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MOVIMIENTO NEOPENTECOSTAL Y RETOS DEL PENTECOSTALISMO

1Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino, 2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de
tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. 3Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias, 4y apartarán de la verdad el oído y se
volverán a las fábulas. 5Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de
evangelista, cumple tu ministerio (2 Ti 4:1-5).

El movimiento pentecostal
▪ Tiene sus antecedentes en el movimiento de santidad del siglo XIX, pero sus orígenes
están en los avivamientos en Topeka, Kansas y en la calle Azuza de Los Ángeles California
en 1906. El movimiento pentecostal pone énfasis en el bautismo del Espíritu Santo con
la evidencia de hablar en otras lenguas, la sanidad divina, el evangelismo y la venida del
Señor.
▪ Entre las iglesias que surgieron del movimiento pentecostal se cuentan: Asambleas de
Dios, Iglesias de Dios, Iglesia Cuadrangular, Santidad Pentecostal, y muchas otras
congregaciones independientes.
▪ La mayoría de estas denominaciones, aunque con algunas diferencia, tienen en común
las siguientes premisas:
o Jesucristo salva. Se sostiene la salvación por fe, gracias a la muerte de Cristo. En
este sentido, la mayoría siguió la doctrina del arminianismo, contraria a la
doctrina calvinista de la predestinación.
o Jesucristo bautiza con el Espíritu Santo. Se afirma también el bautismo en agua
siguiendo la fórmula trinitaria.
o Jesucristo sana. La sanidad es a través de la fe, como una promesa de Jesucristo.
o Jesucristo viene. La escatología pentecostal se centra en el pronto regreso de
Jesucristo a la tierra, dividido en dos momentos, el arrebatamiento de la Iglesia
y la venida visible de Jesús al término de la Gran Tribulación.
En cuanto al último punto, las iglesias pentecostales no proclaman una fecha
para este suceso, sino que alientan a sus creyentes a vivir en consagración,
santidad y trabajo cristiano.

¿Qué es el neopentecostalismo?
Nació como resultado de la renovación carismática dentro de las denominaciones históricas
como bautistas, metodistas y presbiterianos. Son cristianos protestantes que dentro de
estas denominaciones recibieron el bautismo del Espíritu Santo con la evidencia de hablar
en lenguas. Tuvieron que salir de sus iglesias por lo que crearon sus propias estructuras
organizacionales, independientes de las denominaciones históricas pero separados
también de los pentecostales que para entonces ya estaban más organizados. En esas
condiciones, estos hermanos fueron presa fácil de algunas corrientes doctrinales que en
lugar de beneficiar al movimiento lo desviaron de los principios bíblicos, centrando su forma
de vida en el emocionalismo y la búsqueda de novedades doctrinales.
Dentro de esa renovación carismática están incluidos algunos católicos, lamentablemente,
ellos decidieron quedarse en el seno de la iglesia católica romana y no abandonaron sus
prácticas idolátricas.

Características del neopentecostalismo


▪ Manifiestan una actitud anti intelectualista al desdeñar la profundidad teológica y la
reflexión disciplinada de la Biblia por el emocionalismo voluble.
▪ Muchas de las congregaciones neopentecostales se caracterizan por sus predicaciones
generalmente muy livianas. Recurren con frecuencia a la alegorización de las Escrituras
y fundan sus doctrinas en este método de interpretación. La enseñanza de la Palabra
por lo general de combina con la enseñanza de la experiencia.
▪ Sus cultos se caracterizan por una marcada centralidad en una alabanza exuberante e
influida por la cultura judía.
▪ Su liturgia manifiesta un claro desplazamiento de la cristología a la doctrina del Espíritu.
James Beverly en su libro La Risa Santa y la Bendición de Toronto afirma: este
movimiento ha exagerado la neumatología a expensas de la cristología. Enamorados de
las cosas del Espíritu sus adherentes han manifestado una falta de centralidad en
Jesucristo… este descuido de la persona de Jesucristo es irónico, ya que la función del
Espíritu es señalarnos a Jesucristo (Juan 15:26).

Doctrinas neopentecostales
No se puede hablar en un sentido formal de una teología neopentecostal, pero se pueden
identificar algunas doctrinas distintivas:
1. Una de las primeras doctrinas que abrazó el neopentecostalismo vino de Kenneth Erwin
Hagin. Al ser rechazado por las iglesias históricas y los pentecostales, Hagin encontró en
el movimiento carismático la oportunidad de sembrar las doctrinas que había tomado
de E. W. Kenyon el cual había mezclado elementos místicos de oriente y de la Nueva
Era con enseñanzas cristianas. Este cuerpo de doctrina llegó a ser conocido como el
movimiento de fe. En resumen este movimiento enfatiza el poder de la fe, a la que se
le atribuye un poder en sí misma y somete a Dios a los caprichos de los creyentes. Se
distingue además por tres enseñanzas básicas:
▪ Confesión positiva: La teología de la palabra hablada (rematología), o
actualización del pensamiento. Acentúa el poder inherente de las palabras y los
pensamientos. Cada persona predestina su propio futuro por lo que dice
verbalmente.
▪ El evangelio de la salud: Usan pasajes como Isaías 53 se usa para justificar una
cobertura total para la sanidad física a todo cristiano que tenga suficiente fe. …
es el plan de nuestro Padre Dios en Su gran amor y Su gran misericordia, que
ningún creyente esté enfermo nunca, que todo creyente viva toda su extensión
de vida aquí en la tierra y que todo creyente finalmente duerma en Jesús (Hagin,
Seven Things You Should Know About Divine Healing, pág. 21).
▪ El evangelio de la prosperidad: Enseña que Dios quiere la prosperidad financiera
de todo cristiano. Si un creyente vive en la pobreza, está viviendo fuera de la
voluntad de Dios o en pecado.
2. Restauración del tabernáculo caído de David. Se basa en Hechos 15:16, 17. Según ellos,
levantar el tabernáculo caído de David consiste en que Dios ahora está restaurando la
adoración en la iglesia, así como David orientó la adoración en el tabernáculo. Sin
embargo el pasaje se refiere a un evento posterior al arrebatamiento de la iglesia, es
decir, al restablecimiento del reino davídico como parte de la prometida restauración
de Israel (Romanos 11:26-28). Gracias a esta doctrina, se han introducido elementos
propios del Antiguo Testamento y de la cultura hebrea, aderezándolos con ideas
supersticiosas respecto a los movimientos y elementos usados en las danzas.
3. El avivamiento de la risa. Se le conoce también como “Risa Santa”, “Borrachera
Espiritual” o “Bendición de Toronto”. Se ha extendido en los últimos años en muchas
iglesias y denominaciones. Entre sus manifestaciones más controversiales se incluye el
provocar a los participantes trances de risa y carcajadas que pueden durar desde varios
minutos hasta horas, rugidos e imitaciones de distintos tipos de animales y que se
comporten como si estuvieran bajo los efectos de una borrachera. Usan pasajes como
Salmos 126:2; Hechos 2:13 y Efesios 5:18. Los promotores del Avivamiento de la Risa
atribuyen las manifestaciones al Espíritu Santo. Sin embargo, al analizar las funciones
del Espíritu Santo en Juan 14-17, así como los dones espirituales descritos en 1 de
Corintios 12-14, en ninguna parte encontramos los dones de gruñir como cerdo, ladrar,
actuar como si se estuviera drogado o caer al piso en ataques histéricos de carcajadas.
4. Movimiento de apóstoles y profetas. El movimiento para restaurar el oficio de
apóstoles y profetas afirma que los apóstoles y los profetas deben ser parte de la iglesia
en Efesios 2:19, 20; 4:11, 12. Siguiendo este pensamiento, se han levantado grupos y
personas que se hacen llamar apóstoles y profetas, pero además reclaman ser las
“cabezas o autoridades apostólicas” de la iglesia. Estos ofrecen cobertura espiritual
especial en cualquier ciudad o región donde se presentan, es decir, invitan a las iglesias
a que se unan bajo su “autoridad apostólica”. Pero cuando Pablo habla del fundamento
de apóstoles y profetas no se está hablando de una especie de autoridad jerárquica
eclesiástica, sino de la instrucción en la doctrina de los apóstoles y profetas es decir en
la enseñanza los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del Señor Jesús en el
Nuevo Testamento.
En el caso de los profetas, algunos de estos se parecen más a los síquicos y gurúes
modernos que inundan los oídos de los creyentes con frases positivas y deseos de
prosperidad.
5. Guerra espiritual. La guerra espiritual se ha convertido en un elemento importante
dentro del quehacer evangelístico en muchas denominaciones neopentecostales. Se
promueve en predicaciones, conferencias, se enseña en seminarios, abunda en la
literatura y en la música cristiana contemporánea, y es un elemento más de la nueva
liturgia. El concepto de guerra espiritual se basa en algunos pasajes tales como Ef. 6:12
o 1 Ti. 6:12, y en términos generales se refiere a la confrontación con los poderes del
mal. No es una doctrina nueva, pero ha resurgido con nuevas directrices en los últimos
años. Entre los principales impulsores de este movimiento se encuentran Peter Wagner,
Neil T. Anderson, Edward Murphy, Gerardo y Carol Robeson, Cindy Jacobs, Ana
Méndez, y Héctor Torres, entre otros. Se la ha considerado como un gran despertar
espiritual, o la doctrina más importante de todos los tiempos. Según estos autores, de
la guerra espiritual depende el fracaso o el éxito en la evangelización y el trabajo
misionero. Por lo tanto, previo al evangelismo, es necesario hacer Guerra Espiritual.
Por lo general, se mencionan tres niveles en los que se lleva a cabo esta guerra: El nivel
superficial o lucha espiritual a ras de suelo, el nivel oculto de guerra espiritual contra el
ocultismo, y el más alto nivel que es la guerra espiritual estratégica. Entre las doctrinas
que la conforman están las maldiciones generacionales Según se basan en Éxodo 20:5;
Deuteronomio 28:15-68 y Proverbios 26:2, entre otros. La trasmisión de demonios ya
sea a través de objetos, edificios, lugares, o por maldiciones o ritos o en una familia de
generación en generación a causa de maldiciones, pecados, idolatría o prácticas
ocultistas. Ed Murphy en su libro Manual de Guerra Espiritual aconseja incluso a los
padres adoptivos que pasen a sus hijos por una “sesión de liberación” como medida
precautoria. Los espíritus territoriales y los demonios en los cristianos, es decir, la
creencia en la posibilidad de que los cristianos puedan quedar demonizados, que no
poseídos por el demonio. Creen que el demonio puede habitar el cuerpo del cristiano si
éste le “abre puertas”. Entre sus prácticas se cuentan la cartografía espiritual, que es la
investigación que permite descubrir las fortalezas espirituales o los principados en
determinada ciudad o región. De esta manera es posible enfocar con mayor precisión
las oraciones. Parecen encontrar sustento en pasajes como Josué 2:1; Números 13:2;
Ezequiel 4:1,2; Daniel 10:13; 2 Corintios 10:4 y Efesios 6:12. La oración de guerra que
consiste en “atar al hombre fuerte”, sea este Satanás o algún principado demoniaco. El
ejemplo más claro de este concepto es el libro de John Eckhardt Oraciones que derrotan
a los Demonios, donde propone ejemplos de oraciones contra principados, los “espíritus
del desierto”, “jinetes demoniacos”, “aves espirituales”, entre otros. En estrecha
conexión está el concepto de la autoridad que tiene el cristiano, que lo faculta para
“atar” a los demonios y “desatar” a las almas perdidas. Por lo general, la oración de
guerra incluye caminatas o marchas, expediciones y viajes de oración. Estas pueden ir
también acompañadas de música y alabanzas con temática de guerra. Otras prácticas
abarcan acciones simbólicas o proféticas tales como derramar vino, o aceite, colocar
piedras, y arrojar sal o grano, además de conversaciones con demonios.
El pasaje de Efesios 6:12 describe un reino espiritual organizado y operando en una
esfera distinta del mundo natural, y no podemos negar que en Daniel se insinúa que
existen fuerzas demoníacas que pueden obrar detrás de los sistemas políticos, amén de
otras áreas. Sin embargo, ningún pasaje sugiere que debamos tomar parte activa
identificando a estos demonios. Tampoco parece ser la intención de Pablo presentar
con claridad el orden jerárquico de los espíritus malvados. Sobre la trasmisión
demoniaca, no existe evidencia bíblica que respalde la opinión de que los demonios se
trasmiten por medio de objetos, alimentos, lugares, ritos. Tenemos, por ejemplo, la
recomendación de Pablo respecto a la comida sacrificada a los ídolos, y que en algún
momento el apóstol señala que en realidad se ofrece a los demonios (1 Corintios 10:20).
Sin embargo, Pablo no condena necesariamente el consumir la carne, y no le atribuye
ningún poder espiritual a dicho elemento (1 Corintios 8:8; 10:19), incluso insta a comer
sin preguntar (10:25-27). El único peligro del que advierte es el daño a la conciencia de
los débiles y las implicaciones idolátricas de una participación consciente (1 Corintios
8:7-12; 10:20, 21, 28, 29).
Tampoco encontramos fundamento en la Escrituras para la trasmisión de demonios o
maldiciones a través del linaje. Éxodo 20:5 está lejos de insinuar una idea semejante. La
única idea presente aquí es el castigo divino contra los que persisten en la idolatría. La
misma expresión los que me aborrecen pone énfasis en la responsabilidad individual.
Cualquier sugerencia de heredar un castigo o maldición queda descartada en Ezequiel
18:18-22. Lo más grave es que enseñanzas como estas ponen en entredicho la eficacia
de la cruz de Cristo. No es suficiente creer en Jesús y confesarlo como Señor; la mayoría
de las personas requieren posteriormente ser librados de maldiciones, ataduras o
demonios.
6. Tergiversación de las señales y prodigios. En ocasiones los milagros no sirven a los
propósitos de despertar la fe y acercar al evangelio a las personas, y se convierten más
bien en un espectáculo, da tal suerte que llaman más la atención supuestos milagros de
agua convertida en vino, lluvia de oro, aceite en las manos, “estiramiento” de pies, entre
otros.
7. El Reino Ahora. Se le conoce también como dominionismo. Esta doctrina enseña que la
Iglesia está llamada a establecer el Reino en esta tierra. Según esta corriente, cada uno
de los estratos del Estado, (político, cultural, militar, económico, religioso, etc.) debe ser
conquistado por la iglesia y mientras eso no ocurra, Cristo no puede regresar. En otras
palabras, la soberanía del Señor depende de sus criaturas. Algunos de los grupos que
han abrazado esta enseñanza han llegado a negar algunas doctrinas clásicas del
pentecostalismo como el arrebatamiento y el milenio.
Esto no es del todo nuevo, la iglesia católica por varios siglos reclamó un poder mayor
al de los reyes y emperadores.
Contra esto es necesario señalar que la gran comisión de la iglesia jamás ha tenido que
ver con ambiciones políticas como lo reclama la teología del “reino ahora”. La iglesia es
un pueblo espiritual cuyo destino, promesas y recompensas son celestiales (Juan 14:1-
3; Efesios 1:3; Filipenses 3:20). Además, la instrucción de Jesús es diametralmente
opuesta a la de los predicadores de esta doctrina. A los discípulos se les dijo que tendrían
que soportar las aflicciones del mundo y que debían esperar su regreso, nunca la
enseñanza estuvo basada en emprender una desenfrenada carrera hacia la conquista
del mundo y sus poderes. La Iglesia no está aquí y ahora para establecer el Reino en este
mundo. Sólo Cristo lo hará (Apocalipsis 19:15).

Desafíos del pentecostalismo


▪ Desafíos espirituales: Nuestro reto consiste en permanecer como una iglesia fiel a
los principios de vida espiritual que nos han caracterizado: bautismo en el Espíritu
Santo, evangelismo, discipulado y trabajo misionero. Éste fue el secreto del
acelerado crecimiento del movimiento pentecostal.
▪ Desafíos teológicos: Nacimos con una herencia teológica bien clara. Y hoy más que
nunca nos toca a nosotros hacer una defensa del evangelio, basados en el estudio
serio de las Escrituras. Promovamos el estudio bíblico entre los creyentes y la
preparación de los que sirven en la obra. Asimismo, frente a los que prefieren el
emocionalismo sin compromisos ni fundamento, nosotros hemos de preconizar una
relación espiritual avalada por la verdad de la Palabra.
▪ Desafíos sociales: Hasta hace poco se nos acusaba de preocuparnos solamente de
los asuntos de índoles espiritual o del evangelismo. Si bien no debemos dejar de
poner énfasis en ello, es necesario entender que el pentecostalismo es una fuerza
que puede trasformar las estructuras donde penetre. Atendamos al deber que
tenemos con los grupos vulnerables.

Conclusión
El crecimiento de las doctrinas neopentecostales plantea un serio reto al pentecostalismo
histórico, pero la respuesta al problema no está sólo en la confrontación y condena de la
prácticas de los nuevos movimiento. La mejor alternativa es reafirmar los elementos que
nos distinguen. Afiancemos los valores que nos dieron origen, mantengamos la vigencia sin
perder los principios sobre los que se sustenta nuestra fe pentecostal. Amén.

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