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“AÑO DEL FORTALECIMIENTO DE LA SOBERANÍA NACIONAL”

UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
PROGRAMA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

RESUMEN

• LA VISIÓN DE LA ENFERMERIA ANTE EL PROCESO DE MUERTE Y MORIR DE


PACIENTES CRÍTICOS.
• DERECHO A MORIR CON DIGNNIDAD.
• ACTITUDES DEL ENFERMERO FRENTE A UN PACIENTE EN ETAPA
TERMINAL, EN UN HOSPITAL DEL PERÚ.

ALUMNA:
• HUALLPA GOÑI, JHASMIN ROCIO

DOCENTE:
ALVARADO RUEDA, SILVIA LORENA

HUANUCO-PERÙ
2022

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LA VISIÓN DE LA ENFERMERIA ANTE EL PROCESO DE
MUERTE Y MORIR DE PACIENTES CRÍTICOS

La muerte es uno de los acontecimientos que más interrogaciones ha planteado


en la historia del hombre.
Encarar la muerte a cada instante se convirtió en un encargo esencial para los
trabajadores del área de salud, en especial para profesionales de enfermería,
que a su vez es quien presta los cuidados integrales al paciente y a la familia.
En algunos países europeos, como Inglaterra, el tema de la muerte viene
desarrollándose y debatiéndose desde los años 90 de una forma diferenciada.
Los profesionales siguen los preceptos del Natural Death Center, institución
educativa sin fines de lucrativos que se preocupa en divulgar el ideario de la
“muerte natural’’. Así los profesionales propugnan una muerte de forma natural
y saludable.
Se puede afirmar que el equipo de enfermería es el que está próximo en las
situaciones críticas con inminencia de muerte, es a quien el paciente y las
familias buscan cuando precisan de explicaciones, amparo y/o cuidado físico y
psicológico. Para ser eficaces estos cuidados exigen del enfermero no solo
conocimiento de las técnicas y de la enfermedad en sí, sino también habilidades
para trabajar con los sentimientos de los otros y con sus emociones ante el
paciente con o sin probabilidad de cura. El profesional precisa luchar con la
muerte de manera equilibrada para no actuar con frialdad y no dejarse influenciar
por sus emociones, corriendo el riesgo de ofrecer una asistencia
deshumanizada.
El objetivo del estudio fue: Analizar la producción científica nacional sobre la
experiencia del equipo de enfermería ante la muerte de pacientes críticos. La
metodología que utilizaron es Las cinco etapas según Mendes, Silveria y
Galvao:
1. Identificación del tema y selección de la pregunta guía.
2. Establecimiento de criterios de inclusión y exclusión de estudios.
3. Definición de las informaciones a ser extraídas de los estudios.
4. Interpretación de los resultados.
5. Síntesis del conocimiento.
Se analizaron 14 artículos, en la cual de acuerdo a los criterios lo clasifican en 3
categorías.

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1. Sensaciones y sentimientos que la muerte de pacientes despierta en los
profesionales de la enfermería.

El profesional enfermero tiene muchos sentimientos cuando un paciente


evoluciona a óbito, desde sensaciones más generales como el dolor de la
perdida, hasta sensaciones especificas como la insatisfacción, inconformidad,
fracaso y negación por no conseguir mantener la vida del paciente.

El luto para el profesional del área de salud sobreviene de forma aguda,


caracterizándose por síntomas psicológicos y somáticos que causan el
sufrimiento mental y dolor. Tales síntomas perjudican la dinámica de trabajo,
provocando la aparición de baja autoestima, poca concentración, insomnio,
susceptibilidad a enfermedades, entre otros.
En el trabajo estos sentimientos pueden manifestar sentimientos de auto
reprobación, baja autoestima y desamparo, llegando al desgaste profesional; en
muchos estos sentimientos son llevados a su vida privada, donde pueden influir
en las relaciones familiares de manera significativa.
Para que la muerte no cause sufrimiento, se debe evitar sentir (camuflar).

Para el manejo de la muerte es esencial conocer los sentimientos que los


enfermeros vivencian en su cotidiano de trabajo. El autoconocimiento es una
cuestión importante a ser trabajada, con la intención de mejorar la manera de
enfrentar situaciones que impliquen un manifiesto de emociones profundas.

A pesar de todo el avance tecnológico para el mantenimiento de la vida, los


profesionales se sientes impotentes en cuanto a la situación e inminencia de
muerte, como si el morir dependiese solo de la eficiencia del equipo.

La falta de preparación en las academias trae los sentimientos negativos ante la


muerte, la exclusión de la temática de la muerte durante el proceso de formación
en las academias de los profesionales de la salud, hace que estos salgan sin
preparación para enfrentarse a la situación.

2. El Proceso de Muerte y Morir: praxis y significados.

Muerte y morir son experiencias que comprenden eventos biológicos, el fenómeno


de muerte es un proceso natural y no puede evitarse, la muerte dentro del área
de salud paso de ser aislada y escondida. Al termino de la segunda guerra mundial
entre 1937 y 1979, no estaba permitido a la enfermería involucrarse y emocionarse
con la muerte, siendo su deber, ofrecer consuelo a los familiares y al paciente. La
enfermería tenía el deber del cuidado con el cuerpo, debiendo realizarlo con
paciencia y amor.

El proceso de la muerte y morir es un acontecimiento por el que todo ser humano


va a pasar, siendo un evento totalmente ligado a la vida. El hombre es el único ser
vivo que tiene conciencia de lo que es la muerte, siendo este un conocimiento
privilegiado para él, de esta forma, la muerte y morir están directamente ligado.

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Hablar sobre muerte y morir no es fácil, pues cuando se toca el tema, se recuerdan
historias vividas, como si el ser humano tuviese un plazo limitado, el morir
acontece desde que nacemos, definiéndose como dejar de vivir, fallecer, acabar,
caer en el olvido.

Es fundamental para los profesionales del área de salud, comprender y aprender


sobre los conceptos de muerte y morir, para que durante la asistencia de
enfermería sepan enfrentar la situación.

A partir del siglo XX el proceso de muerte y morir se convierte en tecnicista. La


tecnología aumenta las expectativas de vida de los pacientes y de los
profesionales que están directamente ligados a su atención, en la medida que
consiguen intervenir y modificar el cuerpo posponiendo el momento de muerte.

3. La preparación del enfermero en su proceso de formación ante la temática


muerte y morir.

Problematizan la falta de preparación de los profesionales enfermeros frente a la


muerte de pacientes críticos a sus cuidados, con todo, sin emitir una solución
plausible para el cambio de este contexto.

Se infiere que la muerte, por ser uno de los fenómenos mas intrigantes del ser
humano, por despertar generalmente presión y miedo, una vez que delimita la fase
terminal humana.

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DERECHO A MORIR CON DIGNNIDAD

El derecho de una ‘‘muerte digna’’, entienden que este incluye el derecho a


disponer de la propia vida mediamente la eutanasia o el suicidio medicamente la
eutanasia o el suicidio medicamente asistido, basándose para el respeto a la
libertad individual o autonomía del paciente. Nadie tendría derecho a imponer la
obligación de seguir viviendo a una persona que, en razón de sufrimiento
extremo, ya no lo desea.
La ‘’muerte digna’’ y el deseo de controlar la muerte.
La idea de que la muerte podría representar un alivio para una vida condenada
a horribles sufrimientos no es nueva. La encontramos, por ejemplo, ya en la
cultura griega. Esto, prácticamente es expresado en el Mito de Centauro Quirón,
a quien el dios Apolo concedió el don de la ‘‘mortalidad’’, después de que, en
una batalla con otros centauros, éstos le infringieran una herida incurable. En
ciertas situaciones la muerte puede ser percibida como una bendición divina no
equivale necesariamente a arrogarle al hombre el derecho de acabar con la vida
de una persona sufriente. Así lo percibió Hipócrates en su famosos juramento,
quien reclama de los médicos el compromiso de no dar a nadie una droga mortal
aun cuando les sea solicitada, ni tampoco dar consejos con tal fin.
Se muestra que después de una primera etapa en la que el respeto por la
autonomía del paciente se considera una condición justificante para acabar con
la vida de las personas que así lo solicitan, viene una segunda etapa en la que
la realización de estas prácticas se extiende a situaciones en las que ya no es el
paciente el que las pide, sino que la iniciativa viene de a familia o de los mismos
profesionales de la salud, que consideran que se está ante una ‘‘condición de
vida no digna’’.
La realización de la eutanasia ya no se justifica por referencia a la autonomía del
paciente, sino que pasa a ser considerada como un acto virtuoso. Estas
evidencias empíricas plantean la necesidad de reflexionar sobre lo que
constituye la dignidad de la persona humana, especialmente en relación con el
sufrimiento y la muerte.
El morir como un ‘‘acto humano’’.
De acuerdo con la tradición judeo-cristiana, el derecho a morir con dignidad es
parte de la constitutiva del derecho de la vida. Esta tradición rechaza recurrir a
la eutanasia y al suicidio asistido, ello implica que el significado que el significado
que se atribuye al concepto de ‘‘morir con dignidad’’ se distingue radicalmente
del propuesto por los defensores por la eutanasia. El ‘‘derecho a una muerte
digna’’ es el derecho a vivir (humanamente) la propia muerte.

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La muerte no podría ser considerada como un fenómeno meramente pasivo, que
ocurre en nosotros y frente al cual permanecemos, por así decirlo, imponentes
(acto del hombre), sino como un ‘‘un acto humano’’, es decir, como un acto en el
que nuestra libertad podría invertir en alguna medida; es evidente que el morir
no cae en el ámbito de nuestra libertad: inevitablemente cada uno de nosotros
moriría.
No siempre es fácil para los pacientes llegar a una actitud interior de aceptación,
que les permita morir en paz. Para comprender lo que una persona considera
‘‘morir bien’’, se deben tomar en cuenta sus valores culturales y religiosos. La
muerte no es primariamente un evento médico o científico, sino un evento
personal, cultural y religioso.
La práctica conocida como ‘‘obstinación terapéutica’’ o ‘‘enseñamiento
terapéutico’’, es rechazado por la mayoría de los eticistas como contraria a la
dignidad de la persona. La aceptación de la eutanasia y el suicidio medicamente
asistido podría imponer graves cargas morales en las personas moribundas, no
permitiéndoles morir del modo que consideren correcto.
Principios éticos relevantes en medicina paliativa.
Se refiere a cinco principios éticos que se parece especialmente relevantes en
la atención de pacientes terminales, si se quiere respetar la dimensión ética del
morir. Ellos son el principio de veracidad, de proporcionalidad terapéutica, del
doble efecto, de prevención y de no abandono.
1. Principio de veracidad.
La veracidad es el fundamento de la confianza en las relaciones
intrapersonales, en general comunicar la verdad al paciente y a sus
familiares constituye un beneficio para ellos (principio de beneficencia), pues
posibilita su participación activa en el proceso de toma de decisiones
(principio de autonomía). Sin embargo, en la práctica hay situaciones en las
que el manejo de la información genera especial dificultad para los médicos.
Ello ocurre especialmente cuando se trata de comunicar malas noticias,
cómo son el diagnóstico de enfermedades progresivas e incurables.

Es necesario reconocer que existen situaciones en las que podría ser


prudente postergar la entrega de la información al paciente, en atención al
principio de no maleficencia, cómo podría ocurrir; por ejemplo, en el caso de
pacientes con depresión es severas que aún no hayan sido
adecuadamente tratadas.

2. Principio de proporcionalidad terapéutica.

El principio de proporcionalidad terapéutica sostiene que existe la obligación


moral de implementar todas aquellas medidas terapéuticas que guardan una
relación de debida proporción entre los medios empleados en el resultado
previsible. Aquellas intervenciones en las que esta relación de proporción no
se cumple se considera desproporcionadas y no serían moralmente

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obligatorias. Para determinar si una intervención médica es como moralmente
obligatoria en un determinado paciente, se debe realizar un juicio de
proporcionalidad.

El juicio acerca de la proporcionalidad de una determinada intervención


médica debe hacerse con referencia al beneficio global de la terapia y no solo
en relación a los posibles efectos fisiológicos que ella sea capaz de inducir.
Por ejemplo, no basta que un determinado tratamiento sea útil en términos de
reducir o aumentar la presión arterial o el potasio en la sangre si estos efectos
no significan un beneficio real para la evolución global del paciente.

3. Principio de doble afecto en el manejo del dolor y la supresión de la


conciencia.

Es frecuente que los enfermos terminales presenten dolor intenso, dificultad


para respirar o síntomas como ansiedad, agitación, confusión mental, etc.
Para el manejo de estos síntomas muchas veces es necesario utilizar drogas
como la morfina, Qué puede producir una baja en la presión arterial o una
depresión respiratoria, otros fármacos que reducen el grado de vigilia o incluso
privan al paciente de su conciencia.

Existe un principio ético (llamado voluntario indirecto o doble efecto) qué


señala las condiciones que deberían darse para que un gato que tiene dos
efectos, uno bueno y uno malo sea lícito.

4. Principio de prevención.

Prever las posibles complicaciones y/o los síntomas que con mayor frecuencia
se presentan en la evolución de una determinada condición clínica es parte
de la responsabilidad médica (deber de previsibilidad). Implementar las
medidas necesarias para prevenir estas complicaciones y aconsejar
oportunamente a los familiares sobre los mejores cursos de acción a seguir
en caso de que ellas se presenten permiten, por un lado, evitar sufrimientos
innecesarios al paciente y, por otro, facilita el no involucrarse
precipitadamente en cursos de acción que conducirán a intervenciones
desproporcionadas.

5. Principio de no abandono.

El último principio hace referencia que algunos paliativita han denominado


principio de no abandono. Este principio nos recuerda que, salvo casos de
grave objeción de conciencia, sería éticamente reprobable abandonar a un
paciente porque este rechaza determinadas terapias, aun cuando el médico
considere que ese rechazo es inadecuado.

Permaneciendo junto a su paciente y Estableciendo una forma de


comunicación empática podrá, tal vez, acerque al paciente recapacite, sí ello
fuera necesario.
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Fácilmente podríamos caer en la tentación de evadir su trato, qué
frecuentemente genera una sensación de impotencia, estás tentación se ve
reforzado por la mentalidad existida imperante.

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ACTITUDES DEL ENFERMERO FRENTE A UN PACIENTE EN
ETAPA TERMINAL, EN UN HOSPITAL DEL PERÚ

El profesional de enfermería, es aquel que se dedica al cuidado individualizado


de un paciente envolviendo el dolor humano en el brillante celofán de la propia
delicadeza, abnegación y sensibilidad, donde su actitud cumple un rol muy
importante, sobre todo en el paciente en etapa terminal (PET) o paciente
muriente (PM).
El manejo del PET, es muy complejo dentro de las instituciones de salud, sobre
todo en aquellos servicios en donde la muerte del paciente forma parte de lo
cotidiano, provocando emociones intensas y una gama de actitudes que se
expresan mediante distintas relaciones como desesperación, miedo y ansiedad,
este tipo de situaciones no solo afecta al familiar, sino también al profesional de
enfermería, y para ello debe mostrar una actitud serena y equilibrada para aliviar
sus sentimientos de tensión.
Según estudios Realizados en Ecuador, reportan que los sentimientos y
actitudes que experimentan de los profesionales de enfermería que atienden a
los pacientes en fase terminal, fueron el temor, tristeza, nostalgia, angustia,
además, sintieron el sufrimiento por impotencia.
El objetivo del estudio fue: Conocer las actitudes que adoptan los profesionales
de enfermaría frente a un paciente en etapa terminal, en un Hospital de Perú.
Se obtuvieron cuatro categorías, en donde cada una de ellas, se describe la
actitud del enfermero frente a un paciente en etapa terminal, en un hospital del
Perú.
Las categorías fueron las siguientes:
1. Identificación ante la agonía de un paciente.

El termino agonía o fase agónica(moribundo) en los enfermeros en fase


avanzada, se refiere a un estado de dolor, lucha y sufrimiento que padecen en
los últimos días de vida (generalmente menos de 72 horas), cuando los síntomas
difíciles y problemáticos aparecen en el paciente, y cuando la sobrecarga física
y emocional se hace más intensa en la familia y el equipo asistencial.

Subcategoría 1.1: Tristeza frente al paciente en etapa terminal (PET).

Los sentimientos son emociones que dispone el sujeto para la relación


(emocional, afectiva). Los sentimientos no son buenos ni malos: son de
aceptación o rechazo, según los afectos que produzcan en el vínculo enfermero
(o)- paciente, mas aun si hablamos de enfermo terminal p paciente muriente.

La tristeza se define como una emoción frecuente, motivada por las


contrariedades de la vida, que quitan la alegría por un periodo de tiempo.

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La tristeza cuando se prolonga en el tiempo, e impide realizar las tareas
cotidianas, puede convertirse en depresión, que es una enfermedad que
necesita ser profesionalmente tratada.

Subcategoría 1.2: Impotencia frente a muerte inminente.

Se entiende como impotencia al profundo e inconsolable dolor emocional que


resulta de no poder remediar una situación o circunstancia desagradable, la
palabra impotencia refiere la incapacidad que alguien ostenta para realizar
alguna actividad o tarea, o un defecto a la ausencia de poder concretar algo o
implementar una acción.

Subcategoría 1.3: Angustia ante la situación de salud que presenta el


paciente.

La angustia es un estado afectivo que causa malestar, sensación de sofoco,


sufrimiento mental e incluso tristeza, esta relacionada con el temor (miedo
irracional).

2. Disposición para el cuidado del paciente en etapa terminal.


Esta categoría se basa en los cuidados generales que han sido brindados por
los enfermeros de los diferentes servicios en donde se realizo el estudio hacia
los PET.
En las situaciones terminales el objetivo de la atención de enfermería no es ‘‘el
curar’’ sino el ‘‘cuidar’’ al paciente, se trata de proporcionar la máxima calidad de
vida hasta que acontezca a la muerte.
Subcategoría 2.1: Buscando un cuidado holístico para el paciente en etapa
terminal.
La enfermería holística se define como una practica que se enfoca en sanar a la
persona completa a través de la unidad de cuerpo, mente, emoción, espíritu y
medio ambiente. Se basa en la especialidad de la enfermería quienes se
convierten compañeros de la gente a la que cuidan.
En su rutina diaria el enfermero trata con PET, en donde expresan que brindan
diferentes cuidados englobándose a esto como cuidado holístico, es por eso que
buscan ayudar a enfrentar el paso de transición que en algún momento les
llegará que es el de la vida a la muerte.
Subcategoría 2.2: Agotando medidas necesarias en el cuidado del PET.
El enfermero debe estar debidamente capacitado para afrontar la muerte y
ayudar a otras personas a superarlo.
La cercanía de la muerte para enfermería siempre ha sido objetivo de profundas
reflexiones; sin embargo, es importante mencionar que el enfermero que brinda
cuidados al PET o PM, agota todas sus medidas para poder brindarle el cuidado
necesario en la ultima etapa de su vida.
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Parte del cuidado del PET es aliviar el dolor mediante el bienestar y el confort
que brindan los enfermeros. El bienestar se trata de un concepto subjetivo, que
puede tener representaciones muy diferentes en las necesidades de cada
individuo, dado que el bienestar está íntimamente relacionado con las
necesidades y los gustos de las personas.
3. Soporte emocional y espiritual al paciente en etapa terminal.
Se entiende por apoyo emocional a aquella ayuda proporcionada por el
profesional de enfermería con la finalidad de que el enfermo se sienta entendido
y acompañado con la finalidad de abordar desde la acogida y el respeto, sus
temores, deseos y necesidades.

Desde el momento en que el paciente ingresa a un servicio, el recibimiento por


parte de los enfermeros deberá ser con hospitalidad, presencia y compasión;
donado esperanza, pero no falsa esperanza, es necesario hacerles ver que
siempre estarán dispuestos a actuar, que no lo dejarán solo en ningún momento.

4. Apoyo al paciente en etapa terminal y su familia.

El profesional de enfermería guía, apoya y acompaña a las personas que se


encuentran en un proceso de muerte (PM) y a sus familiares; los ayuda a
enfrentar la transición de la vida a la muerte.

Los aspectos mas importantes en el cuidado integral no están solo en el ‘‘que


hacer’’ y ‘‘como hacer’’ en el aspecto especifico, sino también en prestar atención
al estado psicológico, emocional y al apoyo espiritual de la unidad familiar.

La familia es considerada como el grupo de personas vinculadas entre sí, por


algún tiempo de relación biológica y emocional, porque la familia no solo ayuda
a satisfacer las necesidades físicas sino también las de tipo emocional y
espiritual. De esta forma, el impacto que generan las enfermedades terminales,
no solo afecta de manera aislada a la persona enferma, sino también afecta a la
familia.

Las familias necesitan sentir que la enfermera se preocupa por el paciente, saber
que pueden contar con ella y que va a estar en los momentos críticos. ‘‘Estar
con’’ y ‘‘estar ahí’’ son dos principios fundamentales en la experiencia de los
familiares en la etapa final de la vida de su familiar.

La preparación del enfermero es de suma importancia. El saber actuar frente a


situaciones difíciles le ayuda no solo a crecer como enfermero sino también
como persona, ya que ese momento quedara grabado en cada una de las
personas que estén presentes, incluyendo al paciente.

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