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Ana Sofia Avendaño Ayala.

Cod 64182009
Juan Esteban Pinzón Riaño. Cod 64182022

El caso de Ruanda
Introducción
El genocidio de Ruanda tuvo lugar el 6 de abril de 1994, el momento previo al horrible
genocidio se presenta con el asesinato del presidente de este país, Juvénal
Habyarimana, y también con la muerte de la primera ministra Agathe Uwilingiyimana y
los soldados belgas de las fuerzas de la ONU, dando paso a días de crueles e intensas
masacres a hombres, mujeres y niños. Se considera que 1 millón de personas fueron
asesinadas y por lo menos 200.000 mujeres fueron violadas.
Más de 7 millones de personas vivían en Ruanda divididas en tres grupos étnicos:
hutus, que suponían la mayor parte de la población, tutsis y twa. Los estratos sociales
habían variado entre la era colonial (ocupando los tutsis el más alto) y los hutus el más
bajo, después de la segunda guerra mundial esta situación se invirtió, abriendo puertas
a los conflictos étnicos entre estos.
La pobre presencia de la comunidad internacional y la ONU, y la casi imposible
reconciliación entre los partidos de Ruanda, hicieron que el caso se volviera más
compleja, el genocidio terminó oficialmente el 22 de julio de 1994, cuando el RPF
(Rwandan Patriotic Front) tomó el control de Kigali, la capital del país.
Desarrollo
La gran violencia se desencadenó tras la muerte del presidente Habyarimana, cuando
su avión fue atacado con dos misiles. Inmediatamente los tutsis fueron acusados como
los victimarios. La noche del 6 de abril de 1994 comenzaron los asesinatos
sistemáticos. Las matanzas por parte de los tutsis se llevaban en agrupaciones
sistemáticas que alcanzaban a destruir pueblos y regiones, por parte de los hutus,
quienes buscaban la eliminación total del enemigo, estos perpetraron masacres que
incluían mutilaciones, violaciones a niños y niñas y trato de lesa humanidad.
Habitualmente cargaban machetes, cuchillos, piedras y palos. El caso de los menores
que fueron reclutados en Ruanda sigue siendo en la actualidad el más elevado, puesto
que existieron cifras mínimas de 20.000 menores pertenecientes al conflicto.
Durante la guerra se conocieron actores internacionales que intentaron sobrellevar la
situación conflictivista que se vivía en Ruanda, la ONU y los Estados Unidos, tras dos
meses del genocidio, lanzaron un comunicado en donde le solicitaban al RPF y a la
guardia presidencial y el CDR (Coalition for the defense of the Republic) a establecer
un alto a la violencia y volver a las negociaciones que estaban cargando desde el 11 de
enero.
“Transmitieron un mensaje claro: cometer genocidio no fue suficiente para descalificar
a una parte de Ruanda de un lugar legítimo en la mesa de negociaciones”
(Stedman,2000. Recuperado de: https://www.nap.edu/catalog/9897/international-
conflict-resolution-after-the-cold-war).
El 11 de mayo del mismo año la cruz roja internacional lanza cifras, no muy concretas,
las cuales contaban con decenas de miles de ruandeses estaban siendo asesinados
ante la pasividad de la ONU, días más tarde, El Consejo de Seguridad de la ONU
votaría de forma unánime retirar por etapas la Misión de Pacificación de Naciones
Unidas (UNAMIR) de dos mil quinientos treinta y nueve soldados a doscientos setenta.
Ese mismo día se vuelve a pronunciar la cruz roja internacional en la que comunican
que no han muerto decenas de miles sino cientos de miles de personas.
Por otra parte, algunos otros factores influyeron en este conflicto como fue el
surgimiento del clan Akazu, el cual era una organización informal de extremistas
conformada por algunos hutus, familiares y amigos del presidente Juvénal
Habyarimana, y su esposa Agathe Habyarimana. Los Akazu no deseaban compartir el
gobierno con los tutsis o los hutus moderados. Contribuyeron al desarrollo de la
ideología del poder hutu y avivaron el resentimiento contra los tutsis durante la década
de 1990. Algunos estudiosos creen que su ideología genocida y las masacres fueron
un esfuerzo por conservar el poder político que habían reunido desde que
Habyarimana llegó al poder en un golpe militar contra el gobierno electo.
Su discurso ideológico y sus teorías eran extremistas, estos sostenían que: Los tutsis
pertenecen a una raza diferente y extraña, neolíticos que llegaron a Ruanda,
conquistaron a los hutus, los explotaron y esclavizaron, y corrompieron por dentro. Se
apropiaron de las riquezas de la región y redujeron el papel de los hutus a la “miseria y
humillación”, por lo que animaban a la recuperación de “la identidad y la dignidad”,
creando escuadrones de la muerte para lo que llamaban “solución final” siguiendo el
plan de los nazis como en la segunda guerra mundial. (Vázquez, 2017 Recuperado
de:http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DIEEEO59-
2017_Genocidio_Ruanda_DanielRguezVazquez.pdf )
Hubo solo un acuerdo de paz, la misión de la ONU era la implementación de los
Acuerdos de Paz de Arusha para poner fin a la guerra civil de Ruanda. Este arduo
proceso duro desde el mes de octubre de 1993 hasta marzo de 1996. Donde sus
objetivos se enfocaban en colaborar con el proceso de paz y colaborar a la seguridad
en el territorio controlado por los hutus y el dominado por el RPF, por la vía de la
desmilitarización y apoyos en labores humanitarias, como lo fue cuando el consejo de
seguridad aprobó las fuerzas francesas enviar una ayuda humanitaria, llamada la
Operación Turquesa, que salvaría a cientos de civiles en el suroeste de Ruanda. Unos
años después fueron detenidos a más de 100.000 mil implicados en este hecho y
sometidos ante las cortes de Gacaca, un sistema penitenciario atávico, al cual el
gobierno acudió ya que les era imposible imputar cargos 1 por 1 con el sistema de
justicia tradicional.
Las Gacaca se pueden tener en cuenta como una especie de justicia transicional. En
ella los culpables, en este caso los genocidas, purgan sus penas con trabajo
comunitario y reparando a las víctimas. Cabe aclarar que las penas son otorgadas por
la población civil.
Actualmente la lucha entre hutus y tutsis han dado paso a conflictos armados a día de
hoy, los conflictos de ende étnico se extendieron hasta países vecinos como la
República Democrática del Congo y Burundi, de donde han tenido que huir más de
400.000 refugiados, más de 85.000 hoy refugiados en Ruanda.
“Todavía existe un odio latente hacia los hutus, máxime cuando el presidente Kagame
controla escuelas, libros y medios de comunicación, contándose la historia en un único
sentido. De igual modo, y aunque las identidades están prohibidas por ley, las
diferencias pueden resurgir si la desigualdad aumenta o se excluye a parte de la
población. El gobierno tiene dos retos que abordar en el futuro ante este panorama: el
primero, mantener la paz y contribuir a que la reconciliación no se destruya; el
segundo, reducir la desnutrición crónica y la pobreza endémica. Solo así lograra que la
paz se consolide.”
(Vázquez,2017Recuperadode:http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2017/DI
EEEO59-2017_Genocidio_Ruanda_DanielRguezVazquez.pdf )

Bibliografia
Sthephen J (2000). International Conflict Resolution Afterthe Cold War. The
National Academies of Sciences.
Vilches S (2002) El genocidio de Ruanda. I history.
Redacción internacional (2018) Genocidio de Ruanda: la tragedia que dejó
800.000 muertos en 100 días. Recuperado de https://www.google.com.co/url?
sa=i&source=web&cd=&ved=0ahUKEwiImNHmyY3kAhXQjVkKHWN-
B_cQzPwBCAM&url=https%3A%2F%2Fwww.eltiempo.com%2Fmundo%2Fafrica
%2Fcomo-comenzo-el-genocidio-en-ruanda-
203416&psig=AOvVaw1KtoOVwiaYq5_MtxclJeFl&ust=1566257445746813
Stedman, Stephen (1997). Spoiler problems in peace processes. International
security 22 (2), pp. 189-195. Recuperado
de:https://www.nap.edu/read/9897/chapter/6
Rodríguez, D (2017). El genocidio de Ruanda: análisis de los factores que
influyeron en el conflicto. Recuperado
de:https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6130239

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