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TEOLOGÍA DEL CULTO PENTECOSTAL

I. TÉRMINOS INTRODUCTORIOS.

A. LITURGIA.
Liturgia etimológicamente proviene del griego, compuesto por dos elementos:
“laos y ergon”, gente y trabajo.1 Es decir: “el trabajo del pueblo en la adoración”. El
término liturgia se deriva de la palabra griega “leitourgia”, usada en el griego helénico
para describir un acto de servicio público, y en la Septuaginta para referirse a los servicios
de los sacerdotes y los levitas en el tabernáculo y en el templo (Numeros 8:25; 18:4; 2
Corintios 8:14).
En el Nuevo Testamento se usa el término para referirse a los servicios del templo
(“ministerio” Lucas 1:23; Hebreos 9:21), a la adoración cristiana (“ministrando” Hechos
13:2), y a las obras de amor y devoción (“servicio” 2 Corintios 9:12; Filipenses 2:17,30). 2
Liturgia es una expresión de ministración y servicio dinámico. No debe
convertirse en pasiva e incluso repetitiva.
Liturgia es una expresión de servicio a Dios, además de ser una expresión de
servicio y ministración al prójimo.

B. ADORACIÓN.
Adoración es el reconocimiento interno en el ser humano de la presencia de Dios.
Un reconocimiento que producirá cambios en el ser interior, y que afectará
positivamente el modo de conducirse hacia los demás.
Es de mucha importancia referir el significado de la palabra “adoración” en el
contexto del Nuevo Testamento. La palabra griega que se traduce como adoración, en el
Nuevo Testamento es “proskuneó”, quiere decir “besar hacia”, “besar la mano” o
“inclinarse ante otro”. 3 El cuadro es de reverente temor, de postrarse hasta el polvo en
completo sometimiento delante de Dios.
Es un estilo de vida marcado por el entendimiento del hombre de “Quién es
Dios”. No es solamente la expresión de alabanza por lo que Dios ha hecho, sino es una
comprensión de la dignidad de Dios, la cual por sí misma exige al hombre tal
reconocimiento.
Bob Sorge, agrega al concepto de adoración: “La adoración es una conversación
entre Dios y el hombre, un diálogo que debería continuar constantemente en la vida del
cristiano.”4
Adoración es la expresión del amor en su más alto grado, es una renuncia al
“yo”, y una entrega al propósito por el cual el hombre fue creado “vivir para alabanza de
su Gloria” (Efesios 1:3-14).
La adoración desde este contexto, tan amplio, es el corazón del programa
litúrgico.

II. PERFIL DEL CULTO PENTECOSTAL.


1
Bishop, Robert. En Espíritu y en Verdad. P.46
2
Bishop, Robert. Op.Cit. P.46
3
Nelson G., Eduardo. Que mi pueblo me adore. Pp.12-13
4
Sorge, Bob. Exploración de la Adoración. P.57

1
El culto, es considerado, la primera y la última de las actividades humanas de las que nos
habla la Biblia, al mismo tiempo, como “una exigencia divina para la realización personal y
comunitaria” (Génesis 8:20; Apocalipsis 4:4; 6:11; 23:3).5
Para el cristiano, realmente comprometido, la adoración, la liturgia será algo inseparable a
su fe, por lo tanto: “tiene que llevarle, indefectiblemente al culto, ofrecido a su Dios y Señor, en
el nombre de Jesucristo, guiado por su Palabra y alentado por su Espíritu Santo.”6
Es interesante, como Jesucristo, estableció una categoría para referir a los adoradores,
dejando descubiertos a falsos adoradores, dice: “Los verdaderos adoradores deben adorar al
Padre, en espíritu y verdad” Juan 4:23.
Es necesario, plantear un perfil de identidad litúrgica que proporcione fundamentos
válidos que no son negociables, y diferencie aspectos secundarios que necesitan confrontarse.

A. FUNDAMENTO BÍBLICO.

Una identidad litúrgica para la Iglesia de Dios no puede carecer, ni menospreciar el


fundamento bíblico, debe estar establecida y ser forjada por la Escritura.
La liturgia del culto, abarca el todo, consiste en nuestras palabras y acciones. Es la
expresión externa de nuestro homenaje y adoración, cuando estamos reunidos en la presencia
de Dios. Estas acciones y palabras están gobernadas por dos aspectos: nuestro conocimiento
de Dios y los recursos humanos que somos capaces de aportar a ese culto. 7
Algunos elementos litúrgicos representativos de los contextos de la Palabra de Dios,
son los siguientes:
1. Liturgia en el contexto del Antiguo Testamento.
a. Época postcreacionista y patriarcal: Ofrendas y altares.
El primer indicio litúrgico de adoración y culto lo encontramos en la
respuesta de agradecimiento de Caín y Abel hacia Dios, que se tradujo en una
ofrenda (Génesis 4:1-5). “La diferencia entre las ofrendas fue la actitud
legalista de Caín y la actitud de corazón agradecido de Abel.”8
Aparecen los altares, que como su nombre indica, se ponían en lugares
altos, sobre los montes (Génesis 12:8; 22:2). “Las bases cúlticas del Antiguo
Testamento ya se van estableciendo: ofrendas y sacrificios.”9
b. Época mosaica y monarquía: Tabernáculo y Templo.
La liturgia del culto de sacrificio y ofrenda, se realiza ya bajo un ritual
dictado por Dios a Moisés en el Tabernáculo, siendo oficiado por la casa
sacerdotal de los levitas. “En esta etapa de la evolución cúltica, es cuando se
legisla la base de las ofrendas y los sacrificios.”10
En la época de la monarquía, la liturgia en la adoración a Dios se va
completando y el Tabernáculo se fija ya definitivamente en Jerusalén. Se

5
Rodríguez, Sebastián. Op.Cit. P. 26
6
Ibid.
7
Maxwell, William D. El Culto Cristiano P.15
8
Varela, Juan. Op.Cit. P.83
9
Ibid.
10
Ibid. P.84

2
observa como el Templo de Jerusalén, “constituye la culminación de la vida
religiosa en la nación de Israel.”11

c. Época postexílica y cristiana: Sinagoga e Iglesia.


Debido a que los judíos no podían beneficiarse del culto en el Templo
durante el exilio babilónico, Juan Varela comenta que: “surgieron las
sinagogas o asambleas, que acercaron la Palabra al pueblo ayudaron a que
no olvidase su conciencia nacional.” 12
La sinagoga inauguró una nueva forma litúrgica de adoración. Se
confería la consagración a un lugar, por la misma comunidad, no por la
consagración del lugar.
Con las sinagogas, el culto se hizo menos ceremonioso y más accesible
al pueblo, que podía participar incluso en lecturas y exposiciones de la Palabra,
antes reservadas a los sacerdotes. En realidad, “la sinagoga hizo de puente
entre el Templo y la iglesia cristiana.”13

2. Liturgia en el contexto del Nuevo Testamento.

La liturgia se traslado a los cultos familiares en los hogares, hasta que


definitivamente “la iglesia, rebasando al judaísmo, se asentó como la institución
culminante del cristianismo.”14
John Eckhardt, señala algunas de las características de la iglesia primitiva,
que formaban parte directa e indirectamente en su liturgia: “doctrina apostólica,
comunión, partimiento del pan, oraciones, temor, señales y maravillas, unidad,
dar, perseveraban cada día, contentamiento, alabanza y favor”.15
En el Nuevo Testamento, la liturgia del culto es un servicio que la iglesia
debe a su Dios, servicio que no se limita a las formas externas, sino que alcanza
todas las expresiones de la vida del creyente. “Dios exige ser servido en todos los
planos de la existencia humana.”16
En la liturgia del culto cristiano, la acción presente de Cristo, liga
estrechamente los hechos históricos del pasado, a los que la Iglesia espera en el
futuro, estableciendo un puente sobre el que descansa la Iglesia que vela en espera
de su Señor que vuelve. “La Palabra liga al pueblo elegido a su Dios y le coloca
próximo a Él, respondiendo al llamamiento que la Palabra contiene, de forma
dinámica y eficaz.”17

11
Ibid.
12
Varela, Juan. Op.Cit. P.84
13
Ibid. P.85
14
Ibid.
15
Eckhardt, John. La Iglesia Apostólica. Pp. 34-36
16
Rodríguez, Sebastián. Op.Cit. P. 49
17
Ibid.

3
B. FUNDAMENTO HISTÓRICO.

Una identidad litúrgica para la Iglesia de Dios debe de estudiar seriamente los
elementos litúrgicos, que han sido válidos, además, los que se tornaron erróneos, durante
el desarrollo de la historia del cristianismo. De esta manera, la identidad litúrgica, se
podrá mantener dentro de los parámetros, que la historia, ha demostrado ser válidos para
la vida de la iglesia.

1. Liturgia desde la Era Apostólica a Constantino.


Aproximadamente, en los años 55 a 60 d.C., los primeros cristianos, bajo el
liderazgo apostólico, comenzaron a ser perseguidos. Sin embargo, a pesar de la
situación, continuaron reuniéndose por las casas y comenzaron a construirse las
catacumbas (principalmente en Roma), “unas galerías subterráneas donde los
cristianos celebraban cultos, a veces clandestinos, y donde enterraban a sus
muertos.” 18
En los inicios del siglo IV, con el emperador Constantino, la religión
perseguida, el cristianismo pasó a convertirse en la religión oficial.
Contradictoriamente, el concepto del cristiano fue reducido, a un simple concepto
de aceptación, se era cristiano para ser bien visto por el imperio, sufriendo así el
cristianismo, un cambio radical.
La evolución de la liturgia del culto, se produjo a lo largo de los primeros
cinco siglos, Juan Varela, comparte algunos elementos de esa liturgia:

Formalismo: Las oraciones escritas sustituyen a las espontáneas, una liturgia fija
e invariable domina todo el culto.
Uniformidad: Todos los cultos deben seguir un mismo esquema, en el mismo
orden y en el mismo idioma.
Tradicionalismo: La espontaneidad dejó lugar a un culto invariable a lo largo de
los siglos. La liturgia era prácticamente igual en el siglo IV que en el siglo XX.
Sacramentalismo: El sacramento de la eucaristía, considerado como un
sacrificio, toma cada vez más importancia en el culto en detrimento del ministerio
de la Palabra y de la oración.
Clericalismo: Como el sacrificio sólo lo pueden hacer los sacerdotes, se crea una
casta especial de hombre con poderes especiales: el clero.
Multitudinismo: La membresía de la iglesia está formada cada vez más por
creyentes nominales que por creyentes auténticos, la multitud ni se conoce.
Pasividad: La participación de los fieles queda reducida a la simple asistencia y
si acaso a algún amén o aleluya programado, el canto es reservado para un coro
que forma parte del clero. La gente acudía a misa como quien va a un teatro…, el
culto de finales del siglo IV no se parecía en nada al de los primeros cristianos en
Corinto, Éfeso o Filipos. La formalización del culto iba a la par del descenso de
la espiritualidad y del incremento del clericalismo y del multitudinismo.19

18
Varela, Juan. Op.Cit. P.97
19
Varela, Juan. Op.Cit. P. 100

4
2. Liturgia en la Edad Media.
Durante la edad media, la Iglesia Católica dominaba toda Europa como
institución, influyendo en todos los órdenes de la vida. “La liturgia del culto se
había convertido en misa.”20
A esto se sumaba, la condición del clero, que se encontraba en plena
decadencia, se salpicaba por continuos escándalos de corrupción e inmoralidad,
“muchos ya ni ocultaban su estilo de vida pervertido.”21
Durante la edad media, poco a poco la salvación por fe fue desplazada por
la salvación por los sacramentos, “los sacramentos eran considerados como los
canales de toda gracia y el principal alimento del alma.”22

3. Liturgia en la Reforma Protestante.


En el siglo XVI con la llegada del renacimiento, el pensamiento de
renovación se sintió en la iglesia, porque “la situación decadente se hacía
insostenible.”23
La situación litúrgica era penosa, el sermón había caído en una grave
declinación, ya que la mayor parte de los curas párrocos eran demasiado
ignorantes para predicar, y el lugar de las lecciones de la Escritura había sido
usurpado en muchos días de fiesta por pasajes de las vidas y leyendas de los
santos. Juan Varela, asevera que “La Reforma era una necesidad urgente.”24
Se inició con la Reforma un proceso de retorno a las fuentes de la
Escritura25; desapareciendo así, el carácter sacrificial de la misa; la liturgia del
culto vuelve a ser cristocéntrico y dedicado exclusivamente para la gloria de Dios;
ninguna liturgia en el culto tiene carácter de obra meritoria para alcanzar la
salvación; el programa litúrgico deja de ser una obligación para convertirse en un
privilegio; se rescata el canto litúrgico del monopolio clerical del coro; la
predicación de la Palabra viene a ser el elemento principal en la liturgia del culto;
la enseñanza de la Palabra deja de ser privilegio de los conventos, y pasa a ser un
derecho del pueblo.
La Reforma protestante, constituyó un cambio necesario en la liturgia del
culto, un retorno a las fuentes del cristianismo: “sólo fe, sólo gracia, sólo la
Escritura”. “A partir de entonces el principio bíblico del sacerdocio universal de
los creyentes fue rescatado del olvido y promovido en todas las áreas de la vida
de la iglesia.”26

20
Ibid. P.101
21
Varela, Juan. Op.Cit. P.102
22
Ibid. P.101
23
Ibid.
24
Ibid. P.103
25
Ibid.
26
Varela, Juan. Op.Cit. P.103

5
C. FUNDAMENTO CARISMÁTICO.

Una identidad litúrgica para la Iglesia de Dios debe ser plenamente consciente de
su naturaleza carismática, como un elemento distintivo y particular de otras liturgias
históricas.
La identidad litúrgica de la Iglesia de Dios está construida sobre la Obra divina del
Espíritu Santo, como un elemento que no puede faltar, esto ha constituido su liturgia, un
programa diferencial y separable de los demás.
Es interesante, entender que nuestra iglesia expone ante el mundo su naturaleza,
por medio de su liturgia del culto y sus variadas expresiones de adoración. La iglesia es lo
que vive y practica.
El programa litúrgico de la iglesia Pentecostal, con sus elementos básicos, además
de una identidad propia, se puede mostrar así:

Liturgia Pentecostal:
El programa litúrgico de la Iglesia Pentecostal, que se distingue por su
identidad y elementos imprescindibles, también hace su forma litúrgica muy
variada.
Sin embargo, su identidad, es destacada por sus características
fundamentales: especial énfasis en la obra y acción del Espíritu Santo y los dones
carismáticos (lenguas, profecía, sanidad), práctica de exorcismos y oración con
imposición de manos, e importancia de la adoración y la alabanza junto con la
ministración de las necesidades personales. Podemos decir que básicamente
incluye:

a. Bienvenida y oración.
b. Tiempo de adoración y alabanza (oración, lenguas,
profecías, lecturas).
c. Diezmos y ofrendas.
d. Anuncios.
e. Canto de alabanza.
f. Predicación.
g. Invitación al altar para ministración (conversión,
consagración, sanidad).
h. Canto de alabanza.
i. Bendición final y despedida. 27

Ray Hughes, hablando de los distintivos de la iglesia de Dios, dice: “El


factor dominante en la adoración pentecostal es la guía del Espíritu.” 28 No hay
verdadera adoración bíblica sin el Espíritu Santo. “Y los que adoran, en espíritu y
en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24).

27
Ibid. P.111
28
Hughes, Ray H. Distintivos de la Iglesia de Dios. P. 67

6
D. FUNDAMENTO DENOMINACIONAL.

Una identidad litúrgica para la Iglesia de Dios debe valorar su propia historia,
además de cuidar los elementos que, dieron origen, evolución, desarrollo y la afianzaron
como tal.
Uno de los grandes beneficios de una identidad litúrgica correcta en la Iglesia de
Dios, fundamentada en bases bíblicas, y con un reconocimiento de su desarrollo en la
historia del cristianismo, será la valoración de su propia historia.

1. Liturgia en los inicios de la iglesia de Dios.


Richard G. Spurling, licenciado y pastor de la iglesia bautista, en 1896,
junto con un grupo de ocho personas decidieron formar la “Unión Cristiana”,
rechazando una condición de vacío espiritual y necesitados de una obra
santificadora, con el objetivo de “restaurar el cristianismo primitivo y lograr la
unión de todas las denominaciones”.29
Diez años después, recibieron la respuesta a sus oraciones y ruegos, el
programa litúrgico que era utilizado, se describe en la siguiente cita por Charles
Conn, en el libro “Como Ejército Poderoso”:

“Las reuniones empezaban con cantos y sin acompañamiento musical, a


menos que alguien tuviera una guitarra. Los himnos que se cantaban eran
“Sublime gracia”, “En Jesucristo”, “En la cruz” y “Oh que amigo nos es
Cristo”. Después venían los testimonios, en los que los cristianos se levantaban y
compartían sus experiencias espirituales, edificándose mutuamente. Cuando
llegaba el momento de la oración, toda la congregación oraba en voz alta al
unísono; esto parece haber sido el comienzo de lo que se conoce hoy como
<oración en concierto>… Después venía el mensaje por uno de los evangelistas,
seguido del llamado para que los creyentes vinieran al altar de oración. Casi
desde el inicio del servicio, el altar estaba lleno de pecadores arrepentidos y de
los que buscaban la experiencia de la santificación. Muchos de los escépticos
hacia la sanidad fueron convencidos y muchos pecadores se convirtieron;
finalmente, el avivamiento era una realidad.”30

2. Liturgia en los avivamientos.


Howard F. Vos, menciona algunas bases que se manejaban en la liturgia
de los avivamientos: “acentuaron los valores históricos del protestantismo: una
sola fe, una sola gracia y una sola Escritura. La centralidad de Jesucristo en el
mensaje evangélico; la salvación por la gracia de Dios por medio de la fe; el
sacerdocio universal de todos los creyentes; la autoridad de la Biblia como la
Palabra de Dios; la iluminación del Espíritu de Dios fueron temas básicos de la
predicación y de la evangelización de todo el continente.”31

“Una identidad litúrgica con fundamento bíblico”. Los elementos que se propone son:
29
Conn, Charles. Como Ejército Poderoso. Pp. 7-8
30
Ibid. Pp. 18-19
31
Vos, Howard F. Breve Historia de la Iglesia Cristiana P. 144

7
o Una actitud de corazón, adoración genuina.
o Una entrega total, expresada en ofrenda y sacrificio.
o Un orden litúrgico, y personas encargadas directamente para presidir.
o Un lugar dedicado exclusivamente para la actividad litúrgica.
o La enseñanza como parte elemental del programa.
o Actitud de sumisión, acatamiento y obediencia.
o Acercamiento de la Palabra al pueblo.
o Renuncia a lo material.
o El culto familiar base de vida litúrgica para la iglesia.
o Una liturgia doctrinal.
o Una liturgia de comunión.
o La oración esencial.
o Señales y maravillas.
o Unidad y perseverancia.
o Alabanza y fervor.
o Liturgia como un servicio que la iglesia debe a su Dios.

“Una identidad litúrgica con fundamento histórico”. Los elementos que se propone son:

o Actitud de gozo y esperanza por la resurrección de Cristo.


o Un programa litúrgico cristocéntrico y dedicado para la Gloria de Dios.
o El culto cristiano no como una obligación, sino un privilegio para el cristiano.
o El canto litúrgico congregacional.
o La Predicación de la Palabra.
o Enseñanza como un derecho del pueblo.
o El sacerdocio universal de los creyentes.
o Un programa litúrgico altamente doctrinal.

“Una identidad litúrgica con fundamento carismático”. Los elementos que se propone son:

o Una liturgia abierta a la obra del Espíritu Santo.


o El Espíritu Santo enseñando a la Iglesia.
o Sanidades divinas.
o Conversiones.
o Bautismos.
o Glosolalia.
o Danzas espontáneas.
o Dirección del Espíritu Santo.
o Los dones carismáticos.
o Ministración.
o Profecías para edificación y confrontación para la iglesia.

8
“Una identidad litúrgica con fundamento denominacional”. Los elementos que se propone son:

o Sencillez.
o Comunión.
o Testimonios.
o Oración al unísono.
o El sermón.
o Llamado al altar.
o Himnos de apegados a la Palabra.
o Una liturgia que retoma valores históricos del cristianismo.
o Un programa cristocéntrico.
o Autoridad de la Palabra.
o Iluminación del Espíritu Santo.
o Sanidad divina.
o La experiencia personal.
o Santificación.
o Orden.

9
III. CONSEJOS PARA LOGRAR EL MÁXIMO POTENCIAL EN LA ADORACIÓN:

Hay siete axiomas que toda iglesia pentecostal debe abrazar para ayudarse a lograr su
máximo potencial en la adoración.

A. HACER PREPARACIÓN ESPIRITUAL.

Todo culto de adoración debe ser interconectado con la oración. Es importante entender la
palabra “preparación” en toda su extensión.
El prefijo “pre” demanda algo que antecede a una acción, la raíz “para” incluye un
propósito u objeto, y el complemento “ción” refiere una acción. La referimos entonces como
“todo lo que debemos hacer antes de llevar a cabo la acción de adorar”.
La adoración personal antecede a la adoración colectiva. La adoración personal debe
marcar el inicio de un orden a seguir, para llevar a cabo la adoración colectiva.

B. NOMBRAR A UN LÍDER DE ADORACIÓN QUE SEA UN ADORADOR.

Encontrar a una persona para dirigir los cánticos no es difícil, pero encontrar a alguien que
pueda dirigir a la gente mientras canta es esencial. Esta persona debe ser un adorador si es que ha
de dirigir a los demás en la adoración. Judson Cornwall3 tiene tres preguntas que todo el que
dirige la adoración debe hacerse.
Primero, ¿dónde comenzamos? Para dirigir a las personas es imprescindible comenzar
donde ellas se encuentran. La mayoría de la gente llega al culto con un mínimo de conciencia de
Dios y con mucha conciencia de sí misma. El comenzar con cánticos de experiencia personal o de
testimonio recibe a las personas exactamente donde ellas se encuentran y les da algo con lo que
se pueden identificar a comienzos del culto.
Segundo, ¿adónde vamos? Deje que la congregación se goce cantando cánticos de
testimonios hasta que esté lo suficiente unida como para comenzar a acercarse a Dios. Los
cánticos de testimonio con frecuencia abren el paso a los cánticos de agradecimiento. El que
dirige la adoración debe pesar cuidadosamente sus palabras en la transición. En más de una
ocasión, un líder de adoración demasiado solícito ha hablado tanto que ha matado el culto de
adoración. Los cánticos de agradecimiento con frecuencia son más capaces de llevarnos a los
majestuosos himnos, que dan expresión a los conceptos de Dios más elevados, que los coros más
sencillos.
Tercero, ¿cómo sabemos cuándo hemos llegado? Si el líder ha logrado su propósito, el
espíritu humano responderá con profundidad y devoción. La adoración se toma tiempo, de modo
que es importante no apurar a la congregación. Simplemente alaben. Las ideas ingeniosas están
fuera de orden. Hablar no es necesario. Se debe considerar que cantar es el propósito principal. Se
debe dar lugar al Espíritu Santo en una expresión de adoración. Es necesario llevar a la gente de
lo natural a lo espiritual y de la expresión de necesidad propia a la de adoración al Espíritu. Este
es el propósito del líder de adoración—ser más bien un líder de adoradores antes que un líder de
cánticos.

10
C. INCLUIR A TODAS LAS GENERACIONES.

Si usted quiere comunicar a los jóvenes el mensaje de que ellos no son importantes,
elimine su música. Si usted quiere marginar a los santos mayores, deshágase de su música. Jim
Collins dice que las compañías que duran adoptan más bien una actitud de ambos/y antes que una
de uno/u otro.
La iglesia debe abrazar este concepto en preparación para un preferido futuro en la
adoración. Si los hijos e hijas están profetizando, si los jóvenes están viendo visiones y los
ancianos soñando sueños bajo el mismo Espíritu, seguramente podemos encontrar un culto de
adoración que conecte y no que divida a las generaciones opuestas.

D. CAMBIAR, NO ELIMINAR, EL PASADO.

A través de los tiempos Dios siempre ha levantado a individuos para influenciar a la


iglesia en la adoración. La década de los 1960 produjo a Chuck Smith y el Movimiento de Jesús.
El segundo capítulo de Hechos y Bill y Gloria Gaither tuvieron influencia en la década de los
1970. Carol Cymbala y el Tabernáculo de Brooklyn dieron un nuevo sonido a la de los 1980. Al
mismo tiempo, la música de Hosanna e Integridad se convirtieron en nombres conocidos. Lindell
Cooley surgió a mediados de los 1990.
Hoy Darlene Zschech y Hillsong están haciendo un impacto mundial. Ninguna de estas
dotadas personas sugeriría que su música tiene la intención de competir con, o eliminar, la música
del pasado. De hecho, siempre existe una delicada tensión entre poner la música diacrónica (a
través del tiempo), como los himnos clásicos que expresan la teología del sonido, con la música
sincrónica (con o en el tiempo) que surge y luego se desvanece. Incorporemos el cambio y lo
nuevo al mismo tiempo que abrazamos y mantenemos lo importante del pasado.

E. ESCOGER SUBSTANCIA ANTES QUE ESTILO.

El estilo de adoración que experimentaban en Hechos 13:2,3 cuando el Espíritu Santo


dijo: “Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”, no lo conocemos. Lo
que sabemos es que la substancia es más importante que el estilo.
Era un ambiente en el que el Espíritu Santo podía seleccionar a los llamados. Esta reunión
no se trataba de lo que el filósofo danés Kierkegaard llamó el nivel estético o “que se siente bien”
de adoración, ni tan siquiera el nivel ético de “un código de reglas.” Era una adoración a un nivel
espiritual que creaba una disposición para entregarse confiada y totalmente a Dios.
Todo culto de adoración debe tener el potencial y la expectación para experimentar los
substantivos actos de Dios en nuestra vida.

F. ESTAR ABIERTO A LO MILAGROSO.

El pastor Mark Batterson, en Washington, D.C., predicó un sermón titulado “El milagro
de la música”. Relató de la experiencia en la cárcel que tuvieron Pablo y Silas:
“Fue a medianoche en una celda de una cárcel en el Medio Oriente cuando Pablo y Silas
comenzaron a alabar a Dios. Con el cuerpo encadenado, su espíritu se elevaba. Mientras
11
cantaban hubo un violento terremoto. Hechos 16:26 dice que las puertas de la cárcel se
abrieron, y las cadenas de todos se soltaron. Eso es lo que sucede cuando alabamos. La
adoración prepara el escenario para lo milagroso”.4
Aunque nosotros no nos enfocamos en los milagros, es importante ver el culto de
adoración como un lugar que singularmente nos abre a lo milagroso. Después que se abrieron las
puertas de la cárcel, el carcelero y su casa fueron salvos. Dios ejerce su poder con un propósito –
salvar a los perdidos. Los testimonios en un culto de adoración del milagroso poder de Dios con
frecuencia serán el catalizador que lleva a la gente a Jesús.

G. PROMOVER LA LIBERTAD EN LA ADORACIÓN.

Una expresión sobre el culto de adoración debería ser: “hay tanta libertad, pero segura”.
Pablo declaró: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad” (2 Corintios 3:17).
La libertad encuentra su mayor expresión donde los límites están claramente establecidos.
La sensibilidad y el respeto hacia los demás es una clara enseñanza bíblica (1 Corintios 12). No
está de más, planear un culto de adoración pentecostal, esperar excelencia de los músicos, y tener
momentos para enseñar, especialmente cuando las lenguas y su interpretación son parte del culto.
Como regla general, se recomienda explicar con las Escrituras lo que se está
experimentando, por ejemplo después de un mensaje en lenguas y su interpretación.
La buena enseñanza y la activa dirección pastoral fomentarán en el culto de adoración
pentecostal un ambiente de libertad que incitará a mayor participación. No todos se sentirán
cómodos con las expresiones de un culto de adoración pentecostal. Aceptamos eso. Pero debemos
estar seguros de que su incomodidad no se debe a nuestro mal uso de la libertad.

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