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SACARIFICACION DEL ALMIDON

En la industria alimentaria, las enzimas se utilizan para recuperar subproductos, para facilitar la
fabricación, para mejorar el aroma y para estabilizar la calidad de los alimentos. El número total
de enzimas de interés para este tipo de industria es básicamente limitado si se compara con los
millares de enzimas que han sido estudiadas. Las enzimas mas utilizadas son las carbohidrasas,
las proteasas y las lipasas. Se emplean también unas pocas oxidorreductasas y una sola
isomerasa. La mayoría de estas enzimas son de origen microbiano, y solo unas pocas proceden
de animales o vegetales superiores.

Normalmente, las enzimas solubles son desactivadas por el calor, una vez que el tratamiento del
alimento se da por el calor, una vez que el tratamiento del alimento se da por concluido. En
ocasiones se permite que continúe su actividad para que desarrollen el aroma y la textura
deseados, pero nunca se reutilizan. Los recientes avances en tecnología enzimática han
conducido ala preparación de enzimas, células microbianas u orgánulos celulares inmovilizados
que, en principio, pueden ser recuperados del medio de reacción para volver a ser utilizados.

1. Hidrólisis del almidón

La obtención industrial de glucosa se produce fundamentalmente mediante hidrólisis enzimática


del almidón. El proceso enzimático es mas conveniente que la hidrólisis acida, ya que los
rendimientos son mayores, se producen menos productos secundarios y, por tanto, el coste
económico es menor. El almidón se distribuye en los vegetales como pequeños gránulos que
varían de tamaño y forma según sea su origen el almidón de maíz es el mas utilizado en todo el
mundo, aunque en los países se recurre a otras fuentes como el trigo, la tapioca o el arroz.

La mayoría de estos almidones están constituidos por una mezcla de amilosa y amilopectina. La
amilosa es un polímero lineal de unidades de glucosa (hasta 6.000) unidas por enlances
glicosidicos α-(1, 4). La amilopectina es un polímero muy ramificado con cadenas cortas de
amilosa(10-60 unidades de glucosa) unidas por enlace α-(1, 6).Aquellas enzimas capaces de
hidrolizar estos enlaces α-(1, 6) han despertado gran interés por su capacidad para hidrolizar
totalmente el almidón en glucosa (figura 4.2).
La hidrólisis del almidón se puede plantear principalmente:

1. En procesos en los que sea necesario eliminar el almidón; por ejemplo, en el procesado de la
caña de azúcar.
2. En procesos enlos que se obtenga un hidrolizado de utilidad para el hombre, como la
obtención de los jarabes ricos en glucosa.

En ambos tipos de procesos se emplean enzimas de diferentes clases. Esta hidrólisis enzimática
sucede en tres etapas (Figura 4.3):
a. Gelatinización: sucede a 60'C, temperatura a la cual las partículas de almidón se
hinchan hasta que finalmente se rompen. Como consecuencia se obtiene una suspensión
de carácter viscoso. A continuación se añade una o-amilasa (EC 3.2.1 .1) termoestable
de Bacillus subtilis que hidroliza parcialmente el almidón, reduciendo la viscosidad. De
esta manera se obtiene un preparado gelatinoso (30-357o de sólidos) que se someterá a
una licuefacción posterior.
b. Licuefacción: cuyo objetivo es la obtención de dextrinas de menor tamaño y solubles.
En esta segunda etapa se emplean las α-amilasas termoestables de Bacillus
stearorhermophilus y Bacillus licheniformes a 103-107 ºC durante 5-10 minutos.
Posteriormente se disminuye la temperatura a 95ºC y el tratamiento continúa durante
tres horas para permitir la obtención de oligosácáridos de 8- 12 unidades de glucosa,
que son los sustratos adecuados para la etapa posterior.

c. Sacarificación: finalmente, se consigue la hidrólisis total del almidón en glucosa


durante la sacarificación. En esta última etapa se emplean glucoamilisas (EC 3.2.1.3),
enzimas extracelulares producidas por Aspergillus niger o Aspergillus awamori,
capaces de hidrolizar enlaces α-(1, 6) del alrnidón y de los maltooligosacáridos. Estas
enzimas se suelen emplear en combinación con la pululanasa de B. acidopulullulyticus
(EC 3.2.1 .41) o enzima desramificante del almidón, que ataca específicamente los
enlaces glucosídicos α-(1,6).

Para conocer el grado de hidrólisis del almidón durante las diferentes etapas se recurre a la
expresión “equivalentes de dextrosa” (DE), que es igual a:

DE = 100 x [ nº de enlaces glicosidicos hidrolizados / nº de enlaces glicosidicos totales ]

La glucosa pura tiene una DE=100, mientras que la maltosa pura tiene un DE=50 y el almidón
tiene un valor de DE=0. Durante la hidrólisis del almidón el DE aumenta, y así el almidón
licuado con un DE=8-12 es apto para la sacarificación, donde se obtendrá un jarabe con un
DE=45-98
.
Los jarabes ricos en glucosa tienen un valor DE=97 aproximadamente y se emplean en la
preparación de bebidas refrescantes y caramelos, en panadería y en destilerías. Las α-amilasas
de origen fúngico son menos estables al calor que las bacterianas, pero se emplean mucho en la
producción de jarabes ricos en maltosa a partir del almidón. Estos jarabes (DE=40-50)
contienen un 45-60% de maltosa y un 2-7% de glucosa, no son higroscópicos y no cristalizan
tan fácilmente como los jarabes ricos en glucosa. Se emplean para la preparación de caramelos,
mermeladas y postres congelados por su resistencia a la aparición de color.

Los jarabes ricos en fructosa son empleados como edulcorantes en bebidas refrescantes,
conservas, salsas, yogures y frutas enlatadas. La fructosa posee un 120-180 % del poder
edulcorantes de la glucosa, y es menos cara que la sacarosa. La glucosa isomerasa (EC 5.3.1.5),
enzimas que cataliza la conversión de la glucosa en fructosa, es producida por diferentes
microorganismos como el Bacillus coagulans, Actinoplanes missouriensis, Streptococcus
olivaceus, etc.

Enzimas inmovilizadas en la hidrólisis del almidón

En la obtención de los jarabes ricos en glucosa se han introducido las enzimas hidroliticas del
almidón en forma inmovilizada. La inmovilización covalente de la α-amilasas de Bacillus
licheniformis en soporte formados por polímeros de alcohol polivinilico ha originado derivados
enzimáticos de gran utilidad para la hidrólisis continua del almidón. En la inmovilizacion de las
α- amilasas se han empleado con éxito otros soportes como poliamidas, microesferas e
hidrogeles. Por otra parte, en la inmovilización de la amiloglucosidasa se han empleado
soportes como partículas de hueso, laminas de colágeno y en polímeros de poliuretano.

Los jarabes ricos en fructosa se obtienen industrialmente por isomerización de los jarabes de
glucosa mediante la utilización de una glucosa isomerasa inmovilizada. Esta enzima, tras su
purificación, se puede inmovilizar en una resina celulósica, o bien cristalizar y reticular
posteriormente.

2. Hidrólisis de la sacarosa

La sacarosa se puede hidrolizar en glucosa y fructosa mediante ácidos o enzimáticamente por


acción de invertasa (EC 3.2.1.26) de Saccharomyces cerevisae (figura 4.4).
El producto obtenido se denomina “azucares invertido” y es mas estable que los jarabes de
glucosa, ya que no suele cristalizar. Se utiliza en pastelería para mantener la humedad y también
evitar la aparición de paladar arenoso en las mermeladas.

La invertasa de la levadura ha sido inmovilizada mediante atrapamiento en alginato, en gelatina


y en fibras de triacetato de celulosa. Los biocatalizadores obtenidos tienen una actividad y
estabilidad satisfactoria en el proceso de obtención del azúcar invertido, especialmente a altas
concentraciones de sacarosa (> 20% p/p), en las que esta enzima muestra una gran inhibición
por sustrato.

3. Hidrolisis de la celulosa

La celulosa es le material orgánico más abundante en la Naturaleza y a diferencia de otras


fuentes potenciales de energía, es renovable. Actualmente se producen enormes cantidades de
desechos de celulosa en forma de paja, serrín, etc., que se podrían transformar en glucosa con la
tecnología enzimática adecuada. La glucosa así obtenida se podría utilizar como edulcorante,
fuente de energía o ser transformada en eta nol. La hidrolisis de la celulosa (Figura 4.5) puede
realizarse por acción de las celula sas (por ejemplo, de Aspergillus niger o Trichoderma reseei),
complejo enzimático que incluye varias enzimas: una endo-β-1,4-glucanasa (EC 3.2.1.4), una
glucan 1,4-β-glucosidasa (EC 3.2.1.74) y una celulosa 1,4-β -celobiosidasa (EC 3.2.1.91).
Actualmente las aplicaciones de las son variadas:

1. Facilita Ia clarificación de los zumos.


2. Mejora el rendimiento en la extracción de aceites esenciales y especias.
3. Mejora las propiedades de cocción y rehidratación de los vegetales deshidratados.
4. origina azucares fermentables en los residuos de maceración de la uva y la manzana.

Se ha conseguido inmovilizar celulasas de diversos microorganismos con el fin de obtener


azucares fermentables a partir de materiales celulósicos.
SACARIFICACIÓN DE LA MADERA

Madera

La madera es un material ortotrópico encontrado como principal contenido del tronco de un


árbol. Los árboles se caracterizan por tener troncos que crecen cada año y que están compuestos
por fibras de celulosa unidas con lignina. Las plantas que no producen madera son conocidas
como herbáceas.

La composición de la madera

En composición media se compone de un 50% de carbono (C), un 42% de oxígeno (O), un 6%


de hidrógeno (H) y el 2% de resto de nitrógeno (N) y otros elementos.

Los componentes principales de la madera son la celulosa, un polisacárido que constituye


alrededor de la mitad del material total, la lignina (aproximadamente un 25%), que es un
polímero resultante de la unión de varios ácidos y alcoholes fenilpropílicos y que proporciona
dureza y protección, y la hemicelulosa (alrededor de un 25%) cuya función es actuar como
unión de las fibras. Existen otros componentes minoritarios como resinas, ceras, grasas y otras
sustancias.

 Celulosa

Es un polisacárido estructural formado por glucosa que forma parte de la pared de las células
vegetales. Su fórmula empírica es (C6H10O5)n, con el valor mínimo de n = 200.Sus funciones
son las de servir de aguante a la planta y la de darle una protección vegetal. Es muy resistente
a los agentes químicos, insoluble en casi todos los disolventes y además inalterable al aire
seco, su temperatura de astillado a presión de un bar son aproximadamente unos 232,2 °C.

Función de la celulosa
La celulosa es un polisacárido estructural en las plantas ya que forma parte de los tejidos de
sostén. La pared de una célula vegetal joven contiene aproximadamente un 40% de celulosa; la
madera un 50 %, mientras que el ejemplo más puro de celulosa es el algodón con un
porcentaje mayor al 90%.

A pesar de que está formada por glucosas, los animales no pueden utilizar la celulosa como
fuente de energía, ya que no cuentan con la enzima necesaria para romper los enlaces β-1,4-
glucosídicos; sin embargo, es importante incluirla en la dieta humana (fibra dietética) porque
al mezclarse con las heces, facilita la digestión y defecación, así como previene los malos
gases.

En el intestino de los rumiantes, de otros herbívoros y de termitas, existen microorganismos,


muchos metanógenos, que poseen una enzima llamada celulasa que rompe el enlace β-1,4-
glucosídico y al hidrolizarse la molécula de celulosa quedan disponibles las glucosas como
fuente de energía.

Hay microorganismos (bacterias y hongos) que viven libres y también son capaces de
hidrolizar la celulosa. Tienen una gran importancia ecológica, pues reciclan materiales
celulósicos como papel, cartón y madera. De entre ellos, es de destacar el hongo Trichoderma
reesei, capaz de producir cuatro tipos de celulasas: las 1,4-β-D-glucancelobiohirolasas CBH i
y CBH II y las endo-1,4-β-D-glucanasa EG I y EG II. Mediante técnicas biotecnológicas se
producen esas enzimas que pueden usarse en el reciclado de papel, disminuyendo el coste
económico y la contaminación.

Sacarificación

(Del lat. saccharum, azúcar, y facere, hacer.)

Proceso por el cual se transforman mediante hidratación las sustancias sacarígenas en azúcar.

En el caso de la cerveza, la sacarificación del almidón presente en los granos de cereal en


maltosa se realiza durante el proceso de malteado del grano. Este es un paso previo
imprescindible para que se pueda dar la fermentación alcohólica.

LA SACARIFICACIÓN DE LA MADERA

Memoria preparada a solicitud de la FAO en relación con la labor del Cuadro Técnico sobre
Química de la Madera

Pocos procesos de química industrial cuentan con una historia que pueda compararse a la de la
sacarificación de la madera. Desde los albores de la química orgánica, los hombres de ciencia
quedaron intrigados por el hecho de que la mayor parte de los residuos celulósicos está
compuesta en sus dos terceras partes por hidratos de carbono, que, sometidos a un adecuado
tratamiento, pueden convertirse en azúcares útiles como alimento o para la preparación de
productos químicos.

No obstante las esperanzas de un tiempo y la profusión de investigaciones y de trabajos de


perfeccionamiento, la sacarificación de la madera no condujo a los resultados que se esperaban.
En realidad, su historia es más bien desalentadora, con una serie de fracasos económicos de
importancia, pero en nuestros días se abrigan esperanzas de éxito no menores que las de otros
tiempos, considerándose cancelados los errores pasados dada su escasa trascendencia para el
futuro. Tanto los hombres de ciencia como los industriales admiten que en los residuos
celulósicos se encuentra una vasta fuente potencial de alimentos y de productos químicos.

«La hidrólisis de la celulosa para obtener glucosa y oligosacáridos simples se convertirá en un


factor económico predominante... Los subproductos celulósicos tendrán cada vez un mayor
campo de aplicación como materias primas para obtener productos alifáticos simples mediante
procedimientos químicos y biológicos... Si se dirige una mirada al futuro podrá verse que la
celulosa, que es el más abundante de todos los productos fotosintéticos, llegará a ser una de las
materias primas más útiles para el hombre. La provisión de ésta va renovándose por medios
naturales, mientras que otros materiales almacenados a lo largo de siglos se agotan de
continuo».

No parece descaminado suponer que, dados los medios tecnológicos con que hoy se cuenta y
gracias a una adecuada labor de investigación, podrá llegarse a procesos de elaboración que
permitan un eficaz aprovechamiento de los residuos celulósicos. La importancia de hallar tales
procesos de elaboración puede juzgarse considerando sus consecuencias posibles.

Probablemente, el efecto de mayor importancia y alcance de un proceso económico de


sacarificación sería su repercusión sobre la ordenación y aprovechamiento de los montes.
Podrían entonces talarse los montes improductivos y repoblarlos con árboles de buen
rendimiento para la obtención de madera, pasta y residuos celulósicos para la conversión
química. Este aspecto por sí solo tiene consecuencias de gran alcance y justifica la dedicación al
mismo de una intensa labor de investigación.

Los residuos celulósicos, considerados como materia prima químico, son una fuente de azúcares
hexosos y pentosos. La porción principal, las hexosas, son equivalentes al azúcar obtenido de
las fuentes ordinarias. Las pentosas, en cambio, son únicas, ya que, a partir de ellas, puede
obtenerse el furfurol, producto químico que no se obtiene de otras fuentes. Los pentosanos
contenidos en las mazorcas de maíz desgranadas (zuros) y en el bagazo constituyen ahora la
fuente principal de furfurol. No obstante, el contenido de pentosanos en la madera es demasiado
bajo para justificar una inversión económica basada en este solo producto.

Las breves consideraciones que anteceden nos llevan a la conclusión de que, si bien pueden
conseguirse beneficios indirectos ideando un proceso de sacarificación técnicamente posible, el
factor decisivo será siempre de tipo económico. Para que pueda considerarse de valor, el
proceso industrial debe permitir la producción de azúcar a un precio que compita con el del
azúcar o el de las melazas de cofia en el lugar en que se aplique.

Elementos constitutivos de la madera

El volumen y naturaleza de los azúcares que puedan obtenerse de la madera, así como los
procesos que exige la necesaria hidrólisis, vienen determinados por los polisacáridos de la
madera.

El principal polisacárido en todos los materiales de plantas leñosas es la celulosa, análoga desde
el punto de vista químico y físico al algodón hidrófilo en el sentido de que es fibrosa, posee una
alta resistencia a los álcalis y es muy difícil de hidrolizar con producción de glucosa.

Las hemicelulosas se hallan presentes en la madera y en otros materiales celulósicos en una


proporción aproximada de un tercio de los hidratos de carbono totales. La hemicelulosa es
amorfa y, por carecer de una organización cristalina, se hidroliza con mucha mayor facilidad
que la celulosa. Si el total de hidratos de carbono de la madera pudiera hidrolizarse con la
misma facilidad que la hemicelulosa, no habría lugar a dudas en cuanto a la inmediata y amplia
utilidad industrial de la sacarificación de la madera.

Los azúcares componentes del producto final de la degradación hidrolítica de 20 especies


diferentes de madera fueron determinados por Gustafsson y sus colaboradores (19), según los
cuales, todas las especies de madera investigadas contienen glucosano, galactano, manano,
arabano y xileno. La proporción de galactano, basada en el azúcar total producido por hidrólisis
de especies coníferas, varía entre un 6,0 y un 17,5 por ciento, y la de manano entre un 7,5 y un
16,0 por ciento. Los valores correspondientes para especies frondosas son de 1,0 a 4,0 por
ciento y de 0,5 a 4,0 por ciento, respectivamente. El contenido de xileno de las especies
coníferas varía entre un 9,0 y un 13,0 por ciento, y el de las especies frondosas entre un 19,5 y
un 39,0 por ciento. El contenido de arabano es bajo en todos los casos, y solamente excede del 3
por ciento para tres de las especies coníferas. La composición de los hidratos de carbono de una
especie determinada no se mantiene estrictamente constante, pero las variaciones presentes no
bastan a borrar las diferencias características observadas entre las coníferas y las frondosas.

La lignina es el principal elemento constitutivo de la madera y de otras plantas, distinto de los


hidratos de carbono. En esencia es un material aromático de alta polimería, y la mayor parte del
mismo se obtiene por procedimientos hidrolíticos como residuo insoluble, en la proporción del
20 al 30 por ciento de la madera tratada. La química de la lignina ha sido estudiada
recientemente con todo detalle por Brauns (5). A pesar de que la lignina no ha tenido mucha
aplicación hasta ahora, podría muy bien resultar la clave de algún futuro y satisfactorio proceso
de elaboración para el aprovechamiento combinado de residuos celulósicos.

PRETRATAMIENTOS DE LA CELULOSA Y BIOMASA PARA LA


SACARIFICACIÓN.

RESUMEN
La biomasa celulósica se ha vuelto un producto interesante para ser aprovechada como materia
prima en la fabricación de biocombustibles, especialmente el etanol. El paso crítico en su
conversión a etanol, implica la degradación de los polisacáridos a azúcares fermentables, en un
proceso denominado sacarificación. La celulosa, el componente principal de la biomasa, es un
polisacárido de difícil degradación en condiciones de tratamiento moderadas. Las
investigaciones más recientes en el campo de los biorecursos, se han enfocado hacia el
desarrollo de ciertos pretratamientos de la biomasa o la celulosa bajo los cuales se logra que
estos materiales sean de más fácil degradación a azúcares fermentables. El presente artículo
resume los resultados más sobresalientes, sin ser exhaustivos, de los pretaratimentos de la
celulosa y la biomasa para su conversión a productos fermentables por la ruta etanólica.

1.- INTRODUCCIÓN

La celulosa es el compuesto orgánico de mayor abundancia en la naturaleza, de gran


importancia a nivel biológico y un polímero de interés industrial. Químicamente es un polímero
de la D- -1,4; disposición que la hace estable, además
de poseer enlaces de hidrógeno que une sus moléculas entre sí, confiriéndole sus conocidas
propiedades como material estructural de la pared celular.
Su transformación y aprovechamiento como fuente de diversos productos ha sido analizada a
los largo de los años. Esta molécula y sus fuentes se han hecho muy atractivos desde el punto
de vista energético [7, 8], pues puede ser degradada para la obtención de glucosa y su posterior
fermentación etanólica. Este proceso puede resultar sencillo, sin embargo, la acción de los
agentes degradantes es limitada de acuerdo al grado de ordenamiento cristalino del polímero y
la severidad del tratamiento extractivo desde alguna biomasa en particular. La degradación se
realiza mediante una hidrólisis ácida que suele ser de alto rendimiento, o por la acción de
agregados enzimáticos con rendimientos más discretos. En vista a que la cristalinidad juega un
papel importante en la hidrólisis de este material, han sido varias las publicaciones referentes al
tema en las que se hacen tratamientos específicos con el objeto de incrementar las regiones
amorfas del material que son de más fáciles de convertir en glucosa o en otros azúcares
fermentables. Existen dos tipos principales de pretratamientos, el primero se inicia en el propio
material lignocelulósico, mientras que el segundo inicia en el tratamiento de la pulpa celulósica
o de la celulosa con alto grado de pureza. Los materiales lignocelulósicos están integrados
principalmente de tres constituyentes poliméricos: la celulosa, hemicelulosas (que en conjunto
se les llama holocelulosa) y lignina los cuales están asociados los unos con los otros y son los
que finalmente sirven de soporte estructural a la pared celular.
La celulosa es un homopolímero polidisperso consistente en uniones glicosídicas α-1,4, regio y
enantioselectivas de unidades de D-glucopiranosa. Para efectos de representación estructural y
descripción de sus propiedades químicas, la celulosa puede resumirse en treinta unidades de
dehidroglucosa. Cada cadena de celulosa está ligada a otras mediante enlaces de hidrógeno que
le que aportan rigidez al material. Si los enlaces de hidrógenos son pocos la celulosa se
considera amorfa, mientras que una disposición especial de estos enlaces generan diferentes
formas cristalinas. Así, la celulosa puede presentarse en cuatro macroestructuras cristalinas
denominadas celulosa I, II, III, y IV. La celulosa I es la que normalmente se encuentra en la
pared celular. La clase II, es la más termodinámicamente estable y resulta de la recristalización
de la I o de su mercerización en solución de hidróxido de sodio. Estás dos son las más
importantes al considerar los pretratamientos.
Las hemicelulosas son carbohidratos que forman una estructura polimérica compleja, ramificada
que consiste en la unión de diferentes unidades de azúcares: pentosas, hexosas y ácidos de estos
azúcares. La hemicelulosa suele ser un polímero de menor masa molar que la celulosa y más
fácilmente hidrolizable debido a su estructura predominantemente amorfa. Las hemicelulosas, al
igual que la celulosa, se han perfilado como fuente de azúcares.
La lignina, es el segundo componente en abundancia, es un polímero ramificado, amorfo y
heterogéneo constituido por unidades de fenilpropano (p-coumaril, coniferil and alcohol
sinapílico) unidos por diferentes clases de enlaces, su función en el ámbito estructural, es el de
mantener unidos la celulosa y las hemicelulosas entre sí.

2.- PRETRATAMIENTOS

Se le denomina pretratamiento al conjunto de acciones para mejorar el rendimiento en la


obtención de azúcares fermentables desde la biomasa inicial. Cualquier mejora que se haga en
los procesos mostrados debe reflejarse en un mayor rendimiento y economía en la obtención de
etanol.
En general, existen dos formas de manejo de la biomasa lignocelulósica para preparación de
azúcares fermentables. El primero de ellos, tiene como objeto la conversión de la biomasa
lignocelulósica indirectamente, obteniéndose holocelulosa y lignina por separado (aquí se
pueden incluir los productos papeleros), material que luego se degrada a un sustrato
fermentable.
Cabe destacar, que los métodos empleados en la ruta b involucra, en la mayoría de los caso, la
digestión de productos no madereros mientras que los propuestos para la ruta a, son empleados
comúnmente para la digestión de maderas. La biomasa lignocelulósica suele ser un sistema
recalcitrante debido a la fuerte unión entre los constituyentes de la pared celular. Los
pretratamientos están orientados hacia la modificación de la estructura supramolecular y de esta
manera separar la lignina y la holocelulosa y/o la hidrólisis de la holocelulosa en azúcares
fermentables. Adicionalmente, los pretratamientos pueden limitarse, simplemente, a generar un
aumento de las regiones amorfas de la celulosa lo que conlleva a la mejora de la hidrólisis, lo
que constituye los pretratamientos.

2.1. Pretratamiento de la celulosa

A la celulosa extraída de la biomasa de la cual se ha removido la mayoría de compuestos que la


acompaña se le aplica un pretratamiento para reducir su cristalinidad . Estos pretratamientos,
enmarca las metodologías tradicionales en la cual se busca la liberación y purificación de la
celulosa. Dentro de estas se encuentra los métodos clásicos: Kraft, método de la soda celulosa al
clorito, al hipoclorito y la clorinación. De estos, el primero tiene aplicaciones industriales para
la producción de pulpa papelera; y se ha evaluado su potencial como pretratamiento solo de
forma indirecta cuando en los experimentos se usa materiales como el papel. Los otros se han
empleado solamente en el laboratorio. En estos tratamientos se busca la eliminación de la
lignina y la hemicelulosa para dejar libre la celulosa y no la producción de azúcares por lo cual
se ha buscado la integración de nuevos métodos que si lo permitan. Una vez se ha obtenido
celulosa, los pretratamientos siguientes, modifican de la estructura supramolecular de la
celulosa. Los pretratamientos de la celulosa resultarían útiles si se extiende su aplicación al
aprovechamiento del papel para reciclaje o desechos con alto contenido de celulosa.

Procesos de sacarificación

La conversión de materiales celulósicos en azúcar parece a primera vista constituir una simple
disociación hidrolítica de los enlaces de los glucósidos. Según esto debería esperarse una
reacción simple, con reducido gasto para la fábrica que a ello se dedique. En la realidad, sin
embargo, la celulosa es un polisacárido único entre todos los conocidos y posee una extremada
resistencia a la hidrólisis. Los enlaces de los glucósidos se disocian fácilmente, pero la
estructura cristalina de la celulosa da por resultado una baja accesibilidad para el ácido diluido
que de ordinario se emplea como catalizador. En consecuencia, la temperatura y concentración
del ácido necesarias para conseguir la reacción en un tiempo razonable ocasiona una grave
descomposición de los azúcares resultantes. Enfrentados con esta realidad, solamente se
presentan unas cuantas soluciones alternativas para una hidrólisis práctica.

Problemas generables del proceso de sacarificación

Los problemas que lleva consigo la adopción de un procedimiento económico de sacarificación


para materiales celulósicos son abundantes y complejos, pero no parecen ser más difíciles que
aquellos otros con que hubieron de enfrentarse muchas de las industrias químicas hoy en
existencia durante su primera fase. Los procedimientos de sacarificación elaborados hasta el
presente han resuelto estos problemas de forma diversa, pero en ninguno de ellos se han tenido
en cuenta todas las dificultades, resultando así que ninguno ha alcanzado un éxito económico
que permitiera prescindir de subvenciones. En la discusión que sigue se tratarán los puntos más
sobresalientes que habrán de tenerse presentes al considerar el valor de los métodos propuestos,
y se indicará la dirección general en que deberán orientarse las investigaciones.

Las materias primas celulósicos pueden agruparse, en líneas generales, en dos grandes clases:
residuos agrícolas, que se recolectan cada año, y residuos de madera, que pueden irse
recolectando de continuo y según se precise. Ambos constituyen excelentes materias primas, ya
que su disponibilidad es ilimitada, continua y a bajo precio en los lugares en que se producen.
Sin embargo, las cosechas anuales de ordinario constituyen una materia prima cara, si se
considera el coste de su recogida y almacenamiento. En su mayoría, tienen además una densidad
volumétrica muy baja, lo que exige medios y aparatos muy grandes durante la fase hidrolítica.
Otro inconveniente de las cosechas anuales es que están sujetas a las variaciones estacionales, lo
que exige ciertas modificaciones del proceso de elaboración. La madera como materia prima
suele ser superior a las cosechas anuales, pero presenta, - también sus inconvenientes. Su
densidad volumétrica es baja y el coste de su manipulación y preparación para la sacarificación
es elevado, incluso cuando se utilizan los mejores métodos y equipos disponibles. Por ejemplo,
la manipulación de trozas y el desmenuzado de éstas en el proceso Scholler supone
aproximadamente medio centavo de dólar por cada libra de azúcar producida.

El proceso deberá adaptarse con todo cuidado a la naturaleza física y química de la madera
disponible. El procedimiento por ácido fuerte fija ciertas limitaciones a la materia prima; el
serrín, disponible con frecuencia a bajo coste (incluido el de manipulación), no es adecuado.
Todo procedimiento que exija madera desmenuzada sin corteza hace aumentar grandemente el
costo de la materia prima.

La densidad volumétrica de la madera es un factor de importancia al considerar los gastos de la


fábrica. Quizás podría conseguirse una economía ideando una maquinaria continua.

La única forma práctica de convertir la celulosa en azúcar parece ser la hidrólisis ácida, lo que
exige que todos los procedimientos utilicen ácidos, al menos durante la fase hidrolítica. Este es
uno de los puntos principales que han de considerarse, ya que el tipo del ácido y su
concentración influyen de manera decisiva sobre el coste de funcionamiento de la fábrica. En
los procesos con ácido clorhídrico fuerte, la mayor parte de las instalaciones deben ser
resistentes a los ácidos, y las estimaciones sobre el coste de las fábricas (8) muestran una
depreciación que asciende al menos a medio centavo por libra de azúcar producida, tomando
como base una fábrica de gran volumen. Esto asciende a más de 200 dólares de capital invertido
en la fábrica por cada tonelada anual de producto, situando así a la empresa en la categoría de
fábricas de productos químicos caros, comparable con una fábrica de pasta al sulfato que
elabore un producto a 200 dólares por tonelada. Las fábricas que se sirven del ácido diluido
exigen una instalación mucho menos resistente a la corrosión, y el capital invertido es algo
inferior a la mitad de la cifra citada.

Las necesidades térmicas de la fábrica dependen, sobre todo, de la aplicación definitiva de los
productos resultantes de la hidrólisis. Cuando se trata de glucosa cristalina o de melazas, las
necesidades calóricos totales son enormes. En el método Bergius es preciso el calor para
recuperar los ácidos fuertes utilizados en la primera hidrólisis, mientras que en el proceso por
ácido diluido el consumo principal radica en la evaporación de las soluciones diluidas para
obtener las melazas. Cederquist (52) se ha servido de métodos para aumentar la concentración
de azúcar en los productos obtenidos por el proceso de hidrólisis por ácido diluido, con lo que se
consigue una ventaja económica para este proceso. En el caso en que el azúcar haya de
utilizarse en solución para la producción de levadura, alcohol u otros productos fácilmente
separables de la solución diluida, las necesidades térmicas disminuyen notablemente,
confiriendo a los procesos por ácido diluido una ventaja decisiva sobre los por ácido fuerte.

El costo de los productos químicos para los procesos por ácido diluido es reducido, ascendiendo
a menos de--un cuarto de centavo por libra de azúcar. En el proceso por ácido fuerte tiene
mayor importancia, habiendo sido estimado por Schoenemann (8) en más de medio centavo por
libra de azúcar producida, aun después de aprovechar al máximo todos los métodos modernos
de recuperación. El costo de los productos químicos para el proceso con ácido sulfúrico fuerte
hace a éste poco aconsejable, excepto en determinadas circunstancias en que el ácido pueda
utilizarse para otras aplicaciones sucesivas. Este caso se estudia más adelante en la presente
memoria.

Considerando el elevado coste de la manipulación de las materias primas, el costo de los


productos químicos y las necesidades térmicas, resulta evidente que habrá de tratarse por todos
los medios de aprovechar plenamente todos los productos resultantes, y éstos deberán obtenerse
con la máxima calidad posible y compatible con el costo. Ninguna empresa comercial ha tenido
éxito en tal aprovechamiento. En ningún caso pudo encontrarse para la lignina, que forma del 30
al 40 por ciento de la sustancia leñosa seca, un uso más ventajoso que el de combustible. Se ha
visto que el algunos casos la fracción de hemicelulosa necesitaba un tratamiento mucho más
moderado que la celulosa resistente, pero no se ha aprovechado la circunstancia de que, al
menos un producto químico de naturaleza única, como es el fulfurol, podía obtenerse de esta
fracción de pentosano. En casi todos los casos el hexosano producido se ha utilizado en forma
de melazas crudas que contenían una gran proporción de impurezas desconocidas. Sin duda
alguna, parte de estas impurezas podrían separarse con gran provecho en forma de productos
químicos orgánicos de precio superior, lo que conduciría a una doble ganancia. Tratándose del
proceso por ácido fuerte, se obtiene una fracción de azúcar de alta calidad. Recientemente (8) se
ha propuesto un plan para fabricar dextrosa cristalina, que permitiría vender aproximadamente
el 55 por ciento del azúcar producido como alimento, colocándose el resto como melazas. La
producción de azúcares de alta calidad a partir de los productos de la hidrólisis de la madera por
ácido diluido no ha llegado a conocerse debidamente, debiendo ser objeto de posteriores
investigaciones. Cederquist ha indicado un método para purificar el azúcar mediante la adición
de cloruro sódico, que forma un cristal binario con la glucosa. El rendimiento en azúcar de todos
los procesos es elevado. Sería provechoso orientar las nuevas investigaciones hacia un aumento
en el rendimiento de los productos totales.

No es difícil quitar importancia al problema de colocación de residuos en un proceso eficaz de


sacarificación. Sirviéndose de las melazas para la alimentación del ganado, y concentrando o
quemando la mayor parte de los restantes productos orgánicos inservibles, se resolverían gran
parte de los problemas con un coste moderado. Un extremo digno de mencionarse aquí es la
producción de alcohol por el proceso Scholler ordinario. Las substancias orgánicas solubles y
los azúcares no fermentados en el fondo de los recipientes exigen enormes proporciones de
oxígeno biológico. Este es un caso en que el problema del empleo de residuos quedaría
virtualmente suprimido si la fracción pentosano se aprovechara debidamente.
Investigaciones sobre los problemas de la sacarificación

Investigaciones sobre la química del proceso de sacarificación

Estudiando las obras publicadas sobre la sacarificación de la madera se aprecia que la mayor
parte de los esfuerzos desplegados lo han sido en estudios en fábricas experimentales, y en los
aspectos tecnológicos, más que en la química básica del proceso. Es preciso investigar con
mayor profundidad el aspecto químico, en especial sobre el fraccionamiento de los materiales
celulósicos, la cinética de la hidrólisis de la celulosa y la descomposición del azúcar, así como
en cuanto a la modificación de la celulosa antes de la hidrólisis.

Fraccionamiento del material celulósico. - La hidrólisis previa del material celulósico, con la
separación de los azúcares distintos de la glucosa, se viene considerando desde largo tiempo
como un paso aconsejable en los procesos de sacarificación. La concentración de la glucosa en
una fracción y la separación de pentosas y de otros azúcares en otra fracción favorece un mejor
aprovechamiento. Se sabe muy poco del comportamiento de las diversas especies en los
procesos de hidrólisis previa, y no se cuenta con datos que permitan elegir una serie de
condiciones que armonicen en la mejor forma posible el rendimiento y la pureza de la glucosa
fracción principal.

Paralelamente a estos estudios, deberán investigarse los métodos de separación de la lignina en


forma más útil a partir del material celulósico original, del residuo de la hidrólisis previa, o
como producto último después de la hidrólisis total. Será preciso modificar la actitud actual,
concediendo a la lignina una atención primordial y considerando los hidratos de carbono como
producto secundario del proceso.

Cinética de la hidrólisis de la celulosa y descomposición del azúcar. - La reacción hidrolítica de


la celulosa es una parte esencial de todo programa de investigaciones orientado hacia un
perfeccionamiento de la sacarificación. Existen abundantes obras sobre la cinética de la
hidrólisis de la celulosa, tanto respecto de la estructura de la celulosa como de los procesos de
aprovechamiento. Las primeras investigaciones sobre este tema se analizan en las obras de
consulta sobre química de la madera .

Los trabajos primeros sobre cinética de la hidrólisis de la madera con ácidos diluidos se deben a
Thiersch y a Lüers , y se referían al perfeccionamiento del proceso Scholler. Resultó que el
proceso de sacarificación por ácido diluido consistía en una reacción consecutiva de primer
orden. Otros trabajos posteriores del Laboratorio de Productos Forestales confirmaron estas
conclusiones y mostraron que las dos velocidades de reacción quedan ifluídas en modo diferente
por los cambios en la concentración y en la temperatura del ácido. Una elevada temperatura
favorece los rendimientos altos, hecho que abre la posibilidad de que un proceso bifásico rápido
pueda conducir a rendimientos comparables favorablemente con los obtenidos en otros procesos
más complicados. Contribuye a creerlo así un informe de Cederquist sobre un proceso bifásico
ideado en Suecia durante la segunda guerra mundial.

Modificación de la celulosa anterior a la hidrólisis.- Los estudios cinéticos muestran que el


proceso hidrolítico simple por ácido diluido, en la forma en que ordinariamente se aplica, tiene
una relación desfavorable entre la velocidad de producción y la de descomposición del azúcar.

En teoría, esta relación podría quedar ventajosamente afectada protegiendo el azúcar (lo que en
efecto se consigue en el proceso Scholler alejándose de la zona de reacción), o modificando la
celulosa de tal suerte que su velocidad de hidrólisis quede incrementada.

La razón primordial de la resistencia que presenta la celulosa a la hidrólisis es su estructura


cristalina, de lo que se deduce que reduciendo ésta se alcanzará un mayor rendimiento
azucarero. Los intentos de servirse de energía ultrasónica para este fin dieron resultados
negativos. Con una trituración extremada de la celulosa se consiguió introducir grandes cambios
en la velocidad de reacción y en el rendimiento. Si bien la trituración de la celulosa seca es una
operación costosa, podría resultar útil un nuevo procedimiento en que se combinara la fricción
llevada al límite con la hidrólisis.

La irradiación con rayos catódicos ocasiona cambios químicos en los materiales orgánicos. La
superficie de cristalita de la celulosa no constituye una barrera para los rayos, y se producen
cambios químicos en toda ella. El efecto de esto es un incremento de la accesibilidad de la
celulosa y por consiguiente de la velocidad hidrolítica. Esto último se consigue a expensas de la
conversión de parte de los hidratos de carbono en materiales distintos. El efecto último, sin
embargo, es muy favorable.

Pueden también introducirse considerables cambios en la arquitectura cristalina de la celulosa


tratándola con aminas. La utilidad potencial de tal procedimiento no se ha determinado respecto
de la sacarificación de la madera. Debe hacerse observar aquí que existe una urgente necesidad
de posteriores investigaciones que esclarezcan nuestro conocimiento del problema, con
independencia de su aplicación práctica inmediata.

Perfeccionamiento de la tecnología de la hidrólisis de la celulosa

Existe un cierto número de facetas comunes a todos los procesos de hidrólisis de la madera que
presentan graves obstáculos de tipo económico. Se refieren a los costes de los productos
químicos y a la adquisición, almacenamiento y manipulación de la madera. Dentro de la fábrica,
la corrosión y la energía térmica necesaria son problemas primordiales. Los residuos
hidrolizados presentan a su vez otros problemas de manipulación. Todas estas dificultades
podrán paliarse aplicando técnicas nuevas y más perfeccionadas. Schoenemann, en una
publicación reciente, demostró que gran parte de los problemas tecnológicos a que ha obedecido
el resultado antieconómico del proceso Bergius podrían rectificarse. Manifiesta asimismo que,
en Alemania, el producto último más práctico de la sacarificación de la madera es la glucosa.
Para obtener un máximo de glucosa cristalizada, la solución final debe ser de la máxima pureza
posible, lo que se consigue con una hidrólisis previa de la madera en que se extraen los hidratos
de carbono extraños, y por la aplicación del procedimiento de recambio de iones para purificar
la solución azucarada final.

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