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ENERO, 2003
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1.1. Introducción
El desarrollo de un proceso de negociación responde a una planificación intuitiva o explícita que supone una
serie de pasos, de anticipación de las respuestas que se pueden dar a los actos de la parte contraria. Con frecuencia esto
ocurre de modo intuitivo, no calculado pero responde a una orientación genérica de la parte hacia unos objetivos. Por
ello podemos considerar el plan estratégico como:
“conjunto de actividades coherentes e integradas dirigidas a la consecución de sus objetivos en la resolución
del conflicto” (Munduate y Martínez, 1998: 73).
Los pasos mediante los que este plan va a tomar cuerpo en la facticidad de la interacción es la táctica:
“la táctica consiste en transformar una línea estratégica probable en un itinerario real” (Munduate y Martínez,
1998: 73, citando a Fauvet, 1975).
Aspectos a considerar en la preparación de un plan estratégico (Munduate y Martínez, 1998: 76, citando a Zartman,
1978 y Launay, 1982):
La finalidad de la negociación es crear una nueva realidad por medio del intercambio controlado de
información.
El intercambio controlado de información para crear esta nueva realidad se realiza mediante el diálogo libre
entre las partes.
El objetivo es que la nueva realidad sea lo más ventajosa posible a los propios intereses.
Desde la obra de Walton y McKersie (1965) la negociación se estudia en términos de dimensiones integradora y
distributiva. Thomas lo integra en el conocido esquema derivado de Blake y Mouton y adaptado por él mismo de la
siguiente manera:
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-1-
Estructura y Procesos de la Negociación
Competición Colaboración
Dim. Integradora
Asertivo
Asertividad
Compromiso
No asertivo
Dim. Distributiva
Evitación Acomodación
No cooperativo Cooperativo
Cooperatividad
Thomas, 1992: 671
La dimensión distributiva representa las intenciones de las partes respecto a la proporción de satisfacción
respecto a los asuntos. Es una dimensión de dar y tomar –give and take, o de suma cero (la competición sería el tomar
extremo, la acomodación dar en extremo).
La dimensión integradora representa las intenciones de las partes respecto al total de la satisfacción de los
asuntos de todas las partes. La colaboración sería la búsqueda de una solución que satisfaga a ambas partes, mientras
que la evitación reduce el tamaño de la satisfacción por la renuncia de ambas partes.
La identificación de estas dos dimensiones es un asunto de importancia capital: en toda negociación hay
elementos de ambas, en ningún caso deben considerarse excluyentes. El peso de los distintos elementos varía con el
tiempo dependiendo de la estrategia elegida, de las tácticas desarrolladas –pueden utilizarse tácticamente las
dimensiones-, de la evolución de la negociación, de la reacción del contexto, etc. La división que se realiza entre
negociaciones distributivas e integradoras responde únicamente a criterios analíticos orientados a una mayor claridad
expositiva –y además hay que recordar que hay otras tipologías sobre la negociación. La trasposición a un caso real
exige necesariamente la consideración de ambas dimensiones simultáneamente.
En este tema vamos a abordar los aspectos principales de la negociación distribuidora. Ésta rara vez se da de
forma pura en la realidad, y mucho menos en las organizaciones, pero puede ser una parte del proceso global de
negociación y además permite clarificar el proceso de negociación.
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-2-
Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Oferta inicial
Parte B
←Rango de negociación→
←Rango de acuerdo→
←Zona de acuerdo potencial→
Rangos de negociación
Objetivo de A Punto de resistencia de A
Rango de negociación de A
Rango de negociación
positiva
Rango de negociación de B
Punto de resistencia de B Objetivo de B
Obj. de A PR de A
Rango de negociación de A
Rango de negociación
negativa
Rango de negociación de B
PR de B Obj. de B
Además de los elementos señalados –Oferta Inicial, Objetivo, Punto de Resistencia- hay un cuarto elemento
que hay que tener en cuenta→la alternativa, es decir la posibilidad de realizar una negociación alternativa con otra
parte. Fisher y Ury (1981) acuñaron el famoso acrónimo BATNA para referirse a ello, BATNA: Best Alternative to a
Negotiated Agreement, es decir la mejor alternativa que se dispone en lugar del acuerdo.
Alternativa:
No existe, es esa negociación o nada.
Sí existe:
o Las condiciones son idénticas: La alternativa se conforma como un nuevo punto de resistencia
(por ejemplo: estaba dispuesto a pagar 15 por lo que había ofrecido 11, aunque inicialmente me pedían 16,
pero he encontrado alguien que me lo vende por 14, ahora no estoy dispuesta a pagar más de 14).
o Las condiciones entre la negociación original y la alternativa varían. La función de la alternativa hay que
considerarla en función de esas diferencias.
o La posible existencia de una alternativa puede ser utilizada de manera estratégica.
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-3-
Estructura y Procesos de la Negociación
Punto de acuerdo
El objetivo de una negociación distributiva es lograr un acuerdo en el rango de negociación positiva.
La percepción de la deseabilidad del acuerdo logrado afectará a la relación posterior de las partes:
Esta relación es improbable –o imposible-: se busca el acuerdo más favorable a los propios intereses.
Esta relación es inevitable: el acuerdo se orienta con la estabilidad de las relaciones futuras.
Esta relación es deseable: el acuerdo se supedita al mantenimiento de esas relaciones.
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-5-
Estructura y Procesos de la Negociación
El proceso de la negociación distributiva consiste en un intercambio de ofertas y contraofertas por las partes
negociadoras. Por ello es fácil resumirlo en unas ofertas iniciales, un juego de concesiones y un acuerdo final o la
ruptura de las negociaciones. En este proceso el contenido y el ritmo de las concesiones es el núcleo, a él se añaden los
elementos que quien negocia decide añadir como puede ser el uso de compromisos, amenazas, promesas, etc.
Oferta inicial:
Las ofertas extremas suelen dar mejores resultados:
o Dan más margen.
o Actúan como metamensaje:
▪ Queda mucho para lograr un acuerdo
▪ Las concesiones iniciales van a ser para establecer un puente posible entre las partes
Pero las ofertas iniciales extremas tienen inconvenientes:
o Pueden suscitar un rechazo frontal por la otra parte –incluso la ruptura de las negociaciones-.
o Endurece la negociación lo cual puede ser perjudicial en la relación a largo plazo.
Por ello la oferta inicial debe ser todo lo extrema que sea viable, y siempre con una alternativa en caso de rechazo
frontal o propuesta de ruptura.
Actitud inicial:
o Puede ser de enfrentamiento duro o amistosa.
o Lo importante es que sea consecuencia de una análisis de la otra parte y que sea consistente con la oferta
inicial.
Concesiones iniciales:
Tras el desacuerdo inicial aparecen las primeras concesiones.
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
o El que hace la primera concesión da una señal del tipo de progresión que espera en las negociaciones –
rápido, lento, en qué punto, indirecto, etc.-; obliga a la otra parte a responder; señala el camino a seguir;
demuestra una voluntad hacia el acuerdo –es un aval sobre sus intenciones de lograr el acuerdo-, etc.
El papel de las concesiones:
o Son la negociación.
o Hay una postura conocida como Boulwarismo1 que supone que una parte hace una oferta inicial
innegociable, es decir niega el juego de concesiones mutuas: niega la negociación. Ha sufrido un rechazo
generalizado.
o Suponen un cierto reconocimiento de la legitimidad de las aspiraciones de la otra parte.
Patrón de concesiones:
o Requieren un ritmo: no deben ser hechas muy rápidamente.
o Se sustenta en la reciprocidad, lo contrario es una señal de debilidad.
El papel de las promesas y las amenazas:
o Las amenazas: es un compromiso de castigar al otro si no acepta nuestras demandas, adopta la forma de “si
tu no------, entonces yo----“. Este tipo de afirmación pone inmediatamente al otro a la defensiva, a la vez
que establece con claridad nuestra posición. Te castigo si no cumples mis demandas (si no te conformas).
La amenaza nos informa sobre las consecuencias de no cumplir lo deseado, pero nos deja inciertos sobre
las consecuencias de someterse.
o Las promesas son mensajes contingentes sobre la intención de una parte de comportarse de modo que
beneficie los intereses del otro, adopta la forma de “si tú----, entonces yo----“. Ofrece una consecuencia
reforzante (se premia) de manera contingente a que el otro se someta. Las promesas típicas indican lo que
ocurrirá si el otro se comporta según lo deseado, pero no nos dicen nada sobre qué ocurrirá si no se somete.
o La efectividad de estas tácticas depende de su credibilidad. Fuentes de credibilidad comunes a todas las
tácticas: (1) La reputación del negociador o consistencia en el pasado en el cumplimiento de los
compromisos. La consistencia en el cumplimiento de las promesas hace la amenaza actual creíble,
produciendo sometimiento, mientras que la consistencia en el cumplimiento de las amenazas, no hace que
las promesas actuales sean más creíbles. (2) El estatus del negociador (las amenazas de negociadores de
alto estatus a negociadores de bajo estatus son más efectivas que viceversa la credibilidad disminuye a
medida que la ejecución del compromiso es más costosa para el que lo realiza).
Oferta final
o Se suele guardar un margen de concesión para el final para tratar de forzar el acuerdo
o Cuando una oferta es realmente la última tiene que quedar claro para la otra parte –debe usarse una
expresión no utilizada hasta el momento, debe acompañarse de señales no verbales, argumentos sobre la
irrebasabilidad, etc.- en caso contrario puede conducir a la ruptura.
1
Se debe al nombre del jefe del equipo negociador de la General Electric en los ’50. Antes de que los sindicatos
planteasen sus demandas él presentaba una oferta cerrada, innegociable, y presuntamente buena –al menos desde su
punto de vista-. El rechazo a esta táctica se mantuvo muchos años después de dejar de utilizarse.
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Estructura y Procesos de la Negociación
1.5. El compromiso
Es un recurso negociador con características específicas que conviene analizar con cierto detalle. A veces se le
añade el adjetivo irrevocable para una mejor comprensión: compromiso irrevocable.
Definición:
Es la decisión irrevocable de no aceptar ningún acuerdo inferior a uno determinado (Gómez-Pomar, 1991, p.
47).
“Es la toma de una posición negociadora con una promesa explícita o implícita que compromete el curso futuro
de la acción”. Puede conllevar una amenaza (Lewicki et al. 1999).
“Declaración de intenciones; selección abierta de cierta estrategia, por adelantado, y para influir la elección que
haga el antagonista” (Walton y McKersie, 1965, p. 71).
Los compromisos –irrevocables- son afirmaciones que manifiestan la determinación de mantenerse firme en
una oferta particular, y no hacer más concesiones. No son mensajes “si---entonces”, no tienen el elemento de
contingencia. A veces, si la otra parte se niega a aceptar nuestra posición irrevocable, esta técnica se combina con
amenazas de romper la negociación. Un tipo particular de compromiso irrevocable es la táctica denominada última
oferta, en la cual se transmite el mensaje de que no hay más espacio para las concesiones, y de que la oferta es final.
o Recalcar la amenazas
Abandonar uno mismo sus compromisos:
o La posibilidad tiene que ser siempre considerada.
o Apoyarse en cambios en la postura global del oponente que dejan sin sentido al compromiso.
o Apelar a intereses superiores a los de la parte –el bien general, el daño a los usuarios o consumidores, etc.-.
o La incorporación de una tercera parte –mediador, árbitro- a cuya presencia se atribuye el cambio.
o No se debe contestar en el mismo sentido, es muy difícil reconducir a caminos normales la situación.
o Tácticas de respuesta:
▪ Insistir en que la otra parte cambie su oferta por otra más razonable
▪ Mostrar referentes sólidos que muestren lo inadecuado de la oferta
▪ Amenazar con abandonar la negociación
El señuelo (bogey):
o Se pretende que algo con poca o ninguna importancia parezca muy importante
o Debilidades:
▪ Si la otra parte la descubre se siente engañada y menospreciada
▪ Pueden enzarzarse las partes en una negociación que a ninguno interesa demasiado
La mordida (the nibble):
o Logro de concesiones proporcionalmente pequeñas. Para cerrar el trato exijo algo proporcionalmente
pequeño –al comprar un traje si no hay rebaja: “me lo llevo si me regala una corbata”-.
o Debilidades:
▪ Da la impresión de mala fe, hace desconfiar.
▪ Es evidente.
El gallina (se basa en el juego de la película Rebelde sin causa):
o Una de las partes mezcla un gran farol con una acción amenazante para forzar a la otra parte a ceder.
o Es una táctica de alto riesgo.
o Es muy difícil defenderse de ella. Hay que acudir a referentes externos para discernir entre el farol y la
amenaza real.
La intimidación:
o Es la exhibición de poder –físico, de experto, etc.- para desequilibrar la situación.
o Debilidades:
▪ La amenaza tiene efecto en tanto se reconoce.
▪ Si tiene éxito dañará las relaciones futuras –o las mantendrá en esos parámetros con deseos de
venganza-.
▪ Conduce fácilmente a la ruptura.
El trabajo desmesurado (abrumar con exceso de información) (snow job):
o Consiste en dar tanta información o utilizar un lenguaje tan técnico que la otra parte no es capaz de
procesarlo.
o Forma de contrarrestar
▪ Exigiendo clarificación
▪ Si el asunto es técnico→demandar la presencia de expertos
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
2.1. Introducción
El otro gran modelo arquetípico de negociación es aquél en el que no necesariamente tiene que haber
ganadores y perdedores, en el que las ganancias o los resultados positivos de uno no implican pérdidas o resultados
negativos para el otro. Son negociaciones en las que ambas partes se dan cuenta de que existe la posibilidad de
encontrar una solución que permita satisfacer en grado suficiente las aspiraciones de ambas partes.
Es una negociación caracterizada por el intercambio de información entre las partes y por una intensa actividad
creativa en la búsqueda de esa situación que permita desarrollar el potencial de resultados positivos. El que las partes
trabajen por ese tipo de solución no quiere decir que sea fácil ni evidente, de ahí la importancia del trabajo creativo.
La relación entre las negociaciones distributivas e integradoras puede ser muy cercana. El paso de una
negociación de tipo distributivo a una solución de tipo integrador no solo es factible sino que además es deseable: es la
solución óptima para negociaciones distributivas que se encuentran en callejones sin salida. Más complejas, aunque
suponga la gran mayoría de las negociaciones reales, son las situaciones de negociación mixta que incluyen aspectos
distributivos e integradores y a las que se hará una breve referencia al final del tema.
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Estructura y Procesos de la Negociación
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
I. instrumental en algo: se valoran las condiciones favorables del tema a causa de su efecto en negociaciones
subsiguientes.
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Estructura y Procesos de la Negociación
a) Redefinir o reestructurar el problema de modo que se pase de una situación de yo gano-tú pierdes a otra de yo
gano-tú ganas.
b) Dado el problema, generar una larga lista de opciones para que las partes puedan considerarlas.
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Grupos nominales
Consiste en que los participantes realicen listas de posibles soluciones alternativas que después se discutirán en
grupos pequeños.
La ventaja es que las personas manifiestan sus preferencias y las explican; el inconveniente es que solo
participan los presentes.
Informes
Supone la realización de un pequeño cuestionario para recoger todas las opiniones necesarias incluyendo a
personas ausentes.
La ventaja es que hay más opiniones, el inconveniente es que las personas no defienden directamente sus
opiniones.
Phillips 6/6
Para grupos grandes. Se dividen en grupos de menos de seis personas que debaten el tema en seis minutos –un
minuto por orador y uno final para resumir las aportaciones. Los seis minutos de discusión se pueden
prolongar si es necesario aunque no excesivamente.
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Estructura y Procesos de la Negociación
Es difícil encontrarse negociaciones puras en el sentido de que solo tengan elementos distribuidores o
integradores. Lo habitual es que aparezcan entremezclados ambos.
Una situación distributiva es aquella en la que la ganancia de uno supone la pérdida del otro.
Una situación integradora es aquella en la que hay una solución que proporciona el nivel máximo de ganancia a ambas
partes –superior a la que lograrían persiguiendo sus objetivos prescindiendo de la otra parte-.
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Una situación mixta es aquella en la que hipotéticamente puede encontrarse una solución que proporciona una
ganancia conjunta que puede ser inferior, en algunos aspectos, a la que podrían lograr las partes si cada una persiguiese
exclusivamente sus objetivos, pero cuyo logro supone tal coste para las partes que anula el valor de esos objetivos. Es
decir las partes tratan los distintos aspectos a negociar tanto desde una perspectiva distributiva como integradora, lo cual
puede suponer que algunos elementos se traten de modo distributivo y otros de modo integrador, que se suceda uno u
otro tipo de tratamiento a los mismos elementos o que se busque algún tipo de equilibrio o compensación utilizando la
distribución o la integración, lo cual puede realizarse de modo estratégico o táctico.
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Estructura y Procesos de la Negociación
o La negociación no solo se produce en cada uno de los asuntos concretos sino también en la compensación
entre distribución e integración de los distintos temas.
La única recomendación general que se puede hacer es la de que la mejor estrategia general es la del tit for tat,
entendiendo que sería un intercambio recíproco y sucesivo de tipo perceptivo. Es decir, no es tan importante que una de
las partes coopere, aporte información fidedigna, amenace o trate de distorsionar la realidad a su favor, como que la otra
parte lo perciba así ya que va a reaccionar con arreglo a esta percepción.
Este breve apunte sobre las negociaciones mixtas permite comprender la idea de dimensiones de las estrategias
en los conflictos (Thomas, 1992) o la complejidad de planteamientos como los modelos teóricos de negociación
desarrollados por Mastenbroek (1993) o por Van de Vliert y Mastenbroek (1998).
Competición Colaboración
Asertivo
Dim. Integradora
Compromiso
Asertividad
No asertivo
No cooperativo Cooperativo
Cooperatividad
Fuente: Thomas, 1992: 671
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
La negociación debe ser entendida como un proceso social complejo en el que se ven implicados diferentes
actores sociales. En este apartado vamos a desarrollar con más detalle aspectos tales como quiénes componen la
estructura social de la negociación y los diferentes niveles posibles, la importancia del control de la visibilidad de la
negociación respecto a las audiencias, la importancia de la disponibilidad de terceras partes en el proceso negociador, el
fenómeno de las coaliciones y aspectos relacionados con la llamada negociación intracorporativa o intraorganizacional.
El entorno social de la negociación incluye todas las partes que están presentes en la negociación, aquellas
afectadas por los resultados de la negociación (aunque de hecho no hayan estado negociando), y los observadores de la
negociación (Lewicki y Litterer, 1985: 209). Es fundamental que cada negociador conozca cuántos individuos, grupos u
organizaciones pueden estar implicados en la negociación, y cuál es su posible posición ante la negociación. El
negociador necesita diseñar una estrategia para utilziar estos recursos a su favor o bien prepararse para defenderse ante
tales tácticas cuando son utilizadas por los otros.
B
E
A D
C F
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Estructura y Procesos de la Negociación
B E
Negociadores
C F
A D
J G
K
Representados como Audiencias
H
a) La conducta del representante como resultado de un campo de fuerzas: El Modelo Tripolar de McGrath
McGrath (1966) propuso considerar tres fuerzas confluyentes en cada uno de los negociadores, en el denominado
Modelo Tripolar:
Fuerzas R: dirigidas hacia la posición de la parte representada. Pueden ser de dos tipos:
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
o Las que proceden de la ideología del negociador o de la identificación actitudinal con su grupo de referencia.
o Las que proceden de las obligaciones de su rol como representante de la parte.
Fuerzas A: dirigidas hacia la posición de la otra parte. Incluyen:
o Atracción de un negociador por otro negociador como persona
o Simpatía del negociador con los objetivos de la otra parte
o Percepción del negociador de si el/los otros negociadores están negociando de buena fe o no.
Fuerzas C: dirigidas hacia la organización o el sistema social en el que están insertas las partes: deseo de que la
solución sea buena para la comunidad en general.
NEGOCIADOR
Fuerzas C
Hacia la comunidad o la
organización
Fuente: Elaboración propia
El éxito de la resolución de la negociación debe juzgarse respecto a las tres partes implicadas (la propia, la oponente y
la comunidad u organización). El grado de éxito es la consecuencia del equilibrio entre los tres conjuntos de fuerzas.
Las fuerzas R son consideradas como los determinantes más importantes para el éxito de la tarea y, a su vez, se asume
que la presión que ejercen las fuerzas R es contraria al éxito de la tarea, de hecho los principales problemas en la
negociación son producto de la propia tarea más los derivados de las fuerzas R.
b) El papel del representante como un conflicto de rol en tensión permanente. Las Negociaciones Mediante
Representantes según Van de Vliert y Mastenbroek
Van de Vliert y Mastenbroek (1998) en su modelo de Propiedad Potencial del coste o beneficio de la
Negociación diferencian entre aquellas negociaciones que se realizan directamente por los afectados por el resultado de
la misma y entre aquellas que se realizan mediante representantes. El papel de éstos muestra el doble ámbito de
intereses tanto respecto a sus representados como respecto a los negociadores de la otra parte. Estos autores afirman que
el resultado no es una yuxtaposición de tácticas que pueden ser contradictorias sino un proceso único de tensión entre
todos los intereses, por ejemplo la evaluación del representante por sus representados está vinculada a la actitud del
oponente –si el oponente es el cooperador, los representados son más suspicaces con su representante-. Por ello hablan
de dos momentos en las tácticas del representante: en un primer momento la táctica fundamental es reducir el
conflicto de rol provocado por la representación en la negociación –expectativas diferentes respecto al representante por
parte de sus representados y de la otra parte- mediante la recogida de información que le permita conocer las
características y los miembros de la propia parte y de la otra parte, se trata de precisar las expectativas de rol y las
razones de esas expectativas así como las consecuencias de las posibles conductas a desarrollar. En un segundo
momento, una vez reducida la ambigüedad, las tácticas más importantes son las siguientes:
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Ambos modelos muestran la compleja posición ocupada por el representante que tiene que dar cuenta de
multitud de tensiones procedentes desde diferentes focos mediante una actuación que solo puede ser singular –es decir
no puede actuar de modo diferente para cada demanda-.
Negociadores
A D
Audiencias espectadoras
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Estructura y Procesos de la Negociación
Por todo ello la audiencia (independientemente de que sea dependiente o no) afecta a los negociadores de modo
diferencial dependiendo de las siguientes características:
Su identidad, composición y tamaño
Su relación con el negociador
Su papel específico en la negociación (es dependiente o no, qué importancia tienen los resultados para él, etc.).
El estilo y la comunicación que mantiene con el negociador.
La disposición aparente a realizar demandas o imponer sanciones según el curso de la negociación (si se desvía
de sus expectativas).
Rubin y Brown (1975, pp. 44 y ss.) resumen en las siguientes proposiciones la influencia de la audiencia o público en
los negociadores:
La mera presencia de público (incluyendo la presencia psicológica) motiva a los negociadores a buscar la
evaluación positiva y evitar la negativa, especialmente cuando el público es considerado importante por el
negociador.
o En esta mezcla de presión del negociador de recibir una evaluación positiva y la necesidad de recibirla el
aspecto central es la naturaleza de la relación entre el negociador y el público.
Para que el negociador obtenga una evaluación positiva su comportamiento debe ser evaluado por el público,
debe mostrarlo, debe dar cuenta de él ( tiene que rendir cuentas ante un público).
El público, especialmente el dependiente (partidario) presiona hacia la lealtad, el compromiso y la defensa de
sus posiciones preferidas:
o Esa presión puede hacer que la capacidad del negociador para percibir alternativas sugeridas por la otra
parte se vea reducida.
En resumen: “los negociadores que tienen necesidad de una evaluación positiva pueden ser controlados por el público
que puede darles o quitarles ese tipo de recompensa. La satisfacción de tales necesidades depende del grado en que un
negociador satisface la demanda de explicación y clarificación de su público, lo cual suele suponer una demostración de
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
lealtad, compromiso y defensa de sus posiciones. Curiosamente un compromiso y una defensa excesiva puede que no
vaya a favor ni de los intereses del negociador ni de sus partidarios”. (Rubin y Brown, 1975: 54).
Ya hemos señalado que es menos probable que los negociadores bajo vigilancia-observación persigan estrategias
integradoras, y por lo tanto obtengan resultados conjuntos, respecto a aquellos que no son observados (negocian de
forma privada). El estatus y el poder relativo del negociador, y la cantidad de presión ejercida por los miembros
representados (grado de responsabilidad), son variables mediadoras en estos procesos de influencia negociador-
audiencia.
Teniendo en cuenta este tipo de influencia y la actuación de los negociadores representantes, Lewicki y Litterer
(1985) han establecido la posibilidad de manipular de forma táctica la visibilidad de la dinámica negociadora:
Limitar concesiones haciendo las acciones del negociador visibles hacia su audiencia, y de esta forma
situándose en una posición que el oponente reconocerá como difícil de cambiar.
Incrementar la posibilidad de concesiones cortando la visibilidad de las negociaciones a la audiencia (si es
posible), o si no realizando negociaciones con la otra parte de manera informal o no oficial.
Comunicarse indirectamente con el otro negociador comunicándose con sus audiencias más flexibles.
Facilitar la construcción de una relación con el otro negociador reduciendo la visibilidad y comunicación con
las audiencias de ambas partes.
Las terceras partes pueden desempeñar roles formales (conciliador, mediador, árbitro) o informales
(intermediario, enviado especial). La diferencia entre ambos es grande, mientras que los roles formales suelen estar
definidos -legalmente o normativizados de alguna manera- los informales no y es difícil que no se les vea enviados por
alguna de las partes o al menos relacionados con alguna de ellas, por lo que sus funciones suelen ser muy escasas –y
más escasas en la medida en que se vea esta dependencia-, por ejemplo la de servir de canal de comunicación en un solo
sentido.
Las terceras partes, especialmente, las formales con su sola presencia ejercen una cierta presión hacia el
acuerdo –el grado de presión dependerá del rol concreto del mediador, del reconocimiento de las partes, etc.-.
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Estructura y Procesos de la Negociación
Resumiendo en dos:
Influir en la estructura de la comunicación
Influir en el proceso de diálogo
Los factores psicológicos que influyen en la eficacia de la intervención de la tercera parte son:
La confianza en la integridad de la tercera parte
La confianza en las habilidades de la tercera parte
El aumento del número de partes en la negociación supone un incremento en los problemas de coordinación,
un mayor tiempo para llegar a acuerdos y una complejidad general de la situación. Un hecho frecuente es la formación
de coaliciones:
Coalición: la unificación del poder, los recursos –o ambos- de dos o más partes para tener mayores
posibilidades de obtener los resultados deseados, o ejercer control sobre las partes excluidas.
Las presiones hacia la formación de coaliciones se producen por la percepción en la propia posición de
debilidad, desventaja o insuficiencia de recursos para obtener un resultados deseado (son más probables en
negociaciones competitivas –de tipo distributivo- en las que los recursos también están distribuidos entre los
participantes).
Por el contrario, la percepción de la insuficiencia de la coalición (si la unión de dos partes no es suficiente para
modificar los resultados previsibles contra una tercera, el no formar una coalición preserva sus rasgos identitarios) o el
desarrollo de actividades específicas contra esa coalición (contracoaliciones –amenaza o efectiva, distribución de
información negativa respecto a la parte con la que el otro quiere coaligarse, explicitación de diferencias sustanciales
entre las partes que quieren coaligarse, etc.) las dificultan.
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Factores que afectan al grado de deseabilidad de una parte para ser considerada como integrante de una coalición:
Poder relativo:
o Se trata de equilibrar el número mínimo de partes coaligadas con unas diferencias de poder relativamente
escasas.
Situacionalidad:
o Las partes tienden a coaligarse con quieres comparten una desventaja común frente a una tercera parte.
o Las partes tienden a complementarse en sus habilidades y destrezas respecto al objetivo fijado.
La división de los resultados obtenidos entre las partes coaligadas suele ser proporcional cuando las diferencias
de poder son escasas, cuando son notables la parte poderosa tiende a aumentar la parte que le corresponde.
Ya hemos señalado que en el triple juego de fuerzas en el que se ve envuelto el negociador (con su parte, con la otra
parte, con el contexto) la primera de ellas con frecuencia toma la forma de un conflicto de rol. En este conflicto las
expectativas de los partidarios divergen del modo como el representante está desempeñando su rol.
En estas circunstancias la estrategia que puede seguir el negociador o representante depende de dos factores (es el
modelo de Walton y McKersie, 1965):
De las expectativas de la organización en materia de comportamiento
De las expectativas de la organización en materia de contenido
En ambos casos el negociador puede modificarlas, ignorarlas o someterse a ellas. Ahora bien no todas las opciones
son viables. Walton y McKersie las resumen del siguiente modo:
Modificarlas
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Estructura y Procesos de la Negociación
La necesidad de poner en marcha estrategias de este tipo se pone de manifiesto cuando el proceso de ajuste
interno (Morley, 1982) no ha sido el adecuado, en caso contrario este tipo de negociación intracorporativa es
innecesaria o se restringe a reajustes habituales a los que obliga la dinámica negociadora.
5.1. Comunicación
Por comunicación podemos entender el intercambio de información y transmisión de significados (tiene como
condición necesaria la retroalimentación).
La estructura tradicional de la comunicación (Shannon y Weaver, 1948 y repetido con mayores o menores
variaciones, p.e.: Peiró, 1991: 376, Lewicki et al. 1999: 142, etc.) puede representarse de la siguiente manera:
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Feed-back
Redundancia
Condicionamientos Condicionamientos
CIRCUNSTANCIAS CONTEXTUALES
El proceso de comunicación
El proceso de comunicación se puede resumir en la conocida fase de Harold Lasswell:
Quién dice qué, por qué canal, a quién y con qué efectos
El proceso no termina en la aceptación por parte del receptor del mensaje, sino en la respuesta que se transmite
al emisor, “feed-back” o retroalimentación. Podemos decir que no hay comunicación hasta que no se da el
proceso de retroalimentación.
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Estructura y Procesos de la Negociación
Finalmente hay que tener en cuenta las circunstancias contextuales que varían la accesibilidad a
determinados elementos esenciales para codificar, transmitir, interpretar, etc.–fuentes, repertorios...- o que
incluso alteran la presencia de otros –barreras-.
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versus claridad, firmeza). Teniendo en cuenta estas variables, diferentes investigaciones han encontrado que las
amenazas son más creíbles con mensajes polarizados, directos, intensos, diversos y con seguridad.
• El uso de coloquialismos o de metáforas puede ser problemático y puede confundir, transmitir falta de sensibilidad
o crear un sentido de exclusión, en el caso de negociaciones interculturales.
• Normas-pautas lingüísticas: Las partes cuyas participaciones comunicaban intereses tanto respecto a los temas
sustantivos como por las relaciones con la otra parte, conseguían soluciones más integradoras y mejores que
aquellas partes solo preocupadas o bien por los temas sustantivos o bien solo por la relación. Importancia crítica de
las primeras discusiones durante la negociación para llegar a soluciones integradoras.
Preguntas inmanejables
Provocan dificultades: ponen a la defensiva e incluso provocan ira en el oponente aunque le aporten información,
de modo que dificultan su colaboración futura.
Dan información (¿No sabe usted que no podemos permitirnos eso?)
Traen a la discusión una falsa conclusión (¿No cree que ya hemos hablado bastante de eso?)
Preguntas en negociación
Preguntas manejables
De final abierto, no se contestan con un sí o un no. Preguntas de Quién, Qué, Cuándo, Dónde y Por qué
Abiertas, invitan a pensar
Orientadas, apuntan hacia una respuesta
Frías, con bajo nivel de emocionalidad
Planificadas, forman parte de una secuencia lógica
Amables, elogian al contrario al pedir algo
Preguntas ventana, que dan la oportunidad al otro de explicarse
Directivas, que especifican mucho lo que se demanda
Indicativas, que tratan de informar sobre los sentimientos del otro
Preguntas inmanejables
De final cerrado, incluyen la respuesta que uno quiere, fuerzan a aceptar la propia perspectiva
Cargadas, ponen en un aprieto a la otra parte independientemente de su respuesta
Calientes, con alta emocionalidad, que provocan respuestas emocionales
Impulsivas, sin planificación, al calor del momento y desvían la conversación
Tramposas, parecen requerir una respuesta sincera y en realidad están “cargadas”
Trampas reflexivas, se trata de incluir al otro en el propio punto de vista por reflexión (Así es como nosotros
vemos la situación ¿no creen ustedes?)
Fuente: Nieremberg, 1973 apud Lewicki, Saunders y Minton, 1999: 166
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Estructura y Procesos de la Negociación
Un tipo de preguntas específicas que pueden abrir las resistencias de la otra parte y facilitarnos información
son las de tipo ¿por qué no?: en la negociación se suele estar más dispuesto a hablar de lo que está mal en vez de lo que
está bien.
La escucha activa
De las tres formas de escucha (pasiva -recepción del mensaje sin respuesta alguna de ningún tipo-; asentimiento -
recepción del mensaje con pequeñas señales de haberlo recibido como movimientos de cabeza, murmullos, expresiones
como “ya”, “claro”, “entiendo”, etc.-; y activa) esta última es la que tiene una mayor importancia en la negociación.
Características de la escucha activa:
o Énfasis en escuchar más que en hablar
o Responder a la persona más que en términos abstractos
o Seguir al otro más que dirigirle
o Clarificar lo que el hablante ha dicho en vez de cuestionarlo o sugerir lo que se debería decir o sentir
o Responder a los sentimientos que ha expresado el otro
Es una técnica usada en el counseling que puede usarse en determinados momentos en la negociación. Es
inadecuada al principio de la negociación ya que puede dar la impresión de una empatía excesiva con la otra parte. Es
un recurso para ahondar el trabajo en los momentos cooperativos o para desbloquear puntualmente la negociación.
El intercambio de roles
Es una técnica usada para evitar la ceguera de la implicación demostrado frecuentemente por argumentaciones
de tipo circular que se refuerzan a sí mismas. Se trata de romper la unilateralidad del punto de vista de los negociadores
y que traten de adoptar el punto de vista de la otra parte. Es una técnica solo válida en situaciones de compatibilidad de
los intereses de las partes, en caso de incompatibilidad este intercambio puede reforzar la percepción de
incompatibilidad y hacer imposible la progresión en la negociación.
5.2. Persuasión
En la negociación son constantes los esfuerzos por influir en la postura de la otra parte, en sus percepciones y
opiniones. Se trata de que el otro vea nuestra postura como razonable, que se acerque a nuestro puno de vista, de
convencerle que nuestras concesiones son suficientes para que tenga que ahondar en las suyas, etc. Ese proceso de
influencia a través del manejo de la información es la persuasión. Existen diversos procesos persuasivos en la
negociación (hacia la otra parte, entre el representante y los representados, entre varios representantes de una misma
parte, etc.).
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1. Exposición 4. Aceptación
2. Atención 5. Recuerdo
3. Comprensión 6. Conversión en conducta
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o Dos aspectos: conseguir algunas concesiones –pequeñas o genéricas- por la otra parte en algún sentido que
nos interese para ahondar el compromiso que establece con esa postura (“técnica del pie en la puerta”);
evitar el compromiso de la otra parte con posturas que no nos interesan –o tratar de romper el que ya haya
adquirido-.
La ubicación en la estructura comunicativa:
o Centralidad → nudo por el que pasa gran cantidad de información
o Relevancia → importancia de la información que pasa por la posición
o Visibilidad
La sanción social, o la existencia de una aprobación por parte de un grupo significativo del entorno social.
Influencia normativa vs Influencia informativa
o I. normativa: buscar la aprobación social por adecuación a la norma mayoritaria, suele acompañar a un
procesamiento superficial de la información
o I. informativa: buscar el consenso social por la profundización reflexiva en la postura mayoritaria, suele
acompañar a un procesamiento sistemático de la información.
Cualquier análisis de los procesos de persuasión en la negociación no debe olvidar nunca el contexto propio de
la negociación. Con frecuencia los negociadores son representantes con lo que la persuasión se produce en dos ámbitos:
entre los negociadores y entre el representante y sus representados; y además de modo bidireccional. La libertad que
una persona que se representa a sí misma tiene para dejarse persuadir –por ejemplo por el atractivo físico o la afinidad
política de la otra persona- en la negociación está mediatizada por otras variables de la estructura de la negociación. De
nuevo aquí, al igual que con las variables individuales como se verá más tarde, se puede afirmar que la importancia de
todo proceso de persuasión está mediatizado por la variables estructurales, procesuales y, en general, contextuales de la
negociación –cuyo efecto puede ser de potenciar la persuasión o de impedirla-.
Ya hemos hablado de algunos aspectos relacionados con los participantes en la negociación en el apartado de
la estructura social de la negociación. En este apartado se desarrollarán específicamente las características individuales
de los negociadores, teniendo en cuenta que quedan algunos aspectos sin desarrollar como las dinámicas grupales –
composición de la parte, evolución de la misma, procesos de liderazgo, la relación entre el líder y el representante, etc.-.
En el siguiente apartado analizaremos la influencia de dos características situacionales como son el territorio donde se
efectúa la negociación y la dimensión temporal.
La influencia de las características individuales de los negociadores no puede ser negada, pero el problema
fundamental reside en la diversidad teórica en los estudios de personalidad y actitudes que ocasiona la proliferación de
aportaciones difícilmente comparables entre sí. Además a esto se suma la falta de una teorización consistente y
respaldada de forma mayoritaria sobre la negociación. La existencia de uno, dos o tres modelos teóricos permitiría una
clarificación del área. Las propuestas más interesantes parecen las integraciones que realizan Rubin y Brown (1975) con
su dimensión única y la de Thomas (1992) integrando diversas propuestas en su modelo de gestión del conflicto.
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En este campo son frecuentes los resultados contradictorios: por ejemplo Rubin y Brown (1975) revisaron más
de 100 estudios, en unos 30 no encontraron diferencias entre hombres y mujeres, 20 señalaron que los hombres
negociaban de modo más cooperador que las mujeres y otros muchos el resultado inverso –que las mujeres cooperaban
más que los hombres-. Las distintas revisiones realizadas del tema apuntan tanto a problemas teóricos como
metodológicos para explicar esta situación.
Problemas teóricos:
No hay modelos estables de investigación. El paso de unos a otros es completamente caótico (a esto se podría
añadir la orfandad teórica)
Los factores de personalidad están incorrectamente definidos
Problemas metodológicos:
Los instrumentos de medida no permiten detectar unas diferencias individuales que probablemente sí existan.
Las variables sociales y estructurales anulan la influencia de las de personalidad
En caso de tener algún efecto las variables se produce en interacción con las variables sociales y estructurales.
Las poblaciones elegidas para obtener las muestras son demasiado homogéneas –estudiantes- para mostrar
diferencias sustanciales en las variables de personalidad.
En resumen, se pueden establecer las siguientes conclusiones respecto a la influencia de las variables individuales
de los negociadores:
Las variables referidas a atributos individuales explican muy poca varianza del comportamiento negociador.
Cuando se encuentran efectos de las características personales sobre el comportamiento negociador, los
factores estructurales situacionales a los que los negociadores son sometidos, reducen o eliminan tales efectos.
Si bien las diferencias individuales pueden predisponer a los negociadores a un comportamiento particular en
las primeras rondas de la negociación, factores estructurales claves como la naturaleza del problema, la relación
de poder entre los negociadores, presiones de representantes, o simplemente la conducta del otro negociador
pueden rápidamente anular los efectos de cualquier diferencia individual que existiera al comienzo de la
negociación.
Las variables de personalidad pueden interactuar con las variables estructurales de formas complejas e
impredecibles.
Maquiavelismo
El origen de los estudios de maquiavelismo está en los trabajos de Christie y Geis de 1970.
Características de las personas con alto M:
o tienden a tener un punto de vista cínico sobre las personas
o expresan abiertamente sentimientos de hostilidad y desconfianza
o es menos probable que piensen o actúen de modo socialmente deseable
o tienen niveles bajos en moralidad, honestidad y confianza convencionales
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Los resultados son escasos debido a que la investigación no ha sido excesiva. Lo poco que hay es:
o Cuando los negociadores tienen puntuaciones opuestas en M los resultados son peores que cuando ambos
las tienen altas o ambos las tienen bajas.
o Cuando los niveles son discrepantes:
los de bajo M hacen menos ofertas
los de bajo M cambian su estrategia con más facilidad
los de alto M no cambian su estilo de negociación por el comportamiento de la otra parte
Confianza interpersonal
La confianza es un asunto central en la negociación. En la negociación los representantes recogen información
de la otra parte y tienen que decidir en qué medida es una información fiable y qué medida no.
Rotter (1967, 1971, 1980) ha propuesto que la confianza interpersonal funciona como una variable de
personalidad con efectos importantes en las relaciones sociales.
Confianza interpersonal: “expectativa general sostenida por un individuo de que las palabras, las promesas, las
afirmaciones escritas u orales de otras personas pueden ser tenidas como ciertas” (la cita es de la obra
de 1980 de Rotter, p.1, en Lewicki et al, 1999: p.363).
La confianza interpersonal se basa en las experiencias pasadas de los individuos.
La personas con alta CI:
es menos probable que mientan, engañen o hagan trampas: creen que los demás merecen confianza y
tienen que demostrar que ellos también, imponen niveles de moralidad más altos
Las personas con baja CI:
no creen que los demás se vayan a comportar de una manera moralmente adecuada por lo tanto están
menos presionados para comportarse así ellos mismos: mentir, engañar, etc. se consideran
recursos defensivos.
La diferencia no está en que los que tienen alta CI sean más crédulos que los que la tienen baja, sino que ante
situaciones en las que no se tiene certeza sobre una información dada por otra persona, tienden a darle validez
hasta que tienen evidencia de lo contrario. Los que tienen baja CI lo plantean al revés: no acaban de dar validez
a lo manifestado hasta que las evidencias les orientan hacia ello.
Ross y La Croix (1996) sostienen la hipótesis de que la CI influye en los procesos cognitivos, aunque no está
demostrado empíricamente (haría referencia a los procesos de atribución, la coordinación de las estructuras,
etc.).
Es una característica que permite realizar ofertas que la otra parte va a aceptar mejor, o anticipar sus demandas. Es
importante en negociaciones de tipo integrador. De nuevo hay poca investigación.
Autoeficacia
Wood y Bandura (1989): “es la creencia de las personas en que son capaces de movilizar los recursos cognitivos y
motivacionales así como desarrollar las acciones necesarias para conseguir controlar los sucesos que afectan a sus
vidas”.
Las personas con alta AE obtienen mejores resultados en los procesos de negociación, también suelen fijarse
objetivos más ambiciosos.
Muy relacionado con la autoeficacia está el concepto de Locus de control (Rotter, 1966): grado en el que una
persona percibe que controla lo que le ocurre:
LC externo: la causa de lo que le sucede está en razones externas
LC interno: la causa de lo que le sucede está en sí mismo (su habilidad, su capacidad, etc)
En negociaciones los LCI tienden a conseguir resultados de mayor importancia y se quedan menos en los puntos
muertos.
Autovigilancia
Desarrollado inicialmente por Snyder (1974, 1987): “grado en el que las personas son conscientes de las
circunstancias externas”.
Altos en AV:
gran sensibilidad a la información interpersonal externa
Bajos en AV:
mayor sensibilidad a los sentimientos internos o personales
En negociación los altos en AV incluyen en la planificación la impresión que quieren causar en la otra parte, tienen
en cuenta más estrategias alternativas y consiguen un porcentaje mayor de los objetivos fijados que los bajos en
AV.
Sexo, género
Sexo: categorías biológicas
Género: aspectos psicológicos y sociales asociados a cada categoría
Los estudios tradicionales se han orientado hacia la diferencia de sexo, mientras que desde los años ochenta se hace
énfasis en la importancia de los roles sexuales y, por lo tanto, de la diferenciación por el género.
Tras diversos estudios que mostraban diferencias no consistentes –a las mujeres se les trataba peor por su
contrincante en la negociación que a los hombres (se les hace una oferta inicial más baja, obtienen peores resultados
y son penalizadas por tácticas que a los hombres se le permiten), las mujeres incluían más aspectos personales, etc.-
, Carol Watson (1994) lanzó la hipótesis de que lo significativo era la diferencia de poder y no el sexo. Sus
resultados confirmaron esta hipótesis.
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6.1.2. La reconceptualización de Rubin y Brown: la utilización de una dimensión única (la Orientación
Interpersonal).
Rubin y Brown (1975) proponen el uso de una única dimensión: la orientación interpersonal (OI).
En el modelo de Thomas se identifican cinco posibles estilos dependiendo de la relación cruzada con dos variables
–interés en los resultados propios e interés en los resultados ajenos- El mismo Thomas propone dos dimensiones de
personalidad para vincular estos estilos no a una elección estratégica –un cálculo de cuál será el estilo que
proporcionará mejores resultados dadas unas determinadas circunstancias- sino a una adecuación a unos determinados
rasgos de personalidad. Las dimensiones propuestas son:
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Domínguez Bilbao, R. y García Dauder, S.
Estilo de evitación
Estilo de colaboración
Estilo de compromiso
La importancia del factor territorio va a venir mediada por diferentes variables, entre otras el tipo de negociación de
que se trate (en el caso de negociaciones internacionales por ejemplo resulta fundamental). A este respecto se ha
estudiado la importancia de la neutralidad-distintividad y de la apertura-discrecionalidad de las negociaciones:
Neutralidad-Distintividad:
Si el lugar se identifica como propio de una de las partes:
o Aumenta la asertividad de esa parte y los resultados obtenidos (percepción de control, familiaridad).
o La parte considerada como “huésped” está en una posición subordinada. Los desplazamientos implican
fatiga y gasto de tiempo que se sustrae al tiempo en preparar la negociación, ser anfitrión puede ir
relacionado con mayor estatus (se va al despacho del jefe a negociar algo con él, el jefe no va al despacho
del subordinado).
o Los elementos que distinguen al lugar como relacionado con una de las partes pueden resaltar elementos o
características que a esa parte le interesa resaltar frente a la otra parte (estaría relacionado con el envío de
mensajes a su público favoreciendo la emisión de respuestas positivas por éste –contrarrestar la imagen de
la otra parte, aumentar la diferencia de poder...-).
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En lo que hace referencia a las condiciones físicas del lugar también se puede destacar el aprovechamiento de los
distintos elementos, desde la decoración, los muebles, hasta la disposición de las sillas, la elección del tipo de mesa, la
distancia entre los negociadores, las posiciones relativas entre ellos, etc. Diversos estudios han analizado la utilización
del espacio para crear un determinado clima o atmósfera en la negociación (entornos formales o informales, relajados,
tensos, etc.), marcar diferencias de estatus o relaciones simétricas (favorecer a una parte u otra), etc. Los acuerdos sobre
los aspectos físicos se pueden entender como indicadores de la relación ente los negociadores y el clima de intercambio.
Los negociadores deben decidir cuándo se establecen los límites temporales o incluso si les conviene que existan
fechas límite (sobre ellos, sobre la otra parte o sobre ambos), así como aprender a crear o negociar fechas límite (aunque
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no existan, para forzar movimientos por ejemplo) o desplazarlas de cara a crear las condiciones más favorables para un
acuerdo.
Si una parte posee presión temporal para llegar a un acuerdo y la otra no, esto coloca en una posición de ventaja y
poder a la segunda.
Por otro lado, cuanto mayor sea el tiempo (y esfuerzo) que un negociador dedica a un proceso de negociación,
mayor será el compromiso percibido para tratar de llegar a una solución y no marcharse “con las manos vacías”.
La negociación es un proceso abierto y complejo que ha alentado a algunos autores a hablar de arte de la
negociación (Economy, 1994). Esta metáfora puede mantenerse solo dentro de los límites de los tropos. Pretender
usarlo en su sentido literal conduce a una confianza ciega en un estilo de pensamiento sustentado sobre heurísticos, es
decir sobre reducciones y simplificaciones de la realidad. La intuición puede ser un recurso en situaciones muy
complejas, pero solo si esa intuición esté sometida al conocimiento, el análisis, la información y la experiencia
proporcionará resultados positivos. Lo contrario es mera casualidad.
Estas notas sobre negociación pretenden aportar conocimiento así como fuentes en las que aumentarlo,
rudimentos para el análisis solamente desarrollables en la práctica y centrar la atención en la información relevante para
la negociación. La experiencia deberá adquirirla cada uno de los interesados. Si todo ello le permite encontrar atajos –
heurísticos en términos más precisos- en los procesos de razonamiento y comprensión de situaciones complejas que le
den una ventaja de tiempo o de iniciativa probablemente entienda por qué a veces algunos autores se permiten la
licencia de denominarlo como el arte de la negociación.
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I.S.B.N.: 84/688-0822-9