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UNIVERSIDAD LOS ANGELES DE CHIMBOTE

Facultad de Derecho y Ciencia Política


Escuela Profesional de Derecho
Departamento de Derecho

PRESENTACION DE LA ASIGNATURA
DENTOLOGÍA FORENSE
Señores estudiantes.
En calidad de profesor de la presente asignatura, expreso a ustedes a mi
cordial saludo y bienvenida al CURSO VIRTUAL, de Deontología
Forense. Mi nombre es RIGOBERTO DEL ROSARIO CHAVEZ, de
Profesión abogado y Docente de esta Universidad.
La asignatura de Deontología Forense pertenece al Área de Formación
Científica Básica Tecnológica, es de naturaleza obligatoria y teórica
práctica. Su aprendizaje proporciona conocimientos para comprender y
demostrar la conducta ética como profesional y como persona,
básicamente, está referida a abordar el comportamiento humano, desde
que el valor ético es el condicionante en el accionar de los individuos y
en el caso de la profesión de abogado, en el accionar del hombre de
Derecho en donde le corresponda desplegar su actividad profesional. En
pocas palabras, propende a que se actúe con responsabilidad y entrega,
por el hecho mismo de tener una significación social. De este modo, se
habilita al egresado para ejercer su carrera profesional con probidad y
éxito.
El aprendizaje de la Deontología, persigue dotar al estudiante de las
herramientas necesarias para que en el ejercicio de la profesión
exponga definidos postulados y proponga alternativas de solución,
respecto a los problemas presentados; es decir, de un abogado que
conviva acorde con las mutaciones constantes y de los avances de la
ciencia general, y en particular la jurídica, desde la perspectiva de un
comportamiento ético y teñido de los más altos valores morales, tan
venidos a menos en los actuales momentos; situación agudizada por el
severo cuestionamiento a que ha sido sometida nuestra profesión.

Es incuestionable que la labor profesional del hombre de derecho no


escapa a los riesgos de ser contaminado por los antivalores, pues es

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harto conocido que al abogado se le han dado los más graves
calificativos, bastante alejados del hombre correcto, ético, competente,
con capacidad de raciocinio, bueno, leal, eficiente, responsable, con
sólida formación y vasta cultura. Por ello, el abogado comprometido con
la sociedad en la que ejerce su profesión, no puede actuar de espaldas a
una realidad que le exige un comportamiento ético, como una necesidad
social para responder a las exigencias fundamentales de la sociedad,
respecto al imperio de la justicia. Será consejero, estará siempre apto
para dar rápidas y prontas salidas a los interrogantes de quien interroga,
respecto a la ausencia de valores y a la constante violación de derechos.
En consecuencia para poder dar respuestas suficientes y necesarias,
deberá apostar por una sólida formación científica, humana y solidaria,
con una amplia cultura.
Desde tal perspectiva, debe comprometerse con suma responsabilidad
con la sociedad, en el rol que le corresponda desarrollar, como Abogado,
Juez, Fiscal, funcionario público, en la política y en fin en el lugar que
elija desempeñar su labor profesional.
Por último se dirá que la denominación del curso: Deontología Jurídica,
constituye la denominación correcta, frente al de Deontología Forense,
toda vez que el abogado, no solo tiene como campo de actuación el
Foro, esto es, los estrados judiciales, sino también otras áreas, aunque
no totalmente alejadas del Foro, tampoco muy cercanas. En todo caso,
nuestro curso forma parte de la Axiología Jurídica, encargada de
estudiar con rigor todo lo concerniente a los deberes como
responsabilidad o como obligación en la conducta de los sujetos que
integran las profesiones jurídicas, como son aquellos que siendo
abogados actúan en las diversas funciones que asumen y en las cuales
ejercen sus actividades diarias.
El contenido del curso comprende dos unidades: La primera unidad,
denominada La Deontología Forense en los Principios y en la Doctrina.
En esta unidad se abordan los siguientes temas: La Deontología en la
Doctrina: Ámbitos, Dogma y Moral Social, Análisis de casos y la
Deontología, la Deontología Forense y sus límites, Etica, Moral y
Derecho, la Justicia, la Injusticia y la Deontología Forense, la Abogacía y

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la Ética y los Deberes del Abogado, el Código de Ética y el Decálogo del
Abogado de Couture.
La segunda unidad, denominada Ejercicio Profesional y Normas de
Conducta Ética, se abordan los siguientes temas: El Perfil del Abogado
en la Post Modernidad, el Código de Ética del Abogado, Deontología
Jurídica y Administración de Justicia, Deber de moralidad de las partes
en el proceso, la Ética y la Función Pública. Ley Nº 27815, los Colegios
de Abogados y el control de la conducta Moral del Abogado.
La virtualización del curso constituye un material educativo interactivo
entre el profesor y los alumnos, a través del uso intensivo de tecnología
en el proceso de aprendizaje y orienta personalizadamente la formación
del estudiante. El escenario donde se desarrollará la asignatura será el
aula virtual, utilizando el foro de debates para interrelacionar las ideas,
análisis y comentarios de los temas tratados. El estudiante participará en
las tareas encomendadas para cada sesión de aprendizaje.
La ULADECH mediante sus entornos de formación abierta y el uso
intensivo de tecnología, a través de esta metodología de aprendizaje de
cursos virtuales se alinea con las principales universidades del país y del
mundo, que brindan servicios educativos de calidad y forman
profesionales competentes.
El desarrollo del curso será interactivo, ágil y dinámico, simplificando el
proceso de aprendizaje y explicaciones complejas, con la finalidad que el
estudiante desarrolle su iniciativa y capacidad reflexiva en su proceso de
formación profesional, dentro de una cultura de paz social en justicia.
Por tanto, invito a los participantes a involucrarse activamente en el
aprendizaje de esta asignatura que orienta y facilita el acceso a la
totalidad del ordenamiento jurídico, según se verá en el desarrollo del
curso.
Resta, exhortar a los estudiantes a esforzarse por su formación
estudiando, formándose con valores y actualizando, en el entendido de
que es la única manera de cómo obtener el triunfo tanto personal como
profesional.
El Profesor
Rigoberto I. Del Rosario Chávez

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 02

DOGMA Y MORAL SOCIAL

2. PLAN DE SESION Nº 02
El plan de sesión Nº 02, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Dogma y Moral Social”

DOGMA Y MORAL SOCIAL


¿Qué es el dogma?
José Ingenieros en su obra “Hacia una moral sin Dogmas”, inicia su exposición
para responder a la interrogante, formulando las siguientes preguntas¨
¿Pueden los hombres vivir en tensión hacia una moralidad cada vez menos
imperfecta sin más brújula que los ideales naturalmente derivados de la
experiencia social?. ¿La humanidad podrá renovar indefinidamente sus
aspiraciones éticas con independencia de todo imperativo dogmático? ¿La
extinción progresiva del temor a las sanciones sobrenaturales eximirá a los
hombres del cumplimiento severo de sus deberes esenciales?.
Las interrogantes no solo son formuladas para responder a la pregunta inicial
¿Qué es el dogma?, sino al mismo tiempo para justificar una sentencia
considerada independiente de todo sistema filosófico o filosófico, sino más
cercana a lo social: “La vida en sociedad exige la aceptación individual del
deber, como obligación social, y el cumplimiento colectivo de la justicia,
como sanción social”.
Como quiera que tales interrogantes son dirigidas a los jóvenes y ante quien
las somete a su consideración, afirma que cada vez crece más la desconfianza
frente a los dogmas tradicionales que el mundo feudal legó a las sociedades
modernas. Así mismo indica que “Todo lo que sabemos, todo lo que
anhelamos, puede ser superado por hombres que estudien más y que sientan

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Deontología Jurídica

mejor. Adherir a un dogma como acostumbran los ignorantes y los holgazanes


implica negar la posibilidad de perfeccionamientos infinitos”.
Se dice que un dogma es una opinión impuesta por una autoridad. Esta
autoridad puede ser una autoridad divina, según los teólogos, o la autoridad de
la pura razón, afirman los filósofos racionalistas. En ambos casos, teólogos o
filósofos, están de acuerdo en que los principios básicos de la moral,
teológicos o racionales, son prácticamente inaccesibles al examen y la crítica
individual, concibiéndolos como eternos, inmutables e imperfectibles.
Con los elementos que anteceden puede darse una definición de dogma, en
los siguientes términos: “Un dogma moral es una opinión inmutable e
imperfectible impuesta a los hombres por una autoridad anterior a su
propia experiencia” .
El Profesor de Historia del Cristianismo de la Sorbona, en su Libro “”Evolución
de los Dogmas”, en cita de José Ingenieros, respecto a los dogmas dice que
un dogma es, a la vez, una verdad infalible y un precepto inviolable, revelado
directamente por la divinidad o por sus elegidos, o indirectamente inspirada a
hombres que tenían calidad particular para recibirla. En el caso de los dogmas
relevados, pueden señalarse como tres características: Revelación, autoridad,
inmutabilidad.
En las concepciones del mismo profesor de la Sorbona y otros afines, “un
dogma históricamente considerado, no se presena como un hecho revelado
por la divinidad a la ignorancia del hombre, sino como una combinación
laboriosa y sin cesar variable de una colectividad humana; es, ante todo, un
fenómeno social y acumula durante su existencia el trabajo de la fe, a veces
muy activo, de muchas generaciones”; “un dogma es un organismo viviente,
que nace, se desarrolla, se transforma, envejece y muere; la vida lo arrastra,
sin que pueda nunca detenerse; y cuando llega su hora, la vida se aparta de
él, sin que él pueda retenerla”.
Los dogmas revelados como opinión “ne varietur”, ha constituido una
imposición de los teólogos, frente a los cuales no es posible un
cuestionamiento, debiendo ser aceptados tal y como han sido expuestos, aún
cuando se admite que con plena libertad los creyentes pueden o no asumirlos

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Deontología Jurídica

como reglas para su comportamiento, pero que sin embargo, vendrá luego la
sanción o el castigo por los pecados cometidos. Los mismo ha ocurrido con los
dogmas racionales impuestos por un filósofo a sus discípulos y admiradores.
No está demás reconocer, que los primeros han cumplido eficazmente en
ciertas épocas una positiva función social. Sin embargo, los segundos
(dogmas racionales) nunca alcanzaron una difusión necesaria para influir
sobre las creencias colectivas y promover un comportamiento más ético, pues
quedaron como recetas para sus propios impulsores, con la atingencia que ni
ellos mismos estuvieron en capacidad de cumplirlos.
La transcurrir el tiempo, la experiencia moral nos lleva al convencimiento de las
limitaciones de los dogmas, sea porque no existe una verdadera práctica de la
moral de quienes son los encargados de propagarlos, sea porque no existe
una voluntad de practicarlos. En ambos casos, la legitimidad de los dogmas
revelados y los dogmas racionales, ha sido cuestionada por nuestras propias
vivencias. “Ningún dogma podría decir ¡basta! Al eterno deseo de
perfectibilidad que mueve a los hombres y a las razas; ninguno puede
oponerse al deseo de ser incesantemente mejores de aumentar la dignidad de
cada uno y la solidaridad entre todos”.
No obstante, resulta claro que el descrédito de los dogmas no debe engendrar
el relajamiento de la moralidad por ser ésta un hecho básico y permanente que
está presente no solo en la vida individual, sino en la vida social desde
siempre. Ni los hombres ni las sociedades pueden dejar de ser morales, por
ser un contrasentido a la propia naturaleza humana, que nos distancia de
todos los demás seres animados. Los dogmas no son más que las
justificaciones transitorias de la moral, que ahora es social. La moralidad está
implícita en toda vida social, independientemente de las doctrinas que
pretendan explicarla. Los hombres necesitan ser morales para vivir asociados,
aunque resulten falsas las hipótesis dogmáticas con que se ha explicado esa
necesidad.
Pueden negarse todos los sistemas teológicos o racionales, pueden,
igualmente, negarse las falsas premisas que han condicionado inexactamente
el deber y la sanción, puede, por último, negarse, todos los perjuicios que

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Deontología Jurídica

traban el devenir incesante de más solidaridad y más justicia entre los


hombres, sin embargo, ello no importará jamás, negar “que la vida social
impone el deber de vivir moralmente, ajustando la conducta a cánones
severos, porque la única garantía de los derechos de cada uno está en su
respeto firme por parte de los demás”. Ahora, los nuevos deberes son sociales;
y ellos expresan toda la obligación. “LA NUEVA JUSTICIA ES SOCIAL; Y ELLA
EXPRESA TODA LA SANCIÓN. NOS ACERCAMOS AL ADVENIMIENTO DE
UN NUEVO MKUNDO MORAL, CUYOS VALORES VAN SIENDO
RADICALMENTE TRANSMUTADOS POR LA EXPERIENCIA”
LOS DOGMAS REVELADOS
Son aquellas opiniones que provienen de una autoridad divina y que contienen
verdades invariables, eternas e inmutables, no suceptibles de crítica y de
reflexión. Aceptar los principios básicos de la moral basada en la revelación,
importa reconocer sus preceptos como mandamientos sobrenaturales o
divinos, ajenos a la posibilidad de perfeccionarlos, desde que se acatan como
la perfección misma.
El dogma revelado, según José Ingenieros, no deja al creyente la menor
libertad, ninguna iniciativa; un verdadero creyente, por el simple hecho de
serlo, reconoce que, fuera de los preceptos dogmáticos, es inútil cualquier
esfuerzo para el perfeccionamiento moral del individuo o de la sociedad.
Toda religión, cualquiera que fuera, es un sistema de moral. Toda creencia
colectiva en lo sobrenatural implica obligatoriedad y cumplimiento de una
moralidad. El creyente tiene como modelo digno de imitarse a los dioses, a
ellos les debe obediencia y tributos. Toda teología ha prescrito reglas para la
vida humana en nombre de ésos modelos, imponiendo su estricto
cumplimiento. Para los dogmas teológicos el deber es una condición que se
impone a los hombres por una divinidad. La obligación es de origen
sobrenatural.
Los antes expuesto se relaciona directamente con el deber. Con respecto a la
sanción, encontramos casi las mismas características, en los dogmas
revelados. Lo cierto es que los Dioses no se muestran indiferentes a la
conducta de los hombres, de modo que ellos velan por la conducta y el

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Deontología Jurídica

cumplimiento de las obligaciones que han impuesto. Son los jueces, la


autoridad suprema ante los cuales las inconductas no quedan sin castigo. Lo
mismo ocurre si se cumple con los deberes impuestos. En este caso recibirán
las correspondientes sanciones. Se presume que ninguno de los actos
humanos elude la omnisciencia y omnividencia divina. La seguridad de esa
sanción divina constituye el elemento coercitivo que empuja a los hombres al
cumplimiento de la obligación.
La obligación y la sanción, los deberes y la justicia son de naturaleza
sobrenaturales, excluyendo la posibilidad de su perfeccionamiento. Tratándose
de deberes y sanciones revelados se aceptan como perfectas, como
consecuencia de la perfección que se atribuye al ser que las revela, de quien
tampoco se cuestiona su perfección.
LOS DOGMAS RACIONALES
La premisa trascendental de los dogmas racionales, es la existencia de una
razón perfecta o pura, anterior a la experiencia individual o social. “Esa razón
tiene leyes que permiten establecer a priori principios fundamentales de moral,
anteriores a la moralidad efectiva de los hombres; éstos deben ser morales
imperativamente, y deben serlo ajustándose a los principios eternos e
inmutables de la razón”.
Estos estuvieron definidos en la filosofía griega, sin embargo reaparecieron en
las sociedades cristianas como una rebelión contra el dogmatismo teológico.
Ya no es la revelación la fuente de la autoridad divina, sino la razón la que los
inspira y no los dioses. Ahora son los filósofos los legisladores inspirados por la
razón que suplen a los seres sobrenaturales. La actitud de rebeldía, es cierto,
costo a muchos filósofos el destierro, la cárcel y hasta la hoguera. Si fueron
revolucionarios en su época, no puede decirse lo mismo en los actuales
momentos. Fueron ellos educados en las mismas disciplinas que luego
combatieron, oponiendo otro dogmatismo: el de la razón, por lo que sus
prescripciones también tuvieron la misma característica “ne varietur” de la
razón, no de la revelación. A las recetas de la moral eterna de los teólogos,
opusieron las recetas de la moral eterna de la razón, los mandamientos de
Dios, fueron reemplazados por los mandamientos de la razón. Al imperativo

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Deontología Jurídica

teológico opusieron el imperativo racional, reconociéndole a los dogmas


racionales: eternidad, inmutabilidad, indiscutibilidad e imperfectibilidad, tan
igual como los dogmas religiosos.
Un recorrido histórico, respecto a la ética o moral racionalista, nos llevan a la
conclusión de que las filosofías racionalistas tienen el carácter común de ser
verdaderas herejías, algunas veces más rebeldes, otras veces, más hipócritas,
pero siempre disconformes con los dogmas religiosos. Luchando contra los
teólogos, el siglo XVIII ve surgir el racionalismo inglés, el enciclopedismo
francés y la filosofía de las luces en Alemania. En todos prima el afán inquieto
de poner en la razón los fundamentos de la moral que hasta entonces
residieran en la Revelación.
Los llamados moralistas independientes postularon la perfectibilidad humana
aumentando el valor del hombre mismo, que no parte de la razón, sino de la
naturaleza, reemplazando los mandamientos divinos por mandamientos
humanos, tendientes a sustituir sus fuentes sobrenaturales por fuentes
naturales. Se trata del naturalismo, que como una variable del racionalismo
aparece en su momento.
“A la afirmación intensiva de la personalidad, más tarde recogida por todas las
literaturas románticas, se unió el concepto nuevo del deber; ya no vió en él un
simple acatamiento a una voluntad extraña, sino la obediencia del hombre en
si mismo. Y ése tipo de ética individualista fue generalmente un retorno a la
más alta profesada por escuela alguna – la de los estoicos -, poniendo el culto
de la dignidad personal como norma directriz de la conducta.
Así como es personal la obligación, es personal la sanción; no queda ya
relegada a lo sobrenatural, no se traduce necesariamente en penas y castigos
despúes de la muerte, sino que del hombre el juez de si mismo, juzgado
constantemente por su propia conciencia moral. En estas éticas emancipadas
de la teología, la razón ha suplantado a la divinidad”.
Hume, Helvecio, Kant y otros, nos mostraron sus inconciliables divergencias
de los filósofos independientes, quedando siempre en sus concepciones de la
moral un denominador común: su emancipación de la teología. Ellos
constituyeron un tipo de moralista herético. Para ellos, la moral es ante todo,

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Deontología Jurídica

individual demostrable por la razón. “La crítica y el libre examen las engendran,
en oposición al dogmatismo religioso, pues no olvidemos que para Kant, la
misma religión era una necesidad racional y no un antecedente de la
moralidad.
EL CARÁCTER SOCIAL DE LA EXPERIENCIA MORAL
Si hacemos un paralelo entre los sistemas éticos racionales y los sistemas
éticos religiosos, podemos encontrar que ni uno ni otro han logrado un éxito
total y definitivo, pues la experiencia nos informa que los valores morales cada
vez son más vulnerados al extremo, que actualmente, se habla de una
“profunda crisis de valores”. Sin embargo, no hay que olvidar que las morales
religiosas a diferencia de las morales racionales, han constituido una fuerza de
cohesión social y aunque siempre basaron sus fundamentos en lo sobrenatural
y no en la sociedad, desempeñaron una función socializadora de la obligación
en base a la solidaridad y el amor fraterno, imponiendo normas de conducta
apropiadas para facilitar la convivencia humana dentro de un régimen social
dado. Por su parte los sistemas éticos racionales, no lograron mayor difusión
social, reclutando a sus partidarios entre una minoría ilustrada, restringiendo
su influencia a exiguos círculos de aficionados a las lecturas filosóficas. Las
adhesiones, entones, fueron cualitativas y no cuantitativas en la sociedad,
como consecuencia de su carácter negativo al basarse en la individualidad y
no en la colectividad.
Las morales individuales, por el hecho de poner en la conciencia moral del
hombre la medida de la obligación y de la sanción, carecen de valor social. La
concepción y es la evidencia, “que determinados individuos puedan vivir
virtuosamente, santamente, sin necesidad de los dogmas morales que ofrecen
las religiones; pero cuesta concebir que todos los hombres sean capaces de
dirigir su conducta hacia el bien sin recibir ningún impulso ajeno a su propia
razón personal”.
En esta línea se afirma que Stendhal con su diletantismo moral, Schopenhauer
con su excepticismo pesimista y Nietzche, con su individualismo
superhombrista, lejos de hacer un bien, como moralistas individualistas del
siglo XX, han hecho estragos morales entre los jóvenes literatos que se tenían

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Deontología Jurídica

por genios y se creían autorizados a prescindir de toda obligación moral.


“Todos los esfuerzos de los filósofos, nos dice José Ingenieros, para conseguir
una moral teórica racional han carecido de eficaz función, han sido actitudes
individuales, prácticamente negativas; y en la sociedad no se pueden destruir
creencias fundadas en seculares sentimientos y en intereses reales, sin
substituirlos por otras que puedan satisfacer los sentimientos e intereses que
aquellas sustentaban. Una moral de gabinete no puede reemplazar a una
creencia social (…); los filósofos han elaborado hipótesis éticas para filósofos;
sólo la humanidad - en su incesante experiencia – puede elaborar éticas
efectivas para la humanidad”.
“Toda ética ha sido un resultado natural de la experiencia social (…). La
moralidad efectiva es un producto social y se renueva incesantemente como
las sociedades en que desempeña una función. Es experiencia actuada,
sentida, vivida por hombres.No es un esquema lógico perfecto de principios
dialécticamente demostrables una vez para siempre; es savia que llega hasta
todos los individuos que forman la sociedad y por eso se aprende por la
imitación, se enseña con el ejemplo. Abstraer la moralidad de la vida real es
matarla”.
“Creo, continua diciendo Ingenieros, que la ética del porvenir será, en cambio,
una ciencia fundamental y adoptará el método genético; sólo así llegará a
independizar la conciencia moral de la humanidad de todo dogmatismos
teológico o racional, demostrando que la moralidad es un resultado natural de
la vida en sociedad. Sometida, como toda otra experiencia, a un proceso de
evolución incesante, la moral no puede fijarse en las fórmulas muertas de
ningún catecismo dogmático, ni en los esquemas secos de ningún sistema
apriorístico; se va haciendo, deviene en la naturaleza misma, y es el estudio de
la experiencia moral pasada lo que nos permite comprender la presente, como
en ésta podemos entrever la del porvenir. Esa doble condición de
espontaneidad y de perfectibilidad, ajena a toda fuerza intrínseca o
sobrenatural, ilimitable por ningún precepto, pone la moralidad en la cumbre de
lo humano”.
El problema actual ya no es la contradicción entre morales teológicas

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Deontología Jurídica

sobrenaturales y las morales individualistas racionales. El problema actual de


la ética radica en determinar en que forma la experiencia moral coordina los
derechos individuales y los deberes sociales, las relaciones entre el individuo y
la sociedad.
Cada sociedad, y en cada momento de su evolución, ha tenido valores
morales diversos, que han variado conjuntamente con la experiencia social:
partiendo de ello se trata de plantear el estudio de la experiencia moral como
una pura y simple historia de las costumbres. De esa experiencia, sin cesar
renovada e infinitamente perfectible han surgido, y seguirán surgiendo, los
juicios de valor que califican la conducta, las normas del deber y los conceptos
de justicia, es decir, todo lo que es obligación y sanción, relativo siempre a
cada sociedad.
Hasta aquí hemos expuesto en forma sucinta los problemas de la moral, desde
tres puntos de vista: El primero, relacionado con los mandatos religiosos. El
segundo basado en los mandatos racionales y el tercero en la realidad social.
Los alumnos quedan en total libertad para optar por cualquiera de las
opciones, sin embargo, debe quedar claro que en cualquiera de los casos, no
es posible negar el imperativo de moral que hay en cada una de las personas y
de las propias sociedades.
LAS FUERZAS MORALES Y CONDUCTA
Las fuerzas morales más que enseñarlas es necesario practicarlas. “Son
plásticas, proteiformes, como las costumbres y las instituciones. No son
tangibles ni mensurables, pero la humanidad siente su empuje. Imantan los
corazones y fecundan los ingenios. Dan elocuencia al apóstol cuando predica
su credo, aunque pocos le escuchen y ninguno le siga; dan heroísmo al mártir
cuando afirma su fe, aunque le hostilicen escribas y fariseos. Sostienen al
filósofo que medita largas noches insomnes, al poeta que canta su dolor o
alienta una esperanza, al sabio que enciende una chispa en su crisol, al
utopista que persigue una perfección ilusoria, Seducen al que logra escuchar
su canto sireneo; confunden al que pretende en vano desoírlo. Son tribunal
supremo que transmite al porvenir lo mejor del presente, lo que embellece y
dignifica la vida. Todo rango es transitorio sin su sanción inapelable. Su imperio

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Deontología Jurídica

es superior a la coacción y la violencia. Las temen los poderosos y hacen


temblar a los tiranos. Su heraclia firmeza vence, pronto o tarde, a la injusticia,
hidra generadora de la inmoralidad social”.
“El hombre que atesora sus fuerzas, adquiere valor moral, recto sentimiento
del deber, que condiciona su dignidad. Piensa como debe, dice como siente,
obra como quiere. No persigue recompensa ni le arredran desventuras. Recibe
con serenidad el contraste y con prudencia la victoria. Acepta las
responsabilidades de sus propios yerros y rehusa su complicidad con los
errores ajenos. Sólo el valor moral puede sostener a los que impenden la vida
por su arte o por su doctrina, ascendiendo al heroísmo. Nada se les parece
menor que la temeridad ocasional del matamoros o del pretoriano, que
afrontan riesgos estériles por vanidad o por mesada. Una hora de bravura
episódica no equivale al valor de Sócrates, de Cristo, de Spinoza, constante
convergencia de pensamiento y de acción, pulcridad de condena frente a las
insanas supersticiones del pasado”.
“Las fuerzas morales no son virtudes de catálogo, sino moralidad viva. El
perfeccionamiento de la ética no consiste en reglosar categorías tradicionales.
Nacen viven y mueren, en función de las sociedades; difieren en el Rig – Veda
y en la Iliada, en la Biblia y en el Corán, en el Renacimiento y en la
Enciclopedia. Las corrientes en los catecismos usuales, poseen el encanto de
una abstracta vaguedad, que permite acomodarlas a los más opuestos
intereses. Son viejas, multiseculares, están ya apergaminadas. Las cuatro
virtudes cardinales: Prudencia, Templanza, Coraje y Justicia, eran ya para los
socráticos formas diversas de una misma virtud: la Sabiduría. Las conservó
Platón, pero supo idealizar la virtud en un concepto de armonía universal.
Aristóteles, en cambio, las descendió a ras de tierra, definiendo la virtud como
el hábito de atenerse al justo medio y de evitar en todo los extremos. De esta
noción no se apartó Tomás d e Aquino, que a las cardinales del estagirita
agregó las teologales, sin evitar que sus continuadores las complicaran.
Estáticas, absolutas, invariables, son frías escorias dejadas por la fervorosa
moralidad de culturas pretéritas, reglas anfibiológicas que, de tiempo en
tiempo, resucitan nuevos retóricos de añejas teologías. Poner la virtud en el

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Deontología Jurídica

justo medio, fue negarle toda función en el desenvolvimiento moral de la


humanidad; punto de equilibrio entre fuerzas contrarias que se anula, la virtud
resultó, apenas, una prudente transacción entre las perfecciones y los vicios”.
……………………………………………….
“Para una joven generación de nuestro tiempo, es esencial conocer las fuerzas
morales que obran en las sociedades contemporáneas: virtudes para la vida
sexual, que no descansan bajo ninguna cúpula. Más que enseñarlas o
difundirlas, conviene despertarlas en la juventud que virtualmente las posee. Si
la catequesis favorece la perpetuación del pasado, la mayéutica es propicia al
florecimiento del provenir”.
“Dichos los pueblos de la América Latina, si los jóvenes de la Nueva
Generación descubren en si mismos las fuerzas morales necesarias para la
magna Obra: desenvolver la justicia social en la nacionalidad continental”.
FUENTE: Ingenieros, José: “Las Fuerzas Morales”. Primera Edición: Editorial
VLACABO E. I. R. L. 1993. Lima –Perú. pgs. 9 a 12.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 03


ANALISIS DE CASOS Y LA DEONTOLOGÍA

2. PLAN DE SESION Nº 03
El plan de sesión Nº 03, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Análisis de Casos Prácticos”.

Temas de reflexión
CASO DE ADRIÁN Y ADRIANA
Anécdota del colegio:
Adrián y Adriana, son la pareja de novios que uno podría considerar ideal.
Gozaban de un espíritu contagiante de felicidad, eran muy queridos por el
pueblo y habían decidido unir sus vidas bajo el sagrado ritual y sacramento
del matrimonio.
Ambos vivían en una pequeña isla del pacífico, rodeado de apacibles playas y
abundante vegetación, sin embargo pertenecía a pueblos diferente cada uno
situado en cada extremo de la isla. La isla denomina Cerdeña del Sur, era
dividida en dos hemisferios por el cruce de un caudaloso río denominado
Córcega.
En vísperas de los preparativos para la boda, Adrián y Adriana deciden
separarse a fin que cada uno de ellos participe la invitación a su familia y
amigos regresando por tanto a sus pueblos natales.
Durante la permanencia de sus respectivos pueblos, se desató sobre la isla
una tormenta huracanada, la misma que causó grandes destrozos sobre
Cerdeña del Sur. Consecuencia de la tormenta todas las embarcaciones,
Adrián sufrió un accidente que no le permitía movilizarse, puesto que se había
fracturado las piernas.
Enterada de la situación, y desesperada por el estado de Adrián, Adriana
decide cruzar la isla para cuidar a su amado, pero grande será su sorpresa

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Deontología Jurídica

que el río Córcega, había crecido en demasía y consecuencia de la tormenta


todas las embarcaciones fluviales habían zozobrado, lo cual imposibilitaba el
cruce del río.
Desanimada Adriana pudo observar que sólo una embarcación se mantenía en
flote cuyo propietario era Félix. Félix, había sido un antiguo pretendiente de
Adriana y haría lo imposible por complacerle, pensaría Adriana.
Félix enterada de los hechos, condicionó el servicio de transporte siempre
que Adriana acceda a pasar una noche en su lecho. Ofendida por esta
situación, Adriana se marchó, pero pensando en el estado de Adrián, dudo en
su accionar.
A fin de buscar consejo apropiado, recurre a su íntima amiga Marisol, para que
le recomiende una acción, diciendo Marisol, que en realidad era una acción
libre y que debía nacer de la propia conciencia de Adriana. En tal sentido.
Adriana accede a las pretensiones de Félix, y éste cumple la mañana
siguiente con llevarla al otro extremo del río, despidiéndola deseándole lo
mejor.
Reunido con Adrián, Adriana en un acto de sinceridad y remordimiento, narra
todo lo ocurrido a Adrián, que enterado reacciona en forma ofuscada y decide
terminar su relación con Adriana, considerando que se había quebrado una
confianza.
Adriana ahora se encuentra sola en este extremo de la isla, como se podrá
comprender no puede cruzar el río, por lo cual se siente abandonada y
desolada. Es en éste momento donde aparece José Fernando, quien
enterado de los hechos narrados por el pueblo, decide ayudar a Adriana y
brindarle su protección.
José Fernando le comenta y es sincero afirmando que él por el momento no
siente amor por Adriana, pero que quiere compartir con ella una superación y
por eso le ofrece matrimonio para deshonrarla. Adriana accede y juntos inician
una nueva vida.
Análisis
Conforme a los hechos narrados, califique usted conforme a sus propios
criterios de valoración, ¿Cuál personaje considera a actuado de una manera

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Deontología Jurídica

correcta y ética?
Califique en su escala de valores cada uno de los personajes, y decida su
rango de prelación.
Determine qué valores pueden reflejar cada personaje de la narración.
Considere usted, que algún personaje no tiene calidad moral.
Reflexione ¿Cómo usted hubiera reaccionado, en una situación semejante?

EL MERCADER DE VENECIA:
SHAKESPEARE, poeta, dramaturgo, comediógrafo, actor y empresario
teatral inglés, nació en Stratford- on-Avon en 1564, falleciendo 52 años
después.
Es, sin duda, uno de los autores más universales, más leídos y comentados de
la literatura de todos los tiempos. Ocupa un lugar destacado en las letras, junto
con DANTE, CERVANTES Y GOETHE. Una de sus famosas obras es “EL
mercader de Venecia”. Murió como Cervantes-y como el gran escritor Catalán
JOSÉ PLÁ –un 23 de abril.
Se ignora la fecha de composición de muchas de las obras de Shakespeare.
Tampoco se sabe cuándo escribió “EL mercader de Venecia”. Esta obra se
publicó en 1600. el gran dramaturgo inglés como ocurre con otras de sus
obras, se apropia en “EL mercader de Venecia”, de una narración ya
conocida, a la que da nueva forma y carácter, haciendo olvidar el original
plagiado. En la obra que comentamos aparece un judío implacable –Shylock-,
personaje que se encuentra ya en “Gesta Romanorum”, repetido en “j.L.
Pecorone”, recopilación de cuentos de Giovanni Florentino. Shylock es un
avaro y un usurero cuya personalidad contrasta con la del generoso Antonio,
mercader de Venecia.
Se suele personificar en los judíos -o también, a niveles geográficos más
reducidos, en los catalanes-la avaricia y la mezquindad, cuando por desgracia
son males universales, ni privativos de ningún pueblo y cuya personificación
sirve mucho para proyectar en otros su propia codicia. No es raro que el
despreciado Shylock odie a Antonio, respetado y querido por todos, rico y
poderoso.

3
Deontología Jurídica

El honrado mercader de Venecia, necesita, para atender a un amigo, recurrir al


usurero judío, a quien pide en préstamo tres mil escudos, que aquél le ofrece,
inesperadamente, sin interés de ninguna clase pero con la garantía de que, de
no reintegrarse a su tiempo el préstamo, el mercader pagará con una libra de
carne de su propio cuerpo, elegido por el judío.
Vence la deuda y el mercader de Venecia, a quien Alcanza una quiebra no
prevista, no puede devolver el importe de la misma dentro del plazo estipulado.
No obstante, amigos y conocidos del comerciante ofrecen reintegrar la
cantidad o , incluso, el doble o más, sin querer que el intransigente judío
acepte otra compensación que no sea la concertada y estipulada libra de carne
de su deudor.
La extraña exigencia contractual del judío sirve a éste, como había previsto,
para satisfacer su odio. El mercader, dice el judío, “se ha reído de mis
ganancias y de mis pérdidas: han afrentado mi raza y linaje, ha dado calor a
mis enemigos y ha desalentado a mis amigos. Y todo ¿por qué? Porque soy
judío. Ha llegado la hora de la venganza. “Si un judío –añade- ofende a un
cristiano ¿no se venga éste a pesar de su cristiana caridad?. Y sin un cristiano
a un judío, ¿qué enseña al judío, la humanidad cristiana? Vengarse. Yo os
imitaré en todo lo malo, y para poco he de ser, si no supero a los maestros”.
Para conocer y juzgar el caso se constituye el tribunal de justicia en Venecia,
precedido por el Dux de esta preciosa ciudad Italiana. El judío Shylock quiere
que se cumpla el trato, quiere la libra de carne humana del mercader,
conforme al contrato. “Si no me la dais, dice al Tribunal, maldigo las leyes de
Venecia y pido justicia”. “Pido que se ejecute la ley –dice en otro lugar- y que
se cumpla el contrato”. Insiste en que no quiere el dinero, ni centuplicado.
El Dux de Venecia quiere conocer la opinión del Dr. Belario, famoso
jurisconsulto de Pisa. Este le remite a un joven doctor de Padua llamado
Baltasar.
Baltasar, opina que la clemencia no quiere fuerza; que no se puede obligar al
judío a ser benevolente y aceptar la compensación económica que, con harta
generosidad, se le ofrece; que nadie puede alterar las leyes de Venecia; sería
un ejemplo funesto y una causa de ruina para el Estado. Las leyes son las

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Deontología Jurídica

leyes y los contratos deben ser cumplidos. “Ha expirado el plazo –doce el
sabio doctor- y dentro de la ley puede el judío reclamar una libra de carne a su
deudor”.
Llega el momento de dictar sentencia: “Según la ley y la decisión del tribunal,
te pertenece una libra de carne”, le dice al judío.
Debate:
1-Conforme a la lectura, correspondiente al fragmento de la obra El Mercader
de Venecia. ¿Qué apreciación tiene respecto a la decisión de Baltasar?
2-Considera usted, ¿Qué lo resuelto por Baltasar se ajusta a ley y por ende a
Derecho?
“Un momento no más, exclama a continuación el citado sabio jurista, el
contrato te otorga una libra de su carne, pero ni una gota de su sangre. Toma
la carne que es lo que te pertenece; pero si derramas una gota de sangre, tus
bienes serán confiscados, conforme a la ley de Venecia”.
“Prepárate ya –dice el mismo sabio- a cortar la carne, pero sin derramar
sangre, y ha de ser una libra, ni más ni menos. Si tomas más, aunque sea la
vigésima parte de un adarme, o inclinas, por poco que sea, la balanza,
perderás la vida y la hacienda.
Antes estas declaraciones, el judío lógicamente tuvo que desistir de su
extravagante y bárbara exigencia contractual. El joven y sabio jurisconsulto,
Baltasar, había sabido –y con él, el Tribunal de Venecia- conciliar el
cumplimiento de la ley y del contrato con la lógica, el sentido común, la
equidad y la benevolencia. No siempre ocurre así.
-La venganza y el odio, sin dudad, son siempre malos consejeros. Aniquilar al
contrario parece ser el propósito de algunos pleiteantes, en lugar de buscar
una moderada y justa satisfacción a sus intereses. Abogados y jueces nos
hemos de esforzar a menudo para conseguir una solución al margen de
pasiones y parcialidades desmesuradas, ajenas a la controversia objetiva y
real, aconsejando fríamente a algun Shylocks que acude a nuestros
Despachos.
Análisis:

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Deontología Jurídica

Conforme a lo finalmente resuelto por Baltasar

¿Considera usted que su decisión se ajusta a Derecho?

¿Considera que Baltasar obró de buena manera, pues se

apartó de las leyes específicas?

¿Qué conflictos de valores pueden presentarse en la


lectura?

De los conflictos de valores, ¿Cuál considera usted debe


Lectura complementaria:
primar? López
José Rogelio Gonzáles
Ética en la función judicial.
Consejo de coordinación judicial
Lima, Perú. 1999.

LICITACIÓN PÚBLICA INTERNACIONAL.


Antecedentes:
1. Usted como consultor internacional, ha sido elegido gracias a
sus grandes cualidades como experto negociador y sagaz
analítico, representante y apoderado general de su empresa
la transnacional petrolera Quec-Oil para participar en una
licitación pública internacional a realizar en medio oriente.
2. Conforme a las instrucciones recibidas por el Directorio de
Quec-Oil, usted tiene amplias facultades de negociación para
ofertar hasta la suma de US$ 1,000,000,000.00 (mil millones de
dólares americanos) por la adjudicación de un lote de pozos
petroleros. En caso considere el precio de oferta sea mayor de
la cifra establecida, deberá consultar y pedir autorización al
Directorio.
3. en caso de resultar beneficiado con la licitación, implicaría para
Quec- Oil incrementar sus reservas de petróleo y dotar de una
vida útil a la empresa por 50 años. Actualmente, las reservas

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Deontología Jurídica

de Quec- Oil solo alcanza una vida útil de 02 años, luego del
cual la empresa deberá liquidarse y despedirá a los 25,000
empleados que la empresa mantiene.
4. En mérito a sus servicios prestados y el éxito alcanzado, recibirá
una bonificación extraordinaria de US$ 2`000,000,00 además de
una serie de gratificaciones, como un lujosos departamento en el
barrio residencial de Nothing Hill en Londres, cuatro vehículos de
lujo deportivo un sueldo mensual de US$ 250,000 y por
supuesto socio de las asociaciones más exclusivas del país.
Desarrollo:
Usted viaja al Medio Oriente para efectuar el análisis respectivo, con un
selecto equipo por usted conformado. Luego de tres meses de evaluaciones y
análisis técnicos, usted llega a la conclusión que ofertando la suma de US$
700,000,000.00 (setecientos millones de dólares americanos) es una cantidad
razonable para logra la adjudicación.
Análisis:
La noche anterior a la apertura de los sobres, usted recibe una llamada secreta
pro la cual lo invita a conversar con altas autoridades del supremo gobierno,
en forma reservada usted asiste, y en un apartado lugar donde se reúne con
el Ministro de energía, el Presidente del Consejo de Ministros y otras
autoridades.
Brevemente le comenta, que han tomado conocimiento que usted ofertará la
suma de 700 millones, y le aseguran que ese importe resulta el mas alto y en
consecuencia sería los legítimos beneficiarios, puesto que la empresa EXOIL
ha ofertado la suma de 695 millones.
En tal sentido, le proponen para asegurar su victoria, que eleve el importe a la
suma de 750 millones, la diferencia de 50 millones, será distribuida de la
siguiente manera, 45 millones a su favor (autoridades) y 5 millones a favor de
USTED.
Usted tiene que decidir en los próximos minutos, pues de lo contrario las
representantes del supremo gobierno buscarán a los representantes de
EXOIL para hacer la misma propuesta.

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Deontología Jurídica

Desafíos:
1. Imaginemos que el directorio, expuesta esta consulta,
ratifique y le ordene a usted que proceda.
2. Desde luego, que el importe por usted recibido que se realiza,
es para asegurar de ésta manera su silencio, no obstante
queda claro que usted lo pone a disposición de su empresa.
3. ¿Cómo actuaría usted?

LICITACIÓN PÚBLICA NACIONAL:


Antecedentes:

2. Usted ejerce en forma independiente la profesión de


abogacía, y mantiene un pequeño Despacho jurídico con la
participación del asistente y el practicante.
3. Javier, un amigo de la infancia y cercano a sus familia le
ha solicitado sus servicios profesionales y sobre todo su
mejor esfuerzo en calidad de amigo, para participar en una
licitación pública(adjudicación directa).
4. Conforme a los antecedentes de las bases, se trata de un concurso
público para brindar los servicios de limpieza en una unidad escolar
del Estado.En tal sentido, se pretende que la empresa resultante
oferte un precio menor por la prestación de servicios. El precio base
es las suma de S/. 5,000.00 (cinco mil y 00/100 Nuevos soles).
5. La empresa de su amigo se denomina Limpieza Integral E.I.R.L. tiene
un capital social de S/. 1000.00 y solo participan él como titular de la
empresa, su esposa y sus hijos(sus sobrino)
6. Javier, le comenta que la situación de su empresa es crítica, debida a
la grave situación de recesión, la empresa prácticamente ha
paralizado sus actividades y en caso de no resultar favorecido con la
licitación, definitivamente la empresa cerrará, quedándose la familia
desempleada.

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Deontología Jurídica

Usted efectivamente ha podido verificar ésta situación, pues ha notado que la


actividades de limpieza y provisión de insumos y materiales es directamente
realizada por los miembros de la familia.
Desarrollo:
Usted que conoce los términos de referencia de las bases se ha acercado a la
Dirección del centro educativo y se da con la grata sorpresa que el jefe de
logística es también un conocido suyo.
Expuesto el caso, su amigo Rafael, le manifiesta que de su parte hará todo lo
posible para ayudarlo y favorecer a la empresa Limpieza Integral E.I.R.L.
Efectuando el análisis, Javier le manifiesta que postulará con un precio de S/.
4,000.00. Con este importe calcula que le generará una ganancia de S/.
1,000.00 lo cual le permitirá mantener la empresa en el mercado.
La noche anterior a la subasta, usted recibe la llamada de Rafael, quien le
manifiesta que ha revisado las propuestas y que existen dos empresas con
igual puntaje y que ambas han ofrecido la suma de S/. 4,000.00 Como es
lógico, Rafael le ofrece dal la buena pro a favor de la empresa de su amigo
Limpieza Integral E.I.R.L. a cambio de recibir una contraprestación mensual de
S/. 100.00 (cien nuevo soles).
Usted hace la consulta a su amigo Javier, quien le manifiesta que sería
conveniente proceder toda vez que igual le genera un margen de ganancia de
S/. 900.00 que son necesarios para mantener la empresa y la familia.
Desafíos:
Usted tiene que decidir en los próximos minutos, de lo contrario Rafael,
buscará a los representantes de la otra empresa que obtuvo el mismo puntaje.
PREGUNTAS

¿Cuál considera que debe ser su decisión?

Según su decisión, considera que ha actuado éticamente.


¿Porqué?.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 04


LA DEONTOLOGÍA FORENSE Y SUS LÍMITES

2. PLAN DE SESION Nº 04
El plan de sesión Nº 04, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “La Deontología Forense y sus límites”.
NUESTRA REALIDAD
Un breve repaso de nuestra realidad nos evidencia la presencia de múltiples
problemas que nos invitan a una profunda reflexión, pero al mismo tiempo nos
plantean grandes desafíos. Así por ejemplo, se dice: “La economía va muy
bien, pero el pueblo está mal”. A partir de esta afirmación, los políticos,
sociólogos y economistas buscan causas, consecuencias y soluciones. Las
respuestas variarán de acuerdo a las concepciones de cada grupo interesado.
Otra afirmación que normalmente escuchamos es la siguiente: “Nuestra
sociedad vive actualmente una seria crisis de valores”. Se alude, asimismo a la
“reserva moral”, habiéndose señalado que ésta se encuentra en los países no
desarrollados. Los encargados de la investigación serán los teólogos, los
filósofos y los psicólogos. Se recurre así al rescate de los valores de la justicia,
del amor y de la libertad. Los teólogos dirán que los problemas del mundo se
derivan de la falta de amor, es decir que al mundo le falta fraternidad y
solidaridad. Por su parte los filósofos dirán que se trata de un problema de
justicia, pues si todos fuéramos justos, incluso con nosotros mismos, los
problemas del mundo estarían resueltos. Por último, los psicólogos
argumentarán que se trata de un problema de libertad, porque si nuestras
conductas no estuvieran orientadas por la falta de individualidad estaríamos en
condiciones de ser justos y fraternos.
Por último, se afirma que la lógica del crecimiento económico actual hace que
los costos sociales y ecológicos, necesarios de asumir para mantener el ritmo,
resultan más costosos que los beneficios obtenidos, y por otro lado la

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Deontología Jurídica

velocidad de la innovación tecnológica, con el consecuente envejecimiento de


todo nuevo producto, va tan rápido que en muchos rubros el capital no
recupera su inversión. Aquí se anotan problemas, tales como la pobreza
extrema, el desempleo, el deterioro de la capa de ozono, el odio, el rencor, la
falta de solidaridad, en engaño, el fraude, etc. etc.
Tal pareciera que se trata de concepciones pesimistas, sin embargo, nadie
dudará que se trata de una realidad vigente que es mucho más notoria que
“las buenas acciones”, los deseos de superación, las fortalezas y las
soluciones propuestas hasta el momento.
ÁMBITO O LÍMITES DE LA DEONTOLOGÍA FORENSE
Conforme se ha indicado en sesiones anteriores, la Deontología Forense tiene
sus límites, pues su estudio estaría circunscrito a la conducta de los
profesionales del derecho en su participación como abogados patrocinadores
de causas judiciales, sin considerar que el abogado tiene un mayor campo de
acción.
Es un hecho que el Abogado no es sólo un defensor, porque puede
desempeñarse en otras funciones, como la de Docente Universitario,
Diplomático, Funcionario Público, Político, entre otras actividades que puede
realizar. Por ello se ha considerado que la denominación correcta sea la de
Deontología Jurídica por abarcar un campo más amplio respecto a la conducta
moral.
Desde esta perspectiva la Deontología Forense, referida a la conducta del
profesional del Derecho no será suficiente para el logro de un profesional ético,
desde que el Abogado es parte de este conjunto de problemas. Nada
lograremos si es que no se entiende, que el abogado es una persona como
cualquier otra que vive en relación con los demás. Es parte de esta sociedad
cuyos desafíos le obligan a comprometerse en el logro de una sociedad más
justa y equitativa, en el que se respeten los derechos, la dignidad y el honor de
los semejantes: “No hagas a otro lo que no quisieras que te hiciesen”.
EL AMOR, LA RESPUESTA AL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA HUMANA
Y LA POSIB ILIDAD DE REMONTAR LOS PROBLEMAS ÉTICOS.
Que todos tenemos una existencial necesidad de amar y ser amados es un

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Deontología Jurídica

hecho incuestionable. La experiencia, nos evidencia que no es posible vivir sin


la presencia del “otro”. De este modo los padres necesitan del amor de los
hijos y éstos a su vez, lo necesitan de sus padres. Encontramos aquí el amor
filial y paternal. Igualmente, la fragilidad del hombre y su temor a la muerte y a
las fuerzas exteriores de la naturaleza lo lleva a creer en un Dios, su creador y
creador del mundo, a quien se le debe obediencia y respeto: Se trata del amor
a Dios. En nuestra vida social, encontramos también el amor fraterno, al amigo
o amigos; y por último, el amor a la pareja: Dios los creó hombre y mujer. La
necesidad de amar y ser amados es consustancial a la naturaleza humana.
Encontramos aquí los diferentes tipos de amor: Paternal (Maternal), filial,
fraternal, teológico y de pareja.
El amor existe, no cabe duda, Nadie que esté en su entero juicio, puede
pensar que el amor carece de importancia. Todos estamos sedientos de amor.
El problema está en saber en qué consiste y como aprender a amar.
El psicoanalista Erich From, discípulo de Freud, en su magistral obra “El Arte
de Amar”, inicia su libro formulando dos preguntas: La primera: ¿Es el amor un
arte?. La segunda: ¿Es una sensación placentera, cuya experiencia es una
cuestión de azar, algo con lo que uno “tropieza” si tiene suerte?. La respuesta
del autor, corresponde a la primera interrogante, afirmando que el amor es un
arte y por tanto requiere de conocimiento y de esfuerzo, en otras palabras,
precisa de una teoría y una práctica, a fin de superar el estrepitoso fracaso del
amor que ha traído como consecuencia la prevalencia del egoísmo, odio,
rencor, de la falta de solidaridad, hogares destruidos y hasta falta de justicia y
equidad.
En concreto, todos estamos sedientos de amor, como lo evidencian las
innumerables películas, novelas, canciones y poemas que vemos y
escuchamos. Todas aluden al amor y a sus decepciones. Estas alcanzan, no
solamente a nuestra relación con los amigos, sino también, a las relaciones
con la pareja, con los padres, con los hijos y hasta con Dios. Sin embargo,
nadie piensa que hay algo que aprender sobre el amor, o mejor, nadie piensa
en la necesidad que hay de resolver el problema, como si se hace con la
economía.

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Deontología Jurídica

Las razones de esta última actitud, serían las siguientes:


- Para la mayoría de las personas, equivocadamente
piensan, que el problema del amor consiste
fundamentalmente EN SER AMADO Y NO EN AMAR. Es
decir, no en la propia capacidad de amar. De este modo
este grupo de personas buscará como lograr que les
ame, a través de varias vías: En el caso del hombre,
debe ser un hombre exitoso, poderoso y rico, según lo
permita el margen social de su propia posición. En el
caso de las mujeres, deberán ser atractivas por lo que
cuidan su cuerpo, ropa, etc. etc. Se ponen en vitrina, a
fin de que alguien los ame.
- Para otro porcentaje de personas, que afirman que no hay
nada que aprender del amor, LO REDUCEN A UN
OBJETO Y NO A UNA CAPACIDAD. Según este grupo,
el amar es muy sencilo, lo difícil es encontrar “un objeto
apropiado para amar o para ser amado por él”. En
ambos casos, se piensa en ser objeto de amor y al
mismo tiempo encontrar una persona, como objeto para
amar.
- Nuestra cultura contemporánea tiene un rasgo
característico que la identifica. Esta cultura se basa en el
deseo de comprar, “en la idea de un intercambio
mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno
consiste en la excitación de contemplar vidrieras de los
negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al
contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la
gente en una forma similar. Una mujer o un hombre
atractivos son los premios que se quiere conseguir.
“Atractivo” significa habitualmente un buen conjunto de
cualidades que son populares y por las cuales hay
demanda en el mercado de la personalidad”. La

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Deontología Jurídica

sensación de enamorarse sólo se desarrolla con


respecto a las mercaderías humanas que están dentro
de nuestras posibilidades de intercambio. “Quiero hacer
un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el
punto de vista de su valor social y, al mismo tiempo,
debo resultarle deseable, teniendo en cuenta mis valores
y potencialidades manifiestas y ocultas. De se modo, dos
personas se enamoran cuando sienten que han
encontrado el mejor objeto disponible en el mercado,
dentro de los límites impuestos por sus propios valores
de intercambio”.
- Otro error que lleva a suponer que no hay nada que
aprender del amor, se encuentra en la confusión que hay
entre la experiencia inicial del “enamorarse” y la
situación permanente de estar enamorado, o mejor
dicho, en “permanecer” enamorado. Una y otra situación
son totalmente diferentes. Dos personas desconocidas
(hombre y mujer) se conocen, se acercan, se sienten
uno, constituyendo la unidad una excitación estimulante
de la vida, adquiriendo mayor vigor el estímulo y la
excitación, si se trata de personas que han vivido
aisladas, sin amor. Más milagroso es el encuentro se
combina o inicia con la atracción sexual. El encanto se
rompe, luego de que las personas se conocen en la
intimidad, por la superficialidad de este tipo de amor que
no es real ni verdadero, cediendo paso a los
antagonismos, la desilusión y al aburrimiento mutuo.
El fracaso es estrepitoso. Lo mismo ocurre con el amor fraternal, con el amor
filial y hasta con el amor a Dios. La única excepción es el amor materno, En
contraste con el amor fraternal y el amor entre parejas, que se da entre
iguales, , la relación entre madre e hijo es, por su misma naturaleza de
desigualdad, en la que uno necesita de toda la ayuda y la otra la proporciona.

5
Deontología Jurídica

Y es precisamente por su carácter altruista y generoso que el amor materno ha


sido considerado la forma más elevada de amor, y el más sagrado de todos los
vínculos emocionales. Porqué, la madre quiere sin condiciones, sin esperar
recompensa alguna. Le es suficiente saber que su hijo es feliz.
No obstante el fracaso en el amor y en el entusiasmo con que emprendemos la
empresa del matrimonio, poca es la preocupación por superarlo. Puede
asegurarse que si esto ocurriera con cualquier otra actividad de inmediato se
formarían comisiones para que investiguen respecto a los motivos o causas
del fracaso y encontrar la pronta solución y si no fuera posible ésta, se apelaría
al fácil recurso de abandonar la empresa. Sin embargo, en el caso del amor,
pareciera que no hay preocupación por encontrar las causas del fracaso.
En el reino animal, encontramos un equivalente al amor, sin embargo sus
afectos constituyen fundamentalmente parte de su equipo instintivo. Esta es la
diferencia con el hombre. Lo esencial en nuestra existencia es que hemos
emergido del reino animal, pero que ha trascendido la naturaleza aún cuando
forma parte de ella, debe ir hacia adelante desarrollando su razón,
encontrando una nueva armonía humana en reemplazo de la prehumana que
está irremediablemente perdida. La conciencia de si mismo, de sus
semejantes, de su pasado y de sus posibilidades de futuro, de su breve paso
por esta vida, del hecho que nace sin que intervenga su voluntad y que ha de
morir contra su voluntad, la conciencia de su soledad y su “separatidad”, de su
desvalidez frente a las fuerzas naturales y de la sociedad, hace de su
existencia separada y desnuda una insoportable prisión. Si no pudiera
liberarse de su prisión y extender la mano para unirse en una u otra forma con
los demás hombres, con el mundo exterior, se volvería loco
La trascendencia del amor como respuesta a la esencia humana, se siente por
la vivencia de la separatidad que provoca angustia. Esta es la fuente de toda
angustia. Estar separado significa estar aislado, sin posibilidad alguna para
utilizar los poderes humanos. Significa estar desvalido, ser incapaz de aferrar
el mundo activamente. Significa que el mundo puede invadirme sin que yo
pueda reaccionar. La separatidad es la fuente de una intensa angustia. La
necesidad más profunda del hombre es superar esta separatidad, abandonar

6
Deontología Jurídica

la prisión de la soledad. El fracaso absoluto en el logro de tal finalidad significa


la locura, porqué el pánico del aislamiento total sólo puede vencerse por medio
de un retraimiento tan radical del mundo exterior que el sentimiento de
separación se desvanece – porque el mundo exterior, del cual se esta
separado, ha desaparecido.
El hombre de todas las edades y culturas enfrenta la solución de un problema
que es siempre el mismo: el problema de cómo superar la separatidad, como
lograr la unión, como trascender la propia vida individual y encontrar
compensación. El problema es el mismo en los distintos lugares del mundo y
en las distintas épocas. La respuesta es el encuentro con los demás, a través
del amor y los lazos de fraternidad. Si sabemos amar y cumplimos con el
mandamiento “amar al prójimo como a mi mismo”, los problemas de
insolidaridad, guerras, odios y enfrentamientos, habrán concluido.
LA LIBERTAD: UNA NECESIDAD IMPOSTERGABLE
La historia moderna, tanto Europea como Americana constituye un testimonio
del esfuerzo por alcanzar la libertad económica, política y espiritual. La lucha
por la libertad estuvo sostenida por los oprimidos, por aquellos que buscaban
nuevas libertades, en oposición con los que tenían privilegios que defender.
La libertad ha sufrido y sufre muchas derrotas aún cuando ha ganado
innumerables batallas. Fueron muchos los que ofrendaron sus vidas,
convencidos de que era preferible morir en la lucha contra la opresión que vivir
sin libertad. Esa muerte era la más alta afirmación de la individualidad. Así, la
historia probaba que el hombre podía gobernarse a si mismo, tomar sus
propias decisiones y pensar y sentir como lo creyera conveniente. Los
principios del liberalismo económico, de la democracia política, de la
autonomía religiosa y del individualismo en la vida personal dieron expresión al
anhelo de libertad y al mismo tiempo parecieron aproximar a la humanidad a
su plena realización. Las cadenas fueron quebradas una a una. “El hombre
había vencido la dominación de la naturaleza, adueñándose de ella; se había
sacudido la dominación de la Iglesia y del Estado absolutista. La volición de la
dominación exterior parecía ser una condición no sólo necesaria, sino también
suficiente para alcanzar el objetivo acariciado: LA LIBERTAD DEL INDIVIDUO.

7
Deontología Jurídica

No obstante, lo expuesto, pronto el hombre se sintió sólo y desamparado, pues


la libertad individual pregonada por la Revolución Burguesa le impuso que en
ejercicio de su libertad debía elegir, optar y tomar sus propias decisiones con
los riesgos que ello importa. En consecuencia el triunfo o fracaso dependerá
única y exclusivamente del individuo que decide. Frente a una situación
totalmente distinta a la del Feudalismo se siente temor y siente temor de su
libertad.
El mismo Erich From, en su obra “El Miedo a la Libertad”, plantea las
siguientes interrogantes, respecto a la libertad.
- ¿Qué es la libertad como experiencia humana?.
- Es el deseo de libertad algo inherente a la natguraleza de
los hombres?.
- ¿Se trata de una experiencia idéntica, cualquiera que fuera
el tipo de cultura a la cual una persona pertenece, o se
trata de algo que varía de acuerdo con el grado de
individualismo alcanzado en una sociedad dada?.
- Es la libertad solamente ausencia de presión exterior o es
también presencia de algo?.
- ¿Qué es ese algo?.
- ¿Cuáles son los factores económicos y sociales que llevan
a luchar por la libertad?.
- ¿Puede la libertad volverse una carga demasiado pesada
para el hombre, al punto que trate de eludirla?.
- ¿Cómo ocurre entonces que la libertad resulta para
muchos una meta ansiada, mientras que para otros no
es más que una amenaza?.
- No existirá tal vez, junto a un deseo innato de libertad, un
anhelo instintivo de sumisión?.
- ¿Cómo podemos explicar la atracción que sobre tantas
personas ejerce actualmente el sometimiento a un líder?.
- El sometimiento se dará siempre con respecto a una
autoridad exterior, o existe también en relación con

8
Deontología Jurídica

autoridades que se han internalizado, tales como el


deber, o la conciencia, o con respecto a la coacción
ejercida por íntimos impulsos o frenta a autoridades
anónimas, como la opinión pública?.
- ¿Hay acaso una satisfacción oculta en el sometimiento? Y
si la hay ¿en qué consiste?.
- ¿Qué es lo que origina en el hombre un insaciable apetito
de poder?.
- Es el impulso de su energía vital o es alguna debilidad
fundamental y la incapacidad de experimentar la vida de
una manera espontánea y amable?.
- ¿Cuáles son las condiciones psicológicas que originan la
fuerza de esta codicia?.
- ¿Cuáles son las condiciones sociales sobre las que se
fundan a su vez dichas condiciones sicológicas?.
De las respuestas que se den a cada una de las interrogantes, podremos
deducir si el problema de acomodarse a un comportamiento ético y moral,
responde al imperativo de ser libres, a la falta de amor o de justicia. Es decir,
no actúo éticamente por mi falta de libertad y por tanto debido a las dificultades
para remontar patrones sociales impuestos por una sociedad injusta y carente
de valores.
La siguiente cita es oportuna para graficar el problema de la Libertad, que nos
permitirá actuar con ética y moral.
“La amenaza más seria para nuestra democracia no es la existencia de los
Estados Totalitarios extranjeros. Es la existencia en nuestras propias actitudes
personales y en nuestras propias instituciones de aquellos mismos factores
que en esos países han otorgado la victoria a la autoridad exterior y
estructurado la disciplina, la uniformidad y la dependencia respecto del Líder”
Por lo tanto, el campo de batalla está también aquí: en nosotros mismos y en
nuestras instituciones”
Por nuestra parte, podemos decir que la amenaza más seria para remontar la
crisis de valores de nuestra sociedad, se encuentra en nuestra propia

9
Deontología Jurídica

interioridad, es decir en la falta de voluntad para ser libres, porque si bien es


cierto en nuestra naturaleza humana hay un sector irracional e inconsciente,
también lo es que éstos pueden ser comprendidos racionalmente y por tanto
superado, aún cuando el mundo exterior ejerza presión sobre nuestras
decisiones.
A continuación enumeramos algunos de los mecanismos o comportamientos
que atentan contra nuestra libertad:
El autoritarmismo: Las formas más nítidas de este mecanismos pueden
observarse en la tendencia compulsiva hacia la sumisión y la dominación o,
con mayor precisión, en los impulsos ´sádicos y masoquistas tal como existen
en distinto grado en la persona normal y la neurótica.
La destructividad: Si bien los impulsos sadomasoquistas se encuentran
mesclados con los destructivos, se diferencian porque en este último caso, el
fin es la destrucción del objeto, situación que no aparece en las conductas
sadomasoquistas.
La conformidad: Esto es, el sometimiento dejando de ser uno mismo, se
adopta por completo el tipo de personalidad que le proporcionan las pautas
culturales, y por lo tanto, se transforma en un ser exactamente igual a todo el
mundo tal como los demás esperan que él sea. Se trata de la conducta
asumida por la mayoría de personas normales de la sociedad moderna. La
discrepancia entre el yo y el mundo desaparece, y con ella el miedo consciente
de la soledad y la impotencia. Es un mecanismo que podría compararse con el
mimetismo de ciertos animales. Se parecen tanto al ambiente que resulta difícil
distinguirlos entre si. La persona que se despoja de su yo individual y se
transforma en un autómata, idéntico a los millones de otros autómatas que lo
circundan. Sin embargo, el precio que paga por ello es muy alto: nada menos
que la pérdida de su personalidad.
LA JUSTICIA: EL VERDADERO EQUILIBRIO ENTRE DERECHO Y DEBER
Los clásicos afirman que la justicia es una virtud cardinal. La palabra virtud
proviene del latín “VIRTUS”, que significa “fuerza o hábito con el matiz de la
excelencia. La justicia en concreto es, “la constante voluntad y perpetua
voluntad de dar a cada uno lo suyo”. Un estudioso del tema comentaba con

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Deontología Jurídica

gracia y acierto: “Nunca he visto una mayor simplicidad en el principio y una


mayor complejidad en el tema”. La definición clásica de justicia nos dice que
“la justicia es el modo de conducta, hábito, según el cual un hombre movido
por una voluntad constante e inalterable, da a cada cual su derecho”.
La justicia es un valor que reside en la voluntad y presupone y a la vez exige
una resuelta actitud interior para ser ejercida. Es cierto que necesitamos una
educación contínua para tener una visión objetiva que nos lleve a catalogar
con “justicia” lo que pertenece a cada cual y dárselo como “suyo”. Un ejemplo
nos lo dan nuestras madres, que en un acto de justicia tratan en forma
desigual a los hijos desiguales.
“Los autores clásicos la veneraban como una de las condiciones
imprescindibles para lograr no solo el bien, que ya es mucho, sino el bienestar
tanto en la familia como en la sociedad y, sin ningún lugar a dudas, la
tranquilidad interior con uno mismo”.
Cicerón la calificó como “reina y señora de todas las virtudes” y añadía: “Hacer
depender la justicia de las convenciones humanas es destruir la moral”.
Séneca, sentenció “Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia tardía”.
Felipe III, dejó para sus súbditos una recomendación primordial: “Administrad
la justicia con ecuanimidad y rectitud y, si es necesario, con rigor y
ejemplaridad. Pero cuando la naturaleza de la gente y las cosas lo permitan,
sed también misericordiosos y benignos”.
San Agustín, precisó que “Donde no hay caridad no puede haber justicia”.
Manuel Kant manifestó: “La más grande y respetada forma de miseria a que
están expuestos los seres humanos consiste en la injusticia, más bien que en
la desgracia”.
“Hay algo que no podemos permitirnos ni un día más: la pasividad provocada
por el adormecedor consuelo de pensar que nada o muy poco podemos hacer
y es mejor no intentarlo. Las pequeñas generosidades individuales se
multiplican y crecen conjuntada, suman una aportación a otra un grano de
arena a una mirada de fraternidad a miles de miradas …”
“No en vano se ha dicho que cuando más puramente expresa el hombre su
verdadera esencia es cuando es justo. Como afirmaba Cicerón, “por la justica,

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Deontología Jurídica

es ante todo, por lo que llamamos bueno a un hombre”.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 05

ETICA, MORAL Y DERECHO

2. PLAN DE SESION Nº 05
El plan de sesión Nº 05, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Ética, Moral y Derecho”.

ETICA
El término Ética procede del griego ETHOS, cuyo significado originario hacía
referencia a las costumbres. Sin embargo, pronto adquirió una nueva
significación filosófica, designando el “carácter” y el “modo de ser” de un
individuo, en cuanto ellos habían sido adquiridos por la educación, las
costumbres y los hábitos de la sociedad en la que vivía. Con la aparición de los
primeros filósofos que reflexionaron sobre las normas morales (los sofistas y
Sócrates), el término pasó a designar la disciplina del saber que versaba sobre
la virtud y la justicia.
En nuestros días, el concepto ética hace referencia a la reflexión sobre el
deber y a la justificación de por qué deben ser consideradas buenas o malas
(justas o injustas) ciertas acciones. Por tanto, se considera un comportamiento
ético a aquel que está conforme con las normas morales.
Desde un punto de vista científico, la ética es la disciplina de la filosofía que
reflexiona sobre cuáles son los principios teóricos que fundamentan los valores
y las normas morales. También se designa con el término ética al estudio de
los distintos sistemas morales que han sido elaborados a lo largo de la historia
del pensamiento.
En el lenguaje coloquial es frecuente utilizar como sinónimos los conceptos de
ética y de moral. Sin embargo, desde el punto de vista filosófico, muchos
autores establecen una distinción importante entre ellos dos: mientras la ética

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Deontología Jurídica

sería una reflexión teórica sobre los fundamentos o principios en los que se
inspiran las normas morales concretas, la moral, en cambio, designaría al
conjunto de normas y valores que una determinada colectividad considera – en
un momento histórico concreto – como justos o correctos, es decir, como
pautas del comportamiento virtuoso.

En el siglo V a. c., se inició un debate teórico acerca del alcance de las normas
éticas, debate que no ha sido resuelto satisfactoriamente todavía. Mientras los
sofistas defendían que todas las normas morales eran relativas y, por lo tanto,
únicamente válidas para una sociedad histórica concreta, otros filósofos como
Sócrates o Platón creyeron en el carácter universal de las normas éticas,
apelando a la existencia de una racionalidad humana que nos permitía
conocer los fundamentos de las leyes naturales.
A los largo de la historia de la filosofía, muchas corrientes y pensadores han
defendido el relativismo moral, mientras que otras corrientes han argumentado
a favor de la ley natural o de la posibilidad de alcanzar, mediante la
racionalidad y el consenso entre todos los seres humanos, un código de
conducta mínimo que regule nuestras normas morales. En este último sentido,
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, significa el reconocimiento
de unas pautas universales de conducta con respecto, a nuestros semejantes
y al medio que nos rodea.
ETICA FORMAL: Kant fue el primer filósofo que estableció diferencias
fundamentales entre las que él denominó “éticas materiales” y ”éticas
formales”. Analizando la totalidad de sistemas éticos constituidos por los
filósofos anteriores a él, llegó a la conclusión de que todos ellos buscaban su
fundamentación ´teórica en fines exteriores a la propia ética, es decir, en la
consecusión de determinados bienes materiales (el placer, la felicidad, la
salvación eterna..), y no en el puro y estricto respeto al deber que emana de
una voluntad libre, la cual quiere darse a sí misma las normas de su acción
moral.
Frente a esos sistemas de “éticas materiales”. Propuso un modelo formal que
nos indicara, no exactamente lo que deberíamos hacer en cada caso, sino

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Deontología Jurídica

solamente la “forma” que debían poseer nuestras acciones para poder ser
consideradas como morales.
Según Kant, las características de una ética formal serían las siguientes:
- No poseer contenidos concretos, esto es, no proponer
ninguna finalidad (por ejemplo, consecución de una vida
feliz, de acciones útiles o placenteras, etc.) que justifique
nuestras acciones morales. Según Kant, la moral sólo
puede ser justificada por puro respeto al deber.
- Que los mandatos morales, se expresen en un único
imperativo categórico, y no en imperativos hipotéticos. Él
entendía el imperativo categórico como una ley universal
que no expresaba lo que hacer, sino cómo hacerlo. Su
formulación tradicional es: “obra siempre de tal modo
que quieras que la máxima de tu acción se convierta en
ley universal”. Dicho en un lenguaje coloquial: actúa
siempre de tal manera que desearas que los demás
actuaran con respecto a ti.
- Ser una ética autónoma y no heterónoma. Quiere decir
esto que la ética no debe buscar sus fundamentos en
nada externo al deber y a la propia conciencia. Según
Kant, es la buena voluntad (que no busca fines ajenos a
ella misma) el único fundamento de la vida moral.
Tras la obra de Kant, otros autores han elaborado sistemas formales de ética,
buscando nuevas formulaciones de imperativos categóricos y nuevos criterios
que garanticen la autonomía de la conciencia.
ETICA MATERIAL: Según Kant, las éticas materiales se diferencian de las
éticas formales en tres rasgos:
- Tienen contenido, es decir, proponen una finalidad que
justifica la vida moral: el fin de la ética consiste, por
ejemplo, en alcanzar la felicidad, en obtener placer, en
llevar a cabo acciones útiles para el mayor número de
personas posibles (utilitarismo), etc.

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Deontología Jurídica

- Sus mandatos se expresan mediante imperativos


hipotéticos, los cuales se encuentran determinados por
la búsqueda de una finalidad ajena a la propia ética
(felicidad, placer, etc.) y por condiciones externas. Por
ejemplo: “Si quieres ser feliz, renuncia a lo inalcanzable”.
- Son éticas heterónomas: sus principios morales no se
inspiran directamente en la propia conciencia, sino que
buscan su fundamentación en algo exterior a ella, por
ejemplo, la utilidad social.
ETICA SOCIAL: Es la parte de la ética que reflexiona sobre las normas justas
o injustas dentro de la vida en comunidad. Su objeto consiste en establecer las
pautas sociales de conducta que garanticen la existencia de la moralidad en la
vida pública.
De igual modo, analiza las normas morales que caracterizan a los distintos
grupos sociales, estudiando sus condicionamientos culturales, históricos e
incluso, económicos. Se halla muy relacionada con la política y la sociología.

LA MORAL

Procede el término latino “mos - moris”, que significa “costumbres” y también


“modo de ser”, en el sentido de que el carácter se adquiere a través de las
costumbres y de los hábitos de conducta.-
De manera muy general, podemos definirla como “las normas y
comportamientos justos y conformes al deber que una sociedad o un grupo
humano acepta como válidos en un instante histórico determinado”.
En el lenguaje cotidiano es frecuente utilizar la palabra moral como sinónimo
de ética. Sin embargo, la tradición filosófica suele distinguir entre ellas, aunque
no de una manera muy precisa. Así, la ética trata de las reflexiones teóricas
acerca de que es el deber y por qué razones deben ser considerados, como
justos o injustos ciertos actos. En cambio, la moral sería el conjunto de normas
concretas que llevan a la práctica real la reflexión ética. De aquí que muchos
pensadores afirmen que la moral no es más que ética aplicada.

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Deontología Jurídica

Algunos rasgos que definen la moral son:


- Está basada en las acciones prácticas, aunque estas
procedan de una reflexión ética previa.
- Sus normas se expresan en imperativos morales (haz
esto, no hagas aquello) que dictan cuál es nuestro deber.
- Sus mandatos exigen cumplimiento por respeto al deber.
De ahí que las acciones morales provoquen
responsabilidad, es decir, obligación a responder
moralmente de los propios actos. Ahora bien, para que
exista responsabilidad moral son necesarios, entre otros,
los siguientes elementos: conocimiento de lo que se
hace y de las consecuencias que puede tener la acción,
voluntariedad, si existió libertad de acción y el carácter
bueno o malo de las intenciones que se querían lograr
con el acto.
El filósofo José Luis Aranguren distingue entre:
Moral como estructura: el hombre posee una dimensión moral que lo
constituye como hombre. Esta dimensión surgió históricamente durante el
proceso de humanización (adquisición del pensamiento y la cultura en las
primeras sociedades humanas). Por tanto, todos los seres humanos tienen
moral.
Moral como contenido: el conjunto de normas concretas que forman un
código moral determinado. Cada civilización suele tener un código moral
propio que se diferencia del de otras civilizaciones. El hecho de que algunos
valores morales sean diferentes, no debe evitar la búsqueda de un código
moral mínimo que sea respetado en todos los lugares del mundo. Esa es la
función que se otorga a los Derechos Humanos.
Desde el punto de vista la moral, un hecho debe ser considerado bueno o malo
atendiendo a los conceptos de bien y de mal moral. Estos conceptos son
elaborados por la llamada conciencia moral que consiste en la capacidad que
posee el ser humano de juzgar sus actos y los de los demás en relación a si
son o no justos.

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Deontología Jurídica

El filósofo ilustrado D’Alembert definía la moral de la siguiente manera: “Lo que


pertenece esencial y únicamente a la razón, y lo que, consiguientemente, es
uniforme a todos los pueblos, son los deberes a los que estamos obligados
para con nuestros semejantes. El conocimiento de estos deberes es lo que se
llama Moral”.
ACCIÓN MORAL:
Se entiende por “acción moral” cualquier acto que haya sido ejecutado
obedeciendo a los mandatos de las leyes morales. Por tanto, no todas las
acciones humanas son suceptibles de recibir una cualificación moral (por
ejemplo, desde el punto de vista ético el estornudar no puede merecer ninguna
valoración moral propiamente dicha, salvo que lo hagamos encima de una
persona para fastidiarla, con lo cual lo valorable moralmente sería nuestra
intención de dañar a esa persona, no el acto de estornudar en si). Sólo
podemos hablar de acciones morales o inmorales cuando cumplan al menos
un conjunto de condiciones:
- Ser una acción que afecta normas, principios o valores
morales.
- Haber sido realizada con libertad, es decir, haber tenido la
oportunidad de elegir entre varias opciones antes de
realizar la acción. En el caso de que no exista esa
libertad (por ejemplo, si alguien me obliga a realizar un
acto apuntándome con un revólver), el individuo no
puede ser considerado responsable moral de esa acción.
- Que haya sido realizada voluntariamente y siendo
consciente de los efectos que iba a producir esa acción.
Por ejemplo, si yo realizo un acto y, sin que lo lo sepa,
ese acto causa trastornos graves a otra persona, no
puede ser considerado responsable moral del daño
causado involuntariamente.
- Las intenciones o fines con los yo he llevado a cabo esa
acción, puesto que puede darse el caso de realizar una
acto bueno en si mismo aunque las intenciones que

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Deontología Jurídica

motivaron ese acto fueran inmorales (por ejemplo,


alguien que ayuda económica a una familia pobre,
aunque lo hace con la secreta intención de obtener
favores sexuales). O a la inversa: provoca un daño
aunque mis intenciones sean buenas.
El filósofo Kan afirmó al respeto que sólo podían ser consideradas como
buenas moralmente aquellas acciones que hubieran sido ejecutadas
exclusivamente por puro respeto al deber moral, es decir, sin que nos moviera
ningún interés particular en realizarlas. Según él, existen las “acciones
conformes al deber”, las cuales no son estrictamente acciones morales, porque
el fin que las motivó fue el interés personal y no el respeto al deber. El mismo
pone un ejemplo de “acciones conformes al deber”: un comerciante que no
practica la usura puesto que mantiene bajos sus precios, pero lo hace para
tener más clientes y enriquecerse, no porque considere que és su obligación
moral.
LEY MORAL
Existen varios y diferentes tipos de leyes: Jurídica, naturales, científicas,
formales, probabilísticas, morales, etc. De una forma excesivamente genérica,
con el concepto “ley” expresamos, o bien una regla o relación a las que están
sometidos los seres de la naturaleza por su propia constitución física,
biológica, etc. (y hablamos entonces de leyes científicas o naturales), o bien
una norma o conjunto de normas que obligan a las personas a actuar de
determinada forma, concretamente la que está estipulada por la ley y
hablamos entonces de leyes jurídicas o de leyes morales).
La ley moral es el conjunto de imperativos, normas y preceptos que
constituyen un código moral determinado. Lo que expresa la ley moral es
nuestra obligación a actuar de acuerdo a la racionalidad moral, la cual
determina nuestros actos. Esencialmente la forma que adopta la ley mora es la
de un imperativo.
Se diferencia de la ley jurídica en que ésta es de obligatorio cumplimiento, y en
el caso de que alguien la incumpla, el Estado y los poderes públicos ejercen
una coacción, es decir, ejercen la fuerza sancionando al infractor con

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Deontología Jurídica

determinados castigos. En cambio, la ley moral – aunque de obligatorio


cumplimiento también debido a que la racionalidad del ser humano así lo
impone – no se inspira en la coacción física (el castigo legal) para obligar a su
esj3cución o para sancionar al inmoral. Su obligatoriedad no deriva, pues, de
algo externo a ella, sino de si misma, la ley moral debe cumplirse porque mi
conciencia me dicta que ése es mi deber.
Los estudiosos de la ética han señalado tres rasgos genéricos del deber moral,
es decir, son incondicionales:
- Universalidad: en principio, las leyes morales aspiran a la
universalidad. El fundamento en que se basa esta
pretensión es el siguiente: si yo estoy plenamente
convencido de que algo es bueno en si (y no sólo es
bueno para mi) porque así lo determina mi conciencia
moral, debo creer necesariamente que también es bueno
para el resto de los seres humanos. Sin embargo, no
todos los autores están convencidos de que esta
propiedad (aparte de ser un ideal de la razón humana)
se dé en el mundo real. El relativismo ético, por ejemplo,
sostiene que las leyes morales sólo tienen validez
subjetiva, ya que su origen están determinado por las
diferentes tradiciones históricas y culturales de cada
sociedad humana.
- Debemos distinguir entre ley y principio moral. Este último
es el criterio supremo que se invoca para justificar todas
las leyes y preceptos morales, los cuales se deducen de
aquel. Ejemplo de principio moral sería: “la felicidad es el
fin de toda vida humana ay ésta se alcanza mediante la
obtención del placer y la ausencia del dolor”. De este
principio, se derivarían leyes morales como las
siguientes: “Para ser feliz debe gozar moderadamente
de los placeres o si buscas la felicidad, limita el número
de tus necesidades”.

8
Deontología Jurídica

- Según Kan, también hay que distinguir entre ley y máxima


moral. El mismo establece esa distinción en su “Crítica
del Juicio”: “Son (principios éticos) subjetivos o máximas,
cuando la condiciones considerada por el sujeto como
valedera sólo para su voluntad; son, en cambio,
objetivos o leyes prácticas cuando la condición es
conocida como objetiva, es decir, valedera para la
voluntad de todo ser racional”. También distingue Kant
entre ley y precepto moral: el segundo es cuando una
norma se aplica a un acto único, mientras que la ley
tiene validez para todos los actos que pertenezcan a una
clase o género.
MORALIDAD:
Por regla general, se entiende por moralidad el ejercicio de los ideales éticos.
En ocasiones, sin embargo, también es utilizada como un sinónimo de moral
entendida esta en un sentido amplio y no restrictivo.
La moralidad consiste en las obligaciones que la conciencia nos impone en
relación con nuestros deberes, ya sean éstos para con los demás, para con la
naturaleza y los seres naturales, o para con nosotros mismos. Esos deberes
se caracterizan por no ser impuestos por ningún poder exterior a nosotros
(como si lo son los deberes que emanan del Derecho o del Poder, cuyo
incumplimiento lleva aparejado un castigo físico o administrativo), sino que su
mandato proviene de nuestra propia razón.
A ese respecto es muy conocida la distinción que establece Kant entre
legalidad y moralidad. La primera sería la determinada por la ley moral, la
segunda, en cambio, estaría determinada por el amor y el respeto a la ley
moral. En su terminología, pues, la legalidad consiste en acciones conforme al
deber, la moralidad, por el contrario, en acciones por deber. Quiere esto decir
que alguien puede cumplir con la legalidad pero no ser moral, sucede ese caso
cuando alguien obra bien, pero no por respetar a la ley moral, sino por miedo
al casto o buscando una recompensa social por su acción.
También conviene señalar quela moralidad no puede identificarse con una

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Deontología Jurídica

moral concreta o con un momento histórico determinado. Aunque la moralidad


no puede sustraerse a la evolución histórica de las ideas morales, se
encuentra más allá de ellas; es una exigencia irrenunciable del ser humano, el
cual trata de plasmarla en morales concretas (estas si que están influidas por
la tradición, la cultura, las ideas recibidas o los sucesos históricos del pasado).
De ahí que una de las características de la moralidad sea la de potenciar la
propia crítica moral, con el fin de ir avanzando en el orden de la justicia social.
ETICA Y DERECHO
“…sin embargo, a las realidades jurídicas de nuestra nacionalidad y de
nuestros días le va faltando moral. El Derecho sin moral no puede vivir…”
No podemos entender el derecho sin un imperativo axiológico que oriente su
creación, su desarrollo y su transformación. Si el derecho fuera solamente
normas y la administración de justicia se limitase a la aplicación de estas
normas, tendríamos un saber pobre y pusilánime. No valdría el esfuerzo de
transformación, sino bastaría saber técnicas de encasillamiento de la realidad
en normas y conocer el derecho no exigiría seis años de estudio, sino seis
meses para memorizar normas.

El Derecho exige un Magistrado con una escala de valores que le pueda dar
criterio de la naturaleza humana, de las aspiraciones e ideales sociales. Así
como nuestra noción del derecho no puede desligarse de determinados
valores, la administración de justicia no puede desligarse de la práctica de los
mismos.

El Derecho tiene un implícito contenido de justicia, la Magistratura implica ser


justo. La ética es la dimensión de la labor jurisdiccional.
La ética es un actuar de acuerdo a los nuevos valores imperativos del derecho.
La administración de justicia exige jueces justos y que puedan practicar los
mismos valores que se exige a los usuarios de la Administración de Justicia.
ETICA Y PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO.
Las normas, tienen poco sentido si es que no se orientan a la realización de
valores. Los principios generales del derecho, los principios establecidos en la

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Deontología Jurídica

Constitución Política del Estado y en los Títulos Preliminares de los principales


códigos de nuestro ordenamiento, orientan el como debe entenderse las
normas, como deben aplicarse las normas y que es lo que se quiere al
solucionar un conflicto. Así la ética del Magistrado se hace una labor técnica
orientada a la plasmación de los valores en cada caso particular.
Los principios generales del derecho pasan a ocupar un lugar importante en el
actuar ético de los Magistrados. Ellos implican una valoración y una filosofía
específica.
Los principios son en su naturaleza – y al mismo tiempo – preceptos
normativos, orientaciones de interpretación y presupuestos filosóficos, son la
fuente de valores que permitirán la creación, comprensión y suplencia de las
normas jurídicas. Es allí que la conducta ética del juez, además, deberá
plasmarse en sus resoluciones y en los casos específicos, se podrá observar la
preferencia por determinados valores del Derecho al momento de resolver
conflictos. Así, los principios del derecho son una de las fuentes más
importantes para plasmar valores y el último reducto ético ante la orientación
normativa propia.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 06

LA JUSTICIA, LA INJUSTICIA Y LA DEONTOLOGÍA FORENSE

2. PLAN DE SESION Nº 06
El plan de sesión Nº 06, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “La Justicia, la Injusticia y la Deontología Jurídica”.

LO JUSTO Y LO INJUSTO
La palabra justo es muy ambigua, sus diversos significados nos envuelven en
aparentes paradojas, resultado de la falta de precisión del lenguaje. Al enjuiciar
la conducta hay dos métodos divergentes: uno, el de los utilitaristas enjuicia la
rectitud de una acción por la bondad o maldad de sus consecuencias. El otro,
propugnado por los intuicionistas, la enjuicia en función de la aprobación o
desaprobación del sentido moral o de la conciencia de la gente. Soy partidario
de ensamblarlos.
Y ¿Qué se entiende por “dictados del sentido moral”? acaso una cierta
emoción de aprobación especifica respecto de un acto que hemos decidido
realizar, y que es justo precisamente cuando se experimenta tal emoción de
aprobación antes de realizar la acción. No obstante, aunque exista tal
aprobación, este juicio puede ser falso, la conciencia del actor puede haberse
equivocado al haber aprobado lo que no debería haber aprobado. Equivocarse
implica un juicio aunque este implique aprobación. Si no ocurriera así no sería
posible razonar con un hombre acerca de lo que es justo; todo lo que aprobara
seria necesariamente justo para él, y no podría haber argumento alguno contra
su aprobación.
El juicio de aprobación no es simplemente el juicio del que experimenta la
emoción de aprobación. Para dar un significado al juicio de aprobación, es
necesario admitir que justo tiene un sentido distinto de aprobación. En este
sentido cuando aprobamos un acto o juzgamos subjetivamente o moralmente

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Deontología Jurídica

que es justo, pero podemos estar equivocados al juzgarlo así. Este sentido
objetivo, no depende de las opiniones y sentimientos del agente. Así, si un
hombre sigue los dictados de su conciencia no siempre actúa justamente en
sentido objetivo. Cuando alguien hace lo que su conducta aprueba, realiza lo
que cree que es objetivamente justo. Necesitamos por consiguiente algún
criterio distinto del sentido moral para juzgar lo que es objetivamente justo.
Algunos han creído que los códigos morales son este referentes inevitable,
pero si los miramos desde la perspectiva del sentido moral confrontamos que
las circunstancias o situaciones en las que debemos ejercer su aplicación
están siempre cambiando con lo cual no estamos nunca muy seguros de no
estar incurriendo en juicio falso, mas si lo hacemos desde la perspectiva de
sus consecuencias, ellas no siempre son buenas para quienes la realizan
aunque se haga un catálogo de sus excepciones y justificaciones.
En el lenguaje común se considera inmoral a una acción cuando infringe una
de estas reglas. Se considera permisible lo que no las infringe, de modo que
en muchas ocasiones de la vida no nos encontramos ante una sola acción
caracterizada como la única justa posible. Si alguien emprende una acción
que, aunque no sea contraria al código recibido, vaya a tener probablemente
malas consecuencias, se le califica de imprudente mas no de inmoral. Ahora
bien según, la distinción que hemos hecho entre rectitud objetiva u subjetiva,
un hombre puede actuar de un modo objetivamente injusto pero
subjetivamente justo y al revés, subjetivamente injusto pero objetivamente
justo. Un acto es inmoral cuando lo desaprueba la conciencia de un hombre,
pero solamente es imprudente cuando de su conciencia lo aprueba, aunque
nosotros juzguemos que ha de tener malas consecuencias. Cuando el código
calla, consideramos una acción desgraciada como objetivamente justas, tiende
a armonizar la rectitud objetiva y subjetiva, cubriendo los juicios frecuentes y
dejando al individuo los casos más raros. De allí que cuando se hace usuales
nuevos tipos de casos, el código moral empiece pronto a tratar de ellos, así,
cada profesión tiene su propio código relativo a los casos comunes dentro de
la profesión, pero no fuera de ella. Sin embargo, el código no es nunca la
última instancia, pues cabe que haya en ellos cierta dosis de egoísmo o de

2
Deontología Jurídica

sesgo. Lo objetivamente justo, por tanto depende de algún modo de las


consecuencias. El acto objetivamente justo es el que probablemente será más
afortunado, o el más prudente de cara a la previsibilidad positiva de sus
consecuencias, a la luz de los datos disponibles y de las expectativas.
Que es la justicia
Estudio preliminar de Albert Calsamiglia
Resumen por Raul Pastor Galvez
Kelsen sostiene una concepción irracional y emotiva de la justicia coherente
con sus conceptos de Ciencias Y de Racionalidad. Dedica toda su atención a
la critica ideológica de las doctrinas iusnaturalistas, comunista y formalista del
positivismo legalista, acusándolas de defender intereses políticos
inconfesables. La “teoría pura del derecho”, única reflexión pura, racional y
científica posible, es la construcción de una teoría jurídica objetiva y neutral
esquema de interpretación independiente de la ideología concreta que anima
al poder.
Kelsen es un representante del realismo axiológico de entreguerras,
presupuesto necesario para la democracia. El relativismo no niega los valores
sino que les niega una jerarquía válida para todo el tiempo y el lugar. Según el
los criterios de valor últimos no pueden se probados la ciencia es incapaz de
elegir entre valores contradictorios. Por tanto, el no negar la existencia de
diversas formulas de justicia en competencia, hay que escoger un s entre ellas
(los accesos a esta son los de creencia, la intuición, la voluntad o el
sentimiento) ardua tarea de asumir la responsabilidad personal y el riesgo
moral de decidir por esos métodos que es bueno o malo sin esconderse ni en
una voluntad divina ni en una voluntad natural.
La justicia no es un elemento constitutivo de la definición del derecho porque
ninguna teoría jurídica podría apoyarse en una de las concepciones en
contienda, sin que ello conduzca a negarle juridicidad a todo ordenamiento que
le sea discordante. Es necesaria una ciencia jurídica independiente de lo
político. La pregunta por ¿Qué es la justicia?, cae fuera del campo de la
ciencia y es por tanto irracional. No obstante, Kelsen si puede decir cuál es su
justicia-por supuesto literal- “presente en el orden social bajo el cual puede

3
Deontología Jurídica

progresar la búsqueda de la verdad”, es la libertad, la de la paz, la democracia


y la tolerancia.
Autores como Elías Días han considerado posible establecer un contenido
mínimo moral del derecho una base para ciertos principios un criterio racional y
objetivo que permite orientar la conducta humana. Escribe: “si se renuncia a la
razón, ¿cómo saber ¨¿entonces lo que es m as justo o no y como orientar la
praxis ética y política lo mas racionalmente posible? Su respuesta es la de los
principios abstractos de la voluntad de la mayoría, criterio concorde con los
postulados de la soberanía popular con ciertas limitaciones en orden al
respecto de las mayorías, el pluralismo critico, el humanismo real y el dialogo y
el respeto mutuo entre las varias concepciones.
Skolimowski discípulo de Popper, puso en manifiesto la tendencia positivista a
reducir la racionalidad a la racionalidad científica. El positivismo tiene horror a
la metafísica. Bobbio puso de manifiesto que le positivismo de finales de siglo
afirmaba que le “hecho” (acontecimiento verificable) es el presupuesto y la fula
para el análisis. Creían que el saber científico era el único, segur, inmueble,
absoluto y genuino conocimiento que nos informaba en detalle de la realidad.
Ética y jurisprudencia serán ciencias si se ocupan de ellos, no de normas. Esto
deriva de una concepción fisicalista. Skolimowski señala que los métodos de la
C.C. Física son insuficientes para el estudio de los niveles más complejos de
la materia: la conciencia y el espíritu, y que las verdades de la ciencia lo son
en parte por convención (pero también por estadística).
Sostiene que los filósofos de la ciencia la admiten hoy como provisional.
Hipotética y falible, lo que se demuestra en el progreso de la ciencia y sus
modelos “de paradigma en paradigma” (logro fundamental que incluye teoría y
aplicaciones, una realización aceptada como axioma) evidente en Kuhn,
concepción no absolutista que conduce a un pluralismo metodológico.
Si se adoptase la actitud positivista, se debería negar la racionalidad griega,
medieval e ilustrada o considerarla como “prehistoria”. La doctrina del
emotivismo ha prohibido reflexionar sobre la justicia e impedido la
racionalización del tema de los valores. Algunos como Bobbio distinguen entre
Filosofía Jurídica y Ciencias Jurídicas, viéndolas como dos formas de

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Deontología Jurídica

racionalidad distintas pero igualmente viables, cada una en su ámbito, siendo


que el ámbito de la primera es la “teoría de la justicia” saber especial en base
al cual el derecho empírico viene valorado e incluso transformado, pues
comporta una disciplina que describe el valor de lo justo y otra que propone un
criterio de valoración y de transformación(fenomenología e ideología de la
justicia)…un análisis que desemboca en una toma de posición.
En Inglaterra, la escuela analítica, con hart, ha intentado superar el emotivismo
kelseniano defender un contenido mínimo moral del derecho y la necesidad de
mantener la atención de la razón sobre el valor del derecho y la critica
valorativa del mismo. En la actualidad se está produciendo teorías
sustancialistas de la justicia, no se trata ya de la reflexión racional sobre los
valores sino de cómo debe ser la sociedad paraqué sea justa. Rawls con la
“teoría de la justicia” ha revelado los principios subyacentes de la moral
dominante de nuestra época y haya tenida gran significación en un momento
de la transformación de la sociedad americana. Defiende los principios del
liberalismo modificados por un sesgo igualitario utilizando las técnicas
contractualitas de locke, Kant, Rousseau.
Dworkin constituye una filosofía jurídica basada en el derecho desigualdad y
critica los planteamientos liberales y utilitaristas del Hart y proclama la
ausencia de un autentico derecho de libertad como un absurdo. Así mismo
sostiene que los límites entre ciencias del derecho y filosofía de la justicia no
son tan precisos como suponen las teorías analísticas.
Que es la justicia
Hans Kelsen
Resumen por Raúl Pastor
Cuando frente a Pilatos, Jesús fue interrogado, dijo haber venido para dar
testimonio de la verdad; pero cuando se le pregunto por esta, guardo silencio.
La razón fue que su misión era la de dar testimonio de la justicia del reino de
Dios, el amor.
La justicia es una cualidad posible, pero no necesaria, de un orden social y
solo secundariamente virtud humana cuando un hombre adecúa su conducta a
las normas de un orden supuestamente justo.

5
Deontología Jurídica

Pero ¿Qué significa un orden justo? Pues el modo satisfactorio para todos con
que este regula las relaciones de los hombres, es decir uno en que todos
encuentren en él la felicidad.
La justicia es la felicidad social garantizada por el orden social. Pero ¿Qué es
felicidad? Es evidente que no podrá existir un orden “justo” mientras ella se
defina en sentido individual y por tanto en colisión excluyente con la de otros.
Es incluso suponiendo que este orden fuera la mayor felicidad en un sentido
subjetivo individual, debe ser la felicidad en un sentido objetivo colectivo. Es
decir, la satisfacción de ciertas necesidades reconocidas por la autoridad social
como básicas. Satisfacción distinta que la idea de felicidad implica. Para llegar
a ser una categoría social, la idea de felicidad deber cambiar como la idea de
libertad para transformarse en principio social.
Dado que la libertad autentica, es decir la libertad respecto de cualquier tipo de
autoridad es incompatible con cualquier tipo de organización, la idea de
libertad debe dejar de significar ausencia de gobierno. Debe asumir el
significado de un tipo especial de gobierno ejercido por una mayoría, si es
necesario, contra la minoría de los individuos subordinados la anarquía se
transforma en la autodeterminación de la democracia.
Pero ¿Qué intereses merecen ser protegidos por la mayoría democrática, y en
que jerarquía? Esta es la cuestión cuando existe conflicto de intereses: cuando
una necesidad solo puede ser satisfecha a expensas de otra; o un conflicto
entre valores que no es posible poner en práctica al mismo tiempo ni
resolverlos mediante el conocimiento racional.
Para una convicción ética, la vida humana, es el valor supremo los objetos de
conciencia. Para otra el interés y el honor de la nación. Así pues, ¿Cuál es el
valor supremo la vida o la libertad? Cuestión de jerarquía de valores solo
válida para el sujeto que juzga. Supongamos si la situación económica pudiera
mejorar de un modo esencial mediante economía planificada garantizando la
seguridad social para todo el mundo, pero al precio de abolir cualquier libertad
individual. La respuesta depende del valor que representen las notas de
libertad y de seguridad. Mas, lo que el gobierno considera justicia es la
legalidad, juicios de valor que coexisten difieren según la naturaleza de la

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Deontología Jurídica

sociedad, en que se expresan. Por otra parte, el que muchos individuos


concuerden no demuestra que sus juicios eran correctos, validos en sentido
objetivo. Las respuestas acerca de si el valor supremo reside en la nación o el
individuo, en lo material o en lo espiritual, en la libertad o en la seguridad, en la
verdad o en la justicia, no pueden responderse de un modo racional. Es cierto
que el ser humano, consciente caracteriza por querer justificar su conducta,
por racionalizarla, por legitimarla ante los demás, lo cual solo es posible solo
hasta cierto punto, por referencia al tema de la relación entre móviles y los
fines y entre estos y los medios que le son adecuados. El fin es cierto justifica
los medios, pero los medios no justifican el fin. La justificación final es la del
último.
La democracia garantiza la libertad individual como fin último (aunque) si se
estableciera como fin ultimo la seguridad social incompatible con la
democrac8ia, puede considerarse justa otra forma de gobierno, ya que a fin
distinto, medios distintos. De ahí que la democracia solo puede justificarse
relativamente, no absolutamente, como forma de gobierno justa. El absoluto y
los valores absolutos sobrepasan el alcance de la razón humana, para la cual
solo cabe una solución condicional y relativa. Cuando la necesidad de una
justificación absoluta nos alcanza lo intentamos mas allá de la razón, a la
manera de la mística, de la religión o de la metafísica, con lo que la justicia se
traslada de un mas acá a un mas allá supra humano, la pregunta sobre que es
la justicia coincide con la pregunta sobre que es el Bien. La justicia es, pues,
un secreto que Dios revela a unos pocos que no pueden comunicárselo a los
demás. Cristo declaro que la nueva justicia rebasaba los marcos de la ley y de
todo el orden social, el Amor.
Pero ¿Qué es el Bien y que es el mal si la respuesta depende del valor que las
culturas consagran? La pregunta decisiva es, pues, ¿Qué es lo igual?
Pregunta que el principio de igualdad no responde. No hay que confundir el
principio de igualdad, postulado por la autoridad que creó la ley con la
intención de hacerlo igualitario, con el principio de igual ante la ley, destinado a
las autoridades que aplican la ley a casos concretos. Este es el principio de
legalidad, de legitimidad inmanente a cualquier orden legal.

7
Deontología Jurídica

Según Marx la idea de justicia capitalista encaja en “a cada cual su trabajo” y


plantea que en el comunismo las personas desiguales recibieran un trato
distinto con la formula “a cada cual según su capacidad, a cada cual según sus
necesidades” así pues, el principió comunista de la justicia presupone que un
orden social establecido responda a presuntas esenciales para su aplicación.
Por eso es utópico pensar que este orden reconocerá las capacidades de los
individuos de acuerdo con los juicios de estos y de que reconocerá las
necesidades de estos en la medida en que estos aspiran, de tal modo que la
armonía sea total entre los interese individuales y los colectivos, y que exista
por tanto una libertad sin límites en la sociedad de la igualdad (Prohudon).
También podemos hablar de la regla “no hagas al otro lo que no quieres que
para ti”, o el “has a otro lo que no quisieras que te haga”. En la medida en que
esperamos que los demás nos hagan felices, la regla se leerá como “has
felices a los demás”. Pero si la regla queda violada por alguien ¿qué hacer?
No habría problemas de justicia si no hubiera daño entre individuos. Además la
regla de oro, la del amor, tomada al pie de la letra, lleva a abolir la ley y la
moralidad. Sin embargo su intención no es abolir el orden social, sino
mantenerlo. Porque después de todo, la única lectura que quedara es la de la
comportarse con los demás como estos se comportan contigo” ¿pero cómo se
comportaran? Esto es lo que prevé un orden social establecido, ya sea justo o
injusto. De donde se precisa la regla como un “compórtate de acuerdo con las
normas generales establecidas por el orden social”, que no es otra que la del
imperativo categórico de Kant, pero el imperativo categórico puede servir para
justificar cualquier orden. De igual modo, la idea aristotélica que define la
justicia como un sistema de virtudes fundamentadas en el ejercicio de la razón
electora del tautológico mesores, que no es otra que la del orden establecido,
quien resultas justificado y como justificando la moral y la ley.
El Derecho Natural mantiene que existe una regulación que emana de la
naturaleza, legislación inmanente inscrita en nosotros en cuanto razón, sin
embargo, si se intentara deducir esta doctrina de la naturaleza del hombre a
partir de la razón, se descubriría que la naturaleza, como hechos relacionados
como según la ley de la causalidad, carece de voluntad y por tanto no puede

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Deontología Jurídica

prescribir una conducta determinada al hombre. Esta es feliz en la medida en


que intenta deducir de hechos naturales normas de conducta. Las normas que
rescriben la conducta no son dictadas por la razón sino por la voluntad que es
la que díctala norma prescriptiva (algo así como lo que hace el estado). Ella
entiende y describe pero no dicta. Por eso ella solo puede acceder a valores
relativos. La justicia absoluta es un ideal irracional una ilusión. Desde le punto
de vista del conocimiento racional, no existen más que intereses humanos y
sus conflictos derivados.
De tal suerte que o se vence o se pacta. Por eso, si tomamos la paz social
como fin último, solo entonces la solución del conflicto puede ser justa, pero la
justicia de la paz es únicamente relativa.
Asumir la responsabilidad de elegir entre valores es una ardua y riesgosa
tarea, por eso la ponen en manos de la autoridad superior. Resulta más
cómodo obedecer a una orden superior que ser moralmente responsable.
El principio moral específico de una filosofía relativista es la esencia dentro de
un sistema legal que garantice la paz al prohibir y prevenir el uso de la fuerza,
pero sin prohibir ni prevenir la libertad de expresión pacifica. La tolerancia
implica la libertad de pensamiento. Por eso cuando la democracia deja de ser
tolerante deja de ser democracia. Pero ¿puede ser tolerante en su defensa
frente a tendencias antidemocráticas? Sí, pero en la medida en que no puede
suprimir la expresión pacifica de las ideas antidemocráticas. La democracia no
puede defenderse a sí misma si se niega. Pero un gobierno tiene derecho de
eliminar y prevenir cualquier intento de derrocarlo por la fuerza, derecho que
no tiene nada que ver con los principios de la democracia y de la tolerancia.
He empezado este ensayo preguntándome que es la justicia. Ahora al
concluirlo, se que, como los demás, no he respondido a la pregunta. La CIA me
salva. Solo puedo decir que la justicia se da en aquel orden bajo cuya
protección puede progresar la búsqueda de la verdad.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 07


LA ABOGACÍA Y LA ÉTICA

2. PLAN DE SESION Nº 07
El plan de sesión Nº 07, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “La Abogacía y la Ética”.

EL ABOGADO (Sus características).


La palabra Abogado proviene del latín “Ad vocatus” que significa “llamado en
auxilio. Es aquella persona que ejerce profesionalmente defensa judicial) de
las partes en juicio y en toda clase de procesos judiciales y administrativos.
Además, asesora y da consejo en materias jurídicas. Para el ejercicio de esta
profesión, según algunos ordenamientos jurídicos, es necesario estar inscrito
en un Colegio de Abogados, o bien tener una autorización del Estado para
ejercer.
Osorio Gallardo considera que la abogacía no es una consagración
académica, sino una concreción profesional, debiendo dedicar su vida a dar
consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales. En concreto el abogado es
el que ejerce permanentemente la abogacía.
El abogado, dice el preámbulo de la Ordenanza del Reich del 21 de febrero
“Es el competente y asiduo representante en todos los negocios jurídicos. Su
profesión no es una industria sino un servicio al Derecho”.
El Profesor Máximo Pacheco, señala que el abogado “Es el artífice de la paz y
su oficio no es solo una profesión y un medio de vida, sino por encima de todo,
una cultura”. Agrega, citando a Ciuratti: “Dad a un hombre todas las dotes del
espíritu y dadle todas las del carácter, haced que todo lo haya aprendido y
retenido, que haya trabajado durante 30 años de vida, que sea en conjunto un
literato, un crítico, un moralista, que tenga la experiencia de un viejo y la
infalible memoria de un niño y tal vez con esto formareis un abogado

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Deontología Jurídica

completo”.
El abogado al ejercer su profesión, realiza una actividad privada, pero al
mismo tiempo desempeña una actividad pública.
La abogacía como actividad privada reúne los más variados y ricos aspectos:
- ES EL JURISCONSULTO: porque absuelve las consultas que sobre el
Derecho le formulan los particulares.
- LETRADO: Porque es experto en leyes.
- CONSEJERO Y ASESOR: Porque orienta y guía.
- DEFENSOR: Porque aboga a favor de su cliente.

Como función pública, la abogacía es un servicio al Derecho para alcanzar la


justicia el más alto de los valores sociales.
Cuando el abogado defiende el interés de la pare, traduce la palabra de su
cliente al lenguaje de la ley para dialogar con el juez y con el otro abogado,
pero sin perder de vista la justicia.
La relación del abogado con su patrocinado es de carácter privado, pero la que
mantiene con el Estado es de orden público. Por ésta razón, Calamandrei,
considera que el profesional del Derecho es un integrante de la organización
judicial que persigue a la vez que la defensa de su cliente, el interés público
por una sentencia justa. “En lo que hace el abogado, ejerce una vocación
pública” (Griswold).
El abogado es un servidor del pueblo como de su cliente cuando le ayuda a
sortear dificultades legales. Aunque su trabajo puede considerarse como
preocupación específica y de carácter privado por el interés de su cliente, su
influencia es siempre muy grande. Como lo dijera alguna vez el Magistrado
Colmes, la responsabilidad última del abogado es “establecer, desarrollar o
esclarecer las normas que deben gobernar la conducta de los hombres
durante los siglos; poner en movimiento los principios y las influencias que van
a dar forma al pensamiento y a la acción de las generaciones ignorantes del
mandato que están obedeciendo”.
Desde este ángulo, el abogado es auxiliar de la justicia, colaborador del
órgano jurisdiccional, y su actividad se enmarca dentro del Derecho Público.

2
Deontología Jurídica

El ejercicio de la abogacía reviste dentro del proceso tres formas: la conducta,


el patrocinio o defensa y el mandato.
Aparte de dicha actividad del abogado es muy amplia la misión que le
corresponde en la sociedad. En el gobierno, en la política, en las instituciones
de toda índole, en las actividades económicas, en la planificación, son
necesarios su orientación y su consejo. Su misión consiste en encauzar los
hechos dentro de las pautas de la norma jurídica, en dirigir la conducta
humana hacia los valores sociales que la orientan, en propender a que se
realice cada vez más plenamente el estado de Derecho.
Además de su quehacer cotidiano, que reviste tantas formas el abogado
realiza una tarea esencial. Es el promotor auténtico del Estado de Derecho,
que se alcanza plenamente en la democracia representativa en el cual, sobre
la voluntad autoritaria, rige la ley, que el abogado está llamado a defender.
FUENTE: Alzamora Valdez, Mario: Derecho Procesal Civil. Teoría General del
Proceso.

UNA CONCEPCION EQUIVOCADA DE LA PROFESIÓN JURIDICA.


La profesión del abogado ha sido durante todos los tiempos, la profesión más
calumniada, haciendo que ella no se vea como buena ni limpia. Es común
pensar que el abogado es un aventurero de la picardía, artífice de sofismas,
burlador de jueces y de los clientes, habiéndose llegado al extremo que se
considera como una maldición gitana el decir “Entre abogados te veas”.
“La literatura ha sido pródiga en caricaturas sobre los abogados, desde la
época gloriosa de la Hélade, hasta los días que vivimos. Basta citar: “Las
Nubes”, “Hechos y Dichos Heróicos de Pantagruel”, “El Mercader de Venecia”,
“La sonrisa de Themis”, “El Tablado de Arquetín”, “Los intereses creados”.
En la historia encontramos periodos en que se prohibió el ejercicio de la
abogacía, citemos algunos ejemplos:
- “En los reinos de Castilla y de León, durante casi ochocientos años, no
hubo abogados”.
- Durante la Revolución Francesa, la Revolución Rusa y el Régimen
absolutista de Federico de Prusia, no hubieron abogados, o por lo

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Deontología Jurídica

menos se prohibió su ejercicio profesional.


- “Hernán Cortés y los demás conquistadores estuvieron siempre en
pugna con los juristas y llegaron a solicitar al Rey de España que no
mandara abogados a las nuevas tierras porque todo lo enredan y
perturban con sus pleitos la tranquilidad de la Corona.

APORTE DE LA ABOGACÍA EN LA HISTORIA DEL DERECHO.


Conviene recordar que fueron juristas quienes forjaron el histórico Código de
Hamurabi, La Ley de las Doce Tablas y las Codificaciones de Justiniano. Así
mismo el famoso Código de Napoleón. “También han sido los juristas los que
han contribuido a desarrollar los sistemas de nuestra época: todo el Derecho
de tradición romanista, el Conmon Law, el Derecho Musulman y los Derechos
Socialistas”.
En la Roma antigua y Grecia, el abogado era la persona que requería tener
dote de carácter, ilustración, moral y grandes dotes de oratoria. En la historia
de Atenas ha sido considerada la ciudad docta de Grecia, fue la primera que
formó abogados, siendo Pericles el primer abogado profesional, como lo
señala Guillermo Cabanellas.
Desde aquellos tiempos hasta el momento, el perfil del hombre de derecho ha
cambiado debido a las múltiples transformaciones que ha tenido la civilización,
por las funciones múltiples que desempeña, en la sociedad y en el mercado y
por los nuevos roles que la sociedad le asigna.
En los actuales momentos de globalización de la economía, la sociedad se
transforma, así como el propio derecho, influenciado, a su vez por los cambios
económicos, culturales, políticos y de otra índole, por lo que el abogado debe
estar en constante adaptación.
En todas las urbes del mundo cotidianamente, “los abogados ponen su talento
y su devoción al servicio del ideal más elevado que ha creado el hombre: La
justicia, llegando en ocasiones a exponer su reputación y su misma vida”,
como nos lo cuenta la historia peruana.
Es el Derecho sobre el cual descansa la Sociedad y el Estado. No existe
sociedad en el mundo que no necesite del Derecho y por tanto de quienes lo

4
Deontología Jurídica

ejercen, lo interpretan y lo aplican. De otra manera no podría explicarse la


creciente necesidad del profesional del Derecho y su participación activa en las
diferentes actividades de la sociedad.
Tradicionalmente se ha entendido que la profesión de abogado, es aquella que
el abogado “en representación del cliente, es decir, al abogado que litiga”. Sin
embargo, el abogado no se dedica solo a ello, pues tiene otras destacadas
funciones, tales como asesorar o aconsejar a su patrocinado, asistir a terceros
ante los Tribunales, ejercer la docencia, la Magistratura y otras tareas de suma
importancia.
Lo cierto es que muchas veces el abogado resulta siendo una víctima de la
sociedad imputándolo culpas que pertenecen a ésta. El desprecio y las burlas
de las que ha sido objeto, responden a una errada concepción respecto a la
misión que debe cumplir el abogado, generalizando la conducta inmoral de
algunos a todos los profesionales del derecho. Sin embargo, no puede
negarse que “los hay carentes de sentido de responsabilidad, perezosos,
descuidados, cohechadores, ambiciosos de dinero que incluso engañan al
cliente y prolongan innecesariamente los juicios, pero no autoriza a juzgar
generalizando y extendiendo esa consideración a la abogacía como profesión,
ni siquiera a todos los abogados como personas” (6).
Corresponde a las nuevas generaciones reivindicar la profesión de abogacía,
por lo que se precisa de su concurso y militancia contra la inmoralidad y la
corrupción, preparándose competitivamente para enfrentar el gran reto de
encontrar justicia y paz, a través del Derecho. FUENTE: Carrillo Patraca,
Joaquín: “La Profesión del Abogado”, Revista Jurídica del Perú, Año XXVIII, Nº
I, Enero – Marzo 1977, pags. 3 – 7).
LA ÉTICA Y SU RELACION CON LA ABOGACÍA
La Deontología forma parte de la Teoría Ética. La alternativa ética se encuentra
en la necesidad de construir una ética de mayor alcance, una ética motivada
por dos momentos diferentes: el primero, configurado por una ética inicial o
individual; y por un segundo elemento de corte ético. La Deontología
constituye una respuesta al deber cívico y humano, pues se considera como la
“Ciencia de los Deberes”, por tanto, promueve un imperativo en nuestras

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Deontología Jurídica

acciones, exige el cumplimiento de los deberes. El Abogado, por la


Deontología asimila conocimientos no estrictamente legislativos, así. Tampoco
responde a un catálogo de codificaciones de conducta.
El Abogado debe estar movido por normas deontológicas y por tanto debe
poseer una moral de “acero”, debe ser transparente, sin doblegarse de esta
mísera sociedad. Es intolerante frente a la corrupción.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 08


DEBERES DEL ABOGADO

2. PLAN DE SESION Nº 08
El plan de sesión Nº 08, forma parte de la Primera Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Deberes del Abogado”.

DEBERES DEL ABOGADO


El término abogado deriva de “AD” y “VOCATUS”, del verbo VOCARE, que
significa llamado para defender derechos de otro. Como función social es tan
antigua como la sociedad, pero como profesión se conoce de ella en Grecia.
En Atenas, durante los primeros tiempos, las partes defendían sus derechos
personalmente después de prestar juramento ante las vísceras de animales
sagrados o ante el altar de Euménides, nos informa el Maestro Mario Alzamora
Valdez, en su obra “Derecho Procesal Civil”. Teoría General del Proceso, pág.
201).
Como actividad privada, continua diciendo el mismo autor, la abogacía “reúne
los más variados y ricos aspectos: el abogado es jurisconsulto porque
absuelve las consultas que sobre el derecho le formulan los particulares;
letrado porque es experto en leyes, consejero y asesor porque orienta y guía, y
defensor, porque aboga a favor de su cliente. Como función pública, la
abogacía es un servicio al derecho para alcanzar la justicia, el más alto de los
valores sociales” (pág. 204).
“La relación del abogado con su patrocinado es de carácter privado, pero la
que mantiene con el Estado es de orden público. Por esta razón, Calamandrei,
considera que el profesional del derecho es un integrante de la organización
judicial, que persigue, a la vez que la defensa de su cliente, el interés público
por una sentencia justa. “En lo que hace el abogado, escribe Griswold, ejerce
una vocación pública. Así Elihu Root, uno de los más grandes abogados

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Deontología Jurídica

norteamericanos, habló de la profesión pública del derecho. El abogado es un


servidor del pueblo como de su cliente cuando le ayuda a sortear dificultades
legales. Aunque su trabajo puede considerarse como preocupación específica
y de carácter privado. Como dijera en cierta ocasión el magistrado Holmes, la
responsabilidad última del abogado es “establecer, desarrollar o esclarecer las
normas que deben gobernar la conducta de los hombres durante los siglos;
poner en movimiento los principios y las influencias que van a dar forma al
pensamiento y a la acción de las generaciones ignorantes del mandato que
están obedeciendo”
En conformidad con el Código Procesal Civil, artículo 109°, constituyen
deberes y responsabilidades de los abogados en el proceso, juntamente con
las partes y apoderados, los siguientes:
- Proceder con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus actos
e intervenciones.
- No actuar temerariamente en el ejercicio de sus derechos procesales.
- Abstenerse de usar expresiones descomedidas o agraviantes en sus
intervenciones.
- Guardar el debido respeto al Juez, a las partes y a los auxiliares de
justicia.
- Prestar al Juez su diligente colaboración para las actuaciones
procesales, bajo apercibimiento de ser sancionados por inconducta con
una multa no menor de tres ni mayor de cinco Unidades de Referencia
Procesal.
Así mismo los abogados responden de los perjuicios que causen con sus
actuaciones procesales temerarias o de mala fe. La sanción será la imposición
de una multa no menor de cinco ni mayor de veinte Unidades de Referencia
Procesal (art. 110° C. P.C.). Además si el Juez considera que el Abogado actuó
o ha actuado con temeridad o mala fe, remitirá copia de las actuaciones
respectivas a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público y al
Colegio de Abogados correspondiente, para las sanciones a que hubiera lugar
(art. 111° C. P. C.).
El abogado al ejercer la profesión defiende en juicio, por escrito o de palabra.

2
Deontología Jurídica

Intercede o habla a favor de alguien, esto es, de su defendido. En el ejercicio


de la defensa debe cumplir con los códigos de ética de la profesión. No debe
implicar un abuso del derecho.
Constituye uno de los deberes éticos del abogado, apelar de las resoluciones
desfavorables a su patrocinado, sin recurrir con mala fe, esto es, induciendo a
error al juez. Debe conducirse con ética y veracidad en las audiencias. No
colaborar o ayudar a un cliente calumniador.
Debe procurar la conciliación. Debe, igualmente, ganar la confianza del cliente
con una diligencia auténtica en el desarrollo del proceso que se le ha
encomendado asesorar. Debe evitar que su cliente incurra en contumacia o
sea declarado contumaz.
Debe ser honesto y no cobrar honorarios excesivos. Tampoco debe
aprovecharse de la ignorancia de sus patrocinados.
No debe defender causas que no son de su especialidad o que no tiene la
suficiente pericia para asumirlas,
La infidencia constituye un acto contrario a la ética, por lo que el abogado no
debe recurrir a ella. Debe guardar el secreto profesional.
En concreto y siguiendo a San Alfonso de Ligorio, que ejerció la abogacía en
Nápoles, son deberes del abogado los siguientes:
- No aceptar causas injustas porque son peligrosas para su conciencia y
dignidad.
- No defender una causa usando medios ilícitos.
- No cobrar del cliente sino el honorario convenido.
- Tratar la causa patrocinada con celo y dedicación.
- Estudiar concientemente la defensa de los derechos del cliente.
- No perjudicar al cliente con negligencia o demoras, y en caso de que le
haya ocasionado algún perjuicio, resarcirlo, bajo pena de pecar contra la
justicia.
- Implorar el auxilio de Dios, porque Dios es el primer defensor de la
justicia.
- No aceptar causas superiores a su talento o a sus facultades.
- Ser siempre justo y honesto en el ejercicio profesional.

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Deontología Jurídica

Añadiré que el abogado tiene deberes generales, deberes relacionados con su


patrocinado, deberes relacionados con sus colegas, deberes relacionados con
el adversario y deberes relacionados con el Juez que conoce la causa que se
patrocina.
Entre los deberes generales, podemos ubicar los siguientes: Competencia
profesional y vocación, defender el Estado de Derecho. Los demás deberes se
encuentran en los Estatutos del Colegio de Abogados, Código Procesal del
Trabajo y Ley Orgánica del Poder Judicial.

4
Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 09


EL PERFIL DEL ABOGADO EN LA POST MODERNIDAD

2. PLAN DE SESION Nº 09
El plan de sesión Nº 09, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es aplicar las normas éticas y morales al ejercicio
profesional del abogado. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “El Perfil del Abogado en la Post Modernidad”.

UN BREVE REPASO A LA REALIDAD.


Intentemos encontrar algunas características de un abogado y para ello
hagamos las siguientes preguntas: ¿Qué idea tenemos de un abogado?,
¿Cómo podemos conceptuarlo?. ¿Acaso podemos afirmar que se trata de un
hombre correcto, ético, competente, con una gran capacidad de raciocinio,
bueno, leal, vasta cultura, eficiente, responsable y sólida formación cultural?.
¿Es esta la idea que tenemos del abogado?, O ES LO QUE DEBE SER?. En
todo caso, en una concepción totalmente distinta, podemos decir de él, que es
un sujeto mentiroso, frío, calculador e insensible, digno de poca confianza, no
sujeto de crédito y hasta temido. ¿A cual de estas dos opciones se asemeja
más el abogado?, ¿A la primera o a la segunda?. Sin temor a equivocarnos,
podemos afirmar que de los primeros hay muy pocos y de los segundos
muchos.
Revisemos, ahora, sobre la concepción que se tiene del servicio de justicia. Se
ha dicho que durante el siglo pasado, el servicio de justicia, no siempre estuvo
de cara a la realidad y al lado de las grandes mayorías, sino todo lo contrario.
En algún momento se dijo, que fue expresión del poder político, y en otro
momento, que fue el brazo derecho del poder y veleta del tiempo. Actualmente,
el servicio de justicia es lento, injusto y caro.
Respecto a las Facultades de Derecho (privadas o públicas), ALAN
DERSHOWITZ, brillante profesor de la Escuela de Derecho de Hartar, ha
dicho: “Lo que la mayoría de las Escuelas de Derecho no enseñan, o por lo

1
Deontología Jurídica

menos no lo enseñan lo suficientemente bien, son las aptitudes básicas del


Abogado Procesalita: como preparar un caso, como interrogar a un testigo,
como argumentar ante el jurado, como escribir un informe y como argüir ante
los jueces de apelaciones”.
Debe agregarse que con respeto a la moral, ética o responsabilidad social
poco o nada se inculca, con algunas excepciones.
En cuanto a las Facultades de Derecho en el Perú, hemos observado los
siguientes problemas:
- No se toma en cuenta el perfil del abogado que se está formando: las
curriculas están bastantes alejadas del abogado que necesita la
sociedad, y en especial el presente milenio. El resultado, es que el
egresado tiene dificultades para ubicarse laboralmente, creándose
sentimientos de frustración y fracaso sin que hayan ejercido la
profesión.
- Deficiencia en la admisión de los alumnos a la facultad. Conviene
recordar que la sociedad necesita resolver sus problemas y para ello
necesita buenos abogados. Por el contrario, los problemas empeorarán
o aumentarán con deficientes abogados, que muchas veces egresan en
masa.
- El método de enseñanza universitaria es memorista. No parece haber
interés en motivar la intervención y participación del estudiante en clase.
No se fomenta la investigación. El alumno toma nota de las clases sin
mayor análisis, ni crítica. Sólo reproduce.

De otro lado, no debemos olvidar, esta otra realidad, que se nos presenta
como un reto: la globalización de la economía, las grandes transformaciones
sociales, que alcanzan al Derecho, influenciado, a su vez, por los cambios
económicos, culturales, políticos y sociales.
En lo económicos, se vive dentro de una economía de mercado, globalizada
que ubica las relaciones de intercambio de bienes y servicios dentro de un
nuevo contexto, en el cual el Estado se convierte en un ente meramente
regulador, antes que interventor.

2
Deontología Jurídica

La Globalización de la economía busca centralizar la economía en el mundo; y


la producción tradicional es sustituida por la producción en serie, haciéndose,
presente, con más imperatividad el conocimiento, la competitividad, la calidad
y las megatendencias.
En el plano tecnológico, la informática y el desarrollo de los medios de
comunicación cambian la rutina de los individuos, de nuestros hogares, lo
mismo que en las empresas, industrias e instituciones.
En lo cultural, la información es mucho mayor que la que tuvieron nuestros
antepasado, no sólo por la masiva producción intelectual, sino también por la
facilidad con que podemos acceder al conocimiento especializado a través del
Internet, la computadora y la propia televisión. Las noticias que recorren miles
de kilómetros nos llegan rápidamente que nos sorprenden.
En el nivel político, han caído las ideologías socialistas y presenciamos el
triunfo y la vigencia del neoliberalismo. Los Estados buscan ser más pequeños
y eficientes, asignándose un papel regulador de la economía antes que
interventor.
Ante tales condiciones, es de suponer, que el Derecho y el papel del operador
del Derecho también cambia y se encuentra ante una realidad nueva en la que
tiene que desenvolverse y desarrollarse. En concreto, LA FUNCIÓN DEL
ABOGADO HA CAMBIADO (EVOLUCINADO) CON RELACIÓN AL ROL QUE
LA ACTUAL SOCIEDAD LE ASIGNA.
En consecuencia, el profesional del Derecho está obligado a adecuarse a los
actuales momentos y por tanto debe tener un adecuado perfil profesional.
COMO DEBE SER UN ABOGADO.
En primer lugar, digamos y afirmemos que los requerimientos para el abogado,
siempre fueron:
- Poseer valores personales positivos (comportamiento ético).
- Una sólida formación profesional; y
- Un amplio bagaje cultural, entre otros.

La palabra Abogado deriva de AD y VOCATUS. Del verbo VOCARE que


significa LLAMADO. En Grecia, antes de cada audiencia en el areópago, se

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Deontología Jurídica

esparcía agua lustral para que los jueces y abogados entraran a la audiencia
en estado de pureza.
El Digesto de Roma (Libro III, Títulos I y II), prescribía: “Abogar es exponer en
juicio las propias razones o las razones del amigo refutando las del
adversario”. En aquellos tiempos, el prestigio de los abogados no se basaba
en las cualidades oratorias ni en el éxito económico de sus gestiones, SINO
DE SU ENTEREZA MORAL. Eran defensores de las personas, de la sociedad
y de la República, de la justicia y la libertad” (Mario Alzamora Valdez).
La profesión del abogado fue reglamentada en Francia, durante el reinado de
Luis de Francia, en 1327, bajo el imperio del Rey Felipe, prescribiéndose en
forma severa que no podían abogar sino los inscritos en los Collegiun y
después de un periodo de aprendizaje. Es durante el Renacimiento, que se
inicia la preparación de los abogados en las Universidades.
El abogado al ejercer su profesión, realiza una doble función:
a) Privada: Reúne los más variados y ricos aspectos:

- Jurisconsulto: Porque absuelve las consultas sobre el derecho que le


formulan los particulares.
- Letrado: Porque es experto en leyes.
- Consejero y Asesor: Porque orienta y guía.
- Defensor: Porque aboga a favor de su cliente. Cuando defiende el
interés de la parte traduce la palabra de su cliente al lenguaje que la ley
para dialogar con el Juez y con el otro abogado, dice Carnelutti, pero sin
perder de vista la justicia.
- Patrocina y ejerce la defensa forense: en los estrados judiciales, así
como en el área administrativa y arbitral.
- Investigador académico: En las diferentes ramas del Derecho.
- Docente Universitario: Puede ejercer la docencia en las Universidades
y en otros centros de formación profesional.
- Magistrado: Puede hacer carrera en la Magistratura y en el Ministerio
Público.
- Diplomático: Puede hacer carrera diplomática.

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Deontología Jurídica

- Militar: Puede hacer carrera militar, asimilándose a los distintos


institutos armados.
- Político: Puede ejercer el liderazgo político.
- Consultor: En distintos organismos técnicos de cooperación nacional e
internacional.
- Gestor: Como representante y apoderado de asociaciones de defensa
del consumidor.

b) Pública: Constituye un servicio al derecho para alcanzar la justicia, el


más alto de los valores sociales.

Si concebimos la defensa como una relación entre el abogado y el cliente,


tendremos una concepción recortada y totalmente equivocada. Debe
aceptarse que esta relación es privada, pero tal relación lo lleva a establecer
también una relación con el Estado, por lo que la relación es también pública.
Sobre el particular Pietro Calamandrei dice: “… el profesional del derecho es
un integrante de la organización judicial que persigue, a la vez que la defensa
de su cliente, el interés público por una sentencia justa”.
Por su parte el Maestro Alzamora Valdez, hace la siguiente cita: “En lo que
hace el abogado, escribe Griswold, ejerce una cocción pública. Así Ellhu Root,
uno de los más grandes abogados norteamericanos, habló de la PROFESION
PUBLICA DEL ABOGADO. El abogado es un servidor del pueblo como de su
cliente, cuando le ayuda a sortear dificultades legales. Aunque su trabajo
puede considerarse como una preocupación específica, es siempre muy
grande. Como dijera en cierta ocasión el Magistrado Colmes, la
responsabilidad última del abogado es “establecer”, desarrollar o esclarecer
las normas que deben gobernar la conducta de los hombres durante los siglos;
poner en movimiento los principios y las influencias que van a dar forma al
pensamiento y a la acción de las generaciones ignorantes del mandato que
están obedeciendo” (Cita, en el Boletín del Colegio de Abogados de Lima, Año
III, Nº 1, 1º de Enero de 1969).
En todos los campos antes señalados, su orientación y consejo son

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Deontología Jurídica

necesarios. “Su misión consiste en encausar los hechos dentro de las pautas
de la norma jurídica, en dirigir la conducta humana hacia los valores sociales
que la orientan; en propender a que se realice más plenamente el Estado de
Derecho” (Alzamora Valdez).
Robespierre, en su momento dijo: “La abogacía es una profesión que ha
conservado desde el comienzo de la historia el valor de decir la verdad, que ha
osado sostener y defender el derecho del hombre humilde contra el poderoso
opresor y cuyas actividades fueron necesarias para el desarrollo espiritual de
la sociedad”.
Respecto a los deberes de los abogados, Alfonso María de Liborio, que ejerció
la abogacía en Nápoles, señaló lo siguiente:
- No aceptar causas injustas porque son peligrosas para su conciencia y
dignidad.
- No defender una causa usando medios ilícitos.
- No cobrar del cliente sino el honorario convenido.
- Tratar la causa patrocinada con celo y dedicación.
- Estudiar concientemente la defensa de los derechos del cliente.
- No perjudicar al cliente con negligencias o demoras, y en caso de que le
haya ocasionado algún perjuicio, resarcirlo bajo pena de pecar contra la
justicia.
- No implorar el auxilio de Dios, porque Dios es el primer defensor de la
justicia.
- No aceptar causas superiores a su talento o a sus facultades.
- Ser siempre justo y honesto en el ejercicio profesional.

Cualidades del abogado.


Debe reunir entre otras, las siguientes características:

- Personalidad: Debe ser absolutamente autosuficiente y seguro.


- Intelecto: Debe poseer un bagaje cultural muy alto y tener muchos
conocimientos en áreas conexas que le den una amplia y más clara
visión del asunto sometido al proceso y de las personas con que trata.

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Deontología Jurídica

- Constancia: El proceso no se acaba en un día, ni en un mes, por ello


debe supervisarlo y tenerlo siempre bajo control y nunca desalentarse
de él.
- Empuje: Habrá muchos momentos en que la balanza se puede inclinar
en nuestra contra y el proceso volverse adverso, debe estar preparado,
no decaer y luchar por revertir esta situación.
- Agilidad mental: Debe tomar decisiones casi de inmediato, porque no
siempre hay tiempo para consultar a otros.
- Ingenio: Debe ser hábil y poseer muchos recursos para alcanzar sus
objetivos, todo siempre de lo legal y ético.
- Confianza: Debe confiar en las decisiones que tome, porque de ellas
dependerá el resultado del proceso.
- Disciplina: El proceso toma tiempo, por ello debe ser muy ordenado y
distribuir inteligentemente su atención y tiempo a lo largo de este.
- Agudeza: Debe tener visión para analizar todos los hechos y pruebas y
rescatar todo lo que le favorezca; en especial, percibir todos aquellos
detalles que puedan pasar inadvertidos.
- Determinación: Debe tener iniciativa y adelantarse a los
acontecimientos.
- Convencimiento: Debe tener don de persuasión y convicción.
- Memoria: Debe recordar perfectamente sus puntos débiles y fuertes,
tanto de él como de su contendor, para una eficaz toma de decisiones, a
veces casi de inmediato como en las audiencias.
- Simpatía: Su medio de desenvolvimiento lo hace estar en contacto con
mucha gente; debe saber tratarla y conseguir de ella lo esperado.

Con toda seguridad, el rasgo principal de un abogado es tener “una confianza


innata en si mismo”. Ello es necesario para poder actuar con rapidez y
decisión, sobre todo cuando no hay tiempo para consultar a otros y no se tiene
en el momento, alguien que le aconseje. Hemos de entender que esta no es
una profesión en la cual se pueda “consultar a papá”, o asesorarse con un
perito, antes de tomar una decisión.

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Deontología Jurídica

El lenguaje es clave en el ejercicio de la profesión. Debe sumarse a ellos una


amplia cultura con sólidas base en humanidades y con énfasis en filosofía,
historia y psicología. Es a través del lenguaje que se manifiestan todas las
aptitudes.
“El abogado que tiene pleno dominio del lenguaje, aventaja a cualesquier
oponente menos talentosos; ya que su principal herramienta es el idioma de
persuasión”.
Debe desarrollar o tener una gran capacidad (habilidad) para el análisis y la
lógica, a fin de tomar decisiones difíciles de una manera rápida, confiada y
acertada.
Debe tener capacidad de comprender la naturaleza de un problema o cuestión
y llegar a conclusiones correctas respecto a las diversas soluciones y
alternativas posibles.
EL JUEGO DEL AJEDREZ: Resulta un buen ejemplo a seguir como
introducción a la estrategia procesal.

El número de diferentes problemas y alternativas que presenta el ajedrez a un


jugador es infinito. Un buen jugador de ajedrez tiene que ser capaz de prever
todas las consecuencias posibles de determinados movimientos y, luego,
escoger el mejor. Normalmente, el ganador, es el jugador que puede percibir
estas consecuencias con más acierto. Además, el ajedrez presenta una
oportunidad de aprender otra habilidad muy valiosa, la del sacrificio inteligente
para obtener un beneficio a largo plazo. Una ajedrecista va a perder peones,
caballos, alfiles y torres en cualquier partido en contra de un adversario de
igual fuerza. Puede perder su reina, pero si salva al rey, entonces gana el
partido. Así, los abogados procesalistas, tienen que hacer lo mismo de una
manera constante, cada vez que se introduce alguna evidencia en un caso,
puede haber un precio a pagar. Pero existe entre el ajedrez y el proceso, una
diferencia notable, es el factor tiempo. En el ajedrez, puedo quedarme durante
mucho tiempo analizando el tablero y mis posibilidades de juego, pero, en un
proceso, muchas veces se deben tomar decisiones trascendentes de modo
inmediato e impostergable.

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Deontología Jurídica

En el proceso, el abogado, cumple una irreemplazable labor, pues al tratar de


introducir evidencias, guía al juez a una justa y pronta resolución ajustada a
derecho (nadie mejor que el conoce los hechos de cerca). Por ello debe enviar
sus pruebas con los actos postulatorios en lo civil y en lo laboral. En lo penal
ha de buscar evidencias para su defendido.
La especialización, es otro hecho importante, a tener en cuenta en la profesión
del Abogado, considerando que en otras profesiones hay especialidades. En la
Medicina, hay médicos cirujanos, radiólogos, oftalmólogo, otorrino, etc. En
contabilidad, encontramos al contador, auditor, perito – contable, etc. En
Derecho carecemos de dicha especialización, superada en cierta forma por las
MAESTRÍAS.
En la profesión de abogado, encontramos que ahora, son civilistas, mañana
son penalistas, otro día son tributaristas, siendo ésta una de las razones por
las que nuestra profesión no avanza, se ha estancado: TODOS SALIMOS DE
LA UNIVERSIDAD A LITIGAR.
“Recordemos que todo abogado en algún momento tramita un proceso; por
ello, no se le puede considerar – abogado procesalista -. Así como quien por
helecho de cantar una canción no se le puede llamar cantante. Ambos
procesalista y cantante, conocen a la perfección su oficio, y saben cuando algo
es posible o no. El primero para beneficio de su cliente, el segundo para
deleite de su audiencia”.
RETOS QUE DEBEN ENFRENTARSE.
1. En la formación del Abogado.

- Deben superarse las deficiencias y desniveles educativos.


- Superar la masificación de la profesión. Ser más exigente en la
selección de los postulantes en las universidades y en el otorgamiento
de títulos. Dejar de “fabricar” abogados, porque ello trae como
consecuencia el desempleo y el subempleo.
- Superar el conformismo académico y profesional.

Piero Calamandrei, en su momento dijo: “Hay que sustituir los métodos de

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Deontología Jurídica

enseñanza que condenan a los alumnos a la miseria y la parálisis por un


método que estimule sus iniciativas con la sensación de independencia y
con sentido de responsabilidad”.
Podemos anotar que la calidad de un abogado depende de tres factores
básicos:
- La calidad del estudiante.
- La calidad de los profesores; y
- De los objetivos educativos que deben ser coherentes y actualizados
(tener presente los cursos de ética y de formación en temas
económicos).

ZIGURDS ZILE (Profesor de Derecho de la Universidad de Wisconsin, en


EE. UU., dice: “Uno de nuestros problemas como educadores es que NO
sabemos que estamos haciendo. Mi impresión es, no obstante que la
enseñanza del Derecho, está más seria y crónicamente afligida que por
ejemplo, la enseñanza profesional en medicina, ingeniería o periodismo”.
En la enseñanza del Derecho, podemos identificar tres preocupaciones
básicas:
- Una preocupación por los objetivos finales fundamentales (el perfil del
abogado a formar, actualización de currícula, etc.).
- Una preocupación por la calidad del estudiantado (proceso de admisión
o selección), y
- Preocupación por el proceso pedagógico.

PAUTAS PARA SER UN ABOGADO EFICIENTE.


1. A Nivel Subjetivo:

- Cultivo de valores deontológicos entre los que se encuentran: La moral,


la ética, la honradez, la sinceridad, inteligencia, carácter, presencia
personal, etiqueta, cortesía, prudencia, pericia, disciplina, etc.
- Vocación de servicio, proyección social, comprensión del ser humano y
cierta dotes de sacrificio, solidaridad. NO BASTA CON SERLO,

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Deontología Jurídica

TAMBIEN HAY QUE PARECERLO.

2. Nivel Jurídico:

- Sólida formación académica.


- Especialización: Además del Derecho Penal, Civil y Laboral, se
encuentran las especialidades en Derecho Tributario, Aeronáutica,
Marítimo, de Familia, Constitucional, Aduanero, Minero, Turismo,
Empresarial, Marcario, Concursal, Pesquero, Ambiental, Financiero, de
Seguros, del Consumidor, de la Competencia, de Comercio Exterior, en
el Mercado de Valores, en Servicios Públicos, en Derechos Humanos,
etc.
- Asistencia a certámenes académicos.
- Información jurídica actualizada, legislativa, doctrinaria y jurisprudencial.
Así mismo cultural.
- Formación en mecanismos alternativos de solución de conflictos,
prepararse en el conocimiento de la negociación, conciliación,
mediación, arbitraje.
- Redacción de artículos, textos y ponencias.
- Práctica y trabajo de expectativa. A veces resulta importante el lugar
donde realizó sus prácticas.
Nivel Extrajurídico.
- Informática – Ofimática: Se refiere a conocimientos de computación
para el desarrollo de monografías y trabajos de investigación.
Acrecientan la facilidad para el procesamiento de la información. LA
OFIMÁTICA: es la incorporación de tecnología informática en las
oficinas, debiendo contar con computadoras, son software debidamente
licenciado con programas aplicativos para la labor jurídica, programas
de gestión documentaria, contable y bibliográfica. Tener línea telefónica,
fax, acceso a Internet, correo electrónico y otros implementos
requeridos.
- Administración y Gerencia: Conocimiento sobre gestión de recursos

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Deontología Jurídica

humanos, materiales, de conocimiento y de tiempo, conocer los


fundamentos de la administración moderna, a fin de cumplir un
adecuado rendimiento profesional y el cumplimiento de objetivos
institucionales.
- Estrategia de llegada al cliente: Trabajo en equipo y por especialidad,
estudio jurídico colegiado, incorporar estrategias de mercado (Marketing
y publicidad de servicios jurídicos).
- Análisis económico del Derecho: Conocer las ventajas comparativas
y competitivas del lugar de su actividad forense. Tener en cuenta la
competencia.
- Oratoria y Relaciones Públicas.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 10


EL CÓDIGO DE ETICA DEL ABOGADO Y EL DECÁLOGO DE COUTURE

2. PLAN DE SESION Nº 10
El plan de sesión Nº 10, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es aplicar las normas éticas y morales al ejercicio
profesional del abogado. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “El Código de Ética y el Decálogo del Abogado”.
El Abogado en el ejercicio de su profesión en los Tribunales de Justicia, se
relaciona con quien solicita sus servicios, con el abogado de la parte contraria
y con los magistrados que conocen del proceso en el que participa en defensa
y representación de su patrocinado. Se trata de una relación activa y no pasiva
que lo obliga a asumir un comportamiento ético, desde el momento en que
inicia una defensa hasta que la concluye. Esto significa que su obligación
moral se encuentra presente, antes, durante y después del proceso, cualquiera
fuera la naturaleza de este (civil, penal, laboral, constitucional, administrativo,
etc. etc.)
El Código de Ética de los Abogados es el que contiene los lineamientos para
una conducta moral del profesional del derecho. Establece normas en sus
relaciones con la administración de justicia y demás autoridades, con sus
patrocinados, con sus colegas y la contraparte. Rige a nivel nacional para
todos los abogados del Perú.

NORMAS GENERALES
- Debe tener presente que es un servidor de la justicia y un colaborador
de su administración, por tanto su deber profesional es defender, los
derechos de su patrocinado, con estricta observancia de las normas
jurídicas y morales. Es un colaborador del Juez en el ejercicio de sus
funciones.
- Debe mantener el honor y la dignidad profesional. El combatir por todos
los medios lícitos, la conducta moralmente censurable de jueces y

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Deontología Jurídica

colegas, constituye, no solo un derecho, sino al mismo tiempo un deber.


- Debe obrar con prudencia, honradez y buena fe, por lo que no debe
aconsejar actos fraudulentos, afirmar o negar con falsedad. Por ello no
debe hacer citas inexactas o tendenciosas, ni realizar acto alguno que
estorbe la administración de justicia.
- Abstenerse de sobornar a un empleado o funcionario público, por que
falta gravemente al honor y a la ética profesional. Está obligado a
denunciar actos de esta naturaleza cometidos por un colega.
- El abogado tiene libertad para aceptar o rechazar los asuntos en que se
solicite su patrocinio, sin necesidad de expresarlos motivos de su
resolución, salvo en el caso de nombramiento de oficio, en que la
declinación debe ser justificada. Al resolver, debe prescindir de su
interés personal y cuidar de que no influyan en su ánimo el monto
pecuniario, ni el poder o la fortuna del adversario. No aceptará un
asunto en que haya de sostener tesis contrarias a sus convicciones,
inclusive las políticas o religiosas, con mayor razón si antes las ha
defendido, y cuando no esté acuerdo con el cliente en la forma de
plantearlo o desarrollarlo, o en caso de que pudiera ser menoscabada
su independencia por motivos de amistar, parentesco u otros. En suma,
no deberá hacerse cargo de un asunto sino cuando tenga libertad moral
para dirigirlo.
- La profesión del abogado impone la obligación de asumir la defensa de
los más desprotegidos en forma gratuita.
- Es libre para asumir la defensa de un acusado, independientemente de
su opinión personal sobre la culpabilidad de este, debiendo emplear
todos los medios lícitos para la defensa, una vez que aceptó.
- El secreto profesional constituye un deber y un derecho. Como deber,
está obligado a guardarlo aún después que haya concluido su defensa.
Como derecho, no está obligado a revelar confidencias, incluso cuando
es citado a declarar.
- La formación de la clientela debe ser decorosa, esto es, basada en su
buena reputación, capacidad profesional y honradez. Por tanto, no

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Deontología Jurídica

empleará recursos extraños a su capacidad profesional, como recurrir a


fomentar pleitos, garantizar o exagerar sus posibilidades de éxito,
provocar publicidad en su propio elogio y otros medios análogos. Es
contrario al decoro y a la dignidad profesional que el abogado utilice
intermediarios que le busquen clientes mediante el pago de una
comisión.
- La puntualidad es deber del abogado en todos sus actos profesionales
y, particularmente, en lo que se relaciona con la citación de los
tribunales y las reuniones con clientes y colegas.

RELACIONES CON LOS TRIBUNALES Y DEMÁS AUTORIDADES.

- Estará dispuesto, en todo momento, a prestar su apoyo a la


Magistratura, guardando su independencia y autonomía al ejercer tan
noble ministerio.
- Debe velar porque el nombramiento como Magistrado no se deba a
consideraciones de carácter político, sino exclusivamente a su aptitud
para el cargo. Está obligado, igualmente, a dedicarse exclusivamente al
desempeño de la función para el que fue designado. Debe denunciar
ante el Colegio de Abogado, los casos en que los magistrados carezcan
de algún requisito legal para desempeñar la función para la que fue
designado o ponga en riesgo su imparcialidad como juzgadores.
- El abogado que integra la Junta Directiva de su Colegio o Asociación no
podrá ejercer ni aceptar el cargo de Magistrado Suplente, excepto
cuando para ese cargo no exista en el lugar el número de abogados
suficientes.
- El abogado sólo interpondrá una queja contra un Magistrado cuando
haya un motivo fundado. La queja la interpondrá ante el órgano
respectivo o ante su Colegio. Lo expuesto también es aplicable con
relación a cualquier funcionario ante quien los abogados deban actuar.
- Cuando un Abogado deje de desempeñar la magistratura o algún cargo
público, no debe aceptar el patrocinio de asuntos en los que intervino

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Deontología Jurídica

con carácter oficial. Tampoco patrocinará casos semejantes a otros en


los cuales expresó opinión diversa en su carácter de funcionario,
mientras no justifique su cambio de criterio.
- Es deber del Abogado no ejercer influencia sobre el juzgador, apelando
a vinculaciones políticas o de amistad, o recurriendo a cualquier otro
medio que no sea el de la defensa. Es falta grave intentar o hacer
alegaciones al juzgador fuera del tribunal sobre un litigio pendiente.
- Ningún Abogado debe permitir que se usen sus servicios profesionales
o su nombre, para facilitar o hacer posible el ejercicio de la profesión por
quienes no están legalmente autorizados para ejercerla. Denigra su
profesión el Abogado que firme escritos en cuya preparación y
redacción no intervino o que preste su intervención s´lo para cumplir
exigencias legales.

RELACIONES DEL ABOGADO CON SUS CLIENTES

- El Abogado está obligado a servir a su cliente con eficiencia, decisión


para que haga prevalecer sus derechos, sin temor de provocar
animadversiones o represalias de autoridades o particulares. Ninguna
circunstancia deberá coactar su libertad y su conciencia y no podrá
exculparse de un acto ilícito atribuyéndolo a instrucciones de su cliente.
- Antes de iniciar un proceso o durante el mismo y en el momento en que
lo considere oportuno, el Abogado procurará resolver el conflicto
propiciando una equitativa conciliación. No debe asegurarle que su
proceso tendrá éxito, sino sólo opinar según su criterio sobre el derecho
que le asiste.
- El Abogado está obligado a informar al cliente de los riesgos,
incertidumbres y demás circunstancias que puedan comprometer el
buen resultado del proceso.
- Las relaciones del Abogado con su cliente deben ser personales, por lo
que no ha de aceptar el patrocinio de clientes por medio de agentes,
excepto, cuando se trate de instituciones altruistas para ayuda de

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Deontología Jurídica

pobres.
- El Abogado debe adelantarse a reconocer la responsabilidad que le
resulte por su negligencia, error inexcusable o dolo, allanándose a
indemnizar por los daños y perjuicios ocasionados al cliente.
- El Abogado debe informar inmediatamente a quien solicite sus servicios,
de las relaciones que pueda tener con la otra parte y de cualquier
interés que tuviere en el asunto y, en general, de las circunstancias en
que se encuentra y que puedan considerarse adversas a quien
demanda su patrocinio.
- Una vez aceptado el patrocinio de un asunto, el Abogado no podrá
renunciarlo sino por causa justificada sobreviniente que afecto su honor,
su dignidad o su conciencia, o implique incumplimiento de obligaciones
morales o materiales del cliente hacia el Abogado o haga necesaria la
intervención exclusiva de profesional especializado. Al renunciar debe
cuidar no dejar indefenso a su cliente.
- El Abogado debe velar porque su cliente guarde respeto a los
magistrados y funcionarios, a la contraparte, a sus Abogados y a los
terceros que intervengan en el asunto; y porque no hagan actos
indebidos. Si el cliente persiste en su actividad reprobable, el Abogado
debe renunciar al patrocinio.
- El Abogado no debe aconsejar la realización de ningún acto fraudulento
ni instruir a su cliente o testigos para que tergiversen o eludan sus
respuestas en sus declaraciones. Tampoco debe ofrecer testigos falsos,
ni tratar de sobornar a los auxiliares de justicia para que incumplan sus
deberes de función.
- Cuando al solicitarse los servicios de un Abogado exista alguna
circunstancia que pueda afectar su independencia o hacer dudosa su
imparcialidad o cuando se presenta durante el desempeño de su
patrocinio, el abogado deberá ponerlo en conocimiento del cliente, para
que decida si continúa con sus servicios.
- Desde el momento en que el Abogado es consultado sobre un asunto
legal, inclusive cuando no haya absuelto la consulta, está impedido de

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Deontología Jurídica

aceptar el patrocinio de la otra parte.


- Como norma general en materia de honorarios, el Abogado tendrá
presente que el objeto esencial de la profesión es servir a la justicia y
colaborar en su administración. El provecho o retribución nunca debe
constituir el móvil de los actos profesionales.

RELACIONES DEL ABOGADO CON SUS COLEGAS Y CON LA PARTE


CONTRARIA

- Entre los abogados debe haber fraternidad que enaltezca la profesión,


respetándose recíprocamente, sin dejarse influir por la animadversión
de las partes. Se abstendrán cuidadosamente de expresiones
malévolas o injuriosas y de aludir a antecedentes personales,
ideológicos, políticos o de otra naturaleza, de sus colegas. Debe ser
correcto con sus colegas. En ningún caso, ni por apremio de sus
clientes, el abogado debe apartarse de los dictados de la decencia y del
honor y está en el deber de facilitar a sus colegas la solución de
inconvenientes momentáneos, cuando estén imposibilitados de
intervenir por razones que les sean imputables, tales como enfermedad,
ausencia imprevisible, duelo o fuerza mayor.
- No ha de realizar trato alguno con el Abogado de la contraparte directa
o indirectamente, sino por conducto o por conocimiento previo de su
cliente. Sólo con la intervención de este podrá gestionar convenios o
transacciones. No debe inducir a los testigos de una causa civil o penal
en la que intervenga a que se aparten de la verdad.
- El Abogado no intervendrá en favor de persona patrocinada en el mismo
asunto por un colega, sin dar previamente aviso a este, salvo el caso de
renuncia expresa o de imposibilidad del mismo. Si sólo llegar a conocer
la intervención del colega después de haber aceptado el patrocinio, se
lo hará saber de inmediato.
- El Abogado no debe realizar gestiones para desplazar a un colega o
sustituirlo en cualquier cargo profesional. Tampoco debe participar o

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Deontología Jurídica

inmiscuirse en asuntos que dirija otro colega, sin su previa conformidad.


- El Abogado sólo podrá asociarse para ejercer la profesión con otros
abogados y en ningún caso con el propósito ostensible o implícito de
aprovechar indebidamente su influencia para conseguir asuntos.

DECALOGO DEL ABOGADO


(Eduardo Couture)

1. ESTUDIA: El Derecho se transforma constantemente, si no sigues sus


pasos, serás cada día un poco menos abogado.
2. PIENSA: El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3. TRABAJA: La abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la
justicia.
4. LUCHA: Tu deber es luchar por el Derecho; pero el día que encuentres
en conflicto el Derecho con la Justicia, lucha por la justicia.
5. SE LEAL: Leal para con tu cliente al que no debes abandonar hasta
que comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario,
aunque él sea desleal contigo. Leal para con el Juez, que ignora los
hechos y debe confiar en lo que tú le dices; y que, en cuanto al derecho,
alguna que otra vez debe confiar en el que tú le invocas.
6. TOLERA: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres
que sea tolerad la tuya.
7. TEN PACIENCIA: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.
8. TEN FE: Ten fe en el derecho como en el mejor instrumento para la
convivencia humana; en la justicia, como el destino normal del derecho;
en la paz, como el sustitutivo bondadoso de la justicia y, sobre todo, ten
fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, ni justicia, ni paz.
9. OLVIDA: La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla
fueras cargando tu alma de rencor, llegará un día que la vida será
imposible para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria
como tu derrota.

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Deontología Jurídica

10. AMA TU PROFESION: Trata de considerar la abogacía de tal manera,


que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un
honor para ti proponerle que se haga abogado.

FUENTE: Alzamora Valdez, Mario: “Derecho Procesal Civil – Teoría General del
Proceso. Octava Edición, Ediciones EDDILI. Pags. 212 y 213.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 11


DEONTOLOGÍA FORENSE Y ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

2. PLAN DE SESION Nº 11
El plan de sesión Nº 11, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es conocer los principios morales que rigen en la
sociedad contemporánea. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Deontología Forense y Administración de Justicia”.

EL JUEZ Y LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA


“Administrar justicia es administrar la vida,
garantizar la libertad, la propiedad, el trabajo, la
familia y nuestra noble existencia” (Filiberto
Villacorta Peralta).
CONDICIONES GENERALES PARA SER JUEZ.
La palabra Juez, deriva de las voces latinas: JUS y DAX. Este último es una
contracción de VINDEX, lo que significa que el Juez es un VINDICADOR del
Derecho, el que rectifica la injusticia, el que señala lo que es justo.
El Juez es un servidor del Estado y su función es Administrar Justicia,
aplicando el Derecho. Aristóteles en su obra la “Ética Nicomaquea”, dijo que:
“Todas las veces que los hombres disputan entre si, recurren al Juez. Ir al
Juez, agrega, es ir a la justicia, pues el Juez es, por así decirlo: LA JUSTICIA
ANIMADA”.
En la Ley 1, Título IV, de la partida 3, se prescribe: “Los juzgadores, han
nombre de jueces, que quiere decir tanto decir, como homes bonos que son
puestos para mandar et facer derecho”.
De lo anterior podemos decir que las calidades esenciales del Juez, son las
siguientes:
- Virtud de la justicia.
- Rectitud de la conciencia.
- Bondad del alma.

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Deontología Jurídica

Osorio y Gallardo, respecto al Juez ha dicho: “Los pueblos pueden vivir sin
riquezas, sin bellezas y hasta sin salud. Vivirán mal, pero vivirán. Y sin justicia
no podrán vivir. Si yo no tengo seguridad de que no moriré asesinado
impunemente, si no puedo conservar los vienes que he ganado con mi trabajo,
si no puedo defender a mi esposa contra la calumnia, si no puedo guiar la
formación de mis hijos, si no puedo ejercer libremente mis derechos de
ciudadano, la vida no merecerá la pena ser vivida. Existencia sin justicia es
inferior a la animalidad”.
Puede afirmarse, entonces, que el juez realiza la tarea más noble y su tarea es
impartir la justicia para alcanzar la paz perturbada por la violación del derecho.
El Juez debe poseer las más altas calidades morales, de modo que a los
“jueces indignos, son rechazados por la sociedad. “Los buenos jueces pueden
aplicar bien las leyes defectuosas; las leyes más perfectas son instrumentos
de iniquidad en manos de malos jueces”.
“La formación profesional del Juez, debe destacarse por su amplitud y solidez.
El Juzgador, expresa el mismo Saber, no es una simple máquina de
subsunciones lógicas, sino que debe ser un profundo conocedor del derecho,
esto es, del espíritu de la ley, que exige preparación filosófica, cultura
sociológica y económica, visión histórica y experiencia, aparte de lucidez y
agilidad de mente” (Mario Alzamora Valdez).
El Juez debe ser justo, es decir, aplicar la justicia, que es la más preclara de
las virtudes. Pero, además, debe ser PRUDENTE. Es el jurisprudente, hábito
moral que se traduce en: Ponderación y equilibrio, para apreciar los hechos y
crear el derecho al margen de la influencia y la pasión.
“No puede desempeñar la judicatura “el que fuere sin sentido, porque no tiene
entendimiento; el que fuese mudo, porque no podría preguntar a las partes, ni
responder a éstas; el que fuere sordo, porque no oiría las razones ni los
alegatos; el ciego, porque no vería a los hombres; el que tuviese una
enfermedad continuada, porque no podría asistir a los juicios: el que tuviese
mala fama o hubiese hecho cosa por la que valiese menos, porque ese no
tiene derecho de juzgar a otros …” (Hugo Alsina, citando la Ley XLII, del Título
XXXII del Ordenamiento de Alcalá).

2
Deontología Jurídica

LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA Y EL ROL DEL JUEZ.


La Magistratura.
“Entre las formas de eclosión de la superioridad mental, ninguna más ingrata,
más penosa y acaso más propicia a la incomprensión y al olvido que la de la
Magistratura… La carrera judicial es tan fecunda, tan intensa y tan
extraordinaria, que francamente la vida de un hombre no alcanza ni puede
alcanzar para abarcar toda la experiencia que debe tener un completo
magistrado, como consecuencia de la máxima potencialidad del Derecho”
(Gabriel del Castillo).
Quienes no pueden ser jueces.
El poder de administrar justicia, no se puede encomendar al hombre común,
sino al selecto y preparado … Ya no puede ni debe ser juez el que posee un
espíritu rudo y vulgar, sino el que lleva en el, el eje escondido en que reposan
los derechos del ciudadano y del Estado, y la salvaguarda de la moralidad
social”.
Ya no pueden ser jueces, como los que condenaron a Arístides, a Sócrates y a
Jesús, en cuyas decisiones solo reino la ignorancia de la multitud.
“…la justicia cuando es tardía deja de ser justicia y los trámites innecesarios y
hasta maliciosos que se dan a los procesos, por la falta de voluntad para
resolverlos por la apatía e indiferencia del mal juez, es la polilla impía que la
estrangula y la asfixia…”.
A quien no puede llamársele Juez.
“No puede llamarse juez al inescrupuloso que deslustra la moralidad de la
institución, al que delega, con frecuencia, en otros el desempeño de sus
funciones, amparando como legal lo que jamás ha ejecutado y poniendo en
peligro en esta forma la seguridad de la convivencia y de la justicia social, al
que ha perdido la vergüenza y tiene la costumbre de pedir favores, amparado
en el cargo que desempeña, al que no permanece en su sitio, como verdadero
soldado de la justicia y distrae su precioso tiempo en charlas inútiles con
litigantes y amigos, menoscabando su prestigio y respetabilidad, al timorato
que no tiene el valor suficiente para hacer justicia con toda imparcialidad, y al
que hace del Derecho y de la Ley jirones despedazándolo por su propia

3
Deontología Jurídica

inmoralidad e ignorancia”.
Quienes pueden ser jueces.
“Hoy sólo puede ser juez el que ha iniciado su carrera siguiendo la trayectoria
del tipo más humano que existió en la antigüedad, y fue Israel, el que sin
armas, es el defensor de la sociedad, el que sin poder material concurre a
orientar los destinos de esta: el que sin ser Maestro, con su conducta y sus
decisiones, influye en el carácter y las costumbres, y el que sin gobernar, sobre
todo, en los días azarosos para la moral pública, dependen de su entereza el
orden y el honor de la sociedad”.
“… el Juez que se levanta por encima del tiempo y que a través de los años su
nombre se pronuncia con respeto, es porque ha sido un valor trascendente,
una fuerza sustantiva, una entidad superior con relieve altísimo en la aplicación
de la ciencia del Derecho …” (El Peruano del 04.08.95).
Los retos que se imponen al Juez.
“Antes de terminar mi discurso, quiero hacerles una solemne invocación:
apliquen la ley con probidad y técnica jurídica sin escatimar tiempo ni energías,
con la entereza de carácter para mantener la independencia de la función que
nos permitan liberarnos de toda clase de influencias extralegales negativas. No
olvidemos que se nos ha concedido el privilegio de ejercer la excelsa función
de discernir la justicia y, por ello, ocupamos una posición prevalerte para
contribuir al logro de la paz, la justicia y el engrandecimiento de nuestra patria.
Que, el sumo hacedor nos de la sapiencia y la energía para lograr esos nobles
objetivos” (Nicanor Castillo La Rosa Sánchez, apertura del año judicial de
1994).
“… de nada servirá que tengamos una Constitución o Carta Política que defina
las funciones del Poder Judicial, una Ley Orgánica de este, que reglamente su
ejercicio, códigos penal, civil y especiales, que declaren y garanticen los
derechos, los de procedimientos que estatuyen la manera de ejercitarlos y
todas las demás leyes que posee el acervo de nuestra legislación, si los jueces
de la República no nos esforzamos por estudiarlos, por absorber su contenido
y por aplicarlos con el mismo espíritu y el mismo sentido con el que el
legislador las forjó …”.

4
Deontología Jurídica

“… frecuentemente oímos decir que en vano nuestras leyes sustantivas y


procesales son tan buenas como las mejor concebidas, cuando al tiempo de
aplicarlas no se hace lo que pensó el legislador y un proceso judicial que debió
terminar en pocos meses, dura años, y el fallo se consigue cuando quizá todo
es tarde…”
“Los milagros los hacen los santos, no los códigos. Solamente a un técnico …
se le puede ocurrir que los procedimientos a través de los cuales se administra
la justicia pueden compararse a las máquinas, cuyo rendimiento, siempre que
sea exacto el juego de las leyes y la relación de los engranajes, se llega a
calcular anticipadamente con exactitud matemática… Los Jueces, los
abogados, los litigantes, los testigos, cada uno de ellos es un animal vivo, un
UNICUM que reacciona a su modo a los estímulos externos, de suerte que,
aun cuando las leyes de procedimientos estén hechas con la máxima
sabiduría, hay siempre que descartar algo imprevisible en su funcionamiento
práctico, lo cual hace aleatorios y aproximativos los cálculos de su resultado, y
las hace aparecer como buenas o malas leyes según las acompañe o las
abandone la buena voluntad de los hombres”. (Nelson Ramírez Jiménez. El
Peruano del 26.07.95).
“Nosotros los jueces, en lo que nos afectan tendríamos interés en que todos
los procesos se desarrollarán con gran velocidad; al alargarlos y complicarlos
crece nuestro trabajo, pero nuestra ganancia no crece…No se puede decir,
desgraciadamente lo mismo de los abogados cuando más se dilata el proceso,
tanto mayor es la ganancia: DUN PENDET RENDET. Estos son los hábitos de
los abogados, mientras estos hábitos no cambien. ¿Cómo se puede esperar
seriamente que, al cambiar el Código, las cosas vayan mejor?. Bastará que en
el nuevo exista un defectillo de nada apenas, un rasguño, un lunar…e
inmediatamente los abogados clavarán en ellos las uñas, y los ampliarán y
envenenarán hasta producir la gangrena … He oído a ciertos profesores que
enseñan que los abogados son los más preciosos colaboradores de los jueces
… no me hagan reír” (Nelson Ramírez Jiménez. El Peruano del 26.07.95).
JUECES Y ABOGADOS.
“Junto al Juez se ubica el abogado, personaje, igualmente, importante en la

5
Deontología Jurídica

estructura de los debates judiciales, aun cuando su presencia social no se


agota en el litigio, quien representa la defensa de la parte involucrada en la
relación procesal al ser “llamado”, a defender la situación jurídica de su
patrocinado.
Pese a que ambos participan en el proceso cumpliendo un rol importante, es
cosa común escuchar comentarios agrios de uno respecto al otro,
trasladándose culpas para justificar o a explicar los problemas del proceso, la
injusticia de la decisión. Son personajes que parecen ocupar trincheras
opuestas, sin posibilidades de acceder al diálogo constructivo o de poder
admitir las razones expuestas por cada cual al sustentar sus alegatos o
decisiones, debido quizá al uso indiscriminado de “metáforas, imágenes,
metonimias y sinecdoques”, propiciando así que, de tanto discutir, la verdad se
pierda. “Ignorancia” es la palabra acusatoria con que se suele calificar cada
cual la intervención del otro, para desmerecer su labor.
Olvidan que ambos son (o deben ser) personas de talento y carácter, probos,
dignos y si además ilustrados, mejor. Devis Echandía, procesalista colombiano
(…), sostiene que “en el panorama de la justicia más valen muchas sentencias
buenas y rápidas, sin literatura jurídicas que unas pocas rebosantes de
ciencia”.
Ambos deben ser, además prospectivos, es decir, que entre las varias o
diversas formas de interpretar la ley, deben elegir aquella que engarce mejor
con el contexto social que se vive, propiciando una jurisprudencia
enriquecedora del Derecho, que se constituye en el primer paso hacia el
cambio legislativo cuando este es necesario.
El rasgo que los diferencia es la imparcialidad del primero y la parcialidad del
segundo. El Juez debe tener una ética intachable para sostener su posición
imparcial, pues debe moverse “entre la compasión y el castigo”, mientras que
el abogado, tal como lo sostiene Carnelutti; “no es un razonador imparcial… no
debe serlo, y porque no es imparcial el defensor, tampoco puede ser ni debe
ser imparcial el adversario. La parcialidad de ellos es el precio que se debe
pagar para obtener la imparcialidad del juez, que es, pues, el milagro del
hombre, en cuanto consiguiendo no ser parte, se supera a si mismo”.

6
Deontología Jurídica

LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Y SUS FUNCIONES EN EL MOMENTO


ACTUAL.
La administración de justicia es un concepto que se encuentra vinculado al
Poder Judicial, que como es sab ido, es un Órgano del Estado encargado de
asegurar la aplicación de las reglas de derecho establecidas por los
gobernantes, portador, además, del poder jurisdiccional . Sin embargo,
también es, y esto es una mejor manera de entenderlo y denotar sus
verdadera naturaleza UN SERVICIO POR EL ESTADO A LA COMUNIDAD
MEDIANTE LA SOLUCIÓN DE LAS CONTROVERSIAS PARA MANTENER LA
PAZ SOCIAL Y FACILITAR EL DESARROLLO ECONÓMICO.
Puede, entonces, afirmarse que las funciones de la Administración de Justicia,
en una Democracia Liberal, como la nuestra, son dos:
a) Asegurarse un control a los gobernantes, a través del
Principio de Legalidad y a caso a través del Principio de
Constitucionalidad, lo que quiere decir que estamos ante
una función de control de los gobernantes, por parte de
la Administración de Justicia.
b) Ejercer la potestad jurisdiccional, declarando el derecho
a favor de quien lo tiene, dentro de un proceso
desarrollado, cumpliendo los principios constitucionales
DEL DEBIDO PROCESO Y LA TUTELA
JURISDICCIONAL, Dentro de esta función, hemos de
ubicar dos tareas fundamentales: 1) El logro de la paz
social con justicia, con una finalidad mediata o abstracta,
a que se refiere el artículo III del T. P. del C. P. C. 2) El
desarrollo económico del país, lo que quiere decir que a
un Estado eficiente debe corresponderle una
administración de justicia eficiente y responsable.
Desde esta perspectiva el problema estará en determinar, si el Estado actual,
es eficiente y responsable. Para ello ha de preguntarse ¿Cómo entendemos o
debemos entender la administración de justicia?. Se entiende que ella es la
base fundamental de una sociedad organizad, además de necesaria para que

7
Deontología Jurídica

predomine la legalidad. Debe asegurar un adecuado funcionamiento del


Estado, e indirectamente su estabilidad y consolidación; y a través de ello,
lograr un mercado eficiente y desarrollado. Por tanto, puede afirmarse que la
eficiencia del Estado y de la administración de justicia, se alimentan
recíprocamente en una relación de todo o parte, de la siguiente manera: Si el
Estado es eficiente, la administración de justicia, como parte del Estado,
deberá dar prioridad al valor eficiencia. A la inversa, si la administración de
justicia, como parte del Estado, prioriza el valor eficiencia, entonces,
contribuirá a lograr la eficiencia de la totalidad del Estado en el que está
incluida.
La eficiencia, en este contexto, es indispensable para que el Estado y la
administración de justicia, logren el objetivo final: El desarrollo, y a través del
funcionamiento de un mercado eficiente. Las transnacionales y los
inversionistas nacionales o extranjeros exigen al Estado, se supere la crisis de
la administración de justicia, que se les de seguridad que les garantice la
propiedad privada y la riqueza. Por ello es que podemos afirmar, que si el
Estado es ineficiente no se puede exigir una administración eficiente, desde
que vivimos como lo entiende el Derecho Económico (Análisis Económico del
Derecho), en un mundo en que los recursos son escasos y en el que los
individuos buscan la máxima eficiencia con el menor costo. En otras palabras
buscan maximizar su bienestar, o quieren mayores beneficios personales;
hecho que lleva a la aparición de costos sociales mayores, denominados
externalidades, que nos los asume el individuo como tal, cino los asume la
sociedad, esto es, el resto de individuos, creando inseguridad, insatisfacción y
finalmente conflicto. Dentro de esta misma lógica, hemos de ubicar al
inversionista, por lo que si queremos crecer y queremos desarrollo, el Poder
Judicial, debe ser coherente con esta exigencia, siendo dentro de esta
perspectiva que debe administrarse justicia, y porque, además, en la otra orilla
se encuentran quienes no son inversionistas o que no tienen riquezas, cuyos
intereses, en algún momento se contrapone a los de aquellos.

8
Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 12


DEBER DE MORALIDAD DE LAS PARTES EN EL PROCESO

2. PLAN DE SESION Nº 12
El plan de sesión Nº 12, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es aplicar las normas éticas y morales al ejercicio
profesional del Abogado. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Deber de Moralidad de las Partes en el Proceso”.

LA CONDUCTA ÉTICA EN EL PROCESO JUDICIAL


Uno de los problemas que confronta la administración de justicia, no solamente
está relacionado con la conducta de los Magistrados, que en algunos casos,
tiene que ver con la falta de los conocimientos necesarios para el desempeño
de la función o la falta de una sólida formación moral, sino también con el
comportamiento de los abogados que participan en el proceso, de los propios
interesados (partes) y de los auxiliares de justicia. Por ello resulta necesario
hacer una breve referencia a la conducta procesal.
Sobre el particular, debe decirse que la Ley Orgánica del Poder Judicial, el
Código Procesal Civil y la Ley Procesal del Trabajo, aluden a los principios que
deben regir la conducta de las partes en el proceso.
En efecto, en la Ley Procesal del Trabajo, hay una referencia expresa al
principio de VERACIDAD, en el artículo I de su Título Preliminar. Este
principio, sólo ha sido enunciado, sin ningún desarrollo legal posterior. No
obstante, resulta claro que está referido a la conducta procesal o deberes de
las partes, que encuentra su fundamento en el Principio de Moralidad.
Además, tal expresión, no excluye a los otros principios que se relacionan con
la conducta procesal de las partes.
Por su parte, el Código Procesal Civil, recoge el principio de moralidad, en el
artículo IV del Título Preliminar, junto con otros principios referidos a la
conducta procesal de las partes. Igualmente, la Ley Orgánica del Poder

1
Deontología Jurídica

Judicial, lo recoge en el artículo 8º, como deberes procesales de las partes 1.


Este principio alcanza a todos los que intervienen en un proceso, sin excepción
alguna.
Veamos a continuación algunos conceptos que tienen que ver con la conducta
procesal de las partes:
Verdad: Significa conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma
la mente, Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa. En
consecuencia, será veraz una persona, cuando usa o profesa siempre la
verdad. Esto es lo que nuestra Ley Procesal del Trabajo quiere significar
cuando se refiere al principio de veracidad.
Probidad: Según el diccionario, significa, bondad, rectitud de ánimo, hombría
de bien, integridad y honradez. Un litigante será probo cuando actúa en
bondad e integridad y es honrado en sus acciones. Lo mismo puede decirse de
los abogados que intervienen en la causa y con mayor razón, respecto al
Director del Proceso: El Juez.
Lealtad: Quiere decir que guarda fidelidad e incapacidad de engañar.
Fidelidad del abogado a su patrocinado y al Juez. De las partes (accionante y
accionado) a su abogado defensor y al Órgano Jurisdiccional.
Buena fe: Es un “estado de espíritu consistente en creer o estar convencido
– por error – que se obra conforme a la ley, y que jurídicamente se toma en
consideración para proteger al interesado contra las consecuencias de la
irregularidad de su acto. En su concepción procesal, Couture la define como
aquella calidad jurídica de la conducta, legalmente exigida, de actuar en el
proceso con probidad en el sincero convencimiento de hallarse asistido de
razón”2. Este principio, como parte del Principio de Moralidad o conducta
procesal, nos recuerda la estrecha vinculación que existe entre el Derecho, la
Moral y la Ética; relación que resulta íntima y necesaria. El Derecho no puede
ni debe apartarse jamás de la moral, menos aun oponerse a ella en cualquier

1
“Las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, todos los partícipes en el proceso,
adecuan su conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe” (art. IV. T. P. C. P. C.).
“Todos los que intervienen en un proceso judicial tienen el deber de comportarse con lealtad,
probidad, veracidad y buena fe” (art. 8º LOPJ).
2
Flores Polo, Pedro: Diccionario de Términos Jurídicos. Marsol Editores S. A. 2da. Edición, 1987,
Trujillo – Perú, V. I, págs. 331 y 332.

2
Deontología Jurídica

sociedad del tipo que fuere. El Derecho, por su propia esencia y naturaleza
requiere de un mínimum de moral para lograr su fin. En su oportunidad,
Francesco Carnelutti, dijo que: “La función del Derecho es servir a la moral”.
En consecuencia, tratándose del proceso y con la finalidad de alcanzar la
anhelada “paz social”, se requiere también de normas morales, que las
encontramos diseminadas en todo el sistema procesal, por cuanto el Derecho
no puede avalar la inmoralidad. El principio de moralidad o conducta procesal
resulta trascendental, no solo por el reconocimiento que hacen las normas
procesales, sino fundamentalmente, por su plasmación normativa a lo largo de
toda la secuela y actividad procesales que comprende tanto a los justiciables
como al propio juzgador y demás partes que intervienen en el proceso 3, con la
finalidad de hacer verdaderamente eficaz la moralización del proceso, para
cuyo efecto, el juez toma contacto directo con las partes litigantes y terceros, a
través de los escritos y las diligencias que se realizan en su presencia.”.
Desde que dejó de concebirse el proceso como un duelo privado en el cual el
juez era solo el árbitro y las partes podían utilizar las artimañas, argucias y
armas contra el adversario para confundirlo, y se proclamó la finalidad pública
del propio proceso civil, comienza a reclamarse de los litigantes una conducta
adecuada a ese fin y atribuir al juzgador mayores facultades para imponer el
fair play”4. Una enumeración de los artículos del Código Procesal Civil, que
tienen que ver con este principio, sería la siguiente: Artículos, 50º, numeral 5),
52, numerales 1) y 2), 53º, numerales 1) y 2), 282º, 509º, 510º,145º, 124º, in
fine, 109º, 111º, 112º, 165º, 186º. 232º, 246º, 247º, 261º, 270º, 304º, 316º,
326º, 398º, 399º, 441º, 457º, 518º.
El Principio de moralidad o de conducta procesal, bien puede hacerse efectivo,
en la tramitación del proceso, si se toma conciencia del inmenso daño que se
causa a la sociedad, al Estado y a la propia Administración de Justicia cuando
se actúa al margen de la ética y la moral. Se precisa un compromiso común
para apartar la Función Jurisdiccional de cualquier acto o conducta que lesione
3
“como necesaria consecuencia de considerar al proceso un instrumento para la defensa de los
derechos, pero no para ser usado ilegítimamente para perjudicar u ocultar la verdad y dificultar la
recta aplicación del derecho, por lo cual debe actuarse el de conformidad con las reglas de la ética”
(Véscovi, 56).
4
Véscovi, Enrique: Obra citada, pág. 55.

3
Deontología Jurídica

esta importante función encargada al Poder Judicial. Para ello, es necesario


utilizar los propios instrumentos que la ley vigente proporciona al Director del
Proceso (El Juez). La Ley Orgánica del Poder Judicial y el Código Procesal
Civil, le otorgan facultades para sancionar a quienes no ajustan su conducta a
la Ley y a la ética. Así, por ejemplo, la Ley Orgánica del Poder Judicial
reconoce la facultad de “Los Magistrados para sancionar a los abogados que
formulen pedidos maliciosos o manifiestamente ilegales, falseen a sabiendas
la verdad de los hechos, o no cumplan con los deberes indicados en los
incisos 1), 2), 3), 5), 7), 9), 11) y 12) del artículo 288º. Las sanciones pueden
ser de amonestación y multa no menos de una (01) ni mayor de veinte (20)
Unidades de Referencia Procesal, así como suspensión en el ejercicio de la
profesión hasta por seis meses”5 (parte pertinente).
Por su parte el Código Procesal Civil, reconoce como uno de los deberes de
los Jueces: “Sancionar al abogado o a la parte que actúe en el proceso con
dolo o fraude” (artículo 50º, numeral 5). Téngase en cuenta, además, que el
citado Código Procesal Civil reconoce al Juez, facultades genéricas y
coercitivas, entre las que se encuentran “Ordenar los actos procesales
necesarios para el esclarecimiento de los hechos controvertidos, respetando el
derecho de defensa de las partes” (artículo 51º, numeral 2). “Disponer la
detención hasta por veinticuatro horas de quien resiste su mandato sin
justificación, produciendo agravio a la parte o a la majestad del servicio de
justicia. En atención a la importancia y urgencia de su mandato, el Juez

5
El artículo 288º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en los artículos precitados, prescribe que:
“Deberes.- Son deberes del abogado patrocinante: 1) Actuar como servidor de la justicia y como
colaborador de los Magistrados; 2) Patrocinar con sujeción a los principios de lealtad, probidad,
veracidad, honradez y buena fe; 3) Defender con sujeción a las leyes, la verdad de los hechos y las
normas del Código de Ética Profesional; 5) Actuar como moderación y guardar el debido respeto en
sus intervenciones y en los escritos que autorice; 7) Instruir y exhortar para que acaten las
indicaciones de los Magistrados y guarden el debido respeto a los mismos y a todas las personas que
intervengan en el proceso; 9) Abstenerse de promover la difusión pública de aspectos reservados del
proceso aún no resuelto, en que intervenga; 11) Denunciar a las personas que incurran en el ejercicio
ilegal de la abogacía; y 12) Ejercer obligatoriamente, cuando menos una defensa gratuita al año,
según el reporte que realizase el respectivo Colegio de Abogados, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 289º de esta Ley” (parte pertinente).

4
Deontología Jurídica

decidirá la aplicación sucesiva, individual o conjunta de las sanciones


reguladas en este artículo. Las sanciones se aplicarán sin perjuicio del
cumplimiento del mandato” (artículo 53º, numeral 2).
Con respecto a la conducta de las partes, de los abogados y de los
apoderados, en el proceso, resultan ilustrativos los artículos 109º, 110º y 111º,
del Código Procesal Civil, dentro de los que deben destacarse el “proceder
con veracidad, probidad, lealtad y buena fe en todos sus actos e
intervenciones en el proceso” (art. 109º, numeral 1), “No actuar
temerariamente en el ejercicio de sus derechos procesales” (art. 109º, numeral
2). Por último y sin dejar agotado el tema, conviene mencionar que el Juez,
“cuando considere que el abogado actúe o ha actuado con temeridad o mala
fe, remitirá copia de las actuaciones respectivas a la Presidencia de la Corte
Superior, al Ministerio Público y al Colegio de Abogados correspondiente, para
las sanciones a que pudiera haber lugar” (artículo 111º).
Por último, diremos que el Código Procesal califica como actos de temeridad,
el hecho de que la demanda, contestación o medio impugnatorio, carezca
manifiestamente de fundamento o cuando a sabiendas se aleguen hechos
contrarios a la realidad (artículo 112º, numerales 1) y 2).
Son estas, algunas reflexiones respecto a la conducta procesal de las partes,
cuyo estudio y desarrollo debe ampliarse.

5
Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 14


ANALISIS DEL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA, Ley 27815

2. PLAN DE SESION Nº 14
El plan de sesión Nº 14, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es aplicar las normas éticas y morales al ejercicio
profesional del Abogado. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Análisis del Código de Ética de la Función Pública, Ley N° 27815”.

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y EL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA FUNCIÓN


PÚBLICA
Para entender el modo y como debe aplicarse el Código de Ética de la Función
Pública es preciso, ubicarnos previamente en lo que se denomina
Administración Pública, para conocer en que medio ha de funcionar la ética.
Igualmente debe determinarse a quien se le llama “Servidor Público” y a que
se llama Función Pública, pretendiendo con ello encontrar una respuesta y
concluir si es suficiente tal enumeración en un frío catálogo como es el que nos
trae la Ley. Sobre el particular, nos remitimos a la sesión anterior en el que se
define lo que es Función Pública y Servidor Público
Es preciso también hacer una revisión del entorno, a fin de tener una mayor
claridad, respecto al cumplimiento de las disposiciones que la Ley contiene.
Un hecho cierto es que la Administración Pública pasa por un desprestigio
total, no existiendo, casi ninguna institución que sea la excepción, este es el
caso del Poder Judicial, del Sector Salud, de las Municipalidades. Los actos de
corrupción, la incompetencia y la desatención al público usuario, así como la
falta de solidaridad y de conciencia del servicio que debe prestarse es
calamitoso. Desde esta perspectiva el Código de Ética de la Función Pública
pretende contribuir que la Función Pública, entendida ésta como un servicio a
la Nación, se haga realidad, obteniendo mayores niveles de eficiencia del
aparato estatal, de modo que se logre una mejor atención a la ciudadanía,
priorizando y optimizando el uso de los recursos públicos, en conformidad con

1
Deontología Jurídica

lo dispuesto por la Ley Marco de Modernización.


Para el efecto, la Ley alude a los Principios y Deberes Éticos del Servidor
Público, a las prohibiciones éticas del Servidor Público, Propone, además
incentivos, sanciones y el procedimiento en la aplicación de las sanciones que
correspondan.
PRINCIPIOS DE LA FUNCIÓN PÚBLICA (art. 6º):
El artículo 1º de la Ley Nº 27815 (Ley del Código de Ética de la Función
Pública), refiriéndose al ámbito de aplicación de la Ley, establece que “Los
Principios, deberes y prohibiciones éticos se establecen en el presente Código
de Ética de la Función Pública rigen para los servidores públicos de las
entidades de la Administración Pública, de acuerdo con lo establecido en el
artículo 4º de la presente Ley”.
a) Respeto: Significa que el Servidor Público debe respetar
la Constitución y las Leyes. Debe, además, garantizar
que en todas las fases del proceso, toma de decisiones
o en el cumplimiento de los procedimientos
administrativos, se respeten los derechos a la defensa y
el del debido proceso. La palabra respeto, viene de
RESPIRARE = MIRAR. Respeto, entonces, es la
capacidad de ver a una persona tal cual es. Importa la
ausencia de explotación. Quiero que la persona crezca y
se desarrolle por si misma, en la forma que le es propia y
no para servirnos y no como yo quiero. El respeto
constituye el complemento de la responsabilidad, para
que este no se convierta o degenere en dominación y
pasividad. La responsabilidad, equivocadamente, lo
hemos entendido como un deber, como algo impuesto.
Sin embargo, la responsabilidad debe entenderse, como
una respuesta voluntaria a las necesidades de quien se
ama, exprese o no tales necesidades, Significa estar
listo para responder. RESPONSABILIDAD =
RESPONDER.

2
Deontología Jurídica

b) Probidad: Significa actuar con rectitud, honradez y


honestidad. Anteponer el interés general al interés
personal. Es deshechar todo provecho o ventaja
personal obtenido por si o por interpósita persona.
a) Eficiencia: Referido a la calidad del servicio que se
presta. Para el efecto debe procurarse una capacitación
sólida y permanente. Debe estar relacionada con los
costos. Un servicio será eficiente si cuesta menos.
b) Idoneidad: La idoneidad tiene que ver con la aptitud
técnica, legal y moral. La idoneidad constituye una
condición esencial para el acceso a la Función Pública.
El servidor debe propender a una formación sólida
acorde a la realidad, capacitándose permanentemente
para el debido cumplimiento de sus funciones.
c) Veracidad: Es el equivalente a la autenticidad. Es decir
ser auténtico en las relaciones funcionales con todos los
miembros de la institución y con la ciudadanía. Contribuir
al esclarecimiento de los hechos.
d) Lealtad y Obediencia: Lealtad con los compañeros de
trabajo, con nuestros jefes inmediatos. Significa ser
solidarios. Cumplir las órdenes impartidas relacionadas
con las funciones a su cargo. Deben exceptuarse las
órdenes arbitrarias e ilegales, poniéndolas en
conocimiento de sus superiores.
e) Justicia y Equidad: Dar a cada uno lo que le
corresponde. Ser justos. Pero para ser justos con los
demás, es preciso, antes ser justos con nosotros
mismos. Ser equitativo: La EQUIDAD, según Aristóteles,
constituye un correctivo a la rigidez de la justicia. Es
como un instrumento de medida (…) elaborado con una
sustancia plegable que le permite adaptarse a las
sinuosidades de los objetos que tenía que medir.

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Deontología Jurídica

f) Lealtad al Estado de Derecho: Según el Código de


Ética el ocupar un puesto de confianza en un régimen de
facto, constituye causal de cese automático e inmediato.
Se precisa lealtad con el gobierno de turno.

DEBERES DE LA FUNCIÓN PÚBLICA (art. 7º).


a) Neutralidad: Significa actuar con imparcialidad política, económica o de
cualquier índole en el desempeño de sus funciones. Hay que demostrar
independencia en relación con otras personas, partidos políticos o
instituciones.
b) Transparencia: Debe prestarse el servicio de manera transparente, en
el entendido de que éstos tienen carácter público. La información debe
ser fidedigna, completa y oportuna.
c) Discreción: Guardar reserva de los hechos o informaciones que por
razones de su trabajo tenga acceso.
d) Ejercicio adecuado del cargo: No debe adoptar represalias de ningún
tipo o ejercer coacción alguno contra otros servidores públicos u otras
personas.
e) Responsabilidad: Responder desarrollando sus funciones a cabalidad
y en forma integral.

PROHIBICIONES (art. 8º).


a) Mantener intereses en conflicto: No deben tener conflictos de
carácter económico, laborales o financieros.
b) Obtener ventajas indebidas: Obtener ventajas indebidas o procurar
beneficios para si o para otros, utilizando su cargo, autoridad o
influencia.
c) Realizar actividades de proselitismo político: Utilizando sus
funciones, la infraestructura, bienes o recursos públicos.
d) Hacer mal uso de la información privilegiada: Participar en
transacciones u operaciones financieras utilizando información
privilegiada de la entidad a la que pertn3ece o que pudiera tener acceso

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Deontología Jurídica

a ella por su condición o ejercicio del cargo que desempeña. Tampoco


debe permitir el uso impropio de la información en beneficio de algún
interés.
e) Presionar, amenazar y/o acosar: Que atente contra la dignidad de la
persona. Inducir a la realización de acciones dolosas.

FUNCIÓN PÚBLICA (art. 2º Ley de la Carrera Administrativa).


“…toda actividad temporal o permanente, remunera u honoraria,
realizada por una persona en nombre o al servicio de las entidades de
la Administración Pública, en cualquiera de sus niveles jerárquicos”.
SERVIDOR PÚBLICO (art. 4º Ley de la Carrera Administrativa).
Es…”todo funcionario, servidor o empleado de las entidades de la
Administración Pública, en cualquiera de los niveles jerárquicos sea este
nombrado, contratado, designado, de confianza o electo que desempeñe
actividades o funciones en nombre o al servicios del Estado,
independientemente del régimen jurídico de la entidad en la que preste
servicios, ni el régimen laboral o de contratación al que este sujeto”.

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Deontología Jurídica

CONTENIDO DE LA SESION DE APRENDIZAJE Nº 15


LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL CONTROL DE LA CONDUCTA
MORAL DEL ABOGADO

2. PLAN DE SESION Nº 15
El plan de sesión Nº 15, forma parte de la Segunda Unidad de Aprendizaje,
cuyo objetivo específico es aplicar las normas éticas y morales al ejercicio
profesional del abogado. El tema de sesión como ha quedado dicho se
denomina “Los Colegios de Abogados y el Control de la Conducta Moral del
Abogado”.

LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL CONTROL DE LA CONDUCTA


MORAL DEL ABOGADO

ANTECEDENTES.
El primer Colegio o Congregación de Abogados se crea en Madrid en 1595, en
el Convento de la Compañía de Jesús”, bajo los auspicios de “María
Santísima”. Este sería el modelo del Colegio de Abogados de Lima, que luego
lo fuera de los demás Colegios del Perú.
Los fines del Colegio, según sus estatutos fue:
- Adelanto científico y la ayuda social de sus agremiados.
- Las prácticas piadosas.
Posteriormente en 1627, se estableció que las defensas en las Cortes de
Madrid sólo la harían los letrados inscritos en el Colegio, estableciéndose, por
primera vez, el requisito de la inscripción.
En 1794, luego de más de un siglo, se completaron las leyes sobre los
abogados, estableciéndose que los abogados:
- Sólo debían patrocinar causas justas.
- Proceder de buena fe.
- Concertar previamente honorarios (utilizó el término “salario”).
- Tomar relación escrita del dicho del patrocinado para no incurrir en

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Deontología Jurídica

error y responsabilidad por culpa.


- Guardar secreto de las informaciones.
- Se estableció que la impericia sería penada.
Se consolidó, además, el requisito de la inscripción previa para la defensa de
las causas. Igualmente, se limitó el ejercicio de la profesión, en conformidad
con el número de vecinos. Todas estas normas regían en las colonias
españolas, con la única excepción de la inscripción porque en ellas no había
Colegio de Abogados.
Como puede verse, las obligaciones de los abogados estuvieron siempre
relacionadas con su conducta. Su primer y fundamental obligación es no
patrocinar causas injustas, debiendo entenderse éstas, como aquellas que no
tienen ninguna posibilidad de tener un pronunciamiento positivo para el
patrocinado.
En prioridad le sigue el actuar de buena fe, tal como lo exigen las reglas de
conducta del Código Procesal Civil en su artículo 109, numeral 1).
FORMACIÓN DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA.
El Colegio de Abogados en el Perú se fundó luego de que hubiera transcurrido
casi dos siglos de la fundación del Colegio de Madrid, mediante la Real Cédula
del Rey Carlos IV, del 31 de julio de 1804, cuya finalidad sería la mejor
dirección de los negocios y los recursos judiciales.
En el año 1805, el Cabildo remite la Real Cédula a la Real Audiencia, quien
designó una comisión a fin de que redacte los Estatutos. Esta comisión estuvo
integrada por Vicente Morales Duárez. El 18 de febrero de 1808, esto es luego
de casi tres años, fue aprobado el proyecto por acuerdo de la Real Audiencia y
el 23 de marzo del mismo año, el Virrey Fernando de Abascal ratificó la
resolución de formación del Colegio de Abogados, para posteriormente por
especial Cédula del 22 de enero de 1811, se produjo la confirmación real.
Como puede observarse, desde que se emitió la Real Cédula (31 de julio de
1804), hasta la emisión de la especial Cédula de confirmación real, del primer
Colegio de Abogados del Perú, con sede en Lima, debió transcurrir casi siete
años.
De este modo, según precisa Arosemena Garland, Geraldo, nace “La ilustre

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Deontología Jurídica

Corporación que perdura en el Perú a través de todas las vicisitudes políticas y


que ha sabido demostrar en los momentos más graves y difíciles de nuestra
historia su absoluta independencia, defendiendo siempre, al margen de todo
interés partidario, los excelsos fueros de la justicia” (“El Colegio de Abogados
de Lima y sus decanos”, Lima 1977. Pag. 27).
Durante el Virreinato, el Colegio, reservó la defensa en los tribunales de
justicia, a los abogados inscritos. Tuvo una existencia de trece años de vida
institucional y en él estuvieron congregados los más distinguidos abogados de
la Audiencia, por lo que se constituyó en el centro de desarrollo cultural,
académico y del saber. Se instituyó la defensa cautiva.
Durante la época de la emancipación, fueron muchos los abogados
agremiados que aportaron con su talento y entrega a la causa de la
independencia. Entre las egregias figuras que destacan, podemos mencionar a
Francisco Javier Luna Pizarro, Francisco Javier Mariátegui y José Faustino
Sánchez Carrión. Este último fue gran defensor de los derechos humanos y
de los fueros de la justicia.
Es importante anotar que a la ceremonia especial de Cabildo Abierto, del 28 de
Julio de 1821, realizada en los Claustros de la Universidad de San Marcos, en
la que el Libertador don José de San Martín, proclamó la Independencia del
Perú, el Colegio de Abogados asistió en pleno, prestando solemne juramento
todos sus miembros y comprometiéndose a defender con sus bienes y
personas la libertad recién alcanzada al separarnos definitivamente de la
Metrópoli. Se evidenció así su gran identificación y compromiso con los
destinos del país y por tanto la misión que le corresponde asumir.
Según el mismo Arosemena, durante el tránsito del Virreinato a la República
“El Ilustre Colegio de Abogados de Lima cumplió los fines fundamentales de su
creación, manteniendo incólume su honor y gloriosa tradición (…). Fue
vigilante centinela al servicio de los supremos intereses de la justicia, para
contribuir al sostenimiento de los principios constitucionales, propagar los
conocimientos jurídicos y ayudar siempre en variadas formas, a la perfección
de nuestras leyes y cuidar que se apliquen rectamente” (obra citada, pág. 99).
Finalmente anotemos dos memorables fechas que tienen que ver con la

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Deontología Jurídica

vigencia de los Colegios de Abogados del País:


- 1870, el Presidente José Balta, aprueba los nuevos estatutos y el
Colegio de Abogados se convierte en una institución laica.
- 1910, el Presidente Augusto B. Leguía, aprueba la Ley N° 1367, Ley
Orgánica de los Abogados de la República. De este modo se le da
carácter oficial al Colegio de Abogados de Lima y a los que
posteriormente se establecieron en nuestro país.
PRINCIPIOS, FINES Y ATRIBUCIONES DEL COLEGIO DE ABOGADOS
El Colegio de Abogados, cualquiera que sea, agrupa a los profesionales del
Derecho sin excepción alguna. Por ello, el abogado, tanto personal como
institucionalmente se relaciona con sus patrocinados, la magistratura, con sus
colegas y en general con la sociedad y el Estado, dentro de cuyo seno
desarrolla su profesión.
Desde tal perspectiva, el Colegio de Abogados, como institución que los
agrupa regula sus deberes y derechos, así como sus relaciones. En
cumplimiento de los fines históricos que ha cumplido y debe cumplir, según lo
hemos graficado líneas arriba, el gremio se rige por principios que han de
responder a los fines que persigue. Una brevísima relación de los principios
sería la siguiente:
- La justicia como principio y fin supremo del Derecho.
- La ética, con los patrocinados, los abogados y en las relaciones
institucionales e interpersonales. La vigencia de los Derechos
Humanos, del Estado de Derecho, la afirmación de los valores y el
servicio a la comunidad.
- La cultura de la democracia, rechazando la intolerancia, la
dependencia y la discriminación en cualquiera de sus formas o
manifestaciones.
- La contribución a la promoción del desarrollo integral del país con
libertad, paz y justicia social.
Por su parte, constituyen fines del Colegio de Abogados, entre otros:
- Promover el ejercicio de la abogacía dentro del derecho, la ética y la
justicia, considerando la elevada función social que a la profesión le

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Deontología Jurídica

corresponde.
- Garantizar que los abogados gocen de las prerrogativas y
consideraciones que le corresponden en el ejercicio de la abogacía.
- Promover el desarrollo de las ciencias jurídicas y la actualización de
la legislación.
- Contribuir con la administración de justicia y velar por la autonomía
del Poder Judicial.
- Defender la Constitución Política y el Estado de Derecho.
Se consideran como atribuciones del Colegio de Abogados las siguientes:
- Denunciar ante las autoridades competentes toda forma de
discriminación que atente contra la investidura forense y el ejercicio
irrestricto de la abogacía.
- Ejercer las acciones constitucionales contra los actos que atenten
contra la vigencia de la Constitución Política, el Estado de Derecho y
los Derechos Humanos.
- Denunciar el ejercicio ilegal de la Abogacía.
- Emitir pronunciamientos sobre asuntos de interés nacional, regional,
local o institucional.

LA CONDUCTA MORAL DEL ABOGADO Y EL CONTROL QUE DEBE


EJERCER EL COLEGIO DE ABOGADOS.
Es punto común que magistrados y abogados se responsabilicen mutuamente
de los resultados negativos de un proceso. El Juez dirá que hubo una mala
defensa o negligencia del abogado patrocinador de la causa. Por su parte el
abogado dirá que el Juez se parcializó o que simplemente es un incompetente.
En cualquiera de los casos, las consecuencias de la parcialización, la
incompetencia o la negligencia las asume el patrocinado o justiciable.
Tanto la Ley Orgánica del Poder Judicial, como el propio Código Procesal Civil,
establecen las obligaciones, tanto del Juez como del Abogado, así como las
sanciones correspondientes para ambos. Igualmente en los Estatutos de los
Colegios de Abogados, se considera como falta grave las infracciones al
Código de Ética del Abogado.

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Deontología Jurídica

Los actos de temeridad o de mala fe a que se refiere el artículo 112° del


Código Procesal Civil, solo obligan al Juez remitir copias de las actuaciones
respectivas a la Presidencia de la Corte Superior, al Ministerio Público y al
Colegio de Abogados. En consecuencia, corresponde a éste último realizar la
investigar de los hechos y oportunamente, sancionar el mal accionar de sus
agremiados.
Los actos de temeridad en que puede incurrir, tanto el abogado, como el
justiciable, pueden producirse en la demanda, contestación de demanda o
medio impugnatorio. En cualquiera de éstos actos procesales, puede ocurrir
que carezcan manifiestamente de fundamento jurídico, se aleguen hechos
contrarios a la realidad o se entorpezca reiteradamente, por cualquier medio, el
normal desarrollo del proceso atentándose contra el Principio de Celeridad
Procesal (ver art. 111° C. P. C.).
Los actos de temeridad y de mala fe son comunes en el proceso, sin embargo
son pocos, por no decir ninguno, los casos que han sido investigados y
sancionados evidenciándose un “alto grado de impunidad en el ejercicio
profesional”, conforme lo investigado por encargo de Justicia Viva. Se afirma,
igualmente que al Colegio de Abogados le falta voluntad para investigar y
sancionar a sus miembros. Los Colegios de Abogados de todo el Perú cuentan
con su estatuto, su código de ética y algunos hasta tienen un Tribunal de
Honor y un consejo de ética, pero carecen de un ente que fiscalice la labor
profesional del abogado. Falta, entonces, divulgar una cultura de fiscalización,
a fin de que los justiciables pongan en conocimiento del Colegio de Abogados
la conducta de sus integrantes.
Sobre el particular, es preciso anotar que de .prosperar el propósito, deben
establecerse los lineamientos necesarios y pertinentes a fin de evitar abusos,
pues de lo contrario se podría llegar a extremos intolerables que pongan en
riesgo la profesión.
Se viene afirmando, en forma exagerada, que la masificación de la profesión
del abogado, por la proliferación de facultades de derecho en todo el país, ha
traído como consecuencia la baja formación académica y ética, por lo que
debe establecerse un control más rígido respecto a los planes de estudio y a la

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Deontología Jurídica

colegiatura. Independientemente de que sea cierto o no tales afirmaciones, se


observa en muchos estudiantes y profesionales del Derecho poca inclinación
por el estudio y la correcta preparación para el ejercicio profesional.
De otro lado, se reclama que así como se realizan referéndums para controlar
el ejercicio de la magistratura, debe haber un mayor control en el ejercicio
profesional del abogado, puesto que si exijo el cumplimiento de obligaciones,
previamente debo cumplir con las mías.

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