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Excelencia Empresarial Felix
Excelencia Empresarial Felix
1. INTRODUCCIÓN
Han sido diversos los autores que explícita o implícitamente han abordado el tema de la
excelencia organizacional. Explícitamente todos aquellos que han estudiado la misma a
través de trabajos empíricos a partir de los que deducir los comportamientos seguidos por
las organizaciones de éxito. Implícitamente porque el estudio de cómo destacarse del resto
de empresas ha sido abordado desde diversas áreas en el conjunto de la Economía de la
Empresa, bien sea en el área o subsistema comercial como en el estudio de los aspectos
definitorios de la administración o management.
A la Excelencia Empresarial se puede describir como un fuerte nivel de gestión con todas
las herramientas y conocimientos clave para tener éxito. Se trata de tener los recursos para
aprender y resolver problemas. Puede consistir en centrarse en un ambiente de equipo
dentro de su empresa y permitir intercambio de ideas creativas.
No todos los autores definen o conceptualizan la excelencia de igual forma, para unos es
sinónimo de innovación (PETERs y WATERMAN, 1990) mientras que para otros lo es de
calidad total (Expansión Internacional. Actualidad de los mercados exteriores, 1994) o
consideran que una empresa es de alto rendimiento si es rentable, competitiva y tiene
expectativas futuras (VIEDMA, 1990).
Todas las siguientes características fueron adaptadas y resumidas de varios autores sobre
la excelencia empresarial y son las siguientes:
Los factores esenciales y claves para el desarrollo de excelencia empresarial son los
siguientes:
Eficacia de los costos: la empresa debe ser un fabricante de bajo costo, es decir que su
costo total sea inferior al promedio de sus competidores. Sin embargo a veces peligra la
calidad del servicio, la satisfacción del personal y las inversiones futuras.
Asignación precisa de costos: un error común es agrupar los costos generales (CIF) y
aplicarlos sin relacionarlos con productos y clientes específicos. Los costos tradicionales
ignoran las diferencias entre productos, servicios, mercados y clientes; produciendo como
consecuencias distorsiones en los costos poniendo en peligro negocios rentables.
En la década de los 80, la alta competitividad de los mercados obliga a dirigir la atención
de la Calidad hacia la organización de la empresa en su conjunto, y hacia la captación de
las necesidades reales de la clientela para ofrecer al mercado un producto vendible, que
atraiga y sorprenda al mismo tiempo a los consumidores y consumidoras. Se comienza a
implantar la idea de aplicar la calidad no sólo a los procesos sino también a la Gestión,
englobando incluso a los propios objetivos de la empresa. Se habla entonces de Gestión
de la Calidad Total y se conoce internacionalmente como TQM (Total Quality Management).
Comienzan a utilizarse una serie de criterios, conceptos y valores, que marcan las pautas
de actuación para aquellas empresas que desean superar el concepto de la calidad,
limitada a la gestión de los procesos.
Esta evolución supone una ampliación del concepto tradicional de calidad. En la actualidad
ya no podemos hablar sólo de calidad del producto o servicio, sino que la nueva visión ha
evolucionado hacia el concepto de la calidad total. La calidad del producto o servicio se
convierte en objetivo fundamental de la empresa; pero si bien con la visión tradicional se
trataba de conseguir a través de una función de inspección en el área de producción, en el
enfoque moderno la perspectiva se amplía, considerando que va a ser toda la empresa la
que va a permitir alcanzar esta meta, fundamentalmente a través de la prevención. Según
esta nueva visión, podrá mejorar la calidad del producto o servicio si mejora la calidad global
de la empresa, es decir, si ésta se convierte en una organización de calidad, refiriéndose a
una empresa avanzada en calidad porque ha implantado la dirección de la calidad.
Según la norma ISO 8402 define los términos relacionados con los conceptos de calidad.
Calidad: La totalidad de las características de una entidad que le confieren la aptitud para
satisfacer las necesidades preestablecidas.
Calidad total: es una forma de dirigir una organización, que pretende la participación de
todas las personas empleadas para mejorar y mejorarlas continuamente:
De esta manera, es esencial que una organización cuente con un sistema claro y bien
estructurado que determine, documente, coordine y mantenga todas las actividades claves
que son imprescindibles para asegurar las acciones de calidad necesarias en todas las
operaciones pertinentes de la empresa (Feigenbaum, 1994; 83).
Todos estos puntos anteriores deben conducir al objetivo final de dar satisfacción a los
clientes (internos y externos). Por ello, siempre que sea posible se establecerán acciones
conjuntas, para que las acciones de mejora vayan en el sentido adecuado. Así, enunciada
la Calidad Total parece algo inalcanzable, ya que conseguir la excelencia es humanamente
imposible. Lo que si es posible es la tendencia hacia ella. La mejora continua es esa
tendencia hacia la excelencia que implica un camino sin fin para ir haciendo las cosas mejor
cada día. Los errores y los defectos son inevitables, pero esto no supone aceptarlos sino
tratar continuamente de superarlos.
5.4. PROCESO DE MEJORA CONTINUA
Un cambio no sólo en la manera de hacer las cosas, sino incluso en el estilo de gestión de
la empresa que requiere una nueva mentalidad, no sólo en quien la dirige, sino también en
todas las personas empleadas, no puede implementarse por real decreto, ni de hoy para
mañana.
Una vez decidido por parte de las personas del equipo de dirección que se puede iniciar el
proceso, será preciso que a través de los mandos intermedios se consiga, poco a poco,
una mayor comunidad de ideas, una participación mayor en la resolución de los problemas
de la empresa y, como contrapartida, ofrecerles la oportunidad de opinar sobre asuntos
generales de la empresa.
El siguiente paso será crear Grupos de Progresos (GP) en el nivel de mandos intermedios
y Círculos de Calidad (CC) en el nivel de las personas con menor responsabilidad. El
funcionamiento de ambos grupos es básicamente similar, si bien, el de Grupos de
Progresos lo podríamos considerar obligatorios, en razón de su posición jerárquica y el
segundo grupo voluntario. Igualmente, debe nombrarse un/a coordinador/a y responsable
general de calidad en la empresa, que será además, quien coordinará todas las actividades
de mejora de los diferentes grupos.
En la primera reunión de los grupos (GP ó CC) se debe definir un Código de Conducta,
donde se especifiquen claramente las normas de actuación e intervención de las personas,
los valores por los que se regirá el grupo, los objetivos que se persiguen y los
procedimientos de trabajo del grupo. Cada grupo, con la orientación jerárquica del
coordinador de calidad, elegirá los asuntos a tratar. Los asuntos habituales son los
siguientes:
Calidad. Productividad.
Desperdicios. Presupuestos
Desviaciones de estándares. Sustitución de máquinas y equipos
Mantenimiento. Seguridad.
Costos. Precios.
Márgenes. Nuevos productos, etc.
Existe una razón filosófica y una razón práctica. La filosófica, es que si queremos
implementar la Teoría Z, es imprescindible la participación de las personas. La razón
práctica es poder llegar a la sinergia creativa. La sinergia (llegar a resultados muy
superiores a la simple suma de las partes), solo es posible obtenerla con la concurrencia
de varias personas.
Libre participación.
Libertad de opinión y voto.
Limitación de los temas a estudiar. Sólo los referentes al propio trabajo y dentro de
las estrategias generales que les marcará el/la responsable de calidad.
Identificación del problema, análisis y elección de asunto.
Presentación al mando de la solución sugerida, debidamente justificada.
Composición reducida de miembros (5 a 7).
Están expresamente prohibidos, tratar en las reuniones asuntos que no sean del
estricto interés de la empresa.
El nuevo enfoque integral de la calidad brinda un sistema de gestión que asegura que las
organizaciones satisfagan los requerimientos de los clientes, y a su vez hagan uso racional
de los recursos, asegurando su máxima productividad. Asimismo permite desarrollar en la
organización una fuerte ventaja competitiva como es la cultura del "mejoramiento continuo"
con un impacto positivo en la satisfacción del cliente y del personal y un incremento de la
productividad.
Actualmente se puede asegurar que los métodos de calidad están siendo el pilar sobre el
cual se apoya toda empresa para garantizar su futuro. La presión va en cascada y su fuerza
es inevitable. Quién no esté en proceso de normalizar su empresa, implantar un sistema de
calidad y obtener la certificación no tiene futuro (Senlle -Stoll - Calidad y Normalización).
TIPOS DE DOCUMENTOS
NIVEL 2
5. PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO: Direcciones sistemáticas para Satisfacer los
requisitos del sistema de calidad específicos para la actividad
El exterior: fuente principal del negocio; Que los clientes son la fuente principal del
negocio es algo profundamente asumido por las empresas triunfadoras. El mercado es el
rey, y las empresas ponen todos sus recursos para adaptarse a las necesidades reales del
mercado. Esta característica de las empresas excelentes implica el reconocimiento de que
consumidores distintos tienen necesidades distintas, y que estas cambian con el paso del
tiempo. El contacto directo con el consumidor o cliente, el estudio de las características del
mercado actual y potencial, el conocimiento profundo del entorno de la empresa, no solo el
económico, sino el político, legal, tecnológico, ético y social, constituye una fuente de
información indispensable para la configuración de la estrategia de la empresa que triunfa.
Con el fin de asegurar la continuidad y el éxito del negocio, estas empresas hacen todo lo
posible por mantener e intensificar su presencia activa en el mercado a través de sus
productos y servicios, procurando establecer un contacto directo con los clientes que les
permita aprovechar las oportunidades antes que lo haga la competencia.
Las demás claves del éxito -el cual queda reflejado cuantitativamente por el aumento del
volumen de ventas, de la cuota de mercado, de la cartera de clientes y por la expansión en
los mercados- son la intensificación de todas las actividades de marketing, en particular la
promoción del producto; la búsqueda del liderazgo de algún producto o servicio a través de
la diferenciación, calidad superior o relación precio/calidad imbatible; y la adopción de una
perspectiva a largo plazo y de expansión internacional de sus mercados.
Estas cuatro características son las que conforman respectivamente los cuatro primeros
principios de la excelencia empresarial, cuyos enunciados adelantamos a continuación:
La cultura empresarial es la forma como trabajan y actúan las personas de una empresa, y
como todas las personas son distintas, también la cultura empresarial de cada empresa es
distinta.
Las definiciones de “cultura” que nos aporta el diccionario dan luz sobre el concepto de
cultura empresarial, objeto del presente epígrafe. Estas son: “cultivo de los conocimientos
y las facultades del hombre”; “conjunto de conocimientos literarios, históricos, científicos o
de cualquier otra clase que se posee como fruto del estudio y de lecturas, de viajes, de la
experiencia, etc.”; “conjunto de tradiciones (literarias, histórico-sociales y científicas) y de
formas de vida (materiales o espirituales) de un pueblo, de una sociedad o de toda la
humanidad”.
Es bien sabido que las empresas japonesas excelentes son empresas con una cultura muy
fuerte, arraigada en cada uno de sus componentes, y caracterizada por el empleo vitalicio,
la participación de los trabajadores en el proceso de la toma de decisiones, existencia de
círculos de calidad y una lealtad de tipo familiar hacia la empresa. Cultura que, sin duda
alguna, ha sido la clave para que muchas de estas compañías hayan alcanzado posiciones
de predominio mundial.
Las empresas excelentes también se caracterizan por una cultura fuerte, la cual emerge de
su líder y se transmite de forma descendente a través de toda la organización. Del conjunto
de empresas que hemos analizado, se ha deducido que la cultura empresarial tiene como
ejes principales la integración y motivación del personal, el fomento de un espíritu
emprendedor y un sistema de valores de orden superior que es compartido por todos los
individuos que integran la empresa. Estos tres ejes alrededor de los cuales se desarrolla la
cultura empresarial excelente son los que dan lugar a los tres superprincipios culturales,
resumidos en el cuadro siguiente:
Esta característica no es casual, sino fruto de un esfuerzo realizado por la alta dirección
para que cada miembro que forma parte de la organización se haga suya la empresa. Este
esfuerzo se realiza mediante políticas de motivación, promoción interna del personal,
participación en la toma de decisiones, y poniendo un énfasis especial en la formación del
personal.
En cuanto a la participación en la toma de decisiones, esta es posible a niveles de
departamento, área o división, si realmente el proceso de toma de decisiones es un proceso
interno. Esto significa que, en las empresas excelentes, aunque se pueda acudir a un
asesoramiento externo, es la alta dirección quien toma las decisiones claves del negocio.
Es por ello que estas empresas se resisten a ser compradas por empresas extranjeras,
puesto que perderían la soberanía y el poder de decidir sobre su futuro. He aquí nuestros
dos primeros principios culturales:
Los dirigentes de estas empresas, con toda esta serie de acciones - fomento de la iniciativa
individual y departamental, descentralización de funciones con la correspondiente
delegación de responsabilidades, fomento de la acción y simplificación de las estructuras
organizativas que puedan entorpecer el proceso de toma de decisiones- procuran agilizar
y dinamizar su quehacer cotidiano, convirtiéndolas en empresas creativas, en las que el
personal, más motivado, se siente parte de ellas, aportando nuevas ideas y mostrando
mayor constancia en su aportación al negocio. En pocas palabras, se intenta sembrar, en
todos los niveles de la organización, el espíritu emprendedor del líder y artífice de la
empresa excelente en cuestión. Dichas características han quedado enmarcadas bajo otros
tres principios culturales cuyos enunciados exponemos a continuación:
El trato con los trabajadores por parte de la alta dirección es un trato honesto, serio y cordial.
No se les engaña nunca, y se intenta que estén en todo momento informados sobre la
realidad de la empresa y sus posibilidades futuras, condición indispensable para poder
transmitir su fe en el negocio. Los trabajadores, a su vez, contagiados por este trato e ilusión
por el negocio, responden con la misma moneda en su relación con los clientes y
proveedores. Deducimos por ello que la fe en el negocio, y la honestidad son los valores
fundamentales de la cultura de dichas empresas excelentes.
Por otro lado, el fundador o líder de la empresa también influye de manera decisiva en el
rumbo que toma el negocio: desde su razón social - las necesidades de mercado que se
quieren satisfacer-, hasta las políticas de financiación, de inversión, o de diversificación de
bienes o servicios; ejes fundamentales de la estrategia de una empresa.
Debido a ello, estos líderes poseen unos dotes especiales que les caracterizan. Son
personas visibles, conocidas por todos los integrantes de la organización, con quienes
procuran mantener un contacto directo y ser asequibles para cualquier petición o problema
que pueda surgir; poseen una visión de futuro y un dinamismo que les permite adelantarse
a la competencia y aprovechar las oportunidades que emergen del mercado; y tienen un
gran espíritu de trabajo, con una constancia y perseverancia que transmiten a sus
colaboradores y éstos a todos los estamentos de la empresa.
El liderazgo es por todo ello la característica más importante de las empresas excelentes.
Sin un líder no se crea una cultura fuerte y homogénea, ni tampoco unas estrategias
coherentes con la filosofía y los fundamentos del negocio. El “liderazgo” pues está por
encima de cualquier principio de gestión, sea estratégico o cultural, y es objeto de ser
analizado en su capítulo aparte.
El liderazgo y los 17 principios de la excelencia empresarial
En la siguiente tabla se muestran los tres modelos de Excelencia mas difundidos. A pesar
de las peculiaridades de cada uno de ellos, en todos subyacen los principios básicos de la
Calidad Total – Excelencia descritos anteriormente, es decir, las mejores prácticas en el
ámbito de la gestión de las organizaciones.
Una característica común a todos ellos es que son dinámicos, y como tal, van
evolucionando y adaptándose a los cambios que se producen en el entorno. Centenares de
expertos enriquecen estos modelos año tras año con sus aportaciones.
1. Modelo Deming
El primer modelo, el Deming, se desarrolla en Japón en 1951 por la JUSE (Unión Japonesa
de científicos e ingenieros). Este modelo recoge la aplicación práctica de las teorías
japonesas del Control Total de la Calidad (TQC) o Control de la Calidad en toda la empresa
(CQWC).
Los siete criterios en los que se basa este premio se recogen en el siguiente gráfico:
Los criterios del grupo de agentes facilitadores reflejan como la organización actúa.
De esta manera la información procedente del análisis de los resultados nos permitirá
mejorar la gestión de los agentes.
Liderazgo
Política y estrategia
Personas
Alianzas y recursos
Procesos
Resultados en sus clientes
Resultados en las personas
Resultados en la sociedad
Resultados claves
Criterio cinco “Procesos”: como diseña, gestiona y mejora la organización sus procesos
para apoyar su política y estrategia y para satisfacer plenamente, generando cada vez
mayor valor, a sus clientes y otros grupos de interés. Las organizaciones actúan de
manera más efectiva cuando todas sus actividades interrelacionadas se comprenden y
gestionan de manera sistemática, y las decisiones relativas a las operaciones en vigor y las
mejoras planificadas se adaptan a partir de información fiable que incluye las percepciones
de todos sus grupos de interés.
Criterio seis “Resultados en sus clientes”: qué logros está alcanzando la organización
en relación con sus clientes externos. El Cliente es el árbitro final de la calidad del producto
y del servicio, así como de la fidelidad del cliente. El mejor modo de optimizar la fidelidad y
retención del cliente y el incremento de la cuota de mercado es mediante una orientación
clara hacia las necesidades de los clientes actuales y potenciales.
Criterio siete “Resultados en las personas”: qué logros está alcanzando la organización
en relación con las personas que la integran. El potencial de cada una de las personas de
la organización aflora porque existen valores compartidos y una cultura de confianza y
asunción de responsabilidades que fomentan la implicación de todos.
Criterio nueve “Resultados claves”: qué logros está alcanzando la organización con
relación al rendimiento planificado. La excelencia depende del equilibrio y la satisfacción de
las necesidades de todos los grupos de interés relevantes para la organización. (Las
personas que trabajan en ella, los clientes, proveedores, partes interesadas y la sociedad
en general, así como todos los que tienen intereses económicos en la organización).
Dicha estructura entramado de criterios con diferentes ponderaciones para cada uno,
otorgando a cada criterio detalles sobre que factores están relacionados a los mismos en
el mismo sentido dando porcentajes sobre el desarrollo que aporta cada uno de ellos a la
organización todo lo mencionado se muestra en el siguiente grafico:
LIDERAZGO:
POLÍTICA Y ESTRATEGIA
Necesidades y expectativas
Desarrollo
Comunicación y Despliegue
Impulso del cambio
PERSONAS
Recursos Humanos
Implicación y Diálogo
Recompensa, Conocimiento y Atención
ALIANZAS Y RECURSOS
Resultados de Percepción
Resultados de Rendimiento
DETERMINAR LOS
RESULTADOS
EVALUAR Y A LOGRAR
PLANIFICAR
REVISAR LOS LOS
ENFOQUES Y ENFOQUES
EL DESPLIEGUE DESPLEGAR
LOS
ENFOQUES
Enfoque; lo planificado en el camino a la excelencia, que deberá ser sólidamente
fundamentado, estar integrado en políticas, estrategias y otros enfoques.
¿Está fundamentado?
¿Se centra en los clientes?
¿Apoya la estrategia?
¿Se sostiene en el tiempo?
¿Es innovador?
¿Es flexible?
¿Se puede medir?
Para llegar a esta meta las organizaciones adoptan una gran cantidad de modelos
con los cuales esperan poder difundir la calidad en cada una de sus unidades
funcionales, ya no sólo en los productos finales.