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El sacrificio que honra a Dios y nos libra de la angustia.

Texto:

Sal 50:7 Oye, pueblo mío, y hablaré; Israel, yo testificaré contra ti. Yo
soy Dios, tu Dios. Sal 50:8 No te reprendo por tus sacrificios, ni por tus
holocaustos, que están continuamente delante de mí. Sal 50:9 No
tomaré novillo de tu casa, ni machos cabríos de tus apriscos. Sal 50:10
Porque mío es todo animal del bosque, y el ganado sobre mil colinas. Sal
50:11 Toda ave de los montes conozco, y mío es todo lo que en el campo
se mueve. Sal 50:12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío
es el mundo y todo lo que en él hay. Sal 50:13 ¿Acaso he de comer
carne de toros, o beber sangre de machos cabríos? Sal 50:14 Ofrece a
Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus votos al Altísimo; Sal
50:15 e invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me
honrarás...Sal 50:22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, no
sea que os despedace, y no haya quien os libre. Sal 50:23 El que ofrece
sacrificio de acción de gracias me honra; y al que ordena bien su camino,
le mostraré la salvación de Dios.

Introducción.

Los cristianos nos podemos convertir en gente religiosa que guarda solo
los formalismos de la fe. Incluso podemos tener la apariencia de piedad
sin tener una buena relación con Dios y como resultado nos engañamos a
nosotros mismos. Nosotros no queremos ser religiosos, sino un pueblo
que tiene una relación vital con su Padre celestial. No quiero la apariencia
de piedad, quiero la piedad en mi interior, servir a Cristo con verdadera
devoción. No quiero tomar en mis labios su pacto y que mi corazón este
lejos de El. Quiero honrar a Dios de corazón, de verdad y experimentarlo
en mi. Quiero algo más que saber de Dios, quiero experimentarlo, porque
eso significa la palabra conocer en la Biblia. Pero muchos vienen a la
iglesia como si fueran un avión en piloto automático, sin vida por dentro y
secos. Es verdad que Dios a veces nos hace pasar por un desierto grande
y espantoso, pero me refiero a estar secos y sin vida por nuestra propia
responsabilidad, no tenemos a nadie a quien culpar, sino a nosotros
mismos. No quiero una religión vacía que solo conserve los ritos de los
cultos, sino una relación con Dios que me llene del Espíritu y me satisfaga
mi sed espiritual. Muchos estamos así por no escuchar a Dios,
necesitamos oír a Dios que quiere comunicarse con nosotros, y lo primero
que El nos dice es que no acepta nuestros sacrificios si vivimos a nuestra
manera y no a la de El. Isaias dice: " Isa 1:11 ¿Qué es para mí la
abundancia de vuestros sacrificios? --dice el SEÑOR. Harto estoy de
holocaustos de carneros, y de sebo de ganado cebado; y la sangre de
novillos, corderos y machos cabríos no me complace. Isa 1:12 Cuando
venís a presentaros delante de mí, ¿quién demanda esto de vosotros, de
que pisoteéis mis atrios? Isa 1:13 No traigáis más vuestras vanas
ofrendas, el incienso me es abominación. Luna nueva y día de reposo, el
convocar asambleas: ¡no tolero iniquidad y asamblea solemne! Isa 1:14
Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas señaladas las aborrece mi alma;
se han vuelto una carga para mí, estoy cansado de soportarlas . Isa 1:15
Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé mis ojos de vosotros; sí,
aunque multipliquéis las oraciones, no escucharé. Vuestras manos están
llenas de sangre. Isa 1:16 Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras
obras de delante de mis ojos; cesad de hacer el mal,
Isa 1:17 aprended a hacer el bien, buscad la justicia, reprended al
opresor, defended al huérfano, abogad por la viuda". Lo nuestro no debe
ser algo de labios sino de corazón. Muchos están en angustia y claman a
Dios para que los libre, pero sin embargo no reciben respuesta, porque no
honran a Dios como debieran. Cuando llenemos las condiciones de Dios,
recién ahí tendremos de Dios lo que buscamos.

1) Dios nos hablará si lo oímos.

“Conocer a Dios le da significado a la vida, y obedecer a Dios le da


propósito a la vida.”

Dios dice: "Sal 50:7 Oye, pueblo mío, y hablaré...", La única condición
que Dios nos pone para hablarnos es que escuchemos. La palabra oye en
hebreo es Shama y es muy rica en significado, significa: "Oir con
inteligencia, prestar atención, oir con la intención de obedecer, estar de
acuerdo, interes". Ahora entendemos porque Dios no nos habla como
muchas veces se lo pedimos. Es porque no tenemos la intención de
obedecer lo que oímos y no mostramos interés en que nos hable, ni
prestamos atención, ni estamos de acuerdo con Dios. Si nosotros
reunimos estas condiciones, Él nos hablará. Una sola palabra de Dios vale
más que un millón de discursos del más inteligente de los hombres. Una
sola palabra de Dios puede cambiar el curso entero de nuestra vida para
bien, una sola palabra de Dios puede solucionar nuestros problemas en un
momento, una sola palabra de Dios puede orientar nuestra vida en la
dirección correcta para nuestro destino eterno. Una sola palabra de Dios
puede enseñarnos la verdadera sabiduría que edifique nuestras vidas.
Una sola palabra de Dios puede sanar todas nuestras enfermedades, una
sola palabra de Dios puede sacarnos del pozo en donde estamos. Si
prestamos atención y tenemos la actitud de obedecer a Dios, él nos
hablará. El salmista dijo: "Sal 85:8 Escucharé lo que hablará Jehová
Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se
vuelvan a la locura". Oiremos según el interés sincero que tengamos de la
palabra de Dios, pero si no mostramos interés, Dios no nos hablará. Pecar
es una locura y Dios no quiere eso para nosotros, sino que quiere que
tengamos paz con Dios y disfrutemos la paz de Dios. ¿Te está hablando
Dios? ¿cuando escuchas, tienes la intención de obedecer lo que sea que
Dios te diga? Si estamos bien con Dios y confesamos nuestros pecados
con arrepentimiento, Dios nos hablará con paz, para que no nos volvamos
a la locura del pecado.

2) ¿Y qué nos dice Dios?

"La vida funciona mejor cuando obedecemos."

"Israel, yo testificaré contra ti. Yo soy Dios, tu Dios. Sal 50:8 No te


reprendo por tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que están
continuamente delante de mí. Sal 50:9 No tomaré novillo de tu casa, ni
machos cabríos de tus apriscos. Sal 50:10 Porque mío es todo animal del
bosque, y el ganado sobre mil colinas. Sal 50:11 Toda ave de los montes
conozco, y mío es todo lo que en el campo se mueve. Sal 50:12 Si yo
tuviera hambre, no te lo diría a ti; porque mío es el mundo y todo lo que
en él hay. Sal 50:13 ¿Acaso he de comer carne de toros, o beber sangre
de machos cabríos?"
El pueblo de Israel le ofrecía a Dios holocaustos y sacrificios, pero su vida
era contraria a la ley de Dios y por eso Dios los reprendió. Pensaban que
con ofrecer holocaustos pero no vivir según su ley era suficiente y Dios
los tiene que despertar de su sueño. Ser reprendidos por el Señor es
todavía una buena señal, tenemos esperanza, porque él reprende a los
que ama. Dice en "Heb 12:5 además, habéis olvidado la exhortación que
como a hijos se os dirige: HIJO MÍO, NO TENGAS EN POCO LA
DISCIPLINA DEL SEÑOR, NI TE DESANIMES AL SER REPRENDIDO POR
EL;
Heb 12:6 PORQUE EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A
TODO EL QUE RECIBE POR HIJO". Aquí no hay acepción de personas, él
azota al que recibe por hijo. Decimos que un niño que no es disciplinado
es un malcriado y tenemos razón, por eso Dios no malcría a ninguno de
sus hijos y los disciplina. El pueblo era dado a la idolatría y también por
eso los reprende y les dice: "Yo soy Dios, tu Dios". Es muy importante
eso, porque pensamos que nosotros no somos idolatras, pero si
pensamos un momento y vemos el significado de ídolo entenderemos si
somos o no idolatras. Dice el doctor cristiano David Allen que: "La
idolatría es un viejo fenómeno que, en la cultura moderna, se suele
descartar de manera errónea como algo del pasado. El analista Erich
Fromm afirmó que la historia de la humanidad es primordialmente la
historia de la adoración de ídolos, desde los ídolos primitivos de arcilla y
madera hasta los ídolos modernos de gobierno, los líderes, la producción
y el consumo. En el contexto judeocristiano, se define la idolatría como
rendir culto a algo que no es Dios, El Ser Supremo del universo, inmortal,
absoluto, trascendente e inmanente...En el Nuevo Testamento, los ídolos
se asociaban con distintos apetitos humanos, como la codicia, la lujuria y
la avaricia(Ef 5:5;Fil 3:19)...cuando permitimos que cosas terrenales, ya
sean ideologías, dinero, o cualquier otro objeto, se conviertan en fines en
sí mismas, éstas pasan a ser un ídolo". Si amamos cualquier cosa más
que a Dios cometemos el pecado de idolatría. Y por eso Dios nos llama al
arrepentimiento. El pueblo de Israel ofrecía sacrificios de animales pero se
olvidaban de vivir con justicia. El valor de los sacrificios es inferior a los
deberes morales, y, sobre todo, aquéllos no tienen valor sin el
cumplimiento de éstos. Por esto Dios testifica contra el pueblo y habla de
justicia. Si practicamos la justicia estamos haciendo la voluntad de Dios y
no hay reproche alguno. Pero si somos injustos Dios nos reprenderá.

3) ¿Y qué es lo que Dios pide para librarnos de la angustia?

“La gratitud debe ser una actitud continua, no sólo un incidente


ocasional.”

"Sal 50:14 Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, y cumple tus


votos al Altísimo; Sal 50:15 e invócame en el día de la angustia; yo te
libraré, y tú me honrarás...Sal 50:22".
Muchas veces estamos en angustia y clamamos a Dios, pero no sucede
nada. Esto se debe a que no hemos cumplido los requisitos de su
promesa. Para ser librados de la angustia tenemos que hacer tres cosas:
a) Dar las gracias.
b) Cumplir nuestros votos o promesas.
c) Invocar al Señor y orar.
1) Dar las gracias.
Dios pide un sacrificio diferente, la acción de gracias. La persona que no
agradece no da las gracias o sea no está la acción de dar las gracias, pero
la que da las gracias si. Por eso se le llama acción de gracias. ¿Que
significa dar gracias? Significa reconocer el favor o regalos recibidos y dar
gracias por ello. Cuando yo reconozco que he recibido un beneficio soy
agradecido y cuando no lo reconozco soy desagradecido.
Cuando apreciamos a Dios le agradecemos porque lo amamos, y era esto
lo que le faltaba al pueblo de Israel. Tenían los rituales, pero no tenían un
amor íntimo por Dios.
Nosotros tenemos que ser conocidos por nuestra gratitud ya que el
apóstol Pablo dijo en "Col 2:7 firmemente arraigados y edificados en Él y
confirmados en vuestra fe, tal como fuisteis instruidos, rebosando de
gratitud". Una de las razones por la cual tenemos que ser agradecidos es
porque Dios gobierna soberanamente nuestras vidas. Eso significa que
nada puede pasar en mi vida sin que Dios lo consienta, ya sea bueno o
malo. Ni siquiera Satanás puede tocarnos sin el permiso de Dios y si Dios
le da autorización eso aún es para nuestro bien, pues Dios sabe sacar
bien del mal que sufrimos y es por ello que debemos ofrecerle siempre
acción de gracias. ¿Estás sufriendo algún mal en este momento? dale
gracias a Dios por ello, porque sabemos que a los que aman a Dios todas
las cosas les ayudan para bien. No contiendas con Dios, ni discutas con
El, solo confía que Él hará que todo salga bien y dale las gracias. Tenemos
millones de cosas por las cuales ofrecerle a Dios acción de gracias, dar
ejemplos. Cuando somos agradecidos con Dios, mostramos nuestro
aprecio por Él, pues Él es lo más valioso que tenemos, porque no hay
nada más valioso que Dios en todo el universo. Cuando le ofrecemos
nuestra gratitud él se complace y comienza a obrar en nuestro favor, los
milagros se le conceden a los agradecidos. Dios espera de nosotros
gratitud, después de todo lo que Él ha hecho por nosotros lo menos que
podemos hacer es darle las gracias. Reconocemos que Dios es la fuente
de toda bendición en nuestras vidas y le damos las gracias, ya que no
podemos devolverle el favor. Dios nos pide alabanza porque nos libra de
mirarnos a nosotros mismos y a nuestros problemas. Cuando alabamos
nuestros ojos están en Él, y nuestros problemas se empequeñecen. En
realidad Dios nos pide alabanza para nuestro beneficio. En "Isa 43:21 El
pueblo que yo he formado para mí proclamará mi alabanza". Fuimos
formados para alabar a Dios y cuando lo hacemos funcionamos bien en la
vida porque cumplimos con el propósito para el cual fuimos creados.
También el apóstol Pablo escribió en "Efe 1:12 a fin de que nosotros, que
fuimos los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su
gloria". La gratitud que le ofrecemos a Dios por tanta bondad es el
sacrificio que le agrada. Y cuando agradamos a Dios Él nos bendice.
Cuando somos agradecidos empezamos a tener una mente positiva en
toda circunstancia y vemos la vida diferente, y nuestra angustia comienza
a desaparecer y en su lugar nos llenamos de alegría al saber que Dios
está en control de nuestra vida. Hay muchas cosas que nos causan
angustia en la vida y no podemos continuar mucho tiempo angustiados
porque nos enfermamos. La alabanza a Dios cambia la angustia en paz y
nuestras almas descansan en el amor de Dios, en quien nos hemos
refugiado. La angustia por la existencia humana tal como la conocemos es
debido a nuestro pecado, el pecado fue lo que trajo la angustia de la
muerte, las enfermedades, los sufrimientos, etc. y el pecado fue resuelto
en la cruz de Cristo para siempre. La angustia es un sentimiento de
inquietud por un mal que se aproxima. Aunque en general está orientada
a un objeto, no obstante puede surgir sin presencia de ningún objeto
desde su base físico-psíquica.
Mientras que la agresión mueve al hombre a combatir un mal, la angustia
incita a eludir el mal o huir de él. Cuando eso es imposible, la angustia
con frecuencia se trueca en agresión. La angustia desempeña una función
motivante especialmente en procesos de aprendizaje. Las normas morales
mismas no adquieren eficacia sin las sanciones negativas inherentes a
ellas (castigo), las cuales se hacen conscientes en la conciencia moral.
Aunque fundamentalmente la angustia no carece de finalidad, sin
embargo no siempre es ventajosa, sino que puede también obstaculizar,
inhibir y conducir a trastornos patológicos. La educación no puede ni debe
excluir la angustia, pero ha de evitar las intensificaciones patológicas. La
angustia no sólo se refiere a un mal material, sino también a la amenaza
de valores espirituales y del sentido de la existencia humana". La angustia
es esa sensación de estrechez y opresión que embarga el alma, el
salmista dijo: "Sal 55:4 Angustiado está mi corazón dentro de mí, y
sobre mí han caído los terrores de la muerte". El hombre frente a la
muerte se angustia, lo mismo que ante cualquier sufrimiento. Dios quiere
librarnos de la angustia y por eso nos enseña cómo. La alabanza es
poderosa para librarnos de toda angustia.
2) Cumplir nuestros votos o promesas.
"Deu 23:21 Cuando hagas un voto al SEÑOR tu Dios, no tardarás en
pagarlo, porque el SEÑOR tu Dios ciertamente te lo reclamará, y sería
pecado en ti. Deu 23:22 Sin embargo, si te abstienes de hacer un voto,
no sería pecado en ti. Deu 23:23 Lo que salga de tus labios, cuidarás de
cumplirlo, tal como voluntariamente has hecho voto al SEÑOR tu Dios, lo
cual has prometido con tu boca".
"Ecl 5:4 Cuando haces un voto a Dios, no tardes en cumplirlo, porque El
no se deleita en los necios. El voto que haces, cúmplelo. Ecl 5:5 Es mejor
que no hagas votos, a que hagas votos y no los cumplas. Ecl 5:6 No
permitas que tu boca te haga pecar, y no digas delante del mensajero de
Dios que fue un error. ¿Por qué ha de enojarse Dios a causa de tu voz y
destruir la obra de tus manos?"
Un voto es un compromiso voluntario a consagrarse a Dios, una promesa
voluntaria que hacemos con la intención y la obligatoriedad de cumplirla.
El primero en hacer un voto a Dios, fue Jacob, leemos en "Gén 28:20
Entonces hizo Jacob un voto, diciendo: Si Dios está conmigo y me guarda
en este camino en que voy, y me da alimento para comer y ropa para
vestir, Gén 28:21 y vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el
SEÑOR será mi Dios. Gén 28:22 Y esta piedra que he puesto por señal
será casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo". Jacob se
compromete con el Señor voluntariamente y con ello quedó obligado a
cumplir con su palabra, Dios cumplio con parte del trato, pues esto se
puede llamar voto de negociación. Muchos le hacen una promesa a Dios y
luego no la cumplen, a Dios esto le desagrada y castiga este pecado, por
ejemplo veamos lo que nos dice acerca de Jon 2:1 Entonces oró Jonás al
SEÑOR su Dios desde el vientre del pez, Jon 2:2 y dijo: En mi angustia
clamé al SEÑOR, y Él me respondió. Desde el seno del Seol pedí auxilio, y
tú escuchaste mi voz;... Jon 2:9 mas yo con voz de acción de gracias te
ofreceré sacrificios. Lo que prometí, pagaré. La salvación es del SEÑOR".
Jonas había hecho un voto, una promesa de servir al Señor y al querer
huir de servir al Señor rompió su promesa con la consecuencia de que
Dios lo castigó. Muchos están en angustia hoy en día porque le
prometieron algo a Dios y no lo cumplieron, lo que hay que hacer es
confesar el pecado y cumplir con la promesa que le hicimos y si es
imposible cumplirla decírselo al Señor humillados y arrepentidos. Después
de decirle Jonas a Dios que cumpliría lo que prometio, nos dice la Biblia
que " Jon 2:10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra".
Muchas tormentas se levantan en nuestras vidas que nos angustian
porque no hemos cumplido lo que le prometimos al Señor, cumplamos lo
que le prometimos y Él nos librará de la angustia.
3) Invocar al Señor.
Invocar es llamar al Señor en oración. Parece increíble, pero muchos
están en aflicción y no invocan al Señor. Dice "E invócame en el dia de la
angustia...". Santiago nos dice la misma cosa: "Stg 5:13 ¿Sufre alguno
entre vosotros? Que haga oración". La oración es un hacer, nosotros
hacemos muchas cosas cuando sufrimos y nos olvidamos de hacer
oración, que es lo primero que deberíamos hacer en la angustia. Hay que
invocar al Señor cuando estamos en angustia, y resistir la tentación de
buscar una solución humana a nuestro sufrimiento. Pero nuestra oración
debe ser ofrecida con acción de gracias y cumpliendo nuestros votos al
Señor, si hacemos esto, Dios nos librará del sufrimiento que nos causa
angustia o nos librará de la angustia en el sufrimiento. Cuando estés
afligido invoca y ora, cuando estés cansado invoca y ora al Señor, cuando
estés tentado invoca y ora al Señor, en todo tiempo invoca y ora al Señor.
No te olvides de agradecer, de cumplir tus promesas y de invocar al
Señor como Él lo pide y entonces sí puedes reclamar la promesa de
liberación. Entonces Dios nos librará del día de la angustia y nosotros
honraremos a Dios.
4) ¿Cómo honrar a Dios?
"Sal 50:15 e invócame en el día de la angustia; yo te libraré, y tú me
honrarás". Dios nos libra de la angustia y por ello nos pide que lo
honremos, ¿como honramos a Dios? Dice "Sal 50:23 El que ofrece
sacrificio de acción de gracias me honra". La alabanza honra a Dios. ¿Qué
es honra? La honra es "el gran respeto o estima que se muestra a otra
persona o se recibe de esta, o una demostración de ese respeto, es el
reconocimiento de la dignidad o valor de una persona". Cuando honramos
a Dios reconocemos su dignidad y valor, porque Dios es el Ser más
valioso que hay. Y por medio de la alabanza demostramos el respeto y el
valor que Dios tiene para nosotros. La alabanza es nuestra expresión de
gratitud por su liberación y de esta manera mostramos nuestra estima
por Él. Él merece la alabanza porque es digno. Su naturaleza divina es
excelente, Él es santo, bueno, justo, misericordioso, puro, amor y fiel
entre otras cosas, y por ello merece nuestra alabanza. Muchas veces
pedimos mucho y alabamos poco, y tal vez esa sea una razón de porque
recibimos tan poco. Para ser libres de la angustia tenemos que alabar y
cuando Dios en respuesta a nuestra alabanza nos libera, tenemos que
alabarlo aún más. El salmista dijo: "Sal 71:14 Mas yo esperaré
continuamente, y aún te alabaré más y más" y "Sal 119:164 Siete veces
al día te alabo, a causa de tus justas ordenanzas". Oramos poco y
alabamos aún menos. Jesus nos enseñó a orar y comenzar nuestra
oración con alabanza. Alabar es elogiar a alguien por sus cualidades o por
algo que hace. La alabanza exalta a Dios, lo engrandece, la Biblia dice
que es bueno alabar a Dios (Sal 92:1) Cuando estés necesitado alaba a
Dios, cuando estés angustiado alaba a Dios y Él te librará como lo
prometió. Dejemos de quejarnos y de murmurar que eso lo único que
hace es empeorar las cosas y comencemos a alabar a Dios y pronto
veremos su salvación. C. S Lewis dijo que la alabanza "es una forma de
amor que siempre contiene ciertos elementos de júbilo". Alabamos por fe
y no por cómo nos sintamos al momento. Cuando honramos a Dios, El
nos honra a nosotros, dice: "1 de Sam 2:30... porque yo honraré a los
que me honran...". Además la alabanza es el camino a la presencia de
Dios(Sal 100:4) Dios está en donde hay alabanza a su nombre. Esta es la
manera de ordenar nuestros caminos y cuando lo hacemos así Dios nos
muestra su salvación.

Conclusión.

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