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Sintesis La Perfeccion Cristiana Juan Wesley
Sintesis La Perfeccion Cristiana Juan Wesley
3. Se recibe antes de la muerte, porque San Pablo habló de hombres quienes eran
perfectos en esta vida (Filipenses 3:15).
Alguien dirá, “Pero si tienen este amor ahora, pueden perderlo”. Es posible, pero
no están obligados a perderlo. Ya sea que lo pierdan o no, lo tienen en la
actualidad; experimentan lo que enseñamos. Son al presente todo amor; gozan,
oran y dan gracias sin cesar.
“Pero aquellos que piensan que son salvos del pecado dicen que no tienen
necesidad de los méritos de Cristo.” Es todo lo contrario. Su lenguaje es: “Cada
momento requiero los méritos de tu muerte, Señor.” Nunca antes habían tenido tan
profunda e indecible convicción de la necesidad de Cristo en todos sus oficios como
la tienen ahora.
Por lo tanto, todos nuestros predicadores deben tener como regla el predicar
constantemente la perfección cristiana a los creyentes, de manera persuasiva y
explícita; y todos los creyentes deben fijarse en ella y buscarla anhelantemente.
Conclusión
¿Por qué todas esas diatribas, que por más de veinte años se oyen por todo el
reino, como si el cristianismo hubiese sido destruido y toda religión desarraigada?
¿A qué se debe que el mismo nombre de perfección cristiana haya sido borrado
del vocabulario de los cristianos y odiado aun como si encerrara la herejía más
perniciosa? ¿Por qué los predicadores de ella han sido tratados como perros
atacados de hidrofobia, aun por hombres que temen a Dios y también por los hijos
de éstos siendo algunos de ellos hijos espirituales de los predicadores perseguidos?
¿Qué razón hay para esto? Sana razón no hay ninguna. Imposible es que la haya,
pero fingiendo sí la hay en abundancia. Hay verdadera razón para afirmar que
algunos de los que nos tratan así lo hacen solamente con el pretexto de justificar su
manera de proceder desde el principio hasta el fin. Querían y buscaban ocasión
contra mí, y en esto encontraron lo que buscaban. “¡Esta es la doctrina del señor
Wesley! ¡El predica la perfección!” A esto contesto: Sí, la predica, pero esa doctrina
no es más de él que de otro cualquiera que sea un ministro de Jesucristo. Porque
esta es la doctrina distintiva del Señor, positivamente de El. ¿Quién ha dicho que no
podéis ser perfectos antes de que el alma se separe del cuerpo?
Pero no importa lo que hagan éstos, que los hijos de Dios se guarden de seguir
peleando contra la imagen de Dios implantada en el corazón del hombre. Que se
guarden, los que son miembros de Cristo, de decir algo contra el tener toda la
mente que hubo en Cristo. Lejos esté de los que viven en Dios el oponerse a la
dedicación de toda la vida a El. ¿Por qué vosotros que tenéis su amor derramado en
vuestros corazones os resistís a la entrega completa del corazón al Señor? ¿No
clama lo más íntimo de vuestro ser diciendo que aún no ama a Dios lo suficiente, el
que más le ama? Da pena pensar que quienes desean complacerle tengan otros
fines y deseos; pero causa muchísima más pena que algunos vean, como fatal
error, o consideren como una abominación a Dios, el tener este único deseo
gobernando la vida.
¿Por qué deben tener temor hombres devotos de dedicar su alma, cuerpo y
bienes a Dios? ¿Por qué quienes profesan amar a Cristo consideran como error
condenable el hecho de que tengamos toda la mente que hubo en El?