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PARTICIPANTES DE LA GLORIA DEL APOCALIPSIS

BTX Apocalipsis 1:9 Yo, Juan, vuestro hermano, y partícipe con vosotros en la tribulación, y en el reino, y en la
perseverancia en Jesús, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesús.

NBE Apocalipsis 1:9 Yo, Juan, hermano de ustedes, con quienes comparto la lucha, el linaje real y la constancia
cristiana, me encontraba en la isla de Patmos por proclamar el mensaje de Dios y dar testimonio de Jesús.

INTRODUCCIÓN
En este tiempo lo más importante es el desarrollo en nuestra vida espiritual, de todo aquello que la Biblia nos enseña a
guardar, y de vernos hacia adentro en nuestro interior para analizar nuestra condición, y cambiar cualquier situación que
no le agrade al Señor. La Biblia nos enseña que busquemos la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor
(He. 12:14), y así anhelar participar de la Gloria del Apocalipsis, ya que en el Apocalipsis hay cosas hermosas para nosotros
como el Arrebatamiento descrito en el misterio del águila que vuela (Ap. 8:13, RVA Pr. 30:18-19), y nos habla acerca de
aspectos hermosos como los tipos de alabanza, adoración y cánticos, de las ordenes de ancianos, de los seres vivientes,
del Cordero sentado en el trono, del Señor quien es digno de destapar los sellos.

Pero también sabemos que para el mundo el apocalipsis representa la gran tribulación, catástrofes, sufrimientos, juicios
descritos en los sellos, trompetas y copas. Y en muchos países del mundo se están preparando para una hecatombe de
magnitudes catastróficas, algunos creando bunkers para resguardarse de guerras, otros guardando el grano y las semillas,
otros preparándose para la muerte de una gran parte de la humanidad. Pero nosotros seremos exentos de esas plagas
como le ocurrió al pueblo de Israel en Egipto, donde solo vivieron 3 plagas junto a los egipcios sin padecerlas, y librados
de las siguientes 7. Por eso nosotros como cristianos, no nos preparamos a la manera del mundo, sino peleando la buena
batalla, guardando la fe en el Señor, sabiendo que nos dará una corona de justicia a todos aquellos que amamos su venida
en secreto (2 Ti. 4:7) lo cual es nuestra esperanza (SEJ 1 Ts. 2:19).

DESARROLLO
En la vida del Apóstol Juan, podemos conocer cómo fue su caminar y crecimiento espiritual, iniciando su caminar junto al
Señor tenía un carácter impetuoso, solicitando que descendiera fuego del cielo para aquellos samaritanos que no le
recibieron (Lc. 9:54), luego logramos notar que la Palabra habla de Juan indirectamente, indicando que en la Santa Cena
se recostaba en el pecho del Señor (Jn. 13:23), también vemos que la escritura en varios pasajes lo menciona como el
discípulo al que el Señor amaba, tanto que estuvo presente en el sacrificio del Señor en la cruz del Calvario , mientras los
demás discípulos huían (Jn. 19:25), y cuando el Señor resucitó, es el primero que lo distingue cuando van los apóstoles en
la barca (Jn. 21:7), y luego el Señor deja ver que su deseo es que Juan esté hasta que el vuelva y el libro de apocalipsis
nos relata que volverá a profetizar en el futuro (Jn. 21:22-23, Ap. 10:10-11). Y después de estas experiencias no se apartó
del Señor, perseverando en la isla de Patmos, llegando al punto de ver una puerta abierta en el cielo y recibir la instrucción
del Señor de subir, para recibir tan grande revelación de los últimos tiempos (Ap. 4:1). Aun con todo esto, él no se
vanagloria ni se enorgullece de tan grandes revelaciones y nos trata como hermanos y aun así nos indica que participa con
nosotros en las pruebas (Ap. 1:9).

Cuando Juan se encontraba en Patmos, nos dice que se encontraba en el día del Señor en el espíritu (Ap. 1:10), recordando
que ese no es el día domingo, sino él nos hablaba desde su perspectiva judía del día sábado o shabbat (Ex. 31:15), pero
también nos habla de la extensión del sábado, recordando que todos los días son sábado para nosotros al entrar en el
reposo de nuestro Señor (Mt. 12:8, Mr. 2:27-28, Pratt He. 4:1), y luego sube al Cielo para conocer lo que sucedería en el
día del Señor que es día grande y terrible, la gran tribulación (Hch. 2:20, Jl. 2:31). Esto nos deja ver que estaba en otra
dimensión, perdiendo la noción del tiempo, cómo le sucedió al Rey Salomón al presentar mil holocaustos, apareciéndose el
Señor diciéndole pide lo que quieras (1 R. 3:4-5)

DE QUE DEBEMOS SER PARTIPANTES:


La palabra Hermano viene del griego (G80 Strong/Thayer) adelphos, que significa hermano, cercano, venir a ser la misma
persona, semejante, unido a otro. Esta es la actitud que debemos tener hacia los demás, imitando también la actitud del
Señor, que aun siendo el Unigénito y Ungido de Dios, no se avergüenza de llamarnos hermanos (He. 2:11). Así mismo la
otra actitud importante del Apóstol Pablo es Participe, que viene del griego (G4791 Strong/Swanson/Vine) sunkoinonos
que significa coparticipe, coparticipante, hacerse participante, compañero, socio, tener en común, cómplice.

El Apóstol Juan nos enseña que debemos participar con los hermanos de varios aspectos, cuando analizamos la palabra
sunkoinonos, aparece en los siguientes versículos, indicándonos de que cosas debemos participar, previo a que seamos
Participantes de la Gloria del Apocalipsis:
1. PARTICIPANTES DE LOS SUFRIMIENTOS CON LOS HERMANOS, Apocalipsis 1:9:
El Apóstol Juan, nos habla en Apocalipsis 1.9, de que previo a Participar de la Gloria del Apocalipsis que anhelamos,
debemos participar junto con nuestros hermanos de diferentes sufrimientos o pruebas:

 La Biblia NBE Nueva Biblia Española relata que debemos compartir las luchas.
 La Biblia DDH Dios Habla Hoy, indica que se tiene parte en los sufrimientos.
 La Biblia BSA Serafín de Ausejo, dice que es compañero en la tribulación, donde tribulación es la palabra griega
dslipsis (G2357 Strong) que significa estrechez, aflicción, angustia, persecución. Cómo dice la Palabra, debemos
recordar que es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar al Reino de Dios (BJ2 Hch. 14:22).
Así mismo diferenciar que esto no se refiere a que pasaremos la Gran Tribulación, ya que como Amada del Señor,
seremos librados de lo que le acontecerá a los moradores de la tierra (Ap. 3:10).
 La Biblia BLA Latinoamericana, nos habla acerca de compartir las pruebas.
 La Biblia BLS Lenguaje Sencillo, nos dice el Apóstol Juan, que participa de los mismos problemas y dificultades.

La Biblia nos enseña que estas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo con nuestros hermanos alrededor de
todo el mundo (1 P. 5:9), cómo persecución a los cristianos en este tiempo en lugares como África, China, India, los
países musulmanes, y aún en el mundo occidental por medio de leyes. Pero la Palabra también nos invita a gozarnos
cuando nos hallemos en diversas pruebas, ya que ella trae beneficios para nuestra vida (Stg. 1:2).

a. CONSOLACIÓN AL CORAZON DE LA IGLESIA:


Estamos viviendo tiempos finales y un tiempo de reinicio, donde sabemos que la Iglesia del Final volverá a ser
como la Iglesia del Principio. Sabiendo que el libro de Isaías tiene 66 capítulos, y cada uno de sus capítulos
representa un libro de la Biblia, ejemplo: el capítulo 1 de Isaías representa a Génesis, el capítulo 2 de Isaías
representa a Éxodo, terminando en el capítulo 66 que representa a Apocalipsis.

i. La iglesia del principio (Is. 40:1-2): Este capítulo 40 representa al libro de Mateo, que a su vez representa
a la Iglesia del Principio, la cual tiene un mensaje especial de parte de Dios, cuando le indica que debe ser
consolada, hablándole al corazón (Is. 40:1-2). Nos deja ver que fue consolada con la venida del Señor, para
quitar todos nuestros pecados.

ii. La iglesia del final (Is. 66:13): El capítulo 66 representa al libro de Apocalipsis, que a su vez representa la
Iglesia del Final, la cual también será consolada llenando de gozo el corazón de la amada, pero para los
enemigos la manifestación de su Indignación. En la Iglesia del Principio y Final vemos que deben ser
consoladas, y a quien se consuela, sino al que está en prueba, enfermo, sin trabajo, al que tuvo una perdida,
al angustiado. Por eso nosotros en estas circunstancias el Señor nos consuela, para así también nosotros poder
consolar a nuestros hermanos como Dios nos ha consolado (2 Co. 1:4).

 Hablarle al corazón en el Desierto (Os. 2:14): Cómo la Iglesia del Principio, también la del Final, el
Señor la atraerá y la llevará al desierto, que también es figura de pruebas, sufrimientos y padecimientos,
pero allí hablará a nuestro corazón. Esto nos deja ver que también los ministros tendrán experiencias en
el desierto, para poder atravesarlo junto con las ovejas, a la manera de Moisés y Josué. Algunos ministros
tendrán esas características como José el Levita, que tenía el sobrenombre de Bernabé, que significa Hijo
de Consolación (Hch 4:36).

 Arrebatada del Desierto (Cnt 3:6): A la amada la van a levantar en medio del sufrimiento del desierto,
ya que allí ha sido preparado su corazón, y por lo tanto debe ser consolada. Dice que ha sido sahumada
de mirra e incienso, donde sahumada significa “una cosa siendo buena, viene a ser mejor al añadirle algo”
(Diccionario Larousse), donde mirra representa sufrimiento y el incienso las oraciones que suben al Padre
(Sal. 141:2). La Palabra nos deja ver que el Señor por medio de su consolación levantará al pobre del
polvo y al menesteroso y necesitado del muladar, para hacerlo sentar con príncipes y heredar un trono de
gloria (R60/BNC 1 S. 2:8, Sal. 113:7).

2. PARTICIPANTES DEL REINO, Apocalipsis 1:9


Nosotros antes de conocer al Señor estábamos ajenos a los pactos de la promesa y sin esperanza (Ef. 2:11 -12). Pero
nosotros que en otro tiempo no éramos pueblo, Él nos llama linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido, y posesión de Dios (1 P. 2:9) ya que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable y nos trasladó al reino de
su Hijo Amado (Col. 1:13), ya que el Señor Jesucristo nos libertó de nuestros pecados con su sangre, nos hizo un reino
de reyes y sacerdotes para Dios (Ap. 1:5-6). También debemos recordar que el Reino de Dios no es comida ni bebida,
sino Justicia, Paz y Gozo en el Espíritu Santo (Ro. 14:7), las cuales son actitudes que debemos practicar.

3. PARTICIPANTES EN LA PERSEVERANCIA EN LA ESPERA DEL SEÑOR, Apocalipsis 1:9


Perseverancia es la palabra griega hupomone o jupomoné (G5281 Strong) que significa perseverar, constancia,
resistencia, aguante, paciencia, denotando que debemos perseverar como lo hacía Daniel hasta el fin, porque tenemos
la promesa de salvación (NVI Dn. 12:13, Mt. 10:22). Pero también es hermoso que este pasaje en la versión Biblia
Serafín de Ausejo, nos dice “en la constante espera de Jesús”. En este sentido nuestro corazón debe estar ardiendo
constantemente en la espera de nuestro Señor Jesucristo, en la espera de su venida en secreto, para que seamos
llevados con Él en las nubes, y estar siempre con Él (1 Ts. 4:17), y ser parte de ese grupo selecto de santos que
perseveran en los mandamientos de Dios y en la fe del Señor Jesucristo (Ap. 14:12), para luego participar de las Bodas
del Cordero (Ap. 19:7-9).

4. PARTICIPANTES DE LA RAIZ DEL OLIVO - JESUCRISTO, Romanos 11:17


La palabra nos deja ver que el Señor es la raíz del Olivo, el cual vino a Israel primeramente para apartarlo de su
apostasía (Os. 14.4-6) y así reconciliarlo con Dios. Sabemos que a los suyos vino y no le recibieron, pero nosotros que
también estábamos alejados de Dios, le recibimos (Jn. 1:11-12), y Dios nos reconcilió consigo mismo por medio del
Sacrificio del Señor (2 Co. 5:18, Col. 1.20), dándonos el ministerio de la Reconciliación, para que podamos hablarle a
otros del amor y sacrificio del Señor.

5. PARTICIPANTES DE LA RICA SAVIA - EL ESPÍRITU SANTO, Romanos 11:7


Cuando habla de la rica savia, es aquella que alimenta y sostiene a las ramas del olivo silvestre que fueron injertadas
al Olivo que es Cristo. Es decir esas ramas representan a La Iglesia que debe participar de la llenura del Espíritu Santo,
como fue en el Principio en Pentecostés, y con la evidencia de hablar en otras lenguas (Hch. 2:3-4). Y vemos también
al Apóstol Pedro y Juan, aun siendo perseguidos, encarcelados, ellos en lugar de atemorizarse o desanimarse, al ser
puestos en libertad tomaron valor, y reuniéndose con otros discípulos oraron al Señor para que pudieran hablar su
Palabra con denuesto, y todos los que se encontraban con ellos en aquel lugar, fueron llenos del Espíritu Santo (Hch.
4:31)

6. PARTICIPANTES DE LA GRACIA, Filipenses 1:7


Cuando recibimos al Señor en nuestro corazón y lo confesamos con nuestra boca somos salvos (Ro. 10:9), y sabemos
que esta salvación tan grande, no proviene por obras, sino por Gracia (Ef. 2:8-9). Por medio de la fe, nos volvemos
Participantes de la Gracia, en la cual el pecado ya no tiene dominio sobre nosotros (Ro. 6:14), y esta gracia nos hará
obrar en justicia, para dar fruto de santificación que da como resultado la vida eterna, la cual es dadiva de Dios (Ro.
6:22-23).

7. PARTICIPANTE DEL EVANGELIO, 1 Corintios 9:23


En el contexto de estos pasajes vemos al Apóstol Pablo que muestra humildad al hablar con todo tipo de personas, ya
sean judíos o gentiles, haciéndose débil con los débiles, para poder presentar el evangelio (1 Co. 9:16-22). De la misma
manera nosotros debemos ser participantes del evangelio al poder presentar el evangelio de Cristo, a diferente tipo de
personas y que el Espíritu Santo haga la obra de convencerles de justicia, juicio y pecado y puedan arrepentirse y por
consiguiente salvarse. Por eso el Apóstol Pablo siempre exhortaba a Timoteo a hacer obra de evangelista (2 Ti. 4:5).

CONCLUSIÓN
El mayor ejemplo que tenemos de ser Participante en nuestras enfermedades y aflicciones es el Señor Jesucristo, que aún
el siendo limpio y sin mancha, participó del Sacrificio en la Cruz para pagar el precio de Sangre por nuestros iniquidades,
pecados, por nuestras enfermedades y darnos paz (Is. 53:5). La Palabra nos enseña que no debemos sorprendernos o
extrañarnos del fuego de la prueba, ya que compartimos los padecimientos del Señor, pero que también en la Revelación
(apokalupsis) de Su Gloria nos regocijemos con alegría (1 P. 4:12). Por eso Santiago nos dice Bienaventurado el varón que
persevera bajo la prueba, porque siendo aprobado recibirá la corona de la Vida que el Señor prometió a los que le aman
(Stg. 1:12).

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