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Levi-Strauss.

“La antropología en peligro de muerte”


En este artículo Levi-Strauss plantea la situación de la posible extinción de la antropología.
Comienza estableciendo una paradoja respecto al lugar que ocupa esta ciencia en el
pensamiento contemporáneo: si bien es una ciencia que está de moda, también se encuentra a la
par de otras disciplinas. A fines del siglo XIX se recurría a filósofos, historiadores o biólogos en
busca de una filosofía del hombre y el mundo, en los últimos años se espera también de la
antropología una respuesta a esta duda humana, junto con las razones para vivir y para confiar
en el futuro.

Este último movimiento parece haber surgido en Estados Unidos, país que enfrentaba la tarea de
crear un humanismo que se ajustara a su propia medida, ya que no había razón por la cual se
relacionara con las civilizaciones griega y romana, únicas de las cuales se disponía información
en el Renacimiento, en el que el hombre fue el objeto de estudio. Pero en los siglos XIX y XX,
se hacen accesibles al mundo las sociedades humanas de manera integral, no es necesario
entonces limitarse a una de ellas. Cuando se pretende estudiar al hombre en su totalidad hay que
tener en cuenta el hecho de que la humanidad no ha conocido otros géneros de visa, otras
creencias o instituciones que la que estudian los antropólogos.

La última guerra dio presencia a las regiones más apartadas del planeta, al mismo tiempo que la
globalización hizo que crezcan las poblaciones a nivel moral y psicológico, resultado de los
intercambios entre los pueblos. Esto se da debido a que no hay fracción de la humanidad que no
este en contacto con todas las otras. La antropología surge, entonces, como una consecuencia
natural. Todas las civilizaciones se impregnan de modos de vida, modos de pensar y actuar, los
cuales constituyen el objeto de estudio de la antropología, y a los cuales transforma por dentro.
Incluso los pueblos llamados “arcaicos”, que se disuelven e incorporan a la civilización que los
rodea. En este proceso de incorporación se enriquecen de elementos morales y materiales que le
resultan ajenos y con los que tienen que contar en el futuro, lo que conllevan a que los
problemas antropológicos dejen de pertenecer a una única especialidad académica, para ser del
interés del hombre medianamente bien informado.

Entonces, en cuanto al estudio de las poblaciones “primitivas”, cabe preguntarse si la


antropología no está por convertirse en una ciencia sin objeto. Ya que el mismo interés por los
“primitivos” es el que provoca su extinción, ya sea por el contagio de enfermedades o
consecuencias menos directas, como la alteración y destrucción de una forma de vida o de cierta
organización social.

A este cuadro se le suma el hecho de que otros grupos humanos siguen creciendo, donde el
peligro se hace cualitativo. Estas poblaciones se transforman y se acercan a la occidental, y se
vuelven más intolerantes a los estudios etnográficos. Por ello, todo parecería indicar el fin de la
ciencia, por un lado pueblos que la evitan al desaparecer físicamente, y por el otro, pueblos en
pleno desarrollo que se niegan a ella en el orden psicológico y moral.

Esto hace que, respecto a los primeros pueblos, se apresuren las investigaciones y se creen
nuevos métodos de observación más útiles. Ya que cuando el pueblo desaparece, se cierra una
puerta para siempre impidiendo el acceso a conocimientos imposibles de adquirir de otro modo.
Y en cuanto a los otros pueblos, es más difícil resolverlo a corto plazo, debido a que estos temen
que se trate de hacer pasar por diversidad lo que para ellos es desigualdad. Lo curioso es que
existen antropólogos que ponen en tela de juicio la idea de que ciertas civilizaciones puedan ser
“superiores” y otras “inferiores” (tesis del pluralismo), negando esa inferioridad con el fin de
disimularla y, a fin de cuentas, contribuyen a que esta se mantenga.

Para sobrevivir en el mundo moderno la antropología tendrá que cambiar drásticamente:


confesar que es imposible mantener como objeto de estudio sociedades que se afirman como
sujetos colectivos y reclaman su derecho a cambiar. Esto también comprende un cambio de
fines y métodos. Transformación posible, ya que la antropología se definió por medio de cierta
relación del observador y el objeto que observa. Lo característico de esta disciplina es que ha
sido forzada a estudiar “desde fuera”. La revolución del mundo provoca que las civilizaciones
tomen conciencia de lo que son y adquieran los elementos necesarios para expresarse y
emprender el estudio de su pasado, tradiciones y de todo lo que sobrevive de ellas.

El cambio radicará en que, en lugar de depender del estudio de los antropólogos, corresponderá
a científicos locales y otros que sigan los mismos métodos de aquellos (lingüistas, filólogos,
historiadores, etc.)

El porvenir de la antropología parece encontrar garantías:

 En un sentido geográfico, al ir cada vez más lejos en busca de las poblaciones todavía
primitivas;

 En un sentido lógico, al verse empujada hacia lo esencial, contando con la adquisición


ya lograda, se sabe más acerca de ella cada día;

 La experiencia íntima se transforma en uno de los últimos medios de investigación


debido a la desaparición de la base material de las últimas civilizaciones primitivas;

 La civilización occidental quizás manifieste esas variantes que hace poco no alcanzaba
si no era comparando civilizaciones distintas.

La función permanente de la Antropología consiste en que si hay diversidad, seguramente las


variantes existentes entre sociedades no se borrarán nunca sino para reconstituirse en otros
planos. La Antropología reintegra la racionalidad al interpretar los fenómenos, gestos o actos
humanos, que parecen incomprensibles. Siempre ha contribuido a ampliar el concepto que el
hombre tenía de sí mismo. Su desaparición continuaría de un estado de civilización en que todos
los hombres fueran completamente transparentes a los demás, hasta en su conciencia. Mientras
el modo de ser y actuar de ciertos hombres planteen problemas a otros, habrá siempre lugar para
una reflexión sobre esas diferencias, reflexión que pertenecerá al dominio de la Antropología y
garantizará la supervivencia de ésta.

Lischetti, Mirtha. “La antropología como disciplina científica”

Caracterización de la Antropología como ciencia. La ciencia no es autónoma, sino que está


condicionada por hechos sociohistóricos de producción de ese conocimiento científico. Las
actitudes teóricas surgen de los propósitos colectivos de un grupo, que se encuentran detrás del
pensamiento del individuo. Por esto, una parte del conocimiento no puede ser comprendida
mientras no se tengan en cuenta sus conexiones con las implicaciones sociales de la vida
humana.

La Antropología apunta a un conocimiento global del hombre y abarca el objeto en toda su


extensión geográfica e histórica […] y tiende a conclusiones válidas para todas las sociedades
humanas.

Las aspiraciones de la Antropología fueron configuradas en relación a la unidad de análisis con


la que trabajó a lo largo de su historia: la comunidad nativa. Esto la ha obligado a considerar a
las sociedades como un todo y a indagar leyes de funcionamiento y transformación. Por
ejemplo, desde la última guerra, la Antropología considera que los conflictos sociales son
inherentes a las sociedades, como hechos fundamentales.

El campo de la Antropología es vasto: cubre todas las épocas, los espacios y los problemas
(política, económica, estudios de parentesco, etc.) Cubre tanto la dimensión biológica como la
cultural.

Esta ciencia se fue configurando como especialidad a partir del descubrimiento y diferenciación
del “otro cultural” como objeto de estudio. La aplicación de la antropología se da en sociedades
“exteriores” a la sociedad occidental, sometidas a presiones externas y a las fuerzas de cambio
más activas.

Como ciencia específica, la antropología recorta un sector particular de la humanidad, que a


partir de la segunda guerra mundial se conoce como países subdesarrollados o del “Tercer
mundo”. El proceso histórico social mundial los conforma como “nacionalidades complejas” y
pasan a ser objeto de estudio, tanto de antropólogos como de sociólogos.
En una primera división primitiva del espacio sociocultural la línea pasaba por la diferenciación
de lo superior y lo inferior, entre lo occidental y lo no occidental. En este marco el “otro
cultural”, objeto de la antropología, habrían sido los pueblos etnográficos. En la actualidad, la
división reaparece entre lo urbano y lo campesino, donde el objeto serían los campesinos y/o
simultáneamente las clases subalternas.

En los ‘60 la producción académica provoca una serie de “Otros” que cuestionan o establecen
una diferencia respecto a la “normalidad” generada por los sectores dominantes de las
sociedades capitalistas avanzadas.

En la actualidad, el campo de estudio de la Antropología es la sociedad en su conjunto. Se


distingue la Sociología como la ciencia de “nosotros” y la Antropología como la ciencia de los
“otros”.

El antropólogo puede ser clasificado como un sociólogo que se especializa en la observación


directa sobre el terreno, en cuanto a la totalidad de la sociedad y su cultura, ya que debe
proporcionar un conocimiento sistemático de la microestructura y la organización de esta.

Los datos de la Antropología proveen el conocimiento de toda la historia cultural del hombre,
desplegada en la diversidad de la experiencia humana. Aspira a brindar también un
conocimiento científico de la sociedad, cuestionándola.

Tipo de problemática que aborda y su metodología. Nunca ha sido homogénea en sus intereses y
perspectivas. Sistemas políticos africanos; magia, ciencia y religión; la familia entre los
aborígenes australianos; las religiones africanas en Brasil son algunos de los temas investigados
en el período clásico. En la actualidad algunos son: poder, estratificación y salud; culturas
populares en el capitalismo; estrategias familiares y escuelas, etc. Todas son problemáticas
diversas pero con una marca en común: el análisis de miscrosituaciones.

La metodología es inductivista y empirista. La tesis fundamental del empirismo es que las leyes
que los antropólogos debieron tratar de descubrir se hallan a nivel empírico, pero esto es un
obstáculo en el avance científico de la Antropología, ya que no pueden hallarse a nivel el
comportamiento porque este es una síntesis de múltiples determinaciones.

Popper: el conocimiento empieza con problemas. Esta particularidad epistemológica se explica


por haberse desarrollado en sus comienzos como una ciencia natural de las sociedades humanas.
La metodología debe ser referida a los paradigmas o estrategias de cada investigación.

La complejidad de la disciplina da lugar a diferentes ramas: Antropología Biológica o Física,


Arqueología, Lingüística Antropológica y Antropología Cultural, Social y la Etnología. La
distinción entre hecho y teoría ha sido conservada en la Antropología en la distinción entre
Etnografía (descripción de las culturas) y Etnología (teorización acerca de esas descripciones).

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