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P r o g r a m a de C a p a c i t a c i ó n de A g e n t e s de E x t e n s i ó n
Curso de Capacitación
Métodos de Extensión Agrícola
Programa de Transferencia Tecnológica
(Materiales de Apoyo)
Programa de Capacitación de Agentes de
Extensión de los Programasde Transferencias
Tecnológica del Instituto de Desarrollo
Agropecuario (INDAP)
Textos de Apoyo al
Trabajo Educativo del
Extensionista Rural
Organismo Ejecutor:
Programa Interdisciplinario
de Investigaciones
en Educación (PIIE).
Programa de Educación
Rural (PER)
Universidad Academia
de Humanismo
Cristiano (UAHC).
Materiales reproducidos para uso exclusivo de los Cursos de Capacitación para Agentes
de Extensión del INDAP.
- PRESENTACIÓN
-
¡Amigo (a):
Los textos que aquí te entregamos procuran ser un apoyo bibliográfico para tu trabajo educa-
tivo con los pequeños productores campesinos.
La selección de cada uno de ellos la hemos realizado con un doble propósito:
1.- Por un lado, deseamos que ellos se conviertan en un material de lectura permanente para
que te ayuden a internalizar en tu pensamiento y acción, los conceptos y las técnicas pedagó-
gicas que se han desarrollado en este curso y que se relacionan con nuestra propuesta de
una Asistencia Técnica Participaíiva y Crupal.
En este sentido, cada uno de estos textos profundizan sobre los conceptos claves que carac-
terizan dicha propuesta y que, a nuestro juicio y en el propósito expreso de las autoridades del
Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAR), deben orientar tu trabajo diario de técnico en re-
lación educativa con el productor campesino.
Estos conceptos que hemos desarrollado en este curso y que se profundizan en estos textos,
procuran responder a problemas tan vitales para el proceso de Asistencia Técnica, y que de una
manera sucinta te las repetimos aquí:
a) Tenemos que esforzarnos para que tu recomendación tecnológica y social tenga importan-
cia para el productor campesino y su familia y efectivamente la aplique innovadoramente en la
experiencia productiva cotidiana.
b) Debemos convencernos que un trabajo de Asistencia Técnica Participativo y Grupa/ nos ha-
ce ser mucho más eficientes en nuestros objetivos intervencionistas.
c) El eje temático fundamental de esta propuesta participativa y grupal radica en la relación edu-
cativa que logre desarrollar el técnico con el productor campesino, lo que implica aprender a pla-
nificar, ejecutar y evaluar el Programa de Transferencia Tecnológica como una acción pedagó-
5
gica.
d) En fin, tenemos que convencernos que los problemas tecnológicos que nos muestra el pro-
ductor campesino y sus familias, no son manifestaciones aisladas o individuales de una situa-
ción productiva rubrista, sino que una expresión compleja de una situación socioproductiva sis-
témicayque, al dar u na determinada recomendación técnica estamos afectando a la totalidad
del sistema familiar del productor rural.
Pues bien, cada uno de estos temas son profundizados en estos textos que te entregamos, he
aquí la importancia que tienen para tu propia formación profesional como una agente innova-
dor de la producción campesina.
2.- Por otro lado, sugerimos que estos textos los utilices como material de consulta para que va-
yas innovando tu propia práctica profesional. Sinceramente creemos que en cada uno de es-
tos textos que hemos seleccionado, pensando exclusivamente en el mejoramiento de la calidad
educativa de tu acción de Asistencia Técnica, encontrarás algunas propuestas de instrumentos
y modalidades de capacitación técnica que te permitirán afinar tu comunicación con el campe-
sino, al mismo tiempo que al aplicarlas a la planificación, ejecución y evaluación de tu Plan de
Trabajo Anual, lograrás que éste campesino se sienta más concernido con tu propuesta tecno-
lógica.
En la medida que utilices las propuestas que en estos textos te señalamos, como un aporte cla-
rificador de tu relación educativa con el productor campesino, haciéndolo participar organiza-
damente en el esfuerzo común de realizar experiencias productivas innovadoras, confiamos
que tu mismo te irás transformando en un agente técnico mucho más humanizado, más solida-
rio y más comprometido con el destino de tu propia acción tecnológica.
Es decir, tu trabajo profesional se irá transformando en una acción placentera y eficaz, no tan
solo para tí como persona sino que sobre todo como un trabajo que impacta positivamente la
realidad de la agricultura campesina.
De esta manera, amigo (a), la transformación de la agricultura campesina de subsistencia, se
comienza a perfilar, desde tu práctica profesional misma, como una tarea posible de desarro-
llar, quitándole ese estigma de abstracción dogmática a la que hemos estado habituados cuan-
do se nos habla de CAMBIO SOCIAL O TECNOLÓGICO.
Pues bien amigo (a), estos dos propósitos que hemos expuesto largamente los queremos com-
partir contigo y te invitamos a que hagas el esfuerzo por concretizarlos. Tenemos confianza en
tu capacidad profesional y sabemos que eres sensible a la situación de miseria que viven la gran
mayoría de los productores campesinos y sus familias. Te invitamos pues a leer y consultar es-
tos textos.
Pensamos que si los lees y analizas conscientemente, y los consultas críticamente cada vez que
quieras innovar tu práctica, el diálogo educativo que hemos iniciado en este curso continuará
presente entre nosotros. Si tú los dejas como papel sin vida, tememos que el esfuerzo que he-
mos hecho en estos dos días han caído en un saco roto. Sin embargo, nuestra fe de educado-
res nos hace recordarte el verso de aquel poeta español que "Sólo se hace camino al andar".
Lo que en nuestro caso deberá significar: que sólo innovaremos nuestra práctica profesional
cuando nos arriesguemos a actuar con una orientación teórica y una metodología de trabajo que
nos exijen innovar.
Y este es, a nuestro juicio, el desafío más significativo que queremos transmitirte con estos tex-
tos. La decisión de aceptar o no este reto es de tu exclusiva e íntima responsabilidad. No obs-
tante, si tu decisión es atreverte a iniciar el camino de innovar tu práctica, nosotros nos compro-
metemos a acompañarte. Y la mejor manera de que asumamos este compromiso es invitarte
ahora a que continuemos dialogando sobre lo que hemos hecho y pensado en este curso, me-
diante tu lectura y consulta constante que nos hagas de los textos que aquí te entregamos.
(1) Cap. IV del libro: La Asistencia Técnica. Propuesta metodológica para el trabajo con productores campesi-
nos. De los mismos autores. AGRARIA-PIIE, Santiago, 1987. Págs. 55 a 81.
La asistencia técnica
como proceso educativo
En este capítulo se pretenden desarrollar, con mayor precisión, los aspectos educativos de la
asistencia técnica, aun cuando esta temática ha estado presente a lo largo de todo el texto, en
especial en el Capítulo 1.
1. Determinación de contenidos
En la estrategia de desarrollo planteada para una comunidad o grupo campesino, la determi-
nación de contenidos para la asistencia técnica constituye uno de sus ejes centrales que se vi-
sualiza como un proceso estructurado, razonado y negociado con los productores campesinos.
Con esto se pretende superar el espontaneísmo y el simplismo de muchos equipos que preten-
den dar respuesta a todos los problemas campesinos.
Este primer año es de conocimiento y de relación con los grupos campesinos, por lo tanto, los
criterios que se recomiendan a continuación para determinar los contenidos en este período se
adecúan a dichos objetivos:
A Activar a los grupos y legitimar el equipo: se debe tomar en cuenta la importancia de tra-
bajar con contenidos que den resultados rápidos en beneficio de los productores, utilizando pa-
ra ello las habilidades más desarrolladas que tenga cada técnico. Un buen ejemplo es el traba-
jo en sanidad animal a través de las vacunaciones colectivas que facilitan reunir al grupo, pues
se responde a una demanda concreta de los campesinos.
A Satisfacer las necesidades campesinas: el diagnóstico permitirá detectar ¡nicialmente las
necesidades y demandas campesinas. Es preciso reconocerlas y abordar aquellas en las cua-
les el equipo tenga un aporte efectivo que hacer.
.
•
A Atender al momento agrícola: los contenidos deberán ser escogidos de acuerdo a su opor-
tunidad. Habrá mayor interés en el tema tratado si se relaciona con la labor o el problema vigen-
te en ese momento.
A Considerar la capacidad del equipo: no se puede pedir a un equipo técnico que trate cual-
quier contenido si no está suficientemente capacitado para hacerlo. Es conveniente rescatar las
habilidades individuales, ya sea que alguien conozca un cultivo con mayor profundidad; que
exista experiencia en trabajo de sanidad animal, etc.
Es necesaria una profunda evaluación de estas primeras reuniones de asistencia técnica, por-
que serán de mucho valor para la segunda etapa en la cual se precisarán los contenidos den-
tro de una perspectiva más larga.
'
¿De dónde surgen los contenidos en el primer año?
Fundamentalmente los contenidos surgen de tres fuentes:
- Del diagnóstico: este trabajo entregará una primera aproximación de los principales proble-
mas, tanto del sistema rural como de la unidad de producción.
- De la experiencia previa del equipo: especialmente la que se refiere al trabajo directo con
campesinos, le permitirá seleccionar los contenidos más factibles, es decir, aquellos que res-
ponden de mejor forma a los objetivos del trabajo.
Ponderar la importancia de la actividad productiva: esto apunta al rol que juega cada rubro
productivo dentro del sistema de producción campesino, en términos de su aporte a la alimen-
tación del grupo familiar o de la generación de ingresos. También es preciso tener en cuenta sí
el rubro es usual entre las familias que participan del proyecto.
- Considerar los objetivos del proyecto: es importante tener siempre como referente los ob-
jetivos iniciales del proyecto en el proceso de determinación y selección de contenidos, lo que
implicará disponer de una visión de largo plazo para la selección de contenidos que se integran
al conjunto del trabajo.
- Dimensionar el tiempo y los recursos: el tipo de contenidos y por lo tanto de resultados que
se pretende alcanzar tienen que guardar relación con el plazo del proyecto y los recursos dis-
ponibles. Será preferible dejarde lado aquellos contenidos que no tendrán resultados hasta des-
pués de finalizado el proyecto.
- Del diagnóstico: la información recopilada en esta etapa será la principal herramienta para
los técnicos en el proceso de determinación de contenidos; en consecuencia, el aprovecha-
miento del diagnóstico será una responsabilidad fundamental para el equipo.
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- De la discusión del diagnóstico: esta instancia tendrá mucha utilidad para recoger la deman-
da campesina y activar el proceso de "negociación de contenidos" entre la percepción técnica
derivada del análisis del diagnóstico y la visión campesina.
- Determinación de temas: dentro de cada rubro habrá que elegir algunos aspectos conside-
rando la relevancia del problema o limitante, la percepción del campesino y la posibilidad de a-
sumirlos. Por ejemplo: en el trigo se trabajará con la siembra, fertilización nitrogenada y precio
de insumos.
- Determinación de sub-temas: son los contenidos específicos que se tratarán con los produc-
tores. Por ejemplo: dentro de la siembra, se elige el cambio de variedades y la época de siem-
bra.
tiste proceso es necesario efectuarlo por etapas. En lo fundamental, consiste en una desagre
gación que va desde los contenidos generales hasta los contenidos específicos que se abor-
darán en una determinada reunión, día de campo o jornada. De esta manera, se construirán las
Unidades de Aprendizaje (1).
Tal proceso se ve favorecido si se utiliza un buen sistema de clasificación y jerarquización, por
que no todos los temas podrán ser tratados por la asistencia técnica.
A continuación se presenta un esquema que facilita el ordenamiento del proceso de determi-
nación de contenidos y que permite tener una visión amplia del conjunto de la problemática de
cada sector.
Objetivos: vale decir, los logros que se pretenden alcanzar en cuanto a nuevos conocimientos
y cambios en las prácticas de los productores. Es importante formular los objetivos de la ma-
nera más concreta posible a fin de facilitar la programación y, en particular, la evaluación. Así,
por ejemplo: "que los campesinos puedan conocer y diferenciar distintos tipos de herbicidas";
o bien "que los productores conozcan y apliquen la práctica de selección de semillas, por me-
dio del harneo".
El equipo técnico tendrá que optar por asumir varios contenidos relacionados entre sí o por pro-
fundizar en algún aspecto específico. Dicha opción dependerá de los objetivos planteados. La
necesidad de organizar la secuencia de contenidos surge del hecho de que una estrategia de
intervención técnica en un cultivo o rubro productivo determinado, necesariamente contempla
diversas variables.
Por esta razón y aunque se opte por profundizar un aspecto específico, en toda unidad debe-
rán trabajarse tres tipos de contenidos que a continuación se indican:
a) Contenidos significativos
Son los que constituyen el núcleo fundamental de la unidad, es decir, aquellos aspectos que se
consideran claves para la comprensión del tema. Surgen a partir de los problemas detectados
y de la constatación de que determinadas prácticas campesinas pueden mejorarse. En el ejem-
plo de la papa y en relación con el problema de la falta de fertilización, los problemas significa-
tivos podrían ser:
c) Contenidos problematizadores
Son aquellos que le dan mayor amplitud al tema, insertándolo en una problemática más gene-
ral. Permiten que los productores vayan comprendiendo las causas de sus situaciones y reía
cionen sus problemas con el contexto social.
Por ejemplo, la discusión sobre el problema de la fertilización de la papa podría ligarse aun aná-
lisis del problema de los recursos económicos; o bien relacionarse con rendimientos y destino
de la producción. El diagnóstico y su discusión con los campesinos, las políticas oficiales, la co-
yuntura específica y la acción de las organizaciones permiten definir mejor este tipo de conte-
nidos.
Método y técnicas
Las Unidades de Aprendizaje no se constituyen sólo en torno a los contenidos, sino que tam-
bién en función de un determinado método con sus correspondientes técnicas educativas. Con-
siderando la concepción educativa propuesta, es a través de una metodología participativa co-
14 mo se podrá lograr un aprendizaje consistente que valore realmente la experiencia y conoci-
mientos del productor campesino.
- Introducción y motivación;
- Desarrollo del tema, y
- Síntesis final.
A cada uno de estos momentos hay que asignarle el tiempo de duración considerando que en
total una reunión no debería durar más de dos horas.
a) Introducción y motivación
Este momento es fundamental para crear el clima de trabajo y para ubicar a los campesinos en
el tema. Una manera de iniciar la reunión o el trabajo de campo, puede ser el comentario de al-
gún hecho nacional o local en relación al tema. Por ejemplo, tratándose de la papa, comentar
algo relativo a su precio o a cómo el clima puede haber afectado el cultivo. Este intercambio de
opiniones menos formal le sirve tanto a los técnicos como a los productores para establecer una
comunicación más fluida.
Cada momento requiere tanto de formas de trabajo, como del uso de métodos y técnicas que
permitan lograr un aprendizaje significativo. A fin de que los campesinos den a conocer sus ex-
periencias y conocimientos, es necesaria una buena participación; portal motivo, es recomen-
dable usar técnicas que la faciliten. Una de ellas es utilizar tarjetas con aseveraciones o pregu-
ntas ante cuyo contenido cada productor deberá responder o reaccionar para que después el
grupo reafirme lo dicho; lo complemente con otra información; o la rechace por estar en desa-
cuerdo.
Otra forma de rescatar la experiencia campesina es la de aplicar una encuesta sencilla duran-
te la reunión. Este tipo de instrumento, si está bien construido, permite conocer con más pro-
15
fundidad lo que es la práctica habitual de los productores y proporciona información sobre el co-
nocimiento que los campesinos tienen acerca del tema.
Un ejemplo de este instrumento, se entrega a continuación:
Tipo de semilla
Fósforo Aplicado
(en sacos)
Nitrógeno
Aplicado
(en sacos y tipos)
Fecha de
Aplicación
Una vez recogida la experiencia de los campesinos es importante hacer una síntesis de los as-
pectos más significativos, los que podrán ser complementados con el aporte de los técnicos. Pa-
ra la entrega de nueva información o para reforzar aquellos aspectos que los productores ya co-
nocen, se recomienda:
- Apoyarse con dibujos o gráficos.
- Usar el lenguaje habitual de los productores y hacer su equivalencia con los términos técni-
cos. Ejemplo: tantos sacos por uno, a quintales por hectárea.
- Cuidarse de corregir errores técnicos sin descalificar a las personas.
c) Síntesis final
Toda reunión de asistencia técnica debe finalizar con un momento de síntesis en el cual es im-
portante, reforzar los contenidos significativos resaltando el aporte del grupo: conocer
opiniones que contribuyan a la evaluación; formalizar los acuerdos alcanzados en cuan
to al trabajo del grupo hacia adelante; y entregar algún material de apoyo. Ejemplo: "se acuer-
da realizar un ensayo de nuevas variedades de semilla de papas, el que se efectuará en el pre-
dio de Don José Reumai".
Responsables
Es necesario definir las responsabilidades de los miembros del equipo técnico para la prepa-
ración de las Unidades de Aprendizaje.
Dependiendo del tema y de la especialización de los técnicos, algunos podrán tener una res-
ponsabilidad mayor en la elaboración y organización de los contenidos. No obstante, es con-
veniente que el conjunto del equipo participe en la preparación de la Unidad puesto que todos
asumirán responsabilidades en las reuniones con los campesinos.
Materiales de apoyo
16 De acuerdo a la forma de abordar los contenidos, es importante prever el uso de los diferentes
tipos de materiales para garantizar que se disponga oportunamente de ellos:
A Recursos materiales necesarios para implementar una técnica educativa (papel, plumones,
tarjetas con preguntas, tablero para juegos, dados, etc.).
A Material didáctico para ser utilizado en la reunión (papelógrafos con conceptos claves, grá-
ficos o dibujos, fichas para dalos, etc.).
Evaluación
Hay que diferenciar lo que es la evaluación de los conocimientos y de las prácticas de los cam-
pesinos, de la evaluación del diseño y de la aplicación de la unidad. Es de fundamental impor-
tancia evaluar cada unidad a fin de poder introducir las correcciones necesarias y así optimizar
su aplicación con otros grupos. Para ello es conveniente considerar los siguientes momentos:
A Con posterioridad a la reunión, en la discusión del equipo, reflexionando sobre los aspectos
positivos y dificultades en la aplicación de la unidad.
En relación al aprendizaje, es necesario determinar las formas en que se evaluarán los nuevos
conocimientos y las modificaciones de las prácticas productivas (1)
Es conveniente, por otra parte, elaborar una pauta que desglose los contenidos y los pasos o
secuencia de la reunión, la que facilitará el desempeño del equipo técnico (1)
Etapas en la elaboración de las unidades de aprendizaje
En el proceso de elaboración de las Unidades de Aprendizaje es posible distinguir varias eta-
pas, las que se resumen en el siguiente esquema:
1
Preparación Desarrollo con un Evaluación de pri-
de la Unidad primer grupo mera reunión
Sistematización final
de la Unidad
17
Ventajas que ofrece la elaboración de unidades de aprendizaje
- Supone una preparación rigurosa del tema y de la manera de abordarlo, evitando de esa ma-
nera, improvisaciones o simplificaciones que pueden provenir de la falta de planificación de las
actividades.
- Permite aplicar las Unidades con otros grupos y en diferentes momentos, lo que implica una
economía de esfuerzos al no ser necesario diseñar cada vez la programación de un tema de-
terminado.
- Facilita la superación de la inseguridad que los técnicos sienten frecuentemente frente al de-
safío de la comunicación con los campesinos, al disponer de un plan elaborado y discutido con
su equipo.
- Orienta la evaluación en torno a los objetivos precisos que se pretende alcanzar, lo cual cons-
tituye un punto de referencia tanto para evaluar el aprendizaje de los productores campesinos,
como para el propio trabajo del equipo técnico.
Aún cuando se tengan claras éstas y otras ventajas que presenta la estructuración de los con-
tenidos en Unidades de Aprendizaje, es importante , sin embargo, estar atentos al riesgo
que puede implicar considerarlas como una programación rígida y transferible a cual-
quier grupo, independientemente de las circunstancias, del momento o del lugar espe-
cífico en que se van a desarrollar.
(1) Al final del capítulo, se incluye un ejemplo de pauta de desarrollo de los contenidos.
(2) A modo de ejemplo, se incluye al final del capítulo un anexo con fichas para la elaboración y registro de unidades
de aprendizaje.
3. Las modalidades de la asistencia técnica
Es posible distinguir tres modalidades en el trabajo de apoyo técnico a los campesinos: la reu-
nión; el trabajo de terreno o "día de campo" y la atención individual a cada productor.
Las dos primeras constituyen un trabajo eminentemente grupal y tal como se ha señalado, pre-
sentan ventajas de tipo metodológico, de economía de recursos y de apoyo al proceso organi-
zativo.
a) La reunión
Entre los productores campesinos no constituye una práctica habitual el reunirse para discutir
problemas técnico-productivos. Por esta razón, la convocatoria y el carácter que asuman las
reuniones son fundamentales si se quiere establecer una modalidad grupal de asistencia téc-
nica.
El trabajo en grupo implica una comprensión de las dinámicas que se establecen cuando las per-
sonas están reunidas y más aún, cuando los grupos tienen un carácter permanente. Conocer
estas dinámicas y orientarlas para facilitar el proceso de enseñanza-aprendizaje es una tarea
permanente del equipo. Para esto, se requiere del análisis y revisión crítica de la práctica, así
como de la elaboración específica de técnicas que trasciendan el aporte de este material. No
obstante, algunos aspectos que se deben considerar para la realización de las reuniones son
los siguientes:
CITACIÓN
Reunión de Comité
Viernes 14 a las 3 de la tarde.
Lugar: Escuela.
Tema: Solicitud de crédito.
- Local: el problema del local suele ser una seria limitación para el trabajo grupal. Lo óptimo es
poder trabajar en alguna sede, en la escuela o capilla. Cualquiera que sea el local, se requie-
re disponer, al menos, de asientos para todos los productores; es conveniente colocar los ban-
cos o sillas en semicírculos de modo que se facilite la participación de todos los productores.
El tamaño y las condiciones del local tienen incidencia en la metodología de trabajo. Si sólo se
cuenta con una sala, es más difícil hacer trabajo de grupos o comisiones. Un equipamiento mí-
nimo del local habitual de reunión podría ser una tarea conjunta de las directivas y el proyec-
to.
- Desarrollo de la reunión:
Participación de las directivas: en muchos casos las reuniones de asistencia técnica constitu-
yen el único momento de encuentro de los productores. Por esto es recomendable programar-
las de tal manera que siempre quede tiempo disponible para que el grupo y su directiva puedan
ver otros asuntos relativos a la comunidad y sus problemas. Por otra parte, también es nece-
sario determinar qué aspectos de organización y conducción de la reunión de asistencia técni-
ca pueden ser asumidos por los propios dirigentes. La responsabilidad compartida permite
una mejor aceptación del programa por parte de los campesinos, como también legitimar
a la directiva.
El tipo de responsabilidad que asuma la directiva dependerá del contenido del trabajo y de las
habilidades e interés de los dirigentes; algunas tareas podrían ser entre otras; citar a las reu-
niones; tomar acta de los acuerdos; responsabilizarse del cobro de cuotas para alguna activi-
dad en común; encargarse de presentar a los nuevos productores que se incorporen a la reu-
nión; explicar e! contenido y los pasos metodológicos de la reunión; coordinar trabajos de gru-
po.
Coordinación de la reunión
Una tarea básica de los técnicos es crear las condiciones para el aprendizaje y el rescate de la
experiencia campesina. El rol de coordinador será fundamental: en la medida en que los con
tenidos, ia metodología y los materiales de apoyo estén previamente preparados, adquirirá mas
seguridad en su trabajo. Un aspec-to en el cual ios técnicos deberán tener especial cuidado es
el lenguaje. Este es la base para la comunicación con los campesinos, pero a su vez expresa
las diferencias culturales y de formación entre técnicos y productores. En el caso de términos
técnicos, se deberá establecer permanentemente la equivalencia con el lenguaje habitual de los
productores. Así, por ejemplo: abono-superfosfato; aliño al suelo-fertilización; tantos sacos por
uno de siembra-quintales por hectárea.
Habitualmente el campesino se siente más seguro en un día de campo que en una reunión por-
que está en su medio, lo que facilita su participación; el desafío, portante, es aprovechar lo me-
jor posible esta instancia para socializar la experiencia campesina y hacer un aporte técnico re-
levante. Su principal limitación es que no se pueden profundizar los contenidos significativos
tanto como en una reunión.
El trabajo de terreno será más beneficioso para los productores que requieren de una demos-
tración para incorporar el conocimiento, como también para los que tienen escasa experiencia
en asistencia técnica y son mas escépticos con respecto a sus resultados.
Para lograr un buen aprovechamiento de un día de campo se deben tener, en lo posible, las si-
guientes precauciones:
- Preparación del día de campo: el equipo debe ser muy cuidadoso en preparar previamen-
te cada una de sus etapas, a fin de evitar el riesgo de transformarlo en un paseo de campo en
el cual se ven muchas cosas y la mayor parte del grupo no participa, o de realizar una actividad
dirigida exclusivamente por los técnicos. En el caso de las vacunaciones colectivas es impor-
tante prepararlas adecuadamente, introduciendo momentos de trabajo grupal, evitando así el
activismo o el asistencialismo.
- Responsabilidad compartida: en el día de campo tiene que haber una participación conjun-
ta de los técnicos y campesinos tanto en la preparación como en su desarrollo. La idea es res-
catar un sentido de esfuerzo compartido que permita al grupo apropiarse de la experiencia y no
mirarla desde la distancia, sólo como una idea de los técnicos. En el caso de las siembras, es
necesario reforzar la posición del productor que tiene la experiencia en su campo incorporan-
do, en lo posible, a más personas en este proceso, preocupándose que tengan un rol significa-
tivo en la actividad. A su vez, para las reuniones de vacunaciones, el grupo campesino puede
encargarse de preparar y arreglar la manga y cobrar el valor de la vacuna, mientras que los téc-
nicos se pueden encargar de comprarla.
Antes del día de campo, el equipo, junto con los dirigentes del sector, tienen que encargarse de
hacer una buena convocatoria mediante carteles ubicados en lugares visibles y citaciones in-
dividuales que podrán hacer los mismos dirigentes. La convocatoria es esencial ya que la fe-
cha, en algunos casos, no es posible convenirla con anticipación porque depende del estado
del cultivo.
Hay formas distintas de plantearse un día de campo, pero es útil ceñirse a una pauta como la
que se sugiere a continuación.
Introducción
a) Fundamentación a cargo del equipo, en - variedades utilizadas;
la que se especificarán aspectos tales como: - superficie de cada variedad;
- diferencia de los suelos;
- los problemas que ha presentado el cultivo - labores;
del trigo en años anteriores; - insumes usados;
- otros.
Pauta de observación
Trigo Trigo
nuevo tradicional
Síntesis y conclusiones.
21
Ejemplos de pautas para la preparación de
unidades de aprendizaje
Identificación
y objetivos
Nombre de la Unidad:
Fecha de elaboración:
Elaborado por:
Objetivos:
1.
2.
3.
Programación de la unidad
Momento de la reunión Contenidos Metodología Tiempo Material de apoyo Responsable Observaciones
1. Introducción
y motivación
3. Síntesis y evaluación
Pauta de registro
de la aplicación de la unidad
1. Sectores:
2. Fecha:
3. Responsables:.
4. Número de participantes:.
5. Síntesis de la evaluación:
6. Conclusiones: _
7. Anexos:.
Ejemplo de pauta de desarrollo de los contenidos
Momento de reunión Especificaciones de los contenidos Tipo de contenidos
1. Introducción y motivación
a) Ubicación en el tema - Importancia del trigo. Problematizador
- ¿A quiénes corresponde producir trigo? Problematizador
- ¿Los agricultores pueden producir más trigo? Problematizador
- ¿Cómo se puede producir más trigo?; preparando Relacional
bien la tierra para la siembra; usando semilla selec-
cionada; sembrando entre mayo-junio; usando líqui-
do para matar maleza; alimentando con fertilizantes.
3. Síntesis
a) Contenidos Todos los agricultores pueden producir más trigo si: Significativo
siembran temprano: usan semillas seleccionadas; ali-
mentan el trigo con fertilizantes: abono y salitre (Fósforo
y Nitrógeno); usan líquido para matar malezas; siem-
bran trigo después de papas, porotos o pasto.
Reflexiones en torno al
Trabajo Educativo con
Campesinos (1)
Manuel Alberto ARGUMEDO
25
(1) Tomado del texto: Gonzalo TAPIA S. (Editor). La producción de conocimientos en el medio campesino.
PIIE, Santiago, 1987. Págs. 109 a 143
REFLEXIONES EN TORNO AL TRABAJO
EDUCATIVO CON CAMPESINOS
Manuel Alberto Argumedo (*)
LOA AL ESTUDIO
Bertold Brecht
¡Estudia lo elemental!
- |
Para aquellos cuya hora ha llegado, . .
Nunca es demasiado tarde.
Estudia al ABC. No basta.
Pero estudíalo. ¡No te canses!
¡Empieza! Tú tienes que saberlo todo.
Estás llamado a ser un dirigente.
(1933)
(*) Educador, Especialista en Educación Rural del Instituto Intoramericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)
Brasilia,, Brasil.
Hablar sobre la construcción del currículo en el trabajo educativo con campesinos no es dema-
siado complicado. Al fin de cuentas es apenas compartir con ustedes mis reflexiones sobre lo
que estaba haciendo hasta hace unos pocos meses en Ceará *. El problema es que hablar no
es solamente hablar sobre algo, sino también con alguien. Y en el momento en que escribo es-
tas líneas ustedes son una incógnita para mí, a pesar de las informaciones que mis amigos del
PIIE me dieron sobre este seminario. Quiénes son ustedes, cuáles son las cuestiones que su
trabajo les plantea, cuáles son las d:;¡cultades que perciben y también las que no perciben en
la tentativa de cooperar con los campesinos; todas esas cosas, o mejor, mi ignorancia sobre es-
tas cosas, están condicionando este discurso.
Todavía existe otro problema (u otra forma de ver el mismo problema); ustedes tampoco me co-
nocen y no saben cuáles son las condiciones concretas en las que este texto ha sido formula-
do. Quiero decir que se hablan también desde un lugar determinado. Por ejemplo, hoy en el Bra-
sil se debate el problema del sobredimensionamiento del aspecto técnico de la educación y, en
consecuencia, se proclama la "vuelta" al contenido, la "primacía" de lo que se transmite sobre
las formas de transmisión.
Ante esta situación, mi discurso alerta sobre el peligro de caer en una propuesta reaccionaria
que se convierta en la "educación bancaria" como la llamó Paulo Freiré.
Volveremos sobre este problema de los malentendidos que son inevitables en cualquier situa-
ción de comunicación. Por ahora solo quiero llamarles la atención sobre el esfuerzo que este
diálogo nos exigirá, en el sentido de "centrarnos" en el otro: para que yo no me quede pensan-
do en lo que ustedes "deberían" haber entendido y ustedes, en lo que yo "debería" haber dicho.
Ahora bien, si consideramos que el trabajo que yo estoy haciendo y el que hacen ustedes tie-
nen varios puntos en común, podemos razonablemente esperar que no sean muchos los ma-
lentendidos. Y esto me recuerda un relato de Saint-Exupéry, en "Ciudadela". El Príncipe tení-
a en su palacio dos hábiles jardineros, pero uno de ellos se fue a trabajar a un país muy leja-
no. Pasaron varios años y un buen día el Príncipe tuvo que realizar un viaje a ese país y se ofre-
ció para llevar una carta del jardinero a su amigo. El jardinero, después de dar muchas vueltas
con el papel y el lápiz, sólo consiguió escribir una frase: "Esta mañana podé mis rosales". Se
comunicaba a través de lo que hacían, de los que para ellos tenía más importancia: su traba-
27
jo como jardineros. Vamos entonces a hacer un esfuerzo por entendernos y aprovechar esta po-
sibilidad de intercambio que se os ofrece. Para facilitar el diálogo me parece conveniente ex-
plicitar los presupuestos de mi discurso, construidos a partir de lecturas y de reflexiones sobre
los problemas que me planteaba mi práctica de trabajo junto a escuelas rurales y grupos de cam-
pesinos del Nordeste brasileño.
Saber popular
¿Qué vamos a entender aquí por "saber" popular o "cultura" popular? Existen innúmeros esfuer-
zos por definir ese "saber", muchos de ellos nacidos precisamente del trabajo con campesinos,
algunos viviendo todavía en las zonas rurales, otros recientemente establecidos en las perife-
rias de las grandes ciudades. En general hay consenso sobre el hecho de que el "saber" pro-
pio de los campesinos es un saber generado en su práctica, que surge de la experiencia vital,
dentro de la cual se mezclan casi siempre algunas experiencias de educación o de adoctrina-
miento. Como afirma Cándido Grzybowski, es un saber construido en el proceso de creación
y recreación de las condiciones de existencia material y social de los campesinos. Es una sín-
tesis de su historia que expresa el modo cómo ellos comprenden su situación y las formas de
actuarf rente a los desafíos derivados de su inserción en el proceso de desarrollo del capitalismo
de actuar frente del capitalismo que procura diferenciarlos, subordinarlos, expropiarlos.
El saber campesino ha sido, en general, desvalorizado. De hecho, como resultante de la expe-
riencia histórica del campesino, es un saber heterogéneo, difuso, contradictorio. Es preciso no
caer en la ingenuidad "antropológica" de sobrevalorar ese saber popular. En cierta medida, en-
vuelve estrategias para sobrevivir en un contexto de dominación y por eso torna al campesino
más vulnerable, más fácilmente expropiable. Algunas de sus prácticas responden al interés de
los sectores dominantes, en la medida en que son inadecuadas para el momento histórico en
que se desarrollan.
Esa dimensión de "dominación" injertada en e! saber popular es la que constata el Che Gueva-
ra cuando descubre en los ojos de I campesino boliviano la mirada del patrón y fue analizada tam-
bién por La Boétie, con sorpresa e indignación, como el "discurso de la servidumbre voluntaria",
en el Siglo de las Luces.
En una historieta de Fontanarrosa -dibujante humorístico argentino- un buey hace una apasio-
nada defensa del mosquito afirmando que para él es muy importante que el mosquito le con-
verse y lo pique para no dormirse y poder trabajar y, por lo tanto, cuando el mosquito dice
"aremos", para el buey está diciendo la pura verdad. En muchas expresiones de la cultura po-
pular podemos encontrar esa aceptación fatalista de la situación como algo inmodificable, en
donde hay que encontrar además aspectos positivos, para que siga siendo, por lo menos, so-
portable.
30 Es el tipo de pensamiento que está presente cuando el campesino defiende al patrón. En Ce-
ará, por ejemplo, eran muchos los casos en que los campesinos no aceptaban la tierra que les
ofrecían los programas de colonización del gobierno y preferían hasta mudarse a otra parcela
para continuar trabajando con el mismo patrón. Piensan que el patrón les ayuda, les "presta" la
tierra, les adelanta dinero cuando necesitan; hace, en definitiva, el papel de mosquito.
Cándido Grzybowski, reflexionando sobre esa "inadecuación" histórica del saber campesino,
llega a la conclusión de que se trata de un saber hacer que ya no es apropiado frente a las exi-
gencias de determinada estructura y proceso de producción social. En resumen, no responde
a las necesidades de la organización dominante de la producción. No se trata de que los cam-
pesino no sepan sino de quo su saber es inútil para la producción social en la cual se inserta,
es inadecuado y por eso no-reconocido. En el contexto de las relaciones sociales de produc-
ción dominantes, que se define el saber campesino como inadecuado. La posición dominante
en esas relaciones da el poder para definir cuál es el modo de producir que es apropiado, por-
que conviene a los interese de los que mandan. En ese sentido, Braverman habla de la progre-
siva "degradación" del trabajo.
La defensa del "saber" popular lleva a algunos autores a ponerlo por encima de la historia. Es
el caso, por ejemplo, de Fals Borda que a pesar de reconocer que ese saber envuelve ciertos
aspectos negativos -como la tendencia a imitar grupos dominantes y cierta predisposición a la
pasividad y a la resignación- considera que éstos son sólo "agregados", características de és-
te, nuestro momento histórico. Hoy, el impacto de los medios de comunicación sobre los sec-
tores populares hizo surgir una "cultura de masas" que se entrelazó con el "folk" -o sea, la autén-
tica cultura popular-, pero que no debe confundirse con él.
Para Fals Borda, la cultura populartiene aspectos marginales que se cambian en la historia, pe-
ro sin que sufra el aparato cultural total, y aspectos sustanciales que le dan su racionalidad y
estructura propia. Más adelante volveremos sobre ese concepto de "racionalidad". Nos intere-
sa ahora la caracterización que Fals Borda hace de esos valores sustanciales de la cultura po-
pular: para él son ancestrales, originados mucho antes del nacimiento del capitalismo, acendra-
dos y que perduran a través de la historia. Este camino es peligroso porque conduce a la afir-
mación de la existencia de verdades eternas y ahistóncas y porque niega el auténtico valor de
la construcción permanente de esa cultura popular como resultante de las experiencias histó-
ricas de los grupos dominados. La historia sólo producirá en ese "aparato" cultural, según Fals
Borda, cambios marginales. Lo que está muy lejos de nuestra convicción de que el propio hom-
bre se construye permanentemente a sí mismo en esa historia y construye, al mismo tiempo,
un mundo humano.
En una dimensión filosófica, Szilasi nos aporta algunos elementos para comprender ese saber
popular y su anclaje en la historia. Según él, el conocimiento es teoría y la experiencia abarca
la totalidad de la praxis humana. El saber es lo que relaciona praxis humana. El saber es lo que
relaciona praxis y teoría, el punto de partida y de inserción de la teoría en la práctica. La fuen-
te básica del saber es la capacidad de imaginar, lo que Aristóteles llamó "fantasía", como uno
de los elementos fundamentales de la praxis humana. Esa "fantasía" es la capacidad de hacer
visible una cosa en la mente, de crear una imagen, tal como se expresa cuando decimos: 'ten-
go una idea".
El campesino, por ejemplo, tiene una ¡dea de lo que va hacer, de cómo preparar la tierra y sem-
brar, de lo que se va a cosechar. Ese tener idea supone una larga intimidad con las cosas. Sin
tener conocimiento de los procesos químicos a través de los cuales el abono mejora la calidad
de la tierra, él sabe cómo y cuándo debe abonar. Su experiencia hace que su saber vaya mu-
cho más allá que su conocimiento, sabe muchas cosas sin conocerlas. Puede ser que una per-
sona tenga inclusive ciertos conocimientos sobre su trabajo, como en el caso de un médico, pe-
ro su saber, su experiencia ganada en la práctica, es otra cosa. Como afirma Szilasi, "los co-
nocimientos no agotan su saber", saber que nace de la acción y constituye lo esencial de ella.
- Los campesinos no saben, o mejor dicho, su saber no sirve para nada. Son "tradicionalistas",
"alienados", "no tiene capacidad para articular una interpretación científica de su propia reali-
dad", etc. Esta caracterización justifica al intelectual y su papel tutelar respecto a los campesi-
nos; en líneas generales, nos recuerda los consejos que las lloronas le dan a Severino, el fina-
do, para cuando se encuentre con los demonios:
Yo escuché decir a una extensionista en Ceará: "¡qué sería de esos agricultores si nosotros no
les hubiéramos enseñado a plantar!". Ustedes ya conocen demasiado esta posición que diag-
nostica el idiotismos de los campesinos y se propone rescatarlos de las fauces de la ignoran-
cia.
- Los campesinos ya lo saben todo, por tanto, el técnico no tiene ningún papel y se transforma
en un observador participante, en un admirador del saber de los campesinos, que procura pro-
teger esa pureza de una cultura primitiva. Esta posición antropológica descubre la cultura cam-
pesina como un sistema cerrado y autosuf ¡cíente, y transforma al técnico en un espectador res-
petuoso de ese acontecer:
Pensado así, el papel del técnico se reduce a escuchar, a mirar, a registrar atentamente ese mo-
do de vida, protegiéndolo de cualquier intervención externa.
- Finalmente, puede pensarse que los campesinos saben algunas cosas, pero necesitan apren-
der otras; que en alguna medida, su saber es inadecuado y en parte no; que es necesario po-
ner en sus manos los instrumentos que les ayudarán a sistematizar ese saber y construir a par-
tir de él un conocimiento que responda a sus intereses y necesidades.
Para que todo sea todavía más claro, el autor elogia la información que es recibida de los cam-
pesinos: es un gran aporte intelectual crítico, una información extremadamente valiosa, de pri-
mera mano (no podemos dejar de recordar aquí el título de una película inglesa: "De la boca del
caballo"), que permitió enriquecer la tarea de sistematización y análisis de los intelectuales. Más
adelante llama a los intelectuales, que participan como agentes de proceso, "orgánico" porque
"bebieron en fuentes populares" y "se basaron en la experiencia rústica". Aquí se evidencia con
extrema nitidez la diferencia entre esa investigación-acción (más preocupada por legitimar el
36 trabajo de los intelectuales) y nuestra propuesta de que los mismos campesinos "sean produc-
tores de conocimiento". En la secuencia de la investigación-acción, ¿en qué momento los cam-
pesinos aprenden a sistematizar y analizar los datos de su realidad?, ¿cuándo llegarán a sa-
ber lo que es necesario hacer para madurar y ordenar un conjunto de informaciones?
En este tipo de propuestas se afirma que los campesinos no tienen capacidad para sistemati-
zar y ordenar las informaciones que recogen sobre su realidad -lo que puede ser verdad-, pe-
ro a partir de ahí se supone que tampoco tienen capacidad para aprender a hacer eso, trans-
formándolos así en meros receptores de mensajes elaborados por los técnicos. Puede ser que
esos mensajes se construyan con materiales producidos por el saber campesino, pero esos ma-
teriales son incorporados a una sintaxis de los técnicos. Como tutor de un grupo que no podrá
nunca aprender a caminar solo, el técnico será siempre indispensable.
1. Los campesinos, como clase o sector de clase, deberán ser sujetos protagonistas de su his-
toria, y no apenas instrumentos para que contribuyan a la realización de los intereses de otros
grupos.
2. Para que eso sea posible, es necesario que los campesinos construyan una concepción del
mundo coherente, una visión de ellos mismos como grupo y del contexto social en el que están
insertos, de sus necesidades e intereses y de las interrelaciones que existen entre esos inte-
reses y los de otros sectores sociales.
3. La construcción de esa concepción del mundo es un proceso continuo de reflexión crítica so-
bre su saber y de apropiación crítica del conocimiento acumulado por los hombres a través de
la historia. Es un proceso de construcción de "teoría" a partir de su experiencia y del conoci-
miento científico que consiste en analizar esos productos considerando cuándo y para qué
fueron elaborados y determinar si les serán útiles para el problema que enfrentan o será nece-
sario producir nuevos conocimientos.
4. Ese proceso de producción de conocimientos debe estar anclado en la situación concreta de
vida de los agricultores y partirá de las necesidades percibidas por ellos como más urgentes,
cuestionando su saber y los "productos" del conocimiento científico y el "sentido" o la dirección
política en que esos recursos le permiten "aparentemente" satisfacer sus necesidades.
5. El técnico, en la medida que asume los intereses de clase de los campesinos, puede cooperar
con ese proceso. Esto no significa que se transforma en "intelectual orgánico" de la clase, sino
que pone a disposición de los campesinos todos sus conocimientos científicos, tanto el
repertorio de informaciones como los procedimientos y reglas de producción.
El primer problema tiene que ver con el estado actual del pensamiento pedagógico en Brasil.
Desde una excesiva preocupación por las técnicas, los educadores han pasado a lo que llaman
"pedagogía de los contenidos". Se considera que lo más importante es enseñar cosas, y que
preocuparse por la forma cómo se enseña es un pecado. En otra época, lo más importante era
cómo enseñar y se discutía sobre técnicas, materiales y recursos variados aplicados a la situa-
ción educativa. De pronto se para la máquina y se descubre que con tanta preocupación por los
aspectos formales, habíamos olvidado que el objetivo era enseñar a leer, escribir, calcular y dar
a los alumnos una serie de informaciones mínimas sobre la realidad. Entonces se proclama la
primacía del contenido y la muerte del método.
Es claro que el trabajo educativo con los campesinos no puede ser vacío de contenidos, lo que
tenemos para ofrecerles es un conjunto de conocimientos sistematizados que han sido acumu-
lados a través de la historia, y que es necesario poner a su disposición para que utilicen esa
información en la producción de un nuevo conocimiento adecuado a sus intereses y necesidades
presentes. Saber leer y escribir, dominar algunos códigos sociales básicos, calcular, tener
informaciones de la organización social y económica en la que se inserta su trabajo, sobre el
destino de lo que ellos producen, sobre los interesesde los diferentes actores sociales, todo eso
es el contenido del trabajo educativo con los campesinos.
Sin embargo, la cultura -y la ciencia, como un caso especial de la cultura- no es apenas un
conjunto de productos, sino también un modo de producir, un método que permite avanzar en
la exploración de la realidad. Aprender ese método es de fundamental importancia para los cam-
pesinos en un proyecto político de autonomía. No se trata solamente de acumular conocimientos,
sino de aprender a producir el conocimiento necesario. En consecuencia, preocuparnos por el
contenido, facilitar el acceso al conocimiento como producto que es patrimonio de la humanidad,
debe realizarse de una manera crítica. Y cuando afirmamos eso, estamos hablando del método,
del conocer como práctica-crítica y no apenas del conocimiento como producto.
Ahora bien, lo que aquí denominamos método tiene que ver con la actividad humana de "cono-
cer" la verdad de las cosas, de construir una teoría sobre la realidad que le permita operar con
la realidad. Quiere decir que no se trata tampoco de un conjunto informe de técnicas e instru-
mentos. En realidad, el método debe ser el factor unificadorde todos los elementos operacionales
que el grupo utilizará en la situación educativa concreta. La concepción que tenemos del cono-
cimiento y del método es el criterio que nos orientará en la selección de técnicas y recursos, en
la elaboración de los materiales.
En nuestro trabajo con los campesinos, sucede lo mismo: no hay sólo un texto, sino varios.
Podemos haber construido un texto amplio, flexible, abierto, tratando de abarcar muchas
situaciones. Eso no es suficiente. Es preciso tener en claro que el nuestro no es el único texto
Están los textos que llegan con cada uno de los campesinos, con sus familias, producidos en
situacionesdiferentes, con huellasde historias diversas. Son muchos los textos que estarán pre-
sentes en cada momento y no podríamos de ningún modo haberlos previsto con toda la riqueza
de su particularidad.
Sin embargo, a pesar de entender el currículo como algo que se construye en cada situación
educativa concreta, entendemos al mismo tiempo la educación como una acción política,
intencional. Eso significa que cada uno de nosotros tiene su "texto" en el momento de partida
en que tiene conciencia de esa "propuesta curricular" y que en la medida en que tiene conciencia
de esa "propuesta" actúa como sujeto y rio como mero instrumento de otros; es más libre, porque
está siendo menos manipulado.
En realidad, nuestra propuesta curricular deriva de las cinco proposiciones que anuncia-
mos. Con esos objetivos entramos a participar en la situación concreta educativa de cada
grupo particular de campesinos. El currículo será "construido" por ellos, a partir de sus intere-
ses y necesidades. No queremos que ellos sean apenas actores de un texto ya escrito, por
más breve y esquemático que ese texto sea, por más que él permita la máxima libertad,
queremos de hecho que ellos mismos -para utilizar una expresión de Antonio Faúndez- sean
autores de su texto, que escriban su historia, empezando por la historia concreta de su
educación.
Para concluir quiero plantear algunos problemas que debemos tener en cuenta en ese procesos
de cooperación con el trabajo educativo de los campesinos.
El primer problema tiene que ver con el estado actual del pensamiento pedagógico en Brasil.
Desde una excesiva preocupación por las técnicas, los educadores han pasado a lo que llaman
"pedagogía de los contenidos". Se considera que lo más importante es enseñar cosas, y que
preocuparse por la forma cómo se enseña es un pecado. En otra época, lo más importante era
cómo enseñar y se discutía sobre técnicas, materiales y recursos variados aplicados a la situa-
ción educativa. De pronto se para la máquina y se descubre que con tanta preocupación por los
aspectos formales, habíamos olvidado que el objetivo era enseñar a leer, escribir, calcular y dar
a los alumnos una serie de informaciones mínimas sobre la realidad. Entonces se proclama la
primacía del contenido y la muerte del método.
Es claro que el trabajo educativo con los campesinos no puede ser vacío de contenidos, lo que
tenemos para ofrecerles es un conjunto de conocimientos sistematizados que han sido acumu-
lados a través de la historia, y que es necesario poner a su disposición para que utilicen esa
información en la producción de un nuevo conocimiento adecuado a sus intereses y necesidades
presentes. Saber leer y escribir, dominar algunos códigos sociales básicos, calcular, tener
informaciones de la organización social y económica en la que se inserta su trabajo, sobre el
destino de lo que ellos producen, sobre los intereses de los diferentes actores sociales, todo eso
es el contenido del trabajo educativo con los campesinos.
Sin embargo, la cultura -y la ciencia, como un caso especial de la cultura- no es apenas un
conjunto de productos, sino también un modo de producir, un método que permite avanzar en
la exploración de la realidad. Aprender ese método es de fundamental importancia para los cam-
pesinos en un proyecto político de autonomía. No se trata solamente de acumular conocimientos,
sino de aprender a producir el conocimiento necesario. En consecuencia, preocuparnos por el
contenido, facilitar el acceso al conocimiento como producto que es patrimonio de la humanidad,
debe realizarse de una manera crítica. Y cuando afirmamos eso, estamos hablando del método,
del conocer como práctica-crítica y no apenas del conocimiento como producto.
Ahora bien, lo que aquí denominamos método tiene que ver con la actividad humana de "cono-
cer" la verdad de las cosas, de construir una teoría sobre la realidad que le permita operar con
la realidad. Quiere decir que no se trata tampoco de un conjunto informe de técnicas e instru-
mentos. En realidad, el método debe ser el factor unificadorde todos los elementos operacionales
que el grupo utilizará en la situación educativa concreta. La concepción que tenemos del cono-
cimiento y del método es el criterio que nos orientará en la selección de técnicas y recursos, en
la elaboración de los materiales.
El contenido de la acción educativa
Un segundo problema tiene que ver con la relevancia, con el significado que debe tener para
el grupo el contenido de la acción educativa. Es lo que Freiré llama "la rigurosidad del conoci-
miento necesario". Pero, ¿cómo saber lo que este grupo particular de campesinos necesita aquí
y ahora? En lo que hablamos hasta ahora hay muchas respuestas a esta pregunta. Pero en
realidad la respuesta debe buscarse en la comprensión de la situación concreta del grupo. Es
preciso que el educador esté atento, alerta, para descubrir lo que el grupo percibe como su
necesidad y pase a discutir con ellas la "pseudo-concreticidad" de esa necesidad y la muestre
en su relación con la totalidad.
Lo que es necesario para cada grupo concreto de campesinos con el que estamos trabajando
no es algo que nosotros determinamos. Se descubre a través del diálogo cotidiano con ellos,
de un diálogo que se fundamenta en nuestro compromiso político con la causa campesina, con
la construcción de su proyecto de la sociedad.
En un seminario sobre trabajo educativo con agricultores, un técnico se lamentaba del "inme-
diatismo"del campesino: "nosotros estamos preocupados por reforzar las formas de organización
que les permitirán avanzar en la lucha por defender sus derechos", afirmaba, "y ellos se
interesan sólo por encontrar formas que los ayuden a resolver sus problemas". El problema es
que no se trata de dos cosas diferentes: sólo será posible reforzar la organización en la medida
en que se trabaje en torno a las necesidades que el grupo percibe como inmediatas. La crítica
del saber y del conocimiento científico no es una actividad "contemplativa", es algo que sucede
en el camino, andando, que se inicia en el momento de formular con más claridad la necesidad
y las consecuencias que podrán tener los diferentes modos de satisfacerla. Es en ese punto
concreto donde los campesinos deberán descubrir sus intereses y los intereses de los otros
grupos, donde tomarán conciencia de su forma particular de inserción en la sociedad como un
todo.
Aquí considerase conveniente tener en cuenta una reflexión de Goldmann sobre la importancia
del concepto de conciencia posible para la comunicación. En cualquier situación de comunicación,
la conciencia receptora recibe apenas una parte de la información, e inclusive esa parte puede
ser deformada en algunos aspectos. Esa capacidad de recepción "limitada" depende para Gold-
39
mann de la conciencia posible del receptor, que no es sólo lo que piensa y cree, sino más bien
lo que un grupo social, como grupo, puede llegar a pensar, los cambios que pueden producirse
en su conciencia sin que se modifique lo que lo constituye como grupo, lo esencial, lo que
diferencia de los otros. En resumen, el conocimiento no llega más allá del límite compatible con
la existencia del grupo como tal; cuando el mensaje cuestiona en lo fundamental la existencia
del propio grupo, la información no es recibida o se recibe deformada.
Esas reflexiones de Goldmann nos recuerdan que no es posible acortar caminos, saltar etapas.
En el proceso de construcción colectiva del conocimiento, los atajos no llevan a ninguna parte.
Puede ser que una información sea importante para el grupo de campesinos en un punto más
adelante del camino, pero no tiene sentido adelantarla. Si ahora no es necesaria será inútil.
1. ¿Es más importante la "actitud" del técnico delante de los campesinos, su compromiso po-
lítico con ellos, que el "saber hacer", la competencia como educador? Después de mucha dis-
cusión llegamos a concordar en que el papel del técnico deberá entenderse como un compro-
miso en el hacer, o como un quehacer comprometido. Sería un error discutir solamente la po-
sición del técnico y al mismo tiempo continuar haciendo las cosas mal o utilizando técnicas con-
tradictorias con los intereses de los agricultores, como también intentar dominar una serie de
técnicas sin discutir o el significado más profundo de las acciones.
2. ¿Debe el técnico siempre indicar el camino correcto o dejar que los campesinos hagan lo que
ellos consideran adecuado sin intervenir para nada en sus decisiones? Esta cuestión se reco-
loca en varios momentos del trabajo del técnico y se cae una y otra vez en la sobre protección
y la tutela de los campesinos, o en el abandono, argumentando que deben aprender por el mé-
todo de ensayo y error. Sólo conseguimos avanzar en la superación de este dilema a través de
un proceso permanente de cooperación crítica entre los técnicos.
3. ¿Cuál es el límite del compromiso del técnico en los asuntos de la comunidad de campesi-
nos? En muchos casos, el técnico creaba fuertes lazos afectivos con el grupo y se comprome-
tía directamente en el quehacer sindical como organizador y dirigente, para superar este dile-
ma procuramos discutir permanentemente sobre la situación del técnico y su papel como edu-
cador, sobre la necesidad de su aporte específico para apoyar los procesos de producción de
conocimiento.
4. ¿Es necesaria una preparación previa, un momento de estudio antes de empezar el traba-
jo educativo con los agricultores? ¿Cuándo el técnico esta preparado para iniciar su trabajo jun-
to a los campesinos? Este dilema tienen que ver con la dificultad, derivada del mismo proceso
de formación profesional, para descubrir las articulaciones entre teoría y práctica. No conse-
guíamos integrar los momentos de lectura con nuestras discusiones sobre el trabajo concreto.
El estudio y el análisis de la práctica se mantenían separados como agua y aceite. Nos propu-
simos que nuestro "texto" sería la realidad y que haríamos un esfuerzo para recuperar el ejer-
cicio de la actividad educadora como momento de aprendizaje, evitando que se transformase
en rutina; queríamos recuperar la riqueza del diálogo sobre la realidad en el momento de actuar
41
sobre ella para transformarla.
Pero tomar conciencia del problema no es lo mismo que resolverlo. Sin duda esas cuestiones
volverían a presentarse en el camino de los técnicos; en su contacto cotidiano con los campe-
sinos, todos pasarían por nuevos momentos de desconcierto en los que se sentirían confusos
y atrapados otra vez en los falsos dilemas que ya creían superados. ¿Cómo evitar eso? ¿Có-
mo garantizarnos un espacio permanente para volver a discutir nuestras dudas y alejar esas fa-
lacias que no nos dejarían avanzar? La única solución que encontramos fue poner en marcha
un sistema de acompañamiento y formación continua, que funcionaba más o menos así:
-Un grupo de técnicos, más distanciados del trabajo de campo, se dedicaba a leer y seleccio-
nar textos que presentaran propuestas alternativas de trabajo educativo con campesinos, a ana-
lizar cuidadosamente los documentos de trabajo, los informes y evaluaciones de experiencias.
-Una o dos veces por mes, los técnicos de ese grupo acompañaban a los técnicos de campo
en su trabajo junto a las organizaciones de campesinos, pasaban el día con ellos, ayudándo-
los, observando su manera de trabajar, conversando sobre sus problemas.
-Una vez por mes nos reuníamos todos durante dos días para intercambiar nuestras experien-
cias de trabajo y de seguimiento, nuestras lecturas y nuestra práctica. Esas experiencias eran
analizadas colectivamente, con el máximo rigor posible, porque todos sentíamos que era ese
el cuestionamiento que nos ayudaría a ir más lejos.
Cuando empecé mi trabajo en Ceará, los técnicos me pedían, me exigían casi, que les dijera
cómo debían trabajar con los campesinos, que les entregara una metodología. Mi respuesta fue
proponerles algo bien diferente: construir junto esa metodología, compartiendo la práctica y re-
flexionando críticamente sobre ella, de modo permanente. Me negué a dar recetas y el resul-
tado fue una metodología escrita por todos, una metodología que ellos continúan todavía es-
cribiendo. Como decía Makarenko, la nueva pedagogía no nace de los intelectuales encerra-
dos en sus gabinetes,
3. BRANDAO, CARLOS R. "O imaginario da prática". En Almanaque. Cademos de Literatura e Ensato. Sao
Paulo, Brasiliense, (11): 7-9, 1980.
5. FALS BORDA, ORLANDO. "La ciencia y el pueblo". EN FALS BORDA et allí, Investigación participa-
tiva y praxis rural. Lima, Mosca Azul, 1981. p. 19-47.
6. GOLDMANN, LUCIEN. "Importancia del concepto de conciencia posible para la comunicación". En CO-
LOQUIOS de Royaumont. El concepto de información en la ciencia contemporánea. México Siglo XXI,
1977, p. 31-54.
7. GRZYBOWSKI, CANDIDO. "O saber dos camponeses em face do saber dos técnicos". En Proposta.
Río de Janeiro, Federacáo de órgáos para Asistencia Social e Educacional, (27): 60-63, nov. 1985.
9. A PEDAGOGÍA FREINET POR AQUELES QUE A PRACTICAM. Santos, Livraria Martins Fontes, 1976.
42 10. SZILASI, WILHELM. Fantasía y conocimiento. Buenos Aires, Amorrortu, 1969. 120 p.
CAPITULO II
Escenarios de
Capacitación Participativa
(1)
Javier PONCE
Rene UNDA
43
(1) Tomado del libro: Fausto JORDÁN (compilador. Capacitación y participación campesina. Instrumentos
metodológicos y medios. Cap. II. Servicio Editorial IICA, San José (Cosía Rica), 1989. Págs. 46 a 83
INTRODUCCIÓN
Antecedentes
El presente documento ha sido preparado en el marco del Proyecto Multinacionalde Capacitación
de Capacitadores, cuyos destinatarios terr..¡nales son los campesinos, bajo la responsabilidad
del Programa III del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), deno-
minado Organización y Administración para el Desarrollo Rural (PROADER).
El Proyecto Multinacional, por su parte, refleja el interés en peñeren práctica las recomendaciones
surgidas de la evaluación del Plan de Mediano Plazo (PMP) ejecutado por el IICA entre 1983
y 1987 y recogidas en el PMP elaborado para el período 1987-1991, que se encuentra actual-
mente en ejecución, una vez que fue analizado y aprobado por la Junta Interamericana de
Agricultura (IICA 1986).
El problema específico que trata de resolver este proyecto es "la inadecuada organización insti-
tucional, concepciones, métodos y técnicas empleadas en acciones de capacitación campesina
para que éstas se desarrollen de acuerdo con criterios participativos y las condiciones socioeco-
nómicas y culturales de la población campesina" (IICA-PROADER 1987).
En este contexto institucional y auspiciado por el PROADER, se ilevó a cabo en San José, Costa
Rica, en julio de 1987, un Seminario-Taller Internacional sobre Capacitación Campesina, con
el objeto de establecer los lineamientos conceptuales y metodológicos para implementar el
Proyecto Multinacional.
En la segunda parte, se incluye la explicación de los sujetos del proceso capacitador y sus cara-
cterísticas; la relación capacitador /capacitando; y el perfil del capacitador.
De allí que lo que se diga sobre capacitación campesina, en estas páginas, será en función de
generar y facilitar la participación del campesinado en su propio desarrollo.
El hecho de concebir el presente documento como una "opción" metodológicia en la que "la par-
ticipación y la autogestión del mismo proceso de capacitación constituyen la única forma posible
de aprender a actuar de manera autónoma" (Cap. I), presupone su carácter polémico.
Conceptos de participación
Si la tónica del documento es la discusión en torno a los procesos educativos generadores de
la participación, es conveniente dejar aclarado, en esta introducción, lo que se entiende por
"participación".
Existen pocos términos tan ambiguos como éste de "participación".
Puede entenderse, como tal, la simple presencia física de alguien en un lugar, sin que ello
implique compromiso con lo que allí ocurre.
Avanzando un poco más en el concepto, también puede hablarse de participación cuando un
grupo organizado interviene en la ejecución de una obra que, sin embargo, fue programada sin
45
consultar al grupo y sin su presencia durante el período de diagnóstico, decisión) o planificación.
Un caso típico en la Región es la construcción de obras de infraestructura, donde el grupo cam-
pesino no hace otra cosa que aportar con su mano de obra no calificada, manteniéndose ajeno
al diseño y al seguimiento durante su ejecución.
Puede entenderse también como participación de una comunidad campesina, aquélla que se
da efectivamente en el marco de un proyecto estatal, pero donde las metas, los sistemas de
programación y ejecución, y los tiempos, son aquellos del Estado.
Un ejemplo típico de lo último sería el desarrollo rural integral en el caso ecuatoriano, simbo-
lizado en los llamados "comités campesinos".
Prueba de la debilidad extrema de dichos comités fue su incapacidad para movilizar a los sec-
tores rurales en el momento en que un gobierno se propuso cambiar el rumbo de los proyectos.
Se encuentra también, en otras y muy distintas experiencias de educación popular en América
Latina y el Caribe, formas de concebir la participación campesina bajo un signo radicalmente
opuesto a lo anotado hasta aquí. En ellas se habla, por ejemplo, de aplicar desde un principio
el pleno control campesino sobre una acción que ha sido, sin embargo, inducida desde fuera
del campesinado. Huérfana de instrumentos técnicos suficientes, de conocimientos y experiencias
previas, la comunidad tiende a fracasar en estos casos.
Es más aproximado, entonces, hablar de participación plena del campesinado en todos los as-
pectos de un programa de desarrollo, pero dentro de un proceso en el que éste va dominando
destrezas de gestión y formas de organización operativas, sin por ello perder su identidad cul-
tural; y en el marco de estilos propios, únicos, de organizarse.
La participación organizada no se da por generación espontánea, ni puede reducirse a la inclu-
sión de la organización en cuanta actividad se inicie.
Las organizaciones campesinas de cualquier lugar de la región, ya sean de la sierra o el litoral
de América Latina, o de las regiones rurales del Caribe, tienen su propio ritmo de desarrollo,
tienen vida independiente al margen del proyecto estatal de desarrollo rural. Es indispensable
que esta condición sea tenida en cuenta. Ignorarla puede provocar conflictos y desfases en la
relación proyecto/campesinado. Tenerlo presente significa diseñar meca-nismos que vayan
aproximando a los dos sujetos distintos del proceso -el campesino y el técnico-. Este procedi-
miento se conoce como "proyecto-proceso".
De tal manera que, si se habla aquí de un proyecto-proceso, hay que pensar ante todo que se
está frente a un conjunto de "ejercicios" de diversas prácticas de comportamiento organizado,
los cuales siempre que sean sistemáticos y evaluados, irán interiorizando en el grupo las
razones y justificativos para actuar organizadamente.
- La capacitación participativa
Así entendida la participación, la "capacitación con participación" sería aquélla que en el marco
de la producción colectiva de conocimientos, potencializa en el campesinado la capacidad de
organización y de gestión de su desarrollo, transferencia que incluye información, motivación
y animación de procesos.
Se pueden señalar los siguientes elementos que se constituyen en componentes de una estra-
tegia de participación campesina -y por tanto de capacitación participativa- dentro del desarrollo
rural:
Las responsabilidades sustanciales durante la fase de ejecución del desarrollo rural, y hasta que
el campesinado vaya tomando el control de ciertos aspectos, debiera quedar en manos de los
técnicos.
En este caso, es importante que tales técnicos comprendan las peculiaridades de la realidad
campesina y sean objetivos para apuntar a aquello que verdaderamente es estratégico: afectar
estructuralmente la situación campesina dentro del conjunto de la sociedad.
En síntesis, una acción de desarrollo debe constituirse en lo que, dentro de este documento, se
denominará "acción generadora", esto es, la inyección de elementos de cambio en e! seno de
una realidad de pobreza, no con la voluntad de transformarla de inmediato, sino de favorecer
las condiciones internas del grupo, para una acción autogestionada de cambio.
LA CONCEPTUALIZACION DE UNA
CAPACITACIÓN ALTERNATIVA
Cambios dentro de la capacitación
en América Latina y el Caribe
Las políticas agropecuarias de las últimas décadas en América Latina y el Caribe se han carac-
terizado poruña marcada preocupación en introducirtransformaciones tecnológicas a través de
los procesos de capacitación.
Esta preocupación fundamental, que entre los años 50 y 60 desembocó en los programas lla-
mados de "extensión", con una notable inspiración norteamericana, ha ido sufriendo modifica-
ciones en la medida en que las propias concepciones del desarrollo han experimentado cam-
bios profundos.
Para entonces, la "extensión" buscaba sustancialmente elevar los niveles de producción y pro-
ductividad, luchar contra las prácticas tradicionales que configuraban una sociedad rural con-
ceptualizada como conservadora y paralizada.
Para tal efecto, "la respuesta fue educación y comunicación, a través de las cuales iba a serf ac-
tible introducir valores y actitudes diferentes, motivando a las poblaciones rurales para el pro-
ceso de cambio" (Werthein et al. 1985). Ante la pregunta de cómo atacar la baja productividad
adjudicada a las deficiencias técnicas, las instituciones respondieron: "A través de la réplica de
lo sucedido en el sector industrial: masiva transferencia de tecnología productiva de los países
más ricos" (Werthein et al. 1985).
"De acuerdo, tanto con los conocimientos convencionales, como con diversas declaraciones ofi-
ciales de los gobiernos y las Naciones Unidas, desarrollo rural significa algo más que el mero
aumento de la producción agrícola. Implica también una distribución más pareja de los ingre-
sos y una mayor participación de la población rural en las decisiones económicas y políticas, y
en la sociedad en general" (SAHR/INCA RURAL/PNUD/FAO 1987).
Esta nueva concepción del desarrollo necesariamente tenía que modificar no sólo los conteni-
dos, sino las estrategias metodológicas de la capacitación campesina.
A esto se suman los avances, a finales de los 60 y primeros años de la década del 70, de la edu-
cación popular en sus distintas vertientes, y particularmente el surgimiento de "una corriente so-
ciológica" que "propone la investigación-acción como una alternativa metodológica de estilo par-
ticipativo" (SAHR/INCA RURAL/PNUD/FAO 1987) aplicada a los procesos de capacitación.
Pero si bien muchas áreas de la educación, incluso dentro de la educación no formal, sobre to-
do en entidades no gubernamentales, van abandonando el estilo anterior de trabajo, en las po-
líticas oficiales del sector rural se produce una más lenta asimilación de los métodos de la in-
vestigación-acción y la capacitación participativa, lo que -en tanta contradicción de base- afec-
ta los programas oficiales de la Región.
En efecto, las instituciones estatales en la mayoría de países de América Laitna y el Caribe con-
tinúan aplicando criterios verticalistas de planificación y ejecución de la capacitación, hereda-
dos tanto del extensionismo como del programa de desarrollo de la comunidad. Estructuran a-
ún sus planes con miras a mejorar o transformar los sistemas de producción vigentes en el sec-
tor rural a través de uan transferencia tecnológica, sin consideración de las particularidades y
condiciones del sujeto de la acción.
Como consecuencia, los sectores rurales de estos países han ido incorporando muy parcial-
mente modificaciones tecnológicas; incluso aquello ha ocurrido no por efecto únicamente de la
acción institucional, sino también por influencias de canales informales de comunicación -pu-
blicidad comercial, migración- en el marco de un irreversible proceso de pérdida de identidad
cultural, siendo los resultados muy relativos.
En este contexto, al recorrer las experiencias estatales de capacitación en América Latina y el
Caribe a lo largo de las últimas décadas, se constata que, con excepciones relativas y debidas
a capacidades especiales de uno que otro técnico o a la existencia de programas aislados que
han incorporado nuevas prácticas de educación de adultos, las acciones de capacitación cam-
pesina de las diversas instituciones han sido poco exitosas.
Es difícil, en este momento, sustentar con base investigativa esta afirmación, pues otra de las
características de dicha capacitación es el haber carecido de seguimiento para evaluar su im-
pacto. Simplemente los programas han sido medidos en número de eventos y de participantes,
parámetros que, de ser válidos, hubieran modificado radicalmente la situación en el sector ru-
ral de la Región.
Sería injusto interpretar en el momento este hecho como una total impermeabilidad de los pro-
gramas estatales frente a las corrientes de la educación popular. De hecho, en muchos casos,
la concepción de la capacitación campesina ha ido variando de acuerdo con los cambios ocu-
rridos en las estrategias de desarrollo; ha asimilado de las experiencias de educación popular
latinoamericana la concepción de compromiso con la realidad, de criticidad, de reconocimien-
to de las capacidades del campesinado y del derecho de éste a trazarse su propio proyecto edu-
cativo estrechamente ligado a su práctica cotidiana. Sin embargo, persiste todavía una tenden-
cia heredada de la vieja concepción de la capacitación vertical.
Esta convivencia de dos corrientes ha revitalizado aún más los efectos de la educación no for-
mal entre el campesinado de la Región, dificultando el desarrollo metodológico de la capacita-
ción campesina.
Es importante, entonces, preguntarse qué factores han influido, tanto en los sectores institucio-
nales directivos como en los agentes de cambio, para no transformar radicalmente sus prácti-
cas tradicionales que, aún ellos, perciben como poco ajustadas a la circunstancia actual.
Entre otros factores podrían señalarse como preguntas que incluyen la afirmación:
¿ Facilísmo? ¿Temor a experimentar nuevas propuestas? ¿ Presiones creadas por la propia pre-
mura de las acciones?
Es indudable que los anteriores elementos conspiran contra la posibilidad de un cambio defi-
nitivo en los modos de hacer capacitación. Todo ello impide una definitiva adopción de la estra-
tegia participativa en los programas estatales en el nivel regional.
Porque la capacitación por sí sola no es suficiente para cubrir las necesidades del sujeto de la
acción.
Al respecto, podrían citarse cientos de ejemplos extraídos de la práctica del técnico de campo
de los distintos países de la Región, en los cuales las recomendaciones técnicas resultan im-
practicables porque se estrellan con las condiciones socioeconómicas del campesinado.
A partir de algunas realidades de la Región, podrían plantearse los siguientes interrogantes:
¿Cómo hablar sin caer en el vacío, dentro de un país andino, del necesario descanso periódi-
co de las tierras de vocación agrícola, frente a un auditorio de minifundistas que están obliga-
dos a seguir explotándolas año tras año?
¿Qué sentido tiene demostrar las ventajas de la comercialización conjunta y los perjuicios de
la presencia de una cadena de intermediarios, ante campesinos que cubren sus necesidades
elementales con ventas adelantadas de su cosecha a dichos intermediarios?
¿Para qué motivar a través de la capacitación a una población de pequeños campesinos, en tor-
no a las ventajas del crédito para la adquisición de semillas calificadas, si frente a una afluen-
cia de créditos para el efecto los intermediarios responderán especulando con la demanda cam-
pesina de semilla?
Sobreestimación del papel de las técnicas de comunicación
Hay también quienes consideran que la crisis de la capacitación tradicional es un fenómeno que
se supera fundamentalmente con técnicas y recursos pedagógicos. A partir de este criterio, se
han difundido, por ejemplo, en varios países, sofisticados filmes y videos para vender a la po-
blación campesina paquetes tecnológicos en materia de sistemas de riego, uso de insumos o
técnicas agrícolas sin referencia evidente a una realidad concreta.
La capacitación no es escencialmente un conjunto de técnicas o instrumentos que se aplican
por igual para los distintos programas como asistencia agropecuaria, salud, técnicas de riego.
Pensar lo contrario significa quedarse en esquemas tradicionales.
El aprendizaje fragmentado
Si la realidad es un todo interrelacionado, y por tanto las limitaciones técnicas en el pequeño
campesino responden en buena medida a que éste ha sido un sector social y políticamente pos-
tergado; si el acceso a nuevas posibilidades de producción choca con la barrera de la poca tie-
rra y su mala calidad, junto a la ausencia de capitales, no puede, entonces, pensarse en la di-
cotomía capacitación social/capacitación técnica, como si fuesen dos campos distintos del a-
prendizaje, caracterizándose el primero por el discurso y el segundo por la experimentación
práctica.
Enteder la capacitación bajo esta visión dicotómica conduce a un proceso de aprendizaje frag-
mentario y parcial, generando respuestas parciales y resultados incompletos.
Aunque pueden obtenerse mejoras momentáneas en el proceso productivo, éstas -al no ser en-
tendidas en el marco de la circunstancia social del sujeto y de la interrelación de los momentos
de la actividad económica del grupo- se convierten en un logro precario, pues se ha dejado de
incidir en otros aspectos colaterales, tales como las condiciones de comercialización de la pro-
ducción mejorada o el acceso a la tierra.
La intencionalidad capacitadora
Liberar a los procesos de capacitación de toda rigidez y academicismo es otra de las caracte-
rísticas del modelo participativo. Pero ello no significa convertirla en un aprendizaje espontáne-
o, carente de dirección, programación e intencionalidad. Pues si bien toda experiencia huma-
na es una forma de aprendizaje, sin intencionalidad no existe capacitación campesina.
Este principio, aplicado al desarrollo rural, significa que la capacitación marca la tendencia den-
tro del proyecto, ajusta las acciones de éste a los objetivos fundamentales de fortalecimiento de
procesos organizativos, de motivación y de transmisión al campesinado de destrezas y capa-
cidad de gestión de su propio desarrollo.
Así, la capacitación es la voluntad expresa y manifiesta de incorporar nuevas formas de rela-
ción del campesinado con la realidad (Cap. I), a partir de una experiencia sistemática y progra-
mada.
De allí que se afirme que toda acción puede ser un espacio de capacitación, siempre que va-
ya provista de intencionalidad capacitadora.
Ejercicio de gestión
Un programa de desarrollo rural no debe intentar ser la dotación acabada de un conjunto de ser-
vicios y la superación final de una serie de carencias, sino ante todo la entrega al campesina-
do de un conjunto de destrezas y capacidad de gestión. Portante, la capacitación se ha de con-
vertir en una "experiencia" que nace y se desarrolla dentro de la realidad del sujeto de la capa-
citación.
Bajo esta perspectiva, se ha de procurar que todas las acciones de un programa de desarro-
llo rural sean el ejercicio de transferencia de destrezas y no la diseminación de recetas; los mo-
mentos de un proceso de generación de conocimientos y no la imposición de conocimientos
acabados.
En efecto, un diagnóstico previo a una programación no es más que un método para ir convo-
cando a la población en torno al reconocimiento de sus problemas; el diagnóstico es una estra-
tegia para confrontar a la población, en forma crítica, con una realidad que de tan cotidiana ya
no es aprehendida críticamente.
Si eso es el diagnóstico, la ejecución por su parte se va programando conjuntamente con la pro-
blematización constante de la realidad. Porque la confrontación y resolución de problemas es
parte esencial de este "ejercicio con miras al futuro". •
Un proceso permanente
Como consecuencia de lo dicho hasta aquí, la capacitación es permanente.
La capacitación campesina dentro del desarrollo rural, al igual que otros procesos de educación
popular, constituyen una forma del aprendizaje no académico. Esto es, se ajusta a las necesi-
dades y obstáculos que enfrenta el sujeto del desarrollo en cada circunstancia. Portante, es un
conjunto de respuestas que serán practicables en el momento oportuno y de acuerdo con las
técnicas y metodologías que corresponden al sujeto y a la circunstancia.
Esto último es importante: no todas las técnicas sirven para cualquier sujeto y para todas las cir-
cunstancias.
Un ejercicio de organización
Finalmente, como forma de educación popular, la capacitación campesina es sustancialmen-
te ejercicio de organización como un proceso "en el que el campesino se constituye como una
fuerza capaz de enfrentar en mejores condiciones las relaciones económicas, sociales y poli-
ticas que lo dominan" (Cap. I).
Con buena intención, se sostiene en foros y textos de los distintos países de América Latina y
el Caribe que las acciones de un programa de desarrollo rural deben ir dirigidas a la organiza-
ción; deben pasar y ser convalidadas por sus canales de dirección; y deben cumplir, como re-
quisito para recibir apoyos estatales, el de "ser organizado".
Además, la capacitación participativa encuentra también límites, tanto en las instituciones que
la adoptan como en su ejecución misma. De allí que tampoco sea un producto acabado, sino
que se somete constantemente a la crítica y aparece mezclada con más de un elemento del es-
tilo tradicional de hacer educación no formal.
Portante, la comparación que se esboza aquí de estos dos estilos busca subrayar, más que las
diferencias, los saltos cualitativos de un modelo hacia otro, que responde mejor al momento his-
tórico actual.
La primera formula los contenidos de acuerdo con las prioridades establecidas por el técnico;
la segunda deja que éstos nazcan en el proceso.
Mientras la primera mide el éxito de la acción por los recursos técnicos que utiliza para el efec-
to, la segunda piensa que los recursos técnicos no son igualmente válidos para cualquier cir-
cunstancia.
Finalmente, la primera ha tendido a dirigirse a capas de dirección del sector campesino o a cam-
pesinos con mayor capacidad económica relativa, acrecentando su poder. La segunda busca
democratizar los procesos.
Funciones de la capacitación
A la concepción de la capacitación participativa, le corresponden a su vez funciones determi-
nadas.
Cuestionarse sobre el cumplimiento de dichas funciones significa evaluar cualitativamente su
utilidad en el marco de una acción de desarrollo, específicamente en el marco de una acción de
desarrollo rural.
Las cuatro principales funciones son las siguientes:
La motivación
Históricamente, el campesinado ha respondido en forma colectiva sólo en momentos coyuntu-
rales, cuando situaciones emergentes le han ubicado frente a la necesidad de hacerlo. Ese es
el caso, en varios países de la Región, de lo ocurrido en torno a la aplicación de programas de
reforma agraria.
Entretanto, cotidianamente, desarrolla sus actividades fundamentales de manera individualiza
da -proceso productivo, crédito, comercialización-; se reproduce a través de un proceso produc-
tivo individualizado y enfrenta atomizadamente el mercado.
Frente a esta aparente contradicción, y bajo la premisa de que en un proyecto participativo el
campesinado interviene como conjunto en el objetivo de afectar estructuras de explotación, do-
minación o desigualdad, la primera tarea capacitadora es motivarlo a responder colectivamen
te.
La información
Una segunda función es la de transferir información. La información ha de ser concebida en el
marco de la ejecución de una respuesta a un problema, y debe ir en lo posible entretejida en di-
cha respuesta.
Con frecuencia se ha entendido la transferencia de información, como la diseminación de men-
sajes acabados, probados. De esta manera, por ejemplo, en los programas de asistencia téc-
nica se privilegia la demostración y no la experimentación, la exposición fácil de resultados y no
el lento acompañamiento a la colectividad, para que ella vaya descubriendo lo que está detrás
de una simple receta, los análisis que preceden a los resultados.
La información genera un proceso participativo muy particular. Sin ella es imposible que el cam-
pesinado participe con posibilidades de éxito en la toma de decisiones que le compromenten.
Se requiere de un constante flujo de información de ida y vuelta, entre las bases y las cúpulas
de dirección.
La animación de procesos
La función de animadora de procesos es aquélla que permite que la educación sea un ejerci-
cio de desarrollo de posibilidades de gestión.
La capacitación debe animar procesos en los diversos estratos de la población y en diversas cir-
cunstancias, de modo que todos, en más de un momento, ejerzan la gestión y asuman, con apo-
yo de la información, destrezas gestionarías. Pues si el programa va dirigido exclusivamente a
capas directivas, reproduce una estructura vertical de poder en el seno de la comunidad.
La revalorización cultural
Finalmente, es también función de la capacitación la revalorización cultural y el despertar del
pierio ejercicio de las capacidades creativas por parte de la comunidad. Es decir, lograr que el
campesino tenga seguridad en sí mismo; que comprenda que la dominación que históricamen-
te soportó ha desestimado sus capacidades hasta convencerlo de que es inferior a los demás.
Siendo la revalorización cultural una cuarta función, en la medida en que se cumplen y se com-
plementen entre sí todas ellas, la capacitación campesina traspasa el conjunto de accionar del
campesinado; marca el paso dentro del desarrollo; anima procesos; unifica, en una dinámica
única, los aspectos de investigación, ejecución, seguimiento y evaluación, inherentes a todo
programa de desarrollo.
De tal manera que se ha comparado la capacitación campesina dentro del desarrollo rural con
una flecha que, lanzada con cierta energía, en una dirección y una velocidad programadas, tras-
pasa todo el cuerpo de un proyecto y lo inclina en uno u otro sentido.
SUJETOS DE LA CAPACITACIÓN
EN EL DESARROLLO RURAL
"Para desarrollar acciones de capacitación -dice el documento ya citado con anterioridad "Ca-
pacitación Campesina, un Instrumento para el Fortalecimiento de las Organizaciones Campe-
sinas"- es preciso entender primero quién es el sujeto social que participa en ese proceso"
(Cap. I).
La capacitación en el desarrollo rural tiene, por una parte, un universo concreto de sujetos; y
cuenta, por otra, con un tiempo de investigación significativo que va desde la identificación del
área hasta la elaboración del diagnóstico, para conocer los instrumentos con los que puede lle-
gary el tipo de programación que puede proponerse. Y, de este modo, construiren conjunto con
el sujeto los términos en que será abordada su problemática.
En otras palabras, no se trata de que el conocimiento del sujeto esté en función del paquete de
capacitación previamente fijado, sino lo contrario: buscar la propuesta metodológica que per-
mita una mejor expresión del sujeto dentro del proceso de aprendizaje.
En otras palabras, no se trata de "investigar" el universo campesino para efectos de adaptar los
contenidos que se quieren inyectar verticalmente desde afuera, sin transformar el fondo de ta-
les contenidos; ni tampoco propiciar la peligrosa utilización de contextos culturales, hábitos, len-
gua, para vestir propuestas educativas exógenas.
El conocimiento pleno de los sujetos de un proceso de capacitación requiere sistematicidad y
profundidad, debiendo centrarse en las estrategias de producción y reproducción dentro de la
economía campesina y en su racionalidad económica y productiva.
1. Contar con "una actitud" favorable a una estrategia participativa en el marco del desarrollo
rural. Ya hemos señalado con anterioridad este requisito sustancial de la "actitud", de la "vo-
luntad" de contribuir realmente a un cambio de situación.
Estas tres condiciones básicas comprenden a su vez un conjunto de aptitudes, algunas de las
cuales son:
• El capacitador debe buscar siempre una aproximación crítica de la realidad en la que va a ac-
tuar. Una exigencia, por tanto, es la de ser críticos frente a la realidad.
• Debe tener facilidad para relacionarse con grupos humanos y despertar en ellos el interés por
participar en procesos colectivos.
• Debe demostrar disposición a escuchar ante todo, y captaren el decurso de una acción aque-
llo que puede ser motivador y movilizador, aquello que puede detonar procesos participativos.
• Debe ser suficientemente abierto y democrático, de modo de facilitar el constante flujo de in-
formación.
• Debe ser capaz de renunciar al control de los procesos y generar verdaderos espacios de par-
ticipación en toda la gestión del desarrollo.
METODOLOGÍAS DE CAPACITACIÓN
Principios metodológicos de la capacitación campesina
Este acápite, referido a los principios metodológicos, recapitula y sistematiza aquello sobre lo
que se ha venido insistiendo a lo largo de estas páginas, pero que es importante fijar en el mo-
mento de establecer pautas para la práctica de la capacitación.
Respuesta a problemas
Se ha establecido como una de las bases del enfoque que la capacitación es, ante todo, el pro-
ceso de dar respuesta a los problemas del sector involucrado. Respuestas que deben ser ac-
ciones múltiples e insertadas dentro de una programación global.
Experiencias en desarrollo rural, en diversos países de América Latina y el Caribe, han demos-
trado cómo la acción de desarrollo es el mejor espacio para la capacitación y la participación.
Tomando uno de los casos, el ecuatoriano, un "plan de producción" -que es como se conoce
a un formulario/requisito previo para obtener crédito de la entidad estatal de fomento de la pro-
ducción y que tradicionalmente ha sido cubierto por funcionarios o tramitadores y no directa-
mente por los campesinos- se convirtió, en el caso de un proyecto de desarrollo rural, en una
microprogramación en el nivel de comunidad y del grupo de productores. Además, el cumplir
con el formulario permitió un proceso de aprendizaje de destrezas en el campo de la programa-
ción de la producción.
Es insospechable la dinámica en cadena que puede desatarse cuando el campesinado comien-
za a manejar información y destrezas, cuando vive una participación sistemática en el marco
de una experiencia reflexiva de participación.
Profundos avances en materia tecnológica, de conservación de recursos, de manejo de crédi-
to, pueden alcanzarse en corto tiempo y en niveles que superan lo programado... Campesinos
que comienzan a manejar sus propias parcelas de reproducción de semillas, que desarrollan
instancias múltiples de toma democrática de decisiones; que colectivizan aspectos de la pro-
ducción y de la conservación de suelos; que ejecutan sus propias investigaciones de mercado
en el marco de experiencias de comercialización así lo atestiguan.
Planificación y sistematización
Un elemento de primera importancia dentro de la capacitación participativa es el aspecto de la
planificacón.
Muchas iniciativas campesinas como las señaladas en el ítem anterior se han perdido por la fal-
ta de sistematización y programación de la capacitación en los aspectos internos de tales ex-
periencias colectivas.
Con frecuencia, también, los pruritos en torno a la participación, las tendencias a magnificar la
espontaneidad popular, los temores excesivos en torno a los peligros de manipulación de los
procesos, llevan a defender la prescindencia de la planificación y programación del proceso de
aprendizaje y producción de conocimientos.
58 "
El capacitador, conjuntamente con la colectividad, o ésta por su propia cuenta, necesitan cono-
cer desde el punto de partida: hacia dónde se camina, a dónde se quiere llegar o qué cambios
se quieren lograr una vez concluido el proceso.
Y todo ello sin dejar de considerar el contexto en el que se actúa, la interferencia de condicio-
nantes externos, las etapas que exigirá el proceso, la selección de los medios y la determina-
ción de los mecanismos de seguimiento, retroalimentación y evaluación.
Si el grupo sujeto participa en esta programación, esto es, si el capacitador/agente de cambio
no se ubica más allá de la colectividad, guardándose para sí la ciencia de la programación y la
previsión, sino que comparte cada momento lo que va ocurriendo y los descubrimientos que se
vislumbran en el proceso, la programación misma de la capacitación se vuelve educativa.
Operatividad
Si el aprendizaje se liga estrechamente con la acción, si traspasa todo un proyecto de desarro-
llo sin concebir a éste como un componente autónomo, la capacitación es eminentemente ope-
rativa.
Este es un paso muy importante dentro del campo específico del desarrollo rural.
En los programas tradicionales dentro de la Región, la capacitación concebida incluso como
"enseñanza en la práctica", en la medida en que no se ligaba a una acción compleja e integral
de transformación, de cambio de la realidad o de respuesta frente a una situación de carencia
cualquiera, se agotaba en sí misma; rio se incorporaba, sino con excepciones, a la práctica co-
tidiana de quienes habían "participado" del evento.
El ejercicio de la crítica
Otro principio metodológico es la criticidad. El ejercicio de la crítica es, de por sí, el paso de un
status de objeto de un discurso hacia la condición de sujeto de un proceso; de ser simple es-
pectador, se pasa a reproducir, en el nivel de la conciencia, un conflicto, una contradicción que
desemboca en una visión crítica, distinta, de la vieja realidad anterior.
La globalidad
En cuanto a otro elemento metodológico, la globalidad o integridad, debe entendérsela en sus
distintos aspectos:
• La capacitación debe integrar todas las facetas de la vida campesina, porque la propia visión
campesina es totalizadora y dotada de una racionalidad particular, de un modo particular e
integradorde ver el mundo.
Con frecuencia puede caerse en la tentación de iniciar, de primera, acciones de gran enverga-
dura con incalculables riesgos para el campesinado. El procedimiento debe iniciarse con expe-
riencias modestas en cualquier campo que se seleccione, de modo de sistematizar los nuevos
conocimientos, las exigencias de la acción, los límites estructurales. La sistematización de to-
das estas experiencias, de modo riguroso y responsable, le permitirá al campesinado ir amplian-
do su campo de acción, ir con audacia y con experiencia intentante nuevos terrenos. En ese sen-
tido, el campesinado tiene por costumbre saludable observar la experiencia ajena, antes de em-
prender cualquier innovación.
De esta manera, la sistematización alimentará los procedimientos de seguimiento y evaluación.
A la luz de estas reflexiones y antes de ver qué ocurre en cada una de las etapas de un proyec-
to de desarrollo rural, se exponen a continuación tres propuestas operativas para definir el "có-
mo hacer" capacitación de acuerdo con lo expuesto hasta aquí.
Estas tres propuestas son: la acción generadora, las unidades de capacitación y la comunidad
de aprendizaje.
Las experiencias de educación popular en varios países de América Latina y el Caribe -parti-
cularmente la experiencia que desarrolló Paulo Freiré en Brasil, Chile y otros países- demos-
traron la posibilidad de dinamizar un principio sustentado en la conversión de los procesos de
aprendizaje -por ejemplo, la alfabetización- en procesos de toma de conciencia y puntos de par-
tida de la acción colectiva para enfrentar situaciones de carencia o injusticia.
Avanzando un poco más en la misma dirección, se puede aplicar ese principio a la valoración
60 capacitadora de las acciones de desarrollo.
En concreto, se trata de seleccionar en primera instancia, dentro de un programa de desarro-
llo rural, tres o cuatro acciones de la programación general que tengan las condiciones intrín-
secas -por su valor estratégico, sus proyecciones, su capacidad de interrelacionar componen-
tes y tipos de eventos- para materializar la idea de integralidad de los distintos componentes de
un programa en torno al objetivo educativo, de modo de tejer una auténtica telaraña, donde el
flujo integrador se produzca en múltiples sentidos.
Así, por ejemplo, un crédito colectivo para un micro proyecto ganadero puede generar acciones
educativas en el campo de la veterinaria, de la administración de proyectos, de la comerciali-
zación, de la diversificación agrícola, de la industrialización agropecuaria, de la creación de un
botiquín veterinario.
Otro ejemplo: una parcela comunitaria en explotación experimental puede generar un fondo de
semillas que le permita a la colectividad o a un grupo de productores defenderse de los espe-
culadores que elevan los precios en momentos de mayor demanda. Puede ser, igualmente, el
espacio de una serie de prácticas tecnológicas en conservación de suelos, alimentar con la pro-
ducción experimental un fondo de crédito, o convertirse en una pequeña experiencia en mate-
ria de comercialización de insumes.
De este modo, el proceso capacitador se multiplica, los técnicos amalgaman sus experiencias
y su actividad bajo objetivos comunes, los campesinos se ven favorecidos por un constante y
fluido ejercicio de gestión y de organización.
Poco a poco, a mayor poder generador de la acción, menores acciones generadoras se selec-
cionarán en un proyecto. Y siguiendo este hilo del análisis, si se avanza en la concepción de pro-
gramas concebidos como acciones que giran en torno a problemas estratégicos -cuya solución
va a afectar las estructuras y provocar futuros cambios- tres o cuatro problemas básicos como
comercialización, riego, crédito pueden ser las acciones generadoras y ejes de un proyecto.
Más aún: el proyecto de desarrollo rural como totalidad se convierte en una acción generado-
ra, en un tejido de subproyectos que nacen de un proyecto/idea central.
Para efectos de seleccionar las acciones generadoras, puede utilizarse, por lo menos en sus
actitudes opuestas a todo tipo de innovación. La incorporación debe ser crítica y en el marco del
desarrollo autónomo de las sociedades campesinas.
A la luz de estas reflexiones y antes de ver qué ocurre en cada una de las etapas de un proyec-
to de desarrollo rural, se exponen a continuación tres propuestas operativas para definir el "có-
mo hacer" capacitación de acuerdo con lo expuesto hasta aquí.
Estas tres propuestas son: la acción generadora, las unidades de capacitación y la comunidad
de aprendizaje.
Las experiencias de educación popular en varios países de América Latina y el Caribe -parti-
cularmente la experiencia que desarrolló Paulo Freiré en Brasil, Chile y otros países- demos-
traron la posibilidad de dinamizar un principio sustentado en la conversión de los procesos de
aprendizaje -por ejemplo, la alfabetización- en procesos de toma de conciencia y puntos de par-
tida de la acción colectiva para enfrentar situaciones de carencia o injusticia.
Avanzando un poco más en la misma dirección, se puede aplicar ese principio a la valoración
60 capacitadora de las acciones de desarrollo.
En concreto, se trata de seleccionar en primera instancia, dentro de un programa de desarro-
llo rural, tres o cuatro acciones de la programación general que tengan las condiciones intrín-
secas -por su valor estratégico, sus proyecciones, su capacidad de interrelacionar componen-
tes y tipos de eventos- para materializar la idea de integralidad de los distintos componentes de
un programa en torno al objetivo educativo, de modo de tejer una auténtica telaraña, donde el
flujo integrador se produzca en múltiples sentidos.
Así, por ejemplo, un crédito colectivo para un micro proyecto ganadero puede generar acciones
educativas en el campo de la veterinaria, de la administración de proyectos, de la comerciali-
zación, de la diversificación agrícola, de la industrialización agropecuaria, de la creación de un
botiquín veterinario.
Otro ejemplo: una parcela comunitaria en explotación experimental puede generar un fondo de
semillas que le permita a la colectividad o a un grupo de productores defenderse de los espe-
culadores que elevan los precios en momentos de mayor demanda. Puede ser, igualmente, el
espacio de una serie de prácticas tecnológicas en conservación de suelos, alimentar con la pro-
ducción experimental un fondo de crédito, o convertirse en una pequeña experiencia en mate-
ria de comercialización de insumes.
De este modo, el proceso capacitador se multiplica, los técnicos amalgaman sus experiencias
y su actividad bajo objetivos comunes, los campesinos se ven favorecidos por un constante y
fluido ejercicio de gestión y de organización.
Poco a poco, a mayor poder generador de la acción, menores acciones generadoras se selec-
cionarán en un proyecto. Y siguiendo este hilo del análisis, si se avanza en la concepción de pro-
gramas concebidos como acciones que giran en torno a problemas estratégicos -cuya solución
va a afectar las estructuras y provocar futuros cambios- tres o cuatro problemas básicos como
comercialización, riego, crédito pueden ser las acciones generadoras y ejes de un proyecto.
Más aún: el proyecto de desarrollo rural como totalidad se convierte en una acción generado-
ra, en un tejido de subproyectos que nacen de un proyecto/idea central.
Para efectos de seleccionar las acciones generadoras, puede utilizarse, por lo menos en sus
inicios, un conjunto de criterios para medir la capacidad generadora de una acción. Posterior-
mente, estos mismos criterios se aplicarán con respecto a la idea misma de un programa de de-
sarrollo rural entendido como la articulación en torno a pocos problemas estratégicos. Finalmen-
te pueden ser útiles en el momento de reflexionar sobre la valoración de cualquier actividad y
proyectar sus efectos sociales.
Los criteros que se exponen a continuación deben confrontarse con una eventual acción gene-
radora y medir su capacidad de dinamizar procesos, según sea mayor o menor el número de
criterios que le son aplicables. Si en el ejercicio adjudicáramos un puntaje a cada criterio, se se-
leccionarían aquellas acciones que mayor puntaje alcancen:
• Sus condiciones para convertirse en una acción autogestionaria y con una mínima dependen-
cia tecnológica.
Tradicionalmente, lo que han hecho las unidades modulares de aprendizaje es trasladar el co-
nocimiento científico, generalmente universitario, a un conjunto de entregas periódicas seria-
das en forma de unidades parciales, con el objeto de facilitar el acceso a dicho conocimiento;
como si el problema radicase no en los contenidos mismos sino en los recursos pedagógicos
a utilizarse.
No se trata, en este caso, de fraccionar un conocimiento científico general en etapas. Cada "uni-
dad" tiene su relativa autonomía en la medida en que gira en torno a la solución de un proble-
ma, recogiendo alternativas, puntos de vista, ángulos distintos de análisis, que serán puestos
a prueba nuevamente por el grupo que los adopte.
Así, una experiencia original sistematizada, puede ser en buena parte extrapolada para su a-
plicación a otro espacio y grupo humano distintos y enriquecida a su vez. Esto la diferencia sus-
tancialmente de la concepción vertical de la aplicación del conocimiento científico.
El grupo que retoma la experiencia y la enriquece puede utilizar aquello de la unidad que le sea
útil en la coyuntura más apropiada. De allí su carácter modular. No debe manejar recursos ni
contenidos complejos, debe ser amena y orientadora, de ser posible abierta, de modo de no en-
tregar propuestas y recetas acabadas, con menoscabo del necesario ejercicio de crítica y re-
flexión del sujeto o los sujetos que lo utilizarán posteriormente.
Evidentemente, conforme avanza la producción de unidades, éstas van determinando los ins-
trumentos y eventos a través de los cuales se concreta la unidad, buscándose en los eventos
propuestos dejar las puertas abiertas para recuperar iniciativas que nazcan del mismo sistema
de vida de cada comunidad campesina.
Las unidades se apoyarán en los medios e instrumentos para motivar la participación, establec-
er la reflexión crítica, enriquecer la sistematización de la experiencia, teniendo presente que los
medios no deben convertirse en ningún momento en "recursos mágicos". La comunidad debe
controlar en todo momento el mecanismo de funcionamiento de los medios, de modo de alejar
del proceso cualquier sombra de mistificación.
• ¿La experiencia podría tener validez para otros sectores de productores, o se agota en el gru-
po sujeto de la acción?
• Si la experiencia puede ser replicada ¿por qué no proceder sistemáticamente a registrar el pro-
ceso?
• Una vez registrada ¿porqué no producir, por ejemplo, un conjunto de folletos, de video-filmes,
de diapo-filmes, de gráficos o láminas, de programas radiales, de guías de investigación, pa-
ra que puedan ser de utilidad para otros sectores?
La "comunidad de aprendizaje'
La "comunidad de aprendizaje" subraya el carácter capacitador, tanto de la relación técnico-
campesino como de la relación técnico-técnico y campesino-campesino.
Se conceptualiza a la "comunidad aprendizaje" como una etapa cualitativamente superior al
simple conjunto de personas o a un grupo de trabajo determinado. No se trata de una instan-
cia que será institucionalizada. Es un proceso. Un espacio en el que no solo se pone en común
el esfuerzo, sino principalmente los intereses de sus integrantes.
En esta identificación, los miembros encuentran sentido y trascendencia a su acción, lo cual ele-
va sus grados de cohesión y de interrelación personal, hasta el punto de constituir un todo hu-
mano homogéneo, en el cual es difícil separar las partes, cobrando sentido cada una de ellas
solamente en relación con la totalidad.
La comunidad de aprendizaje es fruto de un proceso constante de identifica-ción de sus miem-
bros en torno a los objetivos que los convocan, en la confrontación de sus intereses y la supe-
ración de sus contradicciones y conflictos.
A esta propuesta metodológica pueden sumarse otras que se han probado en distintas expe-
riendas de desarrollo rural en la región, como por ejemplo la llamada "capacitación en servicio".
Puede pensarse, por ejemplo, en la presencia rotativa de técnicos, que realizan una pasantía
por distintas unidades ejecutoras de proyectos de desarrollo rural, enriqueciendo su propia ex-
periencia y aportando una visión objetiva y crítica a la unidad visitada.
La formulación del proyecto, luego de esta primera experiencia, puede seguir el mismo proce-
dimiento, promoviendo un proceso capacitador, motivando y movilizando al campesinado pa-
ra que participe en el diseño de las acciones.
Etapa de la negociación
Con respecto a las negociaciones del apoyo financiero que suele provenir de entidades inter-
nacionales, con frecuencia se pierde de vista en la Región esta etapa fundamental de un pro-
yecto de desarrollo rural y se la deja por cuenta de las instancias estatales responsables de pro-
curar los recursos.
Sin embargo, de la forma como la negociación se lleve adelante depende la vida futura de un
proyecto.
64 Si se tiene en cuenta que la etapa de diagnóstico y formulación ha generado una amplia mo-
vilización campesina y el proceso se suspende durante el periodo de la negociación, el reflu-
jo puede ser de impredecibles consecuencias: la desconfianza puede hacer presa del sector
campesino y, después, recoger el hilo de la acción será muy difícil.
Esta etapa es, entonces, un momento propicio para la información; para un flujo de información
que les permita a técnicos y campesinos entender mejor los términos de relación de un proyec-
to regional con el conjunto del país y de éste con el contexto internacional.
En la negociación de un proyecto intervienen, aunque no explícitamente, los factores estructu-
rales de la división internacional del trabajo y de los términos en que los países pobres se re-
lacionan con los centros del poder financiero internacional. Por tanto, no se trata de una etapa
exclusivamente técnica, sino que entraña consecuencias políticas y sociales.
Programación
¿Cómo ejecutar la programación?
Generalmente esta inquietud no surge dentro del estilo de programación tradicional. Simple-
mente, establecidas las metas, cada técnico actúa a su buen saber y entender, y la relación lo-
gística o de coordinación que se puede dar en el interior del equipo de trabajo de ninguna ma-
nera significa una respuesta institucional que considere la integralidad de los factores en jue-
go.
Por lo tanto, superar esta práctica conlleva un ejercicio que va dando respuestas a la pregun-
ta: ¿cómo ejecutar las actividades que se están programando? Por ejemplo, ¿cómo se van a
aplicar las actividades de investigación agrícola, cómo se va a proceder para desarrollar la asis-
tencia técnica, cómo se va a ejecutar la constitución de un centro de servicios comunitarios?
De tal modo, el plan operativo anual se constituirá en la consolidación final de una serie de inr,-
tancías de consulta, debate y decisión, en los distintos niveles, entre las bases campesinas Es-
to significa, para el técnico, un giro total del modo de operar tradicional, en el que las metas eran
establedicas por él, de acuerdo con su propio análisis de la situación.
Esta nueva propuesta ratifica que las etapas y componentes de un proyecto no se inician y ter-
minan en sí mismo, sino que son parte de un proceso continuo que está permanentemente re-
ajustádose, actualizándose en relación con las diversas coyunturas.
Desde ese enfoque, la programación anual puede constituir un trabajo capacitador y compar-
tido de campesinos y técnicos.
Además, la elaboración de un plan operativo anual realmente se constituye en una situación
educativa, pues reactiva el análisis para la priorización de actividades, para decidir dónde eje-
cutarlas, para evidenciar el carácter integrador y totalizador de la programación.
En cuanto al propósito de alcanzar eficiencias y eficacia en la ejecución de la programación, es-
ta concepción y práctica de la elaboración del plan anual facilita la asignación de responsabi-
lidades, crea un compromiso compartido, se "apropia" la organización campesina de su gestión/
autogestión y pone una base sólida para el posterior seguimiento y la evaluación de la acción
compartida.
El plan operativo anual puede ser un instrumento sumamente valioso para interiorizar una con-
cepción y una metodología participativas del desarrollo rural. Es el momento para identificar las
"acciones generadoras" que asegurarán la integralidad de la acción en la fase de ejecución. Y
no sólo identificarlas, sino programarlas, determinar el grupo objetivo, los objetivos específicos,
¡os efectos intermedios que se esperan en términos de generar una microprogramación que in-
tegre diversos componentes y las tareas educativas que conllevará su ejecución.
En el desarrollo del ejercicio de planificar la acción generadora, se va sistematizando una pro-
puesta de pasos a cumplir con la participación de los beneficiarios, delineando y consolidando
65
un método de trabajo dentro de una visión común del desarrollo que trasciende el ámbito de! pro-
grama anual.
Seguimiento y evaluación
Dentro de la aplicación de metodologías participativas, está latente la preocupación por la co-
bertura que la participación campesina alcanza, para evitar el sesgo que los dirigentes pueden
darle como representantes de estratos diferenciados, presentes en el interior del área.
Es aconsejable, por ejemplo, durante cada año, cumplir un ciclo completo de reuniones de la
base campesina y encuentros de dirigentes campesinos, instancias en las cuales, dependien-
do del avance del proyecto, se interrelacionan el análisis y validación del documento/proyecto,
la evaluación del avance físico del plan anual, su reajuste periódico y nuevamente la próxima
programación anual; es decir, se puede concretar en la práctica una concepción de la planea-
ción con participación.
Finalmente, hay otras instancias de planificación que combinan la programación con el segui-
miento y que contribuyen a profundizar la capacitación en la unidad ejecutora del proyecto.
Un ejemplo de lo anterior es la programación/evaluación en unidades de tiempo más cercanas
a la práctica tradicional de los técnicos de campo: cada semana o cada mes.
Más allá de la organización de un plan de trabajo, ésta es una instancia de reflexión sobre lo
realizado, llegando a un cierto nivel de detalle en cuanto a cómo se cumplieron las tareas, el
procedimiento seguido y la interacción con los campesinos. Además, el plan para un tiempo
corto permite la conformación de equipos multidisciplinarios que extiendan al campo concepto
de "comunidad de aprendizaje".
Esta instancia va aproximando gradualmente a la unidad ejecutora de un proyecto, a una
comprensión cualitativa de los procesos en marcha y de los objetivos del desarrollo rural con
participación, al igual que a la unificación de un estilo de trabajo.
Se puede asegurar que , si existe participación de la organización campesina en las etapas de
formulación y ejecución, ésta va a interesarse fácilmente por ejercer un control sobre el avance,
es decir, realizar por su cuenta un seguimiento y evaluación sobre la marcha del trabajo.
Para tal efecto, los usuarios de la información no solamente deben ser las instituciones partici-
pantes o las financieras, sino principalmente los propios campesinos; para lo cual, hay que
imaginar, crearformas a través de las cuales se entienda y practique un sistema de seguimiento
y evaluación continuo y participativo; diseñar materiales de capacitación que faciliten y
aseguren un seguimiento crítico por parte del campesinado.
El análisis colectivo de cómo se alcanzan ciertos éxitos significa la socialización de conocimientos
y de experiencias metodológicas, y a su vez permite una progresiva sistematización de una
metodología de trabajo. De igual manera, el incumplimiento de las metas propuestas remite a
la búsqueda de los sujetos del proyecto, causas de los desfases.
Bajo este procedimiento, la discusión permite identificar las deficiencias institucionales, el in-
cumplimiento de responsabilidades asignadas tanto a técnicos como a campesinos; en fin,
tomar conciencia sobre el verdadero rol de los actores de un proyecto y los límites estructurales
de una situación.
Estos procedimientos, de hecho, responden a la necesidad de fortalecer la capacidad campesina
para autoevaluar los efectos y resultados del proyecto, como parte integral de los procesos
educativos.
Ejecución de componentes
En la etapa de ejecución, debe concretarse la planeación participativa que se describió en
páginas anteriores.
De hecho, el proyecto encierra varios componentes productivos, socio-organizativos y de infra-
estructura, que deberán ser tratados articuladamente.
Reiteradamente se ha sostenido la necesidad de concebir e impulsar la acción del desarrollo
rural bajo una perspectiva de integralidad, es decir sobre la base del reconocimiento selectivo
de las acciones sustanciales priorizadas de antemano, con el objeto de remover más efectivamente
las constricciones económico-sociales de la realidad campesina. Al mismo tiempo, se reconoce
66 a un proyecto de desarrollo rural como un complejo multidisciplinario.
Igualmente, la etapa de ejecución de los distintos componentes de un proyecto es el espacio
más rico para la generación de una variedad extraordinaria de formas de participación, de
espaciosde capacitación, de oportunidades paradesarrollarcapacidades de gestión campesina.
En ese sentido, son incontables las experiencias que se conocen en la Región. De todas ellas,
es indispensable llamar la atención sobre los aspectos que más interesan en la experiencia
múltiple.
CONCLUSIÓN
A modo de conclusión todo lo descrito anteriormente permite objetivizar la simplicidad de proce-
dimientos que encarnan la capacitación participativa. Lo sustancial es la actitud" del agente de
cambio, su disponibilidad a no precipitar procesos y a valorar de otra manera su grado de
efectividad en materia de desarrollo rural.
Además, lo que se propone con respecto a la acción dentro de proyectos de desarrollo rural es
la aplicación de todo lo anteriormente expuesto.
Con un poco de paciencia, se conseguirán en el tiempo resultados mucho más positivos, pues
un programa que comienza con la participación crítica de los beneficiarios, desencadenará
posteriormente un abanico insospechado de iniciativas, abriendo el espacio indispensable para
el pleno ejercicio de la creatividad por parte del campesinado.
BIBLIOGRAFÍA
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Desarrollo Rural. Lima, Perú. Horizonte.
68
Carácter Educativo de
la Transferencia
Tecnológica Campesina (1)
Rolando PINTO CONTRERAS
69
;
(1) Texto elaborado como apuntes docentes para los cursos de exten-sionistas rurales, en el Proyecto de Apoyo
Metodológico del PIIE. Santiago, Agosto da 1990.
1. LAS DIMENSIONES DEL SABER TECNOLÓGICO CAMPESINO
No hay conocimiento humano que no implique una acción, sea para afirmar el significado de su
contenido explícito, sea para negarlo. Tampoco hay una acción humana que no tenga como an
tecedente y/o producto un conocimiento.
Ambas proposiciones son ciertas en general, pero adquieren una connotación mucho más real
cuando comprobamos esta relación en cada saber-hacer de la vida cotidiana.
Por ejemplo, en el saber tecnológico que posee el técnico agrícola y el saber-hacer campesi-
no. •
Los dos saberes implican una manera de hacer y de no-hacer, que confirman o rechazan el sig-
nificado del contenido explícito de sus respectivos conocimientos.
Es punto de partida ya que en ella surge y se desarrolla la identidad y legitimidad del conocimien-
to socioproductivo y cultural del campesino. Es punto de llegada, ya que con ella se nutre y se
constituye la conciencia y la acción campesina, como única manera de "hacer las cosas".
De aquí el enorme valor legitimador que tiene la experiencia para cualquier propuesta que pro-
venga del exterior de ella misma.
Detrás de este saber-hacer tecnológico hay también una lógica positiva y una predisposición a
la acción que implican desarrollar actitudes, valores y voluntades de "hacer las cosas" y que de-
ben ser reconocidas por aquellos que lo poseen y lo transmiten. Esta lógica positiva se cons-
truye como una abstracción general, incorporada a la manera de pensar y de actuar de la per-
sona que posee y aplica su conocimiento científico y técnico, pero para que sea aceptada y le-
gitimada por aquellas personas que no lo poseen, debe instrumentalizarse como un saber-ha-
cer posible para el otro.
La función social tecnológica del profesional del agro, por ejemplo, es externa al productor si-
tuado y en este sentido, no se trata de un saber-hacer experimentado sino que contextúa!; es-
to es, que puede o no contribuir a mejorar la calidad de vida que implica el saber-hacer del pro-
ductor concreto. Por esto es que cualquier saber científico-técnico requiere ser probado, expe-
rimentado, para que sirva efectivamente al productor situado. Cuando no se instrumentaliza co-
mo saber-hacer aplicable, entonces pierde su legitimidad productiva y sociocultural y, en con-
secuencia, se transforma en un dogma instransferible.
Sin embargo, no se trata de una mera sumativa de partes sino que una transformación cognos-
citiva de un saber sincrético en otro saber que se construye en la síntesis del saber-hacer cam-
El sincretismo del técnico se expresa en la confusión de la condición social del saber tecnoló-
gico como un saber situacional que se le impone al campesino y que se prefigura como alter-
nativo a la rutina productiva conservadora. Esta confusión legitima la conducta y acción tecno-
lógica bancaria del técnico, desvalorizando la experiencia tecnológica proveniente de la propia
experiencia productiva del campesino. También hay una conducta y una acción conservadora
que se basa en la visión estática e inmutable de la realidad.
En ambas expresiones sincréticas hay un rechazo explícito del cambio, que protege la propia
inseguridad personal y social de ambos cuando interactúan en los proceso de asilencia técni-
ca.
Ambas transformaciones sintéticas acentúan el carácter crítico y creativo del proceso técnico-
productivo. Por esto mismo, es un proceso que se construye en una relación dialógica educa-
tiva entre técnico y el campesino. Asi se va conslituyendo el saber tecnológico del campesino.
No hay cosa que le guste más a un productor campesino que enseñar lo que sabe-hacer. Es-
ta motivación se puede notar en varias situaciones colectivas: cuando el resultado de una siem-
bra es auspiciosa, muestra y comparte con sus iguales sus juicios de autoafirmación; cuando
realiza una nueva adquisición tecnológica o mobiliaria, invita y muestra a sus iguales lo adqui-
rido, comentando las cualidades del mismo.
En síntesis, el sentido de propiedad del conocimiento lo adquiere el campesino con su partici-
pación en el proceso de elaboración del mismo. Y esto tiene una gran importancia cuando se
trata de compartir con el campesino una propuesta de innovación tecnológica. Su participación
en la elaboración de esa propuesta puede legitimar su identidad experiencial y situacional con
la misma. Y esto le da más fuerza al impacto innovador que ella puede tener.
Participar, entonces, para identificarse con el producto de una acción o de un proceso es otro
principio importante del aprendizaje campesino.
2.4. En cuarto lugar, el campesino aprende aquello que le permite mejorar su situación
productiva. Esto es especialmente importante para un proceso de transferencia tecnológica.
Hay siempre en el aprendizaje campesino un sentido utilitario del conocimiento y esto por to-
do lo que se ha dicho anteriormente, pero lo importante es entender que el productor campe-
sino está abierto al progreso siempre y cuando descubra la utilidad familiar del mismo. El pro-
blema es que en muchas ocasiones el progreso se verbaliza y se convierte en una abstracción
no utilitaria. Es por esto que el campesino desconfia de muchas propuestas innovadoras ya que
no ve su sentido progresista práctico.
La relación entre teoría y práctica tiene este sentido utilitario del progreso familiar y personal del
productor campesino: si el aporte teórico contribuye a mejorar la práctica y es visualizado co-
mo tal por el productor campesino, entonces es aceptado e integrado a la práctica productiva.
Por otro lado, también está la teorización de su práctica productiva. Por lo general esta teoriza-
ción es la expresión de la autoestima real del proceso productivo realizado. De aquí que si la
actividad productiva es visualizada como una realidad estructural negativa o empobrecida, la
conclusión teórica no puede ser otra que el fatalismo vinculado al fracaso personal y familiar.
Lo contrario también es posible. Lo importante entonces es entender esta dimensión concreta
que para por el campesino la relación teoría-práctica.
Cuando no se entiende esta concreción, se cometen los errores de hacer propuestas estanda-
rizadas que, al no considerar la experiencia específica del campesino, se transforman en for-
mulaciones teóricas que desvalorizan, al sólo explicitarlas, la práctica campesina y la capaci-
dad que éste tiene para teorizar su propia práctica situacional.
2.5. Por último, el campesino también realiza el proceso científico en su aprendizaje. Des-
pués de revisar los cuatro principios anteriores no debiera caber duda de esta última afirmación.
En efecto, en el aprendizaje centrado en su experiencia productiva, que él teoriza de acuerdo
a los aportes técnicos y conceptuales que provienen de su participación en la elaboración, di-
seño, ejecución y evaluación de la propuesta cognoscitiva innovadora, y que él también la ex-
perimenta al incorporarla utilitariamente al mejoramiento de su práctica productiva, sacando fi-
nalmente las conclusiones que le permiten proyectar su progreso productivo y familiar, en to-
do este proceso él está realizando un aprendizaje científico del conocimiento tecnológico.
Es decir, cada uno de los principios que orientan al aprendizaje campesino está enf atizando los
pasos del método científico, ordenados en la lógica productiva materialista de la utilidad viven-
cia! del conocimiento. He aquí porque algunos autores hablan de una ciencia popular (5), sin lle-
gar a comprender ellos mismos que los pasos del método científico materialista son universa-
les para cualquier proceso de aprendizaje científico.
(5) Quien ha profundizado en el planteamiento de una "Ciencia Popu-lar" es Orlando Fa/s Borda, ver: La Ciencia y
el Pueblo, op. cit. y del mismo autor: "La transformación de la realidad por la investigación de la praxis". Ediciones
Populares ROSCA, Bogotá, Colombia, 1973.
De aquí que no hay legitimación social del saber científico-técnico agrícola, sin su aplicación
efectiva a la producción agrícola. Lo que sólo lo puede realizar el propio productor agrícola. En
nuestro caso, el campesino. :*>.„ -.M^Í--— - - •»-¡----- = .- ,¡ , .,-..- -,, ..^, - - . . . •.,
Lo anterior permite entender que la intencionalidad interventora del técnico, para lograr esa le-
gitimación social de su saber tecnológico con el campesino, es determinante para que efecti-
vamente haya "proceso cognoscitivo" en el productor campesino. Y para alcanzar esto, es fun-
damental que él conozca los principios psicopedagógicos que sustentan el aprendizaje campe-
sino.
Es por este carácter colectivo del aprendizaje que muchas veces, frente a la propuesta innova-
dora que realiza el técnico, él muestra su duda, su temor, su inseguridad mediante el silencio.
Silencio que no significa que no tiene nada que decir, sino que el deseo de verbalizar su apren-
dizaje cuando se encuentre con sus iguales, cuando pueda comentar en confianza lo que él en-
tendió y lo que acepta como significado-aprendido. _ . _ . , . . . . , .
Es por esto también que el silencio en el aprendizaje campesino es también colectivo, ya que
al no verbalizar frente al agente externo no significa que no aprendió sino que necesita comen-
tar, comunicarse, evaluar con sus iguales el mensaje transmitido por ese agente interventor.
De aqui la necesidad de entender los silencios colectivos del aprendizaje campesino. De aqui
la importancia de darle tiempo al comentario, a la comunicación, al diálogo entre iguales.
'Y no se trata de un realismo empiricista sino que de una relación pragmática entre pensamien-
to y acción; una relación instrumental entre conocimiento y utilidad práctica del mismo.
En el fondo hay una relación materialista entre el conocimiento y el trabajo: es el trabajo produc-
tivo lo que legitima la validez del conocimiento.
De aquí los errores que cometen muchos técnicos cuando al verbalizar su mensaje tecnológi-
co (incluso mejorando sus técnicas comunicacionales) éste no es considerado por el campe-
sino. De aquí la importancia de valorizar la experiencia productiva del campesino como vía pe-
dagógica de educar en la acción.
2.3. En tercer lugar, el campesino se motiva en aprender aquel conocimiento en el que par-
ticipó en su elaboración. El compromiso con lo propio, con aquello que lo identifica como pro-
ductor real, es la causa motivacional de su participación. Si se considera que el conocimiento
tecnológico es un aporte para el mejoramiento de la calidad productiva de la agricultura cam-
pesina, entonces debe procurarse que éste sea identificado por el campesino como un produc-
to propio; como un resultado de su experiencia vital.
Lo importante de esta comprensión es hacer la distinción entre la ciencia como legitimación for-
mal o como legitimación social. Mientras que el campesino tiene un conocimiento empírico, ob-
tenido materialmente de la experiencia productiva y que en su teorización crítica se transforma
en un conocimiento científico materialista, legitimado como tal por la propia dinámica produc-
tiva del campesino, esto es, por la realidad como expresión transformada; el conocimiento cien-
tífico positivo que posee el técnico, en cambio, además de su legitimación lógica como un sa-
ber organizado, requiere de la legitimación de realidad que sólo puede dársela el productor cam-
pesino mismo al aplicarlo en su práctica productiva.
Sin duda que ambas formas del hacer científico son importantes pero, en última instancia, es
más determinante para el aprendizaje tecnológico del campesino la posibilidad de la legitimidad
social del conocimiento técnico, que éste puede darle en la producción económica.
Sin embargo, hemos visto en los puntos anteriores el enorme riesgo para su impacto positivo
en la producción campesina que tiene esta intención unilateral. Aunque ella se exprese de ma-
nera dialogal, cuando no se presenta como un desafío educativo para el aprendizaje campe-
75
sino, simplemente se corre el riesgo de ser ineficiente en el proceso de transferencia de la tec-
nología productiva.
Tampoco se trata de negarel propósito interventorde la asistencia técnica. De hecho la sola pre-
sencia del técnico en el ámbito de la producción campesina es una acción de intervención de
un sujeto no situado en una situación social ajena a él mismo; más intervencionista lo es cuan-
do explícita la intención formadora de su acción de asistencia técnica.
La cuestión es ¿cómo hacer para que esta intervención genere una tensión educativa entre el
técnico y el campesino, hasta el punto que motive a éste último a aplicar en la producción la re-
comendación tecnológica? ¿y cómo hacerlo de una manera dialogal, persuasiva, en fin, edu-
cativa?
Aproximando una primera respuesta, diríamos que se trata de hacer realidad la intención de
transformar la asistencia técnica en un trabajo educativo con campesinos, en el cual éste par-
ticipe desde el diseño inicial de la acción y hasta la evaluación de la misma; donde el carácter
educativo de la intervención signifique poner en duda las fórmulas técnicas, criticarlas, reinven-
tarlas y aplicarlas en un sentido de superación productiva y humana del campesino y del téc-
nico.
Es decir, "la dimensión educativa implica una clara intencionalidad de lograr un aprendizaje tan-
to de parte del campesino como del técnico, constituyéndose así un conocimiento que permi-
te mejorar las prácticas productivas, entendidas éstas como partes del sistema socio-económi-
co y cultural en el cual se inserta el productor. Portante, no se trata solamente de lograr una tras-
misión más eficaz del conocimiento desde el técnico hacia el campesino, ni de simplificar el len-
guaje para que éste entienda lo que se le desea transmitir" (6).
(6) La concepción educativa de la asistencia técnica ha sido explicitada en distintos documentos y eventos realiza-
dos por el IICA, sin embargo su formulación más clara la hemos encontrado en : AGUIRRE, Francis-co, BECA,
Carlos Eugenio DELPIANO, Adriana y REY, Daniel. La As/sten-cia Técnica Propuesta metodológica para el tra-
bajo con productores campesinos. AGRARIA/PIIE. Santiago, 1987. Pag. 15.
Se trata, más bien, de un trabajo educativo en que al técnico le cabe una doble tarea: crear el
conjunto de condiciones para el aprendizaje, facilitando la participación campesina y el resca-
te de su experiencia, y aportando sus propios conocimientos científico-técnicos para que el pro-
ductor los aplique en el mejoramiento de su actividad familiar (7).
Para que el técnico cumpla esta doble acción, requiere tener presente los procesos pedagógi-
cos que debe desarrollar en su relación educativa con el campesino.
Por medio del ejercicio de la observación como proceso que aplica el campesino en su apren-
dizaje, se puede obtener un registro hablado detallado de su realidad sistémica productiva y fa-
miliar, logrando con ello construir el contexto histórico y estructural en que el campesino ha de-
sarrollado su experiencia productiva y vital. A su vez, la observación sistemática de! técnico al
comportamiento, las expresiones y los silencios campesinos en su cotidianidad, le ayudan a en-
tender el contexto situacional en que debe ubicar su eventual respuesta o recomendación téc-
nica.
De esta manera "el observar" y "el escuchar" son procesos educativos que contribuyen a en-
trelazar las lógicas o racionalidades cognosciii-vas, emotivas y activas que tienen el campesi-
no y el técnico en la acción de asistencia técnica. Por esto la necesidad de fomentar estos pro-
cesos en el aprendizaje tecnológico campesino.
Sin embargo, la reflexión como proceso pedagógico provocaría que este mensaje técnico pu-
diese ser vivenciado como propio por parte del productor campesino. Para alcanzar esta pers-
pectiva innovadora habría que fomentar en el programa de asistencia técnica dos tipos de ac-
titudes: por un lado, habituarse a criticar, cuestionar, problematizar ei significado u objeto que
se quiere hacer aparecer com inalterable; por otro lado, aprenderá revisar lo realizado, la prác-
tica, para ver como ella puede ser mejorada, superando sus insuficiencias o resolviendo sus
cuellos de botella. Y estas actitudes deberían ser fomentadas tanto en el técnico como en el
campesino.
(8) En términos generales estamos entendiendo por "educación for-malizada" toda aquella intervención formativa o
informativa que se ordena en tomo a una cierta transmisión ritual y organizada de un conocimiento ya
sistematizado. En este sentido, no solo la escuela im-parte una educación formalizada, sino que cualquier acción
de capa-citación que explícito organizadamente su intención educativa, tiene un carácter "formal".
3.5. Planificar la intervención tecnológica potencializa su capacidad
innovadora en el medio productivo campesino
La asistencia técnica como intervención educativa requiere ser planificada democráticamente.
Esto significa que debe incorporarse al desarrollo mismo del acto de 'transferencia" un compo-
nente convivencia! entre la "teoría técnica" aportada por el técnico y la práctica productiva que
define situacionalmente al campesino. La convivencia entre saberes técnico-productivos re-
quiere planificarse como un "proceso de investigactán-capaciiación-producción, donde la di-
mensión más importante es el crecimiento integral de ambos actores intervfnientes, mediante
el desarrollo déla conciencia crítica, la creatividad y la acción transformadora de la situación pro-
ductiva que los rodea" (9).
A un planeamiento así entendido, se le llama "planificación situacional" (10). Esto es, la plani-
ficación de la asistencia técnica como una acción de enseñanza y de aprendizaje entre igua-
Ipc
ICO.
Lo curioso es que la "planificación" sólo es entendida por el técnico como un instrumento nor-
mativo que se le impone al campesino y no como un intercambio dialogal de saberes que se pro-
graman en el tiempo y se evalúan como acciones programadas, por los propios sujetos parti-
cipantes de la asistencia técnica.
De esta manera, la asistencia técnica que realiza el técnico es redescubierta como un conoci-
miento científico generado por la investigación vivida por los productores rurales y que como
productos sistematizados en el tiempo histórico, son propuestas al campesino situadonai pa-
ra que los critiquen en su realidad concreta. A su vez; la actividad productiva vivida por el cam-
pesino también es redescubierta como una acción intelectual que ha sido desarrollada como
una investigación experimental en toda la práctica productiva del campesino y que requiere de
nuevos aportes teóricos para ser mejorada.
(9) Hemos extrapolado esta definición de planificación situacional de las propuestas conceptuales de la "Planificación
Educativa de Base" que nos ha tocado desarrollar en Centroamórica. Al respecto reco-mendamos ver: Ministerio
de Educación Pública. División de Planea-miento y Desarrollo Educativo. Serie de Documentos de la Experiencia
de Los Santos. MEP/CEMIE. San José, Costa Rica, 1987-1990. 7 Docu-mentos.
(10) La noción de "planificación situacional" la hemos tomado de: Carlos Matus. Planificación de Situaciones. Fondo
de Cultura Económi-ca. México, 1980.
do sin valor o no interesante. También el contenido de una comunicación técnica puede ser ne-
gada por la actitud del profesional que lo presenta, es común ver llegar "ingenieros agrónomos"
que llevan un mensaje ecológico y no separan de su boca el cigarrillo correspondiente (¿quién
puede legitimar ese discurso negado en la propia actitud. De aquí la importancia que tiene el pro-
ceso actitudinal como estimulación a la renovación de las prácticas productivas. Y en última ins-
tancia este es el impacto que se desea potenciar en una intervención educativa de asistencia
técnica.
Por otro lado, el proceso pedagógico de estimular el aprendizaje debe ser permanente en cual-
quier acción de asistencia técnica. Y se habla de "proceso" porque la actividad de estimular es
algo que se desarrolla al ir constatando y destacando el aprendizaje efectivamente logrado por
el productor rural. Y en esto hay que entender la relación entre el aprendizaje individual y la mo-
tivación social cuando se quiere innovar la práctica productiva del campesino, mediante accio-
nes de asistencia técnica. No hay momento más importante en la motivación del campesino pa-
ra aplicar un conocimiento que renueve su práctica, cuando su progreso cognoscitivo es reco-
nocido socialmente por el técnico que le da asistencia técnico-productiva.
81
(1) Tomado del libro: mismos autores. La producción campesina: un desafio tecnológico y educativo. I Parte, Aspectos
teóricos. AGRARIA, Santiago, S/f. Págs. 6 a 15.
INTRODUCCIÓN
Las opciones respecto al ¿qué hacer? y al ¿cómo hacerlo? se sustentan en parte en ciertos su-
puestos de carácter teórico, que dicen relación con la forma en que se concibe o explica teó-
ricamente el problema sobre el que interesa intervenir, en este caso, las limitaciones de los cam-
pesinos para mejorar sus niveles de producción y productividad.
También las opciones implican una intencionalidad, es decir, la búsqueda de determinadas fi-
nalidades o propósitos de carácter social o político que interesa lograr a través de la interven-
ción.
Los objetivos de los proyectos, sus características y actividades, y las regiones y productores
incorporados en los mismos es lo que someramente describimos en el segundo capítulo.
Finalmente, a través del tiempo y de los ciclos agrícolas, se genera una dinámica de trabajo en
la que se relacionan las distintas actividades o componentes metodológicos en torno a los
objetivos centrales de los proyectos. Esta expresa los avances del equipo y de los productores
en el logro de los objetivos propuestos.
Este tipo de proceso, que no es igual todos los años y en el que es posible diferenciar etapas,
es el que presentamos en el último capítulo de esta primera parte.
ASPECTOS TEÓRICOS
Por otra parte, tampoco el clima es igual. La exposición a heladas no es la misma, la pluviometría
varía o tiene efectos diferentes sobre los suelos y los cultivos, el acceso al riego también es dife-
renciado.
Este tipo de diferenciación de tipo agroecológico, que afecta a todo tipo de agricultura, es espe-
cialmente importante en la pequeña propiedad. Si un predio está en una ladera, el productor rea-
lizará en ella todos sus cultivos; en tanto que las propiedades de mayor extensión seguramente
dispondrán también de suelos planos y complementarán su uso con el cerro.
Cada uno de estos diferentes tipos de productores cultivan la tierra con objetivos, recursos y limi-
taciones que no siempre son los mismos.
Para unos la venta de productos y la obtención de ingresos en dinero serán objetivos decisivos;
para otros, que obtienen ingresos en dinero en actividades extraprediales, sus objetivos res-
pecto al predio serán la obtención de productos para el consumo familiar y la crianza de animales
como fuente de consumo para enfrentar eventualidades imprevistas.
Algunos dispondrán de implementos y recursos para cultivar sus tierras con acceso a determi-
nadas cantidades de insumes, otros no dispondrán ni siquiera de animales de trabajo y enfren-
tarán restricciones mayores en el acceso a insumes.
Habrá familias que disponen de abundante mano de obra; otras sólo dispondrán de un activo;
también habrá otras que supeditarán la dedicación de esfuerzos de trabajo a la explotación a
las oportunidades de empleo e ingreso fuera del predio. En consecuencia tendrán distintas limi-
taciones para efectuar las labores de los cultivos en cada época del año.
Así tenemos que los diferentes tipos de productores expresan distintas formas de cultivo de la
tierra, acorde con los objetivos, recursos y limitaciones propios de cada grupo familiar.
La superposición de los distintos tipos de productores sobre las heterogeneidades del medio
natural establece el espectro de problemáticas productivas potencialmente presentes en el
sector campesino de la región.
Al interior de éste se toman decisiones cotidianamente de acuerdo a factores las más de las
veces incontrolables por el productor: las lluvias, las pestes, las vanantes necesidades fami-
liares, las oportunidades de venta de animales y productos, las oportunidades de empleo, los
buenos y rnaios resultados de cosechas y crianzas.
'
Cotidianamente las necesidades, las oportunidades, las disponibilidades de dinero, los stocks
de alimentos para la familia y para los animales, las expectativas sobre lo que sucederá con sus
cultivos e ingresos en el período próximo, son los elementos que el productor evalúa al decidir
qué hacer en su predio, qué priorizar, cuánto gastar en insumes o cuánto trabajo dedicarle a
cada cultivo.
Es decir, la estrategia de largo plazo, mirada hacia atrás, es la resultante de múltiples decisiones
parciales asumidas por el productor en función de sus objetivos, sus disponibilidades, su expe-
riencia, sus conocimientos y la evaluación efectuada de los factores que él no controla.
84 cotidianamente de las que depende la subsistencia de su familia y que implican optar entre
distintas alternativas de asignación de recursos Son, portante, decisiones de carácter tecno-
lógico.
El Enfoque de Sistemas constituye una herramienta teórica poderosa para comprenderla racio-
nalidad de los productores y el funcionamiento de este tipo de explotaciones, para explicar su
operacionalización es indispensable precisar algunos conceptos básicos de este tipo de enfo-
que y su aplicación al estudio de los problemas productivos campesinos.
Este comportamiento de los sistema en las interacciones con el entorno tiende siempre ciertos
equilibrios básicos, necesarios para la subsistencia del sistema y del objetivo que lo explica.
Por último, la adaptación del sistema a ios cambios en el entorno, en función de los objetivos
que lo explican, se logra mediante regulaciones internas de los flujos entre sus componentes
y sus depósitos.
DIAGRAMA DE UN SISTEMA
x$tf$iffi&&t&\>'3£tf
i
%'Í:^HS^>^W^AV
&#S$II9?¿0^
/^^^'Tp^^vÁ 'r/'5-.
-^vv:-V/r;^^^^
RETROACCIÓN
E! productor y su familia, el predio y los medios de producción para trabajarlo constituyen los
COMPONENTES BÁSICOS de cualquier sistema de producción.
Son sub-sistemas la ganadería, el huerto o cada uno de los cultivos: son un conjunto de recursos
que se organizan en función de un objetivo (producir grano y paja, por ejemplo), para ¡o que
requieren determinados flujos desde el grupo familiar o desde otros sub-sistemas, por ejemplo,
mano de obra y tracción.
La organización de los recursos endistintos sub-sistemas es lo que denominamos ESTRUCTURA
del sistema de producción, y los objetivos o resultados que organizan cada sub-sistema los
¡lamamos FUNCIONES.
Por último entendemos como DIN AMIGA del Sistema la evolución del funcionamiento del mismo
y de sus estructura en relación al logro de los objetivos del productor y los cambios ocurridos
en su entorno.
REPRESENTACIÓN DE UN SISTEMA DE PRODUCCIÓN
ENTORNO SOCIOECONÓMICO
Y ECOLÓGICO
Pestes
SUB-SISTEMA POROTOS
Heladas
SALIDAS
Oportunidades Empleo Productos
f. de Trabajo< Stock
Artesanías animales SUfl-SISTEMA
Crédito Ganado
GANADERO
As. Técnica
Disponibilidad de Agua
86 Temperaturas
(1) Texto elaborado como apuntes docentes para los cursos de extension/stas rurales en el proyecto de Apoyo Me-
todológico del PIIE, Santiago, Octubre de 1990.
LAS TÉCNICAS PARTICIPATIVAS EN EL TRABAJO GRUPAL
1. Definición Conceptual
Las técnicas son recursos instrumentales y procedimientos estructurales, de aplicación indivi-
dual o grupal cuya finalidad es facilitar el proceso de aprendizaje y desarrollo de la acción edu-
cativa.
Dados los supuestos de una metodología particípativa y grupal especialmente aquél que valo-
riza la experiencia y su comunicación como un elemento de sustantiva revelancia, las técnicas
que se privilegian poseen mayoritariamente un carácter grupal.
3. Criterios de Selección
Cada técnica tiene características diferentes y su adecuada selección depende de:
-Los objetivos que se quieren lograr; hay técnicas que favorecen la integración del grupo, la dis-
cusión y análisis, la asimilación de contenidos, la creatividad, etc. Al elegir una técnica debemos
tener claro lo que queremos lograr con ella.
-Las características de los participantes; so trata por ejemplo, de la edad, el nivel de instrucción,
los intereses, la predisposición, etc. Las técnicas deben adaptarse y modificarse según las ca-
racterísticas del grupo con quien se trabaja.
-El ambiente físico; las condiciones reales del lugar donde se va a trabajar, la disponibilidad de
tiempo y recursos que requieren algunas técnicas, así como ei tamaño del grupo, son también
factores que deben considerarse al seleccionar las técnicas a utilizar.
Más difícil es aún lograr que el aporte de cada productor genere una reflexión colectiva capaz
de aportar el conocimiento individual y grupal.
Otro desafío fundamental a la hora de intentar sercoherentes entre técnicas educativas, la con-
cepción educativa propuesta y nuestras prácticas concretas, se refiere al hecho de lograr real-
mente articular los conocimientos de los campesinos con el aporte técnico que debe estructu-
rarse justamente a partir de lo que los productores saben o no, es decir, a partir de lo que ver-
daderamente constituyen sus necesidades educativas.
No es raro encontrarse ante situaciones en las cuales luego de haber hecho un valioso esfuer-
zo pedagógico y técnico por rescatar el conocimiento campesino, en el momento de hacer el
aporte técnico, éste no se articule con el aporte anterior.
Es imprescindible que en el diseño del desarrollo del aporte técnico también se consideren téc-
nicas capaces de facilitar y asegurar la coherencia entre concepción educativa y práctica pe-
dagógica.
a) Técnicas de Presentación
Permiten que un grupo de personas que se juntan por primera vez para realizar una acción con-
junta, comiencen a conocerse. Facilitan el establecimiento de una relación de confianza entre
las personas del grupo, lo que estimula la participación.
Los juegos son una de las técnicas más usadas en el trabajo grupal. Son ejercicios recreativos
que permiten romper la timidez y la desconfianza, que es común en un grupo de personas que
se conocen poco.
Tienen como objetivo crear un ambiente grupal y una buena disposición para cualquier traba-
jo posterior. Están diseñadas para ser utilizadas en momentos especiales de una jornada de tra-
bajo grupal: al inicio para facilitar la integración de los participantes y después de momentos de
intenso trabajo para descansar a los participantes.
c) Técnicas de Análisis
Son técnicas diseñadas para facilitar los procesos de interacción que permitan el intercambio
dialógico y respetuoso de experiencias y opiniones respecto a un tema o situación en discusión.
Las técnicas de análisis permiten trabajar diferentes temas, según el interés específico de quien
las use. Cada una de estas técnicas tiene sus particularidades: una permiten colectivizar
ideas ordenadamente; otras, resumir o sintetizar discusiones; otras promueven una discusión
amplia sobre un tema, etc.
d) Técnicas de Planificación
e) Técnicas de Organización
Son herramientas muy concretas que permiten reflexionar sobre la temática de la organización
ubicando los elementos centrales a considerar para realizar un trabajo colectivo.
f) Técnicas audio-visuales
Son medios que transmiten información auditiva y/o visual. El medio (papelógrafo, pizarrón, pe-
lícula, video, etc.) sirve para presentar diversos aspectos de una realidad o situación.
El papelógrafo es una de las técnicas rnás utilizadas y de más bajo costo en eventos de capa-
citación.
90
a. SELECCIÓN TÉCNICAS DE PRESENTACIÓN
91
-Presentación por parejas
-Los refranes
-Canasta revuelta
presentación por parejas
II. DESARROLLO:
Los coordinadores dan la indicación de que nos vamos a presentar por parejas y que éstas
deben intercambiar determinado tipo de información que es de interés para todos, por
ejemplo: el nombre, el interés que tiene por el curso, sus expectativas, información sobre su
trabajo, su procedencia y algún dato personal.
*\1
93
/ Cada persona busca un compa- Luego en asamblea cada parti-
ñero que no conozca y conver- cipante presenta a su pareja.
\ san durante cinco minutos. /
Nota: Esta selección de técnicas ha sido extractada de: Técnicas Participativas para la Educación Popular
A/forja-Cide 1987. Dinárrjicas de Animación pp. 1.1-1.10-1.7
III. RECOMENDACIONES:
Siendo una técnica de presentación y animación, debe intercambiarse aspectos
personales como por ejemplo: algo que al compañero le gusta, si tiene hijos, etc.
La información que se recoge de cada compañero, se expresa en plenario de forma
general, sencilla y breve.
El coordinador debe estar atento para animar y agilizar la presentación.
VI. RECOMENDACIONES:
Se recomienda dar instrucciones claras sobre: cómo formar las parejas, qué datos
personales intercambiar, y dar ejemplos de comparaciones posibles.
/- SU CAÓO PE LA
95
LOS REFRANES
I.- OBJETIVO:
Presentación y Animación EJEMPLO í
II.-MATERIALES:
Tarjetas en las que previamente se han es-
crito fragmentos de refranes populares; es
decir, que cada refrán se escribe en dos
tarjetas, el comienzo en una de ellas y su
complemento en otra.
III. DESARROLLO:
Esta dinámica se usa en combinación con
la presentación por parejas. Se reparten
las tarjetas entre los asistentes y se les
pide que busquen a la persona que tiene la
otra parte del refrán; de esta manera, se van formando las parejas que intercambiarán la
información a utilizar en la presentación.
IV. RECOMENDACIONES:
II. DESARROLLO:
- Todos los participantes se forman en
círculo con sus respectivas sillas. El
coordinador queda al centro, de pie.
RECOMENDACIONES:
Esta dinámica debe hacerse rápidamente, para que mantenga
el interés, porque cada vez que se diga: "canasta revuelta" el
nombre de las pinas y las naranjas varía.
De todos modos, es conveniente que se pregunte unas 3 ó 4
veces el nombre de la fruta antes de revolver la canasta.
Csta dinámica se utiliza para reforzar el conocimiento de los
nombres de los participantes en un curso o taller, pero no es la
más adecuada para iniciar una presentación.
Generalmente se aplica al segundo día, luego de haberutilizado
el día anterior otra dinámica de presentación.
b. SELECCIÓN TÉCNICAS DE ANIMACIÓN
99
*^
-Un hombre de principios
-Esto me recuerda
-Cuento vivo
un hombre de principios
I. OBJETIVO: ANIMACIÓN
II. DESARROLLO:
Todos los participantes se sienten en círculo. El coordinador
en el centro, inicia el juego narrando cualquier historia donde
todo debe empezar con una letra determinada.
r> &
101
Nota: Estas Técnicas han sido extractadas de: Técnicas Participativas para la Educación Popular Alforja-
Cide 1987. Dinámicas de Animación, pp. 1.18-1.40-1.46
esto me recuerda • , '
I. OBJETIVO: ANIMACIÓN, CONCENTRACIÓN
II. DESARROLLO:
Esta dinámica consiste en que un participante recuerda alguna cosa en voz alta. El resto de
los participantes manifiestan lo que a cada uno de ellos, eso les hace recordar espontá-
neamente.
; I
102
{'( 'AIU
- Debe hacerse con rapidez. Si se tarda más de 4 segundos, da una prenda o sale del
juego.
CUENTO VIVO
I. OBJETIVO: ANIMACIÓN, CONCENTRACIÓN
II. DESARROLLO:
Todos los participantes están sentados en círculo. El coordinador empieza a contar un
relato sobre cualquier cosa, donde incorpore personajes y animales en determinadas ac-
titudes y acciones. Se explica que cuando el coordinador señale a cualquier compañero,
éste debe actuar como el animal o persona sobre la cual el coordinador está haciendo refe-
rencia en su relato.
103
Ü
<—/
III. RECOMENDACIONES:
Una vez iniciado el cuento el coordinador puede hacer que el relato se vaya construyendo
colectivamente de manera espontánea, dándole la palabra a otro compañero para que lo
continúe.
c. SELECCIÓN TÉCNICAS DE ANÁLISIS
105
-Lluvia de ¡deas
-Qué sabemos
-Palabras claves
-Cadena de asociaciones
Nota: Técnicas extractadas de: Técnicas Participativas para la Educación Popular Alforja-Cide 1987.
Técnicas de Análisis General, pp. 2.18-2.77. Ejercicios de abstracción pp. 3.11-3.14
LLUVIA DE IDEAS
OBJETIVO:
Poner en común el conjunto de ideas o cono-
cimientos que cada uno de los participantes
tiene sobre un tema y colectivamente llegar a
una síntesis, conclusiones o acuerdos co-
munes.
DESARROLLO:
El coordinador debe hacer una pregunta clara, que exprese el objetivo que se persigue.
La pregunta debe permitir que los participantes puedan responder a partir de su
realidad, de su experiencia.
.
A ver, ¿
de ]
107
diarrea, id» rtirios y
Luego, cada
participante
la *Sí $
TwfcniTr isrtuK.^
r«
debe decir
una idea a la
vez sobre lo
que piensa
acerca del
¿ tema.
?<*
Si ^ jormukra s^fa ^rejünfa :¿ <3üe asió a^e. ^cdoce las
d&rie^ de los ^níos en nu^tro barno ?( po¿lr>amos anotar de 4os
aeras:
Al final se obtendrán varias columnas o conjuntos de ideas que nos indicarán por
donde se concentra la mayoría de las opiniones del grupo, lo que permitirá ir profun-
dizando cada aspecto del tema a lo largo de la discusión o proceso de formación.
Lluvia de ideas
U MATERIALES:
Papeles pequeños, lápices, cinta adhesiva o
maskin tape.
II.- DESARROLLO:
110
?Kofl£y\AS ePQCAfiVOS e¿ HifeStTaD %AKgVO
SAtjüD
„ ££%
MA*42A ^^
MÍOS <«A*fora
En asta etapa el pa- r^H _^_ -<H
pel del coordinador
es el de llevar al gru- -0-! ,-3-
po a sintetizare! con-
.^>-r
junto de tarjetas, de
tal forma que se ob-
tenga una visión or-
denada y unificada
de los diversos as- •/7- ÍP
pectos que se des-
prenden de un tema. Cuando la pregunta para la elaboración de las tarjetas
pide los logros y dificultades sobre un tema.
pe.
Una vez hechas las columnas y analizadas, puede realizarse una votación por colum
na para establecer el orden de importancia que el grupo le da a cada uno de los
aspectos del tema que se está tratando.
Ga^cid*»
que lo* pro
b lernas de
.." . son
os
1
NOTA:
1.- Esta es una técnica que requiere 2.- El coordinador debe preguntar cons
bastante concentración por parte tantemente al plenario si está de acuer-
112 de todos; para que se vayan
escuchando ordenadamente las
do en la ubicación de cada tarjeta y
hacer breves síntesis sobre un conjunto
opiniones de cada uno de los de opiniones dichas
participantes.
fo e
^\
>**>/
^ arnptuDS y
4.- El coordinador no debe ubicar
las tarjetas según su criterio, sino
siempre hacer que sean los parti-
cipantes los que las ubiquen don
de crean que corresponden. Esto
lleva a que los participantes asu-
man necesariamente un papel ac-
tivo y participativo.
I-OBJETIVO:
Socializar el conocimiento que los participantes
tienen sobre un determinado tema, problema o si-
tuación.
II- MATERIALES:
1 hoja de papel grande (30 x 50 cm), tarjetas o
papeles pequeños
1 dado
III- PREPARACIÓN:
Se trad utilizar un juego de mesa como motivación para ir intercambiando ideas
y opiniones.
;
' • * -"" ' T *"t
A AcruAu/)AD ?
3- Atrás de las tarjetas con preguntas
individuales se dibuja un signo de
interrogación, y atrás de las colec-
tivas se escribe: "Dígalo con pocas
palabras".
COH PocAs ! - 7
?AtA6RAS I
^>
IV- DESARROLLO:
1- Se forman 6 equipos de dos o tres personas cada uno.
Si un jugador cae en la casilla de "pocas palabras" deberá coger una tarjeta de este
grupo, la lee en voz alta y le pide al resto de los jugadores que en pocas palabras cada
uno le dé respuesta en voz alta.
Las respuestas deben contestarse de inmediato para que la técnica nc resulte pesada.
"¿HAY
QOfe.
LOS HI&M&ROS De.
LA
116
6- Un jugador puede caer en una casilla que diga pierde una jugada o en una casilla en
que dice que retroceda tres casillas o que saque una tarjeta de pocas palabras. Cada
jugador debe acatar esa orden y si al retroceder le toca una casilla de signo de inte-
rrogación, debe leer y contestar la pregunta correspondiente.
¡I.- DESARROLLO:
1.- Con todos los participantes o por grupo (según el número), se le pide a cada uno que
escriba o diga, con una sola palabra, que sintetice o resuma, lo que piensa sobre el tema
que se trata.
118
snt^
1
T^r<r?í •á^du"
2.- Luego se realiza una breve reflexión en torno a lo que cada palabra significa para los
compañeros.
UNION
ORGANIZACIONES
BENEFICIA
AV/,I^A
AYUDA
III.- UTILIZACIÓN:
Básicamente es una técnica para ejercitarnos en
resumir nuestro pensamiento, escogiendo los as-
pectos que consideramos más importantes.
IV.- RECOMENDACIONES:
Puede ampliarse una frase que resuma o sintetice.
Permite analizar las diferentes interpretaciones que hay sobre un término a partir de
las experiencias concretas de la gente.
II.- DESARROLLO:
1.- Se escogen unas cuantas palabras claves de interés para el grupo. Es aconsejable usar
conceptos como Ley, o Democracia por ejemplo.
2.- En plenario se le pide a los participantes que la asocien con otras palabras que para
ellos tengan algún tipo de relación; en orden, uno por uno, va diciendo con qué
lo relaciona.
120
í\***nYiwte}/^\
^—,—s'^^s-^í TusncAí)
é^i sllrr
&
M
V-xr
L 'A f
^'AidT^T?5
.- El que coordina va anotando las diferentes relaciones que los participantes han dado
y luego a partir de ella se discute por qué hemos relacionado esa palabra con la otra.
Al final se hace una síntesis de lo que el grupo entiende por esa palabra.
III.- UTILIZACIÓN:
Es conveniente utilizarla al inicio de una jornada de capacitación para ver qué es lo
que el grupo entiende por determinada palabra.
Nota: Técnicas extractadas de: Técnicas Participativas para la Educación Popular Alforja-Cide 1987.
Dinámicas de organización y planificación pp. 5.38-5.50
ft/INlFICA-
I.- OBJETIVO:
Conocer y ordenar los pasos que deben seguirse en un
proceso de planificación. 123
II.- MATERIALES:
Tarjetas grandes (15 x 25 cm) en las que se escriben los pasos de un proceso de plani-
ficación, (como si fueran naipes de una baraja).
IIL- DESARROLLO:
3. Se barajan todas las cartas y se reparten nueve a cada equipo, dejando las restantes
centro.
124
125
El coordinador ac-
tuará como juez
haciendo que el
resto del grupo
descubra si hay o
no errores.
Al descubrirse un error el equipo que ha propuesto debe reordenar su baraja Se debe
discutir el orden propuesto por cada equipo para poderlo defender o sustentar frente
al grupo.
El primero de los equipos que establece el orden correcto es el que gana Se discute
en plenario el por qué del orden de cada paso de la planificación.
126
IV.-DISCUSION: r ! ^
La discusión se empieza a desarrollar a lo largo de la misma técnica.
Es conveniente que cuando ya hay un equipo ganador, los otros equipos muestren "la es-
calera" que habían ordenado y se discuta a fondo el por qué del ordenamiento que se ha
hecho. _, .....
Luego de esto, cada grupo puede pasar a aplicar los pasos de planificación en la elaboración
de un plan de trabajo concreto. ...
II.- MATERIALES:
hoja y lápiz para cada participante,
pizarra o papelógraío.
III.— DESARROLLO 1-- Cada participante responde por escrito una pre-
gunta que sobre su organización se ha prepa-
rado de
antemano.
127
LfwPs¿
JrJJ&»
"M<,i
128
Cada grupo debe organizarse para trabajar en esta etapa: nombrar su coordinador, anotar
las participaciones y controlar el tiempo que ha sido acordado.
CoM
6l£'
MeUTAL.ee
x A^Reci-
LAS ACC10 -
. VLAZOS
- Rompecabezas
- El Pueblo necesita
Nota: Técnicas extractadas de: Técnicas Participatlvas para la Educación Popular. Alforja - Cide 1987.
Dinámicas de organización y planificación, p.p. 5.1-5.5.-5.22
BOfUfc
I.- OBJETIVO:
Analizar la importancia de la organización.
II.-MATERIAL: 133
JL 6 botellas vacías
1 cubeta o balde con arena (que alcance justo para llenar las 6 botellas) u
otro material conveniente y disponible (agua, polvo, semillas, etc.).
I.- DESARROLLO:
1.- Se piden 6 voluntarios que se colocan en fila, y a los pies de cada uno, las
botellas vacías.
Enfrente de los participantes, a unos 6 metros se coloca el balde o cu-
beta con la arena. Cada persona debe llenar las botellas con arena.
2.- El coordinador cuenta tres y los participantes deben salir corriendo a llenar las bote-
llas.
134
5.- Seda una tercera vuelta con otros 6 participantes, antes de dar la voz de salida. s<- ha-
ce otra breve evaluación de como lo han hecho los otros equipos.
135
6.— Finalmente se evalúan las diferentes etapas del luego.
IV -DISCUSIÓN
La reflexión se imc:a retomando las evaluaciones que en cada una de las tres etapas se hicie-
ron. Se puede anotar en la pizarra lo que se dijo en cada una de ias vueltas. Ejemplo en
la primera vuelta:
oo\o
Quien coordina pregunta por que creen que se dio de esa maner.i Se emuie/an a anaii/ar
elementos ae 10 uue es una acción espontanea
Se analiza la segunda vuelta: ¿ qué elementos se superaron en relación a la primera?; ¿qué
fue lo que les permitió superarlo?; se retoma en este momento lo que significa, la experiencia
que se va acumulando en cuanto a la planificación de una acción y el haber reflexionado
brevemente sobre ella.
Luego de esta etapa, quien coordina debe dirigir la reflexión ya no a lo que ha sucedido en
la dinámica, sino a lo que sucede en la vida real de los participantes.
V.- RECOMENDACIONES:
Durante el desarrollo de la dinámica quien coordina debe hacer que las evaluaciones se
centren en los elementos de la dinámica, no entrar en ese momento a la reflexión. Y en la
discusión final, dejar de lado lo que ocurrió en la dinámica para analizar la realidad.
136
SE MOS OLVIDA
üe CADA
•A •-. \^
®
I OBJETIVO: Analizar los elementos básicos del trabaio colectivo: la co-
municación, el aporte personal y la actitud de colaboración
de los miembros de un grupo.
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IV. DISCUSIÓN:
La discusión se inicia preguntándole a los compañeros que la realizaron: cómo se sintieron,
qué dificultades tuvieron, etc. Es a partir de cómo se desarrolló la dinámica, que se hace la
reflexión sobre: el papel de la comunicación; el aporte personal y el apoyo mutuo; las acti-
tudes dentro de un campo de trabajo, etc.
Esta reflexión se realiza partiendo de las inquietudes y el contexto particular de cada grupo.
139
.N.
V. RECOMENDACIÓN:
Si se quiere hacer participar a una mayor cantidad de compa-
ñeros, se preparan varios juegos de rompecabezas, según el
número de grupos que se quieran formar.
el pueblo necesita
I.- OBJETIVO:
Analizar los principios de organización.
II.- MATERIALES:
Los que haya en el lugar donde se está trabajando.
III.- DESARROLLO:
2.- Se divide a los participantes en grupos (de 5 personas como mínimo cada uno).
Cada grupo se organiza como le parezca para realizar las tareas.
Se da un tiempo preciso para ejecutar la tarea (Por ejemplo 10 minutos) depen-
diendo del grupo y las tareas pedidas.
3.- Las tareas son leídas al conjunto del grupo, finalizada la lectura cada grupo se dedica a
cumplir las tareas. El primero que termine en realizarlas es el que ganará.
4.- Cuando el equipo tenga todas las tareas realizadas, se las presenta a las personas
que están coordinando para que sean sevisadas y se constante que estén correctas.
141
'
IV.- DISCUSIÓN:
La discusión se inicia cuando los grupos cuentan cómo
se organizan para realizar las tareas, los problemas
que tuvieron, cómo se sintieron, lo vivencial.
MütSTRo [ ap o s
A íJoiCAR. LAS COSAS
Hugo DIRECCIÓN!.' \ POS MOSCAS. ?&EO
LA T
LUEGO...
EN EL SINDICATO &s
/ COKO e^ a.
Se ?LA(Jif«cA,
RECOMENDACIONES:
Se puede pedir quo cada grupo nombro a su responsable de antemano, para analizar
luego por qué y cómo realizó la conducción del grupo.
f. SELECCIÓN TÉCNICAS VISUALES 143
- Papelógrafos
- Pizarrón
Nota: Estas técnicas han sido extractadas de: Herramientas de Trabajo para la Educación Popular. Julio
Fernández - Cide 1989. Herramientas para la práctica, p.p. 129-134
EL PAPELÓGRAFO
¿QUE ES?
Es un block de hojas despegadas, normalmente de 60 por 90
centímetros, sujetas a un caballete portátil. Para escribir, se
utilizan plumones de diferentes colores.
¿COMO SE USA?
VENTAJAS:
DESVENTAJAS:
0
Las mismas que las del pizarrón, con el agregado de que en
el papelógrafo no se puede borrar.
EL PIZARRÓN
146
¿POR QUE UTILIZARLO?
LAS VENTAJAS...
LAS DESVENTAJAS...
¿COMO SE USA?
147
Es MEJOR usar el pizarrón para:
Se debe poner atención a estas situaciones, puesto que no pueden llevar a que este
instrumento pierda su utilidad. Debe considerársele como otro instrumento de
participación, en el sentido que no sólo sirve para que el educador y participantes
escriban en él, sino que "ir al pizarrón" debe significar tomar en forma ACTIVA la
capacitación.
Bibliografía Actualizada
sobre Capacitación
Campesina (1)
149
(1) Esta bibliografía corresponde a libros y documentos existentes en los Centros de Documentación de AGRARIA,
GIA y PIIE, y fue elaborada por el PER para los cursos de Capacitación de Extensionistas del INDAP. Santiago,
Noviembre de 1990
BIBLIOGRAFÍA GENERAL MAS RECIENTE SOBRE
CAPACITACIÓN CAMPESINA
BENGOA, JOSÉ (1987), "La Educación para los Movimientos Sociales". En: Educación Popu-
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VELA, G. de (1986), Comunicación Educativa para áreas rurales. CIESPAL, Quito (Ecua-
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