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ETNOLOGÍA, ETNOGRAFÍA, ANTROPOLOGÍA

¿Qué es la etnología?

Según diferentes lugares o doctrinas, los términos “etnología” o “antropología” se


utilizan indistintamente para designar o no a una misma investigación. Se considera que
la etnología era el estudio de las sociedades “sin escritura” o incluso “sin mecanizar”,
entendiéndolo así por primitivos.
Se rechaza el término “primitivo” por sus consideraciones peyorativas y porque
el pensamiento de autores de los siglos XVIII y XIX lo vinculaban a la idea de sociedades
cercanas al estado de naturaleza, “salvaje” o “bárbaros”. Se pensaba que estos pueblos
sin escritura, sin una técnica determinada y sin historia constituían el punto de partida de
la evolución humana, y eran todo lo contrario de nuestras sociedades occidentales y
civilizadas.

La muerte de lo primitivo

“Primitivo es un concepto que, en el ámbito de esta ciencia social, está en vías de


desaparecer, debido a los estudios que se han ido realizando, cada vez más en estos
pueblos y sociedades, cuya complejidad y riqueza cultural se ha ido descubriendo poco a
poco. Uno de los más grandes etnólogos, Claude Lévi-Strauss, escribió que no existen
“pueblos en estado infantil”.
Ya que lo primitivo está en vías de desaparición del vocabulario de las ciencias
humanas y sociales, y los pueblos que así se calificaban están en vías de desaparecer, cabe
preguntarse si el objeto de estudio de la etnología sigue siendo válido, ya que la influencia
del mundo occidental ha marcado profundamente a las sociedades “primitivas”, tanto que
las organizaciones, los modos de pensar, las creencias originales que estudiaba el
etnógrafo se han ido transformando debido a esa influencia y ha dado lugar a nuevas
culturas, haciendo que estas sociedades acepten, a través de la colonización el sistema
monetario, los Estados, la aparición de la propiedad privada, haciendo que sociedades
antiguamente autárquicas accedan súbitamente a la Historia Universal.

Nuevas concepciones y nuevo enfoque

Por esta razón la etnología ha abandonado poco a poco el campo de lo primitivo


para orientarse hacia todo lo que es sociedad y cultura extraña, para interesarse por las
comunidades pequeñas, donde las relaciones continúan siendo interpersonales y la
especialización económica y profesional es menos patente.
Se trata de sociedades rurales de zonas campesinas tradicionales, comunidades
más o menos aisladas, más o menos homogéneas, en donde predominan las relaciones
directas y de parentesco y donde hay técnicas elementales. Pero también se ocupa de
colectivos urbanos, como comunidades étnicas o religiosas, grupos de vecindad y de
barrio.
Este cambio del campo de investigación acabó por hacer de la etnología tanto una
perspectiva como una disciplina, una ciencia que se ocupa sobre todo de los grupos o las
sociedades de pequeño tamaño, pero que también utiliza un método y más técnicas
basadas más sobre lo oral, la observación, la entrevista, incluso la biografía, que sobre las
estadísticas o las grandes investigaciones con encuestas de gran envergadura.

La etnografía

Es la parte descriptiva de la etnología (Ethnos: pueblo, raza. Graphien: describir)


y se presenta a menudo de forma monográfica sobre un grupo social o una institución que
afecta a varios grupos (tecnología, matrimonio, culto religioso,…).
Para Levi-Strauss, se trata de la primera etapa del trabajo, la recogida de datos,
que suele exigir una investigación sobre el terreno con observación directa. En definitiva,
lo que se conoce como trabajo de campo.

¿Etnología o antropología?

La descripción etnográfica constituye la primera etapa de la investigación, pero la


antropología y la etnología es la explicación de las costumbres y las instituciones, la de
la síntesis que se realiza a menudo por medio del método comparativo. Surgen así
distintas explicaciones a los mismos fenómenos y esas diferencias explicativas pertenecen
a distintas escuelas de pensamiento antropológico.
Para Lévi-Strauss, la etnología siempre representa un primer paso hacia la
síntesis, que puede ser geográfica, si lo que se desea es integrar conocimientos sobre
grupos vecinos, histórica, si se quiere reconstruir el pasado de una o varias poblaciones
y sistemática, si se aísla tal tipo de técnica, costumbre o iniciación.
En lo que respecta a la diferencia entre etnología y antropología, si es que existe
alguna, sólo aparece con precisión cuando se examina la acepción de estos términos
teniendo en cuenta las escuelas teóricas propias de cada país.
La antropología es, por lo tanto, “el conocimiento global del hombre, en toda su
extensión histórica y geográfica; que aspira a un conocimiento aplicable al conjunto de
la evolución del hombre desde los homínidos hasta las razas modernas; y que pretende
obtener conclusiones, positivas o negativas, pero válidas para todas las sociedades
humanas, desde la gran ciudad moderna hasta la tribu melanesia más pequeña”. (Lévi-
Strauss, Antropología cultural).
De modo que, para Levi-Strauss, la antropología pretende consagrarse al estudio
de los fenómenos humanos actuales, pero también pasados, tanto al estudio de las
sociedades industrializadas como al de las sociedades tecnológicamente subdesarrolladas.
Tiene una vocación universal y engloba a la vez a la etnología y a la sociología. Es una
ciencia humana y no una rama de las ciencias sociales.

PANORAMA ACTUAL Y PROBLEMAS DE LA ETNOLOGÍA

Objetivo de la etnología

La etnología es, ante todo, la mirada que se posa en el otro, el deseo de conocer
esos pueblos distantes, pero a veces cercanos, que nos parecen tan distintos a nosotros.
Esta curiosidad se hace más científica en la medida en que este estudio del otro conduce
a una reflexión sobre la naturaleza humana, sobre sus semejanzas, diferencias y las
razones de éstas.
Después, poco a poco, en un mundo que se hace cada vez más pequeño, responde
al deseo de conservar todos esos patrimonios culturales en vías de desaparición ante el
avance de una civilización que se universaliza. Conocer al otro, sus costumbres, sus
creencias, significa también poder comerciar con él, mejorar las posibilidades del éxito
de una política integradora de población con una cultura diferente. También supone
ayudar al desarrollo armonioso de las sociedades inmersas en procesos de cambio radical.
Significa, por lo tanto, desde un punto de vista humanista y pedagógico, que se pueda
modificar mediane un acto de comprensión bien intencionado la visión que se tiene del
otro, que a menudo suele responder a prejuicios remotos.
Como decía Montaigne, el mundo en toda su amplitud “es el espejo donde
debemos mirarnos para conocernos bien”. El conocimiento etnológico no sólo sirve para
hacernos comprender que nuestras costumbres y creencias no son las únicas aceptables y
que tienen un valor absoluto y universal, sino que también permite juzgar de una manera
más crítica nuestra propia cultura al compararla con las demás.

Etnología y aplicación práctica

Conocer las costumbres de grupos diferentes es, en definitiva, un medio de prever


sus comportamientos futuros y, por lo tanto, de decidir el carácter de las relaciones a
establecer en una sociedad plural en vías de integración.
La antropología americana surgió, hasta cierto punto, debido a la necesidad de que
las comunidades amerindias y negras vivieran, o se integraran en un conjunto
multicultural en vías de constitución. Del mismo modo, la administración colonial
indirecta de los británicos, que preconizaba cierto respeto a las costumbres de los pueblos
bajo su denominación, necesitaba conocerlos en profundidad para controlar la gestión que
era más autónoma en el sistema británico que en el francés.
La etnología o antropología fue, por lo tanto al principio, una ayuda útil para la
colonización y administración antes de que se orientase hacia investigaciones más
independientes sobre el estudio de los pueblos en sí y para sí mismos, los cuales han
contribuido a revalorizar sus culturas y evitar que sean menospreciados, como había
hecho una opinión que justificaba su dominación basándose en la superioridad cultural.
La antropología también se ha utilizado para ayudar a resolver algunos conflictos
tanto administrativos como locales. Por último, esta disciplina ha hallado menos campos
de investigación y objetos de estudio en el ámbito de las actuaciones contemporáneas
para el desarrollo en los países del Tercer Mundo. El antropólogo, que estudia la cultura
y la organización de una sociedad, puede, mejor que nadie, pronosticar cómo reaccionará
ante un plan de desarrollo como implantación de nuevos cultivos, migraciones agrícolas
en tierras por explotar, etc.

LOS PROBLEMAS DE LA ANTROPOLOGÍA

Primer problema, ¿existe una ciencia antropológica?

¿Qué grado de cientificidad se puede otorgar a la antropología? ¿Es posible


estudiar un objeto, el ser humano, que tiene la misma naturaleza que el propio sujeto que
lo estudia? Tras los años treinta del siglo pasado, al contrario que las ciencias naturales,
las ciencias sociales no podían llevar a cabo una experimentación rigurosa y, sobre todo,
reproducirla en otro momento con las mismas circunstancias, lo cual sí es posible en las
ciencias exactas.
También se ha comprendido que la objetivación de una realidad social o la
construcción del objeto variaban mucho de un sujeto a otro, con cada investigador, pues
que éste es observador a la vez se implica en su propio objeto de estudio. Esta es la razón
por la cual la etnología contemporánea ha renunciado a descubrir leyes generales.

Segundo problema, ¿relativismo o universalismo?

Este problema se encuentra ligado al anterior y revela una contradicción de la


perspectiva etnológica, pues reivindica, por un lado, el relativismo y la especificidad de
las culturas y, por otro, la vocación de encontrar el aspecto universal de los fenómenos
culturales y sociales.
Debe mostrar la diversidad cultural por medio del estudio de cada sociedad, pero
también debe buscar explicaciones generales. El universalismo conduce, por lo tanto, a
intentar una explicación por medio de un número reducido de elementos y válidos para
todas las sociedades.

Tercer problema, ¿determinismo de las estructuras o libertad del individuo?

Las leyes de la sociedad condicionan el comportamiento del individuo, es decir,


éste no puede hacer nada ante el determinismo social. La tendencia actual de la
antropología se centra cada vez más en resaltar la importancia de las variaciones
individuales y la autonomía del comportamiento.

Cuarto problema, ¿inmutabilidad relativa o dinamismo de las sociedades?

Como el objeto primordial de la etnología era el estudio de las sociedades


denominadas “tradicionales”, se ha creído durante mucho tiempo en la estabilidad de sus
estructuras y sus creencias, en la inmutabilidad del objeto, que podría fijarse y analizarse
mientras evolucionaba lentamente.
En cambio, el dinamismo social se ha centrado en el estudio del cambio y los
conflictos, puesto que se busca, no tanto los principios del funcionamiento de la sociedad
global como los elementos que se oponen en su interior.

HISTORIA DE LA ANTROPOLOGÍA

La Ilustración, una primera aproximación al concepto de cultura

El principal tema de efervescencia intelectual que precedió a la Revolución


francesa fue precisamente una versión inminente del concepto y de la teoría de la cultura.
El concepto moderno de cultura no solo está implícito en los antecedentes ideológicos de
la Revolución francesa y americana, sino que puede decirse que la sustancia mismo del
progreso revolucionario proclamaba la validez del concepto y daba testimonio de su
importancia.
El autor más importante de este período es John Locke. Su obra, Ensayo sobre el
entendimiento humano fue el precursor de todas las ciencias modernas de la conducta
incluidas la psicología, la sociología y la antropología cultural, que relaciona la relación
entre el medio condicionante y los pensamientos y acciones humanas. La mente vendría
a funcionar como una especie de tabula rasa, vendría a llenarse con lo que conoceríamos
por un proceso de enculturación. Se produce un rechazo de las ideas innatas. Tanto a los
principios lógicos y abstractos como a los principios prácticos o normas morales de
conducta. A Locke le preocupaba mucho más cómo llegan a formarse las ideas que el
problema de cómo se llega a adquirir determinadas costumbres.
La opinión dominante en su tiempo, era que la conducta era una consecuencia del
conocimiento por lo que el problema de la enculturación debe plantearse en términos
antropológicos. Todo conocimiento parte de las percepciones transmitidas a través de las
impresiones de los sentidos. Todo conocimiento humano se fundamenta en la experiencia.
Así, diferentes experiencias producirían diferencias individuales e incluso nacionales de
conducta. Ningún orden social se basa en verdades innatas, un cambio del medio se
traduce en un cambio de la conducta.

Tolerancia frente al relativismo

La razón por la que los antropólogos se niegan a rastrear el origen del concepto
de cultura hasta el Essay es que, como todo estudioso de la cultura, a partir del siglo
XVIII, a pesar de que atribuían a la experiencia el poder de modelar las creencias y las
costumbres, no abandonaron la idea de que existían creencias morales universalmente
válidas y normas y modos de conducta correctos y otros erróneos.
La ciencia social siguió a Locke en su convencimiento de que, a pesar de las
diferencias de experiencia, la razón correctamente aplicada podría con el tiempo llevar al
hombre, en cualquier lugar, a las mismas instituciones sociales, a las mismas creencias
morales, a las mismas verdades técnicas y científicas. Mientras tanto, la consigna es la
tolerancia, tolerancia de las costumbres ajenas. No debe tomarse por indiferencia moral
ni tampoco por un auténtico relativismo cultural.

Ilustración y antecedentes evolucionistas

Durante el siglo XVIII, la palabra evolucionismo se emplea muy rara vez, pero
está fuera de toda duda que la evolución sociocultural constituye el tema principal de su
interés histórico.
Empezaremos hablando de William Robertson, representante de la Ilustración
escocesa. En su obra History of America, plantea la tipología clásica con el esquema de
las tres fases del progreso y evolución de las sociedades humanas, desde la primera fase,
el estado de salvajismo, centrado en la caza y la recolección, el estado de barbarie, en
el pastoreo y la ganadería y, por último, el estado de civilización, con la agricultura.
Sus ideas evolucionistas se distinguen también por su análisis, notablemente
adelantado, de las condiciones bajo las cuales las semejanzas culturales, en diferentes
partes del mundo, pueden tratarse como pruebas de la evolución independiente y no de
convergencia o de supervivencia de procesos de difusión o migración. En general, creía
que las semejanzas halladas en continentes diferentes eran invenciones independientes,
producto de evoluciones paralelas.
Otro autor a reseñar es Condorcet cuya obra, Esquema de un cuadro histórico del
progreso humano de 1795 influyó en autores posteriores. De los diez estadios que
describe Condorcet, los tres primeros en los que la humanidad pasa de la sociedad tribal
a la pastoril y de ésta a la agricultura hasta llegar a la invención del alfabeto. El Esquema
es una historia intelectual que busca explicar la historia desde el punto de vista ilustrado
como progreso, desde etapas más primitivas hacia una emancipación de la razón humana
de las cadenas de la superstición y de la ignorancia.
A partir de la invención del alfabeto, los estadios se van haciendo cada vez más
etnocéntricos y van confiándose a la historia de Europa. El cuarto trata del progreso del
espíritu humano en Grecia hasta la división de las ciencias en tiempos de Alejandro
magno. El quinto del progreso de las ciencias desde su división hasta su decadencia, el
sexto desde la decadencia del conocimiento hasta la restauración hacia la época de la
Cruzadas. El séptimo desde los primeros progresos de las ciencias desde su renacimiento
en Occidente hasta la invención de la imprenta. El octavo desde la imprenta hasta el
tiempo en que la filosofía y demás ciencias se sacudieron del yugo de la autoridad y de la
tradición y, por último, desde Descartes hasta la República francesa.
El Esquema puede también considerarse justificadamente como el máximo
esfuerzo de la Ilustración por interpretar la evolución sociocultural en términos de
incrementos del contenido racional de los pensamientos, las costumbres y las
instituciones.
Durante la Ilustración, el criterio dominante del progreso era el cambio en la
dirección a una mayor racionalidad. Bien aplicado a las ciencias, pero deficiente a las
instituciones políticas. Condorcet estaba convencido de que la Revolución francesa había
producido el orden social más racional del mundo y, por consiguiente, el más progresivo.
Prejuicio etnocéntrico de un partidario de la revolución. En el siglo XIX, esta racionalidad
deja de considerarse la medida del cambio progresivo.
Todos los filósofos sostenían que en un pasado más o menos remoto, todos los
pueblos del mundo habían conocido una vida social que por su general simplicidad y por
la ausencia de ciertas instituciones específicas, como la propiedad privada de la tierra, el
gobierno centralizado, las diferencias de clases y las religiones gobernadas por castas de
sacerdotes, contrastaba con la sociedad moderna europea. A esta primera era la llamaron
estado de naturaleza.
Aunque las características concretas de este estado primitivo divergían
considerablemente (Hobbes hablará de la guerra de todos contra todos y Rousseau de
el buen salvaje), la explicación del modo en que los hombres salieron del estado de
naturaleza y llegaron a las instituciones y a las costumbres que hoy tienen era bastante
uniforme.
El motor de la historia era la racionalidad humana y el hombre civilizado había
salido del estado de naturaleza por el poder de su pensamiento, inventando instituciones,
costumbres y técnicas de subsistencia cada vez más inteligentes y racionales.
Falacia del idealismo cultural

Partimos del acuerdo de que las explicaciones científicas son proposiciones que
enuncian las condiciones precisas para que se produzcan los acontecimientos objeto de
predicción. Explicar las diferencias y las semejanzas socioculturales exclusivamente en
términos de pensamientos y de acciones más racionales o menos racionales equivale a
omitir todo establecimiento de condiciones. En opinión de muchos filósofos del XVIII,
la explicación de por qué lo iroqueses no se conducían como los franceses había que
buscarla en que los primeros no habían sabido, porque no habían querido, pensar su
camino para alejarse suficientemente del estado de naturaleza.
Todo lo que necesitaba, y esto pensaba Kant para que la Ilustración europea
modificase radicalmente la vida social era que se diera a las gentes la libertad de pensar.
Sapere aude, atrévete a saber.
La explicación de las diferencias socioculturales como consecuencia del
despliegue del potencial de razonamiento humano puede considerarse como una variante
del idealismo no determinista. Para los ilustrados, lo que dirige la historia es la elección
inteligente y racional del hombre. Como consecuencia, los hombres son libres para dar a
su mundo social la forma que les parezca conveniente.
¿Cómo Condorcet es capaz de predecir el desarrollo de su décima época? Todos
los hombres pretenden, llegado el caso, escoger lo que es más racional o eso es lo que
estos filósofos esperaban que ocurriese. Esa idea del carácter inevitable del progreso es
un mito. Lo único que los ilustrados podían hacer era esperar el progreso. Si la historia
probaba algo sobre el ejercicio del poder de la libre elección racional era que la tendencia
a no usarlo, desde la perspectiva de la Ilustración, la tendencia a engañarse era en el
hombre tan fuerte como la contraria.

La escuela evolucionista y los precursores de la antropología social

El evolucionismo, que constituye la primera corriente de pensamiento de la


historia de la antropología, se desarrolla a fines del siglo XIX, entre 1850 y 1910
aproximadamente en EEUU, Gran Bretaña, Francia y Alemania.

El objeto del evolucionismo

La etnología pretende estudiar los diferentes pueblos que se han ido sucediendo a
lo largo del tiempo y que se encuentran entonces (mediados del s. XIX) por todo el mundo
en estadios culturales y de progreso de la humanidad distintos. El hombre contemporáneo,
pertenecientes a sociedades primitivas, dice el evolucionista, es reflejo de nuestros
antepasados y su sociedad la que conocimos antaño.
El objeto esencial de la investigación es explicar históricamente los distintos
estadios de la humanidad por medio del descubrimiento de las leyes que han permitido
pasar del uno al otro. ¿Cómo se han producido esos cambios y qué modalidades hubo en
los distintos sectores de la vida y estas sociedades, organizaciones, regímenes políticos,
sistemas de parentesco, creencias religiosas, etc.?

El método del evolucionismo

A pesar de la analogía biológica, los evolucionistas apelan sobre todo a la historia,


pero basada en conjeturas, es decir, hipotéticas o inciertas, puesto que no dispone para
este tipo de sociedad de sus apoyos tradicionales, que son los documentos escritos que
autentifican una realidad histórica o un acontecimiento.
El evolucionista especulará sobre los movimientos poblacionales que han dado
lugar a la creación de uno u otro pueblo, imaginará tipos de comportamiento o creencias
basándose en indicios inconsistentes, que suelen ser a menudo la supervivencia de
algunas costumbres, que consideran reliquias de un estado anterior. He ahí la debilidad
del método evolucionista y objeto de sus críticas.
Además, el enfoque histórico implicaba el estudio de fenómenos que
determinaban el paso de un estadio a otro y este determinismo histórico conducía a una
explicación causal. La visión evolucionista ha conducido con frecuencia a la creencia,
muy criticada, en un progreso unilineal de las sociedades a lo largo del tiempo, en que
cada una debe conocer el paso necesario de un estadio a otro, sin que exista la posibilidad
de imaginar otra forma de evolución.
Como su deseo era abarcar todo el conjunto de las culturas conocidas por la
humanidad, procuraron sobre todo compararlas entre sí con la referencia última de la
Occidental, considerada como la más evolucionada de todas porque incluía las formas
más desarrolladas de todas las instituciones políticas, familiares y religiosas. Así, se
utilizaba muchísimo el método comparativo.

Spencer y el darwinismo social

Para Spencer, el universo exhibía un esquema de progreso y desarrollo que


abarcaba todos los fenómenos tanto orgánicos e inorgánicos. Es el introductor del
concepto de darwinismo social, aunque es bien cierto que Darwin aplicó los principios
de la filosofía social de Spencer al estudio de la evolución dentro del ámbito de las
especies.
No obstante, es Malthus quien introduce el concepto de lucha por la
supervivencia. Este autor consideraba que una porción considerable de la humanidad
estaba para siempre condenada a la miseria por el desequilibrio existente entre la
capacidad de reproducción y la capacidad de producción. La obra de Malthus, Ensayo
sobre los principios de la población hay que entenderla como una refutación de la fe de
la Ilustración en el progreso. Donde Malthus no podía ver más que perpetua miseria como
resultado de la lucha por la supervivencia, Darwin veía creación. La reafirmación de la
existencia de leyes de la naturaleza, la inevitabilidad del progreso y la justicia del sistema
de la lucha sin la que no puede alcanzarse el progreso son las tesis centrales del
darwinismo, inspirada por esta filosofía social.

Uno de los obstáculos que se oponen a la exacta comprensión de la relación


existente entre Darwin y las ciencias sociales es que la doctrina del progreso a través de
la lucha lleva el nombre de darwinismo social. la selección natural fue inspirada por el
análisis de Malthus de la lucha por la supervivencia.
Spencer se esforzó por probar que la naturaleza humana, como todo lo demás en
el universo, era un producto de la evolución. Al defender la mutabilidad de la naturaleza
humana, Spencer estaba, de hecho, defendiendo la evolución biológica. En su obra
insistía no sólo en que la naturaleza humana es modificable, sino en que ha sufrido y
continuará sufriendo cambios drásticos de conformidad con una ley universal de
desarrollo.
La imperfección es “inadecuación a las condiciones de existencia”. El hombre
logra un grado más alto de aptitud a través del proceso de adaptación. Esos cambios
definen el progreso, y la “creencia de que, en virtud de ese proceso, con el tiempo el
hombre se adecuará completamente a su modo de vida”. El progreso, en consecuencia,
no es un accidente sino una necesidad. La civilización es parte de la naturaleza.
Para escapar al dilema malthusiano, Spencer recurrió a la idea de que la
inteligencia y la fertilidad estaban en relación inversa. Resulta característico que
interpretaba esa relación en términos fisiológicos y no en términos socioculturales. Los
individuos y las razas menos inteligentes mueren y el nivel de inteligencia sólo se logra
a costa de intensificar la competencia entre las células que rigen la mente y las que rigen
el sexo y, en consecuencia, se produce una progresiva disminución de la fertilidad.
Hasta alcanzar la utopía, las exigencias de la lucha por la vida producen el
progreso a través de la disminución de los ineptos y la preservación de los aptos,
exactamente lo mismo que Darwin iba a decir años después.
Spencer no aplicó nunca el principio de supervivencia del más fuerte o apto al
origen de las especies. Si no relacionó las dos ideas fue por creer que la herencia de las
modificaciones funcionalmente producidas basta para explicar los hechos. Al ver que eran
la causa suficiente en muchos tipos de organismos, concluyó que eran causas suficientes
para todos los cambios de todos los tipos.
Cuando se publicó El origen de las especies (1859), Spencer aceptó que la
selección natural era una de las causas más importantes del cambio biológico
evolucionista. Al principio lamarckista del uso y desuso siguió dándole la mayor
importancia, pero hay que señalar que también Darwin pensaba que la herencia de las
características adquiridas era un principio evolucionista válido.
Aunque Spencer no pusiera en relación el concepto de progreso a través de la
lucha con la especiación, es evidente que los componentes esenciales de lo que se llama
darwinismo social los elaboró independientemente, sin inspirarse en Darwin. Fue el
propio Spencer quien introdujo el término evolución y supervivencia del más apto y no
Darwin.

Lewis H. Morgan (1818-1881)

Americano, fundador de la primera cátedra de antropología de Rochester, en el


estado de Nueva York, también fue el primer erudito de verdad en abordar el trabajo de
campo, es decir, en estudiar las sociedades sobre el terreno, como será habitual en el siglo
XX.
Pasó algún tiempo con los iroqueses y resultado de ello publicó La liga de los
iroqueses (1851), que es la primera obra etnológica que se ocupa de los sistemas sociales
y políticos en una sociedad sin estado, sistemas que se funden, por tanto, sobre las
relaciones entre grupos de parentescos más o menos extensos. Se interesan también por
su lengua y descubre que los mismos términos de parentesco usados por los indios sirven
para designar un número mayor de pacientes que en Occidente.
Morgan traza nada más y nada menos que las grandes etapas de la evolución de la
humanidad a partir de fenómenos o de instituciones que considera determinantes para esta
evolución:
-Las técnicas y los medios de subsistencia.
-La familia y su organización.
-Las formas de gobierno.
-La propiedad.
-El lenguaje.
Solo se presta un poco de atención a la religión como indicador de cambio.
Desde el punto de vista político, señala una diferencia fundamental, que será la
clave para comprender los sistemas de gobierno de los seres humanos, que es la existencia
entre las sociedades fundadas en las relaciones entre grupos de parentesco y, por tanto,
sin Estado, en las que la sociabilidad y la ayuda mutua se manifiestan dentro de estos
grupos. Estos grupos serán llamados “societas”, frente a sociedades fundadas en la
sociabilidad territorial, generalmente con Estado, que se denomina “civitas” y que
suceden de manera natural a las primeras.
Cada uno de estos fenómenos, familia, gobierno, etc., ha experimentado a lo largo
del tiempo modificaciones en su estructura y sus funciones y ha contribuido por medio
de las mismas al progreso general de la humanidad.
La evolución es, por lo tanto, unilineal y todas las sociedades han seguido el
mismo camino a través de los mismos estadios. Pero, en la parte esencial de su
problemática corresponde a las siguientes cuestiones:
- ¿Cómo ha vivido la humanidad en la Antigüedad?
- ¿Cómo ha conseguido algunos a un ritmo apenas perceptible una “condición
superior”?
- ¿Por qué se han quedado atrás otras tribus y naciones en el camino del progreso?
Divide este camino en tres periodos, que a su vez se subdividen en tres
subperiodos, el estado salvaje, la barbarie y la civilización. Cada uno de los periodos y
subperiodos comienza a raíz de un cambio importante en las técnicas u organizaciones.
Del mismo modo, parece que otorga más importancia al cambio técnico y económico que
a las transformaciones institucionales, pero no lo explica, y se limita a describir de una
forma un tanto dogmática la historia de estos periodos.
En definitiva, de una manera también muy hipotética, atribuye a cada periodo
vinculado a un nivel de evolución, la correspondencia con un pueblo o una cultura que
existía en su época que se conocía poco y apenas se podía apreciar su estado de desarrollo.
Periodos étnicos según Morgan

Períodos Técnicas Organización Ejemplos


sociopolítica
Salvaje inferior -recolección -horda y Sin ejemplos
(frutos, raíces) promiscuidad actuales
-origen del lenguaje primitiva
articulado -familia
consanguínea
(matrimonios entre
hermanos y
hermanos)
Salvaje medio -fuego y cocción -familia punaluana -Australianos
-pesca (matrimonio -Polinesios
(embarcaciones de polígamo con las
corteza) mujeres de los
hermanos y
recíprocamente
para los maridos de
las hermanas)
-filiación a través
de las mujeres
Salvaje superior -arco y flecha -aparición del clan Algunos
(sílex) o gens (grupos de amerindios
-caza parentesco
-canibalismo extensos)
Barbarie inferior -alfarería -tribus y Iroqueses
-agricultura confederaciones de
(cereales) tribus
-herramientas de -familia
piedra sindiasmiana, es
-tejido manual decir, matrimonio
monogámico más o
menos duradero de
una pareja que vive
en común con otras

Barbarie media -domesticación, -democracia militar -Aztecas


ganadería con caudillo -Incas
-regadío (Indo, guerrero
Éufrates)
-hábitat lacuestre y
casas comunes
-tejidos de lana y
lino
-bronce
Barbarie superior -hierro y -familia patriarcal -Griegos antiguos
herramientas polígama para los -Hebreos
-energía animal hombres, después -Germanos (Tácito)
-rueda, carros, de la aparición de la
barcos monogamia
-cultivo por -propiedad
rotación individual
-arquitectura y
ciudades
Civilización -escritura y alfabeto -Ciudades y -Griegos
fonético Estados -Romanos
-obras literarias

Edward B. Tylor (1832-1917)

Aunque fuera inglés y el primer catedrático de antropología de Oxford, su


influencia ha sido mayor en EEUU. A diferencia de Morgan, se muestra menos
determinista en la concepción de la evolución y admite que todas las trayectorias
culturales de los pueblos no se han podido repetir de manera idéntica en todos los casos,
siguiendo ese movimiento unilineal que constituía el credo de Morgan y otros
antropólogos.
Al orientar sus estudios, en primer lugar, hacia los mitos, a los cuales dedica varios
capítulos de su primera obra, Historia temprana de la humanidad y el desarrollo de la
civilización (1865). ¿Qué es la religión? Tylor da una definición idéntica a la del
fenómeno que constituye el animismo, es decir, “la creencia en seres espirituales”,
definición muy amplia y poco precisa, mientras que más en concreto se ha considerado
el animismo como una práctica que tendía a espiritualizar el mundo natural como plantas,
animales, parajes y lugares insólitos o peligrosos.
Parte de la idea de una dualidad fundamental, cuerpo y alma, cuya existencia
indica en el hombre, primero, el sueño y, después, la muerte. En el sueño, nos vemos
actuar, movernos, vivir, de modo que hemos llegado a la conclusión de que tenemos un
doble que es el alma. Y si ésta parece tan viva en ese cuerpo inerte del hombre que duerme,
también lo estará en el cuerpo inerte del muerto. El espíritu vital abandona entonces
definitivamente la morada a la que regresaba antes tras el sueño. Esta idea de la
supervivencia del alma dará lugar al culto a los muertos y, especialmente, al culto a los
antepasados, fenómeno que para Tylor se encuentra íntimamente unido al animismo. El
antepasado al que se reza es un espíritu protector.
Posteriormente, esta creencia se extenderá al mundo natural. Los espíritus del
mundo natural perviven tras la muerte y pueden vengarse del hombre, provocando
enfermedades, locura o posesión. Aunque ese espíritu se puede domesticar y fijarse en un
objeto que constituye su soporte material, denominado fetiche. El fetichismo se ha
considerado como el culto a los objetos habitados por espíritus que podían proteger o, por
el contrario, que debían protegerse.
Surge entonces el último estadio, el del monoteísmo. El individuo supone que tras
ese mundo de divinidades existe un dios supremo, un creador, que, según la concepción
laica del autor, es resultado de la reflexión religiosa del hombre a lo largo del tiempo y
no fruto de una revelación divina.
Resulta evidente que una teoría como esta se basa más en una capacidad
imaginativa de reconstrucción que en bases científicas sólidas, aunque algunos de estos
aspectos del pensamiento animista podrían corresponder a alguna realidad de este tipo de
creencias.

James Frazer (1854-1941)

Fue quien más popularizó la antropología al final del periodo evolucionista.


Publicó numerosas obras, siendo la más destacada la Rama dorada que consta de doce
volúmenes escritos entre 1890 y 1915. Frazer decía que esta obra era “un panorama del
pensamiento humano que pasa sucesivamente de los estadios de la magia y de la religión
al de la ciencia”. Aborda sucesivamente los temas de la magia, los ritos agrarios, el
animismo y, sobre todo, el origen del fenómeno de la “víctima propiciatoria”, creencia
según la cual era posible transferir las fuerzas maléficas y las culpas de una comunidad a
un solo individuo que la purificaría por medio del sacrificio de su muerte.
La principal aportación de Frazer fueron sus teorías sobre la magia y la evolución
de las sociedades a través de los tres estadios sucesivos: magia, religión, creencia. Al
principio, el hombre cree que puede dominar la naturaleza. En un segundo momento,
reconoce su debilidad y se encomienda a los dioses. Después, el ser humano domina a la
naturaleza, pero es consciente de sus limitaciones. Esto le lleva a distinguir entre magia
y religión. Esta última es una especie de pseudociencia que se emplea para intentar
manipular o domesticar una naturaleza que siempre es peligrosa.
El ser humano, al buscar relaciones de causa-efecto, va a buscar leyes que en
realidad son imaginarias, pero en las que cree en un primer momento. Hay dos que son
esenciales: la ley de similitud y la ley de contacto. De este modo, lo parecido debe
producir lo parecido. Del mismo modo, las cosas que hayan estado en contacto
continuarán actuando unas sobre otras, es la magia denominada “por empatía”, por medio
de la cual un objeto o una parte del cuerpo pueden utilizarse contra quien pertenecían.
Por lo tanto, el mago domina la naturaleza o cree poder hacerlo y no suplica a
ningún poder sobrenatural. Pero cuando reconoce finalmente su incapacidad ante las
fuerzas que le superan, el ser humano diviniza las causas, con lo cual la religión es “la
consolidación de poderes superiores que se cree dirigen y controlan el curso de los
acontecimientos naturales y humanos”.
La diferencia entonces está en que la religión conoce los aspectos fundamentales
de la existencia humana, mientras que la magia se ocupa de problemas concretos y
precisos.
Malinowski (1884-1942)

Uno de los antropólogos más importantes y originales de su tiempo y del nuestro,


fue considerado con frecuencia un revolucionario, porque fue él quien con mayor energía
se rebeló contra las teorías de evolucionistas y difusionistas.
Malinowski mostraba la necesidad de estudiar empíricamente los
acontecimientos de la vida cotidiana, económica y familiar de toda la sociedad, las
instituciones y los comportamientos de los hombres que, en última instancia, y
contrariamente a lo que se cree, son bastante parecidos a los nuestros. Rechaza a su vez a
la forma de recurrir a la historia, propia del evolucionismo, incluso al pasado inmediato
de una sociedad. Ésta debe estudiarse en el presente, teniendo en cuenta sus diversos
aspectos y según las instituciones que la mantienen viva y que son interdependientes. Por
último, critica al evolucionismo en la teoría de las supervivencias, al afirmar que todo
fenómeno social debe responder a una función y que, si ya no está al servicio de una
necesidad biológica o social, desaparecerá necesariamente.
Después de estas críticas, elabora un método dominado por la voluntad de hacer
convertir la cultura y la etnología en una verdadera ciencia. No hay ciencia, dice, si no
hay hechos empíricos. Y no existe observación realmente empírica, objetiva, si no se
realiza sobre el terreno, en el campo, en la sociedad observada. Hay que considerar la
cultura como un todo, observarla en toda su amplitud y con sus propios ojos.

Revoluciona la investigación al otorgar al “campo”, a la investigación directa, un


lugar preponderante. En esto se opone a los evolucionistas, a los eruditos de salón y a la
antropología de “sillón”. Reivindica la investigación in situ. El investigador era su propio
entrevistador y no tenía que basarse en las afirmaciones cuestionables, rara vez
verificables, de observadores aficionados. El etnólogo se convertía en etnógrafo y el
teórico en el recopilador de sus propios materiales de análisis.
El etnólogo debe olvidar sus referencias culturales, debe intentar comprender las
razones o motivaciones de los comportamientos que observa y explicarlos por medio de
una lógica propia de esa cultura, que debe descubrir desde dentro. Esta observación
participante, técnica preconizada por Malinowski, impone que se comparta la vida con
la población, el aprendizaje de la lengua local, registrar todo lo que se observa, y no sólo
la encuesta o la entrevista a un informante clave.
Malinowski propondrá la conveniencia de establecer intervalos de tiempo entre
las estancias con una sociedad dada, la necesidad de aprender el idioma local, para formar
un vocabulario con las palabras habituales y sobre todo, los nombres de los utensilios, las
técnicas más fáciles de conocer y observar. Y también las actividades agrícolas o
artesanales. También elaborar genealogías, es decir, la descendencia de las familias y sus
orígenes, los clanes a los que en última estancia pertenecen, la nomenclatura de los
términos de parentesco, los datos económicos, etc. Por último, pueden registrarse algunas
biografías en las que la persona entrevistada cuente su vida y los grandes acontecimientos
de la misma. A través de las biografías o de los relatos de los informantes se descubrirá la
organización social, familiar, política, económica, profundizando más o menos e uno u
otro de estos ámbitos según la orientación que siga el estudio, con la ayuda en el último
término de un cuestionario.

Lévi-Strauss (1908-2009)
La teoría de Lévi-Strauss aplica el método estructural a los hechos de la cultura,
en su obra se encuentran tres vertientes que son el análisis de ciertos fenómenos
culturales, reflexiones epistemológicas sobre el método y el estudio del pensamiento
llamado salvaje
Para Lévi-Strauss la etnología no es una ciencia nueva, sino que constituye la
forma más general de los que se designa con el termino de humanismo el cual tiene tres
etapas que se integran para hacer progresar el conocimiento humano, el primer
humanismo es el aristocrático proveniente del Renacimiento y luego el humanismo
burgués del s. XIX y por último el que conjunto a la etnología es considerado como un
humanismo democrático el cual se opone al discurso etnocéntrico.
En su obra “El campo de la antropología” señala a sus principales influencias a
Saussure y a Mauss. Toma de Saussure el propósito de elaborar una disciplina científica
que se ocupara de los signos en la vida social ya que él no la llega a terminar, el porqué
de la continuidad de la obra de Saussure radica en que para Lévi-Strauss, la antropología
constituye esta ciencia general de los signos.
En el caso de Mauss, toma de Ensayo sobre el don, la noción de hecho social
total, en el cual se amplía el termino hecho social para que deje de abarcar solamente
aspectos sociales y que sume los fisiológicos y los psicológicos.
Así mismo, agrega del estudio que Mauss hace sobre la magia en el cual se refiere
a “categorías inconscientes” que eran determinantes en la magia, en la religión y en la
lingüística. Dicho análisis tiene repercusiones con respecto al restablecimiento de los
vínculos entre los distintos niveles del hecho social y el individuo concreto, sino que ubica
al trabajo etnográfico y a las ciencias del hombre en la intersección de dos subjetividades
Para Lévi-Strauss, las estructuras de pensamiento permiten establecer el puente
hacia el otro y construir un invariante universal, dichas estructuras son inconscientes para
los integrantes de cada cultura y la tarea del antropólogo es sacarlas a la luz y así permitir
al observador descifrar el sentido de los diversos ordenes culturales Mauss también
colabora con el hecho de que el considera que el intercambio es la dimensión
fundamental de la cultura, pero básicamente se especifica más que nada en las de
intercambio económico como el Potlach o el Kula, Lévi-Strauss colabora ampliando esta
concepción ya que, para él, las estructuras van a asegurar la reciprocidad en todas las
clases de intercambio. Aquí expone sus tres tipos de estructuras, que son la del parentesco,
la económica y la simbólica del lenguaje. En cada una de ellas se da un tipo de
intercambio, ya sea de mujeres en el primer caso, de bienes en el segundo y por último
de mensajes.
Para hacer un análisis estructural el científico construye un modelo a partir de lo
empírico siguiendo reglas de formalización que discriminan los elementos, las relaciones
entre estos elementos y el sistema de estas relaciones.
Este método distingue entre relaciones fundamentales y subordinadas, las
primeras constituyen la estructura ya que muestra el plan de construcción del objeto
El estructuralismo permite descubrir bajos los hechos, la razón oculta de su apariencia.
La estructura es el modelo de un conjunto de sistemas que tienen significaciones
correlativas, es decir, sistemas que ejecutan funciones distintas pero comparables en
virtud de la estructura común
que poseen. Lévi-Strauss se propone encontrar en la estructura de parentesco los
elementos mínimos y diferenciales que
permitan encontrar la misma regularidad en los fenómenos estudiados y que le permita
comprar entre si sistemas de parentesco y por ende las reduce a tres relaciones, la primera
es la de alianza, la segunda la de consanguinidad y por último la de filiación.
En “Las estructuras elementales del parentesco” aplica el método estructural y estudia
los sistemas de alianza.
Comienza explicando la distinción entre el estado de naturaleza y el estado de
sociedad. En el hombre no se encuentran tipos de comportamiento de carácter pre cultural.
El análisis de los niños salvajes y los estudios de los recién nacidos no nos proporcionan
datos sobre este pasaje pues la cultura no está superpuesta a la vida, sino que la transforma
para realizar una nueva síntesis. Los fenómenos culturales obedecen reglas que son
particulares, es decir que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y
presento los atributos de lo relativo y lo particular.
Pero es aquí cuando se da una contradicción ya que la prohibición del incesto
constituye una regla social que posee carácter universal que es por lo que se rige la
naturaleza.
Para explicar esto se dan tres hipótesis, la primera es referida a las consecuencias
negativas que las uniones endógamas tienen ya que pueden de ellas provenir
monstruosidades, la segunda hipótesis atribuye a una prohibición psíquica del hombre o
a una repugnancia instintiva basada en su naturaleza fisiológica, y la última explicación
porque tiene un origen social derivado de las reglas de exogamia y debe descartarse.
Piensa que la prohibición no es ni puramente cultural ni natural y que tampoco es un
compuesto de elementos de la cultura y la naturaleza. Sino que constituye el movimiento
fundamental gracias al cual, por el cual y en el cual se cumple el pasaje de la naturaleza
a la cultura. Subraya su aspecto positivo ya que, al separar a mujeres como posibles
cónyuges, se prescriben ciertas uniones no consanguíneas.
Lévi-Strauss investiga el fenómeno del totemismo, este es una costumbre común a
pueblos diversos que consiste en denominar a los clanes con el nombre de especies
animales o vegetales. Concibe al totemismo como un sistema que asocia dos elementos,
la atribución de nombres y símbolos animales y vegetales a los clanes. Es importante la
idea de especie ya que distingue un grupo de otro y el hombre lo adopta para caracterizar
a su propio grupo en sus relaciones con los demás grupos.
Las creencias y costumbres reunidas bajo la etiqueta del totemismo constituyen
esquemas clasificatorios que permiten captar el universo natural y social en forma de
totalidad organizada. Lévi-Strauss también estudia los mitos y para él, el pensamiento
mítico procede de la toma de conciencia de ciertas oposiciones y tiende a su mediación
progresiva y aunque están en relación con la realidad social no constituyen su realidad
sino una resolución imaginaria que permite a las culturas convivir con los problemas
insolubles que encuentran.
El análisis estructural de los mitos tiene dos etapas, la primera es la aislación de
los diversos niveles del mito y la segunda es las comparaciones de las diferentes versiones
de él.
Lévi-Strauss también se refiere al pensamiento salvaje al que considera una
ciencia de lo concreto. En “El pensamiento salvaje” sostiene que el objetivo de las
clasificaciones de los pueblos estudiados por los antropólogos no es de orden práctico,
sino que responde a exigencias intelectuales.
El hombre no puede vivir en un mundo desordenado y por eso introduce un comienzo de
orden en el universo por medio de una sistematización al nivel de los datos sensibles ya
que el pensamiento salvaje está más cerca de él y esto corresponde a los logros de la
revolución neolítica que es cuando se adquieren las artes de la agricultura y la
domesticación de animales. Ambos son función
de los dos niveles estratégicos en que la naturaleza se deja atacar por el conocimiento
científico, uno es ajustado al de la percepción y la imaginación y el otro como si las
relaciones necesarias que constituyen el objeto de toda ciencia pudiesen alcanzarse por
dos vías diferentes.
El totemismo que se basa en la idea de especie muestra este tipo de pensamiento
ya que la noción de oso conserva algo de la imagen mientras que el conocimiento
científico abstrae esos datos de sensibilidad para dar al concepto de animal, ser vivo y ser
en general.
Lévi-Strauss asimila la reflexión mítica como un bricolaje ya que el pensamiento
se vale de un repertorio limitado cuyos elementos son los signos que conservan la imagen,
pero tienen el poder referencial del concepto. El saber científico se basa en las cualidades
primeras de la abstracción y es a partir de lo cual la ciencia crea sus medios y sus
resultados gracias a las estructuras que son sus hipótesis y sus
teorías.
La posición de Lévi-Strauss es anti etnocéntrica en las realizaciones culturales y
en lo referido al conocimiento humano, refutando toda teoría sobre un pensamiento pre
lógico. La naturaleza humana para él consiste en el sistema de sus diferencias y de sus
propiedades comunes, ninguna cultura es parámetro de otras ya que son diferentes
combinaciones del espíritu humano (funcionamiento del cerebro humano).
Lévi-Strauss proclama un “Nuevo humanismo” que descarta la idea de un
desarrollo progresivo de la humanidad y que surge del conocimiento etnológico.
PREGUNTAS TEMA 1

1. Si todas las culturas son iguales desde el momento en que manifiestan cierto grado
de coherencia interna, ¿cómo se puede pensar que siempre desaparezcan las
mismas y que la humanidad se encamine hacia una civilización universal en la
que siempre dominen los mismos valores a costa de otros?
2. ¿La antropología es sólo la ciencia de las diferencias entre los seres humanos o
también es la ciencia de las semejanzas?
3. Antropología y colonización. ¿Cómo ha ayudado la primera a la segunda y cómo
la ha cuestionado?
4. ¿Qué significa el concepto de supervivencia del más apto? ¿Estás de acuerdo con
ese concepto? ¿Por qué?
5. ¿Ha favorecido el evolucionismo las creencias y las prácticas racistas al
reivindicar la unidad y la identidad del género humano, pero al constatar la
desigualdad entre las culturas desarrolladas por los pueblos y, si es así, de qué
modo?
6. ¿Qué significa el concepto de unidad psíquica? ¿Tiene sentido? ¿Por qué?
7. ¿Cuál es el problema o virtud de emplear la historia en el ejercicio de la
antropología? Desarrolle su respuesta.
8. ¿Cómo definiría, con sus propias palabras, el concepto de civilización? ¿Se ajusta
a la sociedad en la que vive? Razone su respuesta.
9. ¿Crees que en método comparativo del modelo evolucionista es acertado? ¿Por
qué?
10. Comente el siguiente texto, fragmento del ensayo de Montaigne De los caníbales:
Volviendo a mi asunto, creo que nada hay de bárbaro ni de salvaje en esas naciones,
según lo que se me ha referido; lo que ocurre es que cada cual llama barbarie a lo que
es ajeno a sus costumbres. Como no tenemos otro punto de mira para distinguir la verdad
y la razón que el ejemplo e idea de las opiniones y usos de país en que vivimos, a nuestro
dictamen en él tienen su asiento la perfecta religión, el gobierno más cumplido, el más
irreprochable uso de todas las cosas. Así son salvajes esos pueblos como los frutos a que
aplicamos igual nombre por germinar y desarrollarse espontáneamente; en verdad creo
yo que más bien debiéramos nombrar así a los que por medio de nuestro artificio hemos
modificado y apartado del orden a que pertenecían; en los primeros se guardan vigorosas
y vivas las propiedades y virtudes naturales, que son las verdaderas y útiles, las cuales
hemos bastardeado en los segundos para acomodarlos al placer de nuestro gusto
corrompido; y sin embargo, el sabor mismo y la delicadeza se avienen con nuestro
paladar, que encuentra excelentes, en comparación con los nuestros, diversos frutos de
aquellas regiones que se desarrollan sin cultivo. El arte no vence a la madre naturaleza,
grande y poderosa. Tanto hemos recargado la belleza y riqueza de sus obras con nuestras
invenciones, que la hemos ahogado; así es que por todas partes donde su belleza
resplandece, la naturaleza deshonra nuestras invenciones frívolas y vanas.

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