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Symbol question.svg Tiburón blanco
Rango temporal: 16 Ma - 0 Ma
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Mioceno-presente
White shark.jpg
Un tiburón blanco fotografiado en 2006.
Estado de conservación
Vulnerable (VU)
Vulnerable (UICN 3.1)1
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Chondrichthyes
Subclase: Elasmobranchii
Orden: Lamniformes
Familia: Lamnidae
Género: Carcharodon
Especie: C. carcharias
Linnaeus 1758
Distribución
Distribución del tiburón blanco
Distribución del tiburón blanco
[editar datos en Wikidata]
El gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias)2 es una especie de pez
cartilaginoso lamniforme de la familia Lamnidae (escualo). Vive en las aguas
cálidas y templadas de casi todos los océanos. Esta especie es la única del género
Carcharodon que sobrevive en la actualidad. A nivel mundial se considera Vulnerable
(IUCN).
Índice
1 Taxonomía
1.1 Ascendencia y registro fósil
2 Nombre común
3 Evolución
4 Descripción
4.1 Características generales
4.2 Sentidos
4.3 Tamaño
5 Distribución
6 Alimentación
7 Enemigos naturales
8 Reproducción
9 Peligro de extinción
10 Genoma y cáncer
11 Piel y cicatrización de heridas
12 Ataques contra seres humanos
12.1 Ataques a los barcos
13 El tiburón blanco en la ficción
14 Referencias
15 Bibliografía
16 Enlaces externos
Taxonomía
En 1758 Carlos Linneo dio al tiburón blanco su primer nombre científico,
Carcharodon carcharias. Andrew Smith le dio el nombre genérico Carcharodon en 1833,
y en 1873 el nombre genérico fue identificado con el nombre específico de Linnaeus
y el nombre científico actual, Carcharodon carcharias. Carcharodon viene de las
palabras griegas καρχαρίας karcharías, que significa ‘agudo’ o ‘dentado’, y οδους,
odous, que significa ‘diente’.3 El tiburón blanco pertenece a la clase
Chondrichthyes. Esta clase de peces representan uno de los linajes de vertebrados
más antiguos, que surgieron hace más de cuatrocientos millones de años. Los
tiburones, específicamente, comprenden ∼45 % de las especies conocidas de
Elasmobranchii e incluyen muchos de los depredadores oceánicos de nivel meso y
ápice.4
Nombre común
Esta especie recibe multitud de nombres a lo largo de su área de distribución. En
español, las denominaciones más comunes son tiburón blanco y gran tiburón blanco
(esta última influida por el nombre en inglés, great white shark). El nombre de
«blanco» se debe a que en algunos ejemplares viejos, con el paso de los años, se ha
ido aclarando el tono negruzco de su dorso hasta un gris claro, y junto al
blanquecino del vientre les da el aspecto de ser blancos. Y como escualos que son,
siguen creciendo a lo largo de su vida, y cuanto más viejos más grandes; de ahí lo
de «gran blanco».
Evolución
Según los paleontólogos Shelton Applegate, Maisey John, Robert Purdy y el biólogo
Leonard Compagno, el megalodón y el gran tiburón blanco provienen de Cretolamna
carcharodon, y por lo tanto deben ser considerados como miembros del mismo género,
Carcharodon, y de la misma familia, Lamnidae.
Cappetta Henri, John Long, Mikael Siverson, y David Ward, por su parte, encuentran
que el tiburón blanco viene de una línea separada de la de Megalodon, que a su vez
deriva de Cretolamna y Otodus, dos tiburones prehistóricos extintos. También hay
teóricos que establecen su descendencia de Carcharodon orientalis, que se cree que
pertenecía a un eslabón perdido de la evolución. La similitud entre los dientes del
megalodon y el tiburón blanco demuestran la convergencia evolutiva entre ambos,
pero no una relación genética directa. Sin embargo, los científicos aún hoy debaten
la procedencia exacta del tiburón blanco.
En las playas del sudeste argentino (Miramar, Mar del Sud) se han identificado
restos fósiles de Carcharodon gracias al aporte de turistas y pescadores
deportivos.8
Descripción
Características generales
Archivo:Great white shark and cage diving 2.wmv.ogv
Un gran tiburón blanco se acerca a una jaula
Los tiburones blancos se caracterizan por su cuerpo fusiforme y gran robustez, en
contraste con las formas aplastadas que suelen lucir otros tiburones. El morro es
cónico, corto y grueso. La boca, muy grande y redondeada, tiene forma de arco.
Permanece siempre entreabierta, dejando ver al menos una hilera de dientes de la
quijada superior y una o dos de la inferior, mientras el agua penetra en ella y
sale continuamente por las branquias. Si este flujo se detuviese, el tiburón se
ahogaría por carecer de opérculos para regular el paso correcto del agua, y se
hundiría en la misma, ya que al no poseer tampoco vejiga natatoria se ve condenado
a estar en continuo movimiento para evitarlo.
Durante el ataque, las fauces se abren hasta tal punto que la forma de la cabeza se
deforma pues la mandíbula se proyecta, y se cierran luego con una fuerza
trescientas veces superior a la de una mandíbula humana (12-24 tn).
Los dientes son grandes, aserrados, de forma triangular y muy anchos. Al contrario
que otros tiburones, no poseen diastema ni reducción de diente alguno, sino que
tienen toda la quijada provista de dientes alineados e igualmente capaces de
aferrar, cortar y desgarrar. Detrás de las dos hileras de dientes principales, los
tiburones blancos tienen dos o tres más en continuo crecimiento que suplen la
frecuente caída de dientes con otros nuevos y se van reemplazando por nuevas
hileras a lo largo de los años. La base del diente carece de raíz y se encuentra
bifurcada, dándole una apariencia inconfundible en forma de punta de flecha.
Sentidos
Las terminaciones nerviosas del extremo frontal, antes mencionadas, recogen hasta
la menor vibración ocurrida en el agua y guían al animal hasta la posible presa que
esté causando esa perturbación. Otros receptores (conocidos como ampollas de
Lorenzini, unas células especializadas con una forma similar a la de minúsculas
«botellas») situados en torno a los orificios nasales le permiten captar también
campos eléctricos de frecuencia variable que probablemente use para orientarse en
sus migraciones a través de largas distancias. Por si esto fuera poco, su olfato es
tan potente que la presencia de un par de moléculas de sangre las detecta entre un
millón de moléculas de agua a kilómetros de distancia sirve para atraerlo, al
tiempo que se vuelve mucho más agresivo. Además, son capaces de distinguir entre
las diferentes concentraciones en las que se puede encontrar una partícula olorosa
en particular, lo que les permite una mejor orientación hacia el alimento. Por lo
general, aquellas especies que tienen un sentido del olfato muy agudo tienen
multitud de locus o loci para genes del receptor olfativo OF. Por ello, cuando se
secuenció el genoma del tiburón blanco eso era lo que cabría esperar, debido a su
gran capacidad para detectar olores.9 Sin embargo, este hecho no se dio. Como
alternativa, se ha propuesto que, en su lugar, posean secuencias de genes
relacionados con la recepción de olores muy conservadas (seleccionadas
positivamente por la evolución) o enriquecidas, o bien exista una familia de genes
alternativos que tengan un papel importante en esta función. El órgano vomeronasal
constituye un órgano de recepción olfativa auxiliar al sentido del olfato que está
presente en algunos vertebrados. La secuenciación del ADN del tiburón blanco a
detectado que poseen catorce genes para el receptor vomeronasal, cumpliéndo la
hipótesis del enriquecimiento génico, lo que indica una mayor regulación del
proceso.10 Adicionalmente se ha encontrado una secuencia génica conservada que
podría tener relación con la compensación de escasas secuencias del gen OF. La
proteína Bbs5 es una molécula relacionada con el ensamblaje celular del Cilio
celular. Defectos en esta proteína se han descrito en el Síndrome de Bardet-Biedl
que, entre otras cosas, puede provocar deficiencias en la detección de olores o
anosmia. En el tiburón blanco se ha visto que la secuencia de dicha proteína se
encuentra muy conservada, pudiendo constituir otro método para desarrollar una
aguda detección de olores.10 La vista también está bien desarrollada y tiene un
papel muy importante en la aproximación final a la presa y su peculiar modelo de
acecho y ataque desde debajo de la misma. La vista del Tiburón Blanco es
completamente verde. Sus ojos mirando hacia los costados, y no pueden mirar hacia
adelante en forma recta como los humanos.
Tamaño
Volviendo a Ellis y McCosker, éstos aseguraron en su obra que los mayores tiburones
blancos rondan los 6 m de longitud, y que los informes sobre individuos de 7 m o
más, aunque existentes en la literatura popular, no están presentes en la
científica. De forma sarcástica recalcan el hecho de que, al igual que las
supuestas anacondas y pitones gigantes, «estos [tiburones] gigantes tienden a
desaparecer cuando un observador responsable se aproxima con una cinta métrica».
Distribución
Áreas con presencia frecuente de tiburones blancos son las aguas de las Antillas
Menores, algunas partes de las Antillas Mayores, el Golfo de México hasta Florida y
Cuba, y la Costa Este de Estados Unidos desde allí hasta Terranova; la franja
costera de Río Grande del Sur a la Patagonia, la del Pacífico de América del Norte
(desde Baja California hasta el sur de Alaska, donde llegan en años anormalmente
cálidos) y del Sur (desde Panamá a Chile); archipiélagos del Pacífico como Hawái,
Fiyi y Nueva Caledonia; Australia (con la excepción de su costa norte, siendo
abundante en el resto), Tasmania y Nueva Zelanda, siendo muy frecuente en la zona
de la Gran Barrera de Coral; norte de Filipinas y todo el litoral asiático desde
Hainan hasta Japón y la isla de Sajalín; Seychelles, Maldivas, Sudáfrica (donde es
muy abundante) y las zonas cercanas a la desembocadura de los ríos Congo y Volta; y
la zona costera desde Senegal a Inglaterra, con agrupación apreciable en las islas
Cabo Verde y Canarias, penetrando también en los mares Mediterráneo y Rojo.16
Alimentación
Tanto la caza como el resto de la vida del gran tiburón blanco suelen ser
solitarios. Ocasionalmente se ven parejas o pequeños grupos desplazándose a la
búsqueda de alimento, labor que les lleva a recorrer cientos de kilómetros. Aunque
preferentemente nómadas, algunos ejemplares prefieren alimentarse en ciertas zonas
costeras, como ocurre en algunas regiones de California, Sudáfrica y especialmente
Australia.
Enemigos naturales
La orca puede constituir una amenaza para los tiburones blancos. El 4 de octubre de
1997, en las aguas que bañan las islas Farallón, ocurrió un ataque de una orca
hembra de 6,50 metros conocida por los científicos como Ca2 contra un tiburón
blanco, durante el cual el tiburón murió. No se sabe realmente el verdadero tamaño
de aquel ejemplar debido a que quedó completamente destrozado, pero algunos
expertos suponen que se trataba de un tiburón joven.
Contrariamente a lo que mucha gente piensa, los grandes tiburones blancos adultos
no son atacados por las orcas, que van principalmente a por ejemplares jóvenes por
ser más fáciles de capturar; se cree que el ataque ocurrido fue por competencia por
las presas ya que ambas especies tienen casi los mismos hábitos alimentarios, por
lo que las orcas desplazan a los tiburones a áreas donde no haya más de estos
cetáceos. Una zona donde se superponen ambas especies es toda la costa
californiana, pero también hay competencia en el Pacífico oeste, posiblemente en
Japón donde ambas especies son abundantes, el Atlántico suroeste, algunas zonas de
Australia y el Mediterráneo, y también en aguas de Nueva Zelanda.
Aparte de orcas, los ejemplares jóvenes pueden caer presas de tiburones tigre,
tiburones toro y cocodrilos de agua salada en costas australianas. El canibalismo
no es ajeno a esta especie.
Reproducción
No se conoce gran cosa sobre las relaciones intraespecíficas que se dan en esta
especie, y lo que respecta al apareamiento no es una excepción. Es posible que este
se produzca con más frecuencia después de que varios individuos compartan un gran
festín, como por ejemplo un cadáver de ballena. La vida media para estos animales
no se conoce con exactitud, pero es probable que oscile entre los quince y treinta
años. En enero de 2014, un grupo investigadores del Woods Holle Oceanographic
Institution de Cape Cod, en Massachusetts, liderados por el Dr. Li Ling Hamady,
publicaron un estudio basado en la datación con carbono-14 sobre las vértebras de
diversos ejemplares (4 machos y 4 hembras) del noroeste del Atlántico en la revista
científica PLOS ONE. En dicho estudio se concluyó que la expectativa de vida del
tiburón blanco era de más de setenta años, tres veces más de lo que anteriormente
se pensaba, ya que el ejemplar más longevo, un macho, tenía una edad de setenta y
tres años, mientras que la hembra más madura contaba con unos cuarenta años de
edad.18
Peligro de extinción
La Lista Roja de la UICN incluyó al tiburón blanco por primera vez en 1990 como
especie insuficientemente conocida, y desde 1996 lo califica como vulnerable.1 El
Apéndice II del Convenio CITES lo incluye como especie vulnerable si no se explota
racionalmente.
Por ahora no existe ninguna moratoria legal internacional sobre la pesca del
tiburón blanco, aunque ésta está prohibida en algunas áreas de su distribución. El
tiburón blanco es una especie protegida en California, la Costa Este de Estados
Unidos, el Golfo de México, Namibia, Sudáfrica, Maldivas, Israel y parte de
Australia (Australia Meridional, Nueva Gales del Sur, Tasmania y Queensland). La
Convención de Barcelona lo considera una especie amenazada en el Mediterráneo, pero
casi ningún país con salida a este mar ha dispuesto medida alguna en favor de su
conservación.
Genoma y cáncer
El genoma del tiburón posee un número de cromosomas 2N=82, con una longitud total
de 3,92 Gpb y veinticuatro mil quinientos genes predichos. El 58 % de las
secuencias constituyen secuencias de repetición. Tiene unas dimensiones similares
en comparación con otros vertebrados, como es el caso del ser humano, con un genoma
de 3,2 Gpb y veinte mil genes descritos, aunque estructurado en un número
cromosómico de 2N=23 y con un número inferior de secuencias repetidas. En el genoma
del tiburón se estimaron alrededor de tres millones de SNPs o variaciones de un
solo nucleótido, que, comparado con el ser humano, que puede tener hasta cinco
millones de SNPs, constituye un número relativamente pequeño. Esto puede deberse a
la remarcada estabilidad genómica que caracteriza al tiburón blanco.
En palabras del biólogo Douglas Long, en Estados Unidos (cuya Costa Oeste es el
hogar de una importante concentración de jaquetones) «muere más gente cada año por
ataques de perros que la que ha sido muerta por tiburones blancos en los últimos
cien años».25 Para zonas donde la presencia del gran blanco no es tan abundante,
los ataques alcanzan números realmente irrisorios: por ejemplo, en todo el
Mediterráneo solo se han confirmado treinta y un ataques de tiburones contra seres
humanos en los últimos doscientos años, en su mayoría sin resultado de muerte. Para
España, la cifra es de cuatro ataques desde mediados del siglo XIX (aunque la ISAF
solamente reconoce dos como suficientemente probados)26 sin que ninguno de ellos
acabase con la vida de la víctima. En estos dos últimos casos, las cifras ni
siquiera se refieren a los ataques del tiburón blanco en particular, sino al
conjunto de todas las especies de tiburones. La misma organización, contabiliza un
total de trescientos catorce ataques de tiburón blanco a nivel mundial, desde 1580
al presente.27 De acuerdo con algunos investigadores estadounidenses, la cifra de
ataques de tiburones blancos a nivel global entre 1926 y 1991 sería de ciento
quince, siendo California, Australia y Sudáfrica quienes registraron más. Resulta
bastante ilustrativo el que en las aguas sudafricanas, infestadas de tiburones, la
cifra de ataques de tiburones blancos desde 1940 sea de solo veintinueve frente a
las ochenta y nueve agresiones protagonizadas por tiburones toro. En California, se
contabiliza alrededor de una víctima mortal por ataque de tiburón blanco cada cinco
años.
Esta escasez de ataques, sobre todo mortales, se debe a que la mayoría de los
tiburones en general y los blancos en particular no consideran a los humanos como
auténticas presas potenciales. De hecho, es posible que el sabor de la carne humana
les sea incluso algo desagradable, y desde luego que les resulta mucho menos
nutritiva y bastante más difícil de digerir que la de ballena o foca, provistas de
gran cantidad de grasa. La gran mayoría de ataques del tiburón blanco consisten en
un único mordisco, tras el cual el animal se retira llevándose pocas veces algún
trozo de la infortunada víctima (principalmente pies y piernas). Estos ataques se
pueden deber a tres posibles razones:
Con todo, el peligro de ataque existe siempre, por remoto que sea. Resulta
interesante el hecho de que el 80 % de las muertes causadas por tiburones blancos
ocurrieran en aguas muy cálidas, casi ecuatoriales, cuando la mayoría de estos
animales vive en zonas templadas. Esto se debe probablemente a que la gran mayoría
de tiburones blancos son jóvenes y crías, que necesitan de las aguas templadas para
su desarrollo, mientras que en las zonas más cálidas solo se adentran los
individuos más grandes y viejos, que son mucho más violentos y peligrosos.
Se han diseñado y ensayado varios métodos para evitar las heridas por mordedura de
tiburón blanco en caso de un ataque repentino, entre las que se encuentran
repelentes químicos, cotas de malla metálicas que se superponen a los trajes de
buceo y aparatos que generan un campo eléctrico en torno al buzo o surfista y
desorientan a cualquier tiburón que se aproxime, ya que perturban la información
que éstos reciben a través de las ampollas de Lorenzini. Sin embargo, y por muy
efectivos que puedan ser estos métodos, es evidente que lo mejor a la hora de
evitar ataques es no cometer imprudencias como alejarse demasiado de la costa,
nadar en solitario o en las primeras y últimas horas del día, visitar zonas con
gran abundancia de pinnípedos (base alimenticia de los tiburones blancos adultos)
o, evidentemente, acercarse de forma deliberada a un ejemplar, sobre todo si es de
tamaño considerable.
La película añadió algunas referencias en boca del capitán Quint al desastre del
USS Indianapolis, un barco que se hundió en 1945 en el Pacífico tras recibir el
impacto de un torpedo japonés, y cuyos supervivientes permanecieron en el agua
durante cinco días mientras eran diezmados por el calor, la falta de agua y los
ataques de los tiburones, que en este caso tampoco se identificaron como tiburones
blancos, sino como ejemplares de Carcharhinus longimanus.
La novela y luego la película establecieron una serie de clichés que desde entonces
se han repetido en el cine de «monstruos asesinos», tanto terrestres como
acuáticos, y que en muchos de los casos no se corresponden con las características
reales de la principal especie afectada, el tiburón blanco. Esto ha contribuido a
arraigar una serie de estereotipos y falsas creencias en torno a esta especie,
hasta el punto de que Benchley, autor de la novela, ha afirmado que nunca la
hubiese escrito de saber cómo eran realmente los hábitos de los tiburones blancos.
Tiburón fue un sonoro éxito comercial, siendo la primera película en superar los
cien millones de dólares de recaudación y desbancando a El Padrino (The Godfather
1972) como película más taquillera de la Historia. El título no le fue arrebatado
hasta el estreno de Star Wars (1977) y su impacto sobre la audiencia fue tan grande
que aumentaron los casos de acuafobia y miedo a los tiburones en todo el mundo.
Incluso descendió el nivel de afluencia turística a las playas durante una buena
temporada. Por otra parte, varias personas comenzaron a pescar tiburones blancos de
forma masiva, deseosas de emular a Martin Brody y el capitán Quint, lo que ocasionó
un descenso considerable de las poblaciones de este animal. El mito de Tiburón se
perpetuó en los medios de comunicación, y su influencia se puede ver en series de
televisión, cómics e incluso videojuegos como Tomb Raider o Jaws:Unleashed. Muchas
otras películas repitieron la fórmula que llevó al éxito a su predecesora, entre
las que se cuentan las siguientes:
Tiburón 2 (Jaws 2, 1978): un nuevo tiburón blanco enorme vuelve a vérselas con
Martin Brody en su pueblo natal.
El último tiburón (1981): sonoro plagio italiano de Tiburón, con una historia
prácticamente idéntica a ésta. Llegó a distribuirse en España bajo el falso título
de Tiburón 3.
Tiburón 3 (titulada también Jaws 3-D, El Gran Tiburón, Tiburón 3-D): primera en
hacer uso de la tecnología 3-D, reproduce el ataque de una gigantesca madre tiburón
a un complejo acuático de Florida donde ha sido recluida su cría (una situación que
nunca se daría en la realidad). El protagonista es el hijo mayor de Brody.
Tiburón, la venganza (Jaws: The Revenge, 1987): tras la negativa de Roy Scheider a
volver a interpretar el personaje de Martin Brody (ya lo hizo en Tiburón 2 a
regañadientes y obligado por contrato), este fue «asesinado» con un ataque al
corazón y el papel protagonista recayó sobre su viuda, a la que volvía a hostigar
un tiburón blanco.
Shark Attack (1999): producción televisiva que recrea una serie de ataques en una
aldea africana.
Shark Attack 2 (2001): secuela de Shark Attack.
12 Days Of Terror (2004): narra los doce días durante los cuales la gente a lo
largo de la costa de Nueva Jersey estuvo bajo los continuos ataques de un tiburón
blanco.
Las recientes películas de animación Buscando a Nemo (Finding Nemo, 2003) y El
espantatiburones (Shark Tale, 2004) incluyen personajes cómicos encarnados por
tiburones blancos. En la primera, el tiburón Bruce (clara referencia al tiburón
mecánico de Jaws) es vegetariano y asiste a una especie de reuniones para ex-
carnívoros donde trata de deshacerse de su adicción a la ingesta de animales, pero
sufre una recaída al sentir el olor de sangre en el agua. En la segunda, los
tiburones son una especie de mafiosos de los océanos dirigidos por su peculiar
Padrino blanco, Don Lino, a los que se enfrenta el pez protagonista, Óscar. A este
le ayuda a su vez el tiburón Lenny, hijo de Don Lino y también vegetariano.
Aunque obviamente basadas en Tiburón, se han hecho otras películas con trama
similar pero reemplazando al tiburón blanco con otras especies de tiburones
(tiburones tigre, tiburones toro o marrajos, como por ejemplo en la película Deep
Blue Sea) u otros animales marinos (orcas, barracudas, etc.) o fluviales (pirañas o
cocodrilos) para atraer al público.