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SEMINARIO TEOLÓGICO NAZARENO SUDAMERICANO

“DIFUSIÓN DE LA DOCTRINA DE SANTIDAD.”

POR
JOSELVIA RODRÍGUEZ

ENSAYO
En cumplimiento parcial de los requisitos para aprobar el curso de “DOCTRINA DE
SANTIDAD I”

Profesor: Rev. Roberto Quinatoa, Dr.

Marzo, 2016
Quito, Ecuador
La fuente original de la doctrina de la santidad y la única con autoridad, es la Palabra

escrita de Dios. Hay razones por las que las Escrituras son llamadas la Santa Biblia. La Biblia

es un libro de santidad. El obispo Foster nos dio la descripción clásica sobre este particular:

La santidad late en la profecía, ruge en la ley, murmura en los narrativos, susurra

en las promesas, suplica en las oraciones, irradia en la poesía, resuena en los sal-

mos, musita en los tipos, resplandece en las imágenes, enuncia en el lenguaje, y

quema en el espíritu de todo el sistema, desde el alfa hasta la omega, desde el

principio hasta el fin. ¡La santidad! ¡La santidad necesaria! ¡La santidad requerí-

da! ¡La santidad ofrecida! ¡La santidad posible! ¡La santidad, un deber presente,

un privilegio actual, un gozo presente, es el progreso y complemento de su mara-

villoso tema! Es la verdad brillando por doquiera, mezclándose por toda la revela-

ción; la verdad gloriosa que irradia, susurra, canta y grita en toda su historia, bio-

grafía, poesía, profecía, precepto, promesa, y oración; la gran verdad central de

todo el sistema. Lo sorprendente es que no todos la vean, que no todos la consi-

deren, y que haya algunos que se levanten a poner en tela de duda una verdad tan

conspicua, tan gloriosa y tan llena de consuelo.1

La santidad es vital para todo cristiano, la iglesia debe ser instruida, en lo que es la

naturaleza de Dios, sin santidad nadie verá al Señor (Hebreos 12:14). La doctrina de Santidad

es central en el quehacer teológico del wesleyanismo, es por ende, que debe influir en todo lo

que es y hace el cristiano, específicamente los que están de acuerdo con la perspectiva

arminio-wesleyana.

Dios ha revelado por medio de su Palabra que es Santo en su esencia y en relación con

la humanidad y el universo que Él creó. Después de la caída del hombre, es decir, la desobe-

1
Traducción literal de otherness, la característica de ser enteramente otro, aparte, diferente de
todos los demás.
diencia de los primeros padres, ‘Dios entró en su plan de rescatar y restaurar su propósito

original para la humanidad, una relación íntima como producto de una vida de santidad.

Esto se vio reflejado en el tipo de pueblo que Él quiso hacer de Israel y luego este propósito

llegó a su culminación en el envío de Su Hijo, Jesucristo, como Salvador del mundo’.

Cristo ofreció su vida, enseñanzas y ministerio, que culminaron en su muerte, ocupan-

do nuestro lugar, con el fin de proveernos el perdón de nuestros pecados y libertad del domi-

nio del pecado y la plenitud de la vida eterna. Por medio de su sacrificio y posterior resurre-

cción, Cristo ha hecho posible para toda la humanidad un estilo de vida santa para colaborar

con Él en la transformación de toda la realidad en el mundo por medio del ministerio de la

iglesia. El Señor Jesucristo, antes de la ascensión les dejo a los discípulos la promesa del Es-

píritu Santo Juan 14:15-31; la cual se cumplió en el día de Pentecostés, produciendo así el

nacimiento de la Iglesia de Cristo. Es por tal razón, que todo hombre que haya sido llamado

por Dios, para servir debe conocer y manejar de forma indispensable el estudio de las bases

bíblicas, históricas y teológicas de la doctrina de santidad, para su crecimiento personal, el

desarrollo de sus relaciones personales, y para el desempeño de su ministerio por medio de la

iglesia.

A través de la difusión de la Doctrina de Santidad, se puede enseñar y predicar conse-

jos prácticos y acertados con relación a este importante tema. Es importante que el creyente

conozca, en primer lugar, cada una de las presupociones que se tienen ante esta doctrina, ya

sea desde el pensamiento del calvinismo, luteranismo, el catolicismo romano o el wesleya-

nismo; en segundo lugar, es importante nutrir sobre las bases bíblicas de la santidad, es decir,

todos los fundamentos que describen y demandan este término, tanto en el Antiguo como en

el Nuevo Testamento. La santidad en el Antiguo Testamento, puede ser tratada desde las en-

señanzas que ofrece los libros de Génesis, Éxodo a Deuteronomio, los libros históricos, los

Salmos y los Proverbios, Los Profetas. Por medio de los Evangelios, se puede observar que la
santidad es enseñada a través del carácter de Jesús; en el libro de Hechos, se encuentra gran-

des enseñanzas sobre la santidad con relación a El Bautismo con el Espíritu Santo y la Santifi-

cación; de la misma manera, se puede observar que la epístola a los Romanos, Corintios, Gá-

latas, Efesios, Filipenses, Colosenses y Tesalonicenses, brindan bases cónsonas sobre la San-

tidad, como también las Epístolas Generales y Apocalipsis.

En tercer lugar, una de las formas de difundir la Doctrina de Santidad, es por medio de

los fundamentos históricos, es decir, cada uno de los hechos que trascendieron desde los Pa-

dres apostólicos hasta los inicios del protestantismo, como: el significado del estudio histó-

rico, la Entera Santificación en los primeros cinco siglos de la era cristiana, la doctrina de la

entera santificación en el oeste medieval, en los inicios del Protestantismo; de igual forma,

hechos transcendentales desde Wesley hasta el movimiento de Santidad Americano, lo que

incluiría, revisar el concepto Wesleyano de Perfección y Santificación.

En cuarto lugar, es necesario transmitir los fundamentos teológicos, como el signifi-

cado de la santidad de Dios, la santidad del hombre, la maldad del hombre, los efectos racia-

les de la caída, la provisión de Dios en Cristo, El Pentecostés y el Ministerio del Espíritu, el

nacer del Espíritu, es decir, la santificación inicial; El Bautismo con El Espíritu Santo: La

Entera Santificación, la experiencia de la santificación del corazón, la vida de Santidad, la

Guerra Santa, los antecedentes y desarrollo de la doctrina de la Predestinación Personal,

incluyendo: el ecumenismo cristiano primitivo, provincialismo teológico; de igual modo, las

características teológicas del Calvinismo, Arminianismo y Wesleyanismo, abordando aun las

influencias y tensiones suscitadas por la doctrina en la predestinación particular.

Es importante que para la difusión sea estudie previamente el contexto del creyente y

la capacidad de este en reflexionar en los antes ya mencionado; el creyente necesita conocer

sobre la vida cristina y de santidad en el mundo de hoy día, como madurar, tener carácter

misional en su vida santa, ejercitarse en los valores cristianos, testificar de una vida llena de la
ética personal y social cristiana, es decir, todos aquellos consejos prácticos que le permita

avanzar en su caminar con Dios.

Por último, poder dar respuestas a preguntas frecuentes con relación a la doctrina,

relacionadas con la experiencia y la misma doctrina, como por ejemplo sobre los prejuicios

personales, la purificación del subconsciente, la integración personal, la superación de la

impaciencia, los deseos impropios, pureza de los motivos, porque hay dos obras de gracia, es

lo mismo que rendirse o consagrarse, las dos posturas arminio-wesleyana de la Entera

Santificación, si Dios tiene una forma doble para la santidad, si alguien puede ser santificado

sin saberlo, El Bautismo con El Espíritu Santo, entre otros.

Es considerable que el creyente pueda ser bien fundamentado en todos los aspectos

antes ya mencionados, con el fin de que pueda relacionar las bases bíblicas, históricas y teo-

lógicas de la doctrina de la entera santificación con la experiencia y la práctica de la santidad,

como también entender diferentes perspectivas contemporáneas de la doctrina de santidad, y

proponer pautas para la difusión y aplicación de esta doctrina en el contexto latinoamericano.

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