Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Por qué predica usted este sermón? Esta pregunta obvia pro-
voca muchas respuestas inadecuadas, como por ejemplo: «Cuando
llegue el domingo a las 11 de la mañana, se espera que diga algo.
Por eso predico». O bien: «La semana pasada terminé con Génesis
21, así que esta predicaré acerca de Génesis 22». A veces, hay mu-
cha ambigüedad en la respuesta: «Predico este sermón porque quie-
ro retar a la gente de mi iglesia».
Tales propósitos, usualmente implícitos —más que expresa-
dos—, producen sermones que se parecen a un pastel de limón cu-
bierto de merengue que se nos cae: ¡Salpica por todas partes, pero
no rompe nada!
No importa lo brillante o lo bíblico que sea nuestro sermón,
sin un propósito concreto no vale la pena predicarlo. Además, el
predicador no tendría una idea clara de por qué está hablando.
Imagínese que le pregunta a un equipo de fútbol: «¿Cuál es el
107
La Predicación Bíblica
108
El poder del propósito
109
La Predicación Bíblica
110
El poder del propósito
111
La Predicación Bíblica
Conceptos nuevos
Propósito
Resultados observables
Definiciones
112
El poder del propósito
113
Pasos en el desarrollo del
mensaje expositivo