Está en la página 1de 2

OTITIS MEDIA AGUDA DEL LACTANTE

Los síntomas locales se presentan de forma más discreta; la perforación y la otorrea son

menos frecuentes, y el signo del trago puede ser positivo al no estar osificado el CAE.

los síntomas generales (digestivos, fiebre, malestar general, llanto intenso nocturno,

irritabilidad) son más manifiestos y el riesgo de complicación es mayor. Hay una forma

especial de OMA, llamada aticoantritis, que cursa con abombamiento de la pars flácida

y caída (por erosión) de la pared posterosuperior del CAE. El tratamiento antibiótico

debe ser por vía intravenosa.

OTITIS MEDIA AGUDA NECROTIZANTE

En inmunodeprimidos, en enfermedades sistémicas víricas (sarampión, parotiditis,

varicela) o bacterianas (escarlatina y erisipela por estreptococo, difteria). La evolución

es agresiva, con riesgo de complicaciones por osteólisis: lesión de la cadena osicular,

mastoiditis, parálisis facial y complicaciones intracraneales como meningitis. Pueden

quedar amplias perforaciones timpánicas como secuela.

La Tabla 7 presenta el diagnóstico diferencial entre las otitis agudas.

OTITIS MEDIA CRÓNICA


La otitis media crónica (OMC) es una inflamación crónica del oído medio que genera

un cuadro de otorrea purulenta crónica o recidivante. Cursa sin otalgia y se acompaña

de hipoacusia variable en función de las lesiones del tímpano y de la cadena osicular.

Existen dos grandes formas clínicas, que se desarrollan seguidamente.

Otitis media crónica simple, supurativa o benigna

Inflamación crónica y recidivante de la mucosa del oído medio en la que, a diferencia

del colesteatoma, no hay osteólisis de sus paredes. En la otoscopia aparece una

perforación central (respeta el annulus) y suele existir lesión de la cadena osicular, sobre

todo de la rama larga del yunque (timpanoesclerosis). En la TC de peñascos destaca la

presencia de una mastoides ebúrnea con ausencia de erosiones en las paredes óseas, a

diferencia del colesteatoma.

Su principal causa es la existencia previa de una perforación timpánica, como secuela de

una OMA o de un traumatísmo, y la disfunción tubárica contribuiría a la cronificación el

proceso. Los episodios de infección y otorrea se relacionan habitualmente con la entrada

de agua en el oído o con infecciones del área rinofaríngea. En general, suelen estar

producidos por gérmenes saprófitos del CAE (Pseudomonos y otros gramnegativos, S.

aureus) y del tracto respiratorio superior. Otras causas son barotraumatismos,

traumatismos directos (bastoncillos) o indirectos sobre el pabellón auricular, o

colocación de drenajes transtimpánicos previos. El tratamiento durante la fase activa

supurativa se realiza con antibioterapia local y/o sistémica, y en la fase de remisión, tras

3-6 meses sin otorrea, puede ser quirúrgico (mediante timpanoplastia). Con ello se

pretende realizar una reconstrucción timpánica y de la cadena osicular, aunque, a

diferencia del colesteatoma, el tratamiento quirúrgico no es imprescindible

También podría gustarte