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Cirripedia

Chapter · January 2014

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Javier Calcagno
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CIRRIPEDIA
Jessica N. Curelovich
y Javier A. Calcagno

lento (por la presencia de los balanos en su


INTRODUCCIÓN casco).”
Carta de Darwin a William Fox. 1852
Se conocen alrededor de 1300 especies de cirri-
pedios. Zullo (1979) sostiene que los cirripedios A excepción de las formas parásitas, estos crus-
son tan abundantes a lo largo de las costas, que los táceos son sésiles o simbióticos, y aunque todas
paleontólogos del futuro bien podrían referirse al las especies son marinas o estuariales, algunos
presente como “la edad de los cirripedios”. Thoracica pasan gran parte de su vida expuestos
Durante mucho tiempo los cirripedios fueron al aire o cerca del agua dulce. Se encuentran en un
considerados moluscos por tener concha calcárea amplio rango de profundidades desde los ambien-
y, aunque las primeras descripciones que se co- tes intermareales, donde habita la gran mayoría de
nocen son las realizadas por Leach, 1817 y Gray, las especies, principalmente asociadas a sustratos
1825, no fue hasta 1830 que el estudio de su de- rocosos, hasta el mar profundo. Se dividen en tres
sarrollo larval permitió que fueran reconocidos superórdenes principales: Rhizocephala (“cirripe-
como crustáceos (Richmond, 2007). dios parásitos”), Acrothoracica (“cirripedios exca-
Charles Darwin fue sin dudas quien contribuyó vadores”) y Thoracica (“cirripedios verdaderos”).
más significativamente a su conocimiento al publi- Los Rhizocephala son todos parásitos de otros
car, entre 1851 y 1854, los resultados del estudio crustáceos y se han especializado tanto, que el
minucioso de 10.000 especímenes obtenidos ma- adulto no presenta ninguna estructura artrópoda.
yormente durante la expedición del Beagle. Una de Los Acrothoracica viven en refugios excavados
las primeras cosas que llamó la atención de Darwin en piedra caliza o en conchas de moluscos. Por
fue encontrar conchas de caracoles en el sur de último, los Thoracica son los cirripedios más
Chile perforadas por organismos diminutos. En un conspicuos y abundantes. Este superorden inclu-
primer momento Darwin creyó que se trataba de ye a los percebes o lepas (cirripedios peduncu-
balanos parásitos y, aunque era un grupo desco- lados, Suborden Lepadomorpha), y a los dientes
nocido para él, pensó que a su regreso a Londres de perro (Suborden Balanomorpha). Los Thora-
la identificación de los mismos no le llevaría más cica se adhieren permanentemente a los más va-
de un mes. La investigación le llevó ocho años y riados sustratos: rocas, algas, plantas terrestres,
concluyó en cuatro monografías (Darwin, 1851 a caparazones de moluscos, crustáceos, esponjas,
y b, 1854 a y b) y dos artículos cortos (Darwin, cetáceos, tortugas y todo tipo de sustratos artifi-
1863,1873). Las monografías abordan exhaustiva- ciales (muelles, botellas, cascos de buques, etc.)
mente aspectos relacionados con la diversidad, la (Buschbaum y Reise, 1999; Schwindt et al., 2009;
anatomía, la reproducción y la paleontología. Por Alonso et al., 2010). Algunos habitan en ambien-
otra parte, los artículos tratan acerca de temas pun- tes más extremos, como las chimeneas hidroter-
tuales. El primero de ellos es de corte netamente males (Watanabe, 2004) (Figs. 1-3).
anatómico, mientras que el otro provee precisiones
acerca del papel de los machos complementarios
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
que se observan en algunas especies.
Los cirripedios son organismos ampliamente
“Estoy en el segundo volumen de los Cirripe- distribuidos a nivel mundial. Uno de los factores
dia y me siento fabulosamente fatigado: odio principales que han fomentado el desplazamiento
al balano como nadie lo ha hecho, incluyendo y colonización de distintas especies fuera de su
a un marino (desesperado) en un barco muy área natural de distribución son las actividades de

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Cirripedia

Figura 1. Cangrejo (Carcinus) infectado con el rizocéfalo Sac- Figura 2. Alcippe, un acrothoracico. (Tomado de Ruppert y
culina carcini (lado derecho del cangrejo por transparencia). Barnes. 1996).
(Tomado de Ruppert y Barnes. 1996).

A B

Figura 3. Láminas dibujadas por Charles Darwin. A. Lepadomorfos, B. Balanomorfos.

navegación marítima, que transportan individuos por la Corriente de Malvinas (40-56ºS), separadas
adultos adheridos a los cascos de los navíos, así por una zona de transición (35-42ºS). Entre las
como sus larvas en el agua usada como lastre (Go- especies presentes en el Atlántico sudoccidental
llasch, 2002; Minchin y Gollasch, 2003). se encuentran algunas con distribución geográfica
Young (1995) dividió la fauna de cirripedios amplia (cosmopolitas) como Amphibalanus am-
distribuidos en el Atlántico sudoccidental en dos phitrite, Balanus improvisus, Balanus trigonus,
subprovincias: una que comprende a las especies Tetraclita squamosa, y otras restringidas a una
subtropicales establecidas sobre las costas de Bra- región (endémicas) como Notobalanus flosculus,
sil (21-35ºS), influenciadas por la Corriente de Notochthamalus scabrosus, Balanus laevis. Bala-
Brasil; y otra que comprende a las especies tem- nus glandula y Megabalanus coccopoma, ambas
pladas establecidas sobre las costas influenciadas originarias del Pacífico, han invadido recientemen-

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te las aguas de Argentina y Brasil, respectivamente dientes intercalados o están fusionadas en algunas
(Spivak y L’Hoste, 1976; Young, 1995). partes, y pueden ser sólidas o porosas. Las placas de
los Sessilia limitan un orificio superior y están uni-
das a una base inferior (región preoral del animal)
TAXONOMÍA que puede ser calcárea o membranosa, y se adhiere
Subphylum Crustacea Brünnich, 1772 al sustrato por un cemento muy resistente secreta-
Clase Maxillopoda Dahl, 1956 do por las glándulas cementantes de las anténulas
Subclase Thecostraca Gruvel, 1905 (Fig. 4A). Los Pedunculata, conocidos vulgarmente
Infraclase Cirripedia Burmeister, 1834 como percebes, presentan un pedúnculo muscular y
Superorden Thoracica Darwin, 1854 flexible que representa el extremo preoral del ani-
Orden Pedunculata Lamarck, 1818 mal y que contiene las glándulas cementantes. El
Suborden Lepadomorpha Pilsbry, 1916 otro extremo (capítulo) contiene la mayor parte del
Suborden Scalpellomorpha Newman, 1987 cuerpo y está cubierto por placas (Fig. 4B).
Orden Sessilia Lamarck, 1818
Suborden Brachylepadomorpha Withers, 1923 B
Suborden Verrucomorpha Pilsbry, 1916
Suborden Balanomorpha Pilsbry, 1916
Superorden Acrothoracica Gruvel, 1905
Orden Pygophora Berndt, 1907
Orden Apygophora Berndt, 1907
Superorden Rhizocephala Müller, 1862
Orden Kentrogonida Delage, 1884
Orden Akentrogonida Häfele, 1911

MORFOLOGÍA
Los Thoracica están usualmente cubiertos por
placas calcáreas fijas y móviles: las partes móviles
son las placas operculares (scutum y tergum), el res-
to de las placas se encuentran entrelazadas forman-
do una estructura rígida (pared) que rodea por com-
pleto al animal. Las placas que componen la pared
se mantienen unidas por medio de tejidos vivos,
Figura 4. Anatomía interna
A de A. balanomorfo
y B. lepadomorfo (Thoracica).
(Tomado de Brusca y Brusca,
2005).

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Los Acrothoracica son los cirripedios más pe- sólo en la larva nauplius, como apéndices utiliza-
queños, generalmente miden unos pocos milíme- dos para la natación y la alimentación.
tros. El cuerpo del adulto tiene forma de saco y Los apéndices del tórax tienen función natato-
carece de placas, al igual que los Rhizocephala. ria en la larva cipris, mientras en los Thoracica y
Muchas de las especies se alimentan del planc- Acrothoracica adultos se utilizan para la alimenta-
ton que capturan y manipulan mediante apéndices ción. En los Rhizocephala sólo los estadios larva-
torácicos birramosos (cirros). Los cirripedios pre- les presentan apéndices, y el cuerpo de los adultos
sentan 6 pares de cirros cubiertos por prolonga- consiste en una serie de tubos que penetran en el
ciones delgadas que retienen el alimento al ser ex- hospedador, y en un saco que contiene las partes
tendidos a través del orificio. Los cirros posterio- reproductivas.
res (4 a 6) son largos y funcionan como colectores El sistema circulatorio de los cirripedios es
del alimento, mientras los anteriores son cortos y complejo. Un seno localizado entre el esófago y
están involucrados además en el transporte de las el músculo aductor es el encargado del bombeo
partículas hacia las piezas bucales (Fig. 4). Tanto de la sangre dentro del pedúnculo y a través de
las mandíbulas como las maxilas están muy desa- las paredes del manto. El desarrollo de este siste-
rrolladas y se utilizan para macerar el alimento. ma circulatorio particular podría estar relacionado
Cuando los individuos están expuestos al aire los con las altas presiones sanguíneas generadas por
cirros se retraen y el orificio es cerrado por las la presencia del pedúnculo, y necesarias también
placas operculares. Los Acrothoracica extienden para la extensión de los cirros y el pene (Fig. 5).
los cirros a través de las estrechas aberturas de las Los cirripedios carecen de branquias. El inter-
galerías que ellos mismos construyen en conchas cambio gaseoso se efectúa principalmente en el
de moluscos. manto y los cirros.
En el caso de los Rhizocephala, parásitos inter-
nos de otros crustáceos, sus cuerpos se ramifican
por el interior de los tejidos del hospedador absor- REPRODUCCIÓN Y
biendo directamente los nutrientes. DESARROLLO
Los Thoracica son en su mayoría hermafroditas
ANATOMÍA con fertilización cruzada, mientras que la mayoría
El cuerpo de los cirripedios está primitivamente de los Rhizocephala y Acrothoracica son dioicos.
compuesto por cabeza, tórax, y abdomen, y con- Se han observado numerosas especies de cirripe-
tenido dentro de un caparazón bivalvo, pero en dios hermafroditas sublitorales, de profundidad o
casi todos los casos, los adultos presentan modi- simbióticas, coexistiendo con machos de tamaño
ficaciones a este esquema para adaptarse a la vida muy pequeño (“complementarios”), que se adhie-
sésil o parásita. El tórax está compuesto por seis ren externamente a las valvas. Estos machos com-
segmentos con pares de apéndices birramosos. La plementarios también se han encontrado asocia-
cabeza, en todos los superórdenes está reducida dos a hembras de tamaño mucho mayor que ellos,
y el abdomen está reducido o ausente. Las larvas en especies con sexos separados, principalmente
cipris siempre tienen un caparazón bivalvo, mien- en aguas profundas.
tras en Thoracica y Acrothoracica este se modifica Los ovarios de los cirripedios sésiles se sitúan
formando un manto membranoso sacciforme (en sobre la base y en las paredes del manto, o en el
forma de saco). En los Thoracica, el saco forma pedúnculo en las formas pedunculadas. Los tes-
las placas calcáreas que encierran el cuerpo. En tículos se encuentran en la región cefálica, y dos
los Rhizocephala adultos el caparazón se pierde. conductos espermáticos se unen en el pene, situa-
La región de la cabeza consiste fundamental- do entre el último par de cirros. El esperma de un
mente en 5 segmentos portando un primer y se- hermafrodita vecino o un macho complementario
gundo par de antenas, un par de mandíbulas y un se introduce en la cavidad del manto de otro her-
primer y segundo par de maxilas. Todos los cir- mafrodita o de la hembra (según sea el caso) por
ripedios se adhieren inicialmente al sustrato por el medio del pene. El pene puede incrementar varias
primer par de antenas, y más tarde, en las formas veces su longitud con respecto a la del reposo para
permanentemente sésiles, por la región preoral de poder fecundar individuos que se encuentran en
la cabeza. Las segundas antenas están presentes las cercanías (Fig. 5).

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en que los apéndices torácicos se han reducido a


no más de dos pares, la larva presenta 6 pares de
apéndices torácicos nadadores (Fig. 6).
Los Acrothoracica presentan sexos separados,
y el desarrollo larval consiste en cuatro estadios
nauplius y una cipris. La cipris macho se adhiere
al exterior de la hembra y se transforma en un ma-
cho complementario.
Los Rizocephala poseen las características
morfológicas correspondientes a los crustáceos
solo en sus estadios larvales. Los Kentrogonida
presentan un estadio kentrogon en su ciclo de vida
que inyecta la larva vermigon en el huésped, la
Figura 5. Cirripedios copulando. Se observa el pene largo y que desarrolla una red de tubos internos y un saco
tubular del individuo de la izquierda introducido en el individuo
que comprende la cavidad del manto, los ganglios
de la derecha. (Tomado de Ruppert y Barnes, 1996).
y unos grandes ovarios, pero no apéndices. En las
En todos los cirripedios los huevos se desarro- especies dioicas, los machos complementarios se
llan externamente, pero son incubados dentro de adhieren al saco de la hembra. Los Kentrogonida
la cavidad del manto hasta que se liberan las lar- son endoparásitos de decápodos.
vas nauplius. El desarrollo usualmente incluye Los Akentrogonida son ectoparásitos de cirri-
6 estadios nauplius planctotróficos nadadores, pedios, isópodos y decápodos y, excepto por la
y una cipris que no se alimenta y es el último ausencia del estadio kentrogon, el desarrollo es
estadio antes de la metamorfosis a adulto. En similar al de los Kentrogonida.
unas pocas especies las nauplius se desarrollan
dentro del manto y la larva cipris es liberada. La
ECOLOGÍA
liberación de larvas es un evento sincronizado
en la mayoría de los adultos de una población, La mayoría de las especies de cirripedios habi-
y las larvas permanecen en el plancton de 3 a 6 tan en la zona intermareal. Este hecho unido a que
semanas. Pyenfinch (1948) observó que en Mill- los ambientes intermareales de las costas rocosas
port, Escocia, el número máximo de larvas de facilitan la realización de las manipulaciones ex-
Balanus balanoides en el plancton para cuatro perimentales por su fácil acceso, han resultado
años consecutivos (1944 - 1947), se registró los en una gran cantidad de información acerca de la
días 16, 14, 7 y 11 de marzo, respectivamente. biología de los cirripedios que habitan estos am-
El autor sostiene, aunque no presenta los datos, bientes. Connell (1970), destacó las ventajas que
que esta sincronización se mantuvo a lo largo de ofrecen los cirripedios para los estudios pobla-
muchos años. cionales, señalando que pueden ser fotografiados
La cipris recuerda a un ostrácodo, con ojos comparando los números y tamaños a diferentes
compuestos similares y cuerpo encerrado en un tiempos y, debido a que no se mueven, el recluta-
caparazón bivalvo, pero a diferencia de aquellos miento y la mortalidad pueden ser medidos exac-

Figura 6. Corte longitudinal de larva


cipris. (Tomado de Ruppert y Barnes,
1996).

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tamente. Además, pueden ser trasplantados en rrete y Castilla, 1990). Bertness et al. (2006) ob-
rocas o conchas con un disturbio mínimo. servaron que en una costa intermareal en el norte
Estudios ecológicos relacionados con los pa- de Patagonia, los cirripedios proporcionaban un
trones de distribución de los cirripedios han de- ambiente adecuado para el reclutamiento del bi-
mostrado que sus abundancias son afectadas por valvo mitílido Perumytilus purpuratus en el nivel
factores bióticos como la competencia o la depre- alto. La movilidad que presentan estos bivalvos
dación (Connell 1961a,b; Navarrete 1996; Menge junto con el sedimento que se acumula entre los
2000; Navarrete y Castilla 2003), y entonces el bisos debajo de la matriz, suele afectar negativa-
intermareal, sobre todo en los niveles más altos, mente a los cirripedios subyacentes que son cu-
ofrecería una alternativa o refugio para muchas de biertos completamente y mueren por asfixia.
estas especies más resistentes al estrés físico. Por Por otro lado, los cirripedios cuando crecen
otro lado, en los niveles más altos de las zonas apiñados sufren modificaciones morfológicas que
intermareales la desecación es un factor deter- resultan en individuos altos y cilíndricos. Estas
minante en el establecimiento del límite superior estructuras suelen ser inestables aumentando la
de distribución de los cirripedios (Foster, 1971; probabilidad de que los individuos sean despega-
Wethey, 1983). dos de la superficie por perturbaciones mecánicas.
En las costas rocosas marinas, el espacio pri- Los individuos formando agrupamientos compac-
mario es un recurso requerido por casi todas las tos y la consecuente mortalidad son más comunes
especies intermareales y por ende limitante para en los niveles más bajos del intermareal, donde
los organismos. Como consecuencia, la compe- las tasas de crecimiento y el apiñamiento de los
tencia en estos ambientes es con frecuencia inten- cirripedios suelen ser mayores (Bertness et al.,
sa y sostenida (Underwood 2000). Los estudios 1991, 1998).
realizados por Connell (1956, 1961 a y b), Stan- En cuanto a la depredación, Paine (1966) de-
ley y Newman (1980), Newman y Stanley (1981), mostró que esta juega un rol importante en el au-
Dungan (1985), Stotz (1988) y Bertness (1989) mento de la diversidad específica. Connell (1970)
son algunos de los trabajos clásicos en los que se y Palmer (1990) dan como ejemplos de sistema
estudió la competencia en comunidades domina- depredador-presa la relación entre moluscos de-
das por cirripedios. Stanley y Newman (1980) y predadores y cirripedios.
Newman y Stanley (1981) propusieron que la ma- Otro factor biótico que afectaría negativamen-
yor diversidad que presentan actualmente los ci- te el asentamiento y reclutamiento de cirripedios
rripedios balanoideos y tetraclítidos con respecto es el que ejercen los moluscos ramoneadores a
a los chthamaloideos, y el confinamiento de éstos través del desprendimiento de las larvas recién
últimos al sector más alto de la zona intermareal, asentadas, disturbio físico conocido como bulldo-
podría explicarse mediante un proceso de exclu- zing, o la depredación accidental de larvas recién
sión competitiva registrado durante la evolución asentadas mientras pastorean algas (Safriel et al.,
del grupo. 1994; Buschbaum, 2000, 2002; Chan y Williams,
En las primeras etapas de la sucesión de co- 2003).
munidades intermareales, los cirripedios de talla Por otra parte, los estudios realizados en la
pequeña son frecuentemente los primeros inver- Bahía de Monterrey (California, EEUU) por Gai-
tebrados colonizadores, pero posteriormente y si nes y Roughgarden (1985) y Roughgarden et al.
las condiciones físicas son favorables, son reem- (1987, 1988) propusieron que el reclutamiento de
plazados por otros como ascidias y moluscos (Da- los cirripedios en la zona intermareal estaría con-
yton, 1971; Paine et al., 1985; Lively y Raimon- trolado por procesos de transporte, debido a las
di, 1987; Varfolomeeva et al., 2008; Curelovich, corrientes adyacentes a la costa, que determinan
2013). En muchos casos los cirripedios modifican en última instancia la cantidad de larvas que lle-
el sustrato facilitando el reclutamiento de otras gan a la zona intermareal.
especies. Algunos autores han observado que es- En la Argentina, se han realizado estudios sobre
pecies de bivalvos mitílidos no reclutaban direc- cirripedios a lo largo de toda la costa. Las inves-
tamente sobre el sustrato desnudo, mientras sí lo tigaciones sobre el cirripedio introducido B. glan-
hacían entre las paredes de cirripedios adultos o dula registran datos referentes a las fuentes de
dentro de valvas de cirripedios muertos (Lively invasión y tasas de dispersión, así como patrones
y Raimondi, 1987; Durán y Castilla, 1989; Nava- de reclutamiento, densidad, biomasa, crecimien-

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to y mortalidad (Vallarino y Elias, 1997; Elias y jetos flotantes, y junto con B. trigonus presentan
Vallarino, 2001; Bertness et al., 2006; Schwindt, una tendencia a poblar con preferencia la zona in-
2007; Geller et al., 2008; Schwindt et al., 2009; termareal en áreas portuarias y contaminadas en
Savoya y Schwindt, 2010). Calcagno et al. (1997, general, donde las poblaciones llegan a ser muy
1998), Calcagno y Luquet (1997) y López Gappa densas (Spivak y L’Hoste, 1976).
et al. (1997) estudiaron diversos aspectos de la Balanus glandula es una especie originaria del
ecología de A. amphitrite en sitios expuestos a la Océano Pacífico norte, que recientemente ha co-
contaminación en la provincia de Buenos Aires. lonizado las costas bonaerenses. Esta especie no
En el Canal Beagle, Zaixso et al. (1978) descri- fue citada para el puerto de Mar del Plata ni para
bieron los patrones de distribución vertical de N. las costas rocosas aledañas en el trabajo realizado
scabrosus y Elminius kingii en el intermareal, y por Olivier et al. (1966), donde sí se cita la pre-
Curelovich et al. (2009) registraron por primera sencia de A. amphitrite y B. trigonus en esa lo-
vez la presencia de N. scabrosus en Bahía Lapa- calidad. Actualmente B. glandula forma extensas
taia. Otra especie de cirripedios presente en el ex- cinturas en la zona intermareal de Mar del Plata
tremo sur de Argentina es N. flosculus. Curelovich (Spivak y L’Hoste, 1976), llegando hasta Como-
(2013) estudió aspectos del reclutamiento de N. doro Rivadavia (Rico et al., 2001).
scabrosus y N. flosculus por nivel del intermareal Balanus improvisus, B. venustus niveus y B.
en una costa sobre el Canal Beagle y observó que trigonus tienen distribución submareal. El pri-
N. scabrosus recluta mayormente a mayor altura mero puede encontrarse en la zona infralitoral de
mientras no se observaron reclutas de N. flosculus los puertos de Mar del Plata y Quequén (Spivak
en el nivel alto. Este último recluta en mayor nú- y L’Hoste, 1976), y B. venustus niveus aparece
mero en el nivel bajo, donde el reclutamiento de como típica incrustación en la concha de molus-
N. scabrosus fue notablemente menor. El patrón cos submareales. Balanus trigonus se encuentra
observado en el nivel alto podría reflejar diferen- en áreas portuarias en Mar del Plata y Quequén
cias en la tolerancia a la desecación entre ambas (Bastida, 1971; Spivak, 1975 Spivak y L’Hoste,
especies, mientras en el nivel bajo podrían estar 1976).
operando otros factores como la competencia.
Calcagno y Lovrich (2000) registraron por pri-
IMPORTANCIA ECONÓMICA
mera vez la presencia de N. flosculus en el Ca-
nal Beagle y costa atlántica de Tierra del Fuego; Numerosas especies de cirripedios son epibion-
y Venerus et al. (2005) estudiaron el crecimiento tes de crustáceos decápodos. El diseño del cuerpo
y madurez sexual de esta especie en el área. Por de estos últimos presenta una serie de adapta-
otra parte, Lovrich et al. (2003) propusieron la ciones para la natación que pueden ser afectadas
utilización de N. flosculus, que es epibionte del por la ocurrencia numerosa de epibiontes sobre
crustáceo decápodo de interés comercial Paralo- las articulaciones de los pereiópodos (obstacu-
mis granulosa, para la estimación del periodo de lizando el movimiento) y, en algunos casos, la
intermuda de estos cangrejos, como herramienta cobertura completa del caparazón (además del
para estimar el cambio en la biomasa explotable peso agregado) (Rocha Farrapeira y dos Santos
después de cada temporada de muda. Calado, 2010). Los epibiontes interfieren así con
La distribución y hábitat de las especies de ci- la locomoción volviendo a los hospedadores más
rripedios costeros de la Provincia de Buenos Ai- susceptibles a la depredación (Farren y Donovan,
res fue resumida por Spivak y L’Hoste (1976) en 2007), y también afectan los movimientos involu-
un estudio que abarcó la costa bonaerense desde crados en la alimentación.
Magdalena hasta Bahía Blanca. Las especies de En el caso de especies comerciales (crustáceos,
cirripedios torácicos que se encuentran a lo largo moluscos), la presencia de cirripedios epibiontes
de la costa de la Provincia de Buenos Aires son cubriendo severamente el cuerpo de los indivi-
A. amphitrite Darwin, B. glandula Darwin, B. im- duos afecta su potencial económico.
provisus Darwin, B. trigonus Darwin, y Balanus Asimismo, los rizocéfalos, cirripedios parásitos
venustus niveus Darwin. de cangrejos y otras especies comerciales, afectan
Amphibalanus amphitrite fue citado por al hospedador inhibiendo las mudas, retardando
Darwin (1854) como un componente común de el desarrollo de las gónadas o atrofiándolas, y en
la fauna fijada al casco de los buques y en ob- algunos casos provocando esterilización.

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El proceso de colonización (fouling) por parte munidades. A principios de los ’70, B. glandula
de estos organismos sobre los cascos de los bar- invadió la mayoría de las costas rocosas argenti-
cos, pilotes de los muelles, plataformas marinas, nas a una tasa muy alta de expansión, modifican-
alcantarillas y tuberías para el transporte de agua, do completamente el paisaje nativo intermareal
instrumentos de registro submarinos, etc., produ- (Schwindt, 2007). En áreas protegidas de Mar del
ce el deterioro de las estructuras con las conse- Plata, el reclutamiento invernal de B. glandula le
cuentes pérdidas económicas, además de los cos- permitió colonizar tempranamente el intermareal,
tos de limpieza y mantenimiento. En el caso de las desplazando a niveles inferiores del intermareal
embarcaciones, los cirripedios que colonizan los a B. trigonus y A. amphitrite que se reclutan en
cascos aumentan la fricción al navegar, incremen- verano (Vallarino y Elias, 1997; Elias y Vallarino,
tando el consumo de combustible. El control del 2001); mientras en áreas expuestas, B. glandula
fouling causado por cirripedios sobre los barcos desplazó a los mitílidos Brachidontes rodriguezii
se realiza habitualmente por medio de las llama- y Mytilus edulis platensis en el nivel superior del
das pinturas antifouling. intermareal. Además, B. glandula ha invadido las
Los cirripedios pueden tener efectos en la abun- marismas de Patagonia, asentándose sobre distin-
dancia y distribución de otras especies, así como tas especies de plantas, un ambiente que no colo-
en los procesos ecológicos que ocurren en las co- niza en su región nativa (Schwindt et al., 2009).

AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), al
CEBBAD-Departamento de Ciencias Naturales y Antropológicas-Instituto Superior de Investigaciones
(ISI) y a la Universidad Maimónides por el apoyo brindado durante la realización de este trabajo.

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BIBLIOGRAFÍA
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