Está en la página 1de 1

EL FORMALISMO JURÍDICO

El formalismo jurídico ha sido una concepción del derecho extrema o marginal en el siglo
XX. Efectivamente, la teoría o filosofía del derecho del siglo XX, no se ha visto a sí misma
como formalista; y que el formalismo no haya sido y no siga siendo, una actitud
frecuente en la práctica del derecho, es decir, aquí aparece existir un cierto
distanciamiento entre las concepciones del derecho de los teóricos y las concepciones
operativas del derecho de los prácticos.

Existen dos maneras distintas de entender el formalismo:

a) El formalismo como característica del derecho moderno, que viene a


identificarse con lo que Weber llamo “racionalidad formal”, significa que el
derecho moderno consiste esencialmente en reglas, o sea, las premisas de los
razonamientos jurídicos funcionan como razones excluyentes, de manera que
los aplicadores pueden prescindir de las circunstancias particulares de los casos;
lo que significa también que la aplicación de las normas puede hacerse sin que
entren en juego los criterios morales y políticos del aplicador.
Hay algunas líneas de desarrollo del derecho contemporáneo que parecen ir en
contra de esa tendencia al formalismo, a la racionalización formal del derecho:
el aumento creciente de las funciones del derecho; la tendencia a una regulación
jurídica cada vez más particularizada; la importancia de las normas, de valores y
principios del derecho, etc. Sin embargo, parece también razonable pensar que
se trata de tendencias que no pueden poner en cuestión ese fondo de
formalismo, ya que el sistema jurídico perdería sus señas de identidad con
respecto a otros subsistemas sociales y no habría propiamente razonamiento
jurídico.
b) Puede decirse que lo que une a las grandes corrientes formalistas del siglo XIX (la escuela
de la exegesis, la jurisprudencia de conceptos, la Analytical Jurisprudence y el
formalismo jurisprudencial norteamericano) es una tendencia a absolutizar los
elementos formales del derecho y a construir a partir de ahí una teoría que, se
caracteriza por la tendencia a la simplificación de las operaciones de aplicación e
interpretación del derecho. Los formalistas no necesitan una teoría de la argumentación
jurídica. Les basta con la lógica deductiva, que algunos llegan a reducir incluso a un solo
tipo de argumento: el modus ponens, el silogismo judicial. Teoría de la subsunción: la
justificación de decisiones que suponen el establecimiento de normas concretas
teniendo que basarse en ciertas normas preestablecidas, supone que al menos uno de
los pasos de la justificación tiene que ser deductivo.

Contra lo que se ha de estar prevenido no es contra la lógica jurídica (un instrumento


simplemente esencial para el estudio y la práctica del razonamiento jurídico), sino contra el
logicismo jurídico, contra la tendencia a reducir el razonamiento jurídico a sus elementos
lógicos-formales.

También podría gustarte