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Introducción
ESTRUCTURAS DE CONCRETO REFORZADO
El ingeniero civil debe tener un conocimiento completo y preciso del diseño en concreto refor-
zado, y entender el comportamiento y dimensionamiento de los elementos que son partes de las
estructuras típicas vigas, columnas y losas. Una vez que entienda el comportamiento de estos
elementos individuales, tendrá las bases para analizar y diseñar una serie de estructuras más com-
plejas, tales como cimentaciones, edificios y puentes, que están compuestos por estos elementos.
Un entendimiento preciso del comportamiento del concreto reforzado permitirá, al ingeniero, con-
vertir un material frágil en otro elemento dúctil y aprovechar, de esta manera, las características
ventajosas del concreto simple: su gran resistencia a la compresión y al fuego, y su durabilidad.
El concreto reforzado se usa ampliamente en la construcción de cimentaciones, torres de agua,
autopistas, viaductos, canales, marcos estructurales, túneles, muros de contención, techos en bó-
veda, y tantísimas otras estructuras.
Estas propiedades dependen bastante de las proporciones de la mezcla, del cuidado con que se
unen los materiales constituyentes y de las condiciones de humedad y temperatura en las que se
mantiene la mezcla, desde el momento en que se coloca en los encofrados hasta que endurece
totalmente. El proceso de control de estas condiciones se conoce como curado. Para evitar la
producción involuntaria de concretos defectuosos debe tenerse un alto grado de capacidad en el
control y supervisión de todo el proceso desde la dosificación del peso de los materiales compo-
nentes, pasando por el mezclado y la colocación, hasta la terminación del curado.
La mayoría de los materiales constituyentes, con la sola excepción del cemento, están disponibles,
generalmente, a un costo local bajo o a pequeñas distancias del lugar de la construcción. El con-
creto tiene una alta resistencia a la compresión que lo hace muy apropiado, en esencia, para los
Ahora ya es posible producir aceros, a un costo relativamente bajo, con esfuerzos de fluencia del
orden de cuatro o más veces el esfuerzo de los aceros de refuerzo ordinarios y, también, concretos
tres o cuatro veces más fuertes en compresión que la mayoría de los concretos más comunes.
Estos materiales ofrecen muchas más ventajas: uso de elementos de sección recta más pequeñas,
reducción de la carga muerta y el empleo de luces más grandes. Sin embargo, existen limitaciones
para las resistencias de los elementos más allá de las cuales surgen ciertos problemas. Por segu-
ridad, la resistencia de aquellos elementos se deberá aumentar, ligeramente, en proporción a la de
los materiales. Pero, las grandes deformaciones que resultan de los esfuerzos altos pueden llevar
a deflexiones excesivas de los elementos bajo condiciones de carga comunes. Asimismo, las gran-
des deformaciones en los aceros de alta resistencia pueden inducir grietas anchas en el concreto
que rodea al acero de refuerzo, grietas que no sólo darían un mal aspecto estético sino que podrían
exponer el acero a la corrosión por humedad u otras acciones químicas. Todo lo dicho limita la
resistencia útil por fluencia del acero de refuerzo.
No obstante, hay un modo muy especial de emplear, en forma combinada, los aceros y concretos
de alta resistencia. Este tipo de construcción se llama concreto preesforzado. El refuerzo de
acero en forma de hilos metálicos, torones o como varillas se encuentra a una gran tensión
dentro del concreto y se mantiene en equilibrio mediante los esfuerzos en compresión en el con-
creto cuando éste endurece. Para cargas usuales, el pretensado reduce bastante las deflexiones y
las grietas por tensión en dichas estructuras, y esto hace posible que los materiales de alta resis-
tencia sean empleados con mayor efectividad.
CARGAS DE SERVICIO
Para ayudar al ingeniero a estimar las magnitudes de las cargas vivas necesarias para diseñar
estructuras, se han elaborado, a través de los años, una serie de especificaciones y reglamentos
de construcción. Estos documentos proporcionan estimaciones conservadoras de las magnitudes
de las cargas para diversas situaciones.
Todas las estructuras se deben dimensionar de modo que no fallen ni se deformen en exceso bajo
cualquier condición de servicio. Es muy importante que el ingeniero tenga cuidado en anticiparse
a todas las cargas probables a las cuales estará sujeta la estructura en el curso de su vida. El diseño
de la mayoría de los elementos está controlado, por lo general, por las cargas muerta y viva ac-
tuando a la vez, considerándose, también, las fuerzas producidas por el viento, el impacto, la
contracción y el cambio de temperatura, el flujo plástico, el asentamiento de los apoyos, el sismo,
etc.
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Quizás la tarea más importante y la más difícil que enfrenta el diseñador estructural sea la de
estimar la exactitud de las cargas que pueden aplicarse a una estructura durante su vida. Ninguna
carga cuya ocurrencia no sea razonablemente esperada puede sobrecargarse a la estructura. Des-
pués que las cargas sean estimadas, el siguiente problema es decidir la combinación más crítica
de estas cargas que podrían ocurrir en un tiempo. Por ejemplo, ¿podría un puente carretero cu-
bierto totalmente de nieve y hielo estar sujeto simultáneamente a líneas de movimientos rápidos
de camiones trailer pesados en cada línea de tráfico y a vientos laterales de 150 kilómetros por
hora, o tal vez exista alguna combinación más pequeña de estas cargas que sea más razonable?
Cargas muertas
Las cargas muertas son aquellas cargas constantes en magnitud y fijas en localización durante
la vida de la estructura. Normalmente, la mayor parte de la carga muerta es el peso propio. La
carga muerta de los elementos de concreto, que es harto considerable, jamás se deberá despreciar
en los cálculos del diseño. La magnitud exacta de la carga muerta no se conoce con exactitud sino
hasta que los elementos han sido dimensionados. Ya que algún valor de la carga muerta ha de
utilizarse en los cálculos para dimensionar el elemento, su magnitud se deberá estimar al princi-
pio. Después que la estructura haya sido analizada, dimensionados los elementos, y completados
los detalles arquitectónicos, la carga muerta se podrá calcular con mayor exactitud. Si la carga
muerta calculada es igual o ligeramente más pequeña que el valor inicial estimado, el diseño estará
completo. Pero si existe una diferencia significativa entre los valores de la carga muerta calculada
y la supuesta, los cálculos se deberán revisar usando un valor probable de la carga muerta.
Cargas vivas
Las cargas vivas son aquellas que cambian de magnitud y de posición y lo constituyen, sobre
todo, los ocupantes del edificio, materiales almacenados, cargas de construcción, cargas de equi-
pos en operación, cargas de tráfico sobre los puentes, y muchas otras. Estas cargas pueden estar
total o parcialmente en su lugar, no estar presentes o cambiar de posición. La magnitud y distri-
bución de la carga viva en cualquier tiempo son inciertas, y aún su máxima intensidad en la vida
de la estructura no es conocida con certeza. La Tabla 1-1 da los valores representativos de las
cargas vivas mínimas uniformes de diseño para edificios y otras estructuras. Estas cargas son las
máximas esperadas y exceden largamente los valores promedios. Entre otros muchos tipos de
cargas vivas, éstas pueden ser:
Cargas de tráfico para puentes. Los puentes están sujetos a series de cargas concentradas de
magnitud variable ocasionada por las ruedas de grupos de camiones o trenes.
Cargas de impacto. Las cargas de impacto son ocasionadas por la vibración de cargas en movi-
miento o que pueden desplazarse. Está claro que un embalaje de tablas que cae al piso de un
almacén o el rebote de un camión sobre un pavimento accidentado de un puente causa fuerzas
mayores que las que podrían suceder si las cargas fueran aplicadas suave y gradualmente.
Cargas longitudinales. Las cargas longitudinales también necesitan considerarse en el diseño de
algunas estructuras. Al frenar un tren en un puente de vía férrea o un camión sobre un puente de
carretera ocasionan fuerzas longitudinales que deben aplicarse. No es difícil imaginar la tremenda
fuerza longitudinal desarrollada cuando el conductor de un camión de 200 kN que viaja a 125
kilómetros por hora tiene que aplicar súbitamente los frenos al cruzar un puente carretero. Hay
otras situaciones de cargas longitudinales como, por ejemplo, el movimiento de grúas que están
soportadas por los pórticos de un edificio.
Cargas misceláneas. Dentro de otros tipos de cargas vivas con los cuales el diseñador estructural
tendrá que luchar son las presiones del suelo (como la ejercida por la presión lateral de tierra
sobre los muros o las presiones de la cimentación hacia arriba), las presiones hidrostáticas (como
la presión del agua sobre las presas, las fuerzas de inercia de grandes masas de agua durante los
sismos, y las presiones de empuje sobre los tanques y bases de las estructuras), cargas de estalli-
dos (causados por las explosiones, retumbos sónicos, y proyectiles militares), y fuerzas centrí-
fugas (tales como las ocasionadas por los camiones y trenes sobre los puentes curvados o simila-
res efectos sobre las montañas rusas).
Cargas ambientales
Las cargas ambientales son cargas ocasionadas por el medio en el cual se localiza la estructura.
Para edificios, consisten, básicamente, de cargas de lluvia, nieve, presión y succión de vientos,
cargas de sismo, presiones del suelo sobre las subestructuras, cargas de posibles embalses de agua
de lluvia sobre las superficies planas, y fuerzas generadas por las temperaturas diferenciales. Al
igual que las cargas vivas, las cargas ambientales en cualquier tiempo dado son inciertas tanto en
magnitud como en distribución.
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Luego de haber dimensionado la estructura por carga vertical, se debe verificar por viento o sismo
en combinación con las cargas muerta y viva, como se especifica más adelante. En estas condi-
ciones, la economía sólo se puede lograr eligiendo un sistema estructural que sea capaz de trans-
ferir, eficientemente, las cargas horizontales al suelo.
En zonas sísmicas se debe considerar el análisis de los efectos dinámicos debidos a los movimien-
tos del suelo. Las fuerzas dinámicas en la estructura son una función de la masa de la edificación
y la aceleración comunicada a la estructura por el movimiento del suelo. En regiones donde haya
una gran probabilidad de ocurrencia de terremotos, las estructuras de concreto se deberán diseñar
y detallar en concordancia con las previsiones sísmicas del lugar, para asegurar una alta ductilidad
y flexibilidad de la estructura, que le permita resistir la vibración debida a los movimientos del
suelo.
Los sismos recientes han demostrado claramente que el promedio de edificios o puentes que
no han sido diseñados para fuerzas sísmicas pueden ser destruidos por un sismo que no es,
particularmente severo.
Cuando los elementos están sujetos a grandes fuerzas laterales, puede acontecer una inversión de
esfuerzos, y las regiones que normalmente estaban en compresión bajo cargas verticales pueden
estar esforzadas a tensión. En los elementos sujetos a inversión de esfuerzos, el refuerzo se deberá
proporcionar en las dos caras del elemento.
Una de las especificaciones para cargas de diseño más ampliamente utilizada, es la publicada por
la American Society of Civil Engineers (ASCE).
DUCTILIDAD Y FRAGILIDAD
Ya que el concreto sin refuerzo es frágil, el fin principal del Código ACI es el diseño de estructuras
de concreto con ductilidad adecuada. La ductilidad es la capacidad de un elemento de soportar
grandes deformaciones en la falla sin fracturarse. Una viga de acero estructural es un ejemplo
típico de un elemento dúctil, pues se puede curvar y torcer a grandes ángulos sin quebrarse. Las
estructuras dúctiles se pueden deformar mucho bajo la acción de las cargas, pero permanecer,
ahora y después, intactas. Esta capacidad previene el colapso total de la estructura y da protección
a los ocupantes de la edificación. De otro lado, el término frágil describe a los elementos que
fallan súbita y totalmente, y con una poca advertencia. Si un elemento frágil se fractura, se desin-
tegra y puede dañar las partes contiguas de la estructura o sobrecargar a otros elementos aca-
El ingeniero necesita ductilidad en toda la estructura para evitar el colapso progresivo, es decir,
para prevenir que los efectos de una falla local se extienden a toda la estructura o a una parte
significativa de ella.
Las disposiciones de diseño para reducir las fallas progresivas requieren que (1) exista continui-
dad del refuerzo entre los elementos y (2) se proporcione un anclaje efectivo a los extremos de
las varillas de refuerzo. Si una falla local fractura un elemento o produce asentamiento de los
apoyos de una columna u otros apoyos, un buen anclaje del acero que permanece adherido al
cuerpo de los elementos permite el combado de vigas y losas para transmitir la carga por acción
de catenaria (cable). Las previsiones incluyen:
Por todo esto, los elementos se diseñan siempre con una capacidad de carga mucho mayor que la
requerida para soportar las cargas de servicio previstas. Esta capacidad extra no sólo proporciona
un factor de seguridad contra la falla por una sobrecarga accidental o construcción defectuosa,
sino también limita el nivel de esfuerzos bajo las cargas de servicio para prevenir el control de las
deformaciones y las grietas. Además de resistir las cargas de diseño, un elemento no se debe
curvar a un extremo tal que su función sufra deterioro.
Proveyendo una resistencia de reserva, el proyectista reconoce que los elementos pueden estar
sujetos a cargas mayores que las asumidas y que la distribución de las cargas reales sea diferente
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de las asumidas en el diseño; que las suposiciones y simplificaciones unidas a cualquier análisis
puedan resultar con sus efectos de carga calculados diferentes de aquellos que de hecho actúan en
la estructura; que la estructura real se pueda comportar de un modo diferente a la supuesta por un
conocimiento deficiente; que las dimensiones reales del elemento puedan diferir de aquellas es-
pecificadas por el ingeniero, o que la resistencia de los materiales sea más baja que aquella espe-
cificada.
Aunque es imperativa que las estructuras sean diseñadas con una resistencia adecuada para redu-
cir la probabilidad de falla en un nivel aceptable, también deben funcionar con efectividad bajo
las cargas de servicio normales. Las deflexiones se deben limitar para asegurar que los pisos per-
manezcan a nivel dentro de las tolerancias requeridas, y no deben vibrar, para prevenir que los
cielos rasos y los tabiques de albañilería se agrieten, y para asegurar que los equipos sensitivos
no estén fuera de alineamiento. Además, el ancho de las grietas se debe limitar para preservar la
apariencia arquitectónica de las superficies expuestas y proteger el refuerzo de los ataques de la
corrosión.
Además, un elemento diseñado por el método de la resistencia debe funcionar en forma satisfac-
toria bajo las cargas de servicio normales. Por ejemplo, las deflexiones de las vigas se deben
limitar a valores aceptables, y el número y ancho de las grietas por flexión, para las cargas de
servicio, deben ser controladas. Las condiciones que limitan la durabilidad son parte importante
del diseño total, aun cuando la atención esté centrada inicialmente sobre la resistencia.
Como una alternativa al Método de Diseño a la Resistencia (MDR), los elementos se pueden
dimensionar de modo que los esfuerzos en el concreto y acero, resultantes de las cargas de servicio
normales, se hallen dentro de límites especificados. Estos límites, conocidos como esfuerzos per-
misibles, son sólo fracciones de los esfuerzos de falla de los materiales. El concreto tiene com-
portamiento elástico hasta que sus esfuerzos a la compresión no excedan más o menos la mitad
de su resistencia, mientras que el acero permanece elástico prácticamente hasta su esfuerzo de
fluencia. Por esto, los elementos pueden diseñarse sobre una base elástica, mientras los esfuerzos
bajo las cargas de servicio permanezcan por debajo de estos límites.
Si los elementos se dimensionan sobre la base de las cargas de servicio, el margen de seguridad
necesario se proporciona estipulando los esfuerzos admisibles, que son sólo una fracción de la
resistencia a la compresión del concreto y del esfuerzo a la fluencia del acero. Este diseño se
conoce como diseño para cargas de servicio o diseño elástico. En la práctica, los esfuerzos
admisibles se estiman como un medio de la resistencia a la compresión del concreto y un medio
del esfuerzo de fluencia del acero. En el Método de Diseño Elástico (MDE), todas las cargas se
tratan por igual, sin importar cómo difieren su variabilidad e incertidumbre. Además, los esfuer-
zos se calculan sobre una base elástica, aunque, en realidad, la resistencia de un elemento depende
del comportamiento inelástico del esfuerzodeformación cerca a la falla o en la falla.
UNIDADES DE MEDIDA
Aun cuando el Perú ha oficializado el Sistema Internacional de unidades (SI), la industria no ha
hecho todavía ningún cambio. No obstante, está claro que la metrificación no podrá dilatarse más
por la industria de la construcción si es que quiere competir globalmente.
Sistema Internacional
El reglamento del Instituto Americano de Concreto (ACI) contiene las disposiciones que gobier-
nan el diseño y la construcción de las estructuras de concreto reforzado –que tiene mucha inci-
dencia en nuestro medio- y ha sido publicado actualmente en dos versiones: en una de las edicio-
nes las ecuaciones están expresadas en el Sistema Inglés; en la otra, las ecuaciones están formu-
ladas en unidades SI. Las unidades normales utilizadas en las ecuaciones del Sistema Internacio-
nal (metro, newton, segundo) se listan en la Tabla 1-2.
Existen dos tipos de reglamentos. Uno llamado reglamento estructural, que se origina y está
controlado por especialistas interesados en el uso apropiado de un material específico o quienes
están comprometidos con el diseño seguro de una clase particular de estructuras. Para un ingeniero
estructural, existen los siguientes reglamentos:
1. Normas Técnicas de Edificación: Concreto Armado E060 (Perú, 2009); cubre el di-
seño de edificaciones de concreto reforzado.
2. The American Concrete Institute (ACI-318); cubre los aspectos del diseño de edifica-
ciones de concreto reforzado.
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3. The American Institute of Steel Construction Specification (AISC); cubre el diseño
de edificaciones de acero.
4. The American Association of State Highway and Transportation Officials
(AASHTO); cubre el diseño de puentes de caminos.
5. The American Railroad Engineering Association (AREA); cubre el diseño de puentes
ferroviarios.
Tanto las normas peruanas como las del ACI-318, contienen disposiciones que cubren todos los
aspectos del concreto reforzado: manufactura, diseño y construcción, incluyendo las especifica-
ciones sobre la calidad de los materiales, detalles del mezclado y colocación del concreto, supo-
siciones de diseño para el análisis de estructuras continuas, y ecuaciones para el diseño de fuerzas,
con ligeras diferencias.
Un aspecto especial del concreto es su habilidad para ser moldeado de una extraordinaria
variedad de formas, desde simples losas, vigas y columnas hasta grandes arcos y casca-
rones.
El concreto reforzado tiene una gran resistencia al fuego y al agua; de hecho es el mejor
material estructural disponible para situaciones donde el agua esté presente. Durante los
incendios de intensidad media, los elementos con recubrimiento de concreto adecuado
sobre las varillas de refuerzo sufren sólo daño en la superficie, pero no fallan.
Las estructuras de concreto reforzado son muy rígidas.
Es un material de bajo costo de mantenimiento.
Tiene una resistencia a la compresión considerable comparado con la mayoría de otros
materiales.
Comparado con otros materiales, tiene una vida de servicio muy larga. Bajo condiciones
apropiadas, las estructuras de concreto reforzado pueden utilizarse indefinidamente sin
merma de sus capacidades de carga. Esto puede explicarse por el hecho de que la resis-
tencia del concreto no disminuye con el tiempo, más bien aumenta con los años, debido
al proceso prolongado de solidificación de la pasta de cemento.
Prácticamente es el único material económico disponible para zapatas, sótanos, muelles
e instalaciones similares.
Son necesarios los encofrados para mantener el concreto en posición hasta que endurece
suficientemente. Además, puede necesitarse obras falsas o apuntalamiento para mantener
en sitio los encofrados de techos, muros, y estructuras similares hasta que los elementos
de concreto ganen suficiente resistencia para soportarse por sí mismos. Los encofrados
son muy costosos y significan, más o menos, uno o dos tercios del costo total de un ele-
mento de concreto reforzado.
Las propiedades del concreto varían ampliamente debido a las variaciones de su dosifi-
cación y mezcla. Además, la colocación y el tiempo de curado del concreto no es contro-
lado cuidadosamente como lo es la producción de otros materiales como el acero estruc-
tural y madera laminada.
El concreto tiene una muy baja resistencia a la tensión, requiriendo el uso del refuerzo en
tensión.
La baja resistencia del concreto por unidad de peso conduce a elementos pesados. Esto se
convierte en un aumento importante para estructuras de gran claro donde el peso muerto
del concreto grande tiene una gran efecto en los momentos de flexión.
Muy importantes son también los problemas ocasionados por la contracción y el flujo
plástico.
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