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de los materiales que van a emplear en su trabajo. Estos materiales tienen que cumplir determinados
criterios o propiedades (Ashby y Jones, Entre 1980). los tipos de criterios se incluyen los siguientes:
• Factores económicos.
• Propiedades mecánicas.
• Propiedades no mecánicas.
• Consideraciones de producción/construcción.
• Propiedades estéticas.
Al seleccionar el material para una aplicación específica, los ingenieros tienen que tener en cuenta
diversos criterios y llegar a ciertos compromisos. Tanto el cliente como el propósito de la instalación
o estructura dictan, hasta cierto punto, el énfasis que habrá que poner en cada uno de los criterios.
Los ingenieros civiles, arquitectos estructurales y de la construcción deben estar familiarizados con los
materiales usados en la construcción de un amplio rango de estructuras. Entre los materiales más
frecuentemente utilizados se incluyen el acero, los áridos, el hormigón, la mampostería, el asfalto y la
madera. Otros materiales menos utilizados son el aluminio, el vidrio, los plásticos y los compuestos de
fibra reforzados. Los ingenieros geotécnicos suelen insistir en que es el propio terreno el material más
ampliamente utilizado en ingeniería.
Los materiales existentes se han mejorado, cambiando sus estructuras moleculares o incluyendo
aditivos con el fin de mejorar su calidad, coste y rendimiento. Por ejemplo, los superplastificantes han
hecho avanzar a la industria del hormigón, permitiendo la producción de hormigón mucho más robusto.
Las uniones realizadas con materiales elastoméricos han mejorado la seguridad de las estructuras de
gran altura en áreas donde se producen terremotos.
Los agregados sintéticos ligeros han disminuido el peso de las estructuras de hormigón, permitiendo
que los componentes tengan áreas con una sección transversal pequeña.
Se han mezclado polímeros con asfalto, lo que ha hecho que los pavimentos duren más tiempo y sean
más resistentes al efecto de las cargas de los vehículos y las condiciones ambientales.
El campo de los materiales de fibra se ha desarrollado rápidamente en los últimos 30 años. Muchos
proyectos modernos de ingeniería civil han utilizado compuestos reforzados con fibra. Estos
compuestos más recientes compiten con los materiales tradicionales a causa de su más alta relación
resistencia-peso y a su capacidad de eliminar problemas tales como la corrosión. Por ejemplo, el
hormigón reforzado con fibra tiene una dureza mucho mayor que el hormigón convencional de cemento
portland. Los compuestos pueden reemplazar al acero reforzado en estructuras de hormigón. De hecho,
los compuestos han permitido la construcción de estructuras que en el pasado no se podrían haber
llevado a cabo.
La naturaleza y el comportamiento de los materiales empleados en la ingeniería civil son tan complejos
como los de los materiales utilizados en cualquier otro campo de la ingeniería. Debido a la gran
cantidad de materiales empleados en los proyectos de ingeniería civil, frecuentemente los ingenieros
trabajan con los materiales disponibles localmente, los cuales no están tan refinados como los
materiales usados en otros campos de la ingeniería. En consecuencia, los materiales utilizados en
ingeniería civil tienen propiedades y características muy variables.
Factores Económicos
Los costes del proceso de selección de materiales se ven influenciados por muchos más factores que el
coste del material. Entre los factores que deben tenerse en cuenta a la hora de seleccionar materiales
hay que incluir:
• Disponibilidad y coste de los materiales en bruto.
• Costes de fabricación.
• Transporte.
• Colocación.
• Mantenimiento.
Los materiales empleados en las estructuras de ingeniería civil han ido cambiando con el tiempo. Las
primeras estructuras se construían con piedra y madera. Estos materiales eran muy abundantes y podían
cortarse y conformarse con las herramientas disponibles.
Más tarde, se utilizó el hierro fundido, cuando las fundiciones comenzaron a ser capaces de refinar
hasta cierto grado el mineral de hierro. Al producirse la Revolución Industrial, pudieron fabricarse las
grandes cantidades de acero de calidad que requerían las grandes estructuras.
Propiedades Mecánicas
El comportamiento mecánico de un material se define como la respuesta del mismo a las cargas
externas. Todos los materiales se deforman como respuesta a las cargas; sin embargo, la respuesta
específica de un material depende de sus propiedades, de la magnitud y tipo de carga, y de la geometría
del elemento.
El que un material "falle" bajo condiciones de carga depende del criterio de fallo que se defina. Un
fallo catastrófico de un elemento estructural, que dé lugar al derrumbamiento de la estructura, es un
fallo obvio del material. Sin embargo, en algunos casos, el fallo es más sutil, pero con consecuencias
igualmente graves. Por ejemplo, un pavimento puede fallar debido a una rugosidad excesiva de la
superficie, incluso aunque los niveles de resistencia necesarios se encuentren dentro de las capacidades
del material. Un edificio puede tener que ser precintado a causa de vibraciones excesivas provocadas
por el viento u otras cargas naturales, aunque sea estructuralmente sólido. Estos son ejemplos de fallas
funcionales.
El conjunto de gráficas que ven, muestra varias curvas típicas monoaxiales de esfuerzo-deformación
para tracción o tensión y compresión para diversos materiales de ingeniería.
La primera gráfica muestra una relación esfuerzo-deformación lineal, hasta el punto en que falla el
material. Entre los materiales típicos que presentan este comportamiento frente a la tracción están el
cristal y el yeso.
La segunda gráfica muestra el comportamiento del acero sometido a tensión. Aquí, se obtiene una
relación lineal hasta un cierto punto (límite de proporcionalidad), después del cual el material se
deforma sin que se produzca un gran incremento de esfuerzo. Por otro lado, las aleaciones de aluminio
exhiben una relación esfuerzo-deformación lineal hasta el límite de proporcionalidad, después del cual
existe una relación no lineal, como se ilustra en la tercera gráfica.
La cuarta gráfica muestra una relación no lineal a lo largo de todo el rango. El hormigón y otros
materiales presentan este tipo de relación, aunque la primera parte de la curva correspondiente al
hormigón es bastante próxima al caso lineal.
El caucho blando sometido a tensión difiere de la mayoría de los materiales, en el sentido de que
muestra una relación esfuerzo-deformación casi lineal seguida de una curva invertida, como se muestra
en la última gráfica.
Comportamiento elástico
Si un material exhibe un verdadero comportamiento elástico, debe tener una respuesta (deformación)
instantánea a la carga, y el material debe volver a su forma original cuando la carga se elimina. Muchos
materiales, incluyendo la mayoría de los metales, presentan un comportamiento elástico, al menos para
niveles de esfuerzo bajos. Como veremos más adelante, la deformación elástica no modifica la
disposición de los átomos dentro del material, sino que lo que hace es provocar un estiramiento de los
enlaces existentes entre los átomos. Cuando se elimina la carga, los enlaces atómicos vuelven a su
posición original.
Young observó que los diferentes materiales elásticos presentan constantes de proporcionalidad
diferentes entre el esfuerzo y la deformación. Para un material elástico homogéneo, isotrópico y lineal,
la constante de proporcionalidad entre el esfuerzo normal y la deformación normal de un elemento
axialmente cargado es el módulo de elasticidad o módulo de Young, E, que es igual a E = σ/ε.
En la prueba de tensión axial, a medida que el material se alarga, se produce una reducción de la sección
transversal en la dirección lateral. En la prueba de compresión axial, se produce el fenómeno contrario.
La relación entre la deformación lateral, εi y la deformación axial, εa, se denomina relación de Poisson.
Puesto que las deformaciones axial y lateral siempre tendrán signo distinto, se incluye un signo
negativo en la ecuación de la relación de Poisson para hacer que la relación sea positiva.
La relación de Poisson tiene un rango teórico que va de 0,0 a 0,5, donde 0,0 es para un material
compresible en el que las direcciones axial y lateral no se afecten entre sí.
La figura grande muestra cuatro opciones: los módulos de tangente inicial, de tangente, de secante y
de cuerda. El módulo de tangente inicial es la pendiente de la tangente a la curva de esfuerzo-
deformación en el origen. El módulo de tangente es la pendiente de la tangente en un punto determinado
de la curva esfuerzo-deformación.
El módulo de secante es la pendiente de una cuerda trazada entre el origen y un punto arbitrario de la
curva esfuerzo-deformación. El módulo de cuerda es la pendiente de una cuerda trazada entre dos
puntos de la curva esfuerzo-deformación.
Comportamiento Elastoplástico
Para algunos materiales, a medida que se incrementa el esfuerzo aplicado al elemento, la deformación
se incrementará de manera proporcional hasta alcanzar un cierto punto.
Después de ese punto, la deformación se incrementará aplicando muy poco esfuerzo adicional. En este
caso, el material exhibe un comportamiento elástico lineal, seguido de una respuesta plástica. El nivel
de esfuerzo para el que el comportamiento cambia de elástico a plástico se denomina límite de
elasticidad.
Cuando la carga se elimina del elemento, parte de la deformación se recuperará y otra parte será
permanente, como puede verse en la primera gráfica.
La segunda gráfica muestra una respuesta elástica lineal-plástica perfecta, en la que el material exhibe,
al ser cargado, una respuesta elástica lineal, seguida de una respuesta completamente plástica.
La tercera gráfica muestra una respuesta elastoplástica en la que la primera parte es una respuesta
elástica seguida de una combinación de respuesta elástica y plástica. Si se elimina la carga después de
la deformación plástica, la relación esfuerzo-deformación seguirá una línea recta paralela a la parte
elástica; en consecuencia, se eliminará parte de la deformación del material, mientras que el resto de la
deformación se convertirá en permanente. Al volver a cargar el material, éste se comportará de nuevo
de forma elástica lineal, hasta el nivel de esfuerzo conseguido en el ciclo de esfuerzo anterior.
Después de ese punto, el material seguirá la curva original de esfuerzo-deformación. Por tanto, el
esfuerzo requerido para provocar una deformación plástica se va incrementando. Este proceso de
denomina endurecimiento por deformación o endurecimiento por tratamiento mecánico.
Por esta razón, se han utilizado métodos arbitrarios para identificar el límite de elasticidad, como los
métodos de desvío y de extensión, definiendo así el esfuerzo de f1uencia (resistencia de f1uencia). El
punto en que esta línea se cruza con la curva de esfuerzo-deformación es el esfuerzo de f1uencia de
desvío del material, como se puede ver en la primera gráfica.
El esfuerzo de f1uencia de extensión se sitúa donde una proyección vertical para un nivel de esfuerzo
especificado intersecta con la curva de esfuerzo-deformación. La segunda gráfica muestra el esfuerzo
de fluencia correspondiente a una extensión del 0,5%.
Trabajo y Energía
Cuando se prueba un material, lo que hace la máquina de pruebas es generar una fuerza con el objeto
de desplazar o deformar el objeto. Puesto que el trabajo es igual a la fuerza multiplicada por la distancia,
el área situada bajo una curva de fuerza-desplazamiento será el trabajo realizado sobre el elemento.
Cuando se divide la fuerza entre el área de la sección transversal del elemento para calcular el esfuerzo,
y la variación de longitud se divide entre la longitud del elemento para obtener la deformación, el
diagrama de fuerza-desplazamiento se transforma en un diagrama de esfuerzo-deformación.
Sin embargo, el área situada bajo el diagrama de esfuerzo-deformación ya no tendrá unidades de
trabajo. Manipulando las unidades del diagrama esfuerzo-deformación, podemos ver que el área bajo
ese diagrama es igual al trabajo por unidad de volumen de material que se necesita para deformar o
romper dicho material. Este concepto es muy útil, ya que nos informa de la energía necesaria para
romper el material.
Esa información se aplica a la selección de los materiales que habrá que emplear cuando el elemento
deba absorber energía. El área bajo la parte elástica de la curva se denomina módulo de resiliencia
(primera gráfica). La cantidad de energía requerida para romper un elemento es una medida de la
tenacidad del material, como se muestra en la segunda gráfica. Como ilustra la tercera gráfica, un
material de alta resistencia no es necesariamente un material tenaz.
Fallas y Seguridad
Los fallos ocurren cuando un elemento o estructura deja de realizar la función para la que fue diseñado.
El fallo de una estructura puede producirse de diversos modos, entre los que se incluyen la fatiga por
fractura, la fluencia general, el alabeo y la deformación excesiva. La fractura es un modo de fallo
común. Un material frágil se fracturará normalmente de forma súbita cuando el esfuerzo estático
alcance la resistencia del material, donde la resistencia se define como el esfuerzo máximo que el
material puede soportar. Por otro lado, un material dúctil puede fracturarse a causa de una deformación
plástica excesiva.
Muchas estructuras, como los puentes, están sujetas a cargas repetidas, creando esfuerzos que son
inferiores a la resistencia del material. Los esfuerzos repetidos pueden hacer que un material falle o se
fatigue, para un nivel de esfuerzo bastante por debajo de la resistencia del material. El número de
aplicaciones de carga que un material puede soportar dependerá del nivel de esfuerzo en relación con
la resistencia del material.
A medida que se reduce el nivel de esfuerzo, el número de aplicaciones de carga necesarias antes de
que se produzca el fallo se incrementa. Los materiales ferrosos tienen un límite de resistencia a la
fatiga aparente, que es un nivel de esfuerzo por debajo del cual no se produce fatiga. El límite de
resistencia a la fatiga para los aceros está, en general, comprendido en el rango que va de un cuarto a
un medio de la resistencia del material (Flinn y Trojan, 1986). Otro ejemplo de una estructura que puede
fallar debido a la fatiga es el pavimento. Aunque los esfuerzos aplicados por el tráfico son normalmente
muy inferiores a la resistencia del material, las cargas repetidas pueden terminar conduciendo a una
pérdida de la integridad estructural de la capa superficial del pavimento, provocando fisuras de fatiga.
Otro modo de fallo es la f1uencia general. Este fallo tiene lugar en los materiales dúctiles y se difunde
por toda la estructura, lo que da como resultado un colapso total.
Los elementos largos y delgados sujetos a compresión axial pueden fallar debido al alabeo. Aunque el
elemento esté pensado para soportar cargas de compresión axiales, puede que se aplique una pequeña
fuerza lateral, que causa una deflexión y puede terminar provocando un fallo.
En ocasiones, una deformación excesiva (elástica o plástica) podría definirse como fallo, dependiendo
de la función del elemento. Por ejemplo, las deflexiones excesivas de los suelos provocan incomodidad
a las personas y, en casos extremos, pueden hacer que un edificio sea inutilizable, a pesar de ser
estructuralmente adecuado.
Para minimizar las posibilidades de fallo, las estructuras se diseñan para soportar una carga mayor que
la carga máxima prevista. El factor de seguridad (FS) se define como la relación entre el nivel de
esfuerzo de fallo y el máximo nivel de esfuerzo posible según el diseño (esfuerzo máximo previsto):
esfuerzo de fallo entre esfuerzo admisible.
Normalmente, cuanto mayor sea el factor de seguridad, mayor será la sección transversal en la
estructura y, en consecuencia, mayor será el coste. El valor adecuado del factor de seguridad varía de
una estructura a otra y depende de muchos factores, entre los que se incluyen los siguientes:
• El coste de los fallos impredecibles en vidas humanas, dinero y tiempo.
• La variabilidad de las propiedades de los materiales.
• El grado de precisión a la hora de considerar todas las posibles cargas aplicadas a la estructura, como
por ejemplo terremotos.
• Los posibles malos usos de la estructura, como colgar inadecuadamente un objeto del armazón de un
techo.
• El grado de precisión al considerar la respuesta apropiada de los materiales durante el diseño, como
por ejemplo al suponer una respuesta elástica a pesar de que el material pueda no ser perfectamente
elástico.
PROPIEDADES NO MECÁNICAS
Las propiedades no mecánicas hacen referencia a las características del material, distintas de la
respuesta a la carga, que afectan a la selección, el uso y el comportamiento de ese material.
La densidad es la masa por unidad de volumen de material. El peso específico es el peso por unidad de
volumen del material.
La gravedad específica es la relación entre la masa de una sustancia y la masa de un volumen igual de
agua para una temperatura especificada. La densidad del agua es 1,000 Kg/m 3 en el sistema SI y 62,4
1b/pie3 en el sistema británico a 4°C (39.2°F). De acuerdo con la definición, la gravedad específica es
equivalente a la densidad del material dividida entre la densidad del agua. Puesto que la densidad del
agua en el sistema métrico tiene un valor igual al, el valor numérico de la densidad y de la gravedad
específica coincide. Este hecho se emplea a menudo en la literatura científica, en la que los términos
densidad y gravedad específica se utilizan de forma intercambiable.
Para los materiales sólidos, como los metales, el peso específico, la densidad y la gravedad específica
tienen valores numéricos definidos. Para otros materiales, como la madera y los áridos, los propios
huecos existentes en el material requieren explicitar las definiciones para una diversidad de densidades
y gravedades específicas.
Expansión Térmica
Prácticamente todos los materiales se expanden a medida que la temperatura aumenta se contraen a
medida que la temperatura desciende.
Características Superficiales
Las propiedades superficiales de los materiales que más interesan a los ingenieros civiles incluyen la
corrosión y la degradación, la capacidad del material para resistir la abrasión y el desgaste y la textura
superficial.
Corrosión y Degradación
Puesto que la mayoría de las estructuras de ingeniería civil son estáticas, la resistencia a la abrasión al
desgaste tiene una menor importancia que en otros campos de la ingeniería.
Por ejemplo, los ingenieros mecánicos deben preocuparse por el desgaste de los distintos componentes
a la hora de diseñar una máquina. Esto no quiere decir que la resistencia al desgaste pueda ignorarse
por completo en la ingeniería civil; los pavimentos deben diseñarse para ser capaces de resistir el
desgaste y la acción de pulido provocados por las ruedas de los vehículos, para así proporcionar una
adecuada resistencia al derrape en caso de frenada o de giro. La resistencia a la abrasión y al desgaste
es, por tanto, una propiedad importante de los áridos utilizados en los pavimentos.
TIPOS DE MATERIALES
Los materiales se clasifican en cinco grupos: metales, cerámicos, polímeros, semiconductores y
materiales compuestos. Los materiales de cada uno de estos grupos poseen estructuras y propiedades
distintas.
METALES
Los metales y sus aleaciones, incluyendo acero, aluminio, magnesio, zinc, hierro fundido, titanio, cobre
y níquel, generalmente tienen como característica una buena conductividad eléctrica y térmica, una
resistencia relativamente alta, una alta rigidez, ductilidad o conformabilidad y resistencia al impacto.
Son particularmente útiles en aplicaciones estructurales o de carga. Aunque en ocasiones se utilizan
metales puros, las combinaciones de metales conocidas como aleaciones proporcionan mejoría en
alguna propiedad particularmente deseable o permiten una mejor combinación de propiedades.
CERÁMICOS
El ladrillo, el vidrio, la porcelana, los refractarios y los abrasivos tienen baja conductividad eléctrica y
térmica, y a menudo son utilizados como aislantes. Los materiales cerámicos son fuertes y duros,
aunque también muy frágiles o quebradizos. Las nuevas técnicas de procesamiento han conseguido
que los cerámicos sean lo suficientemente resistentes a la fractura para que puedan ser utilizados en
aplicaciones de carga.
POLÍMEROS
Los polímeros son producidos mediante un proceso conocido como polimerización, es decir, creando
grandes estructuras moleculares a partir de moléculas orgánicas, los polímeros incluyen el hule, los
plásticos y muchos tipos de adhesivos. Los polímeros tienen baja conductividad eléctrica y térmica,
reducida resistencia y no son adecuados para utilizarse a temperatura elevada. Los polímeros
termoplásticos, en los cuales las largas cadenas moleculares no están conectadas de manera rígida,
tienen buena ductilidad y conformabilidad; los polímeros termoestables son más resistentes, aunque
más frágiles porque las cadenas moleculares están fuertemente enlazadas.
SEMICONDUCTORES
Aunque el silicio, germanio y una variedad de compuestos, son muy frágiles, resultan esenciales en
aplicaciones electrónicas, de computadoras y de comunicaciones. La conductividad eléctrica de estos
materiales puede controlarse para su uso en dispositivos electrónicos como transistores, diodos y
circuitos integrados. La información hoy día se transmite por luz a través de sistemas de fibras ópticas;
los semiconductores son componentes de estos sistemas.
MATERIALES COMPUESTOS
Los materiales compuestos se forman a partir de dos o más materiales, produciendo propiedades que
no se encuentra en ninguno de los materiales de manera individual. El concreto, la madera
contrachapada y la fibra de vidrio son ejemplos típicos de materiales compuestos.