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La vida en poblados estables supuso un cambio cultural importante.

Se abre así
una última fase del periodo paleolítico conocida como mesolítico, momento en el
que se considera que empieza el último periodo de la era cuaternaria: el holoceno.
De esta época se conservan poblados palestinos con cabañas circulares
semisubterráneas de madera, adobe y piedra.

Resumen: Es en esta época cuando se deja de estar movilizándose hacia otras


regiones y se deja de estar consumiéndose los productos que nos ofrece la
naturaleza, ya que el hombre se da cuenta que la tierra puede producir más
alimentos.

En el IX milenio terminó la cuarta glaciación. La cultura mesolítica se extendió


desde Palestina hasta Siria siguiendo la media luna fértil. Mientras el noreste de
África permaneció en estado mesolítico durante varios milenios, en el Oriente
Próximo se produjeron cambios relativamente rápidos. Los hombres sedentarios
tuvieron ocasión de estudiar más a fondo el comportamiento de las plantas y los
animales. Lentamente, descubrieron que era posible retener y alimentar a algunos
animales en lugar de matarlos, de modo que se podía disponer de su carne
cuando fuera más necesaria. Hay indicios de que, por esta época, en un
asentamiento que más tarde sería la ciudad de Jericó, ya se había domesticado el
carnero. Poco a poco, los hombres de la parte occidental de la media luna fértil se
hicieron pastores y agricultores.

Resumen: el hombre pasa a ser sedentario, se descubre la agricultura como


medio para satisfacer sus necesidades de alimentación, a la vez retienen animales
para criarlos y luego utilizarlos para su alimentación, esto da inicio a una
civilización la cual puede ser auto sostenible a niveles de necesidades básicas.
Los que optaron por reunir animales y apacentarlos se encontraron con que tenían
que viajar de un sitio a otro en busca de pastos, lo que les llevó a abandonar los
poblados y convertirse en pueblos nómadas. Por el contrario, los agricultores
debían permanecer junto a sus tierras, las cuales requerían toda clase de trabajos
y cuidados. Formaron poblados más firmes y numerosos, pues, por una parte, la
tierra trabajada proporcionaba alimento para más personas y, por otra,
necesitaban defenderse de las fieras y de otros pueblos nómadas que no tenían
escrúpulos de llegar y llevarse sin esfuerzo el fruto del trabajo ajeno.

Con la aparición de la agricultura y la ganadería entramos en la segunda etapa de


la Edad de Piedra: el neolítico. Las primeras manifestaciones neolíticas
propiamente dichas aparecen en Palestina a partir del año 8600. Por aquel
entonces, la Tierra debía de contar con alrededor de ocho millones de habitantes.
Los nuevos descubrimientos fueron divulgándose lentamente, junto con otras
innovaciones. En el año 8000 se descubrió la cerámica en el Sahara y en Siria
independientemente. Las vasijas de barro fueron prácticos sustitutos de los
pesados recipientes de piedra. No obstante, el labrado de la piedra también se
perfeccionó. De hecho, la denominación paleolítica/neolítico marca el tránsito de la
piedra tallada a la piedra pulimentada, si bien, como ya queda dicho, no es ésta la
diferencia más significativa entre ambas culturas, sino la aparición de la agricultura
y la ganadería.
Resumen: se da paso al neolítico, el hombre se vuelve más pensante a tal punto
que se estable como una civilización prospera debido a la agricultura y ganadería,
empieza a buscar e inventar nuevas cosas para facilitar sus cosas. Ejemplo de ello
el cambio de una tasa de piedra a cerámica, obviamente al ser esta de menor
peso fueron sustituidas las de piedra. Estos eventos y nuevos inventos son los que
nos dan paso a seguir evolucionando.

Hacia el 7500 se empezó a cultivar el trigo en Jericó, y se domesticaron el cerdo y


la cabra. Por esta época la agricultura y la ganadería llegaron a la Alta
Mesopotamia (esto es, a su parte norte, la más alejada del mar). Palestina
continuaba a la cabeza de la civilización: Hacia el año 7000, las viejas cabañas
circulares habían sido sustituidas por casas de planta rectangular, subdivididas en
habitaciones y con las paredes y el suelo cubiertos de arcilla. Sus pobladores
enterraban a los difuntos bajo sus casas, pero antes les separaban el cráneo, lo
cubrían de arcilla y lo adornaban con pinturas. Esto indica un complejo ceremonial
religioso.

En general, las culturas agrícolas desarrollaron una religión más compleja y


sofisticada que los pueblos nómadas. Los nómadas llevaban una vida
relativamente cómoda. Se sentían capaces de dominar su entorno. Eran gente
ruda y fuerte. A menudo efectuaban provechosas incursiones en aldeas de
agricultores indefensos. Para sus pocas necesidades, desconocían lo que era la
escasez o falta de recursos. Las únicas cosas que no podían controlar eran las
tormentas, las enfermedades y tal vez los enfrentamientos con otros pueblos
nómadas. Por ello sus religiones se limitaban a algún "dios de las tormentas" o
"del trueno" o "del rayo", a quien implorar clemencia en las tempestades, o quizá a
un "dios de la guerra" a quien encomendarse y pedir protección antes de un
enfrentamiento. Por el contrario, los agricultores estaban rodeados de eventos que
escapaban a su control. Su nivel de vida dependía de que lloviera en el momento
oportuno, de que no hubiera tormentas devastadoras, de que las cosechas fueran
buenas, de que los ríos trajesen agua suficiente pero no excesiva, etc. Conocían
las diferentes estaciones del año y las vinculaban con los cambios de posición del
Sol y las estrellas en la bóveda celeste. Así, el agricultor aprendió a rezar ante la
adversidad. La superstición se extendió rápidamente entre los pueblos agrícolas, y
surgieron toda clase de ritos para mantener propicios a los dioses de la lluvia y de
los ríos, y al Sol, etc. En torno a estas creencias no tardan en surgir sacerdotes
especializados en velar por que los dioses estuvieran satisfechos con el pueblo.
Los sacerdotes tienen fama de sabios y a menudo son objeto de innumerables
preguntas de todo tipo, para las que siempre tienen alguna respuesta basada en
historias sobre tal o cual dios. Así, cada pueblo fue creando su mitología, más o
menos rica según la imaginación de sus gentes, y en consonancia con el grado de
sofisticación de cada sociedad.

Resumen: se ve como las civilizaciones que prefirieron la agricultura y ganadería


prosperan, mientras que algunos prefirieron seguir siendo nómadas, por otro lado,
surge la religión y creencias en diferentes Dioses. Se ve cómo va evolucionando la
civilización al punto de crear sus propias mitologías y designar sus sacerdotes.

Durante el VII milenio la densidad de población en la media luna fértil aumentó


notablemente. Se domesticó al buey. En Siria se exploraron muchas innovaciones,
como la fabricación de recipientes de cal, aunque estas técnicas no tuvieron
continuidad. La agricultura se extendió por la península de Anatolia (Turquía).
Hacia el año 6500 encontramos una agrupación de pueblos de cerca de 6.000
habitantes, con casas y santuarios de ladrillo crudo y frescos de divinidades
femeninas y toros. A finales del milenio aprendieron a fundir el cobre para fabricar
adornos, puntas de lanza y objetos diversos, pero el metal era escaso y el
descubrimiento no tuvo muchas repercusiones.
Conclusión: podemos decir que la evolución de la civilización se debió a que el
hombre al ser un ser pensante, observo a tal punto que descubrió la agricultura
con esto vio una forma sustentable que les permitiría a toda la población
establecerse en un solo lugar. Con esto llevo a ser i9nventor a modificar o mejorar
cosas para facilitar más su vida. Una civilización busca mas un lugar que sea rico
en materia prima, más el deseo del hombre por mejorar o inventar cosas nuevas
lleva a una civilización a evolucionar cada día mas.

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