invadidos resultaban jus- gobierno de Berlín. La política de los dos imperios
tificadas,pero que una vez en lucha todo está permi- aliados les hizo buscar en los primeros días de la gue-
tido y hay que salir del paso como se puede. rra el presentarse como víctimas obligadas á la de-
lloras des- fensa, torturan-
pués, en su en- do para esto la
trevista noctur- verdad y el buen
Las tropas de Leman recogieron en las lineas ale- Apenas se inició la guerra, todas las calamidades
manas más de 600 heridos. que puede sufrir un pueblo cayeron sobre Francia, en
Esta primera derrota y la intervención del paisa- menos de una semana, para regocijo de las gacetas
naje en la lucha para defender su pais exasperaron á germánicas, que comentaban con una serenidad im-
los invasores. Además sus jefes tenían orden de ate- perturbable los grandes desastres de la República
rrar á la población belga, ya que se negaba á dejar- enemiga. El Presidente Poincaré dimitió unas veces y
les paso franco. Y empezaron los fusilamientos, los otras fué asesinado. Los revolucionarios de París pro-
robos, los incendios de poblaciones, las matanzas de clamaron la Commune, haciendo arder la capital por
mujeres, niños y ancianos, los asesinatos de sacerdo- loscuatro costados. Los i-egimientos franceses se su-
tes porque se mantenían al lado de los defensores del blevaban contra sus oficiales, á impulsos de la propa-
pais, todos los crímenes de la invasión de Bélgica, de ganda antimilitarista. Tres cuartas partes de la na-
BL REICHSTAG
losque hablaremos oportunamente, y que levantaron ción francesa realizaban manifestaciones contra la
en las naciones civilizadas de Europa y América un guerra.
clamoreo de indignación, arrebatando al Imperio ale- Y estos diarios germánicos, que repetían impertur-
mán las pocas simpatías que aun conservaba entre bables las estupendas invenciones de Wolff, tenían
las gentes de sentimientos generosos. buen cuidado en ocultar los únicos hechos monstruo-
sos reales y positivos que estaban ocurriendo en aque-
llos momentos: el fusilamiento por los alemanes de
soldados, haciéndoles creer que la guerra resultaría Visé por los invasores.
fácil y rápida, fué la difusión de falsas noticias sobre Le Temps decía así:
el estado de los enemigos. La agencia Wolff, centro
Alemania había creído que podría romper la resistencia de un
alemán de informaciones periodísticas, se encargó
pueblo pequeño con su primer esfuerzo. Y desde ayer las
heroicas
principalmente de este trabajo, adquiriendo una cele- tropas belgas, ante las cuales se inclina el respeto
de Francia,
bridad grotesca en todo el mundo por sus inverosími- hacen frente al ejército alemán, que no ha podido, á pesar de su
les relatos. número, obtener ninguna ventaja. - '
300 VKESTE ENLASOO BAÍeZ
:.3s aek :
¿,£SB ae
ae asa tioft i
-3
kM ki^.
HISTORIA DE LA GUERRA EUIÍOPEA DE 1914 201
En primer término la reina de Bélgica apoyada en el brazo de M. Fallieres, que era entonces presidente de la Repübllca. Detrás el rey Alberto
dando el brazo á Madame Fallieres
do. Francia, que según nuestros enemigos estaba desgarrada por mecánico, moviéndose como un autómata con la gan
las disensiones civiles,en plena decadencia moral y material, ó
ze parade, era el guerrero perfecto para él. Debajo
incapaz de unidad y energía, se ha levantado como un solo hom-
del «gran capote» no supo adivinar que latia un cora-
bre, ha corrido á su frontera con un entusiasmo que recuerda el
de los grandes días de 1792, y se prepara para actos de gloria y zón entusiasta capaz do emprender espontáneamente
de heroísmo iguales i, los de las más hermosas épocas de su his- lo que el soldado prusiano sólo puede realizar á im-
toria.
pulsos de la disciplina y del miedo A sus oficiales.
Este espectáculo desorienta y asombra á nuestros enemigos.
Lo mismo que Bismarck se engañaron los innu-
Al mismo tiempo los exaspera y los enloquece. Y esto es causa,
merables espías alemanes establecidos en Bélgica.
en gran parte, de los actos estupendamente monstruosos que co-
meten á diario. Para ellos, acostumbrados á la organización mecánica
No sin motivo habla todo el mundo de la aberración alemana. de su militarismo, el ejército belga era una especie de
¿Cómo calificar de otro modo la locura que arrastra al imperialis- milicia ciudadana, buena cuando más para reprimir
mo germánico hacia la sima en la que desaparecieron antes que un motín y correr en una batalla á campo raso. El
él las tiranías más célebres y las glorias militares más ilustres?
Guillermo II estaba harto de la calificación que se daba á s[ mis- corazón, la dignidad del hombre libre, eran para ellos
mo de Emperador pacífico. Ahora desea pasar á la posteridad con factores insignificantes. Y esta especie de miliciano
la misma gloria de Erostrato; una gloria que tenga por pedestal democrático, bonachón y sonriente, dio á Alemania
la monstruosidad de las ruinas. una sorpresa mortal y trastornó todos sus planes al
salir á la defensa de su patria invadida.
El espionaje alemán fué el más temible enemigo
as
202 VICENTE BLASCO IBANEZ
tencia. Durante treinta años esta invasión pacifica é servicios, se le ponía en comunicación directa con la
incesante de los alemanes fué preparando la soñada organización central del espionaje, situada en Bruse-
—
anexión. «Serviles dice un escritor belga —
supieron,
las, señalándole un sueldo todos los meses para que
nor enviar sus hijos á la escuela alemana. Sólo el residentes en el país. Su furor y su indignación fueron
pueblo, con su buen instinto, odiaba á estos invasores grandes ante esta conducta desleal.
pacíficos. Deutsche luin (piojo alemán) era el insulto
—
lian abusado de nuestra confianza -dijeron -.
que lanzaba todo ñamenco apenas tenia la más leve Han correspondido con ingratitud á nuestra cordial
disputa con un boche.* hospitalidiid. Nos han engañado como si fuésemos
Durante el sitio de Amberes la autoridad militar niños.
todos los fuertes de la orilla izquierda no tenían ni la los belgas suplieron con su valor y su tenacidad la
mitad de su armamento. La guerra sorprendió á Bél- falta de organización.
gica cuando estaba esperando la recepción de valiosos Unos grupos armados que llevaban el nombre de
armamentos que había encargado á la casa Krupp, regimientos consiguieron en Lieja, á las órdenes del
merced á las intrigas que emplea ésta para la con- valeroso general Leman, detener por algún tiempo el
quista de nuevos trabajos. Debía entregar Krupp á impulso arrollador de las masas teutónicas, haciendo
los belgas numerosos cañones de fortaleza del más fracasar por completo el primer plan estratégico de
reciente modelo. Como adelanto había recibido diez los alemanes y matando prusianos en una cantidad
y seis millones. Pero procuró demorar el trabajo, y al tres veces superior á su propio número.
estallar la guerra Cuarenta mil bel-
se quedó con el di- gas equipados de
nero, sin entregar cualquier modo y
las armas. armados al azar
La heroica resis- con las defectuosas
tencia del pueblo existencias de sus
belga es más admi- arsenales, lograron
rable si se tiene en mantener durante
cuenta la escasa dos meses ciento
preparación de su cincuenta mil ale-
ejército. Era algo manes en las inme-
informe, exuberan- diaciones de Am-
te de fuerza y en- beres.
ignoraban
tilleros, mayor que se ha
completamente la conocido en los
guerra. Muchos je- tiempos modernos.
fes habían escogí- La inmensa fuerza
do la carrera mili- del enemigo y sus
tar porque ésta re- monstruosas má-
presentaba en Bél- quinas de guerra
gica el estado más fueron para los bel-
tranquilo á que po- gas un motivo de
día dedicarse un burla. Rieron igual-
buen padre de fa- mente del teatral
milia. El país no uniforme de los hú-
había tenido nunca sares de la Muerte,
guerra ni espera- álos cuales sus lan-
ba tenerla. Los ofi- ceros dejaron ten-
ciales iban al cuar- didos en el campo
tel como á una ofi- en todos los en-
cina. BL REY DE UÉHIICA BN MEDIO DE sus SOLDADOS cuentros.
El rey Alberto se (De la Itluatration. de París) Y mientras tanto
dedicó á purificar rey exponía su
el
su ejército, dando el retiro á los elementos tradicio- persona con una prodigalidad heroica, en continuo
nales é inútiles y refrescando los cuadros con oficiales contacto con sus tropas, disparando el fusil como un
jóvenes. También hizo volver al servicio á los viejos simple soldado, examinándolo todo con un golpe de
de reconocida competencia. Uno de sus primeros actos vista rápido y sagaz, apreciando quiénes eran los más
fué pedir al general Jungbluth, su antiguo instructor valientes y los más capaces para conferirles nuevos
militar, que saliese del retiro á que le habían conde- grados sobre el mismo campo de batalla.
nado sus años, volviendo á la actividad. Se le vio en todas partes, como si tuviese el don
Pero la guerra estalló antes de que diesen resul- de la ubicuidad. Unas veces vestido de chauffeur y
tado estas medidas, metódicamente organizadas, y guiando él mismo su auto, atravesó las líneas alema-
que exigían algún tiempo. nas, para apreciar directamente la situación del ene-
Entusiasmados por la actividad heroica del rey, migo. Otras trabajó como simple artillero bajo los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 205
obuses del enemigo en las baterías de Amberes, ó em- ¡El rey! Todos se pusieron de pie con un repentino
I miró los vasos de champagne, miró
puñó la pala y removió la tierra endurecida para dar silencio. Alberto
ejemplo á sus hombres. Estuvo siempre en la linea de después á los hombres, levantó los hombros con expre-
sión de desprecio y se alejó sin decir una palabra.
fuego para verlo y vigilarlo todo. Los belgas, que le
amaban, sintieron por él una veneración supersticio- Desde este momento los oficiales ya no celebraron
sa: lo mismo que los veteranos de la Guardia imperial más fiestas en la «Taberna de Londres».
sentían hace un siglo por Napoleón. Un pelotón de infantería hacía fuego á la caída de
Todos cumplieron su deber, no sólo por entusiasmo, la tarde en las inmediaciones de Amberes al abrigo
sino porque esperaban que de pronto surgiese á sus de una barricada de sacos de tierra. Uno de los solda-
res, nadie ha- vida con con tal abnegación, con seme-
tal ardor,
angustias que
nos rodean se Su familia no lo educó para monarca. La corona
puede hablar de Bélgica estaba destinada á otro. Él era el segundón
de otra cosa modesto y estudioso, condenado á la más difícil de las
que de lágri- situaciones en que puede verse un hombre inteligente:
mas y lutos, ser demasiado para imitar la vida ordinaria de los
hay que ad- demás; ser muy poco en el mundo donde lo colocó el
po, desde que tan posturas teatrales; emprenden mil cosas ala vez;
Puno de la espada de honor que por suscripción po-
pular regala el pueblo de París ai rey de Bélgica existe Ja me- buscan en toda ocasión asombrar á las gentes; quema-
208 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Los belgas perdieron sus casas; él perdió su reino. equivocarse y que su pueblo sintiese las consecuen-
No recordéis como modelos caballeres-
cos á aquellos reyes sin corona de la Edad
Media, vagabundos y desgraciados, que
la poesía y el drama han hecho interesan-
tes. Nuestra época de vulgar positivismo
tiene figuras más románticas.
Alberto Sin-Tierra vale más que todos
los monarcas del mismo sobrenombre que
nos ofrece la Historia. Éstos perdieron su
corona por luchas de familia ó ambiciones
de conquista. El rey caballero se vio sin
reino por no haber tolerado los atropellos
del fuerte. Y con la noble tristeza del héroe
vencido que sabe que la razón va con él, OPORTUNA INTERVENCIÓN DE LA VALEROSA BÉLGICA
se mantuvo en un pedazo insigaificante (Del Puch)
210 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
KL REY DB BÉLGICA BN INA TRINCHERA COMPARTIENDO LA SUBRTB DB SOS SOLDADOS (De lii liluMtratiou. (1« París)
Lo es tanto como Guillermo II lo es poco. Desde el mas de los dos reyes no pueden resultar míís diversas.
principio de la guerra se vio claramente. Las procla- Guillermo II es el retórico místico, el hombre de la
postura literaria, que se siente con
más iniciativas para asombrar al pú-
blico que para combatir. Alberto I
no ha dicho más que palabras sim-
ples y sinceras. Ha hablado de tomar
el fusil con sus manos para correr
HL RBY DB BÉLGICA IMPONIBNOO EN FURNES LA CRUZ DB LEOPOLDO Á LA BANDERA DEL T." HBOIMIBNTO DB INFANTERÍA
SI 4 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 215
dad, sin día ni y con ella la sombra, las horas de incertidumbre, las
noche. Duerme horas de desesperación... Y después de la noche lucirá
donde puede; otra vez el dia, con un nuevo sol.
aparece donde
menos le espe-
ran. Abando-
na el combate
para ir á re-
unirse en una
encrucijada de
caminos, en
una playa, en
unaj;ranja,cou
su ánimos a
compañera, la
reina heroica
KL REY ALBBRTO EN TRAJB DE CAMPANA que, luego de
depositar sus
tres hijos en
Londres, lo ha sef;uido á los campos de muerte.
regimiento entero se detiene. Hasta los caballos imi- El bev Alberto.— ;Mi espíritu, nol
(Fot. Kol)
que se preparaban para la mencionada Escuela y la sus trabajos, era un ascenso glorioso.
de Saint-Cyr. Compañeros suyos fueron el general Todos sus camaradas le apodaron desde los prime-
Picquart, soldado ilustradísimo que tanta fama adqui- ros años «Joffre el Taciturno», y con este nombre llegó
rió en el proceso Dreyfus y luego como ministro de la á las primeras categorías del ejército. Habla poco.
Guerra; el general Soutzó, que habia de desempeñar Sus palabras son lacónicas y precisas. Este meridio-
largos años la cartera de la Guerra en Grecia, su pa- nal, al revés de sus compatriotas, exuberantes de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 219
pensamiento concentrado.
Después de su triunfo de Enghien
lo enviaron á la frontera del Este,
caciones? Yo
quiero mandar tropas.
El ingeniero tardó mucho tiempo
en ver realizados sus deseos de hombre de guerra.
Después de Pontarlier lo enviaron al Tonkin para
construir nuevas fortificaciones y hasta simples cuar-
teles.
Por fortuna estaba allí el almirante Courbet, jefe
heroico que sabia conocer el mérito de sus hombres.
El capitán Joffre llamó su atención desde los primeros
meses, y arrancándolo á sus obscuras y poco gloriosas
funciones de ingeniero colonial, le dio el mando de
una columna, enviándole á ganar batallas.
Joffre, espada en mano, figuró entre los jefes más
avanzados y audaces, saliendo vencedor de todos los
encuentros. Fué á Formosa con Courbet, y bajo el
fuego del enemigo organizó la defensa de la isla. Luego
lo enviaron á Madagascar, donde construyó las forti-
NAn<4AHC>^
los nuestros.
«~v
Calló un momento el diputado, y luego
añadió:
— Además, nosotros tenemos á .Toffre.
'Vf *•
—¿Joffre? Por primera vez oigo ese nombre. 5 f r^r^v^ srn\ |
.n»li « •«••
0^
Era verdad. Una enorme mayoría de los 'M
franceses se encontraba en el mismo caso.
— —
No importa contestó el diputado Guar- — .
UA*H^
Pf^ ^ S'
trincheras. Es mi oficio.
Joffre no podia adivinar en aquel momento toda
la verdad de esta afirmación.
Cuando volvió á Rivesaltes con las estrellas de
sintieron intimi-
general, sus amigos de la escuela se
dados. ¡Un general! Ninguno osaba á tutearle, pero
Joffre se ofendió por este respeto, y todos tuvieron
imiten... Esto
es lo que con-
testa con bre-
ves palabras.
Los amigos
recuerdan una
aventura de su JOFFUE
CASA BN IJIB NAUJll
vida ocurrida
en Rivesaltes, Ea Rivesaltes, como en toda aquella comarca, la
militar que llevaba debajo: «Son un alemany de Rive- nado á los estu
saltes, que té tres galons sobre la matelote.' (Soy un ale- dios literarios
mán de Rivesaltes, que tiene tres galones en la blusa.) y sociales, ha
La pequeña ciudad del Rosellón admira á Joffre vivido en ínti-
más aún que por sus méritos, por su sencillez de ca- ma confrater-
rácter y su modestia. Es el grande hombre sencillo, nidad con los
calmoso y firme, que en el campo de batalla inspira á hombres más
sus soldados una familiaridad afectuosa y respetuosa avanzados de
al mismo tiempo, que los impulsa á los mayores he- la República.
roísmos para poder decir después: Uno de sus me- jp-fb db batallón bn 188'.)
—
Hoy el abuelo está contento de nosotros. jores amigos es (Fots, de la Itlustration do París)
222 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
crédulos.
Esta tolerancia general, que anima y une á los
en un diálogo
fi'anceses, la sintetizó (iustavo Ilervé
interesante.
Iba á partir para la guerra un regimiento de vo-
luntarios extranjeros, la mayor parte de ellos emi-
grados políticos. Era en pleno invierno, y Hervé diri-
gió al público un llamamiento elocuente para que
hiciese donativos de mantas y ropas de abrigo desti-
nadas á estos voluntarios que iban á arrostrar con un
simple capote el frió de las trincheras.
Veinticuatro horas después había que cargar en
varios camiones los fardos de ropas amontonados en
la redacción de La Guerra Social.
Una señora anciana y aristocrática, vestida con
sencillez, de las que sólo abandonan su viejo caserón
para ir á la iglesia inmediata, visitó al revoluciona-
aparición. Al intervenir antes en la política, siendo .loffre, que en otros tiempos, á pesar de sus méritos.
diputado, senador ó ministro de la Guerra, su presti-
gio hubiese sufrido rudos golpes de los partidos reac-
cionarios, como le ocurrió al general Picquart. y no
habría podido ser aclamado como una esperanza por
todos los franceses, unidos en el peligro y olvidados
de sus antiguos odios.
Joffre es un racionalista, un librepensador, y sus
ideas sobre la evolución social no son monos avanza-
das. Pero los conservadores han venido á saber esto
en plena época de tolerancia, cuando todos los fran-
ceses son hermanos y los periódicos de París publican
que en el Consejo Supremo de Defensa el secretario
de las federaciones socialistas de trabajadores y el
arzobispo de París se estrechan la mano al empezar
la sesión y se sientan juntos.
Muchas damas realistas y devotas que admiran al LÁ CASA DBL OBNBRAL JOFFRE EN RIVBSALTES
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 223
r -
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA ÜE 1914 225
Eq sus explicaciones de maestro, dijo rauclias ve- peciales de nuestra raza; una magnifica potencia de
ces: trabajo, un buen sentido inalterable y un gusto pro-
—
No son los generales en jefe los que ganarán en fundo por la economía, que le hace ser avaro de la
adelante las batallas. Son los coroneles y tal vez los sangre de sus hombres. Posee igualmente la claridad
capitanes. Los combates van á desarrollarse en un del espíritu francés, la bondad de la vida francesa y la
frente de 400 ó 600 kilómetros, y en tan enorme ex- fe del alma francesa en los destinos de su país. Tiene,
tensión la voluntad de un solo hombre ejerce poca in- en una palabra, todo lo que hay de bueno y de supe-
fluencia...No puede adoptar las combinaciones rápi- rior en la inteligencia y en el pensamiento de nuestro
das inspiradas por el momento, ni valerse de astucias pueblo. Y por esto nosotros, que somos sus subordina-
aconsejadas por las circunstancias... El papel del ge- dos, sus combatientes, le hemos dado otro epíteto que
neral en jefe habrá casi terminado desde el momento resume mejor los méritos de su persona, llamándolo
que conduzca las tropas á un punto y sitúe en linea «nuestro .Joffre». Resulta «nuestro» porque está con
de batalla todos los ejér-
citos que deben tomar
parte en ella. El papel
de los coroneles y de los
capitanes empezará tan
pronto como se hayan
hecho los primeros dis-
paros. Ellos decidirán la
suerte de la lucha. Las
tropas vencedoras serán
aquellas que puedan sos
tenerse más tiempo, que
tengan más constancia,
más energía y sientan
mayor fe en el éxito
final.
la República brillaba con su esplendor más austero y ca de los burgueses de Munich ó la vajilla de las
radiante. Pero tiene además todas las cualidades es- casas de Dusseldorf. Sin embargo, cuando al llegar la
226 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
rando y acordándose de
nosotros. Se piensa en
lo dulce que sería sentir
en torno del cuello los
brazos de la mujer que
se dejó para ir á la gue-
rra. Entonces se aprovecha el rápido pasaje por un
El generalísimo francés es una especie de gigante el general aparece en una puerta, vestido simplemen-
Atlas sobre cuyas espaldas robustas descansa el peso te de paisano, nada más que con su reflexivo silencio,
de toda la nación. Caudillo de una democracia, su con la expresión abroquelada de su mutismo, con la
responsabilidad es mucho más grande que la de los inexpresión voluntaria de su mirada, antes de que
generales alemanes. Éstos, con ganarse el afecto de
abra la boca y precise la acogida de sus ojos de un
su emperador, no necesitan de otros apoyos. Joffre
—
azul pálido abiertos y luminosos de franqueza, pero
debe corresponder á la confianza de todo un pueblo. que se cierran interiormente para no dejar escapar
Los enemigos pueden intentar locuras, derrochar nada de lo que han visto... —
en todos estos signos
,
ros, mientras seguíamos los impulsos de nuestras ne- .loffre fué popular, viéndose investido, en un impulso
espontáneo, de la con-
fianzay el amor de to-
dos los franceses.
«Luego, con una su-
premacía espléndida de
agilidad y de firmeza,
y en unas condiciones
que no se habían pre-
sentado nunca desde
que los hombres em-
pezaron á batirse en la
tierra, Joffre hace tren-
te al enemigo, desga-
rrándolo, desmenuzán-
dolo, royéndolo, ce-
diéndole paso única-
el
mente en retiradas pa
sajeras para hacerlo re-
troceder después en
desorden y conducirlo
allí donde cree que es
que caen sobre su fiebre con la frescura de una cruz y se presentaba repentinamente alli donde resultaba
sobre una herida... (» sueña sentado en cualquiera necesaria su presencia.
granja abandonada y de vidrios rotos, rodeado de
gallinas que corretean entre sus piernas, ó de un perro
r
perdido que husmea sus botas. Ó salta á un tren y
va de un punto de Francia á otro, salvando en poco
tiempo distancias de centenares de kilómetros. O se
presenta en Paris nada más que por una hora, y
vuelve á partir iiacia el frente de batalla, que es para -
.1
lirofi-ision
él un imán.
I
cX-V-O-Cx^j^
vA>..-'"*A iiiiliUUri-
II cJfViUí
«Pensad en el empleo vertiginoso de sus días, en tixcni
que nunca tiene que desengancharse ni se queda ciento cincuenta oficiales técnicos que forman su Es-
atrás. Para conseguir sus fines necesita abstraerse de tado Mayor, se instalaba en cualquier puel)lo inme-
todo lo que no tiene relación con ellos. Jamás mira las diato á las líneas de combate. Este gran estudioso, al
cosas de abajo, ni siquiera las que están al lado. Para escoger su alojamiento en una población, siente pre-
ser vencedor se cubre con una coraza de indiferencia, ferencia por la escuela. Los edificios escolares de las
y no ve ni oye lo que podría estorbar la marcha ó las provincias invadidas sirvieron para las oficinas mó-
evoluciones del gran proyecto. Por esto se muestra viles del cuartel general. Los oficiales de ingenieros,
ajeno en apariencia á las emociones que llenan de de artillería, de administración, instalaban con rapi-
tristeza y de horror á otros hombres, hasta los más dez en las aulas sus mesas portátiles, sus legajos, sus
duros. Se muestra insensible á las ciudades que se de- mapas, ocupando los bancos y pupitres de los mucha-
rrumban, á las catedrales que se inflaman, á los crí- chos, .loffre se reservaba la pieza más grande, á la
menes y los incendios, á todo lo que subleva la vista, que venían á terminar, formando apretado cable, los
martiriza el alma y desconcierta á la razón. Por enci- mil hilos telefónicos y telegráficos que ponen en comu-
ma de la terrible nube roja, sus ojos siguen la estrella nicación con el cerebro directivo kis trincheras, las ba-
que se inclina ya hacia las fronteras del porvenir, terías y las poblaciones de un frente de 6CX) kilómetros.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 351
rio, seprosiguen las operaciones de tiempos de gue- crepitamiento de la fusilería, la guerra en una pala-
rra. Las
oficinas de organización, de informes, de bra, la resumen estos hilos en cifras abstractas, en
operaciones militares, de ferrocarriles y de comunica- sílabas desnudas de sonido y de color, en fórmulas sin
ciones, tienencada una su colmena marcada. Ningu- emoción. Y únicamente puede ser asi. ¿Si tantos miles
na confusión; antes al contrario, un orden y una con- de noticias llegasen á un tiempo con la emoción dra-
tinuidad en el orden que dan la impresión de una mática de una terrible realidad, qué cerebro, por sóli-
fuerza segura de ella misma. Los rostros respiran do que fuese, podría resistirlas?»
energía, buen humor y esa especie de serenidad que El generalísimo está arriba en el salón principal
es el signo de la confianza en si propio y de la seguri- de la escuela, una pieza con tres ventanas (jue dan al
dad en el porvenir. patio. El piso es de madera blanca, las paredes están
«Nadie hubiese supuesto nunca que á esta tranqui- pintadas con cal y conservan aún muchos de sus ador-
la escuela llegaría condensado el inmenso rumor, el nos escolares. Todo el mueblaje consiste en un inmenso
tumulto del gigantesco combate sobre la tierra de Bél- tablero montado sobre cabelletes y cubierto de mapas
gica y la tierra de Francia. Millones de hombres se y papeles, varias sillas de paja, numerosas tablas que
entrechocan; cuatro naciones se pelean en un campo sirven de biblioteca, y en las que se amontonan más
JÍI'WÍF
TRÁGICO EPISODIO DE H
v^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 233
papeles y mapas, y el teléfono, el compañero insepa- do que forjar la herramienta y luego enseñar su ma-
i-able de Joffre, que pasa el día pegado á él como si nejo.A los jefes inseguros han sucedido otros que go-
fuese una nueva parte de su cuerpo. zan de plena seguridad. Actualmente el temple de la
«El general está derecho con un sencillo uniforme, herramienta es tal, que en vano muerde en ella el
sin condecoraciones ni galones. Tiende al visitante su ataque alemán.»
ancha mano bien íibierta. Es grande y fuerte. Toda su Al oir hablar de las victorias rusas y de la posibi-
persona, de estatura maciza, revela una potencia cal- lidad de que el enemigo, para reforzar el frente del
mosa y reflexiva, una firmeza lenta y robusta. Lo que Este, bebilitase sus fuerzas en el Oeste, el generalisi-
llama en él la atención desde el primer momento, im- nio dijo con tranquilidad.
presionando al visitante, es la cabeza. Una cabeza — No tengo ningún interés en que desguarnezcan su
gruesa, un rostro de sólida osamenta, en el cual el linea frente á nosotros. Así los rusos avanzarán más
bigote blanco se encrespa bajo una sonrisa bondadosa aprisa. De que están enfrente de mi yo me encargo.
los
sobre las mejillas y el mentón saliente, da á este ros- cia profunda de una situación que se domina. Este
tro un sedoso reflejo de nieve. La frente tiene hermo- hombre es el mismo que al día siguiente de la batalla
sos planos que acusan voluntad, y los ojos miran rec- del Marne contestaba á las felicitaciones de uno de
tamente; unos ojos puros, de vivo azul, que parecen sus oficiales con palabras dignas de la grandeza ro-
reflejar el cielo de un alma serena. No se ve uno sin mana.
emoción en presencia de este hombre que lleva con »— —
¿Os dais cuenta, general le dijo aquél
—
de que ,
tanta quietud la responsabilidad de tantas vidas y acabáis de ganar la batalla más grande de todos los
encarna con una dignidad tan simple la gloria militar siglos?
francesa: veinte siglos de historia. «Este cumplimiento, que algunos juzgaron exage-
Con una voz reposada y de escaso timbre, el ge- rado á primera vista, era sin embargo una imagen
neral va espresando su certidumbre de la victoria; exacta de la realidad.
una certidumbre matemática. Primeramente ha teni- »La batalla del Marne, prodigioso golpe de parada
234 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
plaba ansioso cómo caia el águila negra sobre la alon- vil en una granja abandonada ó al borde de un cami-
dra gala, pudo respirar. El águila recibe
en los ojos un picotazo inesperado, va-
cila, retrocede. Su prestigio ha termina-
do; la pesadilla del pangermanismo so
berano se desvanece. En adelante Euro-
pa ya no tiene miedo.
—
»Y he aqui sin hablar de los millo
nea de combatientes y de los más san-
grientos medios de destrucción que j;i
más hubo amontonado el hombre— poi-
qué era exacto este cumplimiento: «Aca-
báis de ganar la batalla más grande de
todos los siglos.»
El general Joffre reflexionó un ino
mentó, y luego dijo con su voz tranquil.! :
no. Un ayudante coloca el cesto de víveres en la hier- sus bocamangas, reconocen el mentón vigoroso y el
ba ó sobre una mesa improvisada. Comen de pie, bigote blanco bajo un kepis enfundado de azul, como
sirviéndose de sus manos, con apresuramiento, como el de un simple soldado. ¡El generalísimo!
el que tiene cosas más urgentes á que atender, y reanu- Es Joffre que, al fijarse en los periodistas, adivi-
dan la marcha una vez aplacada el hambre. nando su nacionalidad, los saluda al pasar cortes-
Unos periodistas ingleses se refugiaron una noche mente:
de tempestad en una taberna de un pueblecillo de — Buenas noches, gentlemen.
Flandes, cerca de Ypres, donde se estaba desarrollan- Luego entra con sus compañeros en la sala reser-
La bocina de un auto suena en la puerta. Se abre tablecimiento, para saludarla cortésmente é indicarle
la cancela de cristales y entra un militar, grande, vi- su menú, con una sonrisa fina que impone respeto lo
goroso, con otros que le siguen respetuosamente. Al mismo que una orden.
despojarse de su gabán impermeable, sacudiendo el Una tortilla nada más y un vaso de agua.
agua, los ingleses ven las tres estrellas minúsculas de
256 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
En Marzo de (":incillcrseverá
nia, al aumentar su ejército á costa de considerables á abdicar y demuestra, como dijo Renán, su poder eter-
sacrificios,pretendía ser la primera potencia militar no de renovamiento y de resurrección. De aquí el des-
de Europa, con una enorme superioridad sobi-e los pue- pecho alemán.
blos vecinos, para aplastarlos en tres ó cuatro sema- »E1 Gobierno Imperial invoca para justificar sus
nas cuando lo creyese oportuno. Francia, mediante la planes la situación general de Europa y habla del pe-
ley de tres años, aumentaba sus fuerzas para equili- ligro eslavo. Otro es su enemigo. Guiándome por mis
brarse lo más posible con su temible vecina, y esta observaciones, puedo decir que la opinión me parece
precaución legitima, encaminada á la defensa de su indiferente al peligro eslavo, y sin embargo, acepta
vida, encolerizaba á los alemanes, que veían inutiliza- con grandes ánimos las cargas enormes que significan
dos en parte sus costosos esfuerzos. las dos leyes militares consecutivas de 1912 y 191B.
—
«Desde hace algún tiempo continúa el informe del »E1 10 de Marzo último, centenario de la organiza-
—
agregado militar se encuentran en Alemania muchas ción del levantamiento en masa alemán contra nos-
gentes que declaran los proyectos militares de Fran- otros, una multitud enorme se ha aglomerado ante el
cia extraordinarios é injustos. En un salón un miem- palacio imperial, á pesar del aguacero, para presen-
bro del Reichstag, que no es un energúmeno, hablan- ciar la revista, y en el centro de Tiergarten ante las
do del servicio estatuas de la
pesar del esfuerzo enorme hecho por ellos en el año á Francia con el dedo, como lo hacen la Gaceta de
anterior y continuado y agrandado en el año presente, Francfort y algunos periódicos más, piensa sin em-
no podrán esta vez dejar atrás á Francia en una in- bargo en nosotros á todas horas. Todos dicen que con
ferioridad defensiva. nuestros 40 millones de habitantes ocupamos un es-
"Dejarnos atrás definitivamente y á merced de su pacio demasiado grande debajo del sol.
fuerza, ya que no queremos ir con ella, es el hecho »Los alemanes desean la paz y no cesan de pro-
cuya realización persigue Alemania.» clamarlo. El emperador también la quiere, más que
El teniente coronel Serret explica después el pro- nadie. Pero ellos no entienden la paz en el sentido de
grama militar alemán para mantenerse siempre con concesiones mutuas y de equilibrio de los armamen-
una enorme superioridad sobre Francia, aumentando tos. Su paz es la de la humillación ajena. Quieren que
sus fuerzas, asi como ésta aumentaba las suyas, al lea teman, y para ello están haciendo todos los sacri-
ponerse en guardia ante el peligro. La precaución ficios necesarios. Si en cualquiera ocasión consideran
francesa irritó á los alemanes, que consideraban á la herido su orgullo patriótico, la confianza que tiene el
República como «una nación secundaria». país en la superioridad de su ejército favorecerá una
—
«En este momento continúa él agregado fran- explosión de cólera nacional, ante cuya cólera resulta-
cés — cuando la segunda y más formidable parte del
,
ría impotente la moderación del gobierno del Imperio.
programa militar alemán iba á realizarse y á adquirir «Hasta ahora no se demuestra en nada esta mode-
sus fuerzas una superioridad definitiva que nos obli- ración, pues el gobierno hace lo que puede por infla-
garía á pasar por la humillación ó el aplastamiento, mar el sentimiento nacional celebrando ruidosamente
he aquí que Francia, con su ley de tres años, se niega todos los aniversarios de 1813.
236 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
»Sea cual sea el pretexto que pueda alegar maña- tendría para el Imperio una influencia incalculable,
na Alemania para justiñcar una conñagración euro- se encuentra en todos los proyectos militares elabora-
pea, está fuera de toda duda que sus primeros golpes dos por el gran Estado Mayor el objetivo de una ofen-
decisivos los dirigirá contra Francia.^ siva fulminante contra Francia.
»En realidad el Gobierno Imperial quiere colocarse
en situación de hacer frente á todas las eventualida-
Así hablaba desde Berlín el agregado militar fran- des posibles. Es del lado de Francia donde el peligro
cés en Marzo de 1913, diez y seis meses antes de que le parece más grande. La Gaceta de Colonia lo ha
estallase la guerra. dicho en un articulo odioso y violento, del cual la
El marino Faramond, agregado naval de la emba- WUhelmstrasse ha desautorizado la forma más que el
jada de Francia en Alemania, envió á su gobierno, fondo. Pero debemos vivir convencidos de que la opi-
también en Marzo de 1913, otro informe no menos in- nión hostil manifestada por dicho periódico es á la
teresante en el que anuncia con notable clarividencia hora presente la de la inmensa mayoría del pueblo
muchos sucesos que se han realizado con exactitud en alemán.
el año siguiente. «Celebrando ruidosamente el centenario de su gue-
«La nueva ley militar alemana — dice Faramond — rra de Independencia, el Gobierno quiere convencer
coloca los cuerpos de ejército inmediatos á nuestra al pueblo de que Fi-ancia es hoy, como hace cien años,
frontera en un estado especial, que es casi el estado la enemiga hei-editaria.»
de pie de guerra, para de este modo poder atacarnos El agregado naval hizo en su informe las mismas
bruscamente, con fuerzas muy superiores á las nues- revelaciones (jue el agregado militar sobre las nuevas
tras, el mismo dia de la apertura de las hostilidades. fuerzas alemanas, añadiendo que el material de gue-
Esto significa para el Gobierno germánico una necesi- rra iba á ser aumentado en la cifra enorme de 1.250
dad imperiosa de obtener el éxito desde el comienzo millones de marcos.
de la guerra. < —
Es posible dice— que gran parte del material
»Las condiciones en que el emperador alem;ln cuya adquisición autoriza la nueva ley esté fabricado
emprendería hoy una lucha con Francia, no son ni ya á, estas horas. Los secretos militares se guardan
con mucho las mismas que hace cuarenta años. Al muy bien aquí y es extremadamente difícil seguir los
empezar la guen-a de 1870, el Estado Mayor alemán movimientos del personal y del material.
había previsto la posibilidad de una ofensiva victo- «En Alemania, cuando se toma una decisión mili-
riosa de los franceses, y Moltke, sospechando que nos- tar legalmente, ha sido ya ejecutada muchas veces
otros podríamos llegar cuando más hasta Maguncia, con anterioridad. Con una organización militar per-
dijo á su soberano: «Aquí tropezarán y no podrán se- fecta y una opinión pública que se deja dominar dócil-
guir adelante.» Guillermo II no puede admitir en sus mente por los llamamientos belicosos de la Liga Mili-
cálculos una retirada, ni suponerla siquiera, á pesar tar y la Liga Naval, el puebloalemán es á estas horas
de que el soldado aloman no es ahora como el de hace un vecino peligroso.
cuarenta años, un hombre simple, religioso y pronto »Si el servicio de tres años es aplicado inmediata-
á morir por una orden de su rey. Teniendo en cuenta mente en Francia, las condiciones serán menos des-
los cuatro millones de votos alcanzados por los socia- iguales en el año próximo. Los efectivos alemanes
listas en las últimas elecciones y que el derecho de resultarán siempre de un modo sensible más conside-
votar sólo se adquiere en Alemania á los 25 años, hay rables que los nuestros, pero el llamamiento de Alema-
que suponer que el ejército activo, compuesto de jó- nia á todos sus contingentes disponibles no permitirá
venes de 20 á 25 años, tendrá en sus filas una propor- la selección y llevará á las filas del ejército elemen-
ción seria de socialistas. tos de segundo orden y hasta unidades poco deseables.
«Indudablemente seria una locura creer que los El valor moral del ejército activo perderá mucho.
socialistas alemanes van á levantar las culatas en alemanes han querido romper el equilibrio de
y>Los
alto el dia que Francia y Alemania vengan á las ma- los dos campos en que está dividida Europa con un
nos, pero será en extremo importante para el Gobier- gran esfuerzo supremo, más allá del cual no pueden
no alemán hacerles creer por una parte que nosotros intentar otro.
somos los agresores y por otra que pueden tener plena «No creían que Francia fuese capaz de hacer un
confianza en los que van á mandarles y en los resul- sacrificio semejante.La adopción de nuestro servicio
tados. de tres años hace fracasar sus cálculos.»
»A1 verificarse la última jura de la bandera por
los reclutas de la Guardia en Postdam, rae llamó mu-
cho la atención oir que el emperador tomaba como En Abril de 1913 M. Etienne, ministro de la Gue-
tema de su discurso á los nuevos soldados el deber de rra en Francia, comunicó á M. Jonnart, ministro de
mostrarse más valeroso y más disciplinado en la mala Negocios Extranjeros, la copia de un informe oficial y
fortuna que en la buena. secreto circulado en Alemania y que había podido
"Sin duda porque una primera derrota alemana procurarse.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 239
Este informe alemán consta de dos partes: la pri- nando sobre los adversarios la responsabilidad de la
mera de generalidades y la segunda de orden técnico, agresión.
precisando detalladamente, una por una, las medidas
—
('Nuestra nueva ley militar sigue diciendo el in-
que habla que tomar en la próxima guerra, conside-
—
forme secreto no es más que una extensión de la
rada por Alemania como un suceso indudable. obra educativa militar del pueblo alemán. Nuestros
En primera parte del documento, el gobierno
la antecesores hicieron en 1813 mayores sacrificios.
gerra;ínico daba ;i entender su deseo de haber provo- Nuestro deber sagrado es aguzar la espada que nos
cado la guerra años antes, con motivo de la Conferen- han puesto en la mano y tenerla pronta, no sólo para
cia de Algeciras, en la que fué derrotada Alemania defendernos, sino para herir al enemigo. Hay que hacer
diplomáticamente, por haber apoyado Inglaterra y penetrar en el pueblo la idea de que nuestros armamen-
Rusia á Francia. tos son una respuesta á
los armamentos franceses y á
—
«Pero nuestra flota dice el documento alemán — su política. que acostumbrarlo á que piense que
Hay
no era en aquel momento suficientemente fuerte. Ade- una guerra ofensiva por nuestra parte es una necesi-
más, Austria-Hungría estaba obligada entonces á in- dad para combatir las provocaciones del adversario.
movilizar sus fuerzas contra Servia é Italia. Después Para esto hay que obrar con prudencia, evitando que
de este conflicto nos dedicamos á reforzar la defensa surjan recelos ó se produzcan crisis, que podrían per-
de nuestras costas contra Inglaterra, aumentando judicar nuestra vida económica Hay que conducir las
además nuestra marina.» cosas de tal modo, que bajo la pesada
Al realizar Francia la conquista de impresión de los armamentos podero-
Marruecos, provocó Alemania el inci- sos, de los sacrificios considerables y
dente de Agadir, que también se re- de una situación política tirante, el
solvió diplomáticamente, por la acti- pueblo alemán considere el desenca-
tud de Inglaterra apoyando á la Re- denamiento de la guerra como una so-
enemigos deben estallar acompañadas simultánea- que se preparen y estén prontos á acudir al llama-
mente por la destrucción de todos los medios de comu- miento, á fin de que con tiempo puedan hacer todos
nicación. Deben tener una cabeza dirigente, que se sus preparativos. Es una especie de «¡en guardia!»
puede encontrar entre los jefes de prestigio religiosos general, y se necesita el increíble espíritu de sumi-
ó políticos. La escuela
egipcia es apta particularmen- sión, disciplina y secreto que existe en este país,
te para esto, pues reúne cada vez más á todos los para que tal disposición pueda cumplirse y se man-
intelectuales del mundo musulmán. tenga callada. Si una advertencia semejante se lan-
»Sea como sea, debemos ser fuertes para poder zase en Francia, el país se conmoverla y la prensa
aplastar con sólo un empujón á nuestros enemigos del entera publicaría el relato al día siguiente.
Este y del Oeste. En la próxima guerra europea será «Esta advertencia fué lanzada en 1911, durante el
preciso que los pequeños Estados *e vean oliliguclos d curso de las negociaciones que yo seguía por lo de
seguirno» ó tiean dvmintidos Sus ejércitos y sus plazas Marruecos.
fuertes pueden ser rápidamente vencidos ó neutrali- "Ahora ha sido lanzada de nuevo, hace una doce-
zados, que será tal vez el caso de Bélgica y de Ho-
lo na de días, ó sea en el momento de la tensión austro-
landa, á íin de impedir á nuestro enemigo del Oeste el albancsa. Lo sé por diferentes conductos; especial-
acceso á un territorio que podría servirle de base de mente por oficiales de la reserva que se lo han reve-
operaciones contra nuestro flanco.» lado á amigos suyos, en la más estricta intimidad.
El documento, luego de decidir de este modo la Estos señores habían tomado las medidas necesarias
suerte de Bélgica, hace otras consideraciones para el para asegurar á sus familias, antes de partir, los me-
caso probable de que Dinamarca se prestase á secun- dios de existencia durante un año.
dar á Inglaterra. Después vuelve á ocuparse de Bél- »La decisión que ha hecho adoptar esta medida
gica, dando disposiciones para preparar la invasión preparatoria de la movilización, responde á las ideas
de este puetilo, t;il como se verificó, poco más ó me- del gran Estado Mayor general. Sobre este punto
nos, en l'Ji4. puedo repetir lo que ha dicho en un circulo alemán el
El plan iniciador de la guerra estaba condensado general Moltke, que es considerado aqui como el jefe
en breves palabras: «Un ultimátum, acorto plazo, que más distinguido del ejército.
debe ser seguido inmediatamente do una invasión, »E1 pensamiento del Estado Mayor alemán es obrar
permitirá justificar nuestra conducta desde el punto por sorpresa. Hay que dejar á un lado
— ha dicho el
nia una medida anterior y preparatoria que no existe losnuevos armamentos. Reconociendo que nadie ame-
entre nosotros, y que consiste en prevenir individual- naza á Alemania, consideran que la diplomacia ale-
mente á los oficiales y los hombres de la reserva para mana dispone desde hace tiempo de sobradas fuerzas
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 241
y consulares
franceses sobre
el estado de la
opinión política
de Alemania.
La mayoría
del país, influen-
ciada por el par-
tido «pangerma-
nista», quería la
guerra. Algunos Estados alemanes deseaban la paz,
por egoísmo ó por instinto, pero sólo representaban
fuerzas débiles y pasivas ante el contagio general
de la fiebre belicosa. Los mismos diputados socialistas,
que eran 110 en el Reichstag, se dejaban arrastrar
por esta corriente, viendo que el grueso de las tropas
obreras se unía al coro de entusiasmo ó de cólera de
los patrioteros.
Por haber intentado oponerse á esta corriente be-
licosa, elEmperador se veía discutido y el Canciller
era impopular.
El fracaso de la política nacional en el asunto de
Marruecos y el renacimiento de Francia, que losalema-
nes se habían acostumbrado á despreciar ciegamente,
eran hechos que encolerizaban á la muchedumbre,
sugestionada por los directores del pangermanismo.
«8e habla muchas veces del partido militar ale-
mán — dice el citado informe — . La expresión es in-
exacta. El mismo
error significa decir que Alemania
es el país de la supremacía del poder militar y Fran-
cia el país de la supremacía del poder civil. Lo que
existe, en Alemania es un estado de espíritu digno de
242 VICENTE BLASCO IBANEZ
»La gran burguesía y la nobleza son belicosas por Asi fué la conducta de Alemania en 1914. Pero
razones de orden social. Temen la democratización I'Yancia tuvo serenidad para impedir este maquiave-
del país y ven con horror los avances del socialismo lismo del Imperio, deseoso de desempeñar el papel de
alemán. La guerra seria para ellos una solución capaz agredido que se dettendc.
de devolverles la tranquilidad por algunos años. Los
grandes industriales creen que sus diñcultiides con los
obreros proceden de Francia, hogar revolucionario El informe del embajador Camben al gobierno
de donde surgen las ideas de emancipación. Sin Fran- francés en 22 de Noviembre de r.ii3, demuestra los
cia, la industria alemana viviría tranquila, según avances del partido de la guerra alemán y la supedi-
ellos. tación del kaiser á sus impulsos.
"Además, de cañones y de placas
los fabricantes Dice así M. Cambon en este documento importante:
de acero, los poderosos comerciantes (|ue necesitan «Tengo por un conducto seguro el relato de una
nuevos mercados, y los banqueros que especulan conversación que el Emperador ha sostenido con el Rey
sobre la edad de oro que puede venir después de una de los Belgas en presencia del jefe del Estado Slayor,
enorme indemnización de guerra, piensan que la gue- general Von Moltke, hace unos quince días; conversa-
rra será un hermoso negocio. ción que, según parece, ha impresionado al rey Al-
La Universidad, exceptuando á unos cuantos es- berto. No me sorprendo de esta impresión, pues es se-
píritus distinguidos, desarrolla una ideología guerre- mejante á la que tengo yo desde hace algún tiempo. La
ra. Los economistas demuestran á golpe de estadís- hostilidad contra nosotros se acentúa, y el Emperador
tica la necesidad para Alemania de poseer un impe- ha cesado de ser partidario de la paz.
rio colonial y comercial (|ue dé salida á su industria. • El rey Alberto pensal)a hasta ahora, como todo el
Hay sociólogos fanáticos ((ue van más lejos. «La paz mundo, que Guillermo II, cuya influencia personal se
— —
armada dicen es un fardo pesadísimo para las na- había ejercitado muchas veces en el mantenimiento
ciones, impide el mejoramiento de la suerte de las de la paz, estaba siempre en el mismo estado de espí-
masas y favorece el avance del socialismo. Francia, ritu. Esta vez el rey Alberto lo ha visto completamen-
al obstinarse en querer «la revancha», impide nues- te cambiado. El emperador de Alemania ya no es á
tro desarme. Es preciso de un golpe reducirla á la im- sus ojos el campeón de la paz contra las tendencias
potencia, durante un siglo. Este es el medio más rápi- belicosas de ciertos partidos alemanes, (iuillermo II
do de resolver la cuestión social.» piensa ya que la guerra con Francia es inevitable, y
•Historiadores, ñlósofos, publicistas políticos y que habrá que ir á ella un dia ú otro. Está convenci-
otros apologistas de la deutsche kultur (cultura alema- do, naturalmente, de la superioridad aplastante del
na) quieren imponer al mundo una manera de sentir ejército alemán y de su éxito indiscutible.
y de pensar que sea específicamente alemana. Todos Von Moltke habló en laentrevistaexac-
>E1 general
ellos quieren contiuístar la supremacía intelectual tamente como su soberano. También declaró él <|ue la
(lue, según coníiesan los más lúcidos, conserva toda- guerra era necesaria é inevitable, pero aun se mostró
vía Francia. Es este principio el que alimenta la fran- más seguro del éxito que el Emperador.
cofobia do los pangermanistas y otras asociaciones. » —
Esta vez —dijo al rey de Bélgica hay que aca-—
>Los partidarios de la guerra por rencor y por re- bar con Francia para siempre, y Vuestra Majestad no
sentimiento resultan los más peligrosos. La mayoría dudará del entusiasmo irresistible que al declararse la
de ellos son diplomáticos. La diplomacia alemana ha guerra va á empujar por entero al pueblo alemán.
ido de fracaso en fracaso en los últimos tiempos. Los El rey Alberto protestó diciendo que era disfra-
más furibundos son los que después de l'JOó se han mez- zar las intenciones del Gobierno francés el interpretar-
clado en todas las negociaciones entre Francia y Ale- las de tal suerte, y que era igualmente una equivoca-
mania. Por despecho profesional amontonan argu- ción sobre los sentimientos de la nación francesa el
mentos hostiles y los esparcen en la prensa. Necesi- juzgarla por las manifestaciones de algunos espíritus
tan una «revancha» para consolarse, pues creen haber exaltados ó de intrigantes sin conciencia.
sido engañados. Durante la discusión de la ley mi- >E1 Emperador y su jefe de Estado ]\Iayor persis-
litar, uno de estos diplomáticos belicosos decía así: tieron, á pesar de esto, en su manera de ver las cosas.
«Alemania sólo podrá conversar seriamente con Fran- »En curso de esta conversación, el Emperador
el
cia cuando tenga todos sus hombres sobre las armas. » se mostró cansado y de genio irritable. A medida que
»;.Cómo se entablará esta conversación, ó sea la los años pesan .sobre Guillermo II, las tradiciones de
guerra?... Es una opinión muy generalizada en los familia, los sentimientos retrógrados de su Corte y sobre
circuios pangermanistas que Alemania no declarará la todo la impaciencia de los militares, van ejerciendo ma-
guerra, dado su sistema de alianzas defensivas. Pero yor poder sobre su espíritu. Tal vez siente celos ante la
cuando llegue el momento oportuno, Alemania sabrá popularidad adquirida por su hijo, el cual adula las
obligar á Francia á ser la primera en el ataque. Para pasiones de los pangermanistas y encuentra que la si-
esto la ofenderá si resulta preciso. Es la tradición pru- tuación del Imperio en el mundo no está de acuerdo con
siana.» 8u poder. Tal vez la réplica de Francia al último
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S43
aumento del ejército alemán, cuyo objeto era establecer ro de Austria, seguido del ultimátum austríaco á
sin duda alguna la superioridad germánica, ha influi- Servia.
o
do algo en esta amargura, pues digan lo que digan,
Alemania ya no puede ir /«(}•< lejos en sus preparativos ;.Quién sabe qué misterio de política tortuosa se
militares. oculta detrás del atentado de SerajevoV
»Haj' que preguntarse cuál es la verdadera finali- La actitud de Austria en este asunto nunca fué
dad de esta conversación. Bien puede ser que el obje- clara. Declaró la guerra á Servia por vengar la
tivo de Guillermo II y su jefe de Estado Mayor fuese muerte del archidu(|ue, pretendiendo hacer responsa-
impresionar al Rey de los Belgas, preparándolo para ble de ésta al gobierno servio. Pero una revelación
que no oponga resistencia en el caso de que se pro- del gobierno italiano en el mes de Diciembre ha hecho
duzca un conflicto entre ellos y nosotros. Igualmente ver que la animosidad austríaca contra Servía y sus
podría ser que quisieran que Bélgica fuese menos hos- deseos de conquistarla eran antiguos, y que la muerte
til á ciertas ambiciones que se han despertado aquí del archiduque no significó para ella más que un pre-
respecto al Congo belga Pero esta hipótesis no con- texto rápidamente aprovechado.
cuerda con la presencia y la intervención del general En la Cámara italiana el señor Giolitti demostró
Von Moltke. con documentos oficiales que los dos imperios, austría-
»De todos modos, el emperador Guillermo es menos co y alemán, no sólo han provocado la presente gue-
dueño de sus impresiones que se cree rra y son responsables de la agresión,
tas, repetiré que nosotros debemos gar á Italia á que le prestase su ayu-
tener seca nuestra pólvora.* da con arreglo á lo consignado en las
bases de la Triple Alianza, que espe-
GENERAL MIII.TKE cificaban la mutua ayuda, el casus
La despedida de los dos soberanos federis,para defenderse. El jefe del
en esta conferencia, de la que sólo había tenido noti- gobierno italiano, Giolitti, y el ministro de Xegocios
cias incompletas el embajador francés, marcó para Extranjeros, marqués de San Giuliano, se negaron
siempre la situación del rey de Bélgica. á tal pretensión, declarando que lo que proyectaba
— —
Ocurra lo que ocurra dijo Guillermo II acor-— ,
Austria era un ataque y no una defensa, y por lo
daos de que pertenecéis á la casa de Coburgo. mismo Italia no aceptaba el casus federis. En vista
^Si; pero también pertenezco á la casa de Orleans de la negativa. Austria permaneció ([uieta. y Alema-
— contestó Alberto I —
y por encima de todos mis
,
nía pareció no haberse enterado de los deseos de su
orígenes me acordaré siempre de que soy belga. aliada. Pero queda establecido de un modo indiscuti-
Más adelante diremos á impulsos de ([ué sugestio- ble, por los documentos del gobierno italiano, que
nes se verificó la evolución observada por el embaja- en 1913 Austria, y por consiguiente Alemania pues la—
dor francés en la persona del kaiser, que hasta enton- una no se mueve sin el asentimiento de la otra in- — ,
ces había aspirado á la gloria de «soberano de la tentaron la misma agresión á Servia, que fué repetida
paz». un año después, dando origen á la guerra.
En esta situación, cuando el emperador dejaba que Este dato importantísimo, proporcionado por las
las infiuencias militaristas ejerciesen más presión tardías revelaciones del gobierno de Italia y las cir-
sobre su espíritu, cuando el partido de la guerra hacía cunstancias complicadas y misteriosas que rodearon
una propaganda tenaz sobre las masas alemanas ([ue, el atentado de Serajevo, dan lugar á muchas hipóte-
según Bernstein, eran de instintos pa-
el socialista sis, algunas de ellas poco favorables á Austria, que
cíficos, pero marcharían cual un solo hombre si sabían necesitaba á toda costa un pretexto para sus fines
excitarlas», se produjo como un cataclismo providen- agresivos.
cial para los belicosos deseos de los pangermanistas El inesperado viaje del archiduque heredero á Bos-
el atentado de Serajevo contra el archiduque herede- nia, donde era impopular y estaba latente la protesta
344 VICENTE BLASCO IBANEZ
que tener en cuenta algunos detalles del drama. El loscompromisos de la Triple Alianza, que la obliga-
alcalde de Serajevo, después del primer atentado, ban á apoyar á los dos Imperios en el caso de una
ruega al archiduque que cambie de itinerario, sin que guerra de defensa. La colaboración de Italia era im-
éste le obedezca, dando á entender que tiene sus ra- portantísima y tal vez decisiva para la suerte de Ale-
zones para hacerlo así. Las calles, guardadas mili-
tarmente, conservan ciertos espacios libres de vigi-
lancia, y en ellos precisamente se producen los dos f
atentados. Y sobre todo esto, el hecho final, la sen-
tencia inverosímil de los autores del delito, que con-
victos y confesos son condenados solamente á presi-
dio, mientras para justificar tal lenidad se condena á
la horca á varios desconocidos que no tomaron parte
en el hecho.
Loa que conocen los procedimientos de la policía
austríaca, sus buenas relaciones con los delincuentes,
á los que emplea muchas veces como colaboradores,
han insinuado la posibilidad de un atentado fingido,
que á última hora fué verdadero por la impulsividad
juvenil y el fanatismo político de Prinzip, uno de los
encargados de la ejecución.
Según esta hipótesis, no desprovista de fundamen-
to, la policía austríaca quiso hacer pasar al archidu-
que heredero por un doble atentado sin consecuencias
— lo que no es nuevo en la historia secreta de las mo-
narquías
—para después hacer responsable á Servia
,
mania y Austria en la presente lucha. Con el apoyo peria su silencio declarando la guerra á los rusos y
italiano podían sostener su poderío en el Mediterrá- aprovechando la ocasión para caer sobre Francia. Ni
neo, causando además grave daño á Francia, obliga- en Viena ni en Berlín creía nadie que la Gran Breta-
da á distraer una parte de sus ejércitos en la defensa ña se aventurase en una guerra europea.
de los Alpes. De la conducta de Italia y de los documentos di-
La situación de los dos imperios no fué tan desaho- plomáticos leídos en su Cámara de diputados, resulta
gada desde el primer momento que les permitiese re- que Alemania y Austria no han hecho más que reali-
nunciar á la colaboración de un aliado importante. zar en l!tl4 la guerra que ya habían intentado en 191.3,
Basta ver cómo buscaron después el apoyo de la deca- provocándola con el primer pretexto que les pareció
dente Turquía, dando una importancia exagerada á su oportuno, seguras de que la victoria, que da siempre
adhesión, la única que han podido conseguir en todo la razón al más fuerte, se encargaría de justificar su
el mundo. El apoyo de Italia, aparte de su valor ma- conducta. Existe otro testimonio irrecusable «jue prue-
terial, resultaba impor- ba la responsabilidad del
agredida ó provocada como en el año anterior. Los aristocracia del dinero y desean implantar el poderío
dos imperios aliados estaban seguros de sus fuerzas y germánico en toda la tierra.
creían bastarse para conseguir la victoria, lo que dio llarden, como muchos escritores de la Alemania
á los gobernantes de Viena una ruda libertad de len- del presente, sólo cree en la fuerza. El derecho no es
guaje. Esta vez Austria no quiso ensayar siquiera para él más que una consecuencia de esta fuerza, una
ante gobierno italiano la comedia de fingirse agre-
el palabra vana que iinicamente sirve para consuelo de
dida. Sólo habló de las seguridades de éxito en favor los débiles. El que puede golpear duro y seguido tiene
de su empresa. Su respuesta al ministro italiano fué siempre razón. Y este escritor de franqueza brutal,
que Rusia no estaba preparada para una acción mili- que es verdadero representante del sentimiento ger-
el
tar, y que si á pesar de su mala situación insistía en mánico contemporáneo, se irritó al ver cómo el jefe
intervenir á favor de Servia, entonces Alemania rom- del gobierno, los personajes de la Universidad y mu-
846 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
chos periodistas apelaban á la opinión pública, que- "Alemania no hace esta guerra por castigar cul-
riendo demostrar con soüsmas y falsedades que Ale pables ni por libertar pueblos oprimidos, descan-
mania no quería la guerra y únicamente había toma- sando después con la conciencia satisfecha de esta
do las armas para defenderse, viéndose obligada, con magnanimidad desinteresada. Hace la guerra por-
harto dolor, á tener que atrepellar la neutralidad de que es fuerte y su fuerza le da derecho á ocupar en
los pequeños. el mundo el primer lugar, invadiéndolo todo con su
—pueblos —
¿Para qué tales comedias? preguntó indignado actividad.
Harden en su periódico Zukurtft. «España, los Países Bajos, Francia é Inglaterra se
—
«Veamos continuó diciendo —
¿Alemania es fuer-
.
apoderaron á su hora de los territorios más fértiles
te?... Sí. ¿Entonces qué nos cantáis en vuestras justi- del mundo, colonizándolos. La hora de Alemania sue-
ficaciones, profesores con antiparras y teólogos en na ahora, y como es más fuerte que todas las nacio-
zapatillas? ¿Es que acaso el derecho existe? ¿Es que nes, va á tomar su puesto de potencia directora del
las nobles ideas de que mundo, izando sobre to-
habláis tanto valen cual- dos los pueblos su bandera
quiera cosa? Un solo prin- de tempestad.
cipio vale en el mundo, «Debemos reírnos de
uno solo, que resume y esas torpes justificaciones
contiene todos los otros: ante la opinión de los
la Fuerza. Hablad en otros pueblos. ¿Qué tribu-
nombre de ella nada más, nal podrá juzgarnos cuan-
y dejaos de niñerías. La do seamos vencedores?»
Fuerza: he aquí la única
palabra que suena bien y
con claridad, he aquí lo La actitud de Beth-
único que tiene estilo y mann-Holhveg y sus mi-
gallardía. La Fuerza: un nistros fué cambiando en
cer ante el tribunal de Europa ni ante ningún tribu- de papel y que ya se repararán oportunamente los
•
taban para atravesar Bélgica; tres semanas para des- Ciegos por la propia infatuación y el desprecio á
hacer el ejército francés y entrar victoriosos en París; los adversarios, habían descontado para su éxito el
El kaiser había invitado á los íntimos de su séquito á desfallecimiento de Rusia y la indiferencia de Ingla-
un banquete en un restaurant famoso de los buleva- terra. El único
enemigo digno de inspirar algún cuida-
res, á fines de Agosto. do era pero á éste pensaban abatirlo fácil-
el francés,
Bélgica opuso al invasor una resistencia tenaz, re- mente desplomando de un golpe sobre Francia toda
trasando y desbaratando sus planes. Los guerreros la catarata de su fuerza. Estas ilusiones se disiparon
germánicos se convencieron, á costa de grandes ma- cruelmente desde el principio de la campaña, y Beth-
tanzas en sus filas, de que Francia, «nación decadente, raann-HoUweg, á pesar de sus primeras confesiones,
nación podrida», según las afirmaciones de los maes- de la contriidicción entre sus palabras de un día y las
tros en las escuelas y los jefes en los cuarteles, tenía palabras de otro, de la conducta de Italia que proba-
un soldado heroico en cada uno de sus hijos, y la gue- ba quién era el agresor, sin que Alemania se atrevie-
rra iba á ser terrible, larga, de un resultado fatal. se á desmentirla, quiso seguir engañando al pueblo
El gobierno cambió entonces de tono. A las prime- alemán, manteniéndolo en su optimismo patriótico y
ras brutalidades, arrogantes y francas de presunto su falso papel de agredido, para lo cual declaró trági-
vencedor, suce- camente desde
dieron la argu- la tribuna del
cia del leguleyo Reichstag que
para demostrar los que han des-
za, que éstos podrían servirle para a.justar una paz general Bernhardi, Alemania y la guerra próxima, y
especial con Francia, separándola de sus aliados. tendrá que renunciar á la idea de que el imperio bri-
Todo su odio se concentró en Inglaterra, la pérfida —
tánico y el imperio germánico inspirado por las doc-
Gran líretaña, haciéndola responsable de lo ocurrido, trinas de Treitschke — pueden coexistir en este pla-
como si fuese la única autora de la guerra. Los perio- neta...
distas alemanes casi han afirmado que el gobierno "¡Esperad! Había un medio de que ambos imperios
de Londres es el que preparó astutamente la guerra, se entendiesen y fuesen amigos durante un siglo poco
arrastrando á la inocente Francia. más ó menos. Este medio era que Inglaterra hubiese
A cerebros alemanes se les escapa toda idea,
los admitido con Alemania un arreglo de piratería, para
todo sentimiento que no esté basado en algo material, repartirse entre los dos el mundo. Inglaterra podía
en una ganancia inmediata ó un negocio á próximo haber dicho:
plazo. Fste pueblo, que en otro tiempo tuvo grandes » —
Déjame poseer tranquilamenle mis dominios de
—
poetas cuando no conocía el imperialismo y luchaba ultramar, y yo te ayudaré á absorber todas las colo-
por su propia existencia
—
no puede comprender hoy
,
nias que las demás naciones poseen fuera de Europa
que se pelee por el honor, por la palabra empeñada, y que son enormes, especialmente las de Francia.
por el res])eto de los compromisos. El inglés era para También te ayudaré á desafiar la doctrina de Monroe,
muchos un ser prosaico, calculador, materialista, y para que realices tu ensueño fundando otra Alemania
sin embargo se ha lanzado á la guerra caballeresca- en la América del Sur, donde existen grupos alemanes
mente por impedir el atropello de la pequeña Bél- I
para la distribución del planeta, no se hubiese evita- mania con lasenormes indemnizaciones que hubiese
do el rompimiento entre las dos naciones. Únicamen- cobrado después de su victoria, y aumentada su for-
te 86habría aplazado el crujido final, inevitable. Un tuna con la explotación de las enormes colonias fran-
imperio que cree, como el de Alemania, que la guerra cesas que habrían pasado á ser suyas, hubiese dedi-
de agresión es indispensable para su salud espiritual, cado seguramente lo mejor de su inmenso botín á la
no puede conformarse á la larga con disfrutar en com- construcción de una armada que despojase á Ingla-
pañía de otro el dominio del mundo. Lo desea por terra do esa libertad de los mares sobre la que des-
entero para él. cansa toda su existencia.
«Llegamos con esto á la irreconciliable diferencia «Y una vez conseguido esto, ^por qué razón habría
de ideales, que es la raiz de esta de respetar la hegemonía de los
guerra y su verdadero motivo. Estados Unidos en el continente
«Alemania cree por lo menos — americano y en el Pacífico? Guar-
asi lo suponen los políticos, los sol- dar este respeto y mantenerse en
dados y los profesores que han defi- paz, equivaldría á una triste de-
—
nido su política que es la nación gradación de su ideal. Treitschke,
más grande y privilegiada de la el gran profeta de la supremacía
Historia, y que Dios le ha confiado alemana, ha dicho: «Dios hará que
el solemne deber de dignificar el la guerra se repita siempre, como
invasión de Bélgica.
(1) Véase el relato de la conferencia del Canciller alemán y el ciuba
«Creo además que Inglaterra se opondrá impía-
jador inglés, en el capítulo sobre el rompimiento do relaciones entre Ale-
alemán se imponga sobre el planeta. Tal vez éste que- guerrilleros de nuestra lucha por la independencia en
de empapado en sangre, pero indudablemente sentirá 1808 fueron «bandidos», así como los guerrilleros de
todos los pueblos (jue han tenido que pelear
agradecimiento.» por la
o libertad. Bandidos también los defensores de
Zaragoza
Los horrores cometidos por los alemanes al inva- y de Gerona y todos los hombres de la tierra que sin
dir á Bélgica provocaron un grito de indignación en ser soldados de profesión osaron defender su ciudad
el mundo civilizado. El hecho de la violación de su natal, sus familias y sus casas ante
una invasión que
neutralidad despertó una protesta en todos los paises no habían provocado. Bandidos los campesinos tirole-
ses que guerrearon en sus montañas con las
libres. tropas de
El gobierno alemán, sin otra simpatía en Europa Napoleón y que el pueblo alemán venera justamente
que la de su aliado el imperio austríaco, dedicó toda como héroes.
su propaganda al pueblo de los Estados Unidos, para Los gobernantes de Berlín y sus gaceteros de
ganarse su adhesión. Y de la gran república de la cámara pretendieron convencer al mundo de que los
América del Norte, de sus universidades, de sus gran- belgas sufrían un castigo merecido. Para vivir en paz
des periódicos, de sus estadistas más célebres, vinie- no tenían más que tolerar, como el pobre Luxembur-
ron á ella las protestas más enérgicas. El expresidente go, que los alemanes ocupasen su país. Así hubiesen
Roosevelt, el millonario filántropo Carneghie y otros podido éstos sorprender traidoraraente á los vecinos,
potentados norte-americanos (|ue eran amigos particu- (juedándose en Bélgica durante todo el tiempo de la
lares de Guillermo II y hasta poco antes de la guerra guerra, guarneciendo sus fortalezas, empleando sus
figuraban como partidarios de Alemania, manifesta- ferrocarriles y puertos, consumiendo los recursos del
ron públicamente su protesta contra el imperio ger- país, trastornando su existencia.
mánico, denunciándolo á la execración universal por Como era de esperar, el mundo no aceptó estas
sus atentados contra la libertad de los pueblos y el explicaciones extravagantes de la neutralidad, y el
derecho de gentes. gobierno de Berlín apeló entonces, como suprema
A pesar de que Harden niega la existencia de un justificación, á una de sus falsificaciones.
tribunal que pueda juzgar á Alemania, el emperador Bélgica era merecedora de lo que le ocurría, por-
y sus ministros se mostraron alarmados por estas que ella misma había roto años antes su neutralidad,
manifestaciones de la opinión, haciendo esfuerzos por ajustando una alianza ofensiva y defensiva con Ingla-
retener con sofísticos argumentos las simpatías que terra.
abandonaban á su causa. AI ocupar los alemanes los ministerios de Bruse-
El gobierno germánico pretendió explicar los las, descubrieron un documento importantísimo según
horrores cometidos por sus tropas en Bélgica, dicien- ellos: el texto de la citada alianza, que sus principales
do que eran una consecuencia del furor de los solda- gacetas se apresuraron á publicar, pero truncado,
dos al verse atacados por los vecinos de los pueblos. falsificado, suprimiendo sus notas, para darle mayor
Estos campesinos, que defendían con la escopeta alcance.
de caza, ó simplemente con la horquilla ó la hoz, la En la patria de Bismarck, que se alabó toda su
integridad de sus domicilios y la virtud de sus muje- vida de haber falsificado en 1870 el telegrama de Ems,
res, desafiando con tan primitivos medios la poderosa para decidir á su rey y á Prusía entera á la guerra
organización alemana y su artillería enorme, eran contra Francia, estos procedimientos... patrióticos
«bandidos», según los gobernantes de Berlín. Con arre- nada tienen de extraordinarios. Deutschland uber alies
glo á la doctrina alemana, únicamente tienen derecho (Alemania sobre todos). Y ciertos admiradores de la
á defender su país los militares profesionales que grandeza germánica, que con un optimismo á toda
encuentran en ello un medio de vida y los que obliga- prueba hasta creen en la veracidad de la agencia
toriamente visten un uniforme. Inútil es demostrar lo Wolff, se apresuraron á lanzar la noticia de tal des-
absurdo de esta teoría, digna de un cerebro germáni- cubrimiento en varios paises, denunciando al mundo
co. El padre que mata por guardar á su hija, el labrie- la maldad británica, que desde 1906 se había enten-
go que defiende su casa, todos los que viven tranqui- dido con Bélgica.
los, sin provocar á nadie, y al ver sus hogares en Fué esto una nueva muestra del modo de pensar
peligro no se entregan como bestias de matadero é de los alemanes y del concepto despreciable que tie-
intentan resistirse, «son bandidos». En cambio, el que nen de la mentalidad de los pueblos que no son ger-
invade un país tranqnilo que se creía amparado por mánicos, creyéndolos de una simplicidad capaz de
una neutraliddd garantizada por la firma de Prusía, admitir los mayores absurdos, siempre que procedan
el que incendia pueblos, fusila de Berlín.
mujeres, niños y curas,
y roba cuanto encuentra, es un héroe, porque viste Existía un acuerdo — no una alianza — ,
un acuerdo
uniforme y puede permitirse la destrucción de todo puramente defensivo entre Inglaterra y Bélgica, y
un pueblo con el pretexto más ó menos justificado de este acuerdo era verbal y tácito, pues ni siquiera fué
que le han hecho fuego desde una ventana. consignado en un documento oficial y solemne.
Según la mentalidad del militarismo alemán, los Inglaterra se había declarado en todas ocasiones,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 251
franca y abiertamente, la primera garantizadora de y el general contestó que Bélgica estaba dispuesta á
laindependencia de Bélgica. ¿Y cómo podía ser cierta repeler un ataque á su neutralidad, viniese de donde
y eficaz esta garantía, si el gobierno inglés no se cui- viniese: en Lieja contra Alemania, en Namur contra
daba de conocer los medios de defensa de Bélgica, po- Francia y en Amberes contra Inglaterra.
niéndolos en relación con sus propios medios para in- El general Ducarne dirigió luego un informe al
tervenir en caso de peligro? ministerio de la Guerra acerca de sus conferencias
Las relaciones entre Inglaterra y Bélgica, pura- con el coronel inglés, y en este documento, que han
mente defensivas, no eran un secreto para nadie. Da- querido explotar los alemanes, insiste por dos veces
taban de la fundación del reino belga, en 1830. Bis- en el hecho de que todo lo hablado es sobre la base
marck conocía perfectamente dichos acuerdos, y por de que «el envío de un auxilio inglés sólo debe efec-
esto en la guerra de 1870 se guardó muy bien de vio- tuarse cuando el territorio belga se vea en peligro
lar el territorio belga, sabiendo que esto le acarrearía de ser violado». En el documento hay una nota mar-
un choque con la Gran Bre- ginal del ministro belga pre-
taña. Los soldados de Jloltke cisando igualmente que «la
pasaron muchas veces en sus entrada de los ingleses en
evoluciones junto á la fron- Bélgica sólo se efectuará
tera de Bélgica. Les hubiese después de una violación de
convenido franquearla, por la neutralidad belga por los
facilitar esto su acción con- alemanes». Pero las gacetas
siderablemente, pero cuida- germánicas, al publicar este
ron de no cometer tal aten- informe como un descubri-
tado, para mantener asi la miento luminoso, tuvieron
neutralidad de Inglaterra. buen cuidado de falsificar su
El nieto de Guillermo I y sentido, borrando las aclara-
los diplomáticos que se creen ciones del ministro.
herederos del genio de Bis- Los periódicos servidores
marck han sido menos hiíbí- de la Cancillería alemana
les y prudentes. El kaiser añadieron que Inglaterra es-
actual no recuerda para taba dispuesta antes de la
nada la divisa de su abuelo: guerra á desembarcar sus
Erst wagen, dann icagen. tropas en Bélgica, aunque
I
Primero sospesar y luego ésta no solicitase su auxilio.
atreverse.! 8u habilidad ha Para esto se fundaron en otro
consistido en atreverse á documento, relatando una
todo, sin prever las conse- segunda entrevista en 1912
cuencias, atrayéndose la an- entre el nuevo agregado in-
tipatía de casi todos los glés, coronel Bridges, y el
pueblos. jefe del Estado Mayor belga,
El documento famoso, del BL HONOR O LA VIDA
general .lungbluth. Estos re-
que han querido hacer los (Caricatura del cülelirc artista holaniU'S Luis Kaeuiackors) anudaron la conversación
alemanes una justificación mantenida seis años antes
de su conducta en Bélgica, es simplemente un relato por sus predecesores, lo que demuestra que entre In-
de las entrevistas, en 1906, del coronel Barhardiston, glaterra y Bélgica no existía una convención formal y
escrita, como tampoco la hubo después. Todo se
agregado militar de Inglaterra en la legación de Bru- limitó
selas,y el general Ducarne, jefe de Estado Mayor del á unas entrevistas de militares, en las que hablaban
ejército belga. éstos para cambiar opiniones, pero sin que sus pala-
El coronel inglés quiso saber si Bélgica estaba en bras obligasen á sus gobiernos.
disposición para defenderse en el caso de que un ene- El coronel Bridges, por exceso de celo, dijo que,
migo intentara violar su neutralidad. (Como se ve, ya segvín su opinión, Bélgica no poseía bastantes
medios
temían entonces los ingleses la agresión de Alemania, i
para defender su neutralidad, y que en caso de peli-
El general contestó que su país podía movilizar en gro gobierno británico tendría que desembarcar
el
aquel momento 180.000 hombres en cuatro días. tropas, aunque los belgas no solicitasen su apoyo.
Después de haber recibido estas indicaciones, el Á esto contestó el general .Tungbluth con energía:
coronel declaró (|ue en el caso de que Alemania violase — Vosotros sólo podréis desembarcar en Bélgica con
la neutralidad de Bélgica, el ejército ingh's desembar- nuestro consentimiento.
carla lOO.OOO hombres en su territorio para sostener la No hubo más. Pero los alemanes han dado á las
independencia. Luego insistió para saber si estaban palabras de un simple coronel, agregado diplomático,
los belgas prontos á rechazar una invasión alemana. la importancia de una declaración ministerial, afir-
252 VICENTE BLASCO IBAÑE2
mando que Inglaterra estaba dispuesta á desembarcar y que por respeto á la solemnidad de sus compromi-
tropas en Bélgica, atropellando su neutralidad, aun- sos y á la libertad de Bélgica no se atrevió á interve-
que los belgas no lo hubiesen solicitado. nir antes de que se realizase el atentado.
Pero así como publicaron los documentos encon-
—
trados en Bruselas— falsificándolos para hacer creer
que Inglaterra estaba dispuesta de todos modos á vio-
lar la neutralidad de Bélgica, debieron publicar igual- Con la incoherencia del que no afirma su conducta
mente la carta de Sir Edward Grey, que representa en las sólidas bases de la verdad inconmovible, los
algo más que las palabras sin consecuencia de un directores del pueblo germánico cambiaron cada se-
agregado militar en una conversación privada; carta mana el sentido de sus afirmaciones.
escrita en 1012, que compromete solemnemente al go- Mientras el gobierno hablaba al mundo de una
bierno británico al respeto de la neutralidad belga. Alemania obligada á defenderse contra su volun-
He aquí la carta de Sir Edward tad, los periodistas y los ge-
Grey, dirigida al ministro inglés nerales ensalzaban la guerra
en Bélgica: como institución divina y única
salud de los pueblos germá-
Foreing Office, Abril 1912. nicos.
Hablando hoy con ministro belga
el Por entre medio de estas in-
le he dicho oficiosameote que había lle-
coherencias respiraba y salía á
gado á mi conocimiento cierta alarma
luz la verdad, la única verdad
causada en Bélgica á propósito de la
posibilidad de una violación de la neu- alemana, el pensamiento incul-
tralidad belga por Inglaterra. Aüadí cado en todos los cerebros ger-
que no creía que esta alarma fuese de mánicos desde hace cincuenta
procedencia inglesa.
El ministro belga me informó de que
años; pensamiento que cultiva
ciertos rumores de procedencia ingle-
el maestro en la escuela prima-
sa, pero que él no podia precisar, ha-
ria y luego desarrollan y afirman
bían circulado respecto & un desembar- periódicos, universidades y cuar-
co de tropas nuestras en Bélgica á fiu teles.
de adelantarse al paso posible de tropas
La guerra era precisa para
alemanas, á través de este pais, con
dirección k Francia. que las aspiraciones alemanas
Yo le he dicho que podía tener la cer- se cumpliesen.
teza, y podía afirmarlo eu todas par- «Seremos vencedores —
tes, que el Gobierno actual no violaría Guillermo II á sus tropas — dijo
.Es
jamás el primero la neutralidad belga, lo seamos. Un nuevo
preciso que
y que no creo que ningún Grobierno
que pueda sucedemos se atreva á tomar imperio, más magnifico que to-
esta iniciativa, que la opinión pública dos los que la tierra ha conoci-
de Inglaterra no aprobaría jamás. Lo va á elevarse: el imperio
do,
único que habíamos considerado y la —
POSTAL POPULAR ITALIANA RBPRBSBNTANDO romano-alemán, que gobernará
cuestión resultaba muy embarazosa —
era lo que seria deseable y necesario
LA AMBICIÓN IMPERIAL al mundo entero. Y el mundo
será feliz. »
que hiciésemos nosotros, por ser uno
de los garantizadores de la neutralidad belga, siesta neutralidad
era violada por una potencia cualquiera.
Si nosotros, por ejemplo, fuésemos los primeros en violar la
XVII
neutralidad y desembarcar tropas en Bélgica, esto equivaldría á
dar derecho á Alemania para que hiciese lo mismo. Lo que nos-
otros deseamos en el presente caso para Bélgica, asi como para
Los apologistas de la fuerza
cualquier otro pais neutral, es que su neutralidad sea respetada,
y por esto mientras dicha neutralidad no la viole ninguna otra
potencia nos abstendremos formalmente de enviar tropa alguna á Al iniciarse la presente guerra, el profesorado de
su territorio.
la célebre Universidad de Oxford dijo eu un mani-
Firmado, Grey.
fiesto:
«La guerra con Alemania que actualmente sostie-
En resumen: documentos encontrados por los
los ne la Gran Bretaña, es en el fondo una guerra entre
alemanes en Bruselas, y cuyo sentido ha desnaturali- dos principios: el de la razón de Estado y el del dere-
zado la prensa germánica, truncándolos y omitiendo cho. De estas dos naciones, una (Alemania) pretende
loque no convenía á sus fines, sólo sirven para probar obrar aparte y por encima del derecho público de
una cosa: que Inglaterra tenía razón para alarmarse Europa, para conseguir la salud de su propio Estado;
seriamente ante la sospecha de que Alemania podía la otra (Inglaterra) seha puesto de pie para defender
violar la neutralidad belga, como así lo hizo después, el derecho público europeo. La una considera las con-
HISTORIA DE LA ÜUEIÍRA EUROPEA DE 1914 255
Sus conferencias dadas en Berlin sobre «La política ranía absoluta no puede aceptar el yugo de ninguna
alemana de 1875 á 1895», obligación. I^os tratados in-
cambian con tanta rapidez como las de los individuos, debe ser una fuerza para defenderse, debe ser igual-
de aquí que estos compromisos pueden desconocerse mente un Estado guerrero que sepa preservarse de
en un plazo de pocos años ó tal vez de meses. «la terrible enfermedad de la paz». Si el Estado no
aplica á Bélgica en 1912, como si conociese por dualismo con sus mezquindades triunfará sobre el or-
adelantado lo que iba á ocurrir dos años después ganismo social, y el heroísmo desaparecerá del mun-
do. De aquí que Alemania no debe dejar que transcu-
y quisiera preparar el camino, demostrando que
Prusia podía atropellar á los belgas sin menoscabo rran varios años sin hacer la guerra.
para su honor por la firma que había puesto al pie del Sosteniendo la doctrina del maestro, dice Bernhar-
tratado de neutralidad. di: «El mantenimiento de la paz no puede, no debe ser
«Cuando se proclamó la neutralidad de Bélgica nunca el fin de la política.» La guerra, esa «medicina
— dice Bernhardi— nadie podía prever que algún día fuerte», esa «escuela del heroísmo», esa «fatal ley
iba á hacerse dueña en África de la rica y vasta re- biológica», la guerra, que «propaga la más hermosa
gión del Congo. Hoy cabe preguntarse si la adquisi- civilización, debe ser la ley de la humanidad».
ción de este territorio no es ipso fado una ruptura de He aquí la iiltima filosofía alemana, la postrera
su neutralidad, realizada por ella misma.» creación de un país que fué patria del tranquilo Kant
Razonando de este modo, un hombre puede faltar y ahora ha producido á Treitschke y Bernhardi, filó-
en la vida á todos sus compromisos, por sagrados y sofos de Estado Mayor.
firmes que sean. —
«Toda esta filosofía como dice la Universidad de
D —
Oxford no es más que barbarie con un barniz moral.
Esta filosofía de Treitschke y Bernhardi glorifica Barbarie porque quiere hacernos retroceder á los vie-
la guerra como algo santo; lo mismo la ofensiva que jos tiempos en que la fuerza era el único derecho.»
la defensiva. Un pueblo que se agranda tiene derecho á procu-
La divinización de la guerra es la consecuencia —
rarse nuevos territorios, «y en ese caso dice Ber-
inmediata de una doctrina en la que el Estado basta nhardi — la fuerza resulta el derecho supremo, y para
para todo y lo abarca todo. saber lo que es justo y lo que no lo es hay que apelar
El profesor Treitschke tomaba en sus conferencias al recurso de la guerra, que da siempre una solución
y en sus libros una exaltación de poeta al nombrar biológicamente justa».
«la (luerra», rodeando esta palabra de los más entu- Bernhardi se escandaliza de que haya quien sos-
siastas elogios. Nunca la menciona sin llamarla santa tenga «que una nación débil y pequeña tiene el mismo
ó divina «Es la fuerza más poderosa que forma las derecho á vivir que una nación grande y vigorosa >,
naciones», dice unas veces. «Es la política por exce- asi como en la vida humana existen de igual modo los
lencia», afirma en otros pasajes. Y prorrumpe en him- débiles y los fuertes, los contrahechos y los hermosos,
nos á «su santidad», á «su institución divina». los simples y los inteligentes. Su doctrina de ruda
—
«Dos funciones principales dice este profesor — barbarie se indigna ante este igualitarismo. Para él
incumben al Estado: hacer justicia y hacer la guerra. la libertad, el derecho, la solidaridad humana, no
Pero de estas dos funciones, la de la guerra es la fun- existen. Sólo venera «el idealismo político» y «el des-
ción política por excelencia y mucho más noble y ele- envolvimiento histórico», que conduce al menospre-
vada que la de administrar justicia.» cio de «la paz degradante», á la glorificación santa de
— —
«La guerra afirma en otro pasaje es la única la guerra, «vehículo de la más alta civilización».
medicina para una nación enferma. Cuando vivimos El historiador Mommsen, que como buen germano
sumidos en el individualismo egoísta de la paz, viene habló de propagar la civilización «á puñetazos», vio,
la guerra para hacernos sentir que somos solidarios sin embargo, un peligro para su país en la extremada
unos de otros. La majestad de la guerra consiste prin- divinización de la fuerza.
cipalmente en disolver el individualismo mezquino — —
«Tened cuidado dijo de que en este Estado, que
ante el gran pensamiento del Estado.» ha sido á la vez una potencia en armas y una poten-
«Sólo la guerra nos muestra con toda su realidad cia en inteligencia, no se desvanezca la inteligencia,
el organismo social á que pertenecemos... Es el idea- quedando nada más que un Estado puramente mi-
lismo político el que exige la guerra. » litar.»
Este profeta de la fuerza exclama: La Alemania temida por Mommsen hace años que
«¡Qué perversión de la moralidad representaria existe. Es la de la filosofía de la fuerza.
el que se suprimiese en el mundo el heroísmo
guerre-
ro!... Pero Dios proveerá para que la
guerra vuelva á
renacer siempre, como una medicina terrible de los ¡La fuerza!... ;.Qué es la fuerza? ¿Existe por sí
humanos.»
misma, como algo superior, ó es, por el contrario, un
De este modo, la idealización del Estado y de su simple derivado del derecho?
poder absoluto conduce en la doctrina de Treitschke El ilustre doctor Grasset, en un estudio sobre «La
á la idealización de la guerra. Puesto que el Estado demuestra con
ciencia, el derecho y la fuerza», clari-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 S55
dad que el principio bismarckiano 'La fuerza es ante- Alemania representa la brutal divinización de la
rior al derecho» resulta completamente falso, y que fuerza y menosprecio del derecho.
el
es el derecho el que crea la fuerza. Por esto la lucha contra ella la titulan «guerra
«Si se da —
dice el citado profesor —á la palabra santa» muchos escritores.
fuerza en biología humana, el mismo sentido que se El célebre novelista inglés H. G. Wells, en el que
le da para los otros seres vivientes y para el universo se unen con amalgama feliz la imaginación del artis-
entero, resulta que el hombre es el más débil de todos ta y los vastos conocimientos del hombre de ciencia,
los animales, pues tiene menos medios de defensa bru- explica del siguiente modo el carácter y la finalidad
tal que todos ellos. Y como, sin embargo, en el uni- de la presente guerra:
verso, tomado en conjunto, es el hombre el más fuerte «La causa de una guerra y su finalidad no son ne-
que reina y domina, de ahí que no se comprende úni- cesariamente una misma cosa. La causa de la guerra
camente por el hecho de la fuerza brutal esta sobera- presente fué la invasión del Luxemburgo y de Bélgi-
nía sobre el mundo entero establecida científicamente ca. Nosotros declaramos la guerra porque estábamos
general, ó sea entre los animales inferiores al hom- «Tal fué la causa inmediata de la guerra. Tenía-
bre, la fuerza crea el derecho, en biología humana, ó mos que combatir, porque nuestro honor y nuestra pa-
sea en la vida de los hombres, es, por el contrario, el labra nos obligaban.
derecho el que crea la fuerza. «Vamos ahora á la segunda parte, ó sea á la fina-
«Es esta la fuerza verdadera del hombre — conti- lidad de esta guerra. Nosotros no podemos limitarnos
núa profesor francés
el —
la que, inspirada por el de-
,
á hacer repasar la frontera belga á los alemanes y
recho, puede servirse de la ciencia para difundir las amonestarles para que no vuelvan á empezar. Esta-
grandes ideas de civilización y de progreso, que deben mos en guerra abierta con ese colosal Imperio milita-
acabar por vencer siempre. rista, después de haber buscado con todas nuestras
»Sin salir de la biología humana, que es una cien- fuerzas el vivir en paz desde que se levantó sobre las
cia positiva y experimental, puede afirmarse que en z'uinas del imperialismo francés en 1871. Esta guerra
la historia del hombre el éxito final y definitivo será, es una lucha á muerte. No nos queda otra solución que
á través de fluctuaciones é incidentes, para el que destruir ó ser destruidos. Nosotros nohemos buscado
posea la verdadera fuerza, ó sea la fuerza moral, la la guerra. Nosotros hemos hecho todo lo posible por
que pone la ciencia al servicio del derecho.» evitarla. Pero ya que nos hemos visto obligados á em-
256 VICENTE BLANCO IBANEZ
prenderla, tenemos el imperativo deber de no aceptar tuamente invocado como si fuese alemán — ,
Gott debe
ninguna solución que no sea definitiva. Esta guerra estar cansado también.
hace sentir su influencia en cada ciudadano y cada más grande de la Histo-
"Esta guerra es la guerra
hogar de los países comprometidos en la lucha. No es ria. Ya no
tampoco una guerra de naciones; es la
es
una guerra de soldados, es una guerra de pueblos. Es guerra de la Humanidad. Es una guerra que tiene por
una guerra cuyos resultados han de ser tan decisivos, último fin exorcisar la locura mundial y poner térmi-
que todo ciudadano de las naciones en lucha debe estar no á una era histórica.
enterado de lo que ha ocurrido. Ningún arreglo diplo- >Esta corrupción pública tiene su parte mercantil
mático debe concluirse que permita al imperialismo hipócrita y secreta. Al lado del kaiser est;i la casa
alemán ocultar su derrota á sus pueblos y empezar de Krupp, la segunda cabeza del Estado Mayor. En las
nuevo los preparativos belicosos. Debemos seguir la mismas gradas del trono se sientan los del trust de
lucha hasta (]ue nosotros no podíimos más, ó la nación los armamentos, bandidaje organizado que en su in-
alemana entera sepa que ha sido derrotada y (juede saciable sed de ganancias va minando por la base la
convencida de que no debe re- seguridad de toda civilización,
petir la guerra. compra y domina á la prensa,
«Combatimos contra Alema- inspira á la literatura nacional
nia, pero combatimos sin odio y corrompe las universidades.
contra el pueblo alemán. No 'Nos hemos enterado dema-
queremos atentar contra su li- siado tarde de que la humani-
bertad y su unidad, pero nece- dad ha cometido una locura
sitamos destruir su mal sistema estupenda permitiendo á em-
de gobierno y la corrupción, presas particulares el negociar
así mental como material, que con los preparativos de guerra.
ha invadido la imaginación ale- Con esto toda tran(|uilidad re-
mana, apoderándose de la vida sulta imposible.
de su pueblo. Queremos romper »La guerra presente es una
el imperialismo prusiano tan guerra de paz.
completamente como Alemania »Su finalidad es el desarme.
rompió en 1871 el imperialis- Otra finalidad suya es un arre-
mo podrido de Napoleón III. glo que acabe para siempre con
Tenemos que aprender en las losarmamentos.
faltas cometidas por esta vic- Todo soldado que combate
toria, para evitar un triunfo ahora contra Alemania es un
vengativo. cruzado contra la guerra.
»El imperiaJismo prusiano »Esta guerra, la más grande
es desde hace cuarenta años el bnsukño IMPElllAL de todas las guerras, no es una
una peste insufrible para el (Nebclgjjtiíti'r, guerra como las otras: es la
do Zui-icli)
Pueblos y monarcas
grandiosas que son gloria del espíritu humano. Pero rematar heridos; tirar sobre las ambulancias; acribi-
nos inspiraban cierta gratitud los sabios alemanes, de llar de obuses los hospitales, los monumentos artísti-
paciencia infatigable, que en el fondo de sus labora- cos incomparables, los establecimientos destinados á
torios forjan calmosamente los materiales que otros glorificar esa ciencia de la que ellos habían hecho su
se encargan de poner en circulación, y á cambio de divinidad, sin ocurrirseles nunca imitar la conducta
esta labor modesta y tenaz, les perdonábamos sus del francés Vaillant que, al verse obligado á bombar-
gafas de oro, sus barbas revueltas y los pliegues rígi- dear Roma, lo hizo de modo que ningún edificio nota-
dos de sus levitas. Por esta gratitud y por nuestro in- ble de la ciudad santa sufriese la menor rozadura.»
corregible espíritu de xenofilía
— admiración de todo lo El contraste entre la reputación científica de Ale-
extranjero
— hicimos una hermosa reputación á las
,
mania y sus actos de guerra asombró en 1870 al céle-
obras filosóficas del que llaman hoy el gran natura-
<
bre naturalista francés Armando de Quatrefages, au-
listade .lena», Ernesto Hiockel, sin darnos cuenta de tor denumerosos y notables trabajos sobrel las razas
que no son otra cosa que piedras desprendidas de los humanas. Este sabio ilustre, hombre imparcial, sin-
grandes edificios que construyeron Geoffroy Saint-Hi- cero y de rectas intenciones, se dedicó al estudio de
laire, Lamarck y Darwin, vueltas á unir con cemento tal fenómeno histórico, y el resultado de su observa-
facilitado por Augusto Comte y Spinoza. ción, desapasionada y científica, fué el célebre opús-
»A juzgar por estos hombres calmosos, solitarios, culo titulado La raza prusiana, que alcanzó gran éxito
patriarcales, poco afectos, en apariencia, á los bienes en 1871, y al que la guerra de 1914 da por segunda
de este mundo— exceptuando las pipas de porcelana y vez un carácter de novedad.
los vastos receptáculos de cerveza —
la nación alema-
,
Como dice un critico de esta obra del famoso di-
na debía ser la nación cuerda y pacifica por excelencia, rector del Museum, la pregunta que se hace Quatre-
tanto más cuanto que sabemos hasta qué punto fué fages como punto de partida de sus investigaciones
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 259
puede resumirse en las siguientes palabras: «¿Por qué superior, cuya evolución fué favorecida por el am-
causa el cordero alemán está ahora rabioso?» biente de Europa y la abundancia en dones de su
— —
«El cordero alemán continúa este critico no ha suelo.
estado nunca rabioso. Es que en su calidad de cordero «De estos arios —
continúa Quatrefages descien- —
se deja conducir á la matanza por carniceros que son den lospueblos civilizados de Europa, comprendiendo
de una raza distinta á la suya. »
en ellos á los germanos. En cambio, los descendientes
Esta raza, según Quatrefages, es la raza prusiana: directos de los hombres preliistóricos, que fueron su-
una raza de diverso origen que la raza alemana ó ger- plantados por los arios en la Europa del oentr y que
mánica, y casi enteramente distinta en todo. reciben de los antropologistas el nombre de Alofilos,
Quatrefages no emitía una opinión formada recien- constituyeron el fondo esencial de la raza prusiana.»
temente por un estudio de circunstancias. Durante mu- Los germanos, que eran arios puros, se esparcie-
chos años fué profesor en Estrasburgo, y su genio de ron poco á poco por el Norte, ganando la Escandina-
observación, del que dan gloriosa prueba grandes des- via é Inglaterra, así como la costa del Báltico, ocupa-
cubrimientos cientiflcos, estuvo en largo contacto con da por tribus cazadoras y prehistóricas de los
las
los puel)losgermánicos. alofilos.Pero otra rama de la raza aria, la de los es-
—
«Bajo el poder de la raza prusiana dice
— Ale-
, lavos, había precedido á la rama germánica en la in-
mania, orgullosa de su labor científica, pero sometida vasión de la tierra prusiana. Aunque germanos y es-
á una servidumbre política, ha venido á ser lo que es lavos resultasen de mayores aptitudes que los alofilos
actualmente: un instrumento del que se sirve un pue- por ser arios, no estaban, sin embargo, tan elevados
blo que guarda en el fondo del carácter todos los es- sobre la raza primitiva y más numerosa que pudie-
tigmas de la seraibarbarie, para dar satisfacción á sus sen resistir á la influencia de sus costumbres. De la
salvajes instintos.» mezcla de alofilos escandinavos y germanos salieron
—
«Entre los prusianos y los alemanes sigue expli- los godos, y del encuentro de los germanos y los esla-
—
cando Quatrefages existe la comunidad del lenguaje, vos en la cuenca del Oder nacieron los vándalos. Go-
pero esta comunidad no significa identidad de origen, dos y vándalos no han dejado en la historia fama al-
ó lo que es lo mismo, un signo de parentesco. El ven- guna de pacíficos y generosos.
cedor impone ordinariamente su lengua á los pueblos No había por qué esperar mejor resultado de los
vencidos, pero no cambia ni puede cambiar sus cere- eslavos y los alofilos que se mezclaron en la cuenca
bros ni sus corazones. La raza conquistada sigue for- del Vístula. Sus descendientes tuvieron que sostener
mando la mayoría. Si se trata de una raza inferior, su en un clima duro y una tierra ingrata numerosas lu-
pensamiento y sus sentimientos, ayudados por las in- chas contra diversos invasores. Esto hizo desarrollar-
ñuencias permanentes del ambiente, dominan poco á se todo lo que tenían como herencia, de astutos, ven-
poco á los conquistadores, que van descendiendo hasta gativos y crueles. Habían constituido una raza mixta
quedar á su nivel. En los tiempos presentes esto no con el título de Prusci ó Prutzi, lo que dio su nombre
ocurre asi absolutamente. Los grandes medios de civi- á la Prusia actual, (^tuatrefages vio en sus estudios el
lización de que disponen los colonizadores modernos, fondo bárbaro de los prusci, cazadores de mammuts,
en África por ejemplo, hacen que las poblaciones in- subsistiendo todavía en los prusianos modernos bajo
feriores se eleven gradualmente, en vez de degradar una aparente civilización. Por un maléfico concurso
á la raza dominadora. Pero en la antigüedad remota, de fatales circunstancias, los elementos que en otros
cuando eran menos apreciables las diferencias entre pueblos han servido para el progreso, sirvieron en éste
la barbarie y las civilizaciones nacientes, los conquis- para aportará la barbarie primitiva nuevos fermentos
tados, por suenorme mayoría y por las influencias del de odio y despecho.
D
medio, hicieron descender muchas veces á sus domi-
nadores.» En el año San Adalberto, arzobispo de Praga,
!)97,
a
acometió la empresa de convertir al cristianismo á los
Cuando en la Edad Media fué conquistada sucesi- prusci, que vivían en estado casi salvaje. Éstos res-
vamente por los eslavos y por los caballeros de la pondieron á su predicación asesinándolo. En 110(5 el
Orden Teutónica la región costera del Báltico, que monje iMaynard (|UÍ80 reanudar la obra de San .\dal-
había de formar siglos después el reino de Prusia, esta berto, pero como era un monje guerrero y conocía el
región estaba ocupada por una raza indígena, la de carácter de las gentes (|uc deseaba convertir, se pre-
los hombres prehistóricos, que se había conservado sentó seguido de soldados, levantó fortalezas é hizo
pura de toda mezcla, mientras el resto de Europa matanzas, hasta conseguir que lo nombrasen obispo
vivía ya en pleno avance civilizador. Esta raza de de los territorios cristianizados por él á golpes de
cazadores de mammuts, de bisontes y renos, se había hacha.
corrido hacia el Norte, siguiendo la retirada de los El belicoso prelado murió en un combate con los
animales que constituían su alímontaríón. En su re- bárbaros feligreses, y su sucesor Herloldo, obispo de
troceso había dejado el terreno libre á los arios, pro-
coraza, se preocupó más de las batallas que de los
cedentes de Asia, gentes dotadas de una mentalidad
dogmas, propagando espada en mano la religión de
260 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Cristo, hasta que pereció á manos también de estos Nantes, que expulsó de Francia á los calvinistas, el
diocesanos recalcitrantes. —
Gran Elector de Brandemburgo título que habían
Alberto de Asseiderne, designado como sucesor, —
adquirido los HohenzoUern se apresuró á ofrecer hos-
tuvo que predicar y organizar una cruzada antes de pitalidad en sus tierras, empobrecidas y despobladas
la toma de posesión de su obispado. Los prusci, por su por la guerra de Treinta Años, á estos protestantes
barbarie guerrera y su audacia de invasores, repre- franceses que eran sus correligionarios.
sentaban un continuo peligro para los pueblos vecinos. Los franceses, perseguidos por la intolerancia re-
El nuevo obispo reunió una ilota de veintitrés navios ligiosa, fueron elverdadero elemento civilizador de
con gran número de guerreros, y al frente de esta Prusia. Aportaron su inteligencia cultivada, sus indus-
cruzada entró á sangre y fuego en el país, apoderán- trias, sus estudios, y dieron á las clases superiores del
dose de él y fundando la ciudad de Riga. Para soste- país, en las cuales fueron admitidos inmediatamente,
ner su territorio y asegurar la defensa de sus costas, un barniz de educación. Procedentes de este éxodo
creó la orden de los Caballeros Porta-Paspada, com- fueron los generales y los funcionarios importantes de
puesta de nobles germánicos que habían llegado con apellido francés que luego han figurado en las más
él y á los que distribuyó las mejores tierras. Cristian, altas esfercas de la sociedad prusiana.
otro obispo de Prusia, sustituyó el título de esta orden Los emigrados no llevaron en su trasplante el amor
por el de «Milicia de Cristo»; pero en una batalla que á Francia. El rencor religioso, el odio por las persecu-
duró dos días, los prusci mataron á casi todos los ciones sufridas, se perpetuaron en ellos á través del
caballeros, pues únicamente lograron salvarse cinco. tiempo, como una tradición de cólera devota.
Para mantenerse Cristian en su sede, tuvo que implo- Quatrefages, que también era protestante, lo reco-
rar el auxilio de los caballeros de la Orden Teutónica, noce lealraente.
que se habían hecho famosos en Oriente durante las —
«Esta fusión de franceses y prusianos dice no —
Cruzadas. Así como Europa necesitaba á los Tem- nos creó simpatías en Prusia, sino todo lo contrario.
plarios y otras asociaciones religioso-militares para Puros ó mestizos, los descendientes de los fugitivos
impedir los avances de los infieles de Asia, necesitó por la revocación del edicto de Nantes son prusianos
igualmente el auxilio de los Caballeros Teutónicos de corazón y de sentimientos, lo mismo que sus com-
para vivir á cubierto de los prusci, más temibles por patriotas de antiguo origen. Lo probaron cuando las
su salvajismo que los mahometanos. invasiones de Napoleón. Lo han probado ahora il870)
Estos caballeros, que eran los más bárbaros entre al iniciarse la guerra actual, mostrando su rencor
todos los soldados del cristianismo, y dignos por su contra Francia. En los anatemas que la Prusia pie-
ferocidad del enemigo que iban á combatir, se apode- tista lanza contra la Francia católica, hay sin duda
raron de la Esthonia, la Livonia, la Curlandia, la alguna un eco lejano de nuestras antiguas guerras de
Samoecia, la Pomerelia y la Nueva-Marca, imponién- religión, y bien sabido es qué fuente inagotable de có-
dose á los prusci por sus actos de crueldad y por su len- lera y de odios han encontrado los hombres en una
guaje rudo, que aun hacía esperar peores violencias. doctrina que su fundador resumió en las siguientes
Entre estos conquistadores se encontraban los palabras: «Ama á tu prójimo como á ti mismo.»
llohenzollern, pobres hidalgos procedentes de un pe- » Los franceses
emigrados esparcieron en Prusia el
queño castillo próximo á la Selva Negra, y que busca- uso de nuestra lengua, que es aún familiar á muchos
ron en la Orden Teutónica el medio de librarse de la de sus descendientes, y por esto se encuentran en Ale-
miseria de su hogar. mania, lo mismo en la sociedad civil ([ue en las filas
La invasión de los Caballeros Teutónicos fué todo del ejército, tantos hombres que hablan el francés
lo que llegó de elemento germánico á Prusia, fundién- correctamente, sinel menor acento germánico. Estos
dose con la raza primitiva. alemanes han podido hacerse pasar por compatriotas
Esta orden militar, señora del pais, vivió en un nuestros sin esfuerzo alguno, deslizándose en todas
lujo superior al de los Templarios, desafiando á todos partes, sorprendiendo y traicionando lo que nos con-
los poderes monárquicos y religiosos. Su ortodoxia no venía tener oculto, propagando la indisciplina y la in-
era probada. Habían conquistado el país en nombre surrección.»
de Cristo, y sus Crandes-Maestres vivían paganamen-
te,con rudo boato, cuidándose únicamente de mante-
ner sujetos á los prusci. Al iniciarse la Reforma, el El hombre de la edad de piedra se ha mantenido
superior de la Orden Teutónica, Alberto de Hohenzo- vivo, Según Quatrefages, entre los prusianos, que son
Uern, inclinó á sus compañeros á adoptar las nuevas ahora los directores y dominadores de los demás Es-
creencias. Los HohenzoUern pasaron más tarde de la tados de Alemania poblados por arios.
iglesia de Lutero á la iglesia de Calvino, mientras el Á pesar del desarrollo realizado por las evolucio-
resto de Alemania seguía fiel á la doctrina luterana. nes del tiempo en la bóveda craneal de los prusianos,
La fe religiosa de los primitivos HolienzoUern nunca la base del cráneo de éstos refieja todavía el poder de
fué robusta. los apetitos, siendo igual que en la edad prehistórica.
En 1G85, después de la revocación del edicto de Según Quatrefages, el cráneo moderno que en este
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 261
punto recuerda más el cráneo del hombre fósil encon- res. Cuando más fríamente se examinan sus causas y
trado en la Chapelle-aux-Saints, es el del príncipe de sus medios de ejecución, más se siente el observador
Bismarck. arrastrado hacia los tiempos remotos...
— —
«Los elementos dice que han dado vida al nue- «Para los prusianos, la invasión de Francia HSTO)
vo tipo prusiano, no están enteramente fusionados. A ha sido una cruzada. La han predicado en un lenguaje
pesar de un barniz de civilización, tomado especial- que revela á cada momento una mezcolanza de misti-
mente de Francia, la raza prusiana se halla aún en cismo implacable y de ambiciones frenéticas: espíritu
su edad media. Esto explica sus odios y sobre todo igual al que animaba á los antiguos caballeros teutó-
sus violencias. >
nicos armados contra los sarracenos y los prusci. Em-
El eminente antropólogo, que era un hombre pujar á todo un pueblo contra otro, ;.qué es sino imi-
bondadoso, se apresura á explicarse sobre la dureza tar á los antiguos bárbaros que se arrojaban naciones
de esta alirmación: contra naciones, su-
«Un francés tiene cediéndose como olas,
j-pK^íptjv;:
derecho á no ser otra los unos sobre los
cosa que justo con una otros, contra la civili-
raza que desde hace zación romana y sos-
medio siglo se propo- teniendo terribles due-
ne el aplastamiento y los de vida ó muer-
la supresión de Fran- te?. . . A estos bárbaros
cia; que ha proclama- que hacen sobrevivir
do brutalmente esta la Prusia primitiva,
tm^&^(¿^Mn
BERLÍN BN ITCKJ
el equilibrio de su carácter, pronto á la cólera. Á la Federico componía música y versos franceses, era
primera palabra levantaba el bastón, y hombres, un notable profesor de flauta, y estaba en correspon-
mujeres y niños tenían que sufrir la regia paliza. dencia con los filósofos y los literatos más célebres
8u economía, no menos feroz, llegaba hasta la de París, que enviaban sus últimas tragedias y
le
miseria y el ridículo. Con el bastón iba sondeando tratados históricos. El padre amaba la caza, los
muchas veces los montones de basura que los vecinos granaderos gigantescos, los teatros de muñecos y las
dejaban á las puertas de sus casas. El embajador de sesiones del Colegio Tabáquico con la cerveza á rau-
una gran nación le vio una vez desde sus ventanas dales.
mirar con inquietud en torno de él, y al convencerse Esta disparidad de gustos acababa casi siempre
de que no era observado, inclinarse sobre un montón por atraer sobre sus hijos los golpes del regio bastón.
de basura y extraer un paquete de alfileres olvidado, Algunas veces la cólera de Federico Guillermo I
guardándolo en un bolsillo. adoptaba unos procedimientos que serían increíbles
Su familia era la que peor se alimentaba en Ber- de no atestiguarlos sus contemporáneos. Cuando los
lín. El gran Federico y su interesante hermana con- hijos se mostraban alegres ante un manjar extraor-
taron en sus memorias las privaciones á que se vieron dinario en las parcas comidas de palacio, el rey se
sometidos en los primeros años, por la avaricia apresuraba á
paternal. Cuando el rey deseaba hacer una buena privarles de
comida, se presentaba de pronto en la casa de un este gusto, es-
subdito rico ó en la de algún embajador, invitándose cupiendo en
á la mesa sin consultar la voluntad del dueño. De sus platos.
este modo satisfacía sin gasto el apetito, mientras en El económi-
el palacio su familia engañaba el hambre á la luz de co déspota,
una bujía ante un solo plato, malo y escaso. que se trata-
Todo lujo había sido desterrado de su corte. Odia- ba á sí mis-
ba las ceremonias palaciegas y las costumbres diplo- mo con dure-
máticas. Cuando el déspota paternal estaba de buen za, evitando
humor y quería hacer un derroche, se reunía con sus todo gasto,
íntimos en una sala del palacio á la que llamaba el tenía sin em-
Colegio Tabáquico, y allí, en mangas de camisa, fuma- bargo una afi-
ban numerosas pipas, consumiendo la cerveza en ción dispen-
vasos enormes. diosa, que le
Lo que más le irritaba era la educación de sus hacíaincurrir
hijos,de gustos refinados y grandes entusiastas de la en grandes
cultura francesa. Su hija, la futura Margravina de despilfarros.
Baireuth, era letrada y música, mostrando en sus car- Amaba los
tas y sus conversaciones una delicadeza de artista. hombres de fbdbrico Guillermo i
HISTOUIA UE LA GUERRA EUROPEA DE 19i4 265
estatura enorme; queria juntar en su reino todos los cantidad de versos. Durante toda su vida, en medio de
gigantes del mundo; sentía una admiración irresistible lasmás absorbentes ocupaciones militares y políticas,
por los soldiidos aparatosos. Este monarca pobremen- conservó siempre esta afición á las letras francesasy á
te vestido é incapaz de costearse un traje nuevo, se sus representantes. Discípulo de los filósofos enciclope-
extasiaba ante todo lo que brilla y sirve de imponente distas, y especialmente de Voltaire, por el que mostró
é inútil adorno en un ejército. Los granaderos del rey siempre una admiración fervorosa, amaba á F"rancia
de Prusia fueron célebres en el mundo. Jamás hubo como una patria intelectual, diciendo que el titulo de
soldados de estatura tan enorme y vestidos de un francés significaba para él librepen-iadur. Un año an-
modo más teatral. Federico (Guillermo I no los empleó tes de subir al trono escribía á Voltaire: «Si la Provi-
en ninguna guerra, pues siempre vivió en paz, au- dencia fuese tan sabia como dicen, los Newton, los
mentando las existencias del tesoro nacional. Pero se Locke, los \'oltaire y otros sabios deberían ser los
recreaba en la contemplación de esta reserva de fuer- monarcas del universo. »
za, haciendo desttlar y maniobrar automáticamente Su padre, Federico Guillermo, enemigo de toda
unos regimientos compuestos de cultura intelectual y que se
hombres cuya estatura pasaba irritaba ante los gustos del jo
de dos metros. ven príncipe, hasta el punto de
No le bastaron para estas tro- abrumarlo con los peoi-es trata-
pas los gigantes de su pais. mientos, le obligó á una tentati-
Cuando tenia noticias de que en va de fuga, que fué castigada
un P'átado alemán, en Suiza ó en con el suplicio de uno de los que
Francia, habia un hombre nota- favorecieron este proyecto.
ble por su tamaño, el rey expe- Federico fué enviado por su
rimentaba una emoción de ena padre al ejército imperial que
morado. Cartas, ofrecimientos mandaba el
principe Eugenio, y
de dinero, emisarios para que volvió de esta campaña visible-
viniese á figurar entre los gra- mente disgustado de la carrera
naderos de Prusia. Algunas ve- de las armas. Quería ser un filó-
ces, si el gigante se negaba á solo: aborrecía la profesión de
tales proposiciones, el rey lo ha soldado. Su padre le casó contra
cia raptar como si fuese una bel- su voluntad con una princesa de
dad, incorporándolo ásuguardia. Brunswick, y esta unión jamás
Al morir en 1740, el estado fué cordial ni tranquila. Mien-
económico de Prusia era mejor tras vivió Federico Guillermo,
que nunca. No habia hecho nada elpríncipe se mantuvo retirado
grande durante su reinado, pero en el castillo de Rheinsberg, for-
si muchas cosas útiles. Su actua- mando una pequeña corte de sa-
ción no fué gloriosa, pero lo pre- bios y literatos y sosteniendo
PBDBRICO 11 EL (IKANDB
paró todo, amontonando econo- una nutrida correspondencia con
mías y organizando un ejército, loshombres más notables de la
para que su hijo engrandeciese Prusia y ocupase una época, especialmente con \'oltaire. En este periodo
alta posición en la Historia. produjo la más curiosa de sus obras, que revela una
opinión personal completamente distinta de las ideas
y procedimientos que sostuvo luego como rey. Fué
Federico II fué el más délos llohenzollern.
ilustre una refutación de El Principe, el famoso libro de Ma-
Durante su gobierno el pequeño reino de Prusia alcan- quiavelo. En este trabajo protestó enérgicamente con-
zó el rango de potencia europea, agrandándose con tra los principios despóticos, glorificados por el escri-
nuevos territorios y haciendo frente á una coalición tor florentino, trazando un retrato de lo que debía ser
de las naciones más poderosas, alarmadas por la au- un rey moderno, educado por la filosofía. Sus ilusiones
dacia militar y la tenacidad de su soberano. eran las mismas de Platón y muchos utopistas que
Este principe, que había de ser uno de los más consideraban posible la existencia de un rey filósofo.
grandes capitanes de la época moderna, mostró gran Voltaire, entusiasmado por este trabajo de su regio
aversión en su juventud por la carrera militar. Lo discípulo, lo publicó con el título de El Anti-Maquia-
habían educado preceptores franceses, y tanta afición velo en 1740, año en que Federico subió al trono de
mostró por la literatura, las ideas, las costumbres y Prusia. Este libro, que tantas esperanzas hizo conce-
las modas de Francia, que su rudo
padre le llamaba bir á los filósofos y escritores de la época fué consi-
siempre el petimetre. La lengua francesa fué su lengua derado luego por su autor como una calaverada de la
natural, escribiendo en ella libros de filosofía y de juventud. Federico II, que habia de hacer todo lo con-
historia, asi como casi todas sus cartas y una regular trario de lo preconizado en su obra, siendo un practi-
i3
266 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tán de imperturbable sereni-
dad que no se intimidó nunca
ante el número de los enemi-
gos y supo conseguir la vic-
toria con fuerzas inferiores.
A los dos años de ocupar el
lla, sus astucias diplomáticas y sobre todo las disen- de ciencia más notables del extranjero. Invitó á vivir
siones de los enemigos, le sacaron del mal paso. Este en su palacio, como alegres camaradas, á varios es-
discípulo de los filósofos, que estudió el arte de la gue- critores célebres, y especialmente á Voltaire. Las
rra en los mismos campos de batalla, comenzó sus cenas del palacio de Postdam fueron famosas. El rey
glorias de conquistador con poca brillantez. En los filósofo y sus ilustres amigos hablaban de sobremesa
primeros combates experimentó grandes miedos, se- sobre toda clase de cuestiones literarias y políticas.
gún propia confesión, y una tendencia á la fuga que Al mismo tiempo, este cenáculo era de una libertad
apenas pudo resistir. Fueron sus generales los que de costumbres inaudita, permitiéndose bromas y or-
ganaron las primeras batallas. Pero el hábito del ganizando fiestas que es imposible narrar. Al fin \'ol-
combate y los esfuerzos de una voluntad enérgica taire y otros de los huéspedes se indispusieron con su
consiguieron dominar los nervios de esta naturaleza regio amigo. A pesar de que en las cenas de Postdam
de artista, y en adelante Federico II fué el gran capi- reinaba la más completa igualdad entre los convida-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 267
dos, ciertos escritores, pormás que hacían para iiala- riosos, Federico II estaba en una situación desespera-
gar no logrulian en ciertos momentos disimu-
al rey, da: los enemigos habían invadido sus territorios; Ber-
lar la superioridad de su inteligencia, y Federico, con lín se veía saqueado; el reino de Prusia iba á perecer,
fríos sarcasmos, les hacía recordar sus diferencias de cuando un cambio de soberano en Rusia rompió la
rango. La ruptura del rey con Voltaire tuvo la reso- coalición, favoreciendo la paz. Federico pudo salir de
nancia de un suceso europeo. Federico se vengó de su este conflicto con las grandes potencias de Europa,
ilustre amigo infligiéndole toda clase de pequeñas conservando definitivamente la Silesia, que había sido
molestias antes de que abandonase sus Estados, y el el objetivo de la primera de sus guerras, y gozando
célebre escritor le contestó hablando con venenosa una reputación europea de primer estratega de su
Años después, el gran
ironía de sus vicios secretos. tiempo. Los siete años de guerra habían empobrecido
monarca prusiano, que no podía vivir en mala inteli- su país, y tuvo ([ue dedicar el resto de la vida á
gencia con su ídolo, hizo toda clase de gestiones para reedificar las ciudades y pueblos destruidos, dando
restablecer la amistad, pero Voltaire, aunque reanudó un impulso enérgico á la agricultura y la industria.
su correspondencia con Federi- Todavía antes de su muerte
co, no quiso nunca volver á agrandó el territorio nacional,
Berlín. poniéndose de acuerdo con Aus-
La permanencia de estos tria y Rusia para realizar el
hombres notables en la capital primer reparto de Polonia, enor-
del reino prestó grandes servi- me injusticia que llevó adelan-
cios á la civilización de Prusia. te sin que sintiese el menor es-
La mayoría de los huéspedes crúpulo su alma de filósofo.
ilustres se compuso de france- Este hombre que había debuta-
ses, y francesa fué también la do como escritor combatiendo
cultura que impuso Federico á Maquiavelo, se mostró en sus
á las clases superiores de su actos diplomáticos como uno de
reino. sus más hábiles y aprovecha-
De 1756 á 1763 se desarrolló dos discípulos.
laguerra llamada de Siete Años, Todos los historiadores com-
elperíodo más brillante y peno- paran á Federico con Napoleón,
so de Federico IL Casi toda y algunos, como Michelet, lo
Europa se había coligado con- consideran superior, alegando
tra él, viendo un peligro en este que el general Bonaparte en-
monarca audaz y ambicioso contró al empezar sus campa-
que no sentía respeto alguno ñas un ejército entusiasmado
por la palabra empeñada ni por por los triunfos de la Revolu-
las firmas que ponía al pie de ción y preparado por Massena,
los tratados. Francia, Austria, lloche y otros vencedores, mien-
ESTATUA DB FEDERICO EL GRANDE EN BERLÍN
Sajonia y Rusia hicieron una tras que Federico tuvo que
alianza contra él. Fué una gue- crearlo todo al frente de un
rra semejante por su extensión á la de 1914 que ha ejército que no se había batido nunca, y se vio obliga-
provocado el descendiente de Federico II, pero con do á defenderse en un país sin fronteras determinadas.
una enorme diferencia en el número de las tropas y Lo más admirable en Federico II fué su poderosa
los medios de destrucción. voluntad, que le sostuvo así en las cosas militares
El monarca prusiano estuvo próximo muchas ve- como en las de la vida ordinaria. Este literato dice —
ces al aplastamiento final. Su actividad, su valor y su un historiador — este filósofo (pues en el fondo de su
,
genio le salvaron siempre en el último instante, pero natunileza no era otra cosa, quiso ser soldado y lo
también contribuyó de un modo notable á su salva- fué con toda convicción, porque aunque profesaba
ción la escasa valía de los generales que tuvo en- cierto deísmo volteriano, creyó siempre que el hom-
frente, muchos de ellos elegidos por las intrigas de bre sólo debe contar con su propio esfuerzo, sin espe-
corte y las favoritas de los reyes. En las diez y siete rar ningún auxilio sobrenatural. De aqui su tenacidad,
grandes batallas que tuvo que dar, se vio vencido las su energía, su prodigiosa fuerza para el trabajo y su
más de las veces, pero también consiguió ruidosos des- constancia en los reveses.»
quites cuando sus enemigos le creían aplastado, espe- El amor que sentía por Francia se mantuvo firme
cialmente en Rosbach, donde dispersó al ejército fran- entre los vaivenes de la política. El hombre más gran-
co-alemán mandado por Soubise, un general sostenido de de Prusia fué un francés de corazón. Hasta en la
la Pompadour, y en
por Leuthen, serie de maniobras época ([ue hacia la guerra contra ella no mostró ren-
admiradas por Napoleón, y que dio origen á todo un cor alguno. Después de la victoria de Rosbach hizo
sistema de estrategia. Á pesar de estos esfuerzos glo- recoger y cuidar con escrupulosidad á los heridos
268 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
franceses é invitó á su mesa á los oficiales prisioneros. éstos asustan á cualquiera y á mi edad no los juzgo
— Perdonad, —
señores, la escasez de comida dijo convenientes.»
alegremente
— , pero no os esperaba tan pronto y en Su capacidad para el trabajo fué tan enorme y
tanto número. monstruosa como sus buenas facultades y sus vicios.
Y volviéndose á los generales de su Estado Mayor, El historiador inglés Macaulay dijo de él con asom-
añadió: bro: «No contento con ser su primer ministro, Fede-
—No puedo acostumbrarme á mirar á los franceses rico acabó siendo su único ministro. No tuvo jamás
como enemigos. necesidad de un líichelieu ó un Mazarino, ni siquiera
No hubo en él nada de esa jactancia que es habi- de un Colbert, de un Louvois ó de un Torcy. Una es-
tual en los grandes personajes históricos. ÍMintió mu- pecie de pasión insaciable por el trabajo, una necesi-
cho en su vida y á su palabra en las negocia-
faltó dad de ordenarlo todo, de mezclarse en todo, de hacer
ciones diplomáticas; pero fué franco y veridico al sentir su poder, así como el desprecio profundo y la
relatar sus victorias y sus descalabros, lo que tampo- desconfianza que le inspiraban sus semejantes, le im-
co es común en hombres pidieron siempre el soli-
de su clase. De los triun- citar consejos, confiar
fos habló con sencillez y secretos importantes y
modestia, y al confesar delegar poderes. Los pri-
sus derrotas no preten- meros funcionarios del
dió excusarlas con forza- instado fueron bajo su
dos pretextos. Nunca di- gobierno simples depen-
simuló el número de sus dientes, á los cuales no
muertos y prisioneros, concedió mayor confian-
amigo. Refiriéndose á los intentos del rey de Prusia Al morir Federico II en 1786 á consecuencia de
para reanudar la antigua amistad, dijo asi Voltaire: una hidropesía, como no tenía hijos le sucedió en el
«Me ha escrito ofreciéndome todos sus favores, pero trono un sobrino, que tomó el titulo de Federico Gui-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 269
llermo II. Encontró la nación repuesta de las pérdi- el imperio francés, pero la gran victoria de Austerlitz
das sufridas en las guerras anteriores, con el tesoro loimpulsó de nuevo á la prudencia, manteniéndose en
público repleto, el ejército en buen estado, y una paz buenas relaciones con Napoleón. Sin embargo, no era
con los vecinos que hacia de Prusia el arbitro de la posible vivir en paz con este conquistador, cuyas pre-
Europa central, l'ero el nuevo rey, como los llohen- tensiones resultaban insufribles, como las de todos los
zollern (lue vinieron después, no supo seguir las hue- hombres de guerra favorecidos por la suerte. En 1806
llas del gran Federico, derrochando en locas prodiga- Prusia acabó por declarar la guerra á Francia, siendo
lidades la fortuna de Prusia y comprometiendo á ésta esta lucha tan corta como ruinosa. En el espacio de
en guerras ruinosas, sin utilidad. Defensor fervoroso cinco días Napoleón derrotó á los prusianos en .lena
del absolutismo monárquico y alarmado por los pro- y entró victorioso en Berlín. Federico Guillermo III
gresos de la Revolución francesa, fué el principal se vio despojado de sus Estados y confinado en Memel.
organizador en IT'.H de la coalición de Pilnitz, hacien- Su esposa, la bella reina Luisa, mujer de grandes
do marchar su ejército contra los batallones de volun- energías, le acompañó en la desgracia, intercediendo
tarios organizados por personalmente con Na-
la Convención, que le poleón en aquel momento
infligieron la primera angustioso para que no
derrota en Valmy segui- los despojase por siom
da de otras muchas. Tres pre de la corona de Pru-
años después tuvo que sia. Pudieron conservar-
miento, instaurada y favorecida por el gran Federico, Hardenberg, se dedicó á regeneración de Prusia,
la
sufrió numerosos ataques del nuevo monarca, que estableciendo leyes liberales y reorganizando radical-
asustado por los progresos de la Revolución francesa, mente la administración. La juventud de las universi-
estableció la censura y otras leyes retrógradas. dades y los profesores patriotas, como Fichte, ayuda-
En 1797 le sucedió su hijo mayor, tomando el titulo ron poderosamente á este renacimiento. Todos los
de Federico Guillermo 111. Siendo principe había mar- bienes eclesiásticos y de las órdenes religiosas fueron
chado con su padre al ejército del Rhin para hacer la vendidos, así como los pertenecientes al Estado.
guerra á la República, distinguiéndose por su valor, Con estas medidas el rey de Prusia consiguió
pero al ocupar el trono quiso vivir en paz, respetando restablecer el bienestar de su país, fortaleciendo el
el tratado de Basilea. Suprimió muchas de las leyes ejército con una juventud entusiasta. A pesar de esto
reaccionarias del anterior reinado, asi como la cen- tuvo que plegarse por mucho tiempo á las exigencias
sura, y se propuso trabajar únicamente por la pros- todopoderosas de Napoleón, que pesaba entonces sobre
peridad interna de I'rusia. Las convulsiones á que se la libertad y la dignidad de los pueblos con el mismo
vio sometida Europa en aquel entonces por la ambi- despotismo insufrible que ha mostrado Prusia un siglo
ción del imperialismo napoleónico, no le permitieron después.
mantenerse en una situación tranquila. Alejandro I, l'ara vivir en paz, Federico Guillermo tuvo que
emperador de Rusia, personalmente á Berlín para
fué aceptar en 1812 un tratado de alianza defensiva y
hacerle entrar en la tercera coalición europea contra ofensiva ajustado en París con Napoleón. En virtud de
270 VICENTE BLASCO IBANEZ
este compromiso, habiendo estallado poco después la célebre por su belleza y su energía. De esta esposa,
guerra entre Francia y Rusia, el monarca prusiano que murió en 1810 sin presenciar la regeneración de
tuvo que enviar al emperador 30.000 hombres, manda- la Prusia vencida, tuvo Federico Guillermo siete hijos,
dos por el general York, que figuraron en el llamado siendo los dos primeros Federico Guillermo IV, que le
«(irán Ejército». Al ocurrir la famosa retirada de sucedió en el trono, y Guillermo 1, que habia de ser
el fundador del moderno imperio alemán.
Rusia, las tropas prusianas abandonaron á Napoleón,
uniéndose á los rusos. Llegaba para Federico Guiller-
mo la hora de la venganza. Su pueblo iba á resarcirse
de las humillaciones que le habia hecho sufrir el im- Estos dos hijos de Federico Guillermo y de la reina
perialismo francés, atropellador y arbitrario como Luisa guardaron siempi-e una triste impresión de su
todos los imperialismos. El rey de Prusia se unió á la niñez, transcurrida en las horas más difíciles para su
coalición formada contra Napoleón por todos los mo- familia y su patria. Habían presenciado, al adquirir el
narcas de Europa y que dirigía el zar Alejandro I. El uso de su razón, los llantos desesperados de la hermo-
Pero estos intentos de liberalismo encontraron una mación de la segunda República. El movimiento de
poderosa resistencia en la reina Elisabet, franca- París repercutió en Prusia. El pueblo se levantó vigo-
mente reaccionaria, y que liguraha al frente de los rosamente ante la monarquía, cortando las calles de
absolutistas de Prusia. Federico (Tuillermo, á seme- Berlín con barricadas y batiéndose contra las tropas
janza de su padre, vivió dominado por su esposa. Uno reales. Del 17 al 19 de Marzo, en tres jornadas san-
y otro fueron hombres valerosos y de reconocida inte- grientas, los cañones abrieron grandes claros en la
ligencia, pero sin voluntad ante sus mujeres y some- muchedumbre revolucionaria, pero ésta se embra-
tiéndose á exigencias políticas de éstas en el interior veció cada vez más, preflriendo morir á declararse
del hogar. Segura de su imperio sobre el monarca, la vencida.
reina Elisabet obligó á los ministros á abandonar sus Federico Guillermo se dio cuenta por primera vez
carteras ó someterse á su dirección. Ella, a su vez, de que esta revolución, de la que se burlaban sus con-
como católica, estaba dirigida y sostenida por los sejeros, no era un juego infantil, y repeliendo la tutela
jesuítas, que se exhibían francamente al lado de su aisladora en que le mantenía la reina, bajó á la calle,
regia protectora. La libertad de enseñanza fué restrin- solo, sin guardias, fraternizando con los revoluciona-
gida considerablemente, la prensa se vio objeto de ríos, anunciándoles su propósito de cambiar de minis-
persecuciones, y los hombres nota- tros, reconociendo la legitimidad de
bles que el rey habia llamado á su sus reclamaciones. Sus promesas de
consejo se apartaron de él, sabiendo dar una Constitución con la respon-
de antemano que su ruina era segura sabilidad de los ministros y el esta-
si no obedecían las órdenes de la reina. blecimiento de la unidad alemana,
El débil Federico (Guillermo dejó apaciguaron los ánimos é hicieron
que poco á poco apartasen de su lado cesar el combate. De vuelta á su pa-
á los hombres de mayor confianza. La lacio, llamó á respetables personajes
camarilla reaccionaria le presentaba del liberalismo para que formasen el
sus enemigos habían huido. Los consejeros de la reina Austria tenia la presidencia, lo que le hacia figurar
estaban lejos. El adversario más temible, el principe como director de la Confederación; pero en realidad
Guillermo, hermano del rey, que era la espada de la su influjo no era importante, ni deseaba fortalecer
reacción, había emigrado á Londres, sabiendo que su esta asociación, prefiriendo que continuase el fraccio-
presencia volvería á sublevar al pueblo. namiento y divergencia entre los numerosos Estados.
El futuro Guillermo fundador del Imperio ale-
I, La constitución de un imperio alemán que reno-
mán y gran héroe nacional, era en 1848 el personaje vase el antiguo poderío germánico fué el ensueño
más odiado en toda Prusia El pueblo le había dado el generoso de una mayoría de los representantes de la
apodo de Principe Metralla, porque en diversas oca- Dieta de Francfort. Pero bajo la influencia de las
siones manifestó su deseo de contestar á metrallazos ideas que esparció por toda Europa la revolución de
las peticiones en favor de una Constitución. En his París en 1848, querían un imperio liberal y democrá-
tres jornadas revolucionarias había animado y dirigi- tico, fijando sus ojos en Prusia, por desconfiar de la
do á las tropas que acuchillaban al vecindario de vieja y despótica Austria.
Berlín. Un año después de la revolución de Berlín, en
Transcurrió el tiempo, y la monarquía, con sus dé- Marzo de 1849, laDieta de Francfort eligió al rey de
biles reformas, engañó una vez más Prusia emperador de Alemania, ro-
la confianza pueril del pueblo. Los gándole que aceptase esta corona y
i-eíiceion arios se apoderaron de los unificase bajo su cetro los pueblos
gún cuidado, para prestar su apoyo cérselo. La reina habia influido mu-
al despotismo. La aristocracia do- cho en esta decisión. Además se
minó en todos los consejos. La re- opuso enérgicamente el príncipe Gui-
forma más importante consistió en llermo, á pesar de que el imperio
crear una Cámara de Pares, lo que alemán era la ilusión más tenaz de
equivalía á una burla para el pueblo. su vida, como lo demostró después.
El ministerio Manteuffel cometió
toda clase de violencias y hasta de
crímenes para aterrar á los liberales. El futuro Guillermo I, emperador
Un acto de la Dieta reunida en de Alemania, no podía transigir con
FEDERICO GUILLERMO IV
Francfort, como representante de la nada que procediese del espíritu po-
Confederación Germánica, sirvió pular y los partidos liberales.
para demostrar el espíritu reaccionario de la corte de La educación puramente militar recibida en su
Prusia, más atenta á la conservación de su poder ab- niñez y los sucesos que presenció en los primeros
soluto que al engrandecimiento del país. años durante los infortunios sufridos por sus padres,
En 1815, luego de la caída de Bonaparte, los di- decidieron para siempre el carácter de su política, que
versos príncipes soberanos y las ciudades libres que tanto ha influido en la de sus sucesores.
se repartían el suelo de Alemania habían hecho una Cuando su hermano el rey reunió en 1847 los Esta-
Confederación para sostener en adelante la indepen- dos generales de Prusia, él tomó asiento en el grupo
dencia é inviolabilidad de sus Estados. Las invasiones reaccionario que se titulaba el «Partido de la Cruz».
y atropellos del imperialismo napoleónico los habían Ya hemos visto cómo la impopularidad obligó á expa-
aleccionado, demostrándoles la necesidad de corregir triarse al Principe Metralla. Al volver á Berlín sólo se
el fraccionamiento alemán con una común inteligen- dignó aparecer de tarde en tarde en la Cámara pru-
cia. La asamblea directora de esta Confederación siana. No obstante estar compuesta en su gran mayo-
Germánica se titulaba la Dieta de Francfort, por re- ría de elementos conservadores, la juzgaba demasia-
unií'se en ciertas épocas en la mencionada ciudad. do revolucionaria. En cambio fué el alma de los con-
El emperador de Austria y el rey de Prusia figura- sejos del rey, luchando enérgicamente desde el palacio
ban en la Confederación por sus posesiones que ha- con la naciente democracia prusiana, á la que aplastó
bían pertenecido al antiguo imperio germánico. El rey definitivamente diez y ocho años después, siguiendo
de Dinamarca entró también en ella como soberano los consejos de Bismarck, con la victoria militar de
del ducado de Ilolstein, y el rey de los Países Bajos Sadowa.
(Holanda) como dueño del Gran Ducado de Luxem- Cuando el triunfo momentáneo del pueblo impuso
burgo. Los numerosos reyes y príncipes alemanes, así Hohenzollern una Constitución en Diciem-
al fin á los
como los magistrados-presidentes de las ciudades li- bre de 1848, Guillermo vio en esto un insulto á la mo-
bres, formaban el resto de la asamblea. El imperio de narquía, aceptando como un desquite el encargo de ir
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 273
á pacificar con una intervención armada el ducado de En 184'J la voluntad de Prusia fué extinguir el
Badén, cuyo gobierno habían expulsado los revolucio- espíritu revolucionario alemán, y con tanto encono
narios. El Príncipe Metralla se vengó de las con- realizó su obra, que nunca ha vuelto á levantar la ca-
trariedades sufridas en Berlín castigando á los baden- beza. Una serie de catástrofes ensangrentaron Alema-
ses con una crueldad de la que guardaron larga me- nia. La Dieta de Francfort fué dísuelta y la Constitu-
moria. ción alemana suprimida por la fuerza militar. Los
Al ofrecer la Dieta de Francfort la corona impe- parlamentarios arrojados de Francfort se refugiaron
rial á su hermano, el principe fué el que manifestó en Stuttgart, pero también los buscó en este retiro la
una oposición más tenaz. Aceptar este ofrecimiento voluntad reaccionaria de Prusia y Austria, obligán-
significaba una guerra inmediata con Austria, pero dolos á disolverse. En el ducado de Badén y en el
esto no podía infiuir en las decisiones de Guillermo. reino de Sajonia los revolucionarios proclamaron la
Lo que él consideraba inaceptable era recibir el Impe- República. Ya hemos dicho cómo el futuro Guiller-
rio de manos del partido nacional alemán, que era al mo reprimió y castigó la insurrección hádense. En
I
mismo tiempo el partido de la revolución. Por esto no Dresde la naciente República fué atacada y vencida
vaciló en sacrificar á sus principios inflexibles de go- por las tropas prusianas, y sus organizadores sufrie-
bierno sus ambiciones personales y ron crueles castigos. En esta revolu-
las de su familia. Deseaba crear la ción de Dresde, figuraron al lado del
Alemania única, pero prefería una gobierno republicano el célebre agi-
espera incierta á la realidad inme- tador ruso Miguel Bakounine y Ri-
diata ofrecida por los revoluciona- cardo Wágner, maestro de capilla
rios.Antes que gobernar el país por de la corte de Dresde.
lavoluntad del mismo país, prefirió Al mismo tiempo que la monarquía
aconsejar la alianza con Austria de Prusia marchaba de acuerdo con
para aplastamiento del naciente
el el Imperio austríaco para combatir
espíritu revolucionario en los Esta- las aspiraciones populares, conspira-
dos alemanes. ba contra éste para anular su in-
Este hecho caracteriza toda la po- fluencia en el territorio alemán. Fe-
lítica de Guillermo. Como dice un derico Guillermo, aconsejado por su
autor, «jamás la Historia ha dado á ministro Radowitz, quiso formar en
conocer un partidario más firme y la Alemania del Norte, de acuerdo
más indomable del despotismo del con los reyes de Hanóver y Sajonia,
derecho divino». Guillermo, además, una Confederación Germánica en la
pertenecía á la secta de los pietis- que no entrase Austria, convocando
GUILLERMO I
tas, estableciendo entre su fe reli- para esto un parlamento en Erfurth.
giosa y su conducta como gobernante La reina Elisabet, traicionando á
una armonía absoluta. La intervención de Dios en su marido, hizo conocer estos manejos á la corte aus-
todos los sucesos humanos le parecía evidente. Las tríaca, que protestó enérgicamente amenazando con
medidas más enérgicas de su política implacable las la guerra. Federico Guillermo tuvo miedo y se avistó
creyó en todos los momentos inspiradas por la divini- con el emperador de Austria en Olmütz, sufriendo
dad. En cada uno de sus actos vio el cumplimiento de grandes humillaciones. El emperador insistió en sus
un decreto de la Providencia. Admiró su propia espada amenazas de una guerra inmediata si no se restable-
como un instrumento de Dios para la salud del mundo. cía la Confederación Germánica tal como estaba antes
Esta mentalidad y esta fe dura é implacable del de la disolución de la Dieta de Francfort, ó sea bajo
futuro emperador de Alemania, sirven de explicación la presidencia de Austria y sometiéndose Prusia á su
á muchos actos de su nieto Guillermo IL dirección.
Federico Guillermo volvió á su reino humillado y
vencido. Austria pudo ejercer sobre toda Alemania
El espíritu democrático sólo hizo en la historia de una preponderancia sin límites, estableciendo un sis-
Alemania una aparición rápida y única entre 1848 tema de persecuciones políticas que se hizo sentir
y 1849. La monarquía de Prusia por un lado y el Im- hasta en el interior de Prusia.
perio de Austria por otro, aplastaron la revolución. Desde este momento i'Vderico Guillermo quedó
Prusia hizo más. La política posterior de Guiller- anulado, debilidad mental, que se había revelado
."^u
mo I y de Bismarck, halagando los instintos belicosos desde poco antes, se agravó consideral)Iemente. La
y vanidad militar de los alemanes y distrayéndo-
la reina Elisabet supo valerse de esto para gobernar Pru-
los con empresas guerreras, impidió para siempre que sia con arreglo á sus caprichos políticos, ayudada por
persistiesen en sus aspiraciones revolucionarias, tole- elministro Manteuffel, representante de la reacción.
rando su servidumbre interior á cambio de la gloria Así transcurrieron varios años, teniendo que huir del
de conquistar y dominar á otros pueblos. país todos los hombres de ideas liberales. El rey vivía
94
274 VICENTE BLASCO IBANEZ
mente, y hubo que dar un decreto nombrando al prin- ró que era monarca «por la voluntad solamente de
cipe Guillermo, hermano del rey, gobernador del Dios», dando á entender con esto el poco caso que ha-
pais, con el titulo de regente por un periodo de tres bla de hacer en adelante de una asamblea cuyos po-
meses. A la expiración de este plazo la regencia fué deres eran de procedencia menos elevada que los
prolongada por otros tres meses, después por seis, y suyos, pues provenían del pueblo.
luego indefinidamente, hasta que el desventurado Fe- La Cámara de representantes respondió á este reto
derico Guillermo murió en Enero de 1861 en el casti- nombrando presidente á Hagen, jefe de la oposición, y
llo de SansSouci, cerca de Postdam. negándose á votar los
presupuestos presentados por el
La reina Elisabet y sus ministros conspiraron gobierno. El ministerio tuvo que dimitir, y Guillermo I
contra el regente, pero éste, á pesar de sus firmes dio un decreto inmediatamente disolviendo la Cámara.
convicciones en favor del despotismo, hizo lo que Iba á empezar el combate entre la Prusia demo-
monarcas
todos los crática y este rey
cuando se ven en tenaz, convencido
peligro, halagando firmemente de su
al país con medidas derecho divino y
de momentáneo li- refractario á admi-
beralismo. Al ser tir el derecho del
Este estudiante se llamaba Otto Eduardo Leopol- Después que se marchó el estudiante, iba á olvi-
do de Bismarck. Había nacido en 1815 en la vasta darse zapatero de tal visita, cuando un muchacho
el
llanura de arena del antiguo Branderaburgo, cubierta se detuvo ante la puerta de la tienda gritando con voz
de sombríos bosques de pinos y helada ))or duros y lúgubre:
largos inviernos. Era un hidalgo campesino, un «jun"
— ¡Desgraciado! No olvides las botas del señor de
quer», como los llaman en Prusia, y tenía por aseen' Bismarck.
dientes una serie de rudos jinetes de cabeza dura, Y de hora en hora se fué repitiendo el aviso, siem-
grandes cazadores y grandes bebedores. Uno de ellos pre con voz sepulcral y con iguales palabras. Estos
había sido excomulgado por fundar una escuela laica mensajeros los enviaba Bismarck para recordar al
en tiempos que la educación era el privilegio de los artesano su promesa. Cuando á las diez de la noche
monasterios. Otro, que desempeñó altos cargos políti- cerró la tienda con el propósito de acostarse, sonó en
cos, hizo grabar en su tumba esta simple inscripción: la calle un gran estrépito. Eran los ladridos de los pe-
Nicolaus de Bismarck, miles. Para la familia, el título rros feroces de Bismarck y la voz del estudiante, que
de militar era el más honorífico. Todos habían sido decía con el tono de una aparición de ultratumba:
soldados y famosos caballistas, pero se distinguieron — ¡Zapatero de mi alma! Tu vida está amenazada.
al mismo tiempo por una astucia más grande aún que ¡Piensa en tu familia!
su audacia, acompañando la dureza del puño El zapatero pasó toda la noche ocupado
de hierro con una gran habilidad para los en las botas del señor de Bismarck, dejando
negocios. incumplidos los encargos de otros clientes de
Otto de Bismarck había heredado estas mayor importancia, y el estudiante pudo ir
mente aumentadas, lo que comunicó á su ju- sus amigos, que habían dudado de que pu-
ventud una exuberancia atropelladora y un diese conseguirlo.
ban á los burgueses con sus farsas terribles, ciones de derecho del ilustre Savigni. Pasa-
se vieron sobrepasados inmediatamente por ba el día ó la noche en las tabernas de estu-
este junquer de diez y siete años venido di- diantes, bebiendo, fumando y batiéndose á
rectamente de su castillo de Schoenhausen. sable. En los nueve meses de un curso uni-
Varias extravagancias ruidosas le hicieron SILUETA DB BIS- versitario tuvo veintiocho duelos. Bien es
MARCK CUANDO
ser llamado á los pocos días por el rector verdad que los duelos entre estudiantes ale-
BRA BSTUDIANTB
para sufrir una reprimenda, y el joven Bis- manes no son mortales, pues todos los golpes
marck compareció ante el severo tribunal van dirigidos únicamente contra el rostro.
universitario vestido grotescamente, con la pipa en Pero en los veintiocho encuentros Bismarck tocó casi
la boca y acompañado de un par do dogos feroces que siempre á sus adversarios y sólo recibió una herida,
enseñaban los babeantes colmillos libres de bozal. El cuya cicatriz se mantuvo visible en uno de sus carri-
futuro sostenedor del orden guardó toda su vida en el llos. Su buena suerte en el juego de las armas le infun-
fondo del carácter esta insolencia estudiantil, refrac- dió un confianza insolente.
taria á las imposiciones de la autoridad. Como bebedor no fueron menores sus proezas, dis-
Una de sus bromas feroces quedó por muchos años tinguiéndose entre la turba universitaria, una de cu-
en la memoria de los habitantes de Gottinga. Invitado yas hazañas corrientes es absorber de un solo golpe, á
á un baile, al que habían de asistir las señoritas más la voz de mando, un litro de cerveza. Bismarck conser-
elegantes de la población, Bismarck encargó al pri- vó toda su vida esta sed de estudiante. Siendo prínci-
mer zapatero de Gottinga un par de botas altas de pe del Imperio, Gran Canciller y arbitro de los desti-
charol, como las que todavía usan los estudiantes ale- nos de Europa, le acompañaron, lo mismo en la gue-
manes cuando visten el uniforme tradicional. Eran rra que en la paz, y así en el palacio como en el
muchos los encargos que había recibido el zapatero, y campamento, la pipa siempre encendida y el vaso
el joven Otto se enteró la víspera de la fiesta, por las siempre lleno. Después de beber cerveza tomaba
burlas de sus amigos, de que el industrial no pensaba coñac para «cocer» la cerveza en el estómago. Luego,
cumplirle su promesa. para «cocer» á su vez el coñac, volvía á tomar cer-
Acompañado del par de dogos se presentó en la veza. Y así continuaba bebiendo, sin que estos líqui-
zapatería, y dijo al dueño con extremada amabilidad: dos produjesen la menor alteración en su cabeza sóli-
— Señor, ¿ve usted estos perros? Pues bien; le juro da, pues más bien parecían excitar sus facultades.
que mañana mismo por la noche lo despedazarán en Cansado de ser estudiante de derecho entró en 18.38
quinientos mil pedazos si no me entrega mis botas. como subteniente en los coraceros de la Guardia,
Y los dogos rugían sordamente mirando al zapa- pero este gran apologista de la disciplina, que sometió
tero, como si apoyasen las palabras de su amo. á su país á un régimen de cuartel y preconizó para los
276 VICENTE BLASCO IBANEZ
demás pueblos el mismo procedimiento, no pudo sopor- Sólo entonces sonrió con un suspiro de desahogo, mur-
tar nunca la supeditación militar. Le gustaba ser sol- murando: «Ahora me siento mejor.»
dado: pero soldado para mandar, no para obedecer. Toda su vida el antiguo hidalgo del campo gustó
Lo mismo puede decirse de su política, basada en un de aprovechar las cortas temporadas que le dejaban
orden duro y férreo. El orden lo creia bueno para los libres las funciones de gobernante para correr á sus
demás. Él fué particularmente el carácter más sober- dominios de Varzin, donde podía satisfacer su necesi-
bio, díscolo é ingobernable de su época. Hasta sus
dad de aire libre y de espacio, practicando sincera-
mismos reyes, á los que sirvió con tanto éxito y gloria, mente la vida rústica. Vigilaba los trabajos agrícolas,
tuvieron que sufrir sus insolencias y genialidades. examinaba los bosques marcando los árboles que de-
La carrera militar del joven )tto fué corta. Un dia
( bían cortarse, ponía en ejercicio sus potentes músculos
el teniente de coraceros tuvo que visitar al ministro partiendo leña ó dando galopes furiosos que le lleva-
de la (xuerra, que le hizo sufrir una larga espera. ban como un jinete fantástico á través de matorrales
Cuando el ministro lo recibió pidiéndole que formu- y barrancos. La caza y la natación fueron sus gran-
lase su petición, Bismarck dijo simplemente: des placeres. Durante cincuenta años persiguió el
—He venido para pedir al ministro una corta licen- ciervo, el gamo, el oso, el zorro y el lobo. Siempre
cia.Pero durante las dos horas de antesala he reflexio- que pudo se sumergió en las aguas de los ríos, los la-
nado y vengo á ofrecer mi dimisión. gos y el Océano. Anatolio France dijo de él: «El mar
Al ser gran personaje y tener más años, no por es la gran voluptuosidad de este gigante casto. «Sus
esto se calmó la impaciencia de su carácter atrope- fuerzas sólo buscaron expansión en los ejercicios vio-
llador. En 1863, cuando sostenía como jefe del gobier- lentos. El amor no tuvo jamás imperio sobre él, ni le
no sus batallas con la Cámara prusiana, el presidente hizo cometer locura alguna. Su ambición enorme y
tuvo que llamarlo al orden por sus palabras rudas, y dominante no dejaba espacio para otras pasiones. Su
él contestó con una insolencia glacial: lenguaje era cínico cuando estaba de buen humor,
— Como no tengo el honor de ser miembro de esta permitiéndose con las damas las mayores confianzas
asamblea; como no he hecho vuestro reglamento ni verbales. Pero sus deseos estaban concentrados ente-
he tomado parte en la elección de vuestro presidente, ramente en algo más importante que el amor, consi-
no estoy sometido á las reglas disciplinarias de la Cá- derado por él como una niñería, y mostró siempre á
mara, ni el presidente posee derecho alguno sobre mi. su esposa una rara fidelidad que en los asuntos del
El poder del señor presidente tiene por limite el sitio hogar llegó muchas veces hasta la supeditación.
que yo ocupo en este banco. No reconozco otra auto- Su máquina animal, asi como era de una fuerza
ridad superior á la mía que la de Su Majestad el rey... prodigiosa, tenía una capacidad y unas exigencias
Yo hablo aquí en virtud, no de vuestro reglamento, poco comunes. Ya hemos hablado de sus proezas de
sino de la autoridad que el rey me ha conferido y del bebedor. Cerveza, vino de (Jhampaña, vino de Borgo-
artículo de la Constitución que ordena que los minis- ña, vino de Burdeos, todo le deleitaba igualmente al
tros en todos los momentos puedan obtener la palabra penetrar por su garganta. Una vez asombró á los co-
si la piden y ser escuchados. raceros de Brandemburgo apurando de un solo golpe
Los murmullos hostiles de la asamblea protesta- la copa de honor del regimiento, que contenía una bo-
ron de estas palabras soberbias, pero Bismarck los tella entera de champan. Otra vez, yendo de caza,
dominó gritando con violencia: apuró de un solo trago todo el vino contenido en un
— Vosotros no tenéis el derecho de interrumpirme. cuerno enorme de ciervo. Al hacer una visita á Bur-
Su carácter de estudiante batallador y amigo de deos en 1862, escribió á su familia con entusiasmo:
querellas, le acompañó hasta el interior del Parla- «He bebido Lafitte, Pichón, Mouton, Latour, Margot,
mento, contestando á los diputados más respetables Saint-Julien, Brame, Laroze, Armaillac y otros vinos.
con bravatas de espadachín. En 1865, molestado por Hace mucho calor. Gozamos de treinta grados á la som-
un discurso del sabio Virchow, una de las mayores bra y cincuenta y cinco al sol, pero yo no pienso en
glorias científicas de Alemania, le propuso en plena esto cuando tengo buen vino dentro del cuerpo.»
sesión el darse unas estocadas á la salida. Virchow, Su capacidad gastronómica no era menor. Durante
hombre de laboratorio, contestó que sus electores le la campaña de 1870 en Francia, el ejército prusiano
habían enviado á la Cámara para otras cosas. sufrió algunas privaciones, que se hicieron extensivas
En plena vejez, su carácter no podía dominar á los generales y los personajes del cuartel real. Pero
jamás estos accesos de violencia. El emperador Gui- la mesa de Bismarck estuvo siempre bien abastecida
llermo I era el único amo que él reconocía, y sin em- de sus manjares favoritos: empanadas de ave, cuar-
bargo, la menor oposición de éste á sus palabras basta- tos de jabalí y pechugas de ganso ahumado.
ba para provocar su cólera furiosa. En una de las — —
En mi familia decía con orgullo ante estas vi-
entrevistas, al salir del despacho del emperador, tiró tuallas — todos hemos sido grandes comedores. Si quie-
de la puerta con tal furia, que el agarrador quedó roto ren que trabaje con éxito, es preciso que esté bien
en su mano. Después lo arrojó en el salón vecino con- mantenido. Yo no puedo hacer una buena paz si no
tra una rica ánfora de porcelana, que se hizo pedazos. me dan bien de comer y bien de beber.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 277
Pero en la familia Bismarck la astucia era tan no- ban las tropas prusianas Bismarck entretenía sus
table como la fuerza,y este hombre supo ocultar sus ocios de diplomático sin empleo leyendo las novelas
juego fué la gran pasión de su juventud, pero asi que De todas las artes fué la música la de su mayor
contrajo matrimonio se abstuvo de tocar una baraja. predilección. Desde joven adoró á Beethoven y fué de
«Ser jugador no es conveniente para un padre de fa- los primeros que aceptaron en Prusia las obras de
milia», dijo para explicar este cambio en sus gustos, Wágner. Guillermo I, poco afecto á la música y que
yin embargo volvió á jugar por astucia, viendo en el sólo admitía las melodías fáciles de las óperas italia-
juego un medio de mentir á los que le rodeaban. nas, bostezaba, luchando con el sueño, cada vez que
— —
En el verano de 186.") contaba Bismarck á sus por un deber patriótico tenía que asistir á las repre-
Íntimos —mientras negocia-
,
sentaciones wagnerianas.Su
ba la convención de (lalstein canciller, en cambio, favore-
con el diplomático austríaco ció en distintas ocasiones á
la francesa.» En la campaña de 1870, mientras lucha- baño.» Alabando al socialista Lassalle, cuyo talento
278 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
le placía mucho, lo describió con esta frase: «Era un liado», forjando como cualquiera otro su novela de lo
hombre que hubiese querido tenerlo como vecino en ideal.
el campo.» De otro socialista elocuente y de una du- «Dicen que es un triste, y yo le felicito por ello.
reza tenaz, dijo así: «Es una estatua de fuente que Desprecia á los hombres, y sin embargo, su enemis-
chorrea frases.» tad le aflige mucho. «He sido odiado por los más y
Su filosofía particular atrajo el sutil examen de amado de muy pocos», dijo en 1866. «No hay hombre
Anatolio France, que escribió lo siguiente: más detestado que yo en Europa, desde el Garona
«Se ha dicho que este espíritu fuerte profesaba la hasta el Neva», exclamó en 1874. Sabe que en la mis-
misma fe religiosa de la multitud, y hasta que mez- ma Prusia hubiese sido maldecido de no quedar sus
claba en ella supersticiones antiguas y groseras, como planes afirmados por la victoria. «Si somos vencidos
por ejemplo, considerar de un carácter funesto cier-
— dijo la víspera de Sadowa
—
las comadres de Berlín
,
y ciertas fechas.
tos días van á lapidarme con sus
Bismarck protestó siem- trapos de cocina moja-
pre de esta afirmación. dos.»
«Me sentaré dijo á — — «Para colmo de tris-
una mesa de trece con- hombre de ac-
teza, este
vidados siempre que me ción que ha realizado
guste, y me ocupo de los tantas obras no descu-
negocios más importan- bre, por más que refle-
tes el viernes ó el 13 de xiona, las razones de la
cada mes, si es necesa- acción en este mundo;
rio.» En esto era un es- no encuentra siquiera un
píritu Pero por
libre. sentido posible á la vida.
otro lado confesaba ha- «¡C^ue se cumpla la vo-
ber sentido un terror su- luntad de Dios! escri- —
persticioso cuando el rey bió en 1856 —
Todo aquí
.
espero, lo mismo quellos, que Dios en su gracia no empezaba á extinguirse. El príncipe de Bismarck es-
me querrá arrebatar el bastón de una fe humilde, con taba, según su costumbre luego de comer, sentado ante
ayuda del cual buscaré mi camino en medio de las lachimenea, en el gran salón donde se yergue la esta-
dudas y los peligros de la situación que ocupo.» No tua de Rauch, La Victoria distribuyendo coronas. Des-
siento la tentación de sospechar extremadamente de pués de un largo silencio, durante el cual lanzaba
la sinceridad y el sentimiento que revelan estas pala- de vez en cuando pinas secas en el fuego, siguiendo
bras piadosas. Bien considerado, no resulta extraordi- con la mirada fija su seco crepitamiento, Bismarck
nario que Bismarck sea un espíritu religioso, pues empezó á lamentarse de que su actividad política
une á una imaginación exuberante un desprecio ins- le hubiese valido muy pocas satisfacciones y escaso
tintivo por las ciencias naturales y positivas. En todas número de amigos. Nadie le amaba por lo que había
las ocasiones ha consultado «la Biblia y el Cielo estre- hecho. Sus enormes trabajos no habían producido la
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 279
felicidad de nadie: ni de él mismo, ni de su familia. simples reflejos de los movimientos de otros países
»Uno de oyentes intentó consolarle, diciendo
los que aman la libertad y la necesitan para su existencia.
que habla hecho la felicidad de una gran nación. El pueblo alemán, falto de iniciativas, desea verse
» —
Sí; ;.pero á costa de cuántas desgracias? con- — agrupado y mandado dentro de los moldes de una es-
testó Bismarck —
Sin mí se hubiesen evitado tres
. trecha disciplina. Su revolución de 18i8-que no ha
grandes guerras; no habrían perecido más de cien mil —
repetido después fué una simple imitación de las
hombres; padres, madres, hermanos, hermanas y viu- revoluciones que en la misma fecha agitaron á Euro-
das no se verían sumidos en el duelo. Yo he arreglado pa. Este pueblo-rebaño siente un respeto instintivo
ya esto con mi creador; pero repito que de todas mis ante las jerarquías políticas y sociales, considerándo-
obras no he recogido ninguna alegría. las necesarias.
«Nunca el señor de Bismarck se mostró tan gran- Bismarck, que sabía esto, pudo desafiar insolente-
de como en esta hora mente en todas las oca-
crepuscular.» siones la indignación del
pueblo como nunca lo ha
hecho gobernante algu-
Hasta la edad de trein- no, riendo con risa bru-
ta y dos años permane- tal cuando alguien ha-
ció en sus tierras, lle- blaba de la posibilidad
vando laexistencia de un de una protesta revolu-
señor feudal. La muerte cionaria. El era el único
de su padre le había he- que podía ofrecer al país
cho retirarse á su domi- la solución política que
nio de Schoenhausen reclamaban sus gustos,
para dirigir los trabajos el régimen de cuartel, la
y por su hostilidad declarada contra Austria. No con- estas palabras memorables que revelaban toda su po-
tento con los manejos diplomáticos, se improvisó pe- lítica futura: «No es con discursos parlamentarios ni
riodista, publicando en los diarios satíricos de Berlín con votos de mayorías, sino por el hierro y por el
artículos sarcásticos contra el gobierno de Viena. fuego como resolveremos las grandes cuestiones de
Fué tan violenta y tan franca esta campaña, que el nuestro tiempo.»
gobierno de Prusia tuvo que relevarle del puesto de En vez de valerse de justas y prudentes concesiones
Francfort enviándolo de ministro á San Petersburgo. para conseguir un acuerdo con la mayoría de la Cáma-
Tres años después, en ra y unabenevolencia
1862, pasó á ser minis- ^ ^^ de la oposición, Bis-
tro en Paris, ajustan- marck, que desdeña-
do un tratado de co- ba la libertad y la le-
mercio entre Francia galidad y estaba con-
y el Zollverein ale- vencido de que el pue-
mán, representado blo prusiano no era
por Prusia. capaz de repetir sus
En este momento protestas revolucio-
había llegado á su narias, entabló una
período álgido la lu- lucha brutal con los
cha entre el Parla- diputados, con los pe-
mento prusiano y el riódicos, con todas las
rey Guillermo I. Aun- fuerzas liberales del
queéstefigurahacomo país. La Cámara per-
monarca constitucio- sistía en oponerse á
de un tratado firmado en Londres en 1852 por los go- en los documentos solemnes. El grande hombre pru-
biernos de Austria y de Prusia, bajo la inspiración del siano, en sus discusiones preparatorias con el gobier-
gobierno ruso, estos ducados habían sido unidos á la no de Dinamarca y la Dieta de Francfort, acabó por
monarquía de Dinamarca, reconociendo á Cristian declarar con una franqueza brutal que «las cuestiones
como su rey futuro. La Dieta de Francfort no quiso políticas no eran cuestiones de derecho, sino de fuer-
admitir este tratado, invocando una ley de 1650 que za», y que Prusia, potencia europea, no iba á dejarse
daba á la unión de los citados ducados un carácter guiar por la mayoría de votos de la Dieta, compuesta
puramente personal y estableciendo que en el caso de de pequeños Estados.
extinguirse la descendencia masculina de los reyes El 1." de Febrero de 1864 el ejército austro-pru-
de Dinamarca— como ocurrió al morir Federico VII siano franqueó el Eider, invadiendo el ducado de
en 1863 y sucederle Cristian IX, su pariente — estos
, Slewig. Esta guerra inicua y corta, en la que Dina-
ducados debían pasar al duque de Augustenbourg. Las marca nada pudo hacer contra dos enemigos podero-
pretensiones de la Dieta de Francfort fueron puestas sos, dio por resultado la pérdida para ella, no sola-
en práctica al subir Cristian IX al trono de Dinamar- mente del Holstein y el Lauenburgo, que eran de
ca. La Dieta, que era una representación de los ins- origen germánico, sino del Slewig por entero, com-
tintos de nacionalidad y engrandecimiento que se ha- prendiendo la parte del país de pura raza dinamar-
bían apoderado de Alemania, reivindicó especialmente quesa. Una vez terminada la expedición, todos espe-
el ducado de Holstein como territorio que formaba raron su resultado práctico. Austria y Prusia habían
parte del grupo germánico y ordenó el 7 de Diciem- tomado las armas, según dijeron, para asegurar la in-
bre la ocupación federal, encargando de realizarla á dependencia de los ducados. Pero después del triunfo
las tropas sajonas y hanoverianas. no hablaron más de la independencia de dichos pue-
Bismarck vio llegado el momento de mezclarse en blos. Podían haber atendido igualmente las peticiones
el asunto. Su plan fué tan simple como atrevido: re- de la Dieta de Francfort, sostenedora de los derechos
constituir la Alemania del Norte, hacer que Austria del duque de Augustemburgo sobre estos territorios,
proclamase el estado de sitio en Galitzia, alarmando pero los vencedores ni siquiera las tomaron en consi-
á Rusia, que se preocupó de su propia seguridad sin deración. La doctrina de Bismarck era franca y con-
prestar atención á lo que ocurría en Dinamarca, y cisa.Se habían apoderado de los ducados por el dere-
proceder resueltamente á la expoliación de este último cho de la fuerza, y debían guardarlos en virtud del
reino. El ministro de Guillermo I ejecutó el plan con la mismo derecho.
audacia y la felicidad que le acompañaron en todas sus Comenzó entonces un espectáculo nunca visto en
empresas. Nada podía temer de Inglaterra, que en aquel la Historia. Austria y Prusia hablan marchado de per-
momento seguía una política contraria á toda interven- fecto acuerdo mientras se trató de expoliar en común,
ción por las armas. En cuanto á Francia, no osaba pero llegada la hora del reparto se pelearon ante el
acometer una acción europea sin el concurso británico. botín, lo mismo que se pelean los salteadores al lado
El gobernante prusiano, con una astucia maquia- del camino después de una empresa afortunada. Con
vélica, hizo entrar en sus proyectos á Austria, con- la convención de Galstein en 1865, verdadero acto de
venciéndola de que la ocasión era propicia para filibusterismo político, Austria y Prusia llegaron á un
demostrar que sentía gran interés por los asuntos ger- acuerdo preliminar. En este trabajo se manifestó más
mánicos. El plan de Bismarck, encaminado á apode- que en ningún otro la astucia diplomática de Bis-
rarse de los dos ducados sin derecho alguno y sin más marck, que fingiéndose un aturdido supo engañar á
apoyo que el de la fuerza, suponía un verdadero robo. los representantes de Austria. Primeramente se quedó
La conciencia de Guillermo I y de algunos represen- con el Slewig y luego con el Lauenburgo, que le fue-
tantes del partido feudal de Prusia pareció sublevarse ron abandonados por su cómplice, tras deshonrosos
ante la enormidad del atentado. Pero el ministro supo regateos, mediante una indemnización de 139 francos
disipar tales escrúpulos, demostrando á estos parti- por cabeza de habitante. Pero cuando Bismarck quiso
darios de la tradición que Dinamarca era un centro apoderarse igualmente del Holstein, la diplomacia
de agitaciones democráticas y convenía anularlo por austríaca se opuso con indignación. El gobernante
medio de la guerra. De las protestas de la opinión prusiano deseaba todo el botín, tratando con menos-
popular no se preocupó para nada. Una guerra fácil precio al cómplice que le había servido para disimu-
y victoriosa haría olvidar su política de compresión lar su atentado. Por primera vez vieron claramente
interior, imponiendo silencio á la prensa de Berlín y en Viena que la anexión de los ducados á Prusia
á la Cámara de diputados. no era más que un anuncio de la absorción de los de-
Existía el tratado de Londres, firmado por Prusia más Estados germánicos, y que el plan de Bismarck
y Austria, reconociendo la legitimidad con que Cris- se encaminaba á anular la influencia austríaca en
tian IX poseía los dos ducados. Pero un tratado era una Alemania futura dirigida por Guillermo I. Bis-
obstáculo insignificante para un hombre como Bis- marck, seguro de su fuerza, ya no fingió más y acep-
marck, fundador de la doctrina alemana, que cuando tó francamente la cuestión con Austria, guardándose
lo considera conveniente, sólo ve «un pedazo de papel» los ducados.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 285
Podia disponer de un ejército sólidamente organi- supremo de todas las fuerzas de tierra y mar de la
zado. El rey Guillermo se asustaba en el primer mo- Alemania reconstituida, y la creación de un Parla-
mento ante la audacia de sus concepciones, pero al mento nacional que sustituyese á la Dieta. Lo más
fin las admitía, convencido por su enérgica fe en los notal)le de este proyecto fué que el Parlamento ale-
destinos de Prusia. La guerra de los ducados habia mán debía ser designado por sufragio universal, siste-
servido para revelar á un gran estratega, el general ma del que tanto se había burlado Bismarck cuando
Moltke, y á un hábil organizador, el general Roon. prusianos lo solicitaban para su país.
los liberales
Apoyado en estos dos hombres que eran sus brazos, Este proyecto representaba una provocación á los
y seguro de la aprobación de Guillermo I, tras del Estados alemanes y al imperio austríaco, seguida
cual se ocultaba para que pudiese figurar como la indudablemente de la guerra. Las potencias neutrales
única inteligencia directora, Bismarck se atrevió á intervinieron para evitarla, proponiendo la reunión
todo. Iba áreanudar la obra de de un congreso diplomático,
Federico II, á constituir por la pero el gabinete de Viena, tor-
fuerza militar un nuevo reino pe y confiado en su fuerza, se
de Prusia, homogéneo y de as- negó á todo arreglo, secundan-
piraciones belicosas que domi- do con su ceguera los proyec-
nase á Alemania entera, humi- tos de Bismarck. Este dirigió
llando y empequeñeciendo entonces un ultimátum á la
para siempre al imperio aus- Dieta de Francfort para que
tríaco. aceptase el proyecto de nueva
Los primeros meses de ISlílí (
onfederación, declarando su
losempleó Bismarck en com- negativa como un casus belli.
pletar los preparativos milita- La Dieta respondió á tal ame-
res con sus dos colaboradores naza con la oposición que era
Moltke y Roon. Un suceso ines- de esperar, y dos días después,
perado casi anuló instantánea- el 16 de .Junio, entraron en gue-
mente los planes audaces del rra las tropas prusianas, apo-
gobernante prusiano, sirviendo derándose de Leipzig.
al mismo tiempo para demos- La campaña fué tan breve
trar la buena suerte que le como decisiva. El ejército de
acompañó siempre en los peli- Prusia avanzó con una rapidez
gros. Un revolucionario llama- y una seguridad casi mecáni-
do Blind, furioso por el despre- cas, ejecutando el plan ideado
cio con que atropellaba Bis- mucho antes por el general
marck las aspiraciones popu- Moltke.En veinte dias Austria
lares, le disparó á quemarropa se vio derrotada allí donde in-
MOLTKB
cuatro tiros de revólver. Los tentó oponerse á los enemigos,
que presenciaron el atentado hasta que el 3 de .Tullo su ejér-
dieron por muerto al ministro, al ver que recibía cito quedó definitivamente aplastado en la sangrienta
todas las balas en pecho. Pero éstas quedaron amor-
el batalla de Sadowa.
tiguadas en el espeso forro de su gabán, y Bismarck Este dia fué el más tremendo y decisivo en toda la
sóloexperimentó el susto consiguiente. existencia de Bismarck. Había iniciado la guerra
Antes de atacar al imperio austríaco contrajo una contra los sentimientos de ¡uillermo I, poco dispuesto
i
alianza con Italia, deseosa de completar su unidad, á una lucha con el imperio austríaco, teniendo que
expulsando definitivamente del suelo patrio á los aus- asumir todas las responsabilidades de su plan audaz.
tríacos que todavía ocupaban Venecia. La alianza Detrás de él estaba Prusia entera que le aborrecía y
con Italia le proporcionó indirectamente la benevo- deseaba un fracaso de su política para sacrificarlo.
lencia del imperio francés, que años antes habia ayu- Moltke, Roon y los demás hombres de guerra consti-
dado á los italianos á la reconquista de Lombardía, tuían su único apoyo. Si el ejército quedaba derrota-
derrotando las tropas austríacas en Magenta y Solfe- do, Bismarck podía dar por terminada su carrera y
rino. hasta su vida. Hubo un momento en la batalla de
Cuando Bismarck hubo terminado sus preparati- Sadowa en que pareció que la suerte iba á decidirse
vos militares y diplomáticos, dio principio á las hosti- por los austríacos. Según cuentan, el futuro canciller
lidades, enviando á la Dieta de Francfort un proyecto presenció el combate desde una altura con mirada
de reforma de la Confederación Germánica. En él pro- ansiosa, pie á tierra, las riendas de su caballo pasa-
ponía la disolución inmediata de dicha Confederación das por un brazo, y oprimiendo en la diestra una pis-
en su forma actual, la expulsión de Austria, que ocu- tola, tal vez la misma que días antes había pedido á
paba la presidencia, la entrega á Prusia del mando la condesa de Bismarck junto con una novela fran-
264 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Al firmarse en 26 de Julio de 1866 la
paz de Nikolsburgo con el imperio aus-
tríaco, que iba á quedar excluido para
siempre de la Confederación Germánica,
el victorioso Bismarck se dedicó á nor-
malizar la vida interior de Prusia. La vic-
toria le había dado un enorme prestigio.
La oposición liberal, la prensa, las masas
democráticas, todos los que le habían
combatido, oponiéndose á sus demasías,
enmudecieron. ¿Cómo afrontar el entu-
siasmo patriótico que rodeaba á este triun-
fador después de la audaz aventura de
Sadowa? Bismarck tomó el titulo de Can-
ciller y la nueva Cámara prusiana el de
continuaban el retroceso iniciado, un tiro de pistola cional, castigando con rudeza á los Estados germá-
se unirla al estrépito de cañones y fusiles, y Bismarck nicos que se habían declarado en favor de Austria. La
habria dejado de existir. paz de Nikolsburgo consagraba la existencia de una
Pero los prusianos acabaron por triunfar en Sa- nueva Confederación más pequeña, pero más firme
dowa, gracias al fusil de aguja, que era el último in- que la regida por la disuelta Dieta de Francfort. Esta
vento de aquella época, y les dio una irresistible supe- Confederación, llamada de la Alemania del Norte,
rioridad sobre el enemigo. Dos días después los aus- abarcó, como lo indica su nombre, todos los Estados
tríacos abandonaron Venecia, y el 22 de Julio, sin alemanes situados más arriba de la linea del Mein.
atreverse á intentar una segunda batalla, aceptaron Abajo del Mein se creó la Confederación de la Ale-
el armisticio propuesto por Francia y los prelimina- mania del Sur, formada por Baviera y otros Estados
res de paz. Esta paz tenia una condición sine qua que se habían mostrado contrarios á Prusia en la
non impuesta por Bismarck, que después de la hora reciente guerra. El diplomático Bismarck transigió
mortal pasada en Sadowa se mostró más arrogante con ellos, adivinando que más adelante podría atraer-
que nunca. Austria debía aceptar su expulsión de la losá sus planes. Reconoció sin resistencia la Confe-
Confederación Germánica. Sólo sobre esta base era deración del Sur, y antes de terminar el año había
posible la paz. firmado tratados de paz y de alianza ofensiva y de-
La corte de Viena abdicó para siempre su influen- fensiva con dichos Estados, los cuales aceptaron que
cia en los Estados de Alemania. Llegaba para Bis- en caso de guerra el mando de sus ejércitos sería
marck la realización de sus ensueños: el reino de confiado al rey de Prusia.
Prusia director de los destinos germánicos. En la Alemania del Norte su política fué distinta,
Después de este primer éxito, Alemania, unificada castigando con mano dura á todos los países que ha-
y modelada en el troquel prusiano, podría imponer bían seguido á la Alemania del Sur por mantener los
su influencia al resto de Europa. acuerdos de la Dieta de Francfort. Dichos Estados
fueron anexionados á Prusia, decretando Bismarck el
destronamiento de sus reyes, duques y electores. De
Al romper Bismarck con la Dieta de Francfort, tales atropellos el más censurable fué el realizado en
una parte considerable de Alemania se mantuvo en el reino de Hanóver. El rey de este país, Jorge V, que
torno de ésta, oponiéndose al atropello intentado por había nacido ciego, quedó destronado por el delito de
Prusia, y como consecuencia al lado de Austria. ser á sus compromisos con la Dieta. La familia
fiel
Los reinos de Baviera, Wurtenberg, Sajonia, Ha- real de Hanóver se vio despojada, no sólo de su reino,
nóver, Nassau, los dos Hesse y Francfort, se pronun- sino de sus bienes particulares, quedando reducida á
ciaron en favor de la Dieta. Prusia sólo tuvo á su lado vivir en el destierro en la mayor pobreza. Bismarck
las ciudades libres de Brema, Hamburgo y Lubeck, la persiguió con su saña, asi como al elector de Ilesse,
Mecklemburgo, Oldemburgo y los principados sa- igualmente despojado de sus bienes, é hizo aprobar
jones. por el Reichstag la doble expoliación, como si fuese
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1^14 SSS
BATALLA DB SADOWA
una medida patriótica. Los habitantes de los países mente contra Francia, único enemigo que veía Bis-
alemanes anexionados á Prusia intentaron oponerse marck para el engrandecimiento de Prusia. Todas sus
al atropello con protestas y motines, pero Bismarck medidas de gobernante y sus gestiones diplomáticas
los redujo férreamente á la obediencia. fueron encaminadas á preparar una guerra con el
Veintidós Estados alemanes, de una importancia Imperio francés, arrebatándole las simpatías de las
más ó menos considerable, constituyeron con Prusia otras potencias para aislarlo y asestarle oportuna-
la Confederación del Norte que Bismarck se dedicó á mente el golpe decisivo.
organizar durante el año 1867. Además, la Confede- La jactancia y la torpeza de los gobiernos de Na-
ración del Sur, como ya hemos dicho, habia puesto poleón III facilitaron considerablemente estos planes.
sus tropas, para el caso de guerra, á las órdenes del Europa estaba fatigada de la supremacía continental
rey Guillermo. Un Parlamento aduanero que englo- ejercida por el Imperio francés. Éste, por su parte,
baba los intereses económicos de ambas confedera- como todos los gobiernos basados en la fuerza, abusa-
ciones sirvió al Canciller para ir dando realidad á su ba del poder militar, creyéndolo más fuerte de lo que
plan de una Alemania única. era en realidad.
Esta organización formidable se dirigía especial- El gobernante prusiano pudo juguetear como un
felino con el imperialismo francés antes
de devorarlo. El embajador de Napo-
león III en Berlín era el conde de Bene-
dctti, diplomático de vista corta que no
supo adivinar los verdaderos propósitos
de Bismarck ni hizo ver á su país la im-
portancia militar de Prusia.
Después de la catástrofe de 1870, Be-
nedetti intentó justificar su fracaso di-
plomático afirmando que oportunamen-
te había dado la voz de alarma á su
de distraer á Benedetti y su soberano hablando vaga- esto dio una solución diplomática al asunto, aceptando
mente de una inteligencia posible entre ambas nacio- que en la conferencia de Londres se declarase al
nes para que Napoleón se apoderase de Bélgica. Como Luxemburgo territorio neutral, desmantelando sus for-
el Imperio, desacreditado é impopular, necesitaba el Esta era la conducta del supuesto amigo
tificaciones.
prestigio de nuevas conquistas para mantener su exis- que un año antes había halagado la complicidad del
tencia frente al descontento del país y las protestas Imperio sugiriéndole la posibilidad de la anexión de
del republicanismo. Napoleón III y su embajador ca- Bélgica. No ya este reino importante, sino ni un pe-
yeron fácilmente en esta trampa de la diplomacia queño ducado permitía Bismarck que viniese á agran-
prusiana. Benedetti y Bismarck hablaron muchas dar el territorio francés. Un año antes, cuando Prusia
veces del futuro reparto de Bélgica, sugerido diabó- estaba en lucha con Austria, había sido conveniente
licamente por el Canciller. El embajador francés fué halagar á Napoleón con mentidas esperanzas para
tan confiado, que llegó á entregar á Bismarck prue- mantenerlo al margen de la lucha. Ahora que el reino
bas escritas de este propósito de su emperador. Dichos prusiano era fuerte y estaba en paz con Europa podía
papeles, comunicados por el Canci- mostrar francamente sus sentimien-
ller algobierno de Inglaterra, hicie- tos poco benévolos para Francia.
ron enfriarse las relaciones amisto- El emperador, después de esta bru-
sas entre la Gran Bretaña y Fran- tal demostración, volvió á su apática
la política prusiana dirigida contra mismo los hombres que las cosas.
Francia. Bismarck estaba enfermo Nada estaba preparado en Francia.
y tuvo que retirarse por algún tiempo de los nego- Aquí, entre las manos del emperador, aventurero
cios públicos. Una dolencia nerviosa producida por el siniestro que se había hecho dueño violentamente del
exceso de trabajo y de emociones le mantuvo por al- país, todo estaba dislocado, empequeñecido y corrom-
gunos meses lejos del gobierno, pero antes de termi- pido. La imprevisión y la impericia que dirigían los
nar el año, el coloso incansable volvió á comparecer negocios públicos, la ausencia de hombres superiores
ante el Reichstag, reanudando con los mismos impul- en el gobierno, la desorganización del ejército, la de-
sos de la juventud su política arrolladura. cadencia moral producida por veinte años de despotis-
Todas sus medidas iban encaminadas contra el mo, todo concurría en caso de conflicto á precipitar-
Imperio francés, siendo extraordinario que Napo- nos en una catástrofe. El gobierno prusiano sabía todo
y sus hombres, cegados por la soberbia de un
león III esto, y sólo esperaba una ocasión favorable para en-
poder que creían invencible, no adivinasen la tor- tablar la lucha.»
menta que se formaba contra ellos al otro lado del Esta ocasión, deseada por Bismarck durante más
Rhin. de un año, ó sea después de visitar París en 1869 con
Hubo un momento en que el emperador francés pretexto de la Exposición Universal y ver de cerca
pudo ver el peligro con toda claridad. Apenas intentó el estado de Francia, se la proporcionó inesperada-
en 1867 adquirir el ducado de Luxemburgo que le mente el pueblo que menos relación tenía con Prusia
cedía el rey de Holanda, el Canciller se alzó ante él y menos motivos para influir en las cuestiones del
oponiéndose enérgicamente á dicha anexión. La gue- centro del continente: España.
rra entre Francia y Prusia estuvo próxima á estallar Después de la revolución española de 1868, que
tres años antes de 1870. Pero Bismarck consideró á destronó á la dinastía borbónica en la persona de Isa-
última hora que su país no estaba completamente pre- bel II, los directores de este movimiento nacional,
parado para la lucha y que era mejor esperar. Por generales y políticos prestigiosos, en vez de procla-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 287
to, rodeado de enemigos por todas nuestro deber sin dudas ni vacila-
partes. De fracasar la candidatura, ciones.»
era casi seguro que estas negocia- Los diputados de la oposición se
ciones diplomáticas, al ser conoci- escandalizaron ante este lenguaje
das por Francia, darían pretexto á audaz. «¿Es que queréis la guerra?»,
la guerra que deseaba el canciller gritó M. Crémieux. El presidente del
prusiano. Á fines de Junio de 1870, Consejo, Emilio OUivier, republica-
el acuerdo entre Prim y Bismarck no de la víspera que había reconoci-
fué completo, después de largas ne- do el imperio y deseaba merecer la
buscarlo. Napoleón IIIy sus ministros procedían como tortuosas informaciones secretas para que persistiesen
siignorasen que Prusia y los demás Estados alemanes en sus demandas imprudentes.
estaban poderosamente armados, deseando entrar en El acto de Guillermo I produjo en Francia gran
campaña inmediatamente. El gabinete de París había indignación. El imperio se consideró ofendido. Por su
recibido desde mucho antes numerosos informes sobre parte Bismarck aceleró el rompimiento, valiéndose
estos preparativos, pero una imprudencia irresistible de procedimientos reprobables que él consideraba de
lo arrastraba á la perdición. uso legal siempre que sirviesen á sus planes.
Siguiendo sus órdenes, el embajador Benedetti vol- Mientras Benedetti, «el corso irascible» como le
vió el 11 de .Julio á Ems para tener una nueva entre- llamaba Bismarck, se había trasladado á Ems para
vista con el rey de Prusia, insistiendo en la renuncia tratar directamente con Guillermo I, el Canciller se
del principe Leopoldo. Guillermo contestó que no mantenía oculto en sus tierras de Varzin. Fué un pro-
sabia siquiera dónde estaba el príncipe en aquellos cedimiento diplomático semejante al que siguió la
momentos, pero esperaba recibir noticias suyas Cancilleríaalemana en 1914, durante el mes de .Julio,
aquella misma noche. cuando el embajador de la Gran Bre-
Al día siguiente se supo que el taña trabajaba por el mantenimien-
príncipe Antonio, padre del preten- to de la paz. La ausencia del Canci-
diente, había telegrafiado á Madrid ller y las palabras ambiguas de los
la renuncia de su hijo. Con esto des- sustitutos no permitieron ningún
aparecía la causa del conflicto. En arreglo definitivo.
Berlín todos dieron el asunto por ter- lUsmarck desde Varzin estaba en
minado, y en París recobraron su comunicación telegráfica con Ems,
tranquilidad los que eran ajenos á aconsejando á su rey. Además tenía
los intereses delimperio y no creían junto á éste á un consejero intimo
necesario una guerra para su exis- de la Cancillería, el literato Abeken,
tencia. Pero quedábanlos cortesanos hombre de grandes estudios estéticos
y ministros de Napoleón III, deseo- y filológicos, que había puesto al
sos de' no perder la ocasión para servicio de Bismarck su estilo aco-
realzar con la gloria de una cam- modaticio y su carácter sumiso.
paña victoriosa la popularidad de- Oculto en Varzin, trabajó el Can-
creciente del imperio; quedaban ciller para que no pudiese sobreve-
Moltke, Roon y todos los generales nirun arreglo y el asunto del trono
y oficiales prusianos, ansiosos de de España produjese la guerra. Al
experimentar en un choque con los ver que Benedetti se trasladaba á
franceses la fuerza del gran or-
BL MARISCAL LBBtEUP
Ems para ponerse en contacto direc-
ganismo belicoso que habían crea- to con Guillermo I, él se dirigió á
do; y sobre todos ellos quedaba Bis- Berlín, esperando con sus consocios
marck, genio diabólico que supo impedir el restable- Moltke y Roon el ansiado desenlace.
cimiento de una calma contraria á sus planes. La im- Cuando el rey, á instigaciones de su Canciller que
prudencia del gobierno francés continuó viniendo en le aconsejaba una gran energía, é irritado por las pre-
su ayuda. tensiones de Benedetti, se negó finalmente á recibirle,
El 13 de .lulio, Benedetti se presentó por la mañana Abeken, por encargo del monarca, puso un telegrama
al rey (Tuillermo para manifestar que si el príncipe confidencial á Bismarck dándole cuenta de todo lo
Leopoldo reanudaba sus gestiones de candidato, el go- ocurrido.
bierno francés consideraría esto como una ofensa. El Este documento fué el famoso «despacho de Ems»,
rey contestó que después de la renuncia no había mo- célebre en la historia de la diplomacia. Guillermo I,
tivo para hablar más del asunto. Por la tarde volvió al releerlo antes de que lo enviasen al telégrafo, dijo
á la carga el embajador con una torpeza irritante para á Abeken:
exigir que Prusia diese garantías de que el candidato
— Esta vez creo que Bismarck quedará contento de
Hohenzollern no pensaba insistir en sus pretensiones. nosotros.
Irritado Guillermo I por tal insistencia, se negó á re- Sin embargo, el telegrama era de un estilo débil y
cibir al embajador, manifestándole por medio de un no podía contentar al Canciller. El rey se limitaba á
ayudante que tendría una gran satisfacción en hablar darle cuenta de lo ocurrido entre él y Benedetti y de
con él de asuntos particulares, pero que no podía darle su negativa á recibirlo en adelante para tratar de la
audiencia para tratar de un asunto que había quedado candidatura Hohenzollern. Luego dejaba «á la volun-
ya resuelto por la mañana. Esta grave resolución del tad de Bismarck» el callar este suceso ó el darlo á
soberano fué obra del astuto Bismarck, que al mismo conocer á la diplomacia y la prensa con una publici-
tiempo que aconsejaba al rey los procedimientos enér- dad que hiciese irreparable el rompimiento. Guiller-
gicos mantenía la desconfianza de los franceses con mo sentía miedo á última hora ante las consecuencias
HISTORIA DR LA GUERRA EUROPEA DE 191) 289
de estus manejos ocultos de su Canciller, y no se atre- dieron confianza á la nación afirmando que estos pesi-
vía á adoptar una resolución. mismos no eran más que murmuraciones interesadas
Bismarek estaba comiendo en Berlín con Moltkc y de los republicanos. Thiers se vio insultado en la
Koon cuando recibió telegrama. Los tres esperaban
el (íámara, al oponerse á la guerra con palabras profé-
con la ansiedad del entusiasmo las noticias de Ems ticas que anunciaban la próxima catástrofe. Su voz
creyéndolas belicosas. Al leer el telegrama, el viejo autorizada se perdió entre los gritos de protesta de
Moltke quedó desalentado. Una senilidad repentina los diputados imperiales, que se habían repartido
descompuso su rostro y enfrió sus energías. La gloria como un botín durante veinte años la prosperidad de
se le escapaba de entre las manos. Iba á resultar Francia.
inútil toda su vida dedicada á la fabricación de una Nimca se había visto un gobierno tan ciego y jac-
herramienta de guerra como nunca se había cono- tancioso, marchando á la ruina con la sonrisa en los
cido. El rey Guillermo no quería la lucha y echaba labios y la seguridad de la victoria en todos sus gestos.
pie atrás en el momento decisivo. Su colega Roon Resulta incomprensible la seguridad con que mintió el
pocas horas que el Canciller había interpretado con ministro de la Guerra, decía con suficiencia á los di-
su falsificación el espíritu belicoso de la corte prusia- putados, atusándose el bigote:
na. La noticia de los efectos del telegrama real mo- — No temáis nada. Todo está preparadt) en nues-
dificado por Bismarek. llegó á Ems en el momento tro ejército. Nada falta: ni el último botón de una
que (4uíllermo I con su séquito se disponía á volver polaina.
á Berlín. El jefe del gobierno, Emilio Ollivier. decía con
— ¡Es la guerra! — exclamó el príncipe heredero. una seguridad de caudillo victorioso refiriéndose al
Y todos los generales y oficiales de la regia com- ejército prusiano: «Soplaremos sobre él y caerá.» Y
pañía repitieron con gozoso entusiasmo: «¡Es la gue- los diputados bonapartistas sonreían y aplaudían. Iba
rra! ¡Al fin llega la guerra!» á ser una guerra corta y victoriosa.
En París no fué menor la exaltación ante una gue- Esta demencia gigantesca únicamente puede ex-
rra que todos los imperialistas consideraban de éxito plicarse por la confianza que un imperio militar, fa-
seguro. Napoleón 111, «genio invencible» según sus vorecido al principio por la fortuna, pone siempre
aduladores cortesanos, iba á aplastar á Prusia con en la suerte de las armas, creyendo ([ue será eterna-
gran facilidad, asi como años antes había derrotado á mente favorable. Además el bonapartismo necesitaba
los austríacos en los campos de Lombardía. En vano una guerra como un medicamento, para restaurar su
hablaban los observadores imparciales del desorden salud vacilante.
que había creado el imperio de Francia y de la falta La emperatriz Eugenia era la que mostraba ma-
de medios para la defensa. Los bonapartistas infun- yor energía, violentando los sucesos con la iraprevi-
3ti
290 VICENTE BLASCO IBANEZ
sión propia de una mujer de capacidad vulgar cuan- da bonapartista, no habían hecho preparativo alguno,
do se mezcla en los asuntos de Estado. mirando sin inquietud la enorme máquina de guerra
— Esta guerra
— decía — es mi guerra. La necesito: montada al otro lado del Rhin por un gobernante que
me hace falta. había de decir con bárbaro orgullo: «La fuerza es su-
Paul de Cassagnac, el primer escritor del bonapar perior al derecho.»
tismo, dijo después de la catástrofe con ingenua fran- El hombre que conocía mejor que todos los france-
queza: «Para nosotros la guerra era inevitable por los ses la verdadera situación de Francia era Bísmarck.
intereses de Francia y por las necesidades de la di- —
Tenía á su servicio un espionaje audaz del que ha-
nastía." blaremos más adelante — que elevó á la categoría de
,
En las últimas palabras se encierra el verdadero una institución política. Estaba enterado de que el
motivo de esta carrera efectivo del ejército fran-
loca hacia la catástro- cés, á pesar de las bra-
fe á que se vio impulsa- vatas bonapartístas, era
da Francia por el Impe- casi irrisorio; que el ré-
rio. Napoleón III y su gimen imperial había
esposa querían conser- corrompido á los genera-
var intacto el trono para les, extinguiendo el sen-
su hijo; la República, timiento del deber en los
quese imaginaban muer- oficiales: que la inten-
ta para siempre después dencia se mantenía des-
del asesinato nacional organizada y desprovis-
del 2 de Diciembre, vol- ta de recursos; que loa
vía álevantarse como un arsenales estaban casi
espectro que anunciaba vacíos, y si el patriotis-
venganza, y únicamente mo del pueblo desperta-
una guerra podía afirmar ba en Francia á la hora
el régimen en peligro. de la invasión, podría
El antiguo aventurero hacer muy poco por fal-
llegado á emperador sen- ta de preparación mili-
tía cierto misticismo al tar. El gobierno impe-
considerar su ascensión rial, que únicamente se
prodigiosa. Tenia fe en ocupaba de la política y
su buena estrella por los tenia miedo á las masas
éxitos conseguidos hasta populares por ser repu-
entonces, y se lanzó en blicanas, había desar-
la aventura, creyendo mado la Guardia Nficio-
gado militar de Francia en Berlín — desearemos nos- pruebas sorprendentes nuestros enemigos y de la cual
otros una guerra con los franceses. Para que esta nuestros generales y ministros no tenían ni siquiera
guerra fuese un hecho, sería necesario que vinierais sospecha. El menor pliegue del terreno, un sendero
vosotros á disparar vuestros fusiles contra Prusia á insignificante, un árbol, figuraban exactamente en la
quemarropa. carta, así como las aldeas, los molinos y las granjas.
Y el terrible gigante reía bondadosamente, como De este modo nada pudo escapar á las ásperas requi-
sifuese un apóstol de la paz. Lo que él no decía era sas de los prusianos, al mismo tiempo que estos cono-
que gracias á sus manejos los políticos mediocres del cimientos precisos facilitaban singularmente sus mo-
bonapartismo se encargarían imprudentemente de vimientos tácticos.»
hacer estos disparos, dando á Prusia la simpatía que Al empezar las hostilidades, el ejército francés se
acompaña siempre al componía de un total de
agredido. 240.000 hombres escasa-
Al iniciarse la guerra, mente. El ejército ale-
los militares franceses y mán entró en campaña
la crédula opinión popu- con 4.50.000 hombres, y
lar se mostraron confia- esta cifra fué elevándo-
dos en el mérito del fusil se rápidamente hasta
chassepot, superior al llagará 1.3.")0.G00 com-
fusil de aguja de los ale- batientes. En presencia
manes. Á esto se limita- de tan enorme superiori-
ban las ventajas fran- dad numérica, era una
cesas. En lo demás su precaución militar ele-
inferioridad era lamen- mental el no esparcir las
table. Todo les faltaba: fuerzas francesas, man-
cartuchos, municiones teniéndolas unidas para
de todas clases, medios oponer una masa com-
de transporte, víveres, pacta á los empujes del
hornos de campaña. En enemigo. Pero Napo-
cuanto á la artillería, león III, que nunca fué
era inferior á la alema- un estratega, que no
na tanto en el número tuvo de su glorioso ante-
como en el alcance. El cesor más que el nombre,
príncipe real Federico de Prusia, hijo mayor de Gui- ción de los bonapartistas, que después del ataque de
llermo I. Un cuarto ejército á las órdenes del duque —
Sarrebruck mezquina acción de guerra en la que
de Mecklemburgo se quedó en Alemania para prote- sólo habían perdido los enemigos dos oficiales y 70
ger las costas, pues se decía que la armada francesa —
soldados declaraban con énfasis ridiculo á Napo-
anclada en Cherbur- león III y su hijo
go iba á operar en el «dignos del gran
Báltico. Pero la inac- nombre que Ueva-
ción de esta flotaper- bíin».
mitió poco después Pronto pusieron
al ejército de Meck- término los alema-
lemburgo unirse á nes á estas grotescas
las tres masas que fanfarronadas. El
habían invadido ejército francés es-
Francia. taba compuesto de
El 30 de .lulio, Na- valerosos soldados.
poleón III decidió to- Los mismos enemi-
mar la ofensiva en gos reconocieron sus
Alsacia y Lorena, magníficas condicio-
dando la orden al nes de combatientes.
general Frossard de En todos los encuen-
franquear el río Sa- tros fueron más con-
rre, apoderándose de siderables las pérdi-
Sarrebruck. El ata- das de los prusianos
LADMiRAiTLT que fué en la ma- que las de los fran- failly
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 293
improvisar la defen-
sa bajo el fuego del
enemigo. Un regi-
miento de «turcos»,
con el valor propio
de las tropas de Áfri-
ca, repelió al enemi-
go, apoderándose de
muchos cañones,
pero tuvo que reple-
garse abrumado por
la superioridad de
las fuerzas alema-
nas, cada vez más
numerosas al con-
centrarse en este
punto. El general
Douay cayó herido
de muerte, y su su-
cesor, el general Pe-
llo, tuvo que aban-
donar Wissemburgo
á los prusianos, abriéndose paso entre los enemigos
sin perder más que un cañón y 300 prisioneros.
El combate de Wissemburgo sirvió para demos-
trar el valor de los soldados y oficiales franceses y la
impericia desús altos directores, (¡uillermo I se la-
mentó de las grandes pérdidas que le había costado la
victoria, consolándose de ellas por las grandes venta-
jas que representaba la toma de Wissemburgo. Los
ejércitos prusianos penetraron en Alsacia, apoderán-
dose de los caminos de Estrasburgo y de Metz. Después
de esta primera victoria pudo verse claramente cuál
iba á ser el carácter de una guerra que los bonapar-
rra,y el Gobierno de
la República hizo
cuanto pudo para
sostener una lucha
(lue resultaba impo-
sible después de los
desastres provoca-
dos por el Imperio.
El deseo de salvar
cuando menos el ho-
nor nacional impulsó
á los gobernantes
populares á una lu-
cha desesperada en
la que todos recono-
296 VICENTE BLASCO IBANE2
gobierno republicano.
Gambetta le dio el man-
do de una división que
fué aumentándose bas- BATALLA DB BAPAUMB (De Dua cstamiia de la época
ST
298 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
po. Sus compañeros no creyeron prudente llevar á ces 58 años, el conde de Bismarck parecía gozar de
un límite extremo los sacrificios de la nación. París, la plenitud de su vigor. Su alta estatura, su cabeza po-
famélico y agobiado por los rigores de un invierno derosa, su rostro fuertemente acentuado, le daban un
cruel, sólo podía prolongar
su resistencia con mucha di-
ficultad.
Iba á entrar otra vez en es-
cena el verdadero autor de
todo lo ocurrido, el conde de
Bismarck, que mientras Molt-
ke y sus generales prepara-
ban y ejecutaban las opera-
ciones militares permanecía
inactivo esperando la hora
decisiva de la cosecha.
Llegaba la paz, y con ella
la obra definitiva de su diplo-
macia brutal y arrolladora.
El 18 de Septiembre, pocos
días después de haber sido
proclamada la República, el
nuevo gobierno francés inten-
tó ponerse en comunicación
con el invasor. Como Guiller-
mo había afirmado solemne-
I
mente que la guerra era con- (Cuadro de Meissouier)
LA DBFBNÍJA DH PARtS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 299
aspecto imponente y duro, pero atenuado al mismo Este retrato de Bismarck lo hizo Favre después
tiempo por una simplicidad natural que en ocasiones de la paz definitiva, cuando él y el Canciller habían
llegaba á la bondad. Me recibió mostrándose cortés y llegado á un último acuerdo; pero la primera entre-
grave, sin afectación alguna. Asi que entablamos la vista en el castillo de Ferriéres fué dolorosa y terrible
conversación tomó un aire bondadoso y comunicativo, para el plenipotenciario de Francia.
conservándolo hasta las iiltimas palabras. Indudable- Favre esperaba que una vez suprimido el
.lulio
mente Bisraarck me consideró como un negociador Imperio podría conseguirse la paz mediante una in-
indigno demedirme con él, pero tuvo la cortesía de demnización pecuniaria á los vencedores por sus gas-
no dármelo á entender y hasta se mostró interesado tos militares. El mismo Favre, dos días después de pro-
por mi sinceridad. clamada la República, creyendo que Francia, recién
»Yo por mi parte desde las primeras palabras me salida de la nefasta influencia del Imperio, era capaz
di cuenta de la gran de realizar al ampa-
limpieza de sus ideas, ro de la nueva liber-
del vigor de su buen tad iguales milagros
sentido y de la origi- que en 1792, había
nalidad de su talento. lanzado en una circu-
También resultaba no- lar de estilo vibrante
table su carencia de esta heroica afirma-
pretensión y de orgu- ción: «No cederemos
llo. Le juzgué desde el al enemigo ni una pul-
primer momento como gada de nuestro terri-
un hombre político, torio ni una piedra de
tal, pero nunca me ha engañado. Me ha ofendido mu- la fórmula de paz. La elección y reunión de dicha
chas veces, provocando mi indignación por sus exi- Asamblea exigía un armisticio. Bismarck se negó en
gencias y durezas, pero asi en las cosas grandes como el primer momento á acordar la suspensión de hosti-
en las pequeñas le he encontrado siempre recto y lidades, pero después de haber consultado con el rey
puntual.» (iuillermo declaró en una segunda entrevista que ea-
300 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
girse á Versalles, en
cuyo palacio se habia
instalado Guillermo I,
Crémieux E. Picaril Julio Favrc Trochu Doriaii Julio bimou Maguiu
General Fió Almirautc Flouriehon Gambetta para negociar la entre-
ga de París. Dos días
GOBIERNO DB DBFBQNSA NACIONAL
el 28de Enero,
después,
Francia entera, poseí-
taba dispuesto á firmar el armisticio siempre que le da de un inmenso estupor, y el gobierno de resisten-
entregasen como garantía las plazas de Estrasburgo, cia organizado por Gambetta, que aun creía posible
Toul y Falsburgo. Además, si la Asamblea se reunía la victoria, se enteraban de la caj)itulación de París,
en París debía ser entregado á los prusianos un fuerte firmada por Favre y Bismarck. En esta capitulación
que con su artillería dominase á la ciudad: el de quedaba convenido un armisticio de 21 días para con-
Mont-Valerlen ú otro semejante. Ante exigencias tan vocar las elecciones de una Asamblea Nacional, que
enormes, toda discusión se verificarían el 8 de Fe-
resultaba imposible. «Yo brero. Todos los fuertes
—
no podía más dice Julio debían quedar en poder
Favre — y hubo momen-
,
de los alemanes y una con-
tos en que temí caer al tribución de guerra de
suelo desfallecido. Oculté 200 millones sería pagada
algunas veces el rostro por el vecindario á los 16
para devorar las lágrimas dias del armisticio. Los
miento de la Guardia
Nacional sobre las ar-
mas, tuvo que deplorar-
lo amargamente meses
de los invasores.
El 26 de Febrero Thiers y Favre llegaron á un
acuerdo con Bismarck firmando las condiciones pre-
liminares de la paz. Éstas resultaban duras, creando
entre ambas naciones un odio inextinguible que con el
curso del tiempo había de originar fatalmente una
nueva guerra. Por este convenio Francia se veía obli-
gada á ceder á Prusia los departamentos del Alto-
Rhin y Bajo-Rhin, ó sea las provincias de Alsacia y
Lorena. Además debía satisfacer una indemnización
de G.OOO millones de francos, permaneciendo las tropas
alemanas en su territorio hasta el pago completo de
tan enorme cantidad.
Favre fué el encargado de reglamentar todos los
detalles necesarios para el tratado definitivo, prolon-
gándose esta discusión, delicada y laboriosa por las
continuas exigencias de los vencedores, hasta el 10 de
Mayo de 1871, fecha del famoso tratado susciito en
Francfort que abrió una herida incurable en la digni-
dad nacional de Francia.
a
A
pesar de la dureza con que el Canciller llevaba á KI, ARMISTICIO
cabo la realización de sus planes, fluctuó muchas ve- (Caricatura de la época, por Daomier)
302 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
lo que era capaz de hacer en su desesperación. La tantes, fanáticos, pietistas de cruel religiosidad, de-
debilidad del gobierno al entregar la capital ines- seaban el exterminio completo del pueblo francés, in-
peradamente, evitó esta catástrofe heroica, pero me- ventor de novedades revolucionarias. Había que des-
ses después la guerra civil exterminadora y los in- truir á París, «ciudad del pecado: Babilonia impura».
cendios y matanzas de la Commune demostraron la Bismarck se opuso á este odio, reconociendo la nece-
certeza de los vaticinios de Bismarck. sidad de que subsistiese el pueblo francés y no viendo
en la guerra otro resultado positivo que
el de conquistar garantías para la tran-
quilidad futura de Alemania.
«Yo admito— decía Bismarck la ne-—
cesidad de humillar á Francia, de dis-
minuir sus recursos y sobre todo de que
nos garanticemos sólidamente contra sus
futuras agresiones y contra su interven-
ción en nuestros asuntos interiores; pero
no creo que pueda sernos útil el arruinar-
la, empujando su pueblo á la desespera-
ción. Esta guerra debe tener un final, y
cuando este final llegue, nos veremos
obligados á adoptar un modus vivendi
con el pueblo francés, para hacer el co-
mercio con él y restablecer un sinnúmero
de relaciones que son indispensables en
la vida de las naciones civilizadas y que
ahora están rotas temporalmente por la
guerra.
»Es preciso que tomemos París, é in-
DL PÜBRTB DB ISSY AL PIRMAR8B BL ARMISTICIO dudablemente lo tomaremos; pero una
(Fots, (le la época) vcz obtenido cstc triuufo, hay que hacer
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 «)3
superior, convirtiendo
un castigo merecido en
una venganza sin mi-
sericordia. Reconozco
que debemos reembol-
sarnos de nuestros gas-
tos de guerra hasta el
último céntimo, pero
arruinar á Francia no
me parece que sea el
medio más edecuado
para recobrar nuestro
dinero. Que nuestros
éxitos no nos cieguen. ENTRADA DE LOS PKIMBROS CONVOYES DE viVHRBS BN PARÍS DESPUÉS DEL ARMISTICIO
Nosotros no podemos
anexionarnos á Francia, ni tenemos el derecho de pro- apoderado de París debemos ayudarlos para que sur-
ceder contra ella más allá de cierto límite. Arregle- jan de su mala situación, en vez de abandonarlos
mos nuestros asuntos con Francia de manera que, du- como quieren algunos para que cada vez se hundan
rante un largo período, podamos ocuparnos única- más en el fango. De este modo saldremos de la lucha
mente de nuestra organización interior. Acabemos con un verdadero honor y un engrandecimiento de
con presente estado de cosas, que es molesto y ter-
el gloria. Ninguna nación nos señalará con el dedo como
minará por ser insoportable. Las guerras largas no merecedores de reproche.»
están en armonía con el carácter alemán y con nues- Estas ideas juiciosas de Bismarck facilitaron las
tro sistema militar. Procuremos no empobrecer exa- negociaciones de paz en Versalles con Thiers y Favre.
geradamente á los demás, para que no caigan sobre El Canciller se mostró menos exigente que en Ferrié-
nosotros idénticos males con un carácter incurable. res, pero á pesar de esto sólo concedió la paz, como
Los franceses han sufrido terriblemente en sus intere- ya hemos dicho, á cambio de dos provincias y de
ses materiales y en su prestigio. Cuando nos hayamos 6.000 millones.
Partidario ferviente del sistema monárquico, la logo, el Canciller se hizo llamar por un oficial con pre-
caída de Napoleón III le produjo una gran tristeza. texto de asuntos urgentes, dejando al soberano francés
Su deseo hubiese sido mantener al emperador en el con los generales del Estado Mayor alemán, para que
trono, después de haberlo humillado con la derrota. éstos pudieran imponerle sus duras exigencias de ven-
Según él, la paz debía haberse hecho al día siguiente cedores. Con esto buscaba no hacerse antipático al
de Sedán, y juzgó como «imbécil» á Napoleón III por- emperador caido, conservando su buena amistad para
que no quiso entregarse á su dirección luego del de- un arreglo futuro. Al mismo tiempo mantenía relacio-
sastre. Él le hubiera devuelto los dos ejércitos france- nes con los emisarios de la emperatriz. Pero la pro-
ses que cayeron prisioneros, para que con su apoyo clamación de la República en 4 de Septiembre, la
asegurase la vida del Imperio empequeñecido y derro- adhesión de toda Francia al gobierno de la Defensa
tado, sometiendo á los revolucionarios de París. Na- Nacional y el entusiasmo popular por la continuación
poleón, escarmentado tras del desastre, y sostenido en de la guerra, así como la resistencia de París, anula-
el tronopor el apoyo alemán contra la opinión repu- ron sus planes en favor del sostenimiento del Imperio.
blicana del país, representaba la sumisión completa Bismarck, como todos los hombres de acción pode-
de Francia. Muerto el Imperio podían triunfar dos rosa y vida intensa, mostró numerosas contradiccio-
nes en sus actos y sus pensamien-
tos. Defendió la suerte de Francia
contra los bárbaros ilustrados del
Estado Mayor que soñaban con el
arrasamiento y la muerte de toda
una nación, lo mismo que en los
tiempos de Atila. Reconoció los
grandes servicios prestados por el
pueblo francés á la causa de la ci-
vilización, envidiando muchas de
sus condiciones y deseándolas para
su país; pero al mismo tiempo emi-
tió lasexpresiones más injustas y
crueles sobre su valor moral. Fran-
cia era, según él, «una nación de
ceros, un rebaño de millones de ca-
fres obedientes». Otras veces decía:
«Rascad el francés y encontraréis
al turco.» El Canciller, antiguo par-
tidario del absolutismo, que había
NAPOLEÓN III PRISIONERO EN EL CASTILLO DB WILHEMSHOHE mantenido á su país en servil obe-
diencia y deseaba sostener el trono
formas de gobierno: la monarquía de los Borbones, de Napoleón, echaba en cara á los franceses, como
que por afirmar su popularidad procuraría organizar un defecto irremediable, la paciencia con que habían
una guerra de «revancha», ó la República, que según aguantado durante veinte años el régimen imperial.
las ideas del Canciller, iba á representar un foco de Su odio á Francia y su entusiasmo por la superio-
contagio revolucionario en mitad de Europa. ridad germánica, pretendía tomar cierto carácter cien-
Por esto cuando el emperador después de la catás- tífico inventando una teoría histórica falsa y apara-
trofe de Sedán se entregó prisionero, avanzando por tosa, semejante á las que en nuestros días han lanzado
el camino solitario de Djnchery sin más acompaña- los profesores y tratadistas militares de Alemania,
miento que el de algunos oficiales que mostraban una para justificar laguerra de 1914 y la soñada domina-
trágica gravedad, el Canciller salió á su encuentro, ción de su país sobre el mundo entero.
tratándolo con las mismas consideraciones de respeto Según Bismarck, los germanos eran la aristocracia
que había tributado al visitarlo en su palacio de las
le enérgica de la humanidad y los celtas de una molicie
Tullerias. A caballo, con el vistoso uniforme de gala femenina que los condenaba fatalmente á ser esclavos
de los coraceros blancos, y al frente de un escuadrón de los otros. Francia había sido fuerte mientras vivió
de este cuerpo distinguido, escoltó al emperador tri- bajo el régimen feudal y absolutista, que era de esen-
butándole todos los honores de una majestad que de- cia germánica. Luego con la Revolución habían triun-
seaba conservar. Luego, cuando Napoleón en su alo- fado los celtas sobre el elemento germánico, y elpue-
jamiento momentáneo tuvo que discutir con los repre- blo francés no era más que un polvo de hombres, sin
sentantes del rey de Prusia las condiciones de su cohesión alguna, tumultuoso y que al menor soplo se
rendición, que iban á ser muy crueles, Bismarck pro- levantaba en torbellinos malsanos y revolucionarios
curó no estar presente. Apenas había empezado el diá- para volver á caer inerte pasada la tormenta.
EN UN TEA
IH
í
»s descansan después de haberse batido con el invasor
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 305
Esta teoría, falsa y gratuita en sus consecuencias, ses, sistemáticamente, aunque perteneciesen al ejér-
y que además Haqueaba por su base al no ser todos cito regular.
los alemanes germanos ni todos los franceses cel- Se valió de la mentira y la calumnia contra el
tas, la habían propalado en el mundo los periódicos enemigo, siguiendo en esto la tradición prusiana del
al servicio de Bismarck, pretendiendo dar un carác- escéptico Federico II, que han empleado también en
ter científico á la guerra de crueldades realizada en la guerra presente los periodistas y generales de la
Francia. Alemania de 1914.
Otra contradicción de este genio bárbaro se mos- Según Bismarck, los franceses habían usado en
tró en sus sentimientos y apreciaciones ante los ho- la batalla de Wcerth balas explosivas y los proyec-
rrores de la lucha. Unas veces sentía vibrar su sensi- tiles de las ametralladoras estaban cubiertos de un
Canciller, pero no por esto dejaron de ser propala- deo de la capital. La corte prusiana, influenciada por
das, con la mayor seriedad, por los periódicos á sus la reina, y todo el Estado Mayor, se resistieron duran-
vos, el terrible personaje salía de su majestuoso silen- mentarios que excitaban su odio y con los que había
cio para dirigirles crueles arengas: «Sois unos asesi- tenido que luchar rudamente en la Cámara prusiana.
nos. Vais á ser ahorcados inmediatamente.» La elocuencia patética y austera del tribuno francés
Durante el sitio de París quiso que las tropas tira- atrajo su pesada burla.
sen sobre los famélicos que salían de la ciudad para Bismarck, después de las entrevistas de Ferriéres,
extraer de bajo de la nieve las patatas abandonadas se rió del justo dolor de este patriota que no había
en los campos. El fué el primero en pedir el bombar- podido contener sus lágrimas y su desfallecimiento al
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 307
enterarse por primera vez de las tremendas exigen- financieras, quedó indeciso y vacilante por largo
cias de los vencedores. Según decía el Canciller ásus tiempo para determinar una cifra posible. Consultó á
Íntimos, valiéndose de una exageración de mal gusto, varios financieros judíos de Berlín, y éstos, después
Favre se había presentado ante él con la cara pintada de un estudio rápido de los establecimientos bancarios
de blanco y verde para simular el dolor patriótico. Al de París, le aconsejaron la mencionada cantidad, pero
tratar de nuevo con el ministro francés en Versalles, afirmando que se necesitaría un buen número de años
se divirtió felicitándole por haber engrosado durante para poder reuniría y entregarla.
— —
«Es sin duda dijo la carne de caballo.» Y
el sitio. Ue todos los políticos franceses el que inspiró ma-
después de esta burla poco noble de la misera alimen- yor confianza á Bismarck para este trabajo de reco-
tación de los defensores de París, se dedicó á descon- lección de fondos fué Thiers. El Canciller le dio toda
certar al elocuente tribuno, clase de facilidades para
que era un hombre grave su obra.
é ingenuo, entablando con- Al proclamarse la Com-
versaciones de carácter mi- mune separándose París
litar para darsegusto deel del gobierno de Thiers,
que se embrollase, confun- proporcionó á éste un ejér-
diendo las nociones más cito contra la revolución,
El error más irreparable del tratado de BARRICADAS BN LA PLAZA DEL HOTBL DB VILLB
Francfort para las futuras relaciones de Ale- (Grabailos Je la época)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 309
dicación por considerar á sus habitantes de raza ger- dos, á guisa de castigo. «Voy — me repetía incesante-
mánica. mente — á ejercer la justicia de Dios.» Y yo acabé por
Á mediados de Agosto de 1871, poco después de contestarle: «Vale más que Su Majestad deje á Dios
haberse firmado el tratado de Francfort, Bismarck ejercer su justicia por sí mismo, tranquilamente.»
decía en ]5erlin al encargado de negocios de Francia: Desde el primer momento se dio cuenta Bismarck
— No me hago ilusiones sobre el porvenir. Resulta del peligro que representaba esta anexión de las dos
ilógicohaberos tomado Metz, que es francés; pero ne- provincias para la paz del Imperio. .lamas olvidaría
cesidades imperiosas nos han obligado á guardarlo. Francia su derrota después de este desmembramien-
El Estado Mayor ha declarado: «lletz es una fortaleza to. Seria inútil cuanto se hiciese en el porvenir para
en la cual podemos meter cien mil hombres», y por restablecer las buenas relaciones entre ambos pue-
esto hemos tenido que quedarnos con ella. Lo mismo blos. Los mejores propósitos se desvanecerían al vol-
puede decirse de toda la Alsacia y toda la Lorena. Es ver la vista á las dos provincias esclavizadas, testi-
una falta que hemos cometido al apoderarnos de las monio viviente de un desastre inolvidable.
dos provincias, si es que la paz debe ser durable. Para El célebre compositor Ricardo Wágner, panegi-
nosotros estas provincias serán una
dificultad.
El Canciller dio á entender luego
en diversas ocasiones que la ane-
xión era obra del emperador Gui-
llermo y del Estado IMayor y que él
se había opuesto sin éxito alguno.
Guillermo I, protestante fanático
que creía interpretar en todos sus
actos la voluntad de Dios y como
hombre no tuvo otro defecto que
cierta afición á los placeres de la
bebida, mostraba un carácter im-
placable y cruelmente frió en el
momento de la victoria.
Bismarck hizo público cómo des-
pués de Sadowa tuvo que recomen-
darle bondad y tolerancia con el
imperio austríaco y los príncipes
alemanes que se habían declarado
contra Prusia. «Mi gracioso amo
—dijo —
había decidido
el (Canciller
tivo. —
«La guerra según la frase célebre de
—
Mirabeau es la primera industria de los pru-
sianos.» Los generales de Alemania pensaban
volver á caer dentro de breves años sobre la
rica Francia. Era para ellos como una vaca
lechera de pródigas ubres. Había que dejar
que se robusteciese en la calma de la paz para
ordeñarla otra vez antes de que pudiera de-
fenderse. Al apreciar Moltke la importancia es-
tratégica de Estrasburgo y Metz, habia dicho:
«Son dos pistolas apuntadas á las sienes de
Francia y que la mantienen á merced del Im-
perio.»
La soberbia de los triunfadores pudo más
que la previsión de Bisraarck. La guerra que-
dó latente en Europa por no haber prevalecí
do las opiniones del Canciller.
Austria, atropellada y derrotada en Sa-
dowa, pudo olvidar y aliarse con su anti-
guo vencedor. La prudencia de Bismarck.
que evitó en ISGij las desmembraciones de
territorio con que quería castigar (Tuiiler-
mo I al enemigo, hicieron posible una alian
za futura.
En Francia no triunfaron estos procedi-
mientos humanos, y la paz sólo fué una tre-
gua deshonrosa para el vencido; un largo pa-
réntesis que habia de terminar forzosamente
con una nueva guerra.
sal, en un parlamento de abogados y periodistas, sino ginado como una ilusión imposible este escenario
entre el estrépito de las armas, al eco de los cañona- histórico donde se desarrollaba el último acto de su
^.iij&ífrw'
'
^'^"i7*
^*>íSp^I^
v^,-t
^r
prodigiosa con el orgullo del desquite histórico; ho- hablan arrastrado las huecas faldas de las beldades
llando con sus altas botas el pavimento por el que se versallescas; apoyando en la empuñadura del sable
la ruda mano fatigada por una venganza cruel de
secular origen.
Un altar había sido elevado á un extremo de la
principes y de las
ciudades libres de
Alemania» que acep-
tase la dignidad im-
perial para él y sus
sucesores, demanda
que había aceptado
después de largas
vacilaciones.
Por orden suya
Bismarck leyó á con-
tinuación una pro-
clama dirigida al
pueblo alemán. Ter-
minada la lectura
el gran duque de
Badén lanzó un viva
á Guillermo I,
Deuts-
natarios contestaron á la aclamación, dándose con Al resistirse á ser emperador decía el monarca á
esto fin á la ceremonia, que en realidad fué algo fría, su Canciller:
Visto á una distancia de cuarenta y cuatro años, —¿Qué queréis que haga yo de ese diploma de
después de haberse solidificado el Imperio germánico comandante hon orario?...
y conseguido una enorme impor- —
Vuestra Majestad contesta- —
tancia material, parece que Gui- —
ba el gran ministro no va á ser
llermo I debió aceptar con apre- eternamente presidente. Hay en
suramiento y gratitud este honor este título de presidente una abs-
supremo. Sin embargo no fué así. tracción. La palabra "Empera-
El viejo monarca no quería ser dor» posee, al contrario, una gran
proclamado emperador, y nece- fuerza, un impulso poderoso.
sitó Bismarck de toda su infiuen- Al fin triunfó Bismarck. El en-
cia y de no pocos enfados para tendía á su modo el Imperio ger-
decidirlo á que aceptase dicha mánico. El nuevo emperador iba
dignidad. á disponer, gracias á sus trabajos,
Guillermo I amaba más su titu- de una fuerza efectiva y concreta.
lo simple de rey de Prusia, que
Dirigiría con mano férrea los di-
le conferia el cargo de presi- versos Estados germánicos en vez
dente de la Confederación Germá- de dejarse arrastrary dominar por
nica. ellos, como lea había ocurrido á
Los antiguos emperadores de casi todos los emperadores anti-
Alemania no habían sido más que guos. Con objeto de alcanzar tal
comandantes de las fuerzas confe- resultado, había hecho Bismarck
deradas en tiempo de guerra, pro- el mayor de los sacrificios, abdi-
porcionándoles su título durante cando de las ideas de toda su vida
la paz más disgustos que satisfac- para aceptar un Keichstag creado
ciones. BISMAKCK por el sufragio universal.
314 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
s
"'I^^^^^H
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 317
bía obstinado en seguir hasta la vpjey. una vida igual erudicióu financiera, lo orientó en la legislación com-
á la de los tiempos de estudiante, abusando feroz- parada de los impuestos. Con esta araajgana, Bis-
mente de su vigorosa constitución. Se levantaba á las marck pudo crear, no un sistema económico, sino un
once de la mañana, entregándose inmediatamente á simple plan en el que concillaba los intereses del fisco,
sus ocupaciones, sin tiempo para tomar el más ligero la prosperidad de la nación y las aspiraciones de loa
desayuno, queriendo resarcirse cuanto antes de su re- partidos, divididos en agrarios é industriales. Los con-
traso. Luego eran las entrevistas diplomáticas, las servadores, junquers reaccionarios y grandes terra-
comunicaciones al emperador, los consejos de minis- tenientes, pedían protección para la agricultura, como
tros, las sesiones del Reichstag, trabajos oratorios y si fuese la única fuente de riqueza del país. Loa bur-
sedentarios que minaban su salud. Llegaba hambrien- gueses de las ciudades y de los puertos eran sostene-
to á la noche, con un apetito de lobo, y su organismo dores de la industria, viendo en ella y en el comercio
gigantesco tomaba el desquite haciendo unas comidas la futura grandeza de Alemania.
pantagruélicas. Su estómago era un abismo. Luego, El plan económico de lUsmarck estaba basado en
hasta hora avanzada
de la noche, recibía á
sus tertulianos íntimos
y á muchos parlamen-
tarios,cuyos designios
quería escrutar vaso
en mano, con maliciosa
camaradería Todas sus.
discusiones nocturnas
eran con acompaña-
miento de ensaladas de
langosta y enormes
cantidades de cerveza.
Cuando sólo había va-
ciado su amplio vaso
con adornos heráldi-
cos unas doce veces
en la noche, el ("anci-
11er se iba á la cama
satisfecho de su mode-
ración. De aquí el in-
somnio nervioso, las
frecuentes indigestio- FRANCIA CLAMANDO VENOANZA
sa, que en muchas ocasiones no le permitía mantener- dos ideas capitales: la conversión de Alemania al pro-
se de pie. En sus dominios de Varzin y Friedrichsruhe, teccionismo y un sistema de impuestos indirectos que
la vida regular é higiénica y el movimiento de sus ca- tendiese al monopolio del Estado. Bismarck tuvo que
balgadas para inspeccionar granjas y bosques resta- sostener una de las mayores batallas de su vida para
blecían su salud. que el Reichstag aceptase su plan. Los conservado-
La grande obrarealizada por él le había fatigado res, por una extraña contradicción, eran tradicional-
moralmente, apagando su entusiasmo. ¿Quehacer des- mente libre-cambistas, lo mismo que el Canciller lo
pués del triunfo del Imperio y la victoria sobre Fran- habla sido en otra época. Odiaban el proteccionismo,
cia que resultase digno de él? En su pintoresco len- como señores del campo, porque la industria los pri-
guaje de cazador, declaraba estar fatigado de «la vaba de brazos, atrayendo los labriegos á sus fábri-
caza menuda de los éxitos parlamentarios'. Quería cas con el incentivo de jornales superiores: y el
cobrar un animal grande», perseguir la caza mayor
<
situación era ruinosa y exigía un remedio inmediato. activos y de pensamientos originales. Cuando encon-
La miseria agraria resultaba tan aguda como la traba un consejero valioso, pero de mal carácter, el
Al mismo tiempo que pasaban por
crisis industrial. férreo Canciller se doblaba ante él, olvidando su
Alemania los 6.000 millones de la indemnización, se tradicional brusquedad, para no verse privado de
vendían judicialmente por año 10.000 propiedades esta colaboración.
agrícolas por ruina de sus dueños. El sistema del Todas las iniciativas de su época, partiesen de
libre-cambio privaba al Imperio de recursos, arrui- donde partiesen, recibieron su marca, aun aquellas
nando al mismo tiempo á los particulares, liismarck que procedían de sus adversarios. Todo lo encaminó
quiso levantar la fortuna pública protegiendo á la vez á la mayor gloria del Imperio y á la concepción que
los intereses de los individuos. A los conservadores se había formado del sistema monárquico.
agrarios los convenció, apelando á su patriotismo,
con la demostración de que el sistema antiguo sólo
servía para favorecer á la agricultura rusa. Los Al dar una Constitución al Imperio, Bismarck sos-
industriales, especialmente losque tuvo el sistema federal, decisión que
representaban regiones mineras, parece inexplicable, teniendo en
apoyaron con entusiasmo los planes cuenta el carácter de su política
de Bismarck. uniflcadora y autoritaria. Después
La gran riqueza metalúrgica de de la ruidosa victoria sobre los fran-
Alemania, asi como su enorme pro- ceses, le hubiese sido fácil convertir
ducción azucarera, datan realmente Alemania en un Estado unitario,
de la reforma económica del Canci- suprimiendo con más ó menos rapi-
ller. Esta, con su proteccionismo, dez los diversos reinos, principados
favoreció el desarrollo de las inicia y municipios libres que entraron en
ti vas del país. la Confederación conservando su au-
Además nacionalizó los ferroca- tonomía. La enorme popularidad
rriles, viendo en esta reforma un proporcionada por la guerra y la li-
interés político tan grande como el bre disposición de una fuerza aplas-
económico, y creó varias contribu- tante, le permitían realizar la uni-
ciones indirectas de enorme rendi- dad nacional de este modo absoluto.
miento, sometiendo á impuestos los Pero el Canciller, en todo lo refe-
artículos de mayor consumo. rente á la vida interior de Alemania,
El Imperio alemán, que era pobre, fué siempre un junquer particula-
dispuso repentinamente de grandes rista y amigo de la tradición. Le
DBLBRICK
ingresos gracias á la reforma admi- pareció sin duda un sacrilegio histó-
nistrativa. Al mismo tiempo la in- rico atentar visiblemente contra las
dustria, el comercio y la agricultura, entraron en una diversas autonomías germánicas, aunque en reali-
nueva era de desahogo y progreso. dad las mantuvo bajo su tutela. Una consideración
Es realmente asombrosa la labor realizada por de orden político le impulsó igualmente á mantener
Bismarck después de la victoria del Imperio, para este respeto. Los Estados alemanes del Sur mostra-
consolidarlo y engrandecerlo interiormente. Hubo que ban aspiraciones democráticas, y en una Alemania
crear por entero una marina, reformar el ejército te- completamente unificada hubiesen acabado por con-
niendo en cuenta las experiencias de la guerra recien- taminar á la Prusia feudal y reaccionaria, l'astante
te, rejuvenecer una administración tradicional y ruti sacrificio había hecho aceptando el sufragio univer-
naria, inventar recursos ideando todo un plan finan- sal para las elecciones del Reichstag, con objeto de
ciero é imponerlo á las resistencias del país, redactar atraer á los sudistas.
nuevos códigos é improvisar una poderosa industria Á impulsos de sus ideas particulares, el imperialis-
para que Alemania pudiera sostenerse victoriosa, cos- ta Bismarck en vez de extender la competencia legis-
teando sus enormes medios de defensa. Un verdadero lativa del Imperio procuró limitarla á lo que era in-
ejército de especialistas se dedicó á esta obra colosal. dispensable para la marcha de los asuntos comunes,
No fué Bismarck quien lo hizo todo. Los técnicos conservando en cuanto le fué posible los derechos de
y los profesores del Imperio realizaron gran parte del lossoberanos. El célebre ministro procuró que la dig-
milagro con sus estudios metódicos y tenaces. Pero nidad de emperador no perjudicase los derechos y
aun limitada de este modo la iniciativa de Bismarck, prerrogativas del rey de Prusia, estableciendo una
su obra siempre resulta enorme. No lo inventó todo, valla infranqueable entre ambas coronas, á pesar de
pero favoreció y apoyó las iniciativas útiles, sabiendo que las dos pertenecían al mismo soberano. Su entu-
escoger los ayudantes más aptos y prestándose al siasmo por la nueva Alemania imperial no le hizo ol-
apoyo de las ideas nuevas. Como en él fué siempre vidar sus intereses de gobernante prusiano. Quería
vigorosa la iniciativa, gustó mucho de los hombres conservar intacto el sistema político de Prusia, abso-
HlüTOmA DE LA GUERRA EUROPEA UÉ 1914 319
lutismo mitigado apenas por una ficción constitucio- republicana. Son los Senados de las tres ciudades li-
nal. La Cámara
prusiana, donde los conservadores bres. Brema, llamburgo y Lubeck.
están siempre en mayoría gracias al sistema de elec- La dirección de la Alemania confederada incumbe
ción empleado, no es más que un cuerpo obediente al Consejo Federal, llamado I>undesrath, en cuyo or-
que aprueba los actos del gobierno. Los socialistas, ganismo están representados todos los soberanos, asi
que desde hace muchos años tienen una numerosa re- como los Senados de las tres ciudades anseáticas.
presentación en el Keichstag, sólo en 1903 consiguie- Cada Estado envía sus delegados ó plenipotenciarios
ron hacer entrar su primer diputado en la Cámara de al Bundesrath con arreglo al número prescrito por la
Prusia. Constitución. Prusia tiene diez y siete, Baviera seis,
Por otra parte, Guillermo I, tan particularista y Sajonia cuatro, Wurtemberg, Badén y Ilesse tres, y
tradicional como su Canciller, era enemigo igual- los demás Estados uno solamente.
mente del unitarismo. Ya hemos dicho cómo se resis- De los 58 miembros del 'onsejo Federal señalados
(
tióá aceptar la dignidad imperial. Prefería continuar por la Constitución de 1871, debían corresponder á
simplemente de rey de Prusia, presi- Prusia la mitad más dos, teniendo
diendo la Confederación como el pri- en cuenta su extensión territorial y
mero entre sus iguales (primus inter- el número de sus habitantes: pero el
presidentes del Bundesrath, sin poner en exageradií que el Canciller del Imperio sea al mismo tiempo
evidencia sus personas. Guillermo II, maniático imi- presidente del Consejo de Ministros de Prusia. Esto
tador del absolutismo aparatoso de Luis XIV, ha in- origina una serie de conflictos de conciencia y de
troducido un abuso del que protestaron al principio atribuciones. Por ejemplo, líethmannllolhveg tuvo
muchos alemanes. Continuamente dice mi ejército, mi que declararse un día ante el líeichstag partidario
marina. Este uso abusivo ha acabado por prevalecer, convencido del sufragio universal, y al día siguiente
y los alemanes, en su entusiasmo imperialista, al ha- combatirlo con furia en la Cámara prusiana, que se
blar de los buques de la (Iota los llaman «los navios de niega sistemáticamente á la aceptación de este siste-
8u Majestad». Sin embargo el ejército, y especial- ma electivo.
mente la marina, aunque sometidos al mando supremo »Dos almas deben habitar al mismo tiempo el
del rey de Prusia, son propiedad colectiva de todos los interior del Canciller. El primer funcionario del Impe-
Estados alemanes. rio se ve obligado á cambiar constantemente de librea,
Bismarck estableció en el Consejo Federal una según habla á los diputados de todo el Imperio ó á los
comisión de negocios extranjeros compuesta de los seis diputados de la monarquía de l'rusia. Con frecuencia
Estados princi- tiene que soste-
prerrogativas
constituciona-
les. Tan olvida-
BL AL.SAC1ANO OBLIGADO A SBR SOLDADO ALEMÁN
Bismarck, que
das las tuvo du- (Cuadro de A. Bottamucr)
como ya dijimos
rante muchos apreciaba y res-
años, que cuando á petición del barón de Hertling, petaba particularismo alemán, dejó casi intacta en
el
presidente del gobierno de l'aviera, fué convocada de la Constitución de 1871 la soberanía de los Estados.
nuevo hace un año, en 1913, los periódicos conser- El Imperio sólo puede legislar sobre los intereses
vadores prusianos protestaron violentamente, viendo federales que son restringidos. Los diversos Estados
en esta resurrección constitucional un atentado á los hacen sus leyes fiscales, escolares y religiosas, dife-
privilegios de la absorbente Prusia. rentes unas de otras. Tienen además sus administra-
—
«Con frecuencia dice Wetterlé— se dan cuenta ciones particulares desempeñadas por funcionarios
los alemanes de que Bismarck cortó la Constitución del pais. Los jefes de los Estados nombran sus minis-
de 1871 á la medida de su estatura de gigante. Este tros y convocan sus Parlamentos.
traje demasiado ancho debia flotar necesariamente kSusConstituciones ofrecen igualmente una gran
en torno de los éticos maniquíes que le han sucedido. variedad. Prusia sigue eligiendo sus diputados por el
Ni Caprivi, el militar disciplinado, ni Ilohenlohc, el rancio procedimiento del sufragio restringido de cla-
diplomático cazurro, ni el brillante pero versátil ses, dividido en dos grados y con papeleta abierta, lo
Bulow, cuya única habilidad consistió en evolucio- que asegura el triunfo de los reaccionarios é impide la
nar entre un soberano caprichoso y un parlamento representación de la clase popular. Baviera tiene el
que no sabía contener, ni Bethmann-IIollweg, que es sufragio universal; Wurtemberg un régimen mixto;
á la vez un rígido burócrata y un filósofo escéptico, Sajonia emplea un sistema complicado, para comba-
han podido nunca hacer frente á las obligaciones tir elavance democrático. En Mecklemburgo existe
múltiples y aplastantes de su cargo. todavía la representación por clases. En todos los Es-
»La tradición exige desde los tiempos de Bismarck tados, el Senado ó «Cámara Alta» está compuesto de
322 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
las competencias de los Esta-
dos particulares y del Im-
perio.
Cada Estado alemán tiene
un Parlamento particular. El
Reichstag es el Parlamento
del Imperio. Su carácter na-
cional no le da ninguna supe-
rioridad sobre los otros ni sus
decisiones pueden influir en
las de los Estados particula-
res, pues tanto el uno como
los otros están delimitados en
sus acciones por la Cunstitu-
ción de 187 1. El Reichstag
legisla únicamente sobre los
asuntos federales que son de
la competencia del Imperio,
y los Parlamentos de los Esta-
dos sobre todo lo referente á
su vida nacional. Como dice
KL RBICHSTAG un autor, «las Cámaras de los
Estados son los baluartes del
miembros por derecho propio y de «señores» nombra- particularismo, y el Reichstag el baluarte del unitaris-
dos directamente por el soberano. Seria necesario un mo». Numerosos han sido los conflictos entre uno y
volumen entero para señalar los derechos respectivos otros, pero siempre triunfaron los Estados particula-
y múltiples de la corona y de la representación na- ristas sobre el Reichstag. Esto se explica por el hecho
cional en los diversos Estados de Alemania. de que durante los treinta primeros años de vida cons-
La legislación religiosa ofrece iguales variaciones, titucional formaban una gran mayoría en el Reichs-
que también exigirían un larguísimo estudio. Baviera tag los representantes que al mismo tiempo eran dipu-
es católica y vive bajo el régimen de un Concordato. tados en las Cámaras de sus países de origen.
Prusia, Wurtemberg y líaden son protestantes, pero Asi como el Canciller es al mismo tiempo jefe del
están en tácitas relaciones con la Santa Sede. En Sa- gobierno imperial y presidente del Consejo de Minis-
jonia la familia real es católica y la gran mayoría tros de Prusia, los políticos alemanes pueden ser á la
del país protestante. Los sajones católicos no tienen vez diputados del Reichstag y diputados en la Cámara
el derecho de ejercer públicamente su culto, que es particular de su país. Estos diputados de doble man-
al mismo tiempo el de sus reyes. En Mecklemburgo dato, en todos los conflictos que surgen entre las le-
los católicos sólo pueden practicar su religión con gislaturas de los Estados y el Reichstag se acuerdan
permiso del ministro protestante de la localidad. del viejo proverbio alemán: «La camisa está más
Los programas escolares han ido aproximándose cerca del cuerpo que el traje», y defienden los intere-
en los diversos Estados, pero sin llegar á una unifica- ses del Estado á que pertenecen antes que los de la
ción completa. Los estudiantes de un país cuyos cen-
tros de enseñanza son de severa rigidez, van á exa-
minarse á otro país de profesores benévolos y fáciles.
En algunos Estados se consideran insuficientes los
títulos adquiridos en las Universidades de otros países
de Alemania. Un abogado de Baviera, por ejemplo,
se abre paso con dificultad en la administración pru-
siana, aun después de hacerse ciudadano de Prusia.
El Bundesrath ha procurado unificar la legislación
criminal y civil de los Estados, pero todavía quedan
en pie muchas divergencias tradicionales, especial-
mente en los asuntos civiles. Mientras en Baviera los
delitos de prensa quedan sometidos al jurado, en el
resto de Alemania entienden de ellos los tribunales
ordinarios. Los procedimientos resultan de una com-
plicación formidable, y frecuentemente los legistas GALERÍA DEL REICHSTAG CON LOS ESCUDOS DB LA CONFE-
. más experimentados se embrollan al querer delimitar DERACIÓN GERMÁNICA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 323
Primer término: Karoly. (iortscliakow. Disraeli. AiHlrassy. Bismarck. Schouvalow. Bulow. Melu-met-Ali-PacliA.
Segundo: Waddiugtou. Radoivitz. Corti. Oulnil. Saiut-Vallior. Desprez. Carathéodory-Pacliá. f>adoulaIi-I3ey.
Tercero; Aymerlé. Launay. Hoheulohe. Do Muuy. Oddo Russell. Salisbury.
Cuarto: El piutor Weruer. Herbert de Bismarck. Dr. Busch.
sintieron ligados por los sombríos intereses de la com- búlgara: es este un honor que seguramente no espera-
plicidad. Los dos pueblos servios eran el regalo que ban los búlgaros. Declaro, como plenipotenciario ale-
hacia Alemania al Imperio austríaco á cambio de la mán, que sientopoco interés por tales detalles.
muy
alianza. Austria,comprometida por el presente, debía Hemos decidido que existirá un principado en Bulga-
seguir á su poderoso amigo, pues le era necesaria su ria, pero aun no sabemos si vamos á encontrar un
protección. príncipe para el principado. También creo inútil ma-
Tal vez el príncipe de Bismarck no tuvo una idea chacar tanto para saber cómo será la Constitución que
exacta de las consecuencias de este acto. En la última laborarán los nobles búlgaros y sobre la cual tengo
parte de su vida mostró una ignorancia incomprensi- hecha mi opinión
ble en dos cuestiones importantes: la de la expansión por adelantado.
colonial alemana y la de los Balkanes. Cuando todos Otro día según —
en su país deseaban la adquisición de lejanos territo- un testigo presen-
rios para dar salida al exceso de habitantes y de pro- cial —al leer un ar-
El viejo rey Pedro I presenciando desde una altura el heroísmo con que las
DE SERVIA
1
d)as servias rechazan á los austríacos, reconquistando el territorio invadido
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 329
Si Bismarck hubiese tenido mayor clarividencia tria-Hungría, que era de origen sajón, se resistió á
en esta parte de su vida, tratando con menor despre- las sugestiones del gobernante alemán. Era partidario
cio y ligereza la suerte y la dignidad de los pueblos de una política -con las manos libres», ó sea de «una
balkánicos, Europa colaboración activa y pacífica para el bien y la pros-
se habría evitado peridad de los dos imperios», pero sin nada que signifi-
grandes males. case alianza de guerra. Beust, por dignidad profesio-
nal, queria imitar á Gortschakow haciendo frente «al
otro Canciller», que era como designaba á Bismarck.
La consecuencia Pero éste, que se había batido con enemigos más temi-
inmediata del Con- bles, necesitó de pocos esfuerzos para darle un sucesor.
greso de Berlín fué Los políticos húngaros son por tradición rivales de los
la constitución de la austríacos, y el ministro húngaro Andrassy se puso á
Triple Alianza, que las órdenes de Bismarck con la condición de que éste
rusa —
dijo el Canciller considerándola posible la — ,
el protectorado francés,
respuesta indispensable es una alianza austro-alema- cuando ellos aspiraban
na.» Esta inteligencia entre los dos imperios ger- á difundir la influencia
mánicos representaba la seguridad de su obra. «Si italiana en la costa de
—
Alemania sabe mantenerse unida escribió en una África.
—
carta al rey de Baviera y sus ejércitos son bien Bismarck supo explo-
dirigidos, no tiene por qué desesperarse ante una coali- tar los disgustos pasados
ción posible de Rusia y Francia. Sin embargo, esta y presentes entre las dos
coalición no dejaría de se)- un suceso molesto, que naciones, hermanas de
nuestra política debe evitar en lo que sea posible.» civilización, hasta con-
Además, Bismarck en aquel entonces contaba con el seguir separarlas por
apoyo de Inglaterra por estar Alemania aliada con largos años. Sólo un
Austria. Este apoyo probable tranquilizaba al Canci- hombre como él podía
ller. De todas las potencias era la Gran Bretaña la dar realidad á los ma-
que le infundía mayores respetos y miramientos. yores absurdos históri-
Temía su enemistad y siempre hizo de esta adhesión cos. Había hecho una
la base de sus vastas combinaciones; conducta pru- alianza con el Imperio
dente que en 1914 no supo imitar su sucesor en la expoliado por él en Di-
cancillería. namarca y vencido en
El texto del tratado entre los dos imperios iba diri- Sadowa. Después de esto
gido contra Rusia, aludiendo de paso á una tercera po- bien podía conseguir la
tencia (Francia que en el porvenir podía aliarse con
), aproximación amistosa
los rusos. Bismarck no consideró de suficiente fuerza de Austria é Italia, que
la alianza austro-alemana. El Imperio aliado tenía á se miraban con inquie-
sus puertas un enemigo histórico, Italia, que aun guar- tud y odio.
daba el resquemor de la cruel dominación austríaca. Los italianos veían
El pueblo italiano, á causa de su latinismo, podía sen- una amenaza continua
tirse atraído por Francia, constituyendo un peligro en emperador Fran-
el
BISMARCK EN EL CAMPO
para Imperio austríaco.
el cisco .losé, que no podía
Italia, organizada recientemente y con todos los olvidar sus fracasos en la península, y especialmente
entusiasmos de la juventud, podía ser un adversario la pérdida de Venecia. Era conocida la afirmación de
peligroso por su situación geográfica y su odio tradi- un diplomático austríaco al hablar de su emperador:
cional al tudesco. Bismarck se dedicó á restablecer «Si le abriesen el corazón dijo
— —
encontrarían escri-
,
las relaciones entre Italia y Austria, explotando para ta en él una palabra: Venecia.» Aparte de la amenaza
esto los rencores italianos, todavía vivos, contra la po- austríaca, Italia, que se mantenía en guerra con el
líticade Napoleón III. Los patriotas de la península Vaticano después de la ocupación de Roma, temió al
no podían olvidar que el emperador francés había sos- maquiavelismo de Bismarck. Éste, en ciertos momen-
tenido hasta el tos, para atraerse á los italianos, los amenazaba con
T último momen- tomar bajo su protección la causa del poder temporal
to el poder tem- del Pontificado. El cinismo con que el Canciller pro-
poral del Papa, testante anunciaba su propósito de proteger la causa
dándole el apo- de los papas para sus fines diplomáticos, motivó en
yo de un cuer- gran parte la adhesión de Italia á su política. Ade-
po de ejército más, el ministro Crispí, que era omnipotente en aque-
establecido en lla época, sentía cierta predisposición contra Fran-
Roma. Al triun- cia, desde sus antiguos tiempos de revolucionario, á
far en Francia causa de la conducta observada por Napoleón. Para
la República, que Bismarck no imítase á éste sosteniendo la causa
los liberales papal, el gobierno italiano obedeció á todas sus su-
italianos que gestiones.
podían sentir El 27 de Octubre de 1881 el rey Humberto, acom-
por ella una pañado de presidente de su Consejo, y de
Crispi,
ciertasímpatia Mancini, ministro de Negocios Extranjeros, fué á
política, ex- Viena. Bismarck se había trasladado á dicha capital
perimentaron desde Berlín. En aquella entrevista pudo terminar el
una nueva de- Canciller la tela de araña que envolvía á Francia en
cepción al ver sus fronteras continentales.
BISMARCK KN SU MESA DE DESPACHO á Túnez bajo Pocos meses después, en 1SS2, quedó suscrito en
532 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Viena el tratado entre Alemania, Austria é Italia, ba mantenerse en buenas relaciones, evitando todo
tratado que completó el de 1879, afirmando la llama- riesgo de guerra.
da Triple Alianza. A impulsos de su deseo ideó la más complicada é
Su texto se ha mantenido siempre en secreto, pero hipócrita de las combinaciones diplomáticas. Había
se sabe que es distinto al del primitivo tratado entre hecho la alianza con Austria para ponerse á cubierto
Alemania y Austria, ya que sólo tiene un fin pura- de las amenazas de Rusia, y luego de esto buscó po-
mente defensivo, comprometiéndose los tres contra- nerse en relación con el Imperio ruso, ajustando una
tantes á una mutua ayuda en el caso de ser agredidos, alianza secreta. Austria tardó mucho tiempo en ente-
sin tratar para nada de una acción ofensiva. rarse de los manejos ocultos de su aliado.
Con la Triple Alianza, la diplomacia alemana se El Canciller, al mismo tiempo que pretendía con
consideró dueña de Europa. La República francesa esta maniobra diplomática evitar el último peligro
vivirla en adelante entre enemigos. Rusia quedaba que amenazaba á su país, quiso impedir que Rusia,
confinada á un extremo del continente. Inglaterra se- amenazada á su vez por la Triple Alianza, concediese
guiría en su «soberbio aislamiento», pero Bismarck su amistad á la República francesa. La familia impe-
rial rusa era objeto en
aquel entonces de fre-
cuentes atentados por
parte de los nihilistas,
y Bismarck explotó ta-
les sucesosdemostran-
do á la corte de San
Petersburgo que eran
producto de la propa-
ganda revolucionaria
de Francia. En 1884
obtuvo del gobierno
ruso la firma de un tra-
tado secreto, en virtud
del cual Alemania y
Rusia se comprometían
reciprocamente á la
neutralidad amistosa
en el caso de que una
de ellas fuese atacada
por una tercera poten-
cia.
BISMARCK Y BL KAISBR, ENTONCES KRONPRINTZ GUILLERMO
Esta política comple-
ja y tortuosa la bautizó
esperaba contar con su aprobación ó cuando menos Bismarck con el titulo de «política de contraseguro».
con su indiferencia. Sus enemigos, al enterarse vagamente de ella, le ata-
El tratado de la Triple Alianza se ajustó por cinco caron en el Reichstag, demostrando que el sistema de
años. Luego fué renovándose en 1887, 1891, 1898, seguros y contraseguros llevado á la diplomacia no
1904, 1909 y 1913. Italia, que sólo había aceptado podía inspirar confianza á ninguna potencia, pues
prudentemente una obligación defensiva, pudo man- cada una de éstas tendría derecho á preguntarse cuál
tenerse neutral en 1914, declarando con esto la cul- de los dos tratados, el del seguro ó el del contraseguro,
pabilidad ofensiva de sus aliados, promovedores de la prevalecería en el momento crítico. Pero tales tortuo-
presente guerra. Además sólo había accedido á las sidades eran muy del gusto de la diplomacia alemana,
diversas renovaciones del tratado después de ver que insistió en ellas.
satisfechas las exigencias con que acompañaba cada Rusia, comprendiendo el engaño de esta situación
nueva prueba de adhesión. equívoca, que representaba una ventaja positiva para
Alemania y una carencia de seguridad para ella, se
negó á renovar el tratado, cuya duración era de tres
La seguridad de Alianza no fué bastante
la Triple años.
para Bismarck. Deseaba el mantenimiento de la paz El famoso Canciller no pudo continuar su política
á todo trance para el tranquilo desarrollo de Alema- preponderante sobre Europa. Ocurrió lo que menos
nia. Sus amenazas belicosas eran únicamente para el podía imaginarse. El Imperio juzgó innecesarios sus
pueblo francés, por creerlo debilitado y querer impe- servicios.
dir su reconstitución. Con las demás potencias desea- Había muerto Guillermo I, «su viejo amo». El
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 333
MUBRTB DB GUILLERMO I
corbeta de vela
La Amazona, de
12 cañones, que
era el orgullo de
los burgueses de
Berlín, y unas
cuantas lanchas
cañoneras movi-
das á remo. Esta
era toda su mari-
na cuando en 1864
emprendióla gue-
rra contra Dina-
marca para arre-
batarle los duca-
dos de Schleswig
mania, se nega-
ban á una alianza
con Prusia te-
miendo por su in-
dependencia.
Al iniciarse la
política de Bis-
marck, el gobier-
no prusiano sólo
tenía un buque in-
significante: la RADA DD EIBL CON LOS ACORAZADOS MODBRNOS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 325
BL GRAN SALÓN DKL RATAUS DB BRBMA CON LOS MODBLOS DB LOS ANTIGUOS BARCOS
tein y todas las de Hanóver, con lo cual todo el lito- alemana del Norte aprobó rápidamente, á instigacio-
ral de Alemania, desde Holanda á Rusia, quedó en nes del Canciller, un proyecto para la organización de
manos del gobierno prusiano. De esta ribera extensa la flota durante un período de diez años (1867-1877).
lo más apreciable fué la magnifica bahia de Kiel, base Esta organización se realizó sin perder tiempo,
del poder naval alemán. Dos centros marítimos im- acaparando los buques que estaban á la venta en el
portantes tuvo Prusia á su disposición como núcleos extranjero. La primera compra la hizo Bismarck...
de la marina futura: Wilhelmshaven (puerto Guiller- ¡en Francia! adquiriendo el acorazado Federico-Car-
mo) en el mar del Norte y Kiel en el mar Báltico. los, construido en los arsenales del Sena. Dos buques
Además, por la convención de Gastein con el gobier- semejantes, el Principe imperial y el Kiel, fueron
no austríaco, Prusia adquirió el derecho de abrir un comprados en Inglaterra. Además, en 1869 Guillermo I
canal á través del Holstein inauguró solemnemente el
de un mar á otro. Este fué puerto de Jade en el mar
el provecho marítimo de la del Norte, bautizándolo con
helmshaven y Kiel, fortificados recientemente, eran maneció inactiva. Los rápidos desastres de tierra firme
sus abrigos. Esta marina no hizo nada durante la gue- y desorganización del gobierno imperial paralizaron
la
rra. La flota francesa, cuyo ataque era esperado, per- la ofensiva de las escuadras de Francia. No disponían
de un ejército de desembarco; toda su acción, después
de salvar grandes dificultades, sólo podía limitarse
á cañonear desde lejos las costas alemanas. Por esto
desistieron de un ataque y la naciente marina ger-
mánica salió de la
guerra sin pérdidas y sin gloria,
pero aprovechando ampliamente el buen resultado de
la lucha para su desarrollo y progreso, como había
ocurrido después de las campañas contra Dinamarca
y Austria.
El nuevo Imperio concentró sus esfuerzos para con-
seguir una marina nueva. En 1872 fué creado el Al-
mirantazgo, y en el año siguiente, fecha memorable
para la flota alemana, el príncipe de Bismarck hizo
adoptar por el Reichstag un plan de renovación com-
pleta que abarcó á la vez la defensa fija de las costas
y la defensa móvil, ó sea las fortificaciones y los bu-
tervalos con baterías costeras unidas por una vía avanzar una figura conocida al frente de un ba-
férrea en comunicación con los ferrocarriles del inte- tallón de infantería de marina. Era su nieto Guiller-
rior. La invención del torpedo fué adoptada por el Al- mo, hijo mayor del príncipe heredero, que mostraba
mirantazgo alemán cuando
éste era desempeñado por Ca-
privi, general de ejército, que-
dando defendidas por un sis-
tema submarino las entradas
de los puertos y estuarios y
los estrechos entre las islas y
la tierra firme.
Otra parte de los millones
de la indemnización fué dedi-
cada á la apertura del Canal
de los jios Imares, por otro BL DRBADNOUGHT «PRINZ RBGBNT LUITPOLD»
3? 8 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
y positivas de la administración
del ejército. »
BL, «MOLTKa>
BL ACORAZADO «WITTBLSBACH»
i#^^^* \
'''
-
la costa occidental de África.
el mismo año 1881
Cameron y Damara, en
También ocuparon en
algunos puertos de la Nueva Gui-
nea y del archipiélago oceánico, bautizado con el
nombre de Bisraarck. En el año siguiente cinco cruce-
ros alemanes obligaron al sultán de Zanzíbar, bajo la
EL ACORAZADO <•
ITILDBBRAND»
BL CANAL DB KIBL
que habían sido duramente perseguidos en tiempos de varias compañías de navegación de Hamburgo y
Bismarck. Las gestiones del soberano habían de dar Brema.
forzosamente un resultado magnífico, teniendo en El torpedo de fabricación alemana es uno de los
cuenta el carácter alemán, sensible á toda considera- mejores. La industria del país realizó grandes pro-
ción venida de lo alto y que considera como el mayor gresos en el blindaje de los buques. Fué el ingeniero
de los honores la inefable felicidad de una sonrisa ó francés Dupuy de Lome el que ideó hace medio siglo
un apretón de manos del emperador. elproteger los flancos de los navios con placas de hie-
El Keichstag, que conservaba cierta tendencia á la rro,pasando por una maravilla la fragata Gloria,
oposición después de las batallas más ruidosas que primer buque acorazado.
eficaces sostenidas contra Bismarck, se entregó por Desde entonces el blindaje y el cañón han reali-
completo á la dirección de Guillermo II. En 1898 votó zado grandes y alternativos progresos para vencerse
todo lo que solicitaba el gobierno imperial, acordando el uno al otro. El hierro fué sustituido por el acero y
513 millones para la construcción de nuevos buques. cada potencia marítima empleó un blindaje especial.
Después de atreverse el Parlamento á tales gastos, Alemania usa en sus buques las corazas fabricadas
las demandas del emperador para el en-
grandecimiento de la flota se han repeti-
do en diversas ocasiones. Alemania lleva
invertidos más de 3.000 millones en la
constitución de su marina. El Keichstag,
á impulsos del entusiasmo pangermanis-
ta, ha autorizado todas las propuestas del
gobierno para el desarrollo incesante de
la flota. Diez millones acordados por un
voto especial se dedicaron á la fortifica-
ción de la colonia de Kiao-Tcheou, que
en 1914 fué tomada por los japoneses.
El Imperio ha llegado á constituir va-
rias escuadras, compuesta cada una de
ocho acorazados de linea, con una canti-
dad enorme de cruceros de varias cate-
gorías, torpederos y submarinos. Además,
en clase de cruceros auxiliares cuenta
con numerosos y rápidos buques de las BL PUERTO DE TORPEDEROS EN BL CANAL DB KIBL
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 345
VIII
LA ESCIADRA ALEMANA
gando á dar 32.000 libras por un italiano enorme, lla- todos los disfracesy á todas las astucias, exploró el
mado Andrea Capra, que su embajador en Inglaterra mundo entero para proporcionar á Guillermo soldados
había descubierto en las calles de Londres.» nunca vistos. En sus rebuscas llegaron hasta los ba-
El más curioso de sus negocios fué el que hizo con zares de Alepo y del Cairo. Esta gigantomanía fué
el Elector de Sajonia, que poseía en su ejército cinco organizada lo mismo que una caza. Tener seis pies de
ó seis soldados de tal clase. El Elector, gran aficiona- estatura en tiempos del rey Guillermo constituía un
do á las artes, propuso á Guillermo el Gordo la entre-
ga de sus colosos á cambio de diversos objetos esco-
gidos á su gusto en los museos de Berlín. El monarca
prusiano aceptó con entusiasmo la proposición, entre-
gando una serie de medallas antiguas, tres estatuas
de Priapo, Diana y Momo y un bronce florentino de
la mejor época figurando San Jorge á caballo, á cam-
bio del lote de gana-
panes, y todavía el
avaro Guillermo cre-
yó haber hecho un
magnífico negocio.
Paul de Saint-Víc-
tor, en su elocuente BANDDRAS DB LA MARINA ALEMANA
estudio sobre las ex
tra vagancias de este peligro: tres pulgadas más y el hombre podía consi-
maniático coronado, derarse perdido. Fuese quien fuese, campesino ó no-
fundador del ejército ble, obrero ó sacerdote, magnate ó mujick, pasaba al
de Prusia, describe estado de pieza de montería del rey de Prusia, sintién-
pintorescamente las dose perseguido por una jauría invisible. Rodeado de
cacerías humanas á cerca, seguido paso á paso, iba tropezando de trampa
que se dedicó para en emboscada, hasta el momento en que la persecu-
reclutar sus tropas. ción incesante conseguía atraparlo en los linderos de
« Una banda de a gen- un bosque, si es que no lo arrancaba de su propio
tes prusianos hablan- lecho. Los agentes de Guillermo agarrotaban al fenó-
do todas las lenguas, meno, empaquetándolo con cadenas y cuerdas, y lo
conociendo los pasos metían á viva fuerza en la caja de un vehículo que
BL KAISER BN LAS ÚLTIMAS ^^ todas las frontC" tenía rejas y cerrojos lo mismo que una mazmorra.
MANIOBRAS NAVALE.S Tas, acostumbradosá El sombrío carruaje partía al galope de sus caballos,
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 347
llevándose al Un polaco de
sígante para más de 6 pies
desembalarlo ;i era espiado en
la puerta de un su país por los
cuartel, y po- agentes prusia-
cos días des- nos, y advertí-
pués un grana do del peligro
dero desmesu- los despistaba
LA FLOTA ALEMANA
MicHEL (encarnación del pueblo alemán).— Sir, os he oído llamar á
esa flota t^vuestra» flota, cuando es la mía.
El kaiser al canciller bUlow.— ¿Quién es este inoportuno?
El canciller.— Un desgraciado que sufre delirio de grandezas.
(Caricatura del Weekblad voor Nederlaml)
repentino. ALBMANK.S
349 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Granadero á caballo
cita su salmo, va á la revista y pués de una guerra incesante Oflclal de caballerfa
abru- dejó á
ma á palos á sus soldados SU país en próspera situa-
por la menor falta á la dis- ción y con un gran aumen-
ciplina. Este tipo general to en el número de sus ha-
fué Guillermo el Gordo el bitantes.
primero que lo marcó con El reino de Prusia, enor-
su grosera efigie. Después gullecido por las glorias de
se ha reproducido en mu- Federico, seadormeció, cre-
chos de sus sucesores, que yéndose á cubierto de todo
demostraron su mismo ca- peligro después del ruidoso
poralismo feroz, su beate- triunfo de líosbach. Napo-
ría cruel y su barbarie de león lo despertó cruelmente
vándalo. La borrachera de en ISOti, infligiéndole la
un Federico Guillermo I, el terrible derrota de .lena, en
cinismo reconocido de un la que perecieron gran par-
Federico II y la demencia te de sus organismos mili-
furiosa de un Federico Gui- Los castigos en el ejército prusiano
tares, faltando muy poco
llermo IV, constituyen un (De uu grabado de la época, por Chodowieelii)
para que pereciese igual-
atavismo temible. Se com mente la independencia del
prende que Mirabeau, que vio de cerca los orígenes de país. Los franceses entraron en Berlín apoderándose
la fuerza prusiana y siguió los principios de esta mo- de todas las plazas fuertes, y
narquía militar, juzgase que de tal árbol sólo podían los prusianos mostraron ante
nacer frutos veneno- el vencedor un mie-
queño ejército en un organismo puramente de la na- 1.200.000 hombres con 255.000 caballos: cifra enorme
ción, suprimiendo el alista- no conocida hasta entonces.
miento extranjero, contingente El régimen militar impuesto
principal desde el tiempo de por el gobierno de Prusia á la
Guillermo el (¡ordo. Todo pru ('onfederación alemana fué el
siano fué soldado de los diez y mismo ([ue subsiste actualmen-
ocho á los veintiséis años. te bajo el Imperio. El empera-
Como Napoleón con sus du- dor es Oberfeldherr, ó sea
el
por causas especiales no han sido comprendidos en de servicio, pasando inmediatamente á la reserva.
los servicios mencionados; la segunda, de todos los Mientras los hombres están en la reserva pueden
hombres de treinta y nueve á cuarenta y cinco años. ser convocados por dos períodos de 28 días para tomar
La incorporación al ejército activo se verifica, á parte eu las maniobras de otoño. Cuando pertenecen
á la landwehr de primer llamamiento pue-
den ser llamados por dos periodos de 14
días, pero generalmente sólo los convo-
can por un solo periodo. En la landwehr
de segundo llamamiento nunca son con-
vocados los individuos en tiempo de paz.
La landaturm significa el levantamiento
en masa del país y únicamente tiene apli-
cación en los instantes más difíciles de
una guerra.
Todas estas reglas no se cumplen de un
modo absoluto. Los recursos considera-
bles del reclutamiento, cada vez mayores
*"v. w
-^-j*:-
1
>•• V-
V
^
i A.i,. *
porte. «Educado en el respeto fetichista del uniforme das, que vegeta durante la paz en el tedio de las guar-
— dice —
un autor y en el orgullo de la clase á que niciones de provincia.
pertenece, está persuadido de que el liombre empieza El oficial de corte es el que se pavonea en Berlín,
en el sub-teniente, y todo el que no viste uniforme re- elegante y vanidoso, con un brazalete de oro en la mu-
sulta indigno de su consideración. El oficial alemán es ñeca y un cepillo de plata en el bolsillo para encres-
bravo, pero generalmente no posee ninguna otra cuali-
dad militar. Hace que sus hombres avancen en el cam-
po de batalla manteniéndolos siempre al alcance de su
mano por no tener confianza en su firmeza y su tena-
cidad. Da espontáneamente ejemplos de audacia y de
disciplina, pero no sabe inspirar á las tropas someti-
das á sus órdenes esc amor ardiente por la patria que
dispensa al su-
perior del em-
pleo de medios
violentos y en-
vilecedores so-
bre sus hom-
bres. Es el pri-
mero en dudar
del valor indi-
vidual y aisla-
do del comba-
tiente alemán.
Sabe que sus
subordinados,
al verse libres
UN CBNTINBLA DB LAS AVANZADAS dC UUa dirSC" INFAMTBRtA ALEMANA
356 VICENTE BLASCO ÍBANEZ
parse el bigote. Su sonrisa es una merced que prodiga mantener elhonor de su apellido, ó por convicciones
á muy pocos; el recibir su mano representa un gran religiosas, practican una especie de ascetismo, sin
honor. Es un superviviente del mundo feudal,
orgulloso de sus títulos nobiliarios, y que con-
cede á los otros oficiales una benevolencia des-
deñosa. Las más de las veces su noble origen
es sinónimo de pobreza, y al ver el lujo en que
viven sus camaradas procedentes de la burgue-
sía, hijos de grandes industriales y comercian-
tes, siente el ansia de las riquezas y las busca
por medio del matrimonio. Para encontrar una
heredera de gran dote sostiene una vida lujosa,
en desarmonía con sus medios, valiéndose del
apoyo de la usura, del juego ó de otros expe-
dientes más vergonzosos. Con frecuencia, bri-
llantes oficiales conocidos en la corte y de ape-
llidos ilustres hansido protagonistas de escán-
dalos y delitos juzgados por los tribunales de
Berlín.Algunos han tenido que apelar al suici- PLAZA DB LOS GENDARMES
dio.Muchos, descalificados para siempre, re-
nunciaron á su posición y su nombre, y vagan por el dejarse tentar por los esplendores de la corte y el
mundo como aventureros. Los hay también que por lujo ruidoso de los oficiales de la Guardia. Para con-
servar intacta la herencia de honor que les
legaron sus ascendientes, y para que no se
trasluzca su pobreza, viven recluidos en su
alojamiento con feroz economía; comen mal y
reservan sus tristes ahorros para lo superfiuo,
ó sea para no desempeñar un papel ridiculo en
las suscripciones iniciadas por los compañeros
de cuerpo ó los frecuentes banquetes de despe-
dida ó bienvenida con que se obsequia á aqué-
llos por costumbre.
ejército.
regimientos, lo mismo que barones feudales. Hasta los Desde que el teniente Bilse publicó su ruidosa no-
que parecen más quebrantados por una existen-
cia de orgias, conservarán la bravura que surge
del sentimiento del lionor. Serán tal vez magní-
ficos sableadores. Pero que una resolución di-
fícil ó delicada se imponga, que sea necesario
Los 260 oficialesaproximadamente que constitu- con facilidad y rapidez fuerzas considerables en un
yen el Estado Mayor, representan terreno que sea conveniente (combatir «La mejor i.
celebridad.
Clausewitz, contra la opinión de los autores
de su época, que limitaban en 100.000 hombres
cuanto más la cifra de un ejército bien maneja-
do, fué el primero en establecer que sólo la am-
plitud del teatro de operaciones puede marcar
el límite de los efectivos sometidos á una misma
dirección. «Vivir, marchar y combatir» fué la
síntesis de la doctrina de Clausewitz. La impor-
NO SB l'UUDB BSCKIHIK
tancia de los ejércitos depende de la riqueza del
Caricatura del «Klkcrikl» aludiendo á que el kaiser ata las manos á sus
terreno donde deben moverse y de los aprovi-
oficiales para que no escriban, cuondo dcblon amordazarle á til para que
sionamientos que pueden juntar (vivir de la ;
no hablase Inoportunamente.
360 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
alemán en una cortina de caballería, siempre en mo- Luego las experiencias de la práctica han modifi-
vimiento, que moleste y desoriente al enemigo, ocul- cado en parte sistema. Los ejércitos creados para
el
tándole las evoluciones de las tropas alemanas. la ofensiva han tenido que enterrarse, abriendo trin-
Durante la acción, emplear la táctica tan preconi- cheras que son verdaderas poblaciones subterráneas.
zada por los alemanes, de la ofensiva á toda costa, sin Los progresos de la aviación han inutilizado casi por
reparar en las pérdidas, y cueste lo que cueste. La tác- completo la primera parte del sistema, pues los obser-
tica consiste casi siempre en servirse del centro como vadores aéreos pueden reconocer fácilmente los mo-
punto fijo de apoyo, y avanzar las dos alas, á modo vimientos del enemigo más allá de la cortina de ca-
de tentáculos, para que desborden al enemigo y se ballería que los encubre.
cierren sobre él, oprimiéndolo en un circulo de hierro. El Estado Mayor alemán ha producido excelentes
Después de la acción, generales, pero ninguno
quebrantar y desmorali- de ellos dispone de la au-
zar al enemigo en retira toridad victoriosa de un
da con ataques de caba- Tal vez infiuye en
]\[oltke.
llería en grandes masas y esto la excesiva compe-
mantener al mismo tiem- tencia de Guillermo II,
po la cohesión entre los que sabe de todo y se
diferentes cuerpos de ejér- mezcla en todo. El viejo
cito alemanes por medio (luíllermo I se limitó á
de la telegrafía sin hilos ser un soldiido, asistiendo
y del teléfono. personalmente á las ope-
Estas han sido, en resu- raciones de guerra de
men, las enseñanzas del su ejército y exponiendo
EstadoMayoralemán has- su Vida cuando lo consi-
ta poco antes de iniciarse deraba preciso. Pero con
la guerra en 1914. BIBLIOTECA NACIONAL una noción exacta de sus
HISTORIA DE LA ÜUEWftA tiURUPEA DE Í914 361
capacidades estratégicas, dejó siempre la dirección co á las cargas furiosas y teatrales. Su placer es galo-
de las operaciones á Moltke y otros generales. par á la cabeza de una masa de caballería, con la es-
Guillermo II, orador, músico, predicador, poeta, pada desnuda, lo mismo que un burgrave de la Edad
pintor y cómico, considera como un delito de lesa Media, como si no hubiesen sido inventados el fusil
majestad que los alemanes duden de sus condiciones de repetición, la ametralladora y el cañón de tiro rá-
de estratega. pido. Para él la guerra tiene el encanto literario de
— —
Es un buen coronel decían del emperador antes una poesía caballeresca. Ve en ella el gesto teatral,
de la guerra sus amigos Íntimos —
Tiene ojo y auto-
. el uniforme brillante, el penacho, la embriaguez del
ridad para conducir un regimiento. Sería también un humo y de la gloria.
buen comandante de acorazado, porque siente gusto Hace quince años, en unas maniobras, Guillermo IT,
por la marina y compren- poniéndose al frente de
de la mecánica. Pero ¡Dios ocho regimientos de ca-
nos libre de que se le ocu- ballería, cargó con estré-
rra la idea de ser el pri- pito infernal contra una
mer general del Imperio! colina fortificada y ocupa-
Esta idea se le ha ocu- f<p»Pi iüfi lnn<» 'a>i j«Wi»Trwii»!
^i >-
da por numerosas fuerzas
rrido á (' uillermo como
II, de infantería. Como éstas
era de esperar, no obstan tiraban con pólvora sola,
te haber demostrado en el kaiser, glorioso, se
apo-
todas las maniobras de su deró de la altura con la
ejército, durante varios mayor facilidad.
nos y la sagrada casta de los oficiales. El duro sar- Con la tropa ordinaria, compuesta de campesinos,
gento so consuela de su humillación sometiendo á los obreros y empleados pobres, el sub-oficial desahoga
soldados á las torturas de su mal humor. El Imperio la cólera amasada por los desprecios (|ue llegan de lo
le promete, para cuando sea viejo y abandone el ser- alto y las enojosas tareas de su grado. Estos subalter-
vicio, la compensa- nos, endurecidos por la tradición y animados por la
ción de un empleo se- impunidad, discurren las torturas más disparatadas
cundario en las ofici- contra sus hombres. Las injurias groseras y los gol-
nas civiles. Mientras pes son incidentes ordinarios y sin importancia. Por
permanece en el regi- una falta insignificante ó por capricho, les hacen
miento goza de un guardar posturas violentas durante varias lloras, hasta
sueldo suficiente y que caen desmayados. Otras veces les escupen den-
puede casarse. Ade- tro de la boca, les hacen limpiar el suelo con la len-
más los soldados, es-
({uedado inútiles para siempre, fueron víctimas en — Yo soy un cochino... Yo soy un cochino.
realidad de la furia homicida de un sub-ofícial. En la o
mayor parte de los casos tales delitos han quedado La obediencia servil, la humillación ante el supe-
sin castigo. La victima, á impulsos del terror, no ha rior, se extienden como algo precioso y fundamental
querido hablar, y los testigos presenciales, por miedo desde las últimas filas á los puestos más elevados del
al sub-oflcial, han mentido y jurado en falso. La obe- ejército. El soldado teme los golpes del sargento; éste
diencia pasiva y el respeto al superior son obstáculos se encoge medroso ante la altivez de los oficiales; los
infranqueables con los que tropiezan los consejos de oficiales viven encasillados en diversas categorías de
guerra que de buena fe quieren esclarecer los hechos. nacimiento y de fortuna, humillándose unos á otros,
En una ocasión el tribunal militar se vio obligado á y los brillantes generales del Estado Mayor se esfuer-
infligir graves penas á una serie de testigos que ha- zan por conservar á costa de adulaciones el afecto del
bían jurado en falso para afírmar la inocencia de su soberano.
sargento, demostrándose poco después que éste era Generalmente la profesión de oficial sólo es acce-
autor de las numerosas heri-
das de uno de sus hombres.
El oficial no ve nunca las
penas degradantes y sangrien-
tas que el subalterno impone
á la tropa. La injuria, el palo,
el golpe y la sangre, forman
parte de una tradición glorio-
sa y respetable que proviene
del gran Federico y su padre
elrey-sargento. Impedir esto
equivale para ellos á falsear
los cimientos del ejército. El
regimiento escogido por él, y cuyo coronel se digna sultan inútiles. Si el regimiento lo acepta envía el
admitirlo. Durante cinco meses vive como un simple acta de la votación al emperador, .'-^ólo después de
soldado, á no ser que proceda de la Escuela de cade- esta tercera prueba el soberano le concede el nom-
tes, en cuyo caso es nombrado inmediatamente sub- bramiento de oficial. Cuandocandidato procede de
el
oficial. Después de los cinco meses, si tiene buenas la clase selekfa, ó sea de la Escuela de cadetes, en la
notas recibe el titulo de fahenrich, ó sea porta-espada, que reciben su educación los hijos de militares y altos
y pasa á la Escuela de Guerra, donde en ocho meses funcionarios, no necesita pasar por la formalidad del
nada más le enseñan los elementos de táctica militar, voto de los compañeros, y recibe el nombramiento
topografía, fortificaciones, condiciones generales del directo del emperador.
servicio, código militar y administración del ejército. Si los aspirantes á oficiales pertenecen á la aristo-
Lo único que con predilección le inculca esta ense- cracia, solicitan la admisión en los mismos regimien-
ñanza es el espíritu militar, insistiendo especialmente tos donde sirvieron sus padres y sus abuelos y que co-
en las reglas de relación entre los oficiales y las ideas nocen de antiguo su nombre. Los regimientos de la
del honor y del deber. Cuando sale de la Escuela de Guardia son los más buscados, porque tienen su resi-
Guerra vuelve al regimiento, y el coronel lo presenta dencia en Berlín y ofrecen ocasiones de aproximarse
al emperador y los mariscales.
Todo individuo de la aris-
tocracia prusiana cree nece-
sario pasar la juventud en el
ejército activo, aunque des-
pués, al casarse ó al heredar
la fortuna paternal, abandone
el regimiento, figurando en la
reserva. La altiva clase de los
junquera ó señorea del campo,
llamados por los franceses
hoberati.v, proporciona los ofi-
ciales de corte y de los regi-
mientos escogidos. Estos hidal-
gos orgullosos, que dominan
socialmente la vida de Prusia
y han extendido su influencia
á toda Alemania, viven en
general con dificultad del pro-
ducto de sus tierras, agobia-
UNA QRAN PARADA dos de deudas, envidiándose
366 VICENTE BLASCO ÍBANEZ
;-s*«5*-. ;:'M!
LAS MANIOBRAS
El campo de Tempelhof, á las puertas de Berlín, donde pueden evolucionar 20.000 hombres
entre ellos y guardando el mismo espíritu de la época alemanes. Los hijos del rey de Prusía son tenientes
feudal. El único porvenir de sus hijos es el ejército, en el I."'' regimiento de la Guardia, de guarnición en
que reserva todos sus honores y favores á la clase Postdam, que sólo se compone de oficiales nobles.
aristocrática. En algunos regimientos cuya oficialidad procede
La burguesía enriquecida tiene como primera as- de las ricas provincias del Rhin, los hijos de los opu-
piración el casar á sus hijas con estos nobles arruina- lentos industriales se confunden con los de los propie-
dos, llenos de galones y penachos. El oficial lo es todo tarios aristócratas. Ciertos cuerpos en los (|ue predo-
en vida alemana. En las ceremonias oficíales el te-
la minan los herederos de los grandes fabricantes son
niente marcha delante de las autoridades civiles más objeto de burla por parte de los oficiales nobles. El
altas. En el acto de la apertura del Reichstag todo 7." de huíanos está compuesto de oficiales de dicha
diputado que tiene un uniforme de la reserva se lo procedencia, y en Berlín dicen al hablar de él: «Cada
pone, aunque esto dé un porte ridículo á su desbor- uno de sus tenientes representa diez chimeneas que
dante persona. El mismo Bismarck, que sólo había echan humo.»
sido militar por unos meses en su juventud, procu- Como el oficial debe escoger su regimiento, some-
raba presentarse siempre con uniforme de general tiéndose á la aprobación de los compañeros, ([ue pue-
para no tener el aire de un simple abogado ante los den admitirlo ó desecharlo, ciertos cuerpos mantienen
individuos del Parlamento.
Los tenientes de origen noble represen-
tan el 30 por 100 de la oficialidad alema
na. A igual clase pertenecen el 40 por 100
de los coroneles, el 50 por 100 de los ge-
nerales de brigada y el 70 por 100 de los
generales de división. De los generales en
jefe no hay uno solo que no sea noble. Von
Kluck, que procede de una familia humil-
de del campo, no pudo alcanzar los últi-
mos grados hasta que el emperador le
concedió un título de nobleza.
Todos los mayorazgos de la aristocracia
prusiana entran en la caballería de la
Guardia, donde sirven al lado de los hijos
y parientes de los pequeños soberanos BL KAISBR COK SU BSTADO MAYOR BN LAS MANIOBRAS
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 367
un espíritu rabiosamente exclusivista, dando entrada Guillermo II, veleidoso é incoherente, clama mu-
solamente á los de reconocida nobleza. El emperador, chas veces contra los gastos exagerados de sus oficia-
para hacerse simpático á la burguesía, dispuso que les; pero á continuación se hace invitar por ellos á
en algunos regimientos de su Guardia pudiese ingre- sus comidas de cuerpo, lo (jue les obliga á cuantiosos
sar un número determinado de oficiales sin título no- desembolsos, ó reforma sus uniformes con una fre-
biliario. Los militares de corte llamaron desdeñosa- cuencia desesperante. El emperador artista ha cam-
mente á estos oficiales de la Concesión Schuitze, lo tjue biado durante su reinado los modelos de los unifor-
equivale en nuestra lengua á «concesión de los Pérez mes ocho veces más que sus predecesores durante
ó los López». Al poco tiempo éstos se retiraron volun- 60 años.
tariamente de los cuerpos de la Guardia, descorazona- En los cuerpos que no son de oficialidad noble, los
dos al verse solos entre sus orgullosos camaradas. gastos resultan igualmente exorbitantes. A ningún
En los regimientos de artillería é ingenieros la oficial le basta la renta de 200 marcos al mes con que
instrucción de los oficiales es muy superior á la de debe contar además de su sueldo. De aquí las deudas,
los (|ue pertenecen á otras armas. Sin embargo, el los expedientes complicados para adquirir dinero, las
sares, los huíanos y los dragones de la Guardia exigen dio produce mayores estragos.
gastos semejantes. Como regla general, un teniente Ya hemos dicho de qué modo brutal tratan los sub-
de los cuerpos escogidos destina el sueldo para el oficiales á los reclutas.
pago de sus botas, y á veces no le basta. — Hay que educarlos como á los caballos — dicen los
Todos deben poseer varios uniformes y cas-
ellos sargentos alemanes
—
No hay que permitir á las bes-
.
cos, en flamante estado, para las paradas y bailes de tias ni á los hombres que tomen malas costumbres.
la corte. Además tienen que corresponder á nume- Y consecuentes con esta doctrina, añaden á las
rosas invitaciones y festejar con banquetes á los ca- penas corporales que hemos descrito otras no menos
maradas que ingresan en el cuerpo, (lue se van de él terribles, obligando á los soldados á trotar horas ente-
ó (jue están de paso. Sólo pueden entrar en los restau- ras hasta (|ue caen exánimes; á descender en camisa
rants lujosos y ocupar en los teatros asientos de pre- durante las noches de invierno al patio del cuartel
ferencia. Les está prohibido subir en los ómnibus y cubierto de nieve; á hacer el ejercicio ante una es-
viajar en los trenes en una clase inferior. (Juando dan tufa, al rojo blanco, hasta que se desploman medio
propinas, éstas son superiores á las de los paisanos, asfixiados.
para marcar con tal generosidad la diferencia de ca- Muchos no ven otro recurso para librarse de estos
tegorías. Tan cuantiosos y
crecientes son sus gastos, tormentos que tomar el fusil en el armero, colocarse
que el rey de Prusia, sobre su fortuna particular, sirve el cañón en la boca y oprimir el gatillo con un pie.
pensiones secretas á los oficiales de la nobleza reco- Los (jue están en las guarniciones inmediatas á la
nocidamente pobres. frontera apelan á la deserción.
366 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
los extranjeros, pero muchos oficiales opinan que debe
suprimirse esta gimnástica, humillante y ridicula.»
El pueblo alemán, educado por el militarismo, ape-
nas si se conmueve ante las brutalidades de la ense-
ñanza en el cuartel. Acepta la insolencia del oficial y
siente una veneración casi religiosa ante su uniforme.
Este sentimiento domina á todos los otros en el alma
alemana contemporánea. La nación es más militaris-
ta aún que el militar. Escuelas y Universidades pro-
pagan el respeto y la admiración al ejército, basando
la grandeza de Alemania en la fuerza de las armas.
El profesor germánico, pacifico hombre de estudios,
de vida sedentaria, se muestra tan belicoso y amigo
de la violencia como el teniente más irrefiexivo. Los
alumnos en las escuelas tienen que cuadrarse lo mis-
mo que los reclutas cada vez (jue el maestro les dirige
la palabra. Los burgueses, después que realizan una
sargento y que el vulgo designa con el burlesco nom- ro del resto del
bre de «paso de ganso», pues imita la marcha de este país. Los obre-
animal tan amado por los alemanes. «Este paso dice — ros se acuerdan
Iluret al describir la vida militar de Alemania con- — con placer del
siste en que los soldados, en vez de marchar simple- regimiento y sin
mente como lo hacemos todos, proyectan enérgica- amargura de las
mente la pierna, derecha y rígida, todo lo que pueden violencias sufri-
hacia adelante, con busto estirado, los brazos pe-
el das en el cuar-
gados al cuerpo, y la dejan caer después, siempre tel. Por orgullo
tendida, golpeando el suelo con la mayor fuerza po- nacionalista ad-
sible, mientras avanzan en linea, como autómatas miran á sus an-
grotescos. Los soldados alemanes toman este paso en tiguos oficiales,
loa desfiles ó simplemente en la calle cada vez que teniéndolos por
van con el fusil y encuentran á un oficial. Este espec- superiores á los
táculo produce una impresión penosa. El hombre visto de otros países.
de tal modo no tiene nada de humano y resulta in- Kecibieron de
conscientemente su propia caricatura. Hay en esta ellos injurias y
marcha una especie de degradación que repugna á golpes, pero esto
nuestra sensibilidad de seres libres. Tal ejercicio sólo no tiene impor-
podia ser inventado por un déspota brutal que consi- tancia en la vida ^^ KAISER QUIBRH IMPONER Á LA CIVI-
deró los hombres como máquinas de obediencia. Los deunalemánque lización bl paso db ganso
alemanes no comprenden la impresión que sentimos desde los prime- (Caricatura del Dailij Vhronicle)
HISTORIA DE LA GUCkRA íiUíiOPííh í-tí 19M ¿69
ros años se acostumbra á los castigos de la escuela. Tres generaciones de Krupp han realizado esta
Su fotografía con uniforme la guardan en su casa en obra industrial, conocida en el mundo entero. El fun-
lugar preferente, como un título de gloria. dador de la dinastía, Federico Krupp, nacido en 1787,
Sólo así se comprende la conducta del socialismo fué un humilde cuchillero que estableció un pequeño
germánico en la presente guerra. Según muchos ofi- taller en 1810, con sólo cuatro trabajadores, dedicán-
ciales, el recluta socialista es el que mejor se pliega á dose al estudio de la fundición del acero. En 1812
la disciplina del cuartel. tuvo un hijo, Alfredo, que resultó el verdadero autor
Llega preparado por la disciplina de su parti- de la fortuna y el renombre de la familia. Al morir el
do, que tiene una organización estrecha y una di- padre en 1826, Alfredo Krupp, que sólo tenia 14 años,
rección férrea, iguales á las del ejército.
después de largos y penosos ensayos. fuerza productora está concentrada en los talleres de
El joven dedicó su vida entera á la práctica y des- Essen, que ocupan unas -100 hectáreas; 20.000 caba-
envolvimiento del secreto, ensanchando sus trabajos y llos de vapor mueven 4.50 máquinas y ÜO martillos-
sus talleres con una audacia afortunada. A no ser por pilones de un peso de 50.000 á 100.000 kilogramos.
el decidido apoyo que le prestaron los bancos alema- Hay además 1.500 hornos y 1.600 máquinas de mol-
nes y el gobierno de Prusia, Alfredo Krupp se habria dear, pulir, etc. Un ferrocarril rodea la extensa fá-
brica y penetra por vías secundarias en los princi-
pales talleres, llevando sus férreos productos á la
estación de Borbeck en la gran línea de Colonia. Cien
locomotoras pertenecientes á la casa Krupp y más de
un millar de vagones aseguran el servicio.
Essen es una ciudad de hollín y de humo donde
suena durante el día un ruido ensordecedor. Julio
Verne la tomó como modelo para una de sus últi-
mas novelas.
Alfredo Krupp,
llamado el «rey
de los caño-
nes», tuvo la
suerte de en-
contrar en las
MONTAJE DK TORRKS BLINDADAS cercanías de su
fábrica unas
declarado en quiebra muchas veces. En 1847 tenía 100 minas de car-
obreros á sus órdenes, y expuso su primer cañón de bón que dan el
acero fundido para proyectiles de tres libras. En la combustible
Exposición de Londres de 1861, presentó un bloque más propio
de acero fundido de 2.000 kilos, lo que resultaba para la meta-
prodigioso para la industria de entonces. Diez años lurgia de to-
después empleaba 2.000 obreros y podía exhibir un da Alemania.
bloque de 62.000 kilos. En 1902 llegó á fundir un Ademáslacasa
bloque de 80.000 kilos y exhibió una placa de blin- Krupp ha ad-
daje, la más grande que se ha laminado nunca, con ({uirido gran- alfrbdo krupp
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 371
con una corte de efebos. Estas denuncias amargaron zaeión económica de sus talleres para dar una parti-
los postreros dias del último de los Krupp, acelerando cipación directa á los obreros. Pero los rumores es-
su muerte. Muchos de sus amigos han intentado de- candalosos é infames sobre su condusta acabaron por
mostrar la falsedad de tales acusaciones. De todos sumirlo en la misantropía, huyendo del trato de las
modos, Federico Krupp era una especie de sabio, que gentes.
por sus gustos sencillos pareció retroceder á los orí- La importancia de la casa Krupp disminuyó du-
genes modestos de su familia. Mostró ideas sociales rante periodo de su apática dirección; pero aun así,
el
muy avanzadas, soñando con reconstituir la organi- á la hora de su muerte el producto neto del estableci-
miento representaba una renta anual de
12 millones de marcos: un millón por mes.
La gran habilidad de su padre Alfredo
Krupp fué rodearse de ingenieros de méri-
to, tanto alemanes como extranjeros, bri-
llante cuerpo de técnicos autor de la im-
portancia de la casa y que todavía la sos-
tiene. Con la muerte de Federico se ha
esposos.
El emperador — según las murmuracio-
EL MARTILLO-PILON nes de muchos — posee una parte de las
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 373
acciones de la casa Krupp, lo que le hace sentir un acaban de obtener un honor extraordinario con mo-
interés personal por la buena marcha de sus negocios. tivo de la fabricación de sus morteros de 420. Una
Hace pocos años, al descubrirse que dicho estableci- Universidad alemana ha manifestado su entusiasmo
miento sobornaba á los militares alemanes en las re- por dicha obra, confiriendo al marido de Berta, ca-
mesas de armas, se produjo grande escándalo, y el beza visible de la firma Krupp, el titulo de ¡doctor
prestigio de Guillermo II sufrió algo con esto. Algu- en Derecho!
nos acusados declararon haber aceptado las propinas, La sabia Alemania es un pais de iniciativas ex-
sin escrúpulo alguno, por creerlas procedentes del travagantes cuando desea glorificar la fuerza.
emperador, accionista de la casa.
Un interés nacional hizo que los alema-
nes se preocupasen del matrimonio de las
dos princesas del acero. Había que casar-
las con buenos patriotas, entusiastas del
Imperio, para que el gran establecimiento
no pasase á manos de extranjeros.
El emperador designó á dos liombres
de su corte como maridos de las hijas de
Krupp y poseedores de sus enormes for-
tunas. La mayor, Berta, que es la más
popular, se casó con el barón de Bohlen-
Halback, que ha tomado la dirección del
establecimiento. Pero éste ya no parece
animado por el espiritu emprendedor y
audaz de Alfredo, el «rey de los cañones»,
y según se dice, empieza á mostrar cierta
decadencia.
Sin embargo, las fundiciones de Krupp TALLER DB PERFORADO
374 VICENTE BLASCO IBANEZ
— ¡Ese Subise valeroso é imprevisor! — decía Fede-
IX — Tiene veinte cocineros y un solo espía. Yo
rico .
por el entusiasmo patriótico. Su organizador fué el Hay que decir en su honor ([ue el espionaje no lo
célebre policía Stieber, del que hablaremos más ade- considera como una función deshonrosa. Le inculca-
lante, personaje de malos antecedentes, que casi llegó ron hace dos siglos que este es un modo de servir á la
á conseguir la gloria de un Bismarck ó de un Moltke. patria tan noble y digno como empuñar las armas, y
Esta popularidad del polizonte organizador del es- se lanza á ser espía con igual entusiasmo que si em-
pionaje, se explica teniendo en cuenta el carácter prendiese el camino de la gloria.
prusiano, dispuesto por instinto á la vigilancia y la Cada agrupación étnica tiene su moral, su alma,
delación. sus escrúpulos. Nosotros, los llamados latinos, lleva-
El espionaje de los alemanes es algo tradicional y mos el fardo de una porción de preocupaciones y deli-
mismo nivel que los actos
figura en su historia casi al cadezas espirituales que no conocen los buenos ger-
heroicos de sus guerreros. manos, y sí alguna vez tropiezan con ellas, provocan
Federico II se burló siempre con su frío escepti- su risa como algo arcaico é inútil.
cismo de la caballerosidad y confianza de los maris- Nosotros creemos en el honor sin interés alguno,
cales franceses, grandes señores empolvados, perfu- en el honor generoso que impone sacrificios, creemos
mados y heroicos, que llevaban á los campamentos en el carácter sagrado de la palabra empeñada, en el
las costumbres palaciegas de Versalles. El mariscal de derecho á la libertad y á la independencia (|ue tiene el
Subise, protegido de la Pompadour, le hizo reir mu- débil lo mismo (jue el fuerte, enlanecesidadde quesub-
chas veces en el curso de la guerra de los Siete Años. sistan debajo del sol los pequeños pueblos así como los
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 375
grandes, del mismo modo (jue en la vida humana res- cias y embos-
piran igualmente los iletrados y los inteligentes, los cadas. Es el de
feos y los hermosos, los ricos y los pobres. Tenemos el los militares.
sentimiento de la mesura, de la armenia, del equili- El soldado debe
brio, facultad que aun no poseen ciertos países recién obediencia á
salidos de la barbarie, que todo lo ven con retinas de sus superiores,
brutal exageración: «Kolossal, Kolossal.» Sabemos y si éstos le or-
que hasta las ideas más santas deben estar limitadas denan una ave-
por las exigencias del honor y de la propia dignidad. riguación en
Amamos la patria, estamos dispuestos á dar por país enemigo,
ella «vida y hacienda», como pundonoroso alcalde
el la cumplirá in-
del drama de Calderón; pero nos reservamos la inte- mediatamente
gridad y pureza del honor, «que es patrimonio del por honor pro-
alma... y el alma sólo es de Dios». fesional. Todos
Tomaríamos un fusil para defender nuestra tierra, los ejércitos del
y degradante. Todoslospue-
Alemania piensa de blos en guerra
distinto modo. Su psico- tienen igual
logía es otra, y satisfecha mente espías
de ella quisiera impo- civiles, pero
nerla á los demás pue- son individuos UN VIAJERO BLKGANTE BN LOS BaLBVARBS
blos, que considera co- de la más baja ÜB PARÍS
rrompidos por los refina- especie moral, La sombra revela que es un espía alemán
de decirse mientras perdure la guerra con sus astu- (Del folleto fraiici's «Cñnio estaba
la ayuda de la orgauizado ol espiouajo alemáu>j
376 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Casa de un espía alemán en la Panne (Bélgica), sobre una plataforma de cemento que pudiese servir de emplazamiento á un cañón
de gran calibre, una vez derribada la casa. Para destruirla se necesitaron más de cinco cariuchos de dinamita
industria y el comercio de su país establecidos en el En otros lugares Franz y Fritz habían acabado
extranjero. por ser de la tierra casándose en el pueblo y cambian-
La guerra actual ha revelado en muchos pueblos de do de nacionalidad. Hasta se ha dado el caso de que
Bélgica y Francia la solidez y arraigo del espionaje. llegaron á concejales en su segunda patria, aspirando
Al entrar las columnas alemanas
en una población, sus jefes estaban
tan enterados como la autoridad
municipal de todos sus recursos.
Era inútil negar la existencia de
caballos, víveres y dinero. El inva-
sor sabia dónde estaba cada cosa^
como si tuviese un inventario en
la mano. Luego los notables del
pueblo, al recibir el cariñoso salu-
do de un alemán uniformado, lo
reconocían con asombro. Era mon-
sieur Fritz ó monsieur Franz, un
RUINAS DB LA CASA DBL BSPÍA ALBMÁN VISTAS DBSDB BL OTRO LADO (Fot. Meurisse)
al primer puesto municipal. Desaparecidos poco antes vino su verdadero objeto. Para destruir algunos de
de la invasión, volvieron al frente de ella, «ilustran- estos hoteles se necesitaron varios cartuchos de dina-
do» con sus conocimientos á los jefes de las tropas y mita, y aun así quedaron en pie sus miradores.
procediendo con una bondad felinesca contra sus an- En el teatro de la guerra el espionaje alemán se
tiguos convecinos. vale de los más arriesgados disfraces. La cercanía de
Los industriales alemanes que ocultos tras del y su inmovilidad en unas batallas
las líneas de fuego
misterio de la sociedad anónima establecieron indus- que duran meses, permiten á los habitantes del país,
trias en Bélgica y Francia, se cuidaron siempre de más ó menos escasos, hacer vida común con los que
instalar sus fábricas en puntos estratégicos, indicados pelean.
de antemano por el Estado Mayor de Berlín. Las pla- Una batería francesa dirige sus disparos contra
taformas de cemento construidas para sus máquinas losenemigos, hábilmente disimulada. Los cañones ale-
han servido luego para los cañones de sitio. manes, por más que cambian su puntería, no pueden
Otros espías levantaron hoteles particulares en las encontrarla. De pronto los artilleros ven aproximarse
inmediaciones de las plazas fuertes. Nada indicaba un pastor con un rebaño de ovejas, ó un labriego que
exteriormente la solidez de baluarte de estas cons- guia dos caballos enganchados al arado. ¡Bucólica
trucciones lujosas y en apariencia frágiles. Muchas aparición que conmueve á los hombres endurecidos
han sido derribadas por la autoridad militar, que adi- por la tarea de matar!... Es la vida que recobra su
ritmo á pesar de la guerra; el tra-
bajo (lue renace desafiando los pe-
ligros.La aparición de este valero-
so soldado de la agricultura casi
hace asomar lágrimas. Los que tie-
nen algunas letras recuerdan el
campesino de La Débücle, descrito
por Zola, que sigue arando indi-
ferente su campo en medio de la
batalla de Sedán.
El pastor ó el labriego se detiene
unos instantes enfrente mismo de
BL MORTERO BMPLAZADO SOBRB LA PLATAFORMA la batería. Los cañones enemigos
(Dilmjos del folleto fraucés «Cómo estaba organizado el cspiouaje alemán») callan, como si les emocionase
378 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
cío de Rusia, que lo ocupó en perseguir á los revolu- ligroso y tenaz preparador de invasiones que se ha
cionarios polacos. Además la corte de tían Petersbur- conocido.
go le confirió el encargo de vigilar á una princesa Durante dos años, de 1864 á 1866, el polizonte re-
célebre por sus imprudencias amorosas, y el policía corrió laBohemia colocando sus espías como jalones
se dio tan buena maña, que al poco tiempo había com- en el camino que había de seguir el eji-rcito prusiano
prometido con sus averiguaciones á la princesa y de Berlín á Praga y Sadowa, volviendo por la Mora-
todos sus amantes, al principe y todos sus amigos, via. Experto en astucias y disfraces, fué de pueblo en
teniéndolos á su disposición, por miedo á las revela- pueblo y de feria en feria ejerciendo las profesiones
ciones escandalosas. de fotógrafo, saltimbanqui, vendedor de figurillas de
Cuando Bismarck fué nombrado primer ministro yeso, objetos religiosos y estampas pornográficas.
de Prusia, Stieber regresó á Berlín, viendo en el enér- Durante estos dos años de vida errante estudió el
terreno y sus pobladores, estableciendo los
agentes á su servicio. Algunas veces este tra-
bajo le puso en peligro de perder la vida. En
una posada de Bohemia donde se había pre-
sentado como vendedor de pañuelos vistosos,
algunos de los parroquianos que bebían en el
comedor reconocieron al verle sentado ante
lo
la chimenea, con aire de distracción, pero pres-
tando oído atento á todas las conversacio-
nes.
— ¡Es Stieber, el antiguo jefe de la policía
prusiana!...
Su impopularidad había llegado hasta los
países austríacos, y bastó que sonase su nom-
bre para que al momento todos los bohemios
reunidos en la posada cayesen sobre el falso
vendedor, dándole una terrible paliza. La pre-
sencia del burgomaestre le salvó la vida, y
en un estado lamentable fué conducido al día
siguiente hasta la frontera.
Bismarck apreciaba mucho los informes re-
cogidos por Stieber, y cuando en Junio de 1866
declaró la guerra al Imperio austríaco, hizo
llamar al policía, que estaba reponiendo su
salud en un establecimiento á orillas del Rhin,
dándole el título de «jefe de la policía de cam-
paña» é incorporándolo al ejército.
BN BUSCA DB UN ESPÍA
El rey Guillermo mostró cierta extrañeza
al firmar su nombramiento.
y lo consideró necesario para la política agresiva manifestaron públicamente su admiración por los
que pensaba realizar. Pero al mismo tiempo se dio trabajos preparatorios de Stieber. Los periódicos de la
cuenta de que la opinión del país se sublevaría al —
época incluso los periódicos franceses que no podían
ver á Stieber en un cargo público, pues el anti- —
adivinar el porvenir hablaron con asombro de los
guo jefe de la policía de Berlín gozaba en Prusia importantes servicios que un solo hombre había pres-
de una terrible impopularidad, especialmente entre tado á todo un ejército. Por primera vez se revelaba
los liberales. Por esta razón Bismarck le dio una el espionaje en una forma pública y casi gloriosa.
misión secreta enviándole á ejercer el espionaje en Stieber había recorrido con varios meses de anticipa-
Austria. ción el teatro de la guerra, estudiándolo en todos sus
El ministro y el polizonte se comprendieron y se detalles, apreciando los puntos estratégicos, estable-
completaron. Una íntima colaboración unió á estos ciendo en el país espías, á los que llamaba «inteli-
dos hombres hasta el momento de su muerte. Bis- gencias» y que permanecían en su sitio para salir
marck fué un invasor de pueblos, y Stieber el más pe- oportunamente al encuentro de los invasores.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 381
es
O
H
(O
<
O.
tü
Q
O
Q
<
N
<
es
tu
üO
Q
Z
<
lU
<
lü
-1
382 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
pudo ocultar su satisfacción ante la puntualidad y el tancia, siendo portadores del equipaje
y documentos,
método con que los espías facilitaban sus informes. especialmente de una maleta famosa que guardaba
Al atravesar Braunn, capital de la ]\Ioravia, el céle- una gran colección de pelucas y barbas postizas em-
bre estratega rompió su mutismo para decir á Bis- pleadas por el jefe en sus continuos disfraces.
marck: Quedaban en Francia muchos espías establecidos
—
Si es el joven Stieber el que ha organizado esto, por Stieber en su primer viaje, y el célebre policía
hay que confesar que lo ha hecho bien, muy bien. hizo restable-
Fíl joven Stieber tenia en aquel entonces cuarenta cer la comuni-
y ocho años. cación entre
Guillermo I quiso expresar personalmente su re- ellos, aumen-
conocimiento á este hombre, y conservándolo en las tando su núme-
funciones de jefe de la policía de campaña, le confirió ro. El espio-
al mismo tiempo el titulo de gobernador de la capital naje prusiano
de la Moravia. El antiguo esbirro despreciado por contaba con
toda Prusia, y cuyo trato evitaban muchos oficiales, 1.850 indivi-
obtuvo con dicho nombramiento los honores y la au- duos en los 15
toridad de un jefe de cuerpo de ejército. departamentos
Al volver los prusianos victoriosos á Berlín, Stie- de Francia que
ber no quedó olvidado en la distribución de empleos, iban á ser ob-
cruces y recompensas. El rey le dio el título de jetode la inva-
Geheim Ruth (Consejero íntimo) y el puesto de direc- sión. Estos es-
tor de la alta policía del Estado. El triunfo de Sado- pias, organiza-
wa convirtió en ministro al vagabundo de los cami- dos militar-
nos de Bohemia. Este rápido cambio transformó la mente, obede- espías detenidos en el norte
personalidad del polizonte Al verse hecho un perso- cían á un jefe de frangía
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 383
por departamento. Cuatro inspectores regionales re- pías en los departamentos franceses del Este llegó á
cogían sus informes en continuos viajes para entre- ser de 11. 000, abarcando los campos, las casas de la
gárselos á Stieber, que hacia de ellos un resumen des- burguesía, los establecimientos públicos de las ciuda-
tinado á Bismarck. des y los alrededores de los cuarteles. Además de es-
En cuatro viajes circulares, de 18(5l) á 1869, el po- tos espías de puesto fijo, Stieber organizó un cuerpo de
licía aumentó considerablemente las fuerzas del es- policía secreta compuesto de '20.000 hombres que ha-
pionaje. Á petición suya el gobierno prusiano le fué bía de esparcirse cuando llegase la guerra en todos
enviando los siguientes refuerzos: los caminos de Francia que conducían á París, repi-
Cinco mil cultivadores alemanes, horticultores, vi- tiendo la misma táctica empleada en Bohemia.
ticultores ó simples labriegos, que estaban destinados Cuando el rey de Prusia hizo un viaje á París en
al espionaje en los campos. Stieber anunció que estos 1867 con motivo de la primera Exposición Universal,
obreros agrícolas serían bien recibidos en Francia, Stieber figuró públicamente en la regia comitiva. Las
«pues los labradores prusianos gozaban la reputación fiestas eran en honor del emperador de Rusia y del
de ser activos } sumisos; pero había que observar rey Guillermo. Este último llevaba con él á sus dos
una gran prudencia en su envío, haciéndoles empren- gloriosos colaboradores, Moltke y Bismarck. El Canci-
der el viaje uno á uno, ó cuando más dos á dos». ller invitó á Stieber para que con toda la importancia
Nueve mil domésticas, viudas ó solteras con prefe- de un personaje se pusiera en contacto con la impre-
rencia, para servir en los cafés, restaurants, cervece- visora policía francesa.
rías y hoteles. El gran espía llegó á París el 5 de Junio en el tren
Doscientas criadas de buen aspecto y cierta ins- real,formando parte del séquito prusiano, y pocos
trucción para ser colocadas en las casas de oficiales, minutos después se enteraba por uno de sus hombres
abogados, magistrados y médicos, que las recibirían de que los emigrados polacos residentes en la capital
fácilmente, ya que sin gasto alguno podían enseñar el francesa habían tramado el asesinato del emperador
alemán á sus hijos. de Rusia. El mismo Stieber, hábilmente disfrazado,
Setecientos sub-oflciales retirados, que su ayudan- asistió á una reunión de los conspiradores. El y Bis-
teZerniki se comprometía á colocar como viajantes marck deliberaron sobre la conveniencia de impedir ó
en casas de comercio y fábricas francesas, pudiendo tolerar el atentado. No les convenía que muriese el zar
servir, en sus viajes comerciales
sin gasto alguno, Alejandro II, pero era oportuno para la política de
como intermediarios entre los espías de puesto fijo. Prusia que el soberano ruso fuese objeto de un aten-
Cuarenta y seis prusianas «jóvenes y hermosas», tado en l'aris. Esto le enemistaría con Francia, por
que según Zerniki debían servir como alegres criadas no haber sabido el gobierno cuidar de su seguridad.
en las cantinas de las guarniciones francesas del Este. Además la opinión republicana de París haría alguna
—
«Escogiéndolas bien decía este espía en su peti- manifestación en favor de los polacos.
—
ción tendremos excelentes indicadoras que nos darán Al día siguiente, 6 de Junio, Bolislas Berezowski,
útiles informes cada vez que vaya á visitarlas uno de un joven revolucionario de buena fe que se había
nuestros hombres, fingiendo que es de su familia. >
ofrecido á sus compañeros para matar al soberano de
Con esta nueva organización el número de los es- Rusia, fué á situarse en los Campos Elíseos por don-
984 VICENTB BLASCO 11BAÑE2
de había de pasar el imperial cortejo. Berezowski es- Cuando el 31 de Julio de 1870 salió de Berlín
taba en la primera fila de curiosos, rodeado de un el primer tren de invasión ocupado por Moltke y el
grupo de conspiradores. Tres de éstos, «sus mejores gran cuartel general, Stieber iba en él con dos de
amigos», eran agentes de Stieber que estaban á ambos sus ayudantes, Zerniki y Kaltenbach. Su misión
lados de él y á sus espaldas. Al pasar el primer ca- era dirigir el funcionamiento de los espías estable-
rruaje con Napoleón III y Alejandro II, Berezowski cidos en Francia y reclutar otros sobre el terreno,
sacó el revólver é hizo fuego por tres veces contra el provocando la traición por todas partes.
soberano ruso. In- Treinta y cinco
dudablemente lo mil espías de na-
hubiese matado, cionalidad ger-
pues el polaco mánica y diverso
avanzó resuelta sexo estaban alas
mente, disparan- órdenes de Stie-
do el último tiro ber, que actuaba
casi á quemarro- como el general
pa. Pero al hacer en jefe de una
los dos primeros nueva arma. Por
disparos, «sus ín- primera vez en la
timos amigos» lo historia de las
empujaron imper- guerras se vio el
ceptiblemente, espionaje honra-
desviando su pun- do públicamente,
tería, y en el ter- organizado con
cero uno de los un método cientí-
triunfos obtenidos, dijo con orgullo: «Nuestro ejército Hizo todavía más, pues reunió ÍKOOO espías de los
es invencible.» que habían trabajado en los departamentos invadidos
Stieber se levantó respondiendo al oficial:
furioso, y que estaban ahora sin ocupación. Esta masa de
— Decid nuestros ejércitos.
El ejército combatiente Ícente con trajes civiles se formó el 5 de Octubre ante
del cual sois los jefes llega detrás de vosotros. Kn el palacio de Versalles lanzando entusiastas vivas al
cambio hace muchos meses que el ntio ocupa las po- llegar el rey Guillermo y su hijo el príncipe Fritz.
siciones de que se ha apoderado en silencio y en las Todos participaron de la ovación, Bismarck, Moltke,
cuales sin un fu- Roon y el mismo
sil, sin ruido al- Stieber. Los
que
guno, cumple ignoraban tales
una misión cuyo maquinaciones
peligro y cuya no podían expli-
importancia ni carse cómo una
vosotros ni el ge- masa popular
neral en jefe po- aclamaba con
drán discutir. entusiasmo ásus
«El Canciller invasores. Stie-
— dice Stieber ber lanzó tele-
en sus Memo- gramas á la
rias—, que esta- prensa del mun-
ba en aquel mo- do entero afir-
mento con la ca- mando que la
fetera en la ma- mucliedumbre
no derecha, dio francesa había
la vuelta en tor- saludado con sus
no de la mesa ¡hurras! al rey
para venir has- de Prusia en las
ta mí, y sin de- calles de Versa-
cir una palabra lles.
de los personajes. tiempo después supo Julio Favre que el ayuda de cá-
386 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
puesta de Stieber:
— ¿De qué os quejáis:'... Es una excelente colo-
cación del dinero, pues producirá el mil por uno
^-'^¡i^^
'ii >^< DciMirt."* evacuados al antro-
DEPARTAMENTOS DB FRANCIA INVADIDOS POR LOS ALEMANES KN ISTn V PARTE OH TERRITORIO (J'TK SB CEDIÓ Á ALEMANIA
ció una gran vigilancia en el servicio de correos para adquirirla por generosidades oportunas, siendo útiles
sorprender la correspondencia de los espias, estos á los centros, grupos y sociedades de todas clases, en
viajantes circularon incesantemente por las líneas de cuyo interior trabajan. Esto les da una fuerte situa-
ferrocarril, recogiendo directamente la corresponden- ción moral y hace que en la localidad donde viven
cia de manos de los agentes que sallan á las estacio- sean bien recibidos y bien vistos por todos sus conve-
nes para dársela en propia mano.
Los inspectores regionales que aseguraban la mar-
cha del servicio, obedecían á los subdirectores de las
tres circunscripciones mencionadas, y éstos, á su vez,
Todas las clases han sido invadidas por el espio- Su salario lo reciben directamente de manos de los
naje alemán. Resulta infinita la variedad de las per- agentes viajeros, que son muchas veces damas ele-
sonas que trabajan en él y durante largos años han gantes y de alegres costumbres. Otras veces reciben
vivido en Francia laborando á todas horas contra la la mensualidad por correo, en cartas redactadas de
seguridad del país: obreros colocados en los arsenales un modo convencional que aluden á una deuda anti-
y fábricas de armas, labriegos instalados en las regio- gua ó á una parte de beneficios en un negocio (1).
nes fortificadas, criadas de cervecería y de taberna Además se valen en ciertos momentos, para entender-
en contacto con el personal de las guarniciones, via-
(1) He aquí el modelo de una carta enviada por la subdirección de
caminos y los
jeros con aire de artista estudiando los espionaje establecida en Lnusana á uno de los agentes en Francia y que
fué sorprendida por la policía francesa:
campos, aventureras con aspecto de grandes señoras,
<Mi querido Jorge:
burguesas novelescas deseosas de ganar dinero, gran-
des damas auténticas buscando por medio de las sub- «Te envío con esta carta los intereses de la cantidad que tuviste á bien
prestarme.
venciones alemanas sostener una vida de acuerdo con >Siempre estaremos agradecidos al gran favor que nos hiciste ayu-
dándonos con tu préstamo.
su gran nombre, oficiales arrojados del ejército, finan- >Lo3 negocios no marchan mal, y tal vez en el año próximo podre-
mos aumentar un poco tu parte de beneficios.
cieros en ruina, institutrices, niñeras, mozos de café, >Asl lo deseamos nosotros y espero que tú lo reconocerás.
> Escríbenos con más frecuencia dando noticias tuyas con extensión.
gerentes de hotel, aventureros ostentosos de obscuro >Te engañas al no tener confianza en niie.itro tío Carlos. Ks uim buena
origen, y grandes señores extranjeros. Estos nobles jiersona y debes tener en él una confianza absoluta.
>Aqul por el momento todo va bien. El invierno ha sido como siem-
personajes venidos á menos que sirven á Alemania pre, muy rudo, pero nosotros hemos salido bien de él.
en el gran mundo, le cuestan á la dirección de Berlín >Mi marido y los niños se unen á mí para enviarte un abrazo, lo mis-
mo que Carlota, Carlos y Federico
cerca de un millón de francos por año. Como dice un jTu hermana que tanto te quiere. ..>
autor francés, «el espía alemán se encuentra en Fran- He aquí la interpretanún que el e.ipía da al te.rto de esta rarta ron arre
fjln al efitilo ronretiido
cia bajo todas las máscaras, lo mismo bajo la blusa — Os envío vuestra mensualidad del mes pasado.
Primer párrafo.
del vagabundo miserable que bajo el frac del elegan- Segundo párrafo. — Vuestras informaciones del mes pasado son bas
tante aceptables.
te que asiste asiduamente á las recepciones de los Tercer párrafo. — En
general vuestro servicio no resulta malo, y si
continúa siendo así, creo que en la próxima inspección podremos aumen
ministerios. Penetran en todos partes y nadie descon- taros un poco el sueldo.
fia del jornalero, iletrado en apariencia, que trabaja
—
Cuarto párrafo. Pero aunque proporcionáis notas útiles, éstas son
poco numerosas. Hay que trabajar con más frecuencia y enviarnos ma-
junto á nuestras fortificaciones, ó del hombre cono- yor cantidad de notas.
—
Quinto párrafo. Cesad de vigilar á Carlos, pues tenemos acerca de él
cido y honorable que se alaba de sus amistades pre- lo que necesitábamos.
ciosas y de sus infiuencias omnipotentes». Sexto párrafo.— Ya sabéis que el jefe (el invierno) es hombre difícil
de contentar. Sin embargo, nos hemos librado de la última inspección sin
Todos han contribuido por igual á los servicios del disminuciones en los sueldos
Séptimo párrafo— Debéis seguir en relaciones continuas con vuestros
espionaje. (Cuando los franceses inventaron el fusil tres corresponsales, Carlota, Carlos y Federico.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 389
campos atrincherados, sin inspirar desconfianza y espionaje, figuran todos los generales con mando ac-
enterándose de cuanto decían. tivo, de la reserva ó asimilados: todos los oficiales que
salen de las escuelas militares con los primeros nú-
meros de su promoci('in; todos los directores, profeso-
res, jefes ó subjefes de las escuelas militares y de las
manufacturas de armas, material y municiones; todos
los oficiales de Estado Mayor y ayudantes de órdenes:
todos los oficiales y asimilados que prestan sus serví
cios en los ministerios y Estados Mayores de la Guerra
portancia que el ferrocarril tiene en la guerra moder- es considerado como un honor, lo mismo (jue la trai-
na, y se dedicó á colocar sus espías en el personal de ción, siempre que sirvan á los propíos intereses. En
las líneas ferroviarias de Francia. Fingiéndose suizos 1741, Federico el Grande, modelo glorioso de todos
ó alsacianos, miles de alemanes llegaron á entrar los alemanes, traicionaba á sus aliados y escribía
como maquinistas y empleados en las diversas com- luego á sus ministros: «Cuando hay alguna ventaja en
pañías francesas. Por fortuna esta maniobra temible ser honrados, seámoslo. Pero cuando por el contrario
llamó la atención pública y el gobierno evitó el peli- se impone la necesidad de la superchería, seamos ca-
gro haciendo una depuración en el personal. nallas tranquilamente.»
Otro trabajo de Stieber consistió en organizar la Stieber no consignó nunca sobre el papel la orga-
destrucción de gran parte del material y obras de las nización del espionaje, ni dio á sus agentes estatutos
líneas férreas para el momento de la declaración de ó reglamentos escritos para que se ajustasen á ellos.
guerra. Después de la muerte de Stieber, su diabólica Conocía los peligros de la escritura y evitaba el uso
HISTORIA DE LA üUERfM EUROPEA UB 1914 391
adquiriendo previsoramente
los informes necesarios
para
una conquista posible.
Los pangermanistas, en
ciertos momentos de entusias-
minio del mundo y utiliza con este objeto el espio- La personalidad de estos alemanes, que á la vez
naje voluntario de sus naturales esparcidos en los son brasileños, argentinos, chilenos, mejicano?, etcé-
diversos continentes, la dieron hace tres años sus le- tera, recuerda la del murciélago de la fábula, traidor
gisladores al votar una ley que no tiene ningún otro y mentiroso, que podía decir: «Yo soy pájaro: he aquí
pais. mis alas», y poco después: «Yo soy ratón: mirad mis
El secretario de Estado, Delbruck, presentó al dientes.»
Keichstag en Febrero de 101-2 un proyecto de ley Gracias á la ley üelbruck, agente alemán ve
el
conservando á los alemanes su nacionalidad, aun- ante él un camino Puede jurar fideli-
sin obstáculos.
que se hubiesen declarado subditos de otros Estados. dad á mil intereses diversos y contradictorios; puede
Dicha ley, votada por el Parlamento germánico, fué cambiar de patria cada año si lo considera preciso.
hecha especialmente, como dijo el barón Hichtoffen Su verdadero país, que es Alemania, no se enfadará
«para favorecer el desarrollo de la in-
al discutirla, por ello.
fluencia alemana en las Repúblicas latinas de Amé- En muchas Repúblicas de América se elogia la
rica». facilidad de adaptación de los alemanes residentes en
Con arreglo á la ley Delbruck, el alemán puede re- ellas.
momento que al renegado le convenga, podrá hacer de raza. Al poco tiempo de vivir entre nosotros adop-
valer su primera condición de alemán, pues ésta no tan nuestra nacionalidad. Piensan quedarse en la
la pierde aunque reconozca otra bandera. tierra para siempre. Son entre los extranjeros los
Y el subdito del kaiser, bajo el disfraz de la nacio- más asimilables.
nalidad que ha escogido, puede ocupar cargos públi- No conocen el futuro peligro. No saben que
cos en el país de adopción, puede intervenir en su es único europeo que está autorizado por su
el
vida política y preparar el advenimiento de «la más patria para hacer creer que la abandona. No sos-
grande Alemania» con que sueñan todos los de su pechan que estos alemanes establecidos en unos
raza. Deutschland iiber alies (Alemania sobre el pueblos que fingen querer, proceden del mismo
mundo), cantan los germanos en sus momentos de modo que los espías de Stieber en la campaña de
entusiasmo. Bohemia, cuando se prestaban á ir atados como
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 393
enemigos y á recibir golpes, pura facilitar, sin in- rrado en un calabozo por la más leve falta, y priva-
fundir sospechas, sus informes ii la vanguardia in- do de toda ternura, hasta el punto de que un gentil-
vasora. hombre amigo suyo fué decapitado en su presencia
Todo cuanto hacen y todo cuanto dicen en su nue- por el feroz rey-sargento, sólo por haber mostrado
va patria es falso. Aunque vivan años y más años cierta piedad ante los infortunios del joven principe.
en el seno de una nacionalidad escogida voluntaria- Las mujeres de la familia no alcanzaron mayores mi-
mente, siempre son alemanes, y el Imperio germáni- ramientos. La hermana de Federico, la futura mar-
co, convencido de que hagan lo que hagan están tra- graviua de Bayrcuth, se acordó toda su vida del
bajando por él, les conserva su puesto en el suelo asombro experimentado por ella, cuando tenía seis
originario. años de edad, al vei'se acariciada y besada por su
tenía 40 años, tratado lo mismo que un niño indócil, En 1859 la situación de la rama de los Hohenzo-
habitando como castigo la casa de un cervecero y te- llern, que ocupa actualmente trono de Alemania,
el
niendo que pedir permiso al rey cada vez que desea- no era brillante ni correspondía á sus ambiciones. El
ba salir por la noche.» rey de Prusia era Federico Guillermo IV, y su her-
Tal sistema dio por resultado que cada nueva mano «el Príncipe Metralla», odiado por gran parte
generación de la ilustre familia detestó invariable- del país, sólo figuraba como príncipe heredero por no
mente á sus ascendientes inmediatos, deseando su tener hijos el matrimonio reinante. Un nacimiento
muerte, maldiciéndolos á sus espaldas, blasfemando, tardío podía torcer los destinos de la familia.
lanzándose en la oposición tan lejos como les era po- El viejo Guillermo aspiraba á la corona, llevando
sible, mientras que cada soberano desconfiaba de su tras de éluna descendencia numerosa para que here-
hijo, el principe heredero, guardándose de él como de dase su fortuna. Tenía varios hijos. El mayor, Fritz,
un enemigo peligroso. Puede afirmarse, con la Historia se había casado con la princesa Victoria, hija de la
en la mano, que el amor filial fué un sentimiento com- reina de Inglaterra,, y de este matrimonio nació el 27
pletamente desco- de Enero de 1859
nocido por los prin- un niño, que fué
cipes de Hohenzo- bautizado con el
llern desde los prin- mismo nombre de
cipios de la familia su abuelo: Guiller-
hasta los primeros mo. Era el empe-
años del siglo XIX. rador actual, Gui-
Haj' que ser jus- llermo II.
tos y recordar las El «Principe Me-
cosas buenas lo tralla» tuvo nietos
mismo que las ma- cuando todavía es-
las. Si la victoria talla al píe del tro-
Sadowa, que erii al principio una derrota para l;is parecía destinado á todas las glorias y todas las feli-
tropas prusianas. En la campaña de Francia, el kron- cidades. Era natural que en un país donde el absolu-
printz Federico se mostró como el general más huma- tista Guillermo, el áspero Moltke y el atrabiliario
no, demostrando una simpatia en favor de los france- Bismarck habían acabado por ser admirados, el prín-
ses y de su civilización que le acarreó graves dis- cipe bueno y caballeresco gozase de un prestigio in-
gustos con su padre y la visible antipatia de Bismarck menso. Sin embargo, su vida fué triste; la impopula-
y de Moltke. ridad exten-
Este prínci- dió en torno
pe, por su edu- de él un am-
cación, sus biente glacial
gustos y su y se vio aisla-
carácter, no do entre la in-
Durante
la guerra de 1870, los grandes servicios que ha-
el kronprintz, que sentía la bía prestado á su país en los
necesidad de mantenerse en campos de batalla. El público
contacto espiritual con su pasaba indiferente en el mu-
amada compañera, cuyo re- seo de los recuerdos gloriosos
trato le acompañaba á todas ante el bastón hecho por el
era partidaria del método inglés y quería hacer de su nbsoluta, el sentimiento del poder de su familia ins-
hijoun principe generoso y democrático. pirado por la vista de las líneas soberbias y ondulan-
Guando (luíllermo tuvo 15 años lo enviaron con su tes de hombres, de las murallas de bayonetas y de
hermano Enrique, que tenía 12, á que continuase su los movimientos de una exactitud geométrica come
educación en el gimnasio de Cassel, haciendo los es- los de una poderosa máquina, fascinaron su imagina-
tudios correspondientes á nuestro bachillerato. El fu- cíón.» El joven príncipe, menospreciando los estudios
turo emperador se mostró como un escolar distraído universitarios, se lanzó á los trabajos militares con
y
poco estudioso. Su hermano obtuvo siempre mejores un ardor febril,
notas que Los alumnos del gimnasio de Cassel
él. Fueron borran
prestaron poca atención á este compañero de sangre deseen su ima
real. Era poco comunicativo
y parecía desorientado y ginación los re 1
HJ^HH
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1911 399
cuentes, y en ellas el
Canciller enseñaba á su
regio discípulo el arte de
guiar á los pueblos «con
mano fuerte». De su pa-
dre nada tenia que apren-
der y no lo consultaba
jamás, mostrando en sus
visitas alhogar paterno
un respeto frió y cortés.
El principe Federico
y su esposa, cada vez
más tristes, no podían EL DI ELO
ocultar su amarga de-
cepción al verle figurar~lentre^sus enemigos. Los dos había procurado ser amable y conciliador con los Es-
esposos se refugiaron en una intimidad dolorosa. El tados germánicos, comenzó á mostrarse autoritario
kronprintz, convencido de que no conseguiría el afec- al sentirse definitivamente afirmado en su trono. El
to de este hijo ambicioso, desistió de toda gestión para espíritu de los antiguos HohenzoUern revivió en él,
reconquistarlo. La madre, cegada por la predilección y como su Canciller no necesitaba de grandes exci-
que sentía hacia él, insistió hasta el último momento. taciones para adoptar una política dominadora, la
(Caricatura do Le TribouletJ
60
402 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mantenerse y afirmai-se en su posición de ídolo de los este modo, como un económico administrador:
elementos de la Alemania moderna. —Es conveniente tener sólo hijos, pues cuando se
La juventud germánica de la aristocracia y la tiene una hija ésta ocasiona muchas preocupaciones
clase media era más absolutista y violenta que lo y gastos. Hay que tomar una institutriz, una dama
habían sido sus padres. Lx idolatría de Blsmarck y «más ó menos de honor» y sostener un aparato com-
los triunfos de 1870 influyeron en su educación. Los plicado. Cuando se tienen muchachos se les viste del
guerreros de las campanas de Austria y Francia eran mismo modo, de uniforme. Se toma una pieza de paño,
considerados por estos jóvenes como demasiado libe- se corta en la misma casa y todos quedan listos.
rales y tolerantes. Poco antes de morir el viejo
emperador, al visi-
Alemania estaba destinada á dominar el mundo. tarle su nieto Guillermo el primer día del año, hizo
Y esta juventud dura y ambiciosa hablaba del prin- vestir á los cuatro hijos que tenia en aquella época
cipe Guillermo como de un jefe que dirigiría su ge- con uniforme de artilleros. En las mangas del mayor
neración (cuando le llegase la hora de ser empera- (el kronprintz actual, que tenía poco más de cinco
dor) hacia la realidad de tales ensueños.
años) cosió dos galones do lana, de cabo. La banda ral, y durante un año se esperó que la enfermedad no
infantil fué conducida por su padre ante el viejo mo- fuese tan grave como se habia creído al principio,
narca, y desfiló en torno de su sillón lo mismo que en fundando grandes esperanzas en la intervención de
una parada, marcando «paso de ganso», levantan-
el ilustres módicos y famosos charlatanes. El principe
do la pierna rígida todo lo que era posible. El octoge- Fritz había sido elevado por la simpatía universal al
nario Guillermo lloró de gozo ante el espectáculo. Su rango de héroe de la civilización. Los pueblos de Eu-
raza y su dinastía iban ;i perpetuarse con arreglo á la ropa deseaban la seguridad de su vida para que fuese
tradición de los Hohenzollern. emperador y humanizase á la férrea Alemania, dejan-
A pesar de los entusiasmos y esperanzas que ins- do de ser ésta un peligro universal.
piraba el joven C4uillermo como «príncipe providen- En el seno de la familia Hohenzollern nadie se
EL MATRIMONIO DEL KAISER EN LA CAPILLA DEL PALACIO IMPERIAL DB UBRLIn (Grabjido de la época)
El vlelo emperador abraza á su Canciller médicos alemanes tenían interés en acelerar la muer-
al felicitarle por su cumpIeaBos
te del principe, para que le heredase su hijo Guiller-
los hombres de un temperamento nervioso y expansi- mo del que eran partidarios. Se habló con ruda fran-
vo, sufría accesos de profunda melancolía aun en tiem- queza de la posibilidad de un asesinato perpetrado
po ordinario. Al volver de Ems en Abril de 1887, se fríamente por medio de la ciencia. Se insinuaron acu-
mostró decaído y sin esperanza alguna. Por ley natu- saciones contra el joven Guillermo, dando á entender
ral iba á suceder dentro de poco á un padre octogena- que su ambición predominaba sobre la piedad filial. En
rio, pero la muerte salía á su encuentro cortándole este período, el futuro emperador de Alemania moti-
el camino. Todas las cualidades que embellecen la vó terribles comentarios en varías naciones de Euro-
vida masculina, valor, imaginación, hermosura viril, pa, y especialmente en Inglaterra.
talento, le habían acompañado en su paso por la Duríinte el invierno de 1887-1888, el mundo pudo
tierra; y sin embargo, sólo había conocido la tristeza, presenciar la agonía paralela de dos emperadores
la ingratitud y el descorazonamiento. Su destino re- alemanes. El octogenario Guillermo había llegado al
cordaba la fatalidad que sigue las huellas de muchos
héroes de la tragedia antigua.
La esposa del príncipe, por una predisposición na-
tural en favor de todo lo inglés y por desconfianza
hacia los alemanes, hizo llamar al doctor Mackenzie,
uno de los más célebres doctores de Londres.
En torno del enfermo se entabló una lucha entre
el inglés y sus colegas germánicos. Mackenzie prac-
ticó una operación en la
garganta del enfermo, y los
médicos de Berlín lo acusaron de haber operado en la
parte sana. Mientras tanto el viejo Guillermo, su
nieto y el Canciller, creyeron oportuno alejar al en-
fermo para impedir la agitación pública. Berlín era
una confusa Babel de chismes, cuentos y falsas noti-
cias con motivo de la enfermedad del
príncipe, mar-
cándose una violenta enemistad entre alemanes é in-
gleses.
La celebración del jubileo de la reina de Inglate- ALREDEUOHES PEÍ, PALACIO AL CIRCULAR LA NOTICIA DEL
rra ofreció una ocasión excelente para el viaje del FALLECIMIENTO DEL EMPERADOR
HISTORIA DE I. A GIJRRRA EUROPEA DE 1014 405
final de su larga vida y se extinguía lentamente en al viejo emperador en su lecho de muerte. El joven
Berlin, mientras su hijo jadeaba con mortal ronquera Guillermo, que había pasado el invierno entre Berlin
en un risueño paisaje de la costa italiana. La cuestión y San Remo presenciando la decadencia final de los
era saber de los dos, Guillermo el viejo ó Fede-
cuiil dos ascendientes, asistió á los últimos momentos de
rico en toda la fuerza de su madurez, se extinguiría su abuelo. El viejo, al morir, le habló como si fuese
—
antes. «Alemania dice un cronista de la época re- — su heredero inmediato, haciéndole recomendaciones
tuvo su aliento para seguir el desenlace incierto de directas sobre el gobierno del Estado y de la familia
esta tragedia, y la cristiandad entera concentró su HohenzoUern.
atención sobre los dos HohenzoUern espirantes.» El Como el emperador conocía el carácter de su nieto,
mes de Marzo, que es duro en Alemania, con sus leaconsejó una sumisión y una paciencia afectuosas
grandes vientos que barren las últimas nieves, tendió durante el reinado de su padre, que sería corto. Bis-
marck prometió á su ilustre amo mantenerse en la
Cancillería á pesar de todo en el próximo y breve
reinado, á no ser que el heredero lo despidiese franca-
mente. La última exhortación del viejo Guillermo en
los murmullos de la agonía fué para recomendar á su
nieto que se mantuviese siempre en buenas relacio-
ui'S con el Imperio de Rusia.
Guillermo I murió el 9 de Marzo de 1S8S. Al día
siguiente í'ederíco, su mujer y sus hijas abandona-
ron San Romo, dirigiéndose á Berlin en un tren espe-
cial que llegó en la noche del 11. Este largo trayecto fué
s.ilvado con una rapidez desconocida hasta entonces
(MI los ferrocarriles de Europa. El nuevo soberano mo-
arrogancia desnaturalizada con la madre en los pri- dano de los Estados Unidos. En ciertos períodos quiso
meros días de viudez, la tranquilidad con que apenas ser el «Señor de la guerra», el apóstol de la fuerza,
subido al trono había suprimido de un plumazo lo amenazando al mundo, como si hubiese desaparecido
poco de bueno y de liberal que pudo realizar su pre- de él todo vestigio del derecho. Á continuación fué el
decesor en tres meses de torturas y de reinado. evangelista de la paz, manifestando públicamente su
«El mal hijo» fué el titulo con que le designaron
todas las cortes de Europa. Como Guillermo se dedicó
á viajar apenas se vio emperador, creyendo recoger
en todas partes simpatías unánimes, los ecos de la
reprobación general fueron saludando sus pasos. El
príncipe de Gales se marchó de Viena por no encon-
trarse con este sobrino antipático que había amar-
gado la existencia de su hermana. El heredero de la
corona de Rusia atravesó Berlín dos veces sin avi-
sarle su paso y sin querer descender del vagón.
El Papa aun lo juzgó con mayor severidad. Cuan-
do el nuevo César alemán le impuso brutalmente su
visita, León XIII, fino observador de los hombres, lo
apreció al primer golpe de vista.
Hablando con sus íntimos días después, dijo el
Pontífice con una clarividencia profética:
— Es un joven petulante y vano, cuyo reinado ter-
minará con grandes desastres.
XI
El
sus eternos cancilleres. El viejo Guillermo I había joven emperador, por inconsciencia (pues no es creí-
visto en su nieto el sucesor deseado. Bismarck con- ble que llegase á tanto su deslealtad filial), se prestó
taba con su hijo mayor Heriberto, en el que parecían á toda clase de venganzas contra la memoria de su
reproducirse algunas de sus facultades, especialmen- padre. No sólo fueron suprimidas las iniciativas libe-
te la rudeza de carácter, la libertad de maneras y rales de Federico III. Su viuda quedó relegada en una
una gran fuerza para el trabajo. Este joven robusto, especie de destierro con el título de emperatriz Fede-
gran aficionado á los placeres y de una audacia des- rico, y que habían recibido ün
los edificios públicos
concertante, tenía diez años más que Guillermo II, título defueron rebautizados.
él
pero se había educado en compañía de él, con igual Federico III quiso morir en el palacio de Postdam,
intimidad que los hijos de dos consocios unidos por donde habían vivido él y su esposa y nacido todos sus
los negocios comunes. .
hijos. Erallamado Palacio Nuevo, levantado por
el
causa de su hijo. El conde Heriberto fué el compa- su gran cúpula, que obtuvo en el siglo XVIII una fama
ñero de aventuras de Guillermo, el que le acompañó igual á la de la Torre Eiffel en nuestros tiempos. Esta
antes de su matrimonio y años fama no obedecía á razones in-
después en las fáciles aventuras dusti'iales ni científicas. Tuvo por
de la vida nocturna de Berlín. única base las tres figuras fe-
El poder enorme que el prínci- meninas que sostienen sobre la
pe de Bismarck había ejercido cúpula una enorme corona real,
sobre el viejo Guillermo iba á y que representan un insulto en
parecer poca cosa comparado con bronce lanzado por Federico el
la autoridad que creía haberse Grande á las tres mujeres más
2
<
Q
H
cO
O
tú
Q
u
<
<
a
_)
412 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
un sentimiento á otro. En
público tributaba gran-
des muestras de respeto
y admiración al Canci-
ller,pero en ciertos mo-
mentos parecía reflexio-
nar, afirmando con tono
sombrío de amenaza:
—No hay en este país
más que un solo amo, y
ese amo soy yo.
8u mania oratoria le
hizo revelar en algunas
ocasiones el verdadero
fondo de su pensamien-
to. Los que le conocían
Á
nuevo Imperio nuevos servidores. Guillermo BISíIARCK EN LA ÉPOCA DR SU RUPTURA CON EL EMPERADOU
sentía la ansiedad innovadora del hombre moderno
que se apresura á cambiar las maquinarias y los pro- contra Bismarck, y la conspiración era apoyada por
cedimientos venerables que hicieron la fortuna de sus todas las mujeres de la familia imperial. La empera-
ascendientes. triz Federico animaba los trabajos con su antiguo odio
El viejo Moltke, silencioso, enfurruñado y poco contra el Canciller. Su nuera, la emperatriz actual,
amigo de exhibiciones, se dio cuenta inmediatamente á impulso de los celos, sentía igual predisposición
de su inutilidad junto á este soberano joven, ávido de contra los Bismarck, acusando á Heriberto de corrup-
novedades. Bastó una in- tor de su marido. Hasta
directa de Guillermo á sus la valetudinaria empera-
muchos años cargados de triz,esposa del viejo Gui-
gloria, para que presenta- llermo, próxima á la tum-
se la dimisión de jefe del ba, aprobaba la guerra
Estado Mayor, basándoLi contra el ministro de su
en que «su edad no le per- nieto. El cariicter piadoso
mitía ya montar á caba- y sencillo do la anciana
llo». El soberano se apre- había abominado siempre
suró á admitirla con acom- de las violencias de Bis-
pañamiento de grandes marck y de su genio bár-
honores para el héroe ale- li;iro.
pulaciones en plena noche con visitas inesperadas, taron en una queja dirigida al Almirantazgo de Lon-
revistándolas, dirigiendo discursos á los oficiales y dres. «Es hora de que cese este juego dijeron
—Si — .
tó con altivez:
—
Yo no puedo admitir ninguna vigilancia en raia
relaciones con los diputados, ni reconozco á nadie el
derecho de intervenir cu mi casa ordenando qué visi-
tas debo aceptar.
—
¿Ni aun en el caso que yo os hable como sobe-
—
rano? preguntó Guillermo cada vez más irritado.
DESPRECIANDO LA SOMBRA DE NAPOLEÓN — —
Ni aun en ese caso repuso el Canciller Las — .
BL, GBNBRAL MOLTKB EN' SU DESPACHO DEL ESTADO MAYOR ALEMÁN ANTES DB PRESENTAR SU DIMISIÓN
(Grabado de la época)
emperador, consiguiendo aterrarlo y someterlo. Con miró en torno de él: no encontró un amigo ni un apo-
el nieto iba á ocurrir lo mismo. El joven emperador, yo. Con el ansia de conservar el poder, hasta imploró
al serenarse, reconocería la imposibilidad de gober- el auxilio de las damas de la familia real con las que
nar en ausencia de su antiguo maestro. El Imperio había vivido siempre enemistado.
alemán no podía concebirse sin la presencia de Bis- La anciana emperatriz había muerto pocos días
marek. antes. Bismarek pasó por la humillación de mendigar
Dos ó tres horas después un ayudante del empera- el apoyo de la emperatriz Federico, «la inglesa» tan
dor se presentó en el ministerio para reclamar en desacreditada por él; pero ésta no pudo ó no quiso
nombre del soberano la dimisión ofrecida. Bismarek, auxiliarle en las venticuatro horas de angustia que
trémulo de cólera y de sorpresa, dio una respuesta pasó el Canciller, perseguido por el siniestro ayudan-
vaga. Transcurridos algunos minutos, el ayudante te que le reclamaba la dimisión.
volvió á presentarse para repetir su demanda. El Su tiempo había terminado. El grande hombre no
Canciller balbuceó que le había faltado el tiempo para tenía sitio en la nueva Alemania de Guillermo II. La
redactar la dimisión, afirmando que iría á llevarla en muchedumbre lo adoraba como una personificación de
persona al emperador al día siguiente. Cuando se pre- las glorias patrias; pero él había moldeado el pueblo
sentó en el palacio resuelto á emplear toda su elo- alemán con su mano férrea, infundiéndole un respeto
cuencia para que Guillermo II reflexionase sobre la religioso por sus emperiidores, y al surgir un coutíic-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 417
venenosa de sus Memorias, que se publicaron después todo empezaron á inquietar á Europa cuando el joven
de su muerte.
o
emperador quedó expuesto en plena luz ante la curio-
sidad universal.
Si Guillermo II experimentó cierta indecisión al Los ingleses fueron los primeros que se fijaron en
verse solo á la cabeza del Imperio, el aplauso de sus él.La Contemporary Review publicó en 1892 un artí-
cortesanos y la satisfacción con que una gran parte culo sin firma titulado «Guillermo», que obtuvo gran
de Alemania saludó la caída de Bismarck le infundie- resonancia, pues fué el primer retrato exacto que apa-
ron orgullo y confianza para seguir adelante. reció del regio personaje.
El Imperio, según él, no debía tener mas que uu «Mucho antes de que subiese al trono— decía la re-
solo amo: el emperador. El vista inglesa — príncipe
,
el
BiSMAUCK.— Le dejé un circo y va á transformarlo Sobre la herida de Bismarck, derrotado y cafdo en tierra,
en una «ménagcric» aplica Guillermo II su mandato pidiéndole la dimisión
(he Fií/iiro)
(KebflSjHiltrr, de X.uricl))
»Ua alto funcionario encargado de enseñar al no ha leído un libro. Puede afirmarse que desde hace
joven príncipe los elementos prácticos de la adminis- años toda lectura ha sido materialmente imposible
tración, Von Achenbach, interrogado sobre la opi- para él, porque ni una sola hora de su tiempo dejó de
nión que le merecía su antiguo discípulo, respondió: ser absorbida por las partidas de caza, paseos en
«Mi opinión puedo resumirla en dos palabras: mi yate, viajes en ferrocarriles, banquetes, bautizos, ca-
antiguo discípulo es el tipo acabado del hombre mo- samientos, funerales, maniobras de ejército y otras
derno.» Con lo cual el venerable profesor estaba muy manifestaciones públicas del mismo género.
lejos de querer hacer un elogio. La calificación de »De todo esto resulta un prestigio suficiente para
«hombre moderno» significaba esencialmente para él dar tema á un sinnúmero de artículos de reportaje.
un espíritu puramente su- Es justamente el prestigio
perficial, sediento de noto- que se necesita para excitar
riedad ruidosa; uno de esos la admiración del entusiasta
espíritus de los que Carlyle 3i. V- -^--p viajero de los Estados Uni-
dice así: (<0s recomiendo que dos, que después de ser ad-
os mantengáis siempre lejos mitido á la mesa del em-
de su camino. No hay me- perador durante las manio-
dio de que sigan nunca los bras de otoño, puede escribir
senderos tranquilos; no hay á su familia que un nuevo
medio de que vivan satisfe- Federico el Grande ha veni-
chos si todos los ojos no es- do al mundo. Si las personas
tán fijos en su persona, si no de esta clase tuviesen la
los admiran, si no se publi- costumbre de reflexionar ó
can muchos artículos sobre simplemente de escuchar,
el menor de sus actos.» habrían comprendido que
»Los recursos intelectua- talentos de tal género, que
les del emperador Guiller- hablan de todo sin leer nada
mo consisten, especialmen- (salvo en el caso único de
te,en un don de apoderarse Napoleón), son casi siempre
con prontitud del aspecto ex- el signo infalible de un es-
Esta megalomanía em- tidas veces que las ambiciones marítimas de Gui-
pieza á inquietar la par- llermo acabarían por hacerle perder las simpatías
te más seria de la opi- británicas.
nión alemana. Muchos La falta de respeto con que algunos hombres nota-
temen que conduzca al bles han juzgado al actual emperador después de ser-
emperador á cualquiera virlo, demuestra el verdadero concepto que se forman
resolución irreparable, de sus facultades y méritos en una intimidad donde
con la falta de tacto que no son posibles las mismas simulaciones con que en-
le es habitual. Tienen gaña al público.
cretos, y nunca sobre- variedad de trajes para las cacerías, los viajes en
pasaron los límites de yate y otros sports. No hay uniforme que haya de-
una afición literaria por jado de emplear para retratarse, y miles de fotografías
el pasado romántico de en posturas diferentes y trajes diversos adornan sus
su país. habitaciones, que son verdaderas capillas de un culto
El hijo los ha extre- egolátrico.
mado hasta los límites El propietario de este ropero enorme y extrava-
de lo grotesco. Federico gante necesita numerosas piezas para encerrar sus
amó la pompa externa tesoros bordados y multicolores, así como su inmensa
con un gusto de artista, variedad de sombreros, botas y guantes. Tres vastos
escogiendo los trajes y salones están ocupados por el guardarropa, y los la-
los muebles lo mismoque cayos encargados de vestir al emperador hacen su
un pintor. Guillermo se servicio desde el amanecer hasta bien entrada la no-
entusiasma con los co- che, pues en todo momento puede sentir la fantasía
y las
lorines, los galones de cambiar de traje.
plumas, mostrando un Guillermo, gran admirador de Federico el Grande,
apetito insaciable por la tiene también uniformes
variedad, como si la vida de la época de este rey,
fuese una representación y ha aprovechado mas-
de teatro. caradas y bailes para
En la misma Alema- vestirse como su remoto
EL KAISER
De nia, gentes que le ad- ascendiente el Gran
general español
miran han reído secreta- Elector. Lo único que
mente al comentar lo que le ocurrió en uno de sus no ha imitado de Fe-
viajes. Varias maletas faltas de dirección fueron á derico II es su descuido
Y para consolar al sobrino, añadió con su nema del dios del mar en la
británica: mitología escandinava.
— Sólo te sienta bien el uniforme. Tú eres un gue- Todos los buenos alema-
rrero de la antigüedad que tal vez ha nacido tarde. nes entusiastas del em-
perador creyeron opor-
tuno aprender el himno,
La manifestación más saliente del carácter de extasiándose ante sus
Guillermo es una gran facilidad para hacerlo todo, bellezas, sólo compara-
apropiándose las ideas ajenas. Su pensamiento reposa bles con las de Beetho-
en una contradicción fundamental. Cree, como un mo- ven y Wágner.
narca de la Edad Media, en su derecho divino, y al Las hermanas de Gui-
mismo tiempo siente las más modernas preocupacio- llermo, que ríen á cara
nes comerciales. Quiere serlo todo: general, almiran- descubierta de sus talen-
te, diplomático, teólogo, predicador, orador de banque- tos artísticos, mostraron
tes, sportsman, autor dramático, comerciante, mú- un regocijo demasiado
sico, pintor, libretista, director de escena, crítico de ruidoso anteel éxito mu-
diente Federico Guillermo I. Pero algunos autores, al ciado su advenimiento al trono con dos proclamas al
hablar de este segundo rey de Prusia, dan á entender Ejército y la Marina, olvidando al pueblo alemán, que
que era un astuto comerciante que se hacía confec- únicamente oyó su palabra algunos días después. La
cionar por artistas pobres una gran variedad de cua-
dros de todos géneros y tamaños, para firmarlos im- l/íT^
tes, como si acabase de descubrir una falta de respeto dadanía y de situaciones adquiridas. Después de 1898
á su persona. el número de procesos de esta clase ha adquirido
pro-
El culto exagerado á la importancia de su indivi- porciones fantásticas. Cada ciudad y cada pueblo
dualidad se manifiesta igualmente en las persecucio- tiene sus sospechosos y sus víctimas. El régimen de la
nes que exige á sus ministros contra todo el que se delación ha llegado á un desarrollo enorme. Los do-
permite comentar su persona ó sus actos. Inútil es mésticos despedidos de las casas emplean frecuente-
decir lo que se presta este soberano con sus preten- monte este sistema para vengarse de sus antiguos
siones, sus manías y su culto egolátrico á la burla ó amos. Como los crímenes de lesa majestad sólo
pres-
simplemente crítica de las personas sensatas. criben á los cinco años, se desarrollan con frecuencia
Guillermo admite como crimen de lesa majestad procesos insensatos gracias al celo monárquico de los
el más insignifi- criados despe-
cante comenta- didos ó de anti-
rio sobre su per- guos camaradas
sona semidivina queal romper
ó la de los favo- laamistad se
ritos de su séqui- acuerdan de
to. Los tribuna- pronto de ofen-
les alemanes, en- sas proferidas
sanchando arbi- contra el empe-
preciso que el emperador esté realmente loco, para pertado en el kaiser en ciertas ocasiones
mayores cóle-
hacer tales cosas.» El vecino de mesa, que era un ras que un conflicto europeo.
espía, lo denunció á los agentes que estaban en la Guillermo, que perdona las muertes en duelo y
puerta del café, y éstos detuvieron al siibdito bri- muchos delitos comunes, no ha querido nunca firmar
tánico, conduciéndolo al puesto de policía más in- un indulto por un crimen de lesa majestad. Una es-
mediato. tadística alemana establece que hasta el año 1912 los
—Yo he hablado de un emperador que está loco tribunales de Prusia habían distribuido 12.600 años
— dijo inglés al comparecer ante el comisario
el — . de prisión entre individuos francamente irrespetuo-
Pero me refería al emperador de Rusia. sos con el emperador ó acusados sin pruebas, é in-
A lo que contestó el buen policía alemán con tor- justamente condenados. Muchos de tales delitos de
pe indignación: lesa majestad
— Eso es una resultan simple-
excusa. Usted ha mente ridículos.
hablado de un La esposa de un
monarca que propietario de la
está loco, y no Pomerania fué
puede ser otro condenada áseis
que nuestro em- meses de prisión
perador. por haber dicho
«Cualquiera que el empera-
nota indepen- dor, con todo su
diente — dice Fi- poder, no conse-
not — que apare- guiría besar uno
ce en la prensa de sus pies. El
respectoála con- directordeunpe-
ducta de Guiller- riódico de Bres-
mo es denuncia- lau fué condena-
da y castigada do á siete meses
inmediatamente de cárcel por co-
por los tribuna- mentar laafición
les. Las bromas pueril á los pla-
más inofensivas ceres de la caza
y pueriles de los que manifiestan
caricaturistas el emperador y
El Himno á Egir fué una verdadera calamidad pú- cando de hotel en hotel.
a
blica por las numerosas condenas á que dio motivo.
De 1894 á 1890, los tribunales distribuyeron 311 años Este «ungido del Señor», que tiene la mentalidad
y siete meses de prisión, con 9.000 marcos de multas, de un soberano de la Edad Media, ha asombrado al
entro distintos individuos que habían osado criticar mundo con las más estupendas afirmaciones, como si
la composición musical de Guillermo. pretendiese hacerlo retroceder diez ó doce siglos.
de las sentencias más extravagantes por de-
Una Su famoso discurso de Potsdam á los reclutas de
litode lesa majestad fué la impuesta á una criadita la Guardia imperial en el acto de jurar la bandera
de diez y seis años, condenada á nueve días de cárcel quedará como un monumento de insensatez despóti-
por haber dicho públicamente que le gustaría dormir ca. Fué en días de agitación popular, cuando los so-
con el emperador. cialistas alemanes realizaban una activa campaña.
la sentencia, dijo delante de
Al enterarse éste de Descansando la mano inútil en la empuñadura del
laemperatriz y de su corte, con tranquila petulancia: sabley moviendo la otra con ademanes tribunicios,
—
Esa pequeña me habrá visto probablemente man- dijo así á los reclutas:
dando mis tropas en las maniobras sobre el Rhin. El «Acordaos siempre
diablo me lleve puedo censurará la tal criadita. Su
si de que el ejército ale-
falta de educación no le ha permitido expresar de otro mán debe estar pron-
modo el afecto por mi persona. to á combatir á los
Y
por primera y última vez en su vida indultó á enemigos que surjan
esta terrible delincuente. entre nosotros, pues
Algunos crímenes de majestad le han irritado
lesa son tan temibles como
hasta el paroxismo, haciéndole desear los tiempos de los que tenemos al
los primeros Hohenzollern, cuando empleaban éstos otro lado de las fron-
contra los subditos ciertos aparatos de tortura que teras. Hoy la incredu-
aún se conservan en los museos como testimonios de lidad y el descontento
horror. avanzan en nuestro
Un labriego de la Pomerania vio sus cosechas pi- país de un modo nun-
soteadas y perdidas por los soldados que invadieron ca visto. Vosotros sois
sus campos durante unas maniobras dirigidas por el mis soldados y me per-
emperador. El campesino puso pleito pidiendo una tenecéis en cuerpo y
indemnización, y lo perdió. Al intentar un recurso alma. Habéis jurado
de alzada, los jueces quisieron disuadirlo, manifes- obedecerme en todo y
™°« ^"'^ '-^ ^^^
j , ,• . .
—He aquí mis guardianes de la paz. AI
tando que era un honor para haber sufrido tales
él debéis seguir mis man- ^^^ ,^ ,„^„, ,„ ,,„,„,„
pérdidas, ya que las tropas que arrasaron sus cam- datos sin murmurar. (Cln-onisiie Am«sn,iteJ
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 431
derrocha las sumas con una prodigalidad que asusta marcos diarios por cabeza cuando menos!
á sus ministros. Casi Y el kaiser insistió
lín, con toda clase deben preocuparse de no dar por descuido un golpe al
.¡ffjS^
de obras exteriores emperador, fingiendo al ñn una derrota que entu-
y demolición de las siasma al amo.
D
casas vecinas para
aislarlo del tráfico y Una institutriz inglesa, miss Ana Topham, que
el ruido de las calles. estuvo diez años encargada de la educación de la hija
—
¡Pero eso va á única de Guillermo 11, ha trazado un notable retrato
costar mucho! ex- — de éste en el libro que publicó, Recuerdos de la corte
clamaron la empera- del liaiser.
triz y otros indivi- No hay en tal obra el menor vestigio de malevo-
duos de la familia — . lencia ni resentimiento. Miss Topham, bien tratada
ft DORE RAS
por su discípula y por sus padres, muestra hacia
Es obra de veinte éstos
millones. una gratitud respetuosa. Además, en la época que se
r FüSlttEF^ftS
I RFiX 1[ lOUOTEMPi
— Poco más ó me- publicó los ingleses miraban con simpatía al empera-
ViVI^JL
—
nos repuso el kai- dor de Alemania. Pero á pesar de los elogios que ins-
ser frunciendo el pira Guillermo 11 á
LA ARENGA DEL KAISBR ceño, como si le ofen- la institutriz, ciertas
(Caricatura do la Itcvve Enrijclnpeiliijnc)
diese la objeción — . anécdotas conteni-
El gasto importa das en el libro reve-
lan las «originalida-
poco cuando se trata de evitarme molestias.
Enamorado de su persona, tiene que ser forzosa- des» del kaiser en
mente el primero en todo género de actividades. Cuan- la intimidad y sus
COMO ELECTOR DE BRANDBBURGo uuiforme abrochado algunos minutos, tomaron su partido, que consistió en
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 433
tener fijos sus ojos en el papel, sin atender á la cuá- con el temor
druple dirección, y así pudieron llegar sin grandes de no estar
tropiezos al final de la pieza.» prontos para
Nunca encontraba el kaiser á la institatriz que no unllamamien
sintiese el deseo de asombrarla con la universalidad to inesperado
de sus conocimientos. ó para un tra-
— ¿Creerá usted, miss — le dijo una vez — , que nin- bajo imposi-
guno de los ministros de Inglaterra es capaz de acor- ble de pre-
darse del número exacto de los buques de su marina? ver.»
Yo los conozco todos de memoria, y los ministros in- El miedo
gleses no los conocen. del kaiser á
Y con esto, el almirante honorario de la flota bri- las enferme-
tánica se consideraba superior al gobierno de Lon- dades, de que
dres. ya hemos ha-
«Es una mezcla de superficialidad y de vanidad >, blado, hace
dice miss Topham, no obstante el respeto que siente aún más an-
por el emperador. gustiosa la
Al hacer el juicio final de su carácter, la autora, vida de los
como si se librase repentinamente de los convencio- que le rodean.
EL KAISER CON EL KRONPRINZ, EN 1888
nalismos palaciegos, resume del siguiente modo sus «Es increíble
observaciones de diez años: — dice la au-
«El emperador está profundamente persuadido de tora—el terror que dolencia contagiosa
le inspira la
*!' r
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 435
NO SB RBCrBE
Oretchen.— Señor, el amo no está en casa. Asf me encarga que se lo diga.
(Morniíig Leader, de Londres)
el inquieto
—¿Á quién felicitaré primero?
que emperador llegase á su pleno des- ( WeelMarl roor Nedcrland)
436 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
cia. Y este pueblo fué perseguido con un furor impla- á su Parlamento, ha transmitido Dios, el dios de los
cable, dispersado á través del mundo, apedreado, HohenzoUern, su inspiración trascendental. Desde
estabulado en las sórdidas juderías, y sus casas y el momento en que se considera infalible, es preciso
sus tumbas fueron marcadas lo mismo que la moneda que sea invencible. Si algún día sufre un desastre,
falsa. Alemania, por disciplinada que sea, reconocerá que la
»Guillermo II corre el mismo peligro. Toma atre- alianza tan alabada de su emperador con Dios no era
vidamente sobre su persona todas las responsabilida- mas que la impostura de un astuto déspota, y no
habrá entonces bastantes piedras de la Lorena á la
Pomerania para lapidar á este Moisés falsificado.
Guillermo II jue-
ga contra el Des-
tino el terrible
«dado de hierro»
de que hablaba lllilhdni
Bismarck. Si ga-
na, tendrá altares
dentro y fuera de
sus fronteras, lo
mismo que Au-
gusto; si pierde, TARJETA DEL KAISER
le espera el des-
SÍNTOMA DE PAZ
y que tal vez llegue á ser heroico, podrá lo mismo
El kaiser revista la Guardia vestido de paisano presidir los destinos de Europa en la majestuosa cal-
(Caricatura de Caran il'Aclie, pulilicadn por í.c Fígaro)
ma de su palacio de Berlín, que encontrarse en el
438 VICENTE BLASCO IBANEZ
X
OTTl
440 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
influencia fa- un hombre del siglo XX, como un burgrave del siglo X.
tal del empe- Su moral privada y su moral pública han sido descon-
rador y de su certantes. Este caballero supremo de la virtud, co-
camarilla. La mete actos dudosos y reprensibles. Su penacho, su
nación por su Dios y su sable no le han servido para enmascarar
fuerza íntima ante el mundo la fragilidad de su conciencia y la ver-
A primera vista nada distinguía á esta obra de esta monografía sugiere la idea de reemplazar el nom-
cualquiera otra de las publicadas por los antiguos pea- bre del «joven emperador» Calígula, ascendido al trono
sionistas de Roma. Era en verdad menos larga y me- á los veinticuatro años y asesinado á los veintiocho,
nos confusa que los productos ordinarios de la erudi- por el del soberano alemán que en IHHH asumió á la
ción germánica. Pero bien considerada no podía resul- edad de veintinueve años la pesada sucesión de Gui-
tar de mayor extensión, pues el reinado de Calígula fué llermo I y de su hijo Federico III, llamado «el Noble».
muy corto (del año ¡^7 al 41), y además sólo han lle- Cuando el autor pasa después al análisis del carác-
gado hasta nosotros muy
pocos datos, ciertos y preci- ter de Calígula y á la exposición de sus actos, la ana-
sos, sobre la citada época. Por otra parte, la brevedad logia aún resulta más chocante y asombrosa. Hay que
delopúsculoestá decir ante todo,
compensada con noblemente, que
una abundante nadie puede en-
y concienzuda contrar en Gui-
documentación, llermo II mu-
hasta el punto chos de los de-
de que en el im- fectos y los vi-
preso alemán las cios que condu-
veinte páginas jeron al César
de texto llevan romano, de cri-
138 referencias men en crimen,
de Dion Casio, hasta la demen-
Josefo, Filón, Pli- cia furiosa,
y le
nio,Séneca,Sue- hicieron caer
tonio y Tácito. finalmente bajo
Fué un verda- los golpes de un
dero capítulo de asesino. Pero de-
Historia lo que jando á un lado
escribió Quidde, la crueldad y el
Agripina» y la
emperatriz Victoria; entre el omnipo- muchos en Alemania que experimentaban cierta
los
tente ministro Macronio, caído en desgracia desde el
inquietud ante el nuevo emperador, joven, impulsivo,
principio del nuevo reinado, y el canciller Bismarck; ardiente, autoritario y gran aficionado á los alardes
entre los tristes antecedentes hereditarios de
Calígula guerreros. Hablaba de su misión divina, amenazando
y la locura de Federico Guillermo IV, tío-abuelo de al mundo con guardar siempre «la pólvora seca y la
Guillermo II; de tal modo, que el primer capítulo de mismo tiempo
espada bien afilada», y al iba prepa-
442 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
rendóse una personalidad, para ofrecerse á la pública espiritual del que tanto se le asemejaba en sus co-
admiración, años adelante, como príncipe de la paz mienzos.
universal. Empezaban á marcarse en su existencia Alemania lanzó una exclamación de sorpresa al
ordinaria ciertas «originalidades» que en un particu- enterarse del trabajo de Quidde. Todos creyeron reco-
lar pueden ser simplemente ridiculas, pero en el so- nocer á Guillermo II en el retrato de Calígula, y vie-
berano de una nación grande resultan peligrosas; la ron en el historiador á un foliculario político. El efecto
afición al comediantismo, un deseo enorme de hacerse producido en el público alemán fué semejante al que
admirar en todas las esferas de la actividad, una pre- causó en Francia en 1865 el folleto de Rogeard, Pro-
tensión inaguantable á la oratoria elocuente; el gusto pos de Labienus, que por medio de una evocación de la
del fausto, de los deslumbradores espectáculos milita- historia romana hizo el retrato exacto y cruel de Na-
res, de los cortejos con gran pompa, de los uniformes poleón III. El escándalo que produjo la obra de Quidde
multicolores cambiados á cada instante; la pasión de en su país fué tan grande, que se pensó en perseguir
los viajes, del mar, de los yates lujosos, de los casti- al autor por delito de lesa majestad. Pero esto habría
llos, de las construcciones colosales y de mal gusto. representado una gran torpeza, y las autoridades tu-
vieron que desistir. ¡Un estudio de
Historia perseguido como si fuese
un folleto político! Tal medida sólo
hubiese servido para dar á la obra
una celebridad universal. Aun así
bastó la simple amenaza de proce-
so, para que la atención de toda
Alemania se fijase en este trabajo
improviso las empresas más contradictorias, la con- seguir el nombramiento de profesor. Quedó inscrito
vicción de manejar el poder por derecho divino, ó sea para siempre en el registro de los desafectos, y toda
sin limite alguno, de ser el confidente y el represen- empresa en la que figuró su nombre fué considerada
tante de Dios en la tierra; y como consecuencia, el como subversiva.
absolutismo, la voluntad de hacerlo todo por sus pro- Sin embargo, no era culpa suya que el público,
pios medios, la ingratitud con los mejores servidores ante el retrato exacto de Calígula, hecho con arreglo
del Estado, la aversión á los espíritus independientes, á los textos antiguos, encontrase este retrato seme-
la selección caprichosa é ilógica de los hombres para jante al de otro personaje. Si para hacer comprender
encargarlos de las más altas funciones. mejor el carácter del protagonista de su obra empleó
Estos rasgos del soberano alemán los encontró con ejemplos modernos, nunca se valió del recuerdo de los
sorpresa el lector en la compilación hecha por Quidde Hohenzollern, exceptuando el caso de Federico Gui-
de los autores antiguos que flagelaron á Calígula. In- llermo IV, un demente auténtico. Si al hablar de
dudablemente la figura de este último contenía dos ó Luis II de Baviera dice que fué en Alemania «provi-
tres personalidades distintas, que acabaron por con- sionalmente» el último representante de la serie de
vertir al simple maniático en un demente sanguina- imitadores ridículos de Luis XIV, ^sto no implica que
verdadero azote de su época. Pero las divergencias
rio, el imitador próximo deba ser precisamente el actual
entre ambas figuras eran de fácil apreciación. Ade- rey de Prusia. Además, en sus conclusiones evitó
más la locura de Calígula se fué declarando gradual- Quidde con prudencia toda aplicación al presente, de-
mente, y muchos se preguntaron por esto con inquie- clarando que en nuestros días «no es factible la posi-
tud cuál sería, al transcurrir algunos años, el estado bilidad de un reinado que se parezca al de Calígula».
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE I9l4 443
CALÍGULA
Estudio de un caso de locura cesarista en Roma, por Ludwiq Quidde
I tuaciones, las a legres ocurrencias con que clase de suposiciones adversas ó favora-
sabia conquistar las voluntades, tenían bles. Según las noticias llegadas hasta
Cayo César, conocido bajo el solirenom- cautivados á ciudadanos y legionarios. nosotros, se alababa el temple de este jo-
bre Calígula— de Cáliga, nombre del
(le Indudablemente, mientras vivió el vie- ven, que había sabido ser dueño de sí
zapato de los soldados romanos , era — jo emperador, á pesar de algunas funcio- mismo en circunstancias tan difíciles; se
muy joven, pues aún no había llegado á nes importantes que fueron confiadas
le temían quizá sus caprichos, su tendencia
la e<lad viril, cuando de improviso se vio á Germánico, siempre se le tuvo apartado á abusar de tan enorme poder, la acción
convertido en soberano. A raiz de su ele- de los principales asuntos de la política de sus ideas no maduras, y se citaban
vación, los tiempos eran sombríos é in- interna, no obstante su poder y su volun- toda clase de manifestaciones de una
quietantes y su familia liabia sido objeto tad para el trabajo. Pero si hubiese lle- brutalidad precoz. Pero la opinión domi-
de extraños destinos. gado á dirigir los negocios, se habrían nante era que sn juv<Mitud se dejaría ga-
Su padre. Germánico, liabia sucumbido podido esperar do él días más libres, más nar fácilmente por las influencias exte-
en la flor de
edad, lejos del pais natal,
la felices y la supresión del peso agobiante riores, y se esperaba que comenzase por
bajo los golpes de una suerte cruel. En- que aplastaba al Imperio entero. Así, liacer más fuerte aún la autoridad de Ma-
tre el pueblo se hablaba mucho de las cir- pues, la esperanza de toda unageneración cronio, el omnipotente prefecto de su
cunstancias misteriosas de su muerte. No descendió á la tumba con Germánico. guardia, pues todo el mundo lo creía es-
se tcmia emitir las más graves acusacio- Un reflejo de la poi)ularidad de este fa- pecialmente agradecido á este personaje.
nes, y sospecha alcanzaba basta los ín-
la vorito del pueblo se proyectó eu su hijo. Pero ocurrió, como en la mayor parte
timos del viejo emperador. Éste, sin embargo, le asemejaba muy de los casos, todo lo contrario de lo que
Con Germánico había desaparecido el poco, pues más bien se parecía á su ma- se podía esperar. La desgracia del hom-
favorito del pueblo: ningún otro miem- dre, apasionada y orguUosa, que había bre do Estado que ocupaba el poder so-
bro de la familia imperial aU;anzó un.i po- dificultado muchas veces la situación de brevino rápidamente; su influencia fué
pularidad semejante. Había sabido ga- su esposo, muy misma. El
delicada por sí anulada por completo, y el emperador
narse; la confianza de los soldados durante viejo emperador, que perseguía con sus empuñó las riendas del gobierno, eri-
diversas campañas, eu las que compartió sospechas y con su odio á la esposa y los giéndose en señor absoluto. El pueblo lo
con el simple legionario las tribulaciones otros hijos do Germánico, pareció mostrar aclamó, pues este cambio de régimen era
de la guerra, y en los países germánicos, cierta inclinación por Calígula, quizá pre- presentado en todas las esferas como una
en la región del Rhin, se repetía mucho cisamente por ver en él el reverso de su liberación. Parecía que fueíc á comenzar
su nombre. Pero el pueblo sólo veía en él padre, que le había sido poco simpático. una era de reformas, abriendo camino á
al héroe guerrero: había sido popular, en Al llegar al poder, el joven emperador las ideas liberales.
la mejor acepción de la palabra. Su vida era todavía un personaje desconocido y Así se iniciaron llenos de promesas los
de familia, el número de sus hijos, sus misterioso para todos. principios del reinado de Calignla. hijo
modales sencillos y democráticos, su be- En el transcurso de los años anteiiores de Germánico, prematuramente desapa-
névola igualdad de humor en todas las si- se habían propalado acerca de él toda recido, y de Agripinu, el cual sucedió eu
444 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
elaúo 37 á su tío-abuelo. Tiberio, sumien- ponder una era de reformas sociales, ó deseo de realizar el bien, sino la ambición
do al mundo en el asombro con sus pri- por lo menos una concepción más demo- de que lo admirasen por haberse mostra-
meros actos. crática de las cuestiones económicas. do propicio á las reivindicaciones popula-
Ya hemos que Macronio, general
visto Pero desde los comienzos de Caligula, res y poder ofrecerse como un grande
de los pretorianos, que había sido el últi- y mientras éste era aclamado por un pue- hombre ante la posteridad. La caracterís-
mo y poderoso ministro de Tiberio, y al blo pronto al entusiasmo, los observado- tica constante de sus decisiones era una
cual Caligula debía el trono, fué preteri- res atentos no pudieron menos de sentir precipitación nerviosa, que le inducía á
ir corriendo sin tregua de uu trabajo á
do, según todas las apariencias, desde el grandes recelos.
principio del reinado. En vista de ello cre- otro, obrando con saltos bruscos y á me-
II
yeron muchos que este acto de emanci- nudo contradictorios. A esto se añadía
pación del joven emperador iba á traer Lo que elevaba á Caligula algunas ve- una tendencia eminentemente peligrosa
un cambio completo de los principios de ces por encima de sí mismo era la per- de querer hacerlo todo por sí mismo.
gobierno. Algunas
La desgracia de
reivindicaciones Macronio debe con-
antiguas de los ele- siderarse sobre todo
mentos liberales desdeestepuntode
fueron realizadas vista. Parece que
his relaciones entre
por el joven sobera-
no. Ante todo se estos dos hombres
concedió más liber nose rompieron por
tad á la vida políti- completo, ó al me
ca. Caligula apa- nos para siempre,
rentaba querer to- pues Macronio se
mar en serio el res- encontró á veces
en condiciones de
peto de ciertas for-
mas constituciona- aconsejar al joven
lesque habían caí- emperador, reco-
do en desuso bajo mendándole mode-
Tiberio. Fingió racióny prudencia.
conceder más in- Estos consejos no
fluencia á la opi- dieron otro resulta-
nión pública en la do que excitar la
elaboración del pre- cólera del empera-
dor, que se revol-
supuesto y en los
vió furioso contra
gastos militares; la
libertad electoral ély su familia. La
pareció revivir en ingratitud hacía
los comicios del Macronio fué una
de las principales
pueblo; se tomaron
medidas contra los causas que rebaja-
delatores, cuyos ron la popularidad
excesos eran com- de Caligula.
Pronto hubo oca-
parables á los de los
sión de advertirque
agentes políticos
de provocación de ladespedidadeesie
nuestra época, cu- hombre, el más in-
rándose así tanto la dicado para dirigir
vida pública como los asuntos del go-
impuestos aplastantes que pesaban pre ambición de señalarse por algo que en el que no pretendiera manifestar personal-
cisamente sobre la vida cotidiana de las fondo era extraño á su modo de ser: el mente su superioridad, Pero para desem-
masas populares fueron suprimidos, y las y el amor al bien público, Al
liberalismo peñar tantos y tan diversos papeles ha-
clases más pobres se vieron aliviadas con mismo tiempo se revelaban en él peligro- cían falta á sus limitadas facultades— aun
las distribuciones de trigo, sin hablar de sos rasgos de carácter. Estaba desprovis- antes de la degeneración final— conoci-
los juegos, á los que Caligula dio un gran to de ese sólido cimiento constituido por mientos é inteligencia, calma é imperio
desarrollo, con arreglo á la fórmula anti- una concepción de la vida, adquirida y sobre sí mismo.
gua panem et circenses. Parecía que á desarrollada.,, en las luchas intimas. El Pasado algún tiempo fué todavía peor.
este aumento de libertad debía corres- resorte principal de sus actos no era el Su autoritarismo sin contemplaciones.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 445
sus inesperadas veleidades reformadoras, ideas del desgraciado que realmente cree estaba ya decaída, ofreció abundante-
las súbitas y crueles desgracias sufridas en Las exigencias de la etiqueta, y
ellas. mente las mejores condiciones para el
por altos personajes, pudieron ser consi- más aún, la diligencia servil con que la desenvolvimiento de la locura cesarista.
deradas por las masas como manifestacio- avaloran todos los que se apiñan en torno Calígula vivía además bajo la influencia
nes de la pujante naturaleza de su sobera- del amo, infunden á éste la idea de que de una doble y desagradable herencia fí-
no. Pero los espíritus reflexivos vieron er- es un ser encumbrado por la misma Na- sica. (Recuérdese á .lulia, á su liijo Cayo
guirse detrás de ellas un espectro espanto- turaleza sobre el nivel de todos los hom- y los últimos años de Tiberio, tío abuelo
so: el de la locura. bres. Las observaciones que puede hacer de Calígula.) El hecho de que llegase al
en torno de él, entre los personajes de su poder tan joven debía facilitar un favora.
III
corte, le producen la impresión do que ble desarrollo de todos los gérmenes que
Se acostumbra á hablar de la locura ce- más allá de su ¡¡orsona no existe mas (|ue existían en él. La desproporción brutal
sarista como de una forma particular de una turba vulgar y despreciable. Pero si entre su alta situación y sus cualidades
enajenación men- íntimas obraban
tal, ül lector tal vez como un veneno en
conocerá la escena su carácter juve-
la Verlorene Hmíds- nil, prtidispuesto
chrifl, Gustavo
(ie desde el nacimien-
Freytag, en la que to á todos los ex-
un profesor, poco cesos.
versado en las men- Sin embargo, Ca-
tiras sociales, reve- lígula sólo cayó en
lainocentemente á la locura propia-
un principe la en- mente dicha á cau-
fermedad mental sa de una grave en-
que padece este úl- fermedad, de la que
timo, citándole á se repuso, para su
Tácito. Las mani- desgracia y la de su
festaciones carac- pueblo. Pero según
terísticas de la lo- todas las probabili-
cura cesarista son dades, puede decir-
manía de grande- se que esta enfer-
zas llevada hasta la medad no hizo mas
deificación de si
que precipitar la
mismo; desprecio evolución fatal,
de toda barrera le- pues la predisposi-
periores que constituyen el acompaña- men de lesa majestad y que ve un acto temprana locura de grandezas. Fué la
miento inmediato del soberano. condenable en el hecho de rehusar la ve- pasión desmesurada por el fausto y el
La sensación de su poder sin límites neración al soberano, acaba por entrar en despilfarro. Es este un rasgo común á
hace olvidar á un emperador todas las la legislación y en la jurisprudencia, no casi todos los príncipes que han perdido
barreras colocadas por las leyes. La teo- hay sino admirarse de que un monarca tan de vista los limites de su situación, desde
ría que funda este poder en un derecho absoluto permanezca en su sano juicio. los déspotas de Oriente y ciertos Papas
diviuo altera do uu modo desastroso las Así, pues, la vida pública de Ruma, que antiguos hasta Luis XIII y Luis XIV de
446 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Francia, así como sus imitadores alema- simultáneamente conducciones de agua las grandezas y las pompas; me reñero á
nes, cuya serie tiene provisionalmente y construcciones de circos, verdadera- su sed de triunfos miniares.
por último representante célebre al des- mente enormes, y se propuso abrir rápi- En esta afición lo odioso y lo ridiculo se
graciado rey Luis II de Baviera. Al cabo damente, á través del istmo de Corinto, dan la mano estrechamente. Si es cierto
de poco tiempo no sólo gastó Calígula el un canal del que se había hablado mucho que la ambición y el placer de la pompa
tesoro considerable que había ahorrado el anteriormente. A esta pasión de edificar guerrera pueden llegar á las consecuen-
iba unida una sorprendente manía de cias más espantosas, á verdaderas degolli-
viejo emperador, sino que tuvo que recu-
rrir á medios poco dignos para acrecen- destrucción. Obras dignas de ser conser- nas de pueblos, con igual facilidad origi-
tar los ingresos y pagar las deudas. Se vadas fueron echadas á tierra ó sufrieron nan lo grotesco y lo pueril cuando la horri-
restablecieron los impuestos que acaba- transformaciones por motivos pueriles. ble realidad es reemplazada por la ficción.
ban de suprimirse; se crearon otros nue- Generalmente, lo que se edificaba tenía En Calígula se observa sobre todo esta
vos, entre los cuales los había muy exor- el reflejo de unas ideas completamente segunda forma del mal. Las circunstan-
l)itantes y de un carácter vergonzoso; se extravagantes. Cuanto más imposible é ciasno eran propicias á las guerras y á
abusó de la justicia para procurar al Te- insensata era una empresa, más atraía á sus triunfos. Las fronteras estaban paci-
soro multas y, fortunas confiscadas, y se Calígula. En la orilla del golfo de Ñapó- ficadas y Roma había renunciado á exten-
terminó por proclamar el principio de les se encuentran las ruinas de un mue- der más su Imperio. La demencia verda-
que los bienes de los vasallos debenjestar lle romano que se llama «puente de Ca- deramente cesarista que empujaba á Ca-
á disposición del principe. lígula», en memoria de la empresa fan- lígula á brillar igualmente en el dominio
La pasión de Calígula por el fausto y tástica con que quiso realizar, no lejos de guerrero tuvo que manifestarse forzosa-
el derroche se manifestó en los dominios allí, una idea extravagante. mente en majiiobras ridiculas k inveiicio-
nes teatrales. Hizo una porción de cosas
análogas á su cortejo triunfal en la bahía
de Baies. Sólo citaremos aquí dos ejem-
plos de los más típicos.
Una vez decidió visitarel ejército acam-
pado junto al Rbin. Todo se puso en mo-
vimiento precipitadamente.
Así que llegó el emperador, señalóse su
presencia por una severa disciplina, des-
usada hasta entonces, especinlmente en
lo que se refiere á la oficialidad. Los des-
graciados jefes que en esta movilización
inesperada no se presentaron pronto en
los sitios de concentración tuvieron que
sufrir su cólera. Al mismo tiempo, nun-
VI
En esta expedición contra la Gran Bre-
taña, así como en la aventura de Baies,
intervino la obsesión de la conquista del
Océano.
emperador mostraba por el
El joven
mar una predilección extraordinaria. Era
uiia inclinación plausible en si, |)ero que
en él se convirtió en niania, como otras
muchas inclinaciones. Ya hemos mencio-
nado la fastuosa instalación de sus yates.
Varios autores refieren que realizó trave-
sías más ó menos largas y que se com-
placía ante esplendor de las tormentas.
el
__ 1 1 .M
448 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
mente todo prestigio bajo su desdén y influencia disolvente ejerció este carác-
VIII sus sarcasmos; cómo acabó por envilecer ter en toda la administración del Estado.
Por la insistencia con que se compla- á los hombres respetables, obligándoles Los autores de segundo orden apenas nos
cía en repetir esta máxima, se ve que el á actuar de gladiadores— lo que se rela- dan á conocer el rasgo de extremada lo-
uso de la violencia le procuraba un pla- ciona también con su gusto por el derra- cura que, según se dice, inspiró á Cali-
cer, siendo como la dominante, como el mamiento de sangre—, á correr detrás de gula el deseo de conceder á su caballo la
leitmotiv de su práctica gubernamental su carro, á servirle en la mesa, á besarle dignidad consular. Hemos, pues, de re-
y determinando su actitud en tudas las los pies,pues el besar la mano se consi- constituiraproximadamente las etapas
circunstancias de la vida pública. deraba entonces más bien como un honor que prepararon este escarnio tan inaudi-
Aun liaciendo abstracción de toda que como un signo de inferioridad. Se to. Pero fácilmente se concibe de qué
crueldad propiamente dicha, un rasgo complacía en ridiculizar las antiguas tra- modo el desdén hacia toda competencia y
común á todos los Césares, con- diciones de las familias aristocráticas, ro- hacia toda autoridad fundada en el ta-
típico,
sisteen que, lo mis- lento puede desen-
rao que Calígula, po- volverse hasta tal
nen su mayor cuida- punto, partiendo de
do en hacer sentir á iniciativas apenas
cada uno su poderío. perceptibles en sus
Nada los irrita tanto principios.
como tropezar con Sólo dos hechos de
un limite de este po- esta serie han llega-
der, y para ellos el do hasta nosotros.
medio más seguro En primer término,
de conjurar toda re- Calígula se propuso
sistencia de los sub- abolir la práctica de
ditos es difundir el la jurisprudencia,
miedo y el terror. extirpando la clase
Por esto prodigan de los juristas. Si
como Calígula las puede sostenerse en
bravatas, y profie- el presente, no sin
las personas; pero esto no esmas que un ranos enfermos.) tera para que negociasen en los países
comienzo sin importancia. Luego el so- Es cierto que Calígula en su vida pú- extranjeros, y colocó á consejeros ínti-
berano llega á sentir un cínico placer en blica propiamente dicha se condujo de mos, ya gotosos, al frente de sus danza-
rebajar cuanto intenta permanecer inde- igual modo con los representantes de la Nunca podremos bosquejar exacta-
rines.
pendiente de su poderío. administración civil y del ejército. mente un cuadro de tan loco desorden,
En lo que concierne á Calígula, sabido Precisamente por esto resulta lamenta- de tan violento contraste entre las apti-
es con qué odio persiguió á toda superio- ble que esté truncada la obra de Tácito tudes y el empleo que se hacía de ellas,
dad, especialmente á los hombres que se en lo que se refiere al advenimiento de así como de los ultrajes á la sana razón,
distinguían por sus señalados servicios; Calígula. Tácito, con su arte incompara- coronados al final con la idea de erigir un
cómo se esforzó eu aplastar sistemática- ble, nos habría mostrado de seguro qué caballo á la dignidad consular.
LA GUERR
' ^
ní?iní5-.ti,.s»ill(;
HISTORIA DÉ LA GUERRA EUROPEA DE 1914 449
IX
El pueblo y todas las clases de la socie-
gadas convicciones monárquicas. Sin espíritu al ejercicio de tales funciones. quedó abolida en su interior. Tal vez lo
esto, ¿cómo hubiera sido posible divini- Pero lo que resulta mucho más impor- (jue nosotros mismos experimentamos
zar nunca á Alejandro y á César?... tante y signiñcativo es que gustase de cuando un objeto nos produce una emo-
Sin embargo, es evidente en lo que se presentarse con traje de dios y de diosa. ción de arte no es mas que una ilusión
refiere á Calígula que no fué por una au- Ya hemos indicado la tendencia his- que por obra de nuestras sobreexcitacio-
daz explotación de las simpatías popula- triónica que se maniflesta con estos dis- nes recae, no sobre dicho objeto, sino so-
res ni por cálculo político por lo que re- fraces. Nos resta señalar ahora de qué bre nuestra propia ])ersona. ¡(Jnánto más
clamó el rango de un dios, sino por locu- modo el actor Imperial terminó por iden- grande es todavía el efecto producido
ra patente y caracterizada, por creencia tificarse en tales juegos con la divinidad cuando al intervenir la presencia de tes-
en su propia divinidad, ó cuando menos que representaba. tigos y de un pueblo numeroso se siente
por una tendencia á asumir la represen- En los hombres dotados de una imagi- eldeseo de causar impresión en ellos, la
tación de esta divinidad. na(;ión enfermiza, las fronteras entre las necesidad de mantener i)or medios exte-
Se ve esto en la manera con que juega, aparii'ucías y la realidad se borran con riores constantemente reforzados la más
por decirlo así, con dicha idea. Al llegar una prontitud extraordinaria. Emi)lrzan inverosímil de las ficciones! ¿Quién no ha
áeste punto, la falta de docmnentos com- por creer que tienen algo de común con conocido á algunos hombres que acaba-
ron por imaginarse que hablan sido ó
liabían ejecutado aquello que hicieron
creer antes á losdemás y después acaba-
ron por creerlo ellos mismos?
La aspiración de Calígula á la divini-
dad se basó en una f;irsa extravagante,
sin que por esto debamos creer que qui-
so aumentar la ignominia del culto que
imponía á sus subditos, convirtiéndolo
en una mofa. La prueba es que se nom-
bró á si mismo gran sacerdote de su pro-
pio culto. En fin. si hizo de su caballo su
colega en divinidad, no fué este el único
acto de insensatez que le inspiró el amor
á los caballos.
X
Los contemporáneos de Calígula lo te-
nían por un verdadero loco, y no se con-
cebiría que un historiador moderno vaci-
REVISTANDO LAS TROPAS KN UNAS MANlUilKAS lase en confirmar tal juicio. Es evidente
460 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
nes y los ojos hundidos, la frente espa- pletacuando se incluye en él la afición al para que fuese cortado este hermoso cue-
ciosa y sombría. Era además epiléptico y libertinaje, la alegría de derramar sangre
llo. En medio de una alegre orgia se
I)ropenso á terribles insomnios. y el goce ante el espectáculo de crueles echaba á reír ante la idea de que con un
La inquietud y la affitación producidas suplicios. Es por otra parte un hecho muy gesto suyo podia hacer caer la cabeza de
los dos Cónsules sentados á su lado. To-
pur estos últimos males, la cuntradicción conocido en psiquiatría que las inclina-
y lo imprevisto de sus impresiones é ciones sexuales enfermizas se acompañan dos conocen su deseo de que el pueblo
ideas, han sido descritas con exacta reali- á menudo con la enfermiza afición á lo romano no tuviese mas que una cabeza,
dad por Dion Casio. He aquí unos rasgos horrible, á la efusión de sangre y á los tor- ¡Jara poder decapitarlo de un solo goli)e.
de nerviosidad, que por sí mismos no son mentos. La relación que existe entre es- Ideas de esta naturaleza y otras peores,
necesariamente mórbidos, pero relacio- tos dos órdenes de manifestaciones y la qua no sólo revelaban simples instintos
nados con otros que conocemos resultan locura cesarista es fácil de concebir en
mucho más Tan pronto
significativos. conjunto, incluso para el profano, aun
buscaba el tumulto de multitud, como
la cuando el análisis del fenómeno plantea
la soledad; emprendía un viaje, y á su re- diferentes problemas al especialista. Las
greso apenas se le reconocía, por haberse ventajas exteriores de la alta situación de
dejado crecer la barba y el cabello, contra un príncipe bastan para lanzar á éste en
la costumbre de la época. Los aduladores una licencia precoz, según lo demuestra
y los hombres sinceros le irritaban y le lavida de innumerables hijos de sobera-
agradaban al mismo tiempo. Tan pronto nos de todas las dinastías. Si á esto se
se dejaba decir las verdades más duras añade el concepto cesarista de la omnipo-
por gentes do baja estofa, como castigaba tencia imperial y el de la nulidad de todo
con la pena de muerte cualquiera insig- otro derecho, y si estos factores se refuer-
nificancia. Nadie sabía loque debía decir zan con una herencia de varias genera-
ó hacer en su presencia. Congraciarse con ciones, nada podrá ciertamente limitar su
él, era cuestión de suerte y no de talento. acción.
Las ideas más absurdas afluían á su cere- La locura cesarista se manifiesta bajo la
bro, y aun cuando fuesen relativamente forma más perfecta cuando la sed de san-
inofensivas, siempre contenían una parte gre, la crueldad y la depravación se po-
de maldad. Por ejemplo el caso de un ofi- nen al servicio de una idea de deificación
cial que habiendo incurrido en su de si mismo. Cuando los judíos— los úni-
desgra-
cia fué enviado nada menos que á la Mau- cos, á lo que parece, entre los pueblos de
ritania, viaje penoso, para que llevase al aquella época
— rehusaron elevar en su
rey Plotemeo una carta en blanco. templo la estatua de Calígula y adorarla,
Pero por lo general, su maldad, su pla- el emperador, según se cuenta, estuvo á XJN VALLE DB ALEMANIA KN LA SELVA NBGKA
HISTORIA DE LA GUBRRA EUROPEA DE 1^14 451
A pesar de las prudentes manifestaciones de Quid- y sermones, derrochando el dinero en un lujo vistoso
de para que el público no intentase comparar los tiem- y muchas veces ridículo, gustando de la vida del tea-
pos actuales con los de la Roma antigua, y su visible tro, hasta el punto de ejercer en algunas obras las
deseo de abstenerse de toda alusión moderna, los lec- funciones de director de escena, queriendo alcanzar
tores establecieron instintivamente, como ya hemos la gloria como músico, poeta, pintor y escultor, dando
dicho, un parangón entre el emperador romano y el por gracia los grados militares á gentes sio otro mé-
emperador de Alemania en 1894. rito que el de la estatura, confiriendo á capricho em-
El historiador bávaro, repitiendo y juntando las pleos cuyas funciones no estaban en relación con las
afirmaciones de los autores antiguos, habla de un Ca- facultades del agraciado y manifestándose en toda
ligula ingrato con Macronio, poseído del delirio de ocasión firmemente convencido de ser el portavoz de
grandezas, incapaz de tolerar á su lado ningún ca- laDivinidad, el aliado del cielo, el íntimo amigo y el
rácter independiente, amigo del fausto, de las farsas consocio de Dios.
militares, de los yates lujosos, obsesionado por la Roma había sido un enfermo heredita-
El César de
manía del Océano, aficionado á la oratoria, á cambiar rio, cuyas dolencias espirituales se agravaron en el
de trajes, á las exhibiciones con gran pompa, á la vida ejercicio de un poder absoluto, hasta tomar una for-
del circoy el trato con gladiadores y comediantes, á ma monstruosa. El emperador presente era también
convertir en capitanes á simples particulares, á tras- un enfermo, y sus dolencias le comunicaban, como
tornar leyes y costumbres, dando á cada uno el em- al otro, una actividad incesante y nerviosa, una mo-
pleo masen desarmonía con sus facultades, añadiendo vilidad temible que podía influir en la suerte del
á estas manifestaciones la loca convicción de Estado.
represen-
tar á la Divinidad. Los dos empleaban las mismas frases como regla
Los alemanes tenían ante su vista un emperador de vida: <\Sólo debe haber una voluntad: la mía.>> <\Que
ingrato con el primer hombre de su apoca, al que debía me aborrezcan, con tal de que me teman.»
gran parte de su fortuna, inclinado á rodearse de po- El público sintió asombro ante esta semejanza
líticos mediocres para que le sirviesen como simples asombrosa, repetida por el espíritu cesarista y á una
edecanes, interviniendo en todo y diciendo la palabra distancia de veinte siglos.
definitiva como si fuese el primer talento de su época; De aquí el sordo y poderoso éxito de la obra de
gran aficionado á las maniobras y á los buques, ob- Qiiidde. El miedo y la obediencia evitaron que se ha-
sesionado por la conquista de los océanos, aprove- blase de ella en Alemania públicamente. Pero el libro
chando la más pequeOa ocasión para lanzar discursos circuló coa profusión, alcanzando ediciones enormes.
'46^ VICENTE BLASCO IBAÑE2
tiguas y bárbaras, creyendo que el adelanto moderno económico. Posee en cambio un defecto enorme: la
se debe á una
política guerrera inspirada en las haza- falta de tacto y de mesura, que hace incompatible su
ñas y las violencias de hace diez siglos. grandeza con la tranquilidad del mundo.
La Alemania moderna, como dice un autor, «ha Inglaterra ha llegado en su desarrollo á mayores
corrido vertiginosamente en breves años el camino alturas que Alemania. Pero su enorme y sólida pros-
del progreso, sin hacer alto, como los otros pueblos, peridad se desenvolvió en el curso de ciento veinte
para reponer sus fuerzas; de lo que resulta que en años, sin constituir un peligro para la existencia de
poco tiempo ha llegado al término, ó sea á la decaden- los otros pueblos.
cia, sin pasar por la madurez». Alemania casi ha realizado los mismos progresos
Esta Alemania doble es complicada y contradicto- en menos de cuarenta años; pero vertiginosamente, y
ria. Sas antítesis desconcertantes explican el entu- con la firme creencia de que el militarismo y la guerra
siasmo que sienten algunos por ella y la alarma y el son el origen y el sostén de su prosperidad. Todo co-
recelo que infunde á los más. En la mentalidad de su merciante alemán, aunque parezca desear la paz.
dicha prosperidad coincidió con la guerra de 1870, el el Imperio triunfante por las armas tuvo que com-
vulgo cree de buena fe que procede de las victorias prar en el exterior todas las manufacturas que ne-
de Moltke, hasta el punto de que los comerciantes y cesitaba para su existencia. Un economista alemán
los industriales, que debían temer
la guerra, la desean como la mejor
de las protecciones para el fomento
de sus negocios.
La guerra francoprusiana nada
tuvo que ver con la prosperidad
del pueblo alemán. Se ha exagera-
do mucho la influencia de los suce-
sos políticos en el desenvolvimien-
to económico é intelectual de las
naciones. «Esto es — dice el econo-
mista Avenel — como se atribu-
si
decía en 1875: «Es uaa felicidad que Francia nu nos de acelerar el progreso económico de Alemania lo re-
haya dado mas que cinco mil millones. Si llega á tardó, paralizando la evolución natural que había se-
darnos diez, á estas horas tendríamos que tender guido hasta entonces, tomando como modelos á In-
nuestros sombreros en los caminos pidiendo limos- glaterra y Francia.
na.» El número de casas de comercio arruinadas y Las leyes proteccionistas de Bismarck fueron el
de propiedades agrícolas vendidas judicialmente fué verdadero principio de la Alemania productora y co-
enorme. mercial que empezó á desarrollarse en 1870 y ha lle-
La entrada brusca de una monstruosa cantidad de gado á su mayor prosperidad en l'J14. Pero estas dis-
dinero provocó una extraordinaria hinchazón de los posiciones legislativas hubieran resultado simples
precios y un aumento temporal de las importaciones, pedazos de papel á no poseer el suelo alemán valio-
fcinque esto respondiese al aumento del comercio ni sas riquezas que el espíritu metódico y disciplinado
á una mayor capacidad consumidora del país. Bajo la de sus habitantes puso en explotación, y á no haber
lluvia de millones franceses que caía sobre Alemania, sobrevenido oportunamente un gran descubrimiento
la industria alemana fué quebrando y cerrando sus práctico de la ciencia.
talleres, mientras la masa obrera conocía la miseria Hace un siglo que vivimos en la era del vapor, y
por falta de trabajo. En el invierno de 1876 el número las naciones verdaderamente grandes y poderosas son
de trabajadores sin ocupación fué tan enorme, que el las que poseen el carbón. Inglaterra domina comer-
Estado tuvo que establecer talleres por su cuenta y cialmente al mundo hace cien años, no porque ven-
los municipios socorrieron á los indigentes, organi- ciese á Napoleón en Waterloo, sino porque guarda en
zando sopas populares. La oleada de dinero francés sus grandes depósitos carboníferos el alimento indis-
sirvió para qne la industria encontrase los capitales pensable para la vida moderna. La grandeza de su
que le eran necesarios con mayor dificultad y más industria manufacturera, el dominio de los mares,
caros que antes de la guerra. El interés del descuento ejercido por su inmensa flota mercante y sostenido
subió á G por 100 en la victoriosa Alemania, mientras por su poderosa flota de guerra, todo depende del car-
en París se mantenía al 3 por 100, como siempre. bón que extrae de su suelo.
Al presentar Bismarck sus proyectos de ley pro- Alemania posee igualmente una gran riqueza car-
teccionistas en 1879, declaró ante el Reichstag que bonífera, y á esto y no á la victoria de Sedán debió
Alemania, después de su triunfo, «estaba sangrando, el desarrollo iniciado en 1í^79. Pero este desarrollo no
próxima á morir», y que si la situación se prolongaba podía basarse únicamente en el comercio del carbón
su ruina era segura. El éxito guerrero de 1870, ea vez para revenderlo á los otros países. Necesitaba utili-
456 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
zarlo ella misma en su produccióa maoufacturera. La otros países. Inglaterra, patria exclusiva del hierro
suerte vino á favorecerla con ua graa descubrimiento hasta entonces, tuvo una poderosa rival.
metalúrgico, que pasó casi inadvertido, y se produjo Alemania, que en 1880 sólo producía millón y me-
justamente en 1879, cuando los negocios alemanes es- dio de toneladas de hierro, fué desarrollando rápida-
taban más próximos á la ruina. mente su actividad, hasta producir 14 millones de to-
Alemania, rica en excelente carbón, tiene mucho neladas en 1913. El desarrollo de la industria meta-
hierro eu la cuenca del Rhin y otros lugares, pero lúrgica fué acompañado, como era natural, por un
este hierro resultaba mediocre por su abundancia de aumento de explotación de las minas carboníferas. El
fósforo, que lo hacía quebradizo. Era imposible utili- combustible precioso para la producción del acero
zarlo para la fundición de acero. De pronto un inglés encontró nuevos empleos en las innumerables máqui-
se encargó, sin saberlo, de hacer la fortuna de Ale- nas de vapor que se fabricaron con dicho acero. Las
mania. ricas minas de Silesia, que en 1880 sólo producían
Thomas Gilchrist, pobre dependiente de un nota- anualmente T):} millones de toneladas de combustible,
rio de Londres, que seguía por afición los cursos pú- en 1913 llegaron á exportar 256 millones de toneladas
blicos de metalurgia, encontró un día la fórmula prác- para las necesidades de la industria nacional. Queda
tica que en vano habían buscado grandes sabios
los demostrado con esto que ni la guerra de 1870 ni el
para la desfosforación del hierro. Con el invento de militarismo de los Hohenzollern influyeron para nada
Thomas podía transformarse el hierro en acero, aun- en el renacimiento y desarrollo de la producción de
que tuviese gran cantidad de fósforo, sin que estallase Alemania. Esta debe mayor gratitud— aunque procura
el «convertidor» que efectuaba la operación. Gracias olvidarlo— al inglés Thomas, obscuro inventor, que á
al subdito británico se verificó un beneficioso trastor- Guillermo I y sus colaboradores Bismarok y Moltke.
no en la industria metalúrgica de Alemania, por dis- De no realizar su descubrimiento el pobre escribiente
poner ésta de mayores cantidades de mineral que los de Londres, Alemania habría tenido que limitarse á
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 457
vender carbón modestamente, sin poder crear su gran Nada de esto tiene relación con la guerra. La Gran
industria metalúrgica. Bretaña, que después de su lucha con Napoleón ha
Pero no fué únicamente la producción de buen pasado cerca do un siglo sin sostener campañas de
acero y de combustible barato lo que favoreció la evo- importancia, dedicándose en absoluto á las empresas
lución económica de los alemanes. A este factor im comerciales é industriales, aumentó su población in-
portante se unieron muchos otros, sin que ni uno sular en las mismas proporciones que Alemania,
siquiera procediese de las conquistas de 1870. Otro En 1815 los habitantes de las Islas Británicas no
factor fué el considerable aumento de población ex- pasaban de 15 millones, en 1870 eran 32 millones, y
perimentado por Alemania y que facilitó á la indus- actualmente 45 millones y medio. Para crecer de este
tria una mano de obra abundante y barata. En 1815 modo no ha tenido Inglaterra necesidad de militaris-
Alemania tenía mo ni de ganar
23 millones de batallas. Le ha
habitantes y era bastado con ex-
inferior á Fran- traer mucho car-
bajo, y la población que aumenta bajo su iofluencia carecen de ideas propias, plagian los inventos de los
favorece á su vez á la industria con el precio bajo de demás países, se amoldan á todas las exigencias del
la mano de obra.» Es indiscutible que los pueblos in- cliente y dedican su actividad á la venta de los más
dustriales ven engrosar su población con más rapidez diversos productos, ofreciendo al mismo tiempo una
que los pueblos puramente agricultores. La fábrica docena de pañuelos, una biblioteca ó una locomotora,
ocupa más brazos que la granja. Estas condiciones de amabilidad obsequiosa y
458 VICENTE BLASCO 1BAÑE2
su ejército y su marina, ni del recuerdo de Sedán.
La derrota militar de Alemania no influirá para
nada en su comercio. Puede desaparecer la dinastía
de Guillermo lí, puede desinflarse para siempre el or-
ganancia.
Detrás de una fachada de cifras imponen-
tes se oculta las más de las veces un provecho
casi insignificante y en desproporción con el
esfuerzo. Muchas industrias, en vez de emplear
el dinero en sus transacciones, cambian entre
ellas las notas de pedido como si fuesen mone-
da. Casas de primer orden tienen que aceptar
como pago primeras materias que no necesi-
tan para sus establecimientos. El exceso de EL UlllN EN SOUNECK
producción obliga á todos á colocar sus artícu-
los sea como sea. Detenerse en la vertiginosa marcha cluyen en ella lo que pueden ganar sus tropas á punta
equivale á una ruina. Los negocios son cada vez más de bayoneta, ó sea las indemnizaciones que exige la
activos y numerosos y al mismo tiempo más difíciles victoria. ¡Error! El dinero de la guerra parece maldi-
y de menos ganancia. to, pues sirve para el empobrecimiento del que vence,
Alemania, como algunos pueblos de América que ya que le obliga á enormes gastos para sostener la su-
se han desarrollado demasiado aprisa, necesita de dos premacía adquirida.
factores para consolidar su grandeza todavía frágil: Los 5.Ü00 millones pagados por P'rancia no sir-
el tiempo y la paz. Y estos dos factores no los puede vieron de nada al desarrollo industrial del Imperio.
proporcionar la guerra ni un militarismo que forzosa- En cambio, Alemania, temerosa del desquite de los
mente debe tender á la gloria de los campos de ba- vencidos, ha tenido que sostener durante cuarenta
talla. años enormes armamentos. El cobro de los 5.000 mi-
Algunos, al ocuparse de la riqueza de un país, in- llones le ha costado la monstruosa cifra de (iO.OOO mi-
llones, invertidos en gastos
militares, durante el período
indicado.
El más violento contraste
de la doble Alemania de nues-
tro tiempo reside en el anta-
gonismo entre su vida polí-
ticay su vida económica. Un
ensueño de dominación mun-
dial por las armas, una aspi-
ración gastada de puro vieja,
que fué la de Alejandro, la de
los Césares romanos, la de
Carlos V, el Gran Mogol, el
(IránTurco y Napoleón, se ha
apoderado poco á poco de este
pueblo que en otro orden de
manifestaciones, ó sea en las
comerciales é industriales,
«la
La moral resulta también doble en
Alemania que se ve y la que no
se ve».
Para muchos es este país el que
mejor guarda las tradiciones de la
familia y las virtudes domésticas.
^
Las heroínas de su literatura han
creado un tipo de mujer alemana
universalmente aceptado; mezcla de
sentimentalismo poético y de talento
práctico para el gobierno de la casa.
La alemana de ojos azules, rubias
crenchas y sólidas formas, suspira,
mira al cielo, devuelve los besos con
infantil rubor y es una verdadera no-
tabilidad OQ recetas de cocina y lim-
O
O
<
d:
il
'<
U
462 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Hermann y Dorotea, la novela idílica de Goethe, al día. El fuego se alumbra únicamente para la ali-
admirada por todos los alemanes, consiste simple- mentación del dueño del hogar, venerado demiurgo
mente en las pruebas y las humillaciones que un hom- que recibe en ofrenda el sagrado biftec. La mujer y
bre hace sufrir á su amada antes de que se digne la chiquillería peliblanca se nutren económicamente
aceptarla en su gracia. El ensueño de amor del buen con los productos de la tocinería nacional, sinfonía
germano, su poético ideal, es encontrar una mujer que gastronómica en la que el leitmotiv del cerdo toma las
se levante de la cama dos horas antes que él. ¡Oir más baratas y diversas variaciones. La prole contem-
adormecido, entre las tibias sábanas, los gritos de la pla con una devoción algo envidiosa el crujido molar
esposa á la sirvienta y el roce de plumeros y esco- del dios padre. La mujer acoge con una sonrisa de in-
bas en las piezas inmediatas, donde penetra el frío de mensa dicha el elogio á sus talentos de cocinera ó
VISTA DE NUREMBBKG
la mañana! ¡'Qué placer de voluptuoso egoísmo!... tiembla ante un fruncimiento de cejas de la marital
Luego, la buena compañera, á la que se declaró en autoridad. En la cervecería, el hombre amontona pla-
una noche de luna después de un lied de Schúbert, y tillosobre platillo, mientras la esposa le admira resig
que aceptó su amor dejando caer la cabeza en uno de nada. Las dulzuras inefables de este mundo, las deli-
sus hombros para darle un beso poético de respuesta, katessen dignas de los dioses, la cerveza negra, la col
le expresa una vez más su pasión ideal llevándole el en vinagre y las salchichas sazonadas con productos
chocolate ó el café á la cama; contemplando con sus de droguería son para los hombres que ganan el di-
ojos do miosotis, húmedos por buen
la gratitud, el nero y sostienen las familias numerosas, base de la
apetito con que traga el guerrero doméstico... Y en grandeza imperial.
un rapto de pasión le pone los calcetines y las zapa- Esta mujer trabajadora y disciplinada tiene sus
alegrías. Habla durante horas enteras del servicio de
tillas.
La limpieza de la casa ocupa su espíritu mientras las criadasy del precio de los artículos comestibles
permanece á solas. No hace cocina mas que una vez con las Frmí y Fraulein de su amistad; se afana por
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 463
adquirir un talle de un metro cincuenta, medida pa- la cantidad su modo de vivir, haciendo recaer las es-
triótica que,según Guillermo II, debe tenerla cintura caseces sobre su persona, cargando con todas las mi-
de una buena alemana; coloca como suprema coque- serias, para que el marido, el ser superior, no sufra.
tería un cuellecito de blonda sobre sus vestidos, cada ¡Muy hermoso para el hombre egoísta, para el auto-
vez más amplios, y vela por la salud del Imperio, ritario,que desea ser temido antes que amado!... Pero
las noches falta saber qué opinión tienen las mujeres sobre esto,
aprovechando los regresos conyugales en
faustas que la espesa cerveza no se agria tomando la si es que piensan en ello alguna vez.
forma de querellas restauradas y por el contrario se Tal modo de entender el matrimonio tiene sus in-
muestra galante y emprendedora cual si fuese vino convenientes en momentos difíciles, cuando el hombre
francés. se ve fuera de
Los sabios de su casa en una
ultra -Rhin, que situación peno-
sa al volver á
apoyan con de- y
mostraciones de aquélla sólo pue-
confusa ciencia de e ncontrar
patriota limpia
molde tradicio-
metódica del hogar, obediente y sin voluntad, con presentan como pobres víctimas del exagerado con-
una buena madre prolífica, conservando intactos sus sumo de cerveza, filtro de olvidos y fracasos.
derechos omnipotentes de esposo á estilo primitivo,
ella es la mujer deseada. Recibe^ el dinero y aju8ta[á
464 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
carácter escandaloso y soez de una
orgía de soldados hambrientos en un
palacio recién conquistado.
No hablemos de la moralidad ale-
mana comparándola con la morali-
dad francesa. Es una materia esca-
brosa, difícil para ser tratada con
la pluma. Sólo puede hablarse de
esto en voz bajay entre amigos. Yo
conozco París; yo conozco Berlín.
Muchas cosas que ya no existen en
la capital francesa florecen en la
El carácter de este libro no nos permite insistir en mundo escándalos nuevos, inmoralidades inéditas,
ciertos detalles. Sólo podemos hacer constar que la corrupciones como jamás las han conocido los pobres
Alemania virtuosa, guardadora de las tradiciones de franceses, ciudadanos de una democracia rutinaria
familia, es casi un recuerdo al lado de la Alemania que todavía dedican á la mujer sus galanterías y ho-
moderna, enriquecida y ansiosa de divertirse, que menajes.
bulle en Berlín y en las ciudades marítimas. No hay que olvidar las denuncias ruidosas del
El Imperio alemán, de vertiginosos progresos, «lle- periodista Maximiliano Barden, de Berlín; el pro-
gado á la decadencia sin pasar por la madurez», co- ceso de Elemberg y otros nobles germánicos, amigos
noce ya los mismos refinamientos de la decrepitud íntimos del kaiser, que comían y dormían con él;
romana. Guillermo II, á pesar de sus discursos y ser- bravos guerreros todos ellos, férreos paladines, tan
mones en loor de las virtudes germánicas, ha visto enemigos de afeminarse con el trato mujeril, que
durante su reinado lo mismo que vieron los Césares todos sus afectos y ternuras los guardaban para los
de la Roma corrompida. hombres.
¡La moralidad alemana!... ¡No hablemos de la mo- Cuarenta mil ciudadanos alemanes entregados á
ralidad de los pueblos! Es inútil. Tanto ella- como la la más vil y odiosa de las aberraciones intentaron ha
inmoralidad ioñuyen muy poco en los triunfos gue- pocos años dirigir una petición al Reichstag para que
rreros. Si únicamente
fuesen victoriosos los
pueblos morales, Ale-
mania, en la presente
lucha, no habría avan-
zado ni un paso.
En estos tiempos de
lujo y riqueza única-
mente son morales las
naciones arrinconadas
y pobres. La victoria
incita á los pueblos á
nado al fomen-
XIV
to del panger-
manismo. Aun
El pangermanismo en los tiempos
en que su ene-
EL KAlSlfiK IIABLA.NDO A LAS NACI0N88
El inmenso orgullo del pueblo alemán después de mistad con Bis-
(Do Ui'.eiigpienel)
la victoria de 1870, encontró su expresión en el par- marck era más
tido pangermanista. «Esta polvareda de pequeños viva, gustó de repetir en sus arengas la orgullosa
— —
pueblos dice Paul Vprgnet que durante siglos y frase del Canciller: «Nosotros los alemanes sólo teme-
siglos se habia acos- mos á Dios en la tierra y á nadie más.»
tumbrado á sufrir Un autor ha compilado las frases principales de
pasivamente la ley losnumerosos y contradictorios discursos que Guiller-
del vencedor extran- mo II ha dirigido al pueblo alemán durante su largo
&8
466 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
— -¡fjPueden Teñir todos contra nosotros! Estamos ponde bajo el sol, ya que nadie nos lo cederá volunta-
prontos para rechazarlos y aniquilarlos.» riamente... Hasta el fin del mundo pertenecerá siem-
«Tengamos la pólvora seca y la espada bien afila- pre á la espada la decisión suprema de todas las cues-
da. Reunamos nuestras fuerzas y rechacemos á los tiones.
pesimistas. ¡Hurra por el pueblo alemán en armas!» »Si el pueblo alemán por entero se resuelve á
El soberano que habló así, se titulaba al mismo arriesgar alegremente sus bienes y su vida, triunfare-
tiempo, con su inconsciencia característica, «Guiller- mos de todos, aunque el mundo esté lleno de diablos.
mo el Pacifico», y decía comentando la actitud de su Y si llegase para nosotros la hora de una gran des-
nación: «Creo que en toda Alemania sólo yo y mí gracia, siempre, como ha dicho Emanuel Geibel, uno
Canciller deseamos la paz.» ¿Cómo el pueblo alemán de los poetas que han cantado al nuevo Imperio ale-
no iba á mostrarse belicoso y ver en la guerra el mán, aunque no nos quedase nada, nos quedaría nues-
tra espada.
lidad, buscando cada uno sobrepasar al otro en punto tra Excelencia que una espada, el arma de los ger-
á -manifestaciones belicosas, para captarse las simpa- manos, que es el símbolo del instrumento que mi
tías de las masas pangermanistas. El kronprintz, que abuelo y vos habéis forjado, afilado y llevado con
según muchos alemanes tiene la mentalidad de los gloria,y del potente período de construcción nacional
quince años después de haber cumplido los treinta, se cuyos cimientos están amasados con sangre y acero.
dedicó hace poco tiempo á la literatura pangerma- Es una arma que no engaña jamás y que empuñada
nísta colaborando en un libro titulado La Alemania por los reyes y los príncipes sirve para mantener la
sobre las armas, que obtuvo en 1913 un éxito ruidoso. unidad de la patria en el interior y su triunfo en el
El heredero del trono escribía así, un año antes de la exterior. »
Federico III.
El partido pangermanista empezóla vivir oficial- nista data de 1894, cuando figuró á su cabeza como
mente en 1891, poco después que Guillermo II despi- presidente el doctor Hasse, antiguo amigo de Guiller-
dió á Bismarck, inaugurando una política personal. mo II, catedrático y diputado de Leipzig. «Queremos
Todos los adictos al antiguo Canciller entraron en este
— dijo entonces la Liga
—
implantar en la masa del
partido, viendo en su organización un medio para
com- pueblo alemán la firme convicción de que el desarro-
batir la política pacifista de Caprivi llo'de Alemania está muy lejos de
El. KRONPRINT7, COMPARBCIKXUO ANTB KL JITRADO DB LA.S NACIONES dependientes, se ha apoderado de toda
I
/'/!• UiuHing l'oít, (le Londres) Alemania. El partido socialista fué el
470 VICENTE BLASCO IBANEZ
único que se mantuvo distanciado de esta propaganda maniatas lian atacado rauclias veces á ÍTuillermo II,
de expansión territorial por la guerra y la conquista, sinque éste, que ve un crimen de lesa majestad en la
Pero más adelante veremos como también los socia- menor critica á su persona, osase castigar á tan po-
listas, por espíritu germánico ó por miedo
á perder derosos enemigos.
su prestigio sobre las masas, han acabado por some- Bien conocida es la intluencia que ejerce en Ale-
terse á la política de la Liga. mania una simple revista semanal, la Zukunft, «El
La prensa de importancia pasó rápidamente á ma- Porvenir», escrita por el judio Maximiliano Harden,
nos del pangermanismo. Cada vez que Guillermo II cuyo verdadero apellido es Wittkowsky.
Harden es la primera pluma del
pangermanismo, y ningún escritor
alemán ha dicho cosas tan crueles
conti-a Guillermo II ni le ha puesto
como él en situaciones tan vergon-
zosas. Este periodista, discípulo fer-
viente de Bismarck, tiene á sus es-
paldas ricos y poderosos amigos, ju-
díos como él: Alberto Ballin, el céle-
bre organizador de las compañías de
navegación de Hamburgo, designa-
do popularmente con el titulo de «el
amigo del kaiser»; Emilio Rathenau,
«el rey de la electricidad», y Carlos
4
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 471
su antiguo amigo el emperador el primer ataque direc- ni su sucesor Hohenlohe, que se limitaba á suscribir
to, acusándolo de indiferencia ante los intereses patrió-
las decisiones del amo, dejando á su capricho toda la
ticos.Estos choques los olvidaba pronto Guillermo II, dirección política, resultaban los verdaderos respon-
por serle necesario el apoyo de los pangermanistas sables. El verdadero canciller del emperador era el
para hacer triunfar sus planes marítimos. Gracias á mismo emperador, y contra su persona debían diri-
aquéllos pudo ver aprobada en 1897 su ley de aumen- girse las censuras.
tode la flota. Guillermo II se asustó ante un golpe tan directo,
Al fin el soberbio emperador acabó por irritarse acogido con aplauso por gran parte de la nación, y
contra la tutela de estos terribles patriotas, que no le juzgó peligroso continuar la lucha, resignándose á
dejaban descansar, y en 1902 quiso hacerles ver que escuchar favorablemente todas las excitaciones de
era el verdadero amo, aboliendo el régimen de dicta- lospangermanistas. Éstos habían fijado sus ojos desde
dura que imperaba en Alsacia-Lorena. mucho antes en el moribundo imperio de Marruecos.
La Liga Pangermanista aceptó el reto, y en el Un folleto de Class, titulado El Marruecos del Oeste
congreso celebrado en Eisenach lanzó por boca de debe ser alemán, concentró en esta parte de África el
su presidente Hasse una última advertencia al kaiser ansia de nuevos territorios sentida por los alemanes.
emancipado. El nuevo presidente de la Liga, llamado Guillermo II, para congraciarse con la Liga, después
Class, inauguró sus funciones con un escrito que ob- de grandes dudas y muchas precauciones oratorias,
tuvo gran resonancia en Alemania, haciendo el resu- emprendió un viaje á Tánger que puso en alarma á
men de la política de Guillermo II. En este resumen, toda Europa. Después para dar satisfacción á los
el pangermanismo, sin apreciar para uada las con- pangermanistas, que odiaban á M. Delcassé á causa
cesiones que le había hecho el emperador, declaró de su habilidad diplomática, exigió al gobierno fran-
responsable á la dirección suprema del Imperio de «la cés la retirada del ilustre ministro de Negocios Ex-
pérdida de prestigio que había sufrido Alemania desde tranjeros.
la época de Bismarck». El escrito ofrecía la innova- Los esfuerzos de Guillermo II en el asunto de Ma-
ción de despreciar á los cancilleres para combatir di- rruecos no fueron recompensados por la gratitud de
rectamente á Guillermo II. Ni Caprivi, que había los pangermanistas. Como la Conferencia de Algeciras
mostrado siempre la obediencia pasiva de un militar, dio un resultado contrario al que ellos esperaban,
LA INVASIÓiC
viéndose la diplomacia alemana completamente sola parlamentario que prestaba su apoj'O á la política
en sus gestiones, la Liga, que necesitaba vengar en personal del kaiser.
alguien su fracaso, atacó al emperador acusándolo de Empezó una lucha á muerte, verdaderamente curio-
blandura en las negociaciones, de olvido de los inte- sa y extraordinaria, entre una asociación compuesta
reses patrióticos y de miedo á Inglaterra, que se habia de monárquicos y su legitimo monarca; entre una liga
mostrado decidida sostenedora de Francia. Uno de imperialista y su emperador. Unos y otro deseaban por
los diputados más notables del pangermanismo, el igual el prestigio y la grandeza de Alemania, pero
conde de Reventlow, lanzó un folleto ruidoso titulado existia una profunda distinción entre la Liga, franca-
Guillermo II y los bizantinos. En esta publicación, el mente belicosa, y el kaiser, que buscaba en aquel en-
kaiser y sus amigos íntimos «los bizantinos» fueron tonces la supremacía de su país por medio de la paz.
atacados duramente. Irritado Guillermo por tal ingra- Guillermo II, combatido por sus amigos de otros
titud, lanzó en un discurso pronunciado en Breslau tiempos y por las mismas doctrinas que habia fuiniu-
violentos apostrofes contra los pangermanistas, á los lado en su juventud, debía sucumbir forzosamente.
—
que llamó los pesimistas. «El mundo dijo el empera- En su misma familia se ocultaban sus más enconados
—
dor pertenecí á los que viven, y los que viven tie- adversarios. Siguiendo la tradición de los Hohenzo-
nen siempre razón. Yo no quiero pesimistas á mi Uern, su hijo mayor, el principe imperial, atizaba
lado. El que no me quiera secundar que se vaya y ocultamente la campaña de los pangermanistas.
que busque lejos de aquí una patria mejor.» El kronprintz es un enemigo declarado de su pa-
121 discurso, en vez de intimidar á los pangerma- dre, como este á su vez lo fué de Federico III. La
nistas, sirvió para excitar sus sarcasmos. Algunos mania oratoria de Guillermo y sus pretensiones de
de ellos, empleando el seudónimo de «Un pesimista», artista, sirven de tema á las burlas de su primogéni-
ratificaron los ataques del conde de Reventlow. La to. Cada vez que un personaje célebre ha visitado la
campaña fué tan violenta, que Guillermo II se vio en corte de Berlín, el kronprintz le ha hecho la misma
la necesidad de disolver el Reichstag. Las nuevas pregunta con fría mal¡gnid;id: «¿Cree usted que papá
elecciones no privaron de fuerza al pangermanismo y tiene tanto talento como él se imagina?» Y estas pa-
únicamente sirvieron para disolver la situación pre- labras las acompaña con una sonrisa de conmisera-
ponderante del Centro católico del Reichstag, grupo ción, como si dudase del equilibrio mental de su padre.
474 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
En un viaje lin, culpables de haberse reído de su Himno á Egir,
que hizo por los En Octubre de 1908 el llegó á sus
pangermanísmo
mares de Orien- mayores audacias, asestando un golpe mortal á este
te, como sus emperador que se creía omnipotente. El «ungido del
co m pañeros Señor», quebrantado por el escandaloso asunto de sus
discutiesen so- amigos los bizantinos, vio desplomarse aun más su
bre el puente prestigio de monarca. Los tormentos que le hizo su-
del navio el frir la opinión pangermanista durante unos días fue-
nombre de una ron tan grandes, que la prensa llamó á este corto
hermosa estre- período la «semana negra de Guillermo».
lla que acaba- La semana negra comenzó con la publicación en
ba de apare- el Daily Telegraph de Londres de una interviú de
cer, el príncipe Guillermo II. Este se expresó con su acostumbrada
imperial dijo ligereza y su oratoria excesiva, formulai\do sobre la
irónicamente: política exterior graves apreciaciones que advirtie-
—No se can- ron á Inglaterra de la hostilidad de una gran parte
sen ustedes. Es del pueblo alemán. Nada tenían de extraordinario
11^^%?^
una nueva con- tales declaraciones, pues con frecuencia se había ex-
decoración que presado el kaiser en igual sentido. Además los pan-
papá le ha con- germanistas, en sus alardes patrióticos, se mostraban
LA NUEVA DANZA MACABRA cedido á Dios. tan impruden-
(Caricatura del artista italiano Alberto Martiui) La campaña tes como el em-
de 1908 contra perador, em-
Guillermo II fué implacable. Primeramente los pan- pleando un len-
de guaje todavía
germanistas, valiéndose de la pluma corrosiva
Harden, deshonraron á los favoritos de Guillermo
con más rudo.
revelaciones de una inmoralidad sensacional. De este La Liga apro-
modo consiguieron aislarlo, obligándole á despedir á vechó la oca-
llegado hasta una revolución: pero una revolución al ros» del parti-
revés, en favor del retroceso, contra un emperador do, los intran-
que no era bastante emperador. El rey de Prusia y sigentes, exi-
todos los soberanos confederados de Alemania hace gían á sus re-
años que están convencidos de que su destronamiento presentantes
sería inevitable al ponerse enfrente del
pangerma- una política
nismo. honrada con
Los periódicos de la Liga mostraron en diversas arreglo á los
,DiüS ESTÁ CON nosotros!
ocasiones una insolencia antimonárquica contra los ideales socia- Un dios que lleva escopeta
pequeños soberanos alemanes, y sus sarcasmos han listas. Una mu- (Caricatura italiana)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 477
Esta conducta fué tan irritante que algunos perió- todos los actos
dicos imparciales y ajenos al socialismo no vacilaron del gobierno
en calificarla de «lamentable comedia». Como dice un imperial y con-
autor, «sólo puede explicarse esto de dos modos: sentir todas las
ó los
la Francia moderna y democrática, que concede los dades germánicas el carácter de un culto religioso.
primeros puestos por el sufragio popular y no por los Los profesores se asociaron formando escuela en tor-
privilegios del nacimiento, el conde de Gobineau
em- no de la obra de este francés que al morir parecía
pleó sus largos ocios diplomáticos escribiendo obras algo asombrado é inquieto por su inesperada gloria
literarias científicas que cayeron al poco tiempo en al otro lado del Rhin. Las sociedades de estudios «go-
y
el olvido. bíneauescos» comentaron, profundizaron y retorcie-
El más voluminoso desus libros, un tratado sobre ron las doctrinas del maestro, dando el carácter de
La denigunldctd de las razas humanas, pasó inadverti- una verdad científica é indiscutible á la superior no-
do en Francia y obtuvo al otro lado del Rhin un
éxito inmenso, aceptándolo los alemanes como
una especie de Evangelio. Ricardo VVágner, gnin
amigo de Gobineau, fué de los que más contribu-
yeron á la difusión de sus teorías. El diplomáti-
co, retirado en una provincia de su país á fines
del imperio de Napoleón III, se vio elevado por
los profesores de Alemania á las alturas de la
mayor celebridad. Este francés, sin darse cuen-
ta y sin desearlo, había halagado la soberbia
alemana, dando una base falsa, pero de aparien-
cia científica, á su orgullo y sus anhelos de do-
minación.
Ya en tiempos anteriores algunos nobles fran-
ceses de alta cultura, deseosos de sostener sus
privilegios de nacimiento, dándoles un barniz
científico, habían escrito libros para demostrar
la superioridad de la sangre azul de los francos,
dominadores y aristocráticos, sobre la sangre
roja de la muchedumbre de galos-romanos. Pero
esta tesis era ya vieja en la época de Gobineau.
La ciencia ha demostrado que la sangre es roja
para todo el mundo, y que una sangre que se
vuelve azul corta el desarrollo de la vida. El
aristocrático y melancólico Gobineau tuvo que
renunciar al argumento del color de la sangre,
pero descubrió otro de mayor novedad, el del
color de los cabellos, que es menos discutible,
pues nadie puede negar que existen en el mundo
hombres morenos y hombres rubios. Toda la doc-
trina de Gobineau, expuesta con la difusión
amada por los alemanes, se basa en el siguiente
silogismo: «Los hombres rubios han nacido para
mandar á los hombres morenos. La prueba es
que después de tantos siglos de historia conocida, cada una raza pura y originaria, ó si son una de tantas
pueblo es un conjunto de diversas sangres y orígenes, denominaciones inventadas por la ciencia para encua-
y que la misma nacionali- drar sus teorías. Unos han
dad alemana, formada al tenido á bien imaginárselos
azar de las conquistas, está rubios y grandes; otros, con
compuesta de diversos ele- igual derecho, los han des-
mentos étnicos. Los prusia- crito morenos y de mediana
nos, directores de los desti- estatura.
nos de Alemania, resultan, Los profesores alemanes
por su origen, más eslavos convierten al ario ya que —
que germanos. No todos ellos éste no puede quejai'se y se
son rubios ni tienen los ojos presta á todo— en un perfec-
azules, y en cambio las gen- to alemán, y en nombre de
tes de este aspecto abundan la superioridad aria justifi-
en los pueblos del Sur. El can las aspiraciones germá-
cráneo del ario era, según nicas al dominio del mundo.
los investigadores, muy des- Elmundo debe ser goberna-
arrollado y saliente en su do porlos más nobles; y los
parte posterior, y el buen más nobles son ellos.
pidez para la comprensión, de una inteligencia Biem- dero ario. En cambio, el traidor Hagen, que acaba
pre pronta al invento y con un exagerado amor á la con él, los sórdidos nibelungos, los enanos malignos,
libertad; defectos todos ellos que le hacen ser algo in- toda la caterva ruin, enemiga de la nobleza y el he-
dependiente é ingobernable. En resumen: una mala roísmo, son morenos y de cabello negro: todos repre-
persona. sentantes del homo mediterraneus, que deberá ser
Este homo mediterraneus es el que desde Grecia y suprimido ó esclavizado cuando el mundo se salve,
desde Roma mundo. Á este tipo inferior,
civilizó al dejándose gobernar por los alemanes.
llamado á desaparecer por una sentencia del profeso- El sabio prusiano que colabora con el Estado Ma-
rado germánico, pertene- yor dispone de algo más
cemos todos nosotros los que los orígenes étnicos
llamados latinos. para afirmar el derecho
La pueril división do de Alemania sobre los
razas de los alemanes con pueblos de Europa. Apela
su acompañamiento de á la Historia y declara
virtudes y defectos, com- tierra alemana todo país
pletamente gratuitos, es hollado por las tribus ger-
visible en la más genera- mánicas invasoras, aun-
lizada de las produccio- que hayan transcurrido
nes del arte germánico desde entonces decenas de
contemporáneo. Wágner, siglos.
amigo y admirador de Go- Ya hemos dicho cómo
bineau, se dejó influen- el pangermanismo recla-
ciar por las teorías de éste ma por suyas Bélgica, Ho-
en sus obras de poeta-mú- landa y muchas provin-
sico. cias de Francia. Si sus
Sigfrido resulta el héroe teorías adquiriesen un es-
vándalos, haría valer sus derechos sobre el Nuevo consiste en ser algún día subdito de Guillermo II, al
Mundo, desde los Estados meridionales de la Repúbli- que llama el profesor Lasson de Berlín «Delicias del
ca Norte -Americana que fueron españoles hasta la género humano».
Tierra de Fuego.
Esto es absurdo: no lo negamos. Pero todo absurdo El homo mediterraneus que tiene un concepto espe-
,
es colosal, y lo colosal atrae con fuerza irresistible á cial de la dignidad, no quiere plegarse á la disciplina
la mentalidad germánica. Más absurdo resulta que en automática preconizada por los alemanes como el me-
nuestra época, de rápidas comunicaciones y medios jor modelo de existencia. Su noción del ridículo una —
de información unlversalizados, noventa y tres inte- noción propia de los pueblos inferiores, que no cono-
lectuales de Alemania, muchos de ellos eminentes y
—
ce la superioridad germánica le impide avanzar en
la vida marcando el paso y extendiendo rígida la
que gozaban de general respeto, hayan mentido como
bellacos, pierna, eo-
pretendien Bi mo en «la
do engañar marcha del
al mundo ganso» in-
en un ma- ventad a
nifiesto del por el rey-
que habla- sargento.
remos opor Pero á
tunamen- pesa r d e
te, y en el
estos gra-
laboratorio de Berlín, se desmoronaban las universi- misterio, pastor de las montañas perfumadas entre
dades, corrían las multitudes locas de terror huyendo enjambres de rumorosas abejas, comerciante en los
de las furias diabólicas regimentadas y disciplinadas puertos, donde al mismo tiempo que las mercancías
á la prusiana, y caían acribillados por el plomo los se cambiaban los poemas de los rapsodas. Sobrio y
«bandidos» belgas y franceses que osaron defender sus entusiasta, alimentado con pescado seco, un poco de
casas y la honra de sus mujeres. miel y torrentes de sol, pensó y soñó como ningún otro
Para el conquistador alemán lo primero es tomar, pueblo de la tierra. El mundo, después de tres rail
siguiendo el cínico consejo de Federico II. Tras de sus años, admira su obra más que la de los imperios de
pasos llega el sabio, y extendiendo mapas y apuntes monstruoso poder.
sobre la cureña del 420, demuestra, con un método Estos hombres mediterráneos dieron forma al pa-
rectilíneo y la testarudez de un buey que abre el sur- triotismo en Maratón y Salamina; cristalizaron el sen-
co, cómo toda la tierra conquistada pertenecía antes timiento de la belleza en las columnatas de las acró-
á los alemanes, cómo les corresponden otras y otras polis y los blancos frontones reflejados por el espejo
adquisiciones hasta que el globo entero sea suyo, y verde del mar; encendieron el fuego divino de la poe-
cómo la mayor felicidad para un hombre del siglo XX sía, de las artes y del pensamiento filosófico;
divini-
488 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
zaron su propia existencia dando á los dioses la forma Alemania es el titulado La idea alemana en el mundo,
humana. Su imaginación pobló las ondas de sirenas, de P. Rohrbach.
los ríos de ninfas, los bosques de faunos errantes y Según este autor, que da á sus teorías de domina-
velludos que hicieron sonar en sus rústicas flautas la ción cierto barniz científlco, el engrandecimiento del
santa alegría de vivir. Imperio de Alemania no es sólo una exigencia del au-
Otros hombres morenos, atormentados por la pre- mento de población y de las necesidades económicas,
ocupación del más allá de la muerte, soñaron también sino una necesidad histórica, impuesta por el pro-
en las orillas mediterráneas, elaborando diversas con- greso.
cepciones del misterio de ultratumba, así como los Las pequeñas nacionalidades son según Rohrbach
griegos habían construido su serena obra para glorití- un obstáculo para el desenvolvimiento de la humani-
car la terrenal existencia. dad. Su conservación no
Todas las religiones que tiene valor alguno, y hay
hoy dirigen y aconsejan al que buscar el suprimirlas
mundo civilizado, surgie- de cualquier modo, facili-
ron de la orilla que bate el tando así el libre desenvol-
mar azul después de haber- vimiento de la civilización.
se deslizado por las tortuo- Se comprende que esta
sidades de los archipiéla- teoría seudo-científlca, que
gos griegos. halaga los sentimientos be-
El germano hinchado de licosos y conquistadores,
orgullo,que se considera haya sido aceptada con
único en el mundo, si es gran entusiasmo por el pan-
creyente
—
cristiano ó ju- germanismo.
dío —
tiene que repetir lo Rohrbach en su obra in-
que hace miles de años pen- vitó hace algunos años á
saron dos agrupaciones de los holandeses, los belgas,
hombres surgidas del suelo los suizos y los austríacos
árido de Judea. Si es incré- de lengua germánica, á con-
dulo, todas sus audacias in- fundirse en el seno del cen-
telectuales no pueden ir tro cultural de la civiliza-
más allá de lo que explo- ción alemana. «Lo mismo
raron mentalmente otros que lospequeños Estados
hombres paseando por los — dice el autor pangerma-
pórticos de Atenas. Sí adora —
nista no pueden construir
á las artes tiene que sufrir una flota de dreadnovghts
la remota y viva influen- modernos porque los gastos
cia de una estética inmor- de uno sólo arruinarían su
tal, y cuando intenta salirse presupuesto, se hallan tam-
de ella por un anhelo impul- bién imposibilitados para
sivo de originalidad, pro- BL PANCtBRMANISTA qubrien DO MBTBRSB A LOS PUEBLOS producir una civilización
duce grande, lo mons-
lo PEQUEÑOS EN EL BOLSILLO completa desde la raíz hasta
truoso, sinónimo de fealdad la alta copa, pues esto exi-
(De Telegraaf, de Amsterdáu)
ó ridiculez. ge una base más amplia.»
Hasta en la guerra, que es según el alemán la más Este argumento, que repiten los pangermanistas
divina de las manifestaciones humíxnas, sufre éste la para demostrar el beneficio civilizador de una Alema-
humillante superioridad de las gentes del Sur, menos- nia enorme en la que se confundirían todos los pueblos
preciadas por él. Su héroe Federico fué gran capitán del Norte, es completamente falso. La civilización de
en una época que no produjo un solo capitán media- los pueblos nada tiene que ver con la extensión de su
no. Su Moltke, glorioso obrero de la estrategia, metó- territorio. Grandes y poderosos imperios hah sido
dico y paciente, adaptó y ajustó las enseñanzas ante- centros de barbarie, y Estados pequeños han cum-
riores, sin originalidad personal. En cambio el des- plido su misión civilizadora con éxito más durable é
preciable hombre moreno ha dado al mundo los dos intenso que las grandes naciones. Hay además en la
artistasmás portentosos de la guerra, salidos ambos Historia pueblos que en su modestia territorial sirvie-
de dos islas del Mediterráneo: el balear Aníbal y el ron intensamente á la civilización y al engrandecerse
corso Napoleón. luego por la conquista cayeron en la decadencia.
D
—
Á esta teoría del pangermanismo partido que por
Uno de los libros del pangermanismo que ha ob- vivir bajo la dirección de profesores apela con fre-
tenido mayor éxito en los círculos intelectuales de —
cuencia á los ejemplos clásicoB puede oponerse el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 489
consejo de Aristóteles á sus compatriotas: «Haced do raciones del Imperio. Como si presintiese los atenta-
modo que el número de los ciudadanos en cada Estado dos que éste había de cometer contra la verdadera
no exceda de 10.000; asi podnin reunirse en la plaza civilización, lo denunció en sus últimos escritos.
pública y tratar directamente sus asuntos.» Federico Nietzsche afirmó siempre que él «repre-
Muchos al hablar del pangermanismo }• su política sentaba una casualidad entre los alemanes», dando á
violenta y dura recuerdan tá Nietzsche, como si el cé- entender con esto la divergencia radical existente
lebre filósofo influyese directamente en la Alemania entre su pensamiento j' el del Imperio.
contemporánea y fuera el verdadero inspirador de su He aquí algunas de sus opiniones sobre la Alema-
conducta. Todos los extranjeros que han estudiado de nia contemporánea que muchos consideran como obra
cerca la Alemania de los últimos años y sus ideales suya.
«prácticos» niegan que haya existido esta influencia «Los alemanes, esos retardatarios por excelencia
filosófica. Paul Vergnet dice en el curso de la Historia,
«Nietzsche ya no está de
asi: son hoy el pueblo más atra-
moda en las universidades sado de Europa en lo que se
alemanas, ni tampoco ningún refiere á la verdadera civi-
En clase de idea-
otro filósofo. lización.»
lismo los intelectuales ale- «Definición de un germa-
manes sólo reconocen aliora no: una obediencia con pier-
el idealismo del Estado.» nas largas. Jamás se ha obe-
No se puede juzgar á decido mejor en Alemania
Nietzsche por sus obras ais- que en el momento presente,
ladas, y hay que tener en y esto es digno de un siglo
cuenta las diversas fechas que la posteridad llamará
de su publicación para se- algún día con lástima «El
guir las evoluciones de su siglo clásico de la guerra».
pensamiento. Este filósofo, «Un nuevo animal devas-
que en realidad era un poeta ta las viñas del espíritu ale-
dedicado á la filosofía — como mán. Es el gusano del Impe-
su antiguo amigo VVágner rio, el célebre Rhinoxera,
fué un poeta dedicado á la más temible que la filoxera. »
dían demostrar la superioridad de los alemanes sobre rra actual — un consejero íntimo de Guillermo II. ¡Y la
los franceses. Criticó, como muchos escritores de Pa- Alemania del pangermanismo en 1911: ha hablado de
rís, los defectos de la Francia de su época, pero de- su amor á la paz, queriendo presentarse ante el mun-
fendiócomo muy pocos el espíritu francés claro y ar- do como sorprendida inesperadamente por la guerra
monioso, así como su tendencia siempre liberal, frente y obligada fatalmente á defenderse!
á las obscuridades monstruosas de Alemania.
sobre la Turquía de Europa y de Asia ni anexionarse buenos salarios y retiros para la vejez, pero con la
Holanda y Bélgica. Todos estos cambios se producirán condición severa y formal de no reproducirnos.
necexañn mente dentro de algunos años. ¡Es la fatali- La ferocidad de que han dado prueba los genera-
dad! Nadie tiene fuerza suficiente para detener el les invasores de Bélgica no es de su invención, pues
curso de los sucesos é impedir que Alemania cumpla refleja los sentimientos del pangermanismo y refleja
sus destinos. La política inglesa busca reunir á las en la realidad las palabras que ha lanzado muchas
potencias en una coalición contra Alemania. Pero veces Guillermo II.
cuando Alemania reconocerá que este esfuerzo inten- En 1900 el kaiser, al despedir á las tropas que
tado para rodearla de enemigos ha pasado los límites partían á la China bajo el mando de Waldersee para
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 491
XV
El «brillante segundo»
derecho» es. una acción que Francisco José, no realizó determinadas, divididas á su vez en numerosas deri-
nunca en su largo reinado. vaciones, lo que da un total de más de veinte grupos
Durante medio siglo el viejo emperador ha vivido étnicos con vida separada y propia.
egoistamente, sin más preocupación que mantener su La aspiración de los emperadores de Austria ha
autoridad y fundir en un solo cuerpo los varios y consistido siempre en reunir estos elementos hetero-
disparatados elementos que forman su monarquía. géneos bajo una misma bandera, proyecto que puede
Cuando esta unión no ha sido posible, Francisco .José calificarse de insensato, pues ha fracasado siempre.
y sus ministros han excitado las rivalidades de raza José II lo intentó sin éxito alguno por la resistencia
y de historia entre los diversosgrupos étnicos del Im- pasiva de estos elementos heteróclitos. Al sobrevenir
perio, para sostenerlos
de este modo más sumisos al las guerras de Napoleón, las diversas razas del
Impe-
poder central. rio olvidaron sus enemis-
El Imperio de Austria tades hereditarias para
es una ficción política, unirse ante el enemigo
pues no existe como na- común, haciendo frente al
cionalidad sólida y dura- invasor. Pero esta concor-
ble. Sólo hay un empera- dia nacional terminó con
dor, un anciano respetado el peligro. Al restablecer-
por sus infortunios políti- se la paz se despertó otra
cos y por sus desgracias vez antagonismo de ra-
el
tista. Con su inconsciencia juvenil hizo grandes pro- pendiente. Un tribuno de gran elocuencia, adorado
mesas de libertad política y dejó que Austria se orga- por las masas á causa de su probidad, el abogado
nizase con arreglo al nuevo régimen, aprobando la Luis Kossuth, se puso al frente de este movimiento.
Constitución de 1849 votada por las Cámaras. Le Kossuth era republicano, participando de las ideas
era necesario este liberalismo para mantener la adhe- generosas y del entusiasmo un tanto candoroso de los
sión de Austria en su empresa contra la sublevada revolucionarios de 1848. La República de Hungría
Hungría. quedó proclamada y Kossuth fué su presidente.
Como una consecuencia del movimiento revolu- Los belicosos húngaros, incansables jinetes y hom-
cionario de 1848, había resurgido la «cuestión nacio- bres de armas por tradición, formaron un valioso
nal» de un modo alarmante para la integridad del ejército. El entusiasmo fué tan grande, que un gran
Imperio. Los húngaros se sublevaron en Budapest, lo número de mujeres vistieron el uniforme militar,
mismo <iue los burgueses de Viena, en favor de la agregándose á las tropas de la joven Repúl)lica. El
libertad política. Pero la libertad trae como conse- ejército húngaro derrotó á los austríacos en varios
cuencia inevitable una reivindicación de la indepen- combates, y la situación se hizo tan angustiosa para
dencia en los pueblos (jue tienen una historia propia el nuevo emperador de Austria, que éste tuvo que im-
y un pasado particular. Hungría se acordó de los plorar el auxilio de Rusia. Un ejército de 200.00(3 ru-
tierapos en (|ue había sido un reino glorioso é inde- sos invadió Hungría. A pesar de este refuerzo enor-
húngai'a aislada de Europa y sin eco alguno los elo- minación austríaca. Pero el viejo general Radetzky
cuentes llamamientos que enviaba Kossuth á las po- venció á Carlos Alberto en Custozza, Mortara y No-
tencias protestando de la violación del territorio, se vara, sofocando por mucho tiempo las justas aspira-
puso de acuerdo secretamente con los invasores. El ciones de Italia, ansiosa de independencia. Durante
general en jefe ruso y Francisco José le ofrecieron diez años una parte de la Italia del Norte, dividida en
una suma considerable como premio de su traición. provincias austríacas, tuvo que seguir sufriendo el
GOrgey, para marchar contra el enemigo, exigió yugo del gobierno de Víena.
que Kossuth se retirase, transmitiéndole la dirección Después de estas victorias Francisco José pudo
de la República. El generoso tribuno, creyendo salvar dedicarse á la práctica de las ideas que le eran gra-
;i su
patria, aceptó las pretensiones de Górgey refu- tas, inaugurando un sistema francamente reacciona-
giándose en Turquía. rio. El monarca entronizado por los revolucionarios
Antes de partir, Kossuth enterró con sus propias de 1848 renovó el
régimen absolutista y centralizíidor
manos la corona del antiguo reino húngaro, la famosa de Metternich, revocando la Constitución de 1849 y
corona de San Esteban, en los alrededores de Orsova, aboliendo las antiguas dietas en los diversos Esta-
pueblo inmediato á Ja frontera dos del Imperio. Su propósito,
turca. Cuando la descubrieron francamente declarado, fué
algún tiempo después, la pe- fundir á viva fuerza las dife-
queña cruz que remata la coro- rentes naciones del Imperio
na apareció inclinada á un lado. para que formasen un solo or-
Desde entonces las armas de ganismo.
Hungría llevan la corona de Austria-Hungría posee 11 mi-
San Esteban con la cruz torci- llones de alemanes, 9 millones
da á la izquierda. de húngaros y 22 millones de
'
t,'íSj,»ca»i¿«Mi."
la pena de haberme destronado. Eso lo sé hacer yo minada rápidamente por desastre de Sadowa. Fran-
el
tan bien como mi sobrino. nuevas provincias á sus ven-
cisco José tuvo que ceder
Queriendo restablecer la tranquilidad interior, cedores y devolver Venecia á Italia que, apoyada por
Francisco José tuvo que renunciar al régimen abso- Napoleón III, se aprovechó de esta situación crítica.
lutista, prometiendo una nueva Constitución á sus El Imperio alemán al Norte y la unidad italiana al Sur
pueblos, que fué proclamada en 1861. Tres años des- empezaban á formarse á costa del Imperio austriaco.
pués ocurrió la guerra de los ducados de Schleswig- La guerra reciente reveló á Francisco José un
Holstein, ayu- nuevo peli-
dando Fran- gro. Los hún-
cisco José á garos, oprimi-
Bismarck en dos, vieron
esta empresa con simpatía
de piratería. el avance de
Ya hemos di- los prusianos,
cho cómo Aus- y era induda-
triay Prusia ble que de
se enemista- prolongarse
ron á la hora la guerra ha-
del reparto brían acalla-
por haberse do por hacer
reservado el causa común
terrible can- con los inva-
ciller de Pru- sores. El em-
sia todo el bo- perador reco-
t n
i
Surgió
. noció al fin
como conse- que el princi-
cuencia una pio centralis-
guerra austro- LO.S Al'STHIAtO.S HVTIDOS ES EL l'lKNTIi DE MAdENTA ta nO pOdía
prusiana, ter- (Dibujo de (i.l^t«vo üori- aplicarsc á su
496 VICENTE BLASCO IBANEZ
V
'
i,
^^
monai'quia, laltu de homogeneidad, compuesta de pie- mor momento de entusiasmo por su autonomía, han
zas y de pequeños fragmentos. buscado agrandar ésta, hasta los limites de una casi
Francisco .fosé aceptó el ser coronado como rey independencia. Los demás pueblos del Imperio se
de Hungría, reconociendo la vida autonómica de este muestran irritados por el régimen de favor que han
país. En 1867 se verificó la ceremonia en la catedral conseguido los húngaros, y los celos y la envidia au-
de Budapest, formulando Francisco .losé el juramento mentan sus justas aspiraciones á una autonomía se-
que habían esperado los húngaros durante veinte mejante.
años. El nuevo rey de Hungría firmó un compromiso Los tcheques, los bohemios, los polacos y los habi-
reglamentando los derechos y las relaciones entre los tantes de (ialitzia, reclaman para ellos los mismos
dos países que flerechos y los
en adelante mismos pri-
h a b i n ii dc vilegios que
constituir su Francisco
doble Impe- .loS(' acordó á
rio. ioshúngaros.
Esta resolu- Ya que se co-
ción tardía no ronó rey de
hizo más que Hungría, de-
acallar mo be coronarse
men t ;i n e a ígua mente1
rizar igualmente un parlamento y un goliierno para pueblos que consideran suyos, por la raza y por la
lostcheques y los polacos. Hace más de cuarenta años historia. El pangermanísmo aspira á la posesión de
para todos,
políticos, iguales redera de Carlos VI. Por
hubiera aproximado á los di- otro lado el paneslavismo se
versos pueblos del Imperio. atrae á los tcheques, los po-
Pero" las aspiraciones cen lacos y los servios de Aus-
tralizadoras y absolutistas tria, encareciendo la necesi-
del emperador, que mantu- dad de una confederación de
vieron durante veinte años ;i todos los eslavos del Este de
los diversos pueblos bajo uii:i Europa. A estas dos influen-
férrea opresión, sólo han sei' cias hay que añadir la del
vido para hacer más agudo irredentismo» italiano, que
y vehemente el sentimiento ansia libertar á sus herma-
nacionalista. nos de Trieste y Trente, súb-
Desde hace tiempo el Im- forzosos de Austria.
ilitos
tro-húngara y los mantiene aglomerados. La muerte Su esposa, la gentil emperatriz Elisabeth, fué una
de este hombre, que parece retardar el destino, equi- de las mujeres más hermosas é inteligentes de su
valdrá seguramente á un golpe anonadador, rom- época. Casada por amor con el joven soberano de 1848,
piendo en numerosos fragmentos su doble monarquía. marido acabaron con la pasión
las infidelidades del
«Durante siglos
— dice Weindel — los Habsburgo idílica iniciada al encontrarse
los dos en un castillo
han constituido pedazo á pedazo un gran Imperio. de Baviera. La emperatriz, convencida de que era
Durante siglos imposible modi-
los Habsburgo ficar el carác-
han mostrado la terde su esposo
ambición de sol- apartándolo de
d;ir estos peda- las aventuras
zos heteróclitos, amorosas, se ale-
formando una jó de él, vivien-
masa fuerte y do gran parte
co m pac t a, . A 1 de su vida fuera
principio de una de Austria. Fué
nueva era, Fran- la emperatriz
cisco José here- i' r r ante, e m -
sólo era hijo del heredero del trono alemán. pos esencial-
Rodolfo aparecía como un verdadero descendiente mente víeneses, y de éstos los más populares son los
de vieja familia real, empobrecido físicamente por los cocheros que guían los carruajes de alquiler. El co-
incesantes cruzamientos de personas de la misma san- chero vienes goza de una popularidad semejante á la
gre. Débil y enfermizo, á pesar del régimen militar del torero en España, el cómico en Francia ó el boxea-
á que le había sometido la educación paterna, se dedi- dor en Inglaterra. Son cantores, instrumentistas, ím-
EL PARLAMENTO AI'STRIAOO
provisadores de versos cómicos, y sobre todo grandes una pasión, apartó á Rodolfo moment;iueamente de
maestros en el arte de silbar la «tirolesa». Rodolfo, sus orgías populares. A su amistad por el cochero
acompañado de cocheros, de nobles personajes y de Bratfisch, grotesco y gracioso personaje que le acom-
mujeres públicas, corria de noche los restaurants del pañaba en sus empresas nocturnas, sucedió como
Prater de Viena, fraternizando con la gente alegre. afecto dominante la vehemencia amorosa inspirada
—
«Muchas noches dice un cronista de los Habsbur- por la baronesa María Vetschera, joven que á su gran
—
go los árboles del Prater vieron entre sus troncos hermosura unía el exótico encanto y la corrupción de
venerables locas zarabandas de príncipes, de nobles las mujeres de- Oriente. La madre de la Vetschera,
señores, de cocheros de fiacre y de mujercillas de la viuda de un diplomático austríaco, era hija de un
calle, evolucionando todos en trajes m¿is que primiti- financiero griego llamado Baltazzi, que había hecho
vos bajo la dirección del archiduque Rodolfo. Las gen-
tes de esta banda, después de terminar su baile, en-
traban titubeando en los restaurants para inundar el SSfi^ ^J^ffl
viejo piano con oleíidas de champagne, cuando ya no
podían beber más.»
Estas oi-gías repugnantes se repetían varias veces
por semana, acabando de trastornar la débil consti-
tución de Rodolfo. Era en vano que la dulce empera-
triz Elisabeth, durante las cortas
temporadas que pa
saba en Viena, intentase modificar la conducta de su
hijo y restablecer sus relaciones matrimoniales con la
en Coiistantinopla una fortuna de "25 millones. Ansio lin provocó una nueva cuestión con otro gran duque
sas de representación social, la madre y la hija se de Rusia, y hubo que darle á entender que su conduc-
trasladaron de Constantinopla á Vieiia, consiguiendo ta afligía mucho al moribundo emperador Federico,
entrar en los salones de una aristocracia que os la para que desistiese de sus originalidades. Elkronprintz
in;is cerrada de toda Kuropa. Rodolfo se sintió atraído Guillermo, á instigaciones de Francisco .losé, escríliií)
por oriental de Maria Vetschera, y la fami-
la ij-racia una carta cariñosa á Rodolfo para que cambiase de
lia de ésta- su madre y sus hermanos los banqueros vida: pero el archiduque, enlo(|uecido por el alcohol,
Baltazzi- vieron en tal pasión un medio de realizar la morfina y los excesos amorosos, le contestó con in-
sus ensueños de ad- solencia, cesando
venedizos .iinhicio- toda relación con
sos. este amigo de la in-
Rodolfo, aiiotado fancia que sólo tenia
por todos los exce- cinco meses menos
sos, podia resultar ([ue él.
un juguete dócil en La vida en las ha-
tre las manos de una liitaciones que ocu-
joven hermosa, inte- p.ilian los archidu-
ligente y experta on (pies herederos fué
las cosas del amor. uii vei-dadero infier-
El príncipe vivía pú- no. En varias ocasio-
blicamente desunido nes el principe abo-
con su esposa Este- fetea públicamente
fanía. ¿Quién sabe á su esposa Estefa-
si la nieta del equí- nía, teniendo que
voco banquero de intervenir la ser-
Gonstantínopla po- \idunibre ])alacie-
dría ostentar sol)re g,i.l'n (li.i el papa
su frente alguna vez León XIII recibió
la pesada corona del una carta de Rodol-
Imperio? fo llevada personal-
A las pocas sema- mente por un men-
nas toda Viena sabía sajero, en la cual so-
que la ^'etschera era licitaba la interven-
la amante del prín ción pontilical para
eipe heredero. Este, romper un matrimo-
á pesar de la situa- nio que le era odioso.
ción social de la fa- El principe deseaba
milia de su amada, ademiis que intervi-
procedió lo mismo niese el Papa para
que en sus aventu- que su padre el em-
ras de bajo vuc^lo. perador aceptase el
sin delicadeza algu- divorcio y le permi-
na, haciendo gala de tiera contraer un se-
su buena suerte. Ja- gundo matrimonio.
más ninguna de sus RETHATO DKL EMPKRADOR. PINTADO PARA LA BOL.SA DB VJENA León XIII, algo
pasiones había con- POR BL CKLEBRE ARTI.STA MICHALBK asombrado por el
movido de tal modo tono y las peticiones
sus nervios. A
pesar de que sólo tenía treinta años, de arzobispo de Viena, y este
la carta, se la remitió al
el nuevo amor tomó en él una forma senil, llegando á sencillo varón, sin ninguna habilidad diplomática,
constituir una especie de locura que le mantuvo en pidió una audiencia al emperador presenüindole la
perpetua irritabilidad, cometiendo toda clase de ex- carta de Rodolfo.
centricidades. Francisco José, que había tolerado hasta entonces
En el curso de unas maiiíoliras efectuadas en Pru- con resignada tristeza la mala vida del principe, como
sia rifiócon el gran duque N'ladímiro, que representa- padre no exento de reproche, creyó llegado el mo-
ba á su padre el zar Alejandro III, y quiso batirse con mento de proceder con energía. Hizo llamar al here-
él, teniendo que intervenir el viejo emperador Gui- dero, y en el misterio de su gabiuete se desarrolló una
llermo y su hijo el príncipe Eritz para evitar el es- escena violenta de la que sólo fueron testigos el pre-
cándalo. Durante los funerales de (Guillermo I en Ber- sidente del Consejo de ministros, el ministro de Negó-
504 VICENTE BLASCO IBANEZ
gica de los hechos había ocurrido en muchos años. «Cuando una hora
y la declaración más tai-de el conde de Hoyos fué llamado ante los
que le había comprado una navaja de afeitar, expli- cido diez años en una hora, se hundía en su sillón,
can todo lo ocurrido on el trágico dormitorio de lla- con los ojos enrojecidos y el rostro inundado de lá-
yerlíng. Al quedar solos en él, la Vetschera, que tenia grimas, interrumpiendo con profundos sollozos y gri-
á su amante bajo el dominio de sus gracias y sus sor- tos desesperados el relato del testigo.»
de archiduque para huir con una cantante mediocre, pentido de su conducta, volvió á llamarlo á Viena y
llevando una existencia burguesa en los alrededores lo hizo general.
proporcionó grandes disgustos por sus aventuras amo- haciéndolos entrar en el dormitorio de su esposa, la
rosas. Este Carlos Luis fué, como dice un cronista, «el archiduquesa Maria Josefa, no se sabe con qué fin. En
Barba-Azul» de la familia. Se casó tres veces, y como la puerta de la alcoba un viejo criado se interpuso,
rador, herido en sus sentimientos religiosos, llamó á sima de sus costumbres es el archiduque Luis Víctor,
su sobrino, é indignado por esta conducta sacrilega le un viejo que parece llegar en su trauíiuilo impiuior á
dio un bofetón en presencia de los cortesanos, en- los últimos limites de la inconsciencia. Las aventuras
viándolo luego desterrado. Pero al poco tiempo, arre- del archiduque Luis Víctor son difíciles de narrar,
508 VICENTE BLASCO IBANEZ
como no sea con el auxi- Habsburgo y el orgullo feroz del Imperio. Para evitar
lio del latín, lengua que el descrédito dictó leyes contra la prensa; pero como
emplean muchos autores sí la fatalidad quisiera divertirse con él, cada una de
para los relatos escabro- estas medidas preventivas fué seguida de un nuevo
sos. escándalo de sus parientes.
Weindel, al ocuparse Soberano católico y de gustos absolutistas, conven-
de la vida de los Habsbur- cido de que es un representante de Dios en la tierra,
BL ARCHIDUQUE LUIS VÍCTOR varios jóvenes, lectores lucha. De todos sus privilegios tradicionales, el que
asiduos de las obras poé- mantuvo siempre con más empeño fué el de escoger
ticas de Osear Wilde, poeta preferido del archiduque. las esposas y los esposos para los individuos de su fa-
Éste conversaba con los fervientes de un culto que milia, no tolerando alianzas con personas de sangre
era el suyo, y sus conversaciones se terminaban con inferior ó con príncipes que no fuesen católicos.
frecuencia del modo más intimo. Pero ocurrió que un A partir de 1890, el anciano monarca ha tenido que
dia del año de 1903 el archiduque se equivocó al diri- asistir al derrumbamiento de todas sus ideas tradicio-
girse á una persona que no admiraba nada á este nales. Una de sus nietas, hija de la archiduquesa Gi-
poeta inglés tan especial. Luis Víctor insistió, sin sela y Leopoldo duque de Baviera, se presentó un día
embargo, y el indicado señor, que no gustaba sin duda en sus salones del Hofburg, ó palacio real, pidiéndo-
de verse contrariado en sus opiniones literarias, ad- le una entrevista particular. El abuelo empezó á escu-
ministró un soberbio par de bofetones al archiduque, charla con sonrisa bondadosa, esperando la confiden-
demasiado insinuante. Todos los antiwildistas, poseí- cia de un amor por algún príncipe ó monarca digno
dos de gran furor, aprovecharon la oportunidad para de los Habsburgo; pero quedó espantado al saber que
administrar al hermano del emperador una corrección su nieta Elisabeth quería casarse con un simple te-
tan dura, que los criados de la casa de baños tuvieron niente de caballería de Baviera. Además el teniente
que transportarlo á su domicilio medio desmayado. ¡era protestante!
»E1 emperador, que según parece no ama tampoco Resultaba tan absurda la petición, que el empe-
este género de discusiones literarias, señaló á su herma- rador creyó por un momento en una broma de su nie-
no como residencia el pequeño pueblo de Meran, en el ta, pero su naciente sonrisa volvió á extinguirse al
Tirol, donde Luis Víctor no tiene ocasiones frecuentes escuchar las nuevas revelaciones de la pequeña ar-
para hablar de tal clase de poesía con los aficionados. » chiduquesa. Había que casarla cuanto antes, para
El horror trágico y el libertinaje escandaloso han justificar ciertos descuidos que ya no tenían remedio.
rondado en torno de Francis-
co José durante medio siglo,
arrancándole lágrimas ó ha-
ciéndole proferir gritos de in-
dignación, pero sin alterar por
mucho tiempo una serenidad
egoísta que es tal vez el secre-
to de su larga vida.
Si el abuelo retardaba su consentimiento, surgiría el za reciente, y poseedor de una gran fortuna. Francis-
escándalo. Y el severo Francisco José, tan intransi- co José quiso resistirse á esta unión, considerando una
gente en el cumplimiento de las «leyes de la casa de verdadera vergüenza que su nuera fuese la esposa de
Habsburgo», tuvo que ceder, vencido por las lágrimas uno de sus chambelanes. Pero el amor venció de nue-
de su nieta. Esta se casó con el teniente, y por prime- vo á las tradiciones, y Francisco José tuvo que acep-
ra vez hubo en la familia un matrimonio feliz y sin tar el desigual enlace.
historia, yendo á ocultar su dicha burguesa en un cas Años adelante, fué su nietamás amada, la archi-
tillo de la Moravia.
duquesa Elisabeth, hija única de Rodolfo y Estefanía,
Después de esta primera abdicación, Francisco la que le proporcionó un nuevo disgusto siguiendo el
José, que fué siempre de una amable ligereza para ejemplo de su madre. La princesa Elisabeth era la
las pasiones sin consecuencia,
pero de una severidad hija de su único hijo, la descendiente directa de su
intransigente para el matri- sangre, la que él amaba
monio, se sintió empujado más y trataba con mayor
^^^^_^ y dominado por la podero- confianza, deseando casar-
sa inundación de amor que lacon un rey poderoso. Y
O^Hj^^^^^^ '^.
ha ido subiendo en torno de su más intima descendien-
^^^^^^^^^^
Paso á paso tuvo que te se casó con un simple
^^^B^^l^r
^^
él.
dero, el emperador se fijó en su sobrino Francisco mado por el consentimiento que el emperador habia
Fernando, el mismo que fué victima en 1914 del aten- dado finalmente á su antigua nuera. Pero Francisco
tado de Serajevo. Con arreglo á las leyes de los Habs- José, aunque parecía acostumbrarse á los matrimonios
burgo, correspondía la corona al hermano del em- desiguales, acogió con una rotunda negativa la preten-
perador y padre del citado archiduque, ó sea á Car- sión de su heredero. El viejo monarca podía transigir
los Luis, el viejo erótico llamado «el Barba- Azul» de con los deseos amorosos de los individuos de su fami-
la familia. Pero Francisco José creyó más conveniente lia que no estaban destinados á reinar. Pero Francis-
designar á uno de sus hijos. El mayor era Othon, el co Fernando iba á ser emperador á la muerte de su
terrible«salta-ataúdes» que tantos disgustos había tío, y la corona imperial no podía ostentarla una obs-
dado emperador. Por esto prefirió á su segundo
al cura condesa de provincias. A su resistencia por or-
hermano, Francisco Fernando, de costumbres tranqui- gullo de familia, iba unida una consideración política.
La Constitución de Austria exige que el heredero
del trono se case con una princesa de sangre real
para que ésta sea emperatriz. Cuando la madre care-
ce de esta condición, los hijos no pueden heredar el
Imperio. En cambio la Constitución húngara reconoce
como reina á la mujer del rey de Hungría, sea cual
sea su origen, y los hijos, por el hecho de su naci-
miento, son herederos indiscutibles del trono. Casán-
dose Francisco Fernando con la condesa Choteck, ésta
ceñiría en el porvenir la corona de Hungría, pero no
la de Austria, y sus hijos subirían al trono húngaro
contemplando como inaccesible el trono austríaco.
Equivalía esto á la seguridad de una secesión futura
y definitiva de los dos países del Imperio, peligro que
no podía admitir el emperador.
Pero la condesa Choteck contaba con un apoyo po-
deroso, tanto en sus amores con el archiduque como
en su lucha contra los principios tradicionales del
viejo emperador: los jesuítas. Se ha exagerado tal vez
la importancia y el poder de esta orden religiosa en
algunas naciones de Europa, pero en Austria y en Es-
paña, las dos monarquías católicas por excelencia,
el jesuitismo conserva todavía gran influencia en la
vida palaciega. Estos protectores de la Choteck, ac-
tuando hábilmente sobre el ánimo de Francisco José,
consiguieron vencer sus escrúpulos de gran señor y
su orgullo de jefe de los Habsburgo.
El emperador aceptó al fin el matrimonio morga-
FRANCISCO JOSÉ, CON SU.S NIETOS nático de su heredero con la condesa Choteck, después
que el Parlamento húngaro hubo aprobado la renuncia
las y que dedicaba cierta atención á los asuntos de de la corona de Hungría que hizo Francisco Fernando
Estado. para sus hijos futuros.
También el amor, con su tendencia á las alianzas Ya dijimos cuál fué la conducta política de este
obscuras y los conflictos novelescos, le salió al en- matrimonio, que estaba destinado á ocupar el trono
cuentro al designar á este heredero, que parecía sumi- imperial. La condesa Choteck, que al principio perma-
so y de gustos vulgares. neció modestamente en segundo término, fué poco á
Cuando Francisco José hablaba á su sucesor de la poco apoderándose del viejo emperador, de ideas va-
necesidad de un pronto matrimonio para asegurar al cilantes. Este octogenario, que fué en otros tiempos
trono de Austria-Hungría una nueva línea de herede- ferozmente testarudo, parece fatigado de luchar y
ros, Francisco Fernando rehuía la conversación. Esta acepta los pensamientos de los demás. Es indudable
conducta resultaba extraña, pues no se le conocía al que de no ocurrir la tragedia de Serajevo la condesa
archiduque ningún amor secreto que se opusiera á su Choteck habría acabado por lograr una reforma de las
matrimonio. Todos ignoraban sus relaciones con la leyes dinásticas, subiendo al trono como legítima em-
condesa Choteck, de las que ya hablamos al relatar la peratriz.
tragedia de Serajevo. Los elementos reaccionarios del Imperio miraban
Cuando Estefanía, la viuda de Rodolfo, se casó con con simpatía á esta pareja principesca que en toda
el chambelán, el archiduque ae decidió á hablar, ani- ocasión hacia gala de sus principios ultra-clericales.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 511
lo condujo al desastre de Sado-wa. Bismarck se encar- humanidad ha sufrido una de sus mayores catás-
gó de demostrarle que la política de imperios como el trofes.
suyo debe sostenerse por el hierro y por el fuego y no Tal es la obra de Francisco José. ¡Recta tueril
o
por envejecidos artificios de cancilleria.
Como soberano católico fué desleal con Pío IX, al Este emperador de ochenta y cinco años se ve solo
al final de su vida, como si nunca hubiese tenido una
que no dio nunca el auxilio que hacían concebir sus
promesas. Enemigo de los prusianos, engañó igual- familia, como si hubiese atravesado la existencia
mente á Napoleón III en 1870, negándole á última acorazado en más duro egoísmo. Y sin embargo,
el
hora el concurso que le había hecho esperar lógica- ningún hombre puede sentir como él la pesadez del
mente, como una venganza de Sadowa. pasado. ¡Qué de tempestades han sacudido su casa!
.
Obligado á entrar en la Triple Alianza por la fé- ¡Qué de escándalos la han ensuciado! ¡Qué de dramas
rrea presión de Bismarck y han cubierto sus pisos de
teniendo por compañera á sangre!
Italia,molestó y persiguió Henri de eindel traza
cuanto pudo á los habitantes un vigoroso cuadro del final
de sus provincias de origen de esta vida que se empeña
italiano. en subsistir; de los últimos
En el congreso de Berlín años de un soberano que vi-
supo engañar á los rusos vió más que nadie, ha debi-
vencedores y á los turcos do sufrir más que nadie, y
vencidos, haciendo que la antes de bajar á la turaba se
diplomacia alemana, á cam- despide del mundo provo-
bio de su alianza, le entre- cando el más horroroso con-
gase el protectorado de Bos- fiícto que presenciaron los
nia y Herzegovina, sin ha- siglos.
ber hecho nada, sin haber «Llegado al trono dice
—
disparado un tiro. Treinta y Weíndel— como soberano
,
que descubre una felicidad inmensa en el solo hecho Elisabeth, una de cuyas piezas solamente, el centro
de existir.» de mesa, vale IGO.OOO francos. En el vasto comedor,
El antiguo caballero galante de la corte de Viena, donde los servidores son más numerosos que los co-
que conoció los goces del mensales y donde jamás la
amor y de la riqueza como mesa ha sido adornada con
Los vieneses apodan «elseñor 8ciiratt» á este Te- dor sus píes, enfriados por la estación y por los años.
norio de otros tiempos, burlándose de su fidelidad Los dos hablan un momento de cosas vagas y grises,
amistosa á una antigua amante. y se sientan á la mesa, uno frente al otro, cuidando
Catalina Schratt, la más eminente de las actrices la vieja artista de que su amigo, cada vez más glotón
del teati'o austríaco, fué, como ya dijimos, una de las y menos razonable, no coma demasiado de sus platos
vivas pasiones del emperador durante su alegre ma- favoritos, dándose una indigestión, lo que le ocurre
durez. Esta artista inteligente, fina y bondadosa, que con frecuencia. Termina la comida en una intimidad
tuvo amistad al mismo tiempo con la emperatriz Eli- simple y dulce, y mientras Francisco José fuma su
sabeth, ha sabido conservar el afecto de Francisco «trabuco», que sigue no gustándole, el timbre de la
José muchos años después de híiberse extinguido el puerta suena por dos veces.
amor. —
»Son los compañeros de tarok especie de whist
El viejo soberano, cuando vive solo en su palacio, austríaco — que llegan para hacer la partida del «co-
,
necesita ver á la antigua comedianta, y va á buscar- ronel». Estos antiguos amigos de Catalina son siem-
la en su casita simple y tranquila. Cuando no están pre los mismos: M. Palmer, director del «Banco de
en el Ilofburg las archiduquesas, hijas ó nietas, con los países austríacos», y otro banquero igualmente
sus batallones de niños, el emperador octogenario rico, pero judio de nacimiento y de religión.
pasa la velada en casa de «Madame Katharina». Fran- »E1 emperador católico y el banquero judío hacen
cisco José no se oculta, ni muy buenas migas— lo
tiene ahora por qué ocul- que indignaba á la devo-
tarse el pobre viejo, pues ta condesa Choteck y— ,
liancis; pero Filemon y Baucis convertidos en peque- entre la casita bui'guesa de su vieja amante y las ha-
ños burgueses de provincia. bitaciones solemnes y frías del Hofburg. Aunque el
»En invierno, cuando llega Francisco José lo en- trayecto es corto ofrece una especie de revista dolo-
cuentra todo organizado para su comodidad. El me- rosa de la vida del emperador. El carruaje pasa ante
jor sillón es para él, y además Catalina en persona el convento de los Capuciiínos, donde está el panteón
prepara un braserillo, sobre el cual coloca el empera- de los Habsburgo. Allí duermen para siempre su her-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 191-1 51&
iiuiuo t'usiladu, su hijo el suicidn, su mujer ¡isesiiuidii... enlermedades nerviosas, publicó á principios de la
Mcás allii laiglesia de los Agustinos, donde se casó él, guerra, en una revista científica de Lausana, un es-
donde se casó Rodolfo... tudio fisio-psicológico sobre los dos emperadores ger-
"¿Pero «el señor Scliratt» se acuerda alguna vez mánicos. Este estudio, que obtuvo gran resonancia,
de estas cosas?» fué comentado por el venerable doctor A. Froment, de
Y así, entre una antigua comedianta y dos ban- JIontreux (Suiza médico de celebridad universal al
i,
queros judíos, acaba su vida Francisco Josi-, mientras que van á buscar en su retiro enfermos de todos los
todo cruje y se derrumba en torno de él. países.
¡Y este pacífico burgués, que come cinco veces al El estudio de Neipp, titulado Los responsables, y
lámpara burguesa y una baraja de tarok en el come- sistema nervioso y sensitivo es de una visible inferio-
dor de una comedianta retirada. ridad. Además, Francisco José ha dado siempre prue-
¡Fatales ironías de la Historia! bas de que sus facultades intelectuales se hallan por
debajo del término medio.
»Se notan en él— dicen los citados doctores— los
El doctor Neipp, ilustre presidente de la «Sociedad suyos desaparecer en torno de él, arrastrados por el
suiza de medicina y cirujía» y gran especialista en torbellino de los vicios ó anonadados bajo ios golpes
516 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
del fanatismo político; y sin embargo, ha mostrado menos de un nivel medio. Si el nacimiento hubiese
en todos estos sucesos el aire «ausente», distraído, de hecho de un simple huberau del Brandemburgo ó de
él
un hombre al que nada puede hacer perder la calma la Pomerania, habría llegado á ser un buen coronel ó
de sus fáciles digestiones.» un inteligente funcionario. Desgraciadamente el am-
En la guerra se condujo valerosamente, con un biente en que vivió desde sus primei-os años fué fatal
gesto también de distracción, con un valor incons- para el desenvolvimiento de su inteligencia, así como
ciente, como si preocupado de su propia persona no para sus condiciones morales.
tuviese voluntad ni sensibilidad para apreciar los «Su infancia y su juventud se desenvolvieron en la
peligros exte- embriaguez de
riores. los triunfos pru-
El diagnósti- sianos de 1866
co del estado y 1870, que le
actual del em- trastornaron la
perador de Aus- cabeza. El or-
tria —
según el gullo teutónico
doctor Neipp — se ha elevado
establece un re- en Guillermo II
blandecimien- á la potencia
to progresivo cúbica, al mis-
de la materia mo tiempo que
cerebral. «Si no degeneraba su
ocurre un brus- voluntad, has
co desenlace, ta el punto de
debido á una no poder refre-
congestión pul- nar las mani-
monar que hay festaciones in-
quetemersiem- decentes de
pre en un viejo una ambición
— dice el doc- exacerbada.
tor Froment — , Hay que re-
Francisco José cordar la acti-
vegetará toda- tud escandalo-
vía algunos sa de Guiller-
años en la sere- mo cuando sólo
nidad de una era kronprintz,
inconsciencia junto al lecho
que no puede de su padre
turbar el inevi-
agonizante.
table y defini- »A su orgullo
tivo desmem- de raza ha ve-
bramiento de nido á unirse
su Imperio. Y una vanidad
así acabará pueril, siempre
tranquilamen- FRANCISCO JOSÉ despierta, que
te sus días, en le hace buscar
la imbecilidad los éxitos fáci-
senil, ósea la chochez. Traduciendo en lenguaje fa- lesy le proporciona muchas veces fracasos ruidosos;
miliar las consideraciones médicas del doctor Neipp, vanidad que se satisface con una sucesión trepidante
puede decirse que el trono de los Habsburgo acabará de primeros papeles que ansia desempeñar. De aquí
por convertirse en un sillón agujereado.» sus actitudes teatrales, sus bruscos cambios de con-
ducta, sus ambiciones, que no son más que envidias,
sus proyectos acompañados de vacilación, y sobre
El caso de Guillermo II ofrece mayores complica- todo la manía del traje, del uniforme que hacía son-
ciones. El doctor Neipp declara desde el principio reír á Eduardo VII, asombrado de tanta incoherencia,
que el emperador de Alemania está infinitamente me- y le hacía dar á su sobrino el apodo de mono sabio.*
jor dotado en punto á facultades intelectuales que su
compañero austríaco.
Eu Guillermo II la inteligencia nativa fué cuando Los doctores Neipp y Froment, por un sentimiento
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 SI 7
de equidad, reconocen que Guillermo II no es res- que le hace sufrir de un modo cruel, y disimula mal
de su rencor contra la suerte bajo una sonrisa que más
ponsable verdaderamente del estado patológico
sus facultades intelectuales, pues dicho estado se bien parece una crispación. A estas exasperaciones
debe en gran parte á una deplorable salud física, ocultas y concentradas hay que atribuir sus acce-
de la cual hay que buscar las causas en la herencia sos sucesivos de actividad frenética y de abatimien-
to, su feroz mania
de jugar con el fuego, que ha
paterna.
«Todos recuerdan— dicen los indicados doctores — acabado por inflamar la formidable hoguera ante
la misteriosa enfermedad de la laringe que mató á la que se asombra hoy su verbosa impotencia.»
Federico III. ^
¿Fué cáncer ó
fué sífilis? Esta El doctor
última hipóte- Neipp resume
sis, aunque la las opiniones
discreción pro- de su estudio
fesional de los declarando
médicos que que, según su
cuidaron al pa- opinión, Fran-
dre de Guiller- cisco .José es
mo II no per- un abúlico com-
mite el afirmar- pleto, ó sea un
la de un modo hombre que ca-
absoluto, es sin rece de volun-
propicios á los bellos gestos y las nobles actitudes. porvenir la responsabilidad de una inmensa catás-
Guillermo II se da cuenta de ello perfectamente, lo trofe.
ñl8 VICENTE BLASCO IRAÑEZ
metrópoli.
La expansión colonial empezó por la conquista
XVII de Túnez y el establecimiento de un protectorado
francés sobre este reino que afirmó para siempre la
tranquilidad de la Argelia. Luego fué la ocupación
Francia del Tonkín, dirigida por el heroico almirante Courbet,
y que sirvió de escuela de guerra á los viejos genera-
Después de la derrota de 1870, Francia aplicó to- les de la actualidad — Joffre entre ellos — , que eran
das sus energías á su reconstitución interior y al res- entonces simples ca-
tablecimiento de las grandes pérdidas que había su- pitanes.
frido. Después Francia
Vivió en paz con Alemania; pero según la elo- fué estableciéndose
cuente frase de Viviani, bien sabido es que la paz en el Congo, Mada-
alemana consiste en «una serie de provocaciones y gascar, Indo -China
humillaciones». Ya hemos dicho cómo en 1875 Bis- y el Noroeste africa-
marck, que se mostraba irritado por el renacimiento no. ]\luchas de estas
de Francia y los prodigios de su gran fuerza de reno- conquistas no eran
vación, intentó asestarla un nuevo golpe, más terri- de un aprovecha-
ble que el anterior, y cómo la intervención oportuna miento comercial in-
de Rusia y la Gran Bretaña evitó la guerra. mediato, pero ofre-
Francia, bajo las presidencias del mariscal Mac- cían á las armas
]\Iahon y de Grevy, empezó á reconstituir sus fuerzas francesas una in-
militares y navales, empleándolas luego en la expan- mensa reserva de
sión colonial. Habiendo decrecido la influencia de hombres para los
Francia en Europa á causa del gran desastre provo- conflictos de Euro-
cado por el imperialismo napoleónico, la joven Repú- pa. Como dijo un mi-
blica se dedicó á las empresas coloniales, viendo en nistro francés, «las JCLIO FERKY
HISTORIA DE l.A CiUKUUA Elll^OPEA DE WI1 &I.9
y Oceanía.
La cuestión de Marruecos sirvió para que Inglate-
rra y Francia, antiguas rivales en África, se aproxi-
masen definitivamente, sintiéndose unidas por una
simpatía que el tiempo y la agresión alemana han
acabado por convertir en una alianza.
Gracias á la política internacional y colonial se-
guida durante treinta años por todos los gobiernos de
la República con una plausible unidad de miras, Fran-
cia vio agrandado su territorio y aumentado el núme-
ro de sus habitantes en unas proporciones enormes y
con una solidez inalterable, como no lo consiguió Na- JULIO GREVV. TBRCUI! PRESIDENTE PE LA HEPÚBLICA FRANCEÍSA
orientarla, queriendo demostrar por medio de sus pe- vincias una gran emigración alemana. Las familias
riódicos «reptiles» que Schnaebelé era el jefe del es- germánicas que se establecen en el país favorecidas
pionaje francés en Alsacia-Lorena. La actitud de las
cancillerías europeas le hizo retroceder, y una sema-
na después puso en libertad á Schnaebelé «por vicio
de forma», aunque para disimular lo arbitrario de su
proceder siguió sosteniendo mentirosamente que el
comisario francés «había sido arrestado en territorio
alemán».
En el mismo año 1887, Alemania intentó de nuevo
atacar á Francia. Era ministro de la Guerra el famoso
general Boulanger, considerado por his asociaciones
patrióticas de París como el «hombre de la revancha».
Boulanger había construido grandes aglomeraciones
de barracas cerca de la frontera para el alojamiento de
las fuerzas militares;Bismarck interpretó esto como
una provocación, y quiso declarar la guerra á Fran-
cia repentinamente, invadiéndola en unos cuantos
días para deshacer y anonadar toda la reconstitución
de fuerzas militares que venia efectuando. Un perso-
naje de Alsacia supo por un diputado del Reichstag
elpropósito del Canciller, é hizo un viaje á París para
revelarlo á los principales políticos, entre ellos á Julio
Ferry y Clemenceau. También pudo avistarse con el
mismo general Boulanger, que al recibir la noticia de
que Alemania se estaba preparando para entrar in-
mediatamente en campaña, lanzó una exclamación
KL AliRESTO DE feCHNAEBELÉ
de angustia. Precisamente pocos días antes había
A. Lug:ar de la fronlera alemana donde fué asaUado M. Schnaebelé.
cambiado por completo el sistema de movilización B. Lugar de la fronlera francesa donde fu¿ detenido.
EN EL ñl
«LA .MABSBLI,ESA». (}UB DEBKl TITULARSE «LA ESTR ASBIRCUBSAi cementerios fueron arranca-
fué improvisada en casa de Dictricli, alcaide de Estrasburgo, una noche de 1792 das todas las lápidas é ins-
(Dibujo de Ilausi, en Les Aúnales) cripciones en francés, toleran-
do únicamente las redactadas
Francia. Como dice el poeta alsaciano iliiizelin, «des- en idioma germánico. Las sepulturas de los soldados
de el día siguiente de la anexión Alemania impuso
á los hijos y los hermanos de los vencidos el más
rudo servicio militar obligatorio; lanzó sobre todo el
pais una horda famélica de funcionarios germánicos;
expulsó á los naturales con cualquier pretexto y mu-
chas veces sin pretexto; estableció, para responder á
los votos enemigos que elegían diputados indepen-
dientes, el odioso régimen de los pasaportes; rascó en
las esquinas de las calles los nombres franceses; prohi-
bió las inscripciones francesas en los rótulos de las
tiendas y hasta en las tumbas; colocó todos los ciuda-
danos bajo el régimen político de la delación».
Eran Las
inútiles las protestas de las victimas.
autoridades contestaban á ellas: «Alemania no ha
prometido nada á los alsacianos y loreneses y nada
les debe.» Poco tiempo después de la anexión uno de
los diarios de Bismarck exclamaba con ironía profé-
tica: «Os tengo lástima, pobres alsacianos y loreneses,
/"MX
El alemAn.— No olvides nunca, muchacho, que fué El alsaciano. No olvides, hijo mío. que el trábalo
y el sudor de nuestros padres
han fertilizado este
por la sangre, el hierro y el fuego como nuestros
El pangermanismo padres conquistaron este país. Nos pertenece por suelo y que es el hierro del arado el que lo con-
la fuerza y lo guardaremos. quistó. Por eso nos pertenece.
universitario, que jus-
tittca la soñada domi-
nación del mundo por Alemania con razones históri- teraria. Dedican á Víctor Hugo unas cuantas lineas,
de
cas de su cosecha, ha hecho gran propaganda en Alsa- y en cambio capítulos enteros á cualquier escritor
último orden que fué de sangre germánica y mostró
un patriotismo furioso.
Según estos doctores, Francia debe toda su gran-
deza á Alemania. 8u mismo nombre, aunque está la-
tinizado, es alemán. Frankreich , y denuncia
cómo fué
civilizada por los antiguos francos de origen gcrmá-
Ya
liablamos del espionaje imperial y de la infil
tración realizada por Alemania en los demás países,
gracias á su movimiento emigratorio. Jlás de 10 mi-
llones de alemanes se han esparcido por el mundo,
sirviendo los intereses de su pais en las tierras que
habitan. Su importancia es grande en los Estados
Unidos y en las repúblicas de la América del Sur. En
Europa su infiltración se ha extendido por Rusia,
EN AI.SACIA DOS liAZAS OOMTINUAN VIVIENUO SEI'A 1! A 1 1 AM WNTB. Bélgica, Holanda. Suiza y Francia.
SIN MRZOL.AHSB NUNCA. En Rusia, cada ve/, que se desarrolla una intriga
política, fatal para el país, los patriotas rusos mur-
ilico. Tínicamente pudieron librarse los habitantes muran: «lUiscad el alemán.» En muchos territorios
primitivos del suelo francés de su natural salvajismo, rusos cercanos á la frontera, los emigrantes alema-
gracias á estos germanos que se dignaron ocuparse nes constituyeron poblaciones que eran verdaderas
de Francia fué señora del universo durante los
ellos. fortalezas. En la presente guerra, las tropas rusas
tiempos en que la nobleza rubia de sangro alemana han tenido tomar por asalto muchas granjas de
<[ne
dominó á los indígenas de cabellos negros las teo- — su pais, que eran propiciad de colonos alemanes. Las
rías de Gobineau —
Pero después que las guerras de
.
ligas pangermanistaa de .\lemania tenían millares de
religión y la revolución de 1789 hicieron desaparecer adherentes en Rusia. En la corte del mismo zar ha
del suelo francés á todos los hombres altos y rubios existido un partido alenrán que era importante.
de origen germ;inico, Francia ha degenerado de un Bien conocida es la influencia fatal de la emigra-
modo lamentable. Desde que el germanismo entró en ción germánica en Bélgica. Amberes era desde hace
la historia, todos los pueblos de cabellos negi-os se han años un puerto casi alemán. En 1898, los comercian-
quedado atrás. tes germánicos de Amberes, á los postres de un ban-
Y los profesores alemanes han propalado durante quete en honor de su marina, brindaron públicamente
por la anexión de Bélgicu al Imperio alemán». en sus banquetes: «Suiza es una provincia alemana',
Durante muchos años han circulado en Bélgica ma- con gran protesta de los naturales del pais.
nuales y mapas de editores alemanes en los que apa- En Francia la emigración de ultra-Rhin liabia ad-
recían Bélgica y Suiza incorporadas al Imperio ger- quirido gran importancia en los últimos años. Sólo
mánico. en París y sus alrededores existían 200.000 alemanes.
Lo mismo ha ocurrido en Holanda, donde los pan- Además esta infiltración se había extendido mucho
germanistas mostraron varias veces descaradamente en los depai'tamentos. llegando á crear numerosas
sus pretensiones de anexión. asociaciones con fines económicos ó recreativos que
La república helvética es uno de los principales
objetos de la codicia alemana. Una gran parte de la
Suiza habla alemán, }' los pangermanistas quieren
suprimir la otra parte que habla francés, asegurando
con su aplomo seudo-cientifico que esto obedece á un
error histórico. Según ellos deben modificarse los
nombres de la Suiza francesa y llamar á Lausana
Lonanen, á Montreux Muchtern, á Ginebra Oeuf, ale-
manizando del mismo modo los nombres de las demás
poblaciones.
Como la indus-
tria de la relo-
jería atrae y
ocupaáungran
número de in-
dividuos que
al)andonan el
cultivo del sue
lo. una emigra-
ción de colonos
alemanes ha ALSACIA V SUS GUARDIANES. «UB SON DOS DIARIOS
PANGBRMANISTAS
ocupado los
(DiltuJDs (le llaurji, eu Les AniuiUsJ
campos en la
Suiza francesa,
exigiendo de servían al mismo tiempo para trabajos de penetra-
los gobiernos ción y espionaje.
del pais escue- Muchos de estos alemanes establecidos en Fran-
las de idioma cia se hacían pasar por alsaciauos ó loreneses, á cau-
germánico. Al- sa de haber nacido en alguna población de las pro-
«Y LA ALE.MA.NIA SEIÍA SIE.MPUIO BL E
l'l
»Un0S üan"'er- vincias anexionadas. Boro sus padres eran alemanes,
BLO DE LOS SEXOlíE.S DE LA TIERRA» •
TTni
^' ^ jr
*"^'^-'^ •
T7n
^ oportuno para
una provoca-
gobierno del can-
ciller Bülow se
e i ó n , aunque mostrase ame-
ésta diese lugar
á la guerra. Ru-
sia acababa de
nazante. Pero
Clemenceau,
que gobernaba
#^
sufrir grandes á Francia en
derrotas terres- aquel momento,
tres y navales en supo hacer fren-
la lucha con el te al peligro con
•Tapón, y no se su tranquila
hallaba con fuer- energía, llevan-
zas para soco- do después el
rrer á su aliada asunto de Casa-
Francia. Una blanca ante el
vez llegado á tribunal de la
«Estos berlineses son realmente encan- Tánger Guiller- Haya. Este or-
111. IV. Hasta la vista, amigo Siefske. Le es-
tadores. > mo II, dijo con ganismo ínter- p„o en Paris.
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 529
Este golpe inesperado fué semejante al de 1914. «Alemania reivindica como de su pertenencia toda la
M. Jules Camben, embajador de Francia en Berlín, Suiza, el Franco-Condado, lo que le queda á Francia
no tenía instrucciones de su gobierno, pues éste se de la Lorena, el Flandes francés, el Artois, la Bélgi-
hallaba ausente del país. M. Fallieres, presidente de ca y la Holanda.»
la República, y M. Caillaux, presidente del Consejo de Poco antes de eetallar la guerra de 1914 el pan-
ministros, habían salido para la Haya en una visita
germanismo, considerándola esta vez próxima é in-
oficialá la soberana de Holanda. Fué poco más ó me- evitable, hizo la siguiente declaración:
«Alemania
nos el mismo procedimiento de sorpresa empleado tiene el deber de apoderarse de todo el territorio fran-
tres años después, en 1914, con motivo de la cuestión cés considere necesario para asegurar definitiva-
que
i-
wm^-
:teSí jflf5Uf¿ BOwHonní
««I iCi' S li '«n;
BMlllfü Ti "Alá „ ,. ."t..
gv^'^w...-:.
mente su tranquilidad, y no debe vacilar en hacev el no habían hecho ningún preparativo para ella y que
vacio en las tierras que ocupe, para entregarlas á los eran sus enemigos los que les atacaban inesperada-
colonos alemanes.» mente!
a
Como una preparación para esta guerra, la Liga
Pangermanista, de acuerdo con el gobierno, celebró, Hay que reconocer en Guillermo II un deseo vehe-
como ya dijimos, con gran aparato, en Octubre de 1913, mente de entrar en amistad con Francia, deseo que
el centenario de la batalla de Leipzig. .Jín estas fies- se manifestó repetidas veces durante su reinado.
tas el presidente de la Liga dijo asi: «Probemos cuan- A su vanidad de hombre teatral le dolía mucho no
to antesque aun existe un ideal para nuestro pueblo. poder visitar París como los otros soberanos de Euro-
La jornada de Versalles, en la que se constituyó el pa, buscando un nuevo y más sonoro escenario para
Imperio alemán, no fué sus palabras y gestos.
el término de su desarro- Además, Guillermo II, no
llo, sino una etapa nada obstante sus alardes de
más. Fué el principio de germanismo, siente una
una agrupación de todos oculta admiración por los
los alemanes de la Euro- franceses, y quiso asociar
pa central, que debe ha- el país dispensador de
cerse más amplia con una gloria á sus locos ensue-
unidad que le permitirá ños de dominación uni-
resistir á todas las tem- versal.
pestades. Dad un jefe á
— ¡Las cosas que liaría-
la generación actual y se mos marchando juntos
mostrará digna de sus pa- Francia y yo! — dijo en
dres. Este jefe lo esperan varias ocasiones al hablar
millones de alemanes. Con con personajes amigos de
toda nuestra alma ansia- esta nación.
mos un jefe que nos haga Aprovechó todas las
olvidar las miserias del ocasiones favorables para
tiempo presente. Nuestra ponerse en contacto con
bastante poderosa
flota es los franceses. No ocurría
para que Inglaterra la un hecho doloroso en
tema. Nuestro ejército se Francia sin que el kaiser
halla de nuevo á la altura enviase un telegrama de
de su misión. ¡Y nosotros condolencia y simpatía.
nos vemos obligados á se- Los pangermanistas y las
guir una política de renun- gentes de su corte le ata-
ciamientos!... El apetito caron en muchas ocasio-
de nuevos territorios ca- nes porque contribuyó con
racteriza nuestra época y largueza á toda suscrip-
debe ser satisfecho. Tra- ción iniciada en Francia,
bajemos para que este mien¡tras se mostraba
apetito, que es instintivo BL ORAN DUQUE NICOLÁS DB RUSIA parsimonioso con las sus-
en las masas, inspire tam- cripciones alemanas. Los
bién á nuestros gobernantes, y que éstos proporcionen artistas de París, al ir á ios teatros de Berlín, eran
al pueblo los nuevos territorios llamados á su palco por el emperador, que los invita-
que le son necesarios
para su existencia y su salud. ba luego á palacio, esforzándose por deslumhrarlos
Muchos pangermanistas dieron forma práctica á con sus alardes de cultura francesa. Los grandes mú-
estas aspiraciones.Alemania debía hacer la guerra á sicos de Francia, los pintores, los escritores, al pasar
Francia cuanto antes, y una vez vencida— pues la por Alemania, eran objeto de toda clase de galante-
victoria era asunto de unas pocas semanas —
arran- rías y hasta de adulaciones de parte del soberano.
carle la rica cuenca de Briey, después todo su imperio En sus excursiones veraniegas por los mares de Sue-
colonial, y para explotar los nuevos territorios exi- cia y Noruega, el buque imperial procuraba encon-
girle una indemnización de 30.000 millones. «Alema- trarse con los yatchs de los millonarios franceses, y
nia — decían— debe apoderarse de todo lo que es ale- Guillermo pasaba á bordo de ellos como un huésped
mán por su historia y extenderse de golpe hasta el alegre y simpático, sin ningún orgullo, hablando de sus
Adriático, rehaciendo el imperio de Carlomagno.» vehementes deseos de ser amigo de Francia, rogándo-
\Y meses después los alemanes han pretendido lesque hiciesen saber á sus compatriotas estos senti-
hacer creer al mundo que no deseaban la guerra, que mientos cordiales y su esperanza de que algún día se-
HISTORIA DE LA CitJERRA 'EUROPEA DE 1914 551
riaii todos unos franceses y alcnianos, olvidando el extendiese su poderío en el Extremo Oriente, con la
CASIMIR-PERIBR
Quinto presidente de la República Francesa. (Sóldl ocupó
seis meses ia presidencia)
FÉLIX FAUUB
Sexto presidente de la Uepúblicd Francesa
monárquico, figuran hoy como fieles y entusiastas mocrátieo á los preparativos militares, hay que re-
aliados de la República Fran- conocer que la República
cesa, hija de la Revolución. Francesa lleva realizado un
esfuerzo gigantesco. En al-
Nicolás II, emperador de Uusin JorRC V, rey de Inglaterra Alberto I. rey de Bélgica
países fueron aumentándose, pero con la diferencia Se creó el cargo de generalísimo ó presidente del
que lógicamente debía marcarse á causa de su di- Consejo Superior de Guerra para que interviniese di-
versa densidad de población. En 1900 Francia tenía rectamente en la preparación del ejército que había
516.000 hombres y Alemania 585.000, de lo que resul- de mandar cuando se rompiesen las hostilidades. Jof-
taba una superioridad para el ejército alemán de 70.000 fre entró en escena modestamente, sin ser conocido
hombres. Á partir de esta fecha comenzó la progre- por el gran público, dedicándose en silencio á la pre-
sión del ejército activo en ambos países, hasta llegar paración de la defensa nacional. Todo se fué organi-
á unas proporciones nunca vistas en la Historia. Las zando para que la República pudiera pasar de la paz
nuevas leyes militares aceptadas por Alemania en á la guerra, sin desorden, sin confusión, sin sacudidas
1913 obligaron á Francia á votar la llamada «ley de violentas, encontrando preparadas las cosas hasta en
tres años», al- sus menores de-
canzando los talles. Antes de
ejércitos de los abandonar Mi-
dos países la si- llerand el minis-
guiente impor- terio, en 1912,
tancia numéri- obtuvo del Par-
ca, verdadera- lamento un sub-
mente monstruo- sidio extraordi-
sa en tiempo de nario de 600 mi-
paz: Francia, llones para com-
780.000 hom- pletar el mate-
bres; Alemania, rial de guerra.
900.000. El ejér- Al ser conoci-
cito francés apa- do en Febrero de
reció con una 1913 el progra-
inferioridad de ma de nuevas le-
120.000 hom- yes militares de
bres, que aun- Alemania, au-
que resulta im- mentando el
portante desde efectivo de sus
el punto de vis- fuerzas perma-
ta militar, no es nentes hasta
considerable si 900.000 hom-
se tienen en bres, los gober-
cuenta los 61 mi- nantes de Fran-
llones de habi- cia se alarmaron
tantes de Alema- con harto moti-
m a n i a y los vo, pues su país,
39.600.000 de basándose en la
PROGRESIÓN DB LOS EJÉRCITOS ACTIVOS FRANCÉS Y ALEMÁN
Francia. Ade- ley de 1905, sólo
En 1892 el élérclto francés era casi igual al alemán. En 1900 resultaba Inferior en 70.000 hombres.
más el ejército En 1913, después de las nuevas leyes militares de Alemania, el eUrcIto alemán tenia 120.000 más que podía tener nor-
de Francia, á pesar de haber votado apresuradamente las Cámaras francesas el servicio de tres malmente sobre
permanente de el
aflos, poniéndolo en vigor. De no haberse lomado esta disposición, el desequilibrio entre ambas
Francia podía fuerzas hubiese sido considerable, corriendo Francia un peligro mortal. las armas de
disponer como Hay que advertir, sin embargo, que la diferencia entre ambos eiércitos no resulta tan enorme si se 600.000 a 600.000
tiene en cuenta que la República Francesa disponía además de su9 tropas coloniales, que no tienen
fuerzas auxilia- hombres.
equivalente en Alemania.
res de las tropas El nuevo pre-
argelinas, marroquíes y coloniales, frente á Alema- sidente de la República, M. Poincaré, se mostró parti-
nia,que no posee elementos equivalentes. dario de una reforma de la ley, ampliando á tres
El error irreparable y fatal para la suerte de años el servicio en el ejército activo, único medio de
Francia hubiese sido no aceptar la «ley de tres años». aumentai'lo en 200.000 hombres. De este modo la
Contra ella hicieron propaganda muchos hombres de República, con un ejército activo de 700.000 á 800.000
buena fe que no se daban cuenta de las verdaderas hombres, «podría contemplar el porvenir, sin temblo-
intenciones de Alemania, creyendo puerilmente en la res de miedo».
continuación de la paz. Empezó la campaña política en favor de la ley de
Por fortuna Francia tenía al frente de su gobierno tres años. Como dijo un gran diario inglés, «jamás
hombres organizadores y de espíritu práctico. El paso una democracia libre dio tan espléndido ejemplo».
de Millerand por el ministerio de la Guerra fué alta- El presidente Poincaré, en su Mensaje dirigido
mente beneficioso para la organización del ejército. á las Cámaras el 20 de Febrero de 1913, explicó
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 537
de este modo la urgencia de la reforma en cuestión: misión parlamentaria del ejército con algunas refor-
«La paz no se decreta nunca por la voluntad de mas oportunas de Joseph Reinach y otros individuos,
un solo pueblo, y el adagio que nos leg'aron los latinos, inspiradas en necesidades del momento.
Si quieres la paz prepárate para la guerra, jamás ha La ley de tres años fué objeto de grandes discu-
sido tan verdadero como en el presente. Un pueblo siones en la Cámara, defendiéndola Le Hérissé, pre-
sólo puede ser hoy eficazmente pacifico estando siem- sidente de la comisión; Paté, que era el ponente; Jo-
pre pronto para hacer la guerra... Una Francia dis- seph Reinach, Montebello y otros diputados. Todos
minuida, una Francia expuesta por su culpa ;i retos hicieron presente, asi como Barthoux, que Francia
y á humillaciones, no sería Francia. Equivaldría á estaba amenazada por un «ataque brusco» de Alema-
cometer un crimen contra la civilización dejar que nia, y que si no existia un ejército fuerte de cobertura,
nuestro pais decayese en la concentración de la de-
«^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 539
eran tales, que los dos sirvientes de límetros, dejándola en su forma ac-
la pieza podían permanecer durante tual.
el tiro ocupando sus asientos en la La historia de la fabricación de los
cureña. El cañón de 75 acababa de primeros cañones de este tipo resulta
nacer, «realizando todos los deseos igualmente interesante. No bastaba
que hubiese podido formular el arti- poseer el modelo del invento: había
llero más exigente». que conseguir que lo adoptase el go-
Mientras el comandante Deport tra- bierno, y sobre todo que el parla-
bajaba día y noche en su invento, el mento proporcionase los fondos ne-
ministerio de la Guerra francés creia cesarios para su fabricación. Al mis-
que la fábrica Krupp multiplicaba en mo tiempo era conveniente ocultar al
secreto la pieza inventada por Plauss- enemigo la existencia de esta arma
ner. La realidad era muy distinta, y extraordinaria.
un falso informe proporcionado al ge- El general Deloye, que había suce-
neral Mathieu había servido para la dido á Mathieu en la Dirección de
creación del 75. encargó de llevar ade-
.Vrtillería, se
Era verdad que el ingeniero Hauss Deloye, dotado de
lante esta obra.
ner había inventado un cañón y que CORONEL DEPORT una gran habilidad para conseguir
se hacian ensayos de él en los tallei'es sus fines, se dio cuenta de que era
de Krupp, en Essen. Pero estos ensayos habían fra- necesario despistar á los curiosos y á los enemigos
casado desde el primer momento, por defectos de la para conservar en secreto el nuevo material. Por una
pieza ó por estar mal serie de torpes ingenui-
^
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 541
él debemos la reconstitución de nuestra artilleria.» En 1912, antes de ser aceptada la ley «de tres
Francia fuese realmente una nación agresiva,
Si años», el ejército francés permanente estaba com-
"ansiosa de vengarse puesto de 30.000 oficia-
de Alemania, hubiera les y 630.000 hombres
(Fot. Rol)
infantería l'RANCESA BN UN CAMPO DK LA CHAMPAÑA
extranjeros con un número variable de batallones de con un número variable de batallones, según los re-
á 4 compañías. Cada uno de los regimientos contaba cursos del reclutamiento regional, 7 batallones de ca-
con 2 ó 3 secciones de ametralladoras. zadores territoriales y 12 batallones de zuavos.
En caso de movilización, se añadían á estos cuer- La caballería constaba de 12 regimientos de cora-
pos activos 145 regimientos territoriales de infantería, ceros, 32 de dragones, 23 de cazadores, 14 de húsa-
res, 6 de cazadores de
África y 4 de spahis:
en total 91 regimientos,
regimientos de spahis,
que cuentan con 5 es-
cuadrones activos. Las
brigadns de caballería
tienen secciones de
ametralladoras monta-
das sobre ruedas.
La infantería está
armada con el fusil Le-
(Fot. Rol)
DRAGONES MANEJANDO UNA AMETRALLADORA
prendía 62 regimientos de campaña compuesto cada mos las rápidas raoditícaciones hechas por los fran-
uno de ellos de 3 ó 4 grupos, subdivididos en 3 ba- ceses en su artillería pesada á última hora, con una
terías de á 4 piezas, ó sea un total de 034 baterías asombrosa facilidad de adaptación.
montadas. Además 16 baterías á caballo; 21 baterías El ejército permanente tenía además 8 regimien-
de artillería pesada; 2 regimientos de artillería de tos de ingenieros divididos en pontoneros, aeronautas,
montaña compuestos
de 18 baterías, y 11 re-
gimientos de artillería
á pie comprendiendo
57 baterías de plaza y
32 de costa.
Ya hemos dicho que
de campa-
la artillería
ña dispuso desde 1897
del famoso cañón cali-
bre 7B, que recula so-
bre la cureña con fre-
no hidráulico, y está
defendido por una mam-
para de acero cromati-
zado. La artillería pe-
sada tenia el cañón de
120 corto y el 165 con
freno hidráulico y re-
percutor neumático,
que es el llamado Ri-
mailho, del nombre de
su inventor. AI hablar
de los incidentes de la
(Fot. Meuriase)
guerra, mencionare- SAI,1I>A DB rN DIKIOIBI.B KKANCKS
544 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
La «ley de los tres años» modiHcó todo este sistema formado nuevos cuerpos, y el ejército francés consta
aldar á las fuerzas permanentes de Francia un au- hoy de 5 millones de hombres aproximadamente.
mento de 200.000 hombres. Además, en el curso de la
guerra las fuerzas territoriales se lian aguerrido, con-
fundiéndose con las del ejército permanente. Se han La marina francesa ha conservado su antigua im-
portancia. No se nota
decadencia en el valor
de su material ni en la
pericia de sus hombres;
pero ha progresado
poco, dejándose sobre-
pasar por las marinas
de otros países que
hace medio siglo esta-
ban muy por debajo de
ella.
Después de 1870
Francia se ha mostra-
do incierta y vacilante
en su política naval,
teniendo en cierto modo
sus razones para no se-
guir una conducta rec-
tilínea. Á consecuencia
de sus expansiones co-
que la ponían
loniales,
en continuo conflicto
con los exploradores
ingleses de África, te-
TIRADORES SBNEOALICS (Kots. Rol) ¡^j¿ durante algunos
546 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
años la posiliilidad de una guerra naval con la Gran ña, con sus escuadras enormes, de la dominación de
Bretaña. Esto le hizo organizar sus fuerzas maríti- los mares.
mas con un fin puramente defensivo, limitándose á Viendo la República aseguradas sus costas del
la fortificación de sus puertos y sus costas, á la cons- Atlántico por la marina inglesa, y teniendo que afir-
trucción de numerosas es- mar sus comunicaciones
cuadrillas de torpederos y con África para el trasla-
submarinos para proteger do de las tropas de Arge-
la Mancha, y á la cons- lia, concentró todas sus
titución en el Mediterrá- escuadras en Tolón, en-
neo de una escuadra de cargándose de hacer la
grandes cruceros que guerra en el Jlediterrá-
mantuviese sus comuni- neo, con el auxilio de las
caciones con las colonias estaciones navales de Gi-
de África. braltar y :\íalta.
dos, 83 destroyers, 118 torpederos y 72 submarinos. la única que no ha permitido saborear en paz su
le
Algunos de sus buques son de viejo modelo y lle- triunfo, presentándose siempre en sus ensueños de
van veinte años de existencia, pero posee dos dread- ambición como una temible amenaza.
noughts, el Jean Bart y el Courbet, y seis acorazados La vanidad Ini hecho que los alemanes desprecia-
casi de igual valor, el Vol- sen á Francia en ciertos
ción de sus medios defen- EL ACORAZADO «MARSEI LLAISB» con Francia, yo no parti-
XVIIl
Rusia y el paneslavismo
OONTRATORI'WDEKO
<
OJ
O
u
3
ü
'Jj
X)
<
o
ce
a
ID
Q
2' s
<
i-
(0
/2
<
(O
o
<
ce
ü_
<
ce
Q
<
LD
<
<
<
550 VICENTE BLASCO IliANEZ
paron de activar las relaciones intelectuales con Eu- alemana, y los alemanes tienen un empeño especial
ropa. Francia dominaba al mundo en el siglo XVIII, en desfigurar y falsificar todo lo del Imperio ruso.
merced á los refinamientos de su cultura, y San Pe-
tersburgo adoptó la lengua francesa, asi como las
costumbres y la cortesía de los monarcas de Versa- «El formidable amasamiento de diferentes
lles.Desde esta época fué de tradición en las familias — dice E. Taris — que se ha fundido pueblos
hoy en una fuerte
de la nobleza rusa emplear el francés como lengua unidad política con el nombre de Rusia, llegó más
de la intimidad. tarde que ninguna otra nación europea á adquirir una
El uso del idioma y la imitación de las costumbres posición de equilibrio.»
francesas prepararon á los rusos de clase superior, En varias manifestaciones de su vida, Rusia se
desde hace siglo y medio, para la amistad con Fran- llalla al mismo nivel que los pueblos europeos al salir
cia. Hasta en las guerras que sostuvieron rusos y de la Edad Media. Si se exceptúan los ferrocarriles,
franceses en 1812 y en la que son obra del gobier-
campaña de Crimea, se no, el pueblo ruso, por sus
trataron ambos con cierta virtudes, sus defectos, sus
estimación. Por esto tal costumbres, sus medios de
vez ha sido posible una comunicación y su mane-
alianza política y finan- ra de existir, vive aún en
ciera entre las dos nacio- el siglo XVI.
nes, basada no solamente kSu evolución histórica
en el acuerdo de los go resultó lenta, y explica
bienios, sino que también las aspiraciones del panes-
en la reciproca simpatía lavismo. La cuna de la
de los pueblos. El mundo nación rusa fué Kiew, se-
ha contemplado un espec- ñalándose en dicha re-
táculo casi inverosímil en gión, por primera vez en
esta unión estrecha y cor- la Historia, la presencia
dial del más absoluto de de los eslavos. Las tribus
los imperios europeos con primitivas de esta raza se
la República de ideales dividieron en tres agrupa-
más revolucionarios. ciones. Unos marciiaron
El capital francés ha hacia el Oeste, formando
colaborado poderosamen- elgrupo de los lusacienos
te en el renacimiento eco- y tcheques de una parte,
nómico de la Rusia mo- y los pueblos búlgaros,
derna. 20.(X)0 millones de servios, croatas, slovacos
han sido colo-
oro francés y slovenos de otra. Una
cados en Rusia durante segunda agrupación esla-
los últimos veinte años, va emigró hacia el Norte
bajo la forma de emprés- y el Este, ocupando las
titos de Estado ó de em- tierras hasta los bordes
presas industriales. La so- BL GRANDE del Báltico y el Océano
lidaridad financiera une Glacial, ó sea gran parte
hoy á Rusia y Francia tanto como los intereses de la de la Rusia del presente. El tercer grupo se mantuvo
política internacional. en el mismo suelo, que aparece como la cuna de la
Las dos naciones representan dos mundos absolu- raza eslava, y formó la nación polaca.
tamente distintos. Rusia ha estudiado ávidamente á Durante largos siglos las tribus eslavas, desunidas
Francia para copiar su civilización. Francia y el entre ellas, vivieron bajo el yugo de los pueblos veci-
resto de Europa conocen defectuosamente el inmenso nos, belicososy conquistadores. En 8132 el pirata nor-
Imperio, ó no lo conocen en absoluto. El mundo dedi- mando Rurik se apoderó de Novgorod, fundando el
cado á los negocios empieza á enterarse de las enor- primer reino ruso. El nombre de este aventurero de
mes riquezas que duermen en las entrañas de su sue- los mares sirvió según parece para bautizar á la Ru-
lo. El mundo intelectual se Las tribus del reino de Rurik se titularon
equivoca casi siempre al sia actual.
juzgar la vida interior de Rusia y sus confusas fer- Russ, que en idioma finlandés significa «remero».
mentaciones, de las que ha de surgir seguramente un Un sucesor de Rurik llamado Oleg transportó á
gran pueblo. Kiew la capital de su reino. Años después Olga la
Muchas de las ideas generales sobre Rusia han Santa introdujo en 957 la religión ortodoxa entre los
llegado hasta nosotros transmitidas por la opinión rusos, entrando éstos en relaciones con la Grecia bi-
mSTOL'IA \)íi LA GUERRA EUROPEA DE 1914 551
anitjuilado por la invasión de los tártaros. Estos, á avanzadas, hubo que agregar su campaña contra los
las órdenes del célebre revolucionarios polacos y
Gengis-Khan, lo arrolla- la ayuda que prestó á
ron todo, poniendo en pe- Francisco .José en 1849
ligro la vida civilizada de para el aplastamiento de
Europa. La bárbara inva- la República húngara.
Romanof, iniciador de la obra de estabilidad política. Además engrandeció la Rusia con los territorios tur-
A partir de Pedro el Grande se aceleró el progreso cos de Transcaucasia.
de Rusia. Este monarca, duro y progresivo, fundó á Su sucesor, Alejandro 111, cambió la orientación
Petrograd (llamada por los alemanes San Petersbur- de la política exterior. Hasta entonces Rusia había
go) y realizó la aspiración más vehemente del pais. marchado unida con Pnisia y .\ustria. sin grandes
que deseaba llegar al mar. Su conquista de las pro provechos y con crueles engaños. Las victorias sobre
vincias bálticas puso á Rusia en contiicto con P^uropa. Turquía sólo habían servido para que los aliados de
Catalina II desmembró el reino de Polonia y conquistó Rusia se aprovechasen astutamente de ellas adqui-
la actual ribera rusa del mar Negro. Alejandro 1 riendo nuevos territorios sin disparar un tiro, como lo
triunfó sobre Napoleón y fué por algunos años el ;ir- hizo Austria al quedarse con Bosnia y Herzegovina.
bitro de Europa. Bajo su reinado las sociedades secre- Alejandro 111 rompió con sus antiguos aliados, en-
tas, iníhienciadas por ol ejemplo de la Revolución trando en franca inteligencia con la República Fran-
francesa, empezaron á conspirar contra el Imperio cesa.
absoluto. Nicolás 1 reprimió duramente á los revolu- Su hijo Nicolás II continuó esta política, pero man-
552 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
teniéndose al mismo tiempo en buena amistad con nia rusa ha hecho un esfuerzo tan considerable y por-
Alemania. Las maquiavélicas sugestiones del gabine- tentoso como el de las regiones más laboriosas de
te de Berlin lo empujaron á una expansión en el Extre- Alemania. Rusia dispone de grandes yacimientos de
mo Oriente, hasta que chocó con el Imperio japonés. hierro y de carbón, y fabrica ella misma todas las
Una guerra desgraciada fué la consecuencia de este máquinas y demás productos metalúrgicos necesarios
encuentro, al mismo tiempo que en el interior se pro- para su vida.
D
movía una gran revolución de protesta social y polí-
tica. Por algunos meses los enemigos de Rusia creye- Hablemos del paneslavismo.
ron que Imperio moscovita iba á disgregarse. Ale-
el Rusia tiene en su interior algunos pueblos que no
mania mal disimulado regocijo esta crisis
siguió con son eslavos, pero en cambio numerosas poblaciones
enorme, que podía privar á Francia de su aliada. Pero eslavas de su misma sangre y que forman parte de
la habilidad de algunos hom-
bres políticos logró conjuríir el
conflicto, resolviéndose éste
definitivamente con la adop-
ción del régimen constitucio-
nal que hizo desaparecer el
antiguo absolutismo.
Rusia no sólo ha reorgani-
zado con rapidez sus fuerzas
militares aumentándolas con-
siderablemente. Sus progre-
sos en el terreno económico
son enormes, hasta el punto
de hacer de ella una nación
rica y poderosa.
Bien conocida es la impor-
tancia de Rusia como produc-
tora de cereales. Su vida ha
sido siempre agrícola. «Por
cada 1.000 habitantes, se cuen-
tan 850 campesinos, 107 bur-
gueses, 2.3 cosacos, 15 nobles
y o sacerdotes.» Solamente
un 1.3 y medio por ciento de
los rusos habitan las ciuda-
des. Todas las cuestiones in-
teresantes de la vida interna
del Imperio fueron cuestiones
agrarias. El gobierno intervi-
no en varias ocasiones con
un espíritu socialista para fa-
cilitar á los campesinos la
posesión de la tierra, y esto
ha favorecido el desarrollo
productor en los últimos años,
contribuyendo á calmar las LA QUIMERA DEL PANGERMANISMO
regiones más agitadas por la COMO .-^BRÍA KUKOFA OKSl'L'ÉS DB l'NA VICTORIA AUSTRO-ALEMANA
revolución de 1905. Los cerea-
P.\ paníjermanismo ha trastornado desde hace años, con sus proyectos de loca ambición, el mapa de
les que exporta Rusia al resto
Europa y el de África.
de Europa representan miles En Europa, la Alemania vencedora de Prancia debfa anexionarse el Kranco-Condado, Borgoña, Champaña.
Lorena, Flandes francés, el Artois, Picardía v Normandia. Su marina debía poseer todo el litoral, de Dun-
de millones anualmente. kerque á Chcrburgo, frente á Inglaterra. Además, para tener acceso al Mediterráneo, Alemania se anexionarla
El poder económico de Ru- una ancha faia del suelo francés, desde Besanzón á la costa Sur. convirtiendo el puerto de Tolón en un apos-
tadero de su Hola.
sia no reside únicamente en Suiza pasaría á ser de Alemania. Bélgica, Holanda y Dinamarca quedarían anexionadas á ella Igualmente,
la En el por considerarlas naciones de origen alemán que estorban con su independencia el dominio absoluto del Báltico
agricultura. Oeste,
y el Mar del Norte. También se anexionaría el Imperio alemán varias provincias rusas lindantes con la Prusla
el Centro y el Sur, existen oriental, y una mitad de Polonia con su antigua capital Varsovia.
Austria, á cambio de su alianza, habla de recibir la otra mitad de la Polonia rusa y toda la totalidad de
grandes explotaciones meta-
Servia, Montenegro y Albania. También recobraría á Véncela, recibiendo Italia como compensación el antiguo
lúrgicas. En 15 años la Polo- territorio de Niza. En el bolín colonial de África correspondería al Imperio austríaco todo Túnez, El Medite-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 553
su pasado, viven más allá de las fronteras del Im- un mundo espiritual de sentimientos y de ideas, y ha
perio.
tomado forma una tendencia política con el título de
Una aspiración lógica de Rusia al verse poderosa, paneslavismo.
fué reunir á estos pueblos en un mismo organismo poli- No hay que confundir el paneslavismo y el panger-
glos á los turcos y los austríacos. Toda Europa se agitó autoridades austríacas los tratan lo mismo que á un
á principios del siglo XIX con revolucionarias con- pueblo conquistado. De ser verdad que todas líis razas
vulsiones, por conseguir la libertad. Sólo estos pue- tienen en el Imperio iguales derechos, la monarquía
blos siguieron en la miseria de la esclavitud, volvien- dualista tendría que convertirse en triplista, y asi
do sus ojos cargados de esperanza hacia el Imperio como existe un reino de Austria y un reino de Hun-
ruso, unido á ellos por el parentesco étnico. gría, debería crearse un tercer reino de los eslavos,
Á impulsos del sentimiento paneslavista, al hacer con su Parlamento y su vida autonómica. El Imperio
la guerra á, Turquía el Imperio ruso en 1828, no se se ha negado siempre á esta solución, prefiriendo su
limitó á asegurar la independencia helénica, pues se régimen centralista, dominador y desigual, que coloca
atribuyó además el protectorado de la Moldavia y la á los eslavos en una inferioridad envilecedora.
Valakía. En 1853 obligó á Turquía, vencedora de La importancia del elemento eslavo en Austria es
Montenegro, á satisfacer las aspiraciones de este prin- considerable, y está representado por los siguientes
cipado vencido. En 1877 emprendió su guerra contra pueblos: polacos, rutenos, servios, croatas, slovacos,
los turcos, lle- ' —
slovenos v tche-
a
gando vencedor ques.
á las puertas de Los polacos de
Constantinopla, Galítzia, por so-
para obtener la lidaridad con sus
independencia hermanos de Ru-
completa de los sia, que eran
rumanos y la au- maltratados por
tonomía de Bul- el zarismo, mos-
blos latinos son, por lo general, católicos-romanos. Además practican, en parte, esta religión los
ñía de instructores de automovi-
flamencos, suiros, austríacos, alemanes, polacos, tcheques, rutenos, croatas, esclavones, húnga-
lismo. ros é irlandeses. En total, 162 millones.
Los pueblos de raza germánica son en su mayor parte «protestantes». Profesan también esta
El reclutamiento de este ejército
religión los finlandeses y los estonianos. Total, 81 millones.
enorme lo ha realizado Rusia anual- La religión -ortodoxa», ó sea la griega, es profesada por los eslavos, los rumanos y los grie-
gos. 90 millones.
mente, sin obstáculo alguno, pues El mahometismo está representado por los turcos y los tártaros. 7 millones.
las reservas de hombres de que dis- Los Israelitas diseminados en toda Europa representan una cifra de 6 millones.
cia (73 habltantcsi y en Auslrla-Hungrla (76i; fuerte en Alemania 120i, llalla (1211, Inglaterra (U4i, y
. puros y figuran confundidos en las
muy fuerte en Bélgica i254i. Los pangermanistas alegan la densidad de la población de Alemania mismas unidades. Los cosacos son
y la abundancia de nacimientos como razones que lustlflcan sus anhelos de conquista, para esta-
blecer en las nuevas tierras i los alemanes sobrantes. los únicos que forman cuerpos á par-
558 v/ICENTE BLASCO IBAÑEZ
Al iniciarse la presente guerra
todos los jefes de campamento cosa-
co enviaron telegramas al zar Nico-
lás II, poco más ó menos del si-
guiente estilo:
«Padrecito: tengo cien caballos
y mando á cien hombres. Lláma-
me.»
Las tropas cosacas han forma-
do en la presente guerra las siguien-
tes unidades: 12 batallones de in-
70.000 sobre las armas; en período de guerra 200.000 del sable. Hoy este ejército es uno de los mejor pro-
aproximadamente. veídos en material de exploración y de comunicación:
La población cosaca vive en el Imperio ruso como telégrafos, teléfonos, señales ópticas, proyectores, etc.
un Estado especial que goza de cier-
tos privilegios á cambio de sus ser-
vicios particulares. El cosaco es sol-
dado desde los 20 años á los 47. A
partir de 1909 ha sido modificada su
organización tradicionaL Pasa un año
en el contingente sometido á prepa-
ración; 4 años en los famosos regi-
mientos cosacos, de una bravura y
una fidelidad á toda prueba; 8 años
gozando de licencia temporal, 6 en
la reserva y 10 en la milicia. El cosa-
co aporta á sus expensas el caballo y
el equipo, recibiendo del Estado Lis
armas únicamente.
En caso de guerra los cosacos se
presentan por lo general antes de que
les toque el turno de ser llamados. Su
adhesión al emperador reviste la mis-
ma forma familiar que en los tiempos
de la vida de tribu. ARTILLEROS SIBERIANOS CON INA AMETRALLADORA
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE \9\A 559
injusto.
Grandes fueron sus faltas en la guerra ruso-japo
nesa, pero la responsabilidad de ellas incumbe más ;i
los gobernantes de Rusia, organizadores del ejército,
nada esta preparación ingresaban en un regimien- rioridad en proporción con lo inmenso del territorio.
to. Si el oficial procedia de uua familia influyente, En 1912 la longitud de las lineas explotadas era
entraba en la Guardia ó en el Estado Mayor, que era de 64.000 verstas ila versta tiene 1.067 metrosi.
á modo de una casta aparte. Si no conseguía este pri- Mientras que Francia posee 9 kilómetros de via férrea
vilegio, vegetaba toda su vida en los grados inferiores, por cada 1.000 metros cuadrados de territorio, Ingla-
I
sin esperanza alguna. Un sueldo misero y una exis- terra 12, Alemania 11, Austria 6 y medio y Bélgi-
tencia olvidada en remotas guarniciones era todo su ca 28, Rusia no tiene más que 1 kilómetro y 100 me-
porvenir, mien- tros en sus pro-
tras que los pri- vincias de Eu-
vilegiados de la ropa.
Guardia ó del El plan de los
Estado Mayor ferrocarriles ru-
llegaban á ge- sos es muy sim-
nerales á los 40 ple. Su centro
años. está en Moscou,
En el nuevo y las grandes li-
ejército de Ru- neas forman co-
sia, reorganiza- mo una estrella
do profundamen- alrededor de la
te á partir de metrópoli, con
1908, han des- dirección á Pe-
aparecido consi- trograd, Arcán-
derablemente es- gel, Varsovia,
tas diferencias Odesa, Crimea,
de casta. Las es- el Don, el
Volga
cuelas militares y el Ural. Esta
dan una ense- estructura, en
ñanza moderna su conjunto, ha
y todos los gra- servido perfec-
dos son accesi- tamente para las
bles á las gentes necesidades eco-
de origen obscu- nómicas y políti-
ro, con arreglo cas de Rusia. En
á sus méritos. la frontera occi-
Muchos gene- dental los ferro-
rales á estilo an- carriles rusos re-
tiguo que soste- sultan de una vi-
nían las tradi- sible inferiori-
ciones pernicio- dad ante los fe-
sas han sido de- rrocarriles ale-
clarados en si- manes y austría-
tuación de reti- cos.
ro. Muchos ofi- Varias lineas
ciales de origen férreas se ex-
BL GENERAL SOCKUOMLINOF. 5USISTRO DE LA GUERRA RUSO
democrático que tienden en tor-
iDibajo de L. Sabatier, de la Uluttration de París)
se distinguieron no de Varsovia,
en campaña de Mandchuria ocupan ahora altos
la pero están muy espaciadas y no tienen ramificaciones
puestos del ejército. El EstadoMayor está formado en capilares que permitan cómodamente, á un mismo
gran parte por los militares progresivos que con más tiempo, desembarcar y avituallar tropas á lo largo
ardor combatieron la antigua organización. de este frente. Faltan, igualmente, lineas laterales
El general Soukhomlinof, ministro de la Guerra, que permitan transportar fuerzas importantes de im
activo y tenaz, ha mejorado en pocos años el sistema punto á otro de la frontera polaca, para las manio-
de movilización y la instrucción de las tropas, trans- bras que exige la guerra moderna.
formando á la vez el funcionamiento del Estado Ma- En los defectos y la escasez de los ferrocarriles
yor, seleccionando el personal encargado del mando y del frente occidental, hay que buscar la causa de la
procediendo á una renovación completa del material. lentitud con que Rusia efectúa sus avances en la pre-
o sente guerra contra alemanes y austríacos.
La red de ferrocarriles rusos acusa una gran infe- Entre la frontera y el Vístula, el sistema de co-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 561
municaciones destinado á favorecer la concentración considerablemente .las vias férreas en los terrenos
de los ejércitos parece atrofiado. Este vacio no es fronterizos á Rusia. De este modo pudo suplir la es-
efecto de la imprevisión, pues el Estado Jlayor ruso lo casez de fuerzas con una gran movilidad. En Prusia
ha creado voluntariamente. Hay que tener en cuenta y en Silesia la red de ferrocarriles es muy densa, «Se-
la configuración peligrosa de esta frontera occidental. mejante al camino de ronda de ima fortaleza dice —
La Polonia rusa avanza lo mismo que un promontorio un autor — una primera linea se extiende por toda
.
en el mar, entre la Polonia prusiana y Austria. La la frontera ruso-alemana, á diez ó veinte kilómetros
Prusia y la Ga- del limite divi-
litzia la envuel- sorio. De esta
ve n con las linea, cada 40
provincias bál- ó 50 kilómetros
ticas y con los salen unas li-
a la defensa rusa. Por esto el Estado Mayor de Petro- vacío creado voluntariamente en la frontera occiden-
grad, siguiendo sus tradiciones de la época de Na- tal, pudo avanzar, pasados algunos meses, con una
poleón, juzgó que el mejor medio de defender el país lentitud segura.
.era evitar todo lo que pudiese dar facilidades al avan- En esta frontera occidental tiene Rusia algunas
ce del enemigo. Con pocos caminos y con menos fortalezas de gran valor, que son: Kovno, en la con-
ferrocarriles aún, los ejércitos invasores se encon- fluencia del Niemen y el Vilia; Novo-Georgiesk, en la
trarian rápidamente privados de su avituallamiento, confluencia del Narewa y el Vístula, cubriendo el ac-
efectuando los ceso á Varsovia,
avances con una y Brest-Lítovsk
dificultad favo- sobre el Bug,
rable á los ru- que defiende á
sos. Estos, al Polonia por la
terminar su mo- parte de (íalit-
vilización y con- zia. Las ciuda-
centración, po- des importantes
drían avanzar á como Varsovia,
su vez por el te- Ivangorod y
rreno abandona- otras, están for-
do, con lentitud, tificadas, pero
pero seguramen- su valor de pla-
te, hasta llegar zas fuertes es
á las fronteras poco considera-
ble ante los me-
Por tales ra- dios ofensivos de
zones Estado
el la guerra mo-
Mayor ruso re- derna.
a
formó en 1910 la
situación de sus La marina ru-
tropas, dejando sa estaba reor-
en la frontera ganizándose al
occidental sólo estallar la pre-
las necesarias sente guerra.
para una pri- Después de
mera defensa y la desgraciada
concentrando al
campaña contra
otro lado del Vis- elJapón, la flota
tula las grandes fué objeto de
unidades. las mismas re-
Esta disposi- formas que el
ción explica los Pero las
ejército.
primeros éxitos defensas maríti-
obtenidos por mas exigen más
Von Hindera- tiempo para su
UN ESCUADRÓN DH¡ COSACOS
bourg en sus (Dibujo de Georges Scott, de la Illustration. de París) reorganización
operaciones con- que las terres-
tra Rusia. Las victorias en la frontera se tres. El gobierno había empezado á construir dos po-
debieron,
más que á sus talentos estratégicos, á la ciencia de los derosas escuadras en el Báltico y en el mar Negro. El
ingenieros alemanes que habían construido la red de plan de renovación marítima debía efectuarse en un
ferrocarriles. Gracias al rápido y abundante sistema plazo de veinte años, dando á Rusia 24 acorazados y
de comunicaciones, el general alemán pudo mover un número aun mayor de buques secundarios. La gue-
sus fuerzas fácilmente, concentrándolas en un como hemos dicho, sobrevino cuando este plan
punto rra,
dado, siempre con mayor densidad numérica que la empezaba á realizarse.
del enemigo. Pero cuando avanzó en Polonia sin el
Hoy la marina rusa tiene cuatro dreadnoughts, el
auxilio de los ferrocarriles alemanes
y sus tropas tu- Poltawa, el Petropolowk, el Sepastopol y el Hangest,
vieron que marchar á pie, el avance fué de 23.000 toneladas cada uno, y cierto número de
seguido de
ía retirada y el fracaso.
cruceros, torpederos, etc., en el Báltico y el mar
En cambio Rusia, concentrando sus enormes fuer- Negro.
zas, venidas de lejos, al amparo de la soledad y el
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 563
TIPOS SERVIOS
sea la de los servios, forma en reali- vios una completa autonomía inte-
dad una sola familia con los croatas. rior, entregando el gobierno á la
.Sus diferencias no son étnicas, sino familia Obrenovitch. Doce años des-
religiosas. Los servios profesan la pués la Skoupchtina ó asamblea na-
religión ortodoxa y los croatas ge- cional confirió el poder á los Kara-
neralmente son católicos. Los prime- georgevitch en la persona de un hijo
ros emplean alfabeto cirílico, casi
el de Jorge el Negro. Servia fué progre-
igual al alfabeto ruso, y los segundos sando lentamente. Aunque sus habi-
usan el alfabeto latino. tantes, desde los primeros años de
Juntos servios y croatas constitu- autonomía, desearon ardientemente
yen actualmente un total de !• millo- constituir un gran pueblo, tropeza-
nes. De ellos 2 millones y medio for- KARAGE<IROB\ ITI H ron con un obstáculo fatal, el mismo
man la Servia independiente, que ade- que les ha impulsado en nuestros
más ha visto acrecentarse su población con L300.000 días á la guerra: la falta do salida al mar.
habitantes después Turquía, que con-
de la última guerra tinuaba ejerciendo
balkánica. Los de- una dominación po-
más servios y croa- líticasobre Servia, y
tas viven sometidos era poco afecta á los
á Austria en Bosnia- K ar a ge o r ge v tch i ,
Milano. El país estaba cansado de la rapacidad y el aliado, quiso ejercer una poderosa influencia en los
cinismo de éste, de la estolidez de su hijo, y no podía Balkanes, buscando en ellos una compensación á las
tolerar la descarada ambición de la nueva reina. El pérdidas de territorios que había sufrido durante la
conflicto se resolvió de un modo oriental, con arre- segunda mitad del siglo XIX. Siguiendo esta política
glo á las violentas tradiciones de Servia. Los parti-
se anexionó definitivamente Bosnia y Herzegovina.
darios de los Karageorgevitch aprovecharon el des- Bulgaria y Rumania se mostraron sometidas á su in-
contento del pueblo para acabar con la dinastía. IJn fluencia. Servia fué la única que le hizo frente, soste-
continuación una política oscilante, apoyándose al- vecinos. El gobierno de Víena le hizo una guerra eco-
ternativamente en Rusia ó en Alemania y Austria, nómica para matarla de hambre, impidiendo la salida
para conseguir sus fines de engrandecimiento. de los cerdos, que es la principal riqueza del pastoreo
El Imperio de Austria, con el apoyo de su fuerte del país, y los servios tuvieron que ingeniarse para
[Xbuio de Norman Wllklnson, de <The Mtuslraled London News»
te á despojarse en parte de sus funciones de monar- recho entusiasmaron á los servios, que sienten un gran
ca, depositando el poder real en su hijo Alejandro, cariño por Gyoka,como le llaman familiarmente.
que es el heredero del Privado el príncipe Jor-
trono. ge del trono, ha sobrelle-
El príncipe Jorge, su vado alegremente su des-
hijo mayor, era el here- gracia tomando parte en
dero natural, pero á con- todas las guerras y arros-
secuencia de ciertas aven- trando los peligros con
turas de orden particular una loca temeridad, pro-
tuvo que ceder sus dere- pia de su carácter impe-
chos al hermano segundo. tuoso y arrebatado. El
Alejandro, el actual prín- príncipe heredero es aho-
cipe heredero, no se dedi- ra el verdadero rey de
có á la carrera de las ar- kServia,pues el anciano
mas como Jorge. En San Pedro I vive recluido á
Petersburgo, donde hizo causa de sus enfermeda-
sus estudios, siguió con des. Únicamente en los
preferencia los cursos de momentos más peligrosos
la facultad de Derecho, de la presente guerra, el
que cantan en este momento. Servia antes de la guerra de los Balkanes tenia
» —Hospedar, dicen asi: «¡Que Dios bendiga las una superficie de 48.300 kilómetros cuadrados, con
aguas del Morawa, porque ellas han ahogado á los una población de 2.960.000 habitantes. Su victoria
enemigos de los servios! ¡Que Dios multiplique las sobre Turquía y después sobre Bulgaria le propor-
tallar la guerra.
En su lucha contra Turquía, Servia movilizó 160
apoyo de la re-
pública de Ve-
necia. El hábil
Nicolás consi-
guió en 1896
casar á su hija
laprincesa Ele-
í
na con el prin-
cipe de Ñapó-
les,heredero
de la corona
italiana. Hoy
mo-
la hija del
narca pastor
de la Montaña
Negra es la
leina de Italia.
De este modo
Nicolás com-
LA PKINCESA ELENA DE MONTENEGRO pletó y consoli-
dólaobradesus
ascendientes, colocándose entre dos grandes proteccio-
nes: de un lado Rusia, sostenedora de los eslavos; del
otro la renaciente Italia, cuyo monarca es su yerno.
Los montenegrinos, con su audaz príncipe al fren-
te, han osado los mayores atrevimientos para agran-
dar su influencia política y su territorio. En 1S7I) ori-
ginaron la insurrección de Bosnia, que fué causa un
año después de la guerra ruso-turca.
Las decisiones del Congreso de Berlín no podían
satisfacer al príncipe Nicolás. Tuvo que acoger en si-
lencio las órdenes de las grandes potencias, pero guar-
dó en su alma la firme decisión de deshacer en un mo-
mento oportuno todo lo que establecieron en la citada
que para evitar un conflicto aceptaroi las exigen- á sus órdenes. En Agosto de 191B intentó el aplasta-
cias austriacas. Hubo miento de Servia y su
que enviar una flota in- pequeña aliada eslava
ternacional para que del Adriático. La acti-
el valeroso y testaru- tud de Italia impidió
do rey de Montenegro tal atentado.
Alemania, en cambio, venia preparándose desde decadencia, debilitado por las querellas interiores y
hace veinticinco años, y á partir de 1912 estaba corrompido hasta la médula por la sensualidad de sus
resuelta á aprovechar la primera circunstancia favo- costumbres. Los gobiernos franceses, según la opinión
rable. El atentado de Serajevo— suceso que puso en- alemana, se preocupaban más de combatir el espíritu
frente de Francia y de Rusia el orgullo dominador militar de una parte del pais que de organizar el
de Alemania y su acólito el Imperio austríaco —
fué ejército. El presidente de la República no tenia nin-
rápidamente aprovechado. Todas las actuaciones di- gún prestigio; los oficiales vallan muy poco; el ejér-
Viena y Berlín fueron cito carecía de genei-ales de mérito y de un plan de
plomáticas de los gabinetes de
hipócritas fingimientos. Los
dos imperios germánicos campaña. Apenas surgiese la guerra. Marruecos, la
estaban resueltamente decididos en favor de la gue- Indo-China y otras colonias francesas se sublevarían
rra. Sólo la humilla- contra la metrópoli. Á
ción de Rusia y de esto había que añadir
ceses, demasiado confiados y que no creían en la posi- su ejército durante muchos años.
bilidad de la guerra, eran antimilitaristas, acogiendo En resumen, el Imperio alemán tenía la certeza
con burlona sonrisa los ideales patrióticos de «revan- absoluta de que le bastaba arrojar todo su ejército
cha» como algo anacrónico. sobre Francia para vencerla y anonadarla en cuatro
El pueblo francés, dueño de un suelo fértil, posee- semanas.
dor de una gran riqueza y habituado á todas las deli- Rusia era temible por sus enormes reservas de
cias del bienestar, no podía comprender las ventajas hombres, pero nada podría hacer si Alemania caía
de la guerra, y por lo mismo se imaginaba que los sobre ella antes de que hubiese terminado su lenta
demás pueblos eran partícipes de los mismos senti- movilización. Además, estaba corroída interiormente
por las luchas sociales y políticas. Las huelgas
mientos. Además, el pangermanismo, con su orgullo obre-
exclusivista, describía á Francia como un pueblo en ras estaban agitando revolucionariamente sus capi-
580 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
tales más importantes. La visita del presidente Poin- útil para Alemania. Los franceses tendrían que dis-
caré había servido de pretexto para grandes pertur- traer varios cuerpos de ejército en el Sur para hacer
baciones en la capital. frente á los italianos, y de este modo los alemanes
Tampoco había que temer una intervención enér- podrían retirar de Francia una parte de sus tropas
gica de Inglaterra. Bastante tenía la Gran Bretaña de invasión para enviarlas á la frontera rusa.
con preocuparse de la cuestión irlandesa, que había Del lado de Oriente no amenazaba ningún peli-
llegado al período álgido. Este conflicto, que ponía en gro. Grecia, Montenegro y Servia simpatizaban con
peligro su integridad nacional, no le dejaría tiempo Rusia y Francia, pero frente á estos pueblos podían
ni fuerzas para intervenir en los asuntos de Europa. colocar los austro-alemanes como un obstáculo á
Además, nadie creía en Alemania que Inglaterra Turquía y Bulgaria, que neutralizarían la actua-
pudiese transportar con rapidez un cuerpo de tropas ción de aquéllos en los Balkanes.
Rusia
170 millones
Alemania
bl millones Austria
52 millones
Inglaterra
Francia 45 millones
.50 600.000
Bélgica
7.600.000
Servia
4.200.000
al continente. En Berlín, diarios y profesores afirma- En cuanto á las demás naciones de Europa podía
ron que los ingleses estaban en decadencia, que sus contar Alemania, si no con su benevolencia, al menos
pretensiones á la dominación de los mares no eran con su resignación pasiva y miedosa, fuese cual fuese
más que un ensueño, y que había llegado la hora de la violencia de su conducta. En el Norte tal vez lo-
imponerles una cruel realidad. Si la Gran Bretaña grase excitar á Suecia contra el Imperio ruso. A las
intervenía en la guerra, sus colonias se sublevarían, primeras derrotas de los rusos, los suecos intentarían
inmovilizando una gran parte de su ejército. apoderarse de Finlandia, que es para su raza una
La actitud de Italia tampoco les inspiraba ninguna especie de Alsacia-Lorena.
duda. Todos en Berlín presentían que en el primer Al hacer el balance moral de Europa, los alema-
momento de la guerra tal vez se negase, por pruden- nes sólo veían dos adversarios: Francia y Rusia. Con-
cia, á marchar con los dos imperios de la Triple tra ellos podían emplear sus enormes fuerzas, las de
Alianza; pero así que los alemanes lograsen la pri- Austria y tal vez las de Italia. La situación política
mera victoria, se apresuraría á atacar á Francia por interior de las dos potencias enemigas era singular-
la frontera de los Alpes, para conseguir de este modo mente crítica por sus luchas civiles y sus conflictos
su parte en el botín. económicos.
Este auxilio de última hora iba á resultar muy Ningún momento podía resultar mejor escogido
HISTORIA DE LA GUKIíRA EUROPEA DE 1914 581
que el presente para emprender la pelea decisiva. Y atentado futuro contra las «leyes de familia». La po-
Alemania, que en varias ocasiones había vacilado al sibilidad de que una advenediza ciñese la corona de
ir á tirar de su espada, no dudó en 1914,
aproveclian- Teresa, provocaba su indignación.
j\Iaria
do como pretexto el asesinato de Francisco Fernando. Ninguno de los dos emperadores sintió profunda-
Hay que hacer constar que tanto el emperador de mente la muerte del archiduque. Pero el atentado de
Alemania como el de Austria no experimentaron un Serajevo les pareció un pretexto para la guerra, que
i;ran dolor por la muerte del archiduque, (iuillermo II, podía impresionar favorablemente á una parte de la
que ama las ceremonias de resonancia y las actitu- opinión.
D
des teatrales, no fué á Viena para asistir al entierro,
y se embarcó como todos los años para hacer su na- El Estado Mayor alemán había establecido desde
vegación veraniega por las costas del Norte. Fran- mucho antes su plan de guerra, con el m(''rodo y
cisco .José dispuso el entierro con una parquedad la minuciosidad que emplea en todos sus trabajos.
inexplicable, privando de los honores fúnebres de la Las condiciones estratégicas de Francia y de Ru-
corte al archiduque y su esposa. sia eran completamente diferentes. Francia, por su
El kaiser no simpatizaba mucho en los últimos reducida superticie, su población densa y su valiosa
tiempos con el heredero del Imperio austríaco, por red de ferrocarriles, podía movilizar sus tropas rápi-
rivalidad profesional, pues éste pretendía ser tan ex- damente, en 'J ó 10 días. Rusia, con su inmensa ex-
perto como él en cuestiones militares. Además, casi tensión territorial, sus poblaciones diseminadas y su
lo consideraba como un enemigo futuro, por haberse escasez de vías férreas, que ya hemos mencionado,
opuesto decididamente á la expansión de la influen- sólo podía efectuar la movilización con mucha len-
cia alemana en Austria. El viejo emperador tampoco titud.
quería bien á su sobrino y menos á su esposa inorga- Era imposible que Alemania tomase á la vez la
nática. Sabía que el archiduque deseaba la guerra ofensiva contra los dos adversarios. Siguiendo su
para adquirir el prestigio del vencedor, y gracias á doctrina, esta ofensiva debía sor rápida, fulminante,
sus triunfos imponer como emperatriz á su mujer, que con el máximum de sus fuerzas concentradas contra
estaba excluida del trono por la ley. El ceremonioso uno de los dos adversarios, el más importante, mien-
Francisco José no podía tolerar con paciencia este tras se conservaba á la defensiva frente al otro ene-
582 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
migo con el mínimum de sus recursos. El principal Según los estrategas germánicos, no eran precisos
adversario era Francia, y el Estado Mayor alemán más de treinta dias para obtener en el suelo francés
preparó las cosas para caer primeramente sobre este un resultado decisivo, si es que realizaban la inva-
pais. sión atrevidamente y con celeridad arrojando una
Una campaña en Francia podria ser rápida y de- masa aplastante de tropas.
cisiva. En Rusia no era lógico esperar lo mismo, por- Mucho antes de la guerra, una Memoria militar
que los rusos, aprovechándose de la configuración de alemana decia asi: «Si avanzamos rápida y profunda-
mente al invadirla tierra fran-
cesa, el amor propio nacional
no permitirá á los jefes mili-
tares el esperar la entrada en
línea de Rusia, porque la ex-
tensión del territorio que ten-
C voten ra drían que abandonarnos sin
combatir seria tal, que la opi-
nión pública se mostraría in-
dignada. Por el poder de su
ejércitoy por el grado de su
preparación para la guerra,
Francia no es solamente nues-
tro enemigo más peligroso,
sino el que puede estar pre-
parado con más rapidez, y
debemos tener la certeza de
que nos hará frente sin pér-
dida de tiempo. Además, la
enormidad de los efectivos
de los dos ejércitos, el ale-
mán y el francés, su estre-
cha concentración, las dificul-
tades del avituallamiento y
de la dirección de las dos ma-
sas movilizadas, todo empu-
jará de ambos lados á una
decisión rápida. Puede afir-
*<.-«
que tendrán medio desenvai-
nada. Esta misma victoria
nos asegurará indiscutible-
mente la cooperación activa
LA FRONTERA PRANCO-ALBMANA de Italia.
»Es verosímil que habiendo
su pais, retrocederían hacia el interior, evitando un comprometido Francia todas sus fuerzas disponibles
choque decisivo en espera del resultado de las opera- en la primera batalla, se verá incapacitada de prolon-
ciones emprendidas contra Francia. gar por más tiempo la lucha, aceptando las condicio-
Toda la atención del Estado Mayor alemán se con- nes que nosotros queramos imponerle. Si rehusa nues-
centró por estas consideraciones en la frontera fran- tras proposiciones, unos cuantos centenares de miles
cesa. Además, Rusia necesitaba mucho de hombres de nuestros cuerpos de reserva, operan-
tiempo para
movilizar sus fuerzas, y esto concedía á los alemanes do de acuerdo con los ejércitos italianos, bastarán
un plazo de un mes cuando menos para dedicarse para guardar los terrenos conquistados en Francia;
con toda tranquilidad al aplastamiento de Francia. y esto ocurrirá aunque España é Inglaterra ayuden
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 58.5
á Fríincia. El grueso de nuestras fuerzas podrá ser Como se ve, los estrategas alemanes no reconocían
llevado entonces al encuentro de los ejércitos rusos, grandes neccsidíides de tiempo para aplastar á Fran-
gracias á nuestro admirable sistema de ferrocarriles. cia, La realidad se encargó de demostrar la incerti-
8i ocurre que, mientras estamos ocupados en obtener dumbre de unos cálculos preparados con tanto método
una decisión rápida más allá de nuestra frontera occi- y tanta minuciosidad en los detalles.
dental, los rusos
—que parece completamente im-
lo o
—
probable hubiesen terminado sus preparativos é in- La invasión de la República Francesa, que debía
vadido laPrusia oriental y una
parte de la Silesia, nada se ha-
bría perdido por esto definiti-
vamente, siempre que nuestro
ejército defensivo no hubiese
sido derrotado, que nuestras
talezas enemigas que queden Este gráfico Indica la situación de los distintos cuerpos del ejército ruso y las enormes distancias que
han de recorrer para su concentración. Las lineas dobles marcan las principales vfas férreas; las lineas sen-
detrás de nuestro frente. Ante cillas los ferrocarriles secundarios.
Rusia bastará dejar en el pri-
mer momento un mínimum de cuerpos activos refor- ser según el Estado Mayor alemán el primer acto de
zados por cuerpos de reserva en número suficiente, la guerra, ofreció un obstáculo insuperable para la ra-
con el objeto de hacernos ganar el tiempo que nece- pidez fulminante del ataque. Después de los duros fra-
sitamos para acabar con Francia. Este tiempo necesa- casos de 1.S70, Francia no había tenido otro pensa-
rio es de cuatro semanas cuando más, comprendiendo miento que protegerse de una invasión futura, y para
en tal plazo el transporte por ferrocarril de las fuer- ello cubrió su frontera con Alemania, levantando una
zas vencedoras en el Oeste á las fronteras del Este.» apretada fila de fortalezas.
584 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
El general Seré de Riviére, encargado de trazar Moltke murió algunos meses antes de la conclusión
la línea defensiva de la frontera,
construyó dos siste- de la alianza franco-rusa, suceso que forzosamente
mas fortificados: el del Mosa, que va de Verdún á había de cambiar todos los planes del Estado Mayor
Toul, y el del Mosela, que se extiende de Epinal á alemán. Hasta entonces el Imperio germánico sólo
Belfort. Esta formidable barrera de fortificaciones había tenido que preocuparse de Francia, pero ahora
sólo deja dos estrechos corredores de entrada: uno en se veía en uaa posición peligrosa, entre sus dos veci-
la parte de Luxemburgo y otro del lado de Suiza. nos del Elste y del Oeste. De aquí sus lentos y concien-
En la época que se realizaron estas construccio- zudos estudios para la formación de un nuevo plan
nes, el viejo Moltke imperaba como maestro abso- que ha venido á ponerse en práctica en 1914.
luto sobre el ejército alemán, y era enemigo declara- Como ya hemos dicho, Alemania sólo consideró á
El presente plano demuestra cómo el Estado Mayor alemán preparó los ferrocarriles de su país y de Austria á partir de 1895, para poder trasladar
sus efércilos con rapidez de las fronteras de Bélgica y Francia á las de Rusia y viceversa, empleándolos en los dos frentes de la guerra. El plano
demuestra igualmente cómo Austria habla entrado en esta combinación á larga fecha de su aliado, uniendo sus lineas á las de Alemania para poder
enviar sus fuerzas contra la frontera francesa. Gracias á este sistema de comunicaciones, Alemania ha podido mover sus ejércitos, empleándolos indis-
tintamente según sus necesidades en el frente occidental ó el oriental. Tan asombrosa preparación contrasta con los resultados obtenidos, que dcbic
ron ser más considerables desde el primer momento.
do de las fortificaciones y los campos atrincherados. Rusia como un enemigo temible si le dejaba tiempo
—
«La historia de las fortificaciones decía se confun- — para efectuar la movilización de su ejército, dispersa-
de con la de las capitulaciones.» Para él sólo tenía do en una extensión inmensa y mal servido por vías
importancia el poder concentrar con rapidez los ejér- insuficientes. Esta movilización debía ser lenta, é
citos en la frontera, y para esto, mientras los france igualmente lenta su concentración. Alemania, en vis-
ses se dedicaban á construir su barrera de fuertes, ta de esto, se decidió á poner en práctica el mismo
Moltke se cuidó, hasta el fin de su vida, de perfeccio- método que había empleado muchas veces con éxito
nar y desarrollar la red de vías férreas que conducía Napoleón: concentrar todas las fuerzas contra uno de
del centro de Alemania á la Alsacia-Lorena. los enemigos para aplastarlo definitivamente, y tras-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 685
ladarse rápidamente al encuentro del otro, para rape- La cadena de fortificaciones francesas era un obs-
tir la misma operación. El Estado Mayor de Berlín lo táeulo formidable para este plan. Imposible realizar la
preparó todo para que la masa de sus fuerzas dirigida campaña con rapidez ni asestar un golpe decisivo á los
contra Francia venciese á ésta en pocos dias, diri- enemigos en dos ó tres semanas. Entrando en Francia
giéndose luego contra el frente oriental. El plan era por la frontera alemana, las columnas invasoras iban
acertado y casi seguro, siempre que la primera ofen- á tropezar con estas formidables barreras, demasiado
siva no tropezase con obstáculos que la hiciesen per- poderosas para ser tomadas por asalto en poco tiempo.
der tiempo. El menor retardo podía echar abajo toda Además, era difi'cil y peligroso el evitarlas pasando
la combinación, poniendo en grave peligro al ejérci- por los estrechos desfiladeros que el general Riviórc
to alemán, que en vez de acometer se vería acometido había dejado sin obras defensivas. Sólo realizando un
y cercado por dos adversarios, teniendo que combatir movimiento por los países neutros, el Luxemburgo y
al mismo tiempo en ambas fronteras. Bélgica, podían los alemanes evitar este obstáculo.
586 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
/y; aR Konigsber.q
^
4llens(ein
^^ >
Berlín
Hannover
«J "
'10 Magduburcfo Varsovia
x\
.
^ ^í
Jt).iet>2i3
•••....5;. ^
í Coblenza
,^
'.
' j-
.'
V / Francfort
'
^^
)^
' iiixtriauReo
^
1^^
« '~Z Wurtburqo
París
veraun -^ r
'"i""'-' 1
O R 1.
s u zA ^
I ;
\3
Este mapa, en el que se marca la situación de los diversos cuerpos de ejército alemanes en tiempo d^ paz, demuestra que la invasión de Bélgica
estaba premeditada desde hace muchos años por el Estado Mayor de Berlín.
Una flecha, partiendo de París, atraviesa la frontera franco-alemana por su extremo Norte y penetra por toda Alemania hasta Rusia. Los números
indican los cuerpos de eiércilo alemanes. Como verá el lector, debe jo de la flecha, ó sea enfrente de la frontera con Francia, el Imperio alemán sólo
tenía establecidos ocho cuerpos; 15, 16, 21, 14, 2 B, 13, 3 B y B. En cambio encima de la flecha, ó sea donde no había otra frontera que la de Bélgica y
1
Holanda, el Estado Mayor fué estableciendo los cuerpos 7, S, 9, U, 18, 10, -I, 19, 12 etc., todo el eiércilo alemán, que gracias al sistema de ferrocarri-
les pudo ser concentrado en poco tiempo sobre el límite belga, como una masa aplastante. Las dos pequeñas líneas onduladas entre Verdún y Toul
Otra consideración dificultaba el ataque alemíín de 1870 fué reducida por el tratado de Francfort
por la frontera más aún que estos diques fortificados. unos cincuenta kilómetros. En un frente tan estrecho
Faltaba espacio en dicho lugar píira que Alemania los invasores se hubiesen visto obligados á escalonar-
pudiese mover sus inmensos efectivos militares. En se en masas profundas y de escaso frente, y la gue-
1870 la frontera era mayor, pues comprendía desde rra se habría convertido en un gigantesco y largo
el Mosela hasta el Rhin, y sin embargo no había ofre- choque de meses y meses, dando tiempo á que Rusia
cido espacio suficiente para el despliegue estratégico terminase sus preparativos y atacara á Prusia por la
del ejército alemán, que en aquel entonces sólo consta- parte oriental.
ba de 16 cuerpos. En las inmediaciones del Sarre, el El Estado Mayor de Berlín basaba precisamente
ejército mandado por el general Steinmetz tuvo que todos sus cálculos en la rapidez fulminante del primer
invadir, para poder avanzar, la zona de marcha del ataque para conseguir cuanto antes una solución, y
ejército del principe Federico Carlos, y éste se irritó por esto desistió de toda ofensiva por su frontera na-
hasta el punto de ordenar á uno de sus generales de tural, buscando la invasión de Francia á través de
división que limpiase si era necesario á la bayoneta Bélgica y del Luxemburgo.
los caminos que le había atribuido el Estado Mayor Como se ve, el gobierno alemán, por consideracio-
y que obstruía el otro
cuerpo prusiano. nes de conveniencia militar, tenia decidida desde
Inútil es decir los obstáculos con que hubiese tro- hace muchos años la viohición de la neutralidad de
pezado actualmente el ejército alemán invadiendo á estos dos pueblos. El emplazamiento que dio en tiem-
Francia por su limite fronterizo. El número de sus po de paz á sus diferentes ejércitos demuestra clara-
cuerpos de ejército se ha cuadruplicado, y la frontera mente que el plan de invasión estaba resuelto de
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 587
Wr^^ OEji^NSECHY
fensiva. El resto de sus fuerzas, ó sea diez Ltutahem
para la ñlosofía guerrera de alemanes. Tendrían los rrilesde Alsacia-Lorena y las lineas adyacentes, pues
que violar la neutralidad y independencia de los la este era el camino para la invasión proyectada. A
dos pueblos. El canciller imperial se encargó de jus- partir de 1893, el Estado Mayor procedió á la renova-
tificar y legalizar los actos del Estado Mayor, decla- Renana que con-
ción de las vías férreas de la Prusia
rando que «la necesidad no reconoce ley» y que un ducen á revelando con esto su
la frontera de Bélgica,
tratado de neutralidad no es más que un «pedazo de intención de concentrar en el Norte el grueso de sus
papel» que carece de valor ante las exigencias estra- tropas, que hasta entonces había permanecido cerca
tégicas. de la frontera francesa. Es más: rompiendo con la
Desde 1893, la alta dirección del ejército alemán tradición de ]\Ioltke, que era partidario de la ofensiva
pensó en la invasión de Bélgica y del Luxemburgo, y enemigo de las fortilicaciones, el Estado Mayor se
tal como la ha realizado en la presente guerra. La dedicó á fortificar Alsacia y Lorena creando los cam-
pos atrincherados de I^Ietz-Tliionville y de
Priyez Chifleville
Estrasburgo -Molsheim, así como los re-
-ü.fe Yes
•?y cintos fortificados de Neuf-Brisach y de
LOTHRINGEN Barbe Istoin.Estas obras permitían á los ale-
JV^^a^P <rF S
manes el mantenerse en Alsacia-Lorena á
[ennschen
la defensiva con pocas fuerzas, enviando
^rA^ENSUBÉ^F Ma^teuffel
las tropas economizadas á aumentar la
X
p LeiPZIgV
Í^F FRJ0^kR4-J>F ZaSTROW CourcfUfi gran masa que operaría en Bélgica.
]^
" F Kaiser METZ F Maizery Tales preparativos llamaron forzosa-
mente la atención de las autoridades mi-
o jJtF^VONGOEBEN QPange
-^- ^^ Mercy-les-Metz litares de Bruselas y de París. Nadie dudó
Reion\filie
* íK-r.-^.
TL AY PRINZ AUGUST •^-^.^ Ooom,npf„//e de que los alemanes habían fijado sus ojos
RY en los caminos de Bélgica para la futura
F.KRONPR.Nf^WüRÍEMBERG
r^..
^
VFTGrÁfHAESELER oo;:Í^<^^FJSAN , . ^ invasión: pero hubo ciertas divergencias
Dornotl
al apreciar la amplitud de este movimien-
i? S)Blaise/
<r/ ouNY ^,^;^x.^
to ofensivo.
Otorrj/ OLuppy
Oso/eine
generales Brialmont y Déjardin manifes-
CAMPO ATRINCHERADO DB MBTZ taron desde Bruselas su opinión de que
588 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
Colonia
\
Mac
\WOLAN0A
,
f^o Aix-la-Chapelle
«*?"
8res«tas íá^cy
Verviers ?* _,Tréveris
e ^-Wa-,^
^)íuy \
Thioo^fh
Charlero'i^
c; HirsOn O ^ouzíers
/?eWe/
Bar-le-Duc-
Alemania cubriría con su oLa invasora toda la exten- Toda la doctrina militar alemana descansa sobre
sión de Bélgica, pasando por el Norte del Mosa. un principio: la rapidez aplastante de la primera ac-
En Francia todos los escritores militares, especial- ción, imprevista por el enemigo y fulminante como
mente los generales Langlois y Bonnal, estimaron por el rayo. «La doctrina es excelente
—
dice un comen-
el contrario que Alemania efectuaría su principal tarista — pero no basta imaginarla: hay que llevarla
,
ataque por la frontera de Lorena y simplemente un á la práctica con éxito.» Alemania lo había pensado
ala de au ejército entrarla por el Sur de Bélgica para todo, lo había preparado todo, y creía haberlo previsto
llegar más pronto á Francia, pero sin tocar siquiera todo. Pero surgió un incidente que jamás había figu-
la linea Lieja-Namur. rado en sus cálculos, la resistencia belga, y todo su
Contribuyó á este error la convicción de los fran- plan se tambaleó, falseado en su base.
ceses de que ellos serian los que tomasen la ofensiva La guerra en el siglo XX es algo complejo que
contra Alemania al iniciarse la guerra. Francia no difiere en muchas cosas radicalmente de todas las
deseaba violar la neutralidad belga, y como el grueso guerras del pasado. Es una guerra de masas, de na-
de sus fuerzas atacaría á Alsacia y Lorena, los alema- ciones armadas, que necesita enormes espacios y re-
nes tendrían que contestar á tal ataque desarrollán- cursos que hubiesen asustado á los antiguos estrate-
es un
dose la guerra en la frontera franco-alemana. vSi los gas. El mismo Napoleón, que históricamente
invasores penetraban en los territorios del Sur de caudillo moderno, tal vez quedase desconcertado y
Bélgica, sería únicamente para buscar mayores faci- perplejo ante las luchas actuales.
lidades en el desenvolvimiento de sus fuerzas. La guerra moderna pone en juego todas las fuer-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 f89
S6LWA NEGRA
^•Sr-op -o
£7)j.
<* J«*I
¡lie,Remisch, Wasserbilig, Trois-Vieríjes, por donde fué invadido el I.uxemburgo. Por último, al Este del Oran Ducado, el territorio beiRa vio-
ido por el invasor en su marcha sobre Líela. Claramente se expone en este plano el obietivo alemán de forzar el Mosa para poder extenderse
ipidamente por un lado hacia Laon y por el otro hacia más allá del Sambrc y de Maubeu^e, á fin de converger en dos direcciones sobre París.
zas vivas de una nación, pues llama á las armas á tualmente el herido puede ser curado sobre el mismo
todos los hombres obligatoriamente. Es además una campo de batalla, lo ([ue representa un gran progreso
guerra combinada, en la que las fuerzas marítimas comparado con el sistema seguido en otras batallas,
tienen tanta importancia como las terrestres. Hay relativamente modernas, donde el caído tenia que
que contar además los grandes progresos realizados esperar días enteros y sufrir penosos viajes antes de
en los últimos años en materia de armamentos y los ser visitado por el médico.
enormes gastos que éstos representan. En tiempos de Federico
el Grande y de Napoleón I
Sin embargo, forzoso es reconocer que los grandes lasgrandes batallas producían una pérdida en hom-
progresos realizados en el arte de matar no ¡uimentan bres de 20 iV 25 por 100. Con los armamentos moder-
considerablemente el número de las victimas. Las nos este porcentaje no pasa del 15 por 100 en muchos
cifras de muertos y de heridos son enormes porque combates. La proporción de muertos y heridos no lia
los efectivos que toman parte en la guerra moderna variado mucho, y continúa siendo de un muerto por
son enormes igualmente; pero el porcentaje de victi- cada cinco heridos. En la curación de los heridos el
mas es casi igual al de las antiguas guerras, á pesar progreso es indiscutible. Sólo un 25 por 100 cuando
del considerable aumento del valor balístico. más sucumbe de sus heridas, otro 25 queda inútil y
Con todos sus horrores, guerra moderna es me-
la el 50 por 100 puede volver al frente de la guerra en
nos temible para el herido que las guerras antiguas, un plazo más ó menos corto.
á causa de los adelantos realizados por la Sanidad La igualdad de pérdidas entre las guerras anti-
militar y los métodos antisépticos de curación. Ac- guas y las modernas es realmente extraordinaria, ai
590 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
se tiene emjuenta" elenorme número de disparos que »Es preciso que todo el material (armamento, mu-
hacen combatientes en las luchas actuales. En las
los niciones, herramientas, víveres, etc.) de que tiene
gueiTas de Napoleón, los soldados de la Guardia con- necesidad el ejército se mantenga siempre completo,
sumían 25 cartuchos por combate cuando más. Kn la en perfecto estado de conservación, é incesantemen-
te transformado para que se beneficie con los progre-
guerra de 1870 los soldados alemanes gastaron 65 car-
tuchos por hombre, y los franceses, en algunos com- sos de la industria y de la ciencia. Es preciso tam-
bates, hasta GO cartuchos. En la guerra ruso-japonesa bién que esté almacenado en puntos escogidos conve-
el consumo medio por hombre y por día de combate nientemente, y que pueda ser renovado por medio
fué de 50 cartuchos en los japoneses y 35 en los rusos. de nuevas fabricaciones contratadas preventivamen-
Esta cifra no corresponde por igual á todos los solda- te. Hay querepartir todos los hombres válidos en
dos. Hubo rusos que no tuvieron ocasión de disparar grupos, en unidades colectivas de diferentes cla-
el fusil en toda la campaña. En cambio algunos cuer- ses, que serán los elementos constitutivos de las
pos de primera línea consumieron de 300 á 400 car- agrupaciones superiores. Estas últimas deben estar
tuchos diarios por cada hombre. organizadas y articuladas de modo que den á la
Durante las guerras de Napoleón el alcance eficaz masa el máximum de fuerza y de movilidad.
de los fusiles no »Hay que to-
exige una preparación más minuciosa que las guerras y provista de material para dicha concentración. La
de otros tiempos. Puede decirse que la preparación es menor torpeza en su funcionamiento podría causar la
una de las principales garantías del éxito. El general pérdida del país. Esta operación importantísima de la
Joffre, en la asamblea general celebrada en 1913 por movilización no debe ser turbada por el enemigo en
los antiguos alumnos de la Escuela Politécnica, dijo ningún momento y en ningún punto, y para esto es
asi: «Hay que estar preparado. Hay que haber orien- preciso que las tropas de cobertura sean preparadas
tado con tiempo, metódica y tenazmente, todos los especialmente y transportadas á la frontera con ra-
recursos del país, toda la inteligencia de sus hijos, pidez.
toda su energía moral hacia un fin único: la victoria. »Es preciso que las masas concentradas estén bien
Hay que haberlo organizado todo y previsto todo. provistas de víveres, municiones y material de toda
Una vez comenzadas las hostilidades, las improvisa- clase, y que este material, transportado del interior
ciones son difíciles. Lo que falte entonces faltará del país al frente, llegue sin retardo á cada grupo,
definitivamente, y el menor vacío en la preparación sea cual seael lugar adonde le hayan conducido las
los enfermos sean recogidos, atendidos y trasladados nes no abarcan todo el teatro de la guerra, pues se
á hospitales del interior, donde se acabará su cura- limitan únicamente al campo de
batalla y sus alrede-
ción. Debe existir en nuestra red de medios comuni- dores. Su fin es inmediato y directo. Consiste en des-
cativos un movimiento incesante, cuyo funcionamien- truir la potencia combativa del enemigo para obtener
to será tan vital para la nación como lo es la circu- un resultado final: la victoria y la paz. Las dificulta-
lación de la sangre para el cuerpo humano.» des de la estrategia no han cesado de aumentar desde
Francia, á pesar de ciertos descuidos y errores, es- hace un siglo, á medida que ha ido creciendo la fuer-
taba bien preparada para la defensa gracias á .Joffre za numérica de los ejércitos.
y al Estado Mayor. Todo cuanto el generalísimo anun- El teatro de la guerra comprende todos los sitios
ciaba en su discurso como necesario, estuvo pronto donde las fuerzas militares de las naciones en lucha
en el primer momento de la declaración de guerra. pueden entrar en contacto, y se divide en tantos teatros
Funcionaron sin obstáculo y sin retardo los medios de operaciones como ejércitos existen con una acción
de comunicación, y la Francia armada pudo movili- distinta. Cuando varios ejércitos operan en combina-
zarse en menos tiempo del que se había previsto, ción, cada uno llama á su terreno sector de operaciones.
burlando asi las ilusiones de Alemania, que espera- —
«La mejor estrategia dijo Clausewitz, el oráculo
ba sorprenderla militar de los
mucho antes de alemanes con- —
haber termina- siste en ser siem-
do sus prepara- pre el más fuer-
tivos. te de un modo
La decisión es general, y espe-
tan importante cialmente en el
emplear las tropas sobre el mismo campo, es la que continúa siendo, como las antiguas, una guerra de
hace triunfar, siempre que el valor de dichas tropas masas, á pesar de los cañones de gran alcance, de los
ayude á la realización de las combinaciones del Esta- fusiles de repetición y de las ametralladoras. Los
do Mayor. En una palabra: el estratega prepara la ejércitos se baten aún á golpe de hombres, se anona-
victoria y el táctico es el que la consigue. dan enviándose proyectiles humanos y toman por
La estrategia es toda ella de concepción, y abraza asalto las posiciones como en los tiempos antiguos.
por entero el teatro de la guerra. La táctica es á la Los alemanes emplearon en todas sus batallas el sis-
vez de concepción y de ejecución, pero sus actuacio- tema de formaciones compactas, y siguen empleándo-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 593
3
O-
3
< CJ
U 2
u cj
< -a
H
<
f-
1/3
O
a
ID
594 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
complicada y difícil la
dirección del general
en jefe. Este debe or-
ganizar sus maniobras
sin someter su vohiii-
tad á la del enemigo.
La experiencia lia de-
mostrado que gene-los
rales que basan sus
maniobras sobre las
intenciones probables
del enemigo son derro-
tados casi siempre. El
general moderno debo
establecer su plan de
ataque sin preocuparse
de los proyectos del ad-
versario y estudiar úni-
camente éstos para obs-
taculizarlos é impedir
su realización, gracias
á un reparto hábil de
las tropas sobre el fren-
te y á un oportuno apro- ENTRADA DB UNA TRINCHERA FRANCESA EN LA ARGONA (Fots. Meurisse)
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 595
rra, como son la aviación y la navegación subma- blaremos extensamente al relatar las operaciones,
riña, han modificado considerablemente las condi- o
clones de la lucha en la tierra y en el mar. Pero La guerra hace triunfar momentáneamente la
sobre la actuación de aeroplanos y submarinos ha- fuerza sobre el derecho. En los tiempos bárbaros no
se reconocía ningún li-
mite al ejercicio de la
fuerza. Luego, al civi-
lizarse los pueblos, la
razón y la humanidad
fueron dulcificando po-
co á poco las costum-
bres antiguas.
Los alemanes de la
Alemania contemporá-
nea, que se considera
el pueblo más culto y
civilizado de la Histo-
ria, han tenido el triste
honor de restaurar la
guerra con todos los ho-
rrores y el salvajismo
de los tiempos pasados.
Nada tiene esto de
extraordinario si se re-
cuerda la profunda in-
moralidad de casi todos
los jurisconsultos, his-
toriadores, filósofos y
hombres de Estado, que
han contribuido en Ale-
OFICIAL FRANCÉS OBSBRVANDO AL ENEMIGO DESDE UNA TRINCHERA ^Fot. Meuri886) mania á la formación
596 VICENTE BLASCO IBAÑEZ
del ideal imperialista y á la constitución del panger- la paz eternamente.» Esta es la moral de los grandes
raanisrao. Todos ellos, como lo hace notar el filósofo juristas de la nación alemana. Hay que resignarse
Fouillée, se gozan en poner en oposición la teoría indi- ante el hecho consumado, aunque sea injusto; hay que
vidualista del derecho germánico y la idea socialista sentir el respeto místico, la veneración de la fuerza
de los pueblos latinos. Excluyen de la formación del bruta, cuando el triunfo está del lado de ella. De este
derecho toda finalidad superior y toda intervención modo la paz será eterna, la paz del esclavo que no se
del libre ejercicio de las facultades humanas. El dere- atreve á revelarse contra el déspota. Fundando los
cho, según ellos, es el hijo de la fuerza, y tiene su derechos del hombre y de las naciones sobre la fuerza
origen en el poder del individuo, sin límite alguno que y no sobre el derecho, se justifican todos los arma-
lo coarte. El Estado debe reconocer como su misión mentos, todas las violencias, todos los odios, y se abre
principal el obligar á las masas á que respeten los un porvenir sin límites á la guerra. Los intelectuales
privilegios conquistados á viva fuerza por los que prusianos que divinizan actualmente la fuerza y pre-
—
están arriba. «Esto equivale dice un autor á hacer— dican la sumisión ante el fuerte, olvidan que hace un
de la injusticia, de la opi'esión y del bandolerismo la siglo su pueblo fué tiranizado por un super-hombre
base de las sociedades humanas.» más grandioso que los que ellos exaltan ahora, que
Un profesor alemán, Ikering, en un discurso pro- se llamaba Napoleón. Entonces Prusia no creyó en la
nunciado en 1876 para celebrar el aniversario del em- santidad del poder que reposa en la fuerza, y defen-
perador Guillermo, dijo así: «Todo derecho existente dió su derecho á la vida independiente.
y en vigor, sea como sea, es un hijo de la Historia, y Como dice un autor, «los alemanes llegados algo
debemos inclinarnos con un sentimiento de veneración tarde al banquete de la civilización estaban todavía
ante toda fuerza que ha vencido, producto misterioso liipnotizados por los bárbaros esplendores de la fuer-
de las fuerzas y las leyes morales que presiden y do- za cuando se constituyeron en nacionalidad. La gloria
minan los estallidos más salvajes de la guerra. La po- de Napoleón los deslumhró y los deslumhra todavía».
tencia del vencedor; he aquí lo único que crea el dere- Después de haber maldecido á su vencedor y haberse
cho y lo determina. Reconociendo y acatando este desembarazado de él, sólo sueñan con imitarlo. Lejos
principio es como la guerra podrá tener fin y reinar de sacar de la guerra y de sus horrores la única conse-
HISTORIA DE LA GUERRA EUROPEA DE 1914 597
cuencia lógica, ó sea que representa una locura huma- los siglos remotos. Los escritores militares de Alema-
na, los filósofos alemanes, á pesar de las enseñanzas nia proclaman descaradamente la guerra de extermi-
de la epopeya napoleónica, la califican de divina. nio, la destrucción y el asesinato. Podríamos trans-
Hégel, cuya influencia fué grande en Alemania, cribir numerosas citas extraídas de las obras de dichos
dice que la guerra es la afirmación más alta que un nada más, por
escritores, pero nos limitaremos á dos
Estado puede dar de su soberanía. En nada como en no repetir la misma idea bárbara manifestada con
el«realismo de la guerra» llega el Estado á su supre- diversas palabras.
ma idealidad. La vida y las propiedades de los ciuda- — —
«La guerra escribe Clausewitz no conoce más
danos se encuentran subordinadas á la conservación que un medio: la fuerza. No debe aceptar otro me-
de la «substancia común», que es el Estado. dio que la destrucción, las heridas, la muerte; y este
Como el Estado representa la fuerza, puede y debe empleo de la fuerza brutal es de regla absoluta. El
usar de la fuerza para mantenerse y engrandecerse. derecho de gentes, del que tienen la boca llena to-
Hégel se burla de los tratados de paz de larga dura- dos los abogados, no puede imponer á la finalidad y al
ción y considera que deben ser provisorios. «La razón derecho de la guerra más que restricciones insigni-
de Estado los firmó, y la razón de Estado puede rom- ficantes, ómejor dicho, nulas... En la guerra toda idea
perlos cuando quiera.» En cada momento de la Histo- de filantropía es un error, un absurdo pernicioso... La
ria un pueblo dominador representa una fase del des- violencia, la brutalidad del combate, no deben reco-
envolvimiento de la ¡dea sólo por el hecho de haber nocer ninguna especie de limites.»
triunfado. Con este derecho gobernaron al mundo los El mariscal Bronsart von Shellendorf, ministro de
imperios orientales, después Crecía y luego Ruma. la Guerra de Prusía, dijo asi: «Si los pueblos civiliza-
Ahora, según Hégel, le ha llegado el turno á la raza dos no arrancan la cabellera á los vencidos, no degüe-
germánica de dominar al mundo. llan á los prisioneros, no destruyen las ciudades y las
«Todo lo que es real es racional», dice Hégel. Y aldeas, no incendian las granjas y no lo devastan todo
tales palabras significan la divinización del hecho á su paso, no es por humanidad, sino porque resulta
consumado, la justificación de todos los crímenes y preferible exigir indemnizaciones al vencido y anexio-
todas las infamias que figuran en la Historia desde narse los territorios ricos para que sigan produciendo. »
598 VICENTE BLASCO IBANEZ
Este mariscal prusiano no presentía que el Estado hace la guerra por defender á su patria, pero deja en-
Mayor de su país podía considerar útil y oportuno tender en sus palabras la tristeza que le infunde esta
aterrar con toda clase de crímenes á los pueblos que cruel necesidad, impuesta por la barbarie siempre vi-
se resisten, como lo ha hecho en Bélgica y en el Nor- gilante de los enemigos.
te de Francia. En guerra el soldado ale-
la presente «Pueden deplorarse — dice el generalísimo fran-
mán usa del derecho que tiene, según Shellendorf, cés — esas horas trágicas en las que la sangre corre á
para asesinar al enemigo y destruirlo todo: derecho oleadas, en las que el fuego, el hierro, las fatigas y las
del que no había querido hacer uso antes por una con- enfermedades destruyen miles de vidas liumanas. Pero
sideración egoísta. Las ciudades incendiadas de Bél- deplorando las desgracias, no se las evita.
gica, los pueblos destruidos de Francia, los seres in- »Los pueblos están sometidos á los mismos móvi-
defensos martirizados y fusilados, demuestran cómo les físicos que los hombres. La exaltación los trans-
el guerrero germánico ha creído necesario hacer uso forma, la pasión los domina, el interés los divide, un
de su derecho. largo pasado gravita sobre ellos. Los pueblos, en los
«Sólo con sangre —
continúa el mariscal Shellen- largos periodos de calma y de cordura, pueden tener
—
dorf es como deben escribirse las cosas de la guerra. el sincero deseo, la firme voluntad de renunciar al uso
Declaro que la próxima guerra será algo atroz y nun- de la fuerza contra sus vecinos, de evitar los conflic-
ca visto. Entre Alemania y Francia sólo es posible un tos con ellos, y si estos conflictos se producen, resol-
duelo á muerte. «Ser ó no ser», este es el problema verlos pacíficamente. Pero de pronto surge un inci-
que se planteará en la próxima guerra, y sólo podrá dente inesperado... la tormentase amontona, las bue-
ser resuelto por la ruina definitiva de uno de los dos nas relaciones se olvidan y todos corren á las armas.
antagonistas.» ¡Ay de aquellos que han caído en la trampa de las
Como
contraste, cerremos este volumen con unas generosas ilusiones! ¡Ay de aquellos que no están pre-
palabras del general Joffre, soldado republicano que parados y prontos para defenderse!»
3 0112 083222783