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Violencia y discriminación en el aula

Módulo 2: Factores y causas de la discriminación en las aulas

Módulo 2

FACTORES Y CAUSAS DE LA
DISCRIMINACIÓN EN LAS AULAS

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Violencia y discriminación en el aula
Módulo 2: Factores y causas de la discriminación en las aulas

Antes de comenzar con este módulo, con el que se pretende dar una primera visión
sobre los factores o causas que propician que se den situaciones de violencia y
discriminación en el aula, me gustaría indicar que muchas veces estos comportamientos
se deben a un cúmulo de causas. No debemos quedarnos con la idea de que los hechos
violentos o discriminatorios se dan por una única razón. Puede ser así, pero
normalmente se conjugan, acumulan, varios factores, pues la violencia y la
discriminación son multicausales.

Además, las causas que vamos a estudiar son aquellas más comunes. Pero esto no
significa que una persona no pueda ser discriminada y/o violentada por causas distintas
a las que vamos a ver. En caso de que se os ocurran otras diferentes, podemos
compartirlo y comentarlo en el foro del curso.

Por otra parte, las formas o manifestaciones de la violencia las abordaremos en el


módulo siguiente, por lo que aquí nos referiremos a las causas, pero no a cómo esas
causas se transforman en comportamientos concretos.

En 1960, ya se firmó una Convención Internacional para la lucha contra las


discriminaciones en la esfera de la enseñanza, y que define la discriminación en la
escuela de la siguiente manera:

Artículo 1:

1. A los efectos de la presente Convención, se entiende por “discriminación” toda


distinción, exclusión, limitación o preferencia, fundada en la raza, el color, el sexo, el
idioma, la religión, las opiniones políticas o de cualquier otra índole, el origen
nacional o social, la posición económica o el nacimiento, que tenga por finalidad o
por efecto destruir o alterar la igualdad de trato en la esfera de la enseñanza y, en
especial:

a. Excluir a una persona o a un grupo del acceso a los diversos grados y tipos de
enseñanza;

b. Limitar a un nivel inferior la educación de una persona o de un grupo;

c. A reserva de lo previsto en el artículo 2 de la presente Convención, instituir o


mantener sistemas o establecimientos de enseñanza separados para personas o grupos;
o

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d. Colocar a una persona o a un grupo en una situación incompatible con la dignidad


humana.

(Y toda violencia o discriminación contra un alumno o alumna es una forma de atentar contra su dignidad
humana)

2. A los efectos de la presente Convención, la palabra “enseñanza” se refiere a la


enseñanza en sus diversos tipos y grados, y comprende el acceso a la enseñanza, el
nivel y la calidad de esta y las condiciones en que se da

Sin embargo, vamos a revisar qué dice UNICEF (Organismo de la ONU para la
infancia) sobre la discriminación y la violencia que sufren los niños y las niñas en
Guatemala, de forma muy resumida
(http://www.unicef.org/guatemala/spanish/panorama.html):

La violencia y la impunidad están afectando seriamente a la población guatemalteca.


Los niños, las niñas y los adolescentes son víctimas directas e indirectas de esta
situación. Cada mes son asesinados un promedio de 46 niños y niñas, en su mayoría
adolescentes y gran parte de estas muertes se producen por arma de fuego. Entre los
años 2008 y 2009 se registraron 53.764 delitos cometidos contra niños y niñas
menores de 17 años, siendo los más recurrentes los homicidios, violaciones, lesiones,
desapariciones, secuestro, robo, corrupción de menores y agresión sexual.

La discriminación y la exclusión por motivos de género, condición social, edad y


grupo étnico, dificultan considerablemente el ejercicio de los derechos humanos, en
particular a la infancia, las mujeres y las poblaciones indígenas. Por lo mismo, una
niña indígena puede ser cuatro veces discriminada: por ser niña, menor de edad,
indígena y pobre.

Como resultado de esta discriminación y la falta de políticas sociales efectivas y


sostenidas, la niñez y adolescencia muestra los peores indicadores sociales,
espacialmente si son indígenas y de las áreas rurales, reflejados en pocos avances en
materia de salud, nutrición, educación y protección contra toda forma de abuso y
explotación.

La mayoría de las causas de violencia y discriminación de las que vamos a hablar,


tienen su origen y su consecuencia en los estigmas. Estos estigmas, como dice Goffman,
supondrán la imposición al alumno o alumna que los sufre de una identidad deteriorada.
Imposición de la cual es muy difícil salir.
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a- Aspecto físico.

Los humanos tenemos diferentes características físicas, modeladas por nuestra genética,
por la adaptación al medio, y a causa de factores externos como pueda ser haber sufrido
algún accidente.

La discriminación y la violencia que pueden estar sufriendo los niños, las niñas, y/ o los
docentes tiene su origen en el rechazo, por parte de aquellos/as que discriminan y
violentan, de alguna característica física mediante la cual la víctima es diferenciada e
identificada por el resto.

Es muy difícil hacer una lista de las características físicas que pueden llevar a una
persona a sufrir discriminaciones y violencias. Puede ser el color de la piel, el ser de
menor estatura que el resto de los compañeros de la misma edad, o ser más alto. Tener
un mayor, o un menor, peso que el resto. Características derivadas de alguna
malformación en el momento del nacimiento, o como consecuencia de un accidente:
sufrir cojera, la falta de algún miembro, algún tipo de malformación por ejemplo en la
cara, o en alguna de las extremidades.

Características que pueden, o no, condicionar la vida de la persona, y por tanto su vida y
su desarrollo o interactuación con los compañeros. Es decir, una característica que
puede hacer fácilmente diferenciable a un niño o niña respecto al resto puede ser que
tenga un tono de piel más moreno que el resto. O que por malformación o accidente
necesite por ejemplo ir en silla de ruedas. La primera característica no le impedirá el
desarrollo de las actividades escolares al mismo ritmo que sus compañeros/as, sin
embargo, la persona que necesita silla de ruedas, si que estará impedida, o limitada, para
determinadas actividades.

En relación a esta causa o factor de discriminación y violencia que pueden estar


sufriendo los niños y las niñas, o bien algún profesor o profesora, tanto por parte de
alumnos como por parte de otros docentes, es esencial educar en la riqueza de la
diversidad, y en el respeto por las diferencias.

El concepto de diversidad se aplica a diferentes fenómenos, y lo iremos observando en


los diferentes apartados del presente módulo.

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Para la causa de violencia y discriminación que en este momento nos ocupa, se debe
educar y transmitir que cualquier tipo de diferencia física respecto a la mayoría no
presupone la incapacidad o inhabilidad para el éxito educativo, social o profesional.

Es necesario fomentar valores de tolerancia, inclusión y sobre todo de colaboración,


haciendo que los y las alumnas se impliquen en cooperar con aquellas y aquellos
características físicas que les dificulten la realización de determinadas actividades.

Mostrar que la diversidad de aspectos físicos es inherente, acompaña, al ser humano.

b- Capacidad económica.

¿Qué entendemos por capacidad económica?

La capacidad económica es la disponibilidad de dinero que tiene, en este caso una


familia, tanto para el consumo como para el ahorro.

Cuando hablamos de discriminaciones y violencias en base a la capacidad económica de


los niños y las niñas nos referimos a la que sufren los y las menores por pertenecer a
una familia o comunidad más pobre en relación y comparación con la familia o
comunidad del resto de sus compañeras y compañeros.

La pobreza se puede entender en diferentes sentidos: cuando los ingresos de la familia


no son suficientes para satisfacer las necesidades básicas, el infraconsumo, la
desnutrición, las precarias condiciones de vivienda, bajos niveles educacionales, o las
malas condiciones sanitarias, una inserción inestable en el mercado de trabajo, escasa
participación en los mecanismos de integración social (cuando los hay), y que además
se suele combinar con falta de posibilidades de participación en las decisiones sociales
del país.

Por supuesto, la pobreza tiene diversas causas, entre ellas, el sistema económico
mundial actual que se basa en un sistema de diferenciación de clases. Sin embargo es
necesario transmitir al alumnado, y ser conscientes los propios docentes, de la
importancia de que los y las alumnas acudan y finalicen el mayor número de grados de
educación formal posibles. Pues estos años de educación formal que se hayan

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finalizados están relacionados con la capacidad de percepción económica que se tendrá


en un futuro (Comisión Económica Para América Latina y el Caribe, CEPAL).

Por ello es extremadamente importante prestarle atención a posibles violencias y


discriminaciones que sufran los y las alumnas en base a este criterio, tanto por parte de
compañeros/as como profesores/as, que pueden conllevar al desánimo, a reforzar un
sentimiento de exclusión y que les lleven, quizá, finalmente, al abandono de los
estudios. Lo que no hará más que perpetuar su situación.

c- Capacidades personales.

Con este nombre, he buscado hacer referencia a aquellos niños y niñas que, por distintos
motivos tienen capacidades intelectuales distintas a la de sus compañeros. Diferencia
que puede suponer una mayor o menor capacidad, y cuyo origen puede ser diverso,
desde problemas de salud, deficiencias, o bien por diferencias en el proceso de
aprendizaje.

Estas diferencias respecto a sus compañeras y compañeros, tanto de aula, como del
centro escolar en general, son una característica de discriminación habitual. Más cuando
los alumnos y las alumnas pertenecen a los primeros grados, y todavía no comprenden
el daño psicológico y moral que supone el trato diferente al que someten al niño o niña
que tiene una menor capacidad que ellos, o bien mayor capacidad.

La discriminación y violencia puede ser desde aislar al que consideran diferente, no


dejarlo que partícipe en las tareas del aula, o en los juegos de los intermedios entre las
materias. Violencia psicológica a partir de burlas, insultos, comentarios ofensivos y
vejatorios sobre sus capacidades, pudiendo incluso llegar a la violencia física.

Por parte de los y las docentes, en caso de que se detecte a un alumno con menor o
mayor capacidad que el resto, no es nada aconsejable hacer comparaciones respecto
él/ella y sus compañeros, ni tratarla o tratarlo con desdén o indiferencia. Es cierto que
requerirán de un trato distinto, pero siempre encaminado a su inclusión en el grupo,
haciéndolo partícipe de todas las actividades.

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d- Etnia.

Por etnia podemos entender aquél grupo humano que comparte una lengua, raza y
cultura, que se desenvuelven en determinados medios ecológicos, con una estructura
demográfica determinada, y cuyos orígenes son comunes, pudiéndose delimitar en un
tiempo y un espacio aproximados.

En Guatemala existen 23 etnias diferentes, con sus lenguas y costumbres propias. Sin
embargo, pese a esta rica variedad étnica, es frecuente encontrar en las aulas la
discriminación y la violencia hacia los alumnos y las alumnas que pertenecen a
determinada raza o etnia.

Es lo que se denomina "la negación del otro" (Calderon, Hopenhayn, Ottone), y que en
los currículums escolares se ha caracterizado por hablar sobre los pueblos indígenas
mediante contenidos e imágenes que los desvalorizan y los sitúan en el pasado, sin
reflejar la realidad heteroétnica (multitud de etnias) del país. Además de ser una
población que tiene más dificultades para poder acceder a las aulas.

Éstos actos tienen consecuencias si no son detectados y tratados; a estos niños y niñas se
les juzga como diferentes, y se les jerarquiza como inferiores en cualidades,
posibilidades, capacidades y derechos, aspecto que ellos mismos pueden llegar a
interiorizar; se les somete a una negación o a la burla de su identidad y cultura; es
habitual encontrar un menor logro educativo en los alumnos y las alumnas que la sufren,
que a su vez, tendrá efectos en la posición social y ocupacional (trabajo) que el niño o la
niña puedan adquirir. Es decir, influirá en la separación y la jerarquización de la
sociedad. Veamos, por ejemplo el siguiente cuadro, publicado en un informe de la
ONU:

LA POBREZA INDÍGENA EN AMÉRICA LATINA

(Porcentaje de la población por debajo de la línea de pobreza)

Países Indígenas No indígenas


Bolivia 64.3 48.1
Guatemala 86.6 53.9
Perú 79.0 49.7

Fuente: G. Psacharopoulos y H.A. Patrinos (1994). Ver Bello y Rangel (2000), p. 18.

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Recapitulando lo estudiado en el anterior módulo, es una forma de discriminación


cultural común en América Latina, que se transmite en forma de exclusión social y
política, y que, como cualquier otro tipo de violencia y discriminación, se aprende
mediante la socialización.

Por ello es necesario educar en la heterogeneidad y en la diversidad cultural como un


valor. Dejar de lado la idea de que hay culturas superiores a otras, sino que lo necesario
es el respeto mutuo. Reconocer las identidades en sus diferencias "somos iguales pero
diferentes" y no tiene nada de malo.

Para ello, os propongo: que los alumnos y alumnas de diferentes etnias y pueblos
indígenas expliquen en clase alguna tradición o práctica cultural propia de su
pueblo/comunidad indígena, que ellos y ellas crean que sus compañeros de diferente
etnia no conocen.

1. Kaqchiqueles 2. Pocomchíes 3.Tz·utujiles 4.Pocomames 5.Ch·orti·es 6.Uspanteko


7.Sipakapenses 8.Xincas 9. K·ichés 10.Mames 11.Chuj 12.Akatecos
13.Awacatecos 14. Maya mopán e itza 15.Sakapultecos 16.Chalchitecos

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17.Q·eeqchies 18.Q·anjob·ales 19. Ixiles 20.Jakaltecos 21.Achi·es 22.Tektiteko


23.Garífuna

Fuente: http://rosarioal1.blogspot.com.es/2014/05/un-pais-multi-etnico.html

Además, me gustaría asimismo compartiros un recurso del Ministerio de Educación de


la República de Guatemala, en el que da indicaciones de cómo detectar si un niño o niña
está sufriendo discriminación en base a su pertenencia a una etnia determinada: (el
documento completo lo encontraréis en la carpeta de Materiales Complementarios).
Un niño, niña, adolescente y joven sufre de discriminación y racismo si:
• No quiere asistir a clases, ni participa de manera activa en las actividades escolares
• Se le ve triste, juega y deambula solo o sola
• No quiere hablar en su idioma materno
• Deja de utilizar su vestimenta
• Parece desconfiado (a), evita mirar a los ojos
• Baja la cabeza cuando le hablan
• Rehúye a otros niños o niñas o adolescentes
• Manifiesta actitudes defensivas
• Se avergüenza de su familia, niega su identidad étnica

e- Religión.

En Guatemala, al igual que en muchos países de la región, conviven diferentes


religiones, diferentes cultos. Conviven católicos, protestantes, evangélicos, personas de
diversas etnias indígenas con sus propias creencias religiosas, así como ateos,
agnósticos y otras religiones minoritarias.

Así, la Constitución de la República de Guatemala, como no podía ser de otra forma,


garantiza la libertad de religión en su artículo 36, pudiendo ser practicada tanto en
público como en privado. Las únicas limitaciones son el orden público, y por supuesto,
el respeto a la dignidad y a los derechos de las demás personas.

Sin embargo, también es cierto que hay personas que son discriminadas y sufren
violencia por motivos religiosos. Esto puede ser habitual cuando esa persona profesa y
practica una religión (o no practica ninguna) diferente a la de la mayoría. Y esta
mayoría puede variar en función del lugar en el que nos encontremos.

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La escuela, como un posible lugar de encuentro de niñas y niños que tienen diferentes
fes y religiones, es un lugar ideal para promover la tolerancia, la igualdad, y el respeto
hacia las creencias del otro cuando son distintas a las nuestras.

Por ello, los y las docentes, no deberían identificar su religión, o la religión de la


mayoría como la válida, la correcta, degradando y disminuyendo otras. Cada cual
interpretará que su creencia es la verdadera, la correcta, siempre y cuando se mantenga
esa postura en base al respeto del resto a creer, o no creer lo mismo.

La escuela no es el lugar apropiado para instruir a los alumnos en determinada religión


o confesión. Se puede enseñar, educar, en la existencia de diferentes religiones, e
informar sobre sus características, pero no con fines de adoctrinamiento, sino como
muestra de la variedad religiosa que existen en la realidad social de Guatemala, y del
resto del mundo.

f- Sexo

En este apartado se quiere hacer referencia a las discriminaciones y violencias que


dentro del aula y de la escuela sufren las alumnas (y las profesoras) por parte de los
profesores y alumnos, y en menor medida, por parte de otras alumnas. Su origen está en
la diferenciación en función del sexo, esto es, hombre/mujer.

La violencia y la discriminación que sufren las mujeres, por el hecho de ser mujeres, es
un problema global, mundial, y Guatemala es, tristemente, un país en el que éstas
conductas tienen un gran predominio.

Recibe distintos nombres: violencia machista, violencia de género, violencia contra las
mujeres, violencia sexista, violencia masculina.

La Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la


mujer, también conocida como Convención Belem do Para la define de la siguiente
forma:

Artículo 1

Para los efectos de esta Convención debe entenderse por violencia contra la mujer
cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o

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sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como


en el privado.
En este sentido debemos entender la escuela como ámbito público.
Artículo 2
Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia física, sexual y
psicológica:
a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra
relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo
domicilio que la mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso
sexual;
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que
comprende, entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas,
prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en
instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar, y
c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que
ocurra.

Su origen está en las relaciones humanas sociales desiguales y jerárquicas que se han
establecido entre hombres y mujeres, y que se asientan en la creencia de que ambos
sexos tienen diferentes valores y capacidades, morales e intelectuales (Ana Rubio). Pero
nunca por problemas psicológicos, ni problemas relacionados con la pobreza, con el
consumo del alcohol, ni nada por el estilo. Es una violencia "ideológica", es decir, por la
idea de la superioridad masculina.

Este origen específico de la violencia contra las mujeres es lo que se conoce como
patriarcado: organización social en el que la autoridad la ejerce el varón, predominio y
mayor autoridad del hombre, supremacía masculina institucionalizada en todos los
niveles y estructuras. Un sistema de relaciones sociales sexo–políticas basadas en
diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero
instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y
colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian
de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con
medios pacíficos o mediante el uso de la violencia. Y debemos tener claro que es una
forma de violencia simbólica.

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Este patriarcado se transmite en la vida social, y por tanto en la escuela (acordémonos


de la función socializadora de la escuela, módulo 1). Este proceso de socialización se
fundamenta en la atribución de distintos roles y estereotipos a hombres y mujeres,
fundamentados en la supuesta naturaleza inferior de la mujer, por su "condición
femenina" o "sexo débil" y que "justifican" el trato discriminatorio hacia las niñas, por
considerarlas inferiores, tanto moral, física como intelectualmente.

¿Qué queremos decir con atribución de roles y estereotipos? Se transmite a los niños y a
las niñas creencias (erróneas) de que ellas, las alumnas, son más sensibles, más
emocionales, y los niños son más racionales. Se transmite que la niña (y la mujer)
necesitan protección, que son vulnerables, y que su función es la de procrear, es decir,
tener hijos. De que ellas no pasa nada si no finalizan los estudios o no pasan de grado,
pues se deben dedicar a las tareas del hogar, que fijémonos siempre son no
remuneradas, las mujeres no cobran un salario por su trabajo. Mientras ellos tienen que
estudiar para conseguir un trabajo fuera de casa y a cambio de un salario.

Todas estas actitudes en las que vamos a diferenciar entre niños y niñas son
discriminatorias, violentas en sí mismas, y además van a hacer que los niños aprendan
a ejercer control en relación a las niñas, por considerarlas inferiores. Un control que
llevará a ejercer violencia psicológica y violencia física sobre las niñas.

Este proceso de socialización en el patriarcado y en la creencia de la superioridad del


hombre (niño) sobre la mujer (niña) se da también en otros ámbitos importantísimos,
como es la familia. Por eso es absolutamente necesario hacer de la escuela un lugar en
el que se rompa esta transmisión de unos valores que solo llevan a la desigualdad entre
seres humanos. Hacer de la escuela un lugar en la que cuestionar a los alumnos sobre
estas ideas, y que ellos mismos se auto-cuestionen.

Os propongo: En clase, preparar dos listados con los alumnos (en la pizarra, en un
papel grande, donde queráis). Uno lo encabezáis con la palabra Niños/Hombres, y el
otro con Niñas/Mujeres.

Ahora el ejercicio puede tener dos variantes:

a- Usted, docente, ya lleva preparado un listado de palabras que expresen cualidades,


profesiones, estados de ánimo. Los lee en voz alta, y pide que los y las alumnas lo
pongan en el listado de Niño/Hombre o Niña/Mujer. Al finalizar la colocación de las

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palabras, les pide que den su opinión de por qué la han colocado allí. Debe pedir
opinión tanto a un niño como a una niña. Para concluir, les debe explicar que las
cualidades, profesiones, todas las palabras descriptivas que usted había elegido en un
principio, se pueden atribuir tanto a los niños/hombres, como a las niñas/mujeres. Pues
son cualidades individuales y personales, y no en función del género de la persona.

b- Deje que los alumnos vayan eligiendo las palabras con las que describirían las
capacidades, los defectos, las posibles profesiones, etc. de un niño/hombre, y de una
niña/mujer. Al igual que en la variante a, al finalizar la selección debe preguntar a un
niño y a una niña que justifiquen por qué es así, y finalizar el ejercicio explicándoles
que todas las palabras que ellos han utilizado para describir a un niño/hombre o
niña/mujer son intercambiables, pues todos tenemos las mismas posibilidades.

Toda violencia o discriminación que sufran las niñas, por el hecho de ser niñas, es una
violación a sus derechos humanos.

A continuación os presento una gráfica que muestra la diferente finalización de la


escuela por hombres y mujeres. Si os fijáis, el % de los niños que acaban es mayor que
el de las niñas. Ello es debido a las discriminaciones y violencias específicas que sufren
las niñas tanto en la escuela, como en la familia y la comunidad.

Total Hombre Mujer


Tasa de Finalización

1991 39.0 42.2 35.8


2000 53.2 58.0 48.4
2001 57.2 61.8 52.5
2002 59.9 64.3 55.5
2003 64.1 68.8 59.3
2004 65.1 69.3 60.9
Fuente: desarrollohumano.org.gt

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g- Orientación sexual

Ya que alguno de ustedes puede no estar familiarizado con el término de orientación


sexual, vamos a iniciar con una pequeña definición de qué significa.

La orientación sexual es la atracción emocional, romántica, el deseo sexual, afectivo y


amoroso que sentimos hacia otra persona. En función de esto, y de forma esquemática y
reducida vamos a diferenciar:

 Orientación sexual heterosexual: cuando una persona se siente atraída por otra
del sexo contrario. Un hombre que se siente atraído por una mujer, y una mujer
por un hombre.
 Orientación sexual homosexual: cuando una persona se siente atraída por una
persona del mismo sexo. Un hombre que se siente atraído por un hombre, y una
mujer por una mujer.
 Orientación sexual bisexual: cuando una persona se siente atraída por otra, sea
del sexo que sea. Un hombre que se siente atraído por hombres y mujeres, y una
mujer que se siente atraída por mujeres y hombres.

En función de esta orientación sexual diversa, puede haber diversas familias: la


heterosexual, formada por un padre y una madre. Una familia homosexual, en la que los
dos adultos sean hombres o los dos sean mujeres.

Es muy importante dejar claro que la orientación sexual no es una elección. Es decir, los
seres humanos no pueden elegir si son heterosexuales, homosexuales o bisexuales. Sino
que es algo innato a cada uno. Por eso, la homosexualidad y la bisexualidad son tan
naturales como la heterosexualidad (que es la orientación sexual mayoritaria). No son
ningún trastorno, enfermedad, ni nada similar. No requieren tratamiento ni pueden
cambiarse. Pero lo que sí es muy importante es apoyar y respetar a las personas de
orientaciones sexuales minoritarias en el proceso de revelación de su orientación sexual,
pues la mayoría de ellos deberán luchar contra prejuicios y estigmas.

Estos prejuicios y estigmas podemos englobarlos en lo que se conoce como homofobia:

La homofobia es el prejuicio social construido culturalmente e interiorizado a través de


la socialización. Es una forma de pensar y actuar aprendida, y que por lo tanto puede

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desaprenderse. En gran parte, esta construcción está influenciada por los sentimientos
religiosos, que buscan demonizar y desnaturalizar la diversidad sexual.

La homofobia, además, tiene su base en el patriarcado, al igual que la violencia contra


las mujeres. Y, ¿por qué? Porque el patriarcado, definido en el apartado anterior,
además de creer y justificar la superioridad del hombre sobre la mujer, se basa en creer
que lo normal es la heterosexualidad (normatividad de la orientación sexual
heterosexual) y desprecia y ataca aquellas orientaciones sexuales que se "desvíen" de su
norma. Es un instrumento de control de la masculinidad, que rechaza aquellos
comportamientos que no se adapten al macho dominante, por ejemplo, el decirle a un
niño: los niños no lloran, no seas niña, no seas maricón, etc.

Después de esta definición vamos a seleccionar aquellos conceptos importantes:


prejuicio social, construido, cultural, religioso, aprendido a través de la
socialización. Como podéis ver, es una violencia cultural que se aprende a partir de la
socialización. Dado que en el módulo 1 habíamos dicho que una de las funciones de la
escuela es la de socializar a los menores, debemos evitar que en las aulas haya
prejuicios homofóbicos.

Y, ¿por qué es tan importante liberar las aulas de estos prejuicios y negatividades?

Científicos, psicólogos y otros estudiosos y expertos afirman que, en la mayoría de


personas, la orientación sexual (heterosexual, homosexual o bisexual) se moldea a una
edad muy temprana. Edad que corresponderá por tanto con la etapa escolar de los niños
y las niñas. Por eso, es de especial importancia educar y transmitir a los alumnos y
alumnas valores de tolerancia, el explicar la diversidad sexual como algo natural. No
dejar que penetren en las aulas las concepciones religiosas, tradicionales, o mitos, como
que lo natural es ser heterosexual, y el que no es heterosexual está enfermo, tiene un
problema, o va en contra de las reglas de Dios. Se puede ser religioso y homosexual o
religioso y bisexual, al igual que se puede ser religioso y heterosexual, o ser
heterosexual y no profesar ninguna religión.

Debemos transmitirles a nuestros alumnos y alumnas que aprender a vivir la diversidad


es aprender a vivir en sociedad, y prevenir cualquier tipo de discriminación y violencia
ayudará a vivir en igualdad y sin conflictos.

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Es muy importante que los docentes conozcáis cómo se expresan algunas conductas
homofóbicas para que podáis prevenirlas, o una vez se han hecho visibles, trabajar con
los y las victimarios y con las víctimas:

Exclusión, rechazo hacia la persona con una orientación sexual diferente a la nuestra,
ignorarla o no dejarla participar con normalidad en las actividades del aula o de juego,
ejercer violencia física o verbal contra ellos y ellas (insultos, ridiculizaciones, burlas,
bromas sobre su sexualidad) e incluso agresiones sexuales.

En relación a la violencia verbal es necesario mostrar una especial atención, porque el


lenguaje, la palabra, es una fuente importantísima en la generación de la violencia
simbólica. El uso de palabras degradantes ha de ser tomado especialmente en cuenta y
trabajarlo con los alumnos y alumnas.

También es necesario saber que los baños de los centros escolares son uno de los
lugares donde con mayor frecuencia se dan las violencias y discriminaciones por
motivos de orientación sexual.

La consecuencia de estas discriminaciones y agresiones, entre otras, pueden ser la fobia


escolar, descenso en el rendimiento educativo, no querer ir a la escuela, o especialmente
no querer asistir a las clases de gimnasia o deporte, presentan con más frecuencia
sentimientos de tristeza, no controlan bien las emociones (por estar sometidos a una
tensión especialmente grave), tienen miedo de salir solos.

Estos ataques son también habituales contra aquellas personas que deciden defender a la
víctima de violencia y discriminación por su orientación sexual, especialmente mediante
el aislamiento. Es muy importante tener esto también en cuenta, porque el resultado es
que al final la víctima no encuentra apoyos, pues sus compañeras o compañeros temen
ayudarle, porque se van a convertir también en víctimas.

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h- Identidad sexual o de género.

Este concepto, posiblemente sea nuevo para muchos y muchas de ustedes, así que
vamos a realizar una pequeña explicación para poder comprender de qué hablamos.

La identidad de género es la forma en cómo se identifica la persona, si como hombre o


como mujer, la forma en que se reconoce a sí misma, basando su conducta y su forma
de ser y pensar a ese género con el que se siente identificada. Por tanto, todos tenemos
una identidad sexual o de género.

No vamos a utilizar la palabra normal, pues normales somos todas y todos. Pero sí que
es habitual que una persona que nace con genitales masculinos se identifique como
hombre, y que una persona que ha nacido con genitales femeninos se identifique como
mujer. Sin embargo, no a todas las personas les ocurre esto. Hay personas que, a medida
que se van desarrollando, y pese a tener genitales de uno de los sexos (masculinos o
femeninos) se sienten identificados con el género contrario. Esto es, tienen genitales
masculinos pero se definen como mujeres, o bien tienen genitales femeninos y se
identifican como hombres. En el presente apartado, queremos dejar constancia de la
violencia y la discriminación que sufren aquellas personas que su identidad de género,
es decir, el cómo se sienten e identifican, no se corresponde con sus genitales (órganos
sexuales).

Esta vivencia puede ir acompañada de una modificación de la apariencia o del cuerpo, a


través de medios médicos, quirúrgicos u otros, la modificación de la vestimenta, el
modo de hablar, etc. Siempre y cuando sea libremente elegida por la persona.
Habitualmente, se les conoce como personas transgénero o transexuales.

En ningún caso se debe entender este proceso como una anomalía, como un problema
psicológico, ni como una enfermedad, pues no lo son. Las personas a las que les sucede
esto no tienen ningún problema, al revés, el problema lo tienen las personas que no van
a respetar ni a aceptar el cómo se sienten ellas y ellos.

Las causas de la violencia y la discriminación que sufren los y las niñas que muestran
una identidad sexual y de género diferente a la que, en función de su sexo biológico (sus
genitales) "debería" mostrar, son las mismas que la violencia y discriminación que
sufren aquellas personas cuya orientación sexual no es heterosexual: el patriarcado y la
homofobia (o transfobia).
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Violencia y discriminación en el aula
Módulo 2: Factores y causas de la discriminación en las aulas

A modo de ejemplo, os muestro el siguiente dato: En el estudio “Una Mirada a la


Diversidad Sexual en Nicaragua, el 100% de las 1,295 personas de la diversidad
sexual encuestadas reportaron haber sido discriminadas en el sistema escolar.

Aunque el dato sea de Nicaragua, y no de Guatemala, podemos hacernos una idea, dado
que los sistemas sociales y culturales de ambos países son similares, de la violencia y
discriminación que sufren los y las niñas cuya identidad sexual es distinta a la habitual.

Si bien, en los casos de violencia y discriminación por motivos de identidad sexual, los
y las alumnas que violenten o agredan normalmente tienen conductas para reafirmar su
masculinidad o feminidad. Esto es así porque no aceptan que la otra persona se
identifique con un género (masculino o femenino) que no es acorde con su sexo (macho
o hembra).

Por otra parte, las formas de expresión de la violencia y la discriminación son


también las mismas que las que hemos visto en el apartado de orientación sexual, por
tanto no las vamos a repetir. Pero reitero la importancia de conocerlas, ya que además,
son violencias y discriminaciones que se sufren de forma continua, y no como ataques
aislados. E igual pasa con las consecuencias para la persona que sufre esta violencia y
discriminación, son muy similares a las comentadas en el apartado de orientación
sexual.

En último lugar, quiero dejar reflejado un peligro común a aquellas discriminaciones y


violencias que sufren los y las niñas que muestran una orientación sexual o una
identidad sexual diferente a aquella que se nos impone (y esta imposición es negativa)
desde el patriarcado, y por tanto, desde la sociedad en general: tienen grandes
probabilidades de suicidarse, por la presión, la burla, la violencia, y la discriminación
social a la que se les expone.

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