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1.

LA NARRATIVA EN PROSA Y LA PROSA DIDÁCTICA SIGLO XIII Y XIV

El latín fue durante gran parte de la Edad Media la lengua de los textos escritos.
Sin embargo, sustituido ya por el castellano como vehículo de comunicación, su
conocimiento quedó reducido a los medios cultos. Era natural que, en algún
momento, la lengua habitual pasara a ser también la de la escritura. Paulatinamente,
pues, el castellano se va introduciendo en los textos en prosa.

1. Alfonso X, el Sabio (1221-1284)


En la segunda mitad del siglo XIII aparece y se desarrolla la prosa castellana
propiamente dicha gracias al ambicioso empeño del rey Alfonso X, el Sabio por utilizar
el castellano como lengua de cultura en lugar del latín dentro de un proyecto cultural
ligado a su proyecto político: la intención de crear una conciencia nacional con la
ayuda de la lengua vernácula, que permitiría hacer llegar sus opiniones y decisiones a
todo el país.
Alfonso X pretende que el castellano sea el vehículo de toda la riqueza cultural
arábiga, judía y cristiana de su reino y anima la traducción al romance de múltiples
obras orientales en la Escuela de Traductores de Toledo.
Las obras escritas bajo la dirección y estímulo de Alfonso X son muy variadas:
obras históricas (Estoria de España, Grande e General Estoria), obras jurídicas (Las
Siete Partidas); obras científicas (Libros del saber de astronomía); obras de
entretenimiento (Libro de axedrez, dados e tablas).

2. Colecciones de cuentos o exemplos1

A lo largo del siglo XIII, el castellano servirá también para la prosa de ficción. Son
numerosas las colecciones de cuentos o exemplos, de origen oriental, como el Calila e
Dimna y el Sendebar. La fortuna de estos relatos se explica porque estas obras no se
consideraron en su tiempo simples colecciones de cuentos. Se destacaba en ellos su
condición de recopilación del saber y de guía de conducta para toda clase de persona,
en especial para políticos.
La moral de estos cuentos es esencialmente práctica, aconsejando el uso de la
prudencia y la astucia como valores más extendidos. Precisamente, el hecho de
propugnar una ética fácilmente acomodable a otras culturas favoreció su gran
difusión.
3. Don Juan Manuel
Sobrino de Alfonso X el Sabio, su vida y sus obras ilustran a la perfección los
problemas y las contradicciones sociales que caracteriza la sociedad feudal del siglo
XIV. Como noble de su tiempo, participó muy activamente en las luchas internas del
reino y en los conflictos entre los nobles y el poder real.
1 Recordamos que los exemplos (también llamados enxiemplos o exempla) son apólogos, es decir, cuentos con
moraleja, donde el valor didáctico es fundamental.

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Como creador literario, la mayor parte de sus escritos tienen una intención
prioritaria: adoctrinar a los nobles de su tiempo, a quienes intenta ofrecer una
explicación de los problemas que los aquejan y unos modelos de comportamiento
adecuados a su estamento y útiles para mantener su posición social y económica. De
esta forma, Don Juan Manuel defiende la organización tradicional de la sociedad y
justifica su propia actuación política.
Su producción literaria es amplia, aunque algunas de sus obras se han perdido.
Entre las conservadas destacan el Libro del caballero y del escudero, el Libro de los
estados y el Libro del conde Lucanor.
El conde Lucanor o Libro de Patronio es la más conocida. Consta de cinco partes:
a) Primera parte: cincuenta exemplos que Juan Manuel toma de distintas fuentes
y que inserta dentro de un “marco” que repite en cada cuento: el conde Lucanor
expone un problema práctico a su consejero Patronio, quien, para aconsejarle, le narra
un cuento. Se indica que el conde pone en práctica el consejo y le va bien y entonces
aparece don Juan Manuel como personaje e incluye un pareado que resume la
moraleja del relato.
b) Segunda, tercera y cuarta parte: conjunto de proverbios que oscurecen
progresivamente su significado.
c) Quinta parte: un tratado doctrinal de tema religioso.
La unidad de la obra viene dada por la intención didáctica y por los temas
tratados, relativos siempre a los problemas que atañen a los nobles.
El sentido de El conde Lucanor se hace comprensible teniendo en cuenta la
situación histórica de Castila en el siglo XIV: ante la crisis del sistema feudal, el escritor
se dirige a los miembros de su estamento para que estén alerta frente a los engaños
de la nueva realidad, se unan frente a quienes amenazan su posición social, cumplan
con las obligaciones que impone ser noble y acrecienten sus riquezas, su honra y su
fama; así podrán conservar su posición preeminente y mantendrán la cohesión de su
sociedad feudal, lo que redundará en la salvación de sus almas

Cuento VII De lo que aconteció a una mujer que le decían doñ a Truhana
[Cuento. Texto completo] Juan Manuel “El Conde Lucanor”

Otra vez hablaba el conde Lucanor con Patronio en esta guisa:

-Patronio, un hombre me dijo una razó n y mostrome la manera có mo podía ser.


Y bien os digo que tantas maneras de aprovechamiento hay en ella que, si Dios
quiere que se haga así como él me dijo, que sería mucho de pro pues tantas
cosas son que nacen las unas de las otras que al cabo es muy gran hecho
ademá s.

Y contó a Patronio la manera có mo podría ser. Desde que Patronio entendió

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aquellas razones, respondió al conde en esta manera:

-Señ or conde Lucanor, siempre oí decir que era buen seso atenerse el hombre a
las cosas ciertas y no a las vanas esperanzas pues muchas veces a los que se
atienen a las esperanzas, les acontece lo que le pasó a doñ a Truhana.

Y el conde le preguntó como fuera aquello.

-Señ or conde -dijo Patronio-, hubo una mujer que tenía nombre doñ a Truhana y
era bastante má s pobre que rica; y un día iba al mercado y llevaba una olla de
miel en la cabeza. Y yendo por el camino, comenzó a pensar que vendería
aquella olla de miel y que compraría una partida de huevos y de aquellos
huevos nacerían gallinas y después, de aquellos dineros que valdrían,
compraría ovejas, y así fue comprando de las ganancias que haría, que halló se
por má s rica que ninguna de sus vecinas.

Y con aquella riqueza que ella pensaba que tenía, estimó có mo casaría sus hijos
y sus hijas, y có mo iría acompañ ada por la calle con yernos y nueras y có mo
decían por ella có mo fuera de buena ventura en llegar a tan gran riqueza siendo
tan pobre como solía ser.

Y pensando esto comenzó a reír con gran placer que tenía de su buena fortuna,
y riendo dio con la mano en su frente, y entonces cayó le la olla de miel en tierra
y quebró se. Cuando vio la olla quebrada, comenzó a hacer muy gran duelo,
temiendo que había perdido todo lo que cuidaba que tendría si la olla no se le
quebrara.

Y porque puso todo su pensamiento por vana esperanza, no se le hizo al cabo


nada de lo que ella esperaba.

Y vos, señ or conde, si queréis que los que os dijeren y lo que vos pensareis sea
todo cosa cierta, creed y procurad siempre todas cosas tales que sean
convenientes y no esperanzas vanas. Y si las quisiereis probar, guardaos que no
aventuréis ni pongá is de los vuestro, cosa de que os sintá is por esperanza de la
pro de lo que no sois cierto.

Al conde le agradó lo que Patronio le dijo e hízolo así y halló se bien por ello.

Y porque a don Juan contentó este ejemplo, hízolo poner en este libro e hizo
estos versos:

A las cosas ciertas encomendaos


y las vanas esperanzas, dejad de lado

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Fuente: Biblioteca Digital Ciudad Seva

2. LA PROSA DEL SIGLO XV. FICCIÓN SENTIMENTAL Y LIBROS DE CABALLERÍAS

Durante este siglo el desarrollo de la prosa en castellano es muy notable. Son


numerosos los libros escritos en prosa y muy variados los temas de que tratan. La
lengua romance gana en complejidad y se van convirtiendo, pues en una lengua de
cultura válida para la expresión de todo tipo de saber.

● Prosa didáctica:
Destacan dos figuras representativas de la primera mitad del siglo XV, Enrique de
Villena, autor de Los doce trabajos de Hércules y Alfonso Martínez de Toledo,
Arcipreste de Talavera, autor de El Corbacho, donde destaca la espléndida utilización
del habla popular de la época.

● Prosa de ficción:
Se nota ya en la prosa de ficción una evolución que la aleja de la simplicidad de
los exempla medievales. Dos son los grandes géneros que se desarrollan en este siglo:
los libros de ficción sentimental y los libros de caballerías.

a) Las narraciones sentimentales:


Anticipan muchos rasgos de la novela moderna: personajes en conflicto con su
entorno, análisis de la intimidad individual, cierta evolución psicológica de los
personajes, protagonistas angustiados y desdichados, etc. La obra cumbre de este
género es la Cárcel de amor de Diego de San Pedro, libro muy popular en su tiempo.

b) Los libros de caballerías:

Debían de conocerse y de leerse en la Península desde los últimos siglos


medievales. Se hicieron traducciones y adaptaciones desde muy pronto. Los temas
relativos a Carlomagno (ciclo carolingio) y al rey Arturo (ciclo bretón o artúrico) son los
más comunes, aunque tampoco faltan los asuntos de la Antigüedad clásica y libros con
nuevos héroes ficticios.
La primera muestra estrictamente peninsular es el Libro del Caballero Zifar,
escrito hacia 1300. De finales del siglo XV es el Tirant lo Blanch, en lengua catalana,
pronto traducido al castellano.
El libro de caballerías más importantes es, sin embargo, Amadís de Gaula, del
que debieron de circular diversas versiones ya desde el siglo XIV, pero del que solo
conocemos la versión de 1508 publicada por Garci Rodríguez de Montalvo.
Los libros de caballerías son libros de aventuras protagonizadas por caballeros
cuya misión es restablecer el orden y proteger a los indefensos. Los libros de

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caballerías reafirma la necesidad del estamento nobiliario es una época en que la
función guerrera de la nobleza, con la aparición del soldado profesional, está puesta en
entredicho. Este hecho explica la adscripción del protagonista desde el principio de la
obra a un linaje escogido, genealogía ilustre que quedará justificada por las acciones
gloriosas del héroe, cuyos valores serán los típicos del caballero feudal: valor, honor,
lealtad y religiosidad. Estos héroes y la imagen del mundo que transmiten están muy
idealizados y sujetos a unas convenciones formales muy estrictas, como corresponde a
los nuevos gustos de la nobleza.
Literariamente, los personajes de los libros de caballerías son meros tipos, sin
apenas evolución ni desarrollo psicológicos, el amor es el tema central de las obras y lo
que determina el comportamiento de los personajes divididos maniqueamente en
buenos y malos; los escenarios son imaginarios y, a menudo, maravillosos. Todavía
están lejos de la novela moderna que llegará con el Lazarillo y el Quijote.

4.1. La Celestina

4.1.1. Texto y autor

En 1499 se publica anónima la Comedia de Calisto y Melibea. Constaba de 16


actos. Se reedita al año siguiente, acompañada de unos preliminares en los que
aparece el nombre del autor, Fernando de Rojas, que dice haberse encontrado el acto I
ya escrito por un desconocido y haber continuado la obra. En 1502 se imprime con un
nuevo título Tragicomedia de Calisto y Melibea y con importantes novedades, cinco
nuevos actos, diversas interpolaciones, modificaciones y supresiones, y un prólogo en
el que Rojas justifica los cambios. Éste es el texto definitivo que ha pasado a la historia
con el título de La Celestina, nombre del personaje más significativo de la obra. El éxito
de la Tragicomedia será inmenso y las ediciones se sucederán desde entonces.

Fernando de Rojas nació en La Puebla de Montalbán (Toledo) hacia 1475, en el


seno de una familia de judíos conversos (su padre fue condenado por la Inquisición en
1488 por judaizar). Estudió leyes en Salamanca y en esa época debió de componer La
Celestina. Establecido en Talavera de la Reina en 1507, llegó a ser alcalde de la ciudad.
Se casó con una mujer también de familia conversa y vivió, pues, durante toda su vida
en el ambiente hostil a esta minoría, como prueba el que, cuando su propio suegro,
fue procesado en 1525, al ser propuesto Rojas como defensor, fuera él mismo
considerado sospechoso. Murió en 1541.

4.1.2. Género y estilo

La Celestina es una obra dialogada de considerable extensión. Esto ha hecho que


para unos se trata de una obra de teatro, mientras que otros piensan que estamos
ante una novela dialogada.
Los partidarios de que se trata de una obra de teatro argumentan que no existe
narrador alguno, los personajes hablan siempre directamente y sus palabras son las
que crean la realidad que los rodea y ordenan el espacio y el tiempo de la acción. La
obra no estaría destinada a la representación pública, sino a la lectura colectiva, según

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una extendida costumbre en los medios escolares de la época. Aparte de estas razones
esenciales, la obra pertenecería al género dramático en razón de los modelos literarios
de los que parte: la comedia romana y la comedia humanística italiana.
Los defensores de que se trata de una novela mantienen que el libre
tratamiento del espacio y el tiempo, la existencia de escenas no dramáticas y el diseño
de los personajes, retratados en la intimidad, con cierta evolución psicológica y
marcado individualismo, serían rasgos más propios de la novela que del drama, a lo
que podría sumarse el carácter irrepresentable del texto.

En cuanto al lenguaje y estilo, coinciden en la obra la lengua culta y erudita y la


lengua popular. Cada personaje suele hablar de acuerdo a su condición social, salvo
Celestina que cambia de registro según el interlocutor o la situación en que se
encuentren.
La lengua culta abunda en latinismos, frases largas, verbos al final de la oración,
utilización de sentencias cultas o citas de la Antigüedad clásica.
La lengua popular es, por el contrario, viva y rápida, con numerosos refranes,
frases cortas, expresiones coloquiales, chistes, insultos…
La variedad lingüística muestra el poder de la palabra en la Tragicomedia, que
sirve para comunicar y relacionarse con los demás, pero también para persuadir,
convencer, engañar y dominar a los otros.

4.1.3. Los personajes

Los personajes de La Celestina se dividen en dos grupos sociales: los personajes


de elevada clase social (Calisto, Melibea, Pleberio y Alisa) y los de las clases populares
(Celestina, Sempronio, Pármeno, las prostitutas Areúsa y Elicia y los criados Tristán y
Sosia).

a) Los personajes de elevada clase social

● Calisto: es el galán. Rico, ocioso, posee rentas y criados. Se comporta como un


enamorado cegado por la pasión. Para conseguir su objetivo, la conquista de
Melibea, carece de escrúpulos y utiliza todas las artimañas imaginables. Habla
con un lenguaje retórico propio de la literatura cortesana. Se ha visto en él una
parodia del héroe de los libros sentimentales.
● Melibea: también es una joven rica y de buena familia. Se comporta de una
manera muy activa en la obra. No oculta su pasión y muere finalmente por ella.
Algunos críticos la ven, igual que a Calisto, como un ejemplo de una persona
trastornada por la pasión y, por tanto, también paródica. Otros consideran que
es un personaje de carácter rebelde, honesto y sincero, cuya pureza de
sentimientos contrasta con los de su amante.
● Pleberio y Alisa: padres de Melibea, son personajes de poco relieve, excepto al
final de la obra, cuando se comportan como padres que desconocen los
verdaderos sentimientos de su hijo y se muestran sorprendidos por los
acontecimientos que se descubrirán en el final del drama.

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B) Los personajes de clases populares

● Celestina: alcahueta, maga y hechicera, con gran conocimiento de la vida y del


corazón humano. Es la figura central en las relaciones del resto de los personajes
de la obra. Pese a su sabiduría, está cegada por la ambición, lo que la conducirá a
la muerte. El tipo de la alcahueta o tercera tenía ya una larga tradición literaria
(comedia latina, la Trotaconventos del Libro de buen amor) y era un personaje
conocido en la literatura popular medieval. La maestría de Fernando de Rojas
consiste en fundir todos esos modelos y superarlos, convirtiendo al estereotipo
literario en un personaje dotado de individualidad, de intimidad personal y de
intensa vida propia.
● Los criados (Pármeno y Sempronio, Tristán y Sosia) y las prostitutas (Areúsa y
Elicia) representan el dominio de los sentidos, del interés egoísta y de la codicia.
Todos ellos son conscientes de su posición de clase y, salvo Tristán y Sosia, odian
a sus amos.

4.1.4. Contenido e intención del autor

Amor, muerte, ambición, egoísmo, codicia, lucha de clases son los temas
centrales de La Celestina. Amor entre los protagonistas y también en las personas de
baja clase social (lo que es en la literatura culta muy novedoso); muerte de gran parte
de los personajes; ambición extrema en los criados y la vieja alcahueta, pero también
en Pleberio, el padre de Melibea, que ha dedicado su vida a atesorar bienes; lucha de
clases desde la primera hasta la última página.

En cuanto a las interpretaciones de la obra hay dos opiniones básicas: hay


quienes consideran que la obra tiene una finalidad moral y pretende mostrar a los
lectores las consecuencias de los malos comportamientos. Otros, haciendo hincapié en
el origen converso del autor, subrayan la visión que ofrece de esa realidad conflictiva,
su desengaño y su honda desesperación, la concepción de la vida como guerra e,
incluso, su completo nihilismo.2

La obra refleja ejemplarmente la mentalidad de la sociedad castellana de fines


de siglo XV y los valores propios del capitalismo incipiente: el afán de lucro 3, el
pragmatismo4, el individualismo, el placer de la vida. La mentira, la traición y el engaño
marcan la vida de los personajes, así como el dinero, que lo puede todo. Los
personajes se utilizan los unos a los otros y no hay verdadera solidaridad ni amistad. Ni
siquiera amor que es ciega pasión o puro interés, esto ocurre incluso ante el sentido
planto de Pleberio tras el suicidio de su hija que parece lamentarse exclusivamente por
la pérdida de la heredera.
La Celestina cierra de modo brillante la literatura castellana medieval,
mostrando abiertamente el conflicto entre los nuevos y viejos valores. Los personajes,
los sentimientos, incluso los modelos literarios son sistemáticamente destruidos en
una sociedad competitiva y materialista. Fernando de Rojas niega los valores del

2 Nihilismo: negación de todo principio religioso, político y social.


3 lucro: ganancia o provecho que se saca de algo.
4 pragmático: actitud y pensamiento que valora sólo la utilidad y el valor práctico de las cosas.
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pasado pero no propone otros. En La Celestina no parece existir el futuro.

Dejo aquí algunos elementos de apoyo para estudiar La Celestina

http://lclcarmen1bac.wordpress.com/2011/10/18/la-celestina-de-fernando-de-rojas/

La Celestina de Fernando de Rojas

La Celestina, una de las obras maestras de la literatura castellana, se publicó


por vez primera entre 1498 y 1500, con el título de Comedia de Calisto y
Melibea, que muy pronto cambiaría por el de Tragicomedia de Calisto y
Melibea. Su autor fue Fernando de Rojas, quien afirma haberla escrito a partir
de materiales ajenos: según cuenta en uno de los prólogos de la obra, en
Salamanca leyó el acto I (compuesto por un autor cuyo nombre no nos revela) y
se decidió a continuarlo por su cuenta. Posteriormente a la publicación, y ante el
éxito e interés suscitado por la obra, Rojas volvió otra vez sobre su texto y lo
alargó cinco actos.

(edu365.cat)

La Tragicomedia de Calisto y Melibea contiene atractivos suficientes para


complacer a una gran diversidad de lectores. Hay quienes preferirán la perfecta
trabazón de su intriga, que conduce sin vacilaciones y de forma verosímil hacia
su triste final. Otros apreciarán la complejidad de los personajes, en especial de

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caracteres tan sólidos y veraces como los de Celestina, Melibea, Pármeno o
Areúsa. Algunos valorarán, por encima de todo, las estampas pintorescas y los
cuadros de costumbres contenidos en la obra, tan evidentes, por ejemplo en la
comida en casa de la alcahueta o en la descripción de su laboratorio de pócimas
y cosmétcos.
Esa variedad de perfiles, que constituye la mayor riqueza de La Celestina, no
entra en contradicción con el hecho de que Fernando de Rojas pretende mostrar
con su obra que todo se rige por la tensión, el desorden y la violencia, desde los
fenómenos atmosféricos hasta el comportamiento de los animales. Y, por
supuesto, también de los seres humanos.

La Celestina (Duke University)

Si os ha interesado lo que hemos leído y comentado en clase sobre la obra y


tenéis ganas de leerla entera, podéis hacerlo en esta edición interactiva de la
Duke University. Pincha en la imagen:ACTIVIDADES SOBRE LA
CELESTINA
■ Repaso de la teoría y actividades. [M. Santo]
■ ¿Cuánto sabes de La Celestina? [Kalipedia]
■ Actividades sobre un fragmento de La Celestina [Proyecto Ciceros]
■ Actividades sobre un monólogo de Areúsa. [Proyecto Ciceros]
■ Actividades sobre La Celestina. Pulsa el número 12. [Proyecto Ciceros]

Es importante dejarse guiar por la GUÍA DE LECTURA

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