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El Médico Frente A La Muerte PDF
El Médico Frente A La Muerte PDF
a
Psiquiatra Adjunto. Servicios de Salud Mental de Alcorcn, Madrid, Espaa.
RESUMEN: se plantean los cambios en relacin a la ABSTRACT: changes arise in relation to death
muerte a lo largo de la historia. Se recoge el discurso *61,2%6,2*# 6$"*,178# 9,//.(*# *6.# ,"*# "$%&$'()&*#
!"#"$%&$'()*$+,#-./#01,(.",#-.#2&#%120,#-.# 3-$- speech of the process of a group of doctors whose
cos cuya tarea era trabajar sobre la relacin mdico- task was to work on the doctor-patient relation-
paciente, analizando los emergentes surgidos en re- ship, analyzing the emerging arising in relation
lacin a la problemtica de la muerte. Se evidencian to the issue of death. Are evident in the medical
en los mdicos mecanismos defensivos de negacin defense mechanisms of denial intense face of dea-
muy intensos frente a la muerte de los pacientes, ma- th of patients over the more complex relationship
yores cuanto ms compleja es su propia vinculacin with his own death. We work on these anxieties
con la muerte. Se trabajan estas ansiedades y meca- and defense mechanisms in noting that the task
nismos defensivos en grupo operativo observando 5,1(.#$"#)#2".52/#*,,/#5,1#01.0)1$&%#5,1#-$5'(2/*# .-
que es un instrumento de gran utilidad para la elabo- dical problems facing the death of patients.
1)($4&#-.#."*)"#-$'(2/*)-."#-.#/,"# 3-$(,"#51.&*.#)#/)# KEY WORDS:death, emerging defense mecha-
problemtica de la muerte de los pacientes. nisms of denial, the task force.
PALABRAS CLAVE: muerte, emergentes, meca-
nismos defensivos de negacin, grupo operativo.
I.- Introduccin
cuerpo corre peligroÓ. Aries (3) (4), en su libro ÒEl mdico ante la muerteÓ seala
que el hombre de otro tiempo haca caso de la muerte, era un cosa seria, grave y
terrible, pero no tanto como para apartarla, huir y hacer como si no existiera.
A inicios del s. XIX surge el temor a la muerte, correlativo a la privacin
que se hace del derecho del hombre a saber que se va a morir. El mdico, segn un
diccionario de ciencias mdicas de la poca, si no puede salvar a un enfermo debe
evitar encontrarse a su lado en el ltimo suspiro. A mediados de siglo es un deber
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A principios del s. XX, despus de la primera guerra mundial, se prohbe el
duelo, y, despus de la segunda gran guerra, se llega a la medicalizacin completa,
se pierde lo nico que se mantena, el momento de la muerte con la revisin de la
vida y la despedida. La sociedad ya no ayuda a morir a los enfermos, aunque se les
alargue la vida gracias a los avances de la medicina; no se muere en casa y se ge-
neraliza la incineracin como mtodo para eliminar los muertos con discrecin (6).
Se acepta la prohibicin de la muerte, no se habla de ella y el duelo de los allegados
ha de realizarse en silencio, el hombre comn y los especialistas se sustraen a esta
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privada, se pasa de la muerte pblica a la muerte oculta. Se impone la idea, abe-
rrante para el hombre medieval, que es mejor no darse cuenta de que uno se est
muriendo.
Aries precisa que de la muerte consciente, ritualizada y pblica del medievo
se pasa a la muerte temida, que desemboca en la muerte medicalizada, solitaria y
vergonzante de hoy en da. Los enfermos en los hospitales no pueden despertar en
los mdicos y enfermeras la insoportable emocin de la muerte, son apreciados en
la medida en que hacen olvidar al entorno mdico que van a morir. Se transita des-
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cin actual en la que no tiene ningn valor social. La anulacin se efecta a pesar
del deseo de los allegados de conservar su memoria, se niega el duelo a los super-
vivientes y esta supresin del duelo es una coaccin de la sociedad, una manera de
rechazar la presencia de la muerte, de excluirla. El duelo se reprime, aunque ello
tenga importantes consecuencias para el sujeto.
Es preciso esperar al ltimo tercio del s. XX para que una mdica, Kubler-
Ross (7), en su libro ÒLa muerte y los moribundosÓ, aborde la dignidad del mori-
bundo y exija reconocerla como un acontecimiento esencial. En el siglo actual, la
demanda social de ayudar a una muerte digna a los pacientes terminales, ha per-
mitido en algunos pases (Holanda, Blgica y Luxemburgo), que el mdico facilite
una muerte tranquila, si es solicitada por un paciente terminal. En nuestro pas, se
dan actitudes opuestas, la negacin y reduccin de la muerte a un hecho biolgico
El mdico frente a la muerte 69
ORIGINALES Y REVISIONES
".#&,"#6)# ,"*1)-,#.&#*,-)#"2#-21.H)#.&#./#(,&=$(*,#)().($-,#.&#./#6,"0$*)/#IJ.-
vero OchoaÓ de Legans, Madrid, en la denuncia de la Consejera de Salud al Dr.
Montes y su equipo.
Antes de centrarme en la problemtica del mdico y la muerte, deseo incluir
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po y con dos posturas diferenciadas, Epicuro y Blanchot. Epicuro, en la Epstola
a Meneceo, expresa que Ò !"# $%"& "!$'"()! '*"!)"(+ %, *"-$"'./-.01)"-)&)"#)%)"
nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando est presente, nosotros no
existimos. Aade que la mayora de la gente, unas veces, rehye la muerte vindola
como el mayor de los males y, otras, la invoca para remedio de las desgracias de
esta vida. Y que el sabio, ni desea la vida, ni rehye dejarla, porque para l el vivir
no es un mal, ni considera que lo sea la muerte. Y as como entre los alimentos no
escoge los ms abundantes, sino los ms agradables, disfruta no del tiempo ms
largo, sino del ms intenso placerÓ (8).
Desde otra posicin, Blanchot analiza la obra de Rilke y plantea que el hom-
bre de antes saba que la vida contena la muerte y deseaba que no fuera un acciden-
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biolgica y que no ha de estar en el momento ltimo, sino en la profundidad de la
vida y formar parte de la existencia. La negacin de la la muerte supone negar los
aspectos graves y difciles de la vida, y si no se aceptan los males de la vida, no
se vive, por ello insiste en que la muerte es un ms all que se tiene que aprender,
reconocer y acogerÓ. La idea de que la muerte est en el corazn de las cosas,
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quienes describen la soledad, la incomunicacin del hombre en la multitud y el
sentimiento melanclico de la brevedad de la vida.
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grupo de mdicos, cuya tarea era trabajar sobre la Relacin Mdico Ð Paciente.
Este grupo tena un encuadre de frecuencia quincenal y hora y media de duracin,
a lo largo de seis meses. Fruto de esta experiencia y de la tesis doctoral sobre Òlas
ansiedades del mdico en la relacin mdico ÐpacienteÓ es la publicacin personal
del libro ÒEl mdico como persona en la relacin mdico-pacienteÓ (Gmez Este-
ban, 2002), (9), en el que se concluye que las ansiedades ms intensas del mdico
derivan de la relacin con el paciente. La relacin insatisfactoria con ste y el
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encuentran su mxima expresin en los enfermos graves y, sobre todo, terminales.
La confrontacin con la muerte, los moribundos y el duelo es una realidad coti-
diana para los mdicos en su prctica clnica. La muerte es uno de los problemas
esenciales del hombre, frente a la que se presenta un intenso temor y los mdicos
como hombres que son, tambin sienten estos temores, por ello no pueden enfren-
tarla con serenidad, de acuerdo con Mc Cue (10) y Mingote Adn (11). A pesar de
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gunta al paciente porque teme que su intervencin pueda precipitarlo, sin embargo,
es importante que el mdico investigue acerca de estas ideas suicidas cuando lo
sospeche, ya que estas preguntas son la posibilidad de poner los medios para su
prevencin. Es necesario revisar nuestras concepciones acerca del suicidio, ya que
los temores y prejuicios no permiten preguntar por estos deseos de muerte y el pro-
blema es que cuando se adoptan estas actitudes moralistas se da la espalda a esta
dolorosa realidad y se abandona al paciente, lo que s puede precipitar el acto del
enfermo.
Los prejuicios acerca del suicidio los podemos observar en la muerte, por
algunos cuestionada, de Deleuze. Las duras crticas ocultan la realidad de que el
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su muerte, los ltimos cinco conectados a una mquina, sin apenas poder hablar
y escribir. Sin embargo, Rolnik (25) hace una interpretacin muy distinta de este
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enfrentamiento con la muerte.
La negacin de la muerte en la prctica mdica, lleva a una falta de percep-
cin de la situacin y, por tanto, a una falta de intervencin, de este modo, no se
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da actual olvida que los individuos han de decidir y colaborar de manera responsa-
ble en la asistencia a su propia muerte. El olvido, como hemos sealado, es efecto
del contexto socio Ð familiar que oculta la muerte desde la infancia y la considera
2.(6,#-./#G2.#&,#".#-.:.#6):/)18#L"*)#,(2/*)($4&#".#$&*.&"$'()#0,1#/)#6.%. ,&<)#
del modelo biolgico, que determina que en la medicina el mdico tenga slo en
cuenta los aspectos biolgicos de la enfermedad.
En la medicina actual se reconoce y asiste a la muerte corporal pero no al
hecho psicolgico y social (26). Esta concepcin, hemos sealado que es producto
de una cadena de negaciones que se transmiten a travs de las generaciones, en
unas condiciones histrico y sociales que determinan creencias y modalidades de
comportamiento en la institucin mdica, familiar y en el propio enfermo. El pa-
ciente niega la gravedad de su enfermedad, y al hacerlo, niega la posibilidad de su
muerte, con lo que ni se plantea solicitar ayuda al otro. La muerte es negada en la
Medicina y en la extensa formacin de los profesionales, aunque paradjicamente
el aprendizaje se inicie en el contacto con el cadver. Estas carencias en la forma-
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los mecanismos defensivos inconscientes del profesional frente a la muerte, de los
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que hemos sealado la negacin, pero que tambin incluyen otros, como la evita-
cin y proyeccin.
En casos extremos, el comportamiento del mdico puede oscilar entre el
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su funcin teraputica. Estas actitudes extremas se muestran en estos dos emergen-
tes grupales: ÓQuieres desaparecer del mapaÓ vs ÒHay que preservarse, si no te
mueres con cada uno un pocoR8##S,"*1)1#."*)#&.(."$-)-#-.#62$-)#,#/)#$-.&*$'()($4&#
masiva en los momentos cercanos a la muerte de sus pacientes, les permite expre-
sar su necesidad de ayuda para establecer una distancia teraputica con el paciente
y su familia (ÒLos pacientes necesitan apoyo, pero tambin t para poner lmites,
si no la angustia de los otros te invadeRC8#92)&-,#".#-)&# )"$+)"#$-.&*$'()($,&."#
con el paciente o la familia pueden surgir conductas paradjicas en el mdico: ÒNo
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con el paciente y que no piense en lo que tieneÓ. Estos sentimientos son ms inten-
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de la muerte del paciente supone un fracaso personal. En estos casos se puede os-
cilar entre la omnipotencia y la impotencia, entre estos sentimientos y la culpa. El
grupo tiene gran inters porque permite percibir estos afectos, disminuir la angustia
y continuar ms serenos con su proyecto como profesionales.
Para entender los mecanismos defensivos del mdico y del paciente hacia la
muerte nos resulta de gran inters las aportaciones psicoanalticas de Freud (27), en
su obra ÒConsideraciones de actualidad sobre la guerra y la muerteÓ, quien plan-
tea que el hombre muestra una inclinacin a prescindir de la muerte y a eliminarla
de la vida. Considera que la muerte propia es inimaginable, que en el fondo nadie
cree en su propia muerte ya que en lo inconsciente se est convencido de la inmor-
*)/$-)-#7#./#6, :1.#+)#)(.0*!&-,/)#)#*1)+3"#-.#/)# 2.1*.#-.#/,"#,*1,"#"$%&$'()*$+,"#
para l o de las prdidas que se viven a lo largo de la vida.
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de lo que se reconoce y procede casi siempre del sentimiento de culpabilidad y que
el hombre puede aceptar la muerte si se trata de un extrao o de un enemigo, pero
no cuando se trata de sus personas amadas. Los sentimientos de culpa provienen de
los pensamientos o sentimientos respecto a los seres queridos que se han reprimido
en el inconsciente. Nuestro pensamiento puede asesinar por lo que aparentemente
son pequeeces, porque cualquier dao realizado a nuestro omnipotente y despti-
co ÒyoÓ se considera en el fondo un crimen. El inconsciente puede alojar violentos
deseos de muerte frente a aquellos que nos han ofendido o perjudicado.
Freud descubre en la clnica ese deseo de matar a la persona amada, ya que
junto al cario se encuentra una hostilidad latente que puede estimular el deseo
inconsciente de muerte. Freud nos muestra la ambivalencia afectiva, a travs de la
experiencia analtica, y deduce la importancia de los deseos inconscientes de muer-
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