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Teatros Canal
Escrito en En profundidad Fecha publicación
10 de abril de 2014
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El teatro es una buena manera de entretenerse, un plan perfecto para una primera cita, nos sirve para
defender o criticar aquello que pasa en la sociedad, y lo utilizamos como vía de escape frente a los
agobios diarios. ¿Pero sabíais que se ha demostrado científicamente que el teatro tiene efectos
beneficiosos para la salud?
La Organización Mundial de la Salud define esta como un estado completo de bienestar físico,
mental y social, más allá de la mera ausencia de enfermedad. Y según los últimos estudios, la
asistencia a espectáculos es clave a la hora de conseguir una “mens sana in corpore sano”. Os
contamos por qué ir al teatro no solo os hará vivir mejor, sino también durante más tiempo.
Es bien sabido que utilizamos más de 400 músculos cuando nos reímos, abdominales incluidos.
Según algunos estudios, reírse durante 20 segundos tiene el mismo efecto sobre la salud que hacer
tres minutos seguidos de un ejercicio aeróbico (como correr o montar en bicicleta). Así que si os
decantáis por una obra de teatro cómica podéis ahorraros horas en el gimnasio, y también en la
consulta del médico.
Al reír, el cuerpo libera endorfinas y serotonina, sustancias producidas por las células del sistema
nervioso central, que ayudan a reducir el dolor (de hecho, las endorfinas reciben el nombre de
“péptido opioide” porque ¡tienen el mismo poder analgésico que los derivados del opio!).
Así pues, aunque un personaje nos tenga en vilo, merece la pena acompañarle en su sufrimiento. El
llanto libera adrenalina y noradrenalina, y tras la función nos quedará una agradable sensación de
desahogo.
3. El teatro es más efectivo para mejorar la memoria que el fósforo y los rabitos de pasas
¿A menudo se os olvida dónde habéis puesto las llaves? ¿O el nombre de alguien que os presentaron
hace poco? ¿No sois capaces de recordar el título de la última película que visteis? Tal vez estáis
tomando las soluciones inadecuadas: el teatro puede mejorar vuestra memoria de una manera más
efectiva que otras técnicas, vitaminas incluidas.
Así lo demostraron Helga y Tony Noice, del Elmhurst College. En 2009 realizaron un estudio donde
122 personas de edad avanzada tuvieron un primer contacto con el teatro durante ocho sesiones, que
se desarrollaron a lo largo de cuatro semanas. Aprovecharon además el estudio para comparar el
teatro con diferentes prácticas mnemotécnicas.
En tan poco tiempo, los investigadores pudieron comprobar una mejoría en todas las habilidades
cognitivo-afectivas de los participantes: había mejorado su actitud al hablar, eran capaces de
encontrar las palabras para expresar sus sentimientos con mayor facilidad, y su memoria había
mejorado de forma evidente, y con mayor efectividad que otras técnicas comunes, como los
regímenes vitamínicos.
Este “envejecimiento acelerado” puede a veces prevenirse e incluso ser reversible, y uno de los
tratamientos para ello es la terapia teatral. Está demostrado que las actividades artísticas,
especialmente aquellas que se hacen en grupo, frenan el envejecimiento patológico.
6. Favorece la empatía
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La palabra “empatía” viene del griego “empatheia”, que significa “sentir dentro”, y hace referencia
a la capacidad que tenemos de entender las emociones de otra persona. En esto tiene mucho que ver
el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, quien en la década de los ’90, descubrió la existencia
en el cerebro de las “neuronas espejo”, que son las responsables de la comprensión de los estados
emocionales ajenos.
Consisten en sistemas de neuronas que se activan cuando se ejecuta una acción, pero también
cuando observamos a otro individuo llevar esa misma acción a cabo. Es decir, cuando vemos que
alguien está triste, las neuronas espejo activan en nuestro cerebro un estado emocional parecido al
que experimentamos cuando nosotros mismos estamos tristes. Así podemos ponernos en el lugar de
la otra persona y comprender cómo se siente.
De la misma forma, y aunque la historia de una obra de teatro forme parte de la ficción, nos
alegramos cuando un personaje consigue sus objetivos, y nos entristecemos cuando fracasa. En esto
consiste la empatía, clave de la inteligencia emocional.
Un estudio británico evidenció en 2003 que participar en actividades artísticas (ya sea como
espectador o como creador) mejoraba el ánimo y tenía sorprendentes impactos positivos en diversos
parámetros psicológicos. Sus conclusiones sirvieron de base a los autores de un ensayo publicado
en la revista Psychological Science, quienes estudiaron la relación entre las emociones positivas y el
tono vagal (un índice que mide la actividad del nervio vago, y que está relacionado con la
frecuencia cardíaca y la energía que tenemos en cada momento). Este estudio sugiere que las
emociones positivas y la salud puramente física se influyen mutuamente, creando una espiral
creciente de optimismo y bienestar físico.
Más aún, existen estudios que señalan una relación directa entre el arte (como medio para
experimentar emociones positivas) y sus beneficios a largo plazo: previene los resfriados (según un
estudio del Dr. Cohen y su equipo, en 2006), reduce la inflamación (según Steptoe, O’Donnell,
Badrick, Kumari & Marmot, 2007) y protege contra las enfermedades cardiovasculares (Boehm &
Kubzansky, 2012).
Más aún, hay experimentos que muestran que cuando estamos en un grupo con el que compartimos
intereses (ya sean el teatro u otros), se activa el tono vagal por medio de la oxitocina, una hormona
que también actúa como neurotransmisora en el cerebro, y a la que comúnmente se llama “la
molécula del amor”, ya que liberamos esta hormona, entre otros casos, cuando tenemos relaciones
sexuales.
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Gráfica con los resultados del estudio.
El equipo investigador sostiene, a la vista de los resultados, que el teatro puede ser un buen
entrenamiento cerebral que ayude a prevenir la pérdida de la agilidad mental que ocurre con la
edad. Argumentan que esto es debido a que el teatro requiere atención continuada en la actividad
que se está realizando, lo que a la larga nos hace estar mucho más presentes en el “aquí y ahora”.
Por si fuera poco, los efectos parecen ser directamente proporcionales a la cantidad de veces que
podamos asistir a un evento cultural. Según la NTNU, el 91% de aquellos que habían participado en
cinco o más actividades culturales a lo largo de los seis meses que duró su estudio, dijo sentirse
muy satisfecho con su vida. Entre aquellos que habían asistido a tan solo una cita cultural, el
porcentaje se reducía a un 84%.
Tomado de https://blog.teatroscanal.com/2014/04/10/razones-teatro-es-bueno-para-la-salud/