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1.1) BIOGRAFÍA DEL AUTOR. Se desconoce quien es exactamente el autor pero las primeras
ediciones no traían el nombre del autor en otras posteriores figuraron como tales, ya llegó
Hurtado de Mendoza, Sebastián de Horozco y el Padre Juan de Valdés.
HURTADO MENDOZA, Diego (1503- 1575). Literato español cuya ilustre estirpe y destaca
actuación literaria, diplomática y militar lo colocan entre las figuras más sobresalientes del siglo
XVI su sólida preparación humanística, indicada en Granada y Salamanca, se continuó en Italia
país en donde estudio y donde alternó con los mas selectos de los círculos literarios y artísticos.
A parte de su basta preparación diplomática y militar, poseía gran erudición y profundos
conocimiento de latín ,Griego y Hebreo, y de algunas lenguas modernas. En 1537 fue designado
embajador de España en Inglaterra, y dos años mas tarde, con igual cargo, paso a servir a la
corona española en la corte de Dux de Venecia. Durante su brillante carrera representó al
emperador Carlos V ante el Concilio de Trento, fue nombrado gobernador de Siena en 1547, y
proveedor de la armada del Aredo en 1554. Por su meritoria labor se le concedió el habito de la
Orden Militar de Alcantara. Por orden de Felipe II, quien al aparecer tenia pocas simpatías por
Hurtado A causa de sus fracasos en una gestión diplomática, fue enviado a Medina del campo y
pues, en calidad de desterrado, a disposición del Marqués de Mondejar para que se les
encargaba la tarea de sofocar las sublevaciones de los Moriscos de Granada. En 1554, por gracia
especial del Rey, volvía a la capital. En el cultivo e las letras se distribuyó Hurtado de Mendoza
como historiador ameno y veraz, a la vez que como inspirado poeta de sentidos versos
tradicionales e italianizantes al estilo Pretrarquista. Sus obras maestras la constituye el tratado
en prosa la guerra de granada, en que se pone de relieve el poder de observación, la corrección
estilística y la erudita preparación humanística del autor.
1.2) CLASIFICACIÓN DE SUS OBRAS. Ninguna debido a que no se conoce quien fue el autor
exacto de esta obra.
2.1)ARGUMENTO.
Su protagonista es un muchacho hambriento, simpático e ingenuo que relata sus aventuras a
través de 7 capítulos en que el autor llama tratados, desarrolla el siguiente asunto: Lázaro nace
en un molino, a orillas del Río Tormes, de donde su nombre. Su padre es condenado por un
ladrón. Habla de su padre muerto, cuando Lázaro tenía 8 años. Invadida por el hambre, su madre
lo abandona fuera de la ciudad. Lázaro de este modo será entregado a un ciego avaro que lo
inicia en las malas artes y lo somete a un sin fin de privaciones. Lázaro debe valerse desde
entonces de una serie de artimañas para alimentarse. El ciego le enseña con crueldad cosas del
mundo. Cansado del maltrato Lázaro lo abandona. Antes de abandonarlo se venga llevándolo a
estrellarse contra un poste. Así el niño convivirá con otros amos: Un clérigo que le privara de lo
más elemental: los alimentos, ya mas despierto por las experiencias con el ciego logra robarle
bodigos (panesillos) que guardaba celosamente en un arca, luego un escudero, será su tercer
amo, quien resulta ser mas pobre que Lázaro, altiguo y hambriento a quien tiene que sostener
con las limosnas que recoge para mantenerse, Luego es un sirviente de un Fraile de la Merced;.
Sirve sucesivamente a un Fraile que lo fatiga con sus interminables caminatas. Posteriormente
pasa a servir a un Buldero que negocia engañosamente con bulas; a un Capellán, que le encarga
la venta de agua a la ciudad, lo cual le permite reunir algún dinero, a un Alguacil, a quien
abandona por los constantes peligros que esta sujeto y finalmente, a la ciudad de Toledo como
Pregonero. Se casa con la criada de cierto Clérigo, y así llega a alcanzar “La Prosperidad y la
cumbre de toda buena fortuna”
3.7) MENSAJE: Que no debemos perder las esperanzas por difíciles que sean las circunstancias.
- Lo que aprendamos nos sirve para afrontar las dificultades que afrontamos en la vida. - Que
debemos aprender a valernos con nuestras propias fuerzas. - Que los pobres y débiles necesitan
cariño.
IV) CONCLUSIÓN Conocemos que en España a pesar de la riqueza y el poder también había
miseria y hambre que la gente pobre tenía que valerse de su habilidad si quería sobrevivir. Los
que tenían poder económico no se muestran compasivos por eso esta obra es una crítica a la
nobleza y al clero.
EL CONDE LUCANOR
La obra narra la historia de un conde, un hombre bueno y honrado que siempre busca el bienestar de su
pueblo por lo que a veces le pide ayuda a su consejero el cual es un hombre de confianza que siempre
busca la manera correcta, adecuada y fácil para que el conde entienda ciertos aspectos de la vida,
problemas y dudas que tenga; él le narra historias, fábulas y cuentos en los que al final siempre tienen
una moraleja que el conde tiene que descubrir para encontrar lo que busca al pedir ayuda y al final cuando
cada historia termina el conde saca una moraleja que todos entendieran y hacía que lo anotaran en este
libro. Cada historia tiene diferentes personajes en diferentes tiempos y lugares. A veces historias crueles,
divinas, bonitas, absurdas, pero que al final lograron que el conde asimilara muchas cosas y creciera en su
vida moral y espiritual; por lo que es un libro que ayuda a que cualquier hombre, niño o mujer que lo lea
para que pueda entender y aprender cosas que generalmente no razonamos ni pensamos en ellas y nos
hace falta tenerlas en mente para la vida diaria. El libro de los ejemplos del conde Lucanor y Patronio
construyen un clásico de la literatura española y representa fielmente el espíritu del humanismo cristiano
del siglo XIII.
RESUMEN
CAPITULO I De lo que aconteció a un rey con uno de sus privados.
Una vez el conde Lucanor estaba hablando con Patronio, su consejero, y le dijo, un gran hombre de esta
tierra muy honrado y muy poderoso, es su voluntad marcharse de aquí y no volver de ninguna manera,
me quería dejar toda su tierra, en parte vendida y en parte encomendada, aconsejadme vos lo que os
parece en este hecho. Patronio le contó una historia al conde sobre lo que le paso a un rey con uno de
sus privados y al final el conde aprendió la siguiente moraleja: No te engañes ni creas en lo regalado, nadie
hace por otro su propio daño. Por la misericordia de Dios y por el buen consejo se libra el hombre de
aflicción y cumple su deseo.
CAPITULO III Del salto que el rey Ricardo de Inglaterra dio en el mar contra los moros.
Un día se aparto el conde Lucanor con Patronio su consejero., y le dijo así; me crié y viví en grandes
guerras, a veces con cristianos, a veces con moros, y cuando la tuve con cristianos me cuide de que no se
provocase por mi culpa, no se pudo evitar que recibieran gran daño muchos que no lo merecían., según
el estado que tengo, penséis y me aconsejéis la mejor manera para que yo pueda hacer enmienda a Dios
de los yerros que contra Él hice y pueda recibir gracia. Patronio le contó sobre el rey Ricardo y el salto que
hizo contra los moros por lo cual el conde asimiló lo siguiente: “Quien por caballero se mantuviera más
debe desear este salto, que si en convento se metiese o se encerrase en muro alto"
CAPITULO V De lo que aconteció a un zorro con un cuervo que tenía un pedazo de queso en el pico.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo así: Un hombre que dice ser muy amigo mío,
comenzó a alabarme mucho dándome a entender que había en mí muy cumplida honra y poder muchas
bondades, me propuso un convenio que me parece que me es provechoso. Patronio comprendió el
engaño que yacía escondido bajo las palabras hermosas, Por eso le dijo al conde. Lo que le sucedió a un
cuervo que por confiar en un zorro perdió todo a lo cual el conde respondió que había entendido que
"Quien te alabare con lo que no hay en ti sabed que quiere llevar lo que hay en ti".
CAPITULO VI De lo que aconteció a la golondrina con las otras aves cuando vio sembrar el lino.
El conde Lucanor hablaba un día con Patronio, y le dijo; -Patronio me dicen que unos vecinos míos, que
son más poderosos que yo, se andan reuniendo y haciendo muchas artimañas con que puedan engañar y
hacer mucho daño, pero por el buen entendimiento que tenéis os quiero preguntar, que debo hacer algo
sobre esto, -Señor conde Lucanor -dijo Patronio- le contaré sobre una golondrina y lo que le sucedió con
las otras aves al ver sembrar el lino después de escuchar a Patronio el conde comprendió que "En un
principio debe le hombre apartar el daño para que no le puedan alcanzar. "
CAPITULO VII De lo que le sucedió a una mujer a quien llamaban doña Truhana.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un hombre me dijo una cosa y me mostró de
que manera se podría aprovechar y os digo que tantas son, que no sé si Dios quiere que se haga como él
me dijo, Patronio le relató lo que le sucedió a una mujer llamada Truhana, de lo cual Don Juan entendió
que “A las cosas ciertas encomendaos y de las esperanzas vanas alejaos”.
CAPITULO XI De lo que aconteció a un deán de Santiago con Don Illán gran maestro de Toledo.
Otro día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero de esta manera; Patronio un hombre vino a
rogarme que lo ayudase y me prometió que en retribución haría por mí todas las cosas que contribuyeron
a mi honra y provecho, pero antes que su problema estuviese solucionado del todo, aconteció algo en
que él podía ayudarme. Le rogué que lo hiciese, el puso una excusa. Y aquel asunto, por él que me rogó
aún no ha sido resuelto, ni se resolviera si yo quisiere, os ruego que me aconsejéis qué hacer. A lo que
Patronio le contó una historia cuyo mensaje era que “El que ayudes y no te lo agradezca menos ayuda te
dará cuando la gran honra tenga.”.
CAPITULO XIV Del milagro que hizo, santo Domingo cuando predicó sobre el logrero.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio, su consejero y le dijo; Algunos hombres me aconsejan que
junte al mayor tesoro que pudiere, y que esto me conviene más que nada para cualquier cosa que
acontezca. os ruego que me digáis qué es lo que os parece en este hecho, Patronio le habló del milagro
que hizo Sto. Domingo y Don Juan comprendió que debes "Ganar el tesoro verdadero y guardarte del
perecedero.”
CAPITULO XVI De lo que aconteció al conde Fernán González con Nuño Laínez.
El conde Lucanor hablaba con Patronio de esta manera: -bien entendéis que yo no soy ya muy joven sabéis
que pase muchas dificultades, hasta aquí y bien os digo que de aquí en adelante quisiera hogar, cazar y
evitar loa afanes y molestias.-dijo Patronio, me gustaría que supieseis lo que dijo una vez el conde Fernán
Gonzáles a Nuño Laínez. “Si por deleite y holganza la buena fama perdemos, la vida muy poco dura;
agraviados quedaremos”.
CAPITULO XVII De lo que aconteció a un hombre que tenía mucha hambre a quien otros convidaron
muy negligentemente de comer.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio, y le dijo así: Un hombre vino a mí y me dijo que haría por mí una
cosa que me convenía mucho, y negligentemente, que le agradaría mucho si yo evitase de tomar aquella
ayuda. A lo cual Patronio le comento lo que le paso a un hombre al cual dieron de comer negligentemente
y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo, lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos
que dicen así: En lo que tu provecho pudiereis hallar, nunca te hagas mucho de rogar.
CAPITULO XVIII De lo que aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio un día y le dijo: -Sabéis que tengo contienda con un vecino mío
que es hombre muy poderoso y muy honrado y entre ambos hemos concertado la apuesta de ir a una
villa. Cualquiera que vaya primero se quedara con la villa, y perderá el otro, pero ahora estoy impedido,
por este accidente que me sucedió, y aunque me es gran pérdida lo de la villa os digo que me considero
más lastimado por el menoscabo que recibo y por la honra que él alcanza, que por la pérdida. Patronio le
comento lo que le aconteció a don Pedro Meléndez de Valdés, cuando se quebró la pierna de lo cual el
conde entendió que: “No te quejes por lo que Dios hiciere, que por tu bien sería cuando Él lo quisiere”.
CAPITULO XX De lo que acaeció a un rey con un hombre que le dijo que le haría alquimia.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Un hombre vino a mí y me dijo que me
haría cobrar gran honra y provecho y para esto que supiese algo de lo mío para empezar aquello, pues
cuando estuviese terminado, por cada dinero tendría diez. Patronio le contó la historia de un rey al cual
lo engaño un hombre que supuestamente era alquimista después de esto don Juan asimiló lo siguiente:
“No aventures mucho tu riqueza por consejo de quien está en gran pobreza”.
CAPITULO XXI De lo que aconteció a un rey joven con un filósofo a quien lo había encomendado su
padre.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera: me sucedió que yo tenía un pariente a quien
amaba mucho que murió dejando un hijo pequeñito a quien yo crié. Pero aunque el mozo tiene buen
entendimiento y confió en Dios que será muy buen hombre, como la juventud engaña muchas veces a los
mozos y nos lo deja hacer lo que es conveniente, me agradaría que a él no lo engañase tanto. Cuando
Patronio termino de contarle la historia de un joven al cual lo había criado un filósofo El rey supo que la
moraleja que le había dejado era que: “No enseñes al mozo maltratándolo, mas dile que vayan
agradándolo”.
CAPITULO XXIV De lo que aconteció a un rey que quería probar a sus tres hijos.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio así: -En mi casa se crían muchos mozos, unos de elevada condición
y otros que no lo son tanto, y veo en ellos extraños comportamientos, por el gran entendimiento que
tenéis os ruego que me digáis cuanto vos entendáis de que manera podré conocer qué mozo llegará a ser
mejor hombre. Entonces Patronio le contó sobre un rey que puso a prueba a sus hijos, y la enseñanza que
sacó de aquel relato fue que: “Por las obras y maneras podrás conocer a los mozos, cuales mejores han
de ser”.
CAPITULO XXV De lo que aconteció al conde de Provenza y de cómo fue librado de prisión, por el consejo
que le dio Saladín.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; -Un vasallo mío que el otro día que quería casar
a una parienta suya, me pedía por merced que le aconsejase lo que yo entendía, como éste hombre que
yo quisiera que acertase muy bien os ruego que me digáis vuestro parecer. Y porque a don Juan hallo en
la historia del conde Provenza que era buen ejemplo lo mandó escribir en un libro y compuso estos versos:
“Quien hombre es, hace todos los provechos: quien no lo es, menoscaba todos los hechos”.
CAPITULO XXVIII De lo que aconteció a don Lorenzo Suárez Gallinato cuando descabezó al capellán
renegado.
El conde hablaba con Patronio: un hombre vino a mi para ofrecerme sus servicios, y aunque yo se que es
buen hombre, algunos me han dicho que a hecho algunas cosas sin razón. Entonces Patronio mediante la
historia de Don Lorenzo le transmitió la moraleja de que: “Muchas cosas parecen sin razón, cuando el
hombre bien las sabe, en sí buenas son”.
CAPITULO XXIX De lo que aconteció a un zorro que se tumbó en la calle y se hizo el muerto.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio y le dijo así; Un pariente mío vive en una tierra donde no
tiene tanto poder, allí verían con agrado que hiciese algo que sirviese de excusa para estar contra él. Y
gracias al anécdota que escucho de un zorro que fingió estar muerto hizo estos versos: “Sufre las cosas
en cuanto debieres aleja las otras en cuanto pudieras”
CAPITULO XXX De lo que acaeció al rey Abenabet de Sevilla con la reina Romayquia, su mujer.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio de esta manera; con un hombre me sucede que muchas
veces, me pide y me ruega que le ayude, y le de algo de lo mío, en cuanto hago aquello que él me ruega,
da a entender que me lo agradece, si me pide algo que yo no hago. Se irrita y da entender que no me
agradece y que ha olvidado todo lo que por él había hecho.
CAPITULO XXXI Del fallo que dio un cardenal entre los clérigos de París y los frailes menores.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Tengo un amigo y quisiéramos hacer
una coda que es gran provecho y honra de ambos y yo podría hacerla, pero no me atrevo hasta que él
llegue; Patronio al tratar de ayudarlo le contó algo sobre un hombre bueno y su hijo cuando Patronio el
conde aprendió lo siguiente: “En lo que gran provecho para ti fuere, no lo dejes correr tanto que se
perdiere”.
CAPITULO XXXII De lo que aconteció a un rey con los burladores que hicieron el paño.
El conde Lucanor hablaba otra vez con Patronio y le dijo;-Un hombre vino a mí y me dijo una cosa
importante y me da a entender que mi provecho será muy grande, pero me dice que no lo debe saber
ninguna persona por mucho que en ella confíe, a alguien lo digo y descubro, que toda mi hacienda y mi
vida se hallan en gran peligro de perderse. Entonces Patronio le contó sobre un rey y de unos burladores
Y viendo don Juan que este ejemplo era bueno, lo mandó escribir en este libro, e hizo estos versos: Quien
te aconseja esconderte de tus amigos sabed que te quiere engañar sin testigo.
CAPITULO XXXIII De lo que aconteció a un muy buen halcón, que era del infante don Manuel, con un
águila y una garza.
Hablaba otro día el conde Lucanor con Patronio de esta manera: -Muchas veces me veces me ha sucedido
de tener contienda con muchos hombres, y después de que ésta ha terminado, unos me aconsejan que
huelgue y quede en paz, mas otros que empiece guerra y pelea con los moros. Por tal motivo Patronio le
platicó al conde acerca de un halcón, un águila y una garza
Y entendiendo don Juan que este ejemplo era bueno, y provechoso para quien lo quisiere aprender y usar
hizo estos versos: Si de bienes te diese seguridad, pugna por ganar la cabal felicidad.
CAPITULO XXXV De lo que aconteció a un joven que se casó con una mujer, muy fuerte y muy violenta.
Un día hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y le dijo: -Un criado mío me dijo que le
proponían casamiento con una mujer muy rica y de más alcurnia que él. Que el inconveniente es que
aquella mujer era la cosa más feroz y violenta del mundo. Para que Don _Juan le pudiera dar un buen
consejo a aquel sirviente Patronio le contó la historia de un hombre que se casó con una mujer igual.
Después de eso el conde le dio el siguiente consejo: “Si al comienzo no muestras quien eres, nunca podrás
después cuando quieras”.
CAPITULO XXXVI De lo que aconteció a un mercader cuando encontró a su mujer y a su hijo durmiendo
juntos.
Hablaba el conde Lucanor con Patronio su consejero y estaba muy preocupado; por algo desagradable
que le habían contado y le afectaba grandemente su honra, dijo que quería hacer un escarmiento tan
grande que se recordase siempre: para lo que Patronio le platicó lo que le había sucedido a un mercader
que descubrió a su esposa siéndole bien con su hijo y entendiendo don Juan que este era buen ejemplo
escribió estos versos: “Si con arrebato gran cosa hicieres creo que es justicia si te arrepintieres”.
CAPITULO XXXVI De la respuesta que dio el conde Fernán Gonzáles a sus gentes después que hubo
vencido en la batalla de hacinas.
Una vez venía el conde Lucanor de una batalla muy cansado, lacerado y pobre; le llegó aviso apresurado
de otro hecho, sus gentes le aconsejaron que holgase algún tiempo y después haría lo que fuese
conveniente. El conde preguntó a Patronio y él le dijo; Tened esto por cierto, pues es verdad probada que
honra y vicio grande no tienen una morada.
CAPITULO XXXVIII De lo que aconteció a un hombre que iba cargado de piedras preciosas y se ahogo en
el río.
Un día dijo el conde a Patronio que tenía muchas ganas de estar en cierto lugar porque allí le habían de
dar una partida de dinero y pensaba hacer mucho en provecho suyo, pero tenía también mucho temor
de que si allí se detenía, podría sobrevenirle gran peligro, que le rogaba le aconsejase que hacer en esto.
Patronio le aconsejó mediante la historia de un hombre que se ahogó por avaricioso cuya moraleja era:
Quien por gran codicia de riqueza se aventura, maravilla será si el bien mucho le dura.
CAPITULO XL De las razones por las que perdió el alma un senescal de Carcasona.
Hablaba otra vez el conde Lucanor con Patronio -como yo se que la muerte, no se puede evitar, quisiera
que después de mi muerte dejase alguna cosa señalada que sirviese a mi alma y quedase para siempre.
Os ruego que me aconsejéis. Patronio le aconsejó que Hiciera bien con buena intención en toda tu vida si
quería ganar la gloria cumplida.
CAPITULO XLIV De lo que aconteció a don Pedro Núñez, el Leal. a don Rui Gómez Zaballos y a don
Gutierrez Ruiz de Blasquillo con el conde don Rodrigo de Franco.
El conde Lucanor hablaba con Patronio: -Yo he tenido grandes guerras del modo, que cuando yo estaba
en la mayor necesidad, a quienes crié y a quienes había hecho mucha bien me dejaron y aun se enseñaron
en causarme descontento, que debo hacer en esto. Posteriormente escuchó el relato de Patronio del cual
aprendió que:” Aunque algunos te hayan dañado, nunca dejes de actuar aguisado”.
CAPITULO XLV De lo que acaeció a un hombre que se hizo amigo y vasallo del diablo.
Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio -Un hombre me dijo, que sabía muchos modos, tanto de
agüeros, con lo que yo podría conocer lo que ha de suceder y por las que podría hacer muchas artimañas,
con que aprovechar mi hacienda, os ruego me aconsejéis. Inmediatamente le comentó lo que le había
sucedido a un hombre amigo del diablo cuyo mensaje era que: “El que en Dios no pone su esperanza,
morirá de mala muerte, tendrá malandanza”.
CAPITULO XLVI De lo que aconteció a un filósofo que por accidente entró en una calle donde vivían
malas mujeres. Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, vos sabéis que una de las cosas del mundo
porque el hombre más se debe esforzar es conseguir buena fama, ruego que me digáis de que manera
podré acrecentar mi fama. A lo que Patronio le respondió: “ Has siempre el bien y guárdate de sospecha
y siempre será tu fama derecha.”
CAPITULO XLVII De lo que aconteció a un moro con una hermana suya, que daba a entender que era
muy medrosa.
Un día hablaba el conde Lucanor: -Patronio, sabed que yo tengo un hermano mayor que yo, y como es
mayor que yo entiendo, que lo he de tener en lugar de padre-El tiene fama de ser buen cristiano y muy
cuerdo, yo soy más rico y poderoso que él y aunque no lo daba a entender que no lo hace por que sería
pecado. os ruego que me aconsejéis. -Señor conde me parece que la manera, que vuestro hermano usa
con vos se asemeja mucho a lo que dijo un, moro a su hermana. Al concluir el relato de Patronio Don Juan
compuso estos versos: “Si no quieres hacer lo que te vaya a favorecer tú no quieres lo tuyo por él perder”.
CAPITULO XLIX De lo que aconteció al que echaron en la isla desnudo, cuando le quitaron la señoría.
Hablaba otra vez el conde Lucanor: -Patronio, muchos me dicen que, puesto soy tan honrado y poderoso,
que haga cuanto pudiere por tener gran riqueza, poder y honra, pues esto es lo que más me conviene y
corresponde; y como yo sé que siempre, os ruego que me digáis lo que viereis que mas me conviene es
esto; -Agradaría me mucho que supieseis lo que aconteció a un hombre a quien hicieron señor de una
gran tierra. El conde tuvo éste por buen consejo y entendió que este era buen ejemplo “Por este mundo
perecedero, no pierdas el que es duradero.”
CAPITULO L De lo que aconteció a un rey cristiano que era muy poderoso y muy soberbio.
Otra vez hablaba el conde Lucanor.
-Patronio, muchos hombres me dicen que una de las cosas por que el hombre más se puede ganar a Dios
es siendo humilde; otros me dicen que los humildes son menospreciados, os ruego que me aconsejéis
cual de estas dos cosas me es mejor o qué debo hacer. Me agradaría que supieseis lo que aconteció a un
rey que era muy poderoso y muy soberbio- dijo Patronio- cuando concluyó el rey dijo que la moraleja que
le había dejado era que “A los derechos y humildes, Dios mucho les ensalza; a los que son soberbios,
hiéreles peor que maza”.
PERSONAJES
Conde Lucanor protagonista: Era un hombre bueno, sensible, respetuoso honrado, buen
gobernante ya que se preocupaba por el bienestar de su gente, gentil, se preocupaba por los
demás, no era nada avaricioso y buscaba la manera de solucionar sus problemas de la mejor
manera para todos.
Patronio personaje secundario: Un hombre bueno que le gusta ayudar a los demás, hombre
confiable, mejor amigo y consejero del conde. Siempre buscaba la manera de ayudar a las
personas que se lo pedían de una manera para que todos lo entendieran.