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Finalmente en parecer del demandante las normas censuradas de la Ley 640 de 2001 quebrantan el
principio de la cosa juzgada constitucional, por cuanto reproducen el contenido material de dos
normas de la Ley 446 de 1998, que fueron declaradas inexequibles por la Corte Constitucional y
según las cuales, la conciliación se imponía como requisito de procedibilidad para acudir ante la
jurisdicción laboral.
“…y ante los conciliadores de los centros de conciliación autorizados para conciliar en esta materia”,
contenida en el artículo 23 de la Ley 640 de 2001.
1. La corte expone como punto principal de su decisión, el carácter que tiene el principio
constitucional, establecido en la carta magna en su artículo 53, el cual expresa la facultad de los
trabajadores, de conciliar sobre derechos inciertos y discutibles, y su respectiva contradicción con la
norma demandada respecto a la conciliación laboral como requisito de procedibilidad, toda vez que
así el empleado tenga la certeza de que su derecho es de carácter indiscutible y cierto, este trabajador
no pueda acceder directamente a la administración de justicia sin antes haber pasado por un
obstáculo adicional, la conciliación obligatoria.
2. A su vez la corte establece que dicha conciliación laboral vista como requisito de procedibilidad,
irrumpe con el fuero especial de los trabajadores, ya que tal y como establece la constitución, el
acceso a la administración de justicia, no podrá ser obstaculizado por un requisito de procedibilidad
en el cual no influyo la voluntad del mismo, y mucho menos cuando dicho requisito adicional, genera
un daño en su bolsillo.
3. Ahora bien y haciendo referencia a cerca de la cosa juzgada, sobre la conciliación como requisito
de procedibilidad en lo laboral, se trae a colación la sentencia C 160 del 99, en el cual lo aplicado en
dicha sentencia cambia totalmente su sentido, ya que no se tiene un carácter obligatorio, sino que
permite establecer unas condiciones mínimas referentes al artículo 116 constitucional para llevar a
cabo la conciliación.
3. COMENTARIO
Haciendo referencia a la ratio decidendi usada por la corte, se entiende la conciliación como un
requisito de procedibilidad, como la contradicción directa a la misma, toda vez que esta debía ser de
carácter voluntario, contando con el consenso de las partes, la corte tergiversa el entendido de
conciliación, como una obligación a llegar a un acuerdo, cuando realmente, es de asistir e intentar un
acuerdo, que si no surge es viable seguir adelante con un proceso judicial en forma.
Ahora bien en materia laboral, la cual es la que nos atañe, es imposible ver la conciliación ante los
derechos ciertos e indiscutibles de los trabajadores, dichos derechos son inconciliables, intransigibles
e irrenunciables, esta clase de derechos no deben agotar ningún tipo de requisito de procedibilidad,
sino que por el contrario se garantiza el acceso directo a la justicia. Respecto al carácter oneroso de
la conciliación, este fue otro argumento inválido por parte de la corte, toda vez que dichos
procedimientos podían ser llevados a cabo de manera gratuita, ante centros de conciliación,
inspectores de trabajo y entidades públicas que tuvieran competencia sobre los mismos.
Buscando la protección especial de los trabajadores se llega a una decisión que tergiversa los términos
de la conciliación en materia laboral.