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Racionalidad

Capacidad que permite pensar, evaluar,


entender y actuar de acuerdo a ciertos
principios

La racionalidad es la capacidad que


permite pensar, evaluar, entender y actuar
de acuerdo a ciertos principios de mejora
y consistencia, para satisfacer algún
objetivo o finalidad. El ejercicio de la
racionalidad está sujeto a mejora
continua. Cualquier construcción mental
llevada a cabo mediante procedimientos
racionales tiene por tanto una estructura
lógico-mecánica distinguible
(razonamiento)

La racionalidad humana
El ser humano puede usar la razón para
evaluar la mejor manera de alcanzar un
determinado objetivo. El ser humano tiene
otras formas para tomar decisiones o
idear comportamientos donde la
racionalidad no parece el principal factor.
Estas decisiones o comportamientos,
adjetivadas a veces como "irracionales" en
realidad esconden frecuentemente
aspectos de racionalidad limitada y
aspectos de imitación social otras veces.
Algunas conductas humanas parecen
completamente "irracionales" (desde la
perspectiva de la maximización de la
satisfacción a corto plazo), y muy pocas
son completamente "racional" (en el
sentido de maximizar la consecución de
un objetivo).

Generalmente suele decirse que todos los


humanos son racionales, pero tal
afirmación pasa por alto que existen
humanos que no actúan de acuerdo a lo
que se define por racional o lo hacen en un
grado disminuido, por ejemplo, bebés,
discapacitados psíquicos graves, seniles,
etc. Es por ello que a estos individuos no
se les exigen los mismos deberes que a
humanos plenamente racionales.

Evolutivamente, la racionalidad humana


surgió a partir de un conjunto de
mecanismos cerebrales, que permitían
conductas más complejas basadas en la
percepción, la memoria y el procesado
eficiente de nueva información con el fin
de favorecer la supervivencia de los
individuos. En el caso de los seres
humanos, la sociabilidad y la tendencia de
la especie a formar grupos de individuos
emparentados entre sí y que son capaces
de reconocer a sus parientes y formar
alianza llevó al desarrollo de capacidades
sociales específicas, que facilitarían el
desarrollo del lenguaje humano y por tanto
de una racionalidad discursiva, y la
capacidad de transmitir comportamientos
complejos a las nuevas generaciones, que
es la base de la tecnología humana.

La racionalidad no humana
No sólo el ser humano puede usar la razón
para evaluar la mejor manera de alcanzar
un determinado objetivo, animales de
otras especies también pueden hacer
razonamientos simples y en algunos
casos complejos sobre cómo resolver un
determinado problema. La cognición
animal se ocupa de estudiar las
capacidades mentales de los animales,
entre ellas la capacidad de razonamiento.

Entre los ejemplos de animales en los que


se han detectado cognitivamente
conductas más complejas están, además
de los primates, los delfines y otros
mamíferos terrestres, y entre los
invertebrados destacan los octópoda. La
racionalidad no es tan solo en el humano.

La filosofía
La racionalidad puede aplicarse a nuestras
expectativas, a nuestras evaluaciones y a
nuestras acciones. Puede fundamentarse
en creencias o axiomas. Pero no siempre
evaluamos racionalmente. Dado que la
parte racional depende de la educación
recibida, la forma de educar limita en
mayor o menor medida el marco de
posibilidades a las cuales poder acudir
como parte de las soluciones, por lo que
no siempre evaluamos racionalmente y no
siempre actuamos de manera racional. La
causa es que el ser humano no posee el
suficiente criterio como para poder educar
a la razón de manera que entienda sus
propios sentimientos, pasiones y
emociones de forma que dirijan y moldeen
a la imaginación y facultades de creación.
El buen uso de la razón le da al hombre la
voluntad de vivir, perdiendo ésta en el
momento que no encuentra razones que le
satisfagan y alivien el sufrimiento. Por ese
motivo no todas nuestras expectativas
responden a las exigencias de la
racionalidad, ni tampoco nuestras
intenciones a la hora de actuar, ni la forma
como lo hacemos. La racionalidad es,
desde este punto de vista, una aspiración
humana, más que una realidad. Por esta
razón muchas personas consideran
necesarias las religiones, son un atajo a
nuestra mente, frente a la agotadora
realidad de hacer frente nosotros solos a
absolutamente todas las situaciones.
[cita requerida]

En la filosofía de la ciencia del siglo XX


una de las grandes críticas a la noción
clásica de racionalidad provino de la Tesis
de la Inconmensurabilidad, la cual daba
lugar a una racionalidad valorativa que
permitía Desacuerdos Racionales.

La ciencia
Desde un punto de vista individual, acepta
el mundo de la forma más compatible con
nuestra realidad termodinámica, nos hace
más aptos y con mejores resultados a la
hora de adaptarnos. Por lo tanto, el
objetivo en la ciencia es encontrar las
explicaciones con mejores resultados en
nuestra red neural. La ciencia consigue
que las personas podamos establecer
expectativas realistas con la verdadera
esperanza de poderlas obtener si
aplicamos cierto método a nuestra forma
de trabajar. La verdadera ciencia da
esperanza a las personas. Esto tiene un
valor añadido: Si formamos personas
emocionalmente equilibradas (personas
realistas, que evalúan su objetivo,
establecen un cauce racional y trabajan
por ello), estaremos definiendo grupos
sociales capaces de fomentar la unidad
del grupo porque su deseo personal es
hacer precisamente eso.[cita requerida]

Ciencias sociales

En economía, sociología y ciencia política,


una decisión se califica frecuentemente
como racional si es óptima en cierto
sentido. Los individuos u organizaciones
se denominan racionales si tienden a
actuar óptimamente con respecto a sus
objetivos. El sentido en que personas u
organizaciones son racionales depende
del contexto social en el cual ha de
aplicarse en función del problema
particular.

En economía, por ejemplo, se habla de


asignación racional de recursos o de
estrategia optimizadora racional. En este
sentido de "racionalidad" los objetivos o
motivos del individuo u organización se
consideran preestablecidos y no sujetos a
criticismo u objeciones éticas. Por tanto,
el concepto económico de racionalidad
casi siempre se refiere a consecución de
objetivos preestablecidos de acuerdo con
ciertas reglas igualmente preestablecidas,
sean cuales sean los unos y las otras. Por
eso en este sentido a veces la
racionalidad se equipara a la conducta
auto-interesada o incluso egoísta (donde
no se hacen consideraciones aparte de los
objetivos individuales del agente
económico). Otras veces en economía se
usa el término "racionalidad" en
situaciones donde existe un conocimiento
completo de las consecuencias y
condicionantes de las decisiones
económicas. Debido al desinterés de la
mayoría de planteamientos económicos
por analizar la "racionalidad" misma de los
objetivos de los agentes, esta concepción
de la racionalidad se reduce a comprobar
la consistencia lógica de las elecciones
económicas (ver teoría de la elección
racional).

Bajo el contexto anterior, tenemos que la


racionalidad es un comportamiento
humano que permite tomar una decisión,
considerando normas, conductas,
contextos o ideas, de acuerdo a las
circunstancias que lo rodean. Así, la
existencia de varias posibilidades que se
han de evaluar por sus características y
consecuencias, le permite al individuo
tomar la mejor opción.

Como principio social y político, permite


entender la forma en que las personas, o
gobiernos, toman sus decisiones, las
motivaciones que les llevan a actuar de
determinadas maneras, así como los
beneficios que obtienen de ellas, tanto a
nivel individual como colectivo,
considerando el papel de las instituciones.
Para esto, introducimos una perspectiva
sociológica que considera el espacio
social en el que la relación entre redes e
instituciones democráticas tiene lugar, sus
formas de coordinación social y sus
características normativas.[1]

De acuerdo a Streb (1998)[2] el principio de


racionalidad se refiere a la forma en que
los individuos toman la mejor decisión
entre varias posibles y cuyas posibilidades
de elección implica restricciones y
consecuencias. Y para Borella (2006)[3] se
orienta a explicar y entender la actuación y
toma de decisiones de las personas de
acuerdo a la situación en que se
encuentra, es decir, que en una situación
determinada el individuo o la colectividad
tomara decisiones respecto a la situación
particular y variables del contexto que lo
determinen.

Como principio económico, la racionalidad


se centra en el análisis en el cual se busca
maximizar beneficios y optimizar las
utilidades. La racionalidad da fundamento
a la teoría de la elección racional que
analiza los problemas y situaciones que
impactan en las decisiones individuales y
colectivas.

Si consideramos que los agentes


económicos y políticos buscan maximizar
sus utilidades, esperaríamos que el
principio de racionalidad explique porque
el Estado y su aparato gubernamental
busca influir en las preferencias sociales
para la obtención de más votos, o el
mercado busque restringir la competencia
para obtener mayor campo de acción y
aumentar sus ganancias. Dado que el
individuo i está buscando maximizar su
utilidad, se esperaría que la decisión de
participar dependiera de la comparación
de utilidades.[4]

Analizar el contexto, las variables, los


comportamientos que intervienen en la
toma de decisiones de los agentes
económicos y políticos, así como los
resultados, es la aportación principal del
principio de racionalidad, que permite
fundamentar las decisiones con base en
diversas variables que nos rodean en la
elección de una alternativa. En la teoría
económica estándar, el comportamiento
es motivado principalmente por la
búsqueda del interés propio, dejando fuera
del análisis otras motivaciones como el
altruismo, la generosidad, la justicia, el
compromiso social, la búsqueda de
reconocimiento, la generosidad o un
efecto de warm.[4]

Referencias
1. Mascareño, A.; Rodríguez, D.; Stamford,
A.; Loewe, D. (2016). «Redes informales e
institucionales democráticas en América
Latina. Un modelo conceptual a partir de
casos de Chile, Argentina y Brasil». Dados
59 (3): 1-25.
2. Streb, J. (1998). «El significado de
racionalidad en economía» . UCEMA:
Argentina. Consultado el 7 de diciembre de
2017.
3. Borella, A. (2006). «Notas sobre el
principio de racionalidad» . Revista Instituto
Universitario ESADE: Argentina. Consultado
el 7 de diciembre de 2017.
4. De, D.L.; Robles, M.B.; Villalobos, D.
(2017). «Debate sobre el Homo
Economicus». LXXXIV (3): 707-730.

Véase también
Fe y racionalidad: relación y
controversia con la Fe (confianza
absoluta)

Referencias
Bibliografía

Mosterín, Jesús (2002). “Acceptance


Without Belief”. Manuscrito, vol. XXV ,
pp. 313–335.
Paul Anand (1993). Foundations of
Rational Choice Under Risk. Oxford
University Press.

Obtenido de
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title=Racionalidad&oldid=110657468»

Última edición hace 2 meses por Se…

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