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JUAN
JUAN
JUAN
"Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me
amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te quiero. Él le
dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo
de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te
quiero. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de
Jonás, ¿me quieres? Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez:
¿Me quieres?, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
quiero. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas."
Resulta interesante observar que Simón Pedro, junto con los otros
discípulos, había sido llamado al ministerio apostólico después de una
pesca milagrosa. Si recordamos el relato de aquella memorable pesca
leyendo el relato de los Evangelios de Marcos y Lucas, evocaremos el
hecho de que fue justamente después que el Señor asumió la dirección de
la operación de pesca, que la red se rompió y luego, Él les hizo Sus
apóstoles.
Una de los primeros detalles en los cuales nos fijamos, es que el Señor le
llamó "Simón". Ni siquiera le llamó Simón Pedro. ¿Por qué? Recordemos
la primera vez que Jesús se encontró con él, cuando Andrés le trajo a
Jesús. En aquella ocasión (en Mateo 16), el Señor le dijo que le cambiaría
el nombre a Cephas, palabra aramea que en griego se traduciría como
"piedra". Y encontramos que en Cesarea de Filipos, cuando expresó su
gran testimonio público sobre el Señor Jesucristo y dijo "Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Juan 6:69), el Señor le respondió:
"Bienaventurado eres, Simón. . ." (vemos que continuó llamándole por su
antiguo nombre) y continuó diciéndole que sería llamado Pedro porque
llegaría a ser una verdadera piedra, defendiendo la verdad con firmeza,
aunque en ese momento aún persistía alguna duda sobre él. Por eso aquí
el Señor le recordó su nombre anterior.
Pero había otra palabra para amor, y era agapao, que era la más elevada,
para describir el nivel más noble y superior del amor. Fue la palabra
usada para describir el amor de Dios. Cuando el Señor Jesucristo estaba
hablando con Simón Pedro, pasó por alto las palabras eros y fileo, y
utilizó agapao, cuando le dijo: "Simón Pedro, ¿me amas con todo tu
corazón?"
Recordemos un pasaje clave como Juan 15:13, Nadie tiene mayor amor
que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Mientras Simón Pedro
estaba negando conocer al Señor, ¡Jesús se encaminaba hacia la cruz para
morir por él! Más tarde, Pedro escribiría en su primera carta 2:24, Él
mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que
nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. ¡Por su
herida habéis sido sanados!
Observemos que la primera pregunta del Señor a Pedro fue "¿me amas
más que éstos?"
¿Por qué Simón Pedro no utilizó la misma palabra que el Señor usó? En
nuestra opinión, ya no se enorgullecería más ni se jactaría de lo que iba a
hacer por el Señor. De ahí en adelante, estaría dispuesto a hacer cosas
grandes, pero no diría nada al respecto. Por eso descendió a un plano
inferior y respondió al Señor diciéndole: "Tengo afecto por ti".
Pero Simón Pedro no estaba listo para subir a otro nivel. Lo mejor que
podía hacer era expresarle al Señor su afecto por Él. Ya no podía jactarse
de nada porque era consciente de que el Señor conocía su corazón y sabía
de su afecto sincero por Él.
"De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a
donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te
ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo dando a entender
con qué muerte había de glorificar a Dios."
Aquí vemos que Jesús le estaba diciendo a Pedro que sería un mártir.
Pedro había dicho que estaba dispuesto a morir por el Señor Jesús.
Bueno, eso era precisamente lo que le sucedería algún día. Continuemos
leyendo los versículos 19b al 21:
"Y dicho esto, añadió: Sígueme. Volviéndose Pedro, vio que los seguía el
discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado
al lado de él y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?
Cuando Pedro lo vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?"
Ésta fue una reacción típica de Pedro. Es como si hubiera dicho: "Ya que
me dijiste lo que yo voy a hacer, dime que le tocará hacer a Juan".
Leamos también el versículo 22:
"Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti?
Sígueme tú."
Nuestro Señor le estaba diciendo: "Mira, Simón Pedro, tú vas a morir por
mí. Lo que Juan haga no es asunto tuyo. Aun si él vive hasta que yo
regrese, eso no afectará a lo que tú vayas a hacer. ¡Yo quiero que tú me
sigas a Mí!". Continuemos leyendo los versículos 23 y 24:
"Se extendió entonces entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo
no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él
quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? Este es el discípulo que da
testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su
testimonio es verdadero."
"Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se
escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros
que se habrían de escribir. Amén."
Hemos llegado al final de nuestro estudio del Evangelio según San Juan y,
recapitulando, creemos que el evangelio según San Juan puede dividirse
de la siguiente manera: