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Luego, en equipos de cuatro estudiantes deben preparar sus respuestas a las preguntas para
entregar hasta el viernes 26 de abril 11:59 pm por Sicua.
Extraído del libro de Ética Empresarial de Crane and Matten. Adaptado para clase por
Andrés Morales V.
Ustedes son los gerentes de producto de una empresa de confitería que incluye pequeños
juguetes de plástico con sus dulces de chocolate.
Han hecho contacto con Derking un posible fabricante tailandés de estos juguetes en una
feria comercial en Europa, ahora ustedes visitan a la compañía en la parte noreste de Tailandia
para perfeccionar un contrato de suministro por dos años. Al llegar allí y hablar con el gerente
de ventas, comprenden que es viable un acuerdo que le proporciona a su empresa los juguetes
a un tercio del costo que cobra actualmente su proveedor portugués, con los mismos
requisitos de calidad y suministro.
Para verificar la confiabilidad del proceso de fabricación, le piden al gerente de Derking que
les muestre el lugar… Les sorprende descubrir que no hay un taller o área de producción en
las instalaciones de la empresa. Más bien, el proceso de producción se organiza de tal manera
que todos los días a las 6 a.m., aproximadamente 30 hombres se alinean en la puerta de la
compañía, cargan cajas grandes con los componentes de los juguetes en sus carritos o
motonetas y llevan este material para trabajar en sus hogares.
Luego, por petición suya, su posible proveedor los lleva a uno de estos hogares donde ven a
una familia numerosa sentada en un granero con forma de garaje en donde ensamblan los
juguetes. Allí trabajan la madre, el padre y sus seis hijos de entre 5 y 14 años, que como
ustedes pueden apreciar laboran arduamente y por lo que se ve, muy alegremente. Mientras
tanto una abuela hace la comida en una habitación contigua.
Para completar el ciclo, por la noche alrededor de las 8 p.m., las familias toman los juguetes
ensamblados los guardan en las cajas y los hombres de la familia los llevan al taller de la
empresa, donde reciben un pago por cada producto terminado. Al final de la semana, los
juguetes se envían a los clientes del mundo.
Como ustedes nunca han visto un patrón de fabricación de este tipo, su socio tailandés les
explica que esta es una práctica muy común y bien establecida en esta parte del país y que
garantiza un buen nivel de calidad. Satisfechos, le dicen al gerente tailandés que concretarán
el trámite una vez regresen a casa, y dejen al gerente general de su empresa satisfecho con
los ahorros de costos que van a realizar, y confían en que el resultado de esta gestión será
beneficioso para su empresa, incluyendo bonificaciones para ustedes al final del año.
En el camino de regreso a casa, mientras compra algunos recuerdos para sus sobrinas de 5 y
8 años en el aeropuerto… de repente comienza a preguntarse si le gustaría verlas crecer de la
misma manera que las y los trabajadores que acaba de contratar para hacer los juguetes de su
empresa…
Preguntas:
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sentimiento de impotencia de ver cómo estos menores de edad entre 5 y 14 años
trabajan una jornada laboral desde las 6 de la mañana hasta las 8 de la noche y,
sorprendentemente, se les ve felices. Esto último lo recibo con aún más tristeza pues
el hecho de que estén felices no significa que estén desempeñando una niñez y un
proceso de crecimiento sano y con oportunidades. Tal vez la felicidad de estos niños
y la familia en general provienen del hecho de que es lo único que conocen. Esto
quiere decir que existe un ciclo de pobreza en el cual la propia necesidad de
subsistencia está limitando las oportunidades educativas de los niños y esto, en sí,
reproduce la estructura que se observa en este hogar. Esta escena me lleva también a
la reflexión y a cuestionarme: ¿por qué yo sí pude recibir una educación y
oportunidades que estos niños tal vez nunca alcanzarán? ¿en la lotería de la vida por
qué a mí me tocó nacer bajo unas condiciones de acceso que ellos no? ¿qué puedo
hacer para ayudar a garantizarles los derechos fundamentales que se les están
vulnerando?
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En Tailandia, La Ley de protección para los trabajadores tercerizados (Protection Act B.E.2553),
como la ley de protección social, entraron en vigor en mayo de 2011. La ley exige que se paguen
salarios justos –incluyendo igualdad de remuneración entre hombres y mujeres que hagan el mismo
trabajo– a los trabajadores que realicen trabajo en el hogar para una empresa industrial. Por otro
lado, la Declaración de Katmandú, adoptada en el año 2000, aborda los derechos de los trabajadores
a domicilio del sur de Asia.
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de los casos es una elección que tiene por base la necesidad de familias en precarias
condiciones. De acuerdo con una encuesta realizada por EMEI (2014) “más de tres
cuartos dijeron que sus hogares dependían completamente de los ingresos del trabajo
en la economía informal”. De este modo, los trabajadores a domicilio tienen un papel
crítico en la satisfacción de las necesidades básicas de las familias. Lo anterior solo
fortalece mi sentimiento de injustica ya que, si bien se puede denotar una “felicidad”
en los trabajadores, esta es producto de la necesidad y la ignorancia de estos. La
situación es un ejemplo visible del aprovechamiento e imposición de los deseos de
los grandes sobre los pequeños. Por ende, considero que, si bien no se puede cambiar
esta realidad en un periodo corto, si se debe capacitar y dialogar con empleados y
empleadores, llegar a acuerdos coherentes que no maximicen a solo uno; es necesario
sacar a los niños de ambientes laborales y de garantizar prestaciones justas y
necesarias a quienes trabajen.
Paula: La primera impresión que tendría al ver la vivienda de los trabajadores sería
un sentimiento de tristeza y de injusticia al ver las condiciones en las que deben
trabajar, no solo un individuo en particular sino una familia completa.
Adicionalmente, es inaceptable que niños trabajen para poder suplir sus necesidades
básicas. Si bien, en países como Tailandia la regulación laboral es bastante baja tanto
en términos de salarios, horario laboral, seguridad social, trabajo infantil, salud, lugar
de trabajo entre otros, no es justificable aprovecharse de las necesidades de otras
personas para adquirir beneficios propios. Aunque, se ve alegremente a las
integrantes de una familia ensamblando los juguetes estos lo hacen porque no tienen
otra condición mejor en la cual trabajar, no conocen otro entorno en el que tengan
unas garantías laborales dignas. Por lo tanto, mi percepción de le empresa Derking
cambiaría de manera negativa, por lo que no me gustaría hacer negocios que incentiva
los malos tratos y el salario injusto.
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que me sentiría triste y enojada, no solo porque esas no parecen las condiciones justas
o adecuadas para que una persona trabaje y mucho menos para que viva.
Adicionalmente, se podría interpretar que estas personas están siendo víctimas de
explotación laboral e infantil, dado que no cuentas con un horario específico para
trabajar y, los niños 5 a 14 años, también tienen que participar del trabajo para poder
suplir las necesidades de la familia.
Sin embargo, al leer con un poco más de detenimiento y considerando el contexto del
país, cambie un poco de opinión. Los “trabajadores a domicilio” son un concepto que
en países occidentales no es muy conocido, pero que en mi opinión existe y es muy
popular, aunque sea con otros nombres; en países occidentales lo llaman “horario
flexible” pero su ejecución es similar: no se asiste a un lugar de trabajo con un horario
especifico, sino se lleva el trabajo a casa. Al leer un poco más de los “trabajadores a
domicilio” pude llegar a entender que, en algunas circunstancias, esta metodología
podría funcionar muy bien tanto para las empresas como para los trabajadores; pues,
además de la reducción de costos para la empresa, la posibilidad de trabajar en casa
y cuidar de los niños, el no desplazamiento de los empleados contribuye a la reducción
de la contaminación y el tráfico en las ciudades. Adicionalmente encontré que este
formato ya está comenzando a ser regulado por la ley de protección de Trabajadores
a domicilio y una política de protección social, de forma que se garanticen
condiciones de seguridad y se mejore la calidad de vida de estos empleados.
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Esta consideración podría hacer que, sin pensarlo más, canceláramos el contrato con
Derking; pues claramente entramos en Conflictos tanto morales, como éticos.
Por otro lado, entramos en un conflicto moral, en el que lo que me conviene como
gerente de producción es aceptar el negocio, porque tener menores precios en nuestros
insumos: permite ofrecer precios más competitivos en el producto, tener un mayor
margen de ganancia, tener mejor imagen frente a mis superiores y al aumentar la
demanda de Derking, ayudo a mantener el trabajo de dichas familias; pero como
representante de la compañía, no debería aceptar en negocio en esas condiciones, ya
que si mis compradores llegaran a enterarse de los procesos y condiciones de
producción de los juguetes, probablemente dejarían de comprarme y tendían una muy
mala imagen de mi compañía, pues en donde se vende mi producto estas condiciones
son de explotación y están muy mal vistas.
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2. ¿La situación laboral y de producción planteada en el caso genera en usted
razonamientos o confrontación de valores o principios importantes para usted?
Cada uno responde individualmente.
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Karen: La situación planteada en el caso genera en mí una clara confrontación de
principios y valores, situación que me hace cuestionar profundamente cuales son las
acciones que debo tomar. En primera medida me cuestiono mi rol y las
responsabilidades que este involucra, ser gerente de la compañía me envuelve en un
papel que busca el mayor beneficio para esta, ojalá al menor costo posible. Este papel
se ve apoyado por el deseo común de todo ser humano por crecer, ganar o buscar su
bienestar, pero qué pasa cuando este bien individual parece afectar a más personas, o
peor aun cuando va en contra de los valores que como individuo identifico? Es cierto
que como gerente tengo un rol, pero como ciudadana y como persona también. De
esta forma, contradecir lo que soy, el “deber ser” que he construido, por mí y por la
sociedad, no puede ceder ante una situación de deseo. Con esto claro, es evidente que,
bajo mi juicio de valor, dicho actuar sería amoral. No obstante, no es posible silenciar
la voz en mi cabeza qué cuestiona si dicha acción vale la pena. Es menester cuestionar
las consecuencias que actuar “moralmente” me conllevaría; desagrado por parte de
mis superiores, posible pérdida de empleo y por ende de las comodidades que tenga,
entre otras. Por todo lo anterior, considero que lo mejor es llegar a una charla interna
que concilie tanta mi interior como a los terceros a los que proyecto mi decisión. Por
ejemplo, proyecto como viable habar con mis superiores sobre las condiciones de los
trabajadores, las regulaciones que se violarían al ejecutar de dicha forma, mostrar el
valor agregado que nos puede dar apoyar una cadena de producción que tome en
cuenta a sus empleados, pues, al final de todo el proceso, son ellos por quienes
empieza toda la labor encomendada.
Paula: Evidentemente, se genera una confrontación de valores dado que por un lado
existe el interés de generar el máximo de ganancias y hacer crecer la compañía y, por
otro lado, se puede ver un conflicto con las condiciones en las que viven los
trabajadores de la empresa y las pocas garantías existentes para su bienestar. Es de
importancia resaltar, que, si bien la empresa no está haciendo nada ilegal en el ámbito
laboral, está generando empleo en el país y me está reduciendo mis costos
significativamente en mis actividades operativas, está atentando contra la integridad
humana porque de cierto modo la empresa saca provecho de las necesidades que las
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personas del país tienen. Además, los trabajadores carecen de ofertas laborales dignas
por lo que deben ejercer actividades laborales con muy bajo respaldo. En conclusión,
efectivamente se presenta un conflicto entre los intereses de la compañía (Maximizar
ganancias) y los intereses de la comunidad tailandesa en general (ofrecer mejores
condiciones de empleo).
Diana: Definitivamente el caso me confronta, pero me confronto más ver que este no
era un caso inventado para una clase, sino que era un caso real y que hay personas
que llevan años viviendo y trabajando de esa mera. Para comenzar, como gerente de
producción de la compañía quiero ser lo mejor y más eficiente posible, de forma que
lo correcto es llevar la mejor oferta económica encontrada que nos brinde los mayores
beneficios al menor costo. Sin embargo, también quiero ser una persona íntegra y
responsable, que actúa de la misma manera si la están viendo o si no, y que tiene claro
y es radical en que las condiciones laborales tanto de su compañía, como de sus
proveedores deben ser las adecuadas, así esto implique pagar un poco más por el
producto, responsable en entender las consecuencias de sus actos y de cómo estos
pueden promover o evitar tanto las injusticias como el aprovechamiento de los más
fuertes de su poder; en este sentido, debería cancelar el negocio y no promover las
condiciones inapropiadas de trabajo, ni ningún tipo de explotación. Llenar estas
cualidades y características conlleva a destinas decisiones, pero inevitablemente hay
que sopesar, decidir cual tiene más valor para mí y tomar una decisión.
R/ John Stewart Mill, el más importante continuador de la doctrina ética del utilitarismo,
definió la teoría utilitarista como el credo que acepta como fundamento ético la ‘utilidad’ o
el ‘principio máximo de felicidad’, el cual sostiene que las acciones son buenas en cuanto
tienden a dar el máximo bienestar para el mayor número de individuos. Así, se puede afirmar
que la teoría ética del utilitarismo busca el mayor bien para el mayor número de personas y
parte de un análisis costo-beneficio; donde un comportamiento es correcto o incorrecto según
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las consecuencias que produce. Teniendo esto en cuenta, se puede concluir que contratar a la
empresa fabricante sería la mejor decisión desde el punto de vista utilitarista.
Al firmar el contrato con Derking, se están garantizando los empleos para esta familia y
muchas más. Esto quiere decir que estas se ven beneficiadas por medio de los ingresos y, así,
mejoran sus condiciones de vida y su utilidad individual. También, se está beneficiando a la
empresa de confitería pues se están reduciendo costos y, así, aumentando los beneficios y el
excedente del productor en el mercado. El hecho de que la empresa esté mejorando sus
beneficios implica un mejor desempeño financiero y, así, también se ven beneficiados los
accionistas y el resto de stakeholders en la organización. Por esto, la mejor decisión bajo la
perspectiva utilitarista sería aceptar el contrato y recibir los juguetes por parte de Derking
como proveedor.
En primer lugar, es importante tener en mente que el consumidor actual está teniendo
una preocupación más amplia por temas ambientales y sociales. Es por lo anterior,
que si se desea tener una relación a largo plazo con el cliente es importante que las
acciones que efectúa la empresa estén alineadas con los valores que tienen los
clientes. Actualmente, los individuos están cada vez más involucrados en el proceso
de compra de diferentes productos y están comprando productos que sean social y
ambientalmente responsables. Por lo que si alguna persona en particular se entera de
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las situaciones en las que trabajan los empleados de mi proveedor podrían crearse
grupos de interés que hagan caer mi reputación como empresa, lo que se vería
traducido como un baja en las ventas rompiendo los lazos con los compradores.
Por otro lado, es importante que la compañía tenga responsabilidad social y este en
pro de fomentar las buenas prácticas para crear un entorno sano y con bienestar. Por
lo tanto, si se sabe que las condiciones en las que se trabaja en la empresa de mi
proveedor no son las adecuadas y pone en riesgo la seguridad e integridad de las
personas no debería hacerse el trato con Derking. Dado que debería pensarse en
cuales son los estándares mínimos en los que debe trabajar una persona y si mi
compañía quiere ser cómplice de que personas sufran tratos injustos. Así pues, no se
aceptaría el trato mirándolo desde el ámbito de responsabilidad social.
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“Obra de tal modo que uses a la humanidad, tanto en tu persona como en la
persona de cualquier otro, siempre al mismo tiempo como fin y nunca
simplemente como medio”
De este modo, al analizar el caso concreto la decisión más ética estaría orientada a
impedir el negocio con la empresa tailandesa. Esto se fundamenta en la medida que,
la ley moral pura “a priori” que proyecta nuestra intención más honesta, libre de
deseos, libre de experiencias, no concibe como una actuación ética el enriquecimiento
o bienestar propio a costa de procesos que van en contra de la misma dignidad
humana. En este sentido con base al concepto de “buena voluntad” comentado por
Kant en Fundamentación de la metafísica las costumbres es menester que los
humanos obremos por deber y no conforme al deber, es decir, que nuestra actuación
no persiga ningún interés particular, ni sea la inclinación de deseo, sino que sea por
respeto pleno a la ley moral, independiente de que esto tenga consecuencias positivas
o negativas sobre las personas. Por todo lo anterior, no contratar en lo moralmente
correcto, esta actuación impide la degradación y cosificación de la fuerza laboral. Es
posible que dicho acto tenga consecuencias negativas como el incremento de los
costos de producción para el gerente, la disminución en la demanda de dichos
productos y por ende el posible despido del personal o salarios más bajos. No
obstante, esta actuación también tiene consecuencias positivas como son el llamado
de atención y reproche hacia estos actos, suceso que dan visibilidad a las situaciones
y que pueden conllevar a un cambio positivo como lo es la formalización laboral con
todas las prestaciones y condiciones necesarias para su desarrollo.
Bibliografía
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WIGO. (2016). Trabajo decente para las trabajadoras y trabajadores a domicilio
subcontratados en las cadenas mundiales de suministro Plataforma de demandas. WIEGO
Newsletter May 2016. Disponible en: http://www.wiego.org/resources/trabajo-decente-
para-las-trabajadoras-y-trabajadores-domicilio-subcontratados-en-las-caden
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