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Hay que tener en cuenta que quizá los juristas han diferenciado en exceso esos dos
conceptos y esta diferenciación en exceso ha sido denunciada por la doctrina española, siendo uno
de los autores de esta denuncia Francisco Vicent Chuliá, que para hacer esa denuncia el profesor se
refiere a las sociedades mercantiles denominándolas personas jurídicas-empresas. Esto nos lleva a
que no se puede confundir empresa con sociedad.
* NOTAS CARACTERÍSTICAS. ¿Es la sociedad un contrato especial o un contrato como otros tantos
regulados en el CCom? La respuesta nos la han dado los juristas al decir que estamos ante un
contrato específico. Este pensamiento doctrinal finalmente ha llegado a buen puerto en la tesis
defendida por el Profesor Tulio Ascarelli, defendiendo la tesis de que el contrato de sociedad es un
contrato plurilateral de naturaleza asociativa que se caracteriza por ser:
De carácter plurilateral: tienen que existir una pluralidad de partes o de socios para que
se pueda constituir una sociedad (con excepción de la sociedad unipersonal), y cada
parte no se coloca frente al otro socio, sino frente a todos los demás.
con prestaciones altamente atípicas: esto significa que cada socio fundador de la
sociedad se puede obligar a realizar una prestación diferente.
que persigue una pluralidad de intereses: en un contrato de sociedad siempre hay dos
tipos de interés, el interés privado de cada uno de los socios y otro el interés social o de
la sociedad que puede coincidir o no con el interés de los socios.
El único caso que se aparta de esta clasificación, es el caso de la sociedad unipersonal que
aparece en nuestro derecho por primera vez en el año 1995. A pesar de ser términos
contradictorios sociedad-unipersonal, es una realidad regulada en nuestro derecho. Si nos
encontramos con una sociedad unipersonal no podemos hablar de la existencia de un contrato ya
que sólo existe un sujeto.
especificar de forma expresa todas las actividad para la que se crea la sociedad quedando
prohibida la formulación genérica de actividades.
* En cuanto al objeto del contrato de sociedad debemos decir que son las prestaciones que los
socios se obligan a realizar al fondo común societario, que siempre será necesario. En terminología
jurídico-societaria a esas aportaciones se les denominan aportaciones sociales. En el derecho de
sociedades hay dos grandes clases de aportaciones, por un lado aportaciones de trabajo y servicio
que consisten en aportar trabajos o prestar servicios a la sociedad. Junto a ésta están las
denominadas aportaciones de capital, que se subdividen en dos grupos distintos: las aportaciones
dinerarias (cantidad de dinero) y las aportaciones no dinerarias (bienes y derechos distintos del
dinero y susceptibles de valoración económica).
- ¿Qué puede aportarse al fondo común societario? En las sociedades de capital sólo caben
aportaciones de capital, ya sean dinerarias o no. Así el único segmento en que se permiten
las aportaciones de industria o de trabajo es en el de las Sociedades Colectivas y las
Comanditarias.
- ¿A qué título puede aportarse? Las aportaciones se pueden realizar a título de propiedad
(en el que el aportante pierde el dominio del objeto a favor de la sociedad) o a título de uso
(en este caso el aportante no pierde el dominio del bien, sino que sólo pierde el uso). La ley
prevé que, salvo que se indique lo contrario, cada aportación se entiende realizada a título
de propiedad. En caso de que se quiera hacer una aportación a titulo de uso, se debe
establecer claramente en el contrato por tiempo determinado que podrá prorrogarse
cuando el período finalice. Si no lo hiciese, se encontraría rescindido el contrato por su parte
si sólo hubiese hecho una aportación a título de uso.
- ¿Qué ocurre si el socio que se obliga a realizar su aportación no cumple en todo o en
parte? Se puede actuar por medio de dos vías:
- proceder ejecutivamente contra una serie de bienes que pertenecen al socio que no
cumplió
- rescindir parcialmente el contrato de sociedad en cuanto al socio incumplidor,
quedándose la sociedad con las cantidades que el socio ya hubiese aportado aunque
la parte que hubiese aportado fuese mayor que la que le quede.
CAUSA.
La comunidad jurídica no se pone de acuerdo en delimitar cuál es la causa del contrato de
sociedad. En lineas generales la causa es la finalidad típica y constante que se persigue al hacer un
contrato y que permite diferenciarlo de otros contratos análogos o similares.
Dicho esto, en lo que no se pone de acuerdo la comunidad jurídica es en delimitar dónde
reside la causa del contrato de sociedad. Podemos hablar de dos grandes tendencias doctrinales:
a) La que entiende que la causa en el contrato societario consiste en la obtención de una
ganancia o la obtención de un lucro, que tiene su base en el derecho positivo (art. 1665 CC y
116 Ccom) ya que ambos aluden al lucro. Dentro de esta corriente existen otras dos
divisiones. Una que entiende que el lucro es el reparto de la ganancia entre los socios que
integran la sociedad y otra corriente que entiende que el concepto de lucro hace referencia
a cualquier ventaja de carácter patrimonial (una sociedad anónima en la que se prestan
servicios de guardería y los socios se benefician de esos servicios de guardería).
b) Y otra que entiende que la causa no se tiene que reducir simplemente al lucro, sino que la
sociedad es la comunidad de cualquier fin que fue defendida por el Prof. Girón Tena que fue
el primero en defender la posibilidad de que cualquier comunidad con cualquier fin puede
ser la causas de un contrato societario sin constreñirse exclusivamente al lucro. Esta tesis
tiene un importante escollo y es que tanto el art. 1665 como el hecho de que en las leyes de
sociedad de capital, el legislador admite que los socios tienen derecho a participar en los
beneficios, por lo que esta tesis obvia una norma imperativa. Así la diferencia entre sociedad
y asociación es que la sociedad tiene una finalidad de lucro cosa que no sigue la asociación.
¿La sociedad anónima o limitada está legitimada para celebrar cualquier tipo de acto o
negocio jurídico? ¿O sólo actos incluidos dentro del objeto social? El derecho español no ofrece al
respecto una respuesta categórica sino que hay algunos preceptos de los cuales podemos deducir
una cierta respuesta siendo por lo tanto conveniente irnos al derecho comparado. Dentro del
derecho comparado encontramos dos modelos muy distintos, antagónicos:
El modelo anglosajón, del Common Law, que es muy claro a la hora de decantarse por la
tesis que se denomina ultra vires o tesis de la capacidad limitada de las sociedades
mercantiles que significa que solamente la sociedad puede actuar válidamente dentro de las
actividades del objeto social.
El modelo alemán, que desde siempre ha seguido la tesis contraria al inglés, es decir, la
capacidad ilimitada de las sociedades mercantiles, esto significa que la sociedad puede
celebrar contratos válidos incluso fuera del objeto social. En consecuencia, los contratos que
queden fuera del objeto social serían válidos y vincularían a la sociedad, pero la sociedad
tendrá una acción para demandar y pedir responsabilidad al administrador por haberse
extralimitado de sus funciones propias como administrador.
En el derecho español existe una norma muy importante, el art. 234 del Texto Refundido de
la Ley de Sociedades de Capital, que condensa la idea ya defendida en la tesis alemana y que dice
que la representación de los administradores abarcará todos los actos dentro del objeto social. Pero
no se queda sólo en eso, sino que dice el art. 234 que no obstante lo anterior la sociedad quedará
obligada frente a terceros que hayan obrado de buena fe y sin culpa grave aun cuando se desprenda
claramente de los estatutos que el acto realizado por el administrador no estaba comprendido
dentro del objeto social. Luego el art. 234 se está decantando por la solución occidental, de ahí que
digamos que el objeto social no es límite, sino contenido de la capacidad social.
Cabe la posibilidad de que determinados sujetos utilicen la persona jurídica societaria con
fines contrarios al ordenamiento jurídico, con una finalidad muy clara, que sea evasión fiscal. O bien
sujetos que tienen prohibido ejercer el comercio pero sin embargo crean una sociedad mercantil
para eludir esa prohibición. En estos casos en los que se utiliza la persona jurídica para eludir el
derecho, los tribunales han decretado que hay abuso de la personalidad jurídica y la consecuencia
que se deriva de ello es el “Levantamiento del Velo” de la personalidad jurídica. Esto supone que el
juzgador penetra en la base personal de la sociedad, es decir, que los socios asumen la
responsabilidad que en ese caso asumiría la sociedad, son directamente responsables de las
acciones que han realizado en contra del ordenamiento jurídico.
5. MERCANTILIDAD DE LA SOCIEDAD
La mercantilidad es una figura que cuenta con una regulación por partida doble: por el CC que
contiene una serie de preceptos reguladores de la sociedad civil y en el CCom y legislación
mercantil. Coexisten en nuestro derecho sociedades civiles y mercantiles. Siempre que una
institución está doblemente regulada en nuestro derecho, es necesario saber cuándo una sociedad
es mercantil (ya que el derecho mercantil es un derecho especial que se separa del común), es decir,
hay que determinar qué requisitos son necesarios para que una sociedad deje de ser civil y pase a
ser mercantil. El legislador mercantil tiene que saber dónde reside el criterio de la mercantilidad.
La distinción entre sociedad mercantil o civil tiene una gran trascendencia, en primer lugar
porque se determina la normativa aplicable, así si la sociedad es mercantil cualquier contrato que
realice el contrato será mercantil sometido al derecho mercantil y además si una sociedad es
mercantil se le va a aplicar el Estatuto del Empresario Mercantil, que está constituido por las
normas del Registro Mercantil y por las normas de contabilidad empresarial. Luego no es una
cuestión irrelevante que sepamos si estamos ante una sociedad mercantil o ante una sociedad civil.
Tras esto debemos preguntarnos cuáles son los criterios de mercantilidad. A lo largo de la
historia se han desarrollado numerosos criterios a la hora de desarrollar la mercantilidad o civilidad
de la empresa. En un primer momento, siempre se tuvo la idea de que lo mercantil huele a lucro,
esta idea hizo que la doctrina dijese que la sociedad mercantil se caracteriza por perseguir una
finalidad lucrativa mientras que esto no es perseguido por la sociedad civil. Esto no se sustenta
porque el art. 1665 CC también menciona el ánimo de lucro como un elemento de la sociedad civil.
Otro criterio fue el criterio de la personalidad jurídica, el cual se basaba en que hay sociedades que
no poseen personalidad jurídica, cuales son las civiles y aquí el núcleo era pues la personalidad.
Ahora bien, en nuestro derecho está aceptado por todos que poseen personalidad jurídica no sólo
las sociedades mercantiles sino que también las civiles.
Por último decir que en el art. 1670 del CC se hace referencia a las sociedades civiles con
forma mercantil (Sociedad Colectiva y Sociedad Comanditaria Simple), las sociedades civiles en
forma mercantil se regirán por el CCom en todo aquello que no se oponga al CC. Aquí el problema
que se plantea es el siguiente. En materia de responsabilidad existe una diferencia muy importante
entre el régimen del CC y el régimen del CCom aplicable a una sociedad colectiva. El del CCom es el
régimen de responsabilidad solidaria (por lo que el deudor se podrá dirigir indistintamente y por el
total contra cualquiera de los deudores). Mientras que el Régimen del CC es totalmente distinto, se
basa en el régimen de la mancomunidad, no de la solidaridad. Si aplicásemos literalmente a este
caso el art. 1670 CC nos llevaría a que una sociedad colectiva que tenga un objeto civil sería una
sociedad en la que los socios tendrían una responsabilidad mancomunada porque si fuese solidaria
entraría en contradicción con lo que establece el CC. Dicho esto, la doctrina mercantilista viene
rechazando esa opción porque admitir sociedades colectivas en las que no rija la solidaridad sino la
mancomunidad sería admitir sociedades monstruosas o aberrantes que no se corresponden con el
perfil querido por el legislador. Es decir, esto es imposible, no hay que aplicar el art. 1670 CC tal y
como viene en el CC.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el contrato de sociedad es un contrato
no formal, es un contrato con forma libre que responde al principio de libertad de forma. Ahora
bien para que nazca la persona jurídica societaria como titular de derechos y deberes es necesario
que se cumplan determinados requisitos: un requisito de forma, es decir, que el contrato de
sociedad se plasme en documento público por medio de una escritura pública notarial y además un
requisito de publicidad porque esta escritura pública tiene que inscribirse en el RM. Cuando se
cumplen estos dos pasos entonces es cuando ya el proceso formativo de la sociedad se ha
completado y podemos hablar de la existencia del contrato de sociedad y de una persona jurídica
societaria centro de imputación de responsabilidades.
Bien entendido que la inscripción en el RM no tiene la misma naturaleza en los dos grupos
de sociedades a las que aquí nos estamos dirigiendo. En el caso de las sociedades de personas, la
inscripción tiene una eficacia puramente declarativa lo cual significa que antes de que se inscriba la
sociedad en el RM puede hablarse de Soc. Colectiva o Comanditaria carente de inscripción, o de
base meramente contractual. En el caso de las sociedades capitalistas, a diferencia de lo que ocurre
con las personalistas, la inscripción en el RM tiene eficacia constitutiva porque con anterioridad a la
inscripción en el RM no se puede hablar de la existencia de una sociedad ya que no hay base para
hacerlo, no se puede hablar de una base meramente contractual.
Dicho esto, tenemos que tener claro que sociedades que no han cumplido esos trámites de
forma y sobre todo de publicidad, existen en el tráfico mercantil y celebran contratos con terceras
personas como si fuesen personas inscritas. Esa no inscripción puede ser definitiva porque exista
voluntad de no inscribir la sociedad o provisional porque se inscribirá en un momento posterior.
Esto hace que nos encontremos con dos figuras jurídicas:
- La sociedad irregular: es aquella sociedad que no está inscrita en el RM ni existe voluntad
por sus creadores de que acceda al Registro Mercantil cumpliendo así los trámites de forma
y publicidad. Los terceros que interactúan con ella creen que sí está regularmente
constituida mediante escritura pública e inscripción en el RM.
- La sociedad en formación o en constitución : es una sociedad que aun no está inscrita pero
que lo va a estar dentro de un período de tiempo no excesivamente grande, porque desde
que surge la idea de crear una sociedad hasta que se inscribe pasa un período de tiempo en
el que la sociedad estará en un proceso de formación o constitución.
Hemos de caer en la cuenta de que una sociedad irregular está celebrando continuamente
contratos con terceros ajenos al contrato societario y aquí la pregunta sería ¿Qué ocurre con estos
contratos? ¿Son válidos? En principio, la respuesta a esta pregunta sería negativa porque si no se
han cumplido los trámites para constituir una sociedad, ésta no podría celebrar contratos. Pues bien
esta respuesta hay que rechazarla porque en materia de sociedades hay dos grandes principios que
están presentes:
- El principio de la seguridad jurídica
- El principio de la seguridad del tráfico, es decir, la confianza de los terceros en fenómenos
aparentemente jurídicos y a favor de la ley. Estos verían perjudicados sus intereses y por
tanto no podemos acatar la solución de la invalidez de todos los contratos celebrados por
este tipo de sociedad.
Esto se hace sobre la base de algunas soluciones de la doctrina mercantil como autores que
entienden que la sociedad aunque no tenga una plena personalidad jurídica, sí tiene una cierta
personificación y esto haría que los contratos fueron válidos; otros autores entienden que siempre
en beneficio de los terceros habría que contar con el patrimonio societario y con una
responsabilidad derivada de la sociedad y si agota el patrimonio, los socios responderán con una
responsabilidad ilimitada, solidaria y personal.
El ordenamiento jurídico entiende que las sociedades deben ser las sancionadas no los
terceros de ahí que se de esta solución. Siendo la sanción que se extienda la responsabilidad hasta
los socios por las deudas de la compañía.
Ahora bien existen otros vicios distintos que tienen una enorme gravedad y que sí producen
la nulidad de toda la sociedad como por ejemplo una sociedad que se instituya con un objeto social
ilícito o contrario al orden público.
En este segundo supuesto la sociedad W. S.A. se ha constituido con un objeto social ilícito y
empieza a actuar en el tráfico jurídico celebrando contratos con terceros. Si aplicamos a esta
hipótesis las reglas propias de la nulidad del ámbito privado llegaríamos a la conclusión de que
todos los contratos celebrados con terceros serían nulos y por tanto inexistentes y no producirían
ningún efecto. Sin embargo esta aplicación conlleva importantes inconvenientes sobre todo porque
se ven implicados intereses de terceras personas que han actuado con buena fe.
Una sociedad está formada por socios y creada para llevar a cabo un
determinado fin social y obtener unas ganancias mediante los pactos que
realizan los socios que la componen.
Cualquier relación jurídica que celebre la sociedad o uno de sus socios con
un tercero ajeno al contrato societario, será una relación jurídica externa y
como relación jurídica externa estará regulada por normas de derecho
imperativo, es decir, normas que no pueden ser desaplicadas por la autonomía
de la voluntad de las partes.
En el caso de las relaciones jurídicas internas, aquellas que se producen
entre los socios componentes de la sociedad, estará regulada por normas de
carácter dispositivo, regulada por la autonomía de la voluntad de las partes.
Las consecuencias jurídicas de esta diferenciación son múltiples. Por
ejemplo respecto al reparto de las ganancias, que son normas dispositivas, esto
es, podrá decirse cómo va a hacerse. Otro ejemplo es respecto a la
responsabilidad, que es una norma de carácter imperativo, ya que intervienen
terceros y, por tanto, se trata de una relación jurídica externa, por lo que no
puede pactarse que los socios respondan en una determinada proporción, sino
que responden todos solidariamente. En caso de que se pactase una cláusula de
este tipo la misma sería nula y se aplicaría lo dispuesto por el CCom.
Todo esto obedece a la dogmática alemana.
B) LAS RELACIONES JURÍDICAS INTERNAS: (completar con el libro)
LECCIÓN 2: LA SOCIEDAD
COMANDITARIA SIMPLE
12CONCEPTO Y NOTAS CARACTERÍSTICAS
A) CONCEPTO
pública. En esta escritura pública tendrán que aparecer los mismos datos que
deben aparecer en una S.C. designando los socios y muy especialmente
señalando quiénes son los socios comanditarios, también es necesario definir el
capital y por último cuál es la razón social de la Soc. Com. Simple (su nombre).
La razón social de la Soc. Com. Simple se constituye igual que la Soc.
Colectiva pero la última expresión de sociedad Colectiva se sustituye por Soc.
Comanditaria Simple o Sociedad en Comandita. La inclusión del socio
comanditario dentro de la razón social supone que también este, el socio
comanditario, asuma la responsabilidad tal cual responden los socios colectivos.
Posteriormente esta escritura pública de la sociedad debería inscribirse en
el RM logrando así la plena personalidad jurídica. Debemos tener en cuenta que
se trata de una sociedad jurídica de baja intensidad puesto que la inscripción en
el RM es una inscripción meramente declarativa no constitutiva.
32RELACIONES JURÍDICAS INTERNAS
A) LA GESTIÓN DE LA SOCIEDAD
Los socios que únicamente deben velar por la prohibcion de competencia son
los socios colectivos, no los comanditarios, pudiendo este realizar una actividad
competitiva con la de la sociedad, ya que el solo se ha dedicado a invertir en la
compañía.
C) REGIMEN DE GANANCIAS Y PERDIDAS
Sólo puede ser asumida por los socios colectivos concretos y habilitados
en el contrato de la sociedad
B) LA RESPONSABILIDAD POR LAS DEUDAS SOCIALES
Se trata de una sociedad capitalista en la que los socios no responden de las deudas sociales y cuyo
capital está dividido en acciones:
Hay siempre elementos que no se dan en los otros tipos de sociedades de capital: la Sociedad Limita-
da no tiene su capital dividido en acciones, sino en participaciones sociales (la diferencia es que las participa-
ciones carecen del aspecto representativo, es decir, no se pueden representar en documentos acreditativos o
anotaciones en cuenta) y la Sociedad Anónima Comanditaria por Acciones se diferencia en que quienes os-
tenten el cargo de administrador en cada momento, por el hecho de serlo, van a tener una responsabilidad
personal e ilimitada, por lo que no se puede predicar respecto a ellos la no responsabilidad por las deudas
sociales.
Se habla de un conflicto de intereses porque en muchos casos las pretensiones de capital de ambos
grupos son antagónicas y por tanto inconciliables. Básicamente lo que pretende el capital de ahorro será que
se repartan beneficios, pero frente a ello, el capital de control querrá que no se repartan, sino que haya auto-
financiación para abrir nuevas líneas de negocio y crezca la empresa.
El hecho de que haya ese conflicto ha hecho que incluso se plasmara en la ley desde 1989, recono-
ciendo expresamente una figura que no se reconocía entonces: la de la acción sin voto, que priva a su titular
del derecho a voto, a cambio de lo cual le da un mayor derecho al dividendo. Esto refleja la idea de que en
una SA hay un grupo muy importante de accionistas que no están interesados en la vida societaria, sino que
son meros inversores. Sin embargo esta figura no ha tenido mucha aplicación práctica.
El Código de Comercio de 1885 lo regula de forma muy escueta, con 24 preceptos muy escuálidos y
de derecho dispositivo (derogable por las partes). En él se definía la SA de forma muy diferente a como se ha
hecho posteriormente, diciendo que su capital no debía estar necesariamente dividido en acciones, sino sim-
plemente en partes ciertas que podían denominarse de otra forma. Esto se corrigió posteriormente y desde
1951 se dice que debe estar dividido en acciones. Además, no se admitían denominaciones de fantasía o pa-
labras inventadas, ni subjetivas, sólo podían ser objetivas y alusivas al objeto social. Esta regulación dio lugar
a SA que se llamaban así pero que no tenían en carácter propio de ellas, ya que se incluían cláusulas y ele-
mentos que no concordaban con el tipo de SA, produciéndose un abuso de esta figura, porque su perfil no se
veía reflejado en la sociedad.
- Aparición y auge de la gran SA: antes se había pensado en pequeñas y medianas SA, pero la gran -
de apareció más tarde, y la Ley de 1951 no la había tenido en cuenta.
- Necesidad de colmar lagunas legales y corregir deficiencias: siempre se observan carencias en las
leyes por muy buenas que sean, y era necesario corregirlas.
- Necesidad de adaptar nuestra legislación al Derecho de la UE: España ingresa en 1986 y desde
ese momento debe incorporar al ordenamiento jurídico toda la regulación societaria, luego había
que modificar el derecho español para adaptarlo a las directivas comunitarias, lo cual se tradujo
en una nueva ley.
La Ley de Sociedades Anónimas de 1989 amplió el contenido de la de 1951 para responder a las exi-
gencias antes citadas (como la acción sin voto o la nulidad de la SA). Esta ley estuvo sucedida en el tiempo
por la Ley de Sociedades de Responsabilidad Limitada de 1995, que reguló otras figuras distintas. De modo
que a final de siglo se contaba con dos leyes especiales de las dos sociedades más importantes de las socie-
dades capitalistas. A ello debían añadirse unos preceptos del CCom que regulaban las Sociedades Comandita-
rias por Acciones.
El legislador español entendió que podía ser recomendable la unificación de los textos reguladores
de las sociedades de capital (las leyes de 1989 y 1995 y CCom). En consecuencia, se elaboró el Texto Refundi-
do de Sociedades de Capital de 2010 (TRLSC). En rigor, el legislador debería limitarse a refundir o unir, pero
se introdujeron también cambios, fundamentalmente aplicando algunas soluciones que sólo se contempla-
ban para la SA a la SL y en sentido inverso, de modo que han quedado más hermanadas que antes. El legisla-
dor dice que el TR nace con cierto carácter de provisionalidad, hasta que se acometa una regulación en pro-
fundidad y se regulen los aspectos mercantiles, incluyendo los grupos de sociedades.
3. CONCEPTO DE S.A.
A) CONCEPTO LEGAL
En el Art. 1 TRLSC el legislador configura los tres tipos de sociedades, refiriéndose en su apartado ter-
cero a la SA, que es la prototípica de las sociedades de capital, diciendo que su capital estará dividido en ac-
ciones y estará integrado por las aportaciones de los socios, quienes no responden de las deudas sociales. És-
tas son sus tres notas jurídicas caracterizadoras de la SA:
1) División del capital en acciones (mientras que en la SL se divide en participaciones, que no pueden
representarse físicamente ni por anotaciones en cuenta): Esto muestra que en la SA es muy impor -
tante el capital, ya que es lo primero que nombra el legislador. El capital se presenta como eje de la
SA. Se presenta incluso como un capital dotado de personalidad jurídica, porque el capital lo es prác -
ticamente todo. La SA puede no ser anónima, porque pueden aparecer nombres de socios en la de -
nominación. Este capital deberá estar dividido en partes alícuotas (acciones), cuya suma de valores
nominales es igual al capital social. Además, en el momento en que se funda una SA, el valor del ca-
pital social que es suma del valor nominar deberá ser igual a la suma de las aportaciones de los so-
cios (realizadas o comprometidas por ellos). Las acciones son fácilmente transmisibles y, por tanto, la
cualidad de socio puede cambiar con facilidad. (bajo la vigencia del CCom anterior hablaba de partes
ciertas, por lo que podía haber SA sin acciones).
2) Capital formado por aportaciones de los socios: en relación con ello aparece el principio de integra-
ción del capital social, que significa que la cifra del CS no puede ser ficticia ni en todo no en parte,
sino que debe corresponderse con un efectivo real existente.
3) No responsabilidad de los socios por las deudas sociales : No hay responsabilidad por parte de los so-
cios de las deudas que pueda contraer la sociedad, sólo arriesgan lo que aporten al capital social. Por
tanto, responde la propia compañía, con el principio de responsabilidad patrimonial universal (1911
Cc: con todos los bienes presentes y futuros).
Estas son las notas que nos van a permitir la SA de otras sociedades de capital y que establece el le-
gislador, pero la doctrina aporta más características.
B) CARACTERIZACIÓN DOCTRINAL
tan que no sea totalmente abierta, sino que se aproxime a una SL, pero sin llegar a ser totalmente ce-
rrada. Cuando se habla de su polivalencia funcional se hace referencia a que, aunque en principio la
SA está pensada para grandes compañías abiertas, nada impide a que tenga un menor número de so -
cios y sea de carácter cerrado, es decir, la SA es válida tanto para una sociedad que sea más o menos
abierta (por ejemplo puede haber una SA familiar no tan abierta).
4. EL CAPITAL SOCIAL
Capital y patrimonio son dos conceptos distintos. El capital es un concepto que pertenece expresa-
mente al ámbito del Derecho de Sociedades, es un concepto creado en este ámbito, y es una cifra dineraria
expresada en euros que tiene que figurar necesariamente en los estatutos de la SA y que debe coincidir con
el valor nominal de las acciones en que se divide, así como con el valor de las aportaciones realizadas o com-
prometidas por los socios. Frente al concepto de capital, tenemos que hablar del patrimonio, que es un con-
cepto que pertenece en general al mundo de la empresa. El patrimonio hace referencia a los derechos,
bienes y obligaciones existentes en cada momento en la vida de la sociedad, es decir, es el resultante del acti-
vo y el pasivo de la sociedad. Hay una diferencia muy clara entre ambos conceptos: el capital se caracteriza
por la nota de estabilidad y el patrimonio es absolutamente dinámico.
En el momento inicial de constitución de la empresa, por regla general capital y patrimonio coinci-
den, salvo casos excepcionales, como:
- Las acciones con prima (en cuyo caso el patrimonio será superior a la cifra de capital social). Esto
sucederá cuando se emitan acciones cuyo valor nominal es inferior al valor del desembolso reali -
zado por el socio. Las acciones con prima no tiene mucho sentido emitirlas en el momento ini-
cial, pero sí más adelante. [Acciones que se emiten o lanzan al mercado con un precio de venta superior
a su valor nominal. Suelen emitirse como recurso para aumentar el patrimonio de la empresa].
- La sociedad que nace con deudas (siendo el patrimonio inferior). Esto puede ocurrir en el caso
de una SA que se constituya con deudas, porque los socios requieran servicios de expertos para
la constitución de la sociedad por ejemplo. La sociedad deberá satisfacer esas deudas, de mane -
ra que el patrimonio se verá menoscabado.
tir que esa garantía se vea desfasada (como decía el Art. 1.3, el capital debe estar formado por las aportacio-
nes de los socios, sin poder ser ficticio en todo o en parte). El principio de integración social vela porque este
desfase no ocurra.
Principio de integración del capital social : Significa que la cifra del CS debe ser una cifra real integra-
da por un efectivo patrimonio, es decir, que su cifra no puede ser ficticia en todo ni en parte. Este
principio aparece en el Art. 1.3 también, así como en los Arts. 58 y ss, que recogen las normas sobre
las aportaciones. El legislador se enfrenta a los problemas de la realidad, es decir, que aportaciones
sean reales, no ficticias (que los socios realmente aporten aquello a lo que se comprometen) y de la
sobrevaloración, si se aportan bienes que tienen un valor inferior al que se dice. Las normas a través
de las cuales pretende conseguir que las aportaciones sean reales y estén correctamente valoradas
se refieren al principio de integración del capital. En materia de aportaciones dinerarias, la ley ya no
permite que un socio declare ante notario haber hecho el ingreso de su aportación, sino que debe
llevarse el dinero al notario (lo cual no es muy frecuente) o acreditar mediante justificante bancario
haber hecho el ingreso. Para las aportaciones dinerarias, la ley obliga a que la tasación la realice un
experto o un perito. De manera que si la diferencia del valor que consideró el experto que tenía el
bien difiere en más de un 20% de la valoración propia que se había hecho no podrá inscribirse. Este
principio tiene algunos principios instrumentales:
o Principio de suscripción total (Art. 79 TRLSC): Las acciones emitidas por una SA deben estar
suscritas por el público (si se sigue la fundación sucesiva por la que los promotores acuden al
público a hacer un llamamiento para que los interesados suscriban acciones) o por los socios
fundadores (si se sigue la fundación simultánea: los socios fundadores acuden al notario y si -
multáneamente declara que quieren constituir una SA). Este principio significa que no puede
haber acciones sin dueño dentro de una SA, es decir, que toda acción debe tener un socio ti-
tular, sea un socio o una persona ajena a la sociedad. Con esto se eliminan las acciones en
cartera, que eran aquellas que guardaba la sociedad y no tenían titular, por lo que las lanzaba
al mercado en un momento posterior y más favorable. Las acciones en cartera se suprimie -
ron con la Ley de 1951.
o Principio de desembolso mínimo (Arts. 79 y 56.1 TRLSC): La ley exige que todo el capital ha
de estar suscrito, en el sentido que acabamos de indicar, es decir, no puede haber ninguna
porción de capital sin dueño. Pero la ley sólo exige que se desembolse como mínimo el 25%
del valor nominal de cada acción por parte del aportante o suscriptor. No es necesario apor-
tar el total del valor nominal, aunque fuera lo recomendable. Hay algunos autores, como el
Profesor Yllescas, que han criticado esto diciendo que cuando más sentido tiene que exista
un fuerte patrimonio en la sociedad es en el momento inicial, y a causa de los desembolsos
que quedan pendientes puede que la sociedad sólo tenga en realidad el 25% del patrimonio
necesario para llevar a cabo su actividad. Esto no ocurre en la SL, donde es necesario desem-
bolsar el total del importe de las participaciones, debiendo estar éstas totalmente suscritas y
desembolsadas. Hay dos vías para fijar en qué momento debe realizarse el resto del desem-
bolso: lo que se establezca en los Estatutos o que los administradores adopten un acuerdo de
cuándo deben hacerse efectivos y publicado en el BORM. Si no se hace dentro de este plazo
se perderán muchos derechos: voto, suscripción preferente…
Principio de intangibilidad: significa que no pueden salir bienes del patrimonio de la sociedad si ello
implica que el patrimonio va a ser inferior a la cifra del capital social. En definitiva, el CS ejerce una
función de retención respecto al patrimonio. Esto se manifiesta por ejemplo en el Art. 327 TRLSC,
que plantea la situación de que existan pérdidas importantes en la sociedad y dejen el patrimonio re-
ducido a menos de las dos terceras partes del capital social. En este caso, la ley otorga a la sociedad
un año para que se restablezca la situación patrimonial, debiéndose equilibrar en este plazo patrimo -
nio y capital social. Si se logra el reequilibrio no pasa nada, pero si no se logra dispone la ley que la
reducción del capital social será obligatoria para la SA, que llevará al mismo resultado de reequilibrio.
Así, el Art. 273 dice las cautelas que se deben seguir para distribuir dividendos entre los socios, reco -
giendo este principio, al decir que debe haber beneficios obtenidos o reservas de libre disposición y
que deben cumplirse las exigencias legales o estatutarias: la reserva legal, regulada en el Art. 274 y
las estatutarias si las hubiere [El art. 274 dice que el 10% de los beneficios obtenidos deben ir a la reserva le-
gal hasta que ésta alcance, como mínimo, el 20% de la cifra de capital] . Además, el Art. 273 dice, en tercer
lugar, que tras el reparto la cifra del patrimonio no debe ser inferior a la de capital.
Principio de estabilidad del capital social: Significa que la cifra del capital es estable, a diferencia del
patrimonio, que es cambiante. Consecuentemente, para modificar el CS hay que seguir un procedi -
miento muy riguroso establecido por la ley, debiendo haber un acuerdo con requisitos especiales de
quórum y mayorías en la Junta y que se inscriba en el RM. Hay autores que proponen que el CS pue -
da ser variable en la SA y SL, igual que en las sociedades colectivas.
explican porque el legislador está construyendo un tipo societario de sociedades de capital en las
que el lucro forma parte de la propia estructura del núcleo de la sociedad.
Según el profesor Miranda, la tesis que hemos de aceptar es la segunda, ya que se basa en
leyes y por tanto no hay que interpretar nada.
A pesar de esto, existen sociedades anónimas donde los socios expresan su renuncia por
parte de los socios fundadores a la finalidad lucrativa y que han sido registradas en el RM y están
funcionando en el tráfico con todos sus derechos y deberes.
7. EL CAPITAL SOCIAL MÍNIMO EN LA S.A.
El art. 4 TRLSC dice que: 1. El capital de la sociedad de responsabilidad limitada no podrá ser
inferior a tres mil euros y se expresará precisamente en esa moneda. 2. El capital social de la
sociedad anónima no podrá ser inferior a sesenta mil euros y se expresará precisamente en esa
moneda. Esto hace que los socios si no tienen estos 60.000€ para constituir una S.A. o 3.000€ para
constituir una S.L. tengan que optar por otro tipo de sociedad. Luego este artículo señala el capital
mínimo necesario para constituir una S.A. o una S.L.
El art. 5 en este sentido dice: No se autorizarán escrituras de constitución de sociedad de
capital que tengan una cifra de capital social inferior al legalmente establecido, ni escrituras de
modificación del capital social que lo dejen reducido por debajo de dicha cifra, salvo que sea
consecuencia del cumplimiento de una ley.
Cuando el legislador en 1989 optó por esta opción, se dijo que el legislador estaba optando
por dos tipos sociales muy distintos y con muy diversos destinatarios, por un lado la S.A. destinada a
la gran empresa y la S.L. destinada a la PYME. Realmente parece que sea así y siendo así sí que
tenemos que hacer una segunda observación y es que la opción de la S.A. para la gran empresa
tampoco parece muy acertada porque si es para una gran empresa la cantidad de 60.000€ parece
que queda corta, luego la apuesta del legislador tendría que haber sido más fuerte, es decir,
establecer una cuantía de capital mayor.
No ha sido así y esto ha llevado al tema de la polivalencia de la S.A. que está pensada para
sociedades grandes pero debido al capital mínimo hace que pueda utilizarse también para
pequeñas empresas.
8. LA DENOMINACIÓN DE LA S.A.
A) RELEVANCIA JURÍDICA Y NOCIÓN DE DENOMINACIÓN SOCIAL
Debemos subrayar que la denominación social es para la persona jurídica societaria similar al
nombre de la persona física, puesto que sirve para su identificación. El término denominación social
se utiliza para las capitalistas y el término razón social para las personalistas.
La denominación social es el primero de los datos que deben figurar en los estatutos de una
S.A. Pero no sólo es relevante por esto, sino que si por alguna razón no apareciese en los estatutos
el nombre de la sociedad, la sanción para la sociedad es gravísima puesto que la omisión de la
denominación social de la sociedad en los estatutos es causa de nulidad.
Debemos tener muy presente que hay que diferenciar dos planos muy distintos:
- El plano de la sociedad en sí: que estarán los accionistas
- El plano empresarial: que estarán los trabajadores.
En base a esto vamos a tratar de diferenciar dos figuras que parecen las mismas pero son
distintas, ya que en el plano de la sociedad vamos a hablar de denominación social y en el plano
empresarial vamos a hablar de nombre comercial.
La denominación social la podemos definir como un signo denominativo que identifica a una
persona jurídico-societaria en el tráfico jurídico en sentido estricto en tanto que es sujeto titular de
derechos y deberes y centro de imputación de responsabilidades.
Frente a la denominación social nos encontramos con el nombre comercial, que podemos
definirlo como un signo denominativo, gráfico o mixto, que sirve para diferenciar en el mercado o
tráfico concurrencial a una empresa y a diferenciarla de las idénticas o similares existentes también
en dicho mercado.
Mientras que la denominación social es el nombre de un sujeto societario, el nombre
comercial es el nombre de un objeto porque es el nombre de una empresa.
Estas dos figuras jurídicas se diferencian básicamente sobre la base de dos criterios
importantes:
- El de las realidades diferenciadas por cada uno de ellos:
o La figura de la denominación social identifica a una figura jurídico-societaria, es decir, es
el nombre identificador de un sujeto de derechos y deberes.
o El nombre comercial no identifica un sujeto, sino que identifica un objeto que es la em -
presa.
- El de los ámbitos en los que ejercen sus cometidos identificadores y diferenciadores:
o El ámbito en el cual desempeña sus funciones identificadoras la denominación social es
en el tráfico jurídico en sentido estricto, es decir, en el plano negocial o contractual y en
el plano procesal
o El ámbito en el cual desempeña sus funciones el nombre comercial es distinto, ya que
sirve para diferenciar a la empresa en el mercado o en el tráfico concurrencial que son
todas aquellas actividades realizadas de cara a la clientela.
Siempre estas dos figuras se han mostrado distintas y ello ha tenido un reflejo muy claro en
el derecho positivo en el siguiente sentido ya que aunque son figuras distintas la doctrina dice que
no hay que diferenciarlas tanto como se han diferenciado:
- Regulaciones en normas diversas e incomunicadas: Ambas figuras a lo largo de la historia han
estado reguladas por normas distintas que lo único que tenían en común es que eran normas
mercantiles. La denominación social se regulaba por el derecho de Sociedades (CCOm, TRLSC y
RRM). La figura del nombre comercial y de la marca se han regulado en la Ley de Marcas.
La diferencia no sólo está en las distintas leyes en las que se regula, sino que además se trata de
legislaciones que hasta hace muy poco tiempo eran legislaciones incomunicadas.
- Inscripciones en registros distintos: la denominación social se inscribe en el Registro
Mercantil territorial de la provincia en que se constituye la sociedad, siendo necesario simplemente
que la denominación social no sea idéntica a la de otra sociedad preexistente, en cuyo caso no se au -
torizaría (para hacer la escritura pública habrá que llevar al notario un certificado del RM diciendo
que no hay otra sociedad con la misma denominación). Ahora bien se puede dar el caso de que una
sociedad tenga como denominación social el nombre comercial de otra sociedad. Esto puede ser fac-
tible porque los registros están aislados, son legislaciones incomunicadas.
Todo esto ha llevado al legislador a partir de la última ley de marcas que se establezcan vasos
comunicantes para resolver estos tipos de problemas.
Desde el punto de vista del derecho de sociedades se ha establecido que los órganos
competentes a la hora de conceder denominaciones sociales como son el registrador y el notario
deberán denegar la denominación social confundible con un signo distintivo previo notorio o
renombrado. Un signo distintivo es notorio si es conocido por los destinatarios del producto
designado a través de ese signo (IVECO). Un signo es renombrado cuando es conocido por todo el
mundo, no solo los destinatarios del producto, sino por todos los consumidores (Coca Cola).
Del lado del derecho de marcas la ley de marcas dispone que se denegará la marca o el
nombre comercial si esta es confundible con una denominación social de uso previa a la inscripción
o conocimiento notorio en el territorio español. Tiene que ser una denominación social conocida en
todo el territorio Español, es decir, si se trata de una denominación social conocida sólo en un
pequeño pueblo, no se denegará la inscripción.
La última idea que persigue el legislador con todo esto es evitar los múltiples conflictos que
se han producido en esta materia y que se han ido dirimiendo en los Tribunales e incluso el TS para
evitar costes a los empresarios.
B) PRINCIPIOS REGULADORES
objetiva. Esto es así porque si se opta por esa vía, la actividad que aparezca en la denomina-
ción debe ser la misma que aparece en el objeto social.
e. Principio de disponibilidad : este principio significa que la expresión denominativa elegida
para formar parte de la denominación social tiene que estar disponible. Y estará disponible
según el art. 7 TRLSC: Un signo distintivo es notorio si es conocido por los destinatarios del
producto designado a través de ese signo. Esto es lo que se denomina prohibición de identi-
dad denominativa. Además, este principio se desarrolla también en los artículos 407 y 408
RRM, en la DA14 ley de Marcas.
El concepto de identidad denominativa viene definido en el art. 408 RRM y cabe hablar de
identidad nominativa cuando se utilizan idénticas palabras pero con distinto género, orden y
número, ya que son cambios irrelevantes y por tanto existe identidad entre esas dos denomi-
naciones (El Sol Copas S.L. y Copas Los Soles S.A). También existe identidad cuando se utili-
zan las mismas palabras pero con supresión o adicción de partículas accesorias intrascenden-
tes o irrelevantes (Cerámica San José S.A. y Cerámicas de San José S.L.). Por último también
habría identidad en la utilización de distintas palabras pero con una misma expresión fonéti-
ca (Vaturca S.L. y Ba Turka S.A).
Es importante también tener en cuenta el art. 407 RRM y hemos de tener en cuenta en cuan-
to al art. 407 la DA14 de la ley de Marcas. El art 407 dice que los notarios y registradores de-
negarán la solicitud de una denominación social cuando les conste por notoriedad que coin-
cide con la de otra persona jurídica aun cuando no esté inscrita en el RM. Esto significa que si
aunque llevamos al notario la certificación de que no existe ninguna sociedad con esta deno-
minación en el RM pero el notario conoce alguna (por ser una sociedad civil por ejemplo) no
podrá inscribirse. Además el notario y el registrador en base a la DA14 no podrán inscribir
una sociedad cuya denominación social es confundible con un signo distintivo previo, notorio
o renombrado.
Para terminar con esto, hay que hacer referencia a la DA17 de la Ley de Marcas, la cual dice
que si una sentencia impone a una sociedad un cambio de denominación porque es confun-
dible con un signo distintivo previo, la sociedad tendrá un plazo de un año desde que sea fir-
me la sentencia para ejecutar dicho cambio. Si pasa el plazo y no se produce el cambio, la so-
ciedad quedará disuelta de pleno derecho porque así lo decreta el legislador.
B) DOMICILIO
El art. 8 TRLSC se ha decantado por el criterio del domicilio. Art. 8 TRLSC: Serán españolas y
se regirán por la presente ley todas las sociedades de capital que tengan su domicilio en territorio
español, cualquiera que sea el lugar en que se hubieran constituido. Esto hay que completarlo con el
art. 9 TRLSC: 2. Las sociedades de capital cuyo principal establecimiento o explotación radique
dentro del territorio español deberán tener su domicilio en España.
El legislador ofrece dos criterios para fijar el domicilio que se encuentran en el art. 9 TRLSC:
1. Las sociedades de capital fijarán su domicilio dentro del territorio español en el lugar en que se
halle el centro de su efectiva administración y dirección, o en el que radique su principal
establecimiento o explotación.
El art. 10 dice que En caso de discordancia entre el domicilio registral y el que correspondería
según el artículo anterior, los terceros podrán considerar como domicilio cualquiera de ellos. La
existencia de esta regla es debida a que cuando se presentan los estatutos al Registrador mercantil
o al notario puede que no tengan elementos de juicio para saber dónde está el principal
establecimiento o la sede o entidad de la sociedad. Al desconocer esto se puede dar el caso de que
las partes acuerden un establecimiento en un momento inicial y después cambien de idea.
Además puede haber sucursales en algunas sociedades. Ésta se caracteriza por dos notas
con respecto al establecimiento principal: la nota económica (están subordinadas y siguen las
instrucciones del establecimiento principal) y una nota jurídica (tiene una cierta independencia
respecto al establecimiento principal, lo que permite celebrar en la sucursal todos los contratos que
pudieran celebrarse en el establecimiento principal).
Por último, el art. 11 bis TRLSC hace referencia a la página web corporativa que no es
obligatoria salvo en el caso de que estemos ante una sociedad que cotiza en bolsa.
Aquí hay que preguntarse quién crea la página web corporativa y según el art. 11 bis TRLSC
el órgano encargado de crear la página web corporativa será la Junta General de la Sociedad. Sólo se
podrá crear la página web corporativa si en el orden del día de la Junta General se comprende
específicamente entre sus puntos el de crearla (no puede hacerse en ruegos y preguntas). Ahora
bien, la modificación o traslado de la página web ya es decisión unilateral de los administradores
salvo que se diga lo contrario en los estatutos. La página web se tendrá que incorporar al BORME, es
decir, cuando se decida crearla deberá publicarse en el BORME, lo cual es gratuito. Esto tiene
importancia porque hasta que no se publique en el BORME todo lo que se escriba en la página web
carecerá de efectos jurídicos, es decir, la página web cobrará existencia cuando se inscriba en el
BORME. La ley permite que se creen dispositivos que permitan la comunicación entre la sociedad y
los socios mediante cauces electrónicos. Si hay algún socio que se oponga a esto se tendrán que
usar otros medios opcionales. Si se interrumpiera el servicio de la página web, serán responsables
los administradores salvo el caso de fuerza mayor.
Artículo 11 bis TRLSC
1. Las sociedades de capital podrán tener una página web corporativa. Esta página será obligatoria
para las sociedades cotizadas.
2. La creación de una página web corporativa deberá acordarse por la junta general de la sociedad.
En la convocatoria de la junta, la creación de la página web deberá figurar expresamente en el
orden del día de la reunión. Salvo disposición estatutaria en contrario, la modificación, el traslado o
la supresión de la página web de la sociedad será competencia del órgano de administración.
3. El acuerdo de creación de la página web se hará constar en la hoja abierta a la sociedad en el
Registro Mercantil competente y será publicado en el "Boletín Oficial del Registro Mercantil".
El acuerdo de modificación, de traslado o de supresión de la página web se hará constar en la hoja
abierta a la sociedad en el Registro Mercantil competente y será publicado en el "Boletín Oficial del
Registro Mercantil", así como en la propia página web que se ha acordado modificar, trasladar o
suprimir durante los treinta días siguientes a contar desde la inserción del acuerdo. La publicación
de la página web de la sociedad en el "Boletín Oficial del Registro Mercantil" será gratuita. Hasta
que la publicación de la página web en el "Boletín Oficial del Registro Mercantil" tenga lugar, las
inserciones que realice la sociedad en la página web no tendrán efectos jurídicos. Los estatutos
sociales podrán exigir que, antes de que se hagan constar en la hoja abierta a la sociedad en el
Registro Mercantil, estos acuerdos se notifiquen individualmente a cada uno de los socios.
Se debe plasmar en documento público el contrato, en una escritura pública redactada antes
notario. Además es necesario que ese documento público se inscriba en el Registro Mercantil
(art. 33 RRM.). Si no se cumple un requisito o los dos, y no hay voluntad de cumplirlos, nos
encontraríamos en el caso de la sociedad irregular.
A) LA ESCRITURA PÚBLICA (ARTS. 20, 21 Y 22 TRLSC) (Visto en el tema 3)
de capital. Pero los estatutos aluden fundamentalmente a la persona jurídica que nace
del proceso fundacional y no al contrato.
adopción de acuerdos pero se pueden establecer otras en los estatutos según quiera o
no la compañía.
- La fecha de comienzo de las operaciones a partir de la cual la ley admite que puedan de-
sarrollarse las operaciones de la sociedad.
- La duración de la sociedad que puede ser indefinida o determinada (aunque esto no sue-
le darse)
- La fecha de cierre del ejercicio social que deberá disponerse expresamente en los estatu-
tos ya que si no se dispone nada se entenderá que la fecha de cierre del ejercicio social
será el 31 de Diciembre de cada año.
- Las posibles ventajas reservadas a los fundadores: si el procedimiento es de funda-
ción simultanea debemos hablar de fundadores y si es de fundación sucesiva de pro-
motores. Para compensar a esas personas por esa labor desarrollada es frecuente
que se recojan ventajas en los estatutos para los fundadores, no valiendo cualquier
tipo de ventajas ya que existen límites cualitativos y cuantitativos.
- Cualesquiera otros pactos que los socios fundadores juzguen conveniente establecer
siempre que no contradigan a las leyes ni a los principios fundadores de la sociedad anó -
nima. Los principios configuradores del tipo social ha originado muy importantes proble-
mas interpretativos y cuando el legislador habla de esto se está refiriendo básicamente
que hay que respetar las exigencias que se derivan de la propia caracterización del tipo
social ante el que estamos. Es frecuente que los socios celebren unos acuerdos o unos
pactos entre ellos (reservados porque no salen a la luz pública a no ser que sea una so-
ciedad cotizada) para gobernar determinadas materias propias de la sociedad (se trata
de acuerdos parasociales). Estos pactos plantean un problema importante frente a la so-
ciedad (que es un tercero que no participa en estos pactos). Acuerdo en Junta General de
accionistas que contradice un protocolo familiar pero es válido de acuerdo con la ley y
por tanto el acuerdo será válido. Los acuerdos parasociales no vinculan a la sociedad.
El derecho societario que estamos estudiando se fundamenta en dos grandes principios que están
directamente entrelazados pero son distintos y no debemos confundirlos
- El principio de la seguridad jurídica que se garantiza a través de dos mecanismos:
Estableciendo unos procesos muy concretos y tasados de fundación societaria, es de-
cir, la constitución de una sociedad debe regirse por unas normas tasadas recogidas
en el TRLSC.
Además en el proceso fundacional de una sociedad participan tanto el Notario que
participa necesariamente para que se otorgue ante él escritura pública y en segundo
lugar participa también el Registrado mercantil calificando la escritura pública que
otorgó el notario y a la hora de calificar la escritura tendrá que ver si dicha escritura y
los estatutos son conformes a la ley o no.
Por lo tanto el derecho pretende que las sociedades mercantiles se constituyan conforme
a la ley mediante dichos mecanismos.
- El principio de la seguridad del tráfico: significa que el derecho tiene que velar porque los
terceros puedan confiar en determinados supuestos de apariencia jurídica. Así ocurre en
el caso de la sociedad irregular, ya que esta sociedad es una sociedad en la que los terce-
ros pueden confiar, porque el derecho la concibe como un supuesto de apariencia jurídi-
ca en la que el tercero puede depositar su confianza estableciendo la responsabilidad ili-
mitada de los socios (aunque sean sociedades anónimas).
En primer lugar, la LSA de 1951 no reguló el tema de la nulidad societaria, sino que fue la
doctrina la que se planteó la hipótesis de que cuando se constituyese una S.A. se pudiera producir
un vicio grave que llevase a la nulidad de la sociedad. La doctrina ponía de manifiesto que si se
producía un vicio solo para con un socio, ese vicio no anularía el contrato de sociedad, sino que se
quedaría sin efecto para con ese socio.
En segundo lugar, tras la entrada de España en la UE, la 1ª Directiva comunitaria en materia de
sociedades de capital que ya aborda el tema de la nulidad societaria en sus arts. 10-12. El art. 10
viene a establecer que las sociedades mercantiles tendrán que quieran constituirse dentro de la UE
tendrán que hacerlo con alguno de estos tres tipos de controles: control judicial, control
administrativo o control notarial. España continuó tras esta directiva por el sistema de un doble
control: control notarial en primer lugar y control administrativo (inscripción en el registro
mercantil) en segundo lugar. El art. 11 enumera las causas concretas (muy graves) por las cuales se
podrá declarar la nulidad de una sociedad de capital, bien entendido que la directiva no obliga a los
legisladores de los Estados miembros a incorporar a sus ordenamientos todas las causas de nulidad,
ya que se trata de una Directiva de mínimos, permitiendo a los Estados miembros que concreten
menores causas de nulidad que las fijadas en la Directiva e incluso permite que se pueda adoptar el
sistema inglés, en el cual si una sociedad se inscribe en el RM la inscripción produce efectos
sanatorios de los posibles efectos que pudiese tener la sociedad. Por último, el art. 12 aborda el
asunto relativo a los efectos o consecuencias dimanantes de la nulidad. Dice el legislador que la
nulidad de una sociedad de capital solamente podrá ser declarada por el juez mediante sentencia.
Además esta sentencia que declare la nulidad de la sociedad de capital produce dos efectos
fundamentales: primer efecto: la sentencia que declara la nulidad abre la liquidación y disolución
societaria y el segundo efecto: pese a que el juez declare nula la sociedad, los contratos celebrados
por la misma con terceros desde su constitución hasta la declaración de nulidad son válidos, es
decir, la nulidad no produce sus efectos desde que se da el vicio, sino desde que se dicta la
sentencia, para proteger los intereses y derechos de terceros de buena fe.
En tercer lugar, la LSA de 1989 que se crea porque el legislador debía incorporar las Directivas de
la Comunidad Europea al ordenamiento jurídico español. Esta ley regula la nulidad de las
sociedades anónimas en los arts. 34 y 35 y además en la ley en la que se basa la LSL de 1995.
Por último el TRLSC refunde el texto de la SA y de la Ley de S.L y de S.C.A. No hay cambios de
fondo pero si relacionales siendo el resultado los art. 56 y 57 del texto refundido. El art. 56 se
refiere a las causas de nulidad de las sociedades de capital y el art. 57 se refiere a las consecuencias
En el proyecto de ley que desembocó en la LSA de 1989 se contempló como causa de nulidad de
una sociedad anónima la no inscripción de una sociedad en el RM (esto viene recogido en la
Directiva europea). El legislador español contempló la posibilidad de que una sociedad que no
estaba escrito en el RM fuese declarada nula.
El proyecto salió a la luz pública y provocó un debate en la doctrina, criticándose de forma
severa esta decisión porque esta causa de nulidad chocaba con la tradición histórica española en la
que la no inscripción en el RM daba lugar a la irregular constitución pero no a la nulidad.la presión
doctrinal al legislador hizo que cuando ya se elaboró la LSA de 1989 esta causa de nulidad
desapareció del articulado de la ley. Por esto, las causas de nulidad recogidas en el art. 56
solamente se aplican a las sociedades inscritas, o sea sociedades regulares que han cumplido el
trámite de forma y el trámite de publicidad.
Por otra parte, es conveniente saber que se trata de causas tasadas y que es necesario realizar
de ellas una interpretación de carácter restrictivo. Esto significa que solamente se podrá declarar la
nulidad de una sociedad de capital cuando concurra alguna de las causas tasadas expresamente en
el art. 56 del TRLSC.
Las causas de nulidad que vienen establecidas en el art. 56 del TRLSC son las siguientes:
- Que en la escritura pública constitutiva de la sociedad no figurasen las aportaciones so-
ciales, ya que estas son el objeto del contrato social.
- Que en los estatutos se omitieran determinadas menciones consideradas importantes
por el legislador, como por ejemplo la denominación social o la no mención en los esta-
tutos de la compañía de la cifra del capital social o la omisión del objeto social que es dis-
tinto del objeto del contrato social.
- La ley también contempla que sea causa de nulidad el hecho de que el objeto social sea
ilícito o contrario al orden público, es decir, que se desarrolle una actividad que vaya en
contra del orden público como el tráfico de órganos.
- La incapacidad de todos los socios fundadores, bastaría que uno de ellos fuere capaz
para que ya no se pueda declarar la nulidad societaria.
- Que en el acto constitutivo de la sociedad no concurra la voluntad efectiva de constituir
la sociedad de al menos dos socios si es pluripersonal o de uno solo si es unipersonal.
Esto significa que tiene que haber una voluntad verdadera de constituir la sociedad por
parte de los socios.
- Sería causa de nulidad en la S.A. que no se hubiese respetado el principio del desembol-
so mínimo que establece la ley. Esta causa se refiere solamente a la S.A. porque en la S.L.
no rige el principio de desembolso mínimo sino que rige el principio de desembolso inte-
gro. De ahí, que la causa de nulidad de las S.L. sea el no respeto al principio del desem-
bolso íntegro.
firme por la que el juez declare la nulidad de una sociedad produce una serie de efectos que son los
siguientes:
- La sociedad se tiene que disolver y para que se disuelva lo primero que se realiza es su li -
quidación. La liquidación supone liquidar el pasivo, es decir, pagar las deudas a aquellos
acreedores con los cuales hubiese contratado y si tras liquidar el pasivo quedase activo,
se tendrá que repartir ese activo entre los socios por medio de las cuotas de liquidación,
quedando así liquidado el activo. Una vez liquidada la sociedad, esta se disuelve, cance-
lando la inscripción de la sociedad en el RM lo que supone la muerte de la sociedad jurí -
dica societaria.
- Pese a declararse la nulidad de la sociedad, se mantiene la validez de todos los contratos
celebrados entre la sociedad y terceros no societarios en el plazo que va desde el mo-
mento en que se crea la sociedad hasta el momento en el cual se declara la nulidad so-
cietaria.
- Dice la ley que si estamos ante una S.A. en la que no se han desembolsado totalmente
los desembolsos pendientes, para satisfacer los derechos de los acreedores societarios,
se tendrán que satisfacer esos desembolsos pendientes. Lo mismo ocurre en el caso de
que sea una S.L. teniéndose que integrar el 100% del capital para poder satisfacer las
deudas con los acreedores societarios.
sucesiva:
- Elaboración por parte de los promotores de un documento prolijo, extenso del PROGRA-
MA FUNDACIONAL, que es el proyecto creado por los promotores para crear esa socie-
dad anónima. En este documento se ha de recoger la identidad de los promotores, los
estatutos (reglas de funcionamiento de la persona jurídica societaria una vez que esta ya
se ha creado) y también el boletín de suscripción de las acciones dirigido a los posibles
suscriptores quienes a la hora de firma el boletín de suscripción van dando vida a esa so-
ciedad anónima durante el proceso de suscripción y cuando termine el proceso fundacio-
nal serán accionistas. Este Programa Fundacional tendrá que comunicarse a la Comisión
Nacional del Mercado de Valores ya que en este proceso participan entidades financieras
y además tendrá ese programa que depositarse en el RM y ser publicado en el BORME.
- Una vez que los promotores tienen la lista de suscriptores definitiva se da lugar a la se -
gunda etapa que gira en torno a la celebración de la Junta Constituyente. Parece que el
legislador da a entender que la sociedad se constituye mediante la celebración de esa
junta, pero no es así, sino que la sociedad existe desde el momento en el que cada uno
de los suscriptores suscribe sus acciones. La Junta Constituyente es convocada por los
promotores en un plazo de 6 meses a contar desde el momento en que los promotores
depositan el Programa Fundacional en el RM. Además la convocatoria de la Junta Consti-
tuyente debe hacerse mediante carta certificada a cada suscriptor y mediante publica-
ción en el BORME.
¿Cuándo está válidamente constituida la Junta Constituyente? La ley establece que la
Junta Constituyente estará válidamente constituida cuando concurran a ella por sí o
por representante suscriptores que detenten en su poder la mitad o más del capital
social. Se trata de un criterio puramente capitalista ya que lo que importa es el volu-
men de capital que representan los suscriptores que acuden a la Junta Constituyente
y no el número de suscriptores.
¿Cómo se adoptan los acuerdos? La ley adopta un criterio mixto en parte capitalista y
en parte personalista porque la regla general establece que para que se pueda adop-
tar válidamente un acuerdo tienen que votar a favor dicho acuerdo suscriptores que
representen una cuarta parte de los suscriptores asistentes y que representen ade-
más una cuarta parte del capital social. Esto tiene excepciones ya que si de lo que se
trata es de modificar el programa fundacional han de votar a favor del acuerdo todos
los suscriptores presentes
¿Cuáles son las competencias de la Junta Constituyente? La Junta Constituyente tiene
las siguientes competencias:
Aprobar lo que han hecho los promotores hasta ese momento siendo la fun-
damental la aprobación del Programa Fundacional.
Nombrar a las personas que van a otorgar la escritura pública constitutiva de
la S.A.
- Otorgamiento de la escritura pública e inscripción en el RM: la ley establece que a contar
desde el momento en que se celebra la Junta Constituyente y se toma el acuerdo de
quien va a otorgar escritura pública tienen los promotores un mes para que se otorgue
escritura pública y se para inscribir la escritura en el RM se cuenta con el plazo de dos
meses desde que se otorgó escritura pública. Si transcurre un año desde el otorgamien-
to de la escritura pública de la sociedad y no se solicita la inscripción en el RM cada uno
de los suscriptores tendrá derecho a exigir la restitución de aquello que aportó. Si este
derecho se hace efectivo la sociedad no queda constituida en los términos en que se qui-
so fundar y por tanto se tendrá que disolver. Si no se hace estaríamos ante una sociedad
irregular.
B) FUNDACIÓN SIMULTÁNEA
- Concepto de fundador (art. 21 TRLSC): una cosa es el concepto vulgar, a-técnico de fun-
dador y otra cosa es el concepto técnico-jurídico de fundador. En concepto vulgar, funda-
dor es la persona que proyecta la idea de fundar, crear, constituir una sociedad de capital
que responda al tipo de Sociedad Anónima. El concepto jurídico de fundador reposa en
dos notas caracterizadores fundamentales y para que una persona pueda ser considera-
da fundador debe reunir esas dos notas caracterizadores, cuales son:
La persona tiene que participar en el otorgamiento de escritura pública de la socie -
dad. Debemos preguntarnos si esta participación sería posible valiéndose la persona
por la institución de la representación. La respuesta es afirmativa ya que el sujeto
puede valerse para otorgar escritura pública de la figura de un representante. Ahora
bien hay dos formas de desempeñar la representación ya que está la indirecta (cuan-
do el representante actúa en nombre propio pero por cuenta ajena, estando en este
caso el nombre del representado oculto) y la directa (cuando el representante actúa
en nombre y por cuenta del representado) y ambas formas pueden utilizar para otor-
gar escritura pública. Si se utiliza la figura del representan para otorgar escritura pú-
blica, ¿quién es el fundador? Siendo la respuesta distinta según estemos ante la re-
presentación directa, siendo el fundador el representado y en el caso de la represen-
tación indirecta el representante, estableciendo la ley que las responsabilidades que
se deriven de la actuación del representante alcanzarán a la figura del representado.
Suscripción de acciones: Que esa persona suscriba una parte del capital social de
modo que entre todos los socios se suscriban la totalidad del capital social. O sea que
en el momento constitutivo de la S.A. no hay más socios que los socios fundadores.
- Numero de fundadores: ¿la ley exige un determinado número de socios fundadores para
que se pueda constituir una sociedad de capital? Debemos distinguir dos etapas a partir
de la promulgación en 1995 de la LSRL. Esta ley incorpora varias exigencias de una direc-
tiva comunitaria y reconoció la sociedad unipersonal. Con anterioridad a esta ley la legis-
lación española era muy clara a la hora de exigir como mínimo tres socios fundadores a
la hora de constituir una sociedad anónima por la vía de fundación simultánea. Si la so -
ciedad era una sociedad limitada se exigían dos personas. Esto tenía una excepción y era
la excepción de las sociedades anónimas públicas que necesitaban únicamente una per-
sona para la constitución de una sociedad anónima pública. Si posteriormente a esta
constitución todas las acciones se le venden a un único socio y la sociedad deviene uni-
personal, la sociedad podía sobrevivir con un solo accionista. Tras la ley de 1995 se per-
mite, porque así lo exige el derecho comunitario, sociedades unipersonales ya que se ve
la necesidad de que los empresarios individuales puedan limitar su responsabilidad. La
ley de 1995 también modificó la LSA en el precepto que permite la constitución de una
sociedad anónima unipersonal.
- Obligaciones y responsabilidad de los fundadores: los fundadores tienen fundamental-
mente la obligación de solicitar la inscripción en el registro mercantil del domicilio social
y la comparten con los administradores. Dice la ley que responderán solidariamente fun-
dadores y administradores de los daños que hubiesen ocasionado por no cumplir esa
obligación en el plazo estipulado por la ley que es un plazo de dos meses a contar desde
el otorgamiento de la escritura. Además la ley les impone una responsabilidad solidaria
frente a la Sociedad, frente a los accionistas y frente a terceros por las siguientes cuestio-
nes:
Por la no constancia en la escritura de todos los datos exigidos por la ley.
Además responden solidariamente de dos asuntos conectados al tema de las aporta-
ciones sociales, responden de la realidad de las aportaciones sociales y de la correcta
valoración de las aportaciones no dinerarias.
De la adecuada inversión de los fondos destinados a la constitución de la sociedad.
- Ventajas de los fundadores: La posibilidad que la ley ofrece de que los fundadores o pro-
motores se reserven determinadas ventajas. La respuesta a esto es porque estos asumen
un especial protagonismo en el momento fundacional de la compañía. La ley es sensible
a una realidad y es que como en ese momento inicial el protagonismo lo tienen fundado-
res y promotores, estos no deben ser los que establezcan las ventajas, ya que serían unas
ventajas excesivas. De ahí que la ley en su art. 27 TRLSC establece una serie de límites
para esas ventajas y son dos: límite cuantitativo (porque los beneficios no pueden supe-
rar el 10% de los beneficios netos obtenidos una vez cubiertas atenciones de la reserva
legal) y límite temporal (porque no podrán nunca ser superiores esos beneficios a un pe-
ríodo de 10 años). Estas ventajas además sólo pueden ser ventajas de contenido econó-
mico, es decir, las ventajas consistirán en una participación de los beneficios obtenidos
por la compañía. Esto nos lleva a que no se pueden atribuir a los fundadores beneficios
de carácter político. Además la ley permite que estas ventajas reservadas para los funda-
dores se puedan representar en títulos nominativos distintos de las acciones cuya trans-
misibilidad se puede restringir en los estatutos de la compañía.
Existe una salvedad a todo esto y es que existe la posibilidad de constituir sociedades por vía
telemática. Esta posibilidad está dirigida sobre todo por el Real Decreto 13/2010 y está dirigida a las
pequeñas sociedades de capital sobre todo a las S.R.L. Y son muchas las sociedades limitadas que se
constituyen por este procedimiento telemático. Para que se pueda constituir una sociedad por este
procedimiento se deben seguir una serie de pasos que vienen establecidos en la ley. Estas medidas
van dirigidas fundamentalmente a la S.R.L. puesto que el tejido empresarial español está formado
en su mayoría por PYMES.
Aunque de forma bastante caótica, el legislador en el art. 5 parece que recoge dos
procedimientos de constitución exprés de una sociedad limitada:
- S.R.L. con capital inferior a 3.100€:
Tenemos que estar ante una S.R.L.
Su capital debe ser inferior a 3.100€.
Los fundadores de la S.R.L. tienen que ser todos personas físicas.
El órgano de administración tiene que tener una determinada estructura, o uniperso-
nal o pluripersonal con funcionamiento mancomunado o solidario.
Los estatutos de estas sociedades se tienen que adoptar un modelo específico de es-
tatuto elaborado por el Ministerio de Justicia.
Procedimiento: Los socios fundadores deben ponerse en contacto con el Notario en
primer lugar y suministrar al notario los datos de los socios fundadores así como tam-
bién los datos de quienes van a ser los administradores de la compañía. Además ten-
drá que aportar al Notario la certificación negativa de denominación social del RM
central. Con respecto a esto, en un solo día puede obtenerse esa certificación negati-
va por vía telemática y además podemos presentar hasta 5 posibles denominaciones
para que nos autorice el registrador a utilizar esa denominación social. Cuando el no-
tario ya tiene todos estos datos, debe llamar a los socios participes a la notaria y allí
se otorgue escritura pública constitutiva de la S.R.L. Una vez que se ha otorgado es-
critura pública constitutiva de la sociedad, el Notario la reenvía al Registrador Mer-
cantil por vía telemática. El Registrador Mercantil tiene un plazo de 7 horas hábiles
para que califique esa escritura pública de la sociedad. Una vez que el registrador ca-
lifica la escritura, procederá a inscribir la S.R.L. en el Registro Mercantil.
- S.R.L. con capital entre 3.100€ y 30.000€, muy parecido al anterior pero con algunas dife-
rencias:
Desaparece la obligatoriedad de usar el modelo de estatutos elaborado por el Minis-
terio de Justicia.
El procedimiento es algo superior en el tiempo: el plazo para que califique el Regis-
trador Mercantil es de 3 días hábiles. Y todo el procedimiento desde que se va al no-
tario hasta que la sociedad sea inscrita el plazo es de 5 días.
Además cualquier otra sociedad anónima o limitada que no cumpla con los requisitos
anteriores, se podrá constituir por vía telemática permitiéndole al notario que la revisión de la
escritura pública se le diese por vía telemática y se transmitiese al Registrador también por vía
telemática, sin que tengan que hacerlo los socios.
4. LAS APORTACIONES SOCIALES
A) CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La aportación social se entiende como la prestación que el socio realiza o se obliga a realizar
al fondo común societario o fondo patrimonial de la sociedad, con vistas a que la sociedad pueda
realizar su objeto social. Las aportaciones son fundamentales en el proceso fundacional de una
sociedad porque si no hay aportaciones no hay capital y no cabe fundar una sociedad de capital si
no existe un capital. Esto es así porque las aportaciones sociales son el objeto del contrato de
sociedad.
CLASES
Hay aportaciones de industria y aportaciones de capital. Las aportaciones de industria
solamente caben en las sociedades personalistas, estando prohibidas expresamente en el ámbito de
una sociedad de capital.
Dentro de las aportaciones en las sociedades de capital tenemos aportaciones dinerarias y
aportaciones no dinerarias. El artículo 58 TRLSC dice que sólo podrán ser objeto de aportación los
bienes o derechos patrimoniales susceptibles de valoración económica. Cuando se habla de bienes y
derechos susceptibles de valoración económica se está refiriendo el legislador a las aportaciones de
capital.
Debemos saber que no obstante existen en el TRLSC preceptos que permiten de forma
indirecta se le puedan entregar a una persona acciones por haber realizado trabajos o servicios a
favor de la compañía.
Para la S.A. y la S.L permite lo que se denomina jurídicamente las prestaciones accesorias, es
decir, se permite que se obliguen a un socio o a varios a realizar prestaciones accesorias para con la
sociedad. Estas prestaciones accesorias son obligaciones de dar o hacer que realiza un socio para
con la compañía pero que no forman parte del capital de una compañía. Dice también la ley que la
prestación accesoria se podrá incorporar a determinadas acciones, siendo necesario que los
administradores consientan esa transmisión de acciones.
El art. 60 TRLSC dice que salvo que se exprese lo contrario en la escritura pública de la
sociedad, toda aportación se entiende realizada a título de propiedad. Luego si un socio quiere
entregar un bien a titulo de uso debe decirlo expresamente.
B) RÉGIMEN DE LAS APORTACIONES DINERARIAS
Las aportaciones dinerarias pueden consistir en una cantidad de dineraria que puede ser en
moneda de curso legal y forzoso en España (euros) o moneda extranjera. En este segundo caso la
ley obliga a que en la escritura pública de la sociedad conste su equivalencia en euros según las
reglas que rijan en el momento de la constitución de la sociedad.
El principal problema que plantean las aportaciones dinerarias es el problema de su realidad,
de que sean efectivas, que sean reales. El legislador se planteó resolver el problema a partir de la
ley del 89 porque se dice que bastaba en materia de aportaciones dinerarias que declararan los
socios que en una determinada cuenta abierta a favor de la compañía había depositado una cuantía
dineraria, sin tener el notario que comprobar si efectivamente se había realizado la aportación.
Podía ocurrir que el aportante mintiese y si mentía el socio fundador, se estaba creando una
sociedad anónima conculcándose el principio de integración del capital social. Por esto la ley de
1989 se toma muy en serio la necesidad de que el notario verifique o compruebe que
efectivamente las aportaciones dinerarias se han realizado, es decir, que se verifique la realidad de
esas aportaciones dinerarias. Todo esto se hace para coadyuvar el principio de integración del
capital social.
La ley admite dos modos o mecanismos para que el notario pueda verificar la realidad de
esas aportaciones dinerarias:
- Los socios fundadores comparezcan delante del notario con el dinero en efectivo y lo en-
treguen efectivamente al notario. El notario tiene la obligación de ir con ese dinero a la
entidad bancaria e ingresarlo en el número de cuenta corriente a favor de la compañía y
además debe hacerlo en el plazo máximo de 5 días.
- También se puede entregar al notario un certificado de depósito que como su propio
nombre indica, certifique que el aportante ha ingresado una determinada cantidad de di-
nero en una cuenta abierta en favor de la compañía. Ese certificado deberá incluirse
como anexo en la escritura pública de la compañía. Puede ocurrir que el certificado de
depósito sea falso, en este caso el Señor A estaría cometiendo dos delitos: delito de fal-
sedad en documento público y delito de falsedad en documento mercantil.
Son aquellas que se hacen sin consistir en dinero, sino en bienes distintos de este. Las
aportaciones dinerarias tienen un régimen más estricto que el de las aportaciones dinerarias ya que
estas plantea una doble problemática: deben ser reales al igual que las dinerarias y además
plantean el problema de su sobrevaloración por parte de los socios, porque la sobrevaloración de
las aportaciones no dinerarias plantean el mismo problema que el de la realidad.
En primer lugar, el problema de la realidad. El legislador establece dos mecanismos distintos
para que las aportaciones no dinerarias sean reales:
- El legislador establece una responsabilidad solidaria de los socios fundadores por la reali-
dad de todas las aportaciones sociales y por lo tanto por la realidad de las aportaciones
no dinerarias.
- La ley establece una especial responsabilidad del aportante que dependerá de la concre-
ta naturaleza del bien aportado:
Se puede aportar un bien mueble o inmueble o un derecho que se pueda asimilar a
ellos (un derecho de arrendamiento). En este caso dice la ley que se aplicarán las nor-
mas del código civil y no las del derecho mercantil en lo que respecta a la obligación
de entrega de la cosa y de saneamiento en caso de evicción o en caso de vicios ocul-
tos. Mientras que en lo que respecta a la transmisión de los riesgos (La trasmisión de
riesgos significa que celebramos un contrato de compraventa y puede ocurrir que en-
tre el día que se firma el contrato y el día que se entrega la mercancía podría ésta re-
sultar destruida y se debe saber determinar en ese intervalo de tiempo quien se hace
responsable de los riesgos que pueda sufrir la cosa) se aplicarán las reglas del código
de comercio. Esto es así porque el legislador elige siempre en cada caso la opción que
sea más beneficiosa para la sociedad o el régimen que sea menos favorable para el
socio aportante. En el caso de la trasmisión del riesgo, el riesgo se trasmite según el
Código Civil cuando se realiza el contrato aunque no se haya entregado la mercancía,
mientras que el Código de Comercio dice que el riesgo se trasmite con la entrega de
la mercancía. Esta es la solución más favorable para la sociedad porque hasta tanto
que el socio no entrega la cosa, la sociedad no es responsable del riesgo.
Se puede aportar un derecho de crédito: el acreedor de una relación jurídica aporta
un derecho de crédito. La ley dice que quien aporta un derecho de crédito responde -
rá de dos cosas: de la legitimidad del crédito, es decir, de que sea un crédito verdade-
ro y además de la solvencia del deudor, de modo que si el deudor es insolvente será
el aportante quien responda frente a la compañía, luego deudor y acreedor son soli-
dariamente responsables frente a la compañía. Los art. 327 y 328 del código de co-
mercio dicen que no se responde de la insolvencia del deudor salvo que medie pacto
concreto.
Se puede aportar una empresa o establecimiento mercantil (no entendido como sim-
ple local de negocio, sino como empresa): en este caso se aporta un conjunto de
bienes que tienen una unidad patrimonial y es lo que cabalmente se denomina em-
presa. Cuando el aportante aporta un conjunto de bienes que conforman una empre-
sa, el TRLSC establece que:
o El aportante estará obligado al saneamiento cuando los vicios o la evicción
afecten a la totalidad de la empresa o a elementos esenciales para el normal
funcionamiento de la misma.
o El aportante estará obligado al saneamiento cuando los vicios o la evicción
afecten a elementos singulares que tengan un acusado valor patrimonial.
Este régimen jurídico no sólo se aplica cuando se constituye una S.A. sino también
cuando se aumenta el capital de dicha sociedad anónima.
También en materia de aportaciones no dinerarias valen los desembolsos pendientes,
o sea, que es posible que no se aporten el 100% de las aportaciones no dinerarias. En
este caso concreto el resto de las aportaciones deberán ser desembolsadas en un
plazo inferior a 5 años a contar desde el momento de otorgamiento de escritura.
onerosas es necesario que se presenten dos informes: uno elaborado por los administradores
justificando el por qué es conveniente para la sociedad adquirir esos bienes y un segundo informe
elaborado por expertos independientes designados por el Registrador Mercantil.
De este régimen general de control por parte de la sociedad de esas adquisiciones se
excluyen las adquisiciones ordinarias realizadas por la sociedad (como por ejemplo la adquisición de
una partida de cuero, siendo el órgano de administración el que apruebe la adquisición).
5. LOS DESEMBOLSOS PENDIENTES (DIVIDENDOS PASIVOS)
Hasta la aprobación del TRLSC a esta figura se le denominaba dividendos pasivos. Esto nos
tiene que llevar como punto de partida a recordar el principio de desembolso mínimo que sólo se
da para el caso de S.A. y en caso de fundación simultanea y que sólo exige desembolsar el 25% de la
aportación comprometida. La ley establece de un plazo de 5 años para que se cumpla la obligación
del desembolso integro.
Sobre la base del principio de desembolso mínimo, que debe ser criticado porque
entendemos que no es lógico que en el momento inicial no haya un patrimonio que respalde la
totalidad del capital social de la sociedad, podemos definir la figura de los desembolsos pendientes
que alude a la parte de capital suscrita por un socio fundador pero no desembolsada en el
momento constitutivo de la sociedad.
El desembolso pendiente es exigible de desembolsar dependiendo de ante qué situación nos
encontremos:
- Si nos encontramos ante una sociedad anónima con unos estatutos muy minuciosos en
los que se establecen la fecha definitiva en la que se tienen que realizar los desembolsos.
- Esta primera vía no suele darse en la práctica, puesto que en la práctica los estatutos a
los sumo establecen un plazo máximo pero no una fecha determinada. De manera que
serán los administradores quienes fijen esa fecha en la que se deban desembolsarse la
parte de capital pendiente.
Si llegado el día en el que el socio debe cumplir la obligación y el socio la incumple, el socio
estaría incurriendo en mora y sería una mora automática porque no implica que la sociedad tenga
que hacer una intimación o interpelación al socio para que la cumpla.
Una consecuencia de esto es que la sociedad puede pedir al socio que cumpla con la deuda.
La morosidad en este ámbito concreto tiene otras consecuencias perjudiciales para el
deudor en lo que se refiere a su condición de accionista y son las siguientes:
- El socio moroso no puede ejercitar durante el plazo en que esté en situación de morosi-
dad una serie de derechos morales que son los siguientes:
El derecho de voto, que tiene el socio suspendido y que por lo tanto si va a la Jun-
ta General no podrá votar. Tiene derecho de asistencia y voz, pero no tiene dere-
cho de voto.
Tampoco tiene derecho a participar en las ganancias que la sociedad hubiera ob-
tenido en un determinado ejercicio económico. Dice la ley que una vez que cum-
pla podrá solicitar los dividendos que no hubiesen prescrito, siendo el plazo de
prescripción de 5 años.
Se trata de un derecho mixto, en parte político y en parte económico y es el dere-
cho de suscripción preferente de nuevas acciones cuando se aumente el capital.
De la ley se deduce que existen tres acciones que la sociedad puede ejercitar frente al
accionista moroso.
Lo primero que puede hacer la sociedad es dirigirse judicialmente ante el accionista moroso
reclamándole el abono de los desembolsos pendientes, el abono de los intereses moratorios
correspondientes y finalmente los daños y perjuicios que se hayan producido a la sociedad por no
haberse pagado en el momento en que debía pagarse los desembolsos pendientes.
La segunda vía que tiene la sociedad sería la de enajenar las acciones del accionista moroso
que no están íntegramente desembolsadas. Esta enajenación se tendrá que producir ante notario y
bajo el procedimiento de pública subasta. El notario deberá dar fe que no es factible la enajenación
de acciones porque no hay quien las compre.
La última vía consiste en amortizar las acciones y reducir la cifra de capital social. La cuantía
que ya se hubiesen desembolsado se quedan en el patrimonio de la sociedad y no es devuelta a los
socios morosos.
En el caso de que se trasmitan acciones no liberadas dice la ley que el adquirente de una
acción que no esté íntegramente desembolsada responde del desembolso de las mismas junto con
los transmitentes anteriores, se tratará de una responsabilidad de carácter solidario. Para esto hay
un límite temporal y es que la solidaridad dura tres años desde la transmisión. El socio que pague
tendrá derecho a pedir el abono de lo que pagó a los cedentes.
LECCIÓN 5: LA ACCIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Hay que destacar la importancia que tiene la acción para el estudio de la sociedad anónima ya
que como podemos comprobar en muchos ordenamientos jurídicos se elige el término acción para
definir a la S.A. porque es una de sus características fundamentales. En la S.A. su capital estará
dividido en acciones.
Además la acción nos sirve también para diferencia la S.A. del resto de figuras societarias ya que
la única sociedad que comparte esta característica de tener el capital dividido en acciones es la
S.C.A. dejando al margen a esta sociedad, el resto de sociedades de capital no tienen su capital
dividido en acciones. Por ejemplo, la S.L. tiene su capital dividido en participaciones, que no pueden
representarse ni mediante títulos ni mediante anotaciones en cuenta.
Si comparamos a la S.A. con el resto de sociedades que hemos estudiado, llegaremos a la
conclusión que en estas últimas es impensable que la condición de socio pueda incorporarse a un
documento público porque lo que prima es el elemento personalista y no capitalista.
Vayamos por el camino que vayamos siempre vamos a comprobar que la acción es un dato
característico de la S.A.
Concepto de acción: la acción es un valor mobiliario (bien mueble) que atribuye a su titular la
condición de accionista, basta tener una acción para ser accionista, y le legitima para el ejercicio de
los derechos que la ley y los estatutos le reconoce. Según mayor numero de acciones mayor
intensidad en el ejercicio de estos derechos y viceversa.
Se ha venido estudiando desde siempre en todo el continente europeo la acción desde tres
perspectivas distintas:
- Como parte del capital social: La acción como parte del capital social
- Desde la perspectiva representativa porque la acción se tiene que representar de algún modo y se
puede hacer de dos formas, mediante títulos (ya sean nominativos o al portador) y mediante anota-
ción en cuenta, mediante meras anotaciones contables en registros que son llevados por otras socie-
dades distintas a las que pertenecen las acciones (a partir del año 1989). Las sociedades que cotizan
en bolsa solo pueden adoptar el régimen de las anotaciones en cuenta.
- En función de los derechos que atribuye al accionista: porque ser titular de una acción o varias accio -
nes conlleva estar legitimado para ejercitar los derechos que la ley o los estatutos atribuyen al accio -
nista. El más importante es el derecho al dividendo en su vertiente económica y el derecho al voto en
su vertiente política.
socios o un enriquecimiento injusto de los nuevos socios. Esto se da en sociedades que tienen un
patrimonio superior a su capital. Como aquí el valor real de las acciones es superior al valor nominal,
los nuevos socios deben pagar con prima para evitar ese enriquecimiento injusto de los nuevos
socios.
Para terminar habría que abordar dos asuntos:
- Inadmisibilidad de las acciones liberadas: las acciones liberadas tienen tres distintas acepciones:
Acción liberada es aquella acción en la que se ha desembolsado íntegramente su valor nominal,
es decir, no hay respecto de esa acción obligación de desembolsos pendientes. Esto es lo desea -
ble.
Acción liberada es aquella acción que se emite en un aumento del capital con cargo a reservas
patrimoniales disponibles. Una sociedad anónima que tiene una reserva patrimonial estatutaria
perfectamente disponible y quiere aumentar su capital social con cargo a esa reserva. Ese au -
mento de capital social lo financia con esa cuenta de reserva de capital. Se dice que es una ac -
ción liberada porque los accionistas no realizan ningún desembolso, sino que lo realiza la socie-
dad por medio de esa reserva de patrimonial disponible.
Acción liberada es aquella que se concede a una determinada persona para recompensarle por
algunos servicios especiales que ha prestado a la compañía. (esta acepción no es admitida por
nuestro derecho vigente). Esa acción gratuita es una acción absolutamente prohibida porque
siempre detrás de una acción tiene que haber un efectivo patrimonio.
Acciones de industria o de trabajo: estas acciones no son admisibles en nuestro derecho puesto
que como señala el art. 58 TRLSC sólo pueden ser objeto de aportación los bienes y derechos
susceptibles de valoración capital quedando excluidos la aportación de industria o trabajos. Lue-
go no serían admisibles estas acciones en nuestro derecho. No obstante, pese a que estas accio -
nes están prohibidas, hay métodos indirectos para lograr un resultado muy similar al que se deri -
va del reconocimiento de las acciones de industria o de trabajo en el seno de las sociedades de
capital:
En una S.A. se quiere reconocer el esfuerzo que han venido soportando los trabajadores
en el último año. Podría ocurrir que cuando se celebra la JGO en la que se discute si se
van a repartir o no dividendos, se le reconozca a los trabajadores el derecho a participar
en determinados beneficios sociales. Desde el momento en que la JGA acuerda esto, es -
tos trabajadores tienen un derecho de crédito frente a la compañía, puesto que esta se
ha comprometido a abonarles una cantidad para compensarles su labor para con la so-
ciedad. Y para recompensarles este derecho de crédito, puede suceder que la sociedad
aumentara el capital social y que estos nuevos socios aportaran el derecho de crédito
para obtener acciones.
También podría ocurrir que la sociedad en lugar de reconocer un derecho al dividendo
como en el supuesto anterior, lo que ocurriese fuese lo siguiente: la S.A. aumenta el capi-
tal con cargo a reservas. En este aumento al capital con cargo a reservas puede decidir la
sociedad que una parte de esas nuevas acciones que se emiten vayan a parar a los traba-
jadores.
Estas formulan si son válidos porque tienen como base un efectivo capital aunque no sal-
ga de los trabajadores, pero el efectivo capital existe.
Ninguno de estos tres elementos se ven de forma nítida y clara en materia de acciones sobre todo
pensando en las acciones nominativas. Y la doctrina llega a la conclusión de que la acción es un
titulo valor, se trata de un título valor en sentido amplio.
LA ACCIÓN REPRESENTADA MEDIANTE TÍTULOS
Los tntulos al portador se trata de títulos de legitimación anónima porque el titular de esos
títulos será quien porte en cada momento la acción. Porque como se desprende también de su
nombre, en los títulos al portador no aparece en el documento quien es el titular de la acción.
El accionista para estar legitimado en el ejercicio de los derechos sociales en el caso de que
posea títulos al portador puede:
- Exhibir las acciones ante quien corresponda.
- Exhibir un certificado de depósito expedido por una entidad de crédito legitimada, en el que se espe -
cifica que el portador tiene un número de acciones depositadas en dicha entidad mercantil. Esto es
así para que no sea tan engorroso tener que portar con todas las acciones.
Para poder transmitir válidamente estas acciones al portador, se hace mediante la traditio o la
entrega y desde el momento en que se trasmiten estas acciones el portador es el nuevo accionista.
Los tntulos nominativos son aquellos en los que aparece el nombre del titular de la acción.
Para ejercitar los derechos sociales no es suficiente con exhibir el título, ya que lo verdaderamente
importante es que el sujeto esté inscrito como titular de acciones nominativas en el libro registro de
acciones nominativas, que tiene que ser llevado por los administradores y que debe existir en todas
las sociedades en las que existan acciones nominativas. Puede ocurrir que alguien sea titular de
acciones nominativas pero que al no aparecer en el libro registro como titular de esas acciones
nominativas no puede ejercer los derechos que le corresponde como accionista y puede el titular de
estas acciones pedir responsabilidad a los administradores porque son ellos los responsables de que
ese libro registro esté actualizado. Los titulares de esas acciones nominativas para que éstas
finalmente aparezcan recogidas en el libro registro, los titulares de esas acciones deben presentar
ante los administradores las acciones nominativas de las que son titulares.
La transmisión de las acciones nominativas se lleva a cabo mediante un procedimiento más
complejo que el de las acciones al portador y que se compone de varias fases:
- En primer lugar debe existir un negocio jurídico de trasmisión, una compraventa merced a la cual la
titularidad de las acciones va a pasar de una persona a otra.
- Este negocio jurídico debe ser reflejado en el propio título nominativo. Pesa a no ser un titulo a la or -
den, este reflejo del negocio trasmisorio en el titulo nominativo se hará por medio del endoso (una
operación cambiaria en la que en el reverso del título nominativo figurará quién es el endosante y
quién es el endosatario). Se produciría una cadena de endosos sucesivos para plasma la trasmisión
del título nominativo de una persona a otra.
- Por último, el titular de la acción nominativa tendrá que personarse ante el órgano de administración
de la sociedad anónima, entregar el documento y pedir al órgano de administración que tras com -
probar esa cadena de endosos, acredite que la persona que está entregando ese título es la verdade -
ra titular.
La elección entre emitir títulos nominativos o emitir títulos al portador no siempre es libre
para una sociedad anónima ya que hay casos en los que la ley obliga a la S.A. a emitir los títulos en
su calidad de nominativos porque interesa saber quien es en cada momento el titular de esas acciones
y éstas son:
- Las acciones cuyo valor nominal no esté íntegramente desembolsado. No puede haber acciones al
portador con desembolsos pendientes.
- Las acciones que lleven aparejada la obligación de su titular de realizar prestaciones accesorias.
- Las acciones cuya transmisibilidad esté restringida en los estatutos, es decir, no son libremente
transmisibles.
- Las acciones de otras sociedades reguladas por leyes especiales. Un ejemplo de esto serían los ban -
cos, que son S.A. especiales por sus especiales características y uno de los rasgos propios de las ac-
ciones de los bancos es que el capital debe estar íntegramente desembolsado y además sus acciones
tienen que ser nominativas. Otro ejemplo serían las empresas de publicidad.
Los datos más importantes que tienen que aparecer en un título-acción son los siguientes:
- Los datos identificativos de la sociedad emisora del título.
- Si la acción es nominativa (identificación de la persona que es titular) o al portador.
- El valor nominal de la acción, indiciándose si está totalmente desembolsado o tiene alguna cuantía
pendiente de desembolso.
- Si existen prestaciones accesorias deben aparecer también.
- Restricciones a su libre transmisibilidad si han sido estipuladas.
- La firma de los administradores que podrá realizarse mediante una reproducción mecánica.
Las acciones se dividen en clases y las clases se dividen en series. Las clases hacen referencia
a todas aquellas acciones que conceden los mismos derechos. Y las series hacen referencia al valor
nominal de la acción, conforman una misma serie todas aquellas acciones que poseen un mismo
valor nominal. A veces en lugar de emitirse títulos, se pueden emitir resguardos provisionales, que
nacen con un carácter provisional hasta tanto se impriman las acciones. Puede ocurrir que la
impresión de los documentos lleve un tiempo y mientras tanto existen los resguardos provisionales
en los que se indica que una persona es titular de X acciones nominativas de la sociedad en cuestión
(indiciándose toda la información que debe aparecer en las acciones). Estos resguardos provisionales
son siempre nominativos, aunque las acciones a las que correspondan sean acciones al portador.
4. LA ACCIÓN COMO MEDIDA DE LOS DERECHOS DEL SOCIO
Tenemos que clasificar estos derechos en dos grandes grupos:
- Derechos de contenido económico-patrimonial: está el derecho a participar en las ganancias socia-
les o derecho al dividendo. Junto a este, está el derecho a participar en la cuota de liquidación. Se
suele también incluir dentro de estos derecho de contenido económico, el derecho de suscripción
preferente de nuevas acciones (se trata de un derecho mixto puesto que tiene parte de económica y
de política).
Derecho al dividendo: debemos diferenciar entre el derecho concreto al dividendo y el derecho
abstracto que tiene el socio a participar en un porcentaje de las ganancias. Este último derecho
es un derecho que tiene el socio por el simple hecho de pertenecer a la sociedad. Frente a este
derecho tenemos el derecho concreto al dividendo que es el derecho que nace desde el momen-
to en que la JGA acuerda repartir dividendos entre los socios o accionistas. Históricamente la JGA
no ha estado obligada a repartir dividendos, era decisión suya si repartía o no dividendos. Sin
embargo esta libertad ha llevado a algunos abusos por parte de la mayoría de los accionistas ha-
cia la minoría. Estos abusos llegaron a los tribunales de justicia, entendiendo que había un abuso
en perjuicio de la minoría. Como casi siempre ocurre, las sentencias que se han dado han sido
bastantes dispares: en algunos casos los jueces han decretado que ha habido abuso por parte de
la mayoría; otras sentencias han decretado que no existía abuso de poder. Todo esto fue movien -
do un estado de ánimo jurídico que llevó al legislador a reforma la TRLSC, incluyendo el art. 348
bis y que está destinado a resolver este problema del abuso de la mayoría en contra de la mino-
ría en materia de dividendos y este dice que a partir del quinto ejercicio a contar desde la consti -
tución de la sociedad en cuestión, el socio que haya votado a favor del reparto de dividendos,
tendrá derecho a separarse de la sociedad si ésta no reparte al menos 1/3 de las ganancias obte-
nidas en el ejercicio anterior. El socio tendrá un mes desde que se alcanza el acuerdo de negativa
de repartir beneficios para ejercitar el derecho de separación. Cuando se promulgó este artículo,
fue muy criticado por la doctrina y por ello el legislador dijo que quedaría sin efecto este artículo
hasta el 31/12/2014. Se dice que será hasta esa fecha porque se espera ya exista un nuevo Códi -
go Mercantil.
El reparto de dividendos se efectúa según la regla de la proporcionalidad, es decir, en proporción
a la parte de capital social que posee cada socio. A esta regla general hay que añadir la excep-
ción de la posibilidad de que se fijen privilegios para determinadas acciones, que rompan excep-
cionalmente esa regla general. Estos privilegios deben venir claramente especificados en los títu-
los valor (acciones).
Se deben establecer determinadas cautelas a cumplir para el reparto de dividendos:
Se deben cumplir, a la hora de repartir dividendos, las atenciones de la ley de los estatu -
tos. Cuando se habla de atenciones de la ley significa que se han de cumplir las exigen-
cias de la reserva legal y en cuanto a exigencias de los estatutos, el legislador se refiere a
que se hayan establecido determinadas reservas estatutarias.
Los beneficios que se van a repartir sean beneficios realmente obtenidos por la sociedad
o bien reservas patrimoniales disponibles.
Tras el reparto de los beneficios o los dividendos, el patrimonio societario no puede ser
inferior a la cifra del capital social => principio de intangibilidad del capital social.
Derecho a participar en el patrimonio resultante de la liquidación o derecho a la cuota-liquida -
ción: este derecho solo se puede ejercitar cuando se vaya a producir la liquidación de la socie-
dad. La liquidación societaria es realizada por los liquidadores que reemplazan a los administra-
dores, en la labor de liquidar la sociedad. La liquidación comprende primero la liquidación del ac-
tivo y la del pasivo, lo que supone pagar las deudas. Si tras ello queda un fondo patrimonial toda -
vía en el acto, un remanente, habría que liquidarlo, y es en este momento cuando los socios po-
drán ejercitar el derecho a participar en el patrimonio resultante de la liquidación.
Este derecho se ejercita sobre la base de la regla de la proporcionalidad, es decir, cada socio par-
ticipará en la liquidación del activo en proporción a la parte del capital social que cada socio po-
see. Esta regla general tiene excepciones y es el caso de las acciones privilegiadas.
- Derecho de suscripción preferente de nuevas acciones en caso de aumento del capital : debemos sa-
ber que este derecho hemos de situarlo en los casos de aumento de capital. Podemos definirlo como
el derecho que tiene el socio de suscribir con carácter preferente a otras terceras personas, un nú -
mero de las nuevas acciones proporcional a la parte que posee dentro del capital social. Da la posibi -
lidad al socio de mantener su grado de poder político dentro de la sociedad tras los aumentos de ca -
pital. Este derecho deberá ejercitarse en un plazo de tiempo que es el que se marque en el acuerdo
de aumento de capital, que se publicará en el BORME. La ley establece unos mínimos temporales: no
se puede ejercitar en un plazo inferior a un mes si la sociedad no cotiza en bolsa o 15 días como míni-
mo si la sociedad cotiza en bolsa.
Hasta 1989 no era posible suprimir el derecho de suscripción preferente, toda ampliación de capital
llevaba aparejada ese derecho de suscripción preferente. Y fue la ley de 1989 la que permitió que se
pudiese suprimir ese derecho o bien totalmente o bien parcialmente. Esta posibilidad está recogida
en el art. 308.2 TRLSC. Para que se pueda suprimir total o parcialmente ese derecho de suscripción
preferente deberán cumplirse unos requisitos o unas cautelas:
Se tiene que convocar a la JGA y se debe incluir como punto especifico en el orden del día la pro -
puesta de suprimir el derecho de suscripción preferente. Esto tiene la finalidad de informar a los
accionistas que se va a debatir acerca del derecho de suscripción preferente.
En la JGA donde se debata o decida la supresión del derecho de suscripción preferente se debe-
rán presentar dos informes: un informe elaborado por los administradores y un informe elabora-
do por los auditores expertos en materia contable. Todo esto para que los socios puedan estar in-
formados de cuáles son las razones para que se suprima ese derecho de suscripción preferente
de capital.
El valor nominal de las nuevas acciones emitidas más el importe de la prima que se obligue a pa-
gar a los nuevos accionistas deben dar como resultado el valor real de las acciones, deducible del
informe elaborado por los auditores de cuentas. Esto lo que pretende es que los accionista no se
vean perjudicados por la supresión de ese derecho preferente ya que los nuevos socios deben
pagar una prima por cada acción que compren y así los socios que ya forman parte de la empresa
no perderán importancia.
Si se publica el acuerdo de capital y no hay suscripción total de capital que se quiso ampliar
cabrian dos posibles situaciones:
Cabria la posibilidad de que en el acuerdo de aumento de capital no se habría dicho nada de este
asunto y en este caso, se fructraría la operación.
Si en el acuerdo si se hubiere dispuesto que no se suscribiese la totalidad del capital COPIAR SO -
NIA
Esto en la práctica quiere decir que los administradores incluyen alguna referencia a este
tema en el acuerdo de aumento de capital.
Es importante tener en cuenta que este derecho de suscripción preferente no admite
privilegios, diferenciándose del derecho de dividendo y del derecho a la cuota de liquidación
que sí admiten privilegios. Luego no puede haber acciones que concedan un mayor derecho
de suscripción que otras. Este derecho no admite privilegios porque además de decirlo la ley,
los derechos que no sean puramente económicos no pueden ser nunca privilegiados y como el
derecho de suscripción preferente es un derecho mixto, no admite privilegios.
- Derechos de contenido político o de naturaleza jurídico-administrativa: tenemos el derecho de voto
que tiene un derecho ligado a él que es el derecho de asistencia para poder formar la voluntad de la
sociedad. Junto a este, tenemos el derecho a la información para poder votar con libertad de saber y
de querer. Por último también existe un derecho a impugnar los acuerdos sociales.
Derecho de asistencia o de voto: Copiar ana
La voluntad de la JGA, para ser lícita, debe cumplir una serie de requisitos o exigencias: deberá
manifestarse sobre materias que sean competencia de la Junta (si adopta acuerdos fuera de sus
competencias, estos serán nulos); los acuerdo de la JGA deberán respetar la ley, los Estatutos y
no podrán ser lesivos para los intereses sociales (sobre todo si además benefician a uno o varios
socios o a uno varios terceros)(si los acuerdos no respetan algunos de estos límites, podrán ser
impugnados ante la autoridad judicial porque los socios tienen un derecho a impugnar acuerdos
sociales).
Aunque es un derecho fundamental de todo accionista, la ley establece algunas limitaciones en
el ejercicio de estos derechos:
Se permite a las sociedades que en sus estatutos se permitan a los socios poseer un nú-
mero mínimo de acciones para poder ejercer estos derechos, es decir, el derecho de voto
y derecho de asistencia en las JGAs. Esta cifra nunca podrá ser superior al 1 por 1000 del
capital social. Esto es así porque hay sociedades anónimas que tienen miles y miles de
accionistas y permitir a estos accionistas que acudan a las JGAs no sería viable porque no
habría lugar físico material para asistir a la asamblea. En estos casos hay que limitar el
ejercicio del derecho de asistencia y voto. Esto no significa que los socios queden priva -
dos de ese derecho porque la ley permite la sindicación o agrupación de acciones, asis-
tiendo un accionista en representante de esa agrupación de accionistas. Luego no se les
está privando del derecho, sino que se les está limitando el ejercicio de ese derecho.
Cabe también la posibilidad de que en los estatutos de una S.A. se establezca el límite
máximo de votos que una persona o sociedades pertenecientes al mismo grupo societa -
rio pueden emitir en una JGA. Esto quiere decir que si un socio posee un 50% puede de -
cirse que solamente podría votar con los votos correspondientes al 30% del CS. Esta limi-
tación solamente ha desaparecido en el caso de las grandes S.A. que cotizan en bolsa
(art. 515 TRLSC).
Derecho de información: el socio necesita estar informado porque así podrá ejercitar con pleno
conocimiento de causa su derecho al voto.
Hasta el séptimo día antes de que se celebre la JGA el socio tendrá derecho a recabar in -
formación de los administradores, oral o por escrito sobre todos aquellos asuntos o cues-
tiones integradas en el orden del día de la asamblea.
A lo largo o durante la celebración de la Asamblea cualquier accionista tiene derecho a
que los administradores le aclaren cualquier duda. Estos administradores deberán acla-
rar la cuestión en el mismo momento o en los 7 días siguientes.
5. ACCIONES ORDINARIAS Y PRIVILEGIADAS
Las acciones se dividen en clases y dentro de las clases a su vez en series. Todas aquellas
acciones que convienen los mismos derechos integran una clase.
El hecho de que en la LA permitan vaya clase de acciones nos permite intuir que existen
acciones privilegiadas y son esas acciones que otorgan privilegios en alguno o en varios de los
derechos que la acción otorga a los accionistas. Las acciones ordinarias son aquellas que no otorgan
ningún privilegio y son aquellas en las que la regla entre la proporcionalidad y el valor nominal no se
puede romper como sí sucede con las acciones privilegiadas.
Ha habido en la doctrina mercantilista española una polémica en torno a a ciando pueden
crearse acciones privilegiadas. Un sector doctrinal minoritario entendía que las acciones
privilegiadas no se podían constituir en el momento inicial de constitución de la sociedad porque
entendían que en ese momento inicial no existen razones para romper la igualdad de trato de los
accionistas y además según el art. 27 TRLSC a los fundadores o los promotores se le pueden otorgar
ventajas y que esas ventajas se otorgan a través de títulos nominativos distintos de acciones y esto es
porque el legislador entiende que en el momento inicial constitutivo de la sociedad no se le pueden
otorgar ventajas a los socios fundadores. Esto significa que en el momento inicial no se pueden
emitir acciones que contengan privilegios para el accionista.
La tesis mayoritaria es la tesis contraria y entiende que las acciones privilegiadas pueden
emitirse en cualquier momento de la vida de la sociedad. Según el art. 94.2 TRLSC para emitir
acciones privilegiadas se habrán de respetar las reglas propias de la modificación de estatutos porque
parece ser que el legislador está pensando en que se emitan acciones privilegiadas una vez ya se está
desarrollando la vida de la sociedad. En este caso la emisión de acciones privilegiadas se puede hacer
de dos modos:
- Por medio de un aumento de capital constituido ese aumento en su totalidad o en parte por accio-
nes privilegiadas.
- Mediante un acuerdo de conversión de acciones ordinarias en acciones privilegiadas.
Las acciones sin voto son acciones que privan a su titular del derecho de voto y a cambio le
dan un mayor derecho al dividendo. Estas se crearon en España en 1989 porque se promulga la Ley
de anónimas. Se trata de un instrumento de financiación de la sociedad sin poner en peligro el control
político de la sociedad. Tienen el derecho de asistencia, voz, información pero no pueden votar.
Cuando se incorporaron las acciones sin voto a nuestro ordenamiento jurídico se tuvieron
unas buenas expectativas porque se pensaba que iba a beneficiar a la S.A. pero con el paso del
tiempo se ha visto que esto no es así, debido a que apenas hay S.A. con acciones sin voto puesto que
suponen un importante coste para la sociedad ya que estas acciones sin voto permiten un mayor
derecho al dividendo y no podía ser inferior al 5% del valor nominal que se hubiese desembolsado
por esa acción. Ante esta situación, reaccionó el legislador en 1998 modificando la LA e intentó
instaurar algo de flexibilidad en el régimen jurídico de las acciones sin voto para hacerlas más
atractivas para las S.A.
Esto ha quedado de la siguiente manera:
- Si existen beneficios repartibles entre los socios, el accionista titular de una acción sin voto tendrá lu -
gar al dividendo ordinario más a otro dividendo especial que solo se concede al accionista sin voto.
Ahora bien ha desaparecido el límite mínimo que señalaba la ley del 5%, siendo ahora el mínimo el
que la sociedad estipule.
- Si no existen beneficios repartibles entre los socios tenemos que distinguir dos tipos distintos de so-
ciedades anónimas:
La sociedad que no cotiza en bolsa: dispone la ley que el socio que no ha recibido dividendos
tendrá derecho a recuperar y recibir ese dividendo en los 5 años o ejercicios siguientes. Hasta
tanto no reciba esos dividendos el socio recupera todos los derechos inherentes a la condición
de socio.
La sociedad cotiza en bolsa: la ley en este caso se remite a lo que haya dispuesto la sociedad en
sus estatutos.
Hay un límite a la emisión de acciones sin voto establecido por la ley y es que el valor
nominal de las acciones sin voto no puede ser superior a la mitad del valor del capital social
desembolsado. Si se rompe este limite al aumentar el capital de la sociedad, este aumento del capital
sería nulo. Puede ocurrir también que se rompa ese límite por una reducción del capital por pérdidas,
en este caso establece la ley que la sociedad tiene dos años para cumplir con el límite mínimo. Si
pasados esos dos años, no se cumple con el límite, la sociedad tendrá que disolverse. También podría
solucionarse modificando los estatutos y transformando las acciones sin voto en acciones ordinarias.
Las acciones rescatables (arts. 500 y 501 TRLSC) son acciones que conceden a su titular o
bien a la sociedad o bien a ambos, un derecho de rescate que supone la amortización de la acción.
Son acciones pensadas para sociedades con necesidades decrecientes de capital, es decir, sociedades
que necesitan reducir su capital. Solamente se admiten en sociedades que coticen en bolsa. Son
acciones que tienen que estar íntegramente suscritas e íntegramente desembolsadas. El importe de las
acciones rescatables no puede ser superior a ¼ parte del capital social. Si la sociedad quiere ese
derecho de rescato no podrá ejercitarlo antes de 3 años a contar desde que se emiten dichas acciones
(es un límite temporal). El rescate supone la amortización de las acciones. Esta operación se financia
de distintas formas:
- Financiarla mediante beneficios o reservas de libre disposición.
- Si no existen reservas patrimoniales, se lleva a cabo lo que se denomina la operación acordeón, es
decir, se aumenta el capital y seguidamente se vuelve a reducir el capital. Esto nos lleva a aumentar
el capital para poder pagar esas acciones y después volver a reducir el capital.
- Se puede devolver aportaciones a los socios, reduciendo el capital social.
deberán estar presentes los socios que conformen el 25% del capital suscrito y
desembolsado con derecho de voto.
- Debidamente convocada: para que se pueda celebrar válidamente una JGA
tiene que ser convocada con unos requisitos de convocatoria previos recogidos
en el art. 166 y ss TRLSC.
Están obligados a convocar la JGA los administradores que tendrán que convocar
al menos en cada ejercicio económico una asamblea que es la JG ordinaria. Si lo
desean, pueden convocar también juntas extraordinarias, a lo cual estarán obli-
gados siempre se lo soliciten accionistas que representen al menos un 5% del
CS. El plazo de antelación de la convocatoria debe ser de 1 mes como mínimo
antes de la fecha de la celebración de la junta.
La ley ofrece la posibilidad de que en los estatutos sociales elijan entre dos posi-
bilidades para convocar la JGA: una sería mediante la página web de la sociedad
(si esta tiene página web) y otra vía sería la de un procedimiento de comunica-
ción individual y por escrito que garantice el conocimiento de la convocatoria a
cada accionista. Lo que la ley hace es permitir a los estatutos que o bien opten
por uno o por otro procedimiento. Puede ocurrir que los estatutos no digan nada
y entonces entra el régimen supletorio que es el que viene establecido en la ley,
siendo este que cuando los estatutos no dispongan nada, la JGA se tendrá que
convocar mediante una de las dos vías siguientes:
A través del Boletín Oficial del Registro Mercantil, que será quien publi-
que la convocatoria.
A través de una publicación en la página web corporativa. Si no existe
la pagina web, se podría publicar la convocatoria en un diario conocido
de gran circulación dentro del lugar concreto donde la sociedad tenga
situado su domicilio social.
B2 CARACTERES
- Órgano necesario: toda sociedad de capital tiene que poseer un órgano, que es
la JGA en este caso, a través del cual se forma la voluntad de la sociedad.
- Órgano no permanente: los accionistas no siempre están reunidos en JGA, sino
que la ley exige que se reúnan al menos una vez al año.
C2 COMPETENCIAS
terias pueden tratar otras más, pero como mínimo deben abordarse
esas materias obligatoriamente.
Hubo casos que llegaron a ser conocidos por el TS, en los que JGA ordi-
narias se celebraban pasados esos 6 meses que se establecen como re-
quisito. Aquí el TS creó jurisprudencia porque en más de dos sentencias
vino a fijar la siguiente idea: en estos casos podemos hablar, pese al in-
cumplimiento del requisito temporal o cronológico, de una JGA ordina-
ria, sin perjuicio de que los administradores tengan que responder de
los posibles daños y perjuicios que su actuación negligente haya podido
ocasionar. Esta jurisprudencia se plasmó en la ley, en el art. 164 TRLSC,
según el cual la junta seguirá siendo válida pese a que se celebre pasa-
dos los 6 meses de rigor.
Como conclusión debemos decir que el requisito verdaderamente im-
prescindible que califica a una JG ordinaria es el material, no el tempo-
ral.
La junta extraordinaria es toda aquella junta que no pueda ser califica-
da como ordinaria. Cuando en una junta no estén las materias neces-
arias para que sea una junta ordinaria, estaríamos ante una junta ex-
traordinaria.
- Junta Universal (Art 178 TRLSC): se regula en el art. 178 TRLSC. Se prevé para
empresas que no cotizan en bolsa y que no son muy grandes. Se conecta con los
requisitos de convocatorias de las juntas. La ley impone esos requisitos de previa
convocatoria de las Juntas para que todos los socios tengan conocimiento de que
se va a celebrar una asamblea y conozcan los puntos que integrarán su orden
del día, de manera que puedan tomar decisiones al respecto (asistir, mediante
representante o no, no asistir…). Ahora bien, si en la asamblea están presentes
todos los accionistas, parece que en ese caso sería innecesario haber observado
unos requisitos de previa convocatoria (por ejemplo, si la sociedad estuviera for-
mada por 6 socios y, en un momento en que están reunidos por otro motivo, de-
ciden celebrar una Junta, no es necesario que se cumplan requisitos previos, por-
que ya conocen todos la convocatoria, de manera que la asamblea será válida
de todas formas).
Requisitos de universalidad:
o La presencia de la totalidad del capital social: todos los socios
tienen que estar presentes en la Asamblea. Este requisito ha
planteado dos problemas:
El primero es entender si cuando la ley se refiere a la tota-
lidad del capital social esté presente también el capital
que está privado del derecho de voto. Este problema lo
planteó por vez primera el profesor Muñoz Planas que
planteaba si era conveniente interpretar totalidad del ca-
pital sin que esté presente el capital sin derecho de voto,
siendo el argumento el siguiente: dado que el accionista
sin voto cabe del derecho de voto, carece también de la
posibilidad de decidir si se celebra una Junta Universal o
con otras palabras, si el accionista sin voto carece de lo
menos que es votar en una asamblea, tiene que carecer
4. FUNCIONAMINNTO DN LA JUNTA
- Nombramiento del Presidente y del Secretario.
La ley exige que se nombre un presidente y un secretario de la Junta que vendrán nombrados
en los Estatutos de la compañía. Puede suceder que no fijen los estatutos quien será presidente y
secretario, entonces, el presidente de la Junta será el presidente del Consejo de Administración. Si no
estuviese en la asamblea el presidente del Consejo de Administración, serán los socios quienes
nombren al presidente por unanimidad. El secretario será elegido para cada asamblea concreta por
los accionistas, aunque en la práctica lo normal es que sea siempre el mismo.
- Confección de la lista de asistentes art. 192 TRLSC.
Una vez que hemos nombrado presidente y secretario se confeccionará la lista de asistentes a
la Junta General, que será redactada por el secretario y que deberá especificar si asisten en nombre
propio o a través de representante y el capital social que poseen cada uno de ellos. Se deberá
especificar si el capital de cada socio tiene o no derecho de voto (importante de cara a los quórums).
- Fase de deliberación de los asuntos
Es la fase en que se da la palabra a todos los accionistas que quieran hablar y podrá haber un
debate. Esta fase es una fase esencial, se podrá ver afectada la asamblea por un vicio de nulidad si
esta fase no aparece en la asamblea. Esto ha sido reconocido por el TS en sus sentencias, pero la fase
de deliberación podrá durar más o menos, dependiendo del Presiente, pero en todo caso deberá
existir. En esta fase puede escucharse a otras personas: expertos, notarios… La deliberación debe
realizarse para poder formarse una opinión, que podrá incluso cambiar el sentido del voto que se
había pensado emitir. El presidente estaría incumpliendo el deber de diligencia si omitiera esta fase,
por lo que se le podría reclamar responsabilidad si se causara un perjuicio.
- Fase de votación: mayoría de capital
Aquí hay que determinar con qué mayoría se toman los acuerdos, que tiene que ser una
mayoría de capital, pero puede ser simple, absoluta o reforzada. Habría simple cuando vota a favor
del acuerdo un porcentaje de capital superior al que ha votado en contra. Habrá mayoría absoluta
cuando vota a favor del acuerdo más de la mitad del capital social presente o representado en la
asamblea. Y por último, habrá mayoría reforzada cuando se exige una mayoría superior a la mayoría
absoluta.
Según se desprende del texto refundido, la norma general para adoptar acuerdos es la de la
mayoría absoluta. Hay unos casos excepcionales en los que se descarta esta regla general a favor de
la mayoría reforzada. La mayoría reforzada se dará en todos aquellos casos contemplados en el art.
194 TRLSC siempre que en la asamblea esté presente menos del 50% del capital suscrito con
derecho de voto. Y esta mayoría reforzada será de 2/3 del capital suscrito presente y representado en
la asamblea.
- Redacción del acta (arts. 202 y 203 TRLSC)
El acta recoge los debates y los acuerdos adoptados. Será redactada normalmente por el
secretario, pero también cabe la posibilidad de que lo haga un notario cuando los administradores se
lo pidan accionistas que representen un 1% del capital social suscrito con 5 días de antelación. El
acta se tendrá que aprobar o bien cuando finalice la asamblea o bien dentro de los 15 días siguientes.
Deberá aprobarse por el secretario y 2 interventores: uno elegido y que represente a la mayoría del
CS y otro elegido y que represente a la minoría del CS.
5. LOS DERECHOS DE ASISTENCIA, VOTO Y REPRESENTACIÓN
A) ASISTENCIA Y VOTO
Se trata de dos derechos instrumentales porque sólo podrá votar quien tenga reconocido
legalmente el derecho de asistencia a las asambleas. Esto no significa que para poder votar en una
asamblea haya que asistir a las juntas, sino que se puede ejercitar el derecho de voto sin tener una
presencia física en la asamblea. Cuando los estatutos prevén esta forma de permitir el voto, están
facilitando que el socio participe en la asamblea mediante cualquier medio de comunicación a
distancia (vía postal, telemática, etc.).
Los titulares del derecho de asistencia son los accionistas, pero en el caso del derecho de
voto, los titulares de acciones sin voto, tienen derecho de asistencia pero no a voto. Tampoco tienen
derecho de voto los accionistas que teniendo derecho de voto, hayan incurrido en mora, hasta una
vez pague aquello que le corresponde. También tienen derecho de asistencia otras personas que no
son socios y pueden estar legitimados para asistir a las juntas, por ejemplo, cabe la posibilidad de que
los Estatutos concedan derecho de asistencia a los representantes de los trabajadores. También cabe
la posibilidad de que el presidente de la asamblea conceda el derecho de asistencia a determinadas
personas, como un experto que ha realizado un informe para la sociedad.
Además son muy importantes desde el punto de vista político, pero pese a esto son derechos
cuyo ejercicio está sometido a determinadas limitaciones:
- Se puede exigir en los estatutos tener que poseer un determinado número de acciones para poder
asistir a las juntas y votar.
- También se puede limitar el número máximo de votos que un único accionista puede emitir en la
Junta General. En el caso de sociedades cotizadas sería nula esta limitación.
B) REPRESENTACIÓN
Cualquier accionista de una sociedad anónima, ya sea cotizada o no, tiene el derecho de
hacerse representar por una persona en la Junta General.
Para que el poder de representación sea válido tiene que cumplir una serie de requisitos:
- Tiene que ser un poder por escrito, sea en papel o en un soporte electrónico duradero. Esto indica
que no vale un nombramiento verbal.
- Además tiene que tratarse de un poder especial para cada junta general.
Puede ocurrir que el accionista nombre representante para asistir a una asamblea pero al final
sea él el que decida ir a la asamblea. Así, la asistencia a la asamblea del accionista se entiende
jurídicamente como una revocación fáctica del poder de representación que confirió al representante.
Por otra parte, es necesario entender lo que se denomina “solicitud pública de representación
o representación solicitada de forma pública”. Así, hay solicitud pública de representación cuando
una misma persona representa a más de tres accionistas. Cuando esto sucede, se imponen una serie
de exigencias al documento en el cual se confiere representación a ese sujeto:
- En el documento debe venir recogido el orden del día de la asamblea.
- Las instrucciones precisas para ejercitar el derecho de voto.
- Finalmente, deberá aparecer el sentido en el que tendrá que ir el voto si no se han dado unas ins-
trucciones concretas para realizar el voto. Cabe la posibilidad de que el representante se separe de
las instrucciones que le han dado los representados cuando aparezcan circunstancias nuevas que no
estaban y que fueron por tanto ignoradas en el momento en que se otorgó el poder de representa-
ción. El representante entiende que si sigue las instrucciones de los representados podrían verse es -
tos últimos perjudicados y en este caso, el representante podría ignorar las instrucciones que se les
dio en un primer momento.
referencia anteriormente (el poder no tiene que ser especial para cada junta, y si existe una
representación pública tampoco deben contenerse los requisitos de dicha representación).
6. LA IMPUGNACIÓN DE LOS ACUERDOS SOCIALES
Este es un tema muy importante para evitar que se produzcan abusos de poder por parte de
algunos socios. Puede ocurrir que la voz formada en el seno de una asamblea general no sea lícita
porque sea contraria a la ley, puede haber vulnerado una norma de rango estatutario, o que se
perjudique los intereses de la sociedad tratando de beneficiar a los intereses de una persona.
Por esto la ley reconoce la posibilidad de poder adoptar todos aquellos acuerdos contrarios
que no respeten la legalidad vigente, para poder evitar los abusos de la mayoría. Por tanto, esta es un
arma fundamental en manos de la minoría si no puede sacar adelante sus acuerdos.
La impugnación de acuerdos se hacía tradicionalmente mediante demanda ante el juez, pero
desde hace un tiempo se admite el arbitraje en materia societaria, por lo que estos acuerdos pueden
impugnarse ante un determinado órgano arbitral cuando esto esté previsto.
Los acuerdos que son impugnables son los siguientes:
- Los acuerdos que vayan contra ley. Por ejemplo, un acuerdo adoptado en una junta universal a la que
no asisten todos los accionistas.
- Los acuerdos contrarios a los estatutos. En los estatutos se pueden establecer una serie de clausulas
que den determinados derechos a determinadas personas.
- Acuerdos adoptados en beneficios de socios o de terceros pero lesionando los intereses de la socie -
dad.
7. EL ÓRGANO DE ADMINISTRACIÓN
A) PUNTO DE PARTIDA: ¿EL ORGANO DE ADMINSITRACIÓN ESTÁ SUBORDINADO A LA JUNTA GENE-
RAL?
Se trata de un órgano necesario porque no puede haber una S.A. que no tenga órgano de
administración y además es un órgano permanente ya que realiza una actividad que no puede ser
interrumpida en el tiempo, sino que es continua.
C) FORMAS
Puede ser un órgano unipersonal constituido por una sola persona, siendo bastante infrecuente
en el caso de una S.A. pero en el caso de las S.A. familiares suele darse.
Puede ser un órgano pluripersonal. Si es solidario, lo que realice uno de ellos individualmente
pueden vincular a todos los demás administradores. Si es de funcionamiento mancomunado, en este
caso lo que celebre un administrador individualmente no vincula al otro administrador, sino que
ambos deben prestar su consentimiento para que los actos vinculen a ambos.
Puede tratarse de un órgano pluripersonal de funcionamiento colegiado y dice la ley que si el
órgano de administración lo forman tres personas o más debe de ser un órgano de funcionamiento
colegiado. Aquí, las decisiones tienen que ser adoptadas por la regla de la mayoría.
Para ser administrador, puede serlo una persona que tenga la condición de accionista o una
persona externa a la compañía y que por lo tanto no es accionista de la sociedad. Esto es debido al
principio del heterogeneisismo.
A su vez, puede ser administrador tanto una persona física como una persona jurídica.
Lógicamente si el administrador es una persona jurídica deberá nombrar a una persona física que la
represente.
Con respecto a la capacidad, dice la ley que para ser administrador hay que cumplir los
requisitos de capacidad para poder ejercitar el comercio. Estos requisitos son que sea mayor de edad
y tenga libertad de disposición de sus bienes. En cuanto al menor emancipado, finalmente la ley se
decanta porque el menor emancipado puede realizar una labor de administración en el seno de una
sociedad de capital.
No pueden ejercitar el cargo de administrador por tenerlo prohibido las siguientes personas:
los menores de edad que no estén emancipados; los que por razón de su cargo no puedan ejercitar el
comercio (un juez en Córdoba no puede ejercitar labores de administración en una sociedad
cordobesa); los que estén inhabilitados según la ley concursal; las personas que hayan sido
condenadas por delitos contra el patrimonio, contra la seguridad y contra la libertad.
B) NOMBRAMIENTO DE LOS ADMINISTRADORES
Tenemos que distinguir según la etapa en la que nos encontremos en la vida de la S.A. Si
estamos en la etapa de creación de la compañía, en la escritura pública deberán venir recogidos los
primeros administradores de la sociedad. En los nombramientos posteriores, será la Junta General la
que nombre a los administradores posteriores. Si los estatutos no han fijado un número fijo de
personas, la JG aparte de nombrarlos fijará el número exacto.
Si el órgano de administración se ha estructurado como un Consejo de administración
colegiado, la ley fija dos procedimientos para nombrar a los administradores:
- El procedimiento de cooptación: alguno de los administradores ha cesado en sus funciones antes de
tiempo (fallece o se pone enfermo) dejando una vacante en el Consejo. El procedimiento de coopta-
ción es el que se lleva a cabo para poder nombrar a un sustituto. Consiste en que los restantes conse -
jeros nombrarán a una persona que reemplace esa vacante, pero el nombramiento está sujeto a dos
limitaciones: solamente se podrá nombrar como consejero a un accionista (es un caso excepcional) y
además el nombramiento es un nombramiento con carácter provisional, hasta tanto sea ratificado o
no por la Junta General de Accionistas. El nuevo consejero que designe la Junta será el definitivo.
- El procedimiento de sistema de elección proporcional: funciona solo en la gran S.A. que funciona
con los accionistas mayoritarios y sacan a flote sus acuerdos y los minoritarios que no siempre sacan
a flote sus acuerdos. Se trata de un sistema dirigido a facilitar a los socios minoritarios que al menos
puedan elegir un consejero en el consejo de administración. Se lleva a cabo dividiendo la cifra del ca-
pital social entre el número de miembros del Consejo de administración. Este cociente nos indica la
cuantía de capital social que es necesario que reúnan los accionistas minoritarios para poder desig -
nar a un miembro del consejo de administración, es decir, se reúnen accionistas minoritarios que lle-
gan a ese capital mínimo y nombran a un consejero.
C) DURACIÓN DEL CARGO Y REVOCACIÓN DEL NOMBRAMIENTO DEL ADMINISTRADOR
La ley establece una duración máxima de seis años y llegado el momento, los administradores
son destituidos ipso iure. No hay ningún inconveniente en que puedan volver a ser elegidos. Ahora
bien, en cualquier momento la JGA puede revocar el nombramiento de cualquier administrador sin
tener que alegar ninguna causa, se trata de una revocación AD NUTUM. Aquí se observa el hecho de
que los administradores se encuentran subordinados a la JGA.
D) RETRIBUCIÓN DE LOS ADMINISTRADORES
expresamente a él. De modo que quedan fuera de esa responsabilidad los que votaron
en contra del acto que hubiese dado lugar a la responsabilidad de los administradores o
los que votando a favor hicieron todo lo posible para que el acto no produjera sus efectos
y por último no afecta a los que desconocían por completo el acto.
Las dos clases de acciones ejercitables contra los administradores:
- Acción social de responsabilidad: Se ejercitará cuando se pretenda que los adminis-
tradores reparen el daño causado a la sociedad. Si lo que queremos es pedir el resarci-
miento de los daños o perjuicios que los administradores han causado con su actuación
se interpondrá esta acción.
Respecto a la acción social de responsabilidad, con un acuerdo de la JGA se les puede pe-
dir responsabilidad a los administradores. La JGA se pronuncia y en ese pronunciamiento
se les pide responsabilidad a los administradores. Lógicamente ese acuerdo deberá mani-
festarse por escrito en una demanda ante los tribunales, que son los que deberán fijar la
indemnización que estos deben pagar a la compañía. La sociedad puede pronunciarse so-
bre la acción social de responsabilidad aunque esto no esté incluido en el orden del día.
La Junta General no se podrá oponer al ejercicio de la acción social de responsabilidad
siempre que estén a favor de la misma, accionistas que representen el 5% del CS. De este
modo, el ejercicio de la acción social no solo queda en mano de la sociedad, sino también
de los accionistas, porque:
Accionistas que representen el 5% del CS pueden operar dirigiéndose contra los
administradores para que convoquen una Junta General en la que se aborde ese
tema del ejercicio de la acción social de responsabilidad. Si los administradores
desoyen la petición, entonces esos accionistas que representan el 5% podrán di-
rigirse a la autoridad judicial directamente, porque la Ley les legitima para ello.
Lo mismo ocurrirá en el caso de que se celebrara la JGA y se hubiera decidido
ejercitar la acción social de responsabilidad pero ya ha transcurrido un mes sin
haberse ejercitado.
Cuando se celebró la Junta General pero el acuerdo fue contrario al ejercicio de
la acción social de responsabilidad, es decir, si se decidió no exigir responsabili-
dad a los administradores.
La acción también puede ejercitarse por un tercero ajeno a la sociedad que sea su acree-
dor si no ha sido ejercitada por la sociedad ni por ningún accionista y si entiende que el
patrimonio social es insuficiente para satisfacer los créditos que la sociedad tiene con él.
H) EL CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN
Una de las formas más frecuentes de estructurar el órgano de administración es el Consejo de
Administración. Es obligatoria su constitución si se decide designar a tres o más administradores
conjuntamente (art. 210.2). Así se agiliza el funcionamiento de la administración social, al imponer
la formación de un órgano colegiado que se rige por el principio de la mayoría. Jurídicamente, tanto
Para la válida constitución del consejo tienen que asistir, presentes o representados, la
mayoría de sus vocales. Está previsto, sin embargo, que se puedan adoptar acuerdos sin sesión,
siempre que sea por escrito y ningun consejero se oponga. El funcionamiento del consejo,
escasamente regulado en la ley, se regirá por lo que establezcan los estatutos, que tienen
necesariamente que contener alguna mención sobre el modo de deliberar y adoptar los acuerdos, o el
propio consejo.
Los acuerdos se adoptan por mayoría absoluta de consejeros concurrentes a la sesión. Los
estatutos pueden exigir una mayoría reforzada. También pueden conceder un voto de calidad al
presidente. Las discusiones y acuerdos se llevarán a un libro de actas que serán firmadas por el
presidente y el secretario.
Las sociedades cotizadas han de disponer de un Reglamento del consejo, que, de forma
análoga al Reglamento de la junta, desarrolla lo previsto en los estatutos sobre el consejo de
administración y recibe idéntica publicidad al Reglamento de la junta.
Es frecuente la delegación de funciones por parte del consejo. La ley establece que, cuando
los estatutos no dispongan otra cosa, el consejo podrá designar de su seno una comisión ejecutiva o
uno o más consejeros delegados, sin perjuicio de los apoderamientos que pueda conferir a cualquier
cosa. La delegación de facultades en las comisiones o en los consejeros delegados y la designación
de las personas que vayan a ocupar los cargos requieren el voto favorable de las dos terceras partes
de los componentes del consejo y no producirán efecto hasta su inscripción en el RM. La ley se
refiere a algunas facultades que en ningún caso pueden ser objeto de delegación: la rendición de
cuentas, la presentación de balances a la junta, y las que ésta conceda al consejo, salvo autorización
expresa. Las demás facultades son delegables si los estatutos no establecen otros límites.
La ley regula también la impugnación de los acuerdos del consejo o de otros órganos
colegiados de administración. Remite al régimen de la impugnación de acuerdos de la junta y solo
dicta normas especiales relativas a legitimación y a plazos. Pueden impugnar los administradores, en
un plazo de treinta días desde la adopción del acuerdo, y los socios que representen un 5% del capital
social, en un plazo de treinta días desde que tuvieron conocimiento del acuerdo siempre que no haya
transcurrido un año desde su adopción.