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Rudolf Carnap: En busque de una metafísica de la certeza

El problema de la metafísica.

Carnap formó parte de un conjunto de pensadores que se denominaron el “Circulo de


Viena”. El Circulo de Viene se propuso a resolver los problemas de la filosofía
analizando el lenguaje bajo los principios lógicos. El fin de este análisis del discurso
tiene como fin el no caer en formulaciones de preguntas o problemas sin sentido.
Podemos resumir el proyecto de Carnap (y del Círculo de Viena) con la siguiente cita:

La función del análisis lógico es analizar cualquier conocimiento, cualquier afirmación


de la ciencia o la vida cotidiana, a fin de clarificar el sentido de cada una de ellas y las
conexiones que mantienen entre sí. Una de las tareas principales del análisis lógico de
un enunciado determinado1

Ahora bien, para Carnap los problemas sin sentido que suelen formarse en el discurso
son los de la metafísica. Bajo este proyecto Carnap va a emprender su análisis de las
estructuras de los enunciados y lograr evitar que los enunciados hagan referencia a los
problemas metafísicos.

¿A que llama Metafísica Carnap? Para Carnap la metafísica es todo enunciado que
pretenda presentar un conocimiento sobre algo situado por encima o más allá de toda
experiencia; por ejemplo, sobre la Esencia real de las cosas, las Cosas en sí mismas, el
Absoluto y cosas por el estilo.

Definido así por Carnap la metafísica es entonces todo lo que se diga referente a una
realidad no experimentada empíricamente. Y esa ausencia de experiencia empírica va a
ser para Carnap que los problemas de la metafísica no tengan sentido. ¿Por qué para el

1
Rudolf Carnap, Filosofìa y Sintaxis Lògica, Instituto de Investigaciones Filosóficas, Mèxico, D.F. 1998, Pp.
34
método lógico de Carnap los problemas metafísicos carecen de sentido? ¿No podría más
bien señalar a los problemas metafísicos como falsos?

Para comprender por qué Carnap afirma que los problemas metafísicos carecen de
sentido, hay que señalar que es el principio de verificación de un enunciado o de un
discurso que propone en su método de análisis lógico.

Primero Carnap señala dos tipos de verificación: la indirecta y la directa. La directa


consiste en percibir un particular en el presente. Por ejemplo, si alguien dice “veo una
mesa café”, el enunciado está refiriendo a un momento presente, la verificación es
directa; en cambio, la verificación indirecta no se hace en el instante en que se señala un
particular, sino que se verifica posteriormente en que se enuncia algún rasgo del
particular. Por ejemplo, si yo digo: “El celular es de plástico”, el enunciado se verifica
empíricamente para demostrar si el enunciado es verdadero. La verificación consiste
entonces demostrar que el enunciado designa un hecho particular de la realidad
empírica. Ya que con la experiencia empírica es el modo en que podemos verificar un
enunciado.

Ahora bien, con la verificación empírica que se hace de un enunciado nos lleva a poder
hablar de si el discurso es verdadero o falso. Si se enuncia: “El hierro es un metal”, ese
enunciado que designa a un particular llamado hierro se puede verificar empíricamente
y demostrar que el enunciado es verdadero o falso.

Entendido los principios de verificación de Carnap y por lo que entiende por metafísica
podemos deducir la razón por la que los problemas de la metafísica no son ni
verdaderos ni falsos, simplemente no tienen sentido. No tienen sentido por el hecho de
que no refieren a una realidad empírica que se pueda verificar. Los problemas
metafísicos carecen de toda certeza posible.

Los metafísicos no pueden menos de hacer inverificables sus enunciados, pues si los
hiciesen verificables la decisión acerca de la verdad o falsedad de sus doctrinas
dependería de la experiencia, con lo que pasarían a formar parte del campo de la
ciencia empírica2.

Los problemas de la metafísica entonces no son verificables y escapan a toda


posibilidad de ser planteadas de manera lógica. Son problemas que no tienen sentido
demostrar que son verdaderos o falsos. Por ello, Carnap no duda en colocar a la
metafísica junto con la poesía y el arte, en el que no encierran más que un
sentimentalismo irracional. Cito a Carnap:

Ahora podremos explicar con mayor claridad el significado de nuestra tesis anti-
metafísica. Dicha tesis afirma que los enunciados metafísicos — como la poesía lírica—
tienen solamente una función expresiva y no una función representativa. Los
enunciados metafísicos no son ni verdaderos ni falsos, pues nada afirman; no contienen
ni conocimiento ni error, caen totalmente fuera del campo del conocimiento, de la
teoría, fuera de la discusión acerca de la verdad o falsedad. Pero son expresivos como
la lírica, la risa y la música. Expresan, no tanto sentimientos efímeros, cuanto
disposiciones emocionales o volitivas permanentes3.

Queda así, para Carnap, superado el problema de la metafísica. La metafísica no es


certera debido a que no podemos comprobar el enunciado que propone un discurso
metafísico. La filosofía queda librada de la especulación inútil de la metafísica, por lo
que solo resta la lógica, ya que la psicología ha sido puesta entre las ciencias. Sin
embargo, no podemos hablar que haya dejado de existir la metafísica, ya que el mismo
proyecto de Carnap es una metafísica, ya que fundamenta su sistema bajo un marco
metodológico de la lógica. Carnap ha creado una metafísica de la certeza.

Una metafísica de la certeza

Esta metafísica de la certeza consiste en que mi discurso no esté articulado lógicamente


de manera en que abra posibilidad a un pseudo-problema metafísico que no puedo
verificar. De manera que el proyecto consiste en hacer un lenguaje lógicamente
2
Ibid., Pp. 39
3
Ibid., Pp. 40.
perfecto. La lógica y la experiencia empírica son los fundamentos de esta metafísica. La
lógica servirá para acomodar correctamente con la lógica las palabras de un enunciando
para que de ese enunciado no surjan problemas metafísicos.

Una investigación formal en torno a una oración dada no atañe al sentido de la oración
ni al significado de las palabras aisladas, sino únicamente a los tipos de palabras y al
orden en que se suceden unas a otras4.

Mientras que el elemento empírico o extra-lingüístico es el fundamento con el que


puedo hablar de verdad o de falsedad.

Mas no podemos definir los términos «verdadero» y «falso» en la sintaxis, porque el


que una oración dada sea verdadera o falsa por lo general dependerá no sólo de la
forma sintáctica de la oración, sino también de la experiencia; es decir, de algo extra-
lingüístico5.

Con esta metafísica podemos proceder con certeza hacía un objeto particular que
designe un enunciado y no errar en el lenguaje para no caer en pseudo-problemas. La
realidad puede ser ya comprendida con certeza con el método propuesto. La realidad es
comprendido lógicamente, y lo que esta más allá de la lógica y de la experiencia
empírica no podemos hablar con certeza. Todo lo demás que no pueda caber en este
método es irracional, volitivo y sentimental. Sin embargo, aquí está el problema en esta
tesis.

El método de Carnap tiende a reducir lo real a lo lógico y a lo empírico, volviéndose los


únicos fundamentos para el conocimiento racional de la realidad. Esto tiende a
transformarse en una metafísica muy reduccionista con lo real y lo racional.

4
Ibid. Pp. 43
5
Ibid.
El problema del método de Carnap

El método metafísico de Carnap resulta ser una verdadera máquina de certeza. Con la
verificación empírica de un particular que refiere un enunciado podemos decir si es
falso o verdadero lo que es enunciado. Sin embargo, el problema es que al buscar
solamente la certeza, las preguntas de la filosofía que no ofrecen certeza debido a la
imposibilidad de ofrecer una verificación empírica queda reducida al sin sentido.

Si el discurso no puede referirse a la experiencia empírica se vuelve algo que no tiene


sentido preguntarse, entonces gran cantidad de las preguntas filosóficas y las preguntas
sobre lo que es el hombre y su sentido en el universo carecen de racionalidad alguna, y
no son objeto de verdad y falsedad, sino de un mero sentimentalismo o voluntarismo. Si
la verdad o falsedad solo caen en la verificación de un enunciado, la filosofía se reduce
a un mero instrumento de análisis del discurso y deja de preguntarse por la totalidad de
lo real.

El discurso por la totalidad de lo real exige ir más allá de la certeza, incluso llegar a un
enunciado que no se pueda demostrar empíricamente. Lo que se deberá cuestionar en el
fondo a este método es su validez de poder deshabilitar los enunciados de la metafísica.
¿Es la lógica y la experiencia empírica lo único que agota la razón y lo real? La
cosmología, la religión, la metafísica, la teología, entre otras ramas del saber humano,
aunque sus enunciados no pueden ser verificados empíricamente, no significa que sean
irracionales y carentes de sentido. Dentro de estos saberes se puede hablar de verdad y
falsedad desde otro método. Tienen algo que decir racionalmente, aunque no se pueda
tener certeza del enunciado. La certeza necesita racionalidad, pero la racionalidad no se
reduce a la certeza.

Esta metafísica de la certeza nos da un paso seguro al momento de demostrar un


enunciado que refiere a una realidad empírica, pero tienden a agotarse y ser impositiva
como único método que analiza los posibles alcances del conocimiento de la realidad.
La razón humana no se reduce a la certeza, tiende a preguntarse y a razonar por lo que
supera su lógica, y a pesar de no tener certeza sobre las preguntas clásicas de la
metafísica como lo son el fundamento de la realidad, la existencia de Dios, entre otras,
no por eso estos enunciados carecen de razón y de referencia con la realidad.
En conclusión

Carnap busco en su método de análisis lógico del lenguaje una forma de evitar que los
enunciados de algún discurso se desviaran en pseudo-problemas metafísicos que
proponen conocimiento alguno sobre la realidad. Por lo que propuso un método de
verificación lógico del enunciado para comprobar si el enunciado es verdadero o falso.
Esto con el fin de poder sacar a la metafísica del campo de la razón.

Sin embargo, hemos señalado que este intento de Carnpa no solo reduce a la razón y a la
realidad humana a un método, sino que no da oportunidad de manifestarse otra
dimensión de la realidad.

En una carta al matemático Odifredi, el cardenal Ratzinger le contesto que si bien es


cierto la metafísica y la teología no pueden caber en un método científico
empíricamente verificable, no por ello no tengan algo que decir racionalmente al
hombre, pues sus métodos de búsqueda de algún conocimiento sobre alguna realidad se
pueden demostrar de otra forma: en la Historia misma del hombre y el descubrimiento
mismo de las verdades antropológicas.

Bibliografía

Rudolf Carnap, Filosofìa y Sintaxis Lògica, Instituto de Investigaciones Filosóficas,


Mèxico, D.F. 1998

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